Introducci nó

Los misterios del bosque de Hampstead Heath I y II es un relato de fantas a ení dos vol menes ambientado en Inglaterra,ú Gales e Irlanda, de lectura r pida y f cil,á á aunque no por ello menos enriquecedora o interesante, ya que los elementos que contiene (descripciones de lugares pintorescos, reales e irreales, viajes, constantes cambios de escenario -lo que la dinamiza a n m s-, personajes variopintos,ú á narraci n de hechos hist ricosó ó , mitol gicos,ó de cuentos dentro de otro cuento, citas y poemas de grandes nombres de la literatura inglesa, irlandesa e incluso galesa, como Keats, Shakespeare, Yeast o Dylan Thomas, el Cdlibro contiene piezas musicales que acompa an las p ginas delñ á libro de compositores tan importantes como Schubert o Pachelbel, etc...) buscan no solo entretener al lector, sino tambi n despertaré su curiosidad por aprender cosas nuevas para l/ella, anim ndolo incluso a ampliaré á la informaci n que se le proporciona o deó la que dispone.

Narra las vivencias de un joven ingl s,é de nombre Ayrton, que, durante una visita a los bosques de Hampstead Heath, en el norte de Londres, encuentra a una bella y enigm tica muchacha que habitaá en el lugar y que resulta ser un "oak spirit". Ayrton se enamora de ella y espera descubrir su secreto viajando al parque de Snowdonia, en el noroeste de Gales...

En su periplo conoce a unos seres misteriosos y m gicos que le ayudan aá penetrar en el Valle de los Malditos y a aceptar finalmente su muerte como ser humano y su posterior resurrecci n comoó "ser fe rico".é

Se trata de una historia repleta de aventuras y que transmite muchos valores: la amistad, el compa erismo, la lealtad, elñ respeto, la valent a, la superaci n, laí ó humildad, el sentido de la justicia, la bondad, la sensibilidad, el amor... el amor por la naturaleza, por la vida en todas sus formas, por la cultura -historia, literatura, m sica...- y, c mo no?, el amor rom ntico,ú ¿ ó á que es el principal motor que mueve al protagonista y que lo impulsa a la

b squeda desesperada del verdaderoú significado de su existencia, enfrent ndose,á incluso, a su propia muerte como nicoú modo de evolucionar y renacer en la piel de un ser nuevo, raro, distinto, nico en suú especie, dotado de cualidades especiales, cuyo objetivo principal en este mundo ha dejado de ser individual para convertirse en un fin colectivo, altruista, m s elevado: laá lucha contra el mal y el intento de construir un universo m s apacible y m sá á habitable.

En esta tarea no estar solo, loá acompa ar n otros "seres de luz" (como l).ñ á é Todos juntos representan la esperanza. Ellos son los gu as que nos conducir n a trav sí á é del camino oscuro, plagado de peligros y de criaturas monstruosas, de los que nos proteger n hasta alcanzar el punto final:á la iluminaci n, el conocimiento comoó nica v a para salvar a la humanidad yú í

todo lo que la rodea.

Para lograrlo se precisa la llegada de un segundo Renacimiento... Podemos conseguirlo, pero nuestras criaturas nos advierten de que el camino es largo y la

lucha continua.

CDLibro

El Cdlibro es un formato CD, no es un audilibro, ni epub, ni mobi ni tampoco pdf.

Esta editado en CD, en lugar de papel, y para PC. Se trata de un formato nuevo,un CD multimedia que contiene un relato virtual de contenido fant stico en dosá vol menes titulado "Los misterios delú bosque de Hampstead Heath", ambientado en Inglaterra y Gales,con efectos audiovisuales, animaciones en 3D y banda sonora, completamente interactivo y que ofrece una lectura viva a trav s deé im genes en movimiento que surgen de lasá mismas p ginas del libro y sumergen alá lector en un mundo completamente nuevo para l, donde puede ver y escuchar lo queé lee como si de una pel cula se tratase, alí mismo tiempo que indaga en su contenido como si estuviese dentro de un videojuego.

ISBN: *978-84-15825-00-5.

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Ip

bSopla una ligera brisa. Huele a lavanda, musgo y bergamota. Es la brisa de la ma ana, con unañ evocaci n suave y relajante aó primavera. Estoy dando un paseo matutino por el bosque de Hampstead Heath. Lo hago para relajarme y practicar un poco de tai chi. Hacer esto me ayuda a concentrarme. Cuando termino mi saludo al sol, devuelvo la vista al frente y, entonces, la veo...

b Est sola en el bosque, triste,á pensativa y con aspecto de ser una mujer desdichada. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho, abraz ndose aá s misma. Del dedo me ique de suí ñ mano derecha cuelga una cadena que mantiene sujeto un coraz n de plata.ó Viste un traje de seda gris con encajes.

Su pelo es de color negro; su piel blanca, como la bruma del amanecer de los bosques; su mirada est perdidaá sobre la mullida hierba.

bNos hallamos en la Colina del Parlamento (Parliament Hill), siglos atr s denominada Colina del Traidor .á “ ” Aqu se libraron í muchas batallas en tiempos pasados, entre ellas, la de la reina Boudica. Esta hab a sido unaí reina icena que, durante los a os 60 yñ 61, logr reunir a un ej rcito paraó é luchar contra los romanos.

La reina Boudica

II

a

rEn el a o 43 d. C., el emperadorñ Claudio ocup la isla de Britania conó cuatro legiones que prosperaron hacia el interior, llegando a establecerse en gran parte del territorio. Avanzaron con dificultades, ya que toparon con la fuerte resistencia del ej rcito local.é La tenacidad y firmeza de la reina Boudica representaron para los invasores romanos el principal obst culoá a su conquista. Esta perseverante reina, al frente de un ej rcito de entreé cien y doscientos treinta mil guerreros, aproximadamente, puso en jaque a las tropas romanas.

rAlrededor del a o 48 d. C.,ñ Boudica se cas con Prasutagus, rey deó los icenos, con quien tuvo sus dos

nicas hijas. Prasutagus, para protegerú a su pueblo, hab a firmado un pactoí con los latinos, por el cual se compromet a a repartir su reino,í despu s de su muerte, entre sus dosé hijas y Roma. A cambio, Roma le proporcionar a regulares ayudasí militares y econ micas.ó

rEn el a o 60 d. C., tras elñ fallecimiento de su marido, Boudica se proclam regente del territorio iceno.ó Ten a que proteger la herencia de susí dos hijas ante la insistente demanda de los romanos, que reclamaban para sí la entrega del territorio y sus riquezas, incluyendo las de sus hijas, que estaban siendo gestionadas por ella.

rLa reina rechazaba estas incesantes peticiones. Como consecuencia, el pretor Catus Decianus envi unidades de soldados queó arrasaron la regi n de los icenos,ó atacando directamente a Boudica y a sus dos hijas; estas ltimas fueronú

violadas, mientras que la reina fue desnudada en p blico y azotada. Esteú acto abominable desencaden la furiaó de Boudica, que consigui reunir aó todas las tribus aut ctonas, hastaó entonces desunidas, para enfrentarse, en un combate sin precedentes, contra el ej rcito romano. Dicha acci n no leé ó cost demasiado esfuerzo, ya que seó trataba de una mujer con fuerte carisma y gran hermosura (como icena descend a de los celtas, de ah suí í elevada estatura y sus espl ndidosé cabellos rojizos).

rLa primera ciudad que arrasaron las tropas de la reina fue Camulodonum (actual Colchester). En ayuda de los romanos acudi la IXó Legi n Hispana. Cayeron en unaó emboscada tendida por el ej rcito queé comandaba Boudica, que acab con laó vida de m s de cinco mil legionarios. Elá terror se propag por todo el territorio,ó pues era muy conocido que los brit nicos no hac an prisioneros. M sá í á

bien sus enemigos eran ejecutados sin compasi n. La siguiente ciudad enó caer fue Londinium (actual Londres), tomada casi sin resistencia alguna.

rHacia el a o 61 d. C., el magisterñ “ militum o general del ej rcito Paulino” é tom el mando de dos legionesó experimentadas en la guerra; consiguió vencer a los brit nicos, acabando coná la vida de unos ochenta mil guerreros. Boudica sobrevivi y, antes de caer deó nuevo presa de los romanos, decidió quitarse la vida, junto con sus dos hijas, ingiriendo veneno. La leyenda cuenta que los rituales funerarios y su entierro fueron dignos de una reina. No se sabe d nde fue enterrada; hastaó el d a de hoy, su tumba sigue ení paradero desconocido.

rDurante mucho tiempo y hasta el siglo XIX, el recuerdo de tan noble reina y de sus valerosas haza as quedñ ó olvidado. En 1905, una vez recuperada su memoria, una estatua de Boudica

subida en un carro de guerra fue instalada frente al Parlamento brit nico, en Londres.á

El nacimiento de Aura

III

x

m Conozco muy bien la historia de este bosque y otras tantas del pa s,í porque trabajo para Keep Britain Tidy, BTCV y GreenSpace. Me llamo Ayrton y mi labor consiste en visitar los bosques de Inglaterra, Gales y Escocia, con el objetivo de valorar y premiar a los mejores del pa s. Hampstead Heathí est entre los que orgullosamenteá ostentan la bandera verde. Este trabajo me ofrece la oportunidad de mantener un contacto directo con la naturaleza. Es por esta raz n queó practico tai chi temprano en la ma ana, antes de empezar mi jornadañ laboral.

mEn estos momentos estoy situado frente a la bella muchacha, pero no

me advierte. Me oculto y la observo. No solo es hermosa, tambi n esé elegante. De pronto, se levanta una brisa m s fresca que la anterior y queá transporta el olor de mi loci n hastaó donde su olfato puede percibirlo. Me descubre al instante, se asusta, echa a correr y se aleja.

m Su huida me desconcierta. Su imagen se desvanece en la distancia. Todo mi ser arde en deseos de volver a verla y de tenerla tan cerca que pueda respirar su aroma.

mMe pregunto qui n es esa mujer,é y me digo a m mismo que he deí conocerla y que debo descubrir cu l esá su desgracia. As í que regreso cada ma ana al mismo lugar, a la mismañ hora y sin xito alguno, hasta que,é una semana m s tarde, consigoá localizarla. Me acerco, pero huye

nuevamente de m . Esta vez la sigoí hasta la parte sur del parque, hacia el oeste, en la que hay una serie de estanques donde los m s osados puedená nadar si lo desean.

m En su lugar me encuentro con una loba, de pelo gris y ojos negros. Me mira... Es hermosa! Camina de¡ forma elegante y su mirada es cautivadora.

mDecido abandonar el bosque sin mirar atr s. Regreso al hotel en dondeá me alojo, el hotel La Gaffe, a unos cinco minutos de distancia de Hampstead Heath. Es un para so deí tranquilidad; conserva el ambiente tradicional con la arquitectura de poca y un estilo sofisticado de 1800.é

mA la ma ana siguiente, tomo lañ decisi n de volver al bosque, esta vezó m s temprano. Cerca de una de lasá salidas del sur, en la calle llamada Keats Grove (por la casa donde el

poeta John Keats -como es sabido, uno de los principales del Romanticismo ingl s- residi entre 1818 y 1820 antesé ó de partir a Roma, donde muri deó tuberculosis a la edad de 25 a os),ñ vuelvo a encontrarla. Es mi criatura¡ hermosa de los bosques! Desconozco su nombre, no s nada de ella, y é todo este misterio me perturba el nimo.á

mEn esta ocasi n consigo acercarmeó a la joven. Me pongo nervioso. Aun as , cuando la muchacha intenta huir,í trato de imped rselo: le suplico, le digoí que quiero saber cu l es su infortunio.á Le ofrezco mi ayuda. La chica asiente, levanta su rostro. Su mirada me embruja. Como hace fr o, le colocoí mi abrigo por encima de los hombros. Es muy temprano, son aproximadamente las siete de la ma ana. Nos sentamos sobre una granñ piedra que hay en el lugar. La bella mujer se presenta (su nombre es Aura) y comienza a narrar su historia:

Aura: Nac de un rbol. í áAyrton: Vaya! Y tiene usted un¡ nombre muy bonito.

Aura: S , eso pens el rbol cuando uní ó á joven enamorado lo grab en l.ó éAyrton: Disculpe, yo me llamo Ayrton. Cu nteme m s detalles, por favor.é áAura: Un joven pastor hab a llegado aí este bosque desolado por el rechazo de su amada. Vino con la intenci n deó quitarse la vida, as que busc í ó un rbol viejo y de aspecto fuerte, entreá

todos los de por aqu (pretend aí í ahorcarse). El roble era alto y de fuertes ramas, de modo que escogió uno. Como estaba cansado y aturdido por el rechazo, se qued dormido a susó pies con l grimas en los ojos, queá cayeron y humedecieron las ra ces delí rbol. á

El pastor pas la noche cobijadoó bajo el roble. Al amanecer, decidió

llevar a cabo la idea que le hab aí empujado a venir al bosque: suicidarse. Antes de cumplir su cometido, escribió el nombre de su amada en el tronco del viejo roble: Aura . As se llamaba la“ ” í mujer que amaba. Luego at a unaó de las ramas la cuerda que hab aí tra do consigo y puso fin a su jovení vida.

Al expirar su ltimo aliento, una deú las hojas que colgaban de la rama del rbol donde se encontraba suspendidoá

su cuerpo lo atrap . De esta forma, eló viejo roble se convirti en testigo deló amor no correspondido del muchacho, y comenzaron a abrirse en su tallo heridas sangrantes.

Al poco tiempo, empec a brotar y aé cobrar vida de aquel tallo. Mis brazos se abr aní camino a trav s de laé corteza como ramas que emerg an,í crec an, se extend an y estiraban susí í extremos hasta germinar y dar forma a los dedos de mis manos. Luego asomaron mi cabeza, mi cuello, mis

hombros, mi torso entero, del que afloraron mis piernas hasta que, finalmente, me crecieron los pies.

Al principio mi piel estaba cubierta con la corteza del longevo roble. Las heridas del rbol se curaron. Desdeá entonces soy Aura, una criatura de estos bosques. Mi fortuna y mi desgracia son mis compa eras de viaje.ñ Nac í por un hecho sobrenatural, provocado por el sentimiento de un amor no correspondido. Soy parte de Hampstead Heath, desde hace ya cientos de a os. He visto al amorñ nacer y morir en estos parques. Pero jam s he podido amar a nadie y nadieá me ha amado nunca a m . í Estoy cansada de la soledad de mi esp ritu yí me gustar a que alg n d a alguien, loí ú í suficientemente fuerte, me ayudase a liberarme de las cadenas que me atan al roble que me engendr . Entoncesó podr convertirme en aquello queé deseo: un ser humano capaz de amar y susceptible de ser amado.

mA n no ha amanecido del todo.ú Un rayo de sol ilumina las ramas de los rboles y su brillo alcanza al viejoá roble en el que se ahorc el jovenó pastor. Aura comienza a transformarse delante de m . Sus bellas manos seí convierten en suaves hojas de rbol. Loá mismo sucede con el resto de su hermoso cuerpo y su precioso traje de encaje gris.

mAntes de que la brisa del viento se lleve todas las hojas, atrapo una de ellas. Impresionado y a la vez desconcertado por lo que acabo de presenciar, me voy del sitio.

mRegreso al hotel. Ya en mi habitaci n, advierto que sobre laó mesilla de noche se halla abierto el libro de poemas de John Keats. Deposito la hoja que forma parte del cuerpo de Aura (con intenci n deó conservarla) sobre la p gina donde seá encuentra mi poema favorito:

Ten compasi n, piedad, amor! Amor,ó ¡ piedad!...

Ten compasi n, piedad, amor! Amor,¡ ó ¡ piedad!

Piadoso amor que no nos hace sufrir sin fin,

amor de un solo pensamiento, que no divagas,

que eres puro, sin m scaras, sin unaá mancha.

Perm teme tenerte entero... S todo,í ¡ é todo m o!í

Esa forma, esa gracia, ese peque oñ placer

del amor que es tu beso... esas manos, esos ojos divinos

ese tibio pecho, blanco, luciente, placentero,

incluso t misma, tu alma por piedadú d melo todo,á

no retengas un tomo de un tomo oá á me muero,

o si sigo viviendo, s lo tu esclavoó

despreciable,olvida, en la niebla de la aflicci n¡ ó

in til,úlos prop sitos de la vida, el gusto deó

mi menteperdi ndose en la insensibilidad, y mié

ambici n ciega!ó

mLa maravillosa mujer, de la cual me he enamorado, es una criatura del bosque. Estos d as he vivido algo muyí parecido a un cuento de leyenda. Guardo la hoja desprendida del cuerpo de la muchacha como recuerdo de lo sucedido, pero no me resigno a que todo esto acabe as . Aura ha vividoí cientos de a os. Lo que hoy hañ ocurrido entre aquellos rboles seguroá que no es el final.

mSin embargo, mi tiempo en Hampstead Heath se ha agotado y debo irme, aunque tengo claro que regresar a este lugar. Estoyé enamorado de Aura. Intentar hallaré

una respuesta a su desaparici n. ó

mMi siguiente parada ser elá parque de Snowdonia, en Gales. Es bien sabido por todos que Gales es una tierra de hadas, duendes y magia. Hadas y duendes son criaturas del bosque. Quiz pueda encontrar en eseá nuevo lugar la respuesta que busco y entender qu tipo de ser es mi amadaé Aura.

mCon mi mochila de viaje como nico equipaje y mi libro de poemasú

emprendo el camino hacia la estaci nó de autobuses. Una vez all , tomo laí l nea que me lleva hasta mi nuevoí destino, la terminal de autobuses de Gales, donde compro otro billete para el parque de Snowdonia.

mDurante el largo trayecto, abro el libro de poemas. La hoja guardada conserva todav a su agradableí fragancia a lavanda y bergamota. Leo

el libro una y otra vez.

El parque de Snowdonia

IV

d

w Llegado al parque de Snowdonia, alquilo una habitaci n en una casaó que antiguamente era una granja. Esta casa tiene 250 a os, pero suñ actual due a la mantiene bienñ conservada.

wLa Sra. Kamelia (as se llama laí propietaria de la casa) cuenta con un servicio formado por un jardinero llamado S crates y una muchacha queó le ayuda en la cocina y dem sá quehaceres, cuyo nombre es Caoimhe, de cabello pelirrojo, como muchas galesas, apariencia m stica yí fascinante, bellos ojos y labios de color verde naturaleza, de mirada profunda y misteriosa. Lleva el pelo recogido y decorado con varias hojas de hiedra,

que sobresalen en medio de los cabellos y que parecen moverse por s mismas yí estar vivas, lo cual produce cierto temor, aunque esa sensaci n no meó disgusta.

wAlgunos de los hu spedes que seé alojan en la casa son de apariencia peculiar, como Azura, miembro de una tribu urbana conocida por el nombre de Beb s Raver . En su boca porta un“ é ” chupete bien acomodado y en sus brazos numerosas pulseras de variados colores. Lleva el pelo enroscado a unas pajitas multicolores de pl sticoá absorbentes de l quidos y calza unaí zapatilla azul y otra fucsia. Siempre va abrazada a su oso de peluche.

wIgualmente nos acompa an unñ matrimonio de edad m s o menosá avanzada, formado por el Sr. Emerick Cromwell y su esposa, la Sra. Emilie Cromwell, y un peque o grupo deñ escolares al cuidado de su tutor, el Sr. Ross Fairfax. Todos tenemos algo en

com n: somos amantes de laú naturaleza.

wLa primera noche en la antigua granja nos reunimos para cenar. Mientras Caoimhe nos sirve la cena, pregunto a los hu spedes qu sabené é sobre las hadas y las criaturas de los bosques. Al instante, las hojas de hiedra del pelo de Caoimhe empiezan a agitarse y su mirada desprende un brillo especial que no se hab a reflejadoí anteriormente.

wNadie dice nada al respecto. Hay un silencio absoluto hasta que el Sr. Ross Fairfax responde que esas historias son cuentos de ni os ñ y que verdaderamente las hadas y seres similares no existen.

wAzura lo interrumpe afirmando que ella, desde que era ni a, ha cre doñ í siempre en las criaturas de los bosques y en las hadas. A ade que posee unañ gran colecci n de fotos de estos seresó

m gicos y que conoce abundantesá historias sobre los mismos. Adem s, está á convencida de que, cuando muera, se convertir en uno de ellos,á concretamente en un Hada Beb“ é Raver . Explica que esto ser posible” á gracias a que todos formamos un flujo de energ a inagotable que í nunca se extingue, sino que nicamente seú transforma pasando de una vida a otra. As , en esta vida, ella ha elegidoí vivir como un beb raver para que,é despu s de su muerte, su energ aé í pueda migrar hasta un lugar llamado Fairyland ( pa s de las hadas ), donde le“ í ” dar n unas alas para completar suá ciclo de vida y alcanzar el nirvana.

Ayrton: Azura, sabes d nde se halla¿ ó exactamente ese sitio?

Azura: Por lo que he le do, est aqu ,í á í en Snowdonia.

Sr. Ross Fairfax: (en rgicamente)é Bobadas! Eso ¡ ¡ son bobadas! No hay m s que ver c mo va usted vestidaá ó

para darse cuenta de que tiene un problema de aceptaci n de la realidad. ó

wEl matrimonio Cromwell no se pronuncia al respecto. Los ni os queñ acompa an al Sr. Fairfax juegan en lañ mesa mientras comemos.

wLa due a de la granja, la Sra.ñ Kamelia, entra en el comedor con Caoimhe y S crates, el jardinero. Todosó guardamos silencio. Kamelia va vestida con un traje negro que realza su elegancia, ya que es de talle alto y esbelto. Lleva el pelo (de color azabache) recogido y en su cuello luce un hermoso collar de perlas blancas. De rostro bien cuidado, perece m s jovená de lo que realmente es. Al observar sus manos se puede comprobar que se trata de una se ora que sobrepasa losñ setenta a os.ñKamelia: Sr. Ayrton, me ha dicho Caoimhe que usted cree en las hadas y criaturas semejantes.

Ayrton: As es, Sra. Kamelia. Creo ení la existencia de ciertas criaturas que viven en un mundo paralelo al nuestro. No s si se trata de hadas oé de seres m gicos, pero en una á ocasi nó yo mismo tropec con uno de esosé misteriosos seres.

Kamelia: Alguien m s de los aqu¿ á í presentes cree que puedan existir tales criaturas?

Sr. Fairfax: (refunfu ando)ñ Es absurdo¡ atender a semejante conversaci nó entre adultos!

wSe levanta de la mesa y se lleva a sus chicos con l. Por su parte, Azuraé sostiene que su destino es el de convertirse en un hada beb raver y elé matrimonio Cromwell intercambia miradas reflexivas sin pronunciar palabra.

wKamelia nos invita a pasar al sal n de la casa. ó Todos, a excepci nó del Sr. Fairfax y sus chicos, la

seguimos. Una vez acomodados en el sal n, me pregunta qu tipo deó é encuentro he tenido con los seres m gicos.áAyrton: Dos semanas atr sá , mientras practicaba tai chi antes de comenzar mi jornada laboral, me encontr coné una joven en los bosques de Hampstead Heath -le narro con detalle todo aquello que Aura me cont y le confieso que me he sentidoó atra do por ella desde el primerí momento-. S que parece una locura,é pero la tuve delante de m como ahoraí la tengo a usted. Ella tambi n es real.é Aura vive en ese bosque y quisiera saber c mo podr a atraerla hacia m . ó í íEmilie: (interrumpiendo repentinamente) Qu historia tan¡ é rom ntica y triste a la vez! -suspiraá mientras seca sus l grimas con uná pa uelo blanco de encaje.ñCaoimhe: (molesta) Es imposible, Sr.¡ Ayrton! Son Oak Spirits, no pertenecen

a nuestro mundo y no entiendo c moó usted ha podido ver a uno de ellos.

wAl tiempo que Caoimhe habla tiemblan las hojas de hiedra que decoran su hermosa melena roja. S crates, el ó jardinero, observa a todos los que estamos presentes en el sal n,ó mientras permanece quieto al lado de la due a de la casa.ñ

wKamelia recuerda que es tarde y sugiere que todos nos retiremos a descansar a nuestras habitaciones, como ya lo han hecho el Sr. Fairfax y sus muchachos. Sin oponernos a sus recomendaciones, nos levantamos de nuestros asientos y nos marchamos.

wLa noche es muy fr a y larga,í quiz por la nieve que a n queda ená ú Snowdonia. Pero eso no es lo nico queú me est á robando el sue o... Losñ habitantes de la casa y su due a sonñ bastante misteriosos. A altas horas de la madrugada, por debajo de la puerta

de mi habitaci n penetra la luz deló pasillo... Hay alguien en l. A pesar deé todo, me quedo dormido al fin.

wTemprano en la ma ana meñ despiertan el agradable olor a caf y elé ruido de los j venes que corren poró toda la casa. Por lo visto su tutor se los lleva de excursi n.ó

wOtra vez nos reunimos todos en el comedor. Cre a que, a mi edad,í pocas ser an las cosas que podr aní í sorprenderme, pero ver c mo Azuraó lleva su chupete en la boca a la vez que habla con los chicos del Sr. Fairfax y que estos pueden entenderla es sorprendente...

wMientras observo c mo Caoimheó nos sirve el desayuno, no dejo de recordar las palabras que pronunci ellaó misma anoche, cuando todos est bamos en el sal n: Los Oak spiritsá ó “ no pertenecen a nuestro mundo . Pero,” si es as , c mo es que yo he podidoí ¿ ó

ver a Aura?

wEl Sr. Fairfax interrumpe estos pensamientos cuando, inesperadamente, nos invita a la excursi n que ha organizado con susó j venes por el parque de Snowdonia.ó Cort smente rechazo su oferta. Elé matrimonio Cromwell tambi n reh sa,é ú ya que ha contratado otra excursi nó en ferrocarril por el parque. La nica deú entre nosotros que acepta ir es Azura, pues se entiende muy bien con los muchachos que acompa an a Fairfax. ñ

wDespu s del desayuno, salgo alé jard n de la casa para disfrutar de losí aromas de los rboles; hay plantadosá manzanos, avellanos, tejos y sauco, entre otros... Aqu í trabaja el jardinero, S crates, un hombre de aspecto serio yó reservado.

S crates:ó (dirigi ndose a m ) Sr. Ayrton,é í tengo entendido que usted trabaja para Keep Britain Tidy, BTCV y GreenSpace.

Ayrton: S , as es.í íS crates:ó Entonces, conocer usted laá mayor a de las plantas que hay en losí bosques...

Ayrton: Honestamente le digo que no, solo soy conocedor de las m s comunes.áS crates:ó Ac rquese aqu , le mostraré í é algunas que debe evitar si sale a pasear por el lugar -obedezco-. Recuerde esta en particular - se alando una planta de unos 2ñ metros de altura, tallo estriado, de base purp rea y parte superior ramosa,ú hojas triangulares verdinegras y flores peque as de color blanco-. No debe porñ nada del mundo acercarse a ella. Su nombre cient fico es "Coniumí maculatum", m s conocida como "cicuta",á la misma que mat en su tiempo aló gran fil sofo griego, en honor del cualó mi madre me puso el nombre. Tenga mucho cuidado con esta planta: algunos gramos de sus frutos, como puede observar, ovalados y de color

verde pardo, ser an suficientes paraí provocarle la muerte por asfixia como consecuencia de una par lisis musculará progresiva. Cu dese de no confundirla,í es muy semejante al perejil o el hinojo, de los que solo se distingue por su color oscuro y el olor desagradable de sus hojas (a orina).

wConfieso que en este instante me quedo helado, y no precisamente a causa del fr o de la ma ana. Ení ñ realidad no alcanzo a entender c moó pueden tener semejantes hierbas en el jard n de la casa. í

wA continuaci n nos acercamosó hasta uno de los rboles, el taxus oá tejo, de unos quince metros de altura, copa piramidal, abundantes ramas y grueso tronco. S crates me habla de suó gran longevidad (pueden superar los 1500 a os de vida) y me advierteñ igualmente de su peligrosidad: lo nicoú de este rbol que no mata son susá

frutos rojos, el resto puede producir una muerte muy dolorosa, tambi n poré asfixia. En la antigua Britania los soldados del rey utilizaban su madera para hacer flechas, buscando provocar as la muerte inmediata de susí enemigos.

wEl jardinero parece saberlo todo acerca de las plantas y hierbas altamente peligrosas, as que su charlaí sobre estas y otras plantas de menor importancia para l se alargaé bastante.

wEmpieza a emerger el sol y decido aprovechar el momento para despedirme con la excusa de dar un paseo por los alrededores, ya que mi trabajo me obliga a continuar valorando el estado de los bosques y parques de la regi n. Se hanó establecido ocho criterios para esta valoraci n, aunque los m só á importantes son tres: en primer lugar, deben estar bien se alizados; enñ

segundo lugar, tener un acceso f cil; yá por ltimo, en tercer lugar, espaciosú limpios y seguros. Todo con el objetivo de proporcionar a la comunidad un entorno saludable y un mayor disfrute de sus recursos naturales.

wHan pasado las horas y la ma ana est a punto de terminar.ñ á Empiezan a caer gotas de lluvia seguidas de un fuerte aguacero. Busco cobijo bajo un rbol. De repente, veo aá lo lejos al Sr. Fairfax y a sus chicos. Deben estar intentando igualmente refugiarse de la tormenta.

wNo deja de llover y todos decidimos arriesgarnos a volver a la granja antes de que las cosas se pongan peor. No sin esfuerzo conseguimos regresar al lugar en donde nos hospedamos. Solo se retrasa el matrimonio Cromwell, que a n no haú llegado de su excursi n en ferrocarril.ó

wR pidamente nos secamos y nosá

cambiamos de ropa. Nos reunimos en el sal n para calentarnos un poco con eló fuego de la chimenea antes de comer. En mi interior pienso en Aura.

wAzura est convencida de queá llegar a ser un hada, as que quieroá í conversar con ella al respecto.

wAdolf, uno de los chicos del profesor, se me adelanta y pregunta a Azura si l tambi n podr a llegar a seré é í un hada. Esto enoja enormemente al Sr. Fairfax, que afirma que la joven se est convirtiendo en una malaá influencia para sus muchachos. Así que se levanta furioso y abandona el sal n llev ndose a los chicos aló á comedor.

wEntonces aprovecho la oportunidad para hablar con la joven baby raver y preguntarle por Fairyland.

Ayrton: Azura, sabes llegar hasta¿ Fairyland?

Azura: No, no s exactamente d ndeé ó se halla la puerta de entrada que conecta con la tierra de las hadas, pero cuentan que tal vez se encuentre en el pueblo de Fairy Glen.

Ayrton: C mo puedes estar tan¿ ó segura de que es real?

Azura: Me cri con mi abuelo. lé É siempre me dec a que yo hab a venidoí í a este mundo para convertirme en un hada. Me cont muchas historias deó hadas y seres m gicos. Algunos á piensan que estos son descendientes de los ngeles que se rebelaron contra Dios.á

Otros creen que el origen de las hadas proviene de la antigua Roma, cuando sacerdotes y sacerdotisas pose aní poderes prof ticos para adivinar elé futuro o hado. Al contrario de lo que piensan muchas personas, las hadas no son seres diminutos de cuentos de ficci n o f bulas, verdaderamenteó á existen y son como nosotros.

Cuando a n era ni a, mi abueloú ñ

me llev con l a un viaje que hizoó é por la India. Quer a que conocieraí bien c mo es el ó nirvana y c mo ó poder alcanzarlo. Estuvimos seis meses en un centro budista para obtener la plenitud del bodhisattva, que como seres humanos nos puede llevar a encontrar la suprema iluminaci n. Paraó llegar a ese estado debemos estar libres de la codicia, la avaricia, la individualidad, el materialismo y el ego smo, y solo alcanz ndolo unoí á puede elegir ad nde quiere que emigreó su fuerza de vida una vez que muera el cuerpo. A esta fuerza de vida se la llama namshes -que quiere decir esp ritu o alma -, pero este namshes“ í ” “ ” no es libre para decidir a su gusto el nuevo cuerpo en el que volver a vivir.á En esta reencarnaci n influye eló karma.

Ayrton: Quieres decir que cuando¿ morimos volvemos a nacer en otro cuerpo aqu en la tierra?íAzura: Eso mismo quiero decir, y

adem s, que la forma en que volvemosá a la vida queda condicionada por los actos que realizamos mientras estamos vivos.

El karma es una energ a invisibleí que se desprende de nuestras acciones, pero tambi n una ley c smica queé ó tiene en cuenta todo lo que hemos hecho en el pasado, lo que hacemos en el presente y lo que haremos en el futuro. Cada uno de nuestros actos, buenos o malos, marca el comienzo de un ciclo, el denominado de causa y“ efecto , con lo cual, cada movimiento” sobre el tablero de ajedrez tiene una consecuencia derivada. El ser humano que muere renacer en un estadoá apacible o desapacible, seg n susú movimientos sobre el tablero. Si ha cometido alg n mal, renacer como unú á animal inmundo o incluso un insecto. Por el contrario, si ha alcanzado el bodhisattva podr elegir ad nde ha deá ó migrar su fuerza vital.

Ayrton: Y qu pasa con los que no¿ é

han cometido ning n mal, peroú tampoco han alcanzado el bodhisattva?

Azura: No lo s a n, no tengo laé ú madurez plena para saberlo.

wUn golpe de viento causado por la tormenta abre repentinamente la ventana e irrumpe en el sal n.ó Entonces entra Caoimhe, nos comunica que el resto de los hu spedesé nos espera para comer y cierra los cristales.

wLa comida en la granja de la Sra. Kamelia no est mal. Cocinan losá productos que S crates cosecha en eló jard n, as que Caoimhe ha preparadoí í una sopa de almendras y una salchichas vegetarianas con patatas asadas para alimentarnos.

wCon la lluvia que ha ca doí durante horas, lo nico que apetece esú estar sentados en la sala, al lado del calor que produce la chimenea, que

sigue encendida. Azura, los muchachos del Sr. Fairfax y yo permanecemos en ella, mientras que el profesor se ha retirado a descansar a su cuarto.

wAzura cuenta otra historia a los chicos. Esta vez les habla de c mo seó formaron los colores sobre la tierra:

Azura: Cuenta la leyenda que Dios, despu s de crearlo todo, invoc ante lé ó É a un ngel de su creaci n de nombreá ó Iris, llamado as por sus largos yí hermosos cabellos que luc an, de ra z aí í punta, los siete colores del arco iris. Para Dios cada n mero tiene unú significado, y el n mero sieteú representa la perfecci n terrenal (poró eso cre los cielos, la tierra y al hombreó en seis d as, mientras que el s ptimoí é descans ). As tenemos: las 7 virtudes,ó í las 7 maravillas del mundo, las 7 notas musicales, los 7 d as de la semana, las 7í estrellas m s luminosas de laá constelaci n de la Osa Mayor y de laó Osa Menor, las 7 colinas de Roma o,

en el caso que ahora nos ocupa, los 7 colores del arco iris.

Iris era muy bella y se diferenciaba del resto de los ngeles noá solo por sus vistosos cabellos, sino tambi n por sus preciosas alas, ené cuyas plumas resplandec aní igualmente los maravillosos 7 colores.

A Iris Dios la hab a creado deí naturaleza emotiva, amable, condescendiente; era un ngel deá car cter dulce y sensible (seá emocionaba con todo). Su rostro reflejaba siempre la alegr a de unaí extensa y bonita sonrisa. Era el nicoú ngel que llevaba maquillaje: en losá

p rpados superiores un suave colorá verde y en los inferiores dos l neasí pintadas, una blanca y la otra rosa. A cada lado externo de los ojos luc aní dibujadas sendas hileras de estrellas y, en derredor, unos puntos blancos y brillantes simulaban esplendorosas formas planetarias que le iluminaban

la tez.

Pues bien, despu s de que Diosé terminara de crear la tierra y los cielos, el color verde inund el planeta; noó solo la copiosa vegetaci n era verde,ó sino que, adem s, lo era el resto de lasá cosas: las monta as, los r os, lagos yñ í mares, los animales y hasta el cielo. Sin embargo, a n faltaba por crear aú la primera pareja de seres humanos y, antes de hacerlo, Dios mand llamar aó Iris.

El ngel entr en la corteá ó celestial. Su pelo brillaba con la luz del sol y su sonrisa deslumbraba. Era el momento de que Dios le ense ara añ todo el mundo lo que hab a creado.í Seg n cuenta la leyenda, cuando Irisú vio los cielos y la tierra se emocion yó llor . Nunca antes nadie ó hab aí expresado este sentimiento. Iris fue la primera en llorar. Sus l grimas eran deá colores y cayeron sobre las cosas que Dios hab a creado. Toda la creaci ní ó

comenz a cambiar de color: los cielosó y los mares se cubrieron de azul y sobre la tierra se colorearon las plantas, las flores y los animales. Entonces vio Dios que todo era bello bajo el sol y, despu s de crear la tierra y los cielos,é cre a la primera pareja humana sobreó la tierra. As dio comienzo a laí humanidad.

Todav a se comenta que cada vezí que llueve sobre la tierra y se ve el arco iris, estamos viendo a Iris, el ngelá que cre Dios para pintar con l aó é toda su creaci n.ó

wMientras Azura narra historias a sus atentos oyentes, yo releo los poemas de John Keats. El matrimonio Cromwell entra en el sal n; por suó aspecto parece que han tenido un d aí muy duro: est n mojados por la lluviaá y llevan los pantalones y zapatos llenos de barro. Se muestran poco habladores, quiz por el cansancio y elá fr o, que debe calarles los huesos. Laí

due a de la granja les aconseja que señ cambien de ropa antes de sentarse a comer algo. Caoimhe les atender en laá cocina.

wAhora que todos se hallan entretenidos en la granja, tengo una oportunidad para hablar con Kamelia. Le pregunto si cree mi relato y cu l esá su opini n al respecto.óKamelia: No importa lo que yo crea, Sr. Ayrton, sino lo que crea usted.

Ayrton: Si le soy sincero, confieso que hasta ahora no cre a en ninguna deí estas historias, pero mi encuentro con Aura me ha hecho cambiar de parecer. Aunque ando perdido en lo que al tema se refiere, estoy dispuesto a aprender todo lo necesario y a hacer cualquier cosa para volver a verla.

Kamelia: Le advierto que es muy dif cil lo que usted pretende. Aura esí un Oak Spirit, y est unida al robleá que le dio la vida.

El roble es el rbol m s sagrado deá á toda la naturaleza, simboliza la vida eterna y el renacimiento. Desde anta o las civilizaciones ya le rend anñ í culto. Dentro de cinco d as, el 29 deí mayo, ser la fiesta del Roble Real. Seá llama as en honor a Carlos II. Seg ní ú cuenta la leyenda, el rey Carlos II busc cobijo al pie de un roble tras suó derrota en la batalla de Worcester. El 29 de mayo de 1660 el rey recuper suó trono. Se cree que entonces el roble pas a ser conocido como el Robleó Real. Esta fecha fue elegida para conmemorar el aniversario de su victoria y en ella se celebra el D a delí Roble Real.

Poco despu s se cre la Orden deé ó los Thunor. Estos son los responsables de preparar cada a o las fiestas parañ honrar al rbol sagrado. La leyendaá tambi n cuenta que si uno hace uné sacrificio ese d a a sus pies, le serí á concedido el deseo que pida, convirti ndose as sus sue os ené í ñ

realidad.

Ayrton: Qu clase de sacrificio debo¿ é hacer?

Kamelia: La respuesta a esa pregunta no la tengo yo. Debe acudir a los trillizos de Mushroom Village, ellos le responder n a todo lo que quiera á saber. He de advertirle que debe tener mucho cuidado con la Orden de los Thunor.

wKamelia abandona el sal n de laó casa sin darme m s opci n a seguirá ó formul ndole preguntas. Sus palabrasá me han llevado a plantearme nuevas cuestiones para las que, de momento, no hay respuesta.

wDispongo solo de cinco d as paraí aprender todo lo necesario para que el viejo roble de Hampstead Heath convierta en realidad mi deseo de estar con Aura.

w El tiempo apremia, as queí decido ir al encuentro de Caoimhe

para intentar interrogarla. Sospecho que debe saber mucho m s sobre todoá este asunto de lo que pretende aparentar.

wMe dirijo a la cocina, el lugar donde normalmente trabaja, y la hallo acompa ada por el ñ matrimonio Cromwell, que acaba de terminar de comer y se dispone a retirarse a descansar.

wAntes de abrir la boca y decir palabra alguna, como si adivinara mis pensamientos, vuelve la cabeza y dirige sus hermosos ojos verdes hacia m , pronunciando dulcemente una fraseí del poeta y dramaturgo irland sé William Butler Yeats: Toda la“ naturaleza est llena de genteá invisible . Y a ade que solo hay que” ñ prestar un poco de atenci n. ó

wMe pierdo durante un instante entre sus bellos ojos y logro percibir cu l es su á verdadera naturaleza. Ella

se muestra tal y como es, exhibiendo unas bonitas alas de hada que se despliegan sobre su espalda.

wMe quedo at nito,ó completamente inm vil, en silencio.ó Solo su preciosa sonrisa y sus tiernas y acertadas palabras consiguen arrancarme de mi profundo estado de estupor.

Caoimhe: Sr. Ayrton, est seguro de¿ á que quiere emprender este camino?

Ayrton: Qu sabe usted de l?¿ é éCaoimhe: Lo s todo, absolutamenteé todo lo que hay que saber.

Ayrton: Hace un rato la Sr. Kamelia me habl de la fiesta para honrar aló roble que tendr lugar á dentro de cinco d as,í el 29 de mayo. Quiero saber c moó puedo llegar hasta los trillizos que viven en la tierra de Mushroom Village y qui nes forman parte de laé Orden de los Thunor.

Caoimhe: Existen muchas rdenes queó adoran al esp ritu del roble con laí intenci n de obtener su favor yó bendiciones durante todo el a o, peroñ son tres las m s importantes. áLa primera de ellas es la Orden de los Druidas de Cill Dara (actual Condado de Kildare, en Irlanda), cuyo nombre significa Templo del Roble . Esta es la“ ” m s antigua de todas. Existe desdeá antes de que llegaran los romanos e impusieran el cristianismo.

M s tarde aparecieron en Galesá los Thunor, la segunda orden en importancia, que se proclamaron a sí mismos los guardianes o sacerdotes que custodian y organizan cada a o elñ acontecimiento para honrar a los robles. No obstante, su verdadero fin es obtener los favores divinos para llevar a cabo sus oscuras intenciones.

Muchos galeses, a pesar de ser cristianos, contin an las costumbres deú

sus antepasados y, sin que nadie de su comunidad cristiana lo sepa, son miembros de los Thunor o de las otras tres hermandades que existen en Snowdonia.

Ayrton: Otras tres hermandades? ¿Caoimhe: En efecto, las hermandades de Keugant, Abred y Gwenved. Las tres pertenecen a la Comunidad de la Cruz Celta, la tercera orden en importancia, cuyos miembros son los guardianes de la sagrada Cruz Celta del rey Carlos II. Esta Cruz se construy con la madera del roble queó sirvi de refugio al monarca tras perderó en la batalla de Worcester. Seg nú cuenta la leyenda, el rbol pose aá í poderes que transfiri al noble duranteó su descanso a sus pies y que permitieron a este finalmente recuperar su trono. A partir de tal prodigio, el rey orden talar el rbol y construiró á una cruz con l, que desde entoncesé custodian y protegen estas tres hermandades con la ego sta intenci ní ó

de que nadie m s, salvo ellos mismos,á pueda disfrutar de los dones del roble milagroso.

Ayrton: Entonces, cu ntas son las¿ á rdenes que adoran al esp ritu deló í

roble?

Caoimhe: Cientos de ellas en toda Europa, desde las tierras del norte de Espa a hasta las islas griegas.ñAyrton: Bien, rinden culto al roble porque quieren obtener sus favores... Pero, por qu el roble es un rbol tan¿ é á especial? Qu hace que tenga poderes¿ é para conceder deseos u otorgar la vida, en el caso de Aura?

Caoimhe: Hace usted muchas preguntas, Sr. Ayrton. Tratar de darleé algunas respuestas...

El rbol representa el descenso de loá divino al mundo y simboliza su uni nó con l en esta vida. Cuando los diosesé nos crearon, tambi n crearon el rbolé á del conocimiento del bien y del mal.

Al principio, en el comienzo de todo, cuando no hab a nada creado yí solo exist a la energ a, esta se dividií í ó en dos, dando vida a dos deidades llamadas el Yin y el Yang. El Yang era una mil sima de segundo mayor que elé Yin. Toda la energ a del universo seí hab a repartido en los dos por igual.í Ambos estaban equiparados en fuerza, en conocimiento y belleza (eran incre blemente hermosos) y no pose aní í sexo alguno, ni masculino ni femenino. La acci n conjunta entreó estas dos divinidades producir a losí cambios que mantienen el universo en movimiento. As , trabajando ení equipo, el Yin y el Yang crearon el Sol, la Tierra y los dem s planetas. Dieroná vida a todo lo que nos rodea y no pararon de engendrar seres hasta que,

finalmente, originaron el nacimiento de la humanidad y nos legaron el mundo que conocemos tal y como es.

Una vez acabada la gran obra, el Yin le propuso al Yang dividir su creaci n en dos mitades. As seó í separaron el d a y la noche. El Yiní pas a controlar la energ a de la luna,ó í la noche, la sombra, la quietud, lo descendente, lo fr o, lo blando y loí cerrado. Mientras que el Yang se qued con la energ a del cielo, el sol, eló í d a, la luz, la actividad, elí movimiento, lo ascendente, lo caliente y lo abierto. Cada uno dispon a de laí misma cantidad de tiempo para reinar en su mitad correspondiente.

Con los a os, el Yin empez añ ó desear la parte en que reinaba el Yang, debido a que esta era m sá activa y alegre. Todo lo interesante ocurr a durante el d a, mientras que ení í la noche solo hab a oscuridad yí tranquilidad. As , le propuso a suí compa ero engendrar un rbol queñ á

simbolizara la existencia de su creaci n conjunta. Este representar a laó í energ a primaria y el comienzo de laí vida, y tambi n le recordar a a la razaé í humana la presencia de los dioses en la Tierra.

El rbol, aunque se hallaba ená la superficie terrestre, pertenec a a lasí dos deidades. No obstante, el ser humano pod a deleitarse con suí contemplaci n, pero comer de su frutoó le estaba totalmente prohibido. El Yin, inspirador de esta idea, urdi unaó trama para que el ser humano deseara, m s que nada, alimentarse del rbolá á sagrado. Su plan result . Los humanosó no tardaron demasiado tiempo en desobedecer y quebrantar la ley.

Desde ese instante la envidia, el ego smo, la vanidad y el deseo deí controlar y de competir creci en ellos.ó Sus vidas ya no eran espirituales y naci un lado impuro y oscuro en laó raza humana. Como consecuencia, el Yin empez a reinar en sus corazones,ó

creando sentimientos que nunca antes hab an existido en ellos. Comoí resultado final, el mundo quedó dividido en dos mitades espirituales: el bien y el mal.

La codicia y la ambici n seó convirtieron en las ra ces de todos losí males existentes sobre la tierra y estos empezaron a formar parte del Yin.

Es por esta raz n que el rbol esó á tan importante. Para nosotros representa, por un lado, la prueba fehaciente de la creaci n llevada aó cabo por los dioses, la nica realidadú que permite consumar el destino y el potencial propios. Y por otro, la conciencia de que existe una energ aí de naturaleza doble, conformada por dos fuerzas: el bien y el mal. De este modo, el rbol posee los dosá conocimientos: el de todo aquello que es bueno y el conocimiento de lo oculto y del lado oscuro, tanto de lo divino como de lo humano.

As , los dioses se comunican coní nosotros a trav s de los rboles. Deé á entre ellos, el roble es considerado el mejor conductor de las fuerzas divinas hasta la raza humana, o hasta los seres como nosotras, las hadas.

Ayrton: Entonces es usted un hada, cierto?¿Caoimhe: S . Soy, como usted bien dice,í un hada. Y soy tambi n mi propioé destino hecho realidad.

Todos llevamos dentro de nosotros el bien y el mal, seamos seres divinos o humanos. Cuando nuestra fuerza interior o karma es positiva y alcanza el bodhisattva, migra a donde hemos elegido ir. Las hadas somos seres humanos elevados a la perfecci n, queó hemos elegido volver a este mundo como protectoras de la naturaleza, por eso los dioses nos conceden ciertos privilegios, para realizar bien nuestro cometido.

Ayrton: Los hombres tambi n podemos¿ é convertirnos en hadas?

Caoimhe: No. Los hombres se trasforman en seres fe ricos. Al igualé que a las hadas, a estos tambi n losé dioses les confieren poderes o favores.

Nunca hab a escuchado nadaí igual. Desde que era un ni o he vividoñ al margen de todos estos asuntos. Siempre he pensado que en este mundo no hay nada m s all de la vida queá á conocemos. Y ahora, por casualidad, descubro la existencia de Aura entre los rboles del bosque de Hampsteadá Heath y se me plantean profundos enigmas.

Quedan escasos d as para queí llegue el gran acontecimiento y a nú no s c mo encontrar la puerta deé ó entrada de Fairyland. Si ese lugar existe de verdad, puede darle sentido a todo esto.

Ayrton: Caoimhe, c mo podr a llegar¿ ó í hasta el pa s de las hadas?í

Caoimhe: Est seguro de querer ir all ?¿ á í Tengo que advertirle que si emprende ese camino, ya no habr marcha atr s.á áAyrton: No puedo ignorar lo que he aprendido estos d as. Tampoco puedoí olvidar lo que siento por Aura. Qu¿ é otro camino me queda?

wEtelvodo, uno de los chicos del Sr. Fairfax, irrumpe en la cocina e interrumpe bruscamente nuestra conversaci n.óEtelvodo: Sra. Caoimhe, al Sr. Ross le gustar a saber si la cena ya est lista.í áCaoimhe: Dile que en veinte minutos pueden ir todos al comedor.

wHe estado tan inmerso en nuestra charla que apenas he sido consciente del tiempo transcurrido. Ha llegado la hora de la cena. Caoimhe y yo cerramos nuestro di logo acordandoá partir a la ma ana siguiente haciañ Mushroom Village. He de hablar con los trillizos y averiguar qu clase deé

ofrenda debo presentar para granjearme el favor del roble.

wEn el comedor todos, salvo el matrimonio Cromwell, nos sentamos a la mesa para cenar. El cansancio del d a y el fr o de la noche hacen que laí í velada no se extienda demasiado y nos vamos pronto a dormir.

w A las seis de la ma ana tocan enñ mi puerta. Es S crates, el jardinero. Meó pide que me prepare y que baje luego a la cocina. All me est n esperandoí á Caoimhe y la due a de la casa.ñ

wAl salir de la habitaci n, en eló pasillo, me encuentro con Azura. Quiere saber ad nde voy tanó temprano. Le respondo que he quedado con Caoimhe para ir hasta Fairyland, pero que antes debemos pasar por Mushroom Village.

Azura: Por favor, Ayrton, deja que te

acompa e. Ese sitio es toda mi vida.ñ De peque a he ñ so ado con escenasñ relacionadas con Fairyland. Tengo que encontrar las respuestas a las cuestiones que me plante en su d aó í mi abuelo para completar mi ciclo de vida y as alcanzar el bodhisattva y,í finalmente, convertirme en un hada beb raver.éAyrton: Est bien. Si Caoimhe no seá opone, podr s venir con nosotros. Pero,á si no accede, tendr s que quedarteá aqu .í

wAmbos abandonamos el corredor y bajamos hasta la cocina. Un intenso olor a tomillo se respira por toda la casa. Abro la puerta y veo a la Sra. Kamelia permanecer de pie junto a la cacerola de la que sale el aroma a tomillo, mientras Caoimhe, sentada a la mesa, cuenta bellotas.

Kamelia: Buenos d as a los dos! Azura,¡ í no contaba con su presencia a esta hora de la ma ana.ñ

Azura: Me gustar a que me dejaraní acompa arles en este viaje.ñKamelia: Si usted lo desea, puede acompa ar al Sr. Ayrton en suñ aventura por las tierras de Mushroom Village. Pero le advierto que no ser uná viaje nada f cil, ni c modo. Por elá ó contrario, tendr n que á vencer ciertos obst culos.á

wMientras dialogan, Caoimhe guarda las bellotas distribuy ndolas ené peque os saquitos.ñ

wLlega el momento de partir, así que Caoimhe, Azura, S crates y yoó nos ponemos en camino en direcci n aó Mushroom Village. En nuestras mochilas llevamos los saquitos llenos de bellotas, el agua de tomillo y algunos v veres.í

wEl fr o matinal es g lido. Unaí é bruma se extiende por el suelo. Aun as la ma ana es muy luminosa. Estoyí ñ seguro de que, cuando llegue el

mediod a, el sol calentar el bosque deí á Snowdonia.

wAndamos durante toda la jornada y apenas paramos para descansar y reponer fuerzas. Vemos a muchos caminantes por los alrededores. Caoimhe nos explica que todos los a os Snowdonia y Gales entera señ llenan de visitantes que llegan de todas partes para pedir a los robles que les concedan sus deseos. Imagino que se est n preparando para la fiesta ená honor al rbol sagrado, ya que soloá faltan cuatro d as para elí acontecimiento.

w Continuamos nuestro trayecto hasta bien entrada la noche. Acampamos cerca de un riachuelo. El lugar es hermoso, rico en colores debido a su densa vegetaci n, variada enó rboles y flores de todo tipo.á

wUna vez acomodados en el suelo y

mientras le damos un buen bocado a las provisiones, Caoimhe aprovecha el momento para narrarnos una bonita leyenda sobre el sitio acerca de un joven vagabundo que vino una vez aqu a descansar.íCaoimhe: (se alando con el dedo) Ah ,ñ í bajo la copa de esos rboles y junto alá arroyuelo, un joven vagabundo acaricia dulcemente las cuerdas de su viol n. Cubierto con un viejo yí desgastado abrigo y mientras una fuerte lluvia traspasa las hojas y cae sobre l, el muchacho interpretaé magistralmente la pieza Serenade de Schubert. Unos largos y sucios cabellos le ocultan el rostro en contraste con sus manos de virtuoso, bien cuidadas.

A pesar de que es invierno, en el bosque comienzan a escucharse los sonidos de la primavera. Con la melod a de la í Serenade la naturaleza se despereza de la fr a estaci n, í ó los p jaros cantan al ritmo de sus acordes,á cesa la tormenta, las flores lucen sus

vivos colores y los animales se despiertan del sue o invernal. ñ Como si de un cuento de hadas se tratase, de pronto el largo sopor de la hibernaci n da paso a un paisajeó donde todo recobra la vida. Los ruise ores entonan sus alegres trinos. Elñ agua goza del alboroto de los salmones que ponen sus huevos bajo las rocas del arroyo y que saltan y golpean la superficie con sus aletas, bailando al suave comp s del maravillosoá instrumento.

El vagabundo es due o de suñ tiempo y por medio de su m sicaú controla la energ a que fluye en elí bosque: la energ a de los rboles, de lasí á aves, de las flores, de los peces del r o,í de las hadas que emergen de cualquier parte y que ya no se esconden. Despierta a los osos, a los lirones, a las mariposas... Todos abandonan sus cavernas y nidos para venir a este

bello rinc n y celebrar que llega laó primavera.

Los rayos del sol penetran entre las ramas de los rboles. De ellas brotaná frutos silvestres de un sabor dulce y exquisito que los p jaros á prueban y tambi n el joven int rprete, que haé é dejado de tocar su viol n.í La luz solar calienta la mullida alfombra verde que se extiende junto al arroyuelo. El bohemio muchacho se desprende de su viejo abrigo y lo introduce en las cristalinas aguas. Las hadas y los salmones ayudan en la labor de lavado, estos ltimosú golpeando y sacudiendo con su cola toda la suciedad.

Luego se despoja igualmente del resto de sus ra das prendas y se ba aí ñ en el c lido regato. Ahora se puede verá con claridad su rostro, limpio al fin. Tiene la tez p lida. Su pelo largo yá negro ha dejado de estar desgre ado yñ sucio, y sobre l resplandecen destellosé

azulados.

Despu s del ba o, el m sicoé ñ ú errante se viste, recoge su viol n yí contin a su camino, no sin antes darú las gracias y despedirse de todas las criaturas que lo han acompa ado.ñ Desde este d a, en esta parte delí bosque siempre es primavera, y se dice que, al amanecer, a veces puede escucharse la hermosa pieza que tocó una vez aqu el joven violinista.í

wMientras los dem s duermen a miá alrededor, la emoci n de lo acontecidoó d as atr s y la magia del lugar, unidasí á a la hermosa historia que ha contado Caoimhe no me dejan conciliar el sue o.ñ

w Por la ma ana soy el ltimo deñ ú los cuatro en levantarme. Con la luz del amanecer y los rayos del sol penetrando entre las ramas de los rboles, contemplo una vez m s elá á

encanto del regato. El sonido de la

naturaleza parece entonar la melod aí del violinista errante y todo se inunda de un aroma embriagador.

wCaoimhe introduce sus lindos pies en el arroyuelo, mientras se peina su cabello rojizo. Las hojas de hiedra se estiran buscando la luz de los rayos solares. Es maravilloso verla! Extrae de¡ su mochila un frasco con difusor que contiene el agua de tomillo y roc a elí lugar. Al instante aparecen, como por arte de magia, las hadas acu ticasá que habitan en el r o. Azura y yo nosí admiramos de verlas.

wAhora m s que nunca, Azuraá desea llegar hasta el pueblo de Fairy Glen, en donde se cree que est laá puerta de entrada a Fairyland.

wDespu s de desayunar,é emprendemos de nuevo el viaje y atravesamos la colina que se halla justo delante de la zona donde hemos

acampado la pasada noche. Inmediatamente tras ella y descendiendo el mont culo, topamosí con una gruta misteriosa. Es bastante oscura, pero con la ayuda de unas linternas conseguimos iluminar el camino.

wEl interior de la cueva es muy fr oí y resbaladizo. Tanto las paredes como el suelo est n cubiertos de musgo yá l quenes. Lo que hace que coní frecuencia nos deslicemos. Aun poniendo todo mi cuidado, termino escurri ndome por el suelo unos metrosé m s all de mis compa eros. Cuandoá á ñ consigo incorporarme y levantar la vista, me sorprende la aparici n de unó peque o drag n rojo revoloteando muyñ ó cerca de mi cabeza. Asustados, gritamos y nos lanzamos precipitadamente hacia adelante hasta alcanzar accidentalmente la salida. Corriendo, nos alejamos de la gruta intentando librarnos del extra oñ animal, que finalmente nos deja en

paz. Desorientados, paramos para descansar y contemplar el bello panorama. Boquiabiertos, descubrimos por el singular paisaje que justo delante de nosotros se alza Mushroom Village.

La tierra de Mushroom Village

Vd

pEl aspecto que presenta la aldea de Mushroom Village es sorprendente a los ojos de cualquiera, pero especialmente a los de quien nunca antes la ha visitado, como Azura y yo. De los cuatro, somos los m sá impresionados. Por su parte, Caoimhe y S crates han estado aqu muchasó í veces, pero reconocen que nunca ha dejado de asombrarles el lugar. Es indescriptible. Nadie, sin haberlo visto con anterioridad, creer a jam s queí á puede existir un paisaje as . Si loí relatase a mis conocidos en Londres me tomar an por loco, y no podr aí í reproch rselo a ninguno puesto que, deá no ser por tenerlo delante, yo tambi né ser a un incr dulo.í é

pEl pueblo se extiende sobre una hondonada rodeada por siete promontorios. Decidimos subir a lo alto del m s cercano de ellos para obtenerá una vista m s completa. Al alcanzará la cima, a unos escasos 50 metros de altura, observamos un hecho extraordinario: la tierra est divididaá en dos partes. En una de ellas es de d a y en la otra de noche. Por un lado,í el sol brilla emitiendo destellos luminosos que alternan lucidos colores: amarillo, naranja, morado y azul cielo. Por otro, la luna se muestra llena en todo su esplendor.

pEl valle es realmente pintoresco, desde las colinas boscosas que lo encierran, hasta la amplia gama de tonalidades que ba an el paisaje floral.ñ Descendemos el mont culo y nosí adentramos en la aldea. Sobre las plantas revolotea una infinita variedad de mariposas de distintas pigmentaciones. Los rboles vaná cambiando de color seg n el matiz queú

los rayos solares proyectan sobre ellos.

pA medida que avanzamos, Caoimhe y S crates empiezan aó mostrarse tal y como son. De Caoimhe ya conozco su naturaleza: se trata de una joven y hermosa hada de color verde. Pero el caso de S crates esó verdaderamente ins lito yó extravagante: se ha trasformado en un precioso caballo alado de pelaje rojo encendido y extremidades muy robustas, que deben permitirle correr velozmente y saltar cualquier obst culo.á pComo su nombre indica, Mushroom Village est lleno á de setas. M s de un millar de enormes setas seá esparcen por esta tierra. Y he aqu loí m s asombroso de todo: muchas deá ellas, cuyos sombreros sostienen unas aspas de molino, han sido convertidas en viviendas que habitan los pobladores de la regi n, ni os y ni asó ñ ñ (al menos en apariencia) con alas similares a las de las hadas y que

alegremente juegan juntos y disfrutan saltando desde el techo al suelo de sus hogares y viceversa. Una repentina sensaci n de bienestar y felicidadó invade nuestros corazones.

pEn esta parte de la aldea hace una noche espl ndida. é Millones de estrellas derraman su luz por todo el firmamento, a pesar de la presencia de una luna radiante. Caoimhe nos explica a Azura y a m , queí admiramos el cielo, que los habitantes del pueblo suelen decir que, si alg nú d a el sol dejase de brillar, nadie aquí í deber a preocuparse, ya que siempreí quedar a la luna para alumbrar elí camino y servir de gu a.í pTodo es muy inusual, como una de esas historias que Azura contaba a los muchachos del Sr. Fairfax. Por eso me decido a preguntarle a Caoimhe por qu solo hay ni os y ni as ené ñ ñ Mushroom Village.

Caoimhe: Cuando morimos, la parte

infantil que tenemos dentro se libera de nuestros cuerpos y es aqu adondeí viene a vivir, renaciendo en forma de ni o. A este lugar vienen tambi n añ é renacer los ni os que nunca hanñ alcanzado la edad adulta, y aquellos que son v ctimas de guerras,í enfermedades y malos tratos.

Ayrton: Y es en este para so para ni osí ñ donde moran los trillizos...

Caoimhe: As es. Mirad hacia all !í ¡ í -se alando con el dedo en direcci n alñ ó frente-. Veis ¿ aquella seta, la m sá grande del poblado? Es su casa. Nos acercaremos. Ten is que saber que losé trillizos deben su gran sabidur a a queí son milenarios. Nadie conoce exactamente su edad.

pLlegamos al hogar de los trillizos y llamamos a su puerta. Nos abren. S crates y Caoimhe les hacen unaó reverencia y les explican que venimos a pedirles su sabio consejo. Nos saludan cordialmente y nos invitan a

pasar. Son de raza negra. En contraste, dos de ellos tienen los cabellos rubios, mientras que el pelo del tercero es de color casta o oscuro. ñ pTodos nos presentamos. Los trillizos se llaman Taliesin, Cadin y Ronet. Cada nombre posee un significado especial. Taliesin era el dios gal s de la magia, la m sica, la poes aé ú í y la sabidur a, y su nombre significaí frente radiante . De los tres hermanos“ ” se dice que este es el que vive de manera religiosa, sin embargo, se desconoce a qu grupo u ordené pertenece. El nombre de Cadin se puede traducir como esp ritu de la“ í batalla . Luch en numerosas guerras” ó para defender las tierras galesas de sus invasores. Por ltimo, est ú á Ronet o peque o que es grande , de esp ritu“ ñ ” í muy alegre y jovial. Es el mayor de todos y el nico de ellos que tiene elú cabello oscuro.

pTaliesin pregunta cu l es laá cuesti n que nos inquieta y S cratesó ó

le resume mi historia cont ndole queá he conocido a un Oak Spirit y que deseo saber si es posible que este pueda llegar a transformarse alg n d a en unú í ser humano.

Taliesin: Los Oak Spirits, junto con las llamadas dr adas , son los protectores“ í ” de los robles y viven con estos hasta que mueren. La diferencia entre ambas criaturas radica en que las dr adasí nacen de las bellotas, mientras que a los Oak Spirits los crean los mismos robles a partir del ltimo aliento delú ser humano que busca cobijo en ellos para quitarse la vida. El rbol atrapaá el aliento y tambi n el ltimo sue o oé ú ñ deseo de amor del que voluntariamente perece en l.é Ya no quedan muchos Oak Spirits en los bosques, puesto que cada vez es menos frecuente que alguien acuda a un roble para suicidarse, y lo nico que acepta este como ofrendaú

para desprenderse de su Oak Spirit es la llama de fuego de un drag n rojo.ó

Ayrton: C mo puede arranc rsele la¿ ó á llama de fuego a un drag n? Es esoó ¿ posible?

Taliesin: (sonriendo) No es imposible, pero s muy dif cil. Si consigues llevar aí í cabo semejante haza a, demostrar sñ á ser un hombre h bil y astuto. Por suá parte, el roble sabr que por amor a laá criatura que mora en l has arriesgadoé tu vida y realizado un acto heroico, y ser clemente contigo.á pAzura tambi n aprovecha laé oportunidad para preguntarle a Taliesin sobre su naturaleza. El trillizo le responde que ha nacido como un hada urbana y que, para cerrar su ciclo y adquirir sus alas, as como paraí serle otorgados ciertos poderes, primero debe ayudarme a cumplir mi misi n, yó le susurra algo secreto al o do.í pAzura lleva mucho tiempo esperando este momento. Desde su infancia fue educada por su abuelo

como si fuese un hada. Naci en eló barrio de Camden Town, en Londres. Pertenece a la tribu de los beb s raver.é Reconozco que su aspecto f sico meí desconcert al principio. Aparentabaó ser una muchacha inmadura y de mentalidad infantil. Pero a estas alturas soy capaz de entender muchas cosas que antes no comprend a. Azura,í como la mayor parte de las personas que he conocido durante mi viaje, es muy especial.

pPara hallar la manera de arrebatarle a un drag n su llama deó fuego, los trillizos nos comunican que tenemos que tomar el ferrocarril que nos lleve a Ffestiniog y, una vez all ,í atravesar las monta as hasta llegar añ la Tierra de los Malditos . Nos“ ” despedimos de los hermanos y abandonamos la aldea. S crates yó Caoimhe recuperan en este momento su forma humana.

La regi n de FfestiniogóVIt

aDurante el trayecto a Ffestiniog, apenas intercambiamos comentarios sobre lo sucedido. El rostro de S crates,ó que est sentado frente a m , denotaá í la misma seriedad de los primeros d así en la granja. Nada de lo que hemos vivido juntos ha conseguido atenuar su car cter reservado.á aPor el contrario, la amplia sonrisa de Azura revela su enorme satisfacci nó tras recibir la noticia de que ha nacido como un hada urbana. De repente su vida empieza a cobrar verdadero significado y todos sus sue os tienen sentido.ñ aTardamos aproximadamente una hora en llegar a la regi n, visitada poró miles de turistas que terminan en esta misma estaci n de ferrocarril un viajeó

muy atractivo en vieja locomotora a trav s de espesos bosques, verdesé colinas y valles ricos en r os, cascadasí y lagos.

aTras las monta as de Ffestiniogñ habitan los desterrados o malditos, es decir, todos aquellos que han cometido maldades o cr menes imperdonablesí contra la humanidad. Cadin nos dijo que para conseguir la llama de drag nó es necesario robar un rayo al demonio que custodia este lugar y transportarlo despu s hasta Dinasé Emrys (la Tierra de los Dragones ) para“ ” luego, con ayuda del Libro de los Hechizos que se halla en la abad a deí Valle Crucis, en el condado de Denbighshire, utilizarlo como arma contra el animal.

aFaltan nicamente tres d as paraú í la festividad del roble y el camino a trav s de las monta as va a hacerseé ñ duro, sobre todo porque lo emprenderemos solos Azura y yo. Caoimhe y S crates se quedan en eló

pueblo a esperar nuestro regreso. Está claro que su verdadera naturaleza les impide penetrar estas tierras.

El valle de los Malditos

VII b

lCalculamos que tardaremos unas 12 horas en alcanzar el valle, as que,í antes de partir, compramos agua y unos sandwiches de salm n ahumado yó pepinillos como provisiones. A medida que avanzamos colina arriba nos topamos con otros caminantes que, al igual que nosotros, suben y recorren estas monta as.ñ lCaoimhe nos explic que, al caeró la tarde y antes del anochecer, entre las monta as ñ de Manod y Moelwyn, avistaremos un peculiar puente que nos llevar hasta el Valle de losá Malditos. No es visible a simple vista. Logramos verlo con cierta dificultad. Se trata de una impresionante obra de ingenier a construida en piedra por losí romanos cuando invadieron nuestras

tierras. Todo el puente es la figura de una arp a que extiende sus alas aí modo de tablero para ser atravesado de un extremo a otro. La cabeza y el torso en forma de mujer componen el apoyo central, que se mantiene sobre unas robustas patas de guilaá ligeramente hundidas en el r o queí separa los dos promontorios.

lDebemos cruzar el magn ficoí puente lo m s r pidamente posible,á á antes de que desaparezca cuando se oculte el sol. A pesar de que solo mide aproximadamente unos 150 metros de largo, al llegar al otro lado ya es de noche. Azura y yo nos introducimos en un bosque llamado Negro por el color de sus rboles y decidimosá acampar. Ignoramos los peligros que aqu pueden acecharnos. Cenamosí nuestros sandwiches y nos preparamos para dormir.

lDurante el sue o me veo a mñ í

mismo en la oscuridad de la noche caminado por el Bosque Negro, hasta que una luna incre blemente blancaí ilumina el lugar. Con la luz descubro que todo est cubierto de una extra aá ñ hierba de color rojo, y que los nicosú animales visibles son cuervos y una colonia de hormigas gigantes que recolectan alimentos. Solamente se escucha el sonido que procede de su actividad.

lSigo andando. De repente tengo la sensaci n de que alguien meó observa. Caigo en la cuenta de que estoy solo, Azura no est conmigo.á Temeroso, miro a mi alrededor, pero no alcanzo a ver nada por lo que deba alarmarme, as que contin o mií ú camino. Despu s de un rato, tengo laé impresi n de estar andando en c rculos.ó í De pronto, cesan los sonidos de los cuervos y de las hormigas trabajadoras e impera un silencio sordo. La calma parece presagiar que algo inesperado va a acontecer en breve, lo cual me

angustia y agita el nimo, como si uná tsunami de emociones inundara mi interior.

lEl silencio se prolonga en el tiempo y cada segundo se hace m sá insoportable. Por fin, se escucha un ruido atronador y al instante cae un rayo del cielo. Tras l aparece uné drag n rojo. Antes de que arroje unaó llama de fuego contra m intento huirí del lugar, pero mis esfuerzos son in tiles. El drag n lanza llamas queú ó prenden fuego a los rboles en derredorá m o. Estoy atrapado. Justo cuando elí monstruo se dispone a abrasarme, me despierto del sue o. Intuyo que todoñ puede tratarse de una premonici n yó que pronto deberemos enfrentarnos a hechos bastante desagradables.

lAmanece. Nos levantamos. Mientras preparamos el desayuno, una espesa niebla se apodera del bosque. Aun as , Azura y yo nos adentramosí en l.é

l Solo quedan dos d as para elí gran acontecimiento anual. Dentro de mi mente todo es confuso, pero me mantengo firme.

lDurante el recorrido, cada cierto tiempo vuelvo mi cabeza atr s porá temor a que alguien nos siga. Azura se muestra tranquila. No le he contado el sue o que he tenido. Noñ quiero borrar la agradable sonrisa que brilla en su rostro.

lDespu s de dos horas de andadura,é conseguimos atravesar el Bosque Negro sin ning n contratiempo. No obstante,ú entramos ahora en una tierra rocosa y rida, que difiere mucho del paisajeá

forestal al que nos tiene acostumbrados Gales...

lAlgo desconcertados, seguimos avanzando y nos encontramos con unos seres de naturaleza an mala. Seó trata de una especie de h bridos, unaí mezcla entre hombre o animal con cuerpo en forma de carrocer a deí

autom vil, a modo de caparaz n.ó ó Nuestros cerebros no pueden explicar lo que nuestros ojos alcanzan a ver. Azura por fin reacciona.

Azura: Ayrton, recuerdas que en la¿ granja de la Sra. Kamelia me preguntaste ad nde iban a parar losó que no hab an alcanzado laí perfecci n?óAyrton: S , claro. Pero me respondisteí que no lo sab as.íAzura: Pues creo que ahora lo s .é Vienen aqu . Son estos extra os seresí ñ que tenemos enfrente.

l Es extraordinario poder ver a¡ estas criaturas! Reanudamos la marcha a trav s del territorio y unosé diminutos insectos, parecidos a las ara as, empiezan a trepar por nuestrasñ piernas. Su n mero ú aumenta a cada paso que damos. Son cientos, miles... No sabemos c mo detener estaó invasi n. Entonces un h brido se acercaó í a nosotros y nos ofrece su ayuda. Se

llama Bhragad y es de aspecto casi indescriptible, con carrocer a deí furgoneta ranchera, alas de mariposa y patas de quil podo o ciempi s. Nosó é dice que nos librar de los patusá “ ” (nombre que dan a estas molestas criaturas los habitantes de la zona) si Azura accede a entregarle su peque oñ oso de peluche.

Azura: (dirigi ndose al h brido yé í sacudi ndose insistentemente los patusé de las piernas) Mi osito, Tara-Tir -así lo llama-, es un regalo que me hizo mi abuelo cuando era ni a. Lo llevoñ conmigo a todas partes. No quieres¿ cualquier otra cosa? Quiz alguno de¿ á mis brazaletes?

Bhragad: (en una respuesta rotunda) No! Quiero el oso! Nunca he tenido¡ ¡ ninguno, y ahora que he visto el tuyo, se me antoja tenerlo. De ni oñ mis padres me regalaban armas de juguete y cosas similares. Crec y meí un a una banda de delincuentes.í Cometimos muchos actos vand licos.á

Hace tiempo que habito en estas tierras intentando encontrar en mi interior un lado m s dulce. Estoy ená plena transformaci n, aunque a n meó ú costar trabajo. Quiero irme de aquá í pero, si no consigo convertirme, mi pr ximo destino ser el Valle de losó á Malditos, y de all nadie logra jam sí á salir con vida.

Azura: (conmovida) Te dar mi oso, sié con ello voy a contribuir a cambiar el curso de tu destino. Pero tendr s queá ayudarnos a algo m s que quitarnosá estos bichos de encima. Deber sá mostrarnos c mo entrar y salir de laó Tierra de los Malditos.

lPor fin cierran el trato. Bhragad nos pulveriza con una especie de repelente. Me siento aliviado al poder abrir la boca sin tener que tragar m s patus yá al recobrar la completa visibilidad, ya que hasta mis ojos estaban siendo asaltados por estos ar cnidos, queá

empezaban igualmente a penetrarme la nariz, las orejas y el pelo.

lNos subimos en la parte trasera de la camioneta, sobre la que terminamos de sacudirnos los insectos que a n nosú quedan encima. Durante el trayecto Bhragad nos informa sobre algunos de los peligros que acechan en la regi n.ó El mayor de ellos tiene nombre: es Eurynomus, el Pr ncipe de los Malditos,í que disfruta matando y devorando a sus v ctimas.í lCruzamos todo el territorio hasta llegar a la puerta de entrada al valle, donde Bhragad aguardar nuestroá regreso para conducirnos de nuevo, sanos y salvos, al Bosque Negro. Antes de despedirnos nos entrega un plano con la ruta a seguir y nos advierte que, bajo ninguna circunstancia nos desviemos de ella, pues correremos el riesgo de ser abrasados por las llamas. Nos desea suerte y nos saluda con una de sus patas.

Baalberith, secretario jefe del pr ncipe de los malditosí

VIII

u

hEl paisaje del pa s es desolador: unaí tierra a n m s rida que la que hemosú á á dejado atr s, calcinada, con exiguosá matices ocre, donde el calor producido por las lenguas de fuego que emergen violentamente del subsuelo es insoportable. Debemos ser muy cuidadosos al avanzar para no salirnos del camino y quemarnos.

hUn peque o demonio rojo parece serñ el guardi n que á custodia esta tierra. Nos topamos con l y le contamos queé necesitamos llevarnos un rayo de la zona. Nos indica que, para cualquier petici n, debemos esperar a que nosó atienda el secretario jefe, Baalberith. Sacude la cabeza y de sus largas orejas brotan llamas que caen y se pierden

en el suelo. Decidimos esperar.

hPor temor a lo que pudiera acontecer, he sido precavido y, durante el viaje hasta aqu en la carrocer a deí í Bhragad, he sacado de mi mochila algunas bellotas y me las he guardado en el bolsillo derecho del pantal n. Enó algunas culturas estos frutos se utilizan como amuletos de protecci nó contra las tormentas y los rayos.

hDurante la espera, Azura y yo observamos con asombro a los residentes del lugar. Sin duda, es cierto lo que me cont . Cuando act as como unó ú malvado o un indeseable, tu fuerza vital se trasforma en algo inmundo.

hVemos aproximarse a un joven con cuerpo de felino. Se presenta con el nombre de Owvana. Nos cuenta que pas toda su vida maltratando yó asesinando a los animales, especialmente a los gatos. Tambi n seé nos acerca un rapero cuyo nombre es DPR (que bien podr a significarí

deprimente ) y que muri debido a“ ” ó una sobredosis de hero na, de la queí tanto hablaba en sus letras, incitando a los j venes a consumirla. Su fuerzaó de vida o namshes tom la forma deó un hombre erizo, atravesado por miles de agujas que le desangran continuamente el cuerpo. Es repugnante. Se pasa el tiempo cantando y bailando la misma canci n t trica y macabra:ó é

“Dame drogas, dame sexo il cito.í Quiero morir y quemarme en el

infierno.

Necesito drogarme para seguir existiendo en mi mundo infernal.

Al poderoso dios de los muertos debo servir y adorar .”

hLa pat tica escena trae a mié cabeza el recuerdo de aquellas acertadas palabras de Shakespeare en Romeo y Julieta: Los placeres“

violentos poseen finales violentos .” h Y as es ! Un militar con cabeza¡ í de bestia y casco se pasea por los alrededores luciendo sus medallas, mientras lleva el uniforme y las botas manchadas de sangre. Adheridos al casco transporta restos humanos de aquellos a los que ha asesinado durante las guerras en las que particip .ó hDelincuentes y criminales (de entre ellos tambi n ni os) con cuerpoé ñ de mosca se desplazan de un lado a otro sin rumbo fijo. La maldad que ejercieron durante sus vidas se les ha vuelto en contra, y ahora son ellos los que, como resultado del karma, sufren los males que sembraron mientras viv an bajo forma humana. Es el finalí del ciclo de causa y efecto.

hIncluso l deres religiosos, pol ticos yí í

militares moran en la Tierra de los Malditos adoptando apariencias monstruosas. Son responsables del derramamiento de sangre de millones de inocentes.

hEste terrible escenario dantesco nos sobrecoge a los dos. Nuestras mentes intentan asimilar las horribles im genes que se suceden frente aá nosotros...

hEntretanto, otro maldito se nos aproxima. Es un lic ntropo. Nosá saluda. Se llama Otsoa (nombre de origen vasco que significa lobo )“ ” y es el cartero del secretario jefe Baalberith. Otsoa hab a sido miembro de laí organizaci n terrorista ETA y se hab aó í dedicado a matar a diversas personas envi ndoles paquetes bomba. Muriá ó manipulando una carta que preparaba para una nueva v ctima. Nos ense aí ñ dos sobres de los que somos destinatarios y nos indica que pertenecen a dos remitentes distintos, pero oculta sus nombres y nos propone

un juego.

Otsoa: Si uno de vosotros es capaz de citarme una sola tr ada galesa, osí entregar el sobre correcto. Si no, osé dar el otro.éAyrton: El sobre correcto?¿Otsoa: As es.í hSe despiertan nuestros temores al pensar que puede tratarse de una trampa y que corremos el riesgo de morir al instante si tomamos cualquiera de los dos sobres y lo abrimos.

Ayrton: Y si no queremos aceptar¿ ninguno?

Otsoa: No saldr is con vida del Valleé de los Malditos.

Ayrton: Qu es una tr ada galesa?¿ é í Lo sabes t , Azura?¿ úAzura: Deja que me concentre... -callamos durante unos segundos-. S ,í creo que lo s . é

“Tres esencias primarias hay en el poder del intelecto” -cerrando los ojos y recitando en voz alta-:

“Un ojo que puede ver la naturalezaUn coraz n que puede sentir laó

naturalezaUna osad a que se atreve aí

perseguirla” hEl rostro del mensajero enrojece s bitamente y se enciende en vivaú llama.

Otsoa: (conteniendo su c lera)ó Correcto! Aqu ten is el sobre¡ í é -extendiendo el brazo y estirando sus zarpas bien afiladas-. Cogedlo!¡Ayrton: C mo sabemos que no nos¿ ó enga as?ñOtsoa: (sonriendo c nicamente)í Creedme, lo sabr is al instante.éAyrton: (dirigi ndose a Azura) C moé ¿ ó es que conoc as esa tr ada? Quí í ¿ é significa?

Azura: Me la susurr al o do Taliesinó í antes de abandonar Mushroom Village. Me dijo que la memorizase. Lo hice durante nuestro viaje en tren hasta Ffestiniog. Creo que hace referencia a la fuerza espiritual y al conocimiento de los rboles sagrados, que se basa ená el respeto a la naturaleza.

Ayrton: No dejas de sorprenderme... Ya que has acertado con la tr ada,í deber as recoger t el sobre.í úAzura: Eres muy amable pero, como bien has dicho, yo he acertado con la tr ada. Te toca a ti demostrar tuí arrojo.

hAl ver que ninguno de los dos se decide a aceptar el sobre, Otsoa muda su semblante y, bajo apariencia humana y en tono relajado, nos dice que no hay nada que temer y que si alguien tuviera la intenci n deó matarnos, ya lo habr a hecho. Nosí comunica que el sobre contiene la respuesta a la entrevista con el

secretario de Su Alteza Real el Pr ncipe de los demonios, Eurynomus.í Azura y yo temblamos al escuchar su nombre, pues recordamos lo que Bhragad nos cont sobre l, que seó é come a sus v ctimas. El emisarioí advierte el espanto en nuestras caras y vuelve a sonre r c nicamente. Alí í contrario que los dem s, pareceá disfrutar mucho con lo que hace. Esta vez me tomo su gesto como un desaf oí y, sin m s demora, le arranco el sobre yá lo abro.

La carta de Baalberith

IXj

rQueridos Sres. Ayrton Bleichmar Hansen y Azura Lauper Griffin:

rLes comunico por la presente carta que hoy me es del todo imposible poder atenderles. A decir verdad, me ser igualmente imposibleá recibirlos hasta la entrada del pr ximoó milenio, dado que son infinitas las solicitudes que se acumulan, muchas de ellas hasta con cientos de a os deñ antig edad.ü rNo obstante, si ustedes lo desean, pueden pedirle una cita al secretario de mi secretario y l, en riguroso ordené de solicitud, lo anotar en la agenda.á Pero, siento tener que comunicarles

que actualmente la lista de espera asciende a 5.005.666.667.668.669.700, y a medida que ustedes leen esta carta, se van sumando m s peticiones.á rLes deseo mucha suerte y espero poder verlos alg n d a viviendo porú í estas tierras.

Cordialmente,

Baalberith

Secretario Jefe del pr ncipe Eurynomus.í

mLa firma de Baalberith está sellada con un peque o c rculo deñ í fuego que prende la carta tras leerla y la destruye, dej ndome nicamenteá ú cenizas en las manos.

mMe siento decepcionado. Está claro que la burocracia funciona igual de mal en todas partes. Miles de

millones de solicitudes y de reclamaciones se acumulan sin que nadie las atienda o resuelva, mientras los altos funcionarios presentan sus falsas excusas... Estoy muy enfadado. Hemos realizado un largo viaje hasta aqu y no hemos escatimado esfuerzos.í Sin embargo, a n no tenemos nada.ú mEl tiempo se agota. Pero, a pesar de este imprevisto, seguir adelanteé con mi objetivo. Mi amor por Aura se acrecienta con cada d a que pasa. Esí por eso que no estoy dispuesto a abandonar este territorio sin antes llevarme un rayo conmigo.

mMientras me recupero de mi indignaci n, reflexiono ó sobre la lectura de la carta y me pregunto c mo esó que Baalberith sabe nuestros nombres y conoce exactamente cu les soná nuestros apellidos, incluso los maternos. Ni Azura ni yo se los dijimos en su momento al vigilante...

mObservamos ahora al joven con

cuerpo de gato, Owvana. Ha destapado lo que parece ser un cubo de basura de 1,5 m de alto y unos 80 cm de di metro y ha metido la cabezaá en l. Detr s, en el suelo, hayé á amontonados varios esqueletos humanos y, un poco m s all , otrosá á cubos de basura. Nos acercamos para interrogarle sobre todo esto y nos responde sin titubeos.

Owvana: Los huesos que hay junto al cubo de basura pertenecen a las v ctimas de Eurynomus. Cada d aí í llegan a esta regi n cientos deó personas como vosotros para intentar hablar con el secretario jefe Baalberith. Pero Eurynomus, mediante su fiel lacayo, Otsoa, les env a cartasí asesinas para luego alimentarse de sus cad veres. á mAzura y yo caemos en la cuenta de qui n nos enviaba el segundo sobre.éOwvana: Entre los muertos tambi né hay residentes de la tierra de los

malditos, de entre los que algunos mueren simplemente por el puro placer que les proporciona a los demonios el derramamiento de sangre. Otros perecen a causa de los rayos que caen diariamente del cielo, justo antes de la medianoche. A medida que uno se adentra en el territorio, puede ver sus esqueletos esparcidos por todas partes.

Cada noche, desde las once hasta las doce menos un minuto, los demonios que habitan en el lugar se exhiben mostrando sus poderes y compiten entre s para ver í qui n deé ellos mata a un mayor n mero deú malditos.

mEl momento de la matanza nocturna que protagonizan los demonios parece ser el m s id neo paraá ó intentar capturar un rayo. Pero tambi n supone un gran peligro paraé nosotros. No es aconsejable permanecer m s tiempo del necesario en esta zona.á mNo paran de asaltarnos el temor

y las dudas. Son muchas las cuestiones que nos planteamos. En primer lugar, Azura me pregunta c mo piensoó atrapar un rayo y c mo vamos aó transportarlo hasta la Tierra de los Dragones, en la regi n de Dinas Emrys,ó para quitarle la llama de fuego a un drag n rojo. En segundo lugar, c moó ¿ ó podemos estar seguros de que Bhragad nos aguarda para llevarnos de vuelta al bosque Negro? Es posible que no mantenga su palabra y nos abandone. En tercer lugar, son las dos de la tarde y el tiempo del que disponemos antes del acontecimiento esperado es escaso, y si no logramos completar la misi n?¿ ó

mEst claro que, cuando seá emprende una aventura, nunca se sabe c mo va a terminar.óAyrton: Azura, tengo algunos conocimientos en ciencias. En cierta ocasi n realic un experimento con mió é amigo Kurt cuando a n no hab amosú í terminado la Secundaria. Me fui con l y su familia a Cotswolds duranteé

un verano. Al final de la estaci nó llegaba la poca de las tormentas.é Durante las ltimas tardes sub amosú í en secreto a lo alto de una colina que se hallaba a unos dos kil metros deó distancia de la casa de campo familiar, y all , con nuestro materialí ya dispuesto, aguard bamos a queá cayese un rayo sobre el mont culo yí poder atraparlo. Al principio fracas bamos en todos nuestrosá intentos, hasta que, finalmente, lo conseguimos.

Azura: C mo? ¿ óAyrton: Con mucha paciencia y, por supuesto, con los instrumentos y m todos adecuados. éAzura: Cu les?¿ áAyrton: Enterramos en lo alto de la colina una barra de cobre de 4,5 metros de largo a una profundidad de un metro, y atamos a su extremo descubierto un cable, tambi n deé cobre, de unos 50 metros de longitud,

que extendimos completamente por el terreno en l nea recta y cuyo bordeí final introdujimos en una botella hecha de cristal industrial compuesto de boroaluminiosilicato de bario.

mDespu s de una larga y lluviosaé tarde de espera, nuestra barra de cobre atrajo hacia s un enorme rayo queí cay sobre la monta a y que recorrió ñ ó todo el cable hasta entrar en el recipiente y quedarse atrapado en l.é mFue maravilloso - un milagro de¡ la ciencia!- poder observar despu sé aquellos poderosos y espectaculares estallidos de luz y electricidad a trav s del cristal del frasco.é

Azura: Qu hicisteis con la botella?¿ éAyrton: Estaba muy caliente. Kurt y yo tuvimos que esperar un buen rato a que se enfriara. Despu s la cerramosé y la llevamos a su casa. Tuvimos que cont rselo a la familia. Al principio susá

padres se enfadaron un poco, pero luego les fascin el experimento. Eraó ¡ alucinante! La luz que emit a el rayoí iluminaba toda la vivienda durante la noche y pod a apreciarse a kil metrosí ó de distancia. Estuvimos usando gafas oscuras el resto de la semana para proteger nuestros ojos del fulgor de los destellos el ctricos contenidos en elé envase. Luego la luminosidad se fue apagando lentamente, hasta que se extingui . Ni mi amigo ni yoó quisimos deshacernos de una botella tan especial, ni tampoco tenerla olvidada en cualquier estanter a delí s tano de aquella residencia de verano.ó As que concluimos fabricarnos unosí llaveros con sus cristales y llevarlos siempre con nosotros como recuerdo de aquel fen meno extraordinario.óAzura: Qu historia m s sorprendente!¡ é á Entonces, tienes el llavero? ¿Ayrton: As es. íAzura: Pero, necesitaremos tambi né

cobre, y aqu solo hay tierraí calcinada, cubos de basura de un material desconocido y fuego, adem sá de huesos por doquier... Un momento!¡ Acabo de recordar algo: los huesos contienen cobre. D monos prisa!¡ é Disponemos de unas nueve horas hasta las once de la noche. Tendremos que reunir cientos, quiz miles o millonesá de huesos humanos para lograr capturar un rayo. Manos a la obra!¡ No perderemos nada por intentarlo.

Ayrton: Has tenido una gran idea. En efecto, dos mentes piensan mejor que una. Reunamos todos los huesos que podamos. Apil moslos en una monta a.é ñ mNos ponemos a trabajar con fervor para aglutinar el mayor n mero deú huesos que nos sea posible. Cuando est s aguardando a que algo o alguiená llegue, la espera se hace interminable; por el contrario, si tienes muchas cosas que hacer, no se sabe por qu siempreé le faltan horas al reloj, como sucede en este caso, en que ignoramos si ser ná

suficientes para desarrollar nuestro cometido antes de que se libre la batalla competitiva de los demonios entre s y esta d í é lugar a una nueva matanza. Si esta noche no salimos de aqu con un rayo habr fracasado y seí é perder para siempre cualquierá posibilidad de estar con Aura.

mNunca imagin que me ver aé í alg n d a corriendo de un lado a otroú í del desierto para recolectar restos humanos, muchos de ellos bastante frescos, de los que a n cuelgan trozosú de carne putrefacta y piel, y otros tantos a medio calcinar. Es muy desagradable, no solo por lo esperp ntico de la escena, sinoé tambi n por el insoportable hedoré suspendido en el aire.

Ayrton: Azura, me siento sucio al tener que utilizar cad veresá desmembrados como experimento para alcanzar mis fines.

Azura: Ayrton, todos estos esqueletos

pertenecen a malvados que nunca en vida hicieron bien a nadie. No nos alegramos de su infortunio, pero al menos con su muerte servir n de apoyoá a una buena causa: ayudar n aá liberar a un ser que est atado a suá creador, el roble que le dio la vida, y podr elegir si quiere o no compartirlaá contigo.

mEl d a est a punto de terminar.í á Hemos logrado acumular una monta añ de huesos de unos dos metros de alto y cuatro de largo. Azura y yo esperamos que sea suficiente y decidimos improvisar un refugio que nos sirva de escondite y a la vez nos proteja de las descargas el ctricas de las tormentas yé de las lenguas de fuego. Nos parece que si los cubos de basura est n aquá í es porque el extra o material en queñ se fabricaron debe responder a una doble funcionalidad: ser ign fugo yí repeler rayos. R pidamente vaciamosá dos cubos de los restos que contienen y

los tumbamos en forma horizontal, uno junto al otro, de manera que podamos encerrarnos en ellos y permanecer dentro hasta que pase el peligro. Para mayor seguridad, sacamos las bellotas de los saquitos que llevamos en las mochilas y las colocamos alrededor de los cubos.

mComienza a haber algo de actividad, aunque todav a es escasa,í quiz s por el temor de los residentes aá ser heridos o a caer muertos por la acci n de los demonios.ó mNos queda una cuesti n poró resolver: el llavero. Funcionar ?¿ á Recuerdo que el trillizo Taliesin dijo que robarle la llama a un drag n rojoó no era tarea imposible, sino harto dif cil.í mDesde luego los trabajos previos que hay que realizar para conseguirlo son muy complicados. En estos momentos se acrecientan mis dudas...

mSolo he llegado a hablar una

media hora con Aura despu s deé haberla buscado durante toda una semana por el bosque de Hampstead Heath. Y desde entonces paso cada minuto de mi vida pensando en ella. La amo. Eso me ha tra do a esteí lugar.

mEs posible que muera esta noche durante el ataque de los demonios. No s ! No estoy seguro de que todo¡ é vaya a salir bien. Tal vez necesitemos algo m s que esta monta a de huesosá ñ y un llavero para poder atraer la energ a de un rayo.í mEn una ocasi n le que unó í investigador del Instituto de Ciencias Nucleares, Rafael Navarro Gonz lez,á descubri en el desierto del S hara, enó á Libia, una fulgurita o rel mpagoá petrificado que conten a burbujas deí vidrio... Un rayo puede petrificarse al fusionarse con la superficie donde cae, ya sea arena, roca o suelo, ramific ndose y adoptando la forma deá las ra ces de un rbol. Una fulgurita deí á

arena es un tubo alargado de vidrio cubierto de arena por fuera. Pero, aunque llen semos uno de estos cubosá de arena y con los huesos consigui semos atraer el rayo hacia sué interior, logrando as una fulgurita, elí rel mpago perder a toda su fuerza alá í cristalizarse y no nos servir a.í mBusco entre las cosas que llevo en mi bolsa de viaje y encuentro el llavero de cristal. Realmente es muy bonito y bastante llamativo. Mientras que Kurt mand tallar eló suyo en forma de motocicleta, yo quise que el m o adoptase la figura deí un mono compuesta por peque asñ burbujas de cristal adheridas entre s yí de colores blanco, rojo y dorado. El mono es mi animal favorito desde que era ni o.ñ mAzura enloquece al ver el llavero y me pide que se lo regale, pero me niego a d rselo. Le recuerdo que soloá tenemos una oportunidad para realizar con xito esta haza a y que elé ñ

llavero es nuestro nico recurso paraú atrapar el rayo y llev rnoslo coná nosotros.

mMientras resolvemos la delicada cuesti n, el cielo es cubierto por unaó inmensa bola de fuego. La competici nó de los demonios est a punto deá comenzar. Sin pensarlo un momento, corro hacia el lugar en donde hemos construido la monta a con losñ esqueletos de los malditos.

mLa temperatura se eleva velozmente. En tan solo unos segundos toda mi ropa est empapada de sudor.á Me cuesta respirar. Noto c moó empiezo a sangrar por la nariz.

mLa bola de fuego cada vez es mayor. La atraviesa un ej rcito deé demonios que lanzan llamas contra el suelo, incendi ndolo todo a su paso.á Intento apresurarme en mi carrera, pero me est costando mucho esfuerzo.á Respiro con dificultad. El intenso calor

me est abrasando. No podr soportarloá é por m s tiempo. Empiezo a asfixiarme.á Me faltan las fuerzas. Tropiezo con mis propios pies y caigo al suelo.

mHe debido quedarme inconsciente durante un instante. Me ha despertado un agudo escozor sobre la piel. Est n lloviendo gotas de fuego yá algunas me han penetrado la ropa. A pesar del cansancio y las heridas consigo incorporarme del suelo, arrastro mis piernas y avanzo unos pasos m sá hasta acercarme lo suficiente al mont n de huesos, tomo impulso conó el brazo derecho y lanzo el llavero hacia la cima.

mVuelvo a caer inconsciente sobre el terreno. Azura me despierta. Tambi n est herida, aunque susé á lesiones parecen menos graves. Valientemente me ayuda a llegar hasta el refugio. Nos introducimos en los cubos de basura para protegernos.

Ayrton: (gritando) Ha ca do alg n¡¿ í ú

rayo sobre los huesos?!

Azura: A n no! Hasta ahora solo ha¡ ú ¡ habido lluvia de fuego! He visto a¡ otras personas con quemaduras como las nuestras!

mSe levanta un viento c lido yá repentinamente un maldito muere calcinado ante nosotros. Lo ha achicharrado una llamarada de fuego arrojada por un demonio que lo persegu a. La sensacional criatura seí detiene frente a nuestros cubos e inclina su cuerpo para recoger los restos carbonizados. Por suerte no nos advierte, en cambio, nosotros podemos observarlo con atenci n. Mide unos dosó metros y medio de altura. Posee grandes alas y cola de drag n, cr neoó á limpio y brillante (sin pelo), robusta cornamenta en su ancha frente y largas patas de macho cabr o, torsoí humano y musculoso, brazos fuertes con manos de garras puntiagudas, rostro terrible, alargado hasta acabar en perilla, ojos encendidos en

chispeantes rayos, nariz exageradamente achatada y boca de afilados dientes sedienta de sangre. Lleva protectores de antebrazo y un cintur n de oro que le sujeta un largoó taparrabos de piel. Para incorporarse, se apoya en un deslumbrante bidente de cobre que transporta, enroscado en l,é un fulgente rel mpago. Una vez ená pie, mira cuidadosamente a su alrededor. Se da la vuelta y regresa a la batalla.

mMe sangran las heridas y el dolor es insoportable, pero tengo que aguantar hasta que descienda un rayo y caiga en nuestra trampa.

mLos demonios contin an laú salvaje competici n. Sobre la tierraó yacen requemados numerosos cuerpos. Escuchamos los espantosos gritos de las v ctimas, que son desolladas sin piedadí y devoradas vivas por un grupo de demonios, mientras otra camarilla de estos execrables monstruos se recrean torturando cruelmente a m s malditosá

escupi ndoles llamaradas de fuego. Laé escena es escalofriante. Estamos presenciando un aut ntico holocausto,é un completo exterminio de todos aquellos que han vivido practicando el mal.

mEs muy tarde; son las tres de la madrugada. Comienza a tronar. El primer rel mpago se produce a un kmá de distancia. Minutos despu s estallaé otro a medio km. El tercero cae pr ximo a nosotros. A continuaci n seó ó suceden varios muy cerca del refugio, cuyos golpes nos estremecen. Mientras, la matanza llega a su cl max... Losí demonios empiezan a atraer rayos y a enredarlos en sus bidentes, que ahora lucen esplendorosos. Los lanzan con rabia contra sus perseguidos, atraves ndolos por la mitad yá fulmin ndolos. Por fin, despu s de unaá é hora de tormenta y de atroz carnicer a, un rel mpago tomaí á contacto con la pila de huesos, pero aguardamos hasta que cesa el brutal

combate, justo antes del amanecer.

mApenas me quedan fuerzas y las heridas sobre mi piel se est ná infectando. La fiebre empieza a subirme. Con ayuda de Azura me pongo en pie y, apoy ndome sobre suá hombro, comienzo a andar, pero las piernas me tiemblan a cada paso que doy.

mEl paisaje es desolador. La tierra arde en llamas y huele a carne quemada y a muerto. No hay demonios, pero sus v ctimas yacení esparcidas por todas partes. Vemos cad veres con huellas de voracesá mordiscos, miembros arrancados y rganos desparramados sobre el suelo. Esó

incre ble, pero algunos malditos haní sobrevivido y arrastran los cuerpos sin vida o lo que queda de ellos hasta el fuego para incinerarlos. Verdaderamente este es un lugar para los condenados.

mAzura me deja descansar apoyado

sobre una roca y se va en busca del llavero. Los intermitentes destellos de luz que irradian los cristales blancos, rojos y dorados la ayudan a localizarlo f cilmente. Consigue cogerlo, vuelve aá m y me lo entrega. Todav a estí í á caliente. Es precioso! Con mucho¡ cuidado lo guardo en la mochila. Los dos sonre mos.íAzura: (suspirando) Lo hemos logrado!¡Ayrton: S ! Ha funcionado! Pero a n¡ í ¡ ú tenemos que salir de aqu .í mCasi sin energ as abandonamos elí territorio. Cada minuto que pasa estoy m s d bil.á é mA la entrada de la tierra de los Malditos nos est aguardandoá Bhragad. Finalmente demuestra ser un individuo que cumple su palabra.

mDebido a la gravedad de mis heridas, Bhragad decide llevarnos hasta Ffestiniog, donde nos esperan Caoimhe y S crates.ó

mDurante el trayecto de vuelta en la parte trasera de la furgoneta y a causa del enorme cansancio, nos quedamos dormidos. Entonces me asalta una nueva pesadilla, tal vez debido a mi estado febril. Me veo tumbado sobre una tierra de color naranja. Tengo a un demonio encima, mordisqueando mi carne y devor ndolaá gustosamente. No hay esperanza para m . Me muero. Tan solo el recuerdo deí Aura me mantiene con vida. Cada latido de mi coraz n es una llamadaó para que me incorpore del suelo y luche por vivir.

mDe pronto, Azura acude a mi rescate. Recoge unos huesos de los tantos que hay tirados por los alrededores y clava uno de ellos en un ala del demonio, logrando herirlo. En la herida causada vac a un sobre enteroí de sal. Al instante, la criatura queda totalmente petrificada y convertida en una estatua de este mineral.

mLuego me cubre las heridas con

su bufanda, me coloca la mochila bajo la cabeza para que pueda descansar mejor y sale corriendo en busca del llavero. No tarda mucho en encontrarlo -en mi estado no soy capaz de calcular con exactitud el tiempo transcurrido, pero puedo asegurar que, cuando vuelvo a abrir los ojos, ella est de á nuevo a mi lado-. Me ayuda a levantarme y, con mucha dificultad, andamos hasta la entrada de la tierra de los Malditos. Fuera, como hab amos pactado, seí encuentra Bhragad. Nos subimos en la parte trasera de su camioneta. Me sangran tanto las heridas que, durante el viaje de regreso, mi vida se desvanece en los brazos de la joven beb raver.é mAzura me estrecha fuertemente contra su cuerpo, mientras las l grimasá le inundan el rostro. La escena enternece tanto a Bhragad, que decide llevarnos hasta la tierra de Frogland, en Blaenau, cerca de Ffestiniog.

Buchanan, el chaman

Xt

kFrogland es una tierra f rtil yé hermosa, habitada exclusivamente por sapos y seres fe ricos. Todos soné h bridos. Las ranas, por ejemplo, tienení cabeza humana y cuerpo de batracio, y est n provistas de unas diminutasá alas que les sirven para moverse con facilidad por los alrededores. A algunas se les atribuye una serie de cualidades, entre las que se cuentan el don de curar a los enfermos y el de resucitar a los muertos. La m s poderosa de todasá ellas es su pr ncipe, Buchanan, que es,í adem s, un cham n. Estamos aquá á í para verle, pues mi cuerpo reposa ya sin vida en la furgoneta de Bhragad. Este y Azura aguardan a que llegue el sanador.

kEl pr ncipe se presenta vestidoí

elegantemente con un traje rojo gal sé y una capa morada. Lleva la cabeza cubierta por una chistera de color amarillo. De su cintura cuelga una brillante espada militar y luce en sus hombros los galones que corresponden a su elevado rango. Pero no es solo este aire distinguido lo que lo diferencia del resto de ciudadanos de Frogland, sino tambi n su naturaleza: desde los piesé hasta la cabeza es todo rana.

kSe cree que Buchanan es tan especial porque proviene de una familia milenaria procedente del antiguo Egipto, cuyos antepasados eran reyes que descend aní directamente de la diosa Heket, deidad ben fica, hija de Ra, que asist a en losé í partos y ayudaba a los difuntos a renacer.

kDe caminar lento y rostro solemne, el pr ncipe sostiene un cetroí de oro, rematado en su v rtice por uné diamante de color violeta, que representa la lucha por el bien.

kToda la aldea se re ne y seú concentra a nuestro alrededor. Hay un gran revuelo. Miles de ciudadanos forman un enorme pasillo para dar paso al gran Buchanan, que se nos acerca y se detiene justo en frente de nosotros, a unos escasos cent metros deí distancia.

kDe repente todos callan. Entonces el pr ncipe saca de su bolsilloí una vieja pipa y empieza a mordisquearla. Se rasca la barbilla y pregunta:

Buchanan: Cu nto tiempo ¿ á lleva muerto?

Azura: Hace una hora que ha fallecido. Llevaba toda la noche desangr ndose. Venimos de la tierra deá los Malditos. Ayrton -as se llamaí nuestro amigo- sufri las quemadurasó de una intensa lluvia de fuego y fue atacado, adem s, por un demonio.áBuchanan: Y, por supuesto, quer isé que lo resucite. No es as ? Pero¿ í

resucitarlo podr a alterar su destino,í que tal vez sea distinto al que vosotros dese is...áAzura: De su hado dependen el m o yí el de un oak spirit que espera desde hace cientos de a os volver a la vidañ como ser humano. No es posible que este sea el fin para un joven tan valeroso como Ayrton: morir a manos de un demonio que tortura sin piedad y extermina a condenados. Ayrton no es un maldito. Es una buena persona, un chico que solo hace bien a los dem s.áBuchanan: Todo, absolutamente todo en esta vida tiene un fin y un prop sito. El camino de Ayrton cambió ó cuando fue atacado por esa criatura.

Azura: Hemos realizado un largo y dif cil viaje í lleno de aventuras y grandes peligros para que este hombre que yace ahora muerto pueda cumplir su objetivo, y yo debo ayudarlo si quiero completar mi ciclo y recibir mis

alas de hada. Si l no vuelve a laé vida, yo tambi n habr fracasado, yé é entonces habr un hada menos, esá decir, un ser ben fico menos en nuestroé mundo.

Buchanan: He de advertiros que, si este joven vuelve a la vida, probablemente no lo har como hombre.á Ha sido mordido por un demonio, y corremos el riesgo de que el demonio que lo mordi se apodere de l.ó éAzura: El demonio est muerto. Yoá misma lo mat . Le clav un hueso ené é un ala e introduje sal en su herida. Qued completamente petrificado.ó kEl Cham n se acerca a miá cad ver. Abre mi boca y me insufla suá aliento. Despu s pronuncia estasé palabras: Te “¡ abro la boca para que puedas respirar, para que puedas beber, para que puedas comer! . Empieza a” bailar a mi alrededor con aspavientos de pies y manos. Invoca al esp ritu deí sus antepasados. Levanta al cielo su

cetro y con la cabeza mirando hacia arriba y los brazos en alto, grita tres veces: Ayrton, vive! Ayrton, resucita!“¡ ¡ Ayrton, ponte en pie! El diamante de¡ ” color violeta que porta el cetro se enciende y su luz ilumina las alturas, luego me apunta con l al rostro y meé traspasa su energ a. Mis pulmones seí llenan de aire y mi coraz n comienzaó a latir. Con cada latido mi cuerpo va recobrando vida.

kMis ojos intentan abrirse, pero todav a estoy muy d bil. No tengoí é fuerzas. Noto c mo un rel mpago deó á electricidad recorre todo mi cuerpo activando cada c lula, cada tomoé á que hay en m . Sin embargo, ení ning n momento siento miedo. Veo aú mi ser -un flujo de energ a vital-í avanzar lentamente hacia una intensa luz. Esa luz ilumina un sendero que me conduce hasta una especie de altar sobre el que descansa un libro cerrado. Puedo leer su t tuloí en la portada. Es el Libro de los“

recuerdos . Al abrirlo, este ” captura mis pensamientos, mis vivencias, mis emociones, mis sue os, mis miedosñ … todo lo que he vivido como ser humano, y me muestra una larga lista de nombres, donde el m o apareceí incompleto. Siento una enorme confusi n. Todas mis ideas de pronto seó mezclan formando una densa nube de polvo y arena tan brillante que su luminosidad explosiona arranc ndomeá de mi subconsciente y despert ndomeá de mi profundo estado de coma.

kAbro los ojos. Unos destellos de luz violeta me deslumbran y me cubro el rostro con las manos. Escucho una dulce voz que me llama por mi nombre y me dice: Tranquilo, Ayrton! Ya“¡ est s aqu otra vez. Est s vivo! .á í ¡ á ” Alguien me aparta con cuidado las manos y entre parpadeo y parpadeo voy recobrando la visi n, hasta queó por fin logro distinguir a mi lado la bonita figura de Azura. Tambi n veoé a Bhragad, que me saluda alegremente

con algunas de sus patas delanteras, y a una especie de batracio vestido de colores muy vivos…Azura: Es Buchanan, el ser que te ha devuelto a la vida.

Buchanan: Qu tal, ¿ é muchacho? C mo te sientes?¿ óAyrton: Hola! Estoy muy cansado,¡ pero creo que he estado peor. Muchas gracias por salvarme… kTodos sonr en y se escucha uní vigoroso aplauso proveniente de la muchedumbre expectante.

k Estoy tan d bil que apenasé puedo moverme. Pasamos la noche en Frogland. El dolor es agudo y persistente y no me deja dormir. Azura me limpia la piel y coloca sobre mis heridas pulpa de manzana cada cuatro horas para curar las quemaduras. Bebo agua constantemente para hidratarme. En alg n momento reflexiono sobre loú

ocurrido. Hasta ahora siempre hab aí cre do que la muerte era el final, peroí estaba equivocado. Solo es una transici n, un paso m s que hemos deó á dar para alcanzar la plenitud de nuestra naturaleza.

kAmanece. Esta ha sido la noche m s larga de toda mi vida. Antes deá abandonar la aldea, Buchanan y sus dem s habitantes salen a nuestroá encuentro para despedirnos. Les agradecemos su hospitalidad, su amabilidad, su generosidad y altruismo, especialmente al gran pr ncipe.í kBhragad, Azura y yo nos ponemos en camino para dirigirnos al valle de Ffestiniog. All nos esperaní S crates y Caoimhe.ó kDurante el viaje agotador-– consigo quedarme profundamente dormido. Cuando despierto, me encuentro en la habitaci n de laó granja de la Sra. Kamelia. No s loé

que ha pasado. De nuevo me siento totalmente confundido. Lo nico queú recuerdo es que salimos de la tierra de los Malditos. No entiendo c mo heó llegado hasta aqu .í

kMe incorporo con cuidado de la cama. A n me duelen un poco lasú heridas, que parecen estar casi del todo sanadas. Mi piel empieza a recuperar su estado normal.

kEn la habitaci n hace mucho fr o.ó í Avanzo despacio para acercarme a mirar por la ventana. En el jard n todoí est cubierto de nieve. S crates seá ó halla en l cortando le a.é ñ kEl paisaje me desconcierta a nú m s: Estamos en invierno?, cu ntoá ¿ ¿ á tiempo llevo dormido? La ltima vezú que estuve consciente me acompa aban Azura y ñ Bhragad y regres bamos al valle de Ffestiniogá … kAntes hab a un espejo en elí

cuarto ya no est . Observo mis… á manos y han cambiado. Me duele la cabeza. Ignoro si esto es otro de mis sue os o si se trata de la realidad.ñ kVeo mi rostro reflejado en el cristal de la ventana. El pelo me ha crecido, ahora tengo una larga melena que cae sobre mis hombros. Mi aspecto desprende cierto aire de misterio que nunca antes hab a percibido en l.í é Desconozco lo que est sucediendo. Noá distingo lo real de lo irreal.

kLlaman a la puerta. Abro. Es la Sra. Kamelia. Trae una bandeja con comida.

Kamelia: Buenos d as, ¡ í Sr. Ayrton! Me¡ alegro de que por fin haya despertado! De nuevo sea usted bienvenido a la¡ granja! S crates me ha comunicadoó que le ha visto observar por la ventana. Seguro que tiene muchas preguntas que hacer, pero le aconsejo que primero coma un poco.

kMe muestro reservado,

desconcertado y desconfiado. La miro fijamente…Ayrton: Sra. Kamelia, me gustar aí conocer la verdad de todo lo que ha ocurrido. Antes que nada, quisiera saber qu d a es hoy.é íKamelia: Hoy es 18 de octubre. La fiesta del roble se conmemor la pasadaó primavera. Tendr que esperar hasta elá pr ximo acontecimiento, el a o queó ñ viene.

Ayrton: (perplejo y turbado) Todo lo que he vivido no ha sido un sue o,ñ verdad?¿Kamelia: Lamento mucho tener que decirle que no.

kLas palabras de Kamelia insuflan un dolor agudo en mi pecho, como si alguien de repente lanzase un dardo afilado y me lo clavara directamente en el coraz n. No puedo conteneró tanta rabia. En una p rdidaé

moment nea de la cordura, desgarroá con furia la camiseta que llevo puesta, me la arranco, la hago pedazos y los arrojo con fuerza sobre la alfombra que cubre el suelo de la habitaci n. Mi expresi n facial seó ó endurece y, como si un demonio habitase dentro de m , empiezo aí romper todo lo que est a mi alcance.á Cuando consigo calmarme, advierto que la Sra. Kamelia ya no está conmigo en el dormitorio.

k Recapacito sobre lo ocurrido, no solo hace unos instantes, sino tambi né desde que part de Londres hasta llegarí aqu . Lo dej todo por perseguir uní é sue o: mi familia, mis amigos, miñ trabajo, mi vida. He muerto y vuelto a vivir. He descubierto muchos de los secretos que no les son desvelados a los humanos. He ido al mismo infierno y salido de l. He vencido a la muerteé … kA n tengo razones paraú permanecer en Snowdonia hasta la llegada de la pr xima primavera.ó

Ahora s a qu me estoy enfrentando,é é y dudo que aquello que todav a meí queda por afrontar pueda ser peor que morir.

kEncuentro mi bolsa de viaje entre el marem gnum de objetos destrozadosá en el cuarto debido a mi ira descontrolada. De ella extraigo el peque o llavero de cristal y mi libro deñ poemas. Nada m s abrirlo, percibo deá nuevo el fresco aroma que desprende la hoja que perteneci al cuerpo de Aura,ó la cual permanece intacta desde aquel d a. Esto trae a mi mente el recuerdoí de la suave brisa y las fragancias a lavanda, musgo y bergamota del momento en que la vi por primera vez, y me da el nimo suficiente paraá querer continuar y llegar hasta el final.

kAhora empiezo tambi n aé acordarme de las personas que me han acompa ado en este largo viaje, comoñ Azura me pregunto d nde estar en– ó á estos momentos -.…

kVuelvo a acercarme a la ventana y el reflejo sobre ella de una extra añ figura me asusta. Es la imagen de un hombre que porta sobre su espalda unas alas de drag n. ó De su frente sobresalen dos enroscados cuernos de carnero, rematados en sus puntas por sendos aretes de oro. Sus ojos est ná encendidos como vivas llamas de fuego. Se desplaza imitando mis movimientos hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia adelante, hacia atr s, arriba yá abajo. No cabe duda de que ese ser tan abominable soy yo mismo… kUna profunda tristeza invade mi alma. Las l grimas inundan misá mejillas. La confusi n da otra vez pasoó a la rabia y a la ira. La c lera aló estado de melancol a, donde losí recuerdos se hacen m s á fuertes y desgarradores.

kAtrapado en mi propio abismo, paso la semana aislado en el cuarto. Caoimhe deposita mi comida en el suelo, tras la puerta cerrada de la

habitaci n.ó Apenas pruebo los alimentos que me prepara. Mi deterioro no solo es mental, tambi n esé f sico. Cada noche me enfrento a mií propio demonio. La transformaci n esó muy dolorosa. Me siento inc modo enó mis actuales circunstancias y me averg enza que puedan verme as , porü í eso permanezco enclaustrado.

kMi mente se ha convertido en un laberinto que no encuentra respuesta a mis dudas. Qu posibilidad tengo¿ é ahora de poder estar con mi amada Aura? Tampoco creo ser digno de amar a una criatura como ella.

kLas horas pasan muy lentamente, los d as son interminables y las nochesí eternas. Estoy condenado a vivir así para siempre…

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