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    T NoT Nome Entiendesme Entiendes

    Deborah Tannen

    Por qu es tan difcil el dilogo hombre-mujer?

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    D e b o r a h T a n n e n T n o m e e n t i e n d e s

    Javier Vergara Editor S.A.

    Buenos Aires / Madrid / Mxico Santiago de Chile / Bogot / Caracas

    Ttulo original

    YOU JUST DON'T UNDERSTAND

    Edicin original

    William Morrow and Company, Inc.

    Traduccin

    Adelaida Susana Ruiz

    1990 by Deborah Tannen, Ph.D. 1991 by Javier Vergara Editor S.A.

    Tacuar 202 - P. 8 / Buenos Aires / Argentina.

    ISBN 950-15-1109-X

    Impreso en la Argentina/Printed in Argentine. Depositado de acuerdo a la Ley 11.723

    Esta edicin termin de imprimirse en VERLAP S.A. - Producciones Grficas Vieytes 1534 - Buenos Aires -Argentina en el mes de junio de 1993.

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    ndice

    Prefacio ...............................................................................................4

    1. Distintas palabras, distintos mundos ...................................................8

    2. Asimetras: Mujeres y hombres hablando en sentidos opuestos ....... ..21

    3. "Deja ese peridico y hblame!"Conversaciones afectivas y conversaciones informativas ...................34

    4. Chismes ..............................................................................................46

    5. "Te lo voy a explicar": el que diserta y el que escucha ........................61

    6. Unidad o lucha: un conflicto de estilos ................................................76

    7. "Quin est interrumpiendo?"

    Cuestiones de dominio y control .........................................................98

    8. Te odio cuando haces eso ..................................................................114

    9. "Mrame cuando te hablo!

    Conversaciones diferentes en todas las edades .................................130

    10. Conviviendo con las asimetras: abramos lneas de comunicacin ....150

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    Prefacio

    La vida de las personas es como una serie de conversaciones. El objeto de estudio msimportante en mi carrera como sociolingista han sido, precisamente, las conversaciones de todos losdas y sus efectos sobre las relaciones entre las personas. En este libro me dedico a escuchar lasvoces de los hombres y de las mujeres. Trato de encontrar cul es el sentido de tantos malosentendidos que parecen sin sentido y que, sin embargo, entorpecen nuestras relaciones. Muestrocmo los hombres y las mujeres suelen interpretar las mismas conversaciones de una maneradistinta, aun cuando no haya malentendidos evidentes. Explico tambin por qu muchas vecesintentos sinceros de comunicarse no logran su objetivo y sugiero formas para prevenir o paliar dealgn modo la frustracin que estas cosas acarrean.

    Mi libro That's not what I Menat!mostraba cmo las distintas personas tienen distintos estilos ensus conversaciones. Cuando conversan entre s gentes que tienen distintos orgenes geogrficos,sociales o raciales, muchas veces cada uno falla al interpretar lo que las palabras del otro significanexactamente. Sin embargo, no es tan frecuente que interactuemos con personas de distintosorgenes. En cambio, lo ms frecuente es que s lo hagamos con personas del otro sexo. La mayoralo hacemos durante largos perodos de tiempo o por toda nuestra vida. Muchos de nosotros (aunquecada vez menos) podemos pasar largos perodos de nuestra vida sin relacionarnos con personas deorgenes culturales muy distintos del nuestro, pero en cambio muy pocos, ni aun aquellos que notienen pareja o cuyas relaciones primarias son con personas del mismo sexo, pueden evitar elcontacto con personas del otro sexo, sea como compaeros de trabajo, familiares o amigos.

    That's not what I Meant! tena diez captulos, de los cuales solamente uno trataba sobre lasdiferencias de sexo en el estilo conversacional. Sin embargo, cada vez que se trataba de hacerme unreportaje, pedirme que diera una conferencia o entrevistarme por televisin, el noventa por ciento delas preguntas se centraban en el diez por ciento de mi libro: el captulo sobre las diferencias entrehombres y mujeres. Todos queran saber ms sobre el sexo y el estilo conversacional.

    Yo tambin quera averiguar ms. Uno de los hechos que me haba decidido a dedicarme a lalingstica haba sido un curso dictado por Robin Lakoff, que inclua su investigacin sobre sexo ylenguaje. Mi primer trabajo importante fue un estudio sobre diferencias sexuales y culturales y su

    influencia en el uso de las indirectas. Adems, yo estaba familiarizada con otras investigacionessobre el tema. Es decir que yo haba estado acercndome a este tpico en muchas ocasiones, perosin comprometerme con l muy directamente, tal vez porque se trataba de una cuestin demasiadocontrovertida.

    Cada vez que yo hablaba de las diferencias entre hombres y mujeres en el estilo conversacional,se suscitaban discusiones. La mayora de las personas exclamaban que lo que yo deca era verdad.Y lo corroboraban con sus propias experiencias. Se sentan aliviados al comprender que losproblemas que ellos tenan se deban a cuestiones generales y que no haba nada terrible en ellos,en sus parejas o en sus relaciones. Ahora podan ver de otro modo los problemas que tenan alcomunicarse con sus parejas: la manera de hablar del otro provena de un sistema diferente. Y lamanera de hablar de ellos mismos, por la que haban sido criticados durante aos, poda ser vistaahora como lgica y razonable.

    Pero, aunque la mayor parte de las personas asegura que mis explicaciones acerca de lasdiferencias entre los sexos en la manera de hablar son correctas y lo reafirman con sus propiasexperiencias, ofreciendo ejemplos personales para corroborar lo que yo digo, algunos se alteran encuanto escuchan una referencia a las diferencias sexuales. Unos pocos se enojan ante la ms levesugerencia respecto de que los hombres y las mujeres son distintos, y esta reaccin proviene tantode hombres como de mujeres.

    Algunos hombres, cuando escuchan afirmaciones sobre hombres y mujeres que provienen deuna mujer, se sienten acusados.

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    Esta es, en realidad, una manera sencilla de lavarse las manos. Escuchan como si se dijera"Ustedes, los hombres!" y creen que el solo hecho de hablar de ellos significa transformarlos enobjetos o calumniarlos.

    Pero no son solamente los hombres quienes se quejan de las afirmaciones acerca de hombres ymujeres. Algunas mujeres temen justificadamente que cualquier afirmacin acerca de las diferenciasentre ambos sexos implique que son ellas las que son diferentes de un estndar, que es siempre el

    masculino. El hombre es la norma, la mujer es quien se aparta de ella y hay solamente un paso muycorto, y quizs inevitable, entre "distinto" y "peor".Cuando se muestra que los estilos de las mujeres y los hombres son diferentes, habitualmente se

    supone que son ellas las que deben cambiar. He visto cmo esto ocurra en respuesta a mi propiotrabajo. En un artculo que escrib para The Washington Post, presentaba una conversacin quehaba sostenido una pareja mientras viajaba en su automvil. La mujer haba preguntado: "Tegustara parar para beber algo?" El hombre haba contestado "No" y simplemente no haban parado.Slo ms tarde el hombre se dio cuenta de que su mujer estaba molesta porque ella realmentedeseaba parar para beber. El se preguntaba: "Por qu ella no me dijo directamente que quera parar?Por qu da tantas vueltas?" La esposa, en cambio, estaba disgustada, no por no haberse salido conla suya, sino porque sus deseos ni siquiera haban sido tenidos en cuenta. Desde su punto de vista,ella se haba preocupado por los deseos de su esposo y l, en cambio, ni siquiera haba reparado en

    los de ella.Mi anlisis enfatizaba que los esposos de este caso tenan estilos diferentes pero igualmente

    vlidos. Pero mi punto de vista no apareca claramente en una versin de mi artculo que fue editadaen The Toronto Star, donde yo aconsejaba: "La mujer debe darse cuenta que cuando l dice s o no,no est planteando una exigencia que no se pueda negociar. El editor del Star haba eliminado elprrafo inmediatamente anterior, que deca: "Para comprender qu fue lo que no funcion, el hombreha de caer en la cuenta de que cuando la mujer le pregunta a l si le gustara parar, no estsimplemente requiriendo una informacin acerca de los deseos de l, sino que ms bien estcomenzando una negociacin entre los deseos de ambos. Por su parte, la mujer debe comprenderque..." Las tijeras del editor haban transformado mi aseveracin de que el hombre y la mujer debenambos hacer esfuerzos de ajuste en un sealamiento unilateral hacia la mujer, para que comprendaal hombre. Decirle a la mujer que ella sola debe "darse cuenta" implica suponer que el hombre est

    en lo correcto y la mujer es quien est equivocada. Esta versin fue luego reimpresa en un libro detexto y el error prolifer.

    Todos sabemos que cada individuo es nico. Sin embargo tendemos a verlos comorepresentantes de grupos. Es una tendencia natural, ya que debemos elaborar modelos con loscuales comprender el mundo. No podramos lidiar diariamente con las personas y las cosas si nopudisemos hacer muchas predicciones acerca de sus comportamientos y sentir que sabemosquines y cmo son. Pero esta habilidad natural y til, que nos permite elaborar modelos desimilaridad, tiene algunas consecuencias desafortunadas. Reducir los individuos a categoras esofensivo y nos puede conducir a muchos errores. Dividir a hombres y mujeres en categoras nospuede llevar a reforzar los ya existentes reduccionismos.

    Las generalizaciones, si bien reflejan las similitudes, oscurecen las diferencias. Cada persona seconfigura de acuerdo con innumerables influencias, tales como el origen tnico, la religin, la clasesocial, la edad, la profesin, los lugares geogrficos dnde l y sus familiares vivieron y muchas otrasidentidades grupales, que se van entremezclando con la personalidad individual y las preferencias.Las personas suelen agrupar a otras entre s a partir de una sola caracterstica o de unas pocas, talescomo "beldad surea", "intelectual judo de Nueva York" o "italiano temperamental". Aunque estascategoras pueden predecir algunos de los comportamientos de los individuos que agrupan, son mslos aspectos que dejan fuera que los que pueden captar. En muchos aspectos, cada persona no separece a ninguna otra. Ni aun a aquellas otras que pertenecen a la misma categora.

    Pese a todos estos riesgos, decid dedicarme a este trabajo acerca de los sexos y las diferenciasen el lenguaje porque pienso que el riesgo de ignorar estas diferencias es mayor que el de ponerlas

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    de manifiesto. Limpiar una alcoba colocando grandes desperdicios debajo de la alfombra no los hardesaparecer. Ms bien nos harn tropezar y caer cada vez que queramos atravesar la habitacin.Negar las diferencias que realmente existen slo contribuir a acrecentar la confusin ya existente enesta era de cambios en las relaciones entre el hombre y la mujer.

    Las mujeres se sienten heridas cuando se da por supuesto que el hombre y la mujer son iguales,ya que en realidad ellas son tratadas a partir de normas que fueron creadas por y para el hombre.

    Tambin los hombres se sienten heridos cuando, con buenas intenciones, hablan con una mujercomo lo haran con un hombre y sus palabras no son recibidas como ellos esperan. Incluso a vecesreciben a cambio slo resentimiento y enojo.

    Una mujer indgena norteamericana, Abby Abinanti expresa esta paradoja al describir suexperiencia difcil y alienante en la Facultad de Derecho:

    "A la gente no le gustaba en absoluto y no aceptaba la idea de que las mujeres o losindgenas fuesen abogados. Algunos en realidad no podan decidir cul de las dos cosas lesdesagradaba ms. Haba personas que hacan de cuenta que en realidad no exista ningunadiferencia, que todos ramos iguales. Yo tambin poda ser considerada como uno de losvarones. Sin embargo, cualquiera de estos criterios era igualmente problemtico para m."

    Es fcil suponer de qu manera podan crear problemas a una mujer indgena en la universidadaquellos que discriminaban a las mujeres o a los indgenas. Es ms difcil, en cambio, darse cuentade los problemas que le creaban aquellos que la queran tratar como a un igual. Suponer que ella eraigual resultaba destructivo, simplemente porque ella no era igual. Las creencias, valores y estilos quesustentaban la identidad de los otros socavaban la de ella.

    Algunos estudiosos tratan de mantener la posicin de que los hombres y las mujeres son igualesy soslayar las diferencias entre los gneros porque las diferencias pueden ser utilizadas para justificarla desigualdad en el trato y las oportunidades. Aunque comprendo y simpatizo con aquellos quedesearan que no existiesen diferencias entre el hombre y la mujer, tanto mi investigacin y la deotros como mi experiencia personal y la de otros indican que esto no es as. Existen diferencias degnero en el discurso de hombres y mujeres y debemos identificarlas y comprenderlas. Sin esta

    comprensin, estamos condenados a criticarnos a nosotros mismos, a los otros o a las relaciones porlos efectos perjudiciales de estos estilos conversacionales distintos.

    Reconocer las diferencias entre los sexos permite a los individuos liberarse del peso que implicasuponer patologas individuales. Muchas mujeres y hombres se sienten insatisfechos con susrelaciones y se frustran an ms cuando tratan de hablar sobre ellas. Un abordaje sociolingstico delproblema permite explicar estas insatisfacciones sin acusar a nadie de estar loco o equivocado y sinculpar o rechazar a la relacin. Si identificamos y comprendemos las diferencias entre nosotros,podremos tenerlas en cuenta, realizar los ajustes necesarios y aprender cada uno del estilo del otro.

    El abordaje sociolingstico de este libro muestra que muchos de los choques se producenporque los nios y las nias son educados en culturas esencialmente diferentes. La comunicacinentre los hombres y las mujeres es, entonces, transcultural. Un enfoque transcultural de lasdiferencias en los estilos conversacionales entre ambos sexos es bsicamente distinto de aquellos

    trabajos que sostienen que los intentos de comunicacin entre hombres y mujeres fracasan porquelos hombres tratan de dominar a las mujeres. Nadie puede negar que los hombres son la clasedominante en nuestra sociedad y que muchos tratan individualmente de dominar a las mujeres. Sinembargo, el dominio masculino no puede dar cuenta de todo lo que ocurre en las conversacionesentre hombres y mujeres, especialmente en aquellas en que ambos procuran relacionarse con el otrocon atencin y respeto. El efecto de dominar no siempre es el resultado de la intencin de dominar.Esta es una de las novedades que este libro aporta.

    En esta era de nuevas oportunidades, las mujeres estn comenzando a ocupar lugares deautoridad. Al principio se supuso que podran continuar hablando tal como lo haban hecho siempre.

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    Pero muchas veces esto no funcion. Otra posibilidad lgica sera pensar que podran hablar comohombres, lo que tampoco es posible. Por un lado, a la mujer le resulta inaceptable ser ella quien debarealizar todo el cambio. Por otra, cuando las mujeres hablan como hombres son juzgadashabitualmente de una manera muy dura. No hay entonces otra posibilidad que la de examinar lasdistintas formas de hablar y sus efectos. Slo comprendiendo el estilo del otro y el nuestro podremosescapar de la prisin de un estilo conversacional monoltico.

    Los estilos conversacionales no explican todos los problemas que aparecen en las relacionesentre hombres y mujeres. A veces existen problemas psicolgicos reales, verdaderas faltas de amor ycuidado y excesos de amor propio. Otras veces es genuina la influencia de la desigualdad poltica ysocial. Pero tambin son muchas las ocasiones en que se alega la existencia de este tipo deproblemas cuando en realidad lo que ocurre es que las partes estn expresando sus pensamientos ysentimientos de una manera diversa. Si podemos poner a un lado las diferencias que tienen su origenen los estilos conversacionales, estaremos en una mejor posicin para comprender cules son losverdaderos conflictos de intereses y para encontrar un lenguaje comn para negociarlos.

    Al comienzo del prlogo de That's not what I Meant!yo hablaba de una estudiante que deca queel haber tomado un curso que yo dict en la Universidad de Georgetown haba salvado sumatrimonio. Hace poco, la misma mujer, actualmente profesora en la universidad y an casada, meescribi una carta. All me contaba que ella y su esposo se haban puesto a conversar y de alguna

    manera la conversacin se haba transformado en una discusin. En medio de la disputa l dijo,exasperado: "Ser mejor que la Dra. Tahnnen se apure a escribir un nuevo libro, porque estacuestin de la manera de hablar de los hombres y las mujeres parece ser uno de los problemas msgrandes!" Para concluir este prlogo, le dedico mi libro. A l y a todos los hombres y mujeres queestn tratando de encontrar el mejor modo de comunicarse.

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    1Distintas palabras,distintos mundos

    Hace muchos aos yo estaba casada con un hombre que me gritaba "T no tienes el derecho delevantarme la voz, porque t eres una mujer y yo soy un hombre." Esto me sonaba terrible porquesaba que era injusto. Pero tambin saba por qu suceda. Yo atribua su falta de consideracin aque l haba crecido en un pas donde muy poca gente consideraba que el hombre y la mujer podantener los mismos derechos.

    Ahora estoy casada con un hombre que es un compaero y un amigo. Provenimos de mediosparecidos y compartimos valores e intereses. Hablar con l es para m una continua fuente de placer.Es maravilloso estar con alguien a quien le podemos contar cualquier cosa y es capaz de entenderla.Pero l no siempre ve las cosas de la misma manera que yo lo hago y no siempre reacciona frente alos hechos del modo que espero que reaccione. Y muchas veces no comprendo por qu l dicealgunas cosas.

    En el momento en que comenc a elaborar este libro, los dos tenamos trabajos en ciudadesdiferentes. Las personas solan hacernos comentarios tales como "Eso debe de ser muy duro", o "Nos cmo pueden sobrellevarlo." Yo sola recibir con simpata estos comentarios y contestaba cosastales como "Viajamos mucho" y a veces agregaba cosas tales como "Lo peor es tener que estarempacando y desempacando continuamente." Mi esposo, en cambio, reaccionaba de una maneracompletamente distinta, habitualmente con irritacin. En otras oportunidades sola restarleimportancia a la situacin: como profesores universitarios podamos pasar juntos fines de semanasde cuatro das y largas vacaciones de cuatro meses durante el verano. Inclusive nos beneficibamosde poder trabajar ininterrumpidamente durante los das que estbamos separados. Una vez loescuch comentando con una persona que en realidad nosotros tenamos mucha suerte, ya queexistan estudios que demostraban que las parejas que vivan juntas conversaban diariamentedurante menos de media hora. Estaba tratando de demostrar que nuestra situacin era ventajosa.

    A m no me pareca mal la forma en que l contestaba. En realidad todo lo que deca era cierto.Sin embargo estaba sorprendida y no comprenda por qu reaccionaba de esa forma. El me explicque en realidad senta un poco de compasin en los comentarios que le hacan. Como si le dijesen:"El tuyo no es un matrimonio real. Esta eleccin de las profesiones por sobre todo no es un buenarreglo. Me das pena y te miro con condescendencia porque mi esposa y yo jams podramos estaren esta situacin." Yo nunca haba sentido esa sensacin de ser compadecida cuando la gente sepreocupaba por m, si bien ahora que l lo deca me pareca que poda ser cierto. A pesar de todo, yaun despus de sus explicaciones, las respuestas de mi esposo me seguan pareciendo un pocoraras y rebuscadas. A menudo l vea a los otros como adversarios y yo no.

    Despus de finalizar mi investigacin me di cuenta de que mi esposo se relacionaba con elmundo de la misma manera en que la mayora de los hombres lo hacen: como un individuo en unorden social jerrquico en el que se est arriba o abajo. En este mundo, las conversaciones son enrealidad negociaciones en que las personas tratan de conquistar y mantener el lugar de arriba y, sipueden, protegerse de los intentos de los otros para empujarlos hacia abajo. La vida es, entonces,una lucha, un esfuerzo para mantener la independencia y evitar el fracaso.

    Yo, en cambio, me conectaba con el mundo como la mayora de las mujeres: como un individuoen una red de conexiones. En este mundo las conversaciones son negociaciones para estrecharvnculos, en las que las personas tratan de buscar y dar apoyo y autoafirmacin y lograr consenso.As, ellas tratan de protegerse contra los intentos de ser dejadas afuera. La vida, pues, es unacomunidad, un esfuerzo por preservar la intimidad y evitar el aislamiento. Aunque tambin en estemundo existen las jerarquas, son ms bien de amistad que de poder.

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    Las mujeres tambin procuran lograr un estatus y evitar el fracaso, pero ste no es el objetivo enel que centran permanentemente su atencin y tratan de lograrlo a travs de vnculos. Tambin loshombres, por su parte, intentan relacionarse y evitar el aislamiento, pero no estn centrados en esteobjetivo y tratan de lograrlo a travs de la lucha.

    Discutiendo con mi marido nuestras diferencias con respecto a este punto de vista, me sealuna distincin que yo no haba registrado: El reaccionaba del modo que ya seal solamente cuando

    las expresiones de preocupacin provenan de hombres que l senta que estaban centrados encuestiones de jerarqua. Adems yo tambin me disgust en ocasiones con personas que meexpresaron su simpata. Recuerdo haberme sentido ofendida cuando un hombre, mirndome consorna, me pregunt: "Cmo se las arregla con este romance a larga distancia?" Otra vez me sentmolesta cuando un hombre que slo me conoca de nombre se nos acerc en el entreacto de unaobra, se dio cuenta de nuestra situacin al preguntarle a mi esposo dnde trabajaba y continuhacindonos todo tipo de preguntas. En estos casos, no sent que me degradaban, sino que seentrometan. Mientras mi esposo se senta ofendido porque crea que lo degradaban, yo senta queestas personas se apropiaban de una intimidad que no les corresponda.

    INTIMIDAD E INDEPENDENCIA

    La intimidades la clave en un mundo de vnculos donde las personas negocian complejas redesde amistad, minimizan diferencias, tratan de alcanzar un consenso y evitan mostrar una superioridadque destacara las diferencias. La independencia es, en cambio, la clave de un mundo de estatus, yaque un modo primario de establecer un estatus es decirles a los otros qu es lo que deben hacer. Encambio, recibir rdenes, es un marcador de estatus bajo. Aunque todas las personas necesitanintimidad e independencia, las mujeres tienden a centrarse en la primera y los hombres en lasegunda. Es como si los cursos de sus vidas corrieran en direcciones diferentes.

    Estas diferencias pueden dar a los hombres y a las mujeres puntos de vista diferentes acerca dela misma situacin. Esto es lo que sucedi con una pareja a la que llamar Linda y Josh. Un antiguocompaero de la escuela secundaria llam a Josh por telfono al trabajo y le dijo que el siguiente mes

    iba a ir a la ciudad en un viaje de negocios. Josh lo invit a quedarse en su casa durante el fin desemana. Esa noche le inform a Linda que iban a tener un husped y que l saldra la primera nochecon su amigo para recordar viejos tiempos. Linda estaba azorada. Ella iba a estar fuera de la ciudadpor negocios la semana previa a la llegada del husped y el viernes a la noche, el da en que Josh ibaa salir con su compaero, iba a ser su primer da en casa. Pero lo que ms le molestaba era que Joshhubiese hecho estos planes sin consultarla, que antes de invitar a su amigo no lo hubiese arregladocon ella.

    Linda nunca hubiese hecho un plan para un fin de semana o para una noche sin consultarlo antescon Josh. Ella no poda entender por qu l no tena con ella esa misma consideracin. Cuando ellase quej, Josh dijo: "No puedo decirle a mi amigo que primero le tengo que pedir permiso a miesposa!"

    Para Josh, consultar con su esposa significa pedirle permiso y esto implica no ser independiente,

    no ser libre para actuar por s mismo. Algo as lo hara sentir como un nio o como un subordinado.Para Linda, consultar con el esposo no tiene nada que ver con pedir permiso. Ella parte de la idea deque los esposos discuten sus planes porque lo que cada uno hace tiene consecuencias sobre la vidadel otro. A Linda no solamente no le molesta tener que decirle a alguien: "Debo consultarlo con Josh",sino que hasta le gusta. Saber y mostrar que ella est comprometida con alguien la hace sentirsebien.

    Linda y Josh sufrieron a causa de este incidente ms de lo que podra esperarse, porque tocabael ncleo de sus preocupaciones primarias. Linda se senta herida porque le pareca que esto era una

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    falta de afecto: l no se preocupaba por ella en la misma medida que ella por l. Josh se senta heridoporque crea que ella trataba de controlarlo y de cercenar su libertad.

    Louise y Howie, otra pareja, tienen el mismo tipo de conflicto, pero con respecto al modo degastar el dinero. Louise jams comprara algo que costase ms de cien dlares sin discutirlo antescon Howie, en cambio l sale y compra todo lo que quiere y piensa que puede pagar. Suele adquirircosas tales como una sierra o una cortadora de csped. A Louise le molesta, no porque le parezca

    mal lo que compr, sino porque siente que l acta como si ella no tuviese parte en la cuestin.Muchas mujeres sienten que es natural consultar a sus esposos para todo, mientras que muchoshombres toman decisiones rpidamente, sin consultar a sus parejas. Esto parece reflejar una grandiferencia en la concepcin de la toma de decisiones. Las mujeres quieren discutir primero lasdecisiones y despus tomarlas por consenso. Ellas valoran la discusin en s misma como unamuestra de compromiso y comunicacin. En cambio, muchos hombres se sienten oprimidos por elhecho de tener que sostener largas discusiones por lo que ellos estiman son decisiones menores y sesienten atrapados si no pueden actuar sin hablar primero. Cuando las mujeres inician unaconversacin preguntndoles: "Qu piensas sobre este asunto?", ellos creen habitualmente que lesestn pidiendo que decidan sobre el tema. La comunicacin es un acto que va contrapesandocontinuamente las necesidades de intimidad e independencia. Para sobrevivir en el mundo debemosactuar concertando con los dems, pero para sobrevivir manteniendo nuestra intimidad y ser algo

    ms que engranajes de una rueda, debemos actuar solos. En algunos aspectos todas las personassomos iguales: comemos, dormimos, bebemos, remos y tosemos. Frecuentemente, adems,comemos las mismas cosas y nos remos de las mismas cosas. Sin embargo, en algunos aspectos,cada persona es distinta de las dems, y las diferencias en deseos y preferencias pueden hacerentrar a unos y otros en conflicto. Al ofrecerles un mismo men, las personas hacen distintaselecciones. Si como postre hay un pastel, es probable que alguien reciba un trozo ms grande queotro. Y es an ms probable que alguien piense que el otro lo recibi, aunque esto no sea as.

    ASIMETRIAS

    Mientras la intimidad parece decir: "Estamos cerca y somos lo mismo", la independencia indica:"Estamos separados y somos diferentes." Es evidente que la intimidad y la independencia estn enrelacin con el estatus. El elemento esencial de la unin es la simetra: las personas son iguales ysienten que estn cerca una de la otra. El elemento esencial del estatus es la asimetra: las personasno son iguales y estn ubicadas de modo diferente en una jerarqua.

    Esta dualidad es particularmente clara cuando se trata de expresiones de cario o preocupacin,que siempre son potencialmente ambiguas. Pueden ser interpretadas simtricamente, comoexpresiones de compaerismo entre iguales, o asimtricamente, como algo que da el que estubicado arriba al que est abajo.

    Cuando alguien pregunta a un desempleado si encontr un trabajo, a una pareja si pudo concebirel hijo que deseaba o a un profesor severo si recibe afecto de sus alumnos, estas preguntas puedenser intrepretadas como una expresin de afecto por parte de una persona que comprende y se

    preocupa, o bien como una forma de sealar un defecto por parte de alguien que no lo tiene y sesiente superior. Este ltimo sentimiento es tpico de muchos hombres. Por ejemplo, un montaistadiscapacitado llamado Tom Whittaker, que conduce expediciones de minusvlidos, sostiene que noes posible condolerse de alguien a quien uno admira. Es un punto de vista que yo no comparto enabsoluto.

    Las uniones simtricas originan relaciones de pares, cuando dos personas intentan acercarse launa a la otra. El estatus asimtrico, en cambio, crea competencia. Dos personas no pueden tener almismo tiempo el lugar superior. Por eso, la negociacin por el estatus es esencialmente conflictiva.En mi trabajo anterior yo me ocupaba de la dinmica de la intimidad y la independencia, pero tenda a

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    soslayar la fuerza del estatus y su carcter conflictivo. Sin embargo, una vez que identifiqu elproblema, comenc a verlo en todas partes y el extrao comportamiento de amigos y compaeros setorn mucho ms claro.

    Las diferencias en el modo como mi esposo y yo abordbamos la misma situacin, de prontotuvieron una explicacin. Por ejemplo, una vez en un restaurante, la camarera me recomend unpastel de cangrejo, que result terrible. Yo no saba si retornarlo o no. Cuando la camarera volvi y

    pregunt cmo estaba la comida, yo dije que el pastel de cangrejo no me gustaba. Ella pregunt:"Qu tiene de malo?" Mirando a la mesa, mi esposo respondi: "No parece fresco." La camareradijo: "Es congelado. Qu esperaban?" Mirndola directamente le dije: "Simplemente no nos gusta."Y acot: "Entonces puedo llevrmelo y traerles otra cosa."

    Cuando se fue, mi esposo y yo comenzamos a rernos, porque estbamos tomando los rolesexactos que yo haba descrito. El escuch la pregunta: "Qu tiene de malo?" como un desafo.Como no quera pelear, mir hacia otro lado, para suavizar lo que le pareca que era una respuesta aldesafo. El pensaba que deba encontrarle algo malo a la comida para justificar mi protesta, ya queestaba peleando por m. Yo, en cambio, escuch la misma pregunta como un pedido de informacin yencontr instintivamente un modo de darle un motivo sin hacer que la camarera se sintiera mal.Probablemente respondi mejor a mi estilo porque se trataba de una mujer.

    Cuando habl de estas diferencias con mis amigos, ellos tambin parecieron comprender a

    travs de este enfoque muchos comportamientos que antes los dejaban perplejos. Por ejemplo, unamujer me dijo que por fin entenda por qu su esposo no le preguntaba a su jefe si le iban a dar o noun ascenso. El necesitaba saberlo, porque si no lo iban a promover, deseaba comenzar a buscar unnuevo trabajo. Sin embargo, en lugar de preguntarlo directamente, se preocupaba, se desgastaba yperda el sueo. Como no tena otras explicaciones, su esposa buscaba razones psicolgicas. Quizsu esposo era inseguro y tema el rechazo. Pero, en realidad, todas las personas son inseguras hastaun cierto punto. Su esposo tiene, por otra parte, bastante confianza en s mismo. Adems ella, que espor lo menos tan insegura como 61, no dud un instante en preguntarle a su jefe si iba a confirmarlaen forma definitiva.

    La cuestin se volvi clara cuando ella comprendi el rol clave que jugaba el estatus en la vida delos hombres. Preguntarle a un jefe acerca de las posibilidades de ascenso pone de manifiesto las

    jerarquas y hace evidente que el futuro del empleado est en manos del jefe. Tomar la posicin de

    estatus inferior haca sentir muy mal a este hombre.A su esposa, en cambio, aunque tampoco le gustaba suplicar a su jefe, una situacin similar no le

    preocupaba tanto.

    De un modo similar, una vendedora exclam que ahora comprenda la sorprendentetransformacin que haba sufrido su jefe cuando fue promovido a gerente de distrito. Todos suponanque su desempeo iba a ser excelente. Como jefe de ventas l haba tenido un manejo muysaludable de la autoridad. Estimulaba a los miembros del equipo a utilizar sus propios criterios yutilizaba su poder para obtener beneficios para su equipo. Cuando fue promovido, este hombre sevolvi irreconocible. Estableci una cantidad inimaginable de reglas e insista en que slo poda hacerexcepciones a partir de pedidos escritos.

    Este hombre se comportaba de un modo distinto, porque ahora estaba en una jerarqua diferente.

    Cuando estaba sujeto a la autoridad de la gerencia, haba hecho todo lo posible para limitarla. Perocuando la autoridad de la gerencia recay en l, hizo todo lo posible por acrecentarla. Sucomportamiento anterior no representaba un desinters por la jerarqua, sino ms bien un disgustopor encontrarse en una posicin de subordinado.

    Otra mujer manifest que ahora comprenda por qu su novio, que tanto crea en la igualdad unavez le susurr que deba bajar la voz porque sus amigos estaban en el piso de abajo y no quera queellos tuvieran la impresin de que su novia le daba rdenes.

    El hecho de que se diga habitualmente que las mujeres suelen protestar demasiado surge delInter juego entre los estilos de hombres y mujeres. Esto ocurre pese a que muchas mujeres estndispuestas a hacer lo que se les pide, mientras que muchos hombres tienden a resistirse cuando

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    ENMARCADO

    Otro aspecto importante de sealar respecto de los metamensajes es que enmarcan unaconversacin del mismo modo que un marco provee de un contexto a las imgenes de un cuadro. Apartir de identificar la actividad que se est llevando a cabo, los metamensajes nos permiten

    interpretar: Se trata de una conversacin o de una disputa? Se est brindando ayuda, consejo odando una reprimenda? Al mismo tiempo, los metamensajes nos permiten saber qu posicin estasumiendo el hablante en la actividad y qu actividad le est siendo asignada a uno.

    El socilogo Erving Goffman usa el trmino alineacin para denominar a este aspecto delenmarcado. Si usted me coloca por debajo, usted est tomando una alineacin superior respecto dem. Ms an, cuando uno muestra la alineacin que toma con respecto a los otros, las cosas que unodice le enmarcan a uno, tanto como uno enmarca las cosas que dice. Por ejemplo, si se habla comosi uno fuese el profesor y los dems sus alumnos, los dems pueden sentir que el modo como unoest hablando lo enmarca como un pedante o condescendiente. Si uno habla como si fuese unalumno, buscando ayuda y explicaciones, los dems lo pueden percibir como un inseguro, unincompetente o un ingenuo. Nuestras reacciones frente a lo que otros hacen o dicen estn a menudodeterminadas por cmo sentimos que estamos siendo enmarcados.

    EL ROSTRO MODERNO DE LA CABALLEROSIDAD

    El enmarcado es la clave de la siguiente escena frecuente. Un automvil se desplaza lentamentepor una calle mientras otro est saliendo de su aparcamiento. El conductor del automvil aparcadoduda mientras el otro le hace seas con la mano, indicando que tiene derecho de continuar sumaniobra. Si el conductor del automvil es una mujer, es posible que despus de una sonrisacontine haciendo su maniobra mientras el hombre espera. Pero si es un hombre, posiblementedevuelva la seal con otra e insista en ser l quien espere.

    Un hombre caballeroso que abre la puerta a una mujer o le cede el paso mientras conduce estnegociando un estatus y un vnculo. La diferencia de estatus est implcita en un metamensaje decontrol: La mujer puede continuar con su maniobra no porque sea su derecho, sino porque se leotorga un favor. De este modo es enmarcada como subordinada. Ms an, aquellos que estn enposicin de conceder privilegios, tambin estn en posicin de cambiar de idea y quitarlos. A esto serefieren algunas mujeres cuando catalogan como chauvinistas los gestos de galantera. Las queaprecian estos gestos como una amabilidad ven slo el aspecto vincular. Es una gentileza. Esta estambin la dimensin que suelen ver los hombres en estos gestos. Por eso se sienten sorprendidoscuando despiertan oposicin en lugar de agradecimiento.

    Pero si ceder a alguien el paso al conducir es simplemente un gesto de amabilidad, por qutantos hombres ceden el paso a otro automvil o a un peatn? Porque estos gestos tambinpreservan la independencia. El conductor est decidiendo qu hacer por s mismo.

    EL MARCO PROTECTOR

    Un gesto protector por parte de un hombre refuerza la alineacin tradicional que indica que elhombre protege a la mujer. Pero un gesto protector por parte de una mujer sugiere en cambio unaescena distinta: una mujer protegiendo a un nio. Es por esto que muchos hombres rechazan losintentos de las mujeres de retribuir la proteccin.

    Estos gestos les hacen sentir que son enmarcados como nios. Esta dinmica subyacente13

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    interpretadas de varias maneras. Por ejemplo, muchas personas consideran que mencionar nombresde otros es una cuestin de estatus (soy importante porque conozco gente importante). Pero tambinpuede ser interpretado como una cuestin de intimidad y cercana en los vnculos. Apelar a que seconoce a alguien famoso es de algn modo como apelar a que conocemos al hermano o al amigo dealguien: pretendemos ser aprobados porque conocemos a alguien que el otro tambin conoce.Cuando se dan nombres, generalmente no se conoce realmente a las personas que se menciona,sino que simplemente se saben cosas acerca de ellas. Se juega con las conexiones y los vnculos, yaque se pretende estar ms cerca de las personas con quienes se habla mostrando que se tieneconocimiento acerca de las mismas personas. Pero, cuando mostramos que nosotros conocemosrealmente a alguien de quien ellos solamente han odo hablar, estamos jugando en el terreno delestatus.

    Gran parte del significado en una conversacin no reside en las palabras que se dicen, sino en elmodo como stas son escuchadas. Cada uno de nosotros es quien decide si siente que le estnhablando para establecer una diferencia de estatus o para establecer un vnculo. Esta decisindepende ms de las ideas y los hbitos del que escucha que de las intenciones del que habla.

    QUE ES MS ENGAOSO?

    Las personas tienden a sentir que uno u otro de estos distintos abordajes de las relacioneshumanas es el realmente vlido. Un hombre, oyendo mi comentario de las distintas formas posiblesde dirigirse al plomero, se preguntaba si utilizar un vnculo de tipo afectivo no era una forma deengao. En efecto, si muchos hombres creen que las relaciones humanas son fundamentalmente

    jerrquicas, para ellos, entonces, apoyarse en el vnculo ms que en el estatus significa fingir que elestatus no existe y, por tanto, mentir. En cambio, para otras personas para las cuales el vnculo es labase de la dinmica entre las personas, utilizar las diferencias de estatus es una forma demanipulacin y un acto de mala fe.

    Tanto el estatus como el vnculo afectivo estn siempre presentes cuando nos relacionamos conlos otros, si bien los que estn centrados en uno tienden a no ver al otro como base de las relaciones.

    Los hombres suelen estar ms centrados en la pugna por el estatus en una conversacin (porejemplo en tratar de dilucidar si la otra persona los est tratando de ubicar en un lugar superior o enuno inferior o si a travs de sus posiciones el otro se est procurando un lugar de dominio). Lasmujeres, en cambio, tienden a negociar los vnculos (estn tratando de acercarse o de dejarme a unlado?). Como ambos elementos estn siempre presentes, es lgico que en la misma conversacin lasmujeres se ubiquen en puntos de vista distintos de los hombres.

    JUICIOS MEZCLADOS Y JUICIOS EQUIVOCADOS

    Como los hombres y las mujeres miran el mismo paisaje desde lugares opuestos, es lgico que la

    misma escena les parezca totalmente distinta y que muchas veces interpreten el mismo hecho de unamanera opuesta.

    Un colega me coment que haba recibido una carta de la editora que estaba trabajando en lapublicacin de su nuevo libro. En la carta, ella le peda que le comunicara si pensaba estar fuera desu domicilio en algn momento durante los siguientes seis meses, tiempo en que iban a estarproduciendo su libro. Al leerla mi colega sinti que su editora era como un oficial de polica. Estareaccin me sorprendi, porque he recibido cartas similares de mis editores, pero mi reaccin ha sidototalmente distinta. Estas cartas me gustaron porque me hicieron sentir que mis itinerarios eranimportantes. Cuando le coment esta diferencia a mi colega, l se sinti tan sorprendido y divertidocomo yo. Aunque poda comprender intelectualmente mi punto de vista, emocionalmente no poda

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    imaginarse cmo yo no me senta enmarcada coma un inferior y controlada cuando se me estabadiciendo que deba informar a alguien acerca de mis movimientos. Yo tambin poda entenderintelectualmente su punto de vista, pero no tena en m ninguna resonancia emocional.

    De la misma manera, mi colega me cont que haba ledo en una revista un artculo escrito poruna mujer. En la seccin de agradecimientos, expresaba su reconocimiento hacia su esposo, quehaba colaborado con ella discutiendo sobre el tema. Cuando mi colega ley este agradecimiento,

    pens que la escritora deba de ser incompetente, o cuando menos, insegura. Por qu debaconsultar a su esposo sobre su trabajo? Por qu no se mantena parada sobre sus propios pies?Despus de escuchar mis explicaciones acerca de cmo las mujeres valoran que se preocupen porellas, pudo enmarcar de otro modo este agradecimiento y llegar a la conclusin de queprobablemente la autora estaba reconocida por el compromiso de su esposo con respecto a sutrabajo y se refera a l con orgullo, ya que esto la haca sentir bien en su relacin con l.

    La reaccin de mi colega es tpica. Muchas veces las mujeres sienten que estn poniendo demanifiesto algo positivo (el vnculo) y son juzgadas mal por los hombres, que ven en sus conductasuna falta de independencia, que para ellos significa incompetencia e inseguridad.

    EN BUSCA DE LA LIBERTAD

    Una mujer me cont cmo termin una larga relacin que mantena con un hombre. Me refiriuna conversacin recurrente que sola darse entre ellos. Ambos, cuando haban decidido vivir juntos,haban acordado que seran libres. Cuando l comenz a tener relaciones con otra mujer, ella sequej, pero su queja fue rechazada. La conversacin era como sigue:

    Ella: Cmo puedes hacer esto cuando sabes que me ests lastimando?

    El: Por qu tratas de coartar mi libertad?

    Ella: Pero esto me hace sentir muy mal.

    El: Ests tratando de manejarme.

    En un nivel, esto es simplemente un ejemplo de contradiccin entre los deseos de ambos. Lo quel quera entraba en conflicto con lo que ella quera. En otro nivel, refleja la diferencia de enfoquesque vengo exponiendo. En la discusin, para este hombre, el punto fundamental era suindependencia, su libertad de accin. El punto central para la mujer, en cambio, era lainterdependencia (cmo la haca sentir lo que l haca). El interpretaba la insistencia de ella en lainterdependencia como un "manejo". Senta que ella estaba utilizando sus sentimientos para controlarel comportamiento de l.

    No se trata de que las mujeres no valoren su libertad, ni de que los hombres no den importancia asu vnculo con los dems. Ms bien se trata de que para los hombres muchas veces el mantener laindependencia y la libertad se transforma en la cuestin central de una relacin, mientras que la

    interdependencia y el vnculo son lo fundamental para muchas mujeres. La diferencia es una cuestinde enfoque y de grados.

    En un estudio acerca de cmo hombres y mujeres hablaban acerca de sus divorcios, CatherineKohler Riessman encontr que mencionaban una mayor libertad como uno de los beneficios deldivorcio. Sin embargo, la palabra libertadno significaba lo mismo para los dos sexos. Cuando lasmujeres sostenan que haban aumentado su libertad a partir del divorcio, se referan a que habanconquistado una mayor "independencia y autonoma". Para ellas significaba un alivio no tener quepreocuparse ms por cmo reaccionaran sus esposos frente a lo que ellas hacan y no tener queresponder a los enfados de sus maridos. En cambio, cuando los hombres se referan a la libertad

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    como un beneficio del divorcio, se trataba de estar ms libres de obligaciones, sentirse menos"limitados", menos "claustrofbicos" y de tener "menos responsabilidades".

    Los hallazgos de Riessman explican cmo hombres y mujeres encuentran negativos distintosaspectos de sus relaciones porque tienen puntos de vista diferentes. Las mujeres con el divorcio seliberan de una carga que parece tener su origen en una cuestin interna: la preocupacin constantepor las reacciones de sus esposos y por cmo deban ellas reaccionar frente a ellos. Los hombres, en

    cambio, se liberan de una carga que parece impuesta desde afuera: las obligaciones del que tiene elrol de proveedor y un sentimiento de limitacin en sus conductas. Para los hombres que entrevistRiessman, la libertad no fue un don que obtuvieron con el divorcio, porque, como afirma uno de susentrevistados: "Yo siempre fui libre. Creo que ahora lo soy un poco ms."

    En The Chronicle of Higher Education aparece una pequea encuesta en la que se les pregunta aseis profesores universitarios por qu eligieron esa profesin. Cuatro de ellos eran hombres y dos,mujeres. Una de las mujeres respondi: "Yo siempre quise ensear." La otra dijo: "Desde que eraestudiante saba que deseaba ser miembro de la facultad... me di cuenta de que ensear era lo querealmente deseaba hacer." Las respuestas de los hombres, en cambio, tienen muchas cosas encomn entre s y bastante poco que ver con las de las mujeres. He aqu algunos fragmentos de susrespuestas:

    "Prefer la vida acadmica al trabajo en la industria porque poda elegir mi investigacin. Mepermite una mayor independencia."

    "Quera ensear y tener la libertad de establecer mis propios objetivos en la investigacin."

    "Eleg la vida acadmica porque la libertad que sta permite compensa sus desventajaseconmicas. Quera, adems, centrarme en la investigacin que yo deseara y no en la queme impusieran."

    "Hay un problema que me importa mucho... Prefiero ganar $ 30.000 durante el resto de mi

    vida y poder hacer investigacin bsica que ganar $ 100.000 y trabajar haciendo grficospara ordenadores."

    Se ve aqu cmo un solo hombre mencion su inclinacin por la enseanza y ninguna mujer sunecesidad de elegir su propio tema de investigacin como una razn que determinara su eleccin. Nocreo que esto signifique que las mujeres no estn interesadas en la investigacin. Creo ms bien quela independencia y el hecho de que nadie les indique qu deben hacer no es un hecho relevante paraellas.

    Cuando describan qu era lo que les atraa de la enseanza, ambas mujeres mencionaron laposibilidad de influir de un modo positivo en los estudiantes. Por supuesto, influir sobre losestudiantes indica que se tiene algn tipo de poder, y ensear entraa una relacin asimtrica, en laque el profesor detenta la posicin de mayor estatus. Sin embargo, al hablar de su profesin, las

    mujeres se centraron en su vnculo con los estudiantes, mientras que los hombres lo hicieron en serlibres del control de terceros.

    LA CONVERSACION ENTRE HOMBRES Y MUJERESES COMUNICACION TRANSCULTURAL

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    Si las mujeres hablan y escuchan un lenguaje de vinculacin e intimidad, mientras que loshombres hablan y escuchan un lenguaje de estatus e independencia, entonces las conversacionesentre hombres y mujeres son una especie de comunicacin transcultural, sujeta al choque de estilosconversacionales.

    La afirmacin de que hombres y mujeres crecen en mundos distintos parece absurda a simplevista. Hermanos y hermanas crecen en las mismas familias, hijos de padres de distinto sexo. Dnde

    entonces aprenden hombres y mujeres modos distintos de hablar y escuchar?

    COMIENZA EN LOS COMIENZOS

    Aunque hayan nacido en el mismo barrio, en la misma calle o en la misma casa, los nios y lasnias crecen en distintos mundos de palabras. Las personas les hablan de un modo diferente yesperan y aceptan de ellos respuestas distintas. Adems, los nios no slo aprenden a hablar consus padres, sino tambin con sus pares. Si sus padres tienen un acento extranjero, o de otra regin,los nios no suelen imitarlos. Habitualmente adquieren el modo de hablar del lugar donde crecen. Losantroplogos Daniel Maltz y Ruth Borker muestran en una investigacin que los nios y las nias

    tienen modos muy diferentes de hablar con sus amigos. Aunque a veces juegan juntos, pasan lamayor parte del tiempo jugando en grupos del mismo sexo. Adems, aunque algunas de susactividades son similares, sus juegos favoritos son distintos, y la manera cmo hablan mientras

    juegan es totalmente diversa.

    Los nios tienden a jugar al aire libre, en grupos grandes y estructurados jerrquicamente. Losgrupos tienen un lder, quien dice a los otros qu hacer y cmo hacerlo, y suele oponerse a hacer loque otros nios proponen. El estatus se mantiene dando rdenes y hacindolas cumplir. Los niostambin adquieren estatus cuando se transforman en centro de atencin contando historias y chisteso menospreciando y burlndose de lo que cuentan otros. Los juegos de los nios tienen ganadores yperdedores y un sistema de reglas por el que habitualmente disputan. Adems, suelen presumir desus habilidades y discutir acerca de quin es el mejor.

    Las nias, por su parte, juegan en grupos pequeos o de a pares. El centro de la vida social de

    una nia es su mejor amiga. Dentro de los grupos, la clave es la intimidad. Las nias se diferenciande acuerdo con el grado de relacin que tienen entre s. En sus juegos predilectos, tales como saltarla cuerda o al escondite, cada una tiene su turno. Muchas de sus actividades, tales como jugar a lacasita, no tienen ganadoras o perdedoras. Aunque indudablemente algunas nias tienen mayoreshabilidades que otras, no suelen presumir de ello o creer que son mejores que las dems. Las niasno dan rdenes. Suelen plantear sus deseos como sugerencias, que en general son mejor aceptadas.Los nios dicen: "Dame eso!" o "Vete de aqu!", mientras las nias dicen: "Podramos hacer esto" o"Qu tal si hacemos aquello?" No buscan estar en el centro de la escena y por eso no se desafandirectamente. Pasan gran parte de su tiempo simplemente sentadas conversando. No luchan de unmodo evidente por el estatus y les interesa sobremanera gustar a los dems.

    Algunos investigadores describieron diferencias de sexo en el modo de hablar en nios de noms de tres aos. Amy Sheldon film nios y nias de tres a cuatro aos mientras jugaban en un

    jardn de infancia. Compar dos grupos de tres, uno de nios y otro de nias, que disputaban por unmismo juguete (un pepino de plstico). Aunque los dos grupos peleaban por el mismo objeto, ladinmica que utilizaban para negociar su conflicto era distinta. Adems de ilustrar algunos de losmodelos que yo acabo de describir, el estudio de Sheldon muestra la complejidad de esta dinmica.

    Mientras jugaban en el rincn de la cocina del jardn de infancia, una nia llamada Sue quiso elpepino que tena Mary. Entonces, dijo a Mary que deba dejarlo porque Lisa, la tercera nia, quera

    jugar con l. Esto llev a un conflicto acerca de cmo satisfacer la necesidad de Lisa, que era irreal.Mary propuso un arreglo, pero Sue no estuvo conforme:

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    Mary: Lo corto en mitades. Una para Lisa y otra para m.

    Sue: No, Lisa quiere un pepino entero.

    Mary propuso otra solucin creativa, que Sue tambin rechaz:

    Mary: Bueno, es una mitad entera de pepino. Sue: No, no lo es.

    Mary: S, es una mitad entera.Sue: Le voy a dar una mitad entera, le voy a dar uno entero entero. Le voy a dar todo.

    En este momento, Lisa abandon la alianza con Sue, quien se sala con la suya diciendo: "Hagode cuenta que te doy uno."

    En otra ocasin Sheldon film a tres nios jugando en el mismo lugar. En un momento los tresnios tambin disputaron por el mismo pepino. Cuando Nick vio que Kevin tena el pepino, se lo pidi:

    Nick (gritando): Keven, lo quiero cortar! Es mo!

    Tal como haba hecho Sue, Nick involucr a un tercer nio:

    Nick (quejndose ante Joe): Kevin no me deja cortar el pepino.

    Joe: Ah, s? Se lo voy a quitar y te lo voy a dar a ti.

    El conflicto entre los nios dur el doble que el de las nias y acab en una pelea entre Nick yJoe, por un lado, y Kevin por otro.

    Comparando la pelea de los nios con la de las nias, Sheldon seala que las nias tratan demantener la armona y mitigar los conflictos a travs del compromiso y la evasin. El conflicto entrelos nios suele ser, en cambio, ms prolongado, es frecuente que est sujeto a reglas y que llegue ala violencia fsica. Sin embargo, el hecho de sealar que en esta pelea ciertas estrategias hayan sido

    ms usadas por unos u otros no significa que no estn presentes en alguna medida en ambosgrupos. Por ejemplo, los nios utilizan los vnculos y las nias la violencia fsica. Las nias, tantocomo los nios luchaban por mantener el control del juego. Cuando Sue dijo por error: "Le voy a daruna mitad entera", se corrigi rpidamente y dijo: "Le voy a dar uno entero entero", revelando que loque le interesaba no era el tamao del juguete sino quin lo obtena.

    Al leer el estudio de Sheldon me di cuenta de que, si bien tanto Nick como Sue trataban deconseguir lo que deseaban involucrando a un tercero, las alineaciones que creaban con respecto aese tercero y la dinmica que ponan en funcionamiento eran totalmente distintas. Sue, en lugar dereconocer que era ella quien quera el pepino, intentaba demostrar a Mary que lo que ella deseabaera satisfacer la necesidad de un tercero. Nick, en cambio, demostraba su propio deseo de conseguirel juguete y, cuando no poda obtenerlo por sus propios medios, buscaba a Joe para que se loconsiguiese. Joe, entonces, trataba de obtenerlo por la fuerza.

    Joe utiliz sus tcticas de fuerza en beneficio de Nick y no en el suyo propio. Al hacer su pedidoen un tono de splica, Nick se coloc por debajo de Joe en una escala jerrquica y se enmarc comoalguien que necesitaba proteccin. Cuando Sue quiso que Mary renunciara a su pepino, lo hizo desdela posicin superior que detenta quien sirve la comida. Ella no peleaba por el derecho de tener elpepino, sino por el de servirlo (Esto me record a las mujeres que queran ser catedrticas para poderensear). Para lograr su objetivo, Sue dependa del deseo de Mary de satisfacer las necesidades deun tercero.

    Este estudio sugiere que tanto los nios coma las nias quieren lograr sus propsitos, pero queunos y otros tienden a hacerlo de un modo distinto. Si bien las normas sociales incentivan a los nios

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    a ser abiertamente competitivos y a las nias a ser solidarias, distintas situaciones y actividadespueden dar lugar a comportamientos diversos. Majorie Harness Goodwin compar a nios y niasmientras realizaban tareas. Los nios estaban construyendo hondas para una pelea y las niasestaban haciendo sortijas. Ella observ que el grupo de los nios tena una estructura jerrquica.Haba un lder, que indicaba a los dems cmo realizar las tareas. El grupo de las nias, en cambio,era igualitario. Cada una haca sugerencias y aceptaba las sugerencias de las otras. A pesar de esto,cuando observ a las nias en otra actividad (jugando a la casita), Goodwin se dio cuenta de queellas tambin adoptaban estructuras jerrquicas. Las nias que hacan de madres daban rdenes alas que hacan de hijas, quienes a su vez pedan permiso para actuar a quienes eran sus madres enel juego. Ms an, la nia que haca de madre tenda a constituirse en una especie de directora del

    juego. Este estudio muestra que las nias saben dar rdenes y operar en una estructura jerrquica,pero no encuentran apropiado este comportamiento cuando se trata de realizar actividades con suspares. S lo encuentran adecuado en relaciones entre padres e hijos y les gusta practicarlo a travsdel juego.

    El mundo del juego nos ayuda a comprender el mundo de las relaciones entre hombres ymujeres. El juego de los nios explica por qu los hombres siempre estn buscando seales queindiquen si estn ocupando un lugar superior o inferior en una escala jerrquica. La posicin superior,ambicionada en el mundo de los nios, es el estatus, y el modo de lograr y mantener el estatus es dar

    rdenes y que otros las cumplan. Cuando un nio es ubicado en una posicin de estatus bajo, sesiente manejado. Por eso los nios tratan de obtener leves desplazamientos en su estatus estandoalertas acerca de quin da y quin recibe rdenes.

    Esta no es la dinmica que se observa en el juego de las nias. Lo que buscan las nias esobtener el vnculo ms estrecho. Las nias observan los vnculos de amistad para logrardesplazamientos en las alianzas, y buscan hacer amistad con las nias ms populares. Lapopularidad es tambin una clase de estatus, pero tiene su origen en la conexin. La popularidadcoloca a las nias en una posicin difcil. Donna Eder, haciendo trabajo de campo en una escuelasecundaria de nias, lleg a la conclusin de que las nias ms populares eran paradjica einevitablemente mal vistas. Muchas nias tratan de hacerse amigas de las nias populares, pero laamistad entre las nias es limitada en cuanto al nmero, ya que entraa intimidad. Por tanto, lasnias populares deben rechazar permanentemente los acercamientos de las dems. Esto lleva a que

    sean catalogadas como despectivas.

    LA CLAVE ES LA COMPRENSION

    Los adultos aprendieron a hablar siendo nios y nias que crecan en mundos de paresdiferentes. Por esto la comunicacin entre hombres y mujeres es transcultural. Aunque ambos estilosson vlidos, se producen muchos malos entendidos, porque son diferentes. Encarando el estudio delas conversaciones entre hombres y mujeres como un estudio transcultural, podemos explicar el porqu de la insatisfaccin sin acusar a nadie de estar equivocado o loco. Aprender las diferencias entrelos estilos no har que stas desaparezcan, pero s puede evitar las mistificaciones y los reproches.

    Comprender por qu nuestras parejas, nuestros amigos o aun los extraos se comportan como lohacen es bueno, aun cuando no veamos las cosas desde el mismo punto de vista que ellos.Comprender hace que el mundo nos resulte un territorio ms familiar. Por otra parte, lograr que otroscomprendan por qu nosotros actuamos como lo hacemos nos evita el dolor de recibir sus crticas ysu extraeza ante nuestro comportamiento.

    Discutiendo su novela The Temple of My Familiar, Alice Walker explicaba que en su novela unamujer se enamora de un hombre porque ve en l "una oreja gigante". Walker explicaba que muchaspersonas creen que se enamoran por atraccin sexual o por alguna otra extraa fuerza cuando enrealidad "estamos buscando a alguien que sea capaz de escucharnos".

    Todos deseamos ser escuchados, pero no simplemente odos. Queremos ser comprendidos.20

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    Deseamos que se escuche lo que nosotros creemos que decimos, lo que queremos significar.Cuando se conozca mejor el modo en que hombres y mujeres utilizan el lenguaje, sin duda disminuirla frecuencia de esa queja tan habitual: "No me comprendes."

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    sorpresa, l se molestaba ante estas respuestas. Senta que ella estaba tratando de disminuir laimportancia de su experiencia.

    Un problema de comunicacin semejante se evidencia en el siguiente dilogo, que comenzcomo una conversacin y termin como una disputa:

    El: Estoy muy cansado. Anoche no dorm bien. Ella: Yo tampoco. Nunca duermo bien.

    El: Por qu tratas de restarme importancia?Ella: Yo no hago eso! Simplemente estoy tratando de mostrarte que te comprendo!

    La respuesta de este hombre no slo hiri, sino que tambin mistific a su mujer. Cmo pensl que estaba restndole importancia? Al decir "restarme importancia", quera significar "restarleimportancia a mi experiencia". El estaba confundiendo los intentos que ella haca por comprometersecon su problema, con su propia preocupacin por preservar la independencia y no ser tenido enmenos.

    "TE LO VOY A SOLUCIONAR"

    El modo como el otro responde a la expresin de sus problemas con frecuencia frustra tanto ahombres como a mujeres. Adems, cada uno se siente herido por la frustracin del otro. Mientras lasmujeres no toleran la tendencia de los hombres a solucionar todos los problemas, los hombres sesienten mal porque ellas no actan para solucionar aquellas cosas de las cuales se quejan. Comomuchos hombres se ubican en el rol de solucionarlo todo, cualquier queja o problema significa paraellos un desafo a su habilidad para encontrar soluciones. En cambio, una bicicleta rota o unautomvil descompuesto es un desafo para la torpeza de las mujeres en estas cuestiones. Pero sibien hay muchas mujeres que aprecian la ayuda que los hombres les pueden dar para repararartefactos mecnicos, son muy pocas las que aprecian la ayuda masculina para "reparar" problemasemocionales.

    Las respuestas que dieron un hombre y una mujer en un programa de radio muestran querealmente los hombres suelen ocupar el rol de quien todo lo soluciona. Una pareja, Brbara y WilliamChristopher, hablaba de su vida con un nio autista. La periodista les pregunt si no haba momentosen que sentan lstima por ellos mismos y se preguntaban: "Por qu a m?" Ambos dijeron que no,pero sus respuestas fueron muy distintas. La mujer desvi la atencin de s misma y dijo que quienrealmente sufra era el nio. El esposo, en cambio, asegur: "La vida consiste en resolver problemas.Este no es sino un problema ms que debemos solucionar."

    Podemos, pues, comprender por qu muchos hombres se sienten frustrados cuando tratan deayudar a las mujeres a resolver sus problemas y reciben rechazo en lugar de gratitud comorespuesta. Un hombre me contaba que se enfureca con su novia porque ella le contabacontinuamente los problemas que tena en su trabajo, pero no aceptaba los consejos que l le daba.Otro refera que su novia se quejaba porque, cada vez que ella comenzaba a contarle sus problemas,l cambiaba de tema. El sostena: "Para qu vamos a seguir hablando, si no vas a hacer nada parasolucionar las cosas?" Otro hombre deca que las mujeres parecen deambular eternamente por losproblemas, hablando continuamente sobre ellos, mientras que tanto l como otros hombres tienden adarles un corte, ya sea solucionndolos o bien dejndolos de lado.

    Existen diferencias en los niveles de mensajes que llevan a resolver un problema o simplementea manifestarlo. Cuando las mujeres refieren problemas en su trabajo o con sus amistades,habitualmente buscan una expresin de comprensin ("Me doy cuenta de cmo te sientes") o unaidentificacin ("Cuando me ocurre algo parecido, yo siento lo mismo"). En otras palabras, al hablar desus problemas las mujeres buscan reforzar el rapport a travs de metamensajes tales como: "No

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    ests sola. Somos iguales." Por eso se sienten muy frustradas cuando en lugar de este tipo de res-puesta reciben un consejo, que parece llevar consigo el metamensaje: "No somos iguales. T tieneslos problemas. Yo tengo las soluciones."

    Adems, la comprensin mutua es simtrica, y esta simetra contribuye a un sentimiento deunidad. En cambio, el dar consejos es asimtrico. Enmarca al consejero como el ms sabio, el msrazonable y el que controla mejor la situacin, es decir, el que ocupa el rol superior. Todo esto

    contribuye, pues, a un efecto de distanciamiento. En el comentario de un libro de reciente aparicinse puede apreciar que el dar consejos suele ser apreciado como una muestra de superioridad. RonCarlson coment hace poco un libro de Alice Adams tituladoAfter you've gone, que es una carta en laque una mujer habla a un antiguo amante acerca de su vida actual y "le da sabios consejos. He aqu,sin duda, a una mujer superior..." Aunque desconocemos las intenciones de la autora, vemosclaramente que el hombre que hace los comentarios considera que el dar consejos corresponde auna postura de superioridad.

    CAMINOS PARALELOS

    Estas cuestiones parecen tener su origen muy temprano en nuestra vida. Una adolescente dediecisis aos me contaba que ella prefera estar con varones antes que con mujeres. Yo le preguntsi varones y mujeres solan comentar sus problemas. Ella respondi que s, que lo hacan. Alpreguntarle si lo hacan del mismo modo, me respondi: "No. Las muchachas insisten e insisten. Losmuchachos, en cambio, plantean una cuestin. Uno de ellos encuentra una solucin y la discusintermina." Los sistemas que utilizan hombres y mujeres para conversar acerca de sus problemas estnbasados en principios distintos. Los hombres no dan el mismo tipo de respuestas que las mujeres. Elorigen de estas diferencias se torn claro para m cuando compar filmaciones de conversacionesentre un par de muchachos de dcimo grado y un par de muchachas amigas. Estas filmaciones eranparte de un proyecto de investigacin del psiclogo Bruce Dorval.

    En estas conversaciones pude apreciar que, si bien en ambos casos los interlocutores estabanmuy comprometidos con lo que ocurra a sus amigos, lo expresaban de un modo muy distinto. Estas

    diferencias pueden explicar los conflictos que tienen lugar en las conversaciones cotidianas entrehombres y mujeres. Las muchachas, de sexto y dcimo grado, conversaban acerca del problema deuna de ellas. La otra la estimulaba a elaborarlo, le deca que la comprenda y le daba ejemplos parasustentarlo. Los siguientes fragmentos muestran la dramtica diferencia entre las posiciones demuchachos y muchachas.

    Las muchachas conversaban acerca de los problemas de Nancy con su madre y su novio. Nancyy Sally participaron de una excursin en grupo a otro Estado. Repentinamente Nancy dej laexcursin y volvi a su casa porque su madre se lo exigi. Nancy se senta muy molesta por habertenido que irse. Sally le mostraba su comprensin dicindole que su repentina partida tambin habahecho sentir mal a sus amigas.

    Nancy: Qu mal me sent! No poda creer que ella me hiciese volver a casa.

    Sally: S, pareca un misterio. bamos juntas en la excursin y de pronto Nancy se iba. "Losiento, me voy" (ambas ren). Yo no estaba enterada de lo que ocurra. Entonces vino Judy yme dijo: "Sabes que Nancy se vuelve a su casa?" Yo le dije: "Cmo?" (risas) "Nancy sevuelve a su casa." Le pregunt: "Por qu?" y ella dijo: "Su madre la obliga." (Haciendo unamueca) Yo dije: "Ah." Entonces vino de nuevo Judy y me dijo: "Nancy se fue." Y yo dije:"Bonita cosa! Ni siquiera dijo adis." Judy estaba muy alterada (haciendo gestos dedesesperacin). Fue terrible!

    Sally responde a los problemas de Nancy apoyndola en sus sentimientos de disgusto frente a la24

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    actitud de su madre. Para ello le muestra que sus otras amigas tambin estaban molestas por lasituacin.

    Los muchachos de dcimo grado tambin evidencian sentimientos profundos. La de ellos estambin una conversacin acerca de problemas. Sin embargo, es sustancialmente diferente. Ellos nose centran en el problema de uno, examinndolo y elaborndolo, sino que cada uno habla de suspropios problemas, dejando de lado los de los otros, como si fuesen insignificantes.

    En el primer fragmento, uno de los muchachos, Richard, manifiesta que se siente apenadoporque su amiga Mary no tiene una cita para el prximo baile. Su amigo Todd desdea supreocupacin:

    Richard: Me voy a sentir muy mal si ella finalmente se queda en su casa.

    Todd: No se va a quedar en su casa. Eso es ridculo? Por qu no le pide a alguien quela acompae?

    Todd est tambin preocupado porque l tampoco tiene una cita para ese baile. Le explica aRichard que no quiere pedirle a Anita que lo acompae. Richard se burla de su malestar:

    Todd: Me sent tan mal cuando ella vino la otra noche y me empez a hablar...Richard: Por qu?

    Todd: No lo s. Creo que me sent incmodo.

    Richard: Nunca voy a entender eso. (Risas.)

    Lejos de tratar de demostrar comprensin, Richard dice directamente que no entiende.

    Despus Richard le cuenta a Todd que est preocupado pues tiene un problema con la bebida.Todd cambia de tema, para referirse a sus sentimientos de alienacin.

    Richard: La otra noche, cuando acompa a Anne hasta su casa, ella estuvo hablando

    conmigo.Todd: S?

    .

    Richard: Ella saba lo que ocurri entre Sam y yo el martes a la noche.

    Todd: Mm...

    Richard: Me lo dijo y despus comenz a hablarme acerca de la bebida. Y t sabes... medeca: "T hieres a todas las personas cuando ests ebrio. Te transformas en un luntico." Ysigui con eso: "No me gusta. Lastimaste a Sam. Lastimaste a Todd. Lastimaste a Mary.Lastimaste a Lois."... Cuando ella me habl as yo me sent como atontado. Pero en realidad,yo no bebo tanto.

    Todd: Sigues hablando mucho con Mary, verdad?Richard: Qu quieres decir?

    Todd: Que por eso yo estaba furioso el viernes.

    Richard: Por qu?

    Todd: Porque...

    Richard: Por qu, pues?

    Todd: Porque yo no conoca a los dems. Fui arriba un minuto y t te fuiste y ya no volviste.Yo me dije: "Bueno, no importa, ya empieza de nuevo con esto."

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    La frase destacada muestra que, frente a la preocupacin de Richard por los reproches de Anneacerca de su comportamiento cuando est bebido, Todd reacciona trayendo su propio problema: sesinti abandonado y no pudo soportar cuando Richard se fue de la fiesta con Mary.

    Durante toda la conversacin Todd expresa su disgusto por sentirse aislado y abandonado.Como respuesta, Richard trata de demostrarle que es absurdo sentirse de ese modo. Cuando Todd ledice que se senta desubicado en la fiesta, Richard le da razones para no sentirse as.

    Richard: Por qu te sentas fuera de lugar? Conocas a Lois y a Sam.

    Todd: No lo s. Pero me senta muy desubicado. El otro da en la fiesta Sam conoca a todos losdel grupo. Eran alrededor de cinco.

    Richard: No. El tampoco los conoca a todos.

    Todd: S, l conoca a mucha gente.

    Richard: No. El conoca solamente a Lois. Sam no conoce a todo el mundo.

    Todd: Lo que puedo decirte es que yo me senta muy fuera de lugar. No estaba cmodo enninguna parte.

    Richard: Por qu?

    Todd: No lo s. Ni siquiera me siento bien en la escuela.Richard: Mira, no s. La otra noche...

    Todd (rindose): Creo que ahora me doy cuenta cmo se siente Ron Cameron.

    Richard (rindose): No creo que t te sientas tan mal como Ron Cameron.

    Todd: Era una broma.

    Richard: Cmo podras sentirte as? T conoces a mucha gente.

    Todd: Pero no puedo conversar con nadie.

    Richard: T conoces a ms personas que yo.

    Cuando Richard dice a Todd que sus sentimientos son injustificados e incomprensibles, no est

    evidenciando que noest interesado en los sentimientos de su amigo. Est ms bien queriendodecirle: "No debes sentirte mal. Tus problemas no son tan graves."

    COMPARTIENDO LOS PROBLEMAS

    El cuento "New Heaven" de Alice Martison muestra el modo como las mujeres reaccionan cuandoles confan algn problema. Eleanor le cuenta a Patsy que est enamorada de un hombre casado. Loprimero que hace Patsy es manifestarle su comprensin y revelarle una experiencia similar que ellavivi:

    Bueno dijo Patsy. S cmo te sientes. Me veras?

    En cierto modo, s. Yo estuve saliendo con un hombre casado durante dos aos.

    Entonces, Patsy le cuenta a Eleanor detalles de su aventura y de cmo se senta ella. Despusde conversar un rato acerca de la aventura de Patsy, sta dice:

    Pero t me estabas contando acerca de este hombre y yo te interrump con mi historia.

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    Lo siento. No hago ms que hablar de m misma.

    No hay problema responde Patsy halagada.

    La conversacin vuelve a girar en torno del nuevo romance de Eleanor. Patsy se solidariza conlos sentimientos de Eleanor y comparte con ella su propia experiencia, poniendo el acento en loparecidas que son ambas situaciones. Despus incentiva a Eleanor para que le cuente ms sobre su

    problema. En el marco de la experiencia similar que plantea Patsy, va desapareciendo la asimetraque involucra el hecho de confiar problemas personales, y se balancea el vnculo amistoso.

    Eleanor se siente muy complacida durante su conversacin con Patsy, porque comparten unmismo modo de acercarse a los problemas y porque van consolidando su vnculo amistoso. AunqueEleanor trajo el tema de su problema sentimental, no comenz a elaborarlo hasta que Patsy laincentiv a hacerlo. En otro cuento de la misma autora, "The knitting", una mujer llamada Beth seencuentra con su hermana para ir juntas a visitar a la hija de sta, que est internada en un hospitalpsiquitrico. En ese momento Beth recibe una llamada telefnica de su novio Alec, que la deja muypreocupada. Ella desea hablar con su hermana de los problemas que tiene con su novio, pero no lohace porque su hermana no le pregunta nada.

    Las mujeres de estas historias van balanceando un delicado sistema por el cual, al conversarsobre sus problemas, van ahondando su vnculo y creando un sentimiento de comunin.

    Las mujeres suelen juzgar a los hombres a partir de sus propios modelos de estilosconversacionales. Por ejemplo, cuando los hombres cambian de tema, las mujeres lo sienten comouna falta de inters, como una traicin al vnculo de intimidad que entre ellos existe. Sin embargo, elhecho de no hacer preguntas puede significar tambin respeto por la intimidad del otro. CuandoEleanor le cuenta a Patsy que est enamorada de Peter, Patsy le pregunta si se acuesta con l. Estetipo de pregunta podra muy bien molestar a muchos hombres (y tambin a algunas mujeres), que lasentiran como una intromisin. Sin embargo Eleanor la considera una muestra de inters, queacrecienta an ms sus sentimientos de amistad.

    Las mujeres siempre tratan de mostrar su comprensin frente a los sentimientos de otrasmujeres. Los hombres, en cambio, procuran hacer sentir seguras a las mujeres demostrndoles quesus situaciones no son en realidad tan delicadas, pero esto suele producir el efecto paradjico de

    hacerlas sentir menospreciadas o llevarlas a pensar que no son tenidas en cuenta. Ellas tambin enesto sienten una traicin al vnculo de intimidad, justo en el momento en que necesitan que ste seaconfirmado. Ellos, en realidad, procuran lograr una comunicacin simtrica, pero en su intentoterminan por transformarla en asimtrica.

    UNA SIMETRIA DIFERENTE

    Las respuestas de los muchachos (tal como lo ilustra la conversacin entre Richard y Todd)pueden parecer asimtricas cuando se las mira por separado, pero son simtricas vistas en suconjunto. Por ejemplo, la respuesta de Todd con respecto a la preocupacin de Richard por su

    problema con la bebida es exactamente igual a la respuesta de Richard con respecto a lossentimientos de aislamiento de Todd. Ambos parecen desdear el problema del otro:

    Richard: Oye, yo no creo... Quiero decir, respecto de lo que dijo Anne la otra noche... Yo nocreo que est realmente comportndome as.

    Todd: Yo no creo que sea as. T siempre supiste que se no era un problema grave.

    Richard: Pero Anne... Sam le dijo que en una reunin yo me haba cado al piso.

    Todd: Es una mentira.

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    Richard: No me ca. Tropec.

    Todd: No te preocupes por eso.

    Richard: Pero me preocupo. Me siento ridculo frente a Sam. No quiero sentirme ridculofrente a ti tambin.

    Todd: No importa. Uno a veces se siente ridculo cuando est fuera de su ambiente.

    Todd niega que Richard haya estado tan ebrio como para no mantenerse en pie. Adems afirmaque en todo caso, si perdi el control, ese hecho es irrelevante. En principio, yo interpret que elmodo en que los muchachos se daban confianza mutuamente y restaban importancia a los problemasdel otro, estaba relacionado con la identificacin y el reforzamiento del vnculo. Sin embargo, lopodemos ver desde otra perspectiva. Las conversaciones entre los muchachos pueden estar basadasen las asimetras o, ms precisamente, en modos de superar las asimetras. Cuando Todd cuenta susproblemas, est colocndose potencialmente en el lugar inferior e invitando a Richard a tomar unaposicin superior. Richard toma esta posicin al dejar de lado los problemas de Todd y al darleconsejos. Cuando Richard cuenta sus propios problemas, est renunciando al lugar superior yrestableciendo una relacin de pares. Lo hace a travs de un metamensaje: "Somos un par demuchachos tratando de ir adelant en un mundo difcil. Los dos estamos igualmente capacitados parahacerlo."

    Desde este punto de vista, el tipo de respuesta que podra dar una mujer cobrara para unhombre un significado totalmente distinto, porque sera interpretada bajo la ptica del estatus. Porejemplo, una respuesta tal como: "Me doy cuenta de cmo te sientes. Debe ser horrible. Yo mehubiese sentido igual" podra ser interpretada como: "Eres un intil. S como te sientes. Yo mesentira muy mal si fuese tan incompetente para resolver mis problemas. Pero tienes suerte. Yo nosoy como t. Te puedo ayudar porque estoy mucho ms capacitado en estas cuestiones." En otraspalabras, es mejor no expresar compasin porque esto significa implcitamente expresarcondescendencia.

    Cuando las mujeres hablan con los hombres de sus problemas, habitualmente se sienten mal conlas respuestas que obtienen. Los hombres, por su parte, tambin se sienten mal porque, cuandotratan de ayudar, reciben a cambio reproches por dar respuestas inadecuadas. En cambio Richard y

    Todd parecen mutuamente satisfechos por la respuesta del otro. El problema radica en que, cuandolos hombres hablan con las mujeres, cada uno espera del otro una respuesta de distinta naturaleza.El abordaje de los hombres tiende a mitigar los sentimientos de pesar actuando sobre sus causas.Las mujeres, en cambio, esperan recibir comprensin y consuelo, y por eso se sienten agredidasfrente a las reacciones de los hombres.

    NO HAGAS PREGUNTAS

    Hablar sobre los problemas es solamente una de las situaciones en que los discursos dehombres y mujeres entran en conflicto. Problemas similares se suscitan cuando se trata de pedir

    informacin. Estas diferencias tambin se pueden explicar en trminos de las asimetras en el estatusy en el vnculo.

    Un hombre y una mujer estaban parados frente a la mesa de informaciones del Washington FolkLife Festival, un gran complejo de puestos y letreros. El hombre le deca a la mujer: "Pregunta t. Yono voy a preguntar."

    Sybil y Harold iban en su automvil. Sybil estaba furiosa. Haban estado dando vueltas durantemedia hora, buscando una calle que l supona cercana. Ella no estaba enojada porque l noencontraba el camino, sino porque Harold insista en tratar de encontrarlo por s mismo, en lugar depreguntarle a alguien. Ella vea las cosas desde su propio punto de vista: si ella fuese quien conduca,

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    hubiese pedido informacin en cuanto se hubiese percatado de que no conoca el camino. En esemomento, entonces, hubiesen estado cmodamente sentados en la casa de sus amigos, en lugar deseguir manejando en crculos mientras se haca cada vez ms tarde. A ella no le molesta pedirinstrucciones. Por lo tanto, no preguntar carece de sentido. En cambio, para Harold seguirconduciendo hasta encontrar el camino es la solucin ms razonable, ya que no le gusta pedir ayuda.El trata, entonces, de evitar esa incomodidad y seguir sintindose autosuficiente.

    Por qu tantos hombres se resisten a pedir instrucciones u otra clase de informacin? Por qua las mujeres no les ocurre la misma cosa? Existen dos metamensajes simultneos y distintos,implcitos en los actos de dar y recibir informacin, que estn relacionados con la paradoja de laindependencia y la intimidad. La mayora de los hombres se centran en uno y la mayora de lasmujeres, en el otro.

    Cuando alguien da una informacin, el mensaje es la informacin misma. Pero al mismo tiempose est enviando un metamensaje de superioridad, ya que alguien tiene la informacin y alguien no latiene. Si las relaciones son eminentemente jerrquicas, entonces hay uno que es enmarcado como elsuperior en la escala, en razn de sus conocimientos y su competencia. Desde este punto de vista,para un hombre que percibe la independencia como un prerrequisito para el autorrespeto, encontrarsolo el camino es fundamental. Bien vale la pena preservar el autorrespeto, si el costo es solamenteemplear unos minutos ms en la bsqueda.

    Como los metamensajes son implcitos, es muy difcil hablar de ellos. Cuando Sybil le pregunta aHarold por qu no pide la informacin que necesita, l le responde en trminos del mensaje. No tenasentido preguntar, porque podan darle indicaciones equivocadas. Tericamente esta respuesta esrazonable. Existen pases, por ejemplo Mxico, donde las personas prefieren dar cualquier respuesta,antes que negar la informacin que se les pide. Sin embargo, para Sybil, las explicaciones de Haroldno tienen sentido. Ella sabe que es posible recibir una informacin errnea, pero lo ve improbable.Adems, aunque esto sucediera, no sera peor que seguir buscando sin rumbo.

    En parte, ellos no estn de acuerdo porque Sybil piensa que si una persona no conoce el caminodir "no s". Ella piensa que decir "no s" es sencillo. En cambio, l piensa que es humillante; portanto, las personas probablemente le darn cualquier respuesta. Como parten de distintas premisas yel enmarcado es invisible, Harold y Sybil nunca llegarn a darse cuenta de las razones que originansu desacuerdo. Solamente se sentirn mutuamente frustrados. Normalmente se habla del nivel del

    mensaje, porque es aquel del que tenemos mayor conciencia, pero de este modo nunca se resuelvela confusin, ya que las motivaciones reales corresponden a otro nivel.

    En la medida en que dar informacin, instrucciones o ayuda sirve a otro, refuerza los lazos entrelas personas. En la medida en que es asimtrico, crea jerarquas. Dar informacin enmarca a uno delos interlocutores como experto, superior, en conocimientos y al otro como desinformado, inferior enconocimientos. Es, por tanto, una jugada en la negociacin del estatus.

    Son muchas las situaciones en las cuales quienes dan informaciones son los superiores encuanto a su estatus. Por ejemplo, los padres explican cosas a sus hijos y contestan sus preguntas.Los profesores dan informacin a sus alumnos. Una de las reglas de buen comportamiento duranteuna cena en Japn muestra una cierta conciencia de esta dinmica. Dice el antroplogo Harumi Befuque en Japn, para ayudar al participante ms importante de una reunin a mantener su estatus, los

    otros invitados le hacen aquellas preguntas que saben que l puede contestar con autoridad.Es a causa de esta asimetra potencial que muchos hombres no quieren recibir informacin deotros, especialmente de las mujeres, y que algunas mujeres se resisten a dar informacin,especialmente a los hombres. Un hombre me dijo que mi perspectiva le aclaraba algunas situacionesque sola vivir con su mujer. Por ejemplo, una vez subieron a su automvil, y deban ir a un lugar queella conoca bien y 61 no. El se resisti conscientemente al impulso de buscar por s mismo el caminoy le pregunt a su esposa si le poda aconsejar cul era la mejor forma de llegar. Ella le indic elcamino y agreg: "Ese es el camino que yo tomara. Pero es posible que haya otro mejor? Sucomentario fue una forma de que l no se sintiera mal porque ella saba alga que l desconoca. Ellaestaba tomando adems una precaucin en caso de que su esposo decidiese tomar otro camino. Por

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    otra parte fue una manera de enmarcar su indicacin como una "sugerencia" y no como una"instruccin".

    LO SOLUCIONARE YO SOLO SI ES IMPRESCINDIBLE

    La misma asimetra que se observa al dar y recibir instrucciones est presente cuando se trata deencontrar soluciones. Algo de esto hemos abordado al hablar de las conversaciones sobreproblemas. Esta vez voy a relatar una experiencia propia.

    Como no poda abrir la pequea tapa del compartimiento de las pilas del fotmetro de mi cmarafotogrfica, fui a pedir ayuda a una tienda de artculos fotogrficos. El vendedor trat de destaparla,primero con una moneda y despus con un instrumento especial. Como no la pudo abrir, la declarcerrada sin esperanzas. Me explic los motivos (la haban cerrado inadecuadamente) y me ense asacar fotografas sin utilizar el fotmetro, buscando las condiciones de luz necesarias segn el tipo depelcula que utilizara. Aunque yo estaba segura de que no iba a adoptar ese sistema, lo escucheducadamente, tratando de fingir inters y anotando los ejemplos que l me daba, basados enpelculas de 100 ASA, confundindose despus con las pelculas de 64 ASA. Inclusive me explic por

    qu este mtodo era mejor que utilizar el fotmetro, minimizando as el hecho de no haber podidoabrir la tapa. De este modo el vendedor se enmarcaba como poseedor de un conocimiento y creahaber solucionado mi problema aun cuando no hubiese podido abrir la tapa. En realidad, l trataba deayudarme (cosa que yo sinceramente apreciaba), pero trataba tambin de demostrar que tena lahabilidad y el conocimiento necesarios para ayudar, aunque en realidad no lo hizo.

    He aqu una especie de contrato social: muchas mujeres, no solamente se sienten cmodaspidiendo ayuda, sino que adems se sienten honradas de pedirla, aceptarla y demostrar su gratitud.Por su parte, muchos hombres se sienten honrados respondiendo al pedido de ayuda, les convenga ono este pedido. Un hombre me cont que cierta vez su vecina le pidi que reparara su automvil, quese atascaba a cada momento. El pas ms tiempo del que dispona tratando de repararlo yfinalmente lleg a la conclusin de que no tena el equipo necesario para reparar el desperfecto. El sesinti mal por no haber podido solucionar el problema. Su vecina, como si hubiese percibido su

    malestar, le deca en los das subsiguientes que el automvil estaba funcionando mucho mejor,aunque l en realidad saba que no lo haba reparado en absoluto. Existe un equilibrio entre labsqueda de auxilio y las muestras de reconocimiento. Los hombres y las mujeres se sientenigualmente obligados en este tcito acuerdo: ella se senta obligada a mostrar gratitu