Alfred Bester- Oh Luminosa y Brillante Estrella

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Oh Luminosa y Brillante Estella

... aqu estoy, de vuelta en mi estudio, encerrado y solo, volviendoa mi primer amor, mi amor original,la ciencia-ficcin.Ttulo del original ingls:Star Light, Star Bright 1976 by Alfred Bester 1985 by Ediciones Teorema"Adam and No Eve" 1941 by Street & Smith Publications"Time is the Traitor" 1953 by Mercury Press, Inc. (antes Fantasy House, Inc.)"Oddy and Id" by Street & Smith Publications, Inc, con el ttulo "The Devil's Invention""Hobson's Choice" 1952 by Mercury Press, Inc."They don't Make Life Like They Used To" 1963 by Mercury Press, Inc."Of Time and Third Avenue" 1951 by Mercury Press "Isaac Asimov" 1973 by Publishers Weekly"The Pi Man" 1959 by Mercury Press, Inc."Something Up There Likes Me" 1973 by Random House, Inc."My Affair with Science Fiction" 1975 by .SF Horizons Ltd.Con excepcin de "El tiempo es el traidor" y "Antes la vida era distinta" (cedidos gentilmente por Ediciones Dronte) todos los otros textos fueron traducidos por J.A.S.Edita: Teorema, S.A.Avda. Repblica Argentina 248, bajos 3a.08023 BarcelonaImpreso en Espaa / Printed in SpainTodos los derechos reservadosI.S.B.N.: 84-7604-042-3Depsito legal: 7417 - 85ADN SIN EVAEste es el primero de mis relatos de ciencia-ficcin de "calidad". He colocado "calidad" entre comillas porque pienso que es bastante inspido. Sin embargo hasta tiene sus admiradores, quienes sienten ms o menos una punzada de nostalgia. Les gusta recordar el impacto que produjo en ellos cuando apareci por primera vez en Astounding Stories, de Campbell. Campbell fue un duro y crtico director, y era casi un honor para un joven escritor que l le comprara un relato.Ahora recuerdo a la distancia cosas fragmentarias, que nunca fueron contadas. Mi esposa y yo nos habamos hecho amigos de un hombre que era linotipista del Daily Worker, a pesar de que era un violento anticomunista y acostumbrara a reir constantemente con los directores. Estaba a salvo porque su trabajo era protegido por su poderoso sindicato. Su hostilidad iba tan lejos que deslizaba deliberadamente errores en sus copias, cosas tales como "Camarata" por Camarada. Era muy amable y acostumbraba traerme gran cantidad de resmas de ese papel de copia amarillo 8 1/2 x 15 que se utilizaba en las oficinas de la editorial. Era un man para un escritor pobre. "Adn sin Eva" fue mecanografiado con ese papel que, infortunadamente, no era bueno para archivar. Se desintegraba ms o menos despus de un ao.La gnesis del relato surgi por irritacin. Muy frecuentemente, los relatos surgen porque estoy hastiado con un clich, y as sucedi con el planteamiento de "Adn sin Eva" en forma de ciencia-ficcin. Yo acababa de terminar mis estudios formales (una educacin no se detiene nunca) y haba estudiado casi todas las ramas de las disciplinas cientficas. Se me ocurri que no se necesitaba un hombre y una mujer para repoblar la tierra despus de un desastre. Slo arrojar un cuerpo al ocano, dejar que la naturaleza siga su curso, y todo el asunto comenzar otra vez. (No, lo repito, no me disculpo con los chiflados antievolucionistas). Debe recordarse que el relato fue escrito mucho antes de que Urey y Miller realizaran su trascendental experimento demostrando que los aminocidos, los bloques bsicos de la edificacin de la vida, podan ser producidos por medio de la simulacin de la primitiva atmsfera terrestre a travs de descargas elctricas. Estoy contento ahora de advertir que todos los elementos necesarios para la regeneracin de vida estaban presentes en el entorno de la historia, y que no necesitaba ningn Adn agonizante.Juro por mi vida que no puedo recordar porque estim necesario incinerar el cadver del perro muerto. Probablemente quera mantener la tesis limpia; la vida se regenerara solamente de Adn; el ttulo no poda ser "Adn y su perro fiel". El relato me dio un extraordinario placer veinte aos despus de publicado. Estaba comiendo con un productor de la NBC para discutir un nuevo programa que l quera que yo escribiera. Era una especie de serie piloto, ese fue el motivo por el cual me llam; saba que yo haba sido escritor de ciencia-ficcin antes de venderme a los medios televisivos. Hay un relato que nunca olvidar dijo, y espero que usted pueda decirme quin lo escribi. Me interesara ponerme en contacto con ese hombre.Y prosigui hablndome sobre "Adn sin Eva". Fue el momento culminante de mi vida.K

rane saba que esta deba ser la costa del mar. El instinto se lo dijo; pero algo ms que el instinto, los pocos jirones de conocimiento que colgaban de su cerebro desgarrado; las estrellas haban aparecido esa noche a travs de las raras aberturas de las nubes, y la brjula apuntaba an trmulamente hacia el norte. Esto era lo ms extrao de todo, pens Krane. La tierra convertida en escombros an retena su polaridad.Ya no haba algo tan extenso como una costa, no haba nada tan extenso como un mar. Slo una delgada lnea de lo que haba sido un acantilado se extenda al norte y al sur por incontables millas. Era una lnea de ceniza gris; la misma ceniza gris y escoria que se encontraba tras l... Lgamo chirle, donde las rodillas se hundan profundamente, que se arremolineaba a cada movimiento y lo ahogaba; escoria que se deslizaba en las densas nubes de la noche cuando soplaban vientos alocados; polvo negro que se remova, convirtindose en fango cuando caan las frecuentes lluvias.El cielo hua sobre su cabeza. Las pesadas nubes giraban en lo alto y eran horadadas por destellos de luz solar que se movan con rapidez sobre la tierra. Cuando la luz golpeaba sobre un torbellino de escoria, todo se llenaba de bocanadas de partculas que danzaban y brillaban. Cuando se mova entre la lluvia provocaba innumerables arcos iris. La lluvia caa, las tormentas de escoria soplaban; la luz traspasaba... sumndose a todo, alternativa y continuamente, como una sierra de violencia negra y blanca. As haba sido por meses. As suceda en cada milla de la vasta tierra.Krane pas el borde de los acantilados de cenizas y comenz a arrastrarse sobre el mismo declive que una vez haba sido el lecho del ocano. Haba estado viajando mucho tiempo y el dolor se haba hecho parte de l. Brace con los codos y arrastr su cuerpo hacia adelante. Luego dobl la rodilla derecha debajo de s y volvi a estirarse otra vez hacia adelante con los codos. Codos, rodilla, codos, rodilla... haba olvidado lo que era caminar.La vida, pens aturdidamente, es milagrosa. Se adapta a cualquier cosa. Si deba arrastrarse, se arrastraba. Formas callosas sobre los codos y .rodillas. El cuello y los hombros endurecidos. Las fosas nasales aprendan a estornudar las cenizas antes de respirarlas. La pierna mala hinchada y supurante. Estaba entumecida y pronto se pudrira y caera. Cmo? dijo Krane, Yo no tuve nada que ver... Mir hacia arriba a la alta figura que estaba ante l y trat de comprender las palabras. Era Hallmyer. Usaba una sucia chaqueta de laboratorio y su pelo era desparejo. Hallmyer estaba delicadamente de pie sobre las cenizas y Krane se pregunt porque poda ver las deslizantes nubes de escoria a travs de su cuerpo.Cmo encuentras a tu mundo, Steven? pregunt Hallmyer. Krane sacudi la cabeza miserablemente.

No muy bonito eh? dijo Hallmyer. Mira a tu alrededor. Polvo, eso es todo; polvo y cenizas. Arrstrate, Steven, arrstrate. No encontrars otra cosa que polvo y cenizas...

Hallmyer extrajo una copa de agua de algn lado. Era clara y fresca. Krane poda ver la delgada pelcula de roco sobre la superficie de cristal y su boca se llen sbitamente de arena. Hallmyer! grit. Trat de ponerse de pie y alcanzar el agua, pero un ramalazo de dolor en su pierna derecha lo abati. Cay hacia atrs.Hallmyer bebi un sorbo y luego escupi sobre su rostro. El agua estaba tibia.Contina arrastrndote dijo Hallmyer con amargura. Arrstrate alrededor de la tierra. No encontrars otra cosa que polvo y cenizas. Vaci la copa en el suelo ante Krane. Contina arrastrndote. Cuntas millas? Imagnatelo t mismo. Pi veces D. El dimetro es ocho mil o algo as...Se haba ido, chaqueta y copa. Krane advirti que la lluvia estaba cayendo otra vez. Apret el rostro contra la clida escoria hmeda, abri la boca y trat de chupar la mezcla. Pronto comenz a arrastrarse otra vez.Era el instinto lo que lo conduca. Tena que ir a algn lado.Estaba asociado, lo saba, con el mar... con el borde del mar. En la costa del mar algo lo esperaba. Algo que lo ayudara a comprender todo esto. Tena que llegar al mar... eso es, si es que an haba mar.La relampagueante lluvia golpeaba su espalda como pesados maderos. Krane hizo una pausa y tir de la mochila arrastrndola a un costado, donde pudo revisarla con una mano. Contena exactamente una pistola, una barra de chocolate y una lata de melocotones. Era todo lo que quedaba de dos meses de provisiones. El chocolate estaba blando y mohoso. Krane saba que era mejor comrselo ahora antes de que perdiera todo su valor. Pero otro da podra carecer de fuerzas para abrir la lata. La sac y la atac con un abridor. Cuando pudo perforar y apartar un borde de lata, la lluvia haba concluido.Mientras masticaba la fruta y sorba el jugo, mir como el muro de lluvia marchaba ante l y bajaba el declive del lecho ocenico. Torrentes de agua brotaban a travs del fango. Pequeos canales haban sido horadados... canales que seran nuevos ros algn da; un da en que no habra nadie viviente para verlo. Mientras arrojaba la lata vaca a un lado, Krane pens: El ltimo ser vivo de la tierra come su ltima comida. El metabolismo inicia su ltimo acto.El viento seguira a la lluvia. En las interminables semanas que haba estado arrastrndose, aprendi eso. El viento llegara en pocos minutos y lo azotara con sus nubes de escoria y cenizas. Se arrastr hacia adelante, los ojos turbios buscando las chatas y grises millas a recorrer.Evelyn le dio un golpecito en el hombro.Krane supo que era ella antes de volver la cabeza. Estaba de pie a un costado, fresca y elegante con su vestido reluciente, pero su encantador rostro estaba contrado con alarma. Steven dijo, tienes que apresurarte!El slo pudo admirar la forma en que el suave cabello se ondeaba sobre sus hombros. Oh, querido dijo ella, ests herido! Sus manos delicadas tocaron sus piernas y espalda. Krane asinti con la cabeza.Fue al aterrizar dijo l. Yo nunca haba utilizado un paracadas. Siempre pens que uno bajara suavemente...como caer sobre una cama. Pero la tierra me golpe como un puo... Y Umber estaba luchando en mis brazos. No poda dejarlo caer, no?Por supuesto que no, querido dijo Evelyn.De modo que trat de sujetarlo y de colocar mis piernas debajo de m dijo Krane. Entonces algo me golpe las piernas y un costado.Vacil, preguntndose cunto sabra ella de lo que en verdad haba sucedido. No quera asustarla.Evelyn, querida dijo, tratando de estirar sus brazos hacia arriba.No, querido dijo ella. Le devolva la mirada con miedo. Tienes que apresurarte. Tienes que mirar hacia atrs!Las tormentas de escoria? hizo una mueca. Las he soportado antes.

No las tormentas! grit Evelyn. Es otra cosa. Oh Steven...

Entonces se haba ido, pero Krane saba que ella haba dicho la verdad. Haba algo detrs... algo que lo haba estado siguiendo. En algn lado de su mente haba una sensacin de amenaza. Se cerraba sobre l como una mortaja. Sacudi la cabeza. Algo as era imposible. El era el nico ser vivo sobre la tierra. Cmo poda haber una amenaza?El viento ruga tras l, y en un instante estuvo envuelto en las densas nubes de escoria y cenizas. Lo azotaron, mordiendo su piel. Con ojos turbios, vio como cubran el fango y lo cubran todo como una delgada alfombra seca. Krane recogi las rodillas bajo l y se cubri la cabeza con los brazos. Con la mochila como almohada, se prepar a esperar el fin de la tormenta. Pasara tan rpidamente como la lluvia.La tormenta azot con gran saa su cabeza enferma. Como un nio acomod las piezas de su memoria, tratando de que se ensamblaran juntas. Por qu Hallmyer se haba enojado tanto con l? No pudo haber sido por ese argumento, no?Qu argumento?Oh, fue antes de que sucediera todo esto.Oh eso!Abruptamente las piezas se ensamblaron.Krane estaba de pie al lado de las pulidas lneas de su nave y las admir profundamente. El techo de la cabina haba sido quitado y la proa de la nave se elevaba, apoyada sobre una rampa, apuntando al cielo. Un operario estaba soldando cuidadosamente las superficies internas con un soplete.El sonido apagado de una maldicin sali de adentro de la nave y luego se escuch un pesado ruido metlico. Krane subi corriendo la corta escalerilla de hierro que iba a la escotilla e introdujo la cabeza dentro. Un poco ms abajo de l, dos hombres haban dejado caer los grandes tanques de solucin ferrosa en su lugar.Tengan cuidado vocifer Krane. Quieren romper la nave?Uno mir hacia arriba e hizo una mueca. Krane saba lo que estaba pensando. Que la nave se rompera sola. Todos decan eso. Todos excepto Evelyn. Ella tena fe en l. Hallmyer pensaba que l estaba loco de otra forma. Mientras descenda la escalerilla, Krane vio que Hallmyer entraba en el cobertizo, la chaqueta de laboratorio ondeando al viento. Hablando de Roma! murmur Krane.Hallmyer comenz a gritar tan pronto como vio a Krane.Ahora, escucha...No todo otra vez, eh? dijo Krane.Hallmyer extrajo unas hojas de papel de su bolsillo y las sacudi bajo la nariz de Krane.He estado levantado casi toda la noche dijo, trabajando sobre esto otra vez. Te digo que tengo razn. Por completo.Krane mir las apretadas ecuaciones escritas y luego los ojos inyectados en sangre de Hallmyer. El hombre estaba casi loco de miedo.Por ltima vez continu Hallmyer. Ests utilizando tu nueva catlisis sobre una solucin de hierro. De acuerdo. Estoy de acuerdo que es un descubrimiento milagroso. Te doy todo el crdito por ello.Milagroso era una palabra poco apropiada. Krane lo saba sin vanidad, pues haba tropezado con eso por casualidad. Cualquiera se poda tropezar con una catlisis que induca a la desintegracin del hierro y produca 10 x 1010 libra-pies de energa por cada gramo de combustible. Ningn hombre era lo suficientemente listo para pensar eso por s mismo.No crees que lo lograr? pregunt Krane.

A la luna? Alrededor de la Luna? Tienes slo cincuenta por ciento de posibilidades. Hallmyer hizo correr los dedos a travs de su lacio cabello. Pero por el amor de Dios, Steven, no estoy preocupado por ti, es por el propio asunto. Es por la tierra por la que estoy preocupado...

Tonteras. Vete a casa y durmete.Mira Hallmyer seal las hojas de papel con mano temblorosa. No importa como t realices la alimentacin y la mezcla del sistema, no puedes obtener cien por cien de eficiencia en la mezcla y descarga.Eso es lo que produce el cincuenta por ciento de oportunidad dijo Krane. Qu es entonces lo que te preocupa?La catlisis que escapar a travs de los tubos del cohete. Te das cuenta lo que producir cuando caiga sobre la tierra? Iniciar una desintegracin en cadena que envolver todo el globo. Alcanzar a cada tomo de hierro... y hay hierro por todas partes. La tierra podra no existir cuando retornes...Escucha dijo Krane cansadamente, hemos visto todo eso antes.Llev a Hallmyer a la base de la escalerilla del cohete. Debajo del armazn de hierro haba un pozo de unos sesenta metros de profundidad y quince de ancho, protegido con ladrillos refractarios.Esto es para el descargue inicial de las llamas. Si cualquier partcula de la catlisis escapa ser atrapada en este pozo y evitar las reacciones secundarias. Satisfecho ahora?Pero mientras te encuentres en vueloinsisti Hallmyer estars poniendo en peligro la Tierra hasta que ests ms all del lmite de Roche. Cada gota de catlisis no activada podra eventualmente caer sobre el suelo y...Por ltima vez dijo Krane inflexiblemente, la llama de la descarga del cohete se cuidar de eso. Envolver a cualquier partcula escapada y la destruir. Ahora lrgate. Tengo trabajo que hacer.Mientras Krane lo empujaba hacia la puerta, Hallmyer gritaba y agitaba los brazos. No te dejar hacerlo! repeta una y otra vez. No dejar que arriesgues...Trabajo? No, el trabajo de la nave haba sido una verdadera intoxicacin. Tena la belleza elegante de las cosas bien hechas. La belleza de una armadura lustrada, de la bien balanceada y limpia empuadura de un estoque, de un par de pistolas gemelas. No haba pensamientos de peligro y muerte en la cabeza de Krane mientras limpiaba sus manos con estopa luego de realizar los ltimos toques.La nave se encontraba en la rampa, lista a perforar los cielos. Quince metros de esbelto acero, las cabezas de los remaches brillando como joyas. Nueve metros conteniendo el combustible y el catalizador. La mayor parte de los compartimientos delanteros contenan la hamaca elstica que Krane haba diseado para absorber el impacto de la aceleracin. La trompa de la nave tena un ojo de buey de cristal natural que apuntaba hacia arriba como el ojo de un cclope.Krane pens: Morir luego de este viaje. Retornar a la Tierra y se convertir en una bola de fuego y trueno, no hay forma an de planear un aterrizaje seguro para una nave cohete. Pero vale la pena. Tendr un gran vuelo, y eso es todo lo que cualquiera de nosotros desea. Un gran y maravilloso vuelo a lo desconocido...Mientras echaba llave a la puerta del taller, Krane oy a Hallmyer vociferar desde el cottage que se encontraba a travs de los campos. A pesar de la penumbra del atardecer pudo verlo hacer seas de urgencia. Trot a travs del quebradizo rastrojo, respirando profundamente el aire punzante, agradecido de estar vivo.Es Evelyn al telfono dijo Hallmyer.Krane lo mir con fijeza. Hallmyer rehus encontrar sus ojos. Cul es la idea? pregunto Krane. Creo que estuvimos de acuerdo en que ella no llamara... que no se pondra en contacto hasta que yo estuviera listo para partir, Le has estado metiendo ideas en la cabeza? Esta es la forma en que vas a detenerme?No... dijo Hallmyer, y examin analticamente el oscurecido horizonte.Krane fue a su despacho y levant el receptor.Ahora escchame, querida dijo sin ningn prembulo, no hay razn para alarmarse ahora. Te expliqu todo muy cuidadosamente. Justo antes de que la nave se estrelle, saltar en paracadas. Te amo mucho y te ver el mircoles cuando parta. Hasta...Adis, cario dijo la difana voz de Evelyn, es por esto que me has llamado? Qu yo te he llamado!Un pesado cuerpo castao se sacudi al escuchar el rugido y se incorpor sobre sus fuertes patas. Umber, el mastn de Krane, olfate y levant una oreja. Luego gimote. Dijiste que yo te llam? repiti Krane.La garganta de Umber sbitamente lanz un bramido. Alcanz a Krane de un solo salto, lo mir a la cara y gimote y ladr al mismo tiempo. Cllate, monstruo! dijo Krane. Apart a Umber con un pie.Dale a Umber una patada de mi parte. Evelyn ri. S, querido. Alguien me llam y dijo que t queras hablar conmigo. Eso hicieron, eh? Mira, cario, te llamar ms tarde...Krane colg. Se incorpor dubitativamente y contempl las inquietas maniobras de Umber. A travs de la ventana, el ltimo fulgor de la tarde tea de luz anaranjada las sombras. Umber mir la luz, olfate y bram de nuevo. Sbitamente sobresaltado, Krane brinc junto a la ventana.A travs de los campos una masa de fuego se alzaba en el aire, y dentro de ella estaban las desmoronadas paredes del taller. Delineadas contra el resplandor, las figuras de media docena de hombres se movieron y corrieron.Krane sali disparado del cottage y, con Umber pisando sus talones, se dirigi corriendo hacia el cobertizo. Mientras corra pudo ver el gracioso morro de la espacionave dentro del fuego, an fra e intocada. Si slo pudiera alcanzar la nave antes de que las llamas ablandaran el metal y aflojaran los remaches.Los trabajadores trotaban hacia l, sombros y jadeantes. Krane se dirigi a ellos con una mezcla de furia y perplejidad. Hallmyer!grit. Hallmyer!Hallmyer se abri paso entre la gente. Sus ojos brillaban con triunfo.Es una lstima dijo. Lo siento, Steven. Hijo de puta! vocifer Krane. Agarr a Hallmyer por las solapas y lo sacudi al mismo tiempo. Luego lo solt y se dirigi al cobertizo.Hallmyer espet algunas rdenes a los operarios y un instante despus un cuerpo choc contra las pantorrillas de Krane y lo derrib contra el suelo. Se puso de pie vacilante, sacudiendo los puos. Umber estaba a su lado, gruendo por encima del crujir de las llamas. Krane golpe a un hombre en el rostro, y vio que se desplomaba contra un segundo. Levant una rodilla con un impulso violento que derrib, doblado en el suelo, al ltimo operario. Luego agach la cabeza y se zambull en el taller.No sinti el fuego al principio, pero cuando alcanz la escalerilla y comenz a trepar hasta la escotilla, grit de agona por las quemaduras. Umber estaba aullando al pie de la escalerilla, y Krane advirti que el perro nunca podra escapar del estallido de los cohetes. Se estir hacia abajo y subi a Umber a la nave.Krane estaba bamboleante cuando cerr y asegur la escotilla. Permaneci consciente lo suficiente como para acomodarse en la litera elstica. Luego slo el instinto gui sus manos hacia el tablero de control; instintiva y frenticamente rehus a dejar que su hermosa nave fuera pasto de llamas. Fallara s. Pero fallara intentndolo.Sus dedos corrieron los interruptores. La nave se sacudi y rugi. Y la oscuridad descendi sobre l. Cunto permaneci inconsciente? No se podra decirlo. Krane despert con una fra presin contra su rostro y cuerpo, y el sonido de gemidos asustados en sus odos. Mir hacia arriba y vio a Umber enredado en los elsticos y correas de la litera. Su primer impulso fue rer, luego sbitamente lo advirti; estaba mirando hacia arriba! Estaba mirando hacia arriba a la litera.Yaca retorcido sobre el hueco de la nariz del cristal. Esa nave se haba elevado a las alturas... quiz ms all de la zona de Roche, hasta el lmite de la atraccin gravitacional de la Tierra, pero entonces, sin manos que la guiaran y controlaran, haba continuado su vuelo, haba girado y estaba cayendo hacia atrs sobre la Tierra. Krane espi a travs del cristal y se qued sin aliento.Por debajo de l estaba el baln de la Tierra. Se vea unas tres veces ms grande que la Luna. Y ya no era ms la Tierra. Era un globo de fuego moteado con nubes negras. En las regiones ms extremas del polo haba algn diminuto parche blanco, y mientras Krane miraba, sbitamente se borrone con brumosos tonos de rojo, escarlata y carmes. Hallmyer haba tenido razn.Krane permaneci helado en el hueco de la nariz mientras la nave descenda, mirando como las llamas gradualmente se disipaban, no dejando otra cosa que una densa alfombra negra alrededor de la Tierra. Yaca mudo de horror, incapaz de comprender... incapaz de creer que la gente se hubiera hecho humo, que un verde y hermoso planeta quedara reducido a cenizas y escoria. Todo lo que haba sido querido y prximo a l haba... desaparecido. No poda pensar en Evelyn.El aire silbando afuera despert algn instinto en l. Los pocos jirones de razn que an le quedaban le dijeron como ir hacia abajo dentro de la nave y olvidarlo todo en medio de la tormenta y la destruccin; el instinto vital lo oblig a entrar en accin. Trep hasta el cajn de almacenaje y se dispuso para el aterrizaje. Paracadas; un pequeo tanque de oxgeno... una mochila con provisiones. Slo medio consciente de lo que estaba haciendo, se visti para el descenso, sujet la cuerda en el automtico del paracadas y abri la puerta. Umber gema patticamente; cogi el pesado perro en sus brazos y se arroj al espacio. Pero el espacio no era tan espeso como lo estaba ahora. Era difcil respirar. Pero era porque el aire estaba enrarecido... no lleno con arena como ahora.Cada respiracin estaba llena de cristal en el suelo... o cenizas... o escoria... Haba retornado al sofocado presente, cuyo peso blando lo abrazaba con fuerza y haca que tuviera que luchar por respirar. Krane fue asaltado por el pnico, luego se relajo.Haba sucedido antes. Hace ya mucho tiempo haba estado enterrado profundamente bajo las cenizas cuando dej de recordar. Hace semanas... o das... o meses. Krane ara con sus manos, saliendo lentamente del monte de cenizas que el viento haba acumulado sobre l. Pronto emergi a la luz otra vez. El viento se haba disipado. Era hora de volver a arrastrarse una vez ms.Las vividas imgenes de su memoria lo asaltaron otra vez ante la desolada vista que se extenda adelante. Krane frunci el entrecejo. Recordaba demasiado y con demasiada frecuencia. Tena la vaga esperanza de que si se esforzaba en recordar, podra cambiar las cosas que haba hecho slo una cosa diminuta y luego todo esto no sera cierto. Pens: Me ayudara saber que alguien recuerda y desea al mismo tiempo..., pero no hay nadie. Soy el nico. Soy el ltimo recuerdo de la tierra. Soy la ltima vida.Se arrastr. Codos, rodilla, codos, rodilla... Y luego Hallmyer estaba arrastrndose a su lado y haciendo un gran juego del asunto. Se rea entre dientes y se zambulla en la escoria como un feliz len de mar.Pero por qu tenemos que ir al mar? dijo Krane.Hallmyer sopl una espuma de cenizas.Pregntale a ella dijo, sealando al otro lado de Krane.Evelyn estaba all, arrastrndose seria, intensamente, imitando cada una de las ms pequeas acciones de Krane.Es por nuestra casa dijo ella. Recuerdas nuestra casa, cario? Sobre el risco, bamos a vivir all por siempre jams. Estaba all cuando te fuiste. Ahora ests volviendo a la casa en el borde del mar. Tu maravilloso vuelo ha terminado, querido, y ests volviendo a m. Viviremos juntos, slo nosotros dos, como Adn y Eva...Es hermoso dijo Krane.Entonces Evelyn gir la cabeza y grit: Oh Steven! Cuidado!Krane sinti la amenaza cerrndose otra vez sobre l. An arrastrndose, mir fijamente hacia atrs a las vastas planicies de ceniza, y no vio nada. Cuando mir a Evelyn de nuevo vio slo la sombra de l, delgada y negra. Pronto, tambin, sta se desvaneci cuando hubieron pasado los deslizantes rayos de luz solar.Pero el sueo permaneca. Evelyn le haba advertido dos veces, y ella siempre tena razn. Krane se detuvo y se gir, y se dispuso a vigilar. Si algo iba realmente a suceder, debera ver qu era lo que vena tras sus huellas.Hubo un penoso momento de lucidez. Se clavaba a travs de la fiebre y el aturdimiento, con el filo y la fuerza de un cuchillo.Estoy loco, pens. La corrupcin de mi pierna se ha extendido a mi cerebro. No hay Evelyn, ni hay Hallmyer, ni amenaza. En toda esta tierra no hay vida salvo la ma... y hasta los fantasmas y espritus del mundo inferior deben haber perecido en el infierno que envolvi el planeta. No... no hay nadie excepto yo y mi malestar. Estoy agonizando... y cuando perezca, todo perecer conmigo. Slo quedar una masa sin vida de cenizas.Pero hubo un movimiento.El instinto otra vez... Krane dej caer la cabeza y se mantuvo inmvil. A travs de las rendijas de los ojos contempl las planicies de ceniza., preguntndose si la muerte le estara jugando una mala pasada con los ojos. Otra cortina de lluvia se estaba moviendo hacia l y esper que pudiera estar seguro antes de que toda su visin se borrara.S. All.A un cuarto de milla atrs, una forma marrn-griscea estaba movindose velozmente sobre la superficie gris. A pesar del zumbido de la lluvia distante, Krane pudo or el murmullo de las cenizas pisoteadas y las pequeas nubes producidas por los brincos. Extendi la mano con sigilo hacia el revolver en su mochila, mientras su mente buscaba dbilmente las explicaciones y se espantaba de miedo.La cosa se aproximaba, y sbitamente Krane entrecerr los ojos y comprendi. Record a Umber pataleando con miedo y saltando lejos de l cuando el paracadas lleg con ellos a la cenicienta cara de la Tierra.Bueno, es Umber murmur. Se levant un poco. El perro se detuvo. Aqu, chico! dijo Krane ronca y felizmente. Aqu, chico!Estaba lleno de jbilo. Advirti la soledad que haba cado sobre l, una horrible sensacin de entidad en el vaco. Ahora l no era la nica vida. Haba otra. Una vida amistosa que poda ofrecerle amor y compaerismo. La esperanza se encendi de nuevo. Aqu, chico! repiti. Ven, chico...Despus de un rato se detuvo, tratando de hacer chasquear los dedos. El mastn se ech hacia atrs, mostrando los colmillos y una lengua colgante. El perro estaba enflaquecido y sus ojos brillaban rojos en el atardecer. Mientras Krane lo llamaba una vez ms, el perro gru. Resoplidos de cenizas brotaron de su nariz.Tiene hambre, pens Krane, eso es todo. Busc en la mochila y ante el gesto el perro volvi a gruir. Krane sac la barra de chocolate y laboriosamente le quit el envoltorio de papel y metal. La arroj sin fuerzas hacia Umber. Cay demasiado cerca. Despus de un minuto de salvaje incertidumbre, el perro avanz con lentitud y mordisque el alimento. Las cenizas le cubrieron el morro. Lami sus mandbulas incesantemente y continu avanzando hacia Krane.El pnico lo atenaz. Una voz insista: Este no es un amigo. No tiene amor ni compaerismo para ti. El amor y el compaerismo se han desvanecido de la tierra junto con la vida. Ahora no queda nada, salvo el hambre.No susurr Krane. No es cierto que tengamos que desgarrarnos uno con otro y buscar devorarnos...Pero Umber estaba avanzado con un deslizar furtivo, y enseaba los dientes, afilados y blancos. Y mientras Krane lo miraba con fijeza, el perro gru y acometi.Krane meti un brazo bajo el morro del perro, pero el peso de la carga lo arrastr hacia atrs. Grit con agona cuando su rota e hinchada pierna choc contra el peso del perro. Con la mano libre golpe dbilmente, una y otra vez, apenas sintiendo el crujir de los dientes sobre el brazo izquierdo. Luego algo metlico estuvo bajo su mano y advirti que se encontraba sobre el revolver que haba dejado caer.Lo aferr y rez porque las cenizas no lo hubieran obturado. En el momento en que Umber solt su brazo y morda su garganta, Krane levant el arma y hundi el cao ciega mente contra el cuerpo del perro. Apret y apret el gatillo, hasta que los estruendos murieron y slo se escuch el sonido de los chasquidos. Umber se estremeci en las cenizas ante l, su cuerpo apenas tena dos disparos. El espeso escarlata tio el gris. ;Evelyn y Hallmyer miraban tristemente al derribado animal.Evelyn estaba llorando, y Hallmyer se pasaba los dedos por el cabello con ese viejo gesto suyo.Esto es el fin, Steven dijo. Has matado a una parte de ti mismo. Oh... continuars viviendo, pero no todo t. Es mejor que entierres el cuerpo, Steven, es el cuerpo de tu alma.No puedo dijo Krane. El viento har volar las cenizas.Entonces qumalo orden Hallmyer con la lgica de los sueos.Pareci que ellos lo ayudaban a meter el perro muerto en la mochila. Le ayudaron a quitarse las ropas y a hacer una pila debajo. Colocaron sus manos alrededor de las cerillas hasta que las ropas se encendieron, y soplaron la dbil llama hasta que sta chisporrote y ardi limpiamente. Krane se acurruc junto al fuego y lo aliment. Luego se gir y una vez ms comenz a arrastrarse hacia el lecho ocenico. Estaba desnudo, ahora. No restaba nada de aquello-que-haba-sido, excepto su vacilante y pequea vida.Estaba demasiado abatido con la pena para advertir la furiosa lluvia que lo golpeaba y abofeteaba, o el dolor quemante que se extenda por su pierna y alcanzaba su cadera. Se arrastr. Codos, rodilla, codos, rodilla... Rgida, mecnicamente, indiferente a todo... las celosas de los cielos, las tristes planicies cenicientas y hasta el mortecino fulgor del agua que se encontraba ms adelante.Supo que era el mar... que ya era el viejo mar, o el nuevo mar de la humanidad. Pero estara vaco, un mar sin vida que algn da golpeara contra una rida costa sin vida. Sera un planeta de piedra y polvo, de metal y nieve e hielo y agua, pero eso sera todo. No ms vida. El, solo, era intil. Era Adn, pero sin Eva.Evelyn le hizo seas alegremente desde la costa. Estaba de pie junto al blanco cotagge con el viento remolineando su vestido para ensear las esbeltas lneas de su figura. Y cuando l se acerc un poco, corri hacia Krane y lo ayud. Ella no dijo nada... slo coloc las manos sobre sus hombros y lo ayud a mover el peso de su cuerpo, abatido y agobiado por el dolor. Y as por ltimo l alcanz el mar.Era real. Comprendi eso. Pues despus de que Evelyn y el cottage se hubieran desvanecido, sinti las fras aguas baar su rostro.Aqu est el mar, pens Krane, y aqu estoy yo. Adn sin Eva. Es irremediable.Avanz un poco ms en las aguas. Estas lavaron su cuerpo desgarrado. Se encontraba con el rostro hacia el cielo, contemplando los cielos amenazantes, y la amargura estall dentro de l. No es justo! grit. No es justo que todo esto haya pasado. La vida es tan maravillosa para perecer por el loco acto de una loca criatura...Las tranquilas aguas lo lavaron. Tranquilas... calmas...El mar lo acunaba gentilmente, y hasta la muerte que se extenda hacia su corazn ya no tena ms las manos enguantadas. Sbitamente los cielos se abrieron por primera vez en todos esos meses y Krane contempl las estrellas.Entonces lo supo. No era el fin de la vida. Nunca podra haber un fin de la vida. Dentro de su cuerpo, dentro de los putrefactos tejidos mecidos gentilmente por el mar estaba la fuente de diez millones de millones de vidas. Clulas... tejidos... bacterias... amebas... incontables vidas infinitas que enraizaran en las aguas y viviran mucho despus que l hubiera partido.Viviran de sus putrefactos restos. Se alimentaran una de otra. Se adaptaran por s mismas al nuevo entorno y se alimentaran de minerales y sedimentos lavados por el nuevo mar. Creceran, germinaran, se desarrollaran. La vida volvera a alcanzar las tierras una vez ms. Comenzara otra vez el mismo viejo y repetido ciclo que haba comenzado quiz con el putrefacto cadver del ltimo sobreviviente de un viaje interestelar. Sucedera una y otra vez en las edades futuras.Y entonces supo lo que haba trado al mar. No haba necesidad de Adn... ni de Eva. Slo el mar, la gran madre de la vida, era necesario. El mar lo haba llamado a sus profundidades, de las cuales la vida pronto surgira una vez ms, y se sinti contento.Las tranquilas aguas lo confortaron. Tranquilas...calmas... La madre de la vida meca al ltimo nacido del viejo ciclo que se transformara en el primer nacido del nuevo. Y con ojos brillantes Steven Krane sonri a las estrellas, las estrellas que an parpadeaban a travs del cielo. Las estrellas no haban an formado las constelaciones familiares, y no lo haran hasta que hubieran pasado otros cientos de millones de siglos.EL TIEMPO ES EL TRAIDORHe ledo una entrevista en la que un alto director ejecutivo dijo que l no era diferente de ningn otro empleado de la corporacin; como una cuestin de hecho, l no trabajaba menos que ninguno. Se le pagaban enormes salarios para tomar decisiones. Y luego agregaba irnicamente que sus decisiones eran, en lo mejor, correctas en un cincuenta por ciento.Eso me hizo detener. Comenc a pensar sobre el hecho de tomar decisiones, y dado que tengo el hbito de contemplar las caractersticas desde un punto de vista freudiano otros puntos de vista reciben igual tratamiento tiempo ms tarde, pens que las decisiones bien podran ser un aspecto de la compulsin. Mi esposa y yo, que tombamos rpidas y firmes decisiones, nos veamos frecuentemente sorprendidos por los titubeos y vacilaciones de las personas que veamos en accin. Cul es la respuesta? Los otros son los normales y nosotros los compulsivos. Bastante bueno. Al menos para un relato.Pero, ha usted nacido compulsivo o es rpido debido a su entorno y lo una experiencia traumtica? Ambas cosas, probablemente, pero es mejor para un relato tener un solo acontecimiento frustrado que gatille la decisin compulsiva, ya que permite atar todos los cabos al cuerpo del relato. Pens en un divertido pareado que Manly Wade Wellman haba escrito sobre el resultado de tener una chica en un milln: debe haber al menos seis como ella en una ciudad de igual tamao. Bien. Eso funcionaba y otorgaba la oportunidad de atar bien los cabos en busca de calidad. Tambin suministraba conflicto, misterio y suspense.Y todo esto es una maldita trama de mentira. No puedo construir una historia progresivamente, como un abogado preparando un caso para la corte suprema. Soy ms parecido a Zerah Colburn, el sabio-idiota americano, quien poda realizar maravillas matemticas con la mente y reconocer los nmeros primos a simple vista. Lo haca, pero no saba cmo lo haca. Escribo historias, pero como regla no s cmo lo hago. Hay excepciones ocasionales, pero no es este el caso.Todo lo que s es que los ingredientes mencionados arriba fueron a parar a la olla junto con muchos otros. No s en que orden. No s porque algunos fueron extrados de inmediato, mientras que a otros les fue permitido permanecer y "casarse" entre ellos. Es por esto que muchos autores estn de acuerdo en que no puede ensearse a escribir; puede alcanzarse la maestra slo a travs de lo trivial y el error, y cuantos ms errores mejor. Los jvenes deben expulsar de su sistema mucha maldita mala escritura hasta que pueden encontrar su camino.El propsito del ensayo y error, imitacin y experimento, que constantemente se afanan a travs de lo incierto y desesperado, tiene dos vas; adquirirlos de forma inmisericorde por la auto-disciplina; o adquirir conscientemente modelos de relatos y reducirlos a prctica inconsciente. Frecuentemente he dicho que uno se convierte en escritor cuando piensa una historia, no por medio de una historia.Cuando un escritor te dice cmo escribe algo, es generalmente una adivinanza en dos sentidos. Est diciendo lo que l se figura que ha sucedido, despus del hecho. No puede informar lo que sucedi bajo la superficie; la matriz inconsciente, la revelacin inconsciente de su propio carcter. Todo lo que puede hacer es contar las cosas tal como ocurrieron conscientemente y arroparlas para hacerlas sonar lgicas y razonables. Pero escribir no es lgico ni razonable. Es un acto de loca violencia cometida contra ti mismo y el resto del mundo... al menos as es conmigo.U

no no puede retroceder ni puede parar. Los finales felices siempre tienen un dejo amargo. Haba un hombre llamado John Strapp; era el hombre ms valioso, ms poderoso y legendario de un mundo que comprenda setecientos planetas y un billn setecientos mil millones de individuos. Se le valoraba por una sola cualidad: era capaz de tomar Decisiones. Advirtase la D mayscula. Era uno de los pocos hombres que podan tomar Decisiones Capitales en un mundo de increble complejidad y sus Decisiones eran correctas en un ochenta y siete por ciento. Venda sus Decisiones a un elevado precio.Haba tambin una industria llamada, digamos, Bruxton Bitica, con fbricas en Deneb Alfa, Mizar III, Terra, y oficinas centrales en Alcor IV. Los ingresos brutos de Bruxton eran de 270 mil millones de crditos. El desarrollo de las relaciones comerciales de Bruxton con consumidores y competidores exiga los servicios especializados de doscientos economistas de empresa expertos cada uno en una pequea faceta del inmenso cuadro general. Nadie era lo bastante grande como para coordinar todo el cuadro.Bruxton poda necesitar una Decisin Capital sobre poltica. Un especialista en investigacin llamado E.T.A. Goland de los laboratorios de Deneb, haba descubierto un nuevo catalizador de sntesis bitica. Era una hormona embriolgica que produca molculas nuclenicas tan plsticas como la arcilla. La arcilla poda modelarse y desarrollarse en cualquier direccin. Problema: Deba Bruxton abandonar los mtodos de la vieja cultura y adaptarse a esta nueva tcnica? La Decisin comprenda una amplia gama de factores interrelacionados: costos, beneficios, tiempo, suministro, demanda, formacin, patentes, legislaciones, acciones judiciales, etctera. Slo haba una respuesta. Preguntar a Strapp.Las negociaciones iniciales fueron breves. Strapp y Compaa contest que la factura de John Strapp era de 100,000 Crs., ms un uno por ciento de las acciones con derecho a voto de Bruxton Bitica. Lo toma o lo deja. Bruxton Bitica lo tom con placer.La segunda etapa fue ms complicada. John Strapp tena muchsima demanda. Tena un programa de Decisiones con un ritmo de dos por semana hasta principio de ao. Poda Bruxton esperar tanto? Bruxton no poda. Enviaron entonces a Bruxton una lista de las visitas concertadas por John Strapp, y se le dijo que acordase un cambio con cualquiera de los clientes como mejor pudiese. Bruxton trat, pag, soborn y consigui su propsito. John Strapp deba presentarse en la fbrica central de Alcor, el 29 de junio, lunes exactamente al medioda.Entonces comenz el misterio. A las nueve en punto de aquella maana del lunes, Aldous Fisher, el hosco mensajero de Strapp, apareci en las oficinas de Bruxton. Tras una breve conferencia con el viejo Bruxton en persona, se radi por toda la fbrica el siguiente mensaje: ATENCIN! ATENCIN! URGENTE! URGENTE! TODO EL PERSONAL MASCULINO LLAMADO KRUGER PRESNTESE EN LA OFICINA CENTRAL! REPITO. TODO EL PERSONAL MASCULINO LLAMADO KRUGER PRESNTESE EN LA OFICINA CENTRAL. URGENTE! REPITO URGENTE!Cuarenta y siete hombres llamados Kruger se presentaron en la oficina central y fueron enviados a casa con rdenes estrictas de quedarse all hasta nueva orden. La polica de la fbrica organiz una rpida investigacin y, acompaada del irascible Fisher, comprob los carnets de identidad de todos los empleados a los que pudieron coger. Nadie llamado Kruger quedaba en la fbrica, pero era imposible identificar a 2500 hombres en tres horas. Fisher arda y humeaba como cido ntrico.A las once y media, Bruxton Bitica estaba inquieta. Por qu enviar a casa a todos los Kruger? Qu tena que ver aquello con el legendario John Strapp? Qu clase de hombre era Strapp? Qu aspecto tena? Cmo actuaba? Ganaba 10 millones de Crs. al ao. Posea el uno por ciento del mundo. Estaba tan prximo a Dios en la mente del personal que la gente esperaba ngeles y trompetas doradas y una criatura gigante y barbuda de infinita sabidura y compasin.A las once y cuarenta lleg la guardia personal de Strapp: un escuadrn de seguridad de diez hombres, de paisano, que comprobaron puertas y vestbulos y cul-de-sacs con helada eficiencia. Dieron rdenes. Haba que quitar eso. Haba que cerrar aquello otro. Haba que hacer varias cosas. Se hicieron. Nadie discuta con John Strapp. El escuadrn de seguridad tom sus posiciones y esper. Bruxton Bitica no respiraba.Lleg el medioda y una mancha plateada apareci en el cielo. Se aproxim con un gran silbido y aterriz con tremenda velocidad y precisin ante la puerta principal. Se abri la puerta de la nave. Salieron dos individuos corpulentos con los ojos alertas, recelosos. El jefe del escuadrn de seguridad hizo una seal. De la nave salieron dos secretarias, una triguea y la otra pelirroja. Elegantes, bellas, eficientes. Tras ellas sali un delgado oficinista de unos cuarenta aos, de traje arrugado, con los bolsillos laterales llenos de papeles; y el pelo revuelto. Tras l sali una majestuosa criatura, alta, mayesttica, recin afeitada pero de infinita sabidura y compasin.Los dos forzudos se situaron a los lados del hombre apuesto y lo escoltaron escaleras arriba y cruzaron con l la puerta principal. Bruxton Bitica suspir feliz. John Strapp no desilusionaba. Era realmente Dios y era un placer que poseyese el uno por ciento de ti mismo. Los visitantes descendieron por el vestbulo principal hasta la oficina del viejo Bruxton y entraron. Bruxton les estaba esperando, mayestticamente situado tras su mesa. Se levant casi de un salto y corri hacia adelante. Cogi la mano del hombre majestuoso con fervor y exclam:Seor Strapp, en nombre de toda mi empresa le doy la bienvenida.El oficinista cerr la puerta y dijo:Strapp soy yo. Hizo una sea a su empleado, que se sent tranquilamente en un rincn. Dnde tiene sus informes?El viejo Bruxton indic desmayadamente su escritorio. Strapp se sent tras l, cogi las gruesas carpetas y empez a leer. Un hombre delgado. Un hombre fatigado. Un hombre de cuarenta y tantos aos. Pelo negro y liso. Ojos azul porcelana. Una buena boca. Buenos huesos bajo la piel. Una cualidad destacaba: la falta total de conciencia de s mismo. Pero cuando hablaba haba un subtono histrico en la voz que mostraba que haba en su interior algo violento y salvaje.Tras dos horas de implacable lectura y de comentarios en murmullos a sus secretarias, que tomaban notas crpticas con smbolos especiales, Strapp dijo:Quiero ver la planta. Por qu? pregunt Bruxton.Para sentirla contest Strapp. En una Decisin siempre va implcita una cuestin de matiz. Es el factor, ms importante.Salieron de la oficina y se inici el desfile: el escuadrn de seguridad, los forzudos, las secretarias, el oficinista, el acre Fisher y el majestuoso empleado. Lo recorrieron todo. Lo vieron todo. El "oficinista" hizo la mayor parte del trabajo prctico para "Strapp". Habl con obreros, capataces, tcnicos, y personal alto, bajo y medio. Pidi nombres, chismorre, se los present al gran hombre, hablaron de sus familias, sus condiciones de trabajo, sus ambiciones. Explor, oli y sinti. Tras cuatro horas agotadoras volvieron a la oficina de Bruxton. El "oficinista" cerr la puerta. El empleado se fue a su rincn.Bueno dijo Bruxton. S o no?Espere dijo Strapp.Repas las notas de sus secretarias, las asimil, cerr los ojos y estuvo silencioso y quieto en medio de la oficina, como quien se esfuerza por or un susurro distante.S decidi, y pas a ser ms rico en un total de 100.000 Crs. y un uno por ciento de las acciones con derecho a voto de Bruxton Bitica. En compensacin, Bruxton tena una seguridad de un ochenta y siete por ciento de que la Decisin era correcta. Strapp abri de nuevo a la puerta, se reorganiz el desfile y sali de la fbrica. El personal aprovech su ltima oportunidad para fotografiar y tocar al gran hombre. El oficinista ayudaba en las relaciones pblicas con voluntariosa afabilidad. Preguntaba nombres, presentaba y amenizaba la charla. El rumor de voces y risas se increment cuando llegaron a la nave. Entonces sucedi lo increble. T! grit sbitamente el oficinista, su voz horriblemente aguda. T, hijo de puta! Condenado y piojoso asesino! Llevaba tiempo esperando esto! Hace diez aos que lo espero!Sac un chato revolver de su bolsillo interior y asest un tiro en la frente a un hombre.El tiempo se detuvo. Los sesos y la sangre tardaron horas en salir por la nuca, y el cuerpo en encogerse. Entonces el equipo de Strapp se puso en accin. Metieron rpidamente al oficinista en la nave. Lo siguieron las secretarias, luego el empleado majestuoso. Los dos forzudos saltaron tras ellos y cerraron la puerta. La nave despeg y desapareci con un silbido. Los diez hombres que iban de paisano se dispersaron tranquilamente y desaparecieron. Slo qued Fisher, el hombre contacto de Strapp, junto al cadver, en el centro de una multitud horrorizada.Compruebe su identificacin mascull Fisher.Alguien sac la cartera del muerto y la abri.William F. Kruger, biomecnico. Condenado idiota! dijo Fisher furioso. Se lo advertimos. Se lo advertimos a todos los Kruger. Muy bien. Llame a la polica.Aqul era el sexto asesinato de John Strapp. Arreglarlo le cost exactamente 500.000 Crs. Los otros cinco le haban costado lo mismo, y la mitad de la cifra iba normalmente a manos de un hombre lo bastante desesperado para sustituir al asesino y alegar locura temporal. La otra mitad, a los herederos del difunto. Haba seis sustitutos encerrados en diversas penitenciaras, cumpliendo de veinte a cincuenta aos. Sus familiares eran 250.000 Crs. ms ricos.En su suite del Splendide de Alcor, el equipo de Strapp evacuaba consultas con tono sombro.Seis en seis aos dijo con amargura Aldous Fisher. No vamos a poder mantenerlo en secreto mucho ms. Tarde o temprano alguien se preguntar por qu John Strapp contrata siempre oficinistas locos.Entonces lo contratamos tambin a l dijo la secretaria pelirroja. Strapp puede permitrselo.Puede permitirse un asesinato al mes murmur el empleado majestuoso.No Fisher neg con la cabeza vivamente. Las cosas pueden arreglarse hasta ciertos lmites, pero no ms all. Uno llega al punto de saturacin. Ahora hemos llegado. Qu vamos a hacer?Pero qu demonios le pasa a Strapp? pregunt uno de los forzudos.

Quin sabe? exclam Fisher exasperado. Tiene una fijacin Kruger. Conoce a un hombre llamado Kruger. Cualquier hombre que se llame Kruger. Y se pone a gritar, a mal decir. Y lo mata. No me preguntis por qu. Es algo enterrado que pertenece a su vida pasada.

No le has preguntado a l?

Cmo iba a hacerlo? Es como un ataque epilptico. Ni siquiera l sabe qu sucedi.

Habra que llevarlo a un psicoanalista sugiri el forzudo.Eso es imposible. Porqu?T eres nuevo dijo Fisher. No comprendes.Hazme comprender.Te har una analoga. All por el mil novecientos la gente jugaba a la baraja con cincuenta y dos cartas. Eran tiempos sencillos. Hoy todo es ms complejo. Jugamos con cinco mil doscientas cartas en la mesa. Lo comprendes ahora?Voy comprendiendo.Un cerebro puede controlar cincuenta y dos cartas. Puede tomar decisiones sobre ese total. En mil novecientos lo tenan muy fcil. Pero no hay mente capaz de hacer lo mismo con cinco mil doscientas cartas... salvo la de Strapp.Tenemos computadoras.Son perfectas cuando slo se trata de cartas. Pero cuando hay que hacer clculos teniendo en cuenta tambin a los cinco mil doscientos jugadores que manejan las cartas, lo que les gusta, lo que les disgusta, motivos, inclinaciones, proyectos, tendencias, etctera lo que Strapp llama los matices, entonces Strapp es capaz de hacer lo que no puede hacer una mquina. El es nico, y el psicoanlisis podra destruir su capacidad. Por qu?Porque en Strapp se trata de un proceso inconsciente explic irritado Fisher. El no sabe cmo lo hace. Si lo supiese acertara en un cien por cien en vez de un ochenta y siete por ciento. Es un proceso inconsciente y, por lo que sabemos, puede relacionarse con la misma anormalidad que le empuja a matar a todos los Kruger. Si lo libramos de una cosa, podemos destruir la otra. No podemos correr ese riesgo. Qu podemos hacer entonces?Proteger nuestra propiedad respondi Fisher, mirando a su alrededor sobriamente. No olvidis esto ni un instante. Hemos trabajado mucho en Strapp para permitir que se destruya. Debemos de proteger nuestra propiedad!Yo creo que l necesita un amigo dijo la secretaria triguea. Por qu?Podramos descubrir lo que le molesta sin destruir nada. La gente habla con los amigos. Strapp hablara.Nosotros somos sus amigos.No, no lo somos. Somos sus socios. Ha hablado l contigo?No. Contigo? pregunt Fisher a la pelirroja.Esta neg la cabeza.Est buscando algo que no encuentra nunca. El qu?Una mujer, creo. Un tipo especial de mujer. Una mujer llamada Kruger?No lo s.Maldita sea, esto no tiene sentido . Fisher pens un momento. Est bien. Le contrataremos un amigo y aligeraremos el programa de trabajo para que el amigo tenga oportunidad de hacer hablar a Strapp. De ahora en adelante reduciremos el programa a una Decisin semanal. Dios mo! exclam la secretaria triguea. Eso significa cinco millones menos al ao.Hay que hacerlo dijo Fisher. Se trata de aceptar esta reduccin ahora o perderlo todo ms tarde. Somos lo bastante ricos para aguantarlo. Y cmo vas a resolver lo del amigo? pregunt el empleado majestuoso.Ya dije que contratara a uno. Contrataremos al mejor. Comunica con Terra a travs de la TT. Diles que localicen a Frank Alceste y ponlo en comunicacin urgente conmigo. Frankie! grit la pelirroja. Me desmayo! Oh! Frankie!la triguea se abanic. Te refieres a Frank Alceste el Fatal? Al campen de los pesados? pregunt sobrecogido el forzudo. Lo vi pelear con Lonzo Jordn. Qu hombre!Ahora es actor explic el empleado majestuoso. Trabaj con l una vez. Canta. Baila. Y...Y es doblemente fatal interrumpi Fisher. Lo contrataremos. Firmaremos un contrato. Ser amigo de Strapp. Tan pronto como Strapp lo conozca, l... Conozca a quin? Strapp apareci en el quicio de la puerta de su dormitorio, bostezando, parpadeando ante la luz. Dorma siempre profundamente despus de sus ataques. A quin voy a conocer?Mir a su alrededor, delgado, grcil, pero fatigado e indudablemente posedo.Un hombre llamado Frank Alceste dijo Fisher. Nos ha pedido una presentacin y no podemos rechazarlo por ms tiempo. Frank Alceste? murmur Strapp. Nunca o hablar de l.Strapp poda hacer Decisiones. Alceste amigos. Era un hombre vigoroso de treinta y tantos aos, pelo rubio pajizo, cara pecosa, nariz quebrada y ojos grises muy hundidos. Tena la voz firme y suave. Se mova con esa agilidad casi femenina de los atletas. Te hechizaba sin que te dieses cuenta, y sin que pudieses evitarlo. Hechiz a Strapp, pero Strapp tambin lo hechiz a l. Se hicieron amigos.No, se trata realmente de amistad dijo Alceste a Fisher al devolverle el cheque que pretenda darle como pago. Yo no necesito ese dinero, y el viejo Johnny me necesita. Olvidemos que me contratasteis. Rompe el contrato. Intentar ayudar a Johnny por mi cuenta.Alceste se volvi para salir de la suite del Splendide de Rigel y pas ante las secretarias que lo contemplaban con ojos muy abiertos.Si no estuviese tan ocupado, seoritas murmur, cunto me gustara perseguirlas un poco.Persgueme a m, Frankie dijo la triguea. La pelirroja pareca inmovilizada.Y mientras Strapp y Asociados zigzagueaba lentamente de ciudad en ciudad y de planeta en planeta, con su nuevo plan de una Decisin por semana, Alceste y Strapp se solazaban tranquilos mientras el empleado majestuoso conceda entrevistas y posaba para los fotgrafos. Hubo interrupciones cuando Frankie tuvo que volver a Terra para hacer una pelcula, pero entre tanto jugaron al golf, al tenis, apostaron a los caballos, a los galgos, y asistieron a veladas de lucha y de boxeo. Visitaron los centros nocturnos y Alceste volvi con un curioso informe.Bueno, no s hasta qu punto habis estado observando de cerca a Johnny dijo a Fisher, pero si creis que duerme de noche, es mejor que cambiis de idea. Cmo dices? exclam Fisher sorprendido.El amigo Johnny se larga todas las noches cuando os creis que est dando reposo a su mente. Cmo lo sabes?Por su reputacin dijo Alceste con tristeza. Lo conocen en todas partes. En todos los antros de aqu a Orion conocen al viejo Johnny. Y lo conocen del peor modo. Por su nombre?Por un mote. Lo llaman Devastacin. Devastacin!Vaya, vaya. Seor Devastacin. Arrasa a las mujeres como un fuego de la pradera. Sabas esto?Fisher sacudi la cabeza. Debe pagarlo de su bolsillo personal musit Alceste y se fue. Haba algo aterrador en aquella relacin de Strapp con las mujeres. Sola entrar en un club con Alceste, ocupar una mesa, sentarse y beber. Luego se levantaba y examinaba framente el local, mesa por mesa, mujer por mujer. A veces algunos hombres se enfurecan y pretendan pegarle. Strapp se libraba de ellos con malevolencia y frialdad, de un modo que provocaba la admiracin profesional de Alceste. Frankie nunca peleaba. Ningn profesional toca nunca a un aficionado. Pero procuraba hacer las paces, y si no lo lograba, acuda a los puos como ltima solucin.Tras examinar a todas las mujeres, Strapp se sentaba y esperaba el espectculo tranquilo, charlando y riendo. Cuando aparecan las chicas, se apoderaba de nuevo de l aquel lgubre arrebato y se pona a examinar a la concurrencia cuidadosa y desapasionadamente. Muy pocas veces localizaba a una chica que le interesaba, siempre el tipo idntico: una chica de cabello azabache, ojos negrsimos y piel clara y sedosa. Entonces empezaba el problema.Si era una artista, Strapp acuda al camerino despus del espectculo. Si haca falta sobornaba, gritaba y peleaba para conseguir abrirse paso hasta ella. All, se plantaba frente a la asombrada muchacha, la examinaba en silencio y luego le peda que hablase. Escuchaba su voz, luego se acercaba como un tigre y daba un paso violento e inesperado. A veces haba gritos, otra una defensa encarnizada y otras complacencia. Strapp quedaba enseguida satisfecho. Abandonaba a la chica bruscamente, pagaba todos los daos y perjuicios como un caballero, y sala a repetir la misma funcin en un club tras otro.Si la muchacha era una simple cliente, Strapp se acercaba inmediatamente, despachaba a su acompaante, o si esto era imposible segua a la chica hasta su casa y repeta all el mismo ataque del camerino. De nuevo abandonaba a la chica, pagaba como un caballero y prosegua con su obsesionante bsqueda.Estuve con l, pero me asust dijo Alceste a Fisher. Nunca vi a un hombre tan precipitado. Podra disponer de cualquier mujer agradable si fuese con un poco ms de calma. Pero no puede. Parece posedo. Porqu?No lo s. Es como si trabajase contra reloj.Despus de que Strapp y Alceste se hiciesen ntimos, Strapp le permiti acompaarlo en una investigacin, durante el da, que era an ms extraa. Como Strapp y Asociados continuaba su gira por planetas e industrias. Strapp visitaba la Oficina de Estadsticas Vitales de cada ciudad. All sobornaba al encargado jefe y presentaba una tira de papel. El papel deca:Altura:1,65Peso:60Cabello:negroOjos:negrosBusto:86Cintura:66Caderas:91Talla:12Quiero los nombres y direcciones de todas las chicas de ms de veintin aos que se ajusten a esa descripcin decan Strapp.Pagar diez crditos por cada nombre.Veinticuatro horas despus llegaba la lista, y Strapp se lanzaba a la bsqueda obsesiva, examinando, hablando, escuchando, dando algunas veces el paso aterrador, pagando siempre como un caballero. La procesin de chicas altas de cabello azabache y ojos negrsimos haca temblar a Alceste.Est posedo por una idea fija dijo Alceste a Fisher en el Splendide de Cygnus, y creo que s de qu se trata. Est buscando una chica concreta especial y ninguna se ajusta a las condiciones.Una chica llamada Kruger? No s si el asunto Kruger tiene que ver con esto.

Es difcil de complacer?

Bueno te dir. Algunas de esas chicas... yo las considerara sensacionales. Pero l no les presta la menor atencin. Las mira y sigue. Otras... prcticamente unos fetos, lo emocionan y se convierte en el viejo seor Devastacin.Pero por qu?Creo que es una especie de prueba. Que pretende que las chicas reaccionen de una forma dura y natural. No existe ningn tipo de pasin en el viejo Devastacin. Se trata de un truco framente utilizado para poder comprobar como reaccionan las chicas.Pero qu es lo que busca?An no lo s contest Alceste, pero lo descubrir. Tengo pensado un pequeo truco. Esperaremos a que llegue una oportunidad, Johnny se lo merece.Sucedi en el estadio, cuando Strapp y Alceste fueron a ver a un par de gorilas despedazarse dentro de una jaula de cristal. Fue un espectculo sangriento, y ambos hombres estuvieron de acuerdo en que la lucha de gorilas no era ms civilizada que la de gallos, y dejaron aquel lugar muy decepcionados. Fuera, en el vaco pasillo de hormign, esperaba un hombre tembloroso. Cuando Alceste le hizo una seal, se acerc corriendo a ellos como un cazador de autgrafos. Frankie! grit el hombre tembloroso. Mi viejo amigo Frankie! No te acuerdas de m?Alceste lo mir fijamente.Soy Blooper Davis. No te acuerdas del viejo barrio? No te acuerdas de Blooper Davis? Blooper! la cara de Alceste se ilumin. Claro. Pero entonces eras Blooper Davidoff.Claro. El hombre tembloroso se ech a rer. Y t eras Frankie Kruger. Kruger! grit Strapp, con voz aguda y chillona.As es dijo Frankie. Kruger. Me cambi el nombre cuando empec mi carrera de boxeador.Avanz con paso vivo hacia el hombre tembloroso, que retrocedi apoyado en la pared del pasillo y desapareci. T, hijo de puta! grit Strapp; se haba puesto plido y la cara le temblaba amenazadoramente. Miserable bastardo, asesino! Llevo mucho tiempo esperando esto. Diez aos de espera.Sac un chato revolver de su bolsillo interior y dispar.Alceste se hizo a un lado justo a tiempo y la bala repiquete por el pasillo con un silbido. Strapp dispar de nuevo y la llamarada chamusc la mejilla de Alceste, que cogi a Strapp por la mueca y lo paraliz con un poderoso apretn. Apart el revolver y lucharon abrazados. Strapp jadeaba de ira, los ojos le giraban. Arriba se oan los gritos de la multitud.Est bien, soy Kruger mascull Alceste. Me llamo Kruger, seor Strapp. Cul es el problema? Qu le importa a usted eso?Hijo de puta! grit Strapp, debatindose como uno de los gorilas que haban visto luchar. Asesino! Te sacar las tripas!

Por qu a m? Por qu a Kruger? Utilizando todas sus fuerzas, Alceste arrastr a Strapp a un rincn y lo inmoviliz all. Qu tuve que ver contigo hace diez aos?

Oy la historia en histricos arrebatos antes de que Strapp se desmayara.Despus de dejar a Strapp en la cama, Alceste pas al lujoso saln de la suite del Splendide de Indi y explic el problema al equipo.El viejo Johnny estaba enamorado de una chica llamada Sima Morgan empez, Ella estaba enamorada de l. Una cosa muy romntica. Iban a casarse. Y entonces un tipo llamado Kruger mat a Sima Morgan. Kruger! As que esa es la relacin. Cmo fue?Ese Kruger era un gandul borracho. Tena problemas conduciendo. Le quitaron el permiso, pero eso a un tipo de dinero como Kruger le daba igual. Sobornando, consigui un reactor Hot-rod sin permiso de conducir. Un da se llev por delante una escuela. Deshizo el techo y mat a treinta nios y a la profesora... Sucedi en Terra, en Berln."Nunca cogieron a Kruger. Fue escapando de planeta en planeta y an no lo han localizado. La familia le enva dinero. La polica no es capaz de dar con l. Strapp lo busca porque la profesora de la escuela era su chica, Sima Morgan.Hubo una pausa, y luego Fisher pregunt: Cunto hace de eso?Por lo que supongo, diez aos y ocho meses.Fisher calcul minuciosamente.Y hace diez aos y tres meses Strapp demostr por primera vez que era capaz de tomar Decisiones. Decisiones Capitales. Hasta entonces era un don nadie. Luego vino la tragedia, y con ella la histeria y la capacidad de tomar Decisiones. Indudablemente una cosa produjo la otra.Puede que s.As que l mata a Kruger una y otra vez dijo Fisher framente. Corresponde. Fijacin de venganza. Pero y lo de las chicas y el asunto seor Devastacin?Alceste sonri con tristeza.Has odo alguna vez decir "una chica en un milln"?

Y quin no?

Si tu chica era en un milln, eso significa que habr nueve ms como ella en una ciudad de diez millones, verdad?Todo el equipo de Strapp asinti, expectante.El viejo Johnny trabaja con esa base. Cree que puede encontrar un duplicado de Sima Morgan. Cmo?Se lo plantea aritmticamente. Piensa lo siguiente: hay una posibilidad en sesenta y cuatro mil millones de que las huellas dactilares coincidan. Pero actualmente hay un billn setecientos mil millones de personas. Eso significa que puede haber veintisis con las mismas huellas dactilares, e incluso ms.No necesariamente.Por supuesto, no necesariamente, pero existe la posibilidad y eso es lo nico que necesita el viejo Johnny. Calcula que si hay veintisis posibilidades de que las huellas dactilares coincidan, hay una posibilidad tambin de que coincidan las personas. Cree que puede encontrar el duplicado de Sima Morgan si persiste en su bsqueda. Eso es inconcebible!No digo que no lo sea, pero es lo nico que lo mantiene en pie. Es una especie de preservador vital basado en nmeros. Mantiene su cabeza a flote... esa idea de que tarde o temprano podr volver donde la muerte lo dej hace diez aos. Ridculo! exclam Fisher.No para Johnny. El sigue enamorado. Imposible.Quisiera que pudieses sentirlo como lo siento yo contest Alceste. Busca sin cesar. Una chica tras otra. Conserva las esperanzas. Habla. Da el paso. Si se trata del duplicado de Sima, sabe que reaccionar exactamente como recuerda que reaccion Sima diez aos atrs. "Eres t, Sima?", se pregunta a s mismo. "No", contesta, y contina. Es una lstima ver en qu situacin se encuentra. Debemos hacer algo.No dijo Fisher.Tenemos que ayudarle a encontrar su duplicado. Tenemos que convencerle para que crea que alguna chica es el duplicado. Tenemos que hacerle enamorarse otra vez.No repiti Fisher enfticamente. Por qu no?Porque en cuanto Strapp encuentre a su chica, se curar. Dejar de ser el gran John Strapp, el que toma Decisiones. Se convertir en un don nadie... un hombre enamorado. Y a l qu le importa ser grande o no serlo? El quiere ser feliz.Todos quieren ser felices replic Fisher. Nadie lo es, Strapp no est peor que los dems hombres, y adems es mucho ms rico. Nosotros mantenemos el status quo. No querrs decir que t eres mucho ms rico?Nosotros mantenemos el status quo repiti Fisher; mir con frialdad a Alceste. Creo que lo mejor ser que rescindamos el contrato. No necesitamos ya de tus servicios.Seor, el contrato qued rescindido cuando le devolv el cheque. Ahora habla usted con el amigo de Johnny.Lo siento, seor Alceste, pero a partir de ahora el seor Strapp tendr muy poco tiempo para sus amigos. Cuando quede libre el ao que viene se lo haremos saber.No podis secuestrarlo. Ver a Johnny cundo y dnde me plazca. Quiere usted tenerlo por amigo? dijo Fisher con una sonrisa desagradable. Entonces lo ver cundo y dnde quiera yo. O lo ve en esas condiciones o Strapp ver el contrato que firmamos. An lo tengo en los archivos, seor Alceste. No lo romp. Yo nunca rompo nada. Cmo cree que Strapp va a confiar en su amistad despus de ver el contrato que firm?Alceste cerr los puos. Fisher se mantuvo firme. Por un instante se miraron con odio, luego Frankie se apart.Pobre Johnny murmur. Es como un hombre atrapado por la solitaria. Le dir adis. Comunicadme cundo puedo verlo.Entr en el dormitorio, donde Strapp acababa de despertar de su ataque sin el menor recuerdo, como siempre. Alceste se sent en la cama.Hola, Johnny dijo sonriendo.Hola, Frankie dijo Strapp, tambin sonriendo.Se dieron un puetazo en el hombro y con solemnidad, que es la nica manera con la que los amigos pueden abrazarse y besarse. Qu pas despus de la lucha de los gorilas? pregunt Strapp. Estoy algo confuso.Amigo, estabas muy borracho. Nunca vi un tipo tan cargado. Alceste volvi a dar un suave puetazo a Strapp. Escucha Johnny, tengo que volver a trabajar. Tengo un contrato de tres pelculas al ao y estn que botan conmigo.Bueno, te tomaste un mes hace seis planetas dijo Strapp contrariado. Cre que habas terminado.Ni hablar, tengo que irme, hoy, Johnny. Volveremos a vernos muy pronto.Oye dijo Strapp. Manda al diablo las pelculas. S socio mo. Le dir a Fisher que redacte un contrato. Esta es la primera vez que me ro desde hace... mucho tiempo.Puede que ms tarde, Johnny. En este momento me obliga un contrato. Pronto volver. Adis.Adis dijo Strapp con tristeza.Fuera de la habitacin Fisher esperaba como un perro guardin. Alceste lo mir con disgusto.Una cosa que se aprende en el box dijo lentamente, es que nadie gana hasta el ltimo asalto. T has ganado ste, pero no es el ltimo.Antes de marchar, Alceste dijo, mitad para s mismo, mitad en voz alta:Quiero que seas feliz. Quiero que todos los hombres sean felices. Y da la sensacin de que todos los hombres podran ser felices slo con que les echsemos una mano.Por eso Frankie Alceste no poda evitar hacer amigos.El equipo de Strapp volvi a la misma vieja vigilancia celosa de los aos de asesinatos, y elev el nmero de Decisiones de Strapp a dos a la semana. Ahora saban por qu haba que vigilar a Strapp. Saban por qu haba que proteger a los Kruger. Pero esta era la nica diferencia. Su hombre estaba triste, histrico, casi psictico; daba igual. Era un precio justo a pagar por el uno por ciento del mundo.Pero Frankie Alceste persista en su propsito y visit los laboratorios de Bruxton Bitica en Deneb. All consult con un tal E.T.A. Goland, el genio en investigacin que haba descubierto aquella nueva tcnica para moldear vida que fue lo que llev a Strapp por primera vez a Bruxton, y que fue indirectamente responsable de su amistad con Alceste. Ernest Theodor Amadeus Goland era bajo, gordo, asmtico y entusiasta. S, s, claro! exclam cuando el lego explic todo su asunto al cientfico. Cmo no! Una idea muy ingeniosa. No s por qu no se me haba ocurrido. No presenta apenas dificultades. Medit un instante. Salvo el dinero aadi. Podra, pues, duplicar a la chica que muri hace diez aos? pregunt Alceste.Sin ninguna dificultad, salvo el dinero dijo Goland enfticamente. Parecera la misma? Actuara igual? Sera la misma? En un noventa y cinco por ciento, ms o menos un novecientos setenta y cinco por mil.Y eso significara mucha diferencia con respecto al cien por cien?

Ah, no! Slo individuos muy notables son capaces de captar ms del ochenta por ciento de las caractersticas totales de otra persona. No se ha odo ningn caso en que se supere el noventa por ciento.

Y cmo podran hacerlo?

Bueno, empricamente tenemos dos fuentes. Una: la estructura psicolgica completa del sujeto que se encuentra en los Archivos Principales de Centauro. Ellos pueden enviarnos desde all una copia si hacemos una solicitud y pagamos cien crditos a travs de los canales oficiales. Har la solicitud.Y yo pagar. Y la otra fuente?El proceso de embalsamiento de la poca moderna... Ella est enterrada, no?S, lo est.Este sistema tiene una perfeccin de un noventa y ocho por ciento. Por medio de los restos y de la estructura psicolgica reconstruimos el cuerpo y la mente por la ecuacin sigma igual a la raz cuadrada de menos dos ms... No hay ms problema que el dinero.Bueno, del dinero me encargo yo dijo Frankie Alceste. Encrguese usted del resto.Para ayudar a su amigo, Alceste pag 100 Crs. y envi la solicitud a los archivos centrales de Centauro pidiendo la estructura psicolgica completa de Sima Morgan, difunta. Cuando esto lleg, Alceste regres a Terra y se dirigi a una ciudad llamada Berln, donde pag a un individuo llamado Augenblick, para que actuara como ladrn de cadveres. Augenblick visit el Staats-Gottesacker y sac el atad de porcelana de abajo de la lpida de mrmol que deca Sima Morgan. Contena lo que pareca ser una chica de piel sedosa y negro pelo sumida en un profundo sueo. Por vas dudosas, Alceste consigui pasar el atad de porcelana por cuatro barreras aduaneras hasta Deneb.Un aspecto del viaje del que Alceste no haba cado en la cuenta, pero que desconcert a varias organizaciones policiales, fue el de la serie de catstrofes que lo persiguieron sin alcanzarlo nunca. Hubo una explosin de un reactor que destruy la nave y un acre de espacio-puerto, media hora despus de que bajaran los pasajeros y se efectuara la descarga. Hubo un verdadero holocausto en el hotel diez minutos despus de irse Alceste. Se produjo el terrible desastre que acab con el tren neumtico para el que Alceste haba cancelado su billete inesperadamente. A pesar de todo, pudo entregar el atad al bioqumico Goland. Vaya! dijo Ernest Theodor Amadeus. Una hermosa criatura. Merece la pena recrearla. Lo que falta ahora es muy sencillo, salvo el dinero.Para salvar a su amigo, Alceste dispuso las cosas para que Goland pudiese abandonar sus ocupaciones habituales, le compr un laboratorio y le financi una serie de experimentos increblemente caros. Para ayudar a su amigo, meses despus, sali de la opaca cmara de maduracin una criatura de pelo negro, ojos como el bano y sedosa piel, piernas largas y busto erguido. Responda al nombre de Sima Morgan.O caer el reactor sobre la escuela dijo Sima, sin darse cuenta de que haban transcurrido once aos. Luego hubo un gran estruendo. Qu pas?Alceste estaba impresionado. Hasta aquel momento ella haba sido su objetivo... una meta... algo irreal, inerte. Ahora era una mujer viva. Haba un curioso temblor en su voz, casi un susurro. Su cabeza tena un aire encantador al moverse mientras hablaba. Se levant de la mesa; no era suave y grcil como Alceste esperaba. Se mova con una torpeza infantil.Yo soy Frank Alceste dijo l, tranquilamente; la cogi por los hombros. Quiero que me mires y te convenzas de que puedes confiar en m.Sus ojos se unieron en una firme mirada. Sima lo examin con gravedad. De nuevo Alceste qued impresionado y conmovido. Sus manos empezaron a temblar y solt los hombros de la muchacha, aterrado.S dijo Sima. Puedo confiar en ti.Diga lo que diga, debes confiar en m. No importa lo que te diga que hagas, t confa en m y hazlo. Porqu?Por la salvacin de Johnny Strapp.Ella le mir sobresaltada.Le ha pasado algo dijo presurosa. Qu ha sido?A l no, Sima. A ti. S paciente, cario. Te lo explicar. Tena pensado explicarlo ahora, pero no soy capaz. Ser mejor... que espere hasta maana.La acostaron, y Alceste comenz a debatirse en una terrible lucha consigo mismo. Las noches de Deneb son suaves y negras como el terciopelo, con un aroma romntico, dulce y tenue... o al menos as le pareca la noche a Frankie Alceste."No puedes enamorarte de ella", murmur. "Es una locura."Y ms tarde, se dijo: "Viste a centenares de chicas como ella, cuando Johnny la buscaba. Por qu no te enamoraste de una de ellas?"Hizo lo nico que un hombre honrado puede hacer en una ocasin tal, e intent convertir su deseo en amistad. Acudi a la habitacin de Sima a la maana siguiente, con unos andrajosos tjanos viejos, sin afeitar y sin peinar. Se sent a los pies de su cama mientras ella coma la primera de las comidas cuidadosamente prescritas por Goland, encendi un cigarrillo y le explic el asunto. Cuando la vio llorar, no la cogi entre sus brazos para consolarla, sino que le dio una palmada en la espalda como a un hermano.Encarg vestuario para ella. Se equivoc en las medidas y cuando ella sali con aquella ropa, le pareci tan adorable que quiso besarla. En vez de hacerlo, le dio una palmada en el hombro, muy suave y muy solemne, y la llev a comprar otro vestido, Cuando apareci ante l con ropa a medida, le pareci tan encantadora que tuvo que darle otro puetazo en el hombro. Luego fueron a comprar un pasaje inmediato para Ross-Alfa III.Alceste haba pensado quedarse unos cuantos das para que la chica descansase, pero por miedo a s mismo haba renunciado a hacerlo. Slo as pudieron salvarse ambos de la explosin que destruy el domicilio privado y el laboratorio privado del bioqumico Goland, y tambin al bioqumico. Alceste nunca lo supo. Estaba ya a bordo de la nave con Sima, luchando frenticamente con sus tentaciones.Una de las cosas que todo el mundo sabe del viaje espacial, pero nunca menciona, es su cualidad afrodisaca. Como en los tiempos antiguos, cuando los viajeros cruzaban los ocanos en barcos, los pasajeros se encuentran aislados en su pequeo mundo durante una semana. Quedan aislados de la realidad. Invade la nave una mgica sensacin de libertad de toda atadura y de toda responsabilidad. Todos echan una cana al aire. Hay miles de romances de reactor por semana..., amoros fugaces y apasionados que se disfrutan en completa seguridad y concluyen el da del aterrizaje.En esta atmsfera, Frankie Alceste mantena un rgido control de s mismo. Poco le ayudaba el hecho de ser una celebridad con un tremendo magnetismo fsico. Mientras una docena de bellas mujeres se arrojaban a sus brazos, l perseveraba en su papel de hermano mayor y palmeaba a Sima como un hermano, hasta que sta protest.S que eres un magnfico amigo de Johnny y un buen amigo mo dijo la ltima noche. Pero eres agotador, Frankie. Estoy llena de cardenales.S, ya lo s. Es una costumbre. Algunos, como Johnny, piensan con el cerebro. Yo creo que pienso con los puos.Estaban de pie bajo la bveda de cristal por la que se vean las estrellas, y les baaba la suave luz de Ross-Alfa que se aproximaba ya, y resulta difcil imaginar algo ms romntico que el terciopelo del espacio iluminado por el tono blanco violeta de un sol distante. Sima lade la cabeza y lo mir.Habl con algunos de los pasajeros dijo. Eres famoso, verdad?Ms bien conocido...Hay tanto que apreciar en ti. Ante todo, quiero pensar en ti. En m?Ha sido algo tan sbito dijo Sima, asintiendo. Estaba desconcertada y tan emocionada que no tuve tiempo siquiera de darte las gracias, Frankie. Te las doy ahora. Estoy comprometida contigo para siempre.Le ech los brazos al cuello y lo bes. Alceste empez a temblar."No", pens. "No. Ella no sabe lo que hace. Est tan atolondrada y feliz con la idea de ver otra vez a Johnny que no se da cuenta..."Busc tras de s hasta que sinti la helada superficie del cristal; antes de apartarse, apret deliberadamente las palmas de sus manos contra la superficie, a temperatura bajo cero. El dolor le hizo dar un salto. Sima lo solt sorprendida, y cuando l apart las manos, dej atrs treinta centmetros cuadrados de piel y sangre.Por fin desembarc en Ross-Alfa III con una chica en perfectas condiciones y dos manos en condiciones psimas y fue recibido por el agrio Aldous Fisher, acompaado de un funcionario que pidi al seor Alceste que le acompaase a una oficina para tener una importante conversacin privada.Se ha puesto en nuestro conocimiento, gracias al seor Fisher dijo el funcionario, que intenta usted introducir a una joven de estatus ilegal. Cmo puede saberlo el seor Fisher? pregunt Alceste. Imbcil! -escupi Fisher . Crees que te dejara hacerlo? Estuvieron siguindote. Minuto a minuto.El seor Fisher nos informa continu el funcionario con rigidez, que la mujer que viene con usted viaja con nombre supuesto. Sus papeles son falsos. Cmo que son falsos? dijo Alceste. Ella es Sima Morgan. Sus documentos dicen que es Sima Morgan.Sima Morgan muri hace once aos contest Fisher. La mujer que viene contigo no puede ser Sima Morgan.Y a menos que se aclare su verdadera identidad dijo el funcionario, se le prohibir la entrada.Tendr aqu, dentro de una semana, los documentos que demuestran la muerte de Sima Morgan aadi Fisher triunfalmente.Alceste mir a Fisher y movi la cabeza.Aunque no lo sepas, ests facilitndome las cosas dijo. Si hay algo que me gustara hacer es sacarla de aqu y no permitir a Johnny verla. Tengo tantas ganas de guardrmela para m que... se contuvo y acarici las vendas de sus manos. Retira tu acusacin, Fisher aadi.No replic Fisher.No puedes mantenerlos separados. Al menos de este modo. Suponte que la detienen. A quin te parece que citaran judicialmente para demostrar su identidad? A John Strapp. A quin llamara yo primero para que viniese a verla? A John Strapp. Crees que podras detenerme?Ese contrato empez Fisher. Lo que harAl infierno con el contrato. Ensaselo. El quiere a su chica no a m. Retira tu acusacin Fisher. Y abandona la lucha. Has perdido tu vale de comidas.Fisher le lanz una furiosa mirada, trag saliva, y luego mascull:Retiro la acusacin. Luego mir el csped con los ojos inyectados en sangre. Este no es an el ltimo asalto dijo, y sali dla oficina.Fisher estaba preparado. A una distancia de aos luz podra encontrarse demasiado tarde con demasiado poco. All, en Ross-Alfa III, estaba protegiendo su propiedad. Dispona de todo el poder y del dinero de John Strapp. El flotador que Frankie Alceste y Sima tomaron en el espacio-puerto estaba pilotado por un ayudante de Fisher que abri la puerta de la cabina y realiz bruscos virajes intentando arrojar al aire a sus viajeros. Alceste rompi el cristal de separacin y rode con un musculoso brazo la garganta del conductor hasta que ste enderez el flotador y los dej a salvo en tierra. Alceste advirti complacido que Sima no se haba puesto ms nerviosa de lo necesario.En la carretera, los recogi uno de los centenares de coches que pasaban bajo el flotador. Al primer disparo, Alceste meti a Sima en el quicio de una puerta, que abri a costa de una herida en el hombro, la cual vend precipitadamente con trozos de la enagua de la chica. Los ojos oscuros de sta se abran desmesuradamente, pero no se quejaba. Alceste la felicit con poderosas palmadas, la subi a la terraza y descendi con ella por el edificio contiguo, donde entr en un apartamento y telefone pidiendo una ambulancia.Cuando lleg la ambulancia, Alceste y Sima bajaron a la calle, donde se encontraron con policas uniformados que tenan rdenes oficiales de buscar una pareja que responda a su descripcin. "Buscados por robo de flotador con asalto. Peligrosos. Tiren a matar." Alceste se deshizo de la polica y tambin del conductor de la ambulancia y de un enfermero. El y Sima partieron en la ambulancia, Alceste conduciendo como un loco, Sima haciendo sonar la sirena como una alucinada.Abandonaron la ambulancia en el distrito comercial de la ciudad, entraron en unos grandes almacenes y salieron cuarenta minutos despus, convertidos en un criado de uniforme que empujaba a un anciano en una silla de ruedas. Pese a los problemas planteados por el busto, Sima poda pasar por un criado. Frankie estaba lo bastante dbil por las diversas heridas para fingirse un viejo.Se inscribieron en el Splendide de Ross, donde Alceste encerr a Sima en una suite, se hizo curar el hombro y compr un arma. Luego fue a ver a John Strapp. Lo encontr en la Oficina de Estadsticas Vitales, sobornando al encargado general y presentndole una tira de papel que daba la misma descripcin de aquel amor perdido tanto tiempo atrs.Hola, viejo Johnny dijo Alceste. Hola, Frankie! grit Strapp muy contento.Se dieron un afectuoso puetazo mutuo. Con sonrisa feliz, Alceste vio a Strapp explicar detalles al encargado general y ofrecerle ms dinero a cambio de los nombres y direcciones de todas las chicas de ms de veintiuno que se ajustasen a la descripcin del papel. Cuando salan, Alceste dijo:Conoc a una chica que podra ajustarse a eso, Johnny.Aquella mirada fra brill en los ojos de Strapp. S? dijo. Tiene un ligero ceceo.Strapp mir con expresin extraa a Alceste.Y una forma divertida de ladear la cabeza cuando habla.Strapp agarr el brazo de Alceste.El nico problema es que no es ingenua como la mayora. Es ms bien un camarada. Sabes lo que quiero decir? Atrevida y valiente.Mustramela, Frankie dijo Strapp en voz baja. Subieron a un flotador y descendieron en el terrado del Splendide. El ascensor los condujo hasta la planta veinte y se dirigieron a la suite 20-M. Alceste llam a la puerta con la clave acordada. Respondi una voz de mujer: "Adelante". Alceste estrech la mano de Strapp y dijo: "Enhorabuena, Johnny". Abri la puerta y luego descendi hasta el vestbulo y se apoyo en la balaustrada. Sac su revolver por si apareca Fisher con malas intenciones. Contemplando la resplandeciente ciudad, pens que todos los hombres podran ser felices si todos echasen una mano. Pero a veces esa mano resultaba cara.John Strapp entr en la suite. Cerr la puerta, se volvi y examin fra, detenidamente, a aquella muchacha de ojos y cabellos negrsimos. Ella lo miraba desconcertada. Strapp se acerc ms, camin alrededor de ella, volvi otra vez a situarse frente a frente.Di algo pidi l.T no eres John Strapp balbuci ella.S. No! exclam ella. No! Mi Johnny es joven. Mi Johnny es...Strapp se aproxim como un tigre. Sus manos y sus labios la recorrieron ferozmente mientras sus ojos observaban con frialdad. La chica gritaba y se debata, aterrada por aquellos ojos extraos, tan ajenos. Por aquellas manos speras, tan ajenas por los impulsos ajenos de la persona que en tiempos haba sido su Johnny Strapp, pero de la que la separaban ahora dolorosos aos de cambios. T eres otro! grit. T no eres John Strapp. T eres otro hombre.Y Strapp, no tanto once aos ms viejo como once aos distinto al hombre cuyo recuerdo estaba intentando ocupar, se pregunt a s mismo: "Eres t mi Sima? Eres t mi amor... mi amor perdido y muerto?" Y el cambio dentro de l contest: "No, esta no es tu Sima. Esta no es tu amor. Sigue, Johnny. Sigue y busca. Encontraras algn da la chica que perdiste."Pag como un caballero y se fue.Desde el balcn, Alceste, lo vio salir. Tan asombrado estaba que no pudo llamarlo. Volvi a la suite y encontr a Sima all de pie, sobrecogida, contemplando un montn de dinero que haba sobre la mesa. Comprendi inmediatamente lo que haba sucedido. Sima, cuando vio a Alceste, empez a llorar... No como una chica, sino como un muchacho, con los puos cerrados y la cara contrada.Frankie gimi. Dios mo, Frankie! extendi los brazos hacia l con desesperacin. Estaba perdida en un mundo que la haba adelantado.El dio un paso, pero luego vacil. Hizo una ltima tentativa de borrar el amor que senta en su interior por aquella criatura, buscando un medio de unirla a Strapp. Luego perdi el control y la cogi en sus brazos."Ella no sabe lo que hace", pens. Est asustada y se ve perdida. No es ma. An no. Quiz nunca."Y luego: "Fisher ha ganado y yo he perdido."Y por ltimo: "Slo recordamos el pasado; nunca lo conocemos cuando lo encontramos. La mente retrocede, pero el tiempo sigue y los adioses deberan ser para siempre."

ODI E IDCuando yo escriba relatos policiales, me volva loco desarrollando artimaas para mis argumentos. Una artimaa es un hecho curioso, no exactamente bien conocido por el lector (pero por supuesto conocido por el detective} que puede ser utilizado como clave principal. He aqu un ejemplo simple: saba usted que los Estados Unidos no acu dlares de plata entre 1910 y 1920? Si se topa con uno de 1915 tiene que ser una falsificacin, y eso es una artimaa.Generalmente necesitaba tres por argumento; una para establecer un gancho de comienzo, una segunda para dar una vuelta de tuerca a mitad del relato, y una tercera para "Los Morris" que completaban el total. Es mejor emplear la expresin que era utilizada en el negocio para describir la explicacin final del misterio.Haba una taberna clandestina en el viejo Filadelfia de los veinte que despojaba a los transentes ingenuos. Un extrao entraba a almorzar, ordenaba un emparedado y un par de cervezas y luego el camarero le presentaba la adicin que se elevaba a unos veinte dlares. El cliente gritaba y exiga una explicacin por el abuso. El camarero deca:S, seor. Morris se lo explicar.Cuando Morris vena a la mesa, resultaba ser el bouncer Individuo encargado de echar a la calle a borrachos y alborotadores. (N. del T.); uno ochenta de alto, y uno ochenta de ancho, ciento diez kilos y bastante feo. Esa era toda la explicacin que la vctima necesitaba.Como estaba diciendo, mi esposa buscaba constantemente nuevas artimaas, y yo hurgaba en las salas de lectura de la biblioteca pblica de la calle Cuarenta y Dos y la avenida Cincuenta. Lea a toda velocidad cuatro o cinco libros por hora y me senta feliz si encontraba una slida artimaa de promedio por libro. Por entonces di con la psiquiatra y descubr que el campo estaba lleno de artimaas de conducta, que eran mucho ms interesantes que los dlares de plata con fecha equivocada.Como resultado de esta bsqueda puramente pragmtica, qued enganchado con la psiquiatra y comenc a escribir sobre compulsiones y sus conflictos corrosivos. Por tanto me convert en un devoto de Freud, y no podis imaginar lo abatido que me sent cuando se public su correspondencia con Jung y advert que mi dios era un ser humano despus de todo. El ms risible aspecto de mi profunda creencia en la psiquiatra es el hecho de que yo jams me hice analizar.Bien, "Odi e Id" fue el primer relato de ciencia-ficcin que yo escrib despus de mi conversin (ya haba escrito unos cuantos acres de argumentos utilizando material psiquitrico) y lo enve al gran John W. Campbell hijo, director de la innovadora Astounding Science Fiction. La enve por correo y Campbell me telefone unas pocas semana ms tarde diciendo que le gustaba el relato y que lo comprara, pero quera hacer algunos cambios. Poda ir yo a su oficina y discutirlos? Estuve encantando de aceptar. Una oportunidad para encontrarme con el gran hombre! Me sent conquistado!Fue una entrevista perturbadora. No voy a contar los detalle aqu (los encontraris en "Mis amoros con la ciencia-ficcin" pgina 249), pero debo confesar mi culpabilidad. Toda mi experiencia en el negocio del espectculo me haba enseado que es una tontera meterse entre bastidores cuando a uno le encanta el show. Es mejor no encontrarse con el autor, los actores, el director, el diseador, el productor... quienquiera que haya creado esa brillantez que ha quedado grabada en la mente. Seguro que te sentirs desilusionado. Nunca confundas al artista con su obra.Bien, deber haberlo sabido mejor, pero fui a los camerinos de Astounding Science Fiction, me encontr con su director, y fue un desastre. Como resultado, escuchaba la adoracin que mis colegas escritores sentan por John Campbell, y me senta culpable como el demonio porque no poda unirme de ellos. Comprendan que hablo como escritor, no como lector. Como lector yo tambin lo adoraba. Y tambin me senta culpable porque imaginaba que la antipata entre nosotros era enteramente culpa ma. Pens que yo era desdeoso porque ambos ramos reflejos de cada uno; ambos arrogantes, sabelotodos y obstinados. Fin de la Apologa Pro Vita Sua.De cualquier modo, la cruz del relato de la entrevista fue la declaracin de Campbell de que toda la psiquiatra haba sido refutada por una nueva y estremecedora ciencia llamada "diantica", descubierta por L. Ron Hubbard; quera que todas las referencias a Freud y a su Circo (incluyendo el ttulo) fueran quitadas. Comprndanme, por favor; no me pidi que hiciera el elogio de la diantica; slo quera que quitara el anticuado vocabulario de Freud del campo de Hubbard.Pens que esto era absurdo, pero estuve de acuerdo de cualquier modo. Los cambios no afectaban el tema de la historia, de modo que fue fcil complacer al Gran Hombre. Y aqu debo mencionar algo sobre mi estilo de escribir que no es fcil de comprender: yo veo la historia como un todo, tengo omnivisin. Por ejemplo: un director me dir, "Eh, Alf, necesitamos tiempo. No podemos cortar esa escena con el cerrajero?" S instantneamente que la escena del cerrajero controla dos escenas que la preceden y tres que la siguen, que cuatro de las cinco pueden ser fcilmente emparchadas, pero que la quinta es una demora que exigir por entero una nueva aproximacin. No tengo que armar un puzzle, lo s instantneamente. Un interruptor de luz.De modo que supe instantneamente que los cambios que Campbell me peda no eran importantes para el relato y podan ser fcilmente solucionados. Estuve de acuerdo y mand todo al infierno cuando me fui de all. Naturalmente, cuando l relato fue reimpreso por primera vez, volv a la versin original. No s hasta donde Campbell lo supo, pero mi impresin es que lo supo. Era muy astuto e informado, cuando no estaba absorbido por su ltima aficin cientfica."Odi e Id" fue generado por una discusin que tuve con un amigo allegado, quien era extremadamente intolerante con lo que l llamaba "pecado". No pudo nunca comprender ni olvidar a las personas inteligentes que se equivocaban. Yo argumentaba que esa gente no siempre tiene control consciente de sus acciones; muy frecuentemente el inconsciente los domina.Hay veces le deca en que todos los buenos sentidos en