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LOS "PASOS" DE LOPE DE RUEDA THESIS Presented to the Graduate Council of the North Texas State University in Partial Fulfillment of the Requirements For the Degree of MASTER OF ARTS By Nellie Garza, B. A. Denton, Texas May, 1976 -1 ,57'1"(S

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LOS "PASOS" DE LOPE DE RUEDA

THESIS

Presented to the Graduate Council of the

North Texas State University in Partial

Fulfillment of the Requirements

For the Degree of

MASTER OF ARTS

By

Nellie Garza, B. A.

Denton, Texas

May, 1976

-1 ,57'1"(S

Garza, Nellie, Los pasos de Lope de Rueda, Master of

Arts (Spanish), May, 1976, 163 pp., bibliography, 25 titles.

This study presents a biographical sketch of the author,

a historical background of his period, an overview of his

known works, an investigation of the definition and literary

criticism of the "pasos," and summaries of and critical

commentaries on the twenty-four known "pasos" of the Spanish

dramatist whose work is considered to have significantly

influenced the evolution of the Spanish theatre.

The "pasos," brief comical dramatizations of realistic

situations, involving diverse types of common people,

reflecting witty and charming humor, are written in a prose

style considered by critics to be equal to that of Cervantes

and Rojas.

The sources of investigation have been two volumes of

his known works by the Real Academia Espanola, an edition

of Pasos completos, literary histories, and several articles.

CONTENIDO

Cap itulo

I. INTRODUCCION..... . .--...-.-.-.-.-.-.-.-.-....

Plan de estudioBosquejo biografico de Lope de RuedaFondo historico de la 6pocaRecapitulaci 6n y clasificaci6n de sus obras

Definici6n y critica literaria de los "pasos"

II. LOS PASOS... . ...-.-...........-.-.-.-.-.-.-. 30

Los catorce pasos intercalados en lascomedias

Los siete pasos del compendido El deleitosoLos pasos cuarto, quinto y sexto del

Registro de representantes

III. CONCLUSION... . . ........... -.-.-.-.-.-.-.-.-150

BIBLIOGRAFIA.. . . .-...-......... -...-...-.-.-.-.-.-.-159

iii

CAPITULO I

INTRODUCTION

Este estudio presenta en la introduccidn un bosquejo

biografico de Lope de Rueda, el fondo, histdrico de su

epoca, una recapitulacidn y clasificacion de su obra

dramntica, y un analysis de la definicidn y critica literaria

de los "pasos.

El segundo capitulo consiste del resumen y comentario

critico de cada uno de los veinticuatro Tpasos " que de 61

se conocen hasta hoy. Catorce de estos pasos se encuentran

intercalados en sus cuatro comedias, Eufemia, Armelina,

Medora, y Los engahados, y dos coloquios pastoriles, Camila

y Tymbria. Estas comedias y coloquios fueron publicadas en

Valencia por el dramaturgo y librero valenciano, Juan

Timoneda en 1567, dos aiios despues de la muerte de Lope de

Rueda (14, p. xliii). Siete pasos forman la coleccidn de

El deleitoso, tambisn impresa por Timoneda, el mismo a-no,

1567, y los Ultimos tres pasos son los pasos, cuarto, quinto,

y sexto del Registro de Representantes, que tambien fue

impreso por Timoneda en 1570 (14, p. xliii-xlv).

En el tercer capitulo se presentan las caracteristicas

sobresalientes observades en estas pequenas obras llamadas

"pasos," que son considerados como la prinipal aportacion

de Lope de Rueda al teatro espanol.

1

2

Aunque no ha quedado una biograffa extensa de Lope de

Rueda, los escasos datos que existen son lo suficiente para

asegurarle un lugar en la historia del arte dramatico

espanol al hombre que con su labor teatral "seflal6 inequivo-

cadamente uno de los caminos posibles para el arte escenico

si querfa convertirse en un espectaculo nacional: el camino

de la gracia popular y de la vida circundante" (1, p. 570).

Aun no siendo sus obras teatrales de un nivel literario

comparable con los grandes de la literatura espanola, tiene

Lope de Rueda significaci6n en la historia del teatro espaiol

en las tres decadas centrales del siglo XVI. Por medio de

61, asi como de los autores que le preceden, y de los

sucesores inmediatos, se form un esfuerzo en el arte

dramatico durante una epoca verdaderamente dificil para el

teatro por el ambiente hostil que le rodeaba. Esto result

provechoso como enlace hacia el desarrollo que surgi6 durante

el siglo de oro.

No se sabe la fecha del nacimiento de Lope de Rueda,

pero algunos historiadores literarios la sitdan en la primera

decada del siglo XVI (3, p. 140). Cervantes mismo fue el

primero en escribir un pequeno bosquejo biografico de Lope

3

de Rueda en el pr6logo de sus Ocho comedias y ocho entremeses,

obra publicada en Madrid, en 1615 (14, p. xii). En este

pr6logo han quedado inmortalizadas a la posteridad las memo-

rias que hizo Cervantes de Lope de Rueda, a quien colm6 de

elogios. Ademds de los elogios procedentes de la gran ad-

miraci6n que sinti6 por 61, tambidn dej6 algunos datos

biogrdficos para su escasa biograffa, asf como datos acerca

de las comedias de esa 6poca.

Dice Cervantes al principio de su muy citado pr6logo,

que serd necesario citar de nuevo para darle al lector mayor

perspectiva sobre la opinion de Cervantes acerca de Lope de

Rueda:

Los dias pasados me hall en una conversaci6n deamigos, donde se trat6 de comedias y de las cosas a ellasconcernientes, y de tal manera las sutilizaron yatildaron que A mi parecer, vinieron 6 quedar enpunto de toda perfeccidn.

Trat6se tambien de quidn fu6 el primero que enEspaia las sac6 de mantillas y las puso en toldo yvisti6 de gala y apariencia; yo, como el mds viejoque alli estaba, dije que me acordaba de haber vistorepresentar al gran Lope de Rueda, vardn insigne enla representacion y en el entendimiento. Fue naturalde Sevilla y de oficio batihoja, que quiere decir delos que hacen panes de oro; fue admirable en la poesfapastoril, y en este modo, ni entonces ni despues acdninguno le ha llevado ventaja; y aunque por ser mucha-cho yo entonces no podfa hacer juicio firme de labondad de los versos, por algunos que me quedaron enla memoria, vistos ahora en la edad madura que tengo,hallo de ser verdad lo que he dicho; y si no fuerapor no salir del prop6sito del pr6logo, pusiera aquIalgunos que acreditardn esta verdad. En el tiempode este c6lebre espajiol, todos los aparatos de unautor de comedias se encerraban en un costal y secifraban en cuatro pellicos blancos guarnecidos de

14

guadameci dorado y en cuatro barbas y cabelleras ycuatro cayados, poco mds o menos. Las comedias eranlos coldquios como 6glogas, entre dos o tres pastoresy alguna pastora; aderezdbanlas y dilatdbanlas condos o tres entremeses, ya de negra, ya de rufiln,ya de bobo y ya de vizcarno; que todas estas cuatrofiguras y otras muchas hacfa el tal Lope con lamayor excelencia y propiedad que pudiera imaginarse.No habla en aquel tiempo tramoyas, ni desaffos demoros y cristianos, a pie ni a caballo; no hablafigura que saliese o pareciese salir del centro dela tierra por lo hueco del teatro, al cual componfancuatro bancos en cuadro y cuatro o seis tablas en-cima, con que se levantaba del suelo cuatro palmos;ni menos bajaban del cielo nubes con dngeles o conalmas. El adorno del teatro era una manta vieja,tirada con dos cordeles de una parte a otra, quehacfa lo que llaman vestuario, detrds de la cualestaban los misicos, cantando sin guitarra alginromance antiguo. Muri6 Lope de Rueda, y por hombreexcelente y famoso le enterraron la iglesia mayor deC6rdoba (donde muri6), entre los dos coros, dondetambien estA enterrado aquel famoso loco Luis L6pez(21, pp. 142-143)

Por los datos de este prdlogo, que por mucho tiempo

fueron los iinicos que se conocian acerca de la vida de Lope

de Rueda, y que gracias a Cervantes han quedado a la historia

literaria, se sabe que fue nativo de Sevilla, y que su

oficio fue batihoja. Este oficio de fabricar panes o ldminas

de oro "usados en la pintura, miniado y encuadernizaciones,"

segin Garrido Pallard'o, era un oficio esmerado y no fcil de

aprender ni de desempefiar; por lo tanto se duda que lo haya

aprendido a muy temprana edad y por eso se considera que no

lo abandon muy joven para dedicarse al teatro (17, p. 9).

De su educacion no se sabe nada, excepto los juicios

que por sus obras se pueden deducir. Segu.n Cotarelo, quien

5

tuvo a su cargo las obras de Lope de Rueda para la edicidn

de la Real Academia Espanola, su educaci6n literaria fue

escasa y "s'lo por su ingenio y su talento pudo haber

llegado a escritor dramltico" (14, p. xii).

Para Men6ndez y Pelayo, "Lope de Rueda . . . no era, a

pesar de su humilde condici6n y errante vida, un poeta

primitivo, como el vulgo imagina, ni era posible que fuese

despues de una elaboracicdn dramdtica tan larga" ( 8, p. cli).

En este mismo estudio dice despu6s, "fue maestro de la

lengua y del dialogo c6mico, no por ruda espontaneidad,

sino por arte refinado" ( 8, p. cli).

Sea como haya sido su educacion, formal o formada de

su sola experiencia, lo importante es que sus obras abrieron

un nuevo camino al teatro, y en esto radica su importancia

dentro de la historia literaria.

No se sabe la fecha en que Lope de Rueda dej6 su oficio

para dedicarse al teatro, ni los motivos para hacerlo, pero

no cabe duda que sint16 atraccidn hacia 6l y dej6 su oficio

de artesano para dedicarse a lo que result6 ser su verdadera

vocacion.

Para 1551, Lope de Rueda ya ejercfa su profesi6n de

actor y director de compajila, tomando cargo 61 y su compafifa

de "el carro y danzas" en la celebracion que se hizo en

Valladolid al Principe Felipe al regresar dste de Flandes

en julio de ese aho (18, p. 12).

6

Se sabe tambisn que 61 y su compafiia representaron un

auto en Valladolid el siguiente anfo. El 8 de julio de este

mismo afio el ayuntamiento de Valladolid tom6 acuerdo de

asignarle a Lope de Rueda un salario a cambio de que radicara

en dicho municipio, como se anota en seguida:

. . . este dicho dfa los dichos sefores dixeron quepor quanto por yspiriencia se a visto que Lope deRueda es hombre vtil para maestro de representar ycomponer avtos y dancas para las fiestas que se anecho y hazen el dra de Corpus Xpte en esta villa,e a cauvsa de no estar ni residir el dicho Lope deRueda en 6sta, se sigue a esta villa notorio dafloy costas, porque demr6s de enviar y llamar al dichoLope de Rueda a Toledo e a otras partes, algunasveces no le pueden aver al tiempo ques menester,y se a dado y da los dichos avtos a personas que nolos saben hazer tan bien como el dicho Rueda, portanto, acordaron de dar al dicho Lope de Ruedaquatro myll maravedos de salario en cada vn aflopor maestro de las dichas fiestas, con que bibaen esta villa y resida, y para ello se de petici6ny se refrende. (18, pp. 12-13)

Residi6 varios a-nos en Valladolid, pero alternaba su

estancia aquif con salidas a otras poblaciones.

SegdIn documentos existentes, fue contratado por Don

Antonio Alonso Pimentel, Conde de Benavente, para las

fiestas que organiz6 6ste en honor de Felipe I cuando pas6

por su villa de Benavente hacia La Corufia al irse a embarcar

para Inglaterra para su matrimonio con la reina Maria Tudor.

El festejo dramatico que se present el 8 de junio de 1554

lo describe asi un testigo presente:

Y estando algiin tanto despejado el patio,, sali6Lope de Rueda con sus representantes y representsun auto de la Sagrada Escritura, muy sentido, con

7

muy regocijados y graciosos entremeses, de que elPrincipe gust6 muy mucho, y el infante don Carlos,con los grandes y caballeros que al presenteestaban . . . (14, p. xv)

Segiin este relato, Lope de Rueda ya intercalaba sus

c'lebres "pasos" en las piezas m's extensas, que en este

caso fue un auto de tema religioso.

Se piensa que en 1552 contrajo matrimonio con su primera

esposa, Mariana, "mujer muy graciosa 6 gran cantadora 6

bailadora," quien estuvo por seis afios, desde 1545 a 1551,

en casa del tercer Duque de Medinaceli, don Gast6n de la

Cerda, nacido cojo y enfermo, a quien divertia "en cantar,

bailar y 'decir gracias'; y tan imprescindible lleg6 a serle,

que le hizo cortar el cabello y vestir de paje, 'con un

jub6n y unos zaraguelles a manera de calzas', y as le

acompahaba en las cacerfas y viajes" (14, pp. xvii-xviii).

El enfermo duque le prometi6 a Mariana que "le pagarf a muy

bien sus servicios y aun la casarfa de su mano y con buena

dote," pero muri6 el 29 de diciembre de 1551 sin cumplir lo

prometido. Despues de casarse Mariana con Lope de Rueda,

6ste present en Valladolid el 6 de julio de 1554, demanda

contra el nuevo duque, don Juan de la Cerda, y los herederos,

para reclamar "los salarios de su mujer, a raz6n de 25.000

mrs. cada ano, y obtuvo tres sentencias favorables, la ultima

err 16 de Marzo de 1557, condenando al Duque a pagarle 60.000

por todo" (14_, pp. xvii-xviii).

8

Lope de Rueda fue llamado a Segovia para la celebracin

de las fiestas con motivo de la consagracidn de la nueva

catedral en agosto de 1558, seguln describe el cronista

Colmenares:

A la tarde, celebradas solemnes visperas, en unteatro que estaba entre los dos coros, el maestroValle, preceptor de Gramatica, y sus repetidoreshicieron ' sus estudiantes recitar muchos versoslatinos y castellanos en loa de la fiesta y preladoque habia propuesto grandes premios a los mejores.Luego la compaiffa de Lope de Rueda, famoso comediantede aquella edad, represents una gustosa comedia, y,acabada, anduvo la procesidn por el claustro, queestaba vistosamente adornado. (14, p. xix)

En 1559 estuvo en las fiestas del Corpus en Sevilla,

donde represents por las calles, sobre dos carros, El Hijo

Pr6digo y el Auto de Naval y Abigail (10, p. 209). Tambidn,

con motivo de las fiestas del Corpus Christi, represents

estas mismas obras en Toledo, en 1561. Despuss residi6 en

Madrid, done recibi6 pago de la tesorerfa real por dos

comedias que represents en la corte por invitacidn de la

reina Da. Isabel de la Paz (14, p. xxv). Piensan algunos

criticos literarios que es en Madrid donde Cervantes vi6 a

Lope de Rueda representar las obras de que hace memoria en

el pr*logo citado anteriormente. Segln el biblidgrafo,

D. Crist'bal P6rez Pastor, en Madrid permaneci6 hasta

noviembre de 1561, cuando se fue a Valencia, de donde era

su segunda esposa, Angela Rafaela, con quien ya estaba

casado para esta fecha (14 , pp. xxiii-xxiv).

9

Despues residi6 en Sevilla, donde naci6 su hija, Juana

Luisa, que fue bautizada el 18 de julio de 1564 (14, p.

xxvii). Esta hija muri6 para marzo del siguiente afio, y

segin el testamento de Lope de Rueda, que otorg6 el 21 de

marzo de 1565, en C6rdoba, ella Tue sepultada en la iglesia

mayor de esta ciudad. Para esta fecha, residiendo en

Cdrdoba, Lope de Rueda cay6 enfermo de gravedad y no firm

este documento que da testimonio de la penosa situaci6n

economica de sus iltimos dias (14, pp. xxvii-xxxi). En

este documento Lope de Rueda ademds confirma su creencia

cristiana con estas palabras, "primeramente mando mi Inima

a Dios nuestro Sehor que la hizo, cri6 e redimi6, que 61

por su santa misericordia e piedad la quiera perdonar y la

mande 6 su santa gloria de paraiso." Despuds pide, "E

cuando a Dios nuestro Seiior pluguiere que de mi acaezca

finamiento, mando que mi cuerpo sea sepultado en la iglesia

mayor de C6rdoba, en la sepultura donde est6 sepultada Juana

de Rueda, mi hija." (14, p. xxviii). Este dato de su

sepultura est6 de acuerdo con lo que dice el ya citado

pr'logo de Cervantes, "le enterraron en la iglesia mayor de

C6rdoba (donde muri6), entre los dos coros." Aunque esto no

se ha podido verificar por no estar registrado en los

archivos de la iglesia, segln Cotarelo, esta omisidn no "se

opone al hecho del enterramiento" por haber muchas otras que

se omitian (14, p. xxxii).

10

En 1567, dos a-nos despu6s de su muerte, Juan de Timoneda

public las principales obras de Lope de Rueda. Aunque no

se sabe c6mo llegaron a sus manos, Timoneda afirma "que el

autor no las habla dejado en disposicidn de imprimirse , por

lo que habla tenido 61 que introducirles algunas reformas"

(14, p. xxxii).

Las obras de Lope de Rueda se sitdan dentro del perfodo

Renacentista que aproximadamente comprende los a-nos desde

1474 a 1556. Este periddo es nombrado distintamente por los

historiadores literarios. Algunos califican "Teatro

Prelopista" a las piezas dramticas producidas durante el

periodo de unos sesenta anos, desde la muerte de Gil Vicente

(1536?) hasta que aparecen las obras de Lope de Vega. Por

otros es denominada por su sentido socio-poliftico, "Epoca

de Carlos V," o "La contrarreforma," o tambin "El segundo

renacimiento y la contrarreforma." Aunque todos estos

nombres describen propiamente en un sentido u otro esta

spoca historica, el ms exacto nombre en cuanto se refiere

al teatro espafiol es, "Evolucidn del teatro nacional en el

siglo XVI," como la llama Valbuena Prat, por ser este nombre

el que mejor describe el desarrollo formativo del teatro de

esos ahos. (23, p. 49)

Ademdas de Lope de Rueda, se incluyen, entre los mas

notables de esta 6poca, Juan del Encina, Lucas Fernandez,

Gil Vicente, Bartolom6 de Torres Naharro, y otros (12, 192-193).

11

Durante este perifodo formativo, el teatro casi des-

prendido de los preceptos cldsicos, pero adn sintiendo la

influencia de ellos por medio de compafilas italianas que

viajaban por Espafa desde 1535,luchaba por tomar una forma

de identificacion propia.

Una de las tendencias en el teatro espahol de este

periddo fue la influencia de la comedia italiana, que durante

la 6poca renacentista, no solamente traspas6 las fronteras de

Espafia, sino igualmente las de otros pauses europeos. Mayor-

mente debi6 sentirse esta influencia en Espafia por haber

tenido durante esta 6poca estos dos parses estrechas rela-

ciones political a consecuencia de las conquistas espafiolas

en Italia, comenzadas por Alfonso V de Aragn y continuadas

por Carlos V. Tambidn hubo de sentirse influencia por el

pontificado de los papas espaioles, Calixto III y Alejandro

VI. De suponer es que se haya iniciado una emigracidn

reciproca entre los dos pauses que, segiin Cotarelo, no se

limit a determinadas clases sociales!, sino que fue de

extension muy general (14, p. lv). En vista de esto, es

natural que haya habido un constante intercambio de ideas

culturales.

En cuanto al teatro, se hizo sentir esta influencia

marcadamente porque el teatro italiano ofrecfa una variedad

de tramas "que respondia al general movimiento en busca de

grandezas y aventuras que posefa a todos los espafoles"

12

(14., lvi). Como dice Cotarelo, "Por eso no es de extrafiar

que el primer impulso de nuestros dramticos posteriores

fuese el de imitar un arte que creran y era mls perfecto

que el pastoril" (14., lvi). Encina y Torres Maharro tuvieron

influencia directa, radicando en Italia en &poca anterior a

Lope de Rueda. Tambi6n se manifiesta esta imitacidn en las

obras de Luis de Miranda, Alonso de la Vega, y Juan

Timoneda, el impresor de las obras de Lope de Rueda y de

otros. (14, p. lvii).

Aunque ya existia el teatro profano que principalmente

era destinado para el recreo de la nobleza,,como en el caso

de las obras de Juan del Encina, estando este al servicio

del Duque de Alba, y de Torres Naharro, quien represents

obras en la corte de Roma (12, pp. 192-196), era visto por

parte de la Iglesia en Espana sin aprobaci6n, hasta el

punto de estrecha censura por la Inquisici6n en 1520, durando

esta restriccion como cincuenta afios ( 6, pp. 126-127).

Adems de la censura eclesidstica, que no era favorable al

cultivo del drama profano y popular, "un aire helado, venido

de la Corte de Madrid y de El Escorial, soplaba sobre cuanto

se relacionaba con el teatro" (13, pp. 116-117). Tambidn,

de parte del pdblico habla una actitud poco favorable hacia

la profesidn de comediante (14, pp. xiv-xv). Como si estos

obstdculos en el ambiente socio-polftico de la 6poca no

fueran en s lo suficiente para impedir el desarrollo del

13

incipiente teatro, habla muchos otros de naturaleza fisica

y material que causaban inconvenientes personales por tener

que presentarse las obras dramdticas a la intemperie y con

muy escasos recursos teatrales.

Acerca de la pobreza del teatro y obras teatrales de

esta 6poca da testimonio Juan Rufo, jurado de C6rdoba en

"Alabanza de la comedia" de la obra Las seiscientas apotegmas

y otras obras en verso, publicada en 1596 (19, p. 348). Al

lado de un elogio a Lope de Rueda, que es anterior al de

Cervantes, tambidn presenta la rudeza del teatro de

entonces:

Quien vi6 apenas ha treinta afios,de las farsas la pobrezade su estilo la rudeza,y sus mas que humildes patios;

Quien vi6 que Lope de Rueda,inimitable verdn,nunca sali6 de un mes6n,ni alcanz6 a vestir de seda;

seis pellicos y cayados,dos flautas y un tamborino,tres vestidos de caminocon sus fieltros jironados;

una u dos comedias solascomo camisas de pobrela entrada a tarja de cobre,y el teatro asif a solas,

porque era un patio crUel,fragua ardiente en el esti6,de invierno un helado rio,que aun agora tiemblan del (19, p. 348).

Agustin de Rojas, otro escritor que igualmente ha dejado

un relato de la dificultosa vida de los farsantes en una loa

del "Segundo libro" de El viaje entretenido, publicado en

1603 la describe asi:

14

. . . No sabeys de qu me espanto?Como estos farsantes pueden,haziendo tanto como hazen,tener la fama que tienenPorque no ay negro en Espafia,ni esclavo en Argel se vende,que no tenga mejor vidaque un farsante si se advierte.El esclavo que es esclavo,quiero que trabaje siemprepor la mafiana y la tarde;pero por la moche duerme.No tiene a quien contentarsino a un amo 6 dos que tiene,Pero estos representantes,antes que Dios amanece,escriviendo y estudiandodesde las cinco a las nuevey de las nueve a las dozese estan ensayando siempre;comen, vanse a la comediay salen de alli a las siete;y quando han de descansar,los llaman el presidente,los oydores, los alcaldes,los fiscales, los regentes,y a todos van a seruira qualquier ora que quieren,Que es esso ayre?; y me admirocomo es possible que puedenestudiar toda la viday andar caminando siempre,pues no ay trabajo en el mundoque pueda ygualarse a este.Con el agua, con el sol,con el ayre, con la nieue,con el frio, con el yeloy comer y pagar fletes;sufrir tantas necedades,oyr tantos preceres,contentar a tantos gustos,y dar gusto a tantas gentes ( 9, p. 542).

Las memorias de Cervantes en el prdlogo anteriormente

citado, escritas despuds de estos versos de Juan Rufo y

Agustin de Rojas, tambien hacen notar la pobreza de los

15

recursos escenicos de esa 6poca. Se presentaban las

comedias al agruparse la gente en una plaza o un "corral,"

que era el "fondo de una calle sin salida," donde los es-

pectadores permanecian de pie mientras vefan la representa-

ci6n (12; 7, p- 196; 160). Hay testimonio de esto, dicho

por uno de los personajes al fin de la comedia Eufemia de

Lope de Rueda que parece tener el objeto de anunciar la

comedia de la tarde, ". . . Auditores, no hagais sino comer

y dad la vuelta a la plaza, si quereis ver descabezar un

traidor y libertar un leal y galardonar a quien en deshacer

tal trauma ha sido solecita y avisada y diligente" (14, p. 94).

A pesar de todas estas dificultades, tanto de los actores

como de los espectadores, por la hostilidad del ambiente, y

los titubeos de los dramaturgos entre las formas clasicas,

pastoriles, el teatro religioso, y las influencias italianas,

sigui6 el teatro en su lento y dificil desarrollo durante

esta 6poca, queriendo tomar su propia forma nacional. Es

aqui done Lope de Bueda tom6 un paso decisivo en la evolucion

dramatica, no s6lo "democratizando" la pobre escena de aquella

6poca presentando en ella a los distintos personajes del

mismo ambiente, sino tambisn poniendo estas escenas al

alcance de todo el pueblo espanol.

La producci6n literaria de Lope de Rueda habfa permane-

cido casi en olvido hasta ser inclufda por Leandro FernAndez

de Moratin en su obra, Origenes del teatro espanol, publicada

16

en 1830. Solamente incluy6 Moratin siete pasos y las

comedias Eufemia y Los engafiados (14, p. vi). Despues de

Moratin, diversos autores han hecho estudios sobre Lope de

Rueda y sus obras, pero al parecer, el mas completo, de las

obras consultadas, fue la edicion de la Real Academia

Espafiola de la serie "Biblioteca Selecta de Autores Cldsicos

Espaioles," cuyo pr6logo estuvo a cargo de Emilio Cotarelo y

Mori, publicada en 1908 (14, pp. x-xi). Esta edici6n

incluye todas las obras de Lope de Rueda~ique hasta entonces

se conocian: Las comedias en prosa, Eufemia, Armelina,

Medora y Los engafiados; una comedia en verso, Discordia y

cuestidn de amor; tres coloquios pastoriles, Coloquio de

Camila, Coloquio de Tymbria, en prosa, y Prendas de amor,

en verso; los siete pasos de El Deleitoso, 1. "Los criados,"

2. "La Caratula, " 3. "Cornudo y contento," 4. "El convi-

dado," 5. "La tierra de Jauja," 6. "Pagar y no pagar,"

7. "Las aceitunas;" y los tres pasos del Registro de

representantes: "El Ruflan cobarde," "La generosa paliza,"

y "Los lacayos ladrones." Tambidn incluye esta edici6n el

"Dialogo sobre la invencidn de las calzas," en verso, que

segun Cotarelo se puede considerar como otro paso (14, p.

liii). Aparece tambidn el "Auto de Naval y Abigail," cuyo

argumento se describe como "un auto de la Sagrada Escriptura,"

escrito en prosa. Dos obras que se atribuyen a Lope de Rueda,

pero sin seguridad de que lo sean, tambidn se incluyen en

17

esta edicion. Una de estas obras, "La farsa del sordo,"

la incluye Moratin (niumero 76 de su Catlago) con fecha de

1549, con esta anotacidn, "Esta pieza escrita en verso,

atribulda a Lope de Rueda, no tiene mrito particular"

(11, p. 84). Segiin Cotarelo se encuentra una edicidn de

esta farsa impresa en Alcald en 1616, que dice, "compuesta

por Lope de Rueda, representante." De esta obra hay tambin

otras ediciones, entre las cuales alguna de ellas posible-

mente fue impresa en vida de Lope, que no llevan el nombre

de su autor, y por esto se considera dudoso que haya sido

escrita por 61 (14, p. xlvii). La otra obra que se in-

cluye, pero que es igualmente dudoso que sea de Lope de

Rueda,es el auto de "Los desposorios de Moisdn." Cotarelo

tambisn da noticia de otro coloquio de Lope de Rueda no

incluldo en esta edici6n, pero encontrado por Jos6 E.

Serrano y Morales en el inventario de la librerfa de Juan

Timoneda, documento hecho a su muerte en 1583 (14, p. xlix).

Segtin Cotarelo, no hay duda de que este nuevo Coloquio sea

de Lope de Rueda, aunque no fue inclufdo en la edici6n de

la Academia, por no conocerlo Cotarelo. Tambidn fue en-

contrado un manuscrito de un tratado,,escrito en prosa,

titulado Flor de medicine en el cual Lope de Rueda trata

"de los remedios para los males que en un cuerpo humano

pueda haber desde la cabeza hasta los pies" (111, p. 1).

18

Opina Cotarelo que Lope de Rueda tambidn compuso, mas

obras del g6nero buc6lico, a las que se refiere "Lope de

Vega en la dedicatoria de su comedia La Arcadia al Dr.

Gregorio L6pez Madera, "no carece de la imitaci6n antigua,

si bien el uso de Espania no admite las rdsticas Bucdlicas

de Te6crito, antiguamente imitadas del famoso poete Lope de

Rueda" (14, p. liii). Lope de Vega tambidn menciona parte

de un coloquio de Lope de Rueda en la Introducci6n a la

Justa [sic] poetica de San Isidro (1621), pero estas obras

no se conocen (14, pp. xlvi-xlvii). Tampoco se conoce

ningdn paso de "vizcafno," como da noticia Cervantes en el

prologo ya citado (14, p. lii).

Advierte Cotarelo que lo que se conoce de Lope de Rueda

no es completamente de Lope de Rueda, por tener las co-

rreccioneso supresiones hechas por Timoneda al imprimirlas,

segdn su propia declaraci6n en la "Epistola satisfactoria al

prudente lector" que precede a la comedia Eufemia. Vuelve

Timoneda a repetirlo despues en muy explicitas palabras en

la EpIstola al considerado lector," que precede a la comedia

De los engahiados:

Sapientfsimo lector: el trabajo que 6 m se me hapuesto de sacer 6 luz y emprimir las presentescomedias del excelente poeta y gracioso representanteLope de Rueda, no te des 6 entender que ha side uno,sino muy muchos y de harto quilate. El primero fueescrebir cada una dellas dos veces, y escribiendolas(como su autor no pensase imprimirlas) por hallaralgunos descuidos, 6 gracias, por mejor decir, enpoder de simples, negras 6 lacayos reiterados, tuve

19

necesidad de quitar lo que estaba dicho dos vecesen alguna dellas y poner otros en su lugar. Despuesde irlas 6 hacer leer al teologo que tenfa diputadopara que las corrigiese y pudiesen ser impresas, ypor fin y remate el dep6sito de mi pobre bolsa.Pues quien tantos trabajos tuvo por darte algunhonesto y apacible recreo, te suplico que no mesobrevenga otro de tu mano en quererme reprocharmi tan cotidiano y debido ejercicio, pues nascpara servirte y pasar la vida en esta pobre habilidadque Dios me di6. Et vale (15, p. 159).

Aunque no se sabe cudnto se haya suprimido a corregido en

estas obras, Cotarelo supone que han sido ligeras las

supresiones hechas por Timoneda "por el gran respeto que le

imponia" (14, p. liii).

Las obras de Lope de Rueda se dividen principalmente en

tres clasificaciones: las comedias, los coloquios pastoriles,

y los pasos. Aunque Moratifn en los Origenes del teatro fija

fechas a las obras de Lope de Rueda que incluy6, Cotarelo las

considera arbitrarias por no conocer la fuente sobre la cual

Moratin las haya fijado (14, pp. x, xxvii). Es asf que

cronol6gicamente no se puede aclarar cuales hayan sido sus

primeras obras, pero se sabe que en 1554 present un auto

"con muy regocijados y graciosos entremeses" (14, p. xv).

Solamente esta fecha se sabe de estos "entremeses" que sin

duda, son los "pasos."

Timoneda, impresor de las obras de Lope de Rueda, emplea

estas dos palabras sin distincion de significado en al soneto,

"A Lope de Rueda en loor de la obra presente y representantes"

que precede los pasos del Deleitoso, "hallarlo heis repleto

20

y caudaloso/de pasos y entremeses muy facetos" (15, p. 144).

La palabra "paso" se habla usado desde 1520 para designar

pequefias obras dramdticas religiosas, pero no se us6 en

forma sin6nima de la palabra "entremds" hasta en el tiempo

de Timoneda (5 , p. 75).

Cervantes tambidn emple6 la palabra "entremds" para

describir los "pasos" de Lope de Rueda, "las comedias eran

unos coloquios como glogas entre dos o tres pastores y

alguna pastora; aderezdvanlas y dilatdbanlas con dos o tres

entremeses, ya de negra, ya de rufidn, ya de bobo y ya de

vizcafno" (21, p. 1 43).

Los "pasos" estuvieron desde un principio entreverados

en las obras, ya que las noticias que se han venido conociendo

acerca de estas obras parecen estar de acuerdo sobre este

punto, ya por la fecha anteriormente citada, ya por el

relato de Cervantes, antes citadoo por la alusi6n de

Agustin de Rojas, "y entre los pasos de veras,/mezclados

otros de risa,/que porque iban entre medias/ de la farsa,

los llamaron/entremeses de comedia" (21, p. 98).

Sobre la cronologfa de las obras de Rueda, Eugenio

Asenio en su obra, Itinerario del entrem6s, ofrece una inter-

esante observacidn, trazando el proceso del desarrollo de

los pasos hasta formar el nuevo genero de entreeses:

Pero si bien la aparici6n de un tipo de pieza c6micode breves dimensiones pareciese inevitable, .lo ciertoes que el genero brot6 por obra de Lope de Rueda.

21

Al separarse de la comedia que le precede y sigue

envolvisndole y condicionandole, bajo la presi6n

del ambiente y el ejemplo de algunos creadores,form una modalidad diferente. Naci6 como simple

episodic comico primeramente incluido, mds tarde

segregado del cuerpo de la pieza principal, en la

que el aplauso del pi"blico le hacfa tomar propor-

ciones desmesuradas hasta no caber en ella. Unavez desgajada, esta rama creci6 pujante y adquiri6

una morfologia especial explicable por su situacionde contraste y prolongacidn de la comedia. (2 , pp.

35-36).

Esta observacion de Asenio parece estar de acuerdo en

cuanto a la intercalacidn de los pasos en las comedias o

coloquios, posicion que parecen haber tenido desde un

principio, segiln las descripciones hechas por algunos de

los contemporaneos de Lope de Rueda, como se ha visto en

citas anteriores. Se desconoce si estos pasos fueron

creados en distintas fechas, anteriores a las comedias y

coloquios y al tiempo de ser presentadas fueron unidos a

estas obras, pero unidos a estas obras mas extensas se

presentaron, segun el testimonio conocido.

Es verdaderamente dificil definir la palabra "paso,"

refiridndose a las escenas c6mico-dramdticas, escritas en

gracioso didlogo en prosa que leg6 Lope de Rueda al teatro

espahol. La dificultad seguramente se encierra en describir

la t6cnica usada por Lope de Rueda en presentar estos

"cuadritos realistas de costumbres, satfricos, chistosos,1

como los llama Sainz de Robles (20, p. 938). Estos son

solamente breves escenas c6micas de insignificantes

22

situaciones cotidianas, interpretadas por personajes de

tipo popular, empleando sencillo e ingenuo dialogo.

De verdadero interns es observar las diferentes inter-

pretaciones de aquellos que han realizado estudios sobre

esta epoca del teatro espanol.

Leandro Fernandez de Moratin, el primero en hacer una

colecci'n de piezas dramticas anteriores a Lope de Vega,

hace una interesante observacion, y al parecer, acierta el

motivo por el cual Lope de Rueda tuvo exito con ellos:

La Celestina y las demas novelas en prosa que sehicieron a su imitacion tenian dos defectos que enla escena son intolerables: erudicion afectada ypedantesca, y largos discursos de inoportunasdoctrinas, prescindiendo de la escesiva duracionde aquellas f5.bulas, que no se hicieron para serrepresentadas, sino meramente lefdas. Rueda,estudiandolas con prudente discernimiento, conoci6sus defectos, imit6 sus primores, y acomodndosea la impaciencia del pUblico, (que habla de oirleen una plaza, en un corral 6 un almac6n, de pie,apretado, y sueto a continua distraccion),escribi6 pequenos dramas de tres 6 cuatro personascon una accion muy sencilla, caracteres naturales,lenguaje castizo, dialogo chistoso y popular.(11, p. 46).

Adolfo F. Schack, historiador alemgn del teatro espanrol,

a pesar de considerar las obras de Lope de Rueda "muy

inferiores en valor portico a las de Gil Vicente y Torres

Naharro, y no superiores a ellas por su arte y forma

dramatica," se muestra de acuerdo con Moratin:

De aqui tambiern que sus "pasos" sean los que msnos satisfagan. Daba este nombre 'a una especie depequefios juguetes burlescos, que precedian a piezasmas extensas, o que se representaban de ordinarioentre sus actos, 6 lo que es lo mismo, a los

23

"entremeses" de su tiempo. En cuanto al plan, nadahay ms sencillo y menos artistico que estos pasos;el ms insignificant suceso, cualquier motivosacado de la vida ordinaria, principalmente de lasclases mns bajas del pueblo, le ofrecia un asuntobastante; y esto, aunque por si de poca importancia,sabe hacerlo agradable por la sencillez, fidelidady naturalidad de la exposici6n, derramando de paso,tal y tan tranquila amenidad, que sdlo es dablelograrlo a los nascidos para eso (22, pp. 353-354)

Despues de braves explicaciones de los temas de los diferEn-

tes pasos de Lope de Rueda, observaSchack en palabras

dignas de citarse para demostrar la gran admiraci6n que se

patentiza en lo que concierne a la prosa de estos pasos,

"De celebrar, es, sin duda, la prosa magistral de todos

estos pasos; ni aun la Celestina es tan fcil y elegante"

(22, p. 355).

Al parecer, tanto Moratin, como Schack en las citas

anteriores, al tratar de describir o definir los pasos, a

la vez tratan de analizar las razones del 6xito de estas

pequeias obras. Moratin ofrece razones l6gicas y concluyon-

tes r-basadas en las circunstancias historicas, mientras

Schack loatribuye al ingenio innato del escritor.

Sea cual haya sido la raz6n del 6xito de estas piezas

dramticas llamadas "pasos," cuya conclusion se deja al

lector, la definicidn de este genero no se acierta en

concretas palabras. Siempre que se hace el prop6sito de

definirlo se acompaiia de algo mas, ya sean palabras de

admiracion o analisis del motivo de su 6xito, o simplemente

dicho, a'n queda un "algo mis" que decirse.

24

La opinion respetada de Menendez y Pelayo en cuanto a

Lope de Rueda parece contradecirse, ya que en una parte es

algo severa y en otra es elogiosa (1; 4, pp. 570-571; 290).

El opina que ha sido exagerada la importancia de Lope de

Rueda en la historia del teatro espafiol, seguramente por

los elogios de Cervantes y otros:

Por haberse tomado al pie de la letra los recuerdospersonales de Cervantes, Juan Rufo y AgustIn deRojas, que apenas se remontaban mds allt delbatihoja sevillano ni conocfan a sus precursores.Por otra parte, los mritos del actor, cuyorecuerdo qued6 vivo en la generacion que fueespectadora de sus farsas, se sumaron con losdel poeta, y asi lleg6 la tradici6n a los histor-iadores literarios cada vez mds abultada yengrandecida por el tiempo y la distancia (1,pp. 570-571).

A pesar de esta critica poco favorable, despuds hace

un elogio tan definitivo de la prosa de Lope de Rueda, que

a su vez parece servir de gula a criticos literarios

posteriores:

El mnrito positivo y eminente de Lope de Rueda noesta en la concepcidn dramntica, casi siempre ajena,sino en el arte del diAlogo, que es un tesoro dediccidn popular, pintoresca y sazonada, tanto ensus pasos y coloquios sueltos como en los quepueden entresacarse de sus comedias. Esta parteepisodica es propiamente el nervio de ellas. Eslo que admire y en parte imit6 Cervantes, no solo ensus entremeses, sino en la parte picaresca de susnovelas. Lope de Rueda, con verdadero instinto dehombre de teatro y de observador realista, transporta las tablas el tipo de la prosa de la Celestina,pero aligerandole mucho de su opulenta frondosidad,hacisndole ms rapido e incisivo, con toda ladiferencia que va del libro a la escena (4, p. 290).

25

Sin duda la opinion de Menendez y Pelayo es severa en parte

por su misma erudicion, que lo hacia examinar la obra desde

un punto de vista intelectual superior y "la encontraba

corta para su fama," como tan propiamente lo dice J. L.

Alborg (1, P. 571). Alborg, haciendo una aseveracidn que

al parecer no solo explica la contradicci6n de Mendndez y

Pelayo, sino que todavia sin hacer ninguna calificacidn

literaria de los pasos, presenta otro punto de vista sobre

la significancia de ellos:

Debi6 Men6ndez y Pelayo sopesar tambi6n aquellascondiciones de actor que pose'la Rueda y que quintu-plicaban la calidad de su teatro escrito, para verque su obra mns que un producto literario era la"realidad espectacular" a que hemos aludido; Ruedaera el "hombre espectdculo" que se servia de laliteratura tan sdlo como un medio y no como un fin.Precisamente en ese tir6n--exagerado, si se quiere--hacia lo popular, hacia el teatro con poca letrapero con la presencia insustituible del actor, quees donde estd la verdadera escencia del teatro,radica la profunda significacidn de Rueda. Para61--en sus "pasos" se entiende--la palabra seconvertia en movimiento (1, p. 571).

Posiblemente estas palabras de Alborg expliquen un poco

mejor el ante dicho "algo mis" de los "pasos" de Lope de

Rueda que es dificil definir. Es decir, los pasos de Lope

de Rueda ademas de tener la "prosa magistral" de la cual

habla Schack o "el arte del dialogo, que es un tesoro de

diccion popular" al que se refiere Menndez y Pelayo, o

como sea que la llamen los investigadores literarios,

poselan "algo mas" que debi6 ser esta "presencia insustitui-

ble" o "realidad espectacular" que dice Alborg. Sin duda,

26

el arte, la habilidad y el entusiasmo personal de Lope de

Rueda en la interpretacidn de sus pasos fue lo que Cervantes

en su edad madura recordaba de Lope de Rueda al decir, "que

todas estas figuras y otras muchas hazIa el tal Lope con la

mayor excelencia y propiedad que pudiera imaginarse."

Esta "realidad espectacular" en la interpretaci6n de los

pasos debi6 ser tambi6n lo que Juan Rufo presenci6 al

recordarlo como "inimitable vardn, "y por lo que Agustfn de

Rojas lo llam6 "gracioso representante" (21, pp. 83-98).

Despuds de observar las opiniones de estos criticos

literarios de distintas epocas, Moratin (1760-1828), Schack

(1815-1894), Menendez y Pelayo (1856-1912), y el contempor-

aneo Alborg, para determinar la definicidn de la palabra

"paso," en cuanto a su relacion con las obras de Lope de

Rueda, sera idtil tambidn investigar la opinion de algunos

crIticos m's recientes, y as' tener mas mplia perspectiva

del significado de este t6rmino literario.

En el pr6logo de la obra, Pasos completos de Lope de

Rueda, P. Garcia Pav6n hace un estudio, presentando esencial-

mente las mismas opiniones de los criticos del pasado. Al

tratar los pasos, parece estimular el pensamiento del lector

por medio de una interrogacion interesante:

Descubri6 Lope su verdadero camino de autor de pasos,cuando al fallarle la pluma de construir comedias, lesurgian estas escenas populares, de relleno que leproporcionaban el mayor 6xito? o Lemple6 esta t6cnicacomo recurso bien sabido y experimentado para desenfadarel ceno de sus espectadores? (16, pp. 14-15).

27

Despuds de plantear esta pregunta que se divide en

dos partes, unidas en tal forma que las dos partes bien se

podrfan contestar con un solo "s ," y as conjeturar los

motivos por los cuales Lope de Rueda tuvo el 6xito que

manifestaron sus contemporaneos, continua Garcla Pav6n,

"El asunto de los "pasos," por su simplicidad, esta de

acuerdo, meditadamente de acuerdo, con el ptblico que los

celebra. Son como patranas, escenificades, como chistes

que diriamos hoy, del mas viejo regusto" (16, p. 16).

Sigue explicando Garcfa Pav6n detalles de los distintos

personajes de los pasos, concluyendo que en casi todos los

pasos "El personaje agente de la risa" suele ser el simple"

y no olvidando la gracia del "inimitable varnn," como lo

llam6 Juan Rufo, ahade Garcia Pav6n, "Dada la capacidad

mimica de Lope, que naturalmente harf a de "simple," es

facil imaginarse el efecto que estas piececitas producirlan

en el ptblico auditorio." (16, p. 17).

BIBLIOGRAFIA DEL CAPfTULO

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2. Asenio, Eugenio, Itenerario del entrem6s desde Lope deRueda a Quifiones de Benavente, Madrid, Editorial Gredos,S. A., 1965.

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13. Pfandl, Ludwig, Historia de la literatura nacionalespaiola en la Edad de Oro, traducido por Jorge RubioBalaguer, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S. A.,1952.

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15. , Obras, edici6n de la Real AcademiaEspafiola, Tomo II, pr6logo de Emilio Cotarelo, Madrid,Librerfa de los Sucesores de Hernando, 1908.

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19. Rufo, Juan, Las seiscientas apotegmas y_ otras obras enverso, edicion, prologo y notas de Alberto Blecua,Madrid, Espasa-Calpe, 1972.

20. Sainz de Robles, Federico Carlos, Ensayos de un diccion-ario de la literatura, Tomo I, Madrid, Aguilar, S. A.,de Ediciones, 1965.

21. Sanchez-Escribano, Federico, Alberto Porqueras Mayo,Preceptiva dramatica espanola del Renacimiento alBarroco, Madrid, Editorial Gredos, S. A., 1965.

22. Schack, Adolfo Federico, Historia de la literatura y delarte dramatico, Tomo I, traducida por Eduardo de Mier,Madrid, Imprenta y Fundicion de M. Tello, 1885.

23. Valbuena Prat, Angel, Historia de la literatura espanola,Tomo I, Editorial Gustavo Gili, S. A., 1957.

CAPITULO II

LOS PASOS

Los siguientes catorce pasos se encuentran intercalados

entre las comedias, Eufemia, Armelina, Los engahados y Medora

y los dos coloquios pastoriles, Camila y Tymbria de Lope de

Rueda, segin lo anot6 Juan de Timoneda, su editor, en la

"Tabla de los pasos graciosos que se pueden sacar de las

presentes comedias y colloquios y poner en otras obras,"

que anadi6 al final de los coloquios pastoriles, en la primera

edicion de estas obras en 1567 ( 7, p. 137-138).

En la tabla de Timoneda no tienen titulos estos pasos;

solamente son identificados por los personajes y el ndmero

de folio de la comedia en que se encuentran, y en un caso

se refiere al tema, como en "El paso de Troyco y Leno sobre

la mantecada" ( 7, p. 138).

Aunque en estos pasos los personajes son algunos de los

mismos que aparecen en la comedia donde estd el paso inter-

calado, el tema que tratan es independiente de la acci6n

propia de la comedia, aunque a veces sif tienen escasa relaci6n

con ella. La mayor a de estos pasos se encuentran entre las

escenas de las comedias y coloquios, pero hay varios que

aparecen al principio de la escena y algunos que son una

escena completa.

30

31.

En aios recientes se han desglosado estos pasos de las

comedias y coloquios y se han publicado varias ediciones

de los pasos que hasta ahora se conocen. En este estudio

s6lo se han consultado dos de estas ediciones, una titulada

Pasos Completos publicada en 1964, por Aguilar, S. A., de

Ediciones, de Madrid, en su Coleccion Cristal; la otra,

publicada en 1966, por Taurus, de Madrid, con pr6logo por

F. Garcia Pav6n. En esta ultima, se les han dado tiftulos

muy acertados segun el tema de cada paso, y 6stos son los

tftulos que se emplean en este estudio.

Timoneda, ademds de editar estas comedias y coloquios,

tambi6n suprimi6 de ellas "algunas cosas no 11citas y

malsonantes, que algunos en vida de Lope habrdn 6fdo," como

dice en la "Eprstola satisfactoria . . . al prudente lector,"

que aparece al principio de la edicidn de las cuatro comedias,

( 7, p. 5). Vuelve a repetir acerca de estas cor-

recciones en la "Epistola de loan Timoneda al considerado

lector" que aparece antes de la comedia De los engai-ados,

"El primero fue escrebir cada una dellas dos veces, y es-

cribi6ndolas (como su autor no pensase imprimirlas) por hallar

algunos descuidos, 6 gracias, por mejor decir, en poder de

simples, negras 6 lacayos reiterados, tuve necesidad de

quitar lo que estaba dicho dos veces en alguna dellas y

poner otros en su lugar" ( 6, p. 159).

32

Eufemia

"El mat6n cobarde"

En el paso, "El mat6n cobarde" que aparece como la

segunda escena de la comedia Eufemia, se presentan tres

personajes, Polo y Vallejo, dos lacayos, y Grimaldo, el paje.

Aparece Polo esperando a los otros dos personajes, y

mientras espera, no s6lo presenta descripciones en miniatura

del cardcter de Vallejo, el lacayo, y de Grimaldico, el paje,

a quienes espera, sino que tambidn manifiesta su opinion

sobre este encuentro, como se observa en su mon6logo inicial:

CatA ques cosa haza-osa la deste hombre, que ningu'ndia hay en toda la semana que no pone los lacayos decasa o parte dellos en revuelta. Mira ora por quediablos se envolvi6 con Grimaldicos el paje delCapiscol, siendo uno de los honrados mozos que hayen este pueblo. Ora yo tengo de ver cugndo tira subarra y a cuanto alcanza su gnimo, pues presume detan valiente.

Llega Vallejo, indignado por lo que le ha sucedido, tanto

por la ofensa propia, como por lo que pudiera decir la gente,

y dice:

LC6mo se puede pasar una cosa como esta, y masestando a la puerta del Aseo, donde tanta gente delustre se suele llegar? Hay tal cosa que un rapazdescaradillo que ayer nascio se me queria venir alas barbas y que me digan a mi los lacayos de miamo que calle, por ser el Capiscol su senor, amigode quien a mi me da de comer? Asi podrifa yo andardesnudo e ir de aqui a Jerusalem los pies descalzosy con un sapo en la boca atravesado en los dientes,que tal negocio dejase de castigar.

Despues de saludarle a Polo, le pregunta si no ha

llegado nadie, y le advierte lo que ha de hacer cuando llegue

mgs gente. Vallejo tambien le explica a Polo los terminos

33

de su pendencia, "y si vieredes algunos muertos a mis pies,

que no podrd ser menos, placiendo a la Majestad Divina,

el ojo 6 la Justicia en tanto que yo me doy escapo."

Polo se asombra al saber que habrl de llegar a tanto,

pero Vallejo le explica acerca de su ofensa:

*M's quiere vuesa merced, senior Polo, sino quellevando el rapaz la falda al Capiscol, su amo, aldar la vuelta tocarme con la contera en la faja dela capa de la librea? tA qui6n se le hubiera hechosemejante afrenta?

A Polo no le parece esto motivo de tanto agravio, pero

Vallejo lo considera muy deshonroso. Tratando de convencer

a Vallejo que no riha, Polo le dice que no le -parece posible

que "Grimaldicos un honrado mozo" pueda haber hecho tal cosa,

"pero 61 vendra y dard su descargo, y vos, sen or, le per-

donardis." Estas palabras a Vallejo no le parecen como

propias de un amigo, y le dice, "Si aqueste negocio yo agora

perdonase, decime vos cual quer6is que execute."

Al llegar Grimaldico, Polo le explica que el senor

Vallejo ha pensado que no siga "adelante este negocio," pero

Grimaldico viene ya resuelto a llevarlo a cabo, dici6ndole,

"Haigase vuesa merced 6 una parte, veremos para cudnto es esa

gallinilla."

Polo trata de evitar la rijia, pero Vallejo no oye las

splicas y empieza a vociferar que nadie podrd detener su

proposito:

34

Asf me podrian poner por delante todas las piezas deartilleria questan por defensa en todas las fronter-as de Asia, Africa y en Europa, con el serpentinode bronce que en Cartagena est6. desterrado por sudemasiada soberbia, y que volviesen agora a resucitarlas bombardas de hierro colado con quel Cristianisimorey Don Fernando gan6 '. Basa; y finalmente aqueltan nombrado Gale6n de Portugal con toda la canallaque lo rige viniese, que todo lo que tengo dicho ymentado fuese bastante para mudarme de prop6sito.

Polo, olvidando su cargo de mediador, y recordando un

detalle de este relato, que seguramente habra escuchado

muchas veces a su amigo y que este ha olvidado, le dice,

"ly que no estaba aguardando sino cuando hablades de mezclar

las galeras del Gran Turco con todas las demds que van de

Levante ' Poniente." Vallejo, habi6ndolo olvidado exclama,

"!Qud! &no las he mezclado? Pues yo las doy por emburulladas;

vengan."

Grimaldo se impacienta oyendo esta palabrerfa y le dice

a Polo, "Hdgase a una banda y dejeme con ese ladr6n." Oyendo

esto Vallejo, se indigna y comienzan a insultarse de palabras

uno a otro. Entre los insultos, Grimaldico oye el nombre de

Diego Garcia de Paredes. Esto ocasiona que Grimaldico le

pregunte a Vallejo si lo conoci6.

La contestacion a esta pregunta da motivo a que Vallejo

empiece a contar sus hazahas heroicas al lado del "valerosrsimo

espahol." Aunque a Polo este relato le parece "una cosa

seialadisima," de su amigo, a Grimaldico no le parece que sea

cierto, y pregunta" dUn hombre como Diego Garcia se habia de

35

acompaiar con un ladrr6n como tic?" Al oirse llamar otra vez

de "ladr6n," Vallejo empieza de nuevo a renir con Grimaldico.

Pero cuando 6ste le refiere el incidente de Benavente, Vallejo

se disculpa asif con su amigo Polo:

Ya, ya se ques eso.--A vuesa merced, que sabe ne-gocios de honra, seHor Polo, lo quiero contar, que asemejantes pulgas no acostumbro dar satisfecho. Yo,sehor, ful fa Benavente A un caso de poca estofa,que no era mas sino matar cinco lacayos del Conde,porque quiero que lo sepa; fu6 porque me hablanrebelado una mujercilla questaba por mi en casadel padre en Medina del Campo.

Continua relatando Vallejo que despues de haber hecho esto,

se vi6 en necesidad y "acodicieme 'a un manto de un clerigo y

unos manteles de casa de un bodegonero donde yo solfa comer,

y cogeme la Justicia, y en justo y encreyente, sehnor, et

cetera. Y esto es lo que aqueste rapaz est6 diciendo."

Aunque Grimaldo estA de prisa, Vallejo empieza a buscar

pretextos para no reiir. Como olvid6 la n6mina, quiere ir

a su casa por ella porque dice que sin ella no puede reir.

Grimaldico no le permite hacer esto, llamdndolo, "Vuelve acl,

cobarde." Vallejo entonces le dice a Grimaldico que mds

valiera que le permitiera ir por ella para asi dejarlo un

poco mds con vida. Comienza luego a preguntarle a Grimaldico

Ilas preguntas que soy obligado por el descargo de mi con-

ciencia." Estas preguntas conciernen a lo que Grimaldico

pueda querer mandar decir a su padre, y si quiere mandar decir

algunas misas por su alma, y si quiere confesarse antes de la

36

rifia. Grimaldico se molesta por las preguntas que le hace

este "cortabolsas," como llama a Vallejo.

Como Polo conoce a los padres de Grimaldico, le dice a

Vallejo que 61 se encargar6. de darles aviso si algo llegara

a suceder. Al saber Vallejo que el padre de Grimaldico es

Luis de Grimaldos, alguacil mayor de Lorca, muestra tenerle

gran respeto a 6ste, dici6ndole a Polo que tome la espada y

lo ejecute, pues por este hombre 61 darla su vida. Polo no

entiende esto, pero le dice a Vallejo que 61 nunca podrIa

quitarle "la vida a quien nunca me ha ofendido."

Como Polo no entiende por qu6 quiere Vallejo hacer esto,

dste le explica que es porque el padre de Grimaldo es quien

le ha "librado tantas veces de la horca. " Entonces le pide

a Grimaldo, "SeHor Grimaldo, tomad vuestra daga y vos mismo

abrid aqueste pecho y sacadme el coraz6n y abrilde por medio

y hallar6is en 61 escrito el nombre de vuestro padre Luis

de Grimaldo." Estas palabras de Vallejo conmueven a

Grimaldico y dice, "No entiendo eso." Vallejo continida

dici6ndole que por nada del mundo quiere verlo a 61 muerto,

ya "que yo quiero gastar lo que de la vida me resta en servicio

deste gentil hombre, en recompensa de las palabras que sin le

conoscer he dicho."

Despues de oir estas palabras de Vallejo, Grimaldico se

resuelve a no rehiir. Asi las cosas, Vallejo convida a Polo

y a Grimaldico a la taberna de Malata. Grimaldico se excusa

37

con la mayor cortesfa por regresar al cumplimiento de sus

deberes, y al irse 6ste, Vallejo le dice a Polo, "?AHa visto

vuesa merced, senor Polo, el rapaz c6mo es entonado?"

Polo adn le parece que Grimaldico es un "mozo de honra,"

pero Vallejo sigue con la misma opinion que tenia antes de

61, diciendo al terminar el paso:

Ah, Grimaldico, Grimaldico, c6mo te me has escapadode la muerte por d6rteme 6 conocer! Pero guarte,

no vuelvas 6 dar el menor tropezoncillo del mundo,que toda la parentela de los Grimaldos no serd parte

para que 6 mis manos ese pobreto espritillo, que

aunque esta* con la leche en los lab.ios, no me lo

rindas.

Se. encuentran en este paso varios motivos humorfsticos

intercalados dentro del motivo principal, que es el sentido

exagerado de la honra y la exigencia de restituirla. Dentro

de este marco comico se van apareciendo inesperadamente a

traves del paso multiples motivos menores pero no menos

comicos, como las pequenas rinas verbales dentro de un re-

lato, ocasionadas por una palabra dicha por uno u otro de los

protagonistas para insultarse reciprocamente, y otros relatos

que ahaden deshonra al mismo defensor de su honra, todos

anadiendo comicidad al asunto principal.

Vallejo, quien pretende defender su honra, se presenta

como un cobarde desde el principio, al decirle a Polo los

terminos de sus pendencias, "el ojo a la Justicia en tanto

que yo me doy escapo." Despues de afirmar que asi le pongan

"por delante todas las piezas de artillerla questan por

38

defensa en todas las fronteras de Asia, Africa y en Europa

. . . "fno mudara" de su prop6sito, vuelve a salir a luz su

cobardia al decir qu.e ha olvidado su nomina y sin ella no

puede rehir.

Pero no es 6sta la unica flaqueza de Vallejo, el

defensor de su honra. La palabra clave parece ser "ladr6n,"

ya que al oir Vallejo que Grimaldico lo llama asi, se inicia

una rina verbal y despu6s, al volver Grimaldico a llamarlo .

asi, se inicia un relato que termina por ser la confession

de Vallejo, donde descubridndose a si mismo, resulta ser

cierto lo que ha dicho de 61 Grimaldico. Con esta confesi6n

se acusa de su deshonra el mismo defensor de su honra.

Aunque al finalizar el paso, queda resuelto el asunto

de la supuesta honra, Vallejo queda en ridiculo por sus

flaquezas, confirm.ndose en 61 su cobardla y el haber sido

ladr6n, ademds de ser fanfarr6n. A pesar de haberse mostrado

tan cort6s al despedirse de Grimaldico, al terminar el paso

queda sin cambiar de opinion acerca de 6ste; revelando asf

ain mds caracteristicas deshonrosas de su caricter, la in-

sinceridad y la testarudez.

Parece haber en el papel del fanfarr6n Vallejo algo

de burla o satira ligera dirigida hacia la preocupaci6n por

la honra y los prejuicios sociales, segiln las palabras de

Vallejo al principio cuando se presenta en la escena diciendo,

" C6mo se puede pasar una cosa como 6sta y mds estando ' la

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puerta del Aseo, donde tanta gente de lustre se suele llegar?"

Parecen estas palabras insinuar cierta preocupaci'n no tanto

por reclamar la honra por la afrenta que sufri6, sino por la

gente que lo vi6, es decir la apariencia de la honra ante la

sociedad.

"La novia negra"

En el paso, "La novia negra," que aparece como la

escena s6ptima de la comedia Eufemia, se presentan dos

personajes, Polo, lacayo, y la negra, Eulalla.

Polo, el lacayo, ademas de dar un breve resumen de lo

acontecido en la comedia hasta esta escena, tambi6n explica

sus propios planes que se verdn desarrollados en este paso:

Acd me quiero andar siguiendo mi planeta; que siaquesta Eulalla se va conmigo como me tiene prome-tido, yo soy uno de los bienaventurados hombres detodo mi linaje. Ya estoy 6 su puerta. Aquif,sobre la calle, en este aposento, s6 que duerme,

Qu6 seas har6 para que salga? iOh!, bien va,que aquella que canta es.

Se oye la voz de la negra Eulalla cantando la canci6n

de "Gila Gonzal6." Polo trata de llamarle la atenci6n,

pero como ella no sabe quidn es, le da miedo y se encomienda

a Dios,"iJesd'! Ofrescome la Dios turo poreroso, criaror

na cielos e na tierras. " Polo sigue llamindola, "As6mate,

sehora Eulalla, A esa ventana y verdsme, y sabres de cierto

qui6n soy."

Al reconocer la voz de Polo, le pregunta qud hace a

esas horas. Este la halaga, "Sehora mia, por una pieza como

40

vuesa merced adn es temprano para servilla." Con esto, ella

se siente contenta y le empieza a contar de "unas hojetas de

lexia" que se puso para enrubiarse el cabello y por ser ella

tan delicada se le puso la cabeza como esponja; pero dice

ella que "la siora nabadesa la monja santa Pabla," le

mandara una "malecina" que le quitard la enfermedad.

A Polo le parece extra-no que ella quiera cambiar el

color de su pelo y le pregunta,"o16Pues agora te pones 6L

enrubiar?" Ella le explica su motivo, "Se, porque &no tengo

yo cabeyo como la otro?" Eulalla le sigue contando que su

amo ha estado haciendo oraci6n por cinco noches "a sihor

Nicolds de Tramentinos" para que Dios le mande a ella un

marido. Polo, sorprendido por lo. que ha oldo, le pregunta,

&No me has prometido de salirte conmigo?"

Eulalla se disculpa, Par6scete a voz que daba yo bon

jemplo y cuenta de mi linaje? LQu6 te dird cuantas sihoras

tengo yo por mi migas en esta tierras?" Polo le reclama,

"%Y la palabra, senora, que me has dado?" Eulalla ha cambiado

de opinion, sospechando que Polo piense sacarla de la casa, y

despuds abandonarla. Para convencerla, Polo le habla

amorosamente, "Mi reina, Lpues aqueso me dices? No te podrra

yo dejar, que primero no dejase la vida."

Indecisa, Eulalla le dice que los hombres son traidores,

y recordando el refrdn, pero trocando las palabrasdice, "A

otro gieso con aquese perro." Polo le dice que estd ella

41

enganada, pero quiere saber 61 con quin la quieren casar.

Eulalla le contesta que ella se quiere casar con un

cabanero, pero stu amo quiere que se case con un "potecario."

Como ella le dice que no, el amo le dice, segiin ella, "Caya

fija, que quien tenga loficio, tenga la maleficio." Al

preguntarle Polo si acaso no es 61 oficial, Eulalla quiere

saber qu6 oficios tiene. Polo le enumera todos sus oficios,

entre los cuales menciona, "adobar gorras, sacar manchas,

hacer ruecas y husos y echar soletas y brocales a calabazas."

Tambisn le dice que tiene otros mil oficios "que, aunque me

ves servir de lacayo, yo te sustentars a toda tu honra."

Pero le pide que ella no deje de sacar suficiente para hacer

"la primera jornada, que despu6s yo te hare seiora de estrado

y cama de campo y guadameciles." Cuando Polo le pregunta

qu6 mds quiere, Eulalla le pide que le compre una mona y un

papagayo. Quiere ensei-ar a hablar al papagayo y tener la

mona a sus puertas "como dueia de sablo." Tambien le dice

Eulalla que le pedird a su ama Beatriz que le preste un

ventalle para el camino. Al preguntarle Polo para qu6 es el

ventalle, le contesta Eulalla que es para taparse la cara

"porque si mira algiin conoscida no me la conoscas."

Antes de irse Polo revela sus malas intenciones para

con Eulalla, ya que piensa venderla como esclava en cuanto

sea posible. Mofandose, dice, "j Pese a tal con la galga! . .

Espdntome como no me pidi6 dosel y todo en que poner las

42,-

espaldas. No tengo un real, que piensa la persona sacarselo

de las costillas, y demandame papagayo y mona."

Eulalla, ignorando esto, se despide de 61 carihosa-

mente, pididndole al EspIritu Santo que lo guarde y tambien

pidi6ndole que cuando vuelva le traiga "un poquito de mozaza"

y pensando pedirle trementina de veta, le pide "trementina

de la que yaman de puta." Al preguntarle Polo para qu6

quiere eso, ella le contesta que para hacer "una muda para

las manos." Como Polo le dice que esto no es necesario

porque 61 esti contento con su color, ella lo cree y se

jacta diciendo, "Asi la verdad, que aunque tengo la cara na

morenicas, la cuerpo tienes como un terciopelo dobles ."

Despididndose Polo dice, "A ser mas blanca, no vallas

nada. Adi6s, que asi te quiero para hacer reales." Eulalla

lo despide, "Gufate la Celestina que guiaba la toro

enamorados."

El motivo humoristico de este paso es principalmente

la traici6n que intenciona Polo para Eulalla, ya que piensa

venderla como esclava, despues de enamorarla para conven-

cerla que se vaya con 61. La pobre negra quien seguramente

tiene muchos a-nos de servir en casa de su amo parece haber

adquirido de su medio ambiente ideas acerca del matrimonio

cristiano, del "buen ejemplo," del "linaje," y adin del "que

diran" de sus amigas. Todas estas ideas la persuaden a no

irse con el hombre que le promete fidelidad. Sin duda,

tambien habr6. ofdo de algunos casos de hombres "traidores, "

y por eso desconfifa de las palabras "amorosas" de Polo.

Adema's de 6ste, que es el principal motivo de risa, hay

tambi6n otros motivos de humorismo, como la eterna vanidad

femenina retratada en la negra Eulalla, la que desea en-

rubiarse el pelo. Sin duda esto lo quiere hacer para tener

el pelo como su ama, s6giin sus palabras, "porque 'no tengo yo

cabeyo como la otra?" Tambi6n se observa esta vanidad al

pedirle a Polo que le traiga "un poquito de mozaza," y "un

poquito de trementinos . . . Para facer una;muda para las

manos ." Otro rasgo de vanidad lo demuestra al decir, "As

la verdad, que aunque tengo la cara na morenicas, la cuerpo

tienes como un terciopelo dobles." Esta vanidad femenina,

revelada por la negra Eulalla, seguramente era motivo de

risa para los oyentes, los &uales podrian reconcer en si mis-

mos la verdad universal.

Hay tambidn otros motivos humoristicos en los artificios

usados por Lope de Rueda en reproducir el lenguaje de sus

personajes, como lo hace en este paso al imitar las peculiari-

dades lingiisticas en el espanol hablado por la negra

Eulalla. Deforma Eulalla el sentido de los refranes que

emplea, trocando unas palabras por otras, como lo hace en

estos: "A otro gUeso con aquese perro," y "quien tenga

loficio tenga la maleficio." Tambi6n es c6mica su pronun-

ciaci6n de algunas palabras como, "turo poreroso" por "todo

44

poderoso," "criaror" por "criador," "bon xemplos" por

buenos ejemplos," "sinor" por "seinor," "a taloras" por "a

tales horas," "nerrechos" por "derechos," y muchas otras.

A veces su pronunciacion de algunas palabras varfa entre

dos formas, tal como "buena fe," y "bona fe." Tambisn

emplea algunas formas aracaicas, como "facer" y "fablar"

por "hacer" y "hablar." Todas estas peculiaridades

lingulsticas le ahaden ingenua gracia a la caracterizacin

de la negra.

La cancion que canta la negra Eulalla al principio de

este paso es tambien un artificio empleado por Lope de Rueda

en algunos de los pasos, como complemento al didlogo.

Armelina

En el paso, "El enxalmo," que es la segunda escena de

la comedia Armelina, aparecen tres personajes, Armelina,

dama; Mencieta, moza; y Guadalupe, simple.

Se abre la escena al estar discutiendo Mencieta y

Armelina acerca de la anciana madre de 6sta, que segun

Armelina, "como ya caduca en edad habla mds que sabe, es-

pecialmente que aquestos viejos no son mds que nhos."

Mencieta, la moza, le cuenta a Armelina que oy6 una

conversaci6n de los padres de Armelina cuando dstos hablaban

en secreto acerca de casar a Armelina con un zapatero viudo.

Estando ellas platicando de esto, llega Guadalupe, el simple,

45

quejandose de no poder abrir los ojos. Tanta es su afliccin

que hace una promesa a unos santos con tal que le alivien.

Al preguntarle Mencieta que le ha pasado, Guadalupe le

contesta, %No ves, hermana, que apenas abro los ojos cuando

luego se me caen las compuertas como postigo de golpe o

puerta caladiza de portal?" Mencieta le pregunta si le

duelen los ojos, y 61 le contesta que sdlo los siente nubla-

dos. Cuando le pregunta Guadalupe si sabe de algo para los

"ojos adormidos," Mencieta le contesta que ella sabe de "mil

medicinas." No esperando esta contestacidn, Guadalupe le

dice que 6l solo quiere "un par, . . . para cada ojo la

suya." Mancieta procede con la curacidn, pididndole que se

tape los ojos y que vuelva las espaldas y no hable palabra

si algo le duele porque quedara' ciego para el resto de su

vida.

Al saber Guadalupe que la medicina le cost a Mencieta

mds de real y medio, aunque se asombra un poco, le dice,

"Barato es si se me aflojase esto de las costillas. Y qu6

me durard este escocimiento?" Al saber que serdn quince o

veinte dfas, enfadado le dice, "Da al diabro tu cura; pues

una modorra sana al catorceno cuando mucho, y ha de durar

una melecina de tu mano en sanar veinteno." Con esto empieza

a salir, diciendo que va "A buscar quien me cure destos

socrocios 6 cataplasmos."

46

Mencieta lo despide diciendole que busque por all*

algiin amigo suyo que quiera curarse como 61, pero Guadalupe

le suplica que no se meta a tal oficio porque "no cobrards

muy buena fama con estos tus enxalmos."

Se termina el paso al irse Guadalupe, mientras Armelina

se rie por la burla que Mencieta le ha hecho a Guadalupe.

El humorismo de este paso es creado por medio de la

burla que Mencieta, la moza, le hace a Guadalupe, el simple.

La supuesta enfermedad que 6ste tenia en los ojos era

solamente que de puro sueho no podfa abrir los ojos. El

pobre simple, afligido por esto, se encomend6 a los santos

para que lo aliviaran, prometiendoles "unos ojos de la

color destos mfos, de cera, pez,o estopa." Mencieta ofreci6

darle una "melesina" de tantas que sabila, y burldndose del

pobre simple, le aplic6 la medicina en las espaldas para que

de ahi pudiera irse la salud a los ojos. Al pasdrsele el

sueho, que antes no lo dejaba abrir los ojos, se alivi6 de

la enfermedad de los ojos, pero le qued6 el emplaste duro en

la espalda que no se lo iba poder quitar en quince o veinte

dias.

Comienza Mencieta a ponerle un emplasto en la espalda,

pero Guadalupe le pregunta por qu6 le cura las espaldas,

siendo que su enfermeded la tiene en los ojos. Como ella le

asegura que de las espaldas le ird la salud a los ojos,

Guadalupe queda muy satisfecho. Al preguntarle 61 a Mencieta

47

de que hizo el "enxalmo," ella le contesta que "De un poco

de enjundia de gallina y otro poco de levadura." A Guadalupe

le parece que le puso idemasiada levadura" porque qued6 muy

duro el emplasto. ContinUa dici6ndole a Mencieta que ser

necesario, "rogar 6 Dios que los pueda volver a cerrar, que,

pardiez, como el cocimiento est6 en las costillas, de tu

melesina, los ojos me haze tener como candelas, y aun ser4

maravilla que no me acuda despuss el sueho en una quincena

de dfas." Tambi6n le pide a Mencieta que no lo vuelva a

curar, "aunque otra vez me veas ciego y rezar oraciones."

Guadalupe se disgusta por el emplasto "duro" que

Mencieta le ha puesto y le dice, "s6 que otras veces me han

curado 9 m, mas tu tienes muy pesada mano. Yo te juro y

te consejo que cuando grande no tomes oficio de casamentera,"

explicandole que un casamiento hecho por su mano no habfa de

durar "ma's que la memoria del Cid Ruy D'az."

Cuando Armelina, la dama, le pregunta si ya va sano, le

contesta Guadalupe, "Dad al diabro sanidad, se~iora, cuando

comienza otra dolencia de nuevo." A Mencieta le parece que

esto lo ha dicho por no pagarle.

Hay ademns otros elementos c6micos causados por la

simpleza de Guadalupe. Primeramente se le observa su fe en

las promesas, pero no sabe ni que prometer. Al "santo que

est6 entre Fregenal y el Almad6n" le ofrece y promete "unos

ojos de la color destos mios, de cera, pez,o estopa, o de

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miel de Zerrato." Despues dice, "Toda una semana prometerla

al Abad de Monserrate dormir en pie y vestido como mi madre

me pari6." Y aun confuso por la enfermedad, despuds dice,

"Por sanar pardiez me aborresciese estarme dos horas y

media sin desayunarme sino huese de pan."

Hay otros motivos humorfsticos llevados a cabo por

medio del lenguaje del simple, como el pedirle a Mencieta

un par de medicinas, "para cada ojo la suya." C6mica es

tambien su confusion, hacienda juego de palabras al decirle

a Mencieta que le puso "demasiada levadura porque qued6 "muy

duro aquel empastro." Despu6s, al preguntarle Mencieta,

"Dudlente los ojos?", 61 contesta, "Que no, dolos al diabro."

Ademds, su pronunciaci6n de algunas palabras, como "melecina,I

"diabro" y "empastro," entre otras, causan risa.

Comedia llamada de los enganos

"El criado perezoso"

El paso "El criado perezoso" da principio a la escena

quinta de la Comedia llamada de los engafias. Aparecen en

este paso tres personajes: Pajares, simple; Verginio, padre

de Lelia, y Marcelo, el amo.

Sale a la escena Pajares, el simple, que estA hablando

con su amo asi:

Ora juror al cielo de Dios, mostramo, si yo se, '6 qu6tengo dir, ni d qu6 efecto vuesa merced menvia, sequellotro ni la otra no son agora tan nifios que nosabr6n venirse, quantis m6s que ya es hora de comer,y la mesma hambre los ha de acarrear d casa como 6mochachos huidores.

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Verginio, el amo, le dice que se cubra bien con la capa

y se deje de "prembulos" porque se han tardado mucho Lelia

y Marcelo, a quienas Pajares debe ir a llamar y acompafiar.

Pajares tiene dificultad al ponerse la capa, y cuando

Verginio tambisn le da un sombrero que se ponga, Pajares

estg tan enrredado en la capa que no puede sacar los brazos

para tomar el sombrero. Enfadado por esto, le dice al amo,

"%A propulsito, bi'rlase conmigo? IHame liado como d costal

de arriero, y toma el sombrero! LCon qu6 mano lo habia de

tomar? S6, que no tiene maneras ni sacabuches mi capa como

balandran de arcediano."

La pereza de Pajares lo hace que se queje por el trabajo

que su amo le ha dado, y hasta por tenerse que poner esta

capa y le pregunta al amo, %quiere que me ande yo de calle

en calle halconeando, dando manotadas como pez que ha caido

en garlito, 6 como mulo de ahoria, que dando vueltas

alderredor, no halla paradero cierto?"

Como Virginio le da una mala contestacion, llamaindolo

"bestia," Pajares le de dice, "Bastidn de Pajares me llaman,

senor, para cuanto mandare." Otra vez, Verginio lo manda

que vaya al monasterio de Santa Bdrbara, para que lame a

su hija, Lelia, y al amo Marcelo para que vengan a comer.

Pajares no entiende por qu6 tiene que ir a "Santa

Bdrbula," a esta hora, que 61 considera mal tiempo por ser

la hora de comer. Al discutir esto con Verginio, 6ste le

50

pregunta si piensa tardar allay. A esto Pajares contesta

que si tardarai por tener que ir a pie. Verginio entonces

le dice que "Entre a la posada y ensille un poyo desos en

que vaya caballero." Al encaminarse Pajares a ensillar el

poyo, como se lo mand6 el amo, 6ste le pregunta a donde va.

Pajares le contesta que va a ensillar el poyo, tal como 61

se lo mand6, pues asi nunca podrifa salir de la posada.

Como Verginio le pregunta a Pajares si 61 sabe de

alguna cabalgadura que tenga 61 en su casa, Pajares le dice

que 61 no quiere cabalgadura, sino "cabalga blanda." Al

preguntarle Verginio lo que quiere decir "cabalga blanda,"

Pajares le contesta que es "Un rollo 6 rosca de aquellos

que han amasado hoy, porque vaya caballero mi estrdgamo, y

a necesidad un buen mendrugo de pan en las manos es bueno,

por no ir hombre pensando en mal, ni murmurar de nadie."

Verginio cae en la cuenta por que "todo eso era la

caballeria y el retoricar" de Pajares, y le dice, "Al fin

no podias parar sino en cosas de comer."

Queriendo mostrarse bien con el amo, Pajares le dice,

%No ve vuesa merced que dice el cura de nuestro pueblo:

'Pedid y daros han' y que todos los buenos con pan son

duelos?"

Verginio, perdiendo la paciencia porque Pajares no se

va a donde lo manda, le dice, "Pues yo os prometo, don asno,

que si apa-o un garrote, que yo os haga ir presto." Pajares

51

le pide que no le prometa nada de eso porque "eso de garrote

no es cosa que me conviene por agora."

Verginio, perdiendo adn mas la paciencia, le dice que

primero van a llegar los que 61 iba a llamar, "queste macho

se vaya de aqui." En ese momento llega Marcelo, y Pajares

le pide que lo proteja de los garrotes del amo.

Cuando llega Verginio con el garrote, le dice Pajares,

"Ya lo trae. Quidrole decir que ya no es de menester.

Senor, he aqui el amo; deje el garrote." Esto no lo toma

en cuenta Verginio, y le dice, "Es ya venido?" Pues toma

vos, porque vais presto cuando os mandare la cosa. "

Aunque Marcelo trata de defender a Pajares de los

garrotes del amo, este no le hace caso. Termina el paso

diciendo Pajares, "Dios se lo perdone; y a vuesa merced

estanle diciendo: ya no es de menester el garrote, y 61

no sino sacudir como en costal relleno, bendito sea Dios."

En este paso el humorismo es creado por las simplezas

de Pajares ocasionadas por su pereza y su constante preocupa-

ci6n por la comida. A estas simplezas les da mayor

comicidad el lenguaje del simple que incluye errores de

pronunciaci6n, como "cubrida" por "cubierta," "porpiisito"

por "prop6sito," Santa Bdrbula" por Santa BArbara," "dis-

frezado" por "disfrazado," y muchos otros. Tambidn inventa

palabras como "cabalga blanda" trocando la palabra "cabal-

gadura," y hasta la define como "Un rollo 6 rosca de

52

aquellos que han amasado hoy." Tanto piensa en la comida

que todo lo que recuerda de lo que ha dicho el cura del

pueblo concierne a la comida, repitiendo las palabras que

recuerda, "'Pedid y daros han,' y que todos los buenos con

pan son duelos," trocando las palabras del refrn y de-

formando su sentido.

Desde el principio del paso, Pajares inventa excusas

y hasta trata de razonar con el amo para no tener que hacer

lo que dste le manda.

Aunque parece que el amo trata de ser buieno con Pajares,

tratandolo al principio humanamente y sin burlarse de 61,

le colma la paciencia por tantos rodeos en canto lo que le

manda hacer, cosa que lo ciega hasta llegar a maltratarlo

de palabras, llamindolo "asno.," "bestia," y "macho,." Al fin

del paso se muestra ensrgico con 61, dandole los prometidos

garrotazos, aunque todavia esta Pajares tratando de hacerlo

entender que no hay necesidad de darle esos garrotazos

porque ya habia llegado quin debia 61 de lamar. Es asi

que por medio de los rodeos Pajares nunca hizo lo que su

amo le mand6 hacer, pero no pudo salvarse con sus rodeos de

los garrotazos del amo. Parece tambien reflejarse un cierto

sentido diddctico por medio de las palabras del simple, "y

de necedidad un buen mendrugo de pan en las manos es bueno,

por no ir hombre pensando en mal, ni murmurar de nadie. "

Aunque el simple, como es de suponer, afiade la idea del

53

"pan"que 61 considera necesario y dtil para el bien obrar,

al parecer, tienen las dIltimas palabras del simple cierto

tono moralistico.

Medora

"El valentnn"

"El valent6n" se encuentra intercalado en la primera

escena de la comedia Medora. Los personajes que aparecen

son: Gargullo, lacayo; Estela, doncella; Logrofio, lacayo; y

Pehalba, lacayo.

Gargullo, el lacayo, empieza con el siguiente mon6logo,

que se cita para mayor comprensifn de su cardcter y, del

desarrollo del paso:

Ansina viva el molino de viento que estd fundado enVillafranca de Niza y el serpentino de fuslera quese forj6 en la casa de la fundaci6n de Mdlaga, comode semejantes palabras habfa yo de ser su amigo ymds empindndose para mi. Oh, pobre de ti, Gargullo!&Qud se hicieron los cinco que yo destrip6 enIsladeras cuando tuve el desaffo campal con Segredo,el alf6rez, y con sus consortes? Pues aqui tengolas propias manos con que ahoqu6 la espantosisimasierpe en la sierra de Gata, dia senalado del SenorSan Jorge, antes que el sol saliese. Pero *qu6monta? Que en esta tierra farfante no son cono-scidos los valientes, pues adn no habeis puesto manoa la hoja cuando ya os tienen hecho jinete dealbarda.

Estela, la doncella, que lo ha oido, le suplica que

tenga cuidado de no despertar a su padre porque esta dormido.

Luego le pregunta por que va enfadado. Por medio del didlogo

entre Gargullo y Estela se sabe que Gargullo ha de ejercitar

54

las armas "con un hombrecillo de poco . . . que no es nada."

Al preguntarle Estela quin es, Gargullo le dice que es

Penalvilla, el comprador del canonigo Villalba. Aunque

Estela dice conocerlo muy bien, tampoco tiene muy buena

opinion de 61.

Al oir Gargullo esto, dice, "Pues esos tales son los

que Dios me echa a mi en suerte por que no pueda ejecutar

mi c6lera."

Estela se retira al ver llegar a Pei-alba, adviertiendole

a Gargullo, "Pues cdtale, viene; yo me entro de la ventana.

No me le dejes diente en aquella boca, porque me tiene eno-

jada."

Al entrar Pen-alba, se encuentra con Logroio, quien le

pregunta, %no sabriamos qu6 pendencia es 6sta?" Este

le pregunta a Gargullo, "es esta pendencia por un bofeton-

cillo que dicen que el senior Pei-alba os di6?" Gargullo,

molesto por esto, le responde, %Pues par6scele 6 vuesa

merced que estal bien hecho que me d6 61 6 mI bofet6n en mis

barbas y 9 traici*n?" A Logroiio no le parece que haya sido

traici6n, porque se los di6 en la cara.

Aun ofendid6, Gargullo le pregunta, "Y no le paresce a

vuesa merced traici6n, pues me lo di6 sin pedirme licencia?"

Logro-o entonces le asegura que otra vez, "cuando el senior

Pealba otro tanto hubiese de hacer, yo har6 con 61 que os

avise primero."

55

Al quedar satisfecho Gargullo, diciendo que as queda

61 "con toda su honra," Logroho, se pone de acuerdo,

"Guardenos Dios, sin perder punto ninguno." Gargullo queda

contento, pero solamente "con condicion que me avise primero."

Logroho le asegura que asf lo hard Pehalba, y si no, 61

mismo lo hard por l, aconsejando a Pehalba que "le d la

mano y sea amigo del sehor Gargullo." Pehalba acepta esto,

siempre "que se trate con toda la honra del mundo." Despuds

de todo esto, Gargullo le da la mano a Pehalba, prometiendo,

"a ley de hombre de bien de ser su amigo," seguln dicho por

Logroho.

Quedando asi toda la honra restituida y amigos Gargullo

y Pefalba, Logroho invita a ir a la taberna de Gamboa para

"colar sendas veces de vino."

Gargullo se disculpa de no poder ir con ellos por cierto

negocio, pero les ofrezcade su parte un real sugiriendo

que ellos hagan lo que les paresca. Despedido Gargullo de

ellos, esperando hasta que ya hayan doblado la esquina,

dice, "Aun el diablo me hubiera traido por aqui si no se

hallara presente Logroho, aquel amigo, que es tan gran ladr6n

como el otro."

Saliendo a la escena Estela, le pregunta a Gargullo,

Pues 6c6mo ha ido, Gargullo, con la pendencia?" Gargullo

pensaba que ella habia presenciado todo desde la ventana,

pero al saber que ella no vio nada, exagerando le dice, "Muy

56

bien ha ido, sehora Estela, como suele, si estuvieras d la

ventana, vieras correr mas sangre por esa calle que el

rastro que se hace entre la puerta del Campo y Teresa Gil."

Asombrada Estela por estas palabras, le pregunta, "Pues otanta

sangre para un hombre solo?" Gargullo, aun exagerando lo

sucedido, continua diciendo que son "tmas de treinta" los

amigos de Pehalba que se han ido. Sigue Gargullo contandole:

En fin, que me perdon6 un bofet6n que nueve testigoscontestes dice que le di, y sobre todo ech6se a mispies y demand6me perdon, y por ruegos de algunosamigos que alli se hallaron, acabaron conmigo quele hiciese merced de la vida por cinco a-nos.

Oyendo esto, Estela piensa que todo esta' arreglado y

supone que el enojo de Gargullo ya se le ha pasado, dici6n-

dole, "Hudlgome que sales siempre con tu honra." Este se

jacta, diciendole, "jQu6 poco honra se puede ganar con

semejantes, seHora Estela! Pero ven aca: &tenemos de hacer

esta albarda o esta jaquima de mi amo Acario? 6Qu6 esperas?

LA cuando aguardas?" Se termina el paso aceptando Estela

lo que dice Gargullo.

Al parecer el humorismo de este paso se basa principal-

mente en la sdtira dirigida a la caracteristica espahola del

sentido exagerado de la honra, que aquil se discute entre

lacayos, y en la jactancia exagerada que es flaqueza propia

de Gargullo. Tambidn parece reflejarse cierta sdtira social

en las palabras de Gargullo al finalizar el mon6logo que

abre la escena, "Pero Lqu6 monta? Que en esta tierra farfante

57

no son conoscidos los valientes, pues aun no habeis puesto

mano d la hoja cuando ya os tienen hecho jinete de albarda."

Parece reflejarse aqui cierta ironia por el contraste de las

iltimas palabras, quiza dirigida a la facilidad en ofrecerse

algunos puestos honorificos a la nobleza, a veces sin

realmente ser merecidos.

Despues de este mondlogo inicial, sigue el humoristico

dialogo que se desarrolla sobre la restituci6n de la honra

del ofendido Gargullo, quien ha sido ofendido por un bofet6n

que le han dado "delante tanta gente de honra." Parece

dibujarse en el valenton la preocupaci*n de la aparente honra

mrs que la ofensa recibida. "Restituida" la honra, seguin

Logroiio, quien hace el oficio de mediador, queda Gargullo

con toda su honra, "sin perder punto ninguno."

La jactancia exagerada, que es debilidad propia de

Gargullo se presenta desde el principio del paso, en el

monologo, recordando y jactdndose de su heroismo en el

pasado, cosa que no se le reconoce en el presente. Esta

debilidad se trasluce tambien en el diglogo con Estella, al

contarle de su restituidahonra, pasando este relato del

limite de ser exageracion jactanciosa a ser mentira.

"Tantico pan"

El segundo paso de la comedia 1Medora, llamado "Tantico

pan," da principio a la segunda escena. Aparecen en este

58

paso los siguientes personajes: Ortega, simple,y Perico,

paje.

Ortega, el simple, comienza con un mondlogo, quejdndose

de su mala fortuna, diciendo asi:

10h, mal haya la madre de la Fortuna, si es viva,y si es muerta, mal siglo le d6 Dios, porque nome hizo mf duque 6 conde 6 'sastre 6 cazador deerizos 6 melcochero, para estarme en casa de hozy de coz! Porque aunque dice aculld el cura demuestro pueblo: beato mortoris quim dolime morieta,no me encaja, porque, en fin, despu6s de muerto,ni vina ni huerto. All se lo haya Marta con suspollos, que ya mas querria buena olla que maltestimuho.

Entra Perico, el paje, y le saluda. Como 6ste le oy6

hablar, le pregunta con qui6n estd y le dice que parece que

estaba rihendo. Ortega le contesta que s6lo rehfa consigo

mismo. Al preguntarle Perico qu6 hay de nuevo, Ortega

le pide que deje de comer para que pueda oir mejor. A

Perico no le parece que esto llegue al caso porque no tiene

que comer con sus oldos, pero Ortega le advierte, "Mucho

hace al causo tener quedas las quijadas para oir a placer."

Perico deja de comer, tal como Ortega se lo pide. En

seguida quiere saber Ortega si todo ese pan es de Perico, y

este le dice que si lo es, pero quiere saber porqu6 se lo

pregunta. Al decirle Ortega a Perico que se le va caer el

pan, 6ste le asegura que no. En seguida Perico quiere oir

el cuento de Ortega, pero 6ste le pide un poco de pan, y

Perico le dice que de esa manera prefiere que no le cuente

nada.

59

Al fin comienza Ortega a contarle que iba 61 renegando

de su amo porque tiene tan poca gente en su casa. Perico

le aconseja que al ser asi, habr "mls parte a las horas de

comer."?

Ortega entonces le cuenta que por eso iba 61 renegando,

por tener en su casa "Una olla de arrope y un plato de

sopas en capirotada, y tengo de acaballo todo por fuerza, y

voy a buscar quien me ayude." Perico entonces pregunta,

" Ahi no estd la hija de tu senior y Paulilla y Gargullo que

te ayudardn?" Como Ortega le dice que ellos no comen eso,

Perico le ofrece a Ortega ayudarle a com6rselos 61 mismo.

Ortega pone dificultad, dici6ndole que es chico para ayudarle,

pero Perico le sugiere que si lo eleva, 61 podra hacerlo.

Ortega, aun pensando en el pan que Perico trae, le dice,

"Pues dad acd ese pan, porque tengamos mds que sopear en el

arrope.

Perico le asegura que 61 lo guardard, pero Ortega

insiste diciendo, "No, no; antes yo lo guardard mejor, que

soy mds grande; y esp6rame aquif, entrar6 a poner la mesa y

sentar6monos td a una banda, yo a la otra; cerraremos todas

las puertas, echaremos los gatos y perros fuera, y verds

cual anda la obra."

Al pedirle Perico que no se tarde, Ortega le asegura

que no tardard. Perico le pide a Ortega que jure esto, pero

6ste rehusa hacerlo, diciendo, "Que no me cumpre jurar;

60

Habla yo de infernar mi lima por tantico pan?" Con estas

palabras del picaro simple termina el paso.

Como tambien en otros pasos, en e6ste se observan dos

debilidades del simple, el no agradarle el trabajo y el

hambre que le hace valerse de la picardia para poder despojar

a su compafero de un pedazo de pan. Esto forma el asunto

c6mico de este paso.

En el mondlogo que abre la escena, Ortega descubre su

primer debilidad, expresando su pesar de no haber nacido

dotado de algunos privilegios para asi poder vivir ms

holgadamente. Solamente aqui en el mondlogo se expone su

pereza, ya que el dialogo que se desarrolla despuds entre

los dos bobos centra la atenci6n en el pan que trae Perico,

el paje, y que al fin se lo quita Ortega, el simple, por

medio de su picardia. Es c6mico el dialogo que sostienen,

uno cuidando su pedazo de pan, el otro, terco en disimular

su interns por el pan, pero con su pensamiento fijo en

conseguirlo. De verdadero interns es observar el ingenuo

pensamiento del simple expresado al terminar el paso cuando

despuss de haber despojado al amigo del pedazo de pan, dice,

"Que no me cumpre jurar; &habfa yo de infernar mi glima por

tantico pan?" A pesar de haber enganado a su pr6jimo,

demuestra aqui el simple la basica ensehanza cristiana: el

temor de Dios.

61

Para la nota humoristica de este paso, emplea Lope de

Rueda dos de los artificios que generalmente emplea, la

burla y.el lenguaje del simple y del paje. En este paso,

el paje es el burlado y el simple eas el que hace la picardifa

por conseguir el pedazo de pan. El lenguaje del simple

incluye unas palabras malentendidas de latin que oy6 decir

al cura, asi como un ensarte de tres refranes, " fin,

despu6s de muerto, ni viha ni huerto. Alla. se lo haya Marta

con sus pollos, que yo mas querria buena olla que mal

testimuiio." Tambi6n emplea el simple algunas frases

populares, como "de hoz y de coz," y "dado a la gracia de

Dios," y palabras como, "testimuho" por "testimonio, "

"muestro" por"nuestro," "cumpre" por "cumple," "quies" por

"quieres," "queres" por "que eres." En el lenguaje del

simple tambien se observan algunas palabras aracaicas como

"derreniegado."

"La gitana ladrona"

En el paso "La gitana ladrona," que se encuentra inter-

calado en la cuarta escena de la comedia Medora aparecen

dos personajes, Gargullo, el lacayo, y la gitana.

Al abrirse la escena la gitana est& hablando acerca de

lo que ha ocurrido en la comedia donde se encuentra este

paso intercalado.

62

Bien negociado habemos, que veinte y cinco ducadosme han prometido porque preste - Medoro por treso cuatro horas. Lo que me resta de hacer es des-cubrir a sus padres quien sea aqueste mozo, queno serdn tan malos que no me perdonen el hurto yme paguen la crianza dCI; Y en el entretanto esmenester buscar para el mantenimiento. Pero qu6digo? un hombre me paresce que est escuchando.Aguardad, que yo le hare la moixqueta con estabolsa.

Gargullo no puede distinguir si es hombre o mujer la

persona que ha visto y le parece que necesita intdrprete

para entender lo que dice.

La gitana sigue hablando de manera que la oiga Gargullo,

"Cuando hurt esta bolsa con todos estos ducados no me vfo

nadie. Fortuna me ha favorescido esta vuelta. Los diamantes

y los rubles, sin cuatro coronas que vienen dentro, valen

un tesoro." Ella continda diciendo que el mercader, a quien

le hurt eso la ha de buscar por toda la ciudad, porque

cuando ella hurt estas cosas "no habla persona en toda la

tienda.

Mientras tanto Gargullo ha estado escuchgndolo todo,

pensando que la gitana no lo ha visto. Ella sigue hablando

en voz alta acerca de lo que piensa hacer con esa bolsa

hurtada, "Bien serd escondella aquf, que no pasta persona

nascida, hasta que pase el peligro de la Justicia, y en

siendo pasado, sacalla he y dare con ella en esa Andalucia. "

Tentado por la ocasi6n, Gargullo no sabe qu4 hacer y

se pregunta a si mismo, TIre . . ., no ire . . ., voy . .

63

6 no voy . . .? Tente. La gitana, quien lo ha visto,

dice en voz alta,"'iAy! Un hombre veo aculla; paresce que

me ha visto. Mal partido serA dejalla al peligro. Quiero

tornar y sacar mi bolsa."

Gargullo ha decidido enfrentarse con la gitana, y le

dice, "Estate queda, ladrona; qu6 hacias aquf?" La gitana

le pide que se est6 quedo, "burla si achi, burla si achi;

Lqe me quieres til 6 m ; que me quieres?" Gargullo entonces

le dice que le d6 la bolsa del mercader, y le pregunta d6nde

la escondi6. Ella finje no saber nada, preguntdndole, "&Yo?

Qu6 bolsa? Qu6 mercadente? oBurlaste conmigo?" Gargullo

la acusa de no tener vergienza, pero tendrd que dar cuenta

delante del Corregidor. La gitana, titulando a Gargullo de

hombre honrado, le pide que hable quedo y que no le impida

su camino, ni le estorbe su trabajo. Engafidndola, Gargullo

le dice que es el mozo del mercader a quien ella hurt la

bolsa y que viene siguidndola para recuperar la bolsa. Al

oir esto, la gitana le suplica que no la descubra, sino que

deje la bolsa donde ella la puso para despu6s repartirse de

ella, recibiendo la mitad cada uno. Gargullo se pone de

acuerdo con esta oferta de la gitana, y le asegura que

callard.

Consiguiendo la confianza de Gargullo, la gitana le pide

que le preste dinero hasta "que pase el peligro de la

Justicia." Gargullo le da "un escudo que agora lo acab6 de

64,

coger a mi amo." Esto le parece muy poco a la gitana

porque, segin ella, tiene mucha gente. A Gargullo le ha

dado listima con ella, y le da una cadena para que la

venda y con ella vaya la bendicidn de Dios. La gitana le

repite a Gargullo que no toque la bolsa hasta ella volver,

y Gargullo se lo promete.

Cuando la gitana le pregunta a Gargullo d6nde vive,

6ste trata de confundirla preguntdndole si conoce varios

lugares donde no vive. Luego le dice que vaya al portal del

Cojo y pregunte "por un zapatero nuevo que se dice mase

Cordoba, y en un poyo que estd junto a su casa, si5ntate

alli hasta que yo vaya."

Despuds de pedirle a Gargullo la capa prestada para

disfrazarse de la Justicia, y al conseguirla, la gitana le

vuelve a recordar que no vaya a tocar la bolsa hasta que

ella vuelva. Gargullo, de nuevo le asegura, "Gudrdenos Dios

del diablo; se que cumplir habia mi palabra, siendo hijo

del mds honrado potecario que hay en Castilleja de la Cueva."

Por fin la gitana se despide de Gargullo. Quedando ya

solo, Gargullo comienza un extenso soliloquio, donde no s6lo

muestra las flaquezas de su cargcter, como insinceridad,

egoismo y orgullo falso por la preocupacidn de su linaje,

sino que en su imaginaci6n da rienda suelta a sus ambiciones

con el "venturoso tesoro" que piensa encontrar dentro de la

bolsa que dejD la gitana, y que tiene intenciones de hurtar.

65

Hacia el final cuando Gargullo piensa que por fin verd su

tesoro, lleva un terrible desengaho al encontrar s6lo

carbones y escorias dentro de la bolsa.

Reflexionando Gargullo sobre lo que le ha sucedido

dice:

Carbones y escorias me cuestan un escudo y unacadena y capa y gorra. iGentil marchante soy porcierto! iOh, saquillo de carbones! 1Oh, pobre deti, Gargullo, c6mo te has dejado engahar de unagitana! 4No sabfa yo que era aquella una ladrona?Verdaderamente yo he merescido hoy la principalcadena de los locos. Ora sus! yo quiero tornara los amores de mi amo Acario, que yo espero antesde mucho tornar la piel como la culebra. -4Peroqu6 digo? Helo aqui do viene.

Con estas palabras de Gargullo, quien se muestra con-

vencido de que ha obrado mal, y de que 61 ha sido el burlado,

se termina el paso.

El motivo humoristico de este paso es la burla mutua de

la gitana y de Gargullo. La gitana, desde un principio sabe

exactamente lo que ella pretende hacer como se ve en las

palabras, "y en el entretanto es menester buscar para el

mantenimiento." Inmediatamente despu6s de decir esto, ve al

hombre quien la ha estado escuchando, y se pone a su obra.

De aqui en adelante, todo lo que ella dice y hace es con el

proposito de "buscar para el mantenimiento," y su victima

sera Gargullo. Como ella esta diestra en esta "arte," no

queda ninguna duda de que llevard a cabo su prop6sito, como

al fin lo hace.

66

En cambio, la burla que trata de hacer Gargullo, es

una decision moment61nea, escenificando el dicho, "la

ocasion hace al ladr6n." Despu6s de escuchar a la gitana

hablando sobre el contenido de la bolsa, sin mucha delibera-

cidn sobre si hacerla pensada burla o no, Gargullo acaba por

caer en la "moixqueta" de la gitana. Cuando 61 piensa que

ya estd efectuada la burla, comienza a soar todo lo que

hard con tanta riqueza. En medio de su sueho de riqueza,

salen a la vista algunos rasgos de su cardcter, como su

egoismo y su orgullo, como lo demuestran las palabras,

"Har6 matar todos mis parientes, que ofresco al diablo

hombre que quede a vida, por que vidndome tan rico no me

cobdicien la muerte, y tambidn por que no sepan mi linaje."

Despues de deleitarse unos momentos con la imaginada

riqueza, llega el inesperado momento en que Gargullo se da

cuenta de la realidad, que 61 ha sido 61 burlado, y termina

por convencerse que lo merece.

Este soliloquio, que es el mds extenso que ocurre en

los pasos de Lope de Rueda, parece reflejar un tono diddctico-

moralistico, pero como la intencion de los pasos era principal-

mente el de divertir al pilblico, habral de concurrir con la

opinion de Asenio de que "en semejantes escenas el factor

principal reside en la sorpresa y no en la intencidn 6tica."

( 4; 1, p. 185; 39-40 ). Sin duda, el asombro repentino,

tanto de Gargullo, como el del espectador o del lector, que

67

ignora lo que contiene esta bolsa que la gitana dej6, y

que Gargullo piensa hurtar tiene mayor fuerza cdmica por

resultar tan inesperadamente defraudado el que intent

hurtarla, y enriquecerse con ella. No obstante esta observa-

ci6n, este soliloquio parece contener definitivamente cierta

alusi6n moralizadora para sus oyentes., como se expresa en

estas palabras, "Ea vecinos, los que andais haciendo cercos

y conjuros por hallar los escondidos tesoros, acudif al

venturosisimo Gargullo, el cual hoy sin cerco ni conjuro y

sin habito de nigromante descubrira. un tal tesoro con que

remanezca rico para todos los dias de su vida." Estas

palabras parecen advertir a los creyentes de la nigromancia

de su inutilidad, y a la vez podrfan haber tenido un sentido

figurativo de la lecci6n aprendida por Gargullo de no obrar

mal. Esto serifa en sentido figurado el significado de las

palabras, "acudi al venturosisimo Gargullo, el cual sin

cercos y conjuros . . . descubrird un tal tesoro con que

remanezca rico para todos los dias de su vida." Podria

deducirse de estas palabras que el "tesoro" que Gargullo

encontr6 por medio de la bolsa de la gitana fue un verdadero

"tesoro" por la lecci6n que de ello realmente aprendi6

"para todos los dias de su vida," y por esto se llama a si

mismo "venturosisimo Gargullo." Excluyendose este juicio

hecho del significado de estas palabras, es de juzgarse,

solo por su extension de mds de una pdgina de largo, que

68

este soliloquio final presentado por Gargullo pudiera

tener alguna leccidn moralizadora.

Colloqulo de Camila

"Los linajes"

Este paso, conocido por "Los linajes," que se encuentra

intercalado en el Colloquio de Camila, tiene dos protagon-

istas, Pablos Lorenzo, simple, y Gineza, su mujer.

Al abrirse la escena Pablos estd quejdndose de su

mujer por que lo quiere dejar sin comer como castigo por no

haber cuidado bien su casa mientras ella estuvo fuera, ya

que a consecuencia de este descuido, les robaron, segdn

Pablos "un negro pollo." Aunque esto ha puesto de muy mal

humor a su mujer, a Pablos no le parece que esto sea para

tanto:

iC6mo, c6mo! jiAun darla yo al diabro la sabandija,si por un negro pollo me hubiesedes vos de quitarla comida! Juro al siglo de mi bisagilelo que sihuese verdad, los pies de los senores provisoresme huese por que viesen el poco respleute que voshacdis de Pablos Lorenzo, vuestro marido.

Ginesa, su mujer, de malisimo humor por lo sucedido, le

ordena, "Por el siglo del padre que me engendr6, que aqui

no me entrdis en estos ocho dias, por que cuando yo os

dejare a' guardar la casa abrdis veinte ojos por ella. "

Continua un didlogo c6mico porque Pablos le dice a su mujer

que la casa "esta' ansi sana y entera . . . A lo menos

podraste alabar que mientras yo he quedado en guarda della,

69

nadie se ha atrevido a hurtalla, loores a Dios." Su mujer

le rechaza, burlandose, "&La casa se habian de llevar y

sacalla de sus cimientos?"

Al llegar el amo, el viejo Socrato, preguntdndoles qu6

voces son las que oye, Pablos trata de explicarle la situa-

ci0n, hacisndole ver que todo es por "un negro polio que

me llev6 el sorromicalo 6 gavilucho, 6 diabro, o como se

llama."

Ginesa, su mujer, que aun estd de muy mal humor, inter-

viene, diciendo que eso no es todo, y coge a Pablos del

cuello y por poco lo ahoga. Llega Camila, la hija del

viejo Socrato, y alarmada por lo que sucede, intercede,

"iPaso, paso, ama! LQu6 pendencia es 6sta?"

Pablos, defendi6ndose de su mujer exclama, "i'Oh doyte

al diabro, mujer! IY no te cortarfas esas uhas, que por

pocO me ahogaras!" Al preguntarles Camila el motive para

este disgusto, Ginesa le cuenta, "I Ay, sehora! oQu6 mds mala

ventura quiere vuesa merced, que de once pollos que me sac6

la gallina, no me han quedado sino solos cinco?"

Aunque Pablos asegura que no fueron tantos pollos los

que "pari6 la gallina" y los que faltan se los ha llevado el

"gavilucho, 6 sorromicalo, 6 millano, 6 como se dice,"

Ginesa no estd. conforme. Sigue rihendo con su esposo,

dici6ndole, " Aun tennis lengua para hablar, dnima de

cdntaro?" Pablos se molesta con las palabras de su mujer,

70

y le suplica que por lo menos le tenga respeto a las

"barbas de su merced que estd delante." Su mujer sigue

faltdndole al respeto a Pablos, "IEh!, callad, Tnima de

campana." Como su marido le pregunta qu6 quiere decir,

ella le contesta, "o Que? badajo como vos." Esto indigna

a Pablos y le pide el garrote al viejo Socrato. Sigue una

riha verbal porque Ginesa comienza a decirle quidn era el

padre de 61. Empiezan a discutir sus linajes uno y otro.

Ginesa con orgullo se jacta de que fueron su padre y su

madre, "Esteban de Bola-nos, regidor en Pliego, y Lucia

Herndndez de Saldaha, honradisimos ambos si los habla en

todo el lugar." Pablos, defendi6ndose, le recuerda:

iAh!,noramaza, seiora, mujer, levantdis tan falsostestimuhos a' vuestros padres;&no se te acuerda quecuando te casoron conmigo te me dioren por hija deLogroHo, el aceitero? Y aun se me miembra que nos6 sobre qu6 medidas falsificadas que tu4padre hizole dioren cien azotes y de comer aquel dia.

Ginesa recuerda esto, diciendo, "Levantgronselos en verdad."

Pablos hace juego de palabras diciendo, "Levantironselos o

asentgronselos, al1 se los llev6 a su casa.1"

El viejo Socrato tratando de poner fin al disgusto,

les aconseja, "no hab6is por tan poco de deslindar linajes."

Termina el paso pidiendole Pablos a Socrato que calle, pues

"si no le atajdramos que mos hiciera encreyentes que era

hija del conde Hernin Gonzalez 6 de .Belerma."

El motivo humoristico de este paso es principalmente

la riha de Pablos Lorenzo y Ginesa, su mujer por "un negro

71

poloo" seguln 61 o "unos pollos," segdn ella. No se aclara

el nimero de pollos, pero parece ser solamente uno, seguin

el marido que lo repite varias veces a .solas y despuds

delante del amo. Pablos, seguro de que se lo ha comido un

gavilarn o ave de rapih'a, no se siente culpable de ninguin

descuido de su casa, segun lo acusa su mujer, y mucho menos

de ser merecedor del castigo que ella le quiere infligir,

de que no entre a su casa por ocho dias. El disgusto pasa

de palabras por el temperamento recio de la esposa, que

desesperada con Pablos, lo coje del cuello y por poco lo

ahoga.

Al llegar el amo y su hija a preguntar qud pasa, con

s6lo contestar esta pregunta se inicia de nuevo la rinia

entre marido y mujer. Pablos trata de contener a su mujer,

advirti6ndole que debe tener respeto, si no a 61, que es su

marido, al menos al viejo anciano que presente estd. Como

por su mal humor, ella no parece entender palabras, Pablos

busca un garrote para disciplinarla. Al s6lo oir que Pablos

menciona el garrote, ella comienza a insultarlo de nuevo.

Esto ocasiona otra discusi6n de los linajes de uno y de

otro que termina por aclarar algunos datos, no muy honrosos

de los padres de ella. Aunque el marido es de cardcter

ddbil, es 61, quien dice las dltimas palabras, para explicar

el cardcter jactancioso de su mujer, "que juro por el cielo

de Dios bendito que si no le atajaremos que mos hiciera

72

encreyentes que era hija del conde Hernan Gonzalez 6 de

Belerma."

Parece tener esta discusidn de linajes entre marido y

mujer cierto tono de satira ligera, por salir en ridiculo el

linaje de ella, quien se jactaba de que eran sus padres,

"honradosimos ambos si los habia en todo el lugar." Siendo

la preocupaci6n de la honra y del linaje, una verdadera

preocupaci'n social, no sdlo por la honra y el linaje en

cuanto a la virtud y pureza de alma, sino por los prejuicios

sociales-religiosos de la hidalgufa e impureza de sangre

que existian en la 6poca durante la cual fueron representadas

estas escenas, no es de extraiiar que a veces se observen en

ellas algunos reflejos de ligera satira, en cuanto al linaje.

Estos reflejos, sin duda, ai-adian mayor motivo c6mico.

Aparte de las rihas de los esposos causadas por la

diferencia del caracter entre ellos, y que en ocasion pasa

de ser rina verbal a ser fisica, hay otros detalles humor-

isticos en cuanto al lenguaje de Pablos, en la repeticidn de,

"gavilucho, 6 sorromicalo, 6 millano, 6 como se dice-."

No acertando el nombre del ave que se comi6 el pollo, hace

un ensarte de nombres. Este detalle se repite dos veces.

Emplea tambidn unas palabras por otras, errando en el uso

de la palabra pero no el el sentido de ella, "si parfo la

gallina sino cinco pollos." Tambien se encuentran en su

lenguaje palabras como, "testimuho" por "testimonio," y

73

frases como, "se me miembra" por decir alguna forma de

"recordar" o "remembrar," ddndole estas incorrecciones un

tono arcaico a su lenguaje y a la vez ai-adiendo motivo

humoristico. El uso de unas palabras de latin, que Pablos

recuerda haber ofdo de su padre, tambien anaden motivo

c6mico; por estar algunas mal pronunciadas.

"La mujer brava"

En el paso "La mujer brava" intercalado en el Colloquio

Camila, aparecen dos personajes, el simple Pablos y Ginesa,

su mujer.

Al entrar a la escena, Pablos estd de muy mal humor

porque se le ha enredado en su ropa una cesta llena de

pollos. Enfadado por esto, dice, "1Oh, do al diablo los

pollos y la pollada, y 6 quien me los da 4 guardar tambi6n!"

Al oirlo su mujer le pregunta qu6 es lo que trae.

Pablos le contesta "No conueces ques la cesta de los pollos?"

Cuando ella trata de ayudarle a descargar los pollos, 61 le

dice que viene "cosido con todas esas baratijas." Al decirle

su esposa que es necedad lo que 61 ha hecho, Pablos le

replica que a 61 no le parece necedad porque se vi6 obligado

a hacer eso para que el gavilucho no se fuera a llevar otro

pollo y no fueran a tener ellos por esta raz6n otro disgusto

como el anterior que tuvieron.

Ella insiste que le d6 los pollos, pero 61 le suplica,

"Paso, paso, pecador de ml; qui6sme arrastrar 4 mi y 4

7)4

ellos?" Su mujer le contesta, "%Pues c6mo? ZSois vos por

dicha Pedro de Urdimales, que queria enredar todo el monte?

A esto Pablos responde, "Hdgote saber que no soy sino Pablos

de Urde buenas, y los pollos y la cesta, y el sayo y el

jub6n, todo viene hecho de una pieza, por que si el millano

se atrevia dengollir otro polo, se llevase tambien ' Pablos

Lorenzo y todo."

Ginesa sigue tratando de descargar los pollos pero 61

le dice que si no le quita el sayo no los podrd descargar.

Ella le contesta, "Pues sea con sayo y todo; acab6mos." Es

asi que Pablos queda sin sayo y su mujer hace broma, dici6n-

dole "AOh qu6 gentil cuerpo para armado en blanco!" Pablos

le advierte que no le alabe porque ya no se ird a casar otra

vez.

Ginesa asegurando que ella se siente orgullosa de su

esposo, le pide que le cumpla el gusto a ella de que baile

un poco, para que todos sepan quin es Pablos Lorenzo, su

mar ido.

Pablos le contesta, "iVlate el diabro! 4y no sabes td

que yo no s6 bailar sin cantar algdn poco?" Ella insiste

en que 61 baile y cante, pero 61 le dice que estA ronco y

que tiene la "vos mal entonada." Ella vuelve a insistir en

que "sea como quiera." A pesar de que Pablos tiene

verguenza, comienza a bailar, y a cantar esta canci6n: "MIs

75

trabaja que el que cava el que tiene la mujer brava." Se

termina el paso con esta canci6n.

En este paso el humorismo es creado por medio del

contraste de las personalidades del marido simple y su mujer

brava.

El marido anda en dificultades, enredado con la cesta

de pollos, tratando de cuidar los pollos para que no se vaya

a llevar uno el gavilucho, y asi evitar otro disgusto entre

e1 y su mujer como anteriormente lo habian tenido. Al

verlo su mujer en esta dificultosa situacion, se inicia un

dialogo c6mico, donde se dibuja el cardcter de ella ma1s

fuerte que el de su marido.

La esposa, a pesar de tener fuerte temperamento, se

muestra orgullosa de la habilidad que tiene su marido para

bailar, cuando le pide que le de un "poquito de placer y

sepan qui6n es Pablos Lorenzo, mi marido, que bail6is un

poco." Al insistirle ella, "Baila y canta por amor de m ,"

61 le concede este deseo a su mujer, mostrdndole asi su amor.

Despues de disculparse por estar ronco y no tener la voz

bien entonada y por sentir vergienza, baila y canta, como

ella se lo pidi6.

A pesar del contraste de sus personalidades, la de la

esposa mds fuerte que la del marido, parece dibujarse en el

didlogo un carifio y respeto mutuo entre ellos, a diferencia

del paso anterior donde la misma esposa en otro momento de

76

disgusto deliberadamente le muestra poco respeto al esposo.

Sin duda, entre esposos estos momentos variables son una

realidad cotidiana, que ahadian motivo humoristico, al ser

reconocidas por los espectadores que presenciaban estas

escenas.

Como el simple Pablos y Ginesa, su esposa son personajes

del coloquio pastoril, donde se encuentra intercalado este

paso, el lenguaj:e de ellos esta de acuerdo con su papel de

campesinos. Como lo hace en el paso anterior, Pablos vuelve

a ensartar un vocablo tras otro por no saber el nombre del

ave que se comi6 el polo, que caus6 el disgusto entre 61

y su mujer. Tambien emplea aigunas palabras arcaicas, como

"conueces" por "conoces," asi como otras peculiaridades

en su pronunciacion como "daldos" por "dadlos," "quidsme"

por "me quieres," "diabro" por "diablo," y "piensaste" por

"te piensas," que dan a su lenguaje tono rural, y a la vez

aHaden realismo c6mico.

Tymbria

Los cinco pasos que siguen se encuentran en la misma

orden que aparecen intercalados en el coloquio pastoril

llamado Tymbria. El coloquio no tiene division de escenas

y aparecen los pasos interrumpiendo la accidn a cada instante,

permitiendo que apenas intervengan los personajes serios.

Exceptuando el segundo, donde aparece la negra Fulgencia, en

77

los otros cuatro aparece el simple Leno, el resorte comico

de este grupo de pasos.

"La mantecada"

En el paso "La mantecada" aparecen solamente dos

personajes, Troyco, el pastor y el simple Leno.

Entra a la escena Leno, llamando a Troyco. Al contest-

arle ste, Leno le dice que mds valiera que no estuviera allif

para que no supiera cierta desgracia que ha sucedido.

Despues de muchos rodeos para decirle lo que le tiene que

decir a Troyco, pero que auln no se lo ha revelado, Leno le

da a Troyco un pan-uelo para que huela. Oliendo este pan-uelo,

Troyco le dice que huele "a cosa de manteca." Leno entonces

le dice, "Pues bien puedes decir aqui hue Troya." No

entendiendo Troyco lo que Leno le quiere decir con esto, le

pregunta, "&C6mo, Leno?" Despues de muchos rodeos, Leno

se lo explica todo:

Para ti me la habia dado, para tf la enviaba re-vestida de pii-ones la seiiora Tymbria; pero como yosoy, y lo sabe Dios y todo el mundo, allegado 6 lobueno, en visndola, asi se me hueron los ojos trasella como milano tras pollera.

AMn no entendiendo Troyco esta explicaci6n de Leno, le

pregunta, "OTras quin, traidor? 4Tras Tymbria?" A esta

pregunta, Leno contesta que no y en muy chistoso didlogo,

Leno hace entender a Troyco que era una hojaldra que

"empapada . . . de manteca y azucar" le habia mandado

Tymbria. Por medio de c6micos detalles Leno le explica a

78

Troyco como se sent, la tom6 en la mano, la prob6 y para

cuando menos lo pens6, ya se la habia comido. Al entender

Troyco lo sucedido, le dice a Leno, "Por cierto que eres

hombre de buen recado." A esto Leno contesta, "&A fe que

te lo parezco? De aqui adelante, si trujere dos me las

comer6 juntas para hacello mejor." "i Bueno esta el negocio!"

le replica Troyco.

Pensando ya en otra picardia, Leno le pregunta a Troyco

si quiere que se rian un rato con Tymbria, hacidndola creer

que Troyco se ha comido la hojaldra. Troyco acepta lo que

le propone Leno, pero al preguntarle 6ste si sabr6 disimular,

y no reirse cuando vea a Tymbria, Troyco le pregunta, "4Y

de quA me habifa de reir?" Leno entonces le pregunta si no

le dar risa por hacer creer a Tymbria que 61 se ha comido

la mantecada, habidndosela comido su amigo, Leno. A Troyco

no parece interesarle mucho las necedades de Leno, y trata

de despedirlo, diciendole que 61lva a darunas vueltas a la

laguna para cazar algo para cenar en la noche.

Leno, pensando, aiin, en la hojaldra que se comi6, le

pregunta a Troyco si no quiere que le diga a Tymbria que le

haga otra "un poquillo mayor que la traspuesta." Troyco ya

no parece prestarle mucha atencidn a Leno y le dice que haga

lo que 61 quiera. Leno, imaginandose ya la sabrosa hojaldra,

le pregunta a Troyco, "&Convidarme has 6 ella?" Troyco

entonces le contesta, "Y l qu6 tengo de convidar, si tdi

79

eres tan bien comedido que adn ver no me las dejas?" Al

oir esto exclama Leno, "IV6lame Dios! &4Y como no sientes

que com6rmelas yo de buen comedimiento procede?" Ademals, le

promete a Troyco que "si otra me encomendares, de ser mals

bien comedido." Al preguntarle Troyco c6mo hard eso, Leno

le dice que ni el olor de ella le dard a saber. Otra vez

trata de despedir a Leno de buena voluntad y le dice "Hazlo

ansi, y vete con Dios."

Leno adn pensando en lo que le dird a Tymbria, le dice

a Troyco, "direle alld que has almorzado muy 6 tu sabor."

Troyco le aconseja que asi lo haga. Por fin, despididndose

de Troyco, va diciendo Leno, "Retozlndome va la risa de la

burla que le tenemos de hacer si sabes disimular."

Desde el principio hasta el fin de esta escena cdmica

el humorismo se basa en las picardfas y necedades del

simple Leno quien parece vivir para comer. Hace una serie

de c6micos rodeos para decirle a Troyco que se ha comido la

mantecada que Tymbria, la pastora, le habfa mandado a Troyco.

Hace tantos rodeos, que Troyco le pregunta, "Pues 4qu6 fu?

&No lo dira's sin tantos circunloquios? o Para qu6 es tanto

pregmbulo?" Acerca de los rodeos Leno mismo dice, "Cuando

mi madre muri6, para decirmelo el que me llev6 la nueva, me

trajo mis rodeos que tiene vueltas el Pisuerga 6 Zapardiel,"

comparando los rodeos, con las vueltas de los rios mencion-

ados. En otro de sus rodeos, con seriedad filos6fica dice,

80

"y allegada la hora prostrimera, rescebildo en paciencia y

acordaos que manana somos y hoy no." Aqui trueca dos

palabras, cambiando el sentido del dicho, ?"hoy somos, mariana

no," y con esto hace pensar a Troyco que alguien ha muerto.

Cuando al fin le dice a Troyco de la mantecada, "allegado A

lo bueno, en viendola, asi se me hueron los ojos tras ella

como milano tras pollera," hace pensar a 6ste que se le

habian ido los ojos tras Tymbria.

Troyco, el pastor, parece comprender las necedades del

simple y sufrirlas con paciencia. No parece enfadarse por

lo ocurrido, y oye las simplezas de Leno sin reprocharlo.

Al parecer se pone de acuerdo con Leno sobre el disimulo

que 6ste quiere hacer en forma de burla, solamente por

evitar que Tymbria tenga mala opinion de Leno, y no por

hacer la burla que Leno quiere hacer. El simple Leno con-

firma con sus palabras el cardcter de Troyco cuando le dice,

"Agora, en fin, Dios bendijo los hombres acogidos a raz6n."

"La negra liviana"

En el paso "La negra liviana," aparecen Isacaro, el

pastor; Fulgencia, la negra; y Violeta, la criada pastora.

Fulgencia y Violeta vienen de recoger unas raices de

ciertas yerbas, cuando Isacaro las encuentra. Como Fulgencia

comenta acerca de su piel morena y "la faisdn" de su cara,

y un ojo tuerto, Isacaro le dice que eso no se le hace

notar y que "iLa diferencia es boba!" Violeta que parece no

81

llevarse bien con Fulgencia le dice, "Si, si; digale aquesto

a la ximia, y ponersenos ha mds hueca que pega con arracadas."

Por estas palabras, Fulgencia le pregunta a Isacaro si ella

tiene la cara de ximia, pero Isacaro tratando de que no

lleguen ellas a un disgusto por las palabras insultantes de

Violeta, dice, "Calla, sehora Fulgencia; dsjala devanear,

que como es mochacha, no entiende lo que dice. A mi, que

te quiero como a mi vida, me paresces tii bien, que a los

otros siquiera los cuelguen." Fulgencia le dice que ella

ya conoce como es Violeta y sabe que lo que quiere hacer

ella es afrentarla. Isacaro aconseja a Fulgencia que no le

de cuidado por esto, ya que 61 asi la quiere.

Estas palabras alientan a Fulgencia y comienza a

alabarse a si misma, dicisndole a Isacaro que se habia visto

en el espejo de su ama y no le pareci6 mal su cara. Violeta

la insulta, dicisndole que "tiene la cara como la luna."

Con esto comienza un pequeha riha verbal entre las dos, pero

Izacaro cambia la conversacidn, dici6ndoles que mejor le

"paresceria pasar el tiempo en otra cosa que no amordazaros

con palabras. "

Cambiando de tema y a la vez halagando a Fulgencia, le

pregunta si adn tiene la voz que antes tenfa. Esto hace a

Fulgencia sentirse orgullosa, dici6ndole que la tiene mejor

que nunca. Pero al decirle Isacaro que tahard su guitarra

para que ella cante, se muestra vergonzosa y se excusa,

82,

dici6ndole que tiene un resfrifo. Violeta con picara ob-

servacidn le dice "Ent6nosenos la lechuza." No obstante,

Fulgencia le dice a Isacaro que tafia "La Comendadoras," y

comienza a cantar esa cancidn.

Al terminar Fulgencia de cantar, Isacaro se muestra

agradecido por la cancifn y al despedirse por tener que ir

a recoger el ganado, le pide un abrazo a Fulgencia; pero

ella apenada por esto, le dice, "IJesd, Jesdt, tal decir A

una duehas tan honradas como yo la so!" Como Violeta incita

a Isacaro que lo haga, Fulgencia le dirige palabras mal-

sonantes a Violeta, pero Isacaro logra este momento para

darle un abrazo. Fulgencia, abatida trata de apartarlo,

dici6ndole, "mal beso, mal diabro!"

Al irse Isacaro, Violeta inicia otra pequena riha con

Fulgencia acerca de lo sucedido, y le hace burla dicidndole,

"Estd el otro que se muere por ti." Estas palabras le dan

dnimo a Fulgencia y dice las 1ltimas palabras del paso,

"iAy sii-or! Pldguete a voz ante que la terra la echa sobre

la ojo, me vea casados con mi queridos."

En este paso el principal motive c6mico es creado por

los fingidos requiebros amorosos de Isacaro, el pastor,

dirigidos a la negra Fulgencia, y tambi6n por los disgustos

verbales de Fulgencia y la joven pastora que aprovecha

cualquier pretexto para insultar a Fulgencia.

Estas rencillas de Fulgencia y Violeta las analiza

Isacaro muy claramente al advertirle a Fulgencia que haga

poco caso de ellas, dici6ndole, "d6jala devanear, que como

es mochacha, no entiende lo que se dice." Violeta, por ser

joven, lo observa todo, y no mide sus palabras, insultando

a Fulgencia deliberadamente, tal vez s6lo por el gusto de

oirla defenderse con su mal pronunciado espan-ol. Sin duda,

estas rencillas, aun siendo con fuertes palabras, son sola-

mente pasatiempo de Violeta, quien observa todo con ojos de

juventud; pues al terminar el paso le dice a Fulgencia, sin

aparente agravio, ni rencor, "Anda vamos , acabemos. "

El amorfo fingido de Isacaro con la negra le sirve s6lo

para pasar el rato alegremente, hacidndola objeto de caricias

verbales, las que ella interpreta como verdaderas.

Lope de Rueda emplea en este paso su conocido artificio

de reproducir el espa-ol que habla la negra con sus peculiari-

dadeslingfifsticas. Parece tambi6n reflejarse ligera sdtira

hacia el sentido exagerado de la honra en las palabras de

Fulgencia, "JJesd, Jesd, tal decir a una duen-a tan honradas

como yo lo so!" Sin duda, estas palabras de Fulgencia

reflejan lo que ella ha oido en su medio ambiente, cosa que

al ser reconocida por los espectadores, causarea mayor

motivo c6mico, por darles ocasi6n de reirse de sus propias

fragilidades.

Tambi6n, en este paso, como en algunos otros, emplea

Lope de Rueda el canto de la negra como artificio para com-

plementar el dialogo. En este paso mientras Fulgencia canta,

Izacaro, el pastor, ta~ie la guitarra.

"El olvidado de si mismo"

En el paso "El olvidado de si mismo" aparecen dos

personajes, Leno, el simple, y Mesiflua, como harpla.

Al empezar el paso, Leno, en gracioso soliloquio, dice

asi:

Muchas veces ajorman los hombres cosas que lesvaldria mds estar cuartanarios en la cama y aunquintanarios. Mirad, por vida vuestra, quidn lemandaba 6 mi amo cuando me envi6 por aquella cargade aulagas para calentar el horno, tantas retar-talillas ni tantos retrudcanos. Par6sceme d.mfque para un hombre discreto y agudo como yo,bastaban el tercio de las palabras, que de cansadode rumiallas 6a la sombra de un lentisco me adormi,y despertado, me hall sin asno y enjaquimadodesta suerte. IVdlame Dios! Si por mi malasuerte algunas estantiguas me han convertido enasno, adobado est6 Leno. iAh! Plegue a ti,angelo Miguelo, que me depares alguno que meconozca y desengahe quien soy. Oiste quidn salealld? Quiero llamar--iAh, sei-ora!

Estando asi Leno enjaquimado como un asno y sin saber

ni quidn es, entra Mesiflua, una harpia y le pregunta, Quin

eres? MCdmo te llamas?"

Leno le contesta, "Eso querrifa yo saber." Despu6s de

mds preguntas de Mesiflua, Leno le dice que cree que vino de

la casa de su amo, Sulco. Al preguntar Mesiflua cundo

habia salido, y por qu6 iba, Leno le contesta, "Ayer salf

antes que el sol,?" y que habia ido "por una carga de aulagas

para calentar el horno, porque estaba ya el pan masdndose

cuando sali de casa." Sigue la interrogaci6n de Mesiflua

para saber cuando se habia de cocer- el pan, y le explica

Leno que desde un dia antes debi6 haberse cocido porque desde

85

hacia dos dias estaban ayunando en la casa "por no haber

polvo de harina."

Mesiflua reprocha a Leno por esto, dici6ndole,"IBuen

recado se tiene la gente de tu amo con tal priesa! Pero

agora, 4qu6s lo que quieres, 6 qu6 buscas?"

Leno quiere saber qui6n es y c6mo se llama. Como

Mesiflua le pregunta de qu6 manera puede hacer ella eso, Leno

le dice que 61 volverd la espalda y ella le llamarc1 por su

nombre. Continua diciendole a Mesiflua, que si responde,

debe ser 41, pero "si no respondiere 6. Leno, dare conmigo en

casa de algin saludador y rogarele que me conjure que quiza

debo ser el a'lima del m-ozo de Sulco, que cuando se ech6 a

dormir le debieron de matar y enjaquimar."

Al llamarle Mesiflua, tal como 61 se lo ha dicho, Leno

no le respondesino que le dice que alce la voz un poquito.

A la segunda vez que llama Mesiflua, Leno le contesta, 11,

s1, yo soy, yo soy. IOh bendito aquel que me dej6 hallar!

lEn mi vida me habia visto tan confuso!"

Cuando Mesiflua le pregunta que es lo que quiere hacer

ahora, Leno le dice que va a "desllorarse" a 61 y "comenzar

a llorar al asno," pues segfin Leno, es este el perdido. Se

termina el paso, diciendo Leno: Reventado muera yo si de

aqua adelante no me hago poner un escrito en las espaldas

que diga cuyo soy y c6mo me llamo y en que barrio moro como

sueles poner a los ninos cuando comienzan a caminar.1"

86

El humorismo de esta escena c6mica se basa en la des-

orientacion de Leno que con su eterna pereza por no hacer

la tarea que su amo le mand6, se sent "d la sombra de un

lentisco" y se durmi6. Al despertar otro dia, no sabe d6nde

esta 6]l, ni sabe d6nde esta su asno, que se ha ido dejando

sobre 61 la jaquima. Al despertar Leno aparece Mesiflua,

una harpia, que sirve para dialogar con Leno y oirle sus

necedades.

Mesiflua, uno de los personajes del coloquio pastoril,

donde esti intercalado el paso, se describe a si misma en el

coloquio en extenso mon6logo, "yo, la sin ventura Mesiflua,

sustento desde aquella hora y desgraciado punto que la

malvada Ambrosia, sabidora grande de las mdgicas y diab6licas

artes, a mi hermano Abruso, . . . de dentro de un grueso y

valiente tueco de robre encantado tiene, y a mi en fiera

harpia dejo> convertida" ( 7, p. 89).Al estar esto explicado

en el coloquio, en el paso no hay ninguna explicacidh de ella;

solamente dialoga con Leno.

En el mon6logo que abre la escena, Leno censura a su

amo por tantas "retartalillas y tantos retruscanos." En

cambio, 41 se elogia a si mismo, considerdndose "hombre dis-

creto y agudo," a quien bastan pocas palabras para entender.

A pesar de ser "agudo," se encuentra perdido y se encomienda

a San Miguel Arcdngel, a quien el llama "dngelo Miguelo,"

para que alguien lo encuentre. Este seria, sin duda, un

87,

juego de palabras, equivocando el nombre del santo a quien

se encomienda con el del pintor italiano de la epoca, Miguel

Angel.

Pudiera este paso considerarse un pequen-o estudio

psicol6gico en form c6mica, apareciendo la harpia, Mesiflua,

como gula del di'logo para que conteste la consciencia de

Leno. En ciertos pasajes su simple consciencia parece

indicarle de su deber incumplido. Al preguntarle 6sta por

qu6 iba, responde Leno, "Si soy el que pienso, por una carga

de aulagas para calentar el horno, porque estaba ya el pan

masindose cuando sail de casa."

El lenguaje del simple es el artificio que emplea Lope

de Rueda para a-nadir a las necedades del simple mayor

humorismo. El simple tiene algunas peculiaridades de pro-

nunciaci6n como el decir, "proprio" por "propio," "masandose"

por "amasdndose," "quies" por "quieres,""dlima" por "anima,"

"ciyo" por "quidn," asi como otras. Tambisn emplea el juego

de palabras, troca1ndolas c6micamente.

"El empajado"

En "El empajado," aparecen dos personajes, Troyco, el

pastor, y Leno, el simple.

Comienza el paso con las palabras de Troyco, que de mal

humor le dice a Leno, "Mira, Leno, que no estoy de tu

temple; dejame, que ni he visto el asno, ni se qu6 se ha

hecho, ni se que te responda." Leno, terco, le pide que

88

haga una cosa por 61. Como Troyco conviene en hacer esto,

Leno le pide que entre al establo para que "sepas d6l como

nos perdimos el uno del otro, 6 por qu6 camino ech6 su

merced, y si viene despeado, y qu6 le acontesci6 en el

camino, y todo lo Ultimo de su sucedimiento." Como Troyco

no sabe de quin esta5 hablando Leno, le pregunta de quin

habla. Al explicarle Leno que del asno, Troyco le repite

que no estal en la casa, y le dice que entre a la casa y les

pregunte a los mozos de la casa si lo han visto.

Leno prefiere no entrar para que no lo vea su amo, e

inventa una excusa para no hacerlo, dici6ndole a Troyco que

ninguno de los que estaln alli deben conocerlo por andar 61

tan barbudo. Al saber Troyco que apenas hacia un dia que

Leno habia salido de la casa, le pregunta si cree 61 que en

un dia no fueran a conocerlo. Leno tiene la respuesta

inmediata, "!Mira qu6 milagro tan grande!; no me conoscia yo

proprio, ved c6mo diabros me conoscer 1 n los que no son yo."

Sigue tratando Leno de evitar un encuentro con el amo

porque este le ha prometido algo, que 61 sospecha sea una

tarea. Cambiando el tema de conversacion, Leno le pregunta

a Troyco acerca del cayado que su amo suele traer. Como

Troyco le contesta que lo habia visto con 61 en la mano, Leno

le dice, "Ya me paresce que le siento andar tomandome la

medida destas costillas, como suele; mas buen remedio."

Troyco no entiende lo del remedio d61 que habla Leno, pero

89

6ste le explica lo que piensa hacer: irse a la pajiza y

esconderse debajo de la paja y hacer creer a cualquiera que

llegue a verlo que es "rat6n de las Indias." Tambidn le

encarga a Troyco que le lleve de comer porque "el est5mago

tengo hecho levadura de pura hambre, y por excusar los palos

holgar6 de estarme alli hecho ermitaiio de pajar."

Troyco trata de despedir a Leno, "Bien hards; ve con

Dios." Pero Leno sigue imaginando la mantecada, "Tomara yo

agora otra mantecada como la de marras, aunque nunca Dios

la dejara tener canela y azucar." Se termina el paso con

estas palabras de Leno, pensando en la mantecada.

El motivo humoristico de este paso es la simpleza de

Leno, quien por su eterna pereza suele inventar excusas y

rodeos para no hacer las tareas que su amo le manda. Despuds

de no hacer estas tareas, busca maneras de evitar el castigo

merecido por medio de sus invenciones simples. Parece tener

un arraigado espiritu de contradicci6n, ya que siempre busca

una salida opuesta a lo que se le dice, como lo hace con

Troyco al decirle que seguramente no lo han de conocer por

andar barbudo. Esto es solamente excusa para no ir a la

casa por temor de que lo vea el amo.

Otra de sus simplezas que resulta en motivo humorostico

es su constante interns por la comida. Esto no parece ser

causado por el hambre en si, sino parece que en su simpleza

sea el comer uno de los mayores deleites para 61; y es por

90

eso que vive la comida en su imaginacion, como se observa

al terminar el paso en la cita anterior donde Leno expresa

sus deseos de saborear otra mantecada, aunque no tuviera

6sta azucar ni canela. Son tantos los deseos que tiene el

pobre simple de esta mantecada, que se conforma con menos,

o sea una que no est6 cubierta de estos dos ingredientes

que le aumentan a su exquisito sabor.

Es tan sencilla la vida del simple que caricaturiza

Lope de Rueda que la comida es uno de sus grandes deleites y

por eso influye tanto en su vida y pensamiento.

"El rat6n manso"

En el paso, "El rat6n manso," aparecen dos personajes,

Sulco, el amo, y Leno, el simple.

Al abrirse la escena Sulco esta reprochando a Leno por

no haber obedecido sus Ordenes de traer una carga de Lena.

La pereza de Leno ha causado que esten sin comer en la casa,

y que Sulco este de muy mal humor. Enrgicamente Sulco le

pregunta, " Qu6 hacias escondido en la pajiza? LD6 el asno?

&D6nde lo has dejado? LQu es aquesto? 4No hablas? eOyes?

Dame aca aquel ltigo con el que yo hago hablar a los mozos.

Leno le contesta, "Aqueso seria si yo huese mozo, como

vuesa merced dice." Al preguntarle Sulco quin es, Leno le

contesta que es de las nsulas y ha venido por la mar. Esto

sorprende a Sulco y le pregunta, "de las insulas? Jurara

yo que grades Leno, un mozo que yo habia enviado por una

carga de aulagas."

91

Leno le afirma que esta. 61 engaiiado, que 61 es un "raton

de las Indias." Como a Sulco le parece que ha crecido mucho

para ser rat6n, Leno le asegura a Sulco que no es de extraniar

que sea un raton tan grande, ya que los hombres de su tierra

"tienen en cada dedo cincuenta y dos coyunturas," y "de una

coyuntura a otra dos varas y media." Al preguntarle Sulco

qu6 tamaio son los ratones., segtn Leno son "de quince leguas

de largo." Sulco quiere saber de qu6 ancho son y Leno le

responde que de veintidds. Como a Sulco no le parece que

puedan ser mds anchos que largos Leno le asegura que "son

hechos ancho por largo."

Al volver a preguntarle Sulco a Leno qu6 hacia en la

pajiza, Leno le explica que venia "huyendo de un cabo de

guaita." No obstante la respuesta de Leno, Sulco da

6rdenes que lo aten hasta que venga alguien que lo conozca.

Leno le suplica, "Sejor, no me aten, que rat6n manso soy.

Llevenme a la cocina, si vuesa merced mandare, y asi6ntenme

cabo las ollas por que asombre a los gatos ." Sulco no oye

la siplica de Leno, repite su 6rdenes de que lo amarren,

"y que no le den a comer sino algunas sobras de lechugas, 6

cercenaduras de cardos, 6 otras cosas livianas, por que

amengue de cuerpo."

Leno vuelve a rogarle, "El demonio me ha hecho hablar

y por huir de un hoyo cae hombre en otro mayor. D6jeme y

fie de mi palabra, que yo mismo me voy a amarrar." Esta

vez, Sulco se lo permite y le dice, "Tira, pues."

92

Asif termina el paso, quedando libre por la bondad del

amo, el plcaro simple.

El humorismo de esta escena c6mica se basa principal-

mente en la picardia de Leno, el simple, aunque tambien se

podria considerar comica la manera en que el mal humor del

amo desaparece ante la fantasia del "raton de las Indias."

Al simple Leno se le observa su pereza y ademas su

picardf a al inventar el cuento del "raton de las Indias" y

los hombres gigantes cos que alli viven, para poder enganar

al amo y no recibir el castigo merecido por su pereza.

Al parecer, el simple facilmente distrae al amo de la

realidad, con su fantastica invencion del "raton de las Indias,"

y hace que olvide este su proposito de castigarlo, mostran-

dose el amo muy humano al finalizar el paso y no permitiendo

que amarren al "raton."

En la epoca que Lope de Rueda represent 6 estas obras el

cuento del "rat6n de las Indias" pudo haber tenido algun

sentido comico o rasgo de satira, a consecuencia de los

relatos exagerados que llegaban a Espana de las fabulosas

riquezas de las recien descubiertas Indias. La invenci6n del

cuento del gigant.esco raton de estas tierras hecha por el

simple Leno para evitar el intencionado castigo de su amo,

mayormente debi6 ofrecer m6tivo c6mico a este paso.

93

El Deleitoso

Los siete pasos que siguen son los que se encuentran

en El Deleitoso, que fue la segunda obra de Lope de Rueda

publicada por Timoneda en 1567 ( 6, p. xliii). Al princi-

pio de esta obra aparece el "Soneto de Ioan Timoneda a Lope

de Rueda en Loor de la obra presente y representantes," en

el cual se dirige a los "representantes, hdbiles, discretos,"

que son "en larte c6mico famoso/espejo, ejemplo, aviso pro-

vechoso/de sabios, avisados, indiscretos" ( 7, p. 144).

Les invita que vengan con animo al Deleitoso y lo encuentren

"repleto y caudaloso/de pasos y entremeses muy facetos"

( 7, p. 144). En los dos ult imos tercetos del soneto,

adems de loar a Lope de Rueda, se presenta a sf mismo como

humilde embajador de la obra:

El padre destos es el excelentepoeta y orador, representante,en todo universal Lope de Rueda.

Dellos y de sus obras al presentepor toda nuestra Espafia caminanteembajador humilde Timoneda ( 7, p. 144)

Los pasos en esta obra son s mplemente ordenados desde el

"Paso primero" hasta el "Paso s6ptimo." Despues de la

anotaci6n del orden, cada uno lleva como nota introductiva,

"muy gracioso,/en la cual se introducen . . . personas,

/compuesto por Lope de Rueda." Despuds de la identificaci6n

de los personajes, sigue el paso indicado.

94

Leandro Fernandez de Moratin incluy6 estos pasos en su

obra, Origenes del teatro espaiol, publicada en 1830, dndoles

tftulos a cinco de los pasos, como se anotan en seguida:

Paso segundo, "La cardtula;" Paso tercero, "Cornudo y con-

tento;" Paso cuarto, "El convidado;" Paso sexto, "Pagar o no

pagar;I" y el Paso s6ptimo, "Las aceitunas" ( 6, pp. vi-xiv).

El Paso primero y el Paso quinto los titul6 Alonso de la

Barrera, editor de las obras de Lope de Rueda en Sevilla

(1576), como "Los criados" y "La tierra de Jauja," respec-

tivamente ( 6, p. xliv). Por estos tiftulos generalmente

se conocen ahora.

"Los Criados"

En el Paso primero, conocido por "Los criados," aparecen

tres personajes: Luquitas, el paje; Alameda, el simple; y

el amo Salcedo.

Este paso no tiene la introducci6n explicativa que

hace uno de los personajes, ni tampoco tiene la llamada de

un personaje a otro para iniciar el dialogo, como ocurre en

algunos pasos.

Al principio Luquitas y Alameda van por el camino dis-

cutiendo sobre su tardanza, habiendose quedado en casa de la

bufiolera comiendo buhuelos y pasteles, y sobre el disgusto

que esto le causarg a Salcedo, su amo. En gracioso dialogo

hablan en detalle de los bufuelos que se han comido. Cada

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palabra o frase hecha por uno de ellos motiva graciosa

contestaci6n del otro.

Cuando a lo lejos ven a su amo, empieza la discusi6n

acerca de lo que le dirdn a 6ste para que no los reproche

por su tardanza. Luquitas urde una mentira para que Alameda

se la diga al amo cuando 6ste les pregunte el motivo de la

tardanza, pero Alameda le dice aLuquitas que 61 no necesita

sus consejos para eso de arregldrselas con su amo para que

todo quede bien. Estando ellos platicando esto, llega

Salcedo, el amo, riendose a solas y trae un garrote en la

mano. Al verlo reir, Alameda comienza a reirse tambi6n.

Como Salcedo le pregunta por qu6 se rie, Alameda le

contesta con otra pregunta, "&No quiere vuesa merced que me

ria? iJa, ja!" Alameda sigue ri'ndose, y Salcedo tiene que

esporar que Alameda termine de reirse para que le pueda

contestar su pregunta. Cuando al fin termina Alameda de

reirse, vuelve a preguntar Salcedo cugl fue el motivo de la

tardanza de ellos. Otra vez, Alameda trata de hacer rodeos

para. .no contestar, preguntandole. " Qu6 hora es, senor?"

Esta pregunta, nuevamente inicia el dialogo c6mico entre

ellos que vuelve a demorar la contestacion a la pregunta de

Salcedo.

Al volver a insistir Salcedo en saber el motivo de la

tardanza, Luquitas empieza a contarle "que habia gran priesa

en las cebollas y el queso" y le pide a Alameda que 61 siga

96

relatando lo que habila sucedido. Salcedo le pregunta a

Alameda si esto es verdad, y este comienza otro relato sin

relaci6n a lo que Luquitas dijo. Salcedo est6 a punto de

darles con el garrote, pero Alameda interviene, "Al mochacho

con la mano y a mi con el garrote? No se sufre entre hombres

de buena crianza."

El amo les pregunta de nuevo acerca de su tardanza, y

otra vez demoran la respuesta con preguntas de uno al otro

para ponerse de acuerdo con lo que dicen. El amo se im-

pacienta con este procedimiento, "%Qu6 conciertos son estos?

Acabad, contadmelo vos." Alameda empieza a contar, pero

titubea, "Vuesa merced ha de saber . . . eC6mo empieza,

Luquillas?" Asi contininan Luquillas y Alameda, tratando de

justificar su tardanza, pero componiendo mentiras, hacindose

preguntas y correcciones el uno al otro, diciendo equivocos,

unos reales y otros intencionales, y confundiendo la realidad

con la compuesta mentira.

Impacientandose el amo, les dice, "Agora este negocio

veo muy mal maranado, y no puedo juzgar cul de los dos

tenga la culpa; mas tni que lo viste y t13 que lo heciste,

tanta pena meresce el uno como el otro."

Sigue el dialogo comico entre el par de bobos, tratando

de justificarse cada uno de lo que ha dicho. Luquitas dice,

"Mira que somos amigos, y por tanto discuilpame con senior y

di que lo dijiste por burla." Alameda se pone de acuerdo

97

con esto, "Pierde cuidado, que yo te desculpar6. Sepa,

senor, que Luquillas es uno de lo mayores sisones del mundo

y que de un real sisa el medio." Con esto comienzan de

nuevo, a desviar el pensamiento del amo.

Sigue otro episodio comico cuando Alameda hace creer al

amo que trae una arana sobre el cuello, y le pega al intentar

matarla, disculpindose despubs porque resulta ser solo la

sombra de la oreja.

Por fin el amo trata de castigarlos, dici6ndoles, "Ora

entrad ac& adentro, que todo me lo pagareis junto." Es asi

que para finalizar se forma otro enredo comico porque ninguno

de los dos quiere pasar por delante del amo. Al decirle el

amo, "Pasad delante," Alameda le contesta, " IAnde day, que me

harai reir! Mejor beba yo que tal haga."

El motive humoristico de este paso se basa en las

simplezas del par de bobos, Alameda y Luquitaspor las mentiras

que inventan al intentar de engahar al amo, explicandole el

motive de su tardanza. Vienen platicando por el camino y en

comico dialogo "saboreando" los buhuelos y pasteles que se

comieron. Despues discuten lo que le diran a su amo,Salcedo,

para que no los castigue por su tardanza. Al encontrarse con

el amo, tratan de decir las mentiras "estudiadas" pero se

confunden uno al otro, formando un verdadero embrollo. En

el dialogo de estos simples emplea Lope de Rueda una serie

de artificios para llevar acabo el desenlace c6mico de esta

98

escena. Emplean los simples equivocos y correcciones del

uno al otro, preguntas necias y verificaciones en desacuerdo,

y rodeos en las contestaciones al amo, asi como en la mentira

que le dicen, como se observa al decir Luquitas, "Mire vuesa

merced: yo llegue a casa de la que vendia el queso, y de un

real que le di negdbame la vuelta, hasta que vino lalguacil

de la villa, y hizo que me lo volviese." Alameda, despues

pregunta otra bobera que no esta de acuerdo con lo dicho por

Luquitas, %Alguacil era aquel que estaba 'a la boca del horno

con la pala larga?" Luquitas lo corrige dicisndole, "A la

boca de la calle, querr's decir." Tambi n, al impacientarse

su amo por tanta mentira, diciendoles, "Baste, quentrambos

me la pagareis," uno al otro se culpan, diciendo mns boberas

para tratar de salvarse del castigo del amo.

Tambien se hacen notar en el lenguaje de los simples,

arcaismos, juego de palabras, palabras equivocas o inventadas,

y otros errores de pronunciaci6n, empleados como artificios

para crear mayor motivo comico en los simples. El amo y el

simple de este paso son los mismos que aparecen en el paso

"La caratula," y por eso se supone que estuvieron intercalados

en la misma comedia o coloquio pastoril, pero la realidad

acerca de ello no se sabe.

"La cardtula"

En el paso "La caratula," aparecen solamente dos

personajes: Alameda, el simple, y Salcedo, su amo.

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Comienza uno de los personajes llamando a otro como a

veces ocurre en los pasos. Aqui, Alameda busca a su amo,

Salcedo, para tratar de un "negocio que me va mucho en la

consencia," pero de este negocio quiere hablar a solas con

su amo porque es "cosa de grande secreto." Segnrn Alameda,

el se ha encontrado algo de mucho valor y quiere hablar con

su amo acerca de esto, pero no quiere que nadie ms lo oiga.

Alameda guarda el secreto de lo que se ha encontrado hasta

asegurar de que esten ellos solos. Al decirle a Salcedo

que se ha encontrado algo, este le propone ser su companero

en el hallazgo; pero Alameda muestra algo de egoismo al

decirle, "No, no; solo me lo halls, solo me lo quiero gozar

si la fortuna no mes adversa."

Despu6s de mantener a Salcedo curioso por saber lo que

61 se ha encontrado, Alameda por fin se la muestra muy

cuidadosamente. Salcedo, burldndose del simple, le hace

creer que es una gran desdicha el haberse encontrado tal

cosa, dici6ndole que lo que se ha encontrado es la cara de

Diego S~nchez, un santero a quien hace dias unos ladrones

mataron por robarlo.

Alameda se turba mucho al saber esto, pero Salcedo

continue con la broma, dici6ndole que adn no han encontrado

a los ladrones, y que la Justicia los anda buscando.

Al preguntarle Alameda a Salcedo si es 61 "agora el

delincuente," Salcedo al contestarle afirmativamente, adems

100

lo engaha hacisndolo creer que al encontrarlo, lo menos que

le pueden hacer es ahorcarlo. Acaba Salcedo por aconsejarlo

que se retire a la ermita de San Ant6n y se haga santero

para que la Justicia no le haga ninguin dai-o.

Alameda siente mucho miedo y Salcedo le inculca atn

mis, dicisndole que ya estando solo en la ermita, el espfritu

de Diego Sanchez vendra' a asustarlo en la noche. Salcedo lo

manda que se retire pronto porque si se tarda, podra' en-

contrarlo la Justicia.

Cuando Alameda le pregunta a Salcedo qu6 debe hacer con

"la filomancia," sste le aconseja que la deje alli para que

no lo encuentren con ella.

Al irse Alameda, Salcedo explica la broma que piensa

jugar a Alameda: Se pondra' la caratula y se cubrira con una

sabana y se apareceraA ante Alameda como el espiritu de Diego

Sdnche z.

Despues de irse Salcedo, sale a la escena Alameda,

vestido "como santero, con una lumbre en la mano y una

campanilla," quejandose amargamente de la situacion en que se

encuentra, y por todo lo que tiene que pasar, para pedir y

recoger los mendrugos de pan. Dice que los perros, a quien

tenia antes por amigos, ahora lo desconocen por el traje que

lleva puesto. Ahora que lo ven de puerta en puerta pidiendo

y recogiendo los mendrugos de pan que era su mantenimiento

de ellos, se vienen hacia el con la boca abierta. Tambien

101

afirma el miedo que le da cuando "se menea un mosquito en

la ermita,1? imagin1ndose inmediatamente que es el 6nima del

santero que mataron.

Cuando termina Alameda de decir esto, se oye la voz de

Salcedo que le llama por su nombre. Despues de llamarle

varias veces, le pregunta si no le conoce la voz. Al

asegurarle Alameda que no la conoce, Salcedo le dice que se

le va a mostrar para que lo conozca.

Alameda se asusta al oir esto, pensando que es el es-

piritu de Diego Sanchez. Sigue un dialogo c6mico entre

Alameda y el fingido esporitu de Diego Snchez, quien manda

Alameda que vaya al arroyo al punto de medianoche para que

saque el cuerpo de Diego Sanchez, y lo lleve "al cimenterio

de San Gil, questai al cabo de la villa, y allf junto digdis

a grandes voces: IDiego Sanchez!"

Es aquif donde Alameda busca la manera de huir, preguntdn-

dole al fingido espifritu de Diego Sanchez si no serd mejor ir

por un borrico a su casa para poder llevar el cuerpo a caballo.

Al oir la contestacidn afirmativa, Alameda cobra valor

porque con esto ya ve facil su salida, y le pregunta al

fingido espifritu, "Digame senor Diego Sanchez: cudnto hay

de aqui al dia del juicio?" Cuando la voz del fingido

espiritu le contesta, "Dios lo sabe," Alameda le contesta con

atrevimiento, "Pues hasta que lo sepsis, vos podis aguardar."

Para cuando se da cuenta Salcedo de la intencion de

Alameda, y lo llama, ya es tarde; pues Alameda ha logrado

102

escaparse, diciendo, "iV6dlame Santa Maria! Dios sea conmigo,

que me viene siguiendo." Escapandose Alameda oportunamente,

la burla que Salcedo intent para el simple, se convirti6 en

burla para si mismo.

Al principio de este paso el motivo comico comienza por

la ignorancia de Alameda, el simple, quien se ha encontrado

una caratula y no sabe lo que es. Despu6s se desarrolla la

burla que el amo decide hacerle al simple, aprovechandose de

la ignorancia de este. Al final se observa el rdpido cambio,

obrado en la burla por medio de una chispa de inteligencia

o el instinto natural de preservaci6n del simple quien logra

escaparse, quedando asi burlado el amo, quien fue el iniciador

de la burla.

Mediante el dialogo de este paso parece hacerse un

pequeho estudio de dos personajes distintos: el amo burlon

y el crsdulo criado.

El criado, por una parte, tiene gran confianza en su amo,

con quien piensa hablar acerca del supuesto gran hallazgo que

ha hecho, y quiere estar seguro que nadie sino su amo lo oiga.

A pesar de la confianza que le tiene a su amo, demuestra tener

egoismo para con el, al no estar dispuesto a compartir con 61

su hallazgo, que segin piensa sl, .as de gran valor. El la

considera de tanto valor que no sabe qu6 hacer, "Ni se si la

venda, ni se si lampeine."

Lo ma.s patente de su simpleza es su credulidad en todo

lo que le dice su amo acerca de la caratula que se ha encontrado.

103

Tambien muestra su complete confianza en el amo, al seguir

al pie de la letra todo lo que este le dice que haga para

que no lo encuentre la Justicia. A pesar de toda su

simpleza, en medio del terror que siente al estar conver-

sando con el supuesto espiritu de Diego Sanchez, brilla su

chispa de inteligencia, que seguramente lo hace pensar en

su defensa propia. Primero busca la manera de impedir que

se le presente el fingido espiritu, "Ms sehor Diego S6'nchez,

aguarde que pase por el camino otro que lo conozca mejor que

yo." Como esto no le vale porque la voz del finigido

espiritu le dice "A ti soy mandado," despues busca la opor-

tunidad de ir a traer el borrico para poder salir de la

dificultosa situaci6n; y logra hacerlo. Salcedo, el amo,

queda burlado por Alameda, ante los espectadores de esta

escena, pero la burla no fue hecha intencionalmente por

Alameda; ya que este no sabe que el fingido espiritu de

Diego Sanchez es en realidad su amo. La relaci6n de Alameda

para con su amo en todo caso fue sincera.

El amo, en el trato para con su criado, es burln e in-

sincero. Al saber que Alameda se ha encontrado algo le dice,

"Tu compahero quiero ser." Despues de saber lo que se ha

encontrado, trata de engaharlo, "jOh, desventurado de ml!

LQu6 todo eso era tu hallazgo?" Sigue engahando al simple,

haciendole creer que es "una desdicha tan grande," el haberse

encontrado tal cosa. Aprovechando la credulidad del turbado

104

simple, sigue inculcandole mds temor, "No quisiera estar en

tu piel, por todo el tesoro de Venecia." Asi, intencional-

mente logra aumentar-sucesivamente el terror de Alameda,

burla'ndose de 61. Aun piensa hacerle una broma mds pesada

esa noche fingiendo ser el espiritu de Diego Sanchez, para

asustarlo mas y burlarse de 61.

A pesar de la estudiada burla,al final sale burlado

Salcedo por el cambio repentino, obrado por medio del simple

que solamente busca protegerse del fingido espiritu y no

deliberadamente burlarse de su amo. Este inesperado y

repentino cambio logra finalizar el paso con mayor elemento

c6mico por quedar burlado el amo, quien fue el iniciador de

la broma.

"Cornudo y contento"

En el paso "Cornudo y contento," aparecen cuatro

personajes: Lucio, el m6dico; Martin Villalba, el marido

burlado; Bdrbara, su mujer; y Geronimo, el estudiante.

La escena comienza cuando el doctor dice unas palabras

en latin, queja'ndose despuds por la falta de pacientes ese

dia. Tambidn hace el doctor una introducci6n, informando al

pdblico sobre el caso de Martin y su esposa, quien es su

paciente y la protagonista de este paso. Esta introduccidn

tambi6n parece tener el objeto de ridicularizar la 6tica

profesional del doctor.

105

Al aparecer el simple Martin, el doctor le da la

bienvenida, confundiendo el nombre de Martin por Alonso.

Martin se presenta con la mayor cortesfa y le dice, "No, no

senor Licenciado; Martin de Villalba me llamo para toda su

honra." Martin le ha traido unos pollos al doctor, pero se

disculpa por lo pequeflo que estgn los pollos, pero le promete

que cuando sane su mujer le traera un ganso que tiene

engordando.

Sigue la platica ingenua de Martin, diciendole al doctor

como se ha de comer los pollos. Le dice al doctor., "Mire:

primeramente, les ha de quitar la vida, y plumallos y echar

la pluma y los higados, si los tuviera dafiados."

Al preguntarle el doctor por la salud de su mujer,

Martin le contesta que ha reposado por un tiempo. Seguin 61,

como esta en su casa su primo, el estudiante, que "tiene la

mejor mano de ensalmador del mundo todo, no ha dicho en toda

esta noche aqui me duele." Cuando le pregunta el doctor si

se queda en su casa el primo, Martin le contesta que si no

fuera por eso, ya se hubiera muerto ella. Despuss le pregunta

el doctor si tom6 ella la purga que le habia recetado. Martin

le asegura que "ni aun la quiso oler," pero como le habfa

recomendado el primo que 61 la tomara para que se aliviara

su mujer, porque si recordaba cuando los habian casado lo

que dijo el "crego," que eran "unidos en una misma caree"

Segin le habia dicho el primo, "Pues siendo verdad lo quel

106

crego dijo, y siendo todo una misma care, tomando vos esa

purga, tanto provecho le hard d vuestra mujer como si ella

la tomase. " Martin obedeci6 esto con tal que se aliviara su

esposa a quien tanto queria.

Al decirle el doctor que bien le aprovecharia esto,

Martin le cuenta que 61 no pudo dormir por esto y le habla

quedado "enjuto el estr6mago con aquello de la escudilla."

En cambio,le dice, "hizole tanto provecho a ella que se

levant con una hambre, que se comiera un novillo si se lo

pusieran delante." Contin'a diciendo que mientras 61 se

sentia malfsimo, "Entonces el senor, diciendo y haciendo,

apaho una gallina por aquel pescuezo, que paresce que agora

lo veo, y en un santiam6n fue asada y cocida y traspillada

entre los dos." Lo hicieron creer que lo que 61 comiera le

hacia dano a su mujer, asi que Martin no prob6 la gallina.

El doctor le dice que ahora es 61 a quien debe curar, pero

le suplica Martin que no le de "mas de aquello de lascudilla,"

porque se le quedard el cuerpo sin tripas. El doctor se

despide de Martfn, excusandose por tener que ir hacer algunas

visitas a sus enfermos y Martin se va.

Salen Brbara, la esposa infiel, y el estudiante. Este

se mortifica al ver que Martin sale de casa del doctor, pero

Barbara le dice que no se apene porque ella lo hard creer que

van a cumplir una novena para que ella se alivie. Piensa el

estudiante que Martin no creera esto, pero ella le asegura,

107

"Si yo le digo quen lo mds fuerte del invierno se vaya a

bahar en la mas helada acequia, diciendo ques cosa que

importa mucho a mi salud, aunque sepa ahogarse, se arrojarg

con vestidos y todo. Hlblele."

El estudiante le saluda a Martin, "Bien venga el senior

Martin de Villalba, marido de la sefiora mi prima y el mayor

amigo que tengo." Al verlo, Martin le pregunta qui6n es la

mujer que va con 61. El estudiante le hace creer que es una

moza que les lava la ropa en el pupilaje, pero despu6s

Martin reconoce la saya de su mujer y le pregunta para

d6nde la lleva. Bdrbara logra este momento para llamar a

su marido traidor por no haberla conocido antes y hace el

papel de llorar por esta ofensa. Martin le suplica que no

llore porque esto le parte el corazon. Le pregunta para

d6nde va, y si vuelve pronto. Ella le asegura que volverd

pronto pero que tiene que ir a rezarle una novena a una

santa a quien le tiene mucha devocion. Como Martin no sabe

lo que es "novena," Barbara le explica que ella debe estar

"alld encerrada nueve dias." Tambien le pide a Martin que

debe ayunar "a pan y agua," todos los dias que ella est6

alla, "porque mas aproveche la devoci6n."

Martin no se le hace dificil llevar a cabo las 6rdenes

de su mujer, y queda muy contento por el mejoramiento de

ella, pidiendole al estudiante que la aconseje que si la

novena le hace bien, que la haga decena, aunque 61 tenga que

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"ayunar un dia mas por su salud." Se termina el paso cuando

ellos se van, y dejan a Miartn muy contento.

En este paso el motivo c6mico es la infidelidad de la

esposa, Barbara, hacia su esposo, el simple Martin. El

marido burlado no sospecha nada de la infidelidad de su

esposa, y le tiene a ella completa confianza. Tampoco

sospecha nada del estudiante, Gerdnimo, quien es el tercero

en este tridngulo matrimonial, y que se encuentra en la

misma casa de Martin, como "primo" de su mujer.

Entre las burlas que le hacen al pobre simple, ademds

de la burla de su mujer, hay las del estudiante que lo hace

creer que tomasndose el una purga, se alivia su mujer, porque

ellos fueron "unidos en una misma caree" segun el "crego."

Tambien hay las burlas del doctor sin escrUpulo, que a pesar

de saber que la esposa no padece enfermedad, le oye las

quejas a Martin, quien la considera enferma, y que en

agradecimiento del doctor, le trae a regalar pollos. Por

ultimo, hay la burla del estudiante y su mujer, quien lo

hacen creer que va ella a cumplir "unas novenas a una santa"

a quien ella le tiene devocion, y que "sentiende que tengo

destar yo allM encerrada nueve difas." Ademas de esto, le

dice su mujer que debe ayunar todos los dias que ella estd

allay para que le aproveche mas la devocidn. Con tal que se

alivie su mujer, a quien mucho ama, Martin queda contento, a

pesar de todas estas burlas, que en realidad ignora por su

simpleza.

109

La 6tica profesional del doctor tambidn se ridiculiza

desde el principio, por medio de sus propias palabras, "Pero

venga, que en tanto que los pollos en el corral le turaren,

nunca su mujer estara sin fiebre."

Segiln Cotarelo, algunos crifticos opinan que este paso

fue tomado de la novela novena de Mascuccio Salernitano

( 6 , p. lxxxv).

"El convidado"

En el "Paso cuarto," conocido por "El convidado,,"

aparecen tres personajes: el caminante, identificado como

"Juanitico" o Joan G6mez, el Licenciado X81quima, y el

Bachiller Brazuelos.

La escena se abre con las palabras del caminante al

llegar a la posada, donde piensa que vive el sefor licenciado,

cuyo nombre no recuerda bien, pero a quien busca para entregar

una carta queile trae de su madre. Empieza por generalizar

la verdad universal de una situaci6n que a cualquiera le

podria suceder, pero que para 61 es la realidad de ese

momento. A la vez da una breve explicacidn de esta pequeha

escena, que parece ser la t6cnica empleada por Lope de Rueda

con el fin de proporcionar a su publico mayor comprension del

desarrollo de estas pequehias escenas. Dice el caminante asi:

Uno de los grandisimos trabajos que el hombre puederecibir en esta miserable vida es el caminar, y elsuperlativo, faltalle los dineros. Digolo estoporque se me ha ofrescido un cierto negocio en estaciudad, y en el camino, por las muchas aguas, me hafaltado los reales. No tengo otro remedio sino 6ste,

110

que soy informado que vive en este pueblo unLicenciado de mi tierra, ver con una carta que letraigo si puedo ser favorescido. Esta debe deser la posada. Llamar quiero: 6quidn estaca?

Sale el bachiller y por medio de breve didlogo c6mico

se determina la identidad del licenciado a quien busca el

caminante, que segulen 61, se llama el Licenciado Cabestro.

Como el compafiero que alli se hospeda con el bachiller se

llama el Licenciado Xaquima, 6ste resulta ser la persona

que busca 61 caminante; pues para 68te hay suficiente

"parentesco" entre estas dos palabras, "Cabestro" y "Xdquima."

El licenciado no puede localizar su bonete y sus

pantuflos, pero al fin sale para hablar con el caminante que

lo busca. Aun siendo el caminante de la misma tierra de

donde es el licenciado, al principio 6ste no lo reconoce y

por medio de dialogo c6mico se establece la identidad del

caminante. Cuando al fin lo reconoce, le da much gusto al

licenciado. Al saber, el licenciado que le trae una carta

de su madre, parece no importarle much la carta, a menos que

contenga algo de dinero, y dice, "VPues para qu6 queria yo

carta sin dineros? Agora, sehor Joan G6mez, hagame tan

sehalada merced de venirse a comer con nosotros."

El caminante acepta esta invitacion, pero se excusa

para ir a traer la carta que dej6 "encomendada al mesonero."

Mientras el caminante va a traer la carta, el licenciado

y su compahero, el bachiller, discuten acerca del convidado.

Como el licenciado se encuentra sin dinero, le pide prestado

111

dos reales al bachiller, para poder ofrecerle algo de comer

al convidado. El Bachiller, a la vez, se encuentra en las

mismas condiciones econdmicas. Este resulta estar tan

carente de dinero que hasta dej6 empefiado el bonete en la

taberna por seis dineros de vino. Para salir de esta penosa

situacidn en que se encuentra por haber invitado al caminante

a comer y no conseguir dinero, el licenciado le pide al

bachiller que trame un engafo para salir bien de su apuro.

Inmediatamente el plcaro bachiller urde un engafio: se

ocultard el licenciado debajo de la manta y 61 le dird al

convidado cuando 6ste regrese que el licenciado ha tenido

que salir de urgencia porque "el senior arzobispo le ha

enviado a publicar ciertas buldas."

Al regresar el convidado, el picaro bachiller no cumple

con el prometido engano y pone a su amigo en vergfenza porque

le confiesa al convidado la verdad de la situacion en que el

licenciado se encuentra. Le dice muy francamente que en

realidad no tienen "ni bocado de pan" para ofrecerle.

Al oir esto, el caminante casi no cree que el licenciado

pudiera haberlo engaado, pero para mejor convencerlo, el

bachiller le dice que lo mire como esta arrodillado de pena.

Resulta una riha verbal entre el licenciado y el

bachiller, discutiendo sobre la bellaqueria del bachiller y

la verdad de las cosas, pero el convidado al presenciar esto,

ni quiere oir mas ni verle el fin a tal averiguaci'n, y les

112

dice al despedirse, "jId con todos los diablos! All os

averiguad vosotros mesmos." Con estas palabras del caminante

se termina el paso.

El humorismo de este paso se basa en la situacidn

dificultosa y penosa de cada uno de los tres personajes,

resultando ser idsntica su precaria situacion econ6mica, y

distinta la manera en que cada uno de ellos busca la aparente

solucion.

Por otra parte, tiene el humorismo basado en la picardia

del bachiller quien engaha a su amigo, el licenciado, habi6n-

dole prometido sacarlo de su apuro y despuss, al presentarse

el momento, diciendo la verdad y ponisndolo en ridiculo ante

el caminante, viejo compahero de su mismo pueblo.

Adems de la nota comica que se encuentra desde el

principio hasta el fin de este paso, podria tambisn

atribuirsele cierta moraleja, apenas apercibida. En cuanto

a la invitacidn que hizo el licenciado al caminante para que

viniera a comer, aparenta 6sta ser sincera; pues a pesar de

saber que se encontraba sin "bocado de pan, ni cosa,

ofrgzcola a Dios, que de comer sea," pensaba 61 sinceramente

solucionar la situacion, pidiendole al bachiller que le

prestara dos reales. Al saber que el bachiller no podia

prestarselos porque no los tenia, le pidi6 la "merced de

pensar una burla en que se fuese este convidado con todos

los diablos." Son en estas palabras, precisamente donde se

113

une el humorismo con la moraleja, pues la burla que busca

el licenciado para el caminante por medio de su amigo, el

bachiller, resulta caer sobre 61 mismo, por medio del mismo

bachiller. Como el bachiller resulta ser un plocaro que le

da lo mismo engafiar a un amigo o a un desconocido, le juega

una broma al amigo. En sentido figurado, esto podfa reflejar

la ensehanza de no desear al prdjimo lo que no se desea para

si mismo. Para poner enfasis, las mismas palabras que usa

el licenciado refiridndose al caminante, "que se fuese este

caminante con todos los diablos," tambien las repite el

convidado al fin del paso, refiridndose a los dos personajes,

el burlador y el burlado, al despedirse, "jId con todos los

diablos! AllM os averiguad vosotros mesmos." El engao del

caminante que iba a ocupar el lugar principal, qued6 relegado

a segundo lugar por medio del cambio instantaneo e inesperado

que ocurre cuando el bachiller revela su gran picardia,

poniendo en ridiculo a su amigo.

Aunque al parecer, esto refleja cierto tono moral, opina

Asenio que esto no es el principal motivo de estas escenas,

sino el cambio repentino que aumenta la fuerza c6mica de la

escena ( 1 , pp. 39-40).

Segln Cotarelo, este paso probablemente fue basado en

un suceso verdadero que ocurri6 en ese tiempo,o. poco antesen

AlcalM de Henares a un estudiante llamado Durango, del cual

cuenta Crist6bal de Villaldn en dos obras, E1_ crotal6n, y

El escolastico ( 6 , p.1xxxiv).

li4

"La tierra de Jauja"

En el Paso quinto, "La tierra de Jauja," aparecen tres

personajes: Honzigera y Panarizo, dos ladrones, y Mendrugo,

el simple, a quien hacen victima los ladrones.

En este paso Lope de Rueda emplea como tema cdmico la

picardifa de dos ladrones hambrientos que esperan a un

aldeano que le lleva de comer a su mujer. Para distraerlo

y asi poder robarle la comida por que le lleva a su mujer,

le cuentan acerca de la tierra de Jauja, y hacen que el

pobre Mendrugo olvide la realidad por unos moments.

La escena empieza con la discusion entre los dos

ladrones acerca de su trabajo. Honzigera pone alerta a su

companero, Panarizo, diciendole "que ahora es tiempo de

tender muestras redes."

Panarizo se disgusta porque dej6 su espada empenada por

dos dineros de vino que se tomaron, y le suplica a Honzigera

"Mira, hermano Honzigera, provee que comamos, que yo vengo

candido de hambre."

Aquif, Honzigera le explica a Panarizo su plan para

conseguir esto:

Que por eso, hermano Panarizo, estoy aguardando aquiun villano que lleva de comer 6 su mujer, que tienepresa, una autenticada cazuela de ciertas viandas, ycontarle hemos de aquellos contecillos de la tierrade Jauja, y el sembebescera tanto en ello, quepodremos bien henchir nuestras panchas.

115

Esta locuci'n explicativa que generalmente se encuentra

al principio de los pasos ocurre en este paso despuds de

corto didlogo introductivo.

Al terminar Honzigera, el simple,Mendrugo, entra can-

tando. Los ladrones le saludan muy cordialmente y Mendrugo

introduce una nota c6mica cuando al contestar al saludo hace

la pregunta, %Hablan vuestras mercedes conmigo 6 con ella?"

Al preguntar Honzigera quidn es ella, Mendrugo le

contesta con un adivinanza, "una questal asi redonda con sus

dos asas y abierta por arriba." Como ninguno de los los

ladrones aciertan adivinarla, Mendrugo les dice que es

"cazuela."

Honzigera aparenta ignorar que Mendrugo trae la cazuela

y pregunta "Qu6, cazuela lleva.is?" Mendrugo les cuenta que

le lleva de comer a su mujer que esta en la carcel. Sigue

un didlogo interogatorio para saber los ladrones el motivo

por el cual esta su esposa en la carcel. Mendrugo les

contesta, que seguin las alas lenguas est4 alli por alcahueta.

Sigue el dialogo cdmico acerca de un obispado, que segtin

Mendrugo le dardn a su mujer por "ser mujer de bien que lo

puede llevar." Mendrugo continua diciendo que desea ver a su

mujer hechal"obispesa" para ser el "obispeso."

Es precisamente en este momento donde los ladrones logran

la oportunidad de acomodar el cuento de la tierra de Jauja,

116

dici6ndole a Mendrugo que seria mucho mejor "que la hiciesen

obispesa de la tierra de Jauja."

Invitan a Mendrugo a sentarse con ellos para contarle

las maravillas de esta tierra. Por medio de didlogo c6mico

y gracioso le comienzan a contar de todo lo que hay en esa

tierra. Segln Honzigera, hay rfos de miel y reos de leche,

"y entre rio y reo hay una fuente de mantequillas encadenada

de requesones." Hay tambien rboles con los troncos de

tocino, y los frutos de buiiuelos, calles empedradas de yemas

de huevos y entre ellas pasteles con lonjas de tocino, y un

sin fin de ricas comidas. Al oir esta historia, al pobre

de Mendrugo hasta le da hambre y sed. Cuando al fin le dicen

que tambisn "en la tierra de Jauja hay muchas cazuelas con

arroz y huevos y queso," Mendrugo pregunta si son como la

que l lleva, pero aqu se da cuenta que se desaparecen los

"contadores de la tierra de Jauga," llevndose la cazuela.

Termina el paso al decir Mendrugo:

iValalos al diablo, Dios les guarde! &Y qu6 san hechoestos mis contadores de la tierra de Jauja? Ofrescidosse'is a cincuenta aviones: &y qu's de mi cazuela?Juro a mi que ha sido bellaquisimamente hecho. Oh,valalos el de las patas lenguas! Si habla tanto, quecomer en su tierra, para qu6 me coman mi cazuela?Pues yo juro a ml, que juro a bueno, que tengo denviartras ellos . . . que los traigan a su costa. Peroprimero quiero decir a vuestras mercedes lo que manencomendado.

En este paso tanto la picardia de los ladrones, como las

simplezas de Mendrugo hilvanan el gracioso y comico didlogo.

117

Se puede decir que la picardia de los dos ladrones es

su propio modo de vivir y tarea cotidiana. Buscan por medio

de ella satisfacer el hambre. Mendrugo hace su papel de

simple y cae en las redes de los ladrones, tal como ellos

se lo hablan propuesto al principio, cuando dice Honzigera,

"Agora es tiempo de tender nuestras redes." Esto tambien

se ve claramente, seguin su plan de mas adelante al explicarle

Honzigera a Panarizo especificamente la manera en que va a

proveer la comida de ese dia. Este dia en particular, seguin

Honzigera, que parece ser el mas ligero en el "arte de la

picardia," van a contar el cuento de la tierra de Jauja para

hacer caer al simple Mendrugo en la red que ellos le tendergn.

Las simplezas de Mendrugo incluyen sus ocurrencias

"bobas"; pues hasta la dice Panarizo, empleando el sufijo

peyorativo, "Entiende bobazo," a lo cual Mendrugo, sin la

menor indignaci'n contesta, "Diga, que yantiendo. " Tambien,

inventa palabras, como "obispesa" y "obisepeso," que segura-

mente son andlogas a otras que tal vez habra" cido.

El lenguaje del simple que por su ignorancia inventa

palabras, hace preguntas necias, y veces usa palabras

arcaicas, es uno de los artificios que emplea Lope de Rueda

para crear comicidad. Tambien emplea con frecuencia el tema

del hambre. En este paso, con gusto oye el simple el cuento de

la tierra de Jauja porque para un simple todas las maravillas

de que le cuentan son cosas nunca oldas, y hasta las quiere

118

volver a oir, como se observa, "D'galo mds pausado, senior,

eso." La comida el el mayor deleite del simple y por eso

se transporta momentaneamente a esa tierra maravillosa y

deleita su espiritu con s*lo oir de todas las comidas, como

se observa por sus palabras, "Harta cuenta me tengo yo,

senior, que me paresce quengulo y bebo."

Aunque esta embebecido por el maravilloso cuento, aun

esta consciente de la realidad; pues cuando Panarizo le

dice, "Mira: en la tierra de Jauja hay muchas cazuelas con

arroz y huevos y queso," el pronto llega a la realidad,

preguntando inocentemente, "%Como (sta que yo traigo?" Al

no encontrar su cazuela, se indigna diciendoles "VXlalos el

diablo," pero en la misma oracidn dice, "Dios les guarde,"

como sin duda, acostumbra hablar a todo mundo. Aunque desea

buscarlos para castigarlos, en su simpleza no hay demasiada

malicia y esta p6rdida no lo hace olvidar su tarea, como

dice al finalizar, "Pero primero quiero decir ai vuesas

mercedes lo que man encomendado." Se supone que este paso

haya sido representado al principio de una comedia por las

palabras ultimas dichas por el simple ( 6 , p. lxxxiii).

"Pagar o no pagar"

En el "Paso sexto conocido por "Pagar o no pagar,"

aparecen tres personajes, el hidalgo Brezano, Cebad6n, su

simple criado y Samadel, un ladr6n.

119

La escena empieza con las palabras de Brezano, quien

se muestra agraviado porque le han demandado el pago muchas

veces por cierto alquiler que debe. Llama a su criado,

Cebad6n, que lleve el dinero para pagar esta deuda.

Con el llamado a Cebadon, se inicia el didlogo c6mico

que continda hasta informarse Brezano si Cebadon sabe d6nde

vive la persona a quien debe llevar el dinero. Cebad6n,

seguro de saber donde vive esta persona, le explica a

Brezano, "Mire vuesa merc6: eche por esta calle drecha y

torne por esotra 'a mano izquierda, y junto 6 la casa, empar

de la casa, al otra casa mds arriba estd un poyo 6 la puerta."

Vuelve a repetir Cebaddn la direcci6n de la casa a donde ird,

haciendo esta vez la explicaci6n igualmente c6mica y ms

complicada que la anterior. Le repite a su amo que si la

sabe "demasiadamente."

Por fin Brezano le da los quince reales para que se los

lleve al casero. Tambi6n le da descripciones en detalle para

que pueda identificar al seiior a quien debe entregdrselos y

le da instrucciones de recoger el recibo antes de entregarle

el dinero.

En este instante sale el ladron Samadel. a la escena y

explica su plan de quitarle el dinero a Cebad6n, diciendo:

Segtin soy informado, por aqui ha de venir un mozo conunos dineros que los ha de dar 'a un mercader. Yo letengo que hacer encreyente que soy el mercadente, ycogelle los dineros, que bien creo que serdn buenospara alguna quinolilla. Ta, ta, quiero disimular, quehelo alli do viene.

120

Mientras tanto Cebad6n se despide de su amo, dici6ndole con

mucha seguridad, "Que yo lo sabr6 hacer, vdlame Dios. "

Al encontrarse Cebaddn con Samadel, le pregunta si es

61, quien ha de recibir "esos dineros." Cuando Samadel le

asegura que 61 lo es, Cebad6n estl a punto de entregarle el

dinero, pero recuerda las "insinias" y le dice, "Dijo mi

amo que habla de tener vuesa merced un parche en el ojo y

traer una pierna arrastrando."

Esto inicia un dialogo c6mico entre ellos: primero

discutiendo lo del parche en el ojo, luego discutiendo sobre

la "pierna arrastrando," y despues sobre la carta de pago.

Mediante este dialogo, el ladr6n por fin convence a Cebad6n

que le entregue el dinero, pero no sin antes recibir Cebad6n

el recibo, segln le encarg6 su amo.

Al regresar Cebad6n a casa de Brezano, le entrega la

carta a Brezano, pero 6sta resulta ser una carta mensajera

y no la carta de pago, segin le habla instrufdo Brezano. Al

darse cuenta Cebaddn que no habla entregado el dinero a la

debida persona, le sugiere a su amo que los dos vayan a

buscar al ladr6n para cobrarle el dinero que se habla

llevado, y tambisn le sugiere a Brezano que le d6 una paliza.

Brezano acepta esto, y salen los dos a buscar al ladr6n.

Mientras tanto, el ladrdn, Samadel, entra a la escena

diciendo:

Bien dicen que lo bien ganado se pierde y lo malo 61y su amo. Esto digolo porque aquellos dineros que

121

tome al simple mozo, los medios se fueron en unresto y los otros se quedaron en un bodeg6n. Dicenmeque van en busca mia; no tengo otro remedio sinodiferenciar la lengua.

Al entrar Brezano y Cebaddn a la escena de nuevo,

inmediatamente encuentran al ladr6n. Cebad6n le dirije la

palabra, pero 6ste habla fingiendo ser cataldn (8, p.

215). Al oirlo Cebaddn, le dice a su amo, "No habla cris-

tianamente, senior." En graciso y c6mico dialogo, Cebad6n se

convierte en c6mico traductor entre su amo y el ladr6n.

A mediacidn de este didlogo, el ladr6n olvida su

fingido dialecto y pregunta en espahiol, %Qu6 he de pagar?"

Cebaddn contesta, "Los dineros que me quisistes hurtar," y

surge una riHa entre ellos dos. Se termina el paso al huir

el ladr6n de la escena al tiempo que Cebad6n grita, "Aguarda,

aguarda."

Las simplezas de Cebad6n y la picardia del ladr6n forman

el motivo c6mico de este paso. Las simplezas de Cebad6n

incluyen: el despacioso entendimiento de lo que su amo le

dice, sus torpes direcciones y su fingimiento de traductor.

El picaro ladr6n no resulta tan gracioso como el simple.

La parte ma's c6mica de su papel es el "diferenciar" el habla,

y el reconocer que hizo mal.

Parece tambien reflejarse en medio de la picardifa y de

lo comico, cierto vislumbre de ensenanza refranera, por

medio de las palabras del ladr6n, "Bien dicen que lo bien

ganado se pierde, y lo malo 61 y su amo." Sigue explicando

122

la razon por lo que dice esto, al parecer, convencido a si

mismo de la veracidad del refrain.

Aunque segiin los criticos literariosestas obras de

Lope de Rueda s6lo tenfan por objeto el divertir al piblico,

parece reflejarse en algunos de los pasos, como se hace

notar en sste, cierta tendencia moralista que sale a luz

en medio de lo c6mico ( 4 , p. 185).

"Las aceitunas"

En el paso conocido por "Las aceitunas" aparecen cuatro

personajes: Toruvio, simple, viejo; Agueda de Toriegano,

su mujer; Mencigiela, su hija; Aloxa, un vecino.

Se abre la escena cuando el campesino Toruvio llega del

campo de donde trae una carga de leiia, mojado por una

tempestad, "que no parescia sino quel cielo se queria hundir

y las nubes venir abajo," y malhumorado..pregunta por su

mujer, Agueda de Toriegano. Como ella no estaI en casa, sino

en casa de la vecina, "cosiendo unas madejillas," seguln le

dice Mencigiela, su hija, Toruvio manda a Mencigiela que la

llame. Al llegar Agueda a la casa, manda a Mencigfela que

le prepare la cena a su padre y despuds le pregunta a Toruvio

si plant el renuevo de aceitunas. Al asegurarle Toruvio

que lo hizo tal como ella se lo pidi6, Agueda sigue conjetu-

rando el gran olivar que llegaran a tener despuds de veinti-

cinco o treinta ahos, y la cosecha de olivos que tendrdn.

123

Con vista hacia el lejano futuro, Agueda se asigna a si

misma la tarea de recoger dichas aceitunas, y a Toruvio la

de llevarlas a la plaza de venta en el asnillo, y a

Mencigiela la de venderlas. Como Toruvio y Agueda no llegan

a un acuerdo sobre el precio de las aceitunas y ya han en-

cargado a Mencigilela que las venda al precio que cada uno

de ellos opina, la pobre muchacha trata de obedecer a los

dos, dicisndoles que las venderd al precio que ellos fijan.

Resulta una rii-a verbal por no ponerse ellos de acuerdo

sobre. el precio de venta. Tanto se disgusta la madre que

hasta maltrata a la hija. Igualmente, como al padre le

parece demasiado caro el precio que la madre ha fijado,

amenaza castigar a Mencigiela si no las vende al precio que

el dice.

Al ruido de toda esta averiguacidn sobre el precio de

las imaginadas aceitunas aparece Aloxa, un vecino, que

pregunta por que maltratan a la muchacha.

Sigue otra discusion sobre el tamaflo de las aceitunas,

que segdn asegura Agueda, "Ison como nueces!" Cuando el

vecino pide verlas para comprarlas todas a un precio justo,

Toruvio trata de explicar "que no estain las aceitunas aqui

en casa, sino en la heredad." El vecino insiste en que se

las traigan para verlas y comprarlas 61.

Por fin, Toruvio le explica que apenas ha plantado el

renuevo de aceitunas, y en pocas palabras que aquf se citan

124

para darle al lector mayor comprension de esta vivida escena

que sintesiza todo el desarrollo del paso:

iVilame Dios, sehor! Vuesa merced no me quiereentender. Hoy he plantado un renuevo de aceitunas,y dice mi mujer que de aquf d seis 'a siete afosllevard cuatro o cinco hanegas de aceitunas, yquella las cogera, y que yo las acarrease y lamochacha las vendiese, y que & fuerza de drecho,habia de pedir 'a dos reales por cada celemin; yoque no, y ella que si, y sobre esto ha sido laquistion.

El vecino se asombra del gracioso enredo de las aceitunas

que ain no "estan plantadas y iha llevado la mochacha tarea

sobre ellas!"

Toruvio consuela a la hija, dici6ndole que le promete

"un sayuelo de las primeras aceitunas que se vendiesen."

Aloxa le dice a Toruvio que vaya a "tener paz con vuestra

mujer," y asi lo hace Toruvio. Al irse Toruvio, el vecino

se queda solo en la escena filosofando, "Ora, por cierto,

iqus cosas vemos en esta vida que ponen espanto! Las

aceitunas no estin plantadas, y ya las hemos visto renidas.

Razon sera que d6 fin a mi embajada."

Este paso es el mas conocido de los pasos de Lope de

Rueda, y ha sido calificado por varios criticos como el

mejor. Tambisn se ha calificado como el mejor paso o

entremes escrito en Espaha en el siglo XVI ( 3 , p. 112).

Se refleja en este paso el tema del cuento de doha

Truhana del Libro del Conde Lucanor, y de la fdbula de la

lechera de La Fontaine, que tienen su origen en las fgbulas

125

orientales de Calila y Dimna, mandadas traducir del arabe

al espaiiol por Alfonso X. Lope de Rueda lo presenta en

forma muy original, empleando no solamente una persona y

su ambici6n, sino a dos personas, marido y mujer, en el

desarrollo de este tema.

Debi6 tener este paso mucha popularidad en el tiempo

que fue representado; ya que el haberse incluido la frase

"el olivar de Lope de Rueda" en el Vocabulario de refranes

y frases proverbiales, de Gonzalo Correas, celebre humanista

del siglo XVII, es indice de su popularidad ( 2 ; 3 , 178;

112). El cuento relacionado a esta frase es distinto pero

basado en la misma moraleja: trata de un labrador y de su

esposa que al irse para Andalucifa trabajando y ahorrando

juntarfan en un aho diez ducados con los cuales comprarian

dos hanegas de trigo. De aquif cogerian cien hanegas para

venderlas en cuatro ducados, aumentando sus ahorros a

cuatrocientos. Con estos comprarfan una tierra para plantar

un olivar, con el cual "serfan ricos, porque aquella es muy

buena hacienda en Andalucfa porque vale mucho- el-.aceite"

2 , p. 178). Despues empieza una riha entre el marido y

su mujer porque el marido le advirti6 a la esposa que no le

fuera a dar a la madre de ella "escudillas de aceite," y la

esposa insistia en que si se las darfa ( 2 , p. 178).

En este paso Lope de Rueda caracteriza a cuatro distintos

personajes. Tres de ellos son un conjunto familiar de padre,

Madre e hija, y el otro es el buen vecino.

126

Es interesante observar el artificio empleado por Lope

de Rueda para presentar en forma c6mica el contraste entre

dos de estos personajes, marido y mujer, por medio del

dialogo.

Al abrirse la escena casi se presenta toda la person-

alidad del esposo, con sus cualidades y defectos humanos.

Aparece el marido, un campesino de vida sencilla, trabajador

y responsable de su hogar, pero malhumorado por llegar

mojado por un fuerte aguacero, despuds de arduo trabajo

para proveer la lei-a del hogar. El estar su esposa ausente

de la casa y no estar preparada la cena lo ponen mds molesto e.

irritado. Esto no le quita el ser carihoso con su esposa, a

pesar de ser ella terca y porfiada, como se observa cuando

le dice a ella que no ha olvidado sembrar el renuevo de

aceitunas tal como ella se lo pidio, y ademds le explica que

lo plant6 "Alli junto a la higuera breval, adonde, si se os

acuerda, os di un beso."

Aunque al principio se presenta el contraste de sus

buenas cualidades y su defectos, a traves del dialogo, se

observa que en 61 sobresale lo bueno. Al principio estd

de acuerdo con su mujer en lo del olivar sofiado, pero despu6s

no, por considerar injusto el precio que ella sugiere, y ser

"cargo de consencia. "

El se presenta ma.s humano y bondadoso durante la

contienda sobre el precio de las aceitunas. Aunque amenaza

127

a la hija, dici6ndole, "Yos prometo que si no haceis lo que

yo os mando, que os tengo de dar mas de doscientos cor-

reonazos, " esto es solamente una amenaza porque en realidad

defiende a la hija de su madre cuando dice, "Deja la mocha-

cha." Mencigilela tambi6n parece tenerle mis confianza a

su padre como lo demuestran sus palabras, "iAy madre; ay,

padre que me mata!" Ademas, ya para terminar el paso

Toruvio demuestra su cariho de padre al consolar a Menciguela,

y a la vez, elogiarla, "No llores, rapaza. La mochacha,

senor, es como un oro. Ora andad, hija, y ponedme la mesa,

que os prometo de hacer un sayuelo de las primeras aceitunas

que se vendiesen. "

Su cortesfa para con su vecino parece ser otra de sus

virtudes. No le molesta que este se presente a intervenir

en su disputa, sino que trata de darle una explicaci6n de-

tallada del motivo que di6 lugar al disgusto.

En resumen, queda visto que tiene mas buenas cualidades

que defsctos y que es un buen esposo, como se observa al fin

de la escena al aceptar el consejo del vecino quien le dice

que vaya a "tener paz con vuestra mujer," y asi lo hace

Toruvio.

En cambio, la personalidad de su esposa es verdaderamente

un contraste a la de su marido. Desde un principio se le

observan mds defectos que buenas cualidades. Lo primero que

se hace notar es su negligencia en sus deberes domesticos:

128

el no estar ella en su casa cuando llega su marido, ni

haberle preparado la cena, negligencia que no merece su

marido, hombre bondadoso y trabajador.

Al ver que su marido estd de mal humor, no hace el

menor esfuerzo por tratar de remediar la situaci6n, mostrdn-

dose mns bondadosa y cariiosa. Al contrario, no parece

agradecer el trabajo del esposo, dici6ndole, "Ya, ya el de

los misterios, ya viene de hacer una negra carguilla de

lena, que no hay quien se averigie con 61," palabras que

parecen tener cierto tono de burla o menosprecio. A ella

no parece preocuparle que 61 se haya mojado, ni que las

palabras de ella le causen a 61 enojo, ni tampoco que no le

haya preparado la cena. Despuds de mandar a su hija que le

prepare la cena a su padre, empieza a platicar con su esposo

acerca del renuevo de aceitunas, "Yo os aseguro, marido, que

nunca se os acord6 de plantar aquel renuevo de aceitunas que

rogue que plantasedes."

Al llamar Mencigiela a su padre que ya estA preparada

la cena, su mujer empieza a contarle lo que ha pensado

acerca del renuevo que 61 sembr6. Con su ambici6n empieza a

elaborar el sohado olivar, y asi se olvida la cena del marido,

porque pronto comienza el desacuerdo sobre el precio. La

ambici6n de ella le hace poner un precio ms alto del que

su marido considera justo. Ella es terca e insiste en lo

dicho porque es "el veduho de la casta de los de C6rdoba."

129

Aunque no convence al esposo, ella insiste hasta el fin en

que se vendan al precio que ella ha fijado, como se observa

cuando le dice al vecino, "iAy senior! Este mal hombre que

quiere dar las cosas a menos precio y quiere echar a perder

mi casa; lunas aceitunas que son como nuecas!"

Tambien se observa que las emociones ciegan a la esposa

cuando maltrata a la hija porque 6sta, al tratar de obedecer

a sus padres, vacila diciendoles que las venderd como cada

uno de ellos dice.

Mencigilela parece reunir las cualidades de una hija

buena. Primeramente se observa su obediencia. Al mandarla

su madre que le prepare la cena a su padre, lo hace con

diligencia porque despuss de unos momentos lo llama a cenar.

En la contienda que sostienen sus padres sobre el precio de

las aceitunas, aunque algo confusa, quiere obedecer a cada

uno de ellosy por eso la amenaza el padre y la maltrata la

madre. Al principio dice unas palabras a su padre que

parecen indicar una falta de respeto, "iJesfis, padre! .Y

habeisnos de quebrar las puertas?" El padre no le reprocha

esto, pero al parecer, si se entera del sentido de estas

palabras, al decirle, "iMira qu6 pico, mira qu6 pico!" A

pesar de esto, al fin del paso se confirma que es buena hija,

por un elogio de su padre, "La mochacha, senior, es como un

oro. "

La personalidad del vecino la ha dibujado Lope de Rueda

con igual maestria que la de los personajes principales del

130

paso, aIun siendo un personaje menor que solo se presenta

brevemente al finalizar el paso.

Aunque el intervenir en asuntos familiares de vecinos

es en si una cosa delicada, Aloxa, el vecino, se presenta

en la casa de sus vecinos, a quienes ha ofdo reflir, con el

fin de defender a la hija, como queda dicho por sus palabras,

%Quss esto, vecinos? oPor qu6 maltratais ans la mochacha?"

Despus, con toda cortesia le suplica a la esposaque salga,

para poder 61 discutir con el esposo, "Ora sefiora vecina,

haceme tamaho placer que os entreis alla dentro, que yo lo

averiguar6 todo." Sin duda, esto indica una forma de

respeto hacia la esposa. Otra acci'n de parte del vecino

que indica su buena voluntad hacia sus vecinos es el ofrecer

comprarles las aceitunas para asi poner fin al disgusto.

Esta propuesta solucion no se pueda efectuar, por no poder

ver las aceitunas que solo son imaginadas, pero su intencion

es buena. Es el vecino tambien, quien pone snfasis a la

moraleja que se refleja en este paso, repitiendo lo "gracioso"

de esta situacion. "iOh, que graciosa quistion; nunca tal

se ha visto! Las aceitunas no estan plantadas y iha llevado

la mochacha tarea sobre ellas!" Despuds de un breve didlogo

donde participan todos los personajes, menos la esposa,

vuelve a repetir esto, empleando casi las mismas palabras,

"Ora por cierto, ique cosas vemos en esta vida que ponen

espanto! Las aceitunas no estgn plantadas, y ya las hemos

visto rehidas. Razon serd que d6 fin A mi embajada."

131

Termina asif el paso con estas sencillas palabras, que

aun no teniendo prop6sito didactico, al ser repetidas por

el vecino, le dan 6nfasis a la moraleja.

Registro de representantes

Los tres pasos que siguen son el "Paso cuarto," "Paso

quinto," y el "Paso sexto" de Lope de Rueda, que se encuen-

tran en el Registro de representantes, publicado por Juan

Timoneda en 1570 ( 7 , p. 225). Estos pasos son conocidos

por los tiftulos, "Los lacayos ladrones," "El rufidn cobarde,"

y "La generosa paliza," respectivamente ( 6 , p. xiv).

Leandro Ferndndez de Moratin, quien le llam6 "El rufidn

cobarde" al paso cuarto" lo incluy6 en los Orfgenes del

teatro, con el ndlmero 89 ( 6, p. xiv). El paso cuarto,

conocido por "Los lacayos ladrones," y el paso sexto, "La

generosa paliza," los titul6 Barrera ( 6, p. xiv). Los otros

tres pasos que se encuentran en el Registro de representantes

son de "diversos autores," segiin la anotacion de su portada:

"Registro de representantes/ a do van registrados/por Ioan

Timoneda, muchos y graciosos/pasos de Lope de Rueda y otros/

diversos autores, asi de la/cayos como de simples y/ otras

diversas figuras. Impresos con licencia./ vendese en casa

de Ioan Timoneda/ mercader de libros a la Merced/ Ao de

1570" ( 7, p. 225).

132

"Los lacayos ladrones"

En el paso cuarto del Registro de representantes,

conocido por "Los lacayos ladrones," aparecen cuatro per-

sonajes: el lacayo ladr6n, Madrigalejo; el lacayo Molina;

el alguacil, y un paje.

En la escena est6 Madrigalejo de mal-simo humor, hab-

lando acerca de alguien quien lo acaba de insultar, diciendo,

"Si entre las manos le tomo adaquel que semejante palabra y

afrenta de la boca se le solt6, si a puros papirotazos no

le convierto el pellejo en pergamino Virgen."

Molina, un desconocido, que por casualidad ha escuchado

tanto a Madrigalejo, como al que lo insult, esta de acuerdo

en que "ello fue palabra muy malsonante." Al decir esto,

Madrigalejo le pregunta su nombre, y empiezan a conversar.

Al saber que Molina es de Granada, Madrigalejo comienza

a recordar y contar de lo que hacia cinco a-os a 61 le habfa

sucedido all . Molina, que recuerda el incidente del cual

Madrigalejo le ha empezado a contar, sigue relatando, "En

verdad que le hicieron a vuestra merced harto agravio all

entonces de parte de la Justicia. " Madrigalejo, recordando

los detalles, confirma lo que Molina dice, pero 6ste sigue

contando lo que 61 habla presenciado, y lo que habra ofdo

decir. Al decir Molina que segln el pregonero, lo llevaban

por ladron, Madrigalejo, muy satisfecho de sus hechos, le

pregunta, %Vi6 vuestra merced mejor hnimo de hombre en los

133

dias de su vida quel que llevaba encima de aquel asno, con

ser el verdugo el mayor enemigo que tuve en toda aquella

tierra?"

Despuds de recordar Madrigalejo mds detalles de su

afanosa aventura, afiade Molina, "Es verdad, que ansi lo

decran, que otras dos veces le habfan dado cien azotes."

Al oir esto, Madrigalejo inicia una rina verbal con el "bel-

laco" que invent "la mayor mentira del mundo." Como Molina

le pregunta si eso no le habla sucedido en Granada, Madri-

galejo lo afirma, "Es asf, y en el Burgo de Osma otra vez;

pero otras dos veces, el que tal dijere,v6ngase con espada

y capa, veamos si me lo dice delante; y el que dijere que me

dieron cien azotes tambidn miente." Al oir estas palabras,

Molina se confunde, y exclama, " iC6mo senor, pues lo vimos

tantos!" Pero Madrigalejo le pregunta si contaron los

azotes. Como Molina no entiende por qu6 se hablan de contar,

Madrigalejo le pregunta cugntas son "veinte y cinco paradas

de cuatro en cuatro." Al contestar Molina que son cien,

Madrigalejo le explica "que no daba vez vuelta 6 corcovo con

el cuerpo que no le echase al verdugo un azote de clavo."

Mire vuesa merced si en ciento no fueron mas de quince de

menos." Con este razonamiento prosigue Madrigalejo, " cmo

se puede decir con verdad que me dieron cien azotes, faltando

al pie de veinte?"

Al ver que se acerca el alguacil y un paje, Madrigalejo

le pide a Molina que tome uno de los llos que el trae, y

134

tenga la bondad de decir que lo conoce. Cuando llega el

alguacil y les pregunta qud hacen, Madrigalejo contesta que

estf con un compafiero de su tierra. El alguacil sospecha

que son ladrones, pero Madrigalejo le explica que hace tres

meses que no lo son. Como el alguacil sigue interrogindoles,

Madrigalejo inventa una forma c6mica de contestar, dici6ndole

a Molina lo que 6ste debe decir. Despuds de repetir Molina

lo que Madrigalejo le ha dicho que conteste, dste confirma

lo dicho. Despuds de varias preguntas y respuestas hechas

en esta forma, les pregunta el alguacil del oficio que ellos

tienen. Igual que antes, Madrigalejo le dice a Molina, "Di

que sastres." Este repite que son sastres, y Madrigalejo

lo confirma despues, "Si senior, maestros de tijera somos."

El alguacil no queda conforme con esta respuesta porque apenas

hacfa unas horas que Madrigalejo habfa sacado algo de la

faltiquera a un mozo. Aunque Madrigalejo se finge inocente

de haber cometido eso, al darse cuenta el alguacil que 6ste

no tiene orejas, le pregunta acerca de esto. Madrigalejo

primero confiesa que se las cortaron y que no las necesita,

pero despuds relata como se las hablan cortado las dos "de

una cuchillada," peleando en la toma de San Quintfn. Como

el alguacil no le cree, Madrigalejo le ense-a el testimonio,

comprobando que pele6 en esa batalla.

Mientras tanto, Molina le dice a Madrigalejo que vayan

hacia Lantigua para poder partirse la bolsa que le hurtaron

135

a la frutera. Con estas palabras el alguacil cae en la

cuenta de que son cortabolsas y manda al paje que vea lo

que Molina trae en el Lo debajo de la capa. Molina trata

de explicar que no es suyo lo que lleva, sino de Madrigalejo,

pero el alguacil no se lo cree porque Madrigalejo le habla

dicho antes que eran compafieros. Por mas que Molina trata

de explicar que apenas se hablan conocido, el alguacil no le

cree; ya que Madrigalejo mismo lo implica, dicidndole al

alguacil que fue Molina quien le hab'a ensefiado su oficio,

contandole en detalle las cosas que de el habla aprendido.

Como en el lfo que Madrigalejo le di6 a Molina, encuen-

tra el alguacil unas ganzuias, queda Molina completamente

comprometido. Madrigalejo sigue implicndolo adin mas dicin-

dole al alguacil, "Sehor, 61 las hace por extremo." El

alguacil manda al paje que se los lleve a los dos. Aunque

Molina trata de defenderse, diciendo que dara testimonio

para "que se aclare la verdad," Madrigalejo le advierte que

"estando tres a cuatro afios en servicio de Su Majestad en

galeras, no terna mas que ver la Justicia con 61 que el Rey

de Francia, y esto como testigo de vista."

Se termina el paso con las palabras del alguacil,

"Andad, andad, tira adelante; no tantas palabras; bellacos

tacanos."

El humorismo de este paso es creado por tres artificios

empleados por Lope de Rueda al principio, a mediacidn,y al

136

final del paso. Al principio los dos ladrones relatan

comicamente el incidente de los azotes infligidos a uno de

ellos como castigo por ser ladr6n. A pesar de que ellos

no se conocian antes, hac'a cinco afos que uno de los

ladrones habla presenciado el castigo pdblico de cien azotes

infligidos al otro ladr6n. El ladrdn que los sufrid empieza

a recordar su experiencia; y el otro continue relatando los

detalles segun l los habla visto, y segtin lo que oy6 decir

cuando estaba presenciando esto. Dentro del relato ocurre

una imaginaria rifia verbal sostenida por el ladr6n que

recibi6 los azotes contra la persona que le hab'a dicho al

otro que fueron cien azotes; pues el ladr6n que recibi6

estos azotes asegura que fueron menos de cien por haberse

5l escapado de un azote en cada cinco dados, por medio de

un movimiento repentino que 61 hacfa para lograr esto.

Despues ocurre la investigation del alguacil hecha a los

ladrones por un robo reciente. Es c6mico el desarrollo de

esta investigacion por la manera que contesta uno de los

ladrones, diciendole al otro lo que debe contestar. Despuds

de contestar este iltimo lo que dijo el primero, vuelve

este a afirmar la veracidad de lo dicho.

Al finalizar el paso ocurre la broma que le juega un

ladron al otro, comprometiendolo de tal manera que parece

que toda la evidencia se dirije contra el ladr6n que es

inocente de esta reciente acusaci6n. El ladr6n culpable

137

acusa al inocente, diciendo que "las mejores piezas que en

mi oficio s6, &1 me las ha ensefiado." Con esto dicho,

queda comprometido el ladr6n que en esta ocasion es inocente.

Es c6mica la acusaci6n que hace Madrigalejo para culpar al

otro ladron, mencionando todos los oficios que de dste

habfa supuestamente aprendido, entre los cuales menciona,

el de

cortar tijera; de subir de noche por una pared,aunque no haya candil, y de trastejar el mejor suenodel dueio de la casa, y de sacar prendas sin manda-miento, y de otras cosillas asi manuales quepertenescen asi para el oficio; y algunas veceshacer de un pedacillo de alambre una llave que hacea cualquier cerradura.

Aunque el ladrdn inocente trata de aclarar el asunto, la

burla del ladr6n picaro queda hecha; pues el alguacil manda

al paje que se lleve a los dos.

"El rufidn cobarde"

En el Paso quinto de El registro de representantes,

conocido por "El rufian cobarde," aparecen tres personajes,

Sigiienza y Estepa, dos lacayos; y Sebastiana, la mundana.

Principia la escena con un dialogo entre Sigiienza y

Sebastiana donde cada uno a su manera manifiesta su cargcter,

el uno fanfarrdn y la otra, chismosa. Sigfenza le pide a

Sebastiana que le cuente "por extenso, sin poner ni quitar

tilde, del arte que te pas6 con esa piltraca disoluta, amiga

dese antuviador de Estepa, que yo la pondr6 de suerte que

tengan que contar nacidos y por nacer de lo que en venganza

138

por tu servicio hiciere." Apenas comienza Sebastiana a

contarle que por saber quin de ellas serfa la primera en

llenar su cantaro en la fuente, habfan llegado a palabras

y hasta "a las manos," cuando Sigienza le interrumpe

diciendole que hubiera deseado 61 estar all . Sebastiana

continda contandole c6mo la habla llamado y como tambidn le

habia dicho, "que su servilla valla nids que todo mi linaje."

Sigaenza declara en desacuerdo, "iAh . . . como si yo no

supiese que su madre fue una segunda Celestina!"

Sebastiana trata de provocar enojo en Sigiienza, dici6n-

dole que tambien habla hablado muy mal de e1, llamndolo

"ladr6n desorejado." Esto indigna a Sigfenza, y ella,

provocandolo adln mas, le dice de los insultos que de 61

habla dicho la amiga de Estepa. Termina por decirle, "Y

otras veinte bellaquerlas que por no darte enojo dejar6 de

decir, amigo Sigi*enza. "

Enojado por lo que le ha dicho Sebastiana, contindia

Sigenza con su jactancia, "D6jame con ella; pero quien viere

un hombre como yo tomarse como una gallina, qu6dira,

habiendo conquistado los campos en Italia que todo el mundo

sabe?"

Sebastiana sigue incitaindolo adn mis, "La sucia, como

te ve con ese becoquifn de orejas y los lados rasos, atrvese

a hablar, diciendo que te las habfan cortado por ladr6n."

Esto le da motivo a Sigienza para contar como "nunca hombre

139

gan6 tanta honra quedando sin orejas." Al preguntar

Sebastiana cdmo se las hablan cortado, empieza a relatar:

En el anio de quinientos y cuarenta y seis, 6a nuevedfas andados del mes de abril, la cual historia sehallar hoy en el dia escrita en una tabla de cedroen la casa del Ayuntamiento de la isla de Mallorca,habiendo yo desmentido 6' un coronel, natural de Ibiza,y no osandome demandar la injuria por su persona,siLete soldados suyos se convocaron 6. sacarme al campo,los nombres de los cuales eran, Dios les perdone,Campos, Pineda, Osorio, Campuzano, Trillo el Cojo,Perotete el Zurdo y Janote el Desgarrado; los cincomat6 y los dos tom6 4 merced.

Ella se queda, asombrada de esta hazafia, pero no

pierde su curiosidad, por saber c6mo perdi6 las orejas, "Mas

las orejas dime, senior, c6mo las perdistes?" Sigienza

continue:

A eso voy, vie'ndome cercado de todos siete por siacaso vinissemos a' las manos no me hiciesen presade ellas, yo mismo, usando de ardid de guerra me lasarranqu6 de cuajo, y arrojandoselas a uno que conmigopeleaba, le quebrant6 once dientes del golpe, y qued6torcido el pescuezo, donde al catorceno dia muri6,sin que medico ninguno le pudiese dar remedio.

A Sebastiana le parece este un golpe muy cruel, por haber

sido con las orejas y dice %Qu6 fuera si le dieras con piedra

6 con otra cosa semejante, cuando con tus orejas tal le

paraste?" La curiosidad de ella es inagotable y despu6s le

pregunta de lo que le habla dicho "aquella pulga" de que

habla andado en "un tiempo en las galeras por ladr6n."

Al oir estas palabras Siguenza no puede contener su

coraje, y llama a Estepa y a su amiga por nombres malsonantes.

Despuds le pregunta a Sebastiana, %No vendrdn a tus orejas

14o

semejantes palabras para volver por esa andrajosa y vengar

este mi airado coraz6n?" Ella,ad'n curiosa por saber, le

pregunta si anduvo en la galera, y 61 confiesa, "Es la

verdad que anduve en la galera Bastarda contra mi voluntad

no se qu6 amos. Mas mirad, Lqu va de ladr6n hombre

vividor?" Al preguntarle Sebastiana qu6 significa para 61

"vividor," Sigfenza le contesta, " No te paresce ques

harto buena manera de vivir salirse el hombre a la plaza de

maiana y volverse antes de mediodfa con la bolsa llena de

reales, sin ser mercader ni tener cficio?" Despuds de ex-

presar Sebastiana su aprobacidn de esto, afiade Sigienza,

por qu6 afrentan a un hombre de hcnra y le hacen semejantes

injusticias, con usar mi oficio tan limpiamente como todos

cuantos hombres de mi arte lo pueden usar, y an por ventura

un poco mejor." Por no entender Sebastiana lo que quiere

decir "limpiamente," Sigfienza le hace ver que es "harta

limpieza y destreza de manos traer cuatro 6 cinco bolsas y

faltriqueras a casa, sin comprar el cuero de que son hechas,

y vaciar las tripas en mi poder."

Al darse cuenta que llega Estepa, Signenza le da su

espada a Sebastiana, dici6ndole, "Tenla tii y calla, que estos

son nuevos t6rminos que tengo yo en rehir."

Se present Estepa preguntandcle " Parsscete bien de

blasonar de quidn vale mas que tu linaje, ni poner lengua

tras de ninguno?" Como Sigiienza aparenta no saber lo que

.141

Estepa esta hablando, ste le dice, "Agradesce que estds

sin espada." Sigienza se niega a tomar su espada cuando

Sebastiana se la ofrece. Estepa le dice, "Di, bellaco:

No te parece que esa tu mujercilla no es bastante para

descalzar el chapin de la mia?" Para contestar esta

pregunta que 41 ignora, Sigiienza le pregunta a Sebastiana

si es cierto lo que ha dicho Estepa. Ella le contesta que

no lo ha de ser porque ella jams le ha visto traer

chapines.

Despues de insultar a Sebastiana, Estepa le pide a

Sigienza que tome su espada, pero 6ste se disculpa, diciendo

que no es suya, sino de un amigo que se "la dej6 con condi-

cion que no rihera con ella." Estepa entonces le pide que

se desdiga de lo que dijo a su amiga acerca de que a 61 lo

"habian azotado en Medin del Campo siendo la mayor mentira

del mundo." Sigenza decide tomar la espada, para no tener

que desdecirse ante Estepa, pero como 6ste lo llama, "ladr6n

azotado," vacila, y termina por decir, "Tsngase, senior, que

yo me desdir6; pero ha de ser con toda mi honra, si a

vuestra merced le placiere." Sigiienza confieza que es cierto

que lo habia dicho, pero se excusa porque "estaba borracho

y fuera de mi seso." Cuando Estepa le pide la espada,

Sigienza, no se la' da porque segiin l, no puede dar lo que

no es suyo. Arrodillandose ante Estepa le dice, "haga de

mi lo que se le antojare." Despus de darle golpes al

142

sumiso Sigfenza, Estepa invita a Sebastiana que se vaya

con el. Pensativo por lo que le ha sucedido, Sigenza ter-

mina en breve soliloquio, "%La moza se me lleva? jAh,

Sigfenza, Sigfenza! Igual fuera no desdecirte y refir de

bueno a bueno con este Estepilla, y no quedaras sin honra y

despojado de moza y harto de pasarrodrigos . ISus! en

seguimiento me voy de mi Sebastiana.1"

El principal motivo c6mico de este paso es creado al

ridicularizar las flaquezas humanas de los protagonistas,

Sigfenza, el fanfarr6n cobarde, y de Sebastiana, mujer pro-

vocativa y chismosa. Desde el principio se hacen notar las

flaquezas de uno y de otro al desarrollarse el didlogo.

Sigfenza, como fanfarr6n cobarde, esta presto a defender

con palabras a Sebastiana contra la ausente novia de Estepa,

con quien ella tuvo un disgusto de palabras que lleg6'"t las

manos." Se muestra valiente, jactandose de sus pasadas

hazanas herdicas, relatando a Sebastiana su valeroso comporta-

miento. No obstante esta aparente valentla, al llegar Estepa,

pididndole una explicacion acerca de lo que de 61 habfa dicho,

la valentia que mostraba ante Sebastiana se torna en cobardfa.

Su flaqueza sobresaliente se hace evidente en distintas

ocasiones, como al darle la espada a Sebastiana, dici6ndole,

"Tenla td y calla, que estos son unos nuevos terminos que

tengo de rehir." En cambio, hablando de la espada, a Estepa

le dice, "Que no es mia, sehor." Despuds, al pedirle Estepa

143

que se desdiga de lo que habla dicho de e1, Sigfenza vaci-la

entre refiir o desdecir sus palabras. Por no reiir, confieza

que si lo habla dicho, pero se excusa de lo dicho por haber

estado "borracho y fuera de mi seso." Muestra su cobardfa

hacia el final del paso, arrodilldndose ante Estepa.

A pesar de ser dobarde y fanfarr6n, Sigienza termina

hacienda una reflexi6n introspectiva sobre su cobardla y con-

secuente psrdida de su honor y de su moza. Esto parece ayu-

darlo a cobrar animo para defender sus derechos, y a la vez,

muestra su lealtad a Sebastiana al terminar diciendo, "iSus!,

en seguimiento me voy de mi Sebastiana."

Sebastiana tambidn demuestra sus debilidades de cargcter

desde el principio, al provocar enojo en Sigfenza con los

chismes que le cuenta. Parece hacer esto intencionalmente,

incitada por su curiosidad por saber mas acerca de las aventu-

rasde Siguienza, como lo demuestran sus palabras, "pero dime,

se Lor Sigienza: &c.cmo te lisiaron de ellas?" Despuds,

vuelve a preguntarle lo mismo, "Mas las orejas dime, sei-or,

Jc6mo las perdistes?" Tambi6n le pregunta con su curiosidad

maliciosa, "%Ello es ansi que fuiste en galera?" Al finalizar

el paso, Sebastiana muestra otro rasgo de su caracter, la

insinceridad. Al invitarla Estepa que se vaya con 61, ella

acepta irse, y abandona a su amigo Sigaenza.

Se observa un interesante artificio empleado por Lope de

Rueda al diferenciar el dialogo comtin de los personajes, y

144

las locuciones del fanfarr6n. El didlogo comdin consiste

de breves expresiones de forma concisa, clara, y sencilla.

En cambio, cuando el fanfarr6n recuenta su pasado heroismo,

por lo general, emplea un lenguaje mds flilido y detallado,

y sus locuciones son mds extensas, como se observa al contar

Sigienza sus hazafias.

"La generosa paliza"

En el paso, "la generosa paliza" aparecen cinco per-

sonajes: Dalagon, el amo; Pancorvo, el simple; Periquillo

y Guillermillo, dos pajes; y Peyruton Gascon.

Empieza este paso con cierto misterio por no saberse

nada acerca de la situacidn de la cual se habla al principio,

por no tener mondlogo introductivo ni didlogo explicativo,

a manera de introduccion.

Al empezar la escena el amo, Dalag6n, esta dandole una

paliza al simple Pancorvo y a la vez habla con 61 acerca de

algo que no se aclara. Pancorvo le suplica al amo que ya no

le maltrate y se pone de acuerdo con lo que 6ste dice, "Sif,

si, pienso que sera, pues vuestra merced lo dice. Djeme

por su vida; gbese de ahU." Al parecer, ni Pancorvo sabe

de lo que habla el amo, a pesar de afirmar que es cierto,

solamente por que el amo lo dice, y le pregunta, "%Lo qu6,

senor?" Al contestar Dalag6n, se sabe de lo que se ha

145

estado discutiendo, " Lo que diz, qu&? Comerme la libra de

los turrones de Alicante que estaban encima del escritorio."

Como Pancorvo le dice que 61 no ha dicho eso, Dalagdn

replica, "En fin, &qu6 miento?"

Pancorvo niega esto explicitamente, "Yo no digo que

miente, sino que no es verdad." Dalag6n est6 por darle ms

golpes, pero Pancorvo se defiende, dici6ndole, "iAh! paso,

senior; suelteme que yo le dire qui6n se los ha comido."

Inventando una mentira, Pancorvo culpa a Periquillo, y

tartamudeando, le dice a Dalagon, "Vuestra merced ha de

saber cue yo no, no; que yo . . ., quel . . . LCcmo se

llama? El . . . ACmo se dice? Desviese un poco de la

puerta, por que no nos oiga nadie, que Periquillo los ha

traspuesto."

Al llamar Dalagon a Periquillo, ste le contesta sin

salir a la escena. Pancorvo entonces le llama, "Sall aca,

Periquillo; el senior es, que os quiere hablar en secreto."

Al presentarse Periquillo, a 6ste tambidn lo golpea Dalag6n.

Como Periquillo ignora su culpa, pregunta, "Y, senior, por

qu6 me da?" Pancorvo, gustoso le ayuda al amo a darle

golpes al inocente Periquillo. Cuando Dalagdn le pregunta

por qu4 se comi6 los "turrones questaban encima del

escritorio," Periquillo se muestra inocente de hab6rselos

comido. Al decirle Dalagdn que Pancorvo lo habfa dicho,

6ste ya ha cambiado de opinion, ofrecisndole una disculpa a

Periquillo, "Errado me (he), pecador de mil, que por decir

Gasconillo dije Periquillo."

Cuando llaman a Gasconillo, ste se presenta hablando

un dialecto que no se entiende claramente; por esto piensa

Pancorvo que esta comiendose los turrones. Dalag6n lo coje

a palos, igual que a Periquillo anteriormente. Gascon, en

palabras que dificilmente se entienden, le pregunta al amo

por que raz6n lo golpea, pero 4ste no le contesta; ya que

mientras Dalag6n le da los golpes, Pancorvo incita a 6ste

que lo siga golpeano, "Dele, sehor dele, no pare, adelante;

una primera, otra por mi, que bien lo meresce."

No sabiendo el motivo de tal paliza, Gasc6n pregunta,

"&No me direts, si hupras 6 si hupesa, por qu6 me habets

sacudits de su la costielles?"

Cuando Dalag6n le acusa de haberse comido los turrones,

Gascon, inocente de esta acusaci6n exclama, "iJesu, Jesu!

iSancta Barbera! LYo turrions?"

Al decirle Pancorvo que 61 sabe quin lo ha visto,

Gascon contintia, "Per la San Diu que vos menties de sus

lameyta de la gorja, que yo no la manjat le turrions de les

critiura: Wvo la ve vist? Amos dis cans.."

Otra vez, Pancorvo confiesa que se ha equivocado al

culpar a Gasconillo y se disculpa, "No, no creo que es el,

pues que lo jura. Perdona, Gasconillo.?" Sigue el dialogo

entre Pancorvo y Gasc6n. Este, en palabras no muy

146

147

inteligibles, indignadotermina llamando a Pancorvo,

"truncho de quiol, rabano de leytugas."

Dalag6n, perdiendo la paciencia le dice endrgicamente

a Pancorvo, "Acabemos ya. Pues dices que ninguno destos

dos se los ha comido, sepamos qui6n se los comi6; salgan

estos turrones, si no yo te los sacard de las costillas."

En breve didlogo, Pancorvo y Gasc6n determinan que el

que se los ha comido es Guillermillo. Al llamar a 6ste,

Dalag6n tambidn le da una paliza, repiti6ndose esta escena

por la cuarta vez. Guillermillo tambien recibe los golpes

injustamente porque 6l tampoco se ha comido los turrones que

busca Dalag6n; pero esta vez, Guillermillo mismo aclara la

confusion de dichos turrones, dici6ndole a Dalag6n, "Sefior,

&no me los pidi6 6l que se los diese y los encerr6 de su

propia mano dentro del escritorio?"

Al oir esto, Dalag6n recuerda muy bien, "iPor vida mia

que dice verdd! Habdis visto que gran descuido que ha

sido el mio?" Al saber esto, las victims de la paliza se

indignan con el amo por lo que ha sucedido, pero Dalag6n,

apenado, se disculpa, ofrecidndoles en recompensa que se

repartan los turrones entre los cuatro. Estos, despuds de

consultarse entre si, opinan que no quieren ni ver los dichos

turrones. Se termina el paso, mostrando ellos su indignacion

con el amo.

148

La injusta paliza que reciben los cuatro miembros de

la servidumbre del amo a causa de su propio olvido forma la

base humoristica de este paso. A esto se le. anade la

picardaa del simple quien hace creer a su amo que 61 sabe

quidn se comi6 los turrones que 6ste busca. El pfcaro

simple, despuds de haber sido la primera victima de la

paliza del amo, defendidndose, urde una mentira culpando a

otra inocente victima, pero al parecer goza de que a 6ste

le den la paliza, y 61 mismo le ayuda al amo en la ejecuci6n

de ella y de las subsecuentes palizas a las otras vIctimas.

Adem6"s de estos dos elementos cdmicos, hay otras

boberas del simple que ahaden humorismo. Es verdaderamente

comica su manera de disculparse con las vIctimas de las

palizas, despuds de haber sido 61 quien las culp6. A uno

le dice, "Errado me (he), pecador de mi, que por decir

Gasconillo dije Periquillo"; a otro, "No, no creo que es 61,

pues que lo jura. Perdona, Gasconillo." Al indignarse con

61 las vIctimas de la paliza, tambi6n ofrece Pancorvo ficil

solucion, "Calla, hermanico, ten paciencia, que algdn dia

pagard quiza' por ti." A otro le dice, ternss anticipado el

recibo para cuando al sehor algo le debieres." Tambi6n su

relacion con el amo es a manera de consejero, dici6ndole,

"No me perturbe vuestra merced, que yo se lo dir6 punto por

punto; espere, yo pienso justa mi conciencia . . . Ven act,

Gas conillo."

BIBLIOGRAFIA DEL CAPrTULO

1. Asenio, Eugenio, Itinerario del entrem6s desde Lope deRueda a Quihones de Benavente, Madrid, Editorial Gredos,S. A., 19 5.

2. Correas, Gonzalo, Vocabulario de refranes y frasesproverbiales Madrid, "Tip. de la Revista de Archivos,Bibliotecas y Museos," 1924.

3. Crawford, James Pyle Wickersham, Spanish Drama BeforeLope_- deVera, Philadelphia, University of PennsylvaniaPress, 1968.

4. Marban, Edilberto, El teatro espanol medieval y delRenacimiento, New York, Las Am6ricas Publishing Company,

1971.

5. Rueda, Lope de, Obras, Tomo I, edicifn de la Real AcademiaEspa'iola, prologo de Emilio Cotarelo, Madrid, Libreriade los Sucesores de Hernando, 1908.

6. , Obras, Tomo II, edici6n de la RealAcademia Espanola, prologo de Emilio Cotarelo, Madrid,Libreria de los Sucesores de Hernando, 1908.

7. , Pasos completes, Temas de Espana,pr6logo de F. Garcia Pav6n, Madrid, Taurus Ediciones,S. A., 1966.

8. Russell-Gebbett, P., "Valencian in the Sixth 'paso' ofLope de Ruedats 'Deleitoso'," Hispanic Review, XXI

(July, 1953), 215-218,

149

CAPITULO III

CONCLUSION

Al concluir este estudio de los pasos de Lope de Rueda,

se pueden observar las caracterfsticas mas sobresalientes

de estas pequeiias obras dramrnticas llamadas "pasos," que en

realidad parecen haber contribuido un nuevo aspecto de

caracter democratico al naciente teatro espafiollo cual

result ser un paso decisivo en su evoluci6n. Llamesele

"democratico" a este aspecto, en todo el sentido de la

palabra, por ser los "pasos" obras de verdadero caracter

popular, sin pretensiones de ser literatura seria, y ademas

porque no solo se presentan en la escena los diversos tipos

de personajes, tomados del mismo ambiente espaliol, sin

ninguna influencia italiana, ni clasica, sino tambidn por

haberse llevado el espectaculo a todo el pilblico espajiol

sin distincidn de clases sociales. Al parecer, en esto

reside el humanismo de ese teatro que fue tan acogido por

el pulblico de aquel entonces, segdn lo demuestran los elogios

de los diversos testimonios de esa 6poca, como ya se ha visto.

No fue Lope de Rueda el primero en former la compa~iia

teatral ambulante, ya que se sabe que existieron tales

desde fines del siglo XV. Tampoco fue el primero en secu-

larizar el teatro, ya que esto lo habla iniciado Juan del

150

15'

Encina, y tambien hubo personajes profanos en el teatro

religioso y en las obras de Lucas Fernandez, Torres Naharro,

Gil Vicentey otros. Igualmente hubo elementos c6micos en

el teatro anterior a Lope de Rueda. No obstante esto,

algunos escritores, como Leandro Fernandez de Moratin (1760-

1828), y el dramaturgo, Jacinto Benavente (1866-1954), han

considerado a Lope de Rueda "padre" del teatro espanol ( 4 ;

3 , p. 47; 159). En realidad, solo se puede decir que Lope

de Rueda fue instrumental en popularizar estas tendencias

de caracter popular, llevando el teatro a la plaza pUblica

y convirti6ndolo en espectaculo nacional.

Los pasos son dramatizaciones c6micas de ancdotas

tomados de la vida real, representando en su mayorfa per-

sonajes del mismo ambiente. Solamente en dos de los pasos

se representan personajes sobrenaturales: el "espIritu"

de Diego Sanchez, presentado como broma hecha por el amo al

simple, ( 7., p. 51), y una mujer convertida en harpfa por

"una sabidora grande de magicas y diabdlicas artes" ( 7;

2 , p. 89). Aparte de estos dos casos, que posiblemente

reflejan supersticiones creidas por algunos de aquellos

espectadores, los personages de los pasos eran tipos bur-

gueses, entre ellos algunos de mala vida, como los ladrones,

la esposa infiel, y la mundana. Excluyendose a los nihos,

por no ser ellos representados, podria decirse que el con-

junto de los personajes de estas escenas es una sociedad

152

retratada con sus flaquezas humanas, y estas son lo que

principalmente forma la base para el elemento c6mico de los

pasos.

En el pr6logo de las Ocho comedias y ocho entremeses,

citado anteriormente, Cervantes incluye cuatro tipos, "ya

de negra, ya de ruffan, ya de bobo, ya de vizcaino." Aunque

no se conoce ninguna obra con este dltimo, se le pueden

agregar a estos tres tipos muchos otros (5 , p. liii).

Entre los personajes que desfilan a travis de los pasos se

encuentran: el lacayo, el paje, el simple, el caminante,

el estudiante, el bachiller, el licenciado, el hidalgo, el

alguacil, el amo, el vecino, el mdico, los ladrones, el

valent6n, la gitana, la moza, la doncella, la hija obediente,

la mundana, el aldeano que lleva de comer a su mujer, la

pareja de campesinos que rihen sobre el precio de las

aceitunas que venderan de su futuro olivar, el marido simple

y su brava mujer, que rilien por "un negro polo" que se ha

llevado el "gavilucho" o por su linaje, y el marido burlado

y su mujer infiel. Entre esta variedad de personajes se

observan algunos que hablan uno que otro dialecto regional

de Espaha, donde existia diversificacidn lingGiistica regional,

aun estando ya para esta 6poca politicamente unida. Faltando

el vizcaino, mencionado por Cervantes, solamente figura en

este grupo el ladr6n que finge hablar catalan, y Gasc6n, que

tambidn habla un dialecto regional, que apenas se le

153

entiende, ademds de las negras que hablan el espafol mal

pronunciado por ser estas posiblemente emigradas de

Portugal ( 1, p. 47), y la gitana. Asf redne Lope de Rueda

en los distintos pasos tal variedad de personajes que le

dan un verdadero cardcter democratico a su teatro.

Otra caracteristica sobresaliente de estos pasos es

la sencillez de su lenguaje. Desde el principio de su

lectura se le va reconociendo su precision y su claridad.

Puede ser que haya sido este estilo de didlogo preciso, claro,

y sencillo, resultado circunstancial. La necesidad inmediata

debida a las pobrisimas circunstancias en que se representaban

estas escenas, sin ninguna decoracion esc6nica y con escasos

aparatos teatrales, exigla tal recompensa para el fdcil

entendimiento del pilblico que se reunfa "que habla de oirle

en una plaza, en un corral o un almacen, de pie, apretado,

y sujeto a continua distraccion ( 4, p. 46). Tambi6n, por

dicha falta de recursos escenicos, seria mayormente necesaria

esta maestria de lenguaje, pues era este su inico recurso,

ademns de la gracia de los gestos naturales de los actores y

sus movimientos, ya en forma de salidas repentinas, ademanes

agresivos por motivo de rinas, palizas de uno a otro, y

algunas veces bailes y cantos.

Estas escenas como pasos de la vida diaria, no necesitan

identificacion de lugar, ni de acci"n, y hay algunos per-

sonajes que no llevan nombre, como la gitana, identificada

154

unicamente por su tipo. Cada uno de los personajes descubre

su propia identidad solamente por medio del didlogo, sin

necesidad de descripcion alguna. Aunque algunos de los per-

sonajes, tal como los ladrones, el simple, el paje, el amo,

el fanfarr6n cobarde,y la negra, aparecen en distintos

pasos repetidamente, son diversos los asuntos y todos muy

sencillos. Tambi6n se repite el tema de burlas y de

necedades de los simples, pero con distintos asuntos.

El consenso de la criftica literaria ha dado a la prosa

de estos pasos los mayores elogios, compardndola con la de

La Celestina, obra, que al parecer, Lope de Rueda ley6 con

provecho. Tambi6n es de notarse la opinion de algunos

criticos que posiblemente fue Lope de Rueda una fuente de

inspiracion para los entremeses de Cervantes y "la parte

picaresca de sus novelas" ( 2, p. 290).

El lenguaje del simple y de los tipos rurales es uno de

los artificios empleados con eficacia por Lope de Rueda para

afiadir al elemento c6mico de los pasos. Estos tipos emplean

una serie de irregularidades de lenguaje, consiguiendo

deformar las palabras, ya sea en la pronunciacion o cambiando

el sentido. En su lenguaje ocurren consonantes trocados,

como al decir, "cumpre" por "cumple," "alima" por "dnima,"

"melecina" por "medicina," y "prato" por "plato." Emplean

palabras inventadas, como "obispesa" y "obispeso," y "cabalga

blanda" en contraste con "cabalgadura," y "decena," para

155

agregarle un dia mas a la "novena," que es ejercicio

religioso devocional de nueve difas. En otras ocasiones

emplean modos arcaicos, como "aqueso" y "aqueste," "ans ,"

y "rmesmos." Con frecuencia emplean artfculos y preposiciones

ligados a las palabras como, "lancontr6" por "la encontrd,"

mengano" por "me engaho, y "desto" por "de esto." En

ocasiones dicen algunas palabras de latin mal pronunciado,

tal vez para aparentar sabiduria, o por repetir lo que han

ofdo, o simplemente para burlarse de los que lo hablan, pero

todo esto puesto por el autor para aumentar el efecto c6mico

de sus personajes. Tambisn se observa la correcci6n de

palabras equivocas de un personaje a otro, manifestando asf

el equfvoco ante los espectadores, y a la vez aumentando su

risa. Al oir la correccion el personaje que pronuncia el

equfvoco, a veces manifiesta su propia ignorancia, o si no,

su admiraci6n a su companiero por tanta sabidurfa, como en

"Los criados," el simple Alameda, dice, "Vdlasme Dios y qu

de nombres sabes en cosas de comer!" En otra ocasi6n 6ste

mismo dice, %Buiolera se llama aquella? IOh, que autorizado

nombre, bendito Dios!" Otras veces el mismo personaje del

equi'voco repite una serie de palabras, al tratar de acertar

lo cue quiere decir. Con tanta eficacia se reproduce el

lenguage de los personajes de estas escenas, que al parecer,

los pasos sirven como una grabaci*n del lenguaje popular de

esa epoca.

156

De interns tambien es observar el empleo de escogidos

refranes empleados por los personajes de los pasos. Entre

los personajes que repiten dichos y refranes figura Toribio,

el campesino de "Las aceitunas," que al llegar a su casa

despues de un dia de trabajo en el campo, no encontrando a

su esposa, le llama, entreverando un dicho, "Si todos duermen

en Zamora." El ladron, Samdel, del "Paso sexto," reflexiona

sobre su conducta con las palabras, "Bien dicen que lo bien

ganado se pierde, y lo malo 61 y su amo." El simple Leno,

despues de haberse comido la mantecada de su amigo Troyco, lo

consuela "filos'ficamente," pero descompone el sentido del

dicho, al trastornar dos palabras, "y acordaos que maiiana

somos y hoy no." Igualmente lo hace Pajares, "el criado

perezoso," al hablar con su amo, diciendole, "que todos los

buenos con pan son duelos." En fin, Lope de Rueda parece

escojer la ocasion y el refran o dicho para los distintos

personajes.

Tambien parecen observarse algunos destellos de tono

moralizador, como ocurre en el paso de "Las aceitunas," donde

el vecino, que es ajeno al cuadro familiar de los protagon-

istas, y el ultimo personaje en la escena, repite la moraleja,

dejando su mensaje ante los espectadores. Igualmente, en el

paso "La cargtula," donde el burlador sale burlado, o sea

que recae el mal que busca para otro, en si mismo, aludiendo

a una leccion cristiana. En "La gitana ladrona," tambisn

157

el que intenta enganar y robar sale engafado y robado, y al

finalizar, en extenso soliloquio parece meditar introspectiva-

mente en su error y merecido castigo.

Algunos criticos literarios consideran nulo el aspecto

de la satira social en las obras de Lope de Rueda, pero se

refleja en algunos pasos leve sdtira, que al parecer se

dirije hacia el exajerado sentido de y preocupacion con de

la honra en la sociedad espafola. Se observan vislumbres

esporadicos de esta naturaleza principalmente en algunos

de los pasos que estan intercalados en la comedia Eufemia,

como "El mat6n cobarde," y "La novia negra," y tambisn en

algunos pasos de los dos coloquios, "Los linajes," del

coloquio Camila, y "La negra liviana, " del coloquio Tymbria.

Para concluir este estudio sera interesante citar

la opinion de Federico Sainz de Robles que en breves palabras

describe el genio singular del autor de los pasos, y a la

vez ofrece una perspectiva mas amplia de los pasos, "Lope de

Rueda fue el gran artifice del paso escenico, lleno de gracia

y de fuerza satirica; genero eminentemente espai^ol, en el

cual esta, quiza, el germen mas inmediato de la novela

picaresca" (8, p. 938).

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