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Universidad Pedagógica Experimental Libertador Vicerrectorado de Investigación y Postgrado Instituto Pedagógico “Rafael Alberto Escobar Lara” Subdirección de Investigación y Postgrado

VALORES, EDUCACION FAMILIAR Y DOCENCIA

UNIVERSITARIA

Autora: Ester E. Soto [email protected]

Universidad de Carabobo (UC) Valencia – Venezuela

PP. 22-37

mailto:[email protected]


VALORES, EDUCACION FAMILIAR Y DOCENCIA UNIVERSITARIA

Ester E. Soto [email protected]

Universidad de Carabobo (UC) Valencia – Venezuela

Recibido: 26/03/2014 Aceptado: 02/07/2014

RESUMEN

La intencionalidad del presente producto científico es reflexionar a profundidad acerca de la educación familiar, los valores y la docencia universitaria para la realización plena de la condición humana .Epistemológicamente se apoya en el pensamiento crítico dialectico. El método se fundamenta en la hermenéutica critica, según Ricoeur “es el método interpretativo, que busca establecer un nexo comunicativo entre un texto y un intérprete” (2000). Entre las más importantes ideas concluyentes se tiene que, la educación llega a realizarse plenamente en la interacción entre la libertad de la persona y la responsabilidad con respecto a la sociedad, formando seres humanos que se asuman como transformadores de sus condiciones de vida y de su propia historia. La familia es el espacio privilegiado para la experiencia del valor.

Palabras clave: Valores, Educación Familiar, Docencia Universitaria.

VALUES, FAMILY EDUCATION AND UNIVERSITY TEACHING.

ABSTRACT

To educate the persons is necessary to correctly build and praxis of family and university education based on existential values. Hence, intentionality of this product is to reflect scientific depth education about family values and university teaching to the full realization of the human condition. Epistemologically relies on critical dialectical thinking. The method is based on critical hermeneutics, according to Ricoeur "is the interpretive method, which seeks to establish a communication link between a text and an interpreter” (2000). Among the most important ideas is conclusive that education comes to be fully realized in the interaction between individual freedom and responsibility towards society, forming human beings take as transformers of their living

mailto:[email protected]


conditions and their own history. The family is the privileged space for the experience of value.

Keywords: Values, Family Education, University Teaching.

INTRODUCCIÓN

El acontecer educativo de la humanidad ha confirmado su diversidad en la dinámica

cambiante de la sociedad, pues de manera ineludible se crea la necesidad de que las

personas deben entrar en relación con el mundo circundante a través de la interacción

con otros seres humanos. En este proceso, el sujeto aprende a pensar, actuar y sentir su

condición humana, lo cual constituye la ontología misma del acto educativo, entendido

este como un proceso evolutivo en el tiempo, pues de otra manera la transformación y

los avances del desarrollo social-histórico a la siguiente generación no serían posibles.

En este orden de ideas, el origen de todo proceso educativo debe buscarse, sin duda

en la sociedad, en sus valores e intereses, en sus necesidades y aspiraciones, que son las

que en última instancia dan sentido y legitiman la praxis educativa. De este modo, la

educación fomenta el desarrollo de una conciencia ciudadana para la conservación,

defensa y mejoramiento del ambiente, la calidad de vida y el uso racional de los

recursos, puesto que contribuye a la formación y capacitación de los talentos humanos

necesarios para el desarrollo del país. La educación en tanto proceso social, implica una

dinámica de socialización y comunicación entre los hombres del conjunto de saberes,

habilidades y sobre todo los valores que éste necesita para vivir en esa sociedad, pues

esa sociedad también debe de transmitirlos a través de la educación. (Ramos, 2002).

Es por eso que es importante destacar, que la educación fomenta el desarrollo de

una conciencia ciudadana, ética de pertenencia a la especie humana, donde se

consideran las experiencias educativas individuales y colectivas, que conlleven a la

construcción de saberes, a un reaprender, a la restauración de los esquemas mentales y

actitudinales de quien aprende.

En este sentido, existe la necesidad de articular la educación en valores como parte

de la educación general en la acción educativa de manera permanente, continua, con un

dialogo comunicacional establecido en la cotidianidad de la acción educativa, tanto en el

ámbito escolar como en el ámbito familiar, donde se promuevan espacios

reflexivos para la formación integral, las innovaciones pedagógicas, el


quehacer comunitario, la vida saludable, la integración de los pilares básicos del

aprender a crear, convivir, participar y reflexionar los valores para educar la condición

humana.

Es preciso mencionar, que los valores son inherentes al ser humano, que dan sentido

y significado a la cultura y la sociedad total. Los valores se comparten, son reconocidos

por una pluralidad de personas y no dependen del juicio de un individuo particular. La

gente asocia los valores a la conservación del bienestar común y a la satisfacción de las

necesidades sociales. Dicho de otro modo, los valores son expresiones de la vida y su

influencia es irradiada desde la familia y la sociedad que forman parte del equipaje socio

educativo que porta el adolescente y el joven al llegar al aula universitaria.

Por otra parte, la familia se puede concebir como un sistema ecológico, es decir, un

conjunto dinámico y potencial de símbolos, creencias, actividades, funciones y

relaciones interpersonales que se desarrollan e integran bajo la forma de escenario

primario y permanente más importante para el desarrollo del género humano. En tal

sentido, la familia asume un rol protagónico en la formación de la persona desde el

mismo momento de su nacimiento, es por ello que hablamos de una educación familiar.

También en la educación familiar se tienen en cuenta los valores, virtudes que los hijos

deben tener, siempre que los padres actúen en la misma forma que enseñan a sus hijos.

La familia, es el espacio privilegiado para la experiencia del valor.

Otro aspecto a considerar es que, la educación universitaria forma hoy en día parte

fundamental del desarrollo cultural, ha de emprender la transformación y la renovación

más radical que haya tenido por delante, de forma que la sociedad contemporánea que

en la actualidad vive una profunda crisis de valores, pueda transcender las

consideraciones meramente económicas y asumir dimensiones de moralidad y

espiritualidad más arraigadas. (Ramos, 2001).

Epistemológicamente el estudio se apoya en el pensamiento crítico dialectico

propuesto por Paul Ricoeur. Su propuesta se inscribe en la hermenéutica como parte de

la ontología del ser, donde el argumento fundamental se desplaza de la pregunta por la

forma de conocer en cuanto a la interpretación, a la forma del ser en cuanto a la

comprensión, y donde busca dar cuenta de cómo el ser se produce mediado por una

serie de procesos en el conocer. Para Ricoeur el texto es el eje sobre el cual gira el

problema de la hermenéutica. Señala que las acciones sociales son en tanto se expresan,


y que por lo tanto, el texto es esencialmente una inscripción de la acción social.

De este modo, la dialéctica permite entender el texto como mediación. El método

se fundamenta en la hermenéutica crítica, la cual según Ricoeur (2000), “es el método

interpretativo, que busca establecer un nexo comunicativo entre un texto y un

intérprete. Entonces, la duda ontoimplicadora que orienta la presente construcción

científica se visiona desde la siguiente interrogante:

¿Cómo religar el estudio de los valores con la educación familiar en el contexto de la

docencia universitaria?

PERSPECTIVA SISTÉMICA DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, DOCENCIA Y SOCIEDAD

En la actualidad, estamos viviendo en una sociedad completamente cambiante,

donde los avances tecnológicos, el desarrollo social y la globalización han venido

marcando de manera significativa el desarrollo humano. Constantemente observamos y

escuchamos como se ha venido dando un cambio en la forma de actuar y pensar de los

niños y jóvenes; en este contexto, asistimos a un nuevo tiempo caracterizado por las

rupturas paradigmáticas, pero también se percibe una pérdida de valores, no solo en los

jóvenes adolescentes, sino también en los adultos.

Estas transformaciones paradigmáticas que surgen en la realidad social, justifica el

gran compromiso de las universidades, las cuales en su interés por buscar nuevos

modelos de docencia para la mediación de aprendizaje y cimentar las bases de una

nueva educación, requieren de la formación del talento humano necesario para

enfrentar los retos del desarrollo científico y tecnológico, así como la producción,

evaluación, transmisión y transferencia del conocimiento.

Es por ello, que hablar de Educación Universitaria involucra retomar la

conceptualización de la escuela en interacción con la comunidad enfatizando en la

comprensión de realidades complejas para mediar en la construcción del aprendizaje de

las personas e influir en el desarrollo social a partir de una visión sistémica de los

procesos educativos.

En efecto, el enfoque sistémico de la realidad, de acuerdo con Suarez (1999), es

integrador, tanto en el análisis de las situaciones, como en las conclusiones


que nacen a partir de allí; proponiendo soluciones en las cuales se tienen que considerar

diversos elementos y relaciones que confirman la estructura de lo que se define como

sistema, así como también, de todo aquello que conforma el entorno del sistema

definido.

En este sentido, la germinación de los valoresse deriva de un entrecruzamiento de

factores intervinientes en la ontología del ser humano, pues es claro que la escuela

como espacio de aprendizaje ha sido desbordada por el multicontexto,y aunque el

currículo básico sea reformado para orientar las actividades de aprendizaje hacia la

transversalizacion del conocimiento, en realidad lo que muchas veces la persona

observa o aprende en sus espacios de referencia con sus pares, es mucho más arrollador

que lo que la escuela puede transmitir, puesto que la persona es quien atribuye

significatividad a las experiencias educativas inscritas dentro de la multireferencialidad.

En lo que respecta a la gestión de las políticas educativas, lo substancial debe ser

comprender la relación compleja y sistémica entre diversos factores que intervienen en

la educación de la condición humana, la cual debe ser abordada desde una perspectiva

integradora que permita examinar cómo se dan estas relaciones entre las instituciones

del contexto institucional, cultural y el tejido social de la familia, pero también, entre las

redes sociales y los grupos de participación de las comunidades.

Los aportes de Morín (1999) en este caso, son bien pertinentes al postular el

principio sistémico y organizativo de la realidad, según el cual se une el conocimiento de

las partes con el conocimiento del todo, cuando cita a Pascal y refiere que, como el todo

es causado y causante, ayudado y ayudante, mediato e inmediato y como todo se

mantiene por un vínculo natural e intangible, considero imposible conocer las partes sin

conocer el todo y conocer el todo sin conocer particularmente las partes.

Efectivamente, la idea de sistemas y de modo más específico de sistemas sociales

como las organizaciones universitarias, la estructuración de eventos o acontecimientos

educativos y/o culturales, apunta hacia una oposición declarada al reduccionismo y al

pensamiento único y fragmentado de la realidad.

También, los cambios transformacionales que viven nuestras sociedades, implican

para la universidad, la apertura de un dialogo permanente con otros sectores de la

sociedad y una conducta innovadora y flexible. Las instituciones universitarias no

pueden soslayar que son y están socialmente concebidas como entidades

sistémicas culturales y en consecuencia, responsables de un proceso


formativo que no se reduce a la docencia y a la investigación en un área concreta de la

ciencia. Por ello, la formación social y humanística debería ser esencial e inherente a la

formación curricular en cualquiera de las carreras.

Así tenemos que, la institución universitaria que se compromete con las acciones

educativas, lo hace también con la condición humana; la educación de los valores en la

educación superior constituye un tema de gran actualidad y transcendencia en la

formación de los profesionales que necesita la sociedad. Los valores no se pueden

imponer, inculcar ni adoctrinar, los alumnos deben asumirlos y hacerlos suyos por su

propia construcción y determinación, como protagonistas de su propio desarrollo, en

tanto el profesor universitario debe comprender el desarrollo en torno a los

requerimientos de los alumnos y no los alumnos entorno al desarrollo.Ello implica

provocar la auto reflexión y la autoevaluación sobre la competencia de su labor en la

formación de valores.

La universidad de hoy, que sostiene como una de sus esenciales fortalezas las

proyecciones de desarrollo y los avances de las tecnologías de la informatización,

enfatiza a su vez en resistirse al nuevo totalitarismo de la sociedad de la información o

del conocimiento. La tecnología y el proceso de la globalización cultural generado por

esta, plantea como reto la integración de lo humano con lo tecnológico, lo que supone

desarrollar a la persona de manera plena, combinando el desarrollo de conocimientos y

habilidades profesionales con la potenciación de una mayor calidad humana que

satisfaga las necesidades de la dinámica y de los retos éticos que enfrente el mundo

moderno.

En este sentido, la enseñanza de la condición humana en las organizaciones de

educación universitaria debe darse a través de un proceso educativo caracterizado por

la continuidad, la integralidad, la coherencia, en medio de las circunstancias propias de

crecimiento humano y social. Asimismo, ha de ser valorada por la construcción de una

experiencia permanente de crecimiento humano, de realización integral, de presencia

histórica, donde las personas tengan la oportunidad de participar activamente en la

misión de auto educarse y delinear su propia personalidad. (Urdaneta, 2009).

De acuerdo con el autor, la educación de la condición humana debe desarrollarse a

partir de la comprensión holística del ser humano; comprensión que implica la visión de

la persona en su multidimensionalidad, es decir, se trata de una perspectiva que permite


concebir la relación sujeto, educación y sociedad como el principio, centro y fin de la

educación universitaria, como una realidad integra, sistémica, trascendente y a su vez

integradora.

Ontología de la Docencia Universitaria

Sin lugar a dudas, buena parte de los privilegios que las sociedades han conseguido

de las universidades provienen de su tarea docente. El mismo origen de la universidad se

encuentra en la calidad de los docentes que expandían el conocimiento y generaban

inquietudes a sus estudiantes, así como buena parte de la historia de la institución

universitaria, lo mismo que su prestigio, se debe a los maestros que la componían.

Así, la formación del docente universitario, dentro del concepto de aprendizaje

permanente, se entiende como los saberes y competencias que son el resultado de su

aprendizaje, realizado a lo largo y ancho de la vida, dentro y fuera de la escuela y, por

supuesto, en el ejercicio mismo de la docencia. Según Arbeláez (2007), la calidad de la

docencia para la educación universitaria:

Implica una visión concreta sobreel espacio ambiente de una profesión enlos

términos de su misión real y potencial; una propuesta metodológica adecuada, donde

se mezclen los conocimientos, habilidades y actitudes que deben ser transmitidos a los

aprendices; una capacidad de liderazgo para comunicar, motivar, conducir, innovar y

enfrentar los posibles problemas de una profesión y, además, una mirada de futuro que

permita proyectar el conocimiento esencial a las condiciones y perspectivas de los

nuevos tiempos (p.43)

En estos términos, la calidad de un docente universitario se centra en el desarrollo

de los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los mecanismos de aprendizaje

necesarios para que un profesional pueda cumplir con la misión social que le exige su

quehacer específico. Aunque esta reflexión haga hincapié en los aspectos académicos,

estoy convencida de que también es tarea de la docencia universitaria ayudar a formar

hombres íntegros y ciudadanos cabales, que construyan los nuevos rumbos de la cultura

a la que pertenecen. Para ello, se hace necesario articular un discurso integrador de las

disciplinas, que amplié la opción profesionalizante de las universidades y genere una

comprensión holística de los procesos humanos, sociales y profesionales (Orozco, 1994).


También, un buen docente debe desarrollar una pedagogía activa basada en el

dialogo, la vinculación teórica-practica, el trabajo en equipo, la participación con colegas

creando un clima de cooperación y una cultura democrática, transitando de la formación

individual a la formación en equipo. Que investigue con una actitud permanente de

aprendizaje, a fin de buscar, seleccionar y proveerse autónomamente de la información

requerida para su desempeño como docente, tomando iniciativas en la puesta en

marcha, desarrollo de ideas y proyectos innovadores capaces de ser sostenidos,

irradiarse e institucionalizarse; que detecte problemas sociales, afectivos, de salud, de

aprendizaje entre sus estudiantes, que lo conlleve a buscar soluciones en cada caso.

De igual manera, debe desarrollar entre sus estudiantes los conocimientos, valores

y habilidades necesarias para aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir

juntos y aprender a ser. El docente deseado debe aceptarse como aprendiz permanente,

transformándose con el tiempo en líder de aprendizaje, manteniéndose actualizado en

su disciplina y atento a nuevos aprendizajes. Los múltiples escenarios del aprendizaje

docente, los saberes y competencias que llega a adquirir un docente lo aprende a lo

largo de toda la vida: en la familia, en el sistema escolar, en su formación específica

como docente y mediante la propia práctica de enseñar.

Es importante señalar, que la formación docente debe responder a la finalidad de

conocer, analizar y comprender la realidad educativa en sus múltiples determinaciones.

No hay tarea más excelsa que la de enseñar. El docente señala el camino de la

autoeducación que alienta la realización de la personalidad. Enseñar es un arte simple y

todo de ejecución; simple para el que posea las cualidades y calidades para ejercer la

docencia y difícil para el que no las posee, pero que puede adquirir realmente. Es un

arte todo de ejecución porque se basa en la práctica, entendiendo la práctica en el

marco de formación docente continua, es decir: la formación docente, además de las

habilidades, actitudes y destrezas deberá dotar al sujeto de múltiples saberes.

En este orden de ideas, estos saberes deberán permitirle a los docentes: conocer,

analizar y comprender la realidad educativa en sus múltiples dimensiones. Comprender

en los distintos niveles de profundidad posible, la complejidad humana para el

desarrollo de la formación integral del alumno; asumir en la construcción un rol docente

que actué en dicha realidad mediante el diseño, puesta en práctica, evaluación y

reelaboración de estrategias adecuada para el desarrollo integral de la personalidad a

través de la promoción del aprendizaje de saberes, habilidades y actitudes

de educandos específicos en contextos determinados.


Al mismo tiempo como corresponsables de la calidad educativa, la formación

docente se ha convertido en uno de los retos más críticos que tenemos las universidades

hoy día. Necesitamos reorientar nuestros procesos formativos hacia la verdadera

formación. El docente deseado es aquel que deja una fuerte huella en muchos seres

humanos, aquel que trasciende en sus en sus estudiantes y en la sociedad, para cumplir

una misión elevada. Los múltiples escenarios del aprendizaje docente, integral, de

manera tal que haya un equilibrio entre lo profesional y el desarrollo humano del

egresado, entre su práctica de la enseñanza y la práctica de valores. No hay formación

integral, sino se conjugan los conocimientos El docente deseado es aquel que deja una

fuerte huella en muchos seres humanos, aquel, los valores, la ética, el pensamiento

crítico y la formación del carácter mediante procesos de socialización reflexivos y

afectivos.

La Educación Familiar como Fuente Germinadora de Valores

La familia se puede concebir como un sistema ecológico, es decir, un conjunto

dinámico y potencial de símbolos, creencias, actividades, funciones y relaciones

interpersonales que se desarrollan e integran bajo la forma de escenario primario y

permanente más importante del desarrollo humano.( Sauceda ,2003). En ese orden de

ideas, los estudios sobre la familia han de hacerse desde distintos ángulos, algunos de

los cuales tienen que ver con el contexto social y cultural, otro con el proceso

económico, la política, y no faltan los estudios que se basan en la idiosincrasia, la

religiosidad, el impacto de los medios de información, la educación, el imaginario social

y tanto otros factores.

La educación familiar, según Sauceda, (ibídem) es:

La que se realiza en el ámbito o lugar del hogar. Para que esta se realice es necesario la constante formación de los padres a los hijos. En la educación familiar se tiene en cuenta los valores, virtudes que los hijos deben tener, siempre que los padres actúen en la misma forma que enseñan sus hijos. Entre otros valores el respeto a los mayores o a cualquier persona, respeto a las órdenes de la casa o escuela. Aceptar normas de convivencias. Si la educación familiar no se da, el niño o adolescente no tiene sus límites y va camino al fracaso. (p.9).


De lo que se comprende que, la familia además de ser el primer contexto de

aprendizaje de las reglas sociales, debe ser el primer agente socializador de los valores

que adquieren sus miembros. En ella encuentran los hijos las condiciones ambientales

imprescindibles para el aprendizaje de los valores: el clima moral, de seguridad y

confianza, de dialogo y responsabilidad que haga posible, desde la experiencia, la

apropiación del valor. No se contemplan otros enfoques de carácter cognitivo en la

educación familiar. Se parte de la necesidad de hacer de la experiencia, en el ámbito

familiar la situación privilegiada e insustituible para el aprendizaje de los valores

morales. Tiene unas características únicas que la diferencian de otros contextos, pues la

familia educa más por lo que “hace” que por lo que “dice”.

Entonces, la familia es la primera escuela de virtudes humanas sociales, que todas

las sociedades bien constituidas necesitan; por medio de la familia se introduce en la

sociedad civil a la persona. En tal sentido, Beltrán (2001) refiere que:

Si tenemos en cuenta a los valores como patrones de conducta, no podemos

olvidar que los niños que van a la escuela ya vienen equipados con unos determinados

valores (y antivalores) a través de los cuales filtran inevitables propuesta valorativas que

la escuela a diario realiza. Ninguna de ellas dejara de estar interpretada por el modo de

pensar y vivir de la propia familia (p.6).

Sobre la base de esta referencia, las actitudes y creencias, los valores y antivalores

están en la base de aquello que el niño piensa y hace, pues los valores y antivalores del

niño conectan directamente con el medio socio-familiar. De la familia depende la

fijación de las aspiraciones, valores y motivaciones de los individuos, por otra parte la

familia es responsable en gran medida de su estabilidad emocional, tanto en la infancia

como en la vida adulta.

Valores y Desarrollo Humano para la vida en Comunidad

El ser humano se halla en un permanente cambio, no sólo en lo vinculadoa los

progresostecnológicos de lo cual estamos al tanto, sino también en todo lo que se

refiere al desarrollo de individuo en sí mismo como persona. También es muy

importante decir que el desarrollo humano, es parte integral para que el uno como

persona logre un conocimiento más profundo de sí mismo, es decir, no tanto de forma

externa, si no ya mas intima con uno mismo.Según Autumn (2013), el


desarrollo humano:” expresa un perfil de hombre que representa convicciones y

creencias funcionales a un ideal de sociedad, y que integra la conducta colectiva, el

comportamiento humano social y de valores deseables” (p.3). Desde la perspectiva del

autor, en la sociedad, los valores expresan el perfil de hombre resultante de un contexto

cultural.

De ahí que, es imposible imaginar al ser humano sin valores. Estos son ejes

fundamentales que orientan la vida y constituyen la clave del comportamiento humano,

como un crisol, se encuentra algo que da sentido a la actuación individual y social de las

personas y explica el desarrollo cultural de las comunidades humanas: estos son

precisamente los valores. Sin ellos, la vida carecería de sentido, la convivencia sería

imposible y el ser humano perdería completamente su norte y dirección. Ramos (2002).

Tenemos entonces que precisar con exactitud que los valores es tarea difícil, se

tratara de conceptualizar. De acuerdo con Rokeach (1973), los valores son considerados

como estructuras cognitivas por medio de las cuales la persona elige y actúa de

determinada manera. Son un tipo de creencias localizada como el centro total del

hombre, acerca de cómo se debe o no comportar, en referencia a algo objetivo en la

existencia, que vale la pena o no conseguir.

Los valores tienen como una de sus características hacer particularmente su

estudio difícil, porque no son en sí cosas, ni propiedades de esas cosas, sino que

dependen de la relación con la persona que es la que en si valora. La utilidad no es la

clave de la valoración, sino, la persona. Lo más difícil del estudio de los valores, es no

tener una teoría consagrada como tal, donde cada valor ocupe un lugar y tenga una

clasificación ganada. También, las definiciones son relativas a ciertos criterios que se

establecen con algún fin.

De acuerdo con Gamargo (1998), los valores son adhesión a un modelo de

conducta que se declara superior y se sustenta como norma. La construcción de un

sistema de valores es personal, sin embargo, sus cimientos serán la preocupación por los

demás. Es esencia buscar la coherencia entre el estilo de vida (filosofía de vida) y los

valores que lo sustenta; disminuir la discrepancia entre la teoría de los ideales

declarados y la realidad del comportamiento; hallar la correspondencia entre lo que se

predica y lo que se hace. Al mismo tiempo, distintos autores han opinado que no hay

una definición definitiva, sin embargo algunos de ellos comentan que un valor es:” todo

aquello que favorece la plena satisfacción del hombre” (Conde, 1995 p.3).


Por su parte, Juárez (2011) hace referencia acerca de lo que se llama valor:” Cualidad

objetiva que hace que la cosa sea atractiva y apetecible.Todo aquello que colabora con

la plena realización del hombre. Motivación del proyecto de vida de una persona. Lo

que permite al hombre encontrarse con su propia naturaleza” (p.153).

Además, Ortega y Vallejos (2001) precisan que la educación debe hacer al

educando cada vez más humano a través de valores que lo lleven a su realización como

persona. Es allí cuando se resuelve el dilema entre objetividad y subjetividad, solo

cuando se hace consciente a la persona que la realización viene dada cuando los

esfuerzos de vivir los valores están orientados a una plenitud personal, que solo se

consigue cuando se actúa de acuerdo con la propia naturaleza de persona humana.

Por otra parte, Escobar (2000), señala que valor es la esencia por la que un ser,

una cosa o un hecho despierta mayor o menor aprecio, admiración o estima. En sentido

humanista: lo que hace que un hombre sea tal. El valor se refiere a una excelencia o a

una perfección. En sentido socioeducativo: son considerados pautas que orientan el

comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona.

Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y

de cada grupo social

Ahora bien, para dar una mejor comprensión de lo que es un valor en el vivir de las

personas, Escobar (ibídem) resalta que no existe una clasificación única de los valores y

que la mayoría de las clasificaciones propuestas inserta la distinción de valores éticos y

valores morales. Y son principios con respecto a los cuales las personas sienten un fuerte

compromiso de conciencia y los emplean para juzgar lo adecuado de las conductas

propias o ajenas. El modo de los valores o morales es el deber ser. Se comprende

entonces que los principios éticos universales son los que moralmente deben regir

nuestra vida personal, profesional y organizacional si deseamos lograr la excelencia de la

condición humana.


REFLEXIONES CONCLUYENTES

Para concluir, es oportuno recalcar las siguientes reflexiones:

La educación llega a realizarse plenamente en la interacción entre la libertad de la

persona y la responsabilidad con respecto a la sociedad, formando seres humanos que

se asuman como transformadores de sus condiciones de vida y de su propia historia.

Educación y valores; se interrelacionan y llegan a identificarse en el sentido que

educar es educar en valores y, si no, no hay educación. El acto de educar debe

convertirse en el manejo de valores transmitiéndolos, ponderándolos, proponiéndolos,

analizándolos, en fin, cultivándolos.

Si bien los valores son inherentes a la persona y cada quien establece su escala de

valores, también es cierto que estos se deben transmitir en los contenidos de

enseñanza-aprendizaje en la escuela y la universidad, lo cual significa que se pueden

enseñar y aprender, no solo como una dimensión de aprendizaje que se debe tener en

cuenta en el proceso educativo, sino como uno de los factores básicos en la calidad de la

educación.

Para educar en valores es esencial que en primer lugar, que todos y cada uno de

los que conviven en el centro educativo, asuman la responsabilidad de vivir y sentir los

valores.

El primer agente transmisor de valores es la familia, principal protagonista en la

vida del individuo, en tanto la muestra de valores que se transmitan en el núcleo familiar

será el pilar fundamental para sus relaciones y actitudes sociales futuras.

Otro de los protagonistas principales, en cuanto a transmisión de valores, es el

docente universitario consciente de su condición de facilitador del crecimiento ético-

social de sus alumnos, conociéndose y tomando conciencia de su propia persona; así

podrá ser un facilitador en la educación de la condición humana.

Los valores reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión del tono

moral, cultural, afectivo y social marcado por la familia, la escuela, las instituciones

universitarias y la sociedad en que nos ha tocado vivir.

La enseñanza de la condición humana en las organizaciones de educación

universitaria debe darse a través de un proceso educativo caracterizado por

la continuidad, la integralidad, la coherencia, en medio de las circunstancias


propias de crecimiento humano y social. Y debe desarrollarse a partir de la comprensión

holística del ser humano.

Un buen docente es aquel que logra desarrollar una pedagogía activa basada en el

dialogo, la vinculación teórica-practica, el trabajo en equipo, la participación con colegas

creando un clima de cooperación y una cultura democrática, transitando de la formación

individual a la formación en equipo

El docente deseado debe aceptarse como aprendiz permanente, transformándose

con el tiempo en líder de aprendizaje, manteniéndose actualizado en su disciplina y

atento a nuevos aprendizajes.

REFERENCIAS

Arbeláez, O. (2007). La Transdisciplinariedad, una Estrategia para la Educación Superior. Medellín. Colombia: Editorial Pontificia Bolivariana.

Autumn, A. Revista Vuelos, No. 84, Mayo 2013. Disponible en: www.cafh.org.

Beltrán. (2001). La Realidad Social.Madrid: Editoriales Tecnos.

Conde, R. (1995). Los Valores y su Pedagogía. Cátedra Fundación Sivensa. Centro de Reflexión y Planificación Educativa. Caracas.

Gamargo, C. (1998). Docencia y Valores. Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Juárez, P. (2011). El Docente: Entre el Oficio y la Vocación. Publicaciones. UCAB

Ortega, P. y Vallejos, R. (2001). Los Valores en la Educación. Barcelona. España: Editorial Ariel.

Morín. E. (1999). La Cabeza bien Puesta. Repensar la Reforma. Reformar el Pensamiento. Bases para una Reforma Educativa. Buenos Aires: Editorial Nueva Visión.

Orozco, L. (1994). El Destino de la Docencia, hacia la Imaginación o la Decadencia. En Perspectiva para soñadores. Santafé de Bogotá.

Ramos, M. (2001). Para Educar en Valores, Teoría y Práctica. 2da.Ed. Venezuela: Ediciones Paulinas.


Ramos, M. (2002). Programa para Educar en Valores. La Educación que Transformará al País. 2da.Ed. Venezuela: Ediciones Paulinas.

Ricoeur, P (2000).Del Texto a la Acción. Buenos Aires: Editorial Fondo de Cultura Económica

Rokeach, M. (1973).La Naturaleza de los Valores Humanos. México: Editorial Trillos.

Sauceda, G. (2003). La Familia y su Dinámica. Organización Panamericana para la Salud. Instituto Mexicano de Seguridad Social. Washington.

Suárez, R. (1999). La Sistemología en Perspectiva. Colombia: Editorial Sistémica.

Urdaneta, G. (2009). Ponencia: “Condición Humana”. [Documento en línea]. Disponible:www.urbe.edu/publicaciones/---3-ponencia-dr-giovanni-urdaneta. [Consulta: 2011, julio 16]

RESUMEN CURRICULAR

Ester Elena Soto

Es magister en Ciencias de la Enfermería, Mención: Salud Comunitaria, postgrado

acreditado por la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo

Gallegos (UNERG). Asimismo, se especializó en Docencia para la Educación Superior en la

Universidad de Carabobo (UC). Actualmente se desempeña como Profesora Asociado en

la UC. Se ha capacitado en Pedagógica para Profesionales no Docentes, como también

en el uso de las TIC y Web 2.0. Es importante acotar, que como docente e investigador

ha participado en diferentes eventos, tales como: a) Construcción y Desconstrucción de

la Investigación, Julio 2012 y b) “I Congreso Internacional de Investigación Postdoctoral”,

ambas en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL – Maracay.

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