La Carta Robada

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Una lectura Psicoanalítica del cuento de Edgar A. Poe La Carta Robada

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Analisis de Lacan de cuento de Poe, y el deseo,

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Una lectura Psicoanalítica del cuento de Edgar A. Poe

La Carta Robada

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Antecedentes Freud en la novela de Gradiva de Jensen,

en relación al antiguo bajorelieve de Pompeya, le sirve a Freud de metáfora de un inconsciente leído como acumulación de capas temporales. Por el contrario con Lacan, el gesto de exhumación arqueológica subirá a la superficie del significante. Como dice Dupin, “La verdad no se encuentra en la profundidad de un pozo sino en la superficie de los valles”.

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En la “carta robada” la posición científica está representada por el policía, que es el que no ve. El prefecto busca aplicando las leyes, por eso la carta se le escapa por los resquicios de aquello que el paradigma científico que representa no permite conocer o apresar. Como Poe escribe en relación a la matemática, no hay leyes generales, todo depende de las posibles relaciones, articulaciones, entre los axiomas.

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Género policialEl género policial surge como parte del

diálogo social, en el que se discute cómo ordenar, cómo organizar, cómo controlar eso nuevo que surge, que es la presencia de las masas en la vía pública.

Lo que en realidad inventa Poe no es tanto la literatura policial, como un personaje que es el detective. Antes de Poe podía existir un relato de enigma, pero no existía la figura del detective, la figura de un sujeto en relación con un saber y con la ley.

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La condición del relato policial es la imposibilidad de hacer un relato lineal de los hechos. La falsa solución es una necesidad estructural del relato policial. Lo que inaugura el género policial es un agujero desde el punto de vista del sentido, algo del orden del trauma si quieren, donde hay un orden que queda alterado.

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Figura del DetectiveLa operación del detective es resimbolizar eso que cae

dentro del orden del asesinato por medio de un relato lineal. Estructuralmente el policial se cierra cuando aparece la posibilidad de poner en un relato lineal eso que al principio había quedado resentido por la irrupción de algo, que desde el punto de vista del sentido, podría decirse que estaría en el orden de lo traumático; algo que no tiene ningún sentido es normalizado por un relato que tiene como soporte la figura del detective.

Lacan resalta la importancia de dejar de lado la posibilidad de hacer una “Psicología del autor”, para dar importancia al texto.

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La carta, siempre llega a destino…En relación a la carta robada, nunca se nos dice

quién envía la carta. La carta no tiene autor, o mejor dicho, se lee en su circulación prescindiendo de su referencia al autor.

Lo que importa es donde va la carta, a quién va destinada y cómo circula, importa el destinatario de la carta no quien la envía.

Segunda observación, nunca sabemos el contenido de la carta. La carta no comunica nada, el significante no es funcional; lo que importa es su posesión momentánea, no su uso y la consiguiente revelación del mensaje. En francés “lettre” significa tanto “letra” como “carta”.

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No importa ni el contenido ni el emisor de la carta, leer un texto es leer en ausencia de referencia a un autor, y en ausencia de un significado. (Una carta, una letra es el discurso del ausente).

La carta no tiene ningún sentido propio, ningún contenido propio que fije su trayecto. Es una carta “volante” y ha sido robada.

En el seminario Lacan tratará de mostrar la preeminencia del significante sobre el sujeto y sobre el significado. Es decir, el sujeto no es el amo, no es el autor del significante, no es quien gobierna, quien emite, quien orienta, quien da sentido ni origen a la carta.

“Si hay un sujeto del significante se trata de un sujeto sujeto, sometido a la ley del significante.”

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Lacan juega con el doble sentido de “posesión”: los personajes son momentáneamente poseedores de la carta tanto como están poseídos por ella, sujetos a la carta/letra. Es decir, por un lado se trata de leer quién está en determinado momento en posesión de la carta, quién tiene la carta; pero a la vez “estar en posesión de la carta” significa también estar poseído, estar bajo los efectos significantes de la carta/letra.

En el cuento leemos que lo que está más a la vista es lo que mejor se oculta. La operación de lectura decisiva de Lacan es leer “carta- lettre” al pie de la letra, esto ya lo menciona en los escritos en “Instancia de la letra en el inconsciente…”.

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¿Qué produce la carta en relación a los personajes?Para ordenar la lectura: los personajes del

cuento no tienen la carta sino que están poseídos por la carta, determinados por el recorrido de la carta significante. El psicoanálisis, a partir de esta observación dice, que el significante es lo que representa al sujeto para otro significante.

En Poe, los personajes se feminizan cuando están en posesión de la carta, como la Reina y el Ministro, que cuando se apodera de la carta se comporta histéricamente y escribe con letra de mujer.

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Determinación de los simbólico, automatismo

Lacan dice en el seminario “la carta siempre llega a destino”. Quiere decir que uno se convierte en destinatario de la carta en el momento en que la recibe. Es decir, cualquiera que ocupa ese lugar dentro de esa estructura, dentro de esa red simbólica, se va a convertir automáticamente en destinatario de la carta. Quien ocupa momentáneamente una posición dentro de una estructura preexistente, va a cumplir la función asignada a ese lugar.

El orden simbólico funciona automáticamente más allá de nuestra voluntad, gobernando ciegamente nuestro destino. Pero el orden simbólico es ciego, es un mecanismo autónomo cuyo funcionamiento es comparable a una máquina de calcular que sobredetermina nuestros actos.

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La carta siempre llega a destino, la carta nunca se pierde porque el sujeto no es previo a la posesión de la carta. El sujeto se convierte en sujeto, en destinatario de la carta, desde el momento en que la recibe-por eso la carta nunca se pierde y llega a destino-. La carta nunca se desvía de su destino, en tanto “dirección” , no lo que significa la carta sino su trayectoria.

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¿Y cómo lee Dupin, el detective? Precisamente prestando atención a

los detalles insignificantes. Si el orden simbólico funciona de manera autónoma más allá de la voluntad o el querer decir de estos sujetos, el modo de leer de Dupin será dejarse llevar por la inercia simbólica que organiza cada escena del cuento.

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Primera escena:la Reina en presencia del Rey tiene que

ocultar una carta. El Rey no ve nada y la Reina trata de ocultar la carta. El Ministro que entiende y que aprovecha la situación, cambia la carta a la vista de la Reina, que no puede decir nada porque se delataría a los ojos del Rey. Primera escena: El Rey no ve, el Ministro ve toda la situación y la Reina ve que el Rey no ve y al mismo tiempo ve cómo la despojan de la carta.

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Segunda escena: En el escritorio del Ministro, la resolución.

Las escenas se repiten, los personajes cambian. La policía revisó varias veces el cuarto, por medio de una minuciosa cuadriculación del espacio. La escena se repite: el policía no ve, el Ministro que ve que el policía no ve y se divierte con la escena, pero que, como la Reina es robado por Dupin, que ve todo; ve que policía no ve pero también ve que el Ministro ocultó la carta dejándola a la vista.

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Más allá de los personajes, dice Lacan, el cuento repite posiciones. Hay posiciones dentro de la estructura que se definen en relación a quien tiene o no tiene la carta.

La escena del crimen policial podría decirse que está estructurada como un lenguaje. Habría como una puesta en escena a cargo del criminal, que tiene algo de mostración como de ocultamiento. La escena está dotada de una especie de unidad orgánica, en tanto se trata de un relato cerrado que el detective tiene que agujerear. El trabajo del detective se parece mucho al de la interpretación de los sueños, donde Freud aconseja no analizar en masa sino en detalle. El detective va a leer los momentos insignificantes de la escena –esas puntas sueltas donde el relato se deshilacha, detalles no integrados a la organización significativa construida por el criminal-.

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La tarea del DetectiveLa tarea del detective es entonces desnaturalizar

la escena no solo leyendo detalles insignificantes, sino también percibiendo la ausencia, la no aparición de algún detalle. Desde el punto de vista del sentido, que algo falte tiene tanto valor como que algo esté presente.

Lacan subraya que para Dupin, la verdad está en el plano del lenguaje y no de la realidad o de los hechos, donde la carta falta a su lugar. Lo que Dupin sabe es que la carta no se encuentra en su lugar (mientras los policías agujerean las patas de las sillas o levantan el parquet) falta a su lugar. Falta la carta, falta la falta- un detalle que le permite anticipar que la carta está oculta a la vista-.

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En relación a la ClínicaEn relación a la clínica, en el momento de entrada

en análisis, el sujeto llega con una narración de los hechos, aquello que sabemos de nosotros mismos y de lo cual hacemos una narración. Una adecuación entre lo que dice y lo que le pasa.

Se encuentra con otra verdad como ficción, que crea el analista, que toma el relato con la intención de desprenderlo de lo que el sujeto quiso decir y de la realidad a la que se refiere, la respuesta del analista se orienta a “desadecuar” la realidad del discurso de la verdad, creando otra verdad que es la de un sujeto particular, que es lo que determina su posición en la vida.

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El analista confronta a ese sujeto a una verdad que no es la que él quiere enunciar. División entre lo que quiero decir y lo que digo. El psicoanálisis se alimenta de esta distancia.

La división subjetiva implica – yo quiero decir- “gramática”- que algo habla en mí pero me tengo que someter a esa palabra, porque reconocerla no es suficiente.

Ósea hay dos tiempos: un tiempo de producción de ese efecto de división, y otro tiempo de ejercicio de esa división. Y normalmente cuando eso ocurre, y cuando el análisis empuja a esto, hay un efecto de pérdida de todo lo que iba a decir para dejarme llevar por lo que me salió decir. La experiencia de creer en el inconsciente, no como una creencia religiosa que apela a la conciencia, sino como una creencia en acto y un dejarse llevar por ese camino al encuentro de que algo nuevo surja

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El analista Lacaniano, si es válida la comparación con Dupin, es alguien que no ve todo, sino que está advertido de que no se puede ver todo, advertido de lo imposible, de lo indescifrable.

Dupin tiene éxito porque logra salir del triángulo. Si bien se deja arrastrar por el automatismo de lo simbólico, por los avatares de la carta, escapa a su maldición intercambiándola por el cheque de recompensa. Ese gesto de intercambio, devuelve la carta a su lugar, a las manos de la Reina, porque sólo allí deja de amenazar al rey y a su reputación.

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A modo de cierre…La carta no se pierde porque hay una verdad

estructural, un lugar al que la carta vuelve y se encuentra con la castración en el Otro.

Importancia de atender no a la historia vivida sino al relato de la historia, eso crea otra verdad de ficción, que implica podría decirse, un reinterpretación de la propia historia. Ósea que la historia vivida está perdida para todo sujeto que la relata. Implica una pérdida de la referencia histórica.

En el cuento, la policía trabaja con la realidad y Dupin con lo real, en tanto imposible, inasimilable. Lo real como producto del lenguaje.