La Educación superior en Perú; 1988 - UNESDOC...

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MONOGRAFIA CRESALC CENTRO REGIONAL PARA LA EDUCA- ClON SUPERIOR EN AMERICA LATI- NA Y EL CARIBE REGIONAL CENTER FOR HIGHER EDUCATION IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN CENTRE REGIONAL POUR L’ENCEIG- NEMENT SUPERIEUR EN AMERIQUE LATINE ET LES CARAIBEC.

Transcript of La Educación superior en Perú; 1988 - UNESDOC...

MONOGRAFIA

CRESALC CENTRO REGIONAL PARA LA EDUCA- ClON SUPERIOR EN AMERICA LATI- N A Y EL CARIBE REGIONAL CENTER FOR HIGHER EDUCATION IN LATIN AMERICA A N D THE CARIBBEAN CENTRE REGIONAL POUR L’ENCEIG- N E M E N T SUPERIEUR EN AMERIQUE LATINE ET LES CARAIBEC.

LA EDUCACION SUPERIOR EN PERUJ

Héctor Lujan Peralta Mario Zapata Tejerina

CRESALC-UNESCO Caracas, Febrero 1988

Las opiniones miudas en el presente trabajo ron Iu de sus autores y no se corresponden necesarumentc con el punto dr visu de la UNFSCO

hblicdo en las Oficinas del Centro Regionai para la Eduucion Supenor en Amenca Lirtina v el Gnk

Apartado Posul62090. Caracas, 1060-A, Venezuela ( C R E S A L C - U N E S C O )

ISBN. 980-604841-X

INDICE

Página

rr PRESENTACION ...................................................................... INTRODUCCION .................................................................... DESARROLLO HISTORICO La Univmidad Colonial ............................................................... Período Inkd: Pm’odo DO~~II~CO ..............................................

La Univeroidad del Siglo M I .................................................... El Siglo XVIII .........................................................................

La Universidad Republicana del Siglo XIX ....................................... La Universidad del Si0 XX ......................................................... El Proceso CurntitaOvo de la Educación Superior en los os 25 Años ................................................................

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universidad seglar ..................................................................

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11 13 14 15 17 19 21

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ORGANIZACION DEL SISTEMA DE EDUCACION SUPEMOR GRADOS Y TITULOS QUE CONFIERE Subsistema de Escuelv e Institutos de Educación Superior no Univmi& ............................................... M Escuelas e Institutos Superiores ................................................... 30

Otras Instituciones ................................................................... 31 Subsistema Univmiurio ............................................................... 31

FORMAS DE GOBIERNO EN LA EDUCACION SUPERIOR Gobierno en el Subsistema de Educación Superior no Univmitario 3ó Gobierno en el Subsisuma Universitario .......................................... 37

EL ACCESO A LA EDUCACION SUPERIOR SITUACION ACTUAL DE LA EDUCACION SUPERIOR Matrícula ................................................................................... 42

Distribución por Región ............................................................ U Dumbución por Arca del Conocimiento y Duración de las Carrera .. 14 DUtribuUón según Sexo ............................................................ 47

Rendimiento en la Educación Superior ............................................ 47

Institutor superiores Pcdpgógicos ................................................ 30

.......

Distribución por Sector y por Tipo de InrtiniUón .......................... 42

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Pcrsod Docente ........................................................................ Magnitud y Distribución por Sector de Genión y Tipo de Instituciones ............................................................. Dedicación .............................................................................. cvren Docente ...................................................................... OrgrnizPción Gmnd ...............................................................

......................................... Financiamiento de la Educación Superior Aspectos Legales ...................................................................... El Guu, Público en Educación Superior ....................................... Distribución de los Aportes del E d o por Grupos de Instituciones .. Esaucnva del Gato en las Universidades Públicas .........................

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49 50 50 52 53 53 55 57 1

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Servicios Esnidianda .................................................................. 58 Progrpmpr de Aairtencia Estudiantil y de Orientación ...................... 58 El Movimiento Estudiantil ......................................................... 62 h invert;gOaón Científica y Tecnológica ......................................... 63 Las Wtuciona de E d d n Superior y la Invatigaci6n Científica y Tecnológica .......................................... 63 La lavatigoción y la Erwásnta .................................................. 69

LaEsuduou de la Educación Superior ............................................ 72 Planta Física y Equipamiento ......................................................... 76

MECANISMOS Y REALIWCION EN EL CAMPO DE LA COORDINACION Y COOPERACION IIUTERINSRKJCIONAL A n d e n t c s .............................................................................. 78 M&mos A d a de Coordinación y Cooperación Inrewtinicionai .................................................... 81 Mecanismos de Coordiarción Inurinstitucional Establecidos en la Nueva Ley Universitaria ....................................................... 85 Convenios interinstituciondes ....................................................... 85

PERSPECTIVAS FUTURAS a

Acciona de Proyección Interinstituciod sobre Planificación

Acciona de Estudio y Elaboración de Proyectos EspeAks de Intaés intainstituciod. Orientador Principalmente a Impkmentar Disposiciones Establecidas en la Nueva Ley UniVeni de 1983 ......... 88

ANEXOS .................................................................................. 91

I .

y Daurollo ............................................................................... a6 a

E

PñESEMACION

La ppwnie monografía . f o m parte del conjunto de esiudios que ziitne desarro- llado y pLbltcarulo PI CRESALC sobrr el eslado de la educación supmior en 10s paLse.c dc Am.P'ncn Laiinri J PI Carihr. Dichos esiudios han stdo peparados a pariir de un rs- qiwma comiín. ron la fitmlidad rtP qw coniribuvan al cnnocimienío de cada siiuación @riuular J siniaii p r a análkic comparaiiíio sobrr 1at siiuacicmes, iendpruim p m - pwtirias dr lo rdwación superior r n lo reguín

El esiudio del caso peruno ha sido elaborado por la Comisión Nacional Inicr- universiiaria (CONAI). bajo la responsabilidad dcl ingeniero Hécior Luján Peralto. Pre.c&ntr dr la Comisión Nacional intrruniversitark y Rector de la Unirwrsdad Na- cional dx Trujillo, del ingrntero M a n o Zapata Tajerim, ex-Recbr dx lo I.'niiwrsi- dad Nacional Agraria, L.a Molina.

IA situación rlp la edimuión superior en Pení parece caracterizarse por faciort-s rimilares a los qw se han st-íuzlario para el caío dr oir0.s paises de América Laiina, principalmente el gran crecimiento de la muírícuiu en las últimas décadas, lo cuul hn incldldo en la diverifuación de lar instilucioms y generado problemas de acceso de los esíudianies a ese r a i d educaíivo. Pero la pesltllp Monografúl h e referencia especl/i- ca a O~TQS impmianies pobiemn, relacionados con aspecios mganizativos, esladhiicos F legales.

Esprramo.t qiu la pubiuación de esie irabajo y SII dfución permilirán a los in- zmligadores y a los responsables de i a s políluac de educación superior, coniur con un material importunie no sólo para el conocimitnto del caso peruano $no tumbin como rlrmenio comparaiiiin de la siiimción rtP esie niiiel edtuaiiiin con la dp otros paises dr la repón.

Antonio Pavuali CRESALC-UNESCO Diciembre 1987

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IIVTRDDUCCION

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La educación en el Perú ha sido fuertemente afectada por una serie de fac- tores, relacionados con los diversos cambios que ha venido experimentando el país en las últimas décadas. Los factores que podrían considerarse como principa- les, po r la magnitud de su incidencia son:

a) el crecimiento demográfico del país, que pasó de 10.4 millones de habitan- tes en 1961, a 14.1 millones en 1972 y a 18 millones en 1984 -ocasión en la que se realizó el último censo demográfico- esperándose para el año 2000 una población de 27 millones;

la migración de las áreas rurales a las ciudades: en 1961 el 53% de la pobla- ción habitaba en áreas rurales, en 1984 esta proporción bajó a sólo el 31 % ;

la grave crisis económica que afecta al país, el que está atravesando por el momento más bajo de su historia económica, como consecuencia de los si- guientes elementos determinantes: i) la caída de los precios de la mayoría de los productos de eXpOrtaCiÓn, a niveles sólo comparables con los de la gran depresión del año 1930; ii) la magnitud de la deuda externa del país; iii) los graves desastres climáticos del año 1982; y iv) las políticas inadecua- das de diversa naturaieza aplicadas en las últimas décadas.

Como consecuencia de los problemas antes resumidos, la educación supe- rior del país, particuiamente la universitaria, afronta dos problemas fundamenta- les que, a su vez, originan otros de segundo orden.

El primero de los problemas tiene que ver con el crecimiento explosivo de la matrícula, resultante del crecimiento demográfico y de las demandas para de- mocratizar la educación, que se generan desde el inicio de la década del 50, crean- do presiones a partir del incremento explosivo en el número de egresados de la educación secundaria que se da en h década del 60, así como del deseo de una mayor proporción de estos egresados, para seguir estudios superiores. C o m o re- sultado de dichas presiones, cerca de un tercio de los egresados de secundaria son admitidos en las universidades, pasando la matrícula total en estas instituciones, de aproximadamente 30.000 alumnos en 1960, (distribuidos en 10 universidades) a 110.000 en 1970 y a 350.000 en 1984 (distribuidos en 35 universidades en fun- cionamiento).

La educación superior, que a inicios de la década del 60 era en el Perú casi de exclusiva responsabilidad de las universidades -e1 80.3% de la matrícula total correspondía a estas instituciones- ha mantenido esta característica, de tal manera que para 1984, sólo el 21.2% de su matrícula total pertenece a instituciones no universitarias, las que pueden agruparse en tres tipos:

b)

c)

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a) Institutos y Escuelas Superiores;

b) Institutos Superiores Pedagógicos; y

c) Otro tipo de Instituciones de Educación Superior.

E n tanto los dos primeros tipos de instituciones antes mencionados están bajo la supervisión directa del Ministerio de Educación y de su administración di- recta cuanto se trata de instituciones públicas, el tercer tipo de instituciones de- pende de diversos Ministerios o sectores de la Administración Pública, así como de organismos privados, se rige por normas legales específicas y, en general, exis- te poca información estadística centralizada en relación a ellos. Las universidades, por otro Iado, son todas autónomas y mantienen una coordinación central a car- go de la Comisión Nacional Interuniversitana (CONAI), convertida reciente- mente en la Asamblea Nacional de Rectores por la Ley No. 23.733 promulgada

Los problemas principales relacionados con el análisis de la situación de la educación superior en el Perú están así relacionados principalmente con aspectos organizativos, estadísticos y legales. E n el aspecto organizativo, la descripción antes reseñada de la educación superior no universitaria, dependiente en parte del Ministerio de Educación y en parte de otros organismos estataies y no estata- les, sin una coordinación general centralizada, y a su vez, casi totalmente aislada de la coordinación central de las universidades, multiplica las fuentes de informa- ción a las que hay que recurrir.

, a fines de 1983, aúncuando todavía no totalmente implementada.

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E n relación a los problemas de tipo estadístico, sólo el subsistema univeni- tario mantiene una información estadística más o menos actualizada, aun cuando no completa. El Ministerio de Educación no dispone de información centralizada referida a muchos aspectos de los institutos y escuelas superiores que administra y carece, casi totaimente, de la información rclacionad~ con Irr instituaoncs de este tipo del sector privado. Finalmente, no existe organismo alguno que central¡- ce la información estadística relacionada con los centros de educación superior no universiuria que no están bajo In supervisión ddMinistcrio de Educada.

E n el aspecto legal, la autonomía que reconoce la Constitución Política del Perú a todas las universidades les permite planificar su desarrollo sin la necesidad de tomar en consideración a las demás instituciones de educación superior. Con- secuentemente, es casi imposible realizar proyecciones a futuro, en relación a las diversas características del desarrollo integral de la educación superior en el país.

Dentro de este panorama general, se ha tratado de recopilar la información necesaria para ofrecer al lector de este estudio una descripción del sistema de educación superior del Perú, ajustándose, en lo posible, al patrón general pro- puesto por el Centro Regional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (CRESALC) a fin de que sus características pupian ser fácilmente com-

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parables a las que se describen en los informes respectivos de los paises hermanos de Latinoamérica y el Caribe. C o n este propósito, parte importante de la infor- mación presentada tuvo que recolectarse y prepararse específicamente para este informe.

El presente estudio ha sido elaborado en la Comisión Nacional Interuni- versitaria (CONAI), hoy Asamblea Nacional de Rectores, organismo de coordi- nación de la universidad peruana, en respuesta a la solicitud del CñESALC. La responsabilidad par la preparación del documento estuvo a cargo del ingeniero Héctor Lujín Peralu, en esa opomhidad Presidente de la Comisión Nacional Interuniversitaria y Rector de la Universidad Nacional de Trujillo, y del ingenie- ro Mario Zapata Tejerina, ex-Rector de la Universidad Nacional Agraria, La MQ- lina.

Hécror L uján Pedta

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DESARROLLO HISTORICO

La Universidad Colonial

La historia de la universidad en el Perú comienza el mismo año en que el conquistador Don Francisco Pizarro, en busca de lugar apropiado para fundar la capital de lo que se llamó Nueva Castilla y que posteriormente constituyó el Vi- rreynato del Perú, fundó el pueblo de Jauja en 1533, reservando en ella sitio para la universidad. Al considerar, posteriormente, la ubicación de Jauja como incon- veniente’para la ciudad capital, se escoge nueva ubicación para esta capital, fun- dándose la ciudad de Lima el 18 de enero de 1535, ocasión en la cual también se señala el lugar que ocuparía la universidad.’

Las guerras iniciales con los indios y entre españoles impidieron concretar el proyecto de la universidad. Sin embargo, la preocupación por contar con una universidad se mantuvo, principalmente en las congregaciones religiosas. Es así como en el Convento del Rosario de los Dominicos, en Lima, se encontraba ya en funcionamiento para 1549, un Estudio General. Este hecho está probado con la carta por la que, en dicho año, el Príncipe Consorte D o n Maximiliano aproba- ba la donación de un pedazo de calle que el Cabildo de la nueva ciudad de Lima había hecho en favor del Convento de los Dominicos, con el fin de habilitar espa- cio para dicho Estudio General,’ y con el acta de la Reunión del Capítulo de los Dominicos realizado en el Cuzco en 1548.’

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1. E n julio de 1ó47 el Rector de la Universidad de Lima remitió ai Rey de Espatia, una relación histórica de esta Universidad, preparada por fray Antonio de la Calancha. en la que se Ice el párrafo siguiente: “ D o n Francisco Pizarro, entonces solo Gobernador de lo que se limaba la Nueva Castilla, escogiendo para ciudad principal y cabeza de este reino d pueblo de Jauja. en la sierra, cuarenta y cuatro leguu, este oes- te. de lo que hoy es la ciudad de Lima, xíialó dií, en conformidad con los poderes que trajo del Empera- dor Carlos Quinto, sitio y casa para Universidad el úio 1533 y, por ser con condición que, si pareciere más conveniente a las dos Magestades y Reyno, escoger otro país para la tal ciudad, cabeza del Reyno,. . . fundó ata ciudad en 18 de enero de 1535, como todo consta por auto de don Francisco Pizarro, su fecha ese mismo día, mes y año, que está en el libro primero de este cabildo, rcílaló sitios para iglesia y lugares públicos, siendo de los principales el de la Universidad; esto no mvoefectopor entonces, ya por las con- tinuas guerras con los indios, ya por las dteraciones de traidores y guerras civiles”. Original en el Archi- vo de Indias. en el 70-1 -1 7. Tomado de Universidad Naciond Mayor de San Marcos. “IV Centenario de la Fundación de la Universidad Real Pontificia y de su vigorosa continuidad histórica”. 282 páginas, Lima. 1950.

2. E n la Real Cédula firmada en Cigales po r D o n Muimiliano, se lee lo siguiente: “Para que el Presidente e Oidores del Perú provean lo que vieren p o r conveniente, sobre que el monasterio de Santo Domingo, de la ciudad de Los Reyes, pide que se le confirme cierta donación. El Rey-Presidentes e Oidores del Perú de la nuestra Audiencia Real de las provincias del Perú.. . e visto por esa dicha ciudad y C&ildo de elir la necesidad que había de mír sitio, les hizo donación de un pedazo de calle e dello les hizo escri~ra de donación, como nos constó p o r un traslado de ella, de que hizo presentación. suplicindome, atento a lo susodicho, e a que sin el dicho pedazo de calle. no se podía compadcscer el dicho monasterio, ma- yormente habiéndose de hacer un Colegio y Estudio General en dicho convento, por la gran necesidad que había en esos Reynos, fuese servido de la hacer merced de confirmar e aprobar la dicha dona- ción ...” Original en el Archivo General de Indias, Libro 6de Reales Cédulas. Legajo titulado Lima 566, , folio 172. Tomado de Eguiguren. Luis Antonio. Historia de la Universidad. Tomo 1. La Universidad en

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La universidad de Lima fue finalmente fundada por Carlos V, por Real Cé- dula del 12 de mayo de 1551, en la que se da, al Colegio que funcionaba en el Mo- nasterio de Santo Domingo de los Reyes, la categoría de “...Estudio General, el cual tenga y goce de todos los privilegios, franquezas y excenciones que tiene y goza el Estudio de la dicha ciudad Salamanca.. .”‘

Se dió así existencia legal al Estudio General que ya funcionaba, desde 1549. L a Cédula Real reconoce esta situación al hacerse eco de sus referencias cuando señala que en la Ciudad de los Reyes “está hecho y fundado un rnonaste- rio de su Horden en el que ay buen aparejo para se hazer estudio general.. .‘

El dos de enero de 1553, en solemne ceremonia realizada en el Convento del Rosario de los Dominicos de la ciudad de Lima, se leyó el texto de la Cédula Real de fundación, reconociéndola sin vicio ni sospecha, mandándose cumplir y guardar en nombre del Emperador. Se reconoció así el funcionamiento legal de la Universidad, que de hecho se encontraba en funciones desde 1549.6

el Siglo XVI. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Publicación del Cuarto Centenano. 1 .O52 páginas. Lima 1951.

3. E n las Acus y Ordenaciones de la Reunión del Gpítulode br Dominicos, redida en el Convento del CUZCO, el 1 o de Julio de 1548, sc lec: “_ . . En el título de las instituciones, instituyen lo primero, en el Convento de Lima, un Estudio Generaien la forma que hoy se ve, aunque no con tanto número de úte- dras. y lenores como aora, hoy tiene dos Rcgcnur primero y segundo: cuatro cidras deTeología. mes de Escolittiu, y una Escritural. otra de lengua general del Perú, que llaman Quechua, un maestro de Es- tudiantes y tres lectores de Artes. ..” Mclende. Juan. Teforos Verdaderos de las Indias. G p . IV. Libro 11. Páf. 121. Ciudoen:Eguigurm.LuUAntonio.Op.cit.

4. En el ihro N’6 de Reales Cédulas, en el Legajo Lima 566, ioiio 182 vuelto, se encuentra La Real Provi- sión del 12 de mayo de 1551, por la cual Carlos V crea la Universidad de Lims. en la cual se lee: “Don Carlos e Doña Juana su Madre. Por cuanto fray Thomv de San Marón, de la Orden de Santo Domingo. Provincial de la dicha Horden en las Provincias del Perú, nos ha hecho relación que en la ciudad de los Reyes, de las dichas Provincias, esu hecho y fundado un monasterio de su Horden, en el cual ay buen aparejo para se hazer un Estudio General, el cud sería m u y provechoso en aquellas tierras, parque los hilos de los vecinos de ella serían doctrinados y enseñados y cobrarían habilidad ... tenemos por bien y es nuestra merced e voluntad que en el dicho monasterio de Santo Domingo de la dicha ciudad de Los Reyes por el tiempo que nuestra voluntad fuercen el entretanto que da horden como está en otra parte donde más convenga en la dicha ciudad pueda haber y haya el dicho Estudio General, el cual tenga y goce de todos los privilegios, franquezas y excenciones que tiene y goza el Estudio de la dicha ciudad de Salananca, con tanto que, en lo que toca a Ir jurisdicción, se quede y esté como ahora esrí y que la Uni- versidad del dicho Estudio. .. Dado en la Villa de Valladolid a XII días del mes de mayo de 1 MDLl años. La Reina. Refrendada de Samano. Señalada del Marquez, Gutiemez Velísquez, Gregorio Lopez. San- doval, Hernan Perez. Riva de Neira. Briviesca”. Tomado de Eguiguren, Luis Antonio. Op. cit.

5. Eguiguren considera que el senalamiento en la Real Cédula de fundación de la Universidad de Lima, que en el Monasterio de Santo Domingo “ay buen aparejo parase hazer un Estudio General” sólo puede ha- cer referencia a todas las facilidades ya disponibles en aquel entonces, para el desarrollo de la actividad docente, incluyendo el factor humano, lo que sólo se explica si se acepta que ya estaba funcionando el Estudio General. Eguiguren, Luis Antonio. O p . cit.

6. “La Audiencia Gobernadora en posesión de la Real Cédula de fundación, resolvió darle cumphmiento. El dos de enero de 1553 en el salón Capitular del Convento del Rosario, presentes el Presidente de la Au- diencia Licenciado Andrés Cianu. el Licenciado ..... los oficiales redes y otros cabllleros de lustre; es- tando auvudos los claustros con los doseles de las grandes fiestas, a campana taiida, según uso y cos- tumbres, se anunció un gran acontecimiento. Los vistentes reconocieron la Cédula sin vicio ni sospe- cha, la besaron, i poniéndola sobre su cabeza autoridades y prelados, se mandó guardar y cumplir a nombre del Emperador”. Tomado de Eguiguren, Luis Alberto. “Alma Mater”pag. 98. Lima 1939.

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La Universidad nació así sólo 16 años después de ia fundación de Lima. Las primeras disciplinas enseñadas fueron Teología, Escritura, Gramática, Len- gua General y Artes. Su funcionamiento se ha mantenido hasta el presente, sin interrupciones.

D o n Antonio León Pinelo, el Cronista Mayor de Indias, recomendado por la Cámara de Indias ante Felipe IV, c o m o “versado en todas las cosas historiales tocantes a las colonias y enterado de los hechos más minuciosos de los países co- lo ni ale^",^ considera a la Universidad de Lima, hoy Universidad de San Marcos, como la más antigua de América.’

julio de 1571, la Bula confirmatoria de la creación de la Universidad de Lima. Atendiendo al pedido del Rey de EspaRa, S.S. el Papa Pío V dio, el 25 de

Inicialmente la Universidad de Lima fue la única institución de educación superior del Perú, por lo que la historia de la universidad peruana se confunde en su primer siglo, con la historia de la Universidad de San Marcos, nombre que pronto tomaría aquella institución.

Período Inicial: Período Dominico

La Universidad nace en el convento de los dominicos porque en aquella época el saber prosperaba principalmente en los claustros religiosos. L a Teología imprime sus huellas al Estudio General, como se llamaba a la Universidad de en- tonces. Pero en ella se enseña también Gramática y Arte. Los dominicos com- prendían que el poder e influencia sobre los gobiernos podía ejercerse en la me- dida en que fueran capaces de preparar una clase dirigente competente y’leal a su alma mater.

El primer Rector fue el dominico Fray Juan Bautista de la Roca, quien re- cibe la Real Cédula de fundación en 1553, cuando el Estudio General ya estaba en funcionamiento. Además de local para la universidad, los dominicos le asignan una renta anual de trescientos pesos, a los que se agregan luego cuatrocientos pe-

7. Universidad MayordeSan Marcos. O p . cit. 8. Entre los diversos argumentos que presenta Luis Albeno Eguiguren. para considerar a la Universidad

de San Marcos como la más antigua de América. está el hecho de que Antonio León Pinelo así lo seiiah. entre otros, en su famosa Recopilación de Indias. cuya autoridad fue reconocida por Cédula Real del 18 de mayo de 1680: “Por el siempre que en adelante ocurra duda, odificultad sobre la letra de dichas leyes se corrija y enmiende por él para que tenga la misma autoridad de registro y original, que asi es nuestra voluntad”. E n dicha recopilación sólo se señala la existencia de dos universidades en América: la de Lima y la de México, siqido ésta fundada con posterioridad a la de Lima (su Cédula Red de fundación está fechada 12 de setimbrede 1551). inauguríndose su funcionamiento también con posterioridad a la de Lima (el 25 de enero de 1553). En la Recopilación ya no aparece la Universidad de Santo Domingo. universidad que por lo demís. alcanzó categoría de Universidad Generd reconocida oficiaimente sólo con la Red Provisión del 23 de febrero de 1558. que se encuentra en el Archivo General de Indias en el legajoSantoDonungo899. toito99.T~rdodrUaivmibd~yordc~Mucos. @.cit.

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sos anuales asignados por el Virrey. Pronto la universidad adquiere la fisonomía de un centro cultural de gran actividad; se agrega la cátedra de Lengua indígena o Quechua. Al lado de los catedráticos religiosos se destacan también catedráticos seglares notables. Sin embargo, el Rectorado, cuyo período era de un aiio, fue mantenido exclusivamente en poder de los Dominicos.

Sólo 14 años después de su fundación, la Universidad incorpora las cáte- dras de Leyes, de Cánones y de Medicina. Desde la universidad se empieza una lucha en favor de los indios, concitando la animosidad de los encomenderos.

Entre 1569 y 1571, el Estudio General es escenario de la lucha entre los doctores laicos y los religiosos por el control de la universidad. Los graduados en España: médicos y abogados, así c o m o los del Estudio General, gravitarían en el destino de la universidad, junto a los burócratas de la Real Audiencia y miembros de otras congregaciones religiosas, para liberarla del enclaustramiento egoista que desconocía la capacidad y preparación de algunos seglares para asumir las cáte- dras universitarias.

Universidad Seglar

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Resolviendo el conflicto planteado entre catedráticos religiosos y seglares, la Real Audiencia provee el 11 de mayo de 1571, autorizando a los doctores cate- dráticos de la universidad para que celebren Claustro, en cuya reunión deberían elegir, libremente, al Rector laico. Aquella decisión, que tuvo el sentido de refor- ma, abrió las puertas de la universidad a todas las inteligencias aptas para el culto de la cultura. El primer Rector laico elegido fue el doctor Pedro Fernández Va- lenzuela, quien inició en 1571, veinte años después de la fundación de la universi- dad, su período seglar.

Por mandato del Virrey Toledo, la universidad redactó en 1571 sus Cons- tituciones y Ordenanzas (Estatutos). E n ellas se disponía que el Rector fuera lego y que desempeñaría el cargo por un año. Establecían igualmente la forma como debería otorgarse los grados; los requisitos para optar grados a los titulados de otras universidades; y otras manifestaciones de la vida de maestros y estudiantes.

C o n el advenimiento de los seglares a la dirección de la universidad, ésta desempeiió un rol menos restringido, con una obra más fecunda aún dentro del territorio limitado del saber de entonces. Para ello el Virrey Toledo le asignó una renta anual definitiva de 13.000 pesos de oro.

E n 1574 el Ayuntamiento de Lima compra un local para que sea sede de la universidad, con el fin de evitar el permanente entredicho con los dominicos por el uso del Convento. E n su nuevo local, los catedráticos bajo la presidencia del Rector Juan de Herrera, proceden a sortear el nombre del patrón de la universi- dad, habiendo salido el evangelista San Marcos. Veintitrés años después de su fundación, la universidad se identifica así con su actual nombre.

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La adquisición del local propio produjo un cambio en la atmósfera de los estudios. Desligada totalmente de los dominicos, las demás órdenes religiosas ya no encontraban obstáculos para incorporarse a la universidad. Se amplió el núme- ro de cátedras que llegaron a totalizar 17, entre las cuales estaban las de Prima de Teología, de Sagrada Escritura, de Santo Tomás y de Vespera de Teología; de Prima y Vespera de Cánones, de Gramática, de Derecho, de Lengua Quechua, de Leyes, de Filosofía y de Medicina. Muchos médicos importantes estuvieron vinculados a la universidad. El décimo y el décimo primer Rector, segundo y ter- cero entre los seglares, fueron médicos. D e los cinco doctores que autorizan las primeras constituciones de la universidad, tres eran maestros médicos que consi- deraron la forma como se debía encarar el estudio de la medicina, cuya cátedra se crea en la temprana fecha del 3 de setiembre de 1573. Posteriormente se crea dentro de la cátedra de Ames una de Filosofía Médica, que podrían considerarse como disciplinas pre-médicas. E n 1580 se redactan nuevas constituciones, que posteriormente se publican, junto con las antiguas, en 1602.

Si bien es cierto que la universidad del Siglo XVI fue dogmática, inspirada por preocupaciones confesionales, sobre todo en sus primeros decenios de vida, utilizada como medio de formar minorías dirigentes incondicionales a los desig- nios de la política de España, y que las ciencias ocuparon un lugar relativamente secundario en sus preocupaciones, es también cierro que en medio de es= defi- ciencias se alzaron tempranamente en ella voccs en defensa del indio, que ella constituyó la luz estimulante del estudio, que sin ella no se hubieran fundado otros centros ¿e estudios superiores en América.

La Universidad del Siglo X VII El inicio del siglo XVII encuentra a los vecinos de la ciudad del Cuzco

preocupados por la necesidad de contar con universidad propia, ante la lejanía de Lima y, sobre todo, ante el hecho de que por estar esta ciudad localizada en la costa, se la consideraba “enfermiza para los pobladores de la sierra que debían bajar a ella con el fin de seguir estudios universitarios”.’ En 1603 se presenta un memorial al Rey pidiendo la creación de la universidad. La iniciativa, que de mo- mento no es acogida en España, es luego recogida por los religiosos de la Compa- ñía de Jesús, culminando su gestión en la Bula in Super eminente Apostolicae Se- dis Specula, dada el 9 de julio de 1621 por S.S. el Papa Gregorio X V , que creó la Universidad Jesuíucr del Cuzco, aprobada luego por Cédula Real de Felipe IV, el 2 de febrero de 1622, con la limitación de graduar únicamente a los que hu- bieren cursado estudios en los colegios de la Compañía (de Indias y Filipinas):”

~~ ~ ~ ~

9. Archivo General de Indias. Audiencia de Lima, 305. Tomado de: Villanueva Uneaga, Horacio. La Uni- versidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco. Publicación de la Facultad de Letras y Ciencias Hu- manas. Archivo Hisróricodel Cuzco. 186 páginas. Cuzco. 1%3.

10. Vlrg~Ugme, Ruben. LosJesuiusdeIPeN. Lima 1941. pág. 92.

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La flamante universidad encuentra primero la opoticidn de San Marcos para SE instalación, y luego genera el resentimiento y enconada rivalidad del seminario de San Antonio Abad, gestores de la solicitud inicial, subsistiendo sólo hasta el ex- trañamiento de la Compañía de Jesús, ocurrido en 1767. L a insistencia del Cabil- do Eclesiástico ante el Papa y el Rey, para la creación de la universidad antoniana. culmina con el Breve de erección AetemaeSapirnrix del Papa Inocencio XII. del l ’ , de rnar7.o de 1692. que otorga al Obispo del Cuzco “la facultad de conccdcr grados de bachilleres, licenciados. maestros > ductorcs en Filowfía id;

Teología a aquellos colegiales o a otros alumnos del Colegio de Sar. Ante- nio. ... . rrey de Lima que hiciera efectiva la ejecución del citado Breve, lo que tuve' la~,i; mediante provisión del Virrey Conde de la Moncloa, del 19 de julio de 1696, qiic autoriza la fundación de la Universidad de San Antonio Abad. Durante su primer siglo el claustro antoniano contó con las facultades dc Teología y Filosofía.

’ 7 9 , . Por Real Cédula del primero de julio del mismo año, se ordend a! \‘I

Por otro lado, aun cuando siempre dominada por preocupaciones teolíir;- cas, la Universidad de San Marcos continúa su vida cultural con más 1iberr.J afanes por el estudio. Sobre el arco de ingreso de su edificio de cal >. ladrilici. sc leía “Ven’urem ... iustiriam er sl-irnriarn doc-e nic”. (Enseñami la verdad. la jucti- cia y la ciencia). En la segunda mitad del siglo se agrega a la universidad la cátedra de Matemática. que se había fundado antes fuera de filla. y la de Método de Med- cina.

En 1677 se redactan nuevas constituciones para la prmi5iGii dc Cidra\. Según Diego de León Pinelo, que fuera Rector de San Marcos (3656-58), las cáte- tedras eran provistas, en caso de vacancia, mediante el procedimiento de anunciar la vacancia por edictos durante tres meses. Vencido el término para la oposicitin de quienes se presentaban ante el Rector y los conciliares, se tomaba una prueba que consistía en dictar una lección improvisada sobre tema sacado en suerte, para luego absolver las objeciones presentadas por los adversarios. La votación para adjudicar la cátedra se efectuaba a continuación y estaba a cargo de 29 electorcs. Los estudiantes votaban conjuntamente con los doctores !- maestros, debiendo valer su voto según el número de cursos que llevaban.

La producción intelectual de los hombres de la universidad estuvo en estc siglo ligada principalmente a la teología, la literatura, el derecho, la sociología y la historia.

A fines del siglo XVII surge otra iniciativa para la creación de una universi- dad, esta vez en la próspera y floreciente ciudad de Huamanga, centro minero y de comunicaciones, en la serranía del centro del Virreynato del Perú. El 31 de di-

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1 I El remo de la Bula de Inocencio XI I y su traducción, así como el respectiuo Exequitor, pueden verse en “Anales Universitarios del Peni”, redactados y publicados por el D.D. José G. Paz Soldan. Lima, 1862. T. 11, pigs. 16-63.

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ciembre de 1680 el Rey Carlos 11 aprobó la creación de esta universidad, por Real Cédula que dos años más tarde sería confirmada mediante la Bula de breve Con- firmación respectiva.

Las primeras constituciones de esta universidad establecen como su patrón a San Cristóbal, denominando en consecuencia a la universidad como de San Cristóbal de Huarnanga. Será recién en 1703 que el Virrey Conde de la Moncloa señala “...por lo que toca al gobierno superior, mando corra la fundación de la Real Universidad de Huamanga ...’”’ iniciando su funcionamiento en 1709, con las facultades de Teología y Artes.

El Siglo XVIII Durante el siglo XVIII la universidad colonial se anquilosó, manteniéndose

bajo la influencia del ergotismo escolástico tomista, caracterizado por el desarro- llo de una enseñanza dogmática de corte aristotéiico-teológico, vinculada al sisce- ma político, religioso y cultural implantado por España en sus colonias america- nas. El Perú de esa época colonial fue, sin embargo, centro de gran actividad inte- lectual. Cieza de León, Bias Valera, el Padre Acosta, constituyen algunos de sus exponentes, que representan grandes hitos del pensamiento relacionado con las vicisitudes de pueblos en formación. Hacia la segunda mitad del siglo, la ciencia recibe más atención y difusión. Las obras “Observaciones Niuticd’, “El Nuevo Beneficio de los Metales”, “Aritmética Especulativa” de Peralta Barnuevo; o las de Eusebio Llano Zapata, “Naturaleza y Origen de los Cometas”, “Verdadero Modo de Conservar la Salud”, “Memorias Histórico-físicas Crítico Apologéticas de América Meridional”, obra esta comparable a la de Raymondi, son sólo algu- nos ejemplos al respecto.

E n 1770, por decisión del Virrey Amar, se creó el Colegio de San Carlos, por fusión de los Colegios Real de San Martín y Real de San Felipe y San Marcos. El Convictorio de San Carlos, c o m o se le conoció, ejerció notable influencia en la universidad, nutriendo su vida cultural, constituyéndose en el laboratorio de las ideas liberales que posteriormente servirían de germen para la Revolución de la Independencia, terminando por fusionarse con la Universidad de San Marcos.

U n ejemplo de las inquietudes renovadoras que se daban en la Universidad de San Marcos es don Pablo de Olavide y Jáuregui. catedrático inquieto e inno- vador cuya devoción a la libertad de pensamiento lo llevara a trabar amistad con Voltaire y otros inteIectuales franceses que trazaban nuevos rumbos filosóficos.

12. Universidad Nacional de San Cristóbal de Humuiga. “Universidad de San Crkdal de Huunuiga 1677-1977. Libro Jubilar en Homenaje al Tricenmario de su Fundación”. 270 póginas. Ayacucho. 1977.

13. Universidad NacionddeSan Crirr6bPIdeHunnunga. Op. cit.

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Formó parte de la asociación secreta creada por Miranda en París, para trabajar por la Independencia de América. Conoció y difundió la obra de los reformistas de su época, como Montesquieu, Brayle, Rousseau, el propio Voltaire y los enci- clopedistas.

José Baquíjano y Carrillo, Hipólito Unanue, Vicente Morales Duárez, en- tre otros, constituyeron dentro de la Universidad de San Marcos un movimiento de inconformes de tendencia progresista, que difundia el pensamiento de los enci- clopedistas, preparando el camino de la libertad. Funda así el periódico “EL Mercurio Peruano” que aparece el 2 de enero de 1791, con aprobación de la uni- versidad y que se convierte en divulgador de la ciencia europea, dirigiendo sus observaciones hacia la realidad peruana. Pese a que la universidad era todavía do- minada por la filosofía escolástica, El Mercurio hace conocer las teorías de N e w - ton, de Kepler, de Leibnitz, de Wolf, de Locke y de los enciclopedistas.

Fue innegable la influencia que ejercieron sobre la Universidad San Mar- quina el grupo de catedráticos liderados por Baquíjano y Carrillo, catedrático que proclamara en un discurso en San Marcos, ante el propio Virrey, el descontento de los criollos por el orden colonial. D o n Toribio Rodríguez de Mendoza publi- có en El Mercurio, el 17 de noviembre de 1791, un estudio valiente en defensa de la reforma de los estudios univeyitarios. E n 1793 las autoridades universitarias ceden ante las nuevas corrientes y aceptan un nuevo plan de estudios en el que se incorporan poposiciones sobre Descartes, Leibnitz y Newton; sobre Derecho Natural y de Gentes, sobre Psicología y Física, etc., desconociendo el aristotelis- mo medieval y la causa sobrenatural de los fenómenos de la naturaleza, según lo habían sostenido las concepciones teológicas y escolásticas. E n las postrimerías del siglo XVIIl se desencadenó, sin embargo, una persecusión contra la ciencia y las ideas venidas de ultramar y de Estados Unidos.

Los hombres de San Marcos fueron guías en el movimiento separatista de la patria. Entre ellos, Baquíjano y Carrillo, jefe de las tendencias liberales en el Perú, actuó personalmente como defensor de Tupac Amaru en el juicio que se le siguió después de su fallida rebelión independentista.

Por otro lado, don Hipólito Unanue, comprendiendo la importancia e ido- neidad de la profesión médica, solicita al Virrey Abascal que se funde el Colegio de Medicina en uno de los hospitales de Lima, donde se estudie de manera siste- matizada y en forma teórica y práctica, las materias que sirvan para la formación profesional de los médicos: Matemática, Anatomía, Fisiología, Medicina, Botáni- ca, Química, Mineralogía y Farmacia. El colegio se llamó “Real Colegio de M e - dicina y Cirugía de San Fernando”. Su contribución en la formación médica fue tan importante c o m o la prestada a la gesta emancipadora, por lo que los próceres de la independencia cambiaron su nombre por el de “Colegio de la Independen- cia”.

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San Carlos y San Fernando represenraron la insurrección ideológica y polí- tica. N o estuvo equivocado el Virrey Abascal cuando señaló que hasta las piedras eran rebeldes en el Convictorio de San Carlos. Muchos serían los episodios revo- lucionarios por la Independencia en que intervienen estos colegios, secundando la obra del libemdor don José de San Martín.

Las inquietudes emancipadoras de fines de siglo no eran exclusivas de San Marcos. La Universidad San Antonio Abad, en Cuzco, fue también campo pro- picio para que subrepticiamente se propagara el ideal revolucionario separatista. ]‘ Conocedora de esta situación la Real Audiencia del Cuzco manda, en 1798, sus- pender la facultad de esta universidad para conferir grados en Leyes, Cánones y Medicina, como represalia por el activismo antoniano.

La Universidad Republicana del Siglo XIX El siglo XIX encuentra a estudiantes y maestros de la Universidad de San

Marcos y de los Colegios de San Carlos y de San Fernando desarrollando obra importante para propagar las ideas de la causa patriótica libertaria. Posteriormen- te se mantienen contactos con los agentes de San Martín, cooperando en sus pla- nes. Cuando el 28 de julio de 1821 se proclama la independencia del Perú, uno de los lugares de su juramento fue la Universidad, en acto solemne presidido por su Rector.

Como ya se señaló, el activismo emancipador se daba también en las uni- versidades del interior de la colonia. Integrantes de la Universidad San Cristóbal de Huamanga captan al campesinado en apoyo de la revolución, formando los primeros efectivos del general Alvarez de Arenales en su campaña de Interme- dios.I5 Dos miembros del claustro universitario: Valentín Munarriz y José Anto- nio Alvarado, encabezan la jura de la independencia de Cangallo en el Cabildo Abierto celebrado en 1814. Por otro lado, en el Cuzco, quien preparó el campo del ideal separatista y lo sembró de revolución fue el Rector de San Antonio Abad, Obispo José Pérez Armendiriz. El Dr. José Angulo, jefe y nervio de la revolución de 1814 estudió en San Antonio Abad, lo mismo que muchos otros rebeldes partícipes de los diversos movimientos emancipadores que se dieron a principios del siglo XIX. Poco después de pasados los actos de represión origina- dos por el movimiento revolucionario de los hermanos Angulo y el brigadier Pu-

14. El revelador informe que sobre la situación de San Antonio Abad elevan en 1815, a nombre de la Au- diencia Red del Cuzco, los doctores Zcrnadcs, BurolomC Bedoya y Pardo, dice: “En esta capital hay un Seminario que bien sea por descuido de sus inmediatos superiores o porque los alumnos ven en su primer Jefe una conducta contraria a esta obligación política y religiosa, descubren unas ideas poco fa- vonbles a este propósito, cuyas semillas cuando Lleguen a ser pastores, se desarroüarin de un modo m u y perjudicial”. Tomado de Eguiguren, Luis Antonio. Diccionario Histórico Cronológico de la UnivmidídRedy PontificiadeSanMarcos. Lima. 1940. T. 1. píg. 225.

15. Fajardo Eyuguirre, Ramón: Valores Tradicionales de la Universidad de Huunanga. En: La Universi- dadNaciodSan Cristóbd de Huunanga 1677-1959. Aywucho 1959. Ed. F. GonzüezV.

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macahua, se expide la Real Cédula del 28 de marzo de 1816 que deja en suspenso la facultad de la Universidad de San Antonio Abad para conferir grados, corno prevención contra toda forma de agitación política. La prohibición, que práctica- mente significó el receso de la universidad, quedó vigente hasta que en 1825 Bo- lívar la suspende en “. . .Interin se pone en ejercicio el colegio de ciencias y artes que se ha mandado fundar, al que quedará desde luego reunida la dicha Universi- dad”,I6 con lo que se inicia la secularización del claustro antoniano.

E n 1821, poniendo en evidencia su devoción por la cultura, el General José de San Martín fundó la Biblioteca Nacional y, posteriormente, el 6 de junio de 1822, la Escuela Normal de Lima, disponiendo que a ella concurra cada maestro acornpaiiado de dos discípulos, con el fin de adquirir prácticas y familiarizarse con el sistema de Lancaster, basado en la enseñanza mutua, disponiendo además, la generalización del sistema lancasteriano en las escuelas.

Posteriormente, el General Simón Bolívar, preocupado al igual que San Martín en afianzar su obra emancipadora con el desarrollo de la cultura, crea en el norte del país, el 10 de mayo de 1824, la Universidad de Trujillo, con las cáte- dras de Filosofía, de Humanidades, de Ciencias Eclesiásticas, Exactas y Natura-

‘ les, y de Derecho Público y Patrio, la misma que inicia sus actividades en 1831, reabre la Universidad de San Antonio Abad del Cuzco en 1825, como se indiió antes; y crea la Universidad San Agustín en Arequipa, al sur del país, el 1 1 de no- viembre de 1828, con las áreas de Derecho, Historia, Filosofía y Literatura.

El Reglamento de Instrucción Pública promulgado en 1855 por el gobierno de don Ramón Castilla, significó una auténtica reforma universitaria en el país, exigiendo que cada universidad elaborara nuevos reglamentos propios, acomoda- dos a los postulados contenidos en él, en sustitución de las vetustas constitucio- nes coloniales que aún seguian vigentes. Castilla trató de centralizar y darle cierto ordenamiento jurídico a la vida universitaria nacional,” integrándola en un todo orgánico, dándole un sentido nemente profesionalista, lo cual motivó fuerces reacciones en contra de las universidades San Antonio Abad y de San Marcos. La oposición del claustro antoniano y su notable declinación académica llevaría al gobierno del país a secularizar dicha universidad en 1863, separándola definitiva- mente del Seminario.

El Reglamento de Instrucción Pública disponía, entre otros aspectos del ordenamiento universityio nacional, la integración de los antiguos colegios de San Carlos y de Medicina a la Universidad de San Marcos, la que quedaba consti- tuida p o r cinco Facultades: Teología, Jurisprudencia, Medicina, Filosofía y Le- tras, y Matemática y Ciencias Naturales. San Carlos abordó, con carácter exclusi- vo, la enseñanza de las Facultades de Letras, Ciencias y Derecho. Más tarde, en el Eobierno de Manuel Pardo (1876) se fundó la Facultad de Ciencias Políticas y 16. “Soldc¡Cuzco”. N’30dd23-VII-1825. 17. Badrc, Jorge. Histori.deIiRepúbliudelPerú. LimaEd. Peruaminca 1964.T. 111.

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Administrativas y, posteriormente, la de Ciencias Económicas. Por esta época ya San Marcos comprende que debe trabajar por su autonomía y por la libertad de cátedra, como se aprecia en la Memoria del Rector del año 1873.

Paralelamente se crea la Escuela Naval y la Escuela Especial de Artillería y Estado Mayor, así como la Escuela de Bellas Artes, que serviría para orientar y estimular el esfuerzo artístico del Perú.

El nuevo Reglamento General de Instrucción Pública, promulgado en 1876, durante el gobierno del presidente Manuel Pardo, dispuso el cierre de las universidades de Huamanga y Trujillo, ya que en su artículo 325 se señala que sólo las universidades de Arequipa (San Agustin) y Cuzco (San Antonio Abad) seguirán funcionando como Universidades Menores, y San Marcos como la única Mayor. Para la clausura de las universidades antes indicadas se arguye la carencia de alumnos y profesores y las penurias del fisco nacional. En 1894 se reabre la universidad de Trujillo, no así la de San Cristóbal de Huamanga, que quedaría clausurada hasta el año 1957 en que se dispuso su reapertura.

E n 1876 se crea la Escuela de Construcciones Civiles y de Minas, origen de la hoy Universidad Nacional de Ingeniería que funcionó inicialmente en el Con- victorio de San Carlos y luego en el Convento de Santo Domingo, en Lima, es- trenando su propio local recién en 1890.

E n esta forma, para fines del siglo XIX, el Perú tenía en funcionamiento cuatro universidades, una en Lima, la de San Marcos, y tres en provincias, las de San Antonio Abad en Cuzco, la de Trujillo en el departamento de La Libertad, y la de San Agustín en Arequipa; una Escuela Técnica Superior en Lima, la Es- cuela de Construcciones Civiles y de Minas; las que, con la Escuela Superior de Agricultura, creada en 1901, origen de la hoy Universidad Nacional Agraria La Molina, constituirían las instituciones de educación superior existentes en el Perú en la primera mitad del siglo XX.

La Universidad del Siglo XX

Como ya se señaló, a comienzos del siglo XX, en 1901 se crea la Escuela Superior de Agricultura y Veterinaria, que inició su funcionamiento en 1902.

E n 1901, se promulga la Ley de Enseñanu Pública, que representó un pro- greso en la administración de la educación y en La evolución de las ideas pedagógi- cas. La universidad no queda al margen de este esfuerzo de perfeccionamiento. Se reclama “un mayor esfuerzo en la educación moral del hombre que conduzca a la formación del carácter y de hábitos de trabajo y orden, sin los c u d a no pue-

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de haber ciudadanos Desde la universidad se impuisa el concepto de que la educación debía convenirse en la piedra angular de los problemas naciona- les.

La Facultad de Ciencias Políticas de San Marcos desempeáó un rol impor- unte en la obra nacional, estimulando el estudio de los problemas económicos nacionaies y defendiendo a la clase trabajadora del país. Algunas leyes sobre el trabajo fueron obra de sus catedráticos.

E n 1917 se crea, por Decreto Supremo, la Universidad Católica del Perú como la primera universidad privada existente en el país.

E n 1918 se promulga la Ley Orgínica de Enseñanza que le da a San Marcos la categoría de Universidad Mayor con seis facultades y cuatro escuelas, asocian- do a ella, con autonomía, a las escuelas de construcciones civiles y de minas, con el nombre de Escuela de Ingenieros y la Escuela Superior de Agricultura, con el nombre de Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria. Crea además, dentro de esta Universidad Mayor, la Escuela Superior de Ciencias Pedagógicas, destina- da a formar profesores y directores de colegios de enseñanza secundaria y de es- cuelas normales.

Las Universidades San Agustín, San Antonio Abad y de Trujiilo son consi- deradas universidades menores que sólo pueden tener tres facultades: de Filoso- fía, Historia y Letras; de Ciencias Físicas y Naturaies; y de Jurispnidencia y Ciencias Políticas.

Se establece la representación de los alumnos en el Consejo Universituio, constituida por dos delegados que deben ser, sin embargo, doctores o titulados. El Rector es elegido por una Asamblea de delegados de las facultades, en la que no participan alumnos. L o s catedráticos de las universidades son a dedicación puciai, por horas; si bien hay autonomía económica y administrativa, lo autono- mía académica está m u y limitada por la especificación, en la Ley, de las asignrtu- ras que deben dictarse en cada facultad o escuela. Se pueden crear universidades particulares sin autorización del Estado pero sus grados y títulos carecen de valor oficial.

Entre 1918 y 1983, año de promulgación de la última Ley Universitaria, la educación superior en el Perú ha sufrido una marcada inestabilidad legal que se ha caracterizado, principalmente, por la casi alternancia de dispositivos legaies normativos dados p o r gobiernos democráticos y por gobiernos dictacoriales, que han totalizado 9 leyes principales, con un promedio de vigencia de sólo 8 &OS.

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18. UnivenidrdMarordeSuiMPrcos. Op. cit

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A través de estos dispositivos legales, se puede advertir la conceptualiza- ción de la universidad que tuvieron los gobiernos que se han sucedido en el país. Los fines y objetivos, organización académica y administrativa, deberes y dere- chos de los docentes y discentes, y régimen económico de la universidad reflejan m u y claramente posturas conceptuales, con frecuencia m u y cambiantes, acerca de la universidad. Conceptudizaciones que corresponden a una etapa crucid de la actividad académica del país, que se inicia con los movimientos estudiantiles de la Reforma Universitaria de 1919 y que se extienden en el curso de las décadas subsiguientes, Jcanzándose progresivamente las conquistas de la autonomía uni- versitaria, la libertad de cátedra y el cogobierno estudiantil.

E n el Estatuto Universitario de 1928, se reconoce a las universidades autonomía pedagógica, administrativa y económica; se admite por primera vez la presencia estudiantil directa en los órganos de gobierno de la universidad, a través de un re- presentante; se reconoce a San Marcos como Universidad Nacional en tanto que las tres restantes son consideradas como universidades regionales con posibilidad de tener sólo dos facultades e institutos; se establece el Consejo Nacional de En- señanza Universitaria, con funciones de coordinación, integrado por cuatro dele- gados nombrados por el Gobierno y un delegado de cada universidad oficial o es- tatal; se dispone que sólo podrán fundarse universidades particulares cuando cuenten con autorización del Consejo Nacional de Enseñanza, las que serán no profesionales.

En 1931, como consecuencia de la agitación estudiantil que imperaba en la Universidad de San Marcos, se amplía la participación del alumnado en el cogo- bierno de esta universidad, a un tercio del total de los integrantes del Consejo Universitario. U n año después, sin embargo, ante los graves disturbios ocurridos en esta universidad y la acusación, por el Gobierno, de sus conexiones con la in- surrección de la Marina de Guerra del país, se dispone la clausura de la Universi- dad de San Marcos.

El Estatuto Universitario, dado por Ley del año 1935, suprime la represen- tación estudiantil en los órganos de gobierno de las universidades. San Marcos, reconocida como Universidad Mayor, cuenta con cinco facultades: Derecho y Ciencias Políticas, Ciencias Médicas con tres escuelas, de Medicina, de Odonto- logía y de Farmacia, un Instituto de Altos Estudios Médicos, y una sección de Obstetricia y Enfermería; Ciencias Biológicas, Física y Matemáticas, Letras, y Ciencias Económicas; el Instituto Superior de Cultura; el de Biología, y Patolo- gía Andina, y otros institutos de investigación. Las universidades San Agustín, San Antonio Abad y de Tmjillo son consideradas universidades menores, bajo la supervisión de San Marcos, con el fin de uniformar la enseñanza universitaria y los métodos disciplinarios, y sólo podrán contar con tres facultades: de Letras, de Ciencias Biológicas. Física y Matemáticas y de Derecho. Los planes de estu- dios de estas universidades deben ser similares a los de San Marcos. La Universi- dad Católica del Perú es también colocada bajo la supervisión de San Marcos,

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tanto en lo referente a sus planes de estudio cuanto a los procesos de admisión de nuevos estudiantes. Finalmente se establece que en todas las universidades será requisito para el otorgamiento del bachillerato y del doctorado la presentación de trabajos de investigación.

L a Ley Orgánica de Educación de 1941, que norma también la ensenan2.a superior, mantiene a San Marcos como Universidad Nacional Mayor y como universidades regionales con sólo tres facultades, a las tres universidades restan- tes. Se separan de San Marcos a las Escuelas de Ingenieros y de Agricultura y Ve- terinaria, así c o m o a la Facultad de Teología, que quedan con total autonomía. Se reconoce plenamente la autonomía académica, administrativa y económica dc las universidades. Sin embargo, en la Universidad Católica, única universidad particular existente para esa época, los planes de estudio y el ingreso de estudian- tes se mantienen bajo la supervisión de San Marcos y los exámenes de grado se rinden ante jurado presidido por un delegado del Ministerio de Educación.

El Estatuto Universitario de 1946 es el primer instrumento legal no regla- rnentista que rige a la universidad peruana. Reconoce el mismo nivel y los mis- m o s derechos a las cuatro universidades nacionales, con autonomía académica, administrativa y económica en cada una de ellas, restableciendo el cogobierno cs- tudiantil en la proporción del tercio. Por primera vez se establece el régimen dc' estudios flexibles, aun cuando sólo para una parte del currículum de estudios. Sc establece la carrera docente universitaria y la necesidad de la renovación pcribdica del nombramiento de profesores y catedráticos. Asimismo, por primera vcz. sc' establece la presencia de docentes a tiempo completo, aun cuando sólo en i.1 m;i xima categona de la carrera docente, que corresponde a la de catedrático. Las au- toridades universitarias deben ser a tiempo completo.

Los colegios de enseñanza secundaria fueron federados a la universidad iic su respectiva zona, con el propósito de coordinar mejor el tránsito entre la ensr- ñanza secundaria y la superior.

Al año de asumir el gobierno del país la dictadura del ochenio. que sc iniciO en 1948, se suprimió el cogobierno estudiantil en las universidades, se derogó el Estatuto Universitario de 1946 y se restableció el de 1941. La ley respectiva reco- noce, por primera vez, a la Universidad Católica del Perú el mismo nivel y atri- buciones que corresponden a las universidades nacionales.

En 1955 la Escuela Nacional de Ingenieros es transformada en Universi- dad, creándose además la Universidad Nacional San Luis Gonzaga en el Depar- tamento de ica.

L a Ley Universitaria de 1960 es el primer instrumento legal que establece con claridad la triple función universitaria de enseñar, realizar investigación cien- tífica y proyectarse a la comunidad a través de acciones de extensión cultural. Restablece el cogobierno estudiantil en la proporción del tercio del total de sus

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integrantes, en los diversos órganos de gobierno de la universidad. Crea los de- partamentos académicos, pudiendo ser alternativa a las cátedras. E n la carrera do- cente suprime la categoría de catedrático y establece cinco categorías docentes,

. con renovación periódica de sus nombramientos: Ayudante, Jefe de Prácticas, Profesor Auxiliar, Profesor Asociado y Profesor Principal. Por primera vez se es- tablece la preocupación que deben tener las universidades para que sus profesores sean a tiempo completo y, en lo posible, a dedicación exclusiva. Se enfatiza en la necesidad de que la universidad realice investigación científica, creándose un Consejo de Investigación en cada universidad, y escuelas de altos estudios en las universidades que tengan los recursos para establecerlas. Por primera vez, se esta- blece la gratuidad de la ensenanza universitaria. Se crea la Universidad Nacional Agraria en base a la antigua Escuela Nacional de Agricultura. Se establece el Con- sejo Interuniversitario, constituido por todos los Rectores de las Universidades del país, como órgano de coordinación de la labor universitaria.

Entre 1960 y 1965, se produce una expansión notable en el número de uni- versidades del país, creándose 18 nuevas universidades, incluyendo la reapertura de la Universidad San Cristóbal de Huamanga. D e estas nuevas universidades i i son públicas, de las cuales dos se fusionan en 1970, y siete son privadas, con lo cual se triplicó, en sólo seis años, el número de universidades pre-existentes.

Entre 1966 y 1971 se produce una segunda expansión en el número de uni- versidades aunque más débil que la anterior, creándose 4 universidades públicas y dos privadas.

En 1969, luego de establecerse la dictadura militar que gobernó el país de 1968 a 1980, se promulgó la Ley Orgánica de la Universidad Peruana, que signifi- có un cambio radical en la concepción de la universidad en el Perú. Se establece el Sistema de la Universidad Peruana como la agrupación formal de todas las uni- versidades del país y de los órganos de dirección y coordinación correspondien- tes, transfiriéndose al sistema parte de la autonomía académica, administrativa y económica que habían tenido las universidades. Se dotó además el Sistema de A u - tonomía Normativa, entendida como la facultad de promulgar el Estatuto de la Universidad Peruana en base a esta ley, que fue bastante general, el mismo que normaría el funcionamiento de todas las instituciones del sistema. El máximo or-

' ganismo del sistema denominado Consejo Nacional de la Universidad Peruana (CONUP) y, posteriormente, Comisión Nacional Interuniversitaria (CONAI), estaba integrado por los rectores de las siete universidades más antiguas del país, rectores representantes de las diversas regiones universitarias del país y de las uni- versidades privadas. Sus funciones eran las de planificar a nivel nacional el desa- rrollo de la universidad peruana y de coordinar las acciones interinstitucionales, supervisando el funcionamiento de las universidades integrantes del sistema. Su responsabilidad se ve aún más fortalecida si se tiene en cuenta que era encargado de distribuir el presupuesto asignado por el Estado al sistema, entre las universi- dades públicas y las privadas que recibían subsidio estatal. Su opinión favorable

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era requisito indispensable para dictar leyes que creaban nuevas universidades. Para el mejor cumplimiento de sus fines, el Consejo es dotado de tres Direccio- nes: de Planificación Universitaria, de Evaluación de Universidades y del Fondo Nacional de la Universidad Peruana, esta última encargada de la administración presupuestal.

La panicipación estudiantil en el gobierno de las universidades fue reduci- da significativamente, a sólo dos representantes en el Consejo Universitario y a un cuarto del total de integrantes de la Asamblea Universitaria. Se estableció la organización departamental, con departamentos académicos que cumplían la tri- ple función de enseiíar, realizar investigación científica, y proyección social a la comunidad, sirviendo a los programas académicos, pero sin formar parte de ellos. Los programas académicos sustituyeron a las facultades en la programación y ad- ministración curricular. La administración de las universidades, que estaba dilui- da en las facultades, con un alto grado de autonomía, se centralizó, dándose mu- cha importancia a la planificación integral en el desarrollo institucionai, a la coor- dinación centralizada de la investigación y proyección social que realiza la univer- sidad, y a la prestación de servicios de bienestar universitario y de la administra- ción de la enseñanza. Se estableció en forma obligatoria el currículum flexible con sistema de créditos, manteniéndose la gratuidad de la enseñanza. La reacción estudiantil a esta nueva ley fue de oposición, negándose a participar en la consti- tución de los órganos de gobierno de las universidades, actitud que fue cambian- do gradualmente, de tal manera que para fines de la década del 80 se habían inte- grado a los organismos de gobierno en la mayoría de las universidades.

Finalmente, entre 1977 y 1985 se han creado 14 nuevas universidades: 5 pú- blicas y 9 privadas.

Resumiendo, se puede indicar que para 1958 existían en el Perú 9 universi- dades: 8 públicas y una privada; y 27 años después, para 1985, existen 46 univer- sidades: 27 públicas y 19 privadas. El cuadro 1 resume el proceso expansivo de creación de universidades. El cuadro 2 y el mapa 1 presentan la ubicación de cada una de las universidades existentes en el país en el año 1984.

Es generalizada en el país la opinión de que se ha llegado a un número exce- sivo de universidades; que los recursos, tanto de índole económico como huma- nos para constituir cuerpos docentes idóneos, son notoriamente deficientes para atender a las necesidades de un número tan elevado. creado en más del 80% de casos en los últimos 27 años. Este conflicto entre el número excesivo de universi- dades y los recursos disponibles ha comprometido notoriamente la caiidad de la mayoría de instituciones universitarias, principaimente de las creadas m las últi- mas décadas, lo que, indudablemente, se ha reflejado en la didad de la forma- ción universitaria que se i m p m e en e h .

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E n 1983 se promulgó la Ley Universitaria vigente, que devuelve a las uni- versidades su total autonomía, que fuera parcialmente restringida en “beneficio” del sistema; regresa al régimen de facultades en la organización de las universida- des; resta fuerza a los departamentos académicos; y restablece el cogobierno estu- diantil en la proporción del tercio. La descripción de la organizacgn unjversitaria en función de las normas establecidas en esta ley se analizará posteriormente.

En las últimas dos décadas se ha dado, paralelamente al desarrollo de la universidad, un notable proceso de incremento en el número de instituciones de educación superior no universitaria. La Ley General de Educación, promulgada en 1972, crea las Escuelas Superiores de Educación Profesional (ESEP), como la modaiidad de educación superior no universitaria, en la cual se pretendió reunir a la mayoría de instituciones que, a ese nivel, ofrecían educación superior, con la excepción de las escuelas de los institutos militares y policiales. Se inició así una proliferación acelerada de este tipo de escuelas, con la finaiidad de disminuir la presión, en constante aumento, que se venía produciendo para ingresar a las uni- versidades. Si bien la Ley señalaba que la formación impartida en las ESEP era terminal, el ingreso a la universidad requería el paso previo por estas escuelas. Los costos excesivos que demandaba implementar este proyecto tan ambicioso, con suficientes ESEP para atender a toda la población de educandos que deseaba seguir estudios universitarios o que, por el contrario, sólo aspiraba a lograr una formación profesional en un período corto de tiempo, así como las limitaciones de otro orden, principalmente personal docente calificado, impidieron su pleno funcionamiento.

C o n el advenimiento del gobierno democrático, en 1980, se preparó y pro- mulgó en 1982, la Ley General de Educación N 23.384, en actual vigencia, que transforma a las ESEP en Escuelas e Institutos Superiores, y a las Escuelas Nor- males en Institutos Superiores Pedagógicos, manteniendo la condición de escue- las superiores de régimen especial para la Escuela Nacional de Bellas Artes, la Escuela Nacional de Música y otras escuelas del Estado destinadas a la forma- ción de personal especial y funcionarios públicos.

El proceso Cuantitativo de la Educacion Superior en los últimos 25 años. E n el cuadro 3 se presenta el desarrollo del sistema de educación superior,

a partir del año 1960. Para este aíio existían 43 Escuelas Normales, llamadas ac- tualmente Institutos Superiores Pedagógicos (37 públicas y 6 privadas); 11 escue- las superiores de diversa naturaleza (6 públicas y 5 privadas), clasificadas en el cuadro como “Otras Instituciones”, incluyendo 5 de formación militar y policial y 4 seminarios Diocesanos y centros de formación religiosa. Para 1984 el Sistema comprende 87 institutos superiores pedagógicos (79 públicos y 8 privados); 137 institutos y escuelas superiores (66 públicos y 67 privados); 22 escuelas superiores

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de diversa naturaleza (16 públicas y 6 privadas) que incluyen escuelas de Oficiales y escuelas superiores de los institutos militares y policiales, centros de formación eclesiástica, etc. cuyo detalle se presenta más adelante.

Ep los cuadros 4, 5 y 6 se muestra la evolución de la matrícula en la educa- ción superior a partir del año 1960, según el sector de gestión (público o privado) y por tipo de institución: universidades, escuelas e institutos superiores, institu- tos superiores pedagógicos.

E n el cuadro W 4 puede apreciarse el crecimiento explosivo que se ha pro- ducido en la matrícula de la educación superior, en los últimos 25 años. Entre 1960 y 1984 esta matrícula pasó de 37.668 alumnos a 436.882 (1.060% de incre- mento). Si se analiza este crecimiento por quinquenios, se aprecia un proceso de desaceleración en el mismo: para el quinquenio 1960-65, el incremento fue del 112%, disminuyendo en los quinqvnios siguientes a 63%, 70%, 43% y 37% SU-

cesivamente. Es necesario aclarar que el último período (80-84) está referida sólo a cuatro años, por lo que para el quinquenio le correspondería un porcentaje si- milar al del quinquenio anterior.

Analizando la evolución producida en el sector público y privado de la educación superior, se puede apreciar que en tanto en el primero de estos sectores el incremento de la matrícula producido en el período 1960-84 fue del 771%, en el sector privado fue casi cinco veces mayor, 3.561%. Analizando la matrícula por sectores y por quinquenios, se aprecia nuevamente que tanto en el sector pú- blico como en el privado el crecimiento de la población estudiantil ha venido dis- minuyendo su intensidad, lo que es más acentuado en este último sector, en el cual el incremento para el período 1960-65 fue del 323%, disminuyendo al iOO%, 109%. 41% y 46% en los quinquenios sucesivos; en tanto que en el sector públi- co los incrementos correspondientes fueron del 88%, %?'O, 59%, 44% y 33% su- cesivamente. El crecimiento más acelerado de la matrícula en el sector privado ha determinado una participación cada vez mayor de este sector en la distribu- ción del total de la matrícula de la educación superior, pasando del 10.36% en 1960 al 32.70% en 1984, en tanto que el sector público experimentó el proceso inverso, bajando del 89.64% en 1960 al 67.30% en 1984 (cuadro 5).

El crecimiento de la matrícula en las universidades públicas que se puede apreciar en el cuadro W 4, fue m u y similar al del componamiento generd de este sector de la educación superior (769%), en cambio, en el sector privado. fue algo menor al del sector correspondiente (3.317%). El proceso de desaceleración en el incremento de la matrícula universitaria se da tanto en el sector público cOmo en el privado. E n el primero, los porcentajes de incremento para los quinquenios su- cesivos fueron íoo%, so%, si%, 43% y 28%, en tanto que para d privdo fue- ron del 228%, 164%,94%, 3iy0 y 48%. sucesivamente.

28

.

A u n cuando en términos relativos el crecimiento de la matrícula en las uni- versidades no fue el mayor -sólo alcanzó al 1.039% en 25 años- en términos de cifras absolutas fue altamente significativo (de 30.247 alumnos a 344.468). C o m o se verá posteriormente, este incremento tan acentuado ha repercutido negativa- mente en diversos aspectos de la caracterización de la universidad actual, princi- palmente en lo relacionado al cuerpo docente, a las facilidades relativas a infraes- tructura física, y al financiamiento por alumno.

E n el cuadro No 6, que presenta la distribución de la matrícula de la educa- ción superior por tipo de institución, se puede apreciar un proceso constante >- acentuado de incremento en la participación de los institutos y escuelas superio- res, que partiendo de cero, alcanzan el 15.66% de la matrícula total de la educa- ción superior para 1984, y un proceso inverso a nivel de inskutos superiores pe- dagógicos, en sus diversas denominaciones que, partiendo del 19.70% de la ma- trícula total en 1960, han disminuido su participación a sólo el 5.49% en 1984. Las universidades, por otro lado, han mantenido una participación más estable con dos etapas claramente apreciables e inversas. Entre 1960 y 1970, se produce un crecimiento del 80.30% al 83.81% de la matrícula total, para luego descender gradualmente, hasta alcanzar sólo el 78.85% de la matrícula total de la educación superior, en 1984.

ORGANIZACION DEL SISTEMA DE EDUCACION SUPERIOR GRADOS Y TTKJLOS QUE CONFIERE

La Ley General de Educación de 1982 establece que el sistema educativo nacional tiene cuatro niveles: educación inicial, educación primaria, educación se- cundaria y educación superior.

El Art. 56 de la misma ley señala que “el nivel superior comprende la edu- cación profesional y el cultivo de las más altas manifestaciones del arte, la ciencia, la técnica y, en general, la cultura. Se ofrece a quienes han concluido la educación secundaria” incluye así, la formación de pregrado, mayormente de tipo profesio- nal, y la de post-grado.

A su vez, en los artículos 57 y 58 de esta ley se señala que la educación su- perior se imparte en las escuelas e institutos superiores y en las universidades, y que éstas últimas se rigen por la ley específica respectiva. La Ley Universitaria a que se refiere el punto anterior fue promulgada en 1983, norma la organización y funcionamiento de las universidades. Sus principales aspectos se presentan en el título siguiente.

El sistema de educación superior está así organizado en dos subsistemas: el de escuelas e institutos de educación superior no universitaria y el de las uni- versidades.

Subsistema de Escuelas e Institutos de Educación Superior no Universitaria

Las escuelas e institutos superiores que forman este sector pueden tener fi- nalidad académica no profesional o de ofrecer formación profesional en carreras relacionadas con las actividades de la región donde se encuentran ubicadas, con una duración de los estudios no menor a cuatro semestres académicos ni mayor a diez. Son creadas o reconocidas por Decreto Supremo, según se originen por iniciativa del Estado o de personas de derecho privado.

El artículo 56 de la Ley General de Educación señala que son objetivos de

formar profesionales, técnicos y expertos calificados, que a su preparación una la adecuada formación hummística y científica;

contribuir a la permanente actualización profesional del personal calificado al servicio del país; y

ofrecer educación superior en humanidades, ciencias y artes.

El subsistema de educación superior no universitaria incluye los siguientes

los institutos y escuelas superiores: a)

b)

c)

tipos de instituciones: - Escuelas e Institutos Superiores; - Institutos Superiores Pedagógicos; y - Otras Instituciones.

Escuelas e Institutos Superiores

Las Escuelas e Institutos Superiores por su carácter pueden ser: tecnológi- cos, humanísticos y artísticos; y por el tipo de gestión, públicos y privados. Es- tán bajo la supervisión y coordinación de la Dirección de Educación Superior del Ministerio de Educación.

Acceden a estos centros de estudio los educandos que han concluido la educación secundaria, previo proceso evaluativo. El ingreso se regula teniendo en cuenta la capacidad educativa de la institución, el número de postulantes y las ne- cesidades prioritarias del desarrolo regional y nacional. Otorgan, a nombre de la Nación, los títulos profesionales de técnico y experto en sus respectivas ramas, así como los de segunda y ulterior especialización.

'

Institutos Superiores Pedagógicos

Los Institutos Superiores Pedagógicos realizan, al igual que las universida- des, la formación del profesorado requerido para los tres primeros niveles de la educación en el país, bajo la supervisión y coordinación de la Dirección de Edu- cación Superior del Ministerio de Educación.

Sus objetivos son:

formar profesionales de la educación con una sólida base humanística, , científica y tecnológica;

contribuir en la formación continua del profesorado en servicio, atendien- do prioritariamente al mejoramiento de la calidad del personal docente de su zona de influencia; impulsar la investigación educacional, así como la generación y experimen- tación de innovaciones tecnológicas; y

contribuir a la promoción cultural y desarrollo de la comunidad.

Su cum’culum de estudios se caracteriza por ser integral, coherente, flexi- - ble y diversificado. Se rige por el sistema de créditos. La investigación y experi- mentación son características permanentes del régimen académico de la forma- ción del profesorado. El Ministerio de Educación autoriza la experimentación de innovaciones convenientes para el desarrollo educativo, antes de su generaliza- ción.

Acceden a los Institutos Superiores Pedagógicos los egresados de la secun- daria, previo proceso de selección. Concluidos los estudios, estos institutos otor- gan, a nombre de la Nación, el título profesional de Profesor, con especificación del nivel o modalidad educativos y, según los casos, la especialidad o mención co- rrespondientes. Es requisito para optar al título la sustentación y aprobación de un trabajo de investigación o de un proyecto de desarrollo educacional. Otras Instituciones

- En este grupo de instituciones se incluye a la Academia Diplomática del

Perú, Escuelas de Oficiales y Escuelas Superiores de los Institutos Militares y Po- liciales, Escuela de Administración Pública (ESAP), Escuela de Salud Pública, Escuela Nacional de Bellas Artes, Escuela Nacional de Música, Escuela Superior de Administración de Negocios (ESAN), Facultad de Teología Pontificia y Civil ¿e Lima, Seminarios diocesanos y centros de formación de religiosos reconocidos por la Conferencia Episcopal Peruana; todos regidos por sus propios dispositivos legales normativos.

Subsistema Universitario

El subsistema universitario de la educación superior está constituido por el conjunto de universidades públicas y privadas existentes en el país.

Las universidades son instituciones de educación superior integradas por profesores, estudiantes y graduados. Se dedican al estudio, la investigación, la educación y la difusión del saber y la cultura, y a su extensión y proyección socia-

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les. Tienen autonomía académica, económica, normativa y administrativa, dentro de la ley (Art. 10 de la Ley Universitaria vigente).

Las universidades tienen como fines: conservar, acrecentar y transmitir la cultura universal con sentido crítico y creativo, afirmando preferentemente los valores nacionales;

realizar investigación en las humanidades, las ciencias y las tecnologías, y fomentar la creación intelectual y artística;

formar humanistas, científicos y profesionales de alta calidad académica, de acuerdo con las necesidades del país, desarrollando en sus miembros los va- lores éticos y cívicos, las actitudes de responsabilidad y solidaridad social y el conocimiento de la realidad nacional, así como la necesidad de la inte- gración nacional, latinoamericana y universal ;

extender su acción y sus servicios a la comunidad, y promover su desarro- llo integral; y

cumplir las demás atribuciones que les señalen la Constirución, la Ley y su Estatuto.

D e los fines antes señalados se desprende, aun cuando esta ley no lo espcci- fique como lo hacían las leyes anteriores, que son tres Las funciones básicas de la universidad: investigación, docencia o enseñanza y proyección social a la comu- nidad o extensión.’9

Son principios de estas instituciones la búsqueda de la verdad, la afirmación de sus valores y el servicio a la comunidad; el pluralismo y la libertad de pensa- miento, de crítica, de expresión y de cátedra con lealtad a los principios cnnsriru- cionales y los fines de la correspondiente universidad, y el rechazo de toda forma de violencia, intolerancia, discriminación y dependencia.

L a autonomía es inherente a las universidades, se ejerce de conformidad ‘ con la Constitución y las leyes de la República e implica los derechos de aprobar su propio Estatuto y gobernarse de acuerdo con él; organizar su sistema académi-

a)

b)

c)

d)

e)

19. La Lcy Universitaria del año 1969 en SU mículo 4“ señala: “Son funciones de la Universidad Peruana para el cumplimienn, de sus fines: a) promover, organizar, estimular y realizar investigación cientifica, humanistiu y tecnológica, orientándola de preferencia a los problemas nacionales y en coordinación con el Consejo Nacional de investigación; b) impartir ensefianza de las disciplinas del conocimiento en sus múltiples aspectos. para formar profesionales, investigadores, profesores y técnicos, de acuerdo a las necesidades del desarrollo nacional, estimulando el interés y las motivaciones del educando; c) desa- rrollar en los estudiantes los valom Cticos, el sentimiento nacional, el sentido de la responsabilidad y la voluntad de servicio a la comunidad, indispensables al ejercicio de sus propias actividades y a su in- tervención en la Vida del país, afirmando los f u m s de la dignidad de la persona humana; d) mender su acción académica. con carácter de proyección social y de promoción integral de la comunidad, a quie- nes no siguen progrmas porfesioadesupecificos”. Considera &cola0 la primera función-la de in- vestigación, porque de ella se nutren Lasotras dos funciones para su mejor cumplimiento odescmpeno.

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L

co y administrativo; y administrar sus bienes y rentas, elaborar su presupuesto y aplicar sus fondos con la responsabilidad que impone la Ley.

La Ley prohibe a las universidades la creación de filiales o anexos; sin em- bargo, excepcionalmente puede crear nuevas Facultades, dentro del ámbito de- partamental,20 de acuerdo a las necesidades de la región, en concordancia con los planes de desarrollo nacional. N o hay impedimento para establecer centros de in- vestigación, experimentación, aplicación y servicios fuera de su sede, para el me- jor cumplimiento de sus fines.

Todas las universidades tienen los mismos derechos y obligaciones, con las peculiaridades establecidas por la ley y las propias de su condición jurídica.

El recinto de las universidades es inviolable. Las fuerzas policiales sólo pueden ingresar en él por mandato judicial y a petición expresa del Rector, de la que dará cuenta inmediata al Consejo Universitario, salvo el caso de flagrante de- lito o peligro inminente de su perpetración. Los locales universitarios sólo son utilizados para el cumplimiento de sus propios fines y dependen exclusivamente de la respectiva autoridad universitaria. Incurren en las responsabilidades de ley quienes causen daños a los locales o instalaciones universitarias, perturben o im- pidan su uso normal o los ocupen ilícitamente, de manera parcial o total.

Cada universidad organiza y establece su régimen académico por facultades de acuerdo a sus características y necesidades. A través de estas facultades las un!- versidades ofrecen estudios en todos los campos del conocimiento y a los niveles de pregrado y postgrado.

Los estudios de pregrado conducen al grado académico de Bachiller y al tí- tulo profesional de Licenciado o sus equivalentes: Ingeniero, Médico, Abogado, Economista. etc., el cual es credencial habilitante para el ejercicio profesional en el área correspondiente. También habilita para la Colegiación, cuando sea necesa- ria. Estos estudios incluyen un ciclo de cultura general, cuya duración y orienta- ción son establecidos por cada universidad y se realizan en las mismas facultades.

Los títulos profesionales de Licenciado o sus equivalentes requieren estu- dios de una duración no menor de diez semestres académicos o la aprobación de los años o créditos correspondientes, incluyendo los de cultura general. Ade- más, son requisitos la obtención previa del Bachillerato respectivo y, cuando sea aplicable, el haber efectuado práctica profesional calificada. Para obtener el título de Licenciado o sus equivaientes se requiere la presentación de una tesis o de un examen profesional.

20. Depuumenros son demarcaciones geogríficas del territorio nacional, con fines político-adminisrnati- vos.

Los estudios de postgrado conducen al título profesional de Segunda Espe- cialización y a los grados académicos de Maestro y de Doctor. Para tener acceso a los estudios de postgrado se necesita poseer el grado académico de Bachiller o título profesional si aquél no existe en la especialidad, además de los requisitos que fijan los Estatutos y Reglamentos internos de cada universidad.

Para iniciar estudios de segunda especialidad se requiere poseer la licencia- tura u otro título profesional equivalente. Da acceso al título o a la certificación o mención correspondientes.

Los grados de Bachiller, Maestro y Doctor son sucesivos. El primero re- quiere estudios con una duración mínima de diez semestres, incluyendo los de cultura general. Los de Maestro y Doctor requieren estudios con una duración mínima de cuatro semestres cada uno. E n todos los casos hay equivalencia en úios o créditos. Para el Bachillerato se requiere un trabajo de investigación o te- sis, y para la Maestría y el Doctorado es indispensable la sustentación pública y la aprobación de un trabajo de investigación original y crítico; asi como el cono- cimiento de un idioma extranjero para la Maestría y de dos para el Doctorado. Las universidades que disponen de los docentes, instalaciones y servicios necesa- rios, pueden organizar una Escuela de Postgrado o Secciones de igual carácter en una o mis facultades, destinadas a la formación de docentes universitarios, espe- cialistas e investigadores. Su creación requiere el pronunciamiento favorable de la Asamblea Nacional de Rectores.

El régimen de estudios lo establece el Estatuto de cada universidad, prefe- -

rentemente mediante el sistema semestral, con currículo flexible y por créditos.

El período lectivo (dos semestres) tiene una duración mínima de treinta y cuatro semanas anuales que se cumplen en la universidad en la forma que deter- mine su estatuto.

Los grados académicos de Bachiller, Maestro y Doctor, así como los títu- los profesionales de nivel de Licenciatura y de Segunda Especialización profesio- nal, sólo pueden ser otorgados por las universidades.

Ofrecen ademís cursos de extensión o educación continua en especialida- des científicas, técnicas, humanísticas y artísticas, entre otras. A los participantes en los programas formales de ampliación y perfeccionamiento profesional se les otorga certificados de aprobación o asistencia.

Las universidades son públicas o privadas, segiln se creen por iniciativa del Estado o de particulares. Las primeras son personas jurídicas de derecho público interno y las segundas son personas jurídicas de derecho privado sin fines de lu- cro. Para su creación se requiere, en ambos casos, la dación de la Ley correspon- diente.

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E n las dos últimas décadas se ha producido un exagerado incremento en el número de instituciones universitarias, generalmente por razones políticas, ges- tionadas por representantes de las diferentes regiones del país (Senadores y Dipu- tados) que han obtenido la ley de creación en el Congreso Nacional, en la mayo- ría de casos, con la opinión contraria de los representantes del Sistema Universi- tario Nacional. La mayoría de las universidades de reciente creación son de régi- men privado.

Este crecimiento inorgánico de universidades, sumado al excesivo número de alumnos matriculados en la mayoría de ellas, son causales importantes para la llamada “crisis universitaria” que se caracteriza por la falta de profesorado idó- neo, deficiencia en áreas físicas, equipamiento y material de ensefianza.

Por razones macroadministrativis y de coordinación, las universidades se agrupan en seis regiones (cuadro N’ 2), en cada una de las cuales se organiza un Consejo Regional integrado por los Rectores de las universidades respectivas, con la capacidad de formular su respectivo reglamento de organización y funcio- nes. Eligen su presidente entre los rectores de las universidades que lo integran, por un período de dos aíios y con criterio rotativo que permita la participación de todas las universidades de la región. Su sede será la de la universidad de la cual procede el presidente. El Reglamento General de la Coordinación Interuniversi- taria establece la jurisdicción de cada Consejo Regional Interuniversitario.

Las atribuciones del Consejo Regional Interuniversitario son: propiciar la coordinación de los planes y programas de investigación y de proyección social de las universidades para asegurar el desarrollo regional; elevar un informe anual sobre la realidad universitaria de la región; opinar sobre aspectos sustantivos de la realidad local y regional, proporcionando criterios orientadores para las deci- siones de los gobiernos locales y regionales; propiciar la celebración de convenios de colaboración mutua entre las universidades de la región; pronunciarse en los casos de creación, supresión o fusión de universidades del ámbito regional, antes de su aprobación por la Asamblea Nacional de Rectores; fomentar y organizar eventos culturales, científicos, de investigación y de deporte universitario en el ámbito regional.

Es importante relevar, como se ha mencionado anteriormente, que si bien el número de universidades aumentó en los últimos 27 años en 500%, también es cierto que, en este mismo período, la creación de universidades de régimen priva- do es mucho más alarmante. Mientras que las universidades públicas crecen de 8 a 27, en el período de referencia que nos ocupa, las privadas lo hacen de i a 19, lo que significa que el indicador U. Privadas/ U. Públicas, pasa de una razón de 118 a una de 19/27 (algo más de 213). Si se tiene en cuenta que, en la mayoría de los caos, las universidades privadas funcionan con mayor cantidad de aiumnos que las universidades públicas, se espera, en un futuro cercano, que la cobertura de la educación superior universitaria en el país se computa en proporciones si- mhes, entre la iniciativa pública y la privada.

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La matrícula universika se distribuía, hasta 1984, en 25 universidades pú- blicas y 10 privadas, pues las demás universidades se encontraban en proceso de organización por ser recientemente creadas. E n dicho año se registra una matrí- cula cercana a los 350 mil alumnos, de los cuales i 10 mil pertenecen a universida- des privadas, es decir aproximadamente la tercera parte del alumnado universita- rio nacciond. Si se tiene en cuenta que dos universidades nacionaies captaron en conjunto para dicho año, aproximadamente 80.000 estudiantes (Universidad Na- cional Mayor de San Marcos con cerca de 50 mil y la Universidad Nacional Fede- rico Villarreal con más de 26 mil estudiantes), las restantes 23 universidades pú- blicas registran una matricula sólo 40% superior a la que se dio en las ,íO universi- dades privadas. Se puede también mencionar que en el mismo año, para el mismo grupo de universidades, concursaron para obtener vacante de ingreso algo más de 300 mil postulantes, de los cuales ingresaron 78.000. Si se analiza la relación pos- tulantes/ingresantes para las universidades públicas y privadas, se puede obtener los siguientes resultados: en universidades públicas postulan 225.000 e ingresan 50.000, es decir el 22%; en tanto que para las universidades privadas postulan 75.000 e ingresan 28.000, es decir el 37%.

FORMAS DE GOBIERNO EN LA EDUCACION SUPERIOR Gobierno en el Subsistema de Educación Superior no Universitario.

El gobierno de las Escuelas e Institutos Superiores está a cargo de un direc- tor nombrado por el Ministerio de Educación o por la Junta de Administración, según sean de régimen público o privado, respectivamente. La supervisión co- rresponde a la Dirección General de Educación Superior del Ministerio de Edu- cación.

Los institutos superiores pedagógicos están bajo la autoridad de un Direc- tor secundado por los Sub-directores. El gobierno de estas instituciones está bajo la supervisión de la Dirección de Formación Magisterial, órgano dependiente de la Dirección General de Educación Superior del Ministerio de Educación.

Otras instituciones de educación superior no universitaria se rigen por sus propios dispositivos legales normativos, en los cuales se establecen sus respectivas, formas de gobierno. Entre las principales instituciones de este grupo, se mencio- nan las siguientes:

La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima se rige por su propio Estatuto; tiene la autonomía y los derechos de las universidades y otorga los gra- dos y ÚN~OS de Bachiller, Licenciado y Doctor en Teología y en Derecho Canó- nico.

Los seminarios diocesanos y los Centros de Formación de las Comunida- des Religiosas son reconocidos por la Conferencia Episcopal Peruana, otorgan, a nombre de la Nación, los títulos correspondientes a los estudios que imparten y entre ellos el de Profesor de Religión.

Las escuelas de oficiales y escuelas superiores de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas Policiales se gobiernan de conformidad con la organización adminis- trativa y los mandatos de sus reglamentos que elaboran y aprueban los altos man- dos de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales del país respectivamente. Por lo general, están a cargo de un Director y de un Sub-Director para cada Escuela.

L a Escuela de Salud Pública del Perú tiene la organización establecida por su respectivo Sector, es decir por el Ministerio de Salud. Está bajo la autoridad de un Director de la escuela.

L a Escuela Diplomática del Perú, depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, sector que nombra y promueve a las autoridades de la escuela dentro del personal de carrera diplomática. Está bajo la autoridad de un Director de la escuela.

L a Escuela de Administración de Negocios para Graduados (ESAN), insti- tución dedicada exclusivamente a la formación de postgrado, de régimen privado, mantiene su organización académica y administrativa de acuerdo con la ley es- pecial que la rige. Su gobierno está a cargo de un Director.,

Gobierno en el Subsistema Universitario

El gobierno de las universidades y de sus Facultades se ejerce por la Asam- blea Universitaria, el Consejo Universitario, el Rector, el Consejo de Facultad y los Decanos.

L a Asamblea Universitaria representa a la Comunidad Universitaria. Está integrada por el Rector y el o los Vice-Rectores; los Decanos de las Facultades y, en su caso, el Director de la Escuela de Postgrado; los representantes de los profesores de las diveroas facultades, en un número igual al doble de la suma de las autoridades universitarias mencionadas anteriormente; la mitad de ellos son profesores principales y los restantes son representantes de las otras categorías docentes, en la proporción que establece el Estatuto de cada universidad; los re- presentantes de los estudiantes, que constituyen el tercio del número total de los miembros de la Asamblea; y, por los representantes de los graduados, en número no mayor al de la mitad del número de los Decanos.

L a Asamblea Universitaria tiene c o m o atribuciones modificar el Estatuto de la Universidad; elegir al Rector, a los Vice-Rectores y declarar La vacancia de sus cargos; ratificar el plan anual de funcionamiento y desarrollo de la universi- dad aprobado por el Consejo Universitario; pronunciarse sobre la memoria anual Qel Rector y evaluar el funcionamiento de la universidad; y acordar la creación, fusión y supresión de facultades, carreras, institutos y escuelas o secciones de postgrado.

La Asamblea Universitaria se reúne en sesión ordinaria una vez al semestre y extraordinariamente por iniciativa del Rector o de quien haga sus veces. Tam-

- .

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bién puede hacerlo a solicitud de más de la mitad de los miembros del Consejo Universitario o de más de la mitad de los miembros de la Asamblea Universitaria.

El Consejo Universitario es el órgano de dirección superior, de promoción y de ejecución de la universidad. Está integrado por el Rector; el o los Vice-Recto- res; los Decanos de las facultades y, en su caso, el.de la Escuela de Post-grado; por los representantes de los estudiantes, cuyo número es el de un tercio del total de los miembros del Consejo; y por un representante de los graduados.

Son atribuciones del Consejo Universitario aprobar, a propuesta del Rec- tor, el plan anual de funcionamiento y desarrollo de la universidad; dictar el Re- glamento General de la universidad, el Reglamento de Elecciones y otros regla- mentos internos especiales; aprobar el Presupuesto General de la universidad, au- torizar los actos y contratos que ataiien a la universidad y resolver tpdo lo perti- nente a su economía; proponer a la Asamblea Universitaria i? creación, fusión, supresión o reorganización de facultades, escuelas o secciones de postgrado, de- partamentos académicos, escuelas e institutos; ratificar los planes de estudio o de trabajo propuestos por las facultades, departamentos, escuelas y demás unidades académicas; conferir grados académicos y títulos profesionales aprobados por las facultades, así como otorgar distinciones honoríficas, reconocer y revalidar los estudios, grados y títulos de universidades extranjeras, cuando la universidad está autorizada para hacerlo; aprobar anualmente el número de vacantes para el con- curso de admisión; nombrar, contratar, promover y ratificar a los profesores y personal administrativo de la universidad;z' declarar en receso temporal a la uni- versidad o a cualquiera de sus unidades académicas, cuando las circunstancias lo requieran, con cargo de informar a la Asamblea Universitaria; ejercer en instancia revisora el poder disciplinario sobre docentes, estudiantes y personal administra- tivo y de servicios; y conocer y resolver todos los demás asuntos que no están encomendados específicamente a otras autoridades universitarias.

El Rector es el Personero y Representante Legal de la universidad, es elegi- do para un período de cinco años y no puede ser reelegido para el período inme- diato siguiente. Para ser elegido se requiere ser ciudadano en ejercicio, profesor principal con no menos de doce aiios en la docencia universitaria, de los cuales cinco deben serlo en la categoría, y tener el grado de doctor o el más alto título profesional, cuando en el país n o se otorga aquel grado académico en su especiali- dad.

El Rector preside el Consejo Universitario y la Asamblea Universitaria y hace cumplir sus acuerdos; dirige la actividad académica de la universidad y su

21. Los nombramientos y contratos de docentes se hacen para los ganadores de los concursos públicos de méritos y oposición, de acuerdo a los reglamentos especiales de cada universidad. Lu promociones y ratificaciones de docentes M efectúan para los que han cumplido los requisitos de grados accdimicos, tiempo de servicios en la categoría, producción académica y científica, etc. de acuerdo a la Ley Univer- simia y a los Esmtutos de udauniversichd.

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gestión administrativa, económica y financiera; presenta al Consejo Universita- rio, para su aprobación, el plan anual de funcionamiento y de desarrollo de la universidad, y a la Asamblea Universitaria, su memoria anual; refrenda los diplo- mas de grados académicos y títulos profesionales, y de distinciones universitarias conferidas por el Consejo Universitario; expide las cédulas de cesantía, jubilación y montepío del personal docente y administrativo de la universidad;21 y las fun- ciones que le otorga la Ley y los Estatutos, como representante legal de la institu- ción.

La universidad tiene uno o dos Vice-Recwm, cuyas funciones secundan a las del Rector y cuyos requisitos de elección son los mismos que se exigen para el cargo de Rector. Similarmente, son elegidos para un período de cinco años y no pueden ser reelegidos para el período inmediato siguiente.

de acuerdo con las atribuciones establecidas en el Estatuto de cada universidad. El gobierno de la facultad corresponde al Consejo de Facultad y al Decano,

El Consejo de Facultad está integrado por el Decano, quien lo preside, por representantes de los profesores y de los estudiantes, elegidos por los profesores y los estudiantes de la facultad, respectivamente; y por un representante de los graduados en calidad de supernumerario. Los profesores eligen no más ¿e doce representantes. La mitad de ellos son profesores principales. EL estatuto de la uni- versidad establece La proporción de las otras categorías. El número de estudiantes es igual a un tercio del total de integrantes del Consejo.

El Decano representa a la Facultad ante el Consejo Universitario y la Asamblea Universitaria. Es elegido por el Consejo de la Facultad e ‘.re profesores principales de ella, con más de diez años de antigüedad en la docencia, de los cua- les tres deben serio en la categoría; debe tener el grado de doctor o el más alto título profesional cuando en el país no se otorgue dicho grado en su especialidad.

El Decano es elegido para un período de tres años y puede ser reelegido por una sola vez para el período inmediato siguiente, requiriéndose en este caso el voto de los dos tercios de los miembros del Consejo de la Facultad.

Para la instalación y funcionamiento de la Asamblea Universitaria, el Con- sejo Universitario y el Consejo de Facultad, el quórum es de la mitad más uno de sus miembros. E n ninguna circunstancia la proporción de los estudiantes pue- de sobrepasar a la tercera parte de los miembros de ellos. La inasistencia de los estudiantes no invalida la instalación ni el funcionamiento de dichos órganos.

Las universidades tienen órganos de inspección y control para cautelar el cumplimiento del Estatuto y los Reglamentos.

22. Resolución que reconoce el derecho a percibir una pensión mensual peminmre e! compensación a 10s . uiosdeEcMcioprcsudosalEsudo.

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El gobierno de las universidades de régimen privado presenta variaciones m u y significativas, pues además de introducir en su gobierno otras entidades, como la organización de fundadores de la universidad, deja en libertad, para de- terminar en sus propios estatutos, la proporción de la participación de Los esta- mentos universitarios: profesores, alumnos, egresados,etc. E n efecto, el Art. 42 de la Ley Universiraria se limita a establecer que: “en el gobierno de las universi- dades privadas participan, obligatoriamente, los profesores, los estudiantes y los graduados, así c o m o la entidad fundadora, si se encuentra en actividad, en la pro- porción que determinen sus respectivos Estatutos”.

EL ACCESO A LA EDUCACION SUPERIOR La matrícula universitaria del país creció de aproximadamente 110.000

alumnos en 1970 a más de 300.000 en 1984. Este notable incremento responde a la política de democratización de la educación que se acentúa a partir de la década del 60, generando presiones cada vez mayores sobre la universidad, como conse- chencia del rápido crecimiento de la población que terminó los estudios secunda-

, rios, así como del significativo aumento en la proporción de esta población que desea seguir estudios universitarios. Esta tendencia se refuerza con el hecho de que, p o r norma constitucional del país, la educación impartida por el Estado es gratuita en todos sus niveles. Como resultado de estas presiones, aproximada- mente un tercio de La población que termina la secundaria es admitida en las uni- versidades.

De acuerdo a las estadísticas registradas por UNESCO, la proporción dc estudiantes universitarios, en relación a la población total del país, se compara fa- vorablemente aun con las que se dan en algunos países desarrollados. Esta pro- porción pasó de 938 alumnos de educación superior por cada 100.000 hab’ itantes, en 1970, a la de 1.957 para el año 1982. Para este mismo aiio, y siempre por cada 100.000 habitantes, se registran, con carácter comparativo, las respectivas cifras para los siguientes paises: 1.369 en México, 1.905 en Italia, 1.962 en Austria y 2.029 en Japón.*’& da así, una sobre oferta de graduados en las universidades, pero con un nivel de preparación generalmente bajo.

L a presión de ingreso a la universidad, generadora de la expansión en el en- rolamiento universitario, ha determinado a su vez, el notable incremento en el número de universidades del país, tanto públicas como privadas, del que se ha tratado en otra parre del presente informe, y una disminución de los niveles aca- démicos requeridos para la admisión.

Frente a la creciente presión de ingreso a las universidades, las modalidades de educación superior no universitaria y las de formación de mandos medios no han despertado mayor interés en el estudiantado del país, por lo que no constitu-

23. UNESCO - StaRFEPLYurbook, 1984.

yen verdadera alternativa a la universidad. Por esta razón y también con el fin de disminuir la presión de ingreso a la universidad, en el año 1972 se modificó el sis- tema de educación del país, introduciéndose entre la educación secundaria y la universitaria un nivel intermedio de educación superior, obligatorio para los que deseaban seguir estudios universitarios. Este nive1,constituido por las Escuelas Superiores de Educación Profesional (ESEP), fue sin embargo un nivel de estu- dios terminal porque en él se obtenían títulos en carreras cortas de nivel superior.

Como ya se indicó anteriormente, las ESEP no tuvieron el éxito que se previó en su creación, siendo sustituidas en 1982 por los institutos y escuelas su- periores, restableciéndose la educación secundaria tradicional como requisito de ingreso a la universidad. La educación superior no universitaria impartida en los nuevos institutos y escuelas superiores tampoco ha disminuido el interés por se- guir estudios universitarios.

Son requisitos de admisión a la universidad: haber aprobado el nivel de educación secundaria y ser seleccionado en el proceso de admisión correspon- diente. Cada universidad establece ep su estatuto la modalidad de selección de los postulantes, sea a través de un concurso o de un examen de admisión. En am- bos casos se trata de pruebas de evaluación de conocimientos y de aptitud acadf- mica; seleccionándose,en el primer caso, a los concursantes que ocupan los pri- meros lugares en el orden de mérito resultante, hasta completar el número de va- cantes establecido. En el caso del procedimiento de exaden de admisión, es re- quisito para ser admitido no sólo alcanzar vacante, sino también aprobar el exa- men de evaluación. Cada universidad debe establecer, con la anticipación necesa- ria, el número de vacantes de admisión para cada una de sus facultades. Estas ci- fras son inmodificables después de aprobadas y publicadas. La admisión se pro- duce una o dos veces al año, durante las vacaciones dadas entre períodos lectivos semestrales sucesivos.

.

Están exonerados del procedimiento ordinario de admisión a las universi- dades:

a)

b)

los titulados o graduados en otros centros de educación superior;

quienes hayan aprobado en dichos centros por lo menos cuatro petíodos lectivos semestrales completos o dos anuales o 72 créditos, en cuyo caso la admisión se da por el procedimiento de traslado de matrícula; y

los dos primeros alumnos de los centros de educación de nivel secundario ubicados en la región a la que pertenece la universidad.

En los dos primeros casos, los postulantes son evaluados individualmente con el fin de seleccionar a los que llenarán las vacantes establecidas para estos ca- sos, y de convalidar los estudios realizados en atención a la correspondencia de los “syllabi” respectivos. El número de vacantes ocupado por los postulantes del

c)

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tercer grupo es &d dd total establecido, quedando la diferencia para ser llenada por los postulantes no sujetos a excepción.

Como los procesos de admisión no son simultáneos en todas las universi- dades del país, los estudiantes pueden postular en más de una universidad, siendo frecuentes los casos de candidatos que inclusive se desplazan a distintas ciudades del país con este propósito. El número de postulantes múltiples se puede estimar en un 10% del total. El total anual de postulantes para ingresar a las universidades no refleja así, sino de manera aproximada y por exceso, la verdadera demanda de ingreso a estas casas de estudio.

En el gráfico No 3 se ilustra la evolución registrada en relación al número de postulantes que se presentan anualmente a las universidades del país, y al nú- mero de vacantes de admisión establecido para los mismos períodos. Como pue- de apreciarse, existe un déficit de vacantes para atender la demanda, aun teniendo en consideración los casos de postulación múltiple a distintas universidades, refe- ridos anteriormente. Este déficit produce un efecto acumulativo como conse- cuencia de la insistencia de los mismos postulantes, que al no tener éxito en opor- tunidades anteriores, se presentan en los sucesivos procesos de admisión.

C o n el fin de mejorar sus probabilidades de éxito,'es frecuente que los pos- tulantes se preparen haciendo una revisión y estudio de las materias que se inclu- yen en las pruebas de evaluación de conocimientos. C o n este propósito, han pro- liferado las academias privadas de preparación. A su vez, con el propósito de me- jorar sus procesos de admisión y de ayudar a los postulantes, algunas universida- des han establecido sus propios centros de estudios preuniversitarios, como alter- nativa a las academias antes mencionadas. Los estudios realizados en estos cen- tros permiten, a su vez, la selección de postulantes para cubrir parte de la cuota anual de admisión de la universidad correspondiente.

El procedimiento de admisión para los centros de educación superior no universitaria es similar al de las universidades. Se debe señalar, sin embargo,que el número de postulantes a los institutos y escuelas superiores es, en la mayoría de casos, m u y cercano al número de vacantes de admisión establecido, no regis- trándose mayor déficit en estos casos.

SiTUACION ACTUAL DE LA EDUCACION SUPERIOR Matrícula

Distribución por Sector ypor Tipo de Institución. Del total de 436.882 estudiantes que estuvieron matriculados en el sistema

de educación superior para el año 1984, el 67.30% (294.004) seguían estudios en las 188 instituciones del sector público que funcionabv en dicho año y el 32.70%

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restante (142.678) lo hacían en las 97 instituciones del sector privado (cuadro iV 5), estando esta distribución del alumnado muy próxima a las proporciones que se dan en el número de instituciones públicas y privadas (cuadro W 3). En el mis- m o cuadro iV 5 se aprecia que en los últimos 25 años, la participación del sector privado en la educación superior ha ido en constante incremento, pasando del 10.36% en 1960, a1 32,7070 en 1984.

Tanto en el sector público como en el privado la matrícula se concentra predominantemente en las universidades. Para el mismo año 1984, el 78.85% del estudiantado de educación superior estaba matriculado en este tipo de institucio- nes (344.468 alumnos), siguiendo en orden descendente la matrícula en los insti- tutos y escuelas superiores, con el 15.66% (68.422 alumnos) y en los institutos superiores pedagógicos, con el 5.49% (23.992 alumnos). El cuadro No 6 ilustra esta situación. E n el mismo cuadro se aprecia,para el período 1960-1985, un in- cremento significativo de la participación de institutos y escuelas superiores en la educación superior, con desmedro principalmente de los institutos superiores pe- dagógicos y ligeramente de las universidades.

En el año 1984, la mayor participación relativa del sector público en la edu- cación superior se da a nivel de los institutos superiores pedagógicos, con el 95.22% del total de su matrícula, frente al 4.78% que es cubierta por el sector privado. Siguen, en orden descendente, las universidades, en las cuales el sector público registra el 68.19% de la matrícula, en comparación con el 31.81% para el sector privado. La menor participación del sector público, 53.02%, se da en los institutos y escuelas superiores, en los cules el sector privado captó el 46.98% de su matrícula total (cuadro iV 7).

Sólo una institución de educación superior, la Cuatricentenaria Universi- dad Nacional Mayor de San Marcos, exhibe para el año 1984 una matrícula que supera los 40.000 alumnos (49.197). La siguen cuatro universidades con una po- blación estudiantil matriculada que está entre 20.000 y 40.000 alumnos; dos de ellas son públicas, la Universidad Federico Villarreal en Lima, con 26.098 alum- nos,y la Universidad San Antonio Abad en Cuzco, con 20.306 estudiantes; las dos restantes, ubicadas en el sector privado y en la ciudad de Lima, son la Uni- versidad Particular San Martín de Porres con 35.439 alumnos y la Universidad Particular inca Garcilazo de la Vega, con 24.252 alumnos. El cuadro W 8 presen- ta la distribución de las instituciones de educación superior por maíio de su ma- trícula y sector de gestión. En el cuadro iV 9 se presenta la misma distribución pero por tipo de institución. Del total de 263 instituciones de educación superior, sólo 1 1 tienen una matrícula superior a 10.000 alumnos, en cambio, 112 institu- ciones (59.6%) cuentan con una matricula menor a los 500 alumnos. La casi tota- lidad de estas instituciones con matrícula reducida corresponden a institutos su- periores pedagógicos (57.1%) y a institutos y escuelas superiores (34.8%). De las nuevas universidades que se encuentran en este. grupo, ocho lo están por no haber

iniciado todavía su funcionamiento para 1984, y, en consecuencia, no contaban aún con alumnos. El tamaiio de la matrícula en las universidades está predomi- nante mente entre 5.000 y 10.000 alumnos.

Distribución por Región

El organismo de Coordinación Interuniversitaria ha agrupado a las univer- sidades del país en seis regiones. E n el cuadro iV 2, que presenta la distribución de universidades por región, se puede apreciar la mayor concentración que se da en Lima Metropolitana, región que comprende sólo la ciudad de Lima, debido a que en ella se encuentran nueve universidades privadps del total de 16 de este sec- tor, las que aunadas a las cuatro universidades públicas ubicadas en la misma re- gión, hacen un total de 13 instituciones universitarias (30.23% del total). El me- nor número se encuentra ubicado en la región oriente, con sólo cuatro universi- dades, todas públicas, las que a su vez, correspvnden a universidades con matrí- culas de menor cuantía. Esta distribución se aprecia objetivamente en el gráfico lv 1.

E n general, las regiones Lima Metropolicana y Costa Central captaron en 1984 el 54.88% del total de la matrícula de educación superior del país (cuadro N’ 10). Le siguen,en orden descendente, la región sur (15.77%), la norte (12.01%). la sierra central (7.47%) y la de oriente (2.25%), quedando sin infor- mación el 7.62% correspondiente a institutos y escuelas superiores del sector pri- vado.

Bistrihción por Area del Conocimiento y Duración de las Carreras

Del total de 436.882 alumnos matriculados en educación superior para 1984, el 39.55% estaban en el área de Ciencias Económicas y Sociales (172.771 alumnos), el 19.69% en Ingeniería, Arquitectura y Tecnologías (86.021 estudian- tes) y el 12.57% en Educación (54.908 alumnos). Seguían Ciencias de la Salud con 8.50% (37.154 alumnos), Ciencias del Agro y del Mar, con 5.90% (25.781 alumnos) y Ciencias Básicas, con 3.49% (15.248 alumnos), quedando en último lugar el área de Humanidades, Letras y Artes, con sólo el 1.59% (6.939 estu- diantes). El cuadro No 11 ilustra la distribución antes indicada.

Si el análisis se hace a nivel de carreras largas (con cinco o más años de du- ración), la distribución es aproximadamente similar, con un mayor predominio de las Ciencias Económicas y Sociales, que captan el 45.46% (156.580 alumnos), y la inversión en el orden de colocación de Ciencias de la Salud, que tiene una matrícula mayor (34.328 alumnos, equivalcnte al 9.96% del total) que Educación (con 31.476 alumnos, equivalente al 9.14% del total).

E n las carreras cortas la situación es bastante diferente. La mayor propor- ción de la matrícula es captada POT el área de Educación, con el 25.36% (23.432

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alumnos), debido a la existencia de un número importante de institutos superio- res pedagógicos en el sector público (79 instituciones) que forman maestros, en carreras de cuatro años de duración, principalmente para la educación primaria. Las Ciencias Económicas y Sociales ocupan el segundo lugar, con el 17.52% de la matrícula (16.191 alumnos), seguida por Ingeniería, Arquitectura y Tecnolo- gías, con el 14.35% (13.257 estudiantes), Ciencias del Agro y del Mar, con 4.45% (4.116 alumnos), Ciencias de la Salud, con el 3.06% (2.826 alumnos), Hu- manidades, Letras y Artes, con el 0.28% (260 alumnos) y finalmente, Ciencias Básicas, con sólo el 0.20% (187 alumnos).

El cuadro No 12 presenta el detalle de la matrícula por carreras, dentro de cada área de conocimiento, para 1984. En él, es posible apreciar que el área de Ciencias Básicas está casi totalmente formada p o r carreras largas (98.8% de la matrícula total en el área), predominando en estas carreras la Biología (39.94%), la Química (19.38%) y la Estadística (15.52%). Es de destacar la mayor preferen- cia por la carrera de Estadística frente a la de Matemática y de la Física, lo que se explica por las mayores oportunidades en el mercado de trabajo del país que tiene dicha carrera.

En el área de Ingeniería, Arquitectura y Tecnologías, el 84.59% de la ma- trícula corresponde a carreras largas (72.764 alumnos), de los cuales, la Ingeniería Industrial ocupa el primer lugar con el 18.56% de la matricula en este tipo de ca- rreras, seguida por Ingeniería Civil (16.56%), Ingeniería Química (1 1.33%), Ar- quitectura y Urbanismo (7.73%), Ingeniería de Minas (6.41%), Ingeniería Mecá- nica (6.05%), e Ingeniería Mecánica y Eléctrica (5.52%). Las restantes 15 carreras largas en esta área captan porcentajes menores de la matrícula. El 15.41% de la matrícula en el área, correspondiente a carreras cortas, la que está distribuida en- tre Electrónica (28.34%), Mecánica de Producción (19.68%), Mecánica Automo- triz (19.22%), Electricidad (16.60%), Construcción Civil (8.21 Yo) y cinco carre- ras con matrículas menores.

La matrícula en el área de Ciencias del Agro y del Mar está distribuida en un 84.03% en carreras largas (21.665 alumnos) y 15.97% en carreras cortas (4.116 alumnos). La carrera predominante en el primer grupo es Agronomía, con el 37.80% del total en este tipo de carreras, seguida por Zootecnia (15.65%), Me- dicina Veterinaria (13.95%), Ingeniería Pesquera (13.1 i%), Ingeniería de Indus- trias Alimentarias (6.43%), Ingeniería Agrícola (5.59%) y seis carreras con maaí- culas menores. Sólo se ofrecen tres carreras cortas en esta área: producción Agrí- cola, que capta el 50.97% de la matrícula, Producción Pecuaria, con el 43.80% y la recientemente creada de Forestales, con sólo el 5.23%.

Las carreras largas en Ciencias de la Salud comprenden el 92.39% (34.328 alumnos) del total de la matrícula en esta área, correspondiendo el 7.61% (2.826 alumnos) a las carreras COMS. Entre las primeras, se destaca Medicina Humana,

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con el (34.93%) de su total, seguida por Enfermería (23.55%), Obstetricia (ii.i4Y0), Odontología (íí.03°/~), Farmacia y Bioquímica (i1.070), Tecnología Médica (5.55%). Bromatología, Nutrición y Dietética acusan falta de preferen- cia. En las carreras COMS es notoriamente preferida la de Enfermería (57.89%), seguida por Técnica en Laboratorio Clínico (18.33%) y otras dos carreras de me- nor demanda.

En el área de Educación se presenta la mayor proporción de la matrícula en carreras cortas (42.68%, lo que equivale a 23.432 alumnos) correspondiendo a las carreras largas el 57.32% (31.476 alumnos) del total de la matrícula en el área. En las carreras largas se forman principalmente maestros para educación secundaria, a través de la carrera de Educación (82.12% del total de la matrícula en este tipo de carreras), uí como especialidades diversas, como Educación Inicial (7.38%), Educación en Tecnoíogía (5.44%), Educación Física (4.47%) y otras dos especia- lidades con menor matrícula (Educación Especial y Educación Artística). En las carreras COrtáS, la mayor matrícula se da en Educación Primaria (50.41%), segui- da de Educación Inicial (1 8.61 Yo), Formación Artística (15.02%), Educación Se- cundaria (14. i5Y0) y dos áreas con matrícula reducida (Educación en Tecnología y Educación Física).

En el área de Ciencias Económicas y Sociales las carreras largas son signifi- cativamente predominantes, en la matrícula, sobre las carreras cortas (90.63% y 9.37%, lo que corresponde a 156.580 y 16.191 alumnos respectivamente). En las carreras largas, la de Contabilidad es la que ocupa el primer lugar, con el (26.75%) de la matrícula, seguida por Economía (16.93%), Derecho (16.50%), Administración (14. €LO%), Psicología (6. i2?'0), Trabajo Social (4.47%), Sociolo- gía (3.67%) y siete carreras adicionales con matrículas menores. Entre las carreras cortas, sólo sobresale Contabilidad (67.44%) y en menor grado, Secretariado Ejecutivo (23.28%).

El área con menor matrícula es Humanidades, Letras y Artes, en la cual el 96.25% de los inscritos corresponde a carreras largas (6.679 alumnos), entre las que se destaca Periodismo (35.57%), seguida por Historia (17.1 i%;), Traducción e Interpretación (13.10y0), Literatura (10.11%). Filosofía (6.87%) y otras cinco carreras con escasa matrícula. Las carreras cortas comprenden sólo el 3.75% de la matrícula del área y están todas relacionadas con diversos tipos de diseño, sien- do la de mayor preferencia Diseño Publicitario.

Se desconoce la orientación profesional del i i .23% de la matrícula en edu- cación superior a nivel nacional (49.048 alumnos), de cuyo total sólo 12.06% co- rresponde a carreras largas, estando la mayoría de este porcentaje relacionada con alumnos que no han definido su carrera por estar cursando el ciclo de Estudios Generales, existente en algunas universidades. El restante 87.94% corresponde a carreras Cortas, de institutos y escuelas superiores privadas, en las cuales no se dispone de información estadística para este propósito.

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Distribución Según Sexo

Sólo se dispone de información sobre sexo de los estudiantes matriculados en los institutos superiores pedagógicos e institutos y escuelas superiores del sec- tor público, en razón de que las instituciones privadas de este nivel no suminis- tran este tipo de información estadística al Ministerio de Educación. A nivel de universidades se dispone de la información tanto para las instituciones públicas como para las privadas. En el cuadro Nc 13 se presenta la información existente a este respecto.

E n las universidades predomina el alumnado de sexo masculino (65.26%). , Si se comparan los datos de universidades públicas frente a las privadas, se aprecia ' que la predominancia de la población matriculada de sexo masculino es mucho más acentuada en las primeras (69.31%) que en las privadas (56.59%), existiendo en el país una universidad privada que es exclusivamente para estudiantes del sexo femenino, aun cuando el total de su matrícula fue sólo de 1.432 alumnas para 1984.

A nivel de institutos superiores pedagógicos se da una ligera predominancia del alumnado de sexo masculino (54.36%). Este predominio se torna más marca- do en los institutos y escuelas superiores, que ofrecen carreras cortas de diversa naturaleza (69.48% de varones). Desafortunadamente, como ya se señaló, no se dispone de información sobre diferenciales de sexo, para fines de análisis, en las instituciones de educación superior no universitaria del sector privado.

Rendimiento en la Educación Superior.

U n indicador de los problemas que afectan a la mayor parte de universida- des del país es la baja proporción de sus graduados en relación con sus corres- pondientes matrículas totales. Dichos problemas están principalmente relaciona- dos con el crecimiento explosivo de su matrícula y con los bajos niveles de su fi- nanciamiento, aspectos que se comentan separadamente en este estudio.

El cuadro W 14 presenta la serie histórica del número de egresados de las universidades entre los años 1960 y 1984, clasificados por sector de gestión. El in- cremento en el número de graduados en las universidades del país: 19.956 en la década 1960-1969; 143.116 en la década i970-79; y 123.382 en la primera mitad de la década 1980-89, es consecuencia del proceso de incremento acentuado en la matrícula universitaria, que se viene dando desde inicios de la década del 60, (ver cuadro V 4). antes que de una mejora significativa en la ekiencia o rendimiento de las universidades, entendida ésta como la relación entre los estudiantes que in- gresan y los que se gradúan.

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La baja proporción de graduados que es tradicional en las universidades del país está relacionada, principalmente, con uno o más de los siguientes factores, cuya importancia varía según la universidad de que se trate. Primero, el rápido crecimiento de la matrícula en muchas universidades, particularmente en las de reciente creación, en las cuales la proporción de graduados es naturalmente baja en relación a la matrícula total de cada año. Segundo, la ausencia de normas es- trictas de selección interna, que demanden de los estudiantes, ya sea un progreso aceptable hacia la culminación de sus estudios o su separación de la universidad

cursos una y otra vez hasta que los aprueben, alargando su permanencia en la uni- versidad, con frecuencia al doble o más del tiempo normalmente requerido para su gradución, con lo que se aumenta artificialmente la matrícula institucional. Tercero, la deserción estudiantil en proporciones variables pero generalmente sig- niticativa y por razones diversas. Finalmente, cuarto, el nivel de preparación aca- démica con el que llegan los estudiantes a la universidad, frecuentemente inade- cuado o m u y insuficiente, pese a los sistemas de selección establecidos para la ad- misión, lo que genera una limitante, a veces insalvable, para el normal progreso en sus estudios universitarios.

en forma oportuna y rápida. Este hecho posibilita que los estudiantes repitan los i 1

1

i I

Relacionando los datos presentados en los cuadros 4 y 14, se puede tener una idea de la forma como ha evolucionado la eficiencia de las universidades del país, a través del indicador egresados/matrícula total. La información obtenida (cuadro W 15) corrobora lo ya señalado en relación a la baja eficiencia de las uni- versidades en general, con un proceso de evidente mejora en la década del 60, para luego presentar una ligera pero persistente declinación, que se mantiene has- ta el año final del análisis (1984). A juzgar por este indicador, la eficiencia sería mayor en las universidades públicas que en las privadas.

No se han efectuado en el país estudios permanentes y globdes del rendi- miento de las universidades en función del número de graduados por cohortes de ingresantes para cada carrera. E n 1985 se efectuó un análisis de la situación que se dio en i983 para algunas carreras vinculadas a la ciencia y la tecnología, en un grupo representativo de universidades, limitándose el estudio, por la disponibili- dad de datos, sólo a considerar la relación entre el número de egresados po r ca- rrera y la correspondiente matrícula total. La información a nivel de carreras y universidades, organizada por áreas de conocimiento, se presenta en el cuadro NO 16. A juzgar por este indicador, el grado de eficiencia es m u y variable en las dis- tintas universidades del país, aun dentro de las mismas carreras. Los valores pro- medio obtenidos son algo menores a los que se presentan en el cuadro N 15 para el año 1985, pudiendo atribuirse la diferencia al mayor grado de dificultad que tendrían las carreras que figuran en el cuadro No 16, en relación con el universo de carreras que se ofrecen en las universidades del país.

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Personal Docente

Magnitud y Distribución por Sector de Gestión y Tipo de Instituciones

En el cuadro No 17 se presenta la serie histórica del personal docente del sistema de educación superior para el período 1960-1984, clasificado por sector de gestión y tipo de instituciones. El crecimiento de la plana docente en la educa- ción superior del país fue permanente y acentuado en los últimos 25 años, ha- biéndose incrementado, entre 1960 y 1984,en 612% (de 4.028 a 24.654 docentes). Este incremento fue mucho más acelerado en el sector privado de la educación superior (1.508%: de 440 a 6.633) que en el público (502%: de 3.586 a 18.021 i. Sin embargo, del total de 24.654 docentes que prestaban servicios en la educación superior para 1984, el 73.1% (18.021 docentes) pertenecía al sector público y sólo el 26.9% (6.633 docentes) J privado.

Comparando el total de docentes por tipo de instituciones, se aprecia el predominio del cuerpo docente universitario, que para 196C representó el 88% (3.544 docentes) del total, y para 1984 el 78.2% (19.269 docentes). Para este año, el 15.4% (3.795 docentes) correspondió a institutos y escuelas superiores y el 6.4% (1.590 docentes) a institutos superiores pedagógicos. E n el sector público, el cuerpo docente universitario bajó del 88.5% del total de docentes de educación superior en 1960, al 78.6% en 1984, correspondiendo,para este mismo año, el 12.8% a institutos y escuelas superiores y el 8.6% a institutos superiores pedagó- gicos. E n el sector privado, el cuerpo docente universitario representó en 1960 el 81.8% del total respectivo y para 1984 esta proporción bajó al 77.0%, corres- pondiendo para este año, el 22.5% a institutos y escuelas superiores privadas ? sólo el O. 5% a institutos superiores pedagógicos privados.

El crecimiento del profesorado a nivel universitario entre 1960 y 1984 fue de 446% en el sector público (de 3.176 docentes en 1960, a 14.165 en 1984) y de 1.387% en el privado (de 368 doce tes en 1960, a 5.104 en 1984). E n general, se puede señalar que este crecimiento ha estado relacionado con el aumento explosi- vo de la matrícula universitaria y con la creación de nuevas universidades. Si se tiene en cuenta que para 1984 existían ocho universidades ya creadas pero sin fun- cionamiento, es de esperarse que el incremento del cuerpo docente universitario mantendrá su ritmo de expansión, siempre con mayor incidencia en elsector pri- vado, al cual pertenecen seis de las ocho universidades antes referidas.

‘t

Este proceso acelerado determinó y seguirá determinando la necesidad de incorporar, en forma masiva, al cuerpo docente de la educación superior, particu- larmente al universitario, a personal joven, en la mayoría de los casos sin la expe- riencia ni el nivel académico requerido, en una suene de improvisación que se trata de corregir a través de programas de capacitación de docentes, después de su ingreso a las instituciones de educación superior.

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Dedicación

Según el régimen de dedicación, el personal docente de las universidades puede clasificarse en tres grupos:

Profesores a tiempo completo, cuando dedican a la universidad 40 horas semanales de trabajo, desarrollando actividades de investigación, enseñanza, ex- tensión, capacitación y administración. Pueden ejercer actividades remuneradas en otras instituciones, en las horas no comprometidas con la universidad, pero no a tiempo completo.

Profesores a dedicación exclusiva, cuando prestan a la universidad la misma dedicación de 40 horas semanales de trabajo y en las mismas actividades que las indicadas para el grupo anterior, con el compromiso adicional de tener como úni- ca actividad ordinaria remunerada la que prestan a la universidad.

Profesores a tiempo parcial, cuando dedican a las tareas académicas, prefe- rentemente de docencia, un tiempo menor que el de la jornada legal de trabajo, siendo remunerados en forma proporcional al número de horas semanales de tra- bajo que prestan a la universidad. Los reglamentos de las universidades establecen los límites en el número de horas que los profesores de este grupo pueden dedicar a la institución. E n la mayoría de los casos este tiempo fluctúa entre 8 y 20 horas, con un promedio de 15 horas semanales.

E n las universidades públicas la mayoría de los profesores son a tiempo completo o dedicación exclusiva (62.75%). En las universidades privadas la situa- ción es inversa, siendo reducida la proporción de profesores a tiempo completo y m u y pequeña la de dedicación exclusiva (en conjunto sólo llega al 22.36%). E n el cuadro No 18 se presenta la información correspondiente.

E n las instituciones de educación superior no universitaria sólo existen dos tipos de dedicación docente: a tiempo completo y a tiempo parcial. A u n cuando no hay información estadística centralizada a este respecto, se puede señalar que en las instituciones públicas predominan los docentes a tiempo completo y que en las privadas esta proporción es menor al 10%.

Carrera Docente

Las sucesivas leyes que han normado a las universidades han considerado lo pertinente a la carrera docente universitaria. La Ley Universitaria vigente esta- blece las categorías, los requisitos y procedimientos de acceso a la carrera docente y los procedimientos de ascenso en ella; normas que son comunes para las univer- sidades públicas y privadas.

Los docentes universitarios son de tres categorías: ordinarios, extraordina- rios y contratados.

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Para el ejercicio de la docencia ordinaria en la universidad, es obligatorio poseer grado académico de Maestro o título profesional, conferidos p o r las uni- versidades del país o revalidados según ley. Los demás requisitos son señalados en los estatutos de cada universidad. Los profesores ordinarios son de las catego- rías siguientes: Principal, Asociado y Auxiliar. Los Jefes de Práctica y Ayudantes realizan una actividad preliminar a la carrera docente. El tiempo en que se ejerce la función de Jefe de Práctica se computa como tiempo de servicio en la docencia.

La admisión a la carrera docente, en condición de profesor ordinario, se hace por concurso público de méritos y prueba de capacidad docente, o por opo- sición, de acuerdo a las pautas que establece el estatuto de cada universidad.

Los profesores Principales son nombrados por un período de siete años, los Asociados y Auxiliares por cinco y tres años, respectivamente. Al vencimien- to de estos períodos son ratificados, promovidos o separados de la docencia, pre- vio proceso de evaluación cuyas características son determinadas en el estatuto de cada universidad. Participan en estos procesos la facultad y el departamento res- pectivo, correspondiendo a la primera formular la propuesta del caso ai Consejo Universitario, para su resolución.

Si bien el cargo de Jefe de Práctica no es considerado propiamente como una categoría dentro de la carrera docente, el ingreso a la docencia ordinaria se produce generalmente a través de él y, c o m o ya se indicó, previo concurso públi- co de méritos y de oposición. Es requisito para ingresar a esta categoría poseer título profesional universitario o, excepcionalmente, sólo el grado de Bachiller conferido por una universidad. El Estatuto de cada universidad señala el período mínimo de permanencia en esta categoría de prueba y formación, que es necesario para aspirar a la categoría profesoral inicial, de Profesor Auxiliar. Se requiere de un mínimo de tres años en la categoría de Profesor Auxiliar para ascender a la ca- tegoría de Profesor Asociado y de cinco años en esta última, para ascender a Pro- fesor Principal. Además, para alcanzar esta última categoría se requiere tener gn- do de Maestro o de Doctor y haber realizado trabajos de investigación de acuerdo a su especialidad. Los profesores Principales son evaluados cada siete años. E n base a esta evaluación se procede a ratificar su nombramiento por un periodo igual de tiempo o a su separación de la docencia.

Los docentes con treinta años de servicios puden jubilarse conl’orme a la Ley. Después de 70 años de edad, la jubilación es obligatoria.

Los profesores Extraordinarios son Eméritos, Honorarios, investigadores y Visitantes. Los profesores investigadores son los que se dedican exclusivamente a la creación y producción intelectual. Son designados en razón de su excelencia académica y están sujetos al régimen especial que la universidad determine en cada caso. Pueden o no haber sido Profesores ordinarios y encontrarse o no en la condición de cesantes o jubilados.

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Los profesores visitantes son los designados para asumir alguna función académica dentro de la universidad, sin pago o retribución alguna, que no sea el reconocimiento institucional.

Los profesores contratados son los que prestan servicios a la universidad, a plazo determinado, no mayor de tres años, en las condiciones que fija el respec- tivo contrato. Al término del plazo máximo de tres años, el contrato puede ser renovado por una sola vez y por el mismo plazo máximo, previa evaluación del profesor. Vencido el primer o segundo término, el profesor puede concursar para su admisión en la carrera docente, en condición de profesor ordinario.

El personal docente de los centros de educación superior no universitaria de los tipos escuelas e institutos superiores e institutos superiores pedagógicos, ingresa por concurso público. La carrera docente tiene las siguientes categorías: nivel 4 o inicial en la docencia superior no universitaria dependiente del Ministe- reio de Educación; nivel 5, nivel 6, nivel 7 y nivel 8. El ascenso de categoría re- quiere UJI mínimo de cuatro años en el nivel anterior.

Las escuelas de educación superior no universitaria consideradas dentro del grupo “otros”, tienen sus propias normas y categorías para la carrera docente.

E n el cuadro W 20 se presenta la distribución del personal docente de las universidades del país, por categorías, para el año 1984. El 55.6% (10.711) de 10s docentes están en la categoría de profesores ordinarios, siendo seguida esta cate- goría por la de profesores contratados, con el 24.9% (4.798) y por la de forma- ción o jefes de práctica, con 19.2% (3.697). Los profesores extraordinarios repre- sentan sólo el 0.3% (63). Si se tiene en cuenta que muchas universidades adoptan la modalidad del contrato de docentes con el propósito de formar su personal do- cente -aproximadamente el 50% de los docentes contratados lo son por esta ra- zón- se puede apreciar la alta proporción de docentes en formación que exhibe la universidad peruana, consecuencia del proceso expansivo m u y rápido que se viene dando en el subsistema universitario del país, así como de la grm movili- dad en la función docente universitaria por causas relacionadas con los bajos nive- les de remuneración, razones éstas que determinan la incorporación maslva de nuevos docentes.

Organización Gremial

A partir de la recomendación del Primer Seminario Inter-universitario de Rectores (1967) para el establecimiento de Asociaciones de Docentes en las Uni- versidades, se han venido constituyendo este tipo de asociaciones gremiales en la mayoría de universidades del país, cuya función básica es la de defensa del bienes- tar y de 1s reivindicaciones gremiales de los docentes universitarios. La Ley Universitaria reconoce este derecho de asociación.

Las Asociaciones de docentes, que en algunas universidades toman el nom- bre de sindiatos de docentes, se han agrupado a SU vez en la Federación Nacio-

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nal de Docentes Universitarios, a la cual estan afiliadas la mayoría de Asociacio- nes. H a sido frecuente que las asociaciones de docentes y, especialmente, la Fede- ración Nacional de Docentes Universitarios, experimenten un proceso gradual de politización, que distorsiona, en muchos casos, sus acciones de tipo netamente reivindicativo.

La ley del profesorado reconoce a los docentes de los centros de educación superior no universitaria el derecho a la libre sindicalización y asociación, seña- lándose que el reconocimiento oficial de los sindicatos y asociaciones se hace de acuerdo a la ley. Financiamiento de la Educación Superior

Aspectos Legales

La Constitución Política de la República señala que el derecho a la educa- ción y a la cultura es inherente a la persona humana; agrega en su artículo 25 que la educación impartida por el Estado es gratuita en todos sus niveles, con sujeción a las normas de ley; y en su artículo 39, señala que en cada ejecución presupuesta1 se destina para educación no menos del 20% de los recursos ordinarios del Go- bierno Central.

Recogiendo el precepto constitucional, la Ley General de Educación esta- blece la gratuidad de la educación proporcionada por el Estado, en todos los ni- veles y modalidades, condicionada por el aprovechamiento del educando y com- plementada para los educandos que carecen de medios económicos, con servicios de salud, alimentación y provisión de útiles escolares. Se indica que estos complc- rnentos se realizan en forma progresiva. La misma ley señala que los servicios educativos en el país se financian con aportes del Estado, la comunidad y ios par- ticulares, contraponiendo al derecho universal a la educación, el deber, también universal, de contribuir al fomento y sostenimiento de los centros y programas educativos. Agrega que la política del Estado sobre becas, créditos y estímulos educativos en el país o en el extranjero se aplica de acuerdo con el principio de una distribución amplia y, diversificada. El Fondo Nacional de Crédito Educativo financia las becas, créditos u otros estímulos educativos que otorga el Estado. El Ministerio de Educación es el órgano del Estado que acuerda con organizaciones nacionales e internacionales, las ayudas destinadas a incrementar el Fondo Nacio- nal de Crédito Educativo.

A su vez, la Ley Universitaria estableceten su a~tícdp 78, que la enseñanza en las universidades públicas es gratuita y que el pago de pensiones en las univer- sidades privadas se hace por el sistema de escalas, que toman en consideración los diversos niveles socio-económicos de la población estudiantil matriculada u otras formas de ayuda o promoción social. Las universidades privadas que reciben sub- sidios del Estado deben dedicar una parte de ellos a becas y préstamos para estu- diantes.

5s

El beneficio de la gratuidad de la enseñanza cubre,por una vez, estudios académicos o profesionales requeridos para cada grado académico o título profe- sional, con una tolerancia adicional de dos ciclos semestrales o uno anual. Cada universidad determina en sus Estanitos, la suspensión temporal de la gratuidad por el período de estudios siguiente al período en que se registre deficiente rendi- miento académico, asi como las condiciones de su recuperación.

Al ocuparse del Régimen Económico, la Ley Universitaria setiala que la co- munidad nacional sostiene económicamente a las universidades y que éstas co- rresponden a su esfuerzo con la calidad de sus servicios. Agrega que todas las uni- versidades tienen derecho a la contribución pública de acuerdo con sus méritos y necesidades,y que es responsabilidad del Estado proporcionárselas con magni- tud adecuada para mantener y promover los niveles aicanzados por la educación universitaria. Establece que son recursos económicos de las universidades: a)

b) c) los ingresos propios.

miento universitario:

las asignaciones provenientes del Tesoro Público;

los ingresos por concepto de leyes especiales; y

E n los artículos 80 al 83 se crean los siguientes entes de apoyo al financia-

El Fondo de Ayuda del profesional a las Universidades, constituido con la contribución anual obligatoria de sus respectivos graduados en un porcen- taje de sus ingresos anuales;

El Fondo de Desarrollo y Promoción Universitaria en cada universidad pública, constituido con las donaciones hechas a su favor por personas na- turales y jurídicas, y con el aporte que el Poder Ejecutivo hace en el ejerci- cio presupuestal inmediato siguiente, equivalente al SO% de lo recibido como donación, en el año anterior, por cada universidad y hasta por una suma que no exceda el 25% de su presupuesto; La Corporación Financiera Universitaria, con la findidad de obtener re- cursos destinados d financiunicnto de los programas de inversión, de be- cas y bienestar estudiantil, de becas para docentes, de investigación y de ex- tensión y proyección social. El Estado participa en el capital de la Corpora- ción con aportes anuales de hasta el 50% de su monto. La Corporación está autorizada para realizar las opcilciones de crédito para el cumplimien- to de su finalidad. Como aún no se han aprobado los reglamentos corres- pondientes 21 funcionamiento de estos entes, todavía no se encuentran ope- rando.

Las universidades públicas están suietas al Sistema Nacional de Control. así c o m o las universidades privadas que reciben subsidio del Estado, en cuanto a la asignación que reciben de éste.

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Las universidades están exoneradas de todo tributo fiscal o municipal y go- zan de franquicia postal y telegráfica.

El Gasto Público en Educación Superior Como consecuencia de la crisis económica que vive el país desde medidos

de la década del 70, y apoyándose en la sexta disposición transitoria de la Consti- tución del Estado, que señala la aplicación gradual de las normas constitucionales que irrogen nuevos gastos e inversiones, el mandato constitucional de asignar el 20% de los recursos presupuestales del Gobierno Central a educación no ha al- canzado su plena vigencia. El Presupuesto del Gobierno Central para 1985 desti- nó a educación el equivalente de 2.486.734.000 soles constantes de 1960 (9.6% del total presupuestal) y de ellos, aproximadamente 649.443.000 soles constantes de 1960 correspondieron al gasto público en educación superior (26% del total destinado a educación). A u n cuando no hay informaciones estadísticas comple- tas, se puede estimar que adicionalmente se gastó en el mismo aíio, el equivalente de aproximadamente 350.000.000 de soles constantes de 1960 en el financiamien- to de la educación superior impartida por instituciones privadas.

E n el cuadro iP 21 se presenta la serie histórica de los últimos 26 años (1960-85), con las cifras correspondientes al presupuesto general de la República, al sector educación, y a las Universidades públicas. E n el gráfico iP 4 se ilustra el componamiento de estas series. Los datos están presentados en términos de SO- les constantes del año 1960, en razón de que el proceso inflacionario, que se fue acentuando a partir de 1975, haría de difícil comparación las cifras correspon- dientes a los sucesivos ejercicios presupuestales anuales, en términos de soles CO- rrientes.

El aporte del Estado al sector educación fue incrementándose hasta el año 1967, iniciándose en 1968, año en el que se instaura la dictadura militar que dura- ría hasta 1980, un proceso de deterioro que no ha podido superarse hasta la actua- lidad. A fines de la década del 70 esta declinación se toma aun más ostensible como consecuencia del agobiamiento producido por la crisis económica del país y de la incidencia del pago de la deuda externa en el presupuesto de la República. Para 1980 la participación del gasto en educación pública alcanzó sólo al 10.12% del presupucsto del Gobierno Central y para 1985 esta participación fue sólo el

Por otro lado, en este período se produce el crecimiento explosivo de la matrícula en las universidades y el consecuente incremento en el número de do- centes y de instituciones de educación superior, hechos ya señdldos anterior- mente, que determinan,en conjunto con los problemas de financimiento, una notable disminución del gasto por alumno y de los niveles de remuneración de los docentes universitarios. E n esta forma, los problemas más apremiantes que en- frenta la educación superior en el país son: a) el rápido crecimiento de Ir matrícu-

9.6%.

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la universitaria, y b) los niveles nada satisfactorios de financiamiento para las ins- tituciones de educación superior, tanto públicas como privadas. Ambos factores constituyen los principales agentes causales de la depresión significativa en la cali- dad de los estudios universitarios en la mayoría de universidades del país.

Como ilustración de la situación general antes descrita, se presenta en el cuadro No 2 la serie histórica de los últimos 26 años (1960-85) referida a la matrí- cula atendida por las universidades públicas, el monto de las asignaciones presu- puestales dedicadas a este tipo de educación y el gasto por alumno atendido, en términos de soles constantes de 1960, Se debe tener en cuenta, para la correcta in- terpretación de la información presentada en este cuadro, que las asignaciones presupuestales a las Universidades y demás instituciones de educación superior, están referidas casi exclusivamente a la atención de la actividad docente o de ense- ñanza. Las demás actividades universitarias son financiadas por las instituciones que las realizan, principalmente con recursos de otras fuentes, incluyendo la esta- tal, pero a través de otros pliegos presupuestales.

Entre 1960 y 1985 el aporte estatal por alumno, en soles constantes, pre- senta dos períodos de comportamiento opuesto. Entre 1960 y 1967 el gasto por alumno se incrementó permanentemente desde 5.777 soles hasta 16.943 soles (293%). A partir de 1968 se inicia un período inverso, de marcado deterioro, Ile- gando en 1985 a un gasto por alumno de sólo 2.332 soles (13.7% del gasto de 1967).

El énfasis en la política futura de educación superior deberá dirigirse .a me- jorar su calidad, lo que requerirá de incrementos significativos en su financia- miento, aun si se estabiliza el número de estudiantes en las cifras actuales.

Con el propósito de aumentar sus ingresos con fuentes distintas al erario nacional, las universidades han venido incrementando sus actividades generado- ras de ingresos propios, tales como la prestación de servicios y producción de bienes compatibles con su actividad académica. Sin embargo estos ingresos distan todavía mucho de ser una verdadera alternativa al aporte estatal, pues ellos fluc- túan entre el 2% y el 20% del total de los presupuestos universitarios, con un promedio equivalente al 5% de los mismos.

Otra alternativa que se ha estado considerando, pero que no ha encontrado mayor eco en los poderes del Estado, ha sido la reglamentación de la gratuidad de la enseñanza superior, condicionándola al buen rendimiento académico y a la carencia de recursos económicos para sufragar los estudios universitarios. Una ayuda importante para mejorar el financiamiento universitario será, sin duda, el funcionamiento de los tres fondos considerados en la Ley Universitaria, ya men- cionados anteriormente.

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Distribución de los Aportes del Estado por Grupos de Instituciones

El notable predominio del gasto público en universidades frente al subsis- tema de educación superior, que es tradicional en el país, puede ilustrarse con la distribución .del presupuesto del año 1984 en el que el gasto en educación supe- rior no universitaria sólo comprometió el 6% (equivdente a 45.336.000 soles constantes de 1960) del total anual asignado por el Estado para el sistema de edu- cación superior. Este hecho está relacionado con la marcada preferencia del alum- nado por la educación universitaria frente a la superior no universitaria. Así, para el año 1984, el 77.3% (234.882 alumnos) de la matrícula de la educación superior estatal estaba en las universidades públicas y sólo el 22.7% (69.122 aiumnos) en las escuelas e institutos superiores dependientes del Ministerio de Educación. Re- lacionando estos datos con la distribución del gasto público de 1984 para los dos subsistemas de la educación superior, se obtiene el gasto por alumno en este año, que fue de 665 soles constantes de 1960 para la educación superior no universita- ria y de 2.990 soles del mismo tipo para la educación universitaria (cuadro N’ 22).

Estructura del Gasto en las Universidades Públicas

Hasta el año 1982 el presupuesto de las instituciones de educación superibr se confeccionaba en forma global, por institución, y no por actividades-progra- ma. Es recién a partir de 1983 que la ley establece la norma de preparar el presu- puesto anual de las instituciones, descriminando por actividades-programa, lo que viene aplicándose en forma gradual en un proceso de perfeccionamiento del nuevo sistema presupuestal. Por esta razón es difícil hacer un análisis más o me- nos preciso de la distribución del gasto por programa.

A u n cuando la estructura presupuestal no es igual en todas las univenida- des públicas, se puede sedar, en consideración al hecho de que el Estado asigna los recursos presupuestales casi exclusivamente para el financiamiento de la do- cencia, que es esta actividad la que compromete la mayor parte del presupuesto de las universidades, quedando en un segundo lugar ¡as asignaciones para el pro- grama de: bienestar, relacionado principalmente con los comedores universira- rios, el transporte y la asistencia de salud. Los programas de investigación y cx- tensión ocupan, en la mayoría de universidades, una posición m u y disminuida en relación a los anteriores y se financian complemenuriamence con recursos distin- tos a los asignados directamente por el Gobierno Central para cada universidad. En el cuadro V 23 se presenta la distribución relativa del presupuesto de las uni- versidades públicas, por actividades-programa, financiado por el Gobierno Cen- tral para el periodo 1970-85, correspondiendo los datos a cifras aproximadas en razón de lo señalado anteriormente

E n el cuadro V 24 se presenta la distribución porcentual por partidas, en los presupuestos de las universidades públicas, para el período 1970-85. La parti- da notoriamente predominante es la de remuneraciones, que incluye tanto d per-

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sonal docente como al administrativo, y que varió entre 56.31 YO y 68.15% del to tai presupuesd, como consecuencia, principalmente, de las fluctuaciones de las remuneraciones de los docentes dentro de un rango que en el período de análisis siempre fue bajo. Le siguen en orden descendente, las partidas de transferencias y de bienes corrientes. La primera guarda relación con la de remuneraciones, pues algunos de sus conceptos están referidos al monto de dichas remuneracio- nes, como es el caso de la seguridad social. E n esta partida se encuentran además las asignaciones destinadas a becas y diversos subsidios para alumnos y docentes. La partida correspondiente a pensiones, que hasta 1976 estaba incluida en “Transferencias”, viene incrementándose en los últimos años, como consecuen- cia de que un crecido número de docentes han pasado a la situación de cesantes o jubilados, motivados principalmente por los bajos niveles de remuneración. C o n menor incidencia está la partida de servicios, as¡ como las de obras y de bie- nes de capital (equipamiento). La poca incidencia de esta partida en los presu- puestos universitarios es demostrativa de la baja inversión en renovación o am- pliación de equipamiento de las universidades, como consecuencia de las restric- ciones financie& a las que se ha hecho repetida referencia. Estas limitaciones re- percuten aun en los gastos operativos, lo que se puede apreciar al constatar la baja proporción del gasto destinado a bienes corrientes, dentro del cual se encuen- tran, entre otros, reactivos para laboratorios, libros y revistas para bibliotecas y, en general, todo el material de enseñanza.

Servicios Estudiantiles

Programas de Asistencia Estudiantil y de Orientación

EL artículo 24 de la Constitución Política del Estado señala que correspon- de al Estado dirigir y supervisar la educación, con el fin de asegurar su calidad y eficiencia y otorgar a todos igualdad de oportunidades. C o n el propósito de ga- rantizar la iguaidad de oportunidades antes indicadas, la propia Constitución, así como la Ley General de Educación y la Ley Universitaria, establecen la gratui- dad de la ensetianza en las instituciones públicas correspondientes. La Ley Gene- ral de Educación agrega que esta gratuidad se complementa, cuando sea necesa- rio, con servicios de salud, alimentación y provisión de útiles escolares, y estable- ce una política de becas y crédito educativo. Pardelamente, la Ley Universitaria agrega a la gratuidad de la enseñanza, la obligación de las universidades de ofrecer a sus miembros, dentro de sus posibilidades, programas’ y servicios de salud, bie- nestar y recreación; así c o m o la atención preferente de las necesidades en libros y materiales de estudio, de profesores y estudiantes, mediante procedimientos y condiciones que faciliten su uso o adquisición (artículo 750).

La preocupación de las universidades por brindar servicios asistenciales y de bienestar a sus estudiantes es, sin embargo, antigua en el país y está recogida en las diversas leyes que han normado su actividad. Así, ya en la Ley Universita-

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ria del año 1918 se seíiaiaba,entre las responsabilidades del Consejo Universitario, las siguientes:

otorgar becas para aiumnos pobres;

establecer y administrar Casas de Estudiantes (residencias estudiantiles); crear y administrar el servicio de inspección médica para alumnos;

otorgar bolsas de viaje para estudiantes que lo arneriten, a fin de que pue- dan perfeccionar y especializar sus conocimientos en el extranjero;

organizar y fomentar la educación física, estableciendo gimnasios y campos deportivos, y estimulando la organización de sociedades deportivas estu- diantiles;

fomentar la organización de asociaciones estudiantiles con fines de cultura, recreo, asistencia mutua y otros objetivos dignos de protección.

La Ley Universitaria del Uio 1928 agrega a las responsabilidades, antes in-

establecer un servicio especial para facilitar ocupaciones adecuadas a los alumnos y recién graduados;

conceder préstamos gratuitos de honor, reembolsables después de termina- da la carrera, a los alumnos distinguidos que carezcan de recursos para con- tinuar sus estudios;

establecer el servicio de orientación voucionai;

establecer y administr& consultorios médicos gratuitos para alumnos po- bres;

fomentar la formación de cooperotivps de consumo en beneficio de alum- nos y catedráticos.

ks kya universitarias de-1935 y 1911 rnamknm bs berviQoI antes ocár- lados. E n la Ley Universitaria del aiio 1% sc reconoce además, en forma especí- fica, el derecho de los alumnos a formar Asociaciones de Estudiantes por faculta- des,intcg.ndoeras~enhFsdrnaón ’ & ERIuiipnctr de la Univeni- dad. La misma ley scñda la obligación de la universidad de cuidar la salud física, mental y espiritual de sus alumnos, para lo cual y en armonía con el régimen tuto- rial, debían organizar el Servicio de Asisuncin Mídica, que comprendía el funcio- namiento de clíniao y wdtorios gratuitos y el defrrrnrgrpuo ei cuminisvo a precios de oosto. La ley rgr%rbn que h Universibd debí organizar la oficina de e~~diíintes, que tendría a su cargo cl funcionamicnm de la Casa de Estudian- tes, el Comedor de Estudllntes. h bisa de trrbyo y bs cooperativas e imitu- ciones neceEvios para atender al bienestar m a t e 4 y espiritual de sus asociados.

dicadas, del Consejo Universitario, las siguientes: .

.

- .

-

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Finalmente, esta ley señalaba que la universidildpn colaboración con el Estado y la Sociedad, debía organizar el Seguro Social Obligatorio de Estudiantes y Maes- tros. Este último mandato no llegó a materializarse por las dificultades de finan- ciamiento que se encontró en los intentos iniciales por organizar el servicio. Sin embargo, algunas universidades establecieron posteriomente, como alternativa, el seguro obligatorio de salud, financiado principalmente por las propias univer- sidades y complementado por los alumnos.

E n la Ley Universitaria de 1960 se señala la obligación del Estado de crear becas en las universidades públicas, consistentes en subvenciones periódicas sufi- cientes para atender las necesidades vitales de los estudiantes de modesta condi- ción económica. La distribución de las becas entre las universidades del país era hecha por el Consejo Interuniversitario. Los estudiantes beneficiados estaban obligados a prestar sus servicios al Estado, por lo menos por dos años, después de concluidos sus estudios. Se agregaba que las universidades debían establecer departamentos centrales de estudiantes, encargados de administrar los servicios psicopedagógicos, asistenciales, económicos y de cultura física.

A partir del inicio de la década del 60, algunas universidades establecen el servicio de consejería u orientación al estudiante, con la participación dc todos las profesores a tiempo completo. Los profesores asumen dentro de sus responsabili- dades de docentes a tiempo completo, la de asistir a un número limitado de estu- diantes, brindándoles orientación académica y vocacional, así como consejo y apoyo en la solución de problemas personales o familiares. El servicio de conseie- ría ha funcionado relativamente bien en algunas universidades pequeñas o de ta- maíio medio. Sin embargo, no tuvo mayor éxito en la mayoría de universidades, particularmente en las que contaban con alumnado m u y numeroso, tanto por el elevado número de alumnos aconsejados que supuestamente debería atender cada profesor de tiempo completo (más de 20), cuanto por la falta de interés de los es- tudiantes en establecer una relación fructífera con sus profesores consejeros. Se ha tratado de crear algunos elementos estimulantes de esta relación, como por ejemplo el requisito para tramitar y resolver en forma positiva los pedidos de los estudiantes, del conocimiento e informe previo del profesor consejero respectivo en relación con el problema que pudieran invocar, en procura de obtener algún tipo de ayuda. Pese a este tipo de disposiciones reglamentarias, el sistema no ha funcionado en la mayoría de universidades.

El Seminario de Rectores del Consejo Inter-universitario de 1967 reco- mendaba, en relación a los servicios asistenciales y de bienestar, que “la universi- dad debe interesarse e interesar a la sociedad en lograr el bienestar de sus inte- grantes, para hacer eficaz su tarea de formación académica”. Siguiendo esta reco- mendación las universidades fueron ampliando sus facilidades relacionadas con los servicios que prestan a sus miembros, los que incluyen servicio de alimenta- ción a través de comedores universitarios fuertemente subsidiados por las propias

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universidades, y servicio de transpone cuyos costos son cubiertos íntegramente por las mismas instiniciones.

La conceptualización de la administración universitaria con UM organiu- ción centralizada e integrada, propia de la Ley Universitaria de 1%9, integra igual- mente a d o s los servicios asisvnciaies y de bienestar de cada universidad, en una de las Direcciones Universitarias2' establecidas en la administración central: la Dirección Universitaria de Bienestar y Asuntos Estudiantiles; dándole así la misma categoría que ia asignada a otras áreas de reconocida importmcia, tales como las de economía, plmificación, invesugación, proyección sociai, etc. para las que se disponía también la organización de direcciones universitarias específi- cas. E n esta ley se señah,además, que cada universidad debe ofrecer a los estu- diantes los siguientes servicios: a) bienestar, recreación y deportes; b) psicopeda- gogía y orientación del estudiante; y c) asistencia social. En relación al primer as- pecto, la mayoría de universidades cuentan con oficinas addminsmtivu a través de las cuales se fomenta, coordina y apoya diversos tipos de actividades culturales de los estudiantes, como los clubes de teatro, danza, música y folklore, o clubes de tipo deportivo en sus diversas disciplinas. En el aspecto psicopedagógico y de orientación, se han establecido dependencias encargadas de la investigación y el servicio psicopedagógico, con profesionales dedicados exclusivamente a este tipo de actividad, así como a dar apoyo d servicio de consejcría antes indicado. En el aspecto de asistencia sociai se ha ampliado el servicio con dependencias a cargo de Asistentas Sociaies, que extienden su acción hasta los hogares de los estudian- tes con problemas, cuyos informes son utilizados a su vez para la asignación de becas, bolsas de trabajo u otro tipo de apoyo cuando se trata de dar ayuda eco- nómico-sociai, o para resolver problemas académicos de los alumnos. cuando las dificultades son de este orden. Se procura una buena integración de las dependen- cias & asistencia social con los profesores consejeros y con el servicio psiO0ped;i- gógico.

C o n la finalidad de faciiitar Ir adquisición de libros, matedes, útiles e ins- trumental Acionado con los esnidios superiores, se creó en 1975 el Sistema de Librerías Universitarias (LIBUN), que posteriormente, en 1983, evolucionó para transformarse en Ir Fundación ¿el Libro Universitario. supervisada por el orga- nismo cmtd de coordinacion inteniniversitaria. La fundación funciona como persona jurídica de derecho privado, autofinancia su presupuesto de gastos y ofrece a L comunidad universitaria libros y otros materiales de enscñpnzo. a pre- cios de costo. Cuenta con un centro principai de ventas en Lima, y convenios de funcionrmiento ¿e librerías m diverros universidades del país. Su ración no ha-

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podido extenderse a la totalidad de universidades por limitaciones en su capital operativo. Entre sus planes de expansión destaca la creación de la editorial uni- versitaria, para facilitar a los docentes universitarios la publicación de libros y otras obras relacionadas con la educación superior.

E n la adecuación de las universidades a la Ley Universitaria en vigencia, la mayoría de universidades han mantenido los servicios antes descritos con una or- ganización administrativa centralizada, dependiente del Vice-Rectorado Adminis- trativo. La magnitud de los servicios prestados compromete recursos presupues- tales importantes, de tal manera que se puede señalar que, en promedio, este pro- grama es el segundo por la magnitud del gasto, después del de docencia, y antes que los de investigación, extensión, etc. Este hecho ha motivado algunos cuestio- nunientos, en el sentido de eliminar estos servicios, ya que la prestación socioe- conómica, tanto a través de becas integrales, como de comedores y servicios de salud, ddería ser asumida por otros organismos sectoriales del Estado, liberando los recursos presupuestales que las universidades tienen comprometidos en ellos, para ser aplicados íntegramente a las diversas tareas académicas propias de la uni- versidad. E n el cuadro W 25 se presenta un listado de los principales servicios y actividades de bienestar estudiantil que se dan en las Universidades. Asimismo, el cuadro W 26 presenta las becas y crédito educativo otorgados por el Instituto Nacional de Becas y Crédito Educativo (INABEC) para realizar estudios de pre- grado y postgrado en universidades del país y del extranjero.

Los estudiantes universitarios tienen además el beneficio de la mitad de la tanfa en los transportes de servicio público y en los espectáculos deportivos y culturales.

El Movimiento Estudiantil La participación del estudiantado en el gobierno de la universidad ha teni-

do caracteristicas diferentes en las sucesivas leyes que han normado a. la universi- dad peruana en el presente siglo, alternándose los períodos de participación ple- na, generalmente en la proporción del tercio de los integrantes de los órganos de gobierno, con períodos en los que se suprimió o minimizó esta participación. Los *mentas esgrimidos para esta reducción o supresión, se pueden resumir prin- cipheníe en la afirmación de que el movimiento estudiantii ha respondido ma- yormente a intereses extra-universitarios y está fuertempte influenciado por ten- dencias pol'tico-partidistas que interfieren con el normal desarrollo de las activi- dades académicas propias de las universidades, antes que motivado por la propia problemática de la vida institucional y por los auténticos intereses de los esnidian- tes. Consecuentemente su panicipación en el gobierno de la universidad ha sido utilizada sobre todo para dar mayor fuerza a sus acciones, frecuentemente carac- terizadas por la violencia, en procura de sus objetivos extra-universitarios. La toma de locales institucionales, los paros y huelgas, así c o m o las marchas deje-

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ras de protesta, acompañadas de manifestaciones de violencia, que han caracteri- zado a la mayoría de universidades del país, traduciéndose en una disminución de su actividad académica, con notable pérdida de sus niveles de eficiencia y de su prestigio, han sido invocadas también para limitar la representación estudiantil.

Existen críticos importantes que han cuestionado el movimiento estudiantil universitario, identificándolo como uno de los principales factores responsables de la disminución de los niveles académicos, al oponerse a toda medida tendiente a mejorar los procedimientos de selección, tanto de admisión a la universidad, como los internos que se dan en el proceso de los estudios universitarios, oposi- ción que llega en algunas universidades incluso a cuestionar a los profesores exi- gentes en el rendimiento académico de sus alumnos.

El movimiento estudiantil es coordinado no sólo a través de su representa- ción ante los órganos de gobierno universitario, sino también a través de sus pro- pios organismos, que agrupan a los estudiantes de cada facultad en sus respectivos Centros de Estudiantes; reuniéndose a su vez todos los centros de cada universi- dad en una federación de estudiantes. A nivel nacional, las federaciones de estu- diantes de las universidades del país se asocian en la Federación Nacional de Estu- diantes Universitarios del Perú. Los centros de estudiantes y las federaciones uni- versitarias cuentan con las facilidades de funcionamiento que les proporcionan las respectivas universidades, que incluyen locales, mobiliario, equipo, presupuesto operativo, etc.

L a Investigación Científica y Tecnológica

Las Instituciones de Educación Superior y la Investigación Científica y Tecnoló- gica

La universidades son prácticamente las únicas instituciones de educación superior en las que se viene dando importancia creciente a la investigación cientí- fica y tecnológica, como tarea fundamental de su quehacer diario, alimentadora de las otras dos funciones básica que se la asignan: enseñanza y proyección so- cial. E1 nivel de estas últimas funciones dependerá, en buena medida, de la forma como se desarrolle la primera. Esta trilogía funcional es reconocida para la uni- versidad peruana, a partir de la ley de 194é,25 aun cuando algunas manifestaciones de la vinculación de la universidad con la investigación sientífica y tecnológica se dan desde mucho antes, como por ejemplo, al señalarse en las leyes de 1935 y si- guientes la presentación de un trabajo de investigación como requisito para la ob- tención de grados y títulos universitarios, en especial para el doctorado; cuando se considera, en la organización de la universidad, la presencia de institutos de in-

25. Esta ley señala en su primer artículo que la universidad es la uociación de maestros, alumnos y gridua- dos para estudiar, investigar y propagar todo lo relativo al conocimiento humano, con el propósito de que la colectividad alcance mayor provecho apirinul y mated.

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vestigación (ley de 1935); o cuando se senala que una de las actividades de los profesores a tiempo completo será la investigación (ley de 1946).

Si bien en la universidad colonial se aprecian algunos casos concretos e im- portantes de actividad científica, con desarrollo de’ investigación propia, éstos fueron casos aislados dentro de un modelo universitario que fue, predominante- mente, contrario a los métodos experimentales y que no dio a la creación científi- ca y técnica la misma importancia que se concedió a las humanidades y las letras.

Ciencia e investigación estuvieron también ausentes del modelo de univer- sidad adoptado en los albores de la república, el que fue basado más bien en el modelo napoleónico profesionalizante. E n aquél modelo, la casi toalidad de los catedráticos era a tiempo parcial, prestando a la universidad sólo el tiempo nece- sario para el dictado de sus clases.

La denuncia del atraso científico de la universidad latinoamericana conteni- da en el Manifiesto de Córdoba (1918) empieza a ejercer influencia en la universi- dad peruana sólo muchos años después. Si bien desde la ley de 1918 se señala ya como una función del Consejo Universitario “estimular y facilitar la labor cientí- fica y los estudios de investigación de los catedráticos, especialmente sobre mate- rias de interés nacional”, es recién en la ley del ano 1946, que se puede apreciar el propósito del legislador de apoyar la investigación como una actividad impor- tante en la universidad, cuando la~considera como una de sus tres funciones bási- cas; y cuando a su vez establece la presencia de catedráticos a tiempo completo, la creación de institutos de investigación dentro de las facultados; y la clasifica- ción de los alumnos en tres categorías: a) interesados en adquirir cultura general; b) interesados en especializarse en todo o en parte de una ciencia, arte o profe- sión; y c) interesados en investigar.

Pero es a partir de la ley de 1960 que se impulsa en forma significativa la actividad de investigación en las universidades. En ella se señala con precisión que uno de los fines de la universidad es “promover, organizar y estimular la investi- gación científica, humanístka y tecnológica, tanto en los problemas universales como en los que ataíien a la realidad nacional”. Esta ley dedica un ríNio a la in- vestigación, en el que se señala que en cada facultad se organizará un consejo de investigación y que a nivel de la universidad se creará un instituto general de investigación, que coordinará la labor de los consejos de investigación de las fa- cultades; precisando, finalmente, que “las escuelas de altos estudios que se esta- blezcan darán preferencia a la investigación de los fenómenos y problemas de su respectiva región geográfica o área de influencia”. Es a partir de esta Ley, en la que se manda que las universidades deben procurar que sus profesores sean a tiempo completo y, en lo posible, a dedicación exclusiva,z6 que las &idi&s

26. Hsrta la promulgación de la Ley del atio 1960. los docentes a tiempo completo en Isr universidades del pis. no excedían al 10% de su toul, y no existían docentes a dedicación exclusiva.

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del país empiezan a incrementar significativamente el número de sus docentes con estas dedicaciones, reservando parte importante de su tiempo a la realización de actividades de investigación. Para 1960 las universidades contaban en conjunto con 3.544 docentes, de los cuales sólo el 10% eran a tiempo completo y dedica- ción exclusiva. Para 1984 estas cifras se habían elevado a 19.269 y 52% respecti- vamente.

Con el incremento del número de profesores a tiempo completo y dedica- ción exclusiva, se inician también programas importantes de capacitación de los docentes universitarios, principalmente en algunas universidades de Lima, para luego irse extendiendo esta política a universidades del resto del país. Los estu- dios de postgrado realizados por las nuevas generaciones de docentes, en diversas universidades del mundo, dentro de los programas de capacitación, estimularon el interés por desarrollar programas de investigación científica y tecnológica, en función de su triple repercusión:

a) como garantía del alto nivel académico que deben tener las universidades, cuando es desarrollada con la seriedad y profundidad requerida, creando el ambiente intelectual necesario para la formación científica, humanística y de capacitación profesional; en la contribución que la universidad puede hacer al desarrollo del país, a través de la generación o adaptación de tecnologías, del estudio de la reali- dad y probiemápica nacional y de la búsqueda de las soluciones que concu- rran a superar dicha problemática; y

en la formación y entrenamiento de los investigadores necesarios para tra- bajar en los diversos centros de investigación estatales y particulares del país.

Los programas de perfeccionamiento docente han ido conduciendo gra- dualmente a las universidades peruanas a reunir los grupos de científicos y tecnó- logos más homogéneos e importantes que tiene el país, pese a las importantes pérdidas de personal altamente calificado que han experimentado en los tres úiti- mos quinquenios, como consecuencia de los problemas económicos que viene afrontando el país y que han repercutido, m u y desfavorablemente, en los niveles de remuneración de la docencia universitaria nacional.

Asimismo, pese a las notables deficiencias que muestra la infraestructura fí- sica que poseen la mayoría de universidades del país, algunas de ellas constituyen las instituciones mejor dotadas, en equipamiento e instalaciones, para desarrollar investigación científica y tecnológica. Finalmente, las universidades que cuentan con escuelas de graduados, poseen también este importante catalizador para im- pulsar el desarrollo de programas de investigación científica y tecnológica.

Las universidades reunen así las mejores capacidades para desarrollar in- vestigación científica y tecnológica, las que gradualmente vienen incorporándose,

b)

c)

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como contribuyentes importantes al desarrolo del país. E n este esfuerzo destacan algunas universidades públicas que han alcanzado un nivel de desarrollo relativa- mente satisfactorio y dos universidades privadas cuyos campos de acción están vinculados a la ciencia y tecnología.

Desafortunadamente, pese al reconocimiento generalizado de la irnportan- cia que tiene la investigación científica y tecnológica para elevar el nivel académi- co de las universidades y para el desarrollo de la nación, las universidades del país no cuentan hasta el presente con los recursos necesarios en presupuesto e infraes- tructura para desarrollar programas importantes que por su magnitud y estabili- dad, se constituyan en agentes impulsadores del desarrollo nacional, limitándose el presupuesto que les asigna el Estado mayormente a financiar las acciones de en- señanza.

En el cuadro IV 27 se presentan los recursos asignados directamente por el Estado, para investigación científica y tecnológica entre 1971 y 1985, a las univer- sidades públicas en conjunto, en comparación con los asignados a los diversos institutos de investigación estatales, mayomente localizados en los diversos mi- nisterios públicos, en forma conjunta y desagregando los más significativos. C o m o puede apreciarse en dicho cuadro, la política estatal ha estado orientada principalmente a crear y apoyar a organismos de investigación en cada uno de los sectores de la gestión pública. Esta política ha llevado a una proliferación de insti- tutos de investigación no universitarios, cuyo financiamiento se ha realizado en detrimento de la financiación de los centros de investigación universitarios, los que, en conjunto, han captado recursos estatales que por lo general, no alcanzan al 10% del total asignado para apoyar las actividades de investigación científica y tecnológica en el país, con tendencia declinante.

Como fuentes adicionales de financiamiento de la investigación universita- ria, se puede mencionar: a) los aportes de diversos organismos nacionales, como corporaciones depanamentales de desarrollo, fundaciones, entidades regionales de fomento de la investigación, etc.; b) los aportes de organismos internacionales; c) contratos para desarrollar tecnologías específicas, establecidos con algunas em- presas, tanto públicas como privadas, los que desafortunadamente se ven limita- dos ante la falta de interés que muestra la mayoría de dichas empresas para apo- yar la investigación científica y tecnológica nacional, prefiriendo en cambio la importación de tecnologías; d) recursos propios generadps por las universidades, por la prestación de servicios. C o m o consecuencia de las diversas modalidades de financiamiento de la investigación que se desarrolla en las universidades, es m u y difícil conocer las cifras exactas que ellas invierten en esta actividad.

La investigación científica y tecnológica desarrollada en diversas universi- dades del país se ha caracterizado por la falta de coordinación interinstitucional, no sólo entre universidades, sino también con los otros Organismos de investiga- ción no universitarios existentes en el país, lo que redunda en aspectos negativos

de duplicidad innecesaria y de menor eficiencia en la utilización de los pocos re- cursos disponibles. Si bien la autonomía universitaria constituye un aparente obs- táculo para lograr esta coordinación, existe el convencimiento, en las universida- des, de la necesidad de superar este inconveniente. Conscientes de esta necesidad y de la urgencia de apoyar el desarrollo de la investigación en el país, el Primer Seminario de Rectores del Consejo Interuniversitario del Perú, realizado en 1967, acordó entre sus diversas recomendaciones gestionar; ante los Poderes del Esta- do, “la creación de un organismo nacional de investigación con el fin de promo- ver, coordinar y orientar la investigación nacionai”. *’ Acogiendo esta recomenda- ción, el Gobierno creó el Consejo Nacional de Investigación en noviembre de 1968, el que, después de 13 años de funcionamiento, es transformado, en junio de 1981, en el actual Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC).

El C O N C Y T E C , pese a sus reducidos presupuestos, viene impulsando una política que puede resumirse en las siguientes acciones: a) apoyar la forma- ción de investigadores en los campos de ciencia y tecnología, mediante la asigna- ción de becas para estudios de postgrado (40 en 1984). tanto en universidades na- cionales como de otros países; b) apoyar los programas de investigación de las universidades, mediante el financiamiento de proyectos específicos (114 en 1984), los que se podrían considerar todavía como de pequeña magnitud; c) promover la coordinación de la investigación científica y tecnológica desarrollada en el país, para lo cual se están determinando las prioridades de investigación y desarrollo entre áreas competitivas en ciencia y tecnología; d) organizar investigación inter- disciplinaria en áreas prioritarias, habiéndose establecido hasta el presente, 24 áreas en las cuales pueden constituirse programas nacionales de ciencia y tecnolo- gía mediante la cooperación interinstitucional.

La cooperación interuniversitaria con fines de investigación es todavía es- porádica antes que generalizada. Se da principalmente en los campos de la agri- cultura, la ingeniería, la salud y en algunas ciencias básicas. La cooperación entre instituciones estatales no universitarias y las universidades, principalmente a tra- vés del financiamiento de proyectos de investigación realizados en éstas, es tam- bién escasa. Se está logrando sin embargo, un mayor grado de integración de es- fuerzos entre los centros de investigación estatales y las universidades, en el cam- po de la investigación agrícola.

E n 1968 se estableció el Instituto de InvestigacióeTecnológica Industrial y de Normas Técnicas (ITINTEC), con financiamiento establecido en su misma ley de creación, a través de un impuesto del 2% de las utilidades netas de las em- presas industriales que operan en el país. U n a de las funciones de este instituto

27. Acuerdos del Primer Seminario de Rectores del Consejo Interuniversitario del Perú. 46 pág. Lima

28. Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. “Ciencia y Tecnología en el Perú”. Documento Prelimi- 1967.

nar de Trabajo. Diciembre 1984.

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es apoyar la investigación necesaria para generar la tecnología que requiere la in- dustria, que se realiza en los diversos centros de investigación, públicos y priva- dos, que existen en el país, incluyendo las universidades. Inicialmente este orga- nismo constituyó una buena fuente de financiamiento para el desarrollo de pro- yectos de investigación científica y tecnológica en las universidades. Desafortuna- damente, sus recursos inestables, vinculados a las utilidades aleatorias que pueden obtener las empresas industriales, y la tendencia a utilizar cada vez una mayor proporción de estos recursos para establecer su propie infraestructura de investi- gación y atender a los gastos operativos de la misma, han determinado que esta institución pierda importancia como promotora de la investigación desarrollada en las universidades.

Las mejores posibilidades de obtener financiamiento para proyectos de in- vestigación aplicada o tecnológica, Ja cada vez mayor vinculación de los docentes universitarios con la realidad y problemática del país, y la influencia que han ejer- cido algunas universidades, particularmente la Universidad Nacional Agraria La Molina, han constituido factores determinantes para incrementar el interés de las universidades del país en programar su investigación en función de problemas nacionales, particularmente los de sus sistemas productivos. Es así noteble la es- trecha vinculación de universidades como La Molina y la Facultad de Medicina Veterinaria de San Marcos con el medio rural, mediante estaciones experimenta- les y de investigación propias, distribuidas en todo el territorio del país, en las cuales se genera tecnología importante para el progreso de las actividades produc- tivas del sector rural. Esta tendencia no significa, sin embargo, que se esté descui- dando la investigación básica, aun cuando ella está, en la mayona de casos, rela- cionada a los programas de investigación aplicada que se están desarrollando. Por ejemplo, en el caso de la investigación agrícola, se conducen proyectos de investi- gación básica en áreas de fisiología vegetal, genética, colecciones y bancos de ger- moplasma, etc.

Debido a la falta de hábitos de publicación de los resultados de la investiga- ción y a las escasas facilidades que existen para este propósito, es m u y difícil ha- cer evaluaciones sobre calidad, eficiencia y aportes resultantes de la investigación desarrollada en las universidades. E n un estudio realizado el año 1985, en relación a la investigación que desarrollan las universidades del país, se encontró que en las 28 instituciones que contestaron las encuestas, proporcionando la información solicitada, se habíarconcluido para el bienio 1981-83, 3.420 proyectos de investi- gación de diversa magnitud y naturaleza, de los cuales se habíanpublicado menos . del 28% (943 proyectos), correspondiendo el 16.08% a publicaciones rediizadas en las revistas universitarias, que son de circulación m u y restringida. Los datos en relación a este estudio se presentan en los cuadros 28 y 29. Ellos muestran que la mayoría de la investigación concluida en el bienio 1981-83 y de la que estaba en ejecución en 1984, correspondía a investigación tecnológica (63.45% y 63.74%. respectivamente), sin descuidar por ello la investigación básica (36.55%

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y 36.26%, respectivamente); era realizada principalmente en forma de pequeños proyectos monodisciplinarios con la participación de uno o dos investigadores (68.27% y 57.99%, respectivamente), con una duración por proyecto menor a un aiio (56.55% y 50.73%, respectivamente), y con un costo unitario menor ai equi- valente de 2.000 dólares americanos (84.88% y 8O%, respectivamente). Sólo el 15.47% y el 15.65%, respectivamente, tuvieron una duración mayor a dos años; el 9.36% y el 10.61%, respectivamente, fueron multidisciplinarios y el 3.37% y 2.4170, respectivamente, contaron con un financiamiento superior a los 10.000 dólares cada uno. Finalmente, sólo el 10.65% y el 12.07%, respectivamente, fue- ron financiados con recursos externos a los de la universidad.

La Investigación y la Enseñanza E n el documento final producido por el “Primer Seminario de Rectores del

Consejo Interuniversitario del Perú’’, realizado en el año 1967, se señala que “las universidades en el Perú no han estado en condiciones de prestar la debida aten- ción” a la actividad de investigación; se reconoce sin embargo, que “docencia e investigación constituyen una unidad indisoluble en el quehacer universitario”; por lo que se recomienda que “la Universidad debe impulsar la investigación en todas las disciplinas, los grados y niveles de su actividad”.

E n el nivel de pregrado la investigación en el pasado sólo tuvo presencia en la parte terminal de los planes de estudio para el bachillerato y la formación profesional. Sin embargo, en la ley del aiio 1918 se establecía ya lo que se deno- minó “cursos monográficos” como parte integrante de los planes de estudio de pregrado, los que tenían “por principai objeto formar en los alumnos la vocación y aptitud para la investigación científica”, incluyéndose en ellos “un plan de ua- bajos prácticos que deben ejecutar los alumnos” como parte de su entrenamiento en metodología de la investigación. A partir de la ley de 1935, se establece como requisito para obtener el bachillerato, la presentación de un trabajo de tesis que, en las Facultades de Ciencias, debe ser de investigación, exigencia que se extiende en la ley de 1946 a la tesis para obtener el título profesional. La ley actualmente vigente establece el requisito de presentación de una tesis, tanto para el bachiller- to como para la obtención del título profesional. E n la mayoría de los currícula de las carreras en ciencias básicas, o en aquellas vinculadas a tecnologías, como las ingenierías, las carreras del área de la salud y las ciencias agrarias, se incluyen cursos teórico-prácticos de formación en la metodología de la investigación cien- tífica propia del área.

Hasta fines de la década del 50 no existía en el país formación de postgrado en el área de las ingenierías y afines. Consecuentemente, el pregrado constituía la única vía para la formación, aun cuando sólo superficial, de los investigadores que se requerian, los que posterirmcnte debían completar su entrenamiento en los propios centros de investigación o en el extranjero.

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L a formación de investigadores científicos es principal objetivo de la ense- ñanza de postgrado, la que tiene dos etapas bien definidas en el Perú. Hasta fines de la década del 50 se ofrecía en el país, doctorado en las áreas de medicina, cien- cias, ciencias sociales, derecho y letras, siendo prerrequisito para acceder a él te- ner el grado de bachiller yío, según las áreas, el título profesional correspondien- te. Los estudios duraban por lo general un año, debiéndose sustentar y aprobar, ante jurado especial, una tesis de investigación para obtener el grado. E n la ley de 1946 se señala que para la presentación de la tesis doctoral se requiere, como mínimo, el plazo de dos arios posteriores a la finalización de los correspondientes estudios.

Los ciclos doctorales formaban,por lo general, extensiones de las respecti- vas facultades de Medicina, Ciencias, Derecho, etc. La ley no había normado de- bidamente la organización y funcionamiento de los estudios de postgrado, a ex- cepción de los principios generales de requisitos de ingreso, de tesis y de duración de los estudios. No existían estudios de maestría ni escuelas de postgrado debida- mente organizadas.

A fines de la década del 50 y particularmente después de la promulgación de la ley de 1960, que estimula el incremento de profesores a tiempo completo y dedicación exclusiva, algunas universidades como la agraria L a Molina, inician la organización de escuelas de graduados, que ponen el énfasis en la maestría como un primer paso en los estudios de postgrado. Estas primeras experiencias, que buscan organizar en forma exigente los estudios de postgrado, se van gradual- mente extendiendo a otras universidades, mayormente ubicadas en Lima, que contaban con los recursos necesarios, tanto en docentes como en infraestructura física, para ofrecer estudios de maestría. Gradualmente los estudios de maestría se tornaron más exigentes y alcanzaron más prestigio que los doctorados concedi- dos con la antigua metodología. E n el año 1972 se suspende por ley el ofreci- miento de los doctorados tradicionales, en tanto se organizaban adecuadamente los estudios de postgrado a este nivel. L a ley vigente ha normado debidamente los estudios de postgrado, señalando que “la universidad que dispone de los docen- tes, instalaciones y servicios necesarios, puede organizar una Escuela de Postgra- do o secciones de igual carácter en una o más facultades, destinadas a la forma- ci6n de docentes universitarios, especialistas e investigadores. Sus estudios con- ducen a los grados de Maestro y de Doctor. Su creación requiere el pronuncia- miento de la Asamblea Nacional de Rectores”. Señala que “los grados de Bachi- ller, Maestro y Doctor son sucesivos. El primero requiere estudios de una dura- ción mínima de diez semestres” (estudios de pregrado). “Los de Maestría y Doc- torado requieren estudios de una duraciós mínima de cuatro semestres cada uno”. “Para la Maestría y Doctorado es indispensable la sustentación pública y la aprobación de un trabajo de investigación original y crítico”. Se establecen así requisitos mínimos que deben reunir las universidades, para la creación de pro-

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gramas de postgrado, y se encarga a la Asamblea Nacional de Rectores la super- visión en el cumplimiento de estos requisitos.

Para 1985 existen en el país 249 programas de postgrado formalmente re- gistrados por las universidades. De ellos 38 (15.3%) son a nivel de Doctorado; 86 (34.5%) a nivel de Maestría y 125 (50.2%) a nivel de segunda especialización. El 66% de los programas de postgrado son ofrecidos por universidades públicas, las que tienen el 71% de los programas doctorales, el 60% de los de maestría y el 68% de los correspondientes a segunda especialización. El 87% de los programas de doctorado, el 95% de los de maestría y el 80% de los de segunda especializa- ción se concentran en universidades de Lima. Lbs datos correspondientes se pre- sentan en los cuadros 30 y 31. En este último se puede apreciar que 21 programas se ofrecen en Ciencias Básicas (8.4%), 18 en Ciencias Agrarias y del Mar (7.2%), 100 en Ciencias de la Salud (40.2%), 31 en Ciencias Económicas y Sociales (12.5%). 5 en Derecho (2.0%), 47 en Educación (18.9%), 11 en Humanidades, Letras y Artes (4.4%) y 16 en Ingeniería, Arquitectura y Tecnología (6.4%).

A nivel de educación superior no universitaria, existen pocos programas de estudios de postgrado. El único programa de maestría ofrecido por una institu- ción no universitaria, aun cuando con categoría de tal, es la Maestría en Adminis- tración ofrecido por la Escuela Superior de Administración de Negocios (ESAN). Estudios de especialización no conducentes a grado académico son de- sarrollados con regularidad en el Centro de Altos Estudios Militares (CAEM), en las Escuelas Superiores de los Institutos Militares e Institutos Policiales, en el Instituto Peruano de Administración para Ejecutivos (IPAE) y en la Escuela Su- perior de Administración Pública (ESAP). En forma esporádica, se ofrecen tam- bién algunos cursos en diversos hospitales y centros de investigación.

E n el año 1984 estuvieron registrados en los 249 programas de postgrado ofrecidos por las universidades del país 1.757 estudiantes, lo que da una .elación de 196 estudiantes de pregrado por cada uno de postgrado. Al número de estu- diantes de postgrado en las universidades, anteriormente referido, debe agregarse 265 alumnos que también hacían estudios de postgrado en otros centros superio- res no universitarios, como la Escuela Superior de Administración de Negocios (ESAN), Escuela Superior de Administración Pública (ESAP), y Centro de Altos Estudios Militares (CAEM).

Existe también una corriente permanente de estudiantes que salen al ex- tranjero, con el fin de reaiizar estudios de postgrado, y que, por lo general, se re- gistran en el Instituto Nacional de Becas y Crédito Educativo (INABEC), sea con el fin de obtener un apoyo económico para sus estudios, o sea para facilitar la remisión de dinero que, desde el país, le hacen instituciones o familiares. Para el año 1984 figuran registrados en el instituto 929 peruanos cursando estudios de postgrado en el extranjero.

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La Estadística de la Educación Superior

La Estadística de la educación superior ha seguido similar evolución a la es- tadística de nivel nacional. A su vez ésta se ha desarrollado respondiendo a las ne- cesidades de analizar, avizorar, predecir, planear, decidir e implementar progra- mas de interés nacional. Por otro lado, el desarrollo de la estadística ha marchado paralelamente con la evolución de la informática, de la computación y de la cien- cia de la decisiones, que corresponden a los últimos años de la época conternporá- nea.

Por interés histórico, en el caso específico del Perú, la evolución de las acti- vidades estadísticas comprende tres partes: la primera corresponde a las activida- des estadístias desarrolladas en la época del Incanato, destacándose el uso de los Quipusm como elementos para registrar cuantitativamente los fenómenos demo- gráficos, sociales y econ6micos del imperio incaico. La segunda parte abarca las actividades estadísticas desarrolladas en la Colonia (1535-1821), resalrando el le- vantamiento de los censos durante esa época, los que estuvieron normados por la Corona y la Iglesia y orientados básicamente al servicio del Estado para fines tri- butarios y de conocimiento del potencial de mano de obra utilizable, así como de los ingresos por impuestos; el primer censo fue realizado en 1548 por Pedro de la Gasca. La parte final corresponde al desarrollo de actividades estadísticas en el período republicano (1821 en adelante), que se caracteriza por la oficialización de los servicios de estadística en su organización y funcionamiento, destacándose el establecimiento de la Dirección Nacional de Estadística y Censos en 1958. Cua- tro años más tarde esta dirección se integra al Instituto Nacional de Planificación (INP), creado en 1962, orientándose las estadísticas nacionales a servir de base para los planes de desarrollo nacional. E n 1969 se constituye la Oficina Nacional de Estadística y Censos (ONEC) como órgano multisectonal, dependiente del Primer Ministro, encargado de programar, dirigir y ejecutar las actividades esta- dísticas y de censos en el país, debiendo coordinar con el INP y ejercer control técnico sobre las entidades públicas que realicen funciones estadísticas. E n 1975, se crea el Sistema Estadístico Nacional (SEN) con la finalidad de asegurar que las actividades estadísticas oficiales se desarrollen en forma integrada, coordinada, racionalizada y bajo una normatividad común.

.

EL Decreto Ley No 21372 que escablccc el sistema, Lo integra de Ir siguiente

el instituto Nacional de Estadística (INE) como Organismo m o r del S E N , responsable de la actividad técnico-normativa;

manera:

a)

__ -

29. Quipus: Cordonullor cmizados en dkrsor colores con nudos en formas y dmanciu varidas, m m e - lados por persohpa espcdizadas U a d a s “Quipucamayocs” , que serviin pan llevar V r n s díti- ms y cuantiutivos. e0 el Imperio incaico.

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b) las oficinas sectoriales de estadística, entre las que se encuentra la corres- pondiente al Ministerio de Educación, por donde se canaliza la infonna- ción de educación superior no universitaria;

las oficinas de estadística de los organismos públicos descentralizados, una de las cuales corresponde al organismo de coordinación interuniversitaria, por donde se canaliza la información estadística de educación superior uni- versitaria; y

las oficinas de estadística de los gobiernos locales (municipalidades).

Como se puede apreciar,la información estadística de los sectores de educa- ción superior universitaria y no universitaria se integran a nivel nacional por ca- nales diferentes sin previa coordinación. Caso similar ocurre con las llamadas “otras instituciones” que se integran al sistema estadístico nacional a través de las oficinas sectoriales de estadística, excepto las de las Fuerzas Armadas, que por sus disposiciones internas no producen información.

D e conformidad con la evolución histórica de la educación superior y más específicamente con la secuencia en que se han creado las instituciones educativas de este nivel en el país, seiialadas en los capítulos anteriores de este estudio, la es- tadística debió referirse a m u y pocas instituciones hasta la primera mitad del pre- sente siglo. E n efecto, hasta 1955 sólo se disponía, en el país, de ocho universida- des y m u y pocos institutos tecnológicos y escuelas normales que procesaban su propia información con fines de control y de referencia administrativa.

E)

d)

.

La Ley Universitaria de 1960 establece el Consejo Interunivenitario como primera decisión de integración, y posteriormente la Ley Orgánica de la Univer- sidad Peruana, de 1969, establece el sistema de la universidad peruana como la in- tegración formal de todas las universidades del país y de los órganos de dirección y coordinación correspondientes. El máximo organismo del sistema universitario fue el Consejo Nacional de la Universidad Peruana (CONUP), posteriormente llamado Comisión Nacional Interuniversitaria (CONAI), entre cuyas funciones estaban las de planificar la actividad universitaria a nivel nacional y supervisar el funcionamiento de las universidades integradas del sistema. Para el cumplimiento de estas funciones, el Consejo Nacional de la Universidad Peruana creó la Direc- ción de Planificación Universitria y dentro de ella, como órgano de apoyo, el De- partamento de Estadística e Informática, encargado de normar, canalizar, centra- lizar y difundir la información estadística de las universidades del país. Paralela- mente las demás instituciones de educación superior no universitarias, con excep- ción de las clasificadas como “Otras Instituciones”, se agrupan en la Dirección de Educación Superior, dependiente del Ministerio de Educación, organismo éste último, que cuenta con una dirección de planificación educativa, en cuya estruc- tura orgánica se encuentra la división de estadística, encargada de la retolección y procesamiento de la estadística de las instituciones educativas que supervisa.

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N o existe entidad ni órgano encargado de la integración de la información esta- dística de la educación superior, mucho menos de la respectiva coordinación para usar sistemas y programas integrados, salvo el que realiza, como hemos dicho ‘m- teriormente, el sistema Estadístico Nacional, para fines de programación global o macro-administrativa.

Del diagnóstico de los Servicios Estadísticos en la Universidad Peruana, realizado p o r la Comisión Nacional Interuniversitaria (CONAI) con datos co- rrespondientes a 33 universidades existentes en 1980, se obtiene lo siguiente:

1) de las 33 universidades en funcionamiento, 31 tienen oficina de Estadística y sólo 2 carecen de ella y corresponden a universidades de régimen priva- do ;

estas oficinas de estadística, aun cuando cumplen funciones similares, tie- nen diferentes denominaciones, tales como: División de Estadística, Area de Estadística, Unidad de Estadística, Departamento de Estadística, Sec- ción Estadistica y Oficina de Estadística;

del total de 74 personas que laboran en estas oficinas de estadística, el 75.68% son profesionales: economistas, profesores, estadísticos, ingenie- ros, etc., el resto tienen estudios secundarios con alguna capacitación técni- ca ;

sólo el 9.4% de oficinas elaboran sus estadísticas por procesamiento elec- trónico; la gran mayoría realiza sus actividades manualmente, aun cuando la universidad tenga centro de cómputo pára otras actividades universita- rias;

la mayoría de oficinas producen estadísticas de tipo descriptivo sobre varia- bles universitarias tradicionales: postulantes, ingresados, alumnos matricu- lados, egresados, graduados, ritulados, así corno docentes y trabajadores no docentes; m u y pocas procesan estadísticas económicas, de infraestmc- tura o plantas físicas, tasas y coeficientes, tales como tasa de crecimiento, tasa de éxito, tasa de deserción, así como relaciones alumno/docente, in- gresante/postulante, titulado/aiumno, libro/estudiante, etc. ;

existe una alta dispersión en la presentación de los datos, en lo referente a la desagregación y cobertura: sexo, procedencia, ingreso familiar, progra- ma académico, número de créditos, etc. La divulgación de esta informa- ción es totalmente irregular y sin programación permanente.

2)

3)

4)

5)

6)

Desde 1980 la Comisión Nacionai Interuniversitaria, hoy Asamblea Na- cional de Rectores, viene insistiendo en el mejoramiento de las oficinas estadísti- cas de las universidades y en su coordinación con la oficina del órgano central, a. fin de establecer fuentes de información permanente para aduaiizar el banco de

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datos y procesar información a través de programas que se puedan integrar a nivel nacional. C o n esta información la Oficina Central de Estadística Universitaria viene produciendo un boletín informativo, de periodicidad semestral, con infor- mación sobre postulantes, ingresantes, matriculados, egresados, graduados y ti- tulados, postgrado y segunda especialización, así como personal docente y no docente, por universidad y programas académicos (facultad), con sus repectivas tendencias y relaciones funcionales. También se publica bianualmente el boletín estadístico con información más completa y detallada, para un período mayor de tiempo, aunque con alguna información parcial estimada, por carecer oportuna- mente de la información registrada. El Ministerio de Educación Pública, a través de la Dirección de Educación Superior, publica a su vez irregularmente un bole- tín informativo, con datos no sistematizados ni homologados y con alto grado de omisión que no permiten elaborar estadísticas derivadas, con algún grado estima- bledc verqcidad, sobre la educación superior no universitaria.

Al establecerse la Asamblea Nacional de Rectores como representante de la comunidad universitaria y la Comisión de Coordinación Interuniversitaria, como órgano ejecutivo, por mandato de la Ley Universitaria, recientemente aprobada, el departamento de estadística e informática de dicha Asamblea ha estructurado su respectivo plan operativo, cuyos objetivos son:

perfeccionar la organización estadística del sistema universitario en la sede central y universidades, para asegurar un eficiente y oportuno funciona- miento de los servicios estadísticos;

intensificar la aplicación de normas en la producción de información esta- dística;

satisfacer las necesidades prioritarias de información de las universidades del país a los diversos usuarios;

utilizar la informaión estadística en la ejecución de estudios, investigación y análisis de la realidad universitaria;

preparar programas sobre estadística predictiva para el establecimiento de modelos estadísticos, conteniendo tendencia, correlación y coeficientes técnicos; \

establecer estadísticas integradas y correlacionadas de la producción un¡- versitaria con otras variables del desarrollo nacional;

confeccionar cuadros comparativos de la situación y producción universi- taria nacional con la de otros países;

capacitar y perfeccionar al personal del área estadística a través de cursos, seminarios y becas otorgadas por organismos internacionales.

75

Planta Física y Equipamiento

Con la creación del sistema universitario en 1969, su organismo de direc- ción y coordinación, el Consejo Nacional de la Universidad Peruana, estableció entre sus direcciones generales la Planificación, una de cuyas funciones fue la de efectuar un diagnóstico a nivel nacional de la infraestructura disponible por las universidades del país, a partir del cual se planificaría el desarrollo del sistema y de cada uno de sus componentes. Por diversas razones, el diagnóstico no llegó a concluirse y la información recopilada quedó obsoleta sin haberse elaborado tam- poco el plan integral de desarrollo del sistema de la universidad peruana.

En 1985 se realizó un estudio a nivel nacional de las características que, para 1983, presentaban las universidades del país. Aun cuando sólo participaron 20 universidades públicas y ocho privadas del total de 35 que para dicho aho se encontraban funcionando, la información recogida puede considerarse como su- ficientemente representativa de la situación general, en planta física y equipa- miento, a nivel de las universidades del país, como para presentarla en este infor- me.

En cuanto a la planta física, los datos que se presentan en el cuadro No 32 señalan un área total techada de 722.954 m2 distribuida en las 28 universidades participantes en el estudio, cuya matrícula para 1984, fue de 277.747 alumnos (cuadro IV 13), lo que da una relación de sólo 2.60 mz de área techada por alum- no. Estc indicador evidencia un notable déficit en la capacidad instalada de las universidades del país. Si se consideran separadamente las universidades públicas y las privadas, el área techada total para las 20 universidades del primer grupo, fue de 600.488 m2, que referida a su matrícula total (205.048 alumnos para 1984), da una cifra de 2.93 m2 por alumno, frente a 1.68 m2 de área techada por alumno registrada para las ocho universidades privadas que participaron en el estudio (122.466 m2 de área techada y 72.699 alumnos matriculados).

En relación al estado de conservación de la planta física 450.928 m2 (62.37%) fue considerada en buen estado; 174.744 mz (24.17%) en estado acepta- ble o regular; y 97.282 m2 (13.46%) en mal estado, por lo que era necesario su rernplazo. Comparando esta situación entre universidades públicas y privadas, fue noorio el mejor estado de conservación de la planta física en las universidades privadas (89.47%, 8.65% y 1.88% para bueno, aceptable y malo, respectivainen- te), frente a las públicas (56.84%, 27.34% y 15.82%, respectivamente).

En cuanto al uso de las áreas techadas, se encontró que el 30.46% estaba constituido por aulas de clase, el 16.04% por laboratorios, el 7.29% p o r bibliote- cas y el 46.21% por oficinas y ambientes de trabajo de profesores, áreas adminis- trativas, de bienestar y de servicios. Analizando esta distribución en universida- des públicas y privadas, se observa que la proporción de área techada dedicada para aulas, es mucho mayor en las universidades privadas (43.54%) que en las pú-

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blicas (27.79%); en tanto que las dedicadas a laboratorios de enseñanza e investi- gación y a otros, categoría ésta que incluyó a oficinas y ambientes de trabajo para profesores y áreas de bienestar, son mayores en las universidades públicas (16.96% y 47.94% respectivamente) que en las privadas (11.48% y 37.70% res- pectivamente). Este último hecho podría estar relacionado con la notable mayor proporción de profesores a tiempo completo y a dedicación exclusiva -que re- quieren de un ambiente propio de trabajo- que tienen las universidades públicas, y la mayor atención en infraestructura de bienestar que es también propia de estás instituciones. La proporción de área techada dedicada a bibliotecas es relativa- mente similar en ambos tipos de universidades (7.31% en las públicas y 7.28% en las privadas).

El notable déficit en planta física reflejado por el indicador de área techada por alumno está indudablemente relacionado con el crecimiento explosivo de la matrícula universitaria que se viene dando en las Últimas décadas, del cual se ha ocupado este informe en diversas partes de su contenido. Las universidades del país, tanto públicas como privadas, están tratando de corregir este déficit a través de programas de ampliación de su planta física, en proyectos de diversa enverga- dura y características, que se vienen desarrollando con financiamiento asignado en sus presupuestos anuales. Es frecuente, sin embargo, que debido a las limita- ciones de estos presupuestos, los progresos en el desarrollo de los proyectos sean m u y lentos y, consecuentemente, sólo llegan a compensar escmriiente a los nue- vos crecimientos de la matrícula. Es también evidente que,en la mayoría de ca- sos, hay carencia de proyectos bien estructurados o notorias deficiencias en los planes de desarrollo institucional, los que presentan desajustes entre el crecimien- to de la matrícula y las características de las facilidades físias disponibles o las posibilidades inmediatas para su desarrollo. Las diferentes políticas instituciona- les a este respecto han llevado a situaciones de desigualdad importante entre uni- versidades, en relación a la disponibilidad relativa de planta física y a la calidad de la misma. Finalmente debe señalarse que la autonomía universitaria, que da a cada universidad el derecho de planificar libremente su desarrollo y de incremen- tar los niveles de su matrícula, hace m u y difícil planificar coordinadamente, a ni- vel nacional, el desarrollo armónico de las universidades del país.

N o se dispone de información centralizada y completa en relación a la planta física de las instituciones de educación superior no universitaria, aun cuan- do se conoce que por lo menos 14 institutos superiores tecnológicos,ubicados fuera de la capid de la República, cuentan con campos modernos construidos en las dos últimas décadas, en un programa de mejoramiento de su planta física, eje- cutado por el Ministerio de Educación.

El mismo estudio en relación a las características de las universidades del país recogió también información referida a las característias del equipamiento de los laboratorios de enseñanza e investigación en las universidades. Diez de las

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20 universidades públicas participantes describieron los equipos de sus laborato- rios como predominantemente antiguos, con menor proporción de equipo inter- medio y escaso equipo moderno. Igualmente, 12 universidades públicas señala- ron un predominio del equipo elemental sobre el intermedio y el sofisticado, co- rrespondiendo a esta última clase de equipo porcentajes m u y bajos, con raras ex- cepciones en las que el equipo sofisticado llegó al 20% y un solo caso en el que llega al 25%. Situación similar se da en las universidades privadas aun cuando en éstas, el número de laboratorios es por lo general m u y inferior al registrado para las universidades públicas. E n general, se puede señalar que en relación al equipa- miento de laboratorios de enseñanza e investigación, existe también un notable déficit en las universidades del país. La información relacionada con las caracte- rísticas del equipamiento de laboratorios se presenta en el cuadro W 33.

N o hay información completa referente al equipamiento de las institucio- nes de educación superior no universitaria. E n programas ejecutados en las últi- mas dos décadas por el Ministerio de Educación, se ha mejorado notablemente el equipamiento de 22 Institutos Superiores Tecnológicos (IST) principalmente en las áreas de mecánica de producción (15 IST), electricidad (10 IST), mecánica au- tomotriz (9 IST), tecnología de laboratorios clínicos (7 IST), producción agrícola (5 IST), producción pecuaria, metalurgia y construcción civil (4 IST, en cada es- pecialidad), electrónica (3 IST) y química industrial (2 IST).

MECANISMOS Y REALIZACION EN EL CAMPO DE LA COORDINACION Y COOPERACION INTER-INSITIZICIONAL Antecedentes

Hasta mediados del presente siglo, existían en el país sólo cuatro universi- dades públicas, una privada y dos escuelas superiores con nivel universitario. Además eran pocos los institutos o escuelas de estudios superiores no universita- rios. La coordinación interinstitucionai era, consecuentemente, relativamente sencilla. Las diversas leyes normativas de la educación superior mostraron, sin embargo, la preocupación de los legisladores po r asegurar la adecuada coordina- ción de acciones entre las instituciones de educación superior. E n la mayoría de los dispositivos legales vigentes en su tiempo, se asegura esta coordinación a tra- vés del reconocimiento a San Marcos como “Universidad Mayor”, con el encargo de coordinar y supervisar el funcionamiento de las otras universidades públicas, denominadas “Menores” y de la única universidad privada existente, así como de la Escuela Nacional de Ingeniería y Escuela de Agricultuka y Veterinaria. Los pla- nes de estudio de las universidades menores y de la Universidad Católica del Perú debían seguir los mismos lineamientos que los de San Marcos o los de la Escuela de Ingenieros, en el caso de carreras de ingeniería no ofrecidos por la Universidad Mayor. Se disponía además que “las universidades mantengan vínculos con los

78

demás hstinitos científicos e intelectuales del país y con las universidades extran- jeras para establecer en todas ellas la coordinación útil al propósito y fines de su existencia”.

I A partir de la Ley del año 1946, se reconoce a las cuatro universidades pú- blicas y a las dos escuelas superiores con nivel universitario, plena autonomía e igual nivel. Al suprimirse la función coordinadora que venía desempeñando San Marcos, la Ley del año 1960 busca una metodología alterna de coordinación inte- rinstitucional, creando el Consejo Interuniversitario, constituido por los Recto- res de las nueve universidades que para ese año existían en el país (ocho públicas y una privada), con la función de tratar los problemas que ataiien en común a las universidades, formulando las recomendaciones correspondientes y procurando la coordinación interinstitucional en sus acciones de enseñanza, investigación y extensión.

En el Primer Seminario de Rectores del Consejo Interuniversitario, realiza- do en 1967, cuyas conclusiones y recomendaciones han sido de gran influencia en el futuro de la universidad peruana, se solicita la intervención decisoria del Con- sejo Interuniversitario para la creción de universidades públicas o privadas.” Se señala que corresponde a la universidad peruana establecer las relaciones interuni- versitarias haciendo uso de su “autonomía vinculatoria”, para procurar, entre otros aspectos, los siguientes:

A. - Sobre el presupuesto universitario, el establecimiento de criterios de “distribución presupuesta1 entre las universidades nacionales, incluyendo las pri- vadas que, por no tener fines de lucro y p o r haber adquirido auténtico nivel aca- démico, pueden recibir aporte económico estatal”, seiialándose que la función del presupuesto en la universidad peruana es garantizar su efectiva autonomía, fo- mentar su desarrollo integral y contribuir a su crecimiento armónico, mejorando la productividad de sus servicios p o r lo que recomienda que:

a) El Consejo Interuniversitario, de conformidad con los estudios que realice la Oficina Nacional Interuniversitaria de Planificación, determine el monto anual que como transferencia del Sector Público, correspondería a las uni- versidades, teniendo en cuenta, como indicadores, las funciones y servicios universitarios ; debe adoptarse un criterio uniforme para determinar los costos y para el sistema de cuentas en la administración universitaria;

el Consejo Interuniversitario ofrezca a las universidades asesoría técnica en la formulación y aplicación presupuestaria;

b)

c) .

30. Acuerdos del Primer Seminario de Rectores del Consejo Inreruniversirario del Peni. 46 piginrs. Lima 1967.

79

d) las transferencias presupuestales recibidas por las universidades, se consoii- den en una sola transferencia que directamente se asigne al Consejo Interu- niversitario, para su redistribución institucional, de acuerdo a los criterios que se hayan establecido previamente.

B.- Sobre Organización y Gobierno de la Universidad Peruana, la asigna- ción al Consejo Interuniversitario, respetando la autonomía de cada universidad. de las facultades necesarias para cumplir las siguientes funciones que incumben en común a todas las universidades del país: a) señalar los requisitos mínimos para optar los grados universitarios y los tí-

tulos profesionales;

b) determinar los criterios de distribución de los fondos de la universidad pe- ruana que provienen del presupuesto nacional a través de transferencias del Gobierno Central;

coordinar los planes y programas de desarrollo de las universidades con los planes de desarrollo de la nación;

participar, con carácter decisorio, en la creación de nuevas universidades y centros superiores de categoría universitaria;

efectuar el estudio necesario para determinar el régimen más adecuado de ingreso a la docencia y promoción del personal docente;

intervenir, como órgano conciliador, a pedido de las partes, en la solución de conflictos institucionales, tanto a nivel universitario como interuniversi- tario;

velar por la elevación del nivel académico en las universidades;

velar por el cumplimiento de la ley universitaria en todas las universidades del país.

c)

d)

e)

f)

g)

h)

C.- Sobre la planificación universitaria, que satisfaga, entre otras, las si-

debe estar integrada al proceso de planificación de los distintos niveles de educación, y, en consecuencia, al proceso de planificación nacional, tanto recibiendo las misiones que la comunidad nacional le solicite, cuanto po- niendo sus propios puntos de vista para el desarrollo;

debe ser permanente a fin de adecuar constantemente sus objetivos a las exigencias históricas, orientar su proceso de acuerdo a esos fines y evaluar los métodos seguidos y los resultados obtenidos para perfeccionar su tarea;

debe ser operante sobre la base de una aceptación, democráticamente acor- dada, de las labores específicas que corresponden a sus diferentes institu-

guientes características:

a)

b)

, c)

80

ciones y de una actitud consciente de su necesidad y consecuente con ella, en cada uno de sus miembros;

debe ser orgánica y funcionalmente jerarquizada, de manera que existan los instrumentos necesarios para distribuir y realizar las tareas que resultan convenientes en los niveles nacional, regional y local.

d)

Por lo que recomienda: a) que debe ser objetivo central de la planificación el ordenamiento de la es-

tructura académica con miras a conseguir altos niveles de preparación y re- solver problemas comunes de curnculum, equivalencia de títulos o grados, flexibilidad de la enseñanza, etc. ;

organizar la oficina de planificación para todo el sistema universitario na- cional, sobre la base de la Oficina Nacional Interuniversitaria de Planifica- ción, la cual deberá ser reforzada convenientemente teniendo en cuenta que debe coordinar los objetivos y metas de todas las universidades del país y compatibilizarlos con los del sistema nacional de planificación;

facilitar a nivel regional la formación de asociaciones de universidades o el establecimiento de acuerdos entre ellas, para desarroilar planes específicos de interés común;

encargar al Consejo Interuniversitario que organice seminarios periódica- mente para intercambiar información sobre las metas alcanzadas en la pla- nificación universitaria en sus diferentes niveles.

b)

c)

d)

Mecanismos Actuales de Coordinación y Cooperación Interinstitucional

Muchas de las conclusiones y recomendaciones del Seminario de Rectores fueron recogidas en la Ley Universitaria del año 1969, que agrupa a las universi- dades del país en un sistema con sus organismos de dirección y coordinación na- cional y regionales. El Consejo Nacional de la Universidad Peruana (CNUP), denominado posteriormente Comisión Nacional Interuniversitaria (CONAI), como máximo organismo del sistema, asume la función de coordinación y fo- mento de las acciones de cooperación interinstitucional, para lo cual se le dota de una Dirección Ejecutiva con tres direcciones: de Planificación Universitaria, de Evaluación de Universidades y del Fondo Nacional de la Universidad Peruana, encargadas de la planificación, evaluación y administración económica y financie- ra del sistema. Entre las funciones del Consejo se señalan las siguientes, relacio- nadas con la coordinación y dirección:

a) “Establecer la estructura regional del sistema, de acuerdo a los criterios formulados por la Oficina Sectorial de Planificación de Educación”.

“Planificar el desarrollo integral de la universidad peruana en función de la política Nacional de Educación y de la planificación del desarrollo nacio-

b)

81

nal. Dentro de esta atribución le corresponde decidir sobre la creación o supresión de programas académicos en las universidades, así c o m o elevar proyectos de unificación de universidades con fines de integración regio- nal”.”

“Coordinar con el Consejo Nacional de Investigación, las decisiones que afecten a la universidad peruana y asignar responsabilidades en este campo a las Universidades”.

“Formular el presupuesto del sistema de la universidad peruana en forma racional y en función de la planificación del sistema y de los programas a desarrollar por cada universidad, y elevarlo al Ministerio de Educación en su calidad de órgano central del sector”.

“Dictaminar sobre la creación y supresión de universidades, de acuerdo a los estudios realizados teniendo en cuenta los informes presentados por los respectivos consejos regionales universitarios”.

“Promover la cooperación académica entre las universidades, con el objeto de aunar esfuerzos y evitar duplicaciones innecesarias”.

“Establecer un sistema de Evaluación y categorización de las universida- des, con el fin de lograr el incremento de la eficiencia de estas institucio- nes”.

“Autorizar, con el voto de los tres cuartos de sus miembros legales, proce- sos experimentales en una o más universidades, tendientes al perfecciona- miento de los sistemas académico, administrativo o de gobierno”.

Los Consejos regionales tenían funciones de coordinación a nivel regional. Se establecieron cinco regiones: Norte, Centro, Sur, Oriente y Lima Metropoli- tana.

Desafortunadamente, muchos de los aspectos positivos que contenía esta ley, para la adecuada coordinación interuniversitaria y para fomentar la copera- ción intersectorial, no fueron adecuadamente utilizados. La coordinación nacio- nal se burocratizó demasiado, incurriéndose en algunos excesos de autoritarismo sobre las universidades, propiciado a veces por los propios problemas internos que surgieron en eiias, cuyo número había aumentado significativamente, com- plicando aGn más las acciones de coordinación interistitucional. Esta problemá- ticqaunada a la gradual identificación del modelo propiciado por esta ley con ten- dencias conservadoras y con la dictadura militar, generó una tenaz oposición en

3 1. Como ya se ha indicado, en ara ley se suprimen las facultades y se crean en sustitución las Direcciones de Programas Académicos, como dminisrradores de los curnicula de estudios denominados Progra- mas Académicos.

82

muchas universidades, particulamente del alumnado, por lo que,establecido el gobierno democrático en 1980, se cambió la ley, corrigiéndose los elementos de exceso, suprimiéndose muchas de las atribuciones de dirección y de coordinación interinstitucional que tenía el Consejo Nacional, sustituido en la nueva ley por la Asamblea Nacional de Rectores.

Las universidades que hasta el año 1968 habían mostrado una tendencia in- tegracionista y de mutua cooperación, como lo demuestran las conclusiones y re- comendaciones del Seminario de Rectores antes señalado, se tornan aislacionistas, probablemente como consecuencia de las notables diferencias en el nivel de desa- rrollo alcanzado, sobre todo entre el numeroso grupo de nuevas instituciones y las más antiguas.

El propósito de la ley de 1969, de lograr la integración regional de las uni- versidades, a través de los consejos regionales, no se logró, porque estos consejos nunca llegaron a funcionar plenamente como un sistema de coordinación y plani- ficación conjunta que buscara una mayor complementación en las acciones de las diferentes universidades de cada región para promover un uso más racional y efi- ciente de los recursos y una respuesta más adecuada a las necesidades de la región. Fue así frecuente la creación de programas académicos que sólo repetían, con des- ventaja, los ya existentes en otras universidades de la región. N o se planificó a ni- vel regional, ni se procuró corregir los vicios existentes. Por lo general, eJ celo institucional aisló a las universidades entre sí, ya que casi siempre existió poca disposición a reconocer un mayor grado de desarrollo, en cualquier aspecto, en otra institución, y, por consiguiente, aceptar su asesoramiento.

El fracaso de los consejos regionales y la situación en la que se desenvolvió el Consejo Nacional, aunados a la interferencia del Gobierno Central, que siguió creando universidades pese a la opinión discrepante del sistema universitario, ge- neró la desarticulación del sistema y propició su desarrollo carente de una planifi- cación ligada a las posibilidades estatales de financiamiento y a las necesidades na- cionales y regionales del país. El fracaso del sistema se hace evidente a través de algunos síntomas, entre los cuales deben destacarse los siguientes:

v.

el número excesivo de universidades actualmente existentes, la mayoría de las cuaies está abrumada por un cúmulo de limitaciones o deficiencias, difí- ciles de superar dada la falta de proporcionalidad entre los recursos dispo- nibles y el número de insutdciones por atender;

el elevado número de programas académicos similares, que lleva a una competencia inconveniente entre instituciones ubicadas en una misma re- gión;

el excesivo número de profesionales formados en las universidades del país, frente a las necesidades nacionales y a la capacidad de absorción de SU mer-

83

cado ocupacional, lo que ha generado desocupación de los recursos huma- nos así formados.

Pese a esta situación, se han logrado avances importantes en los siguientes puntos:

se han armonizado los currícula de estudios, lográndose un alto grado de homogeneidad en los correspondientes a carreras similares ofrecidas por las distintas universidades;

se han uniformizado los requisitos de traslado de estudiantes entre univer- sidades, simplificándose notablemente el establecimiento de equivalencias en el proceso correspondiente;

se han establecido requisitos comunes a las distintas universidades del país, para el ingreso a la docencia y ascenso en el escalafón correspondiente;

se han esrablecido políticas institucionales coincidentes de investigación, en apoyo del desarrollo nacional y regional;

se han establecido políticas institucionales similares de administración de personal, homologándose dentro de escalafones similares al personal ad- ministrativo de las distintas universidades públicas del país.

Como resultado de la relación bilateral y directa que se da entre algunas universidades, se han venido produciendo también acciones de cooperación intc- rinstitucional, principalmente en relación con los programas de enseñanza e in- vestigación que conducen. E n el primer caso se dan convenios entre universida- des, para que unas puedan utilizar facilidades (docentes, laboratorios, plantas pi- lotos, etc.) de las otras, con fines de mejorar los niveles de enseñanza en algunas áreas, principalmente de ciencias puras y tecnologías. Otro ejemplo al respecto. que se ha dado en pocos casos, lo constituye la integración de recursos disponi- bles para establecer conjuntamente, entre dos o más universidades del país, pro- gramas de postgrado en un área determinada.

En el caso de la integración de esfuerzos para desarrollar programas de in- vestigación, se pueden senalar como ejemplos a seguir, el programa de investiga- ción en cultivos andinos conducido conjuntamente, desde hace varios anos, por tres universidades del sur del país; la coordinación de acciones e intercambio de información entre universidades que vienen trabajando en el aprovechamiento de la energía solar y en biotecnología. Es además común que alumnos de algunas universidades desarrollen sus proyectos de investigación, que deben conducir como tesis de grado, utilizando las facilidades, e incluso el asesoramiento de do- centes, de otras universidades.

Por otro lado, debe señalarse que no existe mayor vinculación entre el sub- sistema universitario y el constituido poi las escuelas e institutos de educación su-

84

perior no universitaria, la mayoría de los cuales está bajo la dirección O coordina- ción del Ministerio de Educación. N o se da así la coordinación necesaria para es- tablecer una continuidad de estudios entre escuelas e institutos que ofrecen carre- ras cortas y las correspondientes carreras ofrecidas por las universidades.

Mecanismos de Coordinación Interinstitucional Establecidos en la Nueva Ley universitaria

La Ley Universitaria vigente señala como fines de la Asamblea Nacional de Rectores el estudio, la coordinación y la orientación general de las actividades universitarias en el país. Sin embargo, en el caso de la creación de nuevas univer- sidades, la Asamblea sólo informa, ya no es requisito su opinión favorable. Entre sus funciones están:

coordinar la creación de carreras, títulos profesionales y de segunda espe- cialidad a ofrecerse por las universidades, proporcionando la información previa e indispensable;

concordar en lo referente a los requisitos mínimos exigibles para el otorga- miento de grados y títulos universitarios y a la unificación de sus denomi- naciones, sin perjuicio del derecho privativo de cada universidad a estable- cer los currícula y requisitos adicionales propios;

elevar al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo los proyectos de los presu- puestos anuales de las universidades públicas y los pedidos de ayuda de las privadas, con la información correspondiente a cada uno, y formular su propio proyecto de presupuesto; publicar un informe anual sobre la realidad universitaria del país y sobre criterios generales de política universitaria.

La Secretaría Ejecutiva, a su vez, como órgano administrativo de ejecución - de la coordinación interuniversitaria, tiene a su cargo la recopilación de estatutos de las universidades, el patrón de grados y títulos en base a los datos remitidos por ellas y acopia la información sobre estadística y funcionamiento.

Convenios Interinstitucionales

N o existen estudios ni registros permanentes a nivel nacional, en relación a la cooperación interinstitucional que se da en las universidades, lo que a su vez es una muestra más del fracaso de los organismos de coordinación de la universi- dad peruana. En un estudio realizado el año 1985, se solicitó información a las universidades en relación al número de convenios de cooperación interinstitucio- nal que tenían en ejecución o que habían concluido en 1983, su naturaleza y tipo, así como las características de su financiamiento. Desdonunadamente, no se di- ferenció en este estudio los convenios establecidos entre las universidades, de

85

aquellos celebrados entre universidades e instituciones no universitarias, así como tampoco se recabó información acerca de la duración de los convenios.

El número total de convenios existentes en las 27 universidades que contes- taron la encuesta (18 públicas y 9 privadas) fue de 346, de los cuales 140 (40.5%) fueron exclusiva o mayoritariamente de investigación; 80 (23.1 %) de desarrollo, aun cuando en ellos pudieron existir elementos de investigación y servicios pero orientados al desarrolo nacional o regional; y 126 (36.4%) de servicios prestados por las universidades. .

La cooperación internacional se tradujo en 103 convenios (29.85ó) celebra- dos con universidades, fundaciones y organismos en general, de otros países o con entidades internacionales diversas. El número de convenios firmados con en- tidades nacionales fue de 243 (70.2%), entre los cuales se encuentran los firmados con otras universidades. A juzgar por el nivel de financiamiento involucrado, en la mayoría de los casos se trató de pequeños convenios o contratos con financia- miento no superior al equivalente de US $10.000 (74.9%), en tanto que los con- venios con financiamiento superior a U.S. $100.000 sólo llegaron al 4% del total.

Del análisis de la información recogida en el estudio antes referido, que se presenta en el cuadro No 34, se deduce que un número reducido de universidades (5 públicas y 2 privadas, que equiyalen al 26% del total de las instituciones que respondieron la encuesta) estuvo relacionado con el 60% del total de convenios existentes en 1983; el 71% de los convenios se dieron con universidades públicas; y, sólo seis universidades (3 públicas y 3 privadas) captaron convenios de mayor alcance a juzgar por el monto de su financiamiento (más de 100.000 dólares). PERSPECTIVAS FUTURAS .

El Decreto Legislativo N 177 del 12 de junio de 1981 que establece la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Planificación, considera en su estructura la Pla- nificación Universitaria e integra al Consejo Consultivo Nacional de Planificción a un representante de las universidades.

Entre los fines del ente coordinador de las universidades del país, se en- cuentra el estudio, la coordinación y la orientación general de las actividades uni- versitarias, con miras a propiciar su fortalecimiento económico y su desarrollo en general. En relación a este propósito, la presidencia de la Comisión Nacional In- teruniversitaria, hoy Asamblea Nacional de Rectores, estructuró un plan de tra- bajo a mediano plazo, que comprende el estudip y ejecución de las acciones si- guientes : Acciones de Proyección lnterinstitucional sobre Planificación y Desarrollo. Realizar el Diagnóstico Situacional de las universidades del país

a) Objetivos: Reformular las acciones de política universitaria tendientes a impulsar el desarrollo universitario por las vías de racionalizar recursos disponibles y planificar acciones.

86

b) Revisar los métodos y técnicas para elaborar planes de desarrollo universi- tario globaies y específicos.

Organizar un T o m m Nacional sobre la Universidad, la Planiflcación !- el Desa- m l o Económico: í986-2lWW’:

Objetivos : Propieiar la participación de las diferentes universidades del país en el aná- lisis de su problemítica y propuesta de alternativas de solución en un peno- do determinado.

Procurar una mayor integración del desarrollo de la universidad dentro del desarrollo nacional.

Incentivar el uso adecuado de la planificación en los diferentes aspectos del desarrollo universitario, a fin de optimizar sus resultados. Coordinar las acciones de desarrollo interinstitucional que permitan evitar las multiplicidades y excesos en el uso de sus recursos, así como aprovechar la capacidad ociosa de sus unidades operativas.

.

Elaborar Módulos de Admiaisuación y Desarrollo de los Recursos Humanos Universitarios

Objetivos: Contar con los elementos técnicos adecuados que permitan eiectuar el se- guimiento instimcional del personal y el cumplimiento de sus funciones encomendadas.

a)

Proponer Normvpara la Evaluación del Personal Administrativo de las Univer- sidadts del País

Objetivos : Lograr criterios uniformes para evaluar el desempeño del personal profe- sional, técnico y auxiliar de las universidades, en armonía con los criterios de capacidad, perfeccionamiento, dedicación y productividad.

Corregir los defectos o anomaiías de cuíctcr funcional que entorpecen la marcha instimcional.

a)

b)

Elaboración de un Programa de Cooperación Técnica Internacional (CTI)

Objetivos: Revisar las necesidades de Cooperación Técnica Intemaciond tendiente a mejorar la capacidad instituciond para resolver su propia problemática así como dar apoyo en la solución de los problemas regionales y nacionales.

a)

87

b) Coordinar los requerimientos de acuerdo a un Plan de DesarroUo Institu- cionai.

Acciones de Estudio y Elaboración de Proyectos Especiales de Interés Interins- titucional, Orientados Principalmente a Irnplernentar Disposiciones Estableci- das en la nueva Ley Universitaria de 1983.

Creación del Fondo de Ayuda del Profesional a las Universidades O bjenvo : Constituir un fondo económico con la participación obligatoria de sus gra-

duados mediante la contribución de un porcentaje de sus ingresos anuales, según lo dispuesto en el Art. 80 de la Ley Universitaria recientemente aprobada.

Creación del Fondo de DesarroUo y Promoción Universitaria en cada Universi- dad Pública

Objetivo : Canalizar las donaciones de dinero y valores hechos a cada universidad por

personas naturales y jurídicas, del país y del extranjero, así como los recursos adi- cionales que, en proproción a estas donaciones, debe efectuar el Estado, de acuer- do a lo señalado en el AK. 81 de la Ley Universitaria vigente.

Creación de la Corporación Financiera Universicaria Objetivo : Organizar la Corporación Financiera Universitaria, de acuerdo a lo señala-

do en el An. 82 de la Ley Universitaria vigente, con miras a obtener recursos des- tinados al financiamiento de los programas de Becas y Bienestar Estudiantil, para docencia. investigación, extensión y proyección social.

Creación de la Derrama Universitaria como Fondo Obligatorio de Ayuda a los Docentes y Persond Administrativo de las Univkrsidades Públicas

Objetivo: Organizar la Derrama Universitaria como ente de apoyo económico al per-

so~d docente y administrativo de las universidades, estableciendo los aportes de cada estamento universitario, como los beneficios que recibirán los aportantes. (An. 88 de la Ley Universitaria).

Creación de un Fondo Nacional de Becas para el Estudiante Universitario Objetivo: Estimular la dedicación e iniciativa del estudiante en las tareas de estudio

y creatividad.

88

Creación del Centro Nacional de Investigación J' Administración Universitaria

Objetivos: Incentivar la creatividad y el perfeccionamiento de los recursos humanos administrativos de las diferentes universidades.

Crear, proponer y aplicar métodos de trabajo y de productividad de los re- cursos humanos administrativos.

a)

b)

Creación del Banco Nacional de Documentación e Informática Universitaria

a)

Objetivos : Perfeccionar los sistemas de acopio de la información universitaria sobre los diversos zspectos de la organización y desarrollo.

Priorizar las necesidades de información y estadísticas con fines de planifi- cación e investigación.

Coordinar los mecanismos interinstituciondes para fomentar el desarrollo de la informática universitaria.

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89

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