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MONOGRAFIA CRESALC CENTRO REGIONAL PARA LA EDUCA- ClON SUPERIOR EN AMERICA LATI- NA Y EL CARIBE REGIONAL CENTER FOR HIGHER EDUCATION IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN CENTRE REGIONAL POUR L’ENSEIG- NEMENT SUPERIEUR EN AMERlQUE LATINE ET LES CARAIBES.

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MONOGRAFIA

CRESALC CENTRO REGIONAL PARA LA EDUCA- ClON SUPERIOR EN AMERICA LATI- NA Y EL CARIBE REGIONAL CENTER FOR HIGHER EDUCATION IN LATIN AMERICA A N D THE CARIBBEAN CENTRE REGIONAL POUR L’ENSEIG- NEMENT SUPERIEUR EN AMERlQUE LATINE ET LES CARAIBES.

L EDUCACION SUPEMOR EN EL ECUADOR y!! FrancisoO Pareja

Coordinador de investigaciones Centro Ecuatoriano de inwstigaciones Sociales (CEIS)

CRESALC - UNESCO Caracas, Febrero 1986

51 p. : cuad. : mex. : bib. ISBN :

SISTEMA DE EDUCACION SUPERIOR - ECUADOR - HISTORIA DE LA EDUCACION SUPERIOR - ACCE- SO A LA EDUCACION SUPERIOR - DATOS ESTA- DISTICOS

O

Las ophvones emitidre en d pnsente trabajo son las de suautor y no se oornsponáw necairiamente cond punto devktadeh UNESCO.

INDICE

páginas

PRESENTACION ................................... i DESARROLLO HISTORICO: BREVE CARACTERIZACION DE LAS ETAPAS DE EVOLUCION DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR . . 1

. Lacolonia ................................... 1

. LaRepúb iica .................................. 4 .............. . . Desde 1826 hasta la reforma conservadora 5

. La Universidad hasta 1895 ......................... 6

. Liberalismo y universidad ......................... 7

. De 1946 hasta fmes de los años cincuenta ............... 8

. De 1960 hasta mediados de la década de 1970 ............ 8

. La universidad en crisis ........................... 10 ESTRUCTURA DEL SISTEMA DE ENSEÑANZA SUPERIOR ..... 1 1

. Tipos de instituciones y grados académicos .............. 11

instituciones ................................... 14

modalidades .................................. 16 17

. Matrícula .................................... 17

. Rendimiento de la enseñanza superior ................. 22

. Personaidocente ............................... 23

. Financiamiento de la enseñanza superior ............... 25

. Serviciosestudiantiles ............................ 27

. Situaci6n del movimiento estudiantil .................. 28

. Innovaciones pedagógicas y organizatim recientes ......... 29

. La investigación científica y técnica ................... 30

. Las estadísticas de enseñanza superior 32

. Recursos materiales y físicos ....................... 32

. Formas de gobierno y organización interna de [as

. El acceso a la enseñanza superior: condiciones y

SITUACION ACTUAL DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR ........

.................

MECANISMOS Y REALIZACIONES EN EL CAMPO DE LA COOPERACION INTERINSTITUCIONAL .................. 33 PERSPECTIVASFUTURAS ........................... 34 BIBLIOGRAFIA ................................... 37 ANEXOS ........................................ 39

PRESENTACION

Este es un trabajo descriptivo de la situación de la educación superior en Ecuador, realizado en el marco del programa de monografías que desa- rrolla el Centro Regional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (CRESALC), sobre el estado de la educación superior en cada país de la región. Dichos estudios han sido concebidos sobre la base de un es- quema común, el cual permitirá posteriormente la elaboración de análisis comparativos de situaciones, tendencias y perspectivas de la educación superior en América Latina y el Caribe.

La lectura de la presente monografía permitirá apreciar las caracterís- ticas que comparte el Ecuador con buena parte de los países de la región: explosión de la matrícula, problemas financieros, deterioro de la calidad académica, insuficiente investigación científica, etc. Estas características comunes, sin embargo, asumen rasgos particulares en contextos específi- cos. En el caso del Ecuador, uno de los rasgos más notables de su sistema de educación superior tiene que ver con una abrumadora concentración de la matrícula en sólo dos establecimientos: las universidades estatales de Quito y Guayaquil, situación que refleja el carácter polarizado del desarrollo eco- nómico y urbano, propio de la mayoría de los países latinoamericanos. Otro de los fenómenos más resaltantes del Ecuador es el alto crecimiento de la matrícula debido -en este caso- a la importante expansión económica del país a propósito de la explotación petrolera iniciada en 1973. Esta expan- sión -que no se prolonga mucho más allá de una década- se transforma en poco tiempo en una situación de crisis, la cual se refleja en agudos proble- mas financieros en el sector de la educación superior. Sin embargo, frente a esta crisis, se están buscando afanosamente soluciones viables, sobre todo dentro de las propias universidades.

El presente estudio -el cual estuvo a cargo de Francisco Pareja. contiene ( a pesar de las limitaciones encontradas en su ejecución, por la escasez y la dificultad en conseguir el material necesario) la información esencial para el conocimiento de la situación educativa del nivel superior en Ecuador. Al i- gual que en las restantes monografías, confiamos que su publicación permiti- rá contar con un material útil para el conocimiento de la situación ecuato- riana así como para su comparación con la del resto de la región.

Juan Carlos Tedesco

Enero 1986 CRESALC-UNESCO

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DESARROLLO HISTORICO: BREVE CARAmERIZACION DE LAS ETAPAS DE EVOLUCION DE LA ENSEÑANZA SUPEMOR

Establecer etapas sucesivas claramente diferenciadas en la evolución his- tórica de la enseñanza superior en el Ecuador, no es tarea fácil. No se ha escrito o publicado hasta el momento una historia comprehensiva so- bre la universidad ecuatoriana, y los documentos necesarios para tal empresa se encuentran dispersos y, en algunos casos, irremediablemente perdidos (1). No deberá extrañar, por tanto, la carencia de criterios inequívocos y consen- suales para una periodización de la historia universitaria ecuatoriana. La que aquí se ensaya constituye, por ende, una periodización tentativa y sujeta a revisión. Aunque hemos intentado identificar hitos de importancia para la vida universitaria que revelen la existencia de diversas etapas evolutivas, és- tos contienen seguramente una alta dosis de inevitable arbitrariedad. Estas limitaciones deberán tomarse en cuenta al momento de evaluar la periodiza- ción propuesta.

La Colonia

Desde el inicio de la Colonia la educación, en manos del clero, estuvo fundamentalmente dirigida a cimentar en América los valores culturales y los preceptos confesionales a la sazón imperantes en la metrópoli. Un peque- ño número de escuelas primarias y colegios, que reclutaban sus estudiantes entre los hijos de funcionarios, nobles y caciques indígenas cuya fidelidad era importante cultivar, cumplían con esta función desde los años treinta del siglo XVI. La ciudad de Quito, importante centro administrativo y político del gobierno colonial en América, fue sede privilegiada de centros de educa- ción primaria e intermedia y asiento exclusivo de centros de educación su- perior en el territorio de la Real Audiencia de Quito, aproximadamente e- quivalente al Ecuador moderno.

Los dos tipos de institución de educación superior característicos de la Colonia fueron los colegios seminarios y las universidades. Si bien la distin- ción entre ambas no era marcada, en virtud de la preeminencia que en las

1. La Única obra histórica de que tenemos noticias fue publicada en 1944 y se refEre exclusivamente a la Universidad de Quito; Germania Moncayo de Monge, ia Universi- dud de Quito. Sic tmyeeforia en Tres Siglos, Imprenta de la Universidad Central, Quito 1944. U n primer esfuerzo de recopilación y publicación de documentos de y sobre la universidad, es el volumen preparado por el DI. Hernh Malo para la Biblioteca Básica del Pensamiento Ecuatoriano: Pensamiento Universitnrio Ecuatoriano, Banco Central del Ecuador - Corporación Editora Nacional, s.f. (1980?). Esta recopilación, aunque de indudable valor e importancia es, sin embargo, incompleta, pues constituye, por una parte, una selección de documentos y, por otra, abarca solamente hasta los años treinta del presente siglo.

dos obtenían la teología y el adoctrinamiento religioso, así c o m o por su de- pendencia de la Iglesia, subsistía una diferencia fundamental. Los colegios seminarios se limitaban a formar clérigos, mientras que las universidades es- taban también abiertas a seglares, y el contenido de su plan de estudios ten- día consecuentemente a ser más universal. Así pues, aunque en 1559 fue fundado el primer colegio seminario de Quito, la historia de la universidad ecuatoriana realmente se inicia en 1586, cuando los frailes Agustinos funda- ron la Universidad de San Fuigencio.

Durante el transcurso del resto de la Colonia fueron fundados en Quito al menos cuatro centros adicionales de educación superior, dos de ellos uni- versitarios. En 1594, la orden de los Agustinos fundó el Colegio Mayor, Real y Seminario de San Luis. E n 1621 el Papa Gregorio XV, luego de conceder a los Jesuitas la facultad de conferir grados académicos en América y las Fili- pinas, autorizó la fundación en Quito de la Universidad de San Gregorio Magno. Finalmente, en 1676 fueron fundados el Colegio Seminario de San Fernando y la Universidad de Santo Tomás de Aquino, instituciones ambas regentadas por la orden de los Dominicos.

Así pues, para el siglo XVI, apenas ciento ciencuenta años después de la conquista española, existían en Quito seis centros de educación superior, tres de ellos universitarios. Hacia el final de la Colonia, sin embargo, subsis- tía solamente una universidad, y esta última reformada. La Universidad de San Fulgencio, primera en ser fundada, parece ser que no logró definir claramente su personalidad universitaria, confundiéndose a la postre con el Colegio Seminario regentado por la misma orden de los Agustinos. La Universidad de San Gregorio Magno desapareció como consecuencia de la expulsión de los Jesuitas de territorio americano por parte del rey Carlos 111 de Espaiia, en 1766. La Universidad sobreviviente, SantoTomás de Aquino, sería refundada en 1788, ocasión en que fueron expedidos unos estatutos que se ajustaban a disposiciones pertinentes de las leyes de indias, que fueron elaborados a semejanza de los de las universidades de México y de Lima. Estos estatutos constituyen el documento sobreviviente más impor- tante sobre la universidad colonial ecuatoriana y merecen un análisis somero

El primer hecho relevante es que, por primera vez, el gobierno y admi- (2).

nistración de la universidad se ajustan a normas de vigencia general dentro del territorio colonial español. Se restringe así la considerable autonomía con respecto al gobierno civil de que hasta entonces gozaba la universidad, cuya contraparte era una total dependencia con respecto a la Iglesia. Es así

2. Documento 1: Estatuto de la Real Universidad de Santo Tomás de la Ciudad de Quito: 26 de Octubre de 1788, en Biblioteca Básica del Pensamiento Ecuatoriano, op. cit., pp. 87-150.

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que, el ajuste de las disposiciones estatutarias con las normas correspondien- tes de las leyes de Indias, no es sólo la expresión del sometimiento de la uni- versidad quiteña a una normatividad civil y universal, sino que, además, constituye un primer paso hacia la secularización de la enseñanza superior. Esta, sin embargo, no debe exagerarse. La presencia de la Iglesia continúa siendo preeminente, ciertamente en el fuerte acento clerical del programa académico, pero también en lo relativo al gobierno y administración de la universidad. E n relación con lo Último, los estatutos expresan claramente el carácter ambiguo e inacabado del proceso de secularización: la elección de Rector y Vice-Rector debía recaer alternativamente sobre un seglar y un eclesiástico (3).

El plan de estudios consta, curiosamente, en los mismos estatutos, y contiene un grado de detalle que llama la atención (se explicita no solamen- te la materia, sino además su horario, la remuneración del profesor, el tiem- po que los estudiantes deben dedicar a ejercicios sobre la materia, etc.). Las materias se agrupan en las tres disciplinas características de la universidad colonial: teologzá, jurisprudencia, medicina. D e las tres, teología comprende el mayor número de materias. Adicionalmente, se imparte la cátedra de Inti- nidud, que consiste en el estudio de la gramática latina.

En 1791 el Obispo de Quito, en respuesta a los comentarios del cientí- fico español, Don Antonio de ülloa, según quien ‘‘..,. nuestros m u y queridos jóvenes de Quito .... aunque son capaces en Filosofía, Teología, y Jurispru- dencia .... son m u y cortos en las Noticias Políticas: En las históricas, y en las otras Ciencias Naturales, que contribuyen al mayor cultivo de los entendi- mientos y a la verdadera utilidad de la Patria” (4), introdujo algunas modifi- caciones significativas en el plan de estudios de la universidad. Esta reforma, siendo introducida por una autoridad eclesiástica, revela cuán limitada era la autonomía de la universidad con respecto a la Iglesia pero, por otra parte, representó un paso adicional hacia su secularización y modernización. A las materias anteriores, se agregan gramática castellana, historia civil (pero también historia sagrada y eclesiástica), política personal y gubernativa, y economía pública. Son las dos úitimas las que mayor interés revisten desde U M perspectiva contemporánea, pues revelan un positivo afán por poner la universidad a tono con su época.

Regresando a los estatutos, éstos prescriben los títulos académicos que la universidad estaba facultada a conceder : bachillerato, licenciaíura, y doc-

3. Estatuto ..., Título 20, Constitución 10, Título 40. Constitución 44. 4. Citada en Documento 2: “Edicto Exortatorio del Obispo de Quito, Fr. José Pérez Calama. 1 de septiembre de 1791”, en Biblioteca Básica ..., op. cit.. p. 171 (hemos res- petado la ortografía y la sintaxis originales).

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forado. El grado de bachiller se otorga en jurispmdencia y en medicina (5); el de licenciado, en teología, jurisptudencia, medicina, y cánones y leyes; el título de doctor se concede a los graduados en cánones y leyes, teología y medicina. Es de interés notar que los estatutos incluyen una disposición para defender el ejercicio profesional de la abogacía: “Que a ningún Abogado se le admita escrito de defensa sin que lleve la suscripción clara y expresa de el Grado que tiene de Bachiller, Licenciado, o Doctor, sin que pueda omitir- lo ....” (6).

Por Último, fiel al carácter elitista de las instituciones coloniales, la uni- versidad no concedía títulos académicos, salvo el de medicina, a quienes no pudiesen demostrar pureza de sangre y legitimidad de nacimiento. Los esta- tutos explican esta prohibición con descarada franqueza; se la instituye para que “ .... se conserve de este m o d o la división de clases, y Jerarquías, tan ne- cesaria en las Repúblicas bien ordenadas, cuyo fondo de arreglo se forma en los Colegios” (7).

Segregacionista y elistista, la universidad colonial en el Ecuador, como en el resto de América, guardó escasa relación con el medio cultural en el que estaba inmersa. Proveía los cuadros dirigentes requeridos por la adminis- tración colonial, tanto eclesiástica c o m o civil, pero no se nutría de su entor- no cultural; constituyó una institución extraña a él. Es más, fue elemento clave de un sistema de dominación que impidió o dificultó el desarrollo de una cultura mestiza. La universidad colonial era una transposición cultural de España en América.

Le República

Es posible identificar unas cuantas etapas en la evolución de la universi- dad republicana, a partir de ciertas fechas y eventos significativos. El año de 1826 marca el inicio oficial de la universidad republicana; en ese año, el Congreso de Cundinamarca crea, a instancias del Libertador Simón Bolívar, la Universidad Central del Departamento del Ecuador. (8). A partir de en- tonces, se van gradualmente perfilando dos visiones antagónicas sobre la universidad y su función en la sociedad, hasta que en 1869 el Presidente García Moreno decreta una reforma que resuelve la polémica, al menos tem-

5. Vale la pena consignar lo que rezan los Estatutos en su título 12, Constitución 129: “Considerando, que el Grado de Bachiller en Filosofía es inútil, ... y confunde, y aún quita la situación al Bachiiier en Leyes, y en Medicina que se gana después de mucho tiempo, se suprime.”, en op. cit. p. 140. 6. Estatuto ... Titulo 12, Constitución 149,en op. cit., p. 152. 7. Idem. 8. El Ecuador se constituye como república independiente en 1830, luego de su sepa- ración de la Gran Colombia.

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poralmente, en favor de la universidad técnica. El triunfo de la revolución liberal en 1895 será otro hito de importancia para la historia universitaria, pues significará la culminación del proceso de secularización de la universi- dad. La siguiente fecha digna de destacarse es 1946, año en que se autoriza la creación de universidades particulares; esta decisión permitirá a la Iglesia reincorporarse al campo de la educación superior. El siguiente momento sig- nificativo para la historia de la universidad ecuatoriana es sin duda la década de 1960. Durante aquellos años se desarrollan las fuerzas sociales y políticas que llevarán al proceso de “democratización” de la universidad. Finalmente, puede afirmarse, aunque con la debida cautela, que desde mediados de la década de 1970, la universidad ecuatoriana, y particularmente la oficial, vive u n proceso de profunda y aguda crisis. Examinemos brevemente cada uno de estos hechos y procesos.

Desde 1826 hasta la reforma consérmdora

La fundación en 1826 de la Universidad Central del Departamento del Ecuador consiste, esencialmente, en un cambio de nombre; la Universidad de Santo Tomás de Aquino se convierte en institución republicana. La elec- ción de un canónigo como su primer rector republicano simboliza esta continuidad en el cambio a que hemos aludido.

En 1853 el gobierno expide la “Ley de Libertad de Enseñanza”, experi- mento de efímera duración por excesivamente audaz para su época. Entre otras disposiciones, autoriza a los estudiantes a rendir exámenes cuando qui- sieren y torna voluntaria la asistencia a clases. Por otra parte, otorga plena libertad de cátedra, con la única limitación de que no deberán enseñarse doctrinas contrarias a la religión o a la moral (9).

Al margen de su carácter utópico para las circunstancias de su tiempo, esta ley de 1853 representa una versión extrema de la visión humanística de la universidad que para entonces prosperó. La universidad debía constituir u n centro del saber universal, cuya difusión y desarrollo demandaban una li- bertad académica sin restricciones. Preciso es recordar el ascendiente que para entonces mantenía la Iglesia sobre la enseñanza universitaria para eva- luar debitamente la intención de los legisladores de 1853. La “Ley de liber- tad de Enseñanza”, de haber perdurado, habría significado un golpe con- tundente al control eclesiástico de la universidad.

La visión universitaria y humanista de la universidad se tradujo también en la fundación de nuevos centros universitarios. En 1861 se decretó la crea- ción de la Universidad de Cuenca, al sur del país (inaugurada sólo en 1868), y en 1867 la de Guayaquil, bajo el principio de que la cultura debía irradiar

9. Documento 6: “Ley de Libertad de Enseñanza Pública, 28 de octubre de 1853”, en Biblioteca Básica ..., op. cit., p. 215.

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a traves del mayor número posible de centros del saber. Sin embargo, el desarrollo de estas dos instituciones quedaría trunco, c o m o consecuencia de las drásticas resoluciones adoptadas por el Residente García Moreno.

García Moreno, Jefe del Estado entre 1861 y 1865 y luego entre 1869 y 1875, había previamente ejercido la rectoría de la Universidad Central, donde seguramente concretó sus tajantes ideas acerca de la universidad. Enemigo del libre pensamiento, al que califica de corrompedor, y propugna- dor de la modernización técnica acelerada del país, en 1869 clausuró la Uni- versidad de Quito, reemplazándola con la Escuela Politécnica Nacional. Las universidades de Cuenca y Guayaquil no tenían significación para entonces. En la de Guayaquil, por ejemplo, en 1868 sólo funcionaba la Facultad de Jurispridencia, ,con un profesor y seis alumnos. Para su fundación, sin embargo, los promotores de estas dos universidades debieron esperar el interregno de 1865 a 1869.

Para García Moreno, “La Universidad, tal como se haiia actualmente organizada, es perniciosa a los intereses de la sociedad porque la inútil mul- titud de médicos y abogados que salen de su seno, a falta de medios de sub- sistencia adquieren la funesta afición a los empleos; y la nación se encuentra privada de inteligencias que hubieran sido útiles y productivas, si hubiesen cultivado otros ramos de mayor importancia ... porque no se ha abierto a la juventud otras carreras que la Jurisprudencia, Medicina y Teología” (1 O). La consecuencia de este diagnóstico será, poco más tarde, la conversión de la universidad en escuela politécnica “ ... destinada exclusivamente a formar profesores de tecnología, ingenieros civiles, arquitectos, maquinistas, inge- nieros de minas, y profesores de ciencias” (1 1). García Moreno, a pesar de su ideología conservadora y su apego a la iglesia, sobrepuso su visión autori- taria y tecnocrática de la educación a su ideología y adoptó una decisión que socavó profundamente el control eclesiástico de la educación superior.

La Univasidad hasta 1895

En 1875, tras el asesinato de Carcía Moreno, su sucesor reabrió la Uni- versidad Central restableciendo sus fueros y estructuras anteriores, y clausu- ró la Escuela Politécnica. El péndulo había nuevamente oscilado hasta el ex- tremo opuesto de la contienda.

10. Documento 7: “Comentario de Carcía Moreno sobre la Inconveniencia de una Universidad de Artes Humanísticas, 1857”, en Biblioteca Básica ...., op. cit.. p. 220. 1 1. Documento 21: “Decreto de la Convención Nacional por el que se Crea la Escuela Politécnica Nacional, Quito, 27 de Agosto de 1869”. en Biblioteca Básica ..., op. cit., p. 31.

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Pero la síntesis, en la forma de una universidad tanto técnica como hu- manista, no tardaría en llegar: en 1883 se organiza el Instituto de Ciencias en la Universidad Central, integrándose así las carreras científicas y técnicas con las humanistas en un mismo centro de estudios. A partir de este mo- mento se abre un período, el que media entre 1883 y 1895, en que “ ... se observa un nivel académico alto y una actualización de la universidad en las áreas de la ciencia y de la técnica modernas” (1 2).

Libeialismo y universidad

Con el triunfo de la Revolución Liberal en 1895, se abrió en el país un proceso de importantes transformaciones sociales que, aunque no significa- ron la destrucción del poder económico de la clase terrateniente serrana, cle- rical y conservadora, sí aceleraron la descomposición del antiguo régimen de dominación. La universidad, pieza clave del aparato de dominación ideológi- ca y cultural, no podía quedar al margen de los cambios suscitados.

El Estado Liberal laico requería para su consolidación política, despla- zar a la Iglesia de su papel de rectora y productora de los valores culturales y la ideología en general. Consecuentemente, se desataría un agudo conflicto entre Iglesia y Estado por el control de la educación, que puso fin, al menos temporalmente, a la participación de la Iglesia en la educación superior. L o s sacerdotes fueron privados de sus cátedras y se eliminaron la Facultad de Teología y materias tales como derecho canónigo y derecho público ecle- siástico del programa de estudios (13). Culminó de esta manera el proceso de secularización de la educación superior que, con avances y retrocesos in- termitentes, se había venido desarrollando desde mediados del siglo XIX.

Si en años anteriores la discusión había girado alrededor de la dicoto- mía universidad técnica versus humanista, con las conquistas liberales, particularmente a partir de la década de 1910, la preocupación fundamental giró en t o m o al papel que a la universidad le correspondía desempeñar en la sociedad. Los temas de su función crítica, y el de la correspondiente liber- tad académica, pasaron así a primer plano. E n 1920 se puso en ejecución, por primera vez, un plan de extensión universitaria.

Durante la década de 1920 hizo crisis el régimen de dominación liberal, como consecuencia de una aguda recesión económica y la pugna de los sec- tores medios por acceder al poder. El proceso de democratización de la so- ciedad así impulsado, se hizo presente también en la universidad, donde un movimiento estudiantil de creciente presencia, inspirado en la reforma de Córdoba de 1918, planteaba la autonomía universitaria y el cogobierno estu-

12. 13. Ibid, p. 66.

Malo, Hernan. Estudio lntroductorio. en Biblioteca Básica ..., op. cit. p. 31.

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diantii. Ambas reivindicaciones culminaron exitosamente: en 1922 se con- sagró el principio del cogobierno, y en 1925 se concedió autonomía a la uni- versidad en el contexto de la nueva ley de educación superior dictada en ese año.

Durante las décadas de 1930 y 1940 se fue consolidando el proceso de modernización de la universidad ecuatoriana. Hechos destacables de este pe- ríodo son: la creación de la Facultad de Ciencias Económicas en la Universi- dad de Guayaquil en 1938, y de la Escuela de Ciencias Sociales en la Univer- sidad Central de Quito (1 943), así c o m o la fundación de la Universidad Na- cional de b j a al extremo sur del país en 1943, y la nueva fundación de la Escuela Politécnica Nacional, en Quito, en 1945.

De 1946 hasta fmes de los años cincuenta

E n octubre de 1946 un decreto gubernamental autorizó el estableci- miento de universidades particulares. Al mes siguiente, fue fundada la Ponti- ficia Universidad Católica de Quito, reintegrándose así la Iglesia a la docen- cia universitaria luego de cincuenta años de extraliamiento.

A partir de los años cuarenta, y particularmente desde fines de esa déca- da, se desarrolló en el país un significativo proceso de modernización econó- mica, que promovió una importante expansión de sectores sociales medios. Esta expansión se tradujo, a su vez, en una mayor demanda por educación superior, llevando a la fundación de nuevos centros de estudios, diversifica- ción de facultades académicas, y expansión de la matrícula universitaria. En 1952 se fundó la Universidad Técnica de Manabí, la tercera provincia en po- blación del país, y en 1958 se estableció en Guayaquil la Escuela Politécnica del Litoral. Ihstancias significativas de la diversificación académica acometi- da, fueron la creación de la Escuela de Periodismo en Guayaquil (1947), la Facultad de Economía en Quito (1950), la Escuela de Ingeniería Química en la Universidad Central (1952) y la Escuela de Administración de Empre- sas también en Quito (1958). La matrícula universitaria registró un creci- miento anual de 8.2 % entre 1950 y 1954, y de 8.7 % entre 1954 y 1958.

De 1960 hasta mediados de la década de 1970

Durante este período entra en crisis el sistema hacendario tradicional de la Sierra y se acelera el desarrollo capitalista del agro, se inicia la aplicación de una política coherente de industrialización, y se dinamiza el crecimiento urbano. E n general, el país entra en un acelerado proceso de modernización socioeconómica, que se reflejará claramente en la evolución de la educación superior. Adicionaimente, la Revolución Cubana primero, y la Alianza para el Progreso a continuación, ejercerán una influencia innegable en la vida uni- versitaria. La modernización del país y los dos fenómenos políticos anota-

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dos, influirán en la gestación de la reforma universitaria de los años sesenta, y en la extraordinaria Proliferación de centros de educación superior y ex- pansión de la matrícula.

Durante este período, el crecimiento anual de la matrícula es verdadera- mente acelerado: 10.8 % entre 1950 y 1962; 27.4 v0 entre 1970 y 1974. Como se ha sugerido, la expansión de los sectores sociales medios y su de- manda por educación superior se tradujo también en la proliferación de centros de estudios. Entre 1962 y 1973, fueron creados nueve centros adi- cionales de educación superior, la mayoría de ellos en ciudades de provincias con menos de 100.000 habitantes: Universidad Católica de Guayaquil (1962) y la Universidad Laica Vicente Rocafuerte en esa misma ciudad (1963), Universidad Técnica de Ambato (1969), Universidad Técnica de Ma- chala (1 969), Universidad Técnica de Esmeraldas (1 970), Universidad Católica de Cuenca (1970), Universidad Técnica Particular de Loja (1971), Universidad Técnica de Babahoyo (1971), y el Instituto Tecnológico de Chimborazo en 1970, que luego se convertiría en Escuela Superior Politéc- nica del Chimborazo (1973).

La proliferación de universidades provinciales durante esos años, es con- secuencia manifiesta de la creciente urbanización del país y el surgimiento de centros urbanos intermedios, en los que se hace presente una pequeña burguesía con legítimas aspiraciones de movilidad social a través del acceso a la educación superior. El establecimiento de centros de educación superior se convierte, asimismo, en un novedoso factor de prestigio para la ciudad y provincia, a la vez que factor de consolidación de formas más modernas de caudillismo local, como reflejo del proceso de modernización agropecuaria e industrial. Este plantea crecientes demandas por profesionales técnicos. lo que explica el carácter asimismo técnico de la mayoría de los nuevos centros de educación superior. Aunque con frecuencia tachada de desordenada y de- magógica, esta agitada creación de universidades y politécnicos en pequeñas ciudades de provincia es una manifestación del acelerado proceso de moder- nización que ha observado el país durante las Últimas décadas. Es importan- te destacar, sin embargo, que a partir de 1973 no se han fundado nuevos establecimientos, aunque la mayoría de los ya existentes han constituido extensiones en otras ciudades. Esto refleja, tanto una cierta saturación de la demanda por nuevos centros de estudios superiores, como el advenimiento de un clima adverso y de requisitos legales más estrictos para su fundación.

Al igual que en el resto de América Latina. el impacto de la Revolución Cubana contribuyó decididamente a radicalizar el movimiento estudiantil 1 a politizar los centros universitarios. Durante los años sesenta se gesta y de- sarrolla un combativo movimiento de reforma universitaria liderado por la juventud estudiantil, al que se suman los afanes moderadamente reformistas de quienes, bajo el amparo de la Alianza para el Progreso. buscaban estruc- turar una universidad moderna al servicio del rápido desarrollo capitalista

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del país. A la postre, la arrolladora presión de los sectores sociales medio: por acceder a la educación superior, demanda que durante ya varios años venía determinando el desarrollo de la educación superior en el país, se im- puso sobre otros planteamientos revolucionarios o reformistas y llevó, como conquista fundamental, a la supresión de los exámenes de ingreso para las universidades oficiales. Otras reivindicaciones del movimiento de reforma, tales como el co-gobierno paritario estudiantil y la vinculación de la univer- sidad con los sectores populares, aparecen en este contexto como resultado inevitable del grado de organización y combatividad adquirido por el movi- miento estudiantil, la primera, y como recurso retórico de limitada concre- ción la segunda (1 4).

La universidad en crisis

La exportación de petróleo iniciada en 1972, produjo un nuevo y Vigo- roso impulso al proceso de crecimiento económico y modernización social del Ecuador. Durante los años setenta ocurrieron los siguientes hechos: se registraron tasas de crecimiento del PIB y de la producción industrial del or- den del 1 O promedio anual; culminó el proceso de desintegración del siste- ma de la hacienda tradicional de la Sierra; se incrementó sustancialmente el papel del Estado en la economía y, crecieron los sectores sociales vincula- dos al Estado, así como a los sectores productivos y de servicios privados en expansión.

C o m o consecuencia de estos procesos operados en la economía y socie- dad, se registra una continuada expansión de la matrícula universitaria (18.7 yo anual entre 1974 y 1978), en la que la mujer Uega a tener una cre- ciente participación. También se observa la multiplicación de carreras y el mayor peso de las técnicas por sobre las humanistas y tradicionales.

Por otra parte, la masificación de la universidad estatal ecuatoriana, ace- lerada por la política de libre ingreso, ha contribuido a configurar una aguda crisis cuyas principales características son: la asfixia de la actividad acadé- mica bajo el peso del poder administrativo y de la rencilla política partidista, la virtual ausencia de investigación científica y la bancarrota financiera. Asi- mismo, las pequeñas universidades de provincia se caracterizan, salvo conta- das excepciones, por un bajo nivel académico y una aguda escasez de recur- sos. Sólo las escuelas politécnicas de Quito y Guayaquil, así como las univer- sidades administradas por la Iglesia. parecen haber eludido las manifestacio- nes más agudas de la crisis. Sin embargo, en la medida en que éstas también

14. Para una interpretación algo diferente de la planteada aquí. véase Moreano. Alejan- dro. “Universidad. crisis y reforma” en Situocion y Desorrollo de lo Universidod. llni- versidad Central, Quito, s.f.

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son objeto de la tremenda presión emanada de una población juvenil que no encuentra alternativas atractivas en las carreras universitarias, tampoco permanecerán exentos de sus efectos los últimos centros de educación superior mencionados. Por otra parte, resulta alentador constatar que la crisis de las universidades oficiales, que amenaza con destruirlas, ha generado también una búsqueda afanosa de soluciones viables al interior de la propia universidad, que comienza ahora a dar sus primeros frutos.

ESTRUCTURA DEL SISTEMA DE ENSEÑANZA SUPERIOR

Tipos de instituciones y grados académicos

Los dos tipos principales de instituciones de enseñanza superior en el Ecuador son las universidades y escuelas politécnicas. Como pudo apreciarse al revisar el desarrollo histórico de la educación superior, se trata de una es- tructura institucional ya tradicional en el país, cuyos antecedentes se remon- tan a algo más de cien años. Adicionalmente, en 1974 fueron creados los institutos técnicos Superiores y los normales superiores, responsables de la formación de técnicos de nivel medio y de los docentes primarios, respecti- vamente. No se trata estrictamente, sin embargo, de instituciones de ense- ñanza superior sino más bien de instituciones intermedias o post-secunda- rias especializadas. ambas con programas de dos años. Finalmente, cabe mencionar la Sede Quito de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Socia- les (FLACSO) que, aunque en estricto rigor no forma parte del sistema de educación superior ecuatoriano pues se trata de un organismo internacional, ha ejercido una influencia positiva innegable sobre las actividades de docen- cia superior e investigación en ciencias sociales del país.

Las universidades y escuelas politécnicas son. en el Ecuador, institucio- nes sin fines de lucro. La ley garantiza su autonomía y la inviolabilidad de sus recintos y prohibe, expresamente. que se les prive, merme o retarde la entrega de las rentas y asignaciones presupuestarias a que son legalmente acreedoras. D e esta manera, el legislador buscó garantizar el efectivo ejerci- cio de su autonomía a las instituciones de educación superior (1 5).

Desde el triunfo de la Revolución Liberal en 1895, la educación oficial es laica. La ley actual garantiza el carácter laico de la educación en las uni- versidades y escuelas politécnicas oficiales. En las instituciones oficiales la educación es además gratuita.

Para ser legalmente considerada como universidad o escuela politecnica. una institución de educaci6n superior debe ofrecer al nienos tres especiali- dades académicas. Existen actuaimcnte en el país dieciocho universidades y

15. Ley de üniversidades y Escuelas Polirecnicas, de 14 de niayo de 1982

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escuelas polzcnicas, de las cuales cuatro corresponden a la segunda clasifi- cación. D e estas últimas, la Escuela Politécnica del Ejército se rige por su propia norma constitutiva. La mayoría de universidades cuenta con exten- siones en otras ciudades y provincias, a veces en lugares m u y alejados de la sede central. Este fenómeno se explica por el afán de muchas ciudades inter- medias por contar con su propia universidad, circunstancia a la que hiciéra- mos referencia en el capítulo anterior, y para las cuales la extensión consti- t uye un expediente factible cuando la escasez de recursos humanos y finan- cieros impide contar con al menos las tres facultades o escuelas académicas que exige la ley. Es así como actualmente existen veintiún extensiones uni- versitarias, cada una de las cuales puede, en principio, transformarse even- tualmente en universidad. Ecuador, país con alrededor de ocho millones y medio de habitantes, cuenta así con treinta y nueve centros de educación su- perior, entre universidades, escuelas politécnicas y extensiones universita- rias, lo que constituye signo elocuente de la extraordinaria demanda por educación superior que ha venido planteando la juventud del país durante los últimos años. Esta afirmación debe matizarse, ya que muchas de estas ex- tensiones no pasan de ser apenas una facultad o escuela con un cuerpo do- cente mínimo y una pequeña población estudiantil.

Es interesante notar que la mayoría de las universidades de ciudades pe- queñas se denominan “técnicas”. Esta denominación, que no siempre repre- senta fehacientemente el carácter de la institución correspondiente, es mani- festación de una particular visión acerca de la naturaleza del desarrollo na- cional, y de los requerimientos de recursos humanos que plantea a nivel de provincias. No obstante, esta visión aún no logra plasmarse en la conforma- ción de verdaderos centros de formación técnica de nivel superior, y repre- senta una aspiración más que una realidad.

D e los dieciocho establecimientos de educación superior del país, trece son estatales (incluyendo la Escuela Politécnica del Ejército), y cinco parti- culares. D e éstos, tres corresponden a la Iglesia, y sólo los dos restantes son efectivamente privados. Al ser legalmente definidos como instituciones sin fines de lucro, la creación de universidades y escuelas politécnicas no consti- tuye una actividad atractiva desde la perspectiva empresarial.

No existe en el Ecuador una norma única y universal que regule la con- cesión de títulos profesionales y académicos, ni los requisitos para obtener- los. Cada universidad o escuela politécnica define de manera independiente su política al respecto. Esto significa que no existe uniformidad en los títu- los profesionales y académicos, como tampoco la hay en lo relativo a planes y programas de estudio. De ahí que la valorización que la sociedad concede a un título profesional o académico sea con frecuencia subjetiva y dependa, en buena medida, del prestigio de que goce la institución que lo concedió.

La situación no es, sin embargo, enteramente arbitraria. La Ley de Uni- versidades y Escuelas Politécnicas estableció en 1982 el Consejo Nacional de

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Universidades y Escuelas Politécnicas (CNUEP), entre cuyas atribuciones fi- gura la de “Unificar los planes, programas de estudio y títulos de las Univer- sidades y Escuelas Politécnicas” (1 6), así como la de “Normar el funciona- miento de los cursos de post-grado’’ (17). Al momento, las normas citadas constituyen una aspiración y un programa de trabajo más que una situación consolidada, como lo atestigua la gran diversidad de títulos académicos y profesionales y la disparidad en los requisitos para alcanzarlos que aún sub- sisten. Por otra parte, sin embargo, los títulos profesionales deben sujetarse a normas dictadas por los diversos colegios profesionales, y en algunos casos (como en el de los abogados y contadores públicos), a leyes específicas que norman el ejercicio profesional. Estas disposiciones legales y reglamentarias extra-académicas, han servido para reducir el grado de variabilidad existente en los títulos profesionales.

Como ya se ha dicho, el sistema de educación superior ecuatoriano con- cede una gran diversidad de títulos, para los cuales existe asimismo una gran diversidad de requisitos. No es posible exponer aquí todo el universo de tí- tulos y requisitos, debido a su gran extensión (existen alrededor de cuatro- cientos títulos profesionales y académicos), de modo que nos limitaremos a hacer algunos comentarios de orden general.

El único título académico para estudiantes de pregrado es el de licen- ciado, que se otorga en casi todas las carreras (se ofrecen ochenta y cuatro carreras, muchas de las cuales comprenden varias especialidades). Para nume- rosas carreras la licenciatura constituye también título profesional. Requiere entre 3 1/2 y 5 años de estudios, según la carrera y especialidad, pero tam- bién según el establecimiento. La duración de los estudios también depende del régimen de horarios; normalmente los plazos más cortos exigen una dedi- cación a tiempo completo del estudiante, mientras que los más largos son programas para estudiantes de tiempo parcial. Esta modalidad, muy exten- dida en el sistema de educación superior ecuatoriano, está destinada a posi- bilitar una formación superior a quienes deben trabajar. Los requisitos para la obtención del título varían desde una tesis y examen oral (en la mayoría de los casos), hasta la simple aprobación de las materias que comprende el programa de estudios.

El más frecuente título de post-grado que se concede en el sistema edu- cacional ecuatoriano es el de doctorado. que normalmente requiere el título previo de licenciado, más una tesis doctoral y. aunque no siempre. la rendi- ción de un grado oral yio publicación de la tesis. El doctorado normalmente se obtiene tras cinco o seis años de estudios, excepcionalmente siete. depen- diendo de la duración de la licenciatura. Cuando esta última es de sólo cua-

i6. Ley Citada. Capítulo 111. Artículo 9. lireral li 17. Idem, literal k.

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tro años, el doctorado generalmente requiere un año adicional de estudios. Existen alrededor de veinte programas de doctorado, en disciplinas que van desde la historia y jurisprudencia hasta las ciencias biológicas y geológicas. Sin embargo, es necesario advertir que buena parte de los doctorados no son estrictamente títulos de post-grado, toda vez que no requieren la obtención de un título previo. El caso más evidente es el de doctor en medicina. Se otorgan muy pocas maestrías: teología, planificación urbano-regional, cien- cias de la ingenieria. Sin embargo, son pocas las escuelas de post-grado, co- m o también lo son los programas específicos de este nivel. C o m o lo hemos sugerido, el doctorado en Ecuador por lo general significa que un licenciado ha realizado un trabajo supervisado de especialización (su tesis doctoral), pero sin llevar a cabo estudios adicionales. Puede afirmarse que los estudios de postgrado en el Ecuador aún no se han desarrollado plenamente.

Los títulos específicamente profesionales son, como es natural, de una gran diversidad, cubriendo casi todos los campos del conocimiento. Algunos se otorgan simultáneamente con el académico de licenciado, a veces adicio- nalmente tras el rendimiento de un grado oral o redacción de una tesis. No siempre el grado profesional está vinculado con el académico. En muchas ca- rreras, particularmente las técnicas, sólo se concede el correspondiente títu- lo profesional.

Formas de gobierno y organización interna de las instituciones

La Ley de Universidades y Escuelas Politécnicas determina los principa- les organismos y autoridades de gobierno de las instituciones de educación superior y establece su jerarquía. Los dos organismos de gobierno más im- portantes son colegiados: la Asamblea y el Consejo, en ese orden. La Asam- blea (Universitaria o Politécnica) está integrada por los profesores principa- les y agregados, con al menos dos años de cátedra en la institución, y por representantes estudiantiles y de los trabajadores del establecimiento. El Consejo (Universitario o Politécnico) está integrado por el Rector, un Vicerrector y otras autoridades docentes, así como por representantes estudiantiles y de los trabajadores. El co-gobierno paritario estudiantil, modalidad introducida a fines de los años 1960 en la Universidad Central de Quito como consecuencia de la presencia política adquirida por el movi- miento estudiantil de ese entonces, ha sido abandonada y sustituida por la actual disposición que limita esa representación, en la Asamblea y el Conse- jo, a un número equivalente al 50 q0 de los docentes. Los trabajadores, por su parte, tienen una representación en ambos organismos equivalente al 10 o/o de la parte profesoral.

El Rector es el máximo personero de la universidad o escuela politécni- ca. Preside la Asamblea y el Consejo y es representante legal de la institu- ción. Es elegido por la Asamblea, ejerce sus funciones por un período de cin-

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co años, y puede ser reelecto por una vez. El y los Vicerrectores son electos y ejercen sus funciones según las mismas normas.

La elección o nombramiento de las demás autoridades se rige por los es- tatutos de cada institución. Sin embargo, la Ley de Universidades y Escuelas Poiitécnicas prescribe que para designar a las autoridades de elección, los es- tudiantes y trabajadores participarán en la votación en una proporción del 50 Dio y 10 Dio respectivamente, igual a la de su representación en la Asamblea y Consejo.

Hacen excepción a estas normas generales las universidades católicas. es decir, aquellas que han sido establecidas según el modus vivendi celebrado entre los gobiernos del Ecuador y el Vaticano. En la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, por ejemplo. la máxima autoridad es el Arzobispo de Quito, quien ostenta el cargo de Gran Canciller de la Universidad. El Pro- vincial de la Compañía de Jesús es, a su vez. el Vice-Gran Canciller de la Uni- versidad.

El organismo colegiado de mayor jerarquía en la Universidad Católica es el Consejo Superior. Además de las autoridades eclesiásticas y las acadé- micas, lo integran los presidentes de las asociaciones de profesores y de tra- bajadores y un representante de los estudiantes. Como puede verse. se trata de una modalidad de gobierno colegiada nienos democrática quc la que rige el resto de establecimientos de educación superior. Sin einbargo. la elección de Rector y Vicerrector es universal, directa y secreta siendo la ponderación de los votos de profesores, estudiantes y trabajadores la misma que en los demás establecimientos universitarios y politécnicos. toda vez que esta última norma está prescrita por la ley general.

En cuanto al régimen de organización académica. no existen normas universales sobre esta materia y cada universidad es en principio libre de implantar el sistema que a bien tuviere. No obstante. la tradición común ha determinado que éste no difiera en lo sustantivo entre las distintas universi- dades y escuelas politécnicas.

La facultad constituye la unidad académica fundamental. Bajo la direc- ción de un Decano, goza de considerable autonomía académica. El grado de coordinación con otras facultades es escaso. limitándose básicamente a los asuntos de política general que se tratan en los organismos colegiados supe- riores. En las facultades se desarrollan las actividades de docencia, investiga- ción y extensión o difusión. aunque no todas las facultades desarrollan este conjunto de actividades. Algunas facultades cuentan con escirelas. que son organizaciones para impartir enseñanza profesional específica (así. por ejemplo. la Lscucla de Sociolopía > Ciencias Politicas f.orina parte de la Fa- cultad de Jurisprudencia. Ciencias Politicas ! Sociales en la I miversidad Ceri- tral). Las actividades de investigación y difusibii dc las facultades son coor- dinadas por zmíirufox especializados. tii 13 Liiiiversidad Central. se coiitcrii- pla además la estructuración de ceritros & coordiiiuckiri. cuyo objetivo es

agrupar y coordinar a profesores de materias comunes a varias facultades. Esta instancia coordinadora es al momento, sin embargo, una aspiración más que una realidad.

El aCoe80 a la enseílanzo superior : condiciones y modalidades

Como se expuso anteriormente, durante los años sesenta se desarrolló una lucha liderada por el movimiento estudiantil, que se proponía abrir las puertas de las universidades oficiales a todo bachiller que deseare ingresar. El obstáculo no era económico, pues hacía mucho que la educación pública era gratuita y, guardaba más bien relación con un examen de ingreso que -se sos- tenía- discriminaba contra los bachilleres de provincia y de colegios públi- cos. La eliminación del examen de ingreso se convirtió así en la reivindica- ción fundamental en un proceso de lucha que en ocasiones alcanzó altos ni- veles de violencia y represión.

Se inició así un proceso de verdadera masificación de la matrícula de las universidades estatales que, a partir de cierto momento, desbordó totalmen- te la capacidad de absorción de esos establecimientos. El sistema universita- rio ecuatoriano no estaba en condiciones de responder adecuadamente al incremento, súbito y voluminoso, de la demanda por educación superior. Aquí se inicia, o al menos se agudiza, la crisis de la universidad estatal ecuatoriana. Como lo manifiesta un documento universitario de la época, " ... la actual irracionalidad del llamado libre ingreso ... carente de una planificación de orientación vocacional y nivelación de conocimientos básicos ... perjudica a la Universidad y a los propios estudiantes. Este hecho ha gestado ... una baja notoria y lamentable del nivel académico, haciéndose presentes c o m o situaciones casi normales el oportunismo y facilismo ... " (1 8).

En la actualidad, existe una considerable disparidad de requisitos de in- greso entre las diversas universidades y escuelas politécnicas ecuatorianas. que se resumen a continuación.

Todos los establecimientos de educación superior del país exigen el tí- tulo de bachiller otorgado por el sistema de educación secundaria. Existen alrededor de veinte especializaciones o tipos de bachillerato, y las diversas facultades y escuelas universitarias y politécnicas exigen el tipo que mejor se adecúa a la carrera pertinente, o bien aceptan cualquier bachillerato.

Las universidades particulares y escuelas politécnicas requieren del can- didato bachiller, además de lo mencionado en el punto anterior, la aproba- ción de un examen de ingreso al que, en ocasiones, se agrega un promedio

18. Frente de Defensa de la Universidad, La crisis de la Universidad, Documento de es- tudio No. 1 (mimeograíiado), Quito, Agosto 1977.

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mínimo de las notas obtenidas en la educación secundaria. No existe un único examen de ingreso; cada universdad o escuela poli-

técnica (entre las que lo exigen) y cada facultad imparte el propio. Con pos- terioridad al examen de admisión, la mayoría de estos establecimientos desarrolla un curso pre-universitario que los candidatos, admitidos en principio, deben aprobar antes de proceder a matricularse como alumnos de la facultad correspondiente.

AI margen de los requerimientos de tipo académico, las universidades particulares normalmente cobran una pensión por la matrícula que. en algunos establecimientos, es significatívamente alta.

Entre las universidades estatales no existe, como se ha explicado, exa- m e n de ingreso, y tampoco es requisito contar con cierto mínimo promedio de notas. Con el fin de atenuar al menos parcilamente los efectos negativos que sobre el nivel académico ha producido el ingreso indiscriminado, la Uni- versidad Central del Ecuador y la Nacional de Loja imparten cursos com- plementarios y de orientación profesional y ocupacional, que deben ser to- mados por el candidato antes de su inscripción en la facultad correspon- diente. Sin embargo, las restantes universidades estatales de importancia (las de Guayaquil y de Cuenca), no han adoptado este sistema.

SITUACION ACTUAL DE LA ENSENANZA SUPERIOR

Matrícula

No se publica información estadística universitaria desde 1981. y la re- ferencia a los años inmediatamente anterior a esta última fecha es poco con- fiable. La aguda penuria financiera de las universidades y la norma legal se- gún la cual las asignaciones presupuestarias de los establecimientos de educa- ción superior debían distribuirse en proporción a la población estudiantil de cada institución, indujeron a exagerar las estadísticas sobre matrícula, dis- torsionándolas más allá de toda representatividad. A partir de 1981, el Con- sejo Nacional de Educación Superior, (1 9) responsable de centralizar, orde- nar y publicar las estadísticas universitarias, prefirió “congelarlas”. Se esti- ma, de manera m u y gruesa, que las cifras sobre matrícula universitaria se encuentran exageradas alrededor de un 30 %, variando la sobreestimación entre un establecimiento y otro, aunque no hay forma de corroborar ni pre- cisar esta estimación.

Dejando sentada esta advertencia, es posible llevar a cabo, aunque con la debida cautela, un análisis de la matrícula universitaria de los años seten- ta, a fin de destacar algunos fenómenos que descuellan, a pesar de las distor- siones estadísticas anotadas y que, seguramente, continúan siendo represen-

19. I

Consejo Superior de Universidades y Escuelas Politecnicas, a partir de 1982

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taciones válidas hasta hoy día. Dadas sus Itmitaciones. vale la pena insistir que los datos deben tomarse c o m o indicadores de tendencias y de fenóme- nos determinados, antes que c o m o descripciones cuantitativas exactas de la realidad universitaria ecuatoriana.

En el Ecuador, los años setenta fueron prolíficos en fenómenos econó- micos y sociales. E n parte, culminación de procesos gestados en décadas an- teriores pero, fundamentalmente, expresión de procesos que entonces se de- sencadenaron, tales fenómenos envuelven al conjunto de la sociedad y abren paso a modificaciones de variada índole. Particularmente, en 10 que a la edu- ,ación se refiere, es notable la extraordinaria presión a la que se ve sometido lurante aquellos años todo el sistema educativo, el que registra un creci- miento sin precedentes.

L o s cambios operados en las relaciones sociales dentro del ámbito rural, la acelerada urbanización del país, que tiene como correlato el crecimiento de las clases medias; el fortalecimientos del estado, cuyo aparato político-ad- minitrativo se amplía considerablemente ; son todos ellos fenómenos que tienen que ver directamente con una verdadera explosión de las demandas educativas, cuya expresión más evidente es el acelerado ritmo al que crece la matrícula en los diversos niveles del sistema educativo. Así, en el período 1970-1980, la matrícula primaria presenta una tasa de crecimiento del 4.2 anual, la secundaria una tasa del 10.5 ok anual y, la matrícula superior, una tasa del 21.4 oh anual (20).

El acceso masivo de estudiantes a las universidades que la última cifra revela, no se puede entender sin relacionarlo con la importante expansión económica del país a propósito de la explotación petrolera iniciada en 1972. Dicha expansión conlleva una ampliación del mercado de trabajo profesional y técnico y una importante movilidad social ascendente. todo lo cual esti- mula las demandas por educación, vista c o m o un canal real de ascenso so- cial. Pero un canal cuyo recorrido resulta inconcluso y sin mayores compen- saciones si n o culmina en la universidad y en la obtención de un titu- lo profesional, pues el sistema educativo n o está en capacidad de garantizar una adecuada inserción en el mercado de trabajo a quienes egresan de él en los niveles inferiores e intermedios. Así, la busqueda de educación superior se convierte en un móvil social de relevancia creciente.

Pero el acelerado crecimiento de la matrícula de tales establecimientos educativos comporta también a la postre una sobreoferta de profesionales. Además. dado que los efectos derivados de la expansión económica nacional de la primera mitad de la década de los años setenta no se prolonga mucho más allá de ese período. y adviene al poco tiempo más bien una situación de

?O. Aún suponiendo una exageración del orden del 30 g, estaríamos hablando de una espansión anual de la matrícula universitaria de cerca del 15 %

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crisis. las expectativas desarrolladas en torno a la obtención dc un titulo pro- fesional comienzan a toparse con crecientes frustaciones. Adicionalmente. los establecimientos de educación superior no estaban preparados para seme- jante arremetida, ni podían estarlo, y es lógico suponer que ya hacia el se- gundo lustro se estuviera haciendo manifiesta una verdadera saturación de los diversos establecimientos.

Estos fenómenos en cierta forma se pueden corroborar al examinar el crecimiento de la matrícula superior, dividiendo la década en dos sub-perío- dos (Ver Cuadro No. 2). La tasa promedio de crecimiento que se registra para los años 1970-1975 es superior a la de los años 1975-80 (27.4 % pro- medio anual y 1 5.4 % respectivamente).

La saturación a que aludimos se puede detectar. observando el compor- tamiento de la matricula por establecimiento. Obsérvese (Cuadro No. 2) que en algunos establecimientos entre los que figuran los dos más grandes: Uni- versidad Central y Universidad Estatal de Guayaquil. que juntos concentra- ban el 60.9 de la matrícula en 1975 (Cuadro No. 3). hay una reducción considerable en el ritmo de crecimiento de la matrícula durante el segundo sub-período. En la mayor parte del resto. de los establecimientos. por lo general instituciones particulares o bien pequeñas universidades de provin- cia, se registra lo contrario. explicable como un fenómeno de "desviación" de las demandas educativas desde los establecimientos más grandes a los pequeños, sobre todo de provincias. Las universidades grandes y estatales (es decir, gratuitas) de las dos principales ciudades, Quito y Guayaquil, son las primeras en recibir el impacto de la explosión de la demanda y también las primeras en saturarse. Ante esta saturación. proliferan las demandas por educación superior a nivel de provincias, lo que se revela claraniente en la rápida expansión de la matrícula durante el segundo lustro en muchos de esos establecimientos menores, varios de los cuales habían sido fundados sólo a comienzos de esa década (Ver Cuadro No. 1 ).

Una de las características más notables del sistema de educación supe- rior ecuatoriano a la que ya hemos aludido de paso. es la abrumadora con- centración de la matrícula en apenas dos establecimientos: las universidades estatales de Quito y Guayaquil. A pesar de la descentralización universitaria promovida por la fundación de establecimientos provinciales, así como de o tras universidades y escuelas politécnicas en las dos principales ciudades. los demás centros de estudios superiores del país (diez en 1970. y ya quince para 1975 y 1980), apenas dan cuenta del 47.7 ~~39.1 voy 56.4 de la nia. trícula en 1970. 1975 y 1980. respectivamente. ista peculiaridad dcl siste- ma educativo superior del Ecuador es evidente reflejo del carácter polariza- do (bi-polarizado en Ecuador) del desarrollo econóiiiico y el publaiiiieiito urbano. característica común a la mayoría de países latinoamericaiios y. también. del carácter gratuito de la educación pública. que pone la cduca- ción superior al alcance de sectores menos pudientes de la sociedad

La participación femenina en la matrícula superior se ha incrementado en los Últimos años, pasando de un 33.4 y. de la matrícula total en 1970, al 35.5 n en 1980 (Ver Cuadro No. 4). En general, esta participación es eleva- da en todos los establecimientos, con excepción de la Escuela Politécnica Nacional, donde en este Úitimo año n o se registra matrícula femenina, y de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, en la que tal participación es considerablemente reducida. En algunas universidades la participación fe- menina es superior a la masculina. Tal es el caso de todos los establecimien- tos particulares, de entre los cuales únicamente la Universidad Católica de Cuenca constituye la excepción (en la Universidad Técnica Particular de Lo- ja hay un virtual equilibrio). La preferencia de la mujer por las universidades particulares es manifestación de un complejo de factores: consideraciones de prestigio social ligadas con tales establecimientos. la mayor importancia en ellos de las carreras humanistas y el estudio de idiomas, su carácter no gra- tuito y la extracción social más bién alta de buena parte de las universtarias, etc. La contrapartida de este fenómeno es, c o m o se ha anotado, la casi total ausencia de la mujer en las escuelas politécnicas. Hasta hoy, tal parece que en el Ecuador las carreras técnicas no se consideran socialmente “adecua- das” para la mujer.

Actualmente existen en el país diecisiete establecimientos de educación superior (además de la Escuela Politécnica de Ejército que no nos concierne aquí), algunos de los cuales cuentan con extensiones en ciudades y provin- cias distintas a las de su sede matriz. Es así como, de las veinte provincias que integran el país, apenas cinco (con sólo el 7 % de la población nacional) no cuentan con algún establecimiento de educación superior. D e esos dieci- siete establecimientos, doce son públicos; éstos concentraban el 84.9 % de la matrícula en 1980 (Ver Cuadro No. 3), el restante 15.1 % se distribuía entre cinco establecimientos particulares, dos de los cuales son laicos y los demás católicos. El país cuenta entre sus establecimientos de educación superior con tres escuelas politécnicas y seis universidades técnicas. En conjunto, es- tas politécnicas y universidades concentraban el 34.7 o/n de la matrícula total (1 980), proporción que se ha elevado, pues en 1977 fue del 19.6 %.

Con respecto a las universidades técnicas, cabe señalar que esta condi- ción resulta nominal, debido a que en ellas la matrícula se concentra en forma predominate en las facultades de Ciencias de la Educación (Pedago- gía) y Administración, y que son m u y pncas las que cuentan con alguna fa- cultad propiamente técnica. Sin lugar a dudas. son las escuelas politécnicas, y de manera especial la Politécnica Nacional y la Politécnica del Litoral, los establecimientos de educación superior que imparten una enseñanza funda- mentalmente técnica.

Las universidades y escuelas politécnicas de las tres principales ciudades, Quito, Guayaquil y Cuenca (Central del Ecuador. Politécnica Nacional. Ca- tólica del Ecuador, Estatal de Guayaquil, Politécnica del Litoral. Católica de -

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Guayaquil, Laica Vicente Rocafuerte, Universidad de Cuenca y Católica de Cuenca) concentraban el 73.8 w de la matrícula superior del país en 1980. E1 restante 26.2 %se distribuía entre ocho establecimientos de provincia. Es interesante destacar que esta proporción es superior a 1a del año 1975, que fue del 14.6 %, y a Ia de 1970, que alcanzaba apenas e1 8.1 %. De manera que, aunque no pueda hablarse en 1980 de UM distribución regionalmente equilibrada de establecimientos de educación superior, sí puede afirmuse que tal distribución ha venido mejorando durante los Últimos diez años. Desde luego que para hacer una evaluación más objetiva sobre el real signifi- cado de esa creciente descentralización regional, sería necesario examinar la cdidad de la enseñanza. Esta es seguramente superior en los establecimien- tos de Quito, Guayaquil y Cuenca.

La matrícula superior tiende a concentrarse fundamentalmente en tres tipos de carreras: Ciencias de la Educación (19.4 Y.), Administración y Eco- nomía (18 Y.), y Ciencias de la Salud (11.2 %), todo según datos de 1980 (Ver Cuadro No. 5). Se han producido, sin embargo.ciertas modificaciones en esta distribución de la matrícula durante los últimos años, c o m o lo revela una comparación de las cifras en 1973 y 1980. Lo más importante a desta- car es la caída de la proporción correspondiente a Ciencias de la Educación que pasa del 27.1 % en 1973 al señalado 19.4 oh en 1980. Este descenso es seguramente, consecuencia de la creación, en 1974, de los normales superio- res que tomaron a su cargo la formación de docentes primarios, pero posi- &mente también refleja una creciente saturación del mercado de trabajo, que significa que la carrera docente se ha vuelto menos atractiva. Si bien este proceso de saturación parece haber afectado con mayor gravedad a la carrera antedicha, algo similar podría anotarse con respecto a la mayoría de carre- ras, particularmente las no técnicas. La masificación de las universidades es- tatales y el significativo deterioro de la calidad académica de la educación superior en esos establecimientos, unidos estos factores a la crisis recesiva de la economía ecuatoriana a partir de la segunda mitad de la década de los setenta, van contribuyendo a configurar una situación de creciente desem- pleo y subempleo de profesionales universitarios en el país. Lamentablemen- te, no se dispone de estadísticas actualizadas que permitan demostrar este fenómeno que, no obstante, es de percepción generalizada.

No existe ningún tipo de registro que permita conocer el orígen social de la población estudiantil universitaria, pero se pueden plantear algunas ob- servaciones con carácter de hipótesis tentativas.

Mirada globalmente, la matrícula universitaria tiene una composición social bastante heterogénea, dada la participación en ella de estudiantes pro- cedentes de sectores sociales con condiciones económicas y sociales m u y di- símiles. Esta es una de las consecuencias de la política del libre ingreso y la gratuidad de los establecimientos oficiales, que han democratizado el acceso a la educación superior. Sin embargo, hay obstáculos reales que condicionan

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y limitan el alcance del proceso de democratización y que guardan relación con determinantes socioeconómicas que escapan al ámbito del sistema de educación superior e, inclusive, al sistema educativo en su conjunto.

Las universidades particulares, especialmente las católicas, son gene- ralmente preferidas por estudiantes de sectores sociales medios y altos. El precio generalmente elevado de la matrícula, el requisito de un examen de ingreso que dificulta el acceso a estudiantes de colegios de provincias donde, por lo general, el nivel académico es inferior, ayudan a explicar este sesgo en la composición social del estudiantado de las universidades particulares.

Las universidades de provincias tiene, en su mayoría, una matrícula constituída por jóvenes que, por motivos económicos o de exigencia acadé- mica, no pueden acceder a las universidades más importantes del país. Son por lo general estudiantes a tiempo parcial, que combinan sus estudios con algún trabajo remunerado, aunque esta situación es también generalizada en- tre los universitarios de Quito, Guayaquil y Cuenca, especialmente en las universidades estatales.

Rendimiento de la enseñanza superior

Se carece absolutamente de estadísticas que permitan efectuar un aná- lisis sobre esta materia. Es posible, no obstante, aventurar las siguientes ano- t aciones.

Actualmente se evidencia un marcado deterioro de la calidad de la en- señanza en todos los niveles del sistema educativo. Este deterioro responde a causas internas y externas a este sistema y es, en parte, consecuencia del ace- lerado crecimiento de la matrícula registrado en los años setenta. Bajo tales condiciones, a las universidades y escuelas politécnicas ingresan estudiantes del nivel secundario deficientemente formados. Es así que muchos estudian- tes se ven obligados a repetir uno o más años y no pocos terminan por de- sertar, especialmente en los establecimientos de mayor nivel académico. D e manera que el rendimiento en los establecimientos de educación superior, medido a través de los diversos indicadores de eficiencia interna, resultaría sumamente bajo si se dispusiera de la información necesaria para efectuar tal medición. D e hecho, de acuerdo con datos m u y parciales sobre egresos y graduaciones, resulta que éstos representan una proporción reducida de la matrícula inicial en varias carreras, denotando una magra productividad. Como, por otra parte, la información sobre matrícula adolece de sobre-esti- mación c o m o explicáramos anteriormente, también la conclusión anotada puede resultar exagerada.

La eficiencia interna de los establecimientos de educación superior m e - rece un detenido análisis. Sin embargo, es precisamente este aspecto el más dificil de estudiar debido a una total carencia de información pertinente.

Personal docente

En el año 1980 habían 11.186 plazas de profesores en las universidades y escuelas politécnicas del país. D e este total, el 72.5 n correspondía a las universidades públicas, el 6.7 n a las escuelas politécnicas y el 20.8 n a las universidades particulares (Ver Cuadro No. 6).

Entre 1977 y 1980 los profesores aumentaron a una tasa promedio de 6.3 9c anual, crecimiento considerablemente inferior al de la matrícula que fue de 11.3 v, anual durante ese mismo lapso, lo que hace ver que otra de las consecuencias del proceso de masificación universitaria ha sido el aumento de la carga de alumnos por docente.

La relación alumnos por profesor es así bastante elevada en el Ecuador (Ver Cuadro No. 7); el promedio para 1980 fue de 23.5 alumnos por docen- tes universitarios. La proporción es mejor en los establecimientos particula- res (17.1), y extraordinariamente alta en las escuelas politécnicas (50.7 promedio y 76.9 en la Escuela Superior Politécnica del Litoral), quizás ex- plicable por la relativa escasez en el país de profesionales técnicos. El pro- medio en las universidades estatales es algo más alto (22.8) que en las parti- culares, evidente reflejo del proceso de masificación de la matrícula en los establecimientos estatales a que hemos hecho repetidas referencias.

Las anteriores observaciones deben ser calificadas con la reflexión de que las cifras seguramente revelan también la sobreestimación de la matrí- cula a la que hiciéramos referencia. Es posible postular, por tanto, que la re- lación alumnos/profesor es seguramente más baja de lo que muestran las es- tadísticas disponibles aunque, al momento, no hay forma de estimar su ver- dadera dimensión.

Para ejercer la docencia superior es requisito mínimo, establecido por la ley respectiva (Zi), la posesión de un título universitario o politécnico. Las diversas categorías de profesores conllevan además requisitos específicos. Aunque no existe al respecto un régimen exactamente homogéneo para to- dos los establecimientos de educación superior - la Ley solamente prescribe normas generales, quedando las definiciones más detalladas para los estatu- tos de los diversos centros de estudio y los respectivos reglamentos de profe- sores - hay suficientes similitudes para permitir una descripción general.

La carrera docente se desarrolla en tres etapas sucesivas: profesor auxi- liar, agregado y principal. Los requisitos para cada categoría no son, sin e m - bargo, exactamente los mismos en todos los establecimientos, siendo aque- llos mayores en las ecuelas politécnicas. Así, por ejemplo, un profesor prin- cipal en la Escuela Politécnica Nacional debe haber previamente ejercido la cátedra durante un período mínimo de siete años, mientras que en las uni-

2 1. Ley de Universidades y Escuelas Poiitecnicas, Cap. V, Art. 3 1.

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versidades estatales ese lapso se reduce a cuatro años. El profesor principal es el responsable titular de una cátedra. El profesor agregado, también res- ponsable de su cátedra aunque al menos teóricamente bajo la coordinación de un profesor principal, debe haber ejercido la cátedra previamente al me- nos durante dos años en las universidades, y entre tres y cinco años en la Es- cuela Politécnica Nacional (en esta institución hay dos categorías de profe- sor agregado). El profesor auxiliar, por último, es quien acaba de ingresar a la carrera docente con la poseción de un título y tras un concurso de oposi- ción y merecimientos. En la Escuela Politécnica Nacional debe, además, ha- ber ejercido la docencia durante un año como profesor asistente ya titulado.

Adicionalmente, los diversos estatutos y reglamentos contemplan al- gunas categorías docentes al margen de la carrera. Profesores honorarios son aquellos que ya no ejercen la cátedra o lo hacen ocasionalmente, y que os- tentan tal título como reconocimiento a particulares méritos, títulos aca- démicos o servicios prestados a la institucibn. Profesores contratados o acci- dentales son quienes ejercen la cátedra por un período no mayor a un año, para suplir la ausencia temporal de un profesor con nombramiento, o en atención a alguna especialidad profesional o técnica temporalmente no disponible. Por Último, profesor visitante es el catedrático proveniente de una universidad de otra ciudad o país que, en virtud de algún convenio, presta temporalmente sus servicios.

No existen estadísticas que permitan evaluar los niveles de formación profesional y pedagógica del profesorado superior ecuatoriano. Puede afir- marse que seguramente la gran mayoría de profesores universitarios y po- litécnicos han sido formados y titulados en los mismos establecimientos en que prestan sus servicios. La excepción a esta observación de orden general la constituyen los docentes de las pequeñas universidades de provincias, ya sea porque varias de ellas son de reciente fundación, o porque son preferidos los graduados en las universidades y escuelas politécnicas de QuiM, Guaya- quil y Cuenca, por contar estos establecimientos con mayor prestigio. Como se mencionó en el capítulo correspondiente, salvo contadas excepciones, no existen aún en el país verdaderos programas de postgrado. Quienes entre el profesorado superior ecuatoriano ostentan tales títulos generalmente los han obtenido en el exterior. No se imparten, por otra parte, programas de formación pedagógica y el desempeño de la docencia se apoya exclusivamen- te en la experiencia adquirida con el ejercicio de la cátedra. La Ley de uni- versidades y escuelas politécnicas de 1982 prescribre que en el presupuesto de los establecimientos de educación superior debe constar una partida des- tinada a becas de especialización para el personal docente y de investigación. Sin embargo, la aguda crisis financiera que desde hace varios años golpea a las universidades ecuatorianas, vuelve en general impracticable o de muy li- mitada aplicabilidad esta norma. La formación científica y pedagógica de los docentes queda así fundamentalmente librada al interks e iniciativa que los mismos tengan para consolidar y ampiiar sus conocimientos.

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L o s niveles de dedicación contemplados en los estatutos y reglamentos son: tiempo completo o dedicación exclusiva, y tiempo parcial. Al igual que con la carrera docente, tampoco aquí existe uniformidad entre todas las instituciones de educación superior. A m o d o de ejemplo, anotemos que la Escuela Politécnica Nacional define c o m o profesor a tiempo completo al docente que cumple cuarenta horas semanales de trabajo y que además de docencia realiza tareas de investigación. Por contraste, la Universidad Estatal de Guayaquil considera de tiempo completo una dedicación de treinta y cinco horas semanales, de las cuales, sólo veinticuatro deben sujetarse a control de horarios. Debe además participar en tareas de investigación, administración académica, coordinación y dirección de tesis. Por otra parte, sólo un docente a tiempo completo puede ser profesor principal. E n las universidades ecuatorianas (algo menos en las ecuelas politécnicas) la mayo- ría de docentes lo son a tiempo parcial. Se trata generalmente de profesores que ejercen la cátedra como una segunda actividad. Para facilitar la docencia universitaria a los funcionarios públicos que quieran ejercerla, el estado ecuatoriano autoriza a sus empleados ser nombrados profesores de universi- dades y politécnicas estatales a tiempo parcial y les concede licencia de horas para ejercer la cátedra.

En todas y cada una de las universidades y escuelas politécnicas del país existe la respectiva Asociación de Profesores. E n febrero de 1985 fueron aprobados los estatutos de la Federación Nacional de Asociaciones de Profe- sores Universitarios y Politécnicos del Ecuador, de la que son miembros las asociaciones de todos los establecimientos superiores. N o se dispone de da- tos estadísticos sobre afiliación que permitan hacer un análisis cuantitativo de la organización gremial de los docentes universitarios y politécnicos.

Financiamiento de la enseñanza superior

Las universidades y escuelas politécnicas oficiales se financian casi ex- clusivamente con fondos públicos, mientras que las particulares lo hacen en alrededor de un 70 v0, proveniendo el resto de diversas fuentes: pensiones cobradas a los alumnos, donaciones, etc. Las asignaciones de fondos públi- cos se rigen por un sinúmero de leyes, reglamentos y disposiciones especia- les, que han llegado a constituir un sistema normativo de gran complejidad; vuelve plausible la frecuente denuncia universitaria de incumplimiento de determinadas normas legales por parte de las organismos públicos responsa- bles, los que, amparados en el carácter abstruso del sistema normativo, esca- motearían a las instituciones de educación superior lo que les corresponde recibir. D e hecho, ante la creciente crisis financiera de los establecimientos de educación superior del país, la asignación gubernamental de fondos es frecuente motivo de fricción y conflicto con el poder estatal.

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A pesar de la complejidad del sistema de distribución de fondos públi- cos, es posible resumir las diversas fuentes de financiamiento en los rubros generales que se señalan a continuación. El rubro cuantitativamente más sig- nificativo (Ver Cuadro No. 8) lo constituyen las subvenciones que el Estado otorga directamente a cada institución. Estas no se ajustan a ninguna norma general y dependen, en buena medida, de la capacidad de negociación y pre- sión de cada universidad en particular, frente al Ministerio de Finanzas y la Comisión de Presupuestos del Congreso Nacional. Se destinan fundamen- talmente a gastos de operación (78 a del total de este rubro en 1982, ( Ver Cuadro No. 8), apuntando este dato a otra dimensión de la crisis de las uni- versidades ecuatorianas: la abrumadora absorción de recursos para gastos de operación y la poca atención que en consecuencia puede otorgarse al desa- rrollo institucional.

En segundo término se encuentran aquellos fondos que provienen de rentas recaudadas regularmente por el Estado, en virtud de un conjunto he- terogéneo de leyes y decretos especiales. Ejemplos de éstos son: un impues- to adicional a la renta del 1 1 % que deben abonar todos las contribuyentes del país (del cual 10 a es asignado a los establecimientos oficiales y el 1 a restante a los particulares), una participación en los intereses de la deuda pública interna, impuestos a las bebidas alcohólicas, etc. U n conjunto de normas impositivas particularmente significativo es el referido a la renta pe- trolera. A través asimismo de un considerable número de disposiciones lega- les heterogéneas, las universidades y escuelas politécnicas tienen una cierta participación en las rentas generadas por la actividad petrolera (Ver Cuadro No. 8).

Todas estas rentas son asignadas al conjunto de las universidades y es- cuelas politécnicas del país, siendo el CNUEP el organismo encargado de distribuir esos ingresos entre los diversos establecimientos. lgual procedi- miento se aplica a los aportes globales regulares asignados por el Estado para gastos de operación de las universidades y escuelas politécnicas (Ver Cuadro No. 8), que constan anualmente en el presupuesto fiscal.

El Cuadro No. 9 permite obtener una rdpida visión sobre el volumen de los recursos financieros asignados por el Estado a los establecimientos de educación superior del país. A fin de evaluar adecuadamente la significación de las cifras, téngase presente que, por ejemplo, los fondos asignados en 1982 (4.800 millones de sucres) equivalen aproximadamente a un 28 a de la partida total a ser ejecutada por el Ministerio de Educación y Cultura en el presupuesto del Estado de ese mismo año (22), y que debe financiar los tres

1 22. Los datos no son estrictamente comparables pues, como se ha señalado, sólo una pequeña parte de los fondos asignados por el Estado a los establecimientos de educa- ción superior se canaliza a través del presupuesto fiscal. La comparación Únicamente pretende permitir la apreciación de Órdenes de magnitud.

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niveles del sistema educativo fiscal y, parcialmente, también el privado. Obsérvese, también en el Cuadro No. 9, que casi el 90 de las rentas son asignadas a los establecimientos oficiales. C o m o se señaló anteriormente, las universidades y escuelas politécnicas oficiales son financiadas casi exclusi- vamente con fondos públicos.

Por último, el Cuadro No. 10 permite observar el rápido crecimiento de las rentas estatales percibidas por los establecimientos de educación superior en los últimos años. E n los cuatros años que median entre 1978 y 1982, las rentas recibidas tanto por los establecimientos oficiales como los particula- res, más que se duplicaron. Sin embargo, los crecientes requerimientos fi- nancieros que plantea la masificación de la matrícula, así c o m o el proceso inflacionario (alrededor de 70 oh en ese lapso) y en general el incremento necesario de las actividades académicas y de extensión, han imposibilitado la superación de la crisis financiera que afecta al sistema de educación superior ecuatoriano y, más bien, ésta se ha agravado en el curso de los últimos años.

Servicios estudiantiles

Todos los establecimientos de educación superior cuentan con servicios de bienestar estudiantil, aunque evidentemente la cantidad que se ofrece y la calidad de los mismos varia ampliamente de una institución a otra.

Servicio Médico. Este comprende servicio médico y odontológico gratuito o de bajo costo e incluye además la donación de medicamentos. No existe una normativa general para todos los establecimientos del país, de m o d o que la calidad del servicio así como los aspectos que comprende, fluctúan a m - pliamente entre instituciones. Algunas cuentan con servicios de consulta psi- cológica.

Alimentación. Todas las universidades y escuelas politécnicas del país cuen- tan con restaurantes y cafeterías subvencionadas, que prestan a los estudian- tes un servicio de alimentación a precios bajos. Las cafeterías, con un hora- rio generalmente más flexible que el de los restaurantes, han llegado a cons- tituir locales favoritos para el desarrollo de la vida social estudiantil.

Residencia. Debido al alto costo que entraña su construcción, equipamiento y operación, son pocas las universidades que cuentan con residencias para los estudiantes. Las que disponen de ellas, no logran satisfacer la demanda existente y se ven por ello forzadas a implantar criterios estrictos de selec- ción. Estos se refieren al rendimiento académico y situación económica. Son además preferidos los estudiantes provenientes de provincias que no cuentan con establecimientos de educación superior.

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Orientación profesional. M u y pocas son las universidades o escuelas politéc- nicas que cuentan con este servicio. Su objetivo es ayudar al estudiante a decidirse por una carrera cuando va a ingresar a la universidad y apoyarlo posteriomente en su proceso de formación profesional. La elevada dimen- sión de la población estudiantil universitaria torna difícil el desarrollo eficaz de este servicio.

Asistencia social. Se trata de un servicio de información sobre los servicios disponibles para los estudiantes, que caiifica además la idoneidad para acce- der a aquellos de disponibilidad limitada. Todas las universidades y escuelas politécnicas cuentan con un departamento de asistencia social, el que, ade- más de lo anotado, es responsable de recoger y procesar información sobre la población estudiantil y sus necesidades.

Programa de esparcimiento. Todos los establecimientos de educación supe- rior cuentan con algún tipo de instalación para deportes, desde lo más ele- mental, hasta modernos coliseos y complejos deportivos. Algunas universi- dades disponen además de centros y programas vacacionales a precios redu- cidos.

Asistencia económica. Todos los establecimientos de educación superior disponen de becas para estudiantes calificados. Estas, sin embargo, son limi- tadas en número y no abastecen la demanda. El Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo, organismo del Estado, fue creado hace algunos años para otorgar becas y créditos a estudiantes de nivel medio, superior y de post- grado, para realizar estudios en el país o en el exterior. El programa de becas es limitado y se orienta fundamentalmente a estudios de post-grado en el ex- terior. Más extendido es el programa de crédito educativo, al cual, en princi- pio pueden acceder todos los estudiantes universitarios y politécnicos. Las condiciones de plazos y pago de intereses son bastante flexibles.

Situación del movimiento estudientil

Existen asociaciones de estudiantes en cada una de las unidades acadé- micas y en todas las universidades y escuelas politécnicas del país. A nivel nacional, existen tres grandes federaciones: la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), que agiutina a los estudiantes de las uni- versidades oficiales; la Federación de Estudiantes Politécnicos del Ecuador y la Federación de Estudiantes Universitarios Particulares del Ecuador.

La década de 1960 marcó el auge del movimiento estudiantil ecuatoria- no. Esos fueron los años durante los cuales, tanto los estudiantes universita- rios como los secundarios, asumieron la aspiración de las clases medias por acceder sin trabas a la educación superior. Hemos hecho referencia a ese mo-

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vimiento en anteriores páginas de esta monografía. Pero no fue ésta la única reivindicación a propósito de la cual el movimiento estudiantil universitario desempeñó un papel protagónico. Durante muchos años, los estudiantes universitarios han sido actores centrales dentro del movimiento social gene- ral, lo que ha llevado al movimiento estudiantil universitario a una creciente radicalización e identificación con partidos y movimientos políticos de ten- dencia socialista revolucionaria. En los últimos años, sin embargo, ha sido notorio el reflujo del movimiento universitario.

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innovaciones pedagógim y organizatimi recientes

El sistema de enseñanza y promoción académica por bloques de mate- rias, confinados al interior de cada facultad, es de uso generalizado en los es- tablecimientos de educación superior ecuatorianos. Sin embargo, desde hace algunos años las universidades católicas vienen ensayando el sistema de cré- ditos, al estilo de las universidades norteamericanas. Pero fundamentalmente la dificultad de ofrecer a los estudiantes una gama de cursos cuantitativa- mente significativa y cualitativamente diversificada ha limitado su efectivi- dad. Por otra parte, se han logrado niveles importantes de coordinación entre diversas facultades y escuelas.

Como consecuencia del libre ingreso instaurado por las universidades oficiales y la resultante masificación de la matrícula, el deterioro del nivel académico de estos establecimientos ha sido acelerado y notorio. Con el ob- jeto de mitigar la gravedad de este proceso de deterioro, la mayoría de uni- versidades estatales introdujo cursos preuniversitarios, con el propósito de nivelar y mejorar los conocimientos de los nuevos ingresantes. Por desgracia, con frecuencia estos cursos han sido vistos como instancias apropiadas para el proselitismo y reclutamiento políticos, desvirtuándose en buena parte el objetivo para el que fueron creados.

Tradicionalmente, en las universidades ecuatorianas ha predominado en términos casi absolutos la docencia por sobre las actividades de investiga- ción. Ultimamente se ha dado un importante impulso a la tarea investigativa, y a la vinculación de ésta y la docencia. Se trata de un desarrollo relativa- mente novedoso en las universidades, pero que cuenta ya con alguna historia en las escuelas politécnicas. El reciente desarrollo de la investigación y la in- tención de relacionarla orgánicamente con la cátedra son, por tanto, fenó- menos que benefician sobre todo a las ciencias sociales y humanísticas y que, además, se inscribe en la creciente búsqueda por profundizar en el co- nocimiento de la realidad del país, notoria en varios niveles de la sociedad e- cuatoriana en años recientes.

En los Últimos años se han establecido cursos de postgrado, los que no siempre se desarrollan satisfactoriamente. Estos han servido, en algunos ca-

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sos, para mejorar la formación de los docentes primarios y secundarios. toda vez que una gran proporción de estos cursos se inscribe dentro de la carrera de pedagogía (ciencias de la educación).

Constituye una innovación en el país el experimento de universidad abierta desarrollado por la Universidad Técnica Particular de Loja. Existen actualmente centros en casi todo el país, en los que se ofrecen grados de li- cenciatura en pedagogía con diversas especializaciones. Se han formulado acerbas criticas a la organización y nivel académico del ensayo, pudiendo sostenerse que el experimento aún no ha logrado demostrar su validez. Se ha considerado además, que la precariedad del sistema de comunicaciones del país constituye un obstáculo importante al éxito de tal experiencia.

A nivel organizativo, quizas la innovación mas significativa es la crea- ción, en algunas universidades, de las vicerrectorías académicas y administra- tivas, que se suman a la de carácter general previamente existente. Cabe también citar la experiencia de la Universidad Católica de Quito, que encarga a un banco su administración financiera, al paracer con resultados positivos.

La investigación científica y técnica

A similitud de otros países pequeños en desarrollo, el Ecuador es un consumidor marginal del desarrollo científico y tecnológico forjado en otras latitudes. Es ésta justamente una de las principales circunstancias que con- tribuyen a configurar la situación de dependencia global que marca la evolu- ción del país. La escasez de recursos humanos y materiales y la ausencia de U M tradición científica propia concurren a forjar una suerte de círculo vi- cioso que entraba el desarrollo de la actividad investigativa. Adicionalmente, el sistema educativo ecuatoriano, en sus tres niveles, está fundamentalmente dirigido a la trasmisión de conocimientos y a su recepción pasiva por parte de los educandos, lo que indudablemente inhibe aún más la creación cientí- fica y tecnológica autóctona.

La investigación en el ámbito de las ciencias, exactas y sus aplicaciones ha estado así virtualmente ausente de la actividad académica. Es cierto, sin embargo, que las escuelas politécnicas sí han incursionado en este terreno, aunque la limitación de recursos y la distorsionada estructura de la demanda por tecnología proveniente del aparato productivo ecuatoriano, sin duda han impuesto rígidos límites a este desarrollo.

Los temas relativos a la salud y nutrición han recibido algo más de aten- ción. Las universidades del país han participado ocasionalmente en trabajos de investigación en este ámbito, con frecuencia auspiciados por el Estado y organismos internacionales. Las investigaciones agropecuarias también han recibido alguna atención por parte de las universidades, con frecuencia c o m o resultado de las demandas provenientes del Sector Público.

La escasez de investigación científica también ha caracterizado, hasta

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m u y recientemente, a la producción científica en el ámbito de las ciencias sociales. Es innegable que sólo a partir de la década de 1970 se produce lite- ratura científica en este campo, aunque indudablemente existen importantes pero asisiados trabajos precursores de años anteriores. Las razones de este fenómeno son de seguro complejas y no es ésta la instancia apropiada para ensayar una explicación. Aquí nos interesa sólo señalar el hecho, y agregar que el reciente surgimiento de la investigación en ciencias sociales - en la que, de paso, la economía ha estado escasamente presente- se ha producido al interior de un creciente grupo de centros privados, no vinculados orgáni- camente con las universidades del país. También, aunque en menor cuantía, se ha realizado investigación social y económica en algunos organismos del Estado, tales como la Junta Nacional de Planificación (hoy Consejo Nacio- nal de Desarrollo) y el Banco Central del Ecuador. Pero, salvo contadísimas excepciones, hasta m u y recientemente no ha habido investigación socioeco- nómica rigurosamente científica en las universidades ecuatorianas.

Posiblemente el acontecimiento de mayor significación de los últimos años en el campo de la investigación universitaria, sea la iniciativa impulsada por el Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas. A partir de 1983, este organismo público ha destinado una importante partida presu- puestaria (Ver Cuadro 11) para complementar el financiamiento de proyec- tos de investigación generados en los establecimientos de educación superior del país y a ser llevados a cabo por su personal académico. D e esta manera, la escasez de recursos financieros, vieja traba a la investigación, es aliviada al menos parcialmente. Es de notar que los recursos financieros puestos a dis- posición de los investigadores por parte del CNUEP no son desdeñables. Para 1984, segundo año de ejecución del programa, se destinaron 287 millones de sucres (aproximadamente unos tres millones de dólares) para complementar el financiamiento de investigaciones; esta cantidad debe ser casi igualada por las propias universidades y escuelas politécnicas, llamadas a cubrir parte de los gastos. Adicionalmente, el CNUEP destina recursos para actividades de apoyo a la investigación (Ver Cuadro No. 11): adquisición de equipos y rea- lización de eventos científicos destinados a la formación de investigadores.

El CNUEP está sirviendo así de canalizador de recursos públicos hacia la investigación en universidades y escuelas politécnicas, pero también ha cum- plido el papel de incitador o catalizador de la investigación en estos estable- cimientos. E n 1983 y 1984 fueron presentados para financiamiento 246 y 248 proyectos, respectivamente, testimoneando este dato que sí existe voca- ción investigativa en el ámbito universitario ecuatoriano, y que éste puede ser la base para un significativo desarrollo ulterior. Por Úitimo, el programa del CNUEP tiene además el mérito de contribuir a uniformar y elevar el ni- vel científico y metodológico de los proyectos de investigación, pues aplica un criterio de selección entre los proyectos presentados, obligando a los pos- tulantes a cuidar la calidad de los mismos. D e los 246 que fueron presenta-

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dos en 1983, apenas 25 se aprobaron, y en 1984 lo fueron 97 (Ver cuadro No. 12).

Los estadísticas de enseñanza superior

Resulta sumamente difícil conocer con criterios de absoluta objetividad la real situación y características de las universidades y escuelas politécnicas ecuatorianas, justamente por la inexistencia de información estadística. Las que se publicaban hasta 1981 eran incompletas y, para algunos indicadores, excesivamente agregadas. Desde entonces, simplemente no se procesan ni publican estadísticas generales sobre la actividad universitaria. Las que se re- copilan individualmente por parte de los diversos establecimientos, aparte de ser de m u y difícil acceso, son generalmente poco confiables, pues no existe un sistema de registro que comprometa a todas las universidades y escuelas politécnicas, ni norma metodológica general para su procesamiento y pre- sentación. Esta situación afecta m u y especialmente a las estadísticas sobre matrícula y población estudiantil.

Recursos materiales y físicos

No existe información sistematizada sobre este particular, de m o d o que sólo es posible presentar aquí algunas generalizaciones.

La organización física de las universidades en campus se ha generalizado en el país. Todos los establecimientos de alguna importancia disponen ac- tualmente en alguna medida de un conjunto concentrado de edificios e ins- talaciones donde, al interior de un área relativamente reducida, se desarro- llan sus actividades académicas.

E n cuanto a los bienes físicos más directamente vinculados con la activi- dad académica, es bastante posible que haya insuficiencia de laboratorios y equipos especializados en las universidades, particularmente en las más pe- queñas de provincias, dada la penuria financiera de los establecimientos de educación superior. Son sin duda las escuelas politécnicas las mejor provistas de estos materiales.

E n general, puede decirse que no existe un servicio de bibliotecas ade- cuado. Sólo las universidades más grandes cuentan con bibliotecas de impor- tancia, aunque aún en ellas es común la queja de estudiantes y profesores a propósito de la escasez de títulos y ejemplares. Por otra parte, constituye un serio problema de la formación universitaria en el Ecuador, particularmente en los establecimientos estatales, las escasísimas horas que los estudiantes dedican a la lectura. Mucho tiene que ver con ello el hecho que la mayoría de los estudiantes deba desempeñar un empleo a tiempo completo al margen de sus estudios.

Las universidades de Quito, Guayaquil y Cuenca disponen de editoriales

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de ciertas importancia. Además de la reproducción de materiales didacticos y publicaciones menores, exiten líneas editoriales de libros y revistas acadé- micas. No se trata, sin embargo, de una actividad cuantitativamente signifi- cativa, al punto de volver innecesaria o apenas complementaria la importa- ción de libros. En general, la actividad editorial en el Ecuador se encuentra en los primeros momentos de su desarrollo.

MECANISMOS Y REALIZACIONES EN EL CAMPO DE LA COOPERA- CION INTERINSTITUCIQNAL

Una característica sobresaliente del sistema de educación superior ecua- toriano es su considerable heterogeneidad. Tanto el nivel académico de los establecimientos, c o m o su tamaño, la cantidad y la diversidad de carreras que ofrecen, la calidad de su planta docente, y tantas otras caraterísticas, di- fieren marcadamente de una institución a otra. Este desnivel y disimilitud entre establecimientos dificulta la cooperación horizontal entre ellos, pero, por otra parte, constituye una condición apropiada al desarrollo de relacio- nes verticales de asesoría y apoyo. No obstante, tanto las difíciles relaciones de cooperación horizontal, c o m o las más plausibles de asesoria y apoyo. han tenido ecasísimo desarrollo en el país. Quizás la explicación radica en una vocación de exacerbada independencia de las universidades ecuatorianas que hace que, por ejemplo, con frecuencia una universidad grande prefiera esta- blecer su propia extensión en una ciudad donde a lo mejor ya existe una uni- versidad pequeña, antes que apoyar y fortalecer esta Última. Es asi coino en la actualidad no existen más de cinco o seis convenios bilaterales de coopera- ción entre universidades ecuatorianas, diseñados para proporcionar asisten- cia académica a instituciones nuevas y pequeñas, generalmente pobres en recursos humanos y materiales, por parte de las instituciones más grandes y de mayor tradición. Debe señalarse que tampoco existe una normatividad de general aplicación que reglamente y “estandarice” esos convenios.

El Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas ha desple- gado un importante esfuerzo durante los últimos años para superar la tradi- ción de aislamiento de los centros de educación superior ecuatorianos. Para el efecto ha creado comisiones permanentes de coordinación (académica, económica, administrativa y de investigación), integradas por las más altas autoridades universitarias y poiitécnicas, y con representación, aún cuando marginales, de profesores, estudiantes y del Estado (Ministerio de Educación y Consejo Nacional de Desarrollo). Es m u y pronto aún para evaluar los re- sultados de este esfuerzo de coordinación, pero puede desde ya anotarse que las comisones funcionan, que han adoptado algunas decisiones importantes y que se abren perspectivas para el desarrollo ulterior de una verdadera co- munidad universitaria ecuatoriana.

Además de los mecanismos de coordinación y cooperación interinstitu-

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cional mencionados, convenios de asistencia académica y las comisiones de coordinación del CNUEP, se han estructurado mecanismos permanentes de cooperación entre facuitades homólogas de las diversas instituciones. Posi- blemente las más activas sean AFEME, que agrupa a las facultades de medi- cina y el CONFCA (Consejo Nacional de Facultades de Ciencias Agropecua- rias). Son sus principales objetivos uniformar los programas de estudio y promover la actualización de conocimientos y especialización de los docen- tes.

Puede entonces concluirse afirmando que la cooperación entre las uni- versidades y escuelas poiitécnicas se encuentra poco desarrollada en el Ecua- dor. Las perspectivas son, sin embargo, algo más alentadoras, y mucho tie- ne que ver en ello el esfuerzo desplegado por el CNUEP, a través de la acti- vidad efectiva de coordinación que viene desarrollando ese organismo.

En lo que se refiere a la cooperación internacional, no cabe duda que ésta es exclusivamente una relación receptora . El grado actual de desarrollo de las instituciones de educación superior del Ecuador no las faculta para establecer convenios de cooperación en un plano de igualdad y reciprocidad. Así entonces, la cooperación internacional ha sido hasta el momento fun- damentalmente un vehículo que ha permitido a las universidades ecuatoria- nas beneficiarse de la experiencia que pueden transmitir centros de estudios extranjeros fundamentalmente de Europa Socialista y Occidental, Canadá, y América Latina. También se ha suscrito un pequeño número de convenios de contenido más bien político y de expresión de solidaridad internacional. Tal es el caso, en época reciente, de convenios celebrados con universidades nicaragüenses. Se trata, en ambos casos, de convenios que involucran princi- palmente a las universidades ecuatorianas mayores, que son también las más antiguas. Por otra parte, el Estado ecuatoriano tiene un convenio con el Es- tado italiano que permite a cierto número de universidades y escuelas poli- técnicas ecuatorianas acceder a la asistencia y colaboración de universidades de ese país en forma de dotación de equipos técnicos, asesorías en diversas áreas y capacitación de docentes. Debe mencionarse, por último, que algu- nas de las asociaciones ecuatorianas de facultades pertenecen a organizacio- nes internacionales similares.

PERSPECTIVAS FUTURAS

La crisis que actualmente enfrenta la educación superior ecuatoriana guarda relación en úitimo análisis con las relaciones universidadoociedad. Si bien es probablemente imposible una correspondencia perfecta entre ambas, hay épocas en las cuales aquellas relaciones aparecen especialmente tensas y los desajustes tienden a ser profundos. Tal parace ser el caso de la universi- dad ecuatoriana actual, que es cada vez con más frecuencia percibida como ajena a la sociedad, tanto en lo referente a la provisión de técnicos y profe-

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sionales idóneos, como en lo concerniente a su papel de crítico y propulsor del cambio social.

La primera percepción mencionada se pone de manifiesto al constatar una creciente falta de conexión entre las demandas y requerimientos del mercado de trabajo profesional y la formación en calidad y tipo de carreras que la universidad ofrece. Los resultados son el creciente desempleo y sub- empleo profesionales, agudizados por la crisis económica de los años ochen- ta pero no originados en ella, y la consiguiente frustación de las aspiraciones de movilidad social de importantes contingentes poblaciones. El segundo fenómeno mencionado - la gradual pérdida del papel crítico de la universi- dad- se expresa en muchas manifestaciones, cuya característica ambigüedad y tenor polémico hacen difícil su evaluación. Indicadores son la casi total ausencia de pensamiento crítico riguroso proveniente de las universidades ecuatorianas (éste se está generando más bien en centros de investigación privados), el pronunciado decaimiento del movimiento estudiantil universi- tario y la relativa pobreza cuantitativa y cualitativa de los programas de extensión universitaria.

Vistas así las cosas: muy esquemáticamente por cierto, parece claro que lo fundamental con respecto al futuro de las universidades y escuelas poli- técnicas será la forma en que se “resuelvan” las contradicciones que están en la base de la crisis de la educación superior y que atañen a la relación univer- sidad-sociedad. No es ésta la oportunidad adecuada para intentar desentra- ñar hasta qué punto podrán las universidades mismas generar el cambio necesario en esa relación y en qué medida serán éstas más bien pasivas en un proceso de definición a desarrollarse fundamentalmente fuera de ellas. Las opciones que se presentan son muchas. Es más. dadas las fuertes tensiones generadas por la insatisfacción de expectativas de ascenso social de amplios grupos poblacionales, y por las especiales circunstancias políticas actuales, la salida de la crisis de la educación superior podría apuntar hacia una refun- cionalización autoritaria de la misma.

Más clara todavía resulta la constatación de que el explosivo crecimien- to de la matrícula universitaria no podrá sostenerse por mucho tiempo más. fundamentalmente por dos razones: a) por los costos que tal crecimiento entraña y que van resultando no financiables y. b) por la ya aludida inca- pacidad de la sociedad, y más concretamente de la estructura productiva, para garantizar a los graduados una satisfactoria inserción en el mercado profesional de trabajo. De mantenerse un crecimiento como el hasta aquí observado. se agudizará seguramente la desvalorización de la educación su- perior, pudiendo incluso pronunciarse la segmentación de la misma en mu- chos centros de desigual calidad académica. Puede darse así el surgimiento de universidades alternativas, guiadas por criterios de eficiencia. con centros privados altamente costosos, y por ende selectivos, aún cuando la selectivi- dad llegue a poner énfasis en los niveles de ingresos más que en las aptitudes academicas.

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La crisis de la universidad se nutre de las falencias del resto del sistema educativo ecuatoriano, pero a la vez contribuye a agravarlas. Por otra parte, es innegable que la educación superior consume recursos que benefician a grupos sociales relativamente reducidos, mientras amplios sectores soportan condiciones de marginaiización educativa. E n el futuro deberá producirse una redefinición de las relaciones entre universidad y el resto del sistema educativo, así como una reconsideración de prioridades. Todo ello deberá hacerse, claro está, en función de objetivos que se plantean para la educa- ción en su conjunto.

Bajo cualquier prespectiva ideológica, siempre tendrá un peso prepon- derante la cuestión de la calidad académica de la educación superior. Desde luego, ésta, así como la cuetión más ambigüa de la eficiencia, no puede con- cebirse c o m o un valor referido a sí mismo, sino en relación con objetivos sociales más amplios. Nos parece, en suma. que la defmición del futuro de las universidades en el Ecuador es un problema fundamentalmente político, y que el carácter y dirección de esa definición dependerá de la particular constelación de las fuerzas políticas y sociales en el país, así c o m o la de mayor o menor posibilidad de relación de la comunidad académica con esa particular constelación. A medida que la crisis se agrava, el momento de esa confrontación se vuelve más próximo.

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BlBLlOGRAFlA

CNüEP, Unfveddad EcuatorioM, (publicación mensual), varios números, Quito.

Guío deI EstudianteUnbersitario en el Ecuador, Instituto Latinoamericano de investi- gaciones Sociales (ILDIS), 1985.

Malo G., HemPn (estudio iniroductorio y selección), Pmwrnicnto UnivemVdo Ecua- toho, Biblioteca Básica del Pensamiento Ecuatoriano, XIV, Banco Central del Ecua- dor-Corporación Editora Nacional, s.f. (1980?).

Moncayo de Monge, Cermania, iu Lhiiuemüad de Quito. Su Troyectorio en Tres Siglos. imprenta de la Universidad Central, Quito, 1944.

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ANEXOS

CUADRO No. 1 Establecimientos de Educación Superior por Año de Fundación

Establecimiento

Universidad de San Fulgencio* Universidad de San Gregario'

Año de Fundación

Universidad Sto. Tomás de Aquino. Universidad Central Universidad de Guayaquil Universidad de Cuenca Escuela Politécnica Nacional Universidad Nacional de Loja Universidad Católica del Ecuador Universidad Técnica de Manabi Escuela Politécnica del Litoral Universidad Católica de Guayaquil Universidad Laica Vicente Rocafuerte Universidad Técnica de Ambato Universidad Técnica de Machala Universidad Técnica de Esmeraldas Universidad Católica de Cuenca Universidad Técnica Particular de Loja

1586 1621 1676 1826 1867 1868 1869; 1945 1943 1946 1952 1958 1962 1963 1969 1969 1970 1970 1971 1971 1973

Universidad Técnica de Babahoyo Escuela Superior Politécnica del Chimborazo

* Yacxtinguidas

I

CUADRO No.2 Tasa Promedio Anual de Crecimiento de la Matrícula

en Universidades y Escuelas Politécnicas, según Establecimientos Oficiales y Particulares

480 12)O 25,8 37,8 333 31,6 24,2 15,s 42,2 23,2 38,6 53,O 15,6 14,2 11,4 13,2 16,4 45,8 15,8 15,4

ESTABLECIMIENTO

16,l 22,o 21,4 30,6 22,9 28,3 34,4 48,6 43,O 47,9 60,l 89,9 22,6 15,3 13,l 14,5 43,8 56,8 17,O 21,4

Universidad Central del Ecuador Universidad Estatal de Guayaquil .

Universidad de Cuenca Escuela Politécnica Nacional Universidad Nacional de Loja Universidad Técnica de Manabí Esc. Sup. Politécnica del Litoral Universidad Técnica de Ambato Universidad Técnica de Machala Universidad Técnica de Esmeraldas Universidad Técnica de Babahoyo Escuela Superior Politécnica del Chimborazo Romedio Establecimientos Oficiales Universidad Católica del Ecuador Universidad Católica de Guayaquil Universidad Laica Viceqte Rocafuerte Universidad Católica de Cuenca Universidad Técnica Particular de Loja Promedio Establecimientos Particulares Romedio General

1970-75

28,2 32,O 17,l 23,4 12,o 25 ,O 44,6 81,6 43,8 72,6 81,6 126,8 29,6 16,4 14,8 15,8 71,2 67,8 18,2 27,4

TASA PROMEDIO ANUAL DE CRECIMIENTO

~

1975-80 1970-80

FUENTE: Secretaría General del Consejo Nacional de Educación Superior, Estadísticas de la Universidad Ecuatoriana, Vd. V, Quito, 1980, pp. 104-146.

42

c

O Y

5 i

‘E 3 Y .- O 0)

r w 8 a

CUADRO No.4 Matrícula Superior por Sexos, según Establecimientos"

(1 980)

ESTABLECIMIENTOS

Universidad Central del Ecuador Universidad Estatal de Guayaquil Universidad de Cuenca Escuela Politécnica Nacional Universidad Nacional de Luja Universidad Técnica de Manabí Escuela Sup. Politécnica del Litoral Universidad Técnica de Ambato Universidad Técnica de Machala Universidad Técnica de Esmeraldas Universidad Técnica de Babahoyo Esc. Sup. Politéc. del Chimborazo Total Establecimientos Oficiales

Universidad Católica del Ecuador Universidad Católica de Guayaquil Universidad Laica Vicente Rocafuerte Universidad Católica de Cuenca Universidad Técnica Particular de Loja Total Establecimientos Particulares

Total Establecimientos:

MATRICULA Hombres

33.971 38.799 8.425 18.605 4.648 6.016

1 1.985 4.359 4.085 3.264 5.500 4.512

44.169

8.718 2.336

2.522 1.669

2.920

18.165

62.334

72,7 59,O 62,9 100,o 61,7 54,O 93,6 56,3 55,3 56,7 59,l 71,O

67,8

43,9 44,O

42,6 69,2

51,3

46,4

64,s

Mujeres

12.776 26.936 4.965

2.888 5.122 816

3.377 3.301 2.495 3.805 1.846

68.3 17

11.122 2.974

3,396 743

2.774

2 1 .O09

89.326

- 27,3 41,O 37,l

38,3 46,O 6,4 43,7 44,7 43,3 40,9

-

29,a

32,2

56,l 56,a

30,a 57,4

48,7

53,6

35.5

FUENTE: Secretaria General del Consejo General de Educación Superior, op. cit. p. 90. * Exduidos los alumnos de los organismos anexo6 que no tienen carácter universitario.

44

t

45

CUADRO No. 6 Número Global de Profesores en las Universidades y Escuelas Politécnicas oficiales y particulares.

Año- 1980

NOMlNA DE UNNERSIDADES Y ESCUELAS POLITECNICAS

UNIVERSIDADES OFICIALES Universidad Central del Ecuador Universidad de Guayaquil Universidad Estatal de Cuenca Universidad Nacional de Loja Universidad Técnica de Manabf Universidad Técnica de Ambato Universidad Técnica de Machala Universidad Técnica de Esmeraldas Universidad Técnica de Babahovo SUBTOTAL UNIVERSIDADES OFICIALES ESCUELAS POLITECNICAS OFICIALES Escuela Politécnica Nacional Escuela Superior Politécnica del Litoral Escuela Superior Politécnica del Chimborazo SUBTOTAL ESCUELAS POLITECNICAS OFICIALES SUBTOTAL UNIVERSIDADES Y ESCUELAS POLITECNICAS OFICIALES UNWERSIDADES PARTICULARES Pontifkia Universidad Cat6lica del Ecuador Universidad Católica de Santiago de Guayaquil Universidad Laica Vicente Rocafuerte Universidad Católica de Cuenca Universidad Técnica Particular de Loja SUBTOTAL UNIVERSIDADES PARTICULARES TOTAL GENERAL

N. de Rofewm

2.201 3.362 482 346 395 3 79 238 255 452

8.1 10

344 162 238

744

8.854

1 .o95 428 335 320 154

2.332 11.186

* FUENTE: &oretaria General dei Condo Nacional de Edwudbn Suvado?. OP dt..

P. b2.

CUADRO No.? Relación Alumnos/Profesor - Año 1980

ESTABLECIMIENTO

Universidad Central del Ecuador Universidad Estatal de Guayaquil Universidad de Cuenca Universidad Nacional de Loja Universidad Técnica de Manabí Universidad Técnica de Ambato Universidad Técnica de Machala Universidad Técnica de Esmeraldas Universidad Técnica de Babahoyo Promedio Universitarios Oficiales Escuela Politécnica Nacional Esc. Sup. Politécnica del Litoral Esc. Sup. Politécnica del Chirnborazo Promedio Escuelas Politécnicas Universidad Católica del Ecuador Universidad Católica de Guayaquil Universidad Laica Vicente Rocafuerte Universidad Católica de Cuenca Universidad Técnica Particular de Loja Promedio Universidades Particulares

Promedio Total Establecimientos

ALUMNOS / PROFESOR

23,3 18,8 29,5 24,9 28,l 26,l 39,3 23,8 25,O 223 - 54,O 76,9 28,l 50,7 17,7 13,O 17,7 10,2 36,8 17,l

23,5

FUENTE: Cuadros Nos. 3 y 6.

4i

I

1

49

50

CUADRO No.12 Proyectos de Investigación Aprobados por CNUEP

según Temática 1983 y 1984

TEMATEA Salud y Nutrición Agropecuaria Técnica Social Otra

T O T A L

1

No. de Proyectos , Aprobados 1983 19a4 3 10 7 23 10 44 5 19

1

25 97 -

s

Universidades ofiQales Escuelas Politécnicas

Universidades Partidara

I

1983 1984.

13 37 10 45

2 13

CUADRO No.13

FUENTE: CNUEP, Univeriidad Ecuatoriana, Epoca 11, No. 41, enero 1985.

51

CRESALC Apartado Postal 62090, Caracas 1060, Venezuela Telfs.: 284.29.68 - 284.50.75