Smith, Cordwainer - Los Señores de la Instrumentalidad IV - En busca de tres mundos

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    EN BUSCA DE TRES MUNDOSLos Seores de la Instrumentalidad/4

    Cordwainer Smith

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    Ttulo original: Quest of the Three Worlds

    Traduccin: Carlos Gardini

    1966 by Cordwainer Smith

    1994 Ediciones BBailen 84 - 08009 Barcelona (Espaa)

    ISBN: 84-406-5288-7

    Edicin digital: Jota

    2 Revisin 2004: Ren

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    NDICE

    Introduccin: Tres mundos por descubrir, por John J. Pierce.

    En busca de tres mundos (Quest of Three Worlds)

    Parte I

    En el planeta de las gemas (On the Gem Planet, 1963)

    Parte II

    En el planeta de las tempestades (On the Storm Planet, 1965)

    Parte III

    En el planeta de arena (On the Sand Planet, 1965)

    Parte IV

    Tres a una estrella (Three to a Given Star, 1965)

    OTROS RELATOS

    La guerra nmero 81-Q (War N 81-Q, 1928)

    La ciencia occidental es tan maravillosa (Western Science is So Wonderful,

    1958)

    Nancy (The Nancy Routine, 1959)

    La flauta de Bodidharma (The Fife of Bodidharma, 1959)

    Angerheim (Angerheim, 1959)

    Los buenos amigos (The Good Friends, 1963)

    Apndice:Los Seores de la Instrumentalidad, por Miquel Barcel.

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    ndice dinmico

    TRES MUNDOS POR DESCUBRIR .................................................6

    EN BUSCA DE TRES MUNDOS.......................................................8

    PARTE I - EN EL PLANETA DE LAS GEMAS....................................8

    PARTE II - EN EL PLANETA DE LAS TORMENTAS ..................... 24

    PARTE III - EN EL PLANETA DE ARENA........................................ 69

    PARTE IV - TRES A UNA ESTRELLA................................................ 87

    LA GUERRA NMERO 81-Q........................................................100

    LA CIENCIA OCCIDENTAL ES TAN MARAVILLOSA.................102

    NANCY ..........................................................................................110

    LA FLAUTA DE BODIDHARMA...................................................117

    ANGERHELM................................................................................122

    LOS BUENOS AMIGOS................................................................133

    APNDICE - Los Seores de la Instrumentalidad.......................

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    PRESENTACIN

    Este cuarto y ltimo volumen de la edicin ntegra de LOS SEORES DE LAINSTRUMENTALIDAD de Cordwainer Smith incluyen las cuatro narraciones protagonizadas porCasher O'Neill. Completan el volumen y esta edicin los otros relatos del autor que difcilmentepueden encuadrarse en el gran ciclo de la Instrumentalidad de lo Humano. La narrativa deCordwainer Smith va precedida por una introduccin escrita en 1978 por John J. Pierce para laedicin en ingls de EN BUSCA DE TRES MUNDOS y que, lgicamente, no se refiere a los relatosque cierran nuestra edicin. Dichos relatos se incluyeron, en ingls, en la antologa TheInstrumentality of Mankind, presentada por Frederick Pohl y publicada por Ballantine Books en1979.

    Con ello logramos dar por culminado nuestro empeo editorial de ofrecer, completa y

    ordenada, toda la ciencia ficcin de un autor irrepetible como es Cordwainer Smith. Una edicin dela que no podemos por menos que sentirnos francamente orgullosos: es la primera en todo el mundoque rinde este merecido y necesario homenaje a la obra de un autor excepcional en la cienciaficcin de todos los tiempos.

    Los otros tres volmenes de la serie aparecieron en esta coleccin, en 1991, con los ttulosPIENSA AZUL, CUENTA HASTA DOS (NOVA - Ciencia ficcin, nm. 37) y LA DAMA MUERTA DECLOWN TOWN (NOVA - Ciencia ficcin, nm. 38) y NORSTRILIA (NOVA - Ciencia ficcin,nm. 59). De todo ello se habla con detalle en el Apndice donde se incluyen los datos necesariospara situar la serie y el contenido de esta novela, incluso para el lector que no haya ledo lasnarraciones de los primeros volmenes.

    Un comentario final. El ttulo de este cuarto volumen es EN BUSCA DE TRES MUNDOS, ya que

    hemos decidido mantener el que us Nebulae cuando public por primera vez en Espaa lasaventuras de Casher O'Neill. Como no poda ser menos, en esta edicin hemos traducido de nuevotodos los relatos, principalmente para proporcionar un estilo uniforme y nico incluso en la versintraducida de la obra de Cordwainer Smith. Como en otros casos anteriores y que ya coment en susrespectivas introducciones, nuestro traductor, Carlos Gardini, ha propuesto algunas innovaciones y,en este caso en concreto, un nuevo ttulo de estas aventuras de Casher O'Neill. Aunque no lo hemosrecogido, s conviene decir que el original Quest of the Three Worlds ha sido traducido porGardini como Bsqueda en tres mundos que, a mi parecer, recoge mucho ms certeramente elsentido de las aventuras de Casher O'Neill: una misma bsqueda que se desarrolla en tres mundosdistintos y no tanto la bsqueda de tres mundos como sugiere el ttulo utilizado en su da porEdhasa.

    Quisiera que el hecho de mantener el ttulo tradicional en Espaa de las aventuras de CasherO'Neill, no lleve a engao sobre el contenido de este volumen. Dado que en nuestro caso se trata,como se ha dicho, del cuarto volumen de la edicin completa y ordenada de la obra de cienciaficcin de Cordwainer Smith, que, adems de las aventuras de Casher O'Neill, incluye seis relatosms escritos por Cordwainer Smith y que, por acuerdo de todos los especialistas en su obra,difcilmente pueden encuadrarse en la gran saga de LOS SEORES DE LA INSTRUMENTALIDAD.

    Ser un tpico, pero concluir al fin esta edicin, la primera en el mundo de sus caractersticas,es un verdadero orgullo para todos los que hemos intervenido en su realizacin. Cordwainer Smithes un autor que mereca el homenaje implcito en esta edicin completa y ordenada de su obra deciencia ficcin.

    Miquel Barcel

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    TRES MUNDOS POR DESCUBRIR

    Conozcan ustedes a Casher O'Neill: aventurero, peregrino, mstico. Y tal vez una calle de ElCairo.

    Paul Myron Anthony Linebarger (1913-1966) quien, como ustedes ya deben de saber, fuesecretamente Cordwainer Smith hasta poco antes de su muerte se deleitaba en decorar suscuentos con retrucanos crpticos y alusiones, tantas que todava no se han aclarado todas.

    Qasr El Nil es una calle del centro de El Cairo. Y si ustedes saben que los lugareos llaman asu pas Misr, no Egipto, no tendrn ningn problema en comprender qu es Mizzer. Kuraf, Weddery Gibna son, sin lugar a dudas, anagramas de los nombres del Rey egipcio y los dos Coroneles quelo derrocaron. Y por qu Qasr El Nil se convirti en Casher O'Neill? Smith deseaba sugerir que setrataba de un aventurero, y un nombre irlands le pareci apropiado.

    Se puede perdonar que los lectores no lleguen a advertir por qu Casher considera apropiadoque el planeta Pontoppidan tenga una capital llamada Andersen (Henrik Pontoppidan era un autordans, y Andersen un hroe de su novela Suelo, un bien escaso en el planeta de las gemas). O queel tormentoso mundo de Henriada est inspirado en un recuerdo de infancia de Smith, que tuvo unaexperiencia con un huracn en Biloxi, Mississippi. O que manifest preocupacin por la violenciade los aos 60, creando prrafos donde las primeras letras de cada oracin forman las frasesKENNEDY SHOTy OSWALD SHOT TOO.1

    Afortunadamente, tales esoterismos no son imprescindibles para disfrutar de EN BUSCA DETRES MUNDOS. Pues la historia de Casher O'Neill, como casi toda la ciencia ficcin de Smith,forma parte del vasto ciclo de la Instrumentalidad de lo Humano, que ha fascinado a los lectoresdurante ms de veinte aos. Genevieve, la viuda de Linebarger, colabor con l en varios cuentos y

    ha escrito otros basados en manuscritos inconclusos o en ideas que ambos haban comentado.Adems, Linebarger dej notas grabadas para nuevos cuentos.En cualquier caso, los cuentos de Casher O'Neill se sitan hacia el final de un ciclo de relatos y

    leyendas que estaba terminado cuando muri Linebarger. Corresponden al segundo siglo delRedescubrimiento del Hombre, una vasta empresa de los Seores de la Instrumentalidad y susaliados encubiertos del subpueblo para desbaratar (al menos en parte) la sofocante utopa bajo laque los propios Seores haban sometido a la humanidad durante milenios.

    Como la Instrumentalidad de esta poca se dedica a recrear culturas del Mundo Antiguo comoparte de su programa para restaurar la libertad y la diversidad de la existencia humana, el uso denombres alusivos como Mizzer, Kuraf, Wedder, Gibna y otros est perfectamente justificado desdeel punto de vista de la ciencia ficcin. Pero, adems, Cordwainer Smith cre mundos que no se

    parecen a nada preexistente: Pontoppidan, donde las gemas carecen de valor y la tierra es preciosa;Henriada, con sus ballenas areas y su gente de los vientos. Los mundos de Smith son extravagantespero convincentes.

    Como siempre, hay alusiones a figuras y episodios de pocas pasadas: el Capitn de ViajeMagno Taliano, hroe legendario de El abrasamiento del cerebro; y el Efecto Kaskaskia, unadestructiva arma de la Edad Oscura de la Tierra. Tambin hay alusiones a cuentos que PaulLinebarger no haba llegado a escribir cuando muri: uno de ellos se relacionaba con El robot, larata y el copto, cuyas visiones se mencionan aqu.

    Pero en el centro de EN BUSCA DE TRES MUNDOSsubyace la personalidad de Casher O'Neill.La cuarta parte (originalmente titulada Tres a una estrella), con la parodia de las culturas

    1 Respectivamente, Kennedy baleado y Oswald tambin baleado. Ambos prrafos se encuentran en la segunda parte de ENBUSCA DE TRES MUNDOS, la correspondiente al Planeta de las Tormentas. (N. del T.)

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    derivadas de animales creadas por el propio Smith, es tangencial, pero el tema de casi todo el libroes la bsqueda espiritual de Casher ms que el viaje o la aventura en s mismos.

    Paul Linebarger, como alguien ha dicho, era profundamente religioso, y en casi todos susrelatos de ciencia ficcin intentaba conciliar el cristianismo con la ciencia, la evolucin con laRevelacin. Quiz nunca sepamos si lleg a desarrollar plenamente sus ideas sobre el destino de lahumanidad. De un modo u otro, EN BUSCA DE TRES MUNDOS es ms la historia de una salvacin

    personal que la del destino del hombre.Esta obra es comparable, hasta cierto punto, con el Pilgrim's Progressde John Bunyan. LosSeores de la Instrumentalidad, como utopistas materialistas, haban perseguido durante milenios laerradicacin de lo espiritual, y en tiempos de Casher todava mantenan una prohibicin sobre lareligin. Las subpersonas, algunas de las cuales tienen nombres obviamente simblicos comoP'alma y T'ruth2, son prcticamente los nicos custodios de la Vieja Religin Fuerte, y por lo tantolos guas apropiados para esta peregrinacin.

    Desde luego, la simbologa no es lo nico importante.Hasta el Redescubrimiento del Hombre, pocos seres humanos han enfrentado el tormento de la

    conciencia moral y la opcin moral: la Instrumentalidad ha tomado todas las decisiones por ellos.Casher O'Neill, como otros de su poca, debe redescubrir lo que significa ser un hombre libre; si

    tambin descubre los secretos del cristianismo, stos slo pueden significar algo para l en cuantohombre libre.

    Sin duda se podran encontrar algunos paralelos con Bunyan en personajes grotescos comoMurray Madigan y John Joy Tree, as como en el papel de los guas espirituales del subpueblo.Casher se parece mucho al peregrino de Bunyan cuando deja atrs las tentaciones de la Ciudad de laEsperanza Sin Esperanza, Kermesse Dorgeil, y el Hondo Lago Seco de la Maldita Irene. Pero noforcemos los paralelismos; el Decimotercer Nilo no es necesariamente el paraso, y se comprendermejor como una alegora, como un estado del alma.

    En todo caso, no se dejen ustedes intimidar por los paralelismos. Pilgrim's Progressapareci una vez en una lista de clsicos que haban aburrido a la mayora de los lectores, peroCordwainer Smith nunca resulta aburrido. Como el resto de sus obras, EN BUSCA DE TRESMUNDOS rebosa de inventiva, desde el gracioso robot que no sabe cmo interpretar el objetoimpropio que emerge del Hippy Dipsy, hasta el emocionante viaje por Henriada a bordo de untanque que se ancla al suelo para evitar que lo arrastre el viento.

    Si ustedes han ledo alguna otra obra de Smith, no necesitan esta introduccin para saber lobueno que puede ser. Pero si EN BUSCA DE TRES MUNDOSes su primer contacto con el extico ymaravilloso futuro imaginario de este singular creador de mitos, no querrn dejar de leer el resto.Tarde o temprano, el universo de Smith tiene que ser experimentado en su totalidad.

    John J. PierceBerkeley Heights, New Jersey,

    7 de junio de 1978

    2 La inicial con apostrofe indica el origen animal de las subpersonas. As, la P de P'alma seala el origen perruno del personaje (eningls es D'alma, por dog, obviamente Cordwainer Smith, aficionado a los juegos idiomticos, utiliza el nombre alma por elsignificado que la palabra tiene en espaol). T'ruth es una muchacha-tortuga y, desde luego, truth significa verdad en ingls. (N.del T.)

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    EN BUSCA DE TRES MUNDOS

    Parte I - EN EL PLANETA DE LAS GEMAS

    Pensad en el caballo. El caballo trepaba por entre las grietas de un cerro de gemas; la fuerzaque lo impulsaba era el amor al hombre.

    Pensad en Mizzer, el planeta de recreo, donde el Coronel Wedder, su dictador, reform lacultura tan bruscamente que la decadencia se convirti en atrocidad.

    Pensad en Genevieve, tan rica que era prisionera de su fortuna, tan hermosa que era vctima desu belleza, tan inteligente que saba que nada poda torcer su destino.

    Pensad en Casher O'Neill, un vagabundo entre los planetas, sediento de justicia pero anhelando

    que la justicia no fuera slo un sinnimo de venganza.Pensad en Pontoppidan, literalmente una gema: un planeta cuyos habitantes eran demasiadoricos e industriosos para disfrutar de la buena mesa, el aire libre o mucha diversin. Slo tenandiamantes, rubes, turmalinas y esmeraldas.

    Sumadlo todo y tendris una de las historias ms extraas que hayan circulado de mundo enmundo.

    1

    Cuando Casher O'Neill lleg a Pontoppidan descubri que la capital se llamaba Andersen, unnombre apropiado.

    Era el segundo siglo del Redescubrimiento del Hombre. En todas partes la gente adoptabaviejos nombres, viejos idiomas y viejas costumbres en cuanto los robots, y las subpersonasrescataban la informacin entre los desechos de rutas estelares olvidadas o las ruinas subterrneasde la Cuna del Hombre.

    Casher lo saba muy bien por amarga experiencia. Para l la reculturacin haba significadorevolucin y exilio. Proceda del seco y bello planeta Mizzer. Era sobrino de Kuraf, el soberanoderrocado, cuya coleccin de libros prohibidos no haba tenido parangn en la Galaxia colonizada;se haba abstenido de intervenir cuando los Coroneles Gibna y Wedder se aduearon del planeta en

    nombre de la reforma; en vano haba implorado auxilio a la Instrumentalidad cuando Wedder seconvirti en tirano; y en ese momento viajaba entre las estrellas, buscando hombres o armas quedestruyeran a Wedder y devolvieran a la ciudad de Kaheer el lujo y la felicidad de otros tiempos.

    Cuando desembarc en Pontoppidan comprendi que su causa era desesperada. Los habitanteseran cordiales, afables e inteligentes, pero no tenan motivos para luchar, ni armas con que luchar,ni enemigos contra quienes luchar. Tenan tan poco espritu cvico como las gentes de Mizzer. Seinteresaban en nimiedades.

    Cuando lleg Casher O'Neill, los pontoppidanos estaban muy entusiasmados con un caballo.Un caballo! A quin le importa un caballo?Eso mismo dijo Casher O'Neill.Por qu preocuparse por un caballo? Tenemos muchos caballos en Mizzer. Son seres de

    cuatro manos, que pesan ocho veces ms que un hombre, y con un solo dedo en cada mano.Tienen las uas muy gruesas y les permiten correr a gran velocidad. Para eso los tienen lagente, para correr.

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    Para qu correr? dijo el dictador hereditario de Pontoppidan. Para qu correr, cuandopuedes volar? No tenis ornitpteros?

    No corremos con los caballos rezong Casher. Los hacemos competir y luego damospremios al que corre ms deprisa.

    Pero eso crea una situacin muy ilgica dijo Philip Vincent, el dictador hereditario. Encuanto se ha probado a estos seres de cuatro dedos, ya se sabe lo deprisa que corre cada uno. Para

    qu molestarse?Su sobrina le interrumpi. Era una muchacha frgil, un poco menuda para el gusto de CasherO'Neill. Tena los ojos grises y claros, cejas bien marcadas, un peinado artificioso, cabello rubioplatino y la boquita ms sensible que Casher O'Neill haba visto nunca. Respetaba la moda localusando un polvo o crema facial rosada con reflejos liliceos. Esa coloracin habra dado aspecto debruja a cualquier otra mujer de veintids aos, pero en Genevieve resultaba agradable, aunquesorprendente. La haca parecer una nia feliz que jugaba alegremente a ser adulta. Casher saba lodifcil que era calcular la edad en esos planetas apartados. Genevieve poda ser una gran dama en sutercer o cuarto rejuvenecimiento.

    Una segunda ojeada le hizo dudar. Genevieve dijo una frase sensata, juvenil y atrevida:Pero to, son animales!

    Lo s mascull el dictador.Pero to, no entiendes?Deja de decir pero to y dime a qu te refieres gru afectuosamente el dictador.Los animales siempre son imprevisibles.Desde luego reconoci su to.sa es la gracia del juego, to prosigui Genevieve. Nunca se sabe si actuarn dos veces

    del mismo modo. Imagina la diversin! Esos enormes y bellos seres de la Tierra corriendo encrculos con sus cuatro dedos, las grandes uas arrancando las gemas del suelo!

    No estoy seguro de que sea as. Adems, quiz Mizzer est cubierto de algo valioso comotierra o arena, en vez de gemas como las de Pontoppidan. Recuerdas tus macetas, con su tierra rica,tibia, hmeda y blanda?

    Claro que s, to. Y s lo mucho que pagaste por ellas. Fuiste muy generoso. Y an lo eres aadi diplomticamente, echando una rpida ojeada a Casher O'Neill para ver qu pensaba elvisitante de la devocin familiar.

    En Mizzer no somos tan ricos. Casi todo es arena, con tierras de labranza a lo largo de losDoce Nilos, nuestros grandes ros.

    He visto imgenes de ros dijo Genevieve. Qu raro sera vivir en un mundo cubiertode relleno para macetas!

    Te desvas del tema, querida. Nos preguntbamos de qu servira traer un caballo, un solocaballo, a Pontoppidan. Supongo que un caballo podra correr contra s mismo, si tuviramos uncronmetro. Pero sera divertido? Haras eso, joven?

    Casher O'Neill intent ser respetuoso.En mi patria tenamos muchos caballos. Mi to cronometraba uno por uno.Tu to? pregunt el dictador con inters. Quin era tu to para tener tantos caballos

    de cuatro dedos? Son animales de la Tierra, y muy costosos.Casher temi el golpe bajo y lento que haba recibido tantas veces, el puetazo que el mundo

    exterior le asestaba en la boca del estmago.Mi to... tartamude, mi to... cre que lo sabas... l es Kuraf, el antiguo dictador de

    Mizzer.Philip Vincent se levant de un brinco con una agilidad sorprendente en un hombre tan

    corpulento. La joven Genevieve se aferr el cuello del vestido.Kuraf! exclam el viejo dictador. Kuraf! Hemos odo hablar de l, aun aqu. Pero se

    supona que eras un patriota de Mizzer, no un partidario de Kuraf.l no tiene hijos... empez a explicar Casher.Claro que no, con esas costumbres! ladr el viejo.

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    Slo quera preguntarte para qu sirve un rub verde dijo Casher O'Neill. Ni siquierasaba que los haba verdes.

    Se trata, joven, de una especialidad de Pontoppidan. Tenemos una geologa basada en unaqumica ultrapesada. Este planeta fue en un tiempo un fragmento de un planeta gigante que hizoexplosin. El uso es simple. Con un rub verde se puede fabricar un rayo lser que vaporizara tuciudad de Kaheer de un disparo. Aqu no tenemos armas ni creemos en ellas, as que no te dar un

    arma. Tendrs que viajar a otros mundos hasta hallar una nave y conseguir el instrumental paramontar tu rub verde, si es que accedo a drtelo. Pero habrs avanzado un paso en tu lucha contra elCoronel Wedder.

    Gracias, gracias, honorabilsimo seor! exclam Casher O'Neill.Pero to objet Genevieve, no debiste escoger esas dos condiciones, pues yo s las

    respuestas.Tienes algn medio para saberlo todo sobre l? pregunt el dictador hereditario.Bajo la crema lilcea de Genevieve asom el rubor.S cuanto necesitamos saber.Cmo lo sabes, querida?Simplemente, lo s dijo Genevieve.

    Su to no hizo comentarios, pero sonri con indulgencia, como si ya hubiera odo antes estafrase.

    Ella pate el suelo.Y tambin s todo sobre el caballo. Todo.Lo has visto?No.Le has hablado?Los caballos no hablan, to.La mayora de las subpersonas hablan.El caballo no es una subpersona, to. Es un animal no modificado de la Vieja Tierra. Nunca

    habl.Entonces, qu sabes, querida? dijo el to afectuosamente, aunque con voz crispada de

    impaciencia.Lo film. Film toda la historia del caballo de Pontoppidan. Y adems prepar el montaje.

    Iba a mostrrtela esta maana, pero tu personal hizo entrar a este joven.Casher O'Neill pidi disculpas a Genevieve con la mirada.Ella no se dio cuenta, pues observaba al to.Ya que has trabajado tanto, veamos lo que hiciste. El dictador se volvi hacia sus

    ayudantes. Traed sillas. Y bebidas. Ya sabis qu bebo yo. La dama tomar t con limn. Tverdadero. Bebes caf, joven?

    Tienes caf! exclam Casher O'Neill. En cuanto lo dijo, se sinti ridculo. Pontoppidan

    era un planeta rico de verdad.En la cotizacin de bolsa de la mayora de los mundos, el caf equivala a dos aos-hombre porkilo. Aqu los tractores avanzaban aplastando gemas cuando iban a cargar los frecuentes navoscomerciales.

    Los criados instalaron las sillas y trajeron bebidas. El dictador hereditario qued un instantesumido en sus cavilaciones, como reflexionando acerca de la promesa que haba hecho a CasherO'Neill. Incluso haba murmurado al joven: Nuestro trato sigue en pie? No importa lo que diga misobrina. Casher haba asentido enfticamente. El viejo mir a los criados de mal humor, y no serelaj hasta que un hombre-tigre entr en el cuarto, llevando una bandeja con precisin acrobtica.Las sillas pronto estuvieron dispuestas.

    El to ofreci asiento a su sobrina, como ordenndole que lo aceptara. Indic a Casher O'Neill

    otra silla y l se sent entre ambos.Apagad las luces orden.El cuarto qued en penumbra.

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    Sin que nadie dijera nada, la gente se instal detrs de las tres sillas principales y lassubpersonas se encaramaron o sentaron en bancos y mesas detrs de las personas. Casi nadiehablaba. Casher O'Neill not que Pontoppidan era un lugar bien organizado. Se pregunt si eldictador hereditario tendra muchas ocupaciones, ya que poda organizar tanta alharaca por un solocaballo. Quiz sus nicas tareas consistan en dar rdenes a la sobrina y supervisar a los robots quecargaban sacos de gemas en camiones, mientras las subpersonas pesaban, anotaban y extendan las

    facturas para los clientes.

    2

    No haba pantalla; era una buena mquina.El planeta Pontoppidan resplandeca aun sin atmsfera, claro indicio de las riquezas minerales

    que albergaba.Aqu y all se vean enormes cpulas, semejantes a la que protega el palacio.La voz de Genevieve, aniada e impulsiva pero didctica, vibr mientras contaba la historia del

    planeta. Era como si hubiera preparado el filme no slo para su to sino tambin para visitantes deotros mundos. Por Juana, de eso se trata!, pens Casher O'Neill. Si no cultivan alimentos exceptoen los huertos hidropnicos, y no tienen Lugares para la Gente, tienen que comerciar: eso significamuchos, muchsimos visitantes.

    La historia era interesante, pero la muchacha le pareca ms interesante an. Su cara brillababajo la luz fluctuante que las imgenes que se elevaban a algo ms de un metro del sueloproyectaban en la habitacin. Casher O'Neill pens que nunca haba visto a una mujer quecombinara de modo tan especial la inteligencia y el encanto. Era una nia de pies a cabeza, perotambin era lista, y le complaca saberlo. Era indicio de una vida feliz. La mir furtivamente, y enuna ocasin not que ella tambin lo escudriaba de hito en hito. La penumbra permiti que la

    aparente coincidencia no resultara embarazosa para ninguno de los dos.La cinta grabada haba llegado a la historia de los dipsies, enormes hondonadas queatravesaban la superficie del planeta como tajos profundos. Algunos paisajes en color eranincreblemente espectaculares. Casher O'Neill, como designado de Mizzer, haba tenido tiempode sobra para examinar las partes no obscenas de las colecciones de su to, y haba visto imgenesde los mundos ms notables.

    Nunca haba visto nada parecido a esto. Una imagen mostraba un poniente contra un peascode seis kilmetros de altura, de un material que pareca esmeralda maciza. El singular brillo delpequeo, penetrante y lilceo Sol de Pontoppidan resbalaba como agua sobre el precipicio degemas. Incluso la imagen reducida, de un metro por un metro, bastaba para quitar el aliento.

    En el fondo del dipsy se alzaban columnas cilndricas de vapor que parecan disolverse cuando

    alcanzaban dos o tres veces la altura de un hombre. La voz grabada de Genevieve explicaba que latenue atmsfera de Pontoppidan no sera respirable hasta que transcurrieran 2.520 aos, pues loscolonos no deseaban malgastar recursos en el lujo de respirar el aire exterior cuando el planetaentero tena slo 60.000 habitantes; preferan salir con mscaras y emplear sus riquezas para otrospropsitos. A fin de cuentas, disponan de cpulas protectoras para sus ciudades, y algunas tenanmuchos kilmetros de radio. Adems de los habituales jardines hidropnicos, haban importado 7,2hectreas de suelo frtil de 5,5 centmetros de profundidad, junto con agua suficiente para que losjardines fueran ricos y fecundos. Tambin haban trado gusanos, al precio de ocho kilates dediamante por gusano vivo, para mantener frtil y preparado el suelo de los jardines.

    La voz grabada de Genevieve vibraba de orgullo al enumerar los logros de su pueblo, peroadquiri un tono de tristeza cuando volvi al tema de los dipsies:

    ... Y aunque nos gustara vivir en ellos y desarrollar su atmsfera, no nosatrevemos. Hay mucho escape de radiactividad. Los giseres mismos pueden

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    contaminarse en menos de una hora. As que nos conformamos con mirarlos. Ningunode ellos ha sido colonizado jams, excepto el Hippy Dipsy, de donde vino el caballo.Observad la siguiente imagen.

    La cmara se elev desde la superficie del planeta. Antes haba vagabundeado por entremontaas de diamantes y valles de turmalina. En aquel momento enfocaba la azul negrura del

    espacio interior. Una de las hondonadas mostraba (desde gran altura) la grotesca forma de lascaderas y las piernas de una mujer, aunque lo que podra haber sido la parte superior del cuerpo seperda en una confusin de cerros escabrosos que terminaban en una llanura brillante, casiiridiscente, hacia el norte.

    He ah el Hippy Dipsy dijo la Genevieve real, por encima de su propia voz grabada.Veis esa extensin azul? Es el nico lago de Pontoppidan. Y ahora bajamos a la casa del ermitao.

    Casher O'Neill casi sinti vrtigo cuando la cmara se despe desde el espacio orbital hastalas honduras de esa hondonada inmensa. Los bordes del can parecieron moverse como labios,abrindose y plegndose para engullirlo.

    De pronto estuvieron junto a un hermoso y pequeo lago.En la orilla se levantaba una cabaa.

    En la puerta haba un hombre, sentado y muerto.El cuerpo haba permanecido all mucho tiempo; ya estaba momificado.La voz grabada de Genevieve explic la imagen:

    ...Segn las leyes y costumbres de Norstrilia, le dijeron que haba llegado su hora.Le indicaron que fuera a la Casa de la Muerte, pues no deba vivir ms. En ViejaAustralia del Norte son tan ricos que todos pueden vivir tanto como deseen, salvo losancianos que no resisten nuevos rejuvenecimientos, ni siquiera con stroon, o los queconstituyen un estorbo para los vivos. En estos casos, los invitan a ir a la Casa de laMuerte, donde gritan y deliran de alegra durante das o semanas hasta que mueren deuna sobrecarga de felicidad y excitacin. Se produjo un titubeo en la grabacin.

    Nunca supimos por qu ese hombre rehus. Detuvo su nave frente a nuestro planeta ynos cont que haba visto imgenes del Hippy Dipsy. Dijo que era el lugar ms bello detodos los mundos y que deseaba construir all una cabaa, para vivir con la nicacompaa de su amigo no humano. Pensamos que se trataba de una pequea mascota.Cuando le advertimos que el Hippy Dipsy era muy peligroso, nos respondi que no leimportaba, pues de todos modos era viejo y se estaba muriendo. Luego ofreci pagarnosdoce veces nuestro ingreso planetario si le alquilbamos doce hectreas en condicionesde absoluta intimidad. Sin fotos, ni sensores, ni ayuda, ni visitante. nicamente soledady paisaje. Se llamaba Perin. Mi bisabuelo no le pedi nada ms, excepto la escritura detransferencia de crdito. Cuando pag, Perin pidi que lo dejaran en paz aun despusde muerto. Ni siquiera un cohete-atad para estar eternamente en rbita alrededor dePontoppidan o iniciar un lento viaje a ninguna parte, como desea mucha gente. As questa es nuestra primera foto del ermitao. La tomamos cuando la luz se apag en elCuarto de Poblacin y uno de los hombres-tigre nos dijo que estaba seguro de que unaconciencia humana se haba extinguido en el Hippy Dipsy.

    Ni siquiera pensamos en la mascota. A fin de cuentas, nunca habamos tomado unafoto de ella. Veamos cmo sali de la cabaa de Perin.

    Apareci un robot en una sala de control, gritando acalorado en la Vieja Lengua Comn.

    Humanos, humanos! Se requiere una decisin! Objeto mvil saliendo delHippy Dipsy. Objeto tiene forma inadecuada. No es un objeto correcto. No debera

    subir pero sube. Decidme, humanos, decidme! Lo destruyo o no? Es un objetoincorrecto. Debera bajar, no subir. Sale del Hippy Dipsy.

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    Un chasquido interrumpi el parloteo del robot. Una mujer bien formada lo reemplaz. Por landole de su tarea y su andar gil, Casher O'Neill sospech que era de origen gatuno, pero ningnotro detalle de sus vestimentas o sus modales revelaba que fuera una subpersona.

    La mujer de la imagen conect una pantalla.Agit las manos como un ciego avanzando a tientas en pleno da.La imagen de la pantalla interior cobr resolucin.

    Apareci una cara.Vaya cara!, pens Casher O'Neill, y oy los murmullos de los dems en la sala de proyeccin.El caballo!Es como lacara de gato recin nacido, pens Casher. Mizzer est lleno de gatos. Pero imagina

    esa cara con una boca enorme, dientes amarillos y grandes, una nariz inimaginable. Imagina unosojos afables. En la imagen se agitaban con el esfuerzo, pero aun as no manifestaban hostilidad,salvo cuando se sentan observados. Eran ojos amigables y mansos. El animal tena dos orejasridculas y erguidas, y un mechn de pelo dorado entre ambas, en la coronilla.

    Adems, la escena resultaba cmica. La mujer-gata estaba tan asombrada como losespectadores. Por suerte haba activado el interruptor de emergencia, de modo que no slo habavisto el caballo, sino que haba grabado sus propios movimientos mientras lo mostraba.

    Genevieve susurr:Luego descubrimos que era un pony palomino. Es un caballo muy especial. Y Perin lo

    haba hecho inmortal, o casi.Su to chist con fastidio.La pantalla que haba dentro de la imagen mostr a la mujer-gata agitando las manos. El

    panorama se ensanch.El caballo tena cuatro manos y ninguna pata, o cuatro patas y ninguna mano, a gusto del

    espectador.Trepaba trabajosamente por una angosta hendidura de rubes que conduca al exterior de Hippy

    Dipsy. Resollaba. Las botellas de oxgeno que llevaba colgadas de los flancos se mecan conviolencia. Deba de haber visto algo, quiz la imagen de la mujer-gata, porque dijo una palabra:

    Jay-ay-ay-ay-jay-ay-ay!La mujer-gata orden con voz clara:Di tu nombre, edad, especie y permiso para estar en este planeta.Estaba claro que el caballo lo oy, pues irgui las orejas. Pero respondi igual que antes:Jay-ay-ay-ay-jay-ay-ay!Casher O'Neill comprendi que estaba bajo la influencia de las imgenes y haba visto al

    caballo como lo vean los habitantes de Pontoppidan. Pensndolo bien, el caballo no tena nada deespecial, segn las pautas de los Doce Nilos o el Pequeo Mercado Equino de la ciudad de Kaheer.Era un viejo pony que ya no serva como semental y quiz tampoco como montura. El pelo doradomostraba manchas blanquecinas; los dientes estaban gastados. El animal tena mataduras y

    quemaduras. Slo serva para ser sacrificado, despedazado y echado a los perros de carrera. PeroCasher no hizo comentarios. Todos estaban cautivados por la imagen.Tu nombre no es Jay-ay-ay-ay-jay-ay-ay insisti la mujer-gato. Identifcate

    adecuadamente. Primero el nombre.El caballo le respondi con la misma palabra en voz ms aguda.Como olvidando que no slo estaba grabando la pantalla de emergencia sino su propia imagen,

    la mujer-gato exclam:Si no respondes llamar a las personas verdaderas! Y te advierto que si las molestamos se

    pondrn de mal humor.El caballo volvi los ojos y no dijo nada.La mujer-gato apret un botn de emergencia a un lado de la sala. La otra pantalla de

    comunicacin que se encendi no quedaba visible, pero lo que la gata deca era claro.Quiero un ornitptero. Uno grande. Emergencia.Hubo un murmullo en la pantalla lateral.

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    Para ir la Hippy Dipsy. Hay una subpersona all, y se encuentra en un brete tal que se niega ahablar.

    El caballo pareci comprender el sentido del mensaje, pues repiti:Jay-ay-ay-ay-jay-ay-ay!Ves lo que hace? le dijo la mujer-gata a la persona de la otra pantalla. Sin lugar a

    dudas, se trata de una emergencia.

    La voz de la otra pantalla son metlica y remota a causa de la doble grabacin:Gata tonta! Nadie puede acceder a un dipsy con un ornitptero. Di a tu necio amigo queregrese al fondo del dipsy y lo recogeremos con un cohete espacial.

    Jay-ay-ay-ay-jay-ay-ay! repiti el caballo con impaciencia.No es mi amigo intervino la mujer-gata con fastidio. Acabo de descubrirlo hace un par

    de minutos. Est pidiendo ayuda. Cualquier idiota se dara cuenta, aunque no entienda su idioma.La imagen se apag.La siguiente escena mostraba diminutas figuras humanas trabajando con reflectores en la cima

    de un alto peasco. Aqu y all, la luz de los reflectores alumbraba la ladera; el material facetado ytranslcido del peasco brillaba como una sucesin de ventanas espectrales cuyas luces seencendan y apagaban con el movimiento de los reflectores.

    Abajo haba un fulgor rojizo: del interior de la montaa sala fuego.La cmara no poda obtener un primer plano del fulgor ni siquiera con las lentes telescpicas.

    En un flanco apareca la figura del caballo, los cuatro brazos tendidos en ngulos imposiblesmientras los hincaba con firmeza en la hendidura; al otro lado del fuego se vean figuras an msdiminutas de hombres que trajinaban preparando una especie de aparejo para llegar al caballo.

    Por alguna razn relacionada con las tcnicas de grabacin, las voces se oan con nitidez, aunel denso y fatigado resuello del viejo caballo. De cuando en cuando pronunciaba una de esaspalabras equinas que parecan constituir todo su vocabulario. Sin duda observaba a los hombres, yestaba convencido de que eran amigos. Sus ojos grandes, dciles y amarillos giraban salvajementebajo la luz del reflector. El caballo pareca tiritar cada vez que miraba hacia abajo.

    Esto result muy comprensible para Casher O'Neill. El fondo del Hippy Dipsy no quedaba a lavista; el caballo, que slo contaba con las grandes uas de los dedos medios para trepar, se las habaingeniado para subir cuatro de los seis kilmetros de la ladera.

    La voz de un hombre-tigre vibr claramente en medio de la cuadrilla de hombres, subpersonasy robots que trabajaban en la ladera.

    Es peligroso, pero no demasiado. Yo peso seiscientos kilos, y creo que nunca he tenido queusar todas mis fuerzas desde que era cachorro. S que puedo saltar a travs del fuego y ayudarlo.Incluso puedo amarrarlo con una cuerda para que no se resbale y se caiga despus de todo el trabajoque hemos hecho. Y el trabajo que l ha hecho aadi sobriamente el hombre-tigre. Quizpueda cogerlo en brazos y traerlo de un salto. No ser arriesgado si nos sujetis a los dos con unacuerda. Nunca he visto una criatura menos prensil en mi vida. Esos dedos no son dedos. Parecen

    cajitas de hueso, diseadas para correr y nada ms.Se oyeron murmullos y una orden del supervisor:Adelante.El cmara enfoc al hombre-tigre en el centro del cuadro, mostrando la soga que le rodeaba la

    ancha cintura. El hombre-tigre era un tipo modificado a quien las autoridades no se habanmolestado en dar plena forma humana. Tena las orejas en la parte superior de la cabeza, pelambreraamarilla y negra en la cara, grandes incisivos sobre el labio inferior y enormes bigotes quesobresalan como antenas. Sin embargo, deba de estar totalmente modificado por dentro, pues sutemperamento era calmo, afable y bienhumorado; deban de haberle reconstruido la boca, puespronunciaba el lenguaje humano con claridad y sin distorsiones.

    Salt con impulso, rozando las llamas.

    El caballo lo vio.El caballo salt en direccin contraria, casi al mismo tiempo, y tambin roz las llamas.El hombre-tigre lo haba asustado ms que el peasco.

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    El caballo aterriz en medio de la cuadrilla. Trat de no herir a nadie con las patas, peroempuj a un hombre, un hombre verdadero. El grito del hombre se perdi en la impenetrablenegrura del precipicio.

    Los robots actuaron deprisa. Como no tenan ms emociones que encendido, apagado y alto,no se excitaron. Amarraron al caballo e indicaron al operador de la gra que lo levantara inclusoantes de que los hombres verdaderos y las subpersonas hubieran recobrado el equilibrio. El caballo

    se elev pataleando.El hombre-tigre volvi a saltar sobre las llamas hasta el borde ms cercano. La imagen sedesvaneci.

    En la sala de proyeccin, el dictador hereditario Philip Vincent se levant. Se desperez,mirando alrededor.

    Genevieve contempl ansiosamente a Casher O'Neill.Esta es la historia coment el dictador. Ahora debes resolverla.Dnde est ahora el caballo? pregunt Casher O'Neill.En el hospital, desde luego. Mi sobrina te llevar a verlo.

    3

    Tras un breve, doloroso y muy profundo sondeo mental por parte del dictador hereditario,Casher O'Neill se dirigi con Genevieve al hospital, donde el caballo guardaba cama. La gente dePontoppidan no haba sabido qu hacer con l, as que le haban administrado fuertes calmantes ytrataban de alimentarlo por va intravenosa con disoluciones de agua y azcar. Genevieve le dijo aCasher que el caballo se estaba consumiendo.

    Caminaron hacia el hospital pisando guijarros de amatista.En vez del traje espacial, Casher usaba un casco de superficie que le enriqueca el oxgeno. Sus

    anfitriones no haban pensado que el husped sufrira una molesta picazn a causa de la escasapresin atmosfrica. No se atrevi a mencionar el asunto, pues an esperaba conseguir el rub verdecomo arma en su guerra privada para liberar los Doce Nilos del gobierno del Coronel Wedder.Cuando la picazn se haca menos irritante, disfrutaba del paseo y de la compaa de la esbelta ybella muchacha que lo acompaaba al hospital por los campos enjoyados (En aos posteriores sepregunt lo que podra haber ocurrido. Era la picazn parte de su destino, y le permiti sobrevivirpara liberar la ciudad de Kaheer y el planeta Mizzer? De lo contrario, el inocente y fulguranteencanto de la muchacha quiz lo habra tentado a renunciar a su deber y quedarse para siempre enPontoppidan).

    La muchacha usaba otro tipo de cosmtico para caminar en el exterior, un polvo clido de colormelocotn que realzaba el color rosado de sus mejillas. Casher O'Neill repar en los ojos de la

    muchacha, grises y vivaces, en las largas pestaas, en la sonrisa inocentemente provocativa.Consideraba inaudito que el dictador hereditario no hubiera tenido que prohibir duelos y asesinatosentre jvenes ansiosos de los favores de la joven.

    Al fin llegaron al hospital, justo cuando Casher O'Neill pensaba que ya no podra soportar msy tendra que pedir a Genevieve alguna ayuda o transporte para entrar en un sitio donde no sufrierala espantosa picazn.

    El edificio era subterrneo.La entrada le pareci suntuosa. Diamantes y rubes del tamao de los ladrillos de Mizzer

    enmarcaban la puerta, que al parecer era de acero esmaltado. Kuraf no haba gastado dinero en nadasemejante a esa puerta, ni aun en sus mayores arrebatos de prodigalidad. Genevieve vio la expresinde Casher.

    Cost muchos crditos. Tuvimos que traer un artista ciego desde Olimpia para pintar eseesmalte. El pobre se pas gran parte del tiempo tratando de robar ms gemas. Tena que habersabido que pagamos lo justo y jams permitimos que nadie robe impunemente.

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    Qu hacis? pregunt Casher O'Neill.Confinamos a los ladrones al espacio, en el linde de la atmsfera. Tenemos ms naves

    tripuladas en rbita que cualquier otro planeta que yo conozca. Quiz Vieja Australia del Nortetenga ms, pero nadie logra acercarse tanto a Vieja Australia del Norte y volver para contarlo.

    Entraron en el hospital.Un respetuoso jefe de cirujanos insisti en retenerlos en su despacho y agasajarlos con t y

    golosinas, pero ambos queran ver al caballo; aunque las normas de cortesa les impidieronmostrarse rudos. Al fin superaron el protocolo y entraron en la sala donde estaba internado elcaballo.

    De cerca, pudieron ver cunto haba sufrido. Tena cortes y quemaduras en casi todo el cuerpo.Uno de los cascos el doctor les dijo que casco era el nombre correcto de esa gran ua en que seapoyaba estaba partido; el mdico le haba puesto un clavo de cadmioplata. El caballo irgui lacabeza cuando entraron, pero vio que slo eran personas, no gente equina, as que baj la cabezacon resignacin.

    Qu perspectivas hay, doctor? pregunt Casher O'Neill, apartando los ojos del animal.Puedo hacer primero una pregunta tonta?El sorprendido Casher slo atin a responder que s.

    T eres un O'Neill. Tu to es Kuraf. Por qu te llamas Casher?Es sencillo ri Casher. Es mi nombre de juventud. En Mizzer todos tenemos un nombre

    de nio, el cual nadie usa. Luego recibimos un apodo. Ms tarde recibimos un nombre de joven,basado en alguna caracterstica o en alguna broma amistosa, hasta que escogemos una carrera.Cuando nos iniciamos en nuestra profesin, escogemos un nombre profesional. Si libero Mizzer yderroco al Coronel Wedder, tendr que pensar un nombre profesional adecuado.

    Pero por qu Casher? insisti el mdico.Cuando era pequeo y la gente me preguntaba qu quera, siempre peda cash. Supongo que

    eso contrastaba con los hbitos derrochadores de mi to, as que me llamaron Casher.Pero qu es cash? Uno de vuestros productos agrcolas?Esta vez fue Casher quien se asombr.Cash es dinero. Crditos de papel. La gente los hace circular cuando compra cosas.En Pontoppidan dijo Genevieve- todo el dinero me pertenece a m. Todo. Mi to es el

    depositario, pero jams me ha permitido tocarlo ni gastarlo. Slo se usa para negocios del planeta.El mdico parpade respetuosamente.Perdona que te haya preguntado acerca del nombre, seor. En cuanto a este caballo, es un

    caso muy extrao. Fisiolgicamente es de tipo terrqueo puro. Slo tolera una dieta vegetal, peropor lo dems es un pariente muy cercano al hombre. Tiene un nico estmago y un corazn muygrande de forma cnica. Ese es el problema. El corazn anda mal. El caballo est agonizando.

    Agonizando? exclam Genevieve.Eso es lo ms triste, lo ms espantoso dijo el mdico. Est agonizando pero no puede

    morir. Podra seguir as durante muchos aos. Perin le dio suficiente stroon para dar lainmortalidad a un planeta entero. Ahora el animal est consumido, pero no puede morir.Casher O'Neill solt un silbido largo y ululante. Todos los presentes se sobresaltaron. No les

    prest atencin. Era el silbido que sola usar cerca de los establos, all en los Doce Nilos, cuandoquera llamar un caballo.

    El caballo reconoci el sonido e irgui la cabeza con una mirada implorante. Casher pens queel animal iba a llorar, aunque estaba casi seguro de que los caballos no podan segregar lgrimas.

    Se acuclill en el piso, cerca de la cabeza del caballo, apoyndole una mano en la crin.Deprisa le murmur al cirujano, consigue un terrn de azcar y una subpersona telpata

    que no sea de origen carnvoro.El mdico qued estupefacto. Pidi azcar a un asistente, pero se acuclill junto a Casher

    O'Neill y dijo:Tendrs que repetir lo que dijiste sobre una subpersona. Este hospital no es parasubpersonas. Aqu tenemos muy pocas. El caballo est aqu slo por voluntad del excelentsimo

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    Philip Vincent, quien orden que el caballo de Perin recibiera el mejor trato posible. Si algo malole pasa al caballo, pagar por ello durante los prximos ochenta aos. As que har lo que pueda.Me consideras demasiado parlanchn? No seras el nico. Qu clase de subpersona quieres?

    Necesito una subpersona teleptica repiti Casher con calma para averiguar qunecesita este caballo y comunicarle que estoy aqu para ayudarlo. Los caballos son vegetarianos, asque no se encuentran cmodos con los carnvoros. Tienes una subpersona vegetariana en el

    hospital?Tuvimos algunos hombres-ardilla contest el cirujano principal, pero cuandocambiamos el sistema de circulacin de aire los hombres-ardilla se fueron con el viejo equipo. Creoque fueron a una mina. Tenemos hombres-tigre y hombres-gato, y mi secretario es un lobo.

    No! exclam Casher O'Neill. Te imaginas a un caballo enfermo confiando en unlobo?

    Es precisamente lo que haces t murmur el cirujano, cerciorndose de que Genevieve nole oa. Los dictadores hereditarios a veces descuartizan a los huspedes sospechosos cuando semarchan del planeta. A menos que los visitantes sean mercaderes con licencia. T no lo eres.Podras ser un espa que planea saquearnos. Cmo saberlo? Yo no dara una astilla de diamantepor tus probabilidades de permanecer con vida la prxima semana. Qu quieres hacer por el

    caballo? Eso podra agradar al dictador. Y t podras vivir.Casher O'Neill qued tan anonadado por la confidencia del cirujano que se qued pensando en

    s mismo, no en el paciente. El caballo lo lami, como si intuyera que Casher necesitaba consuelo.El cirujano tuvo una idea.Los caballos y los perros solan andar juntos en los viejos das de la Cuna del Hombre,

    verdad? Cuando toda la gente viva en el planeta Tierra.Desde luego dijo Casher. En Mizzer los usbamos juntos en caceras, pero las nuevas

    leyes de la Instrumentalidad nos han dejado sin subpersonas criminales para cazar.Tengo una buena perra dijo el cirujano principal. Habla bastante bien, pero es tan

    compasiva que trastorna a los pacientes con un exceso de atenciones. La tengo en el segundosubsuelo, cuidando las mquinas de esterilizar platos.

    Trela susurr Casher.Record que no necesitaba susurrar para hablar de esto, as que se levant y se dirigi a

    Genevieve:Han encontrado a una buena perra telpata que quiz nos permita llegar a la mente del

    caballo. Quizs hallemos la respuesta.Ella le apoy la mano en el brazo, con el gesto aprobatorio de una princesa. Le hundi los

    dedos en el msculo. Le deseaba suerte en sus tratos con un to traicionero, o era el mero gestoimpulsivo de una joven amable que ignoraba cuanto ocurra en este mundo?

    4

    La entrevista anduvo muy bien.La mujer-perra era casi perfectamente humaniforme. Pareca una anciana cansada, jovial y

    demacrada, no lo bastante valiosa para recibir la droga santaclara que prolongaba la vida, llamadastroon. Haba consagrado la vida al trabajo, y en efecto haba trabajado muchsimo. Casher O'Neillsinti una punzada de envidia al advertir que la felicidad acompaaba a las pequeeces de la vida yno a los grandes destinos. La mujer-perra, con su cara ojerosa y su pelo duro y gris, disfrutaba dems amor, felicidad y compasin de los que Kuraf haba encontrado con sus placeres, el CoronelWedder con su poder o l mismo con su cruzada. Por qu era as la vida? Nunca haba justicia?

    Por qu una anciana intil y demacrada era feliz cuando l no lo era?No te preocupes dijo ella, superars todo esto y luego sers feliz.Superar qu? pregunt l . Yo no he dicho nada.

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    No lo dir replic ella, queriendo decir que era telpata. Eres prisionero de ti mismo.Algn da escapars hacia la insignificancia y la felicidad. Eres un buen hombre. Tratas de salvar tupropio pellejo, pero este caballo te gusta de veras.

    Claro que s dijo Casher O'Neill. Se port como un valiente en su intento de salir de eseinfierno para regresar a las personas.

    Cuando Casher dijo infierno, la mujer-perro abri los ojos, pero no dijo nada. Casher vio en

    su mente el signo de un pez garrapateado en una pared oscura y capt el pensamiento que ella leproyectaba: Conque t tambin sabes algo sobre el oscuro y maravilloso conocimiento que anno se ha de revelar a toda la humanidad?

    l le respondi cruz y volvi a pensar en el caballo, temiendo que esa comunicacin telepticafuera captada y extraos castigos los aguardaran a ambos.

    Nos conectamos? pregunt ella verbalmente.Conectmonos dijo l.Genevieve se acerc. Su hermoso e inteligente perfil estaba radiante de excitacin.Puedo participar? pregunt.Por qu no? dijo la mujer-perra, mirando a Casher de soslayo. l asinti. Los tres se

    cogieron de la mano. La mujer-perro apoy la mano izquierda en la frente del viejo caballo.

    La arena les salpicaba las patas mientras galopaban hacia Kaheer. Sentan la deliciosa presinde un cuerpo humano en el lomo. El rojo cielo de Mizzer refulga en lo alto. Se oy un grito:

    Soy un caballo, soy un caballo, soy un caballo!Eres de Mizzer! pens Casher O'Neill. Eres de Kaheer!No s nombres pens el caballo, pero t eres de mi tierra. La tierra, la buena tierra.Qu haces aqu?Estoy muriendo pens el caballo. Muriendo durante cientos de miles de atardeceres. El

    viejo me trajo. Ya no cabalgo, no hay galope, no hay personas. Slo el viejo y el pequeo terreno.He estado muriendo desde que llegu aqu.

    Casher O'Neill entrevi a Perin sentado, contemplando el caballo, ignorante del dolor y lasoledad a que haba condenado a su gran mascota al volverla inmortal y privarla de cualquiertrabajo.

    Sabes qu es morir?Claro pens el caballo. No-caballo.Sabes qu es la vida?S. Ser caballo.Yo no soy caballo pens Casher O'Neill, pero estoy vivo.No compliques las cosas transmiti el caballo, aunque Casher advirti que era su mente,

    no la del caballo, la que proporcionaba las palabras.Quieres morir?Ser no-caballo? S, si esta habitacin es para siempre el final de las cosas.

    Qu preferiras? pens Genevieve. Sus pensamientos llovieron en la mente de los demscomo una cascada de monedas de plata recin acuadas: brillantes, limpios, luminosos, inocentes.Tierra bajo los cascos respondi el caballo, aire hmedo, un hombre en el lomo.Querido caballo interrumpi la mujer-perro, me conoces?Eres un perro pens el caballo. Buen perro.Muy bien pens la anciana desaliada y feliz. Puedo decir a estas personas cmo cuidar

    de ti. Duerme ahora, y cuando despiertes irs camino de la felicidad.La mujer pens la orden duerme con tal fuerza que Casher O'Neill y Genevieve empezaron a

    perder la conciencia y los ayudantes del hospital tuvieron que sostenerlos.Cuando recobraron el conocimiento, la mujer-perro estaba dando rdenes al cirujano:...y ms de un cuarenta por ciento de oxgeno suplementario en el aire. Necesitar una

    persona verdadera que cabalgue en l, pero algunos de vuestros centinelas orbitales preferirnmontar a caballo all arriba antes que permanecer inactivos. No podis reparar el corazn. No lointentis. La hipnosis se encargar de las arenas de Mizzer. Cargadle el cerebro con un par de cubos

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    de dramas llenos de aventuras en el desierto. No os preocupis por m. No har ms sugerencias.Hombre-gente! ri. Disculparas cualquier cosa a los perros, excepto que tengan la razn. Porun momento te sientes inferior. No te preocupes. Volver abajo, donde estn mis platos. Los amo,de veras. Adis, hermosa criatura le dijo a Genevieve. Y adis, vagabundo! Buena suerte sedespidi de Casher O'Neill. Sers desdichado mientras busques justicia, pero cuando desistas, larectitud llegar a ti y sers feliz. No te preocupes. Eres joven y no te perjudicar sufrir unos aos

    ms. La juventud es una enfermedad muy fcil de curar, verdad?Hizo una reverencia, como una dama de la Instrumentalidad que se despidiera de otra. La caravieja y arrugada estaba iluminada por una sonrisa donde la felicidad se mezclaba con un aire burln.

    No te preocupes por m, jefe le dijo al cirujano. Platos, all voy.Se fue de la habitacin.Veis a qu me refiero? exclam el cirujano. Es tan espantosamente feliz! Cmo se

    puede dirigir un hospital si una lavaplatos anda por todas partes haciendo feliz a la gente? Nosquedaramos sin empleo. Pero tiene buenas ideas.

    En efecto. Respetaron sus planes. Siguieron las instrucciones de la mujer-perro al pie de laletra.

    Hubo una discusin en el Consejo. Casher O'Neill asista a la sesin.

    Un consejero, Bashnack, vociferaba en contra de todo acto relacionado con el caballo.Sire! exclam. Sire! Ni siquiera sabemos el nombre de ese animal! Debo oponerme a

    este acto, cuando no sabemos...No sabemos el nombre admiti Philip Vincent. Pero qu ms da esta circunstancia?El caballo no tiene identidad, ni siquiera la identidad de un animal. Es slo un montn de

    carne que nos ha quedado de lafinca de Perin. Deberamos matar al caballo y comernos sucarne.Y si no queremos hacerlo nosotros, deberamos venderlaa otro planeta. Hay muchos pueblos quepagaran un buenprecio por genuina carne de la Tierra. No me escuches, seor! T eresel dictadorhereditario y yo no soy nada. No tengo poder, nipropiedad, nada. Estoy a tu merced. Slo puedodecirte cmodefender mejor tus intereses. Slo tengo una voz. No puedesreprocharme que la usecuando trato de ayudarte, verdad? Y eso hago, ayudarte. Si gastas algn crdito en ese animalcometers un error, un error, un error. No somos un planeta rico. Tenemos que pagar costosasdefensas para sobrevivir. Nisiquiera podemos costear el aire para que nuestros nios salgana jugar.Y quieres gastar dinero en un caballo que ni siquierahabla! Te digo, Sire, que este Consejo votarcontra ti, tan slo para proteger tus propios intereses y los intereses de la honorable Genevievecomo titular eventual de todoPontoppidan. No te saldrs con sta, Sire! Nada somos ante tupoder,pero insistiremos en aconsejarte...

    Escchanos, escchanos! exclamaron varios consejeros, en absoluto intimidados por elmal talante del dictador hereditario.

    Tomar la palabra dijo Philip Vincent.Varios haban levantado la mano pidiendo la palabra. Un hombre obstinado mantuvo la mano

    levantada aun cuando el dictador manifest su intencin de hablar. Philip Vincent repar en ello.Podrs hablar cuando yo haya terminado, si lo deseas le dijo.Mir con serenidad alrededor, sonri imperceptiblemente a su sobrina, le hizo una breve sea a

    Casher O'Neill y anunci:Caballeros, lo que ponemos en tela de juicio no es el caballo, sino Pontoppidan. Nos estamos

    juzgando a nosotros mismos. Y ante quin nos juzgamos, caballeros? Cada uno de nosotroscomparece ante el tribunal ms severo, el de su propia conciencia.

    Si matamos a este caballo, no le causaremos un gran mal. Es un animal viejo, y no creo que leimporte mucho morir, ahora que ha pasado esa ordala de soledad que tema mucho ms que lamuerte. A fin de cuentas, ya ha tenido su gran triunfo: el ascenso por el peasco de gemas, el saltopor la grieta volcnica, el encuentro con la gente que buscaba. El caballo ha ido tan lejos que nos ha

    dejado atrs. Podemos ayudarlo un poco o lastimarlo un poco; pero frente a la inmensidad de sulogro, poco tenemos en nuestras manos.

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    No, caballeros, no juzgamos el caso del caballo. Estamosjuzgando el espacio. Qu le pasa aun hombre cuando sale a la Gran Nada? Dejamos atrs la Vieja Tierra? Por qu cay lacivilizacin? Caer de nuevo? Es la civilizacin un arma, undesintegrador, un lser o un cohete?Es una nave de planoforma o un luminictor haciendo su trabajo? Sabis tan bien como yo,caballeros, que la civilizacin no es slo aquello quepodemos construir. Si as fuera, no hubiesecado el Hombre Antiguo. Aun durante la Edad Oscura haba bombas de fusin, proyectiles

    teledirigidos y armas como el Efecto Kaskaskia, queno hemos conseguido redescubrir. La EdadOscura no fueoscura porque los hombres olvidaran la tcnica y la ciencia, sino porque los hombresperdieron su humanidad. Serhumano representa una tarea ingente, una tarea en la cual debemosperseverar para que no se pierda. Caballeros, el caballo nos juzga a nosotros. La palabracivilizacin es en realidaduna palabra de damas. En un pas llamado Francia, huboescritoras quepopularizaron esta palabra en el tercer siglo antesdel viaje espacial. Ser civilizado significaba serpacfico,amable, educado. Si matamos ese caballo, nos convertiremos ensalvajes. Si lo tratamoscon benevolencia, seremos pacficos.Caballeros, slo tengo un testigo, y ste pronunciar una nicapalabra. Luego votaris, y votaris libremente.

    Circul un murmullo ante el anuncio. Evidentemente, Philip Vincent disfrutaba del alborotoque haba creado. Dej que el murmullo se prolongara un par de minutos antes de golpear la mesa y

    decir:Caballeros, el testigo. Estis preparados?Todos asintieron con un cuchicheo. Bashnack intent insistir en que estaban en juego los

    fondos pblicos, pero los dems lo acallaron. Se hizo el silencio alrededor de la mesa. Todos sevolvieron hacia el dictador hereditario.

    Caballeros, el testimonio. Genevieve, no es eso lo que me recomendaste que dijera? Quela civilizacin es siempre una eleccin femenina primero y una eleccin masculina despus?

    S admiti Genevieve, con una sonrisa muy amplia y franca.

    5

    La reunin se disolvi entre risas y aplausos.Un mes ms tarde Casher O'Neill estaba en la cabina de una nave de planoforma de tamao

    medio, lejos de Pontoppidan. El dictador hereditario no haba cambiado de parecer, ni habadestruido a Casher con rayos verdes. Casher tena extraos recuerdos, no tan malos por ser losrecuerdos de un hombre joven.

    Recordaba a Genevieve llorando en el jardn.Soy romntica se haba lamentado ella, enjugndose los ojos con la manga de la tnica de

    Casher. Legalmente, soy la duea de este planeta, rica, poderosa y libre. Pero no puedo

    abandonarlo. Soy demasiado importante. No puedo casarme con quien yo elija. Soy demasiadoimportante. Mi to tampocopuede hacer lo que l desea: es dictador hereditario y siempre tienequeactuar como el Consejo le indica despus de semanas dedeliberaciones. No puedo amarte. Eres unprncipe y untrotamundos, y te esperan viajes, batallas, justicia y cosasextraas. No puedo ir. Soydemasiado importante. Soy demasiado dulce! Soy demasiado tierna! A veces me odio a mmisma! Por favor, Casher, roba una nave y escapa conmigo alespacio!

    Los lseres de tu to nos despedazaran.Le cogi las manos y la mir con ternura. En ese momento no senta el ardor fogoso y agresivo

    que un hombre joven y normal experimenta ante una mujer bella, joven y tierna. Senta algo msgrato y extrao, una emocin placentera para la mente y sedante para los nervios. Era la simple yprofunda compasin de una persona hacia otra. Tom una decisin por el bien de ella, pues el

    oscuro conocimiento era en verdad maravilloso, pero muy peligroso para quien no estuviesepreparado.

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    Le cogi esas maravillosas manos; ella alz la vista y comprendi que l no la besara. Algo enla actitud de Casher le hizo comprender que l le ofreca un don ms precioso que el habitual besoromntico en el jardn, bajo la noche estrellada. Adems, slo podran tocarse con los cascos.

    Recuerdas a esa mujer-perro pregunt l con emocin y dulzura, la que trabajaba conlos platos en el hospital?

    Desde luego. Era bondadosa, brillante y feliz. Nos ayud a todos.

    Ve a trabajar con ella de vez en cuando. Dile que yo te ped que lo hicieras. La felicidad escontagiosa. Quiz te la transmita. Creo que yo tambin recib un poco.Me parece que te entiendo murmur Genevieve. Casher, adis y buena suerte. Mi to

    nos espera.Regresaron juntos al palacio.Otro recuerdo era la despedida de Philip Vincent, el dictador hereditario de Pontoppidan. El

    rostro sereno, bien rasurado, rubicundo y redondo lo mir con benevolencia. Casher O'Neill sintims respeto por ese hombre cuando advirti que a menudo la crueldad es el precio de la paz, y lavigilancia el precio de la riqueza.

    Eres un joven sagaz. Un joven muy sagaz. Quiz recuperes el poder de tu to Kuraf.No quiero ese poder! exclam Casher O'Neill.

    Te dar un consejo dijo el dictador hereditario, y es un buen consejo, o no estara aqupara darlo. He aprendido bien el arte de la poltica, de lo contrario ya habra muerto. No rechaces elpoder. Tmalo y salo con sabidura. No rehuyas el malvado nombre de tu to. Brralo. Toma tmismo el nombre y gobierna tan bien que en pocas dcadas nadie recuerde a tu to, sino slo a ti.Eres joven. No puedes ganar ahora. Pero est en tu destino crecer y triunfar. Lo s. Tengoexperiencia en estas cosas. Te he dado el arma. No te he engaado. Est bien empaquetada y puedespartir con ella.

    Casher O'Neill respiraba suavemente. Le crea, y buscaba las palabras para agradecer a esehombre corpulento, poderoso y maduro. El dictador aadi, con voz risuea:

    Gracias, adems, por ahorrarme dinero. Has sido fiel a tu nombre, Casher.Ahorrar dinero?La alfalfa. El caballo quera alfalfa.Ah, eso! dijo Casher O'Neill. Era obvio. No fue gran mrito pensarlo.Yo no pens en ello dijo el dictador hereditario, y mis sbditos tampoco. No somos

    estpidos. Eso indica que eres brillante. Comprendiste que Perin deba tener un conversor dealimentos para mantener al caballo con vida en Hippy Dipsy. Nos bast sintonizarlo en alfalfa paraahorrarnos el coste de dos cargamentos anuales de alimento para caballo. Nos alegra ahorrar esoscrditos. Aqu estamos bien, pero no nos gusta derrochar. Ahora puedes inclinarte ante m y partir.

    Casher O'Neill hizo una reverencia, echando una ltima ojeada a la adorable, frgil y bellaGenevieve.

    Su ltimo recuerdo era muy reciente.

    Haba pagado doscientos mil crditos por l, a bordo de la nave. Fue a ver al Capitn de Puerto,aburrido ahora que la nave haba despegado, y el Capitn de Viaje se haba hecho cargo.Puedes conseguirme una comunicacin teleptica con un caballo?Qu es un caballo? dijo el Capitn de Viaje. Dnde est? Piensas pagar por ello?Un caballo es un animal de la Tierra no modificado explic pacientemente Casher

    O'Neill. No es una subpersona. Es un animal grande, pero muy inteligente. Este caballo est en larbita de Pontoppidan. Y pagar el precio habitual.

    Un milln de crditos terrqueos exigi el Capitn de Viaje.Ridculo! exclam Casher O'Neill.Acordaron un precio de doscientos mil crditos por una buena comunicacin y diez mil por el

    uso del instrumental de la nave si haba una falla. No se dio ninguna interrupcin. El tcnico era un

    hombre-serpiente: actuaba de forma diestra, fra y eficiente en su tarea. En pocos minutos le pas elauricular a Casher O'Neill.Creo que lo hemos conseguido dijo amablemente.

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    Tena razn. Se haba comunicado con la mente del caballo.Las incesantes arenas de Mizzer ondularon ante Casher O'Neill. Las largas lneas de los Doce

    Nilos convergan en la distancia. Galopaba briosamente. Alrededor haba ms caballos, ms jinetes,otras cosas, pero l slo senta el trepidar de los cascos contra la arena fuerte y hmeda, la firmezadel jinete en el lomo. De forma vaga, como en una alucinacin, Casher O'Neill percibi tambin lapequea nave orbital donde el viejo caballo trotaba en el aire, con un divertido cadete montado en

    l. All arriba, sin peso, el viejo y gastado corazn durara muchos aos. Luego Casher volvi a verel paraso del caballo. El centelleo de unos cascos amenaz con alcanzarlo, pero l conserv ladelantera. Le esperaba un establo, una cepillada, una comida fresca y suculenta, y una potranca porla maana.

    El caballo de Pontoppidan se senta muy sabio. Haba confiado en los humanos, origen de todaamabilidad, toda crueldad, todo poder entre los astros. Y los humanos se haban mostrado buenos.El caballo volva a sentirse caballo. Casher perciba el viejo cuerpo que galopaba a orillas del rocomo un sueo de poder, el cumplimiento de un servicio, la suprema satisfaccin de la camaradera.

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    Parte II - EN EL PLANETA DE LAS TORMENTAS

    1

    A las dos setenta y cinco de la maana le dijo el Administrador a Casher O'Neill,matars a esta muchacha con un cuchillo. A las dos setenta y siete, un vehculo rpido te recoger yte traer de vuelta aqu. Entonces el crucero de potencia ser tuyo. Trato hecho?

    Tendi la mano como esperando que Casher O'Neill la estrechara, sellando as un juramento oconvenio.

    Casher no quera desairarlo, as que cogi la copa y dijo:Primero brindemos por el trato!

    El Administrador mir recelosamente a Casher con sus ojos rpidos, inquietos y movedizos.Un aire hmedo y tibio soplaba en el cuarto. El Administrador pareca cauto, suspicaz y alerta, perobajo su ligera hostilidad subyaca otra emocin, algo que Casher perciba apenas: fatiga enraizadaen una honda desesperacin, o desesperacin hincada en una irreparable fatiga?

    Esa emocin que Casher discerna apenas era muy extraa. En sus viajes por los mundoshabitados, Casher haba conocido a muchos hombres y mujeres extravagantes, pero nunca se habaencontrado con alguien parecido a este Administrador: brillante, inestable, jactancioso. Ostentaba elttulo de Comisionado y era un ex Seor de la Instrumentalidad en el planeta de Henriada, dondela poblacin haba descendido de seis millones de habitantes a cuarenta mil. El Gobierno local habadesaparecido, y este hombre extrao, con ttulo de Administrador, constitua la nica ley yautoridad civil del planeta.

    No obstante, dispona de un crucero de potencia sobrante, y Casher O'Neill estaba resuelto aconseguirlo como parte de su larga conspiracin para regresar a su planeta natal, Mizzer, y derrocaral usurpador, el Coronel Wedder.

    El Administrador fij los fatigados ojos en Casher y tambin levant la copa. El crepsculoverde hizo que el licor adquiriera el color de un extrao veneno. Era slo byegarrde la Tierra,aunque tal vez un poco fuerte.

    Le bast un sorbo para relajarse.Quiz te propongas engaarme, joven amigo. Quizpienses que soy un viejo estpido que

    gobierna un planetaabandonado. Y quiz pienses que matar a esa muchacha es uncrimen. No lo es.Soy el Administrador de Henriada y heordenado la muerte de esa muchacha cada ao durante losltimos ochenta aos. Ni siquiera es una muchacha, slo unasubpersona. Un animal convertido ensirviente. Incluso puedodesignarte Comisario, o Jefe de Detectives. Eso sera mejor.Hace ms decien aos que no tengo un Jefe de Detectives. T eres mi Jefe de Detectives. Llvalo a cabomaana. La casa no es difcilde encontrar. Es la mejor y ms grande casa de este planeta. Veallmaana por la maana. Pregunta por el dueo y cercirate de usar el ttulo correcto: Seor ypropietario MurrayMadigan. Los robots te dirn que te largues. Si insistes, lamuchacha acudir ala puerta. Entonces le apualas el corazn, all mismo, en la puerta. Mi vehculo aparecer unminutomtrico despus. Saltas al coche y regresas aqu. No es laprimera vez que lo hacemos. Porqu no ests de acuerdo? Nosabes quin soy?

    S muy bien quin eres, Comisionado y Administrador sonri Casher O'Neill. Eres elhonorable Rankin Meiklejohn, de Tierra Dos. A fin de cuentas, la propia Instrumentalidad me diopermiso para aterrizar en este planeta por cuestiones privadas. La Instrumentalidad tambin sabequin soy yo, y lo que busco. Hay algo raro en todo esto. Por qu me daras un crucero depotencia, la mejor nave de tu flota, segn dices, por matar a un animal modificado que se comportay habla como una muchacha? Por qu yo? Por qu un visitante? Por qu un forastero? Qu ms

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    te da que esta subpersona viva o muera? Si has dado ochenta veces la orden de matarla duranteochenta aos, por qu no se ha cumplido hace tiempo? No me estoy negando a hacerlo,Administrador. Quiero ese crucero, lo necesito. Pero cul es el trato? Qu me ocultas? Deseastener la casa?

    Beauregard? No, no quiero Beauregard. El viejo Madigan se puede pudrir all si as lodesea. Est entre Ambiloxi y Mottile, en el Golfo de Esperanza. No puedes equivocarte. El camino

    es bueno. Puedes conducir t mismo hasta all.De qu se trata, entonces? insisti Casher.El Administrador reaccion de forma singular. Llen la gran copa-inhalador con el potente

    byegarr. Mir a Casher O'Neill como si fuera un enemigo. Vaci la copa. Casher saba que esacantidad de licor, tomada de golpe, poda matar a una persona normal.

    El Administrador no se desplom.Ni siquiera se embriag demasiado.La cara se le enrojeci y los ojos se le salieron de las rbitas mientras el fuerte licor de 160

    grados surta efecto, pero aun as no dijo nada. Slo fijaba los ojos en Casher. ste, que en su largoexilio haba aprendido muchas artimaas, sostuvo la mirada.

    El Administrador fue el primero en ceder.

    Se inclin hacia delante y solt una risotada de pjaro. Sigui riendo como si hubieraacaparado toda la diversin de la Galaxia. Casher lo acompa con una carcajada seca, ms porreflejo nervioso que por otra cosa, pero esper a que elAdministrador dejara de rer.

    Al fin el Administrador se domin. Con una ancha sonrisa, guindole un ojo a Casher, sesirvi cuatro dedos ms de byegarr, lo engull como si bebiera un sorbo de nata y se levant,tambalendose apenas. Se acerc a Casher y le palme el hombro.

    Eres listo, muchacho. Te estoy engaando. No me importa que te lleves el crucero depotencia. Te doy algo que para m carece de valor. Quin har despegar un crucero de esteplaneta? Un mundo arruinado y abandonado, como yo. Puedes quedarte con el crucero. A cambiode nada. Slo tmalo. Gratis. Sin condiciones.

    Casher se puso en pie y clav los ojos en la cara de ese hombre febril, menudo, caprichoso.Gracias, Administrador! exclam, tratando de estrechar la mano del hombre para cerrar el

    trato.Rankin Meiklejohn pareca bastante sobrio a pesar de haber bebido tanto. Se llev la mano

    derecha a la espalda para no estrechar la de Casher.Puedes quedarte con el crucero. Sin trmino ni condiciones. Sin obligaciones. Es tuyo. Pero

    mata primero a la muchacha. Como un favor personal. He sido buen anfitrin. Me caes bien.Quiero hacerte un favor. Hazme otro. Mata a esa muchacha. A las dos setenta y cinco. Maana porla maana.

    Por qu? pregunt Casher con voz vibrante y fra, tratando de arrancar una frase sensatade ese hombre locuaz.

    Pues... pues... porque yo lo pido... tartamude el Administrador.Por qu? repiti Casher con su voz fra y vibrante.De pronto el licor surti su efecto en el Administrador, quien aferr el brazo de la silla, se sent

    de golpe y contempl a Casher. Estaba muy ebrio. Esa extraa emocin, esa elusiva fatiga nacida dela desesperacin, se le haba borrado de la cara. Habl sin rodeos. Un extrao slo habra advertidoque estaba borracho por el cuidado con que articulaba las palabras.

    Porque esas personas, so tonto explic Meiklejohn, esas personas, ms de ochenta enochenta aos, esas personas que envi a Beauregard con rdenes de matar a la muchacha... esaspersonas... repiti, y se interrumpi, apretando los labios.

    Qu les sucedi? pregunt Casher con voz tranquila y persuasiva.El Administrador volvi a sonrer. Pareca al borde de otra risotada.

    Qu sucedi? grit Casher.No s respondi el Administrador. Te juro que no lo s. Ninguna de ellas regres.Qu les pas? Las mat la muchacha? exclam Casher.

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    Cmo voy a saberlo? dijo el Administrador borracho, con voz somnolienta.Por qu no has informado de ello?Esto pareci despabilar al Administrador.Informar que una muchacha se haba opuesto al Administrador planetario? Una muchacha,

    y ni siquiera humana! Habran enviado ayuda, y se habran redo de m. Te juro por la Campana,muchacho, que ya se han redo bastante de m! No necesito ayuda exterior. Irs all maana por la

    maana. A las dos setenta y cinco, con un cuchillo. Y un coche te esperar.Mir fijamente a Casher y de pronto se derrumb en la silla. Casher pidi a los robots que leindicaran el camino de su cuarto; y al mismo tiempo se encargaron tambin de su amo.

    2

    A la maana siguiente, a las dos setenta y cinco en punto, no ocurri nada. Casher recorri elrecargado pasillo, contemplando las hermosas estancias desiertas. Todas las puertas estabanabiertas.

    A travs de una puerta oy un ronquido enfermo, profundo y burbujeante.Era el Administrador, desde luego. Yaca despatarrado en la cama. Lo acompaaba una

    pequea mquina enfermera, cuyo cuerpo esmaltado de blanco apenas se vea oxidado. La mquinalevant una mano mecnica pidiendo silencio. De algn modo logr que el gesto pareciera grcil,delicado y bonito, aun para una mquina.

    Casher regres a su cuarto, donde pidi tostadas, tocino y caf. Observ un tornado a travs delvidrio blindado de su ventana, mientras los robots le preparaban la comida. Los rboles elsticos seaferraban a la tierra con una energa similar a la furia del viento. La tormenta se mova por losjardines como la trompa de un elefante rabioso, pero la vegetacin se resista. Algunos animalesdesaparecieron. El tornado enfil luego hacia la casa, pero no caus ms trastornos que un gran

    bullicio.Tenemos doscientos o trescientos cada da coment un mayordomo robot. Por esoguardamos las naves espaciales bajo tierra y no tenemos mquina climtica. Dicen que el coste devolver habitable este planeta superara toda ganancia posible. La radio y las noticias estn en labiblioteca. No creo que el honorable Rankin Meiklejohn se despierte hasta la noche, alrededor delas siete y cincuenta o las ocho.

    Puedo salir?Por qu no? T eres un hombre verdadero. Puedes hacer lo que te plazca.Me refiero a si es seguro salir.Oh, no! El viento te despedazara o te arrastrara.Sale alguna vez la gente?

    S. Con vehculos de superficie o con blindaje corporal automtico. Me han dicho que apartir de cincuenta toneladas, la persona que va dentro est segura. Yo no lo s, seor, pues comoves soy un robot. Fui construido aqu, aunque crearon mi cerebro en Tierra Dos, y nunca he salidode esta casa.

    Casher mir al robot, que pareca inusitadamente locuaz.Quiso aprovechar la oportunidad para obtener ms informacin.Has odo hablar de Beauregard?S, es la mejor casa de este planeta. He odo que es el edificio ms slido de Henriada.

    Pertenece al seor y propietario Murray Madigan. Aunque naci en Vieja Australia del Norte, es unrenunciante que abandon su planeta natal y vino aqu cuando Henriada era un mundo activo. Trajotoda su riqueza consigo. Las subpersonas y los robots dicen que por dentro es un sitio maravilloso.

    Lo has visto?Oh, no. Nunca he salido de este edificio.Y ese hombre, Madigan, viene a veces aqu?

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    El robot intent rer, pero no lo consigui.Oh, no respondi con un temblor en la voz. Nunca va a ninguna parte.Puedes decirme algo sobre la muchacha que vive con l?No dijo el robot.Sabes algo sobre ella?No se trata de eso. S mucho sobre ella.

    Y por qu no puedes contestarme?Porque me han ordenado no hacerlo.Soy un ser humano verdadero replic Casher O'Neill, y anulo esas rdenes. Hblame de

    ella.Las rdenes no pueden ser anuladas respondi el robot con voz helada y formal.Por qu no? exclam Casher. Son rdenes del Administrador?No.De quin son?Son de ella murmur el robot, y sali de la habitacin.

    3

    Casher O'Neill pas el resto del da tratando de obtener informacin; aunque consigui muypoca.

    El Viceadministrador era un hombre joven que odiaba a su jefe. Casher comi con l; unalmuerzo mal preparado en un comedor con capacidad para quinientas personas.

    Qu sabes de Murray Madigan? pregunt Casher, yendo al grano.El Viceadministrador respondi con una brusquedad rayana en la descortesa.Nada.

    Nunca has odo hablar de l? exclam Casher.Oye, extranjero, no me inmiscuyas en tus problemas advirti el Viceadministrador.Tengo que permanecer en este planeta el tiempo suficiente para que me asciendan y puedalargarme. T te puedes marchar. No tendras que haber venido.

    Tengo un salvoconducto intermundial de la Instrumentalidad dijo Casher.De acuerdo reconoci el joven, eso demuestra que eres ms importante que yo. No

    toquemos el asunto. Te gusta la comida?Casher haba aprendido diplomacia en su infancia, cuando era el heredero de la dictadura de

    Mizzer. Cuando Kuraf, su horrible to, fue derrocado, Casher haba aprobado el golpe organizadopor los Coroneles Wedder y Gibna; pero ahora Wedder detentaba un poder supremo e impona unperodo de terror y virtud. Casher saba de protocolos y ceremonias, de conversaciones importantes

    y charlas insignificantes. En esta ocasin bastaba la charla intrascendente. El jovenViceadministrador tena una nica ambicin, largarse de Henriada y no saber nada ms de RankinMeiklejohn. Casher lo comprenda.

    Pero algo extrao ocurri durante el almuerzo. Hacia el final, Casher desliz esta pregunta contono informal:

    Pueden las subpersonas dar rdenes a los robots?Desde luego respondi el Viceadministrador. Es una de las razones por las cuales nos

    servimos de subpersonas. Tienen ms iniciativa. En muchas ocasiones aclaran nuestras rdenes alos robots.

    Casher sonri.No me refera a eso. Podra una subpersona dar a un robot una orden que ni siquiera un ser

    humano verdadero conseguira anular?El joven iba a responder, aunque tena la boca llena de comida. No era un joven muy refinado.

    Dej de masticar y abri los ojos.

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    Supongo que te refieres a este planeta dijo con la boca medio llena. No puedes evitarlo.Eres terco. All t. Quiz salgas bien librado. Por mi parte, no quiero saber nada de este asunto, nide ti, ni de l y sus odiosos planes. Slo quiero irme de aqu cuando me llegue el momento.

    Sigui masticando, con los ojos fijos en el plato.Casher iba a cambiar de tema con alguna observacin intrascendente, pero el mayordomo robot

    se detuvo detrs de l y se inclin.

    Honorable seor, he odo tu pregunta. Puedo responderla?Desde luego murmur Casher.La respuesta a tu pregunta, seor continu el mayordomo robot, suave pero claramente,

    es no, nunca, jams. Esta es la regla general en los mundos civilizados. Pero en el planeta deHenriada, la respuesta es s.

    Por qu? pregunt Casher.Es mi deber dijo el mayordomo robot recomendarte este plato de alcachofas frescas. No

    estoy autorizado para tratar otros asuntos.Gracias respondi Casher, esforzndose por mostrarse impvido.

    Esa noche no ocurri nada ms, salvo que Meiklejohn estuvo levantado el tiempo suficientepara embriagarse de nuevo. Aunque invit a Casher a beber con l, eludi el tema de la muchacha,salvo en un estallido imprevisto:

    Djalo para maana. Franco y sincero, justo y honesto, claro y directo, as soy yo. Yo mismote llevar a Beauregard. Vers qu fcil es. Un cuchillo, eh? Un joven que ha viajado tanto comot debera saber qu hacer con un cuchillo. Y una muchacha. No muy corpulenta. Un trabajo fcil.No lo pienses ms. Quieres zumo de manzana con tu byegarr?

    Casher haba tomado tres pldoras antiintoxicantes antes de ir a beber con el ex Seor, pero aunas no pudo mantener su ritmo. Con gravedad, gracia y gratitud acept el zumo de manzana.

    Los pequeos tornados arreciaban alrededor de la casa. El ebrio Meiklejohn, ahora embarcadoen historias de viejas injusticias que haba sufrido en otros mundos, no les prestaba atencin. En

    medio de la noche, a las nueve y cincuenta, Casher despert solo en la silla, muy rgido e incmodo.Los robots deban de tener instrucciones permanentes en cuanto al Administrador, pues al parecer lohaban llevado a la cama.

    Casher arrastr los pies hasta su cuarto, maldijo el estruendo y se durmi de nuevo.

    4

    El da siguiente transcurri de forma muy distinta.

    El Administrador estaba tan sobrio, animado y encantador como si jams en la vida hubieraprobado el alcohol.Orden a los robots que llamaran a Casher para que desayunara con l. Dijo, a modo de saludo:Apuesto a que anoche creste que estaba borracho.Bien... murmur Casher.Fiebre planetaria. Eso era. Fiebre planetaria. Un buen trago impide que se desarrolle

    demasiado. Veamos. Ahora son las tres sesenta. Puedes estar listo para marcharnos a las cuatro?Casher mir su reloj, que tena las convencionales veinticuatro horas.El Administrador repar en su expresin y se disculp.Lo lamento! Ha sido culpa ma, culpa ma! Te conseguir de inmediato un reloj mtrico.

    Diez horas por da, cien minutos por hora. Aqu, en Henriada somos muy progresistas.

    Dio unas palmadas y orden que llevaran un reloj de pulsera al cuarto de Casher, y que el robotde reparacin ajustara el reloj a los ritmos corporales de Casher.

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    A las cuatro, pues dijo, levantndose jovialmente de la mesa. Vstete para viajar porvehculo terrestre. Los criados te indicarn cmo.

    Ya haba un hombre esperando en el cuarto de Casher. Tena aspecto de hind rechoncho, unanciano sabio como los que mostraban los libros de arqueologa. Se inclin cordialmente y dijo:

    Me llamo Gosigo. Soy un sin-memoria, habitante de este planeta, pero hoy ser tu gua ychofer desde aqu hasta la mansin de Beauregard.

    Los sin-memoria apenas estaban por encima de las subpersonas en jerarqua. Eran personascondenadas por diversos delitos mayores, a los cuales los Tribunales de los mundos, o laInstrumentalidad, haban concedido la amnesia total en vez de la muerte o un castigo peor que lamuerte, como el planeta Shayol.

    Casher lo observ con curiosidad. El hombre no tena el constante aire de desconcierto queCasher haba notado en muchos sin-memoria.

    Gosigo repar en su asombro.Me encuentro bien, seor. Y soy lo bastante fuerte como para quebrarte la espalda si me

    ordenaran hacerlo.Quieres decir romperme la columna vertebral? Qu acto tan hostil y desagradable!

    exclam Casher. Aun as, creo que te matara primero si lo intentaras. De dnde has sacado

    semejante idea?El Administrador siempre amenaza a la gente con que yo har eso.Alguna vez le has roto la columna a alguien? pregunt Casher, examinando a Gosigo y

    vindolo con ojos nuevos. El hombre, aunque ms bajo que Casher, era muy musculoso; comomuchos hombres rechonchos, pareca muy agradable pero poda ser temible para un enemigo.

    Gosigo sonri fugazmente, casi con felicidad.Bien, no, no exactamente.Por qu no? El Administrador anula siempre sus propias rdenes? Creo que a veces est

    demasiado ebrio para recordarlas.No es eso... dijo Gosigo.Por qu no, entonces?Tengo otras rdenes explic Gosigo con un titubeo. Como las que he recibido hoy. Una

    orden del Administrador, otra del Viceadministrador y otra de una fuente exterior.Quin es la fuente exterior?Ella me ha dicho que an no lo revelara.Casher se qued boquiabierto.Te refieres a quien creo que te refieres?Gosigo asinti muy despacio, sealando el conducto de aire como si all pudiera haber un

    micrfono.Puedes decirme cules son tus rdenes?Oh, desde luego. El Administrador me ha dicho que os conduzca a l y a ti a Beauregard,

    que os lleve a la puerta, que observe cmo apualas a la submuchacha, y que llame al segundovehculo de superficie para que te rescate. El Viceadministrador me ha dicho que te lleve aBeauregard y te permita actuar a tu antojo, y que te traiga de regreso va Ambiloxi si sales con vidade la casa del seor Murray.

    Y las otras rdenes?Que cierre la puerta cuando entres y que no piense ms en ti en esta vida, porque sers muy

    feliz.Ests loco? exclam Casher.Soy un sin-memoria dijo Gosigo con cierta dignidad, no un demente.Qu rdenes obedecers?Gosigo le dirigi una clida sonrisa.

    Creo que eso depende de ti, seor, y no de m. Parezco un hombre dispuesto a matarte?No dijo Casher.

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    Cmo crees que te veo yo? continu Gosigo con un ronroneo. Crees que te ayudarasi creyera que ibas a matar a una muchacha?

    Lo sabes! exclam Casher, palideciendo.Quin no? dijo Gosigo. Aqu, en Henriada, no hablamos de otra cosa. Permteme

    ayudarte con esta ropa, para que al menos sobrevivas al viaje.Le entreg a Casher unas hombreras protectoras y un casco acolchado. Casher se los puso con

    torpeza.Gosigo lo ayud.Cuando Casher estuvo vestido, pens que nunca se haba puesto un atuendo tan complicado ni

    siquiera para salir al espacio.El mundo de Henriada deba de ser muy desapacible si la gente necesitaba ese atuendo para un

    corto viaje.Gosigo se haba puesto ropas similares.Mir a Casher afablemente, con una sonrisa arqueada, casi bienhumorada.Mrame, honorable visitante. Te recuerdo a alguien?Casher lo mir atentamente, y luego dijo:No, no me recuerdas a nadie.

    El hombre pareci abatido.Es un juego dijo. No puedo evitar tratar de averiguar quin soy. Soy un Seor de la

    Instrumentalidad que traicion su fe? Soy un cientfico que corrompi el conocimiento en nombrede una maldad inimaginable? Soy un dictador tan perverso que incluso la Instrumentalidad, quepor lo general deja que las cosas sigan su curso, tuvo que intervenir para derrocarme? Heme aqu,saludable, listo, alerta. En este planeta que llamo Gosigo. Quiz soy un simple nativo de esteplaneta, que ha cometido un crimen local. Estoy condicionado. Si alguien me dijera mi verdaderonombre o me hablara de mi pasado, yo gritara, perdera el conocimiento y olvidara todo lo que sehubiera revelado en tal ocasin. Me han dicho que debo de haber escogido esto en vez de la muerte.Tal vez. La muerte a veces parece tentadora para un sin-memoria.

    Alguna vez has gritado y te has desmayado?Ni siquiera s eso dijo Gosigo, de la misma forma que t ignoras adonde irs hoy.Casher se apiad del desconcierto del hom