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    original:Pers onal.Child, 2014.

    a traduccin : V. M. Garca de Isusi, 2014.

    sta edicin digital: RBA Libros, S.A., 2014.Diagonal, 189 - 08018 Barcelona.rbalibros.com

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    osi cin di gital : tona-Vctor Igual, S. L.

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    ecidas por la ley. Todos los derechos reservados.

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    ndice

    Dedicatoria

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    12345678

    Notas

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    PARA A NDREW GRAN T Y TASHA ALEXANDE R, MIS CUADOS,QUE SON E STUP ENDO S ESCRITORES Y MEJORES PERSONA S

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    1

    Hace ocho das mi vida estaba llena de altibajos. A veces me iba bien. Otras no tanto. Sin incidentes la mayor parte del tiempo. Largos y pesados periodosaderezados con estallidos espordicos de alguna que otra. Como en el Ejrcito. Que es por lo que dieron conmigo. T puedes abandonar el Ejrcito, pero andona. Ni para siempre. Ni del todo.Empezaron a buscarme dos das despus del atentado contra el presidente de Francia. Lo haba ledo en el peridico. Un intento a larga distancia con un . No tuve nada que ver. Me encontraba a ms de nueve mil quinientos kilmetros, en California, con una chica que haba conocido en el autobs. Quera seo. As que, despus de cuarenta y ocho horas en Los ngeles, ella se fue por su lado y yo por el mo. Volv a coger el autobs, p rimero p ara pasar un paan Francisco; luego, tres ms en Portland, Oregn, y despus puse rumbo a Seattle. Lo que me llev cerca de Fort Lewis, donde se apearon del autobs dosniforme. Se dejaron elArmy Timesde la semana en el asiento que quedaba al otro lado del pasillo.ElArmy Times es una revista curiosa y anticuada. Empez a imprimirse antes de la Segunda Guerra Mundial y todava tiene tirn. Es un semanario ias de ayer y de siempre, y artculos diversos e instructivos, como el del titular que me miraba a los ojos en aquel momento: Nueva normativa! Cam

    ntivos e insignias! Y cuatro de los cambios que estn por venir en los uniformes!. Las malas lenguas dicen que las noticias son viejas porque estn copigracia de los antiguos resmenes de la Asociacin de Prensa pero, si lees entre lneas, a veces captas un tono de lo ms sarcstico. En ocasiones, los editor

    ntes. En ocasiones, las esquelas son interesantes.Esa es la nica razn por la que lo cog. A veces, la gente muere y te alegras. O no. En cualquier caso, quieres estar al tanto. Pero no lo consegu porque de csquelas me top con la seccin de anuncios por palabras. Que, como es habitual, los haban puesto en su mayora veteranos que buscaban a otros venas de anuncios, todos iguales. Incluido uno en el que sala mi nombre.All mismo, en el centro de la pgina, un recuadro con seis palabras en negrita: Jack Reacher, llama a Rick Shoemaker.Lo que tena que ser cosa de Tom ODay. Razn por la cual, ms adelante, me sent un poco tonto. No es que ODay no fuera listo. Tena que serlo

    evivido mucho tiempo. Muchsimo. Llevaba en el negocio toda la vida. Veinte aos atrs ya pareca que tuviera cien. Era un hombre alto, delgado, demvrico, que se mova como si fuera a derrumbarse en cualquier momento, como una escalera de mano rota. Al verlo, nadie imaginaba que fuera un general. S

    a un profesor. O a un antroplogo. Desde luego, su manera de pensar le haba dado resultado: Reacher, permanece por debajo del radar, lo que significa anes, salas de espera y cafeteras, que, aunque sea por mera coincidencia, es el hbitat econmico natural de los soldados, que compran el Army Timesaquier otra publicacin del economato militar y que, sin lugar a dudas, hacen que el semanario llegue a todas partes, como hacen los pjaros con las semillas.Por esa regla de tres, ODay saba que acabara hacindome con un ejemplar. En alguna parte. Antes o despus. Con el tiempo. Porque quieres estar al taes abandonar el ejrcito, pero l a ti no te abandona. No del todo. Como mtodo de comunicacin, para establecer contacto, por lo que saba y por lo que

    ro que haba pensado que diez o doce semanas consecutivas de anuncios p or p alabras le p roporcionaran una posibilidad de xito pequea pero real.La cuestin es que haba funcionado a la primera. Al da siguiente de que se imprimiera la revista. Razn por la cual, ms adelante, me sent un poco tontoo predecible.Rick Shoemaker era el chico de los recados de Tom ODay. Lo ms probable era que a aquellas alturas fuera su lugarteniente. Habra sido sencillo igcio. Pero le deba un favor a Shoemaker. Algo de lo que ODay estaba al tanto, es evidente. Por eso haba puesto el nombre de Shoemaker en el anuncio. Ytener que responder a l.Un t o predecible.

    El clima era seco cuando baj del autobs. Y haca calor. Seattle me parece la cara y la cruz de una misma moneda. La cara porque se consume caf en cantidigiosas que la convierte en el tipo de ciudad que me encanta. Y la cruz porque hay p untos de conexin wifi y dispositivos porttiles por todos los lados,ierte en el tipo de ciudad que odio y en cuyas calles es muy difcil encontrar las anticuadas cabinas telefnicas. Ahora bien, haba una junto a la lonja de pee me acerqu y desde la que marqu un nmero gratuito del Pentgono mientras notaba la brisa salada y el olor a mar. Un nmero que no encontraras enmero que haba aprendido de memoria mucho tiempo atrs. Una lnea especial, para emergencias. No siempre llevas una moneda en el bolsillo.Un op erador respondi al telfono y p regunt por Shoemaker. Transfiri mi llamada vete t a saber si a otra parte del edificio, del pas o del mundo, y deontn de clics y s iseos y de unos minutos que se me hicieron eternos, Shoemaker se puso al aparato.S?Soy Jack Reacher.Dnde est?No tiene un montn de mquinas automticas que se lo digan?S. Est en Seattle, en la cabina t elefnica que hay junto a la lonja de p escado, pero p referimos que la gente nos d la informacin de forma volunt

    dios dicen que facilita que la conversacin tome un buen derrotero. As la gente ya est cooperando. Se involucra.En qu?En la conversacin.

    As que esto es una conversacin?En realidad no. Qu tiene delante?Mir.Una calle.Y a la izquierda?La lonja de pescado.Y a la derecha?Una cafetera, cruzando la calle.Cmo se llama?Se lo dije.Entre en ella y esp ere.A qu?A que pase una media hora. Y colg.

    Nadie sabe por qu en Seattle est tan bueno el caf y les gusta tanto. Se trata de un puerto, as que, en su momento, quiz les pareciera sensato tost ar el gronde llegaba a tierra y, despus, venderlo cerca de donde se tostaba, lo que debi de dar paso a un mercado que atrajo a otros sectores, de igual manera que

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    cantes de coches acabaron en Detroit. O quizs el agua sea buena. O la altitud, o la temperatura, o el ndice de humedad. Sea por lo que sea, hay una cafesquina, y cada ao, para el verdadero entusiasta, se publica un directorio de cafeteras, gordo como un listn de telfonos. La cafetera que haba cruzand

    epresentativa de las de la zona. Pintada de granate, ladrillo visto, madera en la que se apreciaba el paso del tiempo y una pizarra con un men lleno de platoban ni con cola con el caf, como p roductos frescos de varios tipos, t anto fros como calientes, extraos sabores con la nuez como protagonista y mucaminantes del sabor. Ped una mezcla de la casa, solo, sin azcar, en una taza para llevar de tamao mediano, no el enorme cubo que le gusta a algunas peredazo de bizcocho de limn con el que acompaarlo, y me sent solo en una de las duras sillas de madera de una mesa para dos.El bizcocho me dur cinco minutos y el caf, cinco ms. Dieciocho minutos despus apareci el mandado de Shoemaker. Seguro que era de la Marina, porqeintiocho minutos era llegar muy rpido y, en Seattle, la Marina est ah mismo. Adems, su coche era de color azul oscuro, un cinco puertas de fabonal, poco atractivo pero brillante como una patena. El tipo estaba ms cerca de los cuarenta que de los veinte y tena pinta de duro. Iba de civil. Americe polo azul y unos pantalones chinos de color caqui. La chaqueta estaba rada y el polo y los pantalones se haban lavado una y mil veces. Suboficial deablemente. Fuerzas Especiales, casi seguro. Sin duda, un SEAL que formaba parte de alguna turbia operacin conjunta supervisada por Tom ODay.Entr en la cafetera y la escane con aire inexpresivo, como si tuviera una dcima de segundo para diferenciar a amigos de enemigos antes de empezar a entemente, la descripcin que le haban dado tena que ser general y verbal, extrada a toda prisa de algn viejo archivo de personal, pero no tard en recotodos los dems clientes eran asiticos, y la mayora, mujeres menudas. Vino directo a m y me pregunt:El comandante Reacher?Ya no le contest.Entonces, el seor Reacher? me pregunt esta vez.S le respond.Seor, el general Shoemaker solicita que me acompae.Adnde?Aqu al lado.Cuntas estrellas...?No le entiendo, seor.Cuntas estrellas tiene el general Shoemaker?Una, seor. El general Richard Shoemaker es un general de brigada, seor.Cundo?Cundo qu, seor?Lo ascendieron.

    Hace dos aos.Y no le parece tan inslito como a m?Se qued callado un instante.Seor, no tengo opinin al respecto.Qu tal est el general ODay?Volvi a quedarse callado un instante y luego dijo:Seor, no conozco a nadie que se llame as.

    El coche azul oscuro era un Chevrolet Impala con tapacubos de la polica y asientos de tela. El abrillantado era, de largo, lo ms nuevo que tena. El de la alev por las calles del centro hasta que tom la I-5, por donde haba entrado el autobs. Esta vez la recorr en direccin sur. Pas de nuevo por el aeropng Field. Volv a dejar atrs el aeropuerto Sea-Tac y seguimos hacia Tacoma. El de la americana no hablaba. Yo tampoco. bamos mudos, como si se tratasurso para ver quin aguantaba ms tiempo sin decir esta boca es ma y ambos estuviramos ansiosos por ganar. Yo miraba por la ventanilla. Todo era veas, el mar, los rboles. Todo.Dejamos atrs Tacoma y aminoramos la velocidad a la altura de donde las dos uniformadas se haban apeado del autobs y haban dejado elArmy Times. Tisma salida. Las seales indicaban que delante de nosotros no haba sino tres pueblecitos y una enorme base militar. Por lo tanto, haba muchas probabilestuviramos dirigindonos a Fort Lewis. Pero result que no era as. O s, tcnicamente hablando. La cuestin es que, aos atrs, el sitio hacia el que avanrmaba parte de Fort Lewis. bamos hacia lo que antes era la base McChord, de las Fuerzas Areas, que era ahora la mitad del aluminio de la Base Conjunt

    Chord. Recortes. Los polticos hacen lo que sea por ahorrar.Esperaba alguna que otra tirantez en la verja, puesto que la base perteneca conjuntamente al Ejrcito y a las Fuerzas Areas, el coche y su conductor eraMarina y yo era todo un don nadie. Solo faltaban el Cuerpo de Marines y las Naciones Unidas. Ahora bien, la autoridad de ODay era tal que el de la am

    as tuvo que reducir. Entramos, giramos a la derecha y luego a la izquierda, e incluso nos saludaron al cruzar una segunda verja. De pronto el coche esta, enano al lado de un enorme avin de transporte C-17, como un ratoncillo en un bosque. Pasamos por debajo de una gigantesca ala de color gris y seguimto hasta un pequeo avin blanco que estaba solo. Tena un aire corporativo. Pareca el avin privado de una empresa. Un Lear, o un Gulfstream, o lo quepran hoy en da los ricos. La pintura resplandeca al sol. No haba nada escrito en l, excepto la matrcula de la cola. Ni nombre ni logotipo. Solo pintura blares empezaban a girar, despacio, y la escalerilla estaba bajada.El de la americana describi un semicrculo bien calculado y se detuvo dejando mi puerta a un metro de la escalerilla. Lo entend como una invitacin.

    culo y me qued unos momentos al sol. La primavera ya haba llegado y la temperatura era agradable. El coche arranc y se fue. Un auxiliar de vuelo apareea entrada ovalada de la cabina. Iba uniformado.

    Por favor, seor, suba.La escalerilla se hundi un poco bajo mi peso. Me agach para entrar. El auxiliar se apart hacia mi derecha, y a mi izquierda otro hombre de uniforme sao por la abertura de la cabina de mando.Bienvenido a bordo, seor me salud. Toda la tripulacin de hoy pertenece a las Fuerzas Areas y le aseguro que llegaremos enseguida.Adnde?A su destino.Volvi a embutirse en su asiento, junto al copiloto, y ambos se pusieron a comprobar diales. Segu al auxiliar de vuelo hasta una cabina llena de cuero de coestida de nogal. Era el nico pasajero. Eleg una butaca cualquiera. El auxiliar de vuelo subi la escalerilla, sell la puerta y se sent en un asiento para la tri

    haba respaldo con respaldo con el del piloto. Treinta segundos desp us estbamos en el aire, ascendiendo a toda prisa.

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    upuse que saldramos de la base McChord girando en direccin este. No es que hubiera muchas ms p osibilidades. Al oeste quedaban Rusia, Japn y Chba de que un avin tan pequeo tuviera tanta autonoma. Le pregunt al auxiliar de vuelo adnde bamos y me respondi que no haba consultado la hoja desin lugar a dudas, era una mentira como un piano. Aun as, no insist. Respecto a cualquier otro tema result de lo ms hablador. Me cont que viajbamstream IV confiscado a un fondo de inversin corrupto tras un procedimiento federal y asignado a las Fuerzas Areas para el transporte de personalidaduda suerte tenan aquellos a quienes las Fuerzas Areas consideraban personalidades. Aquel avin era la hostia. Silencioso, estable y con unas butacas sensaables a la posicin que prefirieras. Y haba caf en la cocina, y una cafetera de filtro, como tiene que ser. Le ped al auxiliar de vuelo que la mantuviera en me que ya ira levantndome yo para servirme ms. Me lo agradeci. Creo que se lo tom como una seal de respeto. A todas luces, no se trataba de un au

    o. Era una especie de escolta de seguridad, lo bastante duro como para que le dieran el trabajo. Se sinti orgulloso de que me hubiera dado cuenta.Mir por la ventanilla. Lo primero que vi fueron las Rocosas, con rboles de color verde oscuro en las faldas y una cegadora nieve blanca en los picos. Desp

    adas llanuras agrcolas, con sus pequeos mosaicos arados, sembrados y cosechados una y otra vez y sobre los que no haba llovido mucho. Por el aspectose que estbamos sobrevolando la esquina de Dakota del Sur y vi un poco de Nebraska antes de entrar en Iowa. Aquello, dada la complejidad geomtrios de gran altura, significaba que lo ms probable era que furamos camino del sur. Una ruta del Gran Crculo. [1]Resultaba extrao en un mapa plano, perno esfrico. bamos a Kentucky, a Tennessee o a alguna de las Carolinas. Puede que incluso a Georgia.No p aramos de darle a la lengua, hora tras hora, y cuando llevbamos dos cafeteras el suelo empez a estar algo ms cerca. Al principio me pareci que sirginia, pero luego me figur que debamos de estar en Carolina del Norte. Vi un par de ciudades que no podan ser sino Winston-Salem y Greensboro. Ququierda e iban hacindose ms pequeas. Eso significaba que llevbamos direccin suroeste. No haba ms ciudades hasta Fayetteville, pero Fort Braggantes. All estaba el cuartel general de las Fuerzas Especiales, que, claro est, era el hbitat natural de Tom ODay.De nuevo me equivocaba. O no, tcnicamente hablando, aunque solo en cuanto al nombre. Empezaba a oscurecer cuando aterrizamos en Pope, una baszas Areas haban cedido al Ejrcito. Ahora se llamaba Pope Field y era un pequeo rincn de un Fort Bragg cada vez ms y ms grande. Recortes. Los n lo que sea p or ahorrar.

    Rodamos durante mucho rato por una pista tan grande que podan despegar escuadrones aerotransportados. Por fin, nos detuvimos cerca de un pequeonistrativo con un cartel que rezaba 47. de Logstica, Centro de Mando del Apoyo Tctico. Se apagaron los motores y el auxiliar abri la puerta yerilla.Por dnde? le pregunt.Por la puerta roja me contest.Descend y camin a oscuras. Solo haba una roja, que se abri cuando me encontraba a unos dos metros. En el vano apareci una mujer joven vestida cono de falda y chaqueta. Medias oscuras. Buenos zapatos. Una mujer muy joven. Veintipocos. Rubia, con los ojos verdes y el rostro en forma de corazn.dable sonrisa de bienvenida dibujada en l.Me llamo Casey Nice dijo.Casey qu? le pregunt.Nice.Yo soy Jack Reacher.Lo s. Trabajo para el Departamento de Estado.En el Distrito Central?No, aqu me respondi.Lo cual tena cierto sentido. Las Fuerzas Especiales eran el brazo armado de la CIA, que era el brazo prctico del Departamento de Estado, y seguro queiones requeriran que los tres cogiesen el trozo del pastel al mismo tiempo. De ah su presencia en la base a pesar de su juventud. Puede que fuera un geca y los p lanes de accin. Una esp ecie de nia p rodigio.Est aqu Shoemaker? le pregunt.Pase me dijo.Me llev a una pequea habitacin con una ventana de vidrio reforzado. Haba tres sillones, todos ellos diferentes, todos ellos un tanto tristones y dejadosSentmonos dijo ella.Para qu me han trado?Antes de nada, debe comprender que todo lo que se diga a partir de este momento es informacin clasificada. Cualquier filtracin ser penada con severiPor qu va a confiarme sus secretos? No me conoce de nada.Nos han facilitado su expediente. Tuvo ust ed habilitado cierto nivel de seguridad. No se lo revocaron. Sigue usted obligado por ley.Puedo marcharme cuando quiera?Preferiramos que se quedase.Por qu?

    Queremos hablar con usted.El Departamento de Estado?Est de acuerdo con lo de la informacin clasificada?Asent.Qu quiere de m el Departamento de Estado?Tenemos ciertas obligaciones.A qu se refiere?Alguien ha disparado al presidente de Francia.En Pars.Los franceses han pedido ayuda internacional para encontrar al francotirador.No fui yo. Estaba en Los ngeles.Sabemos que no fue usted. No est en la lista.Hay una lista?No respondi. Se limit a buscar en el interior de su chaqueta y a sacar una hoja de papel doblada que me tendi. Guardaba el calor de su cuerpo y estaba

    ada. No era una lista. Se trataba del resumen de un informe confeccionado por nuestra embajada en Pars. Por el director regional de la CIA, probablemente

    sunto.La distancia era excepcional. No tardaron en descubrir que el tirador haba disparado desde la terraza de un apartamento, a mil trescientos metros. Mil tre

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    os era casi un kilmetro y medio. El presidente francs hablaba detrs de un atril, al aire libre, pero protegido por una especie de paneles de cristal a p. Un material nuevo y mejorado, por lo visto. Nadie haba sido testigo del disparo, excepto el prop io presidente, que haba visto un fogonazo increblemeneo y alto, a su izquierda. Y, entonces, algo ms de tres segundos desp us, en el panel haba aparecido una pequea estrella blanca, como si se hubiera poto de color claro. Un disparo muy muy lejano. Pero el cristal aguant y el sonido del impacto desencaden una reaccin instantnea en los guardaespdente, que enseguida formaron una montonera encima de l. M s tarde, con los p ocos fragmentos de bala que haban quedado, casi tuvieron que adivin

    ba de municin perforante del calibre 50.No est oy en la lista p orque no soy tan bueno. Mil trescientos metros es demasiado contra un objetivo del tamao de una cabeza. La bala pasa en endos enteros. Es como dejar caer una piedra dentro de un pozo muy profundo.Casey Nice asinti y coment:La lista es muy corta. Y eso es lo que les preocupa a los franceses.Pero no se haban preocupado de inmediato. Eso estaba claro. De acuerdo con el informe, las primeras veinticuatro horas se las haban pasado congratulnr conseguido establecer un permetro muy amplio y por la calidad de su cristal antibalas. Luego haban vuelto a la realidad y empezado a hacer llamadancia. Quin conoca a un francotirador as de bueno?Chorradas dije.Qu parte en concreto son chorradas? pregunt Casey Nice.A ustedes no les importan una mierda los franceses. No mucho, al menos. Puede que estuvieran dispuest os a dar unas cuantas voces en la direccin adecrgarles a un par de becarios que escribieran una tesina al respecto. Pero esto ha acabado en el escritorio de Tom ODay. Aunque solo haya sido duranndos. Y eso lo convierte en importante. Me envan ustedes un SEAL en veintiocho minutos y me hacen cruzar el continente en un avin a reaccin prente que tanto el SEAL como el avin estaban a la espera, pero tambin lo es que no tenan ustedes ni idea de dnde me encontraba o de cundo iba a llamdeben de tener un montn de SEAL y de aviones privados aqu y all, repartidos por todo el pas, a la espera, da y noche. Por si acaso. Y si me buscabin estn buscando a otros. Un marcaje en toda regla.El asunto se complicara si el tirador fuera estadounidense.Por qu?Esperamos que no lo sea.Qu puedo hacer por ustedes que justifique que me pongan un avin a reaccin privado?Le son el telfono, que llevaba en el bolsillo. Contest, escuch y colg.El general ODay se lo explicar. Dice que ya puede pasar.

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    Casey Nice me guio hasta una habitacin del piso de arriba. El edificio estaba viejo y el mobiliario pareca provisional. Y seguro que lo era. Los tipos comovan mucho. Un mes estaban aqu; otro, all, en edificios impersonales con carteles sin significado real, como lo de 47 . de Logstica, Centro de Mando deco. Por si acaso haba alguien mirando. O justo porque haba alguien mirando, dira l. Siempre hay alguien mirando. Y ODay haba sobrevivido mucho tiODay estaba detrs de un escritorio, con Shoemaker sentado a un lado, como corresponde a un buen lugarteniente. Shoemaker haba envejecido veinte aoe esperar, porque ese era el tiempo que habamos pasado sin vernos. Haba engordado y su p elo, rubio antes, ahora tiraba a gris y se vea apagado. Tenay descolgado. Iba con el uniforme de campaa, orgulloso de su estrella, que luca bien a la vista.ODay no haba envejecido lo ms mnimo. Segua pareciendo centenario. Vesta igual que siempre, es decir, una americana negra descolorida sobre un jo de pico, tambin negro, tan zurcido que tena ms costuras que tela original. Aquello me hizo pensar que la seora ODay deba de seguir viva, potaba imposible imaginar que nadie ms fuera a coger aguja e hilo por l.ODay suba y bajaba aquella mandbula cuadrada y gris que tena, y me miraba por debajo de sus pobladas cejas con los ojos apagados.Me alegro de volver a verle, Reacher me dijo.Tiene suerte de que no tuviera ningn compromiso urgente. O me estara quejando le contest.No dijo nada. Me sent en una silla de metal que tena pinta de pertenecer a la Marina, y Casey Nice se sent en una similar que haba al lado.Le han dicho ya que este asunto es secreto? me pregunt.S le respond.Casey Nice asinti con gesto rotundo, como si estuviera ansiosa por confirmar que haba seguido las rdenes al pie de la letra. ODay provocaba aquel efeconas.Ha ledo el resumen del informe? me pregunt.S.Casey Nice asinti una vez ms.

    Qu ha extrado de l? me pregunt ODay.Que el fulano es un gran tirador le dije.Yo pienso lo mismo convino ODay. Tiene que serlo para garantizar un disparo as a la primera y a mil trescientos metros.Aquello era tpico de ODay. Mtodo socrtico se le denominaba en la universidad. Le daba al tema vueltas y revueltas. Era un especialista en sonsa

    ades que, de forma implcita, todo ser racional conoce.No se asegur de que lo hara a la primera, sino a la segunda. Con el primer proy ectil rompera el cristal. Con el segundo matara al presidente. La primehacer aicos contra el cristal de todas todas. O se desviara, en el mejor de los casos. Estaba listo para disparar de nuevo, si el vidrio se hubiera roto, cla

    omar la decisin en una fraccin de segundo. Disparar de nuevo o largarse. Lo que resulta impresionante. Municin perforante, no?ODay asinti.Les hicieron una cromatografa de gases a los restos.Tenemos un cristal como ese para nuestro p residente?Lo tendremos maana.Un calibre 50, eh?Recogieron suficientes fragmentos como para determinar que es lo ms probable.Lo que resulta ms impresionante an. Se necesita un monstruo de fusil.Del que se sabe que es capaz de acertar a algo ms de mil seiscientos metros. A dos mil cuatrocientos en una ocasin, en Afganistn. As que quncia de mil trescientos no sea para tanto.Mtodo socrtico.A m me parece que acertar dos veces seguidas a mil trescientos metros es ms difcil que hacerlo en una ocasin aislada a ms de mil seiscientos optin de repetibilidad. El tipo t iene talento.Yo tambin lo creo dijo ODay. Dira usted que ha estado en las Fuerzas Armadas?Es evidente. No se puede llegar a ser tan bueno de ninguna otra manera.Dira que sigue estndolo?No. No tendra libertad de movimientos.Estoy de acuerdo.Estn seguros de que era un tirador a sueldo? le pregunt.Qu posibilidades hay de que un ciudadano con una queja sea tambin un tirador de p rimera? Es ms p robable que dicho ciudadano se haya gastado en el mercado libre. Quiz se trate, incluso, de un pequeo grupo de ciudadanos. Una faccin, en otras palabras. Eso incrementara la capacidad de inversY por qu nos p reocupa a nosotros? El objetivo era francs.

    La bala era estadounidense.Cmo lo sabemos?La cromatografa de gases. Se alcanz un acuerdo. Hace unos aos. Apenas se divulg. Bueno, de hecho, no se divulg. Cada fabricante usa una aleaente. Una diferencia casi imperceptible. Pero suficiente. Es como si fuera su firma.Gran parte del mundo compra armas estadounidenses.Este tipo es nuevo en escena, Reacher. Nunca habamos visto su p erfil. Ha sido su p rimer trabajo. Se est forjando un nombre. Y, joder!, ha empezada que acertar dos veces, y rpido, con un can del calibre 50 a mil trescientos metros de distancia. Si lo consigue, se mete en primera divisin para el resSi falla, desaparecer para siempre. Una apuesta muy fuerte. Hay mucho en juego. Aun as, dispara. Eso significa que estaba seguro de que iba a acertar. Tlo. Segursimo. Y en dos ocasiones. A mil trescientos metros. Confiaba ciegamente en s mismo. Cuntos francotiradores hay tan buenos?Era una muy buena p regunta.Con sinceridad? le pregunt. Entre los nuestros? Tan buenos? Yo dira que, en cada generacin, y con suerte, uno en los SEAL, dos en los MarinEjrcito. Cinco en total en todas las Fuerzas Armadas.Pero antes ha dicho que no est en el Ejrcito.Y los cinco de la generacin anterior. Los que no se hayan retirado hace mucho, mayores como para que estn mano sobre mano, pero lo bastante jvear todava. A esos deberan ir a buscar.

    Esos seran sus candidatos? Los de la generacin anterior?No s quin ms estara a la altura.

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    Y, segn esa teora, cuntos pases deberamos tener en cuenta?Unos cinco, dira yo.Siendo as, a una media de cinco candidatos p or pas, habra veinticinco tiradores en todo el mundo, no?Ms o menos s.Ha dado en el clavo, dira yo. Resulta que veinticinco es el nmero exacto de francotiradores de lite retirados conocidos p or las agencias de inteligenci

    undo. Dira usted que los gobiernos hacen un seguimiento minucioso de ellos?Estoy seguro.En ese caso, cuntos cree que tienen una coartada slida para un da elegido al azar?Dado que estaran bien vigilados, respond:Veinte?Veintiuno me corrigi ODay. Solo nos quedan cuatro. Y aqu aparece el problema diplomtico. Es como si furamos cuatro personas en una ha

    s mirndonos unas a otras. No quiero que la bala sea estadounidense.Uno de los nuestros no tiene coartada?Digamos que no.Quin?A cuntos t iradores tan buenos conoce?A ninguno le contest. No salgo de copas con tiradores.A cuntos ha conocido?A uno, pero es imposible que fuera l le dije.Por qu est tan seguro?Est en la crcel.Por qu est tan seguro?Fui yo quien lo envi a prisin.Le cay una pena de quince aos, no?Por lo que recuerdo s, as es le dije.Cundo?Mtodo socrtico. Hice un clculo mental. Haca muchos aos. Haba llovido mucho. Haba viajado mucho, conocido a muchas personas.Joder... solt.

    ODay asinti.Hace diecisis aos aadi. No le parece que el tiempo vuela cuando uno se lo est pasando bien?Ha salido?Lleva un ao fuera.Y dnde est?En casa no, desde luego.

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    ohn Kott era el primognito de dos emigrantes checos que haban escapado del viejo rgimen comunista y se haban establecido en Arkansas. Tena ese airo de quienes haban vivido a la sombra del Teln de Acero y que tanto se pareca al de la miserable juventud local, por lo que creci como uno ms. De noellido y sus p mulos pensaras que se t rataba de un pariente de esos chicos muy muy lejano. A los diecisis aos era capaz de abatir ardillas entre las rames a distancias a las que la mayora de las personas ni siquiera las veran. A los diecisiete mat a sus padres. O, por lo menos, es lo que pensaba el shado. No haba pruebas, pero las sospechas que se cernan sobre l eran legin. Ninguna de ellas, no obstante, pareci importarle mucho al reclutador milit un ao despus.A diferencia de la mayora de la gente huesuda y pequea, era de lo ms calmado y tranquilo. Capaz de hacer descender su ritmo cardiaco a treinta y por inerte horas y horas. Tena una vista sobrehumana. En otras palabras: era un francotirador nato. Hasta el Ejrcito se haba dado cuenta. Lo adiestrarosin de academias especializadas, y tras eso lo enviaron directo a los Delta. All se esforz da y noche por poner sus dems talentos a la altura irtindose en una estrella en la sombra entre los comandos de operaciones secretas.Sin embargo, por asombroso que parezca en un soldado de las Fuerzas Especiales, el mecanismo que tena en la cabeza para separar los periodos de servicempo libre no era hermtico. Abatir a alguien a novecientos metros de distancia requiere algo ms que talento y habilidades atlticas. Se necesita permisstral y recndita parte de la cabeza en la que las inhibiciones esenciales estn o bien reguladas o bien distendidas. Es imprescindible que el tirador crelas: Esto est bien. Se trata del enemigo. Eres mejor que l. Eres el mejor del mundo. Todo el que te desafa merece morir. La mayora tiene un interrado. El problema es que el de John Kott segua haciendo contacto.Lo conoc tres semanas despus de que descubrieran a un fulano con el cuello rebanado en la parte de atrs de un bar remoto de Colombia. El fiambrnto de los Rangers. El barucho era adonde una unidad de las Fuerzas Especiales dirigida por la CIA acuda con asiduidad cada vez que no estaba en lendo a miembros de crteles. Lo que haca que el grupo de sospechosos fuera muy reducido y de lo ms discreto. En aquel tiempo me encontraba en el 9y fue a m a quien le asignaron el caso. Porque el asesinado era un militar estadounidense. De haberse tratado de un civil local, el Pentgono se habra aho.

    Aunque nadie lo seal, lo que declararon me sirvi de mucho. Saba quines haban estado en el bar aquella noche y les ped que me lo describieran. De euno me dijo alguna que otra cosilla. Me hice una idea general. Uno de ellos estaba haciendo esto. Otro, aquello. Este se fue a las once; el que estaba a su izqanoche. El otro estaba sentado al lado del primero, que beba ron, no cerveza. Y todo as. Tena la coreografa en la cabeza y la repas una y otra vez hasta

    vo hilado y result coherente.Excepto John Kott, que era como un vaco en medio de lo dems.Ninguno de ellos haba dicho gran cosa de l. Ni dnde estaba sentado, ni lo que haca, ni con quin estaba hablando. Nadie describi ni sus actos ni a a deberse a varias razones. Como, por ejemplo, que, aunque los miembros de su unidad no fueran a delatarlo, tampoco quisieran inventar nada por l. Llmta de imaginacin. En cualquier caso, una decisin prudente. Las mentiras acaban quedando al descubierto. Es mejor no decir nada. De esa manera, quizde suerte, una larga y violenta discusin con el asesinado podra quedarse en... nada. Un vaco en medio de lo dems.

    Era un caso cogido con pinzas, pues implicaba muchas teoras basadas en suposiciones, un jugador estrella y una operacin clandestina. Ahora biennocer que las Fuerzas Armadas decidieron coger el toro por los cuernos. Saban que no bamos a ningn lado sin una confesin pero, aun as, me perusar a Kott.Lo ms importante de hacer preguntas es escuchar las respuestas, y lo escuch largo y tendido antes de concluir que, en el fondo, su arrogancia era tan granbeza. E igual de dura. Y era incapaz de distinguir. Eso de todo el que te desafa merece morir son memeces del campo de batalla, no una forma de vida.Haba conocido a muchas personas as. De hecho, yo era producto de esas ideas. Te hablan del tema. Quieren que lo entiendas. Quieren que lo apruebes.

    n que cabe la posibilidad de que alguna regulacin estpida y pasajera est, tcnicamente, en su contra en algn momento dado, pero ellos estn por encimamal. Verdad?Dej que hablara, y despus lo acorral y consegu que acabara admitiendo que, en efecto, aquella noche haba estado conversando con la vctima. Despuoser y cantar. Aunque quiz sea mejor usar otra metfora. Fue como poner una tetera al fuego, como hinchar la rueda de una bicicleta.Dos horas despus firmaba una declaracin larga y detallada. En resumidas cuentas, que el muerto lo haba llamado nenaza. Eso fue lo que pas. La situba ido de las manos por una simple provocacin. Las Fuerzas Armadas exigieron medidas. Hay cosas que no pueden excusarse. Verdad?Dado que se trataba de una estrella de las operaciones clandestinas, le permitieron hacer un trato. Una de esas variantes de asesinato a cambio de quince aareci bien. Como no tuvo que llegar a celebrarse el consejo de guerra, pude pasar una semana ms en las Fiji y conoc a una australiana de la que todrdo. No iba a quejarme.No deberamos dar nada por supuesto dijo ODay. Ni siquiera tenemos pruebas de que haya vuelto a tocar un arma.Y lo han incluido en la lista?No queda ms remedio.Qu probabilidades hay?Una entre cuatro, como es obvio.

    Pondra la mano en el fuego?No estoy diciendo que sea el culpable. Digo que hay que afrontar el hecho de que existe un veinticinco por ciento de probabilidades de que lo sea.Quin ms est en la lista?Un ruso, un israel y un britnico.John Kott ha pasado quince aos en prisin dije.ODay asinti y aadi:Empecemos por la factura que eso podra haberle pasado.Aquella era una buena cuestin. Cmo le afectaban quince aos de crcel a un francotirador? Disparar bien se basa en muchas cualidades. El control me sufrir. Tienes que ser tranquilo y fuerte a un t iempo. Tranquilo como para ser capaz de dejar a un lado el canguelo, y fuerte como para controlar una enta. La condicin atltica puede sufrir, lo que tambin es importante, porque tener las pulsaciones bajas y una buena respiracin es imprescindible. Pero,:La vista.Por qu? pregunt ODay.Todo lo que ha tenido al alcance de la vista durante quince aos estaba bastante cerca. Paredes, en su mayora. El patio de ejercicios. Sus ojos no han endistancia desde que era joven.

    Aquel razonamiento me pareca de lo ms adecuado. Me gustaba la imagen mental que me haca de l: sumiso, quizs un poco tembloroso, con gafas, encr de que fuera bajito. Pero, entonces, ODay me ley el informe de puesta en libertad.

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    Las races de John Kott estaban en Checoslovaquia, o en Arkansas, o quizs en ambas, que era lo ms probable, pero se haba tirado los quince aos qdo en prisin comportndose como un mstico oriental. Se haba dedicado a practicar yoga y meditacin. No haba hecho mucho ejercicio, una sola vez alener la fuerza y la flexibilidad fundamentales del cuerpo, y haba pasado sin moverse muchsimas horas, apenas respirando, con la mirada en blanco y fio alejado casi un kilmetro, que es lo que deca que necesitaba para practicar.He hecho unas cuantas indagaciones dijo ODay. Entre las chicas que trabajan aqu, ms que nada. Me explicaron que el tipo de yoga que practicmucho que ver con la quietud y el poder de la relajacin. Te vas desvaneciendo poco a poco, cada vez ms y, de pronto, zas!, llegas al siguiente nivel. Y lcon la meditacin. Dejas la mente en blanco. Visualizas el xito.Insina que sali de la crcel siendo mejor de lo que era?Ha trabajado duro estos quince aos. Ha estado muy centrado en su objetivo. Al fin y al cabo, un arma es una mera herramienta de metal. El xito tiena mente y el cuerpo.Cmo lleg a Pars? Acaso tiene pasaporte?Piense en todas las facciones terroristas que hay. Piense en su poder adquisitivo. Conseguir un pasaporte no es problema para ellos.La ltima vez que lo vi estaba firmando su declaracin. Hace diecisis aos, visto lo visto. No s en qu puedo ayudarlos en esta ocasin.No podemos dejar ningn cabo suelto.Y qu cabo me toca a m?Ya lo atrap en una ocasin insisti ODay, y si es necesario volver a hacerlo.

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    Entonces empez a hablar Shoemaker, como si la toma de contacto hubiera acabado y fuera hora de ahondar en detalles. Era mucho lo que haba endiendo del motivo del ataque. Ciertas facciones terroristas jams contrataran a un israel, lo que reduca las probabilidades a tres. Pero, por lo visto, ca irlands y tena un nombre en clave de lo ms neutro. Quiz las facciones no lo supieran. Lo que aada confusin al asunto. Al final se haba abandonaesentraar el motivo. La lista de personas cabreadas con los franceses que haba confeccionado el Departamento de Estado era larga. Por lo tanto, se decidiuatro sosp echosos por igual. Nada de perfiles criminolgicos.Me volv hacia Casey Nice y le dije:Todo esto siguen siendo chorradas.Qu parte en concreto? volvi a preguntar.La misma. Se estn implicando ustedes demasiado cuando, si los franceses estuvieran quemndose, ni siquiera mearan sobre ellos p ara sofocar las llamestn. Se comportan como si se tratara de Pearl Harbor. Por qu? Qu van a hacer los franceses? Dejar de enviarnos queso?No se nos puede ver perdidos.Por no poder, no pueden ni dejarse ver. Van ustedes de ac para all escondindose detrs de carteles falsos. Lo que est bien. Nadie en las embajadas vta de quines son o de qu estn haciendo. Ni siquiera los de la francesa. Que, de hecho, sern incapaces de determinar si los estn ayudando o no. Entoncee tanta preocupacin?Es por nuestra reputacin.Hay una p robabilidad entre cuatro de que un convicto estadounidense est ofreciendo sus servicios por todo el mundo. No es el p rimero y no ser tra reput acin podra encajar un golpe tan diminuto. En especial porque el francs sigue vivo. El que nada hace, nada teme.ODay se revolvi en la silla y coment:No somos nosot ros los que marcamos las reglas de la poltica.La ltima vez que le hicieron ustedes caso al Congreso, Abraham Lincoln an llevaba pantalones cortos.

    Pero a quin hago yo caso?Al presidente.Todo el mundo tiene algo contra los franceses. En consecuencia, es como si nadie lo tuviera. Nadie tena una razn concreta para disparar. Al menos en o. No ms de lo habitual. Por lo tanto, ahora mismo la lgica dice que el chico estaba dejando su carta de presentacin a la espera de una propuertante. Y, cul ser?, de quin se tratar? Nadie lo sabe, pero todo dirigente mundial apuesta porque ser l. Y, por qu no? Todos son la persortante del mundo. Se acerca una reunin de la Unin Europea, con todos sus presidentes y primeros ministros; y dos ms, la del G8 y la del G20

    datarios mundiales, incluido el nuestro, en un mismo sitio. Todos posando para la fotografa de grupo. Quietecitos y sonrientes. En la escalinata de algnico, lo ms probable. No quieren que haya suelto alguien capaz de dispararles a mil trescientos metros de distancia.As que todo esto se debe a que los polticos tienen miedo a que les vuelen la tapa de los sesos?Literalmente. Los de todo el mundo.Incluido el nuestro?Da igual lo que piense el nuestro, el servicio secreto ya est perdiendo los papeles por ambos.De ah que me pongan un avin privado.El dinero no es problema.Pero no cuentan solo conmigo, verdad? Por favor, dganme que no estn confiando en una sola persona.Tenemos toda la ayuda que necesitamos contest ODay.Lo ms probable es que no fuera John Kott.Lo nico seguro es que tres de ellos no fueron. Quiere jugar a los dados o ponerse manos a la obra?No respond. Shoemaker me explic que me alojara en un acuartelamiento cercano y que mi p resencia quedaba restringida a la parte de la base en lantrbamos. Si alguien me lo preguntaba, ya fuera oficialmente o por curiosidad, tena que decir que era un contratista civil experto en cargas. Si pretendaninformacin deba decir que estaba trabajando con el 47 . de Logstica en un problema que haba en Turqua. Lo que era una buena argucia, porque en cuanqua el interrogador supondra que se trataba de misiles, y si era de los buenos dejara de molestarme, y si era de los malos lo estara desinformando. En opay, era lo ms aconsejable.Quin se est encargando de buscar a los otros tres?Su gente, en su pas respondi ODay.Y los franceses en Francia, no?Suponen que el francotirador ha vuelto a su casa a esperar.Podra tratarse de un expatriado. Un ruso que vive en Francia. O un israel, o un britnico. En una vieja granja, o en una villa junto al mar.Puede que no lo hayan tenido en cuenta.

    Se fue Kott a vivir a Francia?ODay neg con la cabeza.Volvi a Arkansas.Y?Sobrevolamos su casa con un dron de vigilancia en un par de ocasiones durante el primer mes. No vimos nada por lo que tuviramos que preocuparnos.sitaban el dron en otro lado y Kott pas a un segundo plano.Y ahora?Volvemos a tener el dron. Su casa est vaca. No hay seales de vida.

    Casey Nice me acompa al acuartelamiento al que haba hecho mencin Shoemaker, que result ser una especie de pueblecito improvisado compundas unifamiliares prefabricadas y transportables adaptadas a contenedores de transporte de acero. Algo menos de dos metros y medio de alto por dos mo de ancho, con puertas y ventanas, aire acondicionado, agua corriente y electricidad. La ma estaba pintada de amarillo arena, llegada por barcoablemente. En casas peores haba vivido.Haca una buena noche. Primavera en Carolina del Norte. Era pronto para que hiciera calor, pero haban pasado los meses de fro. Las estrellas relucan en

    r de las fantasmales nubes alargadas. Nos detuvimos frente a mi puerta.Usted tambin est en una de estas?

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    Seal la siguiente fila.En la blanca.La suya era la calle Uno, as que la ma era la Dos.Es para esto p ara lo que se alist?Es donde ms accin hay. Estoy bast ante contenta.Lo ms p robable es que no fuera John Kott insist. Por estadstica, y, adems, son los rusos los que dan ms y mejores francotiradores. Y a los isran las balas del calibre 50. Va a ser el uno o el otro.Lo que nos preocupa es lo del yoga. Est claro que Kott se haba fijado un objetivo. Su idea era salir y retomarlo donde lo haba dejado.Asinti p ara s, como si hubiera cumplido con su cometido, y se march. Abr la puerta y entr.El interior tena, exactamente, el aspecto de un contenedor de transporte. Acero ondulado, pintado de blanco brillante, con una sala de estar, una cocina, u

    ao y un dormitorio, en lnea uno detrs del otro. Como aquellos apartamentos antiguos en los que se entraba de una habitacin a la siguiente. Las ventanles antiexplosin que se convertan en superficies de trabajo cuando los bajabas. El suelo era de contrachapado. Deshice las maletas, lo que, en mi caso, codel bolsillo el cepillo de dientes de viaje, unir sus dos mitades y dejarlo en el vaso del cuarto de bao. Pens en darme una ducha, pero no llegu a hacerlo

    en llam a la puerta. Desanduve el camino por el estrecho rectngulo y abr.Era otra mujer con traje negro de falda y chaqueta, medias oscuras y buenos zapatos. Esta estaba ms cerca de mi edad. Por su manera de comportarseesin de que tuviese cierto rango y mucha experiencia. Tena el pelo negro, pero con algunas canas, y era evidente que haca poco que haba ido a la peue no lo llevaba ni teido ni con ningn corte en particular. Haba tenido una cara bonita en su momento y ahora era atractiva.Seor Reacher, soy Joan Scarangello.Me tendi la mano. Se la estrech. Era fina pero p areca fuerte. Las uas sin p intar, cortas y rectas. Esmalte t ransparente. Sin anillos.De la CIA? le solt.Sonri.Se supone que no debera resultar tan obvio.Ya me he reunido con el Departamento de Estado y con las Fuerzas Especiales. Imaginaba que el tercero en discordia aparecera de un momento a otro.Puedo pasar?La sala de estar era de casi dos metros y medio de altura, y otro t anto de ancho por unos cuatro de largo. Adecuada para dos, p ero no le pidieras ms. El ma atornillado al suelo: un sof y dos sillas pequeas dispuestos muy juntos. Como en una caravana, o puede que como el diseo de la cabina del siguient

    vin a reaccin de Gulfstream. Me sent en el sof y Joan Scarangello en una de las sillas. Adaptamos nuestra postura para quedar cara a cara.Le agradecemos su ayuda dijo.

    Todava no he hecho nada le contest.Pero seguro que lo har, si es necesario.Ha cerrado el FBI? No son ellos quienes se dedican a buscar a ciudadanos estadounidenses en Estados Unidos?Puede que Kott no est en el pas. Al menos, ahora.Entonces es cosa suya.Y nos estamos encargando de ello. Lo que implica conseguir la mejor ayuda que podamos. No hacerlo sera negligente. Usted conoce al sujeto.Lo arrest hace diecisis aos. Aparte de eso, no lo conozco de nada.La Unin Europea p rimero, el G8 luego y el G20 desp us. La Unin Europea, las ocho mayores economas del mundo y las veinte mayores. Jefes d

    s en el mismo sitio y al mismo tiempo. Todos menos uno juegan en campo contrario, por decirlo as. Si cae uno, ser un desastre. Si caen ms, ser una cmo bien ha sealado usted, el tirador de Pars estaba preparado para disparar en dos ocasiones. Ahora bien, por qu iba a detenerse despus de la sine que abatiera a tres o cuatro. Todo se paralizara. Los mercados se hundiran y volveramos a la recesin. La gente se morira de hambre. Se declararan gdo podra romperse en pedazos.Quiz deberan cancelar las reuniones.El resultado sera el mismo. Hay que gobernar el planeta. No se puede hacer todo por telfono.Durante uno o dos meses s.Y eso, quin lo va a prop oner? Quin va a ser el primero en parp adear? Estados Unidos ante los rusos? Ellos ante nosotros? Los chinos ante alguieAs que es una cuestin de testosterona.Y qu no lo es? pregunt Scarangello.Ya que hablamos de gobernar el planeta, no tengo ni mvil le dije.Quiere uno?Lo que quiero decir es que John Kott es una persona a la que solo he visto una vez, hace diecisis aos. No tengo recursos, ni medios para comunis de datos, ni sistemas. No tengo nada.Todo eso lo tenemos nosotros. Le pondremos al da de todas las pistas que seguimos.Y despus, me enviarn a darle caza?No respondi.La cuestin es la siguiente, seora Scarangello. S que acabo de llegar, pero no nac ayer. No me he cado de un guindo. Si Kott es el francotirador de Paren ustedes es que salga ah fuera y yo asome la cabeza porque, as, quienquiera que le est pagando querr quitrseme de en medio. Sea la faccin terrorista

    o dira ODay. Se supone que he de sacarlos de la madriguera. Nada ms. Soy un cebo.No dijo nada.

    O quiz p retendan que sea el p ropio Kot t quien venga a p or m continu. Al fin y al cabo, tiene que estar cabreado conmigo. Soy el responsabestado encerrado quince aos. Seguro que eso le supuso un revs en su plan de vida, fuera cual fuese. Seguro que alberga cierto grado de resentimiento he que tanto y oga fuera por m, no p orque quisiera ser mejor en lo suyo.Nadie pretende que sea usted un cebo.S, claro. Tom ODay p iensa en todo y siempre se decanta por lo ms sencillo y efectivo.Tiene miedo?Conoce usted a algn soldado de infantera?Esta base est llena.Hable con alguno. Tienen que comer un montn de mierda. Viven en conejeras fras, hmedas y embarradas; p asan hambre; a su alrededor caen mnazos y cohetes, bombas y gases, asaltos areos y misiles, y frente a ellos solo hay alambre de espino y nidos de ametralladoras. Ahora bien, sabe qu os les gusta?Los francotiradores.En efecto. Porque eligen los objetivos al azar, aparecen en cualquier lado, en cualquier momento, sin que se los vea, sin avisar. A todas horas, todos los en descanso. El estrs llega a ser insoportable. Algunos se vuelven locos, como lo oye. Y lo entiendo. Solo llevo unos minutos dentro de esta cajita mezo a sentirme ms cmodo de lo que me gustara.

    Conoc a su hermano dijo Scarangello.En serio?

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    Asinti.Joe Reacher. Por aquel entonces, l perteneca a la inteligencia militar y yo era una joven agente encargada de casos esp eciales. Trabajamos juntos e

    Y ahora me va a contar lo bien que hablaba de m y que deca que era el tipo ms duro sobre la faz de la Tierra. Pretende usar la influencia de un muerto.Siento mucho que muriera, pero es cierto que me habl bien de usted.Si Joe estuviera vivo me aconsejara que saliera cagando leches de aqu. Recuerde a qu ha dicho que se dedicaba: inteligencia militar. l tambin conocay.No le cae bien, verdad?Creo que alguien debera concederle una medalla, meterle un tiro en la cabeza y ponerle su nombre a un puente.Quiz no sea buena idea.Me sorprende que siga en el negocio.Son este tipo de asuntos los que le hacen seguir en el negocio. Ahora ms que nunca. Est delante de todos.No dije nada y Scarangello prosigui:No podemos obligarle a que se quede.Me encog de hombros.Le debo un favor a Rick Shoemaker. Voy a devolvrselo.Un t o predecible.

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    Despus de eso, Scarangello se fue, dejando tras de s un leve aroma a perfume. Me di una ducha y me acost. A ODay le gustaba empezar el da con una rntencin era asistir, s, pero despus de desayunar. La cuestin es que fui incapaz de encontrar el comedor. A la luz del amanecer vi que estbamos en un ri

    Field dejado de la mano de Dios. Y la base era gigantesca. Calcul que me encontraba a ms de kilmetro y medio del comedor ms cercano. Puede qu. Adems, mi presencia estaba restringida a esa parte de la base. Y deambular sin autorizacin por Fort Bragg no era buena idea. No, dadas las circun

    ales. Bueno, bajo ninguna circunstancia.As que me dirig a la puerta roja de nuevo y me encontr a Casey Nice en una habitacin con una mesa. La mesa estaba llena de platos con bollitos y denes de caf del Dunkin Donut s. Nada de esa comida sana y nut ritiva del Ejrcito. Una empresa de comidas p rivada. Recortes. Lo que sea por ahorrar.El cuartel es confortable? me pregunt.Es mejor que dormir en un tronco hueco le respond.Es donde acostumbra a dormir?Es un decir le dije.Pero ha dormido bien?A las mil maravillas.Fue a verle alguien?Una mujer llamada Joan Scarangello.Bien.Quin es?Una de los adjuntos del subdirector de operaciones.Lo que pareca poca cosa, pero no lo era. En terminologa de la CIA, un A del SDO era parte de un reducido crculo que haba en lo ms alto. Una de lao personas con ms contactos del planeta. Su hbitat natural era un despacho de Langley unas ocho veces ms grande que mi contenedor de tran

    ablemente, con ms telfonos sobre el escritorio de los que haba visto en mi vida.S que se lo estn tomando en serio.No les queda ms remedio, no le parece?No respond, y casi al instante entr Scarangello. Cabece a modo de saludo, se sirvi un bollito y un caf, y se march. Yo cog dos bollitos, una taza vo de caf. Di por sentado que lo podra dejar en el borde de la mesa de reuniones, con el tapn mirando hacia m y rellenarme la taza tanto y tantas veces ceciera. Como un alcohlico detrs de una barra.

    La reunin se celebr en una habitacin que haba junto al despacho de ODay, en el piso de arriba. Nada del otro mundo. Cuatro mesas normales y corriera otra formando un cuadrado, y ocho sillas para los cinco. Shoemaker, ODay y Scarangello ya estaban sentados. Casey Nice se sent junto a la otra mun sitio con una silla vaca a uno y otro lado. Me serv caf y mord uno de los bollitos.Shoemaker fue el primero en hablar. De nuevo llevaba el uniforme de campaa, con su estrella, cosa que no me sorprendi. Su anlisis inicial inclmacin que pareca que se hubiera ganado la estrella a pulso, cosa que s me sorprendi.Por lo visto, el gobierno p olaco est a p unto de anunciar elecciones anticipadas empez diciendo y es muy probable que el griego no tarde ena parecer un mero mecanismo poltico de la democracia, pero si escarbamos en la constitucin de la Unin Europea encontraremos una estipulacin queoner las asambleas de jefes de Estado si dos o ms pases miembros estn celebrando elecciones. En otras palabras, que estn huy endo. La reunin de pea no se va a celebrar. Eso nos deja solo con la del G8, que se celebrar dentro de tres semanas. Ese plan sigue intacto. Lo que nos proporciona tanto eo el objetivo.Tom aire con intencin de hablar, pero ODay adelant uno de sus largos brazos con la palma hacia m, como cuando le dices a un perro que se detenga, yVa a advertirnos de que estamos dando mucho por hecho y que cualquiera podra ser el objetivo. Y tiene razn p ero, por favor, debe entender que ninivo nos importa. Si el tiro se lo lleva otro, nos pondremos a bailar. Hasta entonces, y a efectos operativos, vamos a dar por hecho que va a haber un innato contra un dirigente mundial.Iba a preguntar quin est en el G8 le dije.Que deba de ser una pregunta estpida, porque todos se revolvieron en el asiento y nadie me respondi. Al cabo de un rato, Casey Nice dijo:Nosotros y Canad, el Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, Japn y Rusia.Esas no son las ocho economas ms fuertes.Pero lo fueron en su tiempo apunt Scarangello. Hay cosas que quedan escritas en piedra.Por lo tanto, si se trata de un asunto personal o nacionalista, cualquiera de ellos podra ser el objetivo. En cambio, y con todos mis respetos, si tiene qu

    rrorismo a gran escala, dudo mucho de que vaya a ser Italia. Es decir, quin iba a darse cuenta? Esa gente cambia de presidente cada tres semanas. Ni Can

    noceras a su primer ministro aunque te cruzaras con l en el supermercado. Y lo mismo pasa con Japn. Y con Francia. Y con el Reino Unido. Que se carguno va a desestabilizar el planeta. Que disparasen a la alemana sera un poco ms problemtico.Scarangello asinti.La mayor economa europea, el nico adulto fiscal de toda la regin, y una psique nacional restaurada que se basa p or completo en que no dispaicos. El tejido podra descoserse. Y en Alemania el fondo est muy pero que muy abajo...As que seremos nosotros, Rusia o Alemania. Lo que facilita el asunto. Mantienes escondidos a los tres. Que no vean la luz del da. Dejas que sean

    o los que den la cara. O coges y envas tambin a los vicepresidentes, aunque solo sea para la foto. Le daramos la vuelta a la tortilla: Tenemos tantos hueamos a los dos!.ODay asinti.Ese es el plan B, que ya est bosquejado. El plan A consiste en encontrar a John Kott . Y esperar a que Londres, Mosc y Tel Aviv tengan un xito simSabemos algo de los suyos?Lo sabemos todo. El britnico es un ex de la SAS que se apellida Carson. Cuando an vesta el uniforme tena ms de cincuenta bajas por todo el mund

    e va a admitirlo, una de ellas a algo ms de mil ochocientos metros, documentada y verificada. El ruso se apellida Datsev. Su primer instructor lo enogrado, en una academia muy dura. El israel se apellida Rozan. Dicen en el mejor que han visto con un Barrett del calibre 50, que es mucho decir tratnles.

    Todos p arecen mejores que Kott.Usted lo ha dicho, lo parecen. Para Kott, un disparo de mil trescientos metros no era nada. Pura rutina. Hasta que lo arrest usted, claro est.

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    Lo dice como si le jodiera que lo hubiera hecho.Era mucho ms valioso que el machaca de infantera al que asesin.Dnde se celebra la reunin del G8? pregunt.En Londres respondi ODay . A las afueras. En una mansin o un antiguo castillo. Algo as.Tiene foso?No estoy seguro.Pues quiz debieran empezar a excavar uno.La idea es no permitir que se acerque tanto.En cualquier caso, no puedo ayudarlos. Tengo el pasaporte caducado.Eso se lo resolver el Departamento de Estado me solt ODay antes de levantar la mirada, ante lo que Casey Nice volvi a buscar en el interueta, igual que con el resumen del informe de la embajada, y sac una especie de libretita delgada de color azul que desliz hacia m sobre la mesa. Tambin lor de su cuerpo.Era un pasaporte con mi nombre y mi foto, hecho el da anterior, con diez aos de validez.

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    Cuando acab la reunin me solicitaron que fuera al despacho de Rick Shoemaker, donde este me pidi que comenzara a trazar un plan tctico detalladoa Arkansas. Lo que era ridculo. No haba nada que detallar en un sitio como Arkansas. Adems, no era la direccin que debamos tomar.Lo ms probable es que se haya quedado en Europa coment. Seguro que ya est en Londres. Si es que fue l.Joan Scarangello nos ha dicho que entiende usted a la perfeccin cul es su papel.S, el de cebo.Lo dice en serio? pregunt.No es para tanto respondi. Como usted ha sealado, si se trata de Kott , es improbable que se encuentre all. Ahora bien, si se trata de l, puede en que est vigilando nuestros avances. Es la primera parada, no cabe duda. O, al menos, deberamos hacerla. Hay que confirmar que ha vuelto a coger el fu, aqu paz y despus gloria. Lo del yoga y la meditacin habla de sus intenciones solo hasta cierto punto. Tambin hay que darle un p oco al gatillo. Podrrando que lo comprobemos. Sern matones de cuarta. No le supondrn ningn problema. Y podramos sacarles algo.Si se trata de l.Y si no, pues menos de lo que preocuparse.Por qu yo? Hay multitud de agentes federales por el mundo. Ellos haran muy bien las veces de cebo. Mejor que yo, p robablemente. Podran aparecy las sirenas.Sabe cuntos estadounidenses tienen autorizacin de seguridad para conocer secretos de Estado hoy en da?Ni idea.Casi un milln, y la mitad son civiles. Ejecutivos y gente de negocios, contratistas y subcontratistas. En el mejor de los casos, de ese milln solo haientos que p asen informacin realmente comprometedora a los del otro bando.Parece usted ODay.No suele equivocarse.

    Pero es un paranoico.De acuerdo, djelo en la mitad. Tenemos cien traidores con acceso a importantes secretos de Estado. La seguridad nacional est fuera de control. Llevda. No obstante, ahora mismo este proyecto lo controlamos muy de cerca. Apenas se est distribuyendo la informacin. De momento, el general ODayar solo con gente en la que confa.Ni siquiera puedo alquilar un coche. No tengo ni carn de conducir ni tarjeta de crdito.Le acompaar Casey Nice me dijo Shoemaker. Tiene edad para conducir.Entonces ser parte del cebo.Sabe para qu se alist. Y es ms dura de lo que parece.

    Mi plan tctico detallado consisti en recoger el cepillo de dientes del cuarto de bao y copiar la ltima direccin de John Kott: una casa alquilada en una parte, en la esquina inferior izquierda del estado, donde Arkansas se convierte en Oklahoma, Texas o Louisiana. Casey Nice entr en su contenedor blaje negro de falda y chaqueta y sali a los cinco minutos con unos vaqueros y una cazadora de cuero marrn. Sin lugar a dudas, aquel atuendo era ms adecuquina inferior izquierda de Arkansas.Nos asignaron el mismo avin. La misma tripulacin. Dej que Casey Nice subiera la escalerilla por delante de m, que es lo ms cabal que puedes hacer cus dos es una veinteaera con vaqueros y el otro no lo es. Me sent en la misma butaca y ella en la de enfrente. Esta vez el auxiliar de vuelo lo saba todo ade nos dirigamos: a Texarkana, un aeropuerto civil en el que podramos alquilar un coche. No se trataba de una ruta del Gran Crculo. Hacia el oeste y hacicosa, sobrevolando Georgia, Alabama y Mississipp i. Ira bien una cafetera, a menos que Casey Nice quisiera una taza.Shoemaker me ha dicho que sabe para qu se alist le coment.Eso creo me contest.Que fue para...?Es por esa teora. Ya sabe a qu me refiero. La que dice que debemos trabajar unidos. Que, en el fut uro, nos fusionaremos unos con otros. Bajo cuerAs que debemos obtener reconocimientos. Lo que me parece bien. Tengo que estar preparada. La parte ms importante de mi carrera se va a desarrolo.Y qu reconocimientos ha conseguido hasta el momento?Esta misin no me quita el sueo, si es a eso a lo que se refiere.Me alegro le dije.Debera quitrmelo?Ha estado alguna vez en un hotel con una de esas camas la mar de grandes? De esas de ms de dos metros. Si en algn momento salimos a campo abier

    stancia a la que quiero que se mantenga de m. Ms de dos metros. Porque, en el mejor de los casos, Kott no tiene nada que ver con este asunto y estaba do su dron pas, pero ahora ya ha vuelto a casa, a la que se llega por un camino largo y recto, y tiene un arma cargada junto a la ventana de la cocina. Depesiasmado que est, el primer disparo p odra fallar por un metro ochenta. Ahora bien, el segundo no fallar por dos metros.No creo que est en casa. Creo que est en Londres.Por qu creen que ha sido l? Los dems parecen mejores.Datsev estuvo en el Ejrcito Rojo cuando era muy joven y desp us pas al Ejrcito ruso. Hasta hace cinco aos, en que dej el servicio. Rozan lleva mdel Ejrcito israel. Y Carson, el britnico, lleva fuera de la SAS ms todava. Lo de Pars lo hizo un perfil nuevo. Por qu iban a tardar tanto esos tres ennegocio? Parece que se trate de alguien que lleva un ao preparndose para dejar claro que est en el mercado. Alguien que acaba de retirarse.Sigo pensando que ha de mantenerse a ms de dos metros de m. Datsev, Rozan y Carson podran haber estado empleados en otras labores. Como mercitos o en empresas de seguridad privadas, o quiz montaran una librera de segunda mano y les fuera mal. O se les haya acabado la pensin. O puede qulir de la crcel por delitos no relacionados entre s. Aunque solo hubiera estado un ao, Kott podra llevar en el mercado ms tiempo que los dems.En ese caso, lo contrataran a l porque se tratara del ms experimentado. Est en Londres. Estoy segura. Arkansas no me preocupa en absoluto.A m tampoco me preocupaba, en principio.

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    Aterrizamos en Texarkana y encontramos los coches de alquiler al final de una larga fila de establecimientos relacionados con el negocio de la aviacin. Caun carn de conducir de Maryland y su fecha de nacimiento me salt a los ojos: tena veintiocho aos. El carn lo acompa con la Visa de un banco de Mmbio le dieron un montn de formularios para firmar y, despus, la llave de una camioneta Ford F-150, con la trasera descubierta, que, por lo visto, era la qandaba la gente que tomaba tierra en aquel aeropuerto.El vehculo era rojo y tena un GPS que se conectaba al mechero. Casey Nice introdujo en l la direccin que nos haban facilitado. El aparato empez

    ulos como si estuviera repasando sus vastos conocimientos de geografa local y, al rato, nos comunic que tenamos por delante un viaje de ochenta kilel aeropuerto mientras salamos. All se quedaba nuestro avin. Por delante tenamos carreteras estrechas llenas de curvas y follaje nuevo en los rboles qulados.Deberamos parar para comer coment.No deberamos hacer primero el trabajo? respondi.Come mientras puedas. Es la regla de oro.Dnde paro?En el primer sitio que veamos.Que result no ser la tpica cafetera de carretera, que era lo que me habra gustado. Por el contrario, llegamos a un pulcro pueblecito que haba prosperad

    n cruce de caminos, donde encontramos un complejo comercial pequeo y nuevo con una gasolinera Shell en una punta y un restaurante familiar en la oos haba establecimientos de ofertas que vendan todo lo necesario para el da a da a precios bajos, incluidos una farmacia y una tienda de ropa. El restauraas de madera sencillas y platos disparejos, pero los mens estaban muy bien de precio. Ped un desayuno, que inclua caf, tortitas, huevos y bacn. Ca una ensalada y una botella de agua. Pag ella, cargndolo al presupuesto de ODay, lo ms probable.Cuando acabamos me acerqu a la tienda de ropa para ver qu encontraba de color ms o menos caqui en la seccin de prendas baratas y cog unos calzocalcetines, unos pantalones, una camisa, y una chaqueta que pareca diseada para jugar al golf bajo la lluvia. No encontr mejores zapatos que los que

    o siempre, me cambi en el probador y dej la ropa vieja en la papelera. Como siempre, Casey Nice estaba interesada en lo que haca.Esto nos lo explicaron en la reunin que tuvimos acerca de usted, pero no saba si crermelo coment.Tuvieron una reunin acerca de m? pregunt.El general ODay le llama Sherlock Homeless. El sin techo.Mira t!, el que debera comprarse otro jersey.Volvimos a la camioneta y seguimos viaje, al norte y al oeste, rodeando la esquina de Texas, camino de la lnea de Oklahoma. El GPS mostraba nuestro desca que estuviera en medio de la nada, con una bandera a cuadros blancos y negros, de esas con las que se marca el final de una carrera de coches. Especieran ms carreteras en la pantalla a medida que fusemos acercndonos.

    Una hora despus, en efecto, haban aparecido ms carreteras, todas ellas estrechas, grises y serpenteantes. Tambin haba lagos, arroyos y ros, orientadde tal manera que te llevaba a pensar que nos encontrbamos en un paisaje recorrido por desfiladeros. Lo que qued confirmado con una simple mira

    nte, al mundo real. Achaparradas colinas boscosas, una detrs de otra, a derecha e izquierda, como una tabla de lavar. Casey Nice aparc a kilmetro y medera a cuadros y sac el mvil, pero no t ena suficiente cobertura p ara lo que fuera que pretenda. Una imagen por satlite, quizs. As que no tenamos mque haba plantado la bandera a cuadros ochocientos metros al norte de la carretera en la que estbamos, ms sola que la una en un mar de color verde.

    Un camino de entrada un peln largo dije.Esperemos que no sea recto coment.Reemprendi la marcha, ms despacio, hasta que vimos el acceso al camino, a la derecha. No era ms que un sendero rocoso entre los rboles, que empez

    montones de piedras apiladas a modo de mojones y que, tras una curva que llegaba enseguida, se perda de vista tras el follaje nuevo y verde. Haba un buta, oxidado, sin nombre. Justo enfrente, en la parte izquierda de la carretera, bien a la vista, haba una casa. El vecino ms cercano de Kott, probablemente.Empecemos por ah dije.La casa del vecino no era nada del otro mundo, pero tampoco estaba mal. Era larga y baja, hecha con tablones marrones. Tena una zona de gravilla justo d

    a una camioneta aparcada en ella. Daba la impresin de que detrs encontraras un jardincito. A un lado haba una antena parablica de televisin tan grande e familiar, y al otro, una lavadora comida por el xido y con los tubos por el barro, descoloridos y podridos.Toqu el timbre con un nudillo y o el sonido de unas campanillas provincianas en el interior. Nada. Al rato omos pasos y un t ipo sali de detrs de la casde la lavadora. De unos cuarenta aos, con el pelo al rape y la barba igual, el cuello ancho y mirada de escepticismo. Su cara habra sido de lo ms corrienorque le faltaba un diente, el incisivo lateral izquierdo sup erior. Nos p regunt con tono neutro:En qu puedo ayudarlos?Lo que, por experiencia, s que es una pregunta que puede preceder tanto a la colaboracin ms sincera y desinteresada como a un tiro en la jeta.

    Buscamos a John Kott respond.Pues yo no soy contest.Sabe dnde vive?Seal, a modo de evasiva, el otro lado de la carretera, el camino que se abra all.Est en casa? dije.Quin lo pregunta?Un colega.De qu?De la crcel.Por qu no pilla el carro y lo comprueba usted mismo?Es de alquiler. Si se te pincha una rueda te hacen pagarla, y ese camino no tiene buena pinta.No s si est.Cunto tiempo lleva viviendo ah?Un ao, ms o menos.Tiene trabajo?

    No creo.Entonces, cmo paga el alquiler?

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    Ni idea.Lo ve ir y venir?Si coincide que estoy mirando.Cundo fue la ltima vez que lo vio?No sabra decirle.Hoy? Ayer?No sabra decirle. No paso mucho tiempo mirando.Hace un mes? Dos?No sabra decirle.Qu coche tiene? le pregunt.Una vieja camioneta azul respondi. Una Ford del ao de la polca.Ha odo alguna vez disparos por all arriba?All arriba..., dnde?En el bosque. En las colinas.Esto es Arkansas dijo.Suele recibir visitas el seor Kott?No sabra decirle.Suelen venir extraos por aqu?A qu se refiere con extraos?Pues a gente de fuera, por ejemplo.Son ustedes los primeros en mucho tiempo.Nosotros no somos ni extraos ni de fuera. Ni lo uno ni lo otro le asegur.Dnde naci usted? me pregunt.Para lo que no tena una buena respuesta. Por mi acento, le quedaba claro que no era del Sur. Y si le deca en Nueva York, Chicago o Los ngeles se quedar

    que le dije la verdad.En Berln Oeste.No dijo nada.Familia de marines coment.

    Yo estuve en las Fuerzas Areas. Los marines no me caen bien. Una panda de fanfarrones que solo persiguen medallas, eso es lo que pienso.No me he ofendido le dije.El tipo se gir y mir a Casey Nice de arriba abajo y de abajo arriba, despacio, luego le dijo:Seguro que usted nunca ha estado en la trena.Porque soy ms lista y nunca han conseguido pillarme.El tipo sonri y se pas la lengua por el hueco del diente.Haciendo qu, seorita?Debera ir al dentista le solt. Le quedara una bonita sonrisa. Y retirar la lavadora del terreno de la entrada. Va contra la ley que la tenga ah.Me est tomando el pelo?Dio un paso adelante y se la qued mirando. Luego me mir a m. Le devolv una mirada inexpresiva, como si en veinte centsimas de segundo fuera a lo cojeando durante una semana o en silla de ruedas de por vida. Vacil y dijo:Espero que lo pasen bien con su colega. Y desapareci por detrs de la casa, esta vez por el lado de la antena parablica.Nos quedamos all un segundo, bajo el dbil sol de primavera, despus volvimos a la camioneta alquilada y cruzamos la carretera como si fuera un bades, directos hacia la entrada del sendero pedregoso de John Kott.

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    El sendero era poco mejor que el lecho de un ro seco pero, al menos, no era recto. Al principio. De la carretera sala describiendo una curva suave, y luegcamente a la derecha, despus suba una ladera antes de volver a la izquierda y alinearse con el desfiladero que resegua. Luego haba una curva cerrada a la eamos nada ms all. Casey Nice iba inclinada hacia delante, luchando con el volante, que corcoveaba en sus manos.Es mejor que vaya apoyada en el respaldo. De hecho, debera echar el asiento hacia atrs le dije.Por?Porque debera poder t irarse al suelo con facilidad en cuanto comience el tiroteo. No s si el motor de este cacharro ser de hierro o de aluminio, pero cs dos le proporcionar una buena proteccin. Siempre que no la mate a las primeras de cambio.Est en Londres.Uno de ellos. Los otros t res no.Es el mejor de los cuatro.Ha pasado quince aos en prisin.Con un plan. Que puede haber funcionado o no. Si lo ha hecho, si ha funcionado, es tan bueno como antes. Lo que sera ms que suficiente para que fu

    ar en Pars. O podra, incluso, ser mejor que antes. Ha pensado en eso? Aunque eso, como quien dice, equivaldra a ser sobrehumano.Es ese el anlisis oficial del Departamento de Estado? Deberan dedicarse ustedes a los pasaportes y a los visados.Seguimos subiendo hacia la curva cerrada y sin visibilidad. No vimos nada de vigilancia. Nadie monitorizaba nuestro avance. Aquel desfiladero tena quecosa desde el aire, como un araazo en la espalda de un amante, pero cara a cara, a escala humana, era de lo ms impresionante. No tendra ms de nueve m

    undidad, como si fuera un gran tajo, y el fondo estaba lleno de rocas rotas y cantos rodados, por lo que no creca nada en l a excepcin de malas hierbas ytentes. No volva a haber rboles hasta el borde superior de la ladera, rboles a los que les estaban saliendo hojas nuevas que, a pesar de estar an rizadas y zado todo su tamao, eran tan numerosas que estorbaban la vista.Quiz sera mejor que siguiramos a pie suger.

    A ms de dos metros de distancia el uno del otro?Por lo menos.Redujo la velocidad hasta que la camioneta se detuvo con un rebote. No haba por dnde salir. El sendero tena la anchura justa para que cupiese una camio

    estaba bien.Si ha ido al supermercado, lo oiremos volver. Tocar el claxon cuando vea el vehculo en medio.Est en Londres.Qudese en la camioneta si quiere.No quiero.Entonces, vaya usted primero. Como si vendiese enciclopedias. No le disparar.Est seguro?An no le ha desafiado.Ve como sabe algo de l?Yo la seguir a unos veinte metros. Grite si hay algn problema.

    Observ cmo se adelantaba. Avanzaba pisando las piedras del centro del camino con tiento, con cuidado, como si aquella especie de lecho de ro llevaraa importante que no se mojase los pies. La segu cuando llevaba recorridos cerca de veinte metros, dando pasos ms largos pero ms lentos, pisandoviera escalando una colina, aunque la pendiente era gradual. Casey Nice se detuvo antes de la curva cerrada y mir hacia atrs. Me encog de hombros y eante y la perd de vista. Me qued quieto un momento y escuch con gran atencin, pero no oa nada ms que el ruido de las piedras bajo sus pies,prend la marcha, un poco ms rpido, con la intencin de que volviera a separarnos la misma distancia del principio.Despus de la curva vena un largo trecho recto que ascenda pegado al desfiladero, y al final del cual pareca haber un claro entre los rboles, y una casa colos mismos tablones marrones que la del vecino. Y un punto de pintura azul apagada, a la izquierda, entre las hojas distantes. Quiz tambin una ccada, una del ao de la polca. Unos noventa metros me separaban de todo aquello.Casey Nice se haba apartado hasta el borde del sendero y ascenda por l. Eso la obligaba a ir ms despacio, pero supuse que ah se senta ms segura. C

    nc de lado hasta el borde opuesto. Era mejor no presentar un nico blanco lineal. Como lo era que la muchacha no muriera por un disparo fallido contra mhiciera yo por uno fallido contra ella.

    Continuamos adelante, con paso sincronizado y en diagonal, hasta que lleg al borde del claro, donde se detuvo y mir hacia atrs. Le hice la vieja tera para esperar, pero la entendi. Retrocedi un paso hacia los rboles. Cruc el sendero en tres zancadas y me un a ella.Quiere que llame a la puerta? me pregunt.Me temo que no queda ms remedio.

    Tendr perro?Ya habra ladrado.Asinti, respir hondo y sali de entre los rboles. El sonido de sus pisadas cambi: de caminar sobre piedras a hacerlo sobre gravilla. Llam a la puerta. re. Tan solo el sonoro toc, toc, toc de sus nudillos sobre la madera, que p odra haber p arecido apremiante en la ciudad, pero que resultaba aprop iado en e la gente puede estar atareada fuera de casa.No respondi nadie. No se oyeron pisadas ni chirridos en el interior, ni movimientos apresurados o crujidos alrededor de la casa.Nada.Volvi a llamar.Toc, toc, toc.Silencio. No respondi nadie. No haba nadie en casa, nadie nos observaba, nadie nos vigilaba.Abandon los rboles y me un a ella. La mayor parte de las ventanas tenan las cortinas corridas, y lo poco que alcanzamos a ver del interior fueron hab

    males y corrientes amuebladas por poco dinero aos atrs. La casa era una finca larga de una sola planta, de estilo muy parecido a la del vecino de abajo. Pso la hubiera levantado la misma gente, en la misma poca. Era robusta. El claro en el que se alzaba era de tierra compactada con algo de gravilla esparcida siasmo. Las malas hierbas del ao anterior volvan a salir, ms pobres alrededor de la entrada principal por tratarse de un sitio de paso, y lo mismo pasara y en los caminos curvados que llevaban desde ambas puertas hasta donde estaba aparcada la camioneta azul.

    En efecto, era una Ford del ao de la polca. Cien pavos en metlico, lo ms probable. Perfecta para alguien que acabara de salir de Leavenworth. Estaba fray pareca que no se hubiera movido en un tiempo, pero cmo asegurarlo en el caso de un vehculo tan viejo?

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    Casey Nice buscaba escondites en los que se pudiera guardar una copia de la llave, pero su ausencia era notable. No haba macetas junto a la entrada, ni estes de piedra.Forzamos la puerta? me pregunt.Vi un tercer camino. Era poco ms que una depresin larga y poco profunda, con malas hierbas aqu y all, de menor tamao an y con las hojas osteadas. Dejaba atrs la vieja camioneta y suba hasta el siguiente desfiladero.Vamos a investigar eso primero le respond.Me sigui en fila india hasta el bosque, a derecha e izquierda, y llegamos a la cara oriental de un desfiladero. Era muy similar al otro por el que habamo

    herida en el terreno, tambin este de unos nueve metros de profundidad, como una largusima baera. Un antiguo suceso geolgico. Efecto de la glaciacinable, hace millones de aos, rocas gigantescas incrustadas en incontables toneladas de hielo, moliendo el paisaje, lentas pero seguras, como un arado en uual que su gemelo, el fondo estaba lleno de piedras y apenas creca nada en l. A cada uno de sus lados los rboles eran altos, lo que acentuaba la profundidhera y exageraba su largura.Haba tres rboles cados. All mismo, en la parte oriental. Tres pinos hechos y derechos. Dos de ellos yacan en paralelo, a unos tres metros el uno de

    aban el desfiladero como si fueran los pilares de un puente. El tercero lo haban cortado con una motosierra en trozos de unos tres metros, que haban aus a lo largo del hueco que haba entre los otros dos troncos para conformar una plataforma slida sobre la cual haba, muy bien claveteado, un tarachapado para exterior de dos metros y medio por uno veinticinco.Para qu ser? pregunt Casey Nice.Subimos al puente y avanzamos por l muy poco a poco, valindonos de las ramas que tenamos a mano para no perder el equilibrio, inestable por moque llegamos al tablero y miramos en derredor. A derecha e izquierda solo haba rboles. Frente a nosotros, el desfiladero corra en direccin oeste, largy estrecho. Lo poco que creca en l quedaba muy por debajo de nosotros. Casi no alcanzbamos a ver la parte ms alejada. Haba all como una mancha

    nterrupcin, como si la trinchera acabara antes de lo esperado, quiz debido a un desprendimiento de rocas de eones de antigedad.Baj la mirada y vi dos formas vagas en el contrachapado, ovaladas, cada una de ellas del tamao de un huevo de avestruz o un poco ms pequeas que un l americano, una al lado de la otra, como las huellas de una persona que hubiera permanecido all de pie. Las formas eran grises, o un tanto plateadas, de ue queda el contrachapado cuando lo rozas con metal, y tambin haba grafito, grasa de lubricante y las habituales porqueras del aire que se adhieren a estue el aceite jams deja de estar pegajoso.Me acuclill y recorr las formas con el dedo.Un fusil de ese tamao necesita un bpode en el antebrazo. Las patas se pueden asegurar hacia delante o hacia atrs. Engras un poco las bisag

    egerlas, como hara una persona cuidadosa, y limpi el exceso con un trapo, que luego pas por las patas para evitar la corrosin, en especial la de los pial cabo, son la nica parte que llega a tocar el suelo, y vino a practicar tantas veces y en tantas pos turas diferentes que dej marcas de este tamao.

    Sherlock Homeless dijo.Me qued mirando la parte ms alejada del desfiladero.Suponga que aquellas piedras de all le servan de balda o mesa. Suponga que era all donde pona los objetivos.Qu piedras? pregunt.

    Medimos la distancia con pasos, caminando en paralelo por el bosque, sin desviarnos, compensando los obstculos que suponan los rboles que tenavar, dando cmodos pasos de un metro en mi caso, contando ella en silencio al principio, hasta que lleg a mil ciento cincuenta. Entonces empez a musita, y a decirlos en alto despus, con ms claridad y emocin, al tiempo que la cantidad de metros segua aumentando, y hasta acabar en voz baja, perplejause justo al lado de la ltima de las rocas grises cadas y dijo:Mil trescientos.

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    En efecto, y por lo que poda deducir, aquellas rocas haban cado por causa de un antiguo desprendimiento. Y, en efecto, servan a la perfeccin de baldatreinta centmetros de profundidad y algo ms de un metro de largo en la parte ms plana. Ms que suficiente para poner montones de latas y botella

    irlas de metal y vidrio pulverizado por doquier. Tiras blancas tambin, como si hubiera dispuesto dianas de papel de vez en cuando. Haba multitud de las estaban llenas de agujeros que parecan crteres. Estaban muy daadas. Haban recibido cientos y cientos de disparos. Puede que miles.Necesitamos un recipiente dije.De qu tipo? pregunt.Con algo pequeo nos vale. Seal las lascas, las esquirlas y los dems restos. Deberamos llevarnos algunos de estos restos. Para la cromatografamos que descubrir si se trata de las mismas balas.Casey Nice se dio unas palmaditas en los bolsillos y vi cmo le vena una idea a la cabeza y la descartaba, y cmo volva a sopesarla cuando se haba quenativas. M e mir un poco avergonzada.Qu pasa? le pregunt.Tengo un pequeo bote de pastillas coment.Con eso nos vale.Meti la mano en el bolsillo y sac un botecito naranja con una etiqueta. Abri la tapa, que hizo plop!, y vaci el contenido en la palma de la mano. Se llas en el bolsillo, volvi a ponerle la tapa y me lo tendi.Gracias.Fui amontonando polvo, arenilla y restos, y metindolo todo en el bote a pellizcos, con el ndice y el pulgar, una y otra vez. No saba lo que era una cromases, pero tena claro que se trataba de algo muy sofisticado capaz de analizar hasta la muestra ms diminuta. Pero necesitbamos fragmentos del metaa que nuestras probabilidades aumentaran, as que segu pellizcando e introduciendo restos hasta que el botecito estuvo lleno un poco por encima de la mla tapa y me lo guard en el bolsillo.

    Vale, ahora s que vamos a forzar la puerta.

    Cosa que hicimos reventndola de una patada. No fue complicado. Cuestin de fuerza, qu duda cabe, que es el producto de multiplicar la masa por la velorado. Y es ese cuadrado lo que te indica que la clave es la velocidad, no el peso. Ganar nueve kilos de msculo en el gimnasio est bien porque aade nueve ula, pero mover los pies un veinte por ciento ms rpido es mejor. Te hace un favor un cuatrocientos por ciento mayor. Porque es la velocidad lo que se rado. Es decir, que la multiplicas por s misma. Dinero fcil. Como en el bisbol. Puedes golpear despacio con un bate pesado o rpido con uno ligerera opcin mandars la pelota hasta la valla del fondo, pero con la segunda la enviars a las gradas. Un principio que muchos olvidan. La gente trata las pu

    asiado respeto. Las mira con cautela, se acerca y, despus, hace poco ms que presionar la suela contra la madera.Yo no. Eleg la puerta de atrs en vez de la principal porque pareca de categora inferior en varios aspectos: el grosor, los goznes y la cerradura, y pos la carrerilla poda ser mayor. Necesitaba tres pasos grandes. Que di como si pasease. No son necesarios aspavientos. M ientras estuviera en movimiento,overa ms rpido; la pierna, todava ms; y el pie, ms si cabe. De este modo el taln reventara la cerradura como si fuera de cristal.Que es lo que sucedi. Cog la puerta cuando rebot y Casey Nice entr delante de m. A una cocina. Pas tras ella y vi encimeras y armarios, un fregl, un refrigerador del color del aguacate y una campana extractora de metal prensado, con esas curvas abombadas como las de los automviles de los aos cencimeras estaban mates y los armarios los haban pintado de un color lamentable que bien podra haber sido verde, marrn o cualquier tono intermeos.El aire, que no se mova, ola a seco, y tampoco haba los habituales olores de una cocina. Ni cebollas ni basura. Solo una nada neutral e inorgnica.El aire ola a viejo.Casey Nice avanz hacia la puerta que daba al pasillo.Preparado?Espere le respond.Me par a escuchar esas ligeras vibraciones que emite todo ser vivo. Pero no o nada. La casa estaba en silencio y vaca. Abandonada incluso, como s

    ho tiempo vaca.Yo mirar en la sala de estar le dije. Mire usted en los dormitorios.Fue la primera en salir al pasillo, recubierto de paneles de contrachapado con manchas marrones. Mir a su alrededor y se dirigi a la izquierda, por lo querecha, donde encontr una sala de estar a la que haba adosado un comedor que le daba forma de L al espacio. Era una sala espaciosa y de proporciones ecasi todas las paredes estaban revestidas de madera oscura, lo que le daba aspecto de cueva, y las que no, tenan un insulso p apel pintado, de esos que oteles de dos estrellas. Haba un sof, una otomana y dos sillones, todo ello tapizado con p ana marrn, y a rada. Tambin haba dos mesitas auxiliares y nuna televisin. Tampoco haba peridicos ni revistas. Ni libros. No haba telfono. No haba un jersey viejo sobre el brazo de uno de los sillones, ni un v

    s secos de cerveza, ni un cenicero usado. Nada personal. Nada. No haba seales de vida, excepto la tela rada y las depresiones del sof.Reacher! grit Casey Nice desde la otra punta de la casa.Qu?Venga a ver esto.Haba algo en el tono de su voz.De qu se trata? le pregunt.Tiene que verlo.As que fui hacia la habitacin de la que provena su voz y, al entrar, me encontr frente a frente conmigo mismo.

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    Era una fotografa, qu duda cabe. En blanco y negro. De mi jeta. Ampliada a tamao real. En una fotocopistera, lo ms seguro. En tamao folio, ocupaba cordes. Clavada con chinchetas en la pared. A metro noventa y cinco del suelo. Debajo, haba varios folios ms, como azulejos, solapndose aqu y all, dandcuello, unos hombros, un torso, unos brazos y unas piernas, y en ellos haba bosquejado a mano el resto de m con un rotulador indeleble de color negro

    endiera mantener ese tono como de holln que la Xerox le haba dado a mi rostro. Un humano de tamao natural, all mismo, de pie, alerta, con los pulgante, p lantado firmemente y con unos z apatos dibujados con t odo lujo de detalles, incluidas las lazadas de los cordones.En general, estaba bastante bien hecho. A mi madre no la habra engaado, pero se me pareca bastante.Tena un cuchillo clavado en el pecho. Ms o menos por donde tengo el corazn. Uno de esos grandes de cocina, de unos veinticinco centmetros, doc

    es se hundan en la madera.Y hay ms dijo Casey Nice.Ella estaba de pie en un cuarto, pensado quiz para alojar una cama. Pas y vi que la pared del fondo estaba cubierta de recortes de peridico. Artculos a

    En lo ms alto, la misma fotografa que en el dormitorio, tambin a tamao real. Debajo, all de donde provena: la pgina de mi biografa de mi expedito, con mi foto de carn pegada en la esquina superior derecha, fotocopiada con nitidez. Debajo de la biografa haba decenas de folios ms, toopiados, todos clavados con chinchetas, unos con otros , ordenados de alguna manera.Seleccionados de alguna manera.Mis errores. Informes de actuacin, en su mayora, en los que se admita la prdida de pruebas y conexiones, los riesgos corridos que haban salido ma

    nas enteras dedicadas a Dominique Kohl.Mis errores.Quin era? me pregunt Casey Nice.Trabajaba para m. La envi a que arrestara a un fulano. La captur, la mutil y la mat. Debera haber ido yo.Lo siento.

    Y yo.Estudi las pginas durante un minuto y coment:Cmo iba a saber usted que le pasara eso...Tena la misma edad que usted le dije.Me temo que hay ms coment.

    Me llev a otro de los dormitorios, en el que, sobre una mesa, vi lo que me pareci un soporte casero, excelente para clavar objetivos de papel en l, excelarlo en una balda de piedra a mil trescientos metros del fusil. Un trabajo admirable, de no ser porque los objetivos de papel que utilizaba eran mi fotograantes, a tamao natural. Haba dos montones. En uno, los usados. En el otro, los sin usar. Estos ltimos eran como el que ya haba visto. Mi cara, borroopiada casi hasta los bordes del papel. Los que estaban usados eran todava peor. Haba muchos destrozados casi por completo, ya fuera por los daos c

    una bala del calibre 50, ya p or las lascas que haban saltado del crter producido por el disparo, o por ambos. Aunque algunas copias haban encajadocto. Una de ellas no tena ningn tipo de marca excepto por un agujero limpio de algo ms de un centmetro justo debajo del pmulo derecho. Otra tena ucomisura derecha de los labios.A mil trescientos metros. A la izquierda y un poco bajo, pero un buen disparo, sin duda.E iba mejorando.Segn ibas bajando, muchos seguan estando destruidos, pero los buenos eran la hostia de buenos, incluidos tres con el agujero justo entre los ojos: uno

    o a la izquierda, otro un poco cado a la derecha, y el tercero en el mismsimo centro.A mil trescientos metros.Casi un kilmetro y medio.De cundo es la fotografa? pregunt Casey Nice.Podra tener veinte aos como mnimo respond.Podra haber conseguido el expediente antes de que lo enviara a la crcel.Negu con la cabeza.Algunos de esos errores sucedieron despus de que estuviera encerrado. Lo consigui cuando sali.Parece que est muy cabreado con usted.Eso le parece?Est en Londres.No estoy tan seguro. Por qu razn iba a viajar hasta all? Si tan cabreado est conmigo, por qu iba a cruzar el charco?

    Por muchas razones. La principal, el dinero. Porque este t rabajo le va a reportar una paga de lo ms suculenta, crame. Pero otra bien podra ser que ear con usted. Es muy difcil localizarlo. Podra tirarse toda la vida buscando. Seguro que no lo tuvo en cuenta.Puede ser. Sin embargo, ya no hace falta que siga buscndome. Soy y o quien ha llamado a su puerta. Y hay tres probabilidades sobre cuatro de que estA estas alturas podra habernos disparado mil veces. Pero no lo ha hecho. Porque no est aqu.Y alguna vez lo ha estado? Dnde estn