Antologia slidshare

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achillerato tecnológico de la Universidad del Sur. Asignatura: aller de Lectura y Redacción Profesora: Esthela Santiago «Poética antología» Alumno: id Aldair Lara Barb « Un poeta empedernido»

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Bachillerato tecnológico de la Universidad del Sur.

Asignatura:

Taller de Lectura y Redacción

Profesora:

Esthela Santiago

«Poética antología»Alumno:

David Aldair Lara Barbosa« Un poeta empedernido»

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ÍndicePág. 1- Que consuela a un celoso epilogando la serie de los amores (Juana Inés de la Cruz Pág. 2- Sed de ti (Pablo Neruda)Pág. 3- Amor mío, mío amor (Jaime Sabines)Pág. 4- Tu dulzura (Alfonsina Estorni)Pág. 5- Gacela de amor imprevisto (Federico García Lorca)Pág. 6- Más allá del amor imprevisto (Octavio Paz)Pág. 7- Orillas de amor (Luis Cernuda)Pág. 8-Amor constante más allá de la muerte (Francisco de Quevedo)Pág. 9- Donde comienzas tu (Julia de Burgos)Pág. 10- Me besa mucho (Amado Nervo)

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Que consuela a un celoso epilogando la serie de los amores Amor empieza por desasosiego,solicitud, ardores y desvelos;crece con riesgos, lances y recelos;sustentase de llantos y de ruego.

Doctrínale tibiezas y despego,conserva el ser entre engañosos velos,hasta que con agravios o con celosapaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste:¿pues por qué, Alcino, sientes el desvíode Celia, que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste?Pues no te engañó amor, Alcino mío,sino que llegó el término preciso.

Sor Juana Inés de la Cruz. 1

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Sed de tiSed de ti me acosa en las noches hambrientas.Trémula mano roja que hasta su vida se alza.Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas......

Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.Sed de ti, guirnalda atroz y dulce.Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.

Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.

La boca tiene sed, para qué están tus besos.El alma está incendiada de estas brasas que te aman.El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.Y en ella se aniquila como el agua en el fuego. Pablo Neruda

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Amor mío, mío amor Amor mío, mi amor, amor hallado de pronto en la ostra de la muerte. Quiero comer contigo, estar, amar contigo, quiero tocarte, verte.

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo los hilos de mi sangre acostumbrada, lo dice este dolor y mis zapatos y mi boca y mi almohada.

Te quiero, amor, amor absurdamente, tontamente, perdido, iluminado, soñando rosas e inventando estrellas y diciéndote adiós yendo a tu lado.

Te quiero desde el poste de la esquina, desde la alfombra de ese cuarto a solas, en las sábanas tibias de tu cuerpo donde se duerme un agua de amapolas.

Cabellera del aire desvelado, río de noche, platanar oscuro, colmena ciega, amor desenterrado,

voy a seguir tus pasos hacia arriba, de tus pies a tu muslo y tu costado.

Jaime Sabines

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Tú dulzura

Camino lentamente por la senda de acacias, me perfuman las manos sus pétalos de nieve, mis cabellos se inquietan bajo céfiro leve y el alma es como espuma de las aristocracias.

Genio bueno: este día conmigo te congracias, apenas un suspiro me torna eterna y breve... ¿Voy a volar acaso ya que el alma se mueve? En mis pies cobran alas y danzan las tres Gracias.

Es que anoche tus manos, en mis manos de fuego, dieron tantas dulzuras a mi sangre, que luego, llenóseme la boca de mieles perfumadas.

Tan frescas que en la limpia madrugada de Estío mucho temo volverme corriendo al caserío prendidas en mis labios mariposas doradas.

Alfonsina Estorni4

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Gacela del amor imprevisto Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientre. Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dientes.

Mil caballitos persas se dormían en la plaza con luna de tu frente, mientras que yo enlazaba cuatro noches tu cintura, enemiga de la nieve.

Entre yeso y jazmines, tu mirada era un pálido ramo de simientes. Yo busqué, para darte, por mi pecho las letras de marfil que dicen siempre.

Siempre, siempre: jardín de mi agonía, tu cuerpo fugitivo para siempre, la sangre de tus venas en mi boca, tu boca ya sin luz para mi muerte.

Federico García Lorca 5

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Más allá del amorTodo nos amenaza: el tiempo, que en vivientes fragmentos divide al que fui del que seré, como el machete a la culebra; la conciencia, la transparencia traspasada, la mirada ciega de mirarse mirar; las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba, el agua, la piel; nuestros nombres, que entre tú y yo se levantan, murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba.

Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. Más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida más vida nos reclama.

Afuera la noche respira, se extiende, llena de grandes hojas calientes, de espejos que combaten: frutos, garras, ojos, follajes, espaldas que relucen, cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos.

Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma, de tanta vida que se ignora y se entrega: tú también perteneces a la noche. Extiéndete, blancura que respira, late, oh estrella repartida, copa, pan que inclinas la balanza del lado de la aurora, pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida. Octavio Paz 6

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Orillas de amor Como una vela sobre el mar resume ese azulado afán que se levanta hasta las estrellas futuras, hecho escala de olas por donde pies divinos descienden al abismo, también tu forma misma, ángel, demonio, sueño de un amor soñado, resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba hasta las nubes sus olas melancólicas.

Sintiendo todavía los pulsos de ese afán, yo, el más enamorado, en las orillas del amor, sin que una luz me vea definitivamente muerto o vivo, contemplo sus olas y quisiera anegarme, deseando perdidamente descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma, hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.

Luis Cernuda

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Amor constante más allá de la muerte Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, Y podrá desatar esta alma mía Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de es otra parte en la ribera Dejará la memoria, en donde ardía: Nadar sabe mi llama el agua fría, Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido, Venas, que humor a tanto fuego han dado, Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado; Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo

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Donde comienzas tú Soy ola de abandono, derribada, tendida, sobre un inmenso azul de sueños y de alas. Tú danzas por el agua redonda de mis ojos con la canción más fresca colgando de tus labios. ¡No la sueltes, que el viento todavía azota fuerte por mis brazos mojados, y no quiero perderte ni en la sílaba !

Yo fui un día la gaviota más ave de tu vida. Mis pasos fueron siempre enigma de los pájaros. Yo fui un día la más honda de tus edades íntimas. El universo entero cruzaba por mis manos. ¡Oh día de sueño y ola; Nuestras dos juventudes hacia el viento estallaron. Y pasó la mañana, .

y pasó la agonía de la tarde muriéndose en el fondo de un lirio y pasó la alba noche resbalando en los astros, exhibiéndose en pétalos y pasó mi letargo...

Recuerdo que al mirarme con la voz derrotada, las dos manos del cielo me cerraron los párpados. Fue tan sólo una ráfaga, una ráfaga húmeda que cortó mi sonrisa y me izó en los crepúsculos entre caras de espanto. Tú nadabas mis olas retardadas e inútiles, y por poco me parto de dolor esperando. Pero llegaste, fértil, más intacto y más blanco. Y me llevaste, épico, venciéndote en ti mismo los caminos cerrados.

Julia de Burgos

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Me besaba mucho Me besaba mucho, como si temiera irse muy temprano... Su cariño era inquieto, nervioso. Yo no comprendía tan febril premura. Mi intención grosera nunca vio muy lejos ¡Ella presentía! Ella presentía que era corto el plazo, que la vela herida por el latigazo del viento, aguardaba ya..., y en su ansiedad quería dejarme su alma en cada abrazo, poner en sus besos una eternidad.

Amado Nervo 10