Planeta Superhabitable

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Planeta superhabitable Recreación artística del posible aspecto de un planeta superhabi- table. El tono rojizo de las masas continentales se debe al color de la vegetación. [1] Un planeta superhabitable es un tipo de exoplaneta hi- potético, similar a la Tierra, que presenta condiciones más adecuadas para la aparición y evolución de la vi- da que nuestro propio planeta. [2][3] En los últimos años, un gran número de expertos han criticado el criterio antropocentrista en la búsqueda de vida extraterrestre. [4] Consideran que la Tierra no representa el óptimo de habitabilidad planetaria en varios aspectos como el tipo de estrella en torno a la que orbita, superficie total, pro- porción cubierta por océanos y profundidad media de es- tos, intensidad del campo magnético, actividad geológica, temperatura superficial, etc. [5][6] Por lo tanto, es posible que haya exoplanetas en el universo que ofrezcan mejores condiciones para la vida, permitiendo que surja con más facilidad y que perdure por más tiempo. [7] Un extenso reportaje publicado en enero de 2014 en la revista Astrobiology titulado Superhabitable Worlds, de René Heller y John Armstrong, recopila y analiza gran parte de los estudios realizados en los años anteriores al respecto. [8] Las investigaciones de estos astrofísicos per- miten establecer un perfil para los planetas superhabita- bles según el tipo estelar, masa y ubicación en el sistema planetario, entre otras características. [5] Concluyeron que esta clase de planetas podrían ser mucho más comunes que los análogos terrestres. [9] Para mediados de 2015, todavía no ha sido confirmado ningún exoplaneta que reúna todas las características de un planeta superhabitable. Si la composición atmosférica y masa de Kepler-442b —que son desconocidas— se co- rresponden con las de un planeta de esta tipología, puede serlo considerando su ubicación en la zona de habitabili- dad, [n. 1] tipo de estrella y tamaño estimado. [11] 1 Características Los múltiples criterios analizados en las investigaciones de Heller y Armstrong, concluyen una serie de carac- terísticas básicas aproximadas que deben reunir los hi- potéticos planetas superhabitables. [12] De sus estudios, se extrae que los planetas de unas 2 masas terrestres y 1,3 radios terrestres, contarán con un tamaño óptimo pa- ra la tectónica de placas. [13] Además, su masa implica- rá una mayor atracción gravitatoria, suponiendo un in- cremento en la captura de gases durante la formación del planeta. [12] Por tanto, es probable que cuenten con atmósferas más densas que ofrezcan una mayor concen- tración de oxígeno y de gases de efecto invernadero, que a su vez eleven la temperatura media hasta unos niveles óptimos para la vida vegetal —unos 25 —. [14] Su ma- yor gravedad también puede influir en el relieve del ob- jeto planetario, haciéndolo más regular y disminuyendo el tamaño de las cuencas oceánicas, lo que mejorará la diversidad de la vida acuática, más abundante en aguas poco profundas. [15] Otros factores a tener en cuenta son el tipo de estre- lla —las enanas naranjas presentan las mismas ventajas que las estrellas más pequeñas y mayores sin sus teóricos inconvenientes—, [16] la edad del sistema —ligeramente superior a la del sistema solar, [17] dando más tiempo a la vida para evolucionar— y una ubicación más próxima al centro de la zona habitable del sistema, [18] entre otros. [5] 1.1 Superficie, tamaño y composición Un exoplaneta con un volumen mayor que el terrestre, un relieve más complejo o una superficie más amplia cubier- ta por agua en estado líquido puede ser más adecuado pa- ra la vida. [19] Sin embargo, puesto que el volumen de un planeta suele guardar una relación directa con su masa, cuanto más masivo sea mayor será su atracción gravita- toria, lo que puede traducirse en una atmósfera excesiva- mente densa. [20] Los estudios del equipo de Courtney Dressing, investi- gadora del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA), indican que existe un límite natural, fijado en 1

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Planeta Superhabitable

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Planeta superhabitable

Recreación artística del posible aspecto de un planeta superhabi-table. El tono rojizo de las masas continentales se debe al colorde la vegetación.[1]

Un planeta superhabitable es un tipo de exoplaneta hi-potético, similar a la Tierra, que presenta condicionesmás adecuadas para la aparición y evolución de la vi-da que nuestro propio planeta.[2][3] En los últimos años,un gran número de expertos han criticado el criterioantropocentrista en la búsqueda de vida extraterrestre.[4]Consideran que la Tierra no representa el óptimo dehabitabilidad planetaria en varios aspectos como el tipode estrella en torno a la que orbita, superficie total, pro-porción cubierta por océanos y profundidad media de es-tos, intensidad del campo magnético, actividad geológica,temperatura superficial, etc.[5][6] Por lo tanto, es posibleque haya exoplanetas en el universo que ofrezcan mejorescondiciones para la vida, permitiendo que surja con másfacilidad y que perdure por más tiempo.[7]

Un extenso reportaje publicado en enero de 2014 en larevista Astrobiology titulado Superhabitable Worlds, deRené Heller y John Armstrong, recopila y analiza granparte de los estudios realizados en los años anteriores alrespecto.[8] Las investigaciones de estos astrofísicos per-miten establecer un perfil para los planetas superhabita-bles según el tipo estelar, masa y ubicación en el sistemaplanetario, entre otras características.[5] Concluyeron queesta clase de planetas podrían ser mucho más comunesque los análogos terrestres.[9]

Para mediados de 2015, todavía no ha sido confirmadoningún exoplaneta que reúna todas las características deun planeta superhabitable. Si la composición atmosférica

y masa de Kepler-442b—que son desconocidas— se co-rresponden con las de un planeta de esta tipología, puedeserlo considerando su ubicación en la zona de habitabili-dad,[n. 1] tipo de estrella y tamaño estimado.[11]

1 Características

Los múltiples criterios analizados en las investigacionesde Heller y Armstrong, concluyen una serie de carac-terísticas básicas aproximadas que deben reunir los hi-potéticos planetas superhabitables.[12] De sus estudios,se extrae que los planetas de unas 2 masas terrestres y1,3 radios terrestres, contarán con un tamaño óptimo pa-ra la tectónica de placas.[13] Además, su masa implica-rá una mayor atracción gravitatoria, suponiendo un in-cremento en la captura de gases durante la formacióndel planeta.[12] Por tanto, es probable que cuenten conatmósferas más densas que ofrezcan una mayor concen-tración de oxígeno y de gases de efecto invernadero, quea su vez eleven la temperatura media hasta unos nivelesóptimos para la vida vegetal —unos 25 ℃—.[14] Su ma-yor gravedad también puede influir en el relieve del ob-jeto planetario, haciéndolo más regular y disminuyendoel tamaño de las cuencas oceánicas, lo que mejorará ladiversidad de la vida acuática, más abundante en aguaspoco profundas.[15]

Otros factores a tener en cuenta son el tipo de estre-lla —las enanas naranjas presentan las mismas ventajasque las estrellas más pequeñas y mayores sin sus teóricosinconvenientes—,[16] la edad del sistema —ligeramentesuperior a la del sistema solar,[17] dando más tiempo a lavida para evolucionar— y una ubicación más próxima alcentro de la zona habitable del sistema,[18] entre otros.[5]

1.1 Superficie, tamaño y composición

Un exoplaneta con un volumen mayor que el terrestre, unrelieve más complejo o una superficie más amplia cubier-ta por agua en estado líquido puede ser más adecuado pa-ra la vida.[19] Sin embargo, puesto que el volumen de unplaneta suele guardar una relación directa con su masa,cuanto más masivo sea mayor será su atracción gravita-toria, lo que puede traducirse en una atmósfera excesiva-mente densa.[20]

Los estudios del equipo de Courtney Dressing, investi-gadora del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian(CfA), indican que existe un límite natural, fijado en

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2 1 CARACTERÍSTICAS

Un exoplaneta con 1,6 R tendrá un radio similar al de Kepler-62e —segundo empezando por la izquierda—. En el extremo dela derecha figura la Tierra, a escala.

1,6 radios terrestres (R⊕), por debajo del cual casi to-dos los planetas son cuerpos telúricos, compuestos prin-cipalmente de roca-hierro[n. 2] comoVenus y la Tierra.[22]Normalmente, los objetos con una masa inferior a 6masas terrestres (M⊕) tienen altas probabilidades de pre-sentar una composición similar a la de la Tierra.[23] Porencima de este límite, la densidad de los planetas dis-minuye a medida que aumenta su tamaño, a imagen delos gigantes gaseosos.[24][25] Además, las supertierras de-masiado masivas pueden carecer de una tectónica deplacas.[13]

Así pues, cabe esperar que cualquier exoplaneta con unadensidad similar a la terrestre y un radio superior —próximo a los 1,6 R⊕— sea más apto para la vida.[6]No obstante, otros estudios indican que los mundosoceánicos representan un estado de transición entre losminineptunos y los planetas telúricos, especialmente sipertenecen a estrellas poco masivas —cuyos planetas si-tuados en la zona habitable tienden a acumular muchamás agua—.[26][27] Aunque los planetas océano puedenser habitables, la profundidad media de sus masas deagua y la ausencia de tierras emergidas se alejan delconcepto de superhabitabilidad sostenido por Heller yArmstrong.[28] Por tanto, aunque los cuerpos planetariosligeramente más masivos que la Tierra son, en principio,más adecuados para la vida, un tamaño excesivo consiguejusto el efecto contrario.[28] Desde una perspectiva geo-lógica, el óptimo para la masa de un planeta se encuentraen torno a las 2 M⊕, así que debe contar con un radioque mantenga la densidad de la Tierra —entre 1,2 y 1,3R⊕—.[29]

Otro factor de habitabilidad inherente a la superficie quepuede mejorar la aptitud para la vida terrestre es ladistribución de las masas continentales. En el pasado,supercontinentes como Pangea podían tener vastos de-siertos en su interior como consecuencia de la lejanía res-pecto al mar.[30] Por el contrario, los continentes más se-parados y los archipiélagos presentan una cantidad mayorde vegetación y de diversidad biológica.[31][6]

La profundidad media de los océanos también influye enla habitabilidad de un planeta. Las áreas poco profun-das del mar, dada la cantidad de luz que reciben, sue-len ser más acogedoras para las especies acuáticas, porlo que es probable que los exoplanetas con una profundi-dad media menor sean más adecuados para la vida.[28][32]Los exoplanetas más masivos que la Tierra tienden a te-ner una superficie más regular por efecto de su grave-dad, lo que puede suponer unas cuencas oceánicas me-nos profundas.[33] Por otro lado, los planetas con menorcantidad de agua que la Tierra tienen una probabilidadmenor de presentar un efecto invernadero descontroladosi se encuentran en el confín interno de la zona habitabley es menos probable que padezcan una glaciación globalsi pertenecen al confín externo.[34]

1.2 Geología

La tectónica de placas, en combinación con la presen-cia de grandes masas de agua sobre un planeta, es capazde mantener unos niveles de CO2 constantes.[35][36][37]Este proceso parece ser habitual en los planetas telúri-cos geológicamente activos con una velocidad de rotaciónsignificativa.[38] Cuanto más masivo sea un cuerpo plane-tario, más tiempo perdurará su calor interno, un factorprincipal que contribuye a la tectónica de placas.[13] Noobstante, una masa planetaria excesivamente alta tam-bién puede ralentizar este fenómeno a causa de unamayorpresión y viscosidad del manto, lo que dificulta el desli-zamiento de la litosfera.[13] Las investigaciones sugierenque la tectónica de placas alcanza su máximo de activi-dad en cuerpos con entre 1 y 5 M⊕, siendo el óptimo unamasa aproximada de 2 M⊕.[29]

Si la actividad geológica no es lo suficientemente intensapara generar una cantidad de gases de efecto invernaderoque eleven las temperaturas globales por encima del puntode congelación del agua, el planeta puede experimentaruna glaciación global permanente, a menos que el procesosea contrarrestado por una irradiación estelar intensa opor una fuente de calor interno como el calentamiento demarea.[39]

Otro factor favorable para la vida en los planetas más ma-sivos que la Tierra reside en su potencial para desarrollaruna magnetosfera mayor que proteja al planeta más efi-cazmente de la radiación cósmica y, especialmente, delos vientos estelares.[40] Los cuerpos poco masivos y losque presentan una rotación lenta —o están anclados pormarea a su estrella— tienen un campo magnético débil oinexistente que en el transcurso del tiempo puede supo-ner la pérdida de una porción relevante de su atmósfera,sobre todo del hidrógeno, por escape hidrodinámico .[13]

1.3 Temperatura

La idoneidad térmica de un planeta para la vida es-tá determinada por su temperatura de equilibrio —es

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1.4 Estrella 3

El clima de un exoplaneta más cálido y húmedo que el terrestrepuede ser similar al de las zonas tropicales de la Tierra. En laimagen, manglar en Camboya.

decir, la que correspondería a la Tierra en su lugar—y por la fluctuabilidad de la misma.[41] A lo largo desu historia, la Tierra ha sufrido importantes variacio-nes de temperatura durante largos períodos, como lassuperglaciaciones durante el Criogénico y el calentamien-to global que pudo contribuir a la extinción masiva delPérmico-Triásico.[42][43] Incluso en nuestros días regis-tra oscilaciones térmicas significativas en función de lalatitud y de las estaciones del año. Es posible que los pla-netas con atmósferas más densas que la terrestre, una dis-tribuciónmás dispersa de sus tierras emergidas y/o menorinclinación de su eje tengan una amplitud térmica menory estaciones menos pronunciadas.[41] En tal caso, las es-pecies autóctonas no tendrían que adaptarse a cambios detemperatura tan radicales y podrían ser más diversas.[41]El efecto termorregulador del mar quizás suponga unastemperaturas moderadas en planetas oceánicos situadosen la zona de habitabilidad de su estrella.[44]

La temperatura de equilibrio óptima para la vida es des-conocida, si bien parece que en la Tierra la diversidadanimal ha sido mayor en épocas más cálidas.[45] Es posi-ble, por tanto, que los exoplanetas con temperaturas me-dias ligeramente más altas que las de la Tierra sean másaptos para la vida.[41] Sin embargo, estudios recientes in-dican que la Tierra se encuentra en el límite interno de lazona habitable del Sistema Solar,[46] lo que puede perju-dicar a su habitabilidad a largo plazo, ya que las estrellasaumentan su luminosidad con el paso del tiempo.[47][48]Paradójicamente, un planeta superhabitable debe ser al-go más cálido que la Tierra y, a su vez, orbitar más pró-ximo al centro de la ZH de su sistema.[49][18] Esto se-ría posible siempre que su atmósfera fuese más densay/o tuviese una mayor concentración de gases de efectoinvernadero.[50][51]

1.4 Estrella

El tipo estelar determina en gran medida las condicionespresentes en un sistema.[53][54] Las estrellas más masivas—O, B y A— tienen un ciclo vital muy corto, abandonan-

Posición en la ZH de algunos de los planetas confirmados conmayor IST y temperatura media superficial.[52][n. 3]

do rápidamente la secuencia principal.[55][56] Además, lasde tipoO y B producen un efecto fotoevaporación que im-pide la formación de planetas en torno a la estrella.[57][58]

En el lado opuesto, las menos masivas —tipos M y K-tardío, es decir, enanas rojas— son, por mucho, las máscomunes y longevas del universo, pero su potencial paraalbergar vida aún es objeto de estudio.[53][58] Su escasaluminosidad reduce el radio de la órbita de los exoplane-tas en la zona habitable, que quedan expuestos a los brotesde radiación ultravioleta que tienen lugar frecuentemente,especialmente durante los primeros mil millones de añosde vida de estas estrellas.[16] Un radio de órbita corto tam-bién puede abocar al acoplamiento de marea del planeta,que presentaría siempre un mismo hemisferio hacia la es-trella —conocido como hemisferio diurno—.[59][58] Aúnsi fuese posible la existencia de vida en un sistema deeste tipo, es poco probable que cualquier exoplaneta per-teneciente a una enana roja pueda ser considerado comosuperhabitable.[53]

Descartando ambos extremos, quedarían los sistemasde estrellas de tipo K y G —enanas naranjas yamarillas, respectivamente— como mejores hogares parala vida.[16][58] Ambos permiten la formación de planetas asu alrededor, tienen una larga esperanza de vida y ofrecenuna zona habitable estable y libre de los efectos derivadosde una proximidad excesiva a su estrella.[58] Las de tipoG, como el Sol, tienen una zona de habitabilidad mayor,pero su vida es considerablemente más corta que las detipo K.[16] Además, su radiación es muy elevada como pa-ra permitir la vida compleja sin la existencia de una capade ozono.[16] Por el contrario, las de tipo K o enanas na-ranjas permanecen en la secuencia principal por periodoshasta tres veces mayores que las de tipo G.[60] Son tam-bién las más estables y su zona habitable varía muy pocodurante su vida, por lo que un análogo terrestre situado enuna estrella tipo K puede ser habitable durante la prácti-ca totalidad de la secuencia principal.[16] Además, su bajaradiación puede facilitar la presencia de vida compleja sinla existencia de una ozonosfera.[16][61][62]

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4 1 CARACTERÍSTICAS

1.5 Órbita y rotación

Impresión artística de un análogo a la Tierra. Algunos planetassuperhabitables podrían presentar un aspecto similar si no guar-dan diferencias importantes con la Tierra.

La rotación sincrónica en los planetas anclados por mareaa su estrella puede no ser un factor importante para la vi-da mientras cuenten con una atmósfera lo bastante densacomo para repartir el calor entre los hemisferios diurno ynocturno.[63] Sin embargo, se ha cuestionado la probabi-lidad de que se desarrollen formas de vida complejas eneste tipo de planetas y, en cualquier caso, es difícil quepuedan ser catalogados como superhabitables.[53]

Los expertos no han alcanzado un consenso sobre cuál esla velocidad de rotación óptima para un planeta, pero síque no debe ser muy elevada ni demasiado lenta —en úl-tima instancia, este último supuesto puede acarrear unosproblemas similares a los observados en Venus, que com-pleta una rotación cada 243 días terrestres y que, comoconsecuencia de ello, no puede generar un campo mag-nético similar a la Tierra—.[64][65] La hipótesis de la Tie-rra especial añade la necesidad de un satélite natural deconsiderables proporciones para equilibrar el eje planeta-rio, pero esta teoría ha sufrido importantes críticas en lamayor parte de sus argumentos y las investigaciones re-cientes sugieren que puede ser preferible la ausencia deun satélite.[66][67]

La órbita de un planeta superhabitable debe situarse enla zona habitable de su sistema.[68] Más allá de esta con-sideración, no hay consenso sobre el efecto que puedetener una mayor excentricidad orbital en los análogosterrestres:[50][69] es posible que las fluctuaciones térmicasderivadas de diferencias notorias en la distancia a la es-trella en el apoastro y periastro sean perjudiciales para lavida;[50] por otro lado, una excentricidad moderada peromayor que la de la Tierra puede servir como protecciónante eventos de glaciación global o de efecto invernaderodescontrolado.[2][70][71]

1.6 Atmósfera

No hay argumentos sólidos para asegurar que la at-mósfera terrestre tenga una composición óptima para lavida.[50] Con independencia de que no existen organismospluricelulares totalmente anaeróbicos y que se considera

imprescindible la presencia de una cantidad importantede oxígeno en la atmósfera para que puedan desarrollarseformas de vida complejas, el porcentaje de oxígeno res-pecto al total atmosférico parece limitar el tamaño máxi-mo que pueden tener algunas formas de vida—unamayorconcentración permitiría una mayor diversidad animal—e influye en la amplitud de las redes metabólicas.[72][50]En la Tierra, durante el período Carbonífero, se llegarona alcanzar concentraciones de oxígeno de hasta un 35 %,lo que coincidió con una de las épocas de mayor biodi-versidad en nuestro planeta.[73]

Mientras que atmósferas menos densas que la de la Tierraofrecen una protecciónmenor frente a la radiación cósmi-ca de alta energía y conllevan tanto una diferencia térmicamayor entre el día y la noche y entre las zonas ecuatorialesy polares como una mala distribución de las precipitacio-nes, una atmósfera más densa puede conseguir justo elefecto contrario.[51][50] La densidad atmosférica debe sermayor en planetas más masivos, lo que refuerza la hipó-tesis de que las supertierras puedan presentar condicionesde superhabitabilidad.[50]

1.7 Edad

Las primeras estrellas que aparecieron en el universo contabancon una metalicidad muy baja, que probablemente impedía laformación planetaria.

Desde un punto de vista biológico, los planetas con másedad que la Tierra pueden tener una mayor biodiver-sidad, ya que las especies autóctonas habrán contadocon más tiempo para evolucionar, adaptando y estabili-zando las condiciones del entorno para sostener un am-biente idóneo para la vida que puedan aprovechar susdescendientes.[17]

La zona de habitabilidad de un sistema planetario se alejade la estrella con el transcurso del tiempo, a medida queaumenta su luminosidad.[16] Las estrellas menos masivasque el Sol tardan más en abandonar la secuencia principaly su evolución es mucho más lenta.[74] Como consecuen-cia, un planeta habitable perteneciente a una estrella tipoK puede mantener su condición durante miles de millo-nes de años antes de traspasar el confín interno de la zonade habitabilidad.[47] Por tanto, cabe esperar que los pla-

Page 5: Planeta Superhabitable

2.1 Aspecto 5

netas que orbiten a enanas naranjas con edades próximasa la del propio universo ofrezcan un mejor escenario parala vida.[16]

Sin embargo, durante años se ha cuestionado el poten-cial para encontrar vida en sistemas antiguos por la apa-rente relación entre la metalicidad estelar y la formaciónplanetaria.[75] La cantidad de elementos pesados en eluniverso ha ido aumentando progresivamente desde susorígenes, así que las estrellas más antiguas que se cono-cen cuentan con una metalicidad inferior a un 10 % de ladel Sol.[76] Los primeros descubrimientos exoplanetarios,en su mayoría gigantes gaseosos que orbitaban muy cercade sus estrellas, sugerían que los planetas eran poco co-munes en sistemas con baja metalicidad, lo que invitabaa sospechar la existencia de un límite temporal en la apa-rición de los primeros objetos de masa terrestre.[77] Lasposteriores observaciones del telescopio Kepler han per-mitido a los expertos descubrir que esta relación esmuchomás restrictiva en sistemas con jupíteres calientes y quelos planetas terrestres pueden formarse en estrellas conmetalicidades muy inferiores, hasta cierto punto. Estosresultados fueron anunciados oficialmente por un equipointernacional de astrónomos dirigidos por Lars Buchha-ve, del Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copen-hague, en el 220º encuentro de la American AstronomicalSociety.[76]

En su presentación, indicaron que debe existir un límitetemporal para la aparición de los primeros planetas telú-ricos. Se cree, a expensas de nuevas observaciones, quelos primeros objetos de masa terrestre debieron apareceren algún momento hace entre 7000 y 12 000 millonesde años.[76] Teniendo en cuenta la mayor estabilidad delas enanas naranjas (tipo K) respecto al Sol (tipo G) y sumayor esperanza de vida, es posible que cualquier exo-planeta habitable perteneciente a una de ellas que se en-cuentre dentro de ese límite, pueda ofrecer un escenariomejor para la vida por el margen evolutivo concedido alas especies locales.[16]

2 Perfil

Comparación entre el tamaño de Kepler-442b (1,34 R ) y laTierra (derecha).

A pesar de la escasez de información exoplanetológica

disponible, las teorías vistas en los apartados anterio-res invitan a elaborar un perfil del prototipo de planetasuperhabitable.[12] Aun cuando parte de los puntos vistossiguen siendo objeto de debate, en otros sí parece habercierto consenso. Así pues, algunos de los rasgos típicosde un planeta superhabitable podrían ser:[12]

• Masa próxima a 2 M⊕.

• Para conservar una densidad similar a la terrestre, suradio debe oscilar entre 1,2 y 1,3 R⊕.

• Porcentaje de superficie cubierta por océanos simi-lar, pero más repartida y sin grandes masas conti-nentales continuas.

• Menor distancia respecto al centro de la zona habi-table del sistema.

• Temperatura media superficial ligeramente superiora la de la Tierra (14 ℃).[78]

• Perteneciente a una estrella tipo K intermedia, conuna edad mayor que la del Sol (4568 millones deaños) pero inferior a 7000 millones de años.

• Sin satélites naturales de gran tamaño.

• Atmósfera algo más densa que la de la Tierra y conuna concentración mayor de oxígeno.

No hay ningún exoplaneta cuya existencia haya podidoser confirmada que reúna todos los requisitos. Tras la ac-tualización de la base de datos de exoplanetas de la NASAdel 23 de julio de 2015, el quemás se aproxima es Kepler-442b, perteneciente a una enana naranja, con un radio de1,34 R⊕ y una masa de 2,34 M⊕, pero con una tempera-tura superficial estimada en−2,65 ℃ que lo convierte enun psicroplaneta —considerando una atmósfera similar ala de la Tierra—.[79] Es posible que su mayor tamaño lehaya conferido una densidad atmosférica superior y queesto, unido a una mayor presencia de gases de efecto in-vernadero, suponga una temperatura real igual o mayorque la terrestre.[n. 4] En tal caso, podría ser un planeta su-perhabitable. Por el momento, aunque es el cuarto exo-planeta confirmado con mayor índice de similitud con laTierra (84 %), es el que más probabilidades tiene de al-bergar algún tipo de vida.[81]

2.1 Aspecto

La apariencia de un planeta superhabitable debe ser, enlíneas generales, muy similar a la de la Tierra.[5] Las prin-cipales diferencias, cumpliendo con el perfil visto ante-riormente, serían las derivadas de su masa. Su atmósfe-ra más densa probablemente impedirá la formación decasquetes polares, como consecuencia de la menor dife-rencia térmica entre las distintas regiones del planeta.[50]También tendrá una mayor concentración de nubes y pre-cipitaciones más abundantes.[n. 5]

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6 4 VÉASE TAMBIÉN

Probablemente, la vegetación será muy distinta debidoa la mayor densidad atmosférica, precipitaciones y tem-peratura; y a la distinta luz estelar. Por el tipo de luzemitida por las estrellas tipo K, posiblemente las plan-tas adoptarán tonos como el amarillo, el naranja o el ro-jo en función de la masa estelar —amarillo-verdoso pa-ra las enanas naranjas más masivas y rojo-marrón paralas más pequeñas—, frente al verde predominante en laTierra.[84][1] La vegetación cubriría regiones más ampliasque en la Tierra, haciendo claramente visible su tonalidaddesde el espacio.[5]

En general, el clima de un planeta superhabitable seríamás cálido, húmedo, homogéneo y estable que el terres-tre, permitiendo que la vida se extendiese por toda su su-perficie sin presentar grandes diferencias poblacionales—características de las zonas más inhóspitas de la Tie-rra en comparación con las regiones tropicales—.[41] Lascondiciones de estos planetas podrían ser soportables pa-ra el ser humano incluso sin protección—traje espacial—siempre que su atmósfera no contenga excesivos gases tó-xicos, aunque requeriría de una cierta adaptación a la ma-yor atracción gravitatoria que podría desarrollarse de for-ma natural: aumento de la masa muscular, incremento dela densidad ósea, etc.[n. 6][85][86]

3 Abundancia

Conjunto y subconjuntos de mundos terrestres.[9]

El número de planetas superhabitables puede superar am-pliamente el de los análogos terrestres:[9] las estrellas me-nos masivas de la secuencia principal son más abundantesque las de mayor tamaño y luminosidad, por lo que haymás enanas naranjas que análogos solares, más masivos yluminosos.[87] Se calcula que, aproximadamente, un 9 %de las estrellas de la Vía Láctea son de tipo K.[88]

Otro de los puntos que favorece el predominio de los pla-netas superhabitables respecto a los análogos terrestreses que, a diferencia de estos últimos, buena parte de losrequisitos de un mundo superhabitable se pueden dar deforma espontánea y conjunta simplemente por contar conunamasa superior.[89] Un cuerpo planetario próximo a las2 M⊕ desempeñará mejor su tectónica de placas y conta-

rá con una superficie mayor que uno de masa similar a laTierra.[31] Del mismo modo, es probable que sus océanossean menos profundos por el efecto de la gravedad sobrela corteza del planeta, que su campo gravitatorio sea másintenso y que cuente con una atmósfera más densa —deeste último punto se infiere que su temperatura posible-mente será mayor y más homogénea que en uno menosmasivo—.[14]

Por el contrario, los planetas de masa terrestre puedenpresentar una gran diversidad de estados muy distintos alde análogo a la Tierra. Por ejemplo, al disponer de unatectónica de placas menos activa[n. 7] y una densidad at-mosférica inferior, la probabilidad de que desarrollen unaglaciación global permanente es mucho mayor.[50] Otroefecto negativo de la menor densidad atmosférica estárepresentado en forma de oscilación térmica, que pue-de suponer una alta variabilidad en el clima planetarioy la exposición a eventos catastróficos como el citadoanteriormente. Además, al contar con una magnetosfe-ra más débil, pueden perder sus niveles de hidrógeno porescape hidrodinámico con más facilidad y convertirse enplanetas-desierto.[50] Cualquiera de estos ejemplos podríaimpedir la aparición de organismos sobre la superficie delplaneta.[90]

Considerando a la propia vida como un factor de ha-bitabilidad —que modifica su entorno, optimizando suscondiciones—, puesto que los planetas superhabitablesson más aptos para la vida que los similares a la Tie-rra según Heller y Armstrong, esta también debe apare-cer con más facilidad en lugares que reúnan gran partede sus características principales.[8] Suponiendo un nú-mero de planetas potencialmente superhabitables idén-tico al de planetas con potencial para ser análogos a laTierra, habría un porcentaje mayor de los primeros conalgún tipo de vida sobre su superficie, que podría alte-rar sus condiciones y convertirlos en verdaderos planetassuperhabitables.[9]

En cualquier caso, la multitud de escenarios que puedenconvertir a un planeta de masa terrestre ubicado en la zo-na de habitabilidad de un análogo solar en un lugar in-hóspito, lejos de la imagen de un gemelo de la Tierra, sonmenos probables en un planeta que reúna las característi-cas básicas de un mundo superhabitable, por lo que estosúltimos deben ser más comunes.[9]

4 Véase también•

• Portal:Astronomía. Contenido relacionado conAstronomía.

• Planeta extrasolar

• Análogo a la Tierra

• Planeta Ricitos de Oro

Page 7: Planeta Superhabitable

7

• Habitabilidad planetaria

• Zona habitable

• Clasificación térmica de habitabilidad planetaria

• Anexo:Exoplanetas confirmados potencialmentehabitables

• Anexo:Planetas extrasolares potencialmente habita-bles

• Habitabilidad en sistemas de enanas rojas

• Habitabilidad en sistemas de enanas naranjas

5 Notas[1] La zona habitable (ZH) es una región presente alrededor

de cada estrella en la que cualquier cuerpo terrestre que tu-viese una presión atmosférica y una combinación de gasesadecuada, podría mantener agua en estado líquido sobresu superficie. Si la órbita de un planeta traspasa el confíninterno de la ZH, podría desatarse un efecto invernade-ro descontrolado similar al de Venus. Si traspasa su con-fín externo, el CO2 se condensaría en forma de nubes ycaería en estado líquido —o sólido— sobre su superficie,enfriando aún más el planeta y desatando un proceso re-troalimentativo de glaciación global.[10]

[2] Los principales componentes de la Tierra son hierro, sílicey magnesio, entre otros.[21]

[3] Las siglas «HZD» o «Habitable Zone Distance» marcanla posición de un planeta respecto al centro de la zona dehabitabilidad del sistema (valor 0). Un HZD negativo sig-nifica que la órbita de un planeta es más pequeña—y pró-xima a su estrella— que el centro de la zona habitable,mientras que uno positivo supone una mayor lejanía res-pecto a la estrella. Los valores 1 y−1 marcan el límite dela zona de habitabilidad.[49] Un planeta superhabitable de-bería tener un HZD más próximo a 0 —centro de la zonaverde intenso— que la Tierra.[18]

[4] Los expertos han propuesto la posibilidad de que un pro-ceso similar tenga lugar en Kepler-186f, uno de los exo-planetas más similares a la Tierra encontrados hasta lafecha, pero con una temperatura media superficial con-siderablemente menor, que lo sitúa en el límite de loshipopsicroplanetas.[80]

[5] Kepler-62e, descubierto en 2013, es una supertierra conposibilidades de albergar vida que pertenece a una estrellatipo K2V. Los modelos informáticos sugieren que los pla-netas telúricos más masivos que la Tierra y con cantidadessignificativas de agua en su superficie tienden a registraruna mayor concentración nubosa que la terrestre.[83]

[6] En la conferencia que anunció el descubrimiento deKepler-62e y Kepler-62f, los expertos debatieron sobreesta posibilidad, si bien ambos cuerpos planetarios sondemasiado masivos como para entrar en la categoría de«superhabitables» y su mayor densidad atmosférica pro-bablemente conllevaría la dependencia de un equipo quepermitiese respirar con normalidad.[5][27]

[7] Si la actividad de las placas tectónicas es relativamenteescasa, es probable que haya menos volcanes que puedanaumentar los niveles de CO2 si es necesario.

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8 Texto e imágenes de origen, colaboradores y licencias

8.1 Texto• Planeta superhabitable Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Planeta_superhabitable?oldid=85430455 Colaboradores: Petronas, Bas-quetteur, Cheveri, IrwinSantos, Phoenix58, Ph03nix1986, Antón Francho, Alejandrocaro35, Arjuno3, Carlos Alberto Quiroga, Grillitus,XanaG, Lautaro 97, Romulanus, Santur861, XVRT, Saectar, Jarould, Xiao3cao3 y Anónimos: 8

8.2 Imágenes• Archivo:Artist’s_Impression_of_a_Baby_Star_Still_Surrounded_by_a_Protoplanetary_Disc.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/0b/Artist%E2%80%99s_Impression_of_a_Baby_Star_Still_Surrounded_by_a_Protoplanetary_Disc.jpg Licencia: CC BY 4.0 Colaboradores: ESO Artista original: ESO/L. Calçada

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