La Larga Duración

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Publicacions Universitat de Valencia is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Pasajes. http://www.jstor.org Publicacions Universitat de Valencia El orden del tiempo histórico: la Longue Durée y la microhistoria Author(s): Dale Tomich Source: Pasajes, No. 35 (Primavara 2011), pp. 78-93 Published by: Publicacions Universitat de Valencia Stable URL: http://www.jstor.org/stable/41446207 Accessed: 06-05-2015 18:40 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 132.248.132.248 on Wed, 06 May 2015 18:40:15 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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Historia tiempo

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    El orden del tiempo histrico: la Longue Dure y la microhistoria Author(s): Dale Tomich Source: Pasajes, No. 35 (Primavara 2011), pp. 78-93Published by: Publicacions Universitat de ValenciaStable URL: http://www.jstor.org/stable/41446207Accessed: 06-05-2015 18:40 UTC

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  • Dale Tomich es catedrtico de Sociologia e Historia en el

    Departamento de Historia de la Binghampton University,

    la universidad del Estado de Nueva York Su campo de estudio se centra en la sociologia histrica

    y las transformaciones a largo plazo, con especial atencin al rea de Amrica Latina y el

    Caribe y el papel de la esclavitud en el proceso de formacin de la

    economa industrial a escala mundial. Es autor de numerosos

    trabajos de investigacin y artculos en revistas especializadas. Ha publicado, entre otros,

    Through the Prism of Slavery. Labor Capital and the World

    Economy (2004).

    < Joan Brossa. La clau de la clau. Poema visual (1989)

    I y

    histrico:

    El

    la

    orden

    microhistoria

    del

    la Longue

    tiempo histrico: la Longue Dure

    y la microhistoria

    I Dale Tomich

    I Para m la historia es la suma de todas las historias posibles : una coleccin de oficios y puntos de vista , de ayer, de hoy y de maana. El nico error ; en mi opinin, estriba en escoger una de estas historias excluyendo a las dems. Fue y sera el error historizante. Fernand Braudel

    introduccin. Fernand Braudel y la longue dure En su intervencin en la conferencia inaugural del Centro Fernand Braudel de la Univer- sidad de Binghamton en 1977, Braudel haca hincapi en el carcter prctico de su con-

    cepcin de la larga duracin (longue dure) y del tiempo plural. No pretenda en modo

    alguno elaborar una obra de teora filosofar, sino ms bien organizar sus propias ideas mientras escriba El Mediterrneo (Braudel, 1978: 244-245). De la misma manera, este art- culo pretende abordar cuestiones prcticas sobre la investigacin histrica planteadas por la concepcin de la longue dure de Fernand Braudel, ms que intentar teorizar sobre Braudel o sobre las temporalidades histricas. En este sentido, se examina la longue dure como concepto de la ciencia social histrica y su utilizacin como herramienta prc- tica para la construccin de la investigacin histrica y para investigar, especificando la funcin que ocupa la larga duracin dentro del concepto de tiempo plural de Braudel

    y analizando la respuesta crtica de la microhistoria italiana a las nociones de tiempo estructural e historia serial desarrolladas por Braudel y Ernest Labrousse.

    Antes que nada, quisiera advertir que Braudel propone varias formulaciones de la

    longue dure. En este artculo me centrar en la construccin histricamente singular y geogrficamente especfica de las estructuras de larga duracin que resulta ms evidente en la primera parte de El Mediterrneo de Braudel. En mi opinin, este movimiento tem- poral se produce a travs de una interaccin social ( societal ) muy lenta, casi geolgica, con la geografa y el medio natural a muy largo plazo. Es quizs lo que Braudel denomi- na el tiempo de los sabios. Hago hincapi en esta construccin de la longue dure , por- que es la temporalidad histrica ms larga que se pueda concebir y el terreno ms exhaus- tivo para la interpretacin histrica Adems, abre el camino para la integracin de la geografa y el medio ambiente en el anlisis histrico. Al mismo tiempo, Braudel desarrolla otras formulaciones de la longue dure , por ejemplo, la descripcin que hace Ernst Robert Cur- tius del sistema cultural de la civilizacin latina desde la cada del Imperio romano hasta el siglo XIV o el tratamiento que da Pierre Francastel al espacio geomtrico de la pintura Occidental (Braudel, 2009: 179-180). De la misma manera podemos considerar la concep- cin de Immanuel Wallerstein del sistema-mundo (o sistema-mundial) como una estruc-

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    tura de larga duracin o la construccin de Ernest Labrousse de la longue dure de la economa francesa del Antiguo Rgimen. En cada caso, la longue dure es sencillamente la relacin temporal ms estable de la duracin ms larga en el problema en cuestin.

    Constituye la base estable sobre la que se fundamentan las variaciones cclicas de otras estructuras temporales, y que permite ordenar la investigacin histrica.

    Me gustara recalcar que cada una de estas formulaciones de la longue dure hace uso de las pruebas (evidence) de forma diferente y se construye segn criterios diferentes. Si llamo la atencin sobre estas diferencias, no es para argumentar una correcta interpreta- cin de la longue dure. Al fin y al cabo se trata de una herramienta metodologica conce- bida para analizar problemas especficos. Ms bien, lo que quisiera resaltar es que estas distintas formulaciones implican construcciones del tiempo que son cuantitativamente

    proporcionales y comparables y, al mismo tiempo, son cualitativamente diferentes y se basan en tipos muy distintos de fuentes. Estas diferencias son de gran importancia y se han de tener en cuenta en la elaboracin de otras temporalidades y en la reconstruccin e

    interpretacin de la totalidad de las relaciones en cuestin. Ignorar estas diferencias cua- litativas aumenta el peligro de que se cosifiquen ( reify ) nuestras herramientas conceptua- les y se las confunda con el objeto de nuestro estudio. Nos quedaramos as con un esquema de clasificacin ordenado por la longue dure que caera fcilmente en explicaciones funcionalistas ordenadas a priori por nuestras propias categoras analticas.

    En Histoire et Sciences Sociales. La Longue Dure, Braudel expone los argumen- tos a favor de una ciencia social histrica y de una concepcin de la historia adecuada a tal enfoque. Lo hace recalcando la pluralidad del tiempo histrico y privilegiando la lon-

    gue dure. Desde esta perspectiva, Braudel ataca la concepcin lineal del tiempo histrico

    y el nfasis sobre el acontecimiento que caracteriza a la historia positivista. Al mismo

    tiempo, a travs de un examen de la concepcin del tiempo histrico en las diversas cien- cias sociales, razona la importancia de la pluralidad temporal y de la larga duracin como base metodolgica para una ciencia social histrica unificada.

    El enfoque braudeliano est orientado empricamente y es a la vez experimental. Por una parte, trata de presentar a la longue dure como una relacin histrica sustantiva

    y, por otra, la propone como el andamiaje metodolgico sobre el que construye su con-

    cepcin de la historia. Emprico sin ser empirista, Braudel construye el objeto de su inves-

    tigacin a travs de un enfoque abierto que se mueve hacia delante y hacia atrs entre la investigacin emprica, la reflexin metodolgica y la reconstruccin histrica con el fin de hacer inteligible el material histrico. La longue dure ocupa un lugar central en su mtodo histrico.

    La longue dure puede parecer un concepto ambiguo que se resiste a una definicin estricta. Resulta ms comprensible si se la describe que mediante hiptesis y conceptos precisos (Braudel, 1995: 1, 23-272). Braudel concibe la longue dure como una estructura histrica real que surge de la interrelacin de la actividad humana con la geografa y la naturaleza en su sentido ms amplio. Se trata de un concepto global referido a ritmos

    temporales tan lentos y estables que se asemejan a los de la geografa fsica. La longue dure abarca y est constituida por fenmenos singulares e irrepetibles en la medida que la sociedad humana interacta con fenmenos geofsicos definidos y relativamente esta-

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    bles a lo largo de un casi inimaginable largo tiempo histrico.1 Estos fenmenos geofsi- cos que constituyen la longue dure tienen historias que van ms all de la historia humana. Como sostiene Reinhardt Koselleck, proporcionan las condiciones que hacen posible la historia humana, pero no estn al alcance de la humanidad. La humanidad slo puede aprovecharse de ellos (Koselleck, 2001: 99-100). Dentro de una amplia gama de posibili- dades, las sociedades humanas pueden responder a estas condiciones naturales de varias maneras. Pero el medio natural es muy resistente a la intervencin humana, y para los actores humanos particulares aparece como algo dado. No es fcil mover montaas o dre- nar mares. Sin embargo, estos entornos naturales estn sujetos a la accin social (socie- tal) milenaria. Braudel hace hincapi en los elementos persistentes y comunes a travs de distintas formaciones sociales a lo largo de generaciones prcticamente infinitas con el fin de conceptualizar la longue dure. Esta interaccin humana colectiva y general con la naturaleza fsica forma una temporalidad extremadamente lenta, casi imperceptible -tal vez una estructura, pero una estructura sujeta al cambio histrico.

    Esta concepcin de la longue dure es de una gran importancia sustantiva y meto-

    dolgica para la concepcin de la historia de Braudel. La mayora de los historiadores

    optan, con poco fundamento teorico, por la prioridad del tiempo sobre el espacio. Para ellos la historia ocurre en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, consideran el espacio y el tiempo como dos categoras formalmente distintas. El espacio es relegado al trasfondo del contexto en que sucede la historia. El tiempo es tratado como una categora vaca que se llena con secuencias de acontecimientos que sern ordenados y comprendidos mediante la cronologa. En esta concepcin la investigacin histrica se interesa por lo singular, porque las secuencias de acontecimientos se consideran irrepetibles y muy contingentes (como en el ejemplo clsico de Isaiah Berlin sobre la nariz de Cleopatra) y, por tanto, no se prestan a la sistematizacin (Koselleck, 2001: 96-97).

    Braudel, en cambio, recupera la complejidad de la temporalidad histrica, dando

    prioridad al espacio geofsico-social. Su concepcin hace hincapi en las caractersticas fsicas de la tierra, la geografa, los recursos naturales, los procesos materiales y la cultura como elementos constitutivos de la historia humana.2 El supuesto terico sobre el que se

    apoya la concepcin de Braudel es una historia humana formada a travs de las estruc- turas de la larga duracin. La condicin y el lmite de esa historia es el planeta que habi- tamos -un mundo fsico singular y veinticuatro horas al da. Aqu, el espacio geofsico y el tiempo histrico de la larga duracin actan como mediadores entre la historia natu- ral y la social.3 Uno y otro constituyen los apoyos y los obstculos a la accin humana, y forman el lmite histrico social contra el cual y a travs del cual acta la praxis humana

    (Braudel, 2009: 178-179). En la concepcin de Braudel la longue dure proporciona el elemento unificador

    de la historia humana. Los seres humanos hacen su historia a travs del espacio y del

    tiempo. El espacio crea el tiempo; el tiempo unifica el espacio. En este sentido, Braudel describe un mundo de textura densa y con mltiples capas espaciotemporales, que es nico porque es singular espaciotemporalmente. De hecho, es esta densidad y comple- jidad la que lo hace susceptible de anlisis. Tal concepcin evita las ilusiones de una

    concepcin de la historia puramente social o cultural y, al mismo tiempo, aumenta las

    I. Aunque Braudel elabora un concepto de tiempo estructural (es decir; de temporalidades his- tricas ms all de la interven- cin humana o social directa e inmediata) y habla de la longue dure como una estructura, hay que subrayar que no propone ningn tipo de estructural ismo. La longue dure no es una estruc- tura en el sentido sociolgico del trmino, que es un atributo fijo del sistema social (como en la sociologa de Parsons o en el marxismo de Althusser). Ni tam- poco el relato histrico de Brau- del es una gran narrativa. Ms bien, la longue dure es una rela- cin histrica ms o menos esta- ble que permite un enfoque abierto y experimental a la reconstruccin terica del cam- bio histrico mundial a largo plazo y a gran escala.

    2. En su Prefacio a la primera edi- cin de El Mediterrneo, Braudel escribe: No podra prescindir de esta historia casi sin tiempo, la historia del contacto del hom- bre con lo inanimado; no podra quedarme satisfecho con la tra- dicional introduccin geogrfica a la historia que aparece a menudo sin mucho sentido al comienzo de tantos libros... (Braudel, 1 995: 1, 20 Cf. Koselleck 2001:96-97). 3. El resultado ser un marco en el que, a travs del tiempo y del espacio, se desarrolla una his- toria a cmara lenta, que permite descubrir rasgos permanentes. En este contexto la geografa deja de ser un fin en s para con- vertirse en un medio; nos ayuda a recrear las ms lentas de las realidades estructurales, a verlo todo en una perspectiva segn el punto de fuga de la duracin ms larga. La geografa puede, co- mo la historia, dar respuesta a muchos interrogantes.Y en nues- tro caso, nos ayuda a descubrir el movimiento casi impercepti- ble de la historia, a condicin, naturalmente, de que estemos abiertos a sus lecciones y acep- temos sus divisiones y catego- ras (Braudel, 1995: I, 23; Cf. Koselleck, 200 1 : 94) [p. 27 de la traduccin castellana].

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    posibilidades para el desarrollo de la ciencia social histrica, abriendo el camino para la historia medioambiental y la historia de la vida material como elementos constituti- vos de toda historia.

    Es en este contexto en el que quisiera subrayar la importancia metodolgica del con-

    cepto braudeliano de longue dure. La larga duracin es un instrumento para el anli- sis y el conocimiento histrico sobre el que se basa la concepcin de la historia y de la ciencia social histrica de Braudel. Forma una unidad social y analtica integral que le

    permite construir categoras u objetos de investigacin a travs de la relacin que mantie- nen unos con otros dentro de este campo analtico y prctico compartido. En este enfo-

    que flexible, dinmico y abierto, los objetos de investigacin se entienden no como entes con propiedades, sino como conjuntos de relaciones cambiantes que forman configura- ciones en constante adaptacin unas a otras y al mundo que las rodea a travs de proce- sos histricos definidos (Editorial, 1989: 1319-1320). Dentro de este marco, el estableci- miento de categoras relacinales -como larga duracin, coyuntura, acontecimiento, o vida material, economa de mercado, capital- y la especificacin de relaciones en el tiempo y el espacio resultan claves para el anlisis y la interpretacin.

    La longue dure es la categora analtica central en el enfoque de Braudel, debido a su papel metodolgico en la articulacin de su marco conceptual y en el establecimiento de la coherencia de su proyecto de histoire totale. En su opinion, sobre la base de las

    capas de la historia lenta se puede repensar la totalidad de la historia como si se tratara de una infraestructura. Todas las etapas, todos los miles de etapas, todos los miles de explo- siones del tiempo de la historia se entienden a partir de estas profundidades, de esta semi- inmovilidad; todo gravita en torno a ella (Braudel, 2009: 181). Para Braudel, la tarea del historiador consiste en dividir y en volver a montar luego el tiempo. Metodolgicamente, su modo de proceder consiste ms en diferenciar dentro de una unidad que en integrar dualidades. De hecho, nos recuerda, las duraciones que distinguimos son solidarias unas con otras: no es la duracin lo que es una creacin de nuestra mente, sino la frag- mentacin de esta duracin (Braudel, 2009: 198).

    La unificacin de las estructuras histricas que permite la longue dure consti-

    tuye el punto de partida para la diferenciacin braudeliana del tiempo histrico-social. Braudel elabora otras estructuras temporales de ms corta duracin a travs de su rela- cin con la longue dure. Al mismo tiempo, la longue dure proporciona el elemento uni- ficador que ordena la pluralidad de tiempos sociales en relacin uno con otro y cons-

    truye el conjunto relacional. Aunque el enfoque braudeliano estimula la investigacin sobre la gran diversidad de temporalidades histricas, l construye su modelo de tiempo plural sobre tres tipos de duraciones -la larga duracin; el tiempo cclico o coyuntura, un tiempo estructural de duracin intermedia, y el acontecimiento o, ms correctamente, el plazo (muy) corto- como una gua para el anlisis y la reconstruccin histricos. Cada una de estas tres temporalidades se concibe en relacin con las dems, no slo en cuanto a su duracin, sino tambin en cuanto a los procesos que la constituyen, su estructura y coherencia y su importancia para el anlisis histrico. Las tres juntas forman un marco

    que permite el examen de fenmenos histricos complejos temporalmente (Grenier, 1995: 235, 238-242).

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  • TEMAS 83

    Este enfoque conceptual revela totalidades temporales complejas, heterogneas, estructuradas jerrquicamente y cambiantes histricamente: ...estos fragmentos se unen de nuevo al final de nuestro trabajo. La longue dure , la coyuntura y el acontecimiento

    encajan fcilmente, porque todos se miden a la misma escala. Por lo tanto, entrar en una de estas temporalidades supone participar en todas ellas (Braudel, 2009: 198). Segn Braudel, ...si se quiere entender el mundo, hay que definir la jerarqua de las fuerzas, las corrientes y los movimientos particulares, y ofrecer luego una constelacin global. En todo momento habr que distinguir entre movimientos largos e impulsos breves, stos ltimos a partir de sus fuentes inmediatas y aqullos en el empuje de un tiempo lejano (Braudel, 2009: 182). Esta concepcin de la pluralidad de tiempos est claramente en la anttesis del tiempo homogneo, lineal y vaco de la historia acontecimiental.4 Permite

    y exige a la vez a Braudel especificar los fenmenos en el tiempo y el espacio y estable- cer las relaciones entre ellos. De ese modo facilita la comprensin terica de fenmenos histricos espacial y temporalmente complejos.5

    En este sentido, la longue dure implica una aproximacin metodolgica distintiva y una lgica explicativa que redefine la herencia intelectual transmitida desde el siglo xix. En contraste con la lgica ms convencional de la ciencia social basada en la compara- cin formal de unidades congruentes con propiedades comunes o en la infinita repeti- cin de acciones individuales, lo que se afirma aqu es que el anlisis se basa en una unidad compleja y diferenciada espacial y temporalmente, sujeta a mltiples determinacio- nes. Desde esta perspectiva, los fenmenos no se repiten. Las economas mundiales, las ciudades, los mercados, etc., son concebidos como partes constituyentes de un conjunto ms global. Ninguno es como cualquier otro. Cada uno es nico en el tiempo y el espacio y en relacin a otros fenmenos. Por tanto, los conceptos bsicos de la ciencia social his- trica reconocen la singularidad histrica de los fenmenos examinados. Es una ciencia de lo singular. Su objeto de estudio es un conjunto histrico unificado, pero complejo espacial y temporalmente, y el anlisis se centra en la formacin y re-formacin de rela- ciones a travs de escalas espaciotemporales diversas. Desde esta perspectiva, los funda- mentos de la ciencia social convencional no sirven. Hay que elaborar nuevos procedi- mientos a partir de presupuestos diferentes.

    Si nos centramos en el papel metodolgico de la longue dure , ms que en su papel histrico sustantivo, descubrimos una tensin en Histoire et Sciences Sociales. La Lon- gue Dure de Braudel. Normalmente este artculo es considerado como una especie de manifiesto a favor del tiempo estructural (la larga duracin y la coyuntura). En l, los acontecimientos parecen recibir muy poca atencin. Son explosivos. Ciegan los ojos con nubes de humo. Braudel preferira hablar de corta duracin ms que de acon- tecimiento, pero incluso sta es la ms caprichosa y engaosa forma de tiempo. La historia acontecimiental (histoire vnementielle) que critica, carece totalmente de den- sidad temporal (Braudel, 1972: 14-15). Y de hecho, la historia serial, la longue dure y la historia coyuntural son considerados generalmente como los rasgos caractersticos de la escuela de Braudel y de la segunda etapa de los Annales.

    Sin embargo, una lectura ms atenta de Histoire et Sciences Sociales nos descubre una apreciacin ms matizada del acontecimiento o de la corta duracin. Nada, en nues-

    4. La concepcin braudeliana del tiempo histrico plural y estruc- turado resuelve el dilema con- ceptual que plantea la historia acontecimiental. Si el aconte- cimiento es la nica categora temporal a nuestra disposicin, no hay manera de hablar sobre fenmenos temporales diversos y complejos de diversa duracin y sobre las relaciones que los abarcan. La Revolucin francesa se describe a menudo como un acontecimiento. La toma de la Bastilla, la huida del rey aVaren- nes y el Juramento del Jeu de Paume tambin son aconteci- mientos. Si se considera la Revo- lucin como un acontecimiento, resulta que tiene la misma estruc- tura lgica que sus elementos constitutivos.Todos son aconte- cimientos, que se definen sim- plemente por tener la propie- dad de un principio y un fin definidos, un "antes" y un "des- pus" mnimos, que constituyen su unidad (Koselleck, 1985: 1 06). Son intemporales, excepto en referencia a una cronologa externa. La Revolucin tal vez pueda entonces ser vista como un acontecimiento de aconteci- mientos, en cuyo caso su estruc- tura temporal se establece por la recapitulacin de sus partes. Est constituida y a la vez se explica por secuencias (contingentes) narrativas de acontecimientos con principios y finales arbitrarios. Desde esta perspectiva, la Revo- lucin no tiene estructura, y las herramientas disponibles para explicarla resultan, en el mejor de los casos, muy limitadas. 5. Es evidente que hay diferen- tes clases de estructura, como hay tambin diferentes clases de coyuntura, y la duracin de cada estructura o coyuntura puede variar La historia acepta y descu- bre mltiples explicaciones, y lo hace por desplazamientos verti- cales, de un plano temporal a otno.Y en cada plano se produ- cen tambin conexiones y corre- laciones horizontales (Braudel, 1 995: 1, 1 6) [p. 23 de la traduc- cin castellana].

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    tra opinin; escribe Braudel, se acerca ms al corazn de la realidad social que esta opo- sicin vvida, ntima, constantemente recurrente, entre el instante y la larga duracin (Brau- del, 1972:13). En medio de su argumentacin sobre la importancia excepcional de la longue dure , Braudel recupera el acontecimiento o el corto plazo. Esta apertura al acontecimiento no se expresa con mayor claridad en ningn otro sitio que en el mismo Mediterrneo : Los acontecimientos son el efmero polvo de la historia: cruzan su escenario como pavesas voladoras; brillan un momento para, inmediatamente, volver a la oscuridad y tal vez al olvido. Bien es cierto que cada uno de ellos, por muy breve que sea, aporta un testimonio, ilumina algn oscuro rincn de la escena o, incluso, una vasta panormica de la historia. Y no solamente de la historia poltica, pues todo paisaje histrico -poltico, econmico, social y hasta geogrfico- se ve iluminado por el sbito resplandor del acontecimiento. No me considero, en absoluto, enemigo jurado del acontecimiento (Braudel, 1995: II, 901; pgs. 335-336 de la traduccin castellana).

    Aqu, la consideracin del acontecimiento por parte de Braudel atrae nuestra aten- cin hacia la pluralidad del tiempo social ms que hacia la misma longue dure. Fuera del

    tiempo plural, el acontecimiento nos ciega con nubes de humo. Pero dentro de la plu- ralidad del tiempo social, encuentra su lugar, por limitado que sea, a travs de su relacin con la totalidad cambiante de temporalidades. En palabras de Braudel, Cada 'realidad actual' es la conjuncin de movimientos de diferente origen y ritmo. El tiempo de hoy se

    compone al mismo tiempo del ayer, del anteayer y del antao (Braudel, 1972:21). Desde esta perspectiva, el valor excepcional de la longue dure reside en su papel de ordenar

    conceptual y prcticamente la relacin entre diversas temporalidades dentro de la totali- dad del tiempo social. En efecto, en sus observaciones sobre los anlisis biogrficos que hizo Sartre de Tintoretto y Flaubert, Braudel sugiere que el estudio de un caso especfico puede llevar de la superficie a las profundidades de la historia. En su opinin los estudios de Sartre resultaran ms adecuados si le hubiese dado la vuelta al reloj de arena en los dos sentidos, del acontecimiento a la estructura y, despus, de las estructuras y los modelos al acontecimiento (Braudel, 1958: 751).

    EL TIEMPO PLURAL Y LA HISTORIA SERIAL: ERNEST LABROSSE Debido a la influencia de El Mediterrneo, la concepcin braudeliana del tiempo plural domin la historiografa francesa durante la llamada segunda etapa de los Annales , entre 1956 y 1968, estrechamente asociada, por otra parte, con la prctica de la historia serial (Aguirre Rojas, 1999: 141-170). En el esquema temporal tripartito de Braudel, el

    problema que plantea la historia serial resulta ms evidente en el nivel de la coyuntura. Mientras que la longue dure se centra en fenmenos singulares, la historia serial es un

    enfoque altamente cuantitativo que se interesa por la repeticin, la regularidad y la can-

    tidad. Selecciona y construye series de fenmenos, a menudo mediante operaciones esta-

    dsticas, gracias a su carcter repetitivo con el fin de identificar relaciones espaciotempo- rales estables y establecer relaciones causales entre ellos.6 Tales relaciones estructurales

    son consideradas entidades integrales, no la suma de acontecimientos singulares. A pesar de las diferencias entre los fenmenos de longue dure y los coyunturales, unos y otros

    pueden ser considerados como ejemplos de lo que Koselleck llama tiempo estructural, es

    decir, los aspectos temporales de las relaciones que no entran en la estricta secuencia de

    acontecimientos que han sido el sujeto de la experiencia (Koselleck, 1985: 107; tambin

    Grenier, 1995: 239). Al centrarse en fenmenos repetibles y regularidades estables, la his-

    6. Pierre Chaunu define la histo- ria serial como una historia que se interesa menos por el hecho individual (hecho poltico, natu- ralmente, pero adems cultural o econmico) que por el ele- mento repetido, por lo tanto integrable en una serie homog- nea, susceptible, en seguida, de ser objeto de los procedimien- tos matemticos clsicos de an- lisis de las series; susceptible, sobre todo, de enlazarse con las series que utilizan habitualmente las otras ciencias del hombre (Chaunu, 1987: 16).

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  • TEMAS 85

    toria serial pone el acento en lo social y lo econmico ms que en lo poltico y rompe con la prctica de una periodizacin determinada arbitrariamente (Pomian, 1984: 76).

    Los problemas metodolgicos que plantea la historia serial quiz aparecen expresa- dos de forma ms clara en la obra de Ernest Labrousse (1933, 1944). Labrousse estaba interesado en la historia de Francia y, sobre todo, en la Revolucin francesa. Sin embargo, abog por un enfoque cientfico de la historia a travs de la reconstruccin estadstica de series de datos econmicos y sociales, y trat de explicar los orgenes de la Revolucin francesa mediante el anlisis de los ciclos econmicos del siglo xviii y sus consecuencias. Labrousse estaba estrechamente unido a Braudel en muchos aspectos, aunque tambin haba diferencias significativas entre sus respectivos enfoques. La innovadora aproxima- cin de Labrousse a la historia de los ciclos econmicos influy en gran manera sobre Braudel, que la incorpor a su modelo en el nivel de la coyuntura (Borghetti, 202-209; Pomian, 1984: 83-92; Grenier, 1995, 243-235).

    El propsito de Labrousse no consista en reproducir un pasado histrico objetiva- mente verdadero a travs de la crtica documental, sino ms bien en desarrollar explica- ciones causales plausibles de fenmenos histricos particulares, en su caso, la Revolucin francesa. Su aproximacin experimental a la historia econmica y social se basaba en la observacin emprica y la descripcin de los materiales histricos. Sin embargo, no depen- da de la interpretacin de documentos individuales, sino del establecimiento de relacio- nes regulares entre hechos repetitivos expresados en series de documentos relaciona- dos con el fin de construir modelos explicativos. Labrousse privilegia de este modo lo

    repetitivo sobre lo singular, y la eficacia de su enfoque se deriva de la reduccin de las diversas observaciones a un tipo descriptivo invariable (Grenier y Lepetit, 1989: 1344).

    La elaboracin de modelos explicativos exigi a Labrousse la construccin de un nuevo

    objeto de investigacin y la utilizacin, para ello, de nuevas fuentes (vase Borghetti, 2005: 138-153). En lugar de los registros de negocios disponibles y los precios que se obtenan en las transacciones reales, Labrousse prefiri utilizar, en contra de la con- vencin establecida, los datos recopilados por el Estado francs en mercuriales , o lis- tas de precios de mercado. Los historiadores econmicos menospreciaban el uso de los mercuriales como fuente documental, ya que no reflejaban las actividades reales de los

    agentes econmicos. Sin embargo, Labrousse sostena que los procedimientos y los controles y balances que conlleva la elaboracin de los mercuriales eran suficientes

    para considerarlos un reflejo vlido de los precios medios (Labrousse, 1944: 12-13; Pomian, 1984: 77-78; Grenier y Lepetit, 1989: 1342, 135o).7 Despus utiliz estadstica- mente los datos de los mercuriales con el fin de construir hechos estables, homogneos, puros, eliminando todas las variaciones accidentales y los factores intervinientes. De este modo pudo constituir series homogneas de hechos que son directamente con-

    gruentes entre s. Estas series le permitieron trazar el movimiento de los precios y otros datos econmicos, y distinguir los factores econmicos de los dems factores intervi- nientes (Grenier y Lepetit, 1989: 1345-1346). Las curvas resultantes eran directamente

    comparables unas con otras, y las relaciones entre ellas se podan ordenar racional- mente para revelar los factores explicativos y especificar las condiciones que dan cuenta de situaciones histricas particulares.

    7. Labrousse sostiene que slo los mercuriales, basados en una considerable masa de transaccio- nes, efectuadas al menos de una semana a otra, o de feria a feria, por profesionales del mercado que usaban las mismas calidades y seguan los mismos procedi- mientos, supervisadas por inte- reses concurrentes y expurgadas de los pequeos errores produ- cidos por la ley de los grandes nmeros, pueden expresar la tendencia de los precios en toda la elasticidad del mercado en cuestin y permitir el clculo de un precio medio mensual o anual. Gracias a ellos, y por medio slo de ellos, se pueden encon- trar despus de emplear contro- les y elaboraciones... medias representativas del conjunto de transacciones durante todos los meses a lo largo de todo el ao. Los libros de cuenta slo pro- porcionan episodios de esta his- toria (Labrousse, 1 944: 1 2- 1 3).

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  • 86

    En sus dos obras mayores, Esquisse du mouvement des prix et des revenues en France au xvuf sicle (1933) y La crise de l'conomie franaise la fin de l'Ancien Rgime et au dbut de la Rvolution (1944), Labrousse analiza los movimientos de los precios y de los

    ingresos en la economa francesa del siglo xviii y ofrece la exposicin clsica de las crisis cclicas del Antiguo Rgimen. En estas obras reconstruye minuciosamente las fluctuacio- nes del precio del trigo y de otros bienes de subsistencia de la masa de la poblacin, as como las de los ingresos y los salarios durante el siglo xviii. Y distingue entre el movi- miento a largo plazo, las oscilaciones cclicas y los movimientos estacionales. Sin embargo, su anlisis no es slo econmico. Tambin analiza las consecuencias de estos movi- mientos de los precios para diferentes categoras sociales -nobles, eclesisticos, burgue- ses y, sobre todo, campesinos. Cada movimiento tiene un efecto social especfico, mien- tras que en conjunto todos ellos modifican la posicin de las diferentes categoras sociales. De este modo Labrousse trata de establecer relaciones causales entre los movimientos de los precios y sus efectos sobre las diferentes categoras sociales. Su procedimiento ana- ltico identifica los mecanismos que crean las crisis tpicas de la economa agraria del

    Antiguo Rgimen y demuestra los orgenes econmicos y sociales de la Revolucin fran- cesa en una coyuntura especfica de ciclos a largo plazo e intermedios, junto con los ciclos

    agrcolas a corto plazo (Labrousse, 1933: esp. II, 640-642; Pomian, 1984: 80-82; Borghetti, 2005: 209-270). Esta violenta coyuntura incidi negativamente sobre la subsistencia y los

    ingresos de las clases populares, sobre todo de los campesinos, ya que llev a los propie- tarios, la Iglesia y el Estado a incrementar las exacciones sobre la poblacin.

    Para Labrousse la temporalidad es a la vez un instrumento de investigacin y un

    principio organizador de los procesos histricos. Una poderosa herramienta analtica

    que le permite reconstruir los movimientos temporales y los ciclos econmicos e iden- tificar rupturas, aceleraciones y retrocesos. Sin embargo, su estrecha identificacin de lo conceptual y lo real provoca algunas rigideces en su enfoque. Una herramienta esta- dstica -la media- es el vnculo entre la realidad de las cosas y la representacin cons- truida por el discurso cientfico. Su construccin estadstica del movimiento real debe- ra dar lugar a un anlisis capaz de detectar mecanismos econmicos representativos (Borghetti, 150, 186-187, 190; Grenier y Lepetit, 1989: 1351). Segn Labrousse: el cono- cimiento estadstico -con sus elaboraciones de medias y de medias de medias, tan cerca de lo concreto y a la vez lo ms representativo posible- es a su manera una conceptuali- zacin de lo real (Le prix du froment en France au temps de la monnaie stable (1726- 1913 ). Rdition de grands tableaux statistiques. Introductions et notes par E. Labrousse, R. Romano, F. G. Dreyfus [Paris, 1970], XLV), citado en Grenier y Lepetit, 1989: 1351). Gre- nier y Lepetit sugieren que esta perspectiva crea un grado de ambigedad en la obra de Labrousse, quien en ocasiones parece tratar la media a la vez como una abstraccin y como una realidad efectiva (Grenier y Lepetit, 1989: 1351).

    La estrecha identificacin entre lo real y lo conceptual en el enfoque de Labrousse crea dos tipos de dificultades para el anlisis histrico. El procedimiento metodolgico de Labrousse implica la construccin de hechos estables, la elaboracin del objeto de inves-

    tigacin y el anlisis de los factores explicativos. Construye un modelo de la interaccin entre precios, produccin, beneficios y salarios no para establecer leyes causales univer-

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  • TEMAS ?

    sales, sino para analizar la causalidad de los efectos particulares de movimientos econ- micos especficos (Borghetti, 121). Al privilegiar el precio, Labrousse identifica correcta- mente los movimientos de los precios de varias duraciones y amplitudes y construye tem-

    poralidades. Trata de determinar la importancia econmica distintiva y los mecanismos

    particulares de accin de cada movimiento temporal y, despus, de reconstruir las rela- ciones entre los movimientos particulares (Borghetti, 191-193). En la utilizacin estads- tica de los datos para construir el objeto de investigacin, los movimientos cclicos se

    constituyen en relacin con el movimiento de la longue dure . Del mismo modo, las varia- bles sociales se constituyen en relacin con el precio a travs de las diferentes catego- ras de ingresos, salarios, etc.

    El modelo de Labrousse, por tanto, est orientado unilateralmente hacia el movimiento de los precios, ms que hacia el de la longue dure. Sin embargo, los precios no tienen capa- cidad explicativa en este esquema y de aqu deriva una primera dificultad. Los precios son considerados ms bien como el resultado de la oferta y la demanda, es decir, como algo dado, por lo que no se los analiza como una relacin histrica. El modelo labroussiano aborda los efectos de los precios, pero no toma en consideracin lo que produce el precio ms all del simple juego de la oferta y la demanda. Como lo social se construye como efecto de lo econmico la articulacin de lo econmico y lo social es unilateral y pierde su valor explica- tivo. La temporalidad especfica de lo social desaparece, y las mismas relaciones econmi- cas se tratan unilateralmente sin tener en cuenta las determinaciones sociales. Como el modelo se aproxima tan estrechamente a lo real, resulta difcil evaluar los datos. Lo peli- groso de este procedimiento es que el orden de causalidad y la estructura de dependencia se pueden constituir a priori en la formulacin del objeto de estudio. En tal caso, los diver- sos movimientos se integran funcionalmente en torno a la longue dure , que asume la primaca causal. Lo que supone, por tanto, una tendencia a la tautologa. Tanto el enfoque como sus categoras temporales se pueden cosificar ( may be reified). Las explicaciones causales corren as el riesgo de verse reducidas a descripciones de los mecanismos revela- dos por las mismas series (Grenier y Lepetit, 1989; 1352-1355; Borghetti, 193-194).

    A pesar de estas tensiones y ambigedades, el manejo estadstico de hechos repeti- bles por parte de Labrousse le permite establecer relaciones econmicas y temporales regulares y estables y resaltar las causas y condiciones estructurales de la Revolucin. Sin embargo, tambin crea una segunda dificultad. Las mismas hiptesis de su enfoque producen necesariamente un residuo de hechos inestables y no repetitivos que son exter- nos a las categoras explicativas. Este residuo slo se puede explicar como secuencias de acontecimientos accidentales y muy contingentes, que no se pueden integrar en su modelo y deben ser explicados por otros medios. Esta dualidad entre regularidades e irregulari- dades, estructuras y acontecimientos es evidente en las conclusiones que extrae Labrousse de su anlisis de la Revolucin francesa: ...las caractersticas generales de las crisis en la economa del Antiguo Rgimen, la concordancia con la que se manifiestan, su agravamiento en 1789 [que se puede] atribuir a la violencia del movimiento cclico y al movimiento de la longue dure, nos permite evaluar mejor la presin ejercida por el medio econmico sobre los acontecimientos (Labrousse, 1933: II, 640-641).

    Aqu las relaciones estructurales entre los ciclos econmicos explican la crisis revo- lucionaria. Los acontecimientos de la Revolucin se retiran a un segundo plano. En su

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    evaluacin crtica del trabajo de Labrousse, Grenier y Lepetit advierten que: la causali- dad accidental no aparece como un elemento que est fuera de la racionalidad explica- tiva. Ms bien es un complemento necesario para la determinacin de regularidades. Esta forma de endogenizacin es seal de una insuficiencia causal... El acontecimiento pierde su novedad creativa y el cambio ya no es una categora a tener en cuenta. En su opinin, la causalidad funcional de la regularidad se opone a la causalidad accidental. El aconteci- miento se piensa mediante el acontecimiento y se vuelve a introducir lo singular como un elemento de la interpretacin (Grenier y Lepetit, 1989: 1354-1355; Borghetti, 196-197).

    La aparicin del libro de Labrousse Esquisse du mouvement des prix en 1933 suscit fuertes crticas por parte de Henri Hauser, un eminente historiador economico francs. El debate se desarroll entre 1936 y 1939 en el marco de las reuniones del Comit Inter- national pour Ihistoire des prix} un proyecto internacional para el estudio de la historia de los precios, bajo la direccin de los economistas Sir William Beveridge y Edwin F. Gay (Dumoulin, 1990; Borghetti, 2005: 147-153). Y enfrent a la vieja historia acontecimien- tal positivista e ideogrfica con el innovador enfoque estructural y estadstico que plan- teaba Labrousse para la interpretacin histrica.

    Hauser, director de la seccin francesa del Comit Internacional, cuestionaba tanto las fuentes de Labrousse como su papel en la interpretacin histrica. Rechazaba el uso

    que ste haca de los mercuriales y sostena que los documentos privados -registros y libros de contabilidad de empresas reales- eran mejores como fuentes para la historia econmica. Adems, Hauser defenda un enfoque tradicional para el examen crtico de documentos individuales frente al enfoque estadstico y nomottico de Labrousse (Hau- ser, 1936: 37-45). Para Hauser, el objetivo de la historia de los precios consista en ilumi- nar las condiciones sociales y, en ltima instancia, en describir el tipo de vida de las

    personas (Hauser, 1936: 1-2, 61-72; Grenier y Lepetit, 1989: 1342; Borghetti, 2005: 152). En concreto, Hauser afirmaba que: ...al menos en los tiempos anteriores a la generalizacin de la civilizacin industrial, era lo accidental, de lugar o de tiempo, lo que dominaba la realidad de la vida econmica. El hombre no vive de las medias o de las variaciones de la longue dure, vive de pan real, vendido a un precio concreto por un peso con- creto en un momento concreto. Por lo tanto, cambiaremos todas las curvas del mundo por la crnica humilde en la que el secretario del tribunal, el sacerdote de la parroquia o el noble terrateniente han inscrito semana a semana el precio del grano, del vino, de la carne. El detalle infinito de estas anotacio- nes, las variaciones bruscas y mltiples que registran, nos ponen de manifiesto los hechos generales, es decir, en unas pocas de malas comunicaciones, de agricultura emprica, de sujecin a los acciden- tes meteorolgicos y, finalmente, de inseguridad poltica, el mismo setier de trigo vara enormemente de un ao a otro, a veces de un mes a otro y de una parroquia a la vecina (Hauser, 1936: 72).

    La historia, afirmaba Hauser, es la nica ciencia de lo particular (Hauser, 1936:

    71; Grenier y Lepetit, 1989, 1342; Pomian, 1984: 77). En respuesta, Labrousse insisti en el valor del hecho repetitivo, en su enfoque esta-

    dstico y en las nuevas perspectivas que ste ofreca para la historia econmica y social:

    ...aqu lo repetitivo tiene ms valor humano que lo accidental. En historia econmica, a diferencia de lo que ocurre en otras ramas de la historia, todo lo que es importante se

    repite (Labrousse, 1944: 171; Grenier y Lepetit, 1989: 1351; Pomian, 1984: 78). En el curso

    del debate, el enfoque de Labrousse acab imponindose. Hauser y la vieja historia de los

    acontecimientos nunca fueron capaces de hacer frente plenamente en sus propios trmi-

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  • TEMAS 8
  • po

    procedimiento experimental y analtico cuyo propsito es revelar factores que hasta enton- ces haban permanecido inadvertidos (Levi, 1991: 95-97; Revel, 1985: xi, xv-xvi).

    En este sentido, la prctica microhistrica supone una intensa experimentacin meto-

    dolgica e historiogrfica con el corto plazo, lo local y lo particular. Es como si los micro- historiadores estuvieran mirando intencionadamente por el extremo equivocado del teles-

    copio. Esta inversin radical de perspectiva y la reduccin de escala iluminan relaciones

    y procesos que de otro modo permaneceran ocultos. La microhistoria trata de revelar el contexto social en el que un hecho aparentemente anmalo o insignificante cobra signi- ficado cuando se ponen al descubierto las incoherencias ocultas de un orden aparente- mente unificado (Levi, 1991: 107).9

    Mediante el anlisis de las contradicciones dentro de sistemas normativos prescrip- tivos y opresivos, la microhistoria busca una explicacin ms realista de la accin social. No hay un mecanismo automtico por el que los actores se alineen ellos mismos con los cambios y las transformaciones estructurales. Al contrario, toda accin social se consi- dera resultado de la negociacin, la utilizacin, las elecciones y las decisiones constantes de un individuo frente a la realidad normativa, que, aunque sea omnipresente, permite, no obstante, muchas posibilidades de interpretacin y libertades personales (Levi, 1991: 94 [p. 121 de la traduccin castellana]; Histoire et sciences sociales. Un tournant critique, Annales , 1989: 1320). Las estrategias individuales y colectivas, las elecciones y la transac- cin se interpretan en estrecha relacin con su contexto pero no se pueden reducir a este ltimo. El enfoque microhistrico se preocupa por el ejercicio de una libertad relativa ms all, pero no fuera, de las coacciones de sistemas normativos (Levi, 1991: 94). Esta pers- pectiva individualizadora produce resultados que poseen lo que Ginzburg describe como un margen especulativo insuprimible (Ginzburg, 1992: 96-125, esp. 105-107).

    conclusin: la ordenacin del tiempo histrico En la interpretacin que me propongo, los resultados de la investigacin microhistrica se

    pueden ver como lo individual histrico general.10 Cada ejemplo o escenario microhist- rico es necesariamente diferente de los dems y ninguno se puede reducir a las condicio- nes generales. Todos los ejemplos son puntos -densos espacial y temporalmente, comple- jos y polidricos- de convergencia, confluencia y concentracin de mltiples temporalidades. Quiz podemos ver aqu las razones de Braudel para querer compendiar el acontecimiento en la estructura compleja y voltil del corto plazo. Los microhistoriadores nos han llevado ms all de la comprensin del acontecimiento como una simple estructura temporal con un principio y un final distintivos que son interpretados a travs de la narracin. En reali- dad podemos ver en la obra de los microhistoriadores lo que Reinhardt Koselleck llama la

    contemporaneidad de lo no contemporneo. Esta perspectiva lleva a una redefinicin radi- cal del contexto. Ms que el trasfondo externo sobre el que se despliega el corto plazo, la longue dure y la conjoncture estn presentes activamente como factores estructurado- res que dan forma a las coacciones y a las posibilidades.

    El microanlisis permite de este modo acceder a situaciones y escenarios muy par- ticulares y locales en los que se forman los agentes sociales y se despliegan las estrategias para la accin social. Nos permite contextualizar a los actores en la interseccin de ml-

    tiples niveles espaciales y temporales y establecer las condiciones y relaciones especfi-

    9. Levi contina: La reduccin de escala es una operacin experimental debido precisa- mente a este hecho de suponer que el perfil del contexto y su coherencia son aparentes y saca a la luz esas contradicciones que slo aparecen al alterar la escala de referencia. Esta clarificacin puede darse tambin inciden- talmente, como ha observado correctamente Jacques Revel, aumentando la escala. La elec- cin de microdimensiones sur- gi como resultado directo de la preponderancia tradicional de la interpretacin macrocontex- tual, frente a la cual era la nica direccin experimental posible que poda tomarse (Levi 1 99 1 : 1 07 [p. 1 37 de la traduccin cas- tellana]).

    1 0. En el original, the world his- torical individual. Tanto aqu como en otros pasajes del art- culo, me ha parecido ms opor- tuno traducir world por general en vez de por mun- dial. N.d.t.

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  • TEMAS pi

    cas que forman actores y acciones. Da as contenido especfico a la afirmacin de Marx de que los hombres hacen la historia pero solo del modo en que les es posible hacerla. Sin embargo, y con perdn de Giovanni Levi y de los microhistoriadores, lo microhist- rico no es ms real que otros niveles de anlisis espacio-temporal.11 Es tambin una reconstruccin. Solo que es capaz de mayores grados de complejidad (a expensas de su

    rango de aplicabilidad) y resulta ms adecuado para algunos problemas. El proyecto microhistrico descubre la discontinuidad y la heterogeneidad que es

    necesariamente una parte del tiempo plural. Lo microanaltico, el temps court , man- tiene su individualidad. Los resultados de anlisis microhistricos fragmentarios y sin-

    gulares no se pueden transferir automticamente a esferas estructurales ms generales, y viceversa (aunque se producen necesariamente a travs de una a otra). Si nos detuvi- ramos aqu, conseguiramos la reconstruccin terica de complejos histricos especfi- cos, la reproduccin de lo individual histrico general como la concentracin de muchas determinaciones. Tal reconstruccin histrica es una parte necesaria de la ciencia social histrica general: el anlisis concreto de la situacin concreta tal como lo planteara un

    pensador del siglo xx. Pero la cuestin no es la particularizacin. En los presupuestos metodolgicos de

    la ciencia social histrica general, de una perspectiva de sistemas mundiales, obtene- mos conocimiento mediante el movimiento continuo de ida y vuelta entre lo general y lo concreto, lo macro y lo micro, la repeticin y la diferencia. Lo que los microhistoriado- res todava tienen que hacer es, en palabras de Braudel, darle la vuelta al reloj de arena por segunda vez, es decir, invertir el procedimiento metodolgico y examinar la larga duracin y el tiempo estructural a travs de la lente del corto plazo, de lo local, de lo particular, para hacer lo que Michael Zeuske considera que debe ser la microhistoria: his- toria general desde la perspectiva de lo individual (Weltgeschichte aus der Perspektive von Menschen , Zeuske, 2006: 9).

    Tal procedimiento recuerda las observaciones de Terence Hopkins sobre el movi- miento entre el primer plano y el segundo plano. Reflexionando sobre el enfoque meto- dolgico del anlisis de sistemas mundiales, Hopkins escribe:

    Tengo en cuenta el movimiento entre el primer plano y el segundo, en el que si se vuelve a enfocar lo que fue el primer plano se convierte en segundo plano y si se vuelve a enfocar de nuevo, lo que era el segundo plano se convierte en primer plano. Para nosotros, el movimiento primer plano-segundo plano parece tener lugar entre las relaciones sociales y los actores, entre el rol y la relacin. Creo que la rela- cin metodolgica con la que trabajamos es que nuestras unidades de accin slo pueden ser consi- deradas como formadas, y continuamente re-formadas, por las relaciones entre ellas. De manera per- versa, a menudo pensamos en las relaciones slo como lo que va entre los puntos extremos, las unidades de accin, como si fueran estas ltimas las que hicieran las relaciones, cuando son las relaciones las que hacen las unidades. Las relaciones, en general, son nuestros primeros planos y las unidades de accin son nuestros fondos o segundos planos. En ciertos momentos del anlisis resulta indispensable, por supuesto, cambiar el foco y concentrarse en las unidades de accin, pero creo que olvidamos demasiado a menudo lo que hemos hecho y fallamos en volver a cambiar el foco (Hopkins, 1982: 149).

    En contraste con el enfoque de sistema-mundo de Hopkins y con otras historias estructurales, las estructuras de larga duracin son consideradas normalmente como segundo plano y las estructuras de corta duracin y las unidades de accin como pri- mer plano. Sin embargo, las diferencias de escala son diferencias metodolgicas, no onto- lgicas. La inversin de este tratamiento de la relacin entre segundo plano y primer pla-

    1 1 . Me parece que la microhis- toria se mueve ms firmemente hacia las ramas no cuantitativas de las matemticas con el fin de ofrecer representaciones ms realistas y menos mecanicistas, ampliando as el campo de la indeterminacin sin rechazar necesariamente elaboraciones formalizadas (Levi, 1 99 1 : 1 09. La cursiva es ma, D.T).

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  • 92

    no es a la vez posible y necesaria si queremos comprender las relaciones espaciotempo- rales asimtricas y de varias capas que forman las unidades de accin. (De hecho, en estos trminos, podemos considerar la innovacin de Braudel justamente como una de estas inversiones -tomando la longue dure como primer plano ms que como segundo.) El

    enfoque microhistrico s parece mantener abierta esa posibilidad.12 Sin embargo, como advierte Hopkins, no hay que cosificar (reify) las unidades de

    accin ni tratarlas fuera de las relaciones a travs de las cuales se forman. En la medida en

    que vemos las unidades temporales de observacin de manera cuantitativa, es decir, como unidades de tiempo homogneo de duracin variable, estas unidades son congruentes entre s y, por tanto, comparables. Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que existen diferencias cualitativas entre tales unidades. No slo se constituyen de manera diferente, sino que encarnan diferentes lgicas explicativas. En consecuencia, no se pueden simple- mente trasplantar o sustituir unas por otras. Ms bien, debemos tener en cuenta tanto las similitudes como las diferencias cuando cambiamos las relaciones primer plano-se- gundo plano y nos movemos continuamente hacia adelante y hacia atrs entre los diferen- tes niveles de anlisis para comprender las relaciones espaciotemporales estructuradas de forma compleja que constituyen el mundo social histrico (Borghetti, 2005: 167).

    Esta inversin de procedimiento permite comprender mejor el carcter complejo, alta- mente mediado e histricamente irregular de los procesos histricos generales. Los cuales nos revelan cmo las temporalidades estructurales y cclicas no producen resultados uni-

    formes, sino diferencia local y heterogeneidad global, e incluso resultados que van en con- tra de la tendencia general. Son procesos al mismo tiempo unificadores y diferenciadores.

    Darle la vuelta al reloj de arena por segunda vez nos permite volver al conjunto his- trico general, reconstruirlo mediante la compleja interrelacin histrica de fenme- nos. La perspectiva de la longue dure y el anlisis histrico general nos permiten ir y vol- ver sistemticamente de las relaciones especficas a las generales y, tomando como punto de partida renovado la relacin concreta, la interrelacin histrica, la interdependencia y la formacin mutua de complejos especficos de relaciones dentro del conjunto histrico

    general. Aqu la jerarqua metodolgica no implica una jerarqua causal. No hay una estructura causal fija. El movimiento de ida y vuelta implica el manejo de escalas espa- ciales y temporales y la utilizacin de diversas estrategias analticas e interpretativas den- tro del marco que ofrece la longue dure , dependiendo del problema particular en cues- tin (Aguirre, 1999: 200). Tales procedimientos implican un doble movimiento. Nos

    permiten especificar relaciones histricas particulares y procesos en el tiempo y el espa- cio a la vez que reconstruimos la complejidad espaciotemporal del conjunto histrico

    general. De este modo podemos reconstruir la economa mundial como un todo histrico concreto y, mediante la incorporacin de la unidad y la diferencia producida histrica-

    mente a escala general, reconstruir las relaciones profundamente mediadas e histri-

    camente desiguales de procesos histricos mundiales como los que vivimos.

    Traduccin de Antoni Furi

    1 2. Carlo Ginzburg, sostiene que Aunque las pretensiones de conocimiento sistemtico puedan parecer cada vez ms inverosmi- les, no necesariamente hemos de abandonar la idea de totalidad. Al contrario, la existencia de una rela- cin profundamente arraigada que explica los fenmenos super- ficiales se ve confirmada en el mismo momento en que se afirma que no es posible el cono- cimiento directo de tal conexin. Aunque la realidad pueda pare- cer opaca, hay zonas privilegiadas -seales, pistas- que nos permi- ten penetrar en ella (Ginzburg, 1989: 123).

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  • TEMAS 93

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    Article Contentsp. [78]p. 79p. 80p. 81p. 82p. 83p. 84p. 85p. 86p. 87p. 88p. 89p. 90p. 91p. 92p. 93

    Issue Table of ContentsPasajes, No. 35 (Primavara 2011) pp. 1-141Front MatterEditorial [pp. 2-5]TIENE FUTURO EL MODELO SOCIAL EUROPEO?La nueva perspectiva de la Europa social [pp. 6-12]Quiere Europa ocuparse del futuro de su modelo socioeconmico? Puede hacerlo? Europa o los Estados? [pp. 13-27]Lecciones aprendidas y cuestiones abiertas: El Estado del bienestar en los pases post-comunistas miembros de la UE [pp. 28-39]Podemos mantener el modelo social europeo en el cambio de poca? [pp. 40-51]El modelo social europeo: la frgil produccin poltica de un proyecto social comunitario [pp. 52-66]El modelo social europeo y las transformaciones derivadas de la presencia estable de inmigrantes [pp. 67-77]

    TEMASEl orden del tiempo histrico: la Longue Dure y la microhistoria [pp. 78-93]Un intrprete del Brasil: Gilberto Freyre [pp. 94-103]Novela negra y revolucin en Cuba: Primero muerto..., una novela bifronte: de revolucionaria a neo-policial [pp. 104-112]El increble caso de las fosas de Valencia [pp. 113-121]

    LIBROSUn retrato penetrante [pp. 122-126]El original siempre ser superior [pp. 126-133]La idea de la historia residual [pp. 134-137]De pertinente lectura, de conveniente crtica [pp. 138-141]

    Back Matter