Matias Libonati: De que color es el futuro?
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¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
Posgrado en Comunicación Visual FAPYD | UNA MIRADA AL ARCOIRIS DE LAS DISTOPÍAS
¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
Posgrado en Comunicación Visual FAPYD | UNA MIRADA AL ARCOIRIS DE LAS DISTOPÍAS
Índice
- Introducción: el futuro llegó hace rato……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 2
¿Un mundo feliz?......................................................................................................................................................................................................... 2
- El color de la revolución…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 5
1984:un caso paradigmático……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 5
V de Vendetta, R de revolución (y de rojo)…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 9
Fahrenheit 451: el color icónico y la trampa del inconciente……………………………………………………………………………………………………………………………….. 11
- La pesadilla tecnológica………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 13
Brave New World: los colores de la felicidad………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 13
Blade Runner: el amor en tiempos del Ciberpunk…………………………………………………………………………………………………………………………………………………. 16
“Planet of the apes”, “Terminator”,” I, Robot”, “Minority Report”, “Total Recall”: azules y temibles futuros........................................................... 18
Metropolis: el mediador entre el diseñador y el destinatario debe ser el color…………………………………………………………………………………………………….. 20
- La muerte en forma de virus y la naturaleza de la condición humana……………………………………………………………………………………………………………………………… 22
I Am Legend y 12 Monkeys: vampiros artificiales y monos terroristas………………………………………………………………………………………………………………….. 22
A Clockwork Orange y Lord of the Flies: la ultraviolencia……………………………………………………………………………………………………………………………………… 25
- Bonus: Clases de razonamiento para la persuasión: algunos ejemplos…………………………………………………………………………………………………………………………….. 28
- Conclusiones finales…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. 30
1
¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
Posgrado en Comunicación Visual FAPYD | UNA MIRADA AL ARCOIRIS DE LAS DISTOPÍAS
El futuro llegó hace rato.
La ciencia ficción como género literario se ha caracterizado desde sus
inicios por tener una cualidad cuasi-anticipatoria sobre el futuro cercano.
Aciertos más, aciertos menos, es incuantificable cual ha sido el grado de
injerencia que ha tenido la literatura y el cine de ficción sobre la vida “real”
(queda abierta aquí la cuestión de que es lo real y que no lo es, tema
recurrente en las obras más recientes del género) y cuales han sido los
aportes en sentido contrario. Personalmente creo que la cuestión dista de
ser unilateral y que más bien, fluye en ambos sentidos.
Los principios del género tal cuál lo conocemos hoy (aunque en rigor de la
verdad, estaríamos hablando de “género fantástico” y no de ciencia ficción
ya que el término fue acuñado tiempo después) nos remonta al siglo XIX,
en donde la imaginación de escritores como Mary Shelley, Julio Verne o
H.G Wells, por nombrar solo algunos de los más importantes, parecía
avanzar a una velocidad mucho mayor de lo que podía hacerlo la
tecnología de la época. Deslumbrados por las maravillas que el mundo
moderno ofrecía (sus vidas transcurrieron paralelamente a la segunda
revolución industrial, lo que es hablar de pleno auge del positivismo) sus
historias auguraban un futuro donde la imaginería y capacidad del hombre
lo llevarían a descubrir un sinfín de nuevas posibilidades y donde la
tecnología, esencialmente, haría de este un mundo mejor (mucho más en
Verne que en Wells o Shelley, donde ya comienzan a vislumbrarse con
claridad los peligros que entrañaba una sociedad con tendencia tecnócrata)
Luego de la Gran Guerra, aparecerá el cine en su gran esplendor aportando
una pieza ineludible en el género e iniciando lo que llamaremos el
subgénero de las Distopías; es el análisis de las piezas de diseño gráfico
persuasivas de este tipo de fábulas en las que se centrará el presente
trabajo. Es cierto que existen obras anteriores que pueden considerarse
dentro del subgénero mencionado, sin embargo personalmente creo que
es esta obra la que ha popularizado la temática, favorecida,
paradójicamente, por el nuevo soporte tecnológico: el cine.
La pieza en cuestión es la obra maestra de Fritz Lang; “Metropolis”. La
película es uno de los máximos exponentes del expresionismo alemán y no
es casualidad que vea su aparición en el período de entreguerras, donde
había quedado suficientemente claro (en especial para los alemanes) que
los nuevos avances tecnológicos significaban, entre otras cosas, un gran
peligro para la humanidad. La forma de la guerra había cambiado y ahora el
nuevo armamento facilitaba la aniquilación del enemigo y de poblaciones
enteras, hecho que quedará mucho más patente luego de la Segunda
Guerra Mundial.
Siguiendo la misma línea de paranoia ante el avance tecnológico y el
proceso de deshumanización que ello acarreaba, en 1932 se publica una de
las obras paradigmáticas del género: “Brave new World”, del escritor inglés
Aldous Huxley.
¿Un mundo feliz?
El término Distopía es usado frecuentemente como antónimo de Utopía, y
si bien ambos refieren a sociedades hipotéticas, las Distopías tienen un
carácter más bien negativo.
Las Distopías suelen tener un fin didáctico, ocurren en un futuro no muy
lejano, funcionan como un llamado de atención y casi siempre muestran
una sociedad (que forzosamente debe ser la nuestra, de otra manera
estaríamos hablando de Ucronías, por ejemplo “Star Wars”) que tiene una
peligrosa tendencia hacía la utilización alienante de las nuevas tecnologías,
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¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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a su implementación para fines bélicos, a la primitivización de sus
miembros o que son gobernadas por regímenes despóticos y fascistas.
Luego de los estragos causados por la Segunda Guerra, el comienzo de la
Guerra Fría y la carrera armamentista entre los Estados Unidos y La Unión
Soviética, los miedos que fueron sembrados en el corazón de la sociedad
occidental dieron lugar para que este subgénero tomará un impulso
definitivo y se intensificarán las obras que hacían alusión a las temáticas
mencionadas.
Lo absurdo de los mecanismos del poder ejercidos por el régimen Nazi
durante la Segunda Guerra y por el régimen estalinista en la Unión
Soviética, presagiados de alguna manera 20 años antes por Franz Kafka,
fueron puestos en evidencia en la novela “1984” de George Orwell,
“Fahrenheit 451” de Ray Bradbury y en el comic “V for Vendetta” del
guionista Alan Moore y el dibujante David Lloyd, como así también en las
películas homónimas; la paranoia ante las armas de destrucción masiva
como la bomba atómica y las armas bacteriológicas quedará de manifiesto
en “I Am Legend” de Richard Matheson y en la película “12 Monkeys”
protagonizada por Bruce Willis, mientras que en “Lord of the Flies” y “A
Clockwork Orange”, William Golding y Anthony Burgess respectivamente,
trazaban un escalofriante retrato de la condición humana.
Como temática más cercana en el tiempo, a partir de los increíbles avances
en robótica y computación de los últimos 50 años, y habiendo cicatrizado
en parte las heridas de la Segunda Guerra Mundial, reaparece lo que se
puede denominar como tecnofobía, es decir, la incertidumbre que provoca
el lugar que ocuparán las nuevas tecnologías en nuestras vidas futuras,
temática que había sido constitutiva del género, y que si bien nunca se
había dejado de lado, había cedido lugar ante la exploración de la
condición humana y su relación con el poder. En este marco se inscriben las
películas “Total Recall” protagonizada por Arnold Schawarzenegger,
“Minority Report” protagonizada por Tom Cruise y “Blade Runner”
protagonizada por Harrison Ford, todas basadas en obras del escritor Philip
K. Dick, autor de culto en el género. También son destacables
“Terminator” de James Cameron y “Matrix” protagonizada por Keanu
Reaves.
En este trabajo en cuestión intentaré encontrar un patrón de colores
utilizados en las piezas de diseño gráfico de algunas de las obras
mencionadas, como así también de otras que no he referido aquí. Las
piezas a considerar serán en su mayoría afiches de cine o portadas de
libros, aunque, llegado el caso, también puede aparecer alguna portada de
comic, de DVD o de CD musical, considerando que, al ser la cara visible del
producto que ofrecen, al igual que el afiche de cine y la portada de libro,
funcionan también como piezas de persuasión.
La hipótesis de la cuál partiré es simple. Teniendo en cuenta la definición
de Distopía, es de suponer que predominará en las piezas de diseño una
paleta más bien oscura, asociada con la muerte y la negatividad, y que se
combinará con detalles en colores que connoten “futuro”, “avance
tecnológico”, en cambió, cuando la temática de la obra analizada tenga
tintes políticos el rojo será el color predominante.
Esta hipótesis peca de ser bastante pobre o sencilla, ya que posee
numerosos puntos débiles que la desacreditarían desde un principio. Entre
ellos, aparece las distintas connotaciones (a veces contradictorias) que
tiene un mismo color, lo que da a suponer que cada diseñador tomará para
su pieza la que más se adapte a lo que quiera transmitir, por otro lado
también esta el hecho de que queriendo crear nuevos cánones estilísticos o
queriendo solamente romper con lo establecido en determinado género,
se utilice una paleta completamente novedosa y “poco esperada” para una
pieza, es decir, una suerte de doble ruptura isotópica: ruptura no solo de lo
concebido en relación al mundo “real”, sino también de lo esperable en el
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¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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género. A pesar de esto, debe considerarse a la hipótesis solo como un
punto de partida que guiará y facilitará el desarrollo del trabajo hacia sus
conclusiones finales.
De esta manera, partiré de las premisas generales de acuerdo a lo
planteado en la hipótesis, analizando piezas de distintas obras agrupadas
bajo un mismo eje temático a la vez que se analizarán también diversos
diseños que refieran a una misma obra (si es que los hay) para observar los
distintos puntos de vista sobre el mismo tema
Nota: los nombres de las obras referidas aparecen en inglés (que por otra
parte es el idioma original con el cuál han sido publicadas) porque así lo
harán en la mayoría de las piezas de diseño que serán analizadas. Es solo
con el ánimo de no generar confusiones que lo hago, porque es bien sabido
por todos que no siempre las traducciones de los títulos al español son
traducciones literarias del original. Por poner solo algunos ejemplos, “Total
Recall”, es conocida aquí como “El vengador del futuro” y “Brave new
world” como “Un mundo feliz”. Estos son los casos que se alejan más del
original, las demás son traducciones bastante fieles.
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¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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El color de la revolución
Comenzaremos con aquellas fábulas que tienen una marcada
ideología política. En todas ellas se repite un patrón: un gobierno
autoritario rige con mano dura a quien no cumpla con sus predicamentos
absurdos. Se mantienen en el poder a través del terror y la manipulación
mass mediática. La sociedad idiotizada y paralizada no encuentra
respuestas (a veces, ni siquiera las busca) pero en medio de todo ello, un
hombre (el protagonista de cada una de las historias) comienza a darse
cuenta de la verdad, de que algo anda mal y empieza a gestarse la idea de
cambio y revolución, que terminará con diversos resultados según la
novela, comic o película que tratemos.
1984: un caso paradigmático
La primer obra a analizar es “1984” de George Orwell, publicada en 1949.
No es un dato menor la fecha de publicación, ya que, a pesar de que el año
1984 pertenece a nuestro pasado, cuando la novela fue escrita y publicada,
el año 1984 asomaba como un futuro no tan distante. Este hecho se
repetirá en la mayoría, sino todas, de las obras que analicemos.
En esta portada de libro (Figura 1), donde se deja ver solo en parte un
rostro humano, se presenta un desvío respecto de nuestra concepción del
referente representado, es por ello que la consideramos alotópica.
El recurso de la sinécdoque, la parte por el todo, el ojo humano por todo el
rostro, será utilizado recurrentemente en las piezas de diseño que refieren
a esta obra. Su explicación es sencilla: quiere significar la vigilancia
constante a la que se ven sometidos los protagonistas y seres que habitan
el mundo de la novela, vigilancia ejercida por el aparato del gobierno y que,
en la mitología de la propia
novela, representa la
atenta mirada del “Big
Brother” (“Hermano
grande” o “Gran Hermano”
según la traducción) que
esta en todos lados y todo
lo ve.
También en el nivel de los
recursos retóricos, opera
una sustitución metafórica
en tanto el color realista
del rostro ha sido cambiado
por rojo, que tiene
implicancias netamente
políticas. Hay que tener en
cuenta no solo la época en
la que fue escrita la novela
sino también que su autor
es un autor occidental y que la obra ha sido concebida también para el
público occidental. Es decir, el rojo aquí representa comunismo, régimen
antidemocrático, y esto puede deducirse así a partir del conocimiento de la
ideología de George Orwell: es bien sabida la opinión que sobre el régimen
soviético y en especial sobre Stalin tenía el autor, la que dejó muy en claro
en su novela corta (o cuento largo) “Animal Farm” (Rebelión en la granja)
El azul del iris del ojo, si bien parece no haber sufrido modificación alguna,
es decir, que no presenta ninguna desviación en cuanto al referente
concebido (los ojos azules son algo perfectamente normal entre los seres
humanos) cobra relevancia a partir del contexto. Da la sensación de referir
al futuro, un oasis rodeado de violencia de la cual se encuentra a salvo
Figura 1
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gracias a la ultra vigilancia y a la consecuente perdida de libertad
(paradójicamente esta es otra forma de violencia). De esta manera estaría
operando en ambos colores, rojo y azul, un doble sentido o polisemia en
cuanto lo que quieren significar: rojo; relación a lo político, pero también
violencia, azul; referencia al futuro pero también, en parte gracias a la
forma circular que lo contiene y al fuerte contraste con el fondo que lo
hace parecer suspendido sobre el espacio, el azul parece hacer referencia
a que ese mundo es en realidad nuestro mundo, es decir, que los hechos
que ocurren en la novela, por más inverosímiles que puedan resultar,
ocurren en nuestra sociedad, en nuestro futuro. Por último, aparece el
negro utilizado en la tipografía que hace aquí alusión a la oscuridad y
tinieblas que envuelven a los protagonistas de la historia y a la misma
historia en si.
Aparece entonces aquí un hecho que será significativo en todas (o en la
mayoría) de las piezas que serán analizadas, esto es el tono desde el cual
nos habla el enunciador, el punto de partida, el ethos, que no es otro que
el de la franqueza. Y esto es así porque el género al que se refiere lo
requiere de esta manera. Es necesario que el destinatario del mensaje sepa
que, si bien lo que va a consumir es ciencia ficción, que lo que allí ocurre no
es verdad, bien podría serlo si no se toman ciertos recaudos, lo que
equivale a decir que este tono de franqueza no apunta a otra cosa que a
despertar las pasiones de quien recibe el mensaje (pathos), a despertar en
él un sentimiento mezcla de espanto y reflexión, que solo se consigue a
través de la credibilidad de quien expone el mensaje.
Las dos piezas siguientes se enmarcan dentro de la misma premisa que la
anterior, siguen hablando desde la franqueza y presentan diferencias con
respecto a la concepción de los referentes utilizados. En la Figura 2 se
mantienen las connotaciones del color rojo, la sinécdoque del ojo por todo
el rostro también, aunque aquí parece funcionar de otra manera. Ya no
parece referir al mundo del futuro, y si bien sigue significando la
omnipotente visión del “Hermano
Grande”, este ojo parece mas
humano que el de la pieza
anterior, no se encuentra envuelto
por el contexto, parece
despegarse de él (de hecho, esta
enmarcado y la sombra aplicada
da el efecto de levitación sobre el
fondo) y más que una operación
de metáfora parece una
sustitución metonímica: el color
del “mundo”, del contexto se
transfiere al del rostro humano,
que quiere huir de él, y aquí si
opera una metáfora, que si bien es de índole literaria, está materializada a
través del uso del color: el protagonista, digamos representado por el ojo,
toma conciencia del estado de las cosas, se angustia, quiere cambiar,
quiere “elevarse” por sobre el resto, pero no puede, se encuentra anclado
a su realidad, el mundo circundante lo
invade y no lo dejará escapar.
Aparece también el blanco en la tipografía,
pero responde más a una necesidad de
legibilidad que a un recurso retórico en el
uso del color.
La Figura 3 es una pieza realizada por el
popular diseñador gráfico Shepard Fairey,
famoso por sus carteles políticos con
ideología de izquierda. Este diseñador tiene
un estilo muy personal el cuál aplica en casi
todas sus piezas y se caracteriza por la
Figura 2
Figura 3
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excesiva ornamentación, el uso de no más de tres colores en tonos pastel y
un marcado aire “retro” y político. Esta pieza en particular no escapa de
estos parámetros. El ojo presenta cierta estilización, el negro predomina
con su natural asociación a lo negativo, lo desconocido y tenebroso, el rojo
lo complementa en pequeños detalles como las estrellas, que pueden
remitir a la U.R.S.S como así también a la revolución (he aquí una
ambigüedad sobre la cuestión de si el rojo en estos detalles aparece con
valor negativo o positivo) o en grandes detalles como la tipografía del título
o el recuadro que enmarca toda la pieza, de lo que se desprende que es la
violencia lo que rodea a la obra.
Toda la pieza presenta una casi imperceptible (y simulada) translucencia
que deja entrever un fondo meramente decorativo como es característico
en las obras de Fairey.
Las siguientes piezas presentan un quiebre significativo en cuanto a las
anteriores. La paleta cromática cambia casi completamente.
La Figura 4 presenta una alotopía en cuanto al uso del color, predominan
distintos tonos de azul y el negro. Puede considerarse que la operación
retórica aplicada es una sustitución metonímica en tanto el color atribuido
a la máquina operada por el humano es transferida hacia él debido a una
relación de contigüidad, aunque también es cierto que desconocemos el
color y la naturaleza de la máquina, por lo que considero más correcto
suponer que lo que está resignificando la imagen es una operación de
adjunción, más precisamente una aliteración, es decir, la repetición de un
elemento cromático que en su reiteración evoca un sentido. Como sea, ya
hablemos de metonimia o aliteración, a lo que remite el color azul es al
futuro cuyo paradigma es el avance tecnológico.
El ethos sigue siendo la franqueza, la desfachatez de mostrar sin tapujos en
un mismo nivel al hombre y a la máquina, igualándolos de alguna manera a
partir del uso del color, con todos los aspectos negativos que ello implica.
Es por eso también que esta operando el recurso retórico de la
comparación.
El blanco del margen superior parece intentar atenuar el efecto,
funcionando de manera tranquilizadora.
Si en la Figura 4 el blanco tenía una función tranquilizadora, en la Figura 5
ocurre exactamente lo contrario. Aquí el blanco es la vaciedad, la ausencia
de algo (o de todo mejor dicho), el aislamiento y la soledad, esta operando
una elipsis cromática, aunque no se sabe bien que es lo que falta, que es lo
que debería ir en lugar del blanco(eso es lo que lo hace más inquietante). El
tono sigue siendo, y más que nunca, el de la franqueza.
Esta es una pieza bastante compleja a mí entender, a pesar de que a simple
vista no lo parezca. Es difícil hablar de isotopía o alotopía y más aún de
sinécdoque. Por una parte el referente que se nos viene a la mente es el
Figura 4 Figura 5
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ojo humano, como en las anteriores piezas, pero si así lo consideramos, no
ha habido un cambio en el aspecto cromático: lo que es azul sigue siendo
azul, lo que es negro sigue siendo negro y lo que es blanco sigue siendo
blanco, pero ¿Es así como se ve un ojo humano? ¿Puede considerarse que
esta operando una sinécdoque? No. Lo que está operando es una metáfora
cromática y morfológica del ojo como así también una alegoría del mundo
de la novela. El círculo negro, representa una pupila, pero es también el
corazón oscuro del mundo y dentro de él, la tipografía con el título de la
obra en color rojo, con todos los significados atribuibles a él. El azul
representa el iris del ojo, pero también es el futuro, lugar-momento donde
transcurre la historia. Se produce en él una gradación que va desde el
centro hacia afuera, del azul más “puro” a una gradual incorporación del
blanco que desembocará en la nada, en el blanco absoluto, es esto también
una sutil aproximación a la mitología de la novela, donde lejos del centro
del mundo y a medida que uno se aleja de él (el centro del mundo es
concebido como todo lo que atañe al partido gobernante y totalizador en
todos los aspectos de la vida), no existe nada.
Por último, en una mirada general a la pieza y mucho menos analítica, lo
que vemos es una expresión de terror, una mirada aterrada ante lo que se
presenta delante de ella.
Las dos piezas siguientes son afiches de la película realizada en el año 1984
(hay otra versión de 1956) y presentan muchas de las características antes
mencionadas en cuanto a los usos retóricos del rojo, azul y negro, es decir
se utilizan paletas simbólico-metafóricas que condensan la temática de la
obra. Solo cabe destacar el hecho de que en la Figura 6 no hay desviación
cromática en cuanto al referente, por lo tanto la consideramos isotópica
(sin entrar en la controversia que significa considerar isotópicas imágenes
que pertenecen a un mundo ficticio como el de una obra de ciencia ficción)
Figura 6 Figura 7
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V de Vendetta; R de Revolución (y de Rojo)
“V For Vendetta” es una novela gráfica (una especie de comic pero con
características de excelencia literaria y de publicación, entre otras cosas) de
los autores ingleses Alan Moore y David Lloyd, que fue publicada a finales
de la década de los 80 por Vertigo (una subsidiaria de la famosa editorial
norteamericana DC Comics que se encarga de publicar material para un
público maduro o adulto) y que recientemente ha tenido una adaptación
cinematográfica (año 2006) con algunos cambios en la historia. La trama se
centra en la cruzada de un misterioso personaje anarquista llamado V que
utiliza una máscara con el rostro de Guy Fawkes (una especie de
revolucionario inglés del siglo XVII muy popular en ese país) y cuyo único
objetivo es la destitución del régimen totalitario de ultraderecha y fascista
que ha ascendido al poder luego de que una guerra nuclear ha devastado
gran parte del mundo. La historia transcurre en un futuro cercano (finales
de la década del 90) donde el régimen se mantiene en el poder a través de
la persecución policial y la manipulación propagandística.
“V For Vendetta” tiene un marcado
corte político y se nota la influencia
sobre sus autores de obras
fundamentales en el género como
“1984” o “Fahrenheit 451”.
Las piezas a analizar serán algunos
afiches de promoción de la
película.
Las tres primeras piezas siguen la
misma línea y son en si, tanto
cromática como morfológicamente
muy similares. La estética
predominante corresponde a la de
los afiches políticos y
propagandísticos de las décadas de guerra y entre guerras (1910-1950
aproximadamente). En diferentes proporciones y con predominancia de
uno sobre los otros dos (aunque parece destacar siempre el negro) se
repiten en los tres afiches los mismos colores: el rojo, el negro y un beige (o
sepia) de diferentes tonalidades. La repetición de estos tres colores (sobre
todo rojo y negro) en su reiteración evocan los sentidos que comúnmente
atribuimos a ellos.
Se produce también en cada uno de los afiches una desviación de los
referentes representados y esto se debe a que se busca el efecto de
ilustración para simular la estética de los carteles de guerra y políticos de
las décadas mencionadas (también ayuda el uso de una paleta acotada)
En todos los afiches, el personaje V aparece completamente de negro
haciendo alusión al manto de misterio e incertidumbre (desconocimiento
sobre su verdadera identidad y pasado) que lo recubre en el transcurso de
Figura 8
Figura 10
Figura 9
9
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la historia, a su vez, también los ciudadanos aparecen en negro queriendo
significar la oscuridad en la que viven al sometidos por el régimen. También
el color hace de puente entre ellos y el personaje, ya que la película hace
referencia constantemente a que V es una suerte de emisario de la voz del
pueblo.
En la Figura 8, el fondo donde aparece el Big Ben del Palacio de
Westminster, el sepia en conjunto con el gran reloj y con el avance del
pueblo sobre ellos, parecen querer decir que el régimen tiene las horas
contadas, que será cosa del pasado de un momento a otro. La Figura 9 en
cambio, con su predominancia de rojo sobre el sepia, quiere exaltar el
sentido revolucionario y de subversión, de violencia y muerte con que está
teñida la película. La Figura 10 parece ser una mezcla de las anteriores, el
fondo rojinegro (sangre-muerte) es atravesado por “rayos de luz” con la
leyenda “Freedom Forever” en un claro mensaje esperanzador.
En medio de todos estos elementos (V, la gente, el fondo) aparece la
mujer, Evey Hammond, crucial en la historia del personaje principal y por lo
tanto de la historia en general. Como vemos, aparece siempre en segundo
plano después de V y en claro contraste con él, pero siempre se ve invadida
(cromáticamente) por todo lo que la rodea. Es decir, existe una metonimia
entre todos los elementos de la composición, pero no en un solo sentido,
sino que es una retroalimentación constante y es esta una excelente
alusión al mundo de “V For Vendetta”, donde todos los hechos que
transcurren en la historia y en las sub-historias en las que se divide la
trama, a pesar de parecer inconexos en un principio, refieren finalmente a
lo mismo; son todas pequeñas piezas de un rompecabezas que es la
historia principal, todo se ve afectado por todo, y es en el personaje de
Evey Hammond , que en cierta forma es también el personaje principal,
donde esta multiplicidad de eventos y sus efectos quedan patente.
La paleta utilizada en estos tres primeros afiches es simbólico-metafórica,
ya que si bien no alude directamente a la estética de la película, las
significaciones de los colores utilizados condensan la variedad de temas
que se abordarán y el clima que predomina a lo largo de ella. El tono
elegido es nuevamente el de la franqueza.
El siguiente afiche (Figura 11) difiere bastante de los anteriores, tanto en su
composición y color como en su significación. Se puede decir que es un
afiche más tradicional en cuanto
a lo que se espera de un cartel
de cine.
Nuevamente predomina el negro
de la figura principal, pero esta
vez en contraposición a un fondo
que va de blanco hacia un azul
oscuro. Este cartel en particular
alude mucho más a la estética de
corte futurista con la que cuenta
la película, a diferencia de las
anteriores piezas, donde parecía
reflejarse mucho más el
ambiente que predomina en el
comic (donde el aspecto futurista
no existe, sino más bien todo lo
contrario: se presenta un mundo totalmente decadente)
El tono azulado y oscuro, mezclado con el reluciente brillo de las armas
blancas de V y las tipografías rojas nos anticipan, junto con la amenazante
figura del protagonista, mucho más que los otros afiches cuál será el tono
de la película. Parece ser que las otras piezas se valían del recurso de hacer
notar que se trataba de la adaptación de un popular comic a la pantalla
Figura 11
10
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grande y que este afiche es más representativo de lo que realmente ofrece
la película.
Considero que aquí la paleta cromática es más bien indicial-metonímica,
que la imagen representada hace las veces de la parte por el todo, que los
colores utilizados representan fielmente lo que se verá en la película, sin
embargo el ethos sigue siendo el de la franqueza, ya que no se busca
generar la tranquilidad y seguridad en el lector (a pesar de que el afiche
funciona como un reflejo del mundo de la película) ni disfrazar la verdadera
naturaleza de la película a partir de una paleta mas “amable” sino que se
muestra con crudeza y sin disimulos los contenidos del film.
Fahrenheit 451: el color icónico y la trampa del inconsciente
“Fahrenheit 451” es una de las fábulas distópicas por excelencia, de eso no
cabe dudas. Lo que si cabe preguntarse es por su inclusión en este
apartado donde nos referimos a obras de corte político. Si bien toda obra
de este tipo implica una toma posición ideológica por parte del autor, y en
este sentido son todas creaciones con implicancias políticas, es cierto
también que a lo que nos referíamos con este tipo de clasificación es a la
trama en si de la obra.
Si, en “Fahrenheit 451” hay un gobierno despótico. Si, también controlan a
los habitantes a través de los medios, pero sin embargo uno tiene la
sensación al leer la novela que la reflexión va por otro lado, a medio
camino entre “1984” y “Brave New World”, pero más cerca de esta última.
Se plantean aquí nuevamente los conceptos de subjetividad VS disolución
en lo colectivo, reflexión VS superficialidad y otros tópicos tratados en
otras fábulas, pero lo que aquí impera no es la figura omnipresente del
gobierno como en “1984” o “V For Vendetta” ni el espíritu de revolución
(que sin embargo está implícito en las acciones del protagonista)
Para ser sinceros, sospecho que lo que me ha movido a incluir a
“Fahrenheit 451” en este apartado es una inconsciente convicción de que
en las piezas de diseño que se refieren a ella habrá una fuerte
predominancia del color rojo que las emparentará con las obras ya
analizadas.
Debe estar actuando en mí la memoria primitiva, la asociación casi
antropológica entre fuego y color rojo, ya que el argumento (y el título
mismo de la obra) nos remite inmediatamente a ello.
“Fahrenheit 451” hace alusión a la temperatura a la que arde el papel, su
argumento básicamente cuenta la historia de Guy Montag, un bombero
cuya brigada tiene la curiosa tarea de provocar hogueras y quemar libros
en ellas, porque los libros obligan a pensar y pensar impide la felicidad de
quienes lo hacen.
Figura 12 Figura 13 Figura 14
11
¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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En estas tres primeras piezas, mi prejuicio parece estar fundamentado.
Predominan los colores con asociaciones directas al fuego como el rojo, el
naranja y el amarillo, complementados con el negro y el blanco, yo no diría
que aplicados con el objetivo lograr significados más allá de lo que se ve,
sino más que nada fundados en una necesidad de diseño, es decir, de buen
contraste, buena legibilidad. Se alude directamente al hecho de la quema
de libros o de alguna manera al argumento de la novela. Por ejemplo, en la
Figura 12 vemos al Quijote de la Mancha en llamas, en la Figura 13 una
biblioteca completamente roja, aquí el color adquiere la connotación de lo
prohibido, en la Figura 14, unos arabescos simulan el danzar de una llama.
El uso de la paleta es mas bien simple, con asociaciones directas, impera la
aliteración, la repetición de un color (o en este caso de varios colores que
refieren a lo mismo) que evoca un sentido determinado. Es el uso del color
de una manera mucho más icónica que en las obras analizadas, a excepción
del caso donde rojo tiene el significado de lo prohibido.
Nuevamente, y a riesgo de sonar reiterativo, el tono empleado es el de la
franqueza.
Agregaré más piezas que en mayor o menor medida, corroboran lo
anterior.
La paleta no se mueve de los cinco colores que aparecían en las primeras
piezas: rojo, amarillo, naranja, blanco y negro. Las connotaciones siguen
siendo las mismas. En las piezas que corresponden a la película, el negro
parece tener una mayor participación, tal vez resaltando el carácter de
negatividad que supone la sola mención de un futuro de semejantes
características.
Figura 15 Figura 16 Figura 17
Figura 18 Figura 19
12
¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
Posgrado en Comunicación Visual FAPYD | UNA MIRADA AL ARCOIRIS DE LAS DISTOPÍAS
La pesadilla tecnológica
Dejamos atrás la revolución ideológica y damos lugar a otra revolución: la
de la tecnología.
El tema fundacional de las fábulas distópicas ha sido el del papel que las
nuevas tecnologías ocuparían en la vida de las personas. Con distinto
enfoques, la visión que se ha tenido sobre el asunto dista de ser optimista,
y no sin algo de razón, ya que a la luz de los hechos, presenciamos día a día
en los noticieros las aberraciones que provocan las armas de última
generación en las guerras modernas, aunque también no es menos cierto
que nos maravillamos (y estupidizamos a veces) con los avances o cambios
que la ciencia nos ofrece en nuestra vida cotidiana y somos beneficiarios de
las nuevas tecnologías aplicadas a la medicina.
Las piezas que analizaremos aquí corresponden a obras donde el efecto de
las tecnologías ha significado un cambio radical en los modos de vida en
sociedad y en donde se reflejan las consecuencias que dichos usos y abusos
podrían acarrear.
Brave New World: los colores de la felicidad
La novela narra las historias de diversos personajes que ocurren en Londres
del año 632 D.F (632 Después de Ford) en una sociedad donde se da una
inquietante paradoja: la gente, en efecto, es sumamente feliz, pero a costa
de haber perdido muchísimas libertades (la filosofía, el arte, la literatura, la
familia, la religión, entre otras cosas) Queda en el criterio de cada uno de
nosotros la consideración de si se trata esto de una utopía o una distopía,
aunque queda claro durante el transcurso de la novela que el autor se
inclina por la segunda opción.
Todos estos maravillosos logros han sido conseguidos gracias al desarrollo
de la tecnología: las personas ya no nacen, no tienen ni padre ni madre en
el sentido que conocemos, son incubadas a partir de unos pocos óvulos (lo
que da como resultado una enorme cantidad de gemelos) en grandes
fábricas donde se manipula su destino de acuerdo a su casta: Alfas, Betas,
Gamas, Deltas y Épsilones. Luego serán condicionadas al método
pavloviano durante toda su infancia para ser miembros activos
(consumidores) y por lo tanto productivos para la sociedad, serán
condicionados a no amar demasiado a ninguna cosa ni persona, a no
realizar actividades de recreación solitarias ya que eso lleva a pensar y por
lo tanto a la infelicidad, serán condicionados a la promiscuidad y a muchas
otras cosas más, en definitiva, serán condicionados (y condenados) a la
felicidad. Todo esto en el marco de un mundo híper tecnificado que ofrece
todas las posibilidades de distracción y recreación para hacer de este un
mundo feliz.
Comenzaremos con estas tres piezas (Fig 20, 21, 22). Como se ve a simple
vista, en ellas hay una predominancia de verde-azul y azul en las dos
primeras y violeta en la tercera, acompañados de blancos y grises. También
hay desviación de los referentes representados, no solo cromática sino
también morfológicamente.
La Figura 20 nos muestra la pesadilla de la seriación humana, 21 rostros
humanos idénticos que hacen alusión la producción en masa de personas
que, literalmente, son iguales. No solo son mellizos genéticamente, sino
que su educación (condicionamiento) hace de cada uno de ellos un
elemento más de un conjunto homogéneo. El efecto de similitud esta
reforzado por una aliteración cromática que cumple el doble sentido
(polisemia) de no solo hacer mas patente la relación de igualdad entre los
rostros, sino también la evocación del mundo tecnológico que hace posible
esta seriación (piénsese, por ejemplo, en el verde utilizado en toda la
gráfica de la trilogía “Matrix”) y a su vez la afirmación de que esos rostros
corresponden menos a humanos que a máquinas (alotopía cromática en
relación a un rostro humano tal cuál lo conocemos)
13
¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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Los colores complementarios aparecen no solo en un sentido estético
(buen contraste y combinación entre unos y otros) sino que también es
aprovechado el componente metafórico de cada uno de ellos: el azul
aludiendo al mundo del futuro, el negro, al trasfondo oscuro que se
esconde detrás de esta nueva sociedad y el gris haciendo referencia a la
falta de “vida” que supone la aniquilación de la subjetividad (gris en
contraste a los colores cromáticos como verde, rojo, amarillo, que no
aparecen aquí, pero que en el imaginario popular representan la vivacidad
y lo pasional al estar relacionados con la naturaleza, en oposición al gris
más emparentado con la ciudad y sus estériles edificios, lo inanimado, etc.)
La Figura 21 es bastante inexplicable para mí en cuanto a sus
significaciones. Ignoro el año de su realización, pero por la estética intuyo
que corresponde a los años 30. Predomina un azul oscuro mezclado con
otro azul aún más oscuro, contrastados ambos con el blanco de las
tipografías y otros detalles. Uno está tentado a decir que lo que opera aquí
es una suerte de metonimia que este connotando “futuridad” (diría
Barthes) pero lo cierto es que, personalmente, creo que el diseñador no ha
intentado incluir mensajes ocultos en el uso del color y ni siquiera en la
composición en general (o al menos mensajes que puedan ser
interpretados por mí en relación al mundo de la novela a la que se refiere
la pieza) limitándose solamente a construir una correcta y atrayente
portada de libro.
Incluí a la pieza en el corpus de análisis exactamente por este motivo, por
su ininteligibilidad aparente (aunque tal vez lo sea solo para mí) en cuanto
a sus significaciones, para hacer patente el hecho de que a veces los
diseñadores solo responden a cuestiones estéticas y de gustos personales
en la realización de un trabajo, dejando de lado o sin tener demasiado en
cuenta las potencialidades retoricas de cada elemento de la composición.
La Figura 22 retoma la temática de la seriación humana. El violeta que
predomina, cercano en el círculo cromático al azul, parece querer referir lo
mismo que él, es decir, el mundo del futuro (metonimia) Se produce una
gradación (gradatio) entre este
color y blanco, que da como
resultado el blanco absoluto. El
blanco es la nada, el vacío, es el
ser humano despojado de todo
lo que lo convierte en humano,
que es de alguna manera el
tema central de la novela.
Cuando la gradación esta dada
entre un color cualquiera y
blanco, esto puede interpretarse
como que en realidad se
produce una variación de “algo”
hacia la “nada”, entonces
Figura 20
Figura 21
Figura 22
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¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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estaríamos en presencia de una elipsis cromática, es decir, entender el
blanco como la ausencia de color (aunque solo signifique ausencia de tinte,
este es comúnmente entendido como el color en sí)
Las Figuras 23 y 24 refuerzan algunos conceptos ya explicitados: los tonos
de azul y violeta como connotadores del mundo futuro y la mención a la
producción artificial de seres humanos. La Figura 23 es la caratula de un
disco donde el mismo autor narra la obra mientras que la Figura 24
corresponde a la portada del CD de la banda Iron Maiden que toma el
nombre y los conceptos de “Brave New World”.
Las siguientes piezas se separan en gran medida de las anteriores en
cuanto al uso del color. No creo necesario su análisis, ya que el color en si
mismo no es un aspecto en ellas que tenga un significado en particular, tan
es así, qua a veces hasta resulta arbitrario (Figuras 28 y 29) o responde solo
a cuestiones puramente estéticas. La temática nuevamente alude a la
seriación humana y a la “mecanización” de las personas, pero se agrega
también un nuevo tópico como la referencia al uso de drogas para lograr
una sensación de felicidad absoluta (Figura 26): en la novela, existe una
droga suministrada por el gobierno (denominada “soma”) de cuyo
consumo se dice “medio gramo combate hasta diez pensamientos tristes”.
Figura 23 Figura 24
Figura 25 Figura 26 Figura 27
Figura 28 Figura 29
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Blade Runner: el amor en tiempos del Ciberpunk
“Blade Runner” es una película de 1982 dirigida por Ridley Scott y basada
libremente en la novela “Do Androids Dreams Of Electric Sheeps” del
escritor norteamericano Philip K. Dick. Es una obra de culto en el género de
la ciencia ficción e inaugura el subgénero denominado CiberPunk,
caracterizado por la alta tecnología del mundo que representa, el
hacinamiento en grandes urbes y el consecuente bajo nivel de vida de sus
habitantes. Enormes ciudades oscuras, iluminadas solo por los inmensos
carteles con luces de neón de las corporaciones multinacionales y
superpobladas de personas de bajos ingresos son el escenario habitual de
estas historias, que parecen ser parábolas de las sociedades postmodernas.
La película transcurre en una distópica ciudad de Los Angeles en el año
2019, donde, en este mundo ficticio, el hombre ha logrado construir a
partir de sus conocimientos en ingeniería genética unos seres llamados
Replicantes, que se asemejan en gran medida a los humanos, solo que
cuentan aparentemente con la incapacidad de producir respuestas
emocionales. Estos Replicantes fueron creados solo con el propósito de
realizar trabajos forzados para el hombre, pero luego de que realizaran un
violento motín, son declarados ilegales y perseguidos por un grupo especial
de la policía denominado “Blade Runners”. Un pequeño grupo
especialmente peligroso de Replicantes anda suelto, y el detective Deckard
(un retirado Blade Runner) será el encargado de dar cuenta de ellos.
En el transcurso de su cruzada, el detective conocerá a Rachel, de quien se
enamorará y luego descubrirá que ella también es un Replicante, dejando
de esta manera un montón de cuestiones filosóficas a considerar, como es
costumbre en las obras de Dick.
La primer pieza (Figura 30) resulta a mí entender la más representativa de
la atmósfera y de las significaciones que se recrean en la película. En ella,
también se presentan de manera
fehaciente la diversidad de
sentidos con que cuenta la trama:
la paleta cromática funciona como
una condensación metafórica de
elementos que sustituyen al film.
Más allá de que el color de las
figuras humanas no presenta
desviación en cuanto al referente
concebido, la multiplicidad de
sentidos que agregan los colores
que componen la pieza conforman
una alotopía.
El negro como trasfondo, es la
ciudad de la que hablábamos:
oscura y atemorizante. El azul y el rojo la iluminan, son las luces de neón de
los carteles que pueblan las calles. Ambos funcionan metafóricamente, al
referir al futuro y a la violencia con que está teñido, respectivamente. A su
vez están relacionados metonímicamente con las figuras que lindan con
ellos: el azul cubre los rostros de los Replicantes significando su naturaleza
artificial y tecnológica, en cambio, Rachel, también Replicante, esta
cubierta por el rojo, aludiendo a la pasión que se despierta entre ella y
Deckard. En medio de todo eso, el detective Deckard, el humano, se ve
afectado por ambas cosas.
Abajo, el amarillo, parece tener un papel de equilibrio en la composición,
pero también nos está hablando de la luz natural, de lo orgánico (más allá
de que objetivamente, el amarillo no sea el color más asociado con estos
valores), de los sentimientos que aún afloran en medio de ese mundo
sintético.
Figura 30
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Los signos de alfabetos orientales que pueblan la composición (chino,
japonés, coreano… lo ignoro) remiten a las grandes urbes como Shanghai o
Tokyo, superpobladas y multiculturales.
La Figura 31 nos muestra un mundo futurista más clásico, con sus
rascacielos Hi-Tech y sus autos voladores. Poco que decir en cuanto al
color, predomina un clima hostil representado por la abundancia de negro.
Esta pieza remite más a la estética misma de la película, como una parte
por el todo, es decir una relación sinecdóquica entre el afiche y su
referente fílmico.
Ahora, haré un poco de trampa, consideraré que hablamos en este afiche
de una isotopía en cuanto al referente, porque los referentes serán los
afiches de películas de ciencia ficción y esto es justo lo esperable de un
afiche de ciencia ficción. ¿Por qué hago esto? Porqué la Figura 33 es un
excelente ejemplo de alotopía en cuanto al referente que hemos
designado.
Los colores se asemejan al constructivismo ruso, al cartel político, rompe
totalmente con las convenciones del género, pero aún así, alude
directamente a la película que representa. La saturación de elementos, su
superposición, remiten al hacinamiento de la ciudad de Los Angeles del
futuro. Los caracteres orientales cumplen la misma función que en la Figura
29, la abundancia de rojo (aliteración) genera una asociación inmediata
con: Unión Soviética-comunismo-China lo que es decir, sociedades extrañas
desde el punto de vista occidental, siniestras, violentas y autoritarias.
También, la alusión a China es una alusión indirecta a su población y sus
grandes y superpobladas ciudades como Pekín (Beijing) o Shanghái.
En conjunto, la combinación de colores que, como habíamos mencionado,
se asemeja a la paleta utilizada en el constructivismo ruso, le dan a la pieza
un aspecto retro que es una de las características del diseño
postmodernista y de hecho, la película en si es toda una obra de culto de la
cultura postmodernista, por lo que la relación entre ambas producciones
(película y afiche) dista de ser simple, sino que entraña cierta complejidad.
Figura 31
Figura 32
Figura 33 Figura 34
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Las Figuras 33, 34, 35 y 36 pertenecen la novela “Do Androids Dreams of
Electric Sheeps” en la cuál fue inspirada libremente el guión de “Blade
Runner”. No considero pertinente (ni honesto, ya que no he leído la novela
todavía) el análisis en profundidad de estas piezas, solo marcar algunos
puntos de interés.
La Figura 33 hace referencia directamente al titulo que da nombre a la
obra. La paleta cromática es isotópica ya que lo elementos que componen
la pieza no presentan una desviación del color en cuanto al referente que
aluden, a excepción, tal vez, del androide (aunque las consideraciones de
cómo puede verse un androide son diversas y corresponden a la
imaginación de cada uno) Este inusual uso isotópico del color dentro del
género ciencia ficción esta emparentado directamente con el ethos, que a
diferencia de lo que veníamos observando, no es el de la franqueza, sino el
de la simpatía, usado casi irónicamente ya que, a pesar de no haber leído la
novela, no creo que la trama y las sensaciones que genere estén demasiado
apartadas de lo que transmite la película.
Las piezas restantes se ajustan más a lo esperable en el género. Abundan
los colores oscuros, negros, azules y rojos, con las significaciones de
siempre. La Figura 36 se asemeja más tal vez, a lo que veníamos viendo en
los carteles de la película.
“Planet of the apes”, “Terminator”,” I, Robot”, “Minority
Report”, “Total Recall”: azules y temibles futuros.
Las piezas que siguen corresponden a las películas mencionadas. Todas
refuerzan los conceptos sobre el azul como paradigma del futuro híper
tecnificado, los tonos oscuros y grandes superficies de negro. También
aparecerán colores como el gris, que no se había presentado con tanta
frecuencia anteriormente, pero que remite también al futuro, por su
asociación directa con los metales. El rojo aparece como complemento en
muchas de las piezas, no solo por sus significaciones en cuanto a la
violencia, sino también porque resulta un buen contraste para los tonos
oscuros que dominan.
Figura 35 Figura 36
Figura 37 Figura 38 Figura 39
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También aparecerá el blanco en pequeños (grandes) detalles como la
tipografía, que ayudará tanto a mejorar la legibilidad, como a lograr un
buen balance de claros y oscuros. En definitiva, a conseguir una buena
composición de diseño gráfico.
Solo la Figura 44 se despega de este uso del blanco como complemento. En
ella, el blanco, metafóricamente remite a otro paradigma del futuro (tal
vez, también del presente) que es, no solo los viajes espaciales a los que
refería el azul, sino también la esterilización de la humanidad, la asepsia
que supone la digitalización de la vida, el imperio del microchip.
Los afiches de la nueva versión de la película “Planet of the Apes” no
vienen más que a corroborar la tendencia hacia la utilización de azules y
grises en este tipo de aventuras. Aunque como puede apreciarse en las
Figuras 49, 50 y 51 (dos correspondientes a “Planet of the Apes” y una a “I,
Robot”) a veces se recurre a la utilización del rojo, en un pleno casi total
que nos habla de lo terrible de estos mundos que se nos presentan,
dejando en un segundo plano la noción de tiempo futuro en que ocurren
estas historias (hay que recordar que en “Planet of the Apes” no se hace
mención a este hecho, solo recién al final de la película uno puede
enterarse de que se trata no de un planeta lejano y extraño, sino de
nuestro planeta Tierra muchos años en el futuro).
Figura 42 Figura 41 Figura 40
Figura 43 Figura 44 Figura 45
Figura 48 Figura 47 Figura 46
Figura 49 Figura 50 Figura 51
19
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Metropolis: el mediador entre el diseñador y el destinatario
debe ser el color.
“Metropolis” es una película dirigida por Fritz Lang, que vio la luz en el año
1927. Es considerada uno de los máximos exponentes del expresionismo
alemán. La trama nos lleva a una distópica ciudad futurista (año 2026)
llamada “Metropolis”. Esta ciudad esta dividida en dos estratos: en la
superficie se encuentran los intelectuales, los que piensan el mundo,
viviendo en maravillosos rascacielos. Debajo de la superficie, se encuentra
la ciudad de los trabajadores, que operan las máquinas que mantienen con
vida ambos niveles de la ciudad, pero viven en un hacinamiento constante,
en la alienación producida por los repetitivos y agotadores turnos de 10
horas de trabajo.
Freder, el hijo del creador de Metropolis, vive en la gloria, en la superficie,
rodeado de todos los lujos posibles, pero se enamora de una joven
trabajadora llamada María y la sigue al inframundo, donde es testigo de las
condiciones en que viven los trabajadores. Esto cambia su manera de ver
las cosas.
Su padre, al enterarse de esto y de ciertos planes de rebelión de los
trabajadores, urde una estrategia en donde un “machine-man” (hombre
máquina) idéntico a María, creado por el científico Rotwang,, la
reemplazará e instará a la rebelión violenta de los trabajadores. De esta
manera podrá reprimir salvajemente a los trabajadores y recuperar a su
hijo. Pero no cuenta con que Rotwang tiene sus propios planes de
venganza hacia él, por un amorío que tuvo con su esposa Hel, que dio
como fruto a Freder.
Las piezas de diseño que corresponden a la película, tienen más de arte
que de afiche. En todas ellas opera una alotopía desde el momento que se
tratan de ilustraciones sobre un mundo ficticio, del que solo podemos
conocer lo que se nos presenta.
La Figura 52 nos muestra en primer plano el “machine-man” que luego
tomará la forma de María y será disparador de todos los conflictos que se
suceden en la película. En otras palabras, las máquinas son en gran medida
las protagonistas de la historia.
El expresionismo como deformación de la realidad, aunque sea solo para
ponerla en evidencia, parece ser también el camino elegido para la gráfica
de este afiche. La tipografía primitivista y rústica es un buen ejemplo de
ello. La aliteración producida por la repetición del amarillo ciertamente
evoca un sentido, aunque no se sabe bien cuál. Tal vez remite a las obras
de Van Gogh, artista que influenció largamente al expresionismo, y en
cuyas obras el amarillo materializaba sus febriles pesadillas y cobraba el
valor de la sustancia de la que se componían sus sueños.
Figura 52 Figura 54 Figura 53
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Otra significación que podría cobrar esta repetición de amarillo-dorado,
más simplista y tal vez más cierta, es su asociación icónica con el oro, y a la
vista de lo que muestra el afiche, es decir los rascacielos, la parte elegante
de la metrópolis y el androide, esto bien podría ser así.
Ignoro si se trata de una operación metonímica que aluda al mundo del
futuro porque simplemente no tengo conocimiento sobre cual era el
paradigma del futuro en aquella época.
La Figura 53 parece ser más simple. El rojo predomina aquí y bien sabemos
que el rojo es asociado a las clases proletarias que protagonizaron la
revolución bolchevique. Pero también lo es a la energía (polisemia). El
obrero sosteniendo sobre sus espaldas la gran ciudad con la fuerza de su
trabajo físico es una metáfora fácilmente descifrable para cualquiera.
La Figura 54 es acaso la que más se asemeja a la idea que tenemos de
afiche de cine. No parece reconocerse en él la implementación de figuras
retóricas. Tal vez solo la utilización del blanco como representación de la
iluminación que emerge de la gran ciudad como símbolo del progreso,
como algo positivo. Para comprender esto, hay que señalar que, a pesar de
considerarse una fábula distópica, el film deja el claro mensaje de que las
máquinas y el progreso tecnológico no deben demonizarse bajo ningún
concepto, ya que proveen numerosas ventajas al ser humano y en gran
medida este depende de ellas, y solo de él depende su buena o mala
utilización. De allí la frase que da sustento a toda la película: “el mediador
entre las manos y la mente, debe ser el corazón”, en referencia a la
relación que debe existir entre los creadores, empleadores y dueños de los
medios de producción y los obreros que operan las maquinarias (¿Ideología
socialista, comunista?)
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¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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La muerte en forma virus y la naturaleza de la condición
humana
Cerraremos con los dos últimos tipos de fabulas distópicas. En primer lugar
tenemos aquellas en que la raza humana corre severos riesgos de extinción
a causa de sus experimentos bacteriológicos.
Virus que se expanden a lo largo y ancho de la faz de la Tierra, devastando
todo a su paso son los principales enemigos de los pocos seres humanos
que quedan para afrontar la aniquilación.
Por otro lado están aquellas historias que reflejan el revés de las personas,
aquello que esta oculto a la vista común, pero que aflora bajo
determinadas circunstancias develando la verdadera cara del ser humano.
Por supuesto que las circunstancias propicias son en todos los casos
sociedades donde las reglas de convivencia han sido alteradas por distintos
motivos, a veces explicitados, otras veces no, donde se potencian los más
primitivos instintos de los protagonistas.
I Am Legend y 12 Monkeys: vampiros artificiales y monos
terroristas
“I Am Legend” es una novela escrita por el estadounidense Richard
Matheson publicada en 1954. L a trama nos transporta a un futuro cercano
(año 1976) en donde un misterioso virus ha infectado a toda la población
humana transformándola en seres extraños que presentan las
características de los míticos vampiros. Un solo hombre parece ser inmune
a este horror: él es Robert Neville, el último hombre vivo sobre la tierra. La
película cuenta con numerosas adaptaciones al cine, aunque ninguna
respeta fielmente los acontecimientos ocurridos en la novela, llegando al
caso extremo de solo contar con el titulo que identifica a la obra y el
nombre del protagonista como puntos en común entre ambas versiones
(me refiero a la última adaptación, protagonizada por Will Smith)
Las dos primeras piezas son muy similares entre si. Ambas presentan en
proporciones casi idénticas una combinación entre negro, rojo y blanco que
remiten a las significaciones más primitivas asociadas a ellos: la inquietud,
el inminente peligro. El blanco aparece en combinación con el negro dando
el efecto óptico de gris en las ilustraciones de la portada.
Se puede hablar de alotopía ya que las ilustraciones se desvían de nuestro
marco referencial al aparecer acromáticamente. Esta elipsis cromática
adquiere significación ya que (una posible interpretación) esta faltante en
Figura 56 Figura 55
22
¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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las ilustraciones (sumado a su estilo de dibujo) pueden remitirnos a
grabados de la edad media donde la creencia en estos seres mitológicos
estaba fuertemente afianzada.
La franqueza sigue siendo el Ethos elegido, como en casi todas las piezas
del género.
Distintos son los casos, aunque no tanto, de las Figuras 57 y 58. Rojo, negro
y blanco (a esta altura ya estamos en condiciones de decir que casi
aseguran un diseño legible y correcto) hacen su aparición nuevamente,
aunque en diversas proporciones. Lo que hay que llamar la atención en
estas dos piezas es el uso del color verde-amarillo que metafóricamente, y
dado el contexto, es decir la trama de la historia y las imágenes que
pueblan la portada, remite al aspecto que toman los cuerpos en
descomposición (nótese que en otro contexto, como sucede en “Matrix”,
por ejemplo, este mismo color refiere a cosas totalmente distintas)
La repetición sistemática de este color (aliteración) evoca a la muerte, que
rodea en todo momento al argumento de la novela.
Figura 58
Figura 57
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La otra historia pos-apocalíptica es “12 Monkeys”, película filmada en 1995
por Terry Gillian y protagonizada por Bruce Willis.
En ella, la raza humana nuevamente enfrenta la aniquilación a causa de un
virus. El exterior se hace inhabitable para los hombres, que ahora viven en
sociedades subterráneas (año 2030 aproximadamente). Ante este presente
abrumador, el presidiario James Cole (Bruce Willis) es enviado en una
dudosa máquina del tiempo hacía el pasado, al año donde se cree que el
grupo terrorista denominado “12 monos” ha diseminado el virus, en busca
de información que haga posible la erradicación del mismo en el presente.
La máquina falla dos veces enviando a Cole a distintos momento de la
historia, creando complejas paradojas temporales y trastornando
sobremanera al protagonista, que comienza a preguntarse si realmente no
esta loco por creer que viene del futuro a recolectar información sobre un
virus que posiblemente no exista (él ya había sido informado en el futuro –
su presente en realidad- que detener la infección era imposible – cambiar
el pasado lo es- y que solo debía limitarse a recopilar información)
Los afiches de la película son bastantes convencionales, no tanto para lo
que pueda esperarse de una película de ciencia ficción, sino para lo
esperable en cualquier film: solo se quedan en la presentación de sus
protagonistas en primer plano y en el titulo de la obra.
La Figura 59 es acaso la más interesante de las dos, aunque no la más
vistosa. En ella se produce una alotopía al presentarse a los personajes en
grises, haciendo alusión metonímicamente al pasado donde transcurre la
historia, complementan el rojo, negro y blanco. El rojo como sustitución del
ojo del protagonista es una referencia al futuro (por ejemplo, recordar
películas como “Terminator” donde el robot que provenía del futuro tenía
ojos rojos)
La Figura 60, no presenta alotopía, no hay una desviación en el referente
preconcebido. No hay nada que destacar en este afiche, es completamente
convencional y no responde a los paradigmas del género.
Figura 59 Figura 60
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¿DE QUE COLOR ES EL FUTURO? Por Matías Libonati
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“A Clockwork Orange”, “Lord Of the Flies”: la ultraviolencia
A grandes rasgos, “A Clockwork Orange” (novela publicada en 1962, escrita
por Anthony Burgess) cuenta la historia de un joven llamado Alex que
lidera una banda de delincuentes muy violentos. Traicionado por sus
amigos, Alex es atrapado y encarcelado. Voluntariamente, con la promesa
de por medio de ser liberado antes de tiempo, se somete a un experimento
aun en fase de pruebas, que promete librar al mundo de la violencia. El
experimento en cuestión es un feroz condicionamiento que hará que al
pensar Alex en cometer actos violentos o al escuchar a Beethoven (su
favorito) un intenso e insoportable dolor lo paralice casi por completo. El
nombre de la obra, “La naranja mecánica”, deriva justamente de este
hecho: convertir algo tan vivaz y “jugoso” como es la vida humana
(representada por la naranja) en un mero ser que actúe mecánicamente
por si mismo, sin
responder a las leyes del
razonamiento y la
voluntad.
En las piezas de diseño de
esta obra, ocurre algo
similar a lo que pasaba con
“Fahrenheit 451”, la
utilización del color es más
bien icónica refiriendo
directamente, en este
caso, al título de la obra. Es
decir, el color naranja, es el
que predomina en casi
todas ellas. En la Figura 61
es donde este hecho queda
reflejado patentemente.
En la Figura 62, el blanco cobra mayor protagonismo, observamos una
alotopía al presentarse el rostro humano (en una relación de parte por el
todo) en un color diferente al concebido, la metáfora del
desmembramiento, que corresponde tanto a la forma como al color, hace
referencia por una parte a la fragmentación que se produce en el
protagonista al ser condicionado a, por ejemplo, sentir dolor ante algo que
tanto ama (como la música de Beethoven) Por otro lado refiere a la
naranja, en tanto fruta, y al efecto de jirones que se produce al
descascararla (polisemia).
En la Figura 63 el negro hace finalmente su aparición, pero aún el
protagonista principal es el naranja de las flamas. La operación retórica
Figura 63
Figura 62 Figura 61
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aquí es el quiasmo, donde las flamas vienen a reemplazar la parte superior
del rostro, produciéndose así un cambio significativo en el sentido.
La Figura 64 corresponde a la versión cinematográfica de 1971 dirigida por
Stanley Kubrick. Parece querer despegarse de las portadas de libro. En ella
predomina el blanco, la figura de Alex está teñida de naranja, por lo que
hablamos de una alotopía. No presenta otras características destacables.
En cambio, la Figura 65 es un caso interesante y bastante extraño en el
género. Un excesivo colorido, la ausencia de color naranja (que solo parece
estar sugerido por el abundante uso de rojo y amarillo) y la asimilación de
cierta estética de la película (como el mini bombín y la pintura del ojo que
se asemeja un engranaje) son sus señas particulares. El ethos aquí parecer
ser el de la simpatía
“Lord Of the Flies” (1954, William Golding) nos presenta la historia de un
grupo de niños que por causas que se desconocen (se supone que escapan
de la guerra) naufragan en una isla. Sin la presencia de ningún adulto
deben ingeniárselas para sobrevivir y organizarse de la mejor manera
posible, pero a la larga descubren que ante la falta de una sociedad con
reglas que los contenga, el costado más salvaje es el que termina
prevaleciendo. Los protagonistas principales, Ralph, Piggy, Jack Merridew,
Simon y Roger representan distintos aspectos de la sociedad.
Las primeras tres piezas corresponden la portada del libro y presentan
diseños bien distintos. La Figura 66, más allá de la saturación de los colores,
la consideraremos isotópica, ya que se ajusta muy bien a los referentes que
representa. Aparentemente no presenta operaciones retoricas, se vale en
todo sentido del ethos de la franqueza al mostrar a uno de los niños (se
presume Ralph, por su rubia cabellera) enmarañado y casi convertido en
uno mismo con la selva. Predominan colores asociados a la naturaleza,
como el verde, el amarillo, el naranja, en conjunto con el negro del fondo,
que le da un tono solemne y nada juguetón a la obra, a pesar de tratarse de
niños los protagonistas.
En la Figura 67 si hablamos de una alotopía en cuanto al referente. La
presentación en grises de los niños viene a mostrar el revés de sus
personalidades. En la sociedad de la que provienen (Inglaterra) eran niños
educados, muchos de ellos pertenecientes a un coro. Niños de entre 6 y 13
años de edad, una época que es generalmente representada por la
abundancia de colores (infancia = felicidad = multitud de colores) Estos
niños se transforman en sanguinarios cazadores y autoritarios y salvajes
líderes. El color naranja que aparece como complemento también alude a
esta primitivización de la vida, donde la obtención del fuego se convierte
en algo elemental en la supervivencia y en un elemento que desatará
numerosas disputas a lo largo de la historia.
Figura 65 Figura 64
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La novela se convirtió en una lectura obligada en las escuelas al tiempo de
su publicación. Tal vez esto explica el diseño de la Figura 68, mucho más
ameno que los anteriores. En él se observan dibujos a la manera de los que
se encontraban en las cavernas, en alusión hechos de la vida primitiva,
como la caza de animales y la obtención del fuego. Los colores son alegres
y aparecen en gran multitud, aunque el rojo que predomina nos recuerda
de alguna manera que la trama de la historia tiene cierta densidad.
La Figura 69 corresponde a la película de 1990 dirigida por Harry Hook, en
ella los colores de la noche salvaje predominan, no dando lugar a otro
sentido que no sea el de peligro, muerte y destrucción.
Figura 67
Figura 69 Figura 68
Figura 66
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BONUS: Clases de razonamiento para la persuasión: algunos
ejemplos.
Figura A
Clase de razonamiento: argumentación inductiva, ya que se presenta en
primer lugar los rostros de los actores que componen el reparto de la
película, dejando en un segundo plano, el argumento o la temática del film.
Es la clase de argumentación que menos esfuerzo requiere del destinatario,
que con solo ver una figura reconocida (que tal vez admira, o que al menos
conoce su fama y su prestigio en el mundo del cine) en el afiche, logra
traspasar esos valores a la película que refiere.
Figura B
Clase de razonamiento: argumentación deductiva, la aproximación al
verdadero sentido del mensaje requiere una interpretación más compleja.
Parte del entimema de que los seres que se muestran en la imagen están
muertos, hecho que puede deducirse por el color cadavérico que ha
adquirido su piel.
La premisa mayor es que los cuerpos en descomposición adquieren una
Figura A Figura B Figura C
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tonalidad verde-amarilla. La premisa menor es que los seres que pueblan la
novela están muertos ya que tienen esa característica en la piel.
De esta manera se accede al verdadero sentido de la pieza que es
presentar una de la características de la historia que refiere, para que de
esa manera, el destinatario pueda saber que es lo que le espera en ella.
Figura C
Clase de razonamiento: argumentación abductiva. Se expone un caso
particular con un rasgo también particular, en este caso, la utilización del
color azul y negro de manera metonímica.
La regla universal que subyace dicta que este tipo de combinación
cromática alude a películas de ciencia ficción ambientadas en sociedades
futuristas e híper tecnificadas.
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Conclusiones finales
Dada la hipótesis planteada al comienzo del trabajo y su refutación solo
unas líneas después, estamos en condiciones de aseverar que ambas tenían
su parte de razón.
El análisis ha arrojado resultados que apoyan ambas caras de la moneda: el
rojo, el azul, el negro y el blanco predominan es los términos que habían
sido expuestos en la hipótesis, pero también existen numerosos casos que
se despegan de la utilización de ellos y que resultan igual de convincentes
como gráfica persuasiva.
Estos casos forman tal vez, un subgrupo más interesante para el análisis,
porque allí donde era evidente el uso del color planteado por la hipótesis,
el diseñador ha tomado un camino diferente, alternativo y por lo tanto más
arriesgado, y ha logrado resultados que requieren un poco más de
procesamiento por parte del receptor, porque sus significados están más
encriptados. Este hecho, que puede considerarse como un error
conceptual en la práctica del diseño, dado que siempre se favorece la fácil
decodificación de mensaje (a veces hasta subestimando al receptor) resulta
en diseños más complejos, más ricos y que requieren una segunda o tercer
lectura. Personalmente, no lo considero un error, sino más bien un acierto,
ya que este tipo de gráficas pueden darse el lujo de requerir más tiempo de
contemplación que, por ejemplo, un afiche de vía pública.
En otro orden de cosas, me atrevería a decir que la predominancia de esos
colores no se debe solamente a sus asociaciones psicológicas, que resultan
convenientes para el tipo de piezas de este género, sino también a su
practicidad a la hora de establecer parámetros de buena legibilidad,
contraste y equilibrio que hacen a un buen diseño. Lo que equivale a decir
que en cualquier género del diseño gráfico es probable encontrar
dominancia de estos colores.
Finalmente y respondiendo a la pregunta a forma de título que se
planteaba al comienzo, el color del futuro no es acaso otro que el del
presente, con tantos matices y tonalidades diferentes como abarca la vida
del ser humano.
Y con muchos grises, sobre todo.
Nota: pido disculpas por la extensión final del trabajo, pero me pareció
importante hacer un breve resumen del argumento de cada historia para poder
generar relaciones más interesantes entre las piezas de diseño y sus referentes
literarios o fílmicos.
Por otra parte, no quedarse solo con una o dos piezas por obra me permitió
observar las variantes y potencialidades que tiene la resolución de una misma
problemática.
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