ORÍGENES CAPITALISTAS EN MÉXICO: SEGUNDA MITAD DEL SIGLO...

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191 Revista Republicana • ISSN: 1909 - 4450 Núm. 10, Enero - Junio de 2011, pp. 191-206 ORÍGENES CAPITALISTAS EN MÉXICO: SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX* Marcia L. Solorza L.** Universidad Nacional Autónoma de México –UNAM– Institutions, N5- Agriculture, Natural Resources, Enviroment and Extractive Industries. ABSTRACT In this essay is examined Mexico’s macro- economic development throughout the porfirist period. The strengthening of the Nation-State during this stage and the increasing participation of Mexico in the international division of labour contributed to the consolidation of a complex system of production and organization, as well as the set up of global enterprises which capitaliza- tion and administration required national and foreign investment, conditions that determined the modification of labour relations. The imperialist expansion of the developed countries gave a boost to the intensification of foreign commercial inter- change, likewise the application of a flexible tax policy, massive flows of foreign capital and the progress in productive, commercial and service sectors. These changes allowed Mexico to pass into an economical transfor- mation corresponding to the pattern of capitalist accumulation in the second half of nineteenth century and also get into the glo- bal market as a significant exporter. Key words: development, state capitalism, investment. RESUMEN Este ensayo examina el desarrollo macroeconómico de México durante el pe- ríodo porfirista. El fortalecimiento del Esta- do-Nación en esta etapa y la mayor participación de México en la división inter- nacional del trabajo contribuyeron a la con- formación de un mercado interno, a la modificación de las relaciones laborales, al establecimiento de empresas globales cuya capitalización y administración requirieron inversiones extranjeras y nacionales, así como complejos sistemas de producción y organización. La expansión imperialista de los países desarrollados impulsó la intensi- ficación del intercambio mercantil con el ex- terior, la aplicación de una política fiscal flexible, los flujos masivos de capital extran- jero, el avance en las actividades producti- vas, comerciales y de servicios, permitiendo a México transitar hacia una transformación económica correspondiente al patrón de acu- mulación capitalista en la segunda mitad del siglo XIX y, a insertarse en la esfera mundial como un espacio primario exportador. Palabras clave: desarrollo, Estado, capitalis- mo, inversión. JEL: N- Economic History, N1- Macroecono- mics and Monetary Economics; Growth and Fluctuations, N2- Financial Markets and Fecha de recepción: 13 de abril de 2011. Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2011. * Artículo producto de investigación que desarrolló la autora. ** Profesora de la Facultad de Economía y Tutora del Posgrado de Economía. Universidad Nacional Autónoma de México – UNAM.

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Marcia L. Solorza L.

Colaboradora Externa Internacional Revista Republicana • ISSN: 1909 - 4450Núm. 10, Enero - Junio de 2011, pp. 191-206

ORÍGENES CAPITALISTAS EN MÉXICO:SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX*

Marcia L. Solorza L.**Universidad Nacional Autónoma de México –UNAM–

Institutions, N5- Agriculture, Natural Resources,Enviroment and Extractive Industries.

ABSTRACT

In this essay is examined Mexico’s macro-economic development throughout theporfirist period. The strengthening of theNation-State during this stage and theincreasing participation of Mexico in theinternational division of labour contributedto the consolidation of a complex system ofproduction and organization, as well as theset up of global enterprises which capitaliza-tion and administration required nationaland foreign investment, conditions thatdetermined the modification of labourrelations. The imperialist expansion of thedeveloped countries gave a boost to theintensification of foreign commercial inter-change, likewise the application of a flexibletax policy, massive flows of foreign capitaland the progress in productive, commercialand service sectors. These changes allowedMexico to pass into an economical transfor-mation corresponding to the pattern ofcapitalist accumulation in the second half ofnineteenth century and also get into the glo-bal market as a significant exporter.

Key words: development, state capitalism,investment.

RESUMEN

Este ensayo examina el desarrollomacroeconómico de México durante el pe-ríodo porfirista. El fortalecimiento del Esta-do-Nación en esta etapa y la mayorparticipación de México en la división inter-nacional del trabajo contribuyeron a la con-formación de un mercado interno, a lamodificación de las relaciones laborales, alestablecimiento de empresas globales cuyacapitalización y administración requirieroninversiones extranjeras y nacionales, asícomo complejos sistemas de producción yorganización. La expansión imperialista delos países desarrollados impulsó la intensi-ficación del intercambio mercantil con el ex-terior, la aplicación de una política fiscalflexible, los flujos masivos de capital extran-jero, el avance en las actividades producti-vas, comerciales y de servicios, permitiendoa México transitar hacia una transformacióneconómica correspondiente al patrón de acu-mulación capitalista en la segunda mitad delsiglo XIX y, a insertarse en la esfera mundialcomo un espacio primario exportador.

Palabras clave: desarrollo, Estado, capitalis-mo, inversión.

JEL: N- Economic History, N1- Macroecono-mics and Monetary Economics; Growth andFluctuations, N2- Financial Markets and

Fecha de recepción: 13 de abril de 2011. Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2011.

* Artículo producto de investigación que desarrolló la autora.** Profesora de la Facultad de Economía y Tutora del Posgrado de Economía. Universidad Nacional

Autónoma de México – UNAM.

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INTRODUCCIÓN

El período en estudio es sumamente im-portante para todo estudioso de la historiaeconómica mexicana y para los economis-tas debido a encontrarse ubicado entre dosmovimientos socio-políticos que han mar-cado la vida económica de México, la gue-rra de independencia y la revolución.Asimismo, es la etapa de formación y con-solidación de un Estado-Nación cuyo for-talecimiento derivó en la aparición de unadictadura de “orden y progreso” establecon cohesión política y económica relati-vamente limitada, pero impulsora del cre-cimiento económico1.

Además de ser un país independiente y con-tar con un Estado confiable, demandante decrédito, capaz de lograr y mantener un con-venio entre las diferentes fuerzas socio-po-lítico-económicas existentes en el ámbitonacional, y promotor del régimen de acumu-lación capitalista, diversos eran los requeri-mientos externos e internos imprescindiblespara que México alcanzara un crecimientoeconómico sostenido y relevante en la segun-da mitad del siglo XIX.

La participación de México en la división in-ternacional del trabajo, tardía y drástica, laconformación de un mercado interno, la crea-ción de infraestructura, la modificación enlas relaciones laborales, el establecimiento deempresas basadas en complejos sistemas deproducción y organización, el atraer a la in-versión extranjera inglesa, francesa, alema-na, canadiense y estadounidense de acuerdoa la reglas de la expansión imperialista con-ducentes a la intensificación del intercambiomercantil con el exterior, así como la aplica-ción de una política fiscal flexible, eran algu-nas de las necesidades propias de undesarrollo capitalista que a la postre gene-raría una gran sensibilidad de la economía alos circuitos financieros y comerciales inter-nacionales.

Tratando de seguir respetuosamente losaportes hechos por investigadores que du-rante años se han dedicado a desentrañarlos cambios políticos y socioeconómicos ocu-rridos en el México del “porfiriato”, el objeti-vo central de este ensayo gira alrededor deanalizar los avances alcanzados en las acti-vidades productivas, comerciales, de servi-cios públicos, transportes, bancarias yfinanzas públicas por México en su transi-ción hacia una transformación económica querespondiera a la norma de la ganancia, y con-secuentemente al patrón de acumulación ca-pitalista. De igual manera, se prestaráatención a la orientación seguida por los flu-jos masivos de capital extranjero quecoadyuvaron a la inserción de México en laesfera capitalista mundial, y a su articulacióncon los mercados de capital y de mercancías,como un espacio primario exportador.

El procedimiento a seguir consiste en prime-ra instancia en recurrir a los antecedentes in-mediatos para percibir qué hizo posible elestablecimiento de una paz porfiriana y el de-sarrollo económico –visto desde la perspec-tiva macroeconómica–, al que en un segundomomento daremos seguimiento con el fin dereconocer un conjunto de elementos funda-mentales relacionados con la hipótesis de quela competencia capitalista entre los principa-les países europeos (Inglaterra, Francia y Ale-mania), y los Estados Unidos impulsó suasociación con inversionistas mexicanos paraestablecer empresas en México con el apoyodel Estado.

ANTECEDENTES

La Independencia eliminó las restricciones alcomercio de México con otros países, y las ex-portaciones no compensadas de oro y plataextraídas de las colonias como ingresos fisca-les netos. Sin embargo, no erradicó las limita-ciones superestructurales, no subsanó losproblemas de comunicación y transporte al no

1 WOLF y HANSEN (1967), págs. 168-179.

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trastocar la organización económica ineficazconsistente en un conjunto de políticas, leyes einstituciones que ampliaban en lugar de redu-cir el abismo entre las ganancias privadas ysociales de la actividad económica. Permane-cieron los frenos legales a la movilidad delcapital y del trabajo, los mismos que dificulta-ron el desarrollo de los mercados respectivos.Los reglamentos públicos de la actividad eco-nómica para finalidades fiscales y otras conti-nuaron reprimiendo el espíritu empresarial2.El sistema judicial al no modificarse aumentólos riesgos de la actividad al no garantizar ungrupo definido de derechos de propiedad. Lapolítica fiscal hizo más costosas las transaccio-nes e inhibió el desarrollo de los mercados.Los monopolios en la producción y distribu-ción de algunas mercancías distorsionaron losprecios y redujeron la productividad. La in-versión hecha por la autoridad pública y porinversionistas privados en infraestructura o encapital humano seguía siendo despreciable. Nose creó una legislación general para promoverlas economías de escala por medio de compa-ñías o corporaciones, y la innovación tecnoló-gica permaneció constreñida por un sistemade privilegios que no garantizaba una ganan-cia a los inventores o a las empresas que invir-tieran en la aplicación de nuevas técnicas yprocedimientos3.

Las divisiones regionales que impedían elfortalecimiento político-social de algúngrupo que luchaba por imponer su hege-monía, las relaciones externas tirantes,pero por encima de todo esto, el desen-cuentro de intereses entre la iglesia y elEstado se convirtió en el principal obstá-culo a la cohesión y modernización del país.La iglesia era la única institución de carác-

ter nacional con legitimidad del fuero mi-litar y capacidad para movilizar a la po-blación. En este contexto, el anticlericalismoliberal transformador de los derechos depropiedad proclamados en la Constituciónde 1857 y su adopción en la estrategia dedesarrollo del emperador Maximilianoabrió el camino de la transición de Méxicoal capitalismo concretada en el “porfiriato”.

No obstante, en la década de la RepúblicaRestaurada los avances para terminar con lasreminiscencias coloniales obstaculizadorasdel desarrollo económico fueron pocos. Sibien con la promulgación de un nuevo Có-digo Civil en 1870 que reconocía las nuevasrelaciones entre la iglesia y el Estado, y ladesamortización de los bienes terrenales dela iglesia se había dado un gran paso parareconocer el derecho a la propiedad priva-da con lo cual se incentivaba la concentra-ción y centralización de capital privado enla producción tanto agrícola4 como indus-trial, nada se hizo para producir un nuevocódigo comercial que reglamentara las na-cientes actividades bancarias y tampoco seavanzó significativamente en la reorganiza-ción del poder judicial y en una reforma fis-cal que adaptara al sistema tarifario a lasnecesidades de un gobierno promotor deldesarrollo económico. La falta de recursoseconómicos para crear infraestructura seprofundizó porque los gobiernos de Juárezy Lerdo rompieron relaciones diplomáticascon Inglaterra, metrópoli de donde prove-nían los mayores flujos de capital a la pro-ducción minera, actividad que a lo largo delsiglo XIX contribuyó al comercio exteriorde México con más del 70% del total de susexportaciones.

2 KEREMITSIS (1990), págs. 107-126.3 COATSWORTH (1990), págs. 13-26.4 Para nada significa que la hacienda como estructura agraria de producción haya desaparecido en la

primera mitad del siglo XIX. Como bien señala Enrique Semo, la hacienda en México afirmó suhegemonía desde la colonia hasta los años veinte del siglo XX. La hacienda se adaptó a las condi-ciones de una economía en transición al capitalismo. Las haciendas practicaban el comercio capi-talista de su producción hacia afuera, y un sistema semifeudal hacia adentro.SEMO (1990), págs. 92-105.

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CARACTERÍSTICAS FUNDAMEN-TALES DEL CRECIMIENTO ECONÓ-MICO EN EL “PORFIRIATO”

Superada la inestabilidad política en el últi-mo cuarto del siglo XIX, el gobierno encabe-zado por Porfirio Díaz –conocido comoperíodo “porfirista” 1876-1910– otorgó gran-des concesiones ferrocarrileras para líneasque cruzaran el altiplano central y se diri-gieran a la frontera con los Estados Unidosde Norteamérica. Esta decisión ocasionó unaumento en el valor de las tierras circundan-tes a las vías de ferrocarril proyectadas,precipitó un amplio despojo de tierras co-munales por terratenientes y compañías debienes raíces, convirtió a miles de indígenasen trabajadores asalariados, eliminó las ba-rreras físicas que obstaculizaban la integra-ción territorial y, colaboró en la generacióndel mercado interno5. Este fue uno de losprimeros pasos dados por el gobierno mexi-cano para transitar al ámbito capitalista,al seguir una estrategia de desarrollo en laque el mercado ocupaba un lugar central, yla función del Estado era brindarle todo suapoyo estableciendo un sistema unificado deimpuestos, por lo que suprimió las alcabalas(tarifas subnacionales y municipales) queinhibían la libre circulación de bienes6.

El gobierno “porfirista” terminó de allanar elcamino para que el capital extranjero y el

capital nacional encontraran los canales ade-cuados para afirmarse en los sectores pro-ductivos afines a sus intereses. Variadasfueron las medidas y funciones del gobier-no en ese sentido: 1. Instituyó marcos jurí-dicos adecuados; 2. Constitucionalmenteconsolidó su carácter representativo7; 3. Sehizo acreedor al respeto institucional; 4. Co-laboró adecuando a la hacienda pública8 yreformando el sistema fiscal9, y 5. Otorgan-do privilegios al capital.

Así, al mismo tiempo que México se acerca-ba a la modernidad capitalista mostrandoun crecimiento sostenido en las diferentesramas productivas y en los servicios, lospaíses de mayor desarrollo se enfrentabana una serie de fuertes cambios consecuen-cia de la “segunda revolución científico-técni-ca”. Fase posterior a 1880 y hasta fines dela primera guerra mundial caracterizada poruna mayor complejidad en el proceso pro-ductivo, en la organización empresarial yfinanciera, y por una gran diversificaciónde los materiales empleados, de las fuentesde energía y de los medios de transporte ycomunicación.

El movimiento hacia la unificación del mer-cado mundial en el último cuarto del sigloXIX estuvo favorecido por el surgimiento deconglomerados, por tanto, la incorporaciónde países como México a la “nueva configura-

5 Coatsworth (1974), págs. 48-71.6 Marx (1979), págs. 891-954.

GERSCHENKRON (1970), págs. 25-33.7 Porfirio Díaz cumplió con las condiciones indispensables para lograr el consenso y legitimidad

económica y política: 1) el respeto irrestricto de la propiedad privada; aplicó una política concilia-toria, incluyente del conjunto de las fracciones opositoras al gobierno, abrió el Congreso a la parti-cipación de sus opositores, en particular incorporó a destacados políticos conservadores en sugabinete –Yves Limantour y Romero Rubio–, y siguió una política de equilibrios entre los intereseslocales.

8 Se implementó una reforma del sistema fiscal en dos fases. La primera 1880-1893: se reorganizaronlas finanzas públicas administrativa y contablemente al modificarse el sistema de impuestos paracaptar ingresos, y reducir gastos a fin de renegociar la deuda externa e interna. La segunda fase1894 -1910, se logró el equilibrio del presupuesto federal y se inició la obtención de superávit.

9 En 1884 se aprobó un nuevo Código Comercial (reformado en 1889 para alentar las sociedadesempresariales), en 1887 se adoptó un nuevo Código de Minería, y en 1897 la actividad bancariaempezó a ser reglamentada por la Ley General de Instituciones de Crédito.CARMAGNANI (1994), págs. 175-213.

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ción económica mundial” se dio a partir decumplir con los “requisitos exigidos” por elexpansionismo imperialista europeo y esta-dounidense. De ahí que las medidas segui-das en el “porfiriato” contribuyeron para queen México se diera un “desarrollo económicohacia afuera con un alto contenido de capital ex-tranjero”. Considerables montos de inversiónextranjera: inglesa, francesa, alemana, esta-dounidense y canadiense ingresaron al paísen la segunda mitad del siglo XIX, y sobretodo a partir de 1880.

INVERSIÓN INGLESA

En la década de 1880 la inversión inglesa enMéxico alcanzó un nivel considerable. La in-versión nominal total fue de 36,907 miles delibras divididas entre bonos gubernamenta-les y empresas privadas. La participación enbonos fue de 25,076 miles de libras que sonaproximadamente un poco más de 2/3 deltotal, y 11,831 miles de libras se destinó ainversión directa. Para los años noventa, lainversión total llegó a 93,570 miles de libras,y alcanzó su punto máximo con 129,555 mi-les de libras en 191310. El destino de dichasinversiones fueron los préstamos al gobier-no, ferrocarriles, minería, obras públicas(tranvías y ómnibus), banca, petróleo (a par-tir de 1905), compañías deslindadoras o hi-potecarias, haciendas, plantaciones de azúcary caucho, carboneras, acereras, compañías:comerciales, almacenamiento, y compañíasconstructoras.

A fines de los años noventa la inversión envalores gubernamentales se aproximó al 38%de la inversión total, en tanto que las em-presas absorbían el restante 62%. Los ferro-carriles absorbían el 87% de la inversión enempresas y el 54% del total invertido enMéxico. Inglaterra ocupó una fuerte posiciónen los ferrocarriles mexicanos a pesar del

incremento en los flujos de capital estado-unidense a esa rama, y en los bonos del go-bierno con todo y la competencia francesa yalemana11.

INVERSIÓN FRANCESA

El capital francés desde el imperio deMaximiliano empezó a contemplar a Méxicocomo un centro de negocios importante endonde podría desarrollarse con ventajas. Elbanco de inversión francés Crédit Mobilierparticipó en la emisión del empréstito impe-rial mexicano en 1864, y la firma bancariaBischoffsheim & Goldschmidt, tuvo un pa-pel decisivo en el establecimiento de laBanque Franco-Egyptienne que sirvió comovehículo para la creación del Banco Nacio-nal de México en 1884, la institución banca-ria privada más importante de México a lolargo del tiempo.

Esta perspectiva se acentuó en los años1870’s al pedir el gobierno mexicano prés-tamos a bancos comerciales e industrialesfranceses, y se concretó en la década de1890 una vez restablecidas las relacionesdiplomáticas. El capital francés se incre-mentó con la llegada del grupo “Barcelo-nnette” que junto con la Banque de París etdes Pay Bas y un consorcio de bancos sui-zos formaron la Societé Financière pourl’Industrie du Mexique con el objetivo derealizar operaciones comerciales, industria-les, financieras y de bienes raíces12.

INVERSIÓN ALEMANA

Alemania fue el tercer país europeo en con-traer una relación económica con México.Después de la crisis de 1873, Alemania adoptóuna política de industrialización, y tuvo undespliegue inversionista a mediados de la

10 STONE (1987), págs. 153C, 153D y 153F.11 RIPPY (1959), págs. 66-70.12 GAMBOA (1989), págs. 31-57.

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década de 1880 buscando materias primas,mercados a sus productos industriales, con-tratación de deuda, y por supuesto ganan-cias. Para lograr estos objetivos, los alemanesfundaron en México bancos subsidiarios desus tres grandes bancos: Deutsche Bank,Disconto Gesellschaft y Dresdner Bank, y asu vez estas instituciones junto con algunosbancos privados compraron y negociaronbonos del gobierno mexicano en los años1880-1900.

Los alemanes se interesaron en la inversióndirecta dirigida a la construcción de ferro-carriles, tranvías e instalaciones eléctricas enMéxico. La participación alemana en la nuevaindustria eléctrica resultó muy provechosa paraMéxico porque al introducir esta tecnología seposibilitó un mayor desenvolvimiento industrialy económico. Las dos compañías generadorasy distribuidoras de energía eléctrica másgrandes de Alemania: Siemens y AEG se es-tablecieron en México. Siemens abrió ofici-nas en 1897 al crear la Mexican Electric WorksLtd, y en 1904 fundó una compañía comer-cializadora de productos eléctricos paraAmérica Latina: Siemens-SchuckertwerkeMexico Elektrizitätsgesellschaft. En 1912AEG creó la AEG Mexikanische Elektrizitäts-Gesellschaft.

INVERSIÓN ESTADOUNIDENSE

La inversión estadounidense iniciada enMéxico a finales del siglo XIX siguió la mismaorientación que la inversión inglesa, y se con-virtió en su principal competidor. Inver-sionistas directos, exportadores, el propiogobierno estadounidense, y bancos privadosse empezaron a interesar por invertir enMéxico y concederle préstamos a su gobier-no logrando por ello altas tasas de rendimien-to. Sin embargo, esta participación no fueconstante, tuvo un desarrollo cíclico marca-do por cambios institucionales en los EstadosUnidos de Norteamérica y en el Mundo.

Los estadounidenses desde que iniciaron suinversión directa en la economía mexicanalo hicieron estableciendo vínculos políticos,bajo esta modalidad controlaron tres com-pañías ferrocarrileras: The Mexican CentralRailway Company, The Mexican Interna-tional Railroad Company, y The MexicanNational Railway Company. En el sectorminero iniciaron operaciones en 1895 a tra-vés de la compañía The Mexican Gold andSilver Recovery Company Ltd, con un mon-to de 147 mil libras y para los años 1920 elflujo de capital se incrementó a 732 millonesde dólares colocados en 152 empresas.

A inicios del siglo XX los capitalistas estado-unidenses centraron su atención en la indus-tria del petróleo al crear las dos firmaspetroleras más importantes de México: TheMexican Petroleum Company Ltd, en 1907,y The Mexican Eagle Oil Company en 1908.

En 1899 bancos estadounidenses negociaronen la bolsa de valores de New York bonosdel gobierno central mexicano por 20 millo-nes de dólares, y bonos del gobierno delestado de Jalisco por 500 mil dólares.

INVERSIÓN CANADIENSE

Entre 1896 y 1930 los canadienses iniciaronsus actividades como inversionistas directosen México cuando un grupo de empresariosaportaron 54 millones de dólares para crearuna compañía de transporte público: MexicoTramways Company y manejaron otros ser-vicios públicos especializados13.

IMPACTO DE LA INVERSIÓN EX-TRANJERA Y LA RACIONALIDADECONÓMICA PORFIRISTA EN ELCRECIMIENTO

En respuesta al círculo virtuoso: comercio e in-versión –mayor solvencia fiscal– mayor estabilidad

13 ARMSTRONG y NELLES (1996), págs. 125-128.

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de gobierno – mayor confianza – mayor producción- mayor comercio e inversión, generado duranteel último cuarto del siglo XIX México transitaba auna etapa de desarrollo capitalista. La confluen-cia de las políticas imperialistas de los gran-des países industrializados con la racionalidadeconómica “porfirista”14 alentó a la élite eco-nómica y política mexicana a asociarse con elcapital extranjero para extender sus activida-des empresariales hacia diferentes regionesdel país y a establecer comunicación con losmercados internacionales.

La confluencia de intereses económicos na-cionales y extranjeros quedó demostrada alparticipar en los procesos de innovación pro-ductiva, incremento de la capacidad instala-da, y en la instrumentación de nuevas formasde organización y administración aplicadasen las empresas organizadas en los diferen-tes sectores productivos orientados a la co-mercialización mercantil.

FERROCARRILES

Con el fin de aumentar el volumen de trans-portación de productos, permitir la movi-lidad de personas, vincular los centrosproductivos con los mercados, y ampliar elespacio comercial se requería contar conmedios de transportes eficientes –con bajastarifas– que para la época venían a ser losferrocarriles, por ello la construcción de víascreció durante la segunda mitad del sigloXIX y hasta poco antes de la contiendarevolucionaria.

Campo clásico de la inversión extranjeradado su know how en el sector, su experien-cia en la fabricación de trenes, trazado ytendido de vías, pero sobre todo por elmonto de capital necesario, el capital ex-tranjero (inglés y estadounidense) planeólas líneas a construir apoyado por las

14 Por racionalidad económica “porfirista” se entiende a la intervención del Estado en la economía atodos los niveles.

15 KUNTZ (1997), pág. 63.

Cuadro 1. Ferrocarriles, 1877-1910

Año Kilómetros

1877 7001885 6.0001890 10.0001900 14.0001910 20.000

Fuente: Riguzzi, Paolo (1996), “Inversión extranje-ra e interés nacional en los ferrocarriles mexicanos,1880-1914”, en Carlos Marichal (ed.) Las InversionesExtranjeras en América Latina, 1850-1930, México,Colmex- FCE, pp. 159-177.

subvenciones públicas, la geografía de Méxi-co, las rutas comerciales externas e internas,y respetando el rol central de la ciudad deMéxico. Bajo estas normas se crearon las prin-cipales líneas de ferrocarril: El FerrocarrilMexicano (México-Veracruz); El FerrocarrilCentral Mexicano (México-ciudad Juárez,Aguascalientes-Tampico, y ramal al Pacífi-co)15; El Ferrocarril Interoceánico (México-Puebla-Veracruz); Compañía ConstructoraNacional (México-Manzanillo por Toluca yMichoacán, y México-Nuevo Laredo); Ferro-carril Veracruz- Istmo, y Ferrocarriles Uni-dos de Yucatán (Mérida-Campeche).

Los ferrocarriles en su trayecto del centrode México –la ciudad de México– a las cos-tas, y fronteras, conectaban localidades yfavorecían la extensión de mercados regio-nales que llevarían a la conformación de unmercado nacional. Generalmente, el ferro-carril transcurría por las zonas de mineralesy en las más pobladas del país ejerciendo unimpulso de aumento poblacional aún mayor,mismo que presionaba al abastecimiento deservicios públicos, pero que en ocasionesofrecía ventajas de aprovechamiento estra-tégico a las actividades económicas. Estoexplica porque en la zona centro se contaba

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en 1910 con aproximadamente 2 kilómetrosde vía férrea por cada 100 kilómetros cua-drados de territorio, en la zonas norte y delgolfo con 1 y en las zonas del pacífico nopasaba de medio kilómetro16.

La extensión de los ferrocarriles ayudó aacelerar la conversión de las haciendas tra-dicionales –ubicadas en las zonas por don-de corrían las vías férreas– a la agriculturacomercial, particularmente de productostropicales para la exportación y de produc-tos destinados al consumo interno como lacaña de azúcar y el algodón para la indus-tria textil. Por razones similares, fue un fac-tor importante en el desarrollo de la mineríay la industria. La conformación del sistemabancario nacional también dependió de laextensión de vías férreas, porque la mayo-ría de sucursales y agencias bancarias fue-ron establecidas en las localidades dondeconfluía el troncal del ferrocarril con susramales17.

COMERCIO INTERIOR

La actividad comercial floreció en todo elpaís gracias al creciente intercambio estimu-lado por los ferrocarriles. Las ciudades demayor tamaño al recibir y poder enviar gran-des volúmenes de mercancía pudieron ex-plotar su posición de centros mercantiles yafuera agrícolas, manufactureros, o minero-metalúrgicos, resultando absolutamente ren-table a los comerciantes hacer remesas demercancías para la producción a agriculto-res, mineros, industriales, o a comerciantesal mayoreo o menudeo de artículos termi-nados para consumo final a diferentes dis-tancias por la reducción de costos detransporte, la desaparición de las alcabalas,y el dominio de zonas de mercado cada vezmás amplias e integradas a partir de la co-nexión entre ciudades abastecedoras y de-mandantes unas de otras.

El nivel más alto de ventas se registró enla zona centro donde se ubica la ciudad deMéxico, lugar de convergencia de los fe-rrocarriles, asiento del gobierno federal ypolo de desarrollo industrial. La zona nortefoco de producción minera e influenciadapor las transacciones fronterizas y los mo-vimientos de comercio exterior ocupaba elsegundo sitio en ventas, y el golfo regiónagrícola y comercial de contacto con Euro-pa tuvo un alto volumen de ventas en co-rrespondencia a la estrecha comunicaciónde sus localidades por los ramales del fe-rrocarril México-Veracruz a su crecientepoblación y la actividad creada por el co-mercio exterior. Lo que debemos destacaren relación al comercio nacional del perío-do “porfirista” es el aumento sostenido delcomercio en todo el país a tasas promedioanuales cercanas a 4% y hasta de 20% enalgunos años.

COMERCIO EXTERIOR

Este brazo de la actividad económica cons-tituyó en México un factor decisivo en laconsolidación de su desarrollo bajo nue-vas circunstancias adecuadas a un creci-miento de la producción orientada alintercambio. La inversión extranjera con-tribuyó a que la economía mexicana se in-corporara al mercado mundial, por lo quela favorable demanda externa por productosprimarios se reflejó en una diversificación cadavez más amplia de las exportacionesmexicanas y en un aumento considerablede sus tasas de crecimiento. También oca-sionó un cambio sustancial en su composi-ción al igualar para 1910 el peso de losmetales preciosos, predominantes en losprimeros años del gobierno “porfirista”, conun conjunto de otras mercancías dentro delmonto total de los ingresos derivados delas exportaciones como puede verse en elsiguiente cuadro.

16 ROSENZWEIG (1965), págs. 414-415.17 COATSWORTH (1976), págs. 271-272.

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A las exportaciones agrícolas tradicionalescomo el henequén, maderas y pieles seagregaron el café y el ganado entre otrosproductos, y en las exportaciones minerasaparecieron por primera ocasión los metalesindustriales. La demanda externa por nue-vos productos condujo a la modernizaciónde la agricultura, minería, la metalurgia, yal establecimiento de una planta siderúr-gica18. Por consiguiente, elevó los requeri-mientos de fuerza de trabajo y de materialesfabricados internamente fortaleciendo así elmercado nacional.

Las importaciones el otro componente delcomercio exterior, sufrieron modificacionesen su composición: los bienes de consumoperdieron terreno frente a los bienes de pro-ducción, efecto de un proceso sustitutivo aldesarrollarse la producción interna de texti-les, alimentos, bebidas, tabaco, calzado, etc.,e incluso se dejaron de importar materiasprimas como el algodón. De 1888 a 1910 laimportación de bienes de producción pasódel 47,1% al 56,9% del total.

En la primera mitad del periodo “porfirista”las cifras del comercio exterior mostrabanuna balanza comercial desfavorable a Méxi-co, y gracias al avance del desarrollo econó-mico en las distintas áreas productivas,comerciales y de servicios la tendencia se re-virtió logrando un saldo comercial positivo

para México en los años 1900 de 11, 687, 130pesos, y en 1910 de 74, 153, 824 pesos19.

Con el tiempo las modificaciones en losrubros de exportaciones e importaciones nofueron las únicas en el sector exportador,el destino y origen de los productos vendi-dos y adquiridos por México variaron. Apartir de 1890 aumentó el movimiento demercancías hacia las aduanas de la zonanorte consolidando de esta manera la ligacomercial hasta la fecha vigente con los Es-tados Unidos de Norteamérica. Este des-plazamiento mercantil propició undetrimento proporcional de las aduanasubicadas en las otras zonas de salida demercancías en el país.

MANO DE OBRA

Todos los sectores de la economía en creci-miento encontraron abundante mano de obra,sólo que ésta no se encontraba distribuidageográficamente acorde a las necesidades delas nuevas actividades económicas, ni con lacapacitación adecuada, lo cual determinó sureacomodo demográfico mediante movimien-tos migratorios, y la participación del gobier-no para proporcionar recursos a la educaciónestableciendo escuelas a fin de buscar subsa-nar la carencia de profesionistas, técnicos yobreros calificados. Estas características no

Cuadro 2. México: exportaciones, 1888-1910(Pesos de 1900)

Año Total Metales % Mercancías %

1888 73.973.839 42.749.685 57,8 31.224.154 42,21890 82.415.187 43.760.883 53,1 38.654.304 46,91900 160.722.908 93.440.125 58,1 67.282.783 41,21910 287.669.719 145.677.785 50,6 141.991.934 49,2

Fuente: Colegio de México (1960), Estadísticas Económicas del Porfiriato, Comercio Exterior deMéxico, 1877-1911, México, Impresiones Modernas, págs. 78-82.

18 GÓMEZ GALVARRIATO (1997), págs. 201-243.19 KUNTZ (2002), págs. 213-270.

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obstaculizaron el aumento de la poblacióneconómicamente activa empleada en los sec-tores industriales y de servicios, y el descen-so relativo mínimo de la población ocupadaen la agricultura. Para 1895 el 65% de la PEAlaboraba en la agricultura, 16% en la indus-tria y el 19% en los servicios. En 1900 los por-centajes respectivos eran 63,2%, 16,8% y 20%.

El incremento en la ocupación industrial yde servicios se vio notablemente afectadopor la crisis internacional de 1907 que gol-peó los índices de demanda exterior. Estapérdida de dinamismo en las actividadesurbanas dejó inalterada la estructura delempleo condicionada por el predominio delas actividades agrícolas. Al no encontrartrabajo los migrantes a las ciudades, ejer-cieron una presión desfavorable sobre losmercados de trabajo y los niveles salarialesque de haber conseguido un salario realgeneral de 39 centavos diarios en 1898 bajóa 30 centavos en 1911, tendencia seguida enla agricultura y las manufacturas. Únicamen-te en la minería el salario mínimo real au-mentó de 47 centavos diarios en 1898 a 72centavos en 1911.

PRODUCCIÓN

Conocer con precisión el volumen del pro-ducto interno bruto mexicano en el siglo XIXestá hasta ahora un tanto alejado de la rea-lidad al no poder disponer de datos sufi-cientes que arrojen un cálculo confiable. Deacuerdo a las cifras manejadas por PérezLópez y Leopoldo Solís20 el producto inter-no bruto total en millones de pesos de 1950para 1900 era de 8.540 millones de pesos, yen 1910 de 11.825 millones de pesos, y elproducto interno bruto per capita alcanzó628 pesos en 1900, y 780 pesos en 1910. Las

Estadísticas Económicas del Porfiriato ela-boradas por el Colegio de México nos per-miten estimar una tasa de crecimientopromedio anual del 3,3% para la década1900-1910, superior al promedio de 2,6%registrado entre los años 1877-190021. Cabeseñalar que este aumento en el productointerno bruto en los últimos años del“porfiriato” provino del rápido crecimientoen las industrias extractivas, los cultivos co-merciales y la manufactura. La demandaexterna de estos productos era grande e ibaen aumento, y la economía mexicana conta-ba con los elementos naturales y la fuerzade trabajo suficiente para abastecerla, asíque el principal factor limitante podía serel fondo de inversión, las divisas para laimportación de bienes capital, y los admi-nistradores y técnicos, pero este problemafue cubierto por la inversión extranjera.

AGRICULTURA

A principios del “porfiriato” existía una rela-tiva abundancia de tierra cultivablesubutilizada. La reciente desamortización delos bienes del clero había venido a transfe-rirlos nuevamente al régimen de la propie-dad privada colocándolos en circulación yhaciéndolos susceptibles de especulacionesy maniobras mercantiles. A estos terrenosse incorporaron años más tarde los de mu-chas comunidades indígenas. De esta mane-ra se consolidó la hacienda como la propiedadprivada que produciría para el mercado yemplearía trabajo asalariado. No obstante,en este sector la inversión de capital extran-jero fue menor que en otras esferas econó-micas, con excepción de las plantaciones dealgodón, caucho, henequén, tabaco, caña deazúcar, café, y algunos latifundios ganade-ros del norte22.

20 PÉREZ LÓPEZ (1967), pág. 73.21 Esta estimación se hizo tomando los datos del producto agrícola, manufacturero, minero-metalúr-

gico y los gastos del gobierno obtenidos de: Colegio de México (1960), págs. 61, 105 y 323.22 COSSÍO (1974), págs. 1-133.

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La creciente demanda externa por nuevosproductos agrícolas: café, garbanzo, vaini-lla, ixtle, colorantes naturales, henequén,caucho etc., y la construcción del ferrocarrily de infraestructura impulsaron el desarro-llo de la agricultura comercial ya fuera parala exportación o para el mercado interno.Desde luego esta nueva modalidad de pro-ducción se extendió particularmente por laszonas norte, pacífico norte y el golfo deMéxico. En cambio, los estados del centrocombinaban la agricultura de carácter comer-cial vinculada al comercio exterior y al con-sumo de las principales ciudades con laagricultura de subsistencia propia de las en-tidades típicamente rurales. Justamente esterezago agrícola fue el que hizo crecer la im-portación de bienes de consumo de primeranecesidad en este tiempo.

El ejemplo representativo de la agriculturacomercial para exportación es el cultivo delhenequén en la península de Yucatán, regiónen donde se construyó una línea de ferroca-rril exclusivamente con el fin de mover esamercancía y todo lo relacionado con ella.Pero, con la aplicación de nuevas técnicas yla realización de algunas obras de irrigaciónel crecimiento absoluto y relativo de la agri-cultura comercial se fue profundizando cadavez más hacia finales del “porfiriato” como semuestra en el cuadro 3.

Cuadro 3. México: producción agrícola, 1877-1910(Pesos de 1900)

Año Total Consumo interno % Consumo externo %

1877 195.860.523 188.612.666 96,3 7.247.857 3,71892 134.384.611 111.181.980 82,7 23.202.631 17,31900 195.377.835 166.156.637 85,0 29.221.198 15,01910 237.588.292 190.279.172 80,0 47.309.120 20,0

Fuente: Colegio de México (1960), Estadísticas Económicas del Porfiriato, Fuerza de Trabajo, Actividad Económica porSectores, México, Impresiones Modernas, pág. 61.

PRODUCCIÓN INDUSTRIAL

Las ciudades, centros industriales manufac-tureros y puntos de apoyo a la actividadminero metalúrgico tuvieron que afrontar uncrecimiento poblacional constante de 1895 a1910. Mientras la tasa de crecimiento anualde la población total promedió 1,4%, las loca-lidades urbanas con más de 20 mil habitan-tes crecieron al 1,5%, tendencia alimentadapor la migración del campo a las ciudades aldesintegrarse un número considerable decomunidades indígenas, al paralizarse la ex-plotación de algunas minas y al incre-mentarse la demanda de fuerza de trabajodebido a la especialización de las funcionesen las áreas urbanas.

Las zonas centro, golfo, península de Yucatány norte del país fueron donde se ubicaronlos núcleos urbanos de mayor tamaño. Elferrocarril, el comercio, y todas las nuevasactividades económicas favorecieron su ex-pansión y especialización aunque todas com-partían el ser sitios de abastecimiento parasus alrededores. En las ciudades de Méxicoy Guadalajara la industria manufacturera eraincipiente (con excepción de fábricas comoLa Magdalena Contreras)23, la ciudad deVeracruz era un puerto dedicado al comer-cio exterior, las ciudades de Torreón yMérida eran los corazones de regiones agrí-

23 TRUJILLO BOLIO (1997), págs. 245-274.

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colas comerciales, mientras que las ciudadesnorteñas de Chihuahua y Saltillo eran asien-tos de la industria minero metalúrgica24, yla ciudad de Monterrey era el caso repre-sentativo de desarrollo manufacturero25.

Las necesidades de la creciente fuerza de tra-bajo empleada en la minería y el comerciofortalecieron el consumo interno de bienesproducidos por la industria de manufacturase hicieron posible el desarrollo de nuevas ra-mas de la producción. En igual medida, laminería, la agricultura para exportación y losferrocarriles requirieron materiales de lasindustrias ligeras, esto presionó a un aumen-to de la inversión en bienes de capital paramodernizar su técnica.

Con el incremento de las exportaciones yla entrada de capital extranjero se contócon los recursos para adquirir la maquina-ria, los materiales y los bienes básicos parael desarrollo industrial. Acompañaron alcapital sistemas organizativos más eficien-tes y técnicas de producción sustentadasinicialmente en el empleo de motores devapor cuyo combustible era el carbón depiedra y más adelante lo fue de la fuerzamotriz eléctrica.

A las actividades industriales: manufacturay minería se asoció el surgimiento de la in-dustria eléctrica en la primera década delsiglo XX. El país contó en 1910 con una capa-cidad instalada de 165.100 kilowats, de la quela zona centro absorbía el 80%.

El avance en la industria se dio por variasmodalidades de acuerdo a la etapa de desa-rrollo en el país. En su fase inicial la indus-tria del México moderno creció aplicandomayor cantidad de trabajo a la capacidad yainstalada, y en un segundo momento lo hizoaumentando la productividad y mantenien-do casi inmóviles los salarios reales.

La producción textil como otras ramas in-dustriales y el comercio fueron actividadesllevadas a cabo por empresarios de origenextranjero residentes en México desde tiem-po atrás, y cuyo capital en gran medida sehabía formado internamente. Este capital adiferencia de la inversión extranjera se diri-gía fundamentalmente a la producción parael mercado nacional y sus ganancias no sa-lían del país.

MINERÍA

En el período del “porfiriato” la producción yexportación minera siguieron teniendo enor-me peso en la economía mexicana. Pese a quelos metales preciosos mantuvieron una posi-ción predominante, paulatinamente empezó acrecer la producción de metales de uso indus-trial: antimonio, cobre, hierro, plomo, zinc, yla de combustibles: petróleo y carbón, debidoal desarrollo industrial externo e interno.

La distribución geográfica de la producciónminera se modificó. En el norte: Chihuahua yDurango ocuparon los sitios que anteriormen-te correspondían a Zacatecas y San Luis Po-tosí. En el Pacífico norte: Baja California,Sinaloa (estados productores de metales pre-ciosos), y Sonora (entidad con yacimientos decobre y carbón) alcanzaron altos niveles deproducción. En el centro: Guanajuato, Hidal-go, Jalisco y Michoacán vieron descender suproducción, mientras que Aguascalientes y elEstado de México la incrementaron.

Igualmente, la situación legal de las minassufrió alteraciones: el Código de Minería de1884 impuso la propiedad pública de los re-cursos mineros; la Ley de Zonas de 1887 otor-gó al ejecutivo facultades para celebrarcontratos y ampliar concesiones, y la Ley de1892 marcó que la propiedad minera se ad-quiría con un título expedido por la Secreta-

24 Es conveniente señalar que en la región de La Laguna también se asentaron industrias como LaCompañía Industrial Jabonera de La Laguna. Al respecto véase el trabajo de Mario Cerutti.

25 CERUTTI (2000), págs. 69-80.

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ría de Fomento, el cual tenía un carácter irre-vocable y perpetuo mediante el pago del im-puesto federal de propiedad. Estas reformasfueron un factor muy importante para propi-ciar el incremento de inversión extranjera, yde la producción en el sector26.

Al no haber problemas de abastecimiento demano de obra, tecnología y materias primaspara la explotación (el azogue para el proce-so minero artesanal de amalgamaciónimperante hasta 1890, y el cianuro para elproceso más elaborado, se importaron), laproducción de plata y oro creció a un ritmopromedio anual de 5,3% a lo largo del pe-ríodo “porfirista”. En tanto, la producción demetales no ferrosos (cobre, plomo, antimo-nio, mercurio y zinc) y de combustibles (pe-tróleo y carbón) crecieron entre 1891 y 1911a una tasa media anual de 9,1%.

BANCA

Durante el periodo “porfirista” se construye-ron los cimientos para el desarrollo de unaeconomía capitalista en México. La libre con-currencia de bienes y compradores en elmercado se tornó una práctica cada vez máscomún, así la progresiva comercialización dela vida económica creó la necesidad urgentede formar un sistema bancario27. El uso deldinero como medio de pago en la contrata-ción de fuerza de trabajo, y sobre todo den-tro de las relaciones entre mercadosregionales o locales y los mercados de lasciudades de mayor tamaño tendió a genera-

lizarse, es decir, a medida que aumentaba elvolumen de operaciones comerciales el di-nero las facilitaba.

La creciente circulación monetaria, primera-mente compuesta sólo de piezas metálicas de-bió responder a las exigencias del mercadointerno y a las del comercio exterior, por locual fue sufriendo importantes modificacionesen su conformación. La masa monetaria dejóde estar compuesta únicamente de pesos fuer-tes de plata y piezas fraccionarias de plata ocobre. En los años ochenta comenzaron a cir-cular los billetes emitidos por los bancos pri-vados: Banco de Londres y México, y BancoNacional de México28, mismos que pronto go-zaron de aceptación al grado de representarel 45,6% del total del medio circulante en 1900.Sin embargo, en la década 1900-1910 los depó-sitos a la vista adquirieron importancia comomedio de pago, monedas metálicas y billetesvieron caer su cuota correspondiente a 38%dentro del medio circulante.

El monto de la masa monetaria en circula-ción sumó 25,5 millones de pesos en 1880,casi alcanzó los 90 millones de pesos en 1900,y rebasó los 300 millones de pesos en 1910,lo cual nos muestra una expansión moneta-ria cercana a 12 veces en treinta años, indica-dor clave de la monetización de la economíay que conjuntamente con los datos anterioresda cuenta del florecimiento y relevancia quefue adquiriendo el sistema bancario en el país,particularmente en las zonas de mayor desa-rrollo mercantil, agrícola, minero, manufac-turero y comercial29. A la par del desarrollo

26 Tan sólo el capital estadounidense representó el 61,7% del total, y operó diversas compañíasmineras: Wells Fargo, del Parral; Knotts, de Guizas; Chicago Mining Co., North Mexico Mining,Santa María Mining Co., Green Consolidated Copper Co., Guanajuato Consolidated Mining andMilling Co., Tezuitlán Copper Co.NAVA OTEO (1981), págs. 339-379.

27 El Sistema Bancario Porfirista estuvo integrado por dos grandes bancos nacionales: Banco Nacio-nal de México, y Banco de Londres y México; y un banco de emisión por cada estado de la repúbli-ca. Además, se establecieron tres bancos hipotecarios, y cinco bancos refaccionarios.

28 Esta institución bancaria operó como Banco Central al realizar las funciones propias de Tesoreríadel Gobierno, y recibir amplios privilegios del mismo.LUDLOW (1986), págs. 299-346.

29 SOLORZA, Marcia (2005), págs. 95-100.

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económico los capitalistas mercantiles y ma-nufactureros en aumento auspiciaron la for-mación de un sistema bancario fusionandocapital nacional –de extranjeros residentes ymexicanos– con capitales extranjeros: ingle-ses y franceses, vinculados al comercio exte-rior y a la inversión extranjera directa. Unavez establecida la banca en todo el país, éstadio mayor fluidez a la circulación monetaria,menoscabó el nivel de atesoramiento, el ociode los fondos y su préstamo oneroso, estopuede interpretarse a través de los balancesdel sistema bancario.

Así, la actividad bancaria hizo una coloca-ción rentable de los capitales interna y ex-ternamente, y sirvió de medio de enlaceentre el pequeño mercado financiero mexi-cano y los grandes mercados financieros delexterior. El sistema bancario reforzó la co-lumna vertebral del “porfiriato” al servir desostén en las operaciones cotidianas y sergarante e intermediario insustituible parala recuperación del crédito en el interior yen el exterior, es decir, operó excelentemen-te en su papel de fuente crediticia impulsoradel desarrollo económico. En sus inicios –por los años ochenta– el monto del créditocanalizado por la banca era muy pequeño2.825 millones de pesos, pero fue ensanchán-dose, y en 1910 se elevó a 653.017 millonesde pesos. Aunque en el total de crédito lospréstamos a corto plazo mantuvieron unaproporción alta, ésta fue declinando. Pode-mos decir que la banca abasteció oportuna-mente con créditos a corto plazo a loscentros productivos y comerciales más im-portantes del país, y el sistema bancariomexicano llegó a las diversas esferas de laproducción y al comercio de todas las zo-nas geográficas del país.

CONCLUSIÓN

El México “porfirista” no escapó a las tenden-cias imperialistas mundiales del desarrolloeconómico del siglo XIX, donde los capitalesextranjeros buscaron colocarse en ramas es-tratégicas como ferrocarriles, minería y banca

para ensanchar los intercambios e integrarlos mercados obteniendo a cambio altas ta-sas de rendimiento.

Aun cuando la política económica imple-mentada por Porfirio Díaz llevó a Méxicopor el sendero del “crecimiento capitalis-ta”, éste estuvo sustentado en las ventajascomparativas a corto plazo de la agricultu-ra y minería del país, por tanto, los cam-bios estructurales en concordancia con elcomplejo institucional creado durante el úl-timo cuarto del siglo XIX no demostraron alo largo del tiempo ser capaces de soste-nerse y forjar un bienestar social a largoplazo sin contar con flujos continuos de ca-pital y tecnología extranjeros.

El “porfiriato” hizo patente que el tipo decrecimiento económico dependiente de lasexportaciones y de la tecnología extranje-ra, el llamado “desarrollo hacia afuera”,experimentado en México –en la etapa detransición al capitalismo– exigió sostener-lo con base en una explotación desmedidade los recursos naturales y de la fuerza detrabajo, y con sustanciales incentivos fis-cales y subvenciones gubernamentales. Laadopción de dicho modelo de crecimientogeneró en el país fuertes problemas: se diola polarización económica de la sociedadal concentrar los activos y los ingresos enmanos de un pequeño grupo de inver-sionistas locales y extranjeros dejando abuena parte de la población fuera del pro-ceso de desarrollo, y la economía se tornómás sensible a los ciclos del comerciointernacional.

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