Post on 22-Sep-2018
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO DECANATO DE ADMINISTRACION Y CONTADURIA
CENTRO DE INVESTIGACIÓN VI JORNADAS DE INVESTIGACIÓN DEL DAC-UCLA
DEL 26 AL 28 DE ABRIL DE 2006 BARQUISIMETO. VENEZUELA
Web: www.ucla.edu.ve/dac/vijornadas e-mail: cidac@ucla.edu.ve - cidac_ucla@yahoo.es
Ponencia
DESARROLLO HUMANO Y CAPITAL SOCIAL: SU INCIDENCIA EN LOS PROCESOS
DE TRANSFORMACION INSTITUCIONAL
Dr. Mauricio Iranzo T.
miranzo@ucla.edu.ve
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DESARROLLO HUMANO Y CAPITAL SOCIAL: SU INCIDENCIA EN LOS PROCESOS
DE TRANSFORMACION INSTITUCIONAL
Mauricio Iranzo T.
Resumen: En un contexto marcado por la complementación, pero a su vez por la
contradicción, globalización – periferia, una nueva manera de entender el desarrollo
debe favorecer la obtención de capacidades o titularidades para disponer
adecuadamente de las oportunidades que puedan proveer bienestar, más allá de la
generación de riqueza y en función del Desarrollo Humano, siempre y cuando se
cuente con un sustrato sociocultural, que pudiera identificarse como capital social,
capaz de procurar procesos de transformación institucional. El objetivo de esta
investigación es acercarse al establecimiento de sus aportes, mediante una
metodología cualitativa, considerando las expresiones locales del capital social a
través de la participación de los sectores sociocomunitarios organizados, con
legitimidad y en términos de actores sociales, en lo público, como suele presentarse
en experiencias adelantadas en el Estado Lara. Se pudo concluir que efectivamente
existen elementos en el sentido descrito, identificándose especialmente la presencia
de confianza y asociatividad arraigadas en una ética que las soporta y en una
conciencia cívica que las anima, todo lo cual permite presumir el surgimiento de una
institucionalidad al margen de los criterios convencionales, a ser respaldada y
fortalecida, donde se privilegia al ser humano por encima de las concepciones
economicistas prevalecientes.
Palabras claves: Desarrollo Humano, Capital Social, participación, transformación
institucional
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DESARROLLO HUMANO Y CAPITAL SOCIAL: SU INCIDENCIA EN LOS PROCESOS
DE TRANSFORMACION INSTITUCIONAL
Introducción
Considerando el proceso de globalización y los impactos positivos que sus
propulsores estiman debería traer consigo, en cuanto modelo de apertura que
insertaría a Venezuela en un intercambio comercial con un sinnúmero de
oportunidades apoyadas en su capacidad de producción y exportación petrolera, la
reconversión que debía haberse provocado en su dinámica económica, impulsada
además por el acceso a nuevas tecnologías, crearía empleos de calidad y bien
remunerados, donde la generación de riqueza basada en la competitividad nos
permitiría estar presentes en los mercados internacionales.
Independientemente de los resultados que algunos sectores o más bien grupos
económicos pudieran ostentar, es inocultable la presencia de una pobreza creciente y
de una terciarización incontrolable de la economía, a la que se agrega una
seudoinstitucionalización de la subcontratación, que más allá del deterioro de la
actividad económica que pudiera achacarse a la polarización política, expresa la
agudización de contradicciones seculares que adquieren su dimensión más crítica en la
aparente confrontación formal – informal de la organización del trabajo. La informalidad,
que no se limita a la buhonería (comercio informal), es a todas luces el disfraz de la
flexibilización, que a su vez esconde la necesidad empresarial formal de disminuir sus
pasivos laborales y hacer más expedita la contratación y despido del personal sin la
carga de la seguridad social, realidad que muestra serias dificultades para contribuir a
impulsar el desarrollo humano.1
A esto se le puede agregar una transición aparejada a una confirmación del
papel asistencialista y compensatorio de los programas sociales, a pesar de
declaratorias que pretenden contradecirlo, los cuales desde hace tiempo no son
definidos en el marco propiamente dicho de una política social, aunque se propugne
una creciente intervención del Estado gracias a los abundantes recursos fiscales. En
realidad, la práctica conduce a una restricción de su papel, circunscrito a la
4
transferencia de recursos a los sectores más sensibles, aunque se hagan esfuerzos por
apoyar concepciones como el desarrollo endógeno, ya que no se incorporara a los
sectores económicos arraigados ni se establecen alianzas con grupos emergentes
cuando no profesan la misma militancia política de los partidos en el gobierno.
Además, lo que pudiera gestarse como opciones para abrir nuevas posibilidades
a los sectores populares, terminan mediatizándose por la todavía vigente manipulación
clientelar de quienes quieran ser beneficiarios. No es posible ni es el objetivo de este
trabajo detenerse en este punto, pero es inevitable decir que existen programas y
proyectos que atienden a los integrantes de la economía social o popular que en
realidad le dan soporte, implícitamente, a economías de subsistencia basadas en la
“autosobreexplotación” del trabajo, opción adecuada al modelo de flexibilización de las
relaciones laborales, el cual se encuentra actualmente, sin lugar a dudas, en proceso
de instauración.
Sin embargo, el marco general descrito no es óbice para comprobar también la
presencia de otras tendencias y realidades, como las que soportan y se han
conceptualizado bajo la definición de capital social, prácticamente en contracorriente, a
pesar de las condiciones favorecedoras de la disgregación y el atomismo que procuran
romper procesos aparentes de posibilidades alternativas. Investigarlas desde la
universidad puede convertirse en una oportunidad para reencontrar en el entorno
factores generadores de nuevas áreas de conocimiento, en medio del aislamiento que
ha caracterizado en los últimos años el funcionamiento de las instituciones de
educación superior, de tal manera que la identificación de potencialidades
transformadoras pueda convertirse en una vía para fundamentar y fortalecer opciones
de desarrollo más acordes con el desarrollo humano y que apoyen la emergencia de
una nueva institucionalidad.
En vista de la significación de este fenómeno, en el que pareciera se expresan
valores y redes que logran además contrarrestar la influencia de pautas y expectativas
de vida ajenas a sus tradiciones, sobre todo por parte de la población rural, el presente
trabajo se plantea como objetivo indagar e interpretar las características del Capital
Social existente en organizaciones sociocomunitarias del Estado Lara, estableciendo
su relación con la promoción del Desarrollo Humano y su incidencia en los procesos de
5
transformación institucional, a partir de la explicación de sus percepciones y
experiencias por parte de quienes las integran.
1.- Referentes teóricos
La crítica fundamental tanto al modelo proteccionista como al de apertura, en
cuanto modelos aplicados en los países atrasados o periféricos, radica en el enfoque
economicista que los caracteriza, centrado en el crecimiento económico como objetivo,
desde el que deberían derivarse beneficios al conjunto de la sociedad.
Más allá de la concepción “ingenua” que revela2, no hay manera de seguir
sosteniendo la idea de un beneficio a futuro de un crecimiento económico que, cuando
ocurre, normalmente es acumulado de manera restringida con apenas un efecto
residual para la mayoría de la población. En las condiciones actuales fomentadas por el
proceso globalizador, la aplicación del modelo de economía abierta al pie de la letra ha
provocado desde miseria generalizada hasta el arrase de potencialidades que no
estaban en correspondencia con los intereses específicos de los actores
predominantes, aunque pudiera traducirse en ventajas competitivas en algunas áreas.
En este contexto, sea por los conflictos políticos y sociales que surgen
cíclicamente y/o por las presiones de los sectores económicos mantenidos al margen y
que son afectados negativamente por las políticas aplicadas, se han producido
opciones con distintos grados de elaboración, donde han participado desde la
academia hasta las experiencias sociocomunitarias, pasando por los partidos, algunas
de manera recurrente en vista del manejo político-electoral del que han sido objeto,
pudiendo crearse distorsiones al crear esperanzas y hasta espejismos de reivindicación
en vista de la agudización de la desigualdad y la pobreza.
En el caso concreto del Estado Lara, entidad federal ubicada en el
centroccidente de Venezuela y que representa alrededor del 8% de la población del
país con una actividad agrícola y comercial predominante, la tradición organizacional
ha significado la existencia de un movimiento cooperativo de amplio reconocimiento y
la manifestación de múltiples formas asociativas en todos los sectores, con especial
presencia en la atención a la comercialización de alimentos a precios populares, sin
6
que esto exista como producto del apoyo gubernamental, con las que han logrado
amortiguar de cierta manera los efectos de las limitaciones de empleo e ingreso
presentes de forma generalizada.
Desarrollo local y desarrollo humano
La reivindicación de lo local como contraposición a la vertiente avasallante de lo
global, se ofrece con distintas modalidades ubicadas en la perspectiva del desarrollo
local, expresión que por cierto podría decirse resume el significado del desarrollo, en
cuanto a que realmente éste no existe si no es posible apreciarlo y vivirlo localmente.3
Estas modalidades se definen en función de concepciones que priorizan en su
generalidad el desarrollo humano, exigen la sostenibilidad y rescatan lo endógeno,
siempre con un alto componente participativo en su materialización, pero sobre todo
asumen que son nociones cuestionadoras de la idea de reducir el desarrollo al simple
crecimiento económico.
Referir lo local por otra parte convoca a la incorporación de la dimensión
espacial de manera preferente, en términos de ámbitos subnacionales, no
necesariamente establecidos por los límites regionales y municipales, pero en los que
la consideración de éstos le da una connotación importante a la hora de señalar el
papel del sector público. Igualmente, identificar lo que caracteriza a lo local es trabajar
los valores, costumbres y creencias de quienes lo conforman y en definitiva, significa
asumir una perspectiva de integralidad.
Entre las definiciones de este concepto manejadas además con una visión de
complementariedad, se presentan dos, una que identifica el desarrollo local con el
municipio y otra, muy similar, que no delimita su espacio a esta división político
administrativa:
“El Desarrollo Local es un proceso de dinamización de los recursos
humanos y materiales, así como de sus potencialidades, en lo económico, social,
cultural y tecnológico, existentes en el ámbito territorial de un municipio, impulsado a
través de la participación de todos los actores que en él se desenvuelven y con el
7
apoyo irrestricto del gobierno local, mediante la gestión y concertación de políticas,
planes y acciones que coadyuven al Desarrollo Humano de sus habitantes.” 4
“Se considera al Desarrollo Local como un proceso de prácticas
institucionales participativas que, partiendo de las fortalezas y oportunidades de un
territorio determinado (en función de los recursos naturales, económicos, sociales,
culturales y políticos), conduce a mejorar los ingresos y calidad de vida de su población
de manera sostenible y con niveles crecientes de equidad” 5
Dentro de la complejidad del problema, el encuentro con autores como Sergio
Boisier, permite referir un tipo de clasificación que refuerza el planteamiento: “parece
posible distinguir a lo menos tres contextos no necesariamente independientes entre sí
que cobijan modalidades diferentes y sustantivas de desarrollo local, más allá, como se
dijo, de su indesmentible dimensión geográfica: el enfoque del desarrollo local como
una matriz de estructuras industriales, el enfoque del desarrollo local como un proceso
endógeno de cambio y el enfoque del desarrollo local como empoderamiento de una
sociedad local”,6 con lo que es posible colocar la discusión del tema en la perspectiva
de la complementariedad. Adelantando criterio, se podría decir que el “cemento
cohesionador” del “tejido social” 7 que vincula en la práctica económica, social y política
los tres enfoques pareciera encontrarse en los niveles de presencia y afianzamiento del
capital social.
En este sentido, al ubicar Boisier las modalidades como “no necesariamente
independientes entre sí”, nos da la oportunidad de ir más lejos afirmando que de hecho
son interdependientes, ya que, a nuestro entender, una no es posible sin las otras y
todas son necesarias, por supuesto dentro de un enfoque de desarrollo humano. Esto
es, se establecería el criterio de considerar como válido el carácter complementario de
las modalidades, y que, a los efectos de este trabajo, sin el empoderamiento de la
sociedad local no es posible construirle viabilidad al resto, ya que en procesos de esta
naturaleza, es indispensable la convocatoria de los actores locales y sus
potencialidades con capacidad para facilitarlo.
8
El concepto de Desarrollo Humano
Aunque es partir de 1990 cuando el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, PNUD, propone la discusión internacional sobre el concepto de Desarrollo
Humano, ya en la década anterior se había iniciado la búsqueda de un modelo
alternativo al de crecimiento económico, como se encuentra reflejado, por ejemplo, en
el documento titulado “Desarrollo a Escala Humana, una opción para el futuro”,
elaborado entre otros por Manfred Max-Neef del Centro de Alternativas de Desarrollo,
CEPAUR, donde exponen el objetivo de su propuesta de la siguiente manera:
“Tal desarrollo se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades
humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de autodependencia y
en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de
los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de
la planificación con la autonomía y de la Sociedad Civil con el Estado.” 8
Cuando surge el “Indice de Desarrollo Humano” (IDH), formulado por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), busca fundamentalmente
anteponerse a la clasificación del progreso de los países basada solamente en el
Producto Interno Bruto. Este índice sintetiza el nivel de logro en tres dimensiones:
salud, educación e ingresos, considerando que su utilización implica reconocer el
hecho que, dada la inexistencia de un vínculo automático entre crecimiento económico
y desarrollo humano, la verdadera medida del éxito de una sociedad, debe centrarse en
la forma como los logros económicos se traducen en beneficios y oportunidades para
las personas.
De esta manera, en la actualidad, existe consenso en cuanto a que su definición
contemple:
“El desarrollo humano no es exclusivamente un problema de bienestar o de
disponibilidad de cosas, sino más bien, es un problema de capacidades o de
titularidades para disponer de esas cosas. El desarrollo humano, en consecuencia,
debe ser enfocado desde una perspectiva integral –holística– e interdisciplinar.” 9
9
Capital social para el Desarrollo Humano
Si se trata de capacidades, el concepto de capital social contribuye a suministrar
elementos para identificarlas, fundamentalmente a través de los trabajos de Bourdieu,
Hirschman, Coleman, Putnam y Kliksberg, quienes han adelantado definiciones aunque
reconociendo que todavía se encuentra en proceso de elaboración. Sin embargo,
desde sus investigaciones, se podría afirmar que los componentes que lo caracterizan
se encuentran alrededor del reconocimiento de redes, normas o reglas y valores que
conducen a un beneficio mutuo, por lo que, tentativamente, la siguiente aproximación
nos da una idea de lo que consideramos Capital Social: “Son las relaciones de
confianza y cooperación desarrolladas, a través de la participación, entre actores
sociales para el logro de bienes públicos, que se expresan en una trama, tejido o red,
de normas y compromisos cívicos, explícitos e implícitos, regidos por una ética social y
familiar e inmanentes a una cultura determinada.” 10 Siendo el resultado de las relaciones de cooperación, su carácter es compartido,
no se detenta ni se acumula individualmente como patrimonio propio, ya que es
necesariamente colectivo, característica que resalta Barreiro, investigador español
sobre el tema: “El capital social son las normas y las redes que permiten a la gente
actuar de manera colectiva. El capital social son las instituciones, el conjunto de
relaciones, actitudes y valores que determinan las interacciones entre las personas y
que suponen, a la vez, una red social que produce utilidades y beneficios para las
personas que participan.” (Fernando Barreiro, 2.004) Por cierto, cuando se refiere a
utilidades y beneficios, obviamente contempla los que se producen mucho más allá de
los estrictamente materiales, en cuanto intangibles.
Como particularidades del enfoque, se puede tomar especialmente Robert
Putnam,11 quien muestra su papel en la zona norte de Italia en la época de la
postguerra, al dinamizar la transformación de situaciones adversas en escenarios de
progreso y bienestar, así como, más recientemente, la de los organismos multilaterales,
(PNUD-CEPAL, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo12), siendo
frecuente la coincidencia de opiniones acerca de la relevancia del aprovechamiento del
capital social para incrementar las posibilidades de consecución del desarrollo humano
10
Pero no es posible ser todo lo exhaustivo que el tema implica por limitaciones de
espacio, por lo que se expondrá de la investigación lo correspondiente a la búsqueda
de los componentes del capital social propuestos por Kliksberg13, en el entendido que
recoge lo fundamental de los definidos hasta el momento, como son confianza,
asociatividad, ética y valores y conciencia cívica, teniendo en cuenta el crucial margen
de flexibilidad y relacionamiento que debe dársele a su presencia. No necesariamente
la solidaridad, por ejemplo, entre los integrantes de un sector de la sociedad, se
traduce en resultados satisfactorios para el conjunto de ella, ni la confianza que
demuestren algunos actores económicos en sus transacciones significa el respeto del
bienestar colectivo.
Por lo tanto, para evitar equívocos, el encuentro con las características a
establecer, no desconoce las imprecisiones inevitables de un tema sobre el que falta
mucho por investigar, el cual además quisiera ubicarse desde un paradigma alternativo
capaz de dar pie al reconocimiento del ser humano como centro del desarrollo al
momento de identificar nuestras potencialidades, hoy en día arropadas por intereses
foráneos y fundamentalmente materialistas, que menosprecian las capacidades
humanas basadas en la participación y el capital social.
Capital Social y transformación institucional
La necesidad de contraponerle a la decadencia de las instituciones una nueva
concepción que trascienda el egoísmo y el afán de lucro individualista, ha tenido en
autores de proyección internacional, como Fernando Savater14, un aliado indiscutible,
concretamente mediante sus aportes en relación a la importancia de recuperar el papel
de la ética en la educación. Sin embargo, a este planteamiento se contrapone la idea
de que en la dinámica de las relaciones sociales y según el entorno cultural donde se
manifiestan, tiende a prevalecer por encima de la competencia disociativa y a pesar de
todo, el resguardo de lo que fortalece las redes asociativas y las capacidades para
superar los problemas, sobre lo cual ya se ha argumentado en otra de las dimensiones
al ofrecer las definiciones de capital social.
11
Adicionalmente, sin pretender fijar una posición definitiva sobre las
connotaciones de esta relación, pero con la idea de contribuir a establecer lo que ella
pudieran significar como diferencia entre el abordaje tradicional y la construcción de
una opción centrada en el desarrollo de capacidades humanas para la transformación
de la sociedad, se pueden plantear algunas consideraciones complementarias que
sustentan este vínculo.
Por una parte, Lechner15, al argumentar sobre la importancia del proceso de
individualización como oportunidad para el Desarrollo Humano, donde la centralidad de
la persona no se entienda de modo individualista, sostiene:
“Dado que la persona se individualiza sólo en sociedad, la calidad del
Desarrollo Humano se define en la forma de vínculo social que caracteriza a
determinada sociedad. Cuando la organización de la sociedad se flexibiliza, liberando
al individuo de sus lazos habituales, ¿cuáles son las formas del nuevo vínculo social?
Conocer esos nuevos vínculos sociales emergentes significa a la vez conocer las
formas de individualización en curso. Una manera fecunda de analizar la dialéctica de
individuación y socialización subyacente al Desarrollo Humano nos ofrece el concepto
de capital social, entendido como la trama de confianza y cooperación desarrollada
para el logro de bienes públicos.”16
Lechner refuerza la idea de preservación de las tradiciones asociativas que
Putnam postula en relación al capital social y además hace hincapié en su componente
de confianza social cuando prevalecen normas de reciprocidad y redes de compromiso
cívico, y, aunque cuestiona una aplicación universalista e indiscriminada del concepto,
propugna el desarrollo de una sociabilidad que genere lazos de confianza y
cooperación, la cual puede ser fortalecida mediante instituciones (morales,
económicas, políticas, educativas) que contribuyan a la construcción de identidades
colectivas y solidaridades sociales.
Por otra parte, organismos como la CEPAL17 parten de una definición similar,
“Entendemos el capital social como el conjunto de relaciones sociales caracterizadas
por actitudes de confianza y comportamientos de cooperación y reciprocidad”18, y
hacen igualmente énfasis en su dimensión institucional:
12
“En el ámbito de la organización, la creación de capital social no es tan
diferente de la creación de capital humano: esto se consigue mediante la educación, y
por lo tanto, exige inversiones en capacitación y una infraestructura institucional donde
pueda impartirse. A diferencia del capital humano convencional, que entraña la
transmisión de ciertas aptitudes y conocimientos específicos, el capital social exige
inculcar normas y valores compartidos, y esto suele conseguirse mediante el hábito, la
experiencia compartida y el ejemplo de liderazgo. Cabe recordar que la educación
convencional suele producir capital social como un subproducto – por ejemplo, cuando
se imparten a ingenieros y contadores normas profesionales compartidas – pero las
organizaciones pueden tratar de producir capital social como producto primario”19
Estas dos perspectivas, a pesar de aparecer como complementarias, expresan
el problema en toda su complejidad, ya que indican las implicaciones de un enfoque
institucional como el propuesto, que requiere de un conocimiento a profundidad del
nivel de presencia de los componentes de capital social mencionados, considerando su
capacidad de servir de soporte al proceso de desarrollo humano.
Participación y desarrollo
Si empoderamiento es “dar el poder”, y el poder que se otorga se refiere al
acceso de la población a la toma de las decisiones que la afecten, indudablemente se
trata de las decisiones relacionadas con lo público y más concretamente, de la
participación colectiva en lo público. Pero sólo parte de lo público corresponde a lo
estatal, por lo que también es preciso considerar el empoderamiento en cuanto a la
democratización de las estructuras tradicionales de poder, más allá de lo estatal.
Dicho de otra manera, para que las sociedades locales asuman su propio
destino, dentro de los márgenes del Estado – Nación y como resultado de procesos
sociopolíticos abiertos donde se transfieran poder y competencias, la colectividad debe
buscar en sus propias dinámicas los factores que le permitan aprovechar sus
potencialidades, las cuales pueden estar mediatizadas por relaciones subordinadas a
estructuras sociopolíticas tradicionales, haciendo de la participación un ejercicio
retórico e intrascendente.
13
Además, la realidad de la participación no consiste simplemente en la creación
de oportunidades para ejercerla, o que desde los distintos niveles del Estado se
ofrezcan mecanismos más o menos institucionalizados para actuar
“corresponsablemente” o en obtener mediante la presión organizada la aceptación del
derecho a estar involucrado en las decisiones del poder público. Cada sociedad
detenta unas condiciones sociohistóricas y sociopolíticas que son el reflejo de su nivel
de desarrollo, en las que la cultura y la tradición local juegan un papel preponderante y
que se manifiestan con distintas características dependiendo de las condiciones
socioeconómicas de cada estrato poblacional, que pueden ser identificadas como
capacidades.
Por lo tanto, la concreción de los procesos de empoderamiento, en contradicción
a lo que convencionalmente se cree, no depende tanto de la voluntad política, sino de
las capacidades locales, hoy en día estudiadas, insistimos, a través del concepto de
capital social. Quien emite debe tener la potestad para poder hacerlo y quien recibe
puede tener distintas capacidades para administrarlo y ejercerlo, en el entendido que la
motorización del proceso está en manos de la población y no del gobernante de turno.
Desde esta perspectiva, el desarrollo local estaría más sujeto a las condiciones,
características y componentes del capital social presente en las sociedades locales que
a los recursos humanos y materiales, en cuanto capital humano y capital financiero y/o
de infraestructura, respectivamente, así sean potenciales o existentes,20
Ahora bien, en la relación social las formas de expresión de las capacidades,
entendidas como aquellos atributos o condiciones que le permiten al ser humano
decidir sobre sus oportunidades adecuadamente,21 no solamente están asociadas a los
niveles educativos sino que deben ser bien contextualizadas para comprenderse de
forma precisa. En este sentido, los vínculos entre empoderamiento y participación
establecidos a través de las capacidades, especialmente las institucionales o
institucionalizadas, podrán apreciarse mejor al ser considerados como componentes
del capital social, pero de una vez es preciso decir que la participación, en cualquiera
de sus dimensiones y más allá de lo formal, puede estar supeditada a su condición de
valor arraigado en una sociedad local determinada, ya que, si no existe en estos
14
términos, siempre puede instituirse legalmente, pero ser objeto de manipulación al no
ser parte de los valores previamente compartidos.
2.- Metodología
El abordaje de lo subjetivo, implica en este caso el uso del método etnográfico,
sobre el que Aguirre citado por Sandín,22 define como “un estudio descriptivo de la
cultura de una comunidad, o de alguno de sus aspectos fundamentales, bajo la
perspectiva de la comprensión global de la misma”. Sandín por su parte 23 menciona
diversas modalidades de la etnografía y para objeto de esta investigación se seleccionó
la modalidad de etnografía clásica, la cual tiene como objetivo la descripción de los
significados que las personas utilizan para comprender su mundo.
Brevemente, el proceso consistió en la selección de organizaciones
sociocomunitarias (cooperativas, asociaciones civiles, juntas de vecinos, grupos
culturales) con amplia trayectoria (mínimo diez años de existencia) y realizaciones
concretas reconocidas en áreas de interés público (proyectos financiados, respaldo en
sus comunidades de origen, obras tangibles, problemas atendidos y resueltos),
ubicadas en los Municipios Andrés Eloy Blanco, Jiménez, Morán y Palavecino del
Estado Lara, con las que se estableció un vínculo, en cuanto trabajo de campo, a
través de la observación participante y conversaciones abiertas con uno o varios
integrantes,24 quienes generalmente resultaron ser miembros que habían sido
designados en alguna oportunidad para funciones directivas o eran parte del grupo
fundador25, dándose intercambios con buena parte de ellos en al menos dos ocasiones
en un lapso de ocho meses, las cuales fueron grabadas y algunas filmadas. Por lo
tanto, el total de veinticinco entrevistas26 realizadas contó con personas de
organizaciones pertenecientes a distintos sectores, lo cual no pretende mostrar
representatividad sino la amplitud de las actividades incorporadas a la consulta, así
como fue prioritario tener las conversaciones en su lugar de trabajo o de actividad más
frecuente.
Es importante acotar que la mayoría de las organizaciones cuyos miembros
fueron entrevistados en los Municipios Andrés Eloy Blanco y Jiménez, están afiliadas a
15
Cecosesola, organización de segundo grado con una trayectoria que ha sido puesta
como referencia para el análisis de este tema (Kliksberg, 1.999), la cual ha
sistematizado y expuesto su experiencia en diversos trabajos que sirvieron de
motivación para realizar esta investigación.27 En el caso de los Municipios Morán y
Palavecino, su característica más resaltante es que son organizaciones vinculadas a
los gobiernos locales en sus luchas reivindicativas.
Siendo esta ponencia una primera aproximación a los resultados28 y teniendo en
cuenta la trayectoria del investigador, quien ha participado en procesos similares de
captación de intersubjetividades en contextos socioculturales predominantemente
rurales, se procesaron las entrevistas, en una primera instancia y apoyados en matrices
extensas, para poder identificar en base a categorías genéricas, las expresiones
comprensivas relacionadas con el objetivo de la investigación, así como de los
componentes mencionados del capital social propuestos por Kliksberg, confianza,
asociatividad (redes y organizaciones), ética (valores compartidos) y conciencia cívica
(apego y defensa de deberes y derechos ciudadanos), procurando una interpretación
no restrictiva que permitiera construir su explicación conceptual, más desde el
significado en el contexto de la argumentación de los entrevistados que desde el uso
de determinados términos.
De esta manera, se adelantarán algunas apreciaciones a partir de las frases con
mayor peso argumental y con un sentido asociado a dichos componentes,
relacionándolas dentro del manejo convencional del lenguaje propio de las localidades
de pertenencia y en el entendido que las personas entrevistadas asumen los rasgos
comunes de la cultura que se estudia, las cuales fueron cotejadas progresivamente
entre sí hasta identificar aquellas que podrían expresar mejor las características más
relevantes de acuerdo a los objetivos de la investigación.
3.- Aproximación a unos resultados
La selección de las personas entrevistadas no tiene en esta metodología una
direccionalidad personalizada, sino que el acercamiento a la organización va dando
lugar al contacto con los voceros más conocidos y dispuestos al intercambio, que en la
16
práctica son generalmente las personas más reconocidas, aunque no tengan un cargo
formal, y con una ya procesada reflexión sobre su experiencia. En los resultados que
se muestran producto de los cruces en las matrices no se diferencian ni se identifican
los sujetos, aunque un análisis más profundo llevaría sin duda a establecer matices
para cada aspecto considerado en función de las organizaciones y su ubicación
sociogeográfica y sociocultural.
1.- En este sentido, de acuerdo a las expresiones registradas, se puede
establecer una clara relación entre el desarrollo humano y los componentes del capital
social, a través de lo que éstos representan como capacidades. Es decir, al identificar
lo que los sujetos valoran en sí mismos, como virtudes o condiciones que son
reconocidas positivamente por los miembros de su comunidad de pertenencia,
aparecen aspectos que convencionalmente no son reconocidos, en vista de la
preponderancia que han adquirido el afán de lucro y el éxito como producto
individualizado, donde el egoísmo es la actitud lógica ante la urgencia de satisfacerse
las necesidades, pero que detentan hasta con orgullo.
Esta apreciación proviene del encuentro con frases como “en el grupo se ve la
necesidad que uno tiene y se ayudan entre todos”; “donde se pueden compartir
muchas experiencias o aprendizajes”; “porque realmente donde están los valores y los
dirigentes son los que realmente van a sacar a las comunidades adelante”; “como
nosotros lo sabemos estamos dispuestas a apoyar a otras personas que quieran
compartir, que estén interesados”; “nuestro objetivo principal es el beneficio y desarrollo
de nuestra comunidad y sus habitantes”; “hemos prestado un servicio a la comunidad y
hemos ayudado a mucha gente”
2.- Por otra parte, se pudo constatar la presencia y significación de la confianza,
la asociatividad, la ética y la conciencia cívica, a través de expresiones y formas
concretas de explicar sus acciones que permitirían reconocer una institucionalidad
latente en cuanto a la conocida, con vida y sentido propio, en organizaciones
sociocomunitarias de diversos sectores, sin desconocer los problemas tradicionales
que pueden surgir entre sus integrantes por desavenencias en la conducción de la
organización, las cuales suelen identificarlas con la influencia externa de factores
políticos (“hemos tenido problemas desde el punto de vista político”)
17
En relación a la confianza, “Aquí ya todos nos conocemos, sabemos quien es
quien”; “Los malentendidos se resuelven en la reunión hablando, uno se aclara las
cosas y no se sale bravo, para eso estamos en la organización”; “el compañerismo, nos
sentimos verdaderamente amigos, hacemos una labor en conjunto”; “sobre todo el
tiempo que tenemos trabajando y la honestidad, creo que es muy importante saber que
hemos sido honestos”; “si nos hacen una crítica, tomarla como una ayuda, si uno no
reconoce en qué se está fallando ahí está perjudicando a la organización”;
“pongámonos y vamos a trabajar en conjunto, yo te ayudo en lo tuyo y tu me ayudas en
lo mío”; “hacemos los planteamientos, los puntos de vista, los criterios y al final siempre
nos ponemos de acuerdo”
En asociatividad y concepción del trabajo en común, frases como “No hay
diferenciación entre asociados y no asociados, todos trabajamos por igual”; “ver qué
problemas hay en la comunidad, qué problemas se están presentando y cómo vamos a
resolver esos problemas entre todos.”; “De ver que individual no se podía, porque
individual si yo tenía algo al descosecharlo se perdía, en cambio en el grupo no, en el
grupo se ve la necesidad que uno tiene y se ayudan entre todos”; muestran formas de
vinculación donde no privan los criterios clásicos de las relaciones laborales ni se
discrimina por características individuales.
Entre los valores que reflejan una ética del trabajo y de las relaciones humanas,
se encuentran, “estamos dispuestos a apoyar a otras personas que quieran compartir,
que estén interesados”; “creemos en nosotros mismos y creemos en lo que estamos
haciendo y es muy importante creer en nosotros mismos, creer en que tenemos esas
potencialidades.”; “por una parte por una labor social, al cooperar unos a otros hay una
ayuda mutua, hay más fuerza, hay más calor humano”; “Me siento orgullosa de hacer
un trabajo que de verdad le gusta a la gente”.
Como conciencia cívica, aparecen expresiones como “cuando uno le da ese
crecimiento a otra persona, eso satisface mucho”; “bueno, porque cuando hay
campaña no nos prestamos, no andamos mendigando, tenemos condiciones para
solicitar los proyectos.”; “Conocemos derechos, conocemos deberes, participar,
derecho al dar, a la honestidad, equidad, cuando nosotros ofrecemos algo, tenemos
que cumplir”;
18
3.- Por último, se registra un clamor, una expectativa no suficientemente
satisfecha, en términos del deber ser, por la mayor presencia de la solidaridad y la
dedicación al colectivo, (“Hemos visto muchos intereses personales, se apartó un poco
la vocación de servicio hacia las comunidades”; “Todo sería mucho mejor, si
estuviéramos más unidos bajo un mismo fin, que es lo social, lo colectivo”; “tratamos de
todas maneras de vincularnos con ellos, sin atropellar los procesos que ellos tienen en
los distintos programas sin que esto se convierta en un problema de relación, sino más
bien unirnos en el esfuerzo que estamos haciendo por la comunidad”; “el esfuerzo que
hemos hecho entre todos es que vamos p’alante y espero que sigamos así porque es
un beneficio para toda la comunidad”), aunque también se reconocen en las
transformaciones que han sufrido gracias a su incorporación a la dinámica participativa
(“nosotros dejamos de ser unos entes pasivos, para pasar a ser un ente de la sociedad
activo, participativo”; “Desde hace unos meses para acá, yo siento que la gente está un
poco más sensibilizada y cuando se les ha llamado para formar parte de reuniones (...)
la gente viene, la gente está participando”; )
Las expresiones seleccionadas transcritas textualmente (por limitaciones en la
extensión del documento sólo se presentan las indispensables de distintos testimonios)
se asume explican la relación considerando que se ha respetado el contexto
procurando mantener el sentido y el significado manejado por los entrevistados.
4.- Reflexiones finales - Para la valoración más precisa de las expresiones transcritas en función de los
aspectos o categorías trabajados, debe tenerse en cuenta el ambiente existente de
oportunidades para la participación fomentado en las circunstancias actuales por el
Estado venezolano, el cual fue reconocido en distintos momentos por los entrevistados,
sobre todo en relación a modelos organizacionales como las cooperativas (“el
organismo municipal busca y llama a las cooperativas”), pero esto no descalifica la
apreciación de aspiración colectiva al trabajo asociado y solidario que fue
abundantemente recogida en las entrevistas.
19
- Aunque hay manifestaciones suficientes para establecer una clara relación
entre la presencia de los componentes del capital social en cuanto capacidades, en las
cuales se reconoce la importancia de la articulación social y más particularmente la
sociopolítica, para fortalecer los valores y condiciones necesarias para el desarrollo
humano, es indudable que debe seguirse profundizando su incidencia e impacto en la
institucionalidad, especialmente en la posibilidad de permanencia y fortalecimiento de
formas organizacionales alternativas.
- Aunque estas primeras asociaciones e interpretaciones muestran rasgos
consistentes sobre la relación entre las satisfacciones de los integrantes de las
organizaciones sociocomunitarias y su forma de concebir la convivencia y el trabajo en
común, es preciso ampliar el estudio para establecer los matices que sin duda existen
entre las distintas comunidades del Estado Lara y hasta entre los sectores que las
conforman, para así identificar aspectos más concretos que pudieran apoyarse,
asumiendo su conceptualización como capital social, en función del desarrollo humano.
- Como rasgo general de la observación realizada, más allá de la trascripción de
las entrevistas, se puede afirmar que el respeto mutuo y la constante comunicación
fueron constantemente la base de unas expresiones que reflejan en gran medida el
sentimiento colectivo.
- La convicción con la que relatan su experiencia en prácticamente todos los
casos, muestra la satisfacción del camino emprendido y confirma la aceptación de unas
reglas de juego, independientemente del tipo de organización, profundamente
democráticas, las cuales toman forma de principios cuando se relacionan con el
comportamiento ciudadano, aunque evidentemente aparece una trama en las
relaciones de liderazgo arraigada en el paternalismo que debe investigarse en detalle.
- La riqueza de los valores detectados, tanto porque se observaron como
expresión de una voluntad inspirada en tradiciones comunitarias apreciadas y
reconocidas, como por servir de motivación a un comportamiento del que se sienten
orgullosos, manifiesta un afianciamiento de principios básicos de convivencia
asociados a la cultura local.
20
1 La opción del desarrollo humano, que contrasta abiertamente con esta tendencia impulsada por los intereses transnacionales, aparece simultáneamente como una respuesta tanto a las deficiencias de esta concepción reduccionista como a su fracaso en la promoción e instauración del bienestar, al colocar la condición humana como centro del desarrollo. 2 Con demasiada frecuencia se minimizan los intereses del gran capital que son favorecidos con sus efectos. 3 Sergio Boisier: “¿Hay espacio para el desarrollo local en la globalización?”, ponencia al encuentro internacional Desarrollo Local en un Mundo Global, Diciembre, 2.004 4 Mauricio Iranzo T.: “Desarrollo Local y Gestión del Desarrollo”, en Aportes para la investigación en Gerencia y Contaduría en Venezuela, Ediciones BCV – UCLA, Barquisimeto, Venezuela, p. 123 5 Mercedes Caracciolo y María del Pilar Foti: “Economía solidaria y capital social: contribuciones al desarrollo local”, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2.003, p. 25 6 Op. cit. p. 8 7 Alberto Grusón y otros (1.997) en el documento “El polo asociativo y la Sociedad Civil” aunque no aborda directamente el concepto de capital social, pudiera considerarse implícito en su propuesta de relaciones (p.60) 8 Manfred Max-Neef et al: “Desarrollo a escala humana, una opción para el futuro”. CEPAUR-Fundación Dag Hammarskjöld. Santiago de Chile, 1986, p. 14. 9 PNUD, 1.990, “Indice de Desarrollo Humano”, Ed. PNUD, Nueva York 10 Esta definición incorpora los elementos comunes manejados por los autores citados, tomados desde su complementariedad, los cuales a su vez también aparecen en las definiciones del BID y la CEPAL. 11 Robert Putnam (1.993), “Para hacer que la democracia funcione”, Ed. Galac, Caracas 12 Este organismo respalda una iniciativa denominada “Etica, Capital Social y Desarrollo”, coordinada por Bernardo Kliksberg, mediante la cual se promueve la potenciación de la ética y el capital social como factores claves para alcanzar el desarrollo. (www.iadb.org/etica) 13 Bernardo Kliksberg, “El Capital Social: dimensión olvidada del desarrollo”, Ed. Panapo, Caracas, 2.001 14 Fernando Savater, (1.991) “Etica para Amador”, Ed. Ariel, Buenos Aires 15 Norbert Lechner (1.999), “Desafíos de un Desarrollo Humano: individualización y capital social”, contribución a la Asamblea General del Banco Interamericano de Desarrollo, BID 16 Op. cit. p. 12 17 CEPAL, “Capital Social y reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe, en busca de un nuevo paradigma”, Santiago de Chile, 2.003 18 Op. cit. p. 26 19 Op. cit. p. 44 20 La conceptualización de José Arocena en su libro “El Desarrollo Local, un desafío contemporáneo” aporta elementos importantes en esta dirección 21 Los planteamientos de Amartya Sen soportan en buena medida esta definición, los cuales a su vez han sido incorporados a la definición de Desarrollo Humano del PNUD 22 María Paz Sandín Esteban: “Investigación cualitativa en educación: Fundamentos y tradiciones”, Ed. McGraw-Hill, España, 2.003, p. 156 23 ob.cit. p. 159 24 Las entrevistas fueron realizadas contando con el apoyo del CDCHT y los asistentes de investigación Magabi Jiménez y Juan René Fernández, en los Municipios Andrés Eloy Blanco y Jiménez y con las Licenciadas Carmen Elena Avendaño y Carmen Julia Vitoria, en la realización de sus trabajos de grado de Maestría y Especialización, respectivamente, en los Municipios Morán y Palavecino. 25 Más adelante se amplía un poco esta descripción del sujeto 26 Aunque se utiliza el término “entrevista”, en realidad la técnica consiste en conversaciones abiertas sin un guión preestablecido, ya que la espontaneidad es clave para garantizar la sinceridad en el diálogo. La referencia al problema central, las relaciones entre desarrollo humano y capital social y de éstos con lo institucional, entendido como lo que tiende a ser reconocido y aceptado como permanente, se lograba de distintas maneras, que van desde la explicación sobre los fundamentos y creencias de la organización hasta la forma en la que se asumen los logros. 27 En la publicación más completa en este sentido, Cecosesola, “Buscando una convivencia armónica”, Ed. Escuela Cooperativa Rosario Arjona, Barquisimeto, 2.003, se asume que “los procesos autoorganizativos se nutren de la diversidad y se potencian al ir profundizando tres dinámicas íntimamente relacionadas que se refuerzan mutuamente: una comunicación permanente, unas relaciones de confianza y una creciente identidad” (p. 87) 28 Dada la extensión y profundidad de las explicaciones registradas, se toma en esta oportunidad lo que directamente nos refiere al objetivo de la investigación, sin abundar en los matices.
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Bibliografía de referencia Arocena, José (1995) El Desarrollo Local. Un desafío contemporáneo, Nueva
Sociedad, Caracas
Boisier, Sergio (2.004) ¿Hay espacio para el desarrollo local en la globalización?,
Ponencia al Encuentro Virtual Internacional “Desarrollo Local en un Mundo Global”,
organizado por Eumed.net
Caracciolo, Mercedes y Foti, María del Pilar (2.003) Economía Solidaria y Capital
Social: contribuciones al desarrollo local, Ed. Paidós, Buenos Aires
CEPAL (2.003) “Capital Social y reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe,
en busca de un nuevo paradigma”, Santiago de Chile
Grusón, Alberto et al (1.997): El polo asociativo y la Sociedad Civil: hacia una
tipología-clasificación de las organizaciones de desarrollo social en Venezuela,
Informe a Socsal, Caracas
Iranzo T., Mauricio (2.004): Las organizaciones de desarrollo sociocomunitario del
Estado Lara en la actual coyuntura política, Revista Cuestiones Locales, Nº 3,
Centro de Estudios Políticos y Administrativos, Universidad de Carabobo, Valencia
________________ (2002). Desarrollo Local y Gestión del Desarrollo. En: Aportes para
la Investigación en Gerencia y Contaduría en Venezuela. Ediciones BCV- UCLA.
Barquisimeto.
Kliksberg, Bernardo (1.999): El Capital Social: Dimensión olvidada del desarrollo, Ed.
Panapo, Caracas
PNUD: (1.996-2.003): Indice y entorno del Desarrollo Humano en Venezuela, Ed.
OCEI-PNUD, Caracas
Putnam, Robert. (1993): Para hacer que la Democracia Funcione. Editorial Galac.
Caracas.
Sandín Esteban, María Paz (2.003): Investigación cualitativa en educación:
Fundamentos y tradiciones, Ed. McGraw-Hill, España.
Sen, Amartya (1999) Desarrollo y Libertad. Ed. Planeta, Barcelona, España