teologia liturgica

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TEOLOGÍA LITÚRGICA NDL SUMARIO: I. Premisa terminológica - II. Teología cultual en la antigüedad precristiana - III. En la antigüedad cristiana la liturgia es teología - IV. Naturaleza teológica de la liturgia cristiana - V. La liturgia es "theologia prima" - VI. La teología es distancia de la liturgia - VII. La liturgia, en busca de la teología - VIII. Surge una teología litúrgica - IX. Liturgia teológica, no teología litúrgica - X. Liturgia- teología en el Vat. II - XI. Liturgia-teología en la investigación actual - XII. Para un estatuto de la teología litúrgica. I. Premisa terminológica La liturgia, en el término y en su significado inmediato, parece distinguirse e incluso disociarse netamente de la teología, tomada en el sentido etimológico de la palabra, como tratado sobre Dios. Es lo que de ordinario se arguye a partir del simple análisis de los dos términos: el primero está totalmente en el plano de la acción (griego: leit-ourguía = obra-función hecha para el pueblo); el otro, por el contrario, se mueve total y exclusivamente en la línea del pensar/hablar con/de Dios (griego: theo-loguía). El momento declaradamente operativo implícito en el término liturgia, de uso exclusivamente laico tanto en el mundo clásico griego como en el helenismo, se mantuvo incluso cuando la traducción griega (LXX) de la biblia indujo en él la evolución semántica que le quedaría para siempre como propia, y por la cual liturgia significará ya exclusivamente la acción ritual sagrada reservada al sacerdocio levítico'. [-> Liturgia, I]. Por otra parte, liturgia, aun conservando el sentido operativo original, entraba de hecho en el ámbito de la teología, porque, si ya toda acción sagrada ritual implica necesariamente por su misma naturaleza una relación de diálogo con Dios, esto es tanto más verdadero en la liturgia de la religión revelada del

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  • TEOLOGA LITRGICA NDL

    SUMARIO: I. Premisa terminolgica - II. Teologa cultual en la antigedad precristiana - III. En la antigedad cristiana la liturgia es teologa - IV. Naturaleza teolgica de la liturgia cristiana - V. La liturgia es "theologia prima" - VI. La teologa es distancia de la liturgia - VII. La liturgia, en busca de la teologa - VIII. Surge una teologa litrgica - IX. Liturgia teolgica, no teologa litrgica - X. Liturgia-teologa en el Vat. II - XI. Liturgia-teologa en la investigacin actual - XII. Para un estatuto de la teologa litrgica.

    I. Premisa terminolgica

    La liturgia, en el trmino y en su significado inmediato, parece distinguirse e incluso disociarse netamente de la teologa, tomada en el sentido etimolgico de la palabra, como tratado sobre Dios. Es lo que de ordinario se arguye a partir del simple anlisis de los dos trminos: el primero est totalmente en el plano de la accin (griego: leit-ourgua = obra-funcin hecha para el pueblo); el otro, por el contrario, se mueve total y exclusivamente en la lnea del pensar/hablar con/de Dios (griego: theo-logua).

    El momento declaradamente operativo implcito en el trmino liturgia, de uso exclusivamente laico tanto en el mundo clsico griego como en el helenismo, se mantuvo incluso cuando la traduccin griega (LXX) de la biblia indujo en l la evolucin semntica que le quedara para siempre como propia, y por la cual liturgia significar ya exclusivamente la accin ritual sagrada reservada al sacerdocio levtico'. [-> Liturgia, I].

    Por otra parte, liturgia, aun conservando el sentido operativo original, entraba de hecho en el mbito de la teologa, porque, si ya toda accin sagrada ritual implica necesariamente por su misma naturaleza una relacin de dilogo con Dios, esto es tanto ms verdadero en la liturgia de la religin revelada del

  • Antiguo Testamento, que por definicin es la religin de la palabra de Dios.

    II. Teologa cultual en la antigedad precristiana

    A este respecto es, sin embargo, interesante advertir cmo una relacin directa del culto con la teologa se planteaba tambin fuera del mundo bblico. En efecto, para los antiguos haba una teologa o tratado sobre Dios, que era propia de los sacerdotes, en cuanto que estaba contenida y expresada en el simbolismo de las celebraciones rituales. Ya Tertuliano (Ad Nationes 2,1), y despus Agustn (De civil. Dei 6,5ss), por no hablar de otros escritores cristianos antiguos, nos relatan que Varrn, exponente en esto del pensamiento de sus predecesores griegos y latinos, conoce una triple teologa, que es un triple modo de referirse al conocimiento de Dios: la teologa mtica, que es aquella en que la divinidad aparece en la ficcin potica; la teologa fsica de los filsofos, que estudian lo que son verdaderamente los dioses en s mismos y la relacin que tienen con el mundo; la teologa poltica o civil, que Varrn, citado por Agustn (ib), describe como aquella que "en las ciudades todos los ciudadanos, pero sobre todo los sacerdotes, deben conocer y administrar, estableciendo qu dioses se deben venerar oficialmente, qu ritos y sacrificios se deben realizar y quin es competente para ello". "El culto tiene, por lo tanto, una literatura ritual en las litterae sacerdotum, que se contraponen a los carmina poetarum y constituyen la theologia civilis".

    IIl. En la antigedad cristiana la liturgia es teologa

    En el mbito cristiano el trmino teologa, sobre todo en los padres griegos, adquiere de un modo cada vez ms claro el sentido especfico de tratado "sobre" Dios a nivel de reflexin acerca del dato de la revelacin cristiana; pero conserva al mismo tiempo el elemento cultual, en cuanto que el hablar "con Dios", como acontece en el culto, tambin es teologa. Los testimonios del uso del trmino griego theologua en sentido y con un fondo cultual-litrgico, muy frecuentes en la antigedad cristiana', solamente pueden explicarse como la permanencia,

  • en el mbito cristiano, de la primitiva interpretacin del trmino, que era la de tratado sobre Dios-con Dios: tratado que, provocado por el encontrarse en la presencia de la divinidad en el contexto de una accin cultual, se expresa en formas orales o solemnes (en el canto), esttico-poticas o envueltas en el secreto del silencio sagrado. La fuerza de la raz cultual de theologua en los padres orientales se advierte en el hecho de que en los escritos ascticos representa el punto de mxima ascensin espiritual 5, ascensin que se alcanza y manifiesta en una altsima oracin, llamada precisamente theologua u oracin de alabanza, incensante e ininterrumpida (cntico del triple santo, Is 6,2-4; Ap 4,8-9), transmitida por los ngeles a la liturgia de la iglesia'. La unin de tal modo establecida entre la ms alta oracin mstica y la oracin litrgica, entendida como theologua por excelencia, justifica plenamente la afirmacin de Reitzenstein, segn el cual el monje que ha llegado a ser espiritual (pneumtico) se manifiesta y se sita, precisamente por su theologua, en la posicin de autntico sacerdote.

    De estas breves alusiones, que van desde la antigedad precristiana [-> supra, II] hasta los ss. Iv-v de la era cristiana, resulta claro que existe una teologa estrechamente relacionada con el culto, bien en el sentido de que el culto a la divinidad y sus manifestaciones forman su objeto (teologa civil de Varrn) o de que constituye el ambiente y la ocasin para una teologa (oracin por excelencia). Tanto en un caso como en el otro, la celebracin ritual es el modo tpico de hacer teologa; y esto por la razn evidente de que la celebracin sagrada, por su misma naturaleza, implica siempre una referencia a la divinidad, y da por esto ocasin de hacer teologa. Existe, por tanto, una teologa que hace el rito, y que a su vez se expresa en el rito.

    Esta afirmacin, que nace histricamente de una constatacin de hecho, nos parece que tiene un valor absoluto tal que podra, llegado el caso, prescindir de la constatacin histrica; y que, en consecuencia, permite reivindicar, tanto para el culto en general como para la liturgia en particular, la propiedad de dar origen a una teologa. Ello nos parece importante porque constituye una indicacin, de alguna manera nueva, para una comprensin ms exacta de la naturaleza misma de la liturgia, en el sentido de que dara una nueva profundidad a lo que ya

  • se llama comprensin del aspecto y del dato "teolgico" de la liturgia.

    IV. Naturaleza teolgica de la liturgia cristiana

    En efecto, si consideramos la liturgia como se presenta en la religin revelada, primero juda y despus cristiana, no es otra cosa que la celebracin de un acontecimiento salvfico; y, como tal, es siempre, por su contenido, palabra de Dios, y por su forma hablar de Dios, aunque no se haga con un lenguaje cientfico, sino con el lenguaje simblico propio del obrar ritual.

    El poder teo-dialgico, propio de la celebracin de un acontecimiento salvfico relativo al hombre, es el que, al tiempo que constituye la celebracin en cuanto autntica liturgia (accin de culto a Dios), garantiza su incidencia espiritual en el hombre, precisamente porque se desarrolla, de por s, necesariamente a travs de un dilogo entre el hombre y Dios. Por otra parte, al ser la liturgia una teologa en accin simblico-ritual, puede acontecer que el componente ritual adquiera el rango de valor operativo vlido en s mismo, con la consecuencia de que el lenguaje simblico pierda su fuerza, y as la liturgia no sea ya verdadera porque ya no es un dilogo teolgico, sino solamente una accin humana.

    El hecho se verific de manera ejemplar en el judasmo: a medida que se afirmaba en l la ordenacin levtica del culto, la atencin se concentr progresivamente en la ritualidad de la accin cultual, y menos sobre el acontecimiento salvfico divino, que era su contenido. La consecuencia fue que la celebracin acab por ser un puro ritualismo y dej de ser teologa en dimensin ritual; y al mismo tiempo se cre una situacin nueva, por la que el hebrasmo quedaba minado desde la base.

    Nacido como una religin caracterizada por un culto que por institucin perteneca a todo el pueblo, todo l llamado a una actividad sacerdotal que se deba explicitar no tanto en formas cultuales externas cuanto en "si escuchis atentamente mi voz y observis mi alianza" (Ex 19,5-6), el judasmo no poda permitir que su propia religin dejase de ser ese culto que

  • deba ser: un culto esencialmente teolgico; habra sido renegar de sus propios orgenes. Por eso surgi entonces el fenmeno del profetismo, que se convierte inmediatamente, con la posicin antirritualista que asume y lleva ininterrumpidamente hacia delante, en el signo de una profunda escisin en el seno mismo del hebrasmo. En efecto, mientras que el sacerdocio levtico es el representante de un culto ritual mudo, el profeta aparece como el portador de la palabra de Dios (teologa), con vistas a un culto espiritual. El hecho crea una situacin, aparentemente anormal, de escisin cultual; pero ser precisamente la enseanza de los profetas la que har comprender que puede ser eliminada y que el judasmo puede reencontrar su unidad cultual si se acoge nuevamente en el culto la palabra de Dios, de modo que ste reasuma su primitiva dimensin teolgica ((cf Is 1,10-20; 29,13-14; Jer 7,21-28).

    Es lo que de forma emblemtica se lee en la visin de Is 6,1-13: cuando es el mismo profeta, el hombre de la palabra de Dios, el que toma parte en la celebracin litrgica en el templo, las cosas cambian. La celebracin no es ya solamente el rito externo que Dios rechazaba tan abiertamente por boca del mismo profeta (Is 1,10-15): ahora reasume todo su valor teolgico originario. La accin ritual desaparece de la perspectiva del profeta; en su espritu primero (Is 6,3) resuena "la alabanza de la santidad" de Dios en el canto de los serafines (que la tradicin litrgica cristiana calificar expresamente como teologa [-> supra, III, correspondiente a la nota 71); despus, en el espritu del profeta, movido por la visin de Dios (v. 5), recomienza ese dilogo con Dios que debe ser la razn de todo verdadero culto. El mensaje de la visin de Isaas es claro: Dios no quiere sacrificios, sino que se escuche su voz (Jer 7,21-23; Sal 39,7-9) y que se ofrezca la oracin de alabanza en recuerdo de sus beneficios (Sal 39,10-11; 49,14-15.23; 50,17-18; 68,31-32). De este modo el culto deja de fundamentarse en "tradiciones humanas" (Is 29,13) y recupera la dimensin teolgica que la revelacin le ha dado al enfocarlo desde el primer momento (Ex 19,5-6) como un dilogo con Dios.

    Un mensaje anlogo, no dirigido sin embargo a una restauracin del verdadero culto en el templo, como en Isaas,

  • sino a una recuperacin del verdadero culto inclusive fuera o sin el templo, es el de Ezequiel en la visin que abre su libro (Ez 1-3). La visin, que renueva en tierra extranjera la gran aparicin doxolgica ya contemplada por Isaas dentro del templo, lugar sagrado por excelencia, quiere hacer saber a Israel que, aun habiendo perdido todo el aparato operativo-ritual de su culto --templo, altar, sacrificios (Dan 3, 38) e himnos sagrados (Sal 136)--, no debe alimentar la persuasin ni la desesperacin de no tener ninguna posibilidad de dar culto a Dios. Israel debe comprender que no es cuestin de tener un templo o un ritual para poder encontrar a Dios; y si piensa que no tiene ni siquiera un sacerdote en Ezequiel (Ez 1,3) en torno al cual reunirse, slo porque l es tambin un deportado que se encuentra privado de todo su ritual, no ya en el templo sino a orillas del canal Kebar (1,1), debe cambiar de opinin. Israel podr dar verdadero culto a Dios reunindose en torno al profeta Ezequiel, porque como tal ha sido puesto por Dios en medio de los israelitas en la deportacin (2,5); acoger la palabra que l les lleva (3,4.11) ser recuperar el culto que agrada a Dios, ese culto que en la escucha de la palabra y en la fidelidad a la alianza har de nuevo a todos, hoy en el exilio como entonces en el desierto, sacerdotes de Dios (Ex 19,5-6). El culto es verdadero aunque carezca de ritualidad, con tal que sea plenamente teologa.

    Y es lo que suceder. Con la vuelta a la enseanza de los profetas, el exilio ser para Israel lo que fue una vez el desierto, que precisamente se haba caracterizado por el culto de un pueblo de sacerdotes que no tenan sacrificio (Am 5,25; Jer 7,22-23), pero que estaban a la escucha de la palabra (Ex 19,5-6). As Israel concentrar en el exilio su propio culto en torno a la palabra de Dios y a la sinagoga, o sea, la asamblea sagrada semanal; y revitalizar todo el aspecto teolgico del culto, restablecindolo a partir de aquel dilogo de Dios con el pueblo que ya tuvo lugar en el Sina (Dt 5,1.22) y que marc la caracterstica fundamental del culto segn la revelacin: ser momento de encuentro con Dios y con su gloria en la escucha de su voz (Dt 4,10-13; Ex 33,7-11).

    Vista en el conjunto de la historia de la salvacin, esta reapropiacin teolgica del culto con arreglo a la revelacin seala, en el AT, la proximidad del momento en el que el

  • ritualismo cultual perder definitivamente su importancia, para ceder su lugar a un culto que se centrar exclusivamente en la palabra de Dios. Cuando el evangelista Juan, el telogo por excelencia, proclame en sntesis todo el misterio de la encarnacin del Hijo de Dios dicindonos que "el Verbo se hizo carne y habit con nosotros" (Jn 1,14), dar a la encarnacin una dimensin propiamente cultual: la humanidad que acoge a la Palabra-Dios se convierte en la nueva "tienda de la reunin" (Ex 40,1ss). En otras palabras: en el NT el culto a Dios, evocado por la alusin a la tienda del xodo, tendr lugar slo en la medida en que se acoja a la Palabra-Dios; se hace, por tanto, teologa. Es lo que se expresa en la conocida sentencia de un famoso monje del desierto: "As pues, slo oras verdaderamente cuando eres telogo; y slo eres telogo cuando oras verdaderamente".

    En realidad, la liturgia cristiana, en cuanto celebracin del misterio de Cristo, no es otra cosa en el fondo que la actualizacin sacramental continuada de aquel primer acontecimiento por el cual la Palabra-Dios se hizo carne. La palabra de Dios que anunciaba la salvacin se condens en Cristo en otros tantos misterios, que fueron revelaciones reales y concretas de la salvacin prometida en aquella palabra, y que ahora en la liturgia constituyen todava y siempre del mismo modo momentos en los que esa palabra se va realizando en los hombres como se realiz en Cristo. En Cristo la realizacin de la palabra de la promesa tiene lugar en el plano existencial: la existencia misma de Cristo, paradigma total en su ser y en su obrar de la palabra, consisti en hacerse-carne de la palabra. En este sentido y por esta razn la actuacin de la palabra en Cristo no aconteci ni se expres en una liturgia, entendiendo el trmino en el sentido de una accin ritual, sino que fue la verdadera y suprema teologa, porque la actuacin de la palabra en Cristo naca de un conocimiento de Dios que era el fruto inmediato de la unin inseparable existente entre la humanidad de Cristo y la persona divina de la Palabra-Dios. Esta actuacin de la palabra de la promesa, que en Cristo llega a ser salvacin concreta de la humanidad, es nica, siendo "redencin eterna" (Heb 9,12), y no puede ser repetida. Sin embargo, por ser una salvacin personal de los individuos,

  • puede y debe ser comunicada: es lo que sucede mediante la celebracin litrgica.

    En efecto, en la liturgia el nico acontecimiento salvfico de Cristo se hace presente a travs de los smbolos, y as se comunica a quien quiera, como Cristo, realizar la palabra. La actualizacin de la salvacin para los individuos tiene lugar, pues, en la liturgia, o sea, por va ritual y sacramental: en efecto, no puede darse una nueva actuacin, sino solamente presencia y comunicacin de lo que ya se realiz en Cristo. De este modo la realizacin de la palabra que tuvo lugar en Cristo como pura y suprema teologa, actualizndose en los cristianos por la va de la liturgia, es decir, segn una dimensin sacramental, no deja de ser igualmente una teologa, o sea, fruto del conocimiento de Dios transmitido por la palabra.

    Por esta naturaleza sacramental que le es propia, la liturgia cristiana es fundamentalmente y por su origen una teologa; y as la escisin, observada en el AT, entre sacerdocio y profetismo, que es despus escisin entre liturgia y teologa, entre culto y vida, queda nueva y definitivamente sanada. En efecto, la liturgia cristiana es esencial y existencialmente teologa, porque es siempre palabra de Dios reconocida en la realidad que adquiere en el rito simblico. Esto explica suficientemente por qu en la poca patrstica se pens y se vivi la liturgia como un momento especialmente feliz, de autntica teologa.

    En efecto, la liturgia conserva su dimensin cristiana, que no se agota en pura y vaca ritualidad, en tanto en cuanto mantiene su original nivel teolgico, que es el de ser conocimiento experimental de Dios, tal como nos viene de la actualizacin de la palabra ya realizada por Cristo y ahora representada en el rito, el cual no es otra cosa que la figuracin-representacin simblica de la palabra de Dios; en una palabra, teologa en accin.

    Cuando 1 Cor 11,23 nos presenta "la cena del Seor" como una tradicin (pardosis), quiere hacer manifiesto de inmediato que ese rito no es solamente un hecho operativo cuya realidad estriba en ser realzado.

  • El uso del trmino tradicin, que est en el plano de la enseanza mistrica, nos indica que el rito es ante todo portador de un significado que hace referencia a Cristo, y en consecuencia se realiza por lo que es, se hace una teologa simblica a nivel ritual; en efecto, es proclamacin del valor eterno ("hasta que vuelva") de la muerte del Seor. En el cristianismo, por encima de los ritos, hay siempre un hecho de revelacin, que es teologa en el sentido ms fuerte del trmino, y por esto toda profesin de fe es una tradicin (1 Cor 15,3); o sea, es tal que del estado de anunciacin debe pasar necesariamente al de realizacin en la celebracin litrgica (Rom 6,4s), que se revela por tanto como un momento teolgico por excelencia, en cuanto revelacin recibida y vivida de un modo concreto.

    V. La liturgia es "theologia prima"

    En este sentido, precisamente en la antigedad, sobre todo en Oriente, la liturgia se consideraba como theologia prima, ya que representa el primer momento en el que la profesin de fe, transformndose en praxis vivida, llega a ser el primer lenguaje teolgico concreto que se ha encontrado en la iglesia como fundamento de toda reflexin ulterior dirigida a la comprensin de aquello que, como dictado simblico, se presentaba a los fieles en la liturgia, y que formar precisamente lo que desde una perspectiva justa se debe considerar una theologia secunda, si se ve en relacin con la primera, es decir, con la teologa puesta en acto por la liturgia.

    Es lo que se verifica, en efecto, en el plano histrico, porque la denominada teologa de los padres de la iglesia naci y ha llegado hasta nosotros como explicacin del contenido de fe expresado y vivido en la liturgia; por lo que se puede afirmar con razn que de la teologa predicada y vivida, que era la liturgia, ha brotado la teologa como reflexin sobre la liturgia. Contrariamente a lo que se podra esperar, es incuestionable que la liturgia es ya una expresin completa de la fe cuando la reflexin teolgica todava comenzaba a desarrollarse; y as la tradicin litrgica se convirti en la primera y ms universal verificacin de la ortodoxia en la fe

  • Despus de la poca de los padres, se puede decir que no hay teologa diferente de la que se expresa en la liturgia, y cuando en los ss. tx-x comienza, con el renacimiento carolingio, un relanzamiento teolgico, ste gira principalmente sobre la liturgia, con el fin de dar una visin teolgica de esta ltima. Aunque esto sucediese siguiendo la interpretacin aleg-' rica de Amalario de Metz o el realismo espiritual de Floro, Agobardo de Lyn, Pascasio Radberto de Corbie, el "espiritualismo conceptual

    " de Ratramno o la simple comprensin literal de la

    plegaria eucarstica, como tena lugar en las muchas "Expositiones Missae" de la poca, se trataba siempre de hacer vivir en la celebracin su momento teolgico: conocimiento del misterio de Cristo en la experiencia concreta que de l daba la liturgia.

    VI. La teologa se distancia de la liturgia

    Desgraciadamente, despus de la poca de los padres el rito fue perdiendo gran parte de su transparencia y, al imponerse precisamente por el gran peso ceremonial que haba asumido, se presentaba en la prctica como una realidad en s misma sagrada y sacralizante, con un valor salvfico objetivamente activo: un contenedor de gracia, que solamente esperaba a ser administrada, distribuida y aplicada "pro vivis et defunctis". La liturgia ya no es ocasin ni razn de ser de la teologa, y vuelve a ser como haba acontecido en el hebrasmo lo que lleva inscrito en el nombre: una operacin sagrada. En otras palabras: la liturgia tendr siempre en el misterio de Dios en Cristo su propio contenido esencial (objectum formale quod), pero ahora lo poseer tan slo para transmitirlo operativamente; es decir, de tal modo que la accin litrgica ya no ser teologa, o sea, ya no ser vista como revelacin actual y experimental (objectum formale quo) de la fe.

    La liturgia, al no ser ya la theologia prima, no es teologa en ningn sentido, sino slo ritualidad desnuda; y as la teologa que va naciendo no ser una theologia secunda, sino simplemente la theologia, o sea, un conocimiento, o ms bien una ciencia de Dios, en la que las profesiones de fe asumen las funciones de primeros principios de la ciencia que precisamente se quiere construir de un modo cientfico. Las

  • realidades divinas se conocern a travs del filtro de la racionalidad, y no se percibirn como fruto de una experiencia interior directa. La teologa, dir el mismo santo Toms (S. Th. I, q. 1, a. 6, ad 3), dejar de ser un pati divina, como lo era precisamente la teologa-liturgia. Objeto de la teologa ser siempre la fe, como lo es en la liturgia. Pero mientras que sta vive de la "lides qua creditur", aqulla estudia la "fides quae creditur".

    La separacin de la teologa con respecto a la liturgia se hizo inmediatamente tan profunda, que incluso cuando los escolsticos con las auctoritates y sententiae y posteriormente los humanistas con los loci theologici intentaron precisar los posibles lugares de referencia a los que acudir para la demostracin o la confirmacin de una tesis teolgica, la liturgia no fue jams incluida entre ellos.

    VII. La liturgia, en busca de la teologa

    El primero en reivindicar para la liturgia un puesto entre las ciencias teolgicas es, a mitad del s. xvui, E. de Azevedo, el jesuita portugus propuesto para la "Escuela de liturgia" (Schola sacrorum rituum) abierta "en el Liceo Gregoriano" por Benedicto XIV en noviembre de 1748 Comparando la liturgia con la "teologa mstica, los sagrados cnones, la teologa escolstica, la dogmtica y la moral", De Azevedo mantiene que aqulla "supera en mucho a estas disciplinas, porque... mientras stas miran slo al conocimiento de las cosas divinas, la liturgia prvoca la unidad con ellas, de tal modo que es inseparable". Pero la pretensin de la nueva disciplina no es excesiva: De Azevedo quiere que se le reconozca a la liturgia el ttulo de ciencia teolgica al mismo nivel que las disciplinas ya indicadas, por tratar, y de modo todava ms inmediato, las mismas cosas divinas que son el objeto de estudio de la ciencia llamada teologa 16. Se trata, por tanto, del reconocimiento de la naturaleza teolgica de la liturgia en base al hecho de que el objeto de estudio es el comn a toda la teologa y de que de la liturgia se pueda hacer una ciencia "con la autoridad de Aristteles y de santo Toms" "

  • Ni en el proyecto de De Azevedo ni en ninguna otra parte en su tiempo se puede entrever el menor signo de una teologa litrgica en la orientacin o bien en el nombre, excepcin hecha de la obra de M. Gerbert, abad de Sankt Blasien, en la Selva Negra (Alemania), que entre otras obras de liturgia public en 1759 los Principia theologiae liturgicae, quoad divinum officium, Dei cultum et sanctorum, donde apenas se encuentra, empero, una especie de introduccin histrica a la liturgia.

    Pero quiz precisamente el solo hecho de encontrar en esta poca el ttulo de teologa litrgica colocado, aunque en modo vacuo, en la cabecera de un libro, insina ya que el gran florecimiento de los estudios litrgicos en aquel tiempo hiciera nacer la idea de que el conocimiento profundo de la liturgia puede ser el arranque para una nueva teologa. El mayor conocimiento de los padres y la publicacin de las fuentes litrgicas orientales y occidentales daban, en efecto, origen a estudios que, aun presentndose en una lnea de investigacin histrica orientada a menudo en un sentido apologtico de la fe catlica, no impedan la apertura de nuevas perspectivas para la teologa, al menos en el sentido de que sta necesitaba y ahora se ofreca la posibilidad ser leda desde una clave diversa de la hasta entonces conocida, que era nica.

    En cambio, esta floreciente primavera litrgica no comport otro fruto que el del paso de la liturgia al grado de locus theologicus, fruto pequeo por cierto que fue acogido con poco xito por los telogos del s. xix. El problema de la relacin liturgia-teologa estaba abierto de todos modos, y todava hoy espera una solucin.

    En una perspectiva que quiere superar la postura de locus theologicus, en cuanto pretende afirmar que la liturgia tiene un valor teolgico propio (valor que va ms all de una estimacin de la misma como testimonio de una tradicin, por cuanto propone una visin teolgica propia de la liturgia), el tema fue retomado a principios del s. xx en Lovaina por el benedictino L. Beauduin (1873-1960). En 1912 abrir su Essai de manuel fondamental de liturgie

    2' con la afirmacin: "Si la teologa es la

    ciencia de Dios y de las cosas divinas, es claro que la liturgia pertenece con pleno derecho al mbito de esta ciencia". Dicho esto, y dejando a otros la funcin de escribir "la parte especial"

  • del manual, es decir, la que estudia detalladamente el origen y el desarrollo formal de los ritos descritos en los libros litrgicos, redacta solamente la parte "fundamental" del manual, la que se refiere al "aspecto teolgico" de la liturgia. Beauduin no ignora que fijarse en el aspecto teolgico de la liturgia puede "parecer exagerado y unilateral"; pero est tambin persuadido de que sin eso la liturgia ser slo una reserva de caza para historiadores, arquologos, estetas y ceremonialistas.

    Beauduin, al exponer el aspecto teolgico de la liturgia, sigue un esquema fijo: presenta ante todo un "fundamento dogmtico" relativo a cada uno de los aspectos fundamentales que pertenecen al concepto de liturgia (culto-iglesia, trmino-sujeto del culto, etc.) y, hecha su enunciacin/explicacin en el plano teolgico, demuestra cmo la liturgia constituye su realizacin en el plano ritual. Despus contina con una consideracin que tiene la finalidad de mostrar cmo la realizacin litrgica del dato de fe encuentra su continuacin/ aplicacin en la vida espiritual cristiana concreta. Naturalmente, no deja de mostrar que la relacin entre liturgia y teologa no es una invencin suya, ya que se funda en el hecho de que la liturgia es reconocida por todos como un locus theologicus de primer orden, no slo por aparecer como "el principal instrumento de la tradicin en la iglesia", sino por contener en su "idea teolgica una idea fuerza", que de forma ininterrumpida reaviva y fortifica la fe del pueblo cristiano.

    Beauduin, al par que reconoce la posicin de la liturgia como locus theologicus, intenta superarla demostrando que los trminos mismos de la definicin "la liturgia es el culto de la iglesia" implican un amplio contenido doctrinal de fondo, que hace de la liturgia una teologa en accin.

    Se dira que el procedimiento de Beauduin no ha logrado hacer pasar la liturgia al rango de una verdadera y propia teologa, si consideramos que muchos aos despus, en un ambiente tan cercano a l y tan declaradamente litrgico (en el mejor sentido de la palabra) como el de las "Semaines liturgiques" de Lovaina, todava en 1937 la relacin entre liturgia y teologa se vea total y exclusivamente a nivel de liturgia-locus theologicus".

  • VII. Surge una teologa litrgica

    Sin embargo, la voz de Beauduin es acogida, por otros caminos y con gran amplitud, en el ambiente que se forma en torno al -> movimiento litrgico que tiene por centro la abada benedictina de Maria Laach, en Alemania. Aqu es donde encontramos el primer intento real de dar a la liturgia su propio estatuto teolgico.

    Guardini (1885-1968), que, aun no siendo monje, forma parte viva del grupo litrgico de Maria Laach, entiende la liturgia como "integrada aunque sea en su propio mbito cultual en aquel valor de revelacin sobrenatural que en el plano notico es calificado como infalibilidad". En consecuencia, afirma que el aspecto teolgico de la liturgia es necesariamente parte integrante de cualquier estudio que quiera tener una visin y conocimiento sistemtico de la liturgia. Este conocimiento se concretar primero en un estudio de cada uno de los elementos de que la liturgia se compone; despus llegar a una bsqueda de sntesis que ayude a precisar las razones por las cuales todos esos elementos son liturgia. En ambos momentos, sin embargo, la investigacin litrgica no podr olvidar que "se trata de teologa, o sea, de la ciencia de una revelacin sobrenatural", que debe desvelar "tanto el principio unitario y vital [de la liturgia], en cuanto que es la vida, msticamente actualizada, del hombre-Dios, que se hace camino hacia el Padre; como la forma que se presenta como accin unitaria de palabra y de rito en una celebracin que incluye oracin, sacrificio y transmisin de gracia".

    Esto lleva a Guardini a concluir que la liturgia, en cuanto teologa, no slo se diferencia de todas las ramas del saber cientfico natural, sino que tambin en el seno de la teologa tiene su propio mtodo de investigacin. En efecto, la entiende como "ciencia teolgica en sentido estricto", que se ocupa de la doctrina de la fe tal y como ha sido concientizada por la iglesia en su misma vida cultual. Para Guardini la liturgia es, por tanto, teologa; pero segn su propia modalidad, que es la de ver y conocer el contenido de la fe en su manifestacin en la vida cultual de la iglesia. Es en sta, en efecto, donde la verdad fundamental y peculiar del cristianismo, la que anuncia que

  • Dios se ha comunicado a los hombres en Cristo, llega a ser comunicacin actual de la salvacin.

    La fuerte afirmacin de Guardini, que hace de la liturgia una teologa segn un sentido propio y con un mtodo particular, se hizo actual en el mismo ambiente de Maria Laach en que naci, sobre todo por obra de O. Casel (1886-1948), para quien la liturgia, si en su ejercicio es celebracin del misterio de Cristo, como ciencia no es sino "teologa del mismo misterio de Cristo". Para Casel, la liturgia no es slo culto ritual en funcin de la comunidad, que se asienta, junto con la profesin de fe y la ley moral cristiana, como tercer elemento dentro de la iglesia. Su "objeto especfico y primario es, en efecto, el de ser una accin que hace objetivamente presente toda la obra salvfica de Cristo" Esto quiere decir que la obra salvfica de Cristo en cuanto se hace presente en la celebracin litrgica, no es slo un artculo de fe que se cree (fides quae creditur), sino tambin y sobre todo una realizacin de la fe (fides qua creditur) segn una determinada forma simblico-sacramental (litrgica); en consecuencia, se hace verdadera y propia teologa cuando se busca el conocimiento de esta obra salvfica en y a travs del smbolo ritual que la contiene y la revela como realidad efectiva.

    Tambin para Casel, como para Guardini, no se trata ya de una teologa de la liturgia, que consistira en descubrir en la liturgia aquellas verdades de fe de las que, a nivel de ciencia, se ocupa la teologa y que se uniran a sta para su enriquecimiento. En Casel se delinea y se afirma con fuerza una verdadera teologa litrgica, o sea, un modo nuevo de hacer teologa, modo no slo iluminado por la liturgia, sino basado en ella.

    Ese contenido de fe que se percibe como realidad que vive en la iglesia y que es vivido por la iglesia en su formulacin ritual se convierte en objeto de investigacin no con vistas a un conocimiento abstracto ni a un conocimiento puramente intelectual, sino precisamente como realidad viva y vivida, en la que la iglesia se siente inserta. La frmula ritual, por tanto, no hace solamente la funcin de contenedor de la realidad de fe, ni tampoco de momento de arranque para su conocimiento; constituye, por el contrario, el modo peculiar segn el cual la

  • realidad de fe se presenta y es percibida, y esto en cuanto realidad litrgica. En otras palabras: la realidad salvfica, comprendida en todas sus dimensiones y sus componentes, es acogida e interpretada en su momento litrgico, es decir, como salvacin en dimensin simblico-ritual; el dato (verdad) de fe se va haciendo, por as decir, bajo nuestros ojos realidad de fe (salvacin en concreto).

    Naturalmente, aqu la teologa nace de la liturgia como experiencia de fe, y por tanto lleva a un conocimiento contemplativo-sapiencial, conocimiento que era peculiar de los padres de la iglesia y que consista en un conocimiento intelectivamente profundo y afectivamente participado de la historia salutis. Que para Casel este modo de entender la teologa fuese, entre otras razones, una consecuencia de la concepcin mistrica que tena de la liturgia, no quita valor a su intento de hacer una teologa litrgica, comoquiera que se juzgue, bien en su conjunto, bien en sus elementos particulares, su interpretacin mistrica de la liturgia. Si en Casel hay algo seguro, es sin duda el rechazo de la teologa dogmtica de su tiempo, por reconocerla incapaz de comprender la liturgia. De aqu otra cosa evidente en su obra: el intento de dar un giro profundo a la teologa, en el sentido de que la teologa es tal en cuanto que es teologa litrgica. Mientras que en Guardini la teologa se vuelve litrgica cuando el dato de fe se comprende en su modalidad de dimensin cultual, que es al mismo tiempo la modalidad ritual de la iglesia, en Casel la modalidad cultual, al revelarse como el momento en que el dato de fe asume la dimensin de una comunicacin concreta del misterio salvfico divino de Cristo a la iglesia, es la nica que abre el camino a una teologa sobre l, es decir, a esa teologa que slo trata sobre el Dios de Dios, o sea, sobre el Dios que se revela por Cristo en el Espritu Santo a la iglesia en la actualidad de la celebracin litrgica: "En la celebracin litrgica, que es la accin ms importante de la iglesia, el gesto ritual se funde con la comprensin ms profunda, y es aqu donde la teologa vuelve a ser lo que era en los orgenes: una theologua, o sea, un concreto y efectivo hablar de Dios desde Dios"". En suma, para Casel solamente la teologa litrgica es teologa en sentido pleno, mientras que la teologa dogmtica y la misma teologa bblica son formas sectoriales de la teologa.

  • El intento de hacer una teologa litrgica llevado a cabo por Casel, aunque encontr algn consenso, hall una fortsima oposicin, oficialmente centrada en las dificultades que muchos encontraban en su comprensin mistrica de la liturgia. En realidad, aunque el contraste versaba ante todo sobre la interpretacin mistrica que impona en el campo especfico de la liturgia, es decir, en los sacramentos, la oposicin naca de que la visin sacramental que tena del dato de fe no encontraba lugar en las categoras metafsicas que regan todava en la teologa. Que el impulso dado por Casel llevase a largo plazo hacia una nueva teologa, lo muestra el hecho ciertamente sintomtico de que en la misma universidad de lnnsbruck (Austria), de donde le vino a Casel, por obra del telogo jesuita Umberg, la mayor oposicin, haya derivado despus, aunque de modo indirecto, el mayor reconocimiento. Y esto sucedi cuando otro jesuita, J.A. Jungmann, con su Die Frohbotschaft und unsere Glaubensverkndigung (Ratisbona 1936), proclam la necesidad de una nueva teologa que se presentaba como teologa kerigmtica, y cuya base encerraba la instancia litrgica, en cuanto que es la liturgia la que permite, en y mediante la celebracin, un conocimiento experimental de la verdad de fe de un modo plenamente adecuado al anunci del mensaje cristiano (krygma).

    IX. Liturgia teolgica, no teologa litrgica

    Entretanto, en los ambientes litrgicos se abra camino cada vez ms una profundizacin del valor intrnsecamente teolgico de la liturgia, sobre todo al imponerse uno de los puntos centrales del pensamiento caseliano: la comprensin de la liturgia como historia de la salvacin en acto.

    En este punto, y quiz precisamente por el empuje de este importantsimo y particular aspecto dado a la liturgia, se inscribe desde 1957 el problema reabierto de un modo claro por Vagaggini en torno a la relacin liturgia-teologa con su importante obra El sentido teolgico de la liturgia (citamos: BAC 181, Madrid 1965), problema que el ilustre benedictino volvi a tratar nuevamente en Liturgia e pensiero teologico recente.

  • En El sentido teolgico de la liturgia, Vagaggini afronta la relacin liturgia-teologa desde dos perspectivas: una que podramos calificar de contenido teolgico de la liturgia, y otra de mtodo para dar una disposicin teolgica a la liturgia.

    En concreto, con la primera perspectiva pretende llevar a cabo una amplia sntesis teolgica, despus tambin espiritual, de la liturgia, a partir de lo que llama "las grandes y las constantes leyes que rigen efectivamente las relaciones entre Dios y las criaturas" 35. Las aludidas constantes y leyes, que afectan especialmente a la liturgia, son enunciadas por l del siguiente modo: 1) La ley de la objetividad; 2) La dialctica cristolgico-trinitaria de la salvacin; 3) La ley del nico liturgo y de la nica liturgia como principal explicacin de la dialctica cristolgico-trinitaria; 4) La ley comunitaria de la salvacin; 5) La ley de la encarnacin; 6) La ley de la unitotalidad csmica de la salvacin. A partir de estas constantes-leyes organiza en ocho largos captulos ' la parte ms original de su investigacin, demostrando que ellas, que tambin son las leyes en las que se expresa "la quintaesencia de la visin cristiana del mundo..., alcanzan propiamente en la liturgia para nosotros su mxima concretizacin y aplicacin"'. Efectivamente, se debe reconocer que, al verificar la presencia de esas constantes teolgicas en la liturgia, Vagaggini muestra el camino por el que se puede llegar a una verdadera teologa litrgica.

    Sin embargo, cuando Vagaggini afronta el problema sobre el mtodo necesario para dar una presentacin teolgica a la liturgia (segunda perspectiva), se ve que esta teologa litrgica tiene la consistencia de una ilusin ptica, porque el mtodo lleva slo a una "liturgia teolgica", que despus es simplemente una integracin de la liturgia en una "teologa sinttica general". El, en efecto, nos dice lo siguiente: 1) No basta hacer de la liturgia un locus theologicus, como se haba comenzado a hacer en el s. XVIII a impulsos de los estudios litrgicos de la poca, aunque con poca fuerza, porque de este modo la liturgia se situara todava en una posicin preparatoria para la teologa, y al mximo tendra valor de testimonio y quiz de apologtica. 2) Partiendo del dato fctico de que la frmula litrgica expresa la fe, es preciso enfrentarse a la liturgia con un estudio histrico-cientfico, para poner de manifiesto, a travs del mtodo inductivo de investigacin, su

  • valor teolgico. 3) Esta investigacin hace descubrir que la frmula litrgica propone la fe segn una dimensin peculiar, que es la de ser una fe vivida por la iglesia y en la iglesia segn ese determinado momento que es, de forma genrica o especficamente sacramental, el encuentro de Dios con el hombre. Esta es la visin propiamente teolgica de la liturgia, y la que permite a la liturgia integrarse orgnicamente, es decir, a un verdadero nivel teolgico, en la que Vagaggini llama "teologa sinttica general".

    Como se ve, todo el esfuerzo por precisar el sentido teolgico de la liturgia no ha llevado a otra cosa que a encontrar para la liturgia el necesario ttulo de nobleza por el que pueda ser declarada tan teolgica que pueda insertarse y ser absorbida por la hipottica "teologa sinttica general". El mismo Vagaggini, al admitir que este proceso lleva a la "constitucin de una teologa de la liturgia y de una teologa litrgica"", parece reconocer cierta diferencia entre una y otra teologa, aunque ambas son calificadas litrgicamente, y a nosotros nos parece que la diferencia hay que atribuirla a la diversa finalidad de la investigacin teolgica dentro de la liturgia. En efecto, hay teologa de la liturgia cuando se hace "investigacin sobre la naturaleza y las propiedades de la liturgia a la luz de los principios generales y del mtodo cientfico de la teologa dogmtica" d0; por el contrario, la teologa litrgica consiste simplemente en "poner de manifiesto el material de valor teolgico contenido en los ritos sagrados", teniendo en cuenta siempre el modo particular y limitado en que los mismos ritos presentan el aludido valor teolgico ".

    Si despus Vagaggini se detiene a reflexionar sobre cmo se configuran estas dos teologas referentes a la liturgia, advierte que no se pretende hablar de "dos nuevos tratados en el complejo general del sistema teolgico, sino simplemente de una o dos monografas, investigaciones especiales de la revelacin en un sector particular de las fuentes (liturgia) en que aqulla est contenida o propuesta y vivida en acto en la iglesia"", investigaciones que sern despus "debidamente asimiladas" en la teologa sinttica general ".

    Aparte la concordancia fundamental entre las dos obras de Vagaggini, nos parece que las conclusiones que se deducen

  • de la segunda: Liturgia e pensiero teologico recen te, se compaginan bien con las de El sentido teolgico de la liturgia en lo que se refiere a la perspectiva del mtodo para una teologa de la liturgia. No es que esto nos entusiasme, ya que la investigacin de Vagaggini a propsito del sentido teolgico que se debe atribuir a la liturgia se puede formular, en conjunto, como liturgia teolgica, expresin que califica mejor que cualquier otra su intento de llegar a una "elaboracin del valor teolgico de la liturgia" que se debe introducir, captulo por captulo, "en la teologa sinttica general" ^'; as se obtiene el resultado de poder "considerar la liturgia... en el marco de la sntesis teolgica general" que la compone y ver de este modo "la unidad entre ambas" segn las orientaciones que l mismo da en su obra principal.

    X. Liturgia-teologa en el Vat. II

    Interviene, entre tanto, el Vat. II, el cual, estableciendo simplemente que la liturgia "se explicar tanto bajo el aspecto teolgico e histrico como bajo el aspecto espiritual, pastoral y jurdico

    " (SC 16), no hace alusin a la existencia de una

    teologa litrgica. Se puede decir lo mismo del otro decreto conciliar sobre la formacin del clero (OT 16). Sin embargo, se debe tener en cuenta que el documento aplicativo de este ltimo decreto, es decir, la Ratio fundamentales institutionis sacerdotalis (6 de enero de 1970), al indicar que en el curso de sagrada liturgia los alumnos deben aprender a conocer "antes de cualquier otra cosa en qu modo los misterios de la salvacin estn presentes y operantes en las acciones litrgicas" (n. 79), da a entender claramente la existencia de una autntica teologa litrgica (tal es, en efecto, el conocimiento de cmo los misterios de la salvacin estn presentes y operantes en la liturgia), que, aun no siendo ciertamente propuesta como una disciplina especfica, parece que se concibi como principio informador de toda la teologa "por su valor de fundamento e incluso de calificacin primaria... de toda la teologa". En suma, se tratara de hacer de la liturgia, por su naturaleza de celebracin del misterio de Cristo, el punto de partida de un modo nuevo, es decir, litrgico, de hacer teologa.

  • Despus del concilio, naturalmente, la discusin sobre la relacin liturgia-teologa se complica, sea en bsqueda de una solucin a propsito de la misma relacin, sea para encontrar la justa posicin de la liturgia en el conjunto de todo el estudio de la teologa, segn las exigencias expresadas por el Vat. II. Puede decirse que es unnime el reconocimiento del sentido-valor teolgico de la liturgia. Hay acuerdo igualmente en reconocerle un mtodo ms peculiar y una presentacin cientfica. Pero mientras que para algunos todo esto hace que la liturgia sea una ciencia vlida en s misma, con una finalidad especfica, para otros es una ciencia teolgica destinada a integrarse, con su propia aportacin, o en una teologa sistemtica general, que hara la funcin de una sntesis teolgica global del dato de fe, o en una ciencia prctica-pastoral, de la que, sin embargo, ella misma sera el alma o el elemento central, a causa de su valor declaradamente teolgico.

    XI. Liturgia-teologa en la investigacin actual

    En lo que se refiere a la situacin del posconcilio, nos ceimos a las posturas ms caractersticas.

    1. Despus del concilio, uno de los primeros en entrar en la discusin sobre la relacin liturgia-teologa es S. Marsili osb, del Pontificio Instituto Litrgico de San Anselmo (Roma), director de la Rivista Liturgica; primeramente con una breve investigacin histrica sobre La liturgia nella strutturazione della teologia, de 1971, despus con una reflexin personal: Liturgia e teologia. Proposta teoretica, reflexin presentada y debatida en la mesa redonda que sobre el tema haba sido organizada por la Facultad de teologa interregional de Miln (abril de 1972). Marsili pide que la liturgia sea considerada como el fundamento junto con la Escritura de una verdadera teologa. Partiendo de la idea de que la teologa consiste en el conocimiento de la palabra de Dios y que esta ltima se presenta en los dos momentos, de anuncio y de realizacin/actualizacin, del misterio de Cristo, mantiene que la teologa propiamente dicha debe entenderse como conocimiento de estos dos momentos asumidos histricamente por la palabra. Por tanto, existir una teologa, tambin en dos

  • momentos, representados respectivamente por la Escritura (teologa bblica) y por la liturgia (teologa litrgica). La teologa bblica, al estudiarla historia de la salvacin en su fase de revelacin, es decir, en el primer momento histrico asumido por la Palabra-Dios, que es el del anuncio y realizacin en Cristo, descubre en el realizarse de la Palabra la ley de la sacramentalidad, que es fundamental para un exacto conocimiento de la revelacin. En efecto, sta no aparece como una proposicin de verdades abstractamente quidditativas (quid sit Deus), sino como una realidad salvfica divina, que se hace presente y activa en y por la humanidad de Cristo (cur Deus horno), que no slo se convierte en smbolo-sacramento de salvacin, sino que revela cmo la salvacin, o sea, toda la relacin de Dios con el hombre, no puede realizarse si no es por la va del simbolismo sacramental.

    Si la teologa bblica nos descubre en el sacramento-Cristo la sacramentalidad como ley fundante de la revelacin (salvacin en acto), la teologa litrgica ser la que en la celebracin descubrir el continuo actualizarse de la misma revelacin en aquella situacin de sacramentalidad derivada que est constituida precisamente por los sacramentos de la iglesia, que son la comunicacin/ participacin en el sacramento-Cristo.

    Para Marsili, teologa litrgica no es la que se sirve del contenido teolgico de las frmulas y ritos para construir una teologa de trasfondo litrgico (como cuando se dice, por ejemplo: teologa del Espritu Santo en la liturgia). Mucho menos piensa que la teologa se haga litrgica cuando asume de la liturgia elementos que pueden ser aducidos como fundamento y como prueba de una cierta posicin teolgica. En efecto, en este caso la liturgia sera al mximo y en sentido ms justo un testimonio de la fe de la iglesia en el mbito espacio-temporal ocupado por la frmula litrgica tomada en examen.

    Existe teologa litrgica, segn Marsili, cuando el discurso sobre Dios y el Dios-objeto de la teologa lo es slo el Dios de la revelacin se fundamenta en lo que llama sacramentalidad de la revelacin. La revelacin no es o al menos no lo es nicamente manifestacin de la verdad de y sobre Dios, en cuanto existente en Dios, sino que es

  • comunicacin/ participacin de Dios en cuanto realidad salvfica para el hombre, y como tal no puede realizarse si no es por el camino de la sacramentalidad, es decir, a travs de un smbolo que manifieste a Dios y su realidad salvfica comunicndolos. As en el AT tanto los acontecimientos csmicos, como la creacin y el diluvio, o histrico-humanos, como la salida de Israel de Egipto, cuanto los ritos, que son el I memorial de los acontecimientos, suplen al sacramento, o sea, al smbolo en el que se revela y por el que se comunica Dios-realidad salvfica. En el NT el nico acontecimiento histrico-humano en el que se revela y se comunica de modo total en el tiempo y en el espacio (absorbiendo tambin, por tanto, el acontecimiento csmico e implicndolo) Dios-realidad salvfica es Cristo, smbolo-sacramento de Dios por excelencia en su humanidad. Tambin en el NT, por la ley universal que sustenta el valor y el significado del rito, en el origen de la liturgia est el acontecimiento Cristo-sacramento de salvacin, y en consecuencia la liturgia es en el NT revelacin sacramental en sentido totalitario. En efecto, decir que la liturgia actualiza el misterio de Cristo en dimensin sacramental y ello a travs de un smbolo portador de presencia salvfica divina, quiere decir que la misma actualiza continuamente en el tiempo dado que en el tiempo se realiza toda la realidad de la que Cristo es sacramento. Y Cristo es sacramento del Padre, del Hijo y del Espritu Santo, Trinidad no esttica, sino operante por su ser personal, no atemporal, sino histrico-salvfica; Cristo es sacramento de la salvacin a nivel operativo directo, en cuanto que el valor soteriolgico del proyecto divino se acta en l como sacerdocio eternamente activo y como mediacin universalmente vlida; Cristo es sacramento de la iglesia, en cuanto que la iglesia est siempre y totalmente presente en l, el cuerpo en la cabeza; Cristo es sacramento, que en cada uno de los sacramentos acta y comunica toda su propia realidad a los hombres, por lo cual los hombres se convierten en l como l en hijos de Dios mediante el bautismo, en personas vivificadas por el Espritu Santo mediante la confirmacin, en adoradores perfectos del Padre en espritu y verdad mediante la eucarista.

    Por tanto, segn Marsili, teologa litrgica es la que hace su discurso sobre Dios a partir de la revelacin vista en su

  • naturaleza de fenmeno sacramental, en el que coinciden el acontecimiento de salvacin y el rito litrgico que lo representa. De este modo la teologa litrgica es necesariamente y ante todo teologa de la economa divina, es decir, de la presencia y de la accin de Dios en el mundo, que quiere realizarse en el mundo como salvacin eterna en dimensin antropolgica. Esto aconteci profticamente en el AT y acontece realmente en el NT, primero en Cristo, sacramento humano de Dios en la encarnacin, despus en los hombres, a los que Cristo se comunica a s mismo, sacramento total de salvacin, a travs de sacramentos particulares y distintos.

    La teologa litrgica es, en consecuencia, la theologia prima, necesaria e indispensable para que el discurso sobre Dios sea un discurso cristiano, es decir, recibido de Cristo por medio de la experiencia sacramental. En este sentido la teologa litrgica no excluye ninguna teologa que sea reflexin humana sobre Dios, aunque nunca puede ser sustituida por ella.

    La teologa litrgica es la nica que concuerda naturalmente y se adecua del todo a una espiritualidad cristiana en el significado pleno y exclusivo del trmino. Es, pues, la teologa de la que debe partir y a la que debe llevar cualquier catequesis o cualquier actividad pastoral.

    2. Contemporneamente a Marsili, tambin el telogo E. Ruffini, en el ensayo Teologa dei sacramenti e liturgia ", habla de una teologa litrgica, pero cindose al campo restringido y especfico de los sacramentos. Despus de haber observado que, "al plantearse como ciencia de la celebracin de la historia salutis, la liturgia ha recuperado toda su dimensin teolgica". Ruffini descubre la teologa litrgica en la interpretacin teolgica de la celebracin y de la ritualidad, definida como "particularsima encarnacin histrica del acontecimiento sacramental" S3. Segn dice Ruffini, el acontecimiento sacramental en s mismo, entendido "tanto en sus contenidos trascendentes como en su efectiva significacin histrico-poltica"", pertenece al campo de la teologa de los sacramentos.

    Que respecto de la realidad sacramental se pueda hablar de una teologa y de una teologa litrgica, asignndoles funciones

  • diferentes, Ruffini cree poderlo afirmar a partir de una distincin que observa en el mismo acontecimiento sacramental, el cual si se considera como "actualizacin existencial" pertenece a la teologa; visto, por el contrario, en su "actualizacin celebrativa" pertenece al campo del liturgista.

    Para ilustrar esta idea, Ruffini nos explica que la teologa en los sacramentos consiste en el conocimiento del signo sacramental como "punto de convergencia de la Palabra, de Cristo y de la iglesia"; por el contrario, la teologa litrgica mira "a descubrir las leyes y las caractersticas a las que la celebracin debe adecuarse para permitir" que el hecho histrico de salvacin, que se expresa en el sacramento, llegue a ser "hecho causante de salvacin" en el tiempo y en el espacio, o sea, de dimensin cotidiana.

    Sin embargo, nos parece que, en esta distincin, la denominada teologa litrgica se reduce en la prctica a una antropologa litrgica, en cuanto que es aplicacin a la liturgia de las leyes y caractersticas psicosociolgicas de comportamiento (gestualidad, oratoria, ritualidad, uso del simbolismo) adecuadas para crear la respuesta de reaccin (provocacin) necesaria para que el acontecimiento salvfico llegue a una concreta correspondencia y actualizacin en el sujeto.

    Sintetizando, puede decirse que respecto de la relacin liturgia-teologa la discusin se ha movido en tres direcciones: 1) la lnea de Vagaggini [-> supra, IX], que, a pesar de haber descubierto algunas pistas muy vlidas a nuestro juiciopara la verdadera teologa litrgica, acaba luego proponiendo sobre todo una teologa de la liturgia, mejor llamada liturgia teolgica, cuya tarea es hallar los valores, o sea, el sentido teolgico presente en la liturgia, para convertirlos en un conjunto de elementos que, por considerarse de importancia primordial, integren la "teologa sinttica general"; 2) la lnea de Marsili, que, viendo en Cristo-sacramento el momento esencial de la revelacin, descubre en la sacramentalidad no slo el modo en que se realiza la revelacin histrica, sino tambin la expresin primaria y esencial, a cuya luz todo el dato de la fe, igual que es objeto principal de la experiencia vivida en la celebracin as tambin puede y debe ser objeto de reflexin

  • intelectual. La teologa litrgica es, por tanto, discurso sobre Dios a la luz de la sacramentalidad, que es el modo de ser de la revelacin tanto en su primer existir histrico como en su actuarse cotidiano en la liturgia; 3) la lnea de Ruffini, para el que la teologa litrgica debe limitarse al rea de los sacramentos; ella, en efecto, estudia los sacramentos no slo en su ser, sino tambin como hecho celebrativo, para descubrir que la teologa de lossacramentos encuentra su actuacin en la celebracin litrgica.

    En esta tercera direccin se sita de algn modo, en 1976, F. Brovelli con el artculo Per uno studio della liturgia". El autor, defendiendo la existencia de una ciencia litrgica como disciplina especfica y vlida en s misma, le reconoce una funcin teolgica, en cuanto que el contenido teolgico presente en la liturgia se toma como "trmino de reflexin crtica sobre la praxis litrgica".

    Con Brovelli, si bien siguiendo la orientacin de K. Rahner sobre la teologa prctica, est sustancialmente de acuerdo A. Caprioli en su artculo Linee di ricerca per uno statuto teologico delta liturgia, de 1978. Caprioli plantea tambin la liturgia como "reflexin teolgica sobre la praxis litrgica en su conjunto", incluyndola en la pastoral.

    XII. Para un estatuto de la teologa litrgica

    Como conclusin de cuanto se ha dicho, nos parece que podemos resumir as el problema de la existencia o no de una teologa litrgica:

    1. Sobre la relacin liturgia-teologa hoy est clara una cosa: la liturgia exige una comprensin desde el punto de vista teolgico, porque es esencialmente portadora de todo el dato de fe comunicado por la revelacin.

    2. La liturgia est llamada a dar su aportacin a la teologa; pero esta aportacin no ha de reducirse a lo que se pueda deducir de la liturgia entendida como locus theologicus, que puede servir de testimonio de las diversas pocas histricas y reas geogrficas. La liturgia es un modo de ser de la

  • revelacin, y por este modo de ser de la revelacin en la liturgia (actualizacin de la fe) la teologa debe dejarse iluminar en su reflexin sobre esa misma revelacin.

    3. Es lcito llamar teologa litrgica a la reflexin que deduce el contenido teolgico de la liturgia de la praxis celebrativa y que lo ilustra con esa misma praxis.

    4. Ms all de sta hay una teologa que justamente se llama teologa litrgica, porque al hacer teologa plantea su propio tratado sobre Dios segn las categoras litrgicas. Estas son:

    a) La sacramentalidad de la revelacin. La revelacin se efecta siempre por medio de un sacramento y, por tanto, as como se recibe en el sacramento, as tambin se estudia y comprende en el sacramento. La palabra de Dios (eterna en Dios) se convierte en sacramento, o sea, palabra visible (revelacin), cuando se manifiesta en el smbolo de un acontecimiento (sacramento). Este procedimiento llega a su punto ms alto en la encarnacin (humanidad de Cristo = sacramento de Dios), pero desde entonces es procedimiento perenne en la liturgia. Por tanto, la liturgia no slo es la primera depositaria de la fe, sino que sta slo se comprende a la luz de aqulla.

    b) En el sacramento-Cristo est la totalidad de la revelacin. Siendo la liturgia celebracin del sacramento-Cristo, en ella se encuentra toda la revelacin, no como un conjunto de verdades abstractas, sino como realidades que se revelan y comunican de un modo actual. Por tanto, en la liturgia el hombre entra en contacto con el dato de fe ante todo por comunicacin, o sea, por conocimiento experiencial; y desde aqu accede a la comprensin del misterio de Cristo y puede llegar a un ms profundo conocimiento de todas las dems realidades divinas, de las que Cristo es el sacramento [-> supra, XI].

    c) La economa. Es la revelacin de Dios y de sus realidades como historia de la salvacin; es la revelacin de Dios con vistas a la salvacin humana. La liturgia es la continuacin, en trminos simblico-rituales, de la economa divina, historia de la salvacin en acto. La economa, que es la razn fundamental tanto de la revelacin histrica como de su

  • realizacin en la liturgia, supone como trmino al hombre en cuanto objeto del amor de Dios; y por lo tanto en la teologa litrgica el conocimiento de la economa divina no es nunca un fin en s mismo, sino que incluye siempre al hombre al que la economa se destina.

    d) Presencia del misterio de Cristo. La economa encuentra su punto de mxima concentracin y de cumplimiento total en el misterio de Cristo, visto tanto en su momento de realizacin histrica como en su actualizacin litrgica. En efecto, la liturgia es celebracin memorial del misterio de Cristo, y como tal implica siempre la presencia de lo que se celebra. En consecuencia, si la liturgia actualiza la presencia de todo el misterio de Dios, que se encuentra concentrado en Cristo, hacer teologa a la luz de la liturgia quiere decir acercarse a la totalidad del misterio de Cristo y verlo no en la abstraccin de unas formulaciones conceptuales, sino en la concrecin de un acontecimiento presente y operante.

    e) Palabra de Dios en accin. Esta categora resume y conlleva a todas las dems, y es la categora litrgica por excelencia; la que permite a la teologa ser siempre un tratado sobre Dios inspirado por Dios y al mismo tiempo una confessio fidei siempre nueva.

    5. La teologa litrgica, constituida como theologia prima, no slo admite, sino que incluso postula una theologia secunda, que tendr en primer lugar la funcin de investigar ante todo cmo en el plano histrico-cultural se va realizando el misterio de Cristo en el mundo, y, en segundo lugar, la de traducir a un lenguaje cultural adecuado a los tiempos actuales lo que la liturgia expresa en su lenguaje simblico.

    S. Marsili

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