Revista de la Sociedad de Historia “Centenario de...

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Revista de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C. Año III, núm. 9, julio-septiembre de 2010 Parque Héroes de Chapultepec De La Jabonera a La Cachanilla Mexicali en la inspiración de Hollywood Último intento revolucionario en Baja California Un banco con ideas modernas Los tinacos elevados Pedrito Ramírez

Transcript of Revista de la Sociedad de Historia “Centenario de...

Revista de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.Año III, núm. 9, julio-septiembre de 2010

Parque Héroes deChapultepec

De La Jaboneraa La Cachanilla

Mexicali en la inspiración de Hollywood

Último intento revolucionario

en Baja California

Un banco con ideas modernas

Los tinacos elevados Pedrito Ramírez

Mesa directiva 2009-2011Sergio Noriega Verdugo, PRESIDENTE

Yolanda Sánchez Ogás, VICEPRESIDENTA

Miguel Esteban Valenzuela Robles, SECRETARIO

Eduardo Andrade Cisneros, TESORERO

PRESIDENTA HONORARIA VITALICIA

Yolanda Sánchez Ogás

Revista El Río DIRECTOR Y DISEÑADOR: Rubén Castro BojórquezCOMITÉ EDITORIAL: Luz Mercedes López Barrera, Rubén Castro Bojórquez, Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar, Sergio Noriega Verdugo, Benjamín Rentería CaminoCAPTURA: Catalina Rojas Monzón y Ana Isabel León GonzálezDIGITALIZACIÓN Y APOYO TIPOGRÁFICO: Lydia Coronel YáñezAPOYO LOGÍSTICO: María Teresa Ponce LeónElaborada en CESU-UABC

Las fotografías utilizadas en la elaboración de esta revista pertenecen a las colecciones de: Archivo Histórico del Estado de Baja California • Archivo Histórico del Municipio de Mexicali • Centro de Investigaciones Culturales (CIC) Museo UABC • Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC) • Biblioteca Pública Central Estatal • Instituto Municipal de Investigación Urbana de Mexicali • Particulares.

El Río

Revista de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali, A.C.

Año III, núm. 9, julio-septiembre de 2010Mexicali, Baja California, México

INVITACIÓNLa Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. invita a todas las

personas amantes de la historia, afi cionados o expertos, a asistir a sus reuniones y, de ser el caso, a formar parte de ella como socios activos.

Las sesiones se llevan a cabo todos los miércoles a las 18 horas en la Sala Junta de Gobierno del Centro de Estudios Sobre la Universidad de la UABC, ubicado en

la planta baja del edifi cio de Investigación y Posgrado en blvr. Benito Juárez.Teléfonos: (686) 566 9592 y (686) 841 2076

Se reciben colaboraciones de artículos de historia regional (extensión de 3 a 6 cuartillas, en Arial 12, a doble espacio), de preferencia con ilustraciones. Dirigirlas a: [email protected]

Esta revista se distribuye gratuitamente. Si desea obtener un ejemplar, puede solicitarlo en las ofi cinas del CESU-UABC.

ÍndiceEditorial 1

Sergio Noriega Verdugo

Pedrito Ramírez músico, deportista y maestro 2

Rubén Castro Bojórquez

Último intento revolucionario

en Baja California 9

Yolanda Sánchez Ogás

El Parque Héroes de Chapultepec 12 Carlos Manuel Reyes Moreno

Un banco con ideas modernas 15

Marco A. Buruel B.

De La Jabonera a La Cachanilla 22 James Griffin

Los tinacos elevados de Mexicali 26

Austreberto Silva Olivares

Vivencias en la región sur del valle de Mexicali

de la margen izquierda del Río Colorado 30

Eduardo Andrade Cisneros

Números de la historia 33

Sergio Noriega Verdugo

Historias de lo cotidiano: Mexicali

en la inspiración de Hollywood 35

Miguel Esteban Valenzuela Robles

Acontecer de la historia 39

Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar

Libros, reseñas, comentarios... 42

Sergio Noriega Verdugo

Ayer y hoy 44

A.S.O.

Páginas de historia 45

Benjamín Rentería Camino

Episodios universitarios contraportada

R.C.B

1

Identidad e historia nacional

Resulta particularmente interesante, en este año que conmemoramos los aniversarios de la Independencia de México y de la Revolución, las diferentes actitudes de los mexicanos ante la historia de su país. El gobierno por su parte hace lo posible porque todos

estemos enterados del pasado y orgullosos de ser mexicanos. Los historiadores hacen un esfuerzo por compenetrarse en algunos acontecimientos o pasajes menos conocidos, conminándonos a todos a ocuparnos de lo que a su parecer es fundamental. Una parte de las clases alta y media se disponen a comprar algún libro con el ánimo de leerlo y estar enterados. Los jóvenes, por lo general, aceptan celebrar pasivamente lo que las autoridades académicas ordenan.

Los inconformes critican, los intelectuales cuestionan, pero el grueso de la población no parece entusiasmarse con las vidas que llevaron sus antepasados, su trascendencia, ni particularmente con los acontecimientos que ahora conmemoramos. Esta situación nos invita a reflexionar sobre nuestras inquietudes y nuestras esperanzas como mexicanos. ¿Qué es relevante para los mexicanos de ahora?

Muchas pueden ser las razones por el poco interés que se manifiesta en la historia de la nación. No podemos hacer a un lado las condiciones económicas por las que atravesamos, la recesión internacional ha debilitado a la economía del país, aumentando el desempleo, y reduciendo el ingreso real del grueso de la población. Aunado a ello, es muy probable que la desigualdad del ingreso se esté agudizando por la falta de inversión productiva y por la ausencia de nuevas empresas. Este aspecto por sí solo disminuye la cohesión social. Ante el malestar económico, la historia puede parecer irrelevante.

Ligado a lo anterior está el proceso de la globalización. Simplemente el México del siglo XXI es diferente al que prevaleció en la mayor parte del siglo XX. En aquel entonces el nacionalismo jugaba un papel mucho más importante en las prioridades del pueblo y de su gobierno. Ahora que nos encontramos inmersos en la comunicación satelital, donde los acontecimientos del mundo entero compiten por la atención con el que prestamos a los nuestros, nuestro criterio se ha visto obligado a cambiar. Ahora que el comercio internacional de México es tan importante para nuestro bienestar, la visión del exterior no puede ser la misma que antes.

Mucho se ha criticado el que en las escuelas no se enseña suficiente civismo. Habrá que ver si este sacrificio se ha visto compensado con otros elementos que ayudan en el desenvolvimiento de nuestra juventud.

Para que la historia patria cobre mayor relevancia, sobre todo entre las nuevas generaciones de mexicanos, tendrá que ser pertinente a todos y a sus aspiraciones de cómo vivir mejor. Los mexicanos necesitamos creer en nosotros mismos y forjar el camino conducente. México no sólo debe ser un país con historia, debe ser una nación con futuro.

E d i t o r i a lE d i t o r i a l

Sergio Noriega Verdugo

2

En el mes de septiembre de 1954, al inicio del ciclo escolar en la Escuela Secundaria Federal núm. 18, los alumnos del tercer grado que éramos aficionados

al futbol soccer nos ilusionábamos con la posibilidad de formar parte de los dos mejores equipos juveniles de la liga municipal, el de la escuela secundaria o el recientemente formado equipo San Pedro. No todos corrimos con suerte, principalmente por no tener el nivel de juego de las “estrellas” de la secundaria.

A unos pocos nos tocó jugar ese año con el equipo Oro del 57 (nunca supe por qué ese nombre); recuerdo a Jorge Tzutzumi, Jorge Cardozo y Jesús Torres Lara, el resto escapa de mi memoria. El interés por participar en el equipo de la Secundaria 18 no tiene duda ni discusión, significaba representar a nuestra escuela, institución del máximo nivel educativo (la Escuela Preparatoria del Estado inició clases ese año de 1954) y estar en la mira de todos los muchachos y ¡muchachas! En el caso del equipo San Pedro se presentaban intereses diversos, sabíamos que era el mejor equipo de la liga, con excelente patrocinio, pero sobre todo lo dirigía Pedrito Ramírez.

Desde hacía ya casi diez años Pedrito Ramírez era el futbolista más conocido y admirado de Mexicali, en él se conjugaban el arte de la música y el arte del fútbol. Era por todos nosotros conocido que era el mejor interprete de música tropical y él y su grupo no podían faltar en las mejores variedades de la ciudad.

Y si por otro lado era el mejor portero de todo el estado, se podrá entender por qué cuando Pedrito (como todo el mundo lo conocía) armó su club San Pedro con equipos en todas las categorías de la liga, todos los jóvenes queríamos formar parte de ellos.

La personalidad de Pedrito Ramírez se fue acrecentando con los años, hasta convertirse en una figura idílica para los jóvenes, tanto por sus éxitos en la música, como por su destacada participación en el futbol soccer de Mexicali por más de cinco décadas. Músico sobresaliente, deportista ejemplar y maestro indiscutible de muchas generaciones de futbolistas que dejaron su huella en los campos de la Universidad Autónoma de Baja California, del Colegio de Bachilleres de Baja California (Cobach), del estado de Baja California y por otros lados de la geografía de la república mexicana.

ALGO DE HISTORIA1

En la músicaPedro Ramírez Jiménez nació el 23 de febrero de 1929 en la colonia Progreso (ubicada al poniente de la naciente ciudad de Mexicali, que en esos años contaba con una población de 14 842 habitantes2). Su padre fue agricultor y contaba con una familia numerosa; en 1938, al inicio del reparto agrario, obtuvo una parcela ejidal por lo que cambió su residencia al ejido Coahuila, donde Pedrito vivió su adolescencia y juventud. Desde muy chico se aficionó a escuchar música tropical en un

Pedrito Ramírez

músico, deportista y maestroRubén Castro Bojórquez *

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. Correo electrónico: [email protected] La mayor parte de los datos históricos se tomaron de la entrevista que el licenciado Óscar Hernández Valenzuela le realizó a Pedro Ramírez Jiménez para el

programa Relatos de Baja California del Canal del Conocimiento de Televisión de la Universidad Autónoma de Baja California.2 INEGI, Censo poblacional de 1930.

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radio de onda corta que tenía la familia y en el cual sintonizaba estaciones cubanas en las madrugadas. Lo que al principio era pasión se convirtió en apasionamiento por esa música; se aprendía varias piezas y las cantaba y bailaba de memoria.

Sus primeros contactos con música viva los tuvo cuando asistió al Cine Rex (ubicado en calle Peritus esquina con Reforma, donde hoy está el edificio de Teléfonos del Noroeste) a programas musicales que se presentaban regularmente con artistas como Germán Valdéz Tin Tan, Lucha Reyes (que cantaba ranchero), entre otros.

Por esos años también asistía al Cine Lux (ubicado en calle Morelos, entre Madero y Reforma, donde hoy está la tienda Sonny Sports), donde se celebraban variedades con artistas locales, como Armando Toledo, Hermanas Parra, Lauro Cota El Quichicho, Leticia Cárdenas, Paco Márquez, Carlos Muro, Fernando Rosas, Gilberto Valenzuela y otros, y era conducido por el locutor Armando Martínez Caracoles, quien no tardó en enterarse de que Pedro cantaba y lo invitó a que se presentara. Acompañado al piano por Ernesto Castro Moreno El Ciego, y vestido con ropa tipo huarachera, cantó las dos únicas piezas que en ese momento sabía completas: La Cachita y Parampan, corriendo con tanta suerte que el público asistente le aplaudió y pedía que cantara otra. Como no se sabía otra pieza, repitió en varias ocasiones las dos mencionadas ante el entusiasmo del público, que hay que decir que era mucho ya que para entrar sólo se exigían cinco corcholatas del refresco Lime Cola, producto que en esos años se estaba introduciendo al mercado mexicalense.

A sus 16 años, Pedrito empezó a cosechar éxitos. No tardó en que lo contrataran para amenizar bailes de fin de semana en lugares como el Palacio de Gobierno (hoy edificio de Rectoría de la UABC), Casino Continental (ubicado en la calle Bravo, entre Obregón y Lerdo) y el Casino Obrero (ubicado en calle Altamirano). Primero cantaba con la orquesta de Ray Martínez y con otras, y después formó su propio grupo. Por esos mismos años fue invitado a presentarse en el Bar Gambrinus, donde se hacía acompañar por los músicos cubanos Ramoncito Dorca y Francisco Carabela Carabelita; de los cuales aprendió mucho.

La juventud de Mexicali y del Valle Imperial acudía todos los domingos, desde las tres de la tarde, a los bailes de los casinos Continental y Obrero a oír y bailar con Pedrito Ramírez y su grupo, quien les cantaba las piezas: La múcura, Yo no fui, El gallo tuerto, El hombre aparecido y otras más, y en ocasiones le acompañaba Alonso Tapo Esquer,3 que cantaba boleros.

Pedrito no tardó en realizar su primera grabación en Discos Imperial en la ciudad de Los Ángeles, California, EUA. Ese primer disco contenía piezas como: La llorona loca, Yo no fui, El hombre aparecido, La gallina ponedora, todas en ritmo de cumbia; a esa grabación le siguieron otras más.

A partir de 1960 los contratos y presentaciones le empezaron a llover a cántaros, cuando se presentó en el famoso Million Dollar de Los Ángeles, California, y las giras con su grupo recorrieron todo California, e infinidad de ciudades de México.

En la capital de la república se presentó en la XEW con un éxito rotundo. Llegó a ser el número uno de la música tropical y siempre tuvo el cariño de toda la gente por

3 Desde 1964 hasta su muerte en 1995, fue jefe de Bomberos de Mexicali.

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Publicidad de su presentación en el Salón la Fuente del JAI ALAI, Tijuana.

Publicidad de la presentación de Pedrito Ramírez en el Restaurant Bar Casa Carmina, en Mexicali.

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1966. Pedrito Ramírez acompañado por Manolo Muñoz y Gilberto Valenzuela.

1970. En la foto, de izquierda a derecha, en cuclillas: Maistro Leonides Márquez (hoy cronista de la ciudad), Pedrito Ramírez y Manuel Chávez Vázquez. De pie: Manuel Insunza, Darío Sotelo, dos personas no identificadas, Jorge Álvarez

y persona no identificada.

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su amabilidad y disponibilidad para complacerlos. Alternó en sus presentaciones con artistas consagrados como: Dámaso Pérez Prado, Los Panchos, María Luisa Landín, Eva Garza, Bigotón Castro, Los Kíkaros, Pepe Jara, Miguel Inclán, Manolo Muñoz, Gilberto Valenzuela, Loco Valdéz, Vitola, Toña La Negra, entre otros, y con las orquestas de Agustín Lara, Luis Alcaraz y Ramón Márquez.

Su lugar de residencia fue siempre Mexicali y sólo salía por temporadas cortas a sus presentaciones en vivo, por radio y televisión.

A finales de la década de 1970, en la cúspide de su carrera artística, con un contrato firmado para presentarse en varias ciudades de Japón, Pedrito Ramírez tuvo que dejar de tajo la música, así como todos los planes que tenía por delante. Un infarto lo puso en peligro de muerte, por lo cual se alejó de por vida de los escenarios artísticos. Una fructífera carrera llegó a su fin por una causa por él no contemplada.

En el deportePedro Ramírez surgió como futbolista paralelamente al nacimiento del futbol en Mexicali. Cuando se creó la primera liga de futbol soccer en nuestra ciudad, Pedrito estaba enlistado en la cédula del equipo Asociación Católica de Jóvenes de México (ACJM), equipo que promovía el párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en 1946.

El futbol había nacido en 1943 cuando un grupo de ingenieros venidos del centro del país para laborar en la Comisión Nacional de Inmigración (hoy Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca, Sagarpa), queriendo practicar el deporte que en la Ciudad de México jugaban, desmontaron una parte del terreno que el gobernador del territorio de Baja California Norte, general Rodolfo Sánchez Taboada (1937-1944), había destinado para campos deportivos y fue cuando crearon el Parque Necaxa (hoy llamado Campo Boticas Pérez). Al poco tiempo, en los primeros encuentros informales participaban como jugadores: Carlos Rubio Parra, Efrén Romero, Miguel Goldsmith, Pedro Ramírez, Boticas Pérez y Armando Caro, entre otros.

En esa primera liga municipal de futbol soccer, además del equipo ACJM, participaron también los conjuntos: Moto Mex, la Misión, Independiente (de Boticas Pérez) y el 38 batallón de infantería.

Desde los inicios del futbol se tuvo mucha afición por lo que para 1948, coordinado por Jesús Romero Manzo, presidente de la Asociación Estatal de Futbol, se celebró el primer campeonato estatal con equipos de Mexicali, Tijuana y Ensenada, torneo del cual surgió una selección de Baja California para competir en el Campeonato Nacional de 1949, celebrado en Acapulco, Guerrero. La figura sobresaliente de nuestra selección fue su portero Pedrito Ramírez.

Él mismo cuenta que la travesía de Mexicali a Acapulco le llevó cinco días de camino, en ferrocarril y en autobús, pero la odisea valió la pena ya que el equipo obtuvo el segundo lugar del torneo y la admiración del público guerrerense.

Al año siguiente (1950) el equipo bajacaliforniano volvió a asistir al campeonato nacional celebrado en Cuernavaca, Morelos, con resultados similares, lo extraordinario fue que Pedrito Ramírez impresionó al general Núñez, propietario del Atlante, equipo profesional de primera fuerza, y lo invitó para que se concentrara en la Ciudad de México para entrenar

1948. Pedrito Ramírez en su portería. Campo Necaxa. Las demás personas no idenficadas.

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con el equipo. Desde luego que Pedrito aceptó, pero no pasaron ni dos semanas de su concentración cuando recibió una llamada desde Los Ángeles, California, recordándole que tenía contratos firmados para presentarse con su grupo musical en varios eventos del sur de California y le advirtió que era muy peligroso no cumplirlos por lo rígido de las leyes de Estados Unidos. No quedándole otro camino, tuvo que abandonar el centro de entrenamiento del Atlante, sin siquiera avisarle al general Núñez, y dio por terminados sus anhelos de hacer una carrera en el mejor futbol de México.

A su regreso a Mexicali continuó con sus dos carreras, la musical y la deportiva.

Para 1953 un grupo de amigos futbolistas lo invitaron a formar un club de futbol al cual le llamaron San Pedro. Desde ese año y hasta la fecha, dicho club sigue participando con éxito en las diferentes categorías y torneos oficiales.

El alma del club siempre ha sido Pedrito, que dirigió, manejó, jugó y promovió a los equipos desde los primeros años de vida del San Pedro.

Recordamos a otros equipos de las décadas de 1950 y 1960: Ferrocarril, Guadalajara, Recursos Hidráulicos, Russa, Servicio Obregón, España, entre otros. Y a jugadores cuyos

nombres han quedado en nuestra memoria, como son: Jorge Loza, Carlos Cassio, Mariachi Rivera, Zarco Ramos, David Ozuna, Carlos Ruiz Múñoz y sus hermanos Vicente y José Luis, Abraham Fierro, Rodolfo Magaña, entre otros cientos más.

MaestroEn septiembre de 1963 la Preparatoria de Mexicali de la Universidad Autónoma de Baja California inició su ciclo escolar en sus nuevas instalaciones de avenida Zaragoza y Justo Sierra. El director era el licenciado Carlos Juvera Calderón y el subdirector, el ingeniero Alejandro Aranda. Siendo este último un apasionado del deporte empezó a conformar la planta de maestros y entrenadores de los equipos deportivos de la prepa, de entre los cuales recuerdo a Antonio Tony Hernández, Jorge Mendoza Tun Tun, Elías Carranco Hermosillo, Felipe Gavilanes, Jorge Rivera, Ignacio Ornelas Ángel, Abel Jiménez, Ángel Rodríguez y, desde luego, a Pedrito Ramírez, quien fue invitado por el ingeniero Aranda en 1966.

A pesar de que la escuela preparatoria ya contaba con dos excelentes edificios, sus instalaciones deportivas no existían, por lo que le tocó a Pedrito Ramírez desmontar el terreno y

1954. Equipo Juvenil San Pedro. De izquierda a derecha, de rodillas: Eduardo Rubio, Horacio Nancen, Armando Caro, Chavira Huaracha, Carlos Mondragón y Ernesto Ibarra. De pie: Vale Moreno, Enrique Garaysar, dos personas no identificadas, Pedrito Ramírez

y el resto personas no identificadas.

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construir la cancha de futbol soccer que por más de veinte años fue escenario de tórridos encuentros de torneos internos y externos que organizaban éste y Elías Carranco.

En el año de 1981, al desincorporarse las escuelas preparatorias de la universidad para formar el Cobach, el licenciado Óscar Barraza, director en ese año del plantel Mexicali, le pidió que se quedara en esa institución, ya que también Elías Carranco, jefe del Departamento de Actividades Deportivas y Recreativas (Dadyr) de la UABC, lo requería para la Universidad. Él decidió seguir en el Cobach.

Durante sus más de 35 años que sirvió al deporte universitario y al del Cobach, Pedrito Ramírez guió a sus equipos a obtener el triunfo en infinidad de ocasiones,

llegando a ser los mejores del noroeste, donde compiten equipos de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Nayarit.

En el año de 2002 se jubiló del Cobach, pero sigue al pendiente de su deporte favorito: el futbol.

En la actualidad, desde las 5:00 horas recorre todas las mañanas la trotapista de la Unidad Deportiva Universitaria (que desde el año 2006 lleva el nombre del autor de este artículo) y sus campos, escuchando su música favorita. Sintiéndose orgulloso de ser cimarrón, no conoce lo que es la amargura, no se aburre, y disfruta la vida con sus familiares y amigos, que son muchos.

1965. Equipo de primera fuerza. De izquierda a derecha, en cuclillas: personas no identificada, Meño Velázquez, Ernesto Vega Fonseca, Saúl N., Tranquilino Chávez Ventura, Carlos Sayavedra y Ramos Saldamando. De pie: Pedrito Ramírez, Eduardo Benítez, Pacho Velázquez Parra, Carlos

Castrejón, Enrique Balderrama, Sabino Rubio y Shava Montoya.

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En 1920, después de cinco años de gobierno en el Distrito Norte de la Baja California, Esteban Cantú fue obligado a renunciar al cargo de gobernador. La

obra que realizó durante su gobierno fue muy importante para Baja California porque sentó las bases del desarrollo urbano y económico, así como la infraestructura carretera que consolidaron a Baja California como una región con grandes posibilidades de crecimiento en todos aspectos.

Cantú fue enviado a Baja California por el presidente interino Francisco León de la Barra con el objeto de desarmar al jefe revolucionario magonista Rodolfo Gallego. El revolucionario se mantenía en Mexicali tras el intento de tomar el Distrito Norte, en su lucha contra el régimen de Porfirio Díaz. Los magonistas, después de tomar Mexicali se dirigieron hacia otros pueblos del Distrito como El Álamo, Tecate, San Vicente, Tijuana, donde continuaron su lucha.

En junio de 1911, en Mexicali sólo permanecía un reducido grupo de 93 revolucionarios bajo las órdenes de Rodolfo Gallego. Harrison Gray Otis, dueño de la Colorado River Land Company se entrevistó en Texas con Francisco I. Madero y le solicitó que enviara un contingente militar a Mexicali para terminar con la amenaza de los magonistas a sus tierras y al sistema de irrigación del valle de Mexicali.

La respuesta de Madero a través del presidente León de la Barra fue la de enviar un contingente de doscientos hombres bajo las órdenes del general Manuel Gordillo Escudero. Cien hombres se fueron a Tijuana y el resto quedó en Mexicali bajo las órdenes del mayor Esteban Cantú. Un día después de su llegada, el 27 de junio de 1911, Cantú recibió las armas de los 93 insurrectos de Rodolfo Gallego, quedando totalmente pacificado el valle de Mexicali.

Cantú permaneció en Mexicali y fue nombrado jefe político y militar de Baja California por el general Francisco Villa, entonces jefe de Operaciones del Gobierno Convencionista

Último intento revolucionario

en Baja California

de la República Mexicana. El 20 de enero de 1915 éste le envió su nombramiento.

En vista de las razones que expone en su telegrama del día 17 y

en atención a los méritos y servicios que ha prestado a nuestra

causa, sírvase hacerse cargo desde ahora de la Comandancia y

Jefatura Política del Distrito Norte de la Baja California. Los

actos de usted me merecen entera confianza y por tanto no

hay necesidad de que sean inspeccionados como usted lo desea.

Salúdolo afectuosamente.1

Una de las primeras acciones del jefe político Esteban Cantú fue nombrar a Mexicali cabecera del Distrito, el 21 de enero de 1915. Dicho nombramiento fue ratificado el 4 de octubre de 1917, cuando ya era gobernador de la entidad, con el consiguiente disgusto de los ensenadenses. Su periodo de gobierno correspondió con el del presidente Venustiano Carranza, quien en 1917 lo nombró gobernador de Baja California. Tres años después, el 21 de mayo de 1920 Carranza fue asesinado en Tlaxcalaltongo. El día 24 de mayo, Adolfo de la Huerta, gobernador de Sonora, fue elegido presidente provisional de México por el Congreso de la Unión.

El presidente De la Huerta exigió a Esteban Cantú la renuncia al gobierno de Baja California. El 14 de agosto de 1920, Luis M. Salazar recibió un telegrama donde se le ordenaba sustituir al coronel. Cantú no estaba dispuesto a renunciar y surgieron diferencias entre él y el presidente, que no permitían una renuncia pacífica. Finalmente, el gobernador aceptó entregar el Distrito Norte a Luis M. Salazar pero bajo ciertas condiciones que garantizaran la permanencia y seguridad de los empleados. Dichas condiciones quedaron resumidas en nueve puntos, de los cuales fueron aceptados siete por el presidente De la Huerta:

Yolanda Sánchez Ogás*

* Cronista de la ciudad de Mexicali; miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. 1 Nombramiento publicado en el Periódico Oficial del Distrito Norte de Baja California, 17 de febrero de 1915.

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1. Sanción por el gobierno federal a los actos del gobernador Cantú,

en todos los ramos de la administración, quedando todos los

empleados a salvo de todo género de responsabilidad.

2. Quedarán exentos de toda responsabilidad los empleados

del ramo federal que por indicaciones de este gobierno no

entregaron sus oficinas a los nombrados por el centro.

3. El actual gobernador hará renuncia de su cargo, en forma

decorosa y digna, la que el gobierno general aceptará en términos

igualmente decorosos y dignos para el funcionario cesante

4. El coronel Cantú recomienda que los empleados subalternos

de la presente administración sean conservados en sus puestos

para que no haya trastorno en el servicio…

5.-En consideración a los importantes servicios que en pro de

la conservación del orden y la tranquilidad del Distrito han

prestado las fuerzas de seguridad de las mismas, el gobierno

general reconocerá los grados de todos sus jefes y oficiales…

6. Durante un año a contar de la fecha de estos arreglos, serán

conservadas en el Distrito las actuales fuerzas de seguridad,

sin ser sustituidas o aumentadas por tropas de la federación,

a no ser en caso de inminente peligro de invasión extranjera o

de movimientos revolucionarios en el Distrito.

7. Luis M Salazar será nombrado gobernador de este Distrito en

sustitución para substituir al señor Coronel Cantú

8. El gobierno general se obligará a que los habitantes de este

Distrito sigan disfrutando de las garantías que han tenido

hasta la fecha…

9. El gobierno general ampliará el plazo para las elecciones

presidenciales y cuidará de que se den iguales garantías a

todos los partidos, clubes y candidatos.

El gobierno federal aceptó la mayor parte de las condiciones, menos la sexta y la novena. Pese a que no le aprobaron esas dos condiciones, el 18 de agosto de 1920, después de varios telegramas de Cantú al presidente, se reunieron en Palacio de Gobierno de Mexicali el gobernador saliente Esteban Cantú, el secretario general, Ingeniero José Aguilera, ingeniero Vitto Alessio Robles y Luis M. Salazar con el objeto de hacer el cambio de gobernador del Distrito. Al acta de entrega se añadió el último corte de caja de la Tesorería General del Distrito.

Tras la entrega del gobierno a Salazar, Cantú se retiró de la vida pública por un tiempo. Pero cuando el general Álvaro Obregón fue electo presidente de México, el primero de diciembre de 1920, Cantú inició el reclutamiento de individuos para organizar el ataque a las ciudades fronterizas de Baja California. La inconformidad del exgobernante era contra Obregón, pues lo consideraba usurpador por el asesinato de Carranza, a quien Cantú guardaba fidelidad porque lo había nombrado gobernador. Cantú desconocía también la Constitución de 1917, a la que consideraba “espurea”.2

El 2 de mayo de 1921, al grito de ¡Viva Cantú! Diez hombres atacaron Tijuana, dos días después Tecate. En Mexicali, en la cantina El Tecolote se encontró dinamita y catorce cantuistas fueron detenidos. Sin embargo, el plan de Cantú era apoderarse del Distrito el sábado 22 de octubre. El coronel contaba con el apoyo de tres senadores y algunos miembros del ejército de Estados Unidos. No logró su objetivo porque tres camiones con 230 rifles 30-30 y 88 mil cartuchos fueron interceptados en la aduana de San Isidro.

Algunos partidarios de Cantú se mantuvieron activos, a pesar de que el general Abelardo Rodríguez desplegaba toda su fuerza para detener los ataques. El 13 y el 17 de noviembre hubo ataques a Tijuana y Tecate, dejando un saldo de 20 muertos. Rodríguez se fortaleció con la llegada del General Ángel Flores con 800 soldados. Por su parte, el consulado de México en San Diego recibió información de esos hechos y en colaboración con las autoridades, logró que el movimiento fuera descubierto y aprehendidos 28 implicados, según informó el Cónsul. Recibieron sentencia de seis meses de cárcel si no abandonaban de inmediato el condado de San Diego:3

Individuos aprehendidos ayer fueron puestos en libertad hoy

con orden salir del condado de San Diego o seis meses de cárcel.

Siguen efectuándose nuevas aprehensiones complicados con igual

castigo. Gobernador y comandante militar estuvieron hoy San

Diego ofreciéndoles jefe del departamento inteligencia, ejército

y ayudante distrito naval harán presión ante autoridades civiles

para evítese todo intento contra gobierno de Baja California en

jurisdicción consulado y Valle Imperial.4

2 Carta de Cantú publicada en el Heraldo de México del 23 de diciembre de 1921, declarando que está contra el obregonismo y que sostenía la Constitución de 1857.

Archivo Histórico del Estado.3 Oficio enviado por el cónsul de México en San Diego al Secretario de Relaciones Exteriores, el 12 de noviembre de 1921.4 Telegrama enviado por el Cónsul de México en San Diego al Secretario de Relaciones Exteriores 10 de noviembre de 1921.

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Finalmente, el 23 de diciembre de 1921, Cantú publicó una carta en el Heraldo de México donde exponía las causas de su lucha. Principalmente desconocía al gobierno de Obregón y la Constitución de 1917. Aseguraba que su movimiento armado en Baja California no fue filibusterismo, sino de ciudadanos mexicanos patriotas que veían claros los peligros que amenazaban a la patria. Terminaba la carta diciendo:

Para concluir, dejaré concreta y definitivamente sentado,

que no estoy ni estaré con la actual usurpación reinante en

México; que creo, como el que más, en la evolución necesaria

de las instituciones para introducir reformas; que repudio el

despojo y toda clase de atentados y violencias como medios

para introducir reformas, pues tengo la convicción de que

estas pueden alcanzarse con el empleo legítimo de los recursos

nacionales, con la cooperación de todos y sin necesidad de

valerse de tiranos para que las impongan por la fuerza y con la

injusticia, para el solo fin de preservar la tiranía; y que siempre

estaré al lado de quienes comulguen con las ideas que aquí he

sumarizado…

Firmado. Esteban Cantú

Este intento revolucionario de Cantú fue aprovechado por los ensenadenses para proponer la recuperación de la capital. Así, en la asamblea del cabildo del 20 de noviembre de 1921, el regidor David Zárate presentó una moción donde señalaba que había un proyecto para dividir la entidad en dos territorios, e indicaba que era el momento para solicitar al gobierno el regreso de la capital a Ensenada. El presidente municipal hizo la solicitud al gobernador Luis M. Salazar, pero le fue negada y Mexicali se mantuvo como sede de los poderes locales.5 Una declaración de la Secretaría de Gobernación en 1922 ratificó definitivamente a Mexicali como capital del Distrito Norte de Baja California.6

El 18 de agosto de 1920, después de gobernar cinco años el Distrito Norte de la Baja California, el coronel Esteban Cantú Jiménez presentó su renuncia al cargo, presionado por el Gobierno Federal, entregando las riendas del Distrito a don Luis M. Salazar.

5 Documento presentado al cabildo de Ensenada por el regidor David Zárate, el 17 de diciembre de 1921. Fondo Distrito Norte, caja 7 B. Archivo Histórico del

Estado.6 Documento enviado por el Secretario de Gobernación. Archivo Histórico del Estado. Fondo Distrito Norte. Caja 6.

12

El parque Héroes de Chapultepec es la obra de infraestructura urbana más antigua que existe en Mexicali, y no sólo eso, sino que es el único espacio

o construcción con valor histórico para la región, que aún conserva el uso original para el que fue implementado.

En el primer informe de gobierno de Francisco L. Montejano,1 primer presidente municipal de Mexicali, se hizo una descripción muy detallada de los trabajos realizados para la conformación del Jardín Público Héroes de Chapultepec.

La obra se realizó en 1915 y estuvo a cargo del ingeniero arquitecto Eduardo Trujillo, quien meses después se haría responsable de la obra de la escuela modelo Cuauhtémoc. El lugar de construcción se dispuso sobre la franja de terreno libre entre la línea internacional y la avenida Porfirio Díaz (hoy avenida Madero) que los ingenieros y empresarios

El parque Héroes de Chapultepec Carlos Manuel Reyes Moreno*

estadounidenses que diseñaron y ejecutaron el primer trazo de Mexicali habían dejado como zona de transición con la vecina población de Caléxico. El sitio presentaba una ventaja inmejorable: estaba cercano a la fuente de agua para su riego.

El objetivo de su construcción, de acuerdo con el informe gubernamental, fue brindarle a las familias mexicalenses un lugar para disfrutar los ratos de descanso. En el centro del jardín se dispuso de un kiosco de concreto armado y fierro, y de acuerdo con la descripción contaba con una caja acústica para apreciar bien la música. En él se instalaba la banda de música del 25 Batallón, que amenizaba con dos actuaciones los jueves y los domingos.

Dentro de la obra inicial se informa que tanto en su perímetro como en su interior se instalaron 16 globos de luz eléctrica y 25 bancas; sus encaminamientos fueron

Vista del parque Héroes de Chapultepec en su etapa de construcción en 1915. Al centro se aprecia el kiosco y al fondo los tanques de almacenamiento de la planta de agua del poblado.

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.1 Fuente: Primer Informe de Gobierno de Francisco L. Montejano citado en Guía de edificios y sitios con valor histórico del Centro Histórico de Mexicali, B.C.

Ayuntamiento de Mexicali.

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construidos a base de concreto reforzado y la colocación de vegetación fue ejecutada a base de árboles, principalmente. La instalación del césped se realizó tiempo después de construida la escuela Cuauhtémoc.

La inversión inicial para la construcción del parque fue de 12 317.82 pesos.

No se puede hablar de una fecha de inauguración oficial del parque. El único dato documentado es la inauguración de su kiosco el día 20 de junio de 1915, fijado mediante sesión ordinaria de cabildo del ayuntamiento del municipio de Mexicali del 12 de junio del mismo año, y plasmado en la edición número 18 del Periódico Oficial del 20 de junio de 1915.

Dentro de este documento se informa además, de la organización de una “fiestecita” para la celebración de este evento y reunir “algunos” fondos para la construcción del edificio que se destinará para las escuelas oficiales (Escuela Cuauhtémoc).

La escuela Cuauhtémoc fue emplazada tomando al parque Héroes de Chapultepec como una extensión de la misma. Su fachada principal daba hacia este espacio verde y no a la avenida Porfirio Díaz. El caminamiento central del parque remataba en el balcón principal del edificio y el lateral sur en el pórtico de entrada del mismo sentido. El parque parecía que se hubiera diseñado como extensión de la institución.

Con la extensión del parque al pavimentarse la ya avenida Madero en los años de 1920 y el muro construido entre la actual Centro Cultural Municipal en fechas recientes, cortaron de tajo la relación formal entre ambos espacios.

En sus inicios el parque Héroes de Chapultepec tuvo una participación muy activa dentro de las actividades de esparcimiento de la naciente población. Antes de la conclusión del Palacio de Gobierno, en 1922, los desfiles cívico-militares tenían su inicio en este parque, con las autoridades de gobierno en lo alto del balcón de la escuela Cuauhtémoc.

Años después, el parque tuvo altas y bajas en su actividad. Sirvió tanto como marco de celebraciones populares, así como dormitorio de los aspirantes a braceros durante la segunda Guerra Mundial y la guerra de Corea; también fue centro de actividad de polleros y narcotraficantes e indigentes.

Es uno de los pocos espacios verdes existentes en la ciudad. La participación de la comunidad se vio seriamente menguada con la desaparición del kiosco y la transformación de su espacio a uno de carácter eminentemente cívico.

El parque fue concebido inicialmente como espacio de reunión y esparcimiento de la comunidad.

El kiosco y el sistema de alumbrado a base de lámparas de globo.

El parque en 1920, ya con los árboles crecidos, pasto instalado y el edificio de la escuela Cuauhtémoc complementado el conjunto.

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Durante los años de 1950 y 1960 se instalaron dos fuentes para adornar sus jardines. La falta de mantenimiento adecuado marcaría su desaparición.

Se han hecho muchos esfuerzos por darle vida al parque, desde la modernización de sus andadores en las postrimerías del siglo XX, al importante esfuerzo realizado en 2009 para modernizar su imagen, contemplando un nuevo sistema de iluminación, bancas, replanteamiento de acabado en andadores y la reinstalación de una de las fuentes como remembranza del diseño original.

El principal problema de este sitio es su aislamiento formal con los edificios que lo rodean. La actividad en los inmuebles vecinos es totalmente indiferente a la de este importante pulmón del centro de la ciudad.

Es triste que, a pesar de los esfuerzos realizados, se perciba todavía como un lugar peligroso, como refugio de actividades ajenas a la vida de esta importante zona de Mexicali en donde hasta los frondosos yucatecos se están secando.

Es importante hacer una reflexión sobre los pocos vestigios históricos que nos quedan en Mexicali, y sobre todo, de un lugar que cumple noventa y cinco años de existencia y que para la mayoría pasa desapercibido.

En ambas gráficas se visualiza el parque Héroes de Chapultepec en la década de 1960 con sus fuentes que le dieron un toque de modernidad al ambiente urbano.

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A finales del año de 1916, el general Francisco Villa se desplazaba continuamente por los estados de Durango, Coahuila y especialmente por Chihuahua,

para contactar a sus compañeros de la División del Norte y continuar la lucha revolucionaria. Al mismo tiempo, en la capital del país, el presidente Venustiano Carranza se reunía con los miembros de su gabinete para tomar las acciones necesarias y acabar con esa amenaza. Organizaba también reuniones con la clase política para acordar la ratificación, modificación o inclusión de nuevos artículos que contendría la nueva Constitución que sería promulgada en Querétaro el día 5 de febrero del año siguiente.

Mientras la mayor parte del país se encontraba en pie de lucha, en Mexicali, Baja California —que era gobernada por el coronel Esteban Cantú y con una población de aproximadamente 3 000 mexicanos y 15 000 chinos, que ese año la mayoría se dedicaban al cultivo de las 8 400 hectáreas sembradas de algodón—, algunos hombres de empresa de esta naciente población y de la vecina Caléxico también se empezaron a reunir, pero no para planear acciones de guerra o de anexión a determinado grupo en el poder, sino con la finalidad de constituir un banco que estaría afiliado al First National Bank de Caléxico y vendría a ofrecer servicios bancarios a esta población, que ya los requería por el rápido crecimiento que día con día estaba experimentando.

Y fue así que el 2 de noviembre de ese 1916 inició operaciones en la entidad un banco cuya acta constitutiva se protocolizó a finales del mes de octubre ante el notario público Raimundo Landgrave. Fue registrado como

Mercantil Banking Co., nombrándose como primer presidente del consejo de administración al señor Daniel A. Leonard, quien hasta 1920 fungiría también como gerente general de la naciente institución.

Cabe comentar que por razones de seguridad, sobre todo por la situación que prevalecía en el interior del país a causa de la gesta revolucionaria, diariamente, al cerrar el banco sus operaciones, el dinero que se recibía por concepto de depósitos era trasladado a la ciudad de Caléxico por personal de la institución, y se depositaba en el First National Bank en cuenta que se había abierto para estos efectos.

El valor de la confianza En ese año de 1916 continuaron los trabajos de construcción de la carretera que, partiendo de Mexicali, uniría esta población con Tecate y con Tijuana, obra que un año antes había iniciado el coronel Cantú y que sería terminada en 1918. Esta obra monumental fue conocida como Camino Nacional.

Después, durante la década de los años veinte, Mexicali tuvo un acelerado crecimiento. La siembra de algodón alcanzó en promedio las 50 mil hectáreas, aunado esto a la gran derrama económica que generaban los casinos, bares y restaurantes que por motivo de la Ley Seca establecida en Estados Unidos, eran visitados por gran cantidad de turistas provenientes de ese país.

Mientras tanto, el Mercantil Banking Company continuaba de tal manera su desarrollo que, para estar en condiciones de otorgar los servicios bancarios que ya requería

Un banco con ideas modernasMarco A. Buruel B. *

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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la población, así como también cumplir con las disposiciones legales que desde 1926 contemplaba la Ley de Instituciones de Crédito, fue necesario que los accionistas tomaran la decisión de cambiar su razón social. Así, para finales de 1931 la institución se convirtió en el Banco Mercantil de la Baja California, S. A.

Para esos años, el señor José J. López ocupaba el cargo de presidente del consejo de administración, así como también el de gerente general. Esta dualidad de funciones se mantuvo hasta el año de 1944, en que una persona muy reconocida en la entidad, el señor James W. Stone (representante de la empresa Anderson Clayton, que fue considerada la más importante compañía algodonera del país) fue elegido para relevar al señor López del cargo de presidente del consejo. A partir de esa fecha se designó también a la persona que independientemente, en lo sucesivo, habría de realizar la función de gerente general, recayendo el nombramiento en el señor Carlos A. Argüelles.

En ese mismo año de 1944, en el mes de agosto, tuvo lugar un siniestro que paradójicamente contribuyó a que los

clientes y prospectos del banco aumentasen la confianza que de alguna manera ya tenían en la institución. Sucedió que, según dicen las crónicas de la época, un sábado en la tarde se inició un incendio en el almacén y en el molino donde estaba instalada la Compañía Harinera de la Baja California, S. A., el cual rápidamente se propagó al local del banco, situado precisamente a sus espaldas, por la avenida Madero entre las calles Azueta y Melgar. Como la construcción era de madera (la costumbre en esos tiempos), el edificio se destruyó completamente y ya no fue posible que el banco lo siguiera utilizando como sus oficinas.

Pero lo impresionante de este suceso fue que, gracias al esfuerzo combinado de funcionarios y empleados, se logró que el lunes siguiente a la hora acostumbrada el banco iniciara operaciones en forma normal, desde sus instalaciones temporales en un edificio sobre la misma avenida Madero, donde estuvo ubicado el famoso casino El Tecolote, y propiedad del empresario Rodolfo Nelson, quien, al igual que muchos clientes y amigos, brindó su cooperación para aminorar los efectos nocivos del siniestro.

1952. Avenida Madero, donde se aprecia el edificio del Banco Mercantil, S.A.

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Sin embargo, lo extraordinario sucedió al reanudarse las operaciones, ya que la bóveda del banco, con motivo de las altas temperaturas que se originaron durante el incendio, se selló completamente y no fue posible abrirla sino hasta aproximadamente una semana después, con el inconveniente de que todos los registros contables, así como los estados de cuenta de los clientes se encontraban dentro. Durante ese tiempo, las operaciones bancarias, como pago de cheques, retiros de fondos y recepción de depósitos se efectuaron a partir de una confianza reciproca entre clientes y banco; más aún por parte de la institución, que fundándose en el conocimiento personal de las personas no puso obstáculos para el retiro de efectivo que los cuentahabientes decían tener depositados. De acuerdo con los datos que se tienen, cuando los técnicos especializados lograron abrir la bóveda y rescatar los registros contables, al actualizar los estados de cuenta de los clientes, los números sólo arrojaron una pérdida de poco más de $8 000.00.

Esta forma de actuar ante los acontecimientos se reflejó en que los clientes aumentaron su confianza en el banco, contribuyendo a que la captación de recursos se incrementara notablemente año con año. Además, al crearse la necesidad de contar con un edificio propio, el año de 1945 fue testigo de su construcción, que rápidamente se desarrolló en la esquina que forma la avenida Madero y calle Azueta. Ese edificio por más de treinta años fue sede principal de la institución.

Crecimiento y consolidación Con base en la razón social Banco Mercantil de Baja California y aprovechando la experiencia que se había adquirido en los dos décadas de operar en la ciudad de Mexicali, se decidió ampliar los intercambios financieros en otras ciudades del estado. Fue así que en el año de 1936 se inauguró la primera sucursal, ubicándose en la ciudad de Tijuana; y un año después, en 1937, se abrió la segunda, en la ciudad de Ensenada. Con estas acciones dio principio

1956. El primer consejo administrativo del Banco Mercantil, S.A. después de su afiliación al Banco de Comercio, S.A.De izquierda a derecha: Ernesto García, José María Gutiérrez, Mario Hernández, Lamberto Esquer, Conrad Caldwell, James W. Stone (presidente),

Alfredo Araiza, Victoriano Sánchez, George T. Saunders y Chau Gee Chiu.

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la expansión del banco, que durante los años siguientes continuó su cobertura en el estado, abriendo sucursales en: Tecate, Estación Victoria, Ciudad Morelos y San Felipe, así como también en San Luis Río Colorado, Luis B. Sánchez, Puerto Peñasco y Sonoyta, en el vecino estado de Sonora.

Además, como el barrio de La Chinesca se encontraba en pleno auge económico —esto debido a la pujanza y al trabajo de sus pobladores, que en su mayoría eran de origen chino—, en el año de 1940 se instaló en ese lugar la primera sucursal urbana, con el propósito de atender de forma expedita a los moradores de esa zona. Su primer gerente fue una persona reconocida en el ámbito bancario y social por su don de gentes y su caballerosidad: el señor Arturo Fierro Aguilar. A partir de entonces, con motivo del crecimiento poblacional y de negocios que experimentaba la ciudad, se continuaron abriendo sucursales urbanas en todas sus zonas estratégicas, acercando a los clientes los servicios bancarios que requerían. Lo mismo sucedió en Tijuana y en Ensenada, donde también se abrieron numerosas oficinas.

Otro hecho trascendental sucedió en 1941, ya que en ese año, el Banco Mercantil, S. A., cuyo presidente del consejo y gerente general era José J. López, se afilió al Banco de Comercio, S. A., con sede en la Ciudad de México, evento que definitivamente marcó el futuro de la institución, al tener acceso constante a los más modernos sistemas operativos, así como a la unificación de criterios referentes al ofrecimiento y manejo de los nuevos servicios bancarios que salían al mercado. Para ello fue necesaria la capacitación del personal, que fue impartida en el Centro de Capacitación Bancomer, en instalaciones que se ubicaron en la colonia Independencia, atrás del hotel Lucerna, donde, además de los salones de clase, se contaba con canchas para la práctica de los deportes. Esto fue posible realizarlo gracias a la visión que tuvo el gerente general, Rafael Montalvo R., y a la decisiva actuación de Lizardo S. López, gerente de contabilidad, que atinadamente dirigió el centro.

Otro aspecto que siempre apoyó la dirección fue la participación del personal en los eventos deportivos organizados por las ligas de la ciudad. Era común que gerentes, funcionarios y empleados cambiaran la camisa blanca, el saco y la corbata que usualmente vestían los días laborables, por spikes, zapatos tenis, gorra y casacas, uniformes con los que orgullosamente defendían los colores del banco. Al mismo tiempo se incrementaron los torneos

internos, y cada departamento formaba su equipo para participar en campeonatos de boliche, softbol, volibol y básquetbol.

Otra gran visión tuvieron los gerentes generales que estuvieron a cargo del banco, pues a partir de Joaquín G. Serrano comprendieron que el crecimiento y estabilidad del la institución se lograría en la medida que se incrementaran los depósitos de ahorro. Para ello se instituyeron varias estrategias, pero básicamente con dos de ellas se lograron los resultados esperados: la primera fue la realización de un concurso anual, que consistía en que todo el personal se abocara a iniciar cuentas de ahorro entre sus familiares, amigos y visitantes de las oficinas, y como incentivo se recibían premios en efectivo y en especie. Con el paso de los años esta promoción adquirió tanta importancia, que a la fiesta a nivel estatal que se organizaba para la entrega de premios, siempre acudía un representante de primer nivel de la oficina central de México D.F.

La otra promoción especial fue el llamado Festival de Día de Reyes, que en sus inicios fue una pequeña fiesta organizada en escuelas como el Colegio Frontera, y que debido a su éxito hubo necesidad de realizarla en forma masiva para que pudiesen acudir miles de niños, por lo que se utilizaron las instalaciones del Gimnasio de Mexicali. El único requisito para entrar era iniciar una cuenta de ahorro o si ya se tenía efectuar un depósito. Para el evento fue contratado un circo que regularmente visitaba la ciudad, denominado Circo Portugal Hermanos, quienes por casi 18 años colaboraron entusiastamente con el evento. Con el tiempo el festival adquirió tanta importancia que fue necesario contratar artistas de renombre a nivel nacional, como fue el caso de la presentación de Capulina, que en ese tiempo estaba en la cima de su carrera. Pero indudablemente la atracción principal del festival fue el obsequio de bicicletas, y se convirtió en el sueño de muchos niños el salir premiado con una. Todavía hoy, después de tantos años que han pasado, nos encontramos en la calle con personas que, en son de broma, y a veces no tanto, nos reclaman que a pesar de haber asistido cuando niños a varios festivales, nunca se sacaron una bicicleta; pero también nos encontramos personas que recuerdan gratamente que sí la obtuvieron.

Estas promociones no se hubieran realizado sin el decisivo apoyo de Ignacio S. Castilla, Rafael Montalvo R., Benito Arrubarrena N., José L. Ruink B. y Sergio M. Vélez,

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1972. Rafael Montalvo R., entrega reconocimiento a Marco Antonio

Buruel B., por su participación en la promoción. Atestiguan el acto Don

Ignacio S. Castilla y José L. Ruink B.

1968. Melecio Villegas Ríos, gerente de Ahorro, dando la bienvenida al

personal a la fiesta de entrega de premios de un Concurso de Ahorro.

1970. Melecio Villegas R., Rafael Montalvo R., Raymundo Sánchez A. y Joaquín G. Serrano premian

al personal (Delia Piña) en una ceremonia de final de concurso

de ahorro.

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1970. Junto a los funcionarios de Bancomer que siempre estuvieron presentes en los festivales de Día de Reyes: Raúl Chávez M., Francisco Carballido, Joaquín G. Serrano, Rafael Montalvo R., José L. Ruink B., Luis Velazco y César Martínez C., que entrega su bicicleta a un niño feliz, aparecen Augusto Hernández Bermúdez y Salvador Pregrina, a quienes en ese año les tocó transmitir el evento por el Canal 3 de televisión.

1972. Marco Antonio Buruel B., dando bienvenida a los niños que asistieron al festival del Día de Reyes, donde se aprecia el Gimnasio de Mexicali lleno en toda su capacidad. Aparece en la foto el conocido periodista Ignacio Mora Ibarra, transmitiendo el evento por el Canal 3.

1973. Equipo de béisbol que en 1973, en el campo del ferrocarril, defendió los colores de Bancomer. En cuclillas: Manuel Lozano, Juan M. García, Miguel Ángel Zavala, persona no identificada y Francisco Soto. De pie: Jesús Alberto Ruiz M., Carlos Manríquez, Heriberto Villegas, Raúl Manríquez, Ernesto Valenzuela y Régulo Castro.

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gerentes generales que sucedieron en el cargo al iniciador, Joaquín G. Serrano.

Pero es indudable que el éxito se logró debido a la capacidad organizadora y la tenacidad e imaginación para mejorar año con año ambos eventos, de una persona que empezó a laborar en la sucursal Ensenada en el año de 1951, y que gracias a su desempeño fue promovido a la oficina matriz en Mexicali en el año de 1962, colaborando como jefe de departamento con el gerente de Ahorro, Arturo Fierro A. Nos referimos al señor Melecio Villegas Ríos, quién pronto se convenció de la relevancia de las promociones, permaneciendo por muchos años al frente de su realización hasta los años de 1970, en que fue llamado por Bancomer, S. A., a la ciudad de México, para hacerse cargo de la subdirección nacional de las aéreas de ahorro y de inversiones.

A partir de 1972, Marco Antonio Buruel (el que esto escribe) quien desde los años sesenta había colaborado con Melecio Villegas, fue promovido a gerente de la División de Ahorro, continuando hasta 1980 con la realización de los eventos.

Es un hecho que dentro de la banca nacional, como resultado de sus promociones, el Banco de Comercio de Baja California fue el primero en el que los depósitos de ahorro sobrepasaron a los depósitos a la vista, contribuyendo a que en importancia fuese el segundo banco a nivel nacional, únicamente por debajo de Bancomer en el Distrito Federal

El señor James W. Stone, presidente del consejo de administración, reconocía que el banco no habría alcanzado esas alturas sin la actuación de la planta de funcionarios y empleados que siempre estuvieron convencidos de que las frases que se utilizaban en su publicidad: “Un banco con ideas modernas” y “Una nueva generación de banqueros”, no eran solamente eslóganes.

Bibliografía

Hernández Tirado, Humberto, Carballido F., Francisco, Noriega Verdugo, Segio, Breve historia del Banco de Comercio de Baja California. 1916-1978. Mexicali, 1978.

1973. Equipo representativo del Departamento de Ahorro mostrando el trofeo que se obtuvo en un torneo interno de sóftbol. Aparecen hincados de izquierda a derecha: Adolfo Martínez, Víctor Ortega, Guillermo Delgado y Ernesto Valenzuela. De pie: Manuel Rojas, Roberto, Francisco

Arce, S. Sandoval, Joaquín R. Díaz, Germán Arteaga y Marco A. Buruel.

Compañía Industrial Jabonera de

P

MColonia

Industrial CompresoraCasas de los trabajadores

Patios para 40 000 pacas

Carretera a San Luisy ferrocarril

Calle de laCompresora

Barranco del dren 134

Calle C

Escuela primaria

Avenida Lerdo

Calle B Hotel Bahía Avenida Obregón Calle A

DespepitadoraHohenberg

De La Jabonera a La CachanillaJames Griffin*

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

el Pacífico, Mexicali, B.C., 1956.

Colonia Bella Vista Colonia Pasadina

Puente de La Jabonera Calle Peritus Mercado Municipal

AvenidaLerdo

Barranco del dren 134

Tres casas deejecutivos

Panteón Municipal núm. 1

Despepitadora de Mexicali La Chinesca

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En 2002 tuve la oportunidad de leer una biografía de don Juan F. Brittingham1 escrita por Juan Ignacio Barragán y Mario Cerutti. Después logré

obtener el número de teléfono, en Monterrey, de Guillermo M. Brittingham.2 Lo llamé para saber dónde podía obtener uno o más ejemplares del libro y me dijo que él nos podía proporcionar los ejemplares que quisiéramos, sin costo. En la conversación me dijo que él era tataranieto de don Juan y que tenía mucho interés en visitar Mexicali, y que le gustaría hacerlo en el 2003, porque se había enterado que en ese año la ciudad celebraría su primer centenario.

Platicamos un poco de La Jabonera, y, entre otras cosas, me preguntó si todavía existía la fábrica de su tatarabuelo. Le dije que lamentablemente ya no. Que ahora un gran centro comercial nombrado Plaza Cachanilla ocupaba buena parte de los terrenos. Nos despedimos, y días más tarde nos llegaron a mí y a otras personas los ejemplares que le habíamos solicitado.

Después de nuestra conversación me quedé pensando qué podríamos enseñar al joven (creo) Brittingham de las huellas dejadas por su antepasado. Decidí hacer un recorrido por todos los terrenos de La Jabonera para ver si descubría algo que quizás fuera de su interés.

De vez en cuando he ido de compras a La Cachanilla y he ido muchas veces al Teatro de Estado para ver a mis nietos en sus festivales de graduación o para disfrutar de espectáculos artísticos allí presentados. Además, he visitado y admirado el Museo Sol del Niño que está ubicado en un edificio que fue una bodega de semilla en La Jabonera.3

En ninguna de estas visitas he podido dejar de pensar, con marcada tristeza, en los tiempos aquellos, y sobre todo en las personas que anduvieron todos los días por esos terrenos. Esta vez me propuse llegar con otra actitud.

Fui solo, como a las diez de la mañana. Hice primero un recorrido en auto alrededor de los terrenos. Después entré al estacionamiento de La Cachanilla por la parte sur. De allí caminé hacia el sureste. Llegué hasta el cerco que separa La Cachanilla de unas residencias. Allí, en estos terrenos baldíos, descubrí algunos pinos salados viejos que fueron plantados en 1926 o 1927. Descubrí también las bases de una báscula para camiones que instalamos en los años sesenta. Nada más.

Al regresar, ahí estaba el tanque, elevado, que posiblemente fuera instalado en tiempos de don Juan e hijos. Caminé por todos los pasillos de La Cachanilla y quedé impresionado de la cantidad de gente que en ese momento estaba trabajando en las tiendas y en otros negocios. Me impresionó también la cantidad de chinos y la buena presentación de la comida.

A medida que caminaba traté de ubicarme, en relación con lo que había allí, en mis tiempos. Las despepitadoras, la desborradora, el cuarto de clasificación, el molino de aceite, etcétera.

A la vez recordaba las caras de la gente que trabajó allí, de sus nombres. Salí por el lado noroeste y caminé rumbo a la puerta de entrada de lo que ahora es bulevar López Mateos; pasé por el McDonalds, que ocupa el lugar de una de las despepitadoras. Fui más allá, al centro de computación Meyibó que está en el área donde en 1955 instalamos un tanque muy grande para surtir gas propano a las doce despepitadoras de La Jabonera con la asistencia de don Alfredo Gruel.

Regresé sobre los terrenos en los que en aquel tiempo estaban las tres residencias donde vivieron los Brittingham, los Stone, los Mirón, los Álvarez, y otros. Ni una seña encontré de todo eso.

1 Fundador de la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico. 2 Irónicamente, debo tanto el libro como el número de teléfono a un amigo del Distrito Federal, don Fernando Martínez, alto ejecutivo de empresas Longoria, la

cual ofreció una feroz competencia a La Jabonera, en esos lejanos años de 1950 y 1960.3 Estos últimos están en los terrenos de La Compresora de Mexicali, que llegó a ser parte de La Jabonera.

1965. James A. Stone y James A. Griffin, en La Jabonera. Mexicali, B.C.

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Volví a entrar en La Cachanilla, compré una Coca light y me senté en un banco en una plazoleta frente a la tienda Dorian’s (ahora Sears). Había mucha gente a mi alrededor. Ningún conocido. Algunos, pocos, de mi edad, la mayoría más jóvenes. Todos disfrutando del ambiente fresco y agradable. Según me dicen, que hay quienes acostumbran venir aquí todos los días del verano. ¡Qué bueno!

Estuve buen rato allí, observando a la gente pasar y tratando de reconciliar el paso del tiempo y los efectos que éste deja en nosotros. Estoy consciente de que tuve una posición privilegiada y me doy el lujo, con perdón de ellos, de considerar a todos los que trabajaron en La Jabonera mis compañeros en la vida, hayan sido empleados de confianza o trabajadores sindicalizados. Muchos de ellos, quizás más de la mitad, se nos ha ido. A los que quedamos, a algunos nos ha ido bien, a otros, no tanto. Cosas de la vida.

Me quedé pensando en cuánta gente trabajará aquí en La Cachanilla. ¿Más que en La Jabonera? Lo más probable es que sí.

Los que participamos en esa gran fuente de trabajo lamentamos que ahora sólo sea parte de la historia de esta ciudad; aunque nuestros nietos ven a La Cachanilla como un centro comercial moderno, con aire acondicionado, que da trabajo, servicios y placer a cientos, quizás miles, de mexicalenses. Ven al centro de computación Meyibó y son conscientes de las oportunidades que ofrece a muchos, jóvenes y viejos.

Si La Jabonera existiera todavía, seguramente la impresión de nuestros nietos sería muy distinta: ¡Una fábrica vieja, emitiendo polvo, contaminando el ambiente! Algo que a nosotros nos parecía normal.

Tuvimos nuestro tiempo. Creo que la mayoría de nosotros contribuimos con uno que otro granito de arena en la construcción de esta gran ciudad que es Mexicali. Unos más que otros, por supuesto. Cada uno de acuerdo con sus oportunidades, habilidades y, sobre todo, la suerte que le tocó a cada quien.

Mis saludos a todos mis compañeros. A la edad de los 86 años, uno de los placeres más grandes que tengo es encontrarme con alguno de ustedes y recordar, por un rato, cómo éramos.

1970. Instalaciones de la Compañía Jabonera del Pacífico.

2010. Interior del Centro Interactivo de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente Sol del Niño, en lo que fue una bodega de semilla

de La Jabonera.

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Los tinacos que actualmente existen son una nostálgica evidencia del desarrollo de nuestra ciudad; el agua que almacenaban al activarse las bombas que la subían

para su distribución y uso, ocasionó que las comunidades los bautizaran con el nombre de bombas, y algunos les decían “las pompas”. Es curioso que estos “vigilantes”hayan sobrevivido a la constante expansión urbana. La Plaza Cachanilla, asentada en el extenso terreno que ocupaba la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico conserva como símbolo el antiguo tinaco de la Jabonera; la Cervecería de Mexicali,

cuyas instalaciones tienen otro uso, también mantiene el suyo; las Empresas Gallego aún conservan su tinaco en el Fraccionamiento Villanova. Asimismo, los tinacos de Pueblo Nuevo y el de la colindante ciudad de Caléxico son parte del paisaje urbano de más de medio siglo.

De la Planta de agua potable con su tinaco en la esquina de la avenida Lerdo y calle F, únicamente se conservan imágenes, en virtud de que se derribó con todo y tinaco en 1956. Posteriormente, en su lugar se erigieron las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Los tinacos elevados de MexicaliAutreberto Silva Olivares*

1950. Tinaco elevado de la primera planta de agua en Mexicali, ubicado en avenida Lerdo y calle F (Ulises Yrigoyen) visto desde el balcón de Palacio de Gobierno (hoy Rectoría de la Universidad Autónoma de Baja California). A la derecha se observa el edificio de la Escuela Primaria Benito Juárez.

* Miembro de la Socidad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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El tinaco de la Cervecería Mexicali Para muchos mexicalenses el edificio de la Cervecería de Mexicali en la esquina de las calles D y E, construido en1922 e inaugurado en 1923, constituye la imagen simbólica y característica de nuestra ciudad, no sólo por la calidad del producto que fabricaban, sino por el magno edificio coronado por su reloj de cuatro carátulas y sus campanas que anuncian las horas. En 1947 se ampliaron las instalaciones con la construcción del tanque de agua, bodega y patio cubierto.

El tinaco o tanque tiene forma cilíndrica en sus extremos superior e inferior, cerrados con semiesferas, y sostenido con seis soportes simétricos. Aún se pueden observar los anuncios coloreados en sus costados. Se erige entre el edificio de la cervecería y la mole de cemento de la Compañía Maltera de Mexicali, S. A. construida en 1940.

Desde octubre de 1973, fecha en que esta industria cierra sus puertas, el tinaco, como parte de la cervecería, constituye otra evidencia histórica del paisaje urbano de nuestra ciudad. El 20 de enero de 1985 sufre un incendio, sin embargo, su dueño lo repara respetando la arquitectura original con su tradicional reloj.

El tinaco de Pueblo NuevoEl muy familiar y gran tinaco o bomba de Pueblo Nuevo, con forma de geoide, se encuentra en la manzana que limitan las calles de Salina Cruz y Tuxtla Gutiérrez y entre las avenidas Querétaro y Tabasco. El tinaco de Pueblo Nuevo fue construido en 1951, en la época del gobierno de Alfonso García González, y fue inaugurado por el presidente Miguel Alemán Valdez, en 1952.

El 22 de agosto de 1959, junto a la bomba se instala la subestación de bomberos de Pueblo Nuevo.

Se le cataloga como tanque regulador y de almacenamiento; originalmente se alimentaba del canal Wisteria y, poco después, de la planta potabilizadora construida en la avenida Querétaro. Dejó de funcionar alrededor del año de 1977. Su gran capacidad (2 000, 000 de litros) y su sólido sostén, así como la circundante escalinata, han sido parte del paisaje urbano de Pueblo Nuevo por más de cinco décadas.

Actualmente está rodeado de un parque de recreo. Este tinaco es un ejemplo del interés de pueblo y gobierno por preservar las evidencias históricas del desarrollo de nuestra ciudad, y un constante recordatorio para evitar almacenar agua si la seguimos desperdiciando.

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El tinaco de WisteriaSe encuentra en terrenos el antiguo rancho del señor Gallego, por el rumbo de Wisteria, actualmente zona el fraccionamiento Villanova, dependiente de la Impulsora Gallegos. Este tinaco de forma cilíndrica se construyó alrededor de los años 1959 o 1960 para el suministro de agua para vivienda de la Primera Sección, y parte “A” de la Segunda Sección de urbanización del actual fraccionamiento Villafontana. El agua se tomaba del canal aledaño, se almacenaba en el tanque y se bombeaba para su distribución, por lo que la gente bautiza a estos tinacos con el nombre de bombas. Al instalarse la red municipal la bomba dejó de funcionar, aunque se conserva como evidencia histórica de la transformación de esta ciudad.

El tinaco de CaléxicoAunque este tinaco está en el país vecino, a unos cuantos metros de la línea divisoria, es muy familiar para los que vivimos en Mexicali y forma parte de la historia de nuestra ciudad.

De forma cilíndrica y con su “sombrero cónico” como los de La Jabonera y el de Wisteria, es el más antiguo de los seis que presentamos. Es testigo mudo del desarrollo de Mexicali y sustituye al primer tanque con base de madera que existió en Caléxico: desde su altura se han tomado varias fotografías de nuestra ciudad y es un punto de observación de las autoridades norteamericanas de Migración. De este tanque se derivaba el agua para Mexicali en 1921.

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El tinaco de la JaboneraEste tinaco de forma cilíndrica, que además de su función integraba el paisaje urbano de la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, aún existe como un baluarte histórico de la época algodonera que propició un gran desarrollo económico de la región y es testimonio de la más poderosa industria asentada en Mexicali desde su inauguración en 1925.

Actualmente se le identifica como el tinaco de La Cachanilla, centro comercial construido en los terrenos que ocupaba La Jabonera, y se visualiza a varios metros al norte de su sitio original dentro de la zona del estacionamiento y aunque está pintado con los colores y letrero del centro comercial, se conserva al igual que varios pinos salados de los muchos que había en la extensa zona ocupada la por la empresa algodonera.

1964. Escolta a la bandera del cuerpo de conscriptos, era la mejor en esos años. Participaba en los desfiles del 16 de septiembre y del 20 de noviembre. El recorrido de los desfiles era desde el parque Héroes de Chapultepec, pasando por avenida Madero y calle Altamirano, hasta la calle Morelos, luego por avenida Reforma, calle México, avenida Obregón, hasta llegar a pasar frente al Palacio Estatal (hoy Rectoría de la UABC). Luego se dispersaba en los jardines de los alrededores. En la foto, al fondo la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, a la izquierda el Cinema

Curto y a la derecha la Mueblería Mexicali de don Izacc Varsasky.

Notas

sueltas

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Al final del año de 1960, mi padre se fue a Michoacán para llevar a su mamá, sus hermanas y sus sobrinas. Ya teníamos preparado el rancho de la colonia

Camacho para sembrar trigo, y me dejó encargado del riego de la tierra. En esa época del año no había agua disponible para el riego en la colonia, ésta llegaba hasta enero. Nos proveeríamos de agua del canal Camachito, y para ello se estaban construyendo dos compuertas de piedra y cemento, y las tomas de agua para regar la parcela.

En la parcela de Pompeyo Perpulí, por aquel tiempo también se construyeron compuertas; el maestro constructor fue José María Manzo. El riego de las parcelas se retrasó hasta el 15 de enero. Recuerdo que por esos días llegó de Caborca, Sonora, mi primo Andrés Ávila Cisneros. Su familia tenía problemas con la agricultura y decidieron venirse a probar suerte. Andrés llegó primero, después se vinieron todos los demás integrantes. Él me ayudó a regar el trigo para que naciera. Cuando regresó mi padre ya el trigo estaba en proceso.

En la colonia Vicario se preparaba la tierra para sembrar algodón; cuando se andaba desvarando la vara de las plantas del algodón de la siembra pasada el tractor se descompuso, se lo llevaron a Mexicali y se reparó completo; lo dejaron como nuevo: bien pintado, con sus calcomanías. Se sembró en el mes de marzo; el algodón creció muy bien, todo, en bordos meloneros para contrarrestar el salitre y a pura humedad.

Pasaron los días. En la Camacho se trilló el trigo, pero la producción no fue como se esperaba; se cosecharon nomás pasadas de las sesenta toneladas, aunque con ese rendimiento salían los gastos y quedaba un poco de ganancia.

En la Vicario todo pintaba mal: no salían los planes con el algodón; el agua empezó a fallar, y el campo se llenó de plaga; no se desarrolló el algodón como el año anterior. Sin embargo, se pizcó la cosecha y en las dos pizcas se

Vivencias en la región sur del valle

de Mexicali de la margen izquierda

del Río Colorado Eduardo Andrade Cisneros*

levantaron sesenta pacas, más o menos. Se pagaron todos los compromisos, pero no hubo ganancias.

Al final del año de 1964 llegó de vacaciones el primo Ángel Bravo Cisneros que estaba estudiando en Morelia, Michoacán, y vino un joven, también de Morelia, llamado José Luis González con el apodo de El Pájaro. Él y mi primo Ángel empezaron a prestarme libros. Fue así como leí las obras de José Rubén Romero, con su gran Pito Pérez; Rosenda, Mi caballo mi perro y mi rifle, Ahora soy rico, la biografía del gran revolucionario Francisco J. Mujica, y otros más.

Recuerdo un día que tenía que llevar un viaje de algodón, El Pájaro y Ángel, mi primo, se fueron conmigo a Mexicali; dejamos el camión en la despepitadora y nos fuimos al cine todo el día. Primero estuvimos en el Cali que abría a las 10 de la mañana, luego al Reforma, y por la noche al cine Mexicali, que estaba en Pueblo Nuevo; y otro día por la mañana nos regresamos a la colonia Camacho. Cuando íbamos por el desierto, al pasar por el ejido Hipólito Rentaría nos detuvimos porque El Pájaro quería ver las plantas del desierto, que por cierto estaban muy verdes y muy floreadas, pues unos días antes había llovido, y cuando hay lluvia en el desierto el paisaje cambia rápidamente. Yo les dije que esperaba que algún día en esta planicie, que abarca la carretera hasta la sierra Cucapá, se abrieran caminos cada dos kilómetros y que se convirtiera en una zona de turística para que todos los árboles se rieguen con aguas de la cuidad de Mexicali; y, ¡oh, sorpresa!, en el 2008 ya el agua está en el desierto pero con otros fines.

Para el año 1965 se sembró trigo en la Vicario y algodón en la Camacho. El tractor no estaba en buenas condiciones pero no había dinero para comprar otro y mucho menos para invertir en uno más grande. Julio y yo le propusimos a mi padre que vendiera el ganado y que con lo que le dieran

* Miembro de la Socidad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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se comprara el tractor. Todo se puso difícil pues además mi hermano Abelardo, que era el que cuidaba las vacas, se quería casar, así que se vendió el ganado, y Julio y mi tío José Cisneros se fueron al valle de San Joaquín a Bakersfield, California. En ese tiempo Bernardino Andrade compraba llantas usadas en un camión, él los llevó y compraron un tractor internacional 650, con llantas anchas, grandes, muy fuerte y en muy buenas condiciones.

Anteriormente, mi padre nos había dicho que Enrique Ángel, compuertero en el canal Barrote, le había rentado a Jesús Manzo aproximadamente cuatro hectáreas y éste me las pasa; siémbrenlas, nos dijo mi padre, son para ustedes. No quisimos porque no creímos que fuera cierto, y supusimos que pasaría como los otros años.

Mi padre se enojó con nosotros y nos dijo: “pos ahora la siembran”. Así que terminamos de preparar la tierra y sembramos. Y el algodón se dio muy bonito.

Mi primera experiencia políticaPor estos tiempos, en los primeros días de enero, un día que fui en el camión a Mexicali a llevar un viaje de algodón. Fui a la Liga de Comunidades Agrarias, que tenía sus oficinas en la avenida Lerdo, poco más delante de la tienda Wong, a la vuelta del cine Cali, y el hermano de Ramón, Abel Álvarez, me invitó a que lo acompañara a repartir las invitaciones para la fiesta de aniversario del Asalto a las Tierras. Recuerdo que cuando estábamos en el Palacio de Gobierno, seleccionando las invitaciones, salió la de don Raúl Sánchez Díaz, y le pregunté que quién era ese señor, y Ramón me contestó: será el próximo gobernador de Baja California. Y así fue, y poco después fue el candidato del PRI. Por entonces, el tío Ramón Álvarez Cisneros, que era el secretario de la Liga de Comunidades Agrarias, Confederación Nacional Campesina (CNC) fue también candidato a diputado local. Las votaciones se llevarían a cabo el primer domingo de agosto, y nos dijo que el día de las votaciones le fuéramos a ayudar.

A las 6 de la mañana de ese domingo estuvimos en la Liga en el pickup de mi tío Domingo y en el de la casa; fuimos mi tío Domingo Cisneros y su servidor, y Ramón nos dijo: quiero que ustedes me acompañen con los carros para lo que se ofrezca. Como a las 8 de la mañana partimos para el valle con tres carros: en uno iban Ramón y un doctor, del que no recuerdo su nombre; en otro, mi tío Domingo; y en otro, yo.

En la primera casilla que llegamos, Palaco, dejamos el carro del tío y él se vino conmigo, y empezamos el recorrido por todas las casillas que estaban por la carretera que va para San Luis.

En el ejido Sinaloa, Ramón dijo que dejáramos el carro y que nos fuéramos todos en uno solo. Así recorrimos todas las casillas. Como a las dos de la tarde llegamos al ejido Piedras Negras, a la casa de don Armando Fierro Encinas; tomamos agua. En ese tiempo el señor Armando Fierro era diputado federal por el PRI por el sector campesino. Después seguimos con rumbo al ejido Morelos y luego a Los Algodones en donde cumplí con mi derecho a votar, fue la primera vez que emití mi voto. De ahí fuimos a comer a un restaurante chino, para entonces ya era muy tarde. Como por las 11 de la noche llegamos a la Liga, y recogimos los carros. Ésa fue mi primera experiencia política.

El 22 de septiembre de 1965 se casó mi hermano Abelardo con Albia Gómez. En el rancho, la boda se celebró con mucha barbacoa, recuerdo que se mataron dos vaquillas que no se vendieron cuando se remataron todos los animales para comprar el tractor; muchos barriles de cerveza, hubo música y, por supuesto, todos los vecinos fueron invitados.

Mejores cosechas. Tiempos mejoresUna mañana de noviembre de aquel año, mi padre y yo nos fuimos con rumbo al ejido Mezquital. Ahí vivía Beto Figueroa, un amigo al que hacía mucho tiempo que mi padre no veía; eran amigos desde que eran jóvenes cuando vivían en su tierra Michoacán. Partimos para dicho ejido. Al llegar preguntamos por él y nos indicaron cuál era su parcela. Llegamos y no lo encontramos. Nos dijeron que se encontraba en un pozo de riego; llegamos y lo saludamos. Estaba reunido con muchos campesinos porque unos ingenieros les explicaban cómo medir la cantidad de agua que el pozo producía. Ahí conocí al ingeniero Eduardo Paredes, encargado de los pozos. No lo perdí de vista ya nunca, pero también empecé a apreciar la importancia que tenía la zona norte, con mucha agua, así como las carencias de la zona sur, con muchos problemas de agua y salitre. Al pasar de los años comprendí las ventajas de la zona norte: los pozos le sirven de drenaje y tienen a tiempo el servicio de riego.

Cuando llegó el tractor nuevo mi padre contrató a don Julián González para que le trazara el riego y se emparejara la tierra para sembrar alfalfa en toda la superficie de la Camacho. Empezamos a emparejar la tierra, la estacábamos,

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y con un teodolito le sacábamos los niveles; se rallaban unas estacas con color azul y rojo; en el rojo se rebajaba la tierra y en el azul se rellenaba.

Ahora, con el paso de los años, aprecio más la labor de don Julián González. Con poco trabajo se tenía un riego más eficiente y práctico, se ahorraba mucha agua y las melgas no ocupaban contras; sembramos alfalfa. Yo era el sembrador.

También se vino la cosecha de algodón en nuestras cuatro hectáreas, con muy buenos resultados. Nos sobró dinero y nos lo repartimos en tres partes: entre Julio, Abelardo y yo. Con mi dinero me compré ropa en la tienda La Nacional, y en la Estrella Azul, mi sombrero tejano de lana de tres x , en ese tiempo costaban veinte dólares con cincuenta centavos, y me fui para Michoacán en el camión Tres Estrellas, cuya terminal estaba en la avenida Lerdo. Mi padre me llevó a Mexicali y me recomendó con un señor que iba hasta México; yo iba a Zacapu.

De Mexicali a Janamuato¡Qué bonita experiencia! Recorrer el país desde Mexicali hasta el estado de Michoacán, pasar el desierto de Altar y llegar a la ciudad de Hermosillo. Recuerdo que allí desayunamos y partimos. Cuando pasamos por Guaymas, antes de llegar a Empalme, en un tramo en el que la carretera va por la orilla del mar y pasaba por un pequeño cerro, se le abrieron las puertas al camión en donde va el equipaje y se tiraron varias maletas; aquí se detuvo más de una hora en recoger el equipaje y en bajar todo el pasaje para mirar de quienes eran las maletas y asegurarse de que no le faltara a nadie alguna maleta.

Después del incidente continuamos con rumbo a ciudad Obregón, Sonora. ¡Qué bonita era Obregón en ese tiempo! Con sus calles anchas sus agroindustrias y sus casas amplias. Estuvimos sólo un rato y partimos hacia Navojoa. También me acuerdo de cuando pasamos por los Mochis Sinaloa, qué pueblo tan bonito, de calles amplias y limpias; ahí comimos y salimos con rumbo a Mazatlán, me acuerdo de que el señor que era mi compañero de viaje y con quien mi padre me había encargado, me dijo: “no comas mucho, que en Mazatlán nos tenemos que comer unos camarones”. Cuando llegamos nos dieron treinta minutos para descansar, y nos bajamos a los famosos camarones y después seguimos en dirección a Nayarit, que lo pasamos de noche, y muy temprano

estábamos atrevesando por el famoso Plan de Barrancas que yo ya conocía cuando viajé en tren, fue por allá en 1952, con sus muchos túneles y con sus impresionantes barrancas por todos lados. Ahora era una experiencia nueva, por carretera. Pasamos por Tequila y el camión se detuvo para que el que quisiera comprar su botella de tequila la llevara para su lugar de origen y pronto estuvimos en Guadalajara, Jalisco; desayunamos en la terminal y continuamos hacia la Laguna de Chapala; pasamos por la orilla con rumbo a Sahuayo con su venta de sombreros y guaraches y luego por Jiquilpan la tierra del general Lázaro Cárdenas del Río; luego Zamora, la tierra de los chongos zamoranos y sus frutas en almíbar, y luego Carapán, y después Zacapu, Michoacán. Con las ansias de que pronto estaría en mi tierra, me despedí del señor que era mi compañero, pues su rumbo era la Ciudad de México. Me dio las últimas recomendaciones y nos despedimos, no recuerdo su nombre, pero en donde se encuentre le doy las gracias por los consejos desinteresados que me dio.

Llegué a Zacapu por la tarde y pregunté en dónde estaba el lugar de donde partía el Gavilán, así le decían al camión que por la tarde hacía el recorrido de Zacapu a Puruándiro; y partí para Janamuato en donde yo nací en 1943, y de donde en 1952, un día de febrero había partido para la Baja California. El camión se paraba como a media cuadra de la terminal de los camiones Tres Estrellas de Oro; caminando con mi maleta y una bolsa en la que llevaba algunos regalos para mi agüela Fina y mis tías, llegué al camión que recorría el trayecto de Zacapu a Puruándiro con una nueva ruta porque ya se había construido la carretera.

Pronto partimos rumbo a Janamuato, la tierra que me vio nacer. Pasamos por la Viscosa, que es una planta de químicos que está entre Zacapu y Panindícuaro; yo la conocía de oídos porque mi profesor de primer año de primaria Manuel Zendejas tenía una escuela particular por allá en 1950.

Al pasar por Panindícuaro recordé que en 1947 mi padre me trajo de paseo a este pueblo. Continuamos por Boteyo, que tiene su planta de luz eléctrica y su molino de trigo cuyos dueños eran la familia Hinojosa, abuelos de Felipe Calderón Hinojosa, luego por Villa Jiménez y pequeños ranchos con pocas casas después se llega a San Francisco Angamacutiro.

En aquel tiempo la distancia me parecía infinita; y ahora, ahí estaba, ya rumbo a mi tierra: Janamuato, mi rancho, la tierra donde dejé mi ombligo.

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Tasas de natalidad y mortalidad brutas y tasa de mortalidad infantil en años seleccionados en México y en Baja California, 1922-2008

NÚMEROS DE LA HISTORIA

Sergio Noriega Verdugo*

Tasa de natalidad Tasa de mortalidad Tasa de mortalidad infantil

MéxicoBaja

CaliforniaMéxico

Baja California

MéxicoBaja

California1922 31.4 30.0 25.3 27.0 N. D. N. D.1930 49.5 69.4* 26.7 22.6 131.6 92.71940 48.1 42.2 22.8 17.5 125.7 105.81950 45.6 48.2 16.2 11.1 98.2 80.11960 46.1 48.3 11.5 8.3 74.2 69.01970 44.2 43.2 10.1 7.9 68.5 67.81980 36.3 32.9 6.3 5.8 38.8 31.01990 33.7 25.4 5.2 5.2 26.9 27.52000 24.5 26.1 4.9 3.8 19.4 15.72008 18.3 17.9 4.9 3.8 15.2 11.9

Fuente: INEGI, Estadística Histórica de México

Notas: La tasa de natalidad bruta corresponde al número de nacimientos en un año por cada mil habitantes, y la tasa de mortalidad corresponde al número de defunciones por cada mil habitantes. La tasa de mortalidad infantil es el número de niños menores de un año que murieron por cada mil que nacieron vivos. A diferencia de los censos de población, las estadísticas vitales como las que aquí se presentan suelen publicarse cada año y son generadas por el registro civil.“N. D.” significa cifras no disponibles.* La cifra proporcionada por INEGI de 89.1 es un error y fue reemplazada por la de 69.4 nacimientos por cada mil habitantes, en virtud de que la fuente consultada reconoce a 3 375 nacimientos ese año en Baja California y la población calculada a la mitad del año fue de 48 638, dado que el V Censo de Población arrojó la cifra de 48 327 el día 15 de mayo de 1930. Aún así la tasa de natalidad de Baja California de 1930 resulta la más elevada de todas las entidades del país para ese año, por lo que puede ser que se hayan incluido nacimientos de años anteriores

Comentarios:1. Las tasas de natalidad y mortalidad reflejan la conducta y el

bienestar de la población. Las tasas altas de natalidad pueden proyectar optimismo, pero también son retos familiares y públicos. Las tasas bajas de mortalidad manifiestan la prolongación de la vida y están ligadas al cálculo de la esperanza de vida al nacer, que por ahora se encuentra en 75 años para ambos sexos en México. Pero cabe reconocer que la prolongación de la vida no siempre implica una mayor calidad de la misma.

2. En 1922 el país iba saliendo del conflicto armado revolucionario, y tal vez por ello no había muchos nacimientos. En cambio, en Baja California, donde no

hubo guerra, la baja tasa de natalidad parece obedecer a que había pocas mujeres en edades fértiles como para apoyar una mayor fecundidad. En 1921 había 60% más hombres que mujeres en lo que ahora es el estado.

3. Para 1930 el país, incluyendo al Distrito Norte de la Baja California, alcanzó la tasa de natalidad más alta de su historia. Las condiciones económicas de ambos lugares deben haber mejorado. Por otra parte, la tasa de mortalidad era considerablemente elevada, aparentemente debido a la falta de higiene, hecho que en parte se explica porque entonces la mayoría de los habitantes residían en el campo.

4. La tasa de natalidad (nacimientos por cada mil habitantes)

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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en México y Baja California se mantuvo alta por unas tres décadas hasta 1960, a pesar del considerable descenso en la tasa de mortalidad. Durante este tiempo, las tasas de mortalidad disminuyeron en México y Baja California más de la mitad, de 26.7 a 11.5. El efecto combinado de los cambios de nacimientos y defunciones aceleró el crecimiento total de población en México de 16 552 722 en 1930 a 34 923 129 en 1960.

5. Otra consecuencia que trajo el rápido crecimiento poblacional fue el aumento proporcional de la población juvenil. La proporción de personas menores de quince años en México aumentó de 39.2% a 44.2%, de 1930 a 1960, respectivamente. En el último año Baja California ascendió a 46 por ciento. Esto provocó una gran demanda de servicios medico-asistenciales, de educación escolar y de vivienda.

6. En el cuadro se puede apreciar que la tasa de natalidad comienza a descender a partir de 1970 hasta los años recientes. Es motivo de conjetura cuál fue la causa de este cambio, pero podemos suponer que fueron varios

elementos: la creciente población urbana, la escolaridad y el incremento de la publicidad gubernamental sugiriendo que “la familia chica vive mejor”. En años más recientes, el descenso de la natalidad parece deberse a los nuevos medios anticonceptivos.

7. Se puede apreciar que las tasas de mortalidad cayeron antes que las tasas de natalidad por lo que la combinación estimuló el crecimiento poblacional en México y Baja California. Fue a partir de 1940 cuando disminuyeron las tasas de mortalidad hasta el presente, en que finalmente parecen haberse estabilizado.

8. De gran avance médico son las cifras de mortalidad infantil, que relacionan a las defunciones de menores de un año con el número (mil) de nacimientos vivos. El descenso de la mortalidad infantil ha sido continuo desde que se dispone de la estadística. Cabe hacer notar que Baja California desde entonces invariablemente ha contado con menores tasas de mortalidad infantil que el resto del país, esto sin duda ha elevado el bienestar social regional.

1970. En la foto de izquierda a derecha sentados: Antonio A. Banuet, Antonio Escamilla, doctor Gastón Salazar, Gregorio Vidal Arrufat y Antonio E. Banuet. De pie: profesor Waldo Hernández, profesor Cándido Zataráin Salmerón y José María Rodríguez Mérida. Todos ellos distinguidos masones de la logia Prometeo número cinco y distinguidos ciudadanos que destacaron en el comercio,

periodismo, magisterio y servicio público en la ciudad de Mexicali.

Notas

sueltas

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Hacia finales de la década de 1920, Mexicali estaba consolidada como un gran centro de diversión. Los casinos, la variedad, la venta

de alcohol y otras “delicias” de la vida nocturna hacían que nuestra ciudad fuera atractiva para ese tipo de turismo. Así, fue adquiriendo cierta fama controversial, pues convivían la vida nocturna y el floreciente comercio fronterizo, además de la actividad agrícola. Esto le brindó una ventana promocional única y bien distinguida de lo que era ese paraje del Old Mexico que tanto gustó al turismo de los Estados Unidos.

Así las cosas, el vocablo “Mexicali” empezó a tomar significancia sobre los ritos de la vida en los parajes casi salvajes y agrestes de la frontera mexicana, lo que no era para menos. Grandes leyendas se entretejían localmente, y la imaginación de varios escritores y de otros tantos guionistas se alimentó con ese aire del Mexicali de los inicios del siglo XX. Al fin y al cabo era folclórico tomar como referencia a una pequeña población que tenía la exacta combinación de no ser tan mexicana ni tan estadounidense.

Este escenario de Mexicali ya estaba abrevado por la famosísima balada Mexicali Rose, aquella que desde 1923 hacia las delicias de la melancolía y la nostalgia a todos aquellos que habrían disfrutado de la vida nocturna mexicalense y ese añejo sabor del “Old México” para unos, y del agreste (y no salvaje) oeste para otros. Y fue precisamente esta melodía la que identificó durante muchos años a Mexicali en la conciencia colectiva del sur

Mexicali en la inspiración de Hollywood

Miguel Esteban Valenzuela Robles*

HISTORIAS DE LO COTIDIANO

de los Estados Unidos. No pasó mucho tiempo para que los productores de la naciente industria cinematográfica explotaran su escenario y su imagen de “pueblito de aventuras”.

Así, para el año de 1929 la Columbia Pictures ya estrenaba la primera versión de la película Mexicali Rose. En esta producción cinematográfica actuaban la bella canadiense Barbara Stanwyck (en el personaje de Mexicali Rose), su coprotagonista Sam Hardy (como Happy Manning) y Willian Janney (en el rol de Bob Manning). Esa primera versión versaba sobre Happy Mannins, un áspero y poco educado personaje que regentea un casino en la frontera llamada Mexicali y que se enamora de Rosa. Happy trabaja el salón para pagar la educación de su hermano menor,

*Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A. C. Correo electrónico: [email protected]

Natasha Rambova y Rodolfo Valentino el día de su boda en Mexicali, cuando la comunidad hollywoodense era asidua visitante a los centros

de diversión en esta ciudad.

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Bob, quien cree que Happy trabaja en una mina de oro. La historia entreteje una tórrida relación amorosa que le hace perder la cabeza a Happy cuando es descubierto manejando un salón de mala fama y no la horrorosa mina de oro. En el transcurso de esta historia, Rose es encontraba muerta y el homicidio sugiere ser producto de la presión por el manejo de las apariencias.

Si bien no existe un registro del éxito de esta película, tampoco se evidencia un fracaso total. Aquí el punto es referenciar cómo Mexicali ya era reconocido por los productores de Holywood (naciente también por aquellos años). Los desolados parajes y el sentido de escenografía natural, nos hacen prever que Mexicali inspiraba a los productores cinematográficos. La región, podría afirmarse, era un paraje natural para la producción de los primeros westerns, los que, si bien no fueron filmados aquí, el paisaje cachanilla y la esencia que identificada el sabor del Old Mexico hacía apetecible la referencia, la identidad de Mexicali.

Así se llega a la filmación de la película Mexicali Kid, producida en el año de 1938 por la desaparecida Republic Pictures Corporation. Esta cinta estaba protagonizada por

Portada de las notas de Mexicali Rose, letra y música que dieron identidad a Mexicali desde

su creación, en 1923.

Cartel promocional de la segunda versión de Mexicali Rose. Filmada en 1939 es quizás la producción más conocida donde se utiliza como símbolo la música y letra del vals del

mismo nombre.

Cartel de Under Mexicali Stars (1950),la última de las producciones cinematográ-ficas que refiere directamente a Mexicali

en su imagen.

Addison Byron Owen Randall, cuyo nombre artístico fue Jack Randall.

Conocido como el vaquero cantor, Randall protagonizaba un argumento que lo conducía hacia el esclarecimiento del asesinato de su hermano en un robo, por supuesto en el ámbito del viejo oeste. En su camino hacia la venganza, se encuentra con un personaje llamado Mexicali Kid, quien yace deshidratado en el desierto. Jack le salva la vida y nace así una amistad, pero sin lograr adivinar que el propio Mexicali Kid era miembro de una banda de ladrones. En el argumento se logra identificar cómo Jack descubre un plan para que lo asesinen por saber de los movimientos de la banda, pero Mexicali Kid le devuelve el favor de salvarle la vida, siendo éste herido de muerte.

Todas estas películas ambientaban el viejo oeste, pero con la mezcla del Old Mexico que, para esos tiempos, el nombre de Mexicali lo representaba muy bien.

Diez años después de la producción de la primera versión de Mexicali Rose, en 1939 se vuelve a realizar el rodaje con algunos cambios en el guión. Su ambientación fue exactamente la misma y esta vez los protagonistas fueron Gene Autry y Smiley Brunette.

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Esta historia relata la contratación de Gene para cantar en una estación de radio patrocinada por una empresa petrolera. Ésta empresa intenta quitarle el terreno a un orfanato mexicano por creer que existe petróleo en el subsuelo. Gene no permitirá tal injusticia. Se traslada a México para investigar el asunto y logra detener el abuso; ahí conoce a Valdez (un bandido a la usanza de

Robin Hood) y a Anita Loredo, la bella señorita que atiende, junto con el padre dominico, las necesidades del orfanato.

En la trama, finalmente se descubre petróleo en los terrenos del orfanato, y Valdez, en un afán heroico, logra retener las ganancias del petróleo para el orfanato, con lo que se perpetúa la existencia del mismo para bien de los

Una de las escenas de la primera versión de la película Mexicali Rose en 1929. Todo un adelanto para la época.

El cine sonoro llegó hasta 1927.

Jack Randall, en un cartel promocional de otro de su westerns. En Mexicali Kid (1938), su personaje no dista mucho de esta imagen, ya que el estereotipo vaquero dominaba la cinematografía regional.

Una de las escenas de Mexicali Rose (1939), donde Gene Autry caracteriza al héroe.

Escena de Mexicali Rose (1939) justo en el momento en que Gene Autry entona el melancólico compás del vals que identifica a Mexciali.

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niños pobres. En esta historia, Gene Autry entona el clásico canto de Mexicali Rose con ese toque estilo country.

Esta versión de la trama de Mexicali Rose es la más conocida debido a la propia difusión que Gene Autry realizó en todas sus producciones. Aquí, de nuevo, la esencia de nuestra ciudad, su imagen y la identidad que emanaba, eran del gusto de los productores de Hollywood.

Hacia 1950 el nombre de Mexicali vuelve a engalanar la pantalla grande. Esta ocasión en una producción de la Republic Pictures (la misma productora de Mexicali Rose en la versión de Gene Autry). El nuevo filme llevó el nombre de Under Mexicali Stars, en una historia también relatada en los áridos escenarios del oeste. Esta vez, ya no tan viejo.

En su trama, el guión relata las peripecias afrontadas por su protagonista Rex Allen, quien en el papel de Mike comparte aventuras con Madeleine (Dorothy Patrick). Este guión relata cómo el Departamento del Tesoro descubre el robo de varios furgones de oro que son desviados a México. Comisiona para tal tarea al agente Rex (Rex Allen), quien bajo la identidad de Mike Jordan se traslada al pueblo fronterizo de El Norte, cercano a la mina que está en la frontera con México. Es así

como el agente Rex, haciéndose pasar como una persona interesada en el robo del oro, descubre la banda que comete los atracos y realiza una larga persecución hasta los agrestes parajes del desierto.

Veredas, cañones y cuevas ilustran esta aventura fílmica, donde Rex descubre el botín dentro de un pozo de la mina original. A su vez, lo descubren in fraganti y se cree que él es el cabecilla de la banda, por lo que lo arrestan. De la cárcel se fuga y logra treparse a un helicóptero

A lo largo de la trama Rex se coordina con agentes del servicio secreto de México y juntos logran atrapar a los culpables del robo. Los instrumentos que ayudan a estos personajes a solucionar el problema son un helicóptero y la pericia de los investigadores, elementos que adhieren un toque de modernidad al filme.

Hacia la primera mitad del siglo XX, el cine hizo de Mexicali un sinónimo de aventura con el añejo sabor de lo mexicano en la frontera. El vocablo mismo se volvió símbolo para toda región y, a la sola mención de Mexicali las imágenes vaqueras y el romanticismo fronterizo se erizaba al son de Mexicali Rose.

Una de las escenas de Under Mexicali Stars (1950), cuando se descubre la mecánica del robo de oro, según el guión original.

En Under Mexicali Stars (1950) el canto y el romanticismo del oeste se mezclan (así como en los otros filmes del género) con la esencia y el nostálgico sabor del Old Mexico; una tendencia muy socorrida hasta la

primera mitad del siglo XX.

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20 de julio de 1920. Inicio de la expedición militar contra el gobernador Esteban CantúAnte el rechazo del coronel Esteban Cantú al gobierno del presidente interino Adolfo de la Huerta, en protesta por el asesinato de Venustiano Carranza (quien había sido su aliado político), en la Ciudad de México se organizó una columna expedicionaria destinada a ocupar el Distrito Norte de la Baja California y sustituir al mandatario. El 20 de julio se nombró al general Abelardo L. Rodríguez como jefe de dicha expedición.

Cantú tenía de su parte el apoyo popular y el de la clase política. Eso lo hizo desistir de su idea de renunciar al cargo. Y al ver que el gobierno federal persistía en sus intenciones, llamó a la población a tomar las armas para defenderse.

Ante el avance de las fuerzas contrarias al coronel, y preocupado por la afectación que un enfrentamiento militar pudiera tener en las obras de la compañía Colorado River Land Company, el gobierno de Estados Unidos desplegó tropas cerca de la frontera, con el objetivo de que

Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar*

JULIO. AGOSTO. SEPTIEMBRE

ACONTECER DE LA HISTORIA

intervinieran, si fuera necesario.Pero el coronel Cantú decidió

entregar el gobierno del distrito en forma pacífica, lo cual se formalizó el 18 de agosto de 1920, cuando la administración local pasó de manera interina a manos de Luis M. Salazar. Posteriormente, el ex mandatario marchó a vivir a Los Ángeles, California.

Vázquez de Coronado, quien viajó por tierra, para que localizara las míticas ciudades de oro.

Con el fin de aprovisionarlos se realizó otra expedición por el mar, a cargo del capitán Hernando de Alarcón, que tenía la encomienda de llegar hasta el territorio del actual valle de Mexicali a través del Río Colorado para entregar los bastimentos a los exploradores terrestres.

El 26 de agosto de 1540 Alarcón llegó a la desembocadura fluvial, pero al no hallar a los hombres de Vázquez de Coronado prosiguió en lanchas hacia el norte.

El 28 de agosto se encontró con un grupo de alrededor de 250 cucapás, etnia que jamás había tenido contacto con los extranjeros. Hostiles al principio, los nativos fueron convencidos después por los recién llegados de lo pacífico de su causa, y les permitieron continuar río arriba.

En su registro, Alarcón describió a estos indígenas

como gente alta y bien formada; sus

cuerpos estaban vistosa y distintamente

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

28 de agosto de 1540. Primer contacto de los españoles con los indios cucapásEl virrey Antonio de Mendoza envió una expedición hacia el norte de los territorios conquistados hasta entonces, bajo el mando de Francisco

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decorados, se menciona incluso que

algunos tenían marcas de fuego. Sus

cinturas estaban rodeadas de una faja

multicolor que llevaba al centro un

cordón de plumas que les caía detrás del

cuerpo en forma de cauda. En sus bíceps

llevaban una banda angosta a la que le

daban tantas vueltas que tenía el grueso

de una mano. Llevaban navajas hechas

de huesos de venado, que les servían

para quitarse el sudor. Portaban una

especie de bolsa de un palmo de largo

anudada a su brazo izquierdo en la que

cargaban sus flechas y unas semillas que

usaban para hacer una clase de bebida.

Hombres y mujeres llevaban el pelo

de la misma forma; un gran fleco en la

frente y largo hasta la cintura en la parte

posterior. Las mujeres solo tenían por

vestimenta un largo faldellín de plumas

de colores. (Romero Navarrete, Lourdes,

“La Colonia”. En: Mexicali, una historia.

UABC, Mexicali, 1991, tomo I, p. 34).

experiencia en la transformación de la semilla del algodón en jabón y aceite de cocina, entre otros derivados— aportó un tercio del capital, la Colorado otro tercio y el restante lo financiaron varios miembros de esta misma empresa.

La Jabonera, como se le conoció familiarmente, tuvo un gran éxito en forma tan temprana, que al año siguiente duplicó su capacidad. Sin embargo, en 1930 Brittingham vendió sus acciones a la Anderson & Clayton Company, empresa texana que lideraba la comercialización internacional del algodón y que después compró el tercio que poseían los otros accionistas, con lo que se convirtió en propietaria mayoritaria de la empresa.

Entre los productos de la Jabonera estaban el aceite, la harinolina, la borra para colchones, la pasta de semilla del algodón y el jabón; posteriormente, a esta lista se agregó la manteca vegetal (la marca Inca, que se elaboró por casi dos décadas).

La Jabonera llegó a ser uno de los principales motores económicos de la ciudad y el valle. Sin embargo, las daños ocasionados por la salinidad de las tierras, a principios de los años sesenta, y las plagas que se sucedieron en esa época, ocasionaron que la Anderson & Clayton decidiera retirarse definitivamente, con lo que la empresa cerró en 1973 .

16 de septiembre de 1915. Aparición del primer periódico de Mexicali: El Noticiero del Distrito Una vez que el coronel Esteban Cantú, ya siendo gobernador del Distrito Norte de la Baja California, tomó la decisión de trasladar la capital de la entidad desde Ensenada a Mexicali, en esta última población se empezó a vivir tal ritmo de actividad política que surgió la necesidad de contar con publicaciones periódicas que informaran sobre los acontecimientos que estaban ocurriendo.

Así, el 16 de septiembre de 1915 nació el primer periódico mexicalense titulado El Noticiero del Distrito. Aunque fechado en esta población, realmente se imprimía en Imperial, California. Su director era Gustavo Becerra, tipógrafo de los talleres Erl Wa, donde veía la luz la publicación. El Noticiero del Distrito constaba de solamente una hoja, y de él aparecieron apenas dos o tres números.

5 de septiembre de 1925. Instalación de la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico Después de que la Colorado River Land Company convenció al estadounidense Juan F. Brittingham de que organizara una industria que procesara la semilla del algodón producido en el valle de Mexicali, en esta fecha se instaló la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico. Brittingham —quien en la región de La Laguna ya había adquirido

17 de septiembre de 1905. Muerte de Guillermo Andrade Guillermo Andrade fue un inversionista sonorense que llegó a ser dueño absoluto de las tierras del actual valle de Mexicali. Nació en Hermosillo, alrededor de 1830, pero se radicó en San Francisco, California, en 1863.

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Once años más tarde, en esa ciudad conformó la Compañía Mexicana Agrícola, Industrial y Colonizadora del Río Colorado, que buscaba utilizar el cáñamo silvestre para elaborar cordeles. Un año después, con sus socios crearon la colonia Lerdo —nombrada así en honor del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, que estaba en el poder entonces—, a lo largo de la ribera del río.

Sin embargo, este proyecto agrícola fracasó, debido a las inundaciones. La mayoría de los socios de Andrade terminaron vendiendo sus acciones al estadounidense Tomás H. Blythe, que se convirtió así en el principal respaldo financiero del hermosillense. A cambio, éste consiguió para su sociedad diversos beneficios y favores por parte del gobierno mexicano, aprovechando su nacionalidad. Lograron poseer, así, casi toda la tierra irrigable del bajo delta del Colorado, lo que sería después el actual valle de Mexicali.

Thomas H. Blythe falleció en 1883. Sin embargo, a través de sus influencias en el gobierno Andrade logró que el fisco recuperara las tierras que habían pertenecido a la sociedad que había creado con aquél, y que luego se las vendiera a él mismo. Se convirtió en dueño absoluto de la región.

Cuando empezaron los proyectos para irrigar las tierras californianas, al despuntar el siglo XX, Andrade negoció con los inversionistas estadounideses

BibliografíaÁlvarez, José Rogelio (dir.), Diccionario

enciclopédico de Baja California. México, Compañía Editora de Enciclopedias de México-Instituto de Cultura de Baja California, 1989.

Hendricks, William O., Guillermo Andrade y el desarrollo del delta mexicano del Río Colorado 1874-1905. Mexicali, UABC, 1996. (Col. Baja California: Nuestra Historia, núm. 11).

Kerig, Dorothy P., El valle de Mexicali y la Colorado River Land Company 1902-1946. Mexicali, UABC, 2001. (Col. Baja California: Nuestra Historia, núm. 17).

Moreno Mena, José A., y Mercedes Gema López Limón, “Desarrollo agrícola y uso de agroquímicos en el valle de Mexicali”. En: Estudios Fronterizos, revista de la UABC Mexicali, julio-diciembre de 2005, vol. 6, núm. 012.

Ponce Aguilar, Antonio, De cueva pintada a la modernidad: historia de Baja California. Libro electrónico disponible en: http://loyola.tij.uia.mx/ebooks/cueva_pintada.html. Consultado el 24 de marzo de 2010.

Trujillo Muñoz, Gabriel, La canción del progreso. Vida y milagros del periodismo bajacaliforniano. Tijuana, Editorial Larva-Instituto Municipal de Arte y Cultura, 2000.

Walther Meade, Adalberto, El valle de Mexicali. Mexicali, UABC, 1996.

para que se construyera el canal Álamo por sus tierras, de manera que las aguas del Colorado pudieran llegar al Valle Imperial.

Finalmente, en 1904 vendió sus propiedades a la naciente empresa Colorado River Land Company,

Un año más tarde, el 17 de septiembre de 1905, falleció en la Ciudad de México.

Foto de portada:Avenida Madero, entre calles Melgar y Azueta, en 1926. Al fondo se observan los edificios del Hotel Comercial y el Banco Mercantil, este último se transformó en el Banco de Comercio de Baja California, en 1956.

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Libros, reseñas, comentarios...Sergio Noriega Verdugo*

El libro en cuestión es un relato histórico del inicio de los valles de Imperial y Mexicali, a fines

del siglo XIX y principios del siglo XX. El texto se remonta a aquellos tiempos cuando solo existían unos cuantos asentamientos humanos aislados en ambos valles, aquellos de los cucapás, y de algunos ganaderos que aprovechaban los desbordamientos del caudaloso río para pastear el ganado vacuno con el forraje silvestre, y después regresarlo a la sierra antes de llevarlo al matadero. Por lo tanto, era un área casi deshabitada, sin un solo pueblo, y ninguna actividad económica que le concediera la esperanza de un mejor futuro.

El libro se ocupa de la propiedad de las tierras del valle de Mexicali, cuando éstas eran consideradas como terrenos baldíos del dominio público y los gobiernos de Sebastián Lerdo de Tejada, Manuel González y, principalmente, Porfirio Díaz buscaban la forma de colonizarlas, aparentemente para conservar la soberanía nacional y promover el crecimiento económico.

En aquel entonces los gobiernos ofrecían la propiedad de estas tierras, a través de la Secretaría de Fomento a inversionistas nacionales y extranjeros

a cambio de bajos precios y modestos adelantos de desarrollo. En 1900 el total de habitantes de México, según el Censo General de la república mexicana, era 13 607 259, y el de Baja California de sólo 7 583; y fue a principios del nuevo siglo que nació Mexicali.

Es por el año de 1873 que aparece en la narrativa del texto el principal protagonista de esta historia: don Guillermo Andrade. Radicado entonces en la ciudad y puerto de San Francisco, California, Andrade había adquirido una compañía de barcos (Colorado Steam Navigation Company) con servicio de transporte entre dicho puerto y Puerto Isabel, Sonora, cerca de la desembocadura del Río Colorado, y de ahí por el río hasta Arizona, aparentemente hasta más allá de Yuma. En enero del año siguiente en San Francisco, junto con cerca de una decena de personas, formó la Compañía Mexicana Agrícola, Industrial y Colonizadora de Terrenos del Colorado.1

La empresa contempló que

cierto número de personas habrían

de denunciar o reclamar oficialmente

porciones de tierras colindantes al delta

del Río Colorado y, cuando se expidieran

los títulos de propiedad, transferirlos a

una compañía que organizaría Andrade

y sus socios, creando así una empresa de

gran envergadura.2

Según el autor, William Hendricks,

una de las operaciones en que dicha

empresa planteaba empeñarse era la

explotación de un producto al que se

llamaba cáñamo silvestre, que crecía

en las tierras adyacentes a ambos lados

del Río Colorado en Sonora y Baja

California.3

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.1 William O. Hendricks, Guillermo Andrade y el desarrollo del delta mexicano del Río Colorado, 1874-1905, p. 54. Cabe señalar que el domicilio legal de la empresa se

ubicó en Guaymas, Sonora, donde aparentemente vivió don Guillermo Andrade.2 Ibid., pp. 54-55.3 Ibid., p.55. Las cursivas son de quien esto escribe. El cáñamo es una planta parecida al ixtle o sesbania.

Guillermo Andrade y el desarrollo del delta mexicano del Río Colorado, 1874-1905de William O. Hendricks

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Precisamente qué otras ideas podría haber tenido Andrade respecto a lo que sería la primera inversión de negocios en el valle de Mexicali; tal vez nunca lo sabremos, pues “la finalidad de la operación del cáñamo silvestre no había sido prevista, al parecer, cuando se concibió inicialmente la sociedad”.4 Lo que se puede apreciar es que la Compañía Mexicana Agrícola, Industrial y Colonizadora de Terrenos del Colorado era un esfuerzo serio, formal y bien organizado, y no el resultado de una simple improvisación.

Todavía antes de que se protocolizara la empresa, un grupo de cinco personas encabezadas por Ignacio Foncerrada, uno de sus socios originales, en noviembre de 1873 fijó el lugar que sería el centro de operaciones de la Colonia Lerdo. El nombre no parece fortuito, dado que Sebastián Lerdo de Tejada era presidente de México. Sin embargo, este lugar ya llevaba el nombre de Pool´s Landing y se encontraba situada

...en una meseta conocida más tarde

como mesa de Andrade en la orilla

izquierda, o sonorense del río, justo al

norte del choque de las mareas, donde

el agua dulce que hacía refluir las

mareas del golfo actuaba como dique en

la desembocadura del río.5

Antes de su fundación oficial, el 16 de septiembre de 1874, se trasladó una

caravana procedente de San Diego, con más de treinta trabajadores en “cuatro carros y 30 mulas cargadas de provisiones” a la incipiente Colonia Lerdo. Ahí se construyeron algunos edificios de adobe, incluyendo viviendas para sus capataces.6

Hendricks nos dice que con un capital de 15 000 pesos oro, entonces tal vez equivalente a dólares, dividida en 15 acciones de mil cada una,“o con su equivalente en tierras legalmente poseídas dentro de las cercanías de la proyectada explotación...”7 se constituyó la empresa en 1874. Esta estuvo integrada por socios capitalistas e industriales, mexicanos y extranjeros. La mesa directiva fue presidida por Nicolás Gaxiola, Guillermo Andrade, originalmente como vicepresidente y Gregorio Almada, aparentemente todos originarios del estado de Sonora.

La Compañía Mexicana Agrícola, Industrial y Colonizadora de Terrenos del Colorado “consiguió 55 lotes, aproximadamente 137 360 hectáreas de tierra, por un precio de alrededor de veinte centavos por hectárea”.8 Estos lotes se encuentran concentrados al norte de la desembocadura del río y unos cuantos en Puerto Isabel y San Felipe.

Este primer proyecto de desarrollo agrícola en el valle de Mexicali pronto se vio interrumpido. De acuerdo con Hendricks,

es sabido que hubo una inundación en

Lerdo que destruyó la mayor parte del

asentamiento así como la cosecha de

aquel año, pero es difícil determinar

cuando tuvo lugar exactamente o si

sucedió más de una vez.9

Y un poco después termina diciendo “que para 1877 el proyecto del cáñamo se había derrumbado”.10

Con lo anterior termina el primero de cuatro capítulos del libro. El que le sigue se titula “La asociación con Blythe 1877-1883”.

Thomas H. Blythe, aunque originario de Gales, adquirió la ciudadanía de Estados Unidos; radicó en San Francisco donde invirtió en bienes raíces y se hizo rico. Posteriormente se hizo socio capitalista de Guillermo Andrade y adquirió la propiedad del rancho Los Algodones, junto al Río Colorado, con una superficie de 19 311 hectáreas.

“El embrollo legal, 1883-1844” se titula el capítulo III. Aquí el tema es que Thomas Blythe murió intestado y Guillermo Andrade emprendió una lucha legal exitosa para hacerse de las tierras de su socio ya difunto.

Andrade tuvo la capacidad de aumentar su propiedad de tierras en el valle de Mexicali a través de varios esfuerzos de colonización y trabajos de infraestructura, incluyendo la creación de caminos de la Colonia Lerdo hacia la frontera, en dirección del Fuerte Yuma,

4 Ibid., p. 55. El artículo 2º de la escritura constitutiva, menciona “la explotación de otros productos de las mismas tierras, que la compañía considere útiles para

el común beneficio de sus miembros y la colonización de dichas tierras”.5 Ibid., p. 56.6 Ibid, p.62.7 Ibid, p. 57.8 Ibid, p. 60.9 Ibid, pp. 62-63.10 Ibid, p. 64.

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y entre San Felipe y San Rafael, cerca de Ensenada.11 Cabe decir que hubo muchos contratiempos y difíciles negociaciones en la Ciudad de México con la Secretaria de Fomento para que Andrade pudiera cumplir con los contratos de colonización del gobierno central, particularmente en cuanto al asentamiento de colonos en las fechas pactadas.

El capítulo final se llama “La venta de las tierras, 1888-1905”. Una de las operaciones de compraventa de terrenos de Andrade la realizó con un grupo de inversionistas de Petaluma, California, un lugar situado al norte de San Francisco, en 1888. Con este grupo se constituyó la empresa Mexican Colorado River Land Company, con posesión de 162 000 hectáreas. A este respecto me quedaron algunas dudas.

Sin embargo, más relevantes para el desarrollo histórico del valle de Mexicali fueron las negociaciones de Andrade con el ingeniero Charles Robinson Rockwood, en calidad de representante de la California Development Company, compañía responsable de la introducción de agua del Río Colorado y la creación de la Sociedad de Irrigación y Terrenos de la Baja California, que administró el recurso hidráulico en tierras mexicanas.

El libro de William O. Hendricks fue su tesis para obtener el grado de doctor (Ph. D.) en historia por la Universidad del Sur de California, en 1967. La edición en español estuvo traducida por Tomás Segovia, con un prólogo de Antonio Padilla Corona; cuenta además con un apéndice documental escrito por Aidé Grijalva. Fue publicado por la Universidad Autónoma de Baja California en 1996.

2010. Archivo Histórico del Estado

Este edificio —otro icono histórico de Mexicali— fue construido en 1925 por el Gobierno del general Abelardo L. Rodríguez para la Biblioteca Municipal de Mexicali. En sus más de 75 años de

existencia, lo han cuidado y remozado sin alterar su fachada ni estructura externa. Sucesivamente ha sido ocupado por la Dirección de Servicios Médicos Coordinados de Salubridad y Asistencia; la Oficina de Tránsito y Transportes; Oficina de Fomento Agropecuario; Delegación de Turismo; Secretaría de Relaciones Exteriores y actualmente el Archivo Histórico del Estado.

1925. Biblioteca Municipal de Mexicali

A.S.O.Ayer y hoy

11 Ibid, p. 68.

3

Benjamín Rentería Camino*

PÁGINAS DE HISTORIA

Los gobernadores de las Californias 1767-1804, de María Luisa Rodríguez-Sala, es una obra publicada en 2003 por el Gobierno del Estado de Baja California, el Instituto de Cultura de Baja California, la Universidad Autónoma de Baja California, la UNAM y el Colegio de Jalisco. Consta de 390 páginas, con formato de 26 x 23 cm. Edición rústica. Estas páginas nos adentran en el sistema político entre 1767 y 1804, época en que las Californias se transformaban en nuevas estructuras económica y administrativamente.

Baja California 1901-1905, consideraciones y datos para su historia demográfica de David Piñera Ramírez y Jorge Martínez Zepeda. Edición bilingüe, editada por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y la Universidad de San Diego (SDSU). Consta de 334 páginas en edición rústica, en formato 14 x 21 cm. Es una obra para los estudiosos de la demografía de Baja California. Es una fuente legal y sirve como ejemplo para abordar la historia a través de los datos de población que tienen los pueblos.

Mexicali constructores. Compiladores: Valdemar Jiménez Solís y Alfredo Dipp Varela. Editado por Algibe Editorial, 2003. Consta de 75 páginas. Formato: 14 x 21 cm. Edición rústica. La obra contiene, entre otros, los capítulos “Vida y obra del ingeniero Luis B. Sá nchez” narrados por Santiago Sá nchez Gonzá lez, su hijo; “Có mo conocí al ingeniero Luis B. Sá nchez” por Alfredo Dipp Varela; “Compañí a Industrial Jabonera del Pací fico”, recordada por Ismael Adame Velá zquez, ex empleado; “Remembranzas del valle”, “Stone y la Jabonera” por Alfredo Dipp Varela.

Memoria de los simposios para determinar la fecha de fundación de la colonia Progreso y Ciudad Coahuila y colonia Carranza, Francisco Bernal García y otros. Obra editada por el Instituto de Arte y Cultura de Mexicali (Imacum) 2009. 215 páginas. 14 x 21 cm. Edición rústica. Esta publicación es la compilación de las ponencias y los dictámenes de la fundación de cada una de las delegaciones municipales señaladas.

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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El 29 de junio de 1966, en el auditorio del Instituto Mexicano del Seguro Social tomó protesta como Rector de la UABC el doctor Pedro Mercado Sánchez. La Junta de Gobierno hizo su primera designación, pasando por altos dos requisitos claves que marca la Ley Orgánica, que no cumplía

su designado: a) con los 10 años de residencia en el estado que se exige para el cargo. El doctor Mercado residió en Baja California a partir de 1958 en que colaboraba con el Departamento de Pesca y cursaba sus estudios de doctorado en oceanografía en Scripps, Universidad de California (tenía 8 años de residencia), y b) No contaba con ningún grado superior al de bachiller como también marca la Ley para ocupar el puesto de rector. Terminando su licenciatura de biólogo, sin titularse se enroló en prestar sus servicios en el Departamento de Pesca, mismo que lo apoyó a cursar el doctorado. Al momento de su designación como rector no se había titulado de biólogo ni había concluido su doctorado. Garrafal pifia en esos años de la Junta de Gobierno de la UABC

Es justo aclarar que años después el doctor Mercado logró su título de biólogo y concluyó con su proyecto de tesis doctoral, con lo que obtuvo el grado.

Pedro Mercado sólo ocupó la rectoría un año, de 1966 a 1967, por motivos personales principalmente; renunció al cargo y cambió su residencia a la Ciudad de México, D.F., y después de 10 años de ausencia, tanto en el estado como en la Universidad, regresó para acompañar al licenciado Rigoberto Cárdenas Valdez, rector de 1975-1979 a recibir el edificio del Palacio de Gobierno Estatal que el 4 de julio de 1977, el licenciado Milton Castellanos Everardo entregó a la Universidad para su sede rectoral.

1977. Edificio de Rectoría en Mexicali Baja California. En la foto de izquierda a derecha; Francisco Gutiérrez Espinoza, Isidro Licon Dowling, Lorenzo Tomas Torres, Fidencio Orozco, Óscar Valenzuela Ávila, doctor Pedro Mercado Sánchez, Eduardo Jauregui Félix, Raúl Cuevas Aguilar, David Piñera

Ramírez, Salvador León Madrigal y Rene Haro.

Episodios universitarios