Prohibiciones judiciales cultivos transgénicos en EE.UU.
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Prohibición de cultivos genéticamente modificados
Revisión de casos judicialmente sancionados en Estados Unidos1
Caso 1. Escape de genes en campos de ensayo de césped transgénico.
En 2003, las compañías Monsanto y Scotts Miracle presentaron ante el Servicio de
Inspección de Salud Animal y Vegetal (APHIS), una dependencia del Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos (USDA), y equivalente al Servicio de Sanidad Agraria, una
petición para desregular una variedad transgénica de césped rastrero (Agrostis stolonifera),
que habían desarrollado para ser resistente al glifosato, el ingrediente activo de su herbicida
Roundup. El césped rastrero es un pasto muy utilizado en campos de golf y deportivos, y
ambas compañías contaban con que tendría un gran éxito comercial.
Previamente, según los procedimientos establecidos en el marco regulatorio, enviaron la
documentación respectiva, o sea, los resultados de sus análisis y ensayos, a las agencias
correspondientes (FDA, EPA y USDA)2. La FDA determinó que el forraje obtenido de dicha
variedad de pasto no presentaba diferencias sustanciales (en composición o apariencia) al
forraje comercial, por lo que no requería ningún estudio previo a su comercialización o
aprobación3.
La EPA también dio su consentimiento después de evaluar los aspectos relacionados al
glifosato en la información suministrada, recibiendo propuestas complementarias de los
peticionarios en cuanto al etiquetado para el uso del Roundup en semillas y control de
malezas. Así mismo, decidió que no era necesario revisar la tolerancia o niveles de residuos
para el uso como alimento animal de esta nueva variedad.
Finalmente, la petición de desregulación ante el APHIS se basaba en el argumento de que la
variedad no presentaba ningún riesgo como plaga vegetal. Y aunque el APHIS encontró en
sus evaluaciones preliminares que no había riesgo en la introducción del gen de resistencia y
que Agrostis no era sexualmente compatible con especies protegidas o en peligro, sí
consideró que era un caso único.
1 Revisión hecha por Eduardo Montoya Tapia, [email protected]
2 En Estados Unidos, tres agencias federales evalúan todo lo relacionado con los organismos
genéticamente modificados, según el marco de regulación. Las agencias son: Administración de
Alimentos y Drogas (FDA), Agencia de Protección Ambiental (EPA) y Departamento de Agricultura
(USDA). 3 Jones P. 2005. Approval for genetically engineered bentgrass creeps through agency turfs.
Disponible en: http://www.isb.vt.edu/articles/jan0504.htm
En efecto, los cultivos transgénicos anteriormente desregulados (maíz, soya, algodón) son
cultivos anuales, que requieren de la intervención humana, lo cual restringe su propagación.
En cambio, esta variedad de pasto fue calificada como una especie perenne de amplio
espectro, que se puede establecer sin cultivo en una variedad de hábitats. Además, se
encontró que puede formar híbridos con al menos 12 especies de pasto nativas o
naturalizadas.
Debido a estas consideraciones, en enero de 2004 el APHIS abrió un periodo de consulta
pública, recibiendo opiniones y comentarios. Al no llegar a una respuesta concluyente, y
ante la presión de los grupos opositores, que además habían entablado una demanda
judicial, el APHIS decidió llevar a cabo una evaluación ambiental de los ensayos que ya
habían sido permitidos.
Paralelamente, se publicó una investigación demostrando la evidencia4
del flujo de genes (a
través del polen) del césped transgénico en el ambiente, e instituciones como el International
Center for Safety Assesment y el Center for Food Safety solicitaron una orden judicial para
detener inmediatamente cualquier permiso o aprobación de campos de ensayo, reforzando
así la demanda establecida anteriormente.
Durante los años siguientes más evidencia 5
de estos escapes fueron apareciendo,
encontrándose que, en Oregon, donde se había encontrado el escape de genes, el radio de
influencia llegaba hasta casi 4 kilómetros del campo de ensayo inicial6,7; o que el USDA había
aprobado 170 campos de ensayo en 20 diferentes Estados, para la evaluación de otras
características que hacían a este césped proclive a una diseminación más fácil8.
En febrero de 2007, una corte federal determinó que el USDA debía detener todos los
campos de ensayo del césped transgénico, y que las aprobaciones y permisos otorgados
anteriormente fueron ilegales9.
En noviembre, a pesar de las apelaciones y alegatos presentados por la empresa, Scotts
4 Watrud L. 2004. Evidence for landscape-level, pollen-mediated gene flow from genetically
modified creeping bentgrass with CP4 EPSPS as a marker. Disponible en:
http://www.agbios.com/docroot/articles/05-167-001.pdf 5 Coghlan A. 2006. Escaped golf-course grass frees gene genie in the US. Disponible en:
http://www.newscientist.com/article.ns?id=mg19125643.100 6 Reichman J. & Watrud L. 2007. Identification of escaped transgenic creeping bentgrass in
Oregon. Disponible en: http://www.isb.vt.edu/articles/apr0701.htm 7 Pearce F. 2004. Bentgrass breaks record for spread of modified genes. Disponible en:
http://www.newscientist.com/article/mg18324661.400-bentgrass-breaks-record-for-
spread-of-modified-genes.html 8 Gurian-Sherman D. 2007. Transgene Escape! - But No One Has Called Out the Guards.
Disponible en: http://www.bioscienceresource.org/commentaries/article.php?id=7 9 http://www.centerforfoodsafety.org/pubs/GTBC_Doc_94_Opinion%202-5-07.pdf
Miracle fue multada 10
con 500,000 dólares americanos, por negligencias al seguir los
procedimientos de limpieza y en el establecimiento de zonas de amortiguamiento durante los
ensayos.
Caso 2. Especies en riesgo amenazadas por biocultivos farmacéuticos.
El Estado de Hawaii es uno de los territorios con mayor biodiversidad; en las islas
que lo conforman hay 150 diferentes tipos de ecosistemas y más de 300 especies
locales figuran en la lista de especies en peligro de extinción de los Estados Unidos
(US Endangered List)11.
Sus condiciones climáticas tropicales permiten realizar campañas agrícolas durante
todo el año, y es por eso que empresas privadas agrícolas se interesaron en
implementar campos de experimentación, para lo cual contaron con la aprobación del
USDA.
Entre 2001 y 2003 el Departamento otorgó permisos a cuatro empresas (Dow,
Monsanto, ProdiGene y DuPont) para que pudieran implementar cientos de campos
de ensayo al aire libre, de cultivos como maíz y caña de azúcar, diseñados para
producir hormonas, vacunas, enzimas y otros productos farmacéuticos o
químico-industriales12.
A pesar de que en más de 10 años este tipo de productos no había sido nunca
autorizado o aprobado para consumo humano o animal y tampoco para ser liberado
al ambiente, los permisos no dejaron de ser otorgados.
El USDA también mantenía en reserva cualquier información sobre el propósito o
seguridad de estos campos, así como de su ubicación, las cuales podían ser muy
cercanas a parcelas de agricultores locales, sin que ellos lo supieran.
En julio de 2003, un grupo de instituciones locales y nacionales presentó una
demanda en contra del USDA, exigiendo que se facilite la información detallada
acerca de los campos, así como las medidas de control que las autoridades estaban
tomando, ya que el Departamento, al rehusar hacerlo, estaba violando la Ley de
10
http://www.planetark.com/dailynewsstory.cfm/newsid/45561/story.htm 11
http://hbmp.hawaii.edu/faq.html 12
Jones P. 2006. Federal Court finds an oversight in APHIS’ oversight of biopharming.
Dispobible en: http://www.isb.vt.edu/articles/oct0604.htm
acceso a la información13.
Poco después, el grupo presentó otra demanda para que se establezca una
moratoria para ese tipo de cultivos, de modo que el USDA pudiera realizar un estudio
de impacto ambiental (EIA) respecto a las regulaciones del APHIS y del mismo
USDA14 para biocultivos.
En febrero de 2005, una Corte sentó precedente al ordenar que el USDA hiciera de
conocimiento público los lugares donde se estaban llevando a cabo ensayos de
cultivos biotecnológicos15
en Hawaii. Gracias a esta medida, los agricultores podían
conocer acerca de la ubicación y proximidad de estos campos, información que de
ninguna manera podía mantenerse en secreto, debido a los riesgos que presentan.
A pesar de que el APHIS afirmara que sus procedimientos eran seguros16, una Corte
Federal estableció que el Servicio violó el Acta de Especies Amenazadas (ESA) y el
Acta Nacional de Política Ambiental (NEPA) al permitir los ensayos de cultivos
biotecnológicos en cada uno de los permisos otorgados; y también al no haber
llevado a cabo siquiera investigaciones preliminares antes de autorizar las
peticiones17.
Según el dictamen del juez, a pesar de que los ensayos hayan sido confinados o que
las acciones del APHIS no hayan perjudicado a ninguna especie, éste violó el ESA. Y
en un intento de mitigación de la falta, el APHIS sostuvo que “no hay daño, no hay
falta”, o sea, que al no proporcionar evidencia de que alguna especie haya sido
perjudicada, el argumento de los demandantes no era válido. La Corte determinó que
el argumento es “absurdo”, ya que la agencia violó la Ley al no seguir los
procedimientos establecidos18.
13
http://www.centerforfoodsafety.org/cfs_sues_s.cfm 14
http://www.centerforfoodsafety.org/cfs_files2.cfm 15
http://www.centerforfoodsafety.org/press_release2.8.05.cfm 16
http://www.centerforfoodsafety.org/press_release2.8.05.cfm 17
http://www.aphis.usda.gov/publications/biotechnology/content/printable_version/BR
S_FS_Hawaii_02-06.pdf 18
http://www.centerforfoodsafety.org/pubs/ORDER%208-10-06.pdf