octubre - mecd.gob.es80f08c30-a1f9-4f21-8914... · seducir y unas férreas estructuras de...

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David MacDonald, 1948) se analiza la figura de la joven descarriada que estigmatiza la sociedad británica posterior a la Segunda Guerra Mundial; Easy Money (Bernard Knowles, 1948) disecciona las miserias morales de dicha sociedad a través de varios episodios; y A Girl in a Million (Francis Searle, 1946) y The Years Between (Compton Bennett, 1946) son comentarios agudos a la intransigencia masculina para tratar de igual a igual a mujeres con voz propia. En la comedia A Girl In A Million , un científico repudia literalmente a sus parejas en cuanto se revelan capaces de hablar (sic). Mientras que, en el drama The Years Between , basado en una obra teatral de Daphne Du Maurier, un político a quien se ha dado por muerto en el frente durante la Segunda Guerra Mundial regresa al hogar en la posguerra, solo para descubrir que su escaño como parlamentario lo ha ocupado su esposa, quien no piensa renunciar al mismo. En un momento de la película, uno de sus protagonistas, Michael (encarnado por Michael Redgrave), reflexiona en voz alta: “La paz nos ha encontrado mal preparados para afrontarla”. La frase condensa el universo de ficción de Muriel Box, en cuyo marco de tranquilidad aparente, de vidas y ficciones pequeño burguesas, también hallamos grietas que nos permiten vislumbrar a hombres tambaleantes en su pedestal de privilegios masculinos, mujeres cuyos espacios domésticos tienen sus puertas y sus ventanas abiertas de par en par a posibilidades que ya no pueden dejar de ver, y un cuerpo social que se abandona a ciertos espejismos de consumo y bienestar sin haber resuelto todavía cuestiones básicas de solidaridad y justicia. Elisa McCausland Periodista, crítica e investigadora Agradecimientos: Wang Bing, Lihong Kong, Jaime Rosales, Marisa Paredes, Bárbara Lennie, Carme Portacelli, Judtih Pujol (Teatro Espa- ñol), Ariadna Gil, Vanessa Fernández (Zinebi), Alejandro Rodríguez (Fundación Japón), Martin Scrosese, Lisa Frechette, Mark Mcelhatten (Sikelia Films), Margaret Bodde (The Film Foundation), Jesús Palacios, Inés París, Mercedes Álvarez. OCTUBRE - NOVIEMBRE 2018 MURIEL BOX Una cineasta a la intemperie OCTUBRE 2018 Wang BING Vidas despojadas, vidas resistentes Retrospectiva completa organizada por: FILMOTECA ESPAÑOLA (CINE DORÉ) MUSEO REINA SOFÍA (MNCARS) Sede Filmoteca Española: C/ Magdalena,10 28012 Madrid Tel.: 91 467 2600 [email protected] Precio: 3 € / Abono 10 sesiones: 20 € / Abono anual: 40 € Estudiantes, miembros de familias numerosas, grupos cul- turales y educativos vinculados a instituciones, mayores de 65 años y personas en situación legal de desempleo: 2 € / Abono 10 sesiones: 15 € / Abono anual: 30 € Todas las sesiones son gratuitas para menores de 18 años. Horario de taquilla: Invierno: de 16:15 a 22:30 Verano (1 de julio a 15 de septiembre): de 17:15 a 22:30 Pasados 10 minutos del inicio de la sesión no se venderán entradas ni se permitirá el acceso a la sala. Venta anticipada en taquilla: 1/3 del aforo para las sesiones del día siguiente. De 16:15 hasta cierre de taquilla (mínimo 21:30). Sala de proyección: Cine Doré C/ Santa Isabel, 3 28012 Madrid Tel.: 91 369 3225 91 369 1125 (taquilla) 91 369 2118 (gerencia) Entrada libre a cafetería Horario de restaurante: De martes a domingo de 10:30 a 22:30 LUNES CERRADO Buzón de sugerencias: [email protected] octubre 2018 Wang Bing Vidas despojadas, vidas resistentes Todo Scorsese (1) La cámara insaciable Sergio Leone + Transgresiones del western (2) Muriel Box Una cineasta a la intemperie (1) Yasuzô Masumura Retratos al límite (1) Y además... Preestreno “Petra” Radicales libres Cortos ZINEBI Los años del cambio (10) Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) NOVIEMBRE 2018 Martin Scorsese (2) Laurie Anderson Liv Ullman Muriel Box (2) Venta entradas online www.filmotecaespanola.es Entidades colaboradoras: Crónicas de la exclusión wang bing. vidas despojadas, vidas resistentes W ang Bing retrata con una crudeza y una belleza sin paliativos a los excluidos de la transformación económica china de las últimas décadas. En su cine, los desheredados de este sistema experimentan una crueldad sin límites, pero a la vez se aferran a la vida como un acto de resistencia y dignidad. En esta primera retrospectiva integral dedicada a un cineasta clave de nuestro tiempo, el Museo Reina Sofía y la Filmoteca Española se unen para mostrar las películas e instalaciones fílmicas del autor. El ciclo ofrece también una masterclass del cineasta, un estreno mundial y varios estrenos nacionales. La retrospectiva aúna dos modos de proyección: en Filmoteca, las películas diseñadas para su exhibición en salas. En el Museo, lugar de las recientes transformaciones del cine como práctica artística contemporánea, su videoarte y las películas concebidas como instalaciones. Estas últimas, con una duración superior a lo normal, serán proyectadas en sesión continua durante los fines de semana. Wang Bing lleva el ideal de observación defendido por el cine de lo real a un nuevo nivel de profundo radicalismo. Utilizando un equipo digital mínimo, el cineasta participa en un acto de comunión con los sujetos retratados, con quienes convive de manera aislada durante meses o años. Con ello, busca que sus vidas, en sus condiciones materiales y temporales, se transformen en alegorías de un presente caracterizado por el empobrecimiento absoluto. Su modelo no es el de la observación sin piedad de Frederick Wiseman ni el de la simpatía humanista de Eduardo Coutinho, sino el de la igualdad entre observador y retratado. El propio cineasta deviene otro marginado, pero lejos de dejarse apabullar por unas condiciones de existencia destructivas, su cine se aferra siempre a un movimiento hacia delante. Rodadas de manera clandestina, muchas de sus películas continúan prohibidas en China a día de hoy (como The Ditch ), y muestran una intensidad cinematográfica de una belleza cruda y trágica frente al poder de un mundo dominado por la infraestructura industrial en decadencia y los paisajes transformados por la explotación. El frenesí de la construcción, la transformación del territorio por la abulia energética y la avaricia entre los propios reprimidos son una línea constante en películas como West of the Tracks , 15 Hours , Father and Sons , Coal Money, Bitter Money o Crude Oil . La otra línea que recorre su trabajo, tan valiente como la primera, es la búsqueda de un sentido de justicia y reparación ante el genocidio de disidentes llevado a cabo por el régimen chino. Las represiones, torturas y ejecuciones acaecidas entre las décadas de 1950 y 1960 contra intelectuales reformistas, aparecen en películas como Gao Er Tai , Dead Souls o Traces . En conjunto, esta amplia serie responde al intento de construir una memoria histórica a través del testimonio, así como de los paisajes y arquitecturas (campos de concentración, fosas comunes, restos materiales) donde ocurrió esta masacre. En definitiva, el recuerdo en un momento de amnesia política e hipercapitalista y la supervivencia en las condiciones más extremas de nuestro tiempo son los temas de esta gran historia de sujetos anónimos y resistentes de la que Wang Bing es su mejor intérprete. Bienvenidos a nuestra condición contemporánea. Chema González Jefe de Actividades Culturales Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía N o cabe duda ninguna en cuanto a la filiación feminista de Muriel Box. Toda su vida es un himno a la liberación y el empoderamiento, que tiene desde su juventud como guías intelectuales a la Virginia Woolf de Una habitación propia (1929) y las cruzadas del sufragismo: “Desde que leí a Woolf me poseyó el impulso irrefrenable de respaldar la causa de la igualdad entre los sexos (...) a falta de encadenarme como las sufragistas de principios de siglo a las verjas del palacio de Buckingham, emprendí la tarea de sacudir las cadenas que constriñen a las mujeres en la industria cinematográfica”. Cuando los obstáculos para materializar proyectos fílmicos se vuelvan insuperables, la guionista y directora consagrará sus esfuerzos a gestar un sello a la vanguardia del feminismo de segunda ola: Femina Books, cuyo debut literario, The Trial of Marie Stopes (1967), escrito por la propia Box, es el primero de una serie de ensayos que la editorial dedica a mujeres perseguidas por la justicia británica en base a su promoción activa de determinados derechos civiles. [...] Pero, ¿qué ocurre con las películas que Box empieza a escribir en 1935 y con las que logra dirigir a partir de 1941? ¿Pueden permitirse el lujo de ser tan explícitas a la hora de dejar testimonio de sus vivencias e intuiciones políticas? Lo cierto es que, como se contaba en la reciente Su mejor historia ( Their Finest ; Lone Scherfig, 2016), el amplio arco temporal en que ejerce su influencia la Segunda Guerra Mundial permite que las mujeres normalicen su presencia en el cine británico, al mismo tiempo que queda claro el rol subalterno que desempeñarán en ella. No es casual que, en una industria que por otra parte consolida en aquel entonces su peso específico, surjan los nombres de Box, su cuñada Betty (1915-1999) –la única productora de primera división en la Gran Bretaña de los cincuenta–, Wendy Toye (1917-2010), Jill Craigie (1911- 1999), la documentalista Mary Field (1896-1968), la animadora Joy Batchelor (1914-1991) y la publicista Sarah Erulkar (1923-2015), además de críticas de cine como Dilys Powell (1901-1995) y Penelope Houston (1927-2015); pero resulta sintomático a su vez que muchas de ellas lleven a cabo su trabajo amparadas por hombres involucrados en el medio, en sus estructuras, y que se sucedan las decepciones cada vez que aspiran a mayores cuotas de responsabilidad artística. Se repite aquí la paradoja eterna del artista que logra expresarse a plena potencia en medios elitistas o minoritarios, y cuya obra tiene la atención de espectadores muy receptivos y entusiastas, pero que cuando, por necesidades económicas o búsqueda de una mayor proyección, cae en las redes de medios de masas como el cine, se topa con un receptor más voluble al que debe seducir y unas férreas estructuras de marketing. En el caso de Box, el contexto, “the male-oriented rules of quasi-factory film production”, hace de ella una realizadora fílmica “cuasi feminista” en la que se dan la mano las lecturas avanzadas de género, una sensibilidad femenina programada, y la adaptación, con cierto ánimo de hackeo, a registros tan codificados y sujetos a la censura en el cine mayoritario de la época como los de la comedia, el drama, la intriga y las women’s pictures . Box se siente cómoda en la gestión de sus claves, y Sydney y ella experimentan con las mismas como guionistas y, más adelante, productores independientes en largometrajes como 29 Acacia Avenue (Henry Cass, 1945), Querido asesino ( Dear Murderer , Arthur Crabtree, 1947), Hermanos ( The Brothers, David MacDonald, 1947), The Blind Goddess (Harold French, 1948) y Portrait from Life (Terence Fisher, 1949). De todos estos títulos, los más interesantes suelen contar con Compton Bennett, un nombre a reivindicar, como director. El séptimo velo ( The Seventh Veil , 1945) –merecedora del Oscar al mejor guión original– y Daybreak (1948) –mutilada severamente por la censura– lidian con las relaciones tóxicas y la reputación pública de las mujeres; en Holiday Camp (Ken Annakin, 1947) y Muchachas en libertad ( Good-Time Girl ; Easy Money (Bernard Knowles, 1948), con guion de Muriel Box. Síguenos en: En todas partes S irva este texto como presentación de mi nueva posición al frente de Filmoteca Española. La responsabilidad del cargo me produce un vacío ante el folio en blanco que pensaba que había dejado atrás hacía años, cuando la investigación y la escritura sobre cine decantó definitivamente mi vida profesional. Sin embargo, esa sensación está de vuelta. Y lo hace en el peor momento. Son muchos los retos que van a marcar esta nueva etapa, pero el más inmediato y urgente es el de atender las necesidades de los trabajadores de Filmoteca Española. Es habitual afirmar, en ocasiones como ésta, que lo que uno encuentra es, más que una plantilla, una familia. Pero en esta ocasión es así. Filmoteca Española es una gran familia. Una gran parte de sus trabajadores han entregado, casi literalmente, toda su vida a la casa. Y lo siguen haciendo con la misma pasión que el primer día. Y ahora llega uno más. Alguien extraño a esas dinámicas familiares y asentadas con sus ideas y sus proyectos. Mi primera misión por lo tanto es escuchar, observar y atender. Y aprender a trabajar con ellos. En este sentido, la cinefilia me ha servido, en algunas ocasiones, de atajo. Sin ir más lejos, hace unos días, de manera informal, le preguntaba a uno de ellos qué película querría ver en el Doré si un día podía disponer la sala principal para su disfrute. No dudó ni un instante en la respuesta: El hombre tranquilo . Todo encajaba a la perfección. Entre mis preocupaciones, después de los trabajadores, y a muy corta distancia, se encuentran los usuarios. La ciudadanía que hace uso de las instalaciones de Filmoteca Española: como público, para investigar o, simplemente, como visitantes. Nuestra labor como institución pública los tiene a ellos como principal objetivo de servicio. Entre las muchas cosas que he aprendido en estos primeros días existe un dato que me ha sorprendido muy positivamente: el Doré tiene una media de asistencia muy superior al de la mayoría de las salas de las filmotecas de los países europeos: 113 espectadores por sesión el último año. Es fundamental trabajar para mantener esta cifra, incluso incrementarla, y por supuesto llegar a nuevos públicos que, también es cierto, hoy incluso desconocen la existencia de la institución. Hay que activar todos los recursos y las herramientas educativas para que así sea. En el siglo de las pantallas el cine está en todas partes. Y el gran reto de una filmoteca del siglo XXI es hacerlo evidente para la ciudadanía. Eso nos lleva a pensar, finalmente, en el patrimonio del país. Nuestra misión no es otra que recuperar, investigar y conservar el patrimonio cinematográfico y promover su conocimiento. Hoy los fondos fílmicos, documentales y museísticos de Filmoteca Española tienen un valor superior a los 20.000.000 de euros. Y según marca la ley (resolución de 5 de diciembre de 2013, de la Directora General del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, sobre Inventario y Amortización de los fondos de la Filmoteca Española integrantes del patrimonio cinematográfico) una parte de esos fondos, principalmente los fílmicos, deben ser clasificados como Patrimonio Histórico, con lo que su valor resulta incalculable. Es fundamental, por lo tanto, atender como se merece los fondos de Filmoteca Española, ya que esos materiales no solo tienen un valor incalculable, sino que además atesoran un valor de patrimonio intangible (un imaginario colectivo) que hay que reivindicar del mismo modo que el de otras expresiones artísticas. Josetxo Cerdán Director / Filmoteca Española La orgía scorsesiana L a ocasión era ineludible y absolutamente necesaria. Máxime cuando entre las deudas sin saldar de Filmoteca Española, una de las grandes retrospectivas pendientes es, precisamente, la que por derecho propio le corresponde al gran Martin Scorsese, sin duda uno de los cineastas más determinantes y trascendentes del cine norteamericano del último medio siglo. Desde el momento en que el autor neoyorquino reciba el Premio Princesa de Asturias de las Artes, a partir del día 20, en las salas del Doré arrancará una gran retrospectiva que, a lo largo de cuatro meses (de octubre a enero), acogerá toda la filmografía como director del autor de Taxi Driver , así como una “Carta blanca” y otras producciones relevantes en su trayectoria como cineasta y cinéfilo. Ficciones, documentales, ensayos en torno a la historia del cine, musicales y la recuperación de grandes obras restauradas por The Film Foundation, organismo fundado y presidido por Scorsese que ejerce una labor esencial en la preservación del arte cinematográfico mundial. Todo el cine scorsesiano, el del ruido y la furia, pero también el del silencio y el análisis, cabe en una sola expresión: el amor incondicional por el séptimo arte y, por tanto, la ineludible necesidad de preservarlo. Figura icónica del cine americano, su apabullante cuerpo filmográfico recorre todo tipo de géneros y, al tiempo que es rabiosamente personal, ancla sus raíces en el clasicismo y la modernidad de la creación fílmica. La retrospectiva “Todo Scorsese”, dividada en cuatro partes –que responde, no sin cierta flexibilidad, a un sentido organizativo en modo cronológico –, viene avalada por la implicación absoluta del propio Scorsese y su compañía Sikelia Films, con quien Filmoteca Española ha trabajado conjuntamente en la búsqueda de las copias y materiales cuya calidad de proyección responda a las exigencias del propio cineasta. La “Carta blanca” que Filmoteca ha ofrecido a Scorsese para completar la retrospectiva (a modo de epílogo, en enero), estará compuesta toda ella por títulos restaurados bajo el sello The Film Foundation. La colaboración de la Fundación Princesa de Asturias también ha jugado un papel importante en la organización de esta “orgía scorsesiana”. Carlos Reviriego Director de Programación Filmoteca Española Filiaciones feministas muriel box. una cineasta a la intemperie OCTUBRE - ENERO 2018 Donostia Zinemaldia Festival de San Sebastián Filmoteca Española Cas tellano / Inglés Spanish / English Quim Casas Ana Cristina Iriarte Extracto de “Esquirlas en los imaginarios del cine popular: lo feminista y lo social en Muriel Box”, del volumen Muriel Box (VV.AA., 2018) Coordinado por Quim Casas y Ana Cristina Iriarte. Editado por Filmoteca Española y Festival de San Sebastián.

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David MacDonald, 1948) se analiza la figura de la joven descarriada que estigmatiza la sociedad británica posterior a la Segunda Guerra Mundial; Easy Money (Bernard Knowles, 1948) disecciona las miserias morales de dicha sociedad a través de varios episodios; y A Girl in a Million (Francis Searle, 1946) y The Years Between (Compton Bennett, 1946) son comentarios agudos a la intransigencia masculina para tratar de igual a igual a mujeres con voz propia.

En la comedia A Girl In A Million, un científico repudia literalmente a sus parejas en cuanto se revelan capaces de hablar (sic). Mientras que, en el drama The Years Between, basado en una obra teatral

de Daphne Du Maurier, un político a quien se ha dado por muerto en el frente durante la Segunda Guerra Mundial regresa al hogar en la posguerra, solo para descubrir que su escaño como parlamentario lo ha ocupado su esposa, quien no piensa renunciar al mismo. En un momento de la película, uno de sus protagonistas, Michael (encarnado por Michael Redgrave), reflexiona en voz alta: “La paz nos ha encontrado mal preparados para afrontarla”. La frase condensa el universo de ficción de Muriel Box, en cuyo marco de tranquilidad aparente, de vidas y ficciones pequeño burguesas, también hallamos grietas que nos permiten vislumbrar a hombres tambaleantes en su pedestal de privilegios masculinos, mujeres cuyos espacios domésticos tienen sus puertas y sus ventanas abiertas de par en par a posibilidades que ya no pueden dejar de ver, y un cuerpo social que se abandona a ciertos espejismos de consumo y bienestar sin haber resuelto todavía cuestiones básicas de solidaridad y justicia.

Elisa McCauslandPeriodista, crítica e investigadora

Agradecimientos:

Wang Bing, Lihong Kong, Jaime Rosales, Marisa Paredes, Bárbara Lennie, Carme Portacelli, Judtih Pujol (Teatro Espa-

ñol), Ariadna Gil, Vanessa Fernández (Zinebi), Alejandro Rodríguez (Fundación Japón), Martin Scrosese, Lisa Frechette,

Mark Mcelhatten (Sikelia Films), Margaret Bodde (The Film Foundation), Jesús Palacios, Inés París, Mercedes Álvarez.

OCTUBRE - NOVIEMBRE 2018

MURIEL

BOXUna cineasta a la intemperie

OCTUBRE 2018

Wang

BINGVidas despojadas, vidas resistentes

Retrospectiva completaorganizada por:FILMOTECA ESPAÑOLA (CINE DORÉ)MUSEO REINA SOFÍA (MNCARS)

Sede Filmoteca Española:C/ Magdalena,1028012 MadridTel.: 91 467 [email protected]

Precio:3 € / Abono 10 sesiones: 20 € / Abono anual: 40 €

Estudiantes, miembros de familias numerosas, grupos cul-turales y educativos vinculados a instituciones, mayores de 65 años y personas en situación legal de desempleo:2 € / Abono 10 sesiones: 15 € / Abono anual: 30 €

Todas las sesiones son gratuitas para menores de 18 años.

Horario de taquilla:Invierno: de 16:15 a 22:30Verano (1 de julio a 15 de septiembre): de 17:15 a 22:30

Pasados 10 minutos del inicio de la sesión no se venderán entradas ni se permitirá el acceso a la sala.

Venta anticipada en taquilla:1/3 del aforo para las sesiones del día siguiente. De 16:15 hasta cierre de taquilla (mínimo 21:30).

Sala de proyección:Cine DoréC/ Santa Isabel, 328012 MadridTel.: 91 369 3225

91 369 1125 (taquilla) 91 369 2118 (gerencia)

Entrada libre a cafetería

Horario de restaurante:De martes a domingo de 10:30 a 22:30

LUNES CERRADO

Buzón de sugerencias:[email protected]

octubre2 0 1 8

Wang Bing Vidas despojadas,

vidas resistentes

Todo Scorsese (1)La cámara insaciable

Sergio Leone +Transgresionesdel western (2)

Muriel BoxUna cineasta a la intemperie (1)

Yasuzô Masumura Retratos al límite (1)

Y además... Preestreno “Petra”

Radicales libresCortos ZINEBI

Los años del cambio (10)

Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)

NOVIEMBRE 2018

Martin Scorsese (2) Laurie Anderson Liv Ullman Muriel Box (2)

Venta entradas onlinewww.filmotecaespanola.es

Entidades colaboradoras:

Crónicas de la exclusiónwang bing. vidas despojadas, vidas resistentes

Wang Bing retrata con una crudeza y una belleza sin paliativos a los excluidos de la transformación económica china de las últimas décadas. En su

cine, los desheredados de este sistema experimentan una crueldad sin límites, pero a la vez se aferran a la vida como un acto de resistencia y dignidad. En esta primera retrospectiva integral dedicada a un cineasta clave de nuestro tiempo, el Museo Reina Sofía y la Filmoteca Española se unen para mostrar las películas e instalaciones fílmicas del autor. El ciclo ofrece también una masterclass del cineasta, un estreno mundial y varios estrenos nacionales. La retrospectiva aúna dos modos de proyección: en Filmoteca, las películas diseñadas para su exhibición en salas. En el Museo, lugar de las recientes transformaciones del cine como práctica artística contemporánea, su videoarte y las películas concebidas como instalaciones. Estas últimas, con una duración superior a lo normal, serán proyectadas en sesión continua durante los fines de semana.

Wang Bing lleva el ideal de observación defendido por el cine de lo real a un nuevo nivel de profundo radicalismo. Utilizando un equipo digital mínimo, el cineasta participa en un acto de comunión con los sujetos retratados, con quienes convive de manera aislada durante meses o años. Con ello, busca que sus vidas, en sus condiciones materiales y temporales, se transformen en alegorías de un presente caracterizado por el empobrecimiento absoluto. Su modelo no es el de la observación sin piedad de Frederick Wiseman ni el de la simpatía humanista de Eduardo Coutinho, sino el de la igualdad entre observador y retratado. El propio cineasta deviene otro marginado, pero lejos de dejarse apabullar por unas condiciones de existencia destructivas, su cine se aferra siempre a un movimiento hacia delante.

Rodadas de manera clandestina, muchas de sus películas continúan prohibidas en China a día de hoy (como The Ditch), y muestran una intensidad cinematográfica de una belleza cruda y trágica frente al poder de un mundo dominado por la infraestructura industrial en decadencia y los paisajes transformados por la explotación. El frenesí de la construcción, la transformación del territorio por la abulia energética y la avaricia entre los propios reprimidos son una línea constante en películas como West of the Tracks, 15 Hours, Father and Sons, Coal Money, Bitter Money o Crude Oil. La otra línea que recorre su trabajo, tan valiente como la primera, es la búsqueda de un sentido de justicia y reparación ante el genocidio de disidentes llevado a cabo por el régimen chino. Las represiones, torturas y ejecuciones acaecidas entre las décadas de 1950 y 1960 contra intelectuales reformistas, aparecen en películas como Gao Er Tai, Dead Souls o Traces. En conjunto, esta amplia serie responde al intento de construir una memoria histórica a través del testimonio, así como de los paisajes y arquitecturas (campos de concentración, fosas comunes, restos materiales) donde ocurrió esta masacre.

En definitiva, el recuerdo en un momento de amnesia política e hipercapitalista y la supervivencia en las condiciones más extremas de nuestro tiempo son los temas de esta gran historia de sujetos anónimos y resistentes de la que Wang Bing es su mejor intérprete. Bienvenidos a nuestra condición contemporánea.

Chema González Jefe de Actividades Culturales

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

No cabe duda ninguna en cuanto a la filiación feminista de Muriel Box. Toda su vida es un himno a la liberación y el empoderamiento, que tiene desde su juventud

como guías intelectuales a la Virginia Woolf de Una habitación propia (1929) y las cruzadas del sufragismo: “Desde que leí a Woolf me poseyó el impulso irrefrenable de respaldar la causa de la igualdad entre los sexos (...) a falta de encadenarme como las sufragistas de principios de siglo a las verjas del palacio de Buckingham, emprendí la tarea de sacudir las cadenas que constriñen a las mujeres en la industria cinematográfica”. Cuando los obstáculos para materializar proyectos fílmicos se vuelvan insuperables, la guionista y directora consagrará sus esfuerzos a gestar un sello a la vanguardia del feminismo de segunda ola: Femina Books, cuyo debut literario, The Trial of Marie Stopes (1967), escrito por la propia Box, es el primero de una serie de ensayos que la editorial dedica a mujeres perseguidas por la justicia británica en base a su promoción activa de determinados derechos civiles. [...]

Pero, ¿qué ocurre con las películas que Box empieza a escribir en 1935 y con las que logra dirigir a partir de 1941? ¿Pueden permitirse el lujo de ser tan explícitas a la hora de dejar testimonio de sus vivencias e intuiciones políticas? Lo cierto es que, como se contaba en la reciente Su mejor historia (Their Finest; Lone Scherfig, 2016), el amplio arco temporal en que ejerce su influencia la Segunda Guerra Mundial permite que las mujeres normalicen su presencia en el cine británico, al mismo tiempo que queda claro el rol subalterno que desempeñarán en ella. No es casual que, en una industria que por otra parte consolida en aquel entonces su peso específico, surjan los nombres de Box, su cuñada Betty (1915-1999) –la única productora de primera división en la Gran Bretaña de los cincuenta–, Wendy Toye (1917-2010), Jill Craigie (1911-1999), la documentalista Mary Field (1896-1968), la animadora Joy Batchelor (1914-1991) y la publicista Sarah Erulkar (1923-2015), además de críticas de cine como Dilys Powell (1901-1995) y Penelope Houston (1927-2015); pero resulta sintomático a su vez que muchas de ellas lleven a cabo su trabajo amparadas por hombres involucrados en el medio, en sus estructuras, y que se sucedan las decepciones cada vez que aspiran a mayores cuotas de responsabilidad artística.

Se repite aquí la paradoja eterna del artista que logra expresarse a plena potencia en medios elitistas o minoritarios, y cuya obra

tiene la atención de espectadores muy receptivos y entusiastas, pero que cuando, por necesidades económicas o búsqueda de una mayor proyección, cae en las redes de medios de masas como el cine, se topa con un receptor más voluble al que debe seducir y unas férreas estructuras de marketing. En el caso de Box, el contexto, “the male-oriented rules of quasi-factory film production”, hace de ella una realizadora fílmica “cuasi feminista” en la que se dan la mano las lecturas avanzadas de género, una sensibilidad femenina programada, y la adaptación, con cierto ánimo de hackeo, a registros tan codificados y sujetos a la censura en el cine mayoritario de la época como los de la comedia, el drama, la intriga y las women’s pictures. Box se siente cómoda en la gestión de sus claves, y Sydney y ella experimentan con las mismas como guionistas y, más adelante, productores independientes en largometrajes como 29 Acacia Avenue (Henry Cass, 1945), Querido asesino (Dear Murderer, Arthur Crabtree, 1947), Hermanos (The Brothers, David MacDonald, 1947), The Blind Goddess (Harold French, 1948) y Portrait from Life (Terence Fisher, 1949).

De todos estos títulos, los más interesantes suelen contar con Compton Bennett, un nombre a reivindicar, como director. El séptimo velo (The Seventh Veil, 1945) –merecedora del Oscar al mejor guión original– y Daybreak (1948) –mutilada severamente por la censura– lidian con las relaciones tóxicas y la reputación pública de las mujeres; en Holiday Camp (Ken Annakin, 1947) y Muchachas en libertad (Good-Time Girl;

Easy Money (Bernard Knowles, 1948), con guion de Muriel Box.

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En todas partes

Sirva este texto como presentación de mi nueva

posición al frente de Filmoteca Española. La responsabilidad del cargo me produce un vacío ante el folio en blanco que pensaba que había dejado atrás hacía años, cuando la investigación y la escritura sobre cine decantó definitivamente mi vida profesional. Sin embargo, esa sensación está de vuelta. Y lo hace en el

peor momento.

Son muchos los retos que van a marcar esta nueva etapa, pero el más inmediato y urgente es el de atender las necesidades de los trabajadores de Filmoteca Española. Es habitual afirmar, en ocasiones como ésta, que lo que uno encuentra es, más que una plantilla, una familia. Pero en esta ocasión es así. Filmoteca Española es una gran familia. Una gran parte de sus trabajadores han entregado, casi literalmente, toda su vida a la casa. Y lo siguen haciendo con la misma pasión que el primer día. Y ahora llega uno más. Alguien extraño a esas dinámicas familiares y asentadas con sus ideas y sus proyectos. Mi primera misión por lo tanto es escuchar, observar y atender. Y aprender a trabajar con ellos. En este sentido, la cinefilia me ha servido, en algunas ocasiones, de atajo. Sin ir más lejos, hace unos días, de manera informal, le preguntaba a uno de ellos qué película querría ver en el Doré si un día podía disponer la sala principal para su disfrute. No dudó ni un instante en la respuesta: El hombre tranquilo. Todo encajaba a la perfección.

Entre mis preocupaciones, después de los trabajadores, y a muy corta distancia, se encuentran los usuarios. La ciudadanía que hace uso de las instalaciones de Filmoteca Española: como público, para investigar o, simplemente, como visitantes. Nuestra labor como institución pública los tiene a ellos como principal objetivo de servicio. Entre las muchas cosas que he aprendido en estos primeros días existe un dato que me ha sorprendido muy positivamente: el Doré tiene una media de asistencia muy superior al de la mayoría de las salas de las filmotecas de los países europeos: 113 espectadores por sesión el último año. Es fundamental trabajar para mantener esta cifra, incluso incrementarla, y por supuesto llegar a nuevos públicos que, también es cierto, hoy incluso desconocen la existencia de la institución. Hay que activar todos los recursos y las herramientas educativas para que así sea. En el siglo de las pantallas el cine está en todas partes. Y el gran reto de una filmoteca del siglo XXI es hacerlo evidente para la ciudadanía.

Eso nos lleva a pensar, finalmente, en el patrimonio del país. Nuestra misión no es otra que recuperar, investigar y conservar el patrimonio cinematográfico y promover su conocimiento. Hoy los fondos fílmicos, documentales y museísticos de Filmoteca Española tienen un valor superior a los 20.000.000 de euros. Y según marca la ley (resolución de 5 de diciembre de 2013, de la Directora General del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, sobre Inventario y Amortización de los fondos de la Filmoteca Española integrantes del patrimonio cinematográfico) una parte de esos fondos, principalmente los fílmicos, deben ser clasificados como Patrimonio Histórico, con lo que su valor resulta incalculable. Es fundamental, por lo tanto, atender como se merece los fondos de Filmoteca Española, ya que esos materiales no solo tienen un valor incalculable, sino que además atesoran un valor de patrimonio intangible (un imaginario colectivo) que hay que reivindicar del mismo modo que el de otras expresiones artísticas.

Josetxo CerdánDirector / Filmoteca Española

La orgía scorsesiana

La ocasión era ineludible y absolutamente necesaria. Máxime cuando entre las deudas sin saldar de Filmoteca Española, una de las grandes retrospectivas pendientes

es, precisamente, la que por derecho propio le corresponde al gran Martin Scorsese, sin duda uno de los cineastas más determinantes y trascendentes del cine norteamericano del último medio siglo. Desde el momento en que el autor neoyorquino reciba el Premio Princesa de Asturias de las Artes, a partir del día 20, en las salas del Doré arrancará una gran retrospectiva que, a lo largo de cuatro meses (de octubre a enero), acogerá toda la filmografía como director del autor de Taxi Driver, así como una “Carta blanca” y otras producciones relevantes en su trayectoria como cineasta y cinéfilo.

Ficciones, documentales, ensayos en torno a la historia del cine, musicales y la recuperación de grandes obras restauradas por The Film Foundation, organismo fundado y presidido por Scorsese que ejerce una labor esencial en la preservación del arte cinematográfico mundial. Todo el cine scorsesiano, el del ruido y la furia, pero también el del silencio y el análisis, cabe en una sola expresión: el amor incondicional por el séptimo arte y, por tanto, la ineludible necesidad de preservarlo. Figura icónica del cine americano, su apabullante cuerpo filmográfico recorre todo tipo de géneros y, al tiempo que es rabiosamente personal, ancla sus raíces en el clasicismo y la modernidad de la creación fílmica.

La retrospectiva “Todo Scorsese”, dividada en cuatro partes –que responde, no sin cierta flexibilidad, a un sentido organizativo en modo cronológico–, viene avalada por la implicación absoluta del propio Scorsese y su compañía Sikelia Films, con quien Filmoteca Española ha trabajado

conjuntamente en la búsqueda de las copias y materiales cuya calidad de proyección responda a las exigencias del propio cineasta. La “Carta blanca” que Filmoteca ha ofrecido a Scorsese para completar la retrospectiva (a modo de epílogo, en enero), estará compuesta toda ella por títulos restaurados bajo el sello The Film Foundation. La colaboración de la Fundación Princesa de Asturias también ha jugado un papel importante en la organización de esta “orgía scorsesiana”.

Carlos ReviriegoDirector de Programación

Filmoteca Española

Filiaciones feministasmuriel box. una cineasta a la intemperie

SCORSESETODO

OCTUBRE - ENERO 2018

Donostia ZinemaldiaFestival de San Sebastián

Filmoteca Española

Castellano / InglésSpanish / EnglishEdición a ca rgo de / Editors of the present publication

Quim CasasAna Cristina Iriarte

Extracto de “Esquirlas en los imaginarios del cine popular: lo feminista y lo social en Muriel Box”,

del volumen Muriel Box (VV.AA., 2018)Coordinado por Quim Casas y Ana Cristina Iriarte.

Editado por Filmoteca Española y Festival de San Sebastián.