Núm. ANALES DEL INSTITUTO DE [NJENlEROS

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Tomo XIV 15 de Octubre Núm. 93 ANALES DEL INSTITUTO DE [NJENlEROS SCJ1.iRIO.-Las proyectos de diírsenas 1,ai.s Valparaiso, eoiiferencia leida eii el Ins- tit~ito de Iiijeiiieros cu la sesion de 21 de .Sulio <le 1898, por el injrniaro don Euje- iiio Iiobiliei'.-.ictas.-Tlibliog~)aiío. LOS PROYECTOS DE DARSENAS PARA YALPARAISO i'oirfi:itiicin Iriilil iii el Iiistituto de Iiijeiiieror <:n L +c.ion del 27 de dulio-1898 POR EL ITJESIERO DOY EUJEXIO BOBILIER ESTI>IBDOS COLEGAS: I2n la sesion celebrada por el Instituto el 10 de Abril del pre- sente año i publicada en los AN.\LES correspondientes al mes de JIa- yo, el seiior D. Casanova, bizo algunas observaciones respecto a los estudios hechos por el que suscribe, para la confecciori del pro- Tecto de Ante-Puerto i D&rsena para Valparaiso ubicado en la playa de Tiñadel Uar, proyecto, que EuE. presentado a las Cámaras i pasado en informe a la Honorable Coinision de Gobierrio. En el mismo número de los ANALES se encuentra un artículo del mismo injeniero, titulado: "Los ~noiimieutos c1e los aluviones en la costa de Cbjle", en el cual se hacen algunas apreciaciones sobre la bailía de Yalparaiso i la playa de Viña del llar, que son contrarios a la realidad de los hechos. Trataré en el curso de esta conferencia de probar que las con- clusiones a que se llega en el artículo citado Ron completamente erróneas, i que las observaciones hechas a nuestro provecto Eon taiubieu infundadas.

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Tomo XIV 15 de Octubre Núm. 93

ANALES DEL INSTITUTO DE [NJENlEROS SCJ1.iRIO.-Las proyectos de diírsenas 1,ai.s Valparaiso, eoiiferencia leida eii el Ins-

t i t~ i to de Iiijeiiieros cu l a sesion de 2 1 de .Sulio <le 1898, por el injrniaro don Euje- iiio Iiobiliei'.-.ictas.-Tlibliog~)aiío.

LOS PROYECTOS D E DARSENAS

PARA YALPARAISO

i'oirfi:itiicin I r i i l i l i i i el Iiistituto de Iiijeiiieror <:n L +c.ion del 27 de dulio-1898

POR EL ITJESIERO DOY EUJEXIO BOBILIER

ESTI>IBDOS COLEGAS:

I2n la sesion celebrada por el Instituto el 10 de Abril del pre- sente año i publicada en los AN.\LES correspondientes al mes de JIa- yo, el seiior D. Casanova, bizo algunas observaciones respecto a los estudios hechos por el que suscribe, para l a confecciori del pro- Tecto de Ante-Puerto i D&rsena para Valparaiso ubicado en la playa de Tiñadel Uar , proyecto, que EuE. presentado a las Cámaras i pasado en informe a la Honorable Coinision de Gobierrio.

En el mismo número de los ANALES se encuentra un artículo del mismo injeniero, titulado: "Los ~noiimieutos c1e los aluviones en la costa de Cbjle", en el cual se hacen algunas apreciaciones sobre la bailía de Yalparaiso i la playa de Viña del l lar , que son contrarios a la realidad de los hechos.

Trataré en el curso de esta conferencia de probar que las con- clusiones a que se llega en el artículo citado Ron completamente erróneas, i que las observaciones hechas a nuestro provecto Eon taiubieu infundadas.

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120 LOS P ~ O P E C T O S DE DCRSESAS

Esas observaciones, por lo deinas, por la forma en que son hechas, tienenel carácterde un ataque a nuestroproyecto, que n6 el de una critica científica, i tiene mas en este caso, el carácter de una crítica literaria en la cual su aut,or, se h a preocupado mas de discutir las formas, que no las conclusiones prácticas que nos han servido para la confeccion de nueetro proyecto.

En cuestiones profesiona.les un ataque es siempre desagrada- ble: la critica científica, por el contrario, es siempre simpática e ilustrativa; levanta el espíritu, entusiasma i nos t rae la luz. Toda crít,ica de esta clase lleva envuelta en sí l a demostracion i com- probacion de los errores eu que en sus conclusiones puede haber in- currido un injeniero,-pues nadie es iiifalil>lr,--i para que ella sea completa, debe i r a su vez acompafiada de la demostracion razo- nada i clara de las conclusiones contrarias a que se llega.

Sin estas condicionep, pierde toda crítica su mérito i queda re- ducida a una simple cuestion de opiiiionrs en contradiccion i n a s con otras. La contradiccion está al alcance de todo el mundo, desde el mas ignorante al mas entendido: l a demostracion i el ra- ciocinio solo están al alcauce de este último: i entre profesiona,les la íinica forma de crítica acept,able es la crítica razonada.

El seúor Casano\-a, ea sus observaciones, no hace sino dar sim- pleiilente su opinion, que puede ser t a n valiosa como cualquiera otra. Su arguinentacion por lo comuri se reduce a decir: esto no es así, sino lo contrario, sin demostrarnos ni el-error ni l a verdad de estas opiniones.

Lleno de las ideas emitidas en su artículo sobre "El mmovimierito de los aluvioues en la costa de Cliile", quiere aplicar a Falparaiso las mismas conclusiones jenerale~ qiie de ahí deduce, i que han sido obtenidas mediante la observacion a tenta de cómo se verifican esos

-movimientos en aquellas playan que el a to r h a estudiado por sí

mismo. Cae, así, en el defecto mui comun de las personas poco prácticas,

de querer esplicar cada caso particular por medio de Irjeu jenerales, olvidando que, prindpalinente en trabajos marítimos, esa jenerali-

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PARA VALPBRAISO 121

zacion puede conducir a gravísimos errores, i que la Única base que puede servir para combinar un prorecto de esta clase es el estudio determinado de la localidad donde se t r a t a de ubicarlo.

Ea por esto, que queriendo aplicar a Valparaiso las conclusio- nes de su citado artículo, llega a deducir una consecuencia comple- tamente erróneai que no puede ser mas contraria a las hechos; estando ademas en contradiccion con los mismos principios enume- rados en su artículo, como lo prol)aremos mas adelante.

.LI oc~qmsseel aeüor Casauov;i. eiisiis obserya- ciours, sobre los vientos, corrientes i iiiarcas eii 1% bahía de Yalparaiso, dice qor estos datos son defi- tientes i parece llegar a la conclusioii de que rniéii- trds ILO se tengan estas rlatos coiupietos, n o se de- be proceder a estudiar iiii puerto de abriga par;, Yalpnraiso. Ki se liodria sin ellos llegar a determi- niir la niarelia de los duviones.

(.hales del Institlito de I~jenieros , Yngo dr 1898. PBjs. 513. 544, 545.)

Reconozco con mi colegd que las obaarvaciones mecereolójicas e hidrogr66cas hechas en nuestra bahía son incompletas, como lo son aun mas eu toda la costa de Chile; pero mia no es la culpa, i puede estar seguro que si mi objeto hubiera sido presentar iiu infor- me sobre estos temas habria hecho numerosas i completas observa- ciones dignas de esta interesante cuestion.

L a perfeccion en las observaciones i exactitud de esto8 datos, dependen del objeto a que se les destina, pero bajo el punto de vista práctico, de Ina construcciones marítimas; los datos que nos dan nuestros observatorios i los datos hidrográficos recojidos en distin- tas Epocas por nuestros marinos dan al injeniero bases suficiente- mente exactas para sus aplicaciones i para poder juzgar de si Ion efectos que produce11 estos fenómenos en nuestras costas son o no

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122 LOS PROYECTOS DE D.~RSEXAS

de temer, sirvi6ndole ademas para esplicar ciertos hechos conocidos v a de antemano por l a observacion atenta de ellos.

Mui interesante es bajo el punto de viata científico, el conocer e+a.ctamente hasta en sus inas pequeñas manifestaciones los fen6me- nos de qiie nosocupamos; i ojalá llegueeldia en que pueda llevarse a cabo en toda la cos&a de Chile un vasto i completo plan rle observa- ciones que nos dé el conocimiento cabal de su réjiuien. Ello debe ser el resiiltado de una paciente i constante labor de muchos aiios, i para lo cual se debe tener numerosos observatorios pscalonados a lo largo de nuestras cost,as, ligados entre sí i dot,ados de todos los aparatos mas perfeccionados.

Sólo así llegaremos a tener estos datos completos, lo que facili- t a r& mucho la labor del injeniero que tiene que hacer uso de ellos, para poder esplicarse los nioviinientos de los alurioiies a lo largo de una costa..

Pero mi6ntras iio los tengamos, debereinos hacer uso de los datos jenerales que nos dan nuestros observatorios-su6cien- tes para el caso prActico que nos ocupa-teniendo por su parte el Ingeniero que suplir su insuficiencia coi1 un estudio mili dete- nido de l a localidad, para poder llegar a roiiclusiones prácticas ~erdaderas , so pena de tener que cruzarse de brazos.

Con el mismo derecho se podria decir que los injenieros en Cliile no puede11 construir puentes sobre nuestros rios sin conocer Ante8 l a liidrografia completa de ellos i que es necesario que, iiiediante es- tudios i observaciones de muchos aiios, se Uegue a determinar con

- exact,itud la caictidad máxima de agua que puede llevar uii rio en iiii punto dado, para poder determinar las dinieiisiones de su obra.

El conocimiento cpmpleto de los vientos, corrientes i mareas, en toda la estension de l a palabra,, de una localidad dada, no basta por sí solo para darnos idea de lqmagnitud de sus accione$, porque estas son mui complejas i dependen de muchas circunstancias que pueden hacer variar su int,ensidad. Rajo el punto de vista práctico, ma.s importancia tiene para el Injeniero la obserracion de lo que pasa, en la localidad misma.

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Los trabajos hidráulicos no tienen por objeto evitar las 'causas, sino contrarrestar sus efectos i l a mejor manera de apreciarlos es por la observariou direc.ta de ellos.

Se desprende de la observacion que encabeza este párraio, que para su autor no tieue importancia alguna el conoci- miento i estudio de la localidad, o al menos que les atribuye un papel mui secundario. Pa r a E.1 tiene mas importancia el estudio completo de las cansas que pueden producir un efecto dado que el efecto mismo; i que no se puede llega,r a una conclusiori verdadera sacada de la observacion de los hechos mismos, sin estudiar de una manera completa las causas que los orijinan: i por íiltimo, que no estando bien definidas las causas, los efectos observados i las conse- cuencias que de esto se deducen son inexactas.

Es decir, l a práctica siguiendo a la teoría. En Injeniería, es la teoría que sizue siempre a la práctica; de l a observa- ciou directa de los hechos se pasa a la aplicacion (1,: ellos. L a teoría i la práctica deben estar siempre conformes i cuando las conseciiencias que se deducen de ambas no concuerclan, es que, en todo caso, l a teoría o es defectuosa o mal aplicada.

Rajo el punto de r i s t a práctico de las construcciones marítimas, los vientos por sí no tienen importancia alguna, sino por el efecto que producen sobre las olas i las mútiples acciones qne de ahí se cle- rivan. Entre los distintos efectos causados por las olas los hai de mayor o menor intensidad, i los que el injeniero debe tomar eii cuenta son aquellos que producen un mayor efecto. De aquí que su tarea en el estudioque hace sobre los vientos se siiiiplifique notable- mente, i llegue despues del conocimiento de la localidad, de la orien- tacioii de la costa i de las condiciones de la rada, a. anular ciertos vientos que por la direccion cu que soplan, reconoce que no pueden ejercer acciones sensibles o prepoiidei'anteu sobre el rejimen de una pla.ya, cualquiera que sea su coiistaucia e iuteusidad.

El estudio de l a localidad en pues de primordial importancia. Cn viento de ta l direccion sera mui digno de tomarse en cuenta en cierto trarno de costa i podrs anularse en otros por los efectos

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124 LOS PROYECTOS DE DARSEXAS

mili pequeños que produce. Un viento podrá producir trasportes sensibles rle arena eu su misma direccion, en una playa orientada de cierta manera i nn tendrd a c ~ i o n alguna en o t ra de distinta orieiitaciou.

Siendo las olas la cauva principal e inmediata del inovimiento de las arenas a lo largo de una costa, la magnitud i direccion de este movimiento estará en relacion directa con la intensidad de ellas, i coiiio las olas oroducidas por vientos que soplan de la mi- t ad del compas que mira liácia'el largo i en un mar perfectamente libre son las de iiiaror inteneidad, serán por lo t'aiito éstas las que producen uiia mayor accion.

Estas olas, viniendo y a de un lado u de otro i producidas por un viento mas o iuénos inclinado sobre la perpendicular a la playa,, efectuarán uii trasporte lonjitudinal a lo largo de l a costa en un sentido u otro que podrán equilibrarse; pero que jeueralmente se resume en un trasporte final de las arenas. en el sentido del viento dominante o eii la resiiltaute de retas dos acciones.

La accion (le las olas, por ot,ra parte. es proporcional al tra- bajo de! viento que las causa; es decir, al producto de la duracion de1 viejito contado n j i horas, por la, velocidad horaria media esfi- mac7a jeneraln~ente en kilómetros.

Por lo tanto, para determinar la resultante final en cuyo sen- tido se produciria la progresion de las arenas, seria necesario de- terminar, desde luego? los elementos de cada uno de los vientos que soplan del largo, como ser: su duraciou horaria i su veloci- dad kilom6trica tainbieu horaria. Deteririiuada así l a componente o el trabajo de cada viento i'sii direccion, se determinaria por el ctilculo o gráficamente el valor de la resultante i su direccion, la que nos daria a su vez el seutido del morimiento de las arenas.

Pero esto no nos daria sino el sentido tenrico, que bien puede

ser que no esté de acuerdo cun la realidad de las cosas. Basta que la costa esté mas o rnEnos protejida por alaunos bancos de arena, o por puntas salientes situadas a la derecha o la izquierda del punto considerado, para que la ajitacion sob1.e l a p1a.p o l a accion

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de la ola no sea proporcional al t r a b a 6 del viento o a l producto que hemos indicado. 1 hasta podrá suceder, que en una misma costa? aun enpuntos bastante aproximados i enqun el réjimen de los rieutos es el mismo, la8 coricliciones locales produzcan cambios en loa trasportes lonjitudinale,f finales, no solamente como importan- cia; sino tanibien como sentido.

El problema es puesmoi complejo i pretender resolverlo con el canocimiento, aunque sea completo de 103 vientos, es tarea poco iriCnos que imposible i que podrá conducir a un resultado mili erróneo.

Por o t ra parte, cualquiera que sea la exactitud con que se pro- ceda, no se podrá jamas determiiiar la importancia absoluta de los trasportes en iin punto determinado, cuanrlo mas se podrií lle- g a r a estimar si Iiabrá que temer mucho o poco, sesiin s?an las con- diciones locales del viento i de los abrigos,.

Vemos que, aun tomando en cuenta toilos los factores que pue- den riiodificar este moviniiento, no se llegaria en Último caso, siuo a determinar su sentido, i para est,o cuenta el injeniero, a fhlta de los datos coiiipletos sobre los 7-ieiitos, con un poderoso ausiliar, que es: el estudio detenido de l a localidad, el reconocimiento d e las playas de arena, su posicion con respezto al oríien proljzble l e ellas, la composicion, co!or i tamaño comparativo de estas mismas arenas, i en fin, todos aquellos datos recojidos en un tranio de costa mas o ménos largo, i que no pueden escapar a u11 atento estudio. Las con- clusiones obtenidas del exámen de los mismos hechos, sien(10 reales i tanjibles, seran siempre concluyentes i podemos estar seguros que no nos conducirán a errores.

El señor Casanova exajera al darles t a n poca importancia a las observaciones heclias en la Bolsa de Valparaiso, que son las que hemos utilizado: por mui incoinpletas que ellas sean, nos d a n al ménos el réjimen de los rientos bajo el plinto de vista de su constan- cia enlas d i ~ t i n t a s estaciouesdelaño, i su mayor o menor intensidad i duracion en las ocho principales direcciones del compas.

Indudablemente que con estos datos no podriamos determinar

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1% LOS PEOTECTOB DE D ~ R S E S - ~ C

l a marcha de los alluviones teóricamente, nipodriamos estudiar las obras de un puerto de abrigo desde nuestro gabinete con plano en mano de la localidad; pero nos dan los datos necesarios para poder apreciar l a constancia e intensidad relatira de cada viento, corres- pondiendo al injeniero suplir 811 insuficiencia con el estudio de l a marrlia de las arenas en el terreno mismo.

La ii~isma sencillpz de las observaciones, es una garantía de exactitud; por mui clescuidado o inui poco practico que sea el obser- rador, uo ir& a indicar un viento del Sur cuando sopla del SO., o Xort,e cuando es del SO. ; la diferencia es t an notable, que l a obser- ~ ~ a c i o n puede aun ser hecha, sin tener que recurrir a la veleta. Por ot'ra parte, cualcluiers que sea el número de obseri-acioiies sobre los vientos, que se hazan durante el dia, se podrán siempre reducir a una sola con el objeto de facilitar el resúmen de su constancia i ob- tener así un promedio tan to mas exacto cuanto mayor sea el nú- mero de observaciones que se tomen en cuerita. En casi todos 10s observatorios donde se toma l a direccion de los distintos ~ i e n t o s que soplan durante el d i s , es. costumbre resumirlas en una sola que d a la direccion eintensidad del viento dominantedurante el dia; ta l como lo hemos hecho en nuestro caso para obtener l a resiiltaute jeneral.

Valparaiso es ta l Tez el íinico puerto de la costa de Chile donde se hayan liecho obs~ r~ac ioues constantes durante inuchos años, i sinembargo, con datos aunmas deficientes que los que se tienen de nuestra baliía, se lian elaborado importantes proyectos de mejora- miento para los puertos de Iquique, San Antonio, Llico, Pichilemu, Constitucio~i, etc., etc.: en niuclios de los cuales un se han hecllo uso sino de las observaciones jenerales dadas por el llnuario Hidro- gráfico i Ueteorolójico, completadas por las observaciones propias de los iujeuiero~, liechas en plazos mui reducidos i en coiidiciones mili de6favorables.

En Europa nii6iiia; la iiistalacion de observatorios completos, sólo ha adquirido desarrollo eii estos Ultimos tieiilpos, i en numero- sos puerto?, no se lian heclio sindobs~ri-acioues t a n jenerales couio

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las que se hacen eu Valparaiso, oin lile ello Iiaya sido jamas un in canveniente para la creacion de puertos de abrigo.

Alediante el estudio de la bahía de Talparaiso i del conocimiento i constancia de los vientos, liemos deducido ciertas conclusiones je- uerales, que nos hau servido para la coufecciou de uiiestro proyecto: conclusiones que pueden resumirse de la nianera siguiente:

1." I,)~ie los ~Íilicos vientos que prodizcen temporales dentro dr la hahía sou los vientos fuertes del SO. , los que soplan en los 111ese.7 de .lIa%rayo, Junio i Julio. L a accion que estos vientos qjerce~i en la 11a- lija se esplica p o r el Iieclio de estar Gsta abierta en esa direc,cion, de la cual soplanuo los vientos del largo i en un mar perfectamente li- bre, las olas llegan con toda szz fuerza e intensida,rl.

2.' Q I I ~ los vientos del SO., que son Ion mas constante^, i en cuya direccion, mas o mSnos, se resume la rest7ltante jeneral, n o son jeiieralmente fizertes. Estos vientos, aunque sopianrlo en las mi.~ma, condiciones qilc los (le1 NO., no procincen dentro de la balzíz ajitaciones tazi fuertes como k t o s , debido a l abrigo qrie le dau los cerros al tos que forman la punta de Curamilla.

8 . O Que los demas i.ientos,de los cuales los Sures que sopla11 en la teniporada o% verano sgn los mas fuertes, no producen aji tado- nes sensibles en la Daliía por ser vientos de tierra.

Estas couclusioues, a que se llega mediante los datos dados por l a Rolsa Cornercial, en las cuales se anota cuando liai ajitncioues del mar? en el momento que se Iiace la observaciou del viento, son com- pletadas por observaciones propia*, i ellas son incont,estables por ser, podemos decirlo, del domiiiio público.

Por lo que toca al movimiento de los alliivioiies a lo largo de la costa., se ha resuelto, mediante el estudio detenido de la localidad. touiando en curiita todos aquellos datos que pueden dar luz en l a materia, como ser: aspecto de l a costa si e8 rocallosa o arenosa, la pendiente de su fondo, oríjrn de las arenas en cada punto en que aparecen, su coiiiposicion, grueso i color comparativo, etc., etc .... Esto agregado a las conclusiones obtenidas anteriormente, i a un conocimiento cabal de las le-es que rijen el movimiento de las are-

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n a s a lo largo de uiia plaga, nos Iitr conducido tarubien a ra r ias conciusiones, que pueden resumirse de l a manera siguiente:

1 . O Que no Iiai trasporte jeneral a 10 largo de la, costa conipren- dida entre Punta ilnjeles i V;ña del .llar.

2: Que las iljstintas plagas (le arena que se encoeiitran en este trayecto son de oríjen esclosivame~~te locai, formAndose a l Sur de SU punto oríjen 11ebjdo a 12% r,rel~oncleranda de las acciones de los temporales producidos por ivielito,? de1 1YO.. i que estas :irenas tienen marcada tendencia a ser a r m , s t m ~ l a ~ 8 10s altos fondos a c ~ u s a de la muclia pendiente de la coses, y

Y." Que en la p1a.r.a de T~E:I, del >lar, las arenas que la forman, tienden a ser alrastrnrl&s d e IV. a S., siendo este mor~imjento suma- . mente lento, debirlo a la poca 1onjit~11 de la p1a.r-a, a la pendiente de su fou(7o i a l , q~oso r de sus arenas; no adquiriendo proporciones qlii? puedan ,serpe~~udiciales para la conservncion de 18,s profandidarles, siempre que las cabezas (le /i,i.s rnolas de aúri,qo se 1ler:eii ha i t a pro- fiindjdacles con 7eniente.q.

Soii estas las conclusiones obtenidos i la8 únicasque interesan al iujeniero hajo el punto de vista práctico de l a construccion de un ante-puerto, por lo que toca. a la marclia de los alliiriones i a la im- portancia que estos purdeii adquirir.

Poco iruporta que ellas I~ayan sido obtmidas de t a l o ciial ma- nera, le cuestiou es que ellas estén de aciierdo coi1 los Iiechos obser- cados; i el serior Casanova, a l crit,icar nuestro proyecto dex& haber- nos deinouiiado de una manera científica que esas concliisiones que nos han servido de base son inexactas; que en -cuanho a ni i opiiiion lisa i llana iio egtamos obligados a acatarla.

A propósito de los vientos, el señor Casanova nos hace una ob- servacion mui justa de indicarnos que los vientos del SO.. respecto a la bahía de Valparaiso. no son Ion dominantes sino los reinantes; pues hubiera siclo de desear que no@ hubiera dicho cuáles sonvientos

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PAR.^ VALPAXAISO 129

dominante^ i cuáles reinantes, pues ~ i i i dejar de ser exacta su obser- racion aplicada a l a bahía de Balparaiso, la apo-a con este a r p - mento: ';Que los vientos del SO. no son dominante8 i que por el .' coutrario son los reinantes en l a cdsta de Chile, '' cayendo así me- diante esta jeiieralizaciou en un error; puesto que un viento de SO. puede tambien ser dominante en un tratno de costa orientada con- venientement,e.

Viento reinante para uiia localidad dada es aquel que sopla coi1 mas contancia en un cierto período de tiempo i vient'o do. minante aquel que ejerce uu mayor efecto: para clasificar el pri- mero se toma como base su constancia i para el segundo su in- tensidad de acciou ; pero un viento reinante, en una costa orientada de cierta iilanera, puede producir las iiiayores ajitaciones del mar i, por lo tant,o, un maror efecto que piiede predominar sobre los otros.

En l a costa de Chile sabemos que los vientos mas constantes o reinantes son los del SO i ellos pueden tambien producir ajitaciones t a n violentas co~iio los del SO, segun sea l a orientacion de la costa. E n toda bahía abrigada de los vientos del SO como en la de Galpa- raiso, por ejemplo, los vientos drl NO serán los dominantes; pero in- vi6rtase l a hahía de Talparalso de modo que los cerros que forman l a punta de (:ut.aumilla l a abriguen de los vientos del MO, quedando así abierta a los del SO i teuclremos que estos vientos soil, a sil vez, los dominantes por ejercer sus accioues con maFor intensidad den- t rode ella; i esto mismo pasar& en todo tramo de costa, r ada o puer- to , que se encuentie en las misniax condidonos de orientacion que las que hemos supuesto para Talparaiuo.

Rajo el punto de vista práctico de las construcciones marítimas, sólo interesau al iojeniero el conocer aquellos movimientos del mar, que por BU magnitud pueden ejercer un mayor efecto sobre las obras que t ra ta de construir, i sobre los movimientos de las arenas a lo

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largo de l a playa que ee t r a t a de utilizar para l a construccion de un puerto artificial.

Las corrientes i mareas que se sienten dentro de la bahía, por su poca intensidad, i las condiciones locales f a r o r a b l ~ s en que ejercen su accion, pueden considerarse sin influencia alguiia sensible; las unas por las modificaciones que pueden producir !en el movimiento de las arenas, a causa de su poca velocidad, i las otras por su efecto a causa de las desuivelaciones del' mar i por las corrientes que tam- bien producen. -

El estudio completo de las mareas, ademas de su importancia bajo el punto de vista científico, es de suma necesidad en aquellos mares donde sus acciones, alcanzando cierta magnitud, pueden ser el oríjen i la causa max preponderante sobre l a marcha de los allu- viones, o influir sobre el mayor o menor tirante de a,gua a l a en- t rada de un puerto i de sus obras interiores.

>lui necesario es, pues, su estudio completo, en aquellos mares donde la diferencia entre l a a l t a i l a baja, marea puede influir en la navegacion, o en aquellos p u ~ r t o s establecidos en las cercanías, en los desernbarcaderos o en el interior de los rios navegables, en los cuales estas diferencias producen corrientes debidas al flujo i reflujo que pueden, por su accion sobre las arenas del fondo, moditicar l as curvas del nivel de una manera sensible.

Tienen tambien su iniportancia en aquellas pla,xas de lnui suave-pendiente, que conteniendo arenas mui fina^, son sucesiva- mente ciibiertas i descubiertas, en grandes esteusiones, en cada alt'a i baja marea; siendo así susceptibles de un iápido t lasporte debido a los vientos o a las corrientes prodiicidas por las mismas mareas o por los vientos dominantes. Es en playas de esta natu- raleza en que, bajo la accion combinada de las olas, del viento i del sol, tienen su oríjen las dunas que se forman a lo largo de ciertas costax.

Las mareas tienen tambien su iinportancia por las corrientes ilue producen en a.quellos mares pequeños, puertos o radas qatura-

?es mui eetensos: que tienen comunicacion con el mar libre por u n a

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entrada mas o menos estrecha i en loscuales se forman corrientes de entrada i salida que es mui necesario conocer.

Pero la bahía deCalparaiso no t>iene ningunode los incouvenien- tes que acabamos de ano ta r ; i en l a pla'ya de Viea del Alar, apénas si las diferencias de mareas descubren cuatro o cinco metros de pla- y a constituida por una arena gruesa que el vient'o apénaspuede mo- ver. Bajo este punto de vista iiuestro mar puede considerarse como un mar sin mareas, i por lo t a n t o las acciones que ellas pueden ejer- cer en una costa de la naturaleza de l a que nos ocupainos, son rela- t,ivameute insignificantes.

Basta, por lo tanto , para el injeniero, el conocer los datos jene- rales sobre lasmareas, que liemos anotado en nuestro informe, i que nos (la. por lo niéno~, idea de su intensidad máxima, para compren- der que no ejercerán una accion preponderante que pueda influir so- bre el movimiento de las arenas a lo largo de la costa.

~Z .. ..

Lo iiiismo que hemos dicho sobre las iiiareas puede aplicarse a las corrientes que se notan dentro de la bahía de Valparaiso. Todos los datos recojidos i todas las observaciones hechas, está11 de aciier- do en dar a estas corrientes una relocidad m h i m a de un inetro por segundo.

Xo podeinostarnporo en estecasoprescindirde lascondicioneslo- cales, puesto que una corriente de una velocidad igual a la indicada para Valparaiso. puede producir un arrastre considerable de arena, en sumismadireccion,silas condiciones rle la playa le son favorables.

Hai playas en que este niovimiento es debido principalmente a las corrientes. Así, por ejemplo, Port-Said, situado en una playa bast,ante estensa i de poca pendiente, constituirla por areiias muy finas, est& constantemente espuesto al embancamiento producido por las arenas que vienen del oeste, debido a la impulsion de l a g ran corriente del litoral mediterráneo, que se forma a causa de los vien- tos dominantes que soplan del XO. EI canal de entrada de este puerto se h a defendido cont,ra el trasporte de arenas por medio de

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dos rompe-olas, de los cuales el del oeste es el mas largo, alcauzan- do a 3,000 metros, i cuyo cabezo está fundado en honduras de 9 me- tros, teniendo aun así que recurrirse de tiempo en t iempoa los dra- gados para conservar las profundidades primitivas.

Cna velocidad aun menor que lm por segudo, es la causa prínci- pal de un trasporte considerable de arenas en la costa O del mar Báltico al rededor del puerto de Liban. Este puert,o está situ&do en una plava de arena sumamente fina i cuxa pendiente solamente al- canza a 0.mO06 por metros: se comprende que en estas coiidiciones, a la menor ajitacion del mar, las arenas remoridas por las olas en una estension bastante grande seaii arrastradas por l a corriente lo- ca1,producidapor los vientos dominantes cuyadireccion es de S a N.

31uchou otros ejemplo8 se podrian citar,enqiie las corrientes son lacausaprincipal del movimiento de los aluviones a lo largo de una cost,a; pero en la bahía de Yalparaiso i en l a p la la de Vilia del Mar, su acciou es mui secundaria debido a las condicioues de la playa que son sumamente favorables.

Las corrientes puea, en nuestro caso, notienen gran importancia basta con los conocimientos jenerales que tenemos de ellas para

poder apreciar su influeiicia aohre l a marcha de las arenas

C o x n i E . \ ~ ~ s s r r ~ E n ~ i ~ i ~ ~ E s . - D e c p u e g de a t ~ i - huir estaseorrientes a la aecion de los virntos,dice 6.1 autor: "En la calma l a contra-corrii~nte se aeen- "tila i adquiere sil niag-or velocidad," f rase qiie equivale a ata: despues quc cesó l a accioii del va- pur sobre los 6iiibolos de la locoiiiotora se aiieii-

tiia le vrlocidad (del tren-D. Casanov:,.

(dnnlrs del Iust~totodeI~jenieros, .\lar0 1899, pij . 544.)

81 ocuparme en mi infuruir de las corrientes que se producen en la bahia cle V&ifiaraiso, hago notar el heclio sig3ieilte (p$j. 30): que l e contra-corriente que se forme dentro (le la bahía, en ciert:~, época

C

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del año, i que coutornea la costa deade Viña del Alar hasta Punta Snjeles, donde Ee junta con la corriente principal, adquiere en los momentos de calma mayor velocidad.

El señor Casanova no se esplica este hecho, o al menos, no t r a t a de esplicáreelo, rechazándolo desde luego, como si este fuera el caso único en rlue los múltiples i variados fenómenos que nos ofrece la naturaleza., no estuvieran aparentemente en contradiccion con las teorías.

L a esplicacion de este hecho es, sin embargo, mui sencilla, i no hemos tenido que recurrir a ninguna teoría, puesto que ha sido de- dncido de la observaciou misma. Hemos dicho en niiestro informe que la corriente costanera es casi constante en la temporada de ve- rano en que soplan con regularid& los vientos del SO i inertes viec- tos del Sur. Esta corriente, viniendo del Sur i al llegar a Punta An- jeles, sigue recta con su direccion primitiva de S a X; pero a causa de la con6guracion de l a costa pasada esta punta, se produce una contra-corriente derivada de la principal, que tiene una dirercion contraria i cuyas causas hemos esplicarlo.

Estas corriente:, una vez producidas. persisten jeneralmente toda la temporada de verano, aunque cese el viento al sentirse den- t r o de l a bahía; por l a mi8niarazonque durante las calrnas,las olas, obedeciendo a la impulsion de vientos anteriores, continúan formhu- dose a traves del Océano por un tiempo mas o mEnos largo. Ade- mas, es mui cnmnn observar el hecho siguiente: que aun ~ o p l a n d o iuertes vientos sures afuera, pasada la línea NS tanjente a Punta Anjeles, dentro de la bahía hai una calma relativa, debido a la pro- teccion de los altos cerros que la cierran en esta direccion.

Segun esto, la contra-corriente de que hemos hablado, siendo de- rivada, de l a corr ient~ principal, persistirá miéntras que ésta. exista, i recorrerá su traj-ecto coi1 una v~locidad dada; pero ella será a su vez retardada o acelerada por otras causas, que pueden ser las ma- reas o los iniamn~ vientos. Teniendo la contra-corriente una direc- cion mas o méuos de S a S, sucederá que, cuando'soplan con fuerza dentro de la bahía los vientos del Sur, t end~rkn a rechazarla sin in-

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134 LOS .I'ROPE(:TOS D E D ~ R S E X . A S

fluencia producir& una disruinucion eu s u velocidad; cuando hai calma, no siendo influenciada la contra-corriente por el viento, ten- drá una velocidad normal, i se sentir&, por lo tanto, con mayor in- tensidad dentro de la bahía.

En resúmen, i refiriéndonos siempre a l a bahía de Talparaiso, podemos decir que, cuandoseha formado lacontra-corriente i que h a adquirido una velocidad dada, ésta disiiiinuirá cuando se sieute con fuerza el viento Sur, i tomará toda su velocidad primitiva cuando hai calma.

Se ve, pues, que nuestras espresiones son perfectainent'e correc- t a s i que nada de comun ni de equivalencia tienen con los émbolos (le las locomotoras.

Osnas D& \~-~nn.>s.- . i ~>l.ol>ijsito de I D ~e loc i - dnd con que In onda de iIiai'eo se ~iropag-i rle S n S. dice el ;~i i tar , "que delinridi? de la ~>usiciou dc In "costa." .ilirii.a,úieii. la fóriiiuln qiie d a In velo- cidiid de no iiiiaiiio 1,uiito de In undii iir nimeti - <:S v="'xH, funciai i de la i~iteiibi<la<l (le la. prare- dad r, i de l a 1i1.ofundidail H <Ir1 iiiai'; 1iri.o iio ili' In posicioii de la. coat:i.-11. C;~,.isniioim.

(.li,nles del Iiistitirto ,Ir: I~!jriiiei.os. -\Iny« de 1398. ptíjiun 54:).

Por la ohser\-aciou anterior, se \-e que el selio.Caeanova encueii- t r a impropia l a espresion empleada en mi informe (páj. 31), de que l a velocidad de propagacion de la onda de marea, ru el caso parti- cular de que nos ocupamos, depende de l a posicioii de la cost,a.

Sin embnrgo, nada hai mas exacto, i el que l a fórmula teórica indicada-sumamente sirnpliiicada-no esté en funcion de la posicion de l a costa,, esto no quiere decir que 6sta no influya oobre la veloci- dad de propagacion de la onda de marea, cu-a% irregularidades a traves de los mares i a lo largo de los ro~i t inent~a, so11 debida3 -1ia-

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blando prácticamente-a los obstáculos que por todas partes en- cuentra i que se oponen a la regularidad de su propagacion.

El que su velocidad dependa de la profuudidad del mar, no quie. re decir que no dependa taiiibien de la posicion de la costa, puesto que la una es funcion de la otra. Por la misma razon se podria de- cir, que taiiibien es impropia la espresion perfectaniente exacta de que el t,ieiiipo de las oscilaciones del péndulo depende de la latitiid del lugar porqiie la iornia tr6rica t=r J r r o está en funcion de la

(I

latitud, sino de la graredad g i cie la. lonjitud 1 del j~6ndUlo. La. reloc.idad con que se muere la olida de niarea; al propagarse

n lo largo de los coiitiupnte?, depende de muc.lins circunstancias, que Iiacen qiie,eu 1;-1 jeneralidad de los casos, sea mui diiícil determinar l~ por medio de fórmulas teóricas jenerales i de f&cil aplicacion. De aquí que sea mui esacta la espresion del eminente jeógrafo Elisen Reclns ciiando, al ocuparse de las mareas eu sil ohrit "La Tierra," dice lo siguiente: "r'iiaiido se t r a t a de sesuir las niareas en si18 r ia- " jos i sus fluctuacioues a traves de los iiiarez, no basta conorer las '; l e ~ e s íte la gravedad i de calcular con la precision l a mas r igi i ro~a " la marclih i posicioii de los astros, es necesario tambien conocer " todca los hechos relacionados con el movimiento de los fluidos i " saber aplicar a todos sus fenómenos de aceleracio?~, de atraso, de '; cruzamientos, de interferencia, de eqiiilibrio, las fórmulas las iiias " complicadas i las mas minuciosas de las altas matemáticas; en Bu " es indispensable nada ignorar ezi cuanto a la forma de las costas i '; a las tlesigualrlades del fondo del mar." -

Lafórmiila Y=\/ gH es la fórmula teórica reducida a su mas simpleespresion, sólo aplicable para un mar ahierto, en que l a onda de marea se propaga libre i regularmente. Ella no es aplicable sino en aquellos puertos, enque la onda viene mas o riiénos perpendicu- larmente a la costa i a t rares de una estension libre de mar, i que se encuent,re adema8 vecino a las mas grandes profundidades, i delante del cual1a.s corrientes de marea no son desviadas por ~ ~ i n g u n a infle- xiou notable de la costa, debido a bahías, canales o estuarios mes o méuos arandes.

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Pero cuando la onda se propaga tanjencialmente a la, cos- ta,-como en nuestro caso-el empleo de la fórmula teórica deja de ser prá~t~icaruente aplicable i no nos daria sino un resultado aproximado, puesto que habrfa que tomar en cuenta el valor del termino l3, que varia, en este caco, casi constantemente i de una manera rnui irregular.

Es por esto, que be prescindido cle esta formula, i que, para de- terminar le velocidad de propagarioii de 121 onda de maree en la cos- $a cercana a Valparaiso, he hecho uso de los datos práctico@, dados por la obser~acion directa del estableci~uiento de 40s puertos estiremos i bien elejidov a lo largo de ella; lo que nos da le velocidad real, sin tener que recurrir st la forma tebrica, que nos daria resultados 8610 apr.oximado~, dados los infinitos valores que puede tener el término H,-profundidad del mar, -cuSas variaciones ea rnui dificil por otra parte de determi- 11 ar .

T al hacer uso del establecimiento conorido de dos puertos cercanos, habria eido u n a gran falta de mi parte el prescindir, para la eleccion cle estos dos puntos, de turnas en cuenta la posieion de la costa intei-media entre ambos, i de cuya regula- ridad de X a S, direccion con que se propaga, Ta marea, depen. de la exactitud del resultado obtenido. Es por esto que, al ha- cer uso del Establecimiento de los puertos de Coquimtio i Val- parlziso, para determinar la velocidad de Ia onda de marea i al indicarlo asi en mi informe, llamo Antes la atencion del lector sobre el hecho de que, en nuestra costa, la onda de marea pro: paghndose de N. a S. i tanjencialmente R ella, su velocidad ecJ variable, dependiendo de la posicion de la costa: sin que esto quiera decir que no sea cierta o que ignore la fórmula te6- rica.

El señor Corderriog, en su informe sobre los puertos de Cons- titurion i Corral, publicado en los ANALES del Instituto de Inje- nieros, a1 referirse a la onda de marea i haciendo notar las irregularidades de BU propagaciori a lo largo de la costa del

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Pacífico dice: "Creo que es necesario buscar la, esplicaciol de estas irregularidades, l." En la foriria de la cos t a i 2.0 En la profundidad del mar rerca de las riberas.

Bloi-irrres~o nE os .x~cr.ios~s.-Coi1 t an di- fieientcs datos sobre los airntes m o t o ~ e s (vientos, corrientes i mareas) pasa. El aiitor del informe 80- bre ei proyecto de Tiña del l l a r n ocuparse de la. marclia rlc la8 areiios.-D. Casanorn.

(.Io;iles del lnstjtcuto rle I n j e n i e ~ o ~ , Jli170 di. 1398, páj. 545.)

Anterioriiiente henios esplicadu la. iaiportaucia relatira que tie- nen, en la bahía de Valparaiso,las corrientes i iriareas sobre la mar- cha de las arenas; liemos visto tambien la, dificultad de llegar R,

determinar este movimiento por el solo conocimiento, aunque sea completo, de los vientos i que la manera mas segura i rápida de Iiacerlo es por la observacion i el estudio detenido de l a localidad.

De laobservacion hechapor elSeííor Capanova, sedesprende que, para él, no hai otro medio para determinar l a marcha de los alnvio- nes a lo la,rgo de l a costa: prescinde por completo de l a observacion. Segunestono aceptaria, porejernplo, que sepuedad~teiminar l a mar- clia de la onda de marea por medio de la observacion, sin estudiar ántes sus ajentes motores, Sol i Luna, sus atracciones variables,ais- ladas o combinadas, i que sólo despues de hechos estos estudios, se puede pensar en determinar la propagacion de la onda de marea.

Prescinde por completo de la observacion de los hechos mismos j de los innumerables datos que elinjeniero puede recojer en el estn- dio de una costa; prescinde del estudio comparativo de las arenae, su oríjen, coinpouicion, color i tamaño. i en fin, de las condiciones locales que pueden influir sobre los t r ~ ~ p o r t ~ u , i que pueden tambien modificar not'ablemente la accion de los vientos corrientes i mareas. Para 81, parece que todo esto no tiene valor alguno.

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1, sin embargo, ensu artículo titulado 'LLamarcliadelosalluvio nes a lo largo de la costa de Chile" publicado en el mismo número de los .~X'\LES del Ins t ' i tu t ,~ , seve quein conscientemente h a aplicado el mismo procedimiento prdctico, que t a n t o le cuesta aceptar.

He leido con atencion e interes ente artículo i salvo ciertos erro- res i defectos de forma,, que podriau ser inoti~ro de una crítiea igual a l a Iiecha por él, pa,ra uua persona que se preocupase mas de la for- m a que del foudo; encuentro que las conclusiones a que llega sobre el movimientode lasarenas, i rliie son lasque tienen importanpia ha- jo el punto de vista práctico, son perfectamente claras i conclu~entes rejpecto a las playas de Llico i Pichilemu.

P a r a l l e ~ a r a ellas i siendo consecuente con las ideas emitidas en sus observaciones, debe, en cada uno de los puntos citados, haher he- cho observaciones conipletas, para lo cual tiene qiie haber i ~ s t ~ a l a d o un observatorio con todos los aparatos necesarios, i poder así reco- jer todos aquellos datos sobre los vieritos corno ser: su direccion, su duracion horaria i su relocidad liilométrica tanibien horaria; cono- cer las corrientes i mareas eii todas sus mas pequeiias manifestacio- nes t a l conio parece erijírnoslo. Todo esto mediante sus observa- ciones propias i por un cierto uúmero de años, para poder obtener un promedio jeiieral que pueda se~virle de hase para sus conclu- siones; puesto que en niuguiio de 10s puntos consultados se hacen, al ménos que yo sepa, observaciones ni siquiera iguales a las que se hacen en Valparaiso.

& H a cumplido el seEor Casanova con todos estos requisitos con la exuberancia de detalles que pide en nuest,ro cano? i H a recojido todos los datos completos de los ajentes motores, como nos lo exije, para poder llegar a definir la marcha de los alluviones?

Contestaremos a estas preguntas a.nalizando su mismu artículo ya citado,i de lo cual podremos deducir el procedimiento que h a em- pleado para llegar a conclusiones que, como hemos dicho, son per- fectamente exactas.

E n el capítulo primero t r a t a de demostrar que no hai trasporte jeneral de los alliiriones en una direccion dada, i para ello nos ci ta

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una serie de ejemplos tomando punt'os bastante distantes unos de otrosen todo el largo de la costa: nos muestra iina seriedeplayas de arena niui cercanas entresí,separaclas s61oporpnntillasrocosas,que se int,ernau mui poco en el mar, i que se oponen como una barrera a que las arenas de unas i otras se mezclen, a pesar de la poca distan- cia que las separa i de las condiciones mui favorables de l a orienta- cion de sus costas con respecto a los vientos dominantes: nos cita el ejemplo de plazas situadas eii una misma haliía que son, sin em- bargo, de oríjen esclusivamente local, i nos lo prueba con el estudio que hace de las arenas de estas playas, comparando su color, com- posicion i tamaños respectiros: nos cita como prueba l a desembo- cadura de los rios que tan luego es desviada en una direccion como en o t ra : llegando, por ultirno, despues de estas consideraciones, a deducir varias iriiportantes conclusionen, cuxo sentido puede reasii- mirse así :

1 . O Que no Iiai trasporte jeneral a lo largo de la costa de Chile, en una direc~ion determinada i coristaute.

2: Que no sólo pasa esto en un largo t ramo de costa sino tam- bien en una bahía mas o méuos estensa. Así en la costa de Iquique, en una lonjitud de ocho kilómetros mas o mrnos, se encuentran tres distintas playas de arena: en Coronel en tres kilí~metros hai dos playas distintas, i

3.0 ilomo consecuencia de las anteriores-Que el oríjen de las arenas de cada playa es solaineiite local.

Rajo el punto de vista prhctico, estas conclusiones son de gran alcance i de una aplicacion inmediata. Un injeniero con conocimien- tos de ellas i que quisiera utilizar una de estas playas para la ubica- cion de un ante-puerto sabrBja de antemano que siis obras no esta- rSn espuest,a.i a embancamientos debidos a las arenas trasportadas desde grandes distanr.iss, i si a esto se aprega el couociiiiiento de las condiciones locales como ser: la importancia de esta playa b ~ j o el punto de vista de su largo, la pendiente de su fondo,el grosor de sus arenas, sus abrigos i orientacion respecto de los vientos dominan- tes; puede llegar a determinar con precision si los morimientos loca-

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1 4 0 LOS PROYECTOS DE D ~ R S E N A S

les de las arenas, que en estos casos son siempre de poca magnitiid, podrán ser o nó un peligro para l a conservacinn de las profuudida- (les en un tiempo mas o ménos largo.

Vemos pues que, para llegar a esplicarse el r6jimen de estas pla- yas, Iialiecho uso solamente del estudio particular de cada una de ellas. S o nos habla de los ajentes motores, vientos, corrientes i ma- reas, iii Iia necesitado tomarlos en cuenta para llegar a conclusiones prácticas perfectamente exactas i de inmediata aplicacion para el efltuclio de un projecto.

¿Qué de estraño le es que, mediante los mismoa procedimientos, hayamos llegado nosotros a det,eriiiiiiar, con la niisma exactitud, la marcha de las arenas a lo largo de l a costa en l a bahía de Yalpa- raiso '?

Eii e: segundo capítulo de su iiiteresante artículo, nos habla y a de la accion de los rieiitos; pero solarurnte con el objeto de esplicar- nos la causa de la fijeza aparente de estas playas i de los moviinien- tos locales a que están sujetas; atribuyéndolos principaliriente a los ~ ieu t 'os reinantes del SO que, mediante la accion que ejercen sobre Ias olas, arrastran las arenas de S a 3 a lo largo de l a plaj-a en Epocas normales; trasporte que a SU vez es contrarrestado por 1s accion iiiénos constaiite, pero mas poderosa, de Ins teinporales que produ- cen los vientos del IVO, que invierten l a marcha de las arenas vol- riSndolas al Sur.

No nos habla del trabajo de est,os vientos i 8610 ha, necesit'ado conocer datos mui jenerales sobre los que ~ o p l a n de l a mitad del compas que mira hBcia el largo. E n cuanto rt la accion de los vien- tos del Sur del Este, de Oeste i demas intermedios, que tamlien soplan en.estas playas, lo mismo que la accion de las corrientes i mareas, no las nombra: L ~ o i - qué? S o nos lo dice en su artículo; pero es de suponer que noles d a importancia alguna, a causade que, ejerciendo estos vientos, corrientes i marea8, acciones si no nulas, al mé~ios iiiui pequeiias. su im~iortancia desaparece ante la magnitud de las anteriores.

Este eegundo capítulo tiene, pues, un interes mui secuiidsrio,

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puesto que, bajo el punto de vista práctico, mas importancia tiene el conocer los heclios que la esplicaciou de ellos. El primer capítulo in- teresa particularniente a la injeniería práctica i el segundo a la ciencia.

Del anblisis del artículo publicado por el Sr. Casanova, venios que le ha bastado el conocimiento mui jeneral del réjimeu de los vientos, resultado de observaciones mucho mas deficientes que las rlue tenerno8 en Valparai~o, i el estudio detenido de la localidad, para deteri~iinar el mo3-imiento de los alluviones t an to jenerales co- mo locales.

1 por último, al hablarnos de la baliía de Valparaiiro, nos esplica tambieu el movimiento de las arenas? en el cual hace intervenir 1% accion de los vieiitos reinantes ,SO i las de los del ,Vi S O , espresjn- dose casi en los mismos términos i tlomaudo en consideracion los mismos vientos t a l como lo liemos heclio en naestro informe al ocu- parnos de la playa de Viña del Alar.

'\o dudo de quelasconcli?sioiies jenerales a que llega el Señor Ca- sanova sean exactas aplicadas a las playasdeI,lico, Pichilemu, Iyui- que i otras, que h a esludiado personalmente; pero, al querer jeuera- lizarlas i pretender aplicarlas a l a baliía de TTalparaieo, sin tomar en cuenta sus condiciones locales, ha caido en un gravísimo error, llegando a conclusiones coiitrarias a la realidad de los lieclios.

En Valparaiso, nos dice, todas las areuas que se forman desde Puiita dujeles i la8 que arrojan los cauces i esteros al iiiar, a lo lar- g o del malecon, son arrastradas en tienipos normales hácia Viiia del Mar donde van a formar esta playa, siendo así este punto el re- ceptáculo dondeellas se depositan. Pero, si el Señor Casanova hubiera estudiado este tramo de costa, a su siiilple vista habria comprendi- do que esto es complet,ameut,e imposible; para que ello fuera así, se- r ia necesario suponer el absurdo de que esas arenas al ser arrastre- das a lo largo de la costa, piidieseil llegar hasta YiRa del Mar sin depositar arenas a su larxo, ni formai' playas en su trayecto, ni de-

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142 LOS PnOTEcTOS DF: D ~ B S E X I ~

jar aun rastro de si1 paso entre los Iiuecos de las piedras que encuentra en su camino.

En el capítulo primero de su artículo xa citado, nos presenta las playas de Iquique, Coronel i otras, muclio ini.uos abrigadas de los vientos reiiiantes que la de Valparaiso, i eii donde una sola puntilla rocosa es suficiente para determinar una eeparacion absoluta entre ,(los pla,jas de arena, impidieudo que las uuas se mezclen con las ot ras : i siu embargo, eri nuestra Iialiía, mui abrigada de lo8 rient-os reinantes, i donde la costa, salvo uno que otro espacio mui limita- do, ea rocallosa i de rSpida peiidiente, las arenas, segun esta teoría, tienen que atravesar iina larga costa rocosa de mas de oclio kilúme- t ros de largo, saltanclo puntillas ipasaudo por profundidades has ta de O metros, para irse a depositar en Tiiia del Mar sin dejar rastro en su camino.

" Este trasporte liácia, Tiña del Mar, agrega, se hace en @pocas " normales; con los temporale~ del 50 las arenas que han llegado ;' hasta esta p la ra son a su vez rechazadas Iiácia el Sur para irüe a " depositar en el seno de l a bahía." Ahora bien, como estas aiterna- t i r as en el tiempo pasan periódieameiite todos los aEos, resulta que, en el trascurso de 61, las arenas van has ta Viña del l l a r i de~pues vuelven hácia e1 seno de la bahía. Si receptáculo Liai en este caso será mas bien en este lugar, donde segun su teoría van a depositarse defiiiitivameiite.

El Sellor Casauov~, por las observaciones quehace, se r e que ~e Iia preociipado mas en bnscar por quG medios lie llegado a. definir el moviiniento de las arenas, que de probarnos si las conclusiones a que liemos llegado son o iió exactas.

Xo nos dice si la ~elocidad mhsinia de las corrientes es o u15 ma- yor,si los datos apuntados sobre las iiiareae son o n6 exactas i si la resultante que hemos ohteuido de los vientos, bajo el punto de ~ i s t a de s u constaiicia es o n ~ í la verdadera; i por iíltimo? cuál seria, en

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caso de diferencia, su influencia sobre l a direccion en la marcha de los alluviones.

1 precisamente aquellas conclusiones a que liemos llegado sobra el movimiento i oríjen de las arenas de la pis;-a de \-ilia del l i a r , me- diante el estudio deteuido de la lvcalidad. inas que del coaocimieiito de los vientos, lascorrientes i mareas so11 mui distintas a las obteni- das por su teoría i cuyo error demostraremos mas adelante.

O R ~ J E S ni, LA F L . L I . ~ uir \ Í X . i ueL .\l.iir.-l,aa quebradas arrastran rii iiirii,rno giundes cnntida- des de aluvioiins qe se vau del~ositacido, en part,r, al piú del irialiicon de donde sigiien paco a poco 116- icia el Este coiiio lo prueba el lieclio de existir allí la playa de Tiiia del Alar. E s t a playa es el receli- t5ciilo doude se lian acuiuiilado i sig~icii acuniu- Iándose los ~inrticulos iiiar, diiros de loscoiilpouen- tes de las arenas qiie se produce11 en cl t r amo de costa que va desde In Puu ta Injr!cs n la. Pun ta de Concon i eqiiivele al rrcelitáculo o clinrco que PP

formará en el piiuto nias bajo de una con1nrr.a coi1 las agiiac <pie siiiuiziistr~ii las ],artes altas-D. Caiisaiio~.n.

(.hales del liistitiito r le Ii!jerii+?i.o~. hlaj-o rl? 18CJ.7, p5j. .jlU.)

l u t e s (le entrar a demostrar los errores que contiene la obserra- ciou que encabeza este pBrrafo, iio está de iiias que recordemos i a ~ leyes jenerales que se refieren al movimiento de las olas al rerentar en una costa, i su accion de arrastre sobre las arenas que se encueii- t ran a lo largo i en el fondo de las pla,gas.

E1 resúmen que sigue es est,iactado de la iiiiportaute inemoria

de Coriiaglia titulada "Las corrientes de fondo en los líquidos al es- t ado ondulatorio " i publicada en los Bnales de Poentes i Calzarlas de 1881. 31e be servido tambien, p:iia coinpletar este iesfimen, de las memorias publicadas por Flainant sobre la "Teoría (le l a olida

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144 LOS PROYECTOS DE DÁRSGSAS

solitaria" i l a de Saint Venant i Flamant. sohre " L a Houle e t le Clapotis."

Estas tres memorias dan en s u conjunto la esplicacion de todos los liechon relacionadov con el movim:entodelas olas, desde sus rilas pequeñas hasta sus mas potentes maiiifest~aciones: i todas ellas es- t á n a su vez de acuerdo,en lo que se refiere al movimiento ondulato- rio de las ondas, con l a Eaiiiosa t,eoría de Gerstner, aceptada lioi dia por todos los injenieros hidr&ulii:os, por ser la qus (está mas confor- 111e con l a realidad de 1;s Iieclio~.

Prescindamos de como se foriiiaii las olas bajo el impulso del viento,co&o est,as ajitan i cesan de ajitar el agiia, i considerémoslas en estado y a de moviniiento i a l llegar a una pla\-a de arena de peii- diente mas o m6iios suave, como lo son en la naturaleza i como lo es la pla.ya de Viña del Xar .

Las olas, a l llegar a honduras mas i mas decrecientes, pierdeu poco a poco sii velocidad i convierten su inovimiento oiidulatorio en un moviiiiiento de traslncion. Po r efecto clel roce en el fondo i o t ra causa que veremos niaa adelante, l a ola ronipe, c e e n d o de . mas o mí?nos altora; produc.ieiido una especie de cliorro de agua que avanza robre el fondo con una velocidad t an to mas grande? cnanto mayor sea la ajitacion del mars e i r5 mas lrjos iniSnt'ras menor sea la pendiente de la p l a ~ a .

L a ola, al romper i coiivertir sus iiiovirnientos ondulatorios en iiiio de t ra~lacion, ~ ~ r o d u c e uria corriente ascendeute de la misma direccion que el iiiorimiento de la ola. Ida velociditddeest,acorriente es mayor en el momento qiie se produce el chorro, estando la.; mo- I6culas de agua que la. componen anima.das de velocidades iniciales mas i mas decrecientes, inivntras mas cerca del fondo se encuentreii.

El mBxiniun de esta corriente directa o ascendente-términos quc einplearemo8 indistintamente-precede siempre a la vertical que pasa por el v6rtice o cresta de la ola, siendo el inovimiento másimo risible, aquel eri que se produce el cliorro de agua.

El líquido, con una velocidad inicial positiva, t an to masgraiide, cuanto mayor ha sido l a velocidad de l a onda o su movimiento

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ondulatorio, asciende por l a playa, yendo mas o ménos Iéjos, segun sea la pendiente libre de ella.

El espesor de esta corriente dismiiiuye desde el momento eii que se produce el chorro has ta el termino de su carrera, debido a l a relocidacl inicial distinta, de que estan animadas las molí.culas d e agua i que disminu).e de la superficie al fondn.

La direccion de e3ta corriente 1i%ce, coi1 l a línea perpendicular a la playa, un ángulo; inas o mEnos grande, segun sea la pendient,e de ella i la direccioii del viento, que l a impulsa en su c:irrera en l a mis- m a direccion.

Las fuerzas a las cuales las corrientes producidasestán espuestas en sil movimiento de ascension son: 1." L a componente <le l a gra- vedad paralela al fondo. ? . O I,a reaccion recíproca de las moléciilas en su moviuiieiito. 3." El frotamiento clehido a l a viscosidad del líquido, a las aspericiades i porosiclacl del fondo,i en fin, a la resisten cia del aire.

L a componente de lo gravedad es contraria al moviiniento, puesto que el peso obra. eii sentido opuesto a la velocidad inicial i l a destruye t an to inas rúpidainriit,e cuanto manpendiente sea l a playa.

Las resistencias pasivas del frotamiento i del aire scii taiilbieii opueat,as.

L a velocidad (le la corriente irlí, por lo tanto, disminuyendomas i iiias, Iiasta que estas resisteiicias equilibren el esfuerzo inicial con que principió, cesando, por lo tanto, el movimiento.

Coucluido el movimiento asceiidente, sigue un momento de repo- so? clespiies del cual las moléclilas de agua resbalan por el mismo plan, produciendo así otra. corriente de sentido inverso o des- cendente.

Eii este período de descenso, las fuerzas ~ e r & n las mismas que para el período de ascencion, con algunas niodificaciones en lo que concierne a la, reaccion de lar. moléculas; pero las resistencias obra- rán, no y a de arriba a abajo como anteriorineiite, sino de nbajo a arriba.

Si el plan del fondo es bastante estenso para que el chorro pueda

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146 LOS PEOTECTOS DE DÁRSESIS

estenderse sobre 61 hasta detenerse por sí solo, l a velocidad inicial con que parte l a corriente descendente ser& nula; si, a l contrario, encuentra un obstáculo que lo haga retroceder bruscamenteJ la ve- locidad inicial será igual n l a velocidad con la cual el líquido está obligado a rolver a t ras a causa del choque coiitra el obstáculo. En el primero de los casos considerados el líquido al descender partir5 con ana, velocidad mas pequeña (o al ménos igual si ella es nula) que l a que poseia al subir, cuando llega al thmino de su cai.rera..

L a corriente dcscendente comenzar& por acelerarse, bajo l a ac- cion de la componente del peso, hasta que las resistencias se le igua- len; a partir de este instante el movimiento dismiiiuirá hasta cesar completamente: en todo caso la velocidad de esta corriente ser6 tan to mas lenta cuanto menor sea l a coniponente del peso o, lo que es lo mismo, que la playa sea ménos inclinada.

En el riiomento en que l a corriente inversa o descendentepenetra en l a masa de agua, sufrirá, un retardo mui r6pido; pero a l penetrar bajo una capa mui delgada, habrá adquirido una velocidad tant,o mas grande cuanto ma.yor sea la' pendiente i cuyos efectos podrán hacerse sentir sobre el fondo aun a distaucias bastaute grandes.

En este momento de penetracion la ola siguiente encuentra., mas o méuos léjos segun las circunstancias, en su período de ascension, a la corriente descendente i como encuentra resistencias mas peque- ñas en su parte superior, enjendra esa especie de voluta, queseobser- va inmediatamente Bntes que l a ola se quiebre en l a playa.

Estos dos movimientos, que acabamos de analizar, no soii continuos en un eenticlo u otro, sino que es iin niovimiento alterna- tivo o, mas bieu dicho, un verdadero iiioviiniento intermitente de vaiven, que sigue constantemente las faces de l a ola en la superficie, i, por lo tanto, liahrá instantes durante el camino de uunola entera, en que el líquido quedar& inmóvil.

Las velocidades comparativas que tienen estas dos corrientes en un mismo punto a lo laigo del fondo no son, por lo jeneral, iguales i hai siempre preponderancia de l a una sobre l a o t ra se,gun el puiito que se considere.

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Si las resistencias fuesen iiulas i si las velocidades iniciales a la subida fuesen iguales a las velocidades finales a IR. bajada, el líquido en l a asceusion como en el descenso, conservará la misrna velocidad en su pasaje por los mismos puntos; pero, debido a las resistencias que retardan continuamente ambos inoriiiiientos i a las velocidades iuiciales distintas, el Iíquirlo tiene en cada plinto de sil descenso una velocidad mati peqiieíia que la que tuvo en l a asceusion en el mismo punto, i ella ser& mas i !nau peqiieria miéutras el líquido se encuen- t,re mas I~ajo.

De aquí resulta la pi~epori(1erancia de la corriente ascendente sobre la descendente i que será taiito mayor cuanto m6nos pendien- t e sea, la piaye. A iliedida que esta pendiente aumenta, esta pre- ponderancia dismiuuj-e mas i mas, hasta llegar a hacerse nula, pasado lo cual !apreponderaucia de l a corriente descendent,eaumen- ta rd en la iiiisina proporcioii, la cual liar& sentir principalmente sus efectos, pesada la masa Iíiluida.

Estas dos corrientes prodiiceii, como es natural, su accion sobre los cuerpos que se encuentran sobre las pla.gas. Si Ias molSculas líquidas encuentran un obstáculo a su movimiento, pierden mas ó ménos sii velocidad segun sea l a direceion del choque, ejerciendo sobre el obstáculo un esfuerzo que varia segun la forma i las dimeri- siones de este obstáculo i la inclinacion del choque, que en todo caso es proporcional a una ciert,a funcion de la relocidad.

Desde que se conore l a velocidad del Iíquido, es fácil calcular este esfuerzo o, mas bien diclio, la resistencia del obstáculo al movimiento del líquido.

No entraremos a aualizar las fórmulas que nos dan la resisten- cia de los cuerpos sometidos a la accion de estas corrientes; fórmu- las de suma importancia para el chlculo de l a estabilidad de las construcciones niarítimas i qiie inis colegas podrSn consultar en las inemorias gs ritadas.

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148 LOS P R O i E C T O S BE U ~ R E E X A S

Me limitaré íiuicamente a resumir las conclusiones que de ellas -se deducen para el caso de una plaga. de arena de granos mas o m6- nos gruesos i que, por sus pequeñas dimensiones, están espupstos a la violencia entera de las corrientes de fondo.

Los cuerpos tienden a ser movidos alternativamente hacia arriba o hácia ahajo por las corrientes que se producen, i para que sean arrastrados es necesario que estas venzan las resist,encias opuestas al movimiento, debidos a l a inercia del cuerpo. Para el momento de la ascensiou eatas resistencias son la coinpoueute pa- ralela al fondo i el frotamiento, que se le oponen constantemente, i para el período de descenso solame~ite el frotauiiento, puesto que l a componente paralela al fondo es del mismo seutido que la corrieute.

Es decir que, si las desigualdadfa que espre* ~ a n l a estabilidad del cuerpo no se encuentran satisfechas, este cede a las fuerzas a las cuales está sometido i se pone en movimiento.

K1 moviniiento tiene lugar o por que el cuerpo resbala sobre el fondo o bien porque rueda por efecto del volcamiento.

Segun esto, la@ arenas que se eiiciientrau en una p iara serán arrastradas por las corrierites producida*, pasando por todas sus alternativas de movimiento tal como lo liemos esplicado anterior- mente.

Si las fuerzas que producen estos movimientos de sentido con- trario, fuesen iguales en cada puiito, su accion se erluilibraria i los granos de arena serian sucesivamente empujados hácia la costa o hácia los altos fondos, sin tendencia a quedar en un lugar u otro; pero anteriormente hemos visto que este equilibrio no existe i que siempre hai preponderancia de una corriente sobre l a o t r a segun el punto que se considere; lo cual es debido a la componente del peso del CuQrpo paralela al fondo, que paralizri, i aiin sobrepasa mas o ménos la preponderancia de una corriente sobre In otra, componen- te que, en todo cnso, depende de la rnaSor o ineuoi inclinacion del fondo.

Cuando I t t pendiente de la playa es mui suare i en la que el cho- :rro puede euteudeiselibiement~, la preponderancia de la rorriente

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ascendente se manifiesta en l a parte de playa recorrida i es t an to mas grande cuanto mayor sea la intensidad de las olas; en este caso todos aquellos cuerpos de densidad igual o un poco inferior a l a del agua serán arrojados a l a costa, a causa de la velocidad inicial nula con que principia la corriente descnudeiite. Pero si la corrienete en- cuentra un obstáculo que impidesu d~sarrol lo haciéndolaretroceder, la velocidacl iuicial de l a corriente descendente será positiva i t a n t o mas grande cuanto mayor sea la fuerza con que el líquido está ohli- gado a retroceder, a causa del choque contra el ohstáculo; adqui- riendo así mayor preponderancia, lo que producirá un arrastre de los cuerpos Iiá.cia los altos fondos.

A medida que la pendiente de l a playa aumental aumenta tam- bien la componente del peso paralela al fondo, contrarrestando mas i mas la corrieut,e ascendente i ayudando, por el contrario, a l a descendente: habrk, por lo taiito, una pendiente dada, en que el va- lorde esta componente neutralice i aun sobrepase la preponderancia de l a corriente ascendente i los cuerpos tendvón irias tendencia a ser arrastrados hacia los altos foudos.

Pero cualquiera que sea esta preponderancia hai un punto en que los cuerpos de cierta densidad, se encuentran alternat,ivamente arrastrados en un sentido u ot ro con la misma enerjía,sin tendencia a quedar en un lado u otro. L a union de estos puntos formará a lo largo de la costa una línea neutra. pasada la cual, es decir liácia el largo, los cuerpos tendrán tendencia a ser arrastrados hácia lo^ altos foudos i los clrl lado de tierra a. ser arrastrados hácia la costa.

Las corrientes ohran sobre los cuerpos situados a lo laigo de la línea neutra, segun la espiesion de Coruaglia, a coup de bélier; de aquí que cuando la corriente ascendeii te, que ordinariamente tiene prepouderancia sobre la desceiidente, al ménos en una playa de niui poca pendiente, ejerce su accion por cualquier causa, de una manera inclinada sohre la plaga, los cuerpos en su movimiento alterriat,ivo serán a SU vez arrastrados a lo largo cle las curvas de nivel del fou- do, i janeralmeute en la misma direccion en que se dirije la corriente ascendente, describiendo, por lo tanto, su camino en forma de dieu-

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tes <le sierra o en zig-zag. Pero si la direcciou es normal a las cur- vas de nivel del fondo, los cuerpos sólo serhn arrastrados alterna- tivamente hácia arriba o hhcia abajo.

.\unque los cuerpos sobre la línea neutra no cambien sesiblemen- te de lug-r, siii embargo en sus oscilacioiies a lo largo del fondo i debirlo al frotamiento de los unos con lnil otros, se $ast,an, se redon- dear~ i aun so rompen.

1,a posiciou de esta línea neiitra varia seffun los cuerpos, la vio- lencir, de las ola^, rte., etc., i en fin con todos aquellos datos que en- t ran ei; el \-alar de las fuerza a, la accion de los cnales los ciierpos se encnentr'nn soinetido~.

En otros iéiminos, la, líuea neut,ra se nuciieutra t an to mas baja, r.uanto la njitacioii del lnar sea iiias grande, que el fondo sea ménos pendiente i qiie los cuerpos sean inas peqiieíios o mas l i~iai ios .

Po r no estenclerrne demasiado en estit co~fereneia, no entro a desarrollar la6 iinportautes co~ioecnenc.ias que se iledueen de este mor i i i~ i~n to a!ternntiro i las inodificaciones rlire puedeu producir sobre las pendieiites ile una, pla,ja. Ate bastará agregar, que Iue- diaute la aplicac.ion de los principios aniiuciados: se esplica de una manera rnui clara el avance o retroceso que esperimeiit,a una plaga de arena en el sentido perpendiciilar a las curras de nil-el. 1 son los trasliortes finales, tai i to a un lado como al-otro de l a línea neutra, cle 10s inateriales irias o ménos gruesos cliie forman una playa, los que a la larga son el oríjen de la foriiiaciou de los'demas i los que, facilitando esa tendencia del mar a rellenar e igualar sus fondos, forman esas vastas niesetas subrriariiias que se encuentran delante de aquellas costas fácilinente atacables por el mar, i en las ~ rox imi - clades de las f~ieutes abundant,es de arenas uuceptibles de ser arras- tradas por el movimiento de las olas.

.$demas de este morimiento de travlacion de las arenas'enel ent ti do perpendicular a las curvas ds nivel del fondo,las olas prodii- cen otro movimiento paralelo a pstav mismas curvas i cuxa magni- t u d depeiifie, para ,una ajitacion dada del inar, de l a pendiente de la playa i de la inclinacion e iutensidad del viento.

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P A l l A VALPARAISO 151

Las olas al reventar mas o ménos perpendicularmente a l a pla- y a i al correr sobre el fondo de ella con un espesor mas i mas delga- do, están espuestas a la accion del viento que ejerce sobre el líquido un movimiento de traslacion en su misma direccion. Se encuentran así las moléculas de agua, solicitadas por dos fuerzas; l a una debida a la corriente ascendente i que es perpendicular a las curvas de nivel i l a 0t.i.a mas o ménos inclinada segun sea la direccion del viento: la intensidad de la primera es variable, pues divminuye a medida que el líquido avanza hácia l a costa; l a segunda es conotante; las moléculas se moverán, por lo tanto, en su período de ascension, se- gun una línea curva parabólica i tanjente a la línea de mayor pen- diente de l a playa.

El líquido al descender describe una curva semejante en sentido inverso, mucho mas cerrada que la anterior, debido a la acoion ace- leratrie de la gravedad, que tiende a confundirve con l a línea de ma- yor pendiente de la playa, miSntras mayor sea esta pendiente.

Segun esto, los cuerpos situados en la parte de playa recorrida por l a ola, estando. sujetos por una parte, a l morimient ,~ alterna- tivo de las corrientes que se hacen perpendicular a las curvas del ui- ve1 del fondo i por l a ot ra al avance paralelo a estas misniascurvas; describirán su camino en zig-zag produci6ndose una progresion final de las arenas en una direccion horiioutal i paralela a la costa i en el mismo sentido de la direccioa del viento.

L a rapidez de este movimientcr depende, de la pendiente de l a playa, de la intensidad i direccion del viento i de l a denl~idad de los cuerpos; en igualdad de circunmtancias i par& una ajitaciou dada del mar será mas rBpido cuanto menor sea In pendiente, mayor la intensidad del viento i mas finas las arenas.

L a intensidad de este movimiento de traslacion, que adquiere su máximo en la parte de playa espuesta a la accion de las olas, v a disminuvendo a. medida que l a hondura aumenta; a causa de l a re- sistencia de las capas de agua, hasta hacerse complefamente nulo en uu punto dado, pasado el cual los cuerpos se encuentran en la mas absoluta inmovilidad.

* * *

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Volvamos ahora a la costa de Valparaiso i mediante el estudio de ella i l a aplicacion de las condiciones jenerales sobre el movimien- t o de las olas i su accion sobre las costas, que acabamos de esponer, veamos si es posible lateoríaemitida por el señor Casanova respecto al oríjen i formacion de l a playa de Viña del Mar.

Sabemos que la8 arenas que se encuentran en l a bahía provie- nen de los cauces de la ciudad i principalmente de los esteros de Jai- me i Delicias, que 8610 en l a época de lluvias i cuando éstas han sido convtantes durante un tiempo mas o ménos largo, arras t ran are- nas al mar en cierta proporcion; t an luego cesa l a lluvia i pasado un cierto tiempo, este arrastre cesa completamente.

Dada la cantidad de agua media anual que cae, cuyo promedio puede avaluarse en 0 . m 5 0 al año i que se reparte por término medio en 30 dias, i a l a poca estension de la hoya hidrográfica, podemob decir que las arenas que llegan al mar por estos conductos son rela- tivamente poco abundantes, en comparaciou con las que caen en otras bahías.

Otra causa productora d~ arenas son las rocas que se encuen- t ran constantemente batidas por las olas, i que en Valparaiso, sien- do rocas volcánicas jeneralmente graníticas, que son las que resisten mejor al desgaste i a la desagregacion mediante los ajentes atmos- féricos. producen en último caao, arenas en proporcion mui inferio- res a las anteriores.

Sabemos ademas que los tínicos vientos que producen ajitacio- nes mas o ménos graves en l a bahía son los vientos del NO., que cuando soplan con violencia producen temporales i las mas grandes ajitaciones; temporales que ocurren tres o cuatro veces en el año i que son de poca duracion, pudiendo decirse que durante la estacion de invierno, en que soplan estos vientos, no pasan de 20 los dias en que el mar se encuentra mas o ménos ajitado.

En el resto d ~ l año, soplan vientos de distiiitaa direcciones de los cuales los masconstantes son los del80 i los mas fuertes los del Sur: estando la bahía mas o ménos abrigada de todos estos vientos por los cerros altos que l a rodean i siendo en eu mayor parte vientos d e tierra, no producen ajitaciones sensible; en el mar.

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P A R A VALPARAISO 153

Hechas estas consideraciones aceptemos porun momento la teo- ría de que las arenas son arrastradas en tiempo normal desde Pun- ta AnjeleshastaViña del Mar. Este movimiento, comoesnatural, se efectuará a lo largo de l a costa, siguiendo todas sus ondulaciones, conforme a los principios jenerales que hemos enunciado anterior- mente, pudiendo asimilársele al de una corriente contíuua de arena que se hace en esta direccion, t an to mas abundante cuanto mayor sea l a cantidad de arenas que v a encontrando a su paso.

Para que haya trasporte en una direcciou dada, será necetiario que se reunan todas aquellas condiciones que le sou favorables, co- mo ser, poco fondo i una playa descubierta, donde las olas al rom- per produzcan su accion de arrastre en conjunto con un viento favorable, o bien, movimientos del mar mui intensos cuando la pen- diente sea mui grande. E l trasporte será t an to mas rápido cuanto mejor se cumplan estas condiciones i mas finas sean las arenas.

En tiempos normales en que segun la teoría supuesta, las arenas son arrastradas hácia Viúa del &lar, las ajitaciones del mar son mui pequeiias, de manera que para que se efectúe este trasporte, será ne- cesario que en todo el t ra jecto recorrido se encuentren playas en condiciones mui favorables. Si las arenas en su camino a lo largo de l a costa encuentran, por ejemplo, fondos de dos o mas metros en los que las ajitaciones del mar en la época indicada apénas se ha- cen sentir, los granos de arena quedarán inmóviles en estos fondos, cagendo por decirlo así, unos encima de otros has ta levantar el ni- vel, no pudiendo pasar mas adelante has ta no llenarlos; producien- do por lo t an to una playa contínua de arenas, que en este caso debe formarse desde mui cerca de Punta Anjeles has ta Viña del Mar.

A1 miamo tiempo, mezclándose en este trayecto todas laa arenas que se forman a lo largo de la costa, irBn poco a poco adquiriendo un colo^. i composicion mas i mas uniforme.

Por efecto del movimiento, se producirá a su vez un desgaste en lo6 granos de arena i sucederá, que los que se encuentran en puntos mas i mas alejados serán a su vez mas finos.

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154 LOS PROYECTOS DE D ~ R S E N A S

Por lo t an to las arenas de Viña del Mar, que seria el término de esta corriente, deben ser de l a misma composicion i mnchomas finas que las que arrojan los cauces i esteros a lo l a g o del malecon.

Pero basta recorrer l a costa para ver que ninguna de estas cir- cunst,ancias se cumplen; por el contrario, ella es en su totalidad ro- callosa, encontrándose sólo 4 o 5 pequeñas playasdearena'de oríjen esclusivamente local; i las arenas de la pla,ya de Viña del Mar tienen una composicion mui distiuta i sou mucho mas gruesas que las que se encuentran en l a desembocadura del estero de las De- licias.

Ent're Punta Snjeles i el muelle de pasajeros, hai una distancia de 2,500 metros mas oniénoe; en todo este trayecto no hai playa de arena; en tiempos normales las olas revientan suavemente sobre un fondo de piedras i cuya pendiente es relativamente fuerte.

En el muelle de pasajeros aparece la primera playa, quese estien- de como a 100 metros a cada lado; las arenas que l a forman no pueden venir desde Punt'a Anjeles, pues y a hemos visto que en todo el trayecto comprendido no hai playa de arena, i no es posible acep- t a r que se muevan en un trayecto de mas de 2,000 metros sin dejar rastro alguno de su paso, yendo a formar playa en un punto distan- te, cuando mas natural es que l a formen con preferencia en los pun- tos mas cercanos a su oríjen. Es ta playa es formada por las arenas que arrojan ahí mismo tres cauces, que desaguanal mar a mui corta distancia uno de otro.

Pasado el muelle de pasajeros, sigue el malecon en una estension de 2 kilómetros, donde se encuentran fondos desde 2 hasta 4 metros.

En tiempos normales las olas chocan en el muro verticalsin re- ventar, produciendo pequeños moviniientos cuya accion no se hace sentir ni aun a dos metros de hondura sobre las arenas del fondo. El agua, cuando no es enturbiada por ot ras causas, se ve limpia i clara no teniendo ni aun fuerza para levantar las partículas mui finar i gredosas, que se encuentran en las cercanías de la boca de los cauces.

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PARA VALPARAISO, 155

En estas difíciles condiciones tendria que ejectuarse, en todo este trayecto, el arrastre de las arenas hácia Viña del Mar.

El malecon, aun inconcluso, termina en hondura de 3 metros i detras de él se encuentra una antigua playa de arena de 500 metros de largo, mas o ménos, hasta llegar mui cerca del Estero de las Deli- cias. Entre esta playa i el Estero, hai un malecon de rieles rellenos con piedra constriiido por los Ferrocarriles del Estado, fundado en Iionduras de 3 a 4 metros i unido en sus estreiuos con l a costa por otros malecones perpendiculares a l a playa. Pa r a que l a corriente de arena pasase en direccion a Tina del Mar, seria necesario que con- tornease estos malecones, i como encuentra en su camino un obs- táciilo avanzado liácia el mar i perpendicular a su direccion, su primer efecto será producir el embancamiento del ángulo interior i levantar el nivel a l pie del malecon. Sin embargo, nada de esto se- observa i las arenas seguirian sucamino pasando por honduras mas crecientes.

En l a desembocadura del Estero de las Delicias, se puede obser- var un dato mui revelador, que es de que unos cuantos metros a l norte de él no se encuentra playa de arena; la vasta es rocosa i el fondo compuesto tambien de rocas; si hubiera trasporte en esa di- reccion, l a formacion de una playa en todo el tramo de costa que se estiende al norte del Estero, sería infalible.

Como a 300 metros del Estero se encuentra la Caleta, punta ro- com que avanza al mar, formando casi una isla interrumpida por un pequeño canal cu:a parte mas ancha i mas honda sirve de baños públicos. Eu el ángulo formado por esta punta i que mira al sur n o ce encuentra tampoco rastro de arenas, i el fondo en l a parte m a s saliente alcanza hasta 7 metros.

Pasado los baños de la Caleta se eiicuentra el Fuerte Andes, el trayecto entre estos do6 puntos es tambien rocoso i sin rastros de arena. L a puntilla en que está situado rste fuerte avanzá h&cia el mar i en el Angulo que forma con la playa i que mira a l sur, el fondo está cubierto de piedras mas o ménos grandes i redondeadrts,i de es- corias de carbon de las locomotoras del Ferrocarril del Estado, que

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se botan en este lugar. EL fondo en l a puntilla mas saliente alcanza a 6.50 metros. En el ángulo norte formado por esta puuta @e en- cuentra una pequeña playa de arena de 150 metros de largo, que principia desde el talud mismo del fuerte; playa que es Formada por las arenas que arrastran dos pequeñon cauces, cuyas desembocadu- ras están situadas al norte de ella.

A 1,300 metros mas al norte del Fuerte Andeu, se encuentra la playa del Alatadero; en este t r a ~ e c t o la cost :~ es siempre rocosa, apareciendo rocas a flor de agua a 1 0 i 20 met'ros de l a orilla: en t oda esta parte las olas revientan al pié del talud del Ferrocarril, que está cubierto de piedras de dimensiones variables i en cuyos in- tersticios no se nota acumulacion de arena.. La playa del Matadero es formada por las arenas arrastradas en tiempo de lluvias por la quebrada del mismo nombre, estendiéndose a l sur de su desemboca- dura i es compuesta de arenas mas o ménos finas.

Terminada esta playa; sigue l a costa siempreescarpada i rocosa hasta Punta Gruesa que es l a mas avanzada hacia el mar. Toda la pbrte sur de esta punta que forma un angulo entrante bastante pronunciado, es compuesta a su iezde pequeñas puntillas de piedra i de una serie de ensenaditas, en ninguna de las cuales se encuentran rastros de arena, a pesar de su favorable orientacion con respecto a una corriente que viniese de Valparaiso. L a parte mas saliente que forma la Punta Gruesa tiene una estension de mas de 150 metros en los cuales se encuentran fondos desde 7 hasta 9 metroe.

De este último punto, sigue la costasie~nprerocallosa i de fuertes pendientes, pasando frente a la Estacion del Recreo, donde forma una pequeña ensenada i donde se encuentran tres pequeiias playas de arena formadas por otrosj taiit;os cauces i separadas entre sí por puntillas rocosas.

Como LL 300 metros mas al norte se encuentra l a playa decaleta .%barca, que tiene poca estension, siguiendo inmediatamente despues .la costa rocosa hasta Punta Gorda, que es formada por dos puntas avanzadas al mar i entre las cua,les se encuentra una pequeüa playa de arena. donde están situados los baños de Miramar. Las hon-

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PAR.% VALPAKAISO 157

duras en las partes mas avanzadas i en su pié varian entre ü i 7 metros.

Al norte de la última punta i en el vértice del ángulo que forma esta en l a playa de Viña del llar, desagua el estero del mismo nom- bre, pasado el cual se estiende l a playa arenosa en una lonjitud de cerca de 3 kilómetros.

Este es pues el camino que, segun la teoría del señor Casanova, tienen que rerorrer las arenas que se forman entre Punta Anjeles i el estero de las Delicias para ir a formar la playa de Viña del Mar.

Recorren así un largo t ramo de costa de cerca de 8 kilómetros, pasando por fondos variables i en condiciones sumamente desfavo- rables,siri dejar rastro alguno ni formar playa contínua, como es de suponerlo.

Encuentran obstdculos a su paso, como malecones, muelles i puntos salicntes sin detenerse, pasando por honduras desde O has ta 9 metros i donde el movimiento de las aguas en tiempos normales no tiene ni fuerza para mover los fangos, saltando por abismos- podemos llamarlos así en este caso-que bastarian para detener la marcha de los alluviones iniéntras no fuesen completamente colma- dos.

1 por último, despues de haber recorrido este largo trayecto, llegan a Viña del RIar donde las fuerzas que ponen las arenas eu mo- vimiento cesan repentinamente, sin causa alguna, depositándose en esta playa precisamente ahí, ni mas acá ni mas allá.

Basta recorrer una sola vez l a costa que se estiende entre los puntos considerados, pa ra comprender que semejante teoría es iiia- ceptable, i que ese supuesto trasporte está en contradircion con las leyes que rijen el movimiento de las arenas a lo largo de las costas.

Si ademas del estudio de las condiciones locales, se examina cada playa en particular,sii estension i orijen i se comparan las arenas de una i otra, se llega a l convencimiento de que cada una de ellas tiene un oríjen esrlusivamente local i que sus arenas no adquieren movi-

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mientos sensibles de traslacion horizontal que puedan producir em- bancamientos.

Las arenas de l a playa. de Viña del Mar, pasado un poco l a in- fluencia del Estero, son de color i composicion casi homojénea; @e componen en su mayor parte de ruarzn, contienen poca anfíbola i algunos granos de otras sustancias; no rontienen mica: su color en blanco un poco amarillento debido a algunos granos de cuarzo teñidos de este color, i por su tamaño pueden considerarse como arenas mui gruesas, Si comparamos estas arenas con las que se encuentran al sur, en direccion a Valparaiso, se verá que hai dife- rencias mui notables.

L a playa de Caleta Abarca,que no es l a mascercana,es formada por arenas mucho mas finas, de color amarillo i conteniendo mucho fierro.

La del Alatadeso, contiene arenas niurho mas finas que las de Viña del Mar i un poco méuos que las de Caleta Abarca, i son com- puestas de cuarzo, felspato i uno que otro grano de mica. su color es un poco negro.

Las dos pequeiías playas que se encuentran a l Xorte del fuerte Andes, son compuestas de arena? gruesas i amarillas mui distintas a las de Viña del Mar.

Las arenas del Estero de las Delicias en su desembocadura son finas amarillentas i contieiien mucha mica; por su color i composi- cion son casi iguales a las que se encuentran frente a l Estero de Jaime i a l a de los cauces que desaguan a lo largo del hfalecou.

Si se t oma en cuenta, ademas, l a manera como están situadas las peqiieíías playas que ee encuentran entre Tiña del Mar i el estero de las Delicias i su probable oríjen, se ve que en cada punto donde hai una playa de arena desemboca un cauce i que l a lonjitud de esta playa es proporcional a la importancia de 1s quebrada qüe le dá oríjen, notándose ademas que se estienden al sur de l a boca de su respectivo cauce.

Si l a teoría que rebatirnos fuera efectiva, deberia suceder precisa- mente lo contrario de los hechos que acabamos de anotar. Las are-

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P A R A VALPARAISO 159

nas de Viña del l l a r serian mas finas i de composicion mas o m6nom igual a las del estero de las Delicias i demas cauces, i las pequeñas playas estarian eituadas, en 6poca normal, al norte de su punto de oríjen i no al sur como sucede.

En nuestro estudio sobre la marcha de los alluviones a lo largo de la costa de la bahía de Valparaiso, no s610 nos hemos couforma- do con hacerlo hasta en honduras visible a la simple vista, i hasta donde los movimientos del mar en Bpocas normales pueden ejercer de una manera sensible sus acciones, siuo que hemos hecho ademas el estudio comparativo de las arenas que se encuentran a distintas honduras, con el objeto de juzgar de la iinportancia que tiene el trasporte lonjitudinal de Viña del Mar hBcia Valparaiso, en l a época de las mayores ajit,aciones, o sea de Ion temporales que tienen lugar en los meses de invierno i cuvas acciones se hacen sentir has ta en honduras de 10 a 12 metros sobre las arenas del fondo.

Se han hecho, con este objeto, como 60 sondajes a distintas hon- duras eri todo el largo comprendido entre el muelle de pasajeros i l a playa de Viña del Mar, sacando muestras de las arenas que se en- cuentran sobre el foiido i compar&ndolas entre sí. Como estas muestras han sido obtenidas por medio del sebo que lleva el esca.n- dallo en su parte inferior, no se han hecho sino aquellas observacio- nes mas sencillas como ser: color, grado de finura i l a existencia de sustancias que llamen mas l a atencion a primera vista.

Para mayor brevedad resumimos el resultado de todas las ob- servaciones hechas de la manera siguiente:

Los sondajes hechos a lo largo del nialecon hasta el estero de las Delicias nos demuestran que las arenas del fondo son mas o mé- nos de igual composicion, encontrándose, sin embargo, en sus jéne- ros diferencias notables. Se nota, ademas, que las curvas de nivel del fondo en todo este trayecto no son equidistantes estando en las cercanía8 i frente a la boca de los cauces i esteros, notablemente

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avanzadas hácia el mar, sucediendo todo lo contrario en los inter- medios. En los sondajes efectuados Antes de llegar a l estero de Jai- me i frente al punto destinado para un nuevo muelle i cuyo arran- que está y a construido, se eneuentran fondo8 de piedra hasta en honduras de 7 metros

Estos hechosnos demuestran que el trasporte lonjitudinal a grandes distancias no existe a lo largo del malecon i que en último caso sólo se ejerce en las proximidades de los esteros i en una esten- sion mui limitada a uno i ot ro lado de su desembocadura.

Pasado el estero de las Delicias hasta Viña del Xar , hemos visto que la produccion de arenas er insiguificante i que no son por sí so- las de temer. Todos los sondajes hechos en esta parte demuestran l a existencia de fondos mui disparejos con arenas de composicion i colores mui distintos. Las zondas al frente o en las cercanías de cada una de las pequeüm playas dan arenas de la miema composi- cion i color que las que se encuentran en ellas, siendo mas finas mientras mayor sea l a hondura en que se toman: en las puntillas o en los intermedios entre playa i playa, se encuentran alternativa- mente fondos de piedra i arenas i estas de distintas clases i colores.

Sólo en las cercanías del estero de Viña del Mar i a l sur de él, a l rededor de la Punta Gorda, en los zondajes hechos en honduras des- de 5 hasta 9 metros se obtienen arenas finas, de composicion i color igual a las que se encuentran frente a la boca de este estero.

Todos estos datos nos demuestran, a su vea, que no hai tras- porte jeneral de Viña del lIar hasta Valparaiso debido a la accion de los temporales del S O

Las conclusiones a que hemos llegado mediaute el estudio de la. localidad i que nos demuestran que las arenas que se encueGtran a lo largo del malecon no son trasportadas hácia Viña del hIar, ni las de este punto hácia Talparais0,-zoma erróneamente se h a supues to-están tambien conformes con los principios jenerales que rijen el

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PARA VALPARAISO 161

movimiento de las arenas, principios que anteriormente liemos es- puesto i que vamos a aplicar en nuestro caso.

Hemos visto que las arenas que se encuentran en una playa es- t án sujetas a dos movimientos: uno allenativo. debido a las corrien- tes de fondo producidas por las olas en sus distintas faces, que las arras t ra en el sentido perpendicular a las curvas de nivel; i el o t ro debido a l a a c c i o ~ combinada de las olas i del viento, que produce una progretion'final de las arenasalo largode estas mismas curvas.

El primero se efectúa siempre que hai movimiento por olas, ha- ciéndose sentir a mayor hondura miéntras ma:or sea la intensidad de ellas, i produciendo un arrastre final de arenas a uno u otro lado de l a línea neutra, segun sea l a preponderancia que adquieren las co- rrientes producidas, preponderancia que en todo caso depende, como hemos visto, de la pendiente de la paga.

El segundo se produce sólo en el caso en que, a l inovimiento por ola, se agregue.un viento ruas o ménos fuert,e y de una inclinacion conveniente i cujos efectos se hacen sentir de una manera aprecia- ble, desde el punto en que rompe l a ola hasta el término de su carre- ra . P a r a que se produzca, el trasporte lonjitudinal en una direcciou dada, será necesario que haya playa de arena donde la ola al reven- tar pueda correr libremente i donde el viento pueda ejercer fácilmen- $e toda su accion.

Veamos aliora loque pasa en Valparniso a lo largo del malecon. Las aguas que traen los cauces i esteros en tiempo de lluvias, arras- t r a ~ cousigo arenas mas o ménos gruesas mezcladas con gran pro. porcion de fangos arcillosos. Al llegar al mar i caer al pié del male- con en Iionduras variables,los fangos son arrastrados por la misma corriente a distancias mas o méuos grandes, enturbibndose rápida- mente las aguas del mar, que las ~nant~ienen en suspension por un tiempo mas o ménos largo, jendo al fin a depositarse en los altos fondos de la había. Las arenas por su parte irán a depositarse a distancias t an to mas alejadas de la boca del cauce o estero, cuanto mas íiuas o menor sea su peso.

Si las cosas continuaran así indefinidamente, se produoiria el

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132 LOS PROYECTOS DE D ~ R S E S A S

embancamiento del pié del malecon eri cada uno de los puntos don- de se desagua un cauce o un estero, formando una playa de are- n a con t a n t a mayor rapidez, cuanto mayor sea la abundancia de arena i menores sean los movimientos del mar: puesto qiieestos tienden, en todo caso, a impedir l a acumulacion en un punto dado, i a igualar las curvas del nivel del fondo; pero felizment'e la época de. lluvias coincide con l a de las mayores ajitaciones que se producen en l a bahía i cuya accion t'ieude a destruir el efecto anterior.

Estando el pié del malecon, en su mayorparte, en hondurascom-. prendidasentre dos i tres inetros,las masgrandes olas que se produ-. cen renvientan, en últ,imo caso, ~ n u i cerca de él, adquiriendo en este- momento l a corriente ascendente su mayor intensidad dearrastre d e abajo hácia arriba; pero la ola a l chocar con violencia sobre el mu- r o vertical, retrocede con t a n t a mayor fuerza cuanto mayor sea el choque, haciendo que la corriente devcendente principie con una ve- locidad inicial t an to mayor, cuanto mas grande sea l a intensidad de l a ola, adquiriendo así una gran preponderancia sobre l a ascenden- t e i cuyo efecto será arrastrar las arenas hacia los altos fondos, t an to mas Iéjos para una intensidad dadadel mar,cuautoma.yorsea la pendiente de la playa i mas finas sean las arenas: condiciones que en nuestro caso Fe cuniplrn en toda l a rosta, sobre todo l a primera.

El efzcto inmediato de los temporales serií, por lo tanto, im- pedir el embancamiento inevitable que producirian los cauces i esteros a l pié del malecon, arrastrando 1a.s arenas mas o ménos per- pendicularmente a las curvas de nivel del fondo en direccion a alta mar, qiie no producir un movimiento de traslacioii horizoiital a lo largo de estas mismas curvas, lo que prodiiciria en mui poco t i e m p ~ un embancamiento tambien inevitable.

Por esta causa 1 s construccion del malecon en honduras mas i mas crecientes es una garantía contra los embancamientos rá,pidos, haciendo que la disrninucion de las profundidades se haga de u n a manera lenta i uniforme en uu ancho bastant'e considerable.

Se me preguntar&; ;I l a playa que se encuentra en el muelle de pasajeros? I,a formacion de esta p h y a es debida tínicamente a l a

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influencia del mismo muelle. En los temporales, las olas ántes de reventar encuentran el ancho cabezo de este muelle, perdiendo parte d e su velocidad en los estremos que rozan sus costados i por consi- guiente mucho de su intensidad, lo que hará que l a accion de las olas se ejerza a ambos lados del muelle oblicuamente, tendiendo a acumular las arenas debajo de él i al pi6 del malecon que es l a parte ménos espuesta a las corrientes: el embancamiento que se produjo

. ,

primero en este punto, debido a las arenas que arrojan los tres cau- ces que desaguan en sus cercanías, ir$, por lo tanto , estendiéndose mas i mas a anibos lados, has ta donde la infiuencia. retarda- triz del muelle se haga sentir sobre las olas.

Si se supri~uiese el muelle de pasajeros, esta playa dempareceria al cabo de cierto tiempo, siendo sus arenas arrastradas hácia los altus fondos por la accion de los temporales.

Esto es lo que pasa en el malecon en el invierno; en el resto del año las ajitaciones del mar adquieren pequeñas proporciones i las olas chocan en el muro vertical con mucho ménos fuerza; producien- do, en último caso, un movimiento semejante al anterior, pero que n o alcanza, por lo jeneral, a ejercer su accion en fondos de mas de dos metros.

Vemos, pues, que, de los movimientos de las arenas en l a bahía, el mas preponderante es el de arrastre hácia los altos fondos i cuyo efecto es levantarlas poco a poco, disminuyendo al mismo tiempo la pendiente.

Es mui jeneralizada en Valparaiso la opinion de que el emban- camieutolento del muelle de pasajeros idelmuellefisca1,esdebido a l a s arenas delosesteros de Jaimei Deliciasi demascaures; esto es un error, el embancamiento existe, pero su causa es esclusivamente local; el del muelle de pasajeros, por las caueas que mas arriba hemos indicado, i el del miielle fiscal, por las arenas que botan los cauces que desem- bocan cerca de él i de las que se forman por otras causas en ciu ve- cindad, sobre todo hácia el oeste. Ademas, los alrededores de este muelle, siendo la parte mas abrigada de la bahía, los fangos arcillo- sos de que se cubre el mar en tiempo de Iluviae, se depositan mas

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rápidamente en este punto; motivo por el cual l a capa de fango tie- ne ahí su mayor espesor.

Como en los puntos considerados es donde se hacen zondajes i en donde, por las necesidades del servicio, se puede apreciar l a varia- cion de las profundidades, hai la tendencia a creer que son los úni- cos puntos donde el fondo se levanta en mayor proporcion que en otuas partes: Sin embargo, esto es jeneral en todo el largo de la hahía de Valparaiso, siendo mayor el levante en Iss cercanías de los cauces i esteros i t an to mayor cuanto mas importancia tengan éstos.

Si las arenas del estero de Jaime i Delicias fueran arrastradas hácia l a parte occidental de la bahía, seria esta l a partemas emban- c ada i en la que, por lo tanto, las curvas (le nivel estarian mas avanzadas hácia el mar i donde la pendiente seria mas suave; pero basta echar una mirada al plano acotado de l a bahía para ver que sucede todo lo contrario i que en las cercanías de los esteros Jaime i Delicias es doride las profundidades son menores i la8 pendientes ma8 suaves.

Si consideramos la parte comprendida entre el estero de las Delicias i Viüa del .\lar, bajo la accion de los temporales del NO. vemos que, siendo la costa ensu inayor parte rocosa, su accion bajo el punto de vista del trasporte de las arenas no tiene p a n im- portancia; las pocas que se producen por el desgaste de las rocas se pierden en las anfractuosidades de las piedras.

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PARA YALPARAISO

(El autor del proyecto de ViSa del llar dice: "que las olas producidas por los vientos del SO rompen perpendiciilarmente n es ta piara.) No se comprende como una fuerza oblicua a una playa hace romperlaola perpendicularmr~te a ella. Aun en el caso de uii viento normal a u n a playa, l a ola r a r a i-ez rompe perpendicular, por l a sencilla ra- zon de que los vientos no soplan exactamente se- gun un rumbo determinado, sino qiie oscilau sin cesar diez o mnn grados a cada lado de uu rumbo medio. De aquí l a frase: inronsrante como vele- ta ..................................... En materia de trabajos marítimos no se pueden hacer afirmaciones abso- lutas, por eso los textos dicen: la ola tiende a romper normalmente a l a playa, tiende i nada mas.-D. Casanova.

(dii.zIea del Iostituto de Injeiiieros, Mayo de 1898, p6j. 546.)

Segun estas observaciones, quiere decir que, para su autor, las olas, una vez formadas, obedecenrhpidamente a la accion del vieuto i que t a n luego se inclinan a un lado u otro siguiendo dócilmente sus variaciones, como lo hace una veleta o como un caballo obedece al freno.

Nadahai, sinembargo, mas contrario no sólo a l a teoría del movi- miento de las olas, sino tambien a los hechos, que a cada paso nos demuestran la regularidad con que una vez producidas las olas se propagan en una direccion dada; cualquiera que sean la8 variacio- nes que esperimenta el viento. Basta observar lo que pasa en una playa de arena para ver que las olas rompen mas o ménos perpendi- cularmente a ella, cualquiera. que sea la direccion del viento que so- pla, i basta conocer, aunque sea mui poco, la teoría que rije el mo- vimiento de las olas, para tener I t t esplicacion razonada i clara de estos mismos hechos.

Pero mi colega, despues de haber sido tan absoluto en sus apre- ciaciones, termina diciendo: "clue los textos dicen': que la ola tiende

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a romper normalmente a la playa, tiende i nada mas; " pero tendrá que confesar conmigo que, si existe esta tendencia, ello será debido, a alguna fuerza que l a solicita en ese sentido i que, por lo tanto , en todos aquellos casos en que esta fuerza no se halle entorpecida por otra.; causaso que las condiciones locales sean favorables; la ola obedecertí a esta tendencia e i i á a reventar normalmenteen la plaga, t a l como sucede en l a de Viña del Mar y en todas aquellas playas arenosas, mas o ménos estensas, en que las condiciones locales son favorables, conio esplicaremos mas adelante.

1 y a que Lie nos habla de textos cuyosautores no se cita,n,vamos .en cambio a citar, a nuestra vpz, algunos textos y autores en apoyo de nuestra opinion.

En la mpmoria de Cornaglia, y a citada anteriormente, en el pá- rrafo en qiie t r a t a de la accion del choque de las olas sobre los cuer- p o ~ sólidos, que coiistituyen las obras marítimas, i en cuya fórmula entra un término que representa l a inclinacion con que se produce el choque, dicelo siguiente: "Con el objeto de simplificar las fórmulas, " hagamos el valor de l a inclinacion igual a cero, como esto pasa aproximadamente cerca de laorilla, sobre todo enlas fuertes borras-

,cas." Lo que en otros t,érminos quiere decir, que l a ola viene desde ,cerca de la orilla perpendicularmente a la plaga; i nótese que Corna-' .glia prescinde e11 su espresiou de indicar la clase de playa; si es o n6 arenosa.

En el Anuario Hidrográfico, año 19, se h a publicado un intere- :sante trabajo sobre Oceanografía del profesor Thoulet, el cual dice lo siguiente: (páj. 211). "Cualquiera que sea el lado de donde pro- viene el viento, las olas llegan sienipre mas o ménos perpendicular- mente a la playa en la cual rompen." Entrando despiies a demos- t r a r l a exactitud de ello.

El señor illfredoLeverlue, en su informe sobre e1 puerto de Cons- titucion publicado en el Anuario Hidrográfico, a60 3, e8 mas cate- górico aun en sus afirmaciones. Dice: "El movimiento de las olas es siempre perpendicular a la direccion de la costa, es decir. aquellas se ajustan a la forma de ésta.." 1 despues de demostrar la verdad

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d e esta opinion, c o n c l u ~ ~ con estas palabras. Cualqujera que sea: la direccion de las olas mar afuera, jiran siempre, de modo que se ajus- t an a la forma de la costa i sn accion es normal a ella

Por otra parte, l a teoría, del movimiento de l a olas uos de- muestrala exact,itud de este principio de una manera t a n clara que ello no admite discueion. En beneficio cle la brevedad, no entraré a desarrollar esa teoría,, que mis colegas pueden consultar en las me- morias Fa citadas i principalmeiit,e en la de Gervtuer "Teoría sobre las olas" publicadn en lus Anales de Puentes i Calzadas de 1887.

Bastará con las siguientes observaciones: Las olas en el eatado ondulatorio, tienen dos moviiiiientos: el uno el movimiento visible, que afecta a l a cresta o vSrtice de l a ola formada, i el o t ro el invi- sible, qup produce el primero i que afecta a las moléculas de agua.

El agua no tiene un rnovimiento de t,raslacion en el sentido de la marcha de l a ola, como parece, sino que sus distintas moléculas estFtn animadas de un movimiento circular, describiendo círculos cerrados a l rededor de un centro i cuyos diámetros van disminuyen- d o de la superficie al fondo.

Las mol6culas ~uperficiales describen sus círculos con un diame- t r o que iguala s la altura de la oiida, círculos que se mueven a su vez, alternativamente en sentido del movimiento de la ola i en sen- -tido contrario,en una distancia igual a l a semiamplitud de ella; pro- ducihdose as: el movimiento visible de la ola i cuya superficie afec- ta l a forma de una trorhoide.

Es solo la cresta l a que se traslada, ocupando las molSculas de agua el mismo puuto de s u plano en cada una de las posicio- nes simétricas de cada ola.

Los círculos descritos son menores miéntras mas léjos se en- c ~ e n t r e n de l a superficie, i como son descritos en el mismo tiempo, resulta que las moléculas snperficialea estarán animadas de mayor velocidad, puesto que describen en el mismo tiempo círculoi mayo- res, siendo sus pianos perpendiculare~ a la cresta de las ola*.

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La velocidad, al tura i lonjitud de una ola: están en relacion di- recta con l a magnitud i velocidad coi1 que son descritos los círcu- los ~uperficiales.

L a influencia de este movimiento se hace sentir a grandes pro- fundidades; 400 a 500 nietros segun algunos autores.

Se comprende, por lo tanto, que siendo la velocidad de la ola. funcion de la velocidad con que las moléculas de agua describen s u s círculos i disminuyendo l a de éstos a medida que van pasando p o r fondos mas o ménos decrecientes, que se oponen por efecto del ro- ce a su movimiento; la velocidad de l a ola irá tambien disminuyen- do en la misnia proporcion.

Cuando una ola avanza eii una direccion inclinada a las curvas. de nivel del fondo, un estremo de ella, encontrándose en profundida- des menores, sufrirá un retardo en su velocidad con relacion al otrc- estremo, que pasa por niay-ores honduras, produciendo, en conse- cuencia,una rotacion de l a ola al rededor del estremo mas fatigado;. i a medida que va pasando por fondos mas i mas decrecientes, obe- decerá, lentamente a esta impulsion hasta quedar paralela a la pla-- p a en que rompe.

Al romper, hemos dicho anteriormente que convierte su movi- miento ondulatorio en uno de traslacion, i comolos círculos des- critos son perpendiculares a la cresta de la ola, el movimiento de- traslacion se hará tambien perpendicular a ella, i ejercerá de la mis- m a manera su accion sobre la playa,. De aquí la espresion perfecta-- mente correcta de que l a ola rompe perpendicular a la playa.

Es natural que, miéntras mas regulares sean las curvas de nivel i ménos pendiente el fondo, este movimiento, queprincipiará a pro- ducirse a distancias considerables de l a orilla, se ejecutará, con mu- cho mas regularidad i perfeccion. Pero cuando las curvas de nivel cambian bruscamente de direccion en distancias mui cortas, uo siendo las peudientesregulares,el movimiento se complicarh,-i podrá suceder que la ola rompa de o t ra manera, como pasa, por ejemplo, en aquellas costas de fondos mui desparejos llenos de escollos o. bancos de arena, que se encuentran a. poca hondura.

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Cuando la ola en su carrera encuentra una costa roco3a i en l a cual el fondo se levanta bruscamente, l a ola., llegando con una gran velocidad i no teniendo tiempo para jirar, romperá mas o menos inclinada. Cuando l a costa se levanta casi verticalinent,e i el m a r tiene mucha hondura en su pié, las olas al chocar producir6n resa- cas o corrientes poderosas de fondo, que dest,rugen l a simetría de su movimieuto, llegando a veces, cuando su velocidad es mui grande, como pasa en los grandes temporalee, a producir interferencia,~ de dos o mas olas, pioducieudo los grandes saltos de agua, que se ob- servan en algunan costas mui escarpadas.

En la playade ViÍíadelA,lar, las ola8 al avanzarhitcia l a costa en- cuent,ran en su camino fondos en condiciones sumamente favorables de pendientes i regularidad: l a influencia del fondo se hará aentir a una gran distancia de sil orilla, de modo que la ola espuesta duran- te un largo tiempo a esta influencia avanzará con una direccion mas i mas paralela a las curras de nivel para ir a reventar en l a playa perpendicularmente a ella.

Tan notable es esta influencia del fondo, que en ciertas playas curvas i de poco largo, es mui comun observar que,lacresta de la ola toma l a misma corvatura. de l a playa, corriendo así paralela a ella hasta reventar: Eecho que,sin ir mui IEjos, se puede ver mui a inenu- do en la pequeña playa curva de Caleta Abarca en Valparaiso i que muchos de mis colegas talvez habrán observado en esta o en ot,rau playas parecidas.

Si las olas no obedecieran sino a l a impulsion del viento, jcómo nos esplicaria el seiior Casanova este caso de una ola curva? Proba- blemente suponiendo un viento cuyo oríjen fuera el centro de la cir- cunferencia. descrita por l a ola i que soplase en forma de abanico, lo cual es un absurdo.

El error de mi colega se hace rnas manifiesto al examinar el plano de la rada depichilemu (Lámina 1), que publica en los AXALES del Instituto, i en el cual nos figura olas al Sur de l a puntilla de Pichileiiiu, con un estremo tocando a l a cos ta i el o t ro en a l ta mar; lo que es contrario a los hechos i ti la teoría de l a formacion i pro-

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pagacion de las olas. 1 sin embargo, mas allá. pasada l a influencia de la puntilla i a lo largo de l a playa arenosa, que se estiende al norte de l a punta del Gato, nos representa las crestas de las olas curvas i paralelas a la p la ja , haciéndolas hacer una conver~ion de cerca de 90" para ir a romper perpendicularmente a la playa

Recomiendo a mi colega las memorias que he citado anterior- mante,i estoi seguro que, a su sola lectura, cambiará completamente cle opinion i verá, sobre todo, que es un absurdo suponer olas que corren tanjentes a l a costa como lo h s supuesto en el plano de la rada de Pichilemil (Lámina 1).

VII.

.4demas es un crror afiriuar que las arenas son arrastrada5 a los a1t.o~ fondos. Los materiales los deposita el mar, segun siis tamaños i pesos, en el órdeu siguiente, a !partir de l a orilla: eas- caio, arena, faoga. En las altos fondos, como llama el autor del proyecto de Viña del M a r a las piafun~iidades, s61o se halla. fango.-D. Casa- nova.

( Inales del Instituto de Injenieros, Mayo de 1899, pájina 546.)

Ante todo, me permitirá mi colega que le haga una observacion, i es que nunca he pensado en llamar a los altos fondos de una p l a j a las profundidades, como quiere hacérmelo decir.

Ambos términos no espresan números concretos, sino que espre- san honduras comparativas que estan en relacion con el objeto a que se refieren.

Si en mi informe hablase del mar o de iina bahía, la palabra altos fondos podria entenderse por las profundidades, has ta donde no podrán ser arrastradas las arenas; pero al hablar de una playa, nadie iria a entender por altos fondos las mas grandes honduras del mar a las profundidades de una bahía, donde indudablemente se -encuentran fangos, sino las de l a playa que se considera, cuyo límite

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iio es indefinido i que puede considerarse aquel,en que los movimien- tos del mar, dejan de ejercer su accion sobre su8 fondos.

Eleminente injenieroBechmann,en su importantememoriasobre el "Dominio público marítimo," define e indica los límites de este dominio, que corresponden a las playas, radas, abras i mar indefi- nido, i natural es que a cada una de estas espresiones pueda apli- carse la palabra altos fondos para indicar lasinasgraiides honduras comparativas que se encuentran en cada uno de ellas.

Rechmann acept'a l a drfinicion siguiente para los límites de uiia pla,ya. " I'odas aquellas partes que el m a r cubre i descubre durante " las mareas, Iiasta donde las mas grandes olas ejercen su acciou " sobre las arenas gruesas."

Como en mi informe no me refiero sino a la pla.ga de Tíiña del Mar, al decir que los arenas son arrastradas a sua altos fondos n o quiere decir que éstos sean las profundidades de la bahía, ni que en ellas no se encuentrenfangos, como mi colesa parecelo daaentender. Por otraparte,los zoudajes hechos en esta playa has ta en honduras de 30 metros i donde puedeconsiderarsecomo e! dominio de l a rada, se encuentran tambien arenas aun bastante gruesas.

nice ademas el señor Casanova que los materiales los deposita el mar en la pla,ya en el órden siguiente: a partir de l a orilla; cas- cajo, arena i fdngo. Yo dudo que, en las playas que conoce mi colega, se enciieotran repartidos de l a nianera que lo indica; pero a l querer jeneralizar este hecho aplic&ndolo a todas las playas, cae en un gravísimo error, puesto que la reparticion de los materiales t a l como lo indica es mas bien una escepcion a la regla jeneral.

En una costa compuesta de materiales gruesos i que tengan mucho cascajo, i en las que el moviiniento de las olas van corrién- dola poco a poco, no hai duda que en la orilla se encontrará cas- cajo; pero en aquellas playas arenosas formadas por depósitos, que vienen de distaucias mas o ménos lejanas, y a sean de lo largo de l a

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costa o del interior de los continentes,'no se encuentra cascajo, sino arenas mas o ménos gruesas; las cuales, una vez sujetas a l iiiovi- miento incesante de las olaa, son depositadas cuando ellas son de compoeicion homojénea, segun sus tamaüos, en el órden siguiente; de l a línea neutra hácia lacosta., arenas mami mas finas, segun nea. l a estenaion i pendiente de la pla.ja,, i de la línea neutra hácia el largo, la misma clasificacion, hasta llegar a l fango en las grande8 profun- didades, encontrándose las mas gruesas i mas pesadas a lo largo de l a línea neutra.

En ciertas playas, aun la línea rieutra es constituida por piedras i piedrecillas mas o ménos gruesas, que no se encuentran en la orilla i que, cuando el mar está mui a.jitado, se ver1 en el fondo cerca del punto en que revienta la ola, i que son movidas alternativamente hácia arriba i hacia abajo, chocando entre sí i produciendo un ruido característico que a veces doniina el del mar.

En la pla.ya del &[atadero en Yalparaiso, puede observarse este hecho, cuando el mar se encuentra un poco ajitado i , sin embargo, todo el resto de la playa es formado por arenas mas o ménos gruesas.

JIi colega parece, por o t ra parte, olvidar que en mi informe no me ocupo sino de la playa de Viña del Mar, i que t,odas las connide- raciones qiie hago en 61 se aplican únicament'ea estecaso pa.rticular, no teniendo nada que ver con la iiianera como se encuentran iepar- tidos los materiales en otras playas, puesto que nuestras conclusio- ues no son jeuerales.

Su observacion no demuestra o t r a cosa que su fa l ta de cono- cimiento de l a playa cle Tiña del l l a r , donde no se encuentra cascajo sino arenas hasta en honduras de 20 i 30 metros bajo el agua i des- de la orilla hasta los cerros tambien a r m a de un grosnr casi homo- jéupo.

Ve, pues, mi colega que hai plagas enlas cuales la ,reparticion de los niateriales segun l a línea de mayor pendiente no se hacen coino nos lo indica, i esto le probará aderrias que su sistema de querer jeneralizar todos los casos particulares que h a preseiiciado le con-

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sduciran siempre a lamentables errores i a hacer obserraciones que no vienen al caso particuar de que tratamos.

'

Si en todas las playa8 el mar depositase los materiales, en la forma que nos lo indica, se encontraria mui apurado para esplicar- nos la formacion de las Dunas, que no podr& negarnos que son debi- das a las arenas mui finas depositadas por el mar cerca de la orilla i traaportadas despues por los vientos.

VIII .

IXFLUE~LIA DEL EsTSRO DI; TITI DEL MAR SO- BRE L.& PLAYA DEL MISYO XOMIIRE.-"-41 estudiar l a iiifluencia dd Estero de Tiña del Mar, dice el autor del informe sobre este proyecto que las a r e nas arrastradas por el estero "no oon de tener por si l iutermitencia i poca abundancia" pues lm creces en los años mas lluviosos no pasan de dos i duran apenastres a cuatro diac." A pesar de esto, llega a la conclusion de que la arena proviene "en su mayor parte" del estero.-D. Casanora.

(.4nales del Instituto de hjenieros, Nayo de 1598, p6jina 546.)

Segun la observacion anterior, quiere decir, que para el señor ,Casanova, el hecho de que el estero de Viña del Alar sea intermiten- t e i sus creces de poca duracion. es una prueba ,de que las pocas arenas arrastradas por él no Iian podido ser el orijen de la for- xnacion de esta playa.

EL que las arenas del estero sean poco abundantes i lleguen al m a r sólo de una manera iutermitente i en poca abundancia no es una razon para que no Iiayan sido capaces de formar los terrenos arenosos de Viña del Mar, para cuya formacion se h a necesitado el trascurso de muchos aúosi aun siglos. 1 así como i i u a go ta de agua, cayendo constantemente i a pesar de su intermitencia i pequeñez, es capaz de oradiir unapiedra con el tiempo; así tambien las arenas del estero a pesar de su intermitencia. i sn pocaabuudancia, han podido formar en el trascurso de los siglos los terrenos arenosos de Viña del Mar.

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174 LOS PROYECTOS I)E D ~ R S E N . ~ ~

1 el que las arenas del estero hayan formado esos t,errenos ante- riormente i dado, por lo tanto , oríjen a esa playa no quiere decir- que las que hoi dia arroja a l mar ique tienen tendencia a ser arras- tradas al sur, como lo hemos demostrado en nuestro informe, scan de temer para aquellas partes situadas al norte de su deseinbocadu-~ r a i en las cuales su influencia no alcanza y a ha hacerse sentir.

No se necesita tener niui profundos conocimientos en jeolojía para comprender, despues del esbrnen de la, localidad, que los terre-. nos de Viña del Mar no pueden tener ot ro oríjen que el que Liemos indicado: es decir, que son debidos en su niayor parte a depdsitoa. paulatinos de 1a.s arenas depositadas por el est,ero, el que en épocas. man o ménos lejanas ha ocupado distintos lechos, hahiendo sido. rechazada su desembocadura poco a, poco al sur.

La, influenria del estero en laformacion de esos terrenos i, por lo tanto, de la playa de Viña del Mar es indiscutible, i el mecanismo de su formacion de la mas fácil esplicacion; sin embargo, ello ha sido, puestoeududa por el señor Casanova que, habiendo y a emitido una. opinion distinta sobre su oríjen, i cuyainexactitud heiiios demostrado,. necesita sostenerla negaudo un hecho t a n claro coiiio la luz del sol..

YODIPICICIO'IES QUE PUEDE ESPEXI3lENTAR L-L 1'Lar.a DE V I A . ~ D E L Y A ~ . - E ~ el informe sobre esta playa Re dice que las modificaciones que 6ufi.e a causa de los viento^, las oim, cornentefi i mareas, Bonmui le i l ta~ i su aecioii jeneral tiendenias bien a fiocavar l a costa, arrastrando las arenas a los aE tos fondos. En prueba de l a socaracion se cita. el caso del vapor Arauca; pero si el aüo 1877 sus cal- cleros estaban casi en seco es claro que hubo em- bancamiento y a que en el vapor no pudo haber fiubirto la l i i a ~ a para vararse.-D. Casano~;i.

(doales del Institiito de Injenieros, Mayo d e 1888, pájina 546.)

Toda playa sufre constantemente modificaciones mas o ménos sensibles, t an to transversales como lonjitudinales, mediante l a ac-

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P A R A VALP.iHAISO 176

cion de los viento^, olas, corr.ientes i mareas. Eu el sentido trans- versal se traducen en un avance de la línea. de agua hácia tierra o un retroceso; o, lo que es lo mismo, un socavamiento de l a cost,a o un embancamieuto en la playa; lo que depende en todo caso de la pro- porcion que existe entre la alinientacion o sealacantidad de arenas, que por cualquier motivo llegan a ella i la enerjí~, del trasporte! de estas mismaa.

Toda playa, en que la alimeuta~iori es muy aburdante i en l a ciml el trasporte es menor, estará sujeta a un ombancamiento. En aquellas en que l a alimeutacioni el trasporte son mas o ménos igua- les, se mantendrán en equilibrio i su rAjimen será constante. 1 por último, en l a que l a alimeutacion es mucho menor que el tral;porte, habrá un socavamientotanto masrA.pido cuanto mayorsea l a euer- jía de este último.

En laplaya de Viña del Mar de lonjitud mui reducida, cuya for- niacion heuios esplicado i durante l a cual hemos r i s to como l a de- sembocadura delestero h a sido poco a poco rechazadaalsur, resulta que la alimeutacion de su parte norte h a cesado completamente.

En l a temporada de lluvias en qiie el estero crece,las aguas rom- pen la barra arrastrando a l mar arenas mas o ménos h a s mezcla- das con fangos arcillosos, que lo enturbian rápidamente i siempre con preferencia al sur i hácia el largo. Sólo despues de iino o dos dias alcanzan estos fango8 aenturbiar el riiar, i sólo mui débilmente, frente al muelle de la Poblacion Vergara, eucuyas cercanías, aun en los grandes temporales, las aguas se ven limpias i claras has ta l a niisnia orilla, pudiendo verse las arenas removidas por las olas. Es ta limpidez del agua demuestra que en los altos fondos de la rada no se encuentran fangos, los que seriau removidos en los tempora- les enturbiándolas rápidamente; lo que ha sido comprobado por los sondajes hechos, que hasta la ondura de 30 metros indican l a pre- sencia de arenas limpias i aun gruesas.

L a alimentacion de la p l a ~ a de Viña del Alar al norte del estero h a cesado, pues, completamente, i como está espuesta a un arrastre final de arenas de N a S, debido a la, enerjía de las acciones de los

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temporales del XO, resulta, como lo liemos dicho en nuestro informe, que hai un pequeño socavamiento de la costa, de lo que dan prueba el perfil de la pendiente de la playa i la forma de l a costa a lo Inrgo, entre Pun ta Salinas i Pun ta Gorda.

Tambien hemos hecho notar l a import'aiicia que tiene este tras- porte de iVa S, que lo hemos calificado de mui lento, a causa de l a poca constancia de los temporales i de las condiciones locales de l a playa mili favorables bajo el punto de vista de l a pendiente i grosor de las arenas. De aquí que el soca.vamiento que se produce sea su- mamente lento, i como prueba de ello hemos citado el caso del va- por náufrago " Arauco, '' cuyos calderos, segun el plano de l a bahía levantado en 1877: se encuentran al parecer despues de reinte años, solo un poco mas alejados de l a orilla.

A propósito de esto nos hace el señor Casanova la obeervacion que encabeza este párrafo, y que, segun sus espresiones, no está con- forme con las nuestras.

"En prueba de la socavacion, nos dice, Fe cita el caso del vapor " Arauco cuyos calcleros en 1877 estaban casi en seco.''

En mi informe me espreso de la manera siguiente: "Los calde- " ros del vapor " Srauco '' parece, segun la car ta de 1877, que esta- " ban un poco mas a la orilla del agua." Lo que no quiere decir que estaban casi en seco.

Por o t ra pa,rte, no afirmo ese hecho ; pues no es posible apreciar 1

diferencias de uno o dos metros enun plano a la escala de m, cO- mo el de que nos hemos servido. En iiltirno caso laposicion de estos calderos, desde hace veinte aiios, es la prueba mas evidente de que en esta playa no liai einbancamientos,no siendo, por lo tanto , el recep- táculo donde vienen a depositarse las arenas de los esteros deJaime i Delicias, como se h a pretendido.

Rli colega se espreJa ademas de la nianera siguiente: " Eu prue- " ba de socavacion se cita el caso del vapor Arauco; pero si el año " 1877 sus calderos estaban casi en seco; claro es que liubo ernban- " camiento ,va que el vapor no pudo haher subido la. pla,ra para va- " rarse. "

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Eri esto cae eu una coutradicciou, puesto que, si ha habido em- baucamieuto, no hai razon alguna para suponer queésteno sea con- tinuo, i si, por lo tanto , a causa de él los calderos del ra,por Arlzuco que eii 1877 estaban, segun dice, casi en seco, veinte años despues deberiaii estar mucho mas a la costa a rautia del mismo embanca- miento.

Eu último caso, cualquiera que sea l a manera como liayan pa- sado las cosas &ntes de 1877, de lo cual no Iiai antecedente alguno, la situacion de estos calderos en ese aiío, i fijada en el plano respec- tivo, comparada con l a qiie hoi dia ocupan i que nos indican que están mas o mEnos en l a misma posicion respecto a la línea de agua en baja marea despues de veinte años, nos prueba, por el contrario, que no hai embancamieiito.

Bdemas, el que los restos de un vapor nAufrago se encuentren en nna playa en seco o c a ~ i eii seco, no es una razon para concluir, a priori, de que es debido a embancamientos; puesto que, el que un buque al ser arrojado a la costa por un temporal u o t r a causa, pue- d a subir la playa sin vararse, como lo considera imposible el señor Casanova, es uno de los casos mas comuues i de lo cual se eiicuen- trau numerosos ejemplos.

Eliseo Reclus, el emin~n te jeógrafo, en su importante obra, La, Tierra, pájinas 403 i 403, cita varioa ejemplos de buques lanzados por l a faerza de un teiiiporal en medio de los campos o sobre las ro- cas de las playas, quedando en altiiras hasta de ties metros sobre las mas altas mareas.

Yo misrno he visto hace mui pocos años el casco de dos buques, el lT7atteree i el Arnérjca,en las pampas de las cercanías del puertode Arica, buques lanzados a l a playa en 1868, quedando uno de ellos a una grau distancia de la costa, i donde ha servido de hotel i casa Iiabitaciou durante muclio tiempo.

Kada t,ieue, pues, de estraiío, cuando se observan heclios de l a iiaturaleza de los que liemos anotado, que el vapor ~lr,iuco hubiera sidolanzado por un temporal, no diré en tierra firme, sino unos cuantos metros mas arriba de lo que su calado ae lo periiiitia, pu-

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diendo así quedar casi en seco. Y si esto hubiera sucedido, su aitua- cion actual dentro del agua ' ~ e r í a iina prueba de que ha,? un socava- miento i no uu emhaiicaniiento como lo pretende.

TIMIE MI ESTO DE L.LS .LREXLS ES Lb FIi.iT.l nli V1S.k DEL hInn.-''.I pe-.31. de todo, l a rn~rcl ia de i i ~ s a r ~ n a s PY allí t ~ l l ~videntc, qlle el au to r del proyecto <Ir 716i1. del >lar es forzosamente conilu- cido il iiiin coiii.liinion exacta: "el trasporte do 13s " &mina *ti eirct<i;\ i?li dos direcciones contrarias" rle siir 3 norte coi1 los ~ i e l l t o ~ del 2.' i 3 . e ~ ciin- d r ~ i i t e i de nortz U siir con los del 1..O i 4.'"

Cudrjuiera crrerio que, liabieiido llegado d n i i ~ tor a ima concliisian zan strin qiie Ir proliihr i ib~ i r la boca del piierto 73 al norte y a nl siir, i por consiguiente en u n a direccioo inteimedia v a a re- chazar el sitia qiie estudia. ;Error! Lo acepta al contrario a causa del "abrigo eficaz que ofrece 1.7 Piinta Gorda" contra los n ~ n t o s , hasta pasado el rniielle de la pohlaeion Tergara.-D. CZs.znova.

j.lnabs del Ins t i tu to de Injenieros. Mnyu dr 1898, pitjiiins 5.16-547.1

Ante todo, recordaremos el principio siguiente qne ya heiiioa enunciado anteriormente en la, pájiria 71: "Que en toda p l a ~ a los " trasportes de Ins arenas a lo largo de ella se hacen siempre en dos " direcciones opuestas, segun que los vientos que vienen de la mitad " del compas que mira hácia el la,rgo i que son los que producen las "mapores ajitaciones del mar, i por lu tauto los tra.sporteu, so- " plen de un lado u otro, mas o menos inclinados con respect,~ a la ' perpendicular a la playa: trasportes que pueden equilibrarse, pro- .' duciendo una pla,ya de rejimen fijo i estable; pero que, por lo jene- .' ral, se resume en una progresion final en el niismo sentido de los " vientos dominantes. "

L a playa de Viña del Mar no escapa a esta regla i los trasportes parciales en ambas direcciones segun la época del año, se resumen

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en una progresion final de S a S, debido al predominio de las accio- iies de los vientos i temporalre del N i M .

En nuestro informe, hemos esplicado todo esto i hemos llegado a la misn~a conclusion. Pero, segun las observaciones que encabe- zan este párrafo, parece que mi colega no se h a impuesto bien de mis ideas, pues nos hace llegar a conclusioneu completamente distin- t a s a las nuestras, lo cual, como se comprenderá, es ~ u u i sensible en este caso; t a n t o mas, cuanto que al asuinir el papel de crítico de uu proyecto estudiado con conoc.imiento perfecto de la localidad, está mas que nadie obligado a imponerse ~ e r f e c t ~ ~ m e n t e de él, para no interpretar mal niis ideas ni incurrir en errores imperdonables.

La mala interpretacion de mi colega proviene dehaberat,ribuido a la playa, únicamente, las conclusiones a que heinos llegado sobre el trasporte final de arenas en dos partes, que son independientes una de otra, i que son: la costa i la ante costa o playa propiamente clicha. L a primera, espuesta íinicamente a la accion del viento,nada tiene que ver con la entrada del Ante-Puerto que sólo tiene que res- guardarse de los trasportes que se efectúan en l a segunda, debido a la accion combinada del viento i de las olas.

En la costa, decimos, el trasporte se hacede sur anorte, debido a la fuerza cle los vientos sur2s que tiene mui poca importancia en la parte situada al sur de las obras pro~ectadas , a causa: 1 . O de l a poca lonjitud de esta parte; 2 . O a l poco ancho en que las areiias se encuentran en descubierto i 3." al abrigo que ofrece la Punta Gorda contra los vientos del sur, abrigo que es ménos eficaz mas i mas al a l norte de ella.

En la playa, cuyos movimientos de arena son los únicos que nos interesan para la orientacion de las obras de defensa, se hacen en dos sentidos; el u110 de sur a norte, debido a los vieiitos i las ajita- c.iones que estos producen en el mar en tiempos normales, i el o t ro de norte a sur, debido a los vientos i temporales del N i NO. El pri- mero, siendo sumamente lento, es contrarrestado por el segundo, por ser este producido por acciones ménos constant,es pero mas po- derosas; resumiéndose ambos en trasporte final de , V a S: que es,

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en último caso, del que tiene principalmente que resguardarse la en- t r a d a del Ante-Puerto construido en esta playa.

Ademas el señor Casanova nos habla de trasportes producidos por los vientos del 1." i 2." cuadrante, de los cuales no hemos hecho mencion, por no ejercer accion alguna sobre los movimientos de las arenas eil l a playa. lGstos vientos soplan de tierra, por lo t an to no producen ajitaciones sensibie~ en el mar, que puedan influir sobre los trasportes finales, como lo hemos hecho notar en nuestro informe: mal podemos entónces atribuirles una accion t a n impor. tante como se nos hace decir en la observacion aludida.

"Cualquiera creeria, agrega el señor Casanova, que, habiendo " llegado el autor (del proyecto de Viña del Alar) a una concliision '' t a n séria que le prohibe abrir la boca del puerto Fa al norte y a al " sur i por consiguiente en unadirecciou intermedia, va a rechazar el " sit8io que estudia ¡¡Error!! Lo acepta al contrario, a causa del " abrigo eficaz que le ofrece la PuntaGorda contralos viento., has ta " pasado el muelle de la Poblacion Vergara."

Vuelvo a insistir sobre el hecho de que mi colega h a leido mui a l a lijera mi informe i se h a impuesto mui poco de las favorables con- diciones locales de la playa de Viña del Mar, que hago iiot,ar a cada paso i que resaltan del estudio de losplauosdelproyecto presentado.

Basta leer el párrafo citado para comprender cuan ofuscado está,; revela en 61 t a l confusion de ideas, t a n poco conocimiento del informe que critica; h a hecho una mezcla tan completa de las ideas por mí emitidasi por último, se h a impuesto t a n poco del cúmulo de circun~tanciaa favorables que hacen de la p!aya de Viüa del Mar, el único pniito en toda la bahía de Valparaiso, donde puede realizarse la coastruccion de un Ante-Puerto i Dársena en condiciones mas fa- vorables, bajo el punto de vista prRctico i económico; que llega hasta Fuponer i creer que he sido inducido n elejir eeta playa, uni- camente por el abrigo que le prest,a una insignificaute punta coutra

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PARA VAI.PARAISO 181

-el viento que ménos importancia tiene, para las ajitacionen del mar i para el trasporte de los aluviones a lo largo de l a costa.

La Punta Gorda., hemos dicho no una sino varias veces, proteje la playa de Viñadel Mar en una cierta estension de los vientosdelsur íinicamente, i no de los vientos sin especificacion alguna como lo dice en su observacion. Por o t ra parte, su influencia se hace sentir en las cercanías de ella i ya dismiiiuyendo a medida que se avanza a l norte, siendo, por lo tanto, mas o ménos eficaz hasta llegar al muelle de la l'oblacion Vergara.

Hubiera sido ademaa de desear que mi colega, dejando a u11 lado su sistema de encontrar errores sin demostrárnoslo, nos hu- biprrt ilustrado un poco, esplicándonos que causa t a n poderosa es aquella, que en l a playa de Viña del Mar, me prohibe, s ~ g u u sus mismas eepresiones, abrir l a boca del puerto ya al norte y a al sur,lo cual me obliga a rechazar el punto estudiado a pesar de las muchas vent'ajas que nos ofrece la localidad : puesto que consideramos que no hai mot,ivo alguno paraabandonar este lugar,;Lnnqrie 1a.s arenas se moviesen de la manera que él niismo nos lo indica.

ñ o conozco las ideas de mi colega sobre la construccion de puer- tos en playas de arena; pero, por mi parte, puedo decir que, cualquie- r a que sea l a orientaciou de una pla.ya, cualquieraque sea l a manera conio se efectuan los movimientos de los aluviones a lo largo de ella, airi escepcion de ninguua clase, siempre se podrB construir en ella un antepuerto i orientar su entrada de una manera conve- niente.

S+ compreiide así que, cou aemejantei ideas, no iría a abando- nar una playa cuya cualidad mas sobresalieote es precisri,mente la poca importancia que tienen en ella el movimiento de las arenas, cuyo efecto a la larga ser5 rnui fácil contrarrestar. Tan to val- dria decir que debíamos abandonar l a coustruccion de obras maríti- mas coa muros de granito, porque el mar tambien los desgasta, i que tampoco debemos construir líneas firreas, porque Irs rieles es- tLn espuestos a la oxidacion i al desgaste; como si esas piedras no pudieran f6cilmente reemplazarse, esos rie1e3 renovarse i e888 are-

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182 LOS PROYECTOS DE D I R S E N I S

nas, que a la larga pueden disrniniiir las profundidades,ser fácilmeri- t e estraidas.

Si dadas las condiciones en que se encuentra la pla,ya de Viiía del Mar bajo el punto de vivta de los niovimientos qiie estudiamos, debiera concluirde que este lugar no es a propósito para la con$- truccion de un autepuerto'en condiciones favorables, podíamos tambien decir que casi la totalidad de las plagas del mundo entero no son tampoco a p i r e n t e ~ para el mismo objeto, pues es mui raro encontrar playas en condiciones t a n favorables como l a de Viña del Mar.

1 siu embargo, si se pasan en revista las costas de todos los ma- res, principalmente las del viejo mundo, encontramos numerosos puertos marítimos coutruidos en p l a ~ a s en que los movimientos de las arenas adquieren proporcioiles considerables, haciéndose aater- nativamente en un sentido u otro i segiin el principio qíie hemos enunciado al comenzar este párrafo.

Uninjenieroenpresenciadeunaplaya, de arena que t r a t a de apro- vechar i en la cual conoce sus movimientos i l a importancia que PS-

tos pueden adquirir, orienta su rompe-olas i molos de defensa con el objeto, nó de impedir que edtos movimientos no se produzcan, sino con el de anular, si es posible, sus efectos en un punto dado o retar- darlos por el mayor tiempo posible, recurriendo, eii último caso, a los dragados para la conservacion de las profundidades.

El progreso realizado en la construccion de dragaa de distiiitas clases i tipos,la economía con que se pueden hacer hoi los dragados, han colocado este procedimiento entre uno de los mas prácticos aque SR puede recurrir en laconservacionde los profondidadru, a tal punto que puerto3 que Antes habiau sido abandonado3, i l a creacion de otros considerado$ como imposible$ es hoi dia uno de los proble- mas de mas fBcil realizacion. EL injeniero Eyriaud de$ Qerguee, en un estudio sobre " El establecimiento i conservacion de puertos en playas de areua, " publicado en lou Anales de Puentes i Calzadas, de 1889 i premiado con me;lalla d e oro de piirnerit clase, deduce nn- meroiias conclusionea práctica* i de fácil aplicacion, para cada caso

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que pueda presentarse en el estudio de un proyecto de puerto. De su lectura se desprende que, cualquiera que sea la iniportancia que pue- dan tener los trasportes en las cercanías de las obras de nn puert,o, siempre se podrB hacer frente a ellos por medio de dragados, que no adquirirán, en nigun caso, uua gran proporcion, pudiendo hacerse siempre con gran econouiía. Estos procedimientos podrbn, por lo tanto. clasificarse entre los medios de conservacioii actual; a que se puede siempre prácticamente recurrir para l a conservacion de las profundidades a la entrada de un puerto construido en playas de arena.

El progreso realizado poco a poco en el comercio de los pueblos i las necesidades creadas porél a l a navegacion, han ido t,ambien po- co a poco produciendo un cambio radical i modificando la macera de ser de casi todos los puerhos marítimos.

E n l a antigüedad, en qiie se consideraba casi imposible luchar contra el poder invaaor de las arenas, los puertos iiiarftimos e s t a ban situados 1LSjos de la influencia de ellas.

Ea los mares de dPbil marea como el NediterrLneo, por ejemplo, sólo progresaron aquellos puertos que, situados en el liaoral maríti- mo, estaban en condiciones favorables i lejos de la influencia de los trasportes de arenas. Así Marsella, que, por inncho tiempo, sirviú únicamente a l comercio de t oda l a estensa rejion bañada por el Rb- dano, está situado, sin embargo, léjos de l a desembocadura de este rio; Alejandría, el gran puerto ejipcio, se encuentra al oeste de la rejion aluvial del Xilo, léjos de la influencia. de sus depbsitos; Venecia eatá lejos de l a desembocadura del 1'6. 1 así los mas prósperos puer- tosde l a antigüedad se encuentran, salvo raras escepciones, en sitila- ciones parecidas.

En aquellos mares en que lasdiferencias de mareas son notables, los principales puertos fuerou e~t~ablecidos. no sobre el litoral marí- timo, sino sobre los rios i aun a distancias considerables de su de- sembocadura, hasta donde el flujo de las mareas se hacia sentir dos

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veces al dia. Lóndres, Hainbiirgo, Nantes, Burdeos, Ruan i muchos otros están eii estas condiciones.

Pero a medida que el comercio jeneral de los pueblos fué aumen- tando i que, por las necesidadescreadas por él, fué haciéndose necesa- rio auiiientar las dimensiones i calado de los buques, se hacia sentir Ia insuficiencia de muchos puei.tos de rios, como tambien la necesi- dad de crear otros en mejores condiciones.

De aquí el progreso realizado: así se ve que Lóndres tiene que anexarse sucesivamente los puertos de Deptfort, Woolxich, Millwall i Gravesend. Ruaii ha sido reemplazado por el H a ~ r e como puerto de comercio internac.jona1, i Saint-Xazaire le hace boi dia la compe- tencia a Xantes.

Creados así muchos de estos puertos i otros en el litoral marí- timo, encoiidicionespara aquel entóncesdesfavorables, bajo el punto de vista de la conservacion de las profundidades, la injeniería tuvo que mantener una lucha constante contra el poder invasor de las arenas : lucha en l a cual qued6 muchas veces vencida.

En todas las costas se eiicueutranplayas cu;-o oríjen es debido a las arenas arrastradas por los rios o a la descomposiciou de las ro- cas mediante los ajentes at.mosféricos i l a accion mecánica del mar. Estas fueiites productoras deposit'au en las orillas materiales de distintas clases que, batidos constantemente por las olas, son tritu- rados, desgastados i separados, siendo arrastrados segun leyes fijas i conocidas. formando a uno u otro lado de su oríjen playas mau o rni.nos estensas, segun sean l a intensidad i direccion de las fuerzas a las cuales se encuentraii souietidas. 1 micutras lilas abundantes son estas fuentes productoras, o mas bieu dicho l a alimentacion: meno- res pe~idientes i mayores lonjitudes adquieren esas playas.

Así en la costa sur del mar 1361tico donde desembocan numero- sos rios, de los cuales los mas notables son: el Oder, el Trave, el Bístuia,, el Preguel i el Xiemen, fórmase una estensa playa, casi con- tínua, de centenares de kilhmetros de largo, constituida, por arenas finas i fangosas, que son fácilmenteremovidas por las olas en anchu- ras considerables i arrastradas mas o m6nos rápidameiite.

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P A R A YALPARAISO 185

En el Alar del Sorte, entre Calais i el Estrecho de Dinamarca, se estiende una playa de mas de 1,000 lrilómetros de largo. donde desembocan rios como el Escalda, el Meusa, el Rhin. el Ems, el Jade, el Wesser, el Elba i varios otros,llevando al mar millones de tonela- das de arenas sumamente finas.

En l a Manclia, en l a costa de Francia, se encuentran tambien estensas playas, de las cuales la principal es formada por lo@ alu- viones acarreados por el Sena.

En el Btláritico, se encuentan las playas formadas por el Loira i , mas al sur, la esteusa playaconocida con el nombre de las Lanclas de Gascuúa, que tiene 220 1;ilÓmetros de largo, comprendida entre las desembocadiiras del Girouda i el Adour.

1 si se pasa al 3Iediterráneo se encuentran tambien estensas pla- yas en las cercanías de los grandes rios constituídas por arenas a reces t a n finas como harina.

En todas ellas el movirniento de los aluviones se hace con mas o ménos enerjía, i el mar en su incesante movinliento produce modi- ficaciones sensibles enlas curras de nivel de los bajo8 fondos de estas playas, formando en muchas de ellas bancos de arena que 5e encuen- t r an aun a distancias bastante grandes de la costa.

L Quít es l a plaga de ViEa del Alar con sus tres 1;ilómetros de lar- go i su raquítica fuente prodiictora de arenas, ante el oríjen i la es- tension que tienen esas playas?

1, sin embargo, a lo largo de ellas i como perdidos en ese mar de arena se encuentran numerosos puertos conuna actividad mercantil asombrosa, sin que sea uuinconrenhnte para su existencia i prospe- ridad el movimiento constante de !as arenas.

Si se recorre los puertos del Báltico, del Mar del Sorte, del Atlántico i del hlediterráueo i se estudia el réjimen de siis playas, se ve que en todos ellus *e producen trasportes lonjitudinales en un sentido u otro, segun el principio que hemos mencionado a l comeii- zar este párrafo, i en proporciones inmensamente superiozes a los que se efectúan en la playa de Viña del Alar.

Sólo no teniendo conociiniento de la mayor parte de los puertos

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construidos en playas de arena, decomo se efectúa ahí el trasportede los aluviones i de l a manera como se mantienen las profundidades tantointeriores como eeteriores, se comprende que en presencia de l a playa de Viña del 3Iar se pueda hablar de temores deembancamientos i luchas impoeibles i costosas con las dragas. L a diferencia que hai entre esta playa i las que anteriormente hemos citado, es t a n nota- ble como l a que existe entre los efectos producidos por el Sena u otro gran rio europeo sobre su desembocadura, i los efectos produ- cidos por el estero de Viña del Mar en l a suya.

Si, debido a los movimientos de arenas que se producen en l a playa donde hemos ubicado nuestro proyecto, cualquiera que sea l a manera como se efectúen, aceptáramos que es imposible ahí l a cons- truccion de un ante-puerto, tendríamos que aceptar tambien que ni en Llico, Pichilemu, Imperial i demas lugares en playas de arena de l a costa de Chile-es tampoco posible su construccion, puesto que ninguna de ellas se encuentra en condiciones ta,n favorables como l a de ViEa del Mar, bajo el punto de vista que analizamos.

No nos quedaria, entónces, mas remedio que cruzarnos de brazos i contemplar inactivos el desarrollo que v a adquiriendo el movimien- t,o comercial de las demas naciones, mediante l a creacion de nuevos puertos artificiales i mejoramiento de sus radas opuertos naturales, quedando así reducidos a ocupar el último lugar como nacion co- mercial a pesar de nuestra estensa costa, por considerarnos impo- tentes para hacer lo que hacen loa injenieros de las demas partes del mundo en condiciories aun mas desfavorabl~s que la nuestra.

El señor Casanova en l a pájina 529 de los A X A L E ~ del Instituto del mes de AIa,yo. cita el caso del puerto de Tointe des Galetq en l a isla de l a Reunion, como un ejemplo que debemos tomar mui en cuenta,, i donde se const,ató que en sólo tres dias habian ent'rado a l puerto 93,000 metros cúbicos de arena. P a r a que este puerto piidie-

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ra servirnos de ejemplo i como un antecedente que debemos tener presente en nuestro caso, seria necesario que se encontrase en costas cuyas rondicioues locales fueran idknticas a las nuestras.

Pero las costas de la isla de la Reunion nada tienen de compa- rable con las del mar Pacífico. Esta isla est5 si tuada en el gran Oc6ano Indico, uno de los mae terrible8 por el iiíimero i violencia de sus tempestades i precisamente en el camino recorrido por los ciclo- nes inui comiines en este ocGano; ciclones que tienen su oríjen a l sur del Indostan, dirijiéndose al suroeste, encontrando a su paso las islas de l a Reunion, Alauricio i AIadagascar.

Casi seis meses en el año l a primera de estas islas, espuesta a to- dos los vient,os i rodeada por todos lados por estensiones considera- hles de mar libre, es atacada por un mar tempestuoso cuya violen- cia lanza sobre sus orillas cant'idades enormes de arenas i piedras, que se mezclan i estrechan entre sí.

Los raz cle marea, fen6me:ios t a n comunes en estas rejiones i cuyos efectos nada tienen de comparable con los nuestros remueven el fondo del mar arrastrando cantidades incalculables de arenas i fangos.

Comuiimente ciclones espantosos, a los cuales nada resiste, reco- rren los contornos de la isla, derrumbando casas, desarraigando &rboles i dejando l a desrastacion i la ruina por donde pasan, suce- diendo el caso de verse azotada por dos ciclones casi simultáneos en dos de sus estremos opuestos, como 110s lo cita Eliseo Reclus en su obra "La Tierra" pajina 416.

Así se veia numerosos proyectos de puertos abandonados i a otros y a establecidos despues, de un brillante período de actividad mercaut~il,suceder uu período de decaimiento, a causa de l a disminu- cion de sus profundidades, i viendo la corriente comercial buscar otros puntos mas farorables, quedando reducidos a puertos de 3.' i 4." órden. 8610 podian mantenerse aquellos que, rolocados en situa- cion favorable, o que, por siis condiciones locales, podian emplear corrientes naturales o artificiales producidas en cada período de marea, que, guiada8 convenientemente, podian mantei~erlasprofun-

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didades en sus entradas; único medio que por su econoiiiía era je- neralmente preferido.

Pero, al mismo tiempo, el perfeccionamiento que poco a poco, iban alcanzando los maquinarias de dragados era una promesa de mejoras para el porvenir.

Se lanzó la idea de la apertura del caria1 de Suea, i los iuventores se disputan cual presentará la draga que reuna a un gran poder de escavacion, una sólidez garantía a toda prueba a aun precio el mas reducido. Al canal de Suez sucede el canal de Panamá i nuevas ideas i mejoras t,raeii, por consecuencia., el perfeccionamiento mas completo; poniendo los dragados entre uno de los medios mas eco- nómicos i mas práctico3 para el aumento i conservacion de las hon- duras a la entrada de los puertos, rios i canales.

1 mediante asta,s importantes conquistas de l a mecánica i su aplicacian a la mejora de los puertos, la naregacioii i el comercio se desarrolla i se facilita. Así @e ve en el trascurdo de ménos de medio siglo alcanzar a las coinunicacioues marítimas i fluviales el g ran de- sarrollo que hoi dia estamos palpando.

Ya no liai nada imposible ante l a pot,eucia de las dragas ; puer- tos, que áutes estaban decaídos, vuelven a conquistar su antiguo actividad; proyectos considerados irrealizables se llevan a cabo sin dificultad alguna.

S o s610 los puertos marítimos sufren t a u radicales modifiCaci0- nes sino tambien la navegacion interior, canalizando los mas gran- des rios eu aquellos puntos en que uiie simple rectificacion es insufi ciente, profiiridizando sus pasos, abrienilo nuevos csnales de comu- nicaciou i creaiiilo a lo lar@ cle ellos numerosos puertm para el trasbordo de las mercaderías.

Debido a este despliege de ,actividad, que trae por consecuencia la. formacion de g ~ a u d e ~ puertos marítimos i fluviales i mejora de otros y a iusuficientes, se realiza el desideratum de las vias navega- bles mediante su union íntima i rápida con los caii l ino de fierro; formando con su conjunto una vas ta red de comunicaciones que se estiende por un lado hasta el interior de los masgrandes continentes

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i por el o t ro al traves de los niares hasta los mas remotos paises; facilithndose así, sin pérdida de tiempo ni trarectos inútiles i costo- sos, l a salida de los productos que vienen del interior para ser repartidos en el muudo entero, e inversainente para llevarlos en grandes masa6 a los distintos pu~r tos , para ser tambien re?artidos en todas direcciones por las vias f6rreas.

Podemos, pues, decir, que hoi dia, en presencia de una playa de arenas, donde Ee trata de construir un puerto artificial, i cualquiera que sean sus condiciones, bajo el punto de vista de la importancia i direccion que tienen la marcha de los aluviones a lo largo de ella; siempre se podrácontrarrestar susefectos,mediante una orientacion i lonjitud convenientes de los molos de clefensa, pudiéndose, en todo caso couserrar las profundidades por medio de dragados conve- nientemente repartidos i con un costo relativamente pequeño.

El injeniero E)-riaiid des Vergnes, en sumemoria ya citadasobre " Los puertos en playa de arena, " ocupándose del puerto de Dun- qiierque, uno de los ejemplos moderiios mas iiiiportantes que se tiene, de lo que se puede conseguir mediante una aplicacion inteli- jente de los dragados, dice lo siguiente:

"Las esperiencias de dragadoa que liernou hecho estal>locrn 1s " posibilidail de esijir de ellos mucho mas de lo que se les h a pe- '' dido hasta aliora. Ellos han puesto a disposicion de los injenieros " u n medio de accion iiuero, i hsri deiiiostrado que son de iiiia

" eficacia real i que su empleo no demanda sino gastos mui niodera- " dos; rnui inferiores a los que He podria suponer. .idquieren a ~ í un " valor que intes no te~iiari, i como en todalas las empresas la econo- " mja rle la solucioii adol~tsda. constitu.~e e: priucipal niérito; ellos " han introducirlo en la apreciadon (le los sistemas, entre los cuales " se puede elejir, para la creacion o m~jorainjento de un puerto, un '' elemento priictici~ii~enten~in 1.0 qrre con viene mucl~o tener en cuenta " para el porvenjr."

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190 LOS PROYECTOS DG DARSESdS

Hablar, pues, hoi dia de emprender luclias imposibles con las dragas, i hablar de eiiibancamientos inevitables a l a entrada de un ' ~ ~ i i e r t o que Eetra ta de construir en una plaga, es retroceder a los tiempos a n t i ~ u o s .

E l seüor Casanova nos liabla, en l a pájina 520 de su artículo y a citado, de las oscilaciones funestas de l a pla.ya de Viña del Mar, donde, segun É1,el movimiento de las arenas adquieren proporciones tales que no es posible pensar siquiera en emprender una Iiicha con las dragas. Ya hemos visto i demostrado cuán equivocado está respecto a estos movimientos; no nos sorprende, pues, esta nueva i errónea opiniou respecto a las proporciones que adquieren, lo que viene a probar una vez mas el poco movimiento que tieiie esta playa.

Cualquier injeniero que estudie sin ánimo preconcebido l a playa de Vifia del 'lar, no podrj. ménos que reconocer l a poca importancia que tienen ea ella los trasportes lonjitudinales; lo cual es debido a una serie «e circunstancias locales favorables que no pueden escapar a un estudio iiias o mGnos detenido i que son causales suficientes para llevar el inas claro convencimiento de la verda.d de iiuestros juicios.

I si ello no bastara, el estudio comparativo con ot ras playas, en las cuales existen tambien puertos i donde las arenas están sujetas a mo~imientos id6nticcs i mucho mas interisos que los que se pro- ducen en el nuestro-que en todo caso son casi nulos-servirá tal- Tez para destruir temores taii poco fundados.

Se comprende q u ~ , ante semejantescondiciones locales, que nada tienen de comparable con las costas del Pacífico, sea un verdadero triunfo alcanzado por los injenieros que concibieron i construyeron el puerto de Point des Galets i que aquel embancamiento casi súbito de 93,000 metros cúbicos de areua se puede considerar como uu caso fortuitol como seria la iuundacion de uu puerto marítimo por una invasion súbita d ~ i mar o la dentrucciou de uua ciudad por un g ran terreiiioto.

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D r i i ~ < r i o s i iE L a EsT1iAu.L D E L 4YTE~PUERTO.-

L a or ieu t~c io i~ de la eiitrada del pro:-ecta de Tifia del Alni. tiriir t.1 deiecto de su mala direccion cuii recl~ecto a la8 olas de temporal, que, de acuerdo cou lo que preceptúnn todas las autoridades eii

inatrria de coiiiitrucciouea de puertas, deberá estar orientada. eu la direciion de doncle vienen las olas i viento8 de teiiipurul de modo que los buques que Ilcgupii eu bunca de reiujio coutra los teiiipornlsa nrnii eoiiducidon directauirnte al ante-puerto por PI viento i los olas eii vez de seLr arrojados eoiihis on rabezos de loa tujoiuarec, 6i lie 0l.inlta lo e1lti.a-

<IR eu otra direccioii-D. Casanow.

(Lloales delI~st i tutodel i ! jeni~i .os , hlsyorl~1608, pAjirina Z20 :&l., 547.)

En el proyecto de Viria del Mar, el ante-puerto tiene poi3 princi- pal objeto resguardar el canal de ent,rada de la dársena de los a.jita- ciones del niar i facilitar, por lo tanto, l a entrada de los buques a su interior.

Dadas las condiciones de esta playa, que tiene una pendiente re- lativamente fuerte, los rompe-olas, en todo caso, no t e n d r á ~ lonjitii- des considerables, puesto que sus cabezos no tienen riecesidad de ser iuudados en honduras, sino un poco siiperiores a las del canal de en- t rada en baja marea.

En nuestro informe, haceiiios notar las razones por las que liemos adoptado para l a entrada del ante-puerto la orient'acion a l sur indicada en el plano respectivo, que, como se ve, co~isulta una lonjitud mayor de rompe-olas que la que habríamos tenido en otro caso.

En la disposicion adoptada, ha influido poderuaamente en mi Animo, l a opinion de dos de los mas distinguidos marinos de la Ar- mada, que,por su profesiou i conocimientos prácticoseu l a materia, son mas competentes que el que suscribe para juzgar cuál será la

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disposicion mas conveniente para facilitar la entrada i salida de Ios buques por un paso mas o ménos estrecho.

Sin embargo, creo que sin abandonar la combinacion adoptada, seria talvez mas conveniente orientar el paso un poco mas hRcia el oeste, inclinando un poco el rompe-olas priucipaI en est'a direccion al enfrent8.r el molo sur, obceni6ndose así mayor ancho de eutrada i una trayectoría mucho mas recta para embocar el canal de entra- d a a l a dársena.

Esta modi6cecion, por o t ra partp, no produciria variacion en nuestro l>resupuesto, porque si bien el cabezo del rompe-olas princi- pal qusdaria funclado en n a j o r liondura, ello seria compensado de sobra con su menor lonjitud, pues rle este modo se ahorraria l a construccion de mas de cien nietros de rompe-olan.

Pero de todas las direcciones que puede tener l a entrada del an- te-puerto, la iriénos conveniente i la menos adecuada, en nuestro caso, seria aquella que la abriese en direccion al S O , precisainent'e de donclerienen lasmasgrandes ajitaciones del mar; discrepando así coml~letament~e de la opinion emitida por el señor Casanova., que nos dice que el def:?cto ,$el proyecto es l a mala orient,acion de su boca de entrada con respecto de la direccion de las olas de tempes- tad, lo que equirale a decir que la mayoría de los puertos tlel mundo tienen tambien sus entradas en malas condiciones de orien- tacion, pues iio nos podrá citar mas (le lino o dos casos en que sus entradas se h a ~ a 3 abierto francamerite en 13 direccion de donde T-ienen los vientos i olas de tempestad.

Todas las autoridades científicas en materia de trabajos de puertos, nos dice; sost,ienen que la hora de los puertos deben orien- t,arse de modo que los buques sean empujados por las ola8 i vientos de teniporales en popa. Sensible es que no cite los nombres de estas autorirlades científicas, i si se t r a t a rle or:laderos puertos o simplemeiite de pequelio.s ante-pnerto.s, corno en nuestro caso; pues t o que aquellas autoridades tambien científicas que conozco no se espresari, en ningun caso, de una manera t an jeneral ni t an cate- górica.

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PARA VALPIRAISO 108

La direccion del paso de entrada depende piincipalmeiite de las condiciones locales i de las dimensiones del puerto o rada que se t r a t a de mejurar; lo que es bueno para el uno, es inaceptable para el otro. I la i que tomar inui eu cuenta las condiciones marítiiiias del lugar i l a mayor o menor constancia con que soplan los vientos de t,empestad. En un mar jeneraluiente ajitado por vientos de una di- recciou dada,serd mui de tomarse en cuenta esta circunstancia; pero en un mar como el nuestro en que son relativamente poco frecuentes los temporales producidos por vientos del NO, no es razon suficien- t,emente poderosa para orientarla entrada de un ante-puerto enesta direccion, lo que la pone, por ot ra parte, en mui malas condiciones respecto a los vientos reinantes del SO, i vientos fuertes del sur que soplan l a ma,Ior parte del año.

Comprendo que, cuando se trata de cerrar un gran puerto, en el cual ltt superficie de agua engloba,da es considerable, se t r a t a de con- seguir que sea, a su vez, tambieu un puerto de refujio, liacieuclo que su entrada sea favorable para los buques sorprendidos en sus cer- canías por un temporal.

Esto seria el caso de la bahía de Valparaiso en que se tratase, por ejemplo, de cerrarla por medio de dos rompe-olas, que partiendo, el uno de Piinta Anjeles i el otro de Punta Gruesa, avansaseu hácia el mar, liasta dejar ent're sus cabezos un paso de entrada de 300 o mas metros de largo. S o liai duda., que eii este caso, habrin conve- niencia en orientar su ent,rada mas o ménos al NO, hacierido asf en Valparaiso un puert,o de refujio. Un buque que entrase con ternpo- ral i empujado por el riento i las olas, uiia vez pasada la línea (le los csbezos, quedaria perfectamente a salro, pues encuentra delante de sí, un espacio cousiderable de aguas traiiquilas al abrigo de los rompe-olas i donde, desviBudose a la derecha o a la izquierda, podrá maniobrar con toda seguridad, hasta tomar una colocacion ronve- niente.

Pero cuando se t r a t a de pequeñosante-puertos, que no sirrensino para facilitar la entrada a dársenas interiores i que, en ningun caso, son lugares de refujio, las cosas carilbian completamente de aspecto.

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184 LOS PROYECTOS DE D ~ R S E X A S

Conocidos son los peligros de l a bahía de Valparaiso, ningun buque, con rumbo a nuest,ro puerto, que sea sorprendido en sus cercanías por un teinporal se atreveria a acercarse a su cost,a; su seguridad está lo mas léjos posible de ella. Aquellos que se encuen- t r an fondearlos dentro de l a bahía toman las mayores precauciones para resistir al empuje de las olas i el viento, i los vapores encien- den apresuradamente sus fuegos para estar listos a zarpar e ir a buscar su seguridad hAcia a l ta mar.

En estas condiciones i en el caso del proyecto present,ado por el seííor Casanova, ubicado al siir de l a punta Anjeles (véase plano S." 11) i CUTO ante-puerto estii situado en el t ramo de costa mas fuertemente azotado por los t,emporales, i en el cual l a entrada está abierta en l a direccion de donde vienen éstos, n o iria un bu- que en pleno temporal a tentar semejante entrada de 100 metros de ancho, que seria mni suficiente para entrar con un mar niedia- namente tranquilo; pero imposible con un mar ajitado.

Hai que imajinarse lo que seria semejante paso azotado por violentas olas i en el cual las rocas de la Raja aumentarian con- siderablemente los rotnpientes. Las olas, forzadas a entrar por t a n estreclia boca, serian comprimidas por las olas reflejadas por los cahezos i, empujadas por las olas siguientes, producirian un mar completamente desmontado, donde seria imposible gobernar. Un Luqiie que, empujado por el viento, tentase con ternporal entra.r al ante-puerto, tiene 90 probabilidades de ser arrojado contra las olas o coutra las rocas de l a Baja.

1 aíin en el supuesto de que se pudiera salvar bien la entrada, penetraria el buque con una velocidad t a l que iria iofaliblemente a estrellarse contra los muros opuestos a causa de las pequeñas di- mensiones del ante-puerro. El peligro disminuiría en caso de que en el ante-puerto encontrase aguas mas o ménos tranquilas; pero des- graciadamente penetrando las olas en un recinto t a n poco estenso i has ta cierto punto cerrado, encuentran las olas reflejadas por los muros que vienen, de distintas direcciones, prodiiciendo un movi- miento turiiultuoso donde un navío no puede maniobrar:

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No habria, pues, capitan que, con tan pocas probabilidades de éxito, fuese a arriesgar la vida de sus tripulantes, l a suya propia i los intereses que se le tienen encomendados, queriendo entrar en semejante ante-puerto; prefiriendo, en todo caso, largarseaalta mar hasta esperar que calme el temporal.

Eyriaud Desvergnes, en su importante meiiloria sobre los puertos de España (Anales de Puertos i Calzadas, aiío 1590), hablando del puerto de Alicante, abierto en condiciones parecidas a l proyecto del seíior Casanova, i despues de hacer notar las dimensiones reducida8 que tiene la superficie encerrada por las obras,-que Bon, sin embar- go, tres veces mas grandes que en este proyecto-se espresa de l a manera. siguiente: "I,a entrada del puerto de Alicante está eu mui " malas condiciones náuticas, porque las olas reflejándose sobre " las obras encuentran en el paso las olas directas,i forman un mar .' desmontado, en el cual los navíos gobiernan mui mal. Uno de los " marinos con el ciial hemos conversado compara el puerto de Ni- " cante en temporal a un caldero hirviendo. Cou mal tiempo un " navío, llegando a este puerto, tiene mas ventajas en quedarse en <' a l ta mar que ententar l a entrada."

1 si esto pasa en el klediterráueo, cuyos temporales no son t a n iiit,ensos comolosdelPacífico, yapodemos imajinarnos lo quepasará en el ante-puerto del proyecto del señor Casanova i en todos aque- ilos en que la entrada está en las mismas condiciones de tamaíío i de urientacion.

Si se pasa revista a los principales puertos del mundo, Re no ta que, salvo mui rara,s escepciones, i ello obligado por ot ras circuns- tancias locales, predomina el sistema de orientar la entrada de mo- do que las mas grandes ajitaciones del mar no penetran directamen- te al ante-puerto, consiguiendo, de este modo, obtener las mayores probabilidades de mantener sus agua8 relativamente tranquilas, i esto con t a n t a mayor razon cuanto menores sean sus dimensiones.

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Entre los puertos de coustruccion mas moderna se enciientra Libau en el Báltico, el cual es considerado, entre las aut'oridades en materia de trabajos marítimos, como uno de los mejores ejem- plos que se tienen de puntos establecidos en playa de arena, por la disposicion dada a sus rompe-olas i la buena orientacion de su entrada. Slinra bien, la costa donde está situado este puerto es- tá orientada de norte a sur, i los mas violentos temporales se producen con vientos del SO i del O i, sin embargo, su entrada está orientada liticia el KO en l a direccion de donde vienen los vientos del largo que producen las menores ajitaciones en el mar.

Jénova, situado en el golfo del mismo nombre en l a costa norte del Jlediterráueo, i que es uno de los principales puertos de Italia, es una rada natural en forma de semi-círculo abierta al sur, i que h a sido cerrada por medio de un rompe-olas, construido en distintas épocas, de 2,530 metros de largo, que cambia tres veces de direccion, figurando una Z; las dos ramas inferiores forman con la costa un est,enso ante-puerto, pasado el cual i ocupando la rada, se encuentra el verdadero puerto en cuyo interior se hallan los dársenas. EL rompe-olas cierra completamente el puerto al sur, dejando l a entrada. en direccion a l SE i a,brigándolo de los vien- tos del S i SO que pon los mas peligrosos, por ser los de tem- pestad.

El Habre, sitiiado en l a costa norte del Alar de la blanclia i en la desembocadura del Sena, es el principal puerto marítimo de la Francia. En este los Dársenas son construido8 en tierra i unidos con el ante-puerto por canales convenientemente dis- puestos. El ante-puerto es formado por un rompe-olas mas o ménos paralelo a l a costa i tiene dos entradas, una abierta a l SO que es la principal, i la otra,, al O; la primera es cousti- tuida por dos rompe-olas, de los cuales el del norte es el mas largo i mas avanzado hacia el mar, abrigando, de este modo, la entrada contra los vientos que soplan del XO que son los qice producen las mas violentas tempestades.

Muchos eje~nplos podríamos citar en prueba de que, en la

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practica, la entrada de los puertos no ~ s t A , por lo jeneral, orien- t a d a en l a direccion de donde vienen los mas grandes tempo- rales. Basta con los ejemplos mas arriba citados, i que han sido elejidos especialmente por ser puertos de mucha importancia, i en los que sus obras de mejoramiento son de construccion mui reciente.

La. eiiti.o<lii. del iiutr-11iii.vto dt.1 1,roiicto <le 1-i- íia del Mar eoii tina liou<lura de 10 metros <,ii buia marea es insiifii.ieiitt,. .idiiiitiviido (que las olas di: teinpestzd t e i r g ~ n sdlo G metros clc altura, se rc que, al cncoiitvnrse uiiti uorr PII SU parte bíijti i Uiiraiiti! uiia. baja inarra, teudi.:L sp4iia~ 7 iiietrov de 3g11U 11aL.8 p3831.. LOS barco3 qlle cnliill 23 i iiias pips iie de~foiir1ariau.-D. Gisnnor;?.

En el párrafo anterior liemos heclio ver que el ante-puerto pro- yectado para Viiia del l l a r no tiene las pretensiones de servir como puerto de refujio a las naves acosadas por un temporal, i que, salvo el projecto que consiste en cerrar co~iipletainente la bahía ile Val- paraiso, de todos los demas que se preseiiten ninguno podr' a cuni- plir con esa condicion.

Todos los proyectos presentados hasta ahora,-esceptuando el nuestro-son mas o mí.nos del misiuo tipo; consisten en la eleccion de un t ramo de costa mas o mSnos estenso, a lo largo del cual se construiriaii los dhrsenas, que, a su vez, ser& protejidos de las aji- taciones del mar, por un ronipe-olas paralelo a l a playa de una lonjitud conveniente i como las pendientes son bast'ante fuertes, evijencias económicas obligan a que estos rompe-olas se proyecteii lo mas cerca posible de la orilla, para no tener que funilarse en grandes honduras; pero siempre tendrán que estar a una dis- t'ancia suficiente para que puedan los buques circular cómoda-

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mente eii su interior: de aquí que esos ante-puertos tengan dimeil- sioues reducidas i su entrada esté mui cerca de la costa, lo que los pone en malas condiciones náuticas en un dia de temporal.

En el proyecto de Viúa del l l a r , el ante-puerto se encuentra en las mismas coudicioiies; pero estono es de niugun modo un inconve- niente, pues nada se pierde con que un buque que llegue en un dia de temporal espere el momenbo favorable para entrar en l a dársena, t a l como pasa en l a mayor parte de los puertos del mundo, siendo en nuestro caso esta circunstancia mucho mas farorable. a causa de que los clias de teiiiporal son, como hemos dicho, mui escasos.

Si la hondura de 10 metros adoptado para nuestro proyecto, fueraúnica i escepcional, comparada con l a delosdemas puertos que uospuedenservir de ejeuiplo, teria talvezunmotivo de crítica por no estar oancionada por l a práctica; pero felizmente teneiiios mas de un 50% de los puerto6 del mundo i entre ellos de primer órden, en que esta hondura es mui inferior, sin que ello haya sidonunca motivo de quejas ni un entorpecimiento para la navegacion

El iiljeniero Eyriaud desVergnes, eii su memoria ,va citada, sobre el "Establecimiento i conservacion de puertos en playas de arena," refirilndose a las obras construidas con el objeto de facilitar l a en- t r ada pnr uii canal a obras interiores-casoigual al nuestro-dice lo siguiente: "Es necesario siempre que los rompe-olas sean llevados s o ménos hasta profundidades iguales a aquellas que se rluiere man-

tener en el canal de entrada. En nuestro proyecto, el canal de entrada a la dársena está en

hondiiras de 8 metros, tener 10 metros enlaentrada del ante-pyertto, ea, pues, suficiente.

De los numerosos ejemplos de puertos que podemos citar en que el tirante de agua a l a entrada es inferior al del proyecto de Viúa del l i a r , elejimos los siguientes; por ser los mas importantes i cuyas honduras referimos a l a línea de baja marea.

En el mar BAltico, que se puede considerarse como un mar ~ i n mareas, tenemos: Pillau y blemel con 7 metros, Libau con 9.50

En el mar del Yorte. en el canal las diferencias de mareas están

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comprendidas entre 1 metro 60 i lme t ro 70, se encuentran: Osteode con 7 metros, Dunquerque con S metros, Iniuíden con 0.30.

En el hIediterráneo, que tambieu puedeconsiderarse como un mar sin mareas, están: Alicante i Terragona con 9 metros, Valencia, 9 metro8 i Cartajena, 10 metros.

Ida Pallice en el .itlántiro tiene 5 metros, dserencia de mareas 4'" .'i0 máximo.

Iilalamoro en el Adriático, 8 metros, difereucia de mareas 1 50 Hemos dejado a propósito para lo Último dos importantes

puertos, cuyo movimiento niarítimo es superior a todos los demss; nos referimos a Por t Said i el Havre.

Po r t Said, denpues de laa Últimas mejoras, tiene a l a entrada del ante-puerto 9 metros de agua, que es un pocosuperior a l a hondura del canal de Suez; las diferencias cle marea alcanzan a 0.70.

1 en el Havre, uno de los puertos masimportantes de la Francia, n o tiene en ninguna de IUS entradas ni aun en al ta marea los 1 0 nie- t ros que tendríanios en nuestro proyecto en baja marea.

Venios, pues, que la entrada del ante-puerto en el proyecto de Viga del Mar se encuentra en mejores condiciones que l a de mucho8 puertos europeos, que tienen un movimiento de naves mui superior al de Yalparaiso: estando ademas en mejores condiciones que el del IIavre, que ea uno de los primeros piiertos bajo el punto de vista de su coniercio internacional i cuyo movimiento es 10 veces siiperior a l

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El roinpcolaa [del proyecto de Tiüa rlal Mar time eseollern~ cou Iin taliid de 1x1 del lada del ante-p~ieito. " Eu el iiiar rs irnposibl<, iin talud de " 1x1, arriénos qiie or coloqiirii las piedras a nia- "iio." E I ~ UlarsrUa. doude el mar es inaa pací6- co que eii el Padiico, se eieeiita en lu. octua.lidad iiu ennaiiclie del piirrto i las eiio1lws.j ti<lien iin t:iliid de 4x8.-D. Ci~snnor-a.

En primer lugar,el que el mar en Alarsellano sea t a n malo como en el Pacífico no es aryuinento alguno, puesto que iio se t r a t a de taludes espuestos de frente al embate de las olas de un mar mas o menos tempestuoso, sino de taludes que se encuentra11 drl todo opuestos.

En segundo lugar; el que en los trabajos nuevos de AIar~elIa se haya adoptado taludes interiores de 4x3, no quiere decir que los de 1x1 sean imposibles; cuando mas esto indicará que allí se h a au- mentado la precaucion en vista de la gran Iiondura que tendrA el rompe-olas, pues siempre ser& mejor un talud de 4x3 que uiio de 1x1.

Por lo demas, si el señor C a s a n o ~ a ti1viei.a conociiriiento de los t,aludes adoptados en otras obras marítimas, no habria Iiecho una observadon t a n jeneral. ni I i ab~ ia considerado como iiiiposible un Iiecho del cual no sólo hai uno, sino arios ejemplos.

Así, en el mismo Alarsella, citado por 61, el antiguo rompe-olas i del cual el que se proxecta no es sino continuaciou, el enrocado tiene al interior del puerto up talud de 1x1. En Brest i eu Clier- burgo sus eurocados tienen tamhien un talud de 1x7. En ZI51aga i Bilbao, l a misma cosa.

Uno sólo de los ejemplos citados bastaria :para probar que el ta- lud de 1x1 ea perfectament,e posible; i en niiiguno de ellos, al ménos que 10 sepa, se Iian construido estos enrocados colocando l a s piedras a mano.

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Sobre la ha,w tiiipaiior de los rni,rocadoíj drl vonipe-ola5 nr. proyecta iinn capa de colicreto de 0.m50 de espesor i que 8ii?-?-para igiialni. 1.1 asieii- tu donde debe clr ir colncxdo el paraprtn. ";Co- " nio? rre cree que i n t w de cuatro años, plero " qiir se fija para trriiiinai. las obras, Iiabi.8~1 ce- '' mdo l o ~ 11lori11liei1tn8 (Ir las ~heolleras funda- ', i1:ix 6obi.e oreqn <iseurridiza i atacadti por alas ;- <Ir G iiiptra~ <Ir ~ i l t i i v ~ l Tal capa (le iioriiiigo~i ' j d<~sap.pxreci3i.iri I~ecliri niiii:o- eil I I IL twi~[mrd 80-

vio."-D. (:lranol:7.

Eu nuestro iiifnriiie, al t ra ta r de la construccioii del rompe olas, Iienios dicho, que sobre l a base superior de los enrocados se esteu- ilerh una capa de concreto, cuyo finico objeto es igiialar l a superficie de esta base, para la fácil colocacion de los bloques a,rtificiales que foriiian el parapeto.

La colocacion de esta capa no se liartí siniultáneaiiiente eii t odo el largo del rompe-olas, sino por secciones, a metlida que ello sea ne- cesario, i en toda l a estension en que pueda, aesde luego, cubrirse con los bloques artificiales, no estando, por lo tanto, espuests a l a accion de las olas en un dia de temporal.

Hsbria sido por demas supérfiuo, el que uos liiibihamos ocu. pado en liacer diuertacioues sobre las innunierables precauciones que se requieren en l a coustruccion de esta clase de obras, de las cuales depende su buena coiiservaciou; ellas son del dominio del injeniero que sabe que todas las precauciones que se tornen, aun- que ellas parezcan exajeradar-, nunca estkn cleiiias.

Si se prescindiese de esas precanciones i se colocase l a capa de concreto en 1s época de los temporales, no l ~ a i duda que su destruc- cion seria segura en aquella parte rlue estuviese en descubierto; pero ello seria, a su vez, una torpeza imperiloiiable que tio es posibleuupo- ner; t an to mas en un mar en que se tienen iliieve ilieses en el aiio ern que los trabajos podrán ejecutarse con la inas completa seguridad,

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El señor Casanora parece tener dudas sobre l a perfecta estabili- dad de los rompe-olas en el curso de la construccion fundados sobre nn lecho de arena griiesa, que está comprimida por el peso del agua, i a las cuales llama arenas escurridizas, término qiie no podemos aceptar para las de l a playa de T'iña del Alar, porque el único movi- mieuto que tienen es el movimiento natural, comuu a cualquiera o t ra playa, debido a l a accion de las olas sobre el fondo i que en ningun :caso tendrán accion sobre la masa de los enrocados cons- truidos sobre ellos.

Las arenas son movidas sólo mui superficialmente a Io largo de las pendientes del fondo por las corrientes que producen las olas al llegar a l a playa, i cuyos efectos disminuyen con Ia hondura, hasta hacerse completamente nulos, i las arenas que e s t b bajo los enrro- cados se encontrarán siempre en la mas absoluta inmovilidad. Pre- tender que, en una playa en que rompan olas de 6 o mas metros de altura., sean éstas un peligro para los grandes macisos construidos en ella bajo el punto de vista de l a accion que ejercen sobre las are- nas del fondo es no conocer l a manera como obran, ni las leyes que rijen sus movimientos.

Dadas las condiciones del fondo en que quedarán asentados los enrrocados, podemos decir que constituyen una de las mejores bases de fundacion, i que el hecho de ser compuesto de arenas gruesas es la mejor garantía de que, una vez que los enrocados tengan toda su altura, no estarán espuestos a ningun movimiento peligroso; puesto que es un hecho reconocido por todos los injenieros, que la mejor base de fundacion es l a arena, por su carScterprecioso de es- ta,bi/idad i resistencia bornojénea del sub-suelo, en tnilas las partes sobre la,s cuales se t r a t a de sentar las fuudaciones.

Ejecutados por lo tanto, los enrocados con aquellas precauc.io- nes i cuidados, que toda, obra hidráulica requiere, no estarán sujetos a movimientos mar o ménos bruscos que puedan producir disloca- ciones en la superstructura de las obras. Esto seria mui de temer en el caso de fundaciones hechas sobre fango mas oménos profundo, como en el proyecto de Punta Anjeles, o en el caso de fundaciones

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P A R A TALPARIISO 203

sobre fondos someros couipuesto de fango, arena i piedra coino en el proyecto de Cabritería.

L a ma,yor parte de los puertns del mundo tienen sus rompe-o!as construidos sobre foi~dos de arena, mas o niénos fiuas; en algunos como en AIarsella, Trieste i Fiume, eii fango, i conocidas soii las difi- cultades con que se tropezaron, sobre todo en Tiieste, para su cons- truccion. Xo tengo cnnociniiento sino de dos puertos, L a Pallice i San Juan de Luz, donde se encueiitran sobre roca iuaa o m6nos diira. Sin embargo, a pesar de este hecho t a n jeneral, eii ninguna parte he visto que se hable de arenas escurrirlizas, ni que puedan eer un peli- gro para los rompe-ola? el que las arenas sean movidas eii el fondo de las plagas por olas de G o inas metros de altura.

I'arn r ~ i t o r l a nreiuii de. liis olits clr G iiit,trox da alt i iw. el niitor del pro>-rito dr Tiña ~lel Mar propone 1% conrtriicciou de jaulas de i . i< . l~n fiin- dada8 a. l a cota de 1.m i <le iiii eiiilii,<lindo qiie ciibrn el foiido liaiita l a cata de 4 rnrtroi, t n ~ i t o nl siir coiiio al norte del unte-piieito. ".lIe lini'eeo " que semejante defrnsa desiiparee~iw cori el 1ii.i- " iiier teml~oinl serio, como pliiinos lleiiirlas 1701'

un 1iurac;in."-D. Casanova.

[.liiales del lzistitilto de Injeuieron. Ahyo [le 1898, p8jiiin 347.)

Con el objeto de que SP pueda apreciar el valor de esta observa. cion, daremos Antes algunas esplicaciones sobre el objetoaqueestan destinadas las obras a que se alude i la manera como se efectuarán.

Es un procedimiento mui usado en ciertas playas de arena fina i de pendientes mui suaves situadas en l a proximidad de los puertos el retardar el movimiento de las arenas i fijar así el réjimen de una playa, por medios artificiales.

En Viña del Alar a pesar de l a poca importancia que t,ieue el mo- vimiento de las arenas i con el objeto de evitarlo eu lo posible al

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sur de las obras, i tambien con el objeto de adquirir nuevos terrenos que serdn de gran utilidad, liemos proyectado la construccion a lo largo de la playa de un malecoii de jaulas de rieles rellenos con pie- dra,, igual al coiistruido en Valparaiso, i fundado a l a cota de 1 me- t r o bajo l a línea de a s u a en baja marea, <:iil~rir el fondo con piedras de dimensiones coiii-enieiites con e: objeto de anular, en cuanto sea posibl~, el arrastre de las arenas que se Iiacen con vientos del Si SO enlos 1,000 metros (le p l a p qiie lini al siir d i lasobrasproj-ectadas.

Despues de nn estudio mas atento de la cuestion i dada l a peque- Nn iiiagnitud de estp t~aepor te , creemos que nuestras precauciones son escesii-as, pucliénclose. sin ioconveniente alguno? suprimír en esa parte el enrocado del ioiiilo, hastando desde luego con la construc- cion del malecoii. que f~iudado a hoiiduras de 1 metro producirá el efecto de diminuir en g.ai; parte la accioii de las olas sobre el fondo, que a lo suino se lia1.f1n sentir en 110uduras de 2 metros.

Vna vez construidas las obras, se porirá juzgar de l a nia=nitud que aiiii teuclrd e! nioi-iiiiieiito de las arenas, por el embaiicainiento mas o m h o s r:ípido qne se prnducirá en e: áiigiilo esterior formado por el dique sur i por el cual podrs apreciarse si vale o u6 In pella de Iiacei el enrocamiento rlel fondo.

A1 n o ~ t e iie las obras i en uiia loiijitiid conl-eiiiente se Iia proyec- tado un malecon igiial i el enrocado del fondo Iiasta liondura de 1 metros, retardando así elarancr de las arenas a: sur producidas por los temporales del S O . : que son los que ejercen los trasportes de inayor proporcioii.

11 propósito de estas coústrucciours que uo tienen nada de anor- mal, el seíior C a s a n o ~ a nos llacc la obserracion que encabeza este párrafo i en la cual, como se re, interpreta iiiui mal mis ideas, modi- fica el sentido de mis espresiones i cambia aun las palabras. Así) habla de einpedrados, cuando fe habla de piedras cle rlimensiones convenieiites, lo que quiere decir, que estas piedras tendrán las di- mensiones iiecesarias para contrarrestar las acciones a que estón destinadas a resistir. Da a entender que las obras son projectadas con el objeto de defenderse de la accion de Iris olas de G metros de

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altura, cuando en realidad estan destinadas únicamente a disminuir i evitar, en cuanto sea posible,el movimiento de las arenas del fondo de la playa i a ganar terrenos al iiiar.

Uua playa fija de arena i de pendiente Inas o iu6nos suave, como l a de 7'iña del l l a r , no necesita de obras artificiales para defenderse contra los tenipora.les: su mejor defensa es l a misma forma de l a pla.ga,donde las olas de lj o de 'LO metros de altura pierden, al a r a n - zar, poco a poco su inteusidarl, bajo la influencia de ios fondos mas i mas decrecientes, que eiiciiei:tra e c si1 camino, no ejerciendo su ac- cion sobre los cuerpos que se encuentra11 eii el fondo de la pla.ya, sino por las coirientes que pinducen i cu?.os efectos liemos anteriormente aua!izado.

Al decir el seiior Casaiiol-a que las obras p r o ~ r c t a d a s en la p1a;-a desapareceran al primer t,emporal coino plumas llevada.^ por el viento, coiii,-te un contra-sentido, piiesto que, si, bajo la accion de estos iuiamos'temporale~?, se mantiene l a pl',~a en un estado de equi- librio perin:~iier?tn con SU fondo cubierto de arena mas o iriénos ~ r u e s a , con mas razou lo estai,'i, si en lugar de arena estuviera cu- bierto coi1 cascajo o piedras, i si, bajo la accioii de estos temporales, las aienas Re iniiex-en sólo de une. manera mui lenta, mucho mas len- taiileiite se morerAu los r.~at,eriales iiias pesados i no teudr8. accion alguna obre piedras de rliniensioues convenientes.

Mi colega atr ibu-e a las olas iiua accion que no tienen ni purdeii ejercer sobre los cuer]->oü colocados en el fondo (le las plalas, i cou- funde lastimosamente la manera como las olas ejercen su accion eii las dict,intas faces de su carrera. Olvida este priucipio fundameotd que se deriva del estudio de las olas i da la manera como ellas se mueven: que la inas grande accion de las o1a.s se ejerce en su superfi- cie superior, rloncle sus partíci11n.s adquieren la mayor velocida,d de circulacion.

La accion que una ola de ü nietrou de altura, por ejemplo, ejerce- r á sobre una obra avanzada IiAcia el mar i fundada en honduras superiores i contra la. cual va a chocar bruscamente,es iufinitamente superior a l a accion qiie ejercerd sobre un cuerpo colocado en el fon-

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do de una playa, en la cua,l revierita rlespues de perder poco a poco su intensidad. En el primer caso,laola, llegando con toda su fuerza, sin rlue el movimiento circular de sus inoléculas sea retardado de una manera ya sensible por la influencia del fondo, i a l chocar brus- camente cnntra el obst,&culo, tendrá fuerza, no solo para mover, sino para lanzar a cierta distancia un bluque de alzunas toneladas de peso; mirntras que esa misma ola apBnas tendrá fuerza para mo- ver los granos de arena que se ericuentraii en el fondo de la plasa i eso s610 ent're ciertos límites.

En la playa de Viña del Alar, las olas de 6 metros de a l tura revientan, a causa de l a pendiente del fondo, coiiio a 50 o 60 me- t ros de l a orilla; en este punto la ola a l romper remueve el fondo, viéndose las arenas suspendidas por un momento en el remolino forinado por el agua, para volver a caer casi inmediatamente un poco mas arriba; despues de romper, el agua corre por la super- ficie con una velocidad mas i mas decreciente, formando las co- rrientes de que hemos liablado i que arrastran las arenas confor- me lo hemos esplicado en el párrafo V.

Se comprende, que si se cubriera el fondo de l a playa con piedra.8 que presentasen la, iilenor superficie posible al empuje de las aguaa, como ser piedras rnas largas i anchas que altns, el efecto de arrastre producido por las corrientes se anularia coin- pletamente, i las piedras de un cierto peso, fácil de calcular, que- darian inmóviles.

Al principio las piedras botadas al azar i colocadas sobre el ionrlo en posiciones inas o ménos desfavorables, podrán ser mo- vidas; pero como los cuerpos tienden siempre a buscar la posicion nias favorable para ser lo ménos posible cambiadas de lagar, irán poco a poco coIocándose en posiciones mas favqrables, i apo- yándose las unas con las otras, concluirán por formar un ma- ciso, que resistirá perfectamente, por el frotamiento sobre el fondo- a la accion de arrastre de las corrientes producidas por l a ola.

En cuanto al malecon construido en hondura de 1. metro bajo la línea de agua, no sufrirá el choque de la corriente, sino c u i al

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final de su carrera, cuando su fuerza h a desminnido considera- blemente por el frotamiento h obre el foiido, produciendo un pe- q u ~ i i o choque que no teudrfi fuerza., iii aun para mal-er las piedras colocadas a su lié.

Si la ola en lugar de tener G iiietros de altura,, tuviera mucho mas, 10 met~ros por ejemplo, el efecto seria mas o menos el mismo, puesto que en cambio esta ola romperia a ma>-or diitaricia de la

costa i a honduras taiiibien majores. Por no alargar demasiado est'a conferencia, no entro a desarro-

llar las fórmulas que dan el esfuerzo producido por las olas en las distintas faces de su carrera i a distintas honduras, i l a resistencia que los cuerpos lo oponen; fórmulas, que mis colegas encontrarán en las memorias cit,adas de Cornaglia i de Gerstner; por las cuales se r e r á que no son mui grandes las fuerzas a que tieiien que resistir los cuerpos colocados sobre el fondo de iina pla la , i que, cualquiera que sea l a magnitud e intensidad de las olas, se podrá siempre llegar a iina estabilidad suficiente, recurriendo a materiales de un peso espe- cífico i de dimeiisiones convenientes, los que no tenilrán, en ningun caso, proporciones fuera de las que se obtienen en la práctica.

;\liichos ejeiiiplos podria citar de la aplicacion del procedimieiito que projectamos paya l a playa de Viña del Mar. Conocidos son de los injenieros los numerosos trabajos llevados a cabo eii las costas de algunos mares: como en las del LIar del Norte, por ejemplo; de las defensas de Graud Champ i (le la, isla de Re, criii el objeto, o bien de fijar las arenasalo largo dela. cost'a, ode defenderla contra la accion destructora de las olas; pero sin ir t a r i Iéjos, pueden servirnos de ejemplo los rarios trabajos que se eiicuentran eu la misma costa de la bahía de Valparaiso i que resisteu durante muclios años a l a accion de los grandes temporales.

El malecou esth construido en Iiouduras has ta de 4 metros; en esta parte la pendiente del fondo es mayor que l a de Viña del Alar, i la,s olas chocan cont'ra el muro vertical con bastante fuerza, sin que l a construccion se resienta de ello, sobre todoen aquellas partes bien construidas i conservadas. En muchos puntos a lo largo de él se

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eiicuentra el fondo cubierto con piedras de dimensiones regulares i que estdn hasta 1 inetro 50 bajo el agua i nunca lian sido lanzadas fuera de su lugar por los mas fuertes temporales.

I.:utre el Fuerte .-iudes i el Matadero. a lo largo de l a línea del I,'errocarril, los taludes que caen al mar han sido defendidos con un revestimiento de piedras sueltas botadas has ta en honduras de 2 metros; sin embargo. a pesar de que la pendiente del fondo es mui inerte i los tallides mui parados i ser una de las partes mas fuerte- mente atacadas por las olas en un dia de teiiiporal, no se ha. visto jamas que estas piedras sean lanzadas como plumas, is pesar r!e sus pequeíias dimensionzs; cuando mas, sonaveces reiiioridnsiarrastra- das a mnTor Iiondura, bastando de rez en cuando renol-ar a!gunas, para mantenrr estos talrides en buen estado.

En el Alatarlero, rlonde la8 olas tieiien 18 misma intensidad que en Viña del l l a r ! no se lia producido ningun perjuicio sobre el muelle destinado al embarrloe di: animales i construido de jaulas de rieles rellenas con piedras, a ppsar de estar sucabezofüridodo en Iionduras (le 4 metros i contra el coa1 las olas rerient,an con toda sil foerza.

S o Iisi, pues, razoii alguna para qiie lax obras p roy~c tadas a lo lai,go de la costa de la playa de Viíia del 3Iar i que se encontrai-iaii en mejores condic.ioues que las de los ejemplos que hemos citado) sean de~t~rli idas i sus materiales lai~zados como plumas llevadas por el viento, con el primer temporal. como le parece a l señor Casa- nova.

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f 1;suiriusics.-1.n p ~ i i . 1 ~ suiierioi de Icis c:ijoiii,r

ile iiiiid~iricii, que sei.51~ eñp~c in i l n i de 1 metro 50 i , ir:iii uiiidos por iiiia bríreiln de 1iiedi.a.ieI eslin<-iu i , i i t i < , iilii>r i oli.,,s w 3 rrllcwi~rá con i~iiiniiilrri~i lii. i1iAiilic;i iuii*ti.iiiilii i,c>:i iiire ioili!ii-iiiiid<i. ".ldiiii- " t ir i idi i q u e li>* <.~icl i i l l i i~ di:) ciajoii jreriiii1;iii Iiticei, " VI t!.;ibnjo iii<lii.uili>. raba liii'guiitei.ii? ;,QliB o\>- ' ' jeto t i i i i ! ~ I,i Ii<íricli? ~iiliri.iiii.'? ;Se teiiic qiic r.erl;i " ~l ~ , ~ I v I I , J c l ~ ' l : ~ s eh:p~t.io>'.! En t:,l C:ISCI tt:,nbic~~ " ii4deriuii I!,a '?ajoiiiis iji l i : .-e p i i i~eet : i e:>iisti.iiii. " coiii~Iiiiisiiioiiioti~ii;,l liiili6iilii i i I:ir;inoi-;J.

1 .ll~;,l,..s~lel 1,,,3tii"t0 <IP l?~j,.ni",.o.~: ??1:,:;<, ( 1 , ~ l,u,!is. l>$jin:,, .j4S.)

l'or las preguiit as que hace el seiior Casanova en la observacioi~ que antecede, parece que no se lia impuestoliieiic!el objeto qnetieneu los rellenos entre los cajones i de la iiiiportaiicia de la bóveda, cuya supresion espon~lriit los muros 11e iilu(~lle ix 1111~1 i.q~t711.a segui.ii, PIJ

esos puntos. Los cajones <!e fuiidaciou t~stdn destinados a servir de Imse a

los muros de muelle? i sus dimensiones lian sido calculadas para re- sistir al peso cle estos muros, a la preiion de las tierras i s 311a so- brecarga por metro cuadrado unifoimeii~eiite repartida: mi6Utras que los rellenos de los espacios dejados entre ellos están destiiiados a evitar la solucion de continuidad: i siis dimensiones est5.n calcula- das íinicamente para resistir a la presion de las tierras que se en- cuentran detrás deélien el espacio de 1 metros .5(! dejadosporloscajo- ues, puesto que e! relleno no v a eri todo el ancho de estos, sino en l a parte delantera en un ancho de 2.20 rnetros en sil partesuperior. De aquí que la b<j7eda sea necesaria pi.iucipalmente para evitar que el muro d e muelle descanse directamente sobre est,os macizos construi- dos independientemente (le los cajoncs de Eundacion, i adernas para salvar el espacio no rellenado.

AdernAs? Iiai que tener en cuenta que la albañilería de estos re.

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llenos no tiene t raba alguna con la de los ca jon~s , i que, aunque am- bos son construidos con i.1 iriiumo material hidrdulico, puerle ceder el relleno sin que peligre el iest,o de la construccioii, ni los cajones cedan, como se dice en la obserracion liecha.

LB coiistrucrion de estos rellenos por medio de cajones de aire comprimido no presenta ditirulta~l algiina en la prúctica; el proce- dimiento aplicado no tiene nada de iiuero, es simplemente l a repeti- cion de lo que se h a hecho en construcciones anhlogas en los puertos del Havre, (le Rocliefort, Glasgon. i varios otros, cuyos detalles se encuentran en iiiimerosas obras.

SVII

Coii el ~jxuy+<-to (le d(ii.seiin eii Tiña rlel Jlav se Crpr que sieinpi.~ be podr5 linr.ei frriite 31 de- sarrollo itoinercinl, "~iiolang~niido sus obras i slis iiiurlles". FH mili ~>oi-iOle: ljf1.0 110 c ! i l>i.Bcti<:o el coiistvuir o t r a d$rsenn al lado, rliir teiiilrin qu*! coniuiiicnrse eoii la lii.imri.n, >-a d e t i u ~ e i i d u r iiiiira de sqini':icioii, yn por 111~di0 OC 0t1.0 311te-

1iiinrto.-D. C,?snrioi.n.

Ante esta observacion cabe preguntar: ¿Qué es lo que entieride su autor por una cosa práctica en trabajos de injenieríal A mi en- tender, un procedimiento no es práctico cuando su eje :uciori es poco ménos que imposible, o que, una vez realizada, no se obtenga de él el objeto que se desea, o bien que, por su escesivo costo, puede ser reem- plaza.do por ot ro mas económico.

Pero t a n práctico es el construir una ddrsena al lado de otra , cuando las condiciones locales son favorables; que este sist,enia h a sido, no una, mino muchas veces empleado, i es raro que el señor Ca- sanova no tenga conocimiento de ello.

;Prefiere, acaso, que desde luego se construyan, en lugar de 2,100 metrosde ~uuelles, suficientes para muchos anos, 5,000 metros

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por ejemplo, para dejarlos sin uso alguno, recargando los gastos de construccion i aiimentando los gastos de esplotacion con los intere- ses i gastos de consersacion de 2,900 metros de muelles improducti- vos por mucho tiempo?

Si algo puede decirse que no es práct,ico, es precisamente este ruinoso sistema.

1 si no basta11 estas consideraciones, podrb servirnos de ejemplo lo qiie estA pasando en los mas grandes puertos marítimos moder- nos, respecto al acrecentamiento paulat-ino de sus obras i de sus dársenas a medida que las necesidades del comercio i su auinento progresivo lo han liecho necesario.

Si tomauios los principales i mas conocidos puertos marítiilios o fluviales, como ser Jlarsella, El Havre, iimberes i otros, veuios que lo que son hoi n o l o fueron v e r , i que en todos ellos se h a ido aumentado l a lonjitud de sus muelles, con la constuccion de nuevas ddrseuaa comiinicadas con las anteriores, a medida que su desarro- llo comercial lo h a ido exijiendo.

1 en ayuellospuertosen queestanecesidad se ha hecho sentir i en que las dársenas se encuentran en tierra, como en nuestro caso; las nuevas dársenas se han construido a continuacion de las anteriores sin que haya sido un inconveuieiite su comuuicacioii, preciaamente por el sistema único, t a n poco práctico, segun el seiior Casanova, de destruir un pedazo de muro de muelle, i de lo cual tenemos numero- sos ejemplos de aplicacion.

Así en El Havre, en que todas sus dársenas están construidas en tierra, l a nuevadbrsena, el Bellot, se construyó a continuacion del de l 'Eure; una vez terminados los muros i hecha l a escavacion del primero, se les puso en comuuicacion por un canal de 30 metros de ancho, para lo cual se tuvo que destruirlos muros dela antiguo dár- sena en una estension conveniente, haciéndose esta operacion con suma rapidez i sin dificultad alguna.

En Amberes, en la construccioii de las dos últimas dársenas, el Africa i el América, tambien construidas en tierra firme, se aplicó el mismo procedimiento para unir l a primera con l a antigua d á r ~ e n a

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de Kattendjk, para lo cual hubo que destruir una seccion de muro de este último.

Aun inas, voi a citar un ejemplo, que, si no es igual, al ménos puede asiiiiiláraeles por la naturaleza del trabajo ejecutado, i en el cual se ver& lo práctico que es destruir un muro de muelle. 31e refie- r o al puerto de llarsella i a la skrie de trabajos llevados a cabo do- raote la construccion de la dársena l a "Nacional". Es ta dá.rsena, construiila paralela a la costa ia continuacion de las anteriore.s, i en la cual se aproreclió una parte de tierra firme; fuG necesario, par.& poderle dar la hondura esijida de 8 nietros en baja marea,, efectuar el derrocamiento del fondo cercano a tierra: con este objeto Ee cons- truyó un muro pro~is ional de concreto de 1,069 metros de lar#o, que cerraba completamente el recinto donde se tenia que liacei el de- rroca,miento; el cual se hizo así en seco con la niayor facilidad i eco- nomía, concluida esta operacion se Ilenií de agua la diíiseiia i se proceclií, a la destruccion del muro en toda e11 lorijitud.

Con estos ejemplos basta. para deniostrai la practicabilidad del medio indicado, i que no liai ningun ioconreuiente en aiimeiitar iiias t,ar¿íe l a capacidad de nuestro ddrsena con la construccion de una nueva a continuacion iie ella i unidas por medio de iiu canal coure- veniente.

No son, pues, consideraciones de efite drden las que se opondriíii a la m a j o r o menor facilidad del aiirnento de nuestras obras, siiio mas bien consideraciones de Cirden econiliiiico, que prorendrkn del mayor ralor que atlquirirán los terrenos circundantes al proyecto actual, uiia 1-ez realizado este. Iiicouvenientes que pueden fácilmeii. te salvarse inediarite la prerisioo del iobierno o de los concesiona- i.ioa, sob1.e todo del primero que eeiá, eo todo caso: el que qiiedarfi, dueño esclusivo de las obras, pasado un cierto tiempo.

1 ya que lia'blamos del aument,o futuro posible de la dársena,, voi a iiprovec.har la oportunidad para hacer algunas, observaciones sobre estu i sol)re l a capacidad comercial de nuestras obras proyec- tadas.

Se ha pretendido fuudai superiori(1~d de otro proyecto sohie el

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PARA VALPARAISO 213

nuestro con l a mayor lonjitud de iiiuelles con que cuenta-lonjitud sólo ficticia i aparente-sin tomar en consideracion qiie precisamen- t e las dimensioues dadas al de Viíia del Mar satisfacen ampliamente las necesidades presentes i aun futuras del comercio de Galparaiso, por muchos aüos; i esto con un costo comparativamente mucho menor que el de cualquier o t ro proyecto,lo que es una garantía mas de que su ejecucion serh mas conveniente al p a i ~ bajo el punto de vista económico.

L a importancia comercial de una dársena, se gradúa por l a 1011- jitiid de muelles con que cuenta. Los 2,000 metros consultados en nuestro p r o ~ e c t o son de sobra suficientes para el iilovimiento ac- tual de Valparaiso, que puede estimarse en 1.000,000 de toneladas al ai?o: lo que corresponde a inénos de 500 toneladas por metro rorrido de muelle.

Eet,a capacidad, mediante el material de esplotacion que se le lia consultado, puede ser elevado liasta 600 toneladas, i mediante iin aumento en este material i l a perfeccion en su uso. se podrd llegar fncilmente liasta 1,000 toneladas por metro corrido; pudiendo, por lo tanto, hacer frenteaun aumento de mas del doble delrnovimieiito actual sin necesidad de coiistruir un solo metro mas de muelle.

1311 apoyo de lo irnterior, citamos l a opiniou del injenieio Luis le Rond, que, en su importante memoria Sohre la Esplotacion de los puertos marítimo publicada en los Anales de Puentes i Calzadas de ISRG, se espresa de la manera siguiente, al liablar de la capacidad máxima prdctica de un metro de muelle:

';lJarece que 700 toneladas es un límite superior de capacidad " posible en un muelle estrrecl~o i ii1a1 Iierramientndo. Eu cuanto a " l a cifra teórica de 3,500 i 2,550 tonelarlas, no hai duda que esinui " dificil alcanzarla, pues para esto seria necesario no perder un iiii- " uuto de tiempo ni hacer falsax mai~iobras; condiciones que no 6011

" EAcilniei~te obtenidas en un puerto cuyo i'éjimen es esencialmente " i r r~gu la r . Un puerto es una mhquiua i como t a l su rendimieiito " práctico es forzosamente inferior a su rendimiento teórico.

"Parece, puee, que no debe pedirse a un puerto un rendimiento

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2 11 L O S FlrOYECTOI; DE D . ~ I I S E N A S

" de mas de un 507ri que debe considerarse la cifra de 1,500 tonela- " das por metro corrido de muelle, como el másimun que se puede " obteiier convenientemente en buenas condiciones de esplotaciou.

"Esta cifra de 1,.500 toneladas, demuestra, pues, que elmaterial " de esplotacion permite doblar i aun sobrepasar el rendimiento mí- " nimiin de un mstro de muelle, lo que equivale a decir que herra- ': mientar bien un puerto equivale a aument'ar su loiljitud de " muelles. "

Segun esto: nuestro proyecto de dársena está cn condiciones fa- vorables para responder a un aumento comercial cualquiera que sea éste: pero tampoco hai que euajerar l a tendenciti a este aumento aplicado a Valparaiso, que, en todo caso,está íntimamente ligado a l desarrollo coinercial de toda la República.

Dadas las condiciones topográflcas de nuestroterritoiio,la zona de atraccion de nuestro principal puerto irá reduciéndooemas i mas; porque si Chile quiere conservar sobre el Pacífico la influenciacomer- cial a que tiene derecho, su interes le impone la obligacion de mante- ner i mejorar sus otros puerto8 marítimos i abrir otros nuevos para facilitar sus transacciones comerciales.

Siendo su estrecha faja de territorio baiiado en toda su lonjitud por el mar, se impone, como un principio econúmiro, la necesidad de d a r a cada. centro agrícola o minero la mas rápida i ba ra ta salida a l a costa. De aquí que, en las evoluciones progresivas por que a t ra- vesamos actualmente, mediante l a realizacion, aunque lenta, del vasto plan de ferrocarriles proyectados i que unirán los puertos con la red central, la zona de atraccion de cada punto de la costa sufrirá tambien continuas variaciones, a medida de l a realizacion de cada uno de esos proyectos.

Los nuevos puertos de salida se desarrollarán a su vez a espen sas de los antiguos.

L a prolongacion de la red central i el mejoramiento de Talca- huano han influido poderosamente en el movimiento mercantil de Valparaiso. Concluida la línea de Constitucion, ha+ilitadoslos puer- t o s de Llico, Pichilemu i San Antonio i puestos en comunicaciori con

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e! interior cou la coustrucciou de sus fei.rocarrilea proyectados. Va!- paraiso reducirá aun iuas su zona de atraccioo.

Indudablemeute que el progreso de nuestra iiidustria iniuera i el desarrollo iria'or rlue liodrán adquirir las iudustrias fabriles com- peiisarAu i aun podrdn sobrepasar con e! tieriipo esta disminucion: pero, eii todo caso, este aumento serlí relativamente lento i pasarán muchos aíios Antes que su iiifliientia se haga sentir de uiia iiianera ta l que haga insiifisiente~ las diiiiensioiies (le la dhrseiia proyectada en TiEa de! AJar.

Esc-i-icii,sss.-Sii ilii:v rquv I r i s ti:nrul-iolii,s ae l l i i i i í l l en seco 1iah.t;~ la coto O. fi O.

\'ebiiionlo. Segun el iiiitoi. del pi .o~wto da TiUa i 1 ~ I IIai., el terreiio t i e n e In cota iuedia - 7 . metros i ivI ngun ae riii.ui!litia. 'a 3 los .j niet:.o. <le l>roiuii- i l i< l~d . T,uego tic t,rabajnr8 rn i.1 ngiiii desde In i:ota. + 2 iiietroh. De estos do* nletros Iitli uiiu luns o m6iioh que ei; de agua anludn, puesto qiii. O. 11 0 i-<>incide coii la h n a iiinr~n.-D. Casnrioi:?.

.\I t r a ta r de la coustruccion de las fundaciones de los muros del iiiuelle, decimos en nuestro informe que las escavaciones se harán en seco I i a ~ t a l a cota O. O 0 ; en l a cual se principiara la constrilccion de los cajones de fuudacion, que, a su Tez, ceráu suirierjidos hasta 1 s hondura necesaria por el procediniiento que hemos indicado.

El que el agua de filtracion aparezca a los 2 metros Qutes de lle- gar al piail que uecesitamos no es una razon para decir que se tra- bajar& en el agua, puesto que en este caso se dispone de los procedi- mientos corrientes de desagües, que iios permitirá escarar el terreno eii seco, no s6lo Iiasta el nivel 0.00, que hemos adoptado, sino a un iiirel inferior, liasta donde el agua pueda fácilmente ser dominada eori bombas a mallo o a vapor.

A u n mae, es de esperar que; en el curso de la construccion, las

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escavaciones que se hagan en la parte norte de l a rlársena, podrán hacerse hasta el mismo ni<-el inferior de las fundaciones; puesto que siendo eneata parte l a capa acuífera,pero abundant~,es mui posible poder dominar la afluencia (le agua, mediante el agotamiento, por un ctesagiie mas o ménos poderoso. Eu este caso, las funda,ciones podrá,n hacerse desde su misma base por los procedimient,os ordina- rios, sin tener gne recurrir a l a inmei,sion de los cajones; siendo de .sobra compensarlo el tiiayor gasto en el desagüe con la economía realizada en la. manera de hacer las fundaciones.

Eii los pozos de la Poblacion Bergara el agua aparece a la cota +2 metros; pero estos pozos tienen una liondurade2i3 metros bajo l a superficie del agua, su fondo estará, por lo tanto, a la cota O,OU.

0-1 i, sin embargo, en ninguno de ellos, ni aun en el pozo del muelle que est'á a mui poca distancia del mar, deja de ser el a sua perfecta- meiite dulce, aunque se rebaje su nivel por un bombeo contiuuo; lo que prueba que; si Iiai filtracion del agua del iiiar, esta no se hace sentir todavía a esas Iiondnrai;.

T i : i . o c i i i . ~ i ~ i,i; L., CUI:~I~. :STI; I,~.<>UI.<TI,.L ron r.as , ~ l , ~ ~ L , ~ : s , ' I . , s 1,>; >t.i ,tE.,S 1;s E,. ,'.,x-~,,. Il,< cc,3rI-s,,'.\-

<'IC!X XS'rJ;,,: E!. ~AXTE-Ft~El:TO 1 T..\ l > . : n S ~ X . i .

( T ~ : I s P Anales del Iii.stitiito d e I?jriiieron. bl~i'o cl? lS9S, j ~ j i n c ~ ,745' ,249.)

Eu nuestro proyecto, e1 ante-piieito i la dbrse~io estan coinuni- cados por i~iedio C ~ P 1111 canal de ent,radü de .íO metros de ancho i con una hondura de 8 metros eii baja innres. Las corrientes que se pro- ducir6ii en el c.üua1, debidas a las diferenciasde mareas, wrBn t a n pe- quefia que no tendriii influencia alguna por su velocidad sobre los buques a la entrada o salida, sirvielido úuicamente para renovar periólicamente, i en cada período de marea, el agua ide la di.i.ieoa, lo que se liará totaliiiente rn O o 7 mareas coiisecut~ras.

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L a velocidad máxima que tendrá ezta corriente será de 0.m103 por segundo, i los datos que lian ~ e r ~ i d o para obtener este valor son los siguientes:

............ Diferencia máxima de mareas ................ .. 1."'20

Altura del aguafe" baja marea 8." ... eu elcanal IAltura media ...... [en a l t a id. 9 .20j

Ancho del canal ........................ .. .......................... 50."'00 Seccion media en el canal .......................................... 430. ""O0 Cantidad de agua desalojada en cada período de íi

horas ...................................................................... lS0 ,000 ,~20@ Cantidad (le agua desalojada por segundo ................. 5.33 Aplicando el cálculo respectivo, se obtiene para la ve-

locidad del agua por s ~ g u n d o . el valor de ............... 0 : m 0 1 0 3

En nuestro iiiforine impreso, en lugar (le este valor aparece, por error de imprenta, el número 1 9:: Error que h a dado motivo al seiior Casaiio~ a para hacer una larga diiertacion en sus obserra- ciones para probar que la relocidad de In corriente es o t ra

.\!.i,lui.v\iti~ u,: coss.r::cccios.-En 1;) i i ini l~i i i iu- i i i i ]>ni.a In icoiistriii.cioii de 1i1 D:ii.,eiiu. 1.1 nutoi. di1 ~,ru>-ri,to di, Yiiin di,¡ hlxr <oii i i i i tn uiiu grua Titiiii i <los griinx Hti.~viilrs. ' 'Estas gi'ii:lx w" " r i n l ~ l ~ ~ i i i i rii iiinrvs iiiui njit,idob, iiriiiiuib si,ii

' ' n ~ é q t ~ i n ~ ~ s n t t ~ i V:XYL~S. D:I~:I l a v i fn~ mui p - " quvíia di, lus r1i.i~ :~ j i tn r los cii 13 mila de Tiiiii, " dr l AI;ir, debe lirri!>i.iisi, 111s g~nin; f l o t a i i t i . ~ q:it: " nt1,.1ic> 111:1* ¡~arat:~s."-D. Cnsnrioi-n.

El rlue las gruas flotantes sesü mas baratas, 110 quiere decir que sean siempre las mas conrenientes, ni mejores, en todo caso, que las g i i a s Titan i Flércules.

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Reconozco la iii~portancia i los iítiles servidos que prestan l a s giwas flotantes en las construcciones marítinias; sobre todo cuando se t r a t a de utilizarlas eii un puerto abrigado donde puedan, a cada, momento, estar completamente seguras i exentas de los pelig~os de un golpe de mar i de tempestades.

Pero eu Tina del llai,, no Iiai abrigo iiirnediato i estar6, espuesta en los primeros iiiriernon a ser eorpreudida por un temporal que l a poiiilria en peligro. Las precauciones .¿liie habria que tomar en los primeros aúos de la construccion i en los meses de &fayo, Junio, Ju- lio i Agosto, obligarian a paralizar su eniplro durante este tiempo, para t,enerla en iiu Iiipar seguro; perdibndose así un t,iempo precioso que no compensaria con l a diferencia de precio.

Por o t ra partela grua flotante uo podrn reemplazar las gi'uas~ Titaii i HGrcules, que son iiidisprur-ables eii l a construccion de l a priiiiera parte del rompe-olas, no sieiido, en todo caco, sino una ayilda de ellas eii la parte iiias avanzada; miéutras t an to que estas íiltiniaspueden presciiidir coiiiplet,amente de la primera.

FIemostei.iiiiiiado con las obserracioiies hechas a nuestro pro- yecto por el seúor Casaiiova; i sei~sible es teiier que decir que, en todos los puiit'os que toca, no liai un solo da to ilustrativo, nin-

g u n a idea nueva, ni una sola demostracion que venga a indiear- nos un nuevo rumbo i a probarnos que estamos en el error.

1 la crítica que ha Iieclio de los demas proyectos de dársena8 para Talparaiso iio cs ni auii una crítica imparcial, puesto que a contiiiuacion nos presenta un proyecto sujo , que precoiiiza con10 el mas aceptable i conveniente: ¡Se comprende así, que gaste ban- t,o empeúo en apocar los demas proyectos!

-41 ocuparse a la lijera del proyecto de l a Cabritería, eiicuen- t r a que su defecto principal es la orieutacion de la entrada. que está dirijida al sur; despues agrega que podria alegarse en apoyo del proyecto la facilidad con que se podi.ia modificar su orienta-

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cion en una direccion mas conveniente: pero esto, dice. iio vale l a pena, desde que hai ot ro punto mejor para la ubicacion de la dár- sena: t an to que, como reremoe depliues, le ol,liga a inx-ertir de 10 a 13 millones mau (le pevus que eii la Cabritería.

El proyecto de Tiña del Mal, tiene, segiiii 61, iiu mo~iiiiierito de arlwas, que proliit~e abrir la entrada. del puerto en cualrluier direcciou i otra série d~ iiicoiirenientes rjue taiiibieii obli, ~ a i i a abandonar esta localitlad. a pesar de las nimerosas \-entajas que ofrece, teniendo qiie prfierirse el local elejido por 61 i eii el cual habrá qoe invertir eii la construceion rle la dársena iiias de 30 millones inas qne en i iu~s t ro pi.oTecto, coino Tereinos iiias ade- lante.

Este local no es otro que el tramo de costa comprendido en- t r e Piinta hu je l~s i el muelle de pasajeros, que es donde ubica su proyecto de ante.puerto i dcírsena: (1,ámina 11) Local precisa- mente el m6nos adecuado. i p ro~ec to , que, de todos los preseuta- dos hasta l a fecha: es el de mas imposible realizacioii, bajo el punto de vista económico,dado el inoriiniento marítiuio i comer- cial del puerto de Valparaiso.

Si se examinan los numero$os iuformes, proj-ectoo ~>resenta(los i opinione~ emitidas, desde mui atras, por los iujenieros que se han preocupado del iiiejoraiuiento del puerto de T-alparaiso, sr

ver6 que es unáuime la opiuion de que el principal iucon~eniente para crear en l a baliía, un puerto artificial de abrigo con una lonjitud conveniente de riiuelles de carga i descarga uo es el te- mor a los embancamientos, a los cuales siempre se les ha conside- rado coino mui seciinclarius, si110 a las grandes profuiidid, 1 es en las cuales Iiabrii que fundar los rompe-olas: lo que se traduce en un excesivo costo en la construccion que no corresponde al niorimien- t o mercantil de Falparaiso.

Esta opinion esta taii profuudameiite ari,aigada. se encuentra espresada en varias Alemorias del 3Iinisterio de Industria i Obras Públicas, i ya, en 1893, se toca mas de Ilerio el asunto, i se habla de la posibilidad cle construir una dkrsena en ?eco en los terrenos de

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l a Poblacioii Vergare. Con este objeto, parece, se iniciaron sonda- jes de reconocimiento freute a l a p l a ~ a de Viña del liar, donde. con justa razon, se esperaba encontrar honduras mas adecuadas i con diciones locales mas fa\-ora,bles para l a ubicacion de un ante-puerto i dhrsena.

Pero el señor Casanora retrocede a los primeros tiempos, i, ha- ciendo caso oiuiso de la esperiencia adquirida, nos presenta un pro- yecto de puerto precisameiite en el lugar en que l a pendiente del fondo es la mas r8pida, lo que le obliga a fuudarsu gran rompe-olas en Iionduras casi constantes de 25 metros i en un fonilo de fango de cerca de 10 metros de espesor.

1 a l elejir este local, en el cual el costo de construcciou de l a dár- sena que l~royecta esceder6 en muclios ;millones al de los otros proyectos presentados, antepone a la cuestion ecoiil>mica, que cons- tituye en todo caso, el principal iiiérito de la solucion que se adopte, consideraciones de un úrdeii sólo apsri.aute o a l niénos mui iusiguifi- cantes, como la de qiie allí las arenas son arrastradas siempre eri una direccion fija, siendo así ineiiores los temores de embancamien- tos, lo que, segun 81, constitiige una grau ventaja, que no tieneu los denlas lugar~selejidos, i ante l a cualno tieneiiimportancia alguna el mayor o meiior costo eii l a construccion. Temores de embanca- mieiito que son taii infundados ahí, como en cualquier o t ro punto de la bahía (le Talparaiso, una de las mejores bajo este punt,o de vista, i en donde, cualquiera que sea el traiiio de costa que se elija, i cualquiera que sea la. direccion que tome11 las arenas, siempre se po- dr6, mediante una orientacion i lo~ijit~ud conreniente de los rompe- olas, resguardar la eiitrada de los embancamientos rlapidos.

Otvo de los motivos de preferencia para la ubicacion de l a dárse- na es, segun el- señor Casano~a , el encontrarse su p r o ~ e c t o en l as cercanías de los almacenes de aduana i inuelle fiscal, en los clue el gobierno tiene invertidas injentes suiuas de diuero. Pero la dárseiia que se t r a t a de construir eii Talparaiso no est& destinada a res- guardar ni servir los intereses del gobierno, ni mucho manos a iute- reses particulares de ninxiiua eripecie, creados ant,e las esijencias

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topngr&ficas de nuestro antiguo puerto i a la sorubra.cle un sisteriia de carga y descarga añejo i anticuado, que seria la sergiienza del mas pequeño puerto de Europa qiie pretendiese clasificarse como puerto cornertial. Son los iiitereses de la nacion los que aquí ent'ran en juego i que est6n mui por encima de todo8 los demas.

1 no porque el gobierno haya construido sus almacenes de adua- n a en un lugar cuya ~strecliez e insuficencia se está palpando dia a dia, e3 una razon suficieiiteiliente poderosa para ir a coiistruir dá,r- senas donde no hay espaiision po~ible; en un lugar estrecliado en- t re los altos cerros i el iiiar. donde todo Iiai que construir a grandes costos en e! seno i~iismo del mar; i donde iio liai ni el terreno plano mas iiidispensable para hacer las instalaciouea provisionalea necesa- i ias para la coiistruccion de la nueva darsena.

Su situacion al estremo ol~uesto de Valparaiso es. por otra par- te, perjudicial i onerosa; pues se Iiace recorrer a las mercaderías de importacion i esportacion, que eu su totalidail vaii al interior o vie- iien de él, un trayecto iníitil de iiias de 10 l,ilúiiietros, atravesando así todo Talparaiso i poniendo este estrecllo pzerto en peoies coiidi- ciones aun, bajo el punto de vista de su espaiision, liijiene i seguri- dad de sus habitantes que lo que eu lioi dia.

Consicuida la dárseiia en ese t ramo de costa, se eiiroutraria ade- mas en pEsimas condiciones de efiplotacion, poe.,to que una de las. condiciones mas necesarias i de la cual no se puede prescindir en obras de esta naturaleza es un coiitacto íutiuio i lo mas inmediato pnsible con una estacion de ferrocarril firnplia i espaciosa, donde. puede fhcilmente Iiacerse el mo~imieiito obligado de tienes. FBcil es darse cuenta de las diticultades c o ~ i que se tropezaria al querer Iiacer la centralisacioii de todo este sei~icio , que Iioi dia se hace a lo largo del malecon, eii un lugar taii estreclro que aun es insuficiente para el movimient'o esijido por la aduaiia i el iiiiielle fiscal.

El projecto preseiitado por el seiior Casaiiora, i que no puede considerarse sino como un simple dibujo Iieclio sobre el plano aco- t ado de la bahía de Falparai'io, adolece como hemos vi$to mterior- ment,e en en el párrafo S, del gravísimo defecto de tener la entrada

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del ante-pueito orientada en la direction de donde rieiien las olas de tempestad; disposicion que, ademas de no facilitar la entrada de los buques eii un dia de temporal, coino lo pretende, pone esta entrada en coudicioues taiiibien desfavorables respecto a los demas vieritos i principalmente a 10s ~ ie i i tos reinantes del SO que soplan con fuerza en esa punt,a.

Hai adeiiias o t ra disposicioii adoptada en el ante-puerto que llauia la ateiic.ion: iiie refiero a la colocacion cliie toiiiarSn las arenas quellrgiien por algiin i u o t i ~ o a peuetrar en 6i. hli colega dice que estas arenas ir6n a depositni.se eii el 5ngiilo agudo formado por los espigoiies rjue separan el recinto de las d<irsenas coi1 el ante- puerto i eii su plano nos representa estos Angiilos cubiertoii con are- na . Sin pecar de exajerado, se puede asegurar rjue ~ s t o s espigones no llenardn el objeto a que se les tlestiiia i que sus hugulos uo se cu- brirAn de ai-eua sino a i n~d ida que se embanque el ante-piierto.

Por o t ra parte, las areuas que son arrastradas a lo largo de la costa i que vieueii del siir se d~positaii eii el hngulo formado por el rompe-olas del oeste i a l esterior del ante-poerto, doude ir511 poco a poco produciendounembancaniieiito. Ademas. estando la entrada en fondos de 90 metroe mas o inénos, las arenaa eii esta hoiidura estarfin eii la mas absoluta iiiiiiovilidad i aun, en el supuesto de que las mui fiuas mantenidas en siispeiision por una ajitaciou iiiui rúpi- d a del c a r altieral penetraran en el aiite-puerto, se depositarian coi1 preferencia en la eiitrada i al rededor de los cal~ezos dontlle se prodii- ciria priiiiero el embaocamieuto. Ko lini razon alguiia para que las areiias que podrian entrar al ante-puerto pasen por todo su largo i por hoiiduras hasta de 23 metros, para irse a depositar eii la pai- t e mas retirarla i eii el Bngulo formado por los espigones, teniendo que ascender en el lado de tierra, doiide liabrh honduras de G o mas metros: para que aparecieran arenas en este Angula, seria iiecesario que el aute-püerto Eiiese primero completamente embaucado.

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S o liai duda alguna que todos los pro>-ectos de dkrsenas rese en- tados son perfectamente realizables bajo el punto de vista de In iujeniería; pero esto no basta. eu necesario i de primordial importaii- cia que aquel que se ]le..-e a cabo sea coii\-enieiite para el psis c u y ~ s intereses esth destinado a servir.

1 coiiio cuestion previa, de la cual iio puerie prescindii u11 iojenie- yo. so pena de colocar su proyecto coiiio iiiia inera fantasía, se en- cuentra la cuestion fiaaiiciera, medianle cuyo e.xtudio se podrái re- solver ciit'il es el proyecto iiiasí conwuiente, San to mas, cuanto que para la ejecucion cle estas obras, se tendrd cjue rfcurrir al capital estranjero, el que iio se otitendr5 sinomediante una garniitía que, dada la situacioii actual por que atraviesa el pais, no podrli Eer conceclida miéntras no se tenga la confianza de que ella será sola- iiiente noiiiinal.

El priiicipal iii6rito de uii pro>-ecto rle esta clase es Iit econo- mía realizada eii si1 construccion, i el menoT costo constituye un podeioso arguiiiento a favor, que influir& ru la solucion que h a de adoptarse: costo que. en todo caso: .deberá estar eu relacion con el rendiiiiiento probable. S o debe olvidarrie. por lo tanto, que los fiiiicos recursos col1 que se contará para hacer frente a los in- tereses del capital invertido en l a constiuccion de estas obras i a los gastos de esplotacioii son los dereclios de la naíegacion i los percibidos poi carga i descarga de la mercadería de espertacion i de iinportacion i que estos dereclios deberAii ser siempre meno- res a loa qiie lioi dia yravan estos servicios, so pena de producir al pak un nial, que no on bien.

Resiielta la cuestion económica, niediaute el conocimiento mas o méuos aproximado del moviriiiento mercantil actual de iiuestro puerto, i fijado así el valor mhximo del capital que podre invertirse en estas obras, con proveclio i sin gravar al pais, quedaran de beclio anulados todos aquellos proxectos que excedan de este iiiáximo.

Desde luego, i a prioii, podemos concluir, que será mas conve- niente para aquella parte de la República que Iiace su servicio de es- portacion e importacion por Valparaiso aquel p r o ~ e c t o de D&rflena

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en cuya ejecuiiou se iurierta el iiieuor capit,al, sieiuprc que cuente con una capacidad d i c i en t e para Iiacer frente al moviiiiient.~ mer- cantil de este puerro i a su futiiro desairollo.

Si comparaiiios la capacidad i costo de co~i~truccion de los tres- pi-oxectoa de dkrsenas. c u p situacion i p!aoos respectiros pueden verse eii la Iúmina 11: se verá que el proyecto de \-ilia d ~ l Mar, es el que, coritenieiido suficiciite capacidad, podrcl; al niisiiio tiempo, rea- l izar~e con uri costo inus ila l a initad rni:iior qtie cilalqiiiera ¡le los otros dos.

Ante toiio iio e5th demas iecordeiiios algunos principios jeiiera les, que dehe teiierxe mui eii cuenta, respecto a las coudic.ioues con que deben cumplir los muelles qu~i coritieii~n uiia dársena; principios deducidos por la esperieucia adquirida eii la esplotacioii de piieitos inarítiiiios i qiie ha ido poco a poco iudican<lo cuJies soii las coudi- cioneá con que deben cuinplir para que sues~~lotacionsel~agarfipida i ecoi10micamerite: principios de los cuales iio es posible presc.indir, cuando se t r a t a de la coucepcion rle uc proyecto niievo, so peiin de gastar inuclios milloue de peros, para teiivr niiielles ~ 1 1 malas con- diciones de esplotacion.

La caprlcidc~d c»n,er.ci;rl <le iina ddrssnü se ni-aliíiz por ia loliji- tud lb raile1ie.s eori que cuenta, puesto (lile de Geta depende el mayor o menor níirnero de uaves que l~odrfiii servirse de ellos al iriismo t,ieiupo. 1 para ijue iiria. d:irieiia pueda considerarse per.fec.ta i llene toda8 las esijeucias de uua esplotacioii e:oiiómica i actira, como lo requiere un puerto cornrrcial, e$ necesario que RUS iiiuelles se encueii- tren, eii prinier Ingar; en ngu:is constaiitemente tr;?nqujla.s j en se- goutlo lugar. tei~,gau en toda SU 101?jitri11 e.T]>a~iosos ter~7,pIenen

cubiertos dr ,qnlr~oiies j hor1eg;t;lsi bor~1anrJo.s en todo sil contorrio por. Iíne.7~ iCi~eas rijas o rn+uo,s numerosos.

Ida pr;ícti.c& eri 1% eer>lotac.iou de puertos iiiaritiriios indica que- el anclio tle 106 terr.:iplenefi (lebe rtiriar entre 75 i 100 metros, pu-

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diendo bastar en algunos casos 50 o GO metros, pero nunca ~iiénos. h111elles coi1 un aiicho menor nosou pues aceptables en nuestro caso.

En el proyecto (le Viiia del llar, la darsena contiene 2,100 uie- t'ros de iiiuelles en aguas coustantemeiite tranquilas, recorridos en toda s u lonjitud por tres Ií~inas f4rreas i con espaciosos terraplenes cubiertos de galpoiies o bodegas, con u11 anclio en su mayor parte de 100 iiietros i con uii i~iíniinun de 80 metros en algunas ot'ras. Se encueiitra así esta darseua en las i?iejorer condiciones de esplo- tacion.

Pa ra que su coiiiparacio~i con la capaciilad de los otros proyec- tos sea aceptable; es necesario que la lonjitud de muellea con que é ~ t o s cuentan, se encuentre en coudicioiies mas o msnos iguales.

Los proyectos de Cabritería i Punt'a Snjeles, son mas o méiios del i~iismo tipo i se pareceil en sus razgos jenerales a los puertos de Marsella, Trieste i 8.1 proyecto estudiarlo para Jloii te~~ideo.

Este tipo de puertos artificiales es caracterizado por la circuns- tancia de t e n ~ r una superficie ile aguas inas o iiiénos grande abri- gada (le los movimieutos del mar por un rompe-olas paralelo a la costa i que lo divide eu dos part>es: el antepuerto i el recinto inte- rior, comunicados por una eiitrada mas o ménos anclia, que impide que las ajitaciones ilel ma,r que se weiiteii en el primero se trasmitan al segundo.

Elrecintoiiiteriorestáasu vez, subdividido en el lado ile t ierra eii pequelios espacios separntlos eiitre sí por inolos trasversales mas o menos anchos i cle un largo suficiente para permitir el libre tránsito de los buquex entre ellos i el rompe-olas. Estos espacios constituyen las verdaderas dArseiia~, rugo niimero depende de l a lonjitud del tramo de costa abrigado i sus dimensiones deberlín ser tales que los mas grandes navíos puedan moverse dent,ro de ellos sin dificultad.

Los inolos trasversales junto con los iiiuros del lado de tierra, corouumeiit~e llamados rarnplas, forma11 los nitielles de cada dárse- iia i, por lo tanto, su ancho debe rier a lo ménos de 50 metros i a lo mas de 100 metros, sejiun que est'én destinados a ser ut.ilizados por uno o por SUR dos lados. Este aiiclio es iudiepensable i en todo pro

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yecto iiuevo, racional i bien estudiado i eii c~iyasdisposiciones puede un injeniero aprorecliar, siii iircoiiveniente alguno. de las lecciones tliidar; por l a esperieucia, deben teiier esas dimensiones para que presten un útil i ~conOmico servicio.

Segun estos antecedentea, podeiiios juzgar de la loujitud apro- 1-eclisble de muelles con que cuentaii los otros dos pro?.ectos consi- derados; pero, ante todo: conviene que Teamos cuál es la loujitud atri1)iiida Iior los iujenieros marítimos il los puertos de Jlaisella i Tiieste i el dado por sus autores al p r o ~ e c t o para ;\lente\-ideo, o nias bien diclio, la loiijitud utilizab!e de miielks coi1 que cuentaii: lo que serrirh como iina demostracion de que niiestras opiniones eobre la capacidad de los proyectos de Cabritería i Punta Anjeles son per- fect,amente exirctas.

L a Ibmiua 111 da la disposiciou del puerto de .\larsella, en el cual l a gTan superficie de aguas abrigadas por el rompe-olas está dividida en un antepuer to i iin recinto interior, donde están si- tuadas las dArsenas const,ruidas EL lo Iai-go <le la costa i en las que los molos trasrersales que las diriden tienen 100 i mas metros de anclio. L a lonjitud de iiiuelles utilizables se cuenta sepiii el contorno forma(10 por los molos i las ramplas.

I,a Ibmina 17- representa el puerto de Trieste, doiide se ve que la disposiciou dada a las dárseiias obedece a las misiiias reglas. Los inolos trasrersales tienen aquí t a m b i ~ n a lo iiiéiios 100 metros de ancho i la loiijitud de muelles utilizables atribuida a este puerto es dada por el contorno indicado €11 el plano, por las Iheas cortadas - trazadas paralelaiiiente a los inuelles.

Estos dos puertos son considerados, por su buetia distribiicion, como de los mejore?, bajo el puiito de vista de su esplotacion; i en igualdacl de circuustaiicias puedeii tomarse como tipos, que coiiven- drtt tener iriui presente para la conception de iin proyecto nuevo, salvo ciertas modificaciones de cleta,lles debido a las coiidiciones lo- cales mas o ~nEnos parecidas.

En la lámina 7 : que representa el pro'.tcto aprobado para el

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puerto de Nonterideo: se r e que tiene en su distribuciou los mianios rasgos jenerales.

Segun los autores de eere proyecto la loiijit~id utilizable de mue- lles con que contarií este puerto es la si~uiente:

-- ~

-~ ~-

LiliiiO DE LOS IUQLU / ! - l i

SO ii.iii<t',ti Ctiiizil>ira - ~ ~ - - !

: l - 1 1 J IUL~J I 510 m . 300 m. l / 1

....................... Siiielle (le raiiipla entre .l i D ' O00 410

1lor.o R 120 l

íi00 1

, l

~ I O L O C .......................................... ;

1Iiielle de raiiipla, entre C i D ........................ , ;

3101.0 D ....................................... ' ,

i .\Iuelle de rampla ......................................... ;

.......... Bluelle al rededor del dique de Carena i liuelle de raml~le .........................................

11or.o E ..........................................

......................................... 3Iuelle de raiiipla

Total utilizables ....................... i i ! , , !

Datos (que Iian sido tomailos del informe que acompaña a este p roye~t~o .

El projecto del sefioi Casanova, ubicado en el t ramo de costa situado al Sur de Punta Injeles i representado en la 161iiina 11, se parece eii sus rasgos jeiierales a los anteriores, con la difeiericie de quelosmolos trasversale3,en lugar de ser perpeiidiculares a la costa,

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están inclinado8 con respecto a ella: disposicion cuyas ent tajas son indiscutibles, puesto que así las líneas fErreas que bordean sus mue- lles podran comunicar con las líneas principales por simples cambios i no por torna-niesas como en los casos que liemos citado.

Se consulta en este proyecto cinco dársenas, separadas entre sí por cuatro iiiolos A, B, C, D, a las que se les Iia dado un ancho de 50 metros, que consideramos insuficiente desde que serán usados por sus dos lados. Conrendria darles lo ménos 1 U O metros.

L a loujitud de milelles utilizables con que contar&, este proyecto serA, por lo tanto, l a siguiente:

\ Rarnpla 1 320 metros Dársena 1 , 11010 h ' 180 id.

1 180 id. j 1~1. 11 , Raiiipla i 120 id. ( JIolo ZI 170 id. ( o 1; 170 id.

1 12. 111 Raiupla 1 220 id. 1 1loloC 27" id. !

( 31010 C i 270 id. 1d. IT Itaiiipla ( 200 id.

1 ( .\lolo D ; 250 id.

Id. T. ( Rarnpla 1 500masom6uos !

Total de muelles uti'izables .... 7550 iiieti.os - - -. -

1:

E:II el pro'-e-to de la ('aliritería ubicado frente al inatadero i re- preseiit,ado en la Iáinina 11, se nota desde luego i j u ~ , a pesar de las coiidicioiies locales mas o menos semejantes, difiere notableniente cle l a disposic~iou típica seguiila en toiloa los deiiias p i q e c t o s citados i que es considerada como l a nias r-entrijosa, por ser la queaprovecha niejor el espario encerrado, d m d o la i i ialor lonjitiid de iiiuelleu utilizables.

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Se ve qoe el reciiito interior ha sido dividido en cuatro dársenas (1, 11, 111, IV) separadas entre sí por muelles de fierro de 20 metros

de anclio, que hacen las veces de molos. Pispo~icion absurda e ina- ceptable, por la que no se cousigiie toda la lonjitud de muelles que podria obtenerse, puesto que de ningiiu modo se puede considera,^

coiiio lonjibud utilizable para muelles de carga o descarga estrechos muelles de fierro, que ocupan alií un l u g a ~ digno de mpjor empleo.

No vale la pena, de gastar tantos millones de pesos en unrompe- olas i abrigar uiia gran superficie de aguas, para construir en su interior, en lugar de molos conteniendo anchoa i espaciosos mue- lles de un rápido i ecoiiórnico empleo, pobres muelles de fierro de 20 metros de anclio, que servirán segiirawent,e para cargar o des- cargar, pero en condiciones t an desfavorables que rnui luego se rerA la nec.esic1ad ile reeui~~laznrlos por molos de (limen,' cienes conve- nientes.

Indicamos eii el plano respectivo i con líneas de puntos la dispo- sicion que con~endria dar a los molos-100 inetros de anclio a lo méiios--i a uiia parte dei rompe-olas para ap ro~eeha r coiil-euiente- mente i de uiia manera pidctica todo el reciiito abrigado.

Concretúndoiios al plano tal coriio lia sido l~resentado por sus autores, i siguielido el mismo principio aplicado en lo8 otros pro- ~ e e t o s considerados auteriormente, tendieiios que la loiijitud de moelles iitilizables cou que se c.ontar6 en e&t,e es la siguieiire:

J 1IueIle A ........................ 180 metros Dársena 1 \ Rampla ............. .. ....... 230 i t l .

, 11 Ilampla ....................... 150 id. :: 111 , ........................ 210 iil.

....................... ,, 17 , 210 i i . Total de iiitielles iitilizables en bueoas coiidicion~s

de eal>lotacion e idíiiticos a los ijiie Ee tieneii eiiViiia dcl - Llar .................... !>SO metroa

13n los iniielles de fierro B: C i 11, se podrá, eii caso de absoluta necesidad 1iac.er.se la carga o rlescarga sólo por un ladoi no pudiendo

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en iiiogun caso: Iiacarse por los dos a la vez a causn de su poco an. clio. Se tendrd entónces otros 400 ne t ros mas, en mlii iiialas con- diciones cle esplotaciou, que agregados al t o t a l anterior, flan en dltirno caso una suma de 1,380 metros.

L a verdadera loujitud de inurlles con que se coiitará en este IJro- gecto s e ~ á p o r lotantoile 350 m.i no laque leatribu'eu sus autores, que, sin razon alguiia justiíicada,la hacen subir hasta la suma tot,al de 3,500 metros. Para llegar a esta enorme cifra Iiaceii uso del aiite- puerto, haciSndolo desempeñar el papel de dársenu,contra todas l a s reglas establecidas por la prkctica, i ciientan adema* coi1 la lorijitud to ta l del rompe-olas. a cuyos muros los convideran coino iiiuelles iitilizal)!eu de carga i descarga, u pesar de su poco anclio aparente para est>e objeto.

Semejante manera ile aumeiitai l a capaci~lad de un proyecto es iunceptal~le i no demuestra en sus autores sino una falta absoluta de conocimiento del verdadero objeto que tieiie el ante-puerto i l a dfirseiia i [le los servicios que estBn destii~ados a prefitar los muelles de carga i descarga

ICii los puerros cuxos planos Iienios ~ l a d o i a pesar de que sus coii- dicioues marítimas son mas l a~o rab l e s que en Talparaieo. se \-e que no s~prescinde del aiite-puerto, ni se utiliza este reciuto como d6i- sena. En todos ellos, ademau, iio se torna en cuentalit loiijittid de los roiiipeolas i, para que estos pueda11 utilizarse coiiio muelles, es nece- sario que se lea dí. dimensiones apropiadafl, que 110 son coiiv~nienteu sino en ciertos casos; t a l como se ve en lInisella2 doiide. en la parte que corre~ponde a In d j r e ~ n a de .Joliette, se ha dado al rompe-olas un anillo de 80 metros.

I3n el prorecto de la, Cabritería, se podiia apio\.ecliar en el retiii- t o abrigado, el lado interior del roinpe-olas, 6ieml)re que se le diera un anclio de (¡O inetros s lo ni&nos, ta l como está iiidirado eu el pla- no con líneas de punt,os; lo que a~imentaria coiisiderableiiie~ite el costo, dada la Iiondura en qiie e&& fundado en esta parte.

Itesurniendo. tenemos que la lonjitud ut,iliaable de miielles de carga i descarga que coiitiene~i IOR t,res proyectos con~idern~loa, apre-

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P A R A V.\Ll'hR.\lSo P : j l

ciadov bajo el doble punto de vista científico i p~áct ico, es la si- guiente:

Progecto 7-iíia del Mar ................. 2,100 inetros Id. Punta.4njeles ................. 2,850 id. Id. Cabricería ....................... OSO id.

El costo del p r o ~ e c t o de Viña del AIar h a sido presupuestado en una suma de $17.200:000 en níimeros redondos.

El costo del p r o ~ e c t o de la Cabritesía, segun el presupuesto que acoiiipaña el informe impreso; es pocomaso ménos de $ 27,500,000. Este presupuesto Iia sido modificado i correjido posteriormente Ile- gando a cerca de $ 30.000,000, que consideramos aun insuficientes, puesto que, calculando el \-alor del roinpe-olas i aplicando los niis- mos precios unitarios que hemos empleado en d de Viíia del AIar, obteuenios uii total de $ 33.000.000.

Pero prrscindimos de usta diferencia, i toiiiaremossólo eii cuenta los intereses del capital iiirertido durante l a construccion, que Iia 8ido apreciarla en 5 afios por los autores del proyecto; tiempo que, dada la magiiitud del roulpe.olas, que es la primera obra que tiene que coust,ruirse, es absolutamente iiisuficiente. Nuestro rompe-olas, por ejemplo, que sólo tiene ,560 metros de largo i fundado en hon- dura media de D iiietros,necesitar& lo mí.nosiaúos para terminarse. El rouipe-olas de la Cabritería, que tiene 1,963 metros de l a g o i fundado en Iionduras coiiiprendidas entre 18 i 22 metros, es como ocho veces mayor que el iiuestro i necesitai'á para concluirse un iiempo que, por lo ménos, teudrh que estimarse en 12 aíios.

Si suponeinos uii gasto mínimun de 8 2.500,OOO anuales i caicu- lsmos los intereses en un 3',"? de este capital en los años restantes, veríamos que el costo totaldeeste proyectopasaríade $43.000,000.

Suiique el pro>-ecto de Punta Anjeles no tiene presupuesto, fácil es apreciarlo aprosimadaiiieute, cornpar&ndolo con el proyecto de l a Cabriteiía, al cual se parece rii sus razgos jerierales.

El roiiipe-o1ii.s proyectaao en Punta Anjeles tiene una lonjitud

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231 LOS PROYECTOS DE D ~ R S E X A S

de 2,200 metro5 mati o mSnos, fondado en honduras de 25 metros sobre un fondo de fango. Segun los eondajes hechos para l a cons- truccion del muelle fiscal, esta capatiene unespesor de9 a 1 0 metros, que reposa sobre una capa de arenafina: segiiedetener, por lo tanto, l a seguridad de que los enrocados así fundados penetrafin l a capa de fango i que tendrán una altura de 32 metros a lo ménos. En es- tas condiciones este rompe-olas, que. por su lonjitud i altura, seria el mas grande de los construidos hasta l a fecha en el muiido entero, no podrá terminarse en ménos de 18 a 20 aiios.

El costo de este proyecto, tomando en cuenta la magnitud de sus obras, mui superiores, como se ve, a los de l a Cabritería, no po- dr6 ser m&nom de $ 50.000,000.

Segun esto, la comparacion, bajo el punto de vista del costo i capacidad comercial de los tres proyectos de dársenas para Valpa- raiso, puede establecerse de l a manera siguiente:

Id. Cabritería ................... 1 950.00 id. 1 43,000,000

............... Dársena de Tiiia del l i a r

Id. Punta Anjelea ............. 1 2850.00 id. 1 50,000,000 -.

Bajo el punto de r is ta econóinico, tendremos que la utilidad neta que debe percibir cada uno de los tres proyectos considerados, para que la garantía exijida de un 5% sobre el capital invertido, sea solamente nominal, deberá ser l a siguiente:

Loiijitud de niuelles utilizables.

21 00.00 metros

Utilidad líquid~i DRrsena de Viña del l l a r ..................... $ 860,000 . , Id. Cabriteria ......................... 2.150,000

Id. Punta de Anjeles .............. 2,500,000

Casto. - % 17,200,000

Pero,ademasdeestas entradas, hai que tomar en cuenta los gas- tos de esplotacion de ladárseiia, i , aceptando, como lo exijeu los au-

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PARA YALPARAISO 233

torea del progecto de la Cabritería, que estos gastos equivalgan a un 50% de las entradas brutas percibidas, tendremos que las entra- da s totales deberán eer las siguientes:

Entrada? ootalen

DBrsena de Vifia del Mar ................... $ l.720,000 ........................ Id. Cabritería 4.300,000

Id. Punta Anjeles..: ............... 5.000,000

Siendo estas entradas, cubiertas directaoindirectamente por las mercaderías de importacion i esportacion, que harán su servicio por la dArsena i que pueden estimarse en un millon de toneladas al año, no se necesita ser mui entendido en finanzas para comprender cuál de los tres proj-ectos producirá, una vez realizado, un verdadero be-

'

neficio al pais i ciiáles producirán un efecto contrario.