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Origen e productos de calidad mundial y destino de inversión productiva TLAXCALA Origin of world quality product n destiny of pro inve tment TLAXCALA Centre de production d'artic es de qua ité· mondiale centre d'attraction des ..,_. __ eme s productifs Av. 1'"' de Mayo Núm. 22 Tlaxcala Cspital, México, C.P. 90 000 Tels.: (2) 462 1130, 462 1502, 462 63 13 Fax: (2) 462 16 78 e-mail: [email protected] ..______ __

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  • Origen e productos de calidad mundial

    y destino de inversión productiva

    TLAXCALA Origin of world quality product n destiny

    of pro inve tment

    TLAXCALA Centre de production d'artic es

    de qua ité· mondiale centre d'attraction des

    ..,_. __ eme s productifs

    Av. 1'"' de Mayo Núm. 22 Tlaxcala Cspital, México, C.P. 90 000

    Tels.: (2) 462 1130, 462 1502, 462 63 13 Fax: (2) 462 16 78

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  • comercio exterior Publicación mensual editada por

    la Dirección de la Revista Comercio Exterior del Banco Nacional

    de Comercio Exterior

    COMITÉ ED ITORI AL

    Juan Pablo Arroyo Ortiz, Carlos Bazdresch Parada, Javier Berista1n lturbide, Sergio Fadl Kun, Arturo Fernández Pérez, David lbarra Muñoz, Alfredo Phillips Olmedo, Gustavo Romero Kolbeck, Francisco Suárez Dávila, f1omero Urías Brambila

    DIRECCIÓN DE LA REVISTA COMERCIO EXTERIOR

    Subgerentes Rafael González Rubí Sergio f1ernández Clark

    Redacción e información Elena Cabello Naranjo, Alma Rosa Cruz, Alicia Loyola Campos, Alfredo Salomón

    Edición Enrique Pérez Vera, Daniel Cobian, Alejandra luna Guzmán, Pilar Martfnez Negrete Deffis

    Distribución Angélica González C., Leticia Martínez

    Servicios secretaria/es y de apoyo El izabeth García Tinajero, Juan Leyva García, Rocío lópez Tufiño, Ángeles Marin Ancona, Pedro Méndez Gómez

    Comercio Exteriores una publicación abier-ta al debate. Admite, por tanto, una amplia gama de ideas que no coinciden necesa-riamente con las del Bancomext. La respon-sabilidad de los trabajos firmados es de sus autores y no de la institución, excepto cuando se indique lo contrario.

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    Contenido volumen 52, número 1, enero de 2002

    Canadá en la comunidad norteamericana

    4 Política canadiense de bienestar y etnopolítica: aplicación de un modelo evolutivo Patrick James

    En la teoría evolutiva se da gran importancia al grado de heterogeneidad étnica para explicar el suministro de bienes públicos y de bienestar social. Ya que en Canadá la diversidad se ha acrecentado con el tiempo, es un caso idóneo para establecer la pertinencia de ese planteamiento, en particular desde los años setenta hasta la actualidad.

    12 Perspectivas migratorias en el Canadá contemporáneo Sebastián Esca/ante

    Canadá no puede entenderse sin aludir a las aportaciones de inmigrantes refugiados. De ahí la importancia de la legislación correspondiente. El autor analiza las propuestas de reformas, así como el debate que las rodea.

    20 Canadá y la nación americana David Anido

    Las raíces de Canadá están en permanente tensión con la influencia derivada de la cercanía con Estados Unidos. No obstante, el país del arce busca mantener su independencia y a partir de ella fortalecer los lazos con los países de América Latina.

  • 24 Nacionalismo entre vecinos: Canadá en la comunidad norteamericana John D. Wirth

    Ante el imparable proceso de regionalización, señala el autor, Canadá tiene mucho que aportar. En tal sentido a este país lo favorece un modo de pensar más internacionalista y básicamente más orientado al exterior, comparado con la perspectiva estadounidense. No obstante, subsisten los temores canadienses por la amenaza a su cultura derivada de una mayor integración.

    30 Las sanciones económicas en las políticas exteriores de Canadá y Estados Unidos María Cristina Rosas

    Después del fin de la guerra fría, el uso de las sanciones económicas se ha incrementado. La autora define los términos enmarcados en este concepto, examina la posición de Estados Unidos y Canadá al respecto, así como la eficacia de estos mecanismos para imponer una conducta a otros países o entidades.

    53 Relaciones económicas entre México y Canadá desde el TLCAN: una perspectiva canadiense Christian Deblock Afef Benessaieh Marie-Paule L'Heureux

    El TLCAN ha generado resultados positivos a México y Canadá en comercio e inversión, si bien no tanto como se esperaba. Los autores derivan esta conclusión del examen de los vínculos entre esos dos países en la parte final del siglo XX y plantean recomendaciones para hacerlos más fructíferos.

    76 Canadá y México: ¿intereses convergentes en el ámbito de América del Norte? Pekka Va/tonen

    El autor reflexiona sobre la viabilidad de que dos países tan distintos como Canadá y México puedan compartir intereses e ideas frente a los retos actuales en materia de política exterior y comercio internacional.

    80 Las minorías étnicas en Canadá, Estados Unidos y México Mónica González

    Con algunas variantes, dice la autora, la situación de las minorías en México, Estados Unidos y Canadá es frágil frente a la mayoría, según se describe en los apartados dedicados a la situación en cada país. A su juicio deben superarse los modelos pluricultural y multicultural, para definir nuevos modos de coexistencia.

    92 Summaries of articles

    ne ro Comercio Exterior agradece el apoyo de María Cristina Rosas para acopiar los artículos que se publican en este número .

    N C) C) N

  • Política canadiense de bienestar

    y etnopol ítica:

    aplicación de un modelo evolutivo PATRICK JAMES*

    4 COMERCIO EXTERIOR, VOL. 52, NÚM. 1, ENERO DE 2002

    TEORIA EVOLUTIVA, ETNOPOLITICA Y POLITICA

    CANADIENSE DE BIENESTAR

    1 De qué manera se relaciona la diversidad étnica con el L bienestar, éste como un bien público? Esta pregunta po-dría abordarse de diferentes maneras. Sin embargo, aquí se destaca la potencial contribución de la teoría evolutiva para explicar los giros de la política de bienestar en Canadá desde la confederación (1867) hasta nuestros días. La conclusión principal es que dicha teoría puede explicar los momentos más importantes de continuidad yde cambio de la política de bien-estar canadiense.

    Canadá constituye un interesante estudio de caso para el análisis de la política en el marco de la teoría evolutiva debi-do a sus características etnolingüísticas. Como se explicará más adelante, en la teoría evolutiva se da gran importancia al grado de heterogeneidad étnica para explicar el nivel de su-ministro de bienes públicos y de bienestar social. Canadá surgió como una entidad de constraste cuya diversidad se ha acrecentado con el paso del tiempo; por ello representa un caso en cierto modo arquetípico para explicarlo desde el punto de vista de la teoría evolutiva. La diversidad en Canadá se da en diferentes dimensiones. La dicotomía franco/anglo ha estado presente desde la confederación en adelante. En la mayor parte del país se utiliza el inglés como lengua princi-pal. Sin embargo, aunque la provincia de Quebec está for-

    *Profesor del Department of Political Science de la lowa State Univer-sity . Traducción del inglés de Verónica Michel Luvia no.

  • mada por una mayoría francófona, también tiene un núme-ro significativo de anglófonos y de los llamados "alófonos", quienes hablan inglés por elección pero no reconocen sus raíces en las islas británicas. Más aún, las olas de inmigración han generado una diversidad que va más allá de la mezcla de etnias británica y francesa que existía en Canadá desde los tiempos de la confederación. Además, Canadá cuenta con una población aborigen distribuida en todo el territorio, tanto en reservaciones como fuera de ellas. En suma, desde una pers-pectiva etnolingüística, Canadá representa una interesante mezcla de influencias que afecta la política en general y la política de bienestar social en particular.

    Aunque hay áreas importantes que podrían analizarse, es necesario delimitar el significado de la política de bienestar para los fines de este artículo. Las políticas de salud, ingreso y educación reciben atención especial. Un repaso a estas gran-des áreas será suficiente para señalar las características bási-cas de la política de bienestar en Canadá. En cuanto a la teo-ría evolutiva, se pondrá el acento en la aplicación de la teoría del parentesco para explicar la continuidad y el cambio en aquella política. De modo más específico, el nepotismo ét-nico se utilizará como el concepto clave para explicar las ca-racterísticas básicas de la política de bienestar en Canadá. 1

    De cualquier forma que se le considere, la ventaja compara-tiva de la teoría evolutiva es que explica las causas últimas del fenómeno, más que las próximas. De este modo, el análisis se centrará en los factores evolutivos como causas habilitantes, más que explicativas, de sucesos específicos en un momento dado.

    BREVE HISTORIA DE LA POLiTICA CANADIENSE

    La confederacion canadiense en 1867 marcó un fin y un principio. Este acuerdo puso término a las colonias bri-tánicas al norte de la frontera con Estados Unidos como en-tidades separadas y dio inicio a un proceso de desarrollo cons-titucional que continúa en la actualidad. La confederación representó una respuesta pragmática a los problemas políti-cos, económicos y militares a que se enfrentaban las colonias. En particular, al terminar la guerra civil en Estados Unidos muchos observadores creían que las colonias tenían que es-coger entre integrarse o ser absorbidas eventualmente por el dinámico y expansivo poder del sur. Así, la confederación

    1. El concepto de adaptabilidad incluyente, que destaca el papel de la selec-ción natural para favorecer la propagación de genes que predisponen a los organismos a comportarse altruistamente con otros que tengan un alto porcentaje de genes semejantes, desempeña un papel central en la teo-ría del nepotismo étnico.

    nació no como resultado de un pensamiento maduro sobre su futuro político como una sola comunidad, sino más bien como una respuesta oportuna ante una serie de preguntas apremiantes centradas en cómo conseguir su desarrollo eco-nómico y al mismo tiempo mantener su autonomía frente a una potencial amenaza externa.

    La confederación incitó más preguntas sobre la identidad canadiense de las que respondió, pues la nueva entidad se había definido principalmente en oposición a algo, concreta-mente a Estados Unidos. Así, resultó fácil el surgimiento de historias alternativas sobre el significado de la confederación. El principal yerro político de Canadá sería Quebec, contra lo que puede ser llamado el resto de Canadá (RC), es decir, las otras provincias y territorios. Para Quebec, la confedera-ción representó un pacto entre anglófonos y francófonos como naciones. De este modo, cualquier cambio radical en las reglas del juego necesitaría el consentimiento de Quebec, no como una provincia más, sino como líder de la facción francófona en Canadá. En contraste, los del RC tendían a per-cibir a la confederación en términos de equidad provincial. Para ellos, Quebec existía como cualquier otra provincia y no como una entidad con una categoría equivalente a todo el RC.

    Durante muchas décadas se fueron gestando desacuerdos sobre la identidad canadiense y el lugar que Quebec ocupa-ba en ella. Los gobiernos de esta provincia tendían a estar en desacuerdo con el gobierno federal en Ottawa, pero el con-flicto se desarrollaba dentro de ciertos límites. El conserva-durismo social y político, simbolizado en el poder que la igle-sia católica ejercía virtualmente en todos los aspectos de la vida en Quebec se opuso a los cambios rápidos y, hasta cier-to grado, a la modernización económica. Los jóvenes más brillantes e inteligentes en Quebec escogieron profesiones como derecho, medicina y la iglesia. Un trasfondo de resen-timiento comenzó a crecer debido a la inaccesibilidad a los puestos de poder en el mundo del comercio y salió a la luz durante la revolución tranquila, la cual comenzó con la elec-ción del Partido Liberal bajo el mandato del premier Jean Lesage en 1960. El gobierno de Lesage y otros líderes de Quebec comenzaron a expresar su deseo de contar con algo más que la supervivencia etnolingüística. En particular, en la agenda política apareció en primer lugar la idea de que Quebec tuviera un estatus especial en Canadá, sobre todo para controlar la legislación sobre el lenguaje y la cultura. Esto produjo una intensa lucha por el poder entre los gobiernos provinciales en la ciudad de Quebecy los federales de Üttawa, misma que aún persiste.

    En la década de los setenta, la idea de Quebec como un estado independiente para resolver los problemas frente al RC ganó legitimidad en la gran mayoría de la opinión pública de

    COMERCIO EXTERIOR, ENERO DE 2002

  • la provincia francófona. En 197 6 el Partí Québécois, cuya misión era la separación definitiva de Quebec del RC, llegó al poder y estableció una serie de políticas que buscaban pro-mover el lenguaje y la cultura franceses . En el poder o no, el Parti Québécois se mantiene como una fuerza primordial en la política provincial y sigue promoviendo el concepto de soberanía.

    A partir de la década de los setenta, Ottawa elaboró dife-rentes iniciativas constitucionales, cada una con la intención de resolver o al menos controlar el conflicto entre el RC y Quebec, manteniendo a éste dentro de la confederación. En todo momento, e independientemente de la decisión de la audiencia, este proceso dejó algunos participantes insatisfe-chos y decididos a seguir peleando por sus creencias. La Car-ta de Victoria (1971), la Ley Constitucional (1980), el Acuer-do del Lago Meech (1990) y el Acuerdo de Charlottetown (1992), contenían disposiciones para resolver o al menos controlar las tensiones federales-provinciales. A pesar de los enormes esfuerzos de algunos líderes federales para conseguir apoyo entre los funcionarios electos y las masas, sólo la Ley Constitucional, acompañada por la Carta de Derechos y Li-bertades, logró convertirse en ley. Sin embargo, incluso en este caso Quebec rechazó la Ley y buscó socavar algunos de los efectos previstos: a] desarrollo ulterior de una identidad nacional basada en el bilingüismo y el multiculturalismo, y b J limitar la descentralización del poder federal.

    Esfuerzos posteriores orientados a tranquilizar a Quebec y reducir los efectos negativos de la Ley Constitucional, como los acuerdos del Lago Meech y de Charlottetown, se colapsa-ron bajo el peso de la oposición de gobiernos provinciales, grupos de interés y público en general, que encontraron fa-llas en diferentes aspectos de cada uno. Académicos y la opinión pública comparten la opinión de que las iniciativas constitucionales están muy lejos de resolver los problemas subyacentes y fundamentales relacionados con la unidad na-cional. Para la década de los noventa, las tensiones regiona-les ya habían afectado todo el sistema político. Las dos eleccio-nes nacionales y el referéndum sobre la soberanía de Quebec, respectivamente, ofrecen la más dramática evidencia de su fragmentación durante la última década.

    La elección nacional de 1997 reforzó las divisiones al re-producir el parlamento esencialmente regional que había surgido en 1993. Los liberales, bajo el liderazgo del primer ministro Jean Chrétien, conservaron el poder con una ma-yoría sustentada principalmente en el apoyo de Ontario y las provincias del Atlántico. El Partido Reformista, que consti-tuyó la oposición oficial, dominaba las provincias occiden-tales, pero casi no tenía presencia en otro lugar. El Bloc Qué-bécois contaba una vez más con una avasalladora mayoría de

    6 POLITICA CANAD IENSE DE BIENESTAR Y ETNOPOLÍTICA

    representantes de Quebec, pero no tenía ninguno de otras provincias. El Bloc Québécois sigue promoviendo una agenda que busca mayor soberanía, si no una franca independencia para Quebec, algunas veces coordinando esfuerzos con el Partido Reformista para descentralizar el poder federal.

    Durante la administración del Partí Québécois se llevó a cabo en 1995 un referéndum sobre la soberanía que por poco alcanza la mayoría. La victoria del "no", con un punto de di-ferencia, demostró cuán lejos ha llegado el proceso de frag-mentación durante las últimas décadas. El asunto de la sobera-nía ni siquiera había sido un tema legítimo en el discurso político tres décadas antes; sin embargo, ahora un gobierno provincial comprometido con esa causa había perdido por muy poco el mandato para negociar con el RC en términos de igualdad. Ni siquiera la derrota tan cerrada explicó qué tan-to habían cambiado las cosas. Durante la campaña, quienes se oponían a la soberanía se habían limitado a discutir prin-cipalmente sobre los riesgos económicos de abandonar al RC. Los llamados a la unidad nacional y al sentimiento de identi-dad canadiense brillaron por su ausencia en la oposición.

    EL DESARROLLO DE LA POLÍTICA CANADIENSE

    DE BIENESTAR

    La disparidad regional es la característica que define a lapo-lítica económica canadiense. Las provincias del Atlántico -Nueva Escocia, Isla Príncipe Eduardo, Nueva Brunswick y, principalmente, Terranova- se han rezagado ante el res-to del país en cuanto al nivel de vida. Aunque se encuentran mejor en términos de su economía, las provincias occiden-tales -Columbia Británica, Saskatchewan, Maní toba y prin-cipalmenteAlberta-albergan una historia de resentimiento por lo que consideran un control excesivo sobre la economía canadiense por parte de las provincias centrales de Ontario y Quebec. 2 En respuesta a esta tensión, los gobiernos fede-rales se han dedicado a implantar desde hace tiempo lo que se conoce como "transferencias de nivelación". Son recursos federales con los que se intenta ayudar a las provincias más pobres para que ofrezcan servicios públicos equivalentes a los que otorgan sus contrapartes más ricas. La magnitud de esas transferencias federales es enorme; por ejemplo, en 1994-1995 se dedicó a ese fin 23% de las totales.

    2. Ontario y Quebec, las dos provincias más pobladas, tienen la capacidad de dominar las elecciones nacionales y de hecho se han unido para hacer-lo, aunque generalmente con el apoyo significativo de otras provincias. Quebec y Ontario son vistos por muchos habitantes de otras provincias y territorios como los beneficiarios económicos de una fuerte hegemonía política, aunque este punto podría ser discutido ampliamente.

  • En lo que respecta al gasto social, la Gran Depresión re-presentó el primer gran parteaguas en la historia canadien-se. Antes de la crisis económica de los años treinta, el gobierno federal tenía un papel limitado en los programas sociales. Proporcionaba indemnizaciones a los trabajadores, pensio-nes a las madres y, con apoyo de los gobiernos provinciales, pensiones a los veteranos de guerra y a los más necesitados de la tercera edad. Las penurias de millones de canadienses durante la Gran Depresión redujeron las inhibiciones para que el gobierno federal aplicara la llamada "estructuración social" (social engineering). En 1940 el gobierno federal ya había asumido la responsabilidad del seguro de desempleo y el liderazgo federal continuó durante el desarrollo de las políticas de bienestar social hacia la mitad de la década de los sesenta. En 1951 las pensiones se sometieron a una jurisdic-ción conjunta, aunque con predominio de recursos provin-ciales. En 1964 se creó el Plan de Pensiones Canadá-Quebec, el cual se extendió a todas las provincias en 1967. En el sec-tor de salud el gobierno federal estableció en 1948 el Programa Nacional de Subsidios a la Salud. La Ley del Seguro de Hos-pitalización y Servicios de Diagnóstico, aprobada en 1957, enunciaba cuatro principios básicos sobre la cobertura: in-tegral, universal, manejable y administrada con recursos públicos. Finalmente, en 1964 Üttawa aprobó la Ley de Cuidados Médicos (Medical Care Act), la cual no entró en vigor hasta 1967 y estableció un seguro de salud universal financiado en 50% con recursos federales.

    El financiamiento de la educación superior evolucionó de manera muy semejante a la del sector de salud. A principios de 1952 ese apoyo federal tomó la forma de subsidios en gru-po. Cada provincia recibía una suma por costos de operación de la educación superior "sin condiciones o restricciones detalladas". De 1967 a 1977 los subsidios federales se basa-ron en una fórmula que cubría 50% de los gastos.

    En la década de los sesenta se crearon otros dos importantes programas de bienestar. En 1966 se emitió el Plan de Asis-tencia Canadá (CAP), en el cual se establecía que Ottawa cubriría 50% de los gastos por dar asistencia social a perso-nas que las provincias identificaran como necesitadas. Ese mismo año, el Complemento para Garantizar el Ingreso trans-firió fondos adicionales para pensionados de la tercera edad que no alcanzaran cierto nivel de ingresos. El Complemen-to representó un cambio importante, ya que en realidad el gobierno había instituido un impuesto al ingreso, negativo para un sector de la ciudadanía.

    A finales de los años setenta, el gasto social del gobierno federal parecía estar fuera de control. El seguro de hospi-talización, el cuidado médico y la educación superior co-menzaron a ser tan costosos que la sensación de crisis pre-

    valecía en Üttawa. El gobierno federal dejó de considerar viable el financiamiento de programas de duración indefi-nida mediante el compromiso de distribución de gastos. Así, en 1977 Ottawa aprobó la Ley Federal-Provincial de Acuer-dos Fiscales y Financiamiento de Programas Establecidos (EPF, por sus siglas en inglés), la cual fijó la transferencia de im-puestos y de dinero en relación con el PNB. Con el fin de limitar sus compromisos y desalentar los crecientes gastos provinciales que habían impulsado el incremento del gas-to, el gobierno federal, con base en la EPF, ya no se compro-metió a participar en programas de bienestar con un mon-to específico.

    Durante la segunda mitad de la década de los ochenta, la reducción del déficit presupuestario se convirtió en la prioridad del gobierno. Empero, las provincias rechazaron los esfuerzos para hacer recortes significativos en los pro-gramas aprobados previamente y en el seguro por desem-pleo. Algunos miembros del gabinete federal, en respuesta a intereses regionales, objetaron de manera enérgica y lo-graron frenar cualquier acción decisiva. Sin embargo, las presiones presupuestarias continuaron creciendo en la si-guiente década.

    El gobierno de Jean Chrétien ha instrumentado diversas medidas para controlar el gasto en los últimos años, princi-palmente en el área de los servicios sociales. En el presupuesto federal de 1995 la Transferencia Social y de Salud de Cana-dá (CHST, por sus siglas en inglés) dejó entrever la posibili-dad de que Üttawa redujera su participación en cuidados médicos (medicare), lo que provocó tensiones entre losan-siosos líderes provinciales. La CHST fusionó la EPF y el CAP en un solo programa de transferencias y acabó con la prácti-ca de requerir servicios para todos los necesitados. Sin embar-go, estos cambios sólo tuvieron un efecto marginal en el gasto federal y funcionaron como un recordatorio de la renuencia del gobierno federal a modificar su curso drásticamente frente a la fuerte oposición de las provincias. Los cambios en las políticas parecían estar más encaminados a evitar mayores incrementos en el gasto que a reducir derechos.

    Debido a que una exposición completa de la historia de la política de bienestar canadiense rebasa el marco de este artículo, lo expuesto permite extraer dos características prin-cipales: un gasto relativamente alto y el haber alcanzado lo que parece ser un nivel máximo de provisión de bienestar económicamente viable.

    Primero, el gasto se incrementó de manera significativa durante un período relativamente amplio y alcanzó altos niveles respecto a los estándares de países de similar desarrollo económico. El gasto social en Canadá después de la segun-da guerra mundial ha sido muy alto, tanto en términos ab-

    COMERCIO EXTERIOR, ENERO DE 2002 7

  • so lutos como relativos, e incluso "generoso". 3 El gasto público en programas sociales como proporción del PIB llegó a casi 10% en 1960 y a cerca de 18% en 1990. En ese lapso estuvo por arriba de los niveles de Estados Unidos y por si fuera poco el margen se ha incrementado de manera constante. En 1995 Canadá y su vecino del sur registraron un gasto de 23 y 14 por ciento del PIB, respectivamente. El porcentaje de Canadá tam-bién supera al promedio de los países del Grupo de los Siete (G-7).

    Tras medio siglo, el gasto canadiense en bienestar social se incrementó hasta alcanzar un nivel claramente superior al óptimo, al menos en términos de eficiencia económica. McMi-llan resume el alcance de las actividades federales de la siguien-te manera: "La extensión de los programas sociales es gran-de. Entre los principales gastos sociales del gobierno federal están los que se destinan a la seguridad de los ancianos, se-guro de desempleo, transferencias a las provincias para con-tribuir a los fondos de asistencia social (Plan de Asistencia Canadá) y el financiamiento de cuidados de salud y de la educación superior (Financiamiento de Programas Estable-cidos), así como transferencias para los pueblos indígenas, los agricultores y la industria pesquera. También se tiene el pro-grama de crédito infantil que en 1993 absorbió y remplazó al programa de pensión familiar. Los gastos en salud, educa-ción y asistencia social dominan los presuspuestos provincia-les. La lista podría extenderse fácilmente si se incluyeran pro-gramas más pequeños y medidas para el gasto de impuestos, como los fondos para el retiro."

    Resultado de esa vasta red de programas, desde finales de la década de los setenta los gobiernos federales se enfrenta-ron a presiones internas y externas para controlar su creciente déficit. En 1994 la deuda pública había alcanzado 100% de PIB, sólo detrás de Italia, entre los países del G-7. Algunos líderes de compañías calificadoras y de bancos de inversión expresaron abiertamente su preocupación sobre la posición crediticia de Canadá.

    Una segunda característica de la política social de Canadá es que el largo proceso de expansión podría conducir a un punto de equilibrio respecto al gasto, resultado de la instru-

    3. Sólo se encontró una fuente en la que el autor disiente, al menos en cier-ta medida, del consenso de que el gasto social en Canadá es alto. Tuohy afirma que los intereses por mantener el ingreso sólo son movilizados marginalmente en contraste con los relacionados con el sector de salud, lo que a su vez ha producido persistentes diferencias sobre el modo en que los gobiernos se han manejado en sus respectivos espacios políticos. Los niveles de gasto en el mantenimiento del ingreso son relativamente más bajos; sin embargo se equilibran junto con el gasto en salud u otras a reas del bienestar, y tomados en cuenta juntos hacen que Canadá se manten-ga por arriba de la norma en comparación con Estados Unidos, en parti-cular, y con los países de la OCDE en general.

    8 POLITICA CANADIENSE DE BIENESTAR Y ETNOPOLITICA

    mentación de límites prácticos. La resistencia de los contri-buyentes a las presiones de los crecientes gastos sociales des-empeñó un papel importante en la elección de gobiernos neoconservadores en las provincias de Al berta y Ontario du-rante la década de los noventa, Los egresos relacionados con el bienestar, que sumaron 50% del gasto total federal, se han convertido en focos rojos tanto para los administradores fi-nancieros como para los electores. Aunque el gobierno fede-ral no ha desmantelado el Estado de bienestar, las presiones para abatir el gasto superan a aquellas que impulsaron su in-cremento,

    LA PERSPECTIVA EVOLUTIVA EN LA ETNOPOLITICA

    Y LA POLiTICA CANADIENSE DE BIENESTAR

    La teoría evolutiva postula que el nepotismo étnico es fun-damental para comprender la estática y la dinámica de la política de bienestar. Salter plantea una pregunta fundamen-tal: ¿pueden las instituciones de bienestar atemperar los mecanismos ya evolucionados de etnocentrismo? La teoría evolutiva prevé que las personas tendrán mayor disposición a apoyar a aquellos que perciban como semejantes o allega-dos.4 Así, dentro de la teoría, el gasto social destinado a quienes sean semejantes a uno mismo se justifica como un acto posi-tivo en términos de una adaptabilidad incluyente. En contras-te, mientras más diversa es una sociedad resulta menos obvio que, en promedio, los miembros del grupo propio (real o adoptado) sean los beneficiarios de los gastos en bienestar. Por tanto, desde una perspectiva evolutiva, la hipótesis principal es que las sociedades más heterogéneas en términos sociales deberían mostrar niveles de gastos más bajos en materia de bienestar social, dado el papel que debería desempeñar el nepotismo étnico en abatir o desalentar el altruismo.

    Salter resume los resultados de la investigación en torno al gasto social (y del altruismo en general) en relación con la heterogeneidad étnica y la ubica en el contexto más amplio de la teoría evolutiva: "La relación negativa entre diversidad racial y la contribución a los bienes públicos puede ser una versión más persistente del problema a que se enfrentan los entes políticos emergentes: inducir a las familias y los clanes a extender su lealtad a la esfera cívica."

    Masters también destaca el consenso en los análisis empí-ricos en torno a que los índices más altos de diversidad condu-cen ulteriormente a efectos negativos en el compromiso de la

    4. La teoría evolutiva es generalmente congruente con la interpretación pri-mordial de etnicidad. La identidad étnica, desde esta perspectiva, remplaza asuntos instrumentales y continúa siendo relevante aun frente a una in-tegración económica supranacional.

  • . '.

    sociedad frente al gasto en bienestar. Schubert y T weed encuen-tran efectos interesantes respecto al apoyo a United Way5 en una muestra de localidades estadounidenses. Al parecer hay un efecto inicial de la diversidad en los donativos asistenciales. Sólo cuando una minoría alcanza 10% de la población total, sus subsecuentes incrementos se asocian con un declive en el altruismo, calculado por el apoyo a United Way.

    Con base en la lógica de la teoría evolutiva y los resulta-dos de investigaciones relacionadas con el gasto en bienes-tar social, se proponen dos hipótesis:

    • Hipótesis evolutiva general sobre el bienestar (HEGB): cuando todos los factores interactivos relevantes se mantie-nen constantes, la diversidad étnica más allá de un nivel ini-cial entraña decrementos en el gasto nacional per cápita en bienestar social.

    • Hipótesis evolutiva modificada del bienestar (HEMB): la interacción entre diversidad étnica y otros factores puede conducir a decrementos o incrementos en el gasto nacional per cápita en bienestar social.

    La HEGB es congruente con el lenguaje utilizado en estu-dios sobre teoría evolutiva relacionados con el bienestar so-cial. El efecto principal de la diversidad étnica, una vez que alcanza un nivel inicial en el que puede percibirse el poten-cial de rivalidad intergrupal, es disminuir la disposición ge-neral de la sociedad hacia el gasto en bienestar. La lógica del nepotismo étnico establece que la voluntad de proporcionar bienes públicos, como mantener el ingreso, la educación o los servicios médicos, será mayor en cuanto más alta sea la posibilidad de que los beneficiarios sean allegados.

    También hay estudios que demuestran la percepción de la HEMB. De las diversas investigaciones, en una se incorporan diversas variables de control, como el PNB, para identificar con mayor claridad el efecto de la diversidad étnica en el gasto en bienestar, en la medida en que éste exista. Para ir más allá de esta especificación, considérese el importante papel po-tencial de los efectos de interacción, que podrían incluso re-vertir el aparente efecto de la diversidad étnica en el gasto en bienestar. En particular, las instituciones políticas podrían crear condiciones de rivalidad entre diferentes niveles de gobierno. Los proyectos nacionales alternativos, paradójica-

    5. United Way es una organización no gubernamental con fines filantrópicos que atiende necesidades en comunidades mediante soluciones comuni-tarias. Son redes de apoyo que funcionan como parte integral del siste-ma federal de servicios sociales mediante financiamiento público y priva-do, este último en forma de donaciones (en especie o dinero, individuales o corporativas). Es una organización amplia y con alcances incluso fuera de Estados Unidos, ya que forma parte de United Way of America, United Way of Canada y United Way lnternational. En México, la United Way lnternational participa por medio de su afiliado independiente, Fondo Unido [N. de la t.]

    mente, podrían producir el nivel más alto de gasto en bien-estar que se haya visto. Un gobierno federal lógicamente podría utilizar su poder sobre el gasto para crear una identi-dad nacional que dependa, al menos en parte, del suminis-tro de bienes públicos. Los gobiernos subnacionales, por su parte, podrían no tener incentivos para oponerse al incremen-to del gasto federal si se benefician de éste. Así, un país muy diverso con un regionalismo significativo podría ser el can-didato más obvio para un gasto supraóptimo y no subóptimo en bienestar social.

    Canadá no representa un terreno propicio para la HEGB. Por lo menos se debe tomar en cuenta un efecto de interacción importante: el de la estructura institucional con diversidad étnica. Como se mencionó, a pesar de su diversidad Canadá experimentó incrementos significativos en el gasto en bienestar social durante un período considerablemente largo. Más aún, esa tendencia continuó mientras la diversificación del país crecía debido a las olas de inmigración y reasentamiento. Empero, este proceso incluía un efecto de interacción, de modo que la HEGB no es falsa, sino que más bien se vuelve irrelevante.

    Respecto a la HEMB, que sí es relevante en el caso cana-diense, considérese el grado en que el gasto social se ve como parte integral de la identidad nacional. Según Banting, "en Canadá los programas sociales se han visto principalmente como un medio de integración entre líneas territoriales. Los programas sociales representan una de las pocas esferas de experiencia compartida entre los canadienses, un aspecto importante de nuestras vidas que es común, sin importar · nuestro idioma o religión. Más aún, las transferencias inter-regionales que sustentan estos programas han constituido el testimonio de que -a pesar de la geografía, economía o de-mografía- somos un solo pueblo, con un conjunto de be-neficios y obligaciones comunes".

    La relación de los temas abordados en torno a la dispari-dad regional y la unidad nacional es evidente en ese párrafo. También se encuentra implícito el deseo de lograr la diferen-ciación respecto a Estados Unidos, sobre todo mediante el compromiso con un sistema de valores distinto. Más aún, dado el deseo de alcanzar la integración nacional con el otor-gamiento de bienes públicos, es muy revelador que el gobierno federal haya instrumentado la estrategia del gasto con tácti-cas de distribución de costos. Los gobiernos provinciales re-cibieron subsidios equivalentes y por tanto tenían un incen-tivo a largo plazo para apoyar al gobierno federal en su enfoque hacia el otorgamiento de bienes públicos.

    Una serie de observaciones que se presentaron en una ex-posición académica reciente sobre el efecto potencial de la imposición de límites al gasto social refuerza la cita anterior de Banting. Por ejemplo, Bakker critica los esfuerzos del go-

    COMERCIO EXTERIOR, ENERO DE 2002 9

  • bierno conservador del primer ministro Brian Mulroney ( 1984 a 1992) por "subestimar los propósitos de igualdad del Estado de bienestar y con ello los vínculos de nacionalidad y ciudadanía". Mulroney había tratado de responder, con poco éxito, a las presiones creadas por los costos del servicio de la deuda estableciendo límites en algunas áreas del gasto en bienestar social. Al observar la situación actual, donde los gobiernos provinciales buscan reducir el poder federal sobre la recaudación y el gasto, Bakker señala que "la amenaza a la facultad de nuestro gobierno para establecer impuestos es una amenaza a los programas históricamente generosos de bien-estar social y de asistencia regional en Canadá". Es pruden-te señalar que a pesar de las fuertes palabras utilizadas, Bakker es en realidad un moderado en comparación con la retórica que generan los medios de comunicación. La política de bien-estar canadiense tiende a sugerir que la HEMB es viable: las características de las instituciones federales pueden ser las pri-meras de una serie de factores de interacción que deben iden-tificarse para explicar las diferencias entre naciones en las políticas de bienestar social como una función de la diversi-dad étnica. El gasto en bienestar en Canadá se incrementó drásticamente hasta que se topó con límites determinados por la viabilidad económica. Esto era de esperarse, ya que el go-bierno federal tendría un incentivo para creer que la estrate-gia funcionaría pero sólo en niveles medianamente altos de suministro de bienestar. En otras palabras, el fracaso conti-nuo para alcanzar la unidad nacional podría racionalizarse como una función de oferta inadecuada de bienes públicos clave, como salud, mantenimiento del ingreso y educación. La incapacidad para reconocer que mayores incrementos en el gasto finalmente serían inútiles no distingue a los líderes federales de muchas otras personas que enfrentan problemas persistentes con las mismas soluciones. Tomando en cuenta la cantidad de tiempo y dinero que ya se ha invertido en la integración nacional por medio del gasto en bienestar, resulta comprensible la renuencia del gobierno federal a abandonar la estrategia a la que se vio forzado a establecer en los años noventa por razones económicas.

    ¿HACIA DÓNDE VAMOS DESDE AQUÍ?

    Tal vez la mejor manera de explicar la relación entre la teoría evolutiva y la experiencia canadiense en la política de bienestar social es puntualizar una vez más que la estrategia del gasto fracasó. Este resultado parecería ser congruente con las expectativas derivadas de la teoría evolutiva. El conflicto entre Quebec y el resto de Canadá continuó a pesar de los es-fuerzos federales por establecer en el país una nueva y amplia

    1 O POLITICA CANADIENSE DE BIENESTAR Y ETNOPOLITICA

    identidad basada en el altruismo colectivo. Los gobiernos provinciales colaboraron con amplios recursos para el bien-estar por muchas décadas porque la distribución del costo con Ottawa condujo a la acumulación de deuda y a postergar el combate de los efectos de la irresponsabilidad fiscal. Sólo en la última década, cuando factores internos y externos se com-binaron para indicar que era preciso frenar el crecimiento de la deuda, el gobierno federal comenzó a imponer límites al gasto.

    ¿Cuáles son, entonces, las conclusiones sobre el futuro de las políticas canadienses y sobre la perspectiva evolutiva apli-cada a la provisión de bienestar?

    El futuro en el entorno canadiense es desolador. Décadas de un gasto excesivo no han permitido elevar el nivel de inte-gración nacional. Más bien, los gobiernos federal y provincia-les están en desacuerdo sobre cómo lidiar con el problema de un abastecimiento supraóptimo a largo plazo de diversos bie-nes públicos. Sobra decir que este conflicto sólo exacerba las tensiones regionales existentes. El parlamento nacional está casi totalmente "balcanizado'', lo que indica que el proceso de desintegración nacional está llegando a un punto sin retor-no. Resulta irónico que las décadas de derroche, reflejado en transferencias de equilibrio y en una vasta gama de otras prác-ticas ineficientes, limiten el margen de maniobra del gobier-no federal para hacer frente a los problemas regionales.

    En cuanto a la teoría evolutiva, este artículo presentó dos hipótesis sobre el gasto en bienestar social y ofreció algunas evidencias sobre cada una. Aunque hay precedentes que apo-yan fuertemente la idea de que el nepotismo étnico desalienta el suministro de bienestar una vez que la diversidad étnica rebasa un inicio relativamente modesto, hay otros factores que explican el fenómeno. Los efectos de la interacción pue-den modificar e incluso revertir una aparente relación cau-sa-efecto. En particular, la estructura federal de Canadá pa-rece haber interactuado con la diversidad étnica para producir un resultado que es verdaderamente irónico y perverso. Re-tomando la preocupación de Sal ter sobre el etnocentrismo y la provisión de bienestar, el problema aquí no es que se gaste muy poco sino más bien demasiado.

    Las desafortunadas experiencias de los sucesivos gobiernos federales de Canadá sugieren la necesidad de imponer límites constitucionales al gasto deficitario y de esa manera protegerse de aquellas fuerzas que presionan hacia un incremento del gasto cuando las elecciones se acercan. De acuerdo con la experiencia canadiense, derrochar dinero frente a tensiones etnolingüís-ticas es una vía de acción tentadora, pero que finalmente está condenada al fracaso. Aparentemente, los conflictos etnolin-güísticos no pueden resolverse ni a corto ni a largo plazos me-diante políticas que terminan beneficiando a los ricos. G

    ¡ ~, J.~ .{

  • Perspectivas migratorias

    en el Canadá contemporáneo

    Canadá no podría entenderse sin hacer referencia a los inmigrantes y refugiados provenientes de diversas regio-nes del orbe. Por ejemplo, los grupos originarios de Asia (en particular los chinos) fueron imprescindibles en la construc-ción del ferrocarril transcanadiense, mientras que otros flu-jos de Europa Central y del Este (ucranianos, polacos) im-pulsaron el desarrollo agrícola en las porciones centrales de Canadá y Ontario. Innumerables fuentes han documenta-do la importancia crucial de estas corrientes de población. Canadá se ha edificado como una sociedad "abierta" en tér-minos de pluralidad cultural y de aceptación y tolerancia de la diversidad, pero desde esta óptica simplista se dejan a un lado pasadas "preferencias" inmigratorias, así como ciertos matices de selección racial que han caracterizado diferentes momentos históricos de Canadá. 1 En suma, a pesar de esto, los inmigrantes y refugiados son fundamen-tales para entender la gestación y el desarrollo del Cana-dá que hoy conocemos. 2

    1. Vic Satzewich, Racism and the lncorporation of Foreign Labour. Farm Labour Migration to Canada since 1945, Routledge, 1991, y" Migrant and lmmigrant Families in Canada; State Coercion and Legal Control in the Formation of Ethnic Families", Journal of Comparative Family Studies, vol. 24, núm. 3, 1990.

    2. No debe olvidarse que antes de la llegada de nuevas poblaciones algunos pueblos aborígenes formaron y enriquecieron cada una de las regiones que hoy constituyen Canadá.

    *Internacionalista egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y So-ciales de la UNAM. Maestro en Ciencia Política por la Universidad Carleton, Ottawa, Canadá .

    12 COMERCIO EXTERIOR, VOL. 52, NÚM. 1, ENERO DE 2002

    SEBASTIÁN ESCALANTE*

    Desde 1867 Canadá ha recibido aproximadamente 14 millones de inmigrantes . 3 Su legislación establece una clasificación peculiar para seleccionarlos. La clase inde-pendiente está supeditada a un sistema de puntos, 4 mien-tras que otras categorías (refugiados o inmigrantes con vínculos de reunificación familiar) quedan eximidas de dicho proceso de selección.

    Canadá, de acuerdo con sus planeaciones anuales de in-migración, ha mantenido una cuota anual correspondiente a 1 o/o de su población total. Sin embargo, durante 1999, de una estimación de 225 000 inmigrantes, sólo se aceptó a 189 914 personas; 51 o/o provino de Asia, y Toronto fue el prin-cipal destino de residencia, seguido de Vancouver. En 2000 fueron admitidas 226 83 7 personas, de las cuales 196 871 eran inmigrantes y 26 708 refugiados. 5 En el último plan para el período 2001-2002, el Ministerio de Inmigración y Ciuda-danía señaló que los principales países de origen de dichos

    3 . CIC, Canada ... The Place to Be. Annual lmmigration Plan for the Year 2000 , 1999.

    4. La actual política inmigratoria en Canadá -aún basada en un sistema de puntos que data de 1967- ha tenido cambios y actualizaciones, de los cuales destacan los ocurridos en 1978. Ese sistema mide niveles educativos, ma-nejo de idiomas, edad, experiencia profesional y factores de integración, entre otros componentes relacionados con el empleo, los cuales son indicadores esenciales para determinar el acceso a Canadá. Lorne Foster, Turnstile lmmigration. Multiculturalism, Social Order and Social Justice in Canada, Thompson Educational Publishing, Toronto, Canadá, 1998.

    5. c1c y Ministryof Multiculturalism and lmmigrations, British Columbia, News Release. Program Launched to Recognize Foreign Professionals , 2001, y Canada ... The Place .. ., op. cit.

  • CU A D R 01

    ASENTAMIENTO INMIGRATORIO POR ÁREA METROPOLITANA, 1999

    Area o ciudad Total %

    Toronto 83 267 44 Vancouver 27 785 15 Montreal 23 522 12 Calgary 6 749 4 Ottawa-Carleton 6 401 3 Edmonton 3 755 2 Winnipeg 2 928 2 Otras 35 507 19

    Fuente: Citizenship and lmmigration Canada, Planning Now far Canada 's Future, 2001.

    flujos fueron China, la India, Pakistán, Filipinas, Corea del Sur y Sri Lanka6 (véanse los cuadros 1y2).

    A pesar del acento especial en la reunificación familiar -prometidos, esposos, hijos dependientes menores de 19 años, padres y abuelos-, el total de inmigrantes indepen-dientes admitidos durante 2000 fue de 133201: 118 307 trabajadores capacitados (skilled); 13 645 inmigrantes de negocios (empresarios, inversionistas y trabajadores in-dependientes), y 1 249 nominaciones provinciales. 7 Ins-tancias como el Consejo Nacional Chino-Canadiense han señalado que el nivel de aceptación inmigratoria no ha sufrido graves variaciones . Sin embargo, comparado con montos anteriores, la proporción referente a la clase fa-miliar ha disminuido cerca de 30 por ciento.

    En Canadá, el control y la administración migratoria es un asunto de jurisdicción compartida entre el gobierno fe-deral y las provincias, excepto Quebec que a partir del Acuerdo Coullen-Couture8 mantiene su autonomía al respecto. Las proyecciones inmigratorias las establece el gobierno federal, en colaboración con las provincias y los territorios, así como con instancias gubernamentales como el Departamento de Recursos Humanos y Desarrollo.

    En términos muy generales si se compara con otros países, Canadá tiene una legislación de inmigración y re-fugio vanguardista en lo referente a políticas y procedí-

    6. En el caso de Quebec, alrededor de 32 000 nuevos inmigrantes fueron ad-mitidos en 2000, número que se espera incrementar en cerca de 40%. Quebec tiene como objetivo nodal atraer inmigrantes francófonos, por lo que ha pla-neado abrir oficinas para el efecto en el norte de A frica y el Medio Oriente. Marruecos fue el cuarto país emisor de inmigrantes a esta provincia duran-te 2000 y Argelia el tercero. Jane Davenport, "lmmigration Boosted " , The Montreal Gazette, 2 de marzo de 2001 .

    7. CIC, News Release ... , op. cit. 8. En abril de 1991 se firmó un nuevo acuerdo federal con la provincia de

    Quebec, que remplazó el acuerdo previo.

    C U A D R O 2

    INMIGRACIÓN TOTAL A CANADÁ, 1999·2000

    País de origen 1999 Lugar 2000 Lugar

    China 29 116 1 36 664 India 17 431 2 26 004 2 Pakistán 9 299 3 14 163 3 Filipinas 9 163 4 10 063 4 Corea del Sur 7 213 5 7 602 5 Sri Lanka 4 720 9 5 832 6 Estados Unidos 5 539 7 5 806 7 Irán 5 905 6 5 598 8

    Fuente: Citizenship and lmmigration Canada, Planning Now far Canada's Future, 2001.

    mientos. 9 La Ley de Inmigración (Immigration Act) de 1975-entró en vigor en 1978- constituye el texto guía que estipula diversas políticas y medidas en torno a la in-migración y el acceso al asilo en Canadá,

    Al respecto, el gobierno federal ha promovido la revisión y actualización de los procedimientos migratorios a fin de contar con un sistema más actualizado y menos complejo. La Ley de Inmigración se enmendó alrededor de 30 veces, pero no ha tenido una revisión sistemática en más de dos décadas. El Departamento de Inmigración y Ciudadanía continúa basándose en dicha Ley y en la de Ciudadanía, 10 las cuales hasta la fecha no se han modificado.

    Sin embargo, en abril del 2000 apareció la propuesta de ley (Bill C-31) conocida comoANew Immigration and Refugee Protection Act11 con el fin de instrumentar una legis-lación migratoria más acorde con la actual realidad canadiense y con el entorno global. 12 Esta iniciativa quedó en el aire cuan-do el primer ministro, Jean Chrétien, disolvió el Parlamen-

    9. Además de programas de fomento al inmigrante de negocios, inversionistas y empleados independientes, en materia de asilo Canadá fue el primer país que creó guías para procesar peticiones de refugio con determinantes de gé-nero (marzo de 1993); la consideración de los derechos del niño y de la mujer como derechos humanos no tiene precedentes. El sistema en conjunto tie-ne un espíritu altamente humanitario y es sumamente generoso en sus re-sultados. Organización de los Estados Americanos (OEA), Informe sobre la situación de los derechos humanos de los solicitantes de asilo en el marco del sistema canadiense de determinación de la condición de refugiado, Co-misión lnteramericana de Derechos Humanos, Washington, 2000, p. 67.

    1 O. El 25 de noviembre de 1999 se presentó a la Cámara de los Comunes una nueva Legislación sobre la Ciudadanía Canadiense (Citizenship of Canada Act) la cual, de haberse aprobado, hubiera sido la reforma legislativa más importante en más de 20 años.

    11. Estas regulaciones pueden consultarse en la página del Departamento de Ciudadanía e Inmigración Canadiense: .

    12. Esta propuesta de ley y sus regulaciones se han debatido y consensado de manera transparente y abierta. Las provincias y territorios, así como los miem-bros del parlamento, los grupos de interés (ONG)y el público en general, han tenido la oportunidad de participar en el debate reciente en torno a los lineamientos propuestos.

    COMERCIO EXTERIOR, ENERO DE 2002 13

  • to el 22 de octubre de 2000 para convocar a elecciones ge-nerales, de las que resultó reelecto. En febrero de 2001 se pre-sentó ante la Cámara de los Comunes una nueva iniciativa, conocida como Bill C-11, la cual incorpora algunas enmien-das, pero mantiene en sí las mismas previsiones de la inicia-tiva anterior. De aprobarse, esta legislación sustituiría a la actual en materia inmigratoria. 13

    A pesar de que la Bill C-11 aún no se aprueba, es impor-tante resaltar los aspectos que ahí se prevén, los cuales han sido objeto de debate y discusión no sólo pública, sino de orga-nismos no gubernamentales. 14 En general, hay un escenario de preocupación ante la percepción negativa del gobierno canadiense en torno a la inmigración. En las mencionadas propuestas legislativas el gobierno federal insiste en "contro-lar" a los inmigrantes ilegales o indocumentados, enriquecien-do un discurso que se relaciona más con asuntos de seguridad nacional, criminalidad y abuso del sistema de refugio. Esta óptica ocasiona que la distinción entre inmigrantes y refu-giados se desvanezca, reproduciendo incluso un lenguaje basa-do en estereotipos que enmarca a los refugiados e inmigrantes como una amenaza. De esta manera, se vuelve lugar común relacionar al terrorismo, la inseguridad y el tráfico ilegal de personas con elementos neorracistas y xenofóbicos. De he-cho, tanto la iniciativa C-31 como la C-11 prevén mayores poderes discrecionales, así como nuevas restricciones de ad-misión con el fin de "fortalecer la integridad del sistema de refugio" así como de "proteger" a la sociedad canadiense. 15

    Sin embargo, a pesar de ello es importante reconocer los de-sarrollos positivos sin precedente que también se proponen.

    LAS PROPUESTAS LEGISLATIVAS C-31 Y C-11

    Dos estudios sobre inmigración y refugio figuran como an-tecedentes de las iniciativas C-31 y C-11. El primero lo dio a conocer en 1998 el Departamento de Inmigración y

    13. Citizenship and lmmigration Ca nada (CIC), News Release. lmmigration and Refugee Protection Act lntroduced, , 2001.

    14. Entre los que destacan: The Maytree Foundation ; The Caledon lnstitute of Social Policy ; The Canadian lnstitute of lnternational Affairs ; The Canadian Council for Refugees ; Skills for Change, Toronto ; The Community Legal Education Ontario ( CLEO), The Getting Landed Project in Toronto & Ottawa; The Southern Ontario Sanctuary Coalition; The Coalition for Just lmmigrant and Refugee Policy; Citizens for Public Justice; The lnter-church Committee for Refugees.

    15. Sharryn J. Aiken, Comments on Bill C-11 Re/ated to National Security and Terrorism, Centre for Refugee Studies, York University, Submission to the House of Commons, Standing Committee on Citizenship and lmmigration , 2001.

    14 PERSPECTIVAS MIGRATORIAS EN El CANADÁ CONTEMPORÁNEO

    Ciudadanía, y se titula Not just Numbers: A Canadian Fra-mework far Future Immigration. El estudio se encargó a un órgano asesor independiente para conocer algunos linea-mientos en torno a la política inmigratoria. Aquí se condensan 172 recomendaciones sobre las principales metas en mate-ria de adaptación y actualización inmigratoria para el nue-vo milenio. La principal recomendación de este informe fue establecer una legislación marco (framework legislation), la cual se complementaría con regulaciones que servirían como nuevos procedimientos.

    Un segundo antecedente es el libro blanco sobre asuntos migratorios que incorpora las propuestas del gobierno federal sobre el tema. Titulado Buildingfar a Strong Foundation far the 21 st Century. New Directions far lmmigration and Refugee Policy and Legislation (1999), en él se enuncian diez puntos nodales para la readecuación de la política inmigratoria ca-nadiense:

    1) Ajustar los objetivos en una nueva ley inmigratoria más coherente, clara y simple.

    2) Fortalecer las jurisdicciones o responsabilidades en ma-teria inmigratoria (acuerdos con diversas provincias en materia de asentamiento y reclutamiento de trabajadores). 16

    3) Fortalecer la reunificación familiar en Canadá. 4) Modernizar el sistema de selección para trabajadores

    calificados e inmigrantes de negocios. 5) Facilitar la entrada de trabajadores extranjeros tempo-

    rales altamente calificados, así como de estudiantes. 6) Introducir un criterio transparente (accountability) para

    obtener el estatus de residente permanente. 17

    7) Fortalecer la protección del refugiado. 8) Mantener la seguridad de la sociedad canadiense. 9) Mejorar la eficiencia del sistema inmigratorio. 1 O) Reenfocar los poderes discrecionales. La iniciativa C-11 promueve cambios respecto a la edad

    para disfrutar del "patrocinio" (sponsorship) de familiares. Considera la recuperación de gastos por los trámites admi-nistrativos en que incurra quien tenga interés por "patroci-

    16. En la sección 109 de la Ley de Inmigración se estipulan los lineamientos para establecer acuerdos con las provincias canadienses considerando las nece-sidades especificas de éstas en inmigración, economía e industria (Lor ne Foster, op. cit.). Aparte de Quebec, hasta la fecha se han instaurado acuer-dos con Manitoba (1998), Saskatchewan (marzo de 1998), Columbia Bri-tánica (mayo de 1988), Nueva Brunswick (febrero de 1999) y Terranova-Labrador(septiembre de 1999) Datos disponibles en .

    17. En 1997-1998 el Departamento de Inmigración destinó 357 millones de dó-lares canadienses (excluyendo 80 millones de Quebec) para fines de asen-tamiento e integración. Este dinero se ha invertido en varios programas: para Asistencia en el Ajuste; de Adaptación y Asentamiento del Inmigrante; Re-ceptor y de Instrucción de Idiomas para Inmigrantes (Lome Foster, op. cit.) .

  • nar" familiares en Canadá. 18 Asimismo, extiende la clase de reunificación familiar considerando a niños en adopción, así como infantes adoptados y "biológicos," además de proteger los intereses de éstos en el exterior para fines de reunificación.

    Respecto a la definición de conyuge, 19 se aprobó redefinir este término para incluir parejas del mismo sexo y common-law spouses. 20 Este tipo de relaciones se reconocen en diversas guías administrativas, pero en lo que concierne a la inmigración se han manejado de manera discrecional. Previamente, esas re-laciones se examinaban en "contextos humanitarios y de soli-daridad" (humanitarian and compassionate grounds). La nue-va interpretación intenta eliminar la discriminación por estatus civil o por la relación con otra persona.

    Las iniciativas C-31 y C-11 proponen un nuevo método de selección basado en un sistema de puntos más actualiza-do, el cual consideraría elementos más flexibles para atraer un mayor número de trabajadores calificados, inversionistas y trabajadores independientes. En este sentido, en el sistema de puntos importaría más la experiencia laboral y las cuali-dades relacionadas con la oferta de empleos en Canadá. Será necesario admitir personas con capacidades "flexibles y trans-feribles", es decir, que puedan adaptarse a un rango variado de ocupaciones y que su acceso no esté determinado por cri-terios tajantes de aprobación o rechazo. 21

    También se considera emitir tarjetas de residencia que servirían como documento de identificación en Canadá. Las compañías de transportación tendrían que solicitar una visa o en su caso esa tarjeta a quienes declaren ser residentes (tem-porales o permanentes) . Esta medida "protegería" al resto de los habitantes y permitiría un mejor control.

    Respecto a las peticiones de asilo, se espera reducir de cinco a tres años el tiempo promedio de espera para determinar el estatus de las peticiones. Se establecieron lineamientos para evitar que se sigan generando "refugiados en el limbo" (lim-bo refugees), además de reivindicar la tradición humanitaria de Canadá en ese aspecto. Según el Consejo Canadiense para

    18. Cuando alguien accede a "patrocinar" a algún extranjero, se obliga ante el gobierno federal a responsabilizarse del cuidado de este último por un mí-nimo de 1 O años.

    19. Entre las consultas que se propusieron en el informe del Comité del 6 de enero de 1998, se estableció que la definición de spouse, para los propósitos de las leyes de Inmigración y Ciudadanía, debería leerse así:" ... esposo (a) de-bería definirse como: a] una pareja establecida por un matrimonio legal en la jurisdicción en que éste ocurrió, o b] una pareja en una relación íntima, incluyendo la cohabitación de por lo menos un año de duración, con la con-dición de prueba en responsabilidad del solicitante en ambos casos ... " .

    20. Jennifer Hyndman, "Gender and Canadian lmmigration Policy. A Current Snapshot'', Canadian Women 's Studies, vol. 19, núm. 31, Toronto, 1999.

    21. CIC, Factsend Figures. lmmigration Overview, , 1999.

    los Refugiados ( Canadian Council for Refugees o CCR) con datos de la División de Determinación de Refugiados con-forme a la Convención ( CRD D, enero de 2000) sólo se aceptó 46% de peticiones de refugio y 13% se abandonaron. A fi-nes de 1999 sólo había 24 732 casos pendientes (lo cual no es un avance considerable ya que eran 23 270 en 1998, 30 915 en 1996 y 28 780 a fines de 1997). 22

    LA POLÍTICA MIGRATORIA A DEBATE

    La discusión sobre la política inmigratoria ha estado cons-tantemente influida por sentimientos públicos que re-flejan elementos etnocentristas, en los que se enmarca a los inmigran tes como una amenaza socioeconómica y cultural. 23

    En diversas encuestas nacionales, en los medios de comuni-cación e incluso en documentos oficiales se ha afirmado que las repercusiones positivas de la inmigración son mínimas.24

    Alan Simmons ha señalado que el tema de la inmigración en Canadá ha estado encubierto con discursos que resaltan su efecto económico negativo, en particular sobre la manera en que los inmigrantes afectan el crecimiento económico y crean, además, inseguridad laboral para los canadienses que buscan empleo. 25

    Sin embargo, tanto la Bill C-31 como la C-11 proponen mayores controles y sanciones para los individuos que no porten documentos de identidad y busquen obtener el asi-lo. Esta medida fue criticada por diversas agrupaciones civi-les que subrayan que para muchos refugiados la carencia de

    22. Según el CCR, los 1 O principales países en términos de número de peticio-nes de refugio, así como de su tasa de aceptación en 1999fueron: 1) Sri Lanka, 76%; 2) China, 34%; 3) Pakistán, 50%; 4) Hungría, 8%; 5) India, 25%; 6) México, 22%; 7) Congo, 62%; 8) Rusia, 48%; 9) Irán, 70%; 10) Colombia, 50%. Nótese la incidencia de peticiones de refugio presentadas por Méxi-co. Para una reflexión más detallada véase Sebastián Escalante, "Refu-giados mexicanos en el Canadá de los noventa: reconsiderando algunas suposiciones migratorias", en Teresa Gutiérrez-Haces, Canadá: un Esta-do posmoderno, Plaza y Janés, México, 2000.

    23. Peter S. Li, "The Economics of Brain Drain: Recruitment of Skilled Labour to Canada", en Vic Satzewich (ed.), Deconstructing a Nation: lmmigration, Multiculturalism and Racism in 90's Ca nada, Fernwood Publishing, Canadá, 1992.

    24. Peter S. Li (op. cit.) destaca que el Consejo Económico de Canadá, en Economic and Social lmpacts of lmmigration, establece que la inmigración es benéfica para el país básicamente por el incremento del consumo y que sólo resalta sus beneficios por su contribución al PNB a partir del crecimiento poblacional. Para otras críticas comunes véase "A Mismanaged lmmigration Department", The Toronto Star, 12 de agosto de 1999.

    25. Por ejemplo, diversos puntos de vista relacionan a los refugiados con la" mi-gración económica", con un asylum-shopping, o a la inmigración en gene-ral con vandalismo, crimen, contrabando de bebés (passportbabies), etcé-tera. A pesar de esto, es necesario hacer hincapié en que aproximadamente la mitad del crecimiento poblacional canadiense proviene de la inmigración. Lorne Foster, op. cit., p. 19.

    COMERCIO EXTERIOR, ENERO DE 2002 1 5

  • documentos de identidad de-pende del país del que proce-dan o de la situación de la que estén escapando, por lo que tal requisito no debería imponer-se como barrera para gozar de la protección.26

    Canadá, de acuerdo con sus planeaciones anuales de

    inmigración, ha mantenido una cuota anual correspondiente

    a 1 % de su población total. Sin embargo, durante 1999,

    Se estipulan mayores capa-cidades discrecionales para los funcionarios de inmigración, lo cual también se ha visto con

    de una estimación de 225 000 inmigrantes, sólo se aceptó

    a 189 914

    detenimiento, debido a la falta

    de sensibilidad y al inadecuado entrenamiento de ese per-sonal (fundamentalmente en casos que presentan determi-nantes de género o antecedentes de tortura).

    Comparado con las demás propuestas de ambas iniciati-vas, el tema de los refugiados ha ocasionado un debate mu-cho más in tenso. Tanto Amnistía Internacio na! como el Al to Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados han sugerido que se reconsideren varios procedimientos. 27 Al res-pecto, se ha especificado que la propuesta C-11 contiene con-ceptos vagos referidos al tráfico de personas, criminalidad, terrorismo y tortura que pueden tener una interpretación muy amplia en detrimento de este sistema de protección. 28

    En suma, esta pieza de legislación equipara la criminali-dad e inseguridad con los asuntos migratorios. Establece la necesidad de eliminar las redes de contrabando de personas, incrementar los canales de detención y abatir la creciente inmigración ilegal. 29

    A pesar de que Canadá establece, en teoría, una clara di-ferencia entre inmigrantes y refugiados,30 el surgimiento de estas restricciones compacta las diferencias entre refugiados, ilegales, criminales, etcétera. Newland y Papademetriou31

    indican que algunos estados han empezado a establecer nue-

    2 6. Amnesty lnternational (Al), News Release. Brief on Bill C-11. An Act Respecting lmmigration to Canada and the Granting of Refugee Protection to Persons WhoAre Displaced, Persecutedor in Danger , 2001, y Sharryn J. Aiken, op. cit.

    27. lbid. 28 . Sharryn Aiken, op. cit. 29. Andrew Brouwer, Ther New lmmigrationAct: More Questions than An-

    swers, The Maytree Foundation , 2000.

    30. De ahl nació la Junta Canadiense sobre el Refugiado, entidad administrati-va autónoma que examina los casos de refugio. OEA, op. cit., y Gerald Stobo, "The Canadian Refugee Determination System", Texas lnternational Law Journal, vol. 29, núm. 3, 1994.

    31. Kathleen Newland y Demetrios Papademetriou, "Managing lnternational Migration: Tracking the Emergence of a New lnternational Regime", UCLA Journal of lnternational Law and Foreign Affairs, núm. 595, 1998, pp. 637-657.

    16 PERSPECTIVAS MIGRATORIAS EN El CANADÁ CONTEMPORÁNEO

    vos sistemas internacionales en los que se insiste en la pro-tección del refugiado y del asilo, mientras que otros resaltan la inmigración ilegal o indocumentada. En general, señalan que empieza a desaparecer la tolerancia y casi se ha elimina-do la línea existente entre refugiados y otros inmigrantes, aqué-llos que entran al país legal e ilegalmente.

    En julio de 1999 llegaron 599 chinos a las costas de Co-lumbia Británica, lo cual causó una polémica nacional cuando se les equiparó con criminales. La prensa publicó numero-sas noticias sobre este suceso. Armstrong32 señaló que el gas-to en que incurrió el gobierno federal para detener a esos chi-nos ascendió a 36 millones de dólares. De los 599 asiáticos, se rechazó a 403 de ellos y se deportó en masa a esos cientos de "criminales" que estaban resguardados en prisiones de Co-lumbia Británica. 33 Este trato injusto a refugiados que ingre-saron al país ilegalmente ha generado múltiples críticas al sis-tema de refugio canadiense. 34

    Es preciso crear nuevos mecanismos para erradicar las re-des de contrabando de personas, pues constituyen una "cre-ciente amenaza" para la seguridad. 35 Por ejemplo, un viaje organizado de Europa del Este a Marruecos podría costar

    32. Jane Armstrong, "The Boat People 's Big Gamble", The Globe and Mail, 22 de julio de 2000.

    33. Dene Moore, "90 lllegal Migrants Deported to China", The Toronto Star, 11 de mayo de 2000.

    34. Por un lado se restringe el acceso a "i legales" chinos, mientras que por otro se admite sin mayor problema a 7 000 kosovares. Ciertas posiciones toda-vía perciben al refugiado como invasor o usurpador del sistema canadien-se. Brian Laghi, "Kosovo Refugees May Make Ca nada a Permanent Home», The Globe and Mail, 12 de mayo de 1999.

    35. De cualquier manera, la inmigración ilegal es muy difícil de contener y da lugar a nuevas estrategias de supervivencia y una mejor planeación de ru-tas para reincidir en la ilegalidad, ya que esa oferta de trabajo es esencial, pues se desempeña como personal de limpieza, vendedores, asistentes de mercadeo, trabajadores de bares o restaurantes, prostitutas, empleadas domésticas o empleados temporales. Néstor Rodríguez, "The Battle for the Border: Notes on Autonomous Migration, Transnational Communities and the State", Social Justice, vol. 23, núm. 3, 1996, y Jack Burguers y Godfried Engbersen, "Globalisation, Migration and Undocumented Migrants", New Community, vol. 22, núm. 4, octubre de 1996.

  • alrededor de 500 dólares.36 Sin embargo, una travesía más prolongada, como de China continental a Estados Unidos o a Canadá podría costar hasta 30 000 dólares por persona. 37

    En esta misma dinámica de "protección" de las fronteras se ha informado sobre la presencia de canadienses ilegales en Estados Unidos. Jiwa38 señala que son cerca de 144 000. Este número se incrementa cada año en 8 000 personas. Smith destaca que esta percepción negativa tiende a sobreponerse sobre las demás categorías migratorias, perpetuando senti-mientos antiinmigratorios exagerados,39 algunos de los cuales son también encabezados por grupos o partidos conservado-res en Canadá. 40

    Múltiples ONG señalan que fa referencia negativa al fenó-meno inmigratorio no atiende otro tipo de necesidades pen-dientes en la sociedad canadiense. Por ejemplo, The Maytree Foundation ha señalado que muchos inmigrantes tienen con-siderables problemas para que se les reconozcan sus habili-dades o profesiones. La acreditación de dichos estudios se ha convertido en un asunto urgente porque cada provincia tie-ne una instancia diferente para tal fin. 41 Algunos analistas han señalado que la productividad canadiense está en declive debido a esa falta de reconocimiento de las calificaciones. Por

    36. Cálculos defines de los noventa cuantifican que el tráfico de personas en el mundo representa de 5 000 a 7 000 millones de dólares al año y que quizá es mucho más rentable que el tráfico de estupefacientes (Kevin Tessier, "The New Slave Trade: The lnternational Crisis of lmmigrant Smuggling", lndia-naJournalofGloba/Lega/Studies, vol. 3, núm. 1, 1995). Por ejemplo, el precio promedio que un individuo paga para entrar ilegalmente a Estados Unidos es de 30 000 dólares. Esto significa que un barco cargado con ilegales equivale a cerca de 15. 7 millones de dólares, lo que reditúa una ganancia de 3 000 millones a los traficantes. En el caso particular de Canadá, el dinero que se obtiene con el tráfico de personas se calcula entre 120 y 400 millones de dólares anuales. La patrulla fronteriza canadiense aprehendió tan sólo en Vancouver casi el doble de personas ilegales durante 1998 en comparación con 1997, y descubrió redes de tráfico de niños provenientes de Honduras que eran utilizados como vendedores de drogas. lnternational Organization for Migration, Trafficking in Migrants, núm. 19, julio de 1999.

    37. Peter Stalker, "Lubricating the Flow", Workers withoutFrontiers. lmpactof Globalization on lnternational Migration, Lynne Rienner Publishers lnc., Boulder, Colorado, 2000.

    38. Salim Jiwa, "!Ilegal Canadians Sneaking into US by the Thousand", The Province, 4 de octubre de 1999.

    39. Desde una perspectiva posmaterialista, se ha señalado que la inmigración ilegal implica una mínima aplicación de las leyes y que es en realidad una cir-cunstancia propia del mercado laboral que no puede detenerse con medi-das draconianas. Diversos estados instrumentan medidas anti ilegales, pero mantienen un sistema de back-door para recibir o "dejar pasar" aquellos inmigrantes ilegales necesarios en ciertas posiciones de trabajo. Michael J. Shapiro, "Narrating the Nation, Unwelcoming the Stranger: Anti-lmmigration Policy in Contemporary Ame rica", Alternatives, núm. 22, 1997.

    40. "How Warm our Welcome?: Debating Canada's lmmigration Policy in the Wake of this Summer's Migrants", National Post, 30 de septiembre de 1999, y CIC y Ministry of Multiculturalism ... , op. cit.

    41 Algunas provincias, como Columbia Británica, han iniciado programas de reconocimiento de acreditaciones, tomando en cuenta sus requerimien-tos de trabajo.

    ejemplo, 1O279 inmigrantes pretendían ocuparse como in-genieros civiles, mecánicos, eléctricos y químicos durante 1991-1994. En abril de 1996 sólo 5 770 de esos inmigrantes practicaban en realidad su profesión, constituyendo lo que muchos académicos han llamado habitantes de segunda clase. 42

    Más que debatir los asuntos migratorios meramente en la esfera federal, muchas ciudades y municipalidades des-empeñan un papel fundamental en la prestación de servi-cios de educación, salud, refugio, apoyo legal, idioma, et-cétera. Desafortunadamente, dichos servicios están siendo recortados y virtualmente en desaparición, como sucede en ciertas ciudades o áreas metropolitanas. Metro-Toronto y la contracción de apoyos a los programas de inglés como segundo idioma (ESL, English as a Secondlanguage) son un claro ejemplo. 43

    Los permisos de trabajo también deberían ser más flexi-bles y habría que establecer mecanismos de financiamiento para inmigrantes recientes con el fin de que iniciaran algu-nos estudios. Las propuestas para que ingresen al mercado de trabajo quienes están en proceso de que se dictamine su pe-tición de refugio cuentan con la simpatía de la sociedad pro-gresista canadiense. Es urgente asimismo formular políticas en torno al futuro de las relaciones raciales entre diversos inmigrantes y no inmigrantes, así como medidas para erra-dicar la pobreza, marginación y discriminación de los inmigrantes y refugiados . Además, es necesario coordinar acciones que respondan a la falta de reconocimiento y vali-dez de las capacidades profesionales (credentials) adquiridas en otros países. Es claro, así, que el entorno para el asenta-miento de los inmigrantes y refugiados no es tan fácil y menos aún para las corrientes recientes.

    Kazemipury Halli44 señalan que los índices de marginación y pobreza se pueden difuminar si se considera a los nuevos mo-vimientos inmigratorios como un grupo homogéneo, sin prestar atención a otros indicadores.45 Los inmigrantes registraron ta-sas de pobreza más elevadas que los no inmigrantes y que el pro-medio nacional. Mientras que el nivel de pobreza nacional en Canadá era de 15.6% en 1991, para los inmigrantes la tasa era de 19 .2% y la de los no inmigrantes de 14.8 por ciento.

    42. Canadá no es el único en esta situación. Países como Australia han calcula-do pérdidas entre 100 y 350 millones de dólares en 1990 por la falta de re-conocim iento de estas capacidades (credentials) al inmigrante.

    43. Jennifer Hyndman, op. cit. 44. A. Kazemipury Shiva 5 Halli, "The Colour of Poverty: A Study of the Poverty

    of Ethnic and lmmigrant Groups in Canada", lnternational Migration, vol. 38, núm. 1, 2000, pp . 69-81.

    45. Los niveles de pobreza dependen del origen étnico, del periodo de inmigra-ción, de la edad al inmigrar, así como de su ubicación geográfica en Cana-dá. La experiencia de los nuevos inmigrantes no puede equipararse con los movimientos anteriores.

    COMERCIO EXTERIOR, ENERO DE 2002 17

  • CONCLUSIÓN

    La rápida revisión sobre las posibles orientaciones de una nueva legislación inmigratoria ayuda a entender que la inmigración es un proceso multifacético, determinado por diversos factores y enmarcado en un marco histórico espe-cífico. Los debates contra la inmigración no son nuevos en Canadá, ni tampoco los discursos en favor de ésta. Los inmigrantes y refugiados permanecerán inscritos en los dis-cursos de ilegitimidad, de restricción. A pesar de ello, es ne-cesario resaltar su efecto positivo. A unos y otros se les de-bería ver como "agentes de cambio" ya que alteran supuestos estáticos e inamovibles y participan en diversos mecanismos que promueven el cambio social.46 No se les debería anali-zar como agentes pasivos, insertos en dinámicas de acepta-ción-control-rechazo, utilizando discursos de seguridad y bienestar de los demás habitantes de una comunidad polí-tica determinada.

    Canadá, al igual que otros países del orbe, se enfrenta a un cambio social propuesto paralelamente por inmigrantes y refu-giados. Las recomendaciones del Departamento de Inmigración y Ciudadanía canadiense contienen ciertos aspectos polémicos. Su inclusión en un aparato legislativo necesariamente implica aprobar o denegar varios puntos de vista. La discusión sobre la formulación de estas nuevas directrices migratorias o legislación marco (framework legislation) fue producto de extensas consul-tas con diversos sectores del gobierno federal, autoridades pro-vinciales y grupos de interés. Este debate público es sin duda digno de celebrarse, al igual que los cambios ahí plasmados, los cuales tienen la finalidad de dar una cabal respuesta a la evolu-ción de la sociedad canadiense.

    A pesar de los lineamientos ahí previstos, es complicado encontrar respuestas simples a diversos puntos concernientes con la inmigración y el refugio: ¿Cómo manejar las nuevas migraciones? ¿Cómo resolver asuntos de inequidad social y equilibrar las condiciones de vida de los nuevos inmigrantes? ¿Qué solución puede instrumentarse para disminuir el con-flicto imperante en las relaciones raciales en Canadá? ¿Cuál es la vigencia y efecto de un "ideal" mulriculruralista frente a la situación que impera en Canadá?

    Toda política inmigratoria tiene repercusiones determi-nadas por estrategias específicas o planes de mediano o lar-go plazos. Una política tal deberá propiciar la diversidad

    46. Inmigrantes y refugiados participan en múltiples agrupaciones, nichos y or-ganizaciones civiles en los países receptores, abogando por temas relacio-nados con los derechos humanos, reivindicación del estatus de la mujer, asun-tos de género, respeto a las minorías, vínculos sobre su etnicidad, apoyo a la movilidad y concientización política, etcétera, enriqueciendo el entorno sociopolítico y cultural de un espacio determinado.

    18 PERSPECTIVAS MIGRATORIAS EN EL CANADÁ CONTEMPORÁNEO

    étnica y la distribución de la población con un sistema de asentamiento dinámico y coherente con la realidad actual, evitando la autoimposición de perspectivas draconianas so-bre admisión-exclusión. A pesar de que la política inmigratoria canadiense no es explícitamente racista, aún tiene matices neorracistas que promueven inequidades y beneficios a cierto tipo de inmigrantes en detrimento de otros.47 Debe tenerse presente que para ciertos círculos la creciente inmigración asiática se considera una amenaza para la identidad nacional, reproduciendo discursos racistas (por ejemploMonster Houses en la Columbia Británica) fundados en procesos de racia-lización y estandarización que interpretan a los inmigrantes y refugiados como un grupo uniforme, estático, relaciona-do con el contrabando, el crimen y la ruptura social.48 Los refugiados e inmigrantes no deben ser considerados entes homogéneos, pues en realidad están constituidos por múl-tiples componentes.

    Canadá ha iniciado una etapa de revisión y adecuación legislativa muy importante. Los temas que se han conside-rado, así como las enmiendas propuestas, seguramente se plas-marán en una ley inmigratoria actualizada acorde con los nuevos tiempos, la cual tendrá que aprobarse en un futuro muy cercano. Esto no implica una solución automática para los retos de Canadá en materia de refugiados e inmigrantes, pero podría constituir el inicio de una nueva relación y un nuevo entendimiento. G

    47. Alan Simmons destaca que la formulación de ciertos programas (como el de trabajadores temporales) propicia una clasificación y preferencia de acuer-do con estereotipos y" cualidades" fundamentadas en criterios raciales. De tal manera que se prefiera a una niñera proveniente de Filipinas por crite-rios de ternura, confianza y femineidad, en vez de otra de origen caribeño, a quien podría considerarse más ruda, menos limpia o trabajadora invocando suposiciones fundadas en determinismos raciales. Alan Simmons, "Racism and lmmigration Policy", en Vic Satzewich (ed.), Racism and Social lnequality in Canada, Thompson Educational Publishing, Canadá, 1998.

    48. Gilian Creese y Laurie Peterson, "Racializing Chinese Canadians", Studies in Political Economy, núm. 51, Canadá, otoño de 1996.

  • AP AUDEMARS PIGUET

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    Presidente Mazaryk 440 colonia Polanco, 11560 México, D.F. 52-81-3992

  • Canadá y la nación americana

    ... si durante el siglo XIX viajamos del colonialismo a la independencia, ahora nuestra labor es viajar hacia

    la interdependencia sin sacrificar nuestra independencia .

    CARLOS FUENTE S, 1987

    U na expresión de moda en la era tecnológica es la de "globalización". El concepto holístico de un mundo interconectado es otro rito de paso para la civilización. Hace mucho tiempo los mapas de Jerusalem, Mesopotamia, Ate-nas y el imperio romano representaban los límites del mun-do conocido. Más tarde, en el imperio británico el sol "nunca se ocultó" y hasta pequeñas islas, desde Tristán de Cunhahasta Pitcairn y Diego García, fueron incluidas como puntos estra-tégicos a lo largo de un emporio de comercio mundial.

    Hoy la Pax Americana de Estados U nidos rige el ciberes-pacio y está a la cabeza en comunicación digital, aeroespacial y en investigación submarina. El "nuevo mundo" de las Amé-ricas, que alejó a los exploradores europeos de las especias de Asia, es el hogar de más de 600 millones de personas (aún lejos de los alcances demográficos de China y el sur de Asia).

    En el epígrafe Carlos Fuentes establece el concepto de inter-dependencia hemisférica para las Américas. La sociedad civil, en la era de la globalización, no puede esperar que una red mundial de intereses comerciales y de inversión se desarrolle en una farsa de protección a la soberanía tradicional y a la cultura. El estira y afloja entre fronteras, ya sea económico,

    *Presidente del Instituto Canadiense de Estudios Mediterráneos, Uni-versidad de Toronto, Canadá . Traduc-ción del inglés de Cedrian López Bosch-Martineau.

    20 COMERCIO EXTERIOR, VOL. 52, NÜM. 1, ENERO DE 2002

    DAVID ANIDO*

    cultural, político o militar, ha cambiado por siempre el concep-to decimonónico de estado-nación. Las culturas regionales y los pequeños poblados, el crecimiento de "grupos de ciudades empeñosas y emprendedoras" (como las ciudades-estado grie-gas) o los arreglos bilaterales y multilaterales, han desmoro-nado las antiguas fronteras imperiales y los sistemas políticos.

    Las instituciones más antiguas de América Latina son la iglesia, el ejército y los modelos imperiales español y portu-gués. Las instituciones más antiguas de América del Norte provienen de la rebelión religiosa de los "padres peregrinos", la lealtad a los modelos imperiales británico y francés, las relaciones con los pueblos aborígenes y la inmigración de múltiples y diversos grupos nacionales. Carlos Fuentes está en lo cierto cuando se refiere a un futuro hemisférico de in-terdependencia, aunque tal filosofía presenta retos para la cultura e incluso para la soberanía.

    El Lamento por una nación, de George Grant, publicado en 1965, es una obra pionera en la literatura política cana-diense en la que previene sobre la integración cultural. Grant predijo el declive y el fin de Canadá tras una paulatina fusión cultural con Estados Unidos. Su tesis era que el nacionalis-mo conservador que había protegido a Canadá bajo el res-guardo imperial británico estaba dando paso a un nuevo li-beralismo que no vio una razón de peso para que las culturas independientes sobrevivieran.

    En el caso de Canadá, se trataba de un ideal colectivo que se enfrentaba a su contraparte, el individualismo de Estados Unidos. Los franceses e ingleses de la Norteamérica británi-ca se habían confederado deliberadamente en una nueva nación canadiense en reacción al republicanismo de Estados

  • Unidos. Pero cuando Francia y el Reino Unido perdieron su primacía en los asuntos canadienses, la influencia de Estados Unidos creció. El "lamento" de Grant por su país refleja esa influencia: "La civilización moderna hace anacrónicas todas las culturas locales. No hay lugar para las culturas locales donde la ciencia moderna ha impuesto su dominio. A me-nudo se ha argumentado que la geografía y el idioma causa-ron la derrota de Canadá. Pero detrás de ellos hay una nece-sidad incomparablemente más poderosa. Nuestra cultura se debatió en las aspiraciones de la era del progreso. El argumen-to de que Canadá, una cultura local, debe desaparecer, pue-de por consiguiente expresarse en tres pasos. Primero: los hombres de todas partes se mueven inevitablemente hacia un Estado universal y homogéneo. Segundo: los canadienses viven al lado de una sociedad que es el corazón de la moder-nidad. Tercero: casi todos los canadienses piensan que la modernidad es buena, así que nada esencial distingue a los canadienses de los estadounidenses. Cuando se doblegan ante 'el estilo de vida americano,' ellos mismos se ofrecen ante el altar de la diosa occidental reinante." 1

    El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el crecimiento de la internet han sustentado la ad-vertencia de Grant. En un artículo reciente se estimó que 87% del comercio internacional canadiense neto lo conforma el comercio bilateral con Estados Unidos. Con lazos económi-cos de esas proporciones, incluso hablando de una moneda común en América del Norte, los vínculos culturales se ven obligados a fortalecerse. En tanto, las instituciones políticas seguirán siendo, por ahora, la identidad de Canadá.

    La desaparición virtual del programa de relaciones cultu-rales internacionales del gobierno canadiense significa que los países del mundo, incluido Estados Unidos, tienen me-nos conocimiento de lo que distingue a Canadá. De hecho, este país es una de los primeros verdaderamente globales, con una ciudadanía formada por la mayoría de las culturas mun-diales y con una cosmovisión que le da la reputación de ju-gar limpio y ser tolerantes. Pero la relación con Estados Unidos supera ese hecho, particularmente si se considera entre los 34 países del hemisferio americano. Canadá sigue siendo miem-bro del Grupo de los Siete (G7) porque Estados Unidos lo quiere de su lado. Ya no se encuentra entre las siete princi-pales economías del mundo, pero la necesidad moral de su presencia en dicho Grupo, como una prominente democracia internacional, es aceptada