Revista Apócrifos Ed. 4

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PROPUESTA

CULTURA

DEBATE VIAJESCO

CO

M

M

IC

IC

S

S

OPINION

LA ACADEMIA

LITERA

LITERA

TURA

TURA

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Civilizacin Amricana - El Dios Del Mundo Moderno - 193 2


L os fines de semana y los das feriados, siete espacios verdes de la Ciudad de Buenos Ai-res amanecen de todos colores. En la semana, cientos de hombre y mujeres han estado trabajando

el cuero, la cermica, la madera y el metal en sus tall-eres para poder sorprender a los visitantes. Esmaltes,

leos, pigmentos, esencias y tinturas se asientan cada

vez, de manera nica, en cada feria artesanal. Sin em-bargo, en los ltimos aos, el nmero de artesanos que

integra el sistema de ferias se ha reducido a la mitad:

de los 1200 cupos que establece la ley, slo 650 estn

ocupados. Las sucesivas administraciones locales han

debilitado al sistema de ferias, pasando por encima

de la ordenanza que regula una actividad que no slo

significa una forma de sustento para algunas perso-nas, sino adems, una eleccin de vida que tiene ya

muchos aos y es expresin viva de buena parte de la

cultura latinoamericana.

A fines de 1970, en el corazn de uno de los bar-rios mejor acomodados de Buenos Aires, cientos de

jvenes culpables de haberse dejado el pelo largo se

empezaron a instalar en la plaza Intendente Alvear

-conocida como Francia- para vender el trabajo que

hacan con sus manos. Pronto se contaran de a miles.

Algunos eran hippies, otros no tanto. O capaz nac

hippie y no me di cuenta, reconoce Marta Lubovitsky

con una voz gastada que ha resistido ya 37 inviernos

en una plaza. Porque si bien el clima de Buenos Aires

es en general benigno, al decir de los manuales de

escuela, la humedad del fro de los meses de junio y

julio cala los hasta los huesos del ms prevenido.

Marta es una de las pocas artesanas que supera los 30

aos viviendo de sus ventas en una plaza de Buenos

Aires. Yo casi nac artesana, afirma la mujer de 77 aos.

Marta se form en una escuela de cermica en Hurl-ingham y aprovech unos viajes que hizo a Londres

para especializarse en la materia. Empez a trabajar en la

plaza Intendente Alvear haciendo cadenitas con vidrios

engarzados en alpaca y bronce. Para mi esto es un paseo

de dinosaurios, de cultura, insiste Susana Funes desde el

puesto de al lado con una voz apenas menos gastada que

la de Marta. Una seora que est haciendo cobre esmal-tado hace 35 aos, se sorprende describindose Susana,

mientras recuerda algunos golpes que dolieron tanto ms

que el fro de la tarde portea.

La dictadura que empez en 1976 signific el cierre

de las tres ferias artesanales que funcionaban entonces

en las plazas Intendente Alvear, San Martn y Manuel

Belgrano. Tambin signific la desaparicin de algunos

artesanos. Para Susana, eran das de zapatillas calzar.

Me dice mi vieja qu haces con las Boyero pues-tas hoy?. Para rajar, vieja. El fin de semana ante-rior, una decena de uniformados haba arrasado con

todo lo que tenan en la mesa. Con una mano dirigan

sus motos, con la otra se servan de las ametrallado-ras para tirar la mercadera al piso. Durante los nueve

aos que dur el horror, Marta y Susana continuaron

trabajando a la sombra: primero frente al cemente-rio de la Recoleta, donde hoy se emplaza un imperio

Vamos a los


La MAGIA de los LBESTSELLERSBEST SELLERS

Micaela Duffau

UTDT, 2 ao Abogaca.


Prlogo de Julio Strassera.

Yo no fui proyecto artstico y social


Carcel Modelo De Valencia, Ushuaia


MUCHO MS QUE UNA VENDETTA K.


os

Orienten

r


Cuidado con los maores, me dijo un kiwi (como se

les llama a los descendientes de ingleses en el pas) .

Ese fue el primer indicio que tuve del problema social

entre estas dos culturas que convivan en la isla.


Por Jos Luis Dappello


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