Alianza terapéutica en el abordaje de los factores de...
Transcript of Alianza terapéutica en el abordaje de los factores de...
Alianza terapéutica en el abordaje de los factores de riesgo familiares asociados
al intento suicida en adolescentes1
Therapeutic alliance in addressing family risk factors associated with suicide attempts
in adolescents
Lysset Julieth Marín Gallego2
Daniela Castaño Correa3
Resumen
La conducta suicida en Colombia ocupa el tercer lugar de los casos de muerte es una gran
preocupación para los clínicos que trabajan con adolescentes, siendo el suicidio la segunda
muerte en el grupo entre los 10 y 24 años. El objetivo del presente artículo de revisión es dar
cuenta del papel que cumple la alianza terapéutica en el abordaje de los factores de riesgo
familiares asociados al intento de suicidio en la población adolescente. Se identificó que la
alianza terapéutica tiene un valor relevante para el abordaje del suicidio en general, dado que
diversos estudios coinciden en que los óptimos resultados de un tratamiento psicológico se
encuentran relacionados directamente al vínculo que se genera durante el proceso terapéutico.
Finalmente, se enfatiza que la alianza terapéutica empática con el paciente y la colaboración
con la familia desempeñan un papel importante en el abordaje del suicidio.
1 El presente artículo es de aproximación teórica sobre la alianza terapéutica para hacer referencia el abordaje terapéutico asociados al intento suicida en adolescentes 2 Psicóloga de la UNAD. Estudiante aspirante a grado de la Especialización en Psicología Clínica con Énfasis en Infancia y Adolescencia. Correo: [email protected] 3 Asesora. Especialista en Psicología Clínica y Salud Mental de la Universidad Pontificia Bolivariana. Correo electrónico: [email protected]
Palabras clave: adolescentes, alianza terapéutica, intento suicida, factores de riesgo
familiares, suicidio.
Abstract
Suicidal behavior in Colombia occupies the third place of the cases is a great concern for
clinicians working with adolescents, suicide being the second death in the group between 10
and 24 years. The objective of this review article is to give an account of the role that the
therapeutic alliance plays in addressing family risk factors associated with suicide attempts in
the adolescent population. It was identified that the therapeutic alliance has a relevant value
for the approach of suicide in general, since several studies coincide in the optimal results of
a psychological treatment are directly related related that is generated during the therapeutic
process. Finally, it is emphasized that empathic therapeutic alliance with the patient and
collaboration with the family play an important role in the approach to suicide.
Keywords: adolescents, therapeutic alliance, suicide attempt, family risk factors,
suicide.
El intento suicida representa una crisis, tanto para el individuo que lo realiza como
para el contexto inmediato en el que está incluido. Se trata de una urgencia médica y
psicológica que implica un riesgo de vida y en el desarrollo mental.
La organización mundial de la salud (OMS 2014) define al suicidio como el acto
humano de autolesionarse con la intención de acabar para siempre con la presión de una
angustia que vivencia el sujeto como insoportable o cualquier conducta centrada en el deseo
consciente declarado de morir.
Cabe también mencionar que el intento suicida es un acto generado por la
impulsividad del sujeto en quitarse la vida, teniendo en cuenta los diferentes métodos
empleados según la región y el país donde este reside (UNICEF, 2017) aunque no todos los
actos tienen como fin buscar la muerte, pueden también ser contemplados como la búsqueda
de dar una salida o solución de escapar, o en su defecto aliviar el sufrimiento.
Basados en estos hechos, se encuentran otros aspectos relacionados, como lo son: la
tentativa de suicidio o ideación suicida, en la cual intervienen factores biológicos,
psicológicos, sociales, éticos, y familiares; su abordaje, ha ido variando según la época y la
cultura. En este orden de ideas, cabe señalar que la presente investigación se centra en los
factores familiares asociados al intento suicida en adolescentes, visto el ambiente familiar
como uno de los entornos vitales donde el ser humano construye su identidad y su desarrollo
psicológico y emocional, es ahí donde el sujeto construye aspectos importantes como lo son
los valores, las normas, las reglas y se fortalecen los vínculos afectivos, elementos vitales
para el establecimiento o fortalecimiento de la personalidad de todo ser humano (Valenciana,
2017).
Reyes y Roldán (2001, citados por Burgos et., al 2017) sostienen que las familias de
los suicidas adolecentes se caracterizan por presentar falta de unidad física y emocional, por
poner de manifiesto relaciones discordantes y hostiles entre los padres y sus hijos, como
factor precipitante más frecuente es la violencia intrafamiliar (Castro et., al 2010).
Al respeto, Reyes y Roldán (2001, citado por Burgos et., al 2017) señalan que dentro
de los factores familiares, se encuentra: una historia familiar de suicidio, divorcio, violencia
intrafamiliar, abuso sexual o físico, entre otros. (Rueda et., 2010 citado por Burgos et., al
2017), menciona que existen ciertos rasgos psicológicos frecuentes en la conducta suicida de
los adolescentes como son: la impulsividad, la baja autoestima, baja tolerancia a la
frustración, pensamiento rígido e inflexible, sentimientos de soledad y rechazo y el estrés
cotidiano.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2010, citado por Alfonso y
Blandón 2017) señaló que el suicidio se encuentra entre las tres primeras causas mundiales de
muerte en las personas de 15 a 44 años y que para 2020 alcanzará 1,5 millones de muertes
anuales. Cada 30 segundos se suicida una persona en el mundo y cada día hay alrededor de
3000 eventos, un millón de personas al año por este motivo, lo que supone un 1,8 del total de
las defunciones. En la actualidad el suicidio es considerado un problema de salud pública en
el mundo y se encuentra entre la segunda causa de muerte en el grupo entre los 10 y 24 años.
Colombia ocupa el tercer lugar en casos, después de Cuba y Brasil (Alfonso y Blandón
2017).
Por su parte el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA, 2018)
en cuanto a la tasa de intento de suicidio por departamento, se han registrado en Colombia de
2.7045 intentos suicidas; los departamentos de Antioquia con 4857, Valle con 2814 y
Cundinamarca 1790 han reportado el mayor número de eventos. En cuanto al departamento
de Risaralda 774 casos.
Con lo anterior, se identifica que el intento suicida en los adolescentes es un aspecto
que requieren de vital atención, sobre todo si se considera que las tasas de incidencia y
prevalencia van en aumento, tanto en Colombia como en otros países. Por tal motivo, el
presente artículo de revisión pretende dar cuenta acerca del papel que tiene la alianza
terapéutica en el abordaje de los factores de riesgo familiares en el intento de suicidio de los
adolescentes, puesto que de igual manera se ha identificado que dichos factores pueden
incidir en dicha problemática; para dar cuenta de lo anterior, se realizó una revisión en
diferentes bases de datos: ScienceDirect, Dialnet, Medline, entre otros; seleccionándose
finalmente 38 investigaciones que abordan las temáticas de alianza terapéutica, factores de
riesgo familiares, intento de suicidio y suicidio en la adolescencia, las cuales permitieron el
desarrollo de las diferentes categorías.
Adolescencia y suicidio
El concepto de adolescencia constituye un período especial del desarrollo, del
crecimiento y en la vida de cada individuo, que comprende desde los 10 hasta los 19 años, se
trata de una etapa de elaboración de la identidad y relaciones sociales y se caracteriza por
transformaciones biológicas psicológicas y sociales; las cuales pueden ser generadoras de
crisis, conflictos y contradicciones (Argota et al., 2015).
El intento suicida es definido por la Organización Mundial de la Salud, OMS (S.f,
citado por Duran et., al 2014) “como la acción por la que un individuo se causa a sí mismo
una lesión no letal, caracterizada por amenaza de muerte, o también originarla por ingesta de
medicamentos en dosis superior a la reconocida como terapéutica” (p.3).
Por otra parte, Boldt (1989, citado por Toro 2013), describe que hay tres supuestos
básicos del intento suicida: “es un acto voluntario, el individuo desea morir y percibe su
situación como intolerable e irremediable” (p.2).
En cuanto a las posibles causas de la aparición y mantenimiento en los adolescentes
con conducta suicida, se han determinado ciertas características de personalidad, tales como:
emotividad, inestabilidad emocional, inseguridad, aprehensión, sentimientos de angustia,
ansiedad y frustración, los cuales pueden estar relacionados con desequilibrios hormonales,
por la edad, más que una alteración en la personalidad. En los intentos de suicidio es factible
que se presenten algunas manifestaciones como la venganza, las actitudes de escape, la
búsqueda del riesgo, percepción de fracaso, baja tolerancia a la frustración, dificultad en la
resolución de los conflictos, ideas de desesperanza abandono y conductas autolesivas (Ruiz y
Chaves 2017).
Con lo anterior, es posible identificar los diversos factores que pueden estar asociados
al intento suicida en la adolescencia; ahora bien, se reconoce que de igual manera, existen
factores familiares que inciden en dicha problemática. Para entender mejor la importancia de
profundizar en esta temática es importante realizar una breve descripción de los factores de
riesgo familiares asociados al intento suicida en adolescentes.
Factores de riesgo familiares asociados al intento suicida en adolescentes
Teniendo en cuenta a Bernal (2009, citado por Cano et., al 2017) se identifica que en
los factores de riesgo asociados a la conducta suicida en adolescentes, se encuentran
elementos relacionados con factores individuales, biológicos, familiares, sociales y culturales.
Cervantes y Hernández (2008) postuló que la red familiar cumple una función
privilegiada; detectar los factores de riesgo a tiempo es importante, para tomar decisiones con
respecto al abordaje terapéutico a seguir. Como se evidencia en una investigación con
adolescentes, entre los principales factores de riesgo, se encuentra factores culturales y
sociodemográficos, factores biológicos y factores familiares (Hallfors et al., 2004 citado por
Cervantes y Hernández 2008).
Dentro de los factores familiares asociados con la aparición del intento suicida en
adolescentes, se ha investigado la dinámica del funcionamiento familiar. Así, la presencia de
comunicación familiar conflictiva,Trastornos psiquiátricos en los padres, un ambiente
demasiado normativo, coercitivo o permisivo, un ambiente hostil, incomprensivo, inseguro,
culpabilizante, abuso de alcohol, consumo de SPA, Antecedentes familiares de suicido o
intentos de suicidio, violencia intrafamiliar (físico, psicológico y sexual), divorcio, separación
o fallecimiento de los padres (Cervantes et., al 2008).
Considerando que hay factores familiares que pueden ser de riesgo para el intento
suicida en adolescentes, cabe cuestionarse acerca del respectivo abordaje durante el proceso
psicoterapéutico, principalmente, desde el factor de la alianza terapéutica.
Alianza terapéutica y factores de riesgo familiares asociados al intento suicida en
adolescentes.
La alianza terapéutica es el componente de la relación terapéutica que ha generado
mayor interés en los investigadores. Bordin (1979, citado por González 2005), la definió
como el elemento esencial en la relación entre paciente y terapeuta en el contexto de la
terapia, contexto en el que se busca generar un cambio. A sí mismo, plantea tres componentes
que la configuran, estos son los siguientes:
1. El acuerdo entre el paciente y el terapeuta en los objetivos o metas del tratamiento.
De este modo el paciente es consciente de que los objetivos son relevantes y los identifica
como aspectos propios en el proceso terapéutico.
2. El acuerdo en las tareas para conseguir los objetivos o las metas propuestas en el
tratamiento; las tareas de la terapia son las actividades específicas con las que se debe
comprometer el paciente para beneficiarse del tratamiento. Tanto el terapeuta como el
paciente perciben su importancia y asumen la respectiva responsabilidad.
3. El vínculo positivo entre el paciente y el terapeuta, que incluye aspectos como la
empatía, la confianza mutua y la aceptación Luborsky (1976, citado por González 2005) da
otro matiz al concepto de alianza terapéutica, para reflejar el grado en que un paciente
experimenta que la relación terapéutica es útil o potencialmente útil para lograr los objetivos
en psicoterapia.
Este mismo autor señala dos tipos de alianza según la fase o etapa de la terapia, de
este modo es posible distinguir: alianza de tipo 1, aquélla que se da en el inicio de la terapia y
alude a la sensación del paciente de contar con el apoyo del terapeuta, y alianza de tipo 2, la
que se desarrolla en fases posteriores y consiste en la sensación de trabajo conjunto.
De acuerdo con Corbella y Botella (2003) se considera que la alianza terapéutica es
una construcción conjunta entre el paciente y el terapeuta, de modo que las expectativas, las
opiniones las construcciones que ambos van desarrollando respecto al trabajo que están
realizando, la relación establecida y la visión del otro resultan relevantes para el
establecimiento de ésta.
Según Safran et., al (2011) en las últimas dos décadas ha surgido lo que se caracteriza
como la “segunda generación” de investigación en alianza terapéutica, esta apunta a clarificar
tanto los factores que lideran el desarrollo de la alianza, así como los procesos involucrados
en reparar las rupturas cuando estas se presentan; de la misma manera, señalan que la
resolución de las rupturas puede llevar a fortalecer la alianza de trabajo y a su vez a un mayor
entendimiento de los problemas que presenta el paciente.
Cabe mencionar que, no hay investigaciones que hayan trabajado directamente la
alianza terapéutica y los factores de riesgo familiares asociados al intento de suicidio en los
adolescentes; sin embargo, en la revisión de los artículos y de textos como las guías de
práctica clínica y los protocolos, se identificó un abordaje del suicidio a nivel general. Por lo
anterior, en el desarrollo de esta categoría se realiza una aproximación al establecimiento del
papel de la alianza terapéutica en el suicidio en general, ya que también son escasos los
artículos que hayan dado cuenta del abordaje del intento de suicidio en adolescentes.
La alianza terapéutica se ha evidenciado como un factor relevante a la hora de abordar
la problemática del suicidio, Echeburúa (2015), indica que ésta es un factor que es un
importante a la hora de intervenir el suicidio; asimismo, es pertinente favorecer aspectos
como, el control, autoestima, resolución de problemáticas, además de vincular la familia en el
proceso. De igual manera, Spirito et al. (2002, citado por Pacheco y Peralta, 2015) expone
que la alianza terapéutica es un factor que facilita los controles y seguimientos de los
adolescentes que han presentado un intento suicida.
De este modo, el Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica de Prevención y
Tratamiento de la conducta suicida (2012) explica que la relación terapéutica en una
interacción recíproca entre el paciente y el terapeuta beneficia la comunicación, aumenta la
confianza y la colaboración con el tratamiento.
Teniendo en cuenta a Coronado (2014) la empatía es una habilidad necesaria en la
psicoterapia, ya que permite valorar el riesgo suicida y establecer alianza con el mismo, la
cual favorece la colaboración del paciente y su adherencia al tratamiento, factor que
frecuentemente es difícil de establecer.
Por otra parte, Pérez (2016) menciona que existen unas habilidades de comunicación
a la hora de obtener la información relevante sobre el riesgo suicida en la entrevista, como la
escucha activa, la empatía, la calidez, comprensión, asertividad y autocontrol emocional.
En cuando al proceso de intervención de primera instancia, en un paciente que es
valorado por un intento de suicidio, es importante facilitar la expresión de sentimientos y
emociones, escuchar y comprender a la persona afectada para reducir el riesgo o peligro. Para
ello se debe considerar algunos aspectos específicos de intervención, como los expuestos por
Clark (1998, citado por Baader et., al 2011): actuar como si “tuviéramos tiempo de sobra”,
estar atento dentro del relato del paciente a aspectos positivos (ej. referencias a amigos/as),
preguntar detalladamente sobre las sensaciones y sentimientos asociados al intento de
suicidio, evaluar la profundidad del nivel de desesperanza expresado por el paciente,
preguntar por los aspectos detallados de la planificación suicida como (métodos,
planificación específica y lugar), observar cuándo y cómo aparecen sentimientos intensos en
el relato y evaluar las creencias y pensamientos asociados de desvalorización, intolerancia
absoluta a tolerar el sufrimiento por algún aspecto vital del paciente.
La entrevista terapéutica, es una técnica empleada en psicoterapia, cuyo objetivo
consiste en establecer una alianza terapéutica con él o la paciente, también sirven para
evaluar factores de riesgo, además, de las escalas de evaluación. De igual importancia se han
indicado las escalas de desesperanza de Beck e inventario de depresión de Beck en la
evaluación del riesgo. Valenciana, (2017) expone la pertinencia del uso de dichas escalas y
además señala relevante el implemento de la escala de riesgo suicida de Plutchick y escala de
intencionalidad suicida.
De acuerdo con Avalia et al. (2012, citados por Ministerio de Salud, 2017), la
intervención terapéutica, es importante en el procedimiento de los pacientes con conducta
suicida, porque pueden ser intervenidos por dos terapeutas; uno se encargará de la
psicoterapia y el otro de manejo farmacológico y es importante contar con la red de apoyo
familiar como parte fundamental del proceso terapéutico.
Es decir, implementar las estrategias necesarias para la continuidad del proceso
terapéutico empleando el proceso psico-educativo a los familiares y al entorno cercano del
adolescente en su rol de cuidadores mientras continúe el riesgo y seguimiento durante un
plazo mínimo de seis meses (Altavilla et., al 2010).
Como se ha mencionado, las intervenciones psicoterapéuticas forman parte del
tratamiento de pacientes con intento de suicidio, entre las terapias más utilizadas se encuentra
la terapia cognitivo conductual, a partir de la cual se establecido una intervención media de
10 sesiones (Reijas et., al 2013).
Siguiendo el modelo de tratamiento que Berk y Henriques et., al (2006, citados por
Reijas et., al 2013) han desarrollado en la Universidad de Pennsylvania, el tratamiento debe
distribuirse en tres fases:
Primera fase (sesiones 1 a 3): en la que se realiza una conceptualización cognitiva del
caso, se elabora una lista de estrategias de afrontamiento.
Segunda fase (sesiones 4 a 7): desarrollar estrategias tanto cognitivas como
conductuales para un mejor manejo del malestar.
Tercera fase (sesión 8-10): esta es la fase de prevención de recaída, se evalúa los
mecanismos de afrontamiento aprendidos en terapia mediante la discusión sobre los mismos
en tres situaciones distintas.
Discusión
La alianza terapéutica posee un valor relevante dado que diversos estudios coincidieron en
que los resultados de un tratamiento psicológico se encuentran relacionados directamente al
vínculo que se sitúa en el proceso terapéutico.
El concepto de alianza ha sido abordado por diferentes autores, dando énfasis en la
importancia en el abordaje del suicidio. Asimismo, se ha indicado que es el encaje y
colaboración entre el paciente y el terapeuta (Bordin 1976, citado por Corbella y Botella
2003) y que la alianza terapéutica empática con el paciente y la colaboración con la familia
desempeñan un papel muy importante (Echeburúa 2015).
Bordin (1976) por su parte ha resaltado como relevante el vínculo colaborativo entre
el paciente y el terapeuta e identificó tres componentes que la configuran: acuerdo en las
tareas, vínculo positivo y acuerdo en los objetivos. El otro autor destacado es Luborsky
(1976) que describió también este concepto con una definición más próxima a la visión
psicodinámica, como entidad dinámica que evoluciona con los cambios de las demandas de
las diferentes fases de la terapia.
Desde la perspectiva del Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica de
Prevención y Tratamiento de la conducta suicida (2012) la relación terapéutica en
psicoterapia, se basa en la habilidad del terapeuta de escuchar y la empatía es la conexión que
mantiene la colaboración entre paciente y terapeuta y facilita la comunicación. Siguiendo a
Coronado (2014) la empatía ocupa un lugar preponderante, la cual se ha definido como la
habilidad para ponerse en el lugar del otro y, desde ahí, comprender sus emociones,
pensamientos y conductas, dando a entender que se le comprende. Lo expresado
anteriormente se encuentra estrechamente relacionado con la relación terapéutica, en la cual
se identifica tres componentes: acuerdo en las tareas, vínculo positivo y acuerdo en los
objetivos. (Bordin, 1979 citado por González 2005).
Valenciana (2017) sugiere realizar siempre una adecuada entrevista clínica, que
incluya las características psicológicas y contextuales del paciente, así como una evaluación
de los factores de riesgo y de protección de conducta suicida. Incluso (Meyer, 2010 citado
por Valenciana 2017) agrega que los instrumentos pueden ser una ayuda complementaria a la
entrevista y al juicio clínico, pero nunca deben sustituirlos.
De acuerdo con Safran y Sega (1994, citados por Rodríguez y Salinas 2010) con
respeto a los factores que aporta el terapeuta en relación con los factores comunes entre los
cuales se destaca la alianza terapéutica como la empatía, confianza y capacidad de escucha
activa. Así mismo Rogers (2013, citado por Corbella & Botella 2008), clasifica que el
terapeuta debe tener unas características: ser empático, congruente y aceptar
incondicionalmente al paciente.
Las investigaciones muestran que un elemento importante para la construcción de una
alianza positiva es la capacidad del terapeuta para mostrar empatía Fernández et., (200, citado
por González 2005). Sin embargo, también se ha observado que cuando no se involucra al
adolescente en aquello que ocurre durante la sesión, también se termina afectando
negativamente el vínculo y la colaboración entre ambos. Cuando esto sucede, están
relacionadas con las acciones realizadas por la terapeuta para focalizar la atención de ambos
en las causas de la ruptura de la alianza.
Diferentes investigaciones se ocupan del modo en que las características del vínculo
terapéutico propician la adherencia al tratamiento (Coronado, 2014). En relación de ello
Safran (2011), se interesó por la ruptura de la alianza terapéutica, considerándola como
periodos de quiebre o tensión en la comunicación entre paciente y terapeuta. Este autor
retoma el concepto de negociación desarrollado por Bordin (1979), para explicar la necesidad
de que el terapeuta y paciente se beneficien de la colaboración construida por metas y tareas
específicas.
En conclusión existen una serie de factores de riesgo más frecuente, asociados al
intento suicida, como factores desencadenantes y agravantes se vincula el funcionamiento
familiar en cuyos generalmente provienen de familias “desestructuradas”, con carencias en el
aspecto económico, déficits sociales y culturales, alteraciones en las relaciones
intrafamiliares.
Los autores han mencionado que la alianza terapéutica, es el vínculo único que se
establece en la terapia y sobre el que se basa la confianza y entendimiento necesario para
abordar el proceso de cambio en el que el paciente se halla inmerso. La alianza terapéutica es
tan importante que “predice” el éxito de la terapia y “explica” su ruptura.
La relación terapéutica juega un papel fundamental en el éxito de la terapia, la
psicoterapia no se puede desvincular del tipo de relación interpersonal que se establece entre
terapeuta y paciente, en función del tipo de relación terapéutica que se establezca entre
ambos, la terapia tendrá más o menos éxito. Por eso, es tan importante que los pacientes se
sientan cómodos con el terapeuta con el que estén realizando la terapia.
Uno de los factores de la relación terapéutica que más se ha estudiado, es el de la
alianza terapéutica. Esta dimensión aborda diferentes aspectos a tener en cuenta tales como:
El vínculo emocional profundo que se establece entre ambos, el acuerdo respecto a los
objetivos de la terapia y el acuerdo sobre cómo y con qué tipo de tareas se llevaran a cabo
estos objetivos. Esto incluye, estar de acuerdo en el funcionamiento de las sesiones y con la
realización de tareas entre sesiones.
Es importante que el paciente se sienta comprendido, que sienta que los objetivos
tienen que ver con él, y con su estado actual y presente. Si el paciente no se implica con el
tratamiento, ni tiene ningún interés por cambiar, difícilmente el tratamiento será óptimo. Por
tanto, el terapeuta tendrá que, durante las primeras sesiones, realizar una buena entrevista
motivacional que ayude al paciente a ver qué cosas quiere cambiar en su vida y qué cosas
quiere mantener. Asimismo, el paciente tiene que sentir la suficiente confianza para abrirse al
terapeuta, sentirse respetado y no juzgado. Sentir que el espacio de psicoterapia es un lugar
seguro donde puede poco a poco mostrarse tal y cómo es, sin peligro de ser atacado o
juzgado.
A modo de cierre, la mayoría de los manuales, guías de tratamiento y prácticas
clínicas, argumentan la importancia de la alianza terapéutica, pero no hay investigaciones que
especifiquen que hayan trabajado directamente la alianza terapéutica en los factores de riesgo
asociados al intento suicida y a factores de riesgo familiares asociados al intento suicidio en
adolescentes, dado que las guías clínicas y los manuales de tratamiento son requeridos en la
formación, investigación y práctica de la psicoterapia para Ackerman y Hilsenroth (2001,
citado por Bados y García) revisaron diversos estudios que pusieron al descubierto que existe
el peligro de que la relación terapéutica, las habilidades interpersonales del terapeuta y las
estrategias empáticas entre el terapeuta y el paciente sean pasadas por alto.
Referencias
Alfonso, C. A., & Blandon, A. M. (2017). Vigilancia y análisis del riesgo en salud pública
protocolo de vigilancia en salud pública intento de suicidio. Instituto Nacional de
Salud
Altavilla, D., Antequera, A., Basile, H., Beines, F., Bentolila, S., Boronat, C., & Serfaty, E.
(2010). Lineamientos para la atención del intento de suicidio en adolescentes.
Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones. Ministerio de Salud, Argentina.
Argota Matos, N., Alvarez Caballero, M., Colás, C., Víctor, M., Sánchez Maso, Y., &
Barceló Román, M. (2015). Comportamiento de algunos factores de riesgo del intento
suicida en adolescentes. Revista Médica Electrónica, 37(1), 30-38.
Baader, M. T., Urra, P. E., Millán, A. R., & Yáñez, M. L. (2011). Algunas consideraciones
sobre el intento de suicidio y su enfrentamiento. Revista Médica Clínica Las Condes,
22(3), 303-309.
Bados López, A., & García Grau, E. (2011). Habilidades terapéuticas.
Barón, O. P. (2000). Adolescencia y suicidio. Psicología desde el Caribe, (6), 48-69.
Bella, M. E., Fernández, R. A., & Willington, J. M. (2010). Depression and the conduct
disorder are the most frequent pathologies in child and adolescent suicide attempt.
Archivos argentinos de pediatria, 108(2), 124-129.
Bonilla, A. R. (2012). Intervención en crisis en las conductas suicidas. Desclée de Brouwer.
Boletín de salud mental Conducta suicida Subdirección de Enfermedades No Transmisibles
2017
Burgos, G. V., Narváez, N. N., Bustamante, P. S. D. L. M., Burrone, M. S., Fernández, R., &
Abeldaño, R. A. (2017). Funcionamiento familiar e intentos de suicidio en un hospital
público de Argentina. Acta de investigación psicológica, 7(3), 2802-2810.
Camacho Arango, A. F. (2017). Estrategia de intervención en crisis para el intento de suicidio
en niños y adolescentes: perspectiva interaccionista.
Cano, A. R. M., Chamorro, M. I. H., Meza, A. M. B., Serrano, Y. V. R., & Gallardo, L. F. S.
(2017). Factores psicosociales asociados a la conducta suicida en adolescentes.
Avances en Psicología, 25(1), 50-57.
Castro-Rueda, V. A., Martínez-Villalba, A. M. R., Camacho, P. A., & Rueda-Jaimes, G. E.
(2010). Factores de riesgo y protectores para intento suicida en adultos colombianos
con suicidabilidad. Revista colombiana de psiquiatría, 39(4), 705-715.
Cervantes, W., & Hernández, E. M. (2008). El suicidio en los adolescentes: Un problema en
crecimiento. Duazary, 5(2), 148-154.
Coronado-Molina, O. (2014). Características clínico-epidemiológicas y abordaje terapéutico
de pacientes que acuden por intento suicida al Hospital General San José del Callao,
Perú. Revista de Neuro-Psiquiatría, 77(4), 242-249.
Corbella, S., & Botella, L. (2003). La alianza terapéutica: historia, investigación y
evaluación. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 19(2), 205-221.
Duran, M. E. M., De la Hoz, F., García, O. E. P., Bonilla, H. Q., Alfonso, C. A., &
Rodríguez, A. M. B. (2014). INTENTO DE SUICIDIO.
Echeburúa, E. (2015). Las múltiples caras del suicidio en la clínica psicológica. Terapia
psicológica, 33(2), 117-126.
González, N. A. (2005). La alianza terapéutica. Clínica y Salud, 16(1), 9-29.
Guibert Reyes, W., & Torres Miranda, N. (2001). Intento suicida y funcionamiento familiar.
Revista Cubana de Medicina General Integral, 17(5), 452-460
Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta
Suicida. Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta
Suicida. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad,
Política Social e Igualdad. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de
Galicia (avalia-t); 2012. Guías de Práctica Clínica en el SNS: Avalia-t 2010/02.
Guía de Práctica Clínica para la prevención, diagnóstico y tratamiento de la ideación y/o
conducta suicida (Adopción) Guías Nº GPC. 2017. Ministerio de Salud y Protección
Social Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud
Instituto Nacional de Estadística (INE) (2015). El suicidio: nuevamente la primera causa
externa de muerte, según la INE.
Jaramillo, J. C., Zuluaga, A. E., Camacho, A. F., & Londoño, D. G. (2015). Estrategia de
intervención en crisis para el intento de suicidio en niños y adolescentes: perspectiva
interaccionista. Revista CES Psicología, 8(1), 1-20.
Ministerio de la Protección Social-Colciencias. Encuesta Nacional de Salud mental,
Colombia, 2015.
Ministerio de Salud y Protección Social -Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud. Guía
de Práctica Clínica para la prevención, diagnóstico y tratamiento de la ideación y/o
conducta suicida (Adopción) 2017
Mondragón, L., Monroy, Z., Ito, M. A., & Medina-Mora, M. (2010). Disyuntivas en las
concepciones sobre autonomía y beneficencia que afectan la terapéutica del intento
suicida. Acta bioethica, 16(1), 77-86.
Navarra, G. (2014). Prevención y actuación ante conductas suicidas. Recuperado de file.
C:/Users/andres/Desktop/KAREN/work/Suicidio, 20(1).
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2014). Prevención del suicidio. Un imperativo
global.
Pérez, V. M. (2016). Conducta suicida. Protocolo de intervención. International Journal of
Developmental and Educational Psychology, 2(1), 233-250.
Reijas, T., Ferre, E., Gonzalez, A., & Iglesias, F., (2013). Evaluación de un Programa de
Intervención Intensiva en conducta suicida. Actas Esp Psiquiatr, 41(5), 279-86.
Rojas (2013). y Personas con Enfermedad Mental-FEAFES (2003). Afrontando la realidad
del suicidio: Orientaciones para su prevención, 39.
Ruiz, C. P. S., & Chaves, J. A. O. (2017). Factores de riesgo asociados con la aparición de
conductas suicidas en adolescentes. MedUNAB, 20(2), 139-147.
Safran, J. D., Muran, J. C., & Eubanks-Carter, C. (2011). Repairing alliance ruptures.
Psychotherapy, 48(1), 80.
Sistema de vigilancia en salud pública SIVIGILA. (2018). Vigilancia Rutinaria Por evento
hasta Periodo Epidemiológico III
Toro, R. (2013). Conducta suicida: consideraciones prácticas para la implementación de la
terapia cognitiva. Psychologia. Avances de la disciplina, 7(1), 93-102.
UNICEF. Suicidio adolescente en pueblos indígenas. Tres estudios de caso. Panamá, 2012.
Valenciana, G. Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública.(2017). Plan de prevención
del suicidio y manejo de la conducta suicida.