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Acogimiento en familia extensa: un estudio desde la perspectiva de los acogedores, de los niños y niñas acogidos y de los profesionales que intervienen 1 Kinship foster care: a study from the perspective of the caregivers, the children and the child welfare workers Carme MONTSERRAT BOADA 2 RESUMEN Desde hace aproximadamente dos décadas, en la mayoría de los países occidentales, los acogimientos en familia extensa han entrado a formar parte de los sistemas de protec- ción infantil, siguiendo una evolución creciente en cuanto a número y peso especifico como recurso de acogimiento. Las investigaciones sobre este fenómeno son aún recientes y esca- sas como también lo son los programas dirigidos a esta población. En el presente artículo presentamos los resultados de un estudio descriptivo sobre los acogimientos en familia extensa en la ciudad de Barcelona, donde se recogen datos de los principales agentes implicados en este fenómeno. Desde la perspectiva de los estudios de la calidad de vida se analizan las percepciones, evaluaciones, y satisfacción expresada, por parte de los aco- gedores, los niños/as acogidos y los profesionales de los Equipos de Atención a la Infan- cia y Adolescencia (EAIA) que se encargan del estudio y seguimiento de estos acogimien- tos. La investigación presenta unos resultados acordes con los estudios que actualmente se realizan en este ámbito y sienta las bases para el despliegue futuro de programas diri- gidos a los acogimientos en familia extensa. Intervención Psicosocial, 2006, vol. 15 n.º 2 203 Intervención Psicosocial, 2006, Vol. 15 N.° 2 Págs. 203-221. ISSN: 1132-0559 INVESTIGACIONES APLICADAS 1 Con la colaboración de los Servicios Personales del Ayuntamiento de Barcelona. 2 Doctora en Psicología para la Universitat de Giorona, miembro del Equipo de Investigación sobre Infancia, Ado- lescencia, Derechos de los Niños/as y Calidad de Vida (ERINIQV). Fecha de Recepción:21-10-2005 Fecha de Aceptación: 10-10-2006

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Acogimiento en familia extensa: un estudio desde laperspectiva de los acogedores, de los niños y niñasacogidos y de los profesionales que intervienen1

Kinship foster care: a study from the perspectiveof the caregivers, the children and the childwelfare workers

Carme MONTSERRAT BOADA2

RESUMENDesde hace aproximadamente dos décadas, en la mayoría de los países occidentales,

los acogimientos en familia extensa han entrado a formar parte de los sistemas de protec-ción infantil, siguiendo una evolución creciente en cuanto a número y peso especifico comorecurso de acogimiento. Las investigaciones sobre este fenómeno son aún recientes y esca-sas como también lo son los programas dirigidos a esta población. En el presente artículopresentamos los resultados de un estudio descriptivo sobre los acogimientos en familiaextensa en la ciudad de Barcelona, donde se recogen datos de los principales agentesimplicados en este fenómeno. Desde la perspectiva de los estudios de la calidad de vidase analizan las percepciones, evaluaciones, y satisfacción expresada, por parte de los aco-gedores, los niños/as acogidos y los profesionales de los Equipos de Atención a la Infan-cia y Adolescencia (EAIA) que se encargan del estudio y seguimiento de estos acogimien-tos. La investigación presenta unos resultados acordes con los estudios que actualmentese realizan en este ámbito y sienta las bases para el despliegue futuro de programas diri-gidos a los acogimientos en familia extensa.

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Intervención Psicosocial, 2006, Vol. 15 N.° 2 Págs. 203-221. ISSN: 1132-0559

INVESTIGACIONES APLICADAS

1 Con la colaboración de los Servicios Personales del Ayuntamiento de Barcelona.2 Doctora en Psicología para la Universitat de Giorona, miembro del Equipo de Investigación sobre Infancia, Ado-

lescencia, Derechos de los Niños/as y Calidad de Vida (ERINIQV).

Fecha de Recepción:21-10-2005 Fecha de Aceptación: 10-10-2006

PALABRAS CLAVEAcogimiento en familia extensa, Acogimiento familiar, Protección y atención a la infan-

cia, Estudios sobre calidad de vida.

ABSTRACTIn the last twenty years, in most of the western countries, kinship foster care has

become an integral part of the childcare systems, and in addition they have experienced agrowing evolution in what concerns the number of children, and its specific weight as aform of substitute care, in some countries even more frequent than the other placementoptions like family foster care and residential care.

Research on this phenomena is still recent and scarce, as well as the programmes tar-geted at this population. In this article there are presented the results of a descriptivestudy on kinship foster care in the city of Barcelona, where information and data from thedifferent involved stakeholders have been collected and presented. From a quality of liferesearch perspective, perceptions, evaluation and expressed satisfaction are analysed,including caregivers, children and professionals from the teams specialised in childrenand adolescence (EAIA) in charge of the study and follow-up of kinship foster care cases.The research presented results are according with present research undertaken in this the-matic area and settles the basis for a further development of kinship foster care pro-grammes.

KEY WORDSKinship Care, Foster Care, Child Protection, Research on Quality of Life.

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Tradicionalmente, cuando los progeni-tores no han podido atender a sushijos/as a causa de fallecimiento, enfer-medad, encarcelamiento o de ausenciapor motivos laborales, la crianza de losniños/as ha recaído en sus familiares,siendo ésta una decisión de ámbito pri-vado en la mayoría de las culturas. Loque es nuevo y relativamente reciente,desde hace dos décadas aproximada-mente, es que una parte de estos acogi-mientos de hecho entren a formar partede los sistemas de protección infantilcomo una medida administrativa de aco-gimiento alternativa a la familia biológi-ca, del mismo modo que lo son los acogi-mientos en los centros residenciales y enfamilia ajena, las dos alternativas bási-cas del sistema hasta finales de la déca-da de los 80’. Su entrada en el sistemaviene motivada, o bien por la petición delos familiares que asumen al niño/a ybuscan amparo legal, o bien porque sedetecta una situación de riesgo y los ser-vicios proponen a los familiares comoacogedores. Asimismo, este fenómeno havenido acompañado de varios factores.Por una parte, el decreciente número defamilias de acogida (ajenas) en activo,especialmente en países donde esterecurso estaba muy implantado. Las ten-dencias demográficas nos indican cam-bios en los patrones de empleo y en lacomposición familiar, que han contribui-do como es el caso de los EUA al descen-so de una tercera parte en el número defamilias de acogida (Hegar y Scannapie-co, 1999). Por otra parte, el recurso resi-dencial, tampoco ha crecido en númerode plazas sino al contrario, los macro-centros, alejados del paradigma de lanormalización, desaparecen progresiva-mente, y los centros más idóneos (añadi-ríamos, necesarios) por su ubicación yreducido número de plazas requieren

unas condiciones económicas que notodas las Administraciones están dis-puestas a costear.

En paralelo, la idea de la idoneidaddel recurso de acogimiento en familiaextensa (en inglés, kinship care or kins-hip foster care) ha ido creciendo. La ChildWelfare League of America (CWLA, 1994)lo define como la atención, crianza y pro-tección a tiempo completo de los niñosque han de ser separados de sus padres,llevada a cabo por parte de familiares,miembros de sus tribus o clanes, padri-nos, padrastros o cualquier adulto quetenga una unión afectiva familiar con elniño1. Esta definición permite respetar ladiversidad de valores culturales y lasdiferentes formas de convivencia fami-liar. Incluye tanto los acogimientos dehecho o informales basados en una deci-sión familiar donde no hay medida admi-nistrativa ni judicial y los acogimientosregulados por la administración; en todocaso, las investigaciones se han centradoclaramente en estos últimos. En Cata-lunya, según la legislación vigente(Decret 2/1997), este tipo de acogimientose da cuando hay una relación de paren-tesco por consanguinidad o por afinidaddel niño con las personas acogedoras.

La idoneidad de este recurso se basaprincipalmente en que permite que losniños/as convivan con personas que lesson conocidas y de su confianza, bienporque han mantenido algún contactocon ellas, bien porque ya han vivido conellas (con o sin sus padres) en algúnperiodo anterior a la intervención de laAdministración. En ocasiones, son losmismos familiares los que asumen alniño y/o acuden a los servicios en buscade apoyo de tipo psicosocial, legal, eco-nómico, educativo, etc.

Carme Montserrat Boada

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1 En inglés original “Kinship care may be defined as the full-time nurturing and protection of children whomust be separated from their parents by relatives, members of their tribes or clans, godparents, stepparents orother adults who have a kinship bond with a child” (CWLA, 1994).

Este tipo de acogimiento permite tam-bién, desde un enfoque ecológico, latransmisión de la identidad familiar ycultural del niño, puede posibilitar lasrelaciones con los demás miembros de lafamilia y entre los hermanos. Segúnalgunos autores (Broad, 2001; Pitcher,2002) proporciona más estabilidad alniño y acostumbra a ser la alternativaque ellos prefieren, aspecto importante atener en cuenta desde la perspectiva dela participación de los niños en las deci-siones que les afectan directamente(Casas, 1994,1998).

Datos de Catalunya y de Barcelonaciudad nos muestran la relevancia deeste fenómeno en nuestro país. De los6152 niños/as tutelados por la DirecciónGeneral de Atención a la Infancia y Ado-lescencia (DGAIA) en el año 2004, un39,4% estaban bajo medida de acogi-miento con la familia extensa, sólo un8% lo estaban con familias ajenas y un25% en centros residenciales (Tabla 1).

Si observamos la evolución de los últi-mos 5 años en la ciudad de Barcelona(Tabla 2), veremos la espectacular creci-da en el número relativo a la familiaextensa (inversamente proporcional al deacogidos en centro).

Este incremento tan substancial noha ido acompañado ni de más recursosdirigidos a esta población, ni de investi-gaciones sobre este fenómeno (son muyescasas y recientes), ni de programasespecíficos o adaptados a ellos. Es más,su crecimiento no parece obedecer aninguna intención ni planteamiento apriori.

El fenómeno, no obstante, no estáexento de riesgo, especialmente sino sele dota de recursos y de programas espe-cíficos. En algunas situaciones los aco-gedores tienen una responsabilidad quedeberán ejercer hasta más allá de lamayoría edad de los acogidos, junto conla presencia de sentimientos de dolorpor la pérdida o la preocupación de unhijo/a o hermano (según sea el paren-tesco), con la existencia a veces de unarelación difícil y complicada con lospadres del niño, con problemas econó-micos (especialmente si nos referimos alos abuelos jubilados), con problemas desalud en edades avanzadas, un senti-miento de miedo al fracaso (algunos lohan vivido ya), o con dificultades derelación o de comprensión del medioescolar y social del niño, entre otrascuestiones.

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Tabla 1. Datos de Catalunya y Barcelona sobre nº y % de niños/a con medidaadministrativa 2004

2 Se refiere a la medida de atención a la propia familia, es decir, niños/as tutelados que viven con sus padres.

Por lo tanto, en una primera etapa dela investigación y dado que no conocía-mos ningún estudio de este tipo en Cata-lunya, necesitábamos poder describir elfenómeno de los acogimientos en familiaextensa, para poder avanzar en la imple-mentación de líneas programáticas adap-tadas a los niños y a sus familias que seencuentran en esta situación. Un puntoclave a destacar de esta investigación essu fundamento en la perspectiva de losestudios sobre calidad de vida. En estesentido se han recogido datos de losprincipales agentes implicados: las per-cepciones y evaluaciones de los niños yniñas acogidos, de sus acogedores y delos profesionales encargados del estudioy seguimiento. Se avanza, de este modo,en el análisis de las convergencias y dis-crepancias de las diferentes perspectivaspara poder implementar mejoras segúnlos datos obtenidos y promover, en defi-nitiva, la calidad de vida de niños/as yacogedores.

Asimismo se contemplan las perspec-tivas teóricas basadas en un enfoqueecológico del maltrato, junto con las teo-rías basadas en el concepto de resilienciay de la participación social de losniños/as y adolescentes.

MÉTODO

Esta investigación se ha realizado enel marco de los estudios de doctorado delInstitut de Recerca sobre Qualitat de

Vida (IRQV) de la Universitat de Girona ycon la colaboración del Ajuntament deBarcelona y de los profesionales de losEquipos de Atención a la Infancia y Ado-lescencia (E.A.I.A.), los equipos de protec-ción infantil en Catalunya que se encar-gan, entre otras funciones, del estudio yseguimiento de los acogimientos en fami-lia extensa. En esta primera parte de lainvestigación realizada en el año 2004 enla ciudad de Barcelona, los objetivosplanteados fueron básicamente dos:

1. Describir la situación de los aco-gimientos en familia extensa en la ciu-dad de Barcelona.

2. Realizar un estudio de percepcionesy evaluaciones sobre los diferentes aspec-tos de los acogimientos en familia extensay la satisfacción expresada por los 3 prin-cipales agentes implicados (niños/as,acogedores y profesionales).

Se trataba de describir las caracterís-ticas de los acogimientos regulados porla Administración, es decir cuando latutela de los niños/as de edades com-prendidas entre los 0 y los 17 años latiene la Dirección General de Atención ala Infancia y Adolescencia (DGAIA) y laguarda se otorga a los familiares que lostienen acogidos. El estudio, la propuestay el seguimiento de estos acogimientoses llevado a cabo por los Equipos deAtención a la Infancia y Adolescencia(EAIA) formados por psicólogo(s), peda-gogo(S) y trabajador(es) social(es).

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Tabla 2. Número de niños/as con medida y tipo de recurso alternativo entre 1998-2003. Barcelona

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Sobre los acogedores y los niños/as acogidos/as Sobre los profesionales(EAIA)

— Tipo de parentesco — Profesión— Edad de los niños/as y acogedores — Edad— Sexo de los niños/as y acogedores — Sexo— Inicio y duración del acogimiento — Años de experiencia — Nivel de estudios de los niños/as y acogedores en el equipo— Situación laboral y económica de los acogedores — Número de profesi-— Motivo por el cuál los padres no ejercen la custodia nales en cada equipo— Régimen de visitas de los padres con los hijos— Supervisión de las visitas— Número de personas que viven en el núcleo familiar— De quien fue la propuesta del acogimiento

Las percepciones y evaluaciones de los niños/as, los acogedoresy los EAIA sobre:

Las relaciones entre padres, hijos y acogedores.El desarrollo del niño/a acogido/da en los ámbitos: familiar, escolar, de salud ysocial.Las posibilidades de fracaso del acogimiento a corto/medio plazo.La información que reciben sobre los recursos sociales existentes.El grado de satisfacción del acogimiento.

Las percepciones y evaluaciones que los acogedores y los EAIA hacen sobre:

Los sentimientos de soledad de los acogedores.El apoyo emocional recibido de los acogedores.El cansancio de los acogedores.La posibilidad de compartir la experiencia del acogimiento con otras personas.La voluntad de propuestas de cambio.

Las percepciones y evaluaciones de los niños y niñas acogidossobre los aspectos de:

La posibilidad de compartir su experiencia con los demás.La satisfacción expresada en seis ámbitos: la educación que reciben en casa; susamigos; su salud; su escuela; su tiempo libre; su vida en general.El acuerdo con la medida de acogimiento, o preferencia de otra alternativa.

Referente al primer objetivo se trataba de describir:

Referente al segundo objetivo se trataba de analizar:

La investigación es amplia y consta dediferentes fases. En este artículo presen-taremos los resultados de la fase inicialque se refieren al estudio descriptivo rea-lizado con un diseño de encuesta dentrode la categoría de diseño no experimen-tal, e utilizando como instrumento derecogida de datos el cuestionario dirigidoa los tres grupos:

— Niños/as acogidos/as

— Acogedores/as

— Profesionales de 10 EAIAs territo-rializados en 9 distritos de la ciu-dad de Barcelona (el total es 11EAIAs, 10 distritos)

No se ha contado con la participaciónde los padres por la dificultad a menudode acceso a ellos una vez están los niñostutelados.

A partir de los objetivos planteados seconfeccionaron los cuestionarios de tipoespecífico, breve y sencillo. El de losniños tiene 12 preguntas, el de los aco-gedores tiene 21, y el de los profesionales18. El cuestionario dirigido a los EAIA esde autoaplicación y los dirigidos a losacogedores y niños son de heteroaplica-ción. Los tres modelos tienen la mismaestructura: un primer bloque dedicado alos datos objetivos del entrevistado y del

acogimiento y un segundo bloque dedi-cado a las percepciones y evaluacionesdel acogimiento y grado de satisfacción.Se han formulado preguntas en sumayoría cerradas y de intensidad en unaescala de 5 puntos tipo Likert. Han esta-do contrastadas con personas relaciona-das en el ámbito de protección infantil yse ha contado con la colaboración de dosjueces externos que han realizadoenmiendas que han contribuido a suvalidez. Se ha hecho una prueba piloto(pretest) a partir de la cual se han intro-ducido algunos cambios.

Tal como se puede observar en laTabla 3, dado que el número de cadaconjunto no es elevado, se ha realizadoun estudio poblacional.

Las 117 familias estudiadas están for-madas por 183 acogedores y 153niños/as. De los 183 acogedores hanrellenado el cuestionario 154 (un84,15%) y de los 153 niños, lo han con-testado 71 (un 46,4%) mayoritariamentea partir de los 8-10 años de edad.

Hemos podido estudiar los motivospor los que algunas familias no acudie-ron a la entrevista, para ver si formabanuna submuestra, pero las causas sonheterogéneas: cambio reciente de domici-lio, inminente mayoría de edad delchico/a, proceso de retorno con sus

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Tabla 3. Población y muestra de familias extensas con niños/as tutelados/as. Nº de cuestionarios

padres, rechazo de colaboración, pero nopertenecen a un perfil determinado defamilia, lo que favorece la asunción de lahipótesis que los resultados son repre-sentativos de la población. En estemismo sentido se corresponde (Tabla 4)la distribución por edad y sexo de lapoblación 0-17 a la ciudad de Barcelona(2001), de la población de niños/as aten-didos por los EAIAs de Barcelona (2003),y de la muestra del estudio (2004).

RESULTADOS

Los resultados que presentamos acontinuación están organizados en fun-ción de los dos objetivos expuestos, esdecir, primero la descripción de los aco-gimientos y después la percepciones,evaluaciones y grado de satisfacción delos agentes implicados.

1. Descripción de los acogimientos:

Los acogimientos en familia extensa(Tabla 5) están mayoritariamente forma-dos por abuelos (73,5%), seguidos a dis-tancia por los tíos (18%) y siempre conuna mayoría de familia materna (63%).Hay más mujeres que hombres y lamedia de edad es de 56,72 años(σ=12,745), concentrándose los acogedo-res en la franja de edad de entre 46 y 65años. La mitad de los acogedores tienenestudios primarios, y encontramos un

18% que no han cursado ningún tipo deestudios. En un 40% de los núcleosfamiliares hay un/a acogedor que traba-ja y en un 76% se recibe la ayuda eco-nómica de la DGAIA (240 €/mes/niño).

En el apartado anterior hemos visto ladistribución por edad y sexo de losniños de la muestra. La media de edades de 10,24 años (σ=4,473) y la cifra estáigualada por sexos. En la mayoría de losnúcleos familiares (73,5%) sólo hay unniño/a acogido y son núcleos forma-dos entre dos y cuatro personas (Tabla6). Casi la mitad (43,6%) de los núcleosfamiliares son monoparentales, mujeressolas, de edad más avanzada y con másrepresentación de acogidos en la edad dede la adolescencia. En la mayoría de losnúcleos (87,1%) no viven los padres. Lamitad de los acogimientos están consti-tuidos desde el nacimiento del niño/a oprimeros meses de vida. La mayor partede los acogimientos constituidos desde elnacimiento coinciden con los de losabuelos maternos y la mayor parte de losacogimientos constituidos con posteriori-dad lo son de los tíos. La propuesta ini-cial por lo se refiere a la asunción delniño/a es de la familia (extensa y padres)en el 70% de los casos y de los EAIAs uotros servicios en un 30%.

La causa principal que motivó elacogimiento es la drogodependencia delos padres, alcoholismo incluido. En unatercera parte de las familias uno de los

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Tabla 4. Distribución por edades y sexo de los/as niños/as en porcentajes:población y muestra

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Tabla 6. Características de los acogimientos en familia extensa

Tabla 5. Características de los acogedores (familia extensa)

3 El número 117 corresponde a número de familias, en cambio 153 o 183 a número de acogedores.

progenitores o ambos han fallecido y unaquinta parte se encuentran en la prisión,mayoritariamente los hombres. Unaquinta parte también la forman sobretodo mujeres con enfermedad mental. Essignificativo también el número depadres desconocidos (11%). Respecto alos niños, la situación que han padecidode manera más frecuente es la negligen-cia, y las situaciones de maltrato yabuso son muy minoritarias.

Referente a las visitas de los padrescon sus hijos (Tabla 7), en más de lamitad de los casos no tienen ningúntipo de relación con sus progenitores,la mitad de ellos por encontrarse falleci-dos, y la otra mitad porque no los visi-tan. El padre los visita de forma asiduaen una cuarta parte de las situaciones yla madre en más de una tercera parte.De todas las visitas que realizan, lamitad se hacen en presencia de la propiafamilia, sobre todo en el caso del padre.

En lo referente a los EAIAs que losatienden, los profesionales tienen unamedia de edad de 41,92 años (σ=6,227),un 86,5% son mujeres y llevan unamedia de 7,13 (σ=4,449) años trabajandoen el EAIA.

2. Percepciones, evaluaciones y satisfacción expresada

Hemos analizado las evaluaciones delos tres grupos en función de diferentesvariables de control: la edad, tanto de los

acogedores como de los acogidos; el sexo,tanto de los acogedores como de los aco-gidos; el inicio del acogimiento, si fuedesde el nacimiento, o bien si fue conposterioridad; el número de acogedorespor núcleo; si es monoparental o si bienhay dos acogedores. En algunas ocasio-nes también hemos utilizado el tipo deparentesco, el nivel formativo, la situa-ción laboral y los años de acogimiento.

Con respecto a las relaciones entrepadres, hijos y acogedores, la relaciónentre los acogedores y los niños/asacogidos es valorada de forma muypositiva por los tres grupos conmedias que superan todas los 4 pun-tos, no así la relación con los padres (lasrespuestas se valoraban desde 1: nadapositiva, a 5: muy positiva). En las situa-ciones dónde hay relación con lospadres, los niños/as son los que laspuntúan de forma menos negativa, valo-rando algo mejor las relaciones con la

madre. Los EAIAs muestran más pesi-mismo en la valoración de las relacionescon los padres y los acogedores se sitúana medio camino entre niños y profesio-nales (Tabla 8).

En general hemos observado que lasrelaciones con el padre están más some-tidas a variación según sea la familiapaterna o materna la que está con elniño; en cambio las valoraciones sobre lafigura materna son más estables. Losacogedores jóvenes puntúan las relacio-nes con los progenitores de forma más

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Tabla 7. Visitas de los padres a los hijos

baja y los adolescentes también. Los aco-gedores perciben que la relación de lasniñas con sus progenitores es mejor; encambio no hay diferencia de la variablesexo con respecto a la relación de losacogedores y los acogidos. En los casosacogidos desde el nacimiento coincideuna valoración más positiva de todas lasrelaciones intrafamiliares.

Referente a la valoración que hacenlos tres grupos sobre el comporta-miento del niño/a en casa, los apren-dizajes escolares, su salud y su rela-ción con los demás; todas las mediasestán por encima de los 3 puntos, ytodos coinciden en situar su salud porencima de los 4 puntos de media (Tabla9). Por el contrario, la más baja es la delos aprendizajes escolares (3,4 por partede los EAIAs). En general, los acogedoresson los que puntúan mejor a los ni-ños/as en estos cuatro ámbitos y encambio los EAIAs son un poco más dis-cretos. Los niños/as se autoevalúan peoren comportamiento y aprendizajes esco-lares. Las valoraciones bajan de forma

coincidente en los tres grupos cuandolos acogidos son adolescentes con res-pecto al comportamiento y a los aprendi-zajes.

De forma coincidente los tres gru-pos piensan que los acogimientos nofracasarán a corto medio plazo. La per-cepción es especialmente baja cuandolos acogedores tienen entre 45 y 65años, el núcleo familiar esta formado pordos acogedores y el acogimiento estáconstituido desde el nacimiento delniño/a. También coinciden en asegurarque tienen poca información sobre losrecursos existentes (medias que no lle-gan a los 3 puntos).

Un resultado no esperado es el de queno parece que los acogedores tenganpercepción de sentimientos de sole-dad (x–=1,91; σ=1,275) ni que se sientancansados (x–=1,86; σ=1,138). Se observaademás una discrepancia con los EAIAsque no están demasiado de acuerdo yperciben que los acogedores tienen mássentimientos de soledad (x– =2,94;

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Tabla 8: Positividad de las relaciones familiares percibida por cada uno de los tres grupos

Tabla 9: Valoración de cada uno de los tres grupos sobre el desarrollo de los niños en 4 ámbitos.

σ=1,007) y se encuentran más cansados(x–=2,99; σ=0,991) en el desempeño de surol, de lo que reconocen.

La percepción de si piensan quereciben el apoyo apropiado es modera-da con bastante coincidencia en losdos grupos (medias cercanas a 3). Entodo caso, perciben recibir menos apoyolos acogedores que tienen entre 66-86años, los que tienen acogidos a adoles-centes, los núcleos monoparentales y losacogimientos hechos con posterioridad.También coinciden acogedores (x–=2,40;σ =1,374) y EAIAs (x–=2,17; σ =0,939)cuando piensan que en general puedencompartir poco la experiencia dehacer de acogedores. Los acogedoresque pueden compartirla más son los másjóvenes, los que tienen más nivel deestudios y los que están en activo labo-ralmente. Acogedores y EAIAs coincidenen proponer cambios, tanto de mejoraeconómica como legal.

Los niños/as expresan poder com-partir moderadamente su experienciay la mayoría (87,7%) están muy deacuerdo con vivir con sus acogedores,los pocos que discrepan son mayoritaria-mente niñas y también los que seencuentran en los acogimientos másrecientes.

Los niveles de satisfacción con elacogimiento son muy altos coincidien-do los tres grupos: los acogedores(x–=4,75; σ=0,502); los niños/as (x–=4,69;σ=0,600); los EAIA respecto a como pien-san que están de satisfechos los acogedo-res (x–=4,01; σ=0,885) y respecto a losniños/as (x–=4,21; σ=0,764). Quizás sea

algo más baja la satisfacción con el acogi-miento en la adolescencia, y más alta sihay dos acogedores. También encontra-mos más satisfacción en los acogimientosconstituidos desde el nacimiento.

La satisfacción expresada por losniños/as con diferentes ámbitos de suvida es muy alta en general (Tabla 10),destacando por encima de todo la educa-ción que reciben de los acogedores(x–=4,58; σ=0,705), su salud y sus ami-gos y como más baja la satisfacción conla escuela (x–=3,89; σ=0,994). Las niñasse muestran más satisfechas con laescuela y los niños con la educación quereciben en casa de los acogedores. Engeneral se muestran menos satisfechosen la adolescencia con todos los ámbitosexcepto con respecto a la salud y el tiem-po libre, que no decaen.

Finalmente destacamos que los EAIAspiensan que no se debe disminuir el

seguimiento que hacen a los acogimien-tos en familia extensa, sino al contrario.En nuestro estudio, los acogimientosmás vulnerables en la mayoría de losámbitos estudiados son los que estánformados por: los acogedores que tienenmás edad, los acogedores que acogen aadolescentes, los núcleos monoparenta-les y los acogimientos hechos con poste-rioridad al primer año de vida del niño/a.

DISCUSIÓN

A la luz de los resultados obtenidos,que por una parte nos describen cómoson estos acogimientos y por la otra nos

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Tabla 10. Satisfacción expresada por niños/as con 5 ámbitos de la vida

aportan las percepciones y evaluacionesde los principales implicados, sus discre-pancias y sus coincidencias, lo primeroque constatamos es el grado de sinto-nía que tienen dichos resultados conlas otras investigaciones que se hanllevado a cabo.

En el estudio de Fernández del Valle,Alvarez-Baz y Bravo (2002) en Asturias,la media de edad del acogedor princi-pal es de 58,9 años y la del segundo aco-gedor de 56,6, de entre los 25 y los 90años (en nuestro estudio, 56,72 años).En el estudio de Pitcher (2002) en Ingla-terra la media de edad de los abuelos yabuelas era de 54 años. Y en este mismosentido, autores como Berrick, Barth yNeedell (1994), Dubowitz, Feigelman yZuravin (1993), Gebel (1996) y Le Prohn(1994) afirman que los acogedores enfamilia extensa en EUA tienden a tenermás edad que los acogedores en familiaajena.

Por lo que se refiere a la mayor repre-sentación femenina entre los acogedo-res, este dato es una constante en lamayoría de estudios (Benedict, Zuravin yStallings, 1996; Berrick et al., 1994;Dubowitz et al., 1993; Gebel, 1996; LeProhn, 1994; Scannapieco, 1999; Thorn-ton, 1991) y coincidiríamos también conel estudio de Villalba (2002) en Andalu-cía donde son las mujeres las que mayo-ritariamente asumen roles de cuidadoresde los familiares.

En cuanto a los distintos tipos deparentesco, los resultados de nuestroestudio aportan datos similares a los deFernández del Valle et al. (2002): abuelosmaternos (53,8%), abuelos paternos(26,2%), tíos maternos (8,1%), tíos pater-nos (6,9%), Primos (0,9%), hermanos(0,6%), otros (2,6%). La diferencia sobretodo se sitúa en la cifra de tíos mater-nos, más elevada en Barcelona. En EUA,los acogimientos están llevados a cabo,

en primer lugar, por las abuelas mater-nas, seguidas de las tías maternas(Dubowitz et al., 1993; Le Prohn, 1994;Scannapieco, 1999; Thornton, 1991). Porlo que se refiere al nivel formativo delos acogedores, vemos en otros estudiosdónde se comparan los acogimientos enfamilia extensa y los de familia ajena,como la mayoría de los segundos tienenniveles superiores de estudios (Berrick etal., 1994; Dubowitz et al., 1993; Gebel,1996; Le Prohn, 1994; Scannapieco,1999). También observamos este dato enAmorós et al. (2003) donde los acogedo-res de familia ajena sólo presentan un3% sin estudios y un 38% con estudiosuniversitarios.

Referente a los niños y niñas acogi-dos/as el porcentaje es similar en Astu-rias (Fernández del Valle et al. 2002)48,26% y 51,74% respectivamente. Ladistribución por edad es también prácti-camente la misma que en nuestro estu-dio: un 9,88% de 0-3 años; un 52,04%entre los 4 y los 11 años; y un 38,08%entre los 12 y los 17 años, con unamedia de edad de 9,7.

En general los estudios que hemosencontrado coinciden en que los acogi-mientos en familia extensa son máslargos en el tiempo y los niveles dereunificación familiar son más bajos(Berrick et al., 1994; Dubowitz et al.,1993; Scannapieco, 1999; Thornton,1991). Los acogedores que son parientesexpresan confianza en los niños y verba-lizan su voluntad de tenerlos todo eltiempo necesario (Berrick et al., 1994;Dubowitz et al., 1993; Gebel, 1996;Thornton, 1991). Consecuentementeestos autores (Berrick et al., 1994;Dubowitz et al., 1993; Iglehart, 1994;Scannapieco, 1999) afirman que los aco-gimientos en familia extensa son muyestables. Tantos años de acogimientoson cifras muy altas si tenemos en cuen-ta que es un recurso temporal según la

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legislación (las resoluciones administra-tivas de tutela son por un máximo de 1año, prorrogable). Este dato entra delleno en el debate siguiente: ¿Estos aco-gimientos deben tener el mismo trata-miento administrativo y técnico sison más estables?, o ¿Esta medida difi-culta el regreso con los padres? Por otraparte, según los autores (Broad, 2001;Pitcher, 2002) esta estabilidad es la queprefieren los niños y la que contribuye adar resultados más exitosos en cuanto asu desarrollo personal y social.

El número de núcleos monoparenta-les entre los acogedores es inferior enAsturias (en Catalunya son casi lamitad), alrededor de un 30% (Fernándezdel Valle et al., 2002); y muy superior enEUA. Los autores confirman que acos-tumbra a haber más núcleos monopa-rentales en los acogimientos en familiaextensa que en los acogimientos en ajena(Berrick et al., 1994; Dubowitz et al.,1993; Le Prohn, 1994; Scannapieco,1999).

El número de niños acogidos y eltamaño de las familias son concor-dantes con los datos de población gener-al; sobre el número de hijos, en el 1997,se había descendido a valores mínimos enEspaña (1,2 hijos por familia). Tambiénen Asturias, la mayoría de los acogimien-to en el momento del estudio (Fernándezdel Valle et al., 2002) tenían un soloniño/a acogido, en casi el 80% de lasfamilias. En Catalunya, los hogares con1, 2 o 3 personas en el 1996 ya significa-ban el 66,36% (población general). Detodos modos no se debe olvidar la cifra denúcleos formados por más de 5 personas,un 32,5 %, similar en Asturias (Fernán-dez del Valle et al., 2002), que represen-tan un 37,4%. En este punto es distintala realidad en los acogimientos en familiaextensa en EUA, los autores Brown,Cohon y Wheeler (2002) en su estudioobservan que el 50% de los núcleos famil-

iares dónde los niños están acogidos,acostumbran a estar muy poblados defamiliares y que comparten entre varios lacrianza del niño/a acogido/a.

Villalba (2002) nos destaca en suestudio que los padres se encuentranausentes y periféricos, un númeroimportante están muertos, y quizás haymayor presencia por parte de lasmadres, por lo tanto, datos parecidos anuestros resultados.

Sobre el tema de cómo entraron en elsistema, de quién fue la propuesta, losautores Brown et al. (2002) en su estu-dio en San Francisco exponen que lamayoría empiezan como acogimientosde hecho, por lo tanto la entrada en elsistema no supone ningún trauma deseparación para los niños, sólo implicasu regularización administrativa; porotro lado, los que están acogidos por losfamiliares a partir de una decisión delservicio de protección infantil, lamayoría ya estaban familiarizados con lacasa donde iban a vivir. En su estudio, el31 % de los casos fueron los acogedoreslos que se dirigieron a los servicios, ennuestro estudio casi el 70%, esto podríasuponer una capacidad de protecciónpor parte de los familiares a la vez que laexistencia de una red que sirve de factorde protección. Cuando se les pregunta alos niños si tomaron parte en la decisión(Brown et al. 2002), la mayoría o no lorecuerdan porque eran pequeños, osegún ellos la decisión ya estaba tomadaporqué ya vivían allá. Muchas veces norecuerdan los hechos concretos quemotivaron el acogimiento, pero todos tie-nen la sensación de que los familiaresevitaron que siguieran en una situaciónde dificultad. Pitcher (2002) en su estu-dio expone que un 40 % de los familiaresconocían la situación de riesgo de losniños pero los padres no los permitíanayudar y los servicios sociales tampococomprendían la demanda de ayuda que

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les hacían. Opinan que cuando necesi-tan mucho apoyo es al inicio, que engeneral o bien no saben como pedirlo obien tienen miedo de hacerlo.

El alto porcentaje de drogodependen-cia (53,8%) es similar al que se observaen otros estudios sobre acogimientos enfamilia extensa y en general en protec-ción infantil. Pitcher (2002) en su estu-dio expone que las 2/3 partes de lamuestra de los casos tenían que ver conuna situación de drogadicción de lospadres.

Referente al tema de las visitas, Fer-nández del Valle et al. (2002) explicaque casi en la mitad de los casos de suestudio había dejado de haber relaciónentre padre e hijos y sólo lo visitaban deforma periódica entre un 10 % y un 13 %, por lo tanto podría ser bastanteparecido a la situación de Barcelona.Autores como Pecora, Le Prohn y Nasuti(1999) y Le Prohn, (1994), exponen quelos acogedores en familia extensa sien-ten la responsabilidad de mantener elcontacto con los padres biológicos de losniños, en contraste con los acogedoresajenos que no recae en ellos esta res-ponsabilidad. En nuestro estudio en lamitad de las visitas están los acogedorespresentes.

Entrando en el tema de las percepcio-nes, los autores Berrick, Needell y Barth(1999) plantean el debate de si los acoge-dores y niños tienen a menudo miedo delas respuestas de los trabajadores antesus circunstancias y a veces están pocodispuestos a revelar toda la información.Estas dinámicas pueden provocar quesea difícil por parte de los profesionalesestar bien informados sobre el bienestardel niño; y por lo tanto éste podría cons-tituir un posible sesgo en algunos casos.Los autores Starr, Dubowitz, Harringtony Feigelman (1999) en un estudio conadolescentes que viven con la familia

extensa, exponen que la utilización demúltiples informantes atenúa los ses-gos presentes en cada grupo. En nuestroestudio los múltiples informantes pue-den ayudar a tener una idea más com-pleta del fenómeno de los acogimientos.A nuestro modo de ver, los resultadosson interesantes por tres razones:

— Cada persona de cada muestra novalora una situación genérica nihipotética, sino que se valoran laspersonas y situaciones concretas yconocidas.

— Está representada la voz de losniños/as y adolescentes.

— Se pueden observar las coinciden-cias y las discrepancias de los tresconjuntos de población.

Pitcher (2002) en su estudio encontróque los acogedores puntuaban de formamuy positiva la relación con el niñoque tenían acogido. Mostraban unagran predilección por él. Estos senti-mientos eran mutuos si se les pregunta-ba a los niños. También valorabanmucho el contacto con el resto de lafamilia. Los autores Shore, Sim, LeProhn y Keller (2002) en su estudio con-cluyen que las percepciones de los aco-gedores de la familia extensa con respec-to al comportamiento de los niños aco-gidos tanto en casa como en la escuelason positivas, en comparación con losacogidos en familias ajenas que obtienenunas puntuaciones más altas con res-pecto a problemas de comportamiento ymenos nivel competencial. En nuestroestudio, son los acogedores los que emi-ten puntuaciones más altas con respectoal desarrollo de los niños acogidos;incluso más que los propios niños. Unade las cuestiones del debate es si hay unsesgo en el sentido que los acogedores enfamilia extensa tienden a minimizar losproblemas que pueda haber cuando se

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les pregunta y en cambio los acogedoresen familia ajena tienden al contrario, asobrevalorar los problemas que ocasionael chico acogido. Habrían tres posiblesexplicaciones a esta diferencia de per-cepciones (Kéller et al., 2001; en Shoreet al. 2002). Estas son:

— kinship effects: Se refiere a lascaracterísticas propias de los aco-gimientos con familia extensa, queprocuran por el mantenimiento delas relaciones familiares, lo que damayor estabilidad y en consecuen-cia reduce el potencial de proble-mas de comportamiento en losniños.

— selection effects: El sólo hecho queexista familia dispuesta a acoger,ya denota un sistema de apoyomás funcional en la familia de losniños, que también revierte en subienestar.

— rater effects: Los acogedores ajenosestán más profesionalizados (hanpasado cursos de formación) y porlo tanto son más expertos a la horade detectar problemas de compor-tamiento y poder también reclamarservicios.

Pitcher (2002) dice que un 56% de losacogedores no informan de ningún pro-blema de los niños, un 45% de algúnproblema comportamental y un 19% deun problema de comportamiento másserio. En nuestro estudio, con respecto alcomportamiento del niño, un 77,1% delos acogedores considera que es entrebastante y muy normal. Otros autorestambién han encontrado algunos resulta-dos sobre si presentan más o menos pro-blemas de comportamiento. En esta líneahemos visto como Berrick et al. (1994)informa que los niños en edad escolaracogidos por los parientes tienen menosproblemas de comportamiento que los

acogidos fuera de la familia. Benedict(1996) afirma que los niños acogidos porla familia son menos proclives a desarro-llar problemas de desarrollo y de compor-tamiento. Autores como Gebel (1996) yShore et al. (2002) encuentran que losacogedores de la familia extensa puntúanmejor a sus niños que los acogedores aje-nos. En esta misma línea que exponen lamayoría de los autores, Villalba (2002)muestra también que las acogedoras per-ciben de forma positiva los hábitos desus nietos en casa y el rendimiento esco-lar, teniendo presente también que puedehaber un sesgo de percepción y de sobre-valoración.

Pitcher (2002) expone que un 32% delos acogedores verbalizan una necesidadeconómica y un 24% que necesitanayuda en la crianza del niño, sobre todoen momentos puntuales. Perciben sen-sación de cansancio debido a la edad,pero el tener que cuidar del niño les damás fuerzas. Se muestran preocupadospor el futuro, si ellos mueren o enfer-man. Casi nadie conoce otros acogedo-res en su situación. Un 60% no tienecon quien hablar, perciben tener senti-mientos de aislamiento social. Algunosestudios como el de Pitcher (2002) ocomo el de Villalba (2002) nos marcan lacaracterística que los acogedores tienensentimientos de soledad. No queda refle-jado en nuestro estudio con respecto a lapercepción que ellos muestran, pero si lapercepción de los profesionales, una dis-crepancia clara de percepción.

Todos los estudios encuentran gran-des deficiencias con respecto al apoyoque reciben los acogedores: el 91% delos acogedores no han recibido ningunaformación al inicio (Berrick et al., 1994);se les ofrecen menos servicios y menosapoyo que a los acogimientos ajenos ytambién se hace menos seguimiento alos niños (Berrick et al., 1994; Iglehart,1994; Gebel, 1996).

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En nuestro estudio hay un 20,6% delos niños que no explican que estánacogidos, a nadie o a casi nadie, y un36,5% que lo explican a algunas perso-nas. Esta es una cuestión relevante por-que cuándo se les pregunta porque no loexplican, la respuesta más mayoritariaes porque no sabrán que responder apreguntas tipo: ¿Porqué no vives con tuspadres?, ¿Qué les pasa a tus padres? Enel estudio de Pitcher (2002) también seobserva esta cuestión: los niños quierenayuda de como explicar a sus amigosporque no viven con sus padres. A nues-tro modo de ver es muy importante cono-cer esta realidad y respetarla con el finde, por un lado, no vulnerar su ritmo ysu intimidad (por ejemplo no citarlos enhorario escolar); y por el otro, poder ayu-darlos a afrontarlo.

Finalmente, Villalba (2002) tambiénconcluye que los acogedores percibenuna satisfacción con la vida entre mediay alta, y expresan que el hacerse cargo delos nietos les da sentido a su vida. Faltanestudios comparativos para poder con-trastar estos datos con niños en situacio-nes de acogimiento residencial y confamilia ajena, sobre todo por lo que serefiere a la opinión de los propios niños.

A la luz de estos resultados y su con-traste con otros estudios, la investiga-ción prosigue en distintas vías. Por unlado, la profundización en el análisis delas coincidencias y discrepancias de lostres agentes implicados; y por otro lado,hemos implementado un programa degrupos de ayuda mutua de acogedoresde familia extensa en Barcelona.

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