VVaaccaacciioonneess eenn eell IInnffiieerrnnoo...permito usar cualquier cosa que compraras antes de...

1 FORO ALISHEA’S DREAMS DARK WINGS TRANSLATIONS

VVaaccaacciioonneess eenn eell IInnffiieerrnnoo


VVaaccaacciioonneess eenn eell

IInnffiieerrnnoo

Libba Bray

Cassandra Clare

Claudia Gray

Maureen Johnson

Sarah Mlynowski


SSiinnooppssiiss Traducido por Glad

ivir en una playa… ¿Y si resulta que eres un no-muerto?

En esta colección indispensable, de cinco de los

escritores más famosos de hoy - Libba Bray (Una Gran y Terrible Belleza), Cassandra Clare (Ciudad de Huesos), Claudia Gray (Evernight), Maureen Johnson (13 Sobres Azules Pequeños), y Sarah Mlynowski (Brasieres y Palos de Escoba) - cuentan cuentos sobrenaturales paralelamente con las vacaciones. El equipaje perdido es algo poco desagradable comparado con acostarse con una bruja que siempre guardo rencor. Y una quemadura de sol podría ser doloroso y vergonzoso, pero no dura tanto como un maleficio. Por supuesto, te atrapara en lo más infernal de las situaciones, como también, podremos ver que el amor puede prosperar…

Luminoso y gracioso, oscuro y espeluznante, estas historias tienen algo para todo el mundo. ¡Definitivamente no querrás dejar esta colección en casa!

V


CCrruuiissiinn’’ Sarah Mlynowski


CCrruuiissiinn’’ Traducido por Estefi, Esther y Kenafans

Corregido por Felicity y Zara

“¿Protector solar?” Me preguntó Liz.

“¡Correcto!”

“¿Sombrero para el sol?”

“¡Correcto!”

“¿Gafas de sol?”

Apunté al par que llevaba sobre mi cabeza. “Estoy lista. ¿Podemos irnos? “

“¿Bikini?”

“Um… “.

“Cristina, ¿estas usando el bikini nuevo azul que te compré la semana pasada?

“Bien…”

Ella se inclinó sobre su cama doble, me levantó la camiseta, y jadeó.

“No. Tú no vas a llevar ese horrible bañador marrón de una sola pieza. No te permito usar cualquier cosa que compraras antes de conocerme, ¿vale?“ Liz ya estaba vestida con un bikini blanco muy pequeño, si se puede llamar bikini lo que parece como dos pedazos de cadena sujetando tres triángulos.

“Pero me voy a quemar.” me quejé.

“No lo harás. Es por eso que hemos comprado SPF 100 o lo que sea. No seas un bebé. Ponte el traje de baño nuevo, así podremos subir a la cubierta ya.”

Me sentí mareada - y no es porque estuviera atrapada en un estrecho camarote de un crucero. Aunque estoy segura de que eso no ayuda.


Estoy muy emocionada de estar aquí-por supuesto, que lo estoy, pero también estoy un poco nerviosa. Nunca he estado en un crucero antes. ¿Y si me mareo? El barco ni siquiera había salido todavía del puerto y ya tenia una especie de vaivén como el de una mecedora un poco borracha, de un lado a otro. ¿Qué pasa si se inclina en un ángulo extraño y me caigo? ¿Y si choca contra un iceberg y nos caemos a plomo al fondo del océano?

Incluso el nombre del barco -Crucero a Ninguna Parte- sonaba espeluznante. Se supone que lo llaman así porque no nos dirigimos a un lugar específico; vamos a flotar en aguas internacionales durante tres días y tres noches y a continuación, volver a Nueva York. Pero aún así. Suena siniestro. Si yo estuviera a cargo de la publicidad, lo llamaría Trotamundos del Mar o Extravagancia del Océano, o algo que no grite Muerte Final.

Pero simplemente soy yo.

Bueno, yo no estoy nerviosa por la caída de la embarcación.

Estoy muy nerviosa porque. . . muy bien, voy a decirlo. En este viaje,” El Crucero a ninguna parte”, tengo una meta. Yo voy a hacerlo.

Sí. Es la hora. Mi primera vez.

Agrrr. No puedo creer que vaya a hacerlo.

“¿Estás segura sobre el bikini?” Le pregunto ahora, consciente de mí misma. No me preocupaba mirarme en el espejo. Ya sé lo que parezco. Pechos medianos, el pelo castaño hasta los hombros, no demasiado grande, no demasiado pequeño. Solo llámame Ricitos de oro. De la media, de la media, de la media. Sin embargo mis ojos son bonitos. Admito que son de una especie de verde y marrón y azul. Mezclado.

“Kristin, si usas este horrible bañador hay un cero por ciento de probabilidades de que conquistes a alguien. Menos que cero. Menos uno. “

Visto desde otro lado. En realidad no tengo un candidato en cuenta para el gran evento. Primer paso: encontrar a un tipo. Segundo: cazarle. Tercero: hacerlo.

Sin presiones ni nada. Respiré profundamente.

Salvo ¿qué chico me dará una segunda mirada con Liz acostada en una hamaca a mi lado? Liz, con su bikini blanco con cadena, su largo y ondulado cabello rojo hasta la cintura, y unas piernas que son más largas que todo el cuerpo. Ella es la sirenita en vida. Apuesto a que estaría bien si el barco se convirtiera en un


Titanic. Agitaría su pelo y doce tipos cederían sus balsas salvavidas para salvarla.

Abrí la cremallera de mi bolso. “Está bien, voy a cambiarme”.

“¡Date prisa! Quiero estar allí cuando el barco…”

Antes de terminar su frase, el suelo, bajo nosotras cambió. Miro por la ventana y sobre nuestro balcón vi el muelle alejarse.

Mis rodillas estaban temblando. ¿Es esto lo que llaman piernas marinas? ¿O tal vez estoy nerviosa por lo que va a suceder…?.

Según el mapa en nuestra habitación, este barco cuenta con doce plantas. ¡Doce pisos! ¿No es una locura? Tal vez los barcos no son tan malos como yo pensaba. De hecho, tal vez me vaya a vivir en uno para siempre. Hay un spa, una peluquería, un gimnasio, una biblioteca, cientos de habitaciones, una docena de restaurantes. Cuatro piscinas. ¿Qué más necesitas?

Había una chica de nuestra edad en el ascensor cuando entramos. Era rubia, pequeña, y su piel era de un rojo encendido, como si estuviera recién lavada.

“Hola.” Dijo Liz con una gran sonrisa. “¿Vas a la piscina del nivel doce?”

Liz habla con todos. No tiene miedo. Yo, por el contrario, siento como si me hubiera tragado un centenar de mariposas cuando tengo que hablar con un extraño.

La chica asiente con la cabeza. “Si. La del nivel doce se supone que es la mejor. Es exterior. Y yo lo necesito para empezar a broncearme de inmediato”.

“Estoy muy pálida también.” dijo Liz. “Entonces, ¿qué piensas del barco?”

“Agradable. Es mi primer crucero.”

“El mío también” solté. No estaría de más ser un poco menos miedica.

“¿Estás aquí con tu familia?” Liz preguntó.

La chica jugueteaba con los extremos de su cola de caballo rubia. “Sí. Estoy aquí con mi madre loca. Ya se ha tomado prácticamente una botella de Vicodin y se ha desmayado. Probablemente va a dormir cuatro días. Se suponía que estaría en este crucero con su nuevo novio pero la abandonó la semana pasada. No es que le culpe por eso.”


Bien. Eso fue una gran cantidad de información. Liz y yo nos miramos la una a la otra, pero luego nos volvimos hacia la muchacha. “Al menos conseguiste un crucero.” le dije.

Resopló. “Qué afortunada. Es un momento asqueroso para ir a un crucero. ¿Vosotras leísteis el National Eagle de esta semana? “

Liz sacude la cabeza con desdén. “Yo no leo los tabloides.”

Yo tampoco. Muy bien, a veces lo hago. “¿Por qué? ¿Qué dijo? “

“¿Te asustas con facilidad?”, preguntó.

“Sí”.

“Entonces yo probablemente no debería decirlo.”

Las puertas se abrieron. Ow. Deslumbrante. Bueno creo que tenía anti-UV, anti-reflejo y anti-cualquier-destello-a través de estas gafas. Debo proteger a mi mejor activo. Me deslizo mis gafas de sol sobre los ojos y ajusté mi lindo sombrero de paja nuevo.

Supervisamos la escena. Hay una enorme piscina rectangular, dos cursis barras de techo de paja, y una piscina restaurante con terraza. La cubierta está llena de gente. “¿Qué tal por el extremo más al fondo?”, Pregunto, señalando a un montón de sillas vacías azul y blanco, de rayas.

“Ven, siéntate con nosotras”, dijo Liz a la chica nueva.

“Gracias”, dijo sonriendo. “Si estáis seguras de que no molesto. Me llamo Hailey. “

Nos presentamos mientras Liz tomaba tres toallas de playa de color melocotón pálido de una caja y las colocaba en las sillas vacías.

Coloqué el bolso entre nosotras, abrimos la sombrilla por mi silla, y resbalé hacia fuera mi toalla.

“¿Entonces vosotras estáis aquí con vuestros padres?” Hailey pregunto, buscando en su bolsa. Saco un par de gafas de sol de gran tamaño y el National Eagle. No puede dejar de preguntarme cuál era la historia de la que hablaba. ¿Quería saberlo?

“Sólo nosotras.” dijo Liz, recostada en su silla.


“Wow. ¿Sois hermanas? “Hailey preguntó.

“Más o menos” dijo Liz.

Me reí. “En espíritu al menos.”

“¿Fue un regalo de graduación o algo así?”

“Exactamente.” dijo Liz.

“Sois afortunadas.”

Todavía no, pero planeaba que así fuera. Excepto ¿cual es la gran historia de miedo que Hailey no está diciendo? “Así que cuéntanos lo que dijeron sobre los cruceros.”

“Voy a decírtelo, pero no me culpéis si no podéis dormir esta noche.” Dijo, “Los Vampiros atacan Cruceros. ¿No es una locura?”

“Sí.” dije. El barco se balanceaba un poco, y mi estómago se apretó.

“Lo sé, ¿verdad?”

Liz resoplo. “Hola, esa gente del Eagle, es peor que el Enquirer. No es real.”

“Podría serlo.” dijo Hailey.

Me senté en mi asiento. “Espera, ¿qué es exactamente lo que dijo?”

“Que la gente ha desaparecido de los barcos de crucero en los últimos seis meses. Están culpando a los vampiros.”

“Um, ¿saben que no hay tal cosa como los vampiros?” pregunté.

“Parece que no.”

Sacudí la cabeza. “El Eagle debe tener graves problemas de circulación.”

“Nunca se sabe” dijo Liz. “Tal vez los vampiros estén matando a la gente en los cruceros. ¿Quién puede decir lo que es real y qué no?”

Golpeé ligeramente la parte posterior de su pierna. “O tal vez algunos locos secuestran a chicas que habían tomado demasiado vodka y luego las empujan por la borda antes de que nadie note que está desaparecidas” le dije.


“Sí, eso suena bastante bien.” dijo Hailey, cambiando a través del periódico.

“O Bloody Marys.” bromeo Liz.

“He oído que sucede mucho más de lo que informan. Es debido a las aguas internacionales. Es más difícil perseguir a los delincuentes.” Hailey, explico.

“O encontrar los cuerpos.” agrego Liz.

“Espeluznante.” dije, temblando. Envolví el extremo de la toalla alrededor de mis brazos.

Los ojos de Hailey se ampliaron. “No voy a caminar de noche, puedo prometerlo.”

“Vamos a mantener a los chicos malos alejados.” prometió Liz, y, a continuación se giró sobre su estómago.

Cerré los ojos. Descanso.

Ahhhh. La brisa del mar en el pelo, el rugido del agua con el sol brillando a mí alrededor. Lindo. Perfecto.

Estaba a punto de relajarme cuando una sombra se cruzó en mi camino.

Abrí un ojo para ver lo que está pasando y el otro rápidamente se abrió.

“Hola.”

Era un chico. Un chico lindo, de mi edad, tal vez diecisiete años. Permaneciendo entre mis pies con la pedicura reciente y la piscina.

Llevaba a traje de baño a cuadros negro y gris, tenía el pelo rubio y corto, y unos sexys brazos esculpidos.

¿Podría ser el elegido?

Con un suave movimiento se zambullo en el agua, dejando mi lado, sin siquiera salpicar para refrescarme.

¿Adónde va? Vuelve, “Chico a cuadritos”, vuelve.

“Sumérgete.” Liz me dijo, empujándome con su codo.


“¿Qué?” Le pregunté, con un poco de pánico.

“Te gusta, ¿no? Es bastante guapo, ¿eh? “

“Ick. ¡Ni siquiera lo conozco!” Dije.

“Te gusta lo que ves, ¿verdad?”

“Supongo” conteste.

“Entonces zambúllete.”

Lo dudo. ¿Y si cuando yo me tire me trago un par de cientos de litros de agua clorada y luego pierdo la parte superior del bikini?

“Si quieres a alguien, tienes que ir tras él.”

“Lo sé, pero…”

Hailey levantó la vista de su periódico y sus ojos se posaron sobre “el chico cuadritos” en la piscina haciendo ahora vueltas. “Él es lindo, Kristin.” ella dijo. “Ve por él.”

Liz me sonrió como si dijera: “Mira, incluso la muchacha que acabamos de conocer piensa que deberías.”

Suspire. Tienen razón. Sé que la tienen. A diferencia de mí, ella sabe lo que está haciendo. A diferencia de mí, ha hecho esto antes, muchas, muchas veces.

Pero… no quiero parecer una idiota. ¿Y si me golpeo? ¿Y si él tiene una novia? ¿Y si tiene una esposa? ¿Y si tiene hijos? Bueno, parece un poco joven para tener una esposa e hijos, pero lo que si…

Liz suspiró. “Kristin, mira cómo se hace.” En un fluido movimiento se quito las gafas de sol, la toalla y el iPod y se sumergió, sin un murmullo, en el extremo más profundo.

Ella salió a la superficie como una supermodelo, pelo brillante y hombros hacia atrás para mostrar su oh-tan-diminuto top del bikini. Ella estaba directamente bloqueando el camino del “chico cuadritos”

Él nadó directamente hacia ella. Saco la cabeza hacia atrás, pedaleando y escupiendo agua.


“Lo siento.” Liz ronroneo. “¿Necesitas el boca a boca?”

Hailey se rió.

La expresión en la cara del “chico cuadritos” decía que le encantaría el boca a boca, muchas gracias. “Lo siento por esto” dijo. “Tengo que aprender a mirar por donde voy.”

“No sé si puedo aceptar su disculpa.” ella dijo con voz cansina. “Puede que tenga que invitarme a un trago para hacer las paces.”

“Haré lo que sea necesario.” dijo el “chico cuadritos”, los ojos parpadearon rápidamente, sin dar crédito a su suerte. Nadaron hacia el bar de la piscina.

“Wow.” dijo Hailey.

“Es una maestra.” le respondí.

“¡Pero no tiene ni veinte y uno! ¿Cómo va a beber?”

“Ella tiene sus métodos.”

“Te robó el tío. Deberías haber pedido que te pagara dinero.”

Me encogí de hombros. “Hay otros peces en el barco.”

Una hora más tarde Liz volvió a nuestros asientos.

“¿Como es?” Pregunto.

Ella se paso los dedos por el cabello húmedo. “¿Quién, Jarred? No está mal. Se ofreció a comprarme el almuerzo. Ya le dije que le alcanzaríamos más tarde tal vez.”

“¿Tiene algún amigo lindo?” Hailey pregunto.

“No le pregunté, pero ésta es nuestra prioridad de este fin de semana.” Liz dijo, señalándome. “Se debe tener cuidado de un problema.”

“¿Qué clase de problema?”

Mi cara se sonrojó, y no fue por el sol.

“Su virginidad.” dijo Liz con una media sonrisa.


“¡OH, no lo hagas!” dijo Hailey. “Ojala hubiera esperado. La perdí el otoño pasado, a principios del tercer año, con un idiota. Lo contó a toda la escuela.”

“Idiota” le dije.

“Así que confía en mí, no te apresures.” dijo ella. “Espera a que alguien del que estés locamente enamorada.”

“No le hagas caso.” dijo Liz. “Te dará demasiado miedo hacerlo con alguien del que estés locamente enamorada.”

“Tal vez.” dijo Hailey, vacilando. “Por lo menos si lo haces con un extraño, no importa a quién se lo dijo. No conoceréis a la misma gente. ¿Alguna vez has estado cerca de perderla?”

“Una vez.” lo reconozco.

“¿Qué pasó?”

Dudé. “Fue con un chico llamado Tom. Pensé que iba a suceder. Yo estaba en su habitación. Sus padres no estaban en casa. Y yo estaba a punto cuándo…”

“¿Cuando qué?”

“Me acobardé.” reconocí. “Y eché a correr.”

“Debió gustarle eso.” Hailey se río.

“Estoy segura de que lo superó.” le dije. No es que nunca lo viera otra vez. Mejor para los dos, diría yo.

“¿Y tú?” Hailey pregunto a Liz. “¿Cuándo la perdiste?”

Sacudió la cabeza. “Parece que haya sido hace una eternidad” Ella se encogió de hombros. “¿Quién puede recordarlo?”

Hailey extendió los brazos sobre su cabeza. “Yo probablemente vaya a ver a mi Mamá. Me aseguraré de que no se haya arrojado por la borda del barco.”

“O le hayan atacado los vampiros.” dijo Liz, guiñándole un ojo. Hailey se rió. “¿Chicas estaréis por aquí más tarde?”

“Sí” le dije.


“Genial.”

“Vamos a estar en el casino.” dijo Liz, recostada en el asiento otra vez. “Nos encontraremos a las nueve.”

“Excelente. Gracias.”

“Espera, Hailey?” Pregunte. “¿Has terminado con el Eagle?”

“Si. ¿Lo quieres?”

“Sí no te importa, si.”

Lo tiró en mi silla. “Disfrútalo.”

Liz se giró mientras yo abría el periódico.

“No es divertido.” dije, leyendo los detalles. “Se dijo que habían habido siete desapariciones en seis cruceros diferentes en el último año. Dos personas fueron encontradas en el agua, sin una gota de sangre. ¡Sin gota de sangre! ¿No estas ni siquiera un poco preocupada?”

“Dame un respiro. Es el Eagle. Hola, no hay tal cosa así como vampiros, ¿recuerdas? De todos modos, tu estás transfiriendo la ansiedad de lo que realmente temes.”

“¿De qué hablas?”

Me dio una mirada de complicidad. “Tú lo sabes. Perderla.”

“Gracias, Dra. Laura. Pero no quiero hablar más de eso.” me dí la vuelta otra vez en mi sillón, dándole la espalda.

“¿Tienes hambre?” Pregunto a los pocos minutos.

“No.” le dije, todavía enojada.

“Deja de ser un bebé.” ella me dijo “Estoy muerta de hambre. Conseguiré algo para que comamos. Déjame encontrar a Jarred.”

“Hailey dijo que deberías habérmelo pedido.”

“Hey, es todo tuyo, si tu quieres.” ofreció.


“No, adelante. No quiero tu caridad. Voy encontrar mi propio hombre.” Tome una bocanada de aire oceánico. “Lo prometo.”

Liz y yo quedamos con Hailey en el casino mas tarde esa noche en un distribuidor automático de James Bond. ¿Si lo pongo en un cuarto, un magnifico espía explotaría fuera?

“Las dos os veis increíbles.” dijo Hailey

“Tú también.” dije yo. Ella se ve muy bonita con un sencillo vestido de algodón negro.

“¡Oh, por favor, os veis como si fuerais a una fiesta de gala en Manhattan, y yo parezco que voy a un baile de la escuela!” Admiro el vestido sin tirantes color púrpura que Liz me forzó a ponerme y la glamorosa vaina roja sin espalda de Liz.”¿Puedo saquear tu armario?”

“En cualquier momento.” Le dijo Liz, fijando la correa de su zapato.

“Y tu hueles genial. ¿Qué perfume es?”

Hailey sonrió “¡Gracias! Se llama Parfum de Vie.”

“Muy rico”

“¿Dónde está tu madre?” Pregunte.

“Desmayada. Tan patética.” Hizo rodar sus ojos y enderezo sus hombros. “¿Qué queréis hacer? ¿Apostar? ¿Alcanzar la escena? ¿Encontrar chicos monos? ¿Matar vampiros?”

“Me levanto por los dos primero.” Liz dijo explorando el cuarto “Empecemos por el bar”

Cuando hicimos nuestro camino, un camarero mucho más viejo pero todavía muy ardiente nos pregunto lo que nos gustaría beber. Liz ronroneo su pedido sobre la barra, mostrando su escote.

Ella se vuelve hacia nosotras y murmuro “Me lo pido.”

“Es lo suficiente mayor como para ser tu padre.” Hailey dijo.

“Me gustan los hombres maduros. Saben mejor. Como el buen vino.”


Ella levanta su vaso y brindamos. Cuando lo bajo, le vi.

Era él.

Lo supe de inmediato. Era él. Es perfecto.

Estaba en la mesa de Black Jack.

Si pensaba que el “chico a cuadritos” era lindo, este tipo estaba a otro nivel de lindo. En el nivel doce de los lindos. Era magnífico. Alto, pelo negro brillante, pómulos esculpidos, con hombros como de quarterback. A diferencia del Sr. Camarero no podía tener más de veintidós. Y él lleva un esmoquin.

Seriamente.

¿Quién necesita un cuarto? Acabo de encontrar a mi propio James Bond. De la vieja escuela, de pelo oscuro también.

“Me lo pido.” susurre.

Liz me aprieto el hombro. “Buena llamada.”

“Me he enamorado.” dije

“Puedo ver eso.” dijo ella. “Limpia tu barbilla. Babeas.”

“¿Dónde? ¿Dónde? ¡Enséñamelo!” Hailey dijo saltando en el sitio.

“No seas demasiado obvia.” le advertí, tirando mi pelo de un modo más despreocupado. “Mira en la mesa de Black Jack.”

Ella se giro con un oh-tan-casual giro de ciento ochenta grados. “Ooooh. Está bueno. ¡Ve a por él!”

Me moví con mi vestido “¿Cómo? ¿Qué hago?”

Hailey se dio la vuelta hacia Liz. “Sí, dinos qué hacer. ¿Cómo sabías qué hacer para conseguir a aquel nadador en la piscina? ¿Dónde está él de todos modos? ¿Quedaste con él?”

Liz se encoge. “Nah. Está terminado. Era aburrido.”

Hailey se rió. “Adivino que ya encontraste a alguien nuevo. Dinos tus secretos entonces, podemos seguir tus pasos, ¿verdad?”


Ella nos hace señas de acercarnos más. “Es todo sobre la actitud. Él deberá saber que tú piensa que tú eres todo. Si tú piensa que lo eres todo, él pensará que eres todo. Pero ser todo no significa `soy mejor que tú´ Eso quiere decir, `soy fabulosa y parece que tu también, entonces tal vez nos merecemos el uno al otro´.”

“¿Fabulosa?” repetí.

“Sí.” Ella cabecea enérgicamente. “Absolutamente fabulosa.”

“Puedo hacerlo” Hailey dijo “Puedo ser absolutamente fabulosa. ¿Qué más?”

“Eso es todo”

“¿Eso es todo lo que necesitamos para encontrar un novio?” Hailey pregunto

Liz sonrió abiertamente “¿Novio? ¿Quien quiere un novio? Es como anotar una conexión.” Ella froto mis hombros otra vez. “¿Entonces estás lista?”

“Sí.” dije negando con mi cabeza.

“Ve a jugar a su lado. Hay un sitio libre.”

“Pero no se cómo” gimotee.

Ella me entrego un chip negro “Aspira veintiuno.”

“¿Veintiuno qué?”

Cuando ella se rió, suspire y gire la cabeza al taburete vacío. Puedo hacer esto. “¿Este asiento está ocupado?” Pregunte con una lamentablemente voz nasal.

Él inclina su cabeza al lado y me dio una sonrisa. “Nop. Todo tuyo.”

Con cautela coloque el chip sobre la mesa.

“¿Estas teniendo una buena noche?” Pregunte, intentando parecer un pelín más sofisticada y seductora. En otras palabras sueno como si tuviera un full.

“Sí. Mi amigo acaba de casarse en el comedor” dijo. “Estaba bailando, pero me colé aquí para descansar.”


Eso explica el esmoquin. “Fabuloso.” dije.

“¿Perdón?”

“Oh, um… la feliz boda. Se te ve muy joven para tener un amigo casado.”

“Oh, él está loco. Compañero de universidad. Ya sabes cómo es. ¿A qué universidad vas?”

“NYU, “mentí al instante. ¿Por qué no? No es como si alguna vez lo supiera.

Él cabeceo, comprándolo. “Estoy en Penn. ¡Eh!” me dijo, apoyándose más cerca y poniendo su mano a mi brazo.

Una descarga de electricidad paso a través de mi cuerpo. Está tan cerca que puede oler la loción de afeitar en su cuello.

“Tienes unos ojos increíbles.” dijo lentamente. Vi como su boca formaba las palabras.

“Gracias.” le dije, apenas respirando.

El crupier nos interrumpió mediante la distribución de dos series de cartas a los cuatro en su mesa.

James Bond dejo mi brazo y se instalo de nuevo en su asiento.

Suspire.

Pose mi vista en mis cartas. Un ocho y un comodín. No tengo ni idea lo que esto quiere decir. Trato de reírme de James, pero él parece estar sobre mí y mis ojos y ahora esta cautivado por sus cartas.

“¿Señorita?” el crupier me pregunto.

“¿Sí?” Pregunte.

“¿Qué quiere usted hacer?” Miro mi mano. No tenia ni idea. “¿Quiere una carta?”

El Sr. Bond me mira en shock. “¿Qué? ¿Por qué?” Muy tarde. El distribuidor me dio un cuatro de espadas y me declaro hacia fuera.


Whooops

No me sentía tan fabulosa ahora mismo. Más bien idiota.

“¿Qué pasó?” Liz grito cuando volví vacía en todos los sentidos de la palabra. Ningún chips, ningún muchacho.

“Perdí todos mis chips. ¡No tenia idea lo que hacía!”

“¿Por qué no le pediste ayuda?”

“¿Cómo pido ayuda si trato de parecer fabulosa?”

Ella tiro su cabello detrás de su hombro. “Puedes todavía ser fabulosa y no saber cómo jugar al Black Jack”

“Bien, el crupier consiguió un as y un comodín y al parecer él ganó. Y antes…”

Liz exprimió mi brazo. “¿Pero qué pasó con el muchacho?”

Suspiro. “Él dijo que él me vería por aquí y desapareció. Me rindo. Voy a mirar la tele en la cama.”

Liz ajusto su vestido. “Voy a salir con el camarero. Supongo que no puedo llevarlo de regreso a nuestra habitación, entonces.”

“Lo siento”

“No te preocupes. Encontraré dónde ir.”

“Evitad la cubierta”

Liz me guiño un ojo “No me esperes despierta.”

“Ella es el ama” Hailey dijo e hizo una pequeña reverencia a Liz.

Y yo soy la peor alumna.

“¿Por qué no está él aquí?” Me pregunte en voz alta.

Liz bostezo “Porque son solo la nueve de la mañana. ¿Realmente tuvimos que hacer esto tan temprano? Somos las únicas en la piscina.”

“No quiero que él desaparezca otra vez.”


“No es como si él tenga cualquier lado para ir. Él está en un barco estancado.”

“Mientras un vampiro no lo consiga y lo lance al agua” dije, y estiro mis piernas delante de mí.

“Hemos quedado con Hailey alrededor de las once”

“¿Qué piensas de ella?” Ella me pregunto

“Me gusta” dije “¿Y a ti?”

“Hay algo raro en ella. Me gusta”

“Quizás sea un vampiro” dije

“Ella no es un vampiro” Liz dijo

“Ella está pálida, tiene un buen olfato y viaja sola”

“Está aquí con su madre” me recordó

“Eso es lo que ella dijo”

Liz cierro los ojos y luego los volvió a abrir “Estoy hambrienta, ¿quieres algo de comer?”

“Um, no gracias. Sigo todavía llena de tu aperitivo de medianoche. Gracias por traerme un snack del bar, por el camino.”

“De acuerdo. Nos vemos luego.” Ella me hace volar un beso y se pavonea.

No me importa estar un minuto sola, el viento en mi pelo, el cielo azul-es un día perfecto, ¿Qué podría mejorar?

James. Ver a James podría hacer mejorar esto. Si lo sé, James Bond no es su nombre real, pero puedo llamarle como yo quiera. Suspiro y cierro mis ojos. Hay un montón de otros chicos que pueden ser mi primera vez. Pero había algo en James…

Él sería perfecto. ¡Él es el único! ¡Mi primero! Por supuesto él no lo sabe todavía. Él no sabe mi nombre aun. No se su nombre aun. De hecho apenas sé algo sobre él excepto que él es un estudiante en Penn y él está genial en esmoquin.

Pero se que es perfecto.


Tengo que encontrarle.

A las once Hailey se sentó a mi lado. A las doce Liz volvió con el pelo sucio y una risa traviesa sobre su cara.

“¿Y por qué tardaste tanto?” le pregunte

Ella me guiño un ojo. “No te gustaría saberlo.”

A las dos todavía James no estaba piscina, y decidí que bien podría mirar alrededor del barco. “Me pregunto dónde estará” le dije.

Si él no viene a mí. Iré yo a él.

“¿Alguien quiere venir a acosar a James conmigo?” Pregunte.

“Definitivamente” Liz dijo, resbalando sobre sus chanclas. Tres de nosotros golpean la cubierta.

“Vamos a ver” dijo Liz. “Hay otras 3 piscinas en el barco. ¿En cuál estará él?”

“Empecemos por la de arriba y vayamos bajando.” Hailey sugirió.

Lo intentamos en la piscina del undécimo piso primero. Piscina para niños. Ningún James.

“Por lo menos sé que no tiene hijos.” les dije. Hay que ir. Ahora sé tres cosas acerca de él.

Tratamos el décimo piso, junto la piscina. Estaba el grupo de Itnez. Era largo, rectangular y había un montón de aficionados entrenando la base de natación.

Ningún James. No había sol tampoco, ya que tenía techo. Le doy la vuelta a mis gafas de sol a la parte superior de mi cabeza.

“Me gusta esta piscina.” dijo Hailey, contemplando el bombeo de chicos en el duro trabajo. “¿Podemos volver aquí más tarde?”

“verlos es demasiado agotador.” dijo Liz. “¡Ultima próxima piscina!”

Noveno piso. Salimos del ascensor y… ¡Oh dios mío!


“¡Allí está!”Dije señalándole. ¡James! ¡En carne! ¡En el jacuzzi! ¡Oh! A pesar de que hay techo, lleva gafas de aviador, y sostiene una cerveza y, es tan hermoso como yo recuerdo, y está sentado junto a una chica y…

Una chica. ¿Quién es esa chica? ¿Y por qué esta acosando a mi hombre? Solo yo puedo acosar a mi hombre.

La chica se rió tontamente de algo que James está diciendo: una tintineante, alta y molesta chica, una risa que me daba ganas de matarla.

Su mano está en el hombro de ella.

“Booooo” gemí. “Creo que mi novio ya tiene una novia.”

Pise con mi pie calzado con sandalias contra la cubierta.

“Tu eres mas mona” dijo Hailey.

Liz cabecea. “Tú puedes quitárselo.”

Sacudí mi cabeza. “Puedo encontrar a un tipo solo. No tengo que privar de alguien de su novio.”

“No es su novia, “dijo Liz. “ Es alguna muchacha arbitraria con la que él coqueteando. La vi anoche en el casino con otro grupo. Ella será la historia para la cena.”

“¿Tú crees?” pregunte esperanzada

“Lo prometo” ella dijo

Nos dividimos por la tarde: Hailey demandaba que necesita una siesta, Liz golpeaba por la gimnasia, y yo comprobé el balneario.

Nos encontramos para la cena con un pequeño grupo de jóvenes cristianos.

Más tarde nos encontramos de nuevo a James Bond en el bar del casino.

Las buenas noticias: Liz tenía razón, la chica del mediodía no se encontraba por ninguna parte.

Las malas noticias: él está con otras dos chicas. Él sonreía a ambas, sus dientes brillando contra su piel pálida.


Suspire.

“Siguiente” Hailey susurro.

“Pero es perfecto” dije “Mírale.”

“Kristin, tu solamente no puedes engancharte a alguien que ya ha enganchado a dos personas en un día” dijo ella, sacudiendo su cabeza. “Eso es ser un golfo, sin animo de ofender Liz”

“Ninguno tomado.” dijo Liz alegremente.

“No es como si yo quisiera una relación profunda, significativa.” masculle.

“Pero él es un arrastrado. ¿Qué le pasó a la muchacha del jacuzzi? ¿Ha olvidado él todo sobre ella ya?”

Su brazo con cuidado cepilla contra la espalda de una de las muchachas, que tenia una cinta rosada. La otra muchacha, llevando su pelo en un moño apretado, girada sobre un taburete de bar, mirando aburrida y molestada. Ella susurro algo a Señorita Cabeza Rosada y luego salió.

“¡Genial! Ahora los tortolitos están solos.” Lance mis manos en el aire.”¡Me rindo!”

“Vamos a tomar helados.” Hailey sugirió.

“Ellos los presentan en el comedor. Apuesto hay mejores tipos allí. Los que no tienen una mirada tan arrogante.”

“Pero me gustan los tipos arrogantes” dije tristemente.

Nos alejamos hacia el vestíbulo. “Vosotras seguid adelante” dijo Liz. “Hay alguien con quien tengo que hablar.”

“¿Tu amigo de la noche pasada? “ Hailey pregunto a sabiendas.

Liz guiño un ojo.

Fuimos a por el helado. Hailey tomo dos bolas: una para ella y una para su presunta madre.

“No se lo comerá” dijo Hailey. “Probablemente solo se derretirá en un montón de porquería.”


“¿No ha abandonado su cuarto?” Era tan extraño. ¿Aún podría ser verdadero? ¿Cómo podíamos no haberla visto al menos una vez?

“Creo que lo ha hecho. Pero sólo de noche. Duerme todo el día. Es ridículo.”

“¿Quieres que vaya contigo a comprobarlo?” Pregunte. Ver si realmente existía. Tal vez ella fuera el vampiro. Ja ja

“Ah no. No te preocupes por ella. Lo odiaría si volviera con alguien al cuarto. ¿Quieres ir al tuyo y reunirnos allí? Puedo ir allí después de soltar esto. ¿No tienen un balcón?”

“Sí, pero… no es una buena idea. Mi compañera de cuarto puede tener un amigo allí. Y nosotros no queremos. . . arruinar el estado de ánimo.”

“Eso es.” dijo Liz al día siguiente en la piscina. “Nuestro último día completo. ¿Estás listo para hacer tu movimiento, cariño? “

“He estado lista durante tres días.” O algo así. Con esperanza. Explore la piscina. “Él no está aún aquí.”

“Lo estará” Liz dijo.

“Si tu realmente quieres que pase deberías buscar a otra persona” Hailey dijo. “Estás prácticamente fuera de tiempo.”

“Pero es el hombre de mis sueños.” dije “Solo necesito encontrarle a solas”

“Dudo que tengas tiempo pronto” Hailey dijo señalando con el dedo del pie la zona de la piscina. “¡Mira quién está ahí por lo mismo!”

La chica con el moño de anoche. La amiga de la chica con la cabeza rosa, está hablando con uno de los camareros.

“¡Oh, Genial!” dije.

“Su amiga está probablemente con tu chico, es hora de que te muevas”

La muchacha nos vio mirarla fijamente y se apresuro.

“¿Qué puede querer?” Hailey se pregunto en voz alta.

Cuando alcanzo nuestras sillas, dijo, “¡Eh!, lamento de molestaros chicas. ¿Pero estaban en el casino anoche, verdad?”


“Si” dijo Liz.

“¿Nos vieron a mi hermana y a mi? Estábamos hablando con un chico llamado Jay”

¿En serio? Su nombre es Jay? Que está tan cerca de James

¿No es eso una señal de que iba a ser mi primero, o qué?

”Os vi” dije.

¿Has visto a mi hermana desde entonces?”, Preguntó esperanzada. “¿Aquí en alguna parte?”

Las tres sacudimos la cabeza.

“¿Tal vez todavía está con. . . Jay? “Dije. Mi Jay, quise añadir, pero no lo hice.

La muchacha suspiró. “¿Te importa si me siento?”

“Por supuesto, cariño, quítate un peso de encima” dijo Liz, tirando de sus rodillas para hacer espacio.

“Soy Ali” dijo. “Y mi hermana no está con Jay.”

“¿Estás segura?” pregunté esperanzada.

Ella asintió. “Fui a su cuarto esta mañana. No estaba con él. Le pregunté dónde estaba y dijo que no tenía ni idea”.

Es una buena noticia, ¿verdad? “Pero ¿no se fue con él anoche?”

“Él dijo que no”, dijo la muchacha. “Pero eso no tiene sentido. Ella nunca volvió a la habitación. Su cama está hecha todavía. ¿Dónde más podría estar?”

Liz le dio palmaditas en el brazo. “¿Tal vez se encontró con algún otro tipo?”

“Supongo. . . “

“Estoy segura de que eso es todo. Probablemente se reunió con un tipo y se fue a su habitación. “


“! Pero eso es tan distinto a ella! Quiero decir, a ella le gustaba Jay, ¿por qué se habría ligado a otra persona?”

“Estoy segura de que está en algún lugar cerca”, dijo Liz, continuando dándole palmaditas en el brazo a la muchacha. “¿Quieres que te ayude a buscarla?”

“¿De veras? Realmente lo apreciaría. Estamos sólo nosotras dos y estoy un poco asustada”

“No te preocupes” dijo Liz, atando su bata.”Soy feliz ayudándote”

“¿Quieres que nosotras vayamos?” Pregunte.

“No, quedaos por aquí por si acaso…”

“Carly” dijo Ali.

“En caso de que Carly aparezca”

“¿Fuiste arrastrada fuera?” Hailey me dijo cuando Liz y la muchacha nueva se dirigen al ascensor.

¿Eh?

“¿Fuiste arrastrada fuera?”

“¿Sobre qué?” pregunto, verdaderamente desorientada.

Sacó las piernas de su posición cruzada. “Um, ¿el hecho de que su hermana estaba con Jay anoche y desapareció?”

“Pero Jay le dijo que Carly no estaba con él” dije.

“Claro, él dijo eso, pero ¿y si está mintiendo?”

Me encogí de hombros. “¿Por qué iba a mentir?”

“! Él mentiría si le hizo algo a ella!”

“¿Como qué?”

“ ! Como muchas cosas! !Algo malo! Haberla emborrachado, robarle o arrojarla por la borda del barco. Podría ser un asesino. No sabemos nada de él, excepto que es muy guapo. “


“No es cierto.” dije. “Creemos que no tiene hijos. Que disfruta de la compañía femenina. Sabemos que está aquí para una boda y que va a Penn.”

“Eso dijo él. ¿No crees que todo sea un poco raro? La chica que estaba con él la noche anterior no se encuentra. Y. . . ahora que lo pienso, ¿qué pasó con la chica del jacuzzi? No la he visto por aquí tampoco.” Se puso blanca. “Oh mi dios”.

“¿Qué?”

“La historia de los vampiros. ¿Qué pasa si él es el vampiro? “

Casi me río. “Oh, vamos. Jay no es un vampiro. “

“Podría ser.”

Mi Jay no es un vampiro. “No, no puede serlo.”

“!Sí puede! Piensa en ello”. Ella se froto la sien.”Sólo lo vemos por la noche.”

“No es cierto. Lo vimos en la bañera de hidromasaje. Eso fue durante el día. “

“Oh, bien.” arrugó la frente. “¡Pero era en el interior!

¡Ja! No hay luz solar directa. “

“Uh-huh.”

“Crees que es una broma, pero puede ser peligroso. Si fuera tú quedaría clara con él. No dejes que trate de estar contigo a solas.”

¿Dejarlo? A estas alturas no puedo obligarlo a estar a solas conmigo.

Una hora después, Liz está de vuelta, mirándome satisfecha.

“Todo bien.”Dijo, recostándose en su silla. “Hermana encontrada.”

Hailey aplaudió. “¿En serio?”

“Yep.” Engancho su bolsa y volvió a aplicarse su protector solar.

Hailey suspiró. “Gracias a Dios. ¿Dónde estaba? “


“Se levantó temprano y fue al spa. Ali debe haber estado durmiendo cuando salió de la habitación. “

“¿Pero creía que la cama estaba hecha?”

Liz encogió los hombros. “Supongo que ella la hizo.”

“¿Quién hace su propia cama en un crucero?” Pregunto.

“Habría que preguntarle.” Liz dijo encogiéndose de hombros.

O no.

La tensión se fundió en la cara de Hailey. “Oh mi dios. Eso es un alivio. “

“Hailey estaba a punto de informarte que Jay es un vampiro.” Dije, riéndome.

“ !Estaba nerviosa!” Hailey gritó.

Liz levanto una ceja. “¿Crees que Jay es un vampiro?”

“Ya no más.” dijo ella. “Aunque tiene cierto aire de un vampiro. ¿No te parece? “

“¿Qué aspecto tiene un vampiro exactamente?” le pregunte, todavía riendo.

“Tú lo sabes. Piel pálida. Cabello oscuro. Ojos melancólicos. “

Liz sonrío. “Suena sexy.”

“Los vampiros son sexys.”Admitió Hailey. “¿Brad Pitt? Sexy. ¿Ángel? Sexy. ¿Edward? Súper sexy. Yo totalmente lo haría con un vampiro.”

Liz atizó conmigo. “Hablando de hacerlo. . .”

“Lo sé, lo sé.”

“Esta noche es tu última oportunidad.” continuo. “Ve a encontrar a tu novio vampiro y átalo hasta que lo hayas hecho. Ya es suficiente. ¿Entendido?”

“Lo tengo.” dije, golpeando los puños contra el sillón de descanso. “Esta noche es la noche. No tengo ni idea de lo que le voy a decir, pero…”


“¿Por qué tienes que hablar con él?” movió las cejas.

“Haz que su mente esté fuera del canal.” me reí.

“Simplemente trata de conseguirle en tú canal, donde pertenece.”

“Tiene que decirle algo.” dijo Hailey. “No puede comenzar a hacerlo con él.”

“Dudo mucho que le importe.” dijo Liz.

“No sé por qué vas a perder tu virginidad con él de todos modos.” Hailey dijo. “Claro que es lindo, pero parece un idiota. Con toda probabilidad, se ligó al menos otras dos chicas en tres días. No suena como una tramposo. Suena como un jugador.”

Liz ondea las palabras de Hailey lejos. “Los jugadores son las mejores opciones. Confía en mí. Él es el único. Será mucho más divertido. “

Asiento con la cabeza. Sé que ella esta en lo cierto. “Entonces, ¿qué debo hacer?”

“Ser valiente.”

“Haz lo que quieras.” dijo Hailey. “Pero si fuera tú rehuiría de los chupones.”

Cuando lo vi en el bar, sé que es el momento adecuado.

Este era.

Está sentado. Esperando. Para mí.

Bueno, está bien, probablemente no para mí, pero él está solo, ¿no? Suficientemente bueno.

Hailey y Liz están en nuestra habitación. Liz le dijo a Hailey que podía pedir prestado un equipo.

Cuadré los hombros y tomé una respiración profunda. Puedo hacer esto. Puedo hacer esto.

“Hola.”, dije, mi corazón latía con fuerza. “¿Puedo invitarte a un trago?”


Él me da una sonrisa resplandeciente. “¿Quieres invitarme a un trago?”

“Me ofrecí, ¿no?”

“Debe de ser mi noche de suerte” dijo, con los ojos brillantes.

Oh mi dios, huele increíble. Almizclado, salado y delicioso. ¡Sabía que lo haría! “Creo que definitivamente es tu día de suerte” dije, me ardían las mejillas. No puedo creer lo que acabo de decir. Llamo al camarero. “¿Qué quieres?”

“Un Bloody Mary” dijo, y sonrió.

¿En serio? ¿La gente bebe realmente eso? Liz se reirá a carcajadas. Quién sabe, tal vez este bueno. “Voy a querer uno también” dije al camarero.

“Jay”, dijo él, y se tragó la bebida.

“Oh, lo sé”, dije descaradamente. “Quiero decir, encantada de conocerte. Soy Kristin. “

Mierda. ¿Debería decirle mi verdadero nombre? ¿Realmente importa?

“Como es mi día de suerte, tal vez deberíamos golpear las mesas.” dijo. Sus dientes están teñidos de rojo.

Él se parece un poco como a un vampiro. No es que lo fuera. Por supuesto que no lo es.

Mi corazón empieza a golpear. ¿Puedo hacer esto?

“Podemos” dije, y me incline hacia él para que pueda ver sólo un poco por la parte superior de mi camisa.

¡Hola, intrépido yo! “¿O tal vez quieres salir de aquí?”

Sus ojos se iluminaron como velas. “¿En serio?” Sonrió. “Sí, estoy para eso. ¿Quieres ver mi cuarto? “

“¿Tienes un compañero de cuarto?” pregunte, mi corazón golpea.

“No. Pero tengo un balcón. “

“Suena bien” dije, tomando el resto de mi bebida para darme coraje.


Él tomo mi mano. “Ven conmigo”

¡Aquí vamos! ¡Lo hice! Bueno, no lo hice todavía, pero estoy en la posición preparada.

Estamos de pie en el balcón. El cielo es un líquido negro y salpicado de estrellas brillantes. El viento sopla a través de mi cabello y haciéndome hormigueos en la piel. Me aferro a la barandilla y tomo una bocanada de aire de mar.

“Es agradable estar aquí fuera, ¿eh?” pregunta.

“Es increíble”

Él puso su brazo por mis hombros. “Entonces.” dijo.

“Entonces.” respondí. Me volví hacia él. Aquí está. Mi oportunidad. Todo lo que tengo que hacer es no ser una gallina.

Su cara a pulgadas más cerca de mí. Y más cerca. Estoy respirando su olor salado. Casi puedo saborearle.

Y entonces. . . nos besamos.

¡Nos besamos!

¡Yupi!

Él me besa más. Paso los dedos por mi pelo. Baja su mano a la parte baja de mi espalda y me tira hacia él. Se detuvo de besarme sólo para contarme lo guapa que soy, que era tan agradable. Él es tan agradable.

Oh cielos. ¿Qué estoy haciendo? ¿Puedo seguir con esto?

No lo sé. Me siento enferma.

No creo que pueda hacer esto.

No puedo hacer esto.

Me tiré hacia atrás.

“Lo siento, James. Me refiero Jay. Quiero decir. . .“ Tengo que salir de aquí. “Pensé que podía hacer esto. Pero no puedo.“


“¿Como?”, Dijo, sorprendido, parpadeando abiertamente.

“Tengo que irme. Ahora. Confía en mí. “

“Pero, pero… “ Al final aprieto mis hombros. “No vamos a hacerlo”

“¿Perdón?”

“No puedes llevarme así y luego no terminar lo que empezamos” dijo con voz baja y ladrando.

“No creo que esa es la forma en que funciona” dije.

“Creo que es lo” dijo, tirando de mí hacia él.

“No, realmente no lo es. No estoy lista. “

“Parece que estás lista para mí”.

Tal vez tenga razón. Tal vez estoy lista. Traté de relajarme.

Respire profundo. Esto es lo que quiero. Sin duda merece ser el primero.

“Hmm” dije, tomado una respiración profunda. Le besé el borde de los labios. Y luego la mejilla. Y entonces le mordisque en la oreja. Cuidadosamente. Y luego baje a la parte superior de su cuello. Él sólo huele tan delicioso. Sabroso. El real Parfum de Vie- el aroma de la vida. Hambre, le besé el cuello. Lamí su cuello. Lamí después del afeitado. Ñam.

“Eso se siente tan bien” murmuró.

Abrí la boca aun más. Aquí viene. Estoy lista. Puedo hacer esto. Ser valiente.

Hundí mis dientes en su cuello.

“¡Hey!” Grito. “Eso duele”. Trato de retroceder.

Ahora es demasiado tarde para volver atrás. Es hora. Tiré de él hacia mí, afirmé su rostro entre mis manos frías y lo mordí de nuevo.

Liz tenía razón. Esto no es tan difícil.


A medida que inútilmente se esforzaba por escapar, pregunto “¿Por qué me haces esto?”

Porque tengo sed, creo, pero no se si lo dije. Estaba ocupada bebiendo.

“¿Qué. . . eres?” murmuró justo antes de desmayarse.

Tragué un sorbo de sangre. Mucho mejor que un Bloody Mary.

“Soy un vampiro” le explique, y luego acabé con él.

Lo hice. ¡Lo hice!

Mi primera vez. Tengo que admitir que estoy un poco orgullosa de mí misma.

Una vez que hube agotado su cuerpo, lo cargaré encima de la barandilla y lo vi desaparecer en la oscuridad de abajo.

Después de escuchar un toque suave, me salí fuera.

Encontré a Hailey y Liz a solas en la cubierta de la piscina.

Hailey atravesada en una silla del salón, con los ojos muy abiertos, los brazos y las piernas temblando.

“¡Guay, lo hiciste!” Dijo Liz. “¿Completo?”

“Relleno.” dije. “Extra Delicioso. Fabuloso. Incluso mejor que el “chico a cuadritos”, o el camarero mayor o la muchacha de la tina de agua caliente”.

“Fresco es siempre mejor que las sobras.”

“Tienes toda la razón.”

“Aunque no sabía lo de Ali o Carly” dijo Liz.

“Ellas eran muy sabrosas.”

Miré hacia Hailey, que está mirando hacia el cielo, todavía temblando. “Pensé que estaría en el mar ahora. ¿Decidiste cambiarla? “


Liz asintió. “Sí. ¿No te importa, verdad? Me gusta. Creo que será divertida. Le di la elección, por supuesto. Dijo que era algo nuevo. Duda que su madre se dé cuenta de que es diferente.”

Nos llegaron ráfagas de risas desde el otro extremo de la cubierta. Miramos para arriba. Dos tipos universitarios caminaban hacia nosotras.

Uno de los chicos lleva una gorra de los Yankees.

Hailey se empujo hacia arriba con sus codos.

“¿Estás bien?” Pregunte.

Ella asintió y, a continuación, su mano ya no temblaba, señalo al tipo de la gorra y susurro, “Mío.”

FIN


NNoo mmee gguussttaa ttuu NNoovviiaa

Claudia Gray


PPrriimmeerraa PPaarrttee Traducido por Alice

Corregido por Qwely

LISTA DE VACACIONES

Vestido de verano

Sandalias Bikini negro para el caso de que me sienta valiente Bañador púrpura por si me siento cobarde

Auto-clave Conchas pulverizadas

Gafas de sol Veneno de serpiente Alas de mariposa

iPod

Objetivos a mejorar:

En este año, en los Outer Banks yo:

• Seré más agradable con Theo, ya que mamá jura que me quiere

incluso si me lo demuestra poniendo una estrella de mar muerta en mis zapatos.

• Repasar con mamá las cosas solo después de las reuniones del aquelarre para no olvidar todo antes de llegar a casa.

• Ignorar a la zorra de Kathleen Pruitt porque soy demasiado buena

para descender a su nivel.

"Sé que eres metódica, pero esto es ridículo."

Cecily Harper levantó la vista del bloc de notas para mirar a su padre de pie en la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho y una

sonrisa en su rostro. Puso de relieve sus últimas palabras con un teatral floreo. "Tú sabe que hacer listas es uno de los siete hábitos de la gente altamente efectiva"


"Cariño, estoy acostumbrado a sus listas", dijo su padre. "Las

comenzaste a hacer tan pronto como pudiste. Pero en tu maleta, has ordenado toda la ropa por colores”.

Miró a su maleta abierta sobre la cama. Los blancos se encontraban en

un extremo, los negros en el otro, y las tonalidades intermedias en medio. Encogiéndose de hombros, Cecily dijo: "Bueno, ¿cómo lo harías tú?"

Cariñosamente revolvió su pelo. Esto le molesto un poco, porque ella acababa de fijar su cola de caballo, pero Cecily no se preocupaba por mucho tiempo. Ella estaba mucho más preocupada por el hecho de que

su padre hubiera visto algo raro en la maleta.

Cogió el frasco de las alas de mariposa y frunció el ceño. "¿Qué es esto?"

"Uh". Cecily trató de pensar en una mentira, pero no podía. "Um. . ".

Su expresión pasó de la curiosidad a la repugnancia. "Cecily, ¿esto son alas de insecto?"

Dile la verdad.

"Sí". Enrojecida con audacia, Cecily añadió, "Son alas de mariposa para

hacer magia."

Papá miró fijamente. "¿Qué?"

"Cecily, no te burles de tu padre." Su madre entró en el dormitorio de Cecily y rápidamente tomó el frasco. "Simón, estas son las hojuelas de

jabón. Baño de burbujas. Ellos hacen tener forma de las alas de la polilla y el ojo de tritón y todo ese tipo de cosas mágicas ahora. Creo que es algo de Harry Potter. "

"Harry Potter". Papá se rió entre dientes. "Esos tipos de merchandising

no se pierda un truco, ¿verdad?"

Mamá guardó el frasco de nuevo en la maleta y le disparó a su hija una mirada de advertencia. Pero su voz era alegre cuando ella dijo,

"Démonos prisa, chicos. Tenemos que salir para el aeropuerto en unos quince minutos. Cariño, ¿quieres comprobar a Theo? La última vez que lo vi, estaba tratando de colar a Gordo en su equipaje de mano. "

"Por el amor de Cristo." Papá empezó por el pasillo. "Todo lo que

necesitamos es que el Departamento de Seguridad Interior nos detenga por el hámster."


Tan pronto como su padre estaba fuera del alcance del oído, su madre

murmuró: "¿No tendremos que tener esta conversación nuevamente?"

"Realmente siento en peligro nuestras vidas." Cecily se echó el cabello, melodramática, agarrándose las manos delante de su pecho como una

heroína de cine mudo. "¿Y si papá trata de arrojarnos a la hoguera? ¿Qué será lo que vamos a hacer? "

"Cargar las maletas en el coche, ¿de acuerdo? Y ni siquiera pienses en intentar un truco como este una vez que lleguemos a Carolina del

Norte. Los demás no van a darte tanta libertad como yo”

Su madre se apresuró, importunada por el último de sus muchos disgustos en esta materia. Pero Cecily se sentía demasiado enojada

consigo misma para hacer una broma en lugar de tratar de hablar con ella.

Normalmente se esforzaba por respetar las normas de la Brujería, las normas que Cecily se sabía de memoria antes de cumplir los ocho años.

La mayoría de las normas fueron sensatas como sujetar con riendas los increíbles poderes con los que trabajaban.

El hecho de que ella supiera las reglas hacia atrás y hacia adelante fue

una de las razones por las que era una bruja muy buena.

En opinión de Cecily había otra razón. No sólo memorizo las reglas, sino que se obligo a comprender las razones detrás de ellas. Por ejemplo, una cosa era saber que el Arte de brujas prohibía utilizar tu poder para

socavar la voluntad de los demás, pero otro fue entender por qué estaba mal y como el mal uso de las facultades corroe tanto tu capacidad y

como tu alma.

Sin embargo, había una regla que Cecily no podía entender, la más antigua de todos: Ningún hombre puede conocer la verdad detrás de la Brujería.

Papá-que no sabía nada sobre la cosa más importante en la vida de su esposa y de su hija- llamo "Tenemos que dejar a Gordo en O'Farrells y llegar al aeropuerto en una hora. ¡A menos que nadie quiera ir a la casa

de la playa de este año! "

Cecily se sacudió la melancolía y cerro la cremallera de la maleta. Es hora de ir al encuentro de la secta.

Por supuesto, ninguno de los hombres involucrados sabía que el viaje

anual a Outer Banks tenía algo que ver con la brujería. Todos creían


que se trataba de una reunión de "amigas de la universidad": seis

mujeres que eran muy cercanas y querían que sus familias se conocieran entre sí. Así que cada año alquilaban un par de casas de

playa en Carolina del Norte, a poca distancia una de la otra y las dividían entre las familias. El viaje había comenzado antes del nacimiento de Cecily, por lo que por ahora los seis maridos eran buenos

amigos también, y le gustaba decir que sus hijos estaban "creciendo juntos". Cecily felizmente podría haberse saltado la experiencia de crecer con Kathleen Pruitt.

"Tenemos un aquelarre en casa", Cecily se había quejado el mes pasado cuando le habían dicho de ir Outer Banks este verano. "¿Por qué no podemos simplemente pasar más tiempo con ellos en vez estar con las

brujas con que practico en la universidad? Puedo aprender más de esta manera. "

Pero su madre no quiso saber nada de eso. Insistió en que algunas cofradías tienen una energía especial que hace que valga la pena seguir

en contacto y que algún día Cecily comprendería. Cuando Cecily trató de explicarle que una semana con Kathleen Pruitt era como seis meses

en el infierno, mamá había dicho que estaba siendo dramática. (Mamá podría haberlo entendido si Cecily le hubiera hablado de aquella jugarreta del año anterior, cuando Kathleen había reclamado en voz

alta en la playa que el hilo del tampón de Cecily colgaba de su traje de baño, que no era así. Pero Cecily no se atrevía a hablar de eso.) Así que

a los Outer Banks. Otra vez.

Por lo menos se encontraban en la playa. Cecily, que amaba nadar al sol, pensaba que era lo mejor de cada verano.

Excepto, por supuesto, si llovía.

"El informe climático juró este frente se quedaría al sur de aquí" dijo

papá, aumentando la velocidad del limpiaparabrisas del coche de alquiler.

Theo dio patadas con impaciencia en la parte posterior del asiento de su madre. "Me dijiste que podía nadar tan pronto como llegásemos allí. Lo

prometiste. "

"Apuesto que la tempestad se calma pronto", dijo mamá con dulzura.

Theo no se consuelo. "¡Ni siquiera puedo utilizar el jacuzzi si está lloviendo!"


Cecily miró los nubarrones oscuros con aprensión. ¿Qué podría ser peor que pasar una semana con su peor enemigo? Pensó. Quedar atrapado adentro con ella y con su hermano pequeño quejoso, debido a la lluvia. Esto es peor.

Luego se recordó a sí misma que uno de sus objetivos era no preocuparse por Kathleen Pruitt y ser más agradable con Theo, que sólo

tenía ocho años y del que no podía esperarse que tuviera alguna perspectiva. "Hey, ¿recuerdas el futbolín en la sala?" Ella le golpeo en el hombro. "El año pasado, no pudiste vencerme, pero tú eres más grande

ahora. Tal vez debas retarme para la revancha"

"Supongo que estaría bien." Theo suspiró, todavía pretendiendo poner mala cara. Pero Cecily podía ver el brillo de malicia en sus ojos. Cuando

le lanzó lo de jugar al futbolín, él estuvo encantado.

Cuando llegaron a la casa de la playa, un par de amigas de su madre salieron a recibirlos, con tormenta o no. La Sra. Silverberg y la Sra. Giordano, que parecía tan comunes como madre con pantalones

vaqueros y polos de color pastel. Ningún hombre vivo (ni la mayoría de las mujeres) podrían nunca adivinar los poderes que les enseñaban a

sus hijas. Ahora, gritaban hola mientras las gotas de lluvia ablandaban las hojas de periódico que sujetaban sobre sus cabezas, y hubo grandes abrazos para todos. Cecily se esforzó por parecer entusiasmada, aunque

era difícil ya que estaba empapada.

Mientras su padre tomaba la mayor parte de los equipajes, Cecily miro con recelo a su alrededor buscando a Kathleen. Un año había

encontrado a Cecily en el coche sólo para golpear su bolsa con un conjuro de picazón. La madre de Cecily no había descubierto el verdadero problema en dos días, en los que Cecily había arañado los

brazos tanto que nadar en el océano había sido imposible.

No había ninguna señal de Kathleen sin embargo. Muy poco aliviada, Cecily tiró de la última maleta, la suya del maletero. Haciendo muecas

por el peso y se preguntaba si que realmente había necesitado el autoclave. Luego, una mano fuerte la paso para agarrar el tirador. "Déjame".

Cecily miró por encima del hombro al hombre más hermoso que jamás

había visto.

Tenía el pelo rubio y ojos azules, tan llamativo, que empezó a pensar tonterías sobre arena dorada y aguas muy oscuras. Era tal vez un pie

más alto que Cecily, la cual normalmente prefería chicos más cercanos a su propia altura, pero consideraba hacer una excepción en este caso.


Su camiseta blanca se está convirtiéndose rápidamente en

transparente, ya que se mojó, que era la mejor razón por la que Cecily podía pensar en comer afuera a pesar de la lluvia.

"Pesada" dijo levantando la abultada maleta sin esfuerzo aparente.

"Debes de tener muchas cosas aquí dentro. "

"Cada año me prometo a mí misma que voy a traer menos", confesó. "Y nunca lo cumplo"

Su sonrisa se amplio aun mas. "Eso significa que quieres estar preparada para cualquier cosa."

Magnifico, cortés, y entiende el valor de una preparación minuciosa. Tengo que estar soñando.

"¿Cecily?" Mamá me llamo desde los peldaños de la casa. "¿Vosotros dos vais a estar ahí todo el día?"

"¡Ya voy!" Cecily respondió. El Magnifico Chico Cortes se rió suavemente

cuando cargaba las bolsas hacia el interior.

Sus sandalias resonaron contra el suelo al entrar en la casa de playa, que se suponía que llamamos “Ocean’s Heaven.” (Todas las casas en la

playa de Outer Banks tenían un estúpido juego de palabras-nombres, y tenían esculturas de madera flotante en las paredes y colchas con dibujos de pelícanos o conchas de mar.) La camiseta de Cecily se

pegaba a su cuerpo en extrañas e incómodas dobleces, y su maquillaje probablemente había sido lavado en la arena. ¿Qué le parecería al

Magnifico Chico Cortes? Rápidamente exprimió su cola de caballo manchada de barro y aparto su goteante flequillo para ver Kathleen Pruitt.

"Aquí estas" dijo Kathleen. "Preguntaba a mamá donde podrías estar.

¡Te ves exactamente igual! "

Gotas de agua de la ropa empapada de Cecily golpeaban en la alfombra de la casa de la playa. "Caramba, gracias."

Si Kathleen noto el sarcasmo, lo ignoró. A Cecily le hubiera gustado

añadir un comentario sarcástico sobre el aspecto de Kathleen en cambio, pero lamentablemente Kathleen se veía bien. Súper-bien, en

realidad. No era mucho más linda que Cecily, que en los difíciles momentos de honestidad habría dicho que ambas estaban en la media, pero los Pruitts tenía un poco más de dinero para gastar en ropa,


maquillaje, y en dar forma al cabello de Kathleen. Esa era una

diferencia, que Kathleen no dejó a Cecily olvidar jamás.

Fuera, el trueno retumbaba, lo que sugería que Cecily iba a estar atascada dentro con Kathleen durante un tiempo muy largo.

"¡Kathleen ha estado preguntando y preguntando por ti!" Dijo la señora

Pruitt, que estaba abrazando a mamá. "¡Simplemente no podía esperar para ponerse al día con su mejor brote de verano!"

Brote. Uf. Cecily forzó una sonrisa. "Parece que estuvimos aquí ayer."

"¡Oh, Cecily!" Kathleen canturreó cuando ella hizo un gesto hacia el

cuarto de baño. "¿Conociste a Scott?"

Del baño salió el Magnifico Chico Cortes, alias Scott. Tenia una toalla colgada alrededor de sus hombros, que aparentemente había sólo utilizado para secarse el pelo que ahora estaba deliciosamente

despeinado. Antes de que Cecily pudiera pensar en todas las formas en que ella le hubiera gustado desordenar su cabello, vio, para su horror,

que estaba caminando en línea recta hacia Kathleen que se acurrucó contra él satisfecha.

Al fondo se oía a la madre de Kathleen diciendo: "Bueno, pensamos que Scott podría compartir habitación con Theo, si eso está bien para ti. Él

es un joven agradable, seguro que le adoraras. Sus padres dieron su permiso, así que pensé ¿por qué no dejar a Kathleen traer a su novio? "

Novio. Este sorprendente, increíble, hombre perfecto es el novio de Kathleen Pruitt. No hay justicia. No hay Dios. Bueno, quizá hay un Dios, pero ¿Justicia? Ninguna.

Kathleen sonrió aún más ampliamente. "¿Trajiste a alguien este año,

Cecily?"

Cecily estaba moviendo la cabeza, pero Theo intervino " Traté de traer a Gordo, pero no me dejaron. Gordo es mi hámster. "

Kathleen susurró a Scott, lo bastante alto como para que Cecily la escuchara "El la llamó así por su hermana."

Scott no se río con la pequeña broma de Kathleen. Él frunció el ceño

haciéndose el tonto, como si no lo entendiese, aunque por supuesto lo hizo. No, él era demasiado educado para reírse de algo como eso.

Demasiado bonito. Demasiado bueno. Eso hizo que la situación fuera aún peor.


Kathleen se las había ingeniado para conseguir que sus anzuelos

atraparan a un tipo que era alto, guapo, educado, y totalmente no-malo. (En otras palabras, un hombre con quien ella no tenía nada en común.)

Obviamente tenía la intención de utilizar su nueva relación para que Cecily se sintiera tan pequeña y sola como fuera posible. Y la lluvia era cada vez más fuerte.

Es oficial, Cecily pensó. Estoy en el infierno.


SSeegguunnddaa PPaarrttee Traducido por Qwely

Objetivos a mejorar: REVISADOS

Durante esta semana infernal en los Outer Banks yo:

• Continuare siendo amable con Theo, y nunca ni una sola vez cederé a la tentación de preguntarle acerca de Scott, porque no me preocupo por Scott

• Hablare con Scott lo menos posible, porque debo evitar cualquier tipo

que se decida libre y voluntariamente por Kathleen.

• Me concentrare realmente en las reuniones aquelarre y convertiré esto en una experiencia de aprendizaje, porque seamos sinceros como

vacaciones ya están casi arruinadas.

• Recordare que soy demasiado buena para notar a la zorra de Kathleen Pruitt, aunque dicha zorrería sea lo suficientemente grande para verse desde el espacio exterior

Las mujeres se sentaron en un círculo en el sótano, parpadeante vela

en el centro. Vapores amargo flotaban en el aire. Cecily estaba acostumbrada a los olores ahora, pero a veces se pregunta si no

podrían utilizar una vela perfumada para hacer su ambiente de trabajo un poco más agradable. ¿O cualquier elemento nuevo perturbaba la energía? Tendría que preguntar.

Mamá utilizaba un punzón fino y blanco para grabar los patrones de

las runas en las cenizas mezcladas. Tenía una linda mano precisa y delicada, y Cecily envidiaba el toque seguro de su madre.

Algún día voy a ser tan buena, se prometió a sí misma.

Cada mujer se sentó con su hija o hijas, a excepción de la señora Pruitt

porque Kathleen se había saltado el aquelarre. Esto fue diferente en Kathleen, a quien normalmente le gustaba usar estas ocasiones como

oportunidades para avergonzar a Cecily. Por otra parte, a Kathleen gustaba usar todas las ocasiones para avergonzar a cualquiera. Cecily estaba agradecida por el breve receso.


Cuando el patrón de runa estuvo completo, mamá coloco algo en frente

de la pequeña pila de cenizas, un único zapato marrón que pertenecía al padre de Cecily. Todos los demás pusieron algo también: la camiseta

de un marido, las gafas de sol de un padre. Cecily añadió al conjunto la Game Boy de Theo encima del resto. Otra pareja trazó líneas de ceniza alrededor de todo el montón de artículos, conteniéndolos dentro del

hechizo.

“Tiempo para ungir” dijo su madre al círculo en su totalidad. Asintió con la cabeza y las otras mamás todas se saludaron y sus hijas — de

edades comprendidas entre la de Cecily y una cuatro años menor, con sus trenzas acercándose para conseguir una mejor vista. Entonces su madre añadió, “Intenta esto, Cecily.”

Cecily había estado llevando a cabo este paso del hechizo un par de

meses, y a veces por períodos más difíciles que este. Pero ella nunca lo había hecho delante de nadie ni de su madre, ni siquiera del aquelarre de casa. Vio las miradas que las madres intercambiaron entre sí,

sorprendidas y no necesariamente aprobándolo. La mayoría de las brujas eran un par de años mayor de lo que era Cecily antes de que

fueran capaces de manejar ese tipo de poder.

Sin presión, pensó.

Cogió el frasco que había cocinado en la noche anterior en el autoclave. El líquido de color púrpura oscuro era viscoso, tal vez más de lo ideal,

pero al menos sería más fácil de manejar. Cecily sacó el tapón y se negó a arrugar la nariz por el olor. Se inclinó hacia adelante y derramo hábilmente el líquido del vial en un chorro fino en la runa dibuja por su

madre, precisamente. Los surcos en las cenizas capturaron el fluido, y el líquido de la runa comenzó ligeramente, a brillar.

"Muy bien", dijo su madre. Cecily sintió con facilidad la tensión de la

sala. Su madre tomó la vela, una parte en la que Cecily no era muy buena pero porque siempre perdía la concentración cuando la cera caliente le quemaba los dedos. Mamá no se estremeció una vez que

acerco la llama hacia el líquido que se incendió.

Por un momento, el fuego saltó todavía púrpura brillante, aún con la forma de la runa. Luego, la ceniza se incendió también, y una nube de

humo apareció sobre ellos. Allí, parpadeando en tres dimensiones, estaban las personas que habían buscado con el hechizo catalejo: todos los padres y hermanos viendo un partido de béisbol en un bar de

deportes cercano. Cecily vio a Theo robar un aro de cebolla del plato de papá, y ella casi se rió.


Lo siguiente que vio, sin embargo, limpió la sonrisa de su cara.

Scott estaba de alguna manera aún más increíblemente hermoso de lo

que había sido el día anterior. Su brazo descansaba sobre los hombros de Kathleen, y él la miró con adoración, cuando ella presentó sus uñas.

Ninguno de ellos estaba prestando atención al juego.

A Scott ni siquiera le gustan los deportes, Cecily pensó. El tipo con el que había estado brevemente en la primavera había querido pasar las

tardes del fin de semana mirando el golf por televisión, que era más o menos, en pocas palabras por lo qué no iba a salir más con él. No gustarle los deportes era prácticamente la única forma en la que Scott

hubiera podido ser más perfecto, así que naturalmente él había ido y lo había hecho.

Encontrar un novio que fuera perfecto hasta el punto de no gustarle los deportes era prácticamente la única manera de que Kathleen Pruitt se

hiciera aun mas insoportables .Tanto como Cecily siempre había odiado a Kathleen nunca la había envidiado antes.

Sin duda, Kathleen sabía que Cecily estaba celosa y estaba disfrutando

cada segundo de ello.

Tal vez ni siquiera Scott le guste mucho, Cecily pensó esperanzada. A lo mejor sólo esta con él para herirme.

Pero no había mucha posibilidad de que fuera eso. Aunque

probablemente Kathleen haría cualquier cosa para herir a Cecily, cualquier chica le gustaría Scott.

Justo cuando la visión de ellos juntos parecía abrasar los ojos de Cecily, la imagen se apagó. Las llamas se apagaron y donde las cenizas

habían estado solo había algunas motas de polvo en el suelo del sótano. Un área de trabajo limpio fue el signo de un hechizo bien hecho.

"Muy bien" dijo una de las madres, y Cecily sabia que el elogio era para

ella.

La reunión aquelarre más o menos termino en ese punto. Esto era más una sesión de instrucción que cualquier otra cosa, el hechizo catalejo se había con propósitos ilustrativos, ya que todas las mujeres

sabían acerca de la excursión al bar de deportes. Algunas de las madres revisaban los puntos más finos del hechizo con las hijas como

todo el mundo se levantó y se reunieron los elementos que había llevado a centrar su magia poniendo las cosas en su sitio.


"Hiciste buen trabajo hoy", dijo su madre, tirando suavemente en cola

de caballo Cecily.

"Trato de prestar atención." Cecily trató de mirarla inocentemente. "En lugar de saltarme el aquelarre. Al igual que algunas personas”.

"Puede ser eso." Mamá miró para asegurarse de que la señora Pruitt no

la había oído hablar, eran buenas amigas que era una de las razones por las que Cecily no se permitía mostrar abiertamente cuánto detestaba Kathleen.

Cuando Cecily escondido la Game Boy Theo de nuevo en su equipaje,

se preguntó, ¿Saltarse el aquelarre significaba que podía pasar tiempo con Scott? ¿Sin Kathleen? Cecily decidió que no lo haría con frecuencia,

pero sin duda lo haría una vez.

Pero no. Scott no era perfecto. Nadie es perfecto. Claro que era magnífico, dulce y educado, pero él había elegido hasta la fecha a

Kathleen. Así que había una fallo enorme allí. No había duda de sus otros fallos que se darían a conocer con el tiempo.

Los chicos, además de Kathleen regresaron una hora más tarde, después de que el partido béisbol terminara. En todo caso estaba

lloviendo, incluso más fuerte que antes lo que significa que el Ocean’s Heaven una vez más parecía lleno de gente y ruidoso.

Cecily furtivamente fue a su habitación para mandar un mensaje a sus

amigos de casa, pero Theo no la dejo sola.

"¡Dijiste que jugarías al futbolín conmigo!"

"Y jugué al futbolín contigo" dijo Cecily, teclado con el pulgar el en teclado numérico para que sus amigos leyeran MOCOSO THEO ESTA.

"Hemos jugado tres partidas ayer. ¿Te acuerdas? "

"Pero yo quiero jugar hoy."

"Theo"

"¿No te gusta jugar más porque no siempre me puedes ganar ahora que soy más grande?". Theo cruzó los brazos sobre su pecho.

Aparentemente, esta era su única recompensa por fingir perder: un hermano pequeño aun más malhumorado.


"Vale, vale. ¡Vamos a jugar! "El primer pensamiento de Cecily cuando

se dirigían a la planta baja fue mostrar a Theo que aún podría ganarle al futbolín, absolutamente batirle a él, entonces no cometería el error de

jugar contra ella mas tiempo.

Luego recordó que ser amable con Theo era el único punto de la lista de objetivos a mejorar que había sido capaz de mantener.

En la sala de juego un grupo de personas estaban viendo un DVD en el televisor de pantalla ancha, alguna película de acción en la que parecía

ser que la mayoría de cosas volaban. Su padre estaba sentado en el centro comiendo pretzels. Con una alegre sonrisa la Sra. Giordano les

gritó: "¿Niños se divierten?"

"¡Puedo vencer a Cecily al futbolín ahora!" Theo proclamado. Cecily apretó los dientes.

Entonces oyó: "Bueno, entonces tal vez debería ayudar a Cecily " Se volvió para ver Scott poniendo las manos en el lateral de la mesa de

futbolín. "¿Qué dices, Theo? ¿Puedo jugar en el lado de Cecily? ¿Le das una oportunidad? "

" Bueno" A Theo claramente no le gustaba la idea de renunciar a la

parte superior.

"No soy muy bueno en el futbolín," Scott confesó. "Así que no es que sea de mucha ayuda"

Theo sonrió. "Está bien, entonces."

Cecily fue a la mesa de futbolín, así que ella y Scott se pusieron de pie

lado a lado. Esto era lo más cerca que había estado desde que le había ayudado a llevar su equipaje. Miró a su alrededor para ver a Kathleen que no estaba a la vista y Cecily no iba a preguntar dónde estaba. "No

sabes donde te has metido" dijo. "Theo es bastante feroz"

Theo hizo girar algunos de los muñecos del futbolín, obviamente con la esperanza de probar su punto.

"Yo soy fuerte." Scott mantuvo el rostro completamente serio.

"Puedo tomarlo." El brillo en sus ojos le dijo a Cecily que perdería el

juego al final, al igual que ella haría lo mismo lo que haría a Theo casi insoportable, pero también lo haría realmente feliz.


Precioso, dulce, educado, y agradable con los niños pequeños. Bueno, tengo que averiguar qué hay de malo con este tipo antes de que me saque de quicio.

"¿Cómo conociste a Kathleen?", Dijo Cecily cuando Theo dejo caer la

bola en la mesa.

"En la escuela" dijo Scott, dando un golpe a la bola. "La había visto todo el año, pero nunca llegamos a conocernos. Luego después de las vacaciones de primavera, la primera vez que puse mis ojos en ella fue

como si la viera por primera vez. ¿Sabes? "

"Mmm." Cecily se concentró en el juego por un segundo, porque parecía la mejor manera de no tener nauseas en voz alta.

Scott continuó, "Es algo gracioso sin embargo. Tenemos un gran

relación, a pesar de no gustarnos las mismas cosas. Yo solía pensar que eso era imposible."

"¿Qué tipo de cosas te gusta hacer?" Cecily se sentía capaz de adivinar los intereses de Kathleen: leer revistas del corazón, blanquear de sus

raíces, atormentar a los inocentes.

"Nunca adivinarías mi pasatiempo número uno".

"Ni siquiera voy a intentarlo. Dímelo. "

"Me gusta cocinar." Sorprendida, Cecily miró a Scott en lugar de la mesa de futbolín lo que le dio a Theo la oportunidad de anotar. Cuando

Theo se animó a sí mismo Scott se echó a reír.

"¿No crees que los hombres deberían cocinar? No pareces anticuada. "

"Y no lo soy" dijo ella. "Es simplemente que ya sabes, me encanta cocinar."

Scott asintió. "¿Te das cuenta, entonces? Estaba pensando en tal vez

tratar de convertirme en un chef algún día”.

En casa en el escritorio de Cecily, donde la mayoría de sus amigos habrían tenido los catálogos de todas las universidades posibles, había

folletos de cada escuela de cocina en la parte norte de la nación y un par de París. "Oh", dijo con voz débil. "Yo también. Esto es…"


"Una gran coincidencia, ¿eh?" Scott le dio una sonrisa cómplice.

"Estoy loco por Kathleen, pero no creo que puede incluso hacer tostadas".

El sueño definido y absoluto de Cecily para el futuro era uno que

nunca había pensado en serio que podía suceder, porque los sueños son sueños y la realidad es la realidad y la gente se sentía mejor comprendiendo la diferencia. Pero todavía era divertido soñar, por lo

que había imaginado enamorarse de un hombre magnífico, educado, dulce, que amara la cocina tanto como ella lo hacia. Entonces abrirían

su propio restaurante juntos, y sería un gran éxito, y Cecily y el futuro Sr. Cecily sería increíblemente felices cocinando juntos.

Y Scott era el primer chico que había conocido que había hecho realidad ese sueño que podría no ser imposible.

"Es muy bueno que sepas lo que quieres" dijo Scott. "Demasiadas

personas no lo hacen."

"¡Exactamente! Ellos siguen diciendo que a nuestra edad no tiene que se tiene que decidir. ¿Pero no debe no querer elegir? "

"Entonces tu tienes una cierta dirección. Es todo mucho más claro de

esa manera."

"Absolutamente".

"Oye", dijo Theo en voz alta. "¡Ni siquiera estáis prestando atención!"

Cecily se ruborizó. Scott se echó a reír y revolvió el pelo de Theo. "Lo siento amigo. Estábamos tratando de conseguir que bajara la guardia,

así quizás habría una oportunidad. "Entonces, se volvió para mirar a Cecily y algo en la mirada de sus ojos azules pareció licuar sus huesos. Ella se inclinó sobre la mesa, diciéndose a sí misma de que no era

buena idea besar al novio de otra chica en el centro de una habitación llena de gente. A pesar de que su cuerpo parecía estar balanceándose

hacia él más allá de su control.

"¿Qué está pasando aquí?" Kathleen entro con las manos delante de ella, los dedos abiertos.

El esmalte de sus uñas de color rojo brillaba húmedo.

Theo dijo: "¡Scott está ayudando a Cecily, pero todavía puede vencerlos a los dos!"


Kathleen suspiró. "Creo que no hay ninguna ayuda para Cecily, ¿no?"

"¿Te estabas haciendo las uñas?" Dijo Cecily. ¿Otra vez? "

"Sí". Aparentemente Kathleen ni siquiera lo registro como un insulto. "Este color es mucho mejor, creo. Quiero hacer mis dedos de los pies también. Scott echarme una mano, ¿vale? "

"Bien." Scott hizo un guiño a Theo. "Tú y yo vamos a tener una

revancha más adelante. Cecily es bueno hablar contigo. "

"También contigo"

Scott ya había dado la vuelta, dispuesto a dejar de todo para hacer la pedicura a Kathleen. Tenía que estar absolutamente loco por ella para

hacer algo así.

¿Cómo puede estar así con ella? Cecily pensaba con desesperación. ¿Cómo puede un hombre tan perfecto para mí estar enamorado de una piraña oxigenada? Esto no puede ser real.

Esperar… ESTO NO PUEDE SER REAL.

Los ojos de Cecily se abrieron como platos. La adrenalina hizo retumbar el corazón locamente, y nada a su alrededor parecía real. Aunque se quedó en la mesa de futbolín girando de vez en cuando a sus

hombres, no podía prestar atención a lo que estaba pasando, por una vez Theo golpeó justo y cuadrado.

Tan pronto como terminó el juego, Cecily corrió escaleras arriba a su

habitación. Necesitaba un par de segundos en privado para pensar. Porque si lo que sospechaba era cierto…

No lo es. No podía ser. Kathleen Pruitt es horrible, pero ni siquiera ella podría ser tan horrible. ¿O sí?

Ser una perra era una cosa. Hacer mal uso del Arte para obligar a

alguien a enamorarse de ella, era otra cosa. Eso era grave. Eso estaba mal. Tal vez no era tan horrible como el asesinato, pero Cecily había

sido educada para creer que forzar la voluntad de alguien estaba más o menos en la misma categoría.

Eso explicaría por qué Kathleen se había saltado la sesión vespertina, si el hechizo de Scott era demasiado potente los rastros de había dejado

podrían tardado en irse y afectarían al trabajo del aquelarre. La


tapadera de Kathleen habría sido volado y todas las otras brujas

hubieran sabido que había echo una cosa horrible.

La idea de Kathleen humillada públicamente dio a Cecily una pequeña emoción de satisfacción, y casi al instante se sintió avergonzada.

Si realmente pensaras que lo había hecho, no podrías sería feliz, Cecily

dijo a sí misma. Estaría horrorizada y preocupado por Scott. Pero no crees realmente que Kathleen sea mala. Disfrutas pensando que podría serlo, porque es más fácil que pensar que Scott podría estar realmente enamorado de verdad. Que obviamente lo esta. Así que termínalo.

Pero la idea no se marchaba completamente.

Por último, Cecily decidió probarse a sí misma lo ridícula que era su teoría. Rápidamente tomo los suministros para la Artesanía de debajo

de la cama y agarró un pequeña botella de spray de plástico de su equipaje. En los días de calor en la playa llenaba la botella con agua

para poder refrescarse mientras permanecía al sol, por supuesto ella no iba a necesitarla a corto plazo.

Una solución sencilla sería lo mejor. Algo que ella no tuviera que cocinar. Pensando rápido, Cecily se dio cuenta de que un par de los

elixires de esta mañana podría hacer el truco si se mezclaran juntos en las proporciones adecuadas. Es difícil sin una taza de medir, pero se

las arregló para acercarse.

Primero pruebo la solución. Entro de puntillas en Theo habitación. Cecily se obligo no mirar las cosas de Scott en la litera inferior, en cambio, tomó la Game Boy que había utilizado para el hechizo catalejo.

Después de mirar hacia abajo hacia la sala para asegurarse de que nadie estaba mirando, rocío la ella Game Boy.

La nube de líquido se volvió brevemente de color rosa brillante que

probaba que la Game Boy ha sido objeto de un hechizo o encantamiento recientemente.

Cecily asintió, satisfecha. Si nada más, al menos había aprendido a trabajar con un elixir que detectaba un hechizo a corto plazo.

¿En realidad se vas a rociar esto en Scott? Se preguntó. ¿Qué vas a hacer cuando no pasa nada? Recuerda, también creerá que eres un bicho raro que ronda acosando a los chicos con botellas de spray de mierda rosa .

"¡Hey, gente!" Sr. Silverberg llamo. "¿Quién quiere ir a comer pizza?"


"¡Gracias a Dios!" Gritó otro de los padres, y todos se rieron. Cecily no

era la única que tenía fiebre de cabina, al parecer.

Y el que todos salieran fuera le dio a Cecily su oportunidad. Nadie se daría cuenta unas cuantas gotas de agua en medio de una lluvia

torrencial.

Se metió la botella de spray en el bolsillo de su chaqueta vaquera cuando todo el mundo estaba preparado para salir. Theo, siempre inquieto, salió corriendo bajo la lluvia antes que nadie, y mamá tubo

que correr tras él con un paraguas. Kathleen salió corriendo la siguiente, con su propio paraguas en la mano, quejándose de lo que la

humedad estaba haciendo a su cabello. Scott estaba a punto de seguirla, pero Cecily le agarró del brazo en la puerta. "¡Oh, Scott! " dijo ella casualmente. "¿Vistes la Game Boy de Theo? En realidad,

deberíamos tenerla a lo largo de esta noche para que no se aburra. "

"Sí, creo que la he visto que en nuestro cuarto." Scott le sonrió. "Eres una buena hermana, ¿sabes?"

Cuando Scott corrió a buscar dentro de su habitación, Cecily tomó su

tiempo para ponerse sus propias sandalias. Después de que ella hubiera colocado la última hebilla, las únicas personas que quedaban en la casa eran Scott y ella.

"¡Vamos, vosotros dos!" Papá gritó a través de la ventana abierta de su

coche de alquiler.

Scott apareció con Game Boy en la mano. Los dos salieron disparados hacia la lluvia, y Cecily se aseguró de ir a pocos pasos tras de él para

que nadie fuera capaz de ver lo que estaba a punto de hacer. Rápidamente tomó la botella de spray, se recordó que esto era ligeramente chiflado y apretó el gatillo.

La niebla se volvió rosa brillante por un momento antes de

desvanecerse.

Cecily se congeló. Por un momento, ella simplemente se quedó allí, en la lluvia torrencial, para su sorpresa no podía sentir nada. Kathleen lo

había hecho. En realidad lo había hecho. Había roto una de las leyes más fuertes del Arte.

Scott realmente no la ama.

"¡Cecily!" grito Papá. "¿Qué estás haciendo?"


Vacilante Cecily logrado abrirse camino hasta el coche y entrar. En el

momento en que cerro la puerta tras ella estaba empapada. "Uf. Honestamente" Kathleen resopló. Estaba sentada en el centro del

asiento trasero junto a Scott, que sonreía distraídamente. "Para de chorrear encima de mí, Cecily."

Cecily no dijo nada. Ni siquiera podía mirar a Kathleen por temor a revelar que sabía la verdad.

Era gracioso a su manera: ella siempre había pensado que Kathleen

Pruitt era una persona horrible. Y ahora resultó que no había sabido ni la mitad de eso. Kathleen no solo era vana y cruel, era realmente mala.

Cecily dio una mirada de reojo. Kathleen estaba sentada con su cabeza

en el hombro de Scott, y sonrió con aire de suficiencia cuando vio a Cecily mirándola

De alguna manera Cecily logrado devolverle la sonrisa, pero estaba pensando, Sonríe mientras puedas. No te saldrás con la tuya.


TTeerrcceerraa PPaarrttee Traducido por Estefi

Corregido por Liberi

Objetivos a mejorar: TOTALMENTE REVISADOS POR AHORA. ESTADO DE EMERGENCIA.

En este momento de crisis, haré:

• Hablar con Mamá sobre la mejor manera de manejar la liberación de Scott desde el encantamiento, porque romper un lazo mágico lo suficientemente fuerte como para hacer caer a un gran tipo como él por Kathleen esta, probablemente, fuera de mi liga.

• Resistir la tentación de decir “te lo dije” a Mamá cuando el mal de Kathleen Pruitt se ha demostrado finalmente de forma objetiva, un hecho verificado.

• Disfrutar de mi momento de triunfo sobre La Asquerosa, pero no tanto como para no prestar atención a romper el encanto, porque eso va a ser de un nivel alto de magia de primer grado.

“Cecily, la verdad.” Mamá se cruzó de brazos. “Estamos lejos de tener un buen momento, y ¿estas haciendo otra de tus listas en una servilleta?”

“Tenemos que hablar” dijo Cecily, metiendo rápidamente la servilleta en el bolsillo de su falda.

“No, tenemos que disfrutar de nosotras mismas.” Mamá puso las manos sobre los hombros de Cecily, forzándola a volverse, y mirar el pequeño escenario en la esquina del Karaoke de la Pizzería Mario. Varios de los padres del grupo, con Theo de pie delante de Papá, estaban gritando, “We Are the Champions. “

Esto normalmente hubiera sido suficiente para hacer a Cecily encogerse de vergüenza, pero estaban en juego otras grandes preocupaciones. “Mamá, se trata de Kathleen. Ella… yo… bueno, tenemos que hacer algo, porque…”

“¿Hacer qué, Cecily? ¿Separaros cada vez que empecéis a pelear?

“Eso no es de lo que estoy hablando.”

Su madre no parecía escucharla. “Actúas como si Kathleen fuese la persona más horrible que jamás caminó sobre la tierra. Tu siempre has actuado así, desde que las dos teníais cuatro años y ella destrozara tu castillo de arena”.


Cecily había estado orgullosa de aquel castillo de arena. “Pero Mamá…”

“No quiero oírlo. Sí, sé que ella dijo lo que piensa, tengo oídos también, ya sabes. Kathleen nunca ha sido tan madura como tú, y creo que va a necesitar unos años más para ponerse al día. Pero realmente me gustaría que pudieras actuar como una adulta y dejar que ese tipo de cosas te resbalen” Mamá bajó la voz. “Me doy cuenta de que pareces muy… bueno, pillada con Scott, por lo que debe ser difícil para ti. Pero eso no es excusa para mantener la obsesión por Kathleen Pruitt. Ahora ven y únete a nosotros, ¿de acuerdo? No tienes que cantar, sólo escuchar a los demás”.

Mamá se marchó, dejando a Cecily sola al final de la mesa larga, las mejillas le ardían con la ira y la vergüenza.

El enojo fue porque su madre no la había escuchado. La vergüenza era porque Cecily sabía que era su culpa que Mamá no hubiera escuchado.

Cada año, desde que podía recordar, ella se quejaba de Kathleen. Había intentado saltarse las vacaciones juntas en los Outer Banks, una vez que se había encerrado en su habitación cuando Kathleen llegó; se acordaba de contener el aliento como era una niña pequeña hasta que su madre estuvo de acuerdo en que ella y Kathleen no tenían que sentarse junto a ella en la cena. Su aversión había sido siempre mutua, pero Kathleen nunca había hecho una escena.

Cecily demasiado tarde comprendió que se había quejado de Kathleen tan a menudo, y para muchos por razones triviales (si es del todo válida), que ni siquiera su madre quiso escucharla sobre el tema más tiempo.

La bruja que gritaba lobo, pensó. Genial. Ahora Kathleen realmente era malvada de verdad, y nadie me creía.

Echó un vistazo al grupo y vio a Scott sentado junto a Kathleen, con una vaga sonrisa en su rostro. Él chorreo salsa Ketchup en sus patatas fritas con forma de un corazón. Evidentemente, por el bien de su dignidad, algo tenía que hacer.

Cecily tendría que hacerlo ella misma.

“We Are the Champions,” concluyó, con los hombres sosteniendo sus puños como celebración sobre sus cabeza y Theo saltando arriba y abajo de la emoción. Todo el mundo en su lugar aplaudía, y Cecily distraídamente se les unió. Ella casi no oyó al locutor diciendo: “El siguiente es… ¡Cecily Harper!”

Espera… ¿qué?


“¿Cecily Harper? ¿Dónde está? “El locutor se asomó al grupo, entonces sonrió mientras Theo señalaba a su hermana. “¡Vamos a echarle a la joven una mano!”

Correr no parecía ser una opción, y era demasiado tarde para esconderse. Cecily subió, sin saber qué pensar-hasta que vio a Kathleen ocultar su sonrisa debajo de una mano con recién manicure.

Ella me inscribió para esto. ¿Por qué no la había vigilado más de cerca?

“¡Adelante, cariño!” Papá gritó, aplaudiendo fuertemente. Él y mi Mamá se veían tan felices porque había decidido participar.

Cecily echó un vistazo a la multitud-por lo menos cien personas con sandalias y camisetas, todos ellos ligeramente se revolvían como locos por el mal tiempo, a la espera de escucharla cantar. En este punto, calculó que estaban muy necesitados de entretenimiento. Ella no era una cantante especialmente dotada, pero no se asustaba tampoco. Dependiendo de la canción, tal vez podría conseguir cantarla. Como Kathleen Pruitt-Brand-era el demonio, esto no podía ser tan malo.

Vacilante se dirigió al escenario y tomó el micrófono en la mano. La pantalla del apuntador se acercó con la letra de la canción que estaba a punto de sonar-la canción que Kathleen había elegido en su nombre.

Con horror ella vio el coro: “Mi joroba, mi joroba, mi bella dama bultos.”

Agarrando el micrófono con tanta fuerza que podría haber utilizado para un mazo, Cecily forzó una sonrisa en la cara y pensó, esto significa guerra.

Volvieron a las casas de playa bastante tarde esa noche. La lluvia no había cesado, pero finalmente se había reducido a una ligera llovizna. Nadie necesitaba paraguas para ir de los coches a las casas. Cecily caminaba con Theo, que estaba inestable en sus pies; porque no estaba acostumbrado a permanecer despierto hasta esa hora. Aunque Cecily estaba bastante cansada, su mente estaba demasiado cansada para conciliar el sueño.

Tengo que romper el encantamiento de Scott. Realmente no tengo alguna idea de cómo lograrlo. No puedo contar con Mamá para que me ayude. Entonces, ¿qué debo hacer?

El mejor recurso posible, era el libro de las sombras de su madre.

Cada bruja tenía un Libro de las Sombras. Cecily no tenía la edad suficiente para haber comenzado aún el suyo, que se comenzaba durante el aprendizaje. Nadie ha completado un libro de las sombras, las brujas trabajaban en ellos


durante toda su vida. En los libros figuran las listas de hechizos, pero no sólo eso, sino que también se anotaba cada historia de cómo la bruja había aprendido el hechizo, cuándo y cómo y por qué lo había utilizado, y cuáles fueron los resultados cada vez.

Cuando era más joven, Cecily tenía previsto mantener su Libro de las Sombras en formato electrónico-esto haría más difícil de destruir y más fácil de actualizar y organizar. (A veces pensaba distraídamente en las Hojas de Excel que podría crear de ingredientes mágicos.) Sin embargo, ella había aprendido que el propio libro era importante. Se trataba de mantener cerca en cualquier momento en que un poderoso hechizo se está realizando, y con el tiempo la cercanía a la magia se filtraba en las páginas. El Libro de las Sombras de una vieja bruja poderosa casi tenía poderes propios.

Subir y decir: “Hola, Mamá, ¿me prestas tu Libro de las Sombras?” Estaba completamente fuera de la cuestión. A Cecily se le había permitido verlo antes, pero sólo en la compañía de su madre y sólo en ocasiones especiales.

Eso significaba que tendría que robarlo.

Bueno, “robarlo” no. Tomarlo prestado. Me parecía mejor pensar en esto como un préstamo; después de todo, Mamá recuperaría su Libro de las Sombras de nuevo. Ella no sabría que había sido robado.

Todo el mundo estaba preparándose para ir a la cama, lo que significa que vestían sus pijamas en la sala y fingían no importarles que otras personas estuvieran utilizando el cuarto de baño. Cecily se puso una camiseta y un par de pantalones de yoga –increíbles como ropa de dormir pero también ideales para ir furtivamente alrededor de la casa, a escondidas o escaparse de ella.

Vagó por la casa, tratando de parecer informal, que no debería haber sido tan difícil en camiseta y pantalones de yoga. Mamá y Papá, ¿dónde estáis? Por favor, no ya en la cama…

No lo estaban. Estaban sentados en la sala, cada uno bebiendo un vaso de vino, siendo repugnantemente blandos con los demás. Cecily apartó la mirada, la mejor para evitar la temida sesión de padres. El punto era que estaban distraídos, lo que le dio a ella una de oportunidad.

Rápidamente fue de puntillas por el pasillo hacia el dormitorio de sus padres. Nadie la vio excepto Theo, que estaba frotándose los ojos y probablemente demasiado cansado para darse cuenta.


Cecily se asomó por la habitación, considerando y luego rechazando escondites posibles. Papá podría haberlo visto en cualquiera de los cajones o debajo de la cama, por lo que su madre, no lo habría puesto allí. Lo mismo con cualquier de las maletas. Tendría que ser un lugar realmente seguro, sin embargo inesperado.

Los ojos de Cecily se encendieron mientras se daba cuenta de la sombra de un cuadrado por encima de la cama. No era más que una decoración- una escena de playa, que era más o menos el tipo de cosa que no tendrías en cuenta como estilo del cielo en el Océano - pero sobresalía de la pared un poco, y era lo suficientemente grande. . . .

Tiró del cuadrado ensombrecido de la pared, y el Libro de las Sombras se dejó caer sobre la cama.

Justo cuando parecía que podría sacarlo fuera, Cecily escuchó a su madre en el pasillo. “Tu sabes, eres sexy cuando cantas.”

Papá rió suavemente. “Me hubiera pasado toda la noche en el escenario si hubiera sabido eso.”

El horror congeló a Cecily en el sitio. ¿Qué es peor: ser sorprendido robando el Libro de las Sombras de Mamá o tener que escuchar a sus padres coquetear? Ella nunca lo sabría, porque estaba a punto de hacer ambas cosas al mismo tiempo, que era tan malo como podría ponerse.

Entonces oyó a Theo. “Mamá, Papá, ¡venid a leer un cuento!”

“¿Quieres un cuento antes de acostarte? No has pedido uno en mucho tiempo.” Papá sonaba cariñoso. “Nosotros no queremos mantener despierto a Scott.”

“Está fuera besando a Kathleen.” dijo Theo con desprecio. “¡Venid a leer para mí!”

Sus pasos se acercaron a la puerta-entonces pasaron, en dirección hacia Theo. Cecily se quedó sin aliento por un segundo antes de estrechar el Libro de las Sombras en su pecho y escabullirse.

Al entrar, miró detrás de ella. Mamá tenía a Theo en sus brazos mientras caminaban hacia su habitación. Él le sonrió a Cecily por encima del hombro de su madre y le guiñó el ojo.

No puedo creerlo. ¡Theo me salvó! Su hermano pequeño no podría haber adivinado por qué necesitaba estar en la habitación de sus padres, pero la había cubierto


de todos modos. Porque sí. Sin duda fue el momento menos malcriado de su vida hasta la fecha.

Cecily sonrió a su hermano, orgullosa de que al menos uno de sus objetivos de mejora había dado sus frutos.

Ahora a cumplir con la meta más importante de todas: destruir a Kathleen.


CCuuaarrttaa PPaarrttee Traducido por Haley_jsb

Corregido por Dark Wanderer

LISTA PARA DESACER UN HECHIZO.

Alas de polillas

Vino tinto, que encontré en uno de los bares de la casa. Cenizas purificadas Vidrios rotos, un vaso de la cocina, dejare dinero para reponerlo. Esencia de Verity. Caldero, se improvisa. Conchas trituradas de escarabajos

Sangre de una virgen, deprimentemente la mía

El viento azotaba desde el océano, haciendo que Cecilia se estremeciera mientras se sentaba en la arena, todavía húmeda. Aunque la lluvia finalmente se había detenido, el cielo sobre nuestras cabezas se mantuvo ominosamente nublado, sin estrellas.

El libro de las sombras de su madre permanecía junto a ella en una toalla de playa. Aunque no estaba tan elaboradamente decorado como algunas brujas preferían, a Mamá le gustaba mantener las cosas simples, el libro parecía tener algún tipo de poder solo por estar allí. Tal vez fue la imaginación de Cecilia, pero la cubierta de color gris pálido parecía brillar un poco, incluso sin la luz de luna.

Podía haber hecho esta investigación en el interior, pero hubiera sido demasiado cómodo: cálido y acogedor, con una lámpara para leer. La tentación de descubrir todos los Hechizos de Mamá hubiera sido demasiado grande. Cecilia no se sentía culpable de robar el Libro de las Sombras, porque era importante, pero perdería la autoridad moral si se aprovechaba de esta oportunidad.

Además, estar fuera de la casa, con sus estrechas decoraciones tontas era una buena cosa. Cecilia encontró que el aire fresco de la noche y el mar rugiendo aclararon su pensamiento.

Por ahora, había dejado de deleitarse con la vergüenza que le causaría a Kathleen y la preocupación de cómo Mamá iba a reaccionar cuando se enterara


de que uso de su Libro de las Sombras sin autorización. En su lugar Cecilia estaba pensando en Scott.

¿Cómo se sentiría el encanto para el? se preguntó. El Libro de las Sombras no lo decía. ¿Dejaría de importarle Kathleen, y se empezaría a preguntar que le había visto? ¿O será más dramático? ¿Y si es dramático, se daría cuenta de que ha sido encantado?

Cecilia había sido objeto de algunos encantamientos inofensivo un par de veces, que era parte normal de la educación de una bruja, para descubrir cómo se sentían. Cuando el encantamiento se rompía, la sensación era inconfundible: tan repentina y de gran alcance como la caída en una montaña rusa después de haber subido a la cima. Habías llegado destrozando a la tierra, y sabías que algo no natural te acababa de suceder.

Incluso alguien que nunca había oído hablar de la Artesanía bien podría entender que había sido objeto de magia. Esa era una de las razones de porque los encantamientos debían utilizarse con moderación, en todo caso. Si Scott se daba cuenta de la verdad, entonces ¿qué?

Probablemente habría una respuesta en algún lugar dentro de lo profundo de las páginas del libro de las Sombras de Mamá, pero Cecilia no iba a buscarlo. En su corazón siempre había creído que los hombres pueden escuchar y aceptar la verdad sobre la brujería. (Tal vez no todos los hombres, pero tampoco todas las mujeres podían escucharla, ¿verdad?) De alguna manera su madre podría vivir mintiéndole a su padre por siempre y para siempre, pero Cecilia nunca había querido eso para sí misma.

El hombre de sus sueños-el chef que quería abrir un restaurante con ella, que no sólo conocería a Cecily sino que sabría que practicaba la hechicería, también ver lo increíble que era. Él estaría orgulloso de su poder. Él la apoyara sin importa en qué. ¿Scott podría ser en realidad ese tipo?

Su corazón latía locamente en el pecho. De una forma u otra Cecilia lo iba a averiguar. A la mañana siguiente no había sol exactamente, pero al menos no llovía. A pesar del frío en el aire y de la gruesa cubierta de nubes, casi todo el mundo se dirigía a la playa. Theo corrió por el pasillo en su traje de baño y con aletas de neón verde, gritando: “¡Cecilia! ¡Tienes que venir a nadar con nosotros! “

“Yo los alcanzo” Prometió, mientras se ponía su bikini negro. “No tardare.” Ella se miró en el espejo. ¿Había una vez tenido miedo de algo pequeño como el uso de un traje de baño?


En comparación con lo que está en juego hoy en día no parecía tan pequeño. Además, ella se veía bien.

Cecilia salió de su habitación, de manera informal, con una toalla de playa grande doblado sobre uno de sus brazos de tal manera que escondía lo que estaba en su mano: la botella de spray, que estaba lleno con el elixir para el hechizo de desencantamiento.

La casa ya estaba casi vacía, salvo por Scott, que se frotaba bloqueador solar en sus hombros. Ella necesito todo su autocontrol para no preguntarle si necesitaba ayuda. “Oye” dijo. “Kathleen y yo estamos a punto ir la playa. ¿Quieres unirte a nosotros?” “ “¡Ella no quiere!” Kathleen gritó desde su habitación.

Cecilia sonrió. “Creo que esta un poco frío para un chapuzón en el océano, ¿no? “

“Sí, pero no hay manera de que pase una semana en los Outer Banks sin ir a la piscina una vez. “ Scott dijo. Luego el miró a mi bikini, sólo fue una mirada, pero fue una alentadora. Casualmente, como si la idea apenas se le hubiera ocurrido, Cecilia dijo: “Oye, ¿y el jacuzzi en la cubierta? Agua caliente. Y el jacuzzi es mucho mejor que congelarnos en las olas. “

Scott tenía una lenta, cálida sonrisa que la hacía sentirse como pegajosa por dentro. “Sabes, suena muy bien.”

“Tu y Kathleen pónganse cómodos. Tengo que ver a Theo, pero voy a pasar por la tina de agua caliente en mi salida. “

Caldero- listo.

Se dirigió hacia el bar, pero miró por encima del hombro para ver Scott quien se dirigió a la cubierta. Nunca antes había pensado, que incluso la espalda de un tipo podía ser sexy. No es que Kathleen no fuera cien por ciento mala por haberle hecho eso, pensó, pero sí al lograr conseguir su motivación.

Una vez que estuvieron fuera Cecilia se puso a trabajar. El sacacorchos parecía bastante sencillo de usar, pero nunca había tratado de manejar uno antes, abrir el vino tinto le tomó mucho más tiempo de lo que había previsto. El retraso provoco aún más suspenso. Si su madre entraba y veía a Cecilia descorchando una botella de vino, no tendría la oportunidad de explicar por qué realmente tenia que hacerlo. No iba a sobrevivir tanto tiempo.


Por último, el corcho salió con un estallido. Para Cecilia el vino tinto tenia un olor apestoso -tal vez esta cosa fuera vinagre. Probablemente no importaría para el hechizo.

Vertió un fino chorro de vino en la botella del aerosol. Un hilo de humo azul salió hacia arriba, brillante y misterioso. El humo debería ser más oscuro que eso, la magia más poderosa.

Con mano temblorosa Cecilia tomó un vaso de vidrio de la barra y la sostuvo sobre el fregadero. Estaba asustada ahora, y se dijo que era estúpido tener miedo del dolor. ¿Quería ser como Theo, gimiendo y llorando antes de tener que ir al pediatra?

Pero no fue la perspectiva del dolor lo que la asustó. Lo que en realidad le asustaba era realizar este hechizo, mucho más poderoso de lo que Cecilia jamás había intentado hacer ella misma. No tenía idea de qué pasaría si le salía mal, pero sospechaba firmemente que no sería nada bueno.

Basta, se dijo con severidad. Volteo la cara para proteger sus ojos, Cecilia lanzó el vaso en el lavabo. Este choco y se rompió, y sintió un pinchazo agudo en contra palma de su mano. Bueno, al menos no tendría cortar su piel otra vez. Cecilia añadido algunos fragmentos pequeños de vidrio a la mezcla, a continuación, tomo la botella de spray abierta bajo sus temblorosas manos y unas gotas de su sangre cayeron en su interior. Con cada gota salía humo nuevamente, oscureciéndose a un azul más profundo, luego en púrpura, y, finalmente, casi en negro. Se parecía al correcto.

Hora del Show.

Se dirigió a fuera, con la esperanza de que pareciera segura de si misma. Kathleen y Scott estaba sentado solos en la bañera de hidromasaje, y Kathleen había enganchado sus piernas, como si estuviera a punto de sentarse en su regazo. Cuando Cecilia llego, Kathleen la miró con el ceño fruncido. “¿Uh, no necesitabas jugar con tu hermanito o algo así? “

“Pronto” dijo Cecilia. “Ahora no.”

Scott sonrió y señaló la botella de spray. “¿Qué es eso?”

Una ráfaga de viento fresco tiró del pelo Cecilia y la hizo tiritar. “Tu libertad”

Los ojos de Kathleen se abrieron. Ella lo sabía. Era ahora o nunca.


Susurrando el conjuro, Cecilia arrancó la parte superior de la botella de spray y la vació en la bañera de hidromasaje.

La corriente la atrapó, creando una espiral de color negro-azulado que se ampliaba a cada segundo. En lugar de diluirse dentro del agua, el elixir oscureció el contenido de las aguas de la tina hasta que pareció como si Scott y Kathleen estuviera sentados en tinta. Un denso humo comenzó a burbujear en la superficie y caer sobre los costados. El aire se volvió sulfúrico, y Cecilia se sentía como si no pudiera respirar.

“¿Qué diablos…?” Scott trató de salir del Jacuzzi, pero no lo logro, pues fue entonces cuando todo explotó.

No de verdad, no con trozos de la bañera, de cubierta y de Kathleen esparcidos por todas partes. Pero se sintió como una explosión de todos modos. Una onda de choque se estrelló hacia afuera, moviéndonos a todos y tronando con un estampido sónico. Pequeños arcos de electricidad estática saltaban por el aire. Kathleen comenzó a gritar, y Cecilia no la culpo.

Entonces, se terminó. Scott se dejó caer en la bañera como si estuviera inconsciente, pero Cecilia se adelanto para sostener su cabeza.

“¿Scott?” Le temblaba la voz. “Scott, ¿estás bien?”

“Si.” Se sentó, parpadeando lentamente. Su expresión parecía aturdida. “¿Qué fue eso?”

“¡Tu no necesitas saberlo!” Kathleen salió de la bañera de hidromasaje. Todo su cuerpo se estremeció, y algunos de sus pelos, literalmente, se estaban empezando a poner de punta debido a la energía en el aire.

“Scott, vamos.”

Cecilia dijo: “Él no va a ninguna parte contigo.”

“¿Quién eres tú para decir? ¡Scott, ven conmigo! “Kathleen saco una mano hacia él, pero él no se movió. Su expresión aun era de aturdimiento. No, Cecilia pensó la palabra correcta es “vacía”. Como si no hubiera nadie en casa. ¿Y se le hizo daño?

Entonces, el jacuzzi se encendió, y Scott, sonrió de manera perezosa, una especie de sonrisa estúpida que Cecilia nunca le había visto antes. “Amigo, el jacuzzi me da risa. ¿Sabes por qué? “


Cecilia ladeó la cabeza. “Uh, no ¿por qué?”

Él dijo: “Porque cuando salen las burbujas, es como si alguien se tirara un pedo. “

“¿Está seguro te sientes bien?” Dijo Cecilia. “Debido a que no suenas como tu mismo.” Scott se rió con un tipo de risa que sonaba como el rebuzno de un asno. “¿Sabes qué? ¡Me estoy tirando pedos ahora mismo! ¡Y tu no lo puedes asegurarlo!“

Cecilia tropezó fuera de la tina de agua caliente, retrocediendo hacia el otro lado de la cubierta. Algo andaba mal, él no era para nada la persona que había sido antes. ¿Había hecho algo mal cuando rompió el encantamiento? ¿Había herido a Scott?

Kathleen se limpió las lágrimas de rabia de las mejillas. “Tu lo acabas de arruinarlo”

La verdad golpeó Cecilia. “Tu no lo hiciste como tú. El encanto también altera su personalidad, para que sea el hombre perfecto para ti. “

O para mí, pensó, recordando cómo Scott le había parecido tan ideal cuando estaba con ella, y cómo su personalidad parecía cambiar al momento en que Kathleen entraba en la habitación.

¿Por qué no lo había visto antes? El Scott real era este tipo: boquiabierto, estúpido y totalmente despreocupados de todo a su alrededor. Ni siquiera estaba prestando atención a su conversación.

“Si tu tuviste el valor de pedir prestado el Libro de las Sombras de tu Mamá, sabrás cómo hacer magia de verdad también. “Kathleen se burlaba. Avanzó hacia Cecilia, quien apretó la espalda contra la barandilla de la cubierta. ¿Qué otros hechizos malos podría haber aprendido Kathleen? ¿Qué otra cosa estaría dispuesta a hacer? Cecilia quería pensar que podía defenderse a sí misma, pero más que eso quería correr en busca de ayuda. Sin embargo, Kathleen se interponía entre ella y cualquier escape. “Scott era perfecto, y puede ser perfecto otra vez, porque estás a punto de salir de mi camino. “

“No, no lo esta.” dijo la señora Pruitt con severidad. Estaba parada en la puerta de la cubierta, con todas las madres de pie justo detrás de ella. Sus rostros eran serios. “Kathleen, ven a hablar conmigo. “


El rostro de Kathleen cambió entonces, desde su defectuosa mascara (de maldad) a algo Cecily nunca había visto antes: temor real. Obviamente, las madres habían reconocido la ruptura de un encantamiento, así como obviamente habían oído lo suficiente como para darse cuenta de lo Kathleen había hecho.

Ninguna de ellas estaba manejando de magia, no tenía que hacerlo. El poder de las madres eclipsaba cualquier cosa que Cecily o Kathleen pudieran haber hecho.

Y por fin el reinado del mal de Kathleen Pruitt había llegado a un callejón sin salida.

“¿Qué pasará con ella?” Cecilia preguntó más tarde, cuando ella y su madre caminaban por la playa.

“A Kathleen nunca se le permitirá practicar la magia otra vez. Nunca va a tener derecho a los conjuros para iniciar un Libro de las Sombras, y sus suministros y los instrumentos que tenía serán destruidos. No podemos borrar lo que ya lo sabe, pero a partir de ahora no estará aquí o en cualquier otra secta. Va a ser difícil para su madre, pero las reglas son las reglas. “caminaron en silencio unos pocos pasos antes de que Mamá dijera: “Estoy orgullosa de ti por no regodearte.”

Cecilia estaba segura de que obtendría en una cierta cantidad de regodeo más tarde, pero el impacto de todo esto era demasiado nuevo. “Todos ese humo, la explosión, Papá tiene que haberlo visto. “

“Le dijimos a los chicos que el jacuzzi tuvo un cortocircuito. No más jacuzzi en este viaje, me temo. “

Pasaría mucho tiempo antes de que Cecilia pudiera volver a mirar un jacuzzi de la misma manera, así que no había ninguna pérdida. “¿Y Scott?

“No sabe lo que le golpeó. O no le importa, creo. “

Ambas miraron hacia Ocean´s Heaven. Scott estaba sentado con Theo en las escalinatas que conducía a la arena. Estaba tomando la mitad de una lata de cerveza de raíz y luego eructó el nombre de Theo, lo que hizo Theo riera y aplaudiera. Cecily suspiró.

Mamá dijo: “Tu trataste de advertirme sobre Kathleen última noche. Debí haberte escuchado. En el futuro lo haré. “


“Gracias, Mamá.”

“Lo que significa que nunca más volverás a tener ninguna excusa para poner las manos en mi Libro de las Sombras, sin mi permiso. “

“Entendido.”

Mamá tiró con cariño de final de la coleta de Cecily. “Tu tomaste un gran riesgo, ya lo sabes, y no sólo por intentar el hechizo por tu cuenta. Si Scott fuera más, vamos a decir curioso, se habría dado cuenta de que había sido hechizado. Se habría dado cuenta de que la magia es real. Cubrir nuestras huellas en ese momento hubiera sido un trabajo duro. Que no podrías haber hecho sola.”

“¿Por qué tenemos que estar con eso? ¿Nunca deseaste que Papá supiera la verdad? ¿No crees que el te amaría aun mas si le contaras la asombrosa bruja que eres? “Por un momento Mamá estuvo en silencio. El único sonido era el rugido del mar.

Por fin dijo: “Hoy mas que cualquier otro día creo que entiendes la importancia de obedecer las reglas”.

Eso no fue una respuesta, pero Cecilia sabía que era la más cerca que tendría de una. Abrazó a Mamá antes de correr hasta la costa. Las olas eran frías y espumosas en contra de sus dedos.

Algún día, pensó Cecilia. Algún día voy a encontrar a un tipo que pueda vivir con la verdad. El hecho de que ese no sea Scott no significa no haya un tipo como ese allí afuera.

Por lo menos sus vacaciones de verano no estaban totalmente arruinadas. Cecilia tenía unos pocos días para disfrutarlas, sentía que lo merecía.

Lista de objetivos a mejorar: REVISADA

Durante mi tiempo de vacaciones restantes yo:

• Resistiré el deleitarme con la caída de Kathleen, al menos mientras que haya testigos alrededor.

• Nadar al menos dos horas al día.


• Ver si las Madres ahora me respetan lo suficiente como para enseñarme algunos hechizos serios.

• Ganarle a Theo al futbolín una sola vez por el bien de mi dignidad personal

• Caminar tres millas por la playa cada mañana

• Consultar sobre las clases de tenis

• Consultar sobre las clases de equitación.

• Básicamente, salir tanto como sea humanamente posible.

Después un trueno resonó en la distancia, y gotas de lluvia comenzaron a salpicar en la arena.

Cecilia gimió mientras corría en busca de refugio. Bueno, tal vez el próximo año.

FIN


LLaa CCaassaa ddee EEssppeejjooss

Cassandra Clare


LLaa CCaassaa ddee EEssppeejjooss Traducido por Haley_jsb y Kenafans

Corregido por Liberi, Qwely

as dos horas por un camino de tierra entre el aeropuerto de Kingston y el pequeño pueblo de Río Negro fueron bastante malas, incluso si no me hubiese tomado todo el champán en la boda. Así que me pase la mayor

parte del tiempo mirando por la ventanilla y tratando de no vomitar. No fue fácil, especialmente cuando seguimos pasando animales muertos al lado de la carretera y a veces pilas de basura ardiendo que apestan a plástico caliente.

Mi mamá dijo que Jamaica iba a ser un paraíso. Pero a continuación, era la misma mujer que había insistido en que ella y Phillip necesariamente tenían que salir de luna de miel justo a la mañana siguiente de la boda. ¿Por qué decidieron que tenían que llevarme junto a Evan, el hijo de Phillip, en su viaje? No estoy segura. Ellos me lo explicaron, o al menos lo hizo mi mamá, mientras Phillip se quedo sentado frunciendo el ceño como siempre hacia cuando se trataba de algo como la "unidad familiar". Sin embargo, con Phillip haciendo un silencio muerto como siempre, y con Evan sentado tan lejos de mí, como podía en el asiento pegado al pasillo, no estoy segura de cuánta unión realmente vamos a lograr. Por supuesto, dado lo que ocurrió en el jardín la noche anterior después de la recepción, convivir probablemente fuera la última cosa que Evan y yo necesitábamos.

La casa que mi madre había alquilado era mucho más hermosa de lo que parecía en las fotos online. Los suelos eran brillantes, oscuros como el exterior pulido de una cáscara de nuez, las paredes eran de color azul, con una capa de pintura verde aplicada con esponja, llamando a los colores del mar y del cielo. Solo fallaba una pared entera, que tenia una puerta que daba al exterior a una la piscina de color turquesa y al acantilado cayendo a la arena blanca y más allá el mar oscuro. El sol empezaba a ponerse, provocando anillos de color rojo, oro y bronce sobre el agua.

Mi madre que se encontraba en el arco de la puerta, con la mano en la garganta. "Oh, Phillip… ¡Mira!"

Pero Phillip no estaba mirando. El estaba entrando por la puerta principal con un montón de bolsas, hablándole a Damon, el botones, en voz baja y ronca. Algo acerca de cómo Damon no debía esperar una propina y que de todos modos podía llevar su propio maldito equipaje.

L


Damon se encogió de hombros, luciendo pensativo, y se marcho, acercándose un paso Evan entro, y se apoyo en la pared, mirando hacia abajo a sus zapatos. Puedo decir que estaba avergonzado por su padre, pero cuando trate de sonreírle, su mirada alejada de mí pareció estremecerse.

Phillip me miro. Tal vez él viera la expresión en mi cara-no estoy segura- pero de cualquier manera él todavía me lee mal. "Evan" dice, "Lleva las bolsas de Violet a su habitación. "

Evan empezó a protestar. Su padre le dispara una mirada de disgusto.

"Ahora, Evan."

Evan levanto la maleta sobre su hombro y me siguió al cuarto con el numero 3. Tenia ventanas con persianas, que daban hacia fuera por encima de la cubierta, un traga luz y una gran cama blanca con un dosel formado por un montón de mosquiteras. Evan puso la bolsa en el suelo soltándola de golpe y se enderezo, parpadeando con sus ojos azules.

"Gracias." le dije.

Se encogió de hombros. "No es un problema." Lo observe cuando miraba a su alrededor, observe la forma en que los musculosos de sus hombros se movían y cuando se volvió. "Bonito cuarto."

"Lo sé." me río nerviosamente. "La cama es enorme."

En el momento en que las palabras salieron de mi boca, me congele. No debería haber dicho eso. Ni siquiera debería haber dicho la palabra cama alrededor de Evan, no después de lo ocurrido en la rosaleda. Va a pensar que estoy bromeando y que soy estúpida, o va a creer que le estoy pidiendo que…

"¡Chicos! ¡Hora de cenar!” La cabeza de mi madre apareció por la puerta con una sonrisa radiante. Nunca he estado tan contenta de verla.

"Ya voy para allá, sólo necesito lavarme las manos."

Me metí en el pequeño cuarto de baño, mientras Evan se iba detrás de mi mamá. Las paredes del cuarto de baño estaban alicatadas imitando al océano- con vidrios lavados en tonos azul claro y opaco, verdes, y rojos. Abriendo el grifo del agua del lavabo de bronce y me eché un poco en la cara. Cuando me mire en el espejo, vi que mis mejillas estaban tan encarnadas como las rosas.


La cena se sirvió en la terraza, con nuestra familia sentada en una mesa larga y baja, con el personal de la villa trayéndonos los platos de comida: platos llenos de ensalada de papa, ensalada de pescado cocido con ajo y pimienta, y un tazón de oscuro y fragante curry con trozos de carne cocinado a fuego lento.

Trate de volverme cuando me pasan los platos para sonreír al personal de la villa, pero nadie encuentro mis ojos. El personal era un montón borroso de caras oscuras y manos, con el destello de una pulsera de coral y oro en una mano que retira la ensalada que termine de comer.

"Gracias." Dije, pero no hubo ninguna respuesta.

Phillip se lanzo hacia el curry como si fuera a pasar de moda.

"¿Qué es esto?", Dijo de repente, pinchando un trozo de la carne con el tenedor y empujándolo en su boca.

El más alto de los cocineros, una mujer con una cara angulosa y un pañuelo blanco atado alrededor del pelo, dijo "Es curry de cabra, señor. "

Phillip escupió la carne en el plato y tomo una servilleta, mirando a la cocinera con ojos acusadores.

Mire hacia la mesa, tratando de no reírme.

Al día siguiente, el calor fue aturdidor, casi como una droga. Me acosté a un lado de la piscina, con los tirantes de mi bañador bajados sobre mis brazos para evitar las marcan en los hombros. Mi madre no me permitía cómprame un bikini. Phillip estaba sentado en la sombra leyendo un libro llamado Imperio de Agua Azul. Evan estaba sentado con los pies metidos en la piscina, mirando al vacío.

Intente llamar su atención, pero él no me miro, por lo que volví a mi libro. Trate de leerlo, pero las palabras bailaban en la página como la luz del sol danzaba sobre el agua de la piscina. Este tipo de clima hacia bailar todo.

Por último deje el libro y fui a la cocina a buscar una Coca-Cola. La mujer de la noche anterior, la cocinera alta que le había dicho a Phillip que estaba comiendo cabra, estaba de pie frente al fregadero lavando los platos del desayuno. Hoy el pañuelo de su cabeza era de color rojo brillante, el color de un ave tropical.


Se dio la vuelta cuando me vio. "¿En que la puedo ayudar, señorita?" Su acento era tan suave como los pétalos de una flor.

"Sólo quería una Coca-Cola." Tenia la sensación de que no debería estar aquí, que la cocina era dominio del personal, incluso si todo lo que quería era una lata de refresco. Efectivamente, en lugar de dirigirme hacia el refrigerador, agarro la botella, la abrió, y la sirvió en un vaso para mí.

"Gracias." A mi entender, el sentir el frío de cristal contra mis dedos era bueno. "¿Cuál es su nombre?"

"¿Mi nombre?" Ella levanto las cejas oscuras. Eran arcos perfectos, como se depilara todos los días. "Soy Damaris."

"Damaris y Damon." dije, y luego desee no haberlo hecho; sonaba como si fuera idiota. Tal vez ella ni siquiera conocía a Damon.

"Él es mi hermano." dijo, y mientras miraba por la ventana, un pliegue apareció entre sus cejas. "Su hermano ha ido a la playa, por lo que veo. Debe de decirle que se mantenga alejado de las otras casas a lo largo de la carretera. La mayoría de ellas son privadas, y no todas son seguras".

¿No son seguras? pensé. ¿Lo mismo estaban custodiadas por perros feroces o guardias de seguridad con el dedo en el gatillo? Sin embargo, la cara pálida de la encantadora Damaris cono decía nada bueno. Deje el vaso vacío sobre el aparador.

"Evan es mi hermanastro." le dije como si fuese importante; de alguna manera quería que ello lo supiera. "No es mi hermano". Ella no dijo nada.

"Le diré que tenga cuidado" le dije.

El camino que llevaba hasta el agua era de arena, adornado con rocas y arbustos. La playa formaba una curva hacia el sur, y estaba bordeada de pequeñas casas, pintadas con colores brillantes y tropicales: rosa, verde ácido, amarilla intenso. La nuestra era la última casa, apoyada contra los acantilados de piedra llenos de agujeros oscuros como si fueran pasas entre unas natillas. Creía que los agujeros debían ser cuevas.

Evan no estaba en ninguna parte de la playa. De hecho, no había nadie en la playa. Era una muestra de que la pálida arena invitaba de alguna manera a que estuviera totalmente vacía. Estaba sorprendida de no ver a nadie tomando el


sol, pero a medida que seguía la curva de la arena a lo largo del agua, vi que la mayoría de las otras casas estaban cerradas y tenían puesto el cerrojo. Algunas tenían candados pesados en sus puertas.

Parecen polvorientas, en desuso. La única que parecía que podría estar habitada es una casa rosa, del color de una flor, una de las más cercanas a la villa. Su enorme jardín se extienda hasta la arena, rodeado por un muro cubierto de azulejos de mosaico que representaban las olas y las criaturas del mar. La parte superior de la pared estaba recubierta con trozos de vidrio-no pequeños trozos irregulares de vidrio destinados a desanimar a los intrusos sino grandes trozos de vidrio cuadrados y rectangulares que reflejan el mar y el cielo. Mire a través de la puerta y vi un jardín abarrotado de flores de vivos colores, pero la puerta de la casa estaba cerrada, y las cortinas de las ventanas también estaban cerradas.

Estaba sorprendida por la falta de actividad. No podíamos ser la única gente que se queda en este área, ¿verdad? Los folletos de viajes siempre son de publicidad de "playas desiertas", como si fuera algo realmente deseable, pero en realidad es algo espeluznante. Había huellas en la arena, así que alguien debió estar caminando aquí en algún momento, pero no hay nadie visible.

Llegue a la final de la playa, me volví y camine de regreso hacia la villa. El sol pegaba fuerte en mi cuello y hombros. Estaba fresca por la piscina, pero aquí bajo el calor se sentía como una manta pesada, húmeda. Podía ver las figuras moviéndose alrededor de la villa; siluetas negras esbozadas por el sol. Cuando me acerque a la ruta que conducía de vuelta a través de la maleza, una figura surgió de los agujeros en la roca.

Era Evan. No lleva camisa, sólo unos shorts y sandalias. Su piel era tan pálida como la mía, pero su pelo rubio parecía trigo dorado brillando en la cálida luz. Él tiene algunas pecas pálidas en las mejillas y en la nariz, y trate de recordar pero no pude si eran nuevas o si siempre las había tenido.

Se sorprendió de verme. "Hey."

"Oye" le dije, sintiéndome estúpida como siempre que estaba cerca de él. "Damaris me dijo que tenia que decirte que no es seguro estar aquí abajo."

Me miro de reojo, los ojos azules contra el sol. "¿Damaris?"

"La cocinera".


"Oh, bien." Él miro hacia arriba y hacia abajo de la playa. "Esto parece seguro para mí. Tal vez quería decir que estaban las aguas revueltas o algo así.”

Me encojo de hombros. "Tal vez." Ella no quería decir las aguas revueltas, pero no tenía ganas de entrar en eso.

"Vamos." El me hizo un gesto para que lo siguiera. "Quiero mostrarte algo."

Entro de nuevo en la oscuridad abierta en la roca y le seguí, asustada por mi claustrofobia. Tuve que contener la respiración meternos por un paso estrecho, y luego nos encontramos en un espacio más grande. Vi unos rayos de sol asomarse desde el exterior a través de la rendija de la apertura en la roca, pero no era todo lo que proporcionaba la iluminación aquí: parches de un brillo resplandeciente estaban salpicados aquí y allá en las húmedas paredes de la cueva, y también eran de diferentes colores: azul hielo, verde pálido y rosa apagado. "Es musgo fosforescente." dijo Evan. Pasó su mano por la pared y luego me mostró la palma de la mano con eso; brillaba como la aleta de un pez. "¿Lo ves?"

Sus ojos también brillantes en la oscuridad. Recuerde la primera vez que vi a Evan galopando a través del patio de la escuela con su mochila al hombro, su pelo brillando por la luz del sol. Se movía como alguien con un objetivo, como si hubiera un brillante el camino invisible que él era único que podía verlo y sus pies estaban en el y sabía a dónde iba. Nunca lo había visto antes, después resultó que era nuevo en ese año, después de haberse trasladado a la ciudad con su padre desde Portland- y no parecía como cualquier niño que yo hubiera deseado. Vestía como todos los chicos: jeans gastados, las gafas y el pelo serios. Evan era limpio, deportista y el brillaba como el oro a la luz del sol, y desde ese momento le quise como nunca había querido a nadie antes.

Ahora me tocó los dedos; y vi un brillo, como si transfiriese su luz hacia mí. Se puso tenso cuando nos tocamos, y luego sus dedos se entrelazaron con los míos. Mis dedos de los pies se clavaron en la arena cuando me puse de puntillas, acercando mi cara hasta la suya, y entonces me beso, su boca era húmeda y suave. Sus dedos se posaron firmemente en mis hombros antes de separarse. "Vi." dijo y fue un gemido más que otra cosa. "No podemos."

Sabía lo que quiere decir. Nos planteamos todo esto antes, la noche en el jardín, cuando nos besamos y luego luchamos durante horas. Tenemos que decirles que no podemos decirles que no podemos hacerle esto que no necesitan saberlo por supuesto que si lo averiguan nos van a matar me va a matar no. No.

Evan se movió alejándose de mí hacia la entrada de la cueva y se deslizo a través de ella. Le seguí, diciendo su nombre, pasando a través de la estrecha


rendija en la roca después de él, y el tirante de mi traje de baño quedo atrapado en un saliente de la roca, por lo que me llevo un momento desenredarme y unirme con Evan en la playa. Esta allí de pie mirando hacia la playa, con la boca abierta. Cuando seguí su mirada, vi el porqué.

Había una mujer saliendo de la casa rosa. Empujo la puerta de hierro pintada de azul y se fue a la arena. Excepto que ella no sólo caminaba. Se movía como una ola. Sus caderas se balanceaban, y su cabello, que era largo y rubio claro, se ondulaba como la espuma del mar. Lleva una especie de pareo estampado. Se le abrió por un lado, y le puede ver totalmente su pierna perfectamente bronceada cuando caminaba. Tenia un bikini blanco, y la forma en que lo llenaba me daba ganas de cruzar los brazos por encima de mi pecho para ocultar lo plana que soy. Sostenía una botella en una mano, del tipo de la de mi Coca-Cola de antes, aunque no había ninguna etiqueta en ella.

Empujo las gafas sobre su cabeza mientras se iba acercándonos y cualquier esperanza que tenía de que su rostro no hiciera juego con el resto de ella se desvaneció. Era hermosa. Evan la miraba fijamente.

"Sois los niños de la villa." dijo ella. Tenía un ligero acento, indefinible. ¿Sois vosotros, no?"

Evan la miro consternado por haber sido llamado niño. "Supongo que sí."

Ella inclino la botella de su mano. Estaba llena de un líquido claro que tenia un extraño brillo como un arco iris a la luz del sol. "Debe ser aburrido para ti, estar aquí en temporada baja." dijo ella. "Sin casi nadie alrededor. Salvo yo. Estoy aquí todo el tiempo." Ella sonrío. "soy la señora Palmer. Anne Palmer. Siéntete libre de pasar por mi casa si necesitas algo."

Evan no se veía como si estuviese a punto de hablar así que lo hice yo.

"Gracias." le dije con frialdad, pensando que no se ve como una Anne. Anne es un nombre simple, amistoso. "Pero tenemos todo lo que necesitamos."

Sus labios se enroscaron ligeramente en las esquinas, como un papel ardiente. "Nadie tiene todo lo que necesita."

Toque el hombro de Evan. "Debemos volver a la casa.”

Pero me ignoro; miraba a la señora Palmer. Ella todavía sonreía. "Sabes que" ella dijo "Pareces un muchacho agradable, fuerte. Podría utilizar tú ayuda. Tengo un viejo coche –un clásico, como se dice ahora-y por lo general funciona


como un sueño, pero últimamente he estado teniendo problemas para arrancarlo. ¿Le echarías un vistazo por mí?"

Espere oír a Evan decir que no sabía nada sobre coches. Ciertamente nunca le he oído hablar de ellos con un interés especial. En su lugar dijo "Claro, podría hacer eso".

La señora Palmer inclino la cabeza hacia atrás, y los reflejos de sol pasaron por su cabello. "Maravilloso." dijo ella. "No puedo ofrecerte mucho en recompensa, pero tengo una bebida fría si quieres. " La botella en su mano provoco un arco iris.

"Excelente." Evan se disculpo dándome una simple mirada. "Dile a mi padre donde fui, ¿de acuerdo Violet?"

Asentí con la cabeza, pero él ni siquiera pareció darse cuenta; ya se estaba dirigiendo hacia la casa rosa con la señora Palmer. Evan nunca me miro, pero si lo hizo; deteniéndose en la puerta, miro por encima de su hombro, sus ojos me evitan de una manera pensativa que a pesar del calor, me provoco un escalofrío en mi espina dorsal.

La puesta del sol vino y pinto el cielo sobre el océano en amplias franjas de coral y negro. Damaris y el resto del personal estaban poniendo la mesa en el porche. Me senté en el borde de la piscina, con los pies en el agua. Estuve esperando el regreso de Evan durante, pero no apareció. Mamá y Phillip todavía estaban sentados en sus sillas de playa, aunque Phillip había dejado su libro y al parecen estaban discutiendo en voz baja, intensamente. Los puede bloquear, del modo en que siempre hacia cuando pelean, tratando de concentrarme en el sonido del mar en lugar de en ellos. Todos dicen siempre que suena como el interior de una concha, pero yo creo que suena como el latido de un corazón, con su rítmico golpeteo y el suave murmullo del agua como sangre fluyendo por las venas.

Sosteniendo un juego de servilletas dobladas en una mano, Damaris se inclino en el porche y me dijo "¿Habrá cuatro personas para la cena o sólo serán tres?"

"Cuatro."

"No veo a su hermanastro por aquí." dijo Damaris.

"Estaba abajo en la playa." le dije yo." "Pero volverá".

Damaris dijo algo en voz baja, que sonó como, "Ellos no vuelven." Antes de que pudiera preguntarle lo que quería decir, se volvió para poner la mesa.


La cena transcurrió en silencio. No era cabra esta vez, sólo pimientos rellenos y una especie de pescado al limón. A mitad de la comida Evan se nos unió, deslizándose silenciosamente en su asiento como si esperara a no ser notado.

Phillip se congelo con el tenedor a medio camino de la boca. "¿Y dónde has estado tú?"

Evan miro fijamente hacia su plato. No estaba usando su traje de baño, me di cuenta, sino un par de pantalones cortos y una camiseta usada. Se veía muy. . . limpio. "Estaba ayudando a la vecina a arreglar su coche. Dijo que si podía ponerlo en marcha, nos dejaría sacar su bote y usarlo si queríamos".

"Eso fue muy amable de tu parte." dijo mamá. Se volvió hacia Phillip. "¿No fue agradable, querido?"

Phillip gruño una respuesta con su boca llena de pescado. "No sé por qué pensó que tú sabias algo acerca de coches para dejarte trabajar. No eres más que un niño."

Evan enrojeció pero no dijo nada, concentrándose en cambio en jugar con el tenedor con la comida de su plato.

Mi madre se volvió hacia Phillip. "Estaba pensando, que tal vez mañana, podríamos hacer un viaje a Río Negro."

"¿Aquella ciudad que pasamos mientras veníamos hacia aquí?" Phillip rasgo un pedazo de pan por la mitad. "Parecía un basurero, Carol."

"Aparentemente hay un mercado cada fin de semana, con gente que trae artículos de todas partes. Y se puede realizar excursiones en barco por el río, ver los cocodrilos en el agua…" La voz de mi madre se desvaneció en virtud de la mirada fría de Phillip. "Pensé que podría ser algo que podíamos hacer como una familia. Algo divertido."

"¿Divertido?" Se hizo eco Phillip. "No he venido hasta aquí, Carol, para comprar objetos de artesanía barata y mirar fijamente un tronco flotante algunas reclamaciones de un guía idiota en un tour de cocodrilos."

"Pero Phillip…" Mamá alargo su mano y golpeo accidentalmente el recipiente de vidrio de ensalada de frutas junto a su plato. Phillip salto, maldiciendo, incluso aunque ninguno le alcanzo.


Mamá parecía consternada. "Lo siento mucho…"

Phillip no le respondió. Él estaba mirando fríamente los restos de la ensalada de frutas en los azulejos a sus pies. "Mira este lío."

"Phillip". Al borde de las lágrimas mamá bajo sobre sus rodillas, arañando con sus dedos los resbaladizos trozos de fruta y los vidrios rotos. Me pregunte dónde estaba el personal, pero parecían haberse retirado, entendiendo lo delicado de la situación.

"Mamá, no." dije, pero me ignoro. Se ha cortado con el cristal, la sangre gotea sobre el lío de fruta aplastada y jugo salpicado en el suelo. Mire a Evan, preguntándome si iba a decir algo. A el siempre le gustó mi madre, o al menos pensé que era así. Pero se quedo en silencio mirando fijamente su plato y evitando mis ojos.

Esa noche la pase despierta en mi cama con dosel, mirando el techo. El mosquitero, blanco como el velo de una novia, se movía con la suave brisa del aire acondicionado. Oí la voz de Phillip en el otro lado de la pared subiendo y bajando como una ola a medida que se enfadaba más y más. La voz de mi madre era un débil punto-contrapunto a sus gritos: cuando su voz se eleva, la de ella se volvía más y más tranquila.

Observe un escarabajo de color verde brillante recorrer su camino a través de la pared de estuco, sus antenas tanteando con delicadeza como si fueran sus manos tocando las cosas.

Nosotros no fuimos a Río Negro a la mañana siguiente, por supuesto. Phillip se llevo su libro a la piscina y se sentó ceñudo en la sombra. Mi mamá se quedo en el interior, con las gafas de sol sobre sus ojos y un gran sombrero que mantenía su cara en sombras, pero a pesar de las gafas todavía pude ver que sus ojos estaban hinchados de llorar.

Evan no se levanto hasta el mediodía, y cuando lo hizo, salio de su habitación bostezando con pantalones cortos y sandalias. Su cabello se veía más claro que antes, como si el sol le hubiera blanqueado algo el color. Estoy mintiendo estaba en la hamaca en la terraza, con una revista abierta en mi regazo; cuando le vi, la deje en el suelo y me acerque a él, bajando la voz conforme me acercaba. "¿Cómo dormiste anoche?" le pregunto, esperando que pudiera leer mis ojos, preguntándome si escuchó lo mismo que yo.

"Bien." No leyó mis ojos; sus propios ojos color azul celeste miraban a su alrededor con nerviosismo. Tal vez se estuviera preguntando si ellos nos


miraban, si estaban hablando acerca de cómo estamos demasiado cerca uno del otro, hablando en voz muy baja. Pero no. Ellos no se daban cuenta de nada. Ellos nunca lo hacían.

Había coincidido con Phillip un montón de veces antes de que mi madre finalmente me llevara casa, pero era la primera vez que me daba cuenta de lo grave que era. Phillip todavía estaba tratando de impresionarnos por aquel entonces. Todavía pensaba que había alguna manera de caerme bien. Cada vez que venía a nuestra casa, vestido con un traje, traía un ramo de flores para mi mamá y algo para mí, siempre algo tonto e inapropiado, como una hebilla brillante o un CD de música pop-bubblegum. Se que pensaba que todas las adolescentes eran iguales y les gustaba las mismas cosas, pero él estaba tratando, mi madre me dijo además que él no sabía nada de las chicas –sólo tenía un hijo. Y aunque sabía que Phillip tenía un hijo de mi edad, yo nunca le di el más mínimo pensamiento hasta esa noche, cuando mi madre se dirigió caminada deprisa hacia la puerta principal de Phillip y llamo al timbre, sonriéndome nerviosa todo el tiempo.

Y Evan abrió la puerta. Sonrió cuando me vio. "Hola" dijo. "tú debes ser Violet"

Me quedé en las escaleras, sin decir una palabra. Me sentía aturdida, como si me hubiera caído de la rama de un árbol alto y golpeado duro contra el suelo, dejándome sin respiración. Ya no habría ninguna oportunidad con este muchacho, al que veía todos los días en la escuela, que había memorizado cada peculiaridad suya- la forma en que apartaba su pelo de los ojos o jugueteaba con su reloj cuando se aburría- era el hijo de Phillip. Phillip el aburrido, con sus labios apretados, con el rostro cetrino, Phillip no podía tener un hijo que se parecía a este.

Ni siquiera me importo que Evan no me reconociera. No importo que pareciera no saber que incluso fuéramos a la misma escuela.

"¿Vas a la playa?" me pregunto ahora. "Voy contigo."

Me encogí de hombros. Realmente no había manera de detenerlo.

"Bien." Había cestos de toallas de playa cubiertas de brillantes rayas como bastones de caramelo. Evan se cubrió los hombros con una mientras nos dirigíamos por el camino a la playa. Estaba abandonada hoy de nuevo, la arena vacía se extendía a lo lejos. Parecía un anuncio de un destino de luna de miel, un lugar donde te puedes besar en la playa sin que nadie este mirando.


Extendimos nuestras toallas fuera y nos acostamos, yo sobre mi estómago, Evan mirando hacia el sol. Tenía un libro extendido encima de su estómago: El cartero llama dos veces, creo que era, aunque no pude leer toda la columna vertebral.

Me quedé sorprendida cuando me enteré de que a Evan le gustaba leer. No habría pensado que ningún muchacho tuviera intereses mas allá del deporte y las muchachas, al igual que nunca había pensado que tendría algún momento para una flaca, muchacha impopular que llevaba calcetines diferentes y camisas de muchachos, porque no sabía lo que suponía que tenía que llevar de todos modos.

Pero me di cuenta que estaba equivocada. Evan tenida tiempo para mí. El tipo de tiempo que significa que pasamos horas y horas en la biblioteca de Phillip, hablando o jugando a Halo en la gran pantalla de televisión. El tipo de tiempo que significaba que en realidad me saludaba en el pasillo, a veces, incluso cuando otras personas podían verlo. El tipo de tiempo que significaba que el martes por la noche, cuando cenamos con Phillip, esperaría por mí fuera de la escuela con su coche estacionado y con el motor en marcha, la puerta del pasajero ligeramente abierta. Para mí.

Me deslizaba en el asiento y le sonreía. "Gracias por esperarme."

Pasaba por encima de mí para sacar la puerta cerrada. "No hay problema." El color en la parte de atrás de su cuello cuando se inclinó para volver a la llave en la ignición me permitió saber y darme cuenta de lo cerca que estaba sentada de él.

Estábamos tan involucrados en la conversación, que incluso cuando llegábamos a la casa de Evan, no salíamos del coche, sólo nos sentábamos mientras estábamos en la entrada del auto, nuestras voces se mezclaron con la música de la radio del coche.

Me alargué para empujar un poco de pelo que colgaba detrás de mi oreja, pero los dedos de Evan ya estaban allí, vacilantes, suave en la piel. "Violet", dijo cuando me fui silenciosa.

"Sabes…" La ventana del coche sacudió cuando Phillip golpeó en ella.


"Evan" Evan bajó la ventanilla.

"Tira el coche en el garaje" fue todo lo que dijo Phillip, pero mire a la cara blanca de Evan me dije que el momento se había ido para siempre.

"Evan." Creí que por un momento que era la voz de mi madre que me estaba hablando y medio me senté, mirando alrededor por ella. Pero la playa aún estaba desierta. Evan estaba sentado también y seguí su mirada para ver a la señora Palmer, la señora de la casa rosa, de pie en medio de la puerta abierta. Estaba demasiado lejos para que realmente pudiera haber escuchado su voz y sin embargo podía jurarlo, como si estuviera hablando en mi oído. Hoy llevaba puesto un vestido largo rosado, casi el mismo color que su casa, su escote dejaba al descubierto sus hombros morenos desnudos. Tenía sus gafas de sol.

Evan es ya estaba de pie, recogiendo la toalla.

La arena brillaba en su espalda y sus hombros como una capa de azúcar. "Nos vemos más tarde, Vi."

Levante mi cuello para mirarle. "Pero, ¿dónde vas?"

"Anne dice que como la ayude con su coche, podía tomar su barco hoy." Pareció darse cuenta de la forma en que lo mire, porque, añadió" Pondrías venir, pero el barco solo tiene capacidad para dos personas."

No le dije nada y se alejo aliviado, creo que no montase un lío. Lo vi caminar hacia la casa, el sol golpeando como un martillo y cuando paso a través de la puerta y Anne cerro detrás de él, el sol pareció a punto de estallar apartado en los fragmentos de cristal que adornaban la parte delantera. Cerré los ojos contra la luz caliente, reflejada.

Con nada más que hacer, ande hacia arriba y hacia abajo por la playa, tomando fotos con la cámara digital de color de rosado que Phillip me dio como regalo, cuando estaba haciendo un esfuerzo para que me gustara. Nunca quise tener una cámara especialmente, pero me divertía con ella ahora, tomando fotos de trozos de vidrio pulidos por el océano, de cascos de los barcos de pesca abandonados, de la línea negra distante del horizonte. Las palabras que alguien había escrito en la arena mojada en la orilla del mar, que ya desaparecían siendo ilegibles. De un caballito de mar varado en la arena, con su pequeña boca abriéndose y cerrándose en jadeos ahogados. Lo lance de nuevo al mar.


En mi camino de regreso a la casa, me detuve a mirar hacia el agua. El barco de Anne estaba ahí, flotando sobre las olas, con la vela blanca como un diente de león contra el cielo azul oscuro. A pesar de que solo pude distinguir un par de siluetas que creía que debían ser personas, una cosa estaba clara: Evan estaba mintiendo. Ciertamente podían caber más de dos personas en ese barco.

Mi madre estuvo en silencio durante la cena, empujando por el plato los alimentos con un tenedor. Phillip nos ignoro a ambas, canturreando cuando cortaba la carne de cerdo soltándola bruscamente en el plato. Le tomo un tiempo, incluso darse cuenta de que Evan no estaba allí y cuando pregunto dónde estaba, le dije que su hijo estaba en su habitación con dolor de cabeza. No sé por qué estaba cubriendo a Evan.

Tal vez no quería oír más gritos.

Incluso horas después de la cena el aire aún olía a especias. Me acosté en la hamaca, mirando las estrellas. El aire estaba pesado, con un calor aturdidor, a pesar de la oscuridad.

Los insectos zumbaban cansinamente, haciendo clic con sus alas y revoloteando en las sombras.

En algún lugar distante pude oír el sonido de la música: un reggae fuerte, pulsante. Mire hacia el mar, preguntándome si iba a ver al barco a la deriva en las aguas zafiro, pero sólo vi una hoja plana de luz de la luna reflejada.

"¿Un poco de agua, señorita?" Era Damaris, con su rostro como una máscara tallada por la luna. Sostenía un vaso para mí con de hielo, y gotas de humedad en el lateral.

Lo tome y lo mantuve al lado de mi cabeza.

"Gracias". "¿Dónde estaba su hermanastro esta noche?", pregunta.

"Abajo en la playa en alguna parte."

"Él estaba con esa señora." Sus ojos brillan a la luz de la luna. "La mujer Palmer." "Creo que sí. Si. “di un golpecito a un mosquito alejándolo de mi rodilla, que deja una gota de sangre detrás, como un rubí pequeño.


"No debe dejar que la vea. Ella es peligrosa".

"Peligrosa, ¿cómo?"

Damaris miro hacia otro lado. "Ella no es una buena mujer. A ella le gustan los fuertes y los bonitos, jóvenes. Ella los toma y luego nunca vuelven. Debe hacer que se mantenga alejado de ella, si desea guardarlo."

¿Guardarlo? "¿Y cómo se supone que debo hacer eso?"

Damaris no dijo nada.

"No sé por qué me estaba pidiendo hacer algo al respecto de todas formas." dije.

Ella miro hacia la villa. Mamá y Phillip ya se han ido a la cama, las luces estaban oscuras, a excepción de la luz a lo largo de la parte de la cubierta. "Porque" dice ella "Nadie más lo hará."

En la mañana cuando despierte, Evan estaba dormido en el sofá de la sala. Estaba todavía sin camisa, torcido en una especie de posición incómoda, con el brazo bajo la cabeza. Había marcas como moretones debajo de sus ojos.

Se agito cuando llegue y se sentó lentamente, parpadeando como si no me reconociera. Apenas parecía alguien que pasó el día anterior relajándose en medio del océano.

"¿Evan?" Dije. "Evan, ¿estabas bien?" Me senté a su lado en el sofá. Pude sentir el calor que irradia de su piel desnuda, como fiebre. "¿Ocurrió algo ayer?"

Sus ojos eran como canicas azules. "Tuve un gran momento." dijo, su voz tan mecánica como una muñeca parlante. "Fue un gran día."

Pude ver desde la barandilla de la cubierta cuando Evan se fue por el camino de la playa, tomando un giro a la derecha y se dirigió hacia la casa de los espejo. La puerta se abrió cuando la toco y desapareció en su interior.

Mire a mí alrededor.

Phillip se había ido, probablemente se dirigió al campo de golf y mi madre estaba leyendo un libro en una silla junto a la piscina. Resbale mis pies en mis zapatillas y me dirigí al camino.


La arena estaba caliente, lo suficientemente caliente como para quemar mis pies a través de las suelas delgadas de mis zapatillas. Cojee hasta llegar a la puerta de la casa de los espejo, y luego, de repente, el calor se fue y la arena era como hielo. La puerta estaba cerrada, través de la verja vi el jardín salvaje, cada vez con mayor alboroto de flores, la mayoría de ellas plantadas en urnas antiguas de piedra. Había otras cosas allí también, ahora que estaba mirando de cerca: trozos de lo que parecen ser más espejos, trozos grandes de ellos establecidos aquí y allá en la arena como si la señora Palmer esperara que creciera un árbol de espejo de el inhóspito terreno.

Alargue la mano para abrir en pomo de la puerta, sólo para darme cuenta que no es uno. Había un ojo de cerradura, pero no una perilla y las verjas de la puerta estaban cubiertas con pedazos de vidrio. Reflejaban mi propia cara de nuevo, pálida y ansiosa, cuando me asome con la esperanza de ver lo que sucedía dentro de la casa, pero igual que antes todas las cortinas se dibujan a través de las ventanas. Agarre las verjas y trate de abrir la puerta tirando de ellas, pero los bordes dentados de los espejos cortaron mis manos y cuando retire mis manos, estaban sangrando.

La puerta no se movió.

Volví a la villa, me dirigí a la cocina para lavarme las manos. Pude ver los hilos rosados al mezclar mi sangre con el agua e irse en un remolino por el desagüe. Cuando me di la vuelta del fregadero, vi de pie a Damon en la puerta, mirándome. Me entrego un paquete de tiritas, sin una palabra.

Evan apareció para la cena esta vez, pero apenas comió. Los círculos debajo de sus ojos parecían haber sido pintados. Mi madre le dijo que tuviera cuidado con el exceso de sol que recibiera.

Cada noche, cuando entraba en mi alcoba, el edredón había sido retirado, las sabanas dobladas sobre el y las almohadas ahuecadas. Las ventanas estaban bien cerradas, no dejando entrar el aire húmedo de la noche, con el aire acondicionado sonado que refrescaba la habitación hasta cerca de la congelación.

Tumbada en la cama, me pregunto si Evan estaría en su habitación, deslizándose bajo sus mantas, o mirando al techo, o pensando en mí como yo estoy pensando en él. O tal vez se este preguntando si los gritos se iniciaran de nuevo. O podía estar sólo con la mirada perdida en el espacio como estuvo durante la cena.

La tensión se inició después de la intervención. Phillip ya no sonreía tanto. Estaba distante. Podía sentir su ira, como si se tratara del calor proveniente de


un horno abierto. Mi mamá revoloteaba a su alrededor como una mariposa, tratando de complacerle, para hacerlo sonreír de nuevo. Odiaba verlo. No podría decir si Evan también. No al principio.

Una noche estaba en la biblioteca con él jugando Kingdom Hearts 2, machacando los botones con mano dura como si estuviera golpeando a alguien. Evan me golpeaba de todos modos.

Entonces, el ruido vino de repente, los gritos, la voz de mi mamá llorando y Phillip enojado, en aumento con los sonidos electrónicos y los gritos de la Xbox.

Evan dejó caer su mando con un golpe y se fue a cerrar la puerta. Cuando se volvió hacia mí, me costaba respirar.

"Lo odio" dijo. "Lo odio."

No dije nada. Estaba pensando en lo blanco que había estado en la entrada ese día en que Phillip había golpeado la ventana del coche. Qué miedo. Salvo que no estaba segura de si era su rostro lo que estaba imaginando ahora y si era su mirada de miedo o la de mi madre.

"No creí que alguien se casaría con él." dijo Evan. "No creí que tu madre diría que sí. Si yo tuviera…"

Debería haberle hecho que terminara la frase, pensé ahora, rodando en la cama. Cuando alargue la mano para tirar de la almohada de debajo de mi cabeza, mi mano golpeo algo: un bulto, duro y frío como un pedazo de metal. Mi mano se cierro alrededor suyo, lo saque afuera y mire. Se trataba de una llave de metal oscura, con un mango de cobre trenzado. Que relucía debidamente por la luna.

Me desperté todavía con la llave en la mano. Me lave en la ducha al aire libre, vistiéndome con el bañador, observando el despliegue del océano mientras me enjuagaba el champú del pelo. Puede ver a mi madre y a Phillip en la piscina. Ambos leyendo, tumbados uno al lado del otro en las tumbonas mi madre con una gorra con visera de plástico de colores que volvía a su cara azul brillante. Ella se enfrentaba a Phillip, su voz fuerte y animada, pero su rostro estaba enterrado en su libro y él no le contestaba. No podíamos estar allí.

La arena quemaba mis pies a través de las zapatillas de gimnasia, pero no tenia nada más que ponerme. Soporte el dolor hasta que la arena se volvió frío de nuevo fuera de casa de la señora Palmer. Era casi mediodía, el sol caía directamente sobre mi cabeza y sentí como si una uña afilada atravesara las capas de la piel en la parte de atrás de mi cuello. El sudor se escurría hacia abajo


en mi traje de baño cuando metí la llave en la cerradura de la puerta, retorciéndola y sacudiéndola hasta que escuche el sonido.

Un clic.

La puerta se abrió y camine por el jardín. Tenia que tener cuidado, esquivando los fragmentos de vidrio que sobresalían de la arena. Uno solo de ellas podía cortarme un dedo del pie si lo pisaba. Me costo mirar a la casa hasta llegar a ella, el rosa era aún más brillante visto de cerca, la casa estaba hecha de estuco liso, nada poco común, un cuadro de rosas elegidas el lado de la misma con trozos de mosaico. Había una rosa blanca pintada en la puerta principal, pero no iba a allí. Me deslice por el lateral de la casa en su lugar, me sentí como un ladrón, una intrusa. Vi la cara de la señora Palmer de nuevo en mi mente, sus gafas de sol como los ojos de una mosca negros y trague por la sequedad de mi garganta.

Había una ventana al otro lado de la casa que estaba abierta un poco, con la cortina revoloteando en el aire quieto como una bandera. Me puse de puntillas, agarrandome a la cornisa para llegar más alto y mire por debajo la cortina hacia la habitación.

Era una sala de estar, completa, con muebles duros y modernos, nada como los lujosos muebles tropicales de la villa. Una mesa de café, un sofá rojo, un ramo de flores en un vaso negro, un televisor cuya pantalla tenía polvo, como si se utilizara pocas veces. Un marco de foto del lugar estaba sobre el sofá, pero al revés, como si alguien hubiera dado la vuelta a la imagen de la pared.

En el sofá se encontraba Evan. Parece estar dormido, con el brazo colgando por el lateral del sofá, con los dedos rozando el suelo. Su pelo ha caído sobre su cara y se movía ligeramente cuando respiraba, como las algas marinas en una corriente.

Hubo un susurro y la señora Palmer entro en la sala con una copa en la mano. Había hielo en ella y algunas rodajas de limón. Parecía un gin-tonic, una de las bebidas favoritas de Phillip.

La puso sobre la mesa y se volvió a mirar a Evan. Llevaba una especie de gasa blanca cubriéndola, encima de un bikini negro y sus gafas de sol.

¿Quién lleva gafas de sol en el interior? ¿Y tacones altos? Sus pies debían de dolerle, creo por como se inclina sobre Evan. Mi estómago golpeo debidamente cuando le retiro el pelo y se inclino, poniendo su boca sobre la suya y espere verlos besarse.


Pero no lo beso. Se quedo donde estaba, suspendida, como una abeja sobre una flor. Su cabello rubio cayendo hacia atrás como una sabana de oro pálido y pensé en cómo me gustaría tener el pelo así y luego la vi fruncir los labios como si estuviera a punto de comenzar a silbar. La boca de Evan se abrió también, aunque sus ojos todavía estuvieran cerrados. Su pecho subía y bajaba rápidamente, como si estuviera en funcionamiento. Vi su mano apretaba en un puño. Algo pálido y débil, como un hilo de humo se elevo de su boca, como si estuviera exhalando una bocanada de pelusa de diente de león.

La señora Palmer se enderezo y dio vuelta al marco de la imagen en la pared. Era un espejo, con la superficie extrañamente apagada. Volvió a mirar a Evan, el humo blanco que se elevaba de su boca se había convertido en una nube y cuando se elevo, la superficie del espejo comienzo a brillar suavemente. Se inclino sobre Evan, una vez más -mis manos perdieron su agarre en el alféizar de la ventana y me caí, mi tobillo doblado torpemente debajo de mí, casi me caigo en la arena. Solté mi aliento con una queja.

"¿Quién es?" Escuche llamar a la señora Palmer, con la voz extraña espesa. “¿Hay alguien ahí?"

Corrí.

* * *

Mi corazón latía con fuerza cuando llegue a la villa, con las plantas de mis pies quemadas. Me metí en la cocina por la puerta de atrás, por el lado de la villa donde las flores florecen en polvo a la sombra. Damaris no estaba ahí; la cocina estaba vacía y los platos apilados en un paño de cocina de colores al lado del fregadero. Me refresque en el agua y lave el polvo mis manos, mi corazón aún latiendo con fuerza. Ella no es una buena mujer. A ella le gustan los fuertes y los bonitos, jóvenes. Los toma y luego nunca regresan.

Salí a la terraza, mi madre estaba allí tumbada, la mitad dentro y la mitad fuera de la sombra. Tenía un libro abierto en su regazo, el mismo que había estado leyendo toda la semana. No creí que hubiera avanzado más de unas pocas páginas. Ella miro hacia arriba, viéndome, y me hizo gestos para que me acercase.

Me senté a los pies de la tumbona y mi mamá sonrío débilmente.

"¿Estaba teniendo un buen momento, Violet?"


Mi boca estaba seca, quería decirle a mi madre acerca de lo que había visto, sobre Evan, pero parecía tan lejana, como si estuviera a la deriva en un mar a esta altura. Trate de recordar la última vez que sentí que mi mamá estuviera realmente concentrada en algo, sobre todo en mí. "Claro".

"Siento que apenas te he visto." estaba nerviosa. "Sin embargo, supongo que es mejor y te diviertes junto con Evan…"

Creo que la mentira de Evan cojea y parecía enfermo en el sofá. "Estoy preocupada por Evan, mamá".

"¿Preocupada?" Sus ojos grises eran vagos detrás de las gafas de sol. "No debes preocuparte mientras estas de vacaciones".

"No, quiero decir, creo que podría haber algo mal con él. . . como, realmente mal."

Suspira. "Los adolescentes pueden ser un poco malhumorados y chiflados, Vi. Las hormonas se cursan a través de ellos y todo eso. Pero no prestes atención a su enfado. Él tiene que conseguir adaptarse a esta nueva situación familiar, al igual que tú."

"Mamá" le dije poco a poco y cogí valor.

"Mamá, ¿eres feliz?"

Se sienta, mirándome sorprendida. "¡Por supuesto que lo soy! Quiero decir, mira donde estamos." Haciendo ademanes extensos, su brazo teniendo en el mar, el cielo, la playa. "Incluso trabajando en ambos trabajos nunca podríamos habernos permitido antes estas agradables vacaciones. "

Pero no eran agradables. Lo tenía en la punta de la lengua para decirlo, pero la cara de mi madre me detuvo. Era como si estuviera de pie delante de mí con un vestido nuevo pidiéndome decirle que se veía muy bien y no me atreví a decirle la verdad: que el vestido era feo, de aspecto barato, manchado y de mal gusto. Porque la quiero, me mordí las palabras. Se quito las gafas de sol y por un momento creí que realmente me miraba, que realmente me veía. "Sé que Phillip parece tener mal genio." dijo al fin.

"Pero estaba cansado. Su trabajo es tan exigente. En realidad, él nos ama. Puedo ver la bondad en él. En sus ojos. ¿Sabes? "Ella se fue sin esperar mi respuesta.

"Lo que estaba en los ojos de alguien es importante. Como dice el dicho, los ojos son el espejo del alma."


"Ventanas."Le dije.

Ella parpadeo. "¿Qué?"

"Los ojos son las ventanas del alma. No los espejos."

Se estiro hacia adelante y puso su mano sobre la mía. Se sentían ligeras, sus dedos duros y secos como ramitas. "Eres muy inteligente." dijo ella. "Tú lo sabes todo."

El jardín de al frente de la villa se extendía hacia la polvorienta carretera de tierra polvorienta que iba desde aquí hasta Río Negro. Una cerca de bambú bloquea la casa del tráfico ocasional, escondiéndonos del mundo. El jardín estaba lleno de flores: jacarandas violeta, orquídeas, rosas, buganvillas rojas.

Damon estaba ahí, en la sombra, con un sombrero blanco inclinado hacia atrás en su cabeza. Inspeccionando uno de los rociadores.

Todo parecía tan normal que me sentí tonta cuando me acerque a él y le dije: "Necesito hablar con tu hermana."

Me miro, sus ojos oscuros sin fondo. "¿Mi hermana?"

"Damaris." dije. "Por favor."

Después de un momento abrió su teléfono, marco y hablo con ella en dialecto, tan apresuradamente que no pude entender nada de lo que estaba diciendo. Después de un momento cierro el teléfono y se dirigió a mí con un movimiento brusco.

"Ella dice que la espere bajo el árbol llama."

Hizo un gesto hacia el árbol torcido, con sus grandes flores de color rojizo.

"Ahí."

De pie bajo el árbol, las flores de color rojizo caían sobre mí cada vez que una brisa soplaba a través de las ramas en lo alto. Los toques débiles de los pétalos contra mi cuello y hombros se sentían como el roce de las alas de los insectos en mi piel. Tenia que luchar contra la tentación de jadear e irme lejos. Me sentí aliviado cuando oí los pasos de Damaris a través de la puerta de bambú y se acerco a mí. Estaba usando un vestido de algodón con los colores de la puesta del sol, pero su rostro estaba sombrío.


"Tú la viste." dijo sin preámbulos, "¿No lo hiciste?"

Todo salio muy a prisa: la puerta, la llave, el jardín de espejos roto, lo que vi por la ventana. Ella me miraba mientras hable, con el rostro inmóvil, hasta que yo hube terminado, y dije, "¿Quién es ella, Damaris? ¿Qué es?"

"¿De veras quieres saberlo?" pregunto.

"Si quiero" le digo. "Por favor dime."

"Ella es una bruja" dice Damaris. "Una muy antigua. No toda la magia es mala, pero su tipo lo es. Era dueña de una plantación, o al menos su marido lo era. Dicen que la golpeaba. Un día se levanto, matándolo con sus propias manos. Entonces empiezo a matar a los esclavos, uno por uno. Solo los hombres, tú entiendes. Hace que se enamoren de ella, y luego les chupan la vida y deja que mueran como cáscaras, como las semillas vacías. A ella le gustan los jóvenes y atractivos, pero si ella no puede tomarlos, toma cualquier hombre. Los atrae con una bebida mágica, y una vez que ellos la prueban, son suyos. Toma sus almas y se alimenta de ellas para que pueda mantenerse joven y bella. Durante cientos de años ha hecho eso. A veces los mata de una manera rápida, a veces espera, jugando con ellos un tiempo. Así como juega con tu hermano."

"Evan no es mi hermano" le dije a entre dientes. "Y si sabes todo esto, si todo el mundo lo sabe, ¿por qué no hacen algo al respecto?"

"Ella no puede morir." dijo Damaris. "Hace mucho tiempo que la mataron y la enterraron en una tumba con marcas especiales que le impidieran volver a caminar. Pero incluso eso no pudo mantenerla bajo tierra. Su magia es fuerte, mortal y vive para siempre. Si le haces daño se vengara de ti y de tus hijos. Pero tú… tú eres una extranjera. Tú te iras, te iras a donde ella no pueda hacerte daño. Así que puedo decirte cómo hacerle daño. Se alimenta de las almas que toma. Destrúyelas, y tu tendrás su poder el tiempo suficiente para tener a tu hermanastro de vuelta".

"Pero, ¿dónde las guarda?"

"No sé dónde estaban" dijo Damaris. "Pero eres una chica inteligente. Tal vez puedas averiguarlo." Ella me miro de reojo. "Te digo una cosa, sin embargo. Anne Palmer nunca renuncia a un hombre una vez que lo tiene sus garras. Por nada."

"¿Entonces por qué me estabas diciendo todo esto?" Mi voz se elevo casi en un grito. "Si no hay nada que se pueda hacer para salvar a Evan, en caso de que sea demasiado tarde, entonces ¿cuál es el punto?"


Una flor roja se desprendió de lo alto del árbol y fue a descansar en el hombro de Damaris como una salpicadura de sangre. "Yo dije que nunca renuncia a un hombre por nada." dijo. "Nunca dije que no lo haría por algo."

Esa noche Evan no estaba en la cena. Phillip frunció el ceño hacia el lugar vacío de su hijo, una línea divisoria entre sus cejas apareció como si se estuviera hecha con un cuchillo. "Violet," él lo dice asi- siempre me llama por mi nombre cuando me habla, como si se dispusiera a sermonearme: Vi-oh-let. "Violet, donde estaba Evan?

Mire a mi plato. Había curry apilado en él, y peces envueltos en hojas de plátano, y un recipiente con fruta en rodajas. Al verlo se me revolvió el estómago. "En la playa, creo."

"Bueno, ve por él." Tomo el tenedor. "He tenido suficiente de sus desapariciones de las comidas familiares."

Mire hacia mi madre, que asintió con la cabeza de manera imperceptible, como si temiera ser vista dándome permiso. Lance mi servilleta y me puse de pie. "Voy a ver si puedo encontrarle" dije. No prometí nada.

El sol había disminuido, dejando la arena fresca y suave bajo mis pies. Había una brisa del océano; soplaba a través de mi pelo, refrescando el sudor húmedo en la parte de atrás de mi cuello, entre mis omóplatos. Me di la vuelta para mirar la casa de la señora Palmer. Esta oscura y sin luz bajo el cielo oscurecido, como una flor cuyos pétalos se cierran por la noche. Pensé en lo que Damaris me dijo, y entonces pensé en la cara terrible de la señora Palmer cuando se inclina sobre Evan, y mi corazón dio vueltas dentro de mí. No podía ir allí. No podía ayudarle o salvarle. No sé por qué Damaris incluso me dijo algo. Había visto a mi madre y Phillip juntos. Debía ser obvio que no soy alguien que pueda salvar a nadie, ni siquiera a la gente que amo.

Volví hacia la villa, y fue cuando lo vi: un trozo azul capturado en una de las rocas de la entrada de la cueva que Evan me mostró el primer día que estuvimos aquí. Un color azul del mismo color que la camisa de Evan. Me dirigí hacia la cueva, verificando si alguien me estaba mirando, luego me puse de lado para resbalar dentro.

Empuje a través de la parte angosta del túnel, y luego salía a un espacio más grande donde el musgo de colores brillaba contra las paredes de la cueva como las luces de una fiesta. Me tomo un momento antes de ver a Evan, sentado en la arena húmeda en la base de la pared de la cueva, con las piernas recogidas, su cara entre sus manos.


"Evan." Me arrodille junto a él. "Evan, ¿qué pasa?"

Él miro hacia arriba, y me quede sorprendida. Incluso en el breve tiempo trascurrido entre ayer y esta noche, su rostro parecía haberse consumido: estaba hundido y grisáceo, con la línea bajo sus ojos oscurecida por sombras. Sus hombros parecían delgados debajo de la tela azul de su camiseta. Antes, parecía mecánico, amortiguado, como alguien tomando un medicamento para adormecer. Ahora la droga había desaparecido y él estaba agitado y desesperado. De alguna manera, era mucho peor.

"Vi" susurro. "Algo pasó… yo la hice enfadar. Yo ni siquiera sé lo que hice, pero me dijo que me fuera."

"¿La señora Palmer? ¿Es eso lo que quieres decir? "Llegue a tocarlo, deslice mi mano sobre su hombro, y le apreté duro. Apenas pareció darse cuenta. "Evan, no debes estar a su alrededor. Ella no es una buena persona. Ella no es. . . buena para ti."

"Tengo que estar a su lado" dijo. "Cuando no estoy a su alrededor, siento que no puedo respirar. Como si estuviera muriendo." El recogió nerviosamente la arena. "No lo entenderías."

Oh. Eso dolió. Como sólo soy una niña, no puede sentir nada. Mi respiración casi se detuvo. "¿Tú la amas?"

Él dio una especie de carraspeo, no era realmente una risa en absoluto. "¿Tu amas el agua? ¿O la comida? ¿O es que sólo hay que tenerlos? “Inclino la cabeza contra la pared de la cueva. "Yo me estoy muriendo, Violet."

"Vamos a llevarte a casa" le dije. "Vamos a ir a casa, y te olvidarás de todo sobre ella".

"Yo no quiero olvidarla" susurra. "Cuando estoy con ella, yo veo... todo. Veo los colores. . ."

"Evan." Mis mejillas estaban bañadas por las lágrimas; alcance a tocar su barbilla, girando su rostro hacia mí. "Déjame ayudarte".

"¿Ayudarme?" Dijo, pero sonó más como un, por favor ayúdame, y abrió sus ojos. Me incline hacia él, y nuestros labios se encontraron en algún lugar en medio de toda esta oscuridad, y recordé el besó en la recepción de la boda, cuando los dos estábamos un poco borrachos y riéndonos bajo el dosel de falsas flores blancas en el jardín. Ese beso sabía a champaña y a lápiz de labios, pero ahora Evan sabia como el mar y la sal. Su piel se sentía seca en mis manos cuando me


resbalo sobre él. Incluso mientras rodaba por encima de mí y yo le tenia entre mis brazos, se sentía tan ligero como si flotara, y cuando grito un nombre, el nombre no era el mío.

Prácticamente tuve que empujar a Evan todo el camino hasta la villa. Cuando llegamos allí, vi que mi madre y Phillip habían terminado de comer: la mesa estaba abandonada, las moscas reuniéndose densamente en torno a un plato de plátanos fritos. Empuje a Evan hacia abajo en una hamaca, donde callo inerte, con la cabeza en sus manos

"Ya vuelvo" le dije, pero apenas parece oírme.

Fui al interior a través de las puertas dobles. No estaba segura de lo que estaba pensando ahora- ¿Y si pido a mi madre y Phillip, que nos lleven a casa en el siguiente avión, y corten nuestras vacaciones? ¿Que le darían a Evan en el hospital, para sacársela, aunque Damaris dice que no hará ninguna diferencia?

La puerta de su habitación estaba cerrada; me pare en frente de ella, con mi mano, a punto de tocar. Había voces audibles desde el otro lado: Phillip gritando, mi madre diciendo algo, tratando de calmarlo, pero no estaba funcionando. Su voz se elevaba, incluso cuando la de ella bajaba en espiral en suaves jadeos. Ella estaba llorando. Mi mano estaba congelada en medio como la de una estatua. Los sollozos de mi madre resonaban suavemente por debajo de la puerta, como el sonido de la marea siendo arrastrada hacia el mar, cortado de repente por el sonido de una bofetada, repentino como un disparo. Oí su grito de asombro, y de repente todo estaba tranquilo.

"Carol…" dijo Phillip. No puedo decir si sueno a disculpa o simplemente a cansancio. No estoy segura de que me importara. Siempre será como esto, creo, para el resto de mi vida, escuchando a través de una puerta cerrada como Phillip destruye lentamente a mi madre, desangrando su alma como seguramente la señora Palmer es el desangra la de Evan.

Pase la puerta y el silencio entre en la de al lado. En la sala los palos de golf de Phillip brillaban en la bolsa de cuero que colgaba de uno de los ganchos al lado de la puerta principal. Agarre un hierro del nueve y saque la cubierta. Evan estaba tumbado en la hamaca donde lo dejé, con la cabeza sobre su brazo doblado. Él estaba tan silencioso que tuve que comprobar su débil pulso y la caída de su pecho para ver que todavía esta vivo antes de girar hacia el camino que conducía al océano.

El mar por la noche era negro como la tinta. Si yo fuera un fantasma que vuela sobre el, me pregunto, ¿podría ver mi cara reflejada en su superficie? Llegue a


la playa, con la espuma blanca salpicándome, y me deslice por la puerta de la casa de la señora Palmer hacia el jardín.

En todas partes los trozos de vidrio estaban tratando de salir de la de arena, como aletas de tiburón en el agua. El aire aquí por el mar es grueso y caliente al respirar. Levante el hierro del nueve de mi mano; se sentía fuerte y sólido. Lo tire abajo duro contra el fragmento más cercano, medio esperando que al golpearle rebotara en el. Sin embargo, el cristal se rompió, haciéndose un millón fragmentos. Una nube blanca de humo se elevo de el, como una exhalación del humo de un cigarrillo, y se disipo en el aire de la noche.

Me quedo ahí respirando con dificultad, manteniendo el golpe. Y entonces me giro otra vez, y otra vez. El aire estaba lleno de algo hermoso, como el sonido de plata del cristal rompiéndose. Se encendió una luz de pronto- la luz del porche de la casa- punzando mis ojos, pero seguí balanceándome, golpeando cristal tras cristal tras cristal, hasta que algo se apodero del otro extremo del hierro del nueve y fue brutalmente arrancado de mi mano.

La señora Palmer estaba de pie delante de mí. Ya no se ve perfectamente completa; el pelo estaba húmedo y enmarañado, sus ojos muy abiertos y salvajes. Lleva un largo y negro vestido, con mangas muy cortas, pasado de moda. Realmente se veía como una bruja. "¿Qué crees que estas haciendo?" Medio grito. "Esto es propiedad privada, mi propiedad…"

"Esto no le pertenece." le dije. Mi voz era estable, pero no puedo evitar retroceder un paso o dos; mis chanclas crujieron sobre el terreno. "Son almas".

Ella abrió la boca hacia mí. "¿Almas?"

"Como quieras llamarlas. Vidas que has robado. Las pones en los espejos. Ahí es donde tú los mantienes."

Su voz fue un gruñido. "Estas loca".

"Te he visto hacerlo" le dije. "Vi lo que le hiciste Evan. Estaba mirando por la ventana."

Su boca se abrió, y luego vi sus ojos ir a la llave en de mi mano izquierda. "Damaris" dijo ella. "Esa mujer es una entrometida. Nunca sabe cuándo mantenerse al margen de los asuntos de otra gente."

"Quiero que dejes a mi hermanastro solamente." le dije. "Quiero que dejes ir a Evan".


A pesar de su rabia, sus labios rojos se enroscaron en una sonrisa. "Damaris te habrán dicho que no es tan fácil."

"Si no le dejas ir, yo volveré… y romperé el resto de estos… y yo les diré a todos donde mantienes las almas, y entonces todo el mundo lo sabrá…"

"Tu hermanastro." dijo "Solía hablar sobre ti. Él sabía que estabas enamorada de él. Dijo que lo encontró divertido." La ira se había ido de su voz ahora; la misma cadencia con la que había hablado a Evan cuando le ofreció la botella de jugo. "Tú fuiste una broma para él, Violet. ¿Por qué estas poniendo tanta energía en recuperarlo ahora?"

Me dolió lo que dijo. Me dije que estaba mintiendo, pero me lastimo de todas formas, una punzada aguda como echar jugo de limón en un corte superficial. Respire. "Yo le amo. Damaris dijo que sólo podía ser ayudado por alguien que le ama…"

"Pero él no te ama" dijo ella. "Así es como son los hombres. Toman el amor que les das y lo retuercen hasta que se convierte en una vara con la que te golpean." Miro al palo de su mano; su mirada era viciosa. "Dime que no tengo derecho a igualar el marcador, Violet. Dime que no querrías hacer lo mismo en mi lugar. Los hombres son una maldición en la vida de la mujer y lo sabes."

En mi mente vi a Phillip y a mi madre a sus pies, recogiendo la fruta del suelo con sangre en sus dedos. "No sé lo que pienso acerca de los hombres" dije. "Pero Evan es sólo un niño. Él no es bueno o malo o cualquier otra cosa todavía. Él no debe ser castigado".

"Él quiere llegar a ser como el resto de ellos", dijo La señora Palmer, quien asesinó a su esposo en su propia cama. En una especie de voz distante continúo "Todos lo hacen. Por eso no voy a renunciar a él."

Pensé en el marido de Anne Palmer, el hombre que la golpeaba. "Damaris dijo que no me darías a Evan por nada" Dije yo. "Pero él es joven y débil. ¿Y si pudiera encontrar algo mejor?"

Contra la oscuridad, con el repentino y sorprendente brillo de la luz de una luciérnaga, vi la sonrisa de Anne Palmer. "Dime" dijo.

Me despierto la mañana siguiente por la luz del sol brillante y el sonido de las aves. Me acuesto en mi cama pensando en una larga serie de momentos. Sería fácil pensar que la noche anterior nunca sucedió, nada de eso, pero cuando voltee la cabeza, vi la botella de plástico en mi mesa de noche al lado del


despertador. El líquido claro de su interior brillaba con un deslizamiento del arco iris, como una mancha de aceite.

Me puse un vestido de playa de batik y metí los pies en mis sandalias. Hay cortes en mis manchados tobillos por los cristales que volaban cortando mi piel, pero estaba bastante segura de que nadie iba a pensar que los puntos rojos eran cualquier otra cosa que las picaduras de mosquito. Recogí la botella en mi salida. Se sentía pesada, más pesada que si estuviera llena de agua. Cuando la incline, el líquido en su interior tuvo un grueso sonido de chapoteo.

Damaris se encontraba en la cocina, friendo el tocino en una sartén. Ella no dijo nada, pero pude verla mirándome por el rabillo del ojo cuando tome un vaso de whisky de la alacena y lo llene con hielo. Desenrosque la parte superior de la botella de plástico que la señora Palmer me dio anoche y vertí el líquido sobre el hielo. Se resbalo lentamente del cuello de la botella, espeso como la lava. Olía vagamente a medicamento, como hierbas. Con la mirada fija, Damaris llego a mí lado y dejo caer una rebanada de limón en el vaso. "Allí." dijo ella. "Dile que es para su dolor de cabeza."

Asentí con la cabeza hacia ella y tome el vaso de la bandeja. Evan se encontraba aún en la hamaca, pero ahora sus ojos estaban abiertos y había un poco de color en su piel.

¿Él no recordara nada? Le dije a la señora Palmer ayer por la noche en el jardín de espejos, con pedacitos de almas brillando como dientes afilados alrededor de nosotras. ¿Me lo prometes?

No se acordará, ella había prometido. Sólo las vacaciones. El sol. La arena. Y luego el accidente.

Mi madre estaba sentada en una silla junto a Evan, alborotada y tratando de conseguir que mantuviera un paño frío contra su rostro; él empujo su mano nerviosamente, pero al menos su voz era fuerte cuando le dijo que no. Ella estaba usando gafas de sol oscuras de nuevo, pero no ocultaban la piel descolorida de su mejilla. Les di una larga mirada a los dos antes de cruzar el puente hacia la sombreada habitación donde Phillip estaba sentado con el periódico abierto en su regazo.

"Hola" dije.

Él miro hacia arriba, su estrecha, sin expresión fría cara a la luz del sol. No había ninguna culpa en la forma en que me miraba, ninguna admisión interior de que anoche hizo algo que, incluso si mi madre le perdonaba, yo no. Pero dudo que Phillip esté interesado en mis sentimientos de cualquier manera.


Nunca había pensado en mí como una persona en absoluto, con el poder de otorgar el perdón o retenerlo.

Tiene que ser rápido, no lento. Le había dicho a la señora Palmer. No deseo que las cosas se prolonguen. Quiero que lo tomes todo de una vez.

Había sonrió con sus dientes afilados y blancos. Todo de una vez, me prometió, y me dio algo plano y brillante. Un pedazo de espejo roto.

El Alma de Evan.

Es tuyo, dijo. Para que te lo quedes o lo rompas abiertamente para que regrese por completo.

Lo metí debajo de mi cama la noche anterior, donde quedó reflejada la luz de la luna. Voy a romperlo abiertamente esta noche, me dije. Romperlo y darle a Evan su alma. Lo haré esta noche.

O mañana.

Empujé la bebida hacia Phillip. A la luz del sol parecía agua corriente, con una rodaja de limón pálido flotando en ella. Sin embargo, pude escuchar el susurro del líquido espeso deslizándose sobre el hielo. O tal vez estuviera imaginando eso. "Aquí tienes." le dije. "Damaris envió esto para ti. Ella dijo que era bueno para el dolor de cabeza."

Frunció el ceño. "¿Cómo sabía que tenía un dolor de cabeza?" Yo no dije nada, y después de un momento puso el periódico hacia abajo y tomo el vaso de mi mano. "Gracias, Violet," él dijo de manera rígida y formal.

Y se tomo un trago. Pude ver como el líquido bajaba por su garganta. Nunca había mirado a Phillip con tal fascinación antes. Por fin dejo el vaso y dijo, "¿Qué clase de jugo es este?"

"Aloe" le dije. "Damaris dice que es bueno para la curación."

"Tonterías folclóricas". Resoplo y toma su periódico otra vez.

"Hay una cosa más." le dije. "Esa mujer, la que Evan estaba ayudando, bueno, es que el coche sigue estando roto. Dijo que Evan no podía encontrar la manera de arreglarlo".

Phillip resoplo. "Yo podría haberle dicho eso. Evan no sabe nada de coches".


"Ella realmente tiene la esperanza de que le eches un vistazo" le dije. "Como tú si sabes. Tu probablemente sabes más acerca de esas cosas que Evan."

"Eso es correcto. Yo sé mas." tomo de nuevo el vaso, y lo llevo a su boca. "Supongo que debo ir a ayudar a la pobre mujer". Se puso de pie.

"Eso sería genial." Señale el camino. "Vive allí, en la casa rosa, la que parece una flor. Te esta esperando."

Y ella estaba. Él es mi padrastro, le había dicho a la señora Palmer. Es fuerte, más fuerte que Evan. Mayor. Y él golpea a mi madre. Al igual que tu marido te golpeaba.

Phillip me dio una palmaditas en el hombro con torpeza. "Eres una buena muchacha, Violet."

No, yo creo que no. Esa es una cosa que no soy. Porque en algún lugar, en la casa rosa, Anne Palmer estaba a la espera, Anne Palmer con sus labios rojos y su jardín de espejos y que tienen tu alma. Vi como Phillip trotaba por el camino, un poco rígido con sus nuevas sandalias, con la luz del sol rebotando en la cabeza, donde estaba empezando a quedarse calvo. Mire y no dije nada. Mire, porque sabía que él no iba a volver nunca más.

FIN


NNaaddiiee eessttaa aa ssaallvvoo Libba Bray


““NNaaddiiee eessttaa aa SSaallvvoo””

Traducido por Haley_jsb, Qwely Corregido por Liberi y Qwely

¿Hola? ¿Estamos grabando? Veo una luz roja, así que estoy esperanzada de que mi batería dure. Muy bien, presten atención, porque tengo una solo oportunidad en esto, y va a venir sobre la marcha. Si has encontrado esto en YouTube, eres seriamente afortunado, porque necesitas saber esto.

Lamento los ruidos en el fondo. Es demasiado difícil de explicar en este momento, y no quieren saber lo que hay al otro lado de esa puerta. Confíen en mí.

Mi nombre es Poe, por cierto. Poe Yamamoto. Y es Poe como en Edgar Allan. Sí, porque ¿qué tipo no quiere cargar con ese nombre? Mierda, estoy acabando el momento. Muy bien. Me enfocare. En contar la historia.

Digamos que acaban de graduarse de la secundaria y que han decidido celebrar el final de trece años de enseñanza obligatoria con un viaje de mochileros por Europa con algunos amigos. Hacen el viaje por: París, Dublín, Venecia-que, por cierto, huele a mierda de paloma frita en grasa-Londres (frío y húmedo, caro, pero tú sabes eso), tal vez algunas cervezas en Alemania. Y sólo tal vez uno de vosotros dice: "Oye, vamos a ir fuera de la red, conozcamos alguna de esas ciudades misteriosas en Europa oriental, la caza de vampiros y hombres lobo y las cosas que llegan de golpe en la noche de los eslavos”. ¿Por qué diablos no?, ¿verdad? Esto solo se hace una vez.

Así que haces las maletas y de cabeza para arriba hacia el este. Tomas un tren a través del tipo de bosques que es mayor que cualquier cosa que tengamos aquí, más que cualquier cosa que puedas imaginar. Prácticamente se puede oler lo viejo saliendo de esas enormes paredes de árboles para siempre, y te hace sentir completamente pequeña y no probada.

De ningún modo.

Llegas a un pueblo y se nota la gran superstición `colgantes de mal de ojo´ que pone la gente del lugar colgando de sus ventanas. Tal vez incluso se ríen de las supersticiones pintorescas. Eso, amigo mío, es el tipo de mierda arrogante que


se puede conseguir un tipo muerto. No es extraña y no es supersticioso. Hay una razón por la que los aldeanos aún están vivos.

Si andas, come el espeso, picante guisado, tratas de conversar con los locales, que siguen diciendo que usted se mueva adelante-ve a ver Moscú o Budapest o Praga. Al igual quieren deshacerse de ti. Como si fueras el problema. Ignórelos, y un día tú y tus amigos se pueden encontrar aventurándose en ese bosque desconocido, envueltos por una espesa niebla que aparece de la nada. Esté no es el momento para detenerse y echar una meada en un árbol o hacer un vídeo de viaje para su familia.

¿Tú conoces aquel sentimiento de hormigueo en la parte de atrás de tu cuello? ¿El mismo que te hace temer darte la vuelta? Presta atención a eso, Holmes1. Esa es una señal de-no-me-gusta que se acerquen sigilosamente por parte de un susurro del diablo en el cerebro-algún centro DEFCON primordial de su materia gris olvidada de los primeros antepasados que no han sido destruidos por las comunidades cerradas, tiendas abiertas las veinticuatro horas que duran toda la noche con las luces prendidas en las carreteras, y una media docena de falsas películas de fantasmas que muestran en el cable tarde en la noche. Sólo estoy diciendo que parte del susurro del diablo existe por una razón. Ahora lo sé.

¿Así que si estás caminando por ese camino desconocido y la niebla se levanta de la nada y desliza sus manos sobre tu cuerpo, girando en torno a ti hasta que no sabes donde está más, y los árboles parecen estar susurrando para ti? ¿O piensas que ves algo en la oscuridad que no debería existir, que te dices que no es posible que exista más que en los cuentos de fogata escalofriantes? Escucha el susurro del diablo, Holmes, y hazte un favor.

Corre. Corre como si el infierno estuviera detrás de ti.

Debido a que sólo eso podrá ser.

¿Estamos grabando? Bueno. Déjeme decirle lo que pasó, mientras que todavía puedo.

Yo no sé quién tuvo la primera idea - podría haber sido yo. Podría haber sido Baz o su primo, John. Podría incluso haber sido mí mejor amiga, Isabel. Sólo tres chicos y una chica con mochilas, paseando en Europa, y dos meses completos antes de tener que informar a la universidad. De alguna manera habíamos logrado correr de un lado a otro con la mayor parte de nuestro dinero

1 Holmes: esto lo dice por hacerse referencia al personaje Sherlock Holmes.

http://es.wikipedia.org/wiki/Sherlock_Holmes


en un mes. Ahí es cuando uno de nosotros-de nuevo, no puedo recordar quién-sugirió que estiráramos nuestro efectivo viajando a través de Europa Oriental.

"Es que o nos vamos a casa temprano y pasamos el verano en el Templo Taco entregando las bolsas de bombas de grasa a través de las ventanilla." dijo Baz. Estaba sobre la cuarta cerveza alemana y parecía tener seis pies y cuatro años, parecía una cabra falta sueño por la forma en que se tambaleaba. Había espuma en su nuevo pescuezo de barbilla.

"¿No podemos ir a Ámsterdam en su lugar? He oído que se puede fumar marihuana completamente a la intemperie ", suplico John.

Isabel sacudió la cabeza. "Demasiado caro"

"Para ustedes chicos" murmuró John.

"No seas así" Isabel le dio un beso, y John se suavizo. Habían sido asi desde la segunda semana en Europa, y yo estaba tratando de ser cool con ella. Izzie se saco un diez con John, para ser honesto. "Entonces, ¿dónde debemos ir? No a algún lugar donde todos y su loca tía Fanny vaya. Vamos a tener una verdadera aventura, ¿sabes? "

“¿Tal como, mi multa, audaz princesa viajera?" Dijo Baz, siendo todos seguidores de Baz, es decir, solo un dedo sobre el lado de amigo atrevido o el idiota desagradable dividido. Él trató de acariciar el halcón falso de Isabel. Lo sacudió con una buena mirada afable y un puñetazo amenazador que había puesto a Baz de rodillas de terror con burla. "Misericordia" él exclamó en voz alta. Luego, le guiñó el ojo. "O no. Me gusta de cualquier manera."

Con un rodar de ojos Isabel abrió nuestra guía de viajes baratos en Europa y señaló una sección titulada "Europa Embrujada" que le dio información acerca de viñetas fuera del camino - ruta de los lugares- que supuestamente fueron maldecidos de alguna manera: castillos construidos con huesos humanos, los pueblos que una vez cazaron y quemaron a las brujas, cementerios antiguos, y cuevas donde los vampiros acechaban. Hombres lobo o súcubos que lucían ardientes-ese tipo de cosas.

John le hizo cosquillas a Isabel y tomó el libro. "¿Qué hay acerca de este?"Leyó en voz alta," 'Necuratul. Ciudad de los malditos. En la Edad Media Necuratul sufrió una serie de desgracias: una terrible sequía, la persecución brutal de los enemigos, y la peste Negra. Y luego, de repente, en el siglo XV, sus problemas se detuvieron. Necuratul prosperó. Se libró de todas las enfermedades y de los ataques del enemigo repelidos con facilidad. Se rumoreaba que el pueblo de


Necuratul había hecho un pacto con el diablo a cambio de su buena fortuna y su supervivencia.

"'Durante el siglo pasado la fortuna de Necuratul ha disminuido. Aislados por un denso bosque y olvidados por la industrialización, la mayoría de sus jóvenes salen con emoción a las ciudades y las universidades tan pronto como sea posible. Pero ellos vuelven el día de la fiesta del pueblo, 13 de agosto, en el cual Necuratul honra a su pasado a través de varios rituales, culminando en un carnaval de Mardi Gras-como parte completa con una deliciosa comida y bebida fuerte. (Necuratul es famosa por sus excelentes vinos, así como su supuesta historia de mala reputación.)"

"Lamentablemente, esto puede ser el último año para el festival – y para Necuratul misma-ya que hay planes para reubicar la ciudad y construir una planta de energía en su ubicación”

"Wow. Hay un folleto de viaje feliz ", Baz se agrieto.

"¡Ven a nuestro pueblo! ¡Bebe nuestro vino! ¡Cómase con los ojos a nuestras mujeres! ¡Banquetes en nuestros días de banquetes! ¡Y todo lo que le costará es. . . su alma!"

"¿Tienen buen vino y una fiesta infernal? Estoy allí", dijo John. Todavía tenía sus gafas de sol caras encaramadas en su cabeza. Su nariz estaba quemada por el sol.

Baz vació su jarra y se limpió la boca con el brazo. "Estoy dentro"

"Yo también. ¿Poe?" Isabel me tendió su mano y sonrió abiertamente. Era siempre difícil resistirse a Izzie cuando era aventurera. Habíamos sido los mejores amigos desde séptimo grado cuando ella había emigrado de Haití y yo había llegado de la gran ciudad, y nos habíamos tenido el uno al otro como boyas perdidas en un oscuro, e incierto mar. Yo entrelace mis dedos en los suyos.

"Pueblo de los Malditos eso es" dije, y todos nos sacudimos sobre eso.

A la mañana siguiente nos fuimos del albergue antes del amanecer y tomamos un tren hacia el este de Múnich. El tren hacia ruido alrededor de las montañas con bajadas escarpadas que hizo que John y Baz todavía con resaca enfermaran del estómago. Después de un poco más de vueltas y vueltas desaparecimos en un profundo y oscuro bosque-un dominante guardia del antigua poder.

"Yo no duraría un día allí", murmuré.


"Dudo, que alguien dure", dijo John. Se puso el sombrero sobre su rostro para bloquear la luz y se fue a dormir contra el hombro de Isabel.

En Budapest hubo una afluencia de viajeros, y nuestra acogedora cabina fue invadida por una señora mayor con un olor como a ajo y un acento denso como pan moreno. "Me sentare aquí, ¿sí? Hágame un lugar."

Isabel y John todavía estaban durmiendo en el banco de enfrente de nosotros, así que Baz y yo nos hicimos a un lado, y la vieja señora se sentó y se extendió al lado de nosotros. "¿Dónde vas? No, ¡espera! No me digas. Supongo. Vas a-"

"Necuratul. Ciudad de los Malditos", Baz interrumpió. Él movió sus cejas para darle el efecto.

La señora gruñó. "Dije que yo adivinaría. Soy una pitonisa. Cuando los chicos norteamericanos estúpidos no me baten el puño."

"¿Te refieres a un golpe'?" Baz preguntó.

"Lo que sea. ¿Tú eres?"

Nos presentamos y ella asintió con la cabeza como si hubiera reflexionado sobre esto y decidió que estaba bien para nosotros tener nuestros nombres particulares. "Puedes llamarme señora Smith".

De alguna manera la señora Smith no parecía el nombre de una lectora de La fortuna de Europa del Este que olía a ajo y subió en Budapest. Creo que nuestras caras nos delataron, porque ella nos dio un pequeño encogimiento de hombros. "Fue fácil para pintar en mi camión. Además, todo el mundo conoce a alguien llamado Smith. Vengan. Voy a decirle su suerte".

"No tengo dinero", le dije rápidamente.

"¿Quién dijo algo sobre el dinero?" La Sra. Smith se rompió. "Olvidé mí libro y estoy aburrida. No seas tan idiota."

"¿No es esto lo que sucede en las películas a menudo? Hay algún tipo viejo o una mujer que le dice su fortuna y eso es todo, 'Oh, vas a morir o harás un cargamento lleno de dinero o conocerás a una chica. Ahora ¿me das todo tu dinero? "Baz gimoteo.

La Sra. Smith se erizo. "Puedo decirle su fortuna ahora mismo, sin siquiera consultar su palma."


"¿Usted puede?"

"Sí. Eres un idiota. Siempre serás un idiota".

La sonrisa de Baz desapareció. "'Hey'. En las películas suele ser más complicado. Y menos abusivo."

La Sra. Smith estaba mirándome fijamente a la cara, y automáticamente sentí que mi armadura desaparecía. Como si fuera el primer día de séptimo grado de nuevo: Yo, ojos oblicuos. Sushi roll. Oye, tú eres Asiático-¿me puedes ayudar con mí tareas de matemáticas?

"¿Pasa algo?" dije muy cortante.

"Tienes un ojo azul y otro marrón," dijo.

Crucé los brazos sobre el pecho como si yo fuera audaz para enfrentarla a ella. "Sí. Es algo genético. Mi padre es japonés. Mi madre es estadounidense".

"Y totalmente ardiente", Baz interrumpido. "Me refiero a su, mamá, no a su papá. Me refiero a que tu papá es un buen mozo y todo, pero su mamá…"

"Baz, detente. "

"Ok."

"Hay una leyenda sobre el hombre con los ojos que ve la tierra y el cielo. Uno marrón, uno azul," La Sra. Smith dijo. Su voz había cambiado, volviéndose más suave, un poco más cautelosa.

"¿Cuál leyenda es esa?"

"Él está condenado a caminar en dos mundos, entre los vivos y los muertos. ¿Puedo?" Tomó mi mano y miró fijamente en ella mucho tiempo, con el ceño fruncido. "Es como yo pensaba. Usted se mueve de mano en mano con las fuerzas invisibles, los espíritus oscuros, inquietos y vengativos. Es su destino tropezarse con el mal, Poe Yamamoto, y muy pronto se te pondrá a prueba".

"Amigo", Baz me susurró al oído, su niño blanco hizo cosquillas en el lado de mi cara. "La espeluznante vieja señora acaba de decir ¿'Es tu destino tropezarse con el mal'?"

Ella me dio una palmada en el brazo. "No soy sorda, usted lo sabe".


"¡Ay! ¿Era eso necesario?"

"Usted está siendo purificando", la señora Smith dijo enfáticamente.

Baz se calló entonces. Cualquiera que pueda callar a Baz era una fuerza para tener en cuenta, en lo que a mí respecta.

"Cuidado con la respuesta fácil, Poe Yamamoto. Mira más allá de la superficie a lo que hay debajo. Hay siempre más. Otra explicación. Una verdad más profunda, más terrible. Pero sin la verdad no hay ninguna resolución. Y sin esta los muertos no descansan".

"Okaaaay. ¿Algo más que debería saber?," Le pregunté.

"Sí. No comas el pastel en el carrito del café. Esto no es una adivinación. Esta es la experiencia- que siempre es tres días pasado, rancio y duro como un ladrillo." Ella me dio su tarjeta. En ella leí: Mrs. Smith. Pitonisa. Había un número telefónico en la impresión en relieve. "En caso de."

"¿En el caso de qué?"

"De que regreses". Recogió sus cosas y las metió en su bolso. "Está bien. Ahora me traslado a otra cabina. Para ser honesta, me da escalofríos. Buena suerte, Poe Yamamoto."

La puerta se cerró con un golpe detrás de la señora Smith. Isabel se despertó y se estiró. Era bastante bonita toda somnolienta, la luz del sol moteada pasaba a través de sus pómulos de ébano. "¿Qué me perdí?"

"Solo bosques. Montañas. Más bosques. Oh, y alguna bizarra señora que adivina la fortuna que le dijo a Poe que él tiene un destino con el mal."

Isabel soplo en su mano, e hizo una mueca. "Sí, bueno, yo pienso que puede ser mi aliento. Me voy al coche de café por una goma de mascar".

Fue bastante después de la cena de los próximos días cuando alcanzamos la estación más cercana a Necuratul, y todo el mundo sufría de dolor de músculos y estómago hambriento. Nosotros le mostramos al agente de la estación nuestra guía, y nos señalo a un conductor con un sombrero de fiesta con una pluma pegada en la banda. Estaba sentado junto a un coche tirado por caballos y comiendo un sándwich. Isabel señaló la palabra Necuratul en el libro, y el hombre dejó de masticar y nos dio a todos una mirada rara.

"Deberías ir a Bucarest o Praga. Muy hermoso," él dijo.


"Realmente queremos ver el festival", dijo Isabel. Ella sonrió con su sonrisa de yo se que te gusto, pero no funciono con este tipo. No se relajo así como una mueca.

El conductor tomó su sándwich. "Se dice que ellos solían adorar al diablo. Algunos dicen que todavía lo hacen."

Baz hizo una cara de vampiro, curvando los dientes por encima de su el labio inferior y abriendo los ojos. Isabel golpeó su brazo.

"El próximo año," el hombre continuó, "Se va a construir una planta de energía en la montaña. Adiós, Necuratul. Eso es progreso, dicen. De todos modos. ¿Tienes dinero?"

"Mucho dinero" dijo Baz al mismo tiempo John dijo, "No mucho."

"La gente joven" el conductor gruñó mientras se limpiaba las manos. "Yo te llevaré. Pero en primer lugar te diré: no entres en el bosque. Permanece dentro de las piedras y no las cruses o te vas a arrepentir."

"¿Por qué nos vamos a arrepentir?" Preguntó Isabel.

"Espíritus inquietos, en espera de ser puesto en libertad. Mantente fuera del bosque", advirtió, y ofreció el resto de su sándwich a su caballo.

"Ese fue un buen toque de escalofrió", dijo John, cuando nos metimos en la parte trasera. "¿Crees que le pagan extra para añadir una pequeña parte, como cuando tomas el tour en Londres de Jack el Destripador y ellos siguen advirtiéndote sobre como él nunca fue encontrado y luego algún actor caseoso en una capa negra anda por delante realmente rápido?"

"Tal vez", le dije, pero el conductor no parecía que estaba jugando. Fue entonces cuando me di cuenta de la pared baja de piedra a las afueras del bosque a cada lado de la carretera flaca de tierra. Las rayas de polvo blanco corrían junto a él. Detrás de nosotros yo aun no podía ver la estación de tren, sólo la densa maleza y la niebla. Y por un segundo podría haber jurado que vi a un joven escondido detrás de un árbol, observando.

"Oye, has visto…" señale, pero no había nada allí.

"¡Jack el Destripador nunca fue encontrado!" Dijo Baz. Se cayó sobre mí como Bela Lugosi, y tuve que darle una patada para detenerlo.


Quince kilómetros sobre un puente y subiendo por una montaña, estábamos en la parte de atrás de una carreta tirada por caballo, y me hizo sentir que tenia el culo desigual, y con mucho dolor. Por último, el bosque se redujo un poco. Pude ver soleados tejados rojos y cintas delgadas de humo en espiral de de las chimeneas torcidas. Un perímetro de piedra como los que había visto en nuestro camino bloqueaba la aldea de la selva. El mismo polvo blanco estaba allí. El conductor se detuvo en seco de las piedras, mantenimiento a su caballo bien lejos de ellas. Los honorarios fueron pagados. John no estaba feliz de tener que separarse más del dinero de sus abuelos.

"Sabes, esta ni siquiera era mi idea", refunfuñó.

"Deja de mortificarte ", dijo Baz. "¿En qué más quieres gastarlo?"

"Porno", dijo Isabel con un resoplido. "He oído que después de comprar esas revista en un mismo sitio, podrás conseguir uno gratis".

Baz se tambaleó hacia atrás, con la mano sobre su corazón. "¡Oh! Has sido poseída por ¡Bel Johnster!"

"Cállate" dijo John, y aplastó el brazo Baz más fuerte de lo necesario.

A nuestra derecha se encontraba un poste alto con una campana y una cuerda. El conductor la repico, y unos minutos más tarde una vieja mujer con falda larga y pálida, camisa marrón de manga larga, y su pelo enterrado bajo un pañuelo salió alborotada hacia afuera. Ella y el conductor intercambiaron algunas palabras, algunos de ellas bastante acaloradas. Ella tomó una buena larga mirada de nosotros: cuatro sucios adolescentes que olía a sudor viejo y al interior de un vagón de tren. Cuando llegó a Isabel, ella pareció erizarse.

Isabel se cruzó de brazos por encima de sus troceados Ramones T. "Genial", murmuró. "Racistas. Mis favoritos."

La mujer metió la mano en su delantal y lanzó un puñado de polvo blanco hacia nosotros.

Isabel se estremeció y apretó sus dedos en puños. "¿Qué diablos?"

"Sal", dijo John, sosteniendo su espalda. Algunos habían llegado a su boca. "Es sal."

La vieja lanzo un puño de sal detrás de nosotros. "Protección", dijo. Esta era una de dos palabras inglesas que ella sabía, descubrimos más tarde. El otro era "el diablo."


Cortó un pedazo de pan y se lo ofreció como si ella estuviera tratando de atraer a un animal. Adiviné que como se suponía, lo tomaríamos de ella, pero cuando lo intenté, ella se apartó, todavía sosteniendo el pan con una expresión cautelosa. El viento se levanto con fuerza repentina, empujándonos un poco hacia atrás. Esta silbaba a través de los árboles como rezos de los muertos. La mujer miro preocupada. Pasé por encima de las piedras; los demás me siguieron. El viento se calmó, y el bosque estaba en silencio. La anciana dejo caer de nuevo el pan en el bolsillo de su delantal y se limpió las manos en la falda con una mirada que decía que le gustaría que fuera fácilmente acabar con nosotros. Entonces se dio vuelta y se marchó.

"Eso fue raro", dijo Isabel.

"Sí. ¿Y qué paso con el pan?" Baz preguntó.

"El pan es para los vivos" contestó una voz. Nos volteamos a ver a una chica de nuestra edad, tal vez un poco mayor, barriendo la calle. Tenía los ojos oscuros y largos, su cabello era del color del trigo y vestía vaqueros y una camiseta de labios ardientes. Una mujer de la edad de mi mamá también estaba barriendo. Llevaba un campesino monótono, el mismo tipo de ropa que llevaba la mujer que nos había tirado sal. Ella no levantó la vista.

"¿Y qué? ¿Los muertos son bajos-tallados en él?" Le pregunté, sonriendo.

Afortunadamente, la chica me devolvió la sonrisa. "Los muertos no comen. Si así fuera, seriamos aún más pobres."

"Ella es ardiente," Baz susurró. "Yo totalmente podría verla hacer una extensión en un calendario de chicas calientes de Necuratul, tal vez con un bikini de Vlad el Empalador… ¡uf!"

Isabel le había dado un codazo a Baz fuertemente en el estómago.

"Tranquila, Iz." Tosió.

"Madura, Baz", escupió hacia atrás.

"Hablas Inglés," John le dijo a la muchacha, señalando lo obvio.

"Sí. Voy a la universidad. Regreso a casa para el verano. Para el festival. Por la noche, la taberna se llena de borrachos."

John sonrió. "Trabaja para mí."


"¿Cuál es el idioma de todos modos?" Baz pregunté, tratando de pasarse como mundano. "¿Suena un poco rumano? ¿Húngaro?

"Es Necuratuli. Es tradicional de la aldea. No te molestes en tratar de encontrar una traducción. Es demasiado oscuro. Soy Mariana, a propósito." Extendió su mano y yo la sacudí, lo que hizo la mujer mayor fue sacudir la cabeza y murmurar en voz baja. Escupió tres veces. Mariana hizo rodar sus ojos. "Mi madre. Ella no cree en nada nuevo y pecaminoso como las mujeres estrechando la mano de los hombres." Mariana le respondió a su madre en Necuratuli, y la mujer mayor nos dio otra mirada sospechosa antes de marcharse.

"No te preocupes por ella. Se pone nerviosa acerca de los forasteros y cosas nuevas. Así que. ¿Estás aquí por el festival?"

"Sí. Leímos acerca de él aquí." Sostuve nuestro libro. "Tú sabes, la cabeza de cabra entera, sacrificio de corderos, el posible pacto con el gran D".

Mariana se rió. "Así es como conseguimos nuestros turistas. Florencia tiene el David; Nosotros tenemos a Satanás. Siento defraudarlos-en su mayoría aquí hay ovejas y supersticiones. Pero el vino es fantástico y el festival es una gran cantidad de diversión. Aquí. Deja tus bolsas. Van a estar a salvo. Esa es una de de las grandes cosas de esta ciudad-todo está seguro; nunca tendrás que preocuparte. ¿Te imaginas hacer eso en Londres o Nueva York o Moscú?"

"Yo obtuve mi bicicleta robada una vez, y estuvo encerrada," Baz dijo. Le dio su cara tímida fingida, e Izzie hizo rodar sus ojos. "Realmente perdí la mayor parte de la campana."

Mariana era una buena jugadora y se rió de su defectuosa, broma cómica. "Así que lamento eso. Tal vez un pequeño tour de Necuratul te anime. Vamos. Te mostraré los alrededores".

"¿Qué pasa con las piedras y la sal?" Le pregunté, bajando mi mochila.

"Una costumbre popular de los viejos. Supuestamente mantiene lejos a los malos espíritus. Ningún muerto viviente puede cruzar el umbral. Y ningún muerto viviente puede comer. Es por eso que ella les ofreció el pan, mientras que todavía estás en el otro lado, para demostrar que se encontraban entre los vivos. Si hubieras tratado de agarrar el pan al cruzar el umbral, habrías sido quemado en cenizas".

Baz silbó. "INCREIBLE"


"¿Consiguen una gran cantidad de muertos vivientes entrando, tomando fotos, preguntando por una fiesta con la camiseta de los Goat’s Head?" Yo pregunte.

Mariana asintió gravemente y suspiró. "¿Por qué crees que ellos les llaman espíritus inquietos? Ellos limpian las habitaciones en la posada y ellos no dan consejos. De todos modos, ustedes no tienen que ir al bosque. Y ustedes especialmente no se supone que toman el pan en el bosque. Es como la alimentación de los no-muertos, dándoles el poder."

"Supersticiones, hombre. Cultura del miedo. Totalmente falsas, ¿verdad?" John sonrió.

"Cada lugar tiene sus tradiciones," dijo Mariana con un poco de frialdad.

Baz se inclinó hacia su primo. "Buena forma de hacerte querer por la gente del lugar, amiga mía." A Mariana le dijo, "¡Yo quiero oír acerca de las costumbres!" Se coloco al lado de Mariana mientras ella nos llevó al corazón de Necuratul.

La guía no había mentido: la ciudad era el libro de cuentos encantador-en una "tememos por nuestras vidas" especie de camino. Cada casa estaba rodeada con sal. Trenzas de ajos colgaban de las ventanas y se clavaban sobre las puertas. Detrás del pueblo había un área despejada rodeada de tierras de labranza pobladas de ovejas. Era pacífico. Bonita postal. Entonces Me di cuenta de los espantapájaros con símbolos grandes del mal de ojo pintados sobre la frente. Nadie quiere eso en el álbum de fotos de la familia. Pero la obra maestra del lugar entero era la enorme iglesia gótica que estaba en la cima de una colina en el borde mismo de la ciudad, prácticamente hasta en contra de la primera línea de árboles. Conté trece agujas curvas. La entrada estaba protegida por grandes puertas de madera con rostros tallados en ellas. De cerca los rostros eran horripilantes. Gritando con la boca. Abriendo los ojos con el terror. La gente pidiendo-¿para qué?, yo no podría decir y no quisiera saber.

"Wow. Encantador," dije.

"Lo sé. El miedo no es manera de vivir." Mariana empujo las puertas para abrirlas y entramos.

"Whoa," Baz jadeo.

Desde el exterior no había manera de decir cuan monstruosamente hermoso era dentro. Las paredes-cada centímetro de ellas- brillaban con coloridos, murales de hojas de oro. Habían sido sorprendentemente conservados.


"Todo esto fue hecho en la Edad Media," Mariana dijo. "Es una historia de la ciudad."

A la izquierda de los paneles parecía como algo salido de una película de terror. Imágenes raras de cultivos muertos. Enfermos, en medio de personas esqueléticas cubiertas de llagas. Niños llorando. Los perros atacándose unos a otros por un trozo de carne. Cadáveres establecidos en los carros y prendidos en fuego, las mujeres llorando cerca. A la derecha los murales mostraron una historia más feliz que a la izquierda. Los agricultores trabajando en sus campos. Las Mujer horneando pan. Los cultivos prosperando. Animales que pastorean en paz. Se veía muy parecido a la aldea que acabábamos de visitar, excepto por una cosa extraña que tenias que entrecerrar los ojos para ver. En todas las imágenes de la derecha habían imágenes oscuras de niños y adolescentes en los bosques, observando.

"Incluso el techo está pintado," dijo John, estirando el cuello.

Encima había una sola imagen. Mostraba un lago rodeado por el bosque. Los habitantes del pueblo se quedaron en un pedazo junto a él. Los niños estaban en la laguna hasta la cintura. Sus manos estaban atadas con cuerdas. Un sacerdote en una túnica roja, encapuchado sosteniendo en lo alto una cabeza de cabra que parecía tener trenzas que bajaban de sus cuernos. Era espeluznante pero también un poco gracioso. Heidi el cabeza de cabra de Satanás. En realidad, yo había visto a las muchachas en los clubes deportivos que se divertían muy similar a esto. Una espesa niebla venía encima de los árboles, y los niños tenían sus rostros estirados hacia él mientras que los adultos tenían los ojos en la cabeza de la cabra. El agua alrededor de los niños burbujeaba y se arremolinaba.

"Esa es una foto feliz," me quebré.

Mariana se estremeció. "Muy extraño, ¿no?" Ella se rió. "No tuviste que crecer mirando a esa cosa. Yo creo, nos mantuvo en la línea."

Me alegré por la broma. La iglesia realmente me puso los pelos de punta.

"Entonces, ¿qué con las trenzas de Heidi sobre la cabra?" Yo pregunté.

Mariana se acercó al altar donde un gran libro estaba apoyado. Ella pasó las páginas hasta llegar a un dibujo que mostraba la cabeza de la cabra de cerca e individual: los ojos brillantes, las trenzas se formaban bajo su barbilla. Pero en este dibujo, estaba claro que las trenzas estaban formadas por muchas diferentes clases y colores de cabello.


Isabel retrocedió. "Qué. Es. ¿Diablo?"

"El alma de Necuratul," explicó Mariana.

"Según la historia, durante el tiempo oscuro, cada siete años, cada familia sacrificaba un hijo a Satanás a cambio de seguridad. Para demostrar que eran leales, que mantenían sus promesas y seguían adelante, tenían que cortar el pelo del niño y entrelazarlo en una trenza conectada a la cabra. Al hacer esto le prometías el alma de tu niño."

"Esto es serio, hombre," dijo Baz mirando fijamente al cuadro.

"Pero ellos creían que era necesario. Y las creencias tienen poder. Es por eso que las supersticiones son tan difíciles de erradicar," Mariana dijo. Ella pasó un dedo por los bordes antiguos de la página. "Dicen que hasta cuando los misioneros ingleses llegaron después de ciento dieciocho años, los sacrificios estaban todavía en curso."

"Whoa," dijo John.

"Lamento haberte asustado," Mariana dijo con una tímida risa. Cerró el libro con un thwump pesado que envió motas de polvo en espiral. "Por supuesto, los misioneros le pusieron fin a esto de inmediato, destruyeron la cabeza de la cabra, todos los símbolos, y los vestidos rojos, de hecho, hasta estos días, el color rojo está prohibido en esta ciudad. Se supone que es el color del diablo. Los misioneros comenzaron a asegurarse de que los niños fueran educados y envió a algunos de los chicos a la escuela en Inglaterra."

"Chicos. Imagínatelo," Isabel murmurando.

"¿Dónde es eso?" Pregunte, señalando una ornamentada pared en la parte frontal de la iglesia. Estaba pintada con santos de oro y ángeles. En el centro había otro grupo de puertas talladas.

"Se llama el iconostasio," dijo Mariana. "Esto esconde el altar de los plebeyos, básicamente. El sacerdote puede elegir entre abrir la puerta durante la misa y dejar que la gente vea el altar o no."

"¿Podemos ver?," Preguntó John.

"Seguro." Mariana intentó abrir la puerta, frunció el ceño. "Qué raro. Esta cerrada." Sostuvo sus palmas hacia arriba. "Lo siento."


"Eso está bien," dijo Baz, estando un poco más cerca de ella. "¿Así que realmente van a construir una planta de energía aquí?"

"El año que viene. Eso es lo que dicen. Es por eso que todos nosotros nos aseguramos de llegar a casa para el festival de este año. El Siguiente año todo podría haber desaparecido." Mariana miró a su alrededor tristemente por un momento, luego pareció sacudirse la tristeza. "Está bien. Ahora que han visto lo peor de nosotros, vengan a ver lo mejor. El estofado de cordero en la taberna es increíble. El vino aún mejor. Y ustedes no tienen que tener veinte y uno."

"Ahora estás hablando," dijo John.

Cuando llegamos a la taberna, había señales de vida. Las personas que no necesitan tarjetas de AARP estaban llegando. Mariana los saludó como primos-muchos de ellos eran primos- y explicó que habían regresado de sus puestos de trabajo en las ciudades o escuelas para participar en el festival. Había más niños pequeños también. Daban patadas a un balón de fútbol improvisado y se reían, lo que me hizo sentir un poco de nostalgia. Un hombre de pelo oscuro con una chaqueta de cuero besó a Mariana en las mejillas y se nos presentó. Su nombre era Vasul, y tenía una beca en la London School de Economía. Tenía veinte años, como Mariana y parecía un príncipe ruso. Nos trataron como viejos amigos. El vino corría libremente. Nos quedamos hasta altas horas de la madrugada debatiendo de la vida, de política, de tradiciones y de modernización. Estas fueron el tipo de conversaciones que pensé que tendríamos en la universidad, les di una vista previa y sentí que finalmente había llegado. Al igual que sentí que ya no era un niño más.

"Mira al tío Radu. Está sacando el acordeón" Vasul soltó una risita.

Mariana hundió su rostro en el hombro de él, ahogando una risa.

"¿Qué es eso?" Preguntó John.

"Espera" dijeron los dos al mismo tiempo, resoplando.

El tío Radu, que tendría unos ciento dos años si él estaba al día, comenzó a tocar a continuación. Uso la palabra tocar a la ligera. Era más como si estuviera desollando el acordeón, porque el sonido que hacía el instrumento era de dolor. Mariana y Vasul se perdieron con las manos sobre su boca y sus ojos llenos de lágrimas. La madre de Mariana les dirigió una mirada de disgusto. Pero el tío Radu siguió tocando. Otro hombre cogió su violín, y una de las mujeres empezó a cantar. El tabernero caminaba alrededor de las mesas aplaudiendo, los niños se unieron sólo a medias, pero cuando la canción terminó, y la siguiente


comenzó, perdieron el interés y volvieron a beber, a jugar y a tener discusiones sobre las bandas Indie y las películas alternativas.

"Voy a oír hablar de esto más adelante" Mariana se quejó.

"Cuando mi abuela vio mi ropa, chasqueó la lengua y se alejó" dijo una de las chicas en el extremo de la mesa.

El chico junto a ella apagó su cigarrillo. "Hay momentos en que mis padres me miran como si no supieran qué hacer conmigo. Como si estuvieran un poco asqueados, o un poco asustados."

Mariana intervino "Cada generación tiene miedo de la que los precede. Nuestra música, nuestra ropa, nuestras aspiraciones. Nuestra juventud. Es como si supieran que haremos lo que ellos ya no pueden hacer más"

"A veces mis tías hablan en criollo, cuando no quieren que entendamos lo que están hablando. Es como si estuvieran jugando con nosotros a propósito " dijo Isabel. "Me vuelve furiosamente loca"

Vasul se rió. "Furiosamente loca" la imitó e Isabel le dio su sonrisa más enamorada. John unió sus dedos con los suyos y les dio un beso a dejar su reclamación clara.

"He estado en casa unas pocas horas y ya mis padres se preguntan cuándo voy a establecerme y darles nietos" Una niña llamada Dovka se quejó. "¡Tengo veinte y uno! ¡Tengo una cabina de DJ en un club de Bucarest! "Ella se volvió hacia John. "¿No te molesta cuando lo hacen?"

"A mis padres realmente no les importa una mierda nada mientras mis notas sean buenas y no me arresten. Sólo me dan dinero, así que me marcho y dejo de interferir con sus juegos de golf y su Pilates " dijo John con una risa amarga y me sentí un poco mal por él. Era como si sus padres se despertaran un día totalmente sorprendidos al descubrir que tenían niños, por lo que acabaron por contratar a una flota de personas para cuidar de ellos.

"¿Y tú Poe?" Dijo Mariana.

Yo me encogí de hombros. "Mis padres están bien. Molestos, pero de buen corazón. Creo que no tienen miedo de mí. Del estado de mi habitación, tal vez" bromee. "Mamá es de Wisconsin. Ella habla divertido y ama a los Green Bay Packers. Mi padre es un profesor, juega al Tetris demasiado cuando debe corregir trabajos, colecciona antiguos discos de Stax. Mi abuela todavía se aferra a algunas de las viejas maneras. "


Cuando yo era pequeño, mi abuela me contaba acerca de estar en los campos de internamiento durante la Segunda Guerra Mundial. Y cuando la conversación era demasiado para ella, la terminaba con la frase "el miedo lleva a la locura." Entonces ella me enseñaba caligrafía japonesa, guiando mi cepillo con elegancia sobre el papel. Más tarde nos íbamos a McDonald's. Amaba sus papas fritas.

Dovka apoyó la cabeza en su mano. Tenía los ojos vidriosos. "Sin embargo las tradiciones son buenas. Te vinculan recordándote de dónde vienes”.

"O lo que dejas atrás." No sé por qué lo dije. Creo que sólo quería tomar el punto de vista opuesto.

"Exactamente" Baz dijo confuso. Tenía los ojos a media asta. "¿Como el año pasado, cuando estaba saliendo con Chloe? Mis padres se lo ocultaron a todos. Y son totalmente liberales pero se asustaron de que no fuera judía. De repente el Menorah salió y mi padre empezó a preguntarme si quería ir al templo la noche del viernes." Él sonrió. "Le dije que el viernes era una ocasión religiosa diferente: Doctor Who. ¡Hey, no es mi culpa que no tengan TiVo todavía! "

Mariana levanto un pulgar hacia arriba. "¡TiVo!"

"TiVo". Vasul asintió.

Todo el mundo choco los vasos, gritando "TiVo" hasta que los viejos nos hicieron callar.

"Aún así" dijo Vasul cuando nos tranquilizamos de nuevo. "Hay momentos en que creo que tal vez no sería tan malo regresar aquí. Es pacífico. Es seguro. No hay enfermedades de transmisión sexual, ni alimentos procesados, ni contaminación. "Hizo una pausa. "Tampoco hay bombas".

Mariana puso la mano en su brazo. "Vasul sobrevivió a un ataque terrorista en Londres. Estaba en Russell Square. Él vio lo que pasó " explicó Mariana.

"Podría haber estado en el autobús" dijo Vasul en voz baja. "Siento como si el mundo se fuera al infierno a veces. Al igual que nadie está a salvo ya. Salvo en Necuratul”.

Todos levantaron sus copas en un brindis respetuoso, tranquilo. "Necuratul".

Mariana dijo algo a Vasul en su idioma. "De todos modos" dijo con un suspiro "Eso es un punto discutible. Estas personas, nuestros padres, abuelos y bisabuelos: están envejeciendo ahora. Cuando se mueran, el pueblo va a morir


con ellos. Toda esta cultura se perderá. Sobre todo si son reubicados a causa de la planta de energía. Lo he visto ocurrir antes. Es la Diáspora”

"Es triste" dijo Isabel en voz baja, y yo sabía que estaba pensando en su propia familia obligada a abandonar Haití y reubicada en los suburbios de América, donde nunca consiguieron nada más que la sonrisa amable de sus vecinos blancos.

"La mierda pasa." Dovka gruñó. "Termina con eso. Empieza de nuevo"

Mariana hizo rodar sus ojos. "Tienes razón. Esto se está poniendo mórbido. No quiero estar mórbida. Quiero más vino. “Sirvió a todos otra ronda y levantó su copa por tercera vez. "Una oferta para el futuro".

"Una oferta para el futuro" Todos la seguimos por el buen camino para conseguir emborracharnos completamente.

En la esquina los aldeanos más viejos nos miraban con recelo, como si fuéramos algo que observar con atención, que podría explotar y llevarlos con nosotros. Continuaron con su música, cantando y tocando de forma controlada. Pero nuestra mesa comenzó con "The Clash, Should I Stay or Should I Go", riendo por las consecuencias. Éramos más jóvenes y más fuerte, y pronto nuestras voces ahogaron la canción popular totalmente.

Al día siguiente llovió como loco. Nunca había visto a los cielos abrirse así nunca. Fue una buena cosa que Necuratul estuviera en una montaña, porque estaba seguro de que saldríamos flotando. Mariana, Vasul, Dovka, y las otras personas de nuestra edad habían salido antes del amanecer para obtener suministros para el festival. Ese era su trabajo y lo hicieron, con resaca o no. Ahora con la lluvia parecía que tendrían problemas para volver.

"El puente" el tabernero se explico en un inglés torpe. Hizo un sonido como un silbido y un gesto con las manos: Desaparecido. Sin los otros alrededor los aldeanos no eran demasiado amables con nosotros. En realidad, tengo la sensación de que querían que nosotros desapareciéramos como el puente. La madre de Mariana corrió a abrir la panadería. Pase a comprar algo de pan, cosa que principalmente consistió en señalar y sonreír y a continuación enseñar el dinero para saber cuanto debía pagar. Mientras tomaba mis monedas, mire alrededor de la acogedora tienda. Dos hombres corpulentos estaban sentados en una mesa de madera pesada frente a la ventana bebiendo tazas humeantes de algo oscuro. Se miraron directamente. Uno de ellos dijo algo al otro, y ambos se rieron.


"Al igual que en la cafetería de séptimo grado", me dije a mí mismo, sintiendo mi cara calentarse. Mantuve la mirada hacia adelante, puesta en los estantes de pan fresco, en las paredes de yeso decoradas con signos contra el mal de ojo y ajo, en la puerta en forma de arco de los hornos. Algo me sobresalto. Me pareció ver una mancha roja dentro de un armario cerrado parcialmente. Mire y de pronto la madre de Mariana estaba cerrando la puerta de forma segura. Ella me dio una sonrisa tensa y encendió su mirada hacia mí en cambio. Con un gracias murmurado estaba fuera de la puerta con mi pan, preguntándome si realmente había visto el color prohibido o no.

Estaba dirigiéndome de nuevo al hostal a través de la lluvia cuando vi a la niña en el bosque otra vez. Esta vez estaba de pie, con las palmas hacia fuera. Estaba pálida, con sombras alrededor de sus ojos y con lodo por toda su falda, como si se hubiera resbalado de una colina o algo así.

"¿Hola?" La llame. "¿Estás bien?"

Ella no contestó, así que me acerque. Me dirigí hacia el borde de la muralla de piedra. "¿Necesitas ayuda?" Le pregunté lentamente como un idiota, pensando que ayudaría con la barrera idiomática.

Señaló mi barra de pan.

"¿Tú… quieres… esto? ¿Tienes hambre? "

Abrió la boca como si fuera a gritar y los árboles se sacudieron con mil susurros que hicieron ponerme de punta los pelos de mi cuello. Sentí que una mano me agarraba el brazo. Era la anciana que nos había dejado en la puerta. Su expresión era de enojó, y soltó un torrente en su lengua, todo vocales y consonantes guturales desconocidas que me mareaban.

"No entiendo" grite sobre la lluvia.

"Devil" dijo, usando su única palabra inglesa. Echó una mirada hacia el bosque. No había nadie allí. Pero yo sabía que había visto a la chica.

La campana de la iglesia repico en voz alta. En unos segundos muchos de los pobladores, entre ellos el tabernero, la madre de Mariana, y los dos hombres que habían estado sentados en la panadería, se afanaron por la cuesta de la iglesia. Miraban atentos el camino. Ninguno de los niños estaba con ellos.

"¿Adónde se ha ido?" Le pregunté a la anciana. "La niña. ¿La ha visto? "


"Devil" dijo de nuevo, y se apresuró a la iglesia con los demás. Abrió la puerta, y por el rabillo del ojo vi de nuevo el destello rojo. Túnica roja, dijo mi cerebro. Pero fue tan rápido que no podía estar seguro. No podía estar seguro de nada, excepto de que quería que Mariana, Vasul, y el resto volvieran. Los viejos me daban escalofríos.

Cuando regresé a la habitación empapado, la hogaza de pan no era comestible; los otros estaban tirados en las camas y las sillas mirando al vacío. Ninguno de nuestros teléfonos tenía cobertura aquí y no es que hubiera un cibercafé a menos de cien millas. Después de un día atrapados en nuestra habitación, sin tan siquiera un vídeo de YouTube a romper la monotonía, nos acercábamos al aburrimiento mortal.

"Tengo dependencia del Internet" dijo John. Estaba extendido sobre la cama equilibrando el colgante para el mal de ojo que había comprado en la estación de tren sobre su nariz. "Es lo mismo, en serio, que si no puedo iniciar sesión en Messenger y hablar con alguien, con cualquiera, me volveré loco."

Isabel sacó su teléfono y simuló mandarle un mensaje de texto. "J, OMG DND STAS?" dijo en el lenguaje de los mensajes de texto.

"N HELL", John contestó, con los pulgares moviéndose en el aire. "TU?"

"HELL X SPTO. KIRS 2PAS FRTS BBQ? N AJO. "

John se rió, luego se detuvo. "Quiero decir, ROTFLMAO"

Les conté de mi extraño encuentro con la chica en el bosque y que la había visto dos veces. Les conté que la mujer mayor que guardaba la puerta se había referido al bosque como "Demonio"

"Creo que tendremos que hacer un espeluznante viaje de estudio al bosque" dijo John.

Los demás estaban en ello de inmediato.

"Chicos, ¿y si hay algo como trampas y serpientes venenosas o un malévolo hombre come carne de reno en el bosque? ¿O peor? Podríamos tropezar con un festival benéfico de los Jonas Brothers." Me estremecí para darle efecto.

"O con Belcebú" dijo Baz. "El señor oscuro con un barril de cerveza"

"Creo que deberíamos quedarnos donde estamos" les contesté.


Con un suspiro de Isabel cogió el teléfono y simuló enviar un mensaje de texto a John. "OMG, J. TOY BORED X CULPA POE X SPTO. "Ella me miró.

John movió sus dedos muy deliberadamente. "CIERTO".

No podía soportarlo más. Estaba tan encerrado y enloquecido como el resto de ellos. "Muy bien. Viaje de estudios escalofriante. Mañana vamos a la selva. "

Los tres arrojaron sus brazos alrededor de mí y nos derrumbamos en una de las camas, cantando, "¡Viaje de estudios escalofriante! ¡Viaje de estudios escalofriante! ¡Viaje de estudios escalofriante!"

Hubo un fuerte crujido, y temí que hubiéramos rota la fea cama. "Camaradas" dijo John sosteniendo los fragmentos de su roto colgante para el mal de ojo. "Soy un hombre marcado." Entonces se rió.

A la mañana siguiente, cuando la lluvia se había convertido en un chispear suave, cogimos las linternas y un poco de pan fresco por si teníamos hambre.

"¿Deberíamos tomar esto?" Preguntó Isabel. "Pensé que estaba prohibido"

"No ire a un viaje sin alimentos. ¿No has leído sobre el Partido de Donner?" Baz bromeó.

Isabel parecía incómoda. "Todavía… "

"¿Realmente crees en esa mierda?" John la besó en la mejilla. "Supersticiones"

"Correcto. Supersticiones." Isabel aclaro y partimos hacia el bosque. En una de las callejuelas de entre las casas un grupo de niños estaban jugando una especie de juego. Cinco de los niños estaban en el centro, y los otros niños les rodeaban. Los niños en el círculo exterior se dieron la mano y daban vueltas, cantando. Cuando nos vieron, se detuvieron y nos miraron.

"Hola." Isabel saludó a nuestro paso. Vinieron detrás de nosotros. Cuando nos dábamos la vuelta, se escondían detrás de lo que hubiera disponible. Los oíamos reír, como si seguirnos fuera lo más divertido que habían tenido en mucho tiempo. Probablemente lo fuera, pero estaba haciendo nuestra huida al bosque muy difícil.

"Sólo vamos a dar un paseo" explique con nerviosismo. "Está bien. Adiós. Divertiros. "

"Todavía están detrás de nosotros" Baz susurró.


"Deteneros y haced algo aburrido." Nos pusimos de pie y miramos a la iglesia. Isabel tomo unas cuantas fotos. Hablamos de la arquitectura, totalmente inventándola. Unos minutos más tarde los niños perdieron interés y se agacharon en otro carril a jugar a otra cosa.

"Se han ido" dijo John. "Vamos por ello"

Nos apresuramos a la iglesia, arrastrándonos por el lateral. Yo no podía ver a través de las vidrieras, pero podía oír los sonidos, no del todo el canto, no del todo rezo. Más bien como el canto, tal vez. O tal vez estaban rezando. Era difícil decirlo. Isabel me hizo señas para que me diera prisa, y corrí arrimado a la pared.

John salió directamente a la muralla y al anillo de sal. Él estaba junto al bosque ahora. "Es un pequeño paso para el hombre, y un gran salto para la evolución".

"Aquí voy", dijo Baz. Él siguió a John y a Isabel.

Cuando me dispuse a ir, oí las voces susurrando en el viento de nuevo. "¿Oyes eso?" Le pregunté.

"¿Oír el qué? Baz preguntó.

Casi podía distinguir las palabras. Sonaban como "venganza", pero no podía estar segura.

"Nada", dije. "Vamos."

Como una broma Baz dejo caer migas de pan detrás nuestro, al estilo de Hansel y Gretel. "Así podemos encontrar el camino de regreso, si volvemos. ¡Mwahahaha! "

Isabel hizo rodar sus ojos. "Cállate"

El bosque en sí fue bastante sorprendente: exuberante y verde con las setas Blackspotted más fantásticas creciendo silvestres por todas partes. Lo único raro era que no había animales. No había ciervos. No había aves. Nada con pulso, excepto nosotros.

John e Isabel siguieron con una discusión que habían empezado hace unas pocas semanas. Ni siquiera creo que les importara lo que decían pero ninguno quería ceder.


"Creo que todos en América deberían hablar inglés. Quiero decir, si me mudo a Francia, tendré que aprender francés, ¿verdad? "

"No, no lo harías", dijo Isabel, riendo. Era su risa de estas- por debajo-de mí. "Contrataría a alguien que hablara francés por ti, John."

"¿Crees que subcontrataría a alguien para hablar en mi idioma?" Se burló.

"En un latido del corazón."

"Sabes Isabel que no es mi culpa no ser pobre" John bromeo, pero había algo de verdad en eso. "Es como si quisieras que me disculpase por tener dinero hasta que se vuelva útil. No te ofendas, pero sabes que no estaríais aquí ahora mismo sino fuera por mí."

Isabel le apuntó con un dedo. "Ahí está: la típica actitud. Un minuto es todo, '¡Oh, no me culpen, no soy elitista!' y al siguiente estas en plan ' ¡No te olvides de que tengo más dinero y por lo tanto soy más que tú! "Ella estaba respirando con dificultad.

"¡Dios! Acabas… de retorcer todo lo que dije. "

"¡No! ¡Sólo estoy diciendo lo que sientes! A veces pienso que sólo sales conmigo para poder decir que has salido con una chica negra"

John la miró herido. "Retira eso."

"¿Por qué? Es verdad, ¿no? "

"Chicos, ¿podemos darle un respiro?" Les dije. La niebla se levantaba. Esto hizo al paisaje gris e indistinguible, y yo necesitaba conseguir orientarme.

Isabel trató de no parecer herida, pero yo la conocía muy bien. "Deja de permitírselo, Poe. Ellos nunca nos dejaran el club por su cuenta. Sólo quieres pensar que van a hacerlo”

"Oye", Baz extendió los brazos. "¿Qué soy yo, hígado picado? ¿Como que mi pueblo no fue esclavizado y perseguido? ¿Como no nos sacrificaron en lugares como éste? "

"El prejuicio no es lo mismo que el racismo" discutió Isabel.

"¿Sí? Seis millones de muertos podrían estar en desacuerdo contigo en eso, Iz."


"No soy el malo, Iz" dijo John en voz baja.

Esas voces susurrantes extrañas se arremolinaban a través de los árboles de nuevo, haciendo que me dolieran los oídos. "Muchachos…"

Se oyó un ruido a mi derecha. Una rama rota. Un rostro se asomó desde detrás de un árbol. Era la chica que había visto en el camino. No parecía muy mayor, tal vez siete u ocho años. Tenía el pelo mojado, pero la falda y la blusa estaban cubiertas de suciedad y lodo, como si hubiera estado nadando en un lago sucio. Nos llamó en un idioma extranjero.

"Lo siento" le dije. "Nosotros no hablamos…"

Abrió su mano para mostrarnos las migas de pan en ella.

"Santo…" Rápidamente mire detrás de nosotros. No había migajas. Era evidente que había estado siguiéndonos desde el principio. De pronto me sentí desorientado e inseguro del camino de regreso. En ese momento ella se subió la falda y empezó a correr por el bosque. Sin pensarlo corrí tras ella. "¡No dejéis que se escape!" Grité.

Ella esquivó las ramas bajas que me golpeaban en la cara y salió corriendo fácilmente sorteando cada obstáculo. Ella sabía el camino y tenía ventaja, pero me las arregle para mantenerla a la vista. En el fondo sabía que se dirigía hacia el interior del bosque. Llegamos a una parte donde la niebla era aún más espesa y los árboles estaban muertos y grises, como si hubieran sobrevivido a un incendio y nunca hubieran vuelto a crecer. El suelo ya no estaba almohadillado por hojas y vegetación. Era de piedra, con cicatrices y costras.

"No la pierdan" les grité a los demás.

"¡Esta niebla es intensa!" Baz grito. "No podría encontrar mi propio culo en esta sopa".

"No puedes encontrar tu propio culo la mayoría de los días", replicó Isabel. Seguía mi ritmo detrás de mí.

La niebla se aclaro ligeramente. La niña estaba junto a un lago, ancho y profundo, rodeado por más árboles muertos. Era extraño, porque en todas partes el bosque era exuberante y colorido. Pero en este lugar era estéril. Como si nada hubiera crecido aquí. Como si nada lo haría jamás. Era demasiado frío, más parecido a octubre que a agosto. Cerca de diez pies las cimas redondeadas de las piedras pulidas, mostraron poco menos que el agua.


La niña miró hacia el lago y luego se trasladó a una cueva. Silbó y rápidamente más niños salieron. Conté cinco, seis, diez. Estaban pálidos y medio muertos de hambre, todos con ropa estilo campesino húmedas, con algas y suciedad como si hubieran estado aquí por un tiempo. Uno de ellos, un muchacho de unos dieciséis años, tal vez se acercó a nosotros. Yo no sabía si correr o quedarme. ¿Acaso los aldeanos no nos dijeron que no viniéramos al bosque? ¿Y si estos niños eran salvajes? ¿Y si eran asesinos? Instintivamente cerramos filas, con las manos preparadas en caso de tener que abrirnos camino.

"Oye" les dije, forzando una calma en mis palabras que ni siquiera remotamente sentía. "Estamos dando un paseo, ¿vale? No queremos haceros ningún daño. "Y para los demás susurre " Comiencen a caminar hacia atrás”

"No se puede" chilló Isabel. "Mira"

El camino de vuelta estaba cortado por un grupo de unos diez niños más espeluznantes.

"Sólo queremos volver a la aldea" dije.

John sacó su cartera. "Oigan, ¿quieren dinero? Tengo dinero. "

"John, cállate hombre" dijo Baz.

Los niños se acercaron, rodeándonos, cortando toda esperanza de escape. Olían a tierra y a humedad, como si fueran parte del bosque. Mientras mirábamos, se tragaron las migas de pan. La niña que nos había conducido aquí me ofreció una botella de líquido oscuro.

"A bea," ella dijo. Yo lo había oído en la taberna. Significaba beber. "Vin." También lo sabía: vino.

"Amigo, no bebas esa mierda. Podría ser cualquier cosa " advirtió Baz.

Sacudí la cabeza, y tres de los niños mayores agarraron a Baz y lo arrastraron hacia el lago. Antes de que cualquiera de nosotros pudiera hacer algo, le metieron la cara bajo el agua. Sus largos brazos giraban y trataba de agarrarse a lo que podía, pero ellos eran más y una multitud siempre golpea- incluso si uno era un batería de Death Metal de seis pies con cuatro pulgadas y fuerte como lo era Baz- Nosotros tratamos de correr hacia él, pero nos rodearon deteniéndonos.

"¡Está bien! ¡Voy a bea el vin!" Grité alcanzando la botella.


Dejaron a Baz. "¡Mierda santa!" Logró decir entre ataques de tos.

Sabía que había sido una mala idea entrar en el bosque. Mi abuela solía decir que debemos escuchar nuestros instintos. La mañana en que los hombres llegaron para arrancar a su familia de su casa en California, se había despertado a las cuatro de la mañana con las ganas de correr. En cambio, había tratado de calmarse mediante la organización de sus muñecas en torno a una taza de té, como si todo estuviera bien. "Eso es lo que hacemos" me dijo mientras esperábamos el autobús. "Tratamos de matar a la voz interior que nos dice la verdad, porque el miedo a la verdad es mayor que cualquier otro miedo."

La muchacha llevó la botella a mi boca. "A Bea."

Mi mano temblaba cuando tomé la bebida y tragué. Sabía a queso mohoso. Me atragante y sentí una oleada de pánico en mi interior.

"¡Poe!" Isabel me agarró del brazo. "¿Estás bien?"

"Sabe a mierda", tosí. Pero estaba bien. Ningún veneno parecía estar bajando por mi garganta. Mi corazón latía rápido sin embargo. Uno por uno, nos vimos obligados a beber de la botella. Fueron unas tres veces, y luego nos hicieron sentarnos juntos bajo la carcasa gris de un árbol.

"¿Y ahora qué?” Baz preguntó. El agua todavía goteaba por su cara.

Los niños estaban a nuestro alrededor, esperando. ¿Para qué?, no lo sabía, y tenía miedo a averiguarlo. Unos diez minutos más tarde empecé a sentir una extraña sensación de hormigueo desagradable debajo de mi piel, y el bosque parecía respirar. Cuando el viento susurró en mis oídos, podría jurar que le oí decir "Venganza".

"¿Izzie?" Me oí susurrar, pero no me contesto. En una roca cercana vi a un niño echar una seta Blackspotted en la bota de vino.

"¿Qué nos das?" dije confuso. "¿Qué diablos es eso?"

"Algo que te ayudará a ver", respondió la muchacha, y la entendí perfectamente.

"Yo veo muy bien. Veinte sobre veinte." Pero las esquinas de mi visión se enroscaban sobre sí mismas, revelando las mentiras escondidas. Caminé a través de las cámaras de la locura. Cada una parecía el final de un sueño, sólo que me "despertaría" y me encontraría viviendo dentro de otro sueño.


Estaba caminando por el pasillo de un tren a empujones. A izquierda y derecha, los compartimentos estaban llenos de muertos vivientes: sus rostros esqueléticos, los ojos vacíos, atormentados, quemados, golpeados, y sus cuerpos mutilados. Me miraban como si estuvieran esperando algo de mí. La Sra. Smith me llamaba desde el final del pasillo, "Este viaje sólo acaba de empezar, Poe Yamamoto."

Estaba de pie en la iglesia como muchos otros. La escena me recordó a una que había pintada en el techo. Un sacerdote con una túnica roja, encapuchado lee un libro enorme. En el centro de la sala siete niños se reúnen. Ellos no parecen asustados. Mientras el sacerdote lee, una de las mujeres corta un mechón de pelo a cada niño y los teje en las trenzas que adornan los cuernos de la cabra, sujetándolas con cuerda.

Ahora soy uno de los niños. Nos han traído hasta el lago. Hace frío y me quiero ir a casa a comer cordero. En su lugar, nos obligan a entrar en el lago. El agua está helada y oscura. Nosotros no queremos entrar, pero ellos nos obligan. Nuestras manos están atadas. Si uno lucha, luchamos todos y las cuerdas se aprietan alrededor de nuestras muñecas. Los niños imploran. El sacerdote sostiene en alto la cabeza de la cabra, cantando algunas palabras: Que nuestras cosechas sean abundantes y buenas. Selle nuestras fronteras contra nuestros enemigos. Acepte nuestro sacrificio como prueba de nuestra fe en ti, Señor Oscuro. La niebla se dispara sobre el lago y bajo mis pies, el fondo del lago se escure. Estoy siendo engullido rápidamente.

Estoy en la taberna. En el interior del armario en la puerta hay un gancho. En el gancho hay un manto rojo. Las tijeras cortan el pelo. Cae en un recipiente en forma de hoja. Los ancianos se reúnen alrededor de él mirando. "Demonio", la vieja en la puerta me dice. "Demonio"

Empecé a salir de las alucinaciones provocadas por la droga. "¿Isabel?" La llame. No vi a los demás, así que poniendo en pie grite "¡Baz! ¡John! "Yo estaba completamente solo. La niebla bailaba en la superficie del lago. Las piedras. Parecía que ellas se balanceaban. En movimiento. En aumento. No eran piedras. Eran las cabezas de los niños, cientos de ellos, elevándose en el lago en donde habían sido ahogados hace siglos. Serpientes se enroscaban a través de sus cuencas vacías. El musgo se aferraba a sus mejillas. Los labios se habían podrido, exponiendo el hueso manchado y los dientes cariados.

"Ellos piensan hacer la ofrenda de nuevo" dijeron en voz baja. "Un sacrificio para salvar Necuratul. Ya ha empezado. Mañana, nadie se salvara. Vénganos." Sus palabras se arremolinaban alrededor de mí como el susurro de las hojas secas. "Vénganos".


La chica que yo había visto primero, la que me había llevado al bosque, dio un paso adelante. Su piel parecía pixelada. Cuando volví a mirarla, polillas diminutas la cubrían por todas partes. Se fueron volando y debajo, su piel estaba blanca por el hielo y algo se arrastraba. Gusanos.

Con un grito sobresaltado me desperté. Mis amigos estaban desmayados junto a mí en el lago. Las piedras no eran visibles, sólo la más ligera nube de niebla se cernía allí. Sacudí la cabeza por si caso esto era otro sueño. Estaba más oscuro, y yo había perdido la noción del tiempo. Nuestra barra de pan había desaparecido, pero un nuevo rastro de pan estaba colocado.

"Despertad" dije, empujando a mis amigos para despertarlos. Se sentaron con esfuerzo y lucharon contra su atontamiento. Les dije lo que había soñado. "Creo que ellos, los ancianos del pueblo, tienen previsto sacrificarnos”.

"¿Dónde están los niños?" dijo Baz mirando a su alrededor.

"Se fueron" dije. "Justo como tenia que ser"

Seguimos las migajas de vuelta al pueblo, deteniéndonos en la muralla de piedra. Nos habíamos ido hacia tiempo. El temprano atardecer se estaba asentando y pude ver a algunos de los aldeanos en las calles, barriendo, saludando a los vecinos, cerrando las tienda, todo como de costumbre.

"No podemos dejarles saber que lo sabemos" dije en voz baja a los demás. "Volvemos a la posada, recogemos nuestras cosas, y una vez que todo esté tranquilo, agarramos nuestras linternas y regresamos a la estación de tren, incluso si tenemos que caminar toda la noche.”

"¿Y el puente?” Pregunto Baz.

"No sé si nos dicen la verdad o no. Ya nos ocuparemos de eso cuando lleguemos"

Isabel deslizó su brazo en el mío como si fuera el primer día de clases de nuevo. "¿Qué pasa con Mariana, Vasul y los demás? Debemos advertirlos"

"Yo no me quedo" dijo John. Miró a Isabel. "Nos vamos de aquí".

Mi instinto me decía cortar y correr, pero no advertir a Mariana y a Vasul bien podríamos estar cometiendo un asesinato. "Les advertimos. Luego corremos."

Tomamos de nuevo el camino de la iglesia y salimos casualmente, sólo unos turistas tomando un paseo nocturno. Todo parecía diferente. Siniestros. Las


linternas en sus ganchos. El espantapájaros en el campo. Los colgantes para el mal de ojo meciéndose en el viento. Las estrellas brillaban en la temprana noche. Nada se sentía bien.

La anciana que nos había querido dejar entrar, la guardiana de la ciudad, hacía su ronda nocturna. Al llegar a la pared, sin embargo, dejó caer la caja de la sal y empezó a chillar, llorando. El anillo de protección se había ido completamente, y en su lugar había una delgada franja de tierra carbonizada. Vasul vino corriendo, su bolsa de viaje todavía estaba en su hombro. La calmó hasta que se tranquilizo.

"¿Qué pasó?" Le pregunté, pero no le mire a los ojos.

"Ella piensa que es señal de que el sello ha sido violado y los espíritus vengativos de los muertos pueden entrar". Sacudió la cabeza. “Le dije que era la lluvia y que la tierra estaba corroída por toda la sal. Le dije que no se preocupase.”

"Sí, estoy seguro de eso" dijo Baz, su sarcasmo apenas ocultando su miedo.

"¿Qué pasa?" preguntó Vasul.

"¿Y si ella debería preocuparse?" Esta vez realmente le mira a los ojos. "¿Y si hay algo ahí fuera?"

Vasul arqueó una ceja. "No me digas que estás empezando a agarrar la superstición del pueblo."

"No. “mentí.

"Bien. ¡El festival de mañana va a ser fantástico! Debéis ver todo lo que Mariana y yo trajimos. Nosotros, mis amigos americanos, vamos a comer en la fiesta hasta vomitar. "

Metí mis manos en los bolsillos. "En realidad… esto… no vamos a estar para el festival. Tenemos que salir un día antes, si queremos ver a Praga antes de regresar a los Estados."

Vasul se cruzó de brazos y sonrió, y me sentí como el mayor cobarde del mundo. "¿Así que… me estas diciendo que tomaste un tren en Munich que tardo quince millas para a continuación tomar otro para una tortura de trayecto de quince millas en un carro por la montaña sólo para poder venir a la fiesta y me dices que todos os vais a casa y ahora no podéis quedaros a verla?”


En mi mente podía ver a los niños muertos saliendo del lago. Pude ver los gusanos reptando por el cuerpo de la niña.

"Vasul." empecé, con la esperanza de que pudiera terminar. "Qué pasa si los sacrificios a Satanás… ¿y si está comenzando de nuevo?"

Él asintió bromeando mientras aparentaba ponerse serio. "Correeectooo"

"¡Es cierto!" Dijo Isabel. "Están tramando algo."

Vasul se rió, pero cuando vio el miedo en todas nuestras miradas, su sonrisa vaciló y fue sustituido por una expresión de dolor. "Sabes, he visto el verdadero mal. Cuerpos tirados en las calles. Acero destrozados. La explosión de bombas." Sacudió la cabeza como si estuviera tratando de limpiar nuestras palabras de ella.

"¿Pero estas personas? Son viejos y sencillos y su camino es ser obsoletos. No están haciendo nada, salvo lo que siempre han hecho: granjas, hacer pan, tener familia. Ni siquiera pueden detener una central eléctrica en su pueblo. Pienso mejor que tú de que la gente. "

Lo que dijo me hizo sentir como un imbécil de cuidado. ¿Pero que pasa con lo que nos sucedió en el bosque? ¿Lo que habíamos visto?

"Amigo, tenemos que decirte…" Baz comenzado.

"¡Hey, ahí están!" Mariana caminaba por la plaza sonriendo. Se veía diferente. "Están asando el cordero. Huele de maravilla allí. No puedo esperar a…"

"Te has cortado el pelo" dije de repente.

"Si." Se dio la vuelta, el modelado. "Me lo hizo mi madre. Insistió, en realidad. Dijo que era demasiado largo para la cara. Madres." dijo, poniendo los ojos."¿Qué te parece? "

En mi mente sólo podía ver que la trenza espantosamente atada a la cabeza de la cabra. "Tu madre… te corto el pelo. " repetí aturdido.

"Sí. Quiero decir, no es un salón de lujo en París pero que no puedo permitirme de todos modos, y ella es bastante buena con las tijeras si te sientas recta y no te mueves. "

Tenían el pelo de Mariana.


"Mi abuela me dio un recorte esta mañana también". Vasul se pasó la mano por la parte superior de su cabeza. "Quería estar bien para el festival, ya sabes."

¿No había visto a los viejos corriendo a la iglesia? ¿No había visto un vestido rojo?

Uno de los chicos más jóvenes, un niño con mejillas regordetas, corrió a Mariana y le dijo algo. Esta le acarició la cabeza y susurró una respuesta. El muchacho nos dio una rápida mirada y nos sonrió antes de volver con sus amigos.

"¿Qué fue eso?" Le pregunté.

"Quería saber si jugaría con ellos. Le dije que tal vez más tarde." explicó Mariana. "¿Qué pasa? Pareces molesto. "

"Hay algo que debemos decir." me oí decir. "Reúnete con nosotros en nuestra habitación tan pronto como sea posible."

A pocos metros los niños comenzaron a jugar de nuevo. El círculo exterior descendió sobre los niños amontonados en el interior. Y cayeron todos, riéndose con fuerza.

Diez minutos más tarde, Mariana y Vasul se unieron a nosotros en nuestra habitación en la taberna, y Baz rápidamente cerró la puerta detrás de ellos.

Mariana busco en nuestros rostros. "¿Qué está pasando?"

"Fuimos al bosque." comencé.

Mariana abrió los ojos como platos. "¿Qué? Poe, no deberías haber hecho eso. Podrías haberte herido. Hay destartaladas trampas, agujeros profundos y, probablemente, murciélagos rabiosos”.

"Has olvidado a los fantasmas" le dije.

Vasul levantó las manos. "Otra vez no."

"Sólo escúchame, por favor" le supliqué. "¿Y si realmente hay una razón que no quieren que entremos en el bosque? ¿Qué pasa si no quieren que Necuratul muera? ¿Y si está pensando en hacer algo al respecto, como hacer otro sacrificio? "

Mariana y Vasul intercambiaron miradas.


"¿Qué quieres decir?" Vasul me preguntó.

Yo les dije todo. Los niños perdidos. Las visiones. La advertencia.

"Sé que suena loco; pero antes de venir en este viaje, una adivina me dijo que seria probado. Esto es una prueba de algún tipo. ¿Y si ella tenía razón? "

Baz los lamió los labios nervioso y bajó la voz. "Ellos cortaron su pelo. ¿Esa fue siempre la primera parte del ritual, verdad? Cortaban el pelo y lo tejían en una trenza para demostrar sus intenciones, su lealtad a Satanás. "

"Luego decían el encantamiento y los ahogaban en el lago." Isabel terminado. "¿Correcto? “

"Mariana, tu misma lo dijiste en la iglesia: las supersticiones tienen poder. Es por eso que son difíciles de erradicar." John añadió. Marcando la pauta.

"Creo que han decidido volver a las viejas costumbres." dije. "Los realmente antiguos, los malos. Hoy te juro que vi a alguien vestido con una túnica roja en la iglesia"

Vasul sacudió la cabeza. "Nadie se viste de rojo en esta aldea nunca más. Desde los antiguos días. Es considerado de mala suerte, como tentar al diablo."

"Yo lo vi." insistí, pero ahora ya no estaba tan seguro. Estaba acusando a la madre de Mariana de algo terrible, y medio espere estar en lo cierto ya que así no me habría vuelto loco, pero también medio espere equivocarme porque era terrible de imaginar.

"Poe no es el única. Todos estábamos allí. Esos niños…"Isabel tropezó con la palabra." Lo que quiera que ellos sean. ¡Nos advirtieron! "

Vasul y Mariana se acercaron mas, susurrando en su propio idioma. No podía leer sus expresiones. ¿Estaban asustados? ¿Molestos? ¿Enfadados? ¿Me creían al menos? Se abrazaron, y luego Mariana se volvió hacia nosotros. Sus ojos eran tan oscuros como las sombras de la tarde convirtiendo en penumbras la habitación. "Si lo que estás diciendo es cierto, tenemos que salir de aquí tan pronto como sea posible. Tenemos que reunir a los niños… "

"Yo no sobreviví a la London School de Económicas para terminar en un lago," Vasul trató de bromear, pero su sonrisa era un fantasma.

"Mariana, ¿tu madre corto a alguien más el pelo?" Le pregunté.


"A todos nosotros. A todos los niños. “susurró.

"Tenemos que advertir a los demás." Vasul dijo en voz baja.

Ella lo miró por un largo tiempo. "Ninguno de los viejos puede quedarse hasta más tarde de las once, once y media como mucho. Eso es una ventaja para nosotros. Vamos a reunir a los niños y llevarlos a la iglesia alrededor de la medianoche. Cuando estemos seguros de que es seguro y que no hay viejos en los alrededores les haremos una señal: una linterna en la ventana delantera. Eso va a ser rápido, así que será mejor que la veáis. No podemos darnos el lujo de hacerlo dos veces. Cuando lo veáis, arrastrad vuestro culo a la iglesia. "

"¿Y luego qué?" presionó John.

La boca de Mariana se convirtió en una línea sombría. "Entonces nos largamos de este infierno."

Tratamos de actuar con normalidad. En la cena nos sentamos en la taberna, empujando la carne en nuestros platos con el pan. Si los viejos lo notaron, no dijeron nada. Luego subimos a nuestra habitación para sentarnos junto a la ventana que daba a iglesia recortada contra el bosque siniestro y esperamos. La luna salió, una herida roja en un cielo oscuro. Nunca había visto una luna de ese color antes. Era exactamente el tipo de espectáculo del que habíamos esperado para tomar fotos y para publicarlas en nuestras páginas web ¡Impresionante luna roja impresionante Necuratul! Pero ahora únicamente me produjo.

"¿Qué hora es?"Preguntó Isabel.

"Medianoche." le contesté.

"¿Dónde está la señal?" Baz se asomó a la ciudad silenciosa en la noche.

"Tal vez deberíamos irnos." dijo John. "Ellos ya saben la situación."

"Lo prometimos." le dije, pero honestamente yo quería correr.

Mi reloj marco cinco minutos pasados de la hora, luego de diez. Cada segundo que pasaba parecía toda una vida. Por último, una la luz blanca pasó por la ventana del frente de la iglesia, una vez, al igual que Mariana había dicho.

"Vamos." les dije.

Bajamos furtivamente por las escaleras con los zapatos en las manos, cuidado de no hacer ruido. Una luz agonizante del fuego provenía de la cocina. La


madre de Mariana, el tabernero, la vieja de la puerta, y varios otros ancianos estaban sentados en una mesa. Sus voces fueron silenciadas, rápidamente, como cuando tus padres están teniendo una discusión que no quieren que sepas. Contuvimos la respiración. ¿Cómo podríamos pasar sin ser vistos? Indique a Izzie que fuera primero. Llegó a la puerta y levantó suavemente el pestillo, empujando la puerta para abrirla del todo. John salió de puntillas, seguido por Baz. Una pequeña ráfaga de viento golpeó la puerta que se cerró detrás de él.

Las sillas se arrastraron en el suelo de la cocina. La madre de Mariana y el tabernero se apresuraron, y me agache refugiándome en las sombras de la escalera. Satisfechos de que todo estuviera bien, se dirigieron a la cocina y a su discusión. Cualquier cosa que ellos estuvieran hablando, estaba lleno de pasión y fervor, y la madre de Mariana parecía que estaba tratando de convencer a los demás de algo. No me quede para averiguar más. Rápidamente salí tras mis amigos, y corrimos a la iglesia pasando por las calles vacías, casas a oscuras como guardias dormidos que podían despertar cualquier momento. La iglesia se alzaba en cima de una colina.

La puerta estaba entornada, por lo que nos deslizamos dentro. Unos pocos cirios estaban encendidos al fondo de la iglesia, pero la luz que daban no era muy grande. No vi a nadie.

"¿Mariana?" Susurro-le gritó en la oscuridad. "¿Vasul?"

Un suave gemido vino de la parte frontal de la iglesia. Lo seguimos. "Sale de detrás del iconostasio." dije. Esta vez la puerta se abrió fácilmente.

"Santo…“Baz dijo. Esta parte de la iglesia también estaba pintada. Pero había una historia diferente en estas paredes. Asesinatos. Ahorcamientos. Violencia colectiva. Enemigos crucificado boca abajo. La horrible cabeza de la cabra- el alma Necuratul que se suponía destruida- apoyada dentro de un nicho en la pared como una preciada reliquia. Una vela ardía debajo de ella, haciendo que sus ojos vacíos pareciesen vivos iluminados con un fuego extraño. Las trenzas de pelo de los niños tiradas por el suelo y reunidas en varias pulgadas de espesor.

Un lamento otra vez. Izzie encendió la linterna y la dirigió a su alrededor. La luz cayó sobre el altar. Mariana estaba atada y tumbada allí. Su boca estaba amordazada, pero trató de hablar de todos modos. O gritar sería más bien. Estaba mirando algo justo detrás de nosotros.

Nunca vi el golpe venir.


Por encima de mí el techo de la iglesia se enfoco. Niños huyendo aterrorizados en el lago, sus padres preparando las piedras para ahogarlo. Mi cabeza sentía como si hubiera patinado por una acera de una milla.

"¿Puedes oírme?" La voz de Mariana.

La cabeza me dolió cuando la gire en su dirección. Mariana estaba a unos metros de distancia, una mancha de color rojo. Parpadee y se enfoco de nuevo. Llevaba una túnica roja con capucha.

"Se llama tela de diablo." dijo como si yo hubiera hecho una pregunta. "Fue usado por el sacerdote que consagraba sacrificio para el Señor Oscuro. Por supuesto, el sacerdote era tradicionalmente masculino, pero estamos tratando de unir el progreso con la tradición."

Traté de moverme y me encontré con mis manos atadas juntas y con una cuerda alrededor de mis tobillos. Lo mismo les sucedía a mis amigos. Todos los jóvenes nos estaban rodeando. Ninguno de los ancianos estaba presente. Era una multitud de menores de veinticinco. Los niños habían sido reunidos y los habían traído. Se veían adormecidos y curiosos, como se tratara de una especie de juego que estuvieran jugando, pero del que aun no sabían las reglas.

"¿Qué estás haciendo?" dije con voz ronca.

"Poner las cosas en orden. La economía de Necuratul antes de que sea demasiado tarde." respondió Mariana.

"Los viejos. ¿Hicieron esto? ¿Te obligaron a…?"

Todos se rieron.

"¿Los viejos? ¿Obligarnos? ¡Nos rogaron que no lo hiciéramos! Cada uno de ellos estaba listo para empacar y marcharse de Necuratul, y dejar que las excavadoras del "progreso" lo tomaran. Permitiendo que personas con más poder del que nosotros tenemos lo consiguieran. 'Hay que hacerlo' declararon. 'Valorar lo que tenemos.' Pero hemos visto el mundo. Sabemos que sólo los poderosos son respetados y están seguros." Unió sus manos a las de Vasul y Dovka. "Entonces comenzamos de nuevo con la tradición. Pero nosotros la modernizamos. ¿Por qué sacrificar nuestra propia gente cuando podríamos sacrificar a los demás? "

Dovka cortó una pequeña sección de cabello de cada uno de nosotros. "Una vez que unamos vuestro cabello a la cabeza de la cabra, vuestras almas se prometerán al otro mundo."


"Pero eso no es justo." dijo Isabel. "No hemos tenido nada que decir."

"La vida no es justa." Respondió Dovka.

John estaba sudando mucho. "Mira, mis padres son ricos. Seguro que pagaran un rescate."

"John, ¿qué estás haciendo, hombre?" gruñó Baz.

"L-lo siento, primo." balbuceó.

"John." Dijo Baz de nuevo, pero eso fue todo.

Mariana miro de John a hacia nosotros y viceversa. "¿Estarías dispuesto a dejar a tus amigos, tu primo, a su suerte?"

John ni nos miraba. "No le hagas daño a Isabel."

"John…"Isabel comenzó y se detuvo.

"El problema de la civilización, el fin de la tribu. No hay lealtad." Dijo Vasul. "Esto es lo que es el mundo."

"En el club en donde yo trabajo, hay tantos aburrido niños ricos. Todo correcto. Siempre en busca de la siguiente emoción para venir y contarla con más cervezas. Al igual que éste. "Dovka burló.

"No quise faltar al respeto a nadie" John se atragantó.

Mariana pensó por un minuto. "Muy bien. Puedes ser parte de nuestra tradición. "

"Lo que quieras. Yo lo haré. "

"Me alegro de oírlo." Sacudió su cabeza, y Dovka sacó una navaja de su bolsillo, se movió tan rápido que apenas pude registrar lo que estaba sucediendo. Espero que haya sido igual para John. Isabel gritó el nombre de John, y lo siguiente que supe, es que John estaba en el suelo sin vida, y el resto de ellos estaban salpicados de sangre.

"Dios, Dios, Dios." Rezo Baz. Cerró los ojos y comenzó una plegaria en hebreo, aunque yo sabía que no había estado en el templo desde su bar mitzvah. Esta era la clase de cosas que hacia el miedo, rezar para que Dios te salvara. El tipo


de alivio agudo que podía hacerte ver a un amigo morir y todavía oír como un ratón se escondía en la esquina, el silbido del viento contra el lateral de la iglesia

Isabel se quedo en silencio.

Mariana puso su mano sobre la cabeza de John. "Ofrecemos no sólo nuestra lealtad, sino esta sangre también Señor, como promesa nuestra fidelidad. De ahora en adelante siempre haremos esta ofrenda. Un nuevo mundo requiere nuevos compromisos. "

Los niños se acurrucaron juntos. Estaban asustados.

Dovka les habló con dulzura y se calmaron. Ellos tenían que colocar nuestro cabello trenzado en la cabeza de la cabra y lo hicieron sin dudar. Dovka dijo algo en Necuratul. "Para demostrar nuestra lealtad" que tradujo mirándonos.

Mariana abrió el libro de los antiguos ritos y empezó a leer en una lengua que exigía atención, una lengua que hablaba a los huesos, haciendo que el corazón lata más rápido, susurrándole a todos los lugares en donde se escondían nuestros peores pensamientos, nuestros miedos más terribles. Era una llamada, una invocación. Un nombramiento. Cuando terminó, ella cerró el libro y nos obligó a ponernos de pies. Los niños habían terminado su espantosa tarea y los acompañantes Mariana nos ataron a Baz, Isabel y a mi juntos. Nuestras manos estaban atadas al punto de dolor. Otra cuerda se ajustó en nuestra cintura y Dovka tomo el extremo libre. Vasul y los otros chicos llevaban el cuerpo de John sobre los hombros como si portaran un féretro

En ese momento la puerta de la iglesia se abrió de golpe. Los ancianos bloquearon la salida con sus palas y sus linternas. La madre de Mariana, habló fuertemente a su hija, y Mariana respondió en inglés.

"No vamos a parar, Baba. Este es el futuro. En los treinta años desde que el pueblo detuvo el sacrificio, las cosas han empeorado. Es hora de empezar otra vez. Nuestra generación lo tendrá todo”.

El tabernero agarró la muñeca de Mariana, pero ella rompió su agarre con facilidad. "Tío Sada, no puedes detenernos. Deberías darnos las gracias, en su lugar. Estamos salvando el pueblo, "Mariana insistió.

"Nos maldices a todos nosotros." respondió en inglés, sorprendiéndome.

Los ancianos se apresuraron a continuación, pero no eran suficientes, y no eran lo suficientemente fuertes como para detener lo que estaba sucediendo. Los más jóvenes los detuvieron con facilidad. "Ahora vamos al lago." dijo Mariana.


El grupo nos empujo a través de la aldea, los ancianos siguiéndonos, suplicando. Los dejamos de pies al otro lado de la pared. Se veían preocupados, como padres enviando a sus niños a la fiesta de graduación en lugar de asesinato a sangre fría ritual.

Dovka nos llevó detrás de ella por el bosque. Si nos retrasábamos, le daba un tirón a la cuerda que rodeaba nuestras cinturas y nos tropezábamos unos con otros. Resistirte era imposible. La noche era cálida y opresiva. Esto impulsó sus manos contra nuestros pulmones, lo que nos hizo sudar a medida que caminábamos por el bosque en un grupo. Alguien empezó a cantar. Los Stone. "Sympathy for the Devil".

"Encantado de conocerte, espero que adivines mi nombre…"

Hubo algunas risas, como se trataba de una broma de una fraternidad, un grupo de niños en su camino a ser más astuto que sus amigos para poder burlarlos. Incluso intenté decirme a mí mismo que cualquier cosa para racionalizar lo que estaba sucediendo. Pero luego me acordaba de la navaja cortando la garganta de John y el terror se apoderaba de mí de nuevo. El canto se hizo más fuerte, y Vasul lo hizo callar. El cuerpo sin vida de John colgaba del hombro de Vasul. Se hizo el silencio, las linternas iluminando el camino. El lago con la niebla cubriéndolo apareció a la vista. Dovka relleno nuestros bolsillos y camisas con grandes piedras y nos empujó hacia el agua fría, negra.

"Más adentro." Mariana nos ordeno apuntándonos con una pistola. Nos tambaleamos entrando hasta que solo nuestras cabezas fueron visibles. "Esta bien. Ahora debemos esperar. "

"Nun… nunca voy a sentarme en una reunión de estudiantes a estudiar." balbuceó Isabel a través de sus lágrimas. "Nunca iré a una fiesta de fraternidad o tendré una cita con un muchacho irlandés llamado Declan."

"Los chicos que se llaman Declan son todos idiotas." traté de bromear, pero me salió vacío.

Baz había dejado de rezar. En los cuatro años en que había sido amigos, nunca había sido tan silencioso, tan tranquilo.

Vasul y sus amigos colocaron el cuerpo de John sobre el terreno.

"¿Por qué estamos esperando?" preguntó uno de los chicos. "Vamos a hacer esto."


"Hemos hecho la oferta. Depende del Oscuro aceptarla." dijo Mariana con firmeza.

En la distancia podía oír a los ancianos cantando las viejas canciones, melodías esqueléticas nada más que para ocultar su desesperación. Endechas. Mi abuela dijo que cuando su padre había sucumbido a la disentería en el campo, su madre cantaba hasta que su voz se entrecortada. Como si fuera lo único que le quedaba.

La noche siguió adelante. El agua fría nos adormeció, y los dientes de Isabel castañeaban. Traté de mover mis dedos sólo para mantener la circulación, cualquier cosa para no perder la sensibilidad o dormirme y hundirme. Al principio, conté en silencio, tratando de mantener mi mente fuera de lugares oscuros, pero cuando llegó a dos mil ochenta y tres no pude recordar lo que seguía, y eso me asustó tanto que me detuvo.

Después de un tiempo Dovka se aburrió y empezó una conversación sobre remixes. Alguien saco goma de mascar, ofreciendo el paquete a los otros. Una chica que golpeó por error el brazo, la tiro. Todo era tan común. Sólo una lista de tareas que incluían el asesinato. Y me pregunté qué había pasado, que era lo activaba el en el cerebro humano que permitía a la gente racionalizar las atrocidades, si era el racismo o el terrorismo o el genocidio o personas que te ahogan después de haber compartido contigo el vino, cargando tus bolsillos con piedras que ellos mismo habían recogido y colocado.

Bajo el agua me sentí a Isabel agarrando mi mano, y me alegre por sentirla. Parecía la única cosa de la que podía estar segura ahora. "Si…siento haber puesto a Celine Dion como tono de llamada en tu teléfono." me dijo.

"¿Fuiste tú?" "Sí." "Eres una perra." "Si." mordió su risa cuando se convirtió en un grito. De pronto, Mariana se puso atenta haciendo un gesto a los demás. "Está pasando."

La niebla se espeso y hubo un fuerte olor, como azufre, lo que me hizo sentir como si me estuviera ahogando. Aparecieron burbujas en la superficie del lago, y era notablemente más cálido. Incómodo, como un sauna. El barro bajo nuestros pies pareció ceder un poco. Baz sólo se hundió hasta el cuello, pero la boca de Isabel cayó por debajo de la línea de flotación, y yo no estaba muy por detrás de ella. Ella echo su cabeza hacia atrás, tratando desesperadamente de mantener fuera la nariz, y Baz y yo nos apretamos a su alrededor para que


pudiera mantener su posición vertical. Pero fue difícil con las manos atadas a la espalda. Isabel entró en pánico y casi nos llevó con ella cuando se hundió.

"Aguanta, Iz" le dije, empujándola con mi hombro. "No dejes que se hunda, Baz."

En la respuesta que le dio un empujo por su lado.

El lodo cedió un poco más y el agua se arremolinaba alrededor de nosotros. Isabel estaba llorando ahora y hacia burbujas al toser fuera del agua.

Mariana y los otros eran como fantasmas en la orilla con las silueta de los árboles devastados tras ellos. "Necuratul, Necuratul, Necuratul." gritaban. Algo se acercaba a través del bosque. Oí crujidos y el olor a azufre se hizo más fuerte. Apenas podía respirar.

Grite cuando algo me rozo bajo el agua negra.

"¿Qué fue eso?" Isabel gritó.

El golpe me llegó de nuevo, empujándonos hacia adelante esta vez. Me tropecé y Baz dio tirón de la cuerda, manteniéndonos los tres en posición vertical. El movimiento estaba en todas partes a la vez. El viento se levantó.

"Venganza." susurraba.

Algo me golpeó de nuevo. Luego vimos como las cabezas empezaban a salir del profundo y oscuro lago, con los ojos muertos rodeados por las sombras, con las bocas abiertas, donde los gusanos y las pequeñas serpientes se arrastraban. Pasaron mas allá de nosotros hacia la orilla, y la niebla cambió de nuevo. Era difícil de ver. El bosque se llenó de gritos. Alaridos. No eran en inglés, pero no tuve necesidad de una traducción. Era el lenguaje del miedo.

"¡Va… vámonos!" Tire de la cuerda que me unía a mis amigos. Nuestros bolsillos y camisetas todavía estaban cargados de piedras y nuestras extremidades casi congeladas por pasar tanto tiempo en el agua. Cada paso era más difícil de dar. Salimos del lago y nos caímos al suelo. Nuestros cuerpos eran demasiados pesados como para ir más lejos. Obligue a mis dedos a ir hacia el bolsillo de Isabel, a pesar de la dolorosa quemadura de la cuerda, que se hundía en mi muñeca. Sólo pude sacar dos piedras. Ella trató de hacer lo mismo conmigo, pero no pudo llegar. Un grito agudo vino de algún lugar del interior del bosque y mi respiración se acelero.


"Vamos, vamos, vamos." dijo Isabel, casi como si estuviera dispuesta a ir delante.

"En… en pie. Hacia los árboles" Yo balbuceaba. Estaba demasiado frío como para decir mucho más.

Nos costo bastante ponernos en pies y nos dirigimos hacia los árboles dando una especie de saltitos. La niebla era muy espesa. Nos dio alguna cobertura, pero también ocultaba lo que sucedía dentro de su velo oscuro, y ese pensamiento me hizo saltar aun más rápido, obligando a los demás a seguir el ritmo. A unos metros cuando estábamos llegando a las piedras en la línea de árboles muertos.

"Agachaos, abajo." les dije. Me acerqué lo suficiente como para utilizar el filo áspero de una para intentar cortar las cuerdas de alrededor de mis manos, y luego desatar a mis amigos.

"Oh Dios," dijo Isabel, sus ojos enormes.

Continúe su línea de visión, y través de la neblina vi la cara de horror de Mariana. Detrás de ella, el bosque estaba lleno de pálidos y largamente muertos niños de Necuratul, medio comidos por la vegetación y buscando justicia. Avanzaban lentamente, dejando caer las migas de pan de su boca. Cayeron sobre Vasul, devorándolo hasta que no quedo nada. Luego se volvieron hacia Dovka. Ella gritó y luchó, pero la arrastraron hacia el lago y no paro de gritar hasta que su boca estuvo llena de agua y desapareció bajo la superficie oscura. Mariana trató de correr. Fue detenida por varios niños fantasmales que la abrazaron con fuerza. La chica de ojos hundidos que nos llevó al bosque por la mañana llevó sus manos a cada lado de la cara de Mariana. Cuando las manos la tocaron, la piel de Mariana se puso del color de las hojas putrefactas. Ni siquiera podía gritar cuando la podredumbre se extendió rápidamente a través de su cuerpo. La niña muerta soplo suavemente, y el cuerpo en descomposición de Mariana se desintegró en un montón de hojas mojadas que fueron pisoteadas por los pies de los muertos.

Oía gritos en la niebla y distinguí las voces de los ancianos. El tabernero se situó en el borde del claro, gritando a los niños más pequeños. Corrieron hacia él, y nos hizo señas para que lo siguiéramos. Llegué hasta Isabel, quien se agarro a Baz, nos obligamos a caminar tropezándonos, mientras el miedo hacia que superáramos la pesadez de la ropa empapada y las piernas entumecidas. Con los gritos de los otros aún resonando en torno a nosotros, mantuvimos nuestros ojos y la esperanza en su linterna. Muy pronto las luces de la aldea estuvieron cerca. El viento volvió a comenzar y tuve la sensación punzante en la parte


posterior de mi cuello. El bosque se iluminó con una niebla verdosa, haciéndose más ligero y vi que los muertos llegaban detrás de nosotros.

"El alma." susurró. "Dadnos el alma".

El pueblo estaba a la vista. La anciana que guardaba la puerta estaba gritando palabras que no entendía y echaba sal por todas partes. Los niños corrían delante, y los empujó por la puerta. Miré hacia atrás cuando tras nuestro el tabernero gritó. Se había resbalado y caído, y los ojos vacíos estaban casi encima de él.

"El alma." jadeó. "Hay que quemarla."

"¡Poe!" Isabel gritó, tirando de mí.

Corrimos hacia la puerta y la anciana la cerró con un golpe y la selló con sal. En el bosque el tabernero gritó. No había ninguna posibilidad de salvarlo.

"¡Santa mierda!" Gritó Baz. Los tres fuimos corriendo con el resto de los habitantes hacia la iglesia. "¿Qué diablos estaba diciendo, Poe?"

"Debemos quemar el alma " repetí.

"¿Qué diablos significa eso?"

"La cabeza de la cabra." Isabel se quedó sin aliento. "El alma de Necuratul".

Hubo más gritos. La sal no detenía a los muertos. Se habían comido el pan. Tenían el poder ahora, y venían.

"¿Si la quemamos se terminará todo esto?" Baz preguntó.

"Sólo hay una manera de averiguarlo." le dije.

Isabel fue la más rápida. Subió la colina de la antigua iglesia y tubo la puerta abierta en un tiempo record.

"¡Vamos!" Gritó. Podía oír el hundimiento de las cosas muertas que atravesaban la aldea, podía oír los gritos de los ancianos que trataban de luchar para alejarse sin éxito. Llegamos a la iglesia y caímos junto con algunos de los niños. Algunos de los ancianos se apresuraron detrás, pero la oscuridad estaba susurrando hacia ellos. Uno de los ancianos de la panadería gritó cuando los muertos mostraron sus dientes brillantes y recogió los huesos limpios. Dos de los niños luchaban en la colina. Baz y yo comenzamos a ir hacia ellos, pero no pudimos


llegar a tiempo. Fue entonces cuando pensé que podría perder la cabeza. Cerramos la puerta tras nuestros y nos ocultamos en el interior de la iglesia sombría. Sólo nosotros, un puñado de los niños, y la madre de Mariana, contra un ejército de los muertos. Golpearon a la puerta una y otra vez, y retrocedimos.

"¡Corta esa mierda ahora mismo!" Baz me gritó. Habría sido divertido si no hubiéramos estado completamente aterrorizados.

La madre de Mariana, abrió la puerta del iconostasio y regresó con la cabeza de la cabra, que me entregó a mí. Cuando estábamos gritándole que la quemara, ella estaba tratando de decirnos algo, pero no lo entendí. Los chicos lo hicieron, sin embargo. Corrían buscando velas y me di cuenta que todos estábamos en la misma página, por lo menos. La madre de Mariana fue a ayudarles a buscar, mientras que Baz, Isabel, y yo nos quedamos en el iconostasio. Uno de los niños un grito cuando encontró con una vela encendida. Los golpes se hicieron más fuertes, y luego hubo un terrible accidente, y los muertos estaban dentro.

La chica de los ojos vacíos dio un paso adelante. Ella habló en su idioma y en el nuestro. "Dadnos el alma. La deuda debe ser cancelada."

La madre de Mariana, sacudió la cabeza hacia mí, con los ojos muy abiertos.

"Si la queman, estamos condenados para siempre." dijo la chica muerta.

Los niños muertos rodearon a los niños vivos. La madre de Mariana miro de ellos al alma de Necuratul en mis manos. Sacudió la cabeza de nuevo y el mensaje fue claro: no les dé nada, pase lo que pase. Pero eso significaba renunciar a los niños. Yo ya había visto morir a dos niños y yo no estaba dispuesto a ver más.

"Aquí. ¿La quieres?, ven por ella." Le tendí la cabeza de la cabra.

"Poe. No lo hagas, hombre." declaró Baz. "No se lo des a esos cobardes muertos."

"Somos una parte de eso ahora." advirtió Isabel. "Nuestro cabello está en las trenzas."

"Somos parte de este asunto hagamos lo que hagamos" les dije. "Si ellos pueden poner fin a esto, desde luego que se lo daré."

La niña de los ojos hundidos tomó la cabeza de la cabra con ambas manos. Nos hizo seguirla al iconostasio, donde colocó la cabeza sobre el altar y hablo sobre


ella en voz baja. El color inundó los rostros de los muertos, y las sombras bajo sus ojos se desvanecieron. Y entonces, con pequeños suspiros satisfechos, muchos de ellos desaparecieron en finas hebras de humo.

De repente la niña dejó de hablar. Parecía asustada. Se apartó cuando el altar se prendió fuego, y algo pasó entre las llamas. Era un hombre enorme, más hermoso que nadie que yo jamás hubiera visto, hombre o mujer. Tenía el pelo largo y negro, la piel como el mármol, y alas como un ángel, pero sus ojos eran tan oscuros como el lago en el que casi nos habíamos ahogado. Sus labios se estiraron en una sonrisa cruel, sus dientes afilados. Y cuando volvió la cabeza ligeramente, parecía enormes cuernos rizados a cada lado de su cabeza.

"¡La deuda esta pagada!" insistió la niña de los ojos hundidos.

"La deuda nunca será pagada" el ángel-bestia gruñó con una voz que se sentía como si miles de moscas se arrastraran por mi piel. Sobresalía por encima de nosotros. Las llamas lamían las paredes doradas. Los murales goteaban pintura, y pude oír gritos dentro de esos cuadros. Los muertos que aún permanecían cuando empezaron a derretirse como la cera, formando charcos en el suelo y corriendo por la iglesia. La chica gritó, y eso fue suficiente para mí.

"Corred" grite. "¡Vamos!"

Corrimos hacia la puerta y empujamos por nuestra salida en el humo asfixiante. Todo Necuratul estaba quemándose. De repente, la niña de los ojos hundidos estaba frente a nosotros. Me detuve en seco. Pero ella nos indicó que siguiéramos y ella nos llevó hacia el bosque. Detrás de nosotros pudimos oír los gritos bestiales. El fuego estaba a nuestras espaldas y cada vez más cerca, y yo tenía miedo de que todo el bosque ardiera atrapándonos.

Finalmente llegamos a un lugar desde donde podía ver el puente por debajo de nosotros. Estaba parcialmente bajo el agua, pero aún visible. Es pasable. La niña se señalo así misma.

"No puedo ir más lejos." dijo.

Yo no sabía qué decir, así que sólo asentí con la cabeza, mientras que Isabel y Baz ayudaban a la madre de Mariana y los niños a bajar la colina.

"¡Poe!" Isabel gritó desde la mitad del puente.

La niña de los ojos hundidos se acercó, y mi corazón martillo en el pecho. Iluminada por las llamas parecía tan frágil. Ella se inclinó y me besó en la boca y algo cambió dentro de mí como cuando había bebido el vino contaminado.


"Puedes ver lo que vive en la oscuridad" me dijo. "No te olvides." El fuego arrasó un árbol. Las chispas aterrizaron en mi manga y tuve que retirarla. Isabel y Baz me gritaban.

"Vete" me dijo. Su cuerpo comenzó a cambiar. A moverse. Como si algo que intentara salir. Su piel estalló y entonces miles de pequeñas polillas salieron volando en espiral para arriba, las alas como suaves cicatrices contra la luz naranja-azulada del fuego, la luz de la luna de sangre y luego se fueron. Corrí hacia el puente, y todos nos cruzamos a la seguridad.

Nos llevó toda la noche, y hasta bien entrado el día siguiente para regresar a la estación de tren, donde el agente dijo que era un milagro que hubiésemos sobrevivido al fuego. Toda el área alrededor de donde había estado Necuratul se había quemado hasta los cimientos. No quedaba nada, sino ennegrecidos tocones de árboles y cenizas. Estaba tan dañado, que ni siquiera sé si se podrá construir la central allí. Esa es la ironía si eres capaz de apreciarla.

El agente de la estación nos dio mantas para que nos envolviéramos y nos hizo tazas de té fuerte. En un momento la madre de Mariana se acercó a mí, me miró a los ojos por un rato, y transfirió el colgante para el mal de ojo de su cuello al mío. Luego se alejó para cuidar de los niños. El agente de la estación no hizo ninguna pregunta. Nos entrego un montón de billetes y nos metió en el siguiente tren que saliera. Y todos ellos estuvieron en la plataforma de madera desvencijada viendo nuestro como se alejaba nuestro tren, como si quisieran estar seguros de que todo rastro nuestro se fuera en el.

Baz e Isabel durmieron mucho. Cada vez que cerraba los ojos, vi las caras de los muertos, Mariana pudriéndose y el ángel-bestia elevándose por encima de nosotros como una amenaza que estaba por venir, entonces me desperté sin aliento. Era de noche, y me dirigí al coche cafetería. Pedí un danés y un poco de café solo y me senté junto a la ventana para ver el paso de la noche.

"Te dije que la masa estaba rancia, ¿no?"

La Sra. Smith se había instalado en el asiento junto a mí. Abrió su bolso y sacó un trozo de queso, ofreciéndomelo. Sacudí la cabeza.

"Ahora has visto", dijo en voz baja. "Ahora ya lo sabes."

"¿Sí?, ¿Sí? ¿Qué diablos se supone que debo hacer al respecto?"

"¿Qué te parece? Parar a los cabrones. "

Me la quedé mirando. "¿Cómo puedo hacer eso?"


"No se puede luchar contra el mal de una vez. Eso fue sólo una pequeña prueba. Las más grandes están por venir, Poe Yamamoto. "

Me di la vuelta. "No quiero esto"

"¿Quién lo quiere?" Ella cerró su bolsa y se levantó para irse. "No pierdas mi tarjeta. Esta grabada. No son baratas. "

"¿Qué va a pasar?" Le pregunté, pero ella ya estaba haciendo su camino en el coche, cantando una canción que podría haber jurado que era de AC / DC 's "Highway to Hell".

De todos modos, no sé si todavía estás viendo esto o no. Tal vez estas en otras cosas, viendo un gato colgado de un ventilador o una entrevista de un famoso. Tal vez pienses que estoy inventando esto, y no hay nada allá afuera en la oscuridad, pero es lo que nuestras mentes evocan cuando estamos en busca de una emoción.

Pero si todavía estas viendo esto, quiero decirte una última cosa: en el tren de regreso tuve un sueño. Estábamos Baz, Isabel y yo y que la niebla había llegado realmente rápido. No podía ver lo que estaba delante, pero sentí que eso podía vernos. Y entonces vi a John. Sus ojos eran pozos negros. Una irregular, dentada cicatriz dibujaba una sonrisa en su garganta. Y sus dientes estaban afilados como los del hombre-bestia.

"Hay tantas cosas en el otro lado." me susurró. "Las cosas que no te puedes imaginar. Hay mucho mal para golpearte el culo, Poe. No tienes ni idea. " Él no estaba bromeando.

Voy a tratar de mantener esta cuenta en funcionamiento, actualizarla si puedo, para que sepas lo que yo sé. Pero ahora, tengo que irme. Baz e Isabel no puede mantener esa puerta para siempre y a menos que sepan algo sobre los hombres lobo superpoderosos y este texto puede ser correcto en ese momento, entonces voy a tener que ir al trato.

Simplemente mira a fuera, ¿ok? Fíense de las lagartijas, mis amigos. Algo esta pasando. Algo grande. Ya ha comenzado.

Esta pasando.

FIN


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