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Artículo El papel moderador de la asertividad y la ansiedad social en el acoso psicológico en el trabajo: dos estudios empíricos 1 The moderating role of assertiveness and social anxiety in the workplace bullying: two empirical studies BERNARDO MORENO-JIMÉNEZ 2 ALFREDO RODRÍGUEZ-MUÑOZ 2 YNMIG MORENO 2 EVA GARROSA 2 RESUMEN Tradicionalmente, la investigación sobre el acoso psicológico se ha focalizado en los estresores laborales y los factores contextuales como factores antecedentes. Sin embargo, la asociación entre los antecedentes organizacionales y el acoso es compleja y son varias las características de personalidad y factores individuales que pueden actuar como moderado- res de esta relación (Einarsen, 2000). Para contrastarlo, se llevaron a cabo dos estudios empíricos para examinar el papel moderador de la personalidad en el proceso del acoso psi- cológico en el trabajo. En el primer estudio la muestra estuvo formada por 120 inmigrantes latinoamericanos. De acuerdo con la hipótesis inicial, los resultados de los análisis de regre- sión múltiple jerárquica mostraron que la asertividad moderaba la relación entre el antece- dente organizacional inequidad laboral y el acoso psicológico. El segundo estudio se realizó en 183 víctimas de acoso. Los resultados mostraron que la ansiedad social y la asertividad moderaban la relación entre el acoso y sus efectos sobre la salud. Además, se encontraron diferencias de género en las quejas de salud derivadas del acoso. ABSTRACT Research on workplace bullying has traditionally been focused on work-related stressors Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2006, vol. 22 n.º 3 363 Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 2006 Volumen 22, n.º 3 - Págs. 363-380. ISSN: 1576-5962 1 Esta investigación ha sido posible en parte gracias a la financiación recibida por el Instituto de la Mujer (I+D+I 36/05), y a la beca predoctoral de la Universidad Autónoma de Madrid (Alfredo Rodríguez Muñoz). 2 Universidad Autónoma de Madrid. Fecha de Recepción: 15-09-06 Fecha de Aceptación: 14-10-06

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Artículo

El papel moderador de la asertividad y la ansiedad social enel acoso psicológico en el trabajo: dos estudios empíricos1

The moderating role of assertiveness and social anxiety in theworkplace bullying: two empirical studies

BERNARDO MORENO-JIMÉNEZ2

ALFREDO RODRÍGUEZ-MUÑOZ2

YNMIG MORENO2

EVA GARROSA2

RESUMEN

Tradicionalmente, la investigación sobre el acoso psicológico se ha focalizado en losestresores laborales y los factores contextuales como factores antecedentes. Sin embargo, laasociación entre los antecedentes organizacionales y el acoso es compleja y son varias lascaracterísticas de personalidad y factores individuales que pueden actuar como moderado-res de esta relación (Einarsen, 2000). Para contrastarlo, se llevaron a cabo dos estudiosempíricos para examinar el papel moderador de la personalidad en el proceso del acoso psi-cológico en el trabajo. En el primer estudio la muestra estuvo formada por 120 inmigranteslatinoamericanos. De acuerdo con la hipótesis inicial, los resultados de los análisis de regre-sión múltiple jerárquica mostraron que la asertividad moderaba la relación entre el antece-dente organizacional inequidad laboral y el acoso psicológico. El segundo estudio se realizóen 183 víctimas de acoso. Los resultados mostraron que la ansiedad social y la asertividadmoderaban la relación entre el acoso y sus efectos sobre la salud. Además, se encontrarondiferencias de género en las quejas de salud derivadas del acoso.

ABSTRACT

Research on workplace bullying has traditionally been focused on work-related stressors

Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2006, vol. 22 n.º 3 363

Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 2006Volumen 22, n.º 3 - Págs. 363-380. ISSN: 1576-5962

1 Esta investigación ha sido posible en parte gracias a la financiación recibida por el Instituto de la Mujer(I+D+I 36/05), y a la beca predoctoral de la Universidad Autónoma de Madrid (Alfredo Rodríguez Muñoz).

2 Universidad Autónoma de Madrid.

Fecha de Recepción: 15-09-06 Fecha de Aceptación: 14-10-06

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and contextual factors as antecedent conditions. However, the association between organizational factors and bullying is complex and several personality characteristics andindividual factors may act as moderators of this relationship (Einarsen, 2000). In order tocontrast it, two empirical studies were conducted to examine the moderating role of perso-nality in the process of workplace bullying. In the first study the sample consisted of 120Latin-American immigrants. According to the initial hypothesis, the results of the hierarchical multiple regression analysis showed that assertiveness moderated the relations-hip between the organizational antecedent of inequity at work and bullying. The secondstudy was conducted among 183 victims of bullying. Results showed that social anxietyand assertiveness moderated the relationship between bullying and its effects on health.Furthermore, gender differences were found in health complaints as a consequence ofbullying.

PALABRAS CLAVE

Acoso psicológico en el trabajo, Variables de personali-dad, Efecto moderador.

KEY WORDS

Workplace bullying, Personality variables, Moderatoreffect.

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INTRODUCCIÓN

Desde los orígenes de la investigaciónsobre el acoso psicológico en el trabajo seha generado un intenso debate entorno alas causas que explican el fenómeno.Durante las últimas décadas se han des-arrollado numerosas investigaciones yanálisis teóricos en el ámbito del acosopsicológico, aunque de forma general lasdistintas aproximaciones teóricas puedenresumirse en dos modelos complementa-rios: la hipótesis organizacional y la depersonalidad (Einarsen, 2000).

Los supuestos de la primera perspectivade análisis del acoso laboral conciben losfactores organizacionales y las deficien-cias en el entorno laboral como las princi-pales variables explicativas del mobbing(Einarsen, Raknes y Matthiesen, 1994;Leymann, 1996; Zapf, Knorz y Kulla,1996). Esta aproximación cuenta con unamplio apoyo, ya que se dispone de unimportante volumen de datos referentes afactores organizacionales y psicosocialesimplicados en el proceso del acoso psico-lógico (para una revisión, véase Hoel ySalin, 2003). Desde esta perspectiva,Einarsen et al. (1994) encontraron que elconflicto de rol, el liderazgo autoritario yla falta de control o de autonomía sobre elpropio trabajo se asociaban significativa-mente con el acoso. Por su parte Vartia(1996), en un estudio en trabajadores fin-landeses, encontró que las víctimas deacoso describían su ambiente laboralcomo estresante y con una alta sobrecargade trabajo. Del mismo modo, Agervold yMikkelsen (2004) observaron claras dife-rencias entre departamentos, en funcióndel número de personas acosadas, en lasdemandas laborales y los estilos directi-vos. Otro tipo de factores organizacionalesque pueden favorecer la aparición del

acoso psicológico tiene que ver con lafalta de información y procedimientos deintervención con los que cuenta la organi-zación para actuar contra el mobbing(Moreno-Jiménez, Rodríguez-Muñoz,Garrosa y Morante, 2005a; Salin, 2004).

Esta perspectiva psicosocial fue defen-dida por Leymann, (1996) quien conside-raba que los factores de personalidad eranirrelevantes para el estudio del acoso psi-cológico. Probablemente Leymann tratóde minimizar el papel que los factores per-sonales pudieran tener en la aparición ydesarrollo del mobbing, con la intenciónde defender a las víctimas. Sin embargo,los estudios del grupo de investigación deBergen, entre otros, claramente muestranque los factores del entorno de trabajo tansólo pueden explicar una parte del fenó-meno (Einarsen y Skogstad, 1996). Desdeesta perspectiva, el acoso psicológico nose entiende como un fenómeno estático,sino como un proceso escalar gradual enel que la persona objeto de acoso seenfrenta a agresiones que crecen en inten-sidad y frecuencia (Einarsen, 2000; Ley-mann, 1996), donde las estrategias deafrontamiento parecen ser decisivas. Portanto, si se concibe el acoso como un pro-ceso, el ambiente de trabajo y los factoresindividuales y de personalidad puedenestar jugando distintos roles en las dife-rentes etapas del mismo. El acoso psicoló-gico ocurre en un sistema social interacti-vo, siendo un proceso claramente transac-cional. Se ha comprobado que existendiferencias personales en la vivencia yafrontamiento del acoso psicológico dequienes lo sufren, así como en el desarro-llo posterior de los problemas de saludasociados (Matthiesen y Einarsen, 2001;Zapf y Gross, 2001). Por ello, los últimosdesarrollos teóricos enfatizan la necesidadde integrar las variables de personalidad

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en el estudio y análisis del proceso deacoso (Zapf y Einarsen, 2003), aunquesiempre con la precaución de no culpar ala víctima. El énfasis no está tanto en lacausalidad como en la vulnerabilidad.

Lo que algunos autores han denominado“hipótesis de la personalidad” postula unaasociación entre ciertas características per-sonales y la aparición del acoso en el tra-bajo. Ha habido expertos que han tratadode delimitar cuáles son las característicasde personalidad que caracterizan a las víc-timas de acoso. Al respecto, los últimosestudios llevan a concluir que no pareceexistir un perfil general de personalidad dela víctima que pueda explicar por quésurge el acoso (Glaso, Matthiesen, Nielseny Einarsen, 2006), sino más bien dar cuen-ta de ciertas diferencias personales en elproceso. Dentro de este paradigma, una delas variables que mayor interés ha suscita-do son los recursos de afrontamiento quedesarrollan las personas ante el acoso.Knorz y Zapf (1996) y Zapf y Gross(2001) han comparado las conductas deafrontamiento de víctimas que superaroncon éxito el acoso frente a las de personascuya situación empeoró. Las víctimas quetuvieron éxito evitaban con mayor frecuen-cia comportamientos que pudieran volver-se contra ellos (ej., absentismo), y eranmás competentes en reconocer conductas ysituaciones que agravaban el conflicto. Eneste sentido, Niedl (1995) señala que unapersona llega más fácilmente a ser objetode acoso si por alguna razón es incapaz dedefenderse. De igual forma, en un estudioNoruego (Einarsen et al., 1994), muchasvíctimas de acoso indicaron que su falta derecursos de afrontamiento y autoeficacia,así como una baja autoestima, una elevadaansiedad social y la falta de habilidades degestión del conflicto, contribuyeron a agra-var el problema.

Uno de los estudios clásicos en estaperspectiva lo constituye una investiga-ción norteamericana realizada con vícti-mas de acoso que reclamaban una indem-nización a sus compañías de seguros.Gandolfo (1995) estudió el perfil de per-sonalidad de 47 personas acosadasmediante el MMPI-2 y lo comparó congrupo control, que igualmente reclamabaindemnizaciones pero que no habíanpadecido acoso laboral. Se comprobó queel grupo de víctimas de acoso mostrabamayor número de alteraciones psicológi-cas y emocionales, con altas puntuacionesen depresión y tendencia a la somatiza-ción. Estos hallazgos fueron replicadosposteriormente por Matthiesen y Einarsen(2001), quienes hallaron que determina-dos variables de personalidad constituíanfactores de vulnerabilidad en el procesode acoso psicológico, aunque existía bas-tante heterogeneidad en cuantos a los dis-tintos perfiles de personalidad. Por suparte, Zapf (1999a) exploró las razonespor las cuales las víctimas considerabanque habían llegado a ser acosadas. El 37%de la muestra indicó que los factores indi-viduales se encontraban involucrados enel proceso de acoso. De esta forma, tantolos acosadores como las víctimas señalancon frecuencia que las características depersonalidad son factores importantes a lahora de explicar por qué algunas víctimasson acosadas (Einarsen, Raknes, Matthie-sen y Hellesøy, 1994).

Aunque la personalidad por sí sola notenga capacidad predictiva en la aparicióndel acoso, sí parece tener influencia en lainterpretación de las conductas hostigado-ras y la forma de reaccionar ante ellas(Einarsen, 2000). Diversos estudios hancomprobado que el acoso psicológico seencuentra fuertemente asociado con dife-rentes problemas físicos y psicológicos

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(Hoel, Faraguer y Cooper, 2004; Hogh,Henriksson y Burr, 2005; Leymann y Gus-tafsson, 1996), que distintas variables depersonalidad moderan (Mikkelsen yEinarsen, 2002a; Nielsen, Matthiesen yEinarsen, 2006) o median (Hansen, Hogh,Persson, Karlson, Garde y Orbaek, 2006)esta relación.

Desde esta perspectiva transaccional, elobjetivo del presente artículo consiste enanalizar el papel moderador de determina-das variables de personalidad en el proce-so de acoso psicológico en el trabajo a tra-vés de dos estudios empíricos.

ESTUDIO 1

Objetivos e hipótesis

El objetivo de este primer estudio esanalizar si la asertividad modula la rela-ción entre la inequidad laboral y el acosopsicológico. De esta forma se plantearonlas siguientes hipótesis:

H1: La asertividad será un factorque atenúe la relación entre lainequidad laboral y el acoso psico-lógico. En situaciones de inequidadlaboral aquellas personas que pre-senten altos niveles de asertividadobtendrán menores puntuaciones enacoso psicológico.

H2: La ansiedad social será unfactor de vulnerabilidad en la rela-ción entre la inequidad laboral y elacoso psicológico. En situacionesde inequidad laboral aquellas per-sonas que presenten altos niveles deansiedad social presentarán mayo-res puntuaciones en acoso psicoló-gico.

MÉTODO

Participantes y procedimiento

La muestra del estudio estuvo formadapor 120 trabajadores inmigrantes latinoa-mericanos, todos ellos residentes en laComunidad de Madrid. El 53,3% sonhombres, mientras que la media de edadse sitúa entorno a los 33,3 años (d.t. =4,69) y la media de experiencia laboral esde 4,99 años (d.t. = 3,01). Respecto alnivel de formación académica, más de lamitad han completado estudios primarioso secundarios (66,7%). El 32,5% de lostrabajadores son operarios, el 35,8% notienen contrato laboral y trabajan unamedia de 48 horas a la semana (d.t. = 9,6).Respecto a la nacionalidad, el porcentajemás importante corresponde a ecuatoria-nos (33%), colombianos (17,5%) y perua-nos (11,7%). El acceso a la muestra serealizó a través de distintas asociacionesde inmigrantes de la ciudad de Madrid.Los datos se recogieron mediante entrevis-tas semi-estructuradas, durante las cualeslos participantes rellenaban el protocolode evaluación. Los sujetos participaronvoluntariamente en la investigación, pre-vio consentimiento informado. Aproxima-damente uno de cada diez rechazó partici-par en el estudio.

Instrumentos

– Como medida del acoso psicológicose utilizó una versión modificada delCuestionario de Acoso Psicológico en elTrabajo (CAPT) (Moreno-Jiménez et al.,2005a), adaptado a población inmigrante.En la presente investigación el cuestiona-rio contiene dos secciones. La primerarecoge conductas típicas de acoso, respec-to a las cuales el sujeto debe indicar el

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grado en que ha padecido dichas conduc-tas (ej., “Mis compañeros de trabajo meexcluyen de sus encuentros o reuniones”;“He recibido comentarios o comporta-mientos ofensivos en relación con mis cre-encias religiosas”), con cinco alternativasde respuesta en un escala de 0 (“Nunca”) a4 (“Continuamente”). También recogeinformación respecto a la duración y fre-cuencia del acoso. El coeficiente de fiabi-lidad (alpha de Cronbach) de este factorfue de 0,95.

La segunda parte del cuestionarioincluía aspectos de la organización quepueden actuar como antecedentes de laaparición del acoso psicológico. En con-creto, este factor hace referencia a aspec-tos relativos a la capacidad de participa-ción en la toma de decisiones y a la equi-dad en los criterios de promoción (ej., “Laorganización dispone de medios para quepueda comunicar sugerencias de mejora oquejas”, ítem inverso). Este factor constade 7 ítems con un formato de respuestaque va de de 0 (“Nunca”) a 4 (“Continua-mente”). Mayores puntuaciones indicanmenor equidad en el trabajo. El coeficien-te de fiabilidad fue de 0,91.

– Se utilizó una versión reducida de 6ítems del Rathus Assertiveness Schedule(Rathus, 1973) para evaluar la asertividad(ej., “He evitado hacer preguntas pormiedo a parecer tonto”). El rango de res-puesta de los ítems va de 1 (“totalmentede acuerdo; muy característico de mí”) a 4(“totalmente en desacuerdo; poco caracte-rístico de mí”). Las puntuaciones altasindican mayor asertividad. En el presenteestudio, la fiabilidad de la escala fue de0,87.

– La ansiedad social se ha evaluadomediante la Social Avoidance and Distress

Scale (SAD; Watson y Friend, 1969). Seutilizó una versión reducida de 6 ítems(ej., “El hecho de que me presenten agente desconocida me causa temor einquietud”). Las opciones de respuestaoscilan entre (1) “Totalmente Falso” y (4)“Totalmente Verdadero”. Las puntuacio-nes altas indican mayores niveles deansiedad social. El coeficiente alpha deCronbach del cuestionario en el presenteestudio fue de 0,98.

RESULTADOS

En un primer análisis de correlaciónbivariada de Pearson se observa que elacoso psicológico se asocia positiva y sig-nificativamente con la inequidad laboral (r= 0,75; p<,001) y la ansiedad social (r =0,33; p<,001), y negativamente con laasertividad (r = -0,44; p<,001).

Se realizó una ecuación de de regre-sión múltiple jerárquica por pasos paradeterminar los efectos principales y deinteracción de la variable de inequidadlaboral y la asertividad a la hora de pre-decir el acoso psicológico. En todomomento se siguieron los procedimientosrecomendados para el análisis de modera-ción (Aiken y West, 1991; Cohen yCohen, 1983). Para minimizar los efectosde la multicolinealidad, se realizarontodos los análisis de regresión con lasvariables independientes estandarizadas(Aiken y West, 1991; Kleinbaum, Kup-per y Muller, 1988). De acuerdo conKleinbaum, Kupper y Mueller (1988) yRyan, (1997), los valores de factor deinflación de la varianza (FIV) por encimade 10 y los índices de tolerancia menoresde 0,10 pueden indicar la presencia demulticolinealidad. Los resultados de losanálisis de regresión indicaron que no

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existía colinealidad entre las variables delestudio. Las variables independientesfueron introducidas en la ecuación deregresión en tres pasos sucesivos. En pri-mer lugar, se introdujeron distintas varia-bles socio-demográficas para controlarsus posibles efectos. En segundo lugar, seintrodujeron las variables de inequidadlaboral, asertividad y ansiedad social,para observar sus efectos principales. Porúltimo, se introdujo la interacción entreambas las variables independientes(Inequidad Laboral x Asertividad;Inequidad Laboral x Ansiedad Social).Como variable dependiente se utilizó unapuntuación global de acoso psicológico.

Los resultados del análisis de regre-sión indican que la inequidad laboral y suinteracción con asertividad predicen sig-nificativamente el acoso psicológico[F(4,108) = 23,94; p<,001], explicando

un 62,2% de la varianza total. En concre-to, la variable inequidad laboral es laúnica que presenta un efecto principal (β‚= ,73; p<,001).

Respecto a los efectos de interacción,los resultados muestran que la variableasertividad modera la relaciones entre lainequidad laboral y el acoso psicológico(β‚ = -,19; p<,01). La inclusión de la inter-acción en el último paso resultó significa-tiva [(F(8,110) = 8,24; p<,01)] y añadió un3,5% de varianza adicional.

Para poder interpretar estos resultadosse ha representado gráficamente la interac-ción según el procedimiento estándar(Aiken y West, 1991). Tal y como se apre-cia en la figura nº 1, la influencia de lainequidad laboral sobre el acoso laboral seatenúa cuando son altos los niveles deAsertividad.

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Tabla 1. Análisis de regresión jerárquicaa

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ESTUDIO 2

Objetivos e hipótesis

El segundo estudio explora el papel dediversas variables de personalidad (aserti-vidad, ansiedad social y locus de control)en los efectos derivados del acoso psicoló-gico en el trabajo. Igualmente, dentro delestudio de las diferencias personales en elacoso psicológico, queríamos determinarel papel del género en las consecuenciasmencionadas. En este sentido, se plantea-ron las siguientes hipótesis:

H3: La ansiedad social y el locusde control externo serán factores devulnerabilidad en la relación entreel acoso psicológico y las conse-cuencias. En situaciones de acosoaquellas personas que presentenaltos niveles de ansiedad social ylocus de control externo presentaránuna salud más deteriorada.

H4: La asertividad será unavariable protectora en la relación

entre el acoso psicológico y las con-secuencias. En concreto, en situa-ciones acoso aquellos que presentenaltos niveles de asertividad presen-tarán una salud menos deteriorada.

H5: Las consecuencias derivadasdel acoso incidirán en mayor medi-da en las mujeres que en los hom-bres.

MÉTODO

Participantes y procedimiento

La investigación se realizó con personasque han demandado asistencia o ayuda aalguna asociación o plataforma contra elacoso. Siguiendo una definición de acosopsicológico, todos se consideraban vícti-mas de mobbing y cumplían los criteriostemporales que se tienen en cuenta paraconcebir una situación como acoso (Einar-sen, 2000; Leymann, 1992). La muestraestaba formada por un total de 183 perso-nas, el 46,4% son mujeres, con una edad

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Figura 1. Interacción Inequidad Laboral X Asertividad en Acoso Psicológico

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media de 39,58 años (d.t. = 7,85) y unamedia de experiencia laboral de 15.17 años(d.t. = 9,07). El nivel de estudios es mayo-ritariamente bachiller con un 49,2%, mien-tras que el 41,5% indica poseen estudiossuperiores. Otro dato interesante, es que el45,9% de los sujetos señalan estar desem-pleados como consecuencia directa delacoso padecido, mientras que el 54,1%señala estar en la situación de acoso desdehace más de dos años. Todos los sujetosincluidos en este grupo habían estadoexpuestos a estrategias de acoso de formasistemática. El acceso a la muestra de víc-timas de acoso se realizó a través de 15asociaciones y plataformas contra el acoso,distribuidas en 10 comunidades autónomasdiferentes del territorio nacional. A travésde una entrevista telefónica, se explicó alrepresentante de la asociación el objetivodel estudio y las instrucciones sobre cómorellenar el cuestionario. En concreto, seenviaron 350 protocolos, recibiéndose 202(57,7%). Se excluyeron 19 sujetos que nocumplían los criterios mencionados ante-riormente. Todos los sujetos participaronvoluntariamente en la investigación previoconsentimiento informado.

Instrumentos

– Cuestionario de acoso psicológico enel trabajo (Moreno-Jiménez et al., 2005a).Se utilizaron 13 ítems conductas típicas desituaciones de acoso, respecto a las cualesel sujeto debe indicar el grado en que hapadecido las conductas, con cinco alterna-tivas de respuesta en un escala de 0(“Nunca”) a 4 (“Continuamente”). Laescala evalúa los factores de aislamientosocial, desacreditación y exigencia extre-ma. En el presente estudio se utilizó elíndice global de acoso, que cuenta con uníndice de fiabilidad de 0,96.

– La Asertividad se evaluó medianteuna versión reducida de 6 ítems del RathusAssertiveness Schedule (Rathus, 1973). Elrango de respuesta de los ítems va de 1(“totalmente de acuerdo; muy característi-co de mí”) a 4 (“totalmente en desacuerdo;poco característico de mí”). Mayores pun-tuaciones indican mayor asertividad. En elpresente estudio, la escala mostró un índicede fiabilidad de 0,79.

– La Ansiedad Social se evaluó a travésde una versión reducida de 6 ítems de laSocial Avoidance and Distress Scale(Watson y Friend, 1969). Las opciones derespuesta oscilan entre (1) “TotalmenteFalso” y (4) “Totalmente Verdadero”.Mayores puntuaciones indican mayoransiedad social. La escala mostró un índi-ce de fiabilidad de 0,88.

– Cuestionario de Locus de Control deLevenson (1981). En el presente estudioutilizamos la subescala de “otros podero-sos” (ej., “Mi vida esta controlada sobretodo por personas con poder”), compuestapor 8 ítems, con un rango de respuesta queva de Totalmente en desacuerdo (1) hastaTotalmente de acuerdo (6). Una alta pun-tuación indica que se piensa que los otros,los que tienen poder, afectan a los resulta-dos de su vida. El alfa de Cronbach pre-sentó un valor de 0,85.

– Cuestionario de Salud General deGoldberg en su versión de 28 ítems(GHQ-28; Goldberg y Hillier, 1979). Estaprueba es una medida para detectar pro-blemas psicológicos, y está compuesto por4 subescalas formadas por 7 ítems cadauna que representan las dimensiones desíntomas somáticos (ej., “¿Ha padecidodolores de cabeza?”), ansiedad e insom-nio (ej., “¿Ha tenido dificultades paraseguir durmiendo de un tirón toda la

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noche?”), disfunción social (ej., “¿Ha sen-tido que está desempeñando un papel útilen la vida?”) y depresión grave (ej., “¿Hapensado que vd. es una persona que novale para nada?”). Como señalan Lobo yMuñoz (1996), las subescalas del cuestio-nario no son totalmente independientesentre sí y no se corresponden necesaria-mente con diagnósticos psiquiátricos. Eneste estudio se ha utilizado la puntuacióntipo Likert, que asigna pesos desde 0 hasta3, mayores puntuaciones indican una malasalud. La fiabilidad de las cuatro dimen-siones fue la siguiente: 0,86 para Síntomassomáticos, 0,86 para Ansiedad e insom-nio, 0,82 para Disfunción Social y 0,92para Depresión.

RESULTADOS

En primer lugar se realizó un análisisde correlación bivariada de Pearson. Losanálisis de indican que el acoso psicológi-co en el trabajo muestra las relaciones másaltas con el deterioro de la salud. Se obser-va que se asocia positiva y significativa-mente con las dimensiones del Goldberg,especialmente con la depresión (r = 0,50;p<,001) y la disfunción social (r = 0,47;p<,001). En cuanto a las variables de per-sonalidad, se advierte que la sintomatolo-gía se relaciona significativamente con lastres dimensiones, especialmente con aser-tividad, que presenta fuerte correlacionescon depresión (r = -0,34; p<0,001), yansiedad e insomnio (r = -0,31; p<,001).Igualmente, el acoso se relaciona positiva-mente con la ansiedad social (r = 0,18;p<,05) y locus de control (r = 0,27;p<,001), y negativamente con la asertivi-dad (r= -0,32; p<,001).

Para analizar el papel de la personali-dad sobre los efectos del acoso psicológi-

co se realizaron diversos análisis deregresión múltiple jerárquica para deter-minar los efectos principales y de interac-ción del acoso psicológico y de las varia-bles de personalidad (Asertividad, Ansie-dad Social y Locus de Control) sobrecada una de las dimensiones del Gold-berg (Síntomas Somáticos, Ansiedad eInsomnio, Disfunción Social y Depre-sión). En primer lugar, se introdujerondiferentes variables sociodemográficas(Género, Tipo de Contrato y ExperienciaLaboral) para controlar su posibleinfluencia, ya que estudios previos indi-can su relevancia en el proceso de acosopsicológico (Moreno-Jiménez et al.,2005a; Salin, 2003). En el segundo pasose introdujo la puntuación global deacoso psicológico y las tres variables depersonalidad (Asertividad, AnsiedadSocial y Locus de Control). Por último,en el tercer paso se introdujeron las inter-acciones entre las variables independien-tes (acoso x asertividad, acoso x ansiedadsocial y acoso x locus de control). Aligual que en los análisis de regresiónanteriores, se siguieron las recomenda-ciones de Aiken y West (1991), y secomprobó que los valores FIV y los índi-ces de tolerancia se encontraban dentrodel rango recomendado.

Tal y como se aprecia en la tabla 2, losefectos principales del acoso psicológico ylas variables de personalidad siguen elpatrón esperado. Género y acoso psicoló-gico predijeron significativamente la sin-tomatología somática [F(7,171) = 5,57;p<,001], explicando más del 20% de suvarianza total. La variable acoso psicoló-gico aparece como la más significativa enla predicción de los síntomas somáticos(β‚ =,44; p<,001), explicando el 22% de lavarianza total de la variable criterio. Igual-mente, el género muestra una asociación

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significativa con la sintomatología somáti-ca (β‚ =,18; p<,05).

Respecto a la variable Ansiedad eInsomnio el modelo de predicción sigueincluyendo los dos factores señalados[F(5,170) = 7,66; p<,001]. Conjuntamen-te, estas dos variables explican el 29% desu varianza total. Acoso psicológico resul-ta de nuevo la variable que más relaciónpresenta con la ansiedad e insomnio expli-ca (β‚ = ,46; p<,001).

Por otra parte, el género, el acoso psi-cológico, la ansiedad social y su interac-ción con acoso predicen la variable Dis-función social [F(5,172) = 9,24; p<,001].La variable que mayor influencia ejercesobre ella es de nuevo el acoso psicológi-co (β‚ =,38; p<,001). El mismo patrónaparece en Depresión [F(8,171) = 10,41;

p<,001], donde las variables anteriormentemencionadas explican más del 36% de suvarianza.

Respecto a los efectos de interacción,los resultados muestran que tan solo apa-recen en la disfunción social y la depre-sión. Los análisis indican que la ansiedadsocial, además de tener efecto principal(β‚ =,18; p<,05), modera las relaciónentre el acoso y la disfunción social(p<,05). En la figura nº 2, se puede apre-ciar que la relación entre el acoso y la dis-función social se acentúa ante altos nive-les de ansiedad social. Igualmente, laansiedad social modera la relación exis-tente entre el acoso y la depresión (p<,05,figura 4), siguiendo el patrón menciona-do. Por su parte, la asertividad muestra unpapel moderador en la relación entre elacoso psicológico y la disfunción social

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Tabla 2. Análisis de regresión jerárquicaa

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(p<,05, figura 3). En la figura nº 3, seobserva que la relación entre el acoso y ladisfunción social se atenúa ante altosniveles de asertividad.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El objetivo principal del presente traba-jo consistió en analizar el papel modera-dor de determinadas variables personalesen el proceso del acoso psicológico en eltrabajo. Los resultados de los dos estudiosparecen confirmar que la asertividad y laansiedad social afectan al proceso delmobbing.

Del primer estudio se desprende que laasertividad amortigua la relación existenteentre la inequidad laboral y el acoso, loque confirma la primera hipótesis. Estosresultados corroboran los hallazgos deinvestigaciones previas, que indican quealgunas personas con menores habilidadessociales son más vulnerables a las situa-ciones de acoso (Matthiesen y Einarsen,2001). En este sentido, explorar las varia-bles de personalidad que determinan unarespuesta diferencial ante el acoso nosayuda a comprender mejor los factoresque hacen que la gente resista ante condi-ciones de hostigamiento y a identificar lascaracterísticas personales de quienes nopueden afrontar con éxito esta situación.Sin embargo, el análisis del acoso psicoló-gico desde modelos de personalidad nodebe confundir la influencia con la res-ponsabilidad o la culpa, ni con el supuestode psicopatologías previas. Como señalanMoreno-Jiménez, Rodríguez-Muñoz,Garrosa y Morante (2005b), es necesarioevitar ciertos sesgos que algunas aproxi-maciones excesivamente individualistas oclínicas pueden mantener al ignorar lasinfluencias psicosociales.

Como se indicó en la introducción, losantecedentes organizacionales son lasvariables que mayor relación muestrancon la etiología del acoso psicológico. Losresultados del primer estudio muestran laalta asociación entre la inequidad laboralcon el acoso. Estos hallazgos concuerdancon ciertos análisis teóricos que han seña-lado la importancia de la inequidad en eltrabajo como factor antecedente del mob-bing (Piñuel, 2003). Por otro lado, losresultados de esta investigación coincidencon los de Coyne, Seigne y Randall(2000), quienes encontraron que las vícti-mas de acoso, comparadas con un grupocontrol, tendían a ser menos asertivas ypresentan mayores niveles de neuroticis-mo y ansiedad. Del mismo modo, estosdatos parecen apoyar los encontrados porZapf (1999b), en el que las víctimas sedefinían a sí mismas como menos aserti-vas que sus compañeros. Un resultadosimilar encontraron O’Moore, Seigne,McGuire y Smith (1998), quienes median-te entrevistas a víctimas de acoso, hallaronque tan solo un tercio de ellas se habíanenfrentado directamente a su acosador.Por su parte Rayner (1998) encontró quesólo el 45% de aquellos que habían sufri-do acoso habían tomado la decisión deenfrentarse a su acosador. Los resultadosdel segundo estudio confirman, al menosparcialmente, la segunda y tercera hipóte-sis, mostrándose la personalidad comomoderador de los efectos derivados delacoso psicológico.

En este sentido, distintos estudios hanpuesto de manifiesto que el acoso psicoló-gico supone un claro riesgo para la salud(Mikkelsen y Einarsen, 2002b; Vartia,1996; Zapf et al., 1996). En la presenteinvestigación, se observa que el acoso seencuentra fuertemente relacionado condiferentes indicadores de mala salud,

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Figura 2. Interacción Acoso X Ansiedad Social en Disfunción social

Figura 3. Interacción Acoso X Asertividad en Disfunción social

Figura 4. Interacción Acoso X Ansiedad Social en Depresión

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estando moderada esta relación por laansiedad social y la asertividad en la dis-función social y la depresión. Los datos sehallan en consonancia con estudios pre-vios. Un reciente estudio de Nielsen et al.(2006), mostró cómo la variable de perso-nalidad sentido de la coherencia moderabala relación entre el acoso y el estrés pos-traumático. La importancia de los aspectoscognitivos en los efectos derivados delacoso laboral ha sido señalada previamen-te (Mikkelsen y Einarsen, 2002b; Rodrí-guez-Muñoz, Moreno-Jiménez, Morante yRodríguez-Carvajal, 2006). En una líneasimilar, las víctimas de acoso han sidodescritas como cognitivamente poco flexi-bles y con una visión poco realista de suspropias habilidades sociales y recursos(Brodsky, 1976). Mikkelsen y Einarsen(2002a), en una muestra de 433 trabajado-res daneses, encontraron que la autoefica-cia moderaba la relación entre el acosopsicológico y la salud mental. Por suparte, Soares (2004), señala la relevanciaque tiene el apoyo social para amortiguarel impacto del mobbing y el posterior de-sarrollo de sintomatología postraumática.

Además de la asertividad, los resulta-dos de nuestro estudio mostraron que laansiedad social modera la relación entre elacoso y la sintomatología asociada. Eneste sentido, Einarsen, Raknes, Matthieseny Hellesøy (1996) encontraron que laansiedad social moderaba la relacion entreel acoso psicologico y distintas medidasde salud psicológica y somática. Relacio-nado con este hallazgo, estudios previoshan mostrado que las víctimas de acosoposeen una pobre auto-imagen, al igualque una alta ansiedad en las situacionessociales (Einarsen et al., 1994). Delmismo modo, entre las víctimas de acosose han encontrado perfiles de personalidadque están relacionados con formas de

afrontamiento evitativas y de negación(Hogh y Dofradottir, 2001; Mathiesen yEinarsen, 2001). Igualmente, en un estu-dio de Zapf y Gross (2001), se observóque las víctimas de acoso utilizaban conmayor frecuencia estrategias de afronta-miento pasivas y evitativas. Sin embargo,el tema es complejo y no resulta tan senci-llo ni intuitivo como en un principiopudiera parecer. Niedl (1996) señala quelas víctimas de acoso no usan estrategiasde afrontamiento típicas de “enfrentarse ohuir” (“fight and flight”), sino formasmucho más complejas. Estos resultadosindican, al mismo tiempo, la importanciay la heterogeneidad de la vivencia y elafrontamiento del acoso psicológico.

Aunque autores tan prominentes comoLeymann (1996) han criticado esta pers-pectiva de análisis, ya que en algunos casoses la misma situación de acoso la que elici-ta la variable en cuestión, resulta claro queexiste una interacción entre la situación y lapersona que la experimenta. El proceso deacoso no se produce en abstracto, sino enpersonas concretas, y la organización per-sonal de las mismas parece relevante. Larelevancia de las variables personales y deafrontamiento en el proceso de acoso, per-miten una aproximación activa. La personapuede utilizar recursos activos de interven-ción y manejo de la situación, es decir noestá condenado a vivirla pasivamente, loque abre perspectivas complementarias.Además del enfoque organizacional de pre-vención e intervención, existe otro de capa-citación y formación. Sin duda alguna,ambos son complementarios.

Por otra parte, diversos estudios hanpuesto de manifiesto la importancia delgénero en el proceso del mobbing (Björkq-vist, Österman y Lagerspetz, 1994; More-no-Jiménez, Rodríguez-Muñoz, Garrosa,

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Morante y Rodríguez, 2005c; Salin, 2003).En este sentido, se ha comprobado cómo enlas mujeres los efectos derivados del pade-cimiento del acoso suelen ser mayores. Enun estudio alemán se observó que las muje-res padecían mayores niveles de ansiedadasí como más problemas psicosomáticos(Zapf et al., 1996). Otros estudios hanhallado resultados similares (Niedl, 1996).Los resultados obtenidos parecen indicar,de acuerdo con la última hipótesis supuestainicialmente, que hombres y mujeres noresponden del mismo modo ante las situa-ciones de acoso.

Por último, existen una serie de limita-ciones que deben tenerse en cuenta. Lahipótesis de personalidad ha sido insufi-cientemente investigada, y cuando lo hasido, al igual que en el presente estudio, sehan empleado diseños transversales, loque dificulta las conclusiones en términoscausales como podría hacerlo una metodo-logía longitudinal. Otra de las limitacionesconsiste en que los datos de ambas investi-gación se obtuvieron a través de medidasde auto-informe, por lo que las relacionesentre las variables del estudio pueden estarsesgadas por la varianza del métodocomún. Sin embargo, a este respecto se haseñalado que el error de varianza difícil-mente invalida los resultados (Crampton yWagner, 1994; Lindell y Whitney, 2001).Además, aunque los efectos principalespuedan verse afectados por la varianza delmétodo común, los efectos de interacciónno pueden atribuirse simplemente a losefectos del método (Aiken y West, 1991).

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