Una Lectura Del Parmenides

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    Michel Sauvalwww.sauval.com

    Una lectura delParmnides

    Clase de un seminario dictado en 1994(13 de junio 1994)

    Publicado en el nmero 1 de la revista Acheronta

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    Una lectura del Parmnides Michel Sauval Pgina 2

    Una lectura del " Parmnides"

    En este texto hay fragmentos en griego.Para ello hemos utilizado la fuente greeg.ttf,

    que puede bajarse haciendo clck aqu

    Otra vez el sujeto

    Cuando vimos el Estadio del Espejo sealamos la serialidad que implicaba lo que Lacandenominaba " la cuadratura inagotable de las reaseveraciones del yo ". En la pgina 786 de losEscritos II, en " Subversin del su jeto... ", esto se vuelve a plantear como el problema de lacuadratura, en este caso, del crculo de la significacin. En esa pgina Lacan analiza la clulaelemental del Grafo del Deseo.

    La cuadratura de ese crculo de la significacin, para ser posible, requerira de la completud de labatera de significantes ubicada en A. " Esa cuadratura es sin embargo imposible, pero solo por el

    hecho de que el sujeto no se constituye sino sustrayndose a ella ( a la batera de significantes) ydescompletndola esencialmente por deber por deber a la vez contarse en ella y no llenar en ellaotra funcin que la de la falta ".

    Que la batera significante pudiese ser completa querra decir que en algn lugar hubiese unmetalenguaje. Porque no hay un metalenguaje? Acaso falta algo en el lenguaje? Acaso ellenguaje est mal hecho? Faltan palabras?

    Si fuese as podramos buscar como reparar esa falla, como hacerlo mejor. Ese es el mito de larecomposicin de la babel de los idiomas, punto de origen de la diversidad de las lenguas, a partirde la prdida de la lengua primitiva.

    Lo que descompleta a la batera de significantes, lo que hace imposible un metalenguaje, es lapresencia del sujeto. Sin la intervencin del sujeto no habra incompletud. Esta aparece a partir delhablar.

    Esto est explicado con detalle en la pgina 799, al dar la definicin del significante. Es laintroduccin del sujeto lo que establece una diferencia de funciones entre los dos trminos"significante" que figuran en esa definicin: " el significante es lo que representa al sujeto paraotro significante ".

    Esto hace que la batera de significantes no pueda reunir a "todos" los significantes, puesto que lanica manera de reunirlos a "todos", es que todos tuviesen un rasgo comn, ese mismo quepermitira hacer conjunto de "todos" ellos. Pero la definicin del significante, en la medida en queimplica al sujeto, establece una dualidad de funciones o de rasgos para el significante: uno es elque representa al sujeto, y el otro es aqul ante el cual el sujeto es representado. Tal como lovimos hace unas clases, si hacemos conjunto con los significantes cuyo rasgo general, comn,fuese "que representan al sujeto", nos faltar aqul ante el cual, esos significantes, que acabamosde agrupar en un conjunto, representan al sujeto. Y si hacemos conjunto con los significantes cuyorasgo comn fuese el de ser aquellos ante los cuales un sujeto es representado, nos faltar aquelque, justamente, representa al sujeto ante ellos.

    Como vimos, tambin en esa clase anterior, esta definicin del significante de Lacan contempla laparadoja llamada de Russell. Esta paradoja resulta del hecho de que para poder constituir un

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    conjunto es necesario poder definir un rasgo comn a los elementos del mismo, es decir algo queestara presente en cada uno de los elementos del conjunto. Y la paradoja se plantea cuando nospreguntarnos si ese rasgo comn a todos los elementos del conjunto constituido, ese atributocomn, es, tambin, o no, un elemento del conjunto.

    Ese es el problema lgico que plantea la paradoja de Russell. Y ese es tambin el mismo problema

    desarrollado con toda amplitud en el Parmnides. Lo que Lacan viene a subrayar con la definicin del significante que propone, es que este problemalgico surge en la medida en que hay un sujeto parlante, en la medida en que el lenguaje pasa, desu estructura sincrnica, a la diacrona del despliegue de la palabra, a la diacrona de la serie quese infinitiza en la bsqueda de un lmite, volviendo imposible la cuadratura del crculo.

    La definicin del significante, tal como lo seala Lacan, plantea que sin ese significante ante el cuallos dems representan al sujeto, " a falta de ese significante, todos los otros no representan nada ".Y si "todos los otros" no representan nada, dejan de ser "todos los otros", pues deja de haber eserasgo que les era comn, el de "representar a un sujeto para otro significante". Este rasgo comnes el que hara de ellos, justamente, un "todos los otros", es decir un "todos" definido a partir de laexcepcin que implica el "otros": ser otros que ese para el cual el sujeto es representado. Sin este,

    "todos los otros", primero, no representan nada, segundo dejan incluso de ser "todos los otros",pues deja de estar la referencia respecto de la cual ser ese "todos los otros".

    La paradoja consiste en que no puedo hacer un conjunto de significantes sin que me falte uno. Esemismo que me descompleta a la batera ubicada en el lugar del A, del Otro. Este Otro podra ser unTodo, solo si existiese el Uno que lo limitara, que acotara su incompletud.

    Es imposible hacer un Todo, es decir un conjunto nico, con todos los significantes. Siempre faltaruno. Es imposible hacer un universo del discurso.

    Salvo que admita en ese conjunto la coexistencia de dos propiedades contradictorias para elsignificante (contradictorias porque, por ejemplo, para el caso de la definicin del significante queda Lacan, un significante no puede, representar a un sujeto para otro significante y, al mismotiempo, ser ese otro significante para el cual el sujeto es representado).

    Pero si admitiera esta coexistencia de propiedades contradictorias, la nocin misma de conjunto sedesvanece; el conjunto se revela inconsistente!! .Para salvar esta inconsistencia, lo que es lo mismo que decir: para que la nocin misma deconjunto pueda existir, es necesario que el mismo sea incompleto!! es decir, le falte un elemento.Esto es lo que demuestra el teorema de Gdel.

    La represin primaria, esa falta insalvable de un significante, la falta del S 2, del VorstellungReprsentanz , es, podra decirse, la incompletud que permite que la batera de significantesfuncione, evitando su inconsistencia, pero al costo, justamente, de.... una incompletud!

    Eso es el inconsciente.

    Ya veremos, ms adelante, que en la confrontacin de estrategias que se desarrolla en eldispositivo analtico, podramos decir que la lgica del analizante juega por la incompletud y lalgica del analista juega por la inconsistencia.

    Volviendo a nuestro descompletamiento de la batera de significantes, como ven, el mismo resultade plantear el significante en relacin a la funcin de representacin del sujeto, es decir, al

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    problema de su falta. Por ejemplo, en un programa de computadora, eso no ocurre. All no haynadie a quien representar. Por eso, a ese nivel, no hay malentendidos, no hace falta "ponerse deacuerdo" con la computadora. Y cuando estos problemas se plantean, ello se debe a un"agregado" al programa, como podra ser un virus, por ejemplo, que viene a presentificar ciertadimensin subjetiva, a representar cierta intromisin subjetiva (aunque en realidad no seaexactamente esto).

    El sujeto, para constituirse, tiene que sustraerse, tiene que excluirse. Pero tambin, a la vez, debecontarse en la batera. Debe contarse, pero no cumpliendo otra funcin ms que la de la falta.Cmo contarse sin cumplir otra funcin ms que la de la falta??

    Es la exclusin del sujeto una forclusin? Esa sera la ambicin de la ciencia como discurso: laforclusin del sujeto. Pero, si ese es justamente el sujeto del psicoanlisis, esto implica en algnlado un "retorno" del sujeto. De ah que el sujeto no pueda cumplir otra funcin ms que la de lafalta, pero que, a la vez, deba contarse en la batera.

    Si la forclusin es en lo simblico, el retorno es en lo real. Esto es lo que Lacan intenta articularentre las operaciones de alienacin y de separacin, en tanto con ellas, en particular en laoperacin de separacin, el sujeto se hace ser a partir de una falta. Podramos decir, en cierto

    modo, que una falta en lo simblico, una exclusin, retorna como objeto en lo real. El sujeto haceser de su falta en ser, jugando esa falta en ser en relacin al deseo del Otro, es decir, a la falta enel Otro. Este es el modo como piensa Lacan, a la altura del Seminario XI, la cuestin de este faltare incluirse. Podramos decir que el sujeto falta como significante y se incluye como objeto. Elasunto es cmo faltar en tanto elemento homogneo al conjunto e incluirse en tanto elementoheterogneo al conjunto. Su inclusin como objeto conduce a la inconsistencia del conjunto y sufalta como significante conduce a la incompletud del conjunto. En ambas dimensiones resulta unaacefala subjetiva: ni en el inconsciente, ni a nivel de la pulsin, alguien puede decir "je".

    El fantasma seria el lugar donde estas dimensiones se articulan. Y cuando Lacan seala, en"Subversin del sujeto...", que el neurtico reemplaza el objeto a por la demanda D, lo que estdiciendo es que la estrategia neurtica consiste en intentar hacer significante de ese objeto, que essu manera de hacer existir al Otro, es decir de esconder su inconsistencia por medio de la

    incompletud. Esto es, evitar la castracin del Otro (que se juega al nivel de su inconsistencia)ofreciendo su propia castracin (que es el nivel de la falta, de la incompletud). La transferencia, elamor, es un cierto jugar con la incompletud para evitar la inconsistencia.

    El sujeto del psicoanlisis no es un sujeto permanente, no es un sujeto sustancial. Es un sujetointermitente, pulstil, un sujeto que aparece y desaparece, un sujeto que juega al modo de la

    Aleteia ( Al hqeia ) que veamos la clase pasada, entre el ocultamiento y el desocultamiento; es elsujeto de las formaciones del inconsciente. Esta paradoja es claramente ilustrada por el ejemplo dePiaget retomado por Lacan: " tengo tres hermanos, Pedro, Pablo y yo ". En francs, en esa fraseaparece la diferencia entre el "je" y el "moi: " j'ai trois frres, Pierre, Paul et moi ". "Je" y "moi" noson los mismos. Es lo que claramente seala el "tres" en cuestin. Al nivel del "moi" me estoyinscribiendo, me estoy contando, como un elemento ms, en el conjunto de los hermanos. Pero alnivel del "Je" estoy fuera de ese conjunto, dando cuenta del mismo. El absurdo est en la

    simultaneidad de ambas dimensiones. La manera "normal" de constituir el conjunto de loshermanos es excluyndome del mismo; diciendo que "tengo dos hermanos: Pedro y Pablo". Elejemplo es absurdo por yuxtaponer las dos dimensiones, como un defecto y un exceso que secontradicen. Pero as es como define Freud a sus primeros sujetos histricos: un exceso deenerga en ciertas representaciones y, a la vez, una falta de energa en otras. El sujeto est entrela insistencia "exagerada", por decirlo as, del sntoma, y la "ausencia" de la amnesia.

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    Podramos decir que las formaciones del inconsciente son los momentos en que la incompletud oinconsistencia del conjunto entran en juego, o se manifiestan. Los problemas a los que conducetodo esto es que, como bien dice Miller, en psicoanlisis no podemos operar sin el Uno. Pero lacuestin es, justamente, el estatuto de ese Uno. La identificacin viene a testimoniar de la falta, deun "dficit", para el sujeto, de un Uno. Como dijimos, el sujeto no puede inscribirse como Uno, sinocomo falta. Pero esto no quiere decir que no hay Uno. Lacan tendr, a partir del seminario XIX, unade esas sentencias habituales en l, que dice que " Il y a d' l' un " (algo as como "hay de lo Uno").Toda la cuestin, lo repito, es el estatuto de ese Uno. Y del estatuto de ese Uno depende elestatuto del Otro. En el texto " ... ou pire ", de Scilicet nmero 5, Lacan dice que la confusin de losanalistas es la misma que la confusin plotineana, " aquella que aprovecha a la defensa eilustracin del amo ". La confusin Plotineana es la de los neoplatnicos, la q ue se funda en lalectura que estos hicieron de la primera hiptesis del Parmnides de Platn 1. La confusin de losanalistas consiste en que "suspiran" por este Uno, a diferencia de una mujer, que no "suspira delUno, siendo del Otro, a tomar en los trminos del Parmnides". Por eso es que vamos a comentareste dilogo. Para ello vamos a comentar tambin algunas clases del seminario " Ce qui faitinsigne " ("Lo que hace insignia " seminario 1986/7) de J.-A. Miller, y el libro de Cornford " Platn yParmnides ".

    El debate sobre las Formas

    El dilogo consta de tres partes.

    En la primera Platn deja entrever algunas de las dificultades que suscita la teora de las Ideas; enla segunda traza los rasgos principales del mtodo que permitira salir de esas dificultades; y en latercera se aplica este mtodo a la Idea Suprema, la Idea de la Unidad.

    Las dos primeras partes se desarrollan como un dilogo entre Scrates y Parmnides, luego deuna breve introduccin entre Scrates y Zenn.

    La tercera parte es donde se desenvuelven las llamadas hiptesis, en un dilogo entre Parmnidesy Aristteles, que ms que dilogo es un monlogo, puesto que las intervenciones de Aristteles sereducen al nivel de un "claro que s", " claro que no", "lgicamente", "por supuesto", "no podra serde otra manera", etc.

    En las dos primeras partes, Scrates defiende la teora platnica delas Ideas, distinguiendo, de unlado las cosas con su multiplicidad, y del otro las Formas en si. Si los trminos Formas e Ideas lesparecen "raros", consideren, o hagan de cuenta, que lo que Scrates y Platon llaman Formas seralo que nosotros llamamos significantes. En ese sentido, podramos decir que la tesis de Scrates,entonces, es que no hay contradiccin al nivel del significante, que no hay predicacincontradictoria al nivel del significante.

    La tesis de Scrates es la de la auto predicacin del eidoj . Las cosas terrenales podrn ser

    contradictorias, podrn ser unas y mltiples. Pero al nivel de las Formas, la contradiccindesaparece, se revela aparente.

    Esto es lo que el Parmnides viene a cuestionar. Lo que este dilogo seala es que lacontradiccin surge en el seno mismo del mbito de las Formas.

    1 Disponible en castellano, aqu: http://es.scribd.com/doc/122823485/Parmenides

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    F. M. Cornford subraya el acuerdo general que habra en que la teora aqu desarrollada sobre lasFormas sera la misma que Platn expuso en el Fedn. Esto es importante, segn Cornford, parados cuestiones.

    La primera es que segn esta teora, y tal como recin lo exponamos, el carcter contradictorio delas cosas queda explicado por el hecho de que participan de Formas diferentes. Esto, por lo tanto,

    traslada el problema de la contradiccin al nivel de las Formas en s. Al respecto, Cornford sealaque cuando Scrates le dice a Zenn (al comienzo del dilogo) que lo que le extraara, o lo que losorprendera, sera que alguien pudiera mostrarle que las " formas se pueden combinar entre ellasmisma o separarse unas de otras "(129.e.), esto no debera entenderse como que las formas nopueden combinarse en ningn modo, sino que debe leerse desde las indicaciones del Sofista,prrafo 125.c y siguientes, donde se seala que dos formas se combinan cuando permaneceneternamente en una relacin tal que sus nombres pueden aparecer en un enunciado afirmativoverdadero de un cierto tipo (como por ejemplo "el movimiento existe") y estn separadas enenunciados negativos verdaderos (como por ejemplo "el movimiento no es el reposo").

    En otros trminos, esto quiere decir que para Platn est claro que las Formas no puedenexplicitarse si no es en cierta relacin con las dems. No se trata de que de que las Formas estnaisladas entre s. Ese no es el problema en cuestin. Lo que Scrates acenta, subraya, en ese

    prrafo, es que la crtica de Zenn, para ser vlida, debe desarrollarse, no al nivel de las cosasterrenales, sino al nivel de las Formas. En ese sentido, el problema que empieza a plantearse aquya no es solo el de la relacin de las formas con las cosas, sino el de la relacin entre las formasmismas.

    Por eso me pareci importante presentarles previamente el anlisis que hace Heidegger del mitode la caverna, pues es ah donde est desarrollada la "esencia", por as decirlo, de la teora de lasformas de Platn, en particular la cuestin de la relacin entre ellas, solucionada por la va deplantear un ente, es decir, una forma, como suprema, erigiendo a una de las formas, el sol, en unaforma fundamental para todas las dems formas, en tanto la forma que posibilita la existenciamisma de las formas y la que establece las relaciones posibles entre ellas.

    La segunda cuestin que Cornford subraya del Fedn es la asociacin que realiza Platn entre la

    separacin ( cwrismos - khorisms) de las formas respecto de las cosas, y la doctrina de laexistencia separada del alma respecto del cuerpo. Esta existencia separada de un alma conscientee inmortal trae aparejada consigo la existencia separada de las Formas. Y ambas teoras se unenen la doctrina de la Anamnesis, que aparece por primera vez en el Menn.

    Segn Cornford, las crticas que Parmnides comienza a desarrollar contra Scrates son crticasque iran dirigidas a la teora de las formas tal como esta es desarrollada en el Fedn. Estascrticas, que se desarrollan en la primera parte del dilogo, podran ordenarse bajo tresencabezados.

    1. la cuestin de la "extensin" del mundo de las Formas: cuntas son?, para qutipo de cosas corresponde una Forma?

    2. el problema de la "participacin" de las cosas en las Ideas, es decir de la relacinentre las cosas y las Formas 3. las consecuencias de una eventual imposibilidad de dar cuenta en forma inteligiblede esa relacin entre las cosas y las Formas, es decir, la cuestin de una eventualincognoscibilidad de las Formas.

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    1 Parte

    La forma misma en que Parmnides inicia su pregunta por la existencia de Formas es interesantepues distingue, al preguntar, entre a) las cosas concretas, b) el "carcter" inmanente que poseenlas cosas, y c) la Forma separada:

    "Crees que existe algo as como la Semejanza en s, separada de la semejanza que poseemosnosotros?" (130.b). Veremos ms adelante qu problemas anticipa esto.

    Miller, por su parte, subraya la cuestin del tipo de agrupamiento en que Parmnides vaclasificando las cosas y las formas correspondientes, en la delimitacin de la extensin del campode las mismas: las formas matemticas, las formas morales, las formas de las especies de seresvivos y de los cuatro elementos, y, finalmente, las formas de las cosas insignificantes, sucias, etc.Este ltimo agrupamiento sera, para Miller, uno de los puntos en que ms se acerca Platn a lacuestin del objeto.

    El segundo grupo de objeciones que desarrolla Parmnides aborda la cuestin de la"participacin". La cuestin que se plantea es si existe o no, para cada caso, una Forma separaday nica (130.c). La "participacin" de las cosas en la Forma plantean bsicamente las siguientesvariantes: que la Forma est, o toda ella, o partes de ella, en cada cosa. Con lo cual resultan losproblemas de su reproduccin al infinito, o de su divisibilidad al infinito, respectivamente.

    Desarrollando los absurdos a que cada variante conduce, Parmnides concluye en la imposibilidadde esa "participacin"

    La trampa aqu es la misma que implementaba Zenn al jugar con la confusin entre continuidad ydiscretizacin. (si una cosa es continua es divisible en infinitas partes, y si una serie de cosasdiscretas participan de un carcter, este es infinito en su extensin).

    Luego, Parmnides retoma el argumento conocido como " del tercer hombre " (o msgenricamente de la duplicacin de la Forma), que es el que resulta de la triparticin que

    comentbamos en el modo de iniciar sus preguntas sobre la extensin del campo de las Formas.Parmnides seala que la Forma y las cosas que participan de ella comparten algo en comn : el"carcter", lo cual desdobla a la Forma en dos (ella misma y el carcter), abrindose as unproceso de infinitizacin.

    Luego de estas objeciones, y para poder evitarlas, a Scrates solo le queda la posibilidad depensar que las Ideas no tendran una existencia independiente sino que seran el producto delpensamiento, solo existiran en el "acto" del pensamiento. Esta dimensin de acto es, segnCornford, el sentido que corresponde, de acuerdo al contexto, a la expresin " en yucais ", "en lamente" (132.b).

    Pero para Parmnides esto no es posible, primero porque todo acto de pensamiento debera tenerun objeto (entendiendo por tal algo independiente o externo al acto de pensamiento), y segundo

    porque, de ser cierta la sugerencia de Scrates, la "comunicacin" sera imposible. Para algunos este tramo de la discusin vendra, sino a refutar, al menos a discutir, la tesis delParmnides real que deca que " pensar es lo mismo que ser " (to gar auto noein estin te caieinai ). De todos modos, esta sentencia del Parmnides real es algo que debe leersecuidadosamente. Les recomiendo el anlisis que hace Heidegger de ella.

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    Estas son cosas importantes para nosotros. Ya las vamos a retomar cuando leamos algunasclases del Seminario XIV de Lacan y estudiemos el tratamiento que ah hace del cogito cartesiano,es decir de las relaciones entre ser y pensar.

    Por ahora digamos que esta asociacin entre la cita del Parmnides real y la ubicacin, en eldilogo, de la existencia de las Formas en el acto de pensamiento, no deja de jugar sobre una

    confusin entre el ser y las Ideas, que es la que comentamos cuando analizamos el mito de lacaverna, y que es la misma confusin que Lacan atribuye a Plotino (y... a los analistas) entre elUno y el ser.

    Bien, volvamos al dilogo. Si las Formas no pueden residir en el acto de pensamiento, Scratesdebe volver al planteamiento de una separacin de las Formas respecto de las cosas. Plantea,entonces, la cuestin de la "participacin" en trminos de la relacin que hay entre la copia y eloriginal segn el modelo de reproduccin de las imgenes, en trminos visuales, de espejo.

    Esta dimensin especular es importante porque implica lgicamente la cuestin de la luz comomediador y fundamento, cuya funcin aclara el mito de la caverna.

    Parmnides no atiende demasiado a la diferencia de argumento que esto supuestamente

    implicara y retorna al planteamiento de que las cosas y la forma, ahora las copias y el original,compartiran algo en comn: el carcter que las relaciona, y que eso reenva nuevamente a lasremisiones sin fin, a la sucesin al infinito. Motivo por el cual su conclusin es que, directamentelas cosas no pueden participar de la forma!!!

    Para Cornford esta "incomprensin" de Parmnides reducira su argumentacin a una falacia, puesen el razonamiento de Scrates habra una diferencia esencial que consistira en que la"participacin" al modo de las imgenes y su original (el trmino griego es eikasthenai= eicasqhnai ) eliminara, aparentemente, la cuestin tercera del carcter comn entre las cosas yla forma, entre el original y sus copias, y por lo tanto, las remisiones al absurdo. Sin embargo, nodeja de implicar esto un elemento tercero, jugando ah, que es la luz, el Sol, tal como estexplicitado en el mito de la caverna.

    De todas maneras, esta primera parte del dilogo concluye en la posibilidad de la incognoscibilidadde las Formas.

    En realidad, lo que Parmnides ha estado demostrando es que entre las cosas y las Formas hayuna barrera resistente (como la que hay entre el significado y el significante) y que enconsecuencia para abordar la naturaleza de las Formas no conviene partir de las cosas terrenalessino que debemos tener presente que " las Formas son lo que son po r sus relaciones mutuas,tienen su ser por tales relaciones, [y] no por sus relaciones con l as cosas que se lesasemejan en nuestro mu ndo "(133.c y 133.d)

    Como ven, podramos decir que Saussure no invent nada nuevo!!! ;-)

    2 Parte La segunda parte del dilogo retoma esta conclusin para dirigirse a la cuestin del mtodo.

    Si subrayamos la separacin entre las cosas y las Formas, dice Parmnides, las Formas sern loque son, pero no es este un conocimiento que estara a nuestro alcance puesto que, como lascosas, formamos parte de este mundo terrenal. Pero, responde Scrates, si el hombre no tieneacceso a ellas, " no tendr nada en lo que fijar su pensamiento, en tanto no permita que cada cosa

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    tenga un carcter que es siempre el mismo, y al hacer esto, destruir co mpletamente elsignificado de todo discurso " (135.c) (subrayados mos)

    El problema no est entonces en la relacin entre los mundos de las cosas y de las Formas, sinoen la "naturaleza" de las Formas.

    La conclusin es que necesitamos de las ideas/significantes para poder pensar. Parmnides"aceptara", digamos, la teora platnica de la existencia de las Formas. En trminos de Cornford:"de alguna manera es necesario que tengan una existencia independiente, por difcil que seaconcebir la relacin que mantienen con los seres individuales y mutables ".

    El punto es que ya no podemos decir que las Formas existen, as noms. Ya hemos visto en dondetermina esto.

    Por eso Cornford agrega que, " puesto que cualquier definicin es un enunciado sobre una Formaenteramente en trminos de otras Formas ", antes de abordar cualquier definicin es necesariodesarrollar un ejercicio previo que trate de " esta cuestin de la relacin de las Formas entre s ".Este ejercicio debe considerar las consecuencias que resultan de afirmar que algo existe, o quealgo es; y tambin debe considerar la suposicin de que ese algo no sea.

    As lo indica Parmnides en el prrafo 136.c : " en una palabra, siempre que supongas que algoexiste o no existe o que tiene otro carcter, debes considerar las consecuencias que tiene enrelacin a si mismo y a cualquier otra cosa que puedas escoger, o a muchas, o a todas a la vez, ytambin tienes que estudiar estas otras respecto a sus relaciones mutuas y con cualquier otra cosaque hayas podido elegir, ya sea que hayas supuesto que la cosa existe o que no, si tu quieresrealmente descubrir la verdad despus de un duro ejercicio ".

    Como ven de acuerdo con este plan, el desarrollo debera constar de 4 partes. Suponemos laexistencia de una Forma y tenemos:

    1. si la Forma es, qu se sigue de su relacin a) consigo misma y b) con las dems ;y

    2. si la Forma no es, qu se sigue en relacin a) consigo misma y b) en relacin a lasdems.

    Sin embargo las hiptesis desarrolladas por Parmnides, en la 3 parte, son 8 (o 9, segn cmo seconsideren).

    Este es el punto en que el libro de Cornford me result ms til, y en relacin al cual vamos apoder discutir algunas de las interpretaciones que hace Miller. No se trata de nada raro niparticularmente "novedoso". Es siempre la misma cuestin: la polisemia!!

    Repito: por cada afirmacin del tipo de que algo es , deberamos tener dos hiptesis, pero resultaque tenemos, al menos, cuatro.

    Dnde est el secreto?

    Simplemente en fijarse bien si cada vez que decimos de ese algo que "algo es", y luegoconsideramos que se sigue de ello, fijarse bien en si estamos diciendo lo mismo cada vez!!

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    Veremos que hay ms de un sentido en juego en las afirmaciones de que la Forma (para el caso,en esta tercera parte, la que elige Parmnides es el Uno) es o no es .

    Vamos entonces a la 3 parte.

    El "pase" de Parmnides

    La tercera parte del dilogo consiste en una demostracin metdica de que si hay Formas, esdecir, significantes, estos no son iguales a s mismos. Si hay formas, hay contradiccin en esemismo nivel, es decir, no identidad consigo mismo.

    Y ese es el punto en que, en su vanguardismo, el Parmnides empalma con el psicoanlisis, entanto viene a demostrar que el significante no es auto predicativo.

    Es interesante marcar los trminos con que Parmnides accede a desarrollar este ejercicio:

    "No puedo negarme, aunque me siento como el viejo caballo de carreras del que hablaIbico, que tiembla al principio de la carrera de carros, sabiendo por su gran

    experiencia qu es lo qu e le espera . El poeta compara su conducta con su propia situacin al encontrarse, ya viejo, forzado alas lizas del amor, y acordndome de esto yo tambin siento un gran temor al tener queatravesar un mar tan vasto y peligroso. .. (..) .. Os parece bien que, dado que nos hemoscomprometido a jugar este laborioso juego , comience por m mismo y mi propia suposicinoriginal?" (prrafos 136.e, 137.a, 137.b).

    Miller subraya esto del " laborioso juego ", pues el trmino griego que all figura es pragma(pragma ) , lo que indica que se trata de una prctica cargada de "realidad", es una "educacin", unejercicio que no es vaco, sino que est cargado de " objeto ".

    Esto empalma con lo del viejo caballo de carreras de Ibico.

    No es esto, por supuesto, lo ms conocido de Ibico (si es que alguien conoce algo de estepersonaje). Lo que se ha hecho proverbial, a lo sumo, son "las grullas de Ibico".

    Ibico fue un poeta lrico que vivi en el siglo VI A.C. en Grecia. Sirvi en la corte de Policrates enSamos.

    Cuenta la tradicin que muri, anciano, a manos de unos asaltantes, cerca de Corinto. Pero en esemomento pasaron unas grullas por el cielo y el poeta muri diciendo "he ah los testigos de lamuerte de Ibico...". Poco tiempo despus, durante una representacin teatral, en esa mismaciudad, una grullas sobrevolaron el lugar. Entre el pblico se encontraban los asesinos de Ibico,quienes asustados comenzaron a gritar contra ellas, creando la sospecha en torno a ellos. As fuecomo fueron descubiertos y luego condenados por el asesinato de Ibico. De ah el proverbio de "lasgrullas de Ibico" para aquellas situaciones, digamos, en que uno mismo se delata, es decir se vereconocido por ciertos "testigos".

    No vamos a meternos ahora en ms detalles sobre este poeta. Vamos directamente a los escasospoemas que de l nos han quedado (todos ellos sobre el amor), en particular el que ha sido tituladocomo " El caballo reticente ", que es al que hace referencia Parmnides:

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    Eroj aute me kuaneois in upo bl ef ar oij taker ommas i derkomenoj khl hmasi pantodapoij ej apeira diktua Kupidos me Xal l ei h man tromew nin epercomenon, wste f esezugos ippoj ael of ogoj poti ghrai aekwn sun ocesf i qooij ej amil l an eXa.

    La traduccin que hace Robert Brasillach, de cuya Antologa de poesa griega hemos tomado estaversin, es, en francs:

    Ah! Voici que lamour, sous ses paupires noires Me jette de nouveau son humide regard, Voici que par ses mille charmes Il me lance nouveau dans les mailles serres Des filets que tend la beaut.

    Ah! je tremble de voir comme sur moi il marche Je suis comme un cheval sous la bride attel, Qui fut champion dans les temps de jadis,

    Et qui maintenant est rtif Sil faut sur ses vieux jours encore qu'il se mesure Avec de plus vites voitures.

    Al igual que en las otras veces en que hemos tomado como referencias a ciertas poesas, no voy ahacer aqu exquisiteces sobre la traduccin, a menos que sea realmente necesario.

    Esto se podra traducir rpidamente del siguiente modo:

    "He aqu que el amor, bajo sus prpados oscuros, me arroja nuevamente su miradahmeda, he aqu que por medio de sus miles de encantos me lanza nuevamente entre las mallasfinas de las redes que tiende la belleza. Tiemblo al ver cmo avanza sobre m. Soy como un caballo enjaezado que fue campen antiguamente y que hoy es reticente, sien su vejez debe an medirse con los carros ms rpidos ".

    Es sabido que era Scrates quien deca que no saba nada, excepto sobre las cosas del amor.

    Qu podramos decir de Parmnides?

    Creo que es interesante subrayar que esta referencia que Platn coloca en boca de Parmnides,en vsperas del desarrollo de las diferentes hiptesis sobre el Uno, nos permitira decir que este estambin un texto sob re el amor . Parmnides tambin parece saber algo de estas cosas. Por esoLacan puede decir que en este dilogo, Parmnides anticipa el sentido de su frmula " Il y a d' l'Un", es decir de como juega la cuestin del Uno en psicoanlisis, es decir en lo que es una curabajo transferencia, una cura articulada a cierta "forma" del amor.

    Parmnides dice que va a adentrarse en el ejercicio lgico al que lo convocan, del mismo modo enque el poeta anciano se lanza una vez ms al amor. Ambos, el poeta y Parmnides, al igual que elcaballo del poema, saben a dnde conduce eso. Pero no por eso desisten de retomar el camino.

    Aunque quizs, un poco ms prevenidos. Esa es la enseanza que Parmnides le deja a Scrates.

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    Por eso digo que tendramos que considerar al desarrollo que sigue sobre la cuestin del Unocomo un texto sobre el amor.

    El desarrollo que sigue no es entonces un simple ejercicio de retrica, en el peor de los casos, o delgica, en el mejor de los casos, sino un ejercicio cargado de "realidad". Y ese ejercicio es unaenseanza sobre esa "realidad".

    Por eso tambin podramos decir que este texto sera como " el pase" de Parmnides.

    As vamos a tomar las cosas. Y esto no deja de ser una especie de recordatorio para quienespiensen que estamos navegando un poco lejos de las aguas de la transferencia, acerca de la cualse supone que de alguna manera trata este seminario.

    Estas cosas son importantes de sealar, tambin, en relacin a los debates que ha habido en lafilosofa respecto de si este dilogo de Platn debe tomarse como un texto teolgico o como unsimple ejercicio de lgica. Es decir, si este dilogo trata o no de algo substancial.

    Respecto de este debate, Cornford argumenta a favor de la "seriedad" de este ejercicio dialcticocon los mismos textos de Platn. En particular reproduce el prrafo 259.b del Sofista , donde luegode mostrar las ambigedades que rpidamente se pueden hacer ver del "es" y del "no es", dice quelo que importa es " seguir nuestros enunciados paso a paso, y cuando se critica la afirmacin segnla cual una cosa diferente es la misma, o la misma cosa es diferente en un cierto sentido, dar unaexplicacin sobre el sentido preciso y el preciso respecto en el que se dice que son lo uno o lo otro.Limitarse a mostrar que en una forma sin especificar, lo mismo es diferente, o lo diferente es lomismo, lo grande pequeo, lo semejante desemejante, y regodearse en la ostentacin permanentede tales contradicciones de la argumentacin, eso no es hacer crtica genuina, sino que ms biense trata del joven brote de un contacto demasiado reciente con la realidad ". (Subrayado mo)

    Las "hiptesis"

    Vamos a comenzar resumiendo la argumentacin de la hiptesis.

    Las hiptesis desarrollan la cuestin de si "el Uno es" y si "el Uno no es", en relacin consigomismo y en relacin a "los Otros".

    Las dos primeras hiptesis abordan la cuestin de que se sigue, en relacin consigo mismo, de laafirmacin de que el Uno es.

    Si estas hiptesis son dos es porque, inclusive los trminos aparentemente tan simples como "uno"y "ser", trminos que, como bien dice Cornford, " aparecen en el umbral de cualquier discusinmetafsica ", son trminos peligrosamente ambiguos.

    El Uno, to en , puede significar:

    1. La unidad o unicidad en general 2. La unidad de algo que tiene unidad 3. Lo que tiene unidad, algo que es uno 4. El algo uno en tanto que se opone a "otros" unos.

    La palabras usadas para "ser", to on, einai, ousia , son ms ambiguas an. Pueden significar:

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    1. El tipo de ser que pertenece a un ente, exista o no este 2. Un ente que tiene ser en el sentido de ser un trmino que puede ser el sujeto de

    un enunciado verdadero 3. La esencia o naturaleza de una cosa 4. La existencia 5. Lo que tiene existencia, todo lo que existe.

    Esto, amen del uso copulativo de "es" o de la significacin habitual como identidad, como " es lomismo que ".

    En ese sentido, el desarrollo de las diferentes hiptesis evidencia las ambigedades de cada unode estos trminos.

    Y lo mismo se aplica a "los Otros".

    "Los Otros" puede tener tantos significados como "lo Uno" al que se opone.

    Primera hiptesis

    La 1 hiptesis es: El Uno es uno.

    Esto es la auto predicacin.

    El trmino "uno" se usa aqu como excluyente de toda pluralidad. Lo nico que se puede decir elUno es que "es uno". Este Uno permanece separado ( cwrij ) de todos los otros caracteres. Es"uno" y nada ms. Y sigue un largo desarrollo mostrando todo lo que no puede ser, hasta llegar ala cuestin del tiempo. Lo Uno no tiene nada que ver con el tiempo pues no se puede decir ni quefue, ni que ser.

    " Ahora bien - seala Parmnides - slo se puede tener ser en una de esasformas [temporales]. Segn esto, no hay forma en que el Uno tenga ser. Por lo tanto, elUno no es en ningn sentido. Luego, ni siquiera puede "ser" uno "(141.e)

    La conclusin que resulta es que el Uno no es, pues nada se puede decir de l. Si hubiera unaForma que fuese idntica a si misma seria inefable, no requerira de las otras Formas para serdicha o definida, seria absoluta en el sentido de aislada de todo. Es ms, no habra otra cosa paraella que ella misma. Es decir no habra nada ms que ella misma. Pero al no haber otra cosa queella misma, es decir, al no poder decirse nada de ella, ella tampoco existe, tampoco es. No sepuede decir de ella ni que fue, ni que es, ni que ser; ni que est aqu o all o en lugar alguno.

    Es un Uno que no hace lazo con nada.

    El meollo del asunto es la equiparacin del ser con la existencia. Se dice que no puede ser porque

    no puede existir de ningn modo. Esto es importante porque este es el puente que lleva de la dimensin del ser a la dimensin delente, que es para quien corresponde la cuestin de la existencia. Y la interpretacin neoplatnica

    juega sobre este corrimiento.

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    Segunda hiptesis

    Ahora bien, si queremos salir de esa impasse de la auto predicacin, solo podemos decir que "elUno es", a secas, por decirlo as.

    En este caso, a diferencia de en la hiptesis anterior, el Uno y el "es" son dos cosas distintas. Larelacin entre estos trminos es de tener: el Uno "tiene" ser. El Uno es un Ente-Uno. El resultado, luego de otro largo desarrollo, ser que, puesto as, ahora del Uno se puede decircualquier cosa.

    La primera hiptesis planteaba un Uno ms all del ser, y la segunda plantea una pura posicin deexistencia.

    Como lo seala Jean Wahl, la 1 hiptesis tiene la estructura de un juicio analtico y la 2 laestructura de un juicio sinttico, con las consiguientes paradojas que corresponden a cada tipo de

    juicio: el primero concluye en la inexistencia del sujeto del que se predica, y el segundo termina enuna infinidad de posibles atribuciones, y por lo tanto en la imposibilidad de completar una sntesis.

    Cuando la argumentacin de Parmnides llega a la cuestin de la ubicacin en el tiempo,tendremos tanto que el uno es como que el uno no es.

    Esto es lo que se ha separado como una "tercera" hiptesis, anterior a las que resultan decomenzar a analizar que resulta, del "Uno es", en relacin a las dems formas, a "los Otros".

    En esta "tercera" hiptesis (que hara que en total fuesen 9), el Uno es y no es.

    Se trata del carcter de lo instantneo.

    Miller subraya muy bien que cuando Parmnides indica que " no es de la inmovilidad an inmvilque surge el cambio....es ms bien esa naturaleza extraa de los instantneo "(156.d) esa"naturaleza extraa " es, en griego, physis atopos (f usi s atopos ). El Uno de esta "tercera"hiptesis se ubicara en una juntura, que tiene esta estructura topolgica de la "atopicidad", entreatributos contradictorios.

    Miller subraya, en particular, lo que sera, segn l, una participacin pulstil del Uno en el ser.

    Cornford seala, respecto de esta "tercera" hiptesis, que fueron los neoplatnicos quienes laconsideraron como tal, separada de la 2. A este pasaje asign Plotino la tercera de sus"emanaciones" del Uno, en particular la que llama el Alma del Mundo. Luego Hegel habraplanteado que en esta tercera hiptesis se sintetizan las dos anteriores.

    Para Cornford, las dos primeras hiptesis no forman una "antinomia" ni tienen por resultado ser dos

    tesis contrarias que reclamaran una reconciliacin hegeliana. Las dos primeras hiptesis partendesde suposiciones que se expresan con las mismas palabras pero que no son idnticas, muy porel contrario, son diferentes. La primera hiptesis parte la nocin de una unidad pura y simple querechaza todo otra atribucin. La segunda hiptesis, en cambio, abre el camino a la adscripcin deinfinitos atributos, y en particular, de atributos contradictorios.

    Luego vamos a retomar estas cosas.

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    Por ahora, llevados a elegir una u otra numeracin, aunque ms no sea para no perdernos, vamosa seguir con la de Cornford. Es decir, que ahora correspondera seguir con las...

    3 y 4 hiptesis

    Estas hiptesis, son las que resultan de considerar las consecuencias que resultan para las demscosas, para "los Otros".

    La suposicin es la misma que la de donde parte la 2 hiptesis. Si el Uno se define como un EnteUno que es uno y mltiple o un todo de partes, los Otros, al ser una pluralidad de otros unos,forman un todo, del que cada parte es uno.

    Como dice Parmnides, " las cosas otras que el Uno [al l a tou enoj ] son otras por tener partes;... ylas partes son partes de un todo, mientras que un todo tiene que ser un uno que consta de muchosy las partes sern partes de este uno total " (157.c) .

    Y ms adelante: "Por tanto, las cosas otras que el Uno [al l a tou enoij ] tienen que ser un todocompleto que tiene partes " (157.d) (Subrayado mo).

    La segunda parte de la argumentacin pone el acento en que cada parte es a su vez divisible, conlo que esta hiptesis desarrolla, en conjunto, las relaciones entre una multitud ilimitada y la unidad.

    As, por un lado, los Otros pueden ser otros unos que conforman un todo con una pluralidadlimitada de partes, siendo cada una de estas una cosa limitada. Pero si separamos el elementounidad (en tanto lmite), lo que queda es algo ilimitado, un continuo infinitamente divisible. Esto lovamos a retomar cuando veamos la 7 hiptesis.

    Pasemos por ahora a la 4 hiptesis.

    Si la 3 es correlativa a la 2, la 4 parte de las mismas suposiciones que la 1. Si el Uno se definecomo separado por completo de los Otros y absolutamente uno, los Otros no pueden tener unidadni como todo ni como partes, ni pueden ser una pluralidad definida de otros unos. Y, a semejanzade lo que ocurra para el Uno en la primera hiptesis, aqu se concluye que los Otros no puedenser.

    La confusin "Milleriana"?

    Vamos ahora a las clases del 19 y 26 de noviembre de 1986, del Seminario " Lo qu e haceInsignia " de J.-A. Miller.

    Miller asocia "las otras cosas que el Uno", es decir "los Otros", al Ser, en tanto se tratara de lascosas que "son". Y ordena las diferentes hiptesis como diferentes aspectos de las relacionesentre los campos del Uno y del Ser.

    No creo que sea exactamente as como corresponda considerar a "los Otros". Una equiparacin delos Otros con el campo del Ser nos lleva obligadamente, recorriendo el mismo camino que nos haconducido hasta aqu, pero en sentido inverso, a una equiparacin del Uno con el Ser. Si elestatuto del Otro depende del estatuto del Uno, una confusin entre los Otros y el Ser no dejara deser un derivado de una confusin entre el Uno y el Ser, es decir, de lo que Lacan llamaba la

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    confusin "Plotineana". Creo, por el contrario, que las relaciones a establecer son entre los camposdel Uno y del Otro.

    Lo vamos a retomar ms adelante, pero creo que podra decir que es por aqu por donde a Millerse le escapa lo que l mismo llama " la doctrin a secreta de Lacan sobre el Parmnides ". Esta"doctrina secreta" me parece que no es otra que la de que el Parmnides anticipa lo que Lacan

    luego llamar la lgica del no-todo, cosa que Lacan intuy desde el Seminario II. De todas maneras, veamos cmo Miller, en la clase del 26 de noviembre del 86, ordena estas 4hiptesis, que para l son 5, como relaciones entre lo que seran los campos del Uno y del Ser.

    Resumamos las hiptesis:

    1. El Uno es uno. En este caso el Uno estara en disyuncin con el Ser. 2. El Uno es. En este caso el Uno participa del ser. 3. El Uno es y no es. Carcter pulstil de la participacin del Uno en el Ser 4. El Uno es, que se sigue para los Otros?. En este caso el Ser participa de la

    unidad 5. El Uno es uno, que se sigue para los Otros?. En este caso el ser est en

    disyuncin con el Uno.

    Grficamente, las cosas se ordenan as:

    Figura I

    El sector de la izquierda sera el del Uno que no participa del ser. En realidad, si somos estrictos,para la frmula "el Uno es uno, no habra interseccin con ningn otro campo. El nico camposeria el del uno en su auto predicacin.

    En la lnula intermedia tenemos el Uno que participa del Ser de la 2 hiptesis.

    En el sector de la derecha tendramos al Ser en disyuncin del Uno de la 5 hiptesis.

    Y los bordes izquierdo y derecho de la lnula (resaltados) corresponderan, respectivamente, al

    Uno pulstil y al Ser que participa de la unidad (o es limitado por la unidad) de las 3 y 4 hiptesis. Que en lugar del campo del Ser habra que poner el campo del Otro, y que del lado del Uno, hayque ver como pensar al sujeto, en realidad, es algo que el mismo Miller sugiere en la clase anteriorde su seminario, la del 19 de noviembre.

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    All, sobre el final de la clase, ordena, rpidamente, solo las tres primeras hiptesis. Esteordenamiento tambin se plantea entre los campos del Uno y del Ser. Pero lo diferente es quecoloca en el grfico ciertas letras que dan la pista para pensar las cosas de otro modo.

    El esquema que hace es el siguiente:

    Figura II

    A la izquierda tendramos el Uno de la primera hiptesis, el Uno absoluto, que en tanto no puedeser, sera el sujeto barrado $.

    En la lnula tendramos el Uno que participa del ser, S 1. Y a la derecha tendramos el Uno que es yno es de la tercera hiptesis, S 2. De este modo Miller reconduce la trada fundamental de losneoplatnicos al esquema de la alienacin del seminario XI. Y as lo deja.Tampoco lo retoma en la clase siguiente, donde agrega las dos hiptesis siguientes, reubica cadauna de estas, y elimina las letras $, S 1, S 2.

    Tambin nosotros vamos a dejar las cosas ac por hoy. La prxima vez seguiremos con lashiptesis subsiguientes y completaremos la discusin con Miller acerca de esa " doctrina secretade Lacan sobre el Parmnides ".

    Acerca del Uno

    Hoy vamos a terminar el anlisis del Parmnides. Nos quedan por ver las ltimas 4 hiptesis.

    Pero vamos a ver primero como fue tomada la cuestin del Uno por algunos filsofos, en particularlos neoplatnicos, que son aquellos a travs de los cuales nos lleg inicialmente este dilogo dePlatn.

    El Parmnides real fund gran parte de su doctrina de la Verdad a partir de la nocin de lo Uno.

    En el libro de Cornford que hemos estado usando para nuestra lectura del dilogo de Platn,encontrarn tambin un anlisis de esta doctrina, desarrollada por Parmnides en lo que se hallamado su "proemio". Sin embargo, al igual que todos los filsofos, Cornford tampoco puededesembarazarse de la confusin entre el ser y el ente, que es la base de la confusin plotineanaentre el ser y el Uno. Les recomiendo, en ese sentido, las lecturas de Heidegger. En particular hayun texto, con una versin en castellano, que ya hemos mencionado: " Identidad y Diferencia ", en laEditorial Anthropos. Ms adelante comentaremos tambin una Conferencia titulada "Moira", que

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    forma parte de su curso "Qu quiere decir pensar ?", que tambin retoma la famosa sentencia deParmnides de que "lo mismo son ser y pensar"( to gar auto noein estin te cai einai ).

    Platn retom esta especulacin Parmendea sobre lo Uno para su nocin de Idea: toda Idea esuna unidad. El asunto es que aunque cada Idea sea Una, hay una Multiplicidad de Ideas, con locual la Idea se presenta como debiendo participar tambin de la diversidad. Esta "dialctica de la

    unidad", para usar los trminos del Ferrater Mora (F.M.), est desarrollada en los ltimos dilogos,en particular el Parmnides, que es lo que estamos viendo. Segn F.M. "la principal intencin dePlatn en esta dialctica de la unidad es por ventura mostrar que la hiptesis de lo Uno en susdiversas formas conduce a excluir el ser o a negar lo Uno, de modo que no se puede prescindir delo Uno". La cuestin, justamente, es la del estatuto de ese Uno, y correlativamente, del Otro.

    Sigue diciendo F.M. que "la cuestin de cmo es posible concebir lo Uno como absolutamente uno,sin ninguna pluralidad [reconocen supongo, aqu, la 1 hiptesis], y a la vez concebir la posibilidadde que de lo Uno emana la pluralidad fue uno de los grandes problemas que ocuparon a losneoplatnicos". Para estos, en particular para Plotino , lo Uno es la hipstasis originaria , la primeray superior realidad, lo que posee en s mismo su haber, la fuente de toda emanacin. Los seres,las cosas, no son ms que imgenes de esta unidad que es a la vez culminacin y base, origen yfinalidad, punto en que todo se recoge y a lo que todo se remonta.

    Hipstasis es en griego upostasij que deriva de uf ist anai que es un trmino equivalente a einai ,"ser", pero que se usa para subrayar el sentido mismo de "ser", para significar un "ser de modoverdadero", "de un modo real".

    El trmino ousia , "ousa", se usaba para designar la substancia individual, aquello que es siempresujeto y nunca predicado. Pero tambin se lo us para designar la esencia o predicado comn avarias substancias individuales. Se deca entonces prwth ousia (sustancia primaria) para el primeruso y ousia , a secas, para el segundo. Y luego se us upostasij (hipstasis) como equivalentedel primero. La hipstasis es entonces la ousia atomoj , el sujeto en su ltimo complemento. Lahipstasis originaria es esa unidad fundante de todo lo que es, el principio y recapitulacin de lascosas.

    Volviendo entonces a los neoplatnicos, su interpretacin se basa en el Uno de la primerahiptesis del Parmnides, el Uno que carece de atributos positivos y no puede ni siquiera "ser" enningn sentido. A este Uno lo ubican ms all, por encima, del ser y de todos los atributos,identificndolo con la Forma del Bien, en tanto Forma Suprema, equivalente al Sol, to agaqou Idea ,tal como lo vimos en el anlisis del mito de la caverna. Y desde este punto se ordenan lasemanaciones de las dems sustancias.

    En sntesis, para Plotino, lo Uno es el ser del ente, de todo ente . Esto es, justamente, lo que Lacanllama la "confusin plotineana", y Heidegger "el olvido de la diferencia".

    Esta lectura del Parmnides de los neoplatnicos, como tan genialmente lo dice Cornford, "seconvirti en el padre de la teologa negativa medieval".

    Esta interpretacin fue ratificada luego, de algn modo, por Hegel, ya que este especific que lamitad de su propia lgica se basaba en el Parmnides. En particular, de ah deriva la cuenta denueve hiptesis, al considerar la cuestin del "Uno es y no es" como una "sntesis dialctica" de lashiptesis anteriores.

    Para Kant, por su parte, la unidad es uno de los conceptos del entendimiento, una de lascategoras: es el concepto que corresponde al juicio universal, pues en este se toma un conjunto,

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    un "todos", como un Uno del cual se predica algo. La unidad es para l un requisito lgico de todoconocimiento. La idea de unidad no est por lo tanto justificada por la experiencia. El juiciouniversal no necesita hacer pie en la existencia.

    Bien, volvamos al dilogo de Platn. Luego retomaremos estos debates.

    Desarrollo de las ltimas hiptesis

    El anlisis de las hiptesis que siguen parte de la negativa "Si un Uno no es", es decir ei en mh esti.

    Segn Cornford, uno de los propsitos de estas hiptesis es rebatir la tesis del Parmnides real deque "nunca se probar que lo que no es, es".

    Las dos primeras hiptesis se ocupan de la ambigedad del "no-ser" ms que de la ambigedaddel Uno. Lo que en las hiptesis 5 y 6 se intentara distinguir es, primero, algo que es un ente perono existe, y luego, lo no-ente.

    5 hip tesis

    El significado de "no es", en esta hiptesis, no apunta a la negacin del ser, de todo ser, sea deltipo que sea. Eso es lo que se desarrolla en la 6 hiptesis.

    En esta 5 hiptesis, el Uno que no es tiene, no obstante, ser, en cierto sentido. El Uno que no estiene, al menos, la clase de ser propia de cualquier sujeto sobre el que se pueden realizarenunciados verdaderos. En otras palabras, el "no es" recae sobre la existencia de un Ente, pero noniega el ser del Ente. El Uno de esta hiptesis es un Ente Uno, que no existe.

    Pero que no exista no quiere decir que no se pueda hablar de l, que no se puedan decir cosas de

    l. El sentido de esto lo explicita Parmnides al cambiar la expresin, en una misma frase, al tiempoque coloca esta modificacin como equivalente de la anterior. En el prrafo 160.b dice:

    "Ahora tenemos que considerar lo que viene a continuacin, Si el Uno no es (ei en mhestin ).

    Cul es pues el significado de esta suposicin: si una cosa (Uno) no existe (ei mh esti to en )?"

    Es decir, la primera vez dice "si el Uno no es", y la segunda vez dice "si no existe lo Uno"( o "cosauna"). Pero ambas expresiones son colocadas como equivalentes.

    Esto retoma tambin cierto debate que hubo entre los griegos acerca del valor de las negaciones,en el sentido de que un enunciado negativo no tendra significado, en la medida en que le faltarael sujeto. Lo vamos a ver ms adelante. Sigamos con el dilogo.

    Parmnides no dice ni que no exista nada que sea un ente uno, ni que no exista ningn ente, nique no exista la Unidad, ni que no haya nada que tenga unidad. Parmnides usa "no es" como noexiste, aplicado a un ente, y seala que este sentido habilita a construir enunciados verdaderos

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    sobre ese ente que no existe. Y como esta hiptesis, as como la siguiente, se refieren a lasconsecuencias, a lo que se sigue, de la hiptesis, respecto del Uno consigo mismo, la primeraconclusin es que este Uno puede tener muchos caracteres, en particular los que son de tiporelativo.

    Este desarrollo concluye entonces en que ese Uno tiene "ser" en cierto sentido, "tiene que poseer

    el hecho de ser inexistente para asegurar su inexistencia, igual que lo que existe necesita tener elhecho de no ser inexistente para que le sea posible plenamente existir" (162.a)

    As como la 2 hiptesis, que tambin parta de un "ser" como existencia, culminaba en laoscilacin del Uno entre "es y no es", aqu tambin el Uno concluye en la oscilacin entre ser y no-ser. "El Uno inexistente ha demostrado ser algo que se mueve, puesto que admite la transicin delser al no-ser (ec tou einai epu to mh einai )" (162.b).

    Cornford seala que acerca de esta hiptesis hubo muchas confusiones, bsicamente por creerque el Uno en cuestin es el mismo que el de la 2 hiptesis. El problema era entonces que, en esecaso, el Uno participaba del no ser, que a su vez era confundido con la "otredad", ya que en elSofista se habla de la "otredad" como de "lo que no es".

    Lo que a nosotros nos interesa es como se juega ah la negacin, y el estatuto que resulta de eseUno que, an no existiendo, hace hablar de l.

    6 hip tesis

    En esta hiptesis, a diferencia del Uno como ente que no exista pero tena ser de la anterior, elUno es pensado como un no-ente, es decir, sin ningn tipo de ser.

    En este caso, las conclusiones son semejantes a las de la 1 hiptesis: nada se puede decir de l. As como el Uno de la 1 hiptesis, que era puramente uno, es decir, en forma absoluta, este Unotambin culmina en el absoluto no-ser, en la imposibilidad de nombrarse, pensarse o de hablar del.

    Vamos entonces a la hiptesis que nos interesa.

    7 hiptesis

    En este caso, el nfasis retorna sobre el trmino Uno. Ya vimos que en las dos anteriores elnfasis recaa sobre las palabras "no es".

    Adems, lo que se considera a partir de aqu son las consecuencias que se siguen de la negativa"el Uno no es", en relacin a "los Otros".

    En esta hiptesis no se supone la ausencia de existencia de algo que tiene unidad o la ausencia

    total incluso de ser, sino la ausencia de unidad o de algn otro elemento que podra poseerla, peroque, no obstante, se concibe, sin tenerla.

    En otros trminos, en esta hiptesis se supone la ausencia de unidad en el sentido de que noexiste nada que pueda ser llamado " una cosa" ( en ), es decir que hay que indagar si hay algo que,sin ser " una cosa", pueda no obstante, tener algn tipo de existencia.

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    Y en la hiptesis siguiente se supondr la ausencia de unidad como que ninguna cosa tiene ser,como que no solo no hay ningn Uno sino como que no hay ningn ente, ningn "Otros". Perosigamos con esta hiptesis.

    Se supone entonces que no existe nada que pueda ser llamado " una cosa" pero que existen"Otros".

    Para Cornford, aqu reencontramos la dimensin ilimitada de la 3 hiptesis a la que la unidad leaportaba un lmite.

    Pero ahora ese lmite no existe, "los Otros" no son unos . No hay nada limitado en ningn sitio. Launidad, entendiendo por tal el lmite, no existe.

    La primera diferencia que resulta de ello entre "los otros" de esta hiptesis respecto de los de la 3es que si no hay ningn Uno, "los Otros" solo pueden ser otros entre s . Otro ya no significa "otroque alguna cosa". Solo se trata de la otredad como tal. Como dice Parmnides, "los Otros han detener algo respecto a lo cual ser otros. Y que puede ser? No el Uno, pues no hay ninguno. Debenser otros respecto de los otros ( al l a al l hl wn )" (164.c)

    No hay nada excepto multitudes indefinidas que no se miden por ninguna unidad y son sin lmitesdefinidos externos. Estas multitudes o masas presentarn una apariencia de unidad o de nmero,"habr muchas masas de este tipo, cada una de las cuales parecer una, sin serlo en realidad, sino hay ningn Uno " (164.d).

    Cada una de estas masas "con respecto a s misma, no tiene principio, ni medio, ni final"(165.a).

    "Cualquier cosa en la que nos fijemos tiene que diluirse mediante subdivisin "(165.b).

    Es decir, los Otros tienen que ser varios, pues de lo contrario serian Uno. Eso es lo que quieredecir que sean otros entre s. Pero por eso mismo, tambin, est la apariencia de que son unos , esdecir, que son diferenciables los unos de los otros. Pero no son unos , pues rpidamente, en cuanto

    nos acercamos a esa aparente unidad, comienza una subdivisin, la cual conduce a una aparentecoleccin de partes, cada una de las cuales, a su vez, parece una . Pero, a su vez, cada una deesas partes, cuando nos acercamos a ellas, comienzan tambin a diluirse en la subdivisin. Y assucesivamente

    Finalmente, tenemos la...

    8 hip tesis

    .. en la cual se supone la total abolicin de todas y cada una de las "cosas unas", es decir de todoente, con lo cual desaparece el ltimo resto de ser y no queda nada en absoluto.

    "Si no hay ningn Uno no hay nada en absoluto"(166.b)

    Veamos entonces, que cosas podemos deducir respecto del Otro, a partir de estas lecturas, y qusentido tiene lo que Miller llama...

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    "La doctrina secreta de Lacan sobre el Parmnides ?

    Cuando Lacan dice, en el Seminario II, que el A, el Otro, del esquema Lambda, " es el Otro radical,el de la octava o novena hiptesis del Parmnides ", tenemos dos posibles interpretaciones.

    Una es que, sabiendo de los debates acerca de si las hiptesis son 8 o 9, en una sutileza deerudicin est diciendo que se refiere a la ltima, ms all de esos debates. Es decir, que dira"octava o novena", solo para sealar que conoce estos debates. Y que la hiptesis a la que serefiere es a la ltima, que ser la octava en un caso, o la novena en el otro.

    La otra posibilidad es que considere que son 9 las hiptesis y que no se acuerde bien de cul es, sies la ltima o la penltima. Dado que la tradicin, desde los neoplatnicos, ha sido la de considerarque son 9 hiptesis, podramos tomar esta segunda posibilidad y considerar que no se trataforzosamente de la ltima hiptesis, sino de esa, o de la penltima.

    Por la lectura que ya realizamos del dilogo se deduce que lo lgico es que sea la penltima,puesto que la ltima conduce a lo inefable, y esa no es la posicin de Lacan ni de lo que se trataen psicoanlisis.

    Esta referencia al Seminario II importa por dos cuestiones.

    Por un lado, porque nos permite enlazar el anlisis que hemos hecho del dilogo de Platn con lalectura que hicimos anteriormente de los prrafos de "La cosa freudiana " y las relaciones que ahtenamos planteadas entre esa "accin" y el esquema Lambda; entre lo real de la muerte, el signoprimordial de la exclusin que aporta el analista, y la intersubjetividad.

    En ese sentido nos faltara explicar que quiere decir Lacan cuando, en esa misma frase delSeminario II, dice que ese Otro (el de la octava o novena hiptesis) es " el polo real de la relacinsubjetiva ". Es decir que ese estatuto del Otro es uno de los aspectos que debera anticipar, quedeberamos encontrar en, el dilogo platnico.

    Por el otro lado, porque nos permite hacer un puente con la referencia del texto de Scilicet nmero5, ". .. ou pire ", donde Lacan dice que " una mujer es del Otro en el sentido del Parmnides ".

    Un par de pginas antes, en ese mismo texto, Lacan dice tambin que el uso que correspondehacer del Uno en psicoanlisis, "ya est en el Parmnides, por una curiosa anticipacin". Es deaqu de donde saco la idea de titular esta seccin de este seminario, estas clases ltimas, como "ElUno y el Otro". El Parmnides nos anticipa, no solo acerca del uso del Uno en psicoanlisis, sinoacerca del estatuto del Otro.

    En este texto de Scilicet Lacan no hace ninguna referencia a alguna hiptesis en particular. Peroeso no significa que no haya alguna que nos pueda servir en particular. Y en ese sentido, lareferencia del Seminario II da una primera pista.

    A la altura de la enseanza de Lacan de " ... ou pire ", ya estamos en las puertas de las frmulas dela sexuacin. Por lo tanto, lo que deberamos encontrar en el Parmnides es la relacin entre laslgicas que plantean estas frmulas

    Esto es, de un lado la lgica del Uno (o del Todo) y del otro, la del no-todo.

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    No vamos a explicar hoy las frmulas de la sexuacin, pero s podemos decir que para las mismases fundamental la introduccin de una lgica de la cuantificacin. Los cuantores de la lgicasimblica son bsicamente dos: el existencial y el universal. Y lo que importa tener claro, porahora, de estas cosas es que:

    la cuantificacin no expresa ningn orden de lo medible sino, justamente, un

    manejo lgico de lo inconmensurable . es la inexistencia la que funda la existencia ( o en trminos lgicos : es laincompletud la que permite la existencia, es decir la consistencia)

    la existencia del Otro sexo se plantea como existencia lgica, lo cual deja afuera elproblema del ser.

    Esto es importante para no caer en la confusin plotineana, an criticndola. Si Plotino confunde elUno con el ser, el problema no es el de sealar que las relaciones entre ambos son ms complejasque la simple identidad. Si solo le criticramos eso, nuestra critica se reducira a la misma que lehacen los filsofos, que es la de sealarle que "se comi" las dems hiptesis, que no debe olvidarlos desarrollos subsiguientes, etc. Pero de ese modo permaneceramos en el campo de los quepiensan en las relaciones entre el Uno y el ser. Y ese es el costado masculino de las frmulas de lasexuacin.

    Si queremos ser radicales en la dilucidacin del problema debemos ver que no se trata solo de larelacin del Uno con el Ser sino del Uno con el Otro, con un Otro que responde a la lgica del no-todo, y que en ese sentido ubica al problema del ser de otro modo.

    Esto es lo que creo que Miller no percibe, y por eso su esquematizacin de las 4 primeras hiptesis(que para l son 5) con los crculos de Euler, se ordena en trminos de relaciones entre el campodel Uno y el campo del Ser. En ese sentido, su ambicin de presentar sus desarrollos sobre elParmnides como la revelacin al fin de lo que sera " la doctrina secreta de Lacan sobre elParmnides ", no hace ms que subrayar, a mi modo de ver, el punto que a l mismo se le escapa.Y ese punto que se le escapa es la cuestin de la lgica del no-todo que all est planteada.

    Creo que Miller no abandona la idea de reunir al Uno y al Ser. Y que esto es as se revela, meparece, en que su idea del Uno es que este es finalmente "decible", ms precisamente,"inventable", susceptible de existir, lo cual responde, bsicamente, a los conceptos de las hiptesis2 y 3, es decir de cmo concebir un "lmite" que acote a lo infinito.

    Su idea del fin del anlisis no es el "atravesamiento" de la 7 hiptesis, sino la escritura, finalmente,en su famoso "pase", de ese lmite "necesario" a lo ilimitado. Es lo que se deduce de lo que dice enuna entrevista realizada en la revista " L'Ane " y reproducida en la revista " El Murcilago " nmero 3,donde retoma los desarrollos de su seminario " El banquete de los analistas ". Para Miller, lacuestin de cmo definir al analista? debera resolverse " antes de que [este] practique elpsicoanlisis ", es decir, en trminos " de derecho y no solamente aprs coup ", a partir de laautenticacin que podra hacerse de "la transmisin hecha por el sujeto", en el pase, del "elementoirreductible" de su anlisis. " La apuesta sera llegar a cernir el ser-un-analista , fuera de la funcin ".En otros trminos, verificar que un sujeto que ha completado su anlisis est " en condicionesde querer lo qu e un analista debe querer ". Para Miller, " hay un deseo de saber de un tipoespecial que merece ser designado como el deseo del analista ".

    Planteadas las cosas as, queda claro que cuando l se refiere al "deseo del analista", se estrefiriendo al deseo del analista como sujeto .

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    Una lectura del Parmnides Michel Sauval Pgina 24

    Habrn percibido, a lo largo de las clases de este seminario, que no hemos parado, hasta aqu, dediferenciar, de diferentes maneras, al "analista" en tanto lugar, posicin, o funcin, del analistacomo sujeto, trabajador, etc.

    Miller, en cambio, asocia "analista" al analista como sujeto. El deseo del analista pasa a ser as unatributo, ms an, EL atributo, que define al analista como tal, y esto al nivel del "derecho", es

    decir, de " jure ", "a priori ", ms all de toda "funcin". Y su escuela es el conjunto de aquellos quecaen bajo esta rbrica, es decir, aquellos cuyo deseo es "un deseo de saber de un tipo especial ",siendo potestad de quienes ya estn en la escuela, juzgar, o precisar, en cada nuevo caso, si eldeseo del candidato es acorde o no con ese atributo que define al conjunto.

    Toda la cuestin de la relacin del " deseo del analista " con el " deseo del Otro " (que solo puedeser del Otro del analizante), y el lugar de la causa , desaparecen. La funcin del "deseo delanalista" queda subsumida como una adecuacin del deseo del sujeto que hace de analista a undeseo patrn.

    En las clases del 9 y 16 de mayo de 1990 de su seminario " El banquete de los analistas ", Millerasocia el fin del anlisis, es decir el pase, a una invencin "cantoreana" de un transfinito:"La solucin significante de la experiencia analtica es un saber. Es esa invencin la que conduce

    de A barrado al significante del A barrado ( --> ), y podemos decir que esta solucinsignificante puede ser transmitida .. (..) .. es susceptible de ser demostrada a todos ".Esta posibilidad de "inventar" el es la que permitira que el fin de anlisis pueda ser delregistro de la ciencia.. El pase es as una evaluacin del ser del sujeto que ha completado suanlisis a partir de la transmisin que de l hace, es decir de la transmisin del "transfinito" quehaya inventado como cuadro del saber que ha obtenido en ese anlisis. Esa "invencin" seria as,el testimonio de que su deseo es, finalmente, "un deseo de saber de un tipo especial".

    En las clases siguientes Miller acerca el al objeto a , para la construccin del fantasma. Losdesarrollos son largos y muy minuciosos respecto de varios textos de Lacan. No podemos hoyrecorrerlos en detalle. Lo que quiero solamente sealarles es que, en relacin a la cuestin del Sery el Uno, me parece que el planteo de Miller de esa "invencin" y "transmisibilidad" del rene

    nuevamente al Uno con el Ser en esa verificacin del " ser del analista" que es en lo que para lconsiste el pase. Y que si eso no est inmediatamente claro en su seminario de 1986, se aclarapor el de 1990, y sobre todo por su poltica institucional.

    Tal como Miller plantea las cosas, un anlisis deja de ser el desarrollo de la contingencia de unencuentro. La garanta del AE (analista de la escuela) deviene, va el "ser", en la garanta de losanlisis dirigidos por ese AE, ms all de toda particularidad que pueda tener el encuentro delposible analizante con su analista. La operacin que transforma la contingencia en necesarioqueda as abolida por el a priori de la garanta y el tipo de necesariedad que esta implica.

    No vamos a desarrollar ms por hoy este debate, no porque no sea importante, sino por losdesarrollos que requiere el hacerlo seriamente. Solamente agregara que, a mi modo de ver, elpase no habra que pensarlo tanto como un dar cuenta del "saber" que se obtuvo en anlisis en el

    sentido de hacerlo "transmisible", de hacer del objeto a un significante, menos an en el sentido deuna verificacin del "ser del analista"; sino ms bien de que ese alguien de cuenta de cmo se"cur" de su analista , es decir, de cmo se " separ " de ese objeto que l mismo era como causadel deseo de su Otro. Creo que eso orienta mejor para pensar ciertas cosas.

    Para terminar vamos a hacer algunos comentarios...

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    Una lectura del Parmnides Michel Sauval Pgina 25

    ... acerca de la transferencia

    Tal como se los anticipaba desde la primera clase, hemos estado tratando de pensar latransferencia, no tanto a partir de la estrategia de la neurosis sino de la del analista. Es decir, envez de pensar que la estrategia del analista es la respuesta a la de la neurosis, pensar a la de laneurosis, es decir la transferencia, como respuesta a la del analista.

    Puede parecerles trivial el orden, pero no es as.

    El esquema de la estrategia del analista como respuesta a la del paciente queda rpidamenteentrampada en la lgica del saber mdico, es decir, disponer de un hacer, de un saber hacer,acorde a la patologa del paciente (eventualmente, en relacin a lo que discutamos antes,disponer del ser adecuado para el tratamiento de las neurosis).

    El mismo orden de pensar primero cmo es la neurosis, y luego , entonces, qu debe hacer elanalista, ese "luego", por inocente que les parezca, determina las cosas en trminos deantecedente y consecuente, ubicando as a la estrategia del paciente, de alguna manera, en ellugar de la causa. Y rpidamente, el hacer del analista, con todo el trasfondo de tcnicas en que sesumerge habitualmente su "enseanza", se transforma en un intento de responder a la pregunta"qu hago con lo que dice el paciente?", que degrada ese "hago" a un "remedio".

    Esto es por lo menos, algo que cierta experiencia de supervisin de lo que podra llamar analistas"novatos", ensea rpidamente. En efecto, a menudo el paciente aparece instalado, cmodamenteo no, pero instalado en, o ubicado del lado del, objeto a, y el analista preguntndose "qu tiene quehacer", es decir, dividido, S barrado.

    a -------> $(paciente) (analista)

    Lo cual es exactamente el orden inverso de cmo deben ubicarse cada uno de estos "personajes".

    Si un anlisis comienza porque hay acto analtico, esto implica que el SSS (el sujeto supuestosaber) es un efecto , una consecuencia de algo, y no del orden de la causa. A mi modo de ver, esestril pasarse hablando de las diferentes "formas" del amor para tratar de especificar en qu latransferencia, en tanto amor, es diferente a los dems amores, en qu radica el que con "ese"amor sea viable una cura y con "otro" amor eso sea cualquier situacin de la vida cotidiana. Si elpsicoanlisis es una cura bajo transferencia, y por otro lado, eso implica que ah no se trata de unatransferencia "cualquiera", es decir, que no es "la misma" transferencia que la que el pacientepuede tener respecto de otra instancia cualquiera, me parece que la mejor manera de pensar lascosas pasa ms bien por apuntar a aquello que la causa, ms precisamente, a cmo se estructuraese orden de la causa, en el dispositivo analtico.

    Para plantear las cosas de una manera "fuerte", o "extremista", podramos decir que el "tipo" detransferencia que haya, est determinada por el hacer del analista, sin por eso subordinar o

    quitarle importancia a la particularidad del paciente, puesto que ese "hacer" analtico est enrelacin con esa particularidad.

    En cierto sentido, el paciente no va a hacer otra cosa que repetir en acto sus formas de engao.Para decirlo en trminos del Seminario XI, la transferencia " es aislamiento en el presente de supuro funcionamiento de engao " (refirindose al engao del amor). El asunto, entonces, es en qumarco, segn qu modo esto es puesto en juego. Es en ese nivel que hay que pensar la

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    transferencia. Si la transferencia implica el cierre del inconsciente, lo que importa es lo que causaese cierre, es decir, el objeto a.

    Es en relacin a ese nivel que debemos intentar pensar las cosas.

    Por ejemplo, para ser ms concretos, veamos dos tipos de impasses a las que estas discusiones

    sobre cmo "es" o "no es", o sobre como "debera ser" o "no debera ser", la transferencia analtica,lleva, en tanto no aborda este nivel de la causa.

    Por un lado, la cuestin de si es necesario o no que las transferencias analticas y de trabajocoincidan, es decir, la cuestin de si es necesario que los analizantes de cierto analista estn en lamisma institucin que su analista. Si si, por qu si?, si no, por qu no?Insisto, no crean que sean esto trivialidades. No hay que mudarse de ciudad para ver los estragosque esto produce sobre algunos analistas analizantes de aquellos analistas que, msconscientemente o menos conscientemente, propugnan esta coincidencia. Ah tienen latransferencia analtica empleada para producir soldados de "La" causa analtica.

    Otro ejemplo de a donde conduce pensar las cosas en trminos de si la transferencia "es" tal cosao tal otra, son esa serie de sandeces, tpicamente universitarias o acadmicas, de andar a la pesca

    del "signo" de la transferencia: por ejemplo el paciente so con el analista...ya est!! listo !! estcocinado, ya est en transferencia!!

    O las cuestiones de si el paciente est en transferencia desde el primer instante de la primeraentrevista, o de si la transferencia es posterior. Por supuesto que podemos decir que el paciente yaest en transferencia desde que decide ir a ver a un analista. Por algo va a ver a un analista, y poralgo a ver a ese y no a otro. As que, en cierto sentido, "est en transferencia". Pero que tiene quever eso con el anlisis? De la misma manera, por algo estudia una carrera y no otra, o tiene ciertosamigos y no otros. No es eso lo que lo hace estar en anlisis. Entrar en anlisis, esos famosos"comienzos" de los que hablamos todo el ao pasado, esa "iniciacin siempre olvidada ydegradada, eso tiene su importancia. Para decirlo "fuerte", tambin, esa "entrada" solo puede ser elresultado de una interpretacin. Claro que ac en seguida nos topamos con "qu es unainterpretacin". Digo esto porque, en relacin a eso de si la transferencia est desde el principio o

    desde despus, el que la interpretacin sea primera no quiere decir que, en una de esas, esainterpretacin no pueda, en algn caso particular, ubicarse como ya previa a la primera entrevista.Basta pensar en el caso del hombre de las ratas.

    En trminos de debates serios esto sera la cuestin de si primero est la interpretacin o primeroest la transferencia. Y para Lacan esto " es la lnea divisoria entre la buena y la mala manera deconcebir la transferencia ". Para l, la transferencia se instala a partir de la interpretacin.

    Volviendo entonces al tema en general, creo que la nica manera de pensar coherentemente, tantola transferencia como muchas otras cosas, es pudiendo ordenar los lugares, las relaciones, queestablece el dispositivo analtico, poder dar cuenta de la estructura del mismo.

    Por eso el ttulo de este seminario.

    Y por eso las aparentemente tan pocas referencias o desarrollos sobre lo que cierta vulgarizacindel psicoanlisis nos ha acostumbrado a asociar con la idea de "hablar de la transferencia".

    La estructura del dispositivo analtico implica, esencialmente, la cuestin de la puesta en juego deldeseo del Otro, es decir del Otro barrado. Esto es un ordenador fundamental para pensar las

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    cosas. Y eso es lo que est anticipado en la 7 hiptesis como ese Otro sin l mites, ese Otro como"otredad".

    Fjense en el contraste que implicara esto en relacin al mito de la caverna.

    Cmo pensar ese mito en ausencia del Sol? La 7 hiptesis seria tratar de pensar en las cosas

    sin el sol. Puede que les parezca raro, pero no creo que sea una mala metfora de lo que es unanlisis!!

    Este Otro de la 7 hiptesis es, "en apariencia", entero, una cosa una. Pero detrs de esaapariencia solo hay una infinita subdivisin. No es con algo parecido a esto con aquello con loque se encuentra un analizante en anlisis? Esa remisin sin fin de la significacin, que parte deuna aparente coherencia o unidad y comienza a desarmarse. Y luego, cuando se cree haberreconstruido todo de otra manera, otra vez esto se desarma.

    Podra decirse que, mostradas as las cosas, Parmnides no va ms all de la histeria de Scrates.Pero es ah donde tiene importancia no olvidar su referencia al caballo de Ibico: esto no es puraespeculacin con, o sobre, el saber; esto es un juego cargado de pragma , de realidad, de objeto!!

    Lo que la lgica del no todo viene a formalizar es lo inconmensurable, la imposibilidad de lacontabilizacin ltima. En trminos de "La cosa freudiana ", recordemos ese "desentraarformalmente la muerte incluida en la Bildung narcisista".

    El asunto es como pensar un Otro que tenga en cuenta un inconmensurable. Pues, a la preguntade que desea el Otro, el sujeto solo puede responder con la repeticin, es decir, a nivel pulsional. Yesto implica un objeto que no puede reducirse al nivel de la demanda.

    Esto es lo que hace que no hay garanta respecto del Otro, y por lo tanto, mucho menos, respectodel analista

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    Michel Sauval naci en Montevideo,Uruguay, de padres franceses, lo que le hahabilitado dos lenguas y dos nacionalidades:Francia y Uruguay. En los 70 emigr a laArgentina, a la ciudad de La Plata, en cuyaUniversidad Nacional estudi, se recibi deIngeniero Electricista (con "medalla de oro"al mejor promedio), fue Profesor en laFacultad de Ingeniera (en la ctedra " Teora

    de las Mquinas Elctricas ") y trabaj comoinvestigador en el IITREE ( Instituto deInvestigaciones Tecnolgicas para Redes y

    Equipos Elctricos, dependiente de la UNLP)durante toda la dcada del 80.

    Pero esa profesin no sera sudestino. Comenz a estudiar Historia del Arteen la Facultad de Bellas Artes (entre 1984 y1987), hasta que la circunstancia del

    encuentro con un psicoanalista (comorespuesta a una consulta) le dio otro cauce asus sntomas y su historia. Luego de unprimer anlisis, estudi Psicologa en laUniversidad Nacional de Buenos Aires

    (haciendo la carrera en 3 aos: entre agostode 1984 y diciembre de 1987).

    Fue docente en las ctedras de"Psicopatologa " y "Escuela Francesa " en la

    Universidad Nacional de La Plata, y participde la vida institucional psicoanaltica en LaPlata, hasta 1992, cuando se mud a BuenosAires, donde reside y desarrolla su prcticadesde entonces.

    En 1995 fund la revista Acheronta (cuyadireccin ejerce desde entonces), y pocodespus, el portal PsicoMundo , en torno alcual se ha desarrollado una de lasexperiencias editoriales psicoanalticas msimportantes de la Internet de lengua latina(entre cuyas reas cabe destacar el Programade Seminarios por Internet, EduPsi ).

    Ha dictado seminarios y publicadonumerosos artculos y trabajos.

    Practica el psicoanlisis en Buenos Aires y LaPlata

    http://www.acheronta.org/http://www.acheronta.org/http://www.acheronta.org/http://www.psicomundo.com/http://www.psicomundo.com/http://www.psicomundo.com/http://www.edupi.com/http://www.edupi.com/http://www.edupi.com/http://www.sauval.com/turnos.htmhttp://www.sauval.com/turnos.htmhttp://www.sauval.com/turnos.htmhttp://www.sauval.com/turnos.htmhttp://www.edupi.com/http://www.psicomundo.com/http://www.acheronta.org/