Los frentes políticos en América Latina

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PROC ESOS POLlTlCOS Los frentes políticos en América Latina Eslebilln El inl cle Washington Eslellano I Int roducción . 1proceso político Amé rica Latina atraviesa por una etapa crmca. la situación actual del capitalismo tardío ha colocado en contradicción laexistenciay nece- sidades de la sociedad nacional mediante ven- tajas aparentes que se operarian iI través de una "integr ación" supe rior alsistema cap italis- la mundial. Esa vinculación se pr op on e y se realiza como una transnactonahaacicn de sus eco noas. En reali dad : una de sna cional izad ón de las sociedades. Esta modalidad se expresa él través de la denominada "mod emiza cién capuallsta", introdu cida d esde la década de tcsseseota bajo formas autoritariaso de d emocracia rep resen- tat iva. "A pesar de las transformaciones y alte recic- nes hab idas en la co mposició n de los inter e ses predominantes al interi or d e las re lacio ne s bur- guesas -cse ñala el sociólogo Eduardo Ruiz- y las diferenciasqu e se p ueden ad vert ir e n cu an- to a los estilos pol íticos ( .... ), de hecho la res- pon sabilidad en cuanto a la incorporación de una ideología de desman telamient o del Est ado - nación latinoamericano (en toda su acepción extensiva) es respon sabilid ad colectiva del blo- que d omin an te " .' A estos hechosse agrega el constan te te mor a lo popular en sentido genérico. y bajo modali- dades rep resivas o "consensuales", ese temor apa rece co mo fundam en tal e n tanto ahem ariva de poder . Ese tem or se justifica por elalto costo socialy po litico q ue co ntie ne la resrructuracién polít i- ca, la aceptación de ese cesto y del margina- miento (en sentido estricto de importantes franjas de la pob lación de cada sociedad), la ' Rujl. Edu. ,d o.""lo n..... ¡/ I'''' o inu piCldor dl" flU x/jos L OI ,no.me,i'."O, . el l A. enero /junio 1!la7. nurn. 2. p. S Y pauperización de los asalariados, la acentua- ción de la depende ncia -que incluye nue vas modalidades- o la ce r uratizacíón de los proce- sos de toma de decisiones con independe ncia de la norma tividad jurídi ca. Se pr odu ce esr una fuerte contradicción en- tre los requerimi entos urgentes de la econo- mia, las posi bilid ades de una domi nación " con- sensual" y las necesidades del capitalismo mun- d ial. En primer lugar, d ebe reco rdarse qu e las dic- tad uras fueron proyectos de la burguesía. Asr como la democracia -con qu istada por los pueblos- se int enta t ran sformar en un pro- yecto igual mente burgués. En este sent ido, es de especial interés comparar el proceso antl- dictatorial uruguayo hasta 1984 y e l viraje que sufre la iniciativa de la de moc ratizació n desde 1985. Eduardo Ruiz propone algunas explicaciones que pueden orientar el analisis de los frentes po liticos de izqu ie rda y los de sai ras que deben resolver. Uno .de los apoyos para ese cambio de manos y de destino de la d emocracia se encuentra en "la contrarrevolución brutalmen te operada en los últimos 20 ai'los,qu e ha produ cido debilita- mi ento y dispersión en las concepciones de lucha y en la capacidad de absorber lascomple- jas realidades actuales",l Enuna perspectiva si- milar se expresa el sociólogo norteamericano James Petras cuando expone los pasos de lpro- yecto, que incluyó, en primer o rde n, laliquida- ción física de los cuadros obreros, de los mill- tantes más cc nsecuentes.! En este co ntexto se ubica difusamen te la de- moc racia como la altemanva "liberadora", co- mo el fin último, ob viando las varias cuestiones ' Ibid. oÚlme•. !'elf. '. " El nue .... o,den K"nómOCO u pi li l iolol y loo ubW. de ". CESMO. D,.......' x jón.núm. 1, juntOde 1!ilN.

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PROCESOS POLlTlCOS

Los frentes políticos en AméricaLatina

Eslebilln ElinlcleWashington Eslellano

I Introducción . 1p roceso político

Amé rica Latina atraviesa por una etapa crmca.l a situación actual d el ca pitalismo tardío hacolo cado en contrad icci ón la existenc iay nece­sidades de la sociedad nacional media nte ven­tajas aparentes que se operarian iI través deuna " integr ación" supe rior al sistema cap italis­la mundial. Esa vincu lación se propon e y serealiza co mo una tran snactonahaacicn de suseco nomías.

En real idad : una de snacional izad ón de lassocied ades. Esta modal idad se expresa él travésde la den ominada "mod emizacién capuallsta",introdu cida desde la década de tcsseseota bajofo rmas autori tarias o de democracia rep resen­tat iva.

" A pesar de las transformacione s y alte recic­nes hab idas en la co mposició n de los inter e sespredo minantes al interior de las re lacio nesbur­guesas -cse ñala el soc iólogo Eduardo Ruiz- ylas diferencias qu e se pueden ad vertir e n cu an­to a los estilos pol íticos (.... ), de hecho la res­ponsabilidad en cuanto a la incorpo ración deuna ideología de desman telamient o del Estado­nación latino americano (e n toda su acepciónextensiva) es respon sabilidad colectiva del b lo­que domin an te" .'

A estos hechos se agrega el constan te temor alo popular e n sentido genérico . y bajo modali­dades represivas o "co nsensuales", ese temorapa rece co mo fundamen tal e n tan to ahemarivade poder.

Ese temor se justifica por e l alto costo social ypo litico q ue co ntiene la resrructuracié n polít i­ca, la ace ptació n de ese cest o y de l marg ina­miento (en sentido estricto de importantesfranj as de la población de cada sociedad), la

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1!la7. nurn. 2. p. S Y l<.";e n"~~.

pauperización de los asalariados, la acentua­ción de la depende ncia -que incluye nuevasmodalidades- o la ce r uratizacíón de los proce­sos de to ma de decisiones con independenciade la norma tividad jurídi ca.

Se produce esr una fuerte co ntradicción e n­tre los requerimientos urgentes de la econo­mia, las posi bilidades de una domi nación "con­sensual" y las necesidad es del capitalismo mun­d ial.

En primer lugar, debe reco rdarse qu e las dic­tad uras fueron proyectos de la burguesía. Asrcomo la democracia -con qu istada por lospue blos- se intenta t ransformar en un pro­yecto igualmente burgués. En este sent ido, esde especial interés co mparar el p roceso antl­dictatorial uru guayo hasta 1984 y e l viraje quesufre la iniciat iva de la de moc ratizació n desde1985.

Eduardo Ruiz propone algunas explicacionesque pueden orientar el analisis de los fren tespo liticos de izqu ie rda y los de sai ras que debenresolve r.

Uno .de los apoyos para ese cambio de manosy de destino de la democracia se encuentra en" la contrarre volución bruta lmen te operada e nlos últimos 20 ai'los,que ha producido debilita­miento y d ispe rsión e n las con cepcion es delucha y en la capacidad de absorber lasco mple­jas realidades actual es",l En una pe rspect iva si­milar se expresa el soció logo norteamericanoJames Petras cuando expone los pasos de l p ro ­yecto , q ue incluyó, en primer orden, laliquida­ción física de los cuadros ob reros, de los mill­tantes más ccnsecue ntes.!

En este co ntexto se ubica d ifusamente la de­moc racia como la altemanva " libe radora" , co­mo el fin último, ob viando las varias cuestiones

' Ibid.oÚlme•. !'elf. '. " El nue.... o ,de n K"nómOCO u pili l iolol y loo

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que hacen a su definición. " En cu as palabras:¿es posible un proyecto de capitalismo mo der ­niza do con un siste ma que garantice la amplia­ción de la participac ión popu larl " .4

Se soslayan de es te modo las d iferencias en ­tre dem ocrada restringida denominada por al­gunos "gobernable"; la de mocracia po líticaque incluirla un cuarto poder y la democraciapopular con el ejercicio real del pode r por elpueblo. y esto sea d icho, sin ing resa r a los con­tenidos histór icos de la democrad a, ni a susre laciones co n el an álisis de clase, ni al debateentre democracia representativa, autcg esuc ­naria, directa , etcéter a.

Mientras tatuo. América Lat ina se ve trans for ­mada por una profundización del capitalismoen sus versiones mas salvajes. multiplidndoselas condiciones de explotación, las franjas de" extrema pobreza", e l trabajo " informal". Osea, en tanto se multiplican las razones paratender a la supe ración del sistema, se proponecomo objet ivo finalista - y es una concepciónque ha permeado a importantes capas de laizquierda latinoamer icana-la democ racia sin.djetivos. Se pretende así sustituir con formaspo /{ticas burguesas el necesario proyeclo por elobjecivo socialisca.

En los países donde esto ha ocurr ido, el dis­curso oficial presenta la "recupe ración" de lademocracia como el programa máximo posi­ble. Es una presentación q ue recurre a diversosapoyos. Es la explot.ción del temor de un re­greso o un advenhnlento autoritario, escin­diendo laeconomía de l. política. Es un discur­so que muestra a las Fuerzas Armadas como unactor indepe ndiente (una especie de nue vacla­se social dominante), mezd.indolocon compo­nen tes que, en algunas oportunidades, nos re­fieren a contenidos de raízsocialdemócrata, enel sentido estricto del term ino.

Esa operación se ve f.ci litada por los "intelec­tuales del compromiso" con el sistema, b<ijo lahnea de los paradigmas muertos. En realidad,serfa la muerte de un paradigma: el marxismo.Son los que se adscriben a los "post" algo. setrata de intelectuales qu e han evolucionado-o involucionado - en relación con los pro­blemas de los inte reses populares y para quie­nes sus intereses personales son alcanzables enel marco de las relaciones burguesas. se trata deInte lectuales que sostienen afirmaciones de unpreten dido realismo como qu e "el ejércitoexiste".' Inte lectuales que han abandonado elrasgo de loscientíficos sociales clastccs de lsiglopasado qu e "tenían un denominador común:hacer ciencia y de rrotar al oscurantismo",'

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Estegrupo es otro dato muy atendible alana­lizar los frent es pollticos en América latina porsu acción deslegittmadc ra delas luchas popu la­res, por su oposició n alconflicto y a laconfron­tación por, en fin, su preocupación po r el" blo­queo a lademocracia". Este fenómeno tambiénexiste en Urugu ay y en algunos casos el centrode su atención se expresa en axiomas del tipo :la clase obrera ha desapa recido como sujetorevolucionario, o el redu ccionismo que con­vierte al sistema político en sistema electoral, yal poder en gobierno/

l os frentes pol íticos de izquierda en Américal atina, deberán responder, además de a susmotivaciones generales. a desafíosnuevos comoson los indicados aqu í.

JI Las exper iencias de los frent es políticos

Existe una fuerte presión ideológica en casi to­do el continente tendiente a descalificar lasexper ien cias de luchas sociales en las últimasdos décadas. De la misma se ha hecho eco,como se ha señ alado, un sector de los intelec­tuales de la izquierda y en forma orgánica haencontrado acogida en un amplio segmento delas ciencias sociales. Aclaremos que no se trata

. de negar de plano la necesidad de hacer unbalance crítico, que es necesario, sino de inte­rrogarse si esa actitud no es parte de un operan­ve ideológico que consiste en tirar el agua suciacon nioo y todo (especialmente el nifio).

Esta arremetida derechista contra lasestrate­gias populares forma parte, en realidad, de laoperación globalcon que lasclasesdominantespretenden, vi¡ dicta duraso democracias"auto­ritarias", someter a las masas populares a suproyecto neolfbe ral. Pretenden no ser per tur ­bados por la lógica conflictividad que generaen las masas laadministración de las crisis capi­talista y la inserción de los nue vos modelos deacumulación capitalista que se procesan e n lospaíses de capitalismo dependiente .

Esa estrategia parle de que la actua lestructu­ra capitalista supone una mayor exacerbaciónde las ccmradrcctcnes de erase , al acentuarselas condiciones de explo tación. El objetivo quebuscan es evitar la lucha de lasclasessubor dina­das o, al men os, minimizar o contene r la reac­ción de éstas. Ypor sobre todas las cosas evitarla configuración de una a/lernativa indepen­dienle o diluir las existen/es. Unade las modali­dades que adorla es la escisión ent re ecc nc mray política. En e Uruguay esa estrategia ha teni­do varias denominaciones : concertación na·

• Rujl . L. Ofl. rif." ", un "" ~ de 101 iMeleau.loleJ en In cien<iM~1eJ

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cional, acuerdo nacional, pacto social. En tod oslos casos se traduce en la postergación de losintereses de las clases dominada s median teaeuerdos políticos. Una de esas modalidades esla llamada "gobernabilidad".

"La gobe rnabilidad -sefiala Beatriz Stolc­wicz- supone lograr exitosamente una disc­ciación ent re lo eco nómico y lo politice, paralo cual elnivel ideológico es de primer c rden",«

La "gobernabilidad" tiene ot ras implicacio­nes en la autonom ía de los pan idos o de frac­ciones de los mismos: reduce el espacio deoposición subo rdinando su accionar a los re­quisilos de la dominación.

11I Tipologi.u ~r... cuacler izar los frenlu poli·Iicos

Uno de los principales aspectos del balancenecesario sobre las pasadas etapas de luchassociales y políticas e n América Latina, comoprende las experienci as de los frentes po líticosde izquierda.

Estos frentes políticos han nacido como re­sultado de la confluencia de varios factores.Veamos tres aspectos relevantes que los hanhechos posibles:

Primero, el desenvolvimiento de una con­ciencia social a cienos niveles que fue involu­crando a v.uIOSsectores del movimiento obre­ro y pop ular. Esta loma de conciencia se vadesen volviendo en la prictica pol ítica socialque hacen las masas en sus luchascOlidianas endefensa del salario, las condiciones ycalidad dela vida y los de rechos políticos y sindicales quese les pretende arrebatar.

Segundo, los momentos constilulivos de es­tos agrupamientos frennsras siempre han sidopeecedrdcs por un ascenso en las luchas demasas que han tenido como coro lario la supe­ración de situaciones de división sindical, con lacreación de centrales únicas de trabajadores ocuando menos la expenmentaciéa de formassuperiores de coordinación y cent ralización delas luchas. Tal es el caso de Uruguay en roda ladécada de los sesenta con la creación de la CNTy elauge del movimient o huelgu fstico; en Perúcon las movilizaciones y huelgas generalesqueprecipitaron la retirada de la dictadura militarde Morales Bermúdez entre los afias 1975 y1980, culminando con la creación de la tzquler­da Unida en las elecciones de 1983, luego dediversas expe riencias electorales. l o mismo su·

• Slolowicl . k'lrll . !>erKhilKión r tif'Ilflll$ populNft~AIlOifia UoIma. Mfzlco. ' 911, ""'di'ol. Su impomtl<iI _MU'qO' iI~ h.~'ldo1.1 Cienclll soci.~ (00010 lo ~m t$-Ir."... jo¡ ,u b.p, IO"I~ 0If 0l " " pooflO(tO......llillKiona l .....~ ",,"/Ido IOlI botado poo 11of icina dIO Cl ACSOwro obj<t1o~

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cede en El Salvador que después de los mcvl­mientos de masas urbanasde loseñes 1978· 1980se forma el Frente üemccrmco Revolucionario(FDR) y la Dirección Revolucionaria Unida(DRUJ. En Chile. modelo por las carecterrsucasde su estado -similar en muchos aspectosaldeUruguay-, la Unidad Popular es la cu lmina­ción de sucesivasapro ximaciones con el fRAPyun vasto proceso de luchas y conquistas demo­criticas, hasta la instalación, por vla electoral,del gobierno socialista de Salvador Allende afines de los afias setenta.

En Colombia, la histónca insurgencia campe­sina y sus movimientos guerrilleros; la un ifica­ción en la acción a través de grandes huelgasgenerales de los movimientos sociales urbanos--el surgimiento del M· 19y las FARC-Iogranabrir un espacio en elplano político, monopoli.zado hasta entonces por el bipartidismo de li­berales y conservadores, que se objetiva en la" Unión Patriótica", do nde confluyen forma­ciones originada s en las propias FARC, el moví­miento de Autodefensa Obrera (ADO),el Partl­do Comunista y ot ros grupos, que alcanzan unasignificativa presencia en las eleccione s parta­mentanas de marzo de 1986.

En Bolivia, la formación de la Unidad Demo­crática Popular (UDP)es, asimismo, la culmina­ción de un largo proceso de resistenciaobrero­campesina y popular a la dictadura mililar deBinze r y sus sucesores.

Luego, en Chile, tenemos la experiencia ac­tual, donde lasgrandes luchasdemocráticas delpueblo chileno cuajan en la nueva versión deunidad en la denom inada Izquierda Unida.

El tercer aspeec radica en que estos frentesson el resultado de la·condusiÓn política deque la unidad de acción es imprescindible Iren­te a la existencia de una pluralidad de part idos ymovimientos que aspiran a los mismos objetí.vos democrát icos, transformadores y revclu ­cícnartos. Ellos tienen , por un lado, su razón deser, su tradición y legilimidad ante las masaspo pulares; almismo tiempo, ninguna c rganiaa­eren detenta por simisma lacapacidad orgánicapara representar a la mayorfa del pueblo traba­jador. En otras palabras, que ninguna organiza­ción por srsola eSlá en condiciones de protago­nizar las movilizaciones y los sentimientos decambio existentes en las masas. De aquf se des­prende que la un idad de acción es un problemaesencial para cualquier movimiento u organl­nción que pretenda la victoria.'

'l. úniu IO"Upcl6n pi, l!CItff. conWw;, '"' " ,.,,' 10 Sil'ldinnlldIO l iboo, ación NKloniI (fSlNI ~ Nic......... A" roq..,. no pode_...... olwMl.. que ~llO, par. lkinur 101" Klllfo. prniam<rntlO IIoIWOque po_ un pKIO~ ....iclId ""1". 1aI1f~ f.1CC:ionoIOs~ qu lO~bi dMcf;do r K1"'b&. ' ar, Mln. "-ftK kff loe tUl' "dIO 11po;""". IOlpffi<rncll 10,,11 hal Cllil~ fIUftI, ocontinlONIO dollde 11"rOidId~ !aI f..........1f\'oluc1oNtiM. rr.h tilJlifialr. .. loe conti­...,. ¡111ft d tol lI iun lo reo"" IK'IOO' det,.,minIIl,IO~ "'If~.

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•La enu meración de los frentes políticos que

hemos referido propone situacio nes diversu .producto de realidades y peculiaridades histó­ricas en cada caso. No obs tante . también admi·te generalizaciones teóricas so bre la tare.. em­prendida : la lucha contra la explotación yrepresión de Ion clases dominantes en forma­dones c¡¡pitalistas dependientes -e-que permi­ten y Iegilimanel usa de! mélodocomparalivo-.

EsIOS frentes existen en unil Amér ica Latfn..atravesada por un agudo proceso de reestruc­turación capitalista que aplica un nuevo típc deacumulad ón, nuevas formas de dependencia yuna injerencia económica-ideológica_pa lili_COI imperia l, co nducida por partidos y gob ier­nos capitalistas europeos que se suma a la tradi­cional intervención norteamer icana. la cualincluye, en algunos casos, la militar como en ElSalvador y Nicaragua.

Ese proceso de resrructuraci én -conoc idocomo " necüberaüsmcv-e, producto de necesi­dades del capitalismo, tiende a uniformar ten­dencias en las sociedades latinoa mericanas. Si­mulr éneamente prod uce alreractc nes en la es­tructura de clases, ce nnahzecicn de l poder, ynuevas políticas sociales de cooptación ycüe n­telismo.. lCuáles son los e leme ntos claves que se pue­den rescata r de las expe riencias resefiadasl La.primera operación necesaria es pasar dichasexperiencias por e l tarntz de sus enfoques co ns­unnív os , ya que la búsqueda de acuerdos ypropuestas de unidad de acción y orgánicascom prende dos cementes de pens amiento bs­srcas: una, reformsta del sistema; la cna. deuna orientación consec ue nte con la necesidadde profundas Iransformaciones sociales. Estoscnterlos no se le pueden adjudicar dicot ómica­mente a tal o cual fuerza polílica , porque enverdad todas están atravesadas por comentesque las expresan al ínterlor de cad a una. Este esun fenómen o no siempre explícilo ni discutidopero que aparece a posterio ri, en la marcha,objetivado en ambigüedad es, vacilaciones ycon tradicciones paralizante s. Estas dos corrien­tes se exp resan en:

1) la propuesta que confía o se propone laposibilidad de crear érnblrcs o espacios deapertura suficiente para ampliar los márge­nes de concesiones democr áticasque el Es­tado capitalista puede ceder o se ve obliga­do a ceder. Com o consecuencia de esteenfoque, las cementes o tendencias que loprivilegian ponen e l acento en la actividadelectoral y en laoc upación de espad os en laadminist ración del Estado capitalista. De es­ta manera, los movimientos socia les emer­gentes, las luchas sociales, sindicales o po­pulares quedan subordtnadas a lo que hagan

o dejen de hacer los partidos y las cúpulasparlamentarlasen los nive les de las negocia­ciones palaciega s. Esto puede significar undesfase entre los intereses de los movimien­los sociales ylasdirecciones políticas. Dichoefecto es más probable en frent es o acuer­dos reducidos a coaliciones de partidos, sinorganización propia y sin participación delas bases en la conducción efect iva de losmismos.

2) la concepción que se cr tenta a ir lmplan­lando formas de funcionamiento desdeabajo, demcc-sucas, pluralislas, que abre lapos ibilidad de la intervención y participa ­ción de teda la población. Vale decir, queaprovecha el aspecto contradictorio de lademocracia burguesa. De esta manera, loiritmos y las formas de la actividad política sesubordinan a la acción de los movimientossociales, de tal suerte que vayan imponien­do co nq uistas yder ec hos democráticos a lasclases domina ntes y al Estado, y forma s deautor ganización de las masas.

Sin duda lod o frente polñico contiene yobli ­ga a una lucha ideológica y te órica, ye l curso dela misma depende de quien tome la iniciativa ylas caracterrsncas de su dirección .

Si bien en cada exper iencia de las real izadasen América Lalina ha pesado la caracrerüncade l sistema político y el estado de l movimientode masas, la madu rez yexpe riencia de susorga­nizaciones políl icas y popu lares, los frentes rea ­lizados adm iten ser ubicados en el siguienteesq uema reve lador de nes niveles políticos :

a) El frente o bloque antidictalor ial, que re­presen ta acue rdos que expresan alianzasdeclases difere ntes y admiten protagonismosde clase diversosque se reflejan en susobje­tivos. El denc rrunadcr com ún, como puntode part ida, es la recu peración de la demo­cracia polüica parlamentaria, las libertadessindicales y de prensa. Su evo lución en be­neficio de las masas depende en grado su­mo de en qué medida e lala radical asume lainiciativa del de bate político y la confron ta­ción ideológica y te érlca . Enel caso urugua­yo, la iniciativasiempre estuve en manos de lcen tro-de rec ha.

b) Los frentes de izquier da, que al tiempo dereivindicar las luchas de mocr áticas propo­nen puntos antirnperialistas y asumen la ne­cesidad de la lucha con tra la dependencia yel atraso a Iravés de reivindicaciones econé­mico-sociales : esratreacones y desarrolloind ustrial naciona l bajo contro l social y po ­pular, ele. Plantean la disputa electoral porel gobierno tend iendo en sus enunciadosgenerales hada la necesidad del socialismo;

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éste fue el caso, por ejemplo, de la Unidadpopular chile na.

el los frentes que hab iendo iniciado sus tu·ches de mocráticas al nivel anter ior son em­pu jados fuera del sistema a la adopción demétodos de autodefensa militar y de estra­te gias de poder, co mo es el casa de ElSalva­d or y an tes Nicara gua . sin o l"idOlf la peculia­ridad de la situación colombiana que esbo­zamos antes y que merecerte un tratam ien­to especifico y pormenor izado.

la clasificación ante rior supone una absnac­ción teórica de " upcs puros" que en la realida ­de nunca se presentan daramente delimitadosy másbien co nforman una combinación de lostres en proporciones desiguales. Existe adem.ás,e l interés " láct ico" de algunas organizacionesde la izquierd a de no revelar en forma clara ydefinida cuáles son sus objetivos y propósitosprogramáticos y estratég icos.

Es evide nte que en todos los casos, y en lamedida que se ha tratad o de llevar adelantepropuestas transformado ras, las experienciaslatinoamericanas plan tean el problema de has­ta dónde las leyes de juego admitidas por elsistema aceptan el desafío de la lucha por trans­formaciones sociales de signo progresivo.Todosistema tiene limites para las demandas e inclu­so para las prácticas pol íticas. Esos limites estándados por cuanto el sistema es un espacio endisputa , de pugnas y declstcnes en el marco dela rep rodu cción de la socied ad. Habitualmente,esos límites son conocidos como " las reglas deljuego". De ah¡ la legitimidad de inte rrogarseso bre cómo transitar a ccrrelsclones de fuerussupe riores, hacia la concreción del proyectopopular en el marco de l. "gober nabilidad" enuso en l.tinoamérica.lO

Veamos enseguida, en un. breve resel\a , al­gunos casos particu'.res.

IV a uso boliwianoEn el balance del caso boliviano que hace eleconom ista Horst Creve, dirigente del PartidoComunista Boliviano e integran te del gob iernode la UDP presidido por Hern án Siles z uaac(198211985), señala: " Nosotros nos hemos pre­guntado si existe la posibilidad teó ricamentefundada de una gestión de política de izquierdaen,~ 1 marco .del siste ma capitalista dependie n­te. Y él mIsmo se contesta afirmando : " EnBolivia, al menos , ha tenido una respuesta ne­gativa." Aunque no deja de admitir que no sedebe descartar a prior; la posibi lidad de encararde esa manera un proceso de transición.U

"Sl~.t. op. cif ."v••c~_ de M~"'. ........ 17. ......10 . 1911.

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V El caso chilenoEn el caso de Chile, la experie ncia más avanzadaen un Estado democrático burgués en elconti­nen te, el frente po lítico en el gobierno socialis­ta de Salvador Allende pone a prueba también,como seftala Horst Creve, la posibilidad de lastransforma ciones sociales profundas en esemarco institucio nal. El problema aquí radica endeterminar el momento en que lasdasesdomi­nanees y la estructura del Estado capiulista y¡¡':'0 a~m¡ten la concesión de nuevos espaccs ya,:"bltos para el eje rcicio pol ítico de la hegemo­ma del bloque para los cambios. Enotr as p¡¡I¡¡­bras, se tr¡¡t¡¡ de decidi r cuándo ha llegado el,,:,omento de pasar, dicho en el lenguaje grams­Clan? ~e la guerra de posiciones a la guerra demovnmentos.

Aqul se plante a un problema central. En elprimer enfoque, y mientras el frente se man­tenga en ese nivel de política e lectoral escin­diendo lo político de la lucha en el sen¿ de losmed ios de prod.ucció,:,en e l proceso producti­vo por la conquista de la democracia económi­ca y social e-en una palabra : sin plantear e lproblema del poder- no habrá mayores pro­ble~as y hasta puede ser funcion al al sistem¡¡.Aqul corresponde la reflexión de lenin citadapor el sociólogo boliwiano Ren é Zav¡¡let¡¡ Mer­cado en el análisis del experi mento chileno deque "el part ido dominante de una democraciaburguesa sólo cede l¡¡ defensa de I¡¡ minod¡¡ aotro partido burgués, mientras que al proleta ­riada, en todo prcbtema serio , profu ndo y fun­damental, en lug<ilf de la defensa de la minoríale tocan en suene estados de guerra y pogra­mos. Cuanto más desarrollada esté la democra­cia tanto más c~r.c¡¡ se encuentra el programode la guerra clv,1 en tOO¡¡ diferencia politiape ligrosa p¡¡ra la burguesia".U

Qu id , te niendo en cuenta esa ¡¡dvenenci¡¡de l enin, pe ro en sentido contrarioy ponie ndolas barbas en remojo, amplios sectores de laizqu ierd¡¡ urug uay¡¡ han eliminado hoy de losprogramas la polémica de las metas socialistascomo lo se ñala Stolcwicz.u '

VI El caso peruano

la Izquierda Unida peruana (IU), en tanto unfrente conformado en casi su totalidad de par­tidos autodefinidos marxistasU en la medidaque es junto ¡¡ la Izquierda Unida chile n¡¡ unode los pocos fren tes políticos . ctu ales qu edeclaran la lucha por e l socialismo, cc nsutuye

u Zi",~l¡ M-.c. ...~.IJ pofkr dwl.SitioXlII . W oko. Pom .

" 5colowkl. 0fI. tif... l a UniGI. «.pdótI fl . 1PSI. que te Of.'1IlI "' la il quierdlo

milit. del .~1IO 6tl ._a1 V.lu.c o Ah" ado.

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•una de las exp eriencias important es de l ccntt­nente.

l os éxitos elect orales de la IU han sido rele­vantes . Obtuvo e n las eleccio nes mun icipalesde 1983 e l 32 por cie nto, y Alfonso Barrantesganó la alcald ía de Lima co n el 36 por cie nto .

No ob stante, al no te ne r la IU una o rganiza­ción y funcion amie nto desde las bases, la ges­tión municipal de Barrantes fue concentrandoen su figura, como lo acepta hoy lapropia IU,larepresent ación y expresión pc uuca del Irent e.u

En su docum ento Lineamientos estratégi­cos plantea "q ue el compo nente fundamentalde la estrategia qu e asume la IU está e n rela­ción con la cuestión del pod er y co n las for­mas y los medios de conqu istarlo".16 Sin em­bargo, seg ún un est ud io sociológ ico de 1988,en la IU "se han desarrollado ten den cias q uehan pr ivilegiado la actividad parl amen tariacomo el med io más impor tante para la acumu­lación de fue rzas en la lucha por e l socialis­mo"."

La IU nació co mo fruto de un gran movi­mient o de masas yde huel gas nacional es co ntrae l régimen militar de Morales8ermúdez,co mose ha dich o, y lo refleja en sus documentosco nsut unvos estraté gicos. No obs tante, al noart icular la coalició n política co n e l movlmlem osind ical y popular do nde nació, la llev é a lacrisisy paralización actual co n la re nun cia de supresidente Alfonso 8a rrantes. En este aspecto,es claro e l sentido ambi guo que tiene n algunasdiscusiones sobre la democracia. Al respecto ,d ice Di Franco e n e l tra bajo citado, las drscustc­nes sobre "democratización del Estado" co moun fin e n sf mismo, sin decir q ue el Estado esburgués y "que su democratización tie ne lími­tes qu e plant ea n la necesidad de const ruir o troEstado"; asf co mo la po lémica sobre fa he ge­monía, concebida co mo un proceso indefinidoe infinito de acumulació n de fuerza s qu e sosla­ya la ruptura revolu cio naria, "están creandoun rfrculo de ambigüedades que pu eden serfatales co mo las q ue se viven actualmeme".»

Quizá la IU de l Perú merez ca la refle xióne-salvando las distancias del nível y las for­mas de las co nfrontacio nes e n uno y o trocaso- qu e zavateta Me rcado hada sobre lacaída del gob iern o de la UP e n Chile: " Laizquierda co n todo creyó hasta el final e n unEstado e n el q ue e l propio titular , la burguesía,había de jado de creer' .

.. Como es $libido, en " posterior e lección mllnicip.ll I¡ IUperdió I¡ ¡ tu tdi¡ d" li m¡.

.. '1er 1l{lujefd~ Unid~: ellf~leg;~ ylkric.a. Norm~> O,glnins,llrm, Ediciones Pe l', sil.

1> f fl ncO, Alberto Di, Notn SOM el"'mi conlernporlneo (i~_

dito). Lirm. ~8OS10 de 1987... Di fr~nco.op. cir.

Al fin y al cabo Allende mismo muere lnvo­cando los principios creados por sus enemi­gos lO. " se perdió la lucha porque no se lalibró, po rq ue el apego de la izqu ierda a una 'líaq ue le había resultado exitosa hasta e ntoncesno le permitió desmontarse puntualmente dee lla", "

VII El case 5<1lvildorefto

De la expe riencia de El Salvador, no obstantetran sitar por ot ras 'lías, existen planteam ien­tos significativos en relación a la necesidaddel frente pol ítico. La existe ncia de num ero­sas o rganizacio nes pol íticas de izquie rda sepiensa y teoriza, co múnmente , e n América La­tina, com o un sub producto de los e rro res ydesviaciones reformi stas de la llamad a izquier ­da trad icional. Sin e mbargo, para e l sec retarioge ne ral del Part ido Co munista de El Salvador,Schafik Jorge Handal, la existe ncia de diversasorganizacio nes ind ependient es que hacen im­prescind ible el frente pol ítico como una alian zatáctica de grupos co n intereses contradicto rios$e explica por la presen cia de nu evos sujetossociales, e xpresión de l desarrollo actual del ca­pitalismo de pend iente. A este pro pósito , sena­la: " Los cambios e n e l esque ma clasista ab arcana to dos, do mina ntes y dom inados, explotado­res y e xplotad os" .. • "Su rgió una nueva claseob rera más calificada desde el punto de vistatécn ico pero con una conciencia de clase mu­cho más débil qu e la viejaclase ob rera art esanalprod ucto de su recient e o rige n socia l campes i­no y peqceñ c burgu és provinciano; un prol e­tariado y semiproletariado agrícola muy resen­tido po r su reciente prct eradzacron y, po r lotanto, muyexplosivo; un e norme sector margi­nal urbano producto de la e migración ruralprovocada por el desarro llo capitalista de laagricultura : y un imp orta nte sector peque ñoburgués intelectual , también marginal, nacidode la expa nsión de la educación media y uni­vers itar ia qu e no tie ne correspondencia con lascapacidades q ue el establecimiento econ ómiconacion al pro porciona. Creciero n también lascapas media s en ge ne rel".»

"Só lo si se enti e nd e esta cuestió n de los nue­vos sujetos socia les creados po r la expa nsióndel capitalismo dependiente se puede com­prend er q ue existe o bjet ivamen te la pos ibili­dad del surgimiento de verdadera s org aniza­cio nes po líticas revolucionarlas fuer a de lasest ruct uras del PC ... "ll

.. z¡,~~tel~ Merc~do. op. cir, p. 266->OCilldo por M~rll H~r neck", en Pueblos en Atml l . Uní, ,,,,i ·

d~d AUlónorm de C~"efo, M& ico, ~b,i l, 1983." ¡bid.

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Admitiendo que en algunos casos esas nue­vas organizaciones caigan en posiciones ul­traizqu ierdisras y que aun puedan degeneraren acciones provocativas, e l dirigente salva·dor eñc afirma: " No son pues expresion es dela infancia del movimiento obrero y de lospartidos com unistas que se superan con eldesurollo de éstos, sino que se repiten cons­tan tement e originando orga nizacionescon fre­cuencia mayores de los respectivos partidos co­munistas... "n

Junto a estos aspectos tácticos, S.,. Handa lpone también en cuestión la validez absolutadel papel que casi siempre se asigna al progra­ma econ ómico-social cuando el mismo no vaaccmpa ñadc por una decidida polllica de po­der "de resolver realme nte el probl ema delpoder".

Asimismo, plantea otro aspect o estratég icofundamental como es el rol de los part idos mar­xistascon secuentes en lasalianzasdonde, seña­la, "podrfamos limitarnos a se r fuerzas de apo­yo" en la etapa democrático antimperialistahada la revolución socialista. Y dejando "endelantera de la acción a sectores "progresistas","anumperla llstas de las capas medias y hasta laburguesfa".U

" Para que el part ido dejara de se r el part idode las reformas y pasara a asumir su papel revo­luciona rio de bió abandona r ese esquema eq ui­vocado". Afirmando enseguida que : "no sondos revolucion es sino facetas de una sola revo­lución " •.. " No se puede ir al scctansmc sinopor la vfa de la revolución democrática ant im­periillistil. pero tampoco se puede consumarla revolución dernocrética i1ntimper ialista sin irhasta e l SOciil l ismo".l~

[stas consideraciones de S.J. Handal hacenexplícita la crítica a toda una vieja concepciónde algunos partidos comunistas, que se limita­ban a poner iI la clase obrera y sus partid oscomo furgón de cola de la burguesía. Al mismotiempo, rectificar la visión de dos eta pas de larevolución, separadas una de otra por largosperiod os históricos.

Es preciso , aun cuando en el inicio e l progre­ma del frente no sea explícita o totalmente so­cialista, partir de la convicción basada tanto enla crisis de l sistema como por la lógica de lainte rvenció n de las masas, que ~I movimien tono se limitará a re ivindicar una de mocracia par­lamentaria más eficiente, sino que desemboca­rá más temprano que tarde en la lucha po rtransformaciones sociales que trascenderán elsistema capitalista

" 'bOd.1> ,bfd... ,bfd.

•Cond ustonft

Hasta aquf hemos analizado los puntos nodalesque, en nuestra opinión, están en la base de lasexperienciassobre losfrentes políticos en Amé­rica latina.

Podemos conduir se ñalando que las expe­riencias frent istas realizadas en América latinacontienen un acervo teórico y práctico que esnecesario rescatar e incorporar i11debate actualy que en resumen serta:

A) La organización de los frentes pol íticos es elcorolario de un proceso de grandes luchasde masas y de la toma de ccncienda deamplios sectores, de lil necesidad no 56lo deplantear la defensa y ampliilción de lascon­qu istas demcceétrce, sino además de tras­cender el sistema de la propiedad privada.

B) Existen dos grandes tendencias que atravie­san a lodos los pal1idos de izquierda. Una,qu e propone reformas al sistema funcionalmismo y cuyos ob jetivos son ampliar 105espacios de r.articipación en la gestión delEstado actua , privilegiando lo electoral y laactividad parlame ntaria. l a otra, que sindespreciar la lucha por reformas y espaciosdem ocráticos, pon e el acento en la movili­zación y lucha de las masas y en la autorga­nización del pueblo trabajador.

C) los frent es i1dmiten tres niveles formales:

1) Antidictatoriill,policlasista amplio. don­de la clave po lítica es qu ién toma' la ini·d ativa de la lecha teórica-ideológica;

2) los frentes de izquierdil.democráticos yi1ntimper ialistas con un programa eco­nómico-social de transfcrmadcees es­tru cturales de la sociedad;

3) los frentes que iniciados en cualquie rade losdos niveles anteriores son empu­jados por liI reacción y la represión delas clases dcmlnantes aasumir formasdeluchas de autodefensa militar.

Estas tres formas o niveles "puros" se ccrnbi­nan en la práctica política -explícita o lm­plícitamen te- , acentuando uno u otro as­pedo de acuerdo a la evolución de lacorre lación de las fuerzas sociales, polfticilSy/o militares.

D) Un aspecto teó rico práctico que devie neclave es la inte rrogante -que se plantearáen su momento- de hasta dónde las leyesde juego admitidas por el sistema capitalistaaceptan el desa ffo de transformaciones so­ciales de signo progresivo.Todos estos aspectos deberán incorporarseal debate sobre lavigencia yperspectivas delos frentes palrticos de izquierda.