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S 57 Volumen 78 - Suplemento 1 Accidentes en la infancia: Su prevención, tarea prioritaria en este milenio PATRICIO ROMERO P. 1 1. Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Sur. Facultad de Medicina Universidad de Chile. Comité Traumatismos, Envenenamientos y Violencias. Sociedad Chilena de Pediatría. ABSTRACT Accidents in pediatrics: the millennium challenge Accidents and violence represent in Chile and Latinoamerican countries one of the leading mortality causes. Epidemiologic features of these health problems are described, with emphasis in prevention strategies. Key words: chilhood accidents, epidemiology, traumatisms, violence, strategies, intervention. Rev Chil Pediatr 2007; 78 (Supl 1): 57-73 RESUMEN Los traumatismos derivados de accidentes y violencias continúan representando en Chile y en muchos otros países latinoamericanos, la principal causa de muerte, entre los mayores de un año y hasta la edad adulta (46 años). Son importante causa de ingresos hospitalarios y consultas a los servicios de urgencia. Se describen las características epidemiológicas de accidentes y violencias, los accidentes y amenazas más frecuentes y los más notables que por su gravedad y trascendencia afectan al niño chileno. Se hace énfasis en la prevención de los más importantes y se enumeran las estrategias de intervención propuestas. (Palabras clave: Accidentes infantiles, epidemiología, traumatismos, violencias, estrategias, interven- ción). Rev Chil Pediatr 2007; 78 (Supl 1): 57-73 Correspondencia a: Dr. Patricio Romero P. E-mail: [email protected] Rev Chil Pediatr 2007; 78 (Supl 1): 57-73 Los traumatismos derivados de accidentes y violencias continúan representando en Chile, y en muchos otros países latinoamericanos, la principal causa de muerte entre los niños mayo- res de un año, circunstancia que por lo demás se extiende hasta la edad adulta (46 años). Se estima que por cada muerte por trauma, se provocan 18 ingresos hospitalarios y alrededor de 200 consultas a los servicios de urgencia. Aunque el total de niños lesionados en nues- tro país ha disminuido globalmente, su relevan- cia como problema de salud pública persiste y sus consecuencias continúan siendo de la ma- yor trascendencia por su magnitud e impacto

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Accidentes en la infancia: Su prevención,tarea prioritaria en este milenio

PATRICIO ROMERO P.1

1. Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Sur. Facultad de Medicina Universidad de Chile. Comité Traumatismos,Envenenamientos y Violencias. Sociedad Chilena de Pediatría.

ABSTRACT

Accidents in pediatrics: the millennium challenge

Accidents and violence represent in Chile and Latinoamerican countries one of the leading mortalitycauses. Epidemiologic features of these health problems are described, with emphasis in preventionstrategies.Key words: chilhood accidents, epidemiology, traumatisms, violence, strategies, intervention.Rev Chil Pediatr 2007; 78 (Supl 1): 57-73

RESUMEN

Los traumatismos derivados de accidentes y violencias continúan representando en Chile y en muchosotros países latinoamericanos, la principal causa de muerte, entre los mayores de un año y hasta la edadadulta (46 años). Son importante causa de ingresos hospitalarios y consultas a los servicios de urgencia.Se describen las características epidemiológicas de accidentes y violencias, los accidentes y amenazas másfrecuentes y los más notables que por su gravedad y trascendencia afectan al niño chileno. Se hace énfasisen la prevención de los más importantes y se enumeran las estrategias de intervención propuestas.(Palabras clave: Accidentes infantiles, epidemiología, traumatismos, violencias, estrategias, interven-ción).Rev Chil Pediatr 2007; 78 (Supl 1): 57-73

Correspondencia a:Dr. Patricio Romero P.E-mail: [email protected]

Rev Chil Pediatr 2007; 78 (Supl 1): 57-73

Los traumatismos derivados de accidentesy violencias continúan representando en Chile,y en muchos otros países latinoamericanos, laprincipal causa de muerte entre los niños mayo-res de un año, circunstancia que por lo demásse extiende hasta la edad adulta (46 años). Seestima que por cada muerte por trauma, se

provocan 18 ingresos hospitalarios y alrededorde 200 consultas a los servicios de urgencia.

Aunque el total de niños lesionados en nues-tro país ha disminuido globalmente, su relevan-cia como problema de salud pública persiste ysus consecuencias continúan siendo de la ma-yor trascendencia por su magnitud e impacto

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en cuanto a sufrimiento humano, a los notablescostos sociales y económicos para la familia, elestado y las organizaciones de salud privadas,así como a las discapacidades físicas y psíqui-cas que afectarán a la víctima y su entorno.

La prevención de los accidentes es un tareafundamentalmente educativa y formativa, en laque necesariamente se considerarán además,la utilización de recursos de ingeniería, diseño ytecnología, de seguridad ambiental, control yvigilancia, formulaciones legislativas y judicia-les, que permitan proponer y obtener los cam-bios de conductas en las personas, anticipar eidentificar las situaciones o acciones de riesgo,reconocer los ambientes peligrosos, procuran-do la protección de niños que por su edad ocondición, no sean capaces de reconocer losriesgos para su salud e integridad.

En este contexto, los profesionales de lasalud, así como las sociedades que los agrupan,adquieren un rol principal en la tarea preventi-va, en cuanto a considerar como significativa,su opinión técnica y el consejo educativo ynormativo que logren difundir.

En naciones desarrolladas se han aplicadocon éxito programas de intervención que mues-tran una importante disminución de la mortali-dad por esta causa. Esta se calcula en alrede-

dor del 30%, aplicando determinados modelospreventivos. Las estrategias y resultados de suaplicación se observan en la tabla 1.

Sin embargo, estimaciones en la poblacióngeneral de la contribución de cinco factores deriesgo en colisiones del tráfico en Estados Uni-dos (EUA) entre los años 1982 y 2001, demos-tró que disminuir el uso de alcohol entre losconductores y el aumento en la utilización delcinturón de seguridad por ocupantes, provocóuna sustancial reducción en la mortalidad porchoques vehiculares.

Desde una mirada más general, se recono-ce la particular vulnerabilidad de los niños a losriesgos ya no sólo por traumas por accidentes yviolencias, sino además por otras amenazasambientales, y esta convicción ha impulsado lapromoción y el desarrollo de iniciativas de ca-rácter y estrategias más globales que permitana los niños vivir en ambientes más seguros ysaludables.

La Organización Mundial de la Salud (OMS)promueve desde hace algún tiempo la forma-ción y organización de los Centros de Salud dePediatría Ambiental cuyos propósitos son pro-curar la apropiada información, la investiga-ción, el diagnóstico epidemiológico, las medidasde prevención primaria así como las estrategias

Tabla 1. Circunstancia, estrategia de prevención aplicada y estimación del porcentajede vidas salvadas en EUA*

Circunstancia Estrategia %Disminución

Ocupantes de vehículos Bolsas de aire, cinturones de seguridad 40,0

Peatones Educación a la comunidad 39,2

Motociclistas Cascos 15,1

Ciclistas Cascos 65,9

Inmersión Rejas en piscinas, prevención de accidentes en bañerasControl sobre el uso de alcohol en adolescentes 58,4

Quemaduras Detectores de humo, cigarrillos auto extinguibles 63,2

Intoxicaciones Envases seguros, control de muerte por CO 59,6

Caídas Rejas en ventanas 42,1

Violencia por armas de fuego Eliminar o poner en resguardo armas de fuego en el hogar 36,8

Total 31,1

* Estados Unidos de América

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de manejo, de los problemas medioambientalesidentificados y que afecten a las distintas regio-nes, entregando además educación, capacita-ción y apoyo técnico a los autoridades e institu-ciones involucradas.

En este mismo contexto dicha organizaciónha planteado, por ejemplo, a requerimiento de laComunidad Europea, y en el marco de la Cuar-ta Conferencia Ministerial de Ambiente y Salud2004 denominada “El futuro de nuestros niños”,una serie de recomendaciones incluidas en undocumento, denominado, Children’s Environ-ment and Health Action Plan for Europe(CEHAPE).

Este plan de acción destaca cuatro postula-dos de salud prioritarios y principales para estospaíses, y que en consideración a las informacio-nes disponibles de la realidad sanitaria en Amé-rica del Sur y Caribe, pueden ser también apli-cados, con los necesarios resguardos, a nues-tras comunidades. Se plantearon entonces lossiguientes propósitos principales:

- Proveer la disposición de agua limpia y se-gura, que permita prevenir y reducir, la morbi-mortalidad por trastornos gastrointestinalesy otros efectos sobre la salud infantil.

- Asegurar la protección contra lesiones, evi-tando y disminuyendo las consecuencias detraumas y violencias sobre la salud de losniños, y promoviendo además una adecuaday segura actividad física, desarrollada enambientes y condiciones apropiadas, librede riesgos, y que aminore asimismo las con-secuencias implícitas de una vida sedenta-ria.

- Prevenir y reducir la enfermedad respirato-ria, atribuida a la contaminación intra y extradomiciliaria y asegurando el derecho de to-dos los niños de vivir en un ambiente nocontaminado.

- Disminuir el riesgo de enfermedad y disca-pacidad derivados de la exposición a agen-tes químicos (metales pesados por ejemplo),agentes físicos, a trabajos y ambientes peli-grosos, para niños y embarazadas.

Parece obvio que estos postulados no sóloson aplicables para poblaciones infantiles deregiones de mejor nivel socioeconómico, sino

que con mayor urgencia y dramática necesi-dad, aunque con diferentes prioridades, tam-bién para las regiones del tercer mundo. Basta-rá reconocer las realidades epidemiológicas depaíses sudamericanos, afectados por gravesproblemas sanitarios y de salud ambiental, don-de aún la diarrea, la desnutrición y las enferme-dades respiratorias bajas, son principal causade mortalidad infantil.

De gran utilidad será entonces promoverproyectos que aseguren, por ejemplo, la ade-cuada disposición de agua potable y apropiadahabilitación sanitaria, especialmente entre laspoblaciones rurales y en aquellas de pobrezaextrema, distribuidas extensamente en la regiónde América Latina y el Caribe.

Al analizar las principales causas de morta-lidad en menores de 5 años en las poblacionesde las regiones mencionadas (figura 1), es ra-zonable colegir que las estrategias de interven-ción en prevención primaria que se puedanorganizar, poner en marcha y aplicar sobre lasenfermedades respiratorias, lesiones por acci-dentes, enfermedades infecciosas y desnutri-ción, todas ellas esencialmente prevenibles, yque corresponden aproximadamente al 30% detodas las causas de muertes estimadas, provo-cará un impacto enorme en cuanto a la dismi-nución de las cifras de morbi-mortalidad.

Para encarar integralmente el problema enla región, probablemente se requiera definir unaadecuada clasificación de los distintos paísesque la conforman, ordenándolos de acuerdo adiferentes parámetros que los agrupen en rela-ción por ejemplo a sus tasas de morbi-mortalidadinfantil, y otros medidores e indicadores queidentifiquen diferencias en lo económico, social,político y demográfico, de un determinado paíso sub región, y permita reconocer los riesgos decada población. Con estos antecedentes se po-drán definir programas, estrategias e interven-ciones que permitan disminuir el impacto sobreuna determinada población o región.

No es tarea fácil porque es evidente que lasdiferencias de desarrollo en salud, entre cadapaís, pueden ser muy substanciales, incluso enpoblaciones del mismo país, como ocurre enregiones del noreste de Brasil, norte de Argen-tina, comunidades rurales e indígenas de paísesandinos, comparadas con zonas urbanas de las

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mismas regiones. Para disponer de suficientesy apropiados datos será importante recabar delos antecedentes y resultados que organizacio-nes como OMS u OPS, han acumulado, asícomo revisar los datos epidemiológicos ybioestadísticos que en varios de estos países,son limitados, parciales, o definitivamente au-sentes, de acuerdo a las publicaciones disponi-bles.

No obstante, las limitaciones y dificultadesque entorpecen la tarea, es impostergable yurgente propiciar, definir y llevar a acción yefecto las prioridades programáticas y las inter-venciones, que la región en general y cada paísen particular, requieren y con dramática urgen-cia, especialmente las poblaciones más vulne-rables y deprimidas.

La tarea es entonces, mejorar la salud am-biental (disminuyendo tasa de enfermedadesinfecciosas), aminorar la contaminación (queincrementa el número de enfermos respirato-rios, asma, etc), evitar traumas y discapacidadesoriginadas en accidentes y violencias, otorgan-do la apropiada disposición de agua potable a lapoblación (previniendo diarreas, desnutrición, yenteroparasitosis). Protegiendo a las familiasde la contaminación de los alimentos, del aguay de la tierra, en particular, entre las poblacio-

nes más sensibles como los niños y embaraza-das, respecto a químicos como los herbicidas,pesticidas, bifenilos, plomo, arsénico, o a radia-ciones de distinta índole, cuyos efectos poten-ciales incluyen entre muchos otros daños, cán-cer, trastornos genéticos, trastornos psicomo-tores, del comportamiento y de la inteligencia.

Respecto a los riesgos ambientales por lacontaminación irresponsable, adquiere enormeimportancia por las consecuencias que dramá-ticamente conocemos en el pasado reciente, yque adquiere en la actualidad, y especialmentepara la seguridad sanitaria y la protección parauna vida saludable que estamos otorgando a lasgeneraciones futuras.

No hay duda que la calidad ambiental actuales diferente en casi todo a como se percibía yrespiraba 40 a 50 años atrás. Desde el términode la segunda guerra mundial, la elaboración dequímicos sintéticos no se ha detenido y en laactualidad existen más de 80 mil productos, delos cuales aproximadamente 3.000 son poten-cialmente tóxicos y peligrosos para los niños;de estos químicos, se producen más de unmillón de toneladas al año, que se distribuyenampliamente en la atmósfera que respiramos ocontaminan la tierra y los frutos con los que nosalimentamos.

Figura 1. Fuente: Estimacionesde la Unidad de Salud del Niño ydel Adolescente (FCH/CA), conbase en datos de la Unidad deAnálisis de la situación de Saludy Tendencias (AIS). Organiza-ción Panamericana de la Salud(OPS). 2004.

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Ejemplo de las graves consecuencias seencuentran a diario, en la historia y en la memo-ria colectiva. Son ejemplos, entre otros muchos,los casos de niños australianos afectados porun brote de intoxicación plúmbica, los niñoscomprometidos en Antofagasta (Chile) por efec-to del arsénico vertido al ambiente, los casos deFocomelia secundarios al uso de Thalidomida ylos efectos del Dietilbestrol, en mujeres emba-razadas, las miles de víctimas por consecuenciade las radiaciones en Hiroshima, Nagasaki, pos-teriormente en Chernobyl, y en días más cerca-nos, las graves contaminaciones químicas ennuestro país, como es el caso, de lo ocurrido enla zona de Valdivia, que afecta el ambiente ylas personas, y ha sido motivo de reiteradosllamados de resguardo y atención en diferentespublicaciones científicas, y por organizacionesque agrupan a profesionales e investigadoresde la salud pública nacional.

Recientes comunicaciones dan cuenta delimpacto que las diferentes amenazas ambienta-les afectan a los niños. Así por ejemplo en lospaíses europeos la muerte de más de 22.000niños entre 0 y 4 años, es atribuida a la conta-minación extra e intradomiciliaria, más de 13.000niños, entre 0 y 14 años mueren por causasoriginadas en deficientes condiciones sanitariasy aguas contaminadas, y los niños entre 0 y 4años sufren la pérdida de alrededor de 480.000años de vida ajustados por discapacidad, oca-sionados por la exposición al plomo y evaluadocomo retardo mental leve (definido con rangode Coeficiente intelectual entre 50 y 70).

En cuanto a las lesiones y traumas origina-dos en accidentes y violencias, dichas referen-cias las describen como causa del 22,6% detodas las muertes entre los niños de 0 a 19 años,y del 19% de pérdida de años de vida ajustadospor discapacidad, en similar grupo de edad.Tales dramáticas cifras se repiten en otroslugares. En Estados Unidos de América, serefiere que el año 1999, 17.940 niños menoresde 19 años perdieron la vida por esta causa,cifra mayor que todas las otras causas de muertecombinadas. Se agrega además que la circuns-tancia origina 10 millones de consultas en lasunidades de emergencia, y similar cifra en con-sulta en la atención primaria, y representa laprincipal causa de hospitalización en niños

(aproximadamente 300.000 ingresos por año).En los países de América Latina las cifras

son semejantes; en Chile por ejemplo, las lesio-nes derivadas de accidentes y violencias co-rresponde a la primera causa de muerte en losniños de 1 a 18 años, son la primera causa dehospitalización respecto a todas las otras cau-sas en Hospital pediátrico en el área Metropoli-tana en Santiago. Ellos son además el principalorigen de años de vida perdidos y muerte pre-matura, y representan el 5% de los egresos enUnidad de Cuidados Intensivos pediátricos es-tatales.

Aunque impresionan las cifras en cuanto anúmero de afectados, fallecidos y consultas porla circunstancia, el impacto económico es tam-bién enorme. Se publica que en EUA se gastanen cada año, billones de dólares en costos di-rectos e indirectos. El año 1992 por ejemplo, sedescribe que el costo respecto de todas laslesiones en niños menores de 15 años, fue de254 billones.

El costo de un programa de prevención enaccidentes infantiles a nivel nacional que seestima, como se mencionó, logre una importan-te disminución de la morbilidad y una reducciónde la mortalidad en alrededor de un 30%, ten-drá una relación costo beneficio enormementefavorable, aplicando medidas simples y prácti-cas, control y evaluación de actividades y resul-tados, y acotadas a la realidad epidemiológicade las distintas regiones del país. Dicha iniciati-va implicará un compromiso transversal, quecompromete a los poderes del estado en suconjunto, instituciones y organizaciones invo-lucradas en la protección y educación del niño,y en especial, a la familia, informada y respon-sable inmediata del crecimiento integral del niño.

Accidentes y amenazas en la infancia

Prevención y estrategias de intervenciónTranscribir las estrategias de intervención

que incluyan todos las amenazas ambientales,supera ampliamente los márgenes de esta des-cripción, por lo que las páginas siguientes secorresponden y son referidas, a la prevenciónprimaria de las lesiones, y sólo en aquellasoriginadas en traumas y accidentes.

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Como es reconocido, los daños provocadospor accidentes deberán ser entendidos, comocualquier otra enfermedad, ya que posee unhuésped (víctima o sujeto enfermo o lesionado),un agente que lo origina, interactuando con elambiente, triada que define las condiciones ocircunstancias, que hacen factible la lesión oinjuria. Conceptualmente entonces será posibleconsiderar intervenciones que podrán evitar omodificar el pre evento, el evento mismo y loque sucederá posteriormente, y la acción quese realice, se hará sobre el agente causal, elhuésped y la condición o circunstancia ambien-tal; el éxito de la intervención será mayor, cuan-do todas estas etapas son consideradas en suconjunto.

El enfoque actual del control de estas lesio-nes ha modificado el criterio de que los acci-dentes son esencialmente, eventos o circuns-tancias aleatorias ("mala suerte"), que no sepueden predecir y no son prevenibles, cambian-do al concepto de que la mayoría de ellos, sonevitables, de alguna manera predecibles y ocu-rren en situaciones o ambientes de riesgo, iden-tificadas y potencialmente controlables.

Las intervenciones disponibles al respecto,se incluyen en tres grandes grupos:- Promover cambios por medio de la educa-

ción, persuasión, o protección (en el caso delos niños menores).

- Impulsar las modificaciones en los ambien-tes de riesgo y estimular las modificacionesde las estructuras e ingeniería involucradas.

- Disponer las leyes que refuercen las medi-das preventivas, disminuyendo los riesgos,sobre el huésped o vigilando que leyes oreglamentos sean cumplidos y/o los infrac-tores sancionados, según corresponda.

Paradigma de lo descrito es la situación deun niño escolar, peatón que ha sido atropelladopor un vehículo motorizado. En esta circunstan-cia la intervención incluirá la educación referi-da a enseñanza por medio del ejemplo que lospadres le pueden otorgar al niño, respecto a lamanera que se deberá comportar en la víapública, educarlo respecto a leyes del tránsito,el uso de ropas reflectantes que lo protejan. Encuanto al ambiente, es probadamente útil lacompleta separación física entre vehículos y

niños (vallas, pasos peatonales elevados, seña-les del tránsito, etc) y respecto al agente (vehí-culo) el control policial de la velocidad, la pro-moción de conductores responsables y respe-tuosos de las ordenanzas de tránsito, drásticassanciones a los infractores, etc.

Acaecido el accidente y el trauma ulterior,la intervención incluirá la puesta en marcha deun adecuado sistema de rescate y transportedel lesionado, así como un eficaz manejo de lareanimación inicial en el lugar de accidentecomo en la unidad de emergencia (prevenciónsecundaria).

Cabe recordar la trascendencia que ha teni-do la obligatoriedad del uso del cinturón deseguridad para ocupantes de vehículos en Chi-le, y el impacto que ello ha implicado respectoal significativo aumento de su uso, y la consi-guiente disminución de lesiones graves. Agre-gar el uso de sillas apropiadas en diseño ycolocación, para niños pequeños en vehículosque los transportan, en EUA ha incidido en unadisminución estimada de la letalidad en 69%entre los lactantes y de 47% en los niños mayo-res.

Los antecedentes de experiencias acumula-das, no obstante, permiten colegir que rara vezlos cambios de conductas a través de la educa-ción o persuasión son completamente exitosos,y las intervenciones deben necesariamente in-cluir todos los factores involucrados.

A mayor abundamiento, aquellos programasque han demostrado mayor eficacia, destacanenfatizar no sólo el riesgo o daño que puedenprovocar determinadas conductas, sino que ade-más las fortalezas y debilidades de los compor-tamientos alternativos, que incluyan por ejem-plo incentivos en descuentos en el monto de losseguros para aquellos conductores no “acciden-tógenos”, o que utilicen vehículos con adita-mentos estructurales de seguridad, y multas openas severas para los que conducen bajo losefectos de alcohol, drogas y/o contraviniendogravemente las leyes del tránsito o utilizandovehículos en precarias condiciones.

A continuación se transcribe un análisis delas principales causas de accidentes graves enChile, sus características epidemiológicas y unabreve reseña de las medidas de prevenciónrecomendadas en cada caso.

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Lesiones derivadas: Su circunstancia yprevención

En la tabla 2 se puede observar la distribu-ción de niños fallecidos por edad y causasexternas en Chile, en resultados proporciona-dos por el Instituto Nacional de Estadísticas, enel año 2000.

En el año 2000 en Chile murieron alrededorde 1.000 niños por las denominadas causasexternas. Tres tercios de las muertes fueron nointencionales. La principal causa de decesofueron los originados en accidentes automoto-res, como peatones y ocupantes. La asfixia porinmersión fue la primera causa aislada de muer-te. Esta, junto a las quemaduras afecta prefe-rentemente a niños menores de 4 años. Comose observa además en la tabla 2, las lesionesintencionales representan una muy importantecifra de fallecidos, y comprometen especial-mente a adolescentes mayores.

En esta tabla no se incluyeron los niños

fallecidos cuyas causas se desconocen o seignora si fueron intencionales o no.

Accidentes en peatones

Ninguna otra lesión provoca más pérdidasde vidas en los niños que los accidentes ocasio-nados por vehículos motorizados. Sin embargo,a diferencia de lo que ocurre en países desarro-llados, la principal causa de accidente fatal es elprovocado por atropello, actuando la víctima, elniño, como peatón.

Como es sabido, en nuestros países aún lascondiciones de seguridad en que se desenvuel-ven los niños en calles y carreteras es muyprecario, y está definitivamente confirmado quela disminución del número de niños que cami-nan solos (no acompañados de personas res-ponsables) en la calle, aminora sustancialmenteel número de lesionados. Ello explica la impor-tante disminución (49%) de víctimas fatales por

Tabla 2. Causas externas: Fallecidos agrupados de acuerdo a edad y circunstancia(INE. MINSAL. Chile, año 2000)

Menor 1 1 a 4 5 a 9 10 a 14 15 a 19 Totalaño años años años años

No intencionales

Asfixia inmersión 10 64 4 26 61 165

Peatones 0 35 32 24 44 135

Ocupantes vehículos 3 16 21 17 57 112

Quemados 8 30 15 9 18 80

Sofocación 45 9 1 0 1 61

Intoxicación 0 4 12 13 28 57

Caídas 4 7 8 12 15 48

Ciclistas, motos 0 0 0 1 10 11

Armas de fuego 1 0 0 0 5 6

Procedimientos médicos 2 0 1 3 2 8

Misceláneos 5 15 20 0 0 40

Intencionales

Homicidios 5 9 2 5 108 129

Suicidios 0 0 0 14 114 128

Total 83 189 116 124 462 968

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la causa en EUA; en Inglaterra se ha encontra-do que la proporción de niños, escolares entre 7y 8 años de edad, que caminan sin compañíahacia o desde la escuela, ha disminuido de un80% que era en 1971 a sólo el 9% en 1990, loque resultó en una disminución proporcional delnúmero de lesionados.

Otros factores de riesgo importantes en estetipo de accidentes, son en primer lugar la edad;los niños más pequeños, especialmente aque-llos del sexo masculino, están expuestos a lasamenazas del tráfico las que exceden sus habi-lidades cognitivas, de desarrollo, comportamien-to, sus condiciones sensoriales y físicas. Lacircunstancia es agravada ya que a menudo lospadres sobrestiman las capacidades de sus hi-jos en su actuar como peatones, en los lugaresde juego, en la calle, y son dañados cerca de suhogar, en estacionamientos o pasajes, por vehí-culos que al retroceder inadvertidamente losatropellan. Con trágica frecuencia los conduc-tores son parientes o vecinos de la víctima.

Los niños mayores, entre 5 y 9 años, sonparticularmente vulnerables a este tipo de acci-dente, representan el grupo de edad más afec-tado, en especial niños varones que en conside-ración a sus perfiles de comportamiento y con-ducta, su falta de experiencia y su peculiaratrevimiento, muestran un riesgo dos vecesmayor que las mujeres, y esta proporción setriplica u cuadriplica, cuando se registran sólolos lesionados críticos o con daño letal. Losniños son impulsivos, carecen de la capacidadde evaluar la velocidad, relación espacial y ladistancia del vehículo que enfrentan. Sus capa-cidades auditivas, visuales, la percepción deprofundidad, y habilidad para analizar el riesgo,se integran gradualmente y no son completa-mente maduras al menos, hasta los 10 años.

Otro factor de riesgo relevante y de másdifícil resolución, es la condición socio econó-mica del niño. Es ampliamente reconocido queel riesgo es inversamente proporcional a lacondición económica y al nivel educacional delos padres. El problema se deriva en particularpor los riesgos ambientales a que están someti-dos, la falta de una protección apropiada de suscuidadores, y la educación ejemplar que lospadres puedan impartir a los niños mayores. Suquehacer se desenvuelve en comunas densa-

mente pobladas, con escaso control policial so-bre los conductores, ausencia de protectores deambientes o señalizaciones y en especial unacarencia de lugares de esparcimiento, deporti-vos o de juegos, protegidos, seguros y disponi-bles. Como se mencionó el niño caminando soloo jugando en la calle es el primordial riesgo.

De acuerdo a la tabla citada, la mayor fre-cuencia de lesionados ocurre por la acción im-prudente de niños entre 5 y 14 años, en circuns-tancia de cruzar la calle en mitad de la cuadra.Los niños que sufren traumas con resultadofatal son habitualmente varones dañados ensituación de juego, o en viaje desde o hacia laescuela, ocurre en horas de la tarde, en calles ycarreteras de alto tráfico y que sufren a conse-cuencia del impacto, graves daños cráneo-encefálicos o cervicales. Esta descripción ca-racteriza el perfil clínico y epidemiológico delniño chileno fallecido por accidente peatonal.

El análisis de 2.690 egresos hospitalizadosen una unidad de Cuidados Intensivos en unperíodo de 8 años, entre 1993 y 2002, demostróque el 8% del total correspondieron a lesionestraumáticas derivadas de accidentes, el prome-dio de edad fue de 7 años, y un 90% eranpeatones, con franco predominio de varones.Trece de estos niños fallecieron, entre ellos, 10por una lesión cráneo encefálica.

IntervenciónLas lesiones a peatones requieren de una

intervención muy compleja que incluye esfuer-zos coordinados en distintos niveles y estamentos,y un manejo multifactorial, de muy diferenteíndole. Incluyendo sólo las medidas de mayortrascendencia, estas se pueden resumir en lassiguientes actividades:- Programas de entrenamiento de habilidades

de los niños en riesgo en circunstancias ytiempo real de tránsito.

- Educación a los padres y cuidadores paraque éstos enseñen a los niños con el ejem-plo, de cómo comportarse en la calle.

- Modificaciones en la legislación y ordenan-zas del tránsito.

- Cambios estructurales en los ambientes iden-tificados como peligrosos (lomos de toro,pasarelas peatonales, apropiadas señales einformación de tránsito y tráfico) y avances

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en el diseño y seguridad de vehículos moto-rizados (alarmas al retroceder, espejos pos-teriores, barras anti vuelco, etc.)

Los cambios estructurales en el ambienteson intervenciones de alto costo monetario, sinembargo, para ser eficaces se requiere un cam-bio conductual en los usuarios. Por ejemplo lospasos peatonales separan efectivamente a lospeatones del tráfico vehicular, sin embargo,observamos cotidianamente como adultos y ni-ños no los usan y burlan esta regla, agregandopara sí y otros, nuevos peligros y daños.

A mayor abundamiento la información dis-ponible en la literatura y en medios electróni-cos, respecto a prevención es numerosa e inte-resante, y aplicable, y probablemente compati-ble, con la idiosincrasia y recursos de la familialatinoamericana. La organización Safe Kids,en EUA, ha definido por ejemplo, las “Normasbásicas de seguridad para niños peatones”, cu-yas recomendaciones transcribimos:

“Cruzar la calle sólo en la esquina o enlos cruces de peatones señalizados, obede-ciendo todas las señales del tráfico.

Caminar por la acera; si no la hubiere,hacerlo por el lado izquierdo de la calleenfrentando el tráfico.

Caminar siempre al menos hasta los 10años, acompañado de un adulto.

Cruce sólo frente al colegio y cuando elconductor o persona acompañante, se loindique. No cruce o se detenga por detrásde los vehículos o donde el conductor no lopueda ver.

Toma la mano de un adulto cuando cru-ce la calle. Mire hacia la izquierda, derechae izquierda nuevamente antes de cruzar, ycontinúe mirando hacia ambos lados, hastaalcanzar el otro lado.

Si camina cuando ya está oscuro, useropa reflectante y de colores brillantes, paraque los conductores lo puedan ver. Usaruna linterna es buena idea.

Si una mascota (perro) o juguete (ba-lón), se encuentra en medio de la calle, pidea un adulto que lo traiga de vuelta.

Juegue sólo en el patio o en lugareshabilitados para ello, lejos de la calle o losestacionamientos.”

Se infiere entonces que lo principal serápromover la protección de los niños pequeñosmediante la mejoría de las condiciones de ries-go ambiental y persistir en la educación enprevención para niños mayores y adultos, y queestos puedan a su vez enseñar, con el ejemplo,a los menores el comportamiento seguro en lascalles.

Ocupantes de vehículos motorizados

En los países desarrollados las lesiones ocu-rridas a ocupantes de vehículos en colisión, esla principal causa de muerte, siendo la mayorparte de las víctimas adolescentes entre 15 y 19años.

En Chile, el número de lesionados es sustan-cialmente menor, aunque las cifras de los últi-mos años muestran un progresivo incrementoespecialmente entre adolescentes y adultos jó-venes del sexo masculino.

Intervencióna. En lactantes, preescolares y niños meno-

res de 8 años:El uso de sillas y otros elementos de fijación

al interior de vehículos motorizados, para niñosmenores de 5 años ha demostrado prevenir enmás del 70% las muertes por la causa. Encircunstancia de una colisión, el uso de cinturo-nes o sillas de seguridad apropiados serán fun-damentales para evitar los daños, o lesionesfatales, sin embargo, en muchas ocasiones es-tos equipos no son utilizados o son inadecuados.Es reconocido el peligro que se agrega al niñoocupante, que usa un cinturón de seguridad quepasa muy alto por sobre su pecho o cuello, osobre su abdomen, lo que provocará seriaslesiones en cuello, cara y en intestino o cráneorespectivamente. La recomendación actual esque los niños menores de 8 años, viajen enasientos suplementarios, con cinturones de fal-da y en bandolera. Ello evitará los riesgos quelos afectan al utilizar cinturones de seguridadpara adultos. Todos los niños menores de 12años deben viajar en el asiento trasero.

Se describen y recomiendan distintos tiposde sillas o equipos de seguridad, de acuerdo a laedad o peso de los usuarios. Es así que en

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lactantes hasta 10 k, se usará una silla delactante, ubicada en asiento posterior, mirandohacia atrás, con bandas tipo arnés a la altura delos hombros o debajo de ellos. En niños entre 10y 18 k, la silla se ubicará en el asiento posteriormirando hacia adelante, con correas del arnésen o por encima de los hombros, y para losniños mayores con peso sobre los 18 k, seusarán los cinturones de seguridad de dos pun-tas, con asiento suplementario para ubicarlo,cuidando que se adosen firmemente sobre pel-vis, la correa inferior y cruzando sobre pecho yhombro, la superior.

Utilizar los asientos posteriores es más se-guro que los frontales (el riesgo de sufrir lesio-nes fatales disminuye en un 27%), además seconsidera que las bolsas de aire frontales au-mentan el riesgo de muerte para menores de 13años, razón por lo cual siempre el lugar másseguro para los niños son los asientos posterio-res. Todas las medidas de protección y controldescritas, deben obviamente ser implementadasestrictamente en vehículos y conductores detransporte escolar; en nuestro país, desgracia-damente, se observa escaso rigor en el controly cumplimiento de las normas y ordenanzas alrespecto.

En este contexto entonces, se puede afir-mar fehacientemente que la educación en pre-vención y las medidas legislativas de interven-ción, dan excelentes resultados y disminuyensignificativamente el número de víctimas origi-nadas en este tipo de accidente y se constituyeen la tarea y objetivo, por requerir de autorida-des y comunidad organizada.

b. En adolescentes:Como se ha descrito, las colisiones de vehí-

culos motorizados es la causa más frecuente demuerte entre los adolescentes; en casuísticasrecientes de EUA, se dice que el 50% de losfallecidos son de este grupo de edad, y seagrega que un niño conductor de 16 años, tiene7 veces más posibilidades de chocar que unapersona de 25 años. El riesgo es aún mayor si elconductor es del sexo masculino.

Los principales factores de riesgo involu-crados para esta edad y circunstancia, son lossiguientes:

- No usar el cinturón de seguridad.- El número de pasajeros viajando con un

conductor adolescente: se estima que el ries-go de muerte aumenta en un 50% cuandoviaja con un pasajero e incrementa propor-cionalmente al número de acompañantes, yel riesgo aumenta aún más, si estos sonmenores de 30 años.

- Conducir bajo los efectos del alcohol o dro-gas y durante las horas de la noche: Talcircunstancia aumenta el riesgo de colisio-nes a todas las edades, sin embargo, estacondición es particularmente importante enadolescentes. En Chile, la ley pena a losconductores con niveles de alcoholemia so-bre 0,1 gr%, no obstante las habilidadespara conducir se ven afectadas con nivelesaún bastante menores. Reconociendo estasituación muchos países han adoptado laestrategia de tolerancia cero para alcoholentre adolescentes. Esta medida ha dadocomo resultado una disminución sustancialde las víctimas fatales, entre este grupo deedad. Los conductores adolescentes tienenentre 5 a 10 veces más posibilidades desufrir choques fatales en la noche, que du-rante el día. En estas circunstancia, la triadaletal es la combinación de un adolescente,inexperto, que cree ser “inmortal”, condu-ciendo en la noche, y bajo los efectos delalcohol.

Algunas diferentes estrategias se han or-ganizado para intentar el control del problema,entre las más promisorias y aparentementeefectivas, se menciona el programa de capa-citación para conductores jóvenes egresadosde enseñanza media, cuyo propósito es mejo-rar las habilidades y experiencia en la conduc-ción, previniendo su participación en situacio-nes de alto riesgo. El programa incluye licen-cia provisoria controlada y restricciones, comola conducción nocturna en días festivos oprefestivos, control en el número de pasajeros,uso obligatorio del cinturón de seguridad, tole-rancia cero para alcohol, etc. La implemen-tación y la aplicación controlada de tales ini-ciativas en nuestro país, permitirá reconocersus efectos y eficacia, y en ese caso su nece-saria y amplia difusión.

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Asfixia por inmersión

Los niños fallecidos en Chile por esta cir-cunstancia aislada, supera en número absolutoa los decesos sufridos por peatones y represen-ta entonces la primera causa de muerte poraccidentes, demostrando su trascendencia eimportancia como amenaza para nuestra pobla-ción infantil. Algunas de sus principales carac-terísticas se transcriben a continuación:- Ocasionan un alto número de casos fatales

por evento.- El pronóstico se relaciona directamente con

las acciones que se realicen en los primerosdiez minutos de ocurrido el accidente, escon esta consideración que la disminuciónde la morbilidad y la mortalidad se lograrápreferentemente con la prevención primaria(evitar que el accidente suceda).

Los lugares de ocurrencia varían de acuer-do a la edad, entre los menores de 2 años elaccidente se origina en el interior de la casa oen sus cercanías inmediatas como en la tina debaño o en baldes o recipientes de líquidos dispo-nibles en los hogares. En los preescolares elahogamiento sucede en piscinas o cursos deagua aledaños al hogar (acequias, canales).

Entre los adolescentes y niños mayores talcircunstancia ocurre en ríos, lagos, en el mar,durante actividades recreativas o deportivas, ycon frecuencia bajo los efectos del alcohol odrogas, y afectando preferentemente a niñosdel sexo masculino.

IntervenciónLas medidas de protección en los niños más

pequeños para la prevención de estos acciden-tes en el hogar, requieren de la actitud respon-sable y advertida de adultos y cuidadores. Pro-curar mantener una vigilancia continua, omi-tiendo situaciones y acciones de riesgo en elambiente doméstico, por ejemplo, evitar dis-tracciones durante el baño, que por sólo unminuto pueden ser fatales, no mantener en casareceptáculos o cubos con líquidos en su interior,recordando que bastan pocos centímetros deagua acumulada, para que sufran ahogamiento.

En niños entre 1 y 9 años, el principal peligroproviene de piscinas y cursos de agua cercanos

al domicilio, el accidente ocurre con frecuenciacuando estos juegan o caminan por los bordes.En consideración a esta circunstancia se re-quiere una constante y cercana supervisión porpersonas adultas responsables. La principalmedida ambiental de prevención primaria (pasi-va), es el uso de rejas o mallas que delimiten elperímetro de piscinas o canales, la recomenda-ción es que estas posean una altura no menorde 1,5 metros, que su estructura no permita suescalamiento o traspaso por menores, y quecuente con una puerta segura. No se recomien-da por inefectivas el uso de alarmas o cubiertasen la superficie del agua.

La recomendación actual es que la ense-ñanza de la natación sólo comience desde los 5años de edad; esta práctica realizada en edadesmás tempranas acarrea riesgos comprobados,como intoxicación hídrica, infecciones, convul-siones, etc, y otorga una falsa y peligrosa sen-sación de seguridad para padres y cuidadores.Los niños de estas edades no tienen la suficien-te habilidad psicomotora, carecen del suficienteautocontrol en situación crítica, ni poseen laexperiencia para superar el imprevisto de caídaal agua y el sofocamiento inicial. Esto no exclu-ye obviamente toda la apropiada enseñanzaque pueden proporcionar expertos, a los niñosrespecto a seguridad y comportamientos en elagua.

Otros factores destacados relativo al riesgoentre los niños mayores y adolescentes, es lahabitual práctica de nadar o efectuar buceo encursos de agua inseguros, como ríos o en elmar, y su participación en actividades recreati-vas o deportivas acuáticas sin los implementosde seguridad adecuados, y practicarlas bajo losefectos del uso de alcohol o drogas (que afectaa cerca del 50% de las víctimas adolescentes).

Es importante recomendar el uso de cha-quetas salvavidas individuales, apropiadas a laedad y peso de los niños, en todas las circuns-tancias, juegos o deportes acuáticos, y duranteactividades recreativas cercanas a ríos, mareso lagos. No se aconseja utilizar otros sistemasde flotación alternativos, de muy profusa difu-sión comercial y que otorgan inadecuada pro-tección y escasa seguridad en el agua (juguetesplásticos inflados o "alitas", por ejemplo).

Es útil también enseñarles el riesgo que

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implica nadar solos o sin la supervisión de adul-tos, y en los adolescentes representarles elpeligro que significa el uso de alcohol o drogasdurante estas actividades. La prohibición delexpendio de bebidas alcohólicas en playas ybalnearios es una medida de prevención prima-ria recomendable.

Entre otras modalidades de prevención se-cundaria, es importante la capacitación de lacomunidad en reanimación cardiopulmonar bá-sica, para niños y adultos, habilidades que ocu-pan un lugar destacado por su trascendencia,procurando en niños y adultos, el apropiadoaprendizaje de las destrezas necesarias y exigi-bles, capacitándolos para actuar en situacionesde urgencia crítica y rescate, maniobras cuyoefecto y consecuencia, se relacionan directa-mente con el pronóstico del evento.

Quemaduras

En Chile, las quemaduras son la cuarta cau-sa de muerte accidental entre los niños mayo-res de 1 año, son además fuente de gran sufri-miento para los afectados, provocando un enor-me impacto personal, social y económico paralas víctimas y su familia, así como cuantiososcostos en su manejo y rehabilitación, dejandoperdurables cicatrices que acompañarán al niñoy le afectarán radicalmente en su retorno a unavida emocional normal.

Las quemaduras afectan más frecuente-mente a los lactantes mayores y preescolares,de ambos sexos, ocurren de preferencia en elhogar, durante los meses de invierno y en regio-nes de clima frío, afectando a familias de situa-ción socioeconómica precaria, en condicionesde hacinamiento, con escasas medidas de pro-tección.

Se originan principalmente por escaldaduras,contacto con estufas (braseros), u otros objetoscalientes, por manipulación de equipos eléctri-cos y en incendios, causados por cigarrillosencendidos, juegos con fósforos, fallas en siste-ma eléctrico, etc.

Las lesiones por líquidos calientes son másfrecuentes en niños menores de 4 años, sufrenquemaduras más profundas, afecta una mayorproporción de superficie corporal que el adulto,

en contacto con similar cantidad de energíatérmica.

La mayoría de los decesos por causa deincendio, suceden en el lugar del accidente y seoriginan por inhalación de humo y en ocasionescuando los niños pequeños son mantenidos enhabitaciones cerradas, donde tienen escasasposibilidades de escapar en una situación deincendio.

Se recordará la trágica circunstancia demuerte de decenas de niños discapacitados quemurieron en horas de la noche, atrapados enhabitaciones de su Hogar Niño y Patria, en unrecinto con las puertas cerradas con llave, ven-tanas con reja metálica, y el cuidador que sepercató del fuego cuando nada podía hacer porayudarlos. Situación y consecuencias semejan-tes ocurrieron hace algunos años también en elPequeño Cottolengo.

En EUA se estima que cada año sufrenquemaduras 1.200.000 personas, 60.000 de és-tas son hospitalizadas y aproximadamente mue-ren 6.000, son víctimas especialmente aquellosque se encuentran en los extremos de la edad,son niños pequeños y ancianos los que sucum-ben en mayor proporción. Hechos y cifras quedan cuenta de la magnitud e importancia deeste accidente como problema relevante desalud pública y representan el desafío más críti-co, demandante y complejo que enfrenta elpersonal hospitalario, entre toda la amplia gamade lesiones traumáticas.

IntervenciónLas medidas de prevención primaria obvias

al respecto incluyen, la protección de los niñosmás pequeños por parte de padre y cuidadores.Resolver la exposición al riesgo, tanto en am-bientes como en acciones peligrosas, cuya efi-cacia limita con las condiciones socioeconó-micas y culturales actuales de muchas familiaschilenas, que requerirían cambios estructuralesen las viviendas y modificaciones en las con-ductas y comportamientos, y de padres másadvertidos y responsables; tales medidas sonsin embargo, caras y a largo plazo las primeras,y representan un esfuerzo educacional siste-mático y permanente en las últimas.

En este contexto es recomendable utilizar yexigir el uso en los hogares, de un sistema de

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desconexión denominado Interruptor térmicomagnético (automático), en la red eléctrica do-miciliaria, que impide el sobrecalentamiento delos conductores y el riesgo de incendios. Noobstante el elemento de mayor importancia paraevitar la electrocución o las quemaduras deeste origen es el interruptor diferencial, queinstantáneamente bloquea el paso de la corrien-te eléctrica cuando se produce el contacto,elemento de fácil instalación y de costo muybajo, en consideración a los graves daños quepreviene. De la misma manera se aconsejaprocurar que cocinas y hervidores eléctricos,se encuentren fuera del alcance de los niños, yque su diseño y manipulación se asegure evitarel contacto o derrame de líquidos calientes so-bre ellos.

Se reconoce que el riesgo de muerte enincendios puede disminuirse en la mitad de lasvíctimas, cuando se instala en el hogar, y espe-cialmente en centros, hogares, internados, es-cuelas y salas cunas donde viven, pernoctan oduermen los menores, (¡y también en hogaresde los ancianos y los discapacitados de cual-quier edad!), adecuadas alarmas de humo conbaterías de Litio, de duración prolongada, eindependientes de la red eléctrica instalada,permite asegurar un aviso temprano y oportunoen caso de ignición o incendio.

En este mismo sentido los padres debenaprender que los niños pequeños requieren unasupervisión muy cercana y permanente, nuncalos niños menores se deben encontrar solos enel hogar, enseñar a los mayores de 3 años comocomportarse en caso de fuego en la casa, ad-vertirles que la más segura manera de escapar,es gateando sobre la superficie del piso, cuandola pieza está llena de humo o gases tóxicos; sereconoce que el aire más limpio se encuentraprecisamente entre 30 a 60 cm del suelo; discu-tir y practicar con ellos un plan de escape en elhogar (también en colegios y escuelas). Paraaquellos que viven en departamentos y edificiosde altura, enseñar que los ascensores no sedeben utilizar en caso de incendio porque estospueden detenerse justamente en el lugar delfuego, y es perentorio usar sólo las escaleras enla emergencia.

Se mostrará a los niños que cuando susropas se están quemando, deben detenerse (no

correr), lanzarse al suelo y rodar, para apagarlas llamas, y los primeros auxilios consistirán enaplicar en forma inmediata y profusamente aguasobre las superficies cutáneas afectadas.

Respecto a este accidente como en otros, elpediatra debe considerar transmitir consejos yrecomendaciones a los padres y cuidadores,durante la atención primaria, que les permitaacrecentar su educación en prevención, porejemplo, estimular a adultos y adolescentes parano fumar o no hacerlo en el hogar, aprender eluso apropiado de los equipos extintores y apor-tarles información tanto oral como escrita, rela-tiva a capacitación en la atención inicial, que enocasiones es muy importante para disminuirmorbilidad y mejorar el pronóstico.

Considerar con padres, profesores y autori-dades, la importancia que supone la educaciónal respecto y la inclusión de contenidos deinformación y prevención en el currículo esco-lar.

La Rama de Accidentes, Envenenamientosy Violencia de la Sociedad Chilena de Pedia-tría, en conjunto con el Ministerio de Salud y laempresa privada, ha editado y promueve eldiseño de folletos y afiches para su distribucióny difusión en la atención primaria. Este materialestará disponible para los profesionales de lasalud y educadores, con el propósito de suextensión y difusión en la comunidad.

Caídas y lesiones en actividadesrecreativas o deportivas

Las caídas son las circunstancias más fre-cuentes como origen de lesiones traumáticasen la niñez, usualmente provocan daños meno-res y representan más de la mitad del total deconsultas en los Servicios de Urgencia de nues-tro Sistema de Salud Estatal.

Ocurren cuando el lactante comienza susdesplazamientos, progresa en sus capacidadesmotoras, e intenta ponerse de pie y da sus prime-ros pasos, o se encuentra jugando. La mayorparte de las lesiones son leves, sin embargo, lasdenominadas caídas de alturas máximas, pue-den ser graves y ocasionalmente mortales.

Estos accidentes suceden preferentementeen el hogar, afectando a los lactantes mayores

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y preescolares, con un ligero predominio entrelas mujeres (57,3%). Posteriormente, ya entreniños mayores de 5 años los daños ocurrenfuera de la casa, durante actividades de espar-cimiento o realizando actividades deportivas ofísicas, donde predominan los lesionados delsexo masculino.

Las consecuencias más frecuentes son le-siones menores, como heridas o contusionesque hacen más del 50% del total de los consul-tantes en los servicios de urgencia, no obstanteun grupo importante de ellos sufre traumasgraves, como fracturas, cuyo número alcanzaen un año a más de 3.600 afectados (tasa de1.200 por 100.000 de población entre 1 y 14años, en Área de Salud Metropolitana Sur),muchos de los cuales requieren hospitalización,cirugía y tratamientos ortopédicos complejos.

Se suman a estos, los niños que sufren lesio-nes cráneo encefálicas, que representan aproxi-madamente la causa del 80% de las muertespor trauma, donde predominan escolares y ado-lescentes del sexo masculino, y cuyo orígenesfueron en orden de mayor a menor frecuencia,los atropellos a peatones, los daños en ocupan-tes de vehículos de 2 y 4 ruedas, las caídas dealtura, y otros misceláneos, donde se incluyenagresiones y violencias por terceros o maltratoinfantil.

Se describe que entre el 25 al 50% de laslesiones cráneo encefálicas en niños menores de2 años tiene como origen el maltrato grave. Esimportante destacar aquí que con cierta frecuen-cia padres y cuidadores, aducen las caídas comocircunstancia que relatan, para esconder lesio-nes falsamente accidentales, y que correspon-den realmente a abusos o negligencias.

IntervenciónLas estrategias en la prevención de las caí-

das poseen diferentes modalidades de acuerdoa la edad de los afectados; así entre los niñosmenores de 4 años será necesario extremar lasmedidas de protección, controlando y vigilandosus desplazamientos, otorgándoles espacios se-guros y libres de riesgos ambientales comocorrales para los más pequeños, uso de baran-das en escaleras, rejas en ventanas, y prepa-rándoles lugares de juegos apropiados, con su-perficies de piso de arena u otros materiales

que amortigüen las consecuencias de las caí-das.

No se aconseja el uso del andador, artefactomuy popular entre las madres por la comodidadque representa ubicar allí, especialmente a losniños más inquietos, pero muy peligrosos parala integridad del menor, pues les facilita sudesplazamiento, lejos de la supervisión de losmayores, y cerca de los lugares más riesgososde la casa, como cocina, balcones, escaleras,etc.

En los preescolares que ya tienen más ca-pacidad e independencia motora, con amplioespacio exterior para sus actividades lúdicas,adquiere gran trascendencia la tarea de padresy cuidadoras en el control y vigilancia cercana,evitando lugares de riesgo comprobado comoestacionamientos de vehículos, juegos infantilesdiseñados en altura, escalas o toboganes conmateriales estructuralmente inapropiados.

En nuestro país el número de niños quepractica ciclismo u otra actividad deportiva envehículos con ruedas como patines, skates,etc., es progresivamente más numeroso y se haextendido a poblaciones de diferentes estratos;desgraciadamente el uso del casco protector nose practica en similar proporción y las lesionespor caídas, impactos sobre cara y cráneo si-guen ocurriendo.

Se reconoce que utilizar el casco, disminuyeel riesgo de lesión craneoencefálica en alrede-dor del 80% de los ciclistas y sobre la cara enun 65%, no obstante lo cual, rara vez vemosciclistas usándolo, y ello sucede probablementepor factores como incomodidad, modas o igno-rancia.

Aunque la educación respecto a la auto-protección y seguridad personal es importante,parece ser más efectiva la legislación que con-trole y sancione tales conductas, y entreguenormativas respecto a la venta de bicicletas yotros vehículos deportivos que necesariamenteincluirá la adquisición del adecuado casco. Enlos países desarrollados el estado bonifica par-cialmente el precio de este, al considerar lapositiva relación costo beneficio que implica suutilización; se estima que por cada dólar que segasta en un casco de ciclista, la sociedad ahorra30 en costos médicos y otros gastos. El valor deun casco en Chile no supera los $20.000.

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En similar contexto, los padres tienen unaresponsabilidad principal, pues se describe quela mayoría de los niños usarán el casco si ven asus padres usarlos y ésta enseñanza es másefectiva si se inculca desde la más corta edadde los niños y al iniciar el aprendizaje; sonvaliosos también sus consejos sobre los lugaresapropiados y seguros para esta práctica, la noconducción en horas de la noche, en calles conalto tráfico vehicular y con tránsito en dossentidos, y la necesidad que estos conductoresaprendan y respeten las leyes y normas detránsito.

Los mismos conceptos estratégicos en pre-vención se deben aplicar en otras actividadesdeportivas especialmente populares entre losadolescentes, como motociclismo, motos deagua, playa o nieve, ski y equitación. En esteescenario las caídas ocasionan con alarmantefrecuencia serios traumas cráneo encefálico ycervical, donde también el casco representaráun rol significativo en la prevención o disminu-ción de los daños.

Intoxicaciones

Esta circunstancia provoca aproximadamen-te entre el 4 y el 7% de las consultas en losServicios de Urgencia Infantiles. En el HospitalE. González Cortés, la cifra alcanza a alrededordel 4,5% y representa 1.300 consultas anualespor la causa. De acuerdo a las informacionescomunicadas por CITUC, (Centro de Informa-ción Toxicológica, Universidad Católica de Chi-le), en Santiago, las consultas anuales por lacausa alcanzan entre 38.000 y 49.000, estascifras acreditan la importancia del problemacomo fuente de morbilidad.

Un pequeño número de los niños afectadosnecesitará hospitalización (7%), con frecuenciasu admisión se efectuará en las unidades depaciente crítico, por su condición de gravedad opor requerir una estricta vigilancia de sus sig-nos vitales.

Los antecedentes respecto a decesos poresta causa en Chile muestran un número im-portante de casos (57 durante el año 2000), demisceláneos orígenes, acumulados con mayorfrecuencia entre los niños escolares y especial-

mente adolescentes, entre ellos los que come-ten suicidio, por ingestión de medicamentos,preferentemente del sexo femenino.

Interpretar estos datos es complejo, proba-blemente muchos de estos niños han sufridosobredosis de drogas ilegales o alcohol, o sonefectivamente suicidios mal clasificados, a ellosse deben sumar niños víctimas de tóxicos am-bientales, como plaguicidas, órgano fosforadospor ejemplo; intoxicados por monóxido de car-bono; por ingestión de medicamentos comoantidepresivos tricíclicos o por reacciones sisté-micas anafilácticas (picadura de insectos), omordedura de araña por Loxoceles Laeta. Alrespecto Schenone y colaboradores, reciente-mente han comunicado un estudio en 56 pa-cientes afectados, (entre los años 1955 y 2000),de los cuales el 68% sufrió compromiso cutá-neo y 32% cutáneo visceral con una letalidad,entre estos últimos del 22,2%.

IntervenciónLas medidas recomendadas para la preven-

ción primaria incluye la educación y difusiónentre padres y cuidadores de las situaciones deriesgo y los ambientes peligrosos en el hogar,limitando el acceso de niños menores a medica-mentos, por ejemplo promoviendo el diseño ydistribución de tapas de seguridad en los enva-ses, envasando substancias químicas, insectici-das y plaguicidas en receptáculos apropiados ylejos del alcance de los niños, enseñándolescomo protegerse de amenazas ambientalescomo insectos, animales y plantas venenosas.

Reconociendo además las fuentes de pro-ducción de tóxicos en el ambiente, como monó-xido de carbono en el domicilio, originados pormedios inseguros de calefacción (braseros, es-tufas), prohibiendo la construcción y habilita-ción de baños con calefón en su interior, queson fuente de peligrosa y con cierta frecuenciafatal emanación de gases tóxicos; se han descri-to casos similares originados por la inhalaciónde gases producidos por motores de vehículos.

En cuanto a los niños mayores será impor-tante la implementación de programas que pro-muevan su educación, comenzando en la etapapreescolar, con contenidos respecto al peligrosobre drogas peligrosas, marihuana, cocaína,alcohol y tabaco; muchos adolescentes en Chi-

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le, mueren o son víctimas de serias morbilidadescuando sufren accidentes o violencias, al en-contrarse bajo los efectos de tales substancias.

Se agrega la importancia de informar a losfuturos padres y adultos educadores, de losriesgos y la gravedad que representa para losfetos y recién nacidos que su madre use drogasadictivas, antes, durante el embarazo, despuésdel parto, y de la misma manera como les dañael consumo de las denominadas drogas lícitas(alcohol, tabaco).

En un contexto más global es preciso desta-car la trascendencia que para los niños y sufamilia, poseen todos los esfuerzos educativose iniciativas multidisciplinarias y sectoriales quese promuevan para mantener un ambiente librede contaminación y de tóxicos peligrosos, parael entorno.

Muy difundidos han sido los dramáticos ca-sos ocurridos en la ciudad de Antofagasta, res-pecto a la intoxicación por arsénico en la comu-nidad, y la situación emergente que se presentacon la diseminación del plomo en el medioambiente, elemento considerado entre los másdañinos para la salud infantil, especialmente porafectar el desarrollo neurológico y conductualde los afectados. Testimonio de la silenciosa ypeligrosa amenaza por este tóxico, son los tra-bajos efectuados por el CEDIUC (Centro deDiagnóstico Universidad Católica) que mostróque un 17% de los niños controlados mostrabanun nivel superior a 10 mg% en su sangre,relacionando el riesgo con la cercanía de lafuente (las viviendas con calles de alto tráficode vehículos contaminantes) con el domicilio delos afectados. También en Arica el año 2000 serealizó una investigación con resultados seme-jantes, encontrándose 120 niños con cifras enniveles tóxicos, de un total de 3.240 menores de15 años a todos los cuales se les realizó ladeterminación de plomo sanguíneo.

Estos resultados hacen perentorio conside-rar las necesarias medidas de control en lasfuentes de emisión, o evitando elementos que locontienen o lo liberen al medio ambiente, entreestas, el contenido en la bencina de los motoresde combustión, que se expele a la atmósfera, oel que se encuentra en baterías o en elementosmetálicos y pinturas antiguas. Es importanterecordar que el plomo no sufre alteraciones en

contacto con la naturaleza y sus efectos noci-vos persisten contaminando aguas y tierras,vegetales y animales, por largo tiempo.

Relativo a prevención, ha sido muy notablela gestión sanitaria que ha desarrollado elCITUC, respecto al qué hacer en caso deemergencias, promoviendo la educación en lacomunidad, así como el expedito y documenta-do respaldo técnico para servicios de urgenciay profesionales de la salud, permitiendo el ac-ceso oportuno y consistente a la información ymanejo de las intoxicaciones, durante las 24horas del día.

Conclusiones

Se han descrito brevemente los accidentesmás frecuentes y los más notables, que por sugravedad afectan al niño chileno, se ha hechoénfasis en la prevención de los más importan-tes, y se han enumerado las estrategias deintervención propuestas.

No obstante hay que admitir que la supre-sión completa de los accidentes infantiles no esposible; sin embargo, pertinente es plantear, deacuerdo con las organizaciones de salud inter-nacionales, algunas recomendaciones fundamen-tales, cuando se intenta abordar el problema deuna manera global y sistematizada, y que acontinuación se transcriben:- Abordar el tema desde un planteamiento

programático multidisciplinario e intersec-torial. Los accidentes en su proceso causalson multifactoriales.

- Promover en la población un cambio radicalen las actitudes y conductas hacia el fenó-meno del accidente y sus consecuencias.Revisar y actualizar normas y legislaciónapropiada a estos efectos.

- Contar con un soporte informativo básico,que incluya datos respecto a circunstancias,naturaleza y gravedad, asistencia recibida yestimación de los daños. Estos anteceden-tes se utilizarán para definir prioridades enprevención y evaluar los resultados de lasmedidas adoptadas.

- Conocer la epidemiología y los factores hu-manos y ambientales involucrados, será elfundamento de las acciones y estrategias,en educación participativa y adherida al cu-

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rrículo escolar, general y permanente. Asis-tencia y control de las modificaciones delambiente que correspondan.

- Promover una asistencia médica adecuada,desde la capacitación en los primeros auxi-lios por personas comunes. Procurar el de-sarrollo de una red nacional y regional derescate, transporte profesional, y la apropia-da habilitación del recurso humano y físicoen unidades de emergencia, generales detrauma y las neuro quirúrgicas, correspon-dientes con la realidad epidemiológica decada región.

- Incorporar el entrenamiento de la poblaciónpara las actuaciones de urgencia y catástro-fes.

Creemos que los pediatras poseen una sin-gular responsabilidad para justificar en propie-dad su apelativo de “defensores del niño”. Esnuestra tarea entonces, crear y desarrollar encada comunidad, programas de educación yprevención, respecto a riesgos y daños en acci-dentes, así como capacitarse y aprender, paraluego enseñar, métodos y destrezas para que elmanejo de los niños lesionados sea eficaz yoportuno.

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ACCIDENTES EN LA INFANCIA: SU PREVENCIÓN, TAREA PRIORITARIA EN ESTE MILENIO