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Research note: En busca de unespacioReynaldo Cruz Ruíz aa Oficina del Historiador , Santiago de CubaPublished online: 21 Feb 2012.

To cite this article: Reynaldo Cruz Ruíz (2006) Research note: En busca de un espacio, Journalof Iberian and Latin American Research, 12:1, 79-88, DOI: 10.1080/13260219.2006.10426844

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Research Note: En busca de un espacio

Reynaldo Cruz Ruiz Oficina del Historiador, Santiago de Cuba

El problema de origen de Ia inmigraci6n antillana, jamaicana y baitiana­fundamentalmente del siglo XX bacia Cuba-es abordado porIa historiograffa en su vinculaci6n con el auge de Ia industria azucarera en los primeros veinte afios. Esto presupone que su amilisis se concentre en el momenta de su explosi6n demognifica durante Ia zafra de 1915, y no en las etapas precedentes. Todo el esfuerzo de los estudios alrededor del movimiento migratorio se concentra en el empleo y exposici6n de determinadas cifras, casi siempre aproximadas que demuestran, entre otras cosas, su incremento e influencia-en ocasiones exagerada-en Ia vida sociocultural de la Isla, y en especial en la regi6n Oriental. Tratan de demostrar, que una de las principales intenciones de las migraciones de antillanos fue suplir Ia carencia de mano de obra, y garantizar su abaratamiento. No obstante, sin desechar estos criterios, es posible cuestionar algunos razonamientos, como aquel que supone, que motivos muy simples son los que obligaron a estos hombres y mujeres, mayoritariamente los primeros, a traspasar los lfmites geognificos de su pais.

La inmigraci6n haitiana bacia Cuba, sobre Ia que apoyaremos nuestro estudio, es pnkticamente ignorada para el periodo anterior a 1915. S6lo conocemos un articulo de Jose Cemicbaro, 1 que intenta explicar lo acontecido alrededor de ella. Sin embargo, cuando trata de demostrar que esta no tenia una raz6n de ser en cuanto a necesidad de mano de obra, al menos para Ia regi6n Oriental de Ia Isla de Cuba, se contradice y Ia enjuicia-quizas sin proponerselo-como un hecbo insignificante. Realmente, esta inmigraci6n no tuvo Ia trascendencia de momentos posteriores, pero sf claras causas y fue sentando las bases de la gran avalancha.

'Haiti, despues de un siglo de independencia, ofrecfa todas las caracteristicas del estancamiento econ6mico y de un profunda desequilibrio social' ,2 afirmaci6n de la intelectual haitiana Suzy Castor que podria ser mas que suficiente para en tender el porque de Ia emigraci6n de haitianos a otros pafses. No obstante, es valioso detallar algunas cuestiones que explican la genesis de esa decisi6n.

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En el perfodo que abarca 1896-1915 se suceden en esa pequefia regi6n del Caribe unos nueve presidentes: Tn!sias Simon Sam (311311896--12/5/1902); Nord Alexis (21/1211902-2/12/1908); Antoine Simon (17/1211908-2/8/1911); Cincinnatus Leconte (14/8-/1911-8/8/1912); Tancrecte Auguste (8/811912-2/511913); Michel Oreste (4/5/1913-2711/1914); Oreste Zamor (8/2/1914-27/10/1914); Davilmar The6dor(7/10/1914-22/2/1915); Vilbrun Guillaume Sam (9/3/1915-27n/1915).3

Los ultimos seis de ellos, apenas le dieron calor a Ia silla de gobiemo. A estos afios se les ha juzgado par algunos analistas como: 'Perfodo de 1a Revoluci6n Permanente'. Es esta una forma ir6nica de ilustrar Ia efervescencia que vivfa la parte Oeste de Ia isla de Saint-Domingue. Se concibe dentro del marco de una profunda crisis econ6mica y Ia rivalidad abierta entre el capital fonineo, esencialmente norteamericano, frances y aleman por ese orden en grado de importancia, que pugnaban por ocupar los espacios privilegiados dentro del comercio y Ia agricultura, los cuales iban siendo abandonados paulatinamente por el capital nacional que se hundi6 en las mismas condiciones de Ia naci6n.

Se intentaba, desde Ia segunda mitad del siglo XIX, llevar a cabo una serie de cambios tecnol6gicos en Ia industria asf como modificaciones en Ia agricultura. No se contaba con el respaldo de capital suficiente para enfrentar el alto nivel de competitividad del capital extranjero, y el pais se dividia bacia una economia de monoproducci6n y monocultivo. La inflaci6n monetaria era una caracterfstica distintiva y permanente en los primeros quince afios del siglo XX, con sus evidentes consecuencias. Los comerciantes nacionales abandonaban el mercado ante el estancamiento de sus productos; mientras, el comercio exterior era controlado por casas extranjeras: alemanas, francesas, inglesas y norteamericanas, las que tenfan el monopolio de las actividades de exportaci6n e importaci6n. La deuda con Ia banca extranjera era superior a los 40 millones de d6lares en 1904, y continu6 creciendo par las constantes solicitudes de prestamos que hacfan los distintos gobiemos. AI mismo tiempo, el presupuesto anual no rebasaba los 12 millones de d6lares.4

Estas y otras razones subrayaban las apremiantes condiciones del pueblo haitiano. Las ciudades, otrora importantes se desvanecfan, y s6lo Puerto Principe se so stenia con cierta vitalidad general. Apenas se aprovechaba Ia posici6n estrategica del muelle de Saint Nicol en el Caribe, a cuyo control acudieron precipitadamente las casas extranjeras. El pafs, incapaz de desarrollar su propio autoconsumo, apelaba al alivio de las carencias por medio de Ia importaci6n. Sus ingresos dependfan fundamentalmente del cafe y, en men or medida, de otros productos como el cacao, el azucar y Ia madera.

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Periodo

1896-1900

1901-1905

1906-1910

1910-1915

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EXPORTACIONES HAITIANAS 1896-1915

(promedio anual en miles de toneladas)

Cafe Azucar Madera campeche

32,1 2,57 -30 2,2 48,2

30,5 1,9 46,8

30,4 2,4 34,4

Fuente: Suzy Castor, La ocupaci6n norteamericana en Haiti y sus consecuencias 1915-1934, Editorial Casa de las Americas, La Habana, 1978, p.ll

Haiti, pais de producci6n agricola y poblaci6n mayoritariamente campesina, experimentaba un indetenible crecimiento demografico desde mediados del siglo pasado.3 AI mismo tiempo habia un deficit de producci6n con Ia consecuente desproporci6n en el nivel de vida, para lo que no se ballaria soluci6n alguna. Ademas, se estimulaban los movimientos migratorios intemos que agravaron aun mas Ia situaci6n, y basta se inici6 un proceso de ocupaci6n de tierras al otro lado de Ia frontera con Republica Dominicana, surgieron asi nuevos conflictos que arrojaron como resultado, Ia expulsion de esos 'agresores'.

z.Que altemativa quedaba entonces para el agricultor baitiano? Esta situaci6n, tan ca6tica y sostenida oscil6 bacia momentos muy agudos en periodos de depresi6n econ6mica mundial en los afios 1901-1902 y 1907-1908, y a partir de este ultimo afio, por el embargo impuesto por los Estados Unidos y el incremento de Ia convulsion politica-social.

Mientras esto sucedia en Haitf, la isla de Cuba vi via un proceso de resarcimiento o recuperaci6n econ6mica una vez finalizada Ia guerra de 1895-1898, con la primera intervenci6n militar norteamericana, y con la retirada de estas tropas. Las secuelas del conflicto babfan sido desastrosas, particularmente para Ia poblaci6n. Hubo cambios en la composici6n social de Ia misma yen su asentamiento territorial. Aunque con una vision occidentalista del problema, el destacado demografo Juan Perez de la Riva expresa su opinion en el sentido de que los dafios no fueron tan medulares:

... A pesar de las enormes perdidas demograficas seiialadas y de destrucciones materiales que equivalen tal vez a un octavo de Ia riqueza nacional en 1895, los recursos basicos de Ia naci6n, Ia fuerza de trabajo, los suelos agrlcolas, Ia infraestructura del sistema de transportes y el equipamiento urbana habfan sido poco afectados.6

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Los mas afectados dentro de Ia poblaci6n civil, fueron aquellos con edad menor a los 15 aiios y mayores de 55, victimas de las enfermedades que asolaron a todo el territorio nacional, recrudecidas como resultado de una politica de represi6n y desalojo aplicada por el ejercito espafiol. El sector mas dafiado fue el campesinado, disminuyendo Ia poblaci6n rural.

Al inicio del siglo XX se experiment6 una paulatina recuperaci6n econ6mica, y se comienza a sentir Ia necesidad de mano de obra, en ocasiones especializada para el sector minero y el comercio intemo, aunque en menor grado y sin una calificaci6n, este deficit de trabajadores lo experimenta Ia agricultura. Se estimul6 asi Ia promoci6n de una inmigraci6n foranea, principalmente espanola y, en men or medida, norteamericana. Consecuencia de ello fue que la poblaci6n que llega a edad laboral era inferior a las necesidades productivas de la isla, y su nivel de preparaci6n era bajo, lo que limitaba el empleo en Ia mineria y el comercio.

La imposici6n de Ia 'Ley de Inmigraci6n y Colonizaci6n', segun la Orden #155 dellS de mayo de 19027 defini6la forma o modo de inmigraci6n-la golondrina -a desarrollarse en ese periodo; al rnismo tiempo, el tipo de inmigrantes a los cuales se les permitia Ia entrada en Cuba. Esta dejaba claro su negativa a Ia llegada de chinos. En el caso de los antillanos, los rnismos no podrian cumplir los requisitos que exigia dicha Ley. Por estos motivos fue censurada y perseguida; y aunque pudo ser aplacada no fue totalmente detenida.

Se hadicho que Ia Orden #155 tenia intenciones proteccionistas para los intereses de los productores de azucar de cafia del sur de los Estados Unidos. No negamos Ia veracidad de esta posici6n, pero hay que considerar que en 1901 comienzan a funcionar tres centrales en Ia regi6n oriental de Ia Isla (el Chaparra, el Boston, y el Santa Ana), con capital norteamericano antes de serproclamadadichaLey. Ademas, Ia producci6n de azucar entre 1900--1907 experiment6 un incremento anual notable que va desde 612.775 toneladas en Ia zafra de 1900-1901 a 1.444.310 en Ia de 1906-1907.

Despues de Matanzas y Santa Clara, Ia antigua provincia de Oriente tenia los resultados mas elevados en Ia producci6n de azucar. Resulta contraproducente, si se tiene en cuenta que Oriente junto a Camagiiey, tenia los indices mas bajos de densidad de poblaci6n rural en 1899, que era de 23 y 9 habitantes por cada kil6metro cuadrado, respectivamente. £,Quiere esto decir que bubo una rapida repoblaci6n en los campos de esta regi6n del pais?

El crecirniento vertiginoso de las inversiones foraneas bacia esta zona, hizo que s6lo entre 1900 y 1904 se construyeran ocho nuevas centrales, en los que destaca Ia influencia de Compaiifas norteamericanas como Ia United Fruit Co. y 1a Sugar

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American Co.; ademas, diez centrales de capital local cambiaron de dueiios y estimulo un movimiento migratorio intemo desde el Occidente. No obstante, Ia proporcion de poblacion rural segufa siendo Ia menor, despues de Camagiiey, en 1907.8

Segun el Censo de Ia poblaci6n de 1907 los antillanos alcanzaban una cifra de tan solo 4 280 habitantes,9 prohibidos y perseguidos, no podfan ser reflejados en un documento oficial. Esto podrfa explicar los fndices de produccion en constante ascenso. Sostenemos este criteria sabre Ia base de que, si bien es cierto que Ia fundacion de nuevas centrales, y mejorfa en las comunicaciones, al concluirse el ferrocarril central en 1903, y en 1905 el tramo vial Antillas-Santiago que atraviesa a Ia provincia de Oriente de Norte a Sur, creo posibilidades de trabajo en el campo estimulando Ia demanda de mana de obra, esta se hace sentir tambien en las ciudades debido al incremento de obras de tipo social y con el mejoramiento de los abastecimientos dentro de las mismas por las fuerzas de ocupaci6n De manera que los reconcentrados, no retomaron-en una gran mayorfa-a sus lugares de origen. La guerra profundizo Ia desproporci6n de poblaci6n entre el campo y Ia ciudad; es el caso de Santiago de Cuba en relacion con sus alrededores, incluyendo incluso a terrninos municipales como El Cobre, Caney, Palma Soriano y otros. 10

De todos modos, elllamado 'Empuje hacia el Este', no con las dimensiones que se le atribuyen, tuvo Iugar, estrechamente vinculado a las siguientes condiciones:

• el predominio de Ia pequeiia propiedad sabre la tierra; • gran cantidad de tierras cultivables sin explotar (solo el 22 por ciento era

utilizada), Ia gran mayorfa era pnkticamente bosques, lo que hacfa su adquisici6n mas barata.

• Tenia Ia agricultura mas diversificada, ya que a inicios de centuria no estaba totalmente controlada por el cultivo de Ia caiia de azucar.

Sin embargo, este movimiento migratorio intemo no debio ser tan fuerte y profunda como para cubrir las crecientes necesidades de Ia economfa en la region. En ocasiones, se apela a las cifras de los censos de 1899 y 1907 para afirrnar que la presencia de mana de obra era suficiente para garantizar, por lo menos, el desarrollo de Ia industria azucarera. Es importante recalcar el crecimiento de Ia produccion azucarera y Ia extension del cultivo de Ia caiia en los campos de Oriente. Hay que sumarle Ia diversidad de pequeiias producciones que exigen el constante trabajo del hombre. Estos argumentos hacen diffcil aceptar las anteriores afirrnaciones. t.Porque no se busca en estas lfneas una buena parte de Ia explicacion a Ia entrada de haitianos a Cuba, y su preferente localizacion en las provincias de Camagiiey y Oriente, sabre todo en esta ultima?

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Hacia los lugares mas intrincados del campo se movfan los haitianos por diferentes circunstancias de cada momento historico-donde nose arriesgaba airel habitante nacional. Hasta aUf llevara sus esperanzas de mejoria el inmigrante clandestino. Por su condicion ilegal se le impone esta obligacion. Una fuerte propaganda de rechazo es Janzada contra estos seres humanos tratados casi como bestias. En un documento recibido el 31 de mayo de 1911 11 por el gobemador de Ia provincia de Oriente se recoge la animadversion hacia los haitianos que lograban filtrarse en Ia poblacion de Ia manera siguiente:

• Un peligro para Ia salud publica dada la extension de la peste bubonica en las costas de tierra firme y su invasion gradual por las Antillas. Es decir, su condicion de inmigrantes los pod ria hacer portador de esta o cualquier otra enfermedad.

• El personal de que se compone esa inmigracion es el mas bajo en escala social, y sus consecuencias serian funestas para Ia colectividad nacional, en caso de lograr instalarse.

• La necesidad de redoblar Ia vigilancia, por cualquier media, para evitar Ia entrada de haitianos.

El documento contiene Ia forma de propaganda contra la inmigracion haitiana desde los propios inicios de Ia misma, y que suponemos comenzo a desarrollarse en 1902. Tomamos este afio, por la agudizacion de las condiciones socioeconomicas en Haiti, y el momenta de reanimacion que vive Cuba, Sin embargo, los documentos revisados en el Archivo Historico Provincial de Santiago de Cuba, permiten suponer que se hace sentir desde 1905.12 Con respecto a Ia propaganda anti-haitiana, hay que afiadir Ia constante referenda al alto grado de analfabetismo para desmoralizar y desprestigiar a estos inmigrantes, mientras se aprovechaban de su desesperacion para utilizarlos segun sus intereses. La presencia de 20 inmigrados politicos haitianos en las costas de Guantanamo a finales de enero de 1908,13 permite imaginar sobre su vinculacion con los fracasados movimientos insurreccionales dirigidos por Antenov Firming y el general Antoine Simon a inicios de ese mismo aiio.l4

Tambh!n, logramos contabilizar el supuesto numero de inmigrantes capturados por las autoridades, Ia mayoria de los cuales fueron devueltos a su Iugar de origen. La cifra aproximada de haitianos repatriados entre 1905 y 1911 oscila en unos 190 Estamos convencidos de que fue superior y aun mas el numero de los que lograron burlar Ia Ley. La ausencia de documentacion nos impide Ia mayor objetividad en los resultados de Ia investigacion.

Concebimos una primera etapa de inmigracion haitiana, en dos momentos: el comprendido entre los afios 1902-1911. Arranca por las razones ya expuestas, y termina al apreciar un cambio en ellenguaje, de los documentos, bacia los haitianos.

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AI gobiemo de Ia provincia oriental Began cada vez mas solicitudes que piden su 'no-repatriaci6n' con el argumento de que una vez devueltos serian pasados por las armas. 15 Estas demandas hacen pensar en una mayor tolerancia a la entrada ilegal de extranjeros; y son un presagio para Ia avalancha que se avecindaba en un poco mas de dos o tres afios. Otro momento Io concebimos entre 1905-1911, Ia primera fecha por ser Ia del inicio de auge de Ia llegada de inmigrantes a nuestras costas.

La ultima es Ia del 7 de junio de 1911, se fundamenta en Ia carta enviada por el Secretario de Hacienda al gobemador de Ia provincia de Oriente. Se habla de un documento enviado con caracter urgente por el Consul de Ia Republica de Cuba en Port-au-Prince at jefe de departamento de inmigraci6n de Santiago de Cuba. En el mismo se reiteraban las ofensas y el lenguaje agresivo con relacion a los inmigrantes haitianos. Tambien se hace referenda a una cantidad aproximada de estos ciudadanos situados en la region de Guantanamo, estimada entre unos 10.000 a 12.000 inmigrados. 16

Aunque no exactas, las cifras permiten consolidar nuestro criteria, de que el numero de haitianos que habitaban en Ia antigua provincia de Oriente debio ser mucho mayor, puesto que solo se refiere a una localidad. En ultima instancia, asumamos Ia cifra absoluta de I 0.000 si se tiene en cuenta que, a veces, estos funcionarios exageraban en sus informaciones con intenciones abiertamente psico-sociales; es decir, profundizar el rechazo a estos elementos, y crear un sentimiento de panico y desprecio dentro de Ia poblaci6n, al mismo tiempo, acelerar Ia toma de medidas severas por parte del gobiemo. Pese a ello, en Ia etapa de 1902 a 1911, o sea 9 afios, se presume Ia entrada promedio de unos 1.111 inmigrantes haitianos por afio; es decir, unos 3,4 por dfa, 23,8 por semana y 92,5 por mes. En el perfodo de 1905-1911 (6 afios), Ia cifra serfa de unos 1.666 por afio: unos 4,5 por dfa, 24,5 por semana y 138,8 por mes, como promedio.17

La irregularidad con que estos hombres llegaban a las costas de Ia region oriental, su caracter ilegal propiciaba las constantes violaciones cometidas por sectores interesados en dejarlos entrar al pals, y constitufa un pun to de beneficia financiero, incluso en las propias aduanas. No podemos arriesgamos a dar una cifra, siquiera aproximada, de Ia cantidad de haitianos que entraron a esta region en los primeros afios de siglo, pero si podemos aseverar que su entrada resulta considerable e inevitable el empleo de su mano de obra para el sector agricola, especlficamente los cortes de cafia.

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Notas Jose Cernicharo, 'Oriente: fuerza de trabajo nativa e inmigraci6n ilegal haitiana (1899-1913)' en Del Caribe, #23 de 1994, pp. 93-98.

2 Suzy Castor, 'La ocupaci6n norteamericana' en Haitfy sus consecuencias 1915-1934, Editorial Casa de las Americas, La Habana, 1978.

3 Agradecemos Ia colaboraci6n, para esta informaci6n, de Ia especialista en Estudios del Caribe, Ia brasilera, Katia Cilene.

4 Ibid., p.14.

5 Ver tabla: 'Evoluci6n por promedios decenales de 1904 a 1914' en 'lntereses extranjeros en Haiti' de Leslie Monigat, en Haiti: Textos de su historia, T 2, Editorial Nueva Imagen, Mexico, 1989, pp. 149-151.

6 Juan Perez de Ia Riva, 'Los recursos humanos de Cuba al comenzar el siglo: inmigraci6n, economfa y nacionalidad' en La Republica neo-colonial, T 1, p. 24.

7 Hortensia Pichardo, Documentos y an(culos para el estudio de Ia historia de Cuba, T 2, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1979, pp. 199-201.

8 Para mas informaci6n, remitase al Censo de 1907, pp. 204, 211-212

9 Ibid., p. 211.

10 El desnivel poblacional es real mente alarmante, como lo demuestran en su trabajo inedito: 'Santiago de Cuba 1895-1898. Secuelas de Ia guerra en Ia poblaci6n civil', los investigadores Reynaldo Cruz Ruiz y Enrique Fr6meta.

11 AHPSC, Gob. Prov. Leg., 785, No. 33.

12 Idem. Lamentablemente no tenemos acceso a otra documentaci6n del periodo como los Registros de Aduana, al parecer desaparecidos, por lo que acudimos a documentos que pueden haber sufrido alteraciones, y hasta perdidas, lo que se corrobora por los bruscos saltos en fechas que poseen los mismos.

13 Ibid., No. 29.

14 Para mas informaci6n alrededor de estos movimientos ver: Rafford W. Logan, 'Haitf entra en el siglo XX' en Hair( textos de su historia, T 2, Editorial Nueva Imagen, Mexico, 1989, p.135.

15 AHPSC, Gob. Prov. Leg., No. 785.

16 Idem.

17 Hortensia Pichardo, Documentos y anfculos para el estudio de Ia His to ria de Cuba, T 2, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1979.

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Bibliograjia Alvarez, Rolando, Azucar e inmigraci6n /900-/940, Editorial de Ciencias Sociales, La

Habana, 1988.

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