Programa de estudio - Crocodilios

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PROGRAMAS DE ESTUDIO, CONSERVACIÓN Y MANEJO DE LOS COCODRÍLIDOS DEL PARAGUAY Aida Luz Aquino Ortiz (*) y Norman J. Scott (**). Enero 2008. (*) WWF Paraguay, Ezequiel Gonzalez Nº 259 Asunción - Paraguay [email protected] (**) Research Associate, Smithsonian Institution, c/o P. O. Box 307, Creston, California, USA [email protected] INTRODUCCIÓN Los caimanes constituyen un componente visible en muchos de los humedales del Paraguay (Mapa 1). Juegan un papel ecológico y económico importante en arroyos, ríos, pantanos, tajamares y lagunas, concentrando la energía dispersa de peces y otros animales pequeños en animales grandes, de los cuales el ser humano puede aprovechar para cueros, carne y valores turísticos. También, pueden jugar un rol bastante importante en la trama trófica de humedales (Fittkau 1973). Aquí presentamos la historia de los estudios científicos y las medidas de conservación y manejo que se aplicaron a este valioso recurso en las últimas décadas en Paraguay. Es una historia compleja, con logros y fracasos. Aquí también se presenta el aspecto político-social que es parte de la problemática, pues no se puede hablar de los temas de estudios, conservación y manejo sin describir el ámbito político-social en que se desarrolla el país desde el inicio del programa hasta el presente. Mapa 1. Distribución de Cocodrilos en el Paraguay

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(**) Research Associate, Smithsonian Institution, c/o P. O. Box 307, Creston, California, USA [email protected] (*) WWF Paraguay, Ezequiel Gonzalez Nº 259 Asunción - Paraguay [email protected] Mapa 1. Distribución de Cocodrilos en el Paraguay LA ADMINISTRACIÓN DE LAS COSECHAS Mapa 2. Sitios de la zafra de Caiman yacare: años 1996, 2000 y 2001 Del cupo de 7.000 ejemplares permitidos se cazaron un total de 6.478. Mapa 3 Sitios de la zafra de Caiman yacare: años 2002 y 2003

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PROGRAMAS DE ESTUDIO, CONSERVACIÓN Y MANEJO DE LOS

COCODRÍLIDOS DEL PARAGUAY

Aida Luz Aquino Ortiz (*) y Norman J. Scott (**). Enero 2008.

(*) WWF Paraguay,

Ezequiel Gonzalez Nº 259

Asunción - Paraguay

[email protected]

(**) Research Associate, Smithsonian Institution,

c/o P. O. Box 307, Creston, California, USA

[email protected]

INTRODUCCIÓN

Los caimanes constituyen un componente visible en muchos de los humedales

del Paraguay (Mapa 1). Juegan un papel ecológico y económico importante en arroyos,

ríos, pantanos, tajamares y lagunas, concentrando la energía dispersa de peces y otros

animales pequeños en animales grandes, de los cuales el ser humano puede aprovechar

para cueros, carne y valores turísticos. También, pueden jugar un rol bastante

importante en la trama trófica de humedales (Fittkau 1973). Aquí presentamos la

historia de los estudios científicos y las medidas de conservación y manejo que se

aplicaron a este valioso recurso en las últimas décadas en Paraguay. Es una historia

compleja, con logros y fracasos. Aquí también se presenta el aspecto político-social que

es parte de la problemática, pues no se puede hablar de los temas de estudios,

conservación y manejo sin describir el ámbito político-social en que se desarrolla el país

desde el inicio del programa hasta el presente.

Mapa 1. Distribución de Cocodrilos en el Paraguay

EL ÁMBITO POLÍTICO-SOCIAL

Hasta febrero de 1989, Paraguay soportaba una larga dictadura de 35 años,

cuando todo el sistema gubernamental estaba dominado por unos pocos hombres del

Presidente, incluyendo el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Dentro de

esta estructura se realizaban, en nombre del progreso, las calamidades más grandes en

contra de los recursos naturales, que incluyó principalmente la gran deforestación que se

dio lugar en el Paraguay, especialmente en la Región Oriental del país. A todo esto se

sumó una política de gobierno en donde se reconocía al bosque como un obstáculo para

el progreso, ya que el mismo estatuto agrario clasificaba a las tierras boscosas como

tierras improductivas.

En los noventas, con una nueva administración, se intentó poner en orden a un

país que hasta ese entonces fue señalado como el punto negro del tráfico ilegal de

especies silvestres en América. Pero el proceso de la democracia es largo, confuso y

complicado, y al mismo tiempo Paraguay, con tantos años de dictadura, había adquirido

algunas características difíciles de erradicar. La clase política iniciaba la típica época de

la cacería de brujas y así surgieron políticos de turno que arrasaban con todo lo que

había hecho su antecesor tratando de reconstruir a su medida los procesos de gobierno.

Así en menos de diez años se tuvieron diez diferentes ministros de MAG (encargada de

la custodia de los recursos naturales), hasta la creación de la Secretaría del Ambiente

(SEAM) en el año 2000. Esta entidad continuó con la misma suerte; en siete años de

existencia ya contamos con siete diferentes Secretarios del Ambiente.

HISTORIA DE LOS ESTUDIOS Y EL MANEJO DE LOS CAIMANES

Bases de los Estudios

Los primeros reportes sobre los cocodrilos del Paraguay lo tenemos con las

descripciones originales de Caiman latirostris y Caiman yacare (Daudin 1802) y los

relatos anecdóticos de Azara (1801) y de Medem (1960, 1983). Las dos especies son

comunes en el país: Caiman yacare (jacare jhu) y C. latirostris (jacare mariposa o

jacare overo). Los reportes sobre la presencia en el país de Melanosuchus niger

(caimán negro; Medem 1983) y Crocodylus acutus (cocodrílo americano; U.S. National

Museum) son erróneos (Scott et al. 1991).

Década de los 1980s

Estudios más profundos sobre los caimanes en Paraguay tienen sus raíces en la

década de los ochenta, que se impulso con el Inventario Biológico del Paraguay a través

del apoyo técnico de científicos del Fish and Wildlife Service, la Smithsonian

Institution, y el Peace Corps de los Estados Unidos, del Servicio Forestal Nacional

(dependiente del MAG) y la Universidad Nacional de Asunción en su carrera de

Biología del Instituto de Ciencias Básicas. Una parte clave fue, en 1983, la fundación

del Museo Nacional de Historia Natural del Paraguay, en aquel entonces como parte del

Servicio Forestal Nacional. El Museo, con sus especialistas y las colecciones, sirvió

como un centro para el enfoque de los esfuerzos zoológicos de paraguayos y

extranjeros.

A pesar de que Paraguay fue signatario de la Convención Internacional sobre el

Comercio de las Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES; un acuerdo

entre países convocado por las Naciones Unidas) desde 1976, y que desde el año 1975

tenía un decreto que prohibía toda explotación económica de la fauna silvestre, esto se

realizaba sin control alguno y millones de cueros de animales silvestres salían de

Paraguay. Se llegaban a exportar especies que ni se distribuía en el país, y Paraguay

servía como exportador de pieles ilegales de todas las naciones del Cono Sur. Esta mala

fama se reflejó en varios informes de organizaciones internacionales de conservación,

como la CITES, TRAFFIC y la Unión Internacional para la Conservación de la

Naturaleza (UICN).

Fue así que la CITES, preocupada por el actuar de Paraguay, envió delegaciones

de técnicos y científicos expertos en la materia para poner término a esta larga y

descontrolada amenaza para la vida silvestre, no solo de especies de Paraguay sino de

toda la región. En 1986, CITES Internacional patrocinó un estudio sobre la distribución

y hábitat de los caimanes en el centro de Sudamérica. Así se formaron tres equipos:

para Brasil, Bolivia y Paraguay. En el Paraguay, en cuatro meses, equipos compuestos

por científicos del Museo Nacional, del Fish and Wildlife Service, y de la University of

New Mexico (USA) recorrieron todo el país, realizando censo y capturando caimanes.

Se publicaron los resultados en Aquino-Ortíz (1988), Aquino-Shuster & Duszynski

(1989), Scott et al. (1991), Goldberg et al. (1991), y Aquino (1994). Al parecer, a pesar

de una intensa cacería furtiva, poblaciones de las dos especies de caimanes persistían en

la mayor parte de sus áreas de distribuciones naturales. Pero, se encontraron que las

poblaciones de C. latirostris estaban mucho más alteradas, por tener un cuero más

apreciado en marroquinería exótica y por su tendencia a vivir en tajamares y otros

cuerpos aguas de menor tamaño, a diferencia de C. yacare que muchas veces viven en

lagunas y ríos grandes. Este trabajo aclaró muchas dudas en cuanto a la distribución y

sistemática de los caimanes en el centro de Sudamérica y confirmó la distribución de

una especie no conocida para el Paraguay hasta ese entonces, el Paleosuchus

palpebrosus (jacare ita) en los riachos del extremo noreste del país, en la frontera con

Brasil (MAPA 1).

1990s y la Creación de CITES-Paraguay

Una vez iniciado el proceso de la democracia en febrero de 1989 en Paraguay, el

MAG creó la Oficina de la Autoridad Científica de CITES-Paraguay. La oficina tuvo

como función la realización de estudios científicos, monitoreos y la regulación del uso

de la vida silvestre en el Paraguay dentro de los parámetros establecidos por CITES. La

misma Secretaria CITES Internacional estaba confusa con la estructura de CITES en

Paraguay donde esta oficina no solo se encargaba de la parte científica (que es de lo que

normalmente se ocupa una Autoridad Científica) sino también de la parte regulatoria de

los programas de uso sustentable de algunas especies silvestres. Así los científicos y

conservacionistas contaron como referente principal a esta pequeña oficina que generó

legislaciones, reglamentaciones y realizó numerosos monitoreos de poblaciones

especialmente de especies de importancia económica como los caimanes, lagartos del

genero Tupinambis, loros, especies de serpientes de la familia Boidae, y hasta estudios

de especies no cubiertas por CITES pero con importancia económica como el carpincho

(capybara). También conformaron comisiones para promover el interés de la ciudadanía

para la conservación de las especies de vida silvestre.

En esta época, el asesoramiento de CITES Internacional y del Grupo

Internacional de Especialistas de Cocodrilos (CSG por sus siglas en inglés) de la UICN

fue fundamental. Las organizaciones internacionales apoyaron a la Oficina de la

Autoridad Científica de CITES-Paraguay. Fue entre los años 1989 al 2000 que llegaron

a Paraguay numerosos científicos quienes impulsaron el entrenamiento de biólogos

interesados en la conservación y los estudios científicos de la fauna paraguaya, muy

especialmente aquellos en peligro o amenazados de extinción.

El desmedido aprovechamiento económico ilegal de la fauna silvestre fue

intenso entre los años 1960-1988, pero, en 1989, con la creación de la Oficina de la

Autoridad Científica de CITES-Paraguay, esta lamentable situación cambió

rápidamente. La Oficina de CITES, el Ministerio Publico, la Policía Nacional, Aduanas

y en algunos casos la brigada de anti-narcóticos (DINAR) allanaron varios depósitos en

Asunción y sus alrededores, y confiscaron miles de cueros ilegales de caimán y otras

especies prohibidas. Esto fue el punto clave en el control del tráfico ilícito de animales

silvestres en todo el Cono Sur. Con estas medidas, ayudadas por el decaimiento del

mercado internacional de pieles de cocodrílidos, la cacería furtiva para pieles mermó a

tal punto que, al final el siglo 20, los pobladores cazaban los caimanes solamente por su

carne para consumo interno.

La misma Secretaría CITES había reconocido en varias oportunidades el buen

funcionamiento de la mencionada convención en Paraguay entre los años 1989 y 2000:

cuando se realizaron estudios científicos, se monitorearon el uso de la fauna, se

controlaron los cueros en la curtiembres, se mantenían una constante comunicación con

la Secretaría CITES y otros países partes de CITES y se impulso la conservación de las

especies en peligro y amenazadas de extinción en Paraguay.

En los años noventa, con el cierre casi completo del mercado clandestino, se

iniciaron programas de uso sustentable de las especies de importancia económica,

porque si bien ya se venia realizando la utilización de manera ilegal, esto no fue

sustentable. Fue durante la década de los noventas que el CSG ayudó al Paraguay a

establecer un programa de monitoreo y uso sustentable de sus caimanes (Messel & King

1992, Aquino & Scott 1994, King et al. 1994).

Basado en estos programas, el MAG abrió en 1996 un cupo experimental de

caza y exportación de 6.000 caimanes. Después de este año, la zafra se cerro entre el

período 1997-1999. El cierre se debió a que el MAG reconoció que en su programa

experimental tuvieron más desaciertos que logros y que se necesitaba ajustar mejor los

aspectos administrativos, incluyendo más personal adiestrado, más rapidez en la

emisión de las etiquetas de seguridad, mejor colaboración de los cazadores, acopiadores

y exportadores, y mejor administración de los recursos financieros que apoyaban el

programa. Al mismo tiempo por esta época algunos de los comerciantes/exportadores

seguían, paralelamente al comercio legal, con sus contrabandos habituales, destruyendo

de este modo un intento inicial de abrir un mercado legal en Paraguay.

El cierre de fuentes legales de pieles de caimán impulsó un intento de

establecimiento de varios criaderos dedicados a la producción de cueros de caimán,

derivada de la extracción de huevos de la naturaleza. Ningún criadero llego a funcionar

por: la falta de experiencia técnica, la escasez de fondos, la carencia de legislación que

permitirían el acopio de los huevos, y los precios bajos del mercado internacional.

2000 hasta el Presente

En el año 2000, el gobierno estadounidense levantó la prohibición a la

importación de productos del C. yacare que había regido desde el año 1973 (Fish and

Wildlife Service 2000). Este acto abrió el importante mercado de los Estados Unidos al

comercio de la especie, siempre bajo el control de las reglas de CITES.

Cuando se creó la nueva estructura de la SEAM en el 2000, el nuevo Ministro

trató de seguir el mismo sistema de uso sustentable, pero este Ministro solo duró un año

en sus funciones y luego los sucesivos ministros trataron uno a uno de implementar sus

propios métodos.

Para el año 2001, la Oficina de la Autoridad Científica del CITES-Paraguay

había desaparecido por completo, los documentos y la literatura esparcida o

desaparecida, y los antiguos funcionarios ignorados y hasta amedrentados de tal forma

que cada uno buscó mejor suerte en organizaciones no gubernamentales (ONGs) fuera

de la SEAM.

En el 2000, SEAM intentó abrir la cosecha de C. yacare en los departamentos

Alto Paraguay y Ñeembucu con un cupo de 10.000 animales. Las autoridades de este

último Departamento, influidas por ONGs preservacionistas, no quisieron el programa

de uso sustentable de la fauna, y el MAG terminó en implementar la cuota solamente en

Alto Paraguay a través de una cooperativa de comunidades indígenas (Neris 2003).

Surgieron graves problemas cuando propietarios de estancias se quejaron que el arreglo

favoreció a los indígenas en perjuicio de sus propiedades; además, autoridades

brasileñas se quejaron que los indígenas cruzaron al otro lado del Río Paraguay para

cazar caimanes en el Brasil.

En el 2001, representantes del CSG visitaron Paraguay y se reunieron con

representantes de la SEAM y otras entidades gubernamentales, con dirigentes de ONGs,

con dueños de estancias, y con comerciantes involucrados en el mercado de cueros y

animales vivos. En su informe, Larriera & Ross (2003) opinaron que los censos y las

cosechas de 2000-2001 fueron excelentes, pero subrayaron la necesidad de ampliar las

capacidades técnicas de la SEAM, tanto de biólogos adiestrados como de infraestructura

(viáticos, vehículos, botes, combustible), si Paraguay pretendía extender el programa de

cosecha sustentable a más cantidad de caimanes y propiedades. Los miembros visitantes

del CSG creyeron que la capacidad de inspeccionar el cumplimiento de las

reglamentaciones fue muy deficiente y que la SEAM debería integrar autoridades

departamentales y militares en su programa de control.

En septiembre del 2003, una misión de la Secretaría CITES, encabezado por el

mismo Secretario General de CITES y acompañado por funcionarios de la Secretaría y

miembros de la Comunidad Europea, llegó a Paraguay con el fin de reunirse con

autoridades nacionales, técnicos, científicos y usuarios de la vida silvestre, y verificar el

nivel de implementación de los términos de la convención en Paraguay. Esta visita de

parte de la CITES obedecía a que la SEAM había desarrollado programas de utilización

poco transparentes y se desenvolvía en un ambiente muy desorganizado. Además,

desde el 2001 no emitió informes sobre los programas de uso sustentable, no envió las

listas de especies exportadas, y no produjo los documentos sobre el inventario y

monitoreo de las poblaciones que se requiere para un programa CITES de manejo de la

vida silvestre. La misión sugirió las siguientes recomendaciones:

1. Establecer una moratoria voluntaria e inmediata en el comercio de especies CITES

para efectuar acciones correctivas necesarias en la gestión y manejo del comercio de

la vida silvestre. Además, dijeron que los países importadores miembros de CITES

no aceptarán documentos de exportación de CITES-Paraguay con fecha posterior al

22 de septiembre 2003.

2. Reorganizar y apoyar las autoridades Científicas y Administrativas de la Oficina de

CITES-Paraguay y desarrollar coordinación con Aduanas, el Ministerio del Interior,

el Ministerio de Defensa y la Oficina del Fiscal General.

3. Promulgar las resoluciones necesarias para el manejo y comercio sustentable de la

vida silvestre, incluyendo las sanciones para infracciones de las mismas.

4. En cooperación con expertos del CITES y del UICN, llevar a cabo los

reconocimientos para proveer los datos biológicos necesarios para la

implementación de un programa de comercio sustentable de la fauna silvestre.

5. Con la ayuda de expertos extranjeros, desarrollar planes de manejo para Tupinambis

spp., Caiman yacare, Ramphastos toco, Amazona aestiva, Geochelone chilensis,

Geochelone carbonaria, Eunectes notaeus, Dracaena paraguayensis, etc.

6. Procesar rápidamente por el sistema judicial las demandas iniciadas por el

Ministerio Público.

7. Investigar la idoneidad de los funcionarios de la SEAM y comerciantes en el tráfico

de la vida silvestre y asegurar transparencia y honestidad en el manejo y

comercialización de las especies CITES.

8. Adoptar medidas rigurosas para asegurar que personas/empresas bajo investigación

por infracciones a la ley de la vida silvestre no reciban permisos de CITES bajo un

nombre diferente (testaferros).

Además, la SEAM debería enviar informes mensuales del progreso de la

implementación de la medidas estipuladas arriba al Secretario General de CITES.

CITES se comprometería a asistir a Paraguay en la creación de un fondo destinado al

bienestar de la vida silvestre, financiada por las cuotas recibidas por los permisos de

cosecha.

Finalmente, recomendaron que la SEAM establezca un foro de representantes

gubernamentales y no gubernamentales para la elaboración de estrategias para la

investigación y regulación del comercio de la vida silvestre, y para la lucha contra el

tráfico ilegal. El foro debe fomentar la creación de una asociación de comerciantes de

vida silvestre con el fin de elaborar reglas de su comportamiento ético, conduciendo a la

auto-regulación de la industria.

A través de la Resolución 949 de la SEAM, del 3 de octubre del 2003 ―Por La

Cual Se Establece Una Pausa Voluntaria Para La Exportación De Fauna y Flora de

Especies CITES,‖ Paraguay quedó cerrada para la exportación de especies CITES, que

incluyen los cocodrílidos. Así, la exportación de caimanes y otras especies silvestres

quedó cerrada, suspendiendo temporalmente el cupo concedido en agosto por la

Resolución 782. Esta prohibición de exportación de animales silvestres y sus productos

rige hasta nuestros días.

LA ADMINISTRACIÓN DE LAS COSECHAS

Metodología de Cosechas para el Año 1996

Metodología de la evaluación de poblaciones: Los trabajos que más

contribuyeron en el establecimiento del programa de C. yacare para el año 1996 en

Paraguay constituyeron Scott et al. (1991), King et al. (1994). y Aquino y Scott (1994).

En los informes de King et al. (1994) y Aquino y Scott (1994) se describen con

precisión la metodología utilizada en los censos nocturnos teniendo en cuenta los

diferentes tipos de aguadas; como censos en tajamares, lagunas grandes, medianas y

pequeñas, ríos, arroyos, represas y esterales. También se incluyen las variaciones

referentes al tipo de vegetación y la superficie de cobertura de estos en el sitio de la

toma de muestras. Al mismo tiempo se incluye datos climáticos como: vientos, nubes,

temperatura agua y ambiente, y precipitaciones (si lo hubiere). Otros datos como

salinidad del agua al inicio y final del tramo censado y la fase lunar también fueron

incluidos. Otros datos tomados constituyen la hora de inicio y finalización del conteo y

la ubicación exacta del transepto o punto especifico de la toma de las muestras. Los

datos sobre los caimanes incluyen los tamaños aproximados de los animales y la

presencia de grupos de juveniles y el número de estos por grupo. Observaciones

adicionales como timidez también fueron anotadas. Cabe destacar la gran importancia

de la verificación realizada a la luz del día en el sitio donde se realizaron los conteos a la

noche para anotar los diferentes aspectos del hábitat.

Después de varios estudios y de la realización de conteos nocturnos de caimanes

en la naturaleza, en marzo de 1996 se dio inicio a la primera zafra experimental de

caimanes en Paraguay. Para esto se siguió las recomendaciones de King et al. (1994).

Cupo de la primera zafra: Los conteos nocturnos de la zona del Alto Paraguay

sugirieron una zafra inicial de 5.000 caimanes, cifra conservadora que ayudaría a

realizar un manejo adaptativo y a medida que el programa vaya adquiriendo experiencia

ir aumentando los números de caimanes utilizados y extendiendo a más sitios dentro de

la Región del Chaco. Así el programa en su inicio se concentra principalmente en

desarrollar una metodología replicable a través del tiempo y así ir adaptando cambios, si

fuera necesario, con los resultados de los censos posteriores. Desafortunadamente para

esta primera zafra hubo una sobre-explotación de 1.000 animales, llegándose a cazar

6.000 caimanes en esta primera cosecha. Si bien la extracción de 1.000 caimanes más

no perjudica la población de caimanes de Alto Paraguay, esto constituyo un indicador

de la falta de coordinación entre los comerciantes entre si y los comerciantes y las

autoridades de vida silvestre en Paraguay.

¿Quiénes fueron favorecidos por la primera zafra?: Los cupos para la

cacería, transporte y exportación de los 5.000 jacare se otorgaron a los miembros de la

Cámara de Industriales de Pieles Silvestres del Paraguay, integrados por cinco

empresas. Una de las cláusulas del decreto reglamentario de la implementación CITES

en Paraguay incluía la prohibición de formar parte de programas de utilización de la

vida silvestre a personas y/o empresas que tengan antecedentes judiciales por cacería o

trafico ilegal de cualquier especie, producto o sub-producto de la vida silvestre. Para el

año en que se abrió la primera zafra ya dos de los cinco miembros de la cámara de

curtidores tenían procesos abiertos con la justicia ordinaria de poseer en sus curtiembres

y depósitos pieles ilegales. También los problemas internos entre los miembros se

agravaban y la falta de coordinación entre ellos hizo que se aumente la cacería de 5000

(cupo que se había recomendado) a 6.000 jacare. También surgieron conflictos entre los

antiguos miembros de esta cámara y los nuevos comerciantes que querían acceder a los

cupos. Hasta ese momento los cupos eran dadas a una cámara organizada, pero que

desafortunadamente algunos de miembros seguían con el tráfico ilegal y otros se

mostraban muy cerrados para permitir el ingreso de nuevos, hecho que convertiría al

programa en un monopolio comercial. Era evidente que este sistema de distribución de

cupos ameritaba una revisión.

Sitios de la cosecha y de validación: Considerando que Alto Paraguay

constituye uno de los Departamentos (conjuntamente con Presiente Hayes) donde más

caimanes se ha observado y que los pobladores se han dedicado a la cacería de la

especie C. yacare por varias décadas sin afectar mayormente las poblaciones, se había

decidido iniciar el programa experimental en este Departamento. Además en Alto

Paraguay solo se distribuye una especie de caimán, el C. yacare (Mapa 1). Para iniciar

se ha excluido el Departamento Presidente Hayes debido a que en este Departamento

también se distribuye la especie C. latirostris que se encuentra en el apéndice I de

CITES, es decir la categoría en vías de extinción. De esta manera los esfuerzos de

control se reducirían a una sola especie evitando así el número de errores que podrían

darse. Dentro del Departamento Alto Paraguay se seleccionó tres ciudades donde se

cosecharía las pieles por el término de dos meses y donde inspectores y biólogos

vivirían por todo este tiempo, incluyendo algunas semanas antes del inicio de la cacería,

para coordinar con los cazadores, comerciantes y autoridades de cómo se realizaría el

programa. Las ciudades seleccionadas fueron Bahía Negra, Fuerte Olimpo y Carmelo

Peralta (Mapa 2). Los cazadores de la zona llegaban con las pieles junto al centro de

inspección y aquí recibían las etiquetas de seguridad proveídas por los

inspectores/biólogos fiscalizadores.

Mapa 2. Sitios de la zafra de Caiman yacare: años 1996, 2000 y 2001

La época de cacería: La época de las lluvias en la región chaqueña coincide en

parte con la época de reproducción de los caimanes. De esta manera el programa es

facilitado por esta característica ambiental y de historia natural del animal. Las hembras

de cocodrilitos son vulnerables cuando están al cuidando de sus nidos, y estas o son

cazadas o abandonan los nidos dejando, de una u otra forma, los huevos a expensa de

depredadores. La época lluviosa va aproximadamente de Octubre a Marzo. Por esto, la

cosecha de jacare fue iniciada en marzo y duró tres meses. Durante estos tres meses,

biólogos y fiscalizadores (dos por sitio) vivieron en los lugares establecidos de acopio a

fin de realizar los controles y el etiquetado de las pieles cosechadas.

Tamaño de los individuos cazados y método de corte: Como se indica en

King et al. (1994), los machos de C. yacare alcanzan la madurez sexual a un tamaño de

90 cm de longitud hocico-ano y la hembra a los 76 cm. Así se resolvió prohibir la

cacería de individuos menores de 93 cm protegiendo la mayoría de las hembras y

machos con un potencial reproductivo elevado. Se tuvo en cuenta la longitud

hocico-ano y no la total ya que en la mayoría de los casos, especialmente entre los

machos, estos presentaban mutilaciones en la cola presumiblemente por las peleas entre

estos por alimento, territorio o por hembras. Los compradores no deberían adquirir

pieles por debajo de los 93 cm. Por otro lado también se estableció un tipo de corte

especifico para cada año, y así evitar la sobre cacería en un año guardando las pieles

para la zafra de años posteriores. En este primer año se exigiría pieles en flancos o

chalecos incluyendo el miembro anterior derecho del animal, que en su generalidad no

se incluye ningún miembro. Así en los próximos años se optaría por dejar otro

miembro para identificarlo de la zafra anterior. Para facilitar los cortes las autoridades

proveyeron de un esquema de corte establecido para este año.

Este sistema teóricamente parecía la solución para evitar fraudes en el programa,

pero desafortunadamente los cazadores no entendieron bien la idea y realizaron los

cortes exactamente como lo indicaban los esquemas presentados cortando mucha parte

muy útil del cuero. Varias fueron las críticas al programa causada por esta idea, muy

especialmente de parte de los curtidores y exportadores.

Marcado de las pieles en el campo: Una de las principales funciones de los

fiscalizadores acreditados por CITES en los tres sitos de cosecha consistió en la

validación de las pieles y su etiquetado. Una vez comprobado que el tamaño y el corte

corresponde a lo estipulado y permitido, los fiscalizadores etiquetaron las pieles con

marcas enumeradas únicas, no reutilizables y que no se degradaban en el proceso de

curtido. Una piel trasportada, en manos de acopiadores o en curtiembre, sin las etiquetas

proveídas por las autoridades en el sitio de cacería, era considerada ilegal. El número

total de las etiquetas adquiridas por CITES-Paraguay coincidieron con el número de

animales permitidos para esa zafra, no existieron duplicadas y fueron diseñadas

exclusivamente para ese año. Una de las criticas de parte de los curtidores fue que las

etiquetas se enredaban fácilmente entre si y evitaba un curtido optimo. Una de las

posibles soluciones para los próximos años fue la adquisición de etiquetas más

pequeñas que evitaría el enredo de etiquetas y abarataría sus costos.

Caza, acopio, almacenamiento, curtido y exportación: Toda la cadena de

usuarios del programa de cacería del Jacare fue habilitada por medio de licencias

específicas para cada usuario. Una de las medidas establecidas incluía que no deberían

tener procesos abiertos por el uso ilegal de la vida silvestre y deberían apoyar a CITES

en todo facilitando los controles pertinentes en los sitios de acopio, transporte,

almacenamiento, curtido y exportación de las pieles. Se prohibieron la exportación de

pieles sin curtir o saladas o sin el etiquetado establecido. La leyes que rigieron la

cacería, acopio, almacenamiento, curtido y exportación incluyeron: la ley 583/76, que

ratifican los términos de la convención CITES y su decreto reglamentario número

10.655; y la ley de Vida Silvestre 96/92.

Metodología de Cosechas para el año 2000 (de Morales y Barras 2001)

Luego de algunos años de cierre de la cosecha de jacare y a pedido de UCINY

(Unión de las Comunidades Indígenas de la Nación Yshir) del Departamento de Alto

Paraguay y con apoyo de ProDeChaco, una organización de asistencia de la Comunidad

Europea con asiento en el Ministerio de Agricultura y Ganadería, se re-inicia el

programa de cacería y cosecha de jacare. Así en marzo del 2000 se autoriza la caza de

hasta 7.000 individuos de jacare y otros miles de anacondas amarillas y carpinchos. La

época de cacería fue establecida entre el 20 de marzo y 20 de julio. Con el objeto de

evitar que las ganancias económicas se diluya entre los productores primarios,

acopiadores, macateros, y otros comerciantes intermediarios; se estableció un sistema en

que la UCINY sea la entidad acopiadora y negociadora con los comerciantes curtidores-

exportadores. La metodología utilizada era la misma que la utilizada en el año 1996 y

los inspectores de vida silvestre permanecieron en los sitios de acopio (Pto. Diana, 14

de Mayo, Pto. Esperanza, María Elena y La Misión – Mapa 2, comunidades donde

debía realizarse la caza) durante toda la época de cosecha. Los resultados de este

programa, aunque beneficiosos para el establecimiento del programa, necesitó de una

fuerte asistencia financiera de parte de ProDeChaco. De esta manera los grupos

indígenas obtuvieron préstamos de ProDeChaco para poder crear almacenes

comunitarios y disminuir el costo de los insumos básicos para la caza. Al finalizar el

programa, varios almacenes estaban fortalecidos y pudieron haber continuado de forma

auto-sustentable la caza, con un mínimo de asesoramiento y acompañamiento; sin

embargo el programa no prosperó porque las dificultades encontradas durante el

proceso fueron consideradas como un fracaso y no como aspectos de evaluación, sobre

los cuales mejorar el sistema.

Del cupo de 7.000 ejemplares permitidos se cazaron un total de 6.478.

La razón por la cual UCINY fue la única organización beneficiada por los cupos

fue simplemente por que fue la única en solicitar oficialmente. Este método de trabajo

ayudó al desarrollo de un programa piloto con indígenas, en sitios claves, con un

número de cazadores limitados y fiscalizables y dirigidos a un grupo indígena que

conoce el recurso y lo ha utilizado y valorado por siglos.

Metodología de Cosechas para los Años 2001-2002 (de Neris, 2003)

En el año 2001, se creó un sistema nuevo de administrar la zafra de caimanes

(Neris 2003). A diferencia de los cupos anteriores de 1996 y de 2000, con cosechas

abiertas a localidades no específicas de pueblos y comunidades indígenas los cupos de

los años 2001-2002 se restringieron a propiedades específicas (estancias y comunidades

indígenas – Mapa 2 y Mapa 3), registradas en el Registro Nacional de Vida Silvestre.

Biólogos aprobados por la SEAM hicieron censos en cada propiedad, contando

caimanes y estimando poblaciones. Las estimaciones se basaron en la extrapolación de

los resultados de conteos de sub-muestras de las propiedades. A base de los censos, la

SEAM otorgó un cupo de un 10% de la población estimada en cada propiedad. Basado

en estas estimaciones, la SEAM otorgó en el 2001, un cupo de 13.736 animales a los

dueños de 18 estancias en Alto Paraguay y Boquerón. En el 2002 el cupo aumento a

16.899 animales a los dueños de 21 estancias y 3 comunidades indígenas, solo para el

Departamento de Alto Paraguay. Empezando con el año 2001, la SEAM vendió sus

respectivas cuotas a los agentes de cada propiedad. Se cazaron los animales, y se

llevaron las pieles a centros de acopio registrados por la SEAM. En los centros de

acopio, biólogos de la SEAM aplicaron precintas domesticas con los números asignados

a cada estancia. Una vez trasladadas a la curtiembre, y una vez curtidas, se removieron

las precintas domesticas y se colocaron las precintas de CITES que hace posible el

transporte internacional. En cada paso, las pieles fueron acompañadas con permisos de

transporte emitidos por la SEAM.

En 2001, apareció un problema que complicó el manejo racional de caimanes en

Paraguay (Larriera & Ross 2003; Neris 2003). Debido principalmente a una sequía

prolongada y a una carencia de coordinación entre Argentina y Paraguay sobre el

aprovechamiento de las aguas del Río Pilcomayo en el Departamento Boquerón,

fronterizo entre ambos países, había una mortandad muy alta de caimanes en tramos

donde el río se había secado. La prensa paraguaya exageró el problema al máximo,

acusando a la SEAM de insensible ante problemas ecológicos. Esto también creó una

fuerte reacción internacional, sobre todo entre algunas ONGs. Debido a que al mismo

tiempo hubo una cosecha legal en otras partes de Paraguay, la opinión pública no podía

entender porque la SEAM permitía la caza de caimanes en Alto Paraguay, cuando al

mismo tiempo miles de estos estaban muriendo por la sequía. Las noticias devastadoras

resultaron, según Neris (2003) y Larriera & Ross (2003), en una gran reacción pública

contra las cosechas legales. Al fin, se permitió la cosecha de 2.426 caimanes, en lugares

afectados por la sequía para aliviar las aglomeraciones de animales en los pocos pozos

de agua restantes (Fotos 1 y 2). En un despliegue (show) para la prensa, se trasladaron

unas decenas de caimanes a zoológicos en diversos lugares del país.

Sin embargo, las poblaciones de caimanes siempre han estado sujetas a estas

crisis ambientales, y tienen una buena capacidad de resiliencia. En el futuro, frente a

condiciones similares, será importante que la SEAM esté más informada, más preparada

técnicamente y prevenida para poder explicar mejor la situación real de estas

poblaciones a los medios de divulgación (Larriera & Ross 2003).

Mapa 3 Sitios de la zafra de Caiman yacare: años 2002 y 2003

Metodología de Cosechas para el Año 2003

Para la zafra de 2003, cambiaron nuevamente el sistema y siguieron la mayoría

de las sugerencias de King et al. (1994) y Larriera & Ross (2003). En agosto, en base

de reconocimientos preliminares, la SEAM estableció un cupo de 10.000 caimanes de

los cuales 1.000 fue para animales vivos y el resto para la cosecha de pieles (Resolución

782). Este cupo, restringidos al Departamento de Alto Paraguay (MAPA 3), se

distribuyeron entre 14 personas y 11 casas comerciales. Los cazadores necesitaron el

permiso de los dueños de los terrenos donde cazaron. La medida establecida fue de una

talla mínima de 90 cm hocico-ano, y para evitar el blanqueo de pieles ilegales de otros

años, incluir las cuatro patas. Todo fue parado en octubre 2003 (aunque el programa

había finalizado antes de la pausa y las pieles estaban en proceso de curtido) con la

emisión de Resolución 949 que inició la pausa voluntaria de la exportación de animales

silvestres y sus productos. Presumiblemente estos cueros acopiados en el 2003 hasta

hoy día están esperando el levantamiento de la moratoria y la emisión de los permisos

para su exportación.

¿Cómo se encuentra el programa en la actualidad?

Al establecerse la moratoria voluntaria por parte de Paraguay, hasta hoy vigente,

la Secretaria CITES había dejado algunas indicaciones de cómo continuar para poder

levantar esta ―moratoria voluntaria‖ y a pesar de que se recibieron varias visitas de

profesionales que ofrecían su apoyo para reiniciar con los programas de uso sustentable,

muy poco se ha adelantado a nivel del gobierno. Al mismo tiempo cinco funcionarios

de la SEAM han sido imputados por la fiscalía y sus casos elevados a juicio oral y

público, cuatro de los cuales involucran cacería y comercialización del jacare. Sin

embargo, estas acusaciones de parte de la fiscalía se encuentran en tela de juicio con

grandes cuestionamientos legales del por qué estos casos fueron abiertos sin tener en

cuenta las instancias administrativas en las que deben ser juzgadas ya que son de esta

competencia y no del ámbito penal. Al mismo tiempo en Paraguay reina una total

confusión de quien es realmente la autoridad de aplicación de las leyes ambientales y

como es posible que una fiscalía, dependencia del Ministerio Público se encuentra ahora

actuando como autoridad de aplicación en temas administrativos. Con esto se ha parado

por completo programas de uso sustentable del referido recurso, ha reducido a la

Autoridad de Aplicación a la parálisis total, en cuanto al uso sustentable del recurso

fauna.

Sin embargo la SEAM, está tratando de re-encausar sus funciones o

atribuciones y esta iniciando nuevos diálogos y acuerdos con el Ministerio Público, con

la Contraloría General de la República y con las ONGs Ambientales.

CONCLUSIONES GENERALES

Varias fueron las recomendaciones y observaciones emitidas en los diferentes

programas que el Paraguay ha desarrollado a través del tiempo y también en constantes

visitas de especialistas al Paraguay. Cabe destacar que la situación política y social

afecta en todo el ámbito del país e influyen profundamente a la región, y el uso

sustentable de la vida silvestre no es ajeno a esto. En este caso nos referimos

especialmente a las especies de Caiman yacare y Caiman latirostris. Los diferentes

programas que se intentaron implementar tuvieron sus altibajos, pero lo más negativo

constituyó la falta de continuidad de los mencionados programas. Así después de más

de doce años del primer intento no contamos con ningún programa de uso sustentable

que valorice el recurso, las instituciones encargadas de la administración del recurso

están más debilitadas y confundidas que nunca en cuanto al uso sustentable de la fauna

y los hábitats se van deteriorando de una manera alarmante con el tiempo. Si se hubiera

seguido los delineamientos de aquel primer programa, en este tiempo ya hubiéremos

aprendido mucho sobre el manejo de los cocodrílidos en el Paraguay: a. la situación real

de las poblaciones, b. las tendencias de las mismas, c. sus principales amenazas, d. a

que nivel de usuarios se debería trabajar, e. como se podría beneficiar a los productores

primarios, f. cuales son las medidas principales a tomar para evitar la sobre-explotación

del recurso, g. como se podría hacer una trazabilidad del recurso para evitar la

ilegalidad, entre otros aspectos. Así se hubieran desarrollado los criterios básicos para

la evolución del uso sustentable del jacare en el Paraguay. Desafortunadamente se han

perdido varios años, y con esto, importantes hábitats de estas especies y de muchas

otras que inter-actual con el jacare en los diferentes humedales, ríos, arroyos, lagunas y

lagos. Pero sin un interés político y un entendimiento del valor de estas especies de

parte del gobierno, poco o nada se puede avanzar.

Por otro lado para los que trabajamos en la conservación de estas especies solo nos

queda seguir intentando presentar nuestras recomendaciones sobre el uso sustentable de

manera a que se pueda conservar los humedales tan importante no solo para el país o la

región sino para todo el mundo. Por todo le expuesto y considerando la experiencia en

el país y el mundo sobre el manejo y uso de los cocodrilitos consideramos como punto

de partida: ―LA ELABORACION DE UN PLAN DE ACCION PARA LA

CONSERVACION DE LAS ESPECIES DE JACARE Y SUS HABITAS EN EL

PARAGUAY‖ que incluyan los siguientes elementos:

1. Desarrollar un sistema de monitoreo anual (ininterrumpido) de poblaciones en

25 sitios permanentes de distribución de los cocodrilitos en Paraguay que sirvan

de base al programa a largo plazo.

2. Realizar un estudio de mercado de las especies distribuidas en el Paraguay, para

ver la posibilidad de éxito del programa teniendo en cuenta costo – beneficio

3. Realizar nuevos programas de uso sustentable en sitios de distribución del

Caiman yacare teniendo en cuenta los criterios desarrollados en 1996 y

modificados según la lecciones aprendidas de los años 2000, 2001 y 2002.

4. Establecer un fondo de vida silvestre donde puedan depositarse los pagos de los

impuestos, multas a sanciones, donaciones y otros, para el desarrollo del

programa de uso sustentable y para los estudios de las especies en la naturaleza.

5. Establecer programas de capacitación para biólogos quienes llevarían adelante

los estudios científicos y los encargados de asesorar el desarrollo de programas

de uso sustentable.

6. Establecer programas de capacitación para fiscalizadores quienes estarían

encargados de velar por la implementación legal de los programas de uso

sustentable.

7. Declarar el valor de los humedales, y otros cuerpos de agua como sitios

productivos y que albergan especies de alto valor económico, social y ambiental.

AGRADECIMIENTOS

Es muy importante destacar la gran labor de Martha Motte en las investigaciones sobre

los caimanes de Paraguay y su ayuda con esta publicación. También nuestro

reconocimiento y gratitud al Dr. Wayne King por todos los años de empeño, apoyo, y

constante estimulo para el desarrollo de programas para la conservación del jacare en

Paraguay y en toda Latinoamérica.

Al mismo tiempo queremos reconocer la gran ayuda de Sonia Delphin en la elaboración

de los mapas, a Roque Gonzalez Vera por facilitarnos sus hermosas fotos y a Fatima

Mereles por ayudarnos en la redacción de este trabajo. Agradecemos a Francisco

Brusquetti, Carmen Vitale, Cristina Morales y a Patricia Varela por ayudarnos con datos

sobre los monitoreos y los diferentes cupos otorgados. También damos las gracias a la

Estación Biológica Doñana en la persona del Dr. Javier Castroviejo y al Grupo de

Especialistas de Cocodrilitos (CSG) por hacer posible esta publicación.

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FOTOGRAFÍAS

Foto1: Pelea de Caiman yacare durante sequía del 2001. Foto: Roque González Vera

Foto 2: Caiman yacare comiendo Caiman yacare durante sequía del 2001. Foto: Roque González Vera