Salvador Dali- Informe

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  • U N I V E R S I D A D N A C I O N A L D E I N G E N I E R A

    F A C U L T A D D E A R Q U I T E C T U R A U R B A N I S M O Y A R T E S

    S A L V A D O R D A L PercepcinSensorial

    Catedra:Arq.LuisCesarSotoRamosAlumna:LizbethLourdesPortugalFarfn

    Ciclo:2013I

  • Biografa

    Salvador Felipe Jacinto Dal I Dme-nech, en Marqus de Dal y de Pbol, naci en Figueras, un 11 de mayo de 1904 y falleci en la misma ciudad un 23 de enero de 1989. Fue un pintor, escul-tor, grabador, escengrafo y escritor es-paol, considerado el mximo represen-tante del surrealismo.

    Dal es conocido por sus impactantes y onricas imgenes surrealistas. Sus habi-lidades pictricas se suelen atribuir a la influencia y admiracin por el ar-te renacentista. Tambin fue un exper-to dibujante. Los recursos plsticos dalinianos tam-bin abordaron el cine, la escultura y la fotografa, lo cual le condujo a numero-sas colaboraciones con otros artistas au-diovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo marcadamente personal y recono-cible, que en realidad era muy eclctico .

    Como artista extremadamente imaginati-vo, manifest una notable tendencia al narcisismo y la megalomana, cuyo objeto era atraer la atencin pblica. Es-ta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus crticos, que rechazaban sus conductas excntricas como un reclamo publicitario ocasional-mente ms llamativo que su produccin artstica. Dal atribua su amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, [su] pasin por el lujo y su amor por la moda orien-tal a un autoproclamado linaje arbi-go, que remontaba sus races a los tiempos de la dominacin rabe de la pennsula ibrica.

    Tuvo una vida muy singular desde su na-cimiento El hermano mayor de Dal, tambin llamado Salvador (nacido el 12 de octubre de 1901 y bautizado como Salvador Galo Anselmo), haba muerto de un catarro gastroentertico infeccio-so unos nueve meses antes (el 1 de

    agosto de 1903). Esto marc mucho al artista posteriormente, quien lleg a tener una crisis de personalidad, al creer que l era la copia de su hermano muerto. Su padre, Salvador Dal i Cus, era abogado de clase media y notario, de carcter estricto suavizado por su mujer Felipa Domnech i Ferrs, quien alenta-ba los intereses artsticos del joven Salvador. Con cinco aos, sus padres lo llevaron a la tumba de su hermano y le dijeron que l era su reencarnacin, una idea que l lleg a creer. De su hermano, Dal dijo:

    ...nos parecamos como dos gotas de agua, pero dbamos reflejos diferentes... Mi hermano era probablemente una primera visin de m mismo, pero segn una concepcin demasiado absoluta.

    En 1916 descubri la pintura contempornea durante una visita familiar a Cadaqus, donde co-noci a la familia de Ramn Pichot, un artista local que viajaba regularmente a Pars, la capital del arte del momento. Siguiendo los consejos de Pichot, su padre lo envi a clases de pintura con el maestro Juan Nez. Al ao siguiente, su padre organiz una exposicin de sus dibujos al carboncillo en la casa familiar. En 1919, con catorce aos, Dal particip en una exposicin colectiva de artistas locales en el teatro municipal de Figueras y en otra en Barcelona, auspiciada por la Universidad, en la que recibi el premio Rector de la Universi-dad.

    En 1919, cuando cursaba sexto de bachillerato en el instituto Ramn Muntaner, editaron entre varios amigos la revista mensual Studium. Haba ilustraciones, textos poticos y una serie de artculos sobre pintores como Goya, Velzquez o Leonardo da Vinci.

    En febrero de 1921 su madre muri a consecuencia de un cncer de tero. Dal tena 16 aos. Sobre la muerte de su madre dira ms tarde que fue el golpe ms fuerte que he recibido en mi vida. La adoraba. No poda resignarme a la prdida del ser con quien contaba para hacer invisi-bles las inevitables manchas de mi alma.... Tras su muerte, el padre de Dal contrajo matrimo-nio con la hermana de su esposa fallecida. Dal nunca aprob este hecho. En 1929 Dal colabor con el director de cine Luis Buuel, amigo de la residencia de estudian-tes, en la redaccin del polmico cortometraje Un chien andalou, en el que se mostraban esce-nas propias del imaginario surrealista. Dal afirm haber desempeado un papel esencial en el rodaje del film, sin que este extremo se haya visto confirmado por la historiografa del arte con-temporneo. En agosto de ese mismo ao conoci a su musa y futura esposa Gala. Nacida con el nombre de Elena Ivanovna Diakonova, era una inmigrante rusa, once aos mayor que l, en aquel tiempo casada con el poeta francs Paul luard. Ese mismo ao, Dal continu exponien-do regularmente, ya como profesional, y se uni oficialmente al grupo surrealista afincado en el barrio parisino de Montparnasse. Durante los dos aos siguientes, su trabajo influy enorme-mente en el rumbo del surrealismo, que lo aclam como creador del mtodo paranoico-crtico, el cual, segn se deca, ayudaba a acceder al subconsciente, liberando energas artsticas creado-ras.

    Dal(izquierda)ysucamaradaenelsurrealismo,ManRay,enPars,el16dejuniode1934,segnfotograadeCarlVanVechten.

  • En el mbito domstico, la relacin de Dal con su padre estaba prxima a la ruptura. Salvador Dal i Cus se opona al romance del joven artista con Gala, y condenaba su vinculacin con los artistas del surrealismo por considerarlos como buena parte de la opinin pblica elemen-tos tendentes a la degeneracin moral. La tensin fue en aumento hasta culminar en un enfren-tamiento personal, a raz de una noticia sobre Dal publicada en la prensa, en la que se refera que un dibujo de un Sagrado Corazn de Jesucristo expuesto en Pars por el joven mostraba una inscripcin en la que se lea: En ocasiones, escupo en el retrato de mi madre para entrete-nerme. Ultrajado, su padre demand una satisfaccin pblica. Dal se neg, quizs por temor a ser expulsado del grupo surrealista, y fue echado violentamente de casa el 28 de diciem-bre de 1929. Su padre lo deshered y le prohibi regresar jams a Cadaqus. Posteriormente, Dal describi cmo en el curso de este episodio le present a su padre un preservativo usado conteniendo su propio esperma, con las palabras: Toma. Ya no te debo nada!. El verano si-guiente, Dal y Gala alquilaron la pequea cabaa de un pescador en una baha cerca de Portlligat. Compr el terreno, y a lo largo de los aos fue amplindola hasta convertirla en su fastuosa villa junto al mar, hoy reconvertida en casa-museo. Gala y Dal se casaron en 1934 en una ceremonia civil, y volveran a hacerlo por el rito catlico en 1958.

    En 1931 Dal pint una de sus obras ms clebres, La persis-tencia de la memoria (Los relo-jes blandos), obra en la que se-gn algunas teoras ilustr su rechazo del tiempo como una entidad rgida o determinista. Esta idea se ve apoyada por otras imgenes de la obra, co-mo el extenso paisaje, o algu-nos relojes de bolsillo devora-dos por insectos. Los insectos, por otra parte, formaran parte del imaginario daliniano como una entidad destructora natural y, tal como explic en sus me-morias, vena determinada por un recuerdo de infancia.

    Dal lleg a Estados Unidos gracias al marchante Julien Levy en 1934. La exposicin de algu-nas obras de Dal levant un enorme revuelo en Nueva York.

    Aunque la mayor parte del surrealismo se haba adscrito a ideas polticas de izquierda, Dal mantena una posicin que se juzgaba ambigua en la cuestin de las relaciones entre arte y ac-tivismo poltico. Los lderes del movimiento, principalmente Andr Breton, lo acusaron de defen-der lo nuevo e irracional del fenmeno hitleriano, acusacin que Dal refut afirmando que no soy un hitleriano ni de hecho ni de intencin. Dal insista en que el surrealismo poda existir en un contexto apoltico, y se neg a denunciar pblicamente el rgimen fascista alemn. ste y otros factores le hicieron perder su prestigio entre sus camaradas artistas, y a finales de 1934 Dal fue sometido a un juicio surrealista del cual result su expulsin del movimiento. A esto, Dal respondi con su clebre rplica, Yo soy el surrealismo.

    Sin embargo, en 1936, Dal volvi a participar en una exposicin surrealista, esta vez de ndole internacional, celebrada en Londres. Su conferencia, titulada Fantmes paranoiques authenti-ques, fue impartida con un traje de buzo, casco incluido. Lleg a la conferencia con un taco de billar y un par de sabuesos rusos, y en su transcurso tuvo que retirarse el casco para poder tomar aire. Coment al respecto que simplemente quera mostrar que estaba sumergindome profundamente en la mente humana.

    En aquel entonces, el mecenas de Dal era el muy adinerado Edward James, que haba colabo-rado generosamente al ascenso del artista comprndole numerosas obras y prestndole dinero durante dos aos. Se convirtieron en buenos amigos, tanto es as que James aparece en la pin-tura de Dal Cisnes reflejando elefantes.

    Colaboraron igualmente en la creacin de dos de los iconos ms representativos del movimien-to: el telfono-langosta y el sof de los labios de Mae West. En 1939 Breton acu el anagrama despectivo Avida Dollars para criticar su pasin por el dinero. Esta sarcstica re-ferencia a su pujante negocio del arte tambin pretenda acusarle de cultivar la megalomana mediante la fama y el dinero. Algunos de los surrealistas comenzaron incluso a hablar de Dal en pretrito perfecto, como si ya hubiera fallecido. Algunos grupos surrealistas, y miembros adscritos posteriormente, como Ted Joans, mantuvieron contra Dal una enconada polmica que lleg hasta el da de su muerte (y an ms adelante). En 1940, con la Segunda Guerra Mundial arrasando Europa, Dal y Gala huyeron a los Estados Unidos, donde vivieron durante ocho aos. Despus de la mudanza, Dal retom su antiguo ca-tolicismo. Durante ese perodo, informan Robert y Nicholas Descharnes, Dal nunca dej de escribir. En 1941 Dal entreg un guion cinematogrfico a Jean Gabin, titulado Moon tide en espaol, Marea lunar). En 1942 public su autobiografa, La vida secreta de Salvador Dal. Escriba regularmente para los catlogos de sus exposiciones, como la organizada en la Knoed-ler Gallery de Nueva York en 1943. En ese artculo expona que el surrealismo habr servido por lo menos para dar una prueba experimental de que la total esterilidad de los intentos por auto-matizar han llegado demasiado lejos y han llevado a un sistema totalitario. La pereza contem-pornea, y la total falta de tcnica, han alcanzado su paroxismo en la significacin psico-lgica del uso actual de la institucin universitaria.

    Tambin escribi una novela, publicada en 1944, sobre un saln de moda para automviles. De ah surgi una caricatura de Erdwin Cox, del The Miami Herald, que presentaba a Dal luciendo un automvil como vestido de fiesta.

  • Un fraile italiano llamado Gabriele Maria Berardi anunci haber realizado un exorcismo a Dal en una visita de ste a Francia en 1947. En el 2005, una escultura del Cristo en la cruz fue inaugurada en la ciudad de dicho fraile. Se ha comentado que Dal entreg esta obra al fraile como prenda de gratitud, y dos expertos espaoles sobre Dal han considerado que hay motivos suficientes para pensar que la obra fuese realmente suya.

    Acept la decoracin de un escaparate de los almacenes Bonwit-Tellerle en la Quinta Avenida de Nueva York. Hizo una polmica composicin dedicada al da y a la noche: en un lado un maniqu con peluca roja en una baera de Astracn; en el otro, una figura acostada en una cama con baldaquino negro sobre cu-ya almohada ardan carbones. Pero se realizaron modifi-caciones sin permiso del autor, y Dal en protesta acab lanzando la baera contra el vidrio del escaparate. Fue detenido y debi pagar los desperfectos. El juzgado le absolvi, pues argument que defenda su obra. Se en-tendi esta protesta como una defensa de los derechos de autor.

    En esos aos, Dal dise ilustraciones para ediciones traducidas al ingls de clsi-cos como El Quijote, la auto-biografa de Benvenuto Celli-ni y los Ensayos de Michel de Montaigne. Tambin aport decorados para la pelcu-la Spellbound de Alfred Hitchcock (conocida co-mo Recuerda en Espaa, Cuntame tu vida en Argenti-na), y emprendi con Walt Disney la realizacin de una pelcula de dibujos anima-dos, Destino (http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=1dIznsAdTOE

    ), que qued inconclusa y que se mont en 2003, mucho despus del fallecimiento de ambos.

    Fue una de las pocas ms fructferas de su vida, pero tambin discutida por ciertos crticos, que vean que Dal difuminaba la frontera entre arte y bienes de consumo al arrinconar la pintu-ra para volcarse ms en el diseo y en artculos comerciales.

    Desde 1949 Dal vivi en Catalua. El hecho de que eligiese Espaa para vivir en tiempos de la dictadura hizo que algunos de sus antiguos colegas, as como sectores progresistas, le hicieran blanco de nuevas crticas. Esto sugiere que el descrdito con que Dal era considerado entre surrealistas y crticos de arte se debiese, al menos en parte, a motivaciones polticas, ms que al valor intrnseco de sus obras de arte.

    En 1959 Breton organiz una exposicin antolgica titulada Homage to Surrealism (en espa-ol Homenaje al surrealismo), que reuna obras surgidas en las cuatro dcadas del movimiento. La exposicin recuperaba piezas de Dal, de Joan Mir, de Enrique Tbara y Eugenio Granell.

    Al ao siguiente, sin embargo, Breton se opuso enrgicamente a la inclusin de la Madonna Six-tina de Dal en la Exposicin Internacional Surrealista de Nueva York.

    Al final de su carrera, Dal no se limit a la pintura, desarrollando nuevos procesos y medios expe-rimentales: cre un boletn y se convirti en uno de los pioneros de la holografa artstica, algo na-da extrao considerando su larga exploracin artstica de juegos visuales. Ya durante sus ltimos aos, artistas como Andy War-hol proclamaron al cataln como una de las influencias ms nota-bles del pop art. Dal tambin mostr desde siempre un acusa-do inters por las ciencias natu-rales y las matemticas. As se observa en muchas de sus obras (sobre todo las creadas en la d-cada de los 50) en las cuales lle-g a componer retratos indivi-duales a partir de cuernos de rinoceronte. Segn el artista, el cuerno de rinoceronte significaba la geometra divina, puesto que crece en una progresin espiral logartmica. Tambin relacion el concepto con los temas de la castidad y la santidad de la Virgen Mara. Otro de los intereses de Dal era el ADN, y el hipercubo (un cubo de cuatro dimensiones) que lleg a plasmar desple-gado en su Crucifixin (Corpus Hypercubus).

    La posguerra abri para Dal una nueva etapa artstica, caracterizada por el virtuosismo tcnico y el recurso a ilusiones pticas, as como al imaginario de la ciencia o la religin. Su aproxima-cin al catolicismo se fue haciendo ms marcada, influida quizs por la conmocin causada por la bomba de Hiroshima y el amanecer de la era nuclear. El mismo Dal denomin esta etapa de su arte como el perodo mstico-nuclear. Su intencin pareca ser la sntesis de la iconografa cristiana con imgenes en descomposicin relacionadas con la fsica nu-clear, como se desprende de obras como Crucifixin (Corpus Hypercubus). Bajo la clasificacin de misticismo nuclear se incluyen tambin La gare de Perpignan (1965) y El torero alucin-geno (1968-1970). En 1960 Dal empez a trabajar en un teatro y museo personal, levantados sobre su casa natal en Figueras; fue el mayor de sus proyectos individuales, y a l dedicara buena parte de sus energas hasta 1974. Incluso ms adelante, a mediados de los 80, realiz algunas reformas menores en el edificio.

    En su madurez, el artista tambin se implic con otras actividades extra-artsticas que daban una medida de su enorme popularidad como personaje pblico. En 1968 Dal grab un anuncio televisivo para la marca de chocolate Lanvin, y en 1969 dise el logo de Chupa Chups. Ese mismo ao trabaj co-mo responsable creativo de la campaa publicitaria de Eurovisin, y cre una gran escultura metlica que se instal en el escenario del Teatro Real de Ma-drid.

    En 1980 la salud de Dal se deterior seriamente. Con su mujer, Gala que ya manifestaba sn-tomas de senilidad, supuestamente consumi un cctel de frmacos que da seriamente su sistema nervioso, con la consecuencia de incapacitarle prcticamente para la creacin artstica. Con 76 aos, el estado de Dal era lamentable, y su mano sufra constantes temblores que evi-denciaban el progreso de la enfermedad de Parkinson.

    Dal Atomicus (Foto: Halsman Philippe, 1948)

  • En 1982 el rey Juan Carlos I concedi a Dal el ttulo de marqus de Pbol, que el artista agra-deci con un dibujo, titulado Cabeza de Europa, que a la postre result ser su ltimo dibujo, y que le entreg tras la visita real a su lecho de muerte.

    Gala muri el 10 de junio de 1982. Tras su muerte, Dal perdi su entusiasmo por vivir. Delibera-damente, se deshidrat seriamente supuestamente como consecuencia de un intento de suicidio, aunque justific su accin como un mtodo de entrar en un estado de animacin suspendida, del mismo modo en que algunas bacterias pueden hacer. Se mud de Figueras al castillo de Pbol, que haba comprado para Gala, y donde ella haba fallecido. En 1984 un incen-dio de causas desconocidas se declar en su dormitorio. De nuevo se sospech de un intento de suicidio, aunque quizs se debiese a negligencia del personal domstico. De todos modos, Dal fue rescatado y regres a su domicilio en Figueras, donde un grupo de artistas, mecenas y colegas artistas se encargaron de su bienestar hasta sus ltimos aos.

    Se ha denunciado que Dal fue obligado por algunos de sus cuidadores a firmar lienzos en blanco que seran vendidos tras su muerte como originales. Estos rumores hicieron que el mer-cado del arte se mostrase escptico con las obras atribuidas a Dal durante su ltima poca.

    En noviembre de 1988 Dal fue ingresado a raz de un serio fallo cardaco, y el 5 de diciembre de 1988 fue visitado por el rey Juan Carlos I, quien le confes que siempre haba sido un fiel admi-rador de su obra.

    El 23 de enero de 1989, oyendo su disco favorito Tristn e Isolda, de Richard Wagner muri a causa de una parada cardiorrespiratoria en Figueras, con 84 aos, y cerrando el crculo fue enterrado en la cripta de Figueras, situada en su casa-museo. Su cripta se encuentra al otro lado de la iglesia de Sant Pere, donde haba sido bautizado, haba recibido su primera comunin y donde descansa desde entonces; tres manzanas ms all de su casa natal. Para evitar tensio-nes entre el gobierno central y autonmico, Dal test en 1982 a favor del estado espaol como heredero universal de su obra.

    La Fundacin Gala-Salvador Dal se encarga en la actualidad de la gestin de su legado. En los Estados Unidos, el responsable legal de su representacin es la Artist Rights Society. En 2002 esta sociedad sali en las noticias por requerir de Google que retirasen un logotipo de la firma diseado a semejanza de la obra de Dal, y que haba sido especialmente creado para conmemorar el aniversario de su nacimiento, alegando derechos de copyright. Google accedi a retirar el logotipo, pero se neg a admitir la violacin de sus derechos de autor.

    A continuacin , una entrevista a Salvador Da-l por una prensa escrita, una de las tantas en las que el pintor se presenta como un porten-toso y agigantado ser, en mi opinin creo que mucho de esta performance era para mante-ner una realidad que se acomodaba a la gran capacidad imaginativa que Dal tena, y no caer dentro de falsedades en su propia expre-sin, creo que Dal fue un surrealista insupe-rable porque vivi dentro de un sueo toda su vida.

    (ms entrevistas televisadas: hp://www.eluniversal.com.mx/notas/571368.html , hp://www.rtve.es/alacarta/videos/personajesenelarchivodertve/entrevistasalvadordaliprogramafondo1977/388736/)

    Debe ser muy difcil vivir al lado de Salvador Dal. Un hombre que se alegra de la muerte de Garca Lorca (su amigo, dice), que hace profesin de no ser sentimental, que experimenta placer en torturar y matar animales, es por lo menos un husped enojoso en casa. Ese hombre lleno de dinero, y orgulloso de ello, es tambin un pintor de talento. Si no lo fuera ya habra sido empujado hacia el olvido. Pero como lo es, ha procurado publicitarse con infinitos pronunciamientos insolentes contra todas las cosas de este mundo, exceptuando desde luego su pro-pia persona. Para enumerar o quiz descifrar las insolen-cias, un periodista someti a Dal a un interrogatorio, cuyas respuestas constan en el texto siguiente. All se omite decir que este pintor cataln naci en Figueras en 1904, pero otros datos de orientacin esttica, concep-cin del mundo y actitud ante la moral aparecen bastante claros. El reportaje apareci en LExpress y su publica-cin en castellano es exclusiva de Panorama.

    Salvador Dal, para mucha gente usted es uno de los ms grandes pintores vivientes, un maravilloso gra-bador, una inteligencia notable. Pero buena parte del pblico lo considera un mistificador arrebatado, que busca apasionadamente la publicidad. Usted mismo, cmo se define? Soy uno de los raros artistas contemporneos que siem-pre han rehusado pertenecer a un partido o a una agru-pacin poltica cualquiera. La historia constituye mi pa-sin porque es la categora por excelencia, mientras la poltica slo es la ancdota efmera de la Historia.

    Dentro de la historia de la pintura, acaso no es, us-ted tambin, una ancdota efmera? Lo dije y lo repito, considero que como pintor soy un ar-tista mediocre. Mi mujer, Gala, me encuentra mucho ms

    talento del que yo mismo me encuentro. Cuando me com-paro con los grandes pintores del pasado, Vermeer, Ve-lzquez, y hasta Grard Dou, a quien acabo de descubrir en el Petit Palais, en la exposicin del Siglo de Rem-brandt, me considero una verdadera catstrofe artstica. Pero s, a la inversa, me comparo con mis contempor-neos, entonces, evidentemente, soy el mejor. No es que sea bueno. Pero los otros son tan malos que la compara-cin se revela imposible.

    En qu pintores piensa? En Picasso? En todos. Poseen dos cosas terribles. Primero, la lgica, heredada de Descartes, que es una catstrofe. Segundo, lo que se llama el buen gusto. Con eso se ha construido todo un mito de la pintura moderna, absolutamente ilegti-mo.

    Por qu es enemigo de Descartes y del sistema car-tesiano? Porque Descartes bas todo en los fenmenos tradiciona-les de la inteligencia, y la inteligencia est produciendo su quiebra por doquier.

    Puede precisar los signos de esa quiebra? Habra que preguntrselo al prncipe de Broglie, o a Hei-senberg. Los escritos de Heisenberg muestran la quiebra total de la inteligencia.

    Usted mismo, se considera inteligente? Soy un monstruo de inteligencia. En una sociedad como la nuestra, sera peligroso que hubiera muchos Picasso y Dal. Felizmente, no es el caso.

    Lamenta ser inteligente? Lo lamento por mi pintura. Pintores mucho menos genia-les que yo, por ejemplo Grard Dou, pudieron ir mucho ms lejos, a causa de su misma mediocridad. Eso me im-presion al ver, en el Petit Palais, el cuadro que represen-ta La mujer hidrpica. La revelacin de Dou es realmen-te el camino a Damasco de Dal.

    Por eso se modificar su pintura? Totalmente. Como dije cien veces, ador a Vermeer. Para m era el ms grande de todos los pintores. En Grard Dou nunca quise detenerme, por oposicin a mi padre, que siempre me deca: Dou es el mejor. Pero mi padre hace rato que muri. Y el otro da, en el Petit Palais, por primera vez en mi vida, mir realmente los cuadros de ese Dou que despus lo supe- fue uno de los pintores favori-tos de Luis XIV. Y entonces me encandil. Todo lo que antes dije sobre Meissonier, sobre los pintores pedestres: cero. El mximum del arte pedestre estaba all, en ese cuadro de La mujer hidrpica, pintado sin pretensin

  • alguna, pero con una nobleza que lo supera todo, una canti-dad de matices tal que no se puede imaginar que un ojo humano los hubiera advertido. La fotografa jams ser ca-paz de sutilezas semejantes. Es la voluptuosidad total. In-discutiblemente, se es el camino a seguir.

    Reniega de Vermeer? En absoluto. Es mucho ms genial que Dou. Slo que se mete en lo que no le concierne. Tiene una visin csmica de las cosas. Despus de haber mirado las obras de Dou, fui a ver La bordadora de Vermeer, que representa, como usted sabe, a una joven clavando en un cojn una aguja inexisten-te, slo sugerida. Golpe teatral: me decepcion. Es dema-siado abstracto, demasiado moderno. Dou se atiene a lo que ve, a la visin puramente biolgica de las cosas: el pa-pagayo que el mdico est examinando, los juegos de luz sobre una cortina. Mira y se contenta con reproducir lo visto mediante su pincel, lo ms honestamente posible.

    Est por la honestidad en la pintura? Por la honestidad en todo.

    Cul es su definicin de la pintura? Fui el nico, en pleno perodo surrealista, que lo dijo: "La pintura es la fotografa en color al pincel". Nada hay ms surreal que la realidad. La existencia de la realidad es la cosa ms misteriosa, ms sublime y ms surrealista que se d. Pint, dos veces en mi vida, cestas de pan. Crea que eran los cuadros menos surrealistas de toda mi obra, ya que slo haba cestas con pan adentro. Pero acabo de descu-brir, leyendo a Michel Foucault, el sentido esotrico de la cesta. Ambas naturalezas muertas que, a mis ojos, en el momento en que las pintaba, no tenan ninguna trascenden-cia, quizs sean lo ms surrealista que hice.

    Se puede ser surrealista sin saberlo? Sobre todo sin saberlo. Adems, sa era la opinin de Freud. Un da pretendi, ante m, que los surrealistas no le interesaban. Y como me asombr, sabiendo de qu manera se fundamentaban en l, me dijo: "Prefiero los cuadros en los que no hallo ninguna huella aparente de surrealismo. A esos s, los estudio. All encuentro tesoros del pensamiento subconsciente".

    Pero usted pertenece ms bien a la categora contraria. En sus cuadros ms famosos, La metamorfosis de Narciso, que est en la Tote Gallery de Londres o en El enigma de Guillermo Tell, en Estocolmo, el sub-consciente se ostenta por doquier, dominan los temas psicoanalticos. Ay, s! Con todo soy producto del surrealismo consciente. Pero ahora que descubr a Grard Dou, todo eso va a cam-biar.

    Cmo pintar en adelante? Quiero hacer cuadros surrealistas sin saberlo, como las cestas de pan. Y, para comenzar, pintar el retrato de Gala, mi mujer, el ser a quien ms amo, con el vestido de Dios que llevaba la noche de Navidad. Un vestido de lam formado por minsculas escamas de todos los colores. La cosa ms difcil de pintar del mundo. Me tomar el tiempo que haga falta. Ser el cuadro ms caro del mundo.

    Qu piensa de quienes coleccionan sus cuadros? Son personas que tienen un enorme sentido prctico. Aunque slo se hable de arte abstracto, pretender que la fotografa reemplaz a la pintura... Usted vio lo que pas en Londres con la venta del Velzquez! Entre una fotografa, as sea la mejor, y un cuadro ultrafigurativo y verdaderamente pedestre como "El esclavo" de Velz-quez, hay sin embargo una diferencia de 31 millones de francos.

    Piensa que las personas que compran Dal hacen una buena colocacin? Pregnteselo al seor Morse, que va a abrir un museo Dal en Cleveland. Realmente parece nadar en el con-tento.

    La gran retrospectiva de su obra que tuvo lugar a principios de ao, en Rotterdam, atrajo a 5.000 visi-tantes por da. Sobre todo a jvenes. Lo sorpren-de? No, no me sorprendi para nada, despus de lo que vi en Nueva York. Los jvenes, los hippies, cuando les muestran Czanne, no le dan bolilla. Pero tienen una suerte de frenes por los prerrafaelitas, por los cuadros pedestres. Les gusta lo que hace bien a la vista. Estoy seguro que adoraran a Grard Dou.

    Se siente prximo a los hippies norteamericanos? Lo contrario. Son los hippies de San Francisco y de otras partes quienes se sienten prximos a m. Como deca Eluard, poeta no es el que est inspirado, sino el que es capaz de inspirar a los dems. Timothy Leary, sacerdote del LSD, dijo que Dal era el primer pintor LSD sin LSD. Jams tom droga alguna. A pesar de eso, todos los hippies reconocen en m algo de su in-quietud y su horror por la cultura burguesa. En su ciudad natal, en Figueras, Catalua, tendr este ao su propio museo. No es eso una manifes-tacin de la cultura burguesa? Qu piensan sus conciudadanos? En mi museo de Figueras acabo de pintar un cielo raso. Representa a Dal -es muy tradicional- con cajones.

    Tengo un cajn en el vientre, otro en el pecho, un tercero en los talones. Todos los cajones estn abiertos al revs. De ah sale una lluvia de monedas de oro que caen gene-rosa e hipcritamente (es un trampantojo) sobre 'la cabeza de mis conciudadanos. Estn chochos.

    A su entender, sirve para algo un museo? Es uno de los medios ms seguros de aumentar mi fortuna y la de mi pas.

    Con esa sola intencin cre su museo de Figueras? Para m, la idea que prima siempre es el dinero. Pero un museo ofrece una multitud de otras amenidades. Es un centro de cretinizacin incomparable. Cuadros con ttulos falsos, visitantes en procura de explicaciones, indagadores que prosiguen sus investigaciones, psicoanalistas que exa-minan si en tal poca yo era ms loco que en tal otra... To-do eso representa un atractivo incalculable.

    Cuando responde a reportajes, cuando hace publicidad por televisin, tiene el sentimiento de favorecer lo que llama "la cretinizacin del pblico" o, por el contrario, de despertarla? O se burla totalmente de l? Como soy rico y doy de mamar a todos con una generosi-dad sin lmites, las tres cosas son verdad. Trato de cretini-zar a la gente en la medida en que puedo, porque los creti-nos son una de mis pasiones. Los autnticos cretinos, los gelatinosos, los revulsivos, completamente retardados, lle-nos de baba y de saliva. Al mismo tiempo, me las arreglo para dar siempre una patada en la pierna derecha de la sociedad. Si quiere que la gente lo recuerde, siempre hay que darle, en la primera juventud, una patada en la pierna derecha. Me resulta muy voluptuoso cretinizar a la gente. Pero tambin despertarla.

    Cmo la despierta? Recibiendo a L'Express, por ejemplo.

    No le parece que es una empresa de cretinizacin su-plementaria? No, no y no! Por lo dems, cretinizo, despierto y, des-pus, me ne frego: todo me da absolutamente lo mismo. A este respecto, querra aadir una precisin. Mientras usted me interroga, pienso, no dejo de pensar en otra cosa. En das o meses, puede que diga exactamente lo contrario de lo que acabo de decir. As, durante 5 aos, habl mucho de hibernacin. Un da viene a verme el doctor Laborit y me dice: "Querido maestro, hablemos de la hibernacin". Le respond: "Lo lamento, pero ya no me interesa". Soy un poco como ese filsofo que preparaba su propia tumba, en Figueras. Quera un panten extraordinario. Cada vez que vea a su contratista, le hablaba horas del asunto. Un da el contratista le dijo: "Seor, encontr el lugar ideal. Ante un

    paisaje maravilloso, sin tramontana ni humedad y, lo que es mejor, barato". El filsofo responde: "Ya no me interesa". Golpe teatral. "Por qu, pues?", inquiere el contratista. "Acabo de reflexionar, explica el filsofo. A qu todo esto, si no muero?"

    En sus libros habl psimamente de Le Corbusier. Lo llam Corbu//sarnoso, Corbeau//cuervo//, etcte-ra. Afirmaba que l se haba equivocado totalmente con el hormign armado. Siempre es de esa opi-nin? Me pas algo sorprendente a propsito de Le Corbusier. Un da que estaba en la estacin de Perpin, me cruz una idea por el espritu: "Le Corbusier, la inteligencia ms pesada del mundo, est ahogndose". Lo comuni-qu al seor Pags, inventor de la antigravitacin, con quien acababa de encontrarme. Justo en ese momento llega un periodista que me hace saber la muerte de Le Corbusier. Ahogado. Entonces, de inmediato, encargu un manojo de flores.

    Despus, todos los aos las hice llevar a su tumba. Es-toy seguro de que es el nico ramo de flores esplndi-das que l recibe. Soy muy gentleman. Ni bien muere uno de mis enemigos, lo tapo de flores. Para que, si realmente est en alguna parte, trabaje para m.

    Todava tiene grandes enemigos vivos? Creo que ninguno. Pero querra que el mundo entero fuese mi enemigo. Las personas inteligentes que estn contra m son muy estimables. Lo peor, lo terrible, son las personas tontas que me defienden. Los subdalinia-nos.

    A qu escritor estima ms? Segn mi parecer, el mayor genio es Raymond Roussel, es decir, exactamente lo contrario de Julio Verne. Consi-dero a Julio Verne uno de los cretinos ms fundamenta-les de nuestra poca. Embarc a la humanidad en las chiquilinadas...Empezando por la conquista del espacio, donde no hay absolutamente nada que encontrar, ya que todo el Universo converge hacia la Tierra, y la Tie-rra es el nico planeta donde se manifiesta ese fen-meno inaudito que se llama vida. Para qu conquistar la Luna si, inclusive en nuestro planeta, hay muchos terrenos que no valen nada? La nica seccin importan-te de la Tierra es, en definitiva, la regin comprendida entre Figueras y Tolosa. Pero inclusive all hay realmen-te muy pocas cosas que valgan la pena. Todo lo impor-tante est concentrado en los alrededores de la estacin de Perpin.

  • Para usted, la estacin de Perpin, es el cen-tro del cosmos? Es el lugar que resisti en el momento ms trgico de nuestra historia geolgica, el momento cuando se form el golfo de Vizcaya. Cuando los continen-tes se separaron, se form el golfo de Vizcaya. Si los Pirineos, en el paraje exacto donde se encuen-tra la estacin de Perpin, no hubiesen resistido en ese momento, nos rodeara todo tipo de anima-les, y jams habra habido ni Vermeer, ni Velz-quez, ni el general Franco, ni Dal, ni nada.

    Admitiendo que sea verdad lo que dice, y que la suerte del planeta haya dependido realmente de esa punta de terreno, por qu es tan importan-te, an hoy, a sus ojos? Porque los fenmenos de orden geolgico que acabo de evocar fueron seguidos all por fenme-nos de la cultura humana. Estoy estudiando por qu hay que restaurar la monarqua en Rumania. Muy simplemente, porque vino un da un seor, de Sevilla, e invent Rumania. Quin? El emperador Trajano. Por lo dems, todo esto est escrito con difana claridad en la columna trajana, en Roma, que es la primera dibujada en el mundo. Si las per-sonas, en lugar de leer las columnas de los diarios, cuya informacin es lamentable, tuvieran la pacien-cia de leer la columna trajana, comprenderan mu-chas cosas. Y, ante todo, que la columna trajana fue esculpida por andaluces, es decir los Picasso de los tiempos de Trajano.

    El placer, la fiesta, qu papel desempean en su vida? Un papel esencial. Creo que la vida debe ser una fiesta continua. Estoy contra Descartes porque era un seor que pensaba. Yo jams pienso, juego. El hombre a quien ms detesto en el mundo, se lo voy a decir, es Auguste Rodin. Porque es el autor de una escultura abominable que representa a un pensador, la cabeza apoyada en una mano. En esa posicin nunca se puede crear. Ni defecar. Slo se puede crear a condicin de jugar. Los mayores cornudos de todos los tiempos son personas como Rodin, Descartes y, sobre todo, como Karl Marx. Ah tiene un tipo que pas no s cuntos aos es-cribiendo El Capital. Todo lo que dijo es el revs de la realidad. Entre otras cosas, predijo la lucha de clases: ya no las hay porque las clases desapare-cen. Por el contrario, l no haba previsto la verda-dera lucha de nuestra poca, es decir la lucha de las razas. Sobre China, Japn, Israel, el mundo rabe, etctera: nada, ni una palabra. Eso no tiene

    nada de sorprendente. Karl Marx, como Descartes, era un individuo de tipo respiratorio. Los digestivos son de tipo mu-cho ms interesante.

    Y usted, se clasifica entre los digestivos? Yo digiero cada vez con mayor satisfaccin. Descubr que el momento ms importante en la vida es el momento de la excrecin. Una cosa que me revuelve es la trivialidad de las letrinas. Sea Kruschev, Stalin, todo el mundo est reducido a utilizar las mismas.

    Querra cambiar eso? Proyect una suerte de sitial. Lo dibuj. Voy a exponerlo. Son delfines. En el "sepulcrum" de los romanos, dos delfi-nes se entrelazaban por la cola. Yo pongo los delfines lomo contra lomo, la cola para abajo, ambas cabezas al aire. De modo que se pueda utilizar cada boca para su uso especfi-co. Eso me recuerda una historia maravillosa que me cont el poeta Federico Garca Lorca. Su amigo, el compositor Manuel de Falla, era muy meticuloso, muy manaco. Un da le dijo a Lorca: "Me voy para un concierto. Puedes prepa-rarme la valija?" Y aade: "Toma esta tabla y ponla en el medio. -Para? -Porque jams hay que mezclar lo que toca las partes nobles del cuerno con calzoncillos y medias. Siempre las separo en mi valija".

    Volvamos a la fiesta. Qu significa esa palabra para usted? Para m, la fiesta es el fuego de artificio constante. Es en-contrar a gente a quien se ve muy poco, decirle cosas que la influyan, hacerla cambiar de opinin, trastornarla, cretini-zarla, volverla ms inteligente. Embellecer a los feos y afear a los bellos. Es manipular a la gente de mi poca divirtin-dola.

    Cmo soporta la soledad? Nunca estoy solo. Tengo la costumbre de estar siempre con Salvador Dal. Crame, eso es una fiesta permanente.

    Pintar forma parte de la fiesta? Y no! En mi casa, en Port Lligat, cuando pinto sigo los con-sejos de Rafael, que deca: "Cuando se quiere lograr algo, hay que pensar siempre y sobre todo en otra cosa". Por ende, cuando pinto, siempre est Gala que me lee libros. No escucho lo que lee, porque escucho la msica que, al mismo tiempo, suena en el combinado. Pero, a decir ver-dad, tampoco escucho la msica. Porque pienso en otras cosas. Al cabo de la jornada, me hallo muy sorprendido de lo que hice, sin saber cabalmente cmo sali. Cada cuadro es el producto de una fiesta perpetua de mi espritu.

    La tcnica no le da trabajo? No me preocupo por eso. Quienes se preocupan por la tcnica yerran en todo.

    De dnde sac la suya? La aprendi en la escue-la? Frecuent la Escuela de Bellas Artes de Madrid, una de las mejores escuelas del mundo. Pero no aprovech las lecciones que all me daban, porque en ese mo-mento haca cubismo. A pesar de todo, algo debi que-darme. Un da, alguien me dijo: "Tiene una tcnica ab-solutamente extraordinaria; tendra que escribir un libro sobre la tcnica". Entonces, escrib ese libro. Jugando. Invent recetas completamente fantasiosas. Ahora, cuando quiero pintar algo, me refiero a ese libro escrito en broma. Lo que quiere decir que en el fondo, yo ja-ms bromeo. A veces, digo cosas para asombrar a los periodistas, para chocar. A menudo, lo que dije en chis-te se revela ms verdico que lo que crea serio.

    Usted habla de su fiesta personal. Pero no pinta jams sus cuadros para el placer ajeno? No, no. El objetivo de los cuadros, de veras, es pura-mente comercial. Una frase de Gustave Moreau me impresion mucho: "Dejo de pintar mi pedazo, deca, solamente cuando veo que el oro surge de la punta de mi pincel". Yo observo eso al pie de la letra. Inclusive los pescadores de Cadaqus lo dicen: "Ese cerdo de Dal, con su pincelito, hace oro". Soy mstico como to-dos los espaoles. Ser mstico es hacer oro.

    No es ese amor por el oro el que lo malquist con los surrealistas y especialmente con Andr Bretn? Yo digo con Luis XIV: "El surrealismo soy yo. Todos los dems se engaaron, porque eran romnticos". Dicho lo cual, me asombr mucho cuando recib la participa-cin de la muerte de Andr Bretn, al leer all: "Busc el oro del tiempo". Eso me pareci muy curioso, viniendo de un hombre que tanto me haba acusado de avidez y que, para designarme, haba inventado el sobrenombre "vida Dollars", anagrama de Salvador Dal. Entonces pens: "El busc el oro del tiempo, y yo lo encontr".

    Qu lo autoriza a decir que el surrealismo es us-ted? Soy el nico surrealista verdaderamente salido del ro-manticismo. Los otros, con su romanticismo, provoca-ron todas las catstrofes. La invasin de Hitler es el producto del surrealismo, la revolucin de mayo de 1968 tambin. Yo soy el nico surrealista clsico que vive cerca del Mediterrneo, en regiones claras, mien-tras que todos los dems estn enmaraados por el romanticismo alemn.

    Usted no era hostil a Hitler? Es una calumnia. Ni bien lleg Hitler, me apur a irme. Pero en pleno surrealismo, yo deca a los surrealistas: "Si son surrealistas, si aman el romanticismo, y sobre todo el romanticismo alemn e irracional, entonces amen a Hitler, que es un loco, un ser delirante total". En esa poca, yo mismo soaba con Hitler, estaba apasionado por la espalda de Hitler. De igual manera, en otro mo-mento, estuve apasionado por Lenin. Hitler me pareca tener una espalda muy comestible. De haber podido, hubiera extrado de la espalda de Hitler una porcin, co-mo una porcin de queso. La vaca se re. Seguro, esa era una reaccin puramente irracional y surrealista. Yo haba previsto el fin de Hitler con dos aos de adelanto. Lo anunci en una novela. Era verdaderamente inelucta-ble. Porque l era un puro masoquista. Slo haba em-prendido toda esa accin wagneriana con la meta in-consciente de perder o morir.

    Y de Stalin, qu piensa? Todos los personajes que poseen mucha autoridad -Mao, Lenin- me impresionaron mucho. Stalin, por encima de todos los dems, porque era el ms cruel, el ms au-toritario, el que, dentro de la historia contempornea, fue verdaderamente Vulcano forjando el escudo de Aquiles. Escudo que, por otra parte, servir para protegernos a todos. Porque los rusos estarn de nuestro lado para defendemos contra los chinos.

    Le teme a Mao? Lo encuentro muy buen poeta. Por eso ilustr sus obras. Dicho esto, tengo mucho miedo de los chinos. Quisiera proteger de ellos a toda costa los alrededores de Perpi-n.

    Cul es su posicin con respecto al general Fran-co? Estoy convencido de que el general Franco es un gran poltico. Hace algunos meses tuve el honor de almorzar con l y adquir la conviccin que tambin es un santo. Es decir, un mstico en la tradicin de los grandes msti-cos espaoles. Despus del almuerzo -all fue donde me percat de que era un santo-, me dije que iba a hacer una siesta como la hago cotidianamente, una siesta de media hora. Y l se fue a visitar una biblioteca de anti-guos pergaminos, el museo. Cambi de traje para inau-gurar una ruta, y despus recibi a 15 ministros. No hay en el mundo un hombre joven capaz de tal energa. Slo es capaz de ella un hombre con fe en su misin, como l. Es un ser absolutamente extraordinario.

  • Qu habra pensado si, al final del proceso de Burgos, el general Franco no hubiera acordado la gracia a los condenados? Personalmente estoy contra la pena de muerte. Me parece que un hombre no tiene derecho a disponer de la vida, de la existencia de otro, as fuese el ma-yor criminal. Por lo dems, estoy a menudo por los mayores criminales. Mi preferencia va ms bien a los seres crueles. El arquetipo sentimental representado por el cantante Yves Montand es el ser que ms desprecio, porque es bueno y lacrimoso. Metafsica-mente, pues, estoy contra la pena de muerte. Pero si an existe la pena de muerte en alguna parte, y si alguien cree tener una misin histrica, considero que debe aplicar lo que cree hasta los ltimos lmi-tes. Veinte condenas a muerte, seguramente, es ms econmico que los miles de muertos de una guerra civil.

    No piensa que es monstruoso lo que dice? Todo lo que estoy diciendo es efectivamente mons-truoso. Pero la guerra civil es monstruosa. En uno de mis cuadros, que es la premonicin de la guerra civil espaola, titulado "Construccin blanda con porotos hervidos", figur adems un monstruo que se auto-devoraba.

    Acaso lo monstruoso forma parte de la fiesta, para usted? Y no! Me gustara muchsimo reventar seres vivos. No lo har, porque estoy contra la pena de muerte. Pero cuando se trata de animales, tengo menos es-crpulos. Ms sufren, ms contento me pongo. Lo que ms me gustara, sera poner bombas en el inte-rior de 8 cisnes y verlos explotar estroboscpicamen-te.

    Cmo concilia ese aspecto cruel de su carcter con el amor que profesa a su mujer? Gala, de cualquier manera, es una excepcin en todo. Pero siempre dije que si Gala muriera, me gus-tara comerla.

    La trozara? No. Si fuese posible que, muerta, Gala empequee-ciera como una aceituna, entonces la tragara. El canibalismo es una de las manifestaciones ms evi-dentes de la ternura.

    En qu es tan excepcional Gala? Me hizo ganar todo el dinero que poseo.

    Y qu ms?

    Fue la primera con quien hice el amor. No es que me guste mucho hacer el amor, pero tena 29 aos y me crea impo-tente. Gala me revel a m mismo. Jams hice el amor con nadie ms.

    Sin embargo, usted mismo organiz "festicholas". Jams. Asist a "festicholas", y lo encontr antiertico por excelencia.

    Qu piensa, de la libertad sexual actual? Es muy mala, de todo punto de vista. La mayor cretiniza-cin -y empleo una vez ms la palabra en un sentido no peyorativo- es caer enamorado. Porque entonces, uno ba-bea como un cretino. Ahora, con la promiscuidad, no hay posibilidad de enamorarse. Creo, por lo dems, que se va a volver a cierta forma de amor corts. Se pasar de la licencia total a un perodo de castidad.

    Polticamente, usted se dice monrquico. Por qu? Porque, desde el punto de vista cientfico, es la nica for-ma de gobierno que corresponde a los recientsimos des-cubrimientos de la ciencia biolgica. Desde la primera a la ltima clula, todo se ha trasformado de manera inelucta-ble, genticamente. La monarqua es gentica. Viene de Dios.

    Usted es ms que monrquico: es legitimista. Exactamente. Y mis ideas al respecto acaban de ser reafir-madas por la lectura de Lgitimit, un libro extraordinario de Blanc de Saint-Bonnet, que busqu durante aos y que al fin encontr en estos das. El autor refiere que Blanca de Castilla, madre de San Luis, deca: "Preferira ver muerto a mi hijo antes que saber que estuvo unos minutos en peca-do mortal". Mientras que Leticia, madre de Napolen, le repeta sin cesar: "Aprovecha, porque no va a durar". Es toda la diferencia entre lo legtimo y lo ilegtimo.

    Cree que los soberanos legtimos son ms honestos, ms desinteresados? Para hablar de manera vulgar, los presidentes de las rep-blicas siempre tienen tendencia -ya que su mandato slo dura 5 aos- a hacer combinaciones, a poner dinero a iz-quierda y derecha, en Suiza... Quien nace prncipe no pre-cisa tomar dinero. Le basta con nacer. Todo lo tiene. Tam-bin resulta mucho ms decorativo.

    -Cree en el restablecimiento de las monarquas en Europa? Segn mi parecer, todo marcha hacia la monarqua. Ineluc-tablemente. En Espaa, ya es un hecho cabal. Rumania vendr despus. Y despus, no s. Lo terrible es que los reyes actuales ya no son monrquicos. Dicen: hay que ser liberal, hablan de socialismo, etctera. Nada de eso. Hay

    que ser absoluto. Pero convencer a un rey de que debe ser monrquico es muy complicado. Por eso quisiera pu-blicar extractos del libro de Blanc de Saint-Bonnet y ofre-cerlos a mi prncipe, Juan Carlos.

    Piensa que don Juan Carlos ser un rey monrqui-co? Para un rey, lo esencial es no ser un genio, sino lo ms legtimo posible, haber recibido una buena educacin y creer en su misin. Juan Carlos recibi una educacin buensima, estuvo en Zaragoza. Y estoy convencido de que cree en su misin.

    Cmo vive en su casa de Cadaqus? Llevo una vida muy estricta, pero siempre jugando. Me levanto muy temprano a la maana. Cada da doy un pa-seo a la misma hora. Hago una siesta de media hora, to-mo otra media hora para nadar. Siempre me acuesto a la misma hora. En Cadaqus, a las 10.30 ya estoy en la ca-ma. Todo eso jugando todo el tiempo, divirtindome como un loco.

    A qu juega? A montones de juegos. Por ejemplo, cuando escribo en la cama, tengo ante m un aparato de televisin japons. Y lo miro al revs para no saber qu pasa en la pantalla, o pon-go un filtro delante para complicar las imgenes. Despus, como tostaditas con miel. Pongo miel en el interior de mi camisa para que se pegue a la piel y para sentir mis pelos todos pringosos.

    Por qu la televisin? Necesita informaciones? No. Para m la televisin es una especie de pantalla en la que veo todo lo que puedo imaginar.

    Resumiendo, hace su fiesta personal sin parar? Sin parar. Tengo miedo de morir por un exceso de satis-faccin. Vea, hoy me divierto mucho con usted.

    En Cadaqus, se repite todos los das el mismo libre-to? Jams! Un da, pego miel. Otro, pongo bajo mi camisa una abejita. Otra vez, coloco bajo mis ojos una cajita de hormigas iluminadas por gotas fosforescentes. Ciertos das, no hago nada. Otros, me libro a todo tipo de manipu-laciones con aglomerados de materia que saco de mi na-riz, o si no, que manoseo, que olisqueo, que hago rodar de uno a otro lado de mi cuerpo. De repente, la bolita se me escapa. La pierdo. Entonces, ah viene el enloquecimiento. Podra recomenzar, hacer otra, tomar en reemplazo una miguita de pan. Pero es preciso que sea sa. Porque co-rresponde a una ciberntica del pensamiento.

    Jams experimenta angustia por otras razones? No, jams. No experimento ningn sentimiento humanita-rio. Las grandes catstrofes, como la de Pakistn, me regocijan. Ms catstrofes y guerras hay a mi alrededor, ms placer experimento en mi vida visceral. Dicho lo cual, siendo un gentleman catlico, apostlico y romano, cuan-do tales cosas ocurren, acta muy bien, envo dinero, me comporto como debo, mejor que los humanitarios senti-mentales. Si alguna vez me piden cuentas... es necesario que est en regla.

    Pero quin podra pedirle cuentas? Todas esas historias, Dios, todo eso... "Seamos pruden-tes", como deca Saint-Granier.

    Sinti la muerte de sus amigos? Usted quera mucho a Federico Garca Lorca. Cuando lo fusilaron, se conmovi? Me gust. Adems, ya lo dije. Como soy jesuita al ms alto grado, siempre tengo la sensacin, cuando muere uno de mis amigos, que soy yo quien lo mat. Que muri por mi culpa. Es particularmente cierto en cuanto a Lorca, porque si Lorca me hubiese seguido, no le habra sor-prendido la guerra civil. Y como hice todo para que no fuera a unrseme a Italia, donde estaba yo entonces -y eso ms bien por celos-, me dije, cuando muri: "Ah es-t, es mi falta, nuevamente. Pero lo maravilloso fue que, en el fondo, yo saba que no era cierto. Mi sentimiento de culpabilidad dur muy poco. Me dije que, de todos modos, habra muerto. Y eso me puso doblemente contento.

    Todo lo que dijo es humor negro. Recuerda al Perro andaluz, que rod con, Buuel en 1929. Por qu ya no hace cine? Primero, porque no es un arte. Uno no se puede expresar a travs del cine porque posee demasiados medios. Cuando uno tiene demasiadas riquezas a su disposicin, resulta imposible hacer una obra de arte. Ni siquiera una obra.

    Quiere decir que la obra de arte supone ms coer-cin? Todo est fundado en la coercin. Grard Dou pudo ha-cer una obra maestra porque tena una tela, leo y su ojo, y sanseacab. En cine, ni bien se fotografa la cosa, huye el misterio.

  • Segn su parecer, el arte es la coercin. Una definicin muy clsica en boca de un personaje como usted. Ah, pero yo estoy por una mayor rigidez an. Estoy por los perodos de inquisicin. Ms coerciones hay, ms es llevado uno a precisar qu debe decir. La libertad es el esfuerzo. Nuestra poca lo olvid. Se liber de la pintura del tema, se liber de la tc-nica, del color, de la figuracin, de la forma. Vea el resultado: cuadros donde slo hay un color con una lnea.

    Pero usted, cuando habla, cuando escribe, tiene un lenguaje muy libre, rechaza absolutamente toda coercin. Porque soy jesuita, hipcrita, y utilizo todos los me-dios para difundir las ideas que quiero imponer a mi poca.

    Prepara una continuacin al Diario de un Ge-nio? No. Concentr toda mi actividad literaria en una tragedia ertica en tres actos y un verso, que trans-curre en la poca de Vermeer y de Dou. Ya hice dos actos. Slo falta el tercero.

    Tiene intencin de darla en Pars? Mientras haya regmenes democrticos creo que no la podrn representar en ninguna parte. Se precisa-rn varios aos de monarqua para que un rey pue-

    da permitir la representacin de tal abominacin. El marqus de Sade, a mi lado, es un gracioso.

    Usted, que ama las catstrofes, las abominaciones, qu piensa de la bomba atmica? Me gustan tanto las catstrofes que estoy listo para recibir una bomba atmica en la cabeza. Con una bomba atmica, uno slo se arriesga a ser desintegrado, a pasar del estado de hombre al estado de ngel. Nada que perder, todo por ganar.

    Usted anhela una especie de coronacin, de apoteosis at-mica... El Apocalipsis me gusta mucho. Adems, lo ilustr. Pero soy como San Agustn. Deseo que venga lo ms tarde posible. Cuando San Agustn haca todas sus orgas, las mayores or-gas que jams se so, rogaba a Dios todas las noches para que lo convirtiese. Y acababa su rezo diciendo: "Pero aguarda dos o tres semanas ms".

    Una ltima palabra, Salvador Dal. Es un hombre feliz? Usted vio perfectamente que durante esta charla no me aburr un segundo... Sobre todo, no olvide aadir un poco de confu-sin en el texto si las cosas aparecen demasiado claras...

    Obras Seleccionadas

    Dal produjo alrededor de 1.500 pinturas a lo largo de su carrera, adems de decenas de ilustraciones para libros, litografas, diseos escenogrficos, vestuarios, y una in-gente cantidad de dibujos, esculturas y proyectos parale-los en fotografa y cine. Colabor en la pelcula Dal en Nueva York (1965), de Jack Bond.

    (http://vimeo.com/53241029)

    Tambin animado por su amigo Federico Garca Lorca, Dal tante la creacin literaria en una novela pura. En su nica obra literaria Dal describe en vistosos trminos, las intrigas y amoros de un grupo de aristcratas excntricos y frvolos que, con su lujoso y sofisticado estilo de vida, representan la decadencia de los aos 1930.

    En la biografa Sexo, surrealismo, Dal y yo, coescrita en-tre Carlos Lozano y Clifford Thurlow, se afirma que Dal nunca dej de ser un surrealista. Como afirm en una ocasin, parafrasendose a s mismo, la nica diferencia entre los surrealistas y yo, es que yo soy un surrealista.

    Dentro de todas sus obras pictricas, Dal repite cierta figuras simblicas, que con el tiempo se agrupan en una llamada iconografa daliniana, aunque siempre que el artista fue cuestionado con los significados de estas figuras, el recomendaba no preguntar por ello ni intentar buscarlo en sus obras, sin embargo existen muchos libros y textos en la actualidad que se dedican a des-cifrar esos supuestos significados, algo que obviamente no es nada definitivo ya que el artista nunca lo manifest.

  • Conclusiones

    El ingenio de Salvador Dal tiene mucho que ver con el relato de su vida, tan compleja e intensa desde sus inicios, como indique en pginas anteriores, el comportamiento tan criticado como sati-rizado por los medios, que muestra un ser megalomaniaco y portentoso como Dal, es parte de su arte, su surrealismo, Dal expresa esta onrica realidad tanto en sus obras como en su propia vida. Evada las coyunturas de la poca o las introduca dentro de si visin ilusionista y la expre-saba a su manera, como elementos imaginarios que brindaban un mensaje real.

    Tal vez debera existir algo de ese surrealismo hoy en da, aquello que invita a soar con inexis-tentes probables, y despegar un poco de la idea de lo que razonabemente sera un futuro, el surrealismo de Dal impresiona porque presenta cosas inesperadas, inconsistentes, que solo lo-gra una mente que se abre a posibilidades y deja que as ideas fluyan, generando un optimismo en vez de una conformidad.

    Con su despegue constante de su realidad, Dal nos da un mensaje del desapego a lo material, dejando el claro que vivir en un sueo no es significado de superficialidad, al contrario, esta llega a ser un factor que estanca a una persona en lo tangible, que ha llegado a convertirse en un ideal y se disfraza de sueo, algo completamente nocivo para el desarrollo y superacin de uno mis-mo ; que no vemos mas all de lo que sentimos en cuerpo.