Uso de los recursos forestales en el ejido Yoreme-Mayo...

32
1 Uso de los recursos forestales en el ejido Yoreme-Mayo Los Capomos, El Fuerte, Sinaloa. Use of forest resources in the ejido Yoreme-Mayo Los Capomos, El Fuerte, Sinaloa. Edgar Rosales Vásquez 1 , Estuardo Lara Ponce 2 , Hugo Humberto Piña Ruiz 2 1 Ingeniería Forestal, UAIM. 2 Profesor Investigador del Cuerpo Académico Desarrollo Sustentable, Universidad Autónoma Intercultural de Sinaloa. 1 [email protected] RESUMEN Se realizó un estudio del conocimiento y uso de los recursos forestales en el ejido Los Capomos, El Fuerte, Sinaloa, con el objetivo de identificar las principales especies vegetales de utilidad regional. Se empleó la metodología de etnoecología de tipo participativa con personas locales; en una primera etapa se aplicaron siete entrevistas informales y se realizaron tres recorridos de campo, posteriormente se efectuaron sesenta y tres encuestas a viviendas elegidas al azar. Con la información sistematizada se generó una base de datos que aglutinó un total de 127 especies de 53 familias botánicas, distribuidas en dos categorías y ocho usos principales. La población emplea recursos maderables como “combustible” de las especies Lysiloma divaricata, Acacia cochliacantha y Haematoxylum brasiletto; para “construcciones rurales” emplea a Caesalpinia platyloba y Lysiloma divaricata; y en “uso doméstico” a Tabebuia spp., Guazuma ulmifolia y Cordia sonorae. En los no maderables destacan las “medicinales” como Aristolochia quercetorum, Eucalyptus spp. y Psidium guajava; para “consumo humano” a Randia echinocarpa, Bromelia pinguin y Pithecellobium dulce; entre las ornamentales se menciona a Bougainvillea spp., Rosa spp. y Mascagnia macroptera; para uso “artesanala la Guazuma ulmifolia, Crataeva tapia y Erythrina flabelliformis; y como especies forrajeras se encuentran Prosopis juliflora y Phoradendron spp. El universo de diversas especies forestales

Transcript of Uso de los recursos forestales en el ejido Yoreme-Mayo...

1

Uso de los recursos forestales en el ejido Yoreme-Mayo Los Capomos, El Fuerte, Sinaloa.

Use of forest resources in the ejido Yoreme-Mayo Los Capomos, El Fuerte, Sinaloa.

Edgar Rosales Vásquez1, Estuardo Lara Ponce2, Hugo Humberto Piña Ruiz 2

1Ingeniería Forestal, UAIM. 2Profesor Investigador del Cuerpo Académico Desarrollo Sustentable, Universidad

Autónoma Intercultural de Sinaloa. [email protected]

RESUMEN

Se realizó un estudio del conocimiento y uso de los recursos forestales en el ejido Los Capomos,

El Fuerte, Sinaloa, con el objetivo de identificar las principales especies vegetales de utilidad

regional. Se empleó la metodología de etnoecología de tipo participativa con personas locales;

en una primera etapa se aplicaron siete entrevistas informales y se realizaron tres recorridos de

campo, posteriormente se efectuaron sesenta y tres encuestas a viviendas elegidas al azar. Con

la información sistematizada se generó una base de datos que aglutinó un total de 127 especies

de 53 familias botánicas, distribuidas en dos categorías y ocho usos principales. La población

emplea recursos maderables como “combustible” de las especies Lysiloma divaricata, Acacia

cochliacantha y Haematoxylum brasiletto; para “construcciones rurales” emplea a Caesalpinia

platyloba y Lysiloma divaricata; y en “uso doméstico” a Tabebuia spp., Guazuma ulmifolia y

Cordia sonorae. En los no maderables destacan las “medicinales” como

Aristolochia quercetorum, Eucalyptus spp. y Psidium guajava; para “consumo humano” a

Randia echinocarpa, Bromelia pinguin y Pithecellobium dulce; entre las ornamentales se

menciona a Bougainvillea spp., Rosa spp. y Mascagnia macroptera; para uso “artesanal” a la

Guazuma ulmifolia, Crataeva tapia y Erythrina flabelliformis; y como especies forrajeras se

encuentran Prosopis juliflora y Phoradendron spp. El universo de diversas especies forestales

2

pertenecientes a la vegetación de la selva baja caducifolia, es ampliamente conocido por los

pobladores yoremes, debido a que económicamente significan ingresos complementarios a los

pobladores y brindan beneficios culturales y ambientales. Estos recursos bióticos que son parte

del patrimonio cultural local, deben documentarse específicamente por especie en un contexto

comunitario participativo.

Palabras clave: Forestal comunitaria, Conocimiento local, Flora de Sinaloa.

3

INTRODUCCIÓN

El uso de los recursos naturales por parte de los grupos humanos ha permitido la acumulación

de conocimiento sobre la biología de las especies y los procesos ecológicos locales (Reyes-

García y Martí, 2007). Tal es el caso de la etnia Yoreme-Mayo para quienes los recursos

forestales son muy importantes, debido a que los utilizan para diversas actividades de su vida

diaria desde tiempos antiguos, como es la construcción de sus viviendas, donde utilizan diversas

especies como el mezquite (Prosopis juliflora), “ocotillo” (Fouquieria splendens) y pitaya

(Stenocereus thurberi) (Chapela, 2006). Sin duda, la búsqueda de protección contra la radiación

solar durante el día y las bajas temperaturas en la noche, por los habitantes de las zonas áridas y

semiáridas, como fue el caso de los primeros pobladores de estas regiones, permitieron la

adaptación humana y supervivencia en estas áreas de condiciones ambientales extremosas. Estas

culturas desarrollaron técnicas para manipular recursos vitales como la vegetación y el agua

(Casas et. al., 2010).

El aprovechamiento del “monte”, como es nombrada la vegetación por los Yoremes, involucra

a diversas especies forestales que proveen bienes ambientales y forman parte de la dieta

tradicional de los habitantes de esta etnia. Leandro (2007), alude algunos frutos comestibles para

los habitantes de la región semiárida como tunas (Opuntia ficus-indica), “sinas” (Stenocereus

alamosensis), “aguamas” (Bromelia pinguin), “sayas” (Amoreuxia gonzalezi), ciruelas

(Spondias spp.) y “capomos” (Castalia elegans), además de algunas hierbas y raíces

alimenticias que crecen según la época del año. El uso de leña también es significativo como

combustible del hogar y para la vida ceremonial y religiosa de la comunidad Yoreme (Chapela,

2006).

4

En el norte de Sinaloa en términos socioculturales, la palabra Mayo significa "la gente de la

ribera". Los Mayos se reconocen a sí mismos como Yoremes: "el pueblo que respeta la

tradición" (CDI, 2009). Precisamente en las tradiciones de este pueblo, los recursos forestales

son indispensables, como lo son las manifestaciones culturales de la danza de “pascola”, donde

el Yoreme demuestra sus habilidades manuales elaborando atuendos con especies que

recolectan del monte como es la confección de máscaras a base de “torote” (Bursera

microphylla), “chilicote” (Erythrina flabelliformis), o raíz de “álamo” (Populus mexicana); o la

elaboración de una sonaja de madera muy dura conocida regionalmente como “guayacán”

(Guaiacum coulteri), que lleva en el centro unos discos de metal (Figueroa y López, 2001). Otra

danza en la que utilizan especies vegetales es “los matachines” donde se colocan una cúpula o

tocado, a base de una armazón de carrizo o vara de “guácima” (Guazuma ulmifolia), forrado con

listones y adornado con flores de papel, collares, espejos y moños. El “matachín” se acompaña

con una sonaja hecha con “ayal” (Crescentia alata) o “bule” (Lagenaria siceraria) en la mano

derecha (Moctezuma y López, 2007).

Otra danza conocida internacionalmente por el significado cultural del pueblo Yoreme, es la del

venado. La vestimenta incluye “ténabaris”, elaborados con capullos de la mariposa “cuatro

espejos” (Rothschildia cincta cincta), sujetados a las piernas, mientras que en las manos van

sonajas de “bule” o “ayal”. Un elemento artesanal indispensable que acompaña a esta danza es

el tallado de las “jiruquias” o raspadores, fabricados de madera muy dura de “guayacán”, “palo

colorado” (Caesalpinia platyloba), o “palo brasil” (Haematoxilum brasiletto) (Figueroa y

López, 2001).

5

En el norte de Sinaloa donde habitan actualmente los descendientes de los Yoreme, la vegetación

original de los ecosistemas modificados por la acción humana, albergan un potencial de recursos

para la satisfacción de las necesidades humanas de localidades de identidad Yoreme, que hasta

el momento ha sido poco valorado y estudiado. No obstante, recientemente se han documentado

conocimientos etnobotánicos relacionados con el ancestral aprovechamiento múltiple de los

recursos bióticos por las poblaciones de yoremes (Yetman y Van Devender, 2002); en específico

para conocer qué plantas y para qué se emplean en la medicina tradicional de yoremes y mestizos

(Lara-Ponce, 2015; Lara-Ponce y Quintero-Romanillo, 2016).

OBJETIVO

La presente investigación considera como premisa que en el ejido Los Capomos, las tradiciones

siguen presentes a lo largo de su historia y el uso de especies forestales ha sido imprescindible

para la vida cotidiana de la comunidad, donde existe un conocimiento que tiene el pueblo local

sobre los recursos forestales, a pesar de la escasa valoración social y económica por parte de

sectores económicos, institucionales y sociales del norte de Sinaloa. El objetivo central consistió

en identificar las principales especies forestales de uso local por los habitantes Yoreme-Mayo

del ejido Los Capomos.

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

Las localidades de Los Capomos y Los Capomitos pertenecen a un solo terreno ejidal, del

municipio de El Fuerte, al noroeste del estado de Sinaloa. Ambas localidades se encuentran

ubicadas geográficamente a 26° 25' 32" de latitud norte y a 108° 30' 57" de longitud oeste (Los

Capomos) y 26° 24' 53" de latitud norte y a 108° 30' 47" de longitud oeste (Los Capomitos), y

6

se encuentran a una altura de 160 y 150 metros sobre el nivel del mar respectivamente. El ejido

cuenta con una superficie de 3,424.69 ha, con una distribución de 2,153.85 ha parceladas para

el cultivo de temporal; 1,194.44 ha de uso común y un total de 185 ejidatarios (PHINA, 2015)

(Figura 1).

Figura 1. Localización geográfica del ejido Los Capomos, El Fuerte, Sinaloa.

7

El clima predominante en la región es cálido subhúmedo con lluvias en verano de julio a octubre

y una precipitación pluvial de 564 mm anuales. La temperatura promedio anual es de 25°C, con

máximas de 46°C en verano y mínimas de 4°C, siendo los meses más calurosos de mayo a

septiembre (INAFED, 2010).

La orografía de los terrenos ejidales es de elevaciones como el “Cerro Pochi” y el “Cerro Viejo”,

ambos con una altitud de 340 msnm y de otros de menor altura, como el “Cerro del Metate”

(Matacahui) con 140 msnm (INEGI, 2003). Los suelos presentes en la mayor parte del terreno

del ejido son los tipos Regosol; así como Luvisol en la parte suroeste, el Litosol en pequeñas

áreas de los cerros y en el límite ejidal noreste corresponde a una pequeña franja de suelo

Feozem (INEGI, 2005a). El recurso hidrológico del ejido proviene del Río Fuerte, el cual corre

a 10 km de distancia al noroeste. El agua que llega a la comunidad es abastecida del mismo río

mediante tubería y motores, sin embargo, se encuentran varios arroyos temporales que nacen

entre los cerros, además de una presa la cual es alimentada por arroyos que en temporadas de

lluvia es utilizada para darle de beber al ganado.

La vegetación presente es de dos tipos, la selva baja caducifolia y selva baja espinosa caducifolia

(INEGI, 2005b) o también conocido como bosque espinoso Rzedowski (2006). El primer tipo

crece hasta los 1,700 msnm, y las características principales son la corta altura de sus

componentes arbóreos. Para el segundo tipo de cobertura, muchas de las especies más

abundantes son leguminosas con ramas espinosas, carácter que junto con la caducidad de las

8

hojas y el porte de la vegetación, tipifican esta selva. En los dos tipos de vegetación, casi todas

las especies pierden sus hojas durante un periodo prolongado en temporada seca (Pennington y

Sarukhan, 2005).

La fauna regional es habitada por especies como el jabalí, tlacuache, liebre, coyote, mapache,

tejón, cuervos, chachalaca, cotorras y pericos, iguana verde y negra, víbora de cascabel y

coralillo (CONABIO, 2012). Según reportes oficiales, la fauna se encuentra amenazada por la

creciente urbanización y la industrialización regional (CDI, 2009). Por ello como medida de

conservación, el ejido Capomos construyó un “venadario” de seis hectáreas, donde se tenía en

cautiverio a venados de la especie Odocoileus virginianus (Ochoa, 2012). En un reciente trabajo

Medina-Torres et. al. (2016), hallaron que entre las especies culturales relevantes para yoremes

y mestizos, se encuentran el venado cola blanca (Odocoileus virginianus sinaloae) y el gato

montés (Lynx rufus); para los Yoreme particularmente es el jabalí de collar (Pecari tajacu); y

para los mestizos la rata de monte (Neotoma phenax).

Aspectos socioeconómicos

En términos de población, en Los Capomos habitan un total de 677 personas, de los cuales 365

son hombres y 312 son mujeres, mientras que en Los Capomitos hay un total de 125 personas

donde 70 son masculinos y 55 del género femenino. Ambos asentamientos tienen un total de

184 viviendas habitadas con 147 y 37 hogares respectivamente (INEGI 2010). Económicamente

el cultivo de especies agrícolas que se practica en el ejido es de temporal, las principales especies

que se siembran son el maíz amarillo, frijol “yorimuni”, sorgo y calabaza.

9

Etapas de trabajo

Las actividades de investigación de campo se realizaron en dos etapas de 2013 a 2014, y

consistieron en recolección de la información, que incluyó la exploración en el ejido, la

comunicación con las personas de las dos localidades y el análisis e interpretación de resultados.

En el estudio se consideraron elementos propios de la metodología desarrollada para estudios

de etnoecología (Ruiz-Mallén et. al., 2012), que incluyó la revisión de fuentes secundarias de

aspectos bióticos (fauna y tipos de vegetación) y abióticos del ejido (orografía, hidrografía y

suelos), y paralelamente se hicieron recorridos de campo a las tierras de uso común del ejido

(selva baja), además de colectar datos socioculturales mediante observación participante, y

realizar sondeo participativo con entrevistas semiestructuradas a hogares de personas claves,

como autoridades tradicionales y aquellas que se dedican al trabajo de especies forestales

(artesanos, médicos tradicionales y fabricantes de carbón). Finalmente se aplicaron encuestas a

una muestra de la población ejidal.

Diseño de encuestas:

Para la aplicación de este instrumento (encuesta) se determinó el tamaño de muestra. En el ejido

existe un total de 184 casas habitadas sumando las dos localidades contiguas (INEGI 2010). La

fórmula utilizada es la usual en las ciencias sociales para poblaciones finitas, en la que se conoce

el tamaño de la población (Morales, 2012):

n =N

1 +e2(N − 1)z2pq

10

Dónde:

n = tamaño de la muestra que se desea conocer.

N = tamaño conocido de la población (184).

e = error muestral de 10 % (0.10).

z = valor de z correspondiente al nivel de confianza 95 % (1.96).

pq = varianza de la población de 50 % (0.25).

Sustituyendo los valores, el tamaño de muestra quedó en 63 casas habitación.

La información obtenida se sistematizó para generar una base de datos. Las categorías

principales de recursos forestales se agruparon en ocho formas básicas identificadas según la

especie, el uso e importancia para los habitantes del ejido: a) Forestales No Maderables

(medicinal, consumo humano, ornamental, artesanal, forrajero) y, b) Forestales Maderables

(combustible, doméstico y construcción).

El listado de todas las especies que los habitantes mencionaban de forma común se completó

con nombres científicos obtenidos de fuentes secundarias consultadas relacionadas con el

bosque espinoso de la región (Yetman y Van Devender, 2002; Rzedowski, 2006; Biblioteca

Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, 2009; Lara-Ponce y Quintero-Romanillo, 2016).

Para el caso de las especies no identificadas con su nombre científico se utilizó la abreviatura

(N.I).

11

RESULTADOS

Se reconocieron un total de 123 especies entre árboles, arbustos, plantas o palmas que tienen

diferentes fines utilitarios en el ejido Capomos. En todas las viviendas encuestadas,

mencionaron aprovechar y dar al menos algún tipo de uso a las especies forestales que se

encuentran dentro del territorio ejidal. Los porcentajes que se presentan se basan en la totalidad

de especies registradas y se agruparon por los usos principales que proporcionan a la población

(Cuadro 1).

Las especies forestales utilizadas como combustible y para construcciones tradicionales fueron

las más mencionadas; siguieron las especies para medicina tradicional (91.67 %); el consumo

de especies silvestres (90 %); empleadas en el uso doméstico (80 %) y como ornamental (70

%). Los pobladores perciben un menor aprovechamiento en el uso artesanal (26.67 %) y para

forraje (25 %). El aprovechamiento de las especies forestales existentes en el ejido se

circunscribe básicamente con fines de autoconsumo por los pobladores. No obstante, para

beneficio económico el 20 % de los hogares encuestados reconoció obtenerlo de la producción

de artesanías, el 10 % lo percibe de manera indirecta en la venta de alfarería u otra actividad y

el 70 % mencionó no recibir beneficio económico directamente.

Recursos forestales no maderables

En los diferentes estratos de la vegetación del ejido se reconocen 51 especies de árboles, arbustos

o plantas que se utilizan como medicina tradicional por los habitantes, siendo tres especies las

más importantes: La “hierba del indio” (Aristolochia quercetorum) con un 9.18 %; y dos árboles

el eucalipto (Eucalyptus spp.) 8.16 %; y el “guayabo” (Psidium guajava) 7.14 % (Cuadro 1). En

12

esta categoría se aprovechan muchas otras especies, la suma de las 48 restantes es del 75.52 %.

En cuanto al consumo de especies forestales, la información arrojó un listado de 28 especies

silvestres o cultivadas, de las que tres especies sobresalen: el “papachi” (Randia echinocarpa)

con 13.93 %; la “aguama” (Bromelia pinguin) 13.50 %; y el “guamúchil”

(Pithecellobium dulce) 12.23 %; el 60.34 % corresponde a las otras especies.

Las encuestas arrojaron tres especies principales de especies ornamentales, de un total de 41

reconocidas por las personas; como es la buganvilia (Bougainvillea spp.) 17.64 %; el rosal (Rosa

spp.) 14.30 %; el “matanene” (Mascagnia macroptera) 7.56 %; mientras que las demás especies

sumaron un total de 60.50 %. Las especies reconocidas para propósitos artesanales fueron 16,

tres de ellas sobresalen: la “guácima” (Guazuma ulmifolia) con el 16 %; “chilicote” (Erythrina

flabelliformis) y “pirihuete” (Crataeva tapia) el 12 % respectivamente; las otras especies

sumaron un 60 %. En función de la relevancia cultural de especies con propósitos forrajeros, se

identificaron 13 en total, de las cuales el mezquite (Prosopis juliflora) 18.44 %; “pasto silvestre”

(N.I) 15.78 %; y el “toji” (Phoradendron spp.) 13.15 %, fueron las más citadas; las especies

restantes sumaron 52.63 %.

Recursos forestales maderables

La madera forestal como combustible se considera muy importante en el ejido, se reconocieron

17 especies para este fin. Las de mayor aprovechamiento son: “mauto” (Lysiloma divaricata)

25.94 %, “huinolo” (Acacia cochliacantha) 22.64 %; “palo brasil” (Haematoxylum brasiletto)

20.75 % y mezquite (Prosopis spp.) 16.98 %, las especies restantes suman 13.69 %. En la

13

categoría de especies para uso doméstico, las personas mencionaron 22 especies de árboles o

arbustos, que en orden descendente corresponden a “amapa” (Tabebuia spp.) 28.44 %;

“guácima” (Guazuma ulmifolia) 18.12 %; “palo de asta” (Cordia sonorae) 14.65 %, el resto de

especies sumaron 38.79 %. En lo que se refiere a especies de empleo en la construcción

tradicional, tres de las 24 especies son significativas, son los casos del “palo colorado”

(Caesalpinia platyloba) 27.48 %; “mauto” 17.53 %; “palo brasil” 8.08 %; y el resto de especies

en conjunto ascendió a 46.91 %.

DISCUSIÓN

Recursos forestales no maderables

El uso de especies forestales en la medicina tradicional Mayo viene desde tiempos antiguos

donde las personas de mayor edad son las que tienen el mayor conocimiento en el uso de plantas

y árboles medicinales (Bañuelos, 1999). En el presente trabajo se corroboró la importancia que

tienen diferentes especies, debido a que socioculturalmente los curanderos y las personas del

ejido Los Capomos las emplean regularmente, e incluso personas de otras localidades acuden

con los curanderos de este pueblo a tratarse diversas enfermedades.

Del total de especies que se registraron, la mayoría de ellas coinciden con el propósito de

curación registrado en la Flora Medicinal Indígena de México, como de regiones contiguas a los

Mayos del norte de Sinaloa como la Yaqui y Guarijía, entre las especies curativas se encuentran

la “albahacar”, “chicura”, “copalquin”, “gordolobo”, “hierba del indio”, “papachito”,

“pingüica”, “saituna” y “tatachinole” (Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana,

2009; Lara-Ponce y Quintero-Romanillo, 2016). Alrededor de 50 plantas medicinales fueron

14

mencionadas por los pobladores de Capomos, dato que ciertamente es menor a la información

recabada en el municipio de El Fuerte en otro trabajo, donde los mayos yoremes mencionaron

aprovechar 62 plantas silvestres para uso medicinal (Lara-Ponce, 2015).

Botánicamente se identificó que 112 especies se ubicaron que pertenecen a 53 familias, de las

cuales seis son las más representativas por frecuencia relativa, a saber: la más significativa la

Fabaceae (37.9 %), seguida de las Cactaceae (5.17 %), Bignoniaceae (4.5 %), Rubiaceae (4.41

%), Malvaceae (3.63 %) y Myrtaceae (3.56 %) (Cuadro 2). La importancia botánica no es

privativa de los grupos étnicos del noroeste como los Yoremes, un resultado similar se obtuvo

en el municipio de Nicolás Flores, Hidalgo, donde se encontró que las familias Cactaceae,

Fabaceae y Rutaceae son representativas del uso medicinal en la región Otomí en el centro del

país (Sánchez-Gonzales et. al., 2008).

15

Cuadro 2. Frecuencia de uso de especies forestales según familia botánica, en Capomos, El

Fuerte, Sinaloa.

Para el caso de las especies comestibles, existen distintas especies que forman parte de la dieta

de los habitantes del ejido, la mayoría son de tipo frutal; otras especies se pueden comer de

distinta manera como es el caso de la “saya” y el “chichicamote” donde se consume la raíz

cocida; la “aguama” es empleada para la elaboración de aguas y dulce, y el “echo” para la

elaboración de tortillas y recolección de miel. Estas especies son recogidas directamente del

monte o cultivadas en los hogares; no existe información de comercialización alguna. Las

principales especies encontradas en esta investigación, también se reportan en el trabajo de

Chapela (2006), quien menciona que en la dieta de los Yoreme-Mayo se encuentran entre las

más consumidas especies como el “guamúchil”, “pitaya” y “mezquite”. Por su parte, Vélez y

Harris (2004) también hacen mención del consumo de estos frutos en la región Guarijía, como

es el caso del “papachi” o “papache” comúnmente llamado por aquella etnia.

0 5 10 15 20 25 30 35 40

Fabaceae

Bignoniaceae

Malvaceae

Boraginaceae

Rosaceae

Burseraceae

Rhamnaceae

Aristolochiaceae

Verbenaceae

Otras

Frecuencia total relativa de uso %

16

En el uso ornamental muchas especies forman parte de las fiestas tradicionales de los yoremes,

aunque en el presente estudio estas especies no se mencionaron de manera significativa. Los

habitantes de la comunidad atribuyen que han perdido relevancia, debido a que ha ido

“cambiando la cultura” del uso ornamental; por ejemplo, las flores naturales para celebraciones

como el caso del “matanene” (Mascagnia macroptera), se han cambiado por flores artificiales

de papel o plástico. Similar situación ocurre con el techo de las “ramadas” que sirven en las

fiestas tradicionales como sombra para los danzantes y donde antiguamente se hacían con un

arbusto llamado “mautillo” (N.I) y en lugares aledaños al río con ramas de álamo (Populus

mexicana); hoy en día se realiza con malla o algún otro material sintético. En este contexto se

registraron 28 familias de especies aprovechadas pero solo dos fueron representativas por el

número de especies mencionadas: Fabaceae (4) y Rosaceae (3) (Cuadro 1). Rendón y Fernández

(2007), encontraron en el estado de Morelos 180 especies con potencial ornamental repartidas

en 77 familias, de las cuales las más representativas fueron Compositae, Fabaceae, Burseraceae

y Labiatae. Estas familias botánicas coinciden con las identificadas en este trabajo, aunque

varias especies de las Fabaceae fueron las más mencionadas . En el trabajo de Moreno-Casasola

y Paradowska (2009), en Veracruz, se aprovechan 55 especies de árboles y arbustos, donde el

uso ornamental tampoco figura como una categoría de importancia.

Las especies forestales forrajeras son alimento complementario o consumido en épocas de

sequía por los animales. Sin embargo, en el ejido se acostumbra a alimentar al ganado con “paja

o rastrojo” de cultivos sembrados en temporal como maíz, frijol, sorgo o calabaza, los que se

compran. Esta categoría es la menos relevante, en comparación con los otros usos, ya que pocas

17

personas del ejido se dedican a la crianza de ganado, y no todos los ganaderos existentes

acostumbran alimentar con especies forrajeras alternativas a sus animales. Sin embargo, en

diversas partes del mundo la mayoría de las especies de Fabaceae, como las reportadas en este

estudio, son las comúnmente utilizadas. Shelton (2000), menciona que esta familia de especies

arbóreas es muy significativa en los sistemas agrícolas y ganaderos, situación que genera un

aumento en el bienestar y la calidad de vida de las comunidades rurales, como de protección al

ambiente. Varias especies se utilizan tradicionalmente para múltiples fines como alimento, leña,

material de construcción y sombra. Conviene precisar que en el ejido no se obtuvo información

sobre plantación alguna con fines forrajeros, en tal caso estas especies del trópico seco, podrían

ser benéficas si fuesen de doble propósito. Según Palma (2006), la combinación de especies

forrajeras con cultivos agrícolas de temporal, genera beneficios como forraje para el ganado,

cercas vivas y leña (enfoque agro-silvo-pastoril).

Recursos forestales maderables

En el ejido la leña es útil para el cocimiento de alimentos, la calefacción de agua, cocción de

barro y fabricación de ladrillos. Por otra parte, aunque en una mínima cantidad, algunas personas

se dedican a la venta de carbón, quienes prefieren sin duda al “mezquite”. Para la Comisión

Nacional Forestal (2012), dicha especie cumple tal propósito, por ser de muy buena calidad y

su alto poder calorífico. En lo económico una familia local, considera la venta de este producto

en un precio de 70 pesos el costal de carbón de mezquite y 90 pesos el de carbón de “Cho’opo”.

En el mismo sentido, varios grupos de personas (en especial mujeres) se dedican a la alfarería,

quienes elaboran diferentes artesanías de barro como comales, tinajas u ollas. En la cocción de

18

estas manufacturas de barro, las personas prefieren la leña de “torote”, debido a que no las

mancha, logrando un producto con el que se genera un recurso económico secundario. La

utilidad de la leña no es privativa de los Yoremes de Sinaloa; Quiroz-Carranza y Orellana

(2010), registraron en Yucatán 13 especies para leña de los géneros Acacia, Havardia, Lysiloma,

Gymnopodium, Bursera, Caesalpinia, Conocarpus, Piscidia, Mimosa, Leucaena, Brosimun, y

Citrus; y todos estos géneros son empleados en el ejido Los Capomos, lo que es diferente son

las especies propias de los diferentes tipos de vegetación y ecosistemas regionales en

comparación, como es el caso por ejemplo de Haematoxylum brasiletto.

En el contexto de consumo local, la leña seca a partir del año 2011 tuvo extracción considerable,

debido a condiciones climáticas adversas, como fue el registro de bajas temperaturas mismas

que ocasionaron mortalidad en muchas especies de la región; no obstante árboles o arbustos

muertos se aprovecharon sin tener que extraer otras especies de buen estado. Como se observó

en campo, la leña como combustible energético es destinada para el empleo doméstico, por lo

que su venta a escala mayor es insignificante. Solo algunas personas se dedican a la venta de

leña, la cual es comprada por personas de la comunidad que no la consiguen por sí mismos. La

actividad de recolección de leña la realizan los jefes de familia o los hijos, quienes recorren

aproximadamente uno o dos kilómetros alrededor de la localidad para la recolección.

A escala nacional, el uso de leña es el aprovechamiento mínimo posible de la madera, sin

embargo, en México la demanda de leña sigue siendo alta en la mayoría de las comunidades

rurales. Desafortunadamente no existe un manejo eficiente sobre este recurso, mismo que se

agrava en la medida que escasean las especies para tal propósito.

19

El aprovechamiento de especies para los enseres domésticos es de suma importancia para los

pobladores del ejido, debido a que sirven para fabricar diversos artículos utilizados en las

viviendas como camas, sillas, “tinajeras” o “cabos” para diversas herramientas. Por ejemplo,

con la “amapa” se fabrican mangos o cabos de hacha y martillos; del “palo de asta” se elaboran

mangos para “taspana”, mientras que para la fabricación de sillas se emplea la madera de

“guácima”. Las familias botánicas representativas en estos casos son Fabaceae y Malvaceae con

un total de 9 especies registradas (Cuadro 1). En regiones tropicales en el estado de Veracruz se

lograron identificar especies de la selva baja caducifolia, contabilizándose 6 especies

importantes para la elaboración de utensilios domésticos, tales como Tabebuia rosea, Cordia

dentata, Leucaena leucocephala, Karwinskia humboltiana, entre otras más (Moreno-Casasola

y Paradowska, 2009). Algunos de estos géneros son representativos y coinciden con los

mencionados en este estudio y que son significativos en la elaboración de utensilios del hogar.

Para los Yoreme las construcciones de sus viviendas a base de madera, son muy representativas

en su cultura, estas se construyen a base de horcones, techo de terrado, las paredes se elaboran

de varas entretejidas cubiertas de lodo (Leandro, 2007). El ejido Capomos no es la excepción,

las construcciones rurales como el de las especies para combustible, representan un significado

cultural para la población local. La mayoría de las personas realizan algún tipo de construcción

con estos materiales en sus hogares, como puede ser desde un “semillero” hasta la casa fabricada

con madera. Actualmente la mayoría de las casas pueden están construidas de distintos

materiales diferentes a la madera, sin embargo, son muy importantes aún las especies forestales

para propósitos del entorno del hogar, como la construcción de corrales, cercos o “ramadas”.

Los entrevistados mencionaron que los postes que utilizan son de Caesalpinia platyloba,

20

Lysiloma divaricata y Haematoxylum brasiletto por ser maderas duras, mismas que son

diferentes a las reportadas por Moreno-Casasola y Paradowska (2009), quienes mencionan a

Karwinskia humboldtiana, Gliricidia sepium, Diphysa robinioides, Piscidia piscipula, y

Tabebuia chrysantha que también tienen muchos años de durabilidad. Por su parte, Martínez-

Pérez et. al., (2012) documentaron para la mixteca poblana, 45 especies útiles en la construcción.

No obstante ninguna de las especies o géneros importantes mencionados coincide con las

registradas en este presente estudio, a pesar de ser un tipo similar de vegetación en comparación.

Los recursos forestales como patrimonio biocultural

Se pudo constatar en campo que en lo general hay un aprovechamiento sustancial de la

vegetación del ejido, el cual se basa en la experiencia y los conocimientos de los lugareños.

Estos saberes locales forman parte de lo que algunos autores denominan como patrimonio

biocultural (Boege, 2008). Aunque lo anterior significa una fortaleza in situ, no existe en el ejido

como tal, un manejo técnico derivado de estudios realizados en la región y basado en las reglas

del manejo forestal sustentable promovido actualmente por las instituciones del ramo. Por lo

que resulta conveniente continuar con estudios a nivel regional para cuantificar y esclarecer el

verdadero estado y potencial de la vegetación local, realizar e identificar con precisión un

inventario florístico y potencializar las especies de mayor importancia cultural para los

habitantes del ejido, como es el caso del “palo colorado”, especie muy demandada en la región

por su madera.

21

CONCLUSIONES

Con base en la información sistematizada se reconocieron 8 categorías de uso principal y se

obtuvo un listado de 123 especies forestales de aprovechamiento local. Por familia botánica, la

Fabaceae es la que aglutina poco menos de la mitad de especies de importancia local. La lista

de recursos forestales se sistematizó en dos grandes grupos: recursos forestales no maderables

como el medicinal, para consumo humano, ornamental, artesanal y forrajero; y los recursos

forestales maderables que son necesarios para combustible, uso doméstico y las construcciones.

El estudio detectó que los recursos forestales en lo general proporcionan ingresos

complementarios a los pobladores del ejido. La investigación de campo confirma que existen

diversas especies forestales y diferentes usos de la vegetación de la selva baja caducifolia para

los pobladores de los Capomos, que son ampliamente aprovechadas en la forma de vivir de los

Yoreme y donde se interrelacionan aspectos socioculturales, económicos y ambientales de suma

importancia. Se corrobora que los Yoreme como comunidad campesina e indígena que

usufructúa los terrenos forestales del ejido Los Capomos, tienen un amplio conocimiento sobre

el aprovechamiento de las especies de la selva baja, que significan un importante patrimonio

biocultural. Se sugiere sin embargo, trabajar esquemas de capacitación local, con temas actuales

sobre educación ambiental, conservación y manejo técnico de las especies, en las que la

investigación participación sea activa por los jóvenes y adultos conocedores, con el propósito

de consolidar y valorar una cultura forestal que trascienda el impacto benéfico en el ejido de

Los Capomos y áreas circunvecinas de la región. Se debe continuar con investigaciones que

22

centren especial atención a las especies en riesgo de este importante patrimonio biocultural de

los Yoreme del norte de Sinaloa.

REFERENCIAS

Bañuelos, F. N. (1999), Plantas Mujeres y Medicina, medicina domestica Mayo. México.

Primera edicion.

Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana (2009). México: UNAM. Disponible

en:

<http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/indice_alfa.php?letra=M&dato=p

&marca=mayo> [20 de enero de 2015].

Boege, S. E (2008), El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México: hacia la

conservación in situ de la biodiversidad y agro diversidad en los territorios indígenas.

Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas, INAH, México. pp.49-

77.

Casas, A., Valiente-Banuet, A., Pérez-Negrón, E. y Solís L. (2010), El manejo de la

biodiversidad en el desierto: el valle de Tehuacán-Cuicatlán. En Toledo V. M. (Coord.)

La biodiversidad de México. Inventarios, manejo, usos, informática, conservación e

importancia cultural. FCE-CONACULTA. México, D.F. pp: 235-272.

CDI, (2009), Mayos - Yoremes. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

Disponible en: <http://www.cdi.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view

&id= 613&Itemid=62> [ Julio de 2016].

Chapela, L. (2006), Ventana a mi comunidad "el pueblo Yoreme" cuadernillo cultural.

Secretaría de Educación Pública. México, D.F. 47 p.

23

CONABIO, (2012), Ecosistemas, Selvas secas. Biodiversidad Mexicana. Comisión Nacional

para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Disponible en:

<http://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/selvaSeca.html#> [Julio de 2016].

CONAFOR, (2012), Catálogo de recursos forestales maderables y no maderables. Comision

Nacional Forestal. Zapopan, Jalisco. 63 p.

Figueroa, J. y López, A. (2001), 18 Encuentros con la Historia; El Fuerte. Culiacan, Sinaloa.

Revista Cultural PRESAGIO. 249 p.

INAFED, (2010), El Fuerte, Sinaloa, Enciclopedia de los municipios y delegaciones de México.

Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal. Disponible en:

<http://www.inafed.gob.mx/work/enciclopedia/EMM25sinaloa/index.html.> [Agosto

de 2016].

INEGI, (2003), Carta Topográfica, El Fuerte, Sinaloa. Instituto Nacional de Estadística y

Geografía (INEGI). México.

INEGI, (2005a), Carta de tipos de suelo, serie III. Instituto Nacional de Estadística y Geografía

(INEGI). Escala 1 : 50 000. México.

INEGI, (2005b), Carta de uso de suelo y vegetación, serie III. Instituto Nacional de Estadística

y Geografía (INEGI). Escala 1 : 50 000. México.

INEGI, (2010), Censo de Población y Vivienda 2010. Instituto Nacional de Estadistica y

Geografía (INEGI). México.

Lara-Ponce, E. (2015), “Uso de plantas medicinales en comunidades mayo yoreme de los

municipios de El Fuerte y Ahome, Sinaloa”, En: Desafíos Éticos de la Diversidad

Cultural para una Ciudadania de Calidad. Coords. Mónica Gómez Salazar y Rogelio

Laguna, Athena, Vol. 1, pp. 157-180.

Lara-Ponce E. y Quintero-Romanillo A.L. (2016), Plantas medicinales del norte de Sinaloa.

UAIS, México: Disponible en:

24

<https://drive.google.com/file/d/0B3tidJTiCU5ecUtTMjAweHgyaWc/view> [01 de

Marzo de 2017].

Leandro. Q.F. (2007), Historia Integral de la Región del Rio Fuerte. Segunda edicion.

Creativos7 editorial. Culiacan, Sinaloa, México. 434 p.

Martínez-Pérez, A., López, P.A., Gil-Muñoz, A. & Cuevas-Sánchez, J.A. (2012), Plantas

silvestres útiles y prioritarias identificadas en la Mixteca Poblana, México. Acta botánica

mexicana, (98), 73-98.

Medina-Torres S.M., Cortés-Gregorio I., Lara-Ponce E. y E. A. Sandoval-Forero. (2016), Uso

de mamíferos silvestres entre Yoremes y Yoris de El Fuerte, Sinaloa, México. Revista

Agricultura, Sociedad y Desarrollo Vol. 13 Núm. 4. Disponible en:

< http://www.colpos.mx/asyd/volumen13/numero4/asd-14-076.pdf> [Marzo de 2017].

Moctezuma, Z. J.L. y López, A. H. (2007), Mayos, Pueblos Indígenas del México

Contemporáneo. Primera edicion. Comision Nacional para el Desarrollo de los Pueblos

Indigenas. México, D.F. 55 p.

Morales, V. P. (2012), Tamaño necesario de la muestra: ¿Cuántos sujetos necesitamos?.

Estadistica aplicada a las ciencias sociales. Universidad pontifica comillas. Madrid,

España.

Moreno-Casasola, P. y Paradowska, K. (2009), Especies útiles de la selva baja caducifolia en

las dunas costeras del centro de veracruz. Maderas y Bosque, 15(13): 21-44.

Ochoa, H. G. (2012), Estimacion invera de la tasa de defecacion en venados cautivos en

Capomos, El Fuerte, Sinaloa. Tesis de Licenciatura. Universidad Autónoma Indígena de

México. Ingeniería en Desarrollo Sustentable. Mochicahui, El Fuerte, Sinaloa. 99 p.

Palma J. M. (2006), Los sistemas Silvopastoriles en el Trópico Seco Mexicano. Archivos

latinoamericanos de producción animal, 14 (03): 95-114.

25

Pennington, T., y Sarukhán, J. (2005), Árboles Tropicales de México. Manual para la

identificacion de las principales especies. Mexico, DF.: Universidad Nacional

Autónoma de México.

PHINA (2015), Ejido Los Capomos, EL fuerte, Sinaloa. Padron e Historial de Nucleos Agrarios.

Disponible en: <http://phina.ran.gob.mx/phina2/> [Agosto de 2016].

Quiroz-Carranza, J., y Orellana, R. (2010), Uso y manejo de leña combustible en viviendas de

seis localidades de Yucatan, México. Madera y Bosques 16 (2): 47-67.

Rendón, C. A y Fernández. N. R. (2007), Plantas con potencial uso ornamental del estado de

Morelos, México. Polibotanica, (23): 121-165.

Reyes-García, V. y Martí Sanz. (2007), Etnoecología: punto de encuentro entre naturaleza y

cultura. Ecosistemas 16 (3): 46-55.

Ruiz-Mallén, I., Domínguez, P., Calvet-Mir, L., Orta-Martinez, M. y Reyes-García, V. (2012),

Investigación aplicada en etnoecología: experiencias de campo. AIBR. Revista de

Antropología Iberoamericana, 7 (1). 9-32.

Rzedowski, J., 2006. Vegetación de México. 1ra. Edición digital, Comisión Nacional para el

Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México, 504 pp.

Sánchez-Gonzalez, A., Granados-Sanchez, D. y Simon-Nabor, R. (2008), Uso medicinal de las

plantas por los Otomíes del municipio de Nicolas Flores, Hidalgo, Mexico. Revista

Chapingo Serie Horticultura, 14 (3). 271-279.

Shelton, M. (2000), Leguminosas forrajeras tropicales en los sistemas agroforestales. Unasylva,

5 (200): 25-32.

Vélez, S. J. y Harris, C. J. (2004), Guarijíos, Pueblos Indígenas del México contemporáneo .

Primera edición. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

México, D.F. 31 p.

26

Yetman, D. y Van Devender, T. R. (2002). Mayo Ethnobotany. Land, History, and Traditional

Knowledge in Northwest Mexico. University of California Press. London, England. 359

p.

27

28

Cuadro 1. Listado de especies útiles en el ejido los Capomos, el Fuerte, Sinaloa .

Nombre común Nombre científico Nombre Yoreme Familia Md C h On At Fr Cm Dm Ct Frecuencia total de uso

Frecuencia total relativa de

uso %

1 Mata de nicle Justicia spicigera Nikkle Acanthaceae 5 1 6 0.51

2 Agave Agave angustifolia. Kü Agavaceae 1 1 2 0.17

3 Meona Amaranthus muricatus --- Amaranthaceae 2 2 0.17

4 Quelite Amaranthus hybridus --- Amaranthaceae 3 3 0.25

5 Mango Mangifera indica --- Anacardiaceae 4 2 6 0.51

6 Buenas tardes Catharanthus roseaus --- Apocynaceae 1 1 0.08

7 Utatave Vallesia glabra Sitavaro Apocynaceae 6 6 0.51

8 Dátil Phoenix dactylifera Latirim Arecaceae 5 5 0.42

9 Palma No identificado Takko Arecaceae 1 1 1 3 0.25

10 Hierba del indio Aristolochia quercetorum Guasa ji'buaijria Aristolochiaceae 18 18 1.53

11 Sábila Aloe vera Saabila Asphodelaceae 2 2 0.17

12 Chicura Ambrosia ambrosioides Jiowo Asteraceae 4 3 7 0.59

13 Chicurilla Ambrosia cordifolia Cau nachuqui Asteraceae 1 1 0.08

14 Gordolobo Verbascum thapsus --- Asteraceae 6 6 0.51

15 Amapa Tabebuia chrysantha Tobbo Bignoniaceae 1 33 15 49 4.16

16 Mata de ayal Crescentia alata Chookari Bignoniaceae 1 3 4 0.34

17 Saya Amoreuxia spp. Saya Bixaceae 5 5 0.42

18 Palo de asta Cordia sonorae --- Boraginaceae 17 1 18 1.53

19 Pingüica Ehretia tinifolia --- Boraginaceae 8 8 0.68

20 Tatachinole Tournefortia hartwegiana Tatachinori Boraginaceae 9 9 0.76

21 Aguama Bromelia pinguin Chokoora Bromeliaceae 32 32 2.71

22 Palo mulato Bursera grandifolia To’oro mulato Burseraceae 5 3 11 19 1.61

23 Torote papelillo Bursera sp. To’oro Burseraceae 2 2 0.17

24 Torote copal Bursera penicillata To’oro chutama Burseraceae 1 3 1 5 0.42

25 Biznaga Ferocactus herrerae Oröna Cactaceae 1 1 0.08

29

26 Choya Cylindropuntia fulgida Chowwa Cactaceae 2 2 0.17

27 Echo Pachycereus pecten-

aboriginum Etcho Cactaceae 2 8 1 8 12 31 2.63

28 Nopal Opuntia spp. Naabo Cactaceae 4 4 0.34

29 Pitaya Stenocereus thurberi Akim Cactaceae 15 3 18 1.53

30 Cina Stenocereus alamosensis Cinna Cactaceae 3 3 0.25

31 Siviri Cylindropuntia thurberi Sibirim Cactaceae 1 1 2 0.17

32 Pirihuete Crataeva tapia Kaposari Capparaceae 1 6 7 0.59

33 Vainoro Celtis pallida. Cumbro Celtidaceae 4 4 0.34

34 Batamote Baccharis glutinosa Bachomo Compositae 1 1 0.08

35 Caléndula Calendula officinalis --- Compositae 3 3 0.25

36 Palo santo Ipomoea arborescens Jutu'bo Convolvulaceae 2 1 1 4 0.34

37 Mata de bule Lagenaria siceraria Buiim Cucurbitaceae 3 3 0.25

38 Higuerilla Ricinus communis Higueria Euphorbiaceae 1 1 0.08

39 Vara blanca Croton fantzianus Cuta tósari Euphorbiaceae 1 3 4 0.34

40 Chino Pithecellobium mexicanum Chïno Fabaceae 4 3 1 8 0.68

41 Chopo Mimosa palmeri Cho’opo Fabaceae 2 2 0.17

42 Guaje Leucaena leucocephala --- Fabaceae 2 2 0.17

43 Guamúchil Pithecellobium dulce Makoochini Fabaceae 4 29 4 3 40 3.39

44 Huilochi Diphysa occidentalis Huoquihuo Fabaceae 1 2 3 0.25

45 Huinolo Acacia cochliacantha Chírajo Fabaceae 1 2 48 5 56 4.75

46 Mautillo Lysiloma sp. --- Fabaceae 1 1 7 9 0.76

47 Mauto Lysiloma divaricata Ma'goo /Mayo Fabaceae 1 55 2 37 95 8.06

48 Mezquite Prosopis juliflora Júpa Fabaceae 1 1 4 7 36 1 7 57 4.83

49 Palo blanco Piscidia mollis Jöpo Fabaceae 8 8 0.68

50 Palo Brasil Haematoxylum brasiletto Guchasco Fabaceae 3 3 44 9 17 76 6.45

51 Palo colorado Caesalpinia platyloba Cuta síquiri Fabaceae 1 1 2 58 62 5.26

52 Palo fierro Olneya tesota Ejéa/Mapago Fabaceae 1 1 2 0.17

53 Palo zorrillo Senna atomaria Jupachumi Fabaceae 1 1 1 3 0.25

54 Tabachín silvestre Caesalpinia pulcherrima Ta’aboaca Fabaceae 4 6 10 0.85

30

55 Tepehuaje Lysiloma watsonii Macha’aguo Fabaceae 1 1 0.08

56 Teso Acacia occidentalis Teso Fabaceae 2 1 3 0.25

57 Vinorama Acacia farnesiana Kuk'ka Fabaceae 2 2 0.17

58 Causamo Coursetia glandulosa Samo Fabaceae 1 1 0.08

59 Chilicote Erythrina flabelliformis Jévero Fabaceae 6 2 8 0.68

60 Tajuy Krameria grayi --- Krameriaceae 4 2 6 0.51

61 Albahacar Ocimum micranthum Albahacar Labiatae 6 6 0.51

62 Hierba buena Mentha spicata Lamiaceae 6 6 0.51

63 Laurel Laurus nobilis --- Lauraceae 6 6 0.51

64 Granada Punica granatum --- Lythraceae 1 1 0.08

65 Matanene Mascagnia macroptera Sana´roo Malpighiaceae 9 9 0.76

66 Escoba Sida siliaris Jichiquia Malvaceae 1 1 0.08

67 Guácima Guazuma ulmifolia A'jia Malvaceae 2 1 8 2 21 34 2.88

68 Malva Sida acuta Burm. Juya toroko Malvaceae 3 3 0.25

69 Pochote Ceiba aesculifolia Baogua Malvaceae 1 1 1 2 5 0.42

70 Caobilla Swietenia humilis --- Meliaceae 1 1 0.08

71 Limoncillo Trichilia havanensis --- Meliaceae 1 1 0.08

72 Nim Azadirachta indica --- Meliaceae 2 2 0.17

73 Paraíso Melia azedarach --- Meliaceae 1 1 0.08

74 Mora Maclura tinctoria Moora Moraceae 1 9 2 1 12 25 2.12

75 Moringa Moringa oleifera --- Moringaceae 2 2 0.17

76 Arrayán Psidium sartorianum --- Myrtaceae 1 1 0.08

77 Eucalipto Eucalyptus spp. --- Myrtaceae 16 16 1.36

78 Guayabillo Eugenia sinaloaea Guayabilla Myrtaceae 1 8 9 0.76

79 Guayabo Psidium guajava Guaibasim Myrtaceae 14 1 1 16 1.36

80 Buganvilia Bougainvillea spectabilis --- Nyctaginaceae 10 21 31 2.63

81 Maracuya Passiflora edulis --- Passifloraceae 1 1 0.08

82 Carrizo Arundo donax Baaka Poaceae 1 1 0.08

83 Zacate limón Cymbopogon citratus --- Poaceae 2 1 3 0.25

84 San Miguelito Antigonon leptopus Masasari Polygonaceae 1 1 0.08

31

85 Cacachila Karwinskia humboltiana Aroyoguo Rhamnaceae 1 2 3 0.25

86 Saituna Ziziphus sonorensis Baijkaporom Rhamnaceae 7 15 22 1.87

87 Ciruelo Prunus domestica Jottorom Rosaceae 1 1 0.08

88 Ciruelo silvestre Spondias purpurea Juya jottorom Rosaceae 11 11 0.93

89 Mosqueta Rosa spp. --- Rosaceae 1 1 0.08

90 Rosa de castilla Rosa centifolia --- Rosaceae 2 2 0.17

91 Rosal Rosa spp. --- Rosaceae 17 17 1.44

92 Copalquin Hintonia latiflora Tapichoo Rubiaceae 10 2 12 1.02

93 Papachi Randia echinocarpa Josoi´na Rubiaceae 2 33 35 2.97

94 Papachito Randia abcordata Papachio Rubiaceae 3 2 5 0.42

95 Limón Citrus limon Limonim Rutaceae 4 2 6 0.51

96 Naranjo Citrus sinensis Naraasom Rutaceae 3 3 6 0.51

97 Ruda Ruta chalepensis --- Rutaceae 2 2 0.17

98 Toronjo Citrus paradisi --- Rutaceae 3 3 0.25

99 Álamo Populus mexicana Abbax Salicaceae 1 1 2 4 0.34

100 Huirote Serjania mexicana Güirua /Caamugia Sapindaceae 1 2 3 0.25

101 Chapote Achras sapota --- Sapotaceae 1 6 7 0.59

102 Tempisque Sideroxylon tepicense Ca’ja Sapotaceae 17 17 1.44

103 Hierba del manso Anemopsis californica Yerbamanzo Saururaceae 3 3 0.25

104 Ramo de novia Saxifraga stolonifera --- Saxifragaceae 1 1 0.08

105 Petunias Petunia spp. --- Solanaceae 2 2 0.17

106 Toloache Datura (sect. Dutra) inoxia Tebue Solanaceae 2 2 0.17

107 San Juanico Jacquinia pungens Tasiiro Theophrastaceae 1 1 0.08

108 Damiana Turnera diffusa --- Turneraceae 1 1 0.08

109 Igualama Vitex mollis Jubari Verbenaceae 14 14 1.19

110 Toji Phoradendron californicum Pohótela Viscaceae 1 5 6 0.51

111 Jengibre Zingenber officinale --- Zingiberaceae 1 1 0.08

112 Guayacán Guaiacum coulteri Júyaguo Zygophyllaceae 2 2 1 5 0.42

113 Aceitilla No identificado --- --- 1 1 0.1

32

114 Calabaza silvestre No identificado Tetarakka --- 4 4 0.34

115 Chichicamote No identificado Chichivoo --- 13 13 1.1

116 Cola de perico No identificado --- --- 1 1 0.1

117 Espárrago No identificado --- --- 1 1 0.1

118 Gato No identificado Jocosna --- 6 6 0.51

119 Lirio No identificado --- --- 1 1 0.1

120 Margarita No identificado --- --- 5 5 0.51

121 Mata de gloria No identificado --- --- 1 1 0.1

122 Mata de San

Nicolás No identificado --- --- 1 1 0.1

123 Pasto silvestre No identificado Parosvasso --- 6 3 9 0.76

Total 196 237 119 50 38 212 116 211 1179 100

*Md= Medicinal; C h= Consumo humano; On= Ornamental; At= Artesanal; Fr= Forrajero; Cm= Combustible; Dm= Uso doméstico; Ct= Construcciones