Von Rad, Gerhard - Teologia Del Antiguo Test Amen To 02

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BIBLIOTECADEESTUDIOSBBLICOS12TEOLOGADEL ANTIGUOTESTAMENTOD. TEOLOGIADE LAS TRADICIONESPROFETICASDE ISRAELGERHARDVONRADEdicin preparada porLUISALONSOSCHOKELTERCERAEDICINEDICIONESSGUEMESALAMANCA1976"TradujoFERNANDOCARLOS VEVIAROMEROsobre la5.' edicin del originalalemn Theologie des A l t e ~ Testaments,11. DieTheologiederprophetischenberlieferungen Israels, publicada en 1968 por Christian Kaiser Verlag,deMunichTituloonglnal: Theologle des Alten Testaments, II. Die der prpllDtlschen OberheferungenIsraelsTraduJo: Fernando Carlos VevlaRomeroChr. KaiserVerlag, 1960Ediciones Slgueme, 1969Apartado332- Salamanca(Espaa)ISBN84-3'-36'-9DepSito legal: S. 271. '976PrlOted InSpalOGrficas Ortega, S. APohgonoEl Montalvo - Salamanca, 1976CONTENIDOCompendIo del prlogode las tres primeras ediciones9Tabla de abrevIacIOnes}jI 151. IntroduCCIn 172. La profeca preclsIca 213 Las trodlcIOnes relatIvas a los profetas hasta el .momento enque fueronpuestaspor escnto 514 VocacIn yrecepCIn de la revelacIn 715. La hbertad del profeta 976. Elconcepto que losprofetassehabanformado dela palabra de DIOS 1097. Ideas deIsrael acerca del tIempoyde la hIstonay la escatologa de los profetas 131II 1631. Ams y Oseas 1652. Isaas yMlqueas 1873. Lanovedadaportada por la profeca del SIgloVIII. 2194. La poca de JeremIas 2355. EzeqUIel 2756. IsaasJI 2997 Lasnuevas aportaciOnes de la profeca de la pocababtlomca ydelcomIenzo de la poca persa 3278 Los profetasdel fmdel penodopersa y los vatIcI-mosde la nueva Jerusaln 3499. Damel yelgneroapocalptIco 381111... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 4091. La actualizacin del Antiguo Testamento en elNuevo..... . 4112. La concepcin veterotestamentaria del mundo ydel hombre y la fe cristiana.. . . . . . . . . . .. ... . 433'3. El acontecimientosalvificoveterotestamentario ala luz de su cumplimiento en el NuevoTestamento. 4614. La ley 501Mirada retrospectiva yperspectivas.. . . . . . . . . . . . . . . . .. 529Indice de materias.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 543Indkedecitas bfblicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . ~ . . . . . . . . . . . 551Indke general. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 565, j(l'1!nlU:l'Ct f ~ I.$:~ ;Jd .t'I(...1 . ~l , ~"1...\"Ul'"1:"1..t(4,*,111~i)~\~"'(COAfPENDIO DEL PROLOGO DELAS TRES PRIAfERAS EDICIONES, Esperoqueeste tomo, conel que quieroconcluir laobra em-pezada hace algunos aos, responder a muchas cuestiones refe-rentesal modus procedendi teolgico, queseguramentequedaronabiertas parael lector del tomoprimero.El presente ensayo es menester entenderlo a partir de unaaporamuyconcreta, quehasurgidoenlahistoriadelateologaveterotestamentaria. Quien intenta informarse exactamente sobrelos resultados obtenidos, y sobre lo que an quedaporhacer, nopuedepor menos de darse cuentade quelas concepciones omo-dosdeentender lateologa del AntiguoTestamento oscilan general-mente entre dos posibilidades muydiferenciadas entre s; lahis-trico-espiritual, y la histrico-salvfica. W. Vatke, con cuyaobraaparecipor vezprimeraenforma elaboradaestaramadelacienciabblicaen 1835, intentmostrarel desarrolloespiritualehistricode Israel comoun todo; esdecir: comouncursoquesegua una lnea lgica; de este modo deba mostrarse cmo elfondo universal de las religioneshumanassemanifestabatambinenloqueparecaextraordinarioyespecial. Durantelargotiempoha dominado este inters por las verdades religiosas universalesexpresadasporIsrael; y todavahoy puedeencontrarse. Peroaunalldonde, bajolainfluenciade las investigacionesde lahistoriade las religiones, y de lahistoriacomparadade las religiones, se'haagudizadoel sentidodelaspeculiaridadesdelareligindeIs-raely, porconsiguiente, losimpulsos histrico-filosficoshanpa-sadoaun segundoplano, elteolgicohaquedadoadheridoengranmedidaalaaportacinreligioso-espiritual de Israel; aslodemueMraclaramenteladivi:Jindelateologaveterotestamentariaenuna parte histrica, yotraquetratadelasideas;divisinllevada a cabo por Schultz, Dillmann, Sellin y Procksch. Esasteologas admitan efectivamente una revelacin especial conce-didaaIsrael; perola condescendenciadivina(ya Vatke hablabade unasynkatabasis) tenalugar, sej{nsuopinin, en la esferade loespiritual; y el movImientoreligiosomternodel antiguoIs-rael haciael cristianismoeraloquesetenaporloautnticamenteescatolgico en el Antiguo Testamento. Frenteatodoestolateo-logade W. Eichrodt consulemaprogramticode la irrupcinde larealezadeDios,signific un cambio decisivo. La mca cues-tinessi enel desarrollode los materiales, tal y comolorealizaEichrodt, serespetael carcter expresamente histncodel Anti-guo TestamentnEsta concepcin espiritualizante e mteriorizante, que eslaquedomina, tieneun pequeogrupodeoponentes, quesesuelenagrupar bajoel nombre de escuelade lahistoriade lasalvacin(J.T. Beck, G. Menken, J.C.K. v. Hofmann, F. Delitz,sch, yotros).Enellase tomacomopuntode partidael primadode los hechossalvficos histricos. Pero tambin en esta concepCin (concre-tamente en Hofmann) hay presupuestos filosficos muy deter-minados, que llevan la marca de su poca, y que, talycomohoylovemos, sonmuy pocoveterotestamentarlOS. Perosobretodl>su inters por una historia objetiva de la salvacin, sucumbeame reflexiones teolgicas ms serias; en efecto: eseaspectonosepuede deducir, no aparece enel Antiguo Testamento. Es ver-dadque notamos enl un sumo interspor los hechos histricosaislado", y tambinpor el decursohistricoquese ocultadetrsde ellos. Pero lo decisivo enel Antiguo Testamentoes el hacerpresentes y actualizar siempre de nuevo lo:, hechos salvificos.Porlotantonosellegaa esaobjetivacintanquerida alaescuelade la historia dela salvacin. Despus detodolodichohaMa ahoraaparece clarameme que laantiguacuestinacercadeunateolo-gadel Antiguo Testamentopermanece todavaabiena, yque to-davaquedamuchoporhacery explicar.Seapermitidoelacentuarunavezmsqueel autor noconsi-dera la teologaqueaqu expone, como unateologa completayexhaustiva del Antiguo Testamento. As por ejemplo, se hubierapodido ampliar mucho ms todo lo que se refiere al desarrollohi.stricodelosconceptos. Perodadoque:,obreesteaspectoexis-ten trabajos tan excelentesenlas ltimasmonograftas, misindica-cionesaeserespectohan debidoser muy breves. Por otra Darte, laelaboracinteolgicadel AntiguoTestamento, talycom'nla hemosintentadoenestetrabajo, quisiera,precisamente,resal1arlaslimi-taciones propiasde lainvestigacin entorno a los conceptos;inves-tigacintanqueridahoyparanosotros. Noquiere decirse que po-damosrenunciaraell(ls! Comoorientacinycorrectivoconservansuinters e importancia paralaexgesis. Pero el que los resultadosde esa investigacin(es decir, el conocimiento del concepto deta 13, 2139 1I:,enhdo de IdOld.lOndeLll'CO en2Re 2 911\l C'o naddLidiO PI 0-bablementede,eabdla partede.all'omdcorrespondIentedId prlmogenlturd,e, deCIr segunDt 21, 17, unaporclondobledelaherenCia LaIdeadequeeXigauncansmadobleal deEhases(con"erteza)falsa Sobrecl pi oblemadela,uceslnprofetlcacf H -J KRAUS, DIeprophetlsche Verkufld/!{llIlgdelRechtsmlmIPf (1957) 25La mayora de esas narraClOnes muestran a Eliseo rodeadode unos grupos que reciben el nombre de discpulos (o hijos)de los profetas(C'N':lJil 'J:J). que constituandentrodelasocie-dadisraelitaunafiguraespecial, muymteresantedesdeel puntode vistasoclOlgico. Les encontramos enalgunos lugares al surdel remode Israel, ypodemosqueestos emplazamien-tos tienen estrecha relacin con santuanos locales40. Pareceque esas gentes estaban agrupadas en congregaclOnes mdepen-dientes, con un gnero de vida metdicamente determmado.Entodocasose habla, de pasada, delaenseanzadeun troal que tenancostumbredeacudir (2 Re4, 38; 6, 1) Ehseoes eVidentemente maestro de ylleva el ttulo honorficode padre(2Re6, 2. 12. 21; cf. 2, 12). Como narracIOnesnosmformanmuyclaramentesobreelambienteenquesemovaeseextraogrupo, sepuedecomprobar smesfuerzoque nosen-contramos ante unestrato de la poblacin muy baJOdesde elpunto de vista socIal,) econmico; cas podramos deCir: antedesclasados. Sunivel devidaenalimentacinyvIviendaes muymIserable. En una ocaSInse hace mencinde deudas (2 Re 4,1-7). Quinsabe SI qUIzs el templo. ensucalIdaddeasilo, nodesempeunpapelenlaconstItucIndeesasconfraternidades?Hay que preguntarse con toda senedad SIque pertenecana esos crculos haban escogIdo lIbremente tal cammo. QUIzsfueuna bancarrota econmica elmotIvodequesehubiesenapar-tadode la socIedad burguesa ycampesma. Peroes posible queesedescensosocial tuviesecausas ms blCnreligIOsasqueecon-micas, ya que setratabade gente que estabafirmamente ligadaalaformadevida de tipo patnarcal propIOde la fe(derechoterritorial), ynosaba al ordeneconmICOcananeo, de carcter ms feudal. Quiz noeqUIvoquemossi consideramos a esas confraternidades de profetas como losltimos portadores de una fe en Yahvh. pura ysinmezcla; 11140. Lanarracinde1 Sam19, 8 s suponelaeXistenCiadeunadeesascomumdades de profetas en Rama. Segn 1 Re 20, 38.41, parece que los miem-brosde esas fraternidadesse sealaban pormediodetatuajes(cf Zac 13, 6).tampoco nos equivoquemos, si estimamos en altogrado suim-portancia enordenalapervivenciadelafe enYahvh, yenes-pecial parael sellocaractersticoquetendrenadelante. En l-timo trmino, ste es el punto del que parti aquella inauditaradicalizacindelafe yahvistay del derechodivinoquenosen-contramos en los profetastardos. Ah se pusieron los ci-mientos deaquella misteriosaindependenciasocial yeconmica,deaquellalibertad frentea toda consideracinderangooposi-cinsocial, que haba deserel presupuesto indiscutible dela apa-ricinde los profetas posteriores, ydedonde, comosi fueraungran capital preparado por aquellos desclasados, tomaron losque vinierondespus. Enefecto: laideade loquesignifica sernab o hablar en Israel en nombre de Yahvh fue acuadaentonces. Ams e lsaas no tuvieron ms que entrar en esemundo41.Lasresponden uniformemente a la preguntaacercadel ministerio(acercade enqu consistapropiamentelatarea del profeta Eliseo): realizaba milagros. Hizoflotar hie-rro, saneunafuente, curunleproso, cega unejrcitoene-migo, incluso resucit a un muerto, y algunas cosas ms 42.Enningunaotrapartedel AntiguoTestamentose narrantantos41. Lossorprendentesdescubnmlento, enla, grutas ,tuada, al noroestedel mar Muerto, quenosolamenteproporcionannoticiadeunestable-CImientode eseOlosdeestrictaobservancia, unsigloantesyunsiglo del nacimiento de Cristo, sino que nos proporcionan tambin una VISin exactade las ordenanzasrigurosasde vida comunitariadirigIda autontatIvamente(todo ello gracias aldocumento llamadoReglas de la secta), muestranbaJOnueva luzlosrelatosreferente, alasfraternidadesdeprofeta, delapocadeEliseo; pues el fenmeno sesItaahora en unmarco mucho ms ampho,sociolgicamente hablando Noesquepodamosconsideraraesa,comunida-desdeprofetassencillamente comolosprecursoresdelosesemo, Perosehaidohaciendomsclaroque existanenIsrael, devez encuando, gruposreh-giososradicales, y que' paraungrupode cismticos(comoeranaquellosese-OIOS) resultaba lgicoagruparseenesaformade comunidaddevida, conocI-da(comoyahemos dicho) desdemuyantiguo, parasalvar demodo '>uespecial patrimonioreligioso. Cf. aesterespecto, L. ROS1, GruppenbildunKenimAlten Testament ThLZ(1955) 1s.42. El lector puedecomparar las dos narracIOnes de 1Re 17, 1723Y2 Re 4, 29-37 Yver cmo la versinque atribuye el milagro aEhseoacentalomaravilloso, ycmoladescripcindelosdetallestcnicoses muchomsminuciosa. 1.,,\ '.,J>'.H."'" .\1....milagros entanpocoespacio; enningunaotrapartese encuentraunaalegra taningenua porel milagro, unregocijotanluminosopor las demostraciones siemprenuevas ysorprendentes del ca-risma proftico. Esto implica que Eliseo aparezca en el centro,cosaque noocurracon Elas. El es el objetode ladescripcin-noenel sentidomodernodepersonalidad, peros en cuantoobrador de milagros yportador de uncarismaprodigioso- 43.Peroapesar dequeesosrelatosdemilagrosocupangranespacioenla literaturaconcernientea Eliseo, no nos danms que unaimagen unilateral de la actuacin del profeta; probablementeni siquieraesapartenosdaaconocerloesenCIal, sinosolamenteloquehaquedadoenlatradicinpopular. Quizsalgunadelasnarraciones nos haga saber que la poblacin de muchas leguasa la redondasola buscar al hombrede Dios los sbados olosdas de luna nueva para consultarle (2 Re 4, 23). Sinembargovarias de esas narraciones nos informan gustosamente de unaspectode suactuacin: el poltico; yes muy probable que elcentrodegravedaddetodalaexistenciadeEliseosehalleenesaesfera de lo poltico. Si bien las comunidades de los profetasse habanapartadode las estructuras ordenadasdelasociedad,noquiereellodecirquehubiesenperdidoel intersporlosasun-tos pblicos ypolticos de Israel, dedicndose a la contempla-cinprivada. Locontrarioesloquemsseacercaa laverdad.Ms de una vez, esos grupos tomaban sobre s, en el antiguooriente, los problemas de todos con especial apasionamiento;partiendode ellos, enalgunas ocasiones, iniciativas importantesyde graninfluencia. El narrador cree posible que el influjo deEliseohayaactuadoinclusoenDamasco, cuandosubial tronoel usurpadorJazael (2Re8, 7-15). Lahistoricidaddeesesucesono se puede confirmar, como es fcil comprender; pero ancuando esa tradicin sea legendaria. permite hacerse una idea43. Al ladode los hechos milagrosos propiamente dichos, el narradorhaatribuidoaeseprofetadiversas capacidades parapsquicas(comocla-rividencia, or adistancia... ) (2Re 5, 26; 6, 12.32 s.; 8, 10 s.). G. WIDENGREN,Literary and Psychological Aspecfs o/ theHebrewProphets(1948)97.sobre la extensin e Importancia de las conspiracIOnes en lasque esos profetas InterVInIeron.Qu clase de hijos poltIcos eran los que tena Eliseoenlamano, nos lopermIteconocer ms claramentetodavalanarra-cIn de la uncin de Jeh, yla cada de la dInasta reInante,pues esesucesoseencuentra baJOlaclaraluzdelahlstona ElImpulsoparaeseacontecImientoferoz partitotalmentede Eh-seo El fueqUIendeSigncomoreyaeseceladordelamspurafe yahvlsta, ymuydlfcli ImagInarqueel profeta no hubieraprevIsto que Jehu, en su lucha contra Baal ysus adoradores,Ibaapasarpor unmal desangre(2Re9-10). El remodel norteera cansmtlco en su estructura fundamental y los profeta'>como Ehseo se consideraban a s mIsmos ensus desIgnacIOnesoenlas revolUCIOnes que prov-ocaban, como organos dIrectos delaprovIdencIahlstoncade DIOS44 Nonos encontramosenEh-seo, como tampoco en Elas, nI en tantas otras figuras clavesdel AntIguoconque VlVlesensoloparaelmundo rehglOso yesplfItual tal como nosotros lo entendemosfe, doctnnayculto, yque, a losumo, actuabancomoreforma-dores, nos encontlamosconhombles quesirvenaIsrael AhorabIen, Israel tema unaconfiguracinpoltIca, posea unadImen-sIn hlstncaque no reahzaba solamente enel terrenoespI-ntual, S\l10tambInenel POltICO, enelcual Israelestabanome-nos amenazado, y necesitado deordeny proteccIn PrecIsamenteEhseo se conSIder a s mIsmo, y le conSIderarondems,como organode proteccIn ymantemmlentode Israel (del ver-daderoI'>rael, el mcoquetenaderechoaeXIstIranteYahvh).A" lomdlcanlaspalabrastanconocIdasquelefuerondlflgldas,yque se suelen traducl1' padre mo, carro de Israel ysuJI-nete45 En realIdad, la leyenda muestra en cIertos caso'> al44 A AL1, 11, 121 45 Para la comprensin de 2 Re13,14,2, 12 cf G.VONRAD, Der Hel-llgeKnegUI! altenIsrael (21958) 55s , K GALLING, DerEhrennameEllsasunddie EnrrllckungEllas ZThK(1956) 129s ComohamostradoGalhng,nosepuedehablar decaballenaenesaepoca, ms exactamentesepodratraducirlaaSI carro de guerra deIsrael ysutirode caballoshombre de Dios en medio de empresas militares, que todavamantienen un claro carcter sagrado, aconsejando y salvando,gracias al uso que hace de sus conocimientos sobrenaturales(2 Re6, 8-23). Peroesaspalabrasque designan al profeta comola autntica defensa de Israel, contienen tambin un mandatomuyradical, casi unprogramareligioso, queporsuimportanciasobrepasa la significacinde aquel momento. Hay enellas unrecuerdodelapocaenqueIsrael, ensusgurrassantas, seha-ba enfrentadoa los carros de guerra cananeos, yno teniendomedios de combate semejantes, se haba refugiado nicamenteen Yahvh. De aquellapoca datan esas narraciones, que a suvez fueron reforzando este leitmotiv: la salvacinde Israel noestencaballos ycarros, sinosloenYahvh46. Laaparicindehombres comoEliseovinoarenovar esaexperienciaen unapoca que haba olvidado def>de haca tiempo hacer la guerrasanta. Yahvhest todava con Israel! Es verdad que muchascosas deban cambiar; Israel habra de ser juzgado medianteterriblescatstrofes, siendoprobadoenellas, hastaquedenuevofuera un pueblo en el que Yahvh hallara sus complacencias.Cienaos ms tarde Ams, Oseas, lsaasyMiqueas desarrolla-ronesas perspectivasdeunamaneratal, quefrenteaellalavi-sin del futuro que tuvieron Elas yEliseo resulta todava de-masiado simple, ycasi rudimentaria47.'Entrelasnarracionesreferentesa Eliseohaydosquenospareceresaltanespecialmente: el encuentro de Eliseo con lazael (2 Re 8, 7-15), Yel encuentrodeEliseoconNaamn(2Re5). Enlaprimera, enel encuentrodel profetaconel futurousurpador, ysobretodoenel dilogosumamentesobrioentre46. Cf. G. VONRAD, Der Heilige Krieg im altenlsrael, 14 s. y33 s.47. W. Reiser ha estudiado diligentemente loslogia, esdecir: los elemen-tos de predicacin propiamente dichos que se hallan en estas narraciones con-cernientesalos profetas; las palabras profticaspronunciadasenlarealiza-cinde algnmilagro[por ejemploenel vaticinio de la harinaenlaolla(1 Re17, 14), o enel anunciode lapoca de baratura (2Re7, 1)1, lasdefinecomosentenciasdivinasescatolgicas, ycomoantecedentesdevaticiniosdeltipode Am9, 13(W. REISER, EschatologischeGottessprcheinden Elisale-genden:ThZ [1953] 321s.). Hastaqupunto seapermitido el hablaraqu deescatologa, depende naturalmente de cmodefinacada unoese concepto.Vansemsadelantelaspginas151 ~ .Jazael yel profeta, se unenla altatensinpolItIca y el sufn1lllento humanoparaproducirunaescenadeconmovedoragrandeza. Enlasegundasedes-arrolla(enunadescnpcIOnsimptica)unaspectodelaactIvidad delprofetade la que no hubiramos temdo m Idea la dIreccin espmtual de un IndividuoconcretoYa la exposIcin de 2 Re5 hace descender sobre elarameoNaamnunaluz favomble, noessolamenteunodelosmsaltosdlgnatafIosdel estado,SInOtambinunhombredebien, ypor sucausaYahvhhaconcedidosuayudaalosarameos ASI pues, Yahvehmira aloshombres justos y bendicesus obras en todo el mundo PeroNaaman es leprosoEnprImer lugar, el narrador hacequecontrastenel carcter escondidode los camInOS deDIOS y la InslgmficancIa de los medios que utilIza (una pe-queaesclavaproporcIOnael pnmer ImpulsoparalacuracindeNaamn). conlos camInOSquesiguenlos hombres eneste asunto El reyde Aram actua ofiCIalmente y eXige del rey de Israel, en una nota diplomtIca,quecureaNaamn EnAramnosablanquelosdonesdivInoSse Impartanen Israel sm prestar atencin a lasjerarqUlas humanas. El rey IsraelIta no puedecomprender nadadeestaSItuacIn Acasoletomanpor undios? No, elreyde Arambusca la guerra' La descnpclnde los acontecimientos que con-ducen a estepnmer fracaso(v 4-7) casI tiene algode grotesca Pero an pus de superada esa dificultad, no se llega a una rpida solucin, al contranocuandoNaamnllegacercadeElIseocongranacompaamiento, denuevoseoponen loscamInOSdeDIOSy losdeloshombres ElIseonosepresenta,yloquemandadeCir aNaamn, por bocade unSiervo, tuvoquechocarbruscamente a aquel hombre quetalvez habla esperado un conjuro solemnePero ElIseo qUierefrustrar por completoesa busquedade lo maraVilloso,noqUiere sustitUirunmitoconotro Poresoel profetaapartade superso-nael procesodelacuraCin, yapelaa la obedienCia, ordenndolesumer-girseen elJordn Smembargonoesel centrodel relatola consecucindela salud deNaaman Tiene dospuntos culmInantes: el choque Violento entreNaamanyEhseo, yluego, al final, suamableconversacincon ElIseo. LacuraCin, tomada en s misma, ocupa el collado que hay entre lasdos cimas.NaamnVOIVIO del Jordan para ver a Ehseo, y como no conSigUI conven-cer al profeta para que aceptara sus presentes, plantea dos cuestIOnes a Ehseo,tanmflexlbleenapanenCIa PnmeracuestIn quenallevaraDamascounagran carga detIerra alomode mulas, para poderhonrar a Yahvh correcta-mente Acausadeestapeticinmuchosexegetashanpensadoquela fedeNaamnerapequea, perosuerrorestnbaensuponer tCItamentelapre-misafilosfica dequetambinIsrael haba dIVididoel mundoenmatenalyespmtual Se puede conceder que tambin el lector veterotestamentanohubiese encontrado extraa lapetIcIn de llevaruna carga de tIerra, peroenmngncasosehubIeraextraadode la mcapacIdad de Naamn para ele-varsehaCia lo espmtual. LehubIeraconmOVidovercmounhombreque seha encontradoconel DIOSdeIsrael, expresasupreocupacin sobre el mododesegUiradorandoaeseDIOSalllejOS, enterntonopagano, msaun, eselectorhubieraconSideradomuydentro de lonormal (dadoqueparael latierra concedida porYahveh era el bien salvlficopor antonomasia)queNaa-mn, en sudifCIl SituaCin, Intentase dar asu fealgoas comoun apoyo sa-cramental, aunquefuese deesemodotanpocoordmarlo. (Ese cargamentode tIerra llevadopor lasmulashadedesempearun papel en el dilogoteo-lgICOentrela feblbhcayel espntugriego, dilogoquerecomIenzaunayotra vezenOCCidente)LaotrapetICindeNclamndequeEhseoleautonceasegUIrentrandoal ladodesureyenel templodel dIOSRlmmoncuandoloeXIJasucargo,es bastante delicada a la luz del primer mandamiento. Naamn prev que noleserposibleunarupturatotal conel paganismo. Lematar entonceslaley de Yahvh? Slo es posible comprender la gravedad de su conflicto cuandose tiene en cuentaquepor boca deNaamn hablaunahumanidadqueannoconocelaconcepcinmodernadeunareliginsituadaenlontimodelcorazn, paralacual lascircunstanciasexternas delaadoracinnotienenimportancia.La respuesta de Eliseo, esperada con ansiedad, es sumamente breve y dis-creta, peroimbuida deuna gran sabidura pastoral: Vete en paz. Nosen-gaaramos sobre su sentido, si supiramos que Eliseo ha eludido la cuestino que ha dado una consigna de laxismo. Lo particular de esa respuesta es quenoimpone ninguna leyaNaamn. Hubiera sidomuy fcil proveerledeunaarmadurademandamientos. PeroEliseole envaasumundopagano, y lesconfa a l y asu fe, a la provdencia deYahvh en cuyo servcio ha prome-tidopermanecer. Qu duramente recibi Eliseo aese hombre yqugenero-samentele despide! Esta narracines notable porque alude a problemasque van msall de la curacin de Naamn, y an de todo lo narrado.Si las cosas discurrieronbienpara el pagano, el narradortienequerela-tamos, como conclusin, una apostasa muy tristeen el crculo ms ntimodeEliseo (v. 20-27). Perotambinaqu, frente al perdidoycodiciosoGiezi,aparecelafiguradeNaamn, unavez ms, bajola luz msfavorable.:>t. 1:'~ c~ !" 1 ~ ~ i 'Y3JILASTRADICIONES RELATIVAS ALOSPROFETASHASTAELMOMENTOENQUEFUERONPUESTAS PORESCRITOAMS' Oseas, Isaas y Miqueas aparecieron unos cien aosdespus de Ellas. Comparando el material documentalrelativoaesosprofetas, con el queserefierealosqueles prece-dieron, tropezamos conunanovedadpropiadelosf,fofetas delsiglo VIII: pasamuyllamativamentea segundoplanolaexposi-cinnarrativa(queenElasyEliseoeralanicafuente); ensulugar encontramos en primer trmino, domindolo todo, unacoleccindelogia, colocadossinordenunos juntosaotros. Estadiversidadenlatransmisindelostextos nos obligaaconside-rar la forma literaria externa en la quenos ha llegado el'recuerdodelaactuaciny elmensajedelosprofetas; puesdeeseconoci-miento depende no poco el enjuiciamiento teolgico posterior,en su sentido ms estricto.La tradicin proftica contiene tambin colecciones de tex-tos (carentes casi por completo de ordenenel contenido ylacronologa) que parecen contravenir todas las leyes conocidasa lo largo del desarrollo de la literatura occidental1. Hemosdellegar aEzequiel paraencontrarnos por primeravezconlosl. Acercadelaimpresindedesconcierto, queproducelaherenciali-terariade losprofetasen losnoiniciados, diceLutero: Ellos(losprofetas)tienenun extraomododehablar; noguardan ningn orden;mezclan todode tal manera, que no se les puede captar, ni entrar en ellos. WA XIX, 350.beneficios derivados deunordencronolgico. Apesardetodo,dentrodeesaingentemasadematerial, seimponeal lectorunadistincinmuysencilla, yal mismotiempodegranimportanciateolgica: laexistenteentrepasajes en prosaypasajespoticos.Por reglageneral eldiscursoproftico(dejando aunladolasex-cepciones)espotico; esdecir: marcadoporel ritmoyel para-lesmo. Por el contrario, las n&rraciones referentes a los pro-fetasestn en prosa. As pues losprofetas existieron literariamen-tededoblemanera; oentodocasodieronorigena unadobletradicin:por un lado, narracioneso colecciones denarraciones;por otro, dichos o proverbios y colecciones de dichos, logia,ynormas prcticas (Praxeis). De este modo aquellos hombresdestacaron ante sus contemporneos y seguidores por dobleconcepto: por el contenido de su mensaje (como es lgico), ytambinacausadelascircunstanciasqueacompaaronsuapa-ricin, los conflictos enlos que se vieronimplicados, los mila-gros que realizaron ylos encuentros particulares con hombresdeterminados.Esevidentequeenaquelloscasos en los que tenemos amanolosdichosdeunprofetaylasnarracionesqueseocupanenl,noselespuedehacer coincidir comosi fuesendos aspectos delamismarealidad, yaqueelmododeverlascosasdelnarradorque considera ycontempla al profeta en el campo de tensindramticadelavidapblica, hade ser muydistintoal del cr-culo de discpulos, donde el inters se limita a fijar los logia,sacndoles de sucontextohistrico. As por ejemplolaimagenque obtenemosdelas narraciones referentes aIsaas(Is 36-39),y la que nos proporcionan sus dichos, difieren totalmente. Laprimeraesmuchoms popular, yapenas permiteformarseunaideadel increblealcanceespiritual delos mensajes, tal ycomoseconservaenlosdichososentencias. Ademsesprecisoconsi-derar quedeesas dos formas bsicas delaliteraturaproftica,lanarracineslams antigua. Fuenecesarioquepasaraciertotiempoysellegara a, ciertafamiliaridadconel fenmenodelaprofeca, que se alcanzara cierta educacinpor as decir, paraquesellegaseasaberrecogersolamentelaspalabrasdelospro-fetas, prescindiendo de su correspondiente situacin histrica,y contemplndolas ensmismas.l. Ciertamenteloprimeroquesehizo fue escribir narracio-nesreferentesalosprofetas2. Desdeestepuntodevistalasna-rraciones acerca de Eliseo danla impresin desermuyantiguas.Pero precisamente las consideraciones que acabamos de hacernosdebenpreservar derepresentarnos demasiadoingenuamenteal Eliseorealsegn la imagenqueproporcionanesasnarracionespopulares de milagros. Eliseotuvo verdaderos cursos para susdiscpulos(2Re4, 38; 6, 1). Probablementelaimagenquenoshemosformadodel seramuydistintasi tuvisemosunacolec-cin de sus logia o enseanzas. Lo mismo se podra decir deElas. PerosolamentedespusdeElasseaprendiacoleccionarporseparadolosdichos delosprofetas, y aponerlos por escrito.Conellose desplazel puntodegravedaddelatradicinpro-ftica hacia la costumbre de coleccionar ytransmitir los logia.Sinembargo, laevolucinposterior nocondujoa lareduc-cinodesaparicintotal delasnarracionesentornoalos pro-fetas. Semejantegneroliterarioconserv suimportancia, pues[srael, en suconsideracin espiritual del fenmeno, no lleg aseparar a los profetas de los acontecimientos, comosi redujeseel mensajeprofticoa sucontenidodeverdadconceptual, cosaque parecen suponer tantas teologas del Antiguo Testamento;Israel jams dej de ver a los profetas en su correspondientesituacinhistrica, sea como hombres que desencadenaronmovi-mientos histricos, sea como hombres que fueron destrozadosenlosconflictoshistricos. Losrelatosmsextensosconcernien-tes a un profetaseencuentranenel librodeJeremias, profeta2. Pero, afindeserobjetivos, lasnarracionespuedentambindividirseen historias concernientes a los hechos delos profetas (Prophetentatge-schichten)(p. e.: 1 Re17,1-7.8-16.17-24)ehistoriasquedancuentadesuspalabras(Prophetenwortgeschichten) (p. e.: 1Re21, 17-20; 2Re 1, 3s.).ef. O. PLOOER, DieProphetengeschichten der Samuel-und Konigsbcher(Diss.Greifswald, 1937)38s. o',relativamente tardo3. Mstardevolveremosahablar del Impor-tante complemento que representa esta extensa narraCIOn refe-rente a Jeremas, SI se colocaadIstinCIntra-14 Am5, 1 s, Is 23, 1 s,Ez19, 1 s 10 s, parodias de cantos funebresEz27, 2s, 28, 11 s, 32, 17s, Is 14, 4s ce H JAHNOW, DafhebrmscheLelchenlted 1mRahmen der Volkerdlchtung(1923)15 A este respecto lasveterotestamentanas necesItan selampliamentereVIsadasdicional, ya que al predicar el juicio, anunciabatambinel finde todo el aparato sagrado; anunciando la salvacin, hablabade una situacinenlaque el ordende Yahvhdeterminara yorganizara todos los sectores de la vida; situacin en la queseraabolidatodadistincinentrelosagradoyloprofano.3. Esas unidades literarias de d i c h o ~ ocantos, fueron reu-nidas muy pronto en pequeas colecciones de tradiciones16.Si estos Diwan (en terminologa de Hempel) fueron ordenadospor el mismoprofeta, obien por elcrculodediscpulos, escosaque la mayora de las veces supera nuestros conocimientos.Aunquesabemos muypocoacercadeesosgruposdediscpulosque eventualmente podan congregarse en torno a un profeta,la investigacin reciente tiene razn sin embargo al atribuirlesunafuncindecisivaenlarecolecciny transmisindelosmen-sajesprofticos. As seencuentraenIs 5, 8-24, unacoleccindelamentaciones (de ayes), que no fueron pronunciados unos de-trs de otros,como tampocolos deMt 23, 13s.,sino que fueroncoleccionadosposteriormente. Lomismoocurreconlos dichoscontralosfalsosprofetas(Jer23, 9s.) olos dichosacercadelrey (Jer 21, 11- 23, 8). El conjunto deIs6, 1 - 9, 6, fueredacta-dodenuevoteniendoencuentalasituacinhistricaposterior,pues, prescindiendodelahistoriadelavocacinquehayal co-mienzo, contienedichosyhechosdelapocadelaguerrasirio-efraimita. En Ez 4-5 fueron reunidas las llamadas accionessimblicasdeeseprofeta17. Peroenmuchoscasosnopodemos16. H. BIRKELAND, Zumhebriiischen Traditionswesen, en Die Kompo-sitionderprophetischenBcherdesAT (1938). S. MOWINCKEL, ProphecyandTradition(1946); J. HEMPEL, WortederPropheten(1949) 53s.17. Puedequetambinhayasidoeficaz, en algunas ocasiones, el prin-cipiodeclasificacinporpalabrasclaves. EnIsaas 11, dondeMowinckelcrea poder demostrar ese principio, la base teolgica conceptualdel mensajeesmuchomspobreque, porejemploenIsaas, JeremasoEzequiel; y porello, naturalmente, es ms fcil advertir la conexin entre las unidades. (ZAW,1931, 87 s.). Con todo, la palabra claveSodoma, pudo haber determinadola alineacin de Is 1,9 e Is 1,10; as como Emmanuel la de Is 8,8 e Is 8, 9 s.LaexgesisdeOseashallevado a observacionesparecidas(H. W. WOLFF,Dodekapropheton, BK, 90). Peroestos yotros casos aparecentanaislados,que no se puede iluminar con ellos el proceso de la redaccin en general.reconocer una lgica en la disposicin de los elementos parti-culares; sobre todo cuando se forman complejos ms grandes,ysetrataportanto decoleccindecolecciones. Algunos ttulos,dentrodeloslibrosprofticos, soncasi lanicaayudaquenospermite adivinar algo del desarrollo de ese proceso de redaccin18Enla abundanciacasi inabarcable detradiciones profticas,propiamenteslohaydosprrafosdel librodeIsaasyunodellibro de Jeremas que tratan, de modo introductorio, sobre lapuesta por escrito, y la transmisin del mensaje (ls 8, 16-18;30, 8-17; Jer 36). En realidad permiten sacar conclusiones tanimportantes sobre la esencia delmensajeproftico y sobre la con-cepcinque los profetas tenan sobre l, que hemos de hablarde ellos aqu, aunque sea brevemente.Yo enrollo este testimonio, y selloesta instruccinen mis discpulos,yquieroaguardaraYahvh, queescondesurostroantelacasadeJacob;yesperoenl. Heaqui queyo, yloshijosqueYahvhme hadado, somossignoy presagio deYahvhSabaot, el quevive en lamontaa de Sin (Is8,16-18).En el contexto de ls 6, 1 - 9, 6, se habla de los acontecimientostensosdelaguerrasirio-efraimita, ysehacemencindelaspa-labraspronunciadasporIsaasenesapoca, llenasdeamenazas,advertencias y promesas; por eso extraa y maravilla que derepenteel profetahabledes mismo; y extraael modoenquelohace, atrayendolaatencindel lectorhacias mismoyhaciael grupodehombres quesehanagrupadoasualrededor. Peroestoes fcilmente comprensibledadalaespecial situacinen laque nos introduce ese prrafo; el profeta debe sellar y en-rollar suenseanza, delmismo modo que despus de un acon-tecimientoimportante se levanta acta ysecierrael documento18. Pudierondarsecasosenlosquelatr-ansmisindel patrimoniopro-fticoaconteciese, enprimer lugar, por via detradicin oral. Enotros casos,el hechode fijarla por escrito, tuvo lugar en vida del profeta. S. MOWINCKEL,Prophecyand Tradition (1946) 62 s. La Palestina del siglo II pertenecia ya a unambiente cultural en el quela escritura desempeaba una funcinimportanteenlavidaeintercambiointelectual. G. WIDENGREN, Literaryand PsychoJo-gicaJAspects 01 theHebrewProphets(1948). '1"" --demodooficial. Portantolafrase nopuedesignificarsinoqueIsafas, enel momentoquelaescribi, seconsiderabacomo ce-sante. Enrealidad esto es lo peculiar de este prrafo, que nos per-mitedirigir lamiradaalos pensamientos yesperanzasconqueIsafasse retir desuprimera actuaciQ pblica. Ha desempeadosuembajada; todo lo dems compete a Yahvh, e Isafas estcompletamentesegurodequel harquelarevelacinmediantehechos siga a la revelacin por palabras de su mensajero. Elmensajeroha creadounaprofundadivisinenel pueblo, 10haendurecido (Is 6, 9 s.) ;porsu causael mismoYahvhsehatrans-formadoenunatrampaparasupueblo(ls 8, 14); pero(para-doja increfble!)Isafasespera en eseDiosquehaocultadosuros-troalacasadeIsrael 19. Qu serenidadfrentealaincredulidad!Pero ms asombroso todavfa es que el mensaje ha fortalecidola fe, aunque sea solamenteenunpequeocirculo. Ypor esacausa, despus de su retirada al anonimatode la vida civil, elprofetasiguesiendounsigno, encuantoqueesegrupopequeoes una garantfa de que Yahvh sigue manteniendo sus planesynohaabandonadosuintervencinenlahistoria. Esmuysig-nificativoque Isafas, enltimainstancia, considereesos prop-sitos deYahvhcomoplenamentesalvfficos, pues de10contra-rio, cmo podria esperan>esa autorrevelacinde Dios?Auncuandoel profetahablaenestecontextoconexpresiones vagasy de tipoimaginativo acerca del enrollan> y sellar sumensaje,hayque suponer que Isafas, enconsonanciaconel cese de sumisin, dejtambin por escrito el mensaje que habfa transmitidohastaentonces, yqueesapuestaporescritoacargodel profetaconstituye el punto ms antiguo de la cristalizacin de su li-bro 20.Ahora venaquy escrbeloante ellosenunatablilla, y grbalo enun li-bro, que enun da futurosirva detestimonioperpetuo, puessonunpue-19. Sobrelaobstinacinde Israel, vanse ms adelante las pginas 192 s.20. B. Duhm estableci ya la tesis de que la tradicin de Isaas se remontaa dos escritos realizados porel profeta en persona, uno ensu primera poca(Is 8, 16) Yel otro en poca ms tarda (Is 30, 8).blo terco,hijos mentirosos, que no quierenor lo que lesdice Yahvh...Poresohabla el Santode Israel: porq1j1e habis rechazado esta palabra, y os ha-bis fiado de lo torcido y perverso y os habis apoyado en ello, por eso, vues-tra culpa ser como la brecha abierta en una muralla elevada, la cual amenazacon desplomarse, ycuya cada tiene lugar de repente, inesperadamente...Puesas hahabladoel Seor Yahvh, el SantodeIsrael: por la conversiny la paz habrisde ser salvados; en el permanecer tranquilosy enel confiarsehalla vuestra fuerza. Peronohabisquerido... (Is30, 8-15)Eneste prrafo perteneciente al ltimo perodode Isaas esmsclarotodavaelpasodelapredicacinoral, alapuesta porescrito, el trnsitoauna segunda formade existencia: la literaria.Aqu, el profetanoesenviado; notienequesalir, sinoentrarensucasa; ynotienequehablar, smoescribir paraundafu-turo. Evidentementelasituacineslamisma. quesepodapre-suponer en Is 8, 16 s. El mensaje haba sido ya dirigido. De nuevohaba llegado a su fin un perodode la actuacin del profeta.Unavezmsel resultadohabasidounfracaso. Isaasnohabapodidodespertar la fe; sus contemporneos estabandemasiadoocupados con ~ u s planes polticos paraque pudieranorle; msan: no haban querido; se haban decidido voluntariamentecontra Yahvhysuofrecimiento. Brillapor suausencialaalu-sinconsoladoraal pequeocrculodediscpulos; porel contra-rio, la palabrareferente alrechazo esmuchoms clara que ante,;.As puessehahechounamayor oscundadentornoal profeta.Estapercopaabarcamsque Is 816 s., por cuanto que dibuja conms profundidad, tanto la decisin tomada contra Yahvh,como el ofrecimiento de! mismo Yahvh. Esto es importantesobre todo con vistas al mensajedirigidopor Isaas; pues tenemosaqu unode losraros l u g a r e ~ enlos queel profetamismoresumeunavezms, enpocaspalabrase ideas, e!contenidodesumen-saje. Queramover al puebloalavueltaaYahvh, al alivioquedasuproteccin, alaconfianzaenl, yalatranquilidad (asinterpreta Prockschla palabra nM3). Ahora bien, dado que hanrechazado todo, la falta de' consistencia ser su herencia; cosaquelsaasdescribemaravillosamenteconlaimagende unamu-ralla que de repente se arquea hasta estallar y luego revientayvieneal suelo.Pero, porquel profetaponeporescritosumensajeenfor-ma de legado o testamento (Vermiichtnis), como se dicegustosamente? Hasta qu punto vale para un da futuro?Pensamos ciertamente en el cumplimiento de la amenaza pro-ftica: los que vengan despus podrn ver que el profeta novaticinenvano. PeroprobablementelospensamientosdeIsaasal poner esto por escrito, van mucho ms lejos. Dej escritoque sugeneracin ser sorprendida por la destruccin repen-tinamente, en un instante (Is 30, 13). Pero aun cuando secumplaenellaese destinoanunciado, erasolamente una partedel mensajeproftico. Conservasufuerzaigualmentelaprome-sade salvacinquecontienelainvitacina refugiarseenYah-vh; nohasidoabolidaauncuandounageneracin haya recha-zadola invitacin. Yahvh no abandona sus planes; ahora seext!endena lejanas histricas ms dilatadas, y por esoha deponersepor escritoel meIJsaje. El pasajees interesantsimopormostrarnosque, endeterminadacircunstancia, el profetamismoha suprimidolareferenciaalos primeros receptores, yhatras-pasadosumensaje(enel sentidoliteral quehastaentoncesha-batenido!) a oyentes ylectores ms lejanos. Entonces (cuandoIsaas puso por escrito su mensaje, posiblemente hacia el ao701) muchas de sus predicciones haban sido superadas por lahistoria; en su sentido ms inmediato, el que apareca en pri-merplano, semostrabanyacaducas, prescritas. Perono era mo-tivo para considerarlas abolidas, pues conservaban su signifi-cacinms alldelahoraparala queenunprincipiohabansidopronunciadas. Tampocoeramotivoparamodificar sucon-tenido y reformarlo con vistas a los nuevos destinatarios. Asel mensajedeOseas(dirigidoenunprincipioal reinodel norte)fue dirigido ms tarde al reino del sur, mediante una pequeacorreccin, consistente en repetir varias veces el nombre deJud21. Nadie supondr que esos dichos profticos tenanunnico destinatario y que luego fueron encerrados ensus21. Vase tomo 1, 106.rollos y abandonados en el archivo. Debieron existir ciertoscirculos enlos que nuncafaltel conocimientodelaperdura-ble actualidad de los mensajes profticos, y que inclusotraba-jaronpor actualizarlos, yaqueenmuchoscasos sepuedereco-nocer claramente el trabajo de esos hombres posteriores, enmuchas aadiduras secundarias.Uncasoenel que podemos ver claramente ese procesodela tradicin es la relacin del Isaas111 y el Isaas n. La dependen-ciadeIsaas 111 estanpatente, queconraznsehasupuestolaexistenciadeunarelacindecarcter inmediato, comoes ladediscipuloy maestro. PerolaspalabrasdeIsaas 11 hansidorepe-tidas por el discipuloenunasituacinquehabacambiadodemodo muy notable, ylas caractersticas del maestro sufrieron,en consecuencia, profundos cambios 22. Tambin Jeremas, enlaprimerapocade suactuacin, sesitaenclararelacindediscipuloconrespectoaOseas23. Dentrodel librode Jeremaslainvestigacinhadelimitadodesdehacetiempounamplioes-tratode textos en prosa, queseaproximan mucho, en el lenguajeyenlas ideasteolgicas, alatradicindeuteronmico-deutero-nomista. Esevidentequenosencontramos ante una remodela-cinespecial delatradicin jeremiana, hechadesegundamano,cuyoorigenymotivonocomprendemos del todo24.El extensorelatode Barucacercade cmosepusopor es-critoel mensajedeJeremas, yacercadelarepetidalecturadelvolumen, corre paralelo a los textos de Isaas de que hemos22. K. ELLIGER, Deuterojesajais seinemVerhii/tniszuTritojesaja(1933);W. ZIMMERLI, Zur Sprache Tritojesajas: Schweizer. TheoI. Umschau (1950) 62 s.23. K. GRoss,Die literarischeVerwandtschaftJeremiasmit Hosea (1930).Porotraparte, alavistadesuenraizamientoplenamentedistinto(desdeelpuntodevistadelahistoriadelastradiciones), resultadifcil relacionar laprofecade!salasIIconlaescuelade!saasI.24. Sobre ese estrato de la tradicin que Mowinckelllama la Fuente Ccf., ademsdelasintroduccionesycomentarios, S. HERRMANN, DerGesta/twande/ derprophetischenHei/serwartungim A/ten Testament. Leipzig1959,5 s. HemosdeidentificaresaFuenteO>conel VolumendeBaruc(Jer36, 32)? A favor:Th. H. ROBINSON, Baruch's Ro//: ZAW (1924) 209 s. O. EISS-FELDT, Ein/eitung indas AT (21956)424 s. En contra: W. RUDOLPH, Jeremia:HAT(21958)XVIs.habladoms arriba, yaquedescribetambinel caminoquevadesdeel mensajeal libro. Perovamsallqueellos, encuantoquenarra el extraodestinodeeselibro(Jer 36). TambinJere-mias hace remontar lapuestapor escritode sumensaje, hastauna ordenexpresa de Yahvh. Es de granimportancialo quenos permite conocer el relato sobre la finalidad de esaaccin.Se trata de unltimointentopor mover a Israel a la conver-sin, ydeestemodopermitir queYahvhloperdone. Es sola-mente la introduccin al relato sobre el destino de ese libro.En progresinartstica Baruc inf-Orma sobre una triple lectura.Lanarracinpasarelativamentedeprisaporlaprimeralectura,tenidaanteel puebloconocasindeunayunosolemne, el ao605. Lasegunda, enlacancilleradel secretariodeestado, antelosaltosfuncionarios, sedescribeyaconmsdetalles. AquellosseOl:es se asustan, someten a interrogatorio a Baruc, yel vo-lumenmismoes puestoabuenrecaudopor ordendelaauto-ridad. Aunque Baruc, a ttulo personal, tena una acogidabenvolaeneseambiente, el asuntodebapasar al rey. Deestemodo el narrador, con gran habilidad, ha preparado el puntocrucial desuhistoria. Cmosecomportarel rey, decuyade-cisin depende -la suerte de todo el pueblo?El narrador desciendeadetalles: el reyestenel palaciodeinvierno, sentado juntoalbrasero, yalrededor sus ministros... Peroenltimotrminoelpuntocentral del intersnoesel rey, sinoel volumen; el reylovarompiendo, yarrojandoel fuegotrozoatrozo. EntoncesJe-remas dicta denuevosumensajeaBaruc, y este volumen esmsextenso que el primero.Estanarracinesnicaentodoel AntiguoTestamento, porcuantoque notrata ni de unhombre, ni de la providenciadeYahvhodealgunadesusdisposiciones, sinodeunlibro. Peroen lo que ocurre con ese libro, se refleja todo el destino de su men-saje. Reapareceaqu, tratadode unmodoespecial, el tema delgranfracaso, propiodeJeremas. Casi sepodrahablar de unapasin, sufridapor el libroproftico. Peroenunpuntodeci-sivoseapartadel paralelismoconlahistoriadelapasindeJe-remas: el volumen, que haba sido despedazado y quemado,surgedenuevo LapalabradeYahvhnopuedeseranIqUIladaLos tres textos nos muestran solamente el pnmer paso enla formaclOn de la tradicin desde el mensaje oral, hasta supuesta por escnto, acto que algunos profetas realizaron perso-nalmente Conelloel procesode fiJaclOndel mensaje proftIconohaballegado01conmuchoasufin, casIse podnadecIrqueera entonces cuando propiamente comenzaba Ya hemos Vistoqueel mensajedeunprofetanosedetenaensus pnmeros re-ceptores, como Israel, marchaba a travs de los tIempos, auncuando hubiesen cambiado entretanto las cIrcunstancIas hlst-ncas a las quehaca referencIa La conVICCInfundamental quese ocultabatras eseproceso detransmISJon era que,una vez pro-fenda la palabra delprofeta, baJO nInguna CircunstancIa podla fa-llar Cundoy comosecumplira, era cosa de Yahvh, los hom-bresslotenanquecUidardelatransmlslondela palabra Perolo ms notable es que mcluso aquellos vatICInIOS, que habanalcanzadodemodoeVidentesumetaenlahlstona, cuyocumpli-miento era pues bien patente, sigUieron perdurando en Israelcomo vatiCInIOS, SIendo capaces de producir smcesar nuevoscontemdosLa llamadaprofeclade Natanes unejemplo, especialmenteclaro, del trabajo mcesante, reahzadodurante muchos sIglos,para mterpretar, siempre denuevo, la tradICin(2Sam7) En losversculos 11 y 16 se puede ver qUizs el ms antiguo estratode un vatIcmlOque se dmgl directamente a DaVid Frente aellos, el modode sentir que se expresaenlos versculos 12a,14-16, es ms reCiente, se muestraque lapocaes postenorenel mters por la postendad que saldr de tus lomoscuandoDaVidhaya descansadoconsuspadres,el mtersseencamma,pues, alarelacindeYahvhconlosdescendientesdeDaVid25La teologa deuteronomstIca de la hlstona, muchoms tarda,25 SegUImos aqUl el anlIsIs de L ROST, Die Uberlie!erung von der Thron-nachfolge DaVlds (1926) 47S Algo dlstmto opma ms reCientemente MNOTH,DaVid und IsraelIn2 Sam7 Melangesb,bllques redlgesen l'honneur deAndreRober!(1957) 122 ~ (Gesammelte Studlen[21960] 334 s)vincultodoesevaticinioalaconstruccindel templopor Sa-lomn(v. 13), mientrasqueIsaasIl laseparadelosdavdidas,ylatransfiere al pueblode Israel ensuconjunto(Is 55, 3s.).Al cronista, queescriba todava mucho ms tarde, ya no le bastaqueesapalabrasalvficase refirieraenotrotiempoalos des-cendientesde David; yhabla de la descendencia que saldrdetushijos, ampliandoenungradomsel alcancedel vatici-nio(1 Crn 17, 11). Deesemodo, unaspalabrasprofticasanti-qusimas, seguan hablando en un momento pose:xlico, muyposterior.Se puede contemplar pasoa pasoese procesogenerador delatradicinenloslibrosprofticos. Nocabedudadequenues-traexgesisdelosprofetastienequeaprenderamir::tr bajootropunto de vista ese lento enriquecimiento de la tradicin pro-ftica, no considerndolo como una falta de autenticidad yunadesdichadaalteracindeloprimitivoyoriginario. Tal pro-ceso esmsbien unsignodela vitalidadconque fuetransmitidoel antiguo mensaje, adaptndole a las nuevas situaciones. Esaadaptacin se rea1iz, por ejemp10, introduciendo amenazascontralas naciones que habanido penetrandoenlaesferahis-tricadeIsrael. Por ejemplo, laantiqusimaprofec::t deBalanfue referida ltimamente inclusoa los griegos (ND124, 24)26.En lsaas 23, unantiguoorculocontraSidnsevolvicontraTiro, mediante algunas adiciones. El vaticinio mesinico de ls 11, ls.fue referido posteriormente al mundo pagano (aadiendo elversculo10), y enesareadaptacinfuetomadopor Pablo(Rom15, 12). De modo muy i'>emejante, el vaticinio mesinicodel li-bro de Ams, entr en el Nuevo Testamento en la forma tanlibreadoptadapor losLXX (Hech15, 16 s. :enlugar det:l'iK).Si Isaas habahabladoen fs 9, 11 de A.amyloslosLXXlorefierenalos siriosylos griegos. Msdiscutiblenospa-rece ese proceso de adaptacin, cuando una palabra profticaantiguaes transformadaen contrario; por ejemplo: una pa-26. L. M. v. PKOZDY, TheologischeRedaktionsarbeitinderBileamperi-kope: BZAW77(1958) 161s.labra condenatoria, en otra salvfica. lsaas haba dirigido susinvectivas contra los egipcios, pueblo vigoroso y de piel bri-~ l a n t e , temidoentodaspartesylehabaamenazadoconlaani-quilacin (ls 18, 1-6); pues bien, esas palabras se transformanenel vaticiniode que enaquel dasernllevadas ofrendas aYahvh por el pueblo vigoroso y de piel brillante, temido entodas partes (v. 7). Pero ni siquiera esa transformacin de unantiguo mensaje de condenacin en una palabra salvfica es,enel fondo, el plagioinadmisiblede unepgonocarentedeini-ciativa. Aunenestecasose da una autnticacontinuidadconla palabra proftica antigua, y al mismo tiempo un poder leg-timoquesesabecapacitadopararemodelar el antiguomensaje,al habercambiadoel momentohistrico27. Yael hechode podercomprobar tan frecuentemente la modificacin de las antiguaspalabras profticas, deberahacernosver ese procesocomoalgoms normal y ms legtimo, teolgicamente hablando28. Porejemplo, en la percopa de Is 22, 15-25 percibimos claramentetresestratosdecrecimiento. Enel primer prrafo, v. 15-18, des-carga la ira de Yahvhy del profeta contra Sebna, unodelos msaltos funcionarios del estadojudo. No tendr descanso en latumba nueva que se ha hecho excavar, sino que Yahvh arro-jar su momia como un fardo entierra extraa. Las palabrasdelsaasterminabanah. Peroel textocontina:27. Sobrelatradicininterpretativa enel textodeIs53, cf. H. HEOER-MANN, Jesaja53inHexapla, Targumund Peschitta (1954).28. Conlascategoraslegtimo-ilegtimo, nosepuedecomprenderesatradicinsecundaria, queserefierealavitalidadactuantedelapalabradelprofeta enel crculodelosdiscpulos. Ellostratandeentenderlaspalabrasenunapocaalgoposterior; entenderlasdenuevoenel conjuntodelapa-labrade Dios quesehahechoor por mediodeEzequiel. W. ZIMMERLI,Ezechiel, BK, 111. Sobreesahistoriaposterior delos textos profticos, cf.H. W. HERTZBERG, DieNachgeschichtealttestamentlicherTexteinnerhalbdesAltenTestaments: BZAW66(1936) 110S.; J. HEMPEL, DieMerhdeutigkeitder Geschichte als Problem der prophetischenTheologie (1936) 24 S.;DOUGLASJONES, TheTraditio ofthe Oracles of Isaiah of Jerusalem:ZAW (1955) 226 s.;S. MOWINCKEL, ProphecyandTradition(1946); H. BIRKELAND, Zumhebrcii-sehen Traditionswesen(1938).YovoyaexpulsartedetuoficIOyteharebajardetupuestoy sucedera en aquel dIa que llamare a Eltaqum, hIJo de JllqUlas,como sIervo mIOLe revestlre con tu tumca,y con tuceIdorle ceIr, y tupoder se lotraspasarea el,y seraunpadrepara los habItantesdeJerusalenyparalacasadeJudaPondre sobre su hombro la llave de la casa de DaVIdSI el abre, nadIelacerrara,y SI el CIerra, nadIe laabnraLo mtroduclrecomo unclavoen lugar sohdo,yseratronodeglOrIaparalacasadesupadre(Is22, 19-23)Ya el cambIOde e&tIlo (el oraculo ha pasado sbItamenteapnmerapersona) mdIca unaaportaclOnnueva, ademaselver-slculo 19a, es una malatranslcIOn, pues SebnayahaSidodes-tltUldo, la palabra de su destltucIOn llega demaSIado tarde ElcentrodemtersloconstItuyensusucesorEhaquny sutoma deposesIOn (este corto texto es una verdadera mma sobre el len-guaJedel ceremomal de lacorte) Perotodava haymuchoquedeCIrdeese Ehaqu111, cosaquenosesabIael dadesutomadeposeSlOn, yaSI entramo& enla tercera fasedeeste texto de SebnaPeroseracolgadoenel todoloquetiene pesodelacasadesupadre,loquebrotey las excrecencIas, toda la vajIllamenuda, lasvaSIJas y loscn-taros Enaquel dla, dIceYahvehSabaot, el clavo, mtroducldoenlugarso-lido semovera, cederay caeray amqutlardlacargaquependladeel, puesa ~ l ha hablado Yahveh(ls 22, 24-25)E&ta ampltaclOn &e apoya en la alu&lOn al clavo del ver-slculo23, peloentiende laImagen de unmodototalmentedl"-tmto Ciertamente que Ehaqumser como un clavo, ya quetodasufamlltasecolgaradel, yporesolesucederlomIsmoque a unclavoenel quesehancolgadodemasIados cacharrosyutenslho&decocma Cedera, ytodoel menaje se romperaenel suelo ,PrecIOsa stira del nepotismo de los altos funCIOna-riOS' 29Este pi oce&oenla formaclondelatradlclOnnos planteaunproblema hel meneutIco, que aqUl solo puede ser mdlcado bre-29 SobrelamteresantemodlficaclondeunantiguoorculosobreTifO(Ez 26, 7~ ) enEz 29, 17 s por el mIsmo profeta, cf WZIMMERLI, oe, 720vemente. Si laspalabrasdelosprofetashancaminadoas juntocon Israel a travs dela historia, y si hanconservadosu carcterdemensajeaunmsalldesuprimerapredicacin, suinterpre-tacinpor los que venandetrs tuvo que ser elstica, pues lapalabranoalcanzaasusdestinatariosposterioresmsqueatra-vs de una adaptacin de su contenido30. Nuestra exgesiscientfica delas palabras de los profetas pone todo su afn en ave-riguarsucontenidotal y comoelprofetamismolohabaenten-dido. Sinrenunciar a ello, quiz debera mostrarse ms clara-mente que la comprensin que el profeta tena, es solamenteuna de las posibilidades de interpretar esas palabras. Al refe-rirlasageneracionesposterioresyasuscircunstanciashistricascorrespondientes, surgieron nuevas posibilidades de compren-sin, hastallegar a la ltima actualizacin del mensaje prof-ticoenel Nuevo Testamento. Ynohabra que contar conelhechode queapartir del momentoen queunaprofeca llegabaamanos de los quehabande transmitirla, yahaba pasadoeltiempoenque podaser entendida estrictamente en susentidooriginal y primario?3i.,,]30. Sobreeseprocesode adaptacin, cf. J. L. SEELIGMANN, Voraussetzungen der Midraschexegese: Suppl. VT 1 (1953) 150 s., especialmente 167 s'31. Vansems adelante las pginas 374 s., 461s.4VOCACIONy RECEPCIONDELAREVELACIONLos PROFETAS se vIeron Inmersos en un mundo de tareas ydeberes, a causa de su vocacIn (de la que hablaremosms tarde), por una parte, conoblIgacIOnes estnctas; por otraparte, conlIbertadesypoderesqueconrazonpodemosdesIgnarconel conceptode mlmsteno(Amt) Naturalmenteeste con-ceptotangeneral necesIta, encadacaso, deunadetermmaclnmaspleclsa No hay que suponer de antemano que todos los pro-fetas tuvIesen la mIsmaIdeaacercade su mlmsteno. SedIeronlos mdSdlver!.osmatIces, delosquesolamentepodremosmdlcaralgo en las consIderacIOnes subsIgUIentes. No solamente eXIs-tIeron dara!. dIferencIas en la concepcIn que cada profeta te-ma de su mlmsteno: eXIstI tambIn la posIbIlIdad de que unplOfeta entraraen conflIcto con su propIOmlnlsteno, tambInpodasucedel queentraseenconflIctoconunmodo de conceblllas cosa!.queotros sustentasenfrente a l La Idea que Isaas temadewmlmsteno, noesIdntIca, enmodoalguno, alaqueyaceenel fondodelasnarracIOnesreferentesal (Is36-39) Estal-tund esta detel minada por la que el narrador tena personal-mente En el fondo, detras de todas las tradIcIOnes proftIcas,dun de las opullones mas Inslgmficantes, eXIste unaconcepclOnmuy defimda acerca de lo queesunprofetay loque essu mmls-tena SI nuestraexgesIssemantuvIesemsabIertaaestacues-tlOll, quehadesercontinuamentereplanteada, quedaranmuchomsclaraslamovilidadyvanabilidaddelasideasacercade losprofetas.De una slmphcldad y sencillez clsicas son lasafirmacIOnes en tomoalarelaCin delprofeta con DIOS, tal y como se refleja en la relaCin entre AarnyMOISs, en Ex4, 16 (J)(7, 1)' MOiss es Elohlmpara Aarn, Aarn es labocapara MOIses DIOSnohablapor s mismo subocaes el profeta. Elhechodequesehayapodidohacer referenCiaaesadetermmaclnderela-cIOnescomoaunadefiniCin, afindei1ummar ensupecuhandadunarela-cin demuydlstmtotipo, muestra cunshdamente establecida yumversal-mentereconOCidadebaseryaentonces esadefimcln Peroasuladotu-vieroncabida c o n c e p c l O n e ~ totalmentedistintas1 ReCIentemente, gracias a un nuevo modo de entenderel culto, sehavemdoadarenlacuestIndeSI losprofetasnohabranestado, conrespectoa esainstitucin, enunarelacinmuchoms estrecha de loqueenotrostiempos sejuzgposi-ble; y basndose en interpretaciones, en parte muy recientes,dedocumentosdedentroy fueradel AnttguoTestamento, sehaexpresadolaopimn, dequelamayoradelosprofetasmencio-nadosen elAntIguoTestamentohaban sidoportavocesoficialesdel culto, ypor tantohabanpertenecIdoal personal del cultode los santuarIOS l.NadiehanegadonuncaquelosprofetasVISItaroncongustolossantuarios, yaqueconfluaaellosgrancanttdaddeperegri-nos, y tambin porque enesa masa(concentrada por motIvosrehgiosos, yqueslosereunaenlossantuarIOSen tales canti-dades)hallabanlasfrasesprogramticasy lospuntosde partidaparasus orculosdivinos; peros semegaquepor esta Clfcuns-tancihayamotivopara hablar deprofetas del culto. Tambinse admite que en las festividades (tanto ms, cuanto ms lar-gas) los lugares deculto eran asedIadospor las turbas delos ne-bUm, queavecesllegabanamolestar alossacerdotes, hastaelpunto de tener que nombrar un cuerpo especial de vigilancial. Fue fundamental la obra de S MOWINCKEL, Psalmenstudien, III(1923); cf. tambin: A R. JOHNSON, The Cultic Prophet in Ancient Israel(1944);A. HALDAR, AssoclatlOns 01 CultProphets amongtheAnclent Semites(1945); peroaesterespecto, cf H H. ROWLEY, RItual c.nd theHebrewPro-phets Joumal of SemltcStudies (1956) 338s.(Jer29, 24s.). El problemaconsisteensabersi losprofetasper-tenecieron en sentido propio al personal del culto, en cuantoportavocesautorizados de ese culto. En loque se refiereala pro-feda preclsicaes muydifcil responderconclaridadaesapre-gunta, dada la escasez del material aportado por la tradicin.Aestoseaadequeconsideramos aesenabismoms unidodeloque enrealidadestaba. Es evidenteque Eliseoestabaenrai-zadoenuncrculovital distintoal deElas, y qulejosestabanambos de un personaje como Natn! Los extticos o ilumi-nados de 1Sam10, 10s., provienen de algn lugar de culto,pero es difcil imaginarse que hayan oficiado all de un modocultual; lo mismo vale de las hermandades o agrupacionesformadas en tornoa Eliseo y, con mayor razn, cuandose hablade Elas. Es verdadque en alguna ocasin Elas ofreci sacri-ficios(1 Re18, 30 s.), pero estolo poda hacer tambin cualquierisraelita, y portantonosignifica nada. Seraotroel casosi con-sideramos la idea firmemente arraigada de que al menos unaimportantefuncindel nab eralaoracindeintercesin2. Ta-lesoracionesdeintercesinserealizaban. enloquenosesdadoconocer, en tiempo de calamidades pblicas que afectaban aIsrael; yde este hecho podemos deducir que entonces se con-siderabaalosprofetascomoautorizadosportavocesdelacomu-nidad; tambin es posible que esa oracin del nabsecelebra-ra enocasiones enel marco solemne de un ceremonia oficialdeculto. Tambinpudoocurrir queen tales o c a s i o n e ~ el nabpronunciaraorculos contralos pueblos, ylanzara imprecacio-nes contra determinados enemigos. Asimismo tenemos motivopara suponer que a un determinado gnerode profetas le erareconocidoundecisivopapel enla direccinde la guerra, porcuantoquepartadeelloslaordenparaatacar(l Re20, 13s.22. 28; 22, 6. 12. 15; 2Re3, 16s.; 6, 9). Tambinfuecosadelos profetas losultimtum oficiales a los vecinosydefensoresdelpueblo contra el que se sala en campaa, y laexhortacin a huir2. 1 Sam 12, 19. 23; 15,11. En forma distinta en Isaasy Jeremas:2 Re19, 1 s.; Jer7, 16; 42, 2.del territorio amenazado(1Sam15,6)3. Aspues les vemos tam-bin aqu como portavoces autorizadosde la comunidad, en laesfera deunsucesoque, en su tiempo, era interpretado comosagradoy perteneciente al culto.Estas y otras observaciones permiten sacar la conclusindequeel oficiode nab, enel siglo IX, podaser incluido, pormuchos conceptos, enel mbito del culto oficial. Sinemb'argonose puedesuponer quesufuncinestuviesetanreglamentadacomoladel sacerdote. Suvocacinnoerahereditaria, sinoca-rismtica, ypor ellodescansaba desde el principio sobre otrospresupuestos. Tampoco debe extraar que el Deuteronomioregulelosingresosdelossacerdotesylevitas, ysinembargonose encuentrenadaparecidorespectoalosdelosprofetas4. Tam-binvaencontradelatesisel hechodequesehableconnatu-ralidaddeprofetisas(Ex15, 20; 2Re22, 14; Neh6, 14), mien-tras que la idea de sacerdotisas era totalmente inimaginable.En todo caso, esos nab del templo existan en gran cantidadtodava entiempodeJeremas, y tambinhayqueadmitirquesepresentaroncomoportavoces deYahvh y portavoces del pue-blo. Sin embargo los profetas que conocemos con el nombrede escritores profetas, es decir: Ams, Isaas, Miqueas, Jere-masylosdems, nopertenecieronalos nab del templo, comodejan entender sus encarnizadas acusaciones contra ellos. Per-tenecena unala radical, que se independizcada vez mb delejercicio oficial del culto5. La prueba de semejante afirmacin3. ef. ms arrIba la pgina 55, nota6.4. O. PLOGER, Priesterund Prophet:ZAW(1951) 179, 186.5. Noopinamosque la libertad deloficioproftico haya demantenersesistemticamente hasta el punto de negar que muchos profetas estuviesenunidos al templo de vez en cuando... pero si discutimos que se deba consideraralosprofetascomoservidoresoficialesdel culto. Nosolamentela persona-lidad de Elas; la observacin que Ams hace en Am 7, 14; la figura de Huida,mujer de un funcionariode palacio(2Re 22, 14),sinotambinel temortotalde la profeca de Miqueas, el comportamiento de Ageo(2, 12 s), y sobre todola conocidanarracindeEldadyMedad enNm11,laexpectacindeloe!(2, 28 s.), y textos semejantes, muestranhastala saciedad que profeca ysacerdocio no estaban indisolublemente unidos. TH. C. VRIEZEN, o. e., 223s.Vasetambin sobre estepunto: l. FrcHTNER, enRGG3V, 620 s. 1,1debehacersenaturalmentea partIr del contenIdode supredlca-CIll ,y tratandodecomprenderlaensuconjunto. PeroaSimismopuede ya deducirse de los aspectos formales: las expresIOnesretncas, o las audacslmas comparacIOnes escogidas para con-mocionar y sacudir los nImos, ese pasearse de los mensajespor gneros IIteranos a menudo totalmente profanos, elegidossolamente ad hoc, para ser luegoabandonados, y sobre todo,laIncrebleval labilIdaddelaformadesupredicacinproftIca,esecazarfurtIvoenel amplIocampodelasformasdeexpreSin,queseofrecanaloshombresdeentonces. Tal Improvisacinnoseconcibeenel mbitodel culto, quesometecualquier palabradivIna o humana a un convencIOnalIsmo tIpificado, aun pres-cindiendo dequela Idea deun JUICIOdeYahvh contra supropIOpueblonoeraconnatural al culto6. EstaflexibilIdad en loqueserefierealos aspectosformales, propia de l o ~ grandes profetas,es solamente el sntomade unacontecimientofundamental quesucedeenloms ntImode supredicacin, es el sntoma deunacomprensinde DIOS, del pueblo, ydel mundo, totalmente nue-va, quellevalos profetas ms allde todoloeXistentehastaentonces. De ella hablaremos ms adelante7. Pero los relatosreferentes a la vocacinnos ensean, sobre todo, que tratamosconhombres mdependlentes, de los que no se puede deCir queestnempleados, de un modo fiJO, enel organIsmo de un san-tuano.2.rael unnenciasHasta qu punto la vocacin de un profetaeraparaIs-acontecimiento que caa fuera del crculo de sus expe-religiosas, y que nose conocaentre los portadores de6. As lo indica con raznF HESSE, Wurzelt dIe prophetlsche GeYlchtsrede1mIsraelztlschenKult? ZAW(1953) 45s Aunloscasosenquelosprofetasfueron requendos ofiCialmente o se solicit de ellos una oracIn de intercesIn(2Re19, 1 s;Jer 37, 3), nopermitensuponerquesusrespuestas tuvIesenlugar en unmbito cultual Jeremas tuvoque esperar enunaocasin hastadiez das la respuesta diVina, yslo entoncespudo llamar ante s a la delega-cin(Jer42, 1 s.)7 Cf ms adelante las pginas146 s., 372 sla religin de Yahvh desde tiempos inmemoriales, se puedeapreciar especialmentepor el hechode que en el AntiguoTes-tamentosehabledeellotanamenudo, ydequetodosesos re-latosprocedandeuna poca delahistoria deIsraelrelativamentedelimitada: del tiempo de los reyes 8. Si adems se consideraqueenel antiguooriente noseescribacuandosetenanganasyhumor, sinoquetodoescritoservaaunfindeterminado, en-tonces, slo por el hecho de haber sido puesto por escrito, elsuceso dela vocacin adquiereuna luz especial. El acontecimien-todelavocacinprofticadioorigenaunnuevognerolitera-rio, el Famado relatos de vocaciones. La conexin entre lasexperiencias que el hombre tenaensuvida religiosa ycultual,ysuexpresinhabladaoescrita, eraalgotanvital einmediatoen Israel, que la aparicin de algo importante, inmediatamentese expresabatambinenel mundo de lo formal, mediante unamutacin o nueva acuacin de palabras. Entendemos que lonuevo de los relatos de vocaciones resideenel estiloenpri-mera persona (Ichstil). Es verdad que el hombre hebreo decayodelantedeDiosaunantesdelaaparicin de los profetas,porejemplo, enlas lamentaciones yenlos cantos deaccin degracias. Perosetratabadeunyodistintodeesteotro, del queaqu nos ocupamos. Loque en las formas antiguas de culto ~ edijoenestilodeprimerapersonasobrelas relacionesentre Diosylos hombres, podaydebadecirlocada unode s mismo. enmayor o menor proporcin; se trataba de un yo colectivo.que inclua a los dems; mientras que el de los escritos prof-ticos esun yoexclusivo. Enesos relatos nos hablan hombresque haban sido llamados, en sentidodecisivo, a salir fuera de8. F. QIESEBRECHT, DieBerufsbegabungderalttestal1lentlichen Propheten(1897);H. GUNKEL, Die geheil1lenErfahrungen derPropheten enDieSchriftendes AltenTestaments JI, 2(21923) XVII S.; J. HANEL, Das Erkennell GoflesbeidenSchriftpropheten(1923); F. HAUSSERMANN, Wortel1lpfangIIndSymbo!inderalttestamentlichenProphetie(1932); A. HESCHEL, DieProphetie(1936);S. MOWINCKEL, Die Erkenntnis Gottes bei denalttestamentlichen Propheten(1941), J. P. SEIERSTADT, Die Offenbarllngserlebnisse der Propheten Amos,Jesaja undJeremia (1946); G. WIDENGREN, Literary and Psyclwlogical As-pects of theHebrewProphets(1948).las ordenanzas religiosas, tenidas todava por muchos comovlidas(conloqueestosignificaba para loshombresdel antiguooriente !), yquepor tal motivosevieronenlanecesidaddejus-tificarseante s mismos yantelos demsensunuevasituacIn,que precisamentepor ser nuevacarecadeanalogas. El profetadacuentadeunsucesoquele revistide unmandato, una sa-bidurayunaresponsabilidad; yqueledejtotalmentesoloanteDios. Tambinobliga los profetas a quejustificasensusitua-cinespecial antelosdems.Queda pues claro que el poner por escrito los relatos devocaciones, era un segundo acontecimiento paralelo al de lavocacinmisma, ytenaunafinalidad distintadel primero. Enla vocacin propiamente dicha se le transmiti su mandato alprofeta; por el contrario, cuando se pusopor escrito el relato,setenaencuentaunaciertaopininpblicaantelaqueel pro-feta deba justificarse. Indudablemente estos relatos nos faci-litan un importante conocimiento del mbito de la experienciaproftica primaria, de modo ms directo que el de cualquierlricacltica; peroel exegetanodebe olvidar nuncaque proba-blementeesos relatos nosonlaexpresindel hechodelavoca-cin, deunmodoinmediato yplenamente adecuadoal suceso, si-nounescritoquesirveaunfindeterminado, enel queserepro-duce el acontecimiento con una cierta estilizacin. Muy fcil-mente puede unoimaginarse que la vocacin ocurriese en CIr-cunstancias diversas, cuyo conocimiento sera interesantsimopara nosotros; pero en las intenciones del profeta no entra elpresentarla en su totalidad9. Estos relatos de vocacin pro-porcionan, segn creemos, un argumento negativo decisivo enloqueserefiere ala cuestin, discutida ms arriba, sobre una po-sible funcin cultual ordinaria de esos profetas. Sera lgico9. Lo mIsmo se puede decir tanto dela cuestIn de saberSI ha precedIdouna preparacin meditativa ala recepcIndelarevelacin, comodela cues-tindelaespecial disposicinanmica(xtasis) enlaqueseencontrabaelprofetadurantelarecepcindelarevelacin. Perosobretodonosgustaraconocer ms exactamente en qu formaselepresentaban al profeta los con-tenidosconcretosdelarevelacin, ycmo ~ e cerciorabadesuautenticidad.queacentuaradetal manerasupropiavocacinunprofetaqueestuviese oficialmente dedicado al culto? La importancia queesos profetasatribuyenasuvocacinmuestracontodaclaridadhastaqupunto acndole de suambIente, yconducIrle a cualqUIer otra parte (1 Re 18, 12.;2Re2, 16). La desaparIcIncasIrepentmadeesaIdea, tancerradaens mIsma, no solamente es llamativa, SIllOtambIn SIgnIfica-tIva desde el punto de vIsta teolgIco, ya que la desapanclnde esa reahdad objetIva del esprItu, cuya eXIstencia podaser constatada tambin por los que estaban alrededor, dejabaalosprofetasdelapalabraabandonadosas mismosy asu vo-cacin10.Lavocacinde los profetas de los siglos VIII yVII tuvolu-gar, segnparece, por medio de una alocucintotalmenteper-sonal einmediatade Dios, yesas palabrasdeDioscrearonunasituacinabsolutamentenuevaaloshombresafectados por ellas.En virtud de esas palabras cada uno de aquellos hombres fueconvocado nosolamentea uncometido, limitadoenel tiempo,sinoqueseleconfiunamisinquetal vez nosiempresepenscomoduraderapara todalavida, pero que s sac a esos hombresdel ambienteenquehabanvividohastaentonces, al menosporunlargoespaciodetiempo. El serprofetaeraunasituacinquerepercuta tambin profundamente en las dems dimensionesde la vida; ms tarde recordaremos las consecuencias que tuvoel quenoslolabocadeunhombre, sinotodasuvida f ~ e r a re-clamada para un servicio especial. Es especialmente caracters-ticalafaltatotal deunaetapadetransicindesde unasituacinalaotra. El ser profetanose presentacomounaelevacinpo-derosa ounasuperacindela existenciareligiosallevadahastaentonces. Ni la postura de fe que haya tenido hasta entonces,ni cualquier otra disposicin personal prepara al que ha sidollamado por Yahvh, para su nueva vocacin. Si est dotadodeunanaturaleza pacfica, tienequeamenazary castigar, aunqueconellosele rompael corazn, comolesucediaJeremas; ysi propendepor naturalezaaser duro, comoEzequiel, entoncesha de marchar por el caminode la salvacin ylaconsolacin.Estanprofundalarupturaquerealizanlosprofetasconsuvida10. Sobrelaausenciadeesaideadel esprituenlaprofecaclsicahahecho hincapi sobre todo S. MOWINCKEL, Die Erkenntnis Gottes bei dellalttestamentlichenPropheten(1941). Cf. ID., The Spirit and the WordinthePreexilic ReJormingProphets: JBL(1934) 199s. Mownckel explicaesadi-ferencia en virtud delaactituddefensivade los profetas de la reformafrentealos vulgares nebiim, queseapoyabanenel esptiru. Entodo caso,es una de las posibles explicaciones.Desgraciadamente esta polmica no puedeservirse con suficiente claridaddelaspalabras de losmismosprofetas. Quizlaideadel espritueraalgocaractersticodelaprofecadel nortedeIsrael(cf. Os9, 7).anterior, que ninguna de las anteriores vinculaciones socialespasaasunuevaexistencia. Yoerapastorycultivadordesico-moros; peroYahvhmetomde detrs del rebaoymedijo:ve, yprofetizacontrami puebloIsrael(Am7, 14s.). Setratade algo ms que una nueva profesin;aun desde un punto de vis-ta sociolgico, se trata de una nueva situacin vital, hasta elpuntodearrancaral elegidodelasociedad, y delasseguridadeseconmicas ysociales que sta le ofreca, transfirindole aunasituacindeindependencia, opor mejor decir: aunadependen-ciadeYahvh, carentedeseguridad. Nuncamesentenla reu-nindelosqueren. Bajola presindetumanomesentsolo;puesme hasllenadode ira (Jer15, 17).Para semejante servicio, .solamente siendo forzado, puedemarcharunhombredecarne yhueso; en todocaso, losprofetassesintieronviolentamenteforzados. Verdades que los profetasms antiguos raras veces hablandeeseacontecimientopersonalde suvocacin. El primeroque habla deelloes Jeremas:T mehas seducido, y yo me he dejado seducir;Thas sido ms fuertey me has dominado (ler 20, 7).TambinAmsmanifestloqueaquseexpresaba en abiertarebelin(esaconfesindehabersidoforzadosinpoderresistir):Ellen ha rugido, quin notemer?El SeorYahvhhahablado, quinnoprofetizar?(Am3, 8).Conraznsehadichodeesteversculoqueformapartedeuna controversia (Diskussionswort); responde a la preguntade si Ams podaacreditar lalegitimidaddesupredicacinennombredeYahvh. Amsnoadmitequesepongaendudasupredicacin proftica; sus vaticinios no son producto de unameditacin o de una determinacin nacida de l mismo, sinodeunaevidencia, muyparecidaaunaaccinrefleja inconscienteque no puede explicarse.3. Lallamadaparaser profetaque, comoyahemosdicho,sucedaenunaalocucintotalmentepersonal, estuvounidage-neralmente con un acontecimiento que familiariz intenssi-mamenteal futuromensajero deDios, conla voluntadylos pla-nes de Yahvh; ese acontecimiento fue la visin. La literaturaproftica, dentro de un nmero relativamente grande de visio-nes, nocontieneninguna que no setransforme inmediatamenteenunaaudicin, y culmine enuna conversacin. Noobstante,noesindiferenteque Dios recurraalavistaparanotificaralgonuevo al profeta. Todoestonosucededeningunamanerapa-raqueel profeta alcance conocimiento de mundos superiores,sinoparaabrir sus ojos a las cosas futuras, que no solamentesondetipoespiritual, sinoque tambinsucedernenla esferadelascosasconcretas. Nuncaseacentuarconlafuerzadebidayfrente a los malentendidos populares, esa orientacin de losprofetas nohacia cosasintradivinas, sino hacia acontecimientosfuturos; acontecimientosquetendrnlugar, porcierto, enlain-manencia, ms an: enel restringidocrculode vida de Israel.Mastambindebeadmirarsesiempreel telogodelaintensidadconque todo se concentraenel acontecimiento histrico, y lafalta absolutadecualquier clasedeprurito especulativo, aunenaquellasvisionesenlas queYahvhsehizovisiblepersonal-mente. AS, Ams dice que ha visto a Yahvh colocando unaplomada en el muro. Pero cuando Yahvh le pregunta sobrelo que est viendo, contesta: una plomada! (Am 7,7 s.). Demodo semejante Ams muestra una asombrosafalta de interspor la autodescripcin de Yahvh en la imagen de la quintavisin, en la que ve a Yahvh sobre el altar (Am 9, 1); Ylo mismosepuededecir delagranvisindel trono, deIsaas(Is6). Eze-quiel es el primero que intentadescribir con ms precisin lagloria de Yahvh, quele llama ala vocacindesde su trans-cendencia. Pero, qucomedidamente procede cuando describeloque ha vistosobreel tronocomo algosemejantea laapa-rienciadeunhombre! (Ez 1, 26s.).Sobre la recepcin de la revelacin propiamente dicha, esdecir: sobrelascircunstanciasmsinmediatasbajolasquetienelugaresesucesoenel interior del profeta, solamenteseencuen-tran en las fuentes algunas indicaciones ocasionales, que dejanmuchas cuestionesplanteadas. En una cosa coinciden, sin embar-go, asaber: lasaparicionesyaudicionessobrevienenalos pro-fetasdesde fuera, y ciertamente de unmodoimprevistoy entera-mentecaprichoso. Sloenunaocasinsepuedehablar deunapreparacintcnicapararecibir larevelacin, yenesa ocasinespormediodeuntaedordearpa (2Re3, 15). Peroestecasoes unaexcepcin; podaocurrirquelainspiracinviniesesobreelprofetaduranteunacomida(1Re13, 20); tambinpoda ocu-rrir que el profeta tuviese que esperar diez das para obtenerla respuesta solicitada (Jer 42, 7). Est fuera de duda que losprofetas cuando reciban h revelacin estaban convencidos deque habanodoalgoexpresadoenpalabras, es decir: unallo-quiumvocisarticulatae; quizseracorrientequeprimeroseoye-senllamar por sunombre(1 Sam3, 4s). Lasfuentes tambindejan sospechar que esa recepcin de la revelacin (al menoscon cierta frecuencia) fue un suceso que conmovi rudamentea los profetas, hasta en lo ms ntimo de su cuerpo. Por lo demslos primeros profetas hablan muy poco de ese aspecto de suministerio. CuandosediceacercadealgnprofetaquelamanodeYahvhhadescendidoohacadosobrel (1 Re 18, 46; Ez8, 1), oquiz que lamanode Yahvhle hacogido (" l'1l'rM:i1Is 8, 11), todopareceindicar quedetrsdeesas escasas obser-vaciones se ocultan acontecimientos, queno solamentelehanagitadoespiritualmente, sinoque tambinle hansacudidocor-poralmente. Ezequiel cuentaquedespusdehabet: sidollamado,estuvo tirado por tierra, sin poder articular palabra, durantesiete das, en rgido aturdimiento (Ez 3, 15). Tambin Danieldice que todala sangreseretir, desu rostrocay al suelo (Dan10, 8s.). y estuvoenfermo unos cuantos das (Dan 8,27). En unautor apocalpticocomol, talesobservaciones podrandeberseaunaformaestilstica convencional; pero en lostiemposanti-guosera una realidad tangiblequedebade ser experimentadapor aquellos hombres:Comotormentaqueviene delsur,que viene del desierto, de la tierra temible.Mefue manifestadaunavisinsiniestra:-El ladrn se entrega alpillaje; el devastador,devasta.Sube Elam; pon sitio t, Media!Yopongo finatodogemido -.Por esomis riones se estremecen;mehan sorprendidodolorescomo losdeunaparturienta.Estoy transtornado por haber odo; consternado de haber vistoMis sentidosvacilan; el horrormeha sobrecogido.Elcrepsculo, envezdeserdeseado,se ha transformadopara m enunhorror.Se ha preparado lamesa,se come y sebebe.Enpie, capitanes, ungidel escudo!Pues as me ha hablado el Seor:- Vey colocaunviga,que lanuncie lo que vea-y mira, all vienen carros,hombres, y yuntasdecaballos.El selevantyhabl: cay! ha cadoBabilonia,y todas las Imgenes de sus dioses yacen p.or tierra!Oh t, aquien se hacetrizas enel aire!oh t, hijode la era!,loqueyoherecibido de YahvhSebaoth,Diosde Israel, esoteheanunciado (Is21, 1-10).Estetexto, que procedede lasegunda mitaddel siglo VI (yportantonoesdeIsaas), permiteconocer mejor quecualquierotroalgodelasituacinprofundamenteconmovida yatormen-tadadel profetadurantelarecepcindeuna visinsiniestra.Congranagitacinse presentanante suvistainterior imgenesque, apenas provisionalmentefijadas, se alejan de nuevo. Enmedio de ellas se entremezclan quejas sobre angustias insufri-bles yconvulsiones corporales que hanasaltadoal vidente porsorpresa (cf. Hab3, 16). Todoseresuelvefinalmenteenel gritodesalvacin(Procksch) antelacadadel poder mundanoene-migode Dios. Loltimoque aadeel hombreexhaustoes unsentimientode compasinhaciasupropiopuebloque hasidotrilladoenlaera; eslacompasinconel hijodelaera.La cuestin sobre cmo se deben precisar psicolgicamenteesos fenmenos yotros semejantes que suceden en el interiordel profeta, no ha sido todava satisfctoriamente dilucidada conlosmtodosdelapsicologamsreciente. Laideadequedebeninterpretarse en el sentido de un xtasis, que desde la graninvestigacin de Holschers fue aceptada universalmente, noresulta sufiCIente en los tIempos mas reCIentes, pues el mIsmoconcepto de xtasIs aparece como demasIado IndetermInadoy general, sobre todo, la manera en que fue utIlIzado mducelasospechadequeenesasItuaclOnlefue dISmInuyendoal pro-feta progresIvamente laconCIenCIade su yo, yde que se fueconvIrtIendo enuna especIe de teatro (SIn voluntad propIa) deacontecImIentos situados fuera del alcance de su personalIdadPeroesosenacolocar tododel reves, puesdadoqueenlapro-fecIa, el hombrepartIcular, conunaresponsabIlIdadyunacapa-cIdad de declSlon no expenmentados hasta entonces en Israelni en todo el antIguo orIente, fue sItuadoenel centro(casI sepodna decll que el IndIVIduo fue descubIerto), cabna esperar,desde unpnnCIplO, que esa novedadsehubIeseacredItadopre-CIsamenteenel acontecImIentodelarecepclOndelarevelaclOn,y, enlamedIdaquelos textos permItenconocer, sees preCIsa-menteel caso LopruebalamIsmaformalIterarIadelosrelatosproftIcoSde VISIOnes, al usar lapnmerapersona(lChstll) Soloque conestacomprobaclOnnoquedaexclUIdaenmodoalgunola Idea de una sItuaclOnde excItacIOnextraordInana, durantelacual la conCIenCIanormal yVIgIlantedel que hasIdoarreba-tado queda InutilIzada, ysu referencIa o comUniCaCIn con laeXIstencIa queda en suspenso, hasta llegar al desarraIgo de lareahdadII No podra esa conCIenCIa normal ser levantadaa ungradodemtensIdad(noconocIdo ordInanamente) cuandose hallaenaquellasItuacIOn, esdeCir SInquenadamedIeentreella y DIOS(ysusplanes hlstoncos)? Por tanto,y apesar detodo,el conceptode extasISsigue'>Iendo demasiadoformal J Lmd-blomha mtentado remedIarlo dIstmgUlendo agudamente entreel extasISde concentraCIOn (KonzentratlOnsekstase) y extasISde fUSIOn (Vers(hmelzungsekstase) 12 En reahdad mngun pro-feta ha expenmentado, de cualqUIer forma que sea, el llegar a11 EstadefimcIOnestatomadadel artIculodeF MAAs, Zurpsycholo-g l ~ c h e n SonderullgderExstase Wlssensch Zeltschr derK MarxUmversltatLelpzlg(195354)12 J LlNDBLOM, enFestschnft (ur Bertholet (1950) 323s cf tamblen,ZAW(1939) 65s _""serunoconladivinidad. Detodos modos, lacomparacinquehaceLindblomdeesefenmenoconciertossntomasdelams-tica medieval tropieza con inconvenientes considerables; puesaunen sus experiencias ms sublimes los msticos permanecendentro de la esfera de las verdades dogmticas de su tiempo,mientras que los profetas, enlas visiones de su vocacin, sonconducidos- msalldeloqueera credohastaentonces. El ma-terial quepermitieraunaevaluacindirectaes escasoenAms,Isaas y Jeremas, y noes suficientementeclaro. Sinembargo,unexamenimparcial, sloconla consideracin del fenmeno,bienatestiguadoenel nabismopreclsico, por unaparte; yconlaconsideracin delosabundantestestimonios quehayenEze-quiel, porotra, llegaralaconclusindequetodoslosprofetashanexperimentado, msomenos, esassituacionesdeconcienciay elevaciones del sentimiento anormales y temporales. Aun cuandotodasestascosassucedenenEzequiel conextremaviolencia, noseledebeconsiderarenesteaspectocomouncasoespecialfren-te a los dems profetas.Si hemos de admitir tales estados de nimo anormales enlos profetas, resulta equivocada la opinin, manifestada pormuchos, dequeesosfenmenos carecendeimportanciaespecialparalos telogos. Aqu, comoentodas partes, sera falsear elcontenidodelafe yahvistael querer liberarladesusdependen-cias histricas, contingentes opersonales, yconsiderarla nica-mentecomounconjuntodeverdadesabstractas. El queYahvhhaya escogidoun espacio tan extraordinario en el espritu delprofeta; el quenohayaescogidoaningunadelas institucionesexistenteshastaentoncesparaexpresar sunuevapalabraenIs-rael; que l permita quesuceda algotandesacostumbradoeneseespacio psquico, alqueha dejado libredeunmodotan extraor-dinario; todoesoha detenerunascausasespeciales, y nopuedeconstituir unadiaphoron teolgico. Se trata nada menos de queel profeta, en esas situaciones visionario-auditivas, fue desli-gadodeunmodoespecial des mismo, desussentimientosper-sonales de gana odesgana, yfue introducido enel pathos delmismoDios, queletrasvasnosloel conocimiento de sus pla-nes histricos, sino tambin los afectos de su corazndivino:clera, amor, preocupacinpor los dems, horror, yhastaper-plejidad(Os 6, 4; ll, 8; Is 6, 8). Detodoaquelloquepudierasuceder enYahvh, algo ha pasado a la psyque del profeta, ylahallenadohastahacerlasaltarenpedazos. Heschel hadesig-nadoal profetacomoel homosympathetikos, enoposicina latz,tf}Ela del estoico. Esa simpata (comunin de sentimien-tos)del profeta, significaunaltogradodeintervencinpersonal,sinlaque sellegaraa unafusincon Dios semejantea ladelmstico. LauninconDiosselimitaa lo emocional13. Desde elmomento en queseobserva este fenmenoen suaspecto eminen-temente teolgico, resulta ms discutible que fuera necesariaunadisposicinpsquicaespecial por parte delprofeta;msan:quefueraposibleesapreparacin. Estapenetracinenlos afec-tos de Dios alcanzsums altogradoenJeremas yEzequiel;pero el fenmenocomotal haexistidoenlamayoradelospro-fetas. Una recepcinde la revelacin tan extraordinaria nopuedehabersidounfinens misma, ni muchomenos brindar al pro-feta lasatisfaccinde laproximidadde Dios; nicamentetienelugar a fin de disponer al profeta para sucometido. Por otraparte, la recepcin de la revelacin siempre continu siendoasuntodel profeta; atravsdeesarecepcinfuelevantadomuypor encima de los dems. Lleg a ser partcipe de los sentimientosdivinosy conocedor de sus planes;peronopiensa por ello que sumododeexistir anteDios, puedallegar aconvertirseennormaparalos dems. Hayque sealar que ningnprofetahainvita-dooexigido jamsasuscontemporneosquesealzasenasemejantefamiliaridadenla experienciade Dios. Joel manifest porvezprimeralaesperanzadequetodoIsrael sevolvieracarism-tico(JI 3, I s.); el mismodeseoseponeenbocade Moiss, enuntextoms antiguo, totalmenteaislado (Nm ll,29).4. En la investigacin ms reciente sobre los profetas, haperdidoimportancia, visiblemente, la cuestin sO,bre la singula.13. A. HESCHEL, The Prophets (962) 307 S., 319.ndadpSIcolgIcade larecepcIndela revelaCIn. Loque lelil-teresa ms bIen es la configuracIOn especIal que da el profetaal relatodelavisIOn, ylastradICIOnesdequesemuestradepen-dIente. Yconmucharazn, puesel relatodelaVISInesyaunaparte constItutIva de su predIcacIn14Entre la&de VISIOnes, conforma ms elaborada,que encontramos en el AntIguo Testamento, las de MIqueasbenJimIa (l Re22, 19s.), Isaas(Is6) yEzeqUIel (Ez1-3), per-tenecen a una misma categora desde el punto de VIsta de lahlstonadelas tradiCIOnes, puesobedecenaunaIdeafundamen-tal, que claramente les haba Sido dada de antemano: la Ideade unencargo solemne reahzado por Yahvh, que se SIenta ensutronoenmedIOdelosserescelestlales15. Peroesteesquemaseaphcaacadaunodelostresdemodomuypecuhar En1 Re22, 19s., aSIstlmos aunadehberaclnentoda leglaenel senodelaasambleadelosnotables del Cielo(olamentedeestaescena.. Esemododenarrarsuhistoriatiene tambin suJustacorrespondenCIa en la tradicin de la palabra. Una vez ms cada palabrase mantiene por SI mIsma, noporunarelacinllena de sentidos, n necestadadeuncomentaro, quealguenlehubiera hecho de antemano. G. NORN-KAMM, Jew5 vanNazareth (1956) 22. Vanse tambn ms adelantelas p-ginas165 s.separte de lasuposicin dequelatierra (esnotable quehable delatierra,ynode Israel!)tieneuna cierta capacidad con lmitesdefinidos. Esto no eranicamenteel informe deun simplefuncionario; msbien era la conclusindeunobservadornotablequesabacaptar muybien el poderdelapalabradeAms. Portanto, demodoparadjico, sedaenAmasasunaciertapro-ximidadmaterialalmensaje delprofeta, en cuanto quevea en l unpeligroreal para el presente de Israel,ypara la vida religiosayeconmica que habatenidohastaentonces.Decamos antes quenohayqueesperar delosprofetas, so-bretododelosantiguos, unareflexinsobrelaesenciaylape-culiaridadde la palabrapronunciadapor ellos. La pronunciancon unpathos creciente, todava casi como un ritual, yestnplenamente seguros de los resultados que produce la palabra.Degranantigedadsonlaspalabrasquenoshansidotransmi-tidas de Elas, de quenocaerenIsrael ni lluviani rocio, sinoes en mi palabra(1 Re17, 1) Pero, a quin dirigir esta pa-labradesalvacin? Piensadecrselaa Yahvh cuando haya lle-gadoel tiempooportunopara ello; alcielo, o a las nubes? Tam"pocoestoseriaimposible. PeromsprobablementeesperabadeYahvh la orden para pedir la lluvia. El lector experto en la cien-ciadelas religiones, puedeencontrar aqu referencias alapri-mitivaautoconcienciadel portadordepoderes yalaeficaciamgica de su palabra. Sin embargo no se ganara mucho queriendoencontar todavaenElasesosfenmenos. Conel mismode-rechosepodraverelcomienzo, enElas, deunaideadelapa-labra" proftica (en todocasopor loque respectaa la disposicindelostextos queposeemos) quepermanecerahastacasi laex-tincin de la profeca.Ms an, es fcil comprobar que la antiguaidea va ganando visiblemente en amplitud teolgica, hasta al-canzar sumayor realceenJeremas yenIsaas 11.Enla cima ,de loslogia de Ams, y por ellocon evidente sig-nificacinprogramticaparatodoel conjunto, se hallalaafir-macin sobre el rugir de Yahvh, conla cual el profeta searranca de cualquier convencionalismocltico oreligioso (Am1, 2). Esnotablequenohagasabernada acerca de un posiblecontenido, deunadeterminadamanifestacinarticuladadeYah-vh, ni tampoco de algn odo humano al que se dirija. Solamentesehabladelfenmenodeunavoz, delaquenicamentesediceque resuena; aunque tambinde unacontecimientodeinsospe-chadosresultados: puesesavozqueseescuchadesdeSinvaaasolar lospastosdelospastores yharsecarselascumbresdelCarmelo15. Tambin Isaas, aproximadamente su contempor-neo, habla en una ocasin extraamente sobre la palabra deYahvh, comosi setratase de algocsico que acta solamenteen virtudde su pesantez material:El Seor ha lanzado una palabracontra Jacob,yellahacadosobreIsrael (Is9, 7).Aqu se habla de la palabra de un modo muyabsoluto,comode unacosatotalmenteconocida por todos. Peroes anmsnotablequenosediganadaacercadealgntipodeconte-nidointeligible, quedebiera ser conocidoporloshombres. Nadasedicedeunabocaprofticaquehayapronunciadoesapalabra,ni de un odo al que vaya dirigida. Dado que esa palabra sepro-mulgenel reinodel norte, ydado queel sucesoyace quizsya enel pasado, noes del todoseguroque fuera pronunciadaporIsaas. Entodocasollapresentadetal modoquedescribeobjetivamentelacadadeesapalabra y suafectoenlahistoria.Puesesevide ltequeesepoema(porotrapartetandifcilexeg-ticamente)hablaen' susestrofasdeunasdescargassiemprereno-vadasdeesapalabra, sinqueseagoteensucaminoatravsdela historia:Apesar de todo su clera no se ha calmado,y su mano est todava levantada 16.Mientrasenlos profetas del siglo VIII tales afirmaciones sonraras, y solamente demuestran que ven realizarse la palabra15. Ellogion de Am 1,2 ha de ser tomado en s mismo;no tiene ningunaconexinconelcontextoqueleprecede, ni conel quelesigue.La amenaza que Seraya tena queleer enBabilonia, tampoco necesitaningnoyente. Solamentedebeser ledaenaltavoz; luegoel volumenserarrojadoalEufrates (Jer 51, 59 s.).16. Is9, 11.16.20; 10,4.de Yahvh de modo dlstmto en cada ocaSin, los testimOnIOSse hacen frecuentes en Jeremas, y permiten suponer que algoha cambiado aqu en la concepclOn bsica y fundamental delprofeta17. YaenlavocaCin, envirtuddelacual Jeremas fueenviado contra pueblos y reyes, todo est establecido sobrelapotenCialidaddelapalabradel profeta l,Cmopuedeunpar-ticularcomoJeremIas, arrancary dernbar, constrUiryplantarcon respecto a los pueblos? (Jer 1, 9s) Es eVidente que solomediantelapalabradeYahvhquel arrOjaenlahlstona, pue!>esapalabraes dlstmtaaladesusdepravados colegas, escomoel fuego, comounmartilloquedestrozalasrocas(Jer 5, 14, 23,29) Mientras EzeqUiel dmga sus palabras msplradas contraPelabas, stecayo muerto(Ez 11, 13) Precisamenteacausadeese poder delapalabra, esos hombres erantemidos yodiados~ a d l e les nego el poder yla POsibilidadde traer la desgracIaSIsederramaba laclera deYahvh, delaqueJeremashabasidorepleto, estoSIgnIficaba muerte ycatstrofes (Jer 6, 11 s.).Smembargo, para los profetas, esa palabra no fue solamentetemIble En determmados momentos encontramos algo de estoenJeremas como ha actuado, personalmente, sobre el profetaesapalabradeYahvh Unavezdicequehallegadoaser paral una deliCia y que ha comido de ella como un hambnento.Nohayquesuponer que porquehable aSI hadejadoaunladolaspalabrasdecondenaclOn(Jer 15, 16) Nosedebe tomar de-masiadoespmtualmente, como SI fuese una comparaclOnexage-rada, lafraseacercadel comel lapalabrade DIOS, desuyohayquecontar conquealgnprofeta, aunenlocorporal, se Sll1tlOUnIdo a la recepcIn de lapalabray se sustent con ella EnEze-qUiel vuelvelaIdeadel alimentarsedelapalabrade Yahvhen17 Tamblen hace pensar la repetIclon de la c.aractensuca frase