SLYL-2007-77

download SLYL-2007-77

of 16

Transcript of SLYL-2007-77

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    1/16

    Signos Literarios yLingsticos

    III.1 (cncro-junio,

    2001),

    107-1

    EL MUNDO EN FUGA

    DE

    ALEJANDRO ROSSI.

    UNA APROXIMACIN

    L FBUL

    DE LAS REGIONES

    Goretti Ramrez

    Brown University

    E

    l mundo de Alejandro Rossi es un mundoen fuga. Por varias razones:

    no slo porsusingular trayectoria biogrfica, sino tambin por haber ido

    hilando una obra que se resiste a clasificaciones, y, en suma, por su

    original reelaboracin del principio de

    pertenencia

    al panorama intelectual de

    Amrica Latina De origen venezolano nacido enFlorencia en 1932yeducado

    en Argentina, M xico, AlemaniaeInglaterra), Alejandro Rossi ha decidido fi

    nalmente adoptar la ciudadana

    mexicana.

    Su condicin, como hasealadoJulio

    Ortega, no esladel cosmopolitismo sino la deun"exilio natural" ("Alejandro"

    531).

    Se trata de un exilio que desmitifica la idea traum tica

    del

    exilio mismo,

    pueslepermite ubicarseenun mapa

    en fuga,

    es decir, en un mapaqueparad

    jicamente no tiene unas

    fronteras

    delimitadas en la geografa

    al

    uso La suya no

    es una geografa de la nacin, sino un espacio ms all de ella: un espacio inte

    lectual o incluso lingstico Poreso el"exilio natural" de Alejandro Rossiesde

    una audacia ejemplar una aceptacin consciente delacondicin traumtica del

    desamparoposmoderno, para instalarseasien un deslizante mapa biogrfico e

    intelectual por donde transitar y dispersarse sin temor a prdida alguna de la

    identidad o

    la

    pertenencia.

    Es precisamente esta d el iberad a^ ^a intelectual lo

    que permiteaAlejandro Rossi el trnsito entre el territorio de lafilosofay el

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    2/16

    108 Signos Literarios y Lingstico

    territorio de la literatura ' En este sentido,

    Jos Ortega yGasset

    apuntala

    diferentes formas bajo las que puede presentarse lafilosofa(38). Tal osmosi

    entreeltexto ensaysticobreve y eltextonarrativo(tambin breve) constituye u

    de los rasgos msdelinitorios desuobra,y losita, por ejemplo, enlaestelade

    maestro

    Borges:

    predileccin por

    el cuento breve

    pero de sbita iluminacin int

    lectualyporlanota ensaystica breve pero de tono narrativo.

    2

    Msque enla lineatradicionaldel

    filsofo

    sistemticoy debiografa embebi

    yabismada enlaactividad

    filosfica,

    Alejandro Rossi estmsprximoa laid

    del pensador oelintelectual contemporneo.

    3

    C orrespondeesta idea a laexiste

    CH de un pensad oriistakdo en una

    mediana

    biogrfica

    que,

    porsumisma co

    dicin, desemboca en un abandono del proyecto romntico de alzar sistema

    totales

    para la explicacin del mundo:

    se

    mueve en la percepcin fragmentar

    posmoderna En Regiones conocidas'

    1

    , texto incluido en

    suM atinal del di

    trado,

    declara su preferencia por lo cercano conocidoysu rechazoalproyec

    to de anlisis sistemtico de grandes panormicas, hroes nacionales o grande

    sucesos. Podra aadirse que de ah deriva su opcin porelensayoyel cuento

    frentealtratado filosfico ylanovela

    extensa.

    Su condicin intelectualse

    cara

    terizaasporunasensibilidad extrema antelossignos delocotidiano, una espe

    cial receptividad ante

    \a

    discontinuidad

    no

    el

    pantesmo romntico)

    del

    mund

    1

    Asi. junto a ttulos filosficos como

    Lenguaje y significado. Ortega y Gasset

    o

    Filosofa de la filosof

    Antologa de Jos Gaos.

    Alejandro Rossi ha publicado los volmenes de relatos

    El cielo de Solero

    y

    L

    fbula de as regiones Su Manual del distrado, por otra parte, es una coleccin de textos breves ent

    el pensamiento y la narracin

    ]

    Alejan dro R ossi se inscribe adem s en lu estelu de la narraci n breve hispa noa m erica na, com o Rulfo

    el mismo Borges. Frente a ellos, existe toda una tradicin de novelas largas:

    Rayuelo

    de Cor tza

    Paradiso

    de Lczama Lima, etctera. De hecho, la narrativa hispanoamericana tras el

    boom

    parece u

    difcil equilibrio entre la extensin larga v l.i breve, apenas sin obras de una extensin intermedia.

    ' En

    su Manual del distrado.

    Alejandro R ossi incluye algu nas rcllcxioncs sobre la situacin del pensado r e

    el mundo moderno: "A partir del siglo diecinueve la mayora de los filsofos son profesores. Luchan p

    ganar las ctedras, se aferran a ellas, ahorran, envejecen y a ltimas fechas incluso se jubilan con un cier

    decoro. Kn nuestra poca es dilicil encontrar la figura de pensador cuyo paradigma es Descartes: u

    caballero que posee slidas rentas, \aja, vive retirado, elige sus am ista des Baillet nos cuenta que escri

    en la cama hasta bien entrada la maana. carece de obligaciones pedaggicas, no dicta clases, no corrig

    exm enes, dormita, escribe, inventa obra s maestras Sin duda que an existen personajes con entrad as fij

    y herencias jugosas, solitarios que habitan casas h med as y austeras, que quiz meditan de vez en cua ndo

    prob ablem ente planean algn tratado pequeo v decisivo Pero si descubr imos un hom bre con esa

    caractersticas, de inmediato sospechamos extravagancia, ingenuidad, proyectos insensatos" (71).

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    3/16

    E 3 mundo en Inga Gorcm Ramrez

    1 U >

    Po r eso la cond icin intelectual de Alejan dro Rossi est pr xim a a p ro pu es ta s

    in te lec tua les que de ent rada parecer an ms remotas , pero es tn igua lmente

    abiei tas al m un do en su disc on tinu ida d Po r ejem plo, se pu ed e relaciona] ^on la

    inuncin po t i ca de Mar a Z am bra no ins t an te (no to t a l idad) , notas de un

    mtodo qu e 'no son anot acion es, sino no tas en sentid o musical, lo cual impon e,

    m as qu e justifica, la discontinuidad*

    1

    (12 ) un pensa r

    enjuga

    Por otra p arte, el m un do de Alejandro Rossi es un m un do enjuga tamb in en

    su sen tido musical C o m o en la "fuga bar roc a", adentra se en sus texto s es perci

    bir slo nota s suel tas o mo tivo s qu e han de ser pe rse gu ido s de un lado a otro

    Julio Ortega comenta

    Los tres delgados volmenes de realos que lia publicado parecen adelantos tardos

    de olro volumen que los incluye, no slo porque los realos del primero aparecen en el

    segundo. > uno del segundo reaparece en el tercero; sino porque todos ellos s

    como ii.i que nos Llevan de unapisiaaoira .deuna zona de experiencia a otra

    de rel lc\ unan al modo de una figura profunda, que nunca se completa, > que

    de la parcialidad su forma de elocuencia Leer a Rossi es elegir una rula en ese

    territorio arcaico ) .1Iave2 reciente, remoto > en formacin (** Alejandro RossT

    Uno de los l ibros en que ese mundo

    enjuga

    se prsen la co n ma yo r plenitud

    es La fbula de as regiones Public ado en 1997 co m o una suite de seis cuen

    t o s . funciona co m o una novela cuy os elem ento s hubieran de ser efec t ivamen te

    pe seg uid os de un tex to a ol io Sin em ba rg o, es posible aislar o dete ner alg un os

    de e sos e l ementos enjuga de un cu en to a ot ro y, a t ra v s de el los, ac ce de r a

    una mejor comprensin del conjunto. El propsi to (pie guia las paginas que

    siguen es ai inai esa "figura profunda, que nunca se completa" de la que habla

    Julio Or teg a Para ello partir del anlisis de tres elem en tos las reg ion es, la idea

    de A m ri ca v el lenguaje en su rela ci n co n la histo ria Se trata de ti es e lem en

    tos que , por su d iscont inuidad y su carc ter incomple to , son adoptados por

    Ale jandro Rossi como programa para la posmodernidad

    ' 111Alcjandi doderla idea Jcl I bro continuamente reordei p e r o .- l o t n

    u n a d e a d e a p n n o l a c io n e s s u b l im e s J c l R o m a n t i c is m o d e l S i m b o l i s m o m a l l o r m c

    c o n t in u a r e o r d c n a c n d e la o b r a J e A l e ja n d r o R o s s i , la A ; d e u n l ib r o n o t ro , c o r re

    m s b i e n a la i d e a J e u n a m s i c a u u n l o n a q u e h a J e r c s o n a i e n e l c o n j u n t o J e

    http://pisiaaoira.de/http://pisiaaoira.de/http://pisiaaoira.de/
  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    4/16

    110

    Signos Literarios y Lingstico

    Las regiones

    Los seis cuentos de

    La fbula de lasregiones

    estn situados en un territori

    a la vezfirmey pantanoso: las regiones. Delinear la cartografa de ese territo

    rio no cartografiado es uno de los retos de m ayor complejidad del libro, sin

    embargo, eslapuerta para internarse enl.Las regiones son un espacio

    intuid

    porellector apenasseadentra en el

    libro,

    pero que resulta difcilmente delimi

    table. No estn ubicadas en ningn territorio geogrfico empricamente

    localizable, pero a la vez estn en algn lugar que slo pod ra ser Amrica

    Latina. Algunas descripciones podran ser el C aribe: "la C iudad carcomida

    por el salitre

    y

    cargada de viejos cocoteros" (12), otras podran referirse a l

    zona de selvas interiores, con sus "laberintos fluviales" (26) y "despiadados

    aguaceros" (108). Tambin hay menciones a pramos extensos, comosever

    ms adelante En cualquier caso, las regiones no quedan ubicadas en ningn

    pas concreto de Am rica Latina

    Frente a la pretensin del narrador realista de intentar que el lenguaje lo

    diga todo , Alejandro Rossi hace suyo el proy ecto desugerirel paisaje. No

    existe (ni cabra esperar) una definicin precisa de lo que son las regiones. Es

    nuevamenteellector quien debe perseguir la

    idea,

    esparcida entre los diferen

    tes cuentos.Alo largo de las pginas de

    La fbula de las regiones

    ellecto

    slo ir hallando los pedazos de un mapa imposible, y ha de buscar "un hilo

    que unieraalas regiones, una especie defiligranaocu lta" (17). En cualquie

    caso,

    es posible aislar tres elementos que s parecen referirse repetidamente a

    las regiones: su condicin de cambio permanente, su extensin ilimitada y su

    imposible cartografa. Se trata de tres elementos que, en otra nueva paradoja

    definenlasregiones com o un territorio indefinible.

    En cuantoala primera condicin, su cambio permanente, hay que apunta

    que las regiones pareceran de entrada un espacio de quietud y lentitud extre

    mas.

    De este modo, el cambio slo sera concebido como una reordenacin

    cclica del mundo. En "La lluvia de

    enero",

    Leonardo comenta:

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    5/16

    Elmundo enfuga.. G oretli Ranure/

    111

    En nuestropas.Mara, las guerrasno cambian nada Limpiamoslafrontera,esverdad.

    salvaguardamos unos cientosdekilmetrosdeterritorio, impusimosel"silencio del

    trabajo" como deca el catire Pcle/. el orador oficial, muy necesario para espabilara

    nuestros soldados narcotizados con las balas y la caa de setenta grados, pero al

    ao todo volva a comenzar (95-6)

    Sin embargo, la imagen que predomina en el libro es la de unas regiones

    efectivam ente so m etidas a un vertiginoso cambio En "El brillo de O rion ", don

    Po (habitante de las regione s) advierte a Loren zo (forastero ) del carc ter d e

    pe rpe tuo cam bio e imposible fijeza de las region es:

    Los que no lian viudo aqu piensan que la regin es una zona esttica, como si

    estuviera aturdida por

    un

    sol inamovible

    J...|.

    N ada

    ms opuesto a la

    verdad,

    Lorenzo.

    aqu vivimos un inundo de landos,deanimalesde vidabrevsima, de floresdeun da.

    una especiedebiografa desbocada, acelerada,como siestuviramosen lacreacin de

    las primerasespecies 63)

    Lo s viajeros, por tant o, han de atravesa r las region es con la conc iencia de

    qu e no existe una metaalfinal del camino C om o consecuenciadelimparable cam

    bio,tam po co existe para ellos una imagen fija del paisaje qu e pueda ser hallada

    En seg und o lugar, a ste car cter cam biante e inasible se aa de la imposibi

    lidad de medir la extensin de las regiones Lo s viajeros del cue nto "L a es tatua

    de C am arg o" desc ubren qu e una inmensidad sin lmites les impide cartografiar

    la regin

    Estaban como asombrados de que al cabo de quince das de viaje la Patria fuera

    todava un mar i nacabable.Como situvieranmiedo de que noexistierao de que en esa

    inmensidad fuera una idea simplemente ridicula [...] Losmapasdespiertan las fan tas as ,

    la obsesin de las fronteras,

    y

    crean la ilusin de tener

    al

    mundo en un puo (24).

    Ale jandro Ros si reelabo ra asi la idea de un paisaje qu e se im pon e so bre lo s

    hombresyllega a engullirlos Sin em bargo , frente a la desm esu ra del paisaje de

    la selva que acaba tragndose a los hombres en Ixt vorgine, o la geografa

    La inutilidad de las guerras para producir cambios en las comunidades,por olra parte, contradiceIn idea de

    Wallcr Benjamn segn

    la cual todo pacto (incluso d mas pacfico)

    se basa en la existencia de la violencia.

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    6/16

    112

    Signos Literarios y Lingisticas

    barroca deL a expresin americanade Lezama Lima, los cuen tos de.afa-

    bula

    de

    las

    regionessugierenelextravio de los personajes en un paisaje deso

    lado yextenso de estirpe rulfianayfaulkneriana. C omo enelcuentodeBorge

    titulado "L os dos reyes y los dos laberintos" (en el que el espacio infinito del

    desierto

    es el

    mayor laberinto imaginable), las regiones son un territorio ms

    peligrosoylaberntico precisamente por ese carcter de extensin ilimitada que

    recuerdaalpramo

    Finalmente,lasregiones son un territorio no cartografiable. Alejandro Rossi

    devuelve as a las letras latinomericanas la visin de Amrica com o el Paraso

    an no conocidonicartografiado Setrata de un Paraso de "anchas mariposas

    [...] que se mecen en el aire, olvidadas e inocentes" (59) , donde se recrea "la

    atmsfera adnica de una naturaleza en permanente murmullo" (122-23). En

    "El cielo de Sotero", el cuento que abreel

    libro,

    seestablece que "la verdadera

    Patria sonlasregiones, no esas fronteras de tinta china creadas por la diploma

    cia"(16).De imaginarlas situadasenun mapa, acaso apareceran sealadas con

    el"H ic Sunt Leones" delacartografa antigua Las regiones desapareceran de

    inmediato en el momento en que fueran definitivamente cartografiadas, como

    sucedi conElDorado tan largamente perseguido porlosespaolesenAmri

    ca: un territorio que en la cartografa colonial se iba dibujando en un espacio

    cada vez ms marginal del mapa, conforme se iba cartografiando la zona. El

    Dorado desapareceen elmom ento en que se ha cartografiado Amrica, segn

    observa

    Humboldt.

    Delmismo

    modo,

    tampocolasregionesdeAlejandro Ross

    pueden ser cartografiadas. Los viajeros obtienen "un mapa incompleto de la

    Patria. Los mapas despiertan las fantasas,laobsesin delasfronteras, y crean

    la ilusindeteneralmundoenun

    puo"

    (24).Lasregiones pertenecen entonces

    al espacio de lo incompleto, deloque esta an por hacerse.

    Apesarde suimposible cartografa,elterritorio delasregiones sigue situado

    en un espacio que slo puede ser Amrica Latina.

    I.afbula de las regiones

    ocupa por ello una posicin bastante peculiar en el panorama de las novelas

    hispanoamericanas en las que se observa una preocupacin telrica. Frente a

    las novelas quetratan de crearunimaginario latinoamericano

    total

    alzado com

    talismn de la identidad,losbreves cuentos de

    La

    fbula de las

    regiones

    pro

    ponen una Amrica apenas

    sugerida.

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    7/16

    El mundo en fuga... G oretti Ramrez

    113

    [Alejandro Rossi] Opone a la boba secesin de lo rural y de lo urbano, a las alegoras y

    emblemasdel realismoamericano G allegos, Uslar

    Pietri,

    Carpentier fbulas intrincadas

    y atroces, tramas sensibles como una tela de araa estremecida en sus centros por los

    movimientos ms remotos, cuentos, en fin, donde las filiaciones fsicas o morales se

    sugieren en el engrane de un puado de palabras exactas, sensibles como un pndulo

    (Castan 84).

    Portanto,el territorio delasregiones esaun tiempo esttico y fluido, exten

    so e ntimo, indefinido y localizable. A cambio de asum ir que no es posible

    definirnicartografiarelpaisaje, Alejandro Rossi recuperaelParaso.

    Amrica

    Partiendo de las tres caractersticas analizadas, resulla extrao que la crtica

    apenas haya formulado algunos paralelismos entre Alejandro Rossi y algunos

    otros autores hispanoam ericanosdelsiglo xx;pero,porelcontrario, nosehaya

    ocupado de trazar los paralelismos entre la Amricadesus regiones y la Am

    rica de las primeras crnicas coloniales. N o obstante, son m ltiples los puntos

    de contacto entre ambos espacios. Una comparacin somera arrojar ms luz

    sobreLa fbula de las regiones.

    La Amrica de Alejandro Rossi, como la de las primeras crnicas colonia

    les,cautivaydesconciertaaun tiempo. En ambos casossetrata de un territorio

    no cartografiadoeindefinido. "Su aura de siesta, de lasitud no excluyeelpeli

    gro,laambicin, el erotismo", seala Balza(534).Esedifcil equilibrio entre la

    tranquilidady elmiedo enlasregionestieneefectivamentemucho encomncon

    el ambiente de tranquilidad paradisaca que en el texto de C ristbal C oln no

    puede b orrar el miedo a lo desconocido. Al tiempo que se marav illa ante la

    naturaleza paradisacaa la queha llegado ysevanagloria de cmo va conquis

    tando (nombrando, definiendo) todo con seguridad, C ristbal C oln no puede

    ocultarenalgunos momentos su vulnerabilidad anteelpeligro latente. La situa

    cin rem ite, en el fondo, al temoracaminar por un territorio que no se puede

    controlar porque an no est cartografiado:

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    8/16

    14

    Signos Literarios y Lingsticos

    [.,.] ni les crea lo que le dezan ni los entenda bien, ni ellos a l, y diz que avian el mayor

    miedo del m undo de la gente de aquella isla [...]. M as com o oviese quedado con un solo

    navio, no le pareca razonable cosa ponerse a los peligros que le pudieran ocurrir

    descubriendo [...].Hizohazer tambin una escaramuza con la gente de los navios armada,

    diziendo al cacique que no oviese miedo de los caribes aunque viniesen (12 0,1 58 -59) .

    La misma sensacin de inseguridad invade

    a

    los viajeros que llegan a las

    regionesdeRossi:

    Estaban destanteados con nuestro desorden y nuestro exceso, como si entraran a un

    inmenso mercado vegetal. Les gustaban los cuartos desnudos de nuestras casas y la

    hondura de sus hamacas, un refugio tal vez frente a los espacios desconcertantes. Se

    asombr ante la variedad de nuestros injertos y ante la abundancia de libros dispares

    [...]. Se dio cuenta con rapidez fulminante de que aqu no hay paz sino tregua (72).

    Este desconciertoante elmundo recin descubiertosemanifiesta, tambin,

    enel asombro ante laflora,quelleva a la necesidad de establecer nuevas taxonoma

    y organizaciones del mundo

    natural.

    De

    hecho,

    loscuentos de

    La bula delas

    regiones

    estn poblados por botnicosqueintentan sin xito dibujar "la com pli

    cadafloradelaregin"(27).Setratade unintento taxonmico bastante prximo

    al delosnaturalistasde lapoca colonial. Sin em bargo, jun to al asombro de los

    textoscoloniales,la deAlejandro Rossies"una selva dondenadie seasombra de

    estarenuna

    selva"

    Villoro55).

    T ambin como la Am rica

    colonial,

    la Amrica de Alejandro Rossi es un

    territorio por hacer pero que ya tiene un pasado.

    6

    En el caso de C ristbal C o

    ln, con frecuenciaseha sealado la existenciadeexpectativas literarias y cul

    turales heredadas que funcionan

    de

    pantalla

    y

    filtroante

    el

    paisaje. Esa mirada

    se dirige adem s no slo haciaelpasado, sino tambin haciaelfuturo, y que

    igualmente acta

    de

    pantalla ante

    lo

    visto:

    C ristbal C oln seala

    a

    menudo la

    posible utilidad para la C orona espaoladesus hallazgos(islas,indgenas, es

    pecias, etctera)

    y,

    de un modo especial, domina en todo su relatolaexpecta

    tiva de qu habr despus de cada espacio explorado. Dom ina, en suma, la

    pregunta porel futuro.

    6

    Compresecon lapareja adnicaperoincestuosaalfinde la historiaenPedroPramo,de JuanRu

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    9/16

    F.l

    mundo en fuga... Goretti Ramrez

    115

    Enlas"regiones" domina tambin esa pregunta acercadelfuturo, acerca de

    loque an est por hacerse, aunque se tratadeun futuro que ya ha comenzado

    hace

    tiempo,

    yalqueno sepuede msque

    volver.

    C omo sealaJulioOrtega, el

    delasregiones noes unorigen adnico porque "cuando volvemosalcomienzo,

    el comienzo ya ha concluido" (C astan 144).Significativo

    es,

    por otra parte,

    queen sumayora sean ancianosy no niosquienes pueblan este mundo "minu

    ciosoeindito"

    (63).

    Lasregiones pertenecenaun mundo que estalcomienzo

    de la historia y queseofrece, del mismo modo que la Amrica colonial, como

    espacio para trazar un "orden del m un do " (10) nuevo pero a la vez arcaico.

    7

    Sin embargo, frentealas crnicas coloniales, enLa fbula de las regiones

    no hay lugarniparaelexceso del lenguaje ni paralaaporta} Por el contrario,

    los cuentos son

    una

    leccin de sobriedad lingstica

    y

    precisin diamantina. Frente

    a la desmesuradeuna granparte deldiscurso colonial, el querer

    definir

    ycata

    logartodala

    realidad,

    Alejandro Rossi talla una prosa contenida: un callar don

    de elexceso de palabras impedira orel"latido delasregiones"(42).Elcallar de

    Alejandro Rossi propone una Potica de la contencin ajena tambin a una

    buena parte de la literatura neobarroca latinoam ericana. En cualquier

    caso,

    en

    losrelatos de Alejandro Rossi (como en muchas crnicas coloniales) todo des

    emboca en

    un

    problema

    de

    lenguaje.

    El lenguaje

    Esprecisamente la concepcin del lenguaje lo que conduce al problem a m s

    complejoqueimplicaladefinicin delasregiones:sucartografa verbal, ms all

    de su cartografa

    como

    territorio en

    el

    mapa latinoamericano.

    Al

    desarrollarhis

    torias en un territorio en proceso de bsquedade supropia definicin.La bu

    la de las regiones

    acaba planteando indirectamenteelconflicto de la identidad

    de una comunidad alzada sobre el andamio del lenguaje. Se tratadeuna discu

    sin planteada en unos trminosquedivergen delosusuales en una buena parte

    Por otra parte, el mundo que descubren los viajeros en las regiones no est muy alejado del mundo que

    descubren los viajeros en la pelicula

    Viaje al comienzo del mundo,

    del director portugus Oliveira .

    ' T amp oco hay lugar, por otra parte , para la subordinacin s intctica ordenadora del discurso de C orts .

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    10/16

    116

    Signos Literarios y Lingsticos

    de la actual teora, que normalmente establece como objeto de estudio una

    com un ida d-n aci n cuy a base es el criterio de la etnia, la poltica, la historia, o

    incluso el matrimonio (Som m er) o la muerte (N ancy). Por el contrario, la nacin

    de Alejandro Rossi est asentada sob re un terreno m ove dizo y tam bin

    enjuga.

    La nacin " se com pon e de una serie de rostro s" (94), en una de las pereg rinas

    definicione s qu e de ella se dan en el libro. La nacin d e A lejandro Ross i es una

    nacin hetero gne a y disco ntinua , que obliga a replantearelconcepto m ismo

    de nacin segn es entendid o por la m ayora de los teoriza dore s. Y se ac erca

    m s a la nocin de

    lugar

    qu e Jos ngel V alente opon e a la de

    patria:

    H abra que buscar, para descongestin del lenguaje propioyajeno, el punto histrico

    de sustitucin de la idea o el sentimiento del lugar por el ms abstracto de la patria.

    Porque en lo moderno la patria ha absorbido o anulado al lugar y, siendo como es

    nuestra pertenenciaa laviviente realidadde ste que a lacristalizada retricadeaqull

    la impuesta nocin de patria en vez de ser ms universal lo es menos, y en vez de

    realizarnosnosdesrealiza

    (30).

    Sobre las dif icultades de establecer el concepto de nacin como un todo

    homo gneo e inmvil llama tambin la atencin H omi K. Bhabha, aunque de sde

    una postura quiz s me nos metafsica y ms histrica. Parte B hab ha de la con di

    cin migratoria del sujeto conte m por neo y de la heterogeneidad de las soc ie

    dades contem porneas, probablemente tom ando el mod elo estadounidense o

    el de las grandes urbes contem porne as de Europa y L atinoamrica. Es te punto

    de partida lo lleva, de un mo do ba stante similar al de V alente , a po ne r en du da

    la validez del discurso histrico lineal, hom ogen eizante, para dar cu enta de una

    com unidad que se basa precisam ente en la heterogen eidad. Y prop one otro

    tipo de lenguaje, otra

    na rra)cin\

    It is for this inconmensurability in the midst oftheeveryday that the nation speaks

    its disjuntive narrative. It begins, if that's the word, from that anterior spacc uiilnn

    the arbitrary sign which disturbs the homogenizing myth of cultural anonymity

    From the margins of modernity, at the insurmountable extremes of storytelling, we

    encounterthequestion of cultural difference as the perplexity of living, and writing.

    the nation (311).

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    11/16

    I I m u n d o e n f u g a . . . G o r c t t i R a m r e z

    1 1 7

    En un espacio que guarda algunos paralelos con los "storytelling" y

    "disjuntive narra tive" de lana rra)ci nde H omi K. Bhabha parece situar su

    fbula Alejandro R ossi. Su visin de la identidad nacional est basada en el

    lenguaje, y plantea la necesidad de un lenguaje oral, de un habla, de una

    fbula, en suma, como asiento de la identidad; es decir, en una com unidad

    basada en

    el

    lenguaje cotidiano , fluido, heterogneo y discontinuo en sume

    diana.

    m s que en el carcter homogneo de la lengua escrita de la historia

    oficial. Por

    tanto,La fbula de las regiones

    deja suspendidas las reflexiones

    del pensador israel Itamar Even-Z ohar, quien sostiene que la literatura (escri

    ta) es la base para el nacimiento de la nacin moderna en el siglo xix.

    9

    N o es

    ste, ciertamente, el caso de las regiones, pues no hay una literatura (escrita)

    que las haga fraguar; al contrario, en el cuento "El cielo de Sotero", Lorenzo

    C ruz decide re-educaraRemigio M aldonado, pero la literatura de las regio

    nes no cuenta con libros cannicos donde asentar la historia oficia):

    1

    "

    Le ensearon a leer en toscos manuales escolares. Hl primer libro que ley fue Los

    Dioses de las Regiones,

    una antigua com pilacin de leyendas y fantasas [...]. Un da le

    trajeron un tomo grueso y mal encuadernad o: laH istoria de los Rios C entrales,la obra

    maestra del sabio A ntonio R egueiro, un libro entre pedaggico y n ovelstico, que lo

    mismo describe un pjaro indito que narra las marrulleras de Don Antonio para

    sobrevivir en medio de un casero mstico y hambriento. Un libro acumulativo.

    desordenado, que, sin embargo, deja una incmoda sensacin de inmensidad. Los

    Recuerdos M ilitares,del C oronel Eusebio Andrade (15-6 ).

    La historiaquenarrael"Libro de T exto" (repetidamente m encionado enLa

    fbula deasregiones)es entonces desechable no slo por querer alzar una

    verdad histricacomoverdad nica frentea las otrasverdades, sino sobre todo

    por ser una historia

    escrita.

    H e aqu, entonces,

    el

    cogollo del problema: la histo

    ria debe construirseapartirde

    [afabula,

    de una oralidad que

    seafuga

    del len

    guaje escritoycannico.Frente a las visionespanormicas y globalesdel"Libro

    " Al margen de es tas observaciones, cabria plantear que la nacin moderna que describe l lamar Evcn-

    Zohar es una nacin burguesa. Pues, si surge a partir de la literatura (escrita), ha de ser necesariamente una

    nacin letrada, no oral

    10

    H e aqu, de nuev o, un rechazo a la idea de ese Libro total en que se asientan las com uni dad es y las

    religiones "de Libro".

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    12/16

    118

    Signos Literarios y Lingsticos

    de Texto"

    de

    la historia, Alejandro Rossi apuesta por una "mitologa

    de

    giraso

    les y de ros interminables"

    (107).La bula, el

    habla

    o

    el mito son territorios

    resbaladizos, y porelloms apropiados para alojarlasdeslizantes regionesen

    fuga. Slo

    el

    carcter maleable

    del

    lenguaje

    oral

    podr enraizar una historia que

    pretenda ser construida

    con la

    posibilidad

    de

    evolucionar

    y

    vencer el estatismo.

    Recuerda Borges:

    Aquella frase que se cita siempre: Scriptamanet verba volant no significa que la

    palabra oral sea efmera, sino que la palabra escrita es algo duradero y muerto. En

    cambio, la palabra oral tiene algo de alado, de liviano;alado y sagrado, como dijo

    Platn. T odos los grandes m aestros de la humanidad han sido, curiosam ente, maestros

    orales (1994:10 ).

    afabula de lasregionesapunta adems un ltimo prob lema, derivado de

    todos estos razonamientos. C onsiste en

    el

    papel que

    la

    poesa podra tener

    a

    la

    hora

    de

    materializar

    esafbulafrente

    a

    lahistoria.

    Desmontando

    la

    idea romn

    tica del poeta com o

    hacedor

    de la comunidad,

    afabula de las regiones

    deja

    entrever cierto desencanto ante el posible protagonismo del poeta moderno en

    el proceso de fundacin de

    las

    regiones. Ms que poetas sublimes,

    las

    regiones

    tienen versificadores.

    La

    razn es simple: la labor

    del

    poeta moderno se plasma

    en lo escrito, y por tanto su lenguaje no es ese lenguaje maleable que pueda

    albergar

    el

    nacimiento, el cambio o la evolucin de unas regiones siempre en

    proceso.

    1

    '

    La

    posicin de Alejandro Rossi es ambigua en

    este

    punto, pues deja

    el problema slo esbozado precisamente

    en el

    ltimo de

    los

    cuentos. En "Luces

    del Puerto", efectivamente,lapoesahabajado a los burdeles y slo sobrevive

    ya en la

    figuradeG abrielillo,

    un versificador

    de

    nfimacategora.La poesa

    se

    ha

    puesto al servicio de

    la

    historia:

    [El poeta G abrielillo] Defendi a P izarro en largusimo s d iscurso s. Yo los recue rdo y

    la verdad, doctor Manrique, es que eran bastante bobos. Los tpicos de siempre: la

    soberana, la Patria indivisa, que la historia nos juzgar, que nuestros hroes nos

    contemplaban, que Pizarro era el defensordela nacionalidad, que no debamos sucumbir

    frente a la "civilizacin de los mercad eres", como si aqu todos furamos unos santos.

    Qued ara al mar gen la posibilidad de confiar en el vate oral. Pero Alejand ro Rossi no explora esta idea.

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    13/16

    El mundo en fuga... G oretti R amrez 1 1 9

    T amb in hablaba de que se queran robar nuestros maravillosos agu acates, los cuales

    les servan de pretexto para su poesa descriptiva, una insoportable melcocha verbal

    (133-34).

    C omo en la

    Repblica

    de Platn,elpoeta parece habersidoexpulsado de las

    regiones por una acusacin relacionadacon laoralidad.El poeta, segn analiza

    Derrida, ha de ser expulsado de la repblica (delasregiones, podra aadirse)

    porque la escrituraes unartificioqueva contrala

    memoria:

    los hombresconfan la

    historiaala escritura, y pierdenas lacapacidadderecrearla constantemente en el

    hablayen la memoria. La escritura fija la historia. Pero la historia hadeser una

    construccinoralyfluida,enjuga,delafbula,parecesugerir Alejandro Rossi.

    12

    Su mundo

    en fuga

    resultaser,por

    tanto,

    deestirpe platnica.

    Final

    Lostreselementos analizados lasregiones, Amricay ellenguaje) permiten re

    construir esa "figura profunda" deLafbula delas regionesa la que me refer

    al comienzo deestas

    pginas.

    Yesa "figura profunda" resultante abre un espa

    cio de reflexin sobre las nociones

    absolutas

    modernas

    de

    la nacin, Amrica,

    la historia, la literatura, el lenguaje, etctera.

    13

    Es la puesta en duda de estas

    nociones modernas lo que apunta, siquiera tmidamente, hacia la condicin

    posm odem a de la narrativadeAlejandro Rossi: la propuesta de

    lafbula,

    la

    oralidad, la discontinuidad, el sujeto a la intemperie del paisaje, el mundo

    en

    fuga

    como nico

    lugar

    donde es posible renacer continuamente, pues lo que

    estanpor definirse o completarse resulta, paradjicamente, el nico espacio

    decertidumbre.

    12

    Con esla preocupacin por forjar un nuevo lenguaje para Amrica. Alejandro Rossi se acerca en algo

    a las reflexiones de Carlos Fuentes en los artos del

    boom:

    "La nueva novela hispanoamericana se

    presenta com o una nueva fundacin del lenguaje contra los prolo ngam ientos calcificado s de nuestra falsa

    y feudal fundacin de origen y su lenguaje igu almen te falso y ana cr nic o" (31). Sin em barg o, el lenguaje

    propuesto por Carlos Fuentes no apunta necesariamente a la

    fbula.

    15

    A la cada de estas nociones en la posmodernidad se refieren, entre otros. Barth y Lyotard.

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    14/16

    120

    Signos Literarios y Lingsticos

    Ob ras citadas

    Aproximaciones a Alejandro Rossi.

    Universidad N acional Autnom a de M xi

    co.M xico: EdicionesdelEq uilibrista, 1994.

    Balza, Jos. "A lgun os cuentos de Ro ssi" .

    Revista Iberoamericana

    166-167

    (enero-junio 1994): 53 3-53 5.

    Ba rth,John . "T he Literature ofReplenishm ent. Postmodem ist Fiction". Jencks.

    172-180.

    Ben jam n, W alter. "Pa ra la crtica de la viole ncia ".

    ngelus novus.

    Barcelona:

    Edhasa , 1971.71-99 .

    B habha , H omi

    K.

    "Dissem iN at ion : T ime , N ar ra tive and the M arg ins o f the

    Modern Nat ion" .

    Nation andnarration.

    Ed . H omi K. Bhabha . Londres y

    N ueva York: Routledge, 1990.291-322.

    Borges, Jorge L uis. "L os dos reyes y los dos laberintos".

    ElAleph.

    E n

    Obras

    completas.

    Vol 1. Barcelona: Em ec Editores, 1989. 607 .

    . "El l ibro".

    Borges oral.

    Biblioteca Borges. M adrid: Alianza Edito

    rial, 1995. 9-23 .

    Castaon, Adolfo, ed.

    Alejandro Rossi antelacritica.

    Venezuela: Monte vila

    Editores, 1997.

    . "L a fbula de las regiones". C astaon 83-8 7.

    Col

    1

    , Cristbal.

    Los cuatro viajes. Testamento.

    Ed . C onsuelo Vre la. M a-

    drid: Mianza Editorial, 1996.

    C ortzar , Jul io .

    Rayuela.

    Ed. Andrs Amors. Madrid: Ctedra, 1984.

    Derrida, Jacques. "Plato 's Pharm acy".

    Disseminatiou.

    Tradudccion de Barbara

    Johnson . Londres : A tholePress , 1 981 .61-17 1.

    Ev en-Z ohar, Itamar. "T he Ro le of Literature in the M akin g of the N ations of

    Europe: A Socio-Semiot ic Exam inat ion" .

    AppliedSemiotics/Smiotique

    applique 1 (marzo 1996): 20 -30.

    Fuen tes , Ca r lo s .

    La nueva novela hispanoamericana.

    M x ico : Joaqu n

    Mortiz, 1969.

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    15/16

    Elmundoenfuga... G oretti Ramrez

    121

    G arc a M rquez , G abr iel .

    Cien aos desoledad.

    Ed. Jacque s Joset . M adrid:

    Ctedra, 1987.

    Jencks, C harles, ed.

    ThePos-modern Reader.

    Londres/N ueva York: Academ y

    Editions/St. Martin's Press, 1992.

    Lezam a Lima, Jos.

    La expresin americana.

    Santiago de C hile: Universi ta

    ria, 1969.

    Lyotard, Jean-Fran cois. "W hat is Pos tmo dernism ?". Jencks. 1 38-150.

    N ancy, Jean-Luc .

    TheInoperative Com munity.

    Ed. Pe terC onnor . Pro loge of

    C hristopher Fynsk. Minneapolis y Oxford: University M innesota Press, 1991.

    [T heory and H istory of Literature 76 ].

    O rtega, Julio . "A lejand ro Ro ssi: La fbula de las regiones".

    Revista Iberoame

    ricana

    166-167 (enero-junio 1994): 523-532.

    ."La identidad nostlgica de Alejandro Ros si".Lenguaje, literata

    ra y filosofa: aproximaciones a Alejandro Rossi; mem orias del coloquio

    elebrado en l mes de ebrero de 1993.

    Mxico: Ediciones del Equilibris

    ta. 1994. 141-145.

    Pastor, Beatriz.Discursos narrativos de la conquista: mitificacin y emer

    gencia.

    H anover , N . H .: Ediciones del N orte , 1988.

    Plato.

    The Repuhlic.

    Ed. G . R. F. Ferrari . T rans. T om G rif fi th . C am bridge y

    N ueva York: C ambridge U.P. , 2000 .

    Rivera, Jos E ustasio.La vorgine. Bueno s Aires: Losada, 1946.

    Rossi , Alejandro.

    La fbula de las regiones.

    Barcelona: A nag ram a. 1997.

    .

    Jos Ortega y Gasset.

    Mxico : Fondo de Cul tu ra Econmica .

    1984.

    .Manual del distrado. Barcelona: Anagrama, 1997.

    Sommer , Dor is .

    Foundational Fictions: the National Rom ances of Latn

    Amrica.

    Berkeley: Un iversity C alifornia Press, 19 91 .

    Valen te, Jos ngel. "El lugar del canto".Las palabras dla tribu. Barcelona

    Tusquets , 1994 .30-32.

    V illoro, Jua n. "La tierra del peligro".

    Vuelta

    182 (enero 1992): 54-55.

    Z amb rano , Mar a .

    Notas de un mtodo.

    Madrid: Mondadori , 1989.

  • 7/25/2019 SLYL-2007-77

    16/16

    Copyright of Signos Literarios y Lingsticos is the property of Signos Literarios y

    Lingsticos and its content may not be copied or emailed to mltiple sites or posted

    to a l istserv without the copy right holder s e xpre ss written pe rm issio n. However, user

    may print, dow nload , or email articles for individual use .