Plan de Caminos de 1935 - Catalunia

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    El Plan generalde obras pblicas de 1935:poltica, infraestructuras y territorio

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    El Plan general

    de obras pblicasde 1935:

    poltica, infraestructurasy territorio

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    El Plan general

    de obras pblicasde 1935:

    poltica, infraestructurasy territorio

    Josep Maria Carreras i PuigdengolasJordi Bernat i Falomir

    Pilar Riera i Figueras

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    Consejero de Poltica Territorial y Obras Pblicas

    Joaquim Nadal i Farreras

    Autores

    Josep Maria Carreras i Puigdengolas

    Jordi Bernat i Falomir

    Pilar Riera i Figueras

    Coordinacin

    Jaume Fabregat Fillet,

    Ctedra de Empresa Victoriano Muoz Oms de

    Valores Humanos a la Ingeniera, de la Universitat

    Politcnica de Catalunya, bajo el patrocinio de

    ENDESA Red

    Realizacin del DVD

    Jose Luis Egua Gmez, profesor del Graduado

    Superior en Diseo

    Documentacin

    Arxiu Histric de la Diputaci de Tarragona

    Arxiu Histric del Collegi dArquitectes de CatalunyaArxiu Histric Municipal de Barcelona

    Arxiu Nacional de Catalunya

    Biblioteca de Catalunya

    Biblioteca Nacional de Espaa

    Fondation Le Corbusier

    Carles Salmeron

    Institut Cartogrfic de Catalunya

    Museu de la Pesca

    Edicin

    Gabinete Tcnico, DPTOP

    Agradecimientos

    Familia de Victoriano Muoz Oms

    Familia de Joan Valls i Pujals

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    Presentacin

    Es probable que las consecuencias polticas del 6 de octubre de 1934extendiesen una nube negra sobre el perodo en que la Generalitat actucon sus competencias suspendidas. Ello explicara en parte que el Plande obras pblicas de 1935 haya tenido poca fortuna y nos sea conocidoslo parcialmente. Deberamos aadir que la suma de la legitimidad pol-tica y la moda acadmica otorgaba mucho ms glamour, sobre todo enla represin democrtica durante el franquismo, al Regional Planning delos hermanos Rubi i Tudur que al Plan de obras pblicas de 1935.

    Tendramos, as, una planificacin territorial de principios de los aostreinta, basada en la zonificacin, muy poco desarrollada ms all delterreno terico y nunca aplicada; conocida, divulgada y de moda. Y, enel lado extremo, un plan de obras pblicas de gran impacto prctico ycuyas propuestas perviven mucho ms all de los aos de su gestacin.El divorcio se haba hecho evidente entre una planificacin del pas por

    zonas pero sin infraestructuras y una planificacin de las infraestructurassin referencia alguna al contexto urbanstico y al propio desarrollo de laszonas urbanas del pas.

    Es muy probable tambin que durante mucho tiempo hayamos pade-cido las consecuencias de este divorcio y, sobre todo, de la incomuni-cacin entre dos mundos, el de los arquitectos-urbanistas y el de losingenieros que habran actuado y pensado el pas sin establecer entrelas respectivas disciplinas ningn tipo de vasos comunicantes.

    Esta circunstancia nos ha llevado en la actualidad a definir toda la pol-tica de planificacin del Gobierno de Catalua de una manera integral,donde los planes territoriales parciales incorporan todas las previsionesdel Plan de las infraestructuras del transporte y las hagan suyas. Acaba-ramos, as, con dcadas de separacin y de orientaciones contrapues-tas y encontraramos, ahora, el modo de hacer la sntesis constructiva,de disear una paz positiva, de dos mundos que habran vivido de es-paldas durante demasiado tiempo.

    Este largo prembulo me sirve para situar adecuadamente la publica-

    cin que hoy presentamos y otorgarle el alcance y la importancia quecreo le corresponden.

    En este sentido, es para m un gran placer poder prologar una obra quedeviene un acto de reconocimiento y de justicia hacia unas decisionespolticas y unos equipos humanos que establecieron las bases de lasinfraestructuras necesarias para la Catalua contempornea. Un reco-nocimiento, en primer lugar, a quien fue impulsor e idelogo del Plan,el seor Joan Valls i Pujals desde la Consejera de Obras Pblicas. Ensegundo lugar, al ingeniero Victoriano Muoz Oms. Leridano de toda

    la vida, ingeniero vocacional, movido siempre por las preocupacionesvinculadas a las comunicaciones y a los aprovechamientos hidrulicos.

    Desde sus paseos adolescentes, Muoz conoci la fuerza de los cami-nos y la capacidad de la fuerza del agua; destructora si descontrolada,constructora y de progreso si controlada. Ya no dejara nunca de pensaren los caminos de tierra y en los caminos del agua. Primero desde unaempresa propia, despus como tcnico de la Diputaci de Lleida y, fi-nalmente, como tcnico vinculado al mundo de las compaas elctricasuna vez finalizada la guerra civil. Sin embargo, este episodio posblicoya no nos interesa si no es por el hecho de que durante aos el pa-raguas hidroelctrico resguard toda la documentacin que VictorianoMuoz haba ido recogiendo y recopilando de los inmensos trabajos queorden en 1935. Con Muoz, un reconocimiento a Francesc Izquierdo,

    Artur Re, Nemesi Navs, Alfons Franco, Josep Gual y Llus Prez dela Torre, que constituyeron el equipo, pequeo pero eficiente, que aqulestructur para responder al mandato de la Generalitat intervenida y alencargo del consejero Valls i Pujals.

    Finalmente, tambin un reconocimiento y un agradecimiento a los au-tores de este libro y a todos sus promotores. Josep M. Carreras, JordiBernat y Pilar Riera nos han dado finalmente la obra definitiva sobre elPlan de obras pblicas de 1935. Un esmerado estudio nos presentael marco y el contenido del Plan en el contexto de la planificacin de lapoca y de sus antecendentes, y las investigaciones correspondientesa los diversos fondos conservados han permitido reconstruir toda la do-cumentacin bsica del Plan y tambin toda la documentacin comple-mentaria, principalmente las memorias sectoriales y los resultados de las

    encuestas municipales, as como la correspondiente cartografa de todoel proceso. El DVD que acompaa al libro es un segundo libro, por lo quepuede consultarse hoja a hoja, y un complemento imprescindible paradisponer en plenitud de toda la documentacin disponible o en todocaso de las referencias documentales necesarias. Con un claro sentidode la interdisciplinariedad, la ctedra Muoz Oms de la UPC ha cuidadoy conducido toda la edicin y, asimismo, ha producido este DVD.

    Podemos, por tanto, decir con seguridad que por primera vez dispone-mos de la documentacin completa del Plan de obras pblicas de 1935

    y de un estudio de gran rigor que nos lo presenta en su justa valoracine importancia. Hasta ahora disponamos de informacin parcial y la edi-cin que se hizo en 1982 no pasaba de ser una primera aproximacin.Una primera aproximacin til y necesaria y que marc el camino parallegar hasta el resultado actual. Aquella primera edicin, en la que in-tervinieron dos de los autores de esta obra, destacaba los materialesque nos eran conocidos hasta entonces y que Victoriano Muoz habapuesto a disposicin de Josep M. Carreras. Ahora, en cambio, dispo-nemos de mucha ms documentacin que Muoz haba guardado enlos almacenes de Enher y que, una vez transferida al Arxiu Nacional de

    Catalunya, ha servido para hacer esta edicin definitiva.

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    Presentacin El Plan general de obras pblicas de 1935

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    El Plan que editamos y presentamos era un plan de caminos, pero noslo eso: era mucho ms. Es cierto que hay una parte principal dedi-cada a definir las redes de carreteras y caminos presentes y futuros delpas pero con gran sentido de la anticipacin y tambin con gran sentidodel territorio. La experiencia haciendo caminos locales o comarcales enla Diputaci de Lleida le sirvi a Victoriano Muoz Oms para no perdernunca el valor de la proximidad y la equidad y tampoco el equilibrio terri-torial que tambin le transmita su consejero.

    Pero ms all de las carreteras, el Plan aborda las necesidades en ma-teria ferroviaria, de puertos y servicios martimos, de aeropuertos y rutas

    areas, de redes telefnicas, de servicios hidrulicos y elctricos, deelectrificacin rural, de saneamiento de terrenos, de canalizacin de rosy todo el sistema de conduccin y depuracin de las aguas residuales.

    Ya se observa perfectamente, por tanto, que no era slo un plan decaminos.

    Bien mirado, el contenido del Plan de obras pblicas de 1935 es el an-tecedente ms inmediato y ms completo del Plan de infraestructurasdel transporte de Catalua (transporte terrestre, puertos y aeropuertos)y tambin por su completud del Pacto nacional para las infraestructuras,

    que se ha firmado el 16 de octubre de 2009. Si al Plan y al Pacto aadi-mos en breve el Plan territorial general de Catalua, como sntesis de lossiete planes territoriales parciales, podemos decir que ahora finalmente

    la Generalitat ha salvado el abismo entre el Regional Planning y el Plande obras pblicas y, muchas dcadas despus, hace la sntesis necesa-ria de las diferentes sensibilidades y necesidades que pensaron el pasdurante los aos frtiles de ideas de la Generalitat republicana.

    Visto ahora con la perspectiva de 75 aos sorprende la modernidaddel Plan y la eficacia de los equipos. En pocos meses formularon lasencuestas, las diagnosis y las propuestas, con una gran visin de futuro.La modernidad del Plan radica en la vocacin de dar satisfaccin conservicios eficientes a todos los ciudadanos, anticipando derechos queacabaran siendo reconocidos como derechos universales. Las infraes-tructuras entendidas tambin como un factor de dinamizacin econ-

    mica.

    Tenemos en las manos un gran libro. Memoria de un tiempo y apuestade un pas. Recuperar ahora aquellas ideas es tanto como saldar unadeuda con el pasado y reivindicar el papel de la memoria y de la justiciahistrica. Porque los pases desmemoriados y desagradecidos, que pa-san pgina demasiado deprisa y no se interesan por sus propias racesms all de las apariencias son pases que no acaban nunca de tener elcoraje de definir su horizonte de futuro. Un horizonte nacional construidocon las aportaciones mltiples que, en parte, aqu recogemos.

    Joaquim Nadal i FarrerasConsejero de Poltica Territorial y Obras Pblicas

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    ndiceIntroduccin 11

    1. Planificacin de obras pblicas

    y planificacin regional 13

    Las obras pblicas: el territorio como recurso econmicode los estados 13

    La planificacin regional de los aos veinte y treinta 14

    El Plan de 1935: un plan de obras pblicas 14

    2. Los antecedentes en la planificacin de

    infraestructuras en el Estado espaol 17

    3. El contexto poltico y administrativo de laCatalua de los aos treinta 19

    El inacabable traspaso de competencias 19

    4. El Plan de obras pblicas de 1935.

    Objetivos y realizacin 21

    Los objetivos del Plan 22

    Valls i Pujals, Muoz Oms y el equipo tcnicoque redact el Plan 24

    Cronologa de los trabajos 24

    La informacin de base utilizada 25

    Cartografa 25

    Divisiones administrativas 26

    Estadsticas y otras fuentes 26

    La encuesta municipal 27

    Esquema y documentacin existentedel Plan general de obras pblicas 29

    El presupuesto general 29

    Financiacin del Plan 30

    Distribucin territorial de las inversiones 32

    5. Los planes sectoriales 37

    Servicio de comunicaciones 37

    Seccin (plan) de Caminos 37

    Seccin de Ferrocarriles 60

    Seccin de Puertos y Servicios Martimos 63Seccin de Aeropuertos y Rutas Areas 69

    Seccin de Telfonos 73

    Servicios Hidrulicos y Elctricos 81

    Seccin de Riegos y Grandes Obras Hidrulicas(Plan hidrulico) 81

    Seccin de Abastecimiento de Agua Potable 88

    Seccin de Alcantarillado, Evacuaciones

    y Depuracin de Aguas Residuales 92

    Seccin de Encauzamiento de Ros 94

    Seccin de Saneamiento de Terrenos 97

    Seccin de Electrificaciones Rurales 100

    Conclusiones 103

    Bibliografa 107

    Anexos 111

    Anexo I: ndices de las memorias de los planes 113

    Anexo II: Inventario de la documentacin del Plan queconserva en el Archivo Nacional de Catalua.

    ndice toponmico del invetario 129

    Anexo III: Recopilacin de prensa 177

    Anexo IV: Cronologa de la Generalidad de la Repblica 181

    Anexo V: DVD

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    Introduccin

    Redactado durante la Generalidad de la Segunda Repblica, el Plangeneral de obras pblicas de 1935 ha sido un documento parcialmenteolvidado durante muchos aos; a pesar de que contiene muchos as-pectos que hacen que sea una figura de planeamiento muy interesante,comenzando por el breve tiempo en que se redact, la metodologa detrabajo empleada, el hecho de tratarse de un plan integral de infraestruc-turas, la visin global del territorio de Catalua y otras caractersticas quehacen necesario un esfuerzo de divulgacin y conocimiento del Plan,con la publicacin de casi la totalidad de los documentos que lo forman:ste constituye uno de los principales objetivos de esta publicacin.

    La edicin de los documentos del Plan general de obras pblicas de1935 se ha podido realizar gracias a una serie de circunstancias quequeremos agradecer y mencionar.

    En primer lugar, es necesario citar a las personas e instituciones que han

    hecho posible esta edicin. De manera principal se le ha de agradecer alseor Victoriano Muoz Oms que haya guardado durante muchos aoslos documentos fundamentales de este plan y sobre todo que nos hayaexplicado todo aquello que no hubisemos podido deducir slo con laobservacin de los documentos. Las dos donaciones que hizo (junta-mente con Josep Maria Carreras, que durante un tiempo fue el deposi-tario de los documentos) al Archivo Nacional de Catalua (ANC), el 19de diciembre de 1983 y el 25 de abril de 1997, del material estadstico,cartogrfico, grfico, de las encuestas municipales y de un gran volumende documentacin relacionada directamente con el Plan, han permitido

    la consulta de todo este material que haba permanecido indito ms desetenta aos. Hasta la donacin efectuada al ANC, la empresa ENHERhaba guardado todo este material ms de cincuenta aos.

    Desde el momento en que se inici este trabajo se dispuso del soportede la Ctedra Victoriano Muoz Oms-Valores Humanos en Ingeniera, dela Universidad Politcnica de Catalua. Muy especialmente cabe men-cionar a Jaume Fabregat, director de esta ctedra, que ha hecho unseguimiento del trabajo desde su inicio y ha estimulado su elaboracincon perseverancia y constancia. El Laboratorio de Aplicaciones Multi-

    media (LAM) de la Universidad Politcnica de Catalua ha elaborado elDVD con el material cartogrfico, grfico y estadstico, y Jos Luis Eguaha sido la persona clave de esta realizacin. El resultado ha sido un DVDen el que destaca la facilidad con la que pueden consultarse tanto losmapas de gran formato, con un gran nivel de detalle de lectura, comode textos y cuadros que acompaan al Plan.

    La colaboracin del ANC ha sido fundamental, ya que sin su participa-cin este trabajo no se hubiera podido llevar a cabo. Desde el mismocomienzo, el director del ANC, Josep M. Sans i Trav, le dio un soporte

    incondicional al proyecto, que se concret con la reproduccin digitalde todo el material solicitado, y facilit la consulta y plena accesibilidad

    a todo el material del plan depositado en el ANC. La amabilidad y laprofesionalidad de un buen nmero de personas del ANC lo hicierontodo mucho ms fcil. Cabe mencionar concretamente a ngels Bernal,responsable de los archivos administrativos; Rosa Cruellas, responsabledel servicio de informacin; ngrid Gmez, responsable del rea de re-prografa, y Mireia Bo, Concepci Petit y Susanna Penelo, bibliotecariasde la sala de consulta.

    Al Instituto Cartogrfico de Catalua, tanto por su director, Jaume Mi-randa, como por Anna Lleopart, jefe de la Unidad de Informacin, se letiene que agradecer la reproduccin digital del material de gran formato,puesto que sin su colaboracin no se habran podido incluir en estetrabajo algunos de los documentos ms relevantes del Plan de obraspblicas.

    Los descendientes de Victoriano Muoz Oms no han dejado de apo-yarnos en este proyecto desde el primer da. Queremos agradecer el

    soporte incondicional de Catalina Muoz Cava, Maria Dolors RodrguezMuoz y Francisco Guarner Muoz, que son las personas de la familiaMuoz que por circunstancias personales y profesionales han estadoms en contacto con los trabajos de edicin del Plan. Tambin quere-mos agradecer la documentacin que nos ha proporcionado Jordi Va-lls i Tuset y Josep M. Valls i Casadevall.

    Finalmente, agradecemos al Departamento de Poltica Territorial y ObrasPblicas la edicin de este trabajo, y muy especialmente la tarea decoordinacin y el impulso que le ha dedicado Francesc Vilar Casalinasy su equipo del Gabinete Tcnico, con Anna Domingo, responsable de

    Publicaciones e Imprenta, y Gemma Serra, documentalista, as como laslabores de diseo y maquetacin de la edicin, a cargo de Jordi Matas.

    Existen diversos antecedentes que han explicado y divulgado el conteni-do del Plan de obras pblicas de 1935. Entre los que nos han precedidocabe mencionar el seor Rafel Pujol, que en el ao 1977 fue el respon-sable de la primera edicin pblica del material de este Plan, la Memoriadel Plan de caminos, como aportacin de la Diputacin de Barcelona enel mbito del VIII Congreso de Cultura Catalana. Con motivo de esta pu-blicacin, se mantuvieron las primeras conversaciones sobre el Plan consu autor. Posteriormente, bajo el impulso de Agust dArana, responsa-ble entonces de la Direccin de Poltica Territorial de la Generalidad deCatalua, Josep M. Carreras, conjuntamente con Josep M. Camarasay Jordi Bernat, prepararon la edicin, en el ao 1982, de gran parte delos primeros materiales facilitados por Victoriano Muoz Oms, edicinrealizada por el Departamento de Poltica Territorial y Obras Pblicas.En el marco del seminario Aportacions catalanes en el camp de la ur-banstica i de lordenaci del territori des de Cerd als nostres dies,organizado por la Sociedad Catalana de Ordenacin del Territorio (filialdel Instituto de Estudios Catalanes), en el curso 1996-1997, Josep M.Carreras y Jordi Bernat, el da 11 de abril de 1997, dieron la conferenciaEl Pla dobres pbliques de la Generalidad republicana: infraestructuresi ordenaci del territori. Esta conferencia, conjuntamente con todas lasotras del seminario, se publicaron en el ao 2007 en un libro que llevael mismo ttulo que el seminario, editado por el Instituto de Estudios Ca-

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    Introduccin El Plan general de obras pblicas de 1935

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    talanes y la Agrupacin de Arquitectos Urbanistas de Catalua, edicinrealizada a cargo de Ricard Pi. El libro que ahora presentamos es unaampliacin y puesta al da de dicha conferencia. El Plan de obras p-

    blicas de 1935 se ha incluido a menudo en programas de msteres de

    algunas de las universidades catalanas en temticas relacionadas con el

    planeamiento y la ordenacin del territorio.

    Esta obra se estructura en cinco apartados, unos anexos y un DVD. Los

    tres apartados que siguen a la introduccin hacen referencia a la plani-

    ficacin de las obras pblicas, a los antecedentes de la planificacin de

    infraestructuras en el estado espaol y al contexto poltico y adminis-

    trativo de Catalua en la dcada de 1930. El apartado 4 ya se refiere alPlan de obras pblicas de 1935: los objetivos y las caractersticas de su

    realizacin. En el apartado 5 se hace referencia a cada uno de los planes

    sectoriales que integraban el Plan de obras pblicas. La diversa longitud

    que tienen estas explicaciones responde a la variedad del tratamien-

    to que recibieron por parte de los redactores de los diversos planes.

    Tal como se explica en el texto, algunos planes, una vez conseguidos

    los traspasos de competencias, tenan un tratamiento muy detallado y

    estaban a punto de ser ejecutados. En cambio, en algunos planes, el

    material disponible es muy reducido: slo se poseen el mapa en el quese plasmaban los principales ejes del p lan y algunos datos estadsticos.

    El ltimo apartado es el de las conclusiones.

    Por otro lado, se incorporan cinco anexos. El primero lo forman los n-dices de las memorias de los planes. El segundo anexo es el del inven-tario del material del plan que est en el ANC. El tercer anexo es unarecopilacin de prensa elaborada por Anna Subierats y Anna Mateo conel soporte de la Ctedra Victoriano Muoz Oms-Valores Humanos enIngeniera. El cuarto anexo es una cronologa y el quinto es el DVD. EsteDVD es una parte sustancial e imprescindible de este trabajo, ordenadopor las secciones del plan. Puede consultarse en l un gran nmero dedocumentos grficos y estadsticos, y tiene las caractersticas tcnicaspara permitir la consulta minuciosa y con una alta calidad de lectura.

    Estos trabajos han querido proporcionar una visin global de las pro-

    puestas del plan para el conjunto de Catalua. Sin embargo, la docu-mentacin permite el anlisis y los estudios a nivel local que pueden sermuy ilustrativos de la situacin de las infraestructuras locales a finalesde la dcada de 1930, y de las previsiones, los proyectos y las actuacio-nes previstas en este plan. Querramos animar desde aqu a los futurosinvestigadores para que continen la tarea de recuperacin y para queredacten la memoria de un plan muy poco conocido hasta ahora, quefue, no obstante, un evento importante en la planificacin de las infraes-tructuras de Catalua.

    Josep M. Carreras i PuigdengolasJordi Bernat i FalomirPilar Riera i Figueras

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    Desde finales del siglo XIX, el intervencionismo del Estado en la vida eco-nmica espaola se manifiesta en las medidas proteccionistas y en elimpulso que los diversos gobiernos dan a las obras pblicas. Este inter-vencionismo se acenta en algunos momentos, especialmente bajo ladictadura de Primo de Rivera (de 1923 a 1929), donde la reactivacineconmica que quiere impulsar el dictador como contrapartida del con-

    trol de los trabajadores tiene en las obras pblicas (ferrocarriles, carrete-ras y obras hidrulicas) y en el crecimiento de los gastos presupuestariossus dos elementos constitutivos. Pero Espaa no es un caso aislado.

    Paralelamente, desde la perspectiva del urbanismo, se abordan los pro-blemas derivados del crecimiento urbano, y en estos aos surge la ne-cesidad de considerar la planificacin de la ciudad juntamente con la desu territorio, entendido ste en un sentido mucho ms extenso que eldel mbito inmediato, propio de los ensanches de mediados del siglo XIX.Los planteamientos de Howard sobre la ciudad jardn y las aportaciones

    tericas de Geddes sirven de base para la planificacin regional, comoinstrumento que busca alternativas a la ciudad existente, pero estrecha-mente relacionada con un territorio (el rea regin natural) donde llevar acabo la descentralizacin residencial e industrial, la planificacin de lasinfraestructuras y la utilizacin de los recursos.

    Numerosos ejemplos ilustran ambas maneras de afrontar la actuacinsobre el territorio, desde las obras pblicas o desde la planificacin re-gional, y presentaremos algunos para enmarcar el Plan de obras pbli-cas de la Generalidad de Catalua de 1935.

    Las obras pblicas: el territorio como recurso econmico

    de los estados

    A finales del siglo XIXy comienzos del xx, la actividad del sector pblicopresenta una considerable transformacin, y una de las ms importan-tes se manifiesta en el incremento de las obras pblicas con el objetivode dar respuesta a los importantes cambios que suceden como conse-cuencia de la aparicin de nuevas formas de energa, como la electrici-dad, y de las nuevas industrias, como la del automvil, la qumica o la

    aviacin. El nuevo contexto econmico hace que los estados adquierancada vez un peso ms importante, y el incremento de las obras pblicasson un reflejo de esto.

    En el perodo comprendido entre las dos guerras mundiales (1918-1939),la actuacin del Estado adquiere un papel creciente en la resolucin delos problemas econmicos, tanto para los pases que se mantienen enla rbita de capitalismo, como para el nuevo rgimen comunista implan-tado en la URSS. Las obras pblicas se convierten en un instrumento enmanos de los gobernantes para afrontar la crisis econmica y el territoriose constituye en el destinatario de fuertes inversiones, a la vez que se

    cubre otro objetivo: dar respuesta a las demandas de una sociedadcada vez ms motorizada y tecnificada.

    Este intervencionismo es ms notorio en los regmenes dictatoriales yfascistas, donde el dirigismo econmico es la respuesta al desbarajustede la economa, causado en primera instancia por el conflicto blico dela Primera Guerra Mundial y despus, para el resto de los pases, por ladepresin econmica que sigue al crac del 29. La ejecucin de obraspblicas se incrementa significativamente y se convierte en un factorque los ayuda a superar los desajustes econmicos y, sobre todo, amitigar el paro.

    Por ejemplo, en Italialas obras pblicas adquieren un papel importanteen la organizacin econmica y productiva, y en la estrategia para la lu-cha contra el paro del rgimen fascista. Las carreteras (donde laAzienda

    Autnoma Strade Statali, organismo encargado de la construccin y lagestin de la red primaria de carreteras, elabora un programa de recons-truccin de 6.000 km en un perodo de seis aos), las autopistas (la redde autopistas de peaje rete autostradale, desarrollada desde el ao1921 por la iniciativa privada mediante concesiones, totaliza ms de 500km de longitud en el ao 1935), la mejora del sistema de infraestructu-ras portuarias con la ampliacin de puertos (Gnova, Palermo, Npoles,Livorno...), la ampliacin, la mejora y la electrificacin de la red ferroviaria(entre los aos 1920 y 1940 se electrifican 5.000 km, y se construyenestaciones monumentales en las grandes ciudades) son los ejes en losque se basa la actuacin italiana en el campo de las infraestructuras1.

    Tambin cabe destacar la planificacin y la construccin de autopistasenAlemania: si bien, la primera autopista se construye en el ao 1924

    en Italia (de Miln a los lagos), en el ao 1934 se inicia la red de auto-pistas (Reichsautobahnen) que enlaza los principales centros urbanosmediante dos directrices norte-sur y otra este-oeste; las dos primerasvan de Mnich hasta el Bltico, pasando por Berln, y de Mnich a Ham-burgo, por Hannover y Colonia.

    La Unin Sovitica, que ensaya la implantacin de un nuevo sistemaeconmico, tambin tiene entre sus objetivos la realizacin de infraes-tructuras: desde 1920, con las comisiones Estatales de Electrificaciny de Planificacin, y especialmente desde 1928, bajo la figura de los

    planes econmicos quinquenales, se realizan importantes obras deelectrificacin y produccin de energa elctrica, trazados ferroviarios,nuevos asentamientos industriales, y obras derivadas de la industriali-zacin pesada, de las nuevas instalaciones petrolferas y de los nuevosaltos hornos.

    En pases con tradicin y estabilidad democrtica, el marasmo econ-mico de los aos treinta tambin pone en evidencia la necesidad deaumentar el papel del Estado, incrementando las inversiones pblicaspara estimular la demanda y crear puestos de trabajo. Este conjunto

    1 Sica (1981), p. 356-358.

    Planificacin de obras pblicas

    y planificacin regional

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    Planificacin de obras pblicas y planificacin regional El Plan general de obras pblicas de 1935

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    de orientaciones las teorizar el economista britnico J. M. Keynes enel ao 1936.

    Estados Unidoses el caso ms representativo de la vinculacin entrela teora keynesiana y la prctica. La poltica del new dealde Rooseveltde los aos treinta se basa, entre otras medidas, en la inversin estatalen las obras pblicas (caminos, carreteras, puentes, aeropuertos, em-balses, edificios pblicos, parques naturales...). Una de las primeras ac-tuaciones se llev a cabo en el valle del ro Tennessee, con la voluntad,como veremos ms adelante, de emprender un importante plan finan-ciado por el Estado en una de las zonas ms deprimidas del territorio.

    Tambin en Franciael nuevo gobierno del Frente Popular, presidido por

    Lon Blum, se propona realizar un ambicioso plan de obras pblicas.

    En este contexto, el territorio se convierte en un recurso econmico parael Estado y un relevante mbito de actuacin. El territorio es el destinata-rio de importantes inversiones, que hacen posible encontrar una salida ala compleja situacin econmica: as se estimula la industria y se atenael paro y, a la vez, se mejoran considerablemente las infraestructuras.

    La planificacin regional de los aos veinte y treinta

    Desde comienzos de siglo se asientan las bases para la planificacin auna escala ms amplia que la exclusivamente urbana. Las contribucio-nes tericas anglosajonas sobre la planificacin regional toman cuerpoy se difunden sobre todo a partir de 1923, desde la Regional Planning

    Association of America (Asociacin para la Planificacin Regional deAmrica). Una de las primeras realizaciones (a pesar de que no siga fiel-mente los enunciados tericos de la Asociacin) fue el Regional Planningof New York and Its Environs (Plan Regional de Nueva York), que se pre-senta en el ao 1929, abarcando el rea de influencia y de gravitacin deManhattan, con una poblacin de 9 millones de habitantes. Tambin se

    propondrn regionals plannings en otras ciudades (Los Angeles, Chica-go, Filadelfia...) o estados (Wisconsin, Michigan e Illinois, entre otras).

    En el Reino Unido tambin se llevan a cabo numerosas experiencias.En Londres se constituye, en el ao 1927, el Greater London Regio-nal Planning (Comisin de Planificacin Regional para el Gran Londres),organismo oficial creado para impulsar la planificacin de un territoriocon un radio de unos 40 km y con centro en Londres, y a partir de lalegislacin urbanstica de 1929 (la Local Government Act) se redactanlos Regional Schemes de varios territorios. En Alemania, se redacta, en

    el ao 1926, el Plan regional para la mancomunidad de municipios deRenania-Westfalia, que incluye la cuenca del Ruhr, con una extensinde 4.500 km2 y ms de 4 millones de habitantes. Hacia los aos treintaaparece tambin en Europa y en los Estados Unidos la planificacineconmica enfocada al desarrollo de las regiones.

    Entre todas las actuaciones, destaca la que realiza la Tennessee ValleyAuthority (Consejo del Valle del Tennessee) en el ao 1933, donde seaborda el ordenamiento del territorio de una cuenca de unos 1.000 kmde longitud, que afecta a siete estados y unos 100.000 km 2en una delas regiones ms pobres de los Estados Unidos, mediante un conjunto

    de programas dirigidos a desarrollar los recursos naturales de la regin,que parten de la construccin de embalses para la produccin elctrica

    y que prevn la repoblacin forestal, las explotaciones agrcolas y laslocalizaciones industriales, juntamente con la creacin de cuatro nuevasciudades (new towns), de las cuales se realizan tres.

    En Catalua no tardan en llegar las nuevas corrientes anglosajonas deplanificacin regional. En el ao 1931, el primer gobierno de la Genera-lidad provisional, presidido por Francesc Maci, encarga el Plan de dis-tribucin en zonas del territorio cataln (regional planning), que redactanen el ao 1932 los hermanos Rubi i Tudur.

    Elregional planningconsta de dos partes: un anlisis territorial ms ex-tenso y una propuesta de ordenacin del territorio muy poco concre-

    tada, que los mismos autores definen como un anteproyecto. Comodice Oriol Bohigas2se trata de un avance de plan en el que se siguenfielmente los principios delzonning, segn los mtodos establecidos portoda la escuela anglosajona, y se mantiene, sin embargo, la idea, de an-tigua tradicin novecentista, de la Catalua entendida como una ciudadunitaria. Ms que los aciertos del proyecto [...] cabe subrayar el hechoimportante de la decisin poltica.

    El Plan de 1935: un plan de obras pblicas

    El mismo enunciado del Plan general de obras pblicas de 1935 yadefine sin la menor duda su contenido y alcance. No aborda aspectosurbansticos, relacionados con el crecimiento de las ciudades, ni la zoni-ficacin del territorio, ni la localizacin de actividades econmicas.

    A pesar de que el Plan de obras pblicas tiene un precedente tempo-ral casi inmediato en el regional planning, no se le hace ninguna men-cin, como tampoco se hace referencia a la planificacin regional. En elmomento en que se redactan ambos planes nos encontramos delantede dos enfoques metodolgicos muy diferentes, de dos maneras de

    entender la planificacin del territorio derivadas de dos concepcionesdisciplinarias distintas: una, propia de los arquitectos y urbanistas, y laotra, dominio de los ingenieros. Las diferencias entre ambas propuestasson ya de origen, conceptuales. El propio Rubi i Tudur3explicita que el

    regional planningno es un plan de obras pblicas (no es un plan quin-quenal), por lo tanto, no contiene proyectos que tengan que arrastrargastos.

    Esta dualidad de enfoques respecto a la planificacin del territorio per-mite explicar, al menos en parte, la nula repercusin que el Plan de obras

    pblicas tiene entre los arquitectos y los urbanistas catalanes4, en unmomento en el que el urbanismo es objeto de especial atencin: laspropuestas del GATCPAC5para Barcelona (la urbanizacin de la Dia-

    2 Bohigas (1978), p. 96.3 Generalidad de Catalua (1932), p. 66 i 67.4 Una muestra significativa es el hecho de que en la revistaAC. Documentos de Actividad

    Contempornea, medio de expresin de los arquitectos y urbanistas relacionados con elGATCPAC, que se publica entre los aos 1931 y 1937, no se hace ninguna referencia alPlan de obras pblicas (a pesar de que tampoco se comenta ni se cita, en ninguno delos nmeros, el regional planning de la Generalidad).

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    Iniciales del Grupo de Artistas y Tcnicos Catalanes para el Progreso de la ArquitecturaContempornea, fundado en el ao 1930 por Josep Llus Sert, Josep Torres Clav ySixte Illesca, entre otros.

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    Planificacin de obras pblicas y planificacin regional El Plan general de obras pblicas de 1935

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    gonal, el Plan Maci plan regulador de la Nueva Barcelona, en el quecolabora Le Corbusier, la Ciudad del Reposo y de las Vacaciones),muy relacionadas con las teoras y tendencias progresistas del momen-to, expresadas por medio de los CIAM (congresos internacionales dearquitectura moderna). Si bien, estas propuestas se concretan en la ciu-dad de Barcelona, esto se hace sin precisar los lmites, que sobrepasaclaramente.

    Por lo tanto, el Plan de obras pblicas de 1935 es un plan de infraes-tructuras, sin ninguna chispa de planificacin territorial ni urbanstica,que se centra en dotar al pas de una red de carreteras, de puertos, deaeropuertos, de obras hidrulicas, de regado, con una visin unitaria,

    omnicomprensiva, estructuradora, pero sin entrar en ningn momentoen el debate terico de la planificacin territorial que, como hemos visto,se lleva a cabo de manera paralela y, por ello, no se establece ningunarelacin entre ambas.

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    El Plan de obras pblicas de la Generalidad de 1935 aborda, por pri-mera vez en Catalua, la planificacin global e integrada de todas lasinfraestructuras. No hay ningn precedente anterior de este tipo de do-cumento en el estado espaol. Los antecedentes hacen referencia aaspectos sectoriales, a pesar de que surgen mucho antes: de primeras,ya en el siglo XVIII, los ilustrados emprenden su programa reformista, con

    una visin centralista del Estado, que se manifiesta en el primer planode carreteras de 1971.

    Posteriormente, las propuestas del liberalismo moderado (a lo largo detodo el siglo XIXy parte del xx) desarrollan su proceso de vertebraciny centralizacin del estado: los planes de carreteras estatales de losaos 1860, 1864, 1877 y 1914 son un buen ejemplo de ello. El Plan de1926, realizado durante la dictadura de Primo de Rivera1, se enmarcaen las actuaciones de obras pblicas de la etapa entre guerras, comen-tada anteriormente. Todos estos planes siguen el esquema en red radialcentrado en Madrid y son, respecto a Catalua, unas relaciones de las

    carreteras construidas o por construir que quedan a cargo del Estadopara su conservacin y mantenimiento, pero sin llegar a proponer unared estructuradora o jerarquizada.

    No obstante, hay propuestas que cuestionan esta visin del Estado:unas se enmarcan dentro del regeneracionismo, encabezado por Joa-qun Costa; otras surgen de la iniciativa del emergente catalanismo polti-co, que cuestiona el modelo centralista, sobre todo a partir de la derrotadel ao 1898. Entre las propuestas enmarcadas en el regeneracionismocabe destacar las que hacen referencia a la poltica hidrulica: el plande 1902 (primer proyecto estatal de obras hidrulicas, de Rafael Gasset,

    ministro de Agricultura y de Fomento de diversos gobiernos), y los suce-sivos programas de obras hidrulicas de 1909, 1916 y 1919. stos sonantecedentes de los trabajos realizados por el ingeniero Manuel LorenzoPardo, primero en la Confederacin Sindical Hidrolgica de la Cuencadel Ebro2(creada en el ao 1926, bajo la dictadura de Primo de Rivera,con el enfoque integral del aprovechamiento de la cuenca) y posterior-mente en el Plan Nacional de Obras Hidrulicas3, que se presenta en el

    1 El 1926 se forma el Patronato de firmas especiales, con el proyecto inicial de mejorar oconstruir 7.000 km de carreteras, de las cuales al final de la dictadura se haban arregla-do 2.800 km de la red radial y se haba duplicado la longitud de los caminos vecinales,con la descentralizacin derivada del Estatuto Provincial, que increment las posibilida-des de gasto local.

    2 La Confederacin, bajo la direccin tcnica de Lorenzo Pardo, promotor de la idea,se creaba con la finalidad de regular el abastecimiento de agua de la poblacin, losregados y los aprovechamientos hidroelctricos e hidrulicos de la cuenca, y de obtenera la vez el mximo rendimiento del ro; por tanto, abarcaba los recursos hidrulicos,agrcolas, forestales, ganaderos e incluso industriales. Se mantuvo activa hasta el ao1931. (Marcuello 1990, p. 175-176. Ministerio de Obras Pblicas y Urbanismo. 1983).

    3 Redactado desde el Centro de Estudios Hidrogrficos, organismo de estudio y planifi-cacin impulsado por el ministro de Fomento, I ndalecio Prieto, dirigido al diseo de lapoltica hidrulica del Estado). Inclua estudios pluviomtricos, hidrolgicos, forestales,agrnomos y econmicos, incrementaba considerablemente las zonas de regado yplanteaba los transvases como solucin para la regulacin de las cuencas. Se evalua-ban los proyectos necesarios, se fijaban los plazos mnimos de realizacin, se estimaba

    el coste global y lo que era ms importante se inventariaban detalladamente losrecursos hidrolgicos y se insinuaban las lneas esenciales del aprovechamiento ptimo(Marcuello 1990, p. 226).

    ao 1933, y a pesar de que no se lleg a aprobar, tuvo una indudableinfluencia en las planificaciones hidrulicas posteriores, sobre todo enel Plan Nacional de Obras Pblicas, redactado par todo el Estado entre1939 y 1944, durante los primeros aos del franquismo. Asimismo, esuno de los puntos de partida de la Seccin de Riegos y Grandes ObrasHidrulicas del Plan de obras pblicas de 1935.

    Respecto a las carreteras, los intentos de incidir desde Catalua en laformacin de la red viaria se remontan ya a principios del siglo XIX, aun-que sin xito, como la propuesta del ao 1805 del intendente de Cata-lua, Blas de Aranza4, y el plan de la Junta de Comercio, de 1816 5. Lasque tuvieron ms incidencia, ya que se realizaron en parte, fueron laspropuestas de la Junta de Carreteras de Catalua6, creada en el ao1848, para llevar a cabo la construccin de las carreteras de un planelaborado para todo el territorio de Catalua, a partir de una propuestaredactada inicialmente para la provincia de Barcelona.

    Excepto en este ltimo plan, la tarea de planificacin y construccin dela red de carreteras se hace a cuenta del Estado en las vas principales,y de las diputaciones y los ayuntamientos, en la red secundaria, aunquegeneralmente con precariedad de recursos econmicos; solamente laDiputacin de Barcelona dispondr de medios lo suficientemente acep-tables para afrontar las obras provinciales.

    Hasta la constitucin de la Mancomunidad de Catalua no se pudo te-ner una visin conjunta de las necesidades de Catalua en materia decomunicaciones. A pesar de que las competencias de la Mancomuni-dad no provenan del Estado7, sino de los servicios que las Diputacionestraspasasen o de los que no usasen, la labor realizada manifiesta la

    4 En 1805, Blas de Aranza, intendente de Catalua, propone un plan general de caminos,surgido a raz del informe que elabor para la construccin de la carretera de Tarragonaa Lleida. En 1806, el ejrcito comenzaba esta carretera y, un poco ms tarde, la de Vica Manresa. Poca cosa ms se pudo hacer de este plan, ya que la guerra con los france-ses par las inversiones en materia de obras pblicas (Bernat 1983, p. 64 a 66).

    5 Ante un plan de la Direccin General de Correos y Caminos para reparar los caminosexistentes, la Junta de Comercio de Catalua informaba en 1816 que la mayora de loscaminos eran de herradura y pocos permitan el paso de carros o bien lo hacan conmuchas dificultades y peligros, por ello resultaba intil repararlos, siendo ms conve-niente hacerlos de nuevo, y aunque esto era una tarea muy costosa, a causa de lasdificultades orogrficas del territorio, era preferible al plan presentado. En es ta propuestase menciona la necesidad de construir un eje transversal (Figueres-Olot-Vic-Manresa),denominacin utilizada a nivel estatal para referirse a las carreteras que complementa-ban la red radial del plan de carreteras de Carlos III, de 1761.

    6 Organismo presidido por el capitn general de Catalua, general Pava, y formada porun representante de cada Diputacin. Tena la misin de distribuir las fuentes de losarbitrios de caminos establecidos especficamente para esta finalidad entre las cuatroprovincias y negociar y contratar los prstamos necesarios. (Bernat 1983, p. 64 a 66;Font Garolera 1999).

    7 A pesar de que se le pidi a la delegacin de funciones de la administracin central, nose pudo realizar el traspaso de servicios por parte del Estado. Los planes de vas decomunicacin se elaboraron al amparo de los concursos de subvenciones de caminosvecinales convocados por el Estado en los aos 1914 y 1918, a los cuales contribuy laMancomunidad. Las realizaciones de las obras ms necesarias y urgentes de 1915 y1917, juntamente con el resto de actuaciones en materia de planificacin de caminos y

    carreteras, quedaba reflejada en el Plan general de vas de comunicacin de 1920, delque se recogan las obras consideradas de carcter preferente en el Plan-seleccin deobras a construir por la Mancomunidad, en el ao 1922.

    Los antecedentes en la planificacin

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    Los antecedentes en la planificacin de infraestructuras en el Estado espaol El Plan general de obras pblicas de 1935

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    voluntad de llegar a una red adecuada a las necesidades del pas, y apesar de que no se hizo propiamente un plan, sino que se estableci

    una cierta priorizacin de las demandas existentes, parecido a los ante-riores planes provinciales, y un reparto ms equilibrado de las actuacio-nes, la tarea de la Mancomunidad en el mbito de las infraestructurases remarcable, aparte de la actuacin en la red viaria, en la planificacinde ferrocarriles de va estrecha y, sobre todo, en la extensin del serviciotelefnico8.

    La necesidad de la ordenacin del territorio de Catalua se manifiestapronto: en el ao 1911, en una conferencia pronunciada en un actoen el que se defenda la creacin de una mancomunidad de Catalua,Jaume Bofill i Mates reclamaba un programa de repoblacin forestal, elestablecimiento de una red de vas de comunicacin y de ferrocarrilessecundarios, de una organizacin de centros docentes y tcnicos, el es-tmulo de la agricultura, de la industria y el comercio...9. Puig i Cadafalchseala la necesidad de estructurar el pas mediante las obras pblicas:El retraso histrico en los servicios pblicos es la causa de nuestromalestar econmico [...]. Los servicios pblicos tienen que contribuira la formacin de una tierra estructurada, es decir, comunicada, pro-ductiva y, en definitiva, habitable10. Para Puig, estos servicios son, enprimer lugar, el sistema viario (carreteras, caminos, navegacin fluvial yred ferroviaria): Todava tenemos en Catalua de doscientos a trescien-tos pueblos incomunicados. En segn lugar, las obras hidrulicas. Entercer lugar, la base tcnica, los estudios: El pas no est estructuradoporque no se puede estructurar sin conocerlo. Aspectos que reitera ensu discurso del mensaje presidencial en la Mancomunidad de Cataluaen septiembre de 1919: Catalua es una zona de Europa devastada.

    Tenemos que emprender la restauracin del pas con la actividad delos pases devastados. En nuestro caso no ha sido por la guerra ac-tual, pero lo es por los malos gobiernos indiferentes y hostiles... En lastierras devastadas han desaparecido todos los servicios pblicos: aqu

    podemos decir que no hemos tenido nunca otra cosa que la que hemoshecho con nuestras propias manos... Una gran parte del pas no tieneferrocarriles, ni caminos, ni otra accin del Estado que no sea elapremiode la finca abandonada que se incauta la pareja de la guardia civil o elagente [sic]. A una parte de Catalua slo se tiene acceso por Francia.Ni tan slo conocemos el pas geogrficamente; el Estado no ha tenidotiempo de hacer un mapa geogrfico...11.

    En su discurso de toma de posesin de la presidencia de la Mancomu-nidad en 1920, Puig i Cadafalch dice: que el carro llegue a todos lospueblos, ningn pueblo sin comunicacin elctrica...12.

    Posteriormente, disuelta la Mancomunidad en 1925 por el general Primode Rivera, vuelven a ser las Diputaciones las que irn trenzando la redcomplementaria de vas de comunicacin. A consecuencia del Estatuto

    8 Carreras (1997), vol. II, cap. 7, p. 749 a 753.9 Casassas (1977), p. 196.10 Roca (1979), p. 87.11 Costa, Rovira (1936), p. 46.12

    Cita que tambin Joan Valls hace suya en el ao 1935: Cuando tom posesin dela Consejera [de Obras Pblicas], me trac un lema: Ningn pueblo sin camino, sintelfono, sin luz elctrica, sin agua potable (Costa, Rovira 1936, p. 48).

    Provincial de 1925, se especifica que las Diputaciones tienen que elabo-rar planes generales de caminos vecinales, y en el Reglamento de Vas

    y Obras Provinciales se establece que en cada Diputacin se configureuna Seccin de Vas y Obras, al frente de la cual tiene que haber un in-geniero de caminos o un ayudante de obras pblicas. Precisamente ena Diputacin de Lleida, el ingeniero director de esta Seccin fue, desdediciembre de 1925, Victoriano Muoz Oms, que posteriormente se con-virti en el director del Plan de obras pblicas de 1935.

    Entre los antecedentes tericos en Catalua, podemos tambin men-cionar la obra de Llus Creus i Vidal, ingeniero y publicista, que en el ao1934 publica dos extensos volmenes donde hace una serie de pro-

    puestas de actuacin en todos los sectores de la actividad econmicade Catalua, incluyendo en ellas las infraestructuras, con un grado decoincidencia con el Plan de 1935 bastante considerable13.

    13 Creus i Vidal (1934).

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    A consecuencia del triunfo de las izquierdas en las elecciones munici-pales, Francesc Maci proclamaba el 14 de abril de 1931 la RepblicaCatalana como Estado integrante de la Federacin Ibrica, que des-pus de negociaciones con el nuevo gobierno de Madrid (formado porrepublicanos moderados y republicanos de izquierdas) se sustitua porla restauracin de la Generalidad de Catalua. Con la aprobacin del Es-

    tatuto, en el ao 1932, se iniciaba un perodo de normalidad estatutaria,que durar hasta el 6 de octubre de 1934. Se recobraba el Parlamento yel autogobierno, y aunque con unas cotas menores que las inicialmenteplanteadas en el Estatuto de Nria de 1931, stas eran mucho ms altasque las logradas por la Mancomunidad.

    Este autogobierno haca posible recuperar la visin global del territorio deCatalua y responder a las demandas del pas a partir del conocimientode la propia realidad social, econmica y territorial; como hemos vistoen el apartado anterior, en diversos momentos ya se haba manifestado

    la necesidad de planificar, programar y ejecutar, desde Catalua, los pla-nes y las obras que tenan que estructurar el territorio. Las actuacionesde la Mancomunidad haba sido un ensayo, pero falto de instrumentostericos en el planeamiento, sin la necesaria autonoma poltica y connotoria escasez de recursos econmicos

    La Generalidad bien pronto da muestras de sensibilidad hacia los proble-mas de la ordenacin del territorio, encargando en el ao 1931 la redac-cin delregional planning. Como hemos visto, tambin se redactan bajoel auspicio del gobierno de Izquierda Republicana planes urbansticos

    para Barcelona. Pero poca cosa ms se puede hacer: las elecciones denoviembre de 1933 dan el gobierno de Madrid a la agrupacin de lospartidos conservadores (la CEDA y los radicales de Lerroux), mientrasque en Catalua los resultados electorales son diferentes; se inicia unaparada respecto a los planteamientos autonomistas. Y los hechos deoctubre de 1934 (la proclamacin, el 6 de octubre, del Estado cata-ln dentro de la Repblica federal por parte del presidente Companys,invitando a la oposicin espaola a formar un gobierno provisional enBarcelona contra el gobierno de Madrid) tienen como consecuencia lasupresin del Estatuto de Autonoma de Catalua, y el encarcelamiento

    del presidente Companys y del resto de Consejeros. El Estatuto no serecobr hasta febrero de 1936, despus de las elecciones que dieron eltriunfo al Frente Popular.

    En este perodo, desde octubre de 1934 hasta febrero de 1936, la pre-sidencia de la Generalidad recaa en la figura del gobernador generalde Catalua, nombrado directamente desde Madrid; a partir de abrilde 1935 se volva a configurar el Consejo Ejecutivo, en el cual la LigaCatalana acept participar con tres consejeros (que los peridicos de laoposicin llamabangestores) exigiendo, entre otras condiciones, que se

    hiciesen efectivos los traspasos pendientes y que volviesen a ser vigen-tes los ya efectuados, anulados desde el octubre de 1934.

    El Consejo Ejecutivo qued presidido por el radical Joan Pich i Pon, conconsejeros del partido radical, de la CEDA y de la Liga Catalana, quese hizo cargo de las consejeras de Finanzas, Cultura y Obras Pblicas;esta ltima consejera la ocup Joan Valls i Pujals hasta febrero de1936, a pesar de los cambios de presidentes y de consejeros que seprodujeron1.

    El inacabable traspaso de competencias

    Poco despus de la creacin de la Generalidad de Catalua, a finalesde 1933 se produjeron los traspasos del Gobierno central a la Genera-lidad de diversos servicios (rgimen local, legislacin civil, orden pblicoy justicia...). El 4 de diciembre de 1933, la Comisin Mixta de Traspasosaprobaba, entre otros servicios ms, el de obras pblicas. Este acuerdofijaba que el traspaso se hara efectivo el primer da del mes siguiente

    al de la publicacin del Decreto del Gobierno central, pero no aparecien la Gaceta hasta el 4 de septiembre de 1934, con nueve meses deretraso, por lo que los traspasos de Obras Pblicas se hicieron efectivosel 1 de octubre de 1934. Pero, como ya hemos comentado, en octubrede 1934 se suspenda el Estatuto de autonoma y se anulaban los tras-pasos ya efectuados.

    A pesar de que con la participacin de la Liga en el gobierno de la Ge-neralidad de abril de 1935 pareca que los traspasos tenan que produ-cirse con rapidez (uno de los tres consejeros de la Liga era Joan Vallsi Pujals, a cargo de Obras Pblicas), la verdad es que se retrasaronmucho tiempo. En septiembre de 1935 se consigue un nuevo decretode traspasos que determina que el 1 de octubre de 1935 se transferirna la Generalidad todas las competencias de carreteras y caminos, con-cretamente las atribuciones de lasjefaturas provinciales de carreterasyde las oficinas del circuito nacional de firmes especiales. La ley de 2 deenero de 1935 del Gobierno central haba designado a una comisin re-visora de los traspasos y el decreto de 8 de septiembre de 1935 declarsubsistente el anterior acuerdo de valoracin; finalmente, otro decretodel 26 de octubre ratificaba el traspaso de estos servicios y sealabacomo fecha de entrega el 1 de diciembre de 19352.

    Por fin, el 30 de noviembre de 1935, el presidente de la Repblica, Alca-l Zamora, y el del Consejo de Ministros, Joaqun Chapaprieta, firmaronel Decreto de transferencia, que modificaba el Decreto del 26 de octubre

    1 Joan Valls fue consejero de Obras Pblicas con los gobiernos presididos por Pich iPon (hasta noviembre de 1935) y Flix Escalas (desde diciembre de 1935 hasta febrerode 1936). Las elecciones generales del 16 de febrero de 1936 dieron el triunfo al Frentede Izquierdas, y el 29 de febrero se nombraba en el primer gobierno a Companys, conPere Mestres (ERC) como consejero de Obras Pblicas y Asistencia Social, que siguicomo consejero de Obras Pblicas con el segundo gobierno de Companys, en mayo de1936.

    2 La Veu de Catalunya, 5 de diciembre de 1935, p. 10. El Plan de carreteras de Catalu-a. Artculo firmado por Jaume Carrera.

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    El contexto poltico y administrativo de la Catalua de los aos treinta El Plan general de obras pblicas de 1935

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    de 1935 que haba declarado que se mantena vigente el traspaso delservicio de carreteras y caminos, adoptado el 13 de diciembre de 1933

    y suspendido posteriormente. Por este motivo, el peridico La Huma-nitat lo llamaba el re-traspaso y hablaba de que haban tenido quedevolver a la Generalidad los servicios que el Estado les haba quitadodespus del 6 de octubre y anulados despus por imposicin de Anto-nio Royo Villanova3.

    El 1 de diciembre de 1935, el subsecretario del Ministerio de ObrasPblicas de la Repblica, Francisco Javier Bosch Marn, fue a Barce-lona para entregar oficialmente los servicios de obras pblicas a la Ge-neralidad. Lo recibieron el gobernador general, Ignacio Vilallonga 4, y el

    consejero Valls i Pujals, acompaado por Frederic Turell, jefe de ObrasPblicas de la Generalidad. Valls i Pujals hizo el discurso inicial, en elque seal que el traspaso era una necesidad de cariz moral y material,sin el cual los sentimientos autonomistas reflejados en el Estatuto nopoda tener una realidad viva. Cit como antecedentes a la Junta de Ca-rreteras y la Mancomunidad de Catalua, y tambin que la Generalidadhaba elaborado un plan para superar las anomalas existentes y queestaba completamente de acuerdo con las directrices sealadas porel subsecretario de Obras Pblicas en una reunin anterior. Asimismo,explic las principales caractersticas y dijo que se quera pasar de los

    8.000 km de entonces a ms de 13.000 km, y mejorar el estado de lascarreteras existentes5. Despus de los discursos del subsecretario deObras Pblicas y del nuevo gobernador general de Catalua, Ignacio

    Vilallonga, recientemente nombrado, y una vez leda el acta del traspasodel servicio, los asistentes del acto fueron al Departamento de ObrasPblicas donde estaba expuesto el Plan general de obras pblicas, ypor medio de diversos grficos que comprenden el Plan general deobras pblicas, fueron explicados detalladamente por el ingeniero di-rector, Victoriano Muoz Oms6, que habl de los objetivos, de las etapasdel Plan, del coste y de los diversos tipos de caminos, as como de los

    servicios complementarios que se prevean.

    Tambin podemos encontrar en la prensa alguna crtica minoritaria aeste traspaso. Por ejemplo, un artculo de A. Rovira i Virgili en La Hu-

    manitat, que considera que uno de los rasgos caractersticos de la Liga(Regionalista ayer, Catalana hoy) era la propaganda. Que lo practicabastante en su participacin en el rgimen transitorio de Catalua, vi-gente durante aquellos aos, participacin que cree condenable desdeel punto de vista catalanista y democrtico, a pesar de que en el re-traspaso de estas competencias se ha hecho un gran recorte respecto a

    lo que decan los textos legales iniciales y han dejado mutiladas las fun-ciones de la Generalidad. Segn Rovira i Virgili, la Liga ha aceptado untraspaso incompleto, deficientsimo, que no es un verdadero traspaso,antes bien resulta una simple delegacin ejecutiva... y aade que como

    3 La Humanitat, de 3 de diciembre de 1935, p. 12, El subsecretario de Obras Pblicasha venido a hacer elre-traspasode los servicios a la Generalidad.

    4 La Vanguardia, domingo 1 de diciembre de 1935, p. 8 y 25.5 La Vanguardia, 3 de diciembre de 1935, p. 9.6 El Mat, martes 3 de diciembre de 1935, p. 2 i 3; La Vanguardia, martes 3 de diciembre

    de 1935, p. 9 y 10.

    resultado el consejero de Obras Pblicas de la Generalidad no es otracosa que un subordinado de Madrid7.

    En resumen, cabe destacar las dificultades que representaron los tras-pasos de competencias desde el 4 de diciembre de 1933, fecha en quela Comisin Mixta de Traspasos acordaba el traspaso del Servicio deObras Pblicas, hasta que realmente se produjeron, el 1 de diciembrede 1935, haba pasado dos aos durante los cuales el gobierno de Ca-talua no tuvo ninguna competencia en materia de obras pblicas.

    A pesar de todo, en plena negociacin de los traspasos, el 17 de julio de1935 el Boletn Oficial de la Generalidad de Cataluapublicaba la orden

    y encargaba a la direccin de Obras Pblicas el estudio y la redaccinde un plan general de obras pblicas. De esta manera se queran tenerprevistas las actuaciones que se tenan que hacer en el momento en quelos traspasos fuesen efectivos.

    En lo que se refiere al resto de traspasos, el 13 de junio de 1936, elConsejo de ministros acordaba el traspaso a la Generalitat de Catalunyadel Servicio de Obras Hidrulicas y otras de carcter complementario. El17 de junio, el consejero Pere Mestres manifestaba su satisfaccin y ladel Gobierno de la Generalitat por estos traspasos y anunciaba que coneste traspaso de servicios de Obras Hidrulicas tenemos la possibilidadde ir al estudio de un plan de gran ambicin que presentar al Parlamen-to de Catalunya8. Se refera, por supuesto, al Plan de obras pblicas.

    7 La Humanitat, 5 de diciembre de 1935, p. 1.8 La Humanitat, de 17 de junio de 1936, p. 8.

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    El Plan de obras pblicas se inicia con la publicacin de la mencionadaOrden en el Boletn Oficial de la Generalidad de Catalua el 17 de juliode 1935.

    El Plan de obras pblicas de 1935.

    Objetivos y realizacin

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    ORDEN ENCARGANDO EL ESTUDIO Y REDACCIN

    DEL PLAN GENERAL DE OBRAS PBLICAS, PUBLICADAEN EL BOLETN OFICIAL DE LA GENERALIDAD DECATALUA NMERO 198, DEL 17 DE JULIO DE 1935

    En virtud del Estatuto de Catalua, corresponde a la Generalidad elejercicio de muchas funciones relacionadas con Obras Pblicas, unascon plena facultad para legislar y ejecutar, y otras limitadas a la ejecucinde la legislacin del Estado, pero todo ello es de bastante importanciaporque la tarea que le corresponde a esta Consejera requiere unaordenacin que nicamente con la visin del conjunto de aquella puedelograrse.

    Por otro lado, segn el propio Estatuto, quedarn o podrn seguirbajo la dependencia exclusiva del Estado otros servicios similaresdentro de Catalua con los cuales hay que contar para articular los dela Generalidad, buscando la posibilidad de cooperar o de fomentar yfacilitar su ejecucin.

    No son desconocidas las dificultades que ofrecen los momentos presentes

    y las que subsistirn hasta que no hayan sido traspasados totalmentelos servicios que corresponden a la Generalidad, para conseguir laestructuracin de aquellas funciones con todo el alcance que hay quedarle. Sin embargo, nada priva de que para orientar y emprenderlas actividades de este Departamento, sean reunidas y acopladassiguiendo los datos necesarios para redactar un plan general y orgnicocomprensivo de todas aquellas materias relacionadas con las obraspblicas, debidamente clasificadas y agrupadas, no mirndolas de formaaislada, sino desde una concepcin totalitaria y como fruto del estudioy la conjugacin de aquellos datos, de forma que sea apto para apoyar

    y encuadrar las necesidades de Catalua en este aspecto, mediante lasencuestas y la publicidad a la que ser sometido oportunamente, nicamanera de obtener la debida racionalizacin y justificacin de la obraque hay que hacer.

    El rgano adecuado para ejecutar esta labor es, sin duda, la Direccinadscrita al servicio de esta Consejera, por bien que, siendo necesarioprepararla con la mxima rapidez y sin interrupciones motivadas porotras atenciones de servicio, y, adems, sin aumentar el personal, esconveniente destinarle especialmente algunos de los funcionarios de los

    que actualmente prestan sus servicios en este Departamento.

    En atencin a las consideraciones precedentes, he resuelto:

    Primero.- La Direccin de Obras Pblicas de la Generalidad deCatalua proceder de inmediato al estudio y la redaccin de unplan general de obras pblicas, de acuerdo con las directrices y lasorientaciones sealadas en la parte expositiva de la presente disposicin,cuyo plan deber comprender, debidamente clasificadas y estructuradas,todas las necesidades de Catalua en materia de obras pblicas y decuantas actividades puedan contribuir al fomento de la riqueza enrelacin con este servicio pblico, para que pueda ser empleado comobase y guin de la misin que tiene que cumplir este Departamento,

    teniendo en cuenta no slo las funciones que actualmente ejerce, sinotambin las que han sido o tienen que ser traspasadas a la Generalidaden virtud del Estatuto de Catalua, y adems, las que les corresponderarealizar para completar e intensificar, en lo que surja, a aquellas cuyaejecucin se ha reservado el Estado.

    Segundo.- Para que esta labor pueda ser realizada con la mximaactividad y su debida continuidad, la mencionada Direccin adscribira los funcionarios de aquel Departamento que considere necesarios, yqueda especialmente designado desde ahora para prepararla y elaborar la

    con supeditacin a las instrucciones de la susodicha Direccin, elIngeniero de Caminos, Canales y Puertos, seor Victori Muoz iOms, que est autorizado para dirigirse a todos los organismos de laGeneralidad para reclamar los datos y las informaciones necesarias parasu cometido.

    Tercero.- El personal elegido para la realizacin de esta funcin laejercer en calidad de comisin de servicio; pero en ningn momentoser considerado baja en los cargos que ejerza actualmente mientraspreste esa funcin. Los gastos de desplazamiento que se vea obligadoa realizar le sern reintegrados por medio de dietas para los das quetenga que permanecer fuera de su residencia oficial, a razn de 40 pts.el ingeniero designado, y de 25 pts. los otros funcionarios que tengancategora inferior a la de aquel, y por lo que se refiere a las de locomocin,se ajustarn a los reglamentos y normas vigentes.

    Cuarto.- Los gastos a que d lugar el cumplimiento de la presentedisposicin sern imputados a la partida nm. 1508 del Presupuestovigente.

    Quinto.- El plan tendr que finalizarse en el plazo de tres meses, a

    contar desde la fecha de la presente disposicin.

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    Es decir, el inicio de los trabajos se adelanta a la efectividad de los tras-pasos, que se producen casi cinco meses despus, el 1 de diciembre

    de 1935, para ganar tiempo. En la Orden se especifica que se renentodos los aspectos relacionados con las obras pblicas y de cuantasactividades puedan contribuir al fomento de la riqueza en relacin coneste servicio pblico, o lo que es lo mismo, un plan que incluye todoaquello relacionado con el territorio.

    En esta orden se nombra a Victoriano Muoz Oms como responsablede la Direccin de Obras Pblicas, y se le faculta para dirigirse a losdiferentes organismos de la Generalidad para recopilar los datos y lainformacin necesarios. Tambin se determina que el personal que se

    necesite para la realizacin del Plan lo har en comisin de servicios.Sin embargo, lo ms sorprendente es el plazo que se especifica en laOrden: tres meses a contar desde la fecha de publicacin, a pesar deque el 9 de octubre de 1935 se publica una orden prorrogando hasta el31 de diciembre la confeccin y la redaccin del Plan general de obraspblicas.

    Los objetivos del Plan

    La Orden tena previsto un prembulo, que no se public, y que segnValls i Pujals concretaba el pensamiento. Nos se public porque to-dava no estaba lo bastante arraigado en nuestros usos hacer precedercon un prembulo de aquella ndole las disposiciones administrativas.Pero se reparti a los tcnicos del Plan, como respuesta a sus pregun-tas sobre el propsito y la finalidad de ste1:

    1 Costa, Rovira (1936), p. 58 a 62.

    PREMBULO a la Orden publicada en el Boletn Oficial del 17 dejulio de 1935, NO PUBLICADO

    Esta Consejera tiene el propsito de que todas las tareas que se realicendesde ella obedezcan a un Plan orgnico y de conjunto.

    Es menos malo seguir un plan equivocado que ir obrando sin ningnplan.

    No hay nada ms funesto que las improvisaciones y los tanteos; nadahay peor que los empujones que obedecen a las afecciones, a losentusiasmos, muchas veces no premeditados, de los encargados de lasobras pblicas.

    Durante un tiempo fue la poltica ferroviaria. Al cabo de unos aos seentroniz la poltica hidrulica. De repente se suspendieron en bloquetodos los programas de obras pblicas.

    Y as, a causa de esa desorientacin y de estos altos y bajos, vemos tantosproyectos que yacen olvidados, tantas obras abandonadas sin acabar,tantas cantidades invertidas sin provecho de ninguna manera, tantasempresas realizadas antes que otras que eran mucho ms necesarias.

    Solamente un plan ponderado y de conjunto, en el que todo est ligado y

    relacionado, en el que todo obedezca a una realidad y a una posibilidad,puede ser la base de una labor continuada y de provecho.

    Catalua nunca ha tenido este plan completo y totalitario, en el queestuviesen concretadas todas sus necesidades en materia de obraspblicas, y nunca se ha hecho este trabajo que puede representar elndice o el catlogo de todo lo que en obras pblicas conviene a nuestropueblo.

    Se hicieron por separado planes de carreteras y caminos, planes de obrashidrulicas, planes de ferrocarriles, estudios sobre puertos y canales...Por otro lado, sobre todo en materia de carreteras, haba los planes delEstado y los de las Diputaciones y el de la Mancomunidad.

    Y as, para referir: unas veces un solo aspecto de la materia, otras paraconcretar solamente una parte del pas o para considerar slo la entidadque tena que realizar las obras, todos los planes han sido parciales,limitados, sin una visin de conjunto.

    El plan que vamos a hacer tiene que ser de una gran amplitud.Aspiramos a que sea una concepcin orgnica de todas las necesidadesdel nuestro pueblo en materia de obras pblicas. Querramos que fueralo que guiase y orientase, de ahora en adelante, toda la poltica de obraspblicas de la Generalidad de Catalua.

    Por eso no se ha de dejar ningn aspecto y todos tienen que sercomprendidos y tenidos en cuenta.

    No nos ha de parar la consideracin de que nuestros medios econmicos

    actuales son escasos. El plan no se elabora para hoy, sino para un futuroamplio. Por otra parte, precisamente cuanto ms reducidos son losmedios con los que se cuenta, ms necesario es, antes de ponerse agastarlos, establecer una racional escala de necesidades y una meditaday severa prelacin en el orden de los gastos.

    Tampoco nos debe detener la consideracin de que con las facultadesde que disponemos actualmente, y hasta con las que tendremos el daen que el Estatuto se aplique ampliamente, diversos de los aspectosque se incluirn en el plan escapen de la esfera de nuestra competencia,

    porque slo teniendo una visin de conjunto puede ser concentrada laobra parcial que tenemos que realizar.

    Un plan de carreteras, un plan de ferrocarriles, un plan de puertos, unplan de obras de riego slo pueden estudiarse y formularse, para quesean de provecho, como partes de un plan general de obras pblicas.Una carretera o un ferrocarril pueden no considerarse necesarios si setiene en cuenta el estado de la produccin actual de las comarcas a lasque tienen que afectar, pero si van articulados con unas obras de riego,

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    Este texto otorgaba un papel muy relevante a la planificacin, y condicio-naba que toda tarea de la consejera obedeciese a un plan de conjunto.Es menos malo seguir un plan equivocado que ir obrando sin un plande ningn tipo, afirma Valls, que considera que no hay nada tan funes-to como las improvisaciones: Slo un plan ponderado y de conjunto,en el que todo est ligado y relacionado, en el que todo obedezca a unarealidad y a una posibilidad, puede ser la base de una labor continuaday de provecho. Se subraya tambin que, hasta el momento, Cataluanunca ha tenido este plan completo y totalitario..., slo planes parciales(territoriales o sectoriales), pero todos han sido parciales, limitados, sin

    una visin de conjunto2.

    El Plan ha de tener unas bases cientficas objetivas, pero tambin ha detener en cuenta la opinin de los afectados: por eso se le ha de dar pu-blicidad y facilitar la participacin. Es decir, tiene que obtener la debidaracionalizacin y justificacin de la obra que hay que hacer.

    La concepcin del modelo territorial del Plan se puede encontrar enel libro de Costa y Rovira3, donde Valls i Pujals menciona los objeti-

    2 Afirmacin que se deja de lado, voluntariamente o involuntariamente, el Regional plan-ning de 1932.

    3 Costa, Rovira (1936), p. 181 a 188.

    vos buscados en el Plan de obras pblicas: Catalua es un pueblode constitucin deficiente. En primer lugar, padece macrocefalia: tiene

    una cabeza demasiado grande en proporcin con el resto del cuerpo.Barcelona, con su milln y pico de habitantes [...] representa ms de latercera parte de la poblacin catalana. [...] El problema est agravadopor el hecho de que entre Barcelona y las poblaciones comprendidasdentro de una circunferencia de veinticinco kilmetros de radio a su alre-dedor se suma la mitad de la poblacin de Catalua. En segundo lugar,en Catalua hay un exagerado desnivel entre Barcelona y la ciudad quela sigue en nmero de habitantes (cincuenta mil o sesenta mil). [...] Entercer lugar, en Catalua falta una docena de poblaciones pletricas yrobustas, que sean los jefes efectivos de las comarcas naturales. [...]

    Algunos de ellos tenan que pasar de los cien mil habitantes. Y ocho odiez habran de tener una poblacin oscilante entre los cincuenta mil ylos cien mil habitantes. Finalmente, la mayora de los municipios ruralesde nuestra tierra cuentan con una poblacin escasa. Las cuatro quintaspartes de los municipios de Catalua tienen menos de dos mil habitan-tes.

    Valls tambin otorga al Plan un papel que va ms all de la planifi-cacin de las obras pblicas: Un plan de carreteras y caminos no essolamente un trabajo terico de ingeniera. La misin del ingeniero con-siste en interpretar las grandes necesidades del pas y procurar queestas necesidades tengan satisfaccin, que incluso puede parecer untanto excesivo: En resumen: nuestra demografa y nuestra economadependen, hoy en da, exclusivamente de las obras pblicas. Slo stas

    pueden salvarnos.

    Los objetivos y las condiciones bsicas del Plan general estn resumi-

    dos en el declogo incluido en la Memoria del Plan de caminos:

    1. Equidad y recuperacin del equilibrio entre las comarcas cata-

    lanas.

    2. Igualdad entre los ciudadanos del plan y de la montaa. Inicio

    de la civilizacin en todos los rincones de Catalua.

    3. Tender al aprovechamiento integral de todas las riquezas acti-

    vas y en potencial del pas.

    4. Mejora y coordinacin de lo existente.

    5. Facilitacin de las relaciones entre las diferentes comarcas y

    con las tierras vecinas.

    6. Mirando hacia Barcelona, tender a la creacin de fuertes n-

    cleos comarcales.

    7. Unidad de criterio, normas generales previas a tota deduccin

    y como consecuencia y en lo que sea posible, un cierto auto-

    matismo. Evitar las arbitrariedades, no contradecir las circuns-

    tancias naturales y fundamentales sobre realidades y antece-

    dentes generales y econmicos.

    8. Flexibilidad y perpetuidad.

    por ejemplo, o al final se proyecta un puerto, se llegar seguramente a

    la conclusin contraria.

    El plan que queremos hacer tiene que ser una cosa viva, que tiene queelaborarse pensando que a las obras pblicas va unido el destino deextensas zonas del pas, que aspiran a redimirse del aislamiento y dela miseria, y el de nuestra economa agraria y el de importantsimasindustrias y grandes empresas de trabajo.

    Por estas razones, la labor del ingeniero tiene que apoyarse en elmayor trabajo posible de estudios geogrficos y estadsticos, agrcolasy econmicos, y ha de tener en cuenta el estado de la opinin pblicarespecto a cada uno de los extremos que en el plan se incluyen.

    Como resultado de estos estudios y trabajos, se tendr que fijar uncriterio sobre todos los magnos problemas relacionados con las obraspblicas que afectan al pas y este criterio es el que tendr que sertraducido en el plan.

    Una vez realizada esta obra habr que darle la mayor publicidad, con ladoble finalidad de que las observaciones que se hagan sirvan de base alas rectificaciones que la vayan perfeccionando, que se cree un ambientefavorable en sta, que la convierta en un programa popular que rija enadelante, sin intermitencias ni desfallecimientos.

    Catalua tiene mucho que hacer en este ramo, que tiene que estarapartado de todo de las divisiones de poltica. Para ganar en lo posibleel tiempo perdido, para emplear bien los caudales que podemos, a partirde ahora, destinar a esta atencin, precisa el plan que vamos a elaborar.

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    9. Cooperacin econmica de los pueblos y de los interesadosde acuerdo con su potencialidad relativa.

    10. Colaboracin activa de todo el pas mediante informaciones yparticipaciones pblicas y privadas.

    Valls i Pujals, Muoz Oms y el equipo tcnico que

    redact el Plan

    Cuando Joan Valls (Terrassa, 1981-Barcelona, 1966) se hace cargo dela Consejera, a primeros de mayo de 1935, ya era un poltico con unaamplia experiencia en diversos cargos pblicos. Era abogado e ingresrpidamente en la Liga Regionalista. Haba sido regidor del Ayuntamien-to de Barcelona (de 1909 a 1914), diputado provincial por Barcelonacapital (1914 a 1918) y senador por Girona. Desde 1918 hasta 1924 fuepresidente de la Diputacin de Barcelona y tambin consejero de PolticaSocial de la Mancomunidad. En 1931 entr como miembro de la Juntade la Liga Regionalista de Barcelona, y en las elecciones al Parlamentode Catalua de 1932 fue elegido por el partido judicial de Puigcerd. El2 de mayo de 1935 fue nombrado consejero de Obras Pblicas en elgobierno presidido por el gobernador general de Catalua, Joan Pich i

    Pon, donde permaneci hasta febrero de 1936.

    Valls i Pujals fue el impulsor del Plan de obras pblicas de 1935, y todoparece apuntar a que a l se debi buena parte de su planteamiento. Lamemoria del plan de caminos, que contiene las consideraciones gene-rales sobre el plan y justifica la necesidad, la extensin y los objetivos,tienen su huella4.

    Muy pronto se pusieron en marcha los trabajadores para la realizacindel Plan de obras pblicas. En colaboracin con Frederic Turell, directortcnico del Servicio de Carreteras de la Consejera, Valls busc losmiembros del equipo entre los funcionarios de las Diputaciones cata-lanas. Para dirigir este equipo, Valls eligi a Muoz Oms, con el quehaba tenido contacto profesional5para un asunto particular en el ao1931.

    Victoriano Muoz Oms (Lleida, 1900-Barcelona, 2000), ingeniero de ca-minos, canales y puertos, a finales de 1925 entr a formar parte de laDiputacin de Lleida como ingeniero director de Vas y Obras, dondepermaneci hasta el ao 1935, momento en el que se incorpor a laoficina de Barcelona del Plan de obras pblicas. En estos diez aos, Mu-

    oz Oms llev a cabo numerosas obras de viabilidad, y como l mismoexplicaba: [...] construimos ms de quinientos kilmetros de caminosvecinales. Fue una aventura porque no haba ni planos de los lugares ebamos recorriendo la provincia palmo a palmo6 (recordamos que eneste perodo las obras pblicas provinciales recibieron un importante

    4 Prrafos completos de la Memoria del Plan se reproducen en el libro de Joan Costa iJoan Rovira, en afirmaciones realizadas por Valls i Pujals (Costa, Rovira 1936, p. 110 a124).

    5 Se haban conocido cuando Valls contact con Muoz Oms para construir el caminode Malps, en la Alta Ribagorza, donde quera poner en marcha una mina de carbn,que posteriormente sera el origen de la empresa MIPSA.

    6 Senra (2004), p. 21.

    impulso), y tambin obras hidrulicas (en el ao 1926 se creaba la Con-federacin Sindical Hidrolgica de la Cuenca del Ebro, de la cual forman

    parte las cuencas de los ros Segre, Noguera Pallaresa y Noguera Ri-bagorana). Tambin form parte de la comisin francoespaola de lasrutas transpirenaicas del ferrocarril, en la lnea del Pallaresa.

    En la orden del 17 de julio se designaba a Victoriano Muoz Oms parapreparar y elaborar los trabajos necesarios desde la Direccin de ObrasPblicas de la Generalidad y poco antes, en junio de 1935, se in ician lostrabajos de redaccin del Plan, con un reducido equipo de seis tcnicos,procedentes de los servicios provinciales de obras pblicas en calidadde comisin de servicios: Francesc Izquierdo (Diputacin de Girona),

    Artur Re (Diputacin de Tarragona), Nemesi Navs, Alfons Franco iJosep Gual (Diputacin de Lleida) y Llus Prez de la Torre (Diputacin deBarcelona)7. No eran tcnicos superiores, sino que su cargo era homo-logado al de los ayudantes de Obras Pblicas. De este equipo, hay quedestacar dos aspectos: por un lado, la procedencia geogrfica diferente,que haca que en conjunto se dispusiera de un amplio conocimiento te-rritorial; por otro lado, la procedencia profesional uniforme, que ademsde facilitar el trabajo en equipo, hace bascular la orientacin del Planhacia las obras pblicas. Esta procedencia explica, por ejemplo, que

    no se encuentre en las propuestas ningn rasgo de planes urbansticosanteriores o contemporneos, o de planeamiento regional. Adems delequipo de redaccin, hubo colaboradores puntuales en determinadosaspectos del Plan8.

    Cronologa de los trabajos

    La mencionada Orden tambin especificaba que el plan tendr que es-tar acabado en el plazo de tres meses a partir de la fecha de la presente

    disposicin. Si bien, este calendario quizs imposible no se cumpli, elPlan se hizo en un plazo extraordinariamente corto, inferior a un ao.

    Todos los estudios y las propuestas de los diferentes servicios se co-menzaron y avanzaron en paralelo, pero los correspondientes al Plan decaminos se acabaron antes por la inminencia de los traspasos. Cuandoen el mes de enero de 1936 se expuso el Plan de caminos, se preveaentregar antes del mes de junio todos y cada uno de los planes secto-riales. Seguramente, esto no se pudo cumplir por los cambios polticosque se iniciaron a principios del ao 1936, porque la visita de la docu-

    mentacin localizada sobre el Plan, parece evidente que si se hubieracontinuado trabajando como en los primeros doce meses, muy prontose hubiera podido acabar y presentar la totalidad del Plan.

    7 Todos los que aparecen citados en la Memoria del Plan de caminos como los funcio-narios de la Generalidad que han trabajado de manera directa y constante, a loscuales se les reconoce la ayuda inteligente y el esmero empleado. Tambin haba unasecretaria y mecangrafa, primero de la Diputacin de Lleida (a la que le dijeron que setrataba de un trabajo de dos meses), posteriormente sustituida por una persona de laDiputacin de Barcelona.

    8 Por ejemplo, el ingeniero agrnomo Ramon Bardia colabor en la Seccin de Riegos yObras Hidrulicas; el ingeniero de caminos Sr. Riera, en la redaccin de la Seccin de

    Abastecimiento de Aguas; y el ingeniero de la telefnica, Sr. Aragons, en la Seccinde Telfonos; Josep Canudas, jefe del Servicio de Aeronutica de la Generalidad, en laSeccin de Aeropuertos.

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    El 6 de diciembre, cinco das despus del traspaso de servicios de obras

    pblicas a la Generalidad, se llev a cabo una exposicin en la prensa

    del Plan de caminos, que se repite el 5 de enero para la prensa comar-

    cal. El hecho da lugar a comentarios en general bastante elogiosos en

    los peridicos9.

    Mientras se inicia la tramitacin administrativa. Como veremos ms ade-

    lante, el 24 de diciembre comienza la informacin pblica, de treinta das

    naturales, pero este trmite se fue alargando en sucesivas prrrogas,

    hasta el 31 de marzo de 1936. A pesar de que el Plan estaba en perodo

    de informacin pblica, el 22 de enero de 1936 la Consejera sac a

    subasta una serie de diecisis obras de carreteras y caminos, por valorde ms de 6 millones de pesetas.

    A pesar de los cambios polticos derivados de las elecciones de febrero

    de 1936, que produjeron un nuevo gobierno presidido por Llus Com-

    panys y con Pere Mestres como consejero de Obras Pblicas, todo

    parece indicar que los trabajos del Plan continuaron mucho despus10,

    como lo demuestran las prrrogas de la exposicin pblica y la existen-

    cia de documentos del Plan con fecha de junio de 1936. Todava el 9

    de abril de 1936, una vez cerrado el perodo de alegaciones y con ms

    de mil observaciones recogidas, que eran examinadas por el equipo deredaccin del Plan, el consejero Pere Mestres peda a los diputados en

    las Cortes y en el Parlamento que le enviaran las sugerencias de sus

    demarcaciones, y a los ayuntamientos que se pronunciases. El 22 de

    abril, el consejero comentaba en la prensa los trabajos que se realizaban

    en la adaptacin de las demandas surgidas de las sugerencias anterio-

    res, con la intencin de presentar en el Parlamento las bases tericas

    y econmicas del Plan11. En la prensa se divulg el estado de los tra-

    bajos hasta finales de 193612, pero, de todas maneras, en el ao 1937

    el nuevo gobierno de la Generalidad no pareca tan preocupado por lasobras pblicas y se decantaba hacia proyectos ms relacionados con el

    urbanismo, como el Plan Maci o la Ciudad de Reposo y Vacaciones.

    Tambin hubo nuevas propuestas planificadoras de mbito regional de

    9 Sin embargo, hay algunos comentarios que atribuyen las propuestas del Plan algobierno anterior (el peridico Ultima Horadel 6 de diciembre de 1935 comenta que:El gestor de Obras Pblicas se hace suyo un proyecto de comunicaciones del ltimogobierno de izquierda; de forma parecida, en La Humanitat del da 7 de diciembre seafirma: Un proyecto de comunicaciones del ltimo gobierno de Izquierda, planeado porel gestor de Obras Pblicas, que pretende hacrselo suyo. En cambio, no hemos en-contrado ninguna prueba documental de esta supuesta apropiacin, y por el contrario,

    s que hemos podido seguir, tanto documentalmente como mediante el testimonio de sudirector, todo el proceso de redaccin del Plan desde su inicio.

    10 A pesar de que en algunas fuentes se afirma que el Plan se abandon en enero de 1936(Snchez i Vilanova 1993, p. 61).

    11 Declaraciones del consejero Pere Mestres al peridico El Diluviodel 22 de abril de 1936,p. 8.

    12 El 17 de junio de 1936, el peridico La Humanitatrecoge las afirmaciones del consejeroPere Mestres reiterando la inmediatez de la presentacin del Plan al Parlamento, y el26 de junio el propio peridico reproduce unas declaraciones del presidente Companysefectuadas a la prensa francesa, donde manifiesta que: [...] Pronto presentaremos alParlamento un plan extraordinario de grandes trabajos. Catalua no tendr ni un pueblosin comunicaciones y telfono.... En La Vanguardiadel 28 de octubre, el consejero de

    Trabajo y Obras Pblicas, Miquel Valds (nombrado con el gobierno de septiembre de

    1936), dice que estn estudiando un vasto plan de obras pblicas, con una inversin de42 millones de pesetas, que se dar a conocer pronto. sta es la ltima referencia quehemos encontrado del Plan de obras pblicas.

    carcter muy diferente, como la CAIRN13o la campaa de electrificacinintegral de Catalua, y el Plan general de obras pblicas entonces que-

    d totalmente abandonado.

    La informacin de base utilizada

    Respecto al Plan, en primer lugar se debera confeccionar una basecartogrfica y decidir el nivel administrativo de actuacin. Por otro lado,para conocer las necesidades se utilizaron dos mtodos: las seccionesde Caminos, Ferrocarriles, Puertos, Aeropuertos, Telfonos y Riegos, yGrandes Obras Hidrulicas se hicieron basndose en estudios efectua-

    dos con los elementos de juicio que tenan a mano o que podan encon-trar sin la ayuda directa de los propios pueblos...14; para las seccionesde Abastecimiento de Aguas, Alcantarillado, Encauzamiento de Ros,Saneamiento de Terrenos y Alumbrados de Poblaciones, la determina-cin de las necesidades existentes se hizo mediante una encuesta a losmunicipios.

    Cartografa

    Cuando se iniciaron los trabajos del Plan, no exista un mapa topogrfico

    de todo Catalua, el Servicio Cartogrfico de la Generalidad slo habapublicado algunas hojas de mapa a escala 1:100.000. Por este motivo,uno de los primeros trabajos que se realiz fue la confeccin de unmapa de Catalua a escala 1:200.000 que incluyera todos los acciden-tes orohidrogrficos, la situacin verdadera de los pueblos, la expresinde los lmites de las comarcas y las vas de comunicacin con todas suspeculiaridades de trazado15.

    Se utilizaron las hojas existentes del mapa 1:50.000 del Instituto Geo-grfico y Estadstico de Espaa, que cubran un 83% del territorio16, los

    planos del Estado Mayor del Ejrcito y los publicados por el ServicioCartogrfico de Catalua (heredad de la Diputacin de Barcelona y queanteriormente haba sido de la Mancomunidad). Segn Creus i Vidal17,la principal cartografa catalana disponible era el Mapa topogrfico mi-litar, a escala 1:20.000 relativos a Catalua, del que se disponan 27hojas publicadas; el Mapa militar de Espaa, a escala 1:100.000 (3hojas); el Mapa itinerario militar de Espaa, a escala 1:200.000 (7 ho-

    jas); el Mapa topogrfico del Instituto Geogrfico y Catastral, a escala1:50.000 (57 hojas). El Servicio Cartogrfico de la Mancomunidad, queda lugar al de la Generalidad, haba publicado ocho hojas del mapa a

    escala 1:100.000.

    Respecto a las carreteras, haba un mapa a escala 1:400.000, realizadopor V. Turell, y dos o tres editados por la empresa Michelin, as comotambin los del Patronato Nacional de Turismo. Adems, existan los

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