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Víctor Antonio
¡Por qué laardilla
siempreganaba!
Historias de Éxito
Por Víctor Antonio
1era Edición
Publicaciones Sales Influence
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Sales Influence EdicionesCopyright © 2007 por Víctor AntonioPublicado por Publicaciones Sales Influence
Todos los derechos están reservados. Ninguna parte de esta publicaciónpuede ser reproducida de ninguna forma ni por ninguna razón,mecánica o electrónica, incluyendo fotocopias y grabados, ni porningún sistema de almacenamiento de información o de recuperación,sin la autorización escrita del autor o del publicista; a excepción depequeños extractos realizados por revisiones publicadas.
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Esta Publicación de Sales Influence Ediciones es publicada porVictor Antonio,11770 Haynes Bridge Road,Suite 205-501Alpharetta, Georgia 30004www.VictorAntonio.com
Impreso en Estados Unidos de AméricaPrimera Edición: Agosto de 2006
Biblioteca del Congreso de Catálogos de Publicación deInformaciónAntonio, Víctor
¡Por qué la ardilla siempre ganaba! – Historias de ÉxitoISBN 0-9768840-3-8 (U.S.A.)
1. Negocios 2. Éxito
Víctor Antonio
Debes encontrar tu grandeza antes de que se te acabe el
tiempo en este juego llamado Vida. Porque cuando la
campana suene por última vez, ¿cuál será la opinión que
tengas de ti mismo?
Opción A: He vivido la vida
Opción B: La vida me vivió a mí
¡Elige ahora! Si no, ¿cuándo?
Víctor Antonio, 2007
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Dedicado a mi buen amigo John Huerta
La vida no se trata de lo que se puede hacer con lo que
uno no tiene, sino de lo que uno elige hacer con lo que
tiene.
¡NUNCA TE RINDAS! ¡NUNCA TE DES POR
VENCIDO!
Víctor Antonio
A pesar de haber nacido ycrecido en uno de los peoressuburbios de Chicago, VíctorAntonio ha logrado un nivelde éxito que pocos esperaban.
A los 35 años de edad fueVicepresidente de una de las500 Compañías de 3 billonesde la revista Fortune, ycontinuó así hasta convertirseen Presidente de Ventas yMarketing Global para ayudara construir una compañía de
420 millones. Actualmente es Director Ejecutivo de unacompañía multimillonaria de Alta Tecnología. Nada malpara alguien cuya familia dependía de cupones dealimentos y del apoyo del gobierno.
Orador clave y dinámico con título de Licenciado enIngeniería Eléctrica y Master de AdministraciónComercial, Víctor da conferencias en corporaciones yuniversidades sobre “La Lógica del Éxito”.
Para mayor información sobre Víctor visite:www.VictorAntonio.com
Víctor Antonio © 2007, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Ninguna parte deesta publicación puede ser reproducida de ninguna forma o por cualquier medio,mecánico o electrónico, incluyendo fotocopias y grabados, o por ningún tipo de sistemade archivo y recuperación, sin el permiso escrito del autor o del editor.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Tabla de Contenidos
Capítulo 1 Destrucción Creativa
Capítulo 2 Pasiones que Consumen, Éxito que Consume
Capítulo 3 Éxito Repentino
Capítulo 4 Los Ruidos de la Jungla
Capítulo 5 Racionalizando el Éxito
Capítulo 6 El Fuego de Prometeo
Capítulo 7 Moverse al Otro Lado
Capítulo 8 Confía en Que Puedes Confiar en los Demás
Capítulo 9 ¡Por qué la Ardilla Siempre Ganaba!
Capítulo 10 Éxito Recargado
Capítulo 11 El Elefante y el Carpintero de las Ventas
Capítulo 12 Entender qué Motiva a la Gente a Actuar
Capítulo 13 Las Escaleras Caídas no Importan
Capítulo 14 Al Final, la Venganza es Agridulce
Capítulo 15 La Vanidad Mató a mi Automóvil
Capítulo 16 Cómo Perder tu Dinero & Eludir tu Destino
con Gran Éxito
Capítulo 17 La Muerte del Potencial
Capítulo 18 El Fatal Regreso de la Arrogancia
Víctor Antonio
Ningún “poder supremo” va a
interceder en tu vida hasta que tú
decidas que el cambio se produzca.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Capítulo 1
La Destrucción Creativay el Éxito
Este último fin de semana largo, decidí revisar mi
biblioteca para indagar y recordar aquellos libros que había
leído en los últimos diez años. No sólo me gusta
coleccionar buenos libros, sino que también les pongo la
fecha a cada uno de ellos para acordarme cuándo los leí. Mi
“dedo invisible” me llevó hacia un libro que había leído
hace siete años, titulado “Riqueza y Libertad” de David
Levine. Riqueza y Libertad (ya sé… parece aburrido) es un
gran libro sobre economía política para personas que no
son economistas… como yo.
En el segundo capítulo titulado “Capitalismo”, Levine
dedica un segmento a un concepto que hizo popular el
economista Joseph Schumpeter; ese concepto es el de
Víctor Antonio
“Destrucción Creativa”, acuñado para describir los cambios
caóticos que suceden cuando se introduce un nuevo
producto (es decir, tecnología) o servicio en el mercado.
Por ejemplo, ¿recuerdas cuando salió el Compact Disc?
Éste inauguró el dramático descenso del uso de los casetes.
El ejemplo más común es cómo los Discos Digitales de
Vídeo (DVD) están desplazando a los casetes de VHS de
nuestras tiendas de alquiler de videos. Muy pronto, hasta
los DVD serán reemplazados por las descargas de música
de Internet de alta velocidad.
¿Qué sucede con los viejos productos? Han desaparecido.
¿Qué sucede con la gente que solía trabajar para las
compañías de audio y video VHS? Fueron trasladados a
otros puestos o fueron a trabajar a estas nuevas compañías
digitales.
Al final, el consumidor gana porque se ha creado un
producto nuevo y más eficiente, haciendo más fáciles
nuestras vidas (o sea, no más adelantar el casete, menos
espacios en los estantes para los CD y los DVD, etc).
El nombre del ciclo continuo del capitalismo es el cambio,
el cual sigue esta secuencia familiar de eventos:
1) Introducción de un producto nuevo.
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2) Luego, éste produce una agitación en el mercado.
3) La agitación se vuelve normal hasta que aparece el
próximo suceso destructivo (nueva tecnología).
Mientras releía la descripción de Levine sobre la
destrucción creativa y su impacto en la sociedad, mi mente
se preguntaba sobre el tema del éxito. Empecé a pensar en
las personas que están tan contentas con su vida que no
quieren que nada cambie. Sin embargo, muchas de ellas
viven vidas tranquilas con desesperación; y en el fondo
desean cambiar. Quieren que algo emocionante suceda en
sus vidas. Pero he aquí la ironía; cuando algo nuevo pasa en
sus vidas cotidianas y normales, enseguida lo rechazan.
Aquí yace uno de los dilemas más grandes del éxito:
queremos que nuestras vidas cambien, pero no queremos
que cambie algo que nos haría tener que hacer cambios.
¡¿Qué?!
En el mercado, las mentes de los individuos con nuevas
ideas y pensamiento prospectivo, nos imponen el cambio.
Pero en nuestro espacio propio, ¿quién nos impone el
cambio? ¿Quién nos va a obligar a convertir nuestros
Víctor Antonio
hábitos de fracaso en hábitos de éxito? ¿Quién nos va a
obligar a intentar algo nuevo que no hemos hecho antes?
¿Quién nos va obligar a salir de nuestra comodidad?
¿Quién?
Tú, ¿quién más?
Muchos de nosotros estamos esperando a un “agente de
cambio”, una fuerza creativa destructiva que por fin hará
que nuestras vidas sean mejores. Desdichadamente, la
mayoría de las personas espera toda su vida esa fuerza
creativa de cambio que nunca aparece.
No es necesario aclarar que no puedes esperar a que esa
fuerza creativa destructiva te obligue a hacer lo que tú
sabes que debes hacer. Ningún “poder supremo” va a
interceder en tu vida hasta que tú decidas a conciencia que
el cambio se producirá. Nada va a suceder hasta que
destruyas creativamente los viejos modelos que han
funcionado a través de los años.
La destrucción creativa debería ser un compromiso para
detenerse a evaluar y dirigir tus energías hacia tus
aspiraciones sin tener en cuenta las consecuencias
involuntarias.
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No puedes predecir qué va a suceder cuando comiences a
reconstruir tu vida. No puedes pronosticar los resultados.
No siempre puedes mitigar el miedo al fracaso.
Lo que sí puedes hacer es convencerte de que tu vida actual
no es suficiente y que si algo debe cambiar necesariamente,
debes hacer ese cambio necesario a tu manera.
Entonces, esto es lo que me gustaría que hicieras:
1)Introducir el ciclo del éxito en tu vida (destrucción
creativa). 2) Comenzar hoy una actividad nueva o un buen
hábito.
Ese nuevo hábito va a producir algún movimiento (es decir,
cambio) en tu vida, el cual a su vez se volverá normal hasta
el momento en que introduzcas el próximo hábito
creativamente destructivo.
¿Por dónde empiezas? Empiezas por hacer cosas a las que
siempre les has tenido miedo. Compra un libro que te
inspire. Empieza por hacer esas pequeñas cosas que
siempre dejaste para mañana. Empieza por correr pequeños
riesgos y ten fe para que puedas reformular, reconstituir,
reconstruir tu nuevo ser, al tiempo que destruyes
creativamente tu antiguo ser.
Los cambios tienen su precio, como todo lo que vale la
pena conseguir en la vida. Habrá momentos en los que no
Víctor Antonio
estarás seguro de la dirección que estás tomando. Habrá
momentos en los que querrás volver a tu antiguo ser porque
te parecerá más fácil. Habrá momentos en los que desearás
volver a tu antigua vida. ¡No lo hagas! A pesar de que estas
tendencias regresivas son reacciones naturales al cambio,
debes resistir la necesidad de volver a la mediocridad.
El resultado de la destrucción creativa no será
inmediatamente evidente. Solamente cuando el tiempo pase
y comiences a redefinir tu vida serás capaz de apreciar los
beneficios del cambio auto-impuesto.
Los nuevos patrones conllevan nuevos pensamientos, los
cuales generan en tu vida cosas y cambios aún más nuevos,
que eventualmente pueden conducirte a tu propia definición
del éxito.
Albert Einstein definió al concepto de locura como el
hábito de hacer siempre lo mismo, de lo misma manera una
y otra vez, esperando obtener un resultado distinto. Tanto
Einstein como Schumpeter entendieron que tu nueva
PERSONALIDAD sólo va a surgir como resultado de un
CAMBIO en tu PERSONALIDAD.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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El éxito tiene que ver con la
moderación, no con el consumo
excesivo.
Víctor Antonio
Capítulo 2
Pasiones que ConsumenÉxito que Consume
Fui de compras al negocio local de electrodomésticos,
donde puedes encontrar de todo, desde tostadoras parlantes
hasta teléfonos que dan serenatas. Estaba buscando una
nueva impresora ya que la mía había caducado.
Mientras compraba, me quedé sorprendido por lo grande
que era el negocio y por las cosas que tenía. Sólo la sección
de televisores tenía el tamaño de dos canchas de tenis, con
pantallas de tamaños que iban desde 6 hasta 1.000 pulgadas
(Lo acepto, estoy exagerando).
Después de comprar mi impresora, la tuve que retirar en la
parte trasera del negocio, en donde finalizan todas las
compras. Mientras estaba esperando, miraba a la gente
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trabajando en los elevadores, ordenando estantes altísimos
y bajando grandes cantidades de electrodomésticos,
mientras otros corrían de un lado al otro haciendo trabajos
administrativos para entregar los pedidos pendientes. La
coordinación era increíble; era como mirar un “ballet”.
Cuando los empleados del negocio terminaban con los
pedidos, llamaban a los compradores. Los compradores
levantaban la mano y señalaban sus automóviles para
indicar dónde querían que pusieran sus mercaderías.
Mientras esperaba, observé que había gente que compraba
enormes aparatos electrónicos, la mayoría eran televisores
con pantallas de plasma gigantes o grandes equipos de
audio para lograr un sonido envolvente mientras miras
televisión.
Viendo a los empleados del negocio llevar las mercaderías
a los automóviles, también me di cuenta de que en muchos
casos el nuevo televisor o equipo de audio eran más
importantes que el automóvil que los transportaría a casa.
Sé que no podemos juzgar el bienestar financiero de
algunas personas por el automóvil que conducen o la ropa
con la que se visten, pero eso puede dar ciertas pistas. Por
ejemplo, un hombre manejaba un automóvil que parecía
tener unos 20 años y que echaba humo cuando trataba de
Víctor Antonio
acelerar soportando el peso de un televisor de plasma de 60
pulgadas que llevaba en el maletero. En este panorama,
algo andaba mal.
El ciudadano norteamericano promedio tiene una deuda en
la tarjeta de crédito que va desde los $3.000 hasta los
$5.000 (que no incluye el automóvil ni los impuestos de la
casa). Algunos estudios demuestran que los ahorros de un
individuo son inferiores al 1% del salario anual. Otro
estudio muestra que el 50% de los norteamericanos no
podrían sobrevivir por más de tres meses sin ningún tipo de
servicio social si estuvieran suspendidos o fueran
despedidos. Esa cantidad se eleva al 70% si estuvieran
desempleados por seis meses o más.
Mientras estaba allí y observaba a los empleados cargando
los automóviles y camionetas con mercaderías tan caras, no
podía evitar reflexionar sobre la deuda del consumidor y
nuestra obsesión con la posesión (mi nueva rima).
Los norteamericanos sienten pasión por el consumo. Nos
gusta comprar cosas. Sí, nos gusta comprar un montón de
cosas para llenar nuestras casas de las comodidades que
este gran sistema llamado capitalismo tiene para
ofrecernos. Pero tiene que haber un límite de racionalidad,
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un límite donde tenemos que dejar de lado el consumo y
darnos cuenta de que tener más no es lo mejor.
¿Tener más significa tener menos?
Parece que todas las semanas mi vecino se compra algo
nuevo. No hablo de televisores, equipos de audio o cosas
así. Hablo de motocicletas, lanchas, motos, etc. Él maneja
su propia compañía y es muy exitoso. En este caso, él tiene
el dinero y los recursos para pagar sus pasiones.
El otro día tuvimos una conversación acerca de tener
tiempo para disfrutar de la vida. Durante la conversación,
mi vecino me confesó que, a pesar de tener todas estas
cosas, no tenía tiempo para disfrutarlas. De hecho, había
estado trabajando tanto, que su esposa se quejaba de que no
pasaba suficiente tiempo en su casa. Y como su esposa no
era feliz, disfrutar de sus cosas se le hacía más difícil,
especialmente cuando les quitaba tiempo para estar con su
familia. Mi vecino llegó a la conclusión que tener más
significa tener menos.
Aquí tenemos los dos extremos. Están los que no tienen
recursos (dinero) y lo gastan como si lo tuvieran. Y después
están los que sí tienen medios económicos pero sacrifican
Víctor Antonio
demasiado para tenerlos; ambos sienten pasión por el
consumo.
En el caso de aquellos que no tienen recursos financieros,
sus deudas van a seguir aumentando y amortizarlas se les
hará cada vez más difícil. No podrán concentrarse en
“posibilidades” o sueños de tener éxito porque estarán muy
concentrados en pagar la cuenta de la tarjeta de crédito del
mes siguiente.
En el caso de mi vecino, él nos demuestra que tener dinero
no garantiza la felicidad. No aprendió que el éxito implica
moderación, no exceso de consumo. Menos es más. ¿Te
suena familiar?
No te dejes consumir por la pasión por el consumo o esa
misma pasión consumirá tu bienestar financiero y tu
felicidad personal.
Víctor Antonio
Capítulo 3
Éxito Repentino
De mi libro, “La lógica del éxito”:
Uno de mis primeros trabajos de pasantía como estudiante
universitario fue trabajar para una compañía de defensa
que, en ese momento, desarrollaba un torpedo altamente
sofisticado para perseguir y encontrar submarinos y
destruirlos. Su funcionamiento era bastante fascinante. El
torpedo era lanzado desde la cubierta de un barco o tirado
desde un helicóptero al agua. Luego se encendía e iniciaba
un modo de búsqueda, en el cual se harían patrones
circulares mientras producía un sonido constante. Este
sonido es el que realiza el dispositivo de la sonda de
ultrasonido cuando quiere hacer rebotar las ondas sonoras
en los objetos debajo del agua. Estas ondas sonoras crean
ecos de lo que está ubicado bajo el agua. El torpedo tenía lo
que se llamaba reconocedor de sintonía submarina, un
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dispositivo que compara la descripción del eco de cada
onda sonora entrante con la base de datos de otras
descripciones para determinar cuál es el objeto.
Para tener una idea de lo que quiero explicar, piensen que
una sintonía submarina es una silueta de un objeto
submarino. Cada vez que el torpedo emitía una onda sonora
esperaba por el eco. Cada eco (silueta) era comparado a ese
eco submarino. El objetivo del torpedo era intentar
encontrar objetos bajo el agua que se correspondiesen con
la silueta de un submarino.
Una vez que detectaba algo que “podía” ser un submarino,
el torpedo entonces iba detrás del blanco. A medida que el
torpedo se acercaba a su blanco potencial, continuaba
realizando ese sonido y comparando cada eco para
asegurarse de que el objeto era de hecho un submarino.
Cuanto más se acercaba el torpedo, mejor definición tenía
del eco.
El torpedo podía suspender su “modo de ataque” si, a
medida que se acercaba al objetivo adquirido, se daba
cuenta de que la silueta no concordaba; si el objetivo era
una falsa alarma, se desviaba de su curso. Por ejemplo, el
torpedo era capaz de diferenciar un submarino de una
ballena, un banco de peces o una formación rocosa bajo el
Víctor Antonio
agua. De esta manera, a medida que el torpedo se acercaba
y descubría que el objeto no era un submarino, se
suspendía y finalizaba su modo de ataque. Luego
comenzaba un nuevo patrón de búsqueda otra vez en otra
área.
El comportamiento del torpedo tiene una lección. Ahora,
muchos de ustedes están en el modo búsqueda esperando
un objetivo. Están tratando de encontrar algo, algo que los
llene, algo que anhelen todos los días.
“Para encontrar el éxito, necesitamos crear patrones de
búsqueda”.
Pero una encuesta reciente confirmó que el 53% de las
personas que trabajan son infelices y más del 75%
preferiría estar haciendo otra cosa. Desgraciadamente,
muchos tienen miedo de buscar algo nuevo o simplemente
se han rendido en la búsqueda de su verdadera vocación.
No seas una estadística. Continúa buscando hasta que
encuentres lo que verdaderamente te guste hacer. Sólo
entonces tendrás éxito y, lo más importante, serás feliz.
Recuerda, el camino más difícil hacia el éxito es el camino
hacia tu personalidad... ¡tu verdadera personalidad!
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Y él ha revelado que la derrota no es
final ni fatal; que todos podemos
regresar por nuestro propio camino.
Víctor Antonio
Capítulo 4
El Retumbe en la Jungla:La Grandeza Revelada
Una noche estaba mirando un documental sobre un famoso
combate de boxeo, al que se le conoció por el nombre de
“El Retumbe en la Jungla”. La pelea era entre Muhammad
Ali (Vuela como una mariposa, pica como una abeja) y
George Foreman.
El combate se llevó a cabo en Kinshasa, Zaire en 1974.
Esta pelea era crucial para Muhammad Ali, quien
atravesaba el punto más bajo de su carrera después de haber
perdido dos importantes peleas. Ahora se encontraba frente
a George Foreman, el imparable y poderoso campeón que
estaba obligado a derrotar a Ali.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Todo el mundo pensaba que no había forma de que Ali
pudiera vencer a Foreman. Éste era un boxeador muy
poderoso y Ali era una “bailarina”. Durante las prácticas
previas, Foreman golpeaba la bolsa tan fuerte que dejaba
una abolladura donde daba el golpe.
A pesar de haber perdido sus dos últimas peleas y de
conocer el poder de Foreman, Ali siguió diciéndole a la
prensa que iba a “matar” a Foreman y que lo iba a hacer
quedar mal. Foreman ignoró los comentarios confiado en
que iba a derrotar a Ali. Durante su entrenamiento,
Foreman practicaba la forma de “achicar el cuadrilátero”
para que Ali no pudiera desplazarse y de esa forma librarse
de sus poderosos puños. Mientras tanto, Ali seguía
practicando sus desplazamientos y no cesaba en las
agresiones verbales e insultos hacia Foreman. ¡Claramente,
estaba pidiendo ser derrotado!
La noche de la pelea los dos hombres acometieron con
todo. Foreman hizo todo para acorralar a Ali y lograr que
no pudiera desplazarse, poniéndolo contra las cuerdas y
descargando golpes masivos sobre su cuerpo y su cabeza.
Ali estaba siendo derrotado contra las cuerdas. Aun así,
continuó insultando a Foreman en el cuadrilátero. Cada vez
que estaban enroscados, uno podía ver a Ali insultando a
Víctor Antonio
Foreman. Todo el mundo pensaba que las vueltas de Ali
estaban contadas y que en cualquier momento caería
derrotado.
Entonces algo pasó. Foreman estaba cansado. Para la quinta
vuelta se le habían acabado los golpes. Para la octava,
estaba en problemas. De la nada, desde lo más profundo,
Ali sacó un aluvión de golpes y empujó a Foreman al
centro del cuadrilátero. Y tras propinarle otros golpes
cuidadosamente calculados, Ali vio cómo el titán Foreman
golpeaba el piso del cuadrilátero. Después de la cuenta
hasta diez, Muhammad Ali era el campeón. David había
vencido a Goliat.
Contrariamente a lo pensado, la estrategia de Ali no fue la
de “bailar”, sino la de hacer que Foreman se cansara, ya
que sabía que no podría salir airoso de una pelea golpe
contra golpe con Foreman. Su ahora famosa estrategia de
“encordar a un bobo” funcionó. El heroísmo de Ali fue
descripto en la historia del box como “La Grandeza”, pero
George Foreman estuvo deprimido durante los dos años
siguientes de su vida.
Es fácil admirar a un campeón como Ali ya que no se
puede negar su grandeza como deportista. Nosotros, como
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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nación, admiramos la fuerza y la destreza. Nos gustan los
ganadores.
Pero cuando hoy veo a George Foreman el Empresario,
siento una admiración aún más profunda. Porque es un
hombre que ha sufrido una de las derrotas más grandes en
la historia del deporte, frente a todo el mundo, y aun así
pudo reinventarse a sí mismo.
Foreman surgió como un verdadero campeón humano
habiendo acumulado el coraje y la fuerza que poseía en su
interior para convertirse en un empresario exitoso y
altruista.
Dicen que ante la adversidad se revela la verdadera
personalidad de un hombre. ¡Bueno, Foreman la ha
revelado! Y ha revelado que la derrota no es final ni fatal,
sino que todos podemos volver a la senda del triunfo siendo
fieles a nosotros mismos. Sin dudas, Foreman ha
demostrado que el éxito puede redefinirse. Nos ha revelado
que la grandeza no se encuentra en lo que sucede dentro del
cuadrilátero cuando todo el mundo está mirando, sino en lo
que pasa fuera del cuadrilátero cuando ya a nadie le
importa.
P/D: Foreman reconquistó su título el 5 de noviembre de
1994, a la edad de 45 años, tras noquear en la 10º vuelta al
Víctor Antonio
campeón de la WBA/IBF Michael Moorer, convirtiéndose
en el hombre más grande en ganar la corona de los pesos
pesados.
¡Eso es personalidad!
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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¡Hay una gran diferencia entre lo
imposible y lo inconveniente!
Víctor Antonio
Capítulo 5
Racionalizando el Éxito
Me invitaron al taller de Liderazgo de una conocida
compañía de Nueva Jersey que figura entre las 100
compañías principales de acuerdo con el ranking elaborado
por la revista Fortune. El evento del día giró en torno a la
nueva camada de pasantes. En un momento de mi
presentación, hablé sobre las diversas razones que
inventamos para no actuar. Aquellas excusas que
inventamos para retrasar o diferir nuestros planes de
alcanzar el éxito.
Hablé acerca de nuestro mal hábito de “racionalizar” por
qué algo no puede hacerse o lograrse. Aplazamos una
decisión por alguna de las siguientes razones: No se puede
hacer, no tengo tiempo, todavía tengo mucho que hacer, no
tengo dinero por eso no es un buen momento. Mi perro está
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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enfermo por eso no tengo ganas de empezar algo nuevo
ahora, no soy lo suficientemente inteligente, no estoy
calificado... y más bla, bla, bla, bla. ¡Entienden la idea!
Racionalizamos por qué no podemos avanzar.
¿Alguna vez trataron de analizar la palabra “racionalizar”?1
Es la capacidad para “racionalizarnos” a nosotros mismos.
Eso es lo que hacemos cuando inventamos toda clase de
excusas sobre por qué no podemos hacer cosas o por qué
no empezamos a hacer algo que debe hacerse. Nos
alimentamos con pequeñas dosis de mentiras todos los días;
hasta el punto en que nos convencemos de no ACTUAR.
Durante ese mismo taller, un estudiante me preguntó sobre
cómo podría hacer para encajar en un trabajo que estuviese
fuera de su área de especialización. Le respondí
preguntándole cuáles eran algunos de los obstáculos que lo
detenían. Él respondió con una letanía de excusas sobre por
qué no era capaz de hacerlo (las oficinas no están en el
mismo edificio, es difícil complementarse con la gente, es
1Aquí el autor ensaya un juego de palabras en inglés cuya traducción alespañol se hace imposible. Desarmando el término “rationalize”; estoes, racionalizar en español, el autor sostiene que “the ability to “rationlies” to ourselves”, enfatizando el hecho de que nuestra capacidad deemplear la razón, o racionalizar, se halla en nosotros mismos, quienessomos sus verdaderos depositarios (Nota del Traductor).
Víctor Antonio
una compañía grande, etc). Pero cada excusa, mientras le
explicaba, era justamente eso, una excusa.
¡Hay una gran diferencia entre lo imposible y lo
inconveniente! Sus excusas eran formas convenientes para
no hacer lo que él sabía que tenía que hacer para ser
exitoso. Eran obstáculos, excusas de inconveniencia.
Luego cuestioné su compromiso para con el cambio (es
decir, hasta qué punto deseaba cambiar). Me miró fijamente
de una manera que indicaba que había entendido lo que yo
quería decir.
Verán, ninguna de sus excusas para encajar y conocer gente
fuera de su grupo eran válidas. Él simplemente estaba
“racionalizando” las causas que lo llevaban a no hacerlo.
Yo también fui una víctima de la “racionalización” y el
aplazo de decisiones. Pero a través de los años he mejorado
a la hora de hacer cosas y de actuar aun cuando mi mente
quería convencerme de lo contrario.
Llegué a la conclusión de que los sueños no se disipan de la
noche a la mañana. La razón por la que mucha gente no
logrará sus objetivos ni hará realidad sus sueños es porque
los están “racionalizando” poco a poco, día a día, semana a
semana y así sucesivamente.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Todos los años tomamos nuevas resoluciones sólo para
relegarlas, no de una vez, sino lentamente mediante la
retórica impotente de la racionalización.
Cada vez que te demoras en empezar tu misión en la vida,
eso significa un día menos que tienes para lograrlo.
Entonces, mi pregunta es la siguiente: “¿Qué has estado
racionalizando?” “¿Qué sueños y objetivos has estado
difiriendo, esperando que llegue el momento?”
Víctor Antonio
En la historia, Prometeo sólo pudo
darle a la humanidad el potencial, pero
depende de la humanidad dilucidar qué
hacer con él.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Capítulo 6
El Fuego de Prometeo
En el relato griego de la Creación, a un Titán (dios griego)
con el nombre de Epimeteo se le asigna la tarea de crear
seres vivientes. Pero comete el error de darle el ADN
bueno y los mecanismos de supervivencia a los animales.
Llegado el momento de crear al hombre, no contaba con
más que piel suave y extremidades débiles.
Desesperado, llama su hermano Prometeo (que significa
prevención) para que lo ayude. Prometeo decide darles a
los seres humanos la capacidad de que caminen derechos y
de que vean más allá en la distancia (como los dioses).
Luego, Prometeo trepa a los cielos, le roba el fuego al sol y
se lo otorga a la humanidad.
No contento con esto, el reinante dios Zeus (también
conocido como El Gran Papá) dio órdenes para que
Víctor Antonio
Prometeo fuera atado a una roca en castigo por todos sus
crímenes. Esta es la historia, desde una perspectiva
mitológica, de cómo el hombre obtuvo el fuego y fue capaz
de salir de los tiempos de las sombras e ingresar en la luz
de la modernidad.
Cuando escuché por primera vez la historia del
compromiso de Prometeo, sentí pena por el Titán que
quería ayudar a la humanidad dándole el fuego. El fuego
para mí representa no sólo la luz y el calor, representa el
“potencial”. Cuando al hombre se le entregó el fuego, se le
entregó “potencial”. Pero la sabiduría para utilizar ese
potencial, ese fuego, debía ser aprendida y ganada a través
del tiempo.
En la sociedad de hoy, también nos es dado ese fuego, ese
potencial, y tenemos la tarea de preparar una estrategia que
nos ayude a lograr nuestros objetivos personales y
financieros. El potencial de Prometeo está por todos lados.
A menudo escucho hablar a la gente sobre la falta de
oportunidades. Pero para mí, el potencial (el fuego) que se
nos da para lograr grandes cosas está en todos lados. Todo,
desde los libros que leemos (conocimiento), hasta los
sistemas financieros que nos ayudan (bancos, tarjetas de
crédito, préstamos), los accesos a la información (Internet)
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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son como el fuego de Prometeo; es potencial que se nos ha
dado.
En la historia, Prometeo sólo pudo darle a la humanidad el
potencial, pero depende de la humanidad dilucidar qué
hacer con él. Mientras el mercado sigue creciendo, también
lo hace el fuego de las oportunidades. Todos los días más
oportunidades se nos presentan para servir a esta parte de la
población en crecimiento.
Entonces mi pregunta es: “¿Qué herramientas tienes
disponibles ahora mismo y no estás utilizando para
aprovechar esta creciente oportunidad en el mercado?” Se
nos ha dado el fuego de la oportunidad de Prometeo, lo que
elijas hacer con ese potencial, depende de ti.
Recuerda, lo que hace la diferencia no es lo que se hace con
lo que no se tiene, sino lo que se hace con lo que se tiene.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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Capítulo 7
Moverse al Otro Lado
Pocos libros han causado impacto en mi perspectiva sobre
la psicología y el comportamiento humano. Pero hace unos
años leí un libro del Dr. Martin Seligman llamado
“Optimismo adquirido”. Seligman sentía intriga por un
experimento del que había sido testigo, que involucraba
perros que mostraban comportamientos inexplicables. Su
curiosidad lo llevó a crear el experimento de la “Caja”.
Básicamente, este experimento de dos etapas puede
describirse de la siguiente manera.
Etapa 1: Los perros del “Grupo A” fueron
colocados individualmente en un arnés con una
barra enfrente de ellos. Periódicamente a cada perro
Víctor Antonio
se le daba un electroshock. Después de un rato, los
perros se dieron cuenta de que golpeando la barra,
los electroshocks se detenían. El experimento se
repitió con un segundo grupo de perros (Grupo B),
pero con una excepción, no había ninguna barra
para detener los electroshocks.
Etapa 2: Los perros del Grupo A fueron colocados
en una caja que tenía dos compartimientos con una
pequeña barrera en el medio. Otra vez, se les
administraba un electroshock periódicamente y
después de un rato cada perro se levantaba, saltaba
la barrera y se movía hacia el lado contrario de la
caja donde los electroshocks se detenían. Los perros
del Grupo B fueron colocados en la misma caja. Los
electroshocks se les administraban periódicamente.
A diferencia de los perros del Grupo A que
eligieron moverse hacia el lado contrario; los perros
del Grupo B no lo hicieron; solamente se quedaron
allí sollozando.
Seligman llegó a la conclusión de que como los perros del
Grupo B habían aprendido a estar “desamparados” en la
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
43
primera etapa del experimento, no se movieron desde un
lado de la caja al otro en la segunda etapa. En otras
palabras, los perros estaban condicionados desde antes para
sentirse desamparados al no poder detener el electroshock
mientras estaban en el arnés. Entonces ahora, sin el arnés,
los perros simplemente se rindieron. Perdieron su
“optimismo”; ¡la creencia de que “el cambio es posible”!
Por lo tanto, sólo se quedaron allí sollozando.
Hoy en día, muchos de nosotros nos quejamos sobre lo que
anda mal en nuestras vidas, carreras o relaciones. Y como
los perros del Grupo B, en vez de hacer algo al respecto,
mentalmente nos quedamos allí sollozando en vez de
LEVANTARNOS y movernos hacia el lado contrario en la
caja. La única diferencia es que en vez de sollozar,
¡nosotros nos quejamos!
Mientras esperas la llegada del próximo año, quiero que
realices el compromiso de levantarte y moverte al otro lado
de la caja. Si hay algo que estás deseando hacer; ¡hazlo! Si
hay algo que estás deseando intentar; ¡inténtalo! El único
arnés que te impide lograr el éxito es el que tienes atado
alrededor de tu mente.
Víctor Antonio
Si sigues comparando lo que perdiste
con lo que PUEDES tener, nunca
estarás satisfecho.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
45
Capítulo 8
Confía en que PuedesConfiar en los Demás
A fines de julio, decidimos mudarnos de Miami a Atlanta.
Yo había ido a Atlanta antes para hacer un reconocimiento
del terreno y elegir una casa. Mi esposa confiaba en mí lo
suficiente ya que yo había elegido la casa anterior y había
estado contenta con mi elección.
Tom, mi agente inmobiliario, a quien conocí por medio de
la web, me llevó en una maratón donde recorrimos 40
casas. Al segundo día, justo cuando estaba a punto de
darme por vencido, encontré NUESTRA casa. No lo podía
creer. Era perfecta.
Víctor Antonio
La misma tarde después de regresar al hotel, Tom me llamó
diciendo, “Víctor, acabo de averiguar que alguien más hizo
una oferta para comprar la casa.”
“¡No puede ser! No puedo perder esa casa.”
Al día siguiente, mientras regresaba a Miami, Tom estaba
preparando nuestros papeles para hacer nuestra oferta. Para
el mediodía, la oferta estaba hecha. A la mañana siguiente
recibí malas noticias; la otra pareja había obtenido la casa.
Como decían los vaqueros, “Mi ánimo estaba tan bajo
como la barriga de una víbora arrastrándose por las vías del
tren.” (O algo así).
A fines del mes de julio, cerramos la casa de Miami y nos
mudamos a un departamento en Atlanta mientras
buscábamos una casa nueva. Esta vez, mi esposa y yo
íbamos a poder escoger una casa los dos juntos; lo cual me
parecía bien, ya que todavía me estaba recuperando de las
heridas que me había causado la primera pérdida. (Nota: los
hombres somos muy competitivos y detestamos perder.)
El primer día vimos muchas casas y mi esposa estaba
obsesionada con una. Yo no estaba muy convencido. Creo
que una parte de mí todavía seguía comparándola con la
que habíamos perdido. Pero mi esposa era insistente. Ella
repetía “Es esa”.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
47
Sin estar convencido, al segundo día seguimos buscando la
casa perfecta. Mi esposa quería volver a la que ella había
elegido. A mí todavía no me convencía su elección, pero mi
esposa resaltaba todos los detalles que yo había dejado de
lado.
“No. No me convence”, le decía.
Llegó el tercer día y fuimos ver más casas. Tom, mi agente
inmobiliario, era muy paciente. Decía que este tercer día
sería el “día de la afirmación”; un término curioso.
Tom decía: “Lo que vamos a hacer es volver y ver algunas
de las casas que han rechazado y ratificar por qué las han
rechazado.”
Entonces ese día fuimos a confirmar aquellas cosas que no
nos habían gustado de las casas ya visitadas. Y sí, volvimos
a la casa que mi esposa había elegido.
Para hacer la historia más corta, fuimos y compramos la
casa que ella quería.
Para ese entonces, ya estaba mentalmente exhausto y no me
quedaba resistencia. Me gustaría remarcar que la casa que
ella quería no me disgustaba. ¿Pero alguna vez has llegado
a un punto en tu vida en el que estás lidiando con tantas
cosas que tu cerebro se agota? Bueno, eso es lo que me
pasó. Estaba cansado de pensar y cansado de tomar
Víctor Antonio
decisiones, entonces tome una decisión final; CONFIAR en
los instintos de mi esposa para elegir la casa indicada.
Adelantado >>> 1 Año Después
Bueno, detesto decirlo, pero mi esposa sabía exactamente
de lo que estaba hablando. Recién AHORA aprecio las
pequeñas cosas que no había visto antes; tanto dentro como
fuera de mi hogar. En lo que respecta al interior de la casa,
he aprendido a apreciar el tamaño de las habitaciones, el
acceso, la conveniencia y la distribución de los espacios.
Fuera de la casa, el panorama es aún mejor. La escuela de
nuestros hijos está a menos de 2 millas; no más autopistas
ni largos viajes. Todos los tipos de restaurantes y mini-
mercados están a una distancia de 1-2 millas. El vecindario
es muy tranquilo TODO el día; aun en la tarde. (Nota: el
incesante sonido de los pájaros está volviendo un poco loco
a este muchacho tan urbano).
De esta experiencia, he aprendido dos cosas importantes
que me gustaría compartir.
Lección 1: Si sigues comparando lo perdiste con lo que
PUEDES tener, nunca estarás satisfecho.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
49
Tanto en los negocios como en la vida en general, no
podemos ver siempre lo que tuvimos. Las cosas cambian, la
vida continúa y hay pérdidas en el camino. La gente exitosa
ha aprendido a olvidarse de las cosas que ya no poseen y
abren sus brazos (y mentes) a lo que les ofrece el presente.
No podía evitar seguir pensando en la pérdida de la primera
casa y todavía seguía comparando. No podía decidir porque
mi cabeza todavía estaba mirando hacia el pasado y no
contemplaba las circunstancias del presente. En la vida,
debería ser considerado un crimen el tener un ‘espejo
retrovisor’ mientras se maneja, perdón, quise decir,
mientras se vive.
Lección 2: A veces necesitamos confiar en otras personas
que tienen en cuenta nuestro bienestar para tomar
decisiones por nosotros cuando nosotros no podemos.
Debemos aprender a escuchar a otras personas que pueden
tener un punto de vista u opinión diferente, aunque estos
difieran de los nuestros. Ya sabes de lo que hablo... siempre
está la posibilidad de que tu solución no sea la mejor.
Confía en que puedes confiar en los demás (lee eso de
nuevo).
Víctor Antonio
La próxima vez que quieras “salirte con la tuya”
pregúntate, “¿Estoy tan comprometido con mi vieja manera
de pensar que no puedo considerar un nuevo punto de
vista?” O, “¿Hay algo que esta persona ve que yo no veo?”
¡Olvídate! El resultado puede sorprenderte.
P/D: El beneficio más grande fue dejar que mi esposa
tomara la decisión. A todos nos gusta decidir en un
momento u otro. Esta vez, era su momento y yo sé que ella
se siente bien al saber que estaba en lo CIERTO. ¡Y yo me
siento BIEN con eso!
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
51
El éxito tiene que ver con quien está
más concentrado y comprometido con
el logro de sus objetivos.
Víctor Antonio
Capítulo 9
¡Por qué la ardillasiempre ganaba!
Tuve la buena suerte (o mala suerte, dependiendo de la
perspectiva climática) de vivir en Minnesota durante diez
años. Los veranos eran hermosos, el otoño era espectacular
con el color cambiante de las hojas de los árboles, y el
invierno era… bueno, muy frío.
Mi vecino, Harold, era un anciano muy agradable que se
había jubilado hacía muchos años y le encantaba realizar
jardinería durante el verano e hibernar en su casa durante el
invierno. Las únicas veces que vi a Harold salir de su casa
era para poner algo de comida para los pájaros en el
comedero que él había colocado en un árbol de su jardín.
Cada año, antes de que el invierno llegara, yo veía a las
ardillas alrededor de nuestro jardín juntando comida para el
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
53
invierno. Salían disparadas, cavando y empujando,
esperando poder llenar sus mejillas con comida y llevarlas
a sus madrigueras.
Un día vi a Harold poniendo una hoja de metal en la base
del árbol donde tenía el comedero para los pájaros. No
entendía por qué lo hacía hasta que uno de los vecinos me
explicó que Harold estaba tratando de evitar que las ardillas
se comieran la comida de los pájaros. Al poner las hojas de
metal alrededor de la base, Harold pensaba que las ardillas
no podrían subir al árbol. A la mañana siguiente, la comida
no estaba.
Más tarde, lo vi envolver un embudo mellado alrededor de
la base del árbol. Son esos embudos que les ponen a los
perros alrededor del cuello para que no se muerdan o laman
las heridas. Bueno, imagínense uno de esos envueltos
alrededor del árbol con la parte más ancha apuntando hacia
abajo con puntas dentadas. Parecía algo sacado de una
película de Frankenstein. A pesar de eso, al otro día, la
comida ya no estaba.
A la semana siguiente, Harold pensó en colocar el
comedero en una cuerda y colgarlo de la punta de una de
las ramas. Creo que pensaba que la ardilla no podría trepar
Víctor Antonio
hasta la punta de la rama porque ésta no soportaría el peso
del animal. Sin embargo, al otro día la comida ya no estaba.
La batalla entre Harold y la ardilla continuó durante al
menos 7 de los 10 años en los que estuve en el vecindario.
Le quería decir a Harold que sus intentos eran inútiles y
que nunca ganaría esta “Guerra del Comedero”; pero no le
dije nada. Solamente lo miraba.
Mientras esto pasaba, empecé a pensar en lo injusto que era
este juego entre el hombre y la ardilla. Sí, Harold era más
fuerte y más inteligente que la ardilla. Pero a Harold le
faltaba la única cualidad que le podía garantizar el éxito,
concentración.
Harold piensa en las distintas formas de evitar que la ardilla
se coma la comida sólo cuando tiene tiempo. Por otro lado,
la ardilla está pensando las 24 horas del día en cómo
obtener la comida. La supervivencia de la ardilla depende
de la obtención de esa comida. La supervivencia no sólo
trae como consecuencia simple concentración, sino una
intensa concentración para resolver un problema o eliminar
un obstáculo. A menos que Harold demuestre ese mismo
compromiso las 24 horas y esa intensidad, yo apuesto por
la ardilla. El éxito no tiene que ver con quién es el más
fuerte. No tiene que ver con quién tiene más dinero.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
55
Tampoco con quién tiene el mejor promedio. El éxito tiene
que ver con quién está más concentrado y comprometido
con el logro de sus objetivos. Tú, el lector, puedes competir
con cualquier persona, sin importar quien sea. Lo único que
tienes que hacer es comprometerte a concentrarte en lo que
te interesa. Cuando te concentras en una cosa, como la
ardilla, todos tus recursos mentales están dirigidos a lograr
tu objetivo. Comenzarás a absorber más información
rápidamente porque estás interesado en aprender: querrás
absorber todo. ¡Tu interés por triunfar es el que consume
todos tus recursos!
Harold no era un experto en atrapar ardillas; ésa era
simplemente una tarea necesaria y él sólo la hacía cuando
tenía tiempo. Por otro lado, la ardilla se convirtió en una
experta en traspasar obstáculos y resolver problemas
porque concentró su atención en obtener el objetivo final, la
comida.
En el mercado de hoy, mucha gente quiere ser “generalista”
(es decir, quieren ser buenos en muchas cosas o un
comodín en todos los negocios pero sin dominar ningún
tema específico). Pero el mercado no busca “generalistas”,
sino expertos. Quieren gente que sea buena para realizar
una determinada actividad.
Víctor Antonio
¿Cómo uno se convierte en experto? Concentrándose.
Harold tenía 92 años y falleció el año en que nos mudamos
de Minnesota. No sé por cuanto tiempo Harold peleó en la
“Guerra del Comedero”, pero mientras conducía mi auto
ese último día, miré hacia atrás y vi a la ardilla salir
disparada por el jardín del frente, tratando de alcanzar el
comedero que aún estaba colgado del árbol. Harold ya no
estaba, pero la ardilla andaba dando vueltas, todavía
concentrada y preparando estrategias ¡La ardilla había
ganado!
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
57
La gente necesita soñar más allá de la
matriz social de la mediocridad.
Víctor Antonio
Capítulo 10
Éxito Recargado
Estoy mirando la película “The Matrix” otra vez. Por
alguna razón, no me canso de ver los increíbles efectos
especiales.
Acuérdate de la parte en que Neo (Keanu Reeves) está
mentalmente perturbado porque quiere saber qué es la
“matriz”, y al final se encuentra con Morpheus (Lawrence
Fishburne), que tiene la respuesta que él ha estado
buscando para la pregunta: “¿Qué es la Matriz?”
Morpheus le hace a Neo una propuesta interesante. Le
ofrece dos pastillas: una roja y una azul. Le dice a Neo que
si toma la azul no recordará nada y se despertará a la
mañana siguiente en su cama como si nada hubiera pasado.
Pero, si toma la pastilla roja, el secreto de la Matriz le será
revelado.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
59
Neo decide tomar la pastilla roja (obvio, no sería una buena
película si no lo hiciera). Después de tomar la pastilla se
encuentra en su otra realidad, fuera de la Matriz, donde es
libre. Él se da cuenta de que nunca fue un empresario
exitoso sino que en realidad había estado dormido; un
esclavo de la Matriz toda su vida.
La película “The Matrix” es la versión de alta tecnología
del hombre que se despierta después de haber soñado que
es una mariposa y se pregunta si en realidad no es una
mariposa que sueña con ser un hombre. Después de tomar
la pastilla, Neo se despierta en su “verdadera” realidad por
primera vez después de haber sido esclavizado en la Matriz
toda su vida.
Me gustaría poder distribuir una pastilla así cuando viajo
por el país dando conferencias. Como orador, mi objetivo
siempre es tratar de despertar a la gente de su inactividad
sedada, de su parálisis frente a la realidad. Me esfuerzo por
hacer que mi audiencia comience a pensar en términos de
posibilidades y no de imposibilidades. La gente necesita
soñar más allá de la matriz social de la mediocridad.
Muchos de ustedes detestan sus trabajos, pero todos los
días después del trabajo, ¿qué hacen? Se sientan enfrente
del televisor para ver la realidad de otros. ¿Qué hacemos
Víctor Antonio
los fines de semana? Ir a ver una película en una pantalla
más grande. Vemos las noticias y realidades alternativas,
que en general son peores que las nuestras. ¿Por qué nos
gustan las noticias, especialmente las más negativas?
Porque nos hace sentirnos mejor saber que las cosas
podrían ser peores. Ver las desgracias ajenas en las noticias
de alguna manera calma nuestra desesperación por el éxito
y nos hace sentir mejor. Hay una pastilla azul que muchos
toman diariamente llamada “compromiso”. El compromiso
surge cuando simplemente uno decide aceptar su papel en
la vida sin importar cuán mínimo sea éste. Muchos de
ustedes creen que no hay nada que puedan hacer para
cambiar su vida o su situación actual, entonces se rinden.
Se asientan. Se asientan por el resto de sus vidas sin
despertar a la realidad de su potencial, de sus posibilidades.
Al final, cuando se despierta en su verdadera realidad, Neo
descubre que la Matriz le ha mentido toda su vida. Todas
sus experiencias fueron programadas y sus emociones
fabricadas.
Quiero que despiertes de tu existencia de zombi y creas que
hay otra realidad, una Matriz del Éxito donde lo puedes
tener todo y ser feliz haciendo lo que te gusta. Eres más de
lo que tú crees.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
61
¿Cómo accedes a la Matriz del Éxito? Primero, debes
empezar por creer que hay otra realidad posible; una
realidad feliz. Después, alimenta tu mente con libros sobre
motivación, éxito, riquezas, felicidad, prosperidad, y así
sucesivamente. Esos elementos son las verdaderas
“pastillas” que pueden ayudarte a encontrar tu camino a la
matriz y comenzar a construir una realidad alternativa. Una
realidad donde puedes hacer lo que te gusta y en la que te
gusta lo que haces. ¡Toma las pastillas rápidamente!
La gente dirá: “no puedes, no debes, no es posible” y otras
cosas por el estilo. No escuches más a los programados.
Estos detractores son parte de los malos programas que
llenan tu mente y quieren impedirte el éxito. No dejes que
eso suceda.
Recarga el éxito creyendo en una realidad mejor, llena tu
mente con información positiva y aléjate de la gente
negativa. Despierta a tu nueva realidad; una nueva
posibilidad para tu vida. Despiértate antes de que sea
demasiado tarde.
Víctor Antonio
El éxito, en los negocios y en la vida,
comienza cuando descompones las
cosas en pequeñas piezas; en ese
momento comienzas a percibir una
sensación de control.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
63
Capítulo 11
El Elefante y elCarpintero de las Ventas
Recuerdo haberme mudado con mi familia a Argentina
como Vicepresidente de Ventas para Latinoamérica. Estaba
a cargo de cinco sucursales regionales, siendo Argentina
una de ellas.
Tras haber pasado diez años desde que la compañía había
comenzado a vender en Latinoamérica, nunca había
superado los $14 millones (M) en ventas anuales. La
sucursal de Argentina nunca había producido más de
$400.000 (K) en ventas. Mi deber era hacer aumentar las
ventas locales en Argentina, y sobre todo incrementarlas en
toda Latinoamérica.
Recuerdo estar un día sentado en mi oficina, mirando por la
ventana y pensando, “¿Cómo voy a hacer para que este
Víctor Antonio
negocio con problemas crezca en México, Brasil, Puerto
Rico y otros lugares importantes? ¿Cómo puedo hacer que
este negocio genere más de $14 (M) cuando nadie antes fue
capaz de hacerlo?” Olvídense de la película “Sintonía de
Amor”2, yo estaba en Argentina tratando de ‘sintonizar’
una estrategia. “¡¿Cómo podía hacer que las “ventas”
aparezcan?!”
Una confesión para los lectores: ¡Tenía miedo! ¡Por favor,
no se lo digan a nadie!
Un día, mientras hablaba por teléfono con un cliente,
escuché ruidos fuertes que provenían desde enfrente del
edificio. Después de colgar el teléfono, abrí la ventana y
observé el edificio más bajo que estaba al lado. En la
terraza, vi a varios hombres utilizando una máquina de
2 “Sintonía de Amor” es el título que se le ha otorgado en español a lapelícula norteamericana “Sleepless in Seattle”. Tal como sucede muy amenudo, las traducciones que se realizan sobre los títulos de películasextranjeras no son literales, por lo que el juego lingüístico propuestopor el autor, efectivo en inglés, pierde dicha efectividad al sertrasladado al español. La versión original dice: “Forget the movieSleepless in Seattle, I was “Sleepless in Argentina” ”; esto es, enespañol, “Olvídense de la película “Insomne en Seattle”, yo meencontraba “Insomne en Argentina”. Como la traducción literal resultaimposible en este caso, hemos propuesto la traducción que se lee másarriba (Nota del Traductor)
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
65
desguace capaza de romper un techo del tamaño de dos
canchas de tenis. El ruido continuó por varios días.
Un día hubo silencio. Mire hacia afuera y descubrí que los
hombres habían terminado de romper el techo y ahora
estaban colocando pequeñas piezas de cerámica. Dado el
tamaño del techo recuerdo haber pensado, “Esto les va a
llevar mucho tiempo”.
Unos días después, para mi sorpresa y asombro miré hacia
afuera y vi que tenían las tres cuartas partes del trabajo
hecho. “¡Sorprendente!” “¿Cómo hicieron para colocar esas
pequeñas cerámicas tan rápido?” Pensé.
Satori…un momento de lucidez.
En ese momento, nació una nueva perspectiva para
construir las ventas. En vez de concentrarme en mi deber
de incrementar las ventas en la región entera (todo el
techo), me concentré en construir las ventas de la compañía
lentamente (una cerámica o una oficina de ventas a la vez).
Fue este cambio de paradigma, esta versión
latinoamericana de comerse un elefante de un bocado a la
vez lo que me ayudó a conservar la paciencia y la lucidez
Víctor Antonio
que se necesitaba para hacer crecer el negocio. Consideré a
cada país de Latinoamérica como una “cerámica”. Me
aseguré que cada cerámica estuviera posicionada
correctamente en el mercado. ¿El resultado? El primer año
tocamos los $14.3 M. El segundo año, $45 M. Para finales
del tercer año, las ventas anuales de la región habían
trepado hasta los $98 M. La sucursal de Argentina creció
desde los $400 K en ventas iniciales hasta los $5 M.
El éxito, tanto en los negocios como en la vida, comienza
cuando descompones las cosas en pequeñas piezas; y
comienzas a percibir una sensación de control. Y cuando
comencé entrar en acción, empecé a percibir una sensación
de impulso. El control y el impulso se convirtieron en el
motor de mi éxito. Y cada vez que me sentía sobrepasado o
ansioso, pensaba, “Víctor, coloquemos una cerámica a la
vez”.
Confucio dijo: “No es cuestión de rapidez o lentitud, sino
simplemente una cuestión de movimiento”. Aprendí que
tanto el progreso como el éxito no suceden de la noche a la
mañana, sino a través del tiempo…una cerámica a la vez.
Aprendí a ser un “carpintero de las ventas” (es decir, un
carpintero que construye cosas).
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
67
Una mente desinformada es una mente
confundida. Y una mente confundida
NUNCA tomará una decisión.
Víctor Antonio
Capítulo 12
Entender qué Motiva a laGente a Actuar
Me quería comprar un automóvil. Era una decisión difícil
pero decidí que mi automóvil nuevo iba a ser un Volvo.
Entonces fui a ver a un concesionario local y le dije que
quería echarle un vistazo a los Volvo y si me podía ayudar
con mi elección. Él respondió: “Por supuesto”.
Después de mirar algunos modelos, decidí que quería
probar uno de ellos. Mientras conducía, el vendedor
hablaba de lo bueno que era el automóvil, de cómo los
clientes nunca se quejaban y de cuánto les gustaban sus
Volvo. Entonces, le pedí que fuera más específico acerca
de a qué clientes les gustaba el Volvo. Él pareció dudar.
Fue muy obvio que nunca antes nadie le había pedido que
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
69
fuera específico. Él dijo “Bueno, usted sabe, a la gente le
gusta la marcha y su aspecto.” Él siguió hablando pero
nunca fue específico.
Después de haber probado varios y después de algunos “oh
y ah” en referencia a lo bueno que sería tener un Volvo, le
agradecí y me fui sin comprar el automóvil. No estaba
seguro y quería pensarlo un poco más.
Una semana después decidí volver y probar los Volvo otra
vez. Esta vez fui a otro concesionario esperando tener otra
opinión antes de decidirme.
El vendedor que me atendió era un hombre muy amable y
modesto; lo llamaremos Jack. Me preguntó cosas simples,
como por ejemplo qué era lo que estaba buscando en un
automóvil. También le conté que ya había probado otros
Volvo pero que no estaba seguro si comprarlo o no.
Jack escuchaba, asentía y después dijo, “Está bien.
Comencemos por el modelo que más le gusta.”. “Seguro”,
le dije.
Nos subimos al automóvil y ya estaba listo para ponerlo en
marcha, cuando Jack me pidió que esperara un momento.
Jack empezó a hablar sobre los detalles del modelo. Para
cuando terminó yo ya sabía lo que hacia cada botón en el
panel, en el tablero de mando y en las puertas. Después me
Víctor Antonio
explicó cuántos de estos detalles aportarían comodidad al
conducir. Era evidente que Jack sabía cómo vender
beneficios y no sólo detalles.
Cuando por fin comenzamos a conducir, Jack empezó a
hablar sobre la historia del Volvo; el origen, los cambios de
modelos, las mejoras y así sucesivamente. Fue como
escuchar un documental sobre Volvo… ¡estando dentro del
automóvil!
Cuando terminamos de conducir, Jack salió del automóvil
para explicarme algunos de los detalles escondidos. Los
Volvo son conocidos por estar entre los automóviles más
seguros del mundo. Y después del mini-tour junto a Jack
por el vehículo, entendí la razón. No hace falta aclarar que
una hora después estaba sentado en su oficina terminando
los papeles para la compra de mi primer Volvo. Quiero
compartir con ustedes un par de lecciones que aprendí de
esta experiencia.
Primero, Jack no era un vendedor “astuto”. Era un hombre
promedio con una conducta modesta. Mucha gente piensa
que para ser un gran vendedor uno tiene que ser rápido y
hablar suavemente. No. ¿En quién confiarían más? ¿En un
vendedor de hablar rápido como el primero, con respuestas
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
71
astutas sin profundidad, o en alguien como Jack, que ofrece
respuestas detalladas y respaldadas por hechos?
Segundo, a la gente no le gusta que les vendan sino que le
informen. Jack comprendió que dándome mucha
información me ayudaría a decidirme si quería comprar o
no. Tener mucha información me permitió, o mejor dicho,
me convenció para tomar una decisión.
No le compré al primer concesionario porque no tenía la
información suficiente como para tomar una buena
decisión. Todo lo que tenía era la supuesta opinión de otra
gente que había conducido un vehículo, narrada por un
vendedor a quién no conocía bien. Los testimonios son muy
buenos, pero a menos que conozca a la gente que los
proporciona, estos significan muy poco para mí.
Muy a menudo, la gente rechaza una propuesta o la toma de
una decisión porque en algún momento del proceso de
venta sus preocupaciones no son satisfechas. Todavía
tienen dudas dando vueltas sobre si es la decisión correcta
para ellos.
El método de Jack me recordó un proverbio que tengo en
mente toda vez que intento entender el vínculo entre la
motivación y la acción:
Víctor Antonio
“Una mente desinformada es una mente confundida. Y una
mente confundida NUNCA tomará una decisión”.
En una sociedad capitalista, estamos inundados y
bombardeados con nueva tecnología y nuevos artículos, y
nuestras mentes a veces no pueden seguir el ritmo. El
trabajo de un vendedor es explicar los nuevos avances, pero
lo más importante es saber cómo estos benefician al
comprador. Ya sea al vender o simplemente al tratar de
convencer a otros, lo que motiva a la gente a actuar, es 1) el
conocimiento demostrado y 2) que lo obtenido les resultará
beneficioso.
Piensa en esto un segundo. Cuando sabes “cómo” hacer
algo, rara vez dudas si llevarlo a cabo o no. Cuando sabes
que obtendrás un beneficio personal ¡actúas
inmediatamente!
P/D: ten esto en mente cuando alguien no compre tu
método, ni tu estrategia o tu forma de pensar. Tal vez la
razón por la cual no lo hacen tiene poco que ver con tus
ideas, y tiene más que ver con el deseo de tener más
información para tomar una buena decisión Ó con los
beneficios que obtendrán en el largo plazo.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
73
Hemos abandonado nuestro dinamismo
del pasado y nos hemos vuelto apáticos
para reclamar nuestro futuro.
Víctor Antonio
Capítulo 13
Las Escaleras Caídas NoImportan
Tenemos una casa en la isla de Puerto Rico ubicada en lo
alto de las montañas, y que a sus espaldas cuenta con el
único parque nacional perteneciente a los Estados Unidos,
El Yunque, el cual se yergue como telón de fondo. Decir
que los árboles, la fauna y la vida salvaje son increíbles no
basta para describir tamaña belleza.
En donde vivimos hay un puñado de casas muy separadas
entre sí, por lo que contamos con el espacio suficiente
como para disfrutar de nuestra vida privada. Uno de
nuestros vecinos es un jubilado maravilloso que se llama
Emilio. Cuando uno ve a Emilio, recuerda a ese abuelo
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
75
favorito que seguro te haría algunas bromas. Si compartes
un tiempo con él, su humor y energía te contagian.
Hace alrededor de seis meses, mientras me acercaba a mi
casa, vi enormes pilas de cemento, tablas y herramientas
desparramadas en el jardín de Emilio. Fui a ver qué
pasaba. A Emilio se le había ocurrido construir su propio
patio de cemento. “Increíble”, pensé. Le pregunté si iba a
hacerlo él mismo y me contestó “Sí, ¿por qué?”. Cuando
volví a Puerto Rico un mes después, había terminado el
patio con una pendiente hacia el valle que le brindaba una
vista más espectacular del parque.
La siguiente vez que estuve en la isla, mientras estaba
sentado en mi porche disfrutando de una taza de café,
escuché que alguien coreaba mi nombre: “Víctor, Víctor”.
Cuando bajé por el camino hacia la casa de Emilio, lo vi
sentado en el techo de su casa, con los pies colgando en el
aire y riéndose. Aparentemente, mientras reparaba algunas
tejas del techo, sopló un viento que hizo caer la escalera y
él no tenía forma de bajar. Después de reírnos por un rato,
coloqué la escalera en su lugar para que Emilio pudiera
bajar.
La semana pasada fuimos a la casa de Puerto Rico otra
vez, encontramos a Emilio terminando la instalación de un
Víctor Antonio
calentador de agua que funcionaba a través de paneles
solares que él mismo había instalado. Aparentemente, este
señor tampoco le temía a la tecnología.
Esa noche nos sentamos a charlar mientras nos tomábamos
unos tragos. La historia de Emilio de cómo había salido a
flote y las adversidades que había superado lo hacían una
persona aún más fascinante. Uno de los desafíos más
recientes fue la muerte de su esposa, ocurrida 10 años
atrás a causa del cáncer, después de 42 años de
matrimonio. Ella falleció antes de que su casa de ensueños
en Puerto Rico estuviera terminada.
Emilio no puede hablar más de diez minutos sin
nombrarla. Al escucharlo hablar de su esposa, uno piensa
que ella está en la habitación contigua. Una hermosa foto
en blanco y negro tomada el día de su boda descansa sobre
un mueble y es lo primero que llama la atención cuando
uno entra a la casa.
Emilio todavía cuida su casa y la sigue mejorando.
Sospecho que en su mente no lo está haciendo solo. No.
En cualquier tarea que Emilio emprende, el espíritu de su
esposa está allí, a su lado. La visión de la casa de ensueños
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
77
de su compañera todavía lo motiva para el próximo
proyecto.
A diferencia de Emilio, muchos de nosotros hemos
perdido la motivación. Hemos perdido el dinamismo para
llevar a cabo la vida que una vez quisimos tener. Hemos
abandonado nuestro dinamismo del pasado y nos hemos
vuelto apáticos para reclamar nuestro futuro. Nuestra
voluntad para conseguir nuestra pasión, nuestro sueño,
nuestra visión, se ha atrofiado.
Muchos de nosotros nos quejamos de que es muy tarde
para empezar una carrera o aprender un oficio nuevo.
Pensamos que somos muy viejos para aprender algo
nuevo. Piensen en Emilio. Aprendió cómo construir un
patio… ¡a los 78 años!
Muchos de nosotros dejamos de soñar debido a una
tragedia o a un evento desgraciado. Piensen en Emilio. Me
enseñó a funcionar a pesar del dolor, a seguir adelante y
dar a la vida un nuevo propósito, un nuevo significado.
Y muchos de nosotros tenemos miedo de fracasar o de
parecer tontos en el proceso de construir nuestro sueño. Le
tenemos miedo al fracaso. Piensen en Emilio sentado en el
techo cuando la escalera se cayó debajo de él. No lo vi
deprimido ni avergonzado. En vez de eso, vi a un chico
Víctor Antonio
riéndose de sí mismo y de la situación. Aprendí de Emilio
que las escaleras caídas (es decir, cuando las cosas no van
de la manera en que las planeamos) no importan, y que
está BIEN pedir (o en el caso de Emilio, gritar) ayuda.
Emilio no demuestra haberse dado por vencido. Es una
versión humana del conejito de Energizer, volviéndose
fuerte, construyendo su sueño, manteniéndose firme en su
visión.
¡¿Te mantienes firme en tu visión de la felicidad?!
¡¿Todavía la construyes?!
Acuérdate de reír cuando el viento de la desgracia haga
caer tu escalera. Y no tengas miedo de pedir (o gritar)
ayuda. Puedes sorprenderte con quién puede aparecer para
ayudarte a sostener tu visión.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
79
La gente cambia con el tiempo pero
nuestros recuerdos de las personas no
tienen en cuenta eso…lo cual es una
lástima.
Víctor Antonio
Capítulo 14
Al Final, la Venganza esAgridulce
TODOS pensamos o hemos pensado en ella, alguna vez.
¡La Venganza! Sí, planeamos, dejamos que nuestras mentes
conjuren formas para vengarnos de alguien que nos ha
agraviado (en este momento debes estar escuchando en tu
cabeza la risa malvada del Dr. Maligno de Austin Powers)
Todavía tengo que escuchar a un orador sobre el éxito
discutir el tema de la venganza, entonces pensé en darle
una puñalada (sin juegos de palabras) compartiendo un
hecho reciente que me sucedió.
Dejen que me acomode un momento para contarles que
durante la escuela secundaria de repente alcancé mi actual
estatura de 6’2’’, y que era tan delgado como las vías del
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
81
tren. Nunca fui uno de los chicos más populares de la
escuela. Siempre fui uno de los que andaba en la periferia
esperando absorber un poco de popularidad de alguno de
mis compañeros.
Me invitaron a jugar en el equipo local de la MICA
(Asociación de Jóvenes Cristianos). Mis amigos me
convencieron diciéndome “Víctor, vas a ser bueno”. (Vean
el vídeo en mi página web para ver cómo terminó eso). No
sé qué me poseyó para decir que sí, ya que tenía la gracia
del patito feo y la coordinación de un flamenco ebrio. ¡Me
cometieron una infracción! (Perdón por el mal chiste) crecí
tan rápido que no estaba acostumbrado a mi altura.
En nuestro equipo había un chico, lo llamaremos John, que
constantemente me avergonzaba y le encantaba encontrar la
oportunidad para reírse de mi altura, mi peso o mi falta de
habilidad para jugar al baloncesto. Él era más bajo, más
cauteloso y podía jugar el juego. Dada su habilidad para
hacer tantos, siempre hacía bromas y no paraba de
ridiculizarme. Yo no diría que era un matón porque nunca
hubo una amenaza física, pero se burlaba de mí cada vez
que podía.
Cada vez que veía a John pasaban por mi cabeza todas las
cosas malas que quería que le pasaran a él. Quería algún
Víctor Antonio
tipo de venganza o satisfacción. Pero al final esto nunca
sucedió. Me gradué, estaba mentalmente intacto y fui
construyendo mi éxito. Por lo que escuché, John quería
largarse de la escuela secundaria cuanto antes y nunca fue a
la universidad.
Dejen que me adelante casi 23 años.
Me invitaron a mi escuela de Chicago para dar un discurso
importante. Debo reconocerlo… volver fue escalofriante
(en el buen sentido). Tenía tantos buenos recuerdos, y me
gustó recorrer los pasillos y espiar las aulas donde alguna
vez me senté.
Para las 10 de la mañana, el auditorio estaba lleno de
estudiantes. Mientras me acercaba a la puerta del escenario,
del otro lado había una cara familiar con un uniforme verde
oscuro. Si, adivinaron, era John.
John se detuvo, me miró y dijo sorprendido: “¿Eres el
orador?”
Asentí mientras él me miraba escéptico; como si un
fantasma del pasado hubiera venido a visitarlo.
Es extraña la forma en la cual esperamos momentos como
estos, en los que hemos pensado todo lo que queremos
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
83
decirle a una persona, y entonces…¿qué pasa? No nos sale
nada. Eso es lo que me pasó a mí. Mis sentimientos, mi ira
y mi resentimiento se disiparon cuando empecé a hablar
con John. Lo traté como a cualquier extraño con el que
trato cuando doy mis conferencias.
Le pregunté cómo estaba, sobre su familia y demás. Antes
de excusarme para ir al escenario, él mencionó que estaba
casado, que tenía hijos y que era el portero de la escuela.
Mientras entraba, pensé para mis adentros, “¡Ah, ¿el
portero de la escuela?!
El anfitrión me presentó y fui al escenario para hablar
frente a un auditorio lleno de estudiantes con A.D.D.
(trastornos por déficit de atención). Los grupos
corporativos son difíciles, pero no hay nada más difícil que
hablarles a los jóvenes de la secundaria. Mientras me
dirigía a la audiencia, vi a John a un costado sonriendo y
parecía estar disfrutando de mi discurso sobre el éxito.
Después de mi discurso, John se acercó para darme la mano
y felicitarme. Dijo, “Víctor, el discurso fue muy bueno. Les
decía a algunos de los estudiantes que yo fui a la escuela
contigo.” Hablamos un rato más antes de despedirnos.
Durante el resto del día en mi cabeza rondaban el pasado y
el presente y la manera en la cual habíamos cambiado John
Víctor Antonio
y yo. Yo ya no tenía resentimientos contra John. Ya no le
deseaba el mal. Empecé a reflexionar en la forma en la que
el tiempo nos cambia a todos, pero aun así nos aferramos a
las reliquias del pasado.
Muchos de nosotros cargamos con algo de angustia hacia
alguien que nos perjudicó en el pasado. Y sí, muchos de
nosotros hemos fantaseado con la idea de la venganza.
Volver a ver a John me recordó una vez más que la
venganza es a veces agridulce. Nunca es tan dulce como lo
planeamos o imaginamos. Y es agria cuando piensan en lo
inútil que fue perder tanta energía mental en pensar cómo
desquitarnos algún día.
La gente cambia con el tiempo pero nuestros recuerdos de
las personas no tienen en cuenta eso…lo cual es una
lástima. Ese día el viejo John desapareció y un nuevo
recuerdo actualizado de él tomó su lugar; uno más
agradable. Creo que no perdoné a John por el pasado; eso
sonaría muy trillado. Sólo decidí enterrar ese recuerdo y
poner un nicho sobre él. Ya no era relevante para mí.
A medida que crecemos, también lo hace nuestro aprecio
por la vida y la humanidad. Ninguno de nosotros con un
verdadero sentido de la decencia puede desear que ningún
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
85
mal o desgracia le suceda a otro ser humano. No
deberíamos torturarnos exhumando el pasado. ¡No lo
hagas! ¡Detente!
Tal vez la mejor manera de desquitarnos es ignorar el
pasado y concentrar el tiempo en construir tu nuevo YO.
Tal vez, deberías concentrar tu energía en construir o
reconstruir tu éxito. Y si el destino es lo suficientemente
amable para sonreírte en el camino, podrás toparte con uno
de esos viejos recuerdos en el camino y crear uno más
agradable que el anterior.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
87
Capítulo 15
La Vanidad Mató a miAutomóvil
Cuando ingresé a la universidad, mi primer automóvil era
un Dodge Swinger modelo 1973. ¡Por favor, no te rías!
Cuando compré el vehículo daba pena mirarlo. Tenía
agujeros oxidados todo alrededor, del tamaño de pelotas de
béisbol. Y en cuanto a las abolladuras, era difícil encontrar
una superficie lisa. Pero bueno, era todo lo que podía
comprar con $700. Decidí ahorrar el dinero de mis
vacaciones de verano para darle a mi automóvil un mejor
aspecto. Entonces, ahorré y ahorré cada centavo durante
meses.
Víctor Antonio
Cuando tuve dinero suficiente, hice desmontar la carrocería
del auto, le hice agregar masilla para llenar los agujeros y
luego lo hice lijar para después pintarlo.
No tenía dinero suficiente para hacerlo pintar así que ahorré
por tres meses más. Recuerdo el día que llevé mi automóvil
a Earl Scheib. Si alguno de ustedes es de Chicago habrán
visto a Earl Scheib en televisión diciendo, “Puedo pintar
cualquier automóvil, cualquier automóvil, por $99.95*.”
Cuando llevé mi automóvil a pintar, me costó un poquito
más de lo que Earl decía en el comercial; pero esa es otra
historia.
(Nota para el lector: El símbolo más peligroso es el temido
“*”. Recuerda leer la letra chica. El Diablo siempre está
en los detalles.)
De todas formas, llegó el fatídico día en que fui a buscar el
automóvil. Yo estaba tan contento. Cuando el empleado me
trajo el automóvil, no podía creer lo bien que se veía. Por
primera vez quería que la gente me viera conduciendo ese
vehículo. Había elegido un color dorado metalizado que
hacía que el automóvil brillara cada vez que le daba el sol.
Lo que hacía que ese momento fuera más emocionante era
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
89
que mi novia llegaba de Nueva York al día siguiente. No
podía esperar para ir a buscarla en mi máquina nueva.
Al día siguiente la busqué en el aeropuerto y por lo que vi
ella no estaba muy impresionada, “Linda pintura. Se ve
bien”, dijo. Nos subimos y empezamos el viaje a
Chicago…o eso pensé. Estaba tan concentrado hablando
que en vez de ir hacia Chicago fui en la dirección contraria,
lejos de la ciudad. Me iba dar cuenta de eso más tarde.
Mientras estaba manejando y hablando, escuché un
pequeño golpe que parecía provenir de una luz. Estaba
seguro de que era un ruido que venía de la autopista. Por
eso, lo ignoré y seguí hablando.
Unos 15 o 20 minutos después, el golpe se volvió más
fuerte. Sin embargo, lo ignoré y seguí hablando.
Más o menos 10 minutos más tarde, el ruido aumentó tanto
que parecía el ruido de un martillazo que ya no podía ser
ignorado. Fue cada vez más y más fuerte hasta que de
repente se escuchó del motor un terrible “¡BUM!” El ruido
fue seguido por una cortina de humo gruesa y negra (para
ilustrarlo mejor, piensa en aceite quemado) que venía de
debajo del capó, lo cual comenzó a obstruir mi visión.
Enseguida me detuve, me bajé y abrí el capó. Mientras lo
levantaba, una explosión de humo negro me pegó en la cara
Víctor Antonio
(estamos de acuerdo en que el humo negro no es una buena
señal para nadie)
Me di cuenta de que estaba en grandes problemas. Por
alguna razón estaba tan enojado que la gravedad de la
situación no me afectó. Recuerdo haber trepado la colina al
costado de la autopista, haberme sentado y mirado al
automóvil que desparramaba humo por el aire. Mi novia
trataba de consolarme, pero ya saben cómo somos los
hombres, en estos momentos las frases como “todo va a
estar bien” desatan nuestra furia. Quería ir, abrir el
maletero del automóvil, sacar una palanca y terminar con
mi propio vehículo; una muerte piadosa, si me permiten el
término. Mi novia enseguida me convenció de lo contrario.
Fuimos a la estación de servicio más cercana, donde pude
llamar a mi amigo Juan para que nos venga a buscar. Juan
era un muchacho que vivía en el piso de arriba. A pesar de
que tenía un examen al otro día (íbamos a la misma
universidad), él quiso ir a buscarnos enseguida. Le dije que
estábamos en algún lugar entre el aeropuerto y la ciudad.
Pasaron más de dos horas hasta que Juan llegó. Cuando se
bajó del automóvil, un poco enojado, me preguntó, “¿Sabes
dónde estás?” Le contesté que probablemente estábamos a
mitad de camino a Chicago. Él dijo, “No, están a mitad de
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
91
camino a Wisconsin. No están ni cerca de Chicago.” En ese
momento me di cuenta de que había estado manejando en
la dirección contraria. Pero esperen, esto se pone mejor…
es decir peor.
El encargado de la estación de servicio remolcó el
automóvil y lo dejó allí hasta que yo lo buscara al día
siguiente. Yo manejaba para que Juan pudiera estudiar en el
asiento trasero. Dejamos a mi novia y fuimos a casa.
Después de unos 15 minutos de estar manejando, el
automóvil no aceleraba. Iba cada vez más despacio. Yo
seguía presionando el acelerador pero no hubo suerte. Me
fijé en el medidor y había más de cuarto tanque. Otra vez
me detuve al costado de la autopista. Esta vez éramos Juan
y yo los que tratábamos de entender qué estaba pasando.
Fuimos hasta la próxima estación de servicio, y como no
teníamos a quien llamar, decidimos remolcarlo hasta casa.
Llegó el camión de remolque, levantó el automóvil y nos
subimos. Después de unos minutos en la autopista, escuché
el ruido de un soplido de aire, “Pfisssssss”. Parecía uno de
esos sonidos que los camiones hacen con los frenos de aire
cuando se detienen. Me imaginé que era uno de los otros
camiones que estaban en el camino, entonces lo ignoré.
Juan tampoco le dio importancia y volvió a estudiar.
Víctor Antonio
Cuando salimos de la autopista cerca de casa, otra vez
escuché un fuerte “Pfissss”, pero esta vez no había otros
camiones cerca. Después de doblar en nuestra cuadra, el
conductor del remolque maniobró para dejar el automóvil
de Juan en un lugar seguro y luego comenzó a bajarlo. En
ese momento me di cuenta de que, no una, sino las dos
ruedas del lado derecho del camión estaban totalmente
desinfladas. Esto explica el sonido que escuché, ¡dos veces!
No podía creer mi racha de mala suerte de ese día. Primero,
mi automóvil muere en el camino. Después; el automóvil
de Juan muere al costado del camino. Y ahora, el conductor
del camión tiene dos ruedas en llanta de un solo lado. Y
para empeorar las cosas, el conductor del camión no tenía
una rueda auxiliar. Ahora él tenía que llamar a “su amigo”
para que lo viniese a ayudar. Yo ya estaba listo para irme a
la cama y terminar este día.
Al día siguiente, mi hermano fue a buscar el automóvil.
Después de todo el dinero que había invertido, no quería
saber nada con él. Cuando mi hermano regresó, me contó
cuál había sido el problema y qué había pasado.
¡¿Estás listo?!
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
93
Había olvidado colocarle aceite al automóvil. ¡Sí, aceite! El
famoso líquido equivalente a la sangre para los humanos.
Sin el aceite, el automóvil hizo volar una varilla y rompió
el motor. Mi automóvil había muerto.
Mi hermano me miraba y me preguntaba sin parar:
“¿Cómo olvidaste colocarle aceite al automóvil?”
“¡No sé!”, le respondía una y otra vez.
(Intervalo mental: En este momento debes estar pensando,
“Caramba, qué tontería”. Ahora ya sabes que no estás
solo cuando se trata de cometer errores “tontos”.
Entonces, sigue con tu vida y no te castigues más por los
errores pasados…¡estas cosas pasan!)
Pero muy dentro de mí, yo sabía por qué lo había olvidado.
Estaba tan concentrado en hacer que mi automóvil se viera
bien, que durante meses me olvidé de revisar el motor. Le
había dado tanta importancia al aspecto de mi automóvil
que no le presté atención a cómo “marchaba”. Mi vanidad
mató a mi automóvil.
Me pregunto si no hacemos lo mismo en la vida. Tratamos
tanto de impresionar a los demás que nos olvidamos de
Víctor Antonio
cuidar lo esencial. Muy a menudo, cuidamos la carrocería
pero ignoramos el motor interno que tenemos, nuestro
cerebro.
Gasté cientos de dólares para que pintaran mi automóvil,
pero no me tomé el tiempo para gastar $2 en un cuarto de
aceite que hubiera mantenido a mi automóvil andando.
Gastamos miles de dólares en automóviles, ropa y otros
objetos materiales, pero no gastamos $15 para comprar un
libro que nos sirva para mejorar nuestras vidas.
Pasamos incontables horas en el gimnasio tratando de
lograr la figura y el peso ideal, pero no nos tomamos 20
diarios o incluso un mes para aprender algo nuevo.
Cuando pienso en mi hermoso Dodge Swinger dorado
metalizado cubierto por una nube de humo negro, recuerdo
que con los automóviles (y la vida) “No todo lo que brilla
es oro”.
Recuerda, trabaja en el cuerpo, pero es más importante
trabajar en la mente, ¡tu motor interno del éxito y la
prosperidad! No dejes que la vanidad mate tus sueños.
Víctor Antonio
Capítulo 16
Cómo Perder Dinero &Eludir tu Destino conGran Éxito
Todo el mundo habla de cómo ser exitoso a través del
trabajo duro y el esfuerzo ¡Olvídate de eso! Voy a tomar
un enfoque diferente y demostrar lo contrario.
Voy a demostrar cómo perder el dinero que tanto te costó
y engañar a tu propia muerte (es decir destino) y ser
exitoso. Prepárate para tomar nota:
Paso 1: Sé cobarde
Ser cobarde no tiene nada que ver con la fuerza física sino
que se relaciona totalmente con la fuerza mental. Yo sé
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
97
que quieres ser exitoso pero tienes miedo de
comprometerte con tu sueño. Tienes miedo de correr
riesgos. Tienes miedo de tomar decisiones. Quieres que
todo sea perfecto antes de “correr un riesgo”. ¡Sí, claro!
Ese día llegará cuando el Infierno y el famoso Sancocho
caliente y picante de mi mamá se congelen (nota del autor:
apuesto a que el Infierno se congela mucho antes que la
sopa de mi mamá) Sin embargo, no hagas nada hasta que
suceda alguna de las siguientes situaciones: todas las
estrellas de la constelación estén alineadas perfectamente,
hayas encontrado el extinto pájaro Dodó, o alguien te
garantice que no vas a fracasar. Hasta que alguna de estas
cosas pase, no hagas nada…sé un cobarde.
Paso 2: Escucha a las personas tontas
Ah, ésta una de mis favoritas. Hay dos clases de persona:
la exitosa y la feliz. Por exitosa se entiende la gente que
tiene una carrera y tiene seguridad financiera. Por feliz se
entiende alguien que ha encontrado su “lugar feliz” y
disfruta de su vida. La última tiene poco que ver con el
dinero, y se relaciona más con el estilo de vida. Sabiendo
esto, aquí está la clave: nunca pero NUNCA escuches a la
gente exitosa o feliz. Solamente lograrán enfermarte con
Víctor Antonio
sus ideas y estrategias para alcanzar lo que quieres en la
vida. En vez de eso, escucha a tus amigos y familiares que
están en bancarrota o son infelices. De ese modo, si
fracasas, y lo más probable es que lo hagas, por lo menos
los tendrás de compañía. Además, si fracasas utilizando
sus consejos siempre puedes culparlos (Ver Regla 9 para
más detalles).
Paso 3: Espera la Intervención Divina
Sí, otra forma de perder tu dinero y eludir tu destino es
simplemente esperar que la “mano invisible” del destino te
traspase y te bendiga con una gran abundancia. Sí, ve y
reza y pídele a Dios (quien sea o lo que sea que signifique
para ti) que te dé todo lo que mereces. Siéntate, no hagas
nada y espera a que algo bueno pase. Sí, tus necesidades
son más importantes que las de la gente de otros países
que se está muriendo a causa del HIV, hambre, violencia,
etc. No te sientas culpable. Haz tu pedido a Dios y tal vez
hasta puedes darle una fecha límite si estás muy apurado.
Pero recuerda, no muevas un dedo para ayudarte, puedes
ofenderlo a Él siendo tan impaciente y responsable.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
99
Paso 4: Desarrolla la Necesidad de Imitar
Desmond Morris escribió un libro fantástico llamado “El
simio humano”. Si no lo has leído te estás privando de una
experiencia y un placer primitivos. Morris habla de la
necesidad de los hombres de imitar para sentirse aceptados
y más valorados. Entonces lo que quiero que hagas para
perder tu dinero y eludir tu destino es comprar todo lo que
sus amigos y colegas están comprando. Compra los
automóviles extravagantes, los museos lujosos (perdón,
quise decir, casas), haz todos los viajes que quieras a
lugares exóticos. ¿Y el dinero? ¡A quién le importa! El
punto aquí es que debes imitar o copiar lo que los demás
hacen. El dinero y las deudas son pequeñeces por las que
no deberías preocuparte. ¿Y las compañías de tarjetas de
crédito? No hay problema si les debes dinero, son
estafadores que tienen mucho dinero; no necesitan el tuyo.
Paso 5: Aprovéchate de la Gente
Éste es un gran consejo. Olvídate de ser considerado y
deja de lado la “regla de oro”. Si puedes utilizar a alguien,
hazlo. Si puedes aprovecharte de una situación, hazlo.
¡¿Las consecuencias?! ¡Bah! A quién le importan esas
tontas cuestiones, son tan molestas. Por lo que les importa,
Víctor Antonio
probablemente no tengas que lidiar con ellas otra vez. Y si
es en el lugar de trabajo, mejor, estáfalos de la mejor
manera posible. Tal vez se lo merecen por ser tan
ingenuos. La premisa básica es esta, la próxima vez que
estés en posición de aprovecharse de otra persona, no lo
pienses dos veces, ¡sólo hazlo!
Paso 6: Inventa tu Propia Realidad
¡Oh!, esta me gusta. Deja de lado a la realidad, inventa
una nueva. Cuando alguien dice, “No eres realista”,
ignóralo, es un idiota. Cuando alguien trata de advertirte
que estás despilfarrando el dinero y tus deudas llegan al
techo, sólo ve de compras…te sentirás mejor. También
recuerda que el dinero es la raíz de todos los males y nadie
debería ahorrar o guardar nada por si acaso. Y, aun cuando
alguien te diga que estás equivocado, ¡ignóralo porque no
TODOS ellos pueden tener razón! Y tal vez, simplemente
no tienen la misma visión brillante y rosa que tú tienes
acerca de la vida. Aléjate de esos tontos.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
101
Paso 7: Nunca Vuelvas a Comprometerte
La próxima vez que hagas una promesa, recuerda que no
es un compromiso de verdad. Una promesa es un acuerdo
para hacer algo pero tú te reservas el derecho de cambiar
de idea sin notificar a la otra parte (esto es también
conocido como La Regla del Cuando Es Conveniente). Y
sí, está bien prometer mucho y cumplir poco. La Regla
Conveniente se aplica. Cuando le dices a alguien que vas a
ir a una reunión o a un compromiso, recuerda que está
bien cambiar de idea, otra vez, sin necesidad de notificar a
la otra parte. Los compromisos son tan restringidos que
debería permitirse la flexibilidad de no cumplirlos o de
ignorarlos, lo que quieras. ¿Y si los otros se quejan? Sólo
son desconsiderados con tu “espontaneidad” y con tu
espíritu libre… bastardos envidiosos.
Paso 8: Culpen a los ISMOS
La próxima vez que las cosas no sucedan a tu manera o te
hayas perdido algún ascenso o aumento, culpa a los
“ISMOS”. Hay muchos para elegir. RacISMO, SexISMO,
etc. Recuerda, no es tu responsabilidad crear riquezas y
oportunidades. Siempre alguien debería hacerlo por ti
porque has sido imposibilitado (es decir, con algún ISMO,
Víctor Antonio
por supuesto) por la injusticia de la sociedad. Alguien
debería enmendar y compensaciones ya que tus
inconvenientes deben ser indemnizados. No olvides
quejarte siempre de que “el hombre” no te deja sobresalir.
Y siempre culpa a un empresario con un lindo traje por tu
fracaso. Siempre tienen la culpa de algo. Son mentirosos y
estafadores esperando tener exposición.
Regla de Regalo 9: Nunca es Tu Problema
No importa lo mal que actúes o no actúes, no es tu culpa
(Corolario de la Regla 8) Nunca es tu problema. Siempre
es problema de otros. Y si no encuentras a alguien a quien
culpar, culpa a un difunto. Es útil culpar a los difuntos
porque no pueden defenderse y te sientes mejor porque no
es tu culpa. Si no encuentras un difunto para echarle la
culpa, utiliza el último recurso, el Universo (o el Cosmos).
Cualquiera de ellos es bueno cuando se trata de echar
culpas. Échale la culpa de tu desgracia a alguna “extraña
vibración existencial” que no se puede definir. Y si nadie
te cree, es porque son unos insensibles que ignoran una
existencia de un “nivel superior” por la que tu no puedes
ser responsable.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
103
Sigue estas nueve reglas y te garantizo que vas a perder tu
dinero y eludir tu destino con GRAN ÉXITO.
P/D: Si no has entendido, estoy tratando de ser sarcástico.
Estas 9 reglas sólo te garantizarán una cosa…¡el fracaso!
Víctor Antonio
El momento más puro de tu vida es
cuando te levantas y te quitas la lagaña
conformista de los ojos.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
105
Capítulo 17
La Muerte del Potencial
Mientras leía mi último libro sobre política y economía, se
me cruzó por la mente un relato bíblico llamado “La
Parábola de los Talentos”. En esta historia, se les otorgan
“talentos” (una denominación monetaria utilizada por los
Griegos) a tres sirvientes. Al primer sirviente, su amo le dio
5 talentos; al segundo le dio 2 y al tercero le dio 1 talento.
El amo le dio a cada uno distintas cantidades de dinero
(talentos), conforme a sus habilidades.
Después de un tiempo, el Amo volvió para ver cómo les
había ido con los “talentos”. Dos de los sirvientes, a los que
le había dado 5 y 2 talentos respectivamente, duplicaron su
dinero , por lo que el amo estaba satisfecho con los
resultados.
Víctor Antonio
Cuando el amo le pidió al tercer sirviente que le rindiera
cuentas de lo que había hecho con su talento, se sintió
enojado y disgustado al descubrir que el sirviente lo había
enterrado, sin la más mínima posibilidad de obtener algún
interés. El sirviente trató de explicar que él sabía lo
“severo” que era su amo y que no quería perder Su dinero.
El amo no le creyó. Ordenó que el talento le fuera
entregado al primer sirviente que había podido convertir 5
talentos en 10. “Referencia: Mateo 25:14 y Lucas 19:12).
Aunque creo que la historia o parábola hablaba
estrictamente sobre economía y frugalidad, se puede
extender hasta incluir, no sólo dinero, sino también
verdaderos talentos (es decir, habilidades).
El principio básico de mi libro La Lógica del Éxito, es la
premisa de que a menos que descubras que es lo que te
gusta hacer, la verdadera felicidad va a eludirte. Descubrir
lo que verdaderamente queremos lleva tiempo, paciencia y
perseverancia. En el primer capítulo hablé acerca de cómo
crear “patrones de búsqueda” para encontrar tu verdadera
vocación.
Ahora, quiero ir más allá de la obviedad de los talentos
ocultos que cada persona tiene (tú ya sabes que tienes uno,
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
107
dos o más). Quiero hablar acerca de cómo esos talentos
fueron (y son) enterrados dentro de ti.
Cuando éramos niños nos encantaba descubrir cosas. Hasta
hacíamos cosas cuando los demás nos advertían que no las
hiciéramos (por ejemplo, tocar la cocina cuando mamá nos
decía que no porque estaba caliente). Queríamos aprender,
queríamos descubrir por nosotros mismos el mundo que
nos rodeaba. El fracaso y el dolor todavía no se habían
transformado en ansiedad.
A medida que crecemos, se espera que actuemos de manera
más responsable por nuestras acciones. Como en cualquier
novela dramática, esta es la escena de la vida en que la
sociedad irrumpe y empieza de manera benevolente a
imponer sus normas de conducta. Ahora se espera que:
a) te conformes
b) seas más realista
c) dejes de ser infantil, y la más terrible de todas las
normas,
d) DEJES de pensar en ti en primer lugar.
Víctor Antonio
Entonces, ¿qué hacemos? ¡Exactamente! Nos atenemos a
cada una de ellas.
Comenzamos a conformarnos vistiéndonos como los demás
y hacemos todas las cosas que se espera que la gente
normal haga. Hasta adoptamos sus formalismos, su
lenguaje y su forma de pensar.
Entonces dejamos de soñar e imaginar hacer cosas
maravillosas porque nos dicen que debemos ser más
realistas. ¿Entonces qué pasa? Ya no creamos visiones
alternativas de cómo puede ser la vida y nos conformamos
(es decir, nos comprometemos) con lo que se nos ha dado;
lo mundano, la rutina.
Ahí es cuando dejamos de lado nuestras niñerías porque
debemos ser más maduros y responsables. No más cosas
divertidas como la guerra de los globos, bailar cuando no
hay nadie alrededor, tirar comida al aire para atraparla con
la boca, ver cuantas veces se puede eructar con un sorbo de
Coca-Cola o ver quién puede tirarse el pedo más largo
(perdón, fui demasiado lejos). Ya se entiende lo que quiero
decir.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
109
Luego, se lleva a cabo el acto final. Y a medida que
crecemos, cometemos una especie de suicidio individual de
la mente. Este es el momento en el que comenzamos a
pensar en los otros y nos olvidamos de nosotros.
Empezamos a sacrificar nuestros deseos por lo que otros
(es decir, la sociedad) necesitan antes que nosotros. Y cada
vez que tenemos la audacia para pensar en nosotros,
inmediatamente nos castigamos recordándonos
interiormente que no podemos ser egoístas. ¿El resultado a
largo plazo? Conseguimos un trabajo, con el que nos
conformamos y mientras crecemos, un día nos despertamos
a la realidad que mucha gente experimenta en un momento
u otro, “Hey, no soy feliz con la vida que tengo.” Has
hecho todo lo que la sociedad te ha dicho que hagas, pero
aun así, no eres feliz. Tienes una gran familia, tienes un
trabajo decente, los chicos están bien y participas de todos
los eventos sociales y recaudaciones de la comunidad, entre
otras cosas.
Aquí hay algo más aterrador. ¡Eres infeliz pero no sabes
por qué o qué es lo que quieres hacer con tu vida! Parece
que no tuvieras un talento “verdadero” y la vida no parece
tener sentido o propósito.
Víctor Antonio
¿Suena familiar?
Mucha gente (es decir, la sociedad…otra vez) dice que esto
es la crisis de la mediana edad. ¡Yo no! Me gustaría
denominarlo: El Despertar. El momento más puro de la
vida es cuando te despiertas, te quitas la lagaña conformista
de los ojos y te das cuenta de que a la vida se le está
acabando el tiempo.
Y en este momento te das cuenta por qué no encuentras tu
talento. A través de los años con cada compromiso y
conformidad, fuiste enterrando lentamente tus talentos cada
vez más profundo. Ahora tienes el problema de desenterrar
tus talentos, después de tantos años de amontonar bajo
tierra los sueños de la niñez.
Comienza ahora por darte un poco de tiempo, unos
momentos del día para recordar aquellas cosas que te daban
gran felicidad y placer. Piensa en lo que te gustaría hacer;
qué es lo que te haría feliz. Rompe los lazos con la
conformidad y deja de ser realista por un momento. ¿Qué
es lo que te gustaría hacer?
No me malentiendas. No estoy evocando una visión
nihilista de la vida donde debas rebelarte y poner en peligro
todo lo que has construido. Nada de eso. Lo quiero es que
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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elimines las barreras subjetivas, las limitaciones y empieces
a pensar en tus posibilidades, tus deseos y tus anhelos.
Luego, prepara un bosquejo que puedas implementar a
través del tiempo y que te ayude a excavar ese ÚNICO
talento que está enterrado dentro de ti.
Si fueras el sirviente de la parábola y el amo se presentara
ante ti, ¿serías como el tercer sirviente que no hizo nada
con el talento que se le había otorgado? La tragedia humana
más grande es la muerte del potencial, su don, su talento,
sin que siquiera te des cuenta.
Encuentra tu talento y comienza a cavar hoy. Aquí tienes
un consejo: comienza con los recuerdos más queridos y
evoca aquellos momentos en los que realmente disfrutabas
de hacer algo. Ahí es donde la X marca el lugar indicado.
¿Estás listo? ¡Comienza a cavar!
Víctor Antonio
Por el contrario, una acción puso en
movimiento una secuencia de eventos
que condujeron al éxito de esa persona.
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
113
Capítulo 18
El Fatal Regreso de laArrogancia
El Mercado tiene lo que me gusta denominar el factor de
absorción; un apetito insaciable por absorber nuevos
productos e ideas. Entonces, olvídate de lo que no has
inventado en el pasado. La pregunta es, ¿sobre qué nueva
idea vas a pensar ahora? Deja de pensar en las cosas que
podrías haber hecho y empieza a pensar en lo que puedes
hacer ahora. Deja de pensar que ya no te quedan buenas
ideas; eso no es verdad.
El Mercado cambia constantemente y todos los días se
crean nuevas necesidades. El mercado de las ideas es
ilimitado si entiendes cómo ofrecer valor. Siempre hay
lugar para que puedas ofrecer lo que desees.
Víctor Antonio
No adoptes esa mentalidad en blanco que piensa, “Si hay
alguien más que lo hace, no hay lugar para mí.” ¡No! En un
mercado libre, especialmente en uno que se amplía, todas
las ideas que agregan valor tienen lugar.
· No le temas a la competencia; apréciala.
· Aprende a no tener miedo de crear un producto o un
servicio imperfecto. Puedes sorprenderte de cómo el
Mercado puede responder a tu idea.
· Aprende de aquellos que han perfeccionado su arte
y mejora continuamente lo que haces.
· Nunca esperes el momento adecuado para salir con
el producto adecuado. El mercado es muy variable e
impredecible. Si esperas mucho, para cuando te
decidas, podrás haber perdido la oportunidad.
Sería genial conocer los hechos antes de hacer algo, pero
desafortunadamente, la realidad y nuestra capacidad
limitada para procesar situaciones complicadas, no son tan
complacientes. Nunca tendrás la información completa
antes de aventurarte en un proyecto o en una idea.
Friedrich Hayek escribió un libro llamado La Fatal
Arrogancia, que se concentraba en esta idea de tener que
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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lidiar con información incompleta. Él nos recuerda que
pensar que uno puede predecir o vaticinar cómo van a
suceder las cosas, es engañarse a uno mismo o estar lleno
de uno mismo. Argumenta que somos incapaces de
moldear el mundo sobre la base de lo que deseamos.
Con respecto a actuar, Hayek postula lo siguiente:
“En el Mercado (como en otras instituciones de
nuestro orden), las consecuencias involuntarias son
supremas: la distribución de recursos está afectada
por un proceso impersonal en el cual los
individuos, (a veces vagamente), literalmente no
saben ni pueden saber cuáles serán los resultados
de su interacción.”
Lo que Hayek postula es, de alguna manera, anti-
Newtoniano. En vez de haber una reacción igual y opuesta
para cada acción, hay una reacción impredecible ante cada
acción que realizamos. Cada acción trae como resultado
“consecuencias involuntarias” que no pueden ser tenidas en
cuenta de antemano.
Víctor Antonio
Cuando leas sobre la gente que ha obtenido gran riqueza o
fama, invariablemente encontrarás que su éxito no fue
planeado. Por el contrario, una acción puso en movimiento
una secuencia de eventos que condujeron al éxito de esa
persona.
Lee las biografías de millonarios, billonarios, científicos,
artistas famosos o lo que te interese y te darás cuenta de
que hay un vínculo común que los une a todos; ellos no
sabían que iban a ser tan exitosos.
No debería sorprendernos que los músicos o los cantantes
no puedan repetir la grandeza del pasado. Tampoco que los
empresarios exitosos, que decidieron construir nuevas
compañías, no puedan duplicar la magnitud de su éxito
anterior.
La mayoría de los descubrimientos científicos no estaban
predeterminados o planeados. Hubo “pequeños
descubrimientos” en el camino, que llevaron a los
científicos a pensar de otra manera y que los condujeron a
nuevos descubrimientos.
La “Fatal Arrogancia” es pensar que uno lo tiene todo
resuelto de antemano. En este momento, puedes tener una
idea o el deseo de perseguir algo, pero pareces estar
esperando el momento indicado. Deja de esperar el
¡Por qué la ardilla siempre ganaba!
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“momento indicado”. Nunca hay un momento indicado. Y
si por casualidad ese momento llega, no lo sabrías, ¡porque
las consecuencias no previstas estarían ocultas!
Cuando realizas una acción, pones en movimiento una
secuencia de eventos. Algunos de esos eventos se
desarrollan a tus espaldas, sin que te des cuenta y tal vez a
tu favor. Algunas consecuencias se manifestarán con el
tiempo, sutilmente.
Cuando anuncié que dejaba la compañía para volver a las
ventas, puse en movimiento una secuencia de eventos. Lo
invisible estaba sucediendo sin que yo me diera cuenta.
Cuando comienzas tu “secuencia de sueños” sentirás, al
mismo tiempo, atracción y rechazo, de acuerdo con lo que
quieres y con lo que no quieres. Atraerás gente que estará
interesada en ayudarte a lograr su sueño y rechazarás a
otros (en sus ideas) que no contribuyen con tu objetivo
final.
Esperar que algo bueno pase es dejar que los demás actúen
por ti.
Por un lado, profesas la necesidad de ser capaz de controlar
tu vida, pero actúas como si quisieras que otros tomen el
mando. Hablas del poco control que tienes, pero aun así no
Víctor Antonio
pareces estar muy ansioso por tomar las riendas de tu
propio destino.
No puedes esperar a que alguien te diga, “En sus marcas,
listos, ya”; la vida no funciona de esa manera. La palabra
“ya” estaba asumida desde el momento de tu nacimiento.
¡La carrera por la felicidad y el éxito ha comenzado!
“Nuevamente vi bajo el sol que la carrera no la ganan los
más rápidos, ni la batalla los más fuertes, ni la
subsistencia los peores, ni las riquezas los avaros, ni los
favores los entendidos; sino que el tiempo y la oportunidad
les llega a todos.” (Ec. 9:11)
Me gusta este pasaje de la Biblia porque nos recuerda que
no debemos ser los más fuertes, los más rápidos, los más
inteligentes o los más valientes para sobresalir. Tu tiempo y
tu oportunidad llegarán si persigues tu sueño y haces el
esfuerzo.
Víctor Antonio
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