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    ANTOLOGIA ZEN

    Cien historias de iluminacin

    Versin de Thomas Cleary

    LIBR!:RIA Centro l!e Orie~tact filosenca, s.a.

    PUNDADO EN 19~9 AIF: J-30386896-7 - NIT: Ed1t Doral Mxtco, Av. Mxico Esq. Puente

    Bnn Tlf. S75.03.~1 575.()4.91 /

    ARCA DE SABIDURIA

  • Ttulo del original ingls: ZEN ANTICS. lOO STORIES OF ENLIGHTENMENT

    Traducido por: ALFONSO COLODRN

    Director de la coleccin: SEBASTIN VZQUEZ JIMNEZ

    199 3. By Thomas Cleary 1995. De la traduccin, Editorial Edaf, S. A. 1995. Editorial EDAF, S. A. Jorge Juan, 30. Madrid Para la traduccin en espaol por acuerdo con Shambala Publica-tions, Inc. Boston, MA. (USA)

    No est permitida la reproduccin total o parcial de este libro, ni su tratamiento informtico, ni la transmisin de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrnico, mecnico, por fotocopia, por registro u otros mtodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

    Depsito Legal: M.40.285-1996 I.S.B.N.: 84-7640-904-4

    PRINTED IN SPAIN IMPRESO EN ESPAA Grficas COFS, S. A.- Poi. Ind Prado Regordoo- Mstoles (Madrid)

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    Indzce

    ''Pgs. Introduccin............................................... 11 Antologa zen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    La puerta del templo.................................. 21 El instructor del gran sacerdote . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Pureza de corazn...................................... 23 El viejo vendedor de ts . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Economa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 7 El zen en el gobierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Estudiar la mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Indiferencia................................................ 30 Objetividad................................................ 30 Zen y el arte de gobernar........................... 31 Limpiar el trasero del Buda .. .... .... .... .... .... .. 32 Conducta................................................... 32 El arte de la mente..................................... 32 Un despertar.............................................. 3 3 El punto definitivo..................................... 33 Tripas........................................................ 35 No os inquietis .... .. .. .. .. .......... .... ...... .... . 35 Ganar sin intentarlo.................................... 37

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  • ANTOLOGA ZEN

    Un retiro zen ............................ _ ............... .. La fundacin de un templo ...................... .. Ensear zen .............................................. . El fallecimiento de un Maestro .................. . Una lmpara solitaria ................................. . Mejor que flores ........................................ . Comunicacin ........................................... . Realidad .................................................... . Un Buda sanador ...................................... . Vergenza y conciencia ............................ .. Zen en accin ........................................... . Oculta virtud, manifiesta recompensa ........ . Vaciar el infierno ....................................... . La religin de cada da .............................. . Relaciones sociales .................................... . Noche de lluvia ......................................... . La puerta de la compasin ........................ .. La formacin de una escuela ...................... . Mente y esencia ........................................ .. Mal carcter .............................................. . Meditacin en posicin sentada ................ .. La Va hacia la Va .................................... .. Liberacin ................................................. . Un despertar ............................................. . Todava vivo .............................................. . Sufrimiento intil e incredulidad .............. .. Confesiones de un Maestro zen ................ .. Mente y montaa ...................................... . Un rigorista .............................................. .

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    Pgs. 40 41 42 43 43 45 45 46 47 48 50 51 53 54 55 56 58 59 60 61 62 64 65 67 69 70 71 72 73

  • NDICE

    Pgs. La semilla de la prctica del zen . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 4 Las ltimas palabras.................................... 75 La decadencia y el resurgimiento del zen .... 76 Independencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Las ltimas palabras.................................... 78 Nacimient0 y muerte................................. 79 Un hereje reformado.................................. 79 Un sabio excntrico ................................... 82 Erudicin zen ............................................ 83 Largo viaje hacia casa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Un Buda borracho..................................... 90 El Maestro del detalle sutil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 La bu deidad en esta vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Reconocimiento prematuro........................ 97 La gran obra . . . .. . ... . . . . . .. . . . .. . . ... . . ... . ... . . .. . . . . .. . 98 Severas medidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O 1 Aprendiendo cmo aprender...................... 1 O 1 Una equivocacin ...................................... 102 Hablar y escuchar....................................... 104 La undcima hora ...................................... 105 La tnica de piedra..................................... 106 Algo de nada.............................................. 106 El budismo y el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 La tierra pura del mental puro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111 La aurora de la verdad................................ 112 Qu clase de guerrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Rostro de acero.......................................... 115 Penetrar en el zen ...................................... 116 Satisfaccin................................................ 121

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  • ANTOLOGIA ZEN

    Pgs. El sonido de una mano aplaudiendo........... 122 El amante de la naturaleza.......................... 124 Un inocente ............................................... 125 La primera piedra....................................... 127 Realidad y engao...................................... 128 Respeto...................................................... 129 Sondear la fuente ....................................... 130 Tres clases de mendicantes ......................... 135 Mira dentro de tu mente............................ 135 Sin distraccin ............................................ 137 Vencer a un matn ..................................... 138 La mente de los sabios .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 143 El arte del arte .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 143 Los textos zen............................................ 144 Elegancia . . .. . . . .. . . . .. . . .. . . . . .. . . .. . .. . . . .. . . .. . .. . . .. . . .. 146 Resolucin................................................. 14 7 El buen corazn......................................... 148 Un poeta ................................................... 149 El ex abad .................................................. 150 La religin original..................................... 15 3 Curar la enfermedad del zen....................... 154 Zen en la vida cotidiana ..................... ~ ........ 158 Ningn desperdicio.................................... 160 Lneas directrices........................................ 161 Instructor de una nacin .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 162 El loto en el fango ...................................... 163 La gran muerte .......................................... 163 El zen y el mundo ...................................... 165

    lO

  • Introduccin

    El budismo zen es la ciencia del despertar de la mente, un arte de iluminacin espiritual. Prac-ticado en Extremo Oriente en una amplia varie-dad de formas por personas de muy diversas cul-turas y condiciones sociales, el zen no es un cuerpo de dogmas, sino una va de clarificacin y aumento de la conciencia.

    Se dice que el zen es una transmisin especial no doctrinal, ni definida por formulaciones litera-les, sino que apunta directamente a la mente humana en pos de la percepcin de su esencia y de la realizacin de la iluminacin. Conocida antiguamente como la escuela del corazn ilumi-nado, la puerta hacia la fuente, y la comunicacin pura del espritu a travs del espritu, el zen absor-bi e impregn el vasto espectro de las prcticas y enseanzas budistas, concentrndose al mismo tiempo en las claves de su realizacin prctica.

    Todas las enseanzas budistas se preocupan de una o dos de las facetas fundamentales del budismo: autoayuda y ayuda a los dems, sabi-dura y compasin. Estas dos fases del budismo

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  • ANTOLOGA ZEN

    se llevan a cabo mediante prcticas que comple-mentan lo que se conoce como las seis y las diez perfecciones o vas trascendentes.

    El significado de estas lneas generales pue-den mantenerse en la mente mediante un juego de palabras, con la palabra original snscrita para

    * perfeccin, paramita , que literalmente significa haber alcanzado la meta, o haber ido ms all. En esencia, los paramitas pueden ser lla-mados parmetros del budismo, los valores caractersticos que subyacen en todos los siste-mas budistas.

    La fase de autoayuda del budismo se caracte-riza por los seis paramitas que consisten en dar, disciplina, paciencia, energa, meditacin y per-cepcin interna.

    En el budismo se definen tradicionalmente tres clases de dar: dar ayuda material, dar seguri-dad y dar educacin. Dar significa tambin aban-dono, no apego.

    Existen tambin tres clases principales de dis-ciplina tradicionalmente definidas: 151 disciplina de abstenerse del mal, la disciplina de la virtud constructiva y la disciplina asociada con la con-centracin. El zen ensea tambin la disciplina sin forma de la mente.

    * Termino budista en lengua pali, que significa perfec-cin. (N. del T.)

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  • INTRODUCCIN

    En el budismo se practican muchas clases de paciencia, incluida la de tolerar el desprecio y el abuso; la paciencia implica aceptar verdades dolorosas, y la paciencia se requiere para aceptar la verdad esencial.

    La energa hace referencia a la perseverancia y al herosmo espiritual que se necesita para rom-per y atravesar los lmites del condicionamiento, liberar la mente de las limitaciones innecesarias del hbito y realizar su potencial.

    La meditacin es necesaria para agrupar la atencin y centrarla con una profundidad y en un grado suficientes que posibiliten al que la practica alterar voluntariamente la percepcin y la experien-cia del yo y del mundo. En el budismo, la ciencia de la meditacin ha sido elaborada y perfeccionada en un grado excepcional con innumerables mto-dos diseados para adecuarse a las necesidades de personas de toda clase de potencial y capacidades.

    La percepcin interna se refiere normalmente en el budismo a una clase especial de conocimien-to, un sentido precognitivo o intuitivo de la esen-cia de las cosas, que funciona de manera espont-nea e instantnea sin que intervenga una actividad de razonamiento lineal. ste posibilita a toda la mente operar en un nivel superior de objetividad e integridad, liberando al individuo del error.

    Existen innumerables variantes de las prcticas de los seis pramits, dependiendo de las necesi-dades de la persona de que se trate. En cada caso,

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  • ANTOLOGIA ZEN

    no obstante, han de ser combinados para producir el efecto deseado. As, mientras que los seis pa-ramitas pueden verse en algn sentido como una serie sucesiva, han de entenderse ms propiamente como un conjunto, que puede ser representado como en un crculo. En las primeras etapas de la prctica, las seis perfecciones pueden considerarse como si funcionasen en pares complementarios.

    Ms adelante, las prcticas y realizaciones de todos y cada uno de los seis paramitas se integran con las de todos los dems, complementndolos y perfeccionndolos. En la sabidura popular zen, la apertura de la percepcin interna se menciona como el despertar o la iluminacin, pero slo seala una fase en la que puede comenzar una integracin ms elevada de los seis paramitas en la experiencia real, no la perfecta iluminacin suprema de la que hablan las Escrituras budistas.

    dar

    disciplina paciencia

    energa meditacin

    percepcin interna

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  • INTRODUCCIN

    Esa perfecta iluminacin suprema se realiza mediante un programa ms avanzado de diez pramts) que contina para desarrollar la capa-cidad de alcanzar no slo suficiente iluminacin para uno mismo, sino la mayor iluminacin para liberar a los dems.

    Los diez pramits incluyen los seis previos, aadindoles cuatro perfecciones ms elevadas de creciente sofisticacin, conocidas como habi-lidad en los medios, los votos, el poder y el conocimiento.

    Habilidad en los medios se refiere a la capaci-dad de idear y emplear tcnicas apropiadas para liberar e iluminar a otras personas. Durante muchos siglos, el budismo ha empleado numero-sos recursos de este tipo para adecuar las necesi-dades y potenciales de toda clase de tipos psico-lgicos individuales y colectivos en cada fase de la civilizacin humana.

    Los votos, o compromiso, consisten en el uso de la voluntad dirigida con el wopsito de asociar la conciencia individual a la totalidad del budismo, uniendo el desarrollo personal y el bie-nestar de los dems en una continuidad insepara-ble. En los escritos budistas se describen muchos votos tpicos de bienestar, liberacin e ilumina-cin, pero todos ellos se basan en los mismos principios fundamentales.

    El poder se refiere al despertar de capacida-des superiores y de dones espirituales con el pro-

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  • ANTOLOGA ZEN

    psito de fortalecer la accin de la dinmica total de los diez paramitas. Aunque se considera que estas capacidades son intrnsecas a todas las per-sonas y que estos dones se derivan de algo de lo que todo el mundo est dotado, tambin se con-sidera, no obstante, que en el mundo estn vela-das por los engaos y los apegos y, por ello, son solamente tiles en armona con la prctica real de los otros nueve paramitas.

    El conocimiento, como dcimo paramita del budismo, es de un alcance de tal vastedad que apenas puede ser definido en todas sus partcula-ridades y ramificaciones. En l est incluido el conocimiento de todas las artes y las ciencias del estado despierto, la comprensin de s mismo y la libertad; el percibir y distinguir las verdades absolutas, relativas y convencionales; el conoc-miento de armonizar la intuicin, la imaginacin y la razn, y el conocimiento de la vida con metas y de la accin til, con la capacidad de adaptarse a todas y a cada una de las circunstan-Gas.

    Por sus funciones cooperativas dentro de una dinmica totalmente integrada, tambin es con-veniente representar los diez paramitas como un crculo o una esfera. La aplicacin prctica de los diez paramitas puede ser visualizada, tambin en este caso, empezando con los pares complemen-tarios que se hallan en las puntas opuestas de cinco dimetros o planos y que alcanzan la per-

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  • INTRODUCCIN

    feccin con la plena interpenetracin de los diez pramits.

    A causa de la infinita riqueza y complejidad de la experiencia de los diez pramits, se desa-rrollaron innumerables mtodos para ensearlos e integrarlos. Entre sus muchas tcnicas, el zen es particularmente conocido por su utilizacin de historias altamente condensadas para imprimir la mente con huellas de los diez pramits, que conducen de manera inductiva al buscador a una visin y experiencia maduras e integradas de su dinmica completa.

    Estos relatos no son forzosamente histricos, tal como se concibe convencionalmente la His-toria. Como le ocurre a sta, la Historia del zen no est realmente escrita en libros, y no hay manera de contornear este hecho mediante la historiografia convencional. El propsito real de las historias zen no es el de documentar aconte-cimientos del pasado, sino en producir un efecto en el lector y, de este modo, ste constituye su verdadera historia.

    Definitivamente, estas historias tampoco son representaciones de modelos de conducta, tal como se entiende ordinariamente este trmino. Los per-sonajes de las historias vienen de mundos que no existen y, por tanto, no tienen valor como modelos de conducta en un sentido contemporneo.

    Sin embargo, los principios y prcticas que representan los diez pramits del budismo exis-

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  • ANTOLOGIA ZEN

    ten y pueden aplicarse. Han de ser realizados y aplicados hoy da como lo han sido siempre, aqu como en cualquier lugar, de una manera adecua-da a las condiciones y necesidades particulares del momento, el lugar y las personas de que se trate.

    THOMAS CLEARY

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  • ,

    ANTOLOGIA ZEN

  • La puerta del templo Haba una vez un hombre rico, llamado Hei-

    zayemon, que se esforzaba por alcanzar en su vida las virtudes recomendadas por los antiguos sabios.

    Como hombre serio y estudioso, Hei-zaye-mon sola gastar con liberalidad parte de su riqueza en actos de benevolencia, de caridad y de ayuda a los pobres.

    Muchos nios de familias menesterosas eran rescatados gracias a su intervencin, y personal-mente financiaba la construccin de numerosos puentes y caminos en su provincia para beneficio de la gente.

    Cuando muri, Hei-zayemon estipul en su testamento que su legado fuera utilizado para continuar obras de beneficencia generacin tras generacin, lo cual fue cumplido por sus hijos y por sus nietos.

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  • lfl ANTOLOGA ZEN

    Se dice que un da apareci en la puerta de Hei-zayemon cierto monje budista. Parece que este religioso haba odo hablar de la generosa y abundante magnanimidad de este hombre, inha-bitual entre los ricos de aquella poca, y haba ido para pedirle dinero con el objeto de cons-truir la puerta de un templo.

    El filntropo se ri en la cara del monje y le dijo: Yo ayudo a la gente porque no puedo soportar verla sufrir. Qu tiene de malo un tem-plo sin puerta?

    El instructor del gran sacerdote rase una vez cierto gran sacerdote de una

    secta zen cuyo benefactor no era otro que el gobernador de una provincia. Cuando fue a la capital a visitar al gobernador a su residencia ofi-cial, el gran sacerdote viaj, en consecuencia, con toda comodidad con una amplia comitiva y mucha fanfarria.

    Sucedi durante dicho viaje que los jinetes quisieron comprar nuevo calzado en un lugar en el que la comitiva se haba detenido a descansar. Por recomendacin de los porteadores, se llam a un anciano del que dijeron que haca muy bue-nas sandalias de paja.

    Entonces, cuando dicho anciano lleg con algunas sandalias nuevas para los jinetes, el gran

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    sacerdote le vio a travs de la ventana de su palanqun y casi se desmay.

    El anciano artesano de sandalias no era otro que Tsui, el iluminado Maestro zen que haba sido anteriormente su propio instructor* duran-te muchos aos, antes de que desapareciera mis-teriosamente del templo.

    Saliendo precipitadamente de su palanqun aturdido y confundido, el gran sacerdote se pos-tr ante el anciano y le present sus respetos con la mxima de cortesa.

    Tsui fue amable con l y le habl de los vie-jos tiempos; pero cuando partieron, el Maestro le dijo al sacerdote: No te dejes intoxicar por la asociacin con nobles.

    Pureza de corazn U na vez, un grupo de mendigos leprosos lle-

    garon a la asamblea del Maestro zen Bankei, un instructor de masas de gran corazn. Bankei los

    * A lo largo del texto, Maestro con mayscula traducir la palabra inglesa Master -en el sentido de lder religioso o persona iluminada con discpulos-, e instructor, la palabra teacher -en el sentido de gua-. En muchas ocasiones, el autor las utiliza indistintamente, atribuidas al mismo perso-naje, probablemente para evitar repeticiones y aligerar el texto. (N. del T.)

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  • ANTOLOGA ZEN

    admiti en su compaa, y cuando los inici, incluso los lav y les afeit las cabezas con sus propias manos.

    Dio la casualidad de que se encontraba pre-sente cierto caballero, representante de un barn que tena fe en Bankei y que ya haba construido un templo en su provincia, donde el instructor podra entrenar a sus discpulos y dirigirse al pueblo.

    Repugnado ante la vista del Maestro zen afeitando las cabezas de los intocables, el caballe-ro llev apresuradamente una palangana de agua para que Bankei se lavara las manos.

    Pero el Maestro la rechaz, haciendo la si-guiente observacin: Tu repugnancia es ms inmunda que sus llagas.

    El viejo vendedor de ts Haba una vez un anciano que sola gestionar

    una sala flotante de t al aire libre en los bellos parajes de los alrededores de Kioto, antigua capi-tal imperial de Japn.

    En primavera buscaba los lugares en los que las flores eran ms hermosas, y en otoo encon-traba zonas en las que haba el mejor follaje; all sacaba sus tiles de t y colocaba asientos para esperar a los excursionistas que disfrutaban de las vistas.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Los estetas de Kioto estaban encantados y solan reunirse donde montaba la tetera. No pas mucho tiempo antes de que el Viejo Ven-dedor de Ts llegara a ser muy conocido en la capital.

    Pocas personas saban que el anciano era un Maestro zen de incgnito. Estudiante de zen desde su infancia, haba visitado instructores budistas a lo largo de todo el pas. Permanente-mente de viaje, careca de propiedades materiales y se dedicaba por completo al estudio del bu-dismo.

    Despus de alcanzar el despertar zen, haba hecho el compromiso de estudiar y autoperfec-cionarse para siempre, con el objeto de evitar desviarse del sendero hacia la total iluminacin por asumir prematuramente una condicin de autoridad.

    Tras sus amplios viajes, el Maestro regresaba a su lugar de origen para ayudar a su primer ins-tructor de zen. Cuando ste muri, el Maestro nombr a uno de sus discpulos para heredar la abada.

    l mismo desapareci y fue a Kioto, dejando tras s para siempre el cargo monstico. En aquel momento dijo: El que sean correctos los pro-pios medios de vida es una cuestin de espritu, no de apariencias. No quiero aprovecharme del hbito de monje para vivir a costa de las limosnas de los dems.

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  • l

    ANTOLOGIA ZEN

    As, empez a vender ts para mantenerse. Sola decir bromeando a la gente: Soy pobre y carezco de medios para comer carne. Soy viejo y no puedo satisfacer a una esposa. La manera de vivir de un vendedor de ts es adecuada para m.

    Ms adelante, el Maestro quem todos sus tiles de t y se retir.

    Finalmente, muri en una ermita en el ao 1763, a la edad de ochenta y nueve aos.

    Cuando instalaba la tetera, el anciano sola colgar el siguiente cartel:

    El precio del t es cuanto me ds, desde cien libras de oro hasta medio cntimo. Puedes incluso beber gratis si quieres; pero no te puedo hacer una oferta mejor que sta.

    Cuando al final quem sus utensilios y se retir, stas fueron sus palabras a su canasta de acarreo:

    Siempre he estado solo y he sido pobre, sin un pedazo de tierra ni una azada. Me has ayuda-do durante muchos aos, acompa}ndome a las montaas de primavera y a los ros de otoo, vendiendo ts bajo los pinos y a la sombra de los caaverales de bamb. As pues, no me ha falta-do dinero para comer y he pasado de los ochenta aos.

    Pero ahora soy tan viejo que no tengo la fuerza para utilizarte ms. Ocultando mi cuerpo en la Estrella Polar, estoy a punto de acabar mis

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    das. Por miedo a que seas deshonrada en el futuro por manos mundanas, te recompenso con el Trance del Fuego: transfrmate ahora en medio de las llamas.

    Cmo podemos expresar esta transforma-cin? Consumido el fuego, despejada la eterni-dad, todo queda consumado; pero las montaas verdes estn ah como siempre en medio de las blancas nubes. Ahora te confio al espritu del fuego.

    Economa Skai era tan pobre que no posea ms ropa

    que una sola tnica, que llevaba a lo largo de todo el ao, en toda estacin.

    Un da de verano, Skai lav su tnica y la colg en un rbol para secarla. Entre tanto, mien-tras estaba esperando a que su tnica se secase, fue a sentarse en el cementerio que se hallaba detrs del templo, tal como vino al mundo.

    Dio la casualidad de que el seor de la pro-vincia estaba visitando la tumba de su padre, en el mismo cementerio, el mismo da. No es nece-sario decir que qued totalmente desconcertado al ver a un monje desnudo sentado all entre las tumbas.

    Cuando el seor le pregunt qu estaba haciendo, Skai le explic sinceramente la situa-

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  • ANTOLOGA ZEN

    cin. Enternecido por su candor, el seor hizo que le cosieran un juego de ropa. Ms adelante, cuando Sokai ya se haba convertido en un ins-tructor zen, el seor se hizo su discpulo.

    El zen en el gobierno Un da, el gobernador de cierta provincia pre-

    gunt al Maestro zen Shosan acerca de lo esell"' cial del budismo.

    El Maestro le dijo: Es esencial para ti abar-car toda la provincia en su completa totalidad. No puedes hacerlo si eres flojo. Permanece pro-fundamente atento en cada situacin, y adopta tus decisiones oficiales con bondad y compasin.

    1 As, avanzando constantemente, podrs dis-i ' tinguir la naturaleza de la gente y llegar a cono-

    cerla. En general, si un dirigente es estrecho de miras y no es capaz de distinguir la naturaleza de las personas, encontrar ofensivas muchas cosas. Entonces su estado de humor se exaltar y dispu-tar con los estados de humor de 'los dems. No es esto estpido?

    ( Estudiar la mente Los Estudios de la Mente constituyeron un

    movimiento seglar de autodesarrollo influenciado

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    por el zen. Cierto da, un seguidor de los Estu-dios de la Mente acudi al Maestro Shosan para preguntarle acerca de lo esencial del budismo.

    El Maestro zen djo: El budsmo no consiste en utilizar tu intelecto discursivo para gobernar el cuerpo. Consiste en utilizar exclusivamente el momento inmediato presente, en no malgastado, sin pensar en el pasado o en el futuro.

    Es por ello por lo que los antiguos exhorta-ban a la gente, en primer lugar, a ser cuidadosos con el tiempo: esto quiere decir vigilar estricta-mente la mente, echar todo afuera, sea bueno o malo, y desapegarse del ego.

    Adems -continu el Maestro zen-, para reformar la mente es bueno observar el principio de causa y efecto. Por ejemplo, aunque otros nos odien, no debemos guardarles resentimiento; debemos criticarnos a nosotros mismos, conside-rando por qu la gente habra de odiarnos sin razn alguna y aceptando que debe existir en nosotros un factor causal, e incluso que deben existir en nosotros otros factores causales, aun-que an desconocidos.

    Manteniendo que todas las cosas son efectos de causas, no hacemos juicios basados en ideas subjetivas. En conjunto, las cosas no ocurren de acuerdo con ideas subjetivas; suceden de acuerdo con las leyes de la Naturaleza. Si mantienes la conciencia de esto, tu mente se volver muy clara.

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  • ANTOLOGA ZEN

    Indiferencia El instructor nacional Dait Kokushi, cuyo

    nombre honorfico significa Gran Faro, Instruc-tor de la N acin, fue uno de los fundadores de la famosa escuela -T- Kan del zen Rinzai. Muri en el siglo XIV.

    Conforme con la costumbre de las antiguas escuelas zen, Dait desapareci del monasterio tras su iluminacin, para madurar su realizacin oculto en medio del mundo.

    Pasaron varios aos antes de que fuese descu-bierto viviendo bajo un puente de Kioto, en compaa de los mendigos sin hogar. De ah ~e convirti en un instructor del emperador.

    Dait escribi una vez un poema acerca de su vida como desheredado:

    Cuando te sientas en meditacin) ves a la gente . .

    zr y ventr por la avenida del puente como rboles que crecen montaa adentro.

    Objetividad El Maestro zen Tenkei fue considerado uno

    de los ocho grandes adeptos budistas de su tiem-

    30

    'T

  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    po. Maestro de todas las escuelas, Tenkei contri-buy a hacer revivir el zen a principios del siglo XVIII a travs de sus muchos discpulos ilumina-dos y de sus numerosas obras en estilo clsico y contemporneo.

    Una vez Tenkei cit el famoso poema del Instructor Nacional Dait y ofreci un poema propro:

    Cuando te sientas en meditacin, ves a la gente . .

    tr y ventr por la avenida del puente tal como son.

    Zen y el arte de gobernar Cierto seor sola acudir al Maestro zen

    Tenkei a preguntarle acerca de la esencia del budismo. Cuando el Maestro estaba a punto de morir, el seor le envi un mensaje para intere-sarse por l. Tenkei le reenvi el mensaje con esta nota:

    Llevar un hogar y gobernar un Estado tam-bin son prcticas religiosas. Ten cuidado en desarrollar las polticas humanas, para que haya verdad y armona entre gobernante y goberna-dos. ste es mi ltimo consejo.

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  • ANTOLOGA ZEN

    Limpiar el trasero de un Buda En el grupo del Maestro zen Hakui haba un

    monje loco que pensaba que su ser haba alcan-zado la identidad del Buda. Arrancaba las escri-turas budistas y usaba sus pginas como papel de retrete.

    Otros monjes le llamaban la atencin por ello, pero l no haca caso, y replicaba con alta-nera: Qu hay de malo en usar las escrituras budistas para limpiar el trasero de un Buda?

    Entonces, alguien repiti esto al Maestro Hakuin, quien pregunt al monje loco: Dicen que ests utilizando las escrituras budistas como papel de retrete. Es esto verdad?

    El monje loco dijo: S. Yo soy un Buda. Qu hay de malo en usar las escrituras budistas para limpiar el trasero de un Buda?

    Hakuin dijo: Ests equivocado. Puesto que se trata del trasero de un Buda, por qu utilizar papel viejo ya escrito? Deberas limpiarlo con papel limpio en blanco.

    El monje loco se avergonz y pidi disculpas.

    Conducta Un monje pregunt al Maestro zen Bankei:

    Verdad que es inofensivo bromear en momen-tos espontneos de frivolidad?

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Bankei dijo: Est bien si quieres perder la verdad.

    El arte de la mente Cierto seor acudi a preguntar al Maestro

    Bankei acerca del arte de la mente zen. En lugar de acoger su pregunta, Bankei reprendi al seor diciendo: Creo que despediste a un estu-diante seglar porque no reconociste su vala. Cmo puedes siquiera preguntar acerca del arte de la mente zen?

    Un despertar El Maestro zen Setsugen dijo a su estudiante

    Jijo: Si meditas concentrado sin interrupcin durante siete das y siete noches y aun as no alcanzas la realizacin, puedes cortar mi cabeza y hacer de mi crneo un cucharn.

    No mucho despus, Jijo cay enfermo de disentera. Tomando un cubo se fue a un lugar retirado, se sent en l y mantuvo su atencin en perfecto estado de lucidez consciente.

    Cuando ya haba estado sentado en el cubo siete das seguidos, una noche tuvo repentina-mente la sensacin del mundo entero como un paisaje nevado bajo una brillante luz de luna, y

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  • ANTOLOGA ZEN

    sinti como si el universo entero fuera demasia-do pequeo para contenerlo.

    Haba estado absorbido en este estado durante un largo tiempo cuando fue sorprendido al or un ruido. Descubri su propio cuerpo corriendo empapado en sudor, y que la enferme-dad haba desaparecido. Como celebracin escri-bi un verso:

    Radiante) espiritual) qu es esto? En el instante que parpadeas lo has perdido. La esptula del retrete brilla con luz; Despus de todo era simplemente yo todo el tiempo.

    El punto definitivo Al sacerdote zen Taigu se le pidi que se

    convirtiera en el abad del templo. Una mujer del lugar que haba perdido un hijo acudi a pedir al nuevo abad que llevara a cabo los ritos funerarios.

    La mujer dijo al sacerdote zen: Me conside-rara muy afortunada de ser favorecida por vues-tra compasin. Por favor, decidme dnde ha ido mi hijo.

    Taigu no pudo contestar. La mujer se fue llo-rando amargamente.

    El sacerdote zen se dijo a s mismo: Yo pensaba haber alcanzado la realizacin. La pre-

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    gunta de esta mujer me ha mostrado que ignoro el punto esencial. De qu vale ser abad en un templo?

    As pues, Taigu abandon su posicin y se fue, buscando profundizar su comprensin del zen.

    Tripas

    Cierto seor que haba estudiado zen con Bankei era joven y aficionado a las artes mar-ciales. Un da decidi probar las tripas del maestro atacndole repentinamente con una lanza mientras ste estaba tranquilamente sen-tado.

    El Maestro zen, con calma, desvi el ataque con su rosario. Despus dijo al seor: Tu tcni-ca no est todava madura; tu mente actu pri-mero.

    No os inquietis Mugaku fue uno de los fundadores del zen

    en Japn. Nacido en China, experiment su pri-mer despertar a la edad de doce aos, cuando oy un poema mientras visitaba un templo en el campo con su padre:

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  • ANTOLOGA ZEN

    Las sombras del bamb barren las escaleras, pero ni una mota de polvo se agita; La luz de la luna atraviesa las profundidades del

    [estanque, sin dejar huella alguna en el agua.

    Cuando las hordas mongolas de Kublai Khan invadieron el sur de China en 1275, Mugak:u se escap de los disparos de la batalla; pero cuando la provincia en la que se haba refugiado fue tomada al ao siguiente, dej de huir.

    Cuando los guerreros mongoles invadan el recinto del monasterio en donde Mugaku estaba sentado, todos los dems monjes y trabajadores del monasterio se escondieron como ratones en sus madrigueras.

    Los guerreros se acercaron donde estaba el Maestro zen sentado solo en la sala y le pusieron sus espadas en el cuello. Totalmente sereno, Mugaku cant con calma un poema:

    En todo el universo) ni siquiera tengo suficiente terreno para colocar n solo bastn; Afortunado es haber descubierto hueca la personalidad y vacos los fenmenos. Adis) espadas del imperio mongol!

    Conmovidos por la compostura exenta de temor del Maestro zen, los soldados mongoles envainaron sus espadas y se fueron.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    En el ao 1280, Mugaku fue invitado al Japn por Hojo Tokimune, regente del Shogun. Cuando Tokimune visit al Maestro zen la pri-mavera del siguiente ao, Mugaku escribi al regente un mensaje de tres palabras: No os inquietis.

    Cuando Tokimune pidi una explicacin, el Maestro zen dijo: Cuando se junten la primave-ra y el verano, el sur del Japn se habr levanta-do en armas; pero se pacificar en breve, as pues, no debis preocuparos.

    Cuando lleg el momento, una invasin de mongoles atac el sur de Japn ese mismo oto-o, exactamente como haba dicho del Maestro zen. Y tal como el Maestro haba predicho, los invasores fueron rechazados y la paz fue pronto restaurada.

    Ganar sin intentarlo La Va de Ganar sin Intentarlo fue una escuela

    de artes marciales fundada por un guerrero llama-do Tsukahara Bokuden. Una famosa historia sobre l ilustra el nombre y la metodologa de su escuela.

    Una vez, en el curso de un viaje al este de Japn, Bokuden atraves una baha en una peque-a barca que llevaba a otros cinco o seis pasajeros.

    Durante el viaje martimo, todos los pasaje-ros estaban sentados en silencio, excepto un

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  • ANTOLOGIA ZEN

    hombre grande y corpulento que hablaba en alta voz sin parar, jactndose de sus inigualables poderes en artes marciales.

    Al principio, Bokuden intentaba dormitar, sin prestar atencin al matn. Al final, sin embar-go, cansado de la jactancia del hombre, Bokuden se volvi hacia l y dijo: Bueno, hemos odo toda clase de historias tuyas, verdad? Lo que no entiendo de ellas son los elevados relatos sobre artes marciales. Yo mismo he practicado artes marciales desde joven, ejercitndolas de acuerdo con las formas establecidas, pero hasta ahora nunca he pensado en intentar derrotar a nadie. Todo lo que he trabajado es cmo intentar evitar perder con cualquiera.

    Al or esto, el hombre tosco pregunt: Qu escuela de artes marciales sigues?

    Bokuden respondi: Ganar sin Intentarlo, o la Va de No Perder.

    El hombre replic: Si se trata de ganar sin intentarlo, por qu ests armado con dos espadas.

    Bokuden respondi: Las dos espadas de "comunicar la mente por la mente" rompen el punto de engao y cortan los brotes de pensa-mientos errneos.

    Al or esto, el matn desafi a Bokuden a un combate, diciendo: Entonces, si tenemos un duelo, ganars sin intentarlo?

    Bokuden dijo: En este caso, aunque la espa-da de mi corazn es una espada dadora de vida,

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    1

  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    en tanto que mi oponente sea un mal hombre, se convierte en una espada que maneja la muerte.

    Entonces, el hombre arrogante no pudo con-tener ms su creciente clera. Orden al barque-ro tomar tierra de una vez para que Bokuden y l pudieran salir.

    Bokuden hizo subrepticiamente una seal al barquero con los ojos, y despus dijo al fanfarrn: La lnea de la costa es un puerto muy transitado, demasiado abarrotado para un duelo. Te ensear la Va de Ganar sin Intentarlo Mediante No Per-der, all a lo lejos, en aquella isleta del promonto-rio que se ve all arriba. Aunque estoy seguro que las dems personas de esta barca tienen prisa por llegar a su destino, si insistes tanto, podramos igualmente tener un duelo.

    As pues, el barquero rem hasta una isleta, a cuya costa salt el matn, desenvainando su lar-ga espada. Entonces, grit a Bokuden: Ven, ven! Te rajar la cara en dos pedazos!

    Todava dentro de la barca, Bokuden contes-t: Espera un momento. La Va de Ganar sin Intentarlo nos exige calmar la mente. Diciendo esto, Bokuden sac sus espadas de su cinturn y se las pas al barquero, tomando a cambio la prtiga de la barca.

    Por un momento pareca que Bokuden iba a llevar la barca a la orilla; pero, de repente, dirigi la prtiga en sentido contrario y empuj la barca hacia el agua.

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  • m.

    ANTOLOGA ZEN

    Al ver esta maniobra, el matn grit: Por qu no vienes aqu a la orilla?

    Bokuden dijo con una carcajada: Por qu habra de hacerlo? Si tienes una queja, nada hasta aqu y te dar una leccin para el camino. sta es la Va de Ganar sin Intentarlo!

    Un retiro zen El Maestro zen Taigu vivi por un tiempo

    adentrado en las montaas en la provincia al nor-te de Kioto. Escribi un par de poemas conme-morando esta estancia:

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    No ms problemas urbanos, ni disputas de opiniones: En otoo barro las hojas junto al arroyo; en primavera oigo a los pjaros en los rboles.

    Llega la primavera al mundo "humano con vasta y magna bondad; la eclosin de cada flor habla ampliamente de un Buda. Sin saberlo, la nieve restante se ha fundido por completo. Miradas de formas desfruncen sus cejas al unsono, cual si fueran slo una.

    .., 1

  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    La fundacin de un templo Cuando el Maestro Taigu fue a la capital

    Edo * a mediados del siglo XVII, el mismo Sho-gun, Tokugawa Iemitsu, expres su deseo de tener una audiencia con el Maestro zen.

    Taigu desapareci la misma noche en que fue llamado para ver al Shogun. Durante diez aos no se supo nada de l.

    Un otoo, Taigu fue de viaje a baarse en los manantiales calientes de cierta provincia, para tratar su artritis. Habiendo emprendido el cami-no a travs del Pas Nevado, el Maestro zen pas el invierno como invitado en la casa de un piado-so budista seglar.

    Dio la casualidad de que el distinguido Maestro zen Gud, que era un viejo amigo de Taigu, tambin fue a visitar la misma casa.

    Entonces, cuando el gobernador de la pro-vincia se enter de la presencia de estos dos grandes veteranos zen en sus dominios, les invit a su mansin para hablar sobre la Enseanza.

    Padeciendo artritis y rigidez en ambas pier-nas, Taigu sola sentarse en un grueso almo ha-dn. Cuando l y Gud fueron anunciados en la sala de recepcin de la mansin del gobernador,

    * Fortaleza y ncleo a partir de donde empez a cons-truirse la ciudad actual de Tokio. (N. del T.)

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  • ANTOLOGA ZEN

    para su gran sorpresa el mismo gobernador colo-c un grueso almohadn en el asiento de Taigu, siendo consciente de su enfermedad y tratndolo con gran consideracin.

    Gudo observ: Gobernador, sois muy per-ceptivo, pero temo que no viviris mucho.

    El rostro de Taigu enrojeci y dijo: Este viejo compaero Gudo no distingue lo bueno de lo malo: aprueba a las personas al azar. Qu sabe un joven inmaduro?

    El gobernador alab a Taigu, diciendo: l es autnticamente adecuado para ser un instructor.

    Como resultado de este encuentro, el gober-nador orden construir un templo y nombr a Taigu el primer Maestro del mismo.

    Ensear zen

    Un da el gobernador de la provincia pregun-t al Maestro zen Taigu: Dicen que La historia del acantilado azul es el principal libro zen: Es esto verdad?

    Taigu dijo: Lo es. El gobernador suplic: Tened la bondad de

    exponer uno o dos relatos de este libro. Taigu dijo: Temo que no lo comprende-

    rais. Pero el gobernador sigui rogando, de

    manera que, finalmente, Taigu dijo en voz alta,

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    citando el primer relato de ese libro zen: "No hay santidad en estar vaco".

    El gobernador dijo: No entiendo. Taigu le respondi: Despus de todo no os

    podais mantener imperturbable.

    El fallecimiento de un Maestro El ilustre Maestro zen Bankei muri en un

    templo rural en la ltima dcada del siglo XVII. Al final, sus discpulos le pidieron un poema de despedida, conforme a la antigua costumbre zen.

    El Maestro dijo: He estado en este mundo durante setenta y tres aos, de los que he pasado cuarenta y cuatro aos enseando zen para libe-rar a los dems. Todo lo que os he indicado durante ms de media vida es mi poema de part-da. No hay otro poema de partida que compo-ner. Por qu imitis a todos los dems y lo con-fesis en mi lecho de muerte?

    Dicho esto, el gran Maestro zen Bankei expir, permaneciendo sentado perfectamente erguido.

    Una lmpara solitaria Sonome era una conocida poetisa y estudian-

    te de budismo. Una vez escribi al Maestro zen

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  • ANTOLOGA ZEN

    U nko: N o buscar ni lo real ni lo falso es la fuente del Gran Camino. Todo el mundo lo sabe, de modo que aunque parezca poco modes-ta por decirlo, no creo que sea nada especial. Como las actividades en la fuente de la propia mente, los sauces son verdes, las flores son rojas. Siendo as, paso el tiempo recitando versos y componiendo poesa. Si esto es intil charloteo, entonces las Escrituras tambin son intil charlo-teo. Me disgusta todo lo que apeste a religin, y mi prctica diaria consiste en la invocacin, la poesa y la cancin. Si voy al paraso, est bien; si caigo en el infierno, es de buen augurio.

    Por m misma recuerdo no buscar la mente; la verde lmpara ya ilumin la solitaria lmpara de mi corazn. En el clamor como en el silencio) tengo un claro espejo: l discierne a fondo los corazones puros entre los hun:tanos.

    No es algo que exista) que cualquiera pueda ver y conocer, ni tampoco es algo que no exista: tal es la lmpara de la verdad.

    Cuando Sonome estaba a punto de expirar, se despidi del mundo con este poema:

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    El cielo de la luna de otoo y la calidez de primavera: Es un sueo? Es real? Loor al Buda de Infinita Luz!

    Mejor que flores Una primavera, el poeta compositor de

    haikus * Bash decidi hacer una excursin para ver las flores de cierto lugar famoso por su paisaje. Estando en camino, oy acerca de una pobre joven campesina conocida por su devocin hacia sus padres. Intrigado, Bash fue a buscar a la joven. Cuando la encontr, le dio todo el dinero que haba llevado consigo para sus gastos de viaje. Des-pus, se volvi a su casa sin haber visto las flores.

    Dijo: Este ao he visto algo mejor que flores.

    Comunicacin U na vez, cuando el Maestro zen Bankei esta-

    ba a punto de dejar un templo en la capital, en el

    * Tpica composicin potica japonesa, que suele com-ponerse de tres versos; los dos primeros sugieren, por regla general, un elemento inmvil y uno mvil, mientras que el tercero sirve de nexo entre los dos. (N. del T)

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  • ANTOLOGA ZEN

    que haba enseado de vez en cuando, lleg un caballero pidiendo que el Maestro pospusiese su partida. Cierto barn tena una pregunta y que-ra ver personalmente al Maestro zen al da siguiente para resolverla. Bankei asinti y pospu-so su partida.

    Sin embargo, al da siguiente, el caballero acudi de nuevo, esta vez con el mensaje de que el barn tena un asunto urgente que atender y que no poda ir personalmente a ver al Maestro. El barn haba pedido al caballero comunicar su pregunta a Bankei, y despus llevarle la respuesta del Maestro zen.

    Cuando acab de or al caballero, Bankei dijo: Este asunto del zen es dificil de transmitir y incluso mediante pregunta directa y directa respuesta; es an ms difcil de transmitir mediante mensajero.

    El Maestro zen no dijo nada ms. Quedn-dose sin habla, el caballero sali y se march.

    Realidad El Maestro zen Tenkei sola amonestar a sus

    seguidores: Debis ser autnticos en todo. ~ Nada que sea autntico en el mundo deja de ser autntico en el budismo, y nada que no sea autntico en el budismo es autntico en el mundo.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Tambin deca: Ved con vuestros ojos, escu-chad con vuestros odos. Nada en el mundo est escondido; qu me harais decir?>>

    Un Buda sanador Tomomura Yushoshi, Amigo de los Pinos,

    era de Nagasaki, que en aquellos das era el ni-co puerto de Japn abierto al comercio extranje-ro. Se dice que Yushoshi haba nacido de una relacin entre un mercader chino y una pros ti tu-ta local. Cuando emprendi sus actividades como mdico y era cuestionado acerca de sus orgenes, Yushoshi simplemente escriba que era el hijo de una prostituta de Nagasaki. La gente lo alababa por su honradez y fuerza de carcter.

    Segn las anotaciones escritas por sus estu-diantes, a Yushoshi no le preocupaban la reputa- , cin ni el beneficio, sino que apreciaba lo virtuoso y despreciaba lo inmoral. Interesado por el budis-mo y con una inclinacin natural por sus ensean-zas, su dedicacin predilecta era sanar a la gente y salvar vidas. Para ello, estudi las artes mdicas taostas, as como las artes psicolgicas de los practicantes chinos, y despus medit da y noche durante tres aos hasta alcanzar la comprensin.

    Yushoshi proporcionaba tratamiento mdico cuando se lo pedan, con notables resultados. Empez en Kioto antes de cumplir los treinta

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  • ANTOLOGA ZEN

    aos y fue el invitado agasajado por los barones de todo el pas. Tambin se dice que fue ~logiado por el fundador y patriarca de la secta Obaku, escuela zen china que haba sido trasplantada a Japn recientemente.

    Yshshi tambin era versado en adivinacin, geomancia y astrologa. Se dice que enseaba estos temas a sus estudiantes, de acuerdo con sus respectivas capacidades.

    Una de las particularidades de Yshshi era la de decir exactamente lo que pensaba en las dis-cusiones con los dems mdicos, ya fueran ami-gos o desconocidos. Si vea que estaban equivo-cados, les explicaba por qu l pensaba como pensaba, dirigindose a ellos sin ninguna vacila-cin. Si oa que alguien deca algo errneo, dis-cuta abiertamente. l mismo afirmaba que lo haca para ayudar a los dems. En todo caso, y como consecuencia, algunos doctores lo consi-deraban loco y otros lo consideraban simplemen-te demasiado directo. Algunos lo alababan y otros lo criticaban.

    Vet;genza y conciencia Exista cierto comerciante que estaba profun-

    damente impresionado por la elevada virtud del monje zen Hakuin. De vez en cuando sola hacer presentes al monje en dinero y en especies.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Dio la casualidad de que la hija del comer-ciante tuvo un romance con un criado de la familia, del que result el nacimiento de un nio. Cuando el encolerizado comerciante pidi una explicacin, su hija dijo que haba sido embarazada por el monje Hakuin.

    El comerciante mont en clera: Y pensar que durante diez aos di limosnas a un diablo de coronilla afeitada como ste! Tomando al nio en sus brazos, el comerciante se lo llev directa-mente a Hakuin. Dejndolo en el regazo del Maestro zen, el comerciante lo increp y se mar-ch furioso.

    Hakuin no discuti. Empez a cuidar del beb como si fuera suyo. La gente que lo vea pensaba que haba adoptado al nio.

    Un da de invierno, cuando Hakuin estaba pidiendo limosna de casa en casa en medio de una nevada, llevando consigo al nio, la hija del comerciante los vio y se llen de remordimien-tos. Sollozando, acudi a su padre y confes la verdad.

    El comerciante, avergonzado, estaba total-mente indeciso. Inmediatamente se arroj al sue-lo a los pies del Maestro zen Hakuin, pidindole perdn.

    Hakuin simplemente sonri y dijo: Tiene el nio otro padre?

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  • ANTOLOGA ZEN

    Zen en accin El Maestro zen Man-an escribi a un estu-

    diante seglar de zen: Si quieres alcanzar la maestra de todas las verdades y ser independien-te de todos los acontecimientos, no hay nada mejor que la concentracin en actividad. Es por esto por lo que se dice que los estudiantes de misticismo que trabajan sobre la Va deberan instalarse en el mundo material.

    El Tercer Patriarca del zen dijo: "Si quieres encaminarte hacia la Va de la U ni dad, no seas contrario a los objetos de los seis sentidos." Esto no significa que debas mantener continuamente la correcta atencin total, ni agarrar o rechazar los objetos de los seis sentidos en el curso de la vida cotidiana, como un pato que entra en el agua sin que se mojen sus plumas.

    Si, por el contrario, desprecias los objetos de los seis sentidos e intentas evitarlos, caes en tendencias escapistas y nunca realizas la Va de la budeidad. Si ves claramente la esencia, entonces los objetos de los seis sentidos son meditacin en s mismos, los deseos sensuales constituyen por s mismos la Va de la U ni dad, y todas las cosas son manifestaciones de la Realidad. Entrando en la gran estabilidad zen no dividida por el mov-miento y la calma, se liberan y se calman el cuer-po y la mente.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Oculta virtud) manifiesta recompensa

    El Maestro zen Hakuin sola contar una his-toria de cuando l era un joven estudiante que viajaba por todas partes para ver Maestros zen y que meditaba en el vaco, mediante el que los seguidores del zen intentan limpiar sus mentes de imgenes subjetivas, preparndose para la per-cepcin de la verdad objetiva.

    En una ocasin, Hakuin estaba viajando en compaa de otros dos monjes budistas. Uno de ellos pidi a Hakuin que le llevase su equipaje, alegando debilidad y fatiga a causa de una enfer-medad.

    El joven Hakuin asinti presto, haciendo salir de su mente el peso suplementario y sumergin-dose an ms profundamente en la contempla-cin del vaco.

    Observando la juventud y el celo de Hakuin, el otro monje decidi igualmente descargarse el peso de sus propios hombros. Alegando como el primer monje estar enfermo, pidi a Hakuin que le llevase tambin su equipaje.

    Dentro del espritu de servicio budista, Hakuin tom el tercer fardo y continu su camino, sumer-gindose en el vaco con ms empeo que nunca.

    Ms adelante, los tres monjes alcanzaron un punto en el que slo podan avanzar embarcn-

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  • ANTOLOGA ZEN

    dose, as que abordaron una balsa de pasajeros en el embarcadero ms cercano. Completamente exhausto por entonces, Hakuin se derrumb y se cay completamente dormido.

    Cuando se despert, el joven buscador esta-ba momentneamente desorientado. Pareca que acababan de atracar al muelle, pero l no tena memoria del viaje.

    Notando un extrao olor, mir alrededor y vio que todos tenan la cara verde y estaban cubiertos de vmitos. Y le miraban de una mane-ra extraa.

    Result que el barco de pasajeros se haba encontrado en medio de una tempestad en el curso de su itinerario y haba sido sacudido tan violentamente que todo el mundo, incluido el mismo barquero, se haba mareado hasta perder el control.

    Slo el joven estudiante zen Hakuin, que estaba tan cansado por haber llevado el equipaje de sus dos compaeros y haba dormido durante toda la tormenta, no se haba visto afectado en absoluto. ~

    As, deca el Maestro zen Hakuin, era como l haba aprendido por primera vez a travs de su propia experiencia que era realmente verdad el principio de que la virtud oculta es recompensa-da de manera manifiesta.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Vaciar el infierno Un samuray al servicio de la barona provin-

    cial acudi a reclamar al Maestro zen Hakuin: El Maestro pregunt al samuray: Qu has

    hecho? El samuray dijo: Siempre me ha gustado

    escuchar la enseanza budista. Por culpa de esto he llegado a quedar infectado por una enfer-medad.

    Hakuin pregunt: Cmo es tu enfermedad? El samuray dijo: Primero encontr un ins-

    tructor zen e investigu en el principio de la esencia de la mente. Despus encontr a un ins-~ructor de la Disciplina Shingon y estudi las reglas esotricas. Habindome surgido dudas y confusin sobre estas dos escuelas, cuando esta-ba en medio de la visualizacin de la letra A, de repente surgieron en mi mente imgenes de infiernos. Cuando intent detenerlas mediante el principio de la esencia de la mente, se enfrenta-ron las dos visiones, de manera que mi mente ha quedado perturbada. Cuando duermo, tengo pesadillas, y cuando me despierto, slo trabajo sin xito en pensamientos conceptuales.

    Hakuin chasque la lengua y dijo: Sabes qu es ese infierno de miedos?

    El samuray respondi: La visin del vaco! He atrapado esta enfermedad.

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  • ANTOLOGIA ZEN

    Hakuin le grit una y otra vez al samuray, echndolo, al tiempo que le deca: Insignifican-te bellaco! Un samuray es alguien que permanece leal a su seor, que no huye de las inundaciones ni del fuego, y que expone su cuerpo ante lanzas y espadas sin temblar ni pestaear. Cmo puedes temer la visin del vaco? Cae, inmediatamente, en cada uno de esos infiernos y verificalos!

    El samuray se quej: Cmo puede un ins-tructor hacer que la gente caiga en un estado diablico?

    Hakuin ri y dijo: Los infiernos en los que caigo son ochenta y cuatro mil en nmero! Mira, no hay ningn lugar en el que no caiga!

    Finalmente, entendiendo el punto de vista del Maestro, el samuray se march lleno de alegra.

    A

    La religin de cada da Uno de los grandes barones del oeste de

    Japn fue a visitar al Maestro ze_n Hakuin y le pidi algo de instruccin. Dio la casualidad de que un aldeano haba trado unos pasteles de mijo para el Maestro zen justo al mismo tiempo. Hakuin tom inmediatamente los pasteles y se los ofreci al barn.

    Acostumbrado a la buena mesa, el barn nunca haba comido mijo. No lograba comer de los simples pasteles de la mujer del aldeano.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACION

    Al observar esto, Hakuin reprendi al barn, diciendo: Forzaros a comer de ellos; consegui-ris conocer la miseria del pueblo llano. Mi ense-anza no es otra sino sta.

    Relaciones sociales A finales del Japn feudal, el consumo de

    bienes estaba regulado mediante pormenorizadas leyes, que diferan segn la clase social a la que uno perteneciera. Haba en esa poca, en la zona del Maestro Hakuin, un prspero comerciante, muy conservador, cuyas normas familiares prohi-ban a los criados llevar sombrillas. Sin embargo, la consecuencia de esta norma era simplemente que sus criados solan guardar las sombrillas en las casas de los amigos, utilizndolas en caso de necesidad cuando salan afuera.

    Un da sucedi que cierta sirvienta de la casa del comerciante tom consigo una sombrilla que haba comprado y la llev al Maestro zen Hakuin, esperando que ste escribiera su nom-bre por ella en la misma. Cuando lleg al tem-plo, un asistente consinti en tomar la sombrilla y transmitir su peticin al Maestro. Aqul tam-bin le explic a Hakuin la situacin en la casa del comerciante.

    Habiendo odo todo esto, Hakuin tom un pincel y escribi en la sombrilla de papel: Tanto

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  • ANTOLOGA ZEN

    si llueve como si diluvia, no desobedecer a quien me emplea.

    La sirvienta estaba encantada. Por ser analfa-beta, no poda leer lo que el Maestro haba escri-to. Supuso que era su nombre, tal como haba pedido.

    Un da de lluvia, la sirvienta pidi permiso para dar un paseo. Cuando caminaba, con la sombrilla abierta para protegerse de la lluvia, not que la gente se rea de ella a sus espaldas. Preguntndose cul sera la razn, al final pre-gunt a alguien, enterndose en ese momento qu es lo que realmente estaba escrito en la som-brilla.

    Furiosa, la mujer acudi a Hakuin pidien-do una compensacin por su sombrilla. En lugar de drsela, el Maestro zen la invit a entrar y le habl acerca de cmo trabajar para un em-pleador.

    Despus, Hakuin fue a ver al comerciante en persona. Un sirviente es tambin el hijo de uno, sabes?, dijo al rico, quien se conmovi tan-to por la gran compasin del Maestro que cam-bi las normas de su casa.

    Noche de lluvia Antes de irse a vivir a las montaas, el Maes-

    tro zen Ranryo viaj a lo largo y ancho del pas

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    sin hacer distincin entre la corte y el campo, la ciudad y la aldea, ni evitar incluso tabernas y burdeles.

    Cuando alguien le pregunt por qu actuaba de esa manera, el Maestro zen dijo: Mi Va est exactamente ah, donde quiera que yo est. No hay en absoluto ninguna separacin.

    Posteriormente, Ranryo se adentr en las montaas, en donde construy una simple caba-a y vivi una vida de frugal austeridad mientras continuaba trabajando en el zen.

    Especialmente amante de las noches de lluvia, Ranryo quemaba incienso y permaneca sentado durante las mismas hasta el alba. Por ignorar su nombre, las gentes de las aldeas montaesas so-lan llamarle el Monje de la Noche de Lluvia. Esto le diverta, as que empez a utilizar Noche de Lluvia como nombre literario.

    Una vez, un visitante pregunt a Ranryo acerca de los mritos relativos de la meditacin zen y de la prctica budista de la Tierra Pura del recuerdo del Buda, recitando el nombre del Buda de la Luz Infinita. Ranryo dio su respuesta en verso:

    La meditacin zen y el Recuerdo de Buda son como dos montaas; los potenciales superiores e inferiores dividen un nico mundo.

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  • ANTOLOGA ZEN

    Cuando stos llegan, igualmente ven la luna en lo alto de la cima; slo se apenan quienes no tienen fe y sufren con el ascenso.

    La puerta de la compasin Jimon era la hija de un samuray. Su madre

    haba muerto cuando ella tena once aos, y su padre falleci aos despus, cuando ella tena quince. Cuando cumpli los dieciocho, se afeit la cabeza y se hizo monja.

    Jimon era rica en bondad y compasin, y haca todo lo que poda para ayudar a los necesi-tados. Una noche de invierno, en medio de una gran tormenta, dos pequeos nios mendigos se presentaron a su puerta. Le pareci que estaban tan helados de fro que inmediatamente se quit su bata y se la dio.

    En esa ocasin, compuso el siguiente poema:

    La condicin de los afligidos: qu pobres esas mangas demasiado estrechas como refugio para evitarles pasar la noche afuera!

    Otra noche de helada, un ladrn entr en su cabaa buscando dinero u otros bienes de valor.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Jimon se levant con calma y dijo: Pobrecillo! Mira que cruzar campos y montaas para llegar aqu en una fra noche como sta! Espera un poco, te har algo caliente para tomar!

    Diciendo esto, Jimon hirvi un poco de gachas para el ladrn, y lo hizo sentar junto al fuego. Entonces, mientras coma, ella empez a hablarle: He renunciado al mundo, dijo, as que no tengo nada de valor. Pero puedes tomar lo que quieras.

    Sin embargo, hay algo que quiero de ti a cambio. Te he estado observando, y me parece que podas tener una vida decente haciendo el tipo de trabajo o de negocio que desees. Y, no obstante, te encuentras en este lamentable esta-do, deshonrndote no slo a ti mismo, sino tam-bin a tu familia. Acaso no es esto vergonzoso?

    Quiero que cambies tu actitud y abandones tu vida de ladrn. Toma todo lo que est en mi cabaa y djalo en prenda para obtener dinero y empezar un negocio adecuado. De esta manera te encontrars mucho ms cmodo contigo mismo!

    Profundamente conmovido, el joven ladrn le dio las gracias y se march sin coger nada.

    La formacin de una escuela Durante diez aos desde el momento de su

    iluminacin, Gessen fue abad de un famoso

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  • ANTOLOGA ZEN

    monasterio. Al final, abandon el monacato y fue a vivir en una ermita a un lugar en donde nadie saba quin era.

    Mezclndose con los aldeanos, Gessen sola ensear a los nios del lugar a leer, escribir y a hacer cuentas, introducindolos indirectamente a las ideas budistas poco a poco.

    Posteriormente, llegaron solicitndole busca-dores zen de todo el pas. Al final, no haba esta-blos ni graneros a muchas leguas de su ermita que no hubieran sido alquilados como aloja-miento de estudiantes y seguidores del gran Maestro zen Gessen.

    Mente y esencia Ishida Baigan fue fundador de los Estudios

    de la Mente Shingaku) movimiento seglar inspi-rado por el budismo zen. Se dice que hasta el momento en que cumpli quince aos, su rostro sola mostrar disgusto siempre que aJgo le ofen-da. Sin embargo, despus de los quince aos, nunca mostr ningn signo de placer o disgusto. Cuando cumpli diecisis aos dijo: Ahora he alcanzado la paz.

    En cierta ocasin, alguien le pregunt: Son diferentes la mente y la esencia?

    Baigan respondi: La mente incluye tanto la esencia como los sentidos; posee movimiento y

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    calma, sustancia y funcin. La esencia es la sus-tancia cuando est tranquila; la mente, que se mueve, es la funcin. Hablando de mente en tr-minos de esencia, se parece a sta de algn modo; la sustancia de la mente no se inquieta hasta que es perturbada; la esencia tampoco se inquieta. La mente constituye el dominio de la energa, la esencia constituye el dominio de lo numinoso. Al igual que la luna se refleja incluso en una pequea gota de roco, lo numinoso est internamente presente en todas las cosas, aunque sea invisible.

    Mal carcter En cierta ocasin acudi al Maestro zen Ban-

    kei un hombre y le confes que haba nacido con un mal carcter que no poda manejar a pesar de sus intentos de controlarlo.

    El Maestro zen dijo: Con qu cosa ms interesante has nacido! Tienes ml carcter en este mismo momento? Si es as, mustramelo y te curar de l.

    El hombre dijo: No lo tengo en este mismo momento. Se manifiesta de manera inesperada, cuando ocurre algo.

    El Maestro zen dijo: En ese caso, tu mal carcter no es algo innato en ti.

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  • ANTOLOGA ZEN

    Meditacin en posicin sentada Alguien pregunt al gran Maestro zen Ban-

    kei acerca del zen en posicin sentada. ste res-pondi: A la armonizacin con la sabidura ine-fable intrnseca a todo el mundo antes de implicarse en el pensamiento y la conceptualiza-cin se le llama meditacin en posicin sentada; al desapego de todos los objetos externos se le llama sentarse. Simplemente a cerrar los ojos y a sentarse no es a lo que yo llamo meditacin; slo debe considerarse de valor a la meditacin en posicin sentada en armona con el conocimien-to sutil.

    Toda confusin consiste en crculos viciosos de error por el hecho de utilizar pensamientos. Cuando se manifiestan pensamientos de clera, te conviertes en un tirano; el deseo codicioso ,,, hace de ti un animal; aferrarte a las cosas te transforma en un fantasma hambriento. Si mue-res sin abandonar todo esto, das vueltas en torno a rutinas para siempre, tomando toda clase de formas, girando en el flujo del nacimiento y muerte.

    Si te desapegas de los pensamientos, no hay confusin, as no hay causa ni efecto. No habien-do causa ni efecto, no existe el dar vueltas en torno a rutinas. Mientras tengas pensamientos, cuando cultivas buenos pensamientos se produ-

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    cen buenas causas y buenos efectos, y cuando haces el mal se producen malas causas y malos efectos. Cuando te has desapegado del pensa-miento y te has armonizado con el conocimiento sutil, no existen causas ni efectos, nacimiento ni muerte.

    Cuando hablo de este modo, parece como si hablara de la visin de la nada, pero no es as. La razn por la que digo que afirmo que no se trata de la nada es que cuando hablo as, cada uno de vosotros lo oye. Incluso aunque no pen-sis en orlo, podis or claramente, ya que el conocimiento original innato en todo el mundo es eficazmente consciente. Cuando tocas el agua o el fuego, sabes si hay fro o calor; sin embargo, nadie aprende a sentir el fro o el calor.

    Esto es trabajar ms all del pensamiento; as pues, aunque no haya pensamiento, a esto no pude llamrsele la nada. Este conocimiento sutil intrnseco abarca todas las cosas sin implicacin en las ideas dualistas del ser y de la nada, lo mis-mo que un espejo limpio refleja distintamente las imgenes de las cosas. En consecuencia, qu pensamiento discursivo es necesario para esto?

    El pensamiento discursivo est ah porque hay confusin. Cuando llegas a un conocimiento no discursivo, percibes y distingues las cosas antes del mismo, as que al final no hay confu-sin. sta es la razn por la que se valora el conocimiento no discursivo.

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  • ANTOLOGA ZEN

    Por esta razn, la meditacin en posicin sentada con conocimiento sutil espontneo es la ms elevada de las prcticas.

    La Va hacia la Va Skai haba permanecido un ao en la con-

    gregacin del Maestro zen Daiy, cuando de repente tuvo una noche una percepcin interna al levantarse de su meditacin. Fue al Maestro y le present su comprensin.

    Daiy dijo: Has pasado a la sala, pero an no has entrado en la habitacin.

    Skai pregunt: Por qu decs esto? Daiy cit un texto sagrado, diciendo: No

    permanezcas en nada, pero vivifica la mente, y pregunt a Skai: Qu significa "pero vivifica la mente"?

    Skai respondi: Cuando buscas la mente, sta no puede ser encontrada.

    Daiy dijo: Despus de todo, ro has entra-do en la comprensin.

    Skai replic: No estoy de acuerdo en dudar de mi comprensin.

    Elevando la voz, Daiy dijo: No, no! Si realmente quieres alcanzar la Va, debes morir totalmente de una vez; slo entonces puedes realizarla!

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Liberacin Ohashi, la cortesana, era hija de un vasallo

    del Shogun. Fue vendida por su padre para pros-tituirse cuando ste perdi su posicin y se vio redu5=ido a la mxima pobreza.

    Ohashi era encantadora, inteligente y cultiva-da en literatura y en artes. Como resultado de sus logros, se convirti en una famosa cortesana del barrio alegre de Kioto.

    Incapaz de reconciliarse a s_ misma con la desgracia que le haba tocado, Ohashi cay en una incurable depresin y empez a consumirse.

    Un da, un visitante se dio cuenta de su estado y le pregunt si estaba deprimida por algo. hashi le explic cmo haba ocurrido todo. El visitante exclam: No es extrao que ests enferma! Te costara mil monedas de oro puro curar tu dolencia! Sin embargo, existe una manera de liberarte de ella, pero no lo vas a creer.

    Ohashi i!}sisti: Si me dices la verdad, cmo podra yo dudar? Te ruego que me la ensees!

    As pues, el visitante explic a Ohashi: En todo tu cuerpo no existe nada que acte fuera de la percepcin y de la cognicin. La percepcin y la cognicin tienen un husped. Hagas lo que hagas, incluso cuando tengas prisa, busca este

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  • ANTOLOGA ZEN

    husped dentro de ti. Qu es lo que ve? Qu es lo que oye? Si practicas esta introspeccin seria-mente y no la abandonas, tu naturaleza intrnse-ca de Buda aparecer de repente. Cuando alcan-ces este estado, descubrirs que es un atajo para liberarte del reino del sufrimiento.

    Tomando a pecho estas palabras, hashi empez a practicar este ejercicio introspectivo en secreto. Ms adelante alcanz el punto en el que su atencin interna no tena interrupciones.

    Habiendo alcanzado ya este grado de reali-zacin, una noche se levant una terrorfica tormenta de truenos tan violent}l que cayeron rayos en ms de veinte sitios. Ohashi se acu-rruc bajo las ropas de su cama con su joven sirvienta.

    De repente, Ohashi record el ejercicio zen. Echando afuera sus miedos, se sent erguida.

    En el mismo momento c~y un rayo en el patio. El impacto hizo caer a Ohashi de espaldas cortndole la respiracin. _

    Cuando recobr el aliento, Ohashi not que sus percepciones eran algo diferents de lo nor-mal y sinti una indesc_riptible alegra.

    Posteriormente, Ohashi fue liberada de su vnculo con el burdel cuando un hombre pag su deuda y se cas con ella. Busc entonces al Maestro Hakuin y pas el resto de su vida pro-fundizando su comprensin.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Un despertar Zeshin pas muchos aos viviendo retirado

    en el monte Yoshino, cerca de la ciudad de Kio-to, capital imperial en aquella poca. All practi-caba simplemente la meditacin en posicin sen-tada, hasta que un da su mente se abri y olvid todo su conocimiento intelectual.

    En un templo cercano viva un viejo adepto de la Escuela St zen. Pretendiendo tener un testigo de su iluminacin, Zeshin acudi a l y le comunic su realizacin. El adepto dijo: El Maestro Bankei es el gua iluminado de esta po-ca. Vete con l y estudia.

    As pues, Zeshin march directamente al templo de Jizo al este de I

  • ANTOLOGA ZEN

    vala. Zeshin se fue el mismo da y volvi al monte Yoshino.

    Varios meses despus, Zeshin sali de nuevo para intentar ver a Bankei, el Maestro por exce-lencia de aquellos tiempos. Camino al templo de Jiz, oy que Bankei estaba en Edo, la capital de los Shoguns, en donde Bankei enseaba en el templo de Krin.

    Cuando Zeshin lleg finalmente all, Bankei se encontr con l directamente.

    Despus de que Zeshin le presentase su com-prensin, Bankei dijo: Y el ltimo fin?

    Zeshin dud, intentando pensar en algo que decir; entonces baj la cabeza.

    Esto ocurri tres veces. Al final, Zeshin pregunt: Hay un l-

    timo fin? El Maestro zen Bankei dijo: No sabes cmo

    utilizarlo. De nuevo Zeshin baj la cabeza, incapaz de

    decir nada. Algo parecido pas tres veces antes de que

    Zeshin preguntase por fin: Cmo se utiliza? En ese momento, una oropndola silb en el

    patio. Bankei dijo: Oyes a la oropndola cuan-do silba.

    Zeshin cay en xtasis. Se postr ante el Maestro zen tres veces.

    Bankei dijo: Despus de esto, no hables en vano.

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Al final del retiro estival de meditacin en el templo de Krin, Bankei regres a su centro principal de enseanza en el oeste de Japn. Zes-hin le sigui all.

    Durante varios das tras su regreso, el Maes-tro zen reciba a los recin llegados. Zeshin se presentaba ante el Maestro cada da con otros recin llegados, pero Bankei no le prestaba aten-cin. Esto sucedi durante tres das consecuti-vos, mientras que Zeshin haca por ser notado por el Maestro Bankei sin decirle nada.

    Cuando finalmente se dispers la multitud, Bankei se dirigi por fin a Zeshin dicindole: Eres afortunado. Si no me hubieras encontra-do, te habras convertido en un jactancioso.

    Todava vivo Kosen estudiaba zen con el Maestro Ryoten,

    intentando meditar sobre el vaco. Ryoten le advirti: La meditacin intensiva zen debe ser como un mudo que tiene un sueo. Eres dema-siado intelectual para estudiar zen.

    Lejos de desanimarse, Kosen se agitaba para hacer todava mayores esfuerzos. Una noche, cuando estaba sentado contemplando la lluvia, un nio monje lo llam en voz alta. Kosen res-pondi y, repentinamente, experiment un des-pertar de percepcin interior.

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  • ANTOLOGA ZEN

    Posteriormente, Ksen fue a estudiar con el Maestro zen Hakujun. Un da, el Maestro cit una famosa lnea de la Escritura que dice: No permanezcas en nada, pero vivifica la mente. Entonces pregunt a Ksen: Qu es la mente?

    K sen respondi: N o permanecer en nada!!!

    Hakujun le golpe seis o siete veces y dijo: Ignorante! Todava no conoces el significado de las palabras "pero vivifica", verdad?

    En ese momento, Ksen alcanz la liberacin.

    Sufrimiento intil e incredulidad En cierta ocasin, el Maestro Bankei dijo a

    un grupo de gente: Cuando tuve la primera ins-piracin para buscar la iluminacin, como no encontraba un instructor iluminado, practicaba toda clase de ascesis,

  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    provincia, me iba directamente all para encon-trarlo. Despus de varios aos haba pocos lugares en todo el Japn en los que no hubiera estado.

    Todo esto se deba al hecho de que no haba encontrado un instructor iluminado. Des-pus de que mi mente se abriera un da, por vez primera me di cuenta de qu intiles haban sido mis aos de fatigas y de dolor, y alcanc la paz.

    Ahora os digo a todos cmo alcanzar la rea-lizacin en vuestras actuales vidas sin agotaros, pero no me creis del todo. Esto es as porque no sois realmente serios.

    Confesiones de un Maestro zen Yui-e, un veterano de la escuela Soto Zen,

    lleg al Maestro zen Bankei y dijo: Yo tuve la inspiracin cuando tena diecisiete o dieciocho ar1os. Durante ms de treinta aos me he senta-do a meditar durante largos periodos de tiempo sin acostarme, concentrndome sin distraerme, pero descubr que los pensamientos errantes y la falsa conciencia son muy dificiles de erradicar. En los ltimos aos, mi mente y mi intelecto se han clarificado y he alcanzado la paz. Cmo os con-centrabais en el pasado?

    Bankei respondi: Yo tambin sufra con el surgir de los pensamientos cuando era JOVen,

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  • ANTOLOGA ZEN

    pero de repente me di cuenta de que nuestra escuela es la escuela del Ojo Iluminado y de que nadie puede ayudar a otra persona sin una clara percepcin. Desde el principio trascend todos los dems intereses y me concentr en trabajar exclusivamente para alcanzar la visin clara. Por esta razn, he llegado a dominar la capacidad de ver si las personas tienen o no la verdadera per-cepcin interior.

    Mente y montaa Una vez, el Maestro zen Bankei pas varias

    noches sentado bajo una cruz en un terreno de ejecucin, para poner a prueba su mente. Des-pus se tumb en un terrapln que rodeaba un corral.

    Dio la casualidad de que haba en ese momento un guerrero en el corral pegando a un caballo. Al verlo, Bankei grit: Eh! Te das cuenta de lo que ests haciendo?

    El guerrero oy gritar al Maestr~ zen pero no prest atencin. Golpeando con el ltigo a su caballo, pas al lado de Bankei al galope. El Maestro grit de nuevo: Eh! Te das cuenta de lo que ests haciendo?

    Esto sucedi tres veces antes de que el gue-rrero se detuviese y se bajase del caballo. Aproxi-mndose al Maestro zen, se dio entonces cuenta

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    de que Bankei no era un hombre ordinario. El guerrero dijo: Me estabas gritando. Tienes algo que decirme?

    Bankei dijo: En lugar de pegar a tu caballo por ser ingobernable, por qu no te castigas a ti mismo y entrenas correctamente tu mente?

    Un rigorista Enzui era un maestro extrao. Nunca mos-

    traba ningn signo de enfado en su rostro e incluso era raro que hablase. Nunca le asaltaron en su vida deseos materiales o sexuales.

    Un da, Manzan, el instructor zen de Enzui, lo llam y lo amonest dicindole: Ayunar y quedarte tumbado estn impidiendo tu potencial para alcanzar la Va. La diligencia y la meditacin estn disminuyendo tu vida de sabidura. Por qu no abandonas estas prcticas totalmente, flu-yendo de manera natural con la corriente y te conviertes en una persona libre sin tcnicas ni obligaciones?

    Saludando con una inclinacin de gratitud, Enzui sali de la entrevista lleno de lgrimas. Despus se esforz ms an aumentando sus prcticas ascticas. Un da, su mente se abri y alcanz un estado en el que no existe la duda.

    Posteriormente volvi a su provincia natal y construy en ella un claustro, haciendo el voto

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  • ANTOLOGA ZEN

    de que desde ese momento nunca saldra entre los humanos. Aunque viejos conocidos le escriban, no responda, y cuando buscadores zen llamaban a su puerta, no abra.

    Enzui muri en 1763, a la edad de setenta aos. Uno de sus seguidores cont: El Maestro ayunaba y nunca se acost en toda su vida, man-teniendo esta disciplina incluso hasta el momen-to mismo de su muerte, en que se puso una tnica ceremonial y expir sentado en una silla. Incluso tras su muerte, su cuerpo permaneci erguido, sin deshacer su postura de medita-cin.

    La semilla de la prctica del zen Un da, el Maestro Shosan dijo de cierto

    individuo: Esa persona es una gran practicante, verdad? Dice que muera de la enfermedad que muera, quiere morir tan tranquilamente como si estuviera paseando por los alrededores.

    Uno de los estudiantes del grup dijo: Se limita nicamente a pensar de esa manera: no es la- clase de persona adecuada para practicar el zen.

    El Maestro dijo: Incluso aunque sea as, sigue siendo un hombre con la semilla de la gran prctica del zen.

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    ..,

  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Las ltimas palabras Cuando Tenkei estaba en su lecho de muer-

    te, fue rodeado por la congregacin de sus disc-pulos, que lloraban y se lamentaban. El Maestro zen los mir y dijo: Cuando el Buda estaba a punto de expirar, fue rodeado por monjes, mon-jas, mujeres y hombres seglares, que lloraban apenados. El Buda les amonest dicindoles: "Si habis entendido realmente las Cuatro Nobles Verdades, por qu lloris?" No os cen-suro el que lloris y os lamentis hoy, porque no os habis liberado del apego a la Enseanza.

    No os preguntis por qu digo esto? Toda mi vida he estado favoreciendo el budismo zen y trabajando de todo corazn por la gente, pero los sentimientos humanos son arrogantes y dbil la influencia de la educacin, y son muchas per-sonas las que carecen de fe. Imaginando cmo no habr guas en el futuro para transmitir la ver-dadera enseanza, de repente lloro.

    Todo est condicionado y en definitiva vaco de esencia intrnseca. Esto es fcil de afirmar, pero difcil de comprender claramente. Temo que podis malinterpretarlo; pero cuando lo entendis realmente, seris los herederos de la enseanza del Buda, y devolveris el beneficio recibido del Buda y de los fundadores del zen. Trabajad por los dems de manera incesante, defendiendo este principio.

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  • ANTOLOGA ZEN

    Si las personas que no estn aqu presentes acuden a buscarme en el futuro, decidles que dije esto en mi lecho de muerte, llorando mien-tras lo deca.

    La decadencia y el resurgimiento del zen

    Hakuin, el gran Maestro zen que hizo revivir la secta Rinzai en el siglo XVIII, estudi con muchos instructores. Fue, sin embargo, Shj Rojin quien le abri los ojos a la profundidad y vastedad del verdadero zen.

    Shj sola decir: Esta escuela nuestra de zen decay durante la Dinasta Sung [960-1278] y se extingui durante la Dinasta Ming [1368-1644]. Aunque algo de su eficacia residual se transmiti a Japn, es tan tenue como las estre-llas durante el da. Esta situacin es verdadera-mente lamentable.

    Shj tambin dijo: Por todas partes, en la actualidad slo existen imitadores sin vida que estudian los letreros, "instructores zen" sin la visin liberada. Dichas personas ni siquiera han soado con lo que los iluminados transmiten.

    Posteriormente, despus de su propia ilumi-nacin, Hakuin deca a la gente: Cuando o las crticas del viejo Shj, me preguntaba por qu

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    estaba tan indignado a causa de los centros exis-tentes, y con la proliferacin de monasterios y el surgimiento de Maestros famosos. Despus, cuando viaj por el mundo zen y vi cierto nme-ro de "Maestros", no encontr ni a un solo ver-dadero Maestro con gran comprensin interna. Slo entonces me di cuenta de hasta qu punto la Va de Shoju era muy superior a la de los dems centros zen.

    Independencia Una vez, el Maestro zen Tenkei fue invitado

    oficialmente a convertirse en el abad docente de cierto monasterio. l rehus diciendo: La deca-dencia ha ido aumentando desde hace tiempo; puesto que se ha perdido la base de la ensean-za, cmo puede aparecer alguien ante el mundo como instructor. No digis ni una palabra ms sobre esto.

    El emisario que portaba la invitacin respon-di: La congregacin del monasterio slo quie-re tomaros prestado en aras de la Gran Ensean-za. Dirais que esto es heterodoxo? Y empez a rogar al Maestro zen con tanta insistencia que al final Tenkei acept.

    Al ao siguiente, sin embargo, Tenkei aban-don el monasterio a propsito de cierto inci-dente. En un poema expres:

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  • ANTOLOGA ZEN

    Venir estuvo bien; irse est bien tambin; agua que fluye) una nube que flota: un mendicante. Por qu dejarse llevar por el ruido de los dems? Fluyendo con las circunstancias) de nuevo) hoy salto.

    Las ltimas palabras La anciana O-San alcanz la iluminacin

    cuando estaba estudiando zen con el Maestro Tetsumon. Ms adelante, cuando el gran Maestro Hakuin lleg a su provincia, O-San fue a verlo.

    Para probar a la mujer, Hakuin le pregunt acerca del sonido de una mano que aplaude.

    O-San inmediatamente murmur un poema:

    Ms que escuchar el sonido del aplauso de una mano de Hakuin) aplaude con las dos manos y logra algn resultado!

    Cuando O-San estaba a punto de~morir, fue rodeada por sus hijos, que pretendan escuchar sus ltimas palabras. Ella sonri y enton el siguiente poema:

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    En este mundo donde no duran las palabras) ms que el roco

  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    sobre las hojas) qu podra decir para la posteridad?

    Nacimiento y muerte Goshu acudi al Maestro zen, Yui-e y dijo:

    He estado estudiando zen durante muchos aos, pero todava no he llegado. Tened la bon-dad de darme un poco de luz.

    Yui-e dijo: No hay ningn truco para estu-diar zen. Es slo un asunto de libertad del naci-miento y de la muerte.

    Goshti pregunt: Cundo pasa uno a la libertad a travs del nacimiento y de la muerte?

    Elevando la voz, Yui-e dijo: Tu mismo pensamiento que te atraviesa es nacimiento y muerte!

    Al or estas palabras, Goshu cay en xtasis, sintiendo como si se hubiera descargado de un pesado fardo.

    Un hereje reformado Ummon empez a estudiar libros confucia-

    nos y textos religiosos cuando tena catorce o quince aos. Sin embargo, a los veintids tuvo

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  • ANTOLOGA ZEN

    un cambio de sentimiento: Aunque lea todos los libros exotricos y esotricos que existan, reflexion, para qu servira en el borde de la vida y de la muerte?

    A continuacin dej sus libros y abandon los estudios acadmicos.

    Ms tarde, Ummon acudi a ver a un Maes-tro zen, que le ense cmo trabajar los koans *.

    Ummon protest: Yo no quiero trabajar sobre koans. Slo conociendo por m mismo un estado de muerte y completa cesacin [de activi-dad mental y emocional] y habiendo llegado a ser un montn de cenizas, carezco de dudas. A lo largo de las actividades cotidianas, qu est pasando?, est ah?, no lo est? Mientras me pregunte esto, es suficiente.

    El Maestro zen dijo: Si actas as, te conver-tirs en un hereje.

    Ummon replic: Aunque me convierta en un hereje, es suficiente haber alcanzado paz mental.

    Ummon continu meditando firmemente otros dos aos.

    * Los koans son preguntas paradjicas que no uenen una respuesta lgica lineal, sino puramente existencial. Exis-te una gradacin de menor a mayor dificultad, y son utiliza-dos fundamentalmente por la escuela zen Rmzai como ins-trumento de concentraCIn para saltar las barreras mentales y los condicionamientos culturales. (N. del T.)

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Un da, cuando recoga lea en el bosque, Ummon sinti que todo el mundo se desmoro-naba, incluido l mismo. En ese instante alcanz la felicidad csmica.

    Despus de este acontecimiento, Ummon reflexion: Aunque haya alcanzado mi propia paz y felicidad, esto no es sino el principio de las enseanzas de los cnones oficiales. Y qu ocu-rre con el mensaje zen que es transmitido espe-cialmente fuera de la doctrina?

    As pues, redobl sus esfuerzos durante otros dos aos hasta que descubri al fin la experiencia viva del zen. Entonces su mente se relaj por completo.

    Cuando Ummon estaba a punto de morir, amonest a sus estudiantes del siguiente modo: Tengo cuatro declaraciones. Primero, atravesar toda confusin mental, confiar en la verdad un-versal. Segundo, dejar partir el cuerpo y la m en-te, despojarse del nacimiento y de la muerte. Tercero, trascender el absoluto, establecer una vida individual. Cuarto, acarrear rocas y llevar tierra para perpetuar la vida de la sabidura.

    El poema de despedida de U mmon deca:

    La ltima palabra ilumina los cielos e ilumina la tierra.

    #'

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  • ANTOLOGIA ZEN

    Un sabio excntrico Entsu fue un sabio e~cntrico de la poco

    conocida Escuela zen de Obaku. Hombre nada convencional, iba a donde quera y haca lo que le gustaba. Viva solo, sin permanecer en ningn lugar fijo. Apenas se conoce con certeza nada de su vida.

    Una vez, Entsu estaba en la ciudad de Kioto para v1sitar a un familiar suyo. En el tumulto [de la ciudad] se olvid de adnde iba. No sabiendo qu otra cosa hacer, empez a llamar a todas las puertas, una tras otra, preguntando al primero que responda: Es sta la casa que se supone que Entsu debe visitar?

    En otra ocasin, alguien p1di a Entsu que escribiera el prefacio para cierto libro. Entsu accedi, pero garabate tan confusamente que el prefacio era ilegible en muchas de sus partes. El hombre que le haba pedido el escrito se lo llev de vuelta a Entsu para preguntarle lo que deca. ~

    El Maestro zen examin su propia escritura una y otra vez, y al final declar: Yo tampoco la puedo leer! Uno de mis estudiantes es muy bueno en leer mis escritos; ms vale que se lo lleves a l!

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  • CIEN HISTORIAS DE ILUMINACIN

    Erudicin zen Honko fue un Maestro zen con un talento

    fuera de lo normal, irreemplazablemente sobre-saliente, con una vasta cultura y una memoria poderosa. Su propio instructor zen Shigetzu haba sido uno de los grandes Maestros eruditos. El mismo Honko sola viajar de un lado a otro dando charlas zen a invitacin de centros de todo el pas.

    Entre sus voluminosos escritos se halla un comentario sobre partes del temible Shobogenzo, que es la obra magna del gran Maestro zen del siglo XIII Dogen. El Shobogenzo, primera y nica gran obra budista escrita en japons clsico, es una de las obras ms difciles dentro de los c-nones.

    Mientras que Honko estaba trabajando en su comentario sobre el Shobogenzo, un monje dedi-cado al estudio de la lgica acudi a l pidindo-le que le comentase el Srangama-stra, una de las ms complejas y abstrusas obras de la lengua china.

    Al instante, el Maestro zen situ el Sranga-ma-stra a la derecha del escritorio, puso el Sho bogenzo a la derecha y puso un pedazo de papel en el medio. Despus, empez a dar una charla sobre el Srangama-stra, mientras que, simul-tneamente, lea el Shbogenzo y escriba un

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  • ANTOLOGA ZEN

    comentario en el mismo, manteniendo su aten-cin en las tres tareas sin confusin alguna.

    Quienes observaban este proceder quedaron atnitos, y empezaron a circular rumores de que Honko era la encarnacin de un espritu o de un santo.

    Lar;go viaje hacia casa La naturaleza excepcional de Daiky fue evi-

    dente incluso siendo todava un nio. Los ins-tructores de todas las escuelas budistas intenta-ban inscribirlo corno