ZIKA · tos del género Aedes (aegypti, so-bre todo) y causantes de fiebres en principio más...

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AHORA | 23 | 5 - 11 DE FEBRERO DE 2016 ZIKA CIENCIA vida cultura ideas sa. En temas tan complejos, al prin- cipio siempre hay un poco de caos hasta que se recaba toda la infor- mación. Pasó en su día con el VIH, con el ébola… La comunidad cien- tífica está empezando a aprender ahora sobre el zika”, resume Javier Lucientes. Profesor de Parasitolo- gía de la Universidad de Zarago- za y miembro del grupo asesor del Ministerio de Sanidad para el estu- dio y control de vectores del géne- ro Aedes, viajó hace poco más de un mes a Cabo Verde, donde hay un brote activo de zika. “Allí no tenían gran preocupación por el tema en ese momento”, precisa. Aun- que si llegara a confirmarse la rela- ción causa-efecto entre el virus y la malformación craneal “es de espe- rar —añade— que dentro de unos meses empiecen a verse casos”. Vacunas lejanas Dentro de la batalla contra el zi- ka que se libra en los laboratorios, el principal reto ahora mismo no es otro que “conseguir un diagnós- tico eficaz”, señala De Ory. Coor- dinador de ViroRed, una red ibe- roamericana de cooperación y res- puesta ante virosis emergentes, re- cuerda que para medir la dimensión real de la epidemia “hay que conocer cuáles son los casos, y la forma es ha- ciendo un diagnóstico de la infección y también el diagnóstico diferencial” que, entre otras cosas, permita dis- cernir lo que es zika de lo que puede ser dengue o chikungunya, con sín- tomas muy similares y concentrados en el mismo entorno geográfico. De forma más experimental, un grupo de microbiólogos, neuró- logos y genetistas de la Universi- dad de Río y de otras instituciones científicas del país comenzará a experimentar en breve con “mini- cerebros” creados in vitro a partir de células madre embrionarias. In- fectarán los orgánulos con el virus para recrear un contagio perinatal y poder determinar los mecanis- mos celulares capaces de provocar microcefalia y demás secuelas de- tectadas en bebés. Las vacunas están lejos en el ho- rizonte. El Servicio Nacional de Sa- lud de Estados Unidos trabaja en dos líneas de inmunización, una de ellas con material “reciclado” de los estudios sobre el virus del Nilo Oc- cidental, y en Brasil hay en curso tres proyectos similares con cola- boración internacional. Una vacuna eficaz, segura y asequible para eco- nomías precarias “tardará años”, re- conocen todos los implicados. D e secundario irrelevante a villano este- lar. De mo- lestia benig- na casi asin- tomática a “peligro global para la salud públi- ca”, según definición de la Organi- zación Mundial de la Salud (OMS). En menos de dos meses el virus zi- ka se ha encaramado a lo alto del ranking internacional de amena- zas, desplazando de la primera lí- nea de atención a otros virus si- milares transmitidos por mosqui- tos del género Aedes (aegypti, so- bre todo) y causantes de fiebres en principio más severas como el den- gue o chikungunya. La inesperada relación entre el zika y la epidemia de microcefalia en bebés declara- da en Brasil —también hay casos en Colombia y en otros países—, así como posibles vínculos del vi- rus con raros desórdenes neuro- lógicos, no ha sido aún confirmada pero todo le señala como presunto culpable. La vía de transmisión se- xual, de la que había pocos datos, se acaba de confirmar, y se apuntan incluso otras hipótesis sobre la ac- ción combinada de varios patóge- nos. Mientras, el mapa del zika cre- ce semana a semana. Su ritmo ex- plosivo de propagación sigue sor- prendiendo a los expertos. Hay una veintena larga de estados america- nos y del Caribe con contagios ac- tivos in situ, además de Cabo Verde y Samoa, y se suman a goteo casos importados en otras regiones, in- cluidas Europa y España. El zika es un viejo conocido de los virólogos. Fue identificado en 1947 en macacos de la región bos- cosa homónima, en Uganda, y des- de los años 50 había asomado espo- rádicamente en distintos puntos de África sin demasiadas repercusio- nes, al menos para Occidente. Ya en este siglo el virus se globalizó, como todo. Primero se detectó en la isla de Yap (2007), en Micronesia, des- de donde se expandió por el sudes- te asiático, con epidemias en Cam- boya (2010), Tailandia (2012-13) y, más recientemente, en la Polinesia francesa (2013-14). El genotipo de la cepa causante del actual brote en las Américas está directamente em- parentado con la que ha saltado de aquí allá en Oceanía. En su periplo de los últimos años el virus hizo es- cala en las islas Cook, Nueva Cale- donia, luego en dirección este en la isla de Pascua (2014) y llegó al con- tinente poco después, para asomar en el nordeste de Brasil en mayo de 2015. El resto es sabido. De África al Caribe La epidemia actual comenzó a ex- pandirse cuando seguía activa en la región otra enfermedad vírica originaria de África, el chikungun- ya, que durante 2014 y 2015 afec- tó al menos a un millón y medio de personas en Latinoamérica y el Caribe. Ambas se han solapado en la práctica. La de zika habría si- do otra virosis más, una nueva car- ga para los endebles sistemas pú- blicos de salud de muchos de estos países, castigados además de for- ma endémica por el dengue y la fie- bre amarilla —ambos del mismo género flavivirus que el zika—, de no haber coincidido en el tiempo y el espacio con un aumento expo- nencial de las malformaciones cra- neales en recién nacidos en Brasil, el país más afectado, justo en la re- solutamente fiable de que el zika tiene un efecto teratógeno que pro- duce microcefalia en los fetos y en los recién nacidos”. Hasta el momento las autorida- des sanitarias brasileñas han iden- tificado entre 3.500 y 4.000 casos de malformaciones atribuibles al zika, bien porque el historial médi- co de la mujer consigna una infec- ción similar en los primeros meses de la gestación, cuando se forma el feto, o porque se han encontra- do rastros del virus en la madre, el feto —en el líquido amniótico y en algunos abortos—, o en ambos. In- vestigadores del Instituto Fiocruz de este país han certificado tam- bién la transmisión intrauterina del virus al analizar el tejido de la pla- centa de una mujer afectada de zi- ka que abortó en el primer trimes- tre del embarazo. El contagio fetal “es un fenóme- no que ya se ha descrito antes con otras infecciones virales y no vi- rales, como el virus de la rubeola, los virus herpes, la toxoplasmosis, etc. Es una consecuencia de infec- ción congénita por determinados patógenos”, recuerda De Ory. No obstante, hasta la fecha no se ha- bía relacionado con otros flavivi- rus. Es una prueba más de que el zi- ka presenta características especí- ficas que lo distinguen de sus “con- géneres” y, dado que no hay regis- tros de brotes importantes antes de 2007, se sabe poco de las eventuales complicaciones de la enfermedad. La cuestión sobre las otras vías de infección por zika cobra tam- bién nueva relevancia. La picadu- ra del mosquito portador es el cau- ce principal, pero la confirmación del contagio materno-infantil obli- ga a mirar más allá. Hay nuevas evi- dencias de transmisión entre per- sonas. Esta semana se constató un contagio del virus por vía sexual en Texas, entre una persona retorna- da de un país epidémico y un resi- dente local. Al menos dos casos an- teriores registrados en 2008 y 2013, entre Senegal y Estados Unidos el primero, y en Tahití el otro, certifi- caron la presencia del virus en el se- men de los pacientes. Uno de ellos pasó el virus por vía sexual a su es- posa, en una zona libre por com- pleto de mosquitos. Parece ser otro rasgo singular del zika. Hasta la fe- cha son las únicas evidencias de un arbovirus —todos los transmitidos por insectos artrópodos— capaz de difundirse de esta manera. “Estamos en ese momento en el que hay más dudas que otra co- ARANTZA PRÁDANOS La OMS ha alertado esta semana del “peligro global para la salud pública” que supone el zika La genética del virus y sus mecanismos de contagio centran la investigación en los laboratorios A la caza del mosquito Un contagio del virus por vía sexual detectado en Estados Unidos confirma nuevos mecanismos de transmisión De Brasil al mundo Brasil se juega mucho en la crisis del zika: la salud de sus ciudadanos, imagen y cantida- des ingentes de dinero. El Car- naval de Río comienza este fin de semana, los Juegos Olímpi- cos se celebran en agosto y el flujo de turistas esperado po- dría verse mermado si no se lo- gra contener la amenaza del virus. El gobierno de Dilma Rousseff se lo ha tomado en se- rio. “Un mosquito no es más fuerte que un país entero”, re- za el eslogan oficial. Campa- ñas masivas de prevención, re- parto de 400.000 repelentes gratuitos entre las embaraza- das. La policía y el ejército des- plegados con poderes especia- les para fumigar casa por casa, con patada en la puerta si fuera preciso en las áreas más afecta- das. El Aedes aegypti es un mos- quito doméstico y cría en pe- queños depósitos de agua, un jarrón, el plato de una maceta, el inodoro, casi todo le vale. Colombia, con más de 20.000 casos de zika censados, opta por la sensibilización y la distribución de repelentes en- tre la población de riesgo, caso de las gestantes en curso. A las demás mujeres, el Ejecutivo les ha pedido retrasar la concep- ción al menos hasta julio de es- te año, cuando consideran que puede haber pasado el pico de contagios. Las autoridades de El Salvador desaconsejan em- barazarse hasta 2017. En España “existe un ries- go real de transmisión autóc- tona del virus zika”, admite el Ministerio de Sanidad. El mos- quito tigre (Aedes albopictus) también es capaz de transmi- tir este y otros arbovirus como el dengue o el chikungunya y se ha adaptado bien en distin- tas áreas de la península. Hay gran afluencia de viajeros pro- cedentes de países afectados, y la población española es sus- ceptible a la infección al no ha- ber estado en contacto previo con este patógeno. Si coinciden estas tres circunstancias en un momento y lugar dados, puede surgir un brote local. De mo- mento se han detectado cua- tro casos importados, dos en Cataluña y uno en Valladolid y Murcia, de viajeros proceden- tes de la zona epidémica. Sani- dad calcula que llegarán a Es- paña entre 200 y 250 enfermos de zika contagiados fuera. El ministerio ultima un Plan Nacional de Prevención y Res- puesta ante Enfermedades Transmitidas por Vectores para dar respuesta a fiebres y síndro- mes lejanos que irán llegando cada cierto tiempo, con mayor o menor intensidad. Las enfer- medades tropicales han dejado de serlo, su alcance es global y el riesgo cero pasó a la historia. A. P. considerarse irrefutable, según el organismo internacional. Para Fernando de Ory, del Cen- tro Nacional de Microbiología-Ins- tituto de Salud Carlos III y vicepre- sidente de la Sociedad Española de Virología, el vínculo está “bastante claro”. Además de por el factor epi- demiológico, “es que se ha detecta- do el virus. Hay evidencia directa”, afirma. “Seguramente —añade— no todos los casos en los que hay microcefalia se pueden asociar de manera inequívoca a la infección por el virus salvo que se identifi- que. Pero existe una evidencia ab- gión nordeste, la de mayor preva- lencia del virus. A este factor se ha unido la apa- rición paralela de cuadros del sín- drome de Guillain-Barré —una disfunción neurológica autoinmu- ne causante de debilidad muscular y parálisis— observados en 2013 en la Polinesia francesa y ahora en Brasil. Parece poco creíble que la suma de tales anomalías sea fortui- ta. En todo caso, ambas circunstan- cias han cambiado radicalmente la naturaleza del problema. El zika ha pasado de ser una especie de gripe sin síntomas para tres de cada cua- tro infectados, o leves molestias para el cuarto, a “emergencia para la salud pública”, en palabras de la directora general de la Organiza- ción Mundial de la Salud, Marga- ret Chan. Evidencias fiables A pesar de la muy probable rela- ción causal entre el zika y la micro- cefalia neonatal, que acarrea a los pequeños afectados defectos en la visión, el habla, retraso motriz o in- telectual, según la parte del cere- bro dañada, esta cuestión necesita “nuevas investigaciones” antes de El cementerio Nueva Esperanza, en Lima, fumigado por un especialista. ERNESTO BENAVIDES / AFP / GETTY Un especialista fumiga una casa en Venezuela, país que ha registrado 4.700 casos sospechosos de personas infec- tadas por el virus zika. CARLOS BECERRA / ANADOLU /CONTACTO Una embarazada espera a ser atendida en el Hospital materno infantil de Tegucigalpa. ORLANDO SIERRA / AFP / GETTY

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AHORA | 23 | 5 - 11 DE FEBRERO DE 2016

ZIKA

CIENCIAvidaculturaideas

sa. En temas tan complejos, al prin-cipio siempre hay un poco de caos hasta que se recaba toda la infor-mación. Pasó en su día con el VIH, con el ébola… La comunidad cien-tífica está empezando a aprender ahora sobre el zika”, resume Javier Lucientes. Profesor de Parasitolo-gía de la Universidad de Zarago-za y miembro del grupo asesor del Ministerio de Sanidad para el estu-dio y control de vectores del géne-ro Aedes, viajó hace poco más de un mes a Cabo Verde, donde hay un brote activo de zika. “Allí no tenían gran preocupación por el tema en ese momento”, precisa. Aun-que si llegara a confirmarse la rela-ción causa-efecto entre el virus y la malformación craneal “es de espe-rar —añade— que dentro de unos meses empiecen a verse casos”.

Vacunas lejanasDentro de la batalla contra el zi-ka que se libra en los laboratorios, el principal reto ahora mismo no es otro que “conseguir un diagnós-tico eficaz”, señala De Ory. Coor-dinador de ViroRed, una red ibe-roamericana de cooperación y res-puesta ante virosis emergentes, re-cuerda que para medir la dimensión real de la epidemia “hay que conocer cuáles son los casos, y la forma es ha-ciendo un diagnóstico de la infección y también el diagnóstico diferencial” que, entre otras cosas, permita dis-cernir lo que es zika de lo que puede ser dengue o chikungunya, con sín-tomas muy similares y concentrados en el mismo entorno geográfico.

De forma más experimental, un grupo de microbiólogos, neuró-logos y genetistas de la Universi-dad de Río y de otras instituciones científicas del país comenzará a experimentar en breve con “mini-cerebros” creados in vitro a partir de células madre embrionarias. In-fectarán los orgánulos con el virus para recrear un contagio perinatal y poder determinar los mecanis-mos celulares capaces de provocar microcefalia y demás secuelas de-tectadas en bebés.

Las vacunas están lejos en el ho-rizonte. El Servicio Nacional de Sa-lud de Estados Unidos trabaja en dos líneas de inmunización, una de ellas con material “reciclado” de los estudios sobre el virus del Nilo Oc-cidental, y en Brasil hay en curso tres proyectos similares con cola-boración internacional. Una vacuna eficaz, segura y asequible para eco-nomías precarias “tardará años”, re-conocen todos los implicados.

De secundario irrelevante a villano este-lar. De mo-lestia benig-na casi asin-tomática a

“peligro global para la salud públi-ca”, según definición de la Organi-zación Mundial de la Salud (OMS). En menos de dos meses el virus zi-ka se ha encaramado a lo alto del ranking internacional de amena-zas, desplazando de la primera lí-nea de atención a otros virus si-milares transmitidos por mosqui-tos del género Aedes (aegypti, so-bre todo) y causantes de fiebres en principio más severas como el den-gue o chikungunya. La inesperada relación entre el zika y la epidemia de microcefalia en bebés declara-da en Brasil —también hay casos en Colombia y en otros países—, así como posibles vínculos del vi-rus con raros desórdenes neuro-lógicos, no ha sido aún confirmada pero todo le señala como presunto culpable. La vía de transmisión se-xual, de la que había pocos datos, se acaba de confirmar, y se apuntan incluso otras hipótesis sobre la ac-ción combinada de varios patóge-nos. Mientras, el mapa del zika cre-ce semana a semana. Su ritmo ex-plosivo de propagación sigue sor-prendiendo a los expertos. Hay una veintena larga de estados america-nos y del Caribe con contagios ac-tivos in situ, además de Cabo Verde y Samoa, y se suman a goteo casos importados en otras regiones, in-cluidas Europa y España.

El zika es un viejo conocido de los virólogos. Fue identificado en 1947 en macacos de la región bos-cosa homónima, en Uganda, y des-de los años 50 había asomado espo-rádicamente en distintos puntos de África sin demasiadas repercusio-nes, al menos para Occidente. Ya en este siglo el virus se globalizó, como todo. Primero se detectó en la isla de Yap (2007), en Micronesia, des-de donde se expandió por el sudes-te asiático, con epidemias en Cam-boya (2010), Tailandia (2012-13) y, más recientemente, en la Polinesia francesa (2013-14). El genotipo de la cepa causante del actual brote en las Américas está directamente em-parentado con la que ha saltado de aquí allá en Oceanía. En su periplo de los últimos años el virus hizo es-cala en las islas Cook, Nueva Cale-donia, luego en dirección este en la isla de Pascua (2014) y llegó al con-tinente poco después, para asomar en el nordeste de Brasil en mayo de 2015. El resto es sabido.

De África al CaribeLa epidemia actual comenzó a ex-pandirse cuando seguía activa en la región otra enfermedad vírica originaria de África, el chikungun-ya, que durante 2014 y 2015 afec-tó al menos a un millón y medio de personas en Latinoamérica y el Caribe. Ambas se han solapado en la práctica. La de zika habría si-do otra virosis más, una nueva car-ga para los endebles sistemas pú-blicos de salud de muchos de estos países, castigados además de for-ma endémica por el dengue y la fie-bre amarilla —ambos del mismo género flavivirus que el zika—, de no haber coincidido en el tiempo y el espacio con un aumento expo-nencial de las malformaciones cra-neales en recién nacidos en Brasil, el país más afectado, justo en la re-

solutamente fiable de que el zika tiene un efecto teratógeno que pro-duce microcefalia en los fetos y en los recién nacidos”.

Hasta el momento las autorida-des sanitarias brasileñas han iden-tificado entre 3.500 y 4.000 casos de malformaciones atribuibles al zika, bien porque el historial médi-co de la mujer consigna una infec-ción similar en los primeros meses de la gestación, cuando se forma el feto, o porque se han encontra-do rastros del virus en la madre, el feto —en el líquido amniótico y en algunos abortos—, o en ambos. In-vestigadores del Instituto Fiocruz de este país han certificado tam-bién la transmisión intrauterina del virus al analizar el tejido de la pla-centa de una mujer afectada de zi-ka que abortó en el primer trimes-tre del embarazo.

El contagio fetal “es un fenóme-no que ya se ha descrito antes con otras infecciones virales y no vi-rales, como el virus de la rubeola, los virus herpes, la toxoplasmosis, etc. Es una consecuencia de infec-ción congénita por determinados patógenos”, recuerda De Ory. No obstante, hasta la fecha no se ha-bía relacionado con otros flavivi-rus. Es una prueba más de que el zi-ka presenta características especí-ficas que lo distinguen de sus “con-géneres” y, dado que no hay regis-tros de brotes importantes antes de 2007, se sabe poco de las eventuales complicaciones de la enfermedad.

La cuestión sobre las otras vías de infección por zika cobra tam-bién nueva relevancia. La picadu-ra del mosquito portador es el cau-ce principal, pero la confirmación del contagio materno-infantil obli-ga a mirar más allá. Hay nuevas evi-dencias de transmisión entre per-sonas. Esta semana se constató un contagio del virus por vía sexual en Texas, entre una persona retorna-da de un país epidémico y un resi-dente local. Al menos dos casos an-teriores registrados en 2008 y 2013, entre Senegal y Estados Unidos el primero, y en Tahití el otro, certifi-caron la presencia del virus en el se-men de los pacientes. Uno de ellos pasó el virus por vía sexual a su es-posa, en una zona libre por com-pleto de mosquitos. Parece ser otro rasgo singular del zika. Hasta la fe-cha son las únicas evidencias de un arbovirus —todos los transmitidos por insectos artrópodos— capaz de difundirse de esta manera.

“Estamos en ese momento en el que hay más dudas que otra co-

ARANTZA PRÁDANOS

La OMS ha alertado esta semana del “peligro global para la salud pública” que supone el zika

La genética del virus y sus mecanismos de contagio centran la investigación en los laboratorios

A la caza del mosquitoUn contagio del virus por vía sexual detectado

en Estados Unidos confirma nuevos mecanismos de transmisión

De Brasil al mundo

Brasil se juega mucho en la crisis del zika: la salud de sus ciudadanos, imagen y cantida-des ingentes de dinero. El Car-naval de Río comienza este fin de semana, los Juegos Olímpi-cos se celebran en agosto y el flujo de turistas esperado po-dría verse mermado si no se lo-gra contener la amenaza del virus. El gobierno de Dilma Rousseff se lo ha tomado en se-rio. “Un mosquito no es más fuerte que un país entero”, re-za el eslogan oficial. Campa-ñas masivas de prevención, re-parto de 400.000 repelentes gratuitos entre las embaraza-das. La policía y el ejército des-plegados con poderes especia-les para fumigar casa por casa, con patada en la puerta si fuera preciso en las áreas más afecta-das. El Aedes aegypti es un mos-quito doméstico y cría en pe-queños depósitos de agua, un jarrón, el plato de una maceta, el inodoro, casi todo le vale.

Colombia, con más de 20.000 casos de zika censados, opta por la sensibilización y la distribución de repelentes en-tre la población de riesgo, caso de las gestantes en curso. A las demás mujeres, el Ejecutivo les ha pedido retrasar la concep-ción al menos hasta julio de es-te año, cuando consideran que puede haber pasado el pico de

contagios. Las autoridades de El Salvador desaconsejan em-barazarse hasta 2017.

En España “existe un ries-go real de transmisión autóc-tona del virus zika”, admite el Ministerio de Sanidad. El mos-quito tigre (Aedes albopictus) también es capaz de transmi-tir este y otros arbovirus como el dengue o el chikungunya y se ha adaptado bien en distin-tas áreas de la península. Hay gran afluencia de viajeros pro-cedentes de países afectados, y la población española es sus-ceptible a la infección al no ha-ber estado en contacto previo con este patógeno. Si coinciden estas tres circunstancias en un momento y lugar dados, puede surgir un brote local. De mo-mento se han detectado cua-tro casos importados, dos en Cataluña y uno en Valladolid y Murcia, de viajeros proceden-tes de la zona epidémica. Sani-dad calcula que llegarán a Es-paña entre 200 y 250 enfermos de zika contagiados fuera.

El ministerio ultima un Plan Nacional de Prevención y Res-puesta ante Enfermedades Transmitidas por Vectores para dar respuesta a fiebres y síndro-mes lejanos que irán llegando cada cierto tiempo, con mayor o menor intensidad. Las enfer-medades tropicales han dejado de serlo, su alcance es global y el riesgo cero pasó a la historia.

A. P.

considerarse irrefutable, según el organismo internacional.

Para Fernando de Ory, del Cen-tro Nacional de Microbiología-Ins-tituto de Salud Carlos III y vicepre-sidente de la Sociedad Española de Virología, el vínculo está “bastante claro”. Además de por el factor epi-demiológico, “es que se ha detecta-do el virus. Hay evidencia directa”, afirma. “Seguramente —añade— no todos los casos en los que hay microcefalia se pueden asociar de manera inequívoca a la infección por el virus salvo que se identifi-que. Pero existe una evidencia ab-

gión nordeste, la de mayor preva-lencia del virus.

A este factor se ha unido la apa-rición paralela de cuadros del sín-drome de Guillain-Barré —una disfunción neurológica autoinmu-ne causante de debilidad muscular y parálisis— observados en 2013 en la Polinesia francesa y ahora en Brasil. Parece poco creíble que la suma de tales anomalías sea fortui-ta. En todo caso, ambas circunstan-cias han cambiado radicalmente la naturaleza del problema. El zika ha pasado de ser una especie de gripe sin síntomas para tres de cada cua-

tro infectados, o leves molestias para el cuarto, a “emergencia para la salud pública”, en palabras de la directora general de la Organiza-ción Mundial de la Salud, Marga-ret Chan.

Evidencias fiablesA pesar de la muy probable rela-ción causal entre el zika y la micro-cefalia neonatal, que acarrea a los pequeños afectados defectos en la visión, el habla, retraso motriz o in-telectual, según la parte del cere-bro dañada, esta cuestión necesita “nuevas investigaciones” antes de

El cementerio Nueva Esperanza, en Lima, fumigado por un especialista. ERNESTO BENAVIDES / AFP / GETTY

Un especialista fumiga una casa en Venezuela, país que ha registrado 4.700 casos sospechosos de personas infec-tadas por el virus zika. CARLOS BECERRA / ANADOLU /CONTACTO

Una embarazada espera a ser atendida en el Hospital materno infantil de Tegucigalpa. ORLANDO SIERRA / AFP / GETTY