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    FORMACIN PROFESIONAL NO 8/ 9 REVISTA EUROPEA

    CEDEFOP

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    El aprendizaje perma-

    nente, en retrospectivaEntre los paradigmas educacionales que

    caracterizan la historia de la educacin,

    el de la educacin permanenteocupa

    un lugar significado. D esde sus distin-

    tas perspectivas, abarca una gran varie-

    dad de objetivos, persigue un alto gra-

    do de bienestar y est vinculado a ml-

    tiples causas. Sus fuentes de legitimacin

    alcanzan tanto a simples revisiones de

    la poltica educativa y social como a con-cepciones de carcter profundamente

    innovador e incluso revolucionarias.

    Abarca una ampli a gama de objetivos

    sociales, desde los radical-igualitarios

    hasta los conservadores del orden exis-

    tente. Los grupos a los que se di rige

    estn formados por jvenes y viejos, tra-

    bajadores y jubilados. Sus modelos es-

    tructurales comprenden desde un

    entramado de programas de educacin

    de adultos de carcter humanista y de

    propuestas enfocadas al mundo del tra-

    bajo, dirigidas a la formacin profesio-

    nal ( el actual sector de formacin en la

    empresa) , hasta modelos que combi-

    nan educacin y formacin.

    La explicacin de esta capacidad para

    representar tantas y tan diferentes

    legitimaciones, incluso contradictorias,

    y de servi r a tantos intereses radica en

    la propia naturaleza de las variables de

    un modelo que abarca toda la vida. Es-

    tas variables acogen una serie de con-

    ceptos, tanto existentes como nuevos,y adquieren un carcter hbrido, con una

    asombrosa capacidad para movilizar los

    intereses ms diversos y adaptarse a las

    nuevas necesidades y tendencias. Pero,

    al mismo tiempo, ah radica su princi-

    pal debilidad: corren el riesgo de per-

    der su esencia en el proceso y separar-

    se de quienes las concibieron.

    En sntesis, esto es lo que ha ocurrido

    con las tres principales concepciones del

    aprendizaje permanente en las que seprofundizar ms adelante, y posible-

    mente sea sta una de las principales

    razones por la que ninguna ha llegado

    a situarse como objetivo prioritario de

    los programas polticos. Peor an: aque-

    llos elementos que han alcanzado una

    madurez poltica y que realmente se han

    puesto en prctica son, en el mejor de

    los casos, versiones reducidas de los

    conceptos originales. Ninguno de los or-

    ganismos intergubernamentales que par-

    ticiparon en su nacimiento ha asig-

    nado a su modelo de aprendizaje per-

    manente un lugar predominante en supropio programa, circunstancia que a

    veces es comentada amargamente por

    los padres fundadores. Por ejemplo,

    Paul Lengrand, una de las personas cla-

    ve en la concepcin del pensamiento

    de la UNESCO sobre educacin perma-

    nente, observa que no se ha realizado

    ningn cambio significativo en los pro-

    gramas de la UNESCO desde entonces

    y que, si ha habido cambios, han sido

    ms bien de carcter negativo ( Len-

    grand, 1994, p.115).

    A continuacin har un breve repaso

    de la historia y la evolucin del con-

    cepto de aprendizaje permanente en

    algunas de sus principales configuracio-

    nes, as como una serie de considera-

    ciones respecto a su papel en la actual

    pol tica educativa nacional e i nternacio-

    nal. I nevitablemente, al realizar una

    exposicin concisa de una parte tan

    compleja y diversa de la historia de la

    educacin, se corre el riesgo de que sta

    resulte incompleta y parcial. El texto quese presenta a conti nuacin se centra en

    las pol ticas ms importantes de tres

    organismos intergubernamentales -los

    tres de mbito europeo- que trabajan

    en el campo educativo: el Consejo de

    Europa, la UNESCO y la O CD E.

    Breve incursin en la his-toria de una idea

    La gnesis del concepto de aprendizaje

    permanente es en s misma un intere-

    sante ejemplo de la aparicin simult-

    nea de nuevas ideas: a comi enzos del

    (...) Los tres principalesparadigmas del aprendizajepermanente que an orien-tan todo el pensamiento sig-nificativo sobre el tema fue-ron desarrollados por elConsejo de Europa, laUNESCO y la OCDE (...) Re-trospectivamente, cabe des-tacar que los tres desarro-llaron casi al mismo tiem-po un concepto de aprendi-zaje permanente que perse-gua los mismos objetivosgenerales (...) El clima pol-tico y econmico del dece-nio actual es muy diferenteal del decenio de 1960. Noest de acuerdo con la con-cepcin, en cierto modoutpica e idealista, de losprimeros paradigmas de laeducacin permanente. Esproclive a los programas de

    formacin permanente diri-gidos al trabajo y al empleo,preferentemente privados yque reclaman poco del era-rio pblico.

    Denis Ka l lenen tr en la OCDE en

    1962. Tra s dejar esta

    organi zacin, traba-

    j com o Cated rti co

    de Pedagogia en l a

    Universidad de

    Amster dam y en la Uni versi-

    dad de Pars VIII, Vin cennes-

    Sai nt Deni s. Actua lmen te es

    coordi na dor general del pr o-

    yecto del Consejo d e Eu r opa

    Una enseanza secu ndar i a

    para Eur opa.

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    FORMACIN PROFESIONAL NO 8/ 9 REVISTA EUROPEA

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    decenio de 1970 surgieron una serie de

    conceptos de poltica educativa que te-

    nan en comn el principio del apren-

    dizaje como actividad a desarrollar a lo

    largo de toda la vida, sin restringirse a

    los primeros estadios de la existenciadel ser humano. La idea de que vida y

    aprendizaje caminan -o debieran cami-

    nar- a la par no era nueva. Se remonta

    a los primeros textos conocidos que han

    servido de gua a la humanidad. El A n-

    tiguo Testamento, el Corn, el Talmud

    y muchos otros li bros sagrados refle-

    jan, con diferentes matices, la necesi-

    dad humana de aprender a lo largo de

    toda la vida.

    En el siglo XIX surgieron los primerosmovimientos organizados para el apo-

    yo y la promocin del aprendizaje de

    los adultos fuera del entorno escolar.

    G runtvi g, el padre de la escuela secun-

    daria popularpuso en D inamarca los

    fundamentos de un modelo emanci-

    pador y liberal ampliamente basado en

    el voluntarismo, que rpidamente se

    extendi por toda Escandinavia. En los

    principales pases industrializados de

    Europa surgieron movimientos a favor

    de la aplicacin de programas educati-

    vos para la nueva clase trabajadora in-

    dustrial.

    El principal motivo de estas iniciativas

    no era preparar a los adultos para sus

    tareas laborales. Su justificacin era so-

    bre todo cultural, social e, indirectamen-

    te, poltica; dar a los nuevos trabajado-

    res acceso a la cultura, dotndoles del

    conocimiento y discernimiento necesa-

    rios para tomar su destino en sus pro-

    pias manos, respecto a la empresa, a la

    administracin y a la burocracia. Laspalabras emancipacin social y cultu-

    ral, poder cultural, cultura democr-

    tica y popular, nuevo humani smo,

    estaban entre los lemas de los movi -

    mi entos de la educacin popular y la

    educacin de los trabajadores. Natu-

    ralmente, la mayora, si no la totalidad

    de las iniciativas, procedan del espec-

    tro poltico de la izquierda y con fre-

    cuencia estaban asociadas a los sindi -

    catos y a los nuevos partidos polticos

    de izquierda.

    La adaptacin al trabajo y la consecu-

    cin de logros relacionados con el mis-

    mo representaban, en el mejor de los

    casos, un papel secundario y con ma-

    yor frecuencia nulo. El nico vnculo

    con la vida laboral de los trabajadores

    era la capacidad para defender sus in-

    tereses. La frecuente asociacin con el

    movimiento sindical emergente encaja-ba en este contexto. Por otra parte, los

    empresarios de entonces mostraban es-

    casa iniciativa o inters por la educa-

    cin de adultos como medio para el

    mantenimiento o mejora de la cualifica-

    cin profesional.

    La conexin con la educacin formal

    es otro elemento que no ocup un lu-

    gar importante en la configuracin de

    estos primeros conceptos. Ciertamente,

    muchas de las actividades que se orga-nizaron en el entramado de la educa-

    cin popular o de adultos podran de-

    nominarse educacionales. O casional-

    mente se hicieron intentos para mejo-

    rar el dominio de las capacidades bsi-

    cas de lectura, escritura y clculo en

    particular. Pero en la mayor parte de

    los casos no hubo intencin explcita

    de complementar la educacin y ense-

    anza iniciales, ni tampoco estaba pre-

    sente un concepto de educacin global.

    A lo largo de la hi storia, el desarrollo

    experimentado por la educacin de

    adultos ha estado determinado en gran

    medi da por factores econmi cos y so-

    ciales especficos: la industrializacin

    y la creacin de grandes complejos de

    viviendas para trabajadores de la in-

    dustria y mi neros en el siglo X IX , la

    gran crisis econmica de los decenios

    de 1920 y 1930 y, en l os pa ses

    anglosajones, el regreso de millones de

    jvenes desmovi lizados de la guerra.

    Este ltimo factor presenta dos facetasinteresantes. Por una parte, muchos

    jvenes volv ieron a la educacin for-

    mal despus de la interrupcin de los

    aos de la guerra. Por vez primera, las

    universidades tuvieron que tratar con

    estudiantes cuya experiencia, situacin

    familiar y edad diferan de la de su

    clientela habitual. Por otra parte, los

    que volvieron tenan que familiarizar-

    se con tcnicas y competencias nue-

    vas, producidas por el fantstico pro-

    greso tecnolgico alcanzado durante laguerra. Por primera vez se adquiri

    experiencia por medio de una segun-

    da oportuni dad o una educacin re-

    currentey por primera vez se recono-

    En el siglo XI X su r gier on

    l o s p r ime r os mov im i en t os

    o r gan i z ados pa r a el apoyo

    y l a p r omoc in de l ap ren -

    d i z a j e de l o s adu l t o s f ue ra

    de en to r no esco la r .( . ..) E lp r i n c i p a l mo t i v o de e st a s

    i n i c i a t i v a s no er a p r epa r a r

    a l o s adu l t o s pa r a sus t a -

    r eas lab or al es.

    La co nex i n con la edu ca-

    c in fo r ma l es o t ro e lemen-

    t o que no ocup un l uga r

    impo r t an t e en l a conf i gu r a -

    c in de es tos pr imer os con-

    cep tos.

    En lo s p a ses a ng lo sa -

    j o nes , ( con ) el r eg r eso d e

    mi l lones de jvenes desmo-v i l i za dos de la guer r a ( ...)

    p o r p r imer a v ez s e adqu i -

    r i ex pe r i enci a po r med i o

    de un a segund a op or tu ni -

    da do un a ed u caci n r e-

    c u r r e nt e y p o r p r i m e r a

    vez se reconoc i la necesi -

    dad de un r eci c l a j e o r gan i -

    z a d o p a r a l o s t r a b a j a d o -

    r es.

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    ci la necesidad de un reciclaje orga-

    nizado para los trabajadores.

    En las dcadas posteriores se produjo

    la expansin e institucionalizacin de

    los esfuerzos anteriores en el campo dela educacin de adultos de carcter

    humanista. Los crculos de estudio en

    los pa ses escandinavos y las Volk s-

    hochschulen en Alemania llegaron a

    organizarse, reconocerse oficialmente y,

    en general, a convertirse en iniciativas

    de educacin de adultos financiadas con

    fondos pblicos. En I nglaterra, la edu-

    cacin de adultos y de otra ndole ex-

    perimentaron una enorme expansin.

    M uchas de las iniciati vas de carcter

    predominantemente voluntario pasarona ser semipblicas y recibieron ayuda

    estatal. El dinero pblico llev apareja-

    da la adopcin de un mnimo de nor-

    mas y disposiciones respecto a los pro-

    gramas, la admisin de participantes y

    la posible acreditacin. La remuneracin

    de profesores y animadores tena que

    respetar baremos pblicos. En todos los

    aspectos, tuvo lugar un cierto acerca-

    miento a la educacin formal, que hizo

    posible concebir un entramado de po-

    ltica comn a todo tipo de educacin,

    inicial y adulta, reglada y no reglada.

    Los nuevos paradigmas

    En el decenio de 1960 se produjo un

    vivo debate y reflexin sobre el futuro

    de la educacin de adultos, sobre los

    mri tos de lo ya conseguido y sobre la

    mejor manera de satisfacer el rpido

    aumento de las necesidades. La planifi-

    cacin y la racionalizacin constituye-ron la pauta de las decisiones polticas

    y se crearon las condiciones para asig-

    nar a la educacin de adultos un lugar

    bien definido en la poltica educativa,

    cultural y socieconmica. Paralelamente

    a los esfuerzos pertinentes a escala na-

    cional, los principales organismos

    intergubernamentales se encontraron

    con el reto de conseguir una mayor

    coherencia en sus programas y, en par-

    ticular, de esbozar una nueva relacin

    entre educacin y formacin, por unlado, y sus actividades en el campo so-

    cial, cultural y econmico, por otro. Los

    pases miembros tenan la expectativa

    de encontrar nuevas ideas y conceptos

    que establecieran la necesaria coheren-

    cia.

    En este contexto fueron desarrollados

    por el Consejo de Europa, la U NESCO

    y la O CD E los tres principales para-digmas del aprendizaje permanente que

    an orientan todo el pensamiento sig-

    nificativo sobre el tema. Cada una de

    estas organi zaciones tena sus propi as

    razones, grupos de votantes y enfoques

    concretos respecto a la poltica a reali-

    zar en estos sectores. Retrospectivamen-

    te, cabe destacar que las tres desarro-

    llaron casi al mismo tiempo un concep-

    to de aprendizaje permanente que per-

    segua los mi smos objetivos generales.

    En el decenio de 1960, el Consejo deEuropa haba incluido en sus progra-mas el tema de la educacin permanente

    (ducation permanente) y enseguida

    se demand que representara un papel

    ms importante en las actividades edu-

    cativas, culturales y polticas de la orga-

    nizacin. En una de sus publicaciones

    sobre este tema se dice que la i ntro-

    duccin del tema general de la educa-

    cin permanente durante el debate del

    CCC (Consejo de Cooperacin Cultural)

    sobre poltica general en 1966 marc

    un giro en la historia de la poltica edu-

    cativa en el Consejo de Europa ( Con-

    sejo de Europa 1970, p.9) . En aos an-

    teriores, el Consejo haba intentado, con

    escaso xito, acelerar la armonizacin

    y adaptacin entre los sistemas educa-

    tivos de los pases miembros. La educa-

    cin permanente se conceba como un

    concepto fundamentalmente nuevo y de

    gran amplitud, un patrn educativo ge-

    neral capaz de dar respuesta al rpi do

    crecimiento y a la diversificacin cadavez mayor de las necesidades educati-

    vas de cada individuo, joven y adulto,

    en la nueva sociedad europeaun obje-

    tivo que haba demostrado tener mayor

    alcance que los sistemas de educacin

    inicial, que haban fracasado en su res-

    puesta a las necesidades de una gran

    proporcin de alumnos, debido en par-

    te a la insuficiente diversificacin de su

    oferta programtica.

    Los tres principios o fundamentos dela nueva poltica del Consejo de Euro-

    pa eran igualdad, participacin y

    globali zacin. Se esperaba que la edu-

    cacin permanente trazara una estrate-

    El d i ne r o p b l i c o l l e v

    apa r ej ada l a adopc i n de

    n o r m a s y d i s p o s i c i o n es

    r espec t o a l o s p r og rama s ,

    l a adm i s i n de pa r t i c i pan -

    t es y l a po s i b l e a c r e d i t a - ci n.

    En el d ecen i o d e 196 0, el

    Conse jo d e Eur op a ha ba

    i nc lu i do en sus p r og rama s

    el tema d e la edu cac in per-

    ma nen te ( du ca ti on p er -

    ma nent e) ( ...) Se esper ab a

    que l a edu c a c i n pe r ma -

    nen t e tr a za r a u na est r a t e-

    g ia ms e f i caz qu e la d e ls i s t ema educa t i v o v i gen t e

    pa r a p r omover l a i g u a ld a d

    d e o p o r t u n i d a d e s en e l

    campo educa t i vo ( ...)

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    gia ms efectiva que la del sistema edu-

    cativo vigente para promover la igual-

    dad de oportunidades en el campo edu-

    cativo; se organizara con el completo

    acuerdo e intervencin de los partici-

    pantes, e integrara teora y prctica,conocimientos y competencias, apren-

    der y hacer (ver la publicacin anterior-

    mente citada de 1970 y tambin: Con-

    sejo de Europa, 1977 y Consejo de Eu-

    ropa, 1978).

    La UNESCO, a travs de sus mi embrosde todo el mundo, se enfrent a una

    demanda similar de un concepto

    movilizador en el campo de la poltica

    educativa global. Sus pases miembros

    en proceso de desarrollo experimenta-ban un vaco educativo creciente entre

    una parte cada vez mayor de sus gene-

    raciones ms jvenes y amplias capas

    de poblacin adulta analfabeta. En pro

    de la democracia y de su desarrollo eco-

    nmico deban encontrarse formas y

    medios para equipar, al menos a una

    gran parte de la poblacin, con un m-

    nimo de conocimientos y aptitudes. Por

    otra parte, los programas educativos,

    cientficos, sociopol ticos y culturales de

    la organizacin haban seguido proce-

    sos de desarrollo di ferentes y se senta

    la necesidad de un marco conceptual

    comn.

    El impulso ms fuerte en la poltica y

    actividades relativas a la educacin per-

    manente de la organizacin tuvo su ori-

    gen en Aprender a ser, informe de la

    Comisin I nternacional de D esarrollo

    Educativo presidida por Edgar Faure

    (Faure, 1972) . El informe refleja en gran

    medida el trabajo de su brillante presi-

    dente y lleva su sello distintivo. Contodo, se basa en el trabajo anterior de

    la UN ESCO .

    D e hecho, se haban organizado varias

    conferencias internacionales importan-

    tes sobre educacin de adultos ( p.e.

    Elsaneur, que se remonta a 1949, y

    M ontreal, 1960) , en las que se haban

    asentado los fundamentos conceptua-

    les y se haba preparado el terreno para

    un nuevo concepto poltico de amplio

    alcance que pudiera inspirar y guiar todoel programa educativo de la UNESCO ,

    al tiempo que hiciera posible estable-

    cer la conexin con sus actividades cien-

    tficas, culturales y polticas.

    En 1970, Aprender a ser haba sido

    precedido por el trabajo de Lengrand

    Introduccin al aprendizaje permanen-

    te (Lengrand, 1970) , en el que ya se

    perfilaban las principales lneas de tra-

    bajo que el informe de Faure iba a ela-borar. La base de Aprender a serpue-

    de caracterizarse sumariamente como un

    nuevo humanismoque, sumado a las

    elevadas ideas que haban inspirado la

    creacin de la organizacin, estaba

    enraizado en el deseo innato del hom-

    bre de aprender y reforzaba el trabajo a

    favor de una nueva sociedad ms hu-

    mana. Este concepto concordaba con

    la misin poltica y sociocultural gene-

    ral de la UNESCO y, en particular, con

    su compromiso por el entendimiento yla paz mundiales, con el avance cultu-

    ral y cientfico en beneficio de la huma-

    nidad y con el internacionalismo como

    medio para impedir que el nacionalis-

    mo llegara a convertirse, una vez ms,

    en causa de conflictos y guerras. Re-

    uni en torno a la UNESCO a Estados

    mi embros desarrollados y en proceso

    de desarrollo, del Sur y del N orte, re-

    presentando una amplia gama de reg-

    menes polticos alrededor de un con-

    cepto, idealista y movilizador, que to-

    dos podan suscribir. Los objetivos se

    formularon de un modo suficientemen-

    te global y flexible para poder ser acep-

    tados por pases en diferentes fases de

    desarrollo econmico y cultural y con

    regmenes polticos distintos.

    La OCDE, con Educacin recurrente:una estrategia para el aprendizaje per-

    manente (K allen y Bengtsson, 1973),

    tuvo, de acuerdo con el subttulo, un

    objetivo ms modesto: defini la edu-

    cacin recurrente ( trmino uti lizado porla Comisin sueca U 68 y conocido

    i nternaci onalmente graci as a O lof

    Palme, por entonces M inistro de Edu-

    cacin de Suecia) como una estrategia

    que consiste esencialmente en exten-

    der la oferta de oportunidades educati-

    vas bsicas a lo largo de la vida del in-

    dividuo, de manera que estn disponi-

    bles cuando se necesiten ( para este tema

    ver: G . Papadopoulos, 1994, p. 113).

    El modelo de educacin recurrente fuedefendido como una alternativa al pe-

    rodo de educacin inicial, cada vez ms

    largo, que retena a los jvenes en la

    escuela alejados de la vida real, como

    UNESCO: ( ...) L a ba se d e

    Apr end er a ser p u ede ca -

    r ac ter i z a r s e suma r i ament e

    com o u n nu evo h uma ni s-

    moque estaba enr a i za do

    en el deseo inn ato d el hom-b re de ap r ender y re f o r z a -

    ba el t r aba j o a f avo r de una

    nueva soc i edad ms hu ma-

    na( . . . )

    La OCDE, con Ed u ca ci n

    r ecu r r en te: una es t ra teg ia

    pa r a l a f o rmac i n per ma -

    nente( ...) , def in i la edu-

    c a c i n r e cu r r e n t e c om o

    una est r a teg ia qu e cons i s -te esenc ia lmente en ex t en-

    d er l a o f er t a d e opo r t u n i -

    da des edu ca t i vas bs icas

    en el t r anscu r so de la v ida

    de l i n d i v i d u o , d e maner a

    qu e estn d isp on ib les cua n-

    do se necesi ten ( . .. )

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    mnimo hasta la ltima etapa de la ado-

    lescencia. La O CD E trataba de romper

    ese ciclo ininterrumpido de educacin

    inicial, dada la total evidencia de su

    inefi cacia y sus costes cada vez mayo-

    res, unidos a los desilusionantes bajosresultados que los informes de la orga-

    nizacin en materia de educacin ha-

    ban contribuido en gran medida a con-

    firmar.

    La crtica al sistema educativo existente

    represent un papel importante en el

    pensamiento de la O CD E. G ran parte

    de la ineficacia de la educacin se de-

    ba -as se pensaba- a la orientacin de

    la escuela en favor de mucha informa-

    cin pero poca accin( la expresin seha tomado de las publicaciones de

    Colleman) . La alternancia entre educa-

    cin y trabajo u otra actividad era un

    elemento esencial en la nueva estrate-

    gia propuesta.

    D e conformidad con el conjunto de la

    tarea de la O CD E, la educacin recu-

    rrente tena una fuerte connotacin eco-

    nmica. Permita reunir la educacin

    formal inicial y la formacin de adultos

    y en el trabajo en una nica poltica

    encaminada a conseguir una serie de

    objetivos comunes educativos, econ-

    mi cos y sociales. Una de las consecuen-

    cias que se consideraba ms importan-

    te era el establecimiento de una rela-

    cin ms flexible entre educacin y for-

    macin, por una parte, y trabajo, por la

    otra, a fin de que la educacin y la for-

    macin sintonizaran con las necesida-

    des reales del mercado de trabajo y de

    las personas.

    Ese tipo de poltica de educacin recu-rrente requerira un cambio gradual,

    pero a la larga radical, de la poltica

    educativa, de modo que sta organiza-

    se toda la educacin postobligatoria con

    miras a hacer posible tanto la alternancia

    entre educacin/formacin y trabajo

    como el retorno efectivo a la educacin,

    formal o no formal, cuando se necesi-

    tara. Sin embargo, el informe destacaba

    que, adems del trabajo, tambin el ocio

    y la jubilacin deban ocupar un lugar

    importante y que, de igual manera, elaprendizaje recurrente debera servir

    para mejorar la calidad de los mismos.

    As, la educacin recurrente remediara

    algunos de los principales fallos del sis-

    tema educativo, al tiempo que ofrece-

    ra una alternativa educativa a gran es-

    cala, que se adecuara a las necesida-

    des de la sociedad del futuro

    (op.cit.p.7).

    Comienzo del decenio de1970: balance del pasado yanteproyectos para el futu-ro

    El sincronismo en la aparicin de estos

    tres paradigmas internacionales de

    aprendizaje permanente en los prime-

    ros aos del decenio de 1970 coincidicon la aparicin de multitud de publi-

    caciones muy crticas con la educacin

    formal. G ran parte de stas inspi raron

    e influyeron directamente en la forma-

    cin de los nuevos conceptos y polti-

    cas sobre el aprendizaje permanente.

    Los malos resultados del sistema en

    cuanto a la promocin de la igualdad

    de oportunidades en la educacin ha-

    ban sido ya demostrados en Estados

    Unidos por Coleman. Posteriormente,

    Jencks present pruebas convi ncentes

    del escaso i mpacto de la escuela, en

    comparacin con la situacin socio-

    econmica de los alumnos y con las

    aptitudes innatas, sobre el nivel profe-

    sional y los ingresos. Su trabajo se ha

    utilizado a menudo como argumento en

    contra de una mayor inversin en edu-

    cacin y de la realizacin de reformas

    educativas de elevado coste ( Jenk s,

    1972) .

    En Europa, la investigacin de H usnhaba llegado a las mismas conclusio-

    nes, pero tambin haba permitido iden-

    tificar en la escuela las vari ables espec-

    ficas que promueven el cumplimiento

    de objetivos educativos. De este modo

    ayud a justificar la reforma educativa

    ( ver Husn, 1974) .

    En todo caso, el mensaje fundamental

    de todas las publicaciones sobre el tema

    era que, al margen de lo bien funda-

    mentada y organizada que estuviera laeducacin inicial, tena una escasa ca-

    pacidad para conseguir sus metas, ya

    fuese en cuanto a igualdad de oportu-

    nidades, competencias del profesorado,

    El sin cr oni smo en la ap a-

    r i c i n de es t os t r e s pa r a -

    d igma s in ter nac iona les de

    educac i n pe r manen t e en

    los p r im er os aos d el dece-

    n io d e 1970 coinc i d i con laapa r i c in de pu b l i cac iones

    mu y cr t ica s con la edu ca-

    ci n fo r ma l.

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    FORMACIN PROFESIONAL NO 8/ 9 REVISTA EUROPEA

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    capacidades y competencias o cualifi-

    cacin para el mercado de trabajo.

    La escuela tambin haba sido atacada

    por otros flancos. En el punto de mira

    de estas crticas estaba la escuela comoinstitucin supuestamente monopoliza-

    dora de la transmisin del saber, capa-

    cidad que haba perdido haca mucho

    tiempo. La escuela, segn se deca ms

    adelante, era un instrumento de

    adoctrinamiento y opresin de la espon-

    taneidad en las manos de Estados que

    estaban obsesionados por la necesidad

    de ensear a los nios respeto por la

    ley, disciplina y otras virtudes que sus

    buenosciudadanos deban poseer. La

    escuela tend a a perpetuar las jerarquassociales exi stentes, a entrenar a la dcil

    fuerza de trabajo que los empresarios

    queran. M ataba la iniciativa y la curio-

    sidad innata de los nios. U no de los

    autores, Paul G oodman, ti tul un pri-

    mitivo anlisis suyo sobre el tema

    D eseducacin obligatoria (G oodman,

    1962, reimpreso en 1972). En l citaba

    a Einstein: D e hecho, es casi un mi la-

    gro que los modernos mtodos de ins-

    truccin an no hayan sofocado por

    completo la sagrada curiosidad de in-

    vestigar.

    Entre las diversas propuestas de cam-

    bio radical, la desescolarizacin de la

    sociedad de Ivan I llich ( I .I llich, 1970)

    es probablemente la ms conocida. Su

    mensaje radical ha oscurecido de algu-

    na forma sus propuestas, algunas de

    ellas tiles todava, como su concep-

    cin de las redes educativas. Pero el

    optimismo de I lli ch en cuanto al deseo

    humano de aprender -optimismo com-

    partido, a este respecto, por muchosautores de proyectos educativos radi-

    cales- y en cuanto a la capacidad del

    hombre para reunirse con las personas

    adecuadas y crear por s mi smo las con-

    diciones necesarias para su aprendiza-

    je, se consider por parte de muchos al

    borde de lo utpico - aunque en los

    tiempos actuales de I nternet algunas de

    las concepciones de I lli ch parecen me-

    nos irreales.

    Pocos crticos llegaron tan lejos comoJencks, que concluye su D esigualdad

    con esta memorable afirmacin ( por la

    que ha sido frecuentemente criticado en

    Estados U ni dos, al ser considerada

    criptocomunista) : Si queremos superar

    esta tradicin ( p.ej. la de contar con la

    escuela para contribui r a la i gualdad

    econmi ca) , tendremos que establecer

    un control poltico sobre las institucio-

    nes econmicas que conforman nues-tra sociedad. Esto es lo que en otros

    pases normalmente llaman sociali s-

    mo.. ., ( op.cit. p.265) .

    En el decenio de 1960 y en los aos

    iniciales del decenio siguiente se haba

    producido tambin una profunda refor-

    ma de la educacin inicial. D iversos

    pases haban adoptado nuevas dispo-

    siciones y se haba presentado nume-

    rosas propuestas globales de reforma :

    la Rahmengesetz en la RFA , la Loidorientationen Francia, la Contouren-

    notaen los Pases Bajos, el informe de

    la Comisin O ttosen en Noruega y el

    ya mencionado informe final de U68

    en Suecia. El principio de la educacin

    permanente fue adoptado por todos

    ellos, como en Inglaterra, donde ya fi-

    guraba en la Ley de educacin de 1944.

    Qu ha ocurrido con la

    educacin permanente?

    Los nuevos teoremas fueron en su con-

    junto bien aceptados por los pol ticos

    de los pa ses ms desarrollados, que

    vieron en ellos una salida contra la du-

    racin cada vez mayor y el aumento de

    los costes de la educacin inicial, as

    como un medio para una mejor adap-

    tacin de la educacin a las necesida-

    des del mercado laboral. Los pases en

    desarrollo quedaron impresionados por

    la lgica del Aprender a ser, que res-ponda a su demanda de un enfoque

    totalmente nuevo de la educacin des-

    de la perspectiva de un desarrollo

    global.

    Sin embargo, se dieron poca prisa en

    traducirlo a polticas educativas. En el

    mbito de la O CD E, la Conferencia de

    M inistros de Educacin que tuvo lugar

    en Berna en 1973 asumi el principio

    general de la educacin recurrente, afi r-

    macin que se confirm en 1975, enEstocolmo. Pero tras este pequeo pro-

    greso poco se avanz en este sentido y

    aun lo conseguido sigui siendo como

    un remiendo, desigualmente esparcido

    ( ... ) lo s ac tu a les p r ogr a-

    mas de educac in de adu l -

    tos , en sus ml t ip les var ian-

    tes , no se cor r espo nden en

    gener a l con los concep tos

    o r i g i na r i o s ( . ..)

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    FORMACIN PROFESIONAL NO 8/ 9 REVISTA EUROPEA

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    educacin permanente -admitidos pero

    no explcitamente asumidos por las or-

    ganizaciones internacionales y ni siquie-

    ra por la mayora de los pases miem-

    bros- han dado paso a otros ms rea-

    listas que sirven para mantener y me-jorar los sistemas sociales exi stentes,

    pero que no introducen ningn cambio

    radical.

    t Poco se ha conseguido a partir de la

    idea de recurrencia. Las uni versidades

    han perdido la oportunidad de reorga-

    nizar su enseanza para hacer posible

    el verdadero reciclaje y abrir as sus

    puertas a nuevas clientelas ( K allen,

    1980) .

    Faltan otros elementos esenciales de la

    poltica de educacin permanente. Por

    ejemplo, la legislacin relativa al per-

    miso retribuido para estudios es reali-

    dad en pocos pases y se ha visto con-

    dicionada al aprendizaje profesional. Se

    ha hecho poco en trminos de armoni-

    zacin de ttulos y diplomas y, desde la

    educacin formal, se mantiene prcti-

    camente el monopolio sobre el acceso

    al empleo cualificado.

    El clima poltico y econmico del de-

    cenio actual es muy diferente al del

    decenio de 1960. N o est de acuerdo

    con la concepcin, en cierto modo ut-

    pica e idealista, de los primeros

    paradigmas del aprendizaje permanen-

    te. Es proclive a los programas de for-

    macin permanentedirigidos al trabajo

    y al empleo, preferentemente privados

    y que reclamen poco del erario pbli-

    co. La formacin en la empresagana

    rpidamente terreno. Se hace slo una

    excepcin donde los agudos proble-mas sociales amenazan el cli ma social,

    como el desempleo juvenil. Aqu, los

    poderes pblicos toman por s mismos

    la iniciativa organizando y financian-

    do programas que permiten un retor-

    no a la educacin.

    Se necesita una buena dosis de opti-

    mismo y tolerancia para aceptar la opi-

    nin de que los conceptos de aprendi-

    zaje permanente, a pesar de todo, han

    sobrevivido inclumes. Realmente, laidea general ha entrado en los plantea-

    mientos polticos y tambin en muchos

    programas educativos de educacin y

    aprendizaje. Sin embargo, a mi juicio,

    entre los distintos pases

    ( Papadopoulos, 1994, p. 115).

    Una evolucin simi lar puede constatarse

    en la U NESCO . Las sucesivas Conferen-

    cias Generales han suscrito el conceptode educacin permanente que, sin em-

    bargo, ha sido recortado rpidamente y

    reducido a unas cuantas dimensiones

    especfi cas, como los programas de al-

    fabetizacin para pases en desarrollo

    y, en especial, para apoyar la educa-

    cin tradici onal de adultos ( ver

    Lengrand, op.cit.125).

    Q uizs sea el Consejo de Europa el que,

    en su planteamiento general, ha per-

    manecido ms fiel al principio de laeducacin permanente, si bien los sec-

    tores ms tradicionales y asentados de

    la educacin han ido afi rmando su pre-

    ponderancia en sus programas a lo lar-

    go de los aos, por lo que la connota-

    cin originaria de este concepto ha sido

    en cierta manera relegada.

    No obstante, como el monstruo del lago

    Ness, la educacin permanente y sus

    equivalentes reaparece de forma regular

    en los enfoques de las polticas interna-

    cionales, bsicamente para situar en una

    perspectiva ms amplia y dar una cober-

    tura conceptual ms profunda a los ml-

    tiples programas remiendo que efecti-

    vamente se han promovido.

    Excede de los objetivos de este artculo

    realizar un listado de tales aplicaciones

    parciales del concepto de educacin

    permanente. Tal vez puede servir de

    ayuda analizar de qu manera los ac-

    tuales programas de educacin de adul-

    tos, en sus mltiples variantes, no secorresponden en general con los con-

    ceptos originarios:

    t Se ha avanzado muy poco respecto

    de la necesaria smosis entre educacin

    y aprendizaje, por una parte, y, por otra,

    el desarrollo cultural y social. El nico

    sector en el que desde hace mucho tiem-

    po se ha conseguido esta smosis es en

    el de los tradicionales programas de

    humani dadesde educacin para adul-

    tos, especialmente los encaminados aldesarrollo comunitario.

    t Los objetivos liberadores, emancipa-

    dores y pol ticamente progresistas de la

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    la connotacin ha cambiado profunda-

    mente. D e alguna forma, es lo que ca-

    ba esperar, dada la transformacin en

    el clima poltico producida en las lti-

    mas dcadas y la evolucin de las eco-

    nom as de los pases desarrollados ha-

    cia un modelo liberal: el generoso y

    equilibrador concepto de educacin per-

    manente, tal y como fue concebido en

    sus pri meras etapas, ya no se adapta a

    las efi caces y correctaseconomas de

    mercado actuales.

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