New No. 4, julio de 2014 · 2014. 8. 2. · La preocupación, los desvelos, la eterna lucha de un...
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No. 4, julio de 2014
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NOTA EDITORIAL
No gastes tu energía ni la ajena en batallas estériles; pero cuan-
do sea preciso actuar emplea toda tu fuerza en la obra hasta el
fin, sin importarte las consecuencias personales que tus actos
puedan producirte.
Vicente Lombardo Toledano
7 de junio de 1934
¿Que por qué hacemos esto? Nos preguntan a menudo y pocos creen de verdad la mentira que les decimos: “es que
creemos en un mundo mejor”, y digo mentira no porque lo sea en sí, sino que nadie lo cree y por eso no se hace ver-
dad, pues hay un dicho por ahí que señala que una mentira que mucho se dice se convierte en verdad. Lo que busca-
mos es que este mundo de ahora esté de cabeza, porque de por sí lo vemos como es y en realidad más parece torci-
do, donde lo de abajo está arriba y lo de arriba no baja porque no quiere conocer el abajo; por eso queremos darle la
vuelta y que se haga verdad esa mentira de Justicia porque aquí no la veo a esa de nombre de Sueño.
Y vale, ese sueño lo buscamos por nuestro camino que creemos puede funcionar y por ahí le intentamos, y si
acaso falla le buscamos y hacemos otro camino para que esa realidad se haga como el sueño, pero sin dormirnos
sino que bien despiertos todos en él.
Pensamos que todos tenemos que estar y participar y apoyarnos en nuestros diferentes andares y diferentes
caminos, porque si por ejemplo nadie leyera nuestro periódico y no pensaran en lo que dice y no creyeran en la
mentira, pura letra vacía se convierte y ni la palabra queda y entonces sí, todo bien perdido. Por eso decimos que
hay que acompañarnos todos en nuestras distintas luchas y si ustedes leen nuestro periódico y se reflexionan con
ustedes y con los demás, ya bien felices vamos a estar todos y todas de que se esté cumpliendo lo de nuestro propó-
sito y la mentira se vaya diciendo más. Y no sólo nosotros estamos aquí pidiendo eso, sino que dispuestos con nues-
tra alma bien arriba les decimos que no están solos y que apoyamos también sus batallas, siempre y cuando que sea
por nuestra señora Justicia de los Sueños.
Ese pues es nuestro comunicado de lo que queremos y de por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo.
Esperemos que se crean nuestra mentira para que poco a poquito se piense como verdad y ahora sí, a caminar en el
cielo y de cabeza.
F. de Rol
13 julio de 2014
2 Catálisis
El grupo editorial de Catálisis se hace responsable por lo aquí publicado, y está conformado por:
Fabián Gómez Arredondo
Fernando Javier Noriega Buendía
Juan Carlos Peña Rojas
Martha Daniela Orozco González
Luz Andrea de León Ramírez
Mariela López Perezlara
De la Mentira Que Decimos
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Catálisis 3
El hombre sereno y sencillo, de pelo
cano y bigote, que materializó en él
mismo el rostro de un movimiento re-
sultado de la desesperación de un pue-
blo y de su sed de paz; que con sus de-
claraciones expuso llanamente los ner-
vios que conducían al narcotráfico en
Michoacán y sus profundos nexos con
el gobierno del país; y que llevó al resto
de la población el mensaje y el sentir de
una sociedad lacerada desde hace mu-
cho por la violencia en cada una de sus
entrevistas, hoy constituye la materiali-
zación histórica de la lamentable situa-
ción que experimentan los líderes de los
movimientos populares en nuestro país.
El pasado 27 de junio, en el mu-
nicipio de Lázaro Cárdenas, José Ma-
nuel Mireles, quien fuera durante mu-
cho tiempo vocero de las autodefensas
michoacanas, fue detenido por diversos
cuerpos de seguridad nacionales y esta-
tales por haber infringido, según sus
acusaciones, la Ley Federal de Armas y
Explosivos al tener en su posesión ar-
mas de fuego prohibidas para él por no
pertenecer al recién formado cuerpo de
Policía Rural (compuesto por las auto-
defensas que, con Estanislao Beltrán a
la cabeza, firmaron el pacto de regulari-
zación con el gobierno nacional). Hay
que recordar que el conflicto generado
al interior de las autodefensas por dicho
pacto había generado una división entre
Mireles, que se negaba a firmarlo hasta
que el gobierno acabara por completo
con el narcotráfico en el Estado, y Bel-
trán, que se mostraba más accesible a
negociar. Llegado el momento, y vien-
do Mireles que tras su ausencia en el
movimiento había perdido mucho po-
der, decidió aceptar dicho acuerdo. Con
lo que no contaba el Dr. José Manuel,
era con que el gobierno rechazaría su
solicitud para regularizarse. Parece ser
que el “pequeño” conflicto que tuvo con
el pacto firmado por Estanislao Beltrán
y compañía, así como los sensibles se-
ñalamientos y golpes que, derivado de
ello, tuvo a bien (para la población, a
mal para el régimen) dar a conocer Mi-
reles, le habían cobrado factura.
“Traición” por parte del gobierno de
Peña Nieto, lo llamaría él, un día antes
de su detención. Todo apunta a que la
administración priista no puede darse el
lujo de dejar libre a un “grillito” (o más
bien “grillote”) como él. Después de
todo, gracias a él se había expuesto la
médula de la ineficiencia y corrupción
que carcome como una plaga el interior
de nuestra política pública.
Así, en un acto policiaco que,
dicho con sinceridad, provoca hasta
vergüenza por lo descaradamente impú-
dico y torpe que fue (acusando al líder
de incluso “tener marihuana en su pose-
sión”, con todo lo fantástico que eso se
escucha), Mireles fue detenido por po-
sesión ilegal de armas junto con otros
miembros de su contingente. Se puede
decir con franca seguridad, que “el
Doctor” no portaba ningún tipo de ar-
ma. Unos días antes, Mireles había de-
clarado que no descansaría hasta lograr
la paz, y que pronto comenzaría una
gira a nivel nacional, para difundir su
mensaje.
El líder fue trasladado a una
cárcel en Sonora, donde, rapado y rasu-
rado, ha sido víctima de maltrato físico
y psicológico, con serias violaciones a
los derechos humanos. Según sus decla-
raciones, ni siquiera tiene permitido
ingerir sus medicamentos para la diabe-
tes.
Con todo lo indignante que esta
situación supone, sin embrago, Mireles
encarna el más puro ejemplo de las fa-
llas que muchos de los líderes populares
de nuestro país han tenido en los últi-
mos años. Es triste, muy triste, darse
cuenta de la forma en la que las malas
decisiones de aquellos que por alguna
circunstancia llegan a tener en sus ma-
nos la posibilidad de desencadenar un
Mireles: El líder no consumado
La Región Más Transparente
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4 Catálisis
Subcomandante de acero inoxidable
El 1 de enero de 1994 el pueblo mexicano, así como el mun-
do entero, despertó con la noticia del surgimiento de un le-
vantamiento armado en Chiapas. El Ejército Zapatista de Li-
beración Nacional había ocupado la ciudad de San Cristóbal
de las Casas en protesta por las decisiones tomadas por el
Ejecutivo en curso, así como del anterior. Los mexicanos es-
taban conmocionados al ver a este grupo de indígenas enca-
puchados pedir justicia para los pueblos marginados del sur
de nuestro país. Comenzaron a surgir preguntas, que incluso
en nuestros días siguen vigentes: ¿serán ellos los protagonis-
tas de la próxima gran revolución en México?, ¿cuál es su
finalidad?, ¿quién es el Subcomandante Marcos? En fin, la
lista de preguntas se vuelve numerosa y muchas de las res-
puestas continúan a la deriva.
Hace apenas unas semanas, los que esperanzados se-
guimos buscando “un mundo donde quepan todos los mun-
dos”, nuevamente despertamos Entre la luz y la sombra. Ésta
última carta del Subcomandante Marcos refleja, no sólo la
sed de justicia de hace ya varias décadas, sino el lento resque-
brajamiento del movimiento armado que alguna vez ocupó
los encabezados de los diarios más importantes del mundo.
La preocupación, los desvelos, la eterna lucha de un hombre
cuyo mástil, la retórica, se veía siempre enmarcado por su ya
característica pipa, se hacen ver en cada una de las palabras
de su “adiós”.
Sin embargo, esta despedida no es el fin de un movi-
miento con abundantes altibajos, sino el re-inicio de una ge-
neración que sigue buscando perpetuarse en el concierto de
las alternativas sustanciales e incluyentes, para generar vías
eficaces de diálogo entre un México y otro, para seguir siendo
una forma digna de autogestión y autonomía. En este sentido,
“la muerte de Marcos”, como él mismo la definió, no es el
acabose de la resistencia y persistencia, es el inicio de un pro-
ceso legitimador, de una nueva era donde, esperamos ansio-
cambio de escalas gigantescas, no lo
hacen. Y después de mucho tiempo de
lucha, en un sendero que pudo haber
cambiado por completo de haber apro-
vechado esos momentos, terminan por
ser neutralizados, perder importancia, o
simplemente desaparecer. José Manuel
Mireles, como muchos otros antes de
él, tuvo esa oportunidad.
Durante el auge del movimiento
armado de las autodefensas michoaca-
nas, la cantidad de información respecto
a los vínculos que el narcotráfico soste-
nía con los funcionarios públicos en
todos los niveles, así como los abusos
cometidos por la delincuencia organiza-
da en Michoacán, y la manera en la que
un grupo de ciudadanos habían decidi-
do tomar en sus manos la conquista de
la paz, llamó intensamente la atención
de un país que vive hoy encerrado en la
cárcel permanente de la violencia dia-
ria, la falta de oportunidades, y la des-
esperanza. Esto dotó al vocero de las
autodefensas de un poder que el mismo
régimen se vio obligado a reconocer
como seriamente amenazador. Fue en
este contexto en el que a Mireles se le
presentó la seria opción de consumarse
como un líder de resistencia popular
cuya relación con el gobierno no fuera
de negociación, sino de exigencia: de
exigencia de estabilidad y paz social.
Sin embargo esto requiere de una clari-
dad de convicciones muy fuerte, que en
el momento no se vivía al interior del
movimiento. La decisión de negociar
fue fiel a lo que las autodefensas busca-
ban, pero no a lo que el país requería.
Así, ahora tenemos ante nues-
tros ojos la desesperante situación de un
líder que no se ha consumado, y que
intenta ser neutralizado por el gobierno
antes de que pueda hacerlo. La deten-
ción de Mireles, sin embargo, ha
desatado una serie de manifestaciones y
protestas que hacen muy probable su
gran resurgimiento, una nueva oportu-
nidad, si es que sale avante de esta si-
tuación. Mientras tanto, el gobierno
tiene la difícil decisión de dejar en li-
bertad a un líder que podría fortalecerse
de nuevo, o encerrarlo y enfrentarse a
un descontento popular que podría al-
canzar dimensiones importantes.
Esperando…
El Gallo Peleador
15 de julio de 2014
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Catálisis 5
No cabe duda del dominio hegemónico
que Estados Unidos ha ejercido y sigue
ejerciendo sobre las políticas sociales y
económicas de América Latina, sobre
todo, de los pequeños países centroame-
ricanos y caribeños. La famosa frase,
“América para los americanos” marcó
el inicio de un Imperialismo estadouni-
dense que sigue sofocando el desarrollo
sustentable y autónomo de la mayoría
de los países latinoamericanos.
The United Fruit Company formó
parte integral del poder hegemónico que
EUA sostenía en el Caribe. Fundada en
1899, la UFCO dominó por completo –
al menos hasta 1970- la producción del
banano en toda América central, explo-
tando tierras en Guatemala, Honduras,
Nicaragua y Costa Rica. La táctica fun-
damental de esta gran corporación fue
la compra de grandes extensiones de
tierra a bajo precio con la complicidad
de los respectivos gobiernos centroame-
ricanos.
El gobierno estadounidense si-
guió de cerca el crecimiento de la com-
pañía y en más de una ocasión, puso al
servicio de ésta a sus temibles marines.
El reconocimiento por parte de EUA de
un gobierno centroamericano en turno –
haya sido elegido democráticamente o
no- dependía de la colaboración del
mismo con la UFCO. Las dictaduras
centroamericanas nunca tenían ningún
problema con la compañía o con EUA,
siempre que garantizaran mano de obra
barata y el marco legal adecuado para el
establecimiento de latifundios y mono-
polios. Cuando un gobierno democráti-
camente electo era inconveniente a los
intereses de la UFCO, era derrocado.
Tal fue el caso de la famosa
“Operation Succes” llevada a cabo en
1950 en Guatemala, en la cual Castillo
Armas, con apoyo de la UFCO y del
gobierno yanqui, derrocó al presidente
electo Jacobo Árbenz, quien en 1952
promulgó una ley de reforma laboral y
para 1954 había expropiado un cuarto
de la tierra arable en Guatemala. En este
tiempo a Estados Unidos le importaban
poco las condiciones de extrema mise-
ria en la que vivían la mayoría de los
guatemaltecos. No le importaba que ni
una mínima parte de las ganancias mi-
llonarias de la UFCO se invirtiera en
Guatemala para brindar educación o
servicios de salud. En 1950, el 72% de
la tierra cultivable guatemalteca estaba
en manos del 2% de la población, pero
mientras este 2% fuera mayoritariamen-
te estadounidense, a Washington no
parecía importarle.
En fin, la UFCO hace mucho que
desapareció, sus restos aún se encuen-
tran en los campos plataneros caribe-
ños, pero ahora bajo el nombre de Chi-
quita Brands International; pero no se
confundan, sus prácticas oligárquicas
continúan. Las dictaduras centroameri-
canas también terminaron, pero dejaron
América para los americanos
sos, surjan propuestas para seguir combatiendo aquellos pro-
blemas del 94, más el cúmulo significativo de estos últimos
años.
Ante una realidad con consecuentes y con muchos pre-
cedentes, es imprescindible decirle adiós a una de las figuras
guerrilleras que envolvió y revivió a muchos jóvenes, no sin
antes decirte, Marcos, Galeano o como te hagas llamar… gra-
cias y hasta siempre.
Daniela Orozco
15 de julio de 2014
Un Mundo Feliz
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6 Catálisis
un rezago económico y social que los actuales gobiernos no
pueden o quieren superar. La pobreza, sin embargo, sigue
siendo una realidad para los habitantes de estos países, quie-
nes en busca de una vida mejor, tienden a cruzar la frontera
chiapaneca para emprender su camino hacia el sueño ameri-
cano. El sueño americano… Monroe tenía un sueño ameri-
cano, y este seguramente se parecía mucho a lo que la UFCO
construyó a los largo de dos décadas en Centroamérica.
“América para los americanos” debería traducirse a
“América y sus preciados recursos naturales para nosotros,
los americanos (the americans). No para los guatemaltecos o
los mexicanos o para los 52 mil menores migrantes latinos
que fueron detenidos en México entre octubre del 2013 y ju-
nio del 2014 tratando de llegar a Estados Unidos. El banano,
el petróleo, el agua y los minerales siempre serán bienvenidos
en la tierra de las oportunidades, la pobreza y sus violentas
consecuencias pueden quedarse en Centroamérica”.
Luz
16 de julio de 2014
Las Batallas en el Desierto
Deseamos recordar a los lectores que esta sección se abrió en nuestro segundo número (abril 2014) como un espacio
de debate gracias a su participación. Aquí se reciben artículos de toda índole, estemos o no de acuerdo con las ideas
que en ellos se exponen.
En este número concluimos con las discusiones en torno al capitalismo en México que abrió en aquella oca-
sión el artículo de Castor Pinto titulado “El juego del Leprechaun: Busca el oro al final del arcoíris”, al que respon-
dió El Gallo Peleador. Están aquí su contrarrespuesta y la contestación a la misma por parte de Maestro Zopilote.
Catálisis
16 de julio de 2014
Tú Eres Capital, Tú No Eres Humano
He aquí de nuevo su servidor de dere-
cha Castor Pinto. En mi artículo ante-
rior hice una introducción sobre los tres
mandamientos del capitalismo (la sobe-
ranía sobre la propiedad privada, el li-
bre albedrío de los individuos en el
mercado y sus actividades, y por último
la competencia) y la gran importancia,
que a mi parecer, tiene la educación
financiera que poquitos llegamos a ob-
tener; ahora en esta oportunidad hablaré
sobre otra forma en la que nuestra eco-
nomía mexicana podría llegar a experi-
mentar un poco de capitalismo puro y
destilado.
En mi opinión y razonamiento
fomentar la educación financiera logra-
ría que muchos de nosotros evitemos
cometer errores que dejen a la cartera
en la lona, pero no es la cura mágica
para los males financieros, sino, que al
estimular una repartición de la riqueza
de una manera equitativa y regulada por
medio de la fijación de un salario míni-
mo mayor y justo podría rescatar y au-
mentar la enferma y débil clase media
de México, que claramente sostiene el
delicadísimo balance de nuestro hermo-
so país. De esta forma los empleados
generarán empresas que emplearán a
actuales desempleados y así comenzaría
una cadena que podría representar un
cambio.
Carlos Marx en su libro “El capi-
tal” nos comparte lo siguiente: “El va-
lor lo determinó la economía política
por el de las subsistencias necesarias
para el sostenimiento y la reproducción
del trabajador”. Lo que recién leímos
es una de las teorías marxistas sobre el
valor del sueldo y todos nosotros los
capitalistas pequeños o grandes tene-
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Catálisis 7
Respuesta: El Obrero-Rey
mos que aprender una lección de humil-
dad, recibir el golpe y aceptar que esto
es real. Por mucho tiempo la avaricia ha
hecho imposible el surgimiento de una
competencia justa y ética que tenga el
bienestar común sobre el principio del
yo; no me malentiendan soy creyente de
que la avaricia de un individuo en el
capitalismo viene inherente al bienestar
común, pero en un punto se dejó de ver
al obrero como humano y se trasformó
llanamente en capital y eso lo deshuma-
niza todo y por ende crea una compe-
tencia injusta y situaciones de las que
las personas no pueden escapar (clases
sociales por ejemplo).
La combinación de una educa-
ción financiera y la percepción de ma-
yores ingresos lograrían que la riqueza
llegue a manos de más mexicanos, lo
que aumentaría su calidad de vida, dis-
minuiría la violencia social, mejoraría la
educación, entre muchos otros benefi-
cios. Lo anterior subiría el calor de la
competencia del juego del Leprechaun
(capitalismo). ¿Cómo? Al percibir un
menor riesgo al emprender un negocio
la gente lo haría, generaría empresas y
dejaría de ser un empleado, lo que dis-
minuiría los precios y la gente podría
dedicar ese dinero extra para hacer más
dinero, buscar formas de ser más com-
petentes en el mercado nacional e inter-
nacional o dedicarse al ocio y el apoyo
social que aumentaría la cultura y la
calidad de vida. Cuando los mexicanos
logren entrar a la metamorfosis de un
peón a un caballo para después conver-
tirse en un alfil y así sucesivamente has-
ta el punto de tener una fuerte presencia
en el juego, será cuando la creencia de
Adam Smith de que la competencia tie-
ne como resultado el bien común podría
verdaderamente sostenerse al crear un
espacio para la competencia, una deli-
ciosa competencia con un gran sentido
humano que podría mantenerse alejada
del sofocamiento y del control de las
actividades económicas por parte del
gobierno.
Castor Pinto
27 de abril de 2014
Es pertinente profundizar este tema, ya que atañe a un sistema
que actualmente impera en la economía nacional: el neolibe-
ralismo. Los tres mandamientos estipulados en el primer pá-
rrafo se circunscriben en la idea del libre mercado, es decir,
un mercado liberado de la participación del estado en los
asuntos económicos de la nación. Y, mientras que la finalidad
de la educación financiera que plantea Castor Pinto es ayudar
a disminuir la evidente desigualdad social que ahoga al país,
considero que el núcleo de este problema radica en un nivel
más profundo.
El aumento al salario mínimo, efectivamente, incre-
mentaría el poder de compra del trabajador, lo que, aunado a
una educación financiera consolidada, le permitiría empren-
der pequeños negocios que a su vez emplearían a más ciuda-
danos, generando un círculo económico que a la larga dismi-
nuiría el desempleo.
Sin embargo, aunque la lógica de este razonamiento
utópico lo haga lucir prometedor y deseable, no carece de
elementos cuestionables. En mi opinión, el juego del Lepre-
chaun (duendecillo que, dicho sea de paso, dedica su vida a
enmendar zapatos) se resquebraja desde que se concibe al
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8 Catálisis
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empleado como el peón del juego. Considerar más relevante
para la economía el escalar en la jerarquía social desdeña el
valor del trabajo.
Adam Smith, en la “Riqueza de las Naciones”, al refle-
xionar sobre el establecimiento del precio en el mercado, no
se olvida de la importancia que tiene el trabajo: El valor de
cualquier bien es equivalente a la cantidad de trabajo requeri-
do para su producción. “El trabajo, por lo tanto, es la medida
real del valor intercambiable de todos los bienes”. (Libro I:
de las causas del incremento en los Poderes de Trabajo pro-
ductivos).
Si continuamos con la analogía del ajedrez, el trabaja-
dor no es el peón, sino el rey. Es la pieza más importante,
cuya ausencia impide la prosecución del juego. La causa que
debe desencadenar el incremento del salario por parte del em-
presario, no puede estar basada llanamente en una “lección de
humildad”. El aumento salarial debe ir más allá y ser un re-
flejo de la dignificación del obrero y de su trabajo, ya que sin
él, el empresario no puede existir.
Ahora concedamos el beneficio de la duda. Castor Pin-
to es consciente de la realidad de México. El empleado quiere
ascender en el escalafón laboral por las deplorables condicio-
nes en las que realiza su trabajo. Y es natural que el empresa-
rio prefiera su situación a la del proletario. No obstante, creo
que la búsqueda de una mejor calidad de vida a través de una
“metamorfosis” de clase (el empleado volviéndose emplea-
dor) que sugiere Castor Pinto para una distribución de la ri-
queza más justa, está mal encaminada desde el principio. No
es suficiente con “resignarse” a pagarle más al empleado,
sino que hay que modificar de raíz la idiosincrasia.
En una utopía, tanto empleado como empresario cum-
plen dignamente su papel en el mercado, y la brecha econó-
mica entre ambos debe ser muy reducida. Pero yo veo difícil
siquiera pretender lograrla mediante la liberalización comer-
cial. La competencia justa no puede llevarse a cabo en un
mercado completamente libre de algún tipo de control institu-
cional, sobre todo si atendemos a la afirmación de Castor Pin-
to de que la avaricia es inherente al ser humano. Es importan-
te que el gobierno cumpla con su papel de regulador del mer-
cado, además de defender la propiedad privada existente.
Claro, esta finalidad de la intervención del gobierno se vería
obstaculizada por esta misma ambición innata al hombre (los
gobernantes también son avariciosos) y es por ello que las
utopías son imposibilidades (¡oh, panorama desconsolador!).
En conclusión, el problema radica en la ideología, la
cual se deja llevar por el peso de la realidad (un sistema que
no proporciona una vida digna al empleado), y no se percata
de que ella —la ideología— es la que debe buscar su propia
transformación para modificar dicha realidad. Creo que este
debate podría extenderse perpetuamente, pero también creo
que sólo así es posible entablar un diálogo para llegar a un
común acuerdo satisfactorio para ambas posturas, pues com-
parten una misma finalidad: la búsqueda del bienestar para
todos los individuos de una sociedad.
Juzguen ustedes mismos,
Maestro Zopilote
15 de julio de 2014