Kant.Heidegger.Interpretación

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    Kant en la interpretacin de Martin Heidegger

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    La comprensin correcta de la interpretacin heideggeriana delpensamiento kantiano exigeunas determinadas precauciones que im-pidan un desvo en laorientacin de quien recorre las diversas etapasen que aquella interpretacin se articula.

    La primera cautela yla msobvia consiste en clarificar elmotivoque determina lareferencia frecuente y profunda al pensamiento kan-tiano en la obraheideggeriana. Por supuesto, nada mslejosque unaexplicacin erudita. La filosofa kantiana no es para Heidegger ge-lehrte(r) Gegenstand, sino gedachte Sache (cf. Aus der Erfahrungdes Denkens9).

    Las ediciones y siglas de las obras citadas so n las siguientes:Aus der Erfahrung des Denkens, Pfullingen.Kant un das Problem der Methaphysik, Frankfurt a. M.. 4. cd., 1973 (K. M.)8cm und Zeit, 7! cd., Tilbingen, 1953 (8. Z.)Was ist das-dic Philosophie?, Pfullingen, 1956.

    Die Frage nacl-z den Ding, Tiibingen, 1962 (O.)Kant These jiber das 8 c m en Wegmarken, pgs. 273-307 (1 < . 7.)

    Nietzsche, Plullingen, 1961, 2 vols.Vom Wesen des Grundes en Wegmarken, pgs. 21-71.Idcntittt und Difterenz, Pfullingen, 1957.Vortrdge md AulsULze, 3! ed., Pfullingen, 1967, 3 vols. (y. A.)Zur Sache des Denkens, Tbingen, 1969.Celassenheit, Pfullingen, 5. cd., 1977.Wegmarken, Frankfurt, a. M., 1967.Brie i4ber den fiumanismus en Wegmarken, pgs. 145-194.Zeit und 8cm en Zar Sache des Den/ces, pgs. 1 -25 .Der Satz vom Grund, 2t cd., Pfullingen, 1958.

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    Como lo advierte Heidegger en el prlogo a la primera edicin deKant und das Problem des Metaphysik (cf. F C . M, XVI), la interpre-tacin del pensamiento kantiano que esta obra contiene naci en co-nexin con Sein und

    Zeit. Esta conexin no es casual,sino que se ins-

    cribe en sus races temticas. Ya en el pargrafo 64 de Sein und Zeit(PP. 318 yss.) aparece unaimportante referencia a lanocinkantianade yo en comparacin a la de Selbst. Aprecia Heidegger la actitudkantiana demantenerse dentro del orden fenomnicoen cuantoal sen-tido del yo pienso>. Evita as Kant un error ntico; pero, no obs-tante, supensamiento se mueve dentro de la ontologa de lo substan-cial. El yo pienso> es entendido como forma de la apercepcin, peroKant mantieneal yo en el ordendel sujetocomo algo vorhandenes,ya dado de antemano. Para superar el aislamiento del sujeto hubierasido precisoampliar la nocin del yo-pienso entendindolo como yo-pienso-algo. Kant no vio el fenmeno del mundo de formaque el yose concibiera como yo-soy-en-un-mundo>. Es pues, dentro de la cr-tica heideggeriana ala nocinmodernade subjetividad, a la distincinentre substancia pensante y substancia extensa, en donde se inscribeelpunto departida de larelacin entre Heidegger yKant.

    Pero la segunda cautela reside en el sentido y modo con que Hei-degger lleva a cabo esacrtica. La crtica filosfica suele habitualmenteentenderse como unjuicio que el crtico emite sobre un pensamientofilosfico que se halla frente a l como algo acabado ydefinido. Pre-viamente el crtico debeasegurarse dehaber entendido correctamenteel pensamiento a criticar, todavez quefrecuentemente el discurso filo-sficoresulta oscuro. Si lainterpretacin tiene como punto dereferen-cia el descubrimiento de la verdadera intencin del autor juzgado, lacrtica se dirige avalorar esaintencin, ms o menos oculta o trans-parente, deacuerdoconlo que seala verdad misma. Noes nada nuevoadvertir que esta forma deconcebir la relacin del filsofoconlosotrospensamientos filosficos es justamente la que Heidegger va a re-chazar de plano.

    En este sentido no debemos dejarnos engaarporel hechode queel mismo Heidegger d a entender que su interpretacin de Kant se

    oponga a otras interpretaciones> concretamente> a la interpretacinneokantiana de la Crtica de la razn pura que ve enesta obra unateora del conocimiento en relacin con la ciencia de la naturaleza(cf. Davoser Disputation, en KM, p. 247). No trata Heidegger sola-mente de oponer una interpretacin ms correcta, un descubrimientoms hondo de la intencin subyacente en el texto de la Crtica de larazn pura. Interpretacin y crtica, enla medida en que existan, sedanen funcin de una insercin en la historia que engloba al herme-neuta, al crtico y alobjeto de lainterpretacin y del juicio. La his-toria aqu aludida no es la informacin objetiva acerca de lo que

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    aconteci en el pasado. Como es bien sabidolahistoria aqumencio-nada no es la Historie>, sino la Geschichte. La historicidad, porla dems, no es tampoco la pertenencia ms o menos fctica a un

    proceso, sino el hallarse situado bajo un cierto destino comn (. -

    geschichtliche, d.h. geschick-liche . .> Wasistdas-diePhilosophie? 18).Ya hemos aludido al tema de la subjetividad tal como apareceen laedad moderna. Kant constituye unmomento decisivo en la evolucinde esa nocin. La consideracin transcendental, caracterstica delpensamientokantiano, supone unamodificacin radical en el decursode una historia en la que Heidegger se ve implicado. Solo desde elgiro copernicano establecido por Kant cabe entender el planteamien-toheideggeriano de la filosofaen general y,muyen especial, el temade la subjetividad, como ms arriba hemos indicado.

    Heidegger no es un critico o un intrprete objetivo> de la tra-dicin filosfica a la que l mismo pertenece. Esta falta de objetivi-dad se traduce en la violencia que se manifiesta en sus anlisis dela tradicin filosfica 2 No resulta difcil comprobar que las inter-pretaciones que Heidegger nos brinda resultan muy discutibles si nosatenemos a unaperspectiva objetivista. En el casoconcreto de suvi-sin del pensamiento kantiano las observaciones de D. Henrich yE. Cassirer, entre otras, resultan concluyentes t Pero acontece queel mismo Heidegger reconoce la violencia con que su primera obrasobre Kant interpreta el pensamiento del autor de la Crtica de larazn pura. Pero,almismo tiempo, hace notar que las leyes de la filo-logia histrica no son las mismas que regulan un dilogo destinadoa fecundar el pensamiento. Estas son msvulnerables y curiosamenteHeidegger reconoce no haberlas cumplido. La autocrtica heideggeria-no no se refiere a la correccin y exactitud objetivas de su modode entender a Kant, sinoa las deficienciasquesu interpretacin com-porta para la tarea de pensar (cf. Prlogo ala segunda edicin deKM.)4.

    Ms adelante, Heidegger vuelve aplantearse el valor de ciertospasajes de la obra kantiana. El mismo nos seala dos obras: fueFrage nacl-z dem Ding, 1962, y Kants These Uber das Sein, 1963. Estas

    nuevas consideraciones sobre Kant no son retractaciones de supri-mera obra al modo usual de esta palabra. No hay rectificaciones almodo de unajuste ms preciso a la norma deltexto, del sentido li-

    2 En cuanto a la violencia (Gewaltsamkeit, cf . Marx, fieidcgger und dicTradition, Stuttgart, 1961, pg. 116).

    3 Cf. O. Henrich, Uber dic Einheit der Subjektivitdt. Philosophischc Runs-chau, 3 (1955), pgs. 28-69; Cassircr, E.: Kant und das Problem derMetaphysik.Kant-Studien, 36 (1931), 1, pgs. 1-26.

    Por lo dems ya en el texto mismo, que no vara desde la primera edicin,Heidegger afirma netamente que toda interpretacin tiene que emplear ne-cesariamente violencia (pg. 196).

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    teral, intentado por Kant. Cierto quesu estilo interpretativo es msobjetivo quiz, pero no reside ah, en modo alguno, su importanciaparaHeidegger ni tampoco para nosotros

    II

    Lo importante del desarrollo de la interpretacin de Kant porHeidegger reside en la incesanteprofundizacin de las posibilidadesde pensar que brindan los textos kantianos elegidos por Heidegger.Arranca ese proceso en la determinacin problemtica del pensarmetafsico en Kant. El problema de lametafsica como advierteHeidegger en el prlogo a la tercera edicin es tanto el problema

    de que se ocupa la metafsica,lapregunta acerca del ser en sutota-lidad, cuanto el problema en que se conviertelametafsica en cuantometafsica, precisamente en virtud del primer problema. Esto nosindica que la vinculacin entre Kant y la metafsica no debe enten-derse como larelacin entre el pensamiento kantiano en su totalidadyuna partedel mismo, o entre elprincipio y unaconsecuencia mso menososcura, que es precisodilucidar desde el interior de ese prin-cipio que funda un sistema o contiene de antemano unas conclu-siones.

    El esquema director deKM consiste en una exposicin delpensa-miento kantiano> en laCrtica de larazn pura, comofundamentacinde la metafsica, partiendo de lo que es metafsica en la tradicin,siguiendo por la ejecucin de la tarea propuesta, revelando la razoriginaria de la fundamentacin kantiana y terminando por una re-peticin del tema inicial a la luz de la nueva originalidad descubierta.

    Como es sabido Heidegger llega a la conclusin de que la funda-mentacin de la metafsica es una pregunta acerca del hombre en lamedida en que la pregunta acerca de la esencia del hombrenos reen-va a la unidad de las facultades del Gemiit humano. Metafsicacomo transcendencia implica el acceso del serfinito, que es el hom-

    bre, al ser que se le presenta como objeto (Gegenstand), ser al queno ha hecho surgir (entstehen). Este acceso objetivo se basa en una

    5 El estudio de las diversas fases del proceso heidcggeriano de interpreta-cin de Kant ha sido objeto dc un importante trabajo de Hansgeorg Hoppe:Wandlungen in der KantAuffassung Heideggers>, en Ourchblicke, Frankfurta. M. 1970, pgs. 284-317. El propio Heidegger hace referencia a este estudioen la cuarta edicin de K. M. Heidegger, por lo dems, reconoce que al escri-bir K. M. buscaba en Kant un refugio que amparase la posicin dc 8cm md

    Zeit. Ello dio lugar a unamodificacin ajena al punto de vista kantiano, aun-que condicionante dcl mismo, lo queimplic a su vez una t)berdeutung queHeidegger retir posteriormente.

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    sntesis veritativa, cuyaltima raz es laimaginacin afincada en eltiempo.

    Es importante tener en cuenta que Heidegger no se pregunta porlo que Kant dice> sino por lo que sucede (geschieht) en sufundamen-tacin (KM 208). El discurso kantiano es relevante, no como precipi-tado de un pensamiento, sinocomo suceso. Se trata de unainvestiga-cin no lo olvidemos que nos debe llevar al pensamiento, y elpensamiento no se nutre de la iteracin ms o menos modificada,clarificada, de otro pensamiento, sino, msbien, de marchar contrael pensamiento mismo (Aus der Erfahrung des Denkens, 15). Identi-ficarse con el pensamiento no es pensar; es preciso llegarse alacon-tecimiento mismo que se encubre en su fundamentacin. Tal sucesoconsiste, segn Heidegger(KM208)en que Kant, en el desvelamiento

    de la subjetividad del sujeto, retrocede ante el fundamento puestopor lmismo. Este retroceso se produce, segnHeidegger, en el pasode la primera a Ja segundaedicin de la Crtica de la razn pura. Launidad de la subjetividad fundada en la imaginacin, tal como seexpone en la primera edicin, especialmente en la seccin dedicadaa la Deduccin transcendental de J05 conceptos puros del entendi-miento, cede en lasegunda edicin a unafundamentacin de tal uni-dad en elentendimiento, modificndose substancialmente, no las res-puestasqueKant ofreceal problema delaposibilidad de lametafsica,sino el planteamiento de la pregunta misma. Estapregunta, como es

    sabido, se reduce en elpensamiento kantiano> segn Heidegger, alapregunta qu es el hombre? (KM 200-201). Los conocidos textos deKrVA 804, E 832 y de los cursos de Lgica(VIII, 343), formulan lassiguientes preguntas: 1 , qu puedo saber?; 2, qu debo hacer?;3, qu puedo esperar?, y lacuarta cuestin, aadida en el segundode los textos citados, qu es el hombre? Estas cuestiones sealanno slo los intereses de larazny los campos de lafilosofa, sino queretrotraen lacuestin inicial de la crtica kantiana, respecto alapo-sibilidad de juicios sintticos a priori en la metafsica, al tema de launidad de la subjetividad de la razn finita en cuanto transcendente,

    abierta al ser que no es ella misma, pero desde su finitud y sin re-nunciar a ella.Lo quehacepensar en la lectura deKantno es entindasebien

    la peripecia personal de Kant que modifica sus soluciones, sino elacontecimiento que se descubre a travs de ese paso atrs. Esteacontecimiento consiste en que Kant descubri la fundamentacinde lametafsica en lafinitud del hombre. La metafsica, que pregun-taba por el ser en cuanto ser ypor el ser primero, sin resolver clara-mente la relacin entre el ser y el ente, avanza hacia el conocimientode su misma naturaleza cuando descubre que lapregunta acerca del

    ser, en cuanto ser, no del ente en general, la remite ala cuestin

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    acerca del ser el hombre. Estaremisin se produce ya que, pregun-tar por el ser es el resultado del peculiar modo de ser humano, paraquien el ser es algo patente ya, de antemano, respecto a todas las

    diversas y particulares formasde estar en medio de los entes que lecircundan o incluso del ente que es l mismo (KM 220-1). El hombrese define por esa previa y constante apertura al ser como expresinde su propia finitud. Preguntar porel ser es ejercer lafinitud, y estafinitud es ms originaria que el hombre mismo.

    Por esta razn la pregunta, qu es el hombre?, se remite a la pre-gunta acerca del Dasein, a la pregunta acerca de la inteleccin delser (id. 233). Pero en esta inteleccin la finitud del Dasein liegt inder Vergessenheit> (id. 226), yace en el olvido. Esto es un Urfak-tum metafsico. Sacar del olvido aquello que, paradjicamente, es

    lo ms conocido (bekannt) es el punto de arranque de la ontologafundamental. Es, frenteal Urfaktum> delolvido, el Crundakt>, cuyoresultado es, ms all del simple conocer, un recordar Wiederinne-rung>, que, a tenor de su etimologa, va a interiorizar lo recordado,es decir, va a hacer presente lorecordado enla ms ntimaposibilidadde este ltimo (id. 227). Este recuerdo y superacin del olvido tieneque orientarse a proyectar el ser del ente desde la raz misma de lafinitud que es la temporalidad. La unidad del sujeto no radica defi-nitivamente en laimaginacin. Como vimos, la imaginacin, facultadradicaly funcin unificadora, llevaa cabo la triple sntesisdeaprehen-

    sin, reproduccin y recognicin porque las tres se unifican en eltiempo (KM 190).El tiempo es fundamento de la transcedencia, no en cuanto forma

    del sentido interno y, consiguientemente, de todas las representacio-nes sensibles, sino en cuanto autoafeccin pura~ Pero advierte Hei-degger que Kant, en su descubrimiento del principio fontal del co-nocimiento, no considera adicho principio en su capacidad de cons-tituir la transcendencia. Considerar altiempo como forma (id. 194)est por debajo del descubrimiento kantiano contenido en laprimeraedicin de la Crtica. En este sentido cabria entender la trayectoria

    de Kant comolade unpaso adelante en el descubrimiento de la razde la transcendencia seguido de un retroceso y de una recada, portanto, en el olvido del ser. Al final de KM (237) Heidegger hacenotarque el propio Kant barrunt que los modos o caracteres fundamen-tales del ser posibilidad, realidad y necesidad no pueden serexplicados si sus definiciones son tomadas slo del entendimientopuro. De acuerdo con esta observacin el ser escapa al entendimien-to puro. Pero Heidegger piensa que la aportacin de la sensibilidadno puede consistir en laadicin de un elemento material alos con-

    6Los pasajes de KrV citados por Heidegger son 867, B 102.

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    ceptos puros. La forma radical de la sensibilidad es, sobre todo, auto-afeccin. Tiempo y yo pienso se identifican (KM 185). As, pues,el descubrimiento kantiano no consiste precisamente en la necesi-dad de aadir al entendimiento ms datos empricos, sino en lareduccin del entendimiento mismo a la capacidad temporaliza-dora.

    En la interpretacin heideggeriana la funcin del entendimientono puederesolverse en un sistema de categoras, sino en una unidadprevia, dentro de la cual se posibilita la aplicacin de cada una deaquellas.

    Este mbito universal posee un carcter propio, no se disuelveen la suma de todos los conocimientos, sino que los funda previa-mente. Heidegger entiende que ese es el mbito del ser. Con ello

    vrncula a Kant con una tradicin filosfica griega. A su entendereste punto ha sido oscurecido por la visin epistemolgica, o de lateora del conocimiento, que ha ignorado el alcance ontolgico dela crtica de la razn pura.

    Ahora bien, elser tal como la entienden los griegos es consisten-cia(Bestndigkeit) y presencia(Anwesenheit) (KM 233). La presenciapermanente del ser, previa alconocimiento de los entes, se ha en-tendido como un a priori cognoscitivo, y por ello como una priori-dadrespecto de las determinaciones temporales. Advierte, sinembar-go, Heidegger que tal independencia respecto del tiempo es aceptable

    si se trata de la comprensin vulgar del tiempo comomera sucesinindefinida de ahoras (SZ 426). Otra cosa acontececuando el tiempoes entendido aotro nivel. Kant con ventaja sobre Hegel, como sedice en unaadvertencia de SZ 427 entiende al tiempo como intui-cin pura, esto es, como unidad de laintuicin formadora en aquelloque dicha intuicin forma e intuye (KM 169). Esta es precisamentela gran novedad del pensamiento kantiano. Desdeeste nivel de intui-cin formadora es como el tiempo, resulta raz de la finitud y tras-cendencia. La intuicin, que sedaas misma suobjeto, al que forma,no est dependiendo de algopreviamente dado a ella como vorhan-

    denes (KM 168). Este tiempo originario, frente al vulgar, es la ima-ginacin trascendental. Heidegger intenta unificar en el pensamientokantiano dos rasgos que la interpretacin tradicional objetiva habaseparado: recepcin de objetos y constitucin de los mismos. Si elidealismo postkantiano haba unificado, de alguna manera, ambosaspectos, lo haba hecho a beneficio de la razn, instancia superior,y, en todo caso, haba ignorado que, tanto el Selbst, o el yo, comolarealidadajena a l, se hallanenglobados dentro de laesfera del ser.Esta ignorancia vena preparada por el retroceso kantiano que, alabandonar la unidad en el tiempo y en la imaginacin, abri camino

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    a una visin racional absoluta, a una trascendencia no basada enla finitud.

    En suestudio sobre las relaciones entre Heidegger y Fichte, F. W.von Hermann subraya que, dejando de lado ciertas coincidencias,existe un punto que diferencia radicalmente la postura heideggeria-na. Frente al tercer principio de la Grundage fichteana de 1794,que funda la limitacin del yo, Heidegger entiende que tal accinlimitante llega tarde. La finitud del ser del Selbst> quiere decirser como ser-arrojado al existir. El proyecto (Entwurf) del Daseinno se aduea jams de su propio estar arrojado (Geworfensein). Lafinitud del yo es primariamente la finitud de su existencia, en elsentido heideggeriano de la palabra.

    Lo que en la modificacin de la primera ala segunda edicin de

    la Crtica nos da que pensar es precisamente la dificultad que elhombre experimenta para mantener la afirmacin de su finitud, in-cluso en su transcedencia. Kant considera que la metafsica es unaNaturanlage, una disposicin o mejor hbito natural; un h-bito que lleva al hombre desde dentro de sia preguntar por lo incon-dicionado absolutamente. Kant ciertamente niega que cl hombre pue-darigurosamente satisfacer esta inclinacin hacia lo incondicionado.Pero no es ah donde se produce la modificacin reveladora. Es enel fundamento mismo de la unidad del hombre y de su relacin alser. Kant deja a un lado la temporalidad como fundamento y se

    apoyaen la unidad del yo iYienso que se despligaen ls categoras,principios constitutivos de la objetividad del conocimiento. Kantacepta este hecho y ni siquiera nosofrece una articulacin originariade ese conjunto de conceptos puros del entendimiento. Kant se con-tenta con mostrar su propia consistencia objetivante de la diversi-dad aportada por la sensibilidad. Ser hombre es, a este nivel, serun conocedor objetivo de la realidad fenomnica. Es de notar quetal solucin kantiana no deja de ser, en verdad, un factum>, perocuya facticidad aparece disimulada por la racionalidad de un ulte-rior empleo en las diversas ciencias, racionalidad que se limita ei

    sus pretensiones supraempricas corroborando as su propia imagende mesura. Pero con esta solucin, en que se separan los aspectosfinitos y las pretensiones de infinitud, no se recoge la totalidad en suunidad y no se hace brotar desdela finitud misma la actividad trans-cendente. Vuelven aesta postura heideggeriana motivos de la crtica

    F. W. von Herrmann Fichtc und Heidegger>, en Ocr Idealismus mdseine Gegenwart. Festschrift fiAr Werner Marx> Hamburg., 1976, pgs. 231-256.Este interesante estudio se basa en las lecciones inditas de Heidegger delverano dc 1929, contemporneas de K. M.,que el autor hatenido a su dispo-sicjon.

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    preciso hablar sobre la filosofa kantiana, sino de meternos enella: Wirversetzen uns in diese selbst (D 43) t

    La insercin del pensamiento kantiano en lahistoria da por re-

    sultado que su pregunta por la cosa se lleve acabo dentro de laactitudmoderna definida por laaplicacin de lamatemtica alcono-cimiento de la naturaleza. Pero lo especifico de la matemtica, enesta funcin, es que su objeto no es tomado de las cosas, sino quese posee de antemano. La concepcin mental, previa alconocimientode las cosas, determina el mbito dentro del cual pueden aparecerstas. La ciencia moderna se basa en este proyecto (Entwurf) ma-temtico. No es tanto la ciencia matemtica cuanto la actitud hist-ricamente establecida de preguntar por la naturaleza conforme alproyecto matemtico. Lo que vincula al investigador moderno de lanaturaleza es la coherencia con los propios principios; es una . Lacosa se definepor su relacin al sujeto como yo. El cogito> cartesiano contieneesencialmente una posicin del yo, del sujeto del cogito. Peroeste sujeto no debe serentendido como elcasual y peculiar subjeti-vismo de este o aquel hombre. Tal degeneracin del sujeto hacialo subjetivo es algo muydistinto que ocurre cuando su esencia,la del yo, ya no es comprendida (begriffen), esto es desplegada a

    partir de su origen segn el ser (seinsmssig) (0 8l)~~.En el ttulo de la obra kantiana ms importante, Crtica de larazn pura, aparece el trmino razn, que lleva consigo la misinde descubrir las categoras conforme a la tradicin del Xoyos aristo-tlico, pero unido a pura que, en su independencia respecto a lodado empricamente, colocaa larazn enelmbito matemtico antesdescrito.

    8 Como puede verse estas bases hermenuticas son las que ms adelanteformulGadamer en Wahrheit und Methode. Bien entendido que Gadamer va

    aponer el nfasis en la fusin de conciencias mientras queHeidegger basa suactitud en lo que posteriormente se denominar la Seinsgeschichte, peroque est operando de modo pleno desde sus primeras obras. Conocer la his-toriano es erudicin sino dar unos pasos hacia el fundamento histrico comodestino quenos arrastra tambin anosotros.

    ~ Wo der Wurf des mathematischen Entwurfs gewagt wird, stellt sichder Werfer dieses Wurfes auf einenBoden, der allererst im Entwurf erworfenwird (D 75).

    80 Objectum, correlativamente, deja de ser la ficcin mental, en su acep-cin medieval, para ser lo fundado por el principio fundamental, por elsujetoen el sentido moderno. Por los dems ntese en el texto transcrito la alusina la perspectiva del ser (seinsmssig). Esta es la perspectiva desde la quedefi-nitivamente Heidegger va a entender a Kant y que determina tambin las va-riaciones de su modo de comprensin.

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    Tras estos antecedentes se abre el nuevo captulo que en la his-toria del pensamiento significa Kant.

    Se ha puesto de relieve, y as lo ha subrayado especialmente

    Hoppe en elartculo ya citado, que en D Heidegger se orienta haciala objetividad y su fundamentacin en Kant. Se trata de perfilar elsentido de objeto como Gegenstand en la experiencia. Es el pensa-miento quien logra convertir lo dado en objeto, gracias a sus con-ceptos, que dotan a lo meramente emprico de universalidad y ne-cesidad (D 109). Anlogamente, junto a la receptividad propia dela intuicin, se pone de relieve la espontaneidad del pensamiento(D 111). -

    Estas observaciones heideggerianas son elementos respecto a lamodificacin en el punto de vista, bajo el que procede esta nueva

    interpretacin de laobra kantiana. No obstante, Heidegger mantieneuna fundamentacin de la razn en la intuicin y sensibilidad pu-ras (D 115), si bien desaparece la unificacin de la actividad delsujeto en la imaginacin. La atencin se dirige al peculiar y nuevosentido que la Lgica va a alcanzar en la Crtica de la razn pura.Ya no se pretende reducir a la imaginacin y a la temporalidad laactividad intelectual, cuanto descubrir de qu manera el entendi-miento puro se halla vinculado ala sensibilidad en su operacin msimportante: el juicio.

    Curiosamente Heidegger vuelve a fijarse en los rasgos diferencia-

    les entre la primera y la segundaedicin

    de laCrtica, pero,

    en este

    caso, para notar que el conocido pasaje sobre la lgica aristotlica(E VIII) no debe entenderse como la confirmacin de su plenitudy perfeccin, sino como el punto de arranque de una transforma-cin radical de dicha disciplina (D 117). Tal transformacin no lallev acabo Kant, ni era capaz de hacerlo, apesar de haber descu-bierto elpunto de partida,porque tal tarea hubiera implicado saltarsobre su propia sombra, esto es, superar su propio lugar en elproceso histrico. Y, sin embargo, dar ese salto es algo que tieneque querer todo filsofo 11

    La nocin de juicio como relacin (VerlThltnis) de sujeto a pre-dicado, es sustituida por Kant por la de accin de llevar los cono-cimientos dados ala unidad de la apercepcin. Es importante notarque esta nueva concepcin liga el conocimiento al yo. Como conoci-miento tiene ya una referenciaal objeto atravs de la intuicin queproporciona objetos. Pero lo importante en el juicio es lo que Hei-

    Es otra alusin a la vinculacin histrica de todo pensamiento. Comoadvierte Heidegger no es un problema psicolgico, antropolgico. Se trata delo que en otros lugares aparece como fundamento de la historia del ser: eldesvelamiento de lo oculto en que consiste la presencia del ser. Y, de algunamanera, el ser mismo. Die Seinsgeschichte ist das 5cm selbst und nur dieses(Nietzsche, II, pg. 489).

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    degger denomina Ichbezug. Bezug no es simple referencia, sinovnculo que liga los conocimientos al yo como poo de atraccin.Esta es la apercepcin. La apercepcin aade a lapercepcin de lo

    objetivo la percepcin del Ichbezug y del yo mismo.La lgica kantiana, como se ve, supera la nocin tradicional delgica en la medida en que la relacin entre conceptos se sustituyepor la relacin al yo. La lgica formal cede paso a la transcedental.Pero lo que Heidegger entiende por transcendental, en sentido kan-tiano, es aquella consideracin que se dirige no a los objetos mis-mos 12 ni al pensamiento como mera representacin de la relacin(Beziehung) entre sujeto y predicado, sino al ascenso (tlberstieg) yal Hezug como atraccin hacia el objeto en cuanto tal atraccin(D 138).

    La importancia de esta actitud heideggeriana es evidente. Trans-cendental es el acceso al objeto, al Gegenstad, que se identifleaconla cosa (Ding) 13 La transeendentalidad no .se liga al a priori sub-

    jetivo como tal, sino en cuanto fundamento de laobjetividad, de lacoseidad. Este acceso y eBezug con la cosa es un a priori> sint-tico. De ah que Heidegger diga que toda ciencia tiene sus pre-jul-cios, Vorurteile>, que son juicios sintticos a priori (D 141). ParaHeidegger la sntesis contenida en los pre-juicios no se constituyeentre dosconceptos extraos entre s. Lo totalmente otro que Kantdice en F C . r. V. (A 154, 8 193) no es otro concepto, es justamente lo

    otro> respecto al concepto, o sea, el objeto (D 142). La fundamen-tacin de esta sntesis reside en el principio supremo de los juiciossintticos, las condiciones de la posibilidad de la experiencia engeneral son, al mismo tiempo, condiciones de la posibilidad de losobjetos de la experiencia.

    Al final de este desarrollo se comprende que Kant est dentrode la corriente que constituye el pensamiento moderno, toda vezque es el pensamiento quien determina la realidad.

    El estudio pormenorizado de los diversos principios sintticosremite auna peculiar conclusin, si nos atenemos a las demostra-ciones que la segunda edicin de la Crtica ha aadido a la formula-cin de cada principio. Esta conclusin es que todas las pruebasson de estructura circular de modo abierto y necesario.

    2 Para Heidegger, intrprete de Kant, la objetividad del objeto se identi-fica con la coseidad de las cosas (Dingheit des Dinges).

    13 En cuanto a la nocin de transcendental segn Heidegger, vase ltomWesen des Grundes, pgs. 35 ss. Tambin en este estudio hayuna amplia alu-sin a Kant en relacin con la idea de mundo. El resultado final consiste cnque, para Kant, mundo alude a los hombres en sus relaciones (Bezilge) alente en su totalidad concreta (cf. 51).

    14 A excepcin del caso de los Postulados del pensamiento emprico en ge-neral que, comoadvierte Kant (A 219, B 266) no aportan nadaa la determina-cin del objeto, sino solamente expresan la relacin a la facultad cognoscitiva.

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    La circularidad nace del principio supremo del movimiento sin-ttico. La posibilidad de la experiencia nace de la unidad de intui-cin y entendimiento. Los principios no hacen sino explicitar esta

    unidad. La experiencia se presupone a los principios. Pero la expe-riencia se constituye gracias a los principios. Heidegger alega el tes-timonio de Kant (A 737, B 765) aeste respecto, pero aade unapeculiar perspectiva. La circularidad es un rasgo de la experienciano solo legtimo, sino, gracias alcual, se manifiesta, o se abre(erff-net), el contenido del circulo mismo. Heidegger llama a ese mbitoabierto (Offene), das Zwischen (D 188). Ese entre media entrela cosa y nosotros.

    Por de pronto, resulta importante percatarse que Heidegger iden-tifica Offenes y Zwischen, lo abierto y el entre. La apertura

    se vincula con la peculiar unidad entre nosotros y las cosas. Ni elhombre a solas, ni las cosas separadas, proporcionan la luz capazde abrir el contenido de la experiencia. Pero el entre> implica unaespecial unidad. No es una colaboracin entre dos puntos extremos,sino una dimensin nueva que sobrepasa a los extremos. Nos move-mos entre el hombre y las cosas y, de hecho, gran parte de nuestraactividad oscila entre estos dos poos. Pero no es una oscilacin loque el Zwischen> quiere decir, porque ambos extremos no son laltima y definitiva referencia. Al contrario, el entre nos remitems all de las cosas y ms atrs de nosotros mismos (D 188-9).

    Vor-griff ist Riick-wurf. Esta dimensin excede a las cosas y alhombre. La pregunta por el hombre reenva a una cuestin muchoms amplia que el hombre mismo. Al final, el segundo libro sobreKant supera las eventuales apariencias subjetivistas y antropologis-tas que en el primer libro pudieran quedar. Pero es preciso recono-cer que el abrupto final de Die Frage nach dem Ding deja ensuspenso que sea ese Zwischen> cuyaluz transforma no slo lapers-pectiva meramente crtica y epistemolgica de la Crtica de la raznpura,sino quellega a superarelplanteamiento de la relacin hombre-cosas.

    IV

    Es en el artculo Kants These fiber das Sein donde aparece lafrmula que designa esa nueva dimensin. Es el ser. La epistemolo-ga qued superada en la metafsica, desde el punto de vista delhombre, y sta, a su vez, por la ontologa.

    A partir de la nocin kantiana de ser ~ : Ser . - - es solamente laposicin de una cosa o de ciertas determinaciones en s mismas

    ~ Traducimos Sein por ser.

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    (A 598, B 626), Heidegger concluye la distincin entre el uso lgicoy el ntico del ser (KT 283). Pero con esa distincin no acepta unparalelismo que nos llevase a pensar el ser como posicin absoluta,

    frente a la posicin relativa del ser como cpula del juicio, a unabsolutismo pleno del ser. (Kant) piensa existencia y ser en rela-cin a las potencias de nuestro entendimiento (KM 284). Heideggerconfirma esta actitud kantiana a partir de la doctrina acerca de lasmodalidades del serposibilidad, existencia y necesidad, tal comose expone en la Crtica de la razn pura.

    La referencia al entendimiento implica que el ser y la existenciano queden excluidos de la filosofa kantiana, como pretenden losneokantianos (KT 291). El entendimiento, sin embargo, no debe en-tenderseal nivel de lafuncin unificadora del juicio o de laposicin

    (Satz) unificadora que en los juicios emitidos puede observarse. Hayque remontarse a la unidad de la que nace todo eso, a la unidad dela sntesis originaria de la apercepcin (KT 287-8). A partir de esaunidad se constituye la lgica y la filosofa transcedental. El ser yla posicin del mismo proceden del entendimiento, considerado aeste nivel, toda vez que el ser del ente se ha convertido para Kanten la objetualidad (Gegenstndlichkeit) del objeto (Gegenstand) dela experiencia (KT 289-90). Los diversos modos de ser son los diver-sos modos de objetualidad. El entendimiento objetiva, esto es, ponelo que la sensibilidad da (KT 290). La reduccin del ser a la obje-

    tualidad no es simplcmcntc su eliminacin, sino una correccin dela antigua interpretacin del ser como substancia (KT 291).En todo caso el ser y sus modalidades aparecen como predicados

    no reales, pero s predicados de alguna manera del objeto, que pro-ceden de las exigencias que nuestro modo de conocer impone. Estemodo de conocer se refiere a la necesaria intervencin de la sensi-bilidad para llegar a poner un objeto. Las modalidades del ser nopueden determinarse sin referencia a la afeccin de la sensibilidad.La distincin entre posible y real procede de la subjetividad y delpeculiar modo de conocer humano. Heidegger alude al famoso pasaje

    de la Crtica del juicio pargrafo 76, donde, como es sabido, se llegaa decir que para un entendimiento intuitivo y originario no habralugar a una consideracin de loposible. Lo real sera el nico objetodel conocimiento humano. La mera posibilidad es resultado de unmodo imperfecto de conocer la realidad.

    La cita de Schclling (KT 297), la continuidad observada entreKant y Hegel (id. 292) y la reflexin final sobre la reduccin delser alconcepto absoluto, son indicios de una cierta voluntaria vincu-lacin de Heidegger a la tradicin idealista. Pero estas referenciasquedan reforzadas al percatamos del giro que Heidegger adopta en

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    busca de un sentido ms profundo de laconsideracin kantiana delser como posicin a partir de la p. 299.

    El giro consiste en una profundizacin del sentido de la rela-

    cin entre pensamiento y ser. Como puede advertirse, ya desdeDie Frage nach dem Ding el tema de la relacin entre pensa-miento y ser es el eje de la interpretacin heideggeriana: el pen-samiento como constituyente del ser como objeto. Ahora, Heideg-ger introduce un nuevo pasaje de la Crtica. Este pasaje es el apn-dice de la Analtica Trascendental que lleva por ttulo Anfibologade los conceptos reflexivos (A 260, E 361 ss). En el estudio refle-xivo de los conceptos, a fin de averiguar el lugar cognoscitivo al quepertenecen, podemos llegar a establecer las bases quepermiten com-parar conceptos que se nos aparecen como ligados entre si. Preci-

    samente la relacin materia-forma es uno de los casos. Kant acudea esta relacin para explicar las diversas funciones que la sensi-bilidad y el entendimiento ejercen en el proceso cognoscitivo. Atravs de las modalidades de esa relacin obtiene Kant las modali-dades de ser. Es obvio, por tanto, que la reflexin trascendental so-bre la relacin materia-forma incide en la nocin misma del ser.As resultara que el ser se determina, en su intrnseca relacin alpensamiento, por una doble reflexin. Ser se dice por relacin alpensamiento, y esa relacin, es, a su vez, determinada por otrareflexin.

    La intencin kantiana en el texto aludido era precisar, desdeel punto de vista de la filosofa trascendental, el sentido de la com-paracin entre conceptos que el filsofo intelectualista (Intellek-tualphilosoph) colocaba en el mismo terreno. La distincin entre lasubstantia-noumenon y la >substantia-phaenomenon modifica esen-cialmente el punto de vista de la filosofa precrtica. Con ello Kantintroduce una Tpica trascendental (A 268, E 324), cuya misin esevitar loserrores que se siguen del desconocimiento de lanaturalezapeculiar de cada uno de nuestros conceptos en funcin de su lugaren el conjunto de las facultades cognoscitivas. Conforme al realis-

    mo bsico, que subyace a la crtica kantiana, la reflexin tpicaaseguralaindependencia de lacosa-en-s en suincognoscibilidad fren-tea los conceptos del entendimiento humano unido a lasensibilidad.Pero la perspectiva heideggeriana es distinta. Para Kant reflexionares volverse hacia el sujeto, dejando intacto el contenido objetivo.Para Heidegger reflexionar va asignificar deslindar el lugar propiode un contenido cognoscitivo: errtern. Con ello no slo se clan-fica (erlutern) quoad nos un concepto, renunciando aprecisar sualcance en la realidad, como hara Kant, sino que tal clarificacinexpone la esencia misma de lo que se trata. Con ello llegamos a

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    descubrir que definir al ser como posicin es colocar al ser en laesfera de la subjetividad y de sus acciones originarias. Y esto hadeentenderse en el nuevo sentido que Heidegger da a las palabras de

    Kant. Ser como posicin no es una expresin que disminuya la pre-tensin de una ontologa dc pensar el ser en su radical indepen-dencia y autonoma. Ser es posicin llevada a cabo por el sujeto y,paralelamente, predicado de un sujeto en la proposicin (Satz).

    Heidegger da un salto en el desarrollo de su comentario paraacudir al lenguaje o, dicho de modo ms heideggeriano>, al len-guaje provoca el salto en virtud de una seal (Wink) que enva alintrprete. Heidegger recuerda la etimologa espaola de ser, se-dere. El ser es asentarse, y de ah se pasa a la morada donde seasienta, donde se permanece, donde se est presente junto a... El

    ser como presencia alumbra la idea de posicin confiriendo a la ac-cin ponente> del sujeto la virtud de establecer. El ente es lopresente y el ser es la presencia que en l se manifiesta.

    Heidegger advierte que la relacin entre pensamiento y ser hasido estudiada desde Parmenides como una relacin de identidad.Pero identidad no significa igualdad, sino, en todo caso, una mu-tua pertenencia cuya naturaleza es preciso dilucidar I6

    De lo que hasta ahora hemos visto se deduce que el vnculo queune ser y pensamiento se fundaen la relacin que el ser como posi-cin dice al conocimiento intelectual emprico. Pero tambin he-

    mos visto

    que la actividad intelectual, el pensamiento aludido, pue-de enfocarse como simple o como doble reflexin. En el primer caso(KT 305) el pensamiento pone el ser del objeto. Esta posicin,que Kant refiere a la afirmacin existencial de un objeto, Heideg-ger la entiende como la constitucin del horizonte previo, dentrodel cual pueden darse afirmaciones existenciales concretas. Se tra-ta de un caso ms de la peculiar inflexin, que Heidegger produceen la filosofa kantiana. Las determinaciones gnoseolgicas, crticas,que Kant descubre en el ejercicio de las facultades cognoscitivasse convierten en un mbito previo, en una Vorgabe>, que ostenta

    unapeculiar independencia. As la crtica se convierte en una onto-logia. Heidegger respeta la distincin kantiana entre crtica y sis-tema filosfico, pero revela que lacrtica es algoms que unainves-tigacin previa al servicio de un ulterior sistema. La crtica es unaontologa fundamental. Cuando a lo largo del proceso del pensa-miento heideggeriano el ser adquiere la relevancia mxima frentea las posiciones iniciales, ya se comprende que la doctrina kantiana

    6 Sobre la identidad de pensamiento y ser, cf. Identitdt md Difterenz, p-ginas 17 Ss.

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    del ser se convierte en un punto de referencia de mximo valorpara delinear la propia postura heideggeriana.

    Frente a la interpretacin del pensamiento como reflexin sim-

    pe ya vimos que el pensamiento puede entenderse como reflexinde la reflexin. Gracias a esa doble reflexin Kant pasa a exponer(auste gen) los diversos modos de ser. El pensamiento no slo definelos lmites del mbito del ser, sino tambin articulasu contenido.El pensamiento se convierte en rganon del ser del ente (KT 305).

    Conocida es, sinembargo, la enemiga de Heidegger a una con-cepcin del pensamiento como rganon que manipule el ser o pre-tenda manpularlo. Por esta razn no nos puede extraar que, alfinal de este laborioso proceso, Heidegger se pregunte si el ser quepercibimos en el comienzo del pensamiento griego pueda identi-

    ficarse con el ser como posicin, ms exactamente como estarpuesto> (Gesetztheit) en la posicin (KT 305-6), la respuesta es ne-gativa, aun cuando haya un cierto parentesco entre ambas formasde concebir el ser. El parentesco se expres ya antes (id., 303-4) alconsiderar que el ente como roKrLEvov es lo presente, de modopermanente, que, por otra parte, es subiectum, y por ello dicereferencia a la accin de poner, ponere>, setzen>, esto es, posi-cin, Setzung.

    Pero entonces elpensamiento que est unido al ser no puede serel pensamiento que mide y calcula el ser, pero no desde el ser mis-

    mo, sino aqul en que el ser mismo se muestra a s mismo. Y as,al mismo tiempo, ofrece al pensamiento lo que verdaderamente esdigno de pensarse. Pero lo ms digno de ser pensado es precisa-mente lo que, en lo ya pensado, no ha sido an pensado. Al fina]de la conferencia Was heisst Denken (V A II, 17) se nos dice queel origen esencial del ser del ente no est pensado yque todava noha llegado a ser, para nosotros, digno de ser pensado. Con ante-rioridad reconoce Heidegger que hace tiempo que pensamos, en lamedida en que nos representamos los objetos en una objetividaden que divisamos al ser en el ente. Pero lo que todava no nos ha

    sido dado apensar es el origen esencial del ser.Aqu se nos dice que lo digno de pensarse es el es. Pero loms digno de pensar es si el ser mismo es o si simplemente, y anpermaneciendo verdadero, resulta que hay ser, el ser se da (Esgibt Sein), pero no que el ser sea. Precisamente porque el ser noes ente, por eso es por lo que el ser no es. Slo cabria pensar enesa donacin y aquin se refiere ese dar.

    Contra semejante conclusin Heidegger recuerda la afirmacinde Parmnides: ia r t - ~~p dvaL. En ese caso el ser sera como quienconfiere la pi-esencia, das Anwesenheit Gewhrende. Lo que a su

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    vez consagra la tautologa intrnseca al ser: presencia (la) pre-senca -

    Es obvio que Heidegger, en este ltimo momento, se niega en

    conformidad con su ms primigenia y radical actitud filosficaa introducir aqu una explicacin. La explicacin (Erklrung) nosllevara en alas de la lgica de un ente a otro. Con ello, sin em-bargo, ocultaramos la radical pregunta acerca del ser cayendo enla metafsica. Aceptando la tautologa antes referida, el ser se nosmuestra sin fundamento. El es fundamento que aningn otro seremite. El ser se manifiesta a nosotros y nosotros no debemos pre-guntar por qu?, sino simplemente permanecer en el fundamentoque brinda, dejando atrs el por qu? y aceptando el ser mien-tras> sea (cf. Da Satz vom Grund, 205 ss.) ~. Como dice Goethe:

    Du Imite dich ans Weil und frage nicht Warum (Mantente en elmientras y no preguntes por qu).Sera equivocado interpretar esta tautologa y la correspondien-

    te aceptacin de la presencia del ser como un abandono escpticoo una huida dictada por el temor a la angustiosa repeticin infruc-tuosa de una pregunta incapaz de ser satisfecha. La afirmacin tau-tolgica del ser es reconocimiento de la presencia, no del todo des-veladadel ser. Es abandono no de la tarea, sino abandono de scomoentrega ala realidad, Gelassenheit zu den Dingen, que, almismotiempo, es apertura al misterio, Offenheit fui- das Geheimnis. Mis-

    terio porque se mantiene el s y el no, el desvelamiento y el oculta-miento en la presencia (cf. Gelassenheit, 23 ss). Pero de esto habla-remos ms adelante.

    y

    Elplanteamiento kantiano de la relacin entre pensamiento y serdesemboca en algo que Kant mismo no pens. Heidegger reprocha Kant su retroceso ante el descubrimiento de la unidad de la sub-

    jetividad en la imaginacin y , atravs de ella, en el tiempo. Ahora,~ Sobre la citada expresin de Parmnides vase: Zeit und Sein, en Zur

    Sache des Denkens, pg. 8. Dc acuerdo coneste ltimo texto las palabras deParmnides pueden traducirse por Es gibt 5cm en el sentido fuerte de laexpresin alemana, esto es, no como simple haber sino comodar conpo-der, vermgen.

    IB Heidegger entiende que la pregunta por qu? (warum) introduce unmovimiento infinito en el pensamiento, que suprime todo reposo y no ofreceapoyo alguno (d., pg. 206). Por el contrario el trmino alemn correspondien-te a porque es weil,. WeB, forma abreviada de dieweilen, sera origi-nalmente, no porque, sino so lange als, mientras tanto que. Como puedeverse el trmino weB as interpretado suprime el movimiento sin fin de laexplicacin causal en favor de la aceptacin de la pi-esencialidad.

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    en cambio, no hay tal reproche, sino una confrontacin entre unaconcepcin del ser como posicin, esto es, como actividad del suje-to en el seno del conocimiento emprico, que es elpeculiar y carac-

    terstico del conocimiento humano y finito, y el ser como presen-cia que se autofunda.

    Es evidente que la confrontacin parece, a primera vista, unaoposicin neta entre actitudes que no pueden reconciliarse. Heideg-ger no lo ve as del todo. Mantiene abierta laposibilidad de quetantola actividad ponente como la misma objetualidad, condicin de ob-jeto, pueden entenderse como una inflexin (Abwandlung) del sercomo presencia. En ese caso Heidegger no vacila en afirmar que latesis kantiana acerca del ser, el ser como posicin absoluta, perte-neceraa lo que en lametafsica permanece sin ser pensado (KT 307).

    Pero es evidente queesto no est, sin ms, en la tesis kantiana.La posibilidad, y aun el camino, para ver en la tesis kantianauna Abwandlung de la idea de ser como Anwesenheit han aparecidoya antes. Tal forma de entender la tesis kantiana significara unaprofundizacin del sentido de la misma. Pero cabe preguntarse sies lcita tal intervencin. La licitud no se refiere a la pertinenciao impertinencia de una intromisin desde fuera que el eventualhermeneuta podra intentar. Heidegger entiende que el pensamien-to no puede escoger sus objetos caprichosamente ni tampoco de-

    jarse llevar por relaciones fundadas en el acontecer histrico ms

    superficial y anecdtico. Antes hemos recordado un texto heideg-geriano (VA II, 17), que nos advierte que el origen del ser no hasido an pensado ni ha llegado a ser pensable para nosotros.

    En Gelassenheit, 49, Heidegger indica que, desde el punto devista del pensamiento representativo trascendental, hemos ascendi-do al horizonte total, al que denomina como el arcasmo Gegnet,esto es, la libre amplitud y distancia que alberga todo lo cognosci-ble. La trascendencia como actividad humana ha logrado ya sus pro-psitos, y Kant pudiera considerarse, como se indica en KT 307, alfinal, la cumbre desde la cual se contemplan las dos formas de

    determinar qu sea el ser, caracterstica del pensamiento occiden-tal, el ser como roxst6at, la subjetualidad y el ser como con-cepto absoluto, el ser de la filosofa especulativo-dialctica. Estosson los antecedentes y la ms grandiosa consecuencia de la filoso-fa kantiana, al nivel del suceder histrico, que podemos registrarpor la va de una hermenutica objetiva>.

    Pero lo que Heidegger sugiere al final de su peculiar hermenu-tica no es eso. Ciertamente nos indica el peculiar e importante papelqueKant ha desempeado en lahistoria del pensamiento occidentaly sus relaciones con otras orientaciones. La misma postura filos-

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    fica del ltimo Heidegger puede ser estudiada a partir de los ante-cedentes que en esa tradicin filosfica pueden detectarse ~.

    Lo importante de la contribucin kantiana a juicio de Heideg-

    ger reside en que posicin> (Gesetztl-zeit) y objetividad> (Gegen-stndiglceit) aparecen como modificaciones de la presencia del ser.

    La tesis de Kant pertenece a lo que permanece impensado entoda metafsica. En esa misma medida supera el olvido del ser quecaracteriza a aqulla. Ha sido la exposicin de las modalidades delser lo que ha manifestado el alcance de la tesis kantiana, ya quetal exposicin se ha logrado mediante una doble reflexin sobre larelacin entre pensamiento y ser. La primera reflexin reduce elser al pensamiento, en cuanto que el pensamiento indica el mbitoen donde se da el ser. Pero la segunda va ms all del horizonte,

    es el instrumento que expone el ser del ente. Pero Kant no es cons-ciente de ese trnsito de una actitud trascendental a una ontologa.En la historia del ser no son los filsofos, sino el ser mismo quiendebe considerarse sujeto de supropia manifestacin. Pero tambines verdad que la exposicin que Kant nos ofrece lleva a cabo unapeculiar penetracin en el tema de la relacin entre pensamiento yser. Este tema, que aparece en los albores de la filosofa griega, re-cibe la peculiar inflexin del subjetivismo moderno. En ese sen-tido laobra kantiana es el exponente mximo de lamentalidad mo-derna. Pero tambin en Kant aparecen los primeros rastros dc una

    superacin de ese mismo subjetivismo.La interpretacin heideggeriana de Kant corre paralela a la evo-lucin misma del pensamiento heideggeriano. El Kantbuch, Kantund das Problem dcv Metaphysik es unainterpretacin de laCrticade la razn pura a la luz de Sein und Zeit. Por eso se ve en Kantuna fundamentacin de la ontologa, pero bajo el prisma del hombrey de la temporalidad. Cierto que la temporalidad permanece en laactitud heideggeriana tras la Kehre. Pero el ser como presenciadesde el que se interpreta a Kant en el artculo de Kant Ihese Uber

    9 Vase, por ejemplo, la obra de Ryosuke Ohashi: Ekstase md Gelassenl-zeit,Miinchen, 1975 en donde se establece el paralelo entreSchelling y Heidegger a]hilo de los trminos empleados en el titulo. En ambos autores hayun internode atender en la pregunta por qu?, evitando la reduccin del ser a una razndialctica o a una lgica calculadora. Pero Schclling mantiene una voluntadde sistema a pesar de su fracaso por alcanzarlo. Heidegger renunci ensegui-da al sistema, como renuncia a la filosofa como pensamiento futuro

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    das Sein tambin mantieneuna relacin conlatemporalidad ~. Peroaqu el tiempo yanoradica en elDasein. Ser ytiempo acontecen. Y laconsecuencia es que, al contrario, el hombre pertenece al aconteci-

    miento (Zeit und Sein 24), y poreso mismo, el acontecimiento le llevaa su ntima peculiaridad.El tiempo es el donativo (Gabe) del es gibt, cuya donacin

    guarda, delimita y hace verdad el mbito en donde se otorga la pre-sencia (Id., 18). y el tiempo en s mismo, previamente a toda medicindel mismo, es lo abierto (O//ene) que se manifiesta en elentrelazadode llagada (Ankunft), pretrito (Gewesenheit) y presente. Lo cual,a su vez, nos muestra que el tiempo es una proximidad (Nhe) que ensu acercamiento retiene unpasado y niega presentealfuturo (d., 14-&)Este no es el tiempo de la primera interpretacin heideggeriana deKant.

    Lo que, en todo caso, aparece manifiesto es la voluntad de Hei-degger por asociar a Kant en su propia evolucin o en la progresivaclarificacin hacia la ontologa fundamental y, al fin, en el descubri-miento del ser como presencia que se ofrece y se retrae al mismotiempo. Y precisamente en esa revelacin-ocultamiento se encuentratambin la explicacin de las actitudes kantiana que revelan el ser,pero, al mismo tiempo, loocultan. Desde un punto de vistade histo-riografa filosfica convencional diramos que Kant descubre la on-tologa a partir de supuestos crticos y epistemolgicos. Desde unanlisis conceptual descubre Kant la insuficiencia de tal mtodo y

    recaba la necesidad de los factores sensibles. Ms adelante, en l. areflexin acerca de las relaciones entre pensamiento y ser, descubrelas modalidades del ser. Pero, llevado de la mano de ese ser que essimultneamente presencia y ocultamiento, Kant no se coloca en elplano del ser, sino en el del ente, y su instrumento filosfico sigueadherido ala representacin. Para Heidegger esto no es una torpezade Kant. Es el inevitable resultado de la peculiar forma de aparicindel ser que slo as puede mostrarse en un entendimiento finito. Es,frente a la historiografa convencional, una lectura deKant a la luzde la Seinsgeschichte.

    Jos Mara Artola Barrenechea

    20 Sein wird als Anwesenheit durch die Zeit bestimmt. Zeit und Seir,,en Zur Sache des Denkens, pg. 2.