Martin-Barbero-Matrices historicas de la massmediacion

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La segunda parte de los medios a las mediaciones de Jesus Martin-Barbero.

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    Jesus Murtln-BarberoeConvenlo Andres Bello, 1998 EdiloriaJ Gustavo Gili, S.A., Roseil6n, 87-89, Barcelona 1987Quinta ediclcn: noviernbre de 1998Secretarta Ejecutiva del Convenlo Andres Bello (Secab)Avenida 13(Paralela de 1 0 Autopista) No. 85-60Apartndo aereo 53465Telefonos: (571) 6181584, 6181701. 6181632, 6181654Telefax: (571) 6100 139E-ma.il: [email protected] deBogota, D.C. - ColombiaDiseiio de cubiertn: Camilo MolinaEdici6n, armada electr6nico, impresi6ny encuadernaci6n: TM Edltores, apartado aereo 4817Santafe de Bogota. ColombiaIr np re so e n ColombiaPrimed in ColombiaISBN 958-9089-50-X

    Martln-Barbero, JesusDe los medias a las mediaciones I Jesus Martfn-Barbero, - Santafe de

    Bogota: Convenio Andres Bello, 1998376 p.ISBN: 958-9089-50-XI. CULTURA POPULAR 2. MEDIOS DE COMUNICACJON DE

    MASAS. 4. SOCIOLOafA URBANA. 6. SOCIEDAD DE MASAS 7.INDDSTRIAS CULTURALES

    CDD 302.23

    069790

    Para Elvira, Alejandro y Olga

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    nera como los obreros aprovechando "tiempos muertos"utilizan materiales deJ Ingar donde trabajan y can las mis-mas maquinas de su [ornada fabrican utensillos para su fa-milia, a la vez que llberan 1 8 creatividad castrada par ladivision y el traba]o en cadena. Es la practica de las gentesdel nordeste brasilefio introduciendo en el discurso religio-so astutamente hechos de la vida, de la actualidad, 1 0 queconvierte a la narraci6n del mllagro del santo en una formade protests contra I f : ! inalterabilldad de un orden que dejaasf de ser orden de l a n a tu r al e za y se torna historia. Son Josmodos de leer-escuchar de la gente no-letrada lnterrum-piendo la 16gica del texto y rehaclendola en fund6n de lasituaclon y las expectatlvas del grupo.Certeau piensa que el paradigma de esa otra logica se

    halla en la cultura popular. No se trata, en ningun sentido,de una ida hacla el pasado 0 hacla 10primitive e n busquedade un modelo para 10 autentico 0 10 original. Contra la ten-dencia a idealizar 10 popular, contra ese "culto castrador",Certeau ha reconstruldo los hitos de su propia his toria y elmapa de 1 0 que ese culto cubre17 8.La cultura popular-a la que se refiere Certeau esla impu-

    ra y conflictiva Ctiltura popular urbana. Popular es el nombrepara una gama de practicas irtsertas en la modalidad indus-trial; 0 rhejor, el"lugar" desde elque deben ser miradas para.desentratiar su s tactias~,Cultura popular habla entonces node algo extrano, sino d~jthl resto y un estilo. Un res io: me-moria de Ia experiencia ~in'discurso, que resiste at dlscursoy se deja decir s610 en el relalo. Resto hecho de saberes in-servibles ala colonizadon lecnologica, que asf marginadoscargan slmbolicamente la cotidianidad y laconvierten en es-pado de una cread6n muda y colecdva. Y un est i lo , esquemade operaciones, manera de camlnar 1acludad, de habitat lacasa, de ver Ia television, un estilo de intercambio social, deinventiva tecnica y de resistencia moral.

    1 78 M . d e C er te au , " La B ea ute d u m o rt" Ien U J culture I1U piT/riel,pp. 5 5 a 9 4.112

    Segunda parteMATRICES HISTORICASDE LA MASSMEDIACION

    Puesto que la cultura popular se trarul"lnite oralmen tey no dej~ hueUas escritas, es necesarto pedlrle 818r~presl6n que nos cuente It ! hisforia de ]0 quereprnne,- R. Mucl rembled

    Cuando Ueg6 el anochecer de l primer dla de IuchaOc~rri6 que en varies sltios de Parfs, independjellt~YslmuJtaneamente, se dlsparo sabre los relojes delas torres.

    Wal le r Ben i amin

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    De to popular a 10masivo: el mero seiialamiento de esa rutapuede resultar desconcertante, La ruta sin embargo indicael cambia de sentido que hoy nos bace posible Ir de unacomprension de los procesos sociales basada en la exterio-ridad conspirativa de la dominacion a otra que los piensadesde la hegemonfa por la que se lucha, en la que se constl-tuyen las clases y se transform a incesantemente la relacionde fuerzas y sentidos que componen la trama de 10 social.Pensar la industria cultural, Ia cultura de masa, desde la he-gemonia implica una doble ruptura: can el positivismo tec-nologista, que reduce Ia comunicadon a u tt p roblema demedias , yean el etnocentrismo culturalista que asimila Iacul-tura de masa a1 problema de la degradacion de la cultura.Esa dobLe ruptura reubica los problemas en el espado de lasreladones entre practicas culturales ymovirnientos soclales,eso es, en el espado histOrico de los desplazamientos de lalegitimidad social q~~;conducen de la imposic!6n de Ia su-misi6n a 1 a b6.squeda del cansenso. Y desde ahl ya no resul-ta tan desconcertante descubrir que Ja constltucion hist6ricade 10 masivo mas que a 1adegradacion de la cultura por losmedios se halla Iigada allatgo y lento proceso de gestaclondel mercado, el Estado y la culture nacionales, ya los dlspo-sitivos que en ese proceso hicleron entrar a la memoria po-pular en cornpliddad con el imaginario de masa,

    I. El LARGO PROCESO DE ENCULTURACION

    1. Estado-Naci6n y los dispositivos de begemonfatOe deride arranca y sobrc que se apoyala represi6n de I(lscuH~ras popuJares en Ia Europa moderna? l,En funcion dc-'9 ue l!lter~ses y merced a que mecanismos se justif ies e ins-tltuclonaliza la desvaJ?rizaci6n y desintegracion de 10po-pular? Apen~s se comlenza a ternaftzar hist6ricamente escpr.o~eso, a deja! de ser vista desde"las generalidades econo-mtcrstas 0 culturalistas y reHgado al vasto proceso de tnms-formac!on polftica que con"I1eva, del siglo XVI al XI;, i i lformaclon del Estado moderno y su consolidacion definili-va en el, Estado-Nacion. La n ac io n como mercado no sercl~na rea.l.idadhasta el tiempo de ~laduraci6n del capitalismomd~s.tnal, perofue durante los siglas de desarrollo del mer-cantilismo cuando se.configura el E s ta Jo mod c rn n , aquel enel que Ia econorrua deja de ser "domestica''- y se con vierte eneconomfa politica, aque! que Ileva a cabo una prirnera uni-dad del mercado basada en la ident;ficaci6n de los interest 'sdel,Estad? con el "inte~elScomun" y cuyo Indlce slmbohcosera.la.un.ldad monetana . La fragmentacionin troducida ellel cnstiamsmo p~~1aReforma protestante va a justificar unas~erras de religion en las que el seniido d e la n ac io na l va aJugar un papel preponderante. De forma pionera la Iuchade los Patses Ba jos contra Felipe IT hara explfdto el con ten i-~o de 10 que ernpleza a Ilamarse "sentimiento nacional"; lostntereses de la burguesfa. integrando reivindicaciones dele~gu.a_y religion. Integracion que se materiaJiza en la deli-mitacion de~a ma ir iz t er r it or ia l cuyo verdadero alcance sehalla ta~to m a s que en la demarcation de las fronteras COIlel exterior en la centralizadoll "interior" del poder politico.1 P.Villar "Reflexions sur les fondemenlS des structu res na llonales" ellLnPcllsac, N o. 2 17 -2 1 B , 198 '1.

    ( 1 15 J

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    Centralizacion politica y unificacion culturalDos son los dispositivos basicos sobre los que fundona lacentralizacion'', De una parte la i l l tegracion horizontal. EIEs-tado que se gesta muestra progresivamente su incompati.-bilidad con una sociedad pOl 'isegmetztnria como aquella queconform an las culturas populares regionales, locales; esto es,una sodedad. organlzada sobre un sistema compuesto demultiplicidad de grupos y subgrupos -clase, linajes, cotpo-raciones, fraternidades, grupos de edad, etc.- y cuyas re1a-clones y equilibria internes estan regidos por complejosrituales y sistemas de normas. Los fueros y particularldadesregionales, en que se expresan las diferendas culturales, seconvierten en obstaculos ala unidad nadonal que sustentaal poder estatal. De' otra parte, la i / ft eg r a ci 6 fl v e rt ic a l: la lrn-plantaci6n de unas relaciones sociales nuevas mediante lascuales cada sujeto es desligado de la solidaridad grupal yreligado a la autoridad central Desligamiento que al rom-per la sujeci6n al grupo "liberaba" a cada individuo convir-tiendolo en mano de obra libre, esto es, disponible para elmercado laboral . La Iglesia habia cumplido a este respectouna labor pionera al proclamar una fe que integraba elIndi-vidualismo --enla doctrina dellibre arbitrio- con una sumisi6nciega a la jerarqufa, concepci6n que minaba ya las solidari-dades tradicionales ert que estaba basada la cultura popular,las solidaridades de clan, de familia, etcetera; "todas las vie-[as relaciones eran susdttiidas por una relacion vertical, laque une a cada cristiano a'la dlvinidad por intermedio de lajerarquia eclesiastica'", Y frente ala compleja red de asocia-ciones de que estaba teJida la vida de los individuos, a lasque estaba sujeio , y de las que recibia seguridad, se alzara enadelante el Estado y la ley del soberano como una institu-ci6n-provldencia que garantiza la seguridad de todos. ElEs-tado sera ya el unico aparato [undico de Ja cohesion social.

    2 R.Muchembled, Cu lt u re p o p u la i re et c u ltu r e d es e li te s, pp. 255 ~S.3 lbidelll, p. 25 8

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    MATRICES HISTORICAS DE; LA MASSMEOIACION

    ~se ~stado h~lIara SU plenitud en el Estado-Naci6n queractonellzan J05 ilustrados y su "realizadon" a partir d IR I ., fr ea.eva .ucIOn. ancesa. Para los ilustrados Nadon signifiea aun n~lsmo t:i~mpo la soberania del Estado y la unidad eco-n61~llCa . SOCI~. Esla idea de "patria" c8rgandose de sen lidosoc~aIal m1.pliea~la predominancia deJ bien publico sabrelos intereses particulares y la aboltcion de los privilegios. Lasoberania dice la "voluntad general" de los dudadanos encar-nada en el poder del Estado. Pero el Estado afirma su unidadparad6jicamente en el momento historico en que emergenlas cJa~es.en luella. La soberanfa enLonces mas que la muerredel pnnoperesultara en realidad su desplazamtsnm '~I S05-ten~r ala soberania como principio de Estado, lo s revolucio-narros p.erpetuaban al'prfncipe', es decir, sl modeto estatnl[:..[, At sltuar a la Nadon en primer plano de la esceua polr-tica los revoJuciortarios desplazaban al monarca. Perc enesta amplia transformadon no se ha buscado sino una cosa:ocupar el Iugar del rey'". La paradoja halls su mejor expre-sian en el mOvirni~JH~ por el que Ia Nadon 81 d ar c u er po alpu~bl0 acaba sushtuye1!dolo. Del plural de los pueblos a laurudad del pueblo convertido en Nadon, e il l tegrado desde~,centraUdad del poder estatal, se pone en marchs lainver~sion de sen~do que hara mru,ifiesta la eultura Uamada po-pular en eI siglo XIX. Ycuando Ia cullura de rnasa se presentscomo cultura popular no hara sino continua- la suslitucionque en el plano politico hizo del pueblo la Nadon Sustrtu-don .qu~ fue posible 5610mediante la disolucion del plura!que mstituyendo Ja integration realizaba 1 8 cenlralizaci6nestataJ. Lo que posibili ta el paso de In unidad dt' rnc rc ado ,)J~ unid.a~ polftica sera la integrad6n rulfura], La estabtllxa-cion misma de las fronteras con el exterior estaba liP'lld(1~ I"" ~ ot C cr { 'superacinn" de las barreras Intertores erigidas por las cos-tumbres y lo s fueros, Las diferencias culturales enlrababanla fibre cireuJaci6n de las I1WITnl1dns y n'JlI'('~;('IIIi1hilnP;lI iI

    4 C. M alrc t, en I l i sl or ia d e l as i dc o /0 8 l( 1S , V ul. II, pp . 4B Y 51 .11 7

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    el absolutismo una inadmlsible parcelacion del poder. A su-perar ambos obstaculos contrlbuira la construcd6n de unaculture nacionai. Y es Justo en ese momento en que las cultu-ras populares, locales, quedan sin pisa, en el memento enque se lesniega el derecho aexistir, euando los estudiosos selnteresan po r ellas, "La represi6n polltlca esta en el erigende la curiosidad cienl[fjGl [...]. Ha sido necesario que fueracensurada para que (1 3 cultura popular) fuera estudiada"s.Se inicia ahi, una constante hlstorica: es solo cuando a lospueblos se les impide hablar cuando los "estudiosos" se in-teresan pOl' su idioms. . .'La eficacia de la represi6n no proviene sin embargo dealgtin designio malvado. proviene y se produce desde unamultitud de mecanismos y procedimien tos disperses y a ve-ces tncluso contradictorios. Como en el analisls efeetuadopor Foucault", asi tambien la dastruccion de las cul~ras po-pulares arranca de la destrucd6n de su cuadro de VIda,peroopera desde el control de la sexualidad -desvalorizad6n delas imagenes del cuerpo, de la "topograffa corporal" investi-gada por Bajtin- hasta la lnoculacion de un sentimiento deculpabUldad, de inferioridad y de respeto mediante la uni-versallzacien del "prtnclplo de obcdtencla" que partiendode la autoridad paterna desemboca en la del soberano. Endos campas se hace espedalmente clam el sen tido que tomael proceso de encut tufaci6m t? ! de la transformaci6n del sen-ti dod el H e m pd 'q u e , abolfendo el de I de 10 , impone eI ii n ea leentrado sobre la produccl6n, y el de l a t ran s formad6n delsaber y sus modos de transmisi6n mediante 1 8 persecuci6.nde las brujas y el establedmlento de la escuela,

    5 M. de Certeau, La w ltt /r ea u p lu r ie /, p. 55.6 Nos referim05 en particular a los mecantsmos estudi(ldos en Vigilar ycasl igm', Mexic o , 1 976. .

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    MATRICES HISTORICAS DE LA MASSMEDIACION

    Rupturas en el sentido del tiempoR I tiernpo del cicl.oes un tiempocuyo eje es l< 'l en la riesl

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    separacion: la demarcaci6n nitida entre religi6n y produc-don ahara S I oponiendo fiesta y vida cotidiana como tiern-pas del ocio y del trabajo. S610 el capitalismo avanzado, elde la "sociedad del espectaculo" refuncionallzara la oposi-ci6n produciendo una nueva verdad para su negaci6n.EIdesplazamiento que sinia en Iap roducci6n el eje de Ianueva organizad6n de la temporalidad es un dispositivo delargo a1cance que hace su aparici6n, segun Le Goff, en elsiglo XIV. La aparicion del reloj posibilita la ull ificacion de lostiempos, y el"descubrimiento" por el mercader del valor deltiempo da origen a una nueva moral y una nueva piedad:"Perder el tiempo se convierte en pecado grave, en un es-candalo espirituaI. Sobre el modelo del dinero, a lmltaciendel mercader que se con vierte en un con table del tiem~ol sedesarrolla una moral calculadora y una piedad avara" . Deltiempo del mercader al del capitalismo industrial se censer-va la primacla lograda por el tiempo-medida y el tiempo-va-lor frente al tiempo-vivido, pero se produce un cambiaprofundo: eL tlempo valorado, a mejor la fuente del valor, yano es el de la c irculac i / in del dinero y las mercancfas, sino elde l~producc i611 , el del trabajo en cuanto tiempo irreversibley homogeneo. "Es a tiempo del trabajo, por vez prirnera li-berado del clclo, al que esta unida la existencia de la burgue-sfa. Pues la burguesla es la primera dase dominants para laque el trabajo es un valor [...] la que no reconoce mas valorque el que proviene de Iaexplotadon del trabajo'", Abstrac-to , e1 tiempo de la produccl6n desvaloriza sociahnente lostiempos de los sujetos-dndividuales 0colectivos-e instituyeun tlempo tinlco y homogeneo -eI de los objetos- fragmen-table mecanicamente, tiempo puro. E irreversible, pues seproduce como" tiempo general de la sodedad" y de la his to-ria, una his toria cuyo "seereto" esta en la dinamica de la acu-mulacionindefinida y cuya razon suprirne toda alteridad 0

    8 J , Le Goff, T i emp o , t ra lm j o y c uliu ra e ll el OcC i d en t e medi ev a l, p, 73.9 G. Debord, Ln S o c ie t e d u s p e c ta c le , p . 95.120

    MATRICES HlsrORICAS DE LA MASSMEf)IACION

    la torna anacr6nica. lC6mo capitalizar eJ tiempo de los in-dividuos, acumularlo en cada uno de ellos, en sus cuerpos,en sus fuerzas 0 sus capacidadzs y de una manera que sea'susceptibJe de ufilfzacion y control? 1rJ, He ahl la preguntnqu e i1umina 1a cara oculta de I tiem po-prod u cc i o n: su torna j- _se medida -en sus dos sentidos, el de medir y el de regular ,de control y discipHna de los cuerpos y las almas, Disciplinaen torno a la que se despliega la mfstica call que se sublirnal a e xpl ot ac i on que las nuevas condiciones de produrcionimpllcan: la mist ica de l i r aba jo , origlnada en "el sermon queorganiza el dispositivo moral sobre los principlos que orga-nlzan el dispositiv~ mecanlco"". La Integracion de las clasespopulares ala sociedad c apitalista es pruletarlzackin no s61 0en el sentido de la venla del trabajo, sino tambien en aquelotro que representa la interiorizadon de 11 '1disdplina y lamoral que "los nuevas tiempos" exigen.

    T T a ns fo rm ac io ne s e n lo s m o do s d el s ab erEl otro espacio dave de la ertculturacion fue 1a transform a-cion del saber y de los modos populares de su transmision.Con la persecucion de las brujas la nueva sociedad buscahoradar el nucleo duro desde el que resisten las viejas cul-turas. Hoycomenzamos a entenderlo: la bruja sintetiza paraIos clerigos y los jueces dviles, para los hombres ricos y loscultos, el nf undo que es neeesario abol iI: Porqu e es u 11mund (ldescentrado, horizontal y arnbivalente'I que entra en e011-flicto radicaJ con Ia nueva imagen del mundo que dlsefiala razdn: vertical, uniforme y centralizado. El Silbermtigico-astrologtco, medicinal 0 psicologico- permea pOl' en tern I"10 M, Foucault, op , cit., p. 161.11 A Ure, Philosophy of Mat1ufl1rtUf'( 'S, Un'i, ell. I ' I ) ! " TllIIIHI'SIHI,12 Dos obras que indagan laespedficidad dt' l '! .; (' " munrln": It Mruul 1 ' 1111 ,

    Mag is tm ts e t sorcieres e ll France 1 1 1 1XVII s i e c i e , Pads , 19 { ,H ; J , C i tr o Ha ro ji l.La bru jns Y SII mundo, Madrid, 1968.121

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    concepcion popular del mundo. No es una mera actividado un sentimiento, es "una derta caudad de la vida y Lamuer-te", un ir na gi na ri o c o rp o ra l que privilegia las "zonas mas ba -[as", a la vez como lugar del goce y d.e los signos. de lostabues. Un saber poseJdoy transmitido casi exclusivamentepOI mujeres, mas del setenta por ciento de los ~c~sados~ tor-turados y ajusticiados p o r brujerfa fueron mujeres. Esta porestudiarse, sin prejuicios que mezclan machismo con raclo-nalismo, el papel que las rnujeres han desempenado en 1atransmision de La memoria popular, su o bstin ad o re ch azodurante siglos de lareligion y [ a cu l tu r a of ic i a les , Bran muje reslas que presidian las veladas, esas reuniones de las comuni-dades aldeanas al caer 1a tarde, en las que se conservaronalgunos modos tradicionales de transmlslen cultural. Vela-das en las que junto al relato de cuentos de miedo y debandidos se hace 1a cr6nica de los sucesos de las aldeas, setransmite una moraJ en proverbios y se comparten recetasmedicinaJes que recogen un saber sobre las plantas y el cielo delos a str os , L a bruJa representa, junto can los levantamientos,segun Michelet", uno de los dos modos de expresi6n fun-darnentales de la conciencia popular.En el minado de esa conciencia la escueJa va a jugar unrol preponderante. La escuela no puede cumplir su oficio,esto es , introducir a los menares en los dispositivos previosa Laentra.da en 1avida productiva. sin desactivar los modosde persistencia de 1aconciencia popular. Por eso la escuelafuncionara sabre dos priricipios: la ensenanza como llenadode recipientes uacios y hfiiiotalizaci6n como arrancado delos vicios. El aprendizaje de la nueva socialidad empieza porla sustitucion de la nociva Influencia de los padres -sobretodo de la maclre- en la conservation y transmisi6n de lassupersticiones. Y pasa sabre todo por el cambia en los rno-dos de transrnlsion del saber. Antes se aprendia par l a i rn i-tacion de gestos y a tr av es de hnciadones rltuales: la nueva

    13 A. Michelet, La S 0 1 ' c i c I ' C , Pares, 1':166.122

    MATRICES HIsr6RICAS DE LA MASSMEDIACI6N

    pedagogfa neutral izard el aprendizaje al intelectualizarlo, alconvertirlo en una transmlsion desafectada de saberes sepa-rados los unos de los otros y de las practtcas". Y desde aqut,aun mas que desde los juicios y las tortures de las brujas,sen~desde donde comenzara a difundirse entre las clase po-pulares la desvalorizaclon y el menosprecio de su cultura,que en adelante pasara a significar unlcamente 1 0 atrasadoy 10 uulgar. Y esto no represents ningun utopista alegato"contra laescuela", sino el sefialamiento del punto de arran-que en la difusi6n de.un sentimiento de verguenza entre la sc1ases populares hacia su mundo cultural, sentimiento queacabani s iendo la culpabilidad y menosprecio de s f m i sm a sen la medida en que se sien ten irrernedlablernente atrapa-da.s par la in-cultura.Perc e J sentlmien (0 de in-cu Itu r a se prod uc e h tstorica-mente s610 cuando la sociedad "acepta" el mito de una cul-tura universal. Que es a la vez el presupues to y I a a p ue s lahegemonica de l a burguesl a , eS(1 clase pOI" vc z pri rnera uni-versal, segun Marx. "La idea misma de cultura surge comotentative de unificar los argumentos de Ie zitirnacion del po -der burgues sabre elsentido" IS. 0 dicho de otra manera, COilla idea de cultura la burgues ta designa, nombra, la unifica-cion d e l s en ti do que e lla " re al iz e" a l u n iv er sa li za r el senlidoque reduce todas las d ife re nc ias a su equ ivall' n I e genertll: ('1valor. La razon.mftlca de una c ultura universal [orrna partedel imaginario que produce la burguesfa y desde el que 51 :mira y se comprende a sf misrna", Mucho antes de que Inantropologia se hiciera disciplina cientffica, Ia burgut'siilpuso en marcha la "operacion antropo16gica" mediante Incual su mundo se convirti6 en el rnundo y 51 1 cullura en I"cultura. E s esa wlificaci6n del sentido 10 qu e los ant ropolo-gos racional izan en la coucepckin-madrc d t' II I nn t rupe 1 1 0 1~i:l,[ 4 M . F ou ca ult, o p . c i t, p. 163 .r 5 M uniz Sodre , A o e rd ad e s ed u zi da , p. 32 _16 Un anallsis de la formacion de ese lmaginario en C. Castoriadis, 1 1

    ; llsti tuC(lO i m ng in a ti a d n saciednde, Rio de [anelro, 1982.123

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    que es Laeooluc ionis ia , y segUn Ia cual cuaJquier di fe renc ia cul-turaJ no es, no puede ser mas que airaso . Y 10 atrasado nopuede dejar de serlo sino evoludonando hacia la rnodernl-dad que 1 8 burguesia occidental encarna.La idea de cultura va a permitirle a la burguesfa escindirla histone y las practices sociales -moderno/atrasado, no-ble/vulgar- y al misrno tiempo reconciliar las diferencias, in-cluidas las de clase, en el credo liberal y progresista de u nas ola c u liu ra p ar a io do s. Durante el slglo XIX , constata Hobs-bawm 17, la burguesfa hace la simbiosis de 10 noble y 10 po-pular y no 5610 concilia las clases en su cultura, tarnbien losfines y los medics en Ia unidad de una sola raz6n que inte-gra cultura y tecnologfa: raz6n instrumental que sin embargono podra desvincularse de su estar constituida desde la nega-ci6n y la exclusion de cualquier otra matriz cultural no inte-grable en la dominante. Este caracter de dominad6n, estoes, de escisi6n entre progreso y Iiberad6n, 10 percibieron lasclases populares mucho antes de que fuera convertido endiscurso politico, 1 0 percibleron y 1 0 enfrentaron a su mane-ra en los movimientos con que resistieron la enculturaci6n.

    2. Cultura poHtica de Ia resistencia popularEs necesario mirar tamblen el proceso desde el otro lado.Porque e1 proceso de enculturaci6n no reve1a en uldmas susentido mas que en Laexperiencia de los dominados, en lamanera como las clases populares la resintieron y Laresistie-ron. A los historladores sinembargo, hasta hace bien poco,parecerfa que 1 0 unico que les interes6 de esa experiencia es10 que ella tertia de reacc ion , de oposici6n a1progreso. Peroen fa reaed6n habfa algo mas, habfa una lucha contra lasnuevas formas de explotaci6n. LO es que no fue acaso ennombre del progreso como se justificaron jornadas de 16. .,17 E]. Hobsbawm, "Las clases obreras Inglesas y la cul ture", en Niue le sd e wit 11 m y g r u p o s socinles, pp. 197 a '1 fJ 7 . .

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    MATRICES HISTORICAS DE LA MASSMEDIACION

    horas, el trabajo "en cadena" y los salaries de hambre? lPorque no iban a mezclar entonces las dases trabajadoras 1 0uno y 10 otro? Nos gueda fad) hoy separar las dos cosas. Yarmadas de una 16gica -hegeliana quiza- cargarJe a la"allenada condenda" de las masas populates Ia culpa de no~aber .sabido distinguir y apreciar el progreso que el capita-~mo Industrial representaba frente a la opresi6n feudal. Ysin embargo es en su reaccion, rnezclado a ella en su tercoaferrarse a su cultura, donde puede leerse el sentido politicode su resistenda. Lo que el eapitalismo destruia era no 5610un modo de trabajar, sino su modo entero de vivir. Un capi-talismo que identiIica y reduce la vida a Ia produccidn, in-duciendo a sus critieos a identificar y reducir a eso It!polftica. De ah f que para no reducir Ia resistencla a reacciounecesitemos escapar a esa logica Jeyendo 1 0 cultura en clavepolftica y la polHica en dave de cultura.

    L a d im e ns io n p o ltti Cf l d e 1" ecomnniaSe ha denominado "preindustriaJ" al pertodo de ceres decien anos -de medlados del slglo XVII I a medlados del X IXpara Inglaterra yFrancia- "durante el cualIa sociedad se vaadaptando a los camblos producidos par unaindustrializa-d6n a cuyo termino la sociedad queda tran sforrn ada ra di-cabnente=". Durante ese perfodo las clases popu la re s van aser sujeto activo de movimientos casi permanentes de resis-tenda y de projesta, Mirados d e sd e [ u e ra esos movimientos,"motines de subsistencia" 0 turbas (the mob), se. reducen aIuchas por 105precios del pan, y se caracterizan poria acclondirecta -Incendios, destrucci6n de casas y de maquinas, irn-posicion de control sobre los preclos- y la esponiane idad, estoes, por Iafalta de organizaci6n y la consiguiente transfo rrna- .cion de Ia protesta en revuelta can atentados a lapropiedad.Pero un acercamiento a los motivos y los objelivos de esos

    18 C. Rude, Protesia pop"lnl ' Y Tcvo/l lc irJIII ' II 1 '/ s~r,;I(IX VIII, ". 17.125

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    DE LOS MEDIOS A LAS MEDIACIONES

    movjmiculos nos descubrc 110 H610l n parc la l ldad de csa vi-sion, sino su falacla, ya que no ve en la protesta popular masque 10que ella tlene de r es pu es ia .a es tfln ulo s e c( mo mic os .. .Durante mucho tiempo historiadores de derecha y de LZ~quierda hall comcidldoen esa concepcion, de la que no esposible escapar niideal:izando las ma~a.sen "~uebloll nides-cribiendo detalladamente Ia composic16n SOCial de la turba,descripcicn con la que se busca superar los prejuic.ios co~que la derecha carga Sll vision del populacho.Es en mves~wgaciones comb las de Eric J . Hobsbawm 19 y AIber.tSoboul ,y mas daramente todavfa en las de Edwar~ Plhompso~,donde se hace presente un verdadero cambio de perspectlwva. Ia asuncion de la dimension politica que atraviesa y 50S-tiene los movirnientos de protesta articulandoformas delucha y cultura popular. . .EIcambro pasaen primer Jugar por Ia superacron de una"visi6nespasm6dica" de la historia que reduce la prot~stapopular a los motines, esto es, a irrupciones eompulsivascuya explicaci6n se.haUarfa enter~ ~l.llas malas cosechas_ren "la reacd6n instintiva de la virilidad ante el hambre .Pero los motines son s610la parte visible del iceberg; el ver-dadero alcance y el sentido de los tnovimientos se hallanmas aba]o: en el ~.tropeH() permanenle Y , r , lagrf ln te . .que ]aeconomia de mercado realiza sabre 1 0 que Ihom pson,lIamala "economla moral d i j ! J . a plebe". En su llberlad de rnercadula nueva economla produce des-moral izac ioH de la econo-mla tradiclonal, esa q u e ' s ~ .~xpresaba en el."ado de, fi jar elpredo" que, mas que el saqtt;~o a el incendio, const i tu~e .laacd6n central del motin Y la conecta con las formas de leSIS-tencia, de lucha cotidiana implicita, "informal" de la plebe.Las clasespopulares tertian la convicd6n de que, sabre tcdo

    1 9 E.J . Hobsbawm. Rehc/tif!S 1' l"imi l ivGs, Barcelona, !9-:4; y del m lsmo au-tor, Tmblljlldores. Esludios s ab re l a histor;1I del mov.rmwll t.o obrero. Barcelo-na,1979.20 A. Soboul , Les Smrscculul les . MortuemclI/ populaireel govemenuwI r'evolll-t i r n l l l i l " r ! , . P ar is , 1 96 8.

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    MATRICES HISTORtCAS DE LA MASSMEDIACION

    C11 epoca S d e eSCfI.'lCZ, lo s prccios d ('bl;lII S('' ' I"lgIIlmlOS pll rmutuo acuerdo. Y esa conviccion materializaba coslumbrestra dic io na le s, d ere ch os y practlcas leglthnadas en 1

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    DE LOS MEDIOS II . LAS MEDIACIONES

    Elverdadero conAicto que traduda elmotln no se situabaentre una muchedumbre harnbrienta y unos acaparadoresde trigo, nl la lucha se agota en casligar a los propietariosque abusaban. El verdadero conflicto era entre los modospopulares de vida y la 16gica emergen te d~l capital. De ,amque 1alucha llegara hasta el terreno explfcito de 10 politico:contra el reforzamiento progresivo del Estado, contra lacentralizaci6n que destruia 1105 fueros y las formas locales dehacer justicia. Soboul afirrna explicitamente: "los antagonis-mas sociales se cargaban asimismo de oposiciones pollticas,Elmovimiento popular tendia ala descentralizaci6n y la au-tonomia local: tendencia profunda que venia de lejos"22. ysi esa era la experiencla desde la que vivfa la gente su rela-cion can 1anueva economla poco sentido t iene discutir 50-bre el mejoramlentc 0 empeoramiento del "nivel de vida"en el perfodo preindustrial, pues como dice Thompson, "seda elcaso de que las estadisticas y las experiencias humanasllevan direcciones opuestas. Un incremento per capita" defactores cuantitalivos puede darse al mlsmo tiempo que ungran trastorno cualitativo en elmodo de vida del pueblo en susistema de relaciones tradidonales y en las sanciones socia-les,,23.Ah1,en la exlgencia de reivindicaci6n por la traici6nque se les infligfa, en Ia "certeza de un agravio intolerable",se halla el sentido politico de los movimientos populares.. .

    L a d im e ns iO n 's im bo li ca d e la s lu c h asLas formas de lucha popillar durante el pedodo preindus-trial se caraderizan, segun 10 5 historiadores, por Ia ausendade organizaci6n y proyecci6n'polftica. A este respecto, comoanteriormente, es necesario comenzar por descubrir el pre-juicio que lleva a confundlr y tachar como inmediatismoalga que constitu ye un rasgo dave de la cultura popular: la'2 2 A. Soboul, c p . ci t . , p" 15.23 KP. Thompson, o p. c it , p. 39.

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    MATRICES HIST6RICIIS DE LII. MIISSMF..nII\Cl l~N

    escasa posibllidad que los pobres tienen de planiflcar elfu-turo, y merced a 10 cual esas dases desarrollan un peculiarsentido de desciframiento de las ocasiones, Se trata de esa16gica de la acci6n que Certeau ha Hamado la l6 gic a d e In c o-YUlltura, dependiente del tiempo y articulada sabre las cir-cunstancias, un "saber dar elgolpe" que es un arte del debil,del oprimido". 'EIsentido de las formas de organizaci6n y de lucha en los

    movimientos populates esta siendo replanteado radical-mente en la actualidad a partir de los estudios sabre los mo-vimientos anarquistas del slglo X IX . Durante mucho tiempoesos movimientos se vieran confundldos can los milenaris-tas y reducldos a "hambre mas rellgion". Pero ya se comien-za a valorar la profunda inserci6n de los anarquistas en losmodos de vida y expresi6n de la cultura popular, dejandosin piso la manida argumentad6n con Ia que se pretendiaexpUcar esos movimlentos por una "furia irracional contrafuerzas desconocidas" 0par lamera transferencia de laleal-tad y lafe en laIglesia hada ideologfas revoluclona rias25 Elltodas las argumentaciones de ese tipo se subestima 1 1 1 claracomprensl6n que el movimientn anarqulsta tenfa del orlgcusodal de la opresi6n; se desconoce 0se oculta que las formasde lucha de los movimientos libertarios se desarrollaron engran medida a partir de tradieiones organ iZAIi v 1 . ' 1 de honc f DSrakes entre los campeslnos y los artesanos, y .'Iemenospre-cia Ia asuncion explicita que los anarquistas hacian de lasform as y modos populares de comunlcaciorr".Mas que irradonalidad, 10 que los anarquistas movillzanes una Iarga experieneia de resistenda popular, como 1 0 de-muestra la forma en que se escogtan los tiernpos para lanzar24 M.de Certeau, L 'i tl ve nti an d u o u oti di en , A rts d e faile, pp. '86Y87.25 Son las tesls de Dlez de l Moral, H ls io ri d e 1 1 1 5 agi facio l1es campes inas

    andoluzas. Madrid, 1929, y de G. Brena.n, EI Illbcrillio e 5 / l I I i I O / , Paris,1962. I26 Vease en la primera parte del capJtulo dedicado al modo como los

    movimientos anarquistas asumen la cultura popular.129

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    DE LOS MEDIOS A LAS MEDIACIONES

    sus "huelgas generales": cuando las buenas cosechas y el au-mente de la demanda produdan una escasez de mana deobra. 0 la forma en que esos movimientos fueron modifi-cando su estrategi.a a medida que el desarrollo del capitalis-rna transformaba las re1aciones sociales. Lo parad6jico esque para no pocos htstoriadores, incluso de izquierda, iseala solidaridad. el [uerie seniido cOlnu"flitario del movirnientolibertario, 10 que esenarbolado como prueba de su irracio-nalidadllDe d6nde sacaron los anarquistas su estrategia de1ahuelga general, en la que eran implicados las mujeres, losmenores, los ancianos, sino del sentido popular de la solida-ridad? Y de esa misma cultura aprendieron una e s p o 1 1 1 a n e i -dad que se halla menos cerca del espontaneismo que de ladefense de autonomta por parte de la coJectividad local, yque es ante todo rechazo de la coerci6n, de Ia IIdisdplinaadministrativa" en la que los libertarios del siglo X IX ollanya certeramente su profunda vinculaci6n con las estrategiasproductivistas del capitalismo.Articuladas a esa otra 16gicaaparecen las formas popula-res de pro ie s ia simb61ica. Tanto en el caso de los obreros ingle-ses en el siglo xvm como en el de los anarquistas espanolesdel siglo XIX , una vleja culture. conservadora en sus formas,va a dar albergue a contenidos libertarios, de resistencia yconfrontad6n. En ambos casos se recurre a invocar regula-clones paterna1istas 0 expresiones biblicas para legitimar loslevantamientos, los ataques a la propiedad 0 las huelgas."No tienen otro Isnguaje.para expresar una nueva conden-cia igualitaria"27 De la quema de brujas y de herejes las masastoman el simbolismo de quemar en efigie a sus enemigos.Las cartas an6nirnas de amenaza a los ricos se cargan con lafuerza magica del verso y la blasfemia. Las procesiones bu-fas son e1 contrateatro en que se ridlculizan y ultrajan lossfmbolos de la hcgemonla. He ahi una clave: puesto que lasc1asespopulares son rnuy sensibles a los sfmbolos de la he-27 T. Klaplan, Or fge l le s socin/es d el a na rq u is m n 1 !d o. l! ~z ,p. 232.

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    MATRICES HIST6AfGAS DE LA MASSMEDIAGION

    gel~l.onfa.'el campo de 1 0 simbolico, tanto 0 mas que I de la~cClon directa, se convlerte ell espacio precioso para inves-tigar las formas de la protesta popular. Y es que nl losmoU-nes ni las huelgas generales se agotan en " 1 . 0 econ6mico"pues estaban destinados a s imbo li zar po l i ti c ament e esto es ;d~safiar la seguridad hegem6nica mostrandole a I~dase d';-minante la fuerza de los pobres.El proceso de enculturad6n, que venia actuando desde~acfa ya mas de un siglo, no ha podido Impedir que en 1, 1

    tiempo. fuerte de la crisis social a p a r ej ad a pOI" la in sta u ra ci (' 1 1 Idel ca~j~a1ismo ind ustrial las closes populares St ' n'f(JIIIIZI"IIIIen la vieja cultura, aim espado vital de su identidad, ala V{'Zsu memoria y el anna con que oponerse a su destrucclou hproletariz~ci6n. Desde rnediados del si~~loX V I I I I" cllllt;I';)~opular vrve una ~venl~ra singular: amenazada de desapa-noon vaa ser al mismo tiempo tradlclonal y rebelde. Miradndesde ~a:acionalidad ilustrada esa cultura aparece confor-mada urucamente por mites y prejuicios, Ignorancia Y superstidon. Yes indudable que contenfa mucho de esc, Perul~ q~~ d~sde :sa racionalidad no se podia entender es I"significacion hist6rica de que estaban cargados algunos delos componentes de esa misma cultura: desde la obstinadaexi?encia de fijar "cara a cara" los precios de1trigo, a las pro-cesiones bufas y las canciones obscenas y los relates de te-rror. iQue mayor desafio ala mentalidad ilustrada que el deesos relates de ter~or de los quese alimentan las clases po-p~lares en pleno siglo de las luces! Pero qulza resulte toda-VIamas escandaloso afirmar sin nostalgias papulistas queen esa cultura de la taberna y los rnmanceros.de los espec-taculos de feria y la literatura de cordel, seconserv6 un estilode vida en.el que eran valores Iaespontaneidad y la lealtad,Ia ~~sconfianza .haci~ ~as.grand:-s palabras de la moral y lapolitica, una actitud iroruca hada la l ey y UDacapacidad degoce que ni los ch~rigos,nl los patronos pudiernn nmordazatQue no era solamenle una cultura ImriirioJlrt/, cs lh'L"il~

    cO!1servadora, 1 0 prueba 1acapacidad de esa cullura pararemterpretar los acontecimientos y las normas convirtien-

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    IIII. DEL FOLKLORE A La POPULAR

    d I atriz de una nueva concienda politica, la queose en am faorienta a los pioneros de las luchas obreras y se expresaror ejem 1 0 en la "p.rensa radical" Inglesa y la caricatura po~frtica de SglO XIX espanol. Estudiando lo s procesos cultu~a-les de los inicios de nuestro siglo R . Hoggart re~o~oce B ' t : 'las huellas de esa cultura que "a 10 largo del sig 0 XIX aermitido a los trabajadores Ingleses pasar del modo de~ida rural al urbano sin convertirse en un lumpenproleta-. d fO, ,28ria oamor .

    EI proceso de enculturaci6n no fue en ningUn momento unproceso de pura represi6n. Yadesde el.siglo xvn vemos po-nerse en marcha una producci6n de culture cuyo desHnata-rio son las clases populares. A traves de una "industria" derelates e imageries se va a itconfigurando una producd6ncultural que a Ia vez media entre y separa las clases. Pues laconstrucci6n de lahegemonfa implicaba que elpueblo fuerateniendo acceso a los lenguajes en que aquella se articula,Pero nombrando a t mismo tiempo Ladiferencia, y la distan-cia entre 10 noble y 10 vulgar primero, entre 10 culto y 10popular mas tarde. No hay hegemonia -ni contrahegemo-nia- sin drculaci6n cultural. No es posible un desde arribaque no implique algun modo de asunci6n de 1 0 de abajo.Vamos a examinar una producci6n cultural que siendo des-tinada al vulgo, al pueblo, no es sin embargo pura ideologia,ya que no 56]0 Ie abre a las clases populares el acceso a laeultura hegem6nica, sino que les da a eSBSdases la posi-bilidad de hacer comunicable su memoria y su experienda.Cierto que no podemos dejarnos engafiat por el lexico, puesla sintaxls de esa cultura ya no es la pupular, pe ru es el pro-pio aseo y el despredo de las clases altas hacia ella 10que nosasegura que alli no hay 5610 imposici6n y manipulaci6n:para decirse culturalmente, 1a clase hegemonlce no tuvomas remedlo que nombrar ala otra y su cultura.

    I"

    '1.

    1.Una literatura entre 10 ora] y lo escritoHay una l iteraiura que, ausente par complete de las biblio-tecas y las librerfas de su tiempo, fue sin embargo la que lehizo poslble a la s clases populares el transite de 10 oral a 10escrito, yen la que se produce la transformaci6n de 100]-cl6rico en popular. Me refiero a la que se ha Hamada en Es-

    [133J28 R . Hogga r t ,op . cii., p . 3 3 0 .

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    pafia literatura d e c o rd e l y en Francia de c o l por ta~e . Uteraturasque inauguran una relaci6n otra can el lenguaje: lade aque-llos que sin saber apenas escribir saben no obstante leer. Es-critu ra par tanto parad6jica, escritura can estructura oral. Yella no 5610 par el verso en que esta escrita buena parte deella, pues transcribe canciones y roman.ces,. coplas y re~a-nes, sino porque esta socio16gicamente destm,ada a ser leidae n v oz a lta, colectivamente. Pero escritura al fin, y por tantodispositive de narmalizaci6n y formali~aci6n, me~jo '!tee-nologia, racionalidad productiva y tt~cnicade fabncaaon.Aunque se originan y desarrollan simult~neame.nte, las

    literaturas de ccrdel. y colportage presentan dHerenclas p~e-ciosas que permiten prohtndizar el analisis ~e las contradlC-clones que dinamizan los modos de pres~ncm de lo_popuJaren ellas. Digamos ya de entrada que rnientras la literaturade colportage esta predominantemente dir~gid~ a Lapo~la-cion campesina, como 10 atestiguan sus circuitos d.e d~u-sion la de cordel es plenamente urbana. La denommaa6nmisrna de esta literatura como vulgar esta Indlcando, segununo de sus estudiosos, su diferencia con 10 popular-campe-sino. Pues mientras esto ultimo es ya sirtonlmc en el sigloxvu de "10cercano ala naturaleza", vulgo es "1 0 que semue-ve en la dudad"2~, vulgar es 10 plebeyo y caUejero, 10 desvla-do y 10 contaminado.

    Lo q~~o ne e l m e rc ad oNo s e como se consienteque mil inventadas cosaspor ignorantes se vendanpot los degos que las toman. ,Alll se euentan milagras,martlrios, muertes, deshonrasque no han pasado en el mundoy a1fin se vende y se compra.

    29 M.C. Garda de Enterrfa, Sociednd Yl JO e sf a d e c o rd el e n e l B ar ra c o, p. 180.134

    MATRICES HISTORICAS DE LA MASSMEDII\CI6N

    Asi ve Lope de Vega la literatura de cordel a traves de unpersonaje de su comedia SaHtiago e l Verde. , Pero no es 5610atraves de personajes, en un memorial dirigido al rey endefensa de sus derechos de autor", Lope nos ofreee unapredosa y precisa caracterizacion de las "coplas de ciego"o "pllegos de cordel". De quienes eran SLIS cornpositores yvendedores: "Hombres que inquietan a1vulgo, fastidlan ala nobleza, deslustran la policfa (pregonando) por las callesRelaciones, Coplas y otros generos de versos; mulatos y va-gabundos que van por las calles a~borotando a la s genLescan voces altas y descornpuestas, dJciendo en prosa lasurnade lo que contienen sus versos". Cuales eran sus generos ysus tematicas: "Los sucesos que buscan , :111sragedias quefabrlcan, las fabulas que lnventan de hombres que en lasdudades de Espana fuerzan a sus hijas, rnatan a sus mad res,hablan can eJdemonio, ruegan la Ie, dicen blasfemias. Y otrasveces fingen milagros e imprimen satires contra las ciuda-des y las personas que sepueden canocer por t lt ul os , o fl ci osy sucesos". Y nos informa tamblen acerca de 1 0 que mas leduele: "La malicia de estes hombres (se atreve) COil las honrasy opinlones de los que escriben y con los nombres de pinto-res excelentes quieren vender sus atrevidas falsedades e ig -norancias [.. .)La libertad con que a los Oj05 de los que nuncavieron tales papelesimprimen y pregomm que aqueUo locompuso Ledesma, Lifian, Medlnilla, Lope y otras persona sconocidas" .Elcuadro trazado no tiene desperdicio. En el se expresa no5610la "condencia de autor" frente a una Jiteratura que minay parodia -Ie roba e1 nombre, resume y deforrna el texto,

    rnezda los generos- , sino la reacd6n de un hombre que t u votambien clara conciencia de Iabrlcante, que sabfa que al en-trar en el circuito del "consume" laescritura de cornedias Sf:'esterotipaba. Y 10 sabfa hasta el pun to de escribir El artcnuevo d e h ac e r c o me di as pam esie i ie inpo. Por eso l 1 p a r t cen ( , 1 1 1

    30 Memorial recogido en el libro de Garda de Enterria ya citado, pp. R6a !W.135

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    claramente indlcados el circuito y los procedimielltos: laconfusi6n entre el anorumato de qulen edita-escribe y suatribucion a nombres famosos; la ree scr i tura como clave deesos textos, su venta callejera, el r e s umen que de su conte-nido hace el preg6n, le mezcolanza de suceso y tragedia, defabula y milagro, de satira y blasfemia. Y de_q~e p~r a I : { pa-saba algo mas que la "imagen" de vulgo en el unagman~ delos nobles es buena prueba los "efectos" que Lope le atI1b~-ye: inquieta al vulgo, fastidla ala. nobleza, deslustra Jap,ob-cIa(que en ese tiernpo signUka la polltlca y el orden social).Las denominacianes son tambien un buen punta de acce-so . Pliego indlca el Ifmedio": una simple hoja de papel pleg~dados veces, 0varias hojas plegadas formando un cuadernill~1irnpreso ados 0 tres columnas. Cordel sefiala el.rnodo de di-fusi6n, pues los pliegos se exhibfan y vendian colgados deun cordel en la plaza. Copla 0 romance d e c ie g o, porque el esquien los pregona 0 canta, y andando el tiempo quien loscompane -con ayuda de "oficiales" que recogen los sucesosque el ciego selecciona y los escriben siguiendo pa~tas quee l elabora-, los edila y los vende. Mereceria un estud 10apar-tela figura del ciego y sus oficios en elmundo de 10~opular,desde la mftica ceguera de los rapsodas hasta la ptcarescadel barroco espafiol, su especia1izada relacion con eIcanto yla expresi6n verbal. E 1 predo de los pliegos es minima p .e Tooseila en funcion de Una compleja red de ventas y una ptca-resca del negodo que aearrea pleitos entre los lmpresores yla hermandad de degas.'Ienemos asi un medio que, a diferencia deillbro y s_eme-j an za d el p er uid u , sale a buscar sus lectores a la calle. Y qu.epresenta una heehura en la que el tiiulo es reclamo y m~tl-vadon, publlddad; al titulo sigue un . r e s umen que proporClo-na allector las claves del argumento 0 las utilidades que lepresta, y un grabado que explota ya la "ma~all de la imagen.Tenemos un mercado que fundona con el Juego de la ofertay la demand a hasta tal punto que los titulos y resumenesacaban estereotipandose hasta la f6rmula que mejor lograexpresar cada genero. Una evoluci6n que muestra el paso

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    MATRICES HISTOR1CAS DE LA MASSMEDIACION

    de una e mp r es s d e m eta d if us i6 n -de romances, vlllancicos ycanciones- a otra de compo s i c um de relaciones (notidas) delos sucesos y de almanaques, Evoluci6n que acompana Jagestaci6n del divorcio del gusto que desde finales del sigloXVII se ahonda abaratando la lmpresidn de los textos y gra-bados y exacerbando el tremendismo sertsacionalista'".Pero no 5610esmedio; el pliego de cordel es mediacion. POI'sulenguaje, que no es alto nibajo, sino larevoltura de los dos.Revoltura de lenguajes y religiosidades, En eso es que resideIa blasfemia. Estamos ante oira litem/lim que se m ueve entrela vulgarizacion de 1 0 que viene de arriba y su fund6n devalvula de escape a una represi6n que estalla en t rernendis-rna y burla, Que en lugar de innovar estereotlpa, pero en laque esa mlsma estereotlpla del lengua]e a de los argumell-tos no viene s610de las imposlclones qUE' acarrea III corner-cializaci6n y adaptaci6n del gusto a unos forrnatos, sino tieldisposiLivo de la repetici6n y los modos de J narrar popular.En Francia,Ia literatura de colportage a buhonera muestra

    todavfa mas a las claras la estructura industrial de produc-ci6n y difusi61,32.A comienzos del siglo XVTIuna familia de llbreros-edito-

    res, los Oudot, comienzan a publicar en laciudad de 'Iroyesunos folJetos impresos en el papeJ mas basto y granulosa,mal cosidos y recubiertos per una hoja de color azul quedarla el titulo a esa Iiteratura: la "Bibliotheque Bleu". Eledi-tor aproveeha los caracteres de las letras ya muy gastados ypone a lospropios tip6grafas y demas obreras de 1aimpren-

    31 Esa evolucion es estudiada par J . Marco, L ite ra tu ra p op ula r e n E sp "-11aen leesiglosXVlll y X IX , 2 Vols , M ad ri d, 1 97 7. V e as e t am b ie n d el r nl sm oaujor, N El pliego suelto" r: en R e vi st a d e O c cid (! I1 tc , No. 101-102, Mad r id ,1971.32 Segulmos aqui a R . Mandrou, D r! In c ult ur e P O Im l i n , I I I /X 17r. c I 18('.siecles. La Bib/iollre'lue Bleu:de 'no y c s , I 'a rt s, 1 9M; l ilmbi "1 1 C . 1 I 1) II eJ l ll ',L es A lm a" nc il s p o pll/ ai re s a ll xvrr e l X VlT f s;ecJes, P ar ts , 1 96 9, y de Iiirnlsma autora.La B ibJi oU reqr lc B le ll ~; 11 I1 i/ lem /rnc pO lm/ rl ir t: t:u P ra nc e d "l lXV 1 au XVI ' siec!t;S, P ar ts , 1 97 1.

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    ta a resumlr y reescribir romances, cuentos de hadas, vidasde santos, recetas medicas, calendarios, etcetera. Es decir, eleditor util iza a los trabajadores de la imprenta como media-dares para seleccionar tradiciones orales y adapiar text_osquevienen de la tradicion culta. Pero la organizaci6n "indus-trial" no acaba ahi. J unto a Laorganizaci6n de la eclici6nencon-tramos una r ed d e c o lp o rt eu r s, de buhoneros a vendedoresambulantes, que de feria en feria recorren los campos y Laspequefias villas clistribuyendo los folletos y retornando lilao dos veces por afio donde eLeditor para informarle de 10que se vende y 10 que no se vende, devolviendole 10 que nose vendi6 y orlentando asi la producd6n en fund6n de ladernanda, esto es, sirviendo de mediador entre la c1ientelay el empresarlo, Cuando a comienzos del siglo XIX , Ch. Nls-sard, en comisi6n por el gobierno, investigue esa Ilteratura,encontrara que mas de tres mil colporteurs recorren organi-zadamente el pals y difunden cerca de veinte millones defolletos por ano, "Ensu canasta 0 fardo, entre botones, agu-jas, gafas y medidnas milagrosas se pueden encontrar libri-to s que cuestan 1 0 2 soles."Sus escasas paginas son de un papel color gris sucio, demala calidad, que se bebe la tinta y esta cubierto de gara-batos. Sus letras escritas can caracteres gastados se distin-guen maf,33. Como los de cordel, tambien los folletos de la"Blbliotheque Bleu" va n a la busqueda de sus Jectoresmezcladosa las cosas elementales de la vida, voceados par mercaderesde feria que establecen, a su manera, el juego de predilec-clones y rechazos que configura la sensibllldad del nuevopublico lector. Y ello a partir de un "fondo" editorial en elque convergen relates -canciohes de gesta y libros de caba-llerta-, Iiteratura clerical y algunos textos provenientes de lacullura "clentifica". De los 450 tltulos que se han conserva-do, 120 son Ilbros de piedad, 80 son "novelas" 0 piezas de

    33 J . Loulsse, "La revolucion silendosa, La comunicaci6n del pobre" enDi6gel les , No. 113-114,Mexico, 1981, p. 78.

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    MATRICES HISTORICAS DE LA MASSMEOIA(;16N

    leatro,AO son Librosde historia y el resto Jibros "practices".ya sean de conodmientos 0 recetas, textos de ciencias exac-tas y ocultas, tables de aritmelica y calendarios meleorol6gicos: tam bien canciones, unas dedicadas al amor y otras a lasvirtudes del vine,Robert Mandrou completa BU examen lntroduciendo en

    el analisls del clrcuito el dispositlvo de m c e l , c i 6 1 1 : la oclada,lugar popular de la lectura, atestiguada por la lconograffa ylos regaftos de los predicadores, Aun en las aldeas mas remo-las hay alguien que sabe leer, y al anochecer, cuando vuel-yen las gentes de las faenas del campo', hombres y mujeres,chicos y grandes se rerinen junto al fuego a escuchar al qurlee en voz alta, mlentras las mu je re s r er ni en da n o lejen y loshombres Iimpian aperos de trabajo, Lectura colectiva, quepareciera desconodda poria mayorfa de los hlstorladores.para los que hablar de Iectores populates antes del siglo XIXseria un absurdo, pues s610una Infima mlnorla de la pobla-cion sabfaleer, es decir. .. ifirmar! Confusi6n entre Iectura yescritura que unida ala dificultad de concebir otro tipo delectura diferente a la del individuo encerrado con su libro,conform an los prejuicios "cultos' que han irnpedido prestaratencion a la lectura popu lar, a su exlstencia y sus peculiarida-des". Diceel ventero, en el capHuio 22de E l Quijote, hablandode la lectura de novelasde caballeria:"Porque cuando es el tiem-po de la siega se rec og en aquf en las fiestas rnuchos segadores,y siempre hay alguno que sabe leer, el cual coge uno de esteslibros en las manos y rodearnonos de el mas de treinta, y esta-mos le escuchando con tanto gusto que nos quita mil canas". Ysiglosdespues los Jabriegos anarqulstas de Andaluc fa corn-praban el peri6dko aun sin saber leer para qu~ alguien se10 leyera a su familia. Se trata de una "lecture oral" o auditi-

    3 4 A lgun os texto s e n que s e a firm a 1

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    va , muy distinta de La lectura sllenciosa de] letrado, tantocomo los modos de d ifuslon y adquisici6n de 10 que se lee.Porque leer para los habitantes de la.cultura oral esescuchar,peru esa escucha es sonora. Como In de 109 publicae popu-lares en el teatro y aun hoy en los cines de barrio, con susaplausos y silbidos, sus sollozos Ysus carcajadas, Lectura, enfin, en la que el ritmo no to marca el texto, sinoelgrupo, yenla que 10leido fundona no como punto de Uegada y de-rre del sentido, sino alcontrario, como punta de partida, dereconocim1ento y puesta en marcha de la memoria colecti-va, una memoria que acaba rehaciendo el texto en fund6ndel contexte, reescr ibiendolo al utilizarlo para hablar de 10 queel grupo vive, Todavfa esta por hacerse una historia social dela lectura que incorpore la historia de los modes de leer auna tipologfa de Losptiblicos lectores y de las mediacionesque han hecho posibleel paso de unos a otros. Pero el dis-posit ive de la lecture esta.ya mas dellado de 10 que pone elpueblo que de 1 0 que pone el mercado, 0 mejor, de 10 quehace suencuentro,

    L o .q ue p o ne e l p u e bloE I" o tr o lado" de la industria de relatos es el que nos da ac -ceso alproceso de c i rc u lac i 61t c u l tu r al que sematerializa en laIiteralura que estamosestudtando: u n n ue vo modo de exis-tenda cultural de 1 0 ~ o p , u l a r .En las Iiteraturas de cordel Ycolportage estan las claveJ'p'ata trazar eI camino que lleva deto folkl6rico a 1 0 vulgar y d e ah1 a 1 0 popular. Que a.ella lIegael folklore 10 testimonia asf U nam uno: "Eran [los p llegos] elsedimento poetico de los siglos, que despues de haber nu-trido los cantos y relatos que han consolado de lavida a tantasgeneraciones, rodando de boca en ofdo y de aida en boca,contados al amor de la lumbre, viven por el mlnisterio dedegos callejeros en la fantasia siempre verde del pueblo,,35,

    3S Citadoen J . Caw Baroja, Ens ay o s ob 1' e Ia l ii em tu r a d e c a rd el , p. 19.140

    MATRICES H1ST6R1CAS DE LA MASSMEDIAC16N

    Ahi l.1egatambien, 0 mejor ahf tiene Iugar, la primera granempress de v ulgarizaci611, que tanto irrita a e sp fr it us c u lto scomo V a le ra : " EI espfritu caballeresco y las hazanas. valentlay a rn or fo s d e lo s heroes y de las

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    el valor de vivir arriesgadamente. Los heroes son, en la Ute-ratura de cordel, los DIego Corrientes, Francisco Esteban yLuis Candelas. No hay 5610anacronia, como piensan los lite-rates, sino el uso rebelde de la cu1tura tradicional de quehabla Thompson, un contrateatro que al voltear y confundlrlos tiempos le permite al pueblo hacer ofr su voz. Al aplicarlas "viejas" ideas de honor y la caballerosidad a los bandole-ros y otros delincuentes, los pliegos de cordel no hablan, 0al menus no hablan 5610 1 de un pasado trasnochado, sevengan a su modo de una burguesia aristocratica erigiendosus propios heroes: "Los grandes bandoleros cruzan la men-te popular con una lejana Uamada ala reinvidicaci6n anar-. t ,,37qUlsa .

    La otra gran veta de la literatura de cordel son los sucesos ,especial mente los relatos de crfmenes, en los que el pllegosienta las bases de 10 qu.e andando el tiempo seria el perio-dismo popular. Cuenta Julio NombeJa -un folletinista quedurante su juventud trabaj6 para un ciego- que "cuandoocurria un crimen de los que ahora llaman pasionales, cuan-do se cometia algun robo de importancia, el dego Uamaba auno de los dos 0 tres poetas que no tenian sobre que caersemuertosy estaban a su devoci6n, les daba Instrucciones de-taUadas respecto del romance que les encargaba y si estequedaba a su gusto, remuneraba su trabajo can treinta acuarenta reales"38 Y en esas instrucdones se encontrabanlas sefias del periodismo sensacionallsta, Es justa en los re-latos de crimenes donde encontramos el salto del pliego enverso al pliego en prosa: una descripdon sin adorn os, cansu tinte de "objetividad" en los detaUes y su busqueda de Jas"causas", Esos relatos hablan tamblen de la obscs i6n popularpor lo s crfrnenes. En algunos 10 importante, 10 captado, es labrutalidad pura y su fuerza catartica, Pero hay otros en los

    : 17 / l !fd l 'l I I. p . 67.38 En f. Care Baroja, o J 1 . cit, p. 55.

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    MATRICES HISr6RICAS DE lA MASSMEDrACION

    que 10 narrado apun ta en otra direcd6n, Ia de la repara-ci6n de agravios como forma popular de reguJaci6n social.Que es justamente la orientaci6n de un t ipo de relatos elllos que cede el tremendismo pas ional de los crfmenes fur-alesen favor de una descripcion, exaltaci6n de la marginaciousocial en la ciudad, relatos en los que junto con la desc r ip -ci6n del crimen lise da cuenta de las vidas y hechos de lostruhanes y bandidos".Estan por ultimo los a l11 lQl1nques: lugar de mezc las y en-

    trecruzamlentos especiales. En estes 10que se revuelve sondiferentes tipos de saberes. Saberes de abajo y saberes dearriba, saberes viejos y nuevos, astrologta y astronomia, me-didna popular y menos popular, 1'0111(111.(;' (> hislnrh "nll-ranle los albo res de l XVJl ] el pronostlco s e t ra ns fo rm a y vaincorporando aspectos cienHficos Y ulililarins, Se c'slnblt'l'I'una nueva relaci6n can e1 mundo cotldiano 110 solarnentocomo revelaclon deJ manana, sino como consejos practices ysencillos para la vida dla ria,,39.Un ejemp 10 fehaden te del asmezclas y la circulaci6n que pasa por los almanaques son losescritos par Torres Villarroe1, quien en 1752, en el pr61ogo auno de elias, afirma: "Escribo para elvulgo porque este es elque desea informarse de Ianovedad, este es el que estaasus ..tado, a este es al que hay que sacudir del espanto y I a lgnoran-cia". Los almanaques son la primera enciclopedia populardonde consejos de hlgiene y de salud se haLlan revueltoscon recetas magicas, y donde ya se proponen en forma depreguntas y acertijos cuestiones de fisica y m ate ma tic a. U ninvestigador de la industria cultural de esos siglos, y tanpoco "romantieo' como Robert Escarpit; ha dicho refirien-dose a esa l i teratura: "Las novelas de la 'Bibllotheque Bleu'y la modesta dencia de los almanaques ha n hecho cierta-mente mucho mas par la e levac ton c ultu ral d e las m asas de~ 9 I.M. Zavala, C i !1m i c s/ il li ri nd, ll l i/ lm ' /i ll l( j, ' rnuli! "/1 1[1:: IIJ,,,,,,, '; , 1 1 ' / : : ; , ' \ 1 "

    XVIII, p . 209.14~

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    los siglos xvn y XVIII que toda la organizaci6n de Jaculturaoficial"40 ..En Francia los estudios sabre Ia literatura de colporfage handado recientemente lugar a una polemics en laque 1 8 pola-rizad6n de las posiciones es extrema. Para unos los al-manaques y relates de la "Blbllotheque Bleu" rescatarfan laexpresi6n de una cultura que, 0 provenfa del mundo popu-lar 0 al menos encontro en ei una acogida y una respuestaprofunda, Para otros, esa literatura fue mera lmposicion Yestratagema manipuladora, 0 ni siquiera eso, pues nuncallego al pueblo sino a Jas clases medias. Es indudable que elmodo de ' producd6n y circulati6n de la llteratura de colpor-iag esta mas organizado desde arriba Y dej6 por tanto mu-cho rnenos margen ala creatividad popular queen el casode los pliegos de cordel. Sin embargo Ia conclusion que sesaca del debate en Francia es que sl los unos tlenen tenden-ci a a una imagenedulcorada y espontanefsta de la culturepopular, los olros tienden a reproducir la dicotomfa que im-pide pensar la complejidad de la eirculacion :uJtural: 0 10que viene de arriba no llega 8 tocar a los de 8?aJo, porque notiene nada que ver conestos, 0 5 1 llega no hace,slno rnanlpu-lar y alienar; como hoy laculture de masa, Y bien, aunque lacultura que vehlculan los pHegos y los almanaques ya no esel folklore, tampoco es la culture de masa, Esjustamente laque"medtaentrelas dos, y consUtuye Is.expreslon deu n m odo nu eu o . .de (!xistmcia de 1 0 popu la quees fundamentalcomprender p ara n o cipdtter maniquea y facllonamente 1 0 po-

    I ' ~~puJar a 1 0 mas ivo ,

    2.Una iconog.rafia para usos plebeyosLarelation de las c1asespopulates con lasirnagenes es rtTlI:Ydistinta a su relaci6n con los textos escritos. Cifradas tam-

    40 R . E s ca plt, H rw ia una so ct%g fr ] . d c / Iwc/ro Jiierario, p . 2 53 .144

    MATRICES HIST6RICAS DE LA MASSMEDIACIDN

    bien perc desde codlgos de cornposici6n y de lectura "se-cundarios=", las imagenes fueron desde la Edad Media el"libro de los pobres", el texto en que las masas aprendieronuna historia y una vision del mundo imaginadas en clavecristiana, Con-lasfiguras y escenas de los retablos Ylos capi-teles, y despues los grupos escultorlcos y los bajorrelleves delas catedrales gotlcas, Ia Iglesia crea una Imaginerfa que corn-parten todos, clertgos y laicos, ricos y pobres, Pero la"proxl-mldad" del pueblo a las imagenes es parad6jka:el mundoque presenta la iconogtaHa es mucho mas extrafio, exteriory lejano al mundo popular qu e el q ue re mg en y difunden105 relatos escritos. Predsamente porque en las lmagenes seproduda un discursoaccesible a las masas laselecci6n de 1 0decible y difundible sera mucho mas cuidadosa y censura-da. La popularldad de las imagenes no vendra tanto de lostemas --que no tienen orfgenes folkl6ricos salvo en algunasreferencias a vestidos y danzas- o. las forrnas, sino de losusos : al aferrarse a deterrnlnadas Imagenes las clases popu-lares productran en ellas unefecto de arcaismo cereano aldelo s cuentos populares, y al usarlas como amuletos la s reins-crlbiran en el fundonamiento de su propla cultura.Con las posIbllidades de reproducti6n que a partir del

    siglo xv abre el grabado", las imagenes escapan de su fija-cion a determinados lugares para invadir el espacio cotidia-no de l as c a sa s , de los vestidos y los objetos, La mayorfa de1 8 . 5 lmagenes Son toda vf a religloaas -d e una co lecci6n de esetiempo que reune 2..047 lmagenes impresas, apenas cien sonde ternas profanes- Y sus fundones prirnordlales son lapre-

    41 En elsentido que los c6digos secundarios tienen para E. Panofski, Es -t udi o s sabre 1c01wlogfa, p. 16.42 Sobre la'apariclon y desarrollo del grabado: W.M.Ivens, I m ag c n i mp r e-s a Y c O l J ( x i m i e l l t o . , B ar ce lo na 1 97 5; y so bre [a lm po rtan ela c ultu ral d elgrabado en la transforrrraclon de [aexperlenda artfstlca: W.Benjami n,"La.obra de arteen laepoca de su reproductlbllldad 1&l1 ica" , en Dis-curses inferrumpidas, Vol. L

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    servaci6n y la edificacion pladosa". Cosldas a los vestidos 0adheridas a los armarlos y cofres,las Irnagenes proiegen con-tra las enfermedades, los dernonios a los ladrones, Y si elcofre se abre, la imagen pegada en Ia cara interior de la tapa10 convierle en altar alrededor del cual sereza. Las oracionesson mas eficaces sl se tiene ante los ojos la imagen del santoal que se reza. Muchembled habla de la "insidiosa penetra-c i6n de 10 sagrado" que comporta la difusi6n de las image-nes, pues la palabra del serm6n va a ser sustitulda por eLIasque la prolongan y mantienen vivo su mensa]e,Durante el siglo xv la Iglesia es la gran dlstribuidora de

    lmagenes, ya sea a traves de las cojradfas - cada una idenlifi-cada por la imagen de un santo patron a de W1 objeto-slm-bolo de la pasi6n de Cristo- 0 de las indulgencias asociadas adeterminadas devociones que ex:igian Ia presencia de unadeterrninada imagen para cumplir su efecto. En conjunto 10que se difunde gila en tomo ados ternaticas: los mis ie r ios ,que escenifican la vida de Cristo 0 de la Virgen, y los mila-g ro s , que plasman escenas de Lavida de los santos. Y desdeentonces data el exito de algunas imagenes que, como la delSan Crist6bal gigante cargando a un nino para atravesar Wlrio, Ilegara intacta hasta los parabrisas de los taxis y autobu-ses de nuestras ciudades. La escasa iconograffa profana giraen torno a las leyendas -del Rey Arturo, de Carlomagno, deGodofredo- a , las moral~dades -el gallo vigilante, el zorro as-tuto, el gato ladino-, .a,lo?juegos de naipes y algunas farsasy sdiiras r.{ligioso-poJjti~~.' i Ya en el siglo XVI peror~as claramente desde el XVII lareproducci6n y difus.i6n de Imagenes sufre una fuerte trans-formad6n. De la xilografia que permitta la impresi6n deunas 400 hojas par tabla grab ada se pasa al aguafuerte que,al usar soluciones de acido nftrico sobre planchas de cobre,permite texturas no s610mas nftidas, sino variadas y un au-

    43 Nos basamos en Ia inlormad6n recog ida y los estudlos de J . Mistler,F, Bladez y A.[acquemin, p il ln l e t l 'i ma g er ie p o p u la ir e, Parfs.1961.

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    MATRICES HIST6RICAS DE LA MASSMEDIACION

    mento considerable de las hojas por plancha. AImismo tiempoIa producdon, aunque artesanal, se acerca ya a la industriam~dia~,te una especializaci6n de lasfunciones: el dibujante,el ilununador, el grabador, el impresor. La distribucion parsu parte pasa de mano~ de I~Tglesia-que seguin'i ejerciendopor otros modos un control ideoI6gicQ-' a las de los comer-dentes, que las venden en almacenes y ICIS difunden pur loscampos a t ra ve s de los vendedores arnbulantes que va n deferia en feria a par los barrios los dias de mercad~. Esentoncesc~~n~,o s~ lnicia la presion de una demands popular que,dm glda srn duda pOI' 1 0 q ue Ie ofrecen y por Ii i censura reli-giosa, cornlenza sin embargo a lnddir en laconformad6n deuna iconograffa "popular". De ello da cuenta la multiplici-dad de testimonios que convergen en constatar lapresenciade grabados en la mayoria de las casas, tanto de la ciudadcomo deJ campo, de que eran "el unico lujo del pobre", y Iapasion par imageries raras IIque viene a compensar a las cla-ses poseedoras de su perdida de privilegios con respecto aIa imagen en general"". En adelante sera en Ia calidad de 1aimagen, de un grabado que lmita 1apintura, donde se bus-cara diferendar y distanclar los gustos. A las c1asespopula-res les Ilegara mayoritariamente el grabado barato, el quereproduce imagenes tradicionales y en un dibujo tosco. Perode todas formas hay una transformaci6n que lentarnentclIega tam bien al pueblo: la seculartzackin que empleza i1afectar a los temas y sabre todo a las Iormas. La secularize-ci6n libera la creatividad iconogrMica de la presion religiosn,y Ja Reforma protestante, al dejar sin piso las illdulgf'ncii1:;\poner en duda la medladon de los sanlos, abrcn elcamina una iconograffa que caricaiuriza las instituciones y las figuras eclesiasticas -el Papaconvertido en burro, los card!' .nales en zorros, etc.-, yamp/{a /05 moliuo rernplazando I e ss an to s por figuras de la mltologta Y cuad ros d(' costu mbu .,:

    44 J ,A . Ramrez , M ed ia s d e tu as as e his ior i d e l ( 1 1 '1 " ,p. :11.1-17

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    que introducen en la representad6n el espado de la vidacotidiana45 En respuesta a esos eambiosla Iglesia va a busear la "po-pularizad6n" de su mensaje mediante una cierta mundani-zaci6n de las devodones que recoge Laaflrmacion vitalistadel barroco, y una cierta tolerancia con los restos de paga-nismo que aun eonservan las masas populares. Esa popula-rizad6n se traducira .en la difusi6n de una iconograffa queacerca la vida de los santos a la de la gente, que tolera usasmagtcos de las lmagenes rellgiosas y que busca la expansi6ny la divulgaci6n mas que la profundlzaclon'". Por su parte laburguesla Ie encuentra nuevas funciones a las imagenes yuna especia1mente dirigida al pueblo: educarlo cfvica, poH-ticamente. Aprovechando las celebraciones y conmemo-radones de victorias 0 "sucesos patrios", y descubriendo lacarga emotiva y el poder de sugesti6n que tiene Ia imagenmas alla de su referenda, se monian imaginerfas de batallaso historias con base en los stocks de imageries que guardanlos editores".La transformaci6n puede constatarse fina1mente en los

    cambios produddos en la relad6n entre iconografia e ima-gineda. Desde el siglo XV 1 hay una serie de moiiuo que seincorporan a la iconograffa popular, como" el mundo al re-ves" , "el diablo dinero", "el arbol del amor". Entre elIos hayuno, lila escaIa dela vida", que ha servido de soporte a lavisua1izaci6n de los 'cambtos en la representacion. Como"la rueda de la fortuna"'el tema de la escala 0 las edades dela vida es de hechd un terria medieval que comienza a tenerrepresentad6n grMica ya eri el siglo xv. Pero hasta el sigloXV I I se trata siempre de una imagen re li g io sa de las etapas de

    45 A. Hausser, Hi sf o ri a soc ia l d e f a Iiteratura y e l ar ie , Vol. I,p. 516.46 Sobre elproceso cultural de la"contrarreforma" cat6lica, vease J? Bur-ke,op. ci t . pp . 23 3 55. '47 R. Mucgenbled en la obra ya dtada, pp. 348 59., hace una caracteriza-ci6n de la fundon "clvica" que cumple 1aiconograffa popular en esosslglos.

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    MATRICES HISTORIC AS DE LA MASSMEDIACI6N

    la vida, del nacimiento a Ia muerte. En un grabado de 163(Jlas etapas 0 gradas 0 escalones son cinco: a la derecha estancolocados los sfrnbolos de la vida y a la izquierda los de lamuerte, debajo de la escala se escenifica el juicio. En un al-manaque de 1673 cada edad aparece representada p or u napareja, una cifra y un epfteto, y las edades son doce; bajo elangulo aparece tambien el Iuicio Final y cuatro medallonesque representan el bautismo, el matrimonio.Ja extremaun-ci6n y el funeral. Pero a partir del siglo x vm Ia fund6n reli-giosa y la imagen macabra desaparecen y son rernplazadaspor una Imag in e rl a e u fo r tz an le y secular. La escala se trans-forma en la de Ia ascension sodal y el proceso de "madura-don" del individuo hasta llegar a ella. Queda la eseala y elsenalamiento de un trayecto, pero vaciado por completo dela imagineda religiosa y reJerido al de una burguesla qu edifunde aSIsu nuevo imaginario:_el ideal de vida ya no es lasalvacion, sino el exito social".

    A 1 0 largo de esa evo.luci6n hay algo que marca de mane-ra explfcita la distancla que ahonda y encubre a la vez lapopularizad6n de Jas imagenes. Se trata de que mientras lapintura de caballete al romper con la forma-retablo va a re-chazar la puesta en lmagenes de una temporalidad secuen-cial, de una secuencia narrativa, esta va a continuer presenty va a desarrollarse en la iconograff.a popular, Laque hallill'l1en la historieta su punto de Hegada. En el recorrido hasinalla juegan un papel decisive las "lmagenes de Epi.naJlI.Desde 1660 se establece en Epinal, una dudad del noroestefrances, Iamayor industria de Imageries de su tiempo". Allfsrproducen todo tipo de Imageries: estampas religiosas, cartasde juego y de tarot, dominos, almanaques, colecciones de soldados, llustradones de canclones, etcetera. ['fro In qIJ(J va il~acer BUfama, 1 0 que va a redbir el nombre de "illltig J1t:~.d('Epinal" seran precisamente los relates en imagenes que 18n-48 R . Muchembled, op . c i i ., p. 352.49 F. Blandez, "L'Histoire de I'imagerie d'Eplnal", en op . cit., pp. 69a 13K

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    zan al mercado los hermanos Pellerin, estableddos en laciu-dad desde 1740.lnicialmente esos relates se dirigen a unanueva clientele, los menores de edad. Se trata de contarleshistorias en imagenes mediante una hoja dividida en 16cua-dros a vifietas consecutivas, dispuestas en 4 hileras que se"leen" de izquierda a derecha y de arriba abajo, Cada vifietatiene debajo un peq_ueiiotexto escrito. Elexitodel formato seratal que 1ahistoria en imagenes por episodlos dejara pronto deIimltarse al publico infantil y p as ara a ser utilizada para todotipo de relatos, especialrnente losque hacen "caricatura", Su de-sarrollo Jconografico estara sabre todo ligado a la puesta enimagenes de leyendas y cuentos populates.En Espana JOB pliegos de cordel llevaban casi siempre unailustraci6n grabada en la primera pagina, ya veces otra que

    dividia e1 cuadernillo en dos partes. La que los pliegos repro-ducen inicialmente son grabados tornados de llbros y quetenian alguna relaci6n con el tema. Perc poco a poco vanevolucionando: de una primera etapa, en la que se trasvasaa 1 pUego el grab ado tal y como esta en ellibro del que setoma, a una segunda en la que con base en figuras sueltasde personajes tornados de un s tock se arman escenas, y a unatercera -ya en el siglo XVUI- en la que se hacen grabadosespedales para ilustrar los pliegos50. Perc esos grabados repre-sentan siempre una (mica escena Elrelata en Imageries sehallatambien ligado a 1 pliego de cordel pero por otros lades. En pri-mer Jugar a traves de los car te lones de fe r ia 0de dego que llustra-ban con imagenes d l spue st a s p a r episodlos el contenido deJpliego que el clego recitaba. EUazarillo, 0 un muchacho alservi-cia del dego, ilia seftalando con un palo la vifieta que ilustrabael pasa]e a que aludia eldego. Yen segundo lugar en lasaleluynsoaucas que representaban unformatomuysimiJaraJ de las irna-genes de Epinal: una superBcie cuadrlculada en la que cada

    50 Sobre laevoludon de los grabados en lo s p U eg os d e c o rd el : Joan Arna-des , CU/IIcmtar is s o br e r omanco s , G ir on a, 1 94 8; J . C ar e B ar oja , " Fig ur a yr el ate ", e n op . dl., pp. 4 30 a 4 40 .

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    M.ATRICES HlsrORICAS DE LA MASSMEDIACION

    cuadro contiene un dibujo y el conjunto desarrolla un temao una historia, Las aleluyas versan sobre todos los temas dela literatura de cordel y, segun Caro Baroja, son "la Ultimafase en el proceso de resumir y de abreviar los relates".EIpaso siguiente en la industria de la Iconograffa popularsera ya el periodico ilustrado, que haee su aparicion en 1832can el Pen l1Y Magaz in de Londres. Pero ello nus adentra yaen otra etapa: en Laprimers cultura de masas,

    3. Melodrama: el gran espectaculo popularDesde 1790 se va a Ilarn ar melodmma, espcclalmente en Fnlll-cia e Inglaterra, a un espectaculo popular que es rnucho me-nos y mucho mas que teatro. Porgue 10 que ahl Uega y tomaIa forma-teatro m a s que can una tradlcion estrictamenteteatral tiene que ver con las formas y modes de los espec-taculoa de feria y con los temas de los rela tos que vienen dela literatura oral, en especial con los cuentos de miedo y demlsterlo, con los relatos de terror. Adernas, desde finalesdel siglo XVII disposidones gubernamentales /Iencaminadas acombatir el alboroto" prohfben ell Inglaterra J Prancla Inexistencia de teatros populares en las dudades .Los teatros oficlales son reservados a las clases altas, y 1 0que se le permite aI pueblo son represCll faciOl l lJs sill d i a ! o s c } f "

    ni hablados n1 siquiera eantados, y ello ba]o el pretexto deque "el verdadero teatro no sea corrornpido". La prohihici6n sera levantada en Francia 5610 en 1R O n por un decrotoque autoriza en Paris elusa de algunos lealros para lapuestaen escena de espectaculos populares perc limitando estos il5610 tres52 De otra parte, y por extra no que esto pueda sonarhoy, el melodrama de 1800, eJ que tlene su PClf(ldigl1l:l ('II

    51 J . Habermas, Hisiori y c r it ic dr ! 0f/ i l l ; ' ;11 F,iIIIil'll, p. 7(,; It S('IIIU'II, IId ec li ve d el h o mb re p u b li c o, p. lOU.

    52 A s! 1 0 atestig uan T. R em y, "Le m im e: o rig in es", (>11 lIi.~/lIi/'(' d('s , 0 : : / 1 1 " ' / ' 1 1cit's, p, 1.499; J . F o ll al n, " Le m e lo d ra rn e ", ell ["'1'('(;,'11$ sur Ja /J( l /, t ll i !l , :lature, p. 36 .

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    Celina a la h ija d el m is ie ri o de Gilbert de Pixerecourt, esta li-gado par mas de un aspecto a la Revolud6n francesa: a latransformaci6n de la cartalla, del populacho en pueblo y alaescenogtaffa de esa transformaci6n. Eslaentrada del pue-blo doblemente "en escena". Las pasiones politicas desper-tadas y las terribles escenas vividas durante fa Revoluci6nhan exaltado la imaginaci6n y exacerbado la sensibilidad deunas masas populares que pueden darse al fin el gusto deponer en escena sus emociones . Y para que estas puedan des-plegarse el escenado se llanara de carceles, de conspiracio-nes y ajustidamien tos, de desgracias inmensas sufridas parinocentes victimas y de traidores que al final pagaran carosus traidones.lNo es acaso esa la moraleja de la Revoluci6n?"Antes de ser un medio de propaganda, el melodrama sera1 . d .. 1 ti ,,53e espeJo e una conciencia co ec va .La pantomirna que se juega en la escena se "ensay6" a Jaire libre por calles y plazas donde el mimo sirvi6 a la ridi-

    culizaci6n de la nobleza. Y toda lamaquinaria que la puestaen escena del melodrama exige esta en relaci6n directa canel tipo de espacio que el pueblo necesita para hacerse visi-ble: callesy plazas, mares y montafias can volcanes y terre-rnotos..E I melodrama nace como IIespectaculo to tal" para unpueblo que puede ya mirarse de cuerpo entero, "imponentey trivial, sentencioso e ingenuo, solemne y buf6n, que respi-fa terror, extravagancias y jocoslded'". De ahi Ia peculiarcomplicidad con el melodrama de un publico que -liescribopara los que no saben)eer", dira Pixerecourt- 10 que buscaen la escena no son palabras, sino acciones y gran des pasio-nes. Y ese fuerte sabor emocional es 1 0 que demarcara defi-nitivamente al melodrama colocandolo del lado popular,pues justa en ese momento, anota Sennett", la marca de laeducad6n burguesa se manlf-iesta en todo loconlrarlo, en el53 P. Reboul, "Peuple Enfant, Peuple Roy ou Nodier , Melodrama et Re-

    volution", en R e vu e d es S c ie nc es H u ma in es , No. 162/ Lille, 1976.54 en . Nodier, R e vi le d e P ar is , 1835, cit. por RebouJ.55 R. Sennett, E l d ec li ve d el h o mb re publico, p. 38.152

    MATRICES HIST6RICAS DE LA MASSMEDIACI6N

    control de los sentimientos que, divorciados de laescena so-cial, se inleriorizan y configuran la "escena privada".La compliddad con el nuevo publico popular y el tipo de

    demarcad6n cultural que ellatraza son las daves que nospermiten situar el melodrama en el vertice mismo del pro-ceso que lleva de 1 0 popular a 1 0 masivo: lugar de llegada deuna memoria narrativa y gestual populares y Lugarde emer-genda de una escena de masa, esto es, donde 10 popu1ar co-mienza a ser objeto de una operacl6n de borradura de lasfronteras que arranca can la consti tucion de un discurso ho-mogeneo y una im ag en u nific ad n d e 1 0 papular; pr im em f igumde la masa. La borradura de la pluralidad de huellas en losrelates y los gestos obstruye su pertneabilldad a los contextos,Y Ia rebaja progresiva de los elementos mas fuertemente carac-terizadores de 10 popular se acornpanara de la entrada detemas y formas p ro ce de nte s d e la o tra e ste tic a, como el c on fl l " Inde caracteres , la busqueda individual del c xilo y In lransfnr-mad6n de 10heroico y maravilloso en pseudorealismo,

    Entre el circa y la escenaLo que se hace teatro en el melodrama ha sido durante "i-glos espectaculo de t r o upe s arnbulantes que van de feria el lferia, y cuyo oficio mas que el de "adores" es aquel otro q"l'mezcla la representacl6n de farsas y entrerneses al de aero-batas, titiriteros y prestidigitadores. Desde 1680 la prohl-bici6n de "10s dlalogos" va a obligar aJ espectaculo popularno 5610a reencontrarse con elrnimo -"eJ arte demimo resu-cita porque el actor no puede expresarse can paJabras"S6 -,sino a inventar una serie de estratagemas esrenlcas que s('Ro!;;Ii~n(,11 fn tc grn s e n 10 c om p l,id d r ul del t '. llll('d i ldor. l ln..veces la soluci6n sera que s610un actor hable y los otros res-pondan can gestos, 0 que el otro entre a escena cuando dque hablo salga. Pero las estratagemas mas logradas seran In56 T Remy,op. cit., p. 1.497.

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    utilize cion de carteles 0paneartas en las que esta escrito elparlamento 0dialogo que corresponde a la accion de los ac-tores", y lautilizad6n de lea-as de candones que hacen can-tar al publico siguiendo las eoplas impresas en volantes queIedan a la entrada can la melodfa de canciones conocldas".

    Frente a1 teatro culto, que es en ese tiempo un teatro erni-nenternente llterario, esto es, cuya complejidad dramaticaestc'i dicha y se sostiene por entero en la ret6rica verbal, elmelodrama apoya su drarnallcidad basicarnente en 1apues-[11ell c s cena y e ll un til 0 de nctuaclen Illl.ly perullar.Par predominanda de Ia puesta en escena hay que en-

    tender la prioridad que tiene el espectaculo sabre la repre-sentacion misma. "Lo que se paga es 10que ~e veil, dice uncrltico de esa ~poea. Y Ptxerecourt, que empleaba apenasen tre quince 0vein te dlas para esoribir una pieza, necesitabade dos y tres meses para organizar su puesta en eseena. "Laaed6n dramatica suministraba un tema paraJa ejecud6n deun paisaje"S9.Que era el"lugar de laaed6n" y objeto de unaverdaderafabricaci611 con base en maquinarias complicadisi-mas para e 1 manejo de los decorados y los efectos 6pticos ysenores que permitfan "presenciar" un naufragio 0 un te-rremoto. Los criticos d e i ea ir o no salen de su escandalo: laspalabras importan menos que los juegos de mecanlca y de6ptica. Una economfa dellenguaje verbal se pone a 1 serviciode un espectaculo visual y sonora donde priman Ia pan to-mlma y la danza'", Y donde los efectos sonoros 50n estudla-damente fabricados. Codio la utilizacion de la musica para

    1ij

    57 "Estos espectaculos rnfmkos fueron Incorporando paulatlnamentetextos expllcativos y dlalogos, necesarlos p

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    chos teatros debfan reconstrulr y redecorar su interior peri6-dicamente como consecuencia del gran dana que el publicoocasionaba al demostrar su aprobad6n 0 su desprecio por 10que hahla ocurrido en e J escenario. Esta pasion y este se~ti-miento espontaneo del publico se produda en parte debidoa la clase social de los actores,,63. Por los mismos arios, enEspana, elllustrado Iovellanos, encargado por elrey de inves-tigar los espectaculos y formas de diversion pop~la~ denun-cia esa misma complicidad y propone que cualquler reforrnadebera cornenzar por abolir elmodo vulgar de actuar, esto ~s,"los gritos y aullidos descompuestos, las violentas contorsio-nes y desplantes, los gestos y ademanes desac~mpasado.s, yfinalmente aque11afalta de estudlo y de memona, aquel im-pudente descaro,aqueHas mlradas libres, aquellos meneosindecentes, aqueIJa falta de propiedad, de decoro, de pudor,de polida y de aire noble que tanto alborota ala gente des-mandada y procaz, y tanto tedio causa a las personas cuer-das y bien criadas,,64. Cuando el melodrama y ~u efectistamodo de actuaci6n se hagan plenamente masivos con eJcine y la radio, se tenders a atribuir ese efectismo a la meraestratagema comerdal. Sin embargo, en su origen, en el me-lodrama de 1800, ese efectismo habIa a su manera de otrascasas que serla bueno no perder de vista, lncluso hoy, s~q~e-remos entender 10 que culturalmenie por ahl pasa: quiza elefectismo del gesto bi~odramatico esta hist6ricamente liga-do rnenos a 1ainfluencia de la comedia Iarmoyante que a laprohibicion de lapalabra en las representaciones populares-con 1acorrespondien te necesidad de un exceso de gesto- ya Ia expresividad de los sentimientos en una cultura que noha podido ser "educada" por el patronburgues.

    63 R . Sennett, E l d ec li ve d el h om br e p li bli co , p. 100.64 G.M. de Iovellanos, EspecMculo s y d iv e rs i on e s p l lb li ca s ell Espatiu, pp.121y 122.156

    MATRICES HISTOAICAS DE LA MASSMEDIACION

    Estructura dramlitica y operaclon simbOlicaLa de "eapectaculo total" no queda en eI melodrama 5610anivel de Iapuesta en escena, 1 0 es tambien en eJplano de 5Ueslructura dramaHGl65. Teniendo como eje central cuatro sen-t imientos basicos -rniedo, entusiasmo, Iastirna y rise- , a el los sehace corresponder cuatro l:iposde situaciones que son almismotiempo sensadones -terribles, excitantes, tiernas y burlescas-personificadas 0 "vividas" por cuatro personajes -el Traidor,elIusticiero, 1aVfctima y el Bobo-, que al junlarse realizan Iarevoltura de cuatro generos: novela negra, epopeya, trage-diay cornedia. Esa estructura nos descubre en el melodramauna pretension tal de inlensidad que no puede lograrse sinoa costa de la complej idad. Lo que exige poner el l funciona-miento "sistematicamente" dos operaciones que si liCIlCI1 linpoco de estratagema, no p O I ' eso dvjnn d{, n'lIIil ir a t ll la I Ildtriz cultural: esquernatlzaclon y polarizacion. La ( ,8 '111 f'l1Iali-zac ion es entendlda par la mayorfa de Jus analistas entermtnos de 1ausencia de pslcologta", los persollajes SOilconvertidos en signos y vaciados de la carga y el espesor dela s vidas humanas, 10contrario de J9S personajes de la no-vela segun Lukacs, esto es, no-problemiHkos. Pero Benja-min ha abierto otra pista al plantear que la diferencia entrenarraclon y novela tiene que ver con la especial relacion deaquella a laexperienoa y Iamemoria: no puede teller enton-ces Iamisma "estructura" 10que espara serleido y 1 0 que espara ser contado. Y el melodrama liene un parentesco de-maslado Iuerte, estructural, con la narracion, Siguiendo esapista, Hoggart ve en los esquematisll10s y los estereoliposaqueUo que tiene par funci6n "permltir 1arelad6n de l e i ex-periencia con los arqueUpos"66. La pol( lr iza~i6" rnaniquea y su65 Adem~5 de 105texlos ci tados expresamenle son lm po rtnn tes para In

    comprensi6n de la estructura dramati ca delmelodrama: 'Teena delmelodrama", de Gubern en su op. cil., y "Le Roman de la violence etSO n esthetique", de F. Bussiere en Eui 'r lpc, No. 542, Parfs, 1974.

    66 R . Hoggan , op . c i i. , p . 2 12 .IS7

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    "reducci6n v al or at iv a" d e los p ers on aje s a buenos y malesresulta ser, segun los anallstas, un chantaje ideol6gico. Goid-rnard no desconoce esa operaci6n pero la remite trpor deba-jo" a la regres ion que estarla, segUn Freud, en la base de todaobra de arte cargando la relation a los personajes=objeto deldentificacion" con el signo positive de los bienhechores y alos personajes "objeto de proyecclon' con el signa negatlvode los agresores". Northrop Frye, refiriendose ala estructu-ra del romance sentimental, plantea que la polarizad6n en-tre buenos y males no se produce solo en ese tipo de relate:ella se encuentra tambien en los relates que dan cuenta desituaciones limite para una colectividad, de sltuaciones "derevolucion", 1 0 que permitirfa inferir que Ia oposicion entrebuenos y malos no tiene siempre un sentido "conservador",y de alguna manera incIuso en elmelodrama puede conte-ner una cierta forma de decir las tensiones y los conflictossodales".Se hace necesario mira! entonces m a s de cerca la red for-mada por los cuatro personajes que nuclean el drama. EITraidor -0 Perseguidor 0Agresor- es sin dud a el personajeque enlaza a1melodrama con la novela negra y el relate deterror tal y como se plasma en la novela g6tica del siglo xvmy en Jos cuentos de miedo que vienen de bien lejos en eltiempo. Su figure es la personificaclon del mal y del vlclo,pero tarnblen la del inago y el seduc io r que fascina a la vfcti-rna, y la del sabio en engafios, en disimulos y dlsfraces. Se-cularizad6n del diab1Cfyvulgarizacion del Fausto, el Traidores sodo16gicamente uti aristocrats malvado, un burguesmegai6mano e lncluso uri clerigo corrompido. Su modo deacd6n es lalrnpostura -mantiene una secreta relaci6n inver-tida con 1 8 vfctima, pues mientras ella es noble creyendosebastarda, e l es con frecuenda un bastardo que se hace pasarpor noble- y su funci6n dramatica es acorralar y hacer sufrir

    67 J . Colmard, op. cit., p. 22.68 N. Frye , La e s c rl t u ra p r o fa n a, pp. 15955.158

    MATRICES HISTQRICAS DE LA MASSMEDIACIQI 'J

    ala vfctima. AIencarnar las pnsioill's ilgn'SOI'i1s el'lhlidol r",el personaje de 10 terrible, el que produce Ink-do, cuyn .'iol;1presencia coda J a respiraci6n de los especladores pero [ ; : 1 1 1 1bien es el que fascina