Made in Hong Kong

7/31/2019 Made in Hong Kong

1/35

m

a

de

i

n

h

o

ng

k

o

ng

R a k e l R o d r g u e z
http://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdfhttp://../RaRo_i%E5%A5%AEdice.pdf


2/35


3/35

Rakel Rodrguez

Ilustraciones

Santos Beltrn

m

a

d

e

i

n

h

o

n

g

k

o

n

g

p

o

e

m

a

s

d

e

s

d

e

u

n

t

a

b

u

r

e

t

e


4/35

ISBN 978-84-614-4478-6

ediciones RaRo Jan 2010

[email protected]

Este libro no tiene copyright

Diseo grfco Thomas Donner, Stuttgart/Alemania

Impresin Grfcas La Paz, Torredonjimeno/Jan

Espaa


5/35

De este libro se han hecho 200 ejemplares. Este es el nmero


6/35

Dentro de m haba un vete gritndome. Tirando de mis

extremidades en dierentes direcciones. Partindome.

Dividindome. Dudndome. La ruleta dej de girar

sobre un nombre: Hong Kong. Yo pensaba que Hong

Kong deba ser un lugar eo, tirando a horrible.

Pensaba que no me iba a gustar, que iba a asfxiarme

entre tanta gente y tanta altura. Pero no ue as. Hong

Kong me ue cautivando poco a poco, me dej llevar

por sus callejones y callejuelas, por sus mercados de

olores intensos y poderosos. Me enamor incluso de

ese idioma endiablado, el cantons, que se habla con

ocho tonos dierentes. All me di cuenta (otra vez) de

la importancia de no dar nada por seguro. Disrutar

de la sensacin de ponerlo todo en duda, de abrir los

ojos y los odos y estar dispuesto tanto a la sorpresa

como a la incertidumbre

Para los chinos el rojo y el dorado son los colores

que llaman a la buena suerte y a la ortuna.

n

o

y g

r

i

t

a

n

d

o

y

l

a

s

d

e

s

d

e

n

a

d

a

m

u

j

e

r

e

s

d

e

n

t

r

o

p

o

r

q

u

e

s

e

g

u

r

o

m

e


7/35


8/35

Escribo en cuadernos imperectos,

[ con mi letra imperecta.

Escribo para que no me alte el aire,

[ para que no me tiemblen las manos.

Escribo para no olvidarme.

Escribo porque no estoy sola,

para hablarte, para escucharme.

Mientras umo un cigarro que clavo

[ en los pulmones

y expulso el humo

y no olvidarme,

escribo.

l

o

s

c

u

a

d

e

r

n

o

s

i

m

p

e

r

f

e

c

t

o

s


9/35

Mis cuadernos son mis muros en los bares.

En ellos me reugio.

Si me ves escribiendo en uno de ellos

ni intentes acercarte

Ser la tendencia a lo intil lo que me

hace llevar encima bolsos gigantes donde

caben un mapa con callejero, un libro,

un diccionario, un paquete de tabaco

terminado, otro sin empezar, sobres para

escribir cartas, una cartera con no ms de

200 dlares y un puado de sellos. Y tres

cuadernos. Tres. Todos ellos empezados.

Los cuadernos intiles son tan importantes

para m como los cuadernos imprescindibles.

Sobre todo, porque soy incapaz de

distinguirlos.

m

i

s

l

o

s

c

u

a

d

e

r

n

o

s

c

u

a

d

e

r

n

o

s

i

n

t

i

l

e

s


10/35

Intenta pasar desapercibida.

No llames la atencin, trata de ser normal.

Escuchaba en mi adolescencia.

No te signifques

Entonces, aquellas rases

me llegaban directamente

a la altura de las ingles

y senta una punzada

[ hirviendo en mis caderas

descosindome.

Llenndome de interrogaciones.

Amalia Rodrigues se hace eco

[ de mis pensamientos

mientras la escucho

[ en una tasca portuguesa,

en Ship Street,

y me habla, me canta de la saudade

que me abre por dentro.

Y yo, pequea masoquista

echo sal a mi tristeza

y la alegro con una porcin de vodka

y unos granos de pimienta negra.

n

o

l

o

s

t

e

f

a

d

o

s

s

i

g

n

i

f

i

q

u

e

s

q

u

e

e

s

c

u

c

h

o


11/35

Al fn lo he conseguido.

Mi presencia exterior

no muestra ni por asomo

el peligro que llevo dentro.

n

o

l

l

a

m

a

r

l

a

a

t

e

n

c

i

n


12/35

(aunque sea un vulgarismo)

Hasta el bamb ms suave,

[ tiene sus esquinas.

Todo visto de cerca,

[ es mucho ms anguloso.

Con aristas.

Puede daar.

Dolerte.

Si no quieres arriesgarte,

mejor mirarlo en la distancia.

Qudate al otro lado.

No te acerques.

a

r

r

s

c

a

m

e

l

a

e

s

p

a

l

d

a


13/35

El hombre desdentado,

[ apoyado en una columna

en Johnston Road, junto al Pawn,

[ siempre bajo la misma columna

con su cuenco, donde nunca hay[ demasiadas monedas.

Pocas veces levanta la mirada,

[ su rostro tiene la expresin

de los vencidos, de los que no van

[ a volver a levantarse.

Y piensas, ojal no, ojal no.

Tambin me quedo con la imagen

[ de los taxistas comiendo

en un bar junto a mi casa, en Moon Street

[ mientras sus coches rojos, esperan

aparcados en la calle uno tras otro.

Los miro, comiendo en grupo,

[ sorbiendo sopa,

tragando dumplings, hablndose

[ mientras soplan el t verde caliente.

Me gusta verles comer, a hurtadillas,

[ como una ladrona de imgenes.

Y mientras tomo una cerveza,

[ una cucaracha rubia

camina por entre las patas del taburete

Las otos que no hago por pudor

se graban en mi retina,mientras camino a lo largo de Queens Road

La mujer anciana con los cartones

que cada da coloca uno a uno

[ a las seis y media de la madrugada,

en cuclillas, ponindolos

[ sobre su carrito con ruedas.

La chica completamente quemada

[ y de ojos rojos

y de una dulzura espectacular.

[ Entre su piel cicatrizada resalta

el vello de sus piernas, largo y suave,

[ como el de un animal.

La llevo conmigo todava.

Ese hombre, sin brazos ni piernas,

que se arrastra en los alrededores del IFC,

[ en Central

golpeando una lata, vaca,

[ con los pocos dientes que le quedan.

l

o

s

a

l

r

e

d

e

d

o

r

e

s

d

e

m

o

o

n

s

t

r

e

e

t


14/35

Qu hago aqu.

Me preguntan.

Exactamente lo mismo

que en cualquier otro lugar.

Simplemente, caminar, tomar ca,

comprar a diario en el mercado de Wanchai

(en casa es imposible almacenar)

beber unas cervezas de vez en cuando

en lugares ya conocidos:

el Amoy, el Slim, el Pawn

Sentir esos lugares como mos,

mezclarme en ellos, da a da.

Escribir en las paredes,

mirar por la ventana,

pasar horas leyendo

pensando, soando, imaginando

y a veces

parar para

contarlo.

m

a

d

e

i

n

h

o

n

g

k

o

n

g

Ellas te sonren

vestidas de colegialas,

con los calcetines blancos o negros

hasta las rodillas.

Ponen su mirada ms traviesa,

y juguetean con sus coletas

mientras te preguntan

bum-bum, darling?

chupando una piruleta.

Puedes hacer bum-bum con ellas

con la ms guapa del bar,

la de los ojos ms rasgados

y los labios en orma de corazn.

Slo por unos pocos cientos de dlares

hasta el ms patn de los patanes

se creer Casanova por una noche

en Lockhart Road.

l

a

s

p

r

o

s

t

i

t

u

t

a

s

d

e

l

o

c

k

h

a

r

t

r

o

a

d


15/35

Bebo sidra en un vaso de cava

y me sabe tan buena

[ que me teletransporto

a Asturias al primer trago.

A la tercera copa ya me he trado Asturias

al sudeste asitico.

a

s

t

u

r

i

a

s

p

a

t

r

i

a

q

u

e

r

i

d

a

Tengo un pasado que no conoces.

Al que suelo volver de vez en cuando.

[ Aunque ese pasado, ya no existe.

No existen los lugares

[ donde empec a amar

ni los mismos bares, ni siquiera las calles

[ son ya las mismas.

Y sin embargo en mi recuerdo

[ estn exactamente igual.

Y cuando me busca la soledad

[ camino por ellas.

Saco la cmara, aquella Yashica

[ que an conservo

y saco otos de aquellos momentos.

De lugares que slo existen

[ en mi memoria

Y que rememoro en este mismo instante,

desde la terraza del Fringe.

d

e

s

d

e

l

a

t

e

r

r

a

z

a

d

e

l

f

r

i

n

g

e


16/35

Cada vez que me miras

como si no me vieras

me dan ganas de

tomar carretera y manta

y volver a las andadas

t

u

o

j

o

Creo que no hay lugar ms impersonal

[ en Hong Kong

que este inmenso centro comercial.

Feo porque intenta ser de lujo

[ en tiempos en que el lujo

est en pura decadencia.

Impersonal porque trata de aparentar una clase

[ que no tiene

y que posiblemente nunca tuvo.

[ Y se pierde en el intento.

Desagradable porque todos

[ y cada uno de los negocios

que all tratan de uncionar, son atendidos

por multitud de jvenes dispuestos a dejarse all

sus mejores aos, por dueos

[ que son grandes compaas

o grandes imbciles

[ que slo piensan en cmo sacar

diez mil dlares ms sin pagar horas extra

[ a sus trabajadores.

p

a

c

i

f

i

c

p

l

a

c

e


17/35

Me gusta soltarme el pelo

[ en das melanclicos.

Me gusta imaginar poemas

[ que no escribo,

que slo me recito a m misma

y olvido inmediatamente.

Si pudieras enviarme una sonrisa,

me la guardara en el bolsillo,

y la llevara conmigo a todas partes.

Y en los das grises, como hoy

saldr con mi pelo suelto

sin rumbo, sin norte

e

l

l

a

p

e

l

o

m

u

j

e

r

d

e

p

a

n

t

e

r

a

En Kowloon tienes la casa de tus sueos.

Cama barata en habitacin compartida

cuanto ms compartida, ms barata.

Comida hind en la planta baja

y sastres que te harn un traje a medida

en menos de 24 horas.

Si vienes a esta parte del mundo

tienes el alojamiento garantizado

en Chungking Mansin

por menos de 10 euros la noche.

Espero que te guste el olor del curry

compaa no te va a altar.

c

h

u

n

g

k

i

n

g

m

a

n

s

i

n


18/35

Si me preguntas

si estoy menos rabiosa

te contesto sin dudarlo.

No.

Y no slo lo estoy tanto

[ o ms que antes.

Ahora tengo ms razones

pero he aprendido a expresarlas

[ de otro modo.

Trato de desgastarme algo menos

[ en el intento.

Procuro no perder mis energas

[ en gilipolleces

no cansarme antes de tiempo

y guardar todas mis uerzas para

el momento adecuado

e

n

c

u

a

n

t

o

l

a

a r

a

b

i

a

No entiendo

los excesos de confanza.

Saber evitarlos

es una manera de malgastar

menos el tiempo

n

o

p

e

r

d

e

r

e

l

t

i

e

m

p

o


19/35

Si me miras una vez ms de esa orma

Precisamente

Luego no digas que ue por mi culpa

a

m

n

Tuviste la oportunidad

De tenerme en tus brazos

De abrirme entera

De entrar y salir de m

A tu antojo.

No lo aprovechaste.

No me jodas ahora

Con nostalgias.

l

a

s

c

o

s

a

s

n

o

q

u

e

d

i

j

i

s

t

e


20/35

Algunas mujeres se sientan en una silla

mientras beben una copa de vino

[ o de champn

como si sentaran en el retrete.

Sin ganas.

A esperar a que se termine la botella.

Sin ms.

t

h

e

u

p

p

e

r

h

o

u

s

e

Ni mucho menos.

Te lo tienes que ganar

cada da.

Faltara ms

n

o

d

a

r

p

o

r

n

a

d

a

s

e

n

t

a

d

o


21/35

Siempre que camino hacia el Oeste en domingo

observo los grupos de chicas indonesias

que pasean juntas, de la mano,

que se compran bisutera y se hacen otos.

En Victoria Park,

[ las chicas estn preparndose para

compartir la comida, montones de noodles

y pollo tandori, y verduras ritas y currys varios

y cantan y se cuentan.

Las indonesias llevan sus velos de colores

y se pintan los labios suavemente

[ y sus pieles brillan

de juventud y de vida.

Para que la primera clase siga su ritmo

hay que buscar en pases pobres

mano de obra joven y barata.

Muy joven

y muy barata.

v

i

c

t

o

r

i

a

p

a

r

k

Es una costumbre como cualquier otra.

Unos se levantan con el pie derecho,

o se peinan de derecha a izquierda,

otros cruzan los pasos de peatones

[ contando nmeros pares

o impares.

Yo escribo en los bares.

Hay unos cuantos ms por ah.

A veces puedo verlos.

e

s

c

r

i

b

i

r

e

n

b

a

r

e

s

l

o

s


22/35

Si no estuviera tan lejos

ten por seguro

que no me veras tan bien.

He tenido que alejarme

para ser ms visible.

Es lo que tiene la miopa.

c

o

r

t

o

d

e

v

i

s

t

a

Los domingos en el Este de Hong Kong

puedes encontrarte con Little Manila.

Miles de chicas flipinas se renen en parques,

aceras, plazas, pasos elevados o subterrneos

para celebrar su nico da libre.

Se rodean de cajas de cartn

para conseguir una intimidad propicia

y se pintan las uas

se hacen trenzas en el pelo

se dan masajes en los pies,

hablan, ren, comen.

Ellas tienen la vitalidad,

el brillo en los ojos,

la cintura elstica

y un sueldo que no les alcanza

para paliar el dolor de pies.

Esos domingos, vindolas,

uno siente que Manila

est aqu mismo, bien cerca.

Pequea, bonita y triste Little Manila.

l

i

t

t

l

e

m

a

n

i

l

a


23/35

Hay una cosa que me gusta ms

que beber sola.

Es beber contigo.

Cualquier cosa

contigo.

c

o

n

t

i

g

o

La prxima vez que me veas

dime algo bonito.

Para variar.

e

l

e

c

t

r

i

c

s

t

r

e

e

t


24/35

Estar al otro lado del mundo

sin poder hablar con nadie

o era sin querer?

Estar auera

cuando todo el mundo est dentro.

Respirar el aire

cuando los dems

llevan mascarillas para evitarlo.

Evitar de todas las ormas posibles

la seguridad,

cuando gran parte del primer mundo

la busca a conciencia.

Buscar las esquinas y los recovecos,

caminar por el camino ms largo

[ para llegar

al mismo sitio que por el corto,

perder el tiempo

en los ojos de la gente.

Y que me guste.

l

a

s

o

l

e

d

a

d

e

r

a

e

s

t

o

Algunas manos.

Las miro,

las comprendo,

las duelo.

S que esas manos,

algunas manos

nunca tendrn oportunidad

de tocar un piano.

l

o

s

o

t

r

o

s

p

i

a

n

i

s

t

a

s


25/35

El otro da me pint las uas de verde.

Algo inslito en mi, la primera vez

[ en mis casi 40 aos que lo hago.

Lo curioso, es que

[ desde que tengo las uas verdes,

[mis manos parecen de otra persona.

Las miro y me parecen ms grandes

[ que nunca.

Como si ueran unas manos de hombre

[ pintadas. De verde puerta.

Me acaricio mirando ese verde

[ en mi piel blanca, blanqusima

La sensacin es extraa y agradable.

[ Como si otra persona me tocase.

Como si ese esmalte verde

[ hubiera producido un cambio

[ en el movimiento de mis manos

Y en el interior de mi persona,

[ creando dudas.

No s si pintarme los labios

l

a

d

e

u

a

s

l

a

s

v

e

r

d

e

s

Me ro

de todos los que creis

que podis ir a ms en la vida.

Me ro.

A ms qu? hacia dnde?

a costa de qu?

y de quin?

m

e

d

a

i

s

r

i

s

a


26/35

La brecha

entre lo que ves t

y lo que ven los dems

es un precipicio

en el que naurago

de vez en cuando

t

y l

o

s

d

e

m

s

El momento adecuado

est lleno de tachones.

El momento

en que surge la posibilidad

de una palabra que arrastre a las dems,

es muy corto

y es inconundible

l

o

s

l

u

g

a

r

e

s

c

o

m

u

n

e

s


27/35

Sin el poder de mi lengua en un lugar

donde los gestos valen ms que mil slabas.

Sin palabras.

Me defendo a la uerza y con ternura.

Sin palabras.

Me comunico con ojos y sonrisas.

Me alimento de miradas y sonidos.

Aprendo desaprendiendo

y me sujeto,

aguanto

todas las tormentas

sin lengua

pero con toda mi boca

como bote salvavidas.

l

a

s

s

o

n

r

i

s

a

s

d

e

w

a

n

c

h

a

i

Enredada

en mi boca

quitndome

todas las palabras

que guardaba justo

en la punta

de la ma

t

u

l

e

n

g

u

a


28/35

Es en estas noches en que la humedad

se trenza a tu cuerpo

impidindote conciliar el sueo,

revelndote el tanto por ciento exacto

de agua que hay en tu cuerpo.

Es, en estas noches,

cuando me deshago,

en mi casa de Sun Street,

cuando tengo la certeza

de que estos momentos

no los olvidar jams

s

u

n

s

t

r

e

e

t

Apareci en la noche,

en Mid Levels

y de un solo vistazo

v la luz que desprenda.

Hay mujeres para las que te altan ojos

para admirarlas

y mala intencin

para abordarlas

e

l

l

a


29/35

Cuntas veces puedes levantarte

y creer que todo va a salir bien.

Cuntalas

l

o

s

s

u

i

c

i

d

a

s

h

o

n

g

d

e

k

o

n

g

i

s

l

a

n

d

Mi casa linda entre Moon y Star street,

callejuelas estrechas

donde puedo gritar mis secretos

en mi idioma, con todas mis ganas

y la voz sube

hacia el cielo

golpeando entre la luna y las estrellas.

s

t

a

r

s

t

r

e

e

t


30/35

otro, introducindolo tan rpido en su bolso

que apenas daba tiempo a saber qu haba

pasado.

Luego se solt la trenza que caa por su

espalda y dej al aire su pelo negro brillante y

fno, ligeramente trenzado. Se haca trenzas

con ese propsito, para que su pelo se viera con

ms volumen. No le gustaba su pelo tan lacio.

Al salir del edifcio, con aire acondicionado

a 20 grados, el viento caliente removi su

pelo y su camisa morada. Se acab. No ms

business en ofcinas congeladas.

Camin hasta el muelle para coger el erry.

Viva en una isla apartada del tremendo ruido

de Hong Kong, en Cheung Chau. El erry

estaba all. Se sent junto a una ventanilla y

pas los 35 minutos de trayecto mirando las

aguas sucias.

Viva en un segundo piso, en la ladera ms

alta de Cheung Chau, desde donde poda ver

El da que Sandra Ho dej su trabajo en

la planta 55 de un ediicio de oicinas,

todos sus compaeros trataron de hacerla

entrar en razn pinsalo Ho, aqu tienes

todo, un coche de empresa, un despacho

compartido con tres personas y no con 50,

un buen sueldo pinsalo bien.

Sandra sonri tmidamente y dijo con

una voz fera iros a la mierda. Fuck o.

Nadie haba odo a Sandra hablar de esa

manera. Se quedaron petrifcados viendo a

la mujer asitica, delgada y pequea, coger

el ascensor para llegar a la planta baja. Sin

dejar de sonrer. En el ascensor se quit el

sujetador. Tena una habilidad sorprendente

para hacerlo en cualquier situacin sin que

nadie se percatara. Lo haca rpidamente,

desabrochndoselo con un simple movi-

miento de sus dedos, primero un brazo e

inmediatamente despus lo sacaba por el

p

a

r

e

c

e

s

e

n

c

i

l

l

o

r

e

s

p

i

r

a

r


31/35

el mar. Un lujo que no estaba al alcance de

todo el mundo y lo saba. Era martes, la isla

estaba tranquila. Fue a casa a cambiarse de

ropa, quitarse ese estpido traje de ofcinista,

que la haca impersonal, que consegua que

todas las mujeres y todos los hombres en

esas ofcinas se parecieran. Se puso unos

vaqueros cortos y unas chanclas y sali

a sentarse a la orilla de la playa. Antes

haba parado a comprar tabaco. Haca

dos aos que haba dejado de umar. En

aqul edifcio todo lo que signifcara el

mas mnimo placer, estaba prohibido. Y

tener que salir a umar uera, era algo que

nunca le gust, el trayecto era tan largo

que no le mereca ni la pena. Pero hoy en

ese preciso momento le apeteca un cigarro

como nunca. Se descalz. El mar estaba

tranquilo, la humedad caa lentamente.

Sandra Ho se senta eliz.


32/35

Est edicin se acab de imprimir en noviembre 2010

en los talleres de Grfcas La Paz, Torredonjimeno


33/35


34/35


35/35

Made in Hong Kong

Documents

Transcript of Made in Hong Kong