La Personal i Dad Neurotic A

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8/16/2019 La Personal i Dad Neurotic A http://slidepdf.com/reader/full/la-personal-i-dad-neurotic-a 1/18 L PERSONALIDAD NEUR~TICA E NUESTRO TIEMPO NEO-LIBERAL Enrique Guinsberg* Cada persona, retirada dentro de si mismo, se comporta como si fuese un extrano al destino de todos los demas. Sus hijos y sus buenos amigos constituyen para el la totalidad de la especie humana. En cuanto a sus relaciones con sus conciudadanos, puede mezclarse con ellos, pero no los ve; los toca, pero no los siente; el existe solamente en si mismo y para el solo. Y si en estos terminos queda en su mente algun sentido de familia, ya no existe ningun sentido de sociedad. La precedente afirmacion de un conocido teorico del siglo XE puede pare- cer exagerada y10 alarm ante frente a las premisa morales y eticas que postu- lan al hombre como un ser interesado y preocupado por los demas hom- bres y su sociedad, pero jno es acaso una descripcion bastante cercana a lo que en definitiva propone y construye el liberalismo como modelo de sub- jetividad, modelo agudizado al extremo en su variante conocida como neoliberalismo, hoy hegemonico -aunque en aparente declinacion- en gran parte del mundo y en nuestro continente? Com o premisa del presente trabajo y en general para la comprension de la construccion del denominado Sujeto, debe partirse de lo ampliamente conocido -aunque no siempre seguido por el mundopsi (psicologos, psico- analistas, psiquiatras, etcetera) de que ardcteristicas sociales,politicasy economicas de cada marco y @oca concretaform aran un modelo de Sujeto de subjetividadadedo a su mantenimiento y reproduccion. Profesor-investigador, Departamento de Educacion y Comunicacion,UM-Xochimilco. Citado por Sennett, Richard, EldeclivedelhombrPpUblico Peninsula, Bardona, 1978, p.7. Sobre esto y sus causas, en particular para el campo psicoanalitico, veanse otros trabajos anteriores, entre dos: No confictops~uico,ontrolsocull Plaza y ValdesIUM-Xo- diimilco, Mexico, la. ed. 1990,2a. ed. 1996; El psicoanalisis el malestar en la cultura neoliberal , en ubjehvidady Cultura, Mexico, n. 3,1994, y en el Apendice de la segunda edicion del libro citado en esta nota; La salud mental en nuestros tiempos de colera , en el libro Elsujeto de Lzsalzldmentalafin deszgh UM -Xochimilco, Mexico, 1996, etcetera.

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L

PERSONALIDAD N E U R ~ T I C A E NUESTRO TIEMPO NEO-LIBERAL

Enriqu e Guinsberg*

Ca da persona, retirada dentro de si mismo, se com porta com o

si fuese u n extrano al destino d e todos los demas. Sus hijos y sus

bu en os am igos consti tuyen para el la total idad de la especie

humana. En cuanto a sus relaciones con sus conciudadanos,

puede mezclarse con ellos, pero no los ve; los toca, pero no los

siente; el existe solamente en si mismo

y

para el solo.

Y

si en

estos terminos queda en su mente algun sentido de familia, ya

no existe ningun sentido de sociedad.

La precedente afirmacion de un conocido teorico del siglo XE puede pare-

cer exagerada y10 alarm ante frente a las prem isa morales y eticas que postu-

lan al hom bre com o un ser interesado y preocupado por los demas hom -

bres y

su sociedad, pero jno es acaso una descripcion bastante cercana a lo

que en definitiva propone y construye el liberalismo como modelo de sub-

jetividad, modelo agudizado al extremo en su variante conocida como

neoliberalismo, hoy hegemonico -aunque en aparente declinacion- en

gran parte del mundo y en nuestro continente?

Com o premisa del presente trabajo y en general

para

la

comprension de

la construccion del denominado Sujeto, debe partirse de lo ampliam ente

conocido -aunque no siempre seguido por el mundopsi (psicologos, psico-

analistas, psiquiatras, etcetera) de que ardcteristicassociales, politicasy

economicas de cada marco y @oca concreta formaran un modelo de Sujeto de

su bj et iv id ad ad ed o a su mantenimientoy reproduccion.

Profesor-investigador, Departamento de Educacion y Comunicacion, UM -Xochim ilco.

Citado por Sennett, Richard,

EldeclivedelhombrPpUblico

Peninsula, Bardo na , 1978, p.7.

Sobre esto y sus causas, en particular para el campo psicoanalitico, veanse otros trabajos

anteriores, entre do s :

No confictops~uico,ontrolsocull

Plaza

y

ValdesIUM-Xo-

diimilco, Mexico,

l a .

ed. 1990 ,2a. ed. 1996; El psicoanalisis el malestar en la cultura

neoliberal , en

ubjehvidady Cultura,

Mexico, n. 3,1 99 4,

y

en el Apendice de la segunda

edicion del libro citado en esta nota;

La

salud mental en nuestros tiempos de colera , en el

libro

Elsujeto

de

Lzsalzldmentalafin

deszgh

UM -Xochimilco, M exico, 1996, etcetera.

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Por razones de espacio no es este el lugar para una fundamentacion de tal

premisa ni para ofrecer multiples ejemplos historicos al respecto. Baste para

ello recordar que el Sujeto del periodo de construccion del capitalismo en

los paises de Europa central -modelado por el protestantismo- tenia las

caracteristicas necesarias para

tal

acumulacion: frugalidad, avaricia, limpieza,

orden, etc. (lo que la psicopatologia presente definiria como neurosis obse-

siva), aspectos -salvo los ultimos que se mantienen- hoy abandonados

en tales paises por ser incompatibles con una produccion que requiere de un

alto c o n ~ u m o . ~n otra perspectiva con el mismo sentido jcomo olvidar

que la histeria dom inante en la epoca de Freud era consecuencia de la moral

victoriana predominante

Ver el modelo de Sujeto y de subjetividad de nuestra epoca neoliberal

implica conocer las caracteristicas de este m odelo social y de produccion ,

para comprender su incidencia en

el

psiquismo del tipo de Hombre Necesario

que construye. Pero esto significa tener previamente en cuenta-para todas

las relaciones sociedad/sujeto/subjetividad varios aspectos, entre ellos que

no se trata de una accion siempre intencional, mecanica y refleja (como

muchas veces ha planteado el •ámarxismo•âulgar de tipo stalinista) sino de

efectos que se apoyan en "necesidades"* humanas y no pocas veces contra-

dictorios o no deseados (por ejemplo la histeria no era buscada por la moral

de su epoca, como tampoco mucho de lo que el propio regimen define

com o psicopatologico que se vera mas adelante). En cuanto al modelo de

hombre presente debe destacarse que sus caracteristicas basicas ya se encon-

traban desde el surgimiento del liberalismo, solo agudizandose con su ac-

tual variante neoliberal (agudizacion que, segun destaca Lipovetzky, hace

que vivamos "una segunda revolucion individualista" o, dicho de otro m odo,

una "nueva fase en la historia del individualismo ~cc iden ta i'' ).~

Una interesante descripcion de este proceso puede verse en Schneider, Michael,

Neumsky

luchadecLues, Siglo

XXI,

Mexico, 1979.

El entrecomillado de este termino responde a que

las

necesidades del hombre son de muy

dificil determinacion precisa, aunque -sin entrar aqui a una discusion al respec to- es

importante destacar como sectores sociales

y

productivos se apoyan en muchas de ellas para

fomentar sus intereses. U n interesante aporte a esto, com o para todo lo senalado en este

trabajo, puede verse en Marcuse, Herbert, Elhombreunidmnensional.Ensayo sobreh ideolo

dehsociealuiindwhialava12za

OrigenlPlaneta, Mexico, 1985 (hay otras ediciones).

Lipoveuky, Gilles, La era del va . Ensayossobre elindividmlkmo contemporaneo,

Anagra

ma, Barcelona,

1988

p. 5.

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En terminos harto generales y esquematicos este modelo hace del mercado

el centro absoluto de la dinamica economica, sometiendo todo el funcio-

namiento social a sus leyes (dentro de la mayor libertad y casi sin limites, lo

que entre otras cosas implica la privatizacion de todo lo posible). El objeti-

vo es la obtencion de mayor produccion y ganancias, para lo cual -a nive-

les nacionales y mundial- se impone un alto rendimiento dentro de una

fuerte y constante competencia.

A

su v a odo esto requiere de un tambien

constante e increm entado consumo.

Un funcionamiento social con tales caracteristicas y requerimientos n o

puede dejar de incidir, y m uy fuertemente, en el modelo de Sujeto

y

de

subjetiuidadde quienes se forman y10 se desarrollan bajo sus leyes.

El primer aspecto a considerar -ya en creciente desarrollo desde los

comienzos del liberalismo pero ahora incrementado com o nunca- es que

el nucleo basico del funcionam iento social es el individuo, lo que implica

una importante y consecuente reduccion de los intereses comunitarios o

colectivos como valor determ inante de la vida y de las practicas cotidianas.

Esto provoca la busqueda del triunfo y la ganancia a niveles individuales

(sea personal, familiar o de una empresa), con diferentes grados de indife-

rencia por lo que esto signifique para el marco social global, incluyendo en

esto desde la derrota de los competidores o -mucho mas grave- la des-

truccion que pueda provocat6

Tal predominio y centro dely

en

elindividuo -facilmente observable en

multiples expresiones de la vida cotidiana, sobre todo en ese gran muestra-

rio que son las programaciones de los medios masivos y los anuncios publi-

" se ha escrito mucho sobre como la busqueda del triunfo y la ganancia-mucho mas en

l s condiciones actuales y, sobre todo, cuando prima lo que se conoce como capitalismo

salvaje- nos preocupa por la destmccion que ocasiona. Si de por si es grave cuando ello s

produce con personas y10 grupos hum anos (generalmente aquellos mas desprotegidos), ma-

teriales historicos (arqueologia, monumentos, etc) o mercancias que se desechan pese a que

mantienen su utiiidad, m ucho mas lo es cuandot ldesuucc ion no se detiene ante el propio

habitat ecologico, como

ocurre

acnialmente con los pe .grosyaconocidos que implica paraun

futuro hoy nada lejano y mas bien presente. Respecto a esta capacidad destmctiva Berman

escribe que la burguesia del mundo moderno es "la dase dom inan te mas violentamente

destructiva de la historia•â,pudiendose ver que uestos solidos ciudadanos destrozarian el

mun do si ello fuese rentable" (B erman, Msrshall, odo

o

solido se desv nece en elaire La

qm mcia e

nodmridd

Siglo MI,Mexico,3 dicion, 99

1,

pp. 96-97).Esto ultimo

ya no es una posibilidad sino una realidad.

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citarios-,7 provoca no solo la conocida tendencia individualista del presente

sino tambien que se considere que el narcirimo es el cuadro psico@ato)logico

dom inante del presente.' En este sentido debe quedar da ro que por tal ten-

denciase entiende no solo el conocido cuadro patologico de tal nombre sino,

y fundamentalmente, una modalidad de lo que Fromm define como el

Caracter social de una determinada epoca,' cuya caracteristica central seria

algo muy parecido a tendencias privadas o ego-istas, es decir una central

preocupacion por uno mismo y su particular contorno (ver nuevamente la

frase de Tocqueville del comienzo), con escaso interes por lo general salvo

en lo que incide en lo personal.1•‹

Esto es entonces lo que actualmente se entiende (e incluso acepta) com o

lo normal , no faltando quienes equiparan esta nocion exclusivamente es-

tadistica con lo

ano .'^

En congruencia con las pautas del modelo neoliberal

esto implica una constante competencia de los individuos - q u e llega a ser

una especie de danvinismo social- por sobrevivir com o minim o y triun-

f r

com o aspiracion maxima.

Ganar (dinero, poder, status, etc.) es hoy la explicita justificacion para

practicamente todo, aunque manifiestamente se recalca que ello debe hacerse

respetando normas eticas

y

morales. Pero la simple lectura de periodicos

obre esto v h s e mis libros

Controlde

or

medioz, controldel hombre. Medios masivosy

Jormacwnpsicosocid, a. ed. Nuevomar, Mexico, 1985; 2a. ed., PangedUAM -Xodiimilco,

M6xic0, 1988;

y l ubublicidad: manipulaciDnp r l reproduccion,

Plaza y ValdeslUAM-

X o c h ii c o , Mexico, 1987.

Guinsberg, Enrique,Psico(par)logih del Sujeto n elneoliberalirmo,ponencia presentada en

el Encuentro Subjetividad y procesos sociales en el mundo actual , organizado por e l k e a

Iden tidad Psicosocial e Ideologia del Departamento Educacion y Com unicacion de la

UAM-Xochimilco, Mexico, 21 a 3de octubre de 1993.

Pese a no seguirse la linea

de

este auto r debe reconocerse la va lida de esta nocion, a la que

define com o el nucleo esencial de la est ~cfu ra delaracter de la mayoria de los miembros de

un grupo, nucleo que se h desarrollado como resultado de las experiencias basicas y los

modos de vida comunes del grupo mismo (Fromm, Erich,El miedoa l l i b d , Paidos,

Buenos Aires, 1962 , p. 322).

O Aqui se produce una interesante paradoja: los defensores del neoliberalismo repiten cons-

tantemente que sus planteos son el correlato de la democracia, pero resulta muy dar0 que la

intervencion ciudadana en la vida publica es cada vez m enor. Sobre este aspecto en general

vease el libro citado en nota 1.

Tam poco es este el lugar para una discusion de estos terminos.

Al

respecto puede verse mi

libro

Normalidad, confiirtopsipico,controlsocid op.

cit

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indica como personas, empresas y naciones -sobre todo con base en el

poder- no lo cum plen o lo hacen parcialmente.

l

busqueda del triunfo es tambien la justificacion para el abandono de

una actividad conjun ta y solidaria entre los hombres y10 empresas, y su

reemplazo por una

competencia

cada vez mayor y sin muchas preocupacio-

nes por las consecuencias que provoca en los demas (incluyendo no pocas

veces en el todo social y en la propia persona). competencia generalmente

no igualitaria -sobre todo para quienes parten de bases mas debiles-,

donde las actuales politicas economicas de privatizacion

y

busqueda de ren-

dim iento marginan a quienes (muchas veces amplias mayorias en los paises

pobres o subdesarrollados) no pueden acceder o ven reducidos sus benefi-

cios socia le^.'^

Seguramente es tema de discusion y analisis si

tal

competencia no es

necesaria, o tal vez imprescindible, para el desarrollo individual y social -y

lo mas probable

es

que si-, por lo que la critica apunta en realidad tanto a su

destructivo nivel actual, al abandono que ello produce de los vinculos coope-

rativos

y

a las consecuencias que causa en todos (incluyendo al triunfante en

la misma).

Al

respecto es muy contundente una reciente afirmacion de

un

entrenador deporuvo, aunque ella es extensible a toda la vida presente: La

supercompetencia conduce al doping ,13 o que claramente quiere decir como

el actual estilo de vida obliga (real y10 social y psiquicamente) a una lucha y

esfuerzo cada vez mayores para sobrevivir o progresar (el entrecomillado

de este termino busca hacer referencia al sentido valorativo e ideologico que

tal nocion tiene para muchos).

l2Unode los mejores ejemplos

ai

respecto no proviene de un pais africano pobre sino de

Estados Unidos, p r no pocos ejemplo de lo que se busca para pertenecer

ai

Primer Mundo,

donde laatencion a lasaludde los sectores pobres (muchom yoresa10 que

s

quierehacerver)

es

c n

poco buena que uno de los puntos centrales de la propuesta inicial de la presidencia de

Clinron (y de la que hiw responsable a su esposa) fue la reformulacion de la politica sanitaria

(en lo que tuvo que retroceder por los embates de los gmpos mas conservadores de ese pais).

Respecto a este problema puede verse el libro coordinado por Laurell, Asa Cristina, rtado

politicacsociah elneolibmaIumo

Fundacion Friedtich Ebert, Mexico, 1992

En este sentido es interesante apuntar como tal poUtica de competencia es tambien utiliza-

da en la vidaacademica, aunque aquise utilizan ouos terminos para designarla: estimulos,

becas, erc.

Si

bien en la UiUI diferenciade otras insrimciones, su obtencion no necesaria-

mente implica la derrota deotros en tanto es obtenido por todos losquealcanzan el puncaje

establecido,sus efectos no siempre significan un avance academico rcai

y

significativo.

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Esto ultimo d pie para destacar que el sefialado estilo de vida de la

llamada modernidad, y ultra-fortalecido en el modelo neoliberal, tiene como

ejes fundamentales el acceso a lo que entiende y define (nuevam ente puede

discutirse mucho si realmente lo son) como bienestar, comodidad y au-

mento del nivel de vida y del status. Todo esto seria perm itido por el acceso

a los bienes y servicios que posibilita el amplio desarrollo actual de la pro-

duccion y la tecnologia, lo que convierte a las mercancimy al consumo como

centros, podria decirse, absolutos para muy am plios sectores del mundo

presente.

Seria no solo muy interesante sino tambien necesario hacer una am plia

referencia a esto por su importancia decisiva en las caracteristicas de la sub-

jetividad de nuestro tiempo, lo que lamentablemente no es posible por el

tiempo asignado a este trabajo. Baste recordar como tal propuesta ideologi-

ca esta formulada de manera implicita y explicita en el discurso global de la

epoca presente, de manera que no es exagerado decir que las mercancias son

el fetiche del hombre ~ o n te m ~ o ra n e o , ' ~los centros comerciales (que flo-

recen como hongos) los templos laicos y centros de reunion y d e conviven-

cia del mu ndo capitalista avanzado.15

Pero, y en definitiva esta es la pregunta fundamental, todo lo hasta aqui

indicado -individualismo en el sentido apuntado, competencia, mercan-

cias y consumo-, iposibilitan realmente todo lo que ofrecen, o sea un

mayor bienestar y vida mas satisfactoria y plena?Porque de ser asi,

y

aunque

ahora limitado a quienes pueden acceder a los benejicios del moaelo neoliberal,

*

Sobre esto vale la pena recuperar la lectura de El caracter fetichista de la mercancia y su

secreto , en Elcapitalde Carlos Marx (Tomo 1Vol. 1 SigloXXI, Mexico, 1975). Si bien la

obra de Marx tiende a ser criticada y abandonada en los ultimos tiempos, su re-lectura

muestra tanto su valor a m o

a

necesidad de recuperarla (y re-crearla) de las distorsiones que

de ella hicieron los seguidores del socialismo reai y represivo .

l

Estudios y analisis de

i

importancia de la mercancia en el mundo a c t d puede verse en

muitiples lugares. De m ner puramente descriptiva, divenida e ironica-tal v a xagerada

pero no por ello menos real-, en

Loa-

Guadalupe,

Compro, luego existo,

AIianmEditorial,

Mexico, 1992; y de manera mas teorica, entre muchos otros, en Ewen, St uan,

oda

l r

imdgena delconsumismo, GrijalbolConsejoNacional para la Cultura y lasArtes Mexico,

1991,y Li po ve dy , Gilles, Elimpeko de lo mero y a era deluano,ambos en Anagrama,

Barcelona, 1 990 y 1988, respectivamente (se trata de obras con aportes que so rprenden en

su lectura, tan brillantes com o contradictorios). En cuanto a los centros comerciales, resulta

muy interesante (no tanto cinematograficamentesino como descripcion sociologica) la peli-

cula protagonizada por Woody Alien,

Escenas

n

un

centro comercial.

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puede pensarse en las ventajas del mismo (que hoy alcanza a pocos pero, de

creer en sus promesas, se extendera luego para todos).16

Es indudable que algunos aspectos son reales -mayor comodidad y

status, por e jemplo-, pero sin embargo resulta evidente quepuea2dudarse

mucho de que actualmente haya psiquicamente un mayor bienestar y vida

m

ahsfactoria, y es mucho mhprobable o seguro) lo contrario.

Una prueba

categorica al respecto la brindan los paises del Primer M undo -sin duda

donde existe un mayor bienestar material y formas democraticas-, pero

tambien los mas altos indices de drogadiccion, alcoholismo, psicopatologia,

crisis individuales y familiares, suicidios, etcdtera, (y no solo en los sectores

marginados que no acceden a sus beneficios materiales).

Las causas de lo que puede definirse como El malestar en l cultura

neoliberal,concretando al aqui y ahora el clasico texto freudiano, son m ul-

tiples aunque provenientes del mismo modelo. Entre ellas, a mas de lo ya

sefialado, una necesidad cada v a mayor de esfuerzo

y

trabajo - q u e para

pocos es realmente agradable y realizador de uno m ism o-, para la obten-

cion de mas de los llamados satisfactores (hoy como nunca sinonimos de

mercancias), que a su vez se busca que sean constantemente renovados para

mostrar que se accede a lo nuevo -verdadero mito del presente, aunque

solo sea una variante de lo m ism o- que el mercado siempre ofrece;'' en tal

situacion inevitablemente se producen importantes grados d e f i t r a k o n y

de

envidia

por la dificultad de acceso a todo lo deseado (que el sistema hace

ver com o necesario e imprescindible), y en la medida en que cada v a es

mayor la simbiosis s~je to/m erc an cia ,'~uede ser importante la autodeva-

luacion que esto ocasiona.

'Qecuerdese qu e los defensores

del

neoliberalismo consideran, sobre todo luego de la des-

aparicion del bloque socialisra , que tal modelo -F&yama dixit- constituye el fin de la

historian al haberse arribado una propuesta exitosa

y

definitiva. En un articulo reciente,

Especulaciones sobre el fin de la historia'

Psicoterapiay

amil i

Asociacion Mexicana de

Terapia Familiar, Mexico, Vol.

G

n. 1, 1993), coincido con tal planteo pero en sentido

diferente e inverso: la destruccion ecologica que el mismo conlleva puede acelerar el fin de

la

vida hum ana

Se trata de un verdadero drculo vicioso donde el sistema productivoh logrado in te rn al ii

sus necesidades en el psiquismo de los Sujetos (con todo lo que esto implica como sujetacion):

para tener m smercancias -sobre todo de las que ofrecenm ss t a ~ s -ay que trabajar mas

y

por tanto se tiene menos tiempo para vivir.

l El concepto de alienacion es otro ai que la psicologia en general,

y

el psicoanalisis en

particular, deberian prestar una atencion que hasta ahora no le dieron.

9

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Pero lo mas importante es como tales satisfactores no pasan de ser lo que

muchos autores definen como solo ~uperj ciale?~

,

por tanto, carentes de

signiJ;cacionesa nivelesprofindos que ojiezcan sentido a u m vidd. Es enton-

ces de preguntarse hasta que punto las muy crecientes tendencias

ndamentalistas

del presente (religiosas, nacionalistas, tecnologicas, etc.)

no representan la busqueda -equivocada pero no por ello menos real-

tan to de significaciones que den sentido a una vida com o un escape a las

tensiones que la actual presenta.

Al

respecto es interesante recordar, pensar y

actualizar el muy conocido planteo de Freud de que la vida, como nos es

impuesta, resulta gravosa: nos trae hartos dolores, desen gh os , tareas inso-

lubles, (y) para soportarla no podemos prescindir de ~a lm an te s .~ '

Este excesivamente

fugaz

analisis no puede terminar sin indicar, tambien

avuelo pajaro, otras caracteristicas de -parafraseando el conocido libro de

Karen Horney-

kzpwsonaliddd neurotica de nuestro tiempo.

Entre ellas:

el marcado increm ento de la

soledaden

un mundo cada vez con mayores

medios de com unicacion y posibilidad de relaciones, y la incidencia de

esto en las tam bien crecientes (en distin tos niveles) patologias

depresivas,

el tambien incremento de tendencias esquizoidespor la disociacion que se

observa entre distintos aspectos del individuo,

la vida cada v a mas en presente, sin proyeccion de futuro,

la busqueda, sobre todo en sectores juveniles aunque no exclusivamente,

de emociones y de

ruido

exterior para tapar el

vacio

interior,

las consecuencias de la liberalizacionactual -algo muy diferente a libera-

cion- respecto a la represion sexual.

l

Esto ultimo tiene tal vez su maxima expresion en las significaciones del au to m o v il - e l

fetiche de los fetiches- qu e hoy es mucho

m s

que un vehiculo d e transporte. Sobre esto

vease mi nota Apuntes sobre psicopatologia de nuestra vidacotidianaf2. Adiccion y fetichis-

mo al automovil , en revistaSubjetiviiduly Cultura,Mexico n. 9,1997.

Enm ellos Octavio Paz tan critico del socialismo como del mundo m e r m t i i i i o (lo

que no le impide trabajar junto con Televisa)- que muy graficamente lo define como

hedonismo epidermico.

Freud, Sigmund, E l d t a r n z cultura Am ormm i Editores, BuenosAires Tomo XXi,

p. 75. En tre los principales destaca poderosas distracciones, satisfacciones sustitutivas y sus-

tancias embriagadoras.

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los efectos en la subjetividad de la tendencia mercantil presente donde

practicamente todo tiene un precio sujeto al mercado, y por tan to puede

comprarse y venderse.22

Estas son solo algunas de las caracteristicas respecto a algo que requiere

urgentem ente un mayor estudio. Quienes lean este trabajo sacaran sus pro-

pias conclusiones sobre el valor del modelo neo) liberal y su incidencia en

el tipo de Sujeto que en el se construye.

Seis iios despues

Quienes conocemos algo sobre procesos de edicion de libros y de revistas

sabemos que es imprescindible poner limites a los autores, de espacio y de

tiempo, porque siempre quieren hacer cambios y agregados a lo que escri-

ben. Y con m ayor razon en un caso com o este, donde la segunda edicion de

este libro se publicara seis anos despues de la inicial.

Sin em bargo he preferido dejar

mi

articulo practicam ente igual, hacien-

dole minimas correcciones de actualizacion sobre todo en las notas de pie

de pagina publicacion de articulos antes ineditos o de nuevos, pequenos

agregados informativos, etcetera), y anadiendo solo estos breves parrafos.

as

razones son que considero que el articulo original ofrece una sintesis del

problema que, para ser superado en informacion, requeriria de

u n

espacio

bastante mayor al ofrecido que, en definitiva, seria un nuevo articulo. Pre-

fiero entonces agregar algunos comentarios y observaciones que, por su-

puesto, no son mas que esbozos de problematicas que deberian ser mucho

mas desarrollados y estudiados.

En primer lugar agregar algunos aspectos -y solo algunos, no todos-

de lo que puede verse comopsico pato)logia del Sujeto de nuestra epoca, y

que no se incluyeron en el articulo:

Quizas un claro exponente de esta siniacion sea, mas alla de su final y otros aspectos

endulcorados, la pelicula Unapropuesta indecorosa donde explicitamente se plantea que

actualmente todo se compray todo s vende . araquienes no la vieron se informa que se

.

m t de una situacion donde un fuerte millonario ofrece un millondedolares a la mujer de

una pareja en crisis economica por pasar una noche con ella, lo que

s

aceptado por los dos

miembros de

t l

pareja

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La idea, en gran medida fantasiosay como parte de lo mencionado, de la

utopia de la realizacion exclusivamentepersonal.

El aislamiento ya no como clasico mecanismo defensivo psicoanalitico

sino como forma de vinculo social, lo que hace mas dificiles las relaciones

de todo tipo (amistades, amor de pareja, etc.), cargadas de permanente

combate

y

competencia.

A

esto agreguese una cada vez mayor superficia-

lidad

y

maquinizacion de afectos, etcetera.

El

escepticismo

frente a la sociedad, la vida y los hombres, pero no visto

como estado de pesimismo sino de sano realismo .

Idealizacion del cuerpo tomado como referente importante de todo tipo

de significaciones

y

buscando conservarlo eternamente oven como parte

tambien de un culto la juventud promocionado por la cultura

hegemonica y su publicidad. Consecuencia de esto son los notorios incre-

mentos de todo tipo de

malestaresypreocupaciones

hipocondriacos.

Desarrolloy construccion de una subjetividadaferraday ligada a los valo-

res delmercadoen todos los sentidos (deporte, todo se vende

y

se compra,

perdida de valores eticos y aum ento de conductas corruptas, etcetera).

Incremento de niveles de inseguridad frente a multiples ambitos de la

vida; no solo por la creciente peligrosidad del mundo (delincuencia,etce-

tera) sino ante los riesgos cotidianos: de mantenimiento del trabajo, en

las relaciones afectivas, de condiciones economicas, etc. Puede pensarse

que el creciente temor que en el mundo entero se tiene a los peligros de la

delincuencia en gran parte es por el increm ento de esta, pero fundamen-

talmente por proyectarse en ella una multitud de inseguridades mucho

mas importantes: la perdida de las grandes creencias, la inestabilidad cons-

tante, los cambios permanentes y cada vez mas rapidos que im piden el

afianzamiento de usos

y

de costumbres y obligan a constantes nuevos

aprendizajes, etcetera.23

El consumo tomado como centro vital donde, segun una vieja acepcion de

Fromm, se hace creer que tener

es

mas importante que ser

o

que se

es por

tener-

donde se crea la ficcion de que las mercancias permiten

realizaciones que obviamente no cumplen.24

23 Un desarroUo mayor de esta problematica en

La

inseguridad en y de nuestra cdtu ra ,

ponencia presentada al Congreso Internacional Psicologia Social de la Liberacion,UAM

Iztapaiapa, Mexico, 16-1 de noviembre de 1998.

24 Sobre esto vease el articu lo antes citado sobre el automovil,

y

respecto al dinero vease

Paramo Ortega,

Raul,

Dinero adiccion , en

ubjetiudzdy

Cultum

Mexico, n. 7,19 96 .

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Un hedonismo epidermico, es decir sin significaciones profundas, que mu-

chas veces busca que la satisfaccion sea inmediata por la imposibilidad de

espera ante la presion de un presente sin perspectivas de futuro.

Presencia de fundamentales cambios en la dindmicafamiliar, donde tanto

los vinculos dentro de esta como el peso de la misma se ha reducido

notoriamente, con incrementos del nivel de influencia del mu nd o exter-

no y de los medios masivos de ~l ifu sio n.'~

Aumento de tendencias depasividddpor distintos motivos que convier-

ten a la comodidad en otro de los objetivos siempre buscados: recibir

cada vez mas cosas en el domicilio, ver cada vez mas

w .

tilizacion de

medios electronicos, etcetera. Como inversa vinculada se presenta tam-

bien la compuIriviahda hacer cosas.

Uso

cada

v a mayor de mercancias, alimentos, tecnicas, psicoterapias, etce-

tera, de tipo light, que producen tambien una vida cada v a mas light.

Com o un aspecto central que necesitaria de un amplio desarrollo, no pue-

den dejar de citarse las actuales formas de mango a agresividzd, que en

muchos casos se toman de modelos de violencia tan vistos en los medios

masivos y que, puede plantearse como hipotesis, se apoyan en la necesi-

dad del actual sistema de fomentar el uso

y

aprendizaje de tal ~io le nc ia .'~

En segundo lugar hacer una diferenciacion importante. Es interesante

observar que, salvo excepciones, los muy escasos estudios sobre esta proble-

matica hacen eje en que son producto de lo que entienden como cultura

posmoderna, eliminando o desvalorizando la importancia de la forma

Z5Respecto lo medios, incluso en lo que respecta al papel de la familia en el proceso de

esuuc~ l'acio n el psiquismoyde la socializallon, mi articuio Familia

y

tele en la esuucturauon

del Sujeto

y

su r&idadn, en revista Subjetividad

y

C ultura, ~ e x i c o ,05, 1995; y TV

familia en la formacion del Sujeto , en VAnudrio de Investipzion e kz Commicacion

Consejo Nacional

para

la Ensefianza

y

la Investigacion de las Ciencias de la Comunicacion

CONNEIC)y Universidad Iberoamericana, Mexico, 1998. U n desarrollo mas am plio de

este tema en mi libro Controlde los medios controldelhombre. Medios masiuosYf.rmacion

psicosocial op. rit

6

Respecto al uso a d e la violencia,

y

en torno a la dii us io n de si los medios la fomentan

con sus programaciones o si solo reflejan la violencia existente, me remito a mi articulo

Violencia

1

Subjetividad Sociedad Medios de difusion , en el libro Em pos

de

violencia

UAM-Xochimilco, Mexico, 1997.

mo

posteriormente ampliado en Television

y

viofen-

cia , ponencia presentada al ''coloquio ~niernacional lo b a l i i c io n e laviolencia , id iz ad o

en el Instituto G oethe de Mexico,

del

7

al

19

de m m e 1999.

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neoliberalhoy hegemonica en practicamente todo el mun do (aunque con

variantes de tal modelo de acuerdo a las caracteristicas de cada pais). Este no

es el lugar para un analisis de las diferencias y vinculaciones entre ambos

modelos,27pero al respecto es pertinente reconocer la existencia de tales

vinculos,y que para algunos autores la economia de mercado seria el correlato

cultural de la posmodernidad.'' En esta negacion de los efectos del

neoliberalismo sobre el psiquismo de los sujetos pareceria caerse en una

especie de evitacion de las responsabilidades del mismo, que prefieren ha-

cerse recaer sobre una forma cultural de por si imprecisa y polivalente (la

posmodernidad) y, sobre todo, sin una corporeidad que pueda asumir tal

responsabilidad, mientras que el modelo neoliberal es ejercido por mode-

los, entidades y personas concretas y definibles en cada pais y en el mundo .

Y

un tercer

y

ultimo aspecto tiene que ver con la increible escasez de

ensayos, articulos e investigaciones sobre lo aqui estudiado. Por un lado

porque la alta cantidad de posturas criticas sobre los efectos del neoliberalismo

olvidan las consecuencias psiquicas y se limitan a consideraciones sociales,

economicas, politicas e incluso eticas (aumento de la brecha riqueza-pobre-

za eliminacion o disminucion de beneficios sociales antes existentes, esca-

sez de politica

y

aum ento de la tecnocracia, consecuencia de todo esto sobre

las practicas politicas, etc), com o un aspecto mas de la disociacion entre lo

objetivo y lo subjetivo que con tinua por ambos lados dentro de las

llamadas ciencias sociales .

Y

por otro lado tambien por parte del mundo

psi

en general

y

de los psicoanalisis en particular.

Los psicoanalisis estudian y tom an en cuentas las caracte-

risticas del hom bre del nuestra epoca para ajustar su conocimiento

y

practi-

ca?

corresponde aplicar a ellos, de manera parcial o to tal, el sefialamiento

de que el error mas ruinoso que se podria cometer seria el de entrar en la

nueva epoca con el bagaje teorico tradicional, aplicando a los nuevos pro-

blemas soluciones que se han ido madurando en una fase historica diver-

~ a ? ' ~ la ya conocida y reiterada critica de que hace tiempo perdio su

caracter critico para adaptarse a un mundo que hoy lo acepta

y

no lo recha-

za, hace que prefiera no tocar aspectos que pueden entenderse com o revul-

sivosy cuestionantes?

Este es un punto central que desarrollo en El malestar en la cultura de America Latina ,

Tesis de Doctoradoen proceso de redaccion.

Entre ellos Brunner.

Cerroni, Umberto,

ernicay libertad

Editorial Fontanella, Barcelona,

1973,

p 16

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En gran medida las respuestas a estas preguntas han sido contestadas en

las paginas anteriores, y sobre todo en un articulo anterior ya citado.30En

efecto, en la produccion analitica actual es m uy extraiio encontrar referen-

cias

a la realidad del hombre actual, y esto hace que la absoluta mayoria de

su practica se mantenga en los cauces tradicionales desde hace muchas deca-

das, o sea con sentido acritico

y

adaptativo.

Veamos muy someramente que ocurre en las principales tendencias ac-

tuales del campo psicoanalitico.

En la que puede definirse como

institucional ortodoxa y tradicional,

es

decir la oficial y clasica, practicamente nada de lo senalado entra en sus

parametros. Jamas va a negar la incidencia de la realidad social en la subjeti-

vidad, pero tal aceptacion no se traduce en

un

analisis concreto de la cultura

global, y en los hechos no pasa de hacer consciente al sujeto del impacto de

su familia y relaciones microsociales, de la dinamica de su psiquismo, etc.,

dejando mas o menos intocadas problematicas como las mostradas (mundo

del consumo, la competencia, el papel subordinado de la mujer, etcetera).

Es

cierto que el rol de la sexualidad fue

un

aspecto nuevo y molesto para

la epoca de Freud, pero hoy el mismo se encuentra absorbido por la cultura

de nuestro tiempo

y,

salvo en sectores retardatarios, no solo ya no perturba

sino se ha convertido en

un

uso cotidiano

e inclwo en artt'culo de consumo.

Tam bien la sexualidad de nuestra epoca es diferente, y pese a que la repre-

sion de la misma es mucho menor -lo que no significa que haya desapare-

cido, como tampoco todo lo referente a la sexualidad infantil-,

es eviden-

te, como se mostro anteriomente, que el ma~ starps iquicoeneral no solo no

ha disminuido sino que se ha acrecentado.

Es

que tambien la sexualidad debe ubicarse en el contexto de las relacio-

nes sociales y ver como estas prohiben, permiten, toleran y canalizan las

pulsiones. Como escribe Marcuse: Esta sociedad convierte todo

lo

que

toca en una fuente potencial de progreso y explotacion, de cansancio

y

satis-

faccion, de libertad y opresion. La sexualidad no es una excepcion . Mucho

se podria escribir al respecto y de como muchas veces la liberacion sexual no

lo es tanto, pero resulta fundamental destacar com o

hoy lasf.mas de repre-

sion pasan no solopor elcampo de l sexualidadsinopor muchos otros, y limi-

tarse a aquel no es otra cosa que una trampa para no analizar a estos

y

u

@ caciones.

3 Guinsberg,E, Larelacion hombre-cultura: eje del psicoanalisis , en Subjetiv y

uLw

Mexico, n

1,1991,

reproducido en la2a

ed

del libro

No confittop~uico,..,p.

cit

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Com o ya mucho se ha escrito criticamente sobre la institucionalidad

analitica, sus miembros y sus sentidos, no resultanecesario repetirlo ni des-

tacar com o las novedades que se producen dentro del mismo no pasa de

detalles, tecnicas, etcetera -que incluso pueden ser validas e interesantes-,

pero siempre dentro de un contexto donde lo central de la relacion hom -

bre-cultura y el sentido critico y cuestionante ha sido desvalorizado o aban-

donado. Aunque los planteos de Fromm no son los seguidos en este articu-

lo, es muy valiosa una observacion de su primera epoca (los 30),que Marcuse

recupera y aqui se cita por entenderse que describe de manera muy clara la

ubicacion del psicoanalisis tradicional (aunque no solo de este). Escribe

Marcuse, en un capitulo que critica al revisionismo neofreudiano y den-

tro de este al mismo Fromm: Fromm ha dedicado un admirable ensayo a

'Las condiciones sociales de la terapia psicoanalitica' en el que muestra que

la situacion psicoanalitica (entre el analista y el paciente) es una expresion

especifica de 'tolerancia burguesa-liberal' y com o tal depende de esa toleran-

cia en la sociedad. Pero detras de l tolerante

rtitud

del amlista hezltral se

esconde el wspetopor los tabzis sociales de l

b~rgzresia '.~'

o

ya perceptible

en ese momento es mucho mas evidente casi medio siglo despues, y es lo

que explica el desinteres en el estudio de la incidencia de la cultura en la

subjetividad y sus conflictos -con lo que se evitan riesgos y posturas real-

mente criticas a nivel global-, el no develamiento de los filtros sociales

(existentes en los propios analistas), el exito con pacienteslanalizandos de

sectores altos y del poder no problematizados en sus formas de existencia

al

no

tocarse puntos ciegos , e t~ ete ra .~ '

s

sin dudas un

psicoanalisis hm es t ica h

(entendiendosepor domesticacion la contraposicion al caracter subversivo

Marcuse, Herbert, Erosy

civilizacidn

Joaquin Mortiz, Mexico, 1986. p.249. Lacita que

hace e

Fromm

la tom ade Zei& urSozialforsdiungW,1935,374-375. Subrayado mio).

Un claro ejemplo al respecto lo muestra unaanalista de la muy institucionalAsociacion

Wicoanalitica Argentina que obsenro como la problematica delTerrorismo de Estado era

llevado por algunos de los miembros de un gm po terapeutico a una relacion padre-hijo,

reconociendo que este es el tema al cual estan acostumbrados a pensar en psicoanalisis

porque, en realidad, no saben como pensar la dimension social como producto de toda una

ideologia terapeutica (Puget,Janine, Wolenciasacia y psicoanalisis. Delo ajeno

esnuctur nte

a lo ajeno-ajenizante , en Puget, Janine

y

E & , Rene (comps.), I/FohciadeES*?doypsicorma-

lur( (Centro Editor de AmericaLatina,Buenos Aires, 1991,p.

41).

U n comentario critico de

este libro lo hago en Reaparicih y continuacion de una problematica central , en revista

Subjetivihdy

Cultura

Mexico,

n. 2, m a m de 1992, p. 79).

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de lapeste que para Freud

er

el psicoanalisis,pesteque ayer, hoy y siempre im-

plica laconsideracion critica de los efectos de

c d

cultura sobre el psiquismo).

El

marco lacanianoik~canista3~

iene en cuenta la importancia central de

la relacion hom bre-cultura, pero tambien aqui es imposible o muy dificil

encontrar, dentro de su profusa produccion bibliografica, estudios sobre la

incidencia de una cultura concreta de un momento concreto, reduciendose

al senalamiento

estntctural

de las limitaciones que toda cultura produce en

los deseos de los individuos y los conflictos consiguientes. Ademas esto lo

hacen a traves de formulaciones muy generales, buscando las mas de las

veces frases irnpactantes y altisonantes asi com o juegos de palabras mas que

comprension y elaboracion de la problematica.

N o es este el lugar para un anaiisis y discusion sobre las causas del auge

lacaniano/lacanista (mucho mas de este) en los uitimos anos,34 ero si resulta

importante destacar como su desarrollo (mas cuantitativo que cualitativo)

tiene todas los caracteres de las modas intelectuales , y al ser estas siempre

expresiones del espiritu de una epoca resulta imperioso

analizar

que (y10 a

quienes representan). Ya en otro mom ento proponia pensar que si, para

muchos, la posmodernidad parece ser algo muy similar al desencanto ,

esta nueva lectura de F reu d no resulta de alguna manera la version psico-

logico-psicoanalitica de la posmodernidad, en la que es perceptible un siempre

presente estado de malestar, angustia, desencanto, desilusion, etcetera, asi

como la practica ausencia de salidas y una especie de espiritu de resignacion.

Casi una coleccion de materiales sobre el malestar en la cultura neoliberal

pero destacando sintomas, estados y vivencias presentados de manera

historica y universal. estara aqui al menos una parte de la explicacion

del por que de tal auge: el perm itir que los sectores intelectuales ilustrados

(no solo psicoanalistas) se identifiquen con un conjunto de vivencias que

comparten y viven, pero sin que se entienda a estas com o expresiones de

una epoca concreta-lo que permite aprovechar sus supuestas ventajas- y

viendolas como consecuencia del insoluble conflicto hombre-cultura, y que

por ser insoluble no tiene ninguna salida?

Com o yahicieraen otros lugares, diferencio

mbos

terminos de manera semejante al que hace

Castel entre psiw analiis

y

psiwanalismo,

y

wnsiderando como lacaniano a quien procesa y

wnoce seriamente las aportaciones de Lacan

y

como lacanista aquienes siguen una moda,

repiten tt?rminos que no siempre manejan adecuadamente, etc.Las criticas que se hacen en el

am hilo de manera alguna implican negar el valor de muchos de los aportesdeLacan.

%A lgo e dice sobre ello en el articulo La relacion hombre-cultum... y en el libro Norma-

hh confictopstquico, ronrrolsocial p.

283

y SS.).

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Una lucida critica al respecto sintetiza claramente tal postura:

H e a q u i la promocion del inmovilismo llevada hasta sus ultimas con-

secuencias -podria arguir Marcuse- e n do n d e n i siquiera la critica

ambigua d e los neofreudianos se encue ntra presente, s ino solo un a

ascesis que empieza y termina en el individuo, quien parece no tener

mejor cosa qu e hacer e n la vida, mas q ue ajustar cuentas con u n ord en

simbolico desprovisto de historicidad

y

con ob je to que un icamente

puede, cuando bien la va medio decir: yaya programa 35

Un tercer comentario debe hacerse sobre los profesionales e instituciones

que -sobre todo desde fines de los

'60

hasta comienzos de los

O-,

hicieron eje en la importancia de tener muy en cuenta a la cultura en la

produccion de la subjetividad, criticando

a

la institucion analitica oficial

por no hacerlo. Tam bien ellos -por supuesto no todos pero si la mayo-

ria-, ya hace tiempo que perdieron esa preocupacion e interes, muy acor-

des con las condiciones ideologicas de la epoca: asi como fueron sensibles a

lo que se vivio en una epoca de rebeldia y convulsiones politicas y sociales

-y cayendo no pocas veces en radicalismos y posturas mas panfletarias que

cientificas-, hoy tambien lo son, casi como veletas empujadas por el tipo

de viento, y de hecho abandonan no solo tales exageraciones sino todo lo

antes visto como necesario y valido. N o lo hacen en las palabras -en las

que, aunque no siempre, siguen reconociendo su necesidad-, pero si en

los hechos, o sea en los trabajos concretos que desarrollan. Ho y la mayor

parte de quienes participaron en algunas de sus instituciones, siempre sensi-

bles

al

nuevo tipo de "realidad del mundo, intentan bucear sobre todo en

distintas perspectivas de origen frances y en puntillosidades casi sibariticas

de algunas areas esp e~ ific as?~on practico total abandono (salvo, y a veces,

Gonzalez, Fernando, "Marnise: Mas Alla De

La

Ananke", En BorjaSarm iento, Graciela

Borja Sarmientoy Garcia Canal, Maria Ines (Comps.),

ararey cultlrra

de 68 (Uni-

versidad Autonoma Metropolitana-Xochimilco,Mexico, 1991, p. 141).

6

Es lo que considero como estudios de un psicoanalisis bizantino, no porque no tengan

importancia -muchas veces si la tienen y son necesarios- sino porque no tienen en

cuenta problematicas centrales como las aqdplan teadas, o no ubican d e s estudios e investi-

gaciones en estos contextos donde su significacion puede enriquecerse o tomar otros caminos.

Escribe que la burguesia del mundo moderno es "la clase dom inante mas violentamente

destmctiva de la historia", pudiendose ver que "estos solidos ciudadanos desuozarian el

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en el discurso de algunos de sus miembros) de los problemas que antes les

preocupaban

y

hoy llegan a considerar de tiempos superados .

Triste panorama, en general, que debe sin duda alguna revertirse, aunque

parece dificil que esto ocurra en cantidad significativa porque estas posturas

responden al

eitgest

( espiritu del tiempo ) actual en todos los ambitos

intelectuales, no solo los

psicologico psicoanaliticos.

Otra problematica

sustantiva que no puede analizarse aqui pero que debe hacerse.

una fantasia o un delirio pensar que la lectura de estas paginas

puede impulsar, aunque sea a algunos, e interesarse por estos estudios?

mundo si ello fuese rentable (Berman, Msrshall,

odo o sdliuo se desvanece en elaire a

~ c p ~ e n c i e l oa ernidad:

Siglo=, Mexico, 3a edicion, 1991,

pp.

96-97 .Esto ultimo

ya

no

es

una posibilidad sino una realidad.

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