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Prepared for delivery at the 2003 meeting of the Latin American Studies Association, Dallas, Texas, March 27-29, 2003

CIT005: En la piel de la ciudad: exclusión, supervivencia y nuevos imaginarios urbanos

MÁS ALLÁ DEL FUNCIONALISMO: SUSTENTABILIDAD URBANA EN AMÉRICA LATINA

Dr. Alfonso Valenzuela Aguilera

Universidad Autónoma del Estado de Morelos [email protected]

Resumen / Abstract:

En el presente trabajo se analiza el cambio de paradigmas que significó el funcionalismo urbano de los años treinta a sesentas, en donde una imagen idealizada de “progreso” incidió en el desarrollo de tres de las ciudades más representativas en América Latina: Ciudad de México (México), Caracas (Venezuela) y Río de Janeiro (Brasil); A partir de una crítica a la idea de modernidad en el ámbito urbano, se revisan algunas alternativas y se vislumbran nuevas estrategias de integración encaminadas a recuperar la vitalidad del tejido urbano a través del tratamiento comprensivo del territorio.

In this essay we assess the change of paradigms that urban functionalism of the thirties and sixties brought about, in which the idealized image of “progress” oriented the development of three of the most important cities in Latin America: Mexico City (Mexico), Caracas (Venezuela), and Rio de Janeiro (Brazil); A critique on the idea of modernity in the urban arena serves to draw atention to a new set of strategies aimed to recover the vitality of the urban fabric by acknowledging the need of a comprehensive approach of the territory.

Palabras clave: modernidad, funcionalismo, sustentabilidad, segregación, zonificación, gestión urbana, estructura, imagen urbana.

Key words: modernity, functionalism, sustentability, segregation, zoning, urban management, structure, urban image.

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MÁS ALLÁ DEL FUNCIONALISMO: SUSTENTABILIDAD URBANA EN AMÉRICA LATINA

Alfonso Valenzuela Aguilera

1. Introducción

La influencia que la modernidad1 ejerció en la concepción urbana en América Latina fue determinante en la producción de la ciudad, si consideramos que tanto los técnicos especializados como las altas esfera de la política adoptaron sus principios como base en la toma de decisiones sobre el futuro de las ciudades. El imaginario asociado con la modernidad asumía una visión progresista, actual e internacional en el que la ciudad proyectaría al mundo la vitalidad de las nuevas economías emergentes del continente que, mediante la industrialización del sector de la construcción, estarían atendiendo las demandas masivas de vivienda, de infraestructuras y de equipamientos derivadas del crecimiento urbano expansivo de la región.

La ideología detrás del discurso modernista que justifica el sometimiento de la libertad del individuo mediante la normalización y estandarización en nombre del interés común, ha sido sistemáticamente desmentida por la historia; sin embargo, la planeación urbana surge a partir del establecimiento de una interdependencia causal entre la cultura científica, una sociedad ordenada y la libertad del individuo como producto de la razón2;

Consideramos que la fascinación con en la tecnología como camino al bienestar durante la era industrial se repite hoy en día con las nuevas tecnologías de la información, lo cual nos remite a la visión idealizada del progreso como algo ineludible y que ameritaría la adaptación de la sociedad a estos nuevos paradigmas esperando solucionar con ellos, cuestiones que rebasan el ámbito espacial.

Consideramos que si bien el mejor aprovechamiento de los recursos y una organización depurada en los procesos han sido objetivos loables para la sustentabilidad de las ciudades, también es cierto que las propuestas de replantear el tejido urbano a partir de una tabula rasa con el fin de racionalizar y ordenar el espacio resultaron ciertamente excesivas. El reduccionismo aplicado a la concepción de la ciudad como una maquina organizada en sectores claramente diferenciados con el fin de permitir una comunicación efectiva entre las funciones, perdió de vista la complejidad inherente al constructo humano.

En el presente trabajo se analiza el cambio de paradigmas que significó el funcionalismo urbano de los años treinta a sesentas, en donde una imagen idealizada de “progreso” incidió en el desarrollo de tres de las ciudades más representativas en América Latina: Ciudad de México (México), Caracas (Venezuela) y Río de Janeiro (Brasil); A partir de una crítica a la idea de modernidad en el ámbito urbano, se revisan algunas alternativas y se vislumbran nuevas estrategias de integración encaminadas a recuperar la vitalidad del tejido urbano a través del tratamiento comprensivo del territorio. 1 Consideraremos el concepto de modernidad dentro del contexto arquitectónico y urbano que surgió a partir del proceso de industrialización de la primera mitad del siglo XX en América Latina. 2 A partir de la visión critica de Tourraine en donde “La humanidad, al obrar según las leyes de la razón, avanza a la vez hacia la abundancia, la libertad y la felicidad”; ver Tourraine, Alain, Critique de la Modernité, 1992, Paris: Librairie Arthème Fayard.

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2. Funcionalismo y modernidad

La modernidad es analizada como concepto filosófico y como condición originada en la Europa decimonónica por Octavio Paz, y es precisamente a partir del surgimiento de la noción de la confianza en el progreso del hombre, que los urbanistas sintonizan con ésta idea, aplicando un carácter científico a la planeación de las ciudades, y que comienza con el establecimiento de las Academias de Bellas Artes -siguiendo el modelo francés- en la mayoría de los países latinoamericanos3.

La era moderna se sostiene entonces en una renovada fe en la razón, estimulada por los avances científicos-tecnológicos, y con la confianza en el desarrollo ilimitado del intelecto humano. De acuerdo con Foucault, es a partir del siglo dieciocho que el Urbanismo empieza a figurar entre los instrumentos de control y gobierno, y donde comienza a formar parte de un programa de racionalidad gubernamental, caracterizado como un sistema de regulación de la conducta del individuo con la intención de lograr que el control social fuera tal que no fuera necesario intervenir para su regulación4.

El movimiento moderno sostuvo entonces su concepción de la ciudad dentro de una lógica racional, como producto del nuevo espíritu de la época5, y cobra forma en el grupo de los CIAM 6 como uno de los puntos de referencia más influyentes en el urbanismo contemporáneo. A partir de los documentos pub licados en dichos congresos, se definen las tendencias arquitectónicas y urbanísticas de una nueva época, argumentando que la actividad constructiva estaba ligada a factores políticos y económicos, de donde la racionalización de los procesos y la estandarización de los componentes, permitiría el salto de escala entre las soluciones individuales y las colectivas.

Es a partir de la publicación de “Hacia una Arquitectura” de Le Corbusier en 1926, la difusión de los esquemas urbanos de la Ville Radieuse7, y posteriormente mediante estancias de trabajo en su taller, que varios arquitectos latinoamericanos importantes absorbieron éstas nuevas ideas y serían finalmente quienes llegarían a poner en practica la nueva concepción del urbanismo funcionalista, el cual se basaba en los principios urbanísticos contenidos en la Carta de Atenas (1933), en donde la racionalización de las necesidades habrían de conducir al hombre a la felicidad, el bienestar y la plenitud.

Si bien, la propuesta de Le Corbusier tenia distintos matices y mayores profundidades, los arquitectos latinoamericanos adoptaron sus ideas, y en especial del funcionalismo de los CIAM, como un reducido conjunto de mecanismos compositivos que se resumía en la división de las cuatro funciones básicas del individuo: habitar, trabajar, circular y descansar; éstas funciones serían reguladas por el urbanismo con la mas rigurosa economía de tiempo, considerando la vivienda como punto de partida para cualquier valoración. 3 La influencia francesa en el urbanismo latinoamericano es definitiva; con Porfirio Díaz transformando las ciudades mexicanas bajo su mandato (1870-1910), mientras que se contrataron como consultores a Jean Claude Forestier en Buenos Aires y La Habana (años veinte), Alfred Agache en Río de Janeiro (años treinta), y Maurice Rotival en Caracas (finales de los treinta). 4 Michel Foucault, “Space, Knowledge and Power”, interview with Paul Rabinow, Skyline, Marzo, 1982. 5 Conocido como Zeitgeist, y vinculado con la industrialización, las comunicaciones, y la urbanización acelerada de las ciudades. 6 Congrés Internationaux d’Architecture Moderne o Congreso Internacional de Arquitectura Moderna. 7 “La Ciudad Radiante” fue presentada por Le Corbusier en innumerable foros como el ideal de la ciudad moderna.

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Otro de los ideólogos importantes del urbanismo funcionalista es Walter Gropius, quien como representante de la Bauhaus y miembro de los CIAM, estaba convencido que la estandarización de elementos, la simplificación de procedimientos, y la repetición de tipologías, generaría “una influencia civilizadora y perdurable en la mente de los hombres”, en donde esta unificación de los componentes arquitectónicos le daría un carácter distintivo a la ciudad e incluso llevaría la “marca de distinción de una cultura urbana superior”8 . Gropius, concebía la nueva Arquitectura como “el producto lógico e inevitable de las condiciones intelectuales, sociales y técnicas de nuestra era”, y asociaba el mejoramiento de la calidad constructiva con un progreso social fuera de toda discusión9..

Estas ideas tuvieron resonancia en toda Latinoamérica, en donde se adoptaron las ideas del CIAM como los nuevos paradigmas de la ciudad contemporánea (en donde destaca Le Corbusier como el personaje más representativo), mismos que se aplicaron a gran escala y durante varias décadas por arquitectos que tuvieron enorme influencia en sus respectivos países: Lucio Costa y Oscar Niemeyer en Brasil, Juan O’Gorman y Mario Pani en México, y Carlos Raúl Villanueva en Venezuela.

De acuerdo con Alberto Pérez-Gómez10, “Lo que los arquitectos del siglo XX entienden por funcionalismo y lo que los arquitectos mexicanos entienden por arquitectura funcional, es sencillamente la idea de que, en cierto modo, lo único que importa es la resolución de las cuestiones programáticas de la manera más económica y eficaz que sea posible, para que la forma pueda “seguir” naturalmente [a la función], excluyendo la capacidad del arquitecto para entregarse a la imaginación”.

Es importante destacar que para los gobiernos de América Latina, los beneficios de la nueva arquitectura resultaron igualmente atractivos: grandes proyectos de vivienda social a bajo costo, infraestructuras y equipamientos de gran monumentalidad así como la proyección de una nueva imagen como país joven, dinámico, con una infraestructura industrial creciente y con una economía en continua expansión. La urbanización como instrumento de desarrollo fue ampliamente utilizado, sin embargo también dio origen a fuertes desigualdades, divisiones espaciales y segregación del tejido social.

La falta de imaginación, la ausencia de significados, la pobreza de los simbolismos y el afán de lucro inmobiliario hizo que los conceptos originales del funcionalismo fueran desapareciendo paulatinamente hasta derivar en la ciudad genérica y estandarizada de nuestros días.

8 Gropius, Walter, 1965, The new Architecture and the Bauhaus. Boston: MIT Press. 9 El progreso era visto por los miembros de los CIAM como unidimensional, unidireccional e incuestionablemente benéfico. 10 «México, modernidad y arquitectura. Entrevista con Alberto Pérez-Gómez», en E. Burian (ed), 1998. Modernidad y arquitectura en México, Barcelona, Gustavo Gili;

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2. Zonificación urbana o segregación planificada

Las técnicas de planeación han sido centrales dentro del paradigma de desarrollo desde sus inicios, de modo tal que si bien el conocimiento técnico y científico sustentaba las bases del progreso, la planeación contribuyó a instrumentar dicha panacea. La convicción de que los países pobres pueden moverse de manera medianamente continua hacia el desarrollo mediante la planeación se ha tomado como algo inobjetable, lo cual ha tenido efectos por demás perversos estando ligada a procesos de dominación y control más que de programación racional de los recursos disponibles.

A partir de la industrialización en las ciudades latinoamericanas (como en su momento las ciudades de la revolución industrial), comienzan a deteriorarse las condiciones de vida urbana, y nace la idea de una planeación que ordenara, estructurara y regulara el caos urbano; En el momento en que la ciudad se concibe como un objeto de estudio científico, el urbanismo empieza a transformar la estructura espacial y social de la ciudad.

Con el progreso como solución a los problemas sociales, el gobierno se concentra en la administración eficiente de los recursos y el mantenimiento del orden social (de ahí el slogan de orden y progreso utilizado en México y Brasil), y presupone la existencia de “sujetos gobernables”, lo que implica una relación intrínseca de sometimiento y dominación.

En términos generales, la planeación encarna la creencia que los cambios sociales pueden ser dirigidos, producidos y modificados a voluntad. De acuerdo con Lefevre 11 , “El Funcionalismo reduce así la sociedad urbana a la ejecución de algunas funciones previstas y preescritas sobre el terreno de la arquitectura...[Le Corbusier] cree y quiere crear las relaciones humanas definiéndolas, concibiendo su marco y ambientación”.

Por su parte Walter Gropius, uno de los principales promotores de la estandarización constructiva, señalaba que la mecanización de la producción tenía como único objetivo el atender las necesidades de la comunidad con el menor costo y esfuerzo posible, mediante el mejoramiento de las organizaciones productivas, llegando incluso a afirmar que “La estandarización no es un impedimento para el desarrollo de la civilización, sino al contrario, uno de sus prerrequisitos inmediato”12

Al respecto, es necesario hacer notar que dicha estandarización o normalización de la realidad, entraña una serie de injusticias intrínsecas, tales como la eliminación de las diferencias, la diversidad y el tipo de desarrollo deseado; La ciudad como modelo, como engranaje perfecto y abstracto, estuvo al origen de la visión de importantes urbanistas que trabajaron en América Latina, como John Friedmann en Venezuela, que plantea lo siguiente:

“Siempre y cuando todo mundo desempeñe bien su papel, el sistema es a prueba de errores; el Estado planearía, la economía produciría, y los trabajadores se concentrarían en sus agendas privadas: atender a sus familias, enriquecerse ellos mismos, y consumir todo aquello que viniera saliendo de su cornucopia”13.

11 Henri Lefevre, 1968, Le droit à la ville, Ed. Anthropos, Paris. 12 Gropius, Walter, Op.Cit. 13 John Friedmann, 1965, Venezuela: from doctrine to dialogue, Syracuse: Syracuse Univesrity Press, pp.8-9.

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En ésta afirmación es evidente la carga ideológica del planteamiento general, en donde el método resulta infalible siempre y cuando cada actor siga su función dentro del sistema: la industria como motor de progreso y éste como garante del bienestar basado en el consumo.

Algo que pasaron por alto estos urbanistas fue que en América Latina la modernidad generó un proceso dual: Mientras las élites se apropiaban cada vez más del concepto de progreso (entendido como la construcción de una nación prospera y moderna mediante la planeación del desarrollo), los conceptos de cambio social y redistribución del ingreso se fueron marginalizando cada vez más; Dichos grupos se apropiaron entonces de la planeación como instrumento de cambio social, para enfocarlo al crecimiento económico en abstracto.

La planeación se constituyó entonces en un referente institucional que establecía modelos conductuales con respecto a los requerimientos del medio que lo rodea; bajo una cobertura científica, ésta estructura de procedimientos prescindía de la opinión ciudadana en la toma de decisiones y se institucionalizaba así la burocratización de la vida cotidiana14.

Entre los mayores críticos del funcionalismo, y particularmente de Le Corbusier se encuentran Jane Jacobs, Christopher Alexander y Henri Lefevre; Jacobs describe que la percepción de Le Corbusier con respecto a la ciudad era la de un “maravilloso juguete mecánico”, fácil de entender, claro y ordenado, lo cual lo llevó a banalizar su complejidad inherente y que ha derivado en la producción de la anti-ciudad de nuestros días. Al respecto comenta que “La ciudad soñada por Le Corbusier ha tenido un impacto inmenso sobre nuestras ciudades. Siendo recibida de manera delirante por los arquitectos, gradualmente ha venido materializándose en proyectos, que van desde la vivienda de interés social hasta los proyectos de edificios de oficinas”15.

Por su parte, Christopher Alexander con su influyente artículo La ciudad no es un árbol16, destaca la complejidad inherente a la vida urbana a partir de la teoría de conjuntos, lo cual no es fácil identificar mediante las estructuras mentales tradicionales. Alexander sostiene que “La realidad de la estructura social actual es muy densa y presenta traslapes”, lo cual difiere de la idea de la zonificación tradicional, en donde las partes de una estructura interactúan entre sí, pero no tienen la posibilidad de construir vínculos entre las partes de la estructura, a menos que la relación se establezca a partir de la consideración de cada estructura como un todo.

Asimismo, cuestiona el valor de todo aquello que no está necesariamente articulado y categorizado, rescatando los conceptos de traslape, ambigüedad, y multiplicidad de aspectos17, y considera que “En todo objeto organizado, los primeros signos de destrucción inminente son la subdivisión extrema y la disociación de los elementos internos”18.

14 Gehlen Arnold, 1993. Antropología filosófica. Del encuentro y descubrimiento del hombre por sí mismo, Paidós: Barcelona. 15 Jane Jacobs, 1993, Death and life of great american cities, New York: The Modern Library. 16 Christopher Alexander, “The city is not a Tree”, Architectural Forum Vol 122, No.1, Abril 1965, pp 58-62 (Parte I), y Vol. 122 No.2, Mayo 1965, pp 58-62 (Parte II). 17 Citando como ejemplo la separación entre vehículos y peatones como un factor de incompatibilidad en relación con los taxis, quienes necesitan el traslape de estas dos funciones para poder operar. 18 Lo anterior se ejemplifica en el caso de la ciudad para personas de la tercera edad de Sun City, como paradigma de la disociación en donde al recluir ahí a las personas de la tercera edad, sus ligas con su propio pasado pierden significado, desaparecen y por tanto, mueren.

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Nos encontramos entonces que el carácter multidimensional del ámbito urbano encontraría su esencia en la complejidad e interacción entre las partes del conjunto, lo que como visión estaría más cercana al estructuralismo, en el sentido de establecer una serie de relaciones entre los elementos del sistema que parecerían yuxtaponerse, empalmarse y en última instancia, organizarse en una especie de configuración urbana.

Por otra parte, Lefevre hace una interesante crítica al pensamiento sistémico que fue uno de los principales componentes racionalistas del urbanismo, al señalar que “todo sistema tiende a ensimismar la reflexión y tiende a cerrar el horizonte”, de modo que desde éste punto de vista, la búsqueda de sistemas y relaciones estructurales terminan por banalizar una realidad ciertamente más compleja19.

De acuerdo con Lefevre, la estandarización de la realidad se apoya en una extrapolación ideológica característica del movimiento moderno, en donde el mismo Le Corbusier realiza el “salto” de lo particular a lo general, de lo elemental a lo global y de lo relativo a lo absoluto de manera parcial, en donde la ideología urbana se concibe como una superestructura apta para un tipo determinado de ciudad, que al ser presentado como un derivado netamente científico oculta su carácter eminentemente político 20 ; Asimismo, la compartimentalización en sectores autónomos como salud, vivienda, economía, etc., impone una fragmentación de base en culturas en las que éste modo de entender la realidad no necesariamente va a corresponder con su experiencia de la realidad, lo cual constituye una forma de imposición cultural y de control social hacia los habitantes21.

Las practicas institucionales como la planeación o la implementación del proyecto, dan la impresión de que las políticas son el resultado de actos racionales y discretos, y no el proceso de concertar intereses contrapuestos, un proceso en donde se toman decisiones, se definen opciones, se hacen exclusiones y se imponen visiones particulares de la realidad.

El concepto de sustentabilidad urbana se presenta como una alternativa viable para orientar el desarrollo económico de modo tal, que el progreso social, la lucha contra las inequidades, y la preservación de los recursos naturales, se conviertan en el punto de partida de una estrategia integral para la ciudad.

En el presente trabajo se analizan tres casos de estudio: Río de Janeiro, Caracas y Ciudad de México, que si bien cada ciudad ha tenido un desarrollo particular dentro de las condiciones específicas por las que ha atravesado, también comparten momentos importantes dentro de la historia reciente de su territorio. Consideramos que a lo largo del siglo XX, dichas ciudades desarrollaron modelos de desarrollo urbano bajo distintas influencias, dentro de los cuales el funcionalismo cambió radicalmente la morfología y estructuración de las ciudades; Distintos procesos se han desencadenado desde entonces, algunos en dirección hacia la división espacial y segregación social, los otros hacia la sustentabilidad urbana.

19 Henri Lefevre, Op.Cit. 20 Por ejemplo, el definir la ciudad como centro de informaciones y decisiones, o como una red de comunicación o circulación, lleva una posición ideológica intrínseca, muchas veces de manera implícita. 21 De acuerdo con Bataille, las jerarquías e interconexiones entre la sociedad se encuentran codificadas en el entorno construido; Por tanto, la Arquitectura sirve entonces de manera literal como una manifestación de la estructura social que cimienta el orden existente.

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4. Río de Janeiro, Brasil

La ciudad latinoamericana tiene una larga historia de fragmentación espacial y segregación, en donde Río de Janeiro inicia su reestructuración urbana desde los años veinte con la elaboración de proyectos de relleno de la bahía, desalojo de favelas22 y expansión de la superficie construible23.

En la década de los treinta el urbanista francés Alfred Agache, es llamado como consultor en la reestructuración de Río de Janeiro (en ése periodo, la capital), y es el primero en sugerir que la ciudad necesitaba un nuevo punto duro (o elemento de enfoque) distinto al área densamente poblada alrededor del puerto, así que propone un desarrollo en áreas de relleno en la bahía de Gloria, en el sur del antiguo centro. Al respecto Segre señala que:

“En América Latina, Río contiene dos modelos urbanos paradigmáticos, el académico y el modernista. Ningún plan realizado entre los años veinte y treinta –Forestier en la Habana, Brunner en Santiago de Chile o Rotival en Caracas-, tuvo la elaboración detallada que madura Agache en la capital carioca. Su propuesta resumía la tradición clásica francesa, el academicismo norteamericano y el funcionalismo higienista europeo de la s primeras décadas del siglo”24.

En éste mismo periodo el influyente arquitecto Gregori Warchavchik proclamaba una estética propia de la era industrial, de carácter racional y tecnológica, con una intensidad similar a la de Juan O’Gorman y Hannes Meyer en México; Tres años mas tarde, escribiría que el ideal de los arquitectos modernos era proveer vivienda con el “máximo confort al mínimo costo”, especialmente para las clases menos favorecidas y que en el S. XX, todos deberían tener derecho a una casa, al confort y a la higiene 25. Al año siguiente, Le Corbusier lo conoce en su primer viaje a Brasil y le impresiona que las ideas mas vanguardistas en Europa, estén ya siendo desarrolladas de manera sobresaliente en Brasil26.

Mientras tanto, la revolución de 1930 lleva al poder a Getulio Vargas, quien introdujo una serie de reformas sociales, incluidas las leyes laborales y la educación obligatoria; por otra parte, el crecimiento demográfico impulsa la urbanización así como una serie de esquemas de bienestar social, lo cual sirvió como marco para la realización de uno de los edificios que marcaría la modernización arquitectónica en Brasil y que fue el Ministerio de Educación y Salud (MES).

22 Las favelas se consideran como asentamientos que carecen de derechos de propiedad constituidos en aglomeraciones de viviendas sub estándar en cuanto a infraestructura, servicios urbanos, equipamientos, etc., además de estar situados en áreas de riesgo o ambientalmente sensibles. 23 Teresa Meade, 1997, Civilizing Río: reform and resistance in a brazilian city 1889-1930, Pensylvania, documenta como los pobres (mayormente comunidades negras), fueron expulsados del centro de la ciudad bajo la consigna de la higiene y esquemas de redesarrollo. 24 Roberto Segre, 1988, “Río de Janeiro. Símbolos urbanos: centralidad, poder, periferia y comunidad”, en Ciudad y Territorio, Estudios Territoriales XXX pp.117-118. 25 Aracy Amaral, 1978, Arte y Arquitectura en el Modernismo Brasileño, Editorial Ayacucho: Caracas. 26 Cuando Lucio Costa asume la dirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes, invita a Warchavchik a participar e incluso deciden asociarse para establecer en 1931 su propia compañía constructora en Río de Janeiro.

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El proyecto mencionado, fue primero sometido a concurso público y después asignado al joven Lucio Costa27, quien contando con fama de radical en la política, y una pasión por la arquitectura moderna y colabora con Le Corbusier, quien en 1936 llega a Brasil a trabajar en el proyecto mencionado así como el de la Universidad para Río de Janeiro28.

De acuerdo con José Lins do Rego, “Le Corbusier fue el punto de partida que permitió a la nueva escuela brasileña expresarse a si misma con gran espontaneidad y llegar a soluciones originales... El regreso a la naturaleza y el valor que provenía de tratar el paisaje como un elemento sustancial, salvó a nuestros arquitectos de lo que podría considerarse formal en Le Corbusier”29.

Una diferencia notable con otros países en Latinoamérica, como México o Venezuela, en donde los gobiernos invirtieron fuertemente en vivienda social, es que en Brasil no se mostró un gran interés con respecto a resolver el problema del explosivo crecimiento demográfico producto de la industrialización, sino que incluso varios autores refieren que las campañas de salud habrían servido como justificación en el desmantelamiento de las favelas y la relocalización de los habitantes30.

Entre las notables excepciones se encuentra Affonso Reidy, comprometido con el reconocimiento de la vivienda como un servicio publico (tal como la provisión de agua, drenaje y transporte), en virtud de que en Brasil la vivienda más modesta estaba fuera del alcance de las mayorías pobres, lo cual se agravaba con la falta de equipamientos. Reidy fue responsable del Proyecto Pedregulho (1947), el primer gran desarrollo habitacional en Brasil en el distrito del mismo nombre, el cual incorporó todos los preceptos del CIAM de manera audaz, al crear un edificio ondulante sostenido por pilotes, si bien denota una cierta inspiración en la ondulante autopista bosquejada por Le Corbusier un par de años antes31.

Durante los siguientes años, Brasil transita por una historia de planes centralizados de carácter tecnócrata y global durante el régimen militar (1964-1984), quien mantuvo una débil relación hacia las comunidades locales, lo cual generó claros efectos desarticuladores y segregacionistas. Dicha tendencia se hace extensiva hasta la actualidad de modo que para principios de la década de los noventa, el número de viviendas desocupadas (245,334), resulta equivalente al de viviendas localizadas en favelas y asentamientos irregulares

27 Dentro de su grupo de trabajo se encontraban Carlos Leão, Jorge Moreira y Oscar Niemeyer, los que compartían las mismas preferencias que Costa en materia de Arquitectura Moderna. 28 Su visita marca un momento de gran trascendencia para los arquitectos jóvenes brasileños, e incluso funcionó como un catalizador al impulsarlos a encontrar características nacionales y regionales que pudieran ser incorporadas en sus diseños. 29 En Xavier, Alberto (Ed.), Arquitetura Moderna Brasileira: Depoimento de uma Geração. São Paolo, Associação Brasileira de Ensino de Arquitetura / Fundação Vilanova Artigas / PINI. 30 El funcionalismo, la industrialización y las tecnologías estaban en su apogeo, con ese afán productivo que hizo exclamar a Richard Neutra al visitar Brasil en 1947: “Una civilización tecnológicamente moderna llama a la vigorosa expansión del consumo masivo”, ver Richard Neutra, Architecture of social concern in regions of mild climate, Sao Paolo, 1948. 31 El proyecto Pedregulho fue elogiado por Walter Gropius, Ernesto Rogers y Max Bill, comentando éste ultimo que “era un éxito completo desde el punto de vista social, arquitectónico y urbanístico”, ver Max Bill, “Report on Brazil”, Architectural Review, 1954.

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(235,678 viviendas) 32, lo que representa alrededor de un millón de personas viviendo en condiciones de precariedad residencial33.

Lo anterior no solamente nos refleja la problemática de un tejido urbano subutilizado, sino que nos habla de la acentuada disparidad de la ciudad: la transferencia de los residentes que habitan las favelas hacia los departamentos desocupados no es posible, sencillamente por la disparidad en materia de ingresos, la ausencia de mecanismos redistributivos y de voluntad política para reestructurar la población de manera más equitativa. Con una tradición de erradicación y relocalización durante los años sesenta y setenta, se procede con la realización de grandes obras de infraestructura en los años ochenta, mientras que los noventa la aproximación tiende hacia un tratamiento integral de las favelas y su entorno.

Los Programas Rio Cidade y Favela-Bairro

La Ciudad de Río de Janeiro con sus casi cinco millones y medio de habitantes y mas de 15 millones contando el área metropolitana, se mantiene como la segunda ciudad más poblada de Brasil y donde la topografía ha intensificado la concentración espacial en el territorio34. Cerca de un tercio de la población vive en cond iciones de pobreza, quienes habitan principalmente en favelas, que colindan muchas veces con zonas residenciales de alto nivel, lo cual ha tenido como resultado una “integración perversa”35.

A partir de las atribuciones otorgadas por la Constitución de 1988, para formular las políticas y planes urbanos, organizar los servicios básicos y el cobro de impuestos, se empiezan a gestar algunos programas claves en el desarrollo urbano de Río de Janeiro; Al asumir la Alcaldía el economista Cesar Maia en 1993, se inicia una nueva aproximación hacia los problemas urbanos al identificarse problemas concretos y programar las intervenciones de acuerdo con el Plan Estratégico de 199436; Las dos grandes iniciativas que parten de éste plan como parte de la “acupuntura urbana” propuesta por el alcalde Maia son los programas de Rio Cidade y de Favela-Bairro, en donde el común denominador fue la revalorización del espacio público, la reafirmación de los valores sociales y la integración socioespacial del tejido urbano.

A diferencia de las intervenciones precedentes, la filosofía de actuación evitaba en lo posible los desalojos y demoliciones con el fin de privilegiar el mantenimiento de los residentes originales y de integrarlos a la ciudad; Fue mediante una estrategia de recalificación urbana global que por primera vez no se beneficiaron las áreas de altos ingresos, sino que se buscó promover una identidad propia para cada fragmento de ciudad 37 , asumiendo así la configuración segmentada de la metrópolis y superando la visión homogeneizante del

32 Lilian Fessler Vaz, 1998, “Emptying the formal city, filling up the informal city: new sigues in the urbanism of Rio de Janeiro”, Trialog 57, No.2, Stuttgart. 33 IPLANRIO, 1975, Anuário Estadístico da Cidades de Rio de Janeiro 1993/1994, Rio de Janeiro, Prefectura da Cidades / PLANRIO. 34 El periodo entre 1983 y 1994 marcó un momento de transición hacia el establecimiento de instituciones democráticas en Brasil, así como un proceso de descentralización. 35 L.C.Queiroz Riberio, Restructuring in Large Brazilian Cities: The Center/Periphery Model in Question, Research Institute of Urban and Regional Planning, Federal University of Rio de Janeiro;1990 36 Plano Estratégico da Cidade do Rio de Janeiro, 1994. 37 Zen, Ruth Verde, 1996, “De volta á cidade marvilhosa: a renovação do Rio de Janeiro busca superar a degradação urbana”, Projeto Design 201, Octubre, Sao Paolo.

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movimiento moderno en favor de la multiplicidad e interacción de procesos simultáneos y diversos. En el programa Rio Cidade se plantea la recalificación de los espacios públicos urbanos y de la vida barrial misma, rescatando el entorno natural y dándole un nuevo simbolismo a la periferia anónima como alternativa a la construcción de megaproyectos de oficinas, hoteles y comercios.

El programa mencionado surge como una iniciativa para involucrar a la población en la planeación urbana de la ciudad, con el fin de generar proyectos urbanos de alta calidad que privilegiaran el uso peatonal seguro y confortable, mediante una estrategia global que integra dentro de los espacios abiertos, el diseño de aceras, parques, mobiliario urbano, accesibilidad, publicidad, iluminación, transporte público, etc., esperando ejercer un efecto de réplica e impulso de iniciativas similares.

Es importante mencionar como antecedente a estos programas al Plan Maestro de 1992 el cual se propone articular varios programas municipales que contemplaban un impacto físico y social en el territorio; Sus principales objetivos eran el mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Río de Janeiro, así como la integración de las favelas al resto de la ciudad38, y más específicamente proveer a las favelas con: a) servicios sanitarios básicos39 con estándares aceptables que pudieran ser oficialmente mantenidos por agencias de gobierno; b) un reordenamiento espacial de las favelas para conectar su red vial con la del resto de la ciudad; c) la creación de áreas para uso colectivo; d) la provisión de servicios sociales40 para sectores de bajos ingresos; e) la legalización de la tenencia de la tierra41.

Dentro de éste marco, el Programa Favela Bairro es lanzado en 1993 para ser implementado sobre 92 favelas seleccionadas y entre sus acciones centrales destacan: la elaboración de proyectos para integrar las favelas con la ciudad existente, el diseño de planes de redesarrollo con una perspectiva integral, la instrumentación de una coordinación intermunicipal, la promoción de una gestión participativa y el impulso a la participación del sector privado en la ejecución de la obra pública42.

Una cuestión central sobre la integración de la ciudad comprende no solo la superación de la brecha física y espacial, sino también social, con lo que contrastando con las políticas de renovación del tipo bulldozer, se evoluciona hacia la incorporación de favelas con el resto de la ciudad. El programa contempla la extensión de los derechos urbanos o lo que Lefevre llama el “derecho a la ciudad” de los favelados para convertirlos no solo en citadinos sino en ciudadanos con plenitud de derechos43.

Otro aspecto medular es la reducción de la vulnerabilidad de los residentes mediante la provisión de servicios sociales, en donde el tratamiento integral va más allá de proponer una serie de trabajos de obra pública y comprende intervenciones en distintas esferas de la vida comunitaria de los barrios.

38 Rio de Janeiro City Goverment, 1994, Bases for housing policy in Rio de Janeiro , Oficial City Bulletin, Appendix to Municipal Decree 12,994, 16 de Junio. 39 Entendidos como la provisión de agua potable, recolección de basura, reforestación, alumbrado público y servicio de correos. 40 Los servicios sociales son los que buscan conectar a los favelados con servicios municipales existentes como guarderías, centros juveniles (RioFunk), etc. 41 Que comprende la legalización de lotes y áreas públicas, de modo que el gobierno de la ciudad realiza expropiaciones, transferencias, asignación de derechos y concesiones de uso. 42 El programa contó con un financiamiento parcial del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 43 Henri Lefevre, Op.Cit.

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Se integraron entonces una serie de equipos multidisciplinarios en donde la visión de expertos sirvió como punto de partida para que los residentes, dentro de una dinámica de participación interactiva y de compromiso en la toma de decisiones. Asimismo, uno de los aspectos centrales para la administración del gobierno local fue la sustentabilidad del programa, para lo cual se ha considerado los siguientes tres puntos:

Primero, que el programa cuente con el sustento del Plan Maestro de 1992 como una base legal y política sólida para asegurar el desarrollo del plan; segundo, que se apoye en el Plan Estratégico de 1995 como plan de concertación el cual define prioridades y establece consensos; y tercero, que la cooperación intermunicipal se mantenga como una práctica administrativa indispensable.

El programa de redesarrollo integral reconoce explícitamente la interdependencia de los problemas de salud, generación de ingresos y medio ambiente, lo cual constituye un nuevo paradigma con respecto al tratamiento económico tradicional de corto plazo; además, la iniciativa sienta un importante precedente en cuanto a la participación ciudadana y comunitaria en el desarrollo de la ciudad, lo cual aseguraría tanto la sostenibilidad de una planeación a largo plazo como la permanencia de instituciones encargadas de cuestiones de interés público en la ciudad.

5. Caracas, Venezuela

Mientras que otros países en América Latina experimentaban las implicaciones ideológicas, formales y espaciales del Movimiento Moderno, en Venezuela se vive la dictadura que de 1908 a 1935 ejerce Juan Vicente Gómez, y que mantiene al País aislado de influencias externas. Es partir de 1937, cuando se presenta un plan regulador conocido como el Plan Rotival44 , en donde se buscaba reestructurar el sistema vial, detener la migración a los suburbios de la clase acomodada, y crear un nuevo centro monumental acorde con la creciente importancia económica de la capital. Si bien el plan se realizó solo de manera parcial, también es cierto que sentó las bases para concebir la ciudad como unidad dentro de una escala mayor, creándose además la infraestructura e instrumentos para monitorear y controlar el desarrollo urbano.

Entre los arquitectos más influyentes dentro de la modernización de Caracas destaca Carlos Raúl Villanueva, quien estudia en Paris en los años veinte y tiene contacto con las vanguardias artísticas europeas entre quienes destaca Charles Édouard Jeanneret (Le Corbusier); De regreso a Caracas colabora con Maurice Rotival en el Plan Regulador de 1939, y se convierte en el técnico protagonista de las grandes operaciones urbanas que habrían de darse en la capital.

Entre los primeros intentos por “erradicar los ranchos45” del Área Metropolitana de Caracas en 1941, se pusieron en marcha una serie de proyectos de rehabilitación financiados por el

44 Comisionado al arquitecto francés Maurice Rotival, pero que contó con la participación de arquitectos venezolanos que habrían de tener una importante participación en el desarrollo de la ciudad. 45 Asentamientos irregulares, tugurios o barriadas.

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Banco Obrero46; Sin embargo, el explosivo crecimiento demográfico de aquellos años hizo urgente escalar las operaciones de dicho Banco para financiar esquemas de vivienda mayores, lo cual de cierta forma se logró durante la dictadura de Pérez Jiménez en virtud de su carácter populista (1848-1958) 47.

Los trabajos de erradicación de asentamientos precarios (ranchos) a gran escala, se inician alrededor de 1951 con esquemas gigantescos de vivienda ubicados en las colinas que rodean Caracas, de modo que cinco años más tarde, 180,000 personas son reubicadas en más de 30,000 unidades nuevas48.

La urbanización conocida como El Silencio 49 , fue el primer proyecto habitacional promovido por el gobierno en América Latina, e involucraba el previo desalojo de todo el Distrito, demoliendo las antiguas construcciones como un acto heroico de renovación y modernización urbana 50. Sin embargo, es hasta 1957, que Villanueva interviene junto con otros arquitectos, en la vastísima operación de unidades habitacionales denominada 23 de Enero, que fueron promovidas por el Banco Obrero, y que constituyó “el primer gran fracaso sociológico y urbanístico ante el problema de los barrios marginados”51 . Dicha urbanización fue diseñada bajo los principios del CIAM, sin considerar las condiciones culturales, económicas y sociales de los habitantes y no solo no erradicaron las viviendas marginales, sino que la misma operación inmobiliaria fomentó la parición de más “ranchos”.

En dicho proyecto, el equipo de Villanueva coincidió en que la solución al esquema disperso de ranchos estaba en la construcción vertical y amplias avenidas de circulación. Fieles a la Carta de Atenas, que señalaba que: “...es mediante el uso de la altura que la planeación urbana recobrará las áreas libres necesarias para las comunicaciones y espacios destinados al esparcimiento”. La candidez de los planificadores se apoyaba en la idea de proveer una mejor calidad de vida que, planeado de manera adecuada, llevaría a una transformación política y social52.

Las soluciones que impulsó el Banco Obrero estuvieron enfocadas casi exclusivamente a la vivienda, dejando pendiente las infraestructuras y equipamientos necesarios para soportar dichos conglomerados. En un reporte de autoevaluación del mismo Banco, datado en 1961, se reconoce que los desarrollos denominados 23 de Enero y Atlántico Norte (albergando una población de 105,000 habitantes) “carecen de los servicios básicos para un conglomerado de tal magnitud: infraestructuras de administración pública, escuelas, espacios abiertos, mercados, entretenimiento, suministros, centros médicos, etc. Ninguna de éstas funciones en cantidades suficientes para las necesidades”53.

Con el fin de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958, se experimenta un boom constructor acompañado de programas para urbanizar barrios periféricos y dotarlos de infraestructuras y 46 Sybil Molholy-Nagy, 1964, Carlos Raúl Villanueva and the Architecture of Venezuela, Praeger: New York. 47 Entre 1936 y 1950, la población pasa de 400,000 habitantes a 800,000. 48 Moholy-Nagy, Op.Cit. 49 Realizado en 1941 y albergando entre 3,000 y 4,000 habitantes en 747 viviendas. 50 La influencia de la Unité d’habitation de Marseille (1947-1952), construida para 1,600 habitantes se considera determinante en la concepción de la unidades habitacionales y multifamiliares en América Latina. 51 L. Benévolo, 1996, Historia de la Arquitectura Moderna, Barcelona: Gustavo Gilli. 52 En el Congreso Panamericano de Arquitectura en Santiago de Chile, se declara “como deber fundamental del Estado, el proveer a sus ciudadanos de vivienda barata y salubre”, citado en R. Gutiérrez, 1998, Arquitectura Latinoamericana del S.XX, ed. Lunwerg 53 Citado en Gasparini Graciano y Juan Pedro Posan, 1998, Caracas a través de su Arquitectura , Armitano editores: Caracas.

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servicios básicos. Como acciones preliminares se realiza en Caracas el Primer Censo de Barrios en donde se registra un aumento de la población residente de 110,000 en 1940 a 250,000 en 1959, mientras que para 1990, las cifras oscilan entre uno y dos millones de habitantes.

A partir de la caída del gobierno militar en 1958 y la expansión petrolera del País, se crea el Sistema Nacional de Planificación (SNP), teniendo como instrumento de planificación económica a la Oficina de Coordinación y Planificación (CORDIPLAN); En los años setenta, bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez, el SNP y el CORDIPLAN pasan a tener un papel protagónico, siéndole asignadas grandes responsabilidades al ministro de éste último organismo (ascendido incluso a Ministerio de Estado), con relación a la asignación de parte de la inversión pública para el desarrollo.

Es hasta 1985, cuando se instituye un nuevo programa de política habitacional elaborado por el Ministerio de Desarrollo Urbano (MINDUR), el cual dictaba una serie de lineamientos e instrumentos para la construcción de vivienda en el País, orientándose hacia un desarrollo urbano integral, en donde se reconocía la marginalidad urbana así como la ineficacia en la regularización y orientamiento de los nuevos asentamientos54.

En el documento se señala que los asentamientos irregulares se habían originado con una población de escasos recursos de manera anárquica y con estándares de vida inferiores a los del mercado formal de la vivienda; Se proponía ent re otras cosas, la incorporación masiva y controlada de reservas territoriales, la consolidación de barrios, la provisión de infraestructuras, la erradicación de viviendas en zonas de alto riesgo y la participación comunitaria en todo el proceso55.

Es importante destacara que las políticas dirigidas a la integración urbana, el bienestar social y la mitigación de la pobreza se vieron seriamente disminuidos a partir de los recortes derivados de la ejecución de los programas de ajuste estructural en Venezuela en Febrero de 1989 el primero y en Abril de 1996 el segundo56, que junto con el desentendimiento del Estado con respecto a la acción social, contribuyeron a acrecentar la violencia urbana como parte de una expresión de inconformidad generalizada.

La ciudad dual: aproximaciones

Localizada sobre los cerros aledaños al valle donde se encuentra la ciudad de Caracas, la ciudad de los barrios se forma a partir de la década de los cincuenta, y se expande mediante las ocupaciones de terrenos organizadas a principios de los años sesenta, precisamente al caer la dictadura militar; A partir de entonces, se han venido observando procesos de densificación que han impactado negativamente la calidad de vida de la población y ha transformado las viviendas en complejas edificaciones con alta densidad constructiva y 54 Incluso el Programa especial de vivienda para asentamientos irregulares se demostró ineficaz para atender las necesidades de la población en cuestión. 55 Es de especial consideración el Programa de Habitación Progresiva que busca un reordenamiento y atención a la demanda habitacional. 56 Que tuvieron como consecuencia la revuelta conocida como “El Caracazo”, en donde se inició una ola de saqueos que fue suprimida por el ejército con un saldo de 150 muertos según cifras oficiales y 3,000 según otras estimaciones.

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localizadas en zonas de riesgo, estimándose que la población en éste tipo de asentamientos cubre más de la mitad de la superficie de la ciudad actual57.

En 1991, el Ministerio de Desarrollo Urbano de Venezuela encomendó a un grupo de expertos la elaboración del Plan sectorial de Incorporación Urbana de las Zonas del área Metropolitana de caracas, con el objetivo de incorporar funcional y espacialmente los asentamientos irregulares con el resto de la ciudad58.

Dentro de la metodología se privilegiaron las siguientes acciones: 1) La elaboración de un registro gráfico actualizado y detallado de cada barrio; 2) La producción de mapas de riesgos (geofísicos e hidrológicos); 3) El levantamiento de información socieoeconómica básica; 4) La cuantificación de residentes susceptibles a ser reubicados, así como la cuantificación de las obras necesarias para la disminución de riesgos; 5) La definición de unidades de gestión socioespacial; 6) El diseño de programas de actuación con el cálculo de las inversiones necesarias para su desarrollo.

Dentro de dicho plan se manejó también la necesidad de una integración vial con la ciudad formal (tanto vehicular como peatonal), el mejoramiento de infraestructuras, así como la creación de nuevos espacios abiertos y equipamientos.

Según el Censo Demográfico de 1990, más del 61% de la población urbana de Venezuela habitaba en asentamientos irregulares (conocidos también como ranchos o chabolas), lo cual representan aproximadamente 10 millones de personas ocupando cerca de 140,000 hectáreas, de modo que estos asentamientos constituye el tipo de ciudad predominante en Venezuela y donde van a ser implementados una gran cantidad de proyectos urbanos59.

El Consejo Nacional de la Vivienda (CNV), organismo que administra los fondos de la Ley de Política Habitacional, ha patrocinado la realización de numerosos concursos para el diseño urbano de muchos de los barrios, como es el caso del Proyecto Catuche, en donde el objetivo del programa consistió en la revalorización de sectores degradados con el fin de mejorar las condiciones de vida urbana mediante la gestión y operación de organizaciones civiles, partiendo del acondicionamiento ambiental del estrecho río Catuche y el mejoramiento urbano de la zona de “barrios”que contaba con 115 unidades degradadas.

Se firmó entonces un contrato con una asociación civil, mientras que se transfirieron fondos a una organización no gubernamental (FUNDEP), con el objeto de generar confianza en la población mediante la participación de profesionales adscritos a dichas organizaciones, reconocer una autonomía comunitaria en la toma de decisiones e incentivar la democracia participativa. El proyecto contemplaba la provisión de infraestructuras y servicios básicos (agua, basura, electricidad), el diseño de calles interiores para permitir y mejorar la accesibilidad a los barrios, así como el mejoramiento ambiental de las márgenes del río.

En el proyecto se dedicó una parte sustancial del tiempo a la constitución de una organización local de base y autopromoción comunitaria (siendo la primera en el País), la cual intervino en la asignación de contratos para el sistema de abastecimiento de agua, la autopista rápida en el Norte de la ciudad y el Parque Nacional Ávila.

57 El Nacional “El rancho es la vivienda del 60% de los Caraqueños”, 16, Junio, 1993. 58 El Plan incorpora los lineamientos para la mejora física de los barrios definiendo dos escalas de trabajo: 24 grandes áreas contiguas de “barrios” divididas en 115 unidades menores, similares a los vecindarios. 59 Se calculan alrededor de 3,000 proyectos realizados.

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En relación con el entorno construido, se logró activar la prevención y el control de zonas de riesgos geológicos, la construcción de vialidades vehiculares y peatonales, la organización de alojamientos en condominios y la relocalización de viviendas fuera de las zonas de riesgo. Además de las proyectos de obra pública hay que destacar la creación de instrumentos legales como son la transferencia de la propiedad del suelo, la incorporación de normas, leyes y códigos urbanos que regulen los asentamientos de éste tipo, la integración de empresas locales en el proceso de construcción, así como la administración transparente de los fondos públicos.

Entre los aspectos sobresalientes para asentamientos similares, destaca la necesidad de un proyecto general de diseño urbano para zonas irregulares o barrios, que pueda servir como base para establecer lineamientos ambientales y urbanos mientras el asentamiento se consolida como comunidad. También es interesante la creación de la figura del “Consorcio” como ente que abriga una variedad de intereses con el propósito de mejorar físicamente el entorno, asumir responsabilidades de diseño, coordinar la administración, controlar así como ejecutar directamente todos los trabajos e incentivar nuevos métodos y formas de colaboración entre las organizaciones comunitarias y la sociedad civil.

6. Ciudad de México.

A partir del cambio de modelo económico agroexportador por el de sustitución de importaciones durante las décadas de los treinta y cuarenta se produjo una mayor concentración de inversiones industria y empleos en las ciudades mexicanas, lo cual generó una demanda de vivienda sin precedentes, así como el establecimiento de un mercado inmobiliario que si bien oscilaba entre la legalidad y la ilegalidad, era igualmente redituable.

Dentro de la lógica especulativa de los grandes fraccionadores (formales e informales), se buscó maximizar el número de áreas vendibles y minimizar las áreas públicas. Sin embargo, se construyeron algunos conjuntos de vivienda obrera como los de Juan Legarreta en Balbuena y San Jacinto, y el proyecto de Hannes Meyer en Lomas Becerra, en donde se tuvo especial consideración en la provisión de equipamientos y áreas verdes.

El movimiento moderno de Arquitectura apareció como una alternativa natural a la demanda masiva de vivienda, y contó entre los más fervientes impulsores de la incorporación de los principios racionalistas en la construcción local, a Juan O’Gorman, Juan Legarreta, Álvaro Aburto y José Villagrán García; Este último ejerció una gran influencia como teórico de la Arquitectura, mientras que Juan O’Gorman es llamado a dirigir la nueva Escuela de Técnicos de la Construcción bajo los auspicios del Instituto Politécnico Nacional60.

Un par de años más tarde, Hannes Meyer –ex director de la Bauhaus-,es invitado a dictar una conferencia en la Academia de San Carlos, en la que enfatiza la relevancia social de las propuestas arquitectónicas y las posibilidades que la arquitectura funcionalista podría ofrecer para satisfacer las necesidades básicas de la sociedad mexicana, dentro de un marco de igualdad social. Al igual que Le Corbusier, ubicaba la casa como máquina viviente, y sostenía que “las exigencias de la vida actual tienen todas una misma naturaleza, y se basa

60 En un Discurso pronunciado en el Congreso de Arquitectos Mexicanos, 1933, afirma que “no hay que olvidar que los hombres son animales racionales, y que proceder por cualquier sistema que no sea el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo, es no actuar racionalmente.

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en la estratificación social” 61 ; Al año siguiente, es nombrado director del Instituto de Planificación y Urbanismo del Instituto Politécnico Nacional y llegaría a tener una influencia considerable en la difusión de los conceptos racionalistas en la planeación.

No obstante, su visión será altamente crítica sobre la configuración del paisaje urbano como resultado de la estructura socioeconómica prevaleciente, identificando la distribución y tipología residencial como expresión de las relaciones de clase en donde las superposiciones arquitectónicas reflejarían plásticamente el desarrollo histórico de la sociedad62.

Tanto las ideas referidas, como la lectura selectiva de Le Corbusier permitió a los jóvenes arquitectos mexicanos, adoptar un funcionalismo incipiente que aparecía como simple, racional y moderno, de modo que si bien Legarreta y O’Gorman expresaban su anti-academicismo y difundían la necesidad de proveer mejores condiciones de vida a la población, no queda claro si existía una conciencia sobre el papel de ellos mismos dentro de la conformación de la ciudad63.

No es sino hasta mediados de los años cuarenta cuando el presidente Miguel Alemán (1946-1952) promueve la industrialización del País con la consiguiente demanda de vivienda estandarizada y a bajo costo; En 1947, la primera unidad habitacional es comisionada al arquitecto Mario Pani, quien después de haber estudiado en Paris llega con un contacto de primera mano con las ideas de Le Corbusier64, y propone un proyecto que con el mismo presupuesto logra construir cinco veces más viviendas aprovechando las ventajas de los nuevos sistemas constructivos; Siguiendo los principios del CIAM, proyecta también el Centro Urbano Presidente Juárez (1950-1952), popularizándose los conceptos de Multifamiliar y Supermanzana que aislaban al peatón del paso vehicular65.

La obra cumbre de Pani –y de los conjuntos residenciales multifamiliares- fue la Ciudad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco 66 (1960-1964), con una población de más de cien mil habitantes, proyectado como una estructura comunitaria con escuelas, comercios y espacios verdes; Originalmente, Pani pretendía la integración de distintos estratos socioeconómicos (bajo, medio y medio-alto), proyectando viviendas y espacios libres para distintas clases sociales y tipos de familia y con circulaciones vehiculares periféricas. Pani define Tlatelolco como una ciudad dentro de la ciudad y comenta al respecto:

“Creo que la trascendencia urbana del conjunto Tlatelolco es que fue la primera vez que se hizo en México una ciudad con una aplicación urbanística totalmente nueva. Era la aplicación en grande de las ideas de la ciudad radiante o Ville Radieuse de Le Corbusier”67.

61 “Hannes Meyer: pensamiento”, Cuaderno de Arquitectura No.5, INBA, Ciudad de México. 62 Ibid. 63 Al respecto, es significativo el hecho que en 1935, Juan O’Gorman abandone el ejercicio de la Arquitectura al constatar que el minimalismo arquitectónico y constructivo habría dejado de ser el resultado de un proceso de racionalización para convertirse en una muestra del abatimiento de la calidad constructiva en aras del lucro por parte de los desarrolladores inmobiliarios. 64 En París había asistido a encendidas y revolucionarias conferencias de Le Corbusier y tuvo la ocasión de conocer de primera mano los principios de la Ville Radieuse (1946-1952). 65 Vale la pena destacar que éste proyecto se terminó dos años antes que Le Corbusier hubiera terminado su primer edificio de éste tipo, la Unité d’habitation de Marsella. 66 Tlatelolco es un sitio cargado de un enorme simbolismo para la ciudadanía, que va desde la masacre estudiantil de 1968, la caída de Tlatelolco defendida por Cuauhtémoc ante Hernán Cortes y los trágicos sismos de 1985, en donde varios de los edificios colapsaron, en buena medida por falta de mantenimiento. 67 Graciela Garay, Mario Pani, 2000, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, México.

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La ciudad creada bajo los principios del funcionalismo urbano fomentó la desintegración social y la desarticulación espacial en la Ciudad de México, tanto con la creación de grandes unidades habitacionales, como en la aplicación de zonificaciones funcionales de los usos de suelo, lo cual sirvió como metodología de base en las oficinas de planeación de todo el País durante la segunda mitad del siglo veinte.

La Coalición Habitat México

Ante la incapacidad de las agencias de planeación por controlar y dar atención a las demandas de vivienda de la población, se empiezan a generar en los años sesenta urbanizaciones irregulares como Ciudad Nezahualcóyotl (que en curso de veinte años creció de 25,000 a 600,000 habitantes), como una alternativa a los programas gubernamentales de vivienda, los cuales atendían cuando mucho un 15% de la población de escasos recursos.

De manera paralela, algunos grupos de profesionales concientes comenzaron a señalar la problemática y a brindar asistencia técnica a grupos de escasos recursos para establecer o mejorar su asentamiento, ya sea mediante acciones de regularización, urbanización o vivienda 68 . Se constituyeron como organizaciones no gubernamentales el Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento (COPEVI), el Centro de la Vivienda y Estudios Urbanos (CENVI), Casa y Ciudad, Fomento Solidario de la Vivienda (FOSOVI) entre otros, agrupándose en la Coalición Hábitat México, la cual ha tenido una influencia determinante en la planeación urbana que se ha venido realizando en México en las últimas décadas, de modo que si bien las intervenciones no se han realizado a gran escala, la riqueza de mecanismos y estrategias utilizadas han sido tomados como base para el desarrollo de programas y políticas de la ciudad.

Como muestra de los planteamientos que han venido realizando éstas organizaciones, referimos el Proyecto de Mejora Integral de un Barrio de los Hornos y el Programa de Mejoramiento Barrial Romero Rubio, ambos seleccionados en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por el Premio Dubai 2000.

El Proyecto de Mejora Integral de un Barrio de los Hornos estuvo a cargo de COPEVI, en colaboración estrecha con la comunidad, el gobierno local y el Programa de Gestión Urbana para América Latina (PGU-ALC), en donde el origen irregular, la falta de servicios y de empleo ha generado el aumento de la drogadicción y violencia social69. Los objetivos del programa consistieron en democratizar el modelo tradicional entre gobierno y ciudadanía, mejorar las condiciones de vida y promover un proyecto común de desarrollo y elaborar un modelo metodológico para la mejora urbana de los barrios.

Mediante la movilización y coordinación de recursos aportados por los distintos participantes 70 , el programa basaba su metodología en la concertación entre las organizaciones civiles, organizaciones sociales y autoridades locales (en el marco del Consejo Coordinador de Planeación Participativa) para la toma conjunta de decisiones. Dentro de las distintas fases que componen al proyecto se buscó el fortalecimiento de una gobernabilidad participativa, la disminución de la pobreza urbana, el impulso de la economía local respetando el medio ambiente así como la equidad de género. 68 Se establecía como alternativa a la acción unilateral del gobierno en materia urbana, la ejecución del asentamiento de manera progresiva y bajo el control de los propios habitantes. 69 En la localidad existían siete organizaciones sociales, de las cuales seis estaban dirigidas por mujeres. 70 Incluida la concesión de créditos para vivienda por parte de la Organización para el Desarrollo de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica de Alemania, MISEREOR.

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El proyecto tuvo como principales resultados un plan para el desarrollo integral 71 , equipamientos, un plan de seguridad pública y el mejoramiento de la vivienda; además de la institucionalización y legitimación de la gestión y decisiones, se buscó recuperar el incipiente concepto de lo público, más allá de la visión puramente social o gubernamental.

Entre las conclusiones producto de dicha experiencia destaca que la voluntad política de permitir y propiciar la participación ciudadana en el desarrollo territorial requiere de un cuerpo instrumental que proporcione garantías al proceso, así como espacios de concertación entre los actores para poder legitimizar e institucionalizar los procesos; Por otra parte, los mecanismos establecidos par la concertación de actores tuvieron un enfoque integral, territorial y participativo, lo cual ha estado ausente por mucho tiempo en el desarrollo de políticas públicas en el ámbito urbano.

El Programa de Mejoramiento Barrial Romero Rubio, surge con el objetivo de crear un mecanismo para alcanzar un desarrollo integral de la zona, mejora la calidad de vida de sus habitantes y reactivar la economía local, mediante la coordinación de la ciudadanía, las autoridades locales y organismos no gubernamentales en la definición de un plan estratégico en donde se fijen los distintos plazos y prioridades.

La zona presentaba grandes problemas con relación al entorno: contaminación ambiental, carencia de áreas de esparcimiento, deterioro de las viviendas e inseguridad pública, de modo que el programa busca articular los distintos retos dentro de un marco integrado de acción, en donde se impulsan proyectos de planeación participativa, la creación de espacios públicos y áreas verdes, creación de equipamientos urbanos, infraestructuras, así como planes de reforestación y seguridad pública.

Los recursos provinieron del Programa de Gestión Urbana, la Delegación Venustiano Carranza y el organismo no gubernamental Casa y Ciudad, y contaron con la colaboración de organizaciones sociales de base72. Dentro del programa, la planeación pretendía ser de tipo horizontal, contando con la participación en las decisiones de la ciudadanía en general, mediante la creación de un Comité Promotor encargado de consensar opiniones, coordinar los proyectos y buscar la articulación con otras instancias de la administración.

El Programa propone elementos de carácter social, económico, funcional y cultural con el fin de que estas actividades realizadas a nivel local se desarrollen en otros espacios del mismo territorio delegacional, lo cual le confiere sostenibilidad al programa, así como la posibilidad de volver replicable esta experiencia a nivel de la ciudad.

El cambio de perspectiva institucional con respecto a la ciudad ha venido cambiando e incidiendo en las políticas urbanas gracias a éste tipo de experiencias, en las que la auto-gestión, la participación comunitaria y la creación de mecanismos innovadores en la producción integral del hábitat han venido a estructurar un panorama más congruente con la realidad económica y social de la Ciudad de México.

71 Con acciones emergentes de pavimentación, agua potable, regularización de la propiedad y el establecimiento de un centro de salud. 72 Como el Comité de Defensa del Barrio Romero Rubio, perteneciente a la Asamblea de Barrios.

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7. Conclusiones

“Estamos en una era de simultaneidad: estamos en una época de yuxtaposición, del cerca y el lejos, del cara a acara, de la dispersión. Estamos en ése momento en que nuestra experiencia del mundo no es tanto la de una larga vida desarrollándose en el tiempo, sino mas bien la de una red que conecta puntos e intersecta su propia estructura”73

Si bien el Movimiento Moderno reconoció los desafíos cuantitativos de las nuevas demandas, así como los nuevos requerimientos y las nuevas posibilidades técnicas del diseño, resolviéndolos correctamente, reaccionó de manera infructuosa ante las presiones del mercado y de las burocracias de la planeación74.

La visión que sostuvo al Movimiento Moderno interpuso ante la realidad cotidiana una nueva forma de vida supeditada a criterios de diseño, sin embargo, un control tan restrictivo sobre el comportamiento humano terminó por extenderse más allá de sus posibilidades. La utopía de formas de vida preconcebidas, no podían ser llenados simplemente de vida, no solo porque subestima la diversidad, complejidad y variabilidad de los aspectos modernos de la vida, sino porque la interdependencia entre las funciones de las sociedades modernas rebasan la dimensión de las condiciones habitacionales por sí mismas.

Con ésta gran síntesis, las contradicciones entre los requerimientos de un entorno estructurado por una parte, y los imperativos del poder y del capital por la otra, los cuales han caracterizado a la modernización de las ciudades en la historia, desaparecen.

El termino “funcional”, ha caracterizado entonces las decisiones que estabilizan una relación anónima de actividades, sin que la existencia del sistema haya sido siquiera percibida por los participantes; Los problemas del urbanismo no son en esencia cuestiones de diseño, sino sobre el cómo controlar y manejar los imperativos de éste sistema que incide sobre las distintas esferas de la vida urbana y amenaza con devastar el tejido de la ciudad.

Tenemos entonces que entre las nuevas aspiraciones del presente siglo, se perfila la búsqueda de una nueva identidad que integre pasado y presente, que se proponga coser, hilvanar y articular la ciudad partida75 e ir regenerando aquellos grises silencios urbanos extendidos por la periferia de las ciudades latinoamericanas.

La ciudad latinoamericana ha sido definida por varios autores (Segre, 1988; Fessler, 1998), como una ciudad dispersa y fragmentada que genera costos urbanos importantes en materia de infraestructuras y servicios básicos, lo cual a su vez produce zonas periféricas diferenciadas, que comienzan a percibir inequidades y posteriormente se convierten en zonas de exclusión.

Cada vez es más generalizada la opinión de que las formas urbanas actuales tienen un impacto considerable en términos de relaciones sociales, y que refuerzan la fragmentación social, el aislamiento y la segregación. Es evidente que la falta de acceso a equipamientos de proximidad y de espacios públicos seguros atomizan las relaciones sociales y generan un sentimiento de exclusión entre la población que habita en los distintos sectores de la ciudad. 73 Michel Foucault, 1984. “Des espaces autres”, en Architecture/Mouvement/Continuité, Octubre. 74 Jürgen Habermas, 1982, “Modern and Post-Modern Architecture”, en 9H, No.4, pp.9-14 75 Ventura, Zuenir, 1994, Cidade Partida. Campanhia das Letras, Sao Paolo.

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La fragmentación de la realidad urbana, materializada en la división planificada del espacio, estuvo sustentada en los principios de la planeación científica que dio lugar al funcionalismo urbano, el cual fue utilizado en América Latina por los grupos de poder como instrumento de control y dominación, en donde la imagen del desarrollo y el progreso como camino a seguir para lograr el enriquecimiento y consumo generalizado, demostró su insuficiencia sistemática para resolver los problemas materiales y sociales de la ciudad.

El urbanismo funcionalista que toma como punto de partida la división del territorio antes que la integración del mismo, ha tenido como consecuencia la fragmentación del espacio, la segregación social y la institucionalización de estos mecanismos mediante la planeación científica. Por tanto, el cambio de paradigmas actual radica en la incorporación de la complejidad, la yuxtaposición y la simultaneidad de los procesos socioeconómicos y urbanos en la planeación como instrumento de equilibrio.

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