POWER POINT REALIZADO POR JOSE Mª SANCHEZ SANCHEZ 21-11-2011 EL CREDO POR JOSE Mª 2º ESO.
Joaquim Mª Casamor Espona - El paisajista accidental
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Un e-Informe de Gabino Carballo
Joaquim Mª
Casamor Espona
El paisajista accidental
Gabino Carballo, Barcelona
Revisión 04 16.05.2013
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 2
Editado por Gabino Carballo Pérez
Soy Paisajista por la Escuela Castillo de Batres de Madrid y MA in Landscape Design por la Universidad de Sheffield (Reino Unido).
Poseo también un Master MPM en Dirección de Proyectos por la Universidad Ramón Llull - BES La Salle, Barcelona.
Actualmente trabajo como Técnico Paisajista y de Gestión de Proyectos adscrito al Habitat Urbano del Ayuntamiento de Barcelona.
Algunos de los proyectos con los que más he disfrutado son: - Norma Técnica de Jardineria de Redacción de Proyectos de
Jardinería y Paisajismo. Dirección técnica y redacción de la norma. XX Premio PARJAP Juan Julio Publicaciones de la Asociación Española de Parques y Jardines Púiblicos AEPJP, 2013.
- Rolling Garden, Laussane Jardins 2014, Lausana, Suiza. Distinción y comission para la ejecución de un jardín efímero en la ciudad de Lausana, 2013.
- Proyecto de apertura de un uevo acceso en los Jardines del Palacio real de Pedralbes. Proyecto y ejecución de la creación de una nueva zona ajardinada dentro de los jardines existentes, con Patrizia Falcone, Barcelona, 2012.
- Dragomed Garden, Gardening World Cup 2012, Nagasaki, Japón. Jardín efímero, Medalla de Plata en la categoría de Show Garden, 2012.
- Jardines del Gran Capitán, Les Corts, Barcelona. Proyecto y ejecución de las obras de construcción de un nuevo jardín público, 2011.
- Proyecto de mejora de la Plaza de la Sagrada Familia, Eixample, Barcelona. Gestión de la ejecución de las obras de mejora de la plaza, 2011.
- Río de Janeiro Olympic Village Competition, Rio de Janeiro, Brasil. Desarrollo de propuestas de paisaje para la villa olímpica con MBM Arquitectes, Barcelona., 2012.
- Plaza de Laguna Lanao, Gracia, Barcelona. Proyecto y ejecución de las obras de construcción de un nuevo espacio público, con Patrizia Falcone, 2010.
- Parque del Barrio de la Primavera, Sants-Montjuïc, Barcelona. Colaboración den el desarrollo de propuestas y detalles con patrizia Falcone. Finalista Premio FAD, 2008.
- Jardíns d’Ernest Lluch, Les Corts, Barcelona. Proyecto y ejecución de un Jardín memorial a Ernest Lluch, Barcelona, 2007.
- Sunshine Plaza, International Mosaiculture Competition, Shanghai, China. Proyecto y ejecución de una instalación de mosaicultura efímera, 2006.
- BBC Media Campus, White City, Londres, Reino Unido. Proyecto de urbanización de la sede de los servicios de producción de la BBC, con Christopher Bradley-Hole, 2002.
- Discovery Place, Farnborough, Reino Unido. Proyecto y ejecución de la urbanización de un complejo edificios de negocios, con Whitelaw + Turkington, 2003 Premio BALI National Landscape Award, 2001.
- Trafalgar Square World Squares for All Competition, Londres, Reino Unido. Diseño de propuestas y visualizaciones, con Gillespies y Sir Terry Farrell Architects, Oxford, 1999.
eInformes Gabino Carballo Pérez
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TABLA DE CONTENIDOS
1. Introducción .................................................................................................................................................. 5
2. Contra la disciplina del olvido ................................................................................................................ 5
3. Una introducción al estudio del diseño paisajístico ..................................................................... 11
4. Jardines infantiles ...................................................................................................................................... 12
5. Memoria de Proyecto de los Jardines de Mossen Cinto Verdaguer ........................................ 15
6. Los espacions verdes en la planificación del ocio ......................................................................... 18
7. Cartas al Director de la Vanguardia Española ................................................................................ 22
8. Los espacios verdes, hoy ......................................................................................................................... 24
9. Objetivo: Humanizar la ciudad ............................................................................................................. 25
10. Jardines de Barcelona .............................................................................................................................. 29
11. Un nuevo espacio verde público en Barcelona ............................................................................... 33
12. Los espacios verdes en el sistema urbano ....................................................................................... 35
13. IFLA NEWS Nº 2, July 1978 .................................................................................................................... 39
14. IFLA NEWS Nº 3, May 1979 ................................................................................................................... 46
15. Prólogo a la Segunda Edición del Deodendron .............................................................................. 50
16. ALGUNAS IDEAS Y CRITERIOS EN LA ORDENACIÓN DE LOS ESPACIOS VERDES. ......... 51
17. Prólogo al Pliego General Tipo. ............................................................................................................ 58
18. El jardin en y contra de la ciudad ........................................................................................................ 59
19. Una crónica de la arquitectura jardinera en Barcelona .............................................................. 64
20. De los jardines del placer a las plazas duras ................................................................................... 65
21. Memoria de la propuesta de mejora de los Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer ........... 66
22. Parc de Montjuïc. Jardines de Mossen Cinto Verdaguer y de Mossen Costa i Llobera .... 69
23. Los jardines de Montjuïc, un siglo de historia del paisajismo catalán .................................. 71
24. El personaje: Joaquim M. Casamor i d’Espona, Arquitecto ........................................................ 73
25. Paisajismo: Los parques de Casamor ................................................................................................. 75
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Me parece que es obvio que ni el estilo de jardinería simple ni el artificioso, (…), son correctos.
Uno es una desviación demasiado extravagante de la naturaleza, el otro una adherencia
demasiado escrupulosa a la misma. Un modelo es absurdo, el otro insípido y vulgar. Una mezcla
juiciosa de los dos sería, ciertamente, mejor que cada uno de ellos.
Pero es difícil determinar como podría efectuarse esta unión. Los artistas y los amigos de la
naturaleza son igualmente violentos en defensa de su sistema preferido, y como cualquier
persona partidista, no renuncian a nada, por absurdo que sea.
No es de esperar, por tanto, que se produzca tal coalición. Quienquiera que fuese tan atrevido
como para intentar llevarla a cabo, probablemente recibiría la censura de ambos bandos, sin
reformar ninguno de ellos, y causaría su propio perjuicio, sin servir en modo alguno al arte.
- William Chambers, Disertación sobre la jardinería orientali
“A nadie se le había ocurrido convertir en parque de la montaña de Montjuïc, porque eran muy
pocos los que la conocían, por su mala fama y por las dificultades de acceso. La exposición podía
ser el gran pretexto para convertir en realidad mi sueño de transformar Montjuïc, la barriada
inmunda y de mala fama, en el sitio más bello de Barcelona y uno de los más bellos del mundo”
- Francesc Cambó, Memories.
“La jardinería es el mejor aliado de la arquitectura”. – Joaquim Mª Casamor d’Espona, Algunas ideas y criterios en la ordenación de espacios verdes.
“Las grandes democracias construyen parques, las grandes dictaduras construyen plazas. Los primeros son espacios de libertad e igualdad, los segundos un escenario de pretensiones” -
Gabino Carballo, Pensamientos apócrifos.
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1. Introducción
Este documento sobre la figura de Joaquim Mª Casamor d’Espona se presenta como una colección de escritos
y documentos relevantes para comprender su significación en el paisajismo Europeo, Español y Catalán en la
segunda mitad del Siglo XX.
La mayoría de estos documentos provienen del archivo personal del Sr. Casamor, mientras que otros
provienen del fondo donado por el mismo al Colegio de Arquitectos de Catalunya. Estyos textos han sido
ligeramente editados y en ocasiones traducidos del catalán.
Tan solo el texto de la conferencia “Algunas ideas y criterios en la ordenación de los espacios verdes” ha sido
editado sistemáticamente, al tratarse de notas manuscritas de una ponencia no publicada.
Hay algunas excepciones, tales como el texto de Hubbarb y Kimball, utilizado a modo de introducción y
referente sobre los orígenes del paisajismo moderno, que se situa en los albures del siglo XX.
Todos ellos, ayudan a entender y a contextualizar la trayectoria profesional de este destacado arquitecto y
paisajista, y la profunda influencia que su trabajo ha tenido sobre el paisajismo contemporáneo.
El objetivo de este documento no es comercial, sino divulgativo y académico, para futura referencia de
investigadores y estudiosos.
Por tanto, aquellos interesados serán responsables de verificar las fuentes, citas y notas presentes en este
informe, y a ellos corresponde obtener los correspondientes permisos para su publicación.
Varios de textos han sido traducidos del inglés o del catalán por el editor, por lo que estas traducciones están
sujetas a una eventual traducción, más experta o autorizada.
2. Contra la disciplina del olvido
Gabino Carballo, Paisajista del Instituto Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (2012).
Con mi primer sueldo ganado como paisajista adquirí dos libros esenciales para el profesional del ramo de
principios de los años 90: el primero fue la flamante segunda edición del Deodendron de Rafael Chanes, un
libro originalmente publicado en 1979 y obligatorio en la estantería profesional de entonces (y posiblemente
en la de ahora).
El segundo libro fue el Pliego general tipo de condiciones facultativas para el servicio de parques y jardines de
Barnola, Casamor, Pita-Romero, de 1987. Una publicación estrictamente técnica, árida, pero esencial para los
que buscábamos pasar de la teoría proyectual a la acción, a la ejecución de obra verde.
El Pliego sentó las bases para la gestión profesional y sistemática de los contratos de obra de jardinería en la
España de finales de siglo. Su publicación avaló que el proyecto de jardinería precisa de un fundamento
técnico riguroso en su ejecución.
En ambos volúmenes constaba el nombre de Joaquín María Casamor de Espona: en el Deodendron como autor
de un elegante prólogo a la segunda edición, en el Pliego como autor del mismo. No le concedí importancia
entonces puesto que nada sabía del Sr. Casamor y su obra.
El paisajismo era por entonces una disciplina desconocida e ignorada, aunque ciertamente no nueva. Poco ha
cambiado, excepto que el concepto de paisaje y el paisajismo -entendido como un adjetivo y no como
sustantivo- se han puesto de moda en algunos ambientes profesionales y académicos como sujeto de
discusión, promoción y comercialización, pero no de estudio.
Este supuesto interés por el paisajismo, lejos de contribuir al conocimiento de este particular campo del
conocimiento, ha fomentado una serie de tópicos, mitos desinformados y generalidades que han servido para
poner generar un interés espurio y mediatizado sin excesivo trasfondo intelectual. Raras, casi inexistentes,
son las reflexiones de esta calidad del Arquitecto y Paisajista argentino José Guillermo Torres Arroyo:
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“Comencé haciendo Paisajismo desde mi formación y visión de arquitecto -grave error- hasta que fui
descubriendo que esta disciplina tiene un "corpus" propio, esencialmente diferente, sumamente
importante y valioso, pero mal conocido o mal interpretado."ii
El resultado es que algunos proyectos de paisajismo fracasan por la ausencia de conocimiento del arte
jardinero. En ocasiones existe el conocimiento técnico, por supuesto, pero sencillamente falta el arte en el
diseño con plantas.
Lo cual refuerza la aversión a utilizar plantas en nuevos proyectos e invita a culpar al mantenimiento (y por
ende a los jardineros) de un fracaso que realmente nace del sacrosanto y siempre virginal proyecto iii.
Esta deriva indeseable y facilona, ha venido de la mano de un cierto academicismo malsano, fundamentado en
el sex-appeal del render y la foto de revista, del discurso fácil, y la ética del éxito de los premios preconcedidos
que todo lo justifican.
También nace de la ignorancia y su búsqueda de excusas perezosas, las que normalmente acusan a las
plantas, al verde, de algo sórdido e inexplicable. Un algo inconcreto, pero desagradable, fundamentalmente
pernicioso, dando a entender que la planta y por ende el jardín, el arte de la jardinería, son un subproducto
cultural, una aberración histórica y un error a enmendar.
En las palabras de Rafael Chanes publicadas en el año 1974:
“La tremenda cantidad de ideas equivocadas, de prejuicios y de actitudes culturales negativas que
existen aún frente a la naturaleza, el paisaje, las especies vegetales, y los espacios verdes dentro de
las ciudades, no nos hace soñar con una inmediata mejoría de estos espacios exteriores”.iv
La persistencia del paisaje implica la permanencia de la memoria; su desaparición supone la incomprensión
del mundo que nos rodea y la adulteración de nuestra identidad con fines espurios.
Existe un fragmento de memoria, emparedado sin motivo entre el olvido y la ignorancia, en el espíritu
propuesto por Simon Schama en su obra Paisaje y Memoria:
“Una manera de observar; de descubrir lo que ya tenemos, pero que de alguna manera elude nuestro
reconocimiento y nuestra apreciación. En lugar de una explicación sobre lo que hemos perdido,
propone una exploración sobre lo que aún podríamos encontrar” v
Por tanto, la intención de este escrito es la recuperación de la obra de uno de los profesionales que abrieron el
camino que ahora transitamos. Objetivamente, tanto por la cantidad como por la calidad de su obra, uno de
los más importantes es Joaquín Mª Casamor d’Espona.
De Casamor y su equipo se puede decir tranquilamente que es el profesional del paisajismo catalán, español y
europeo más importante en la segunda mitad del siglo XX, por la trascendencia y la calidad de su obra y el
calado de su pensamiento, desarrollado fundamentalmente en artículos en las páginas de la revista municipal
Parques y Jardines.
Sus escritos continúan plenamente vigentes en contenido, sencillez y lucidez a pesar del disciplinado olvido al
que hemos sometido su trabajo. El paisajismo es una profesión que produce obras naturalmente efímeras
pero cuyo conocimiento no necesita ser efímero ni olvidado. De hecho, se puede decir que su pensamiento
todavía no ha sido aprehendido
Casmor d’Espomna fue responsable de la segunda “oleada verde” de Barcelona, ya que la primera
correspondió a Rubió i Tudurí. Una oleada que dotó a Barcelona de una serie de parques temáticos, de
embellecimiento de la ciudad e incluso de contenido social hasta bien entrados los años 80.
Durante los años 70 Casamor d’Espona desarrolló y propuso una serie de estrategias de reverdecimiento
urbano que fueron adoptadas por sucesivos gobiernos municipales.
Hasta entonces, el ayuntamiento de Barcelona parecía haber apostado por una puntillosa violación de la
estrategia postulada por Rubió i Tudurí en 1917 para la solución de los problemas municipales en cuestión de
adquisición y construcción de paseos, jardines y parques públicos:
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“Notemos de pasada, que esta teoría conduce generalmente a la ejecución de muchos espacios libres
y jardines públicos en los distritos obreros y modestos –donde el terreno es relativamente barato y la
densidad de población considerable– mientras que a los barrios ricos –terreno caro y población
menos densa– se les atribuyen muchos menos. Hay que recordar que los jardines privados
constituyen una amplia compensación de la falta de espacios libres municipales y que son los
distritos ricos los que pueden poseer mayor superficie dedicada a jardines particulares”. vi
Casi todos los espacios verdes promovidos durante el franquismo parecen haber sido ejecutados en barrios
de nivel socioeconómico elevado, o en contextos urbanos altamente especulativos y alejados de una visión
social equitativa.
Precisamente, uno de los primeros proyectos de Casamor d’Espona fue la notable excepción fue el Parque de
la Guineueta del Coll, posiblemente el primer parque barcelonés con un programa claramente social y de
dignificación urbana de Barcelona, cuyo eco recibió en la prensa diaria un comentario significativo, como se
puede leer en un ejemplar de La Vanguardia Española de Mayo de 1967:
“El Parque de la Guineueta, una realización social de extraordinaria importancia. Esta situado en una
de las zonas de la ciudad más necesitada de espacios verdes. (…) Lo más importante del proyecto (…)
este parque constituye un fenómeno poco frecuente por cuanto rompiendo no pocos precedentes se
ha venido a acometer en una zona de composición social modesta. No es pues un parque en el que
juegue un papel primordial el embellecimiento de la ciudad, por cuanto Barcelona es en estos lugares
muy poco frecuentada, excepto por sus propios moradores. (...). Bien está que en algún lugar se
empiece ya a pensar y a llevar a cabo estas cosas”.vii
Esta forma de olvidar en Barcelona es propia de una ciudad que ha hecho de la planificación de su futuro en
cada momento un auténtico arte, una ciudad de vanguardia permanente dentro de unos límites precisos, que
requiere una disciplina más exigente de lo normal en el arte de olvidar el ayer amortizado para dejar paso a la
rentabilidad del mañana. En las palabras de Conrad Kent:
“Históricamente, Barcelona se ha reinventado a sí misma con ingenuidad y brillantez dramáticas.
Olas de diseño urbano eufórico, arquitectura extravagante y arte en el filo de la vanguardia han
renovado esta ciudad. Paradójicamente, esta urbe de carácter metamórfico es también una ciudad
poseída de una notable estabilidad. Bajo una superficie turbulenta late un sustrato indeleble de
experiencias compartidas y sentido común que actúa como contrapeso a la potencia del gesto
vanguardista”. viii
En esta elegante descripción del fino equilibrio entre rauxa i seny catalán, Kent es más que amable con la
realidad social y urbana de la sociedad Barcelonesa.
Aún en democracia, el urbanismo y la configuración del espacio público barcelonés delimitan los espacios de
oportunidad y responsabilidad de unos y otros, con las tensiones que esta situación de fluctuación urbana
permanente genera.
El propio Kent cita a Hobsbawm cuando describe la vida urbana barcelonesa como un proceso de invención
continua –tradiciones incluidas- que ha convertido a esta ciudad en un “escenario” para el desarrollo de un
llamado teatro de la vida.
Una de las artes más castigadas por este teatro ha sido precisamente el paisajismo y la jardinería, cuya praxis
parece haberse adscrito a sectores sociales burgueses y “quicos”, olvidando su clara vocación social y su
preeminencia en sociedades democráticas precisamente como un arte que libera al individuo de toda
servitud.
Este proceso de olvido y reinvención tiene su vertiente política, como se puede apreciar en la frase de
Gabancho y Freixa:
“Cuarenta años, los omnipresentes cuarenta años, de cargarse la hierba y un par de décadas para
volver a sembrar”ix.
Pocas veces se ha utilizado una metáfora paisajística tan elocuente para describir lo vivido por el liderazgo
del progreso en la sociedad barcelonesa.
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Pero como ha dicho el propio Casamor d’Espona: “Yo, al franquismo, me lo encontré ya puesto”x.
Además de los factores político culturales, también existen otros de tipo profesional: se puede decir que los
gremios de la arquitectura y las ingenierías han aplicado el rodillo más severo a las posibilidades del
paisajismo que apuntó Casdamor d’Espona en su trabajo pluridisciplinar y sus escritos.
Jardineros y paisajistas han sido tratados como parias profesionales, indignos de consideración intelectual o
profesional, independientemente de sus méritos.
La arquitectura Barcelonesa en particular ha sido particularmente estricta en la aplicación de animosas
medidas correctivas intelectuales e históricas en relación a la creación de la ciudad, dentro de una estrecha
línea gremial y corporativa. Esta animosidad no es ni exclusiva ni nueva: Gabancho y Freixa hablan de:
“un Ingeniero Ildefons Cerdà, mal visto por los barceloneses y enemistado gremialmente con los
arquitectos, que en el imaginario popular son los únicos dueños del urbanismo de la ciudad”xi.
Que los gestos más significativos de la trama urbana barcelonesa, como el Parque de la Ciutadella, la traza del
Eixample o la urbanización de Montjuïc hayan surgido del trabajo de Maestros de Obra, Ingenieros y
Jardineros xii más que del pensamiento arquitectónico, bien puede explicar el virulento revisionismo histórico
que se practica en Barcelona, y solo cabe imaginar el desasosiego eterno de los arquitectos que rechazan el
espacio verde como parte fundamental ante las siguientes palabras:
“no hem fet una Exposició, fem una ciutat. M’he negat sempre a considerar l’Exposició com una
entitat desarrelada, la finalitat de la qual estigués en ella mateixa” (Rubió i Tudurí, M, 1929, p. 5) xiii
La segunda parte de esta purga histórica y conceptual consistió en una supuesta ruptura con el pasado
mediante la producción de un urbanismo prolijo en espacios públicos esculturales y eclécticos, de diversa
calidad, mérito y durabilidad; las “plazas duras”que fueron impuestas a los ciudadanos como marchamos de
modernidad y han alimentando el mito de la creación de una nueva “arquitectura del paisaje” que no ha sido
nada más que una excusa para ejecutar edificios tumbados sobre las zonas verdes que los ciudadanos
ansiaban y por las que tanto lucharon durante la Dictadura.
El gran fracaso del urbanismo y la arquitectura barcelonesa habían sido, precisamente, la incomprensión de
los espacios públicos verdes, los parques y los jardines, que son vistos aún a día de hoy como espacios
residuales e inferiores a la espera de su “aprovechamiento”.
Desafortunadamente, parece que todo jardín no es más que “suelo libre”, vacío, sin ocupar, a la espera de ser
edificado o urbanizado. A este fracaso conceptual histórico, cabe sumar la confusión y la ignorancia
prevalente entre los arquitectos de Barcelona sobre todo lo que tiene que ver con el Paisajismo.
Mientras Casamor d’Espona asistia a congresos internacionales de IFLA, la International Federation of
Landscape Architects, y desarrollaba una copiosa obra en proyectos y escritos, sus coetáneos permanecieron
totalmente refractarios a su labor.
Un ejemplo perfecto es el comentario del Profesor Manuel Ribas i Piera, cuyas colaboraciones en la revista
municipal “Parques y Jardines” acompañaron a las de Casamor d’Espona en numerosas ocasiones. En su
escrito titulado (de manera harto elocuente) ¿De qué va eso del paisajismo? dice:
“(…) Paisajismo, del que muchas veces he predicho que debe ser el nuevo nombre del Urbanismo.”xiv
Si dramático resulta que el profesor Ribas i Piera parezca incapaz de diferenciar entre Urbanismo y
Paisajismo, después de años de acompañar a Casamor d’Espona y su trabajo, más dramática resulta la
aseveración de Jordi Bellmunt i Chiva donde dice que:
“La experiencia paisajística barcelonesa es relativamente reciente. (…) la historia del paisajismo en
nuestra casa, no exenta de episodios de alta calidad, incluso modélicas, siempre ha carecido de peso
específico sobre otras realizaciones. (…) a partir de los años ochenta se acomete la recuperación del
espacio público, (…). Comienza así un ciclo de aproximación a modelos y experiencias
contemporáneas internacionales. (…), no podemos dejar de mencionar (…) La progresión ascendente
de trayectorias profesionales que dan a la jardinería una transcendencia proyectual paisajística
desconocida hasta el momento”xv
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 9
En este extraordinario resumen de la historia del paisajismo barcelonés asombra la extraña aseveración de la
falta de peso específico de una disciplina tan arraigada como la jardinería y el paisajismo en Barcelona sobre
“otras realizaciones”.
Es decir, que el trabajo de Fontseré, de J.M.C. Forestier, de Rubió i Tudurí y el propio Joaquim Mª Casamor
d’Espona, a los que se honra con el título de “jardineros”, no parece estar a la altura de otras artes. Algo
bastante difícil de creer para alguien que haya pasado por el Parque de la Ciutadella o por la montaña de
Montjuïc con los ojos abiertos.
El reputado conocedor y crítico de jardines americanos, Alen Lacy, apuntaba en 1986 sobre los Jardines de
Montjuïc:
“De todos los jardines que he visto sobre la faz de la tierra, seguramente el más extraño en su belleza
es el que se conoce por su nombre en lengua catalana como Jardí de Mossen Costa i Llobera (…) que
se asienta precariamente en la inclinada ladera este de Montjuïc (…). De alguna manera, todo
Montjuïc es un jardín. (…). Me preguntaba por qué las autoridades españolas me urgían a visitar los
jardines de la Alhambra de Granada, pero ignoraban los de la montaña de Montjuïc”xvi.
Si aceptamos la premisa que contiene este párrafo –que los jardines de Montjuïc en su conjunto comprenden
una de las obras de arte más excepcionales del planeta- es muy posible que podamos aceptar que el conjunto
de los Jardines de Montjuïc creados durante los años 1967-1970 constituyen uno de los más importantes
legados paisajísticos europeos del siglo XX.
Pero siempre es posible, en una magnifica demostración de parcialidad, ignorancia y falta de integridad
intelectual, además de olvidarse de Antoni Gaudí y su Park Güell, dejar en el tintero nada menos que los
autores de parques y jardines fundamentales para Barcelona, tales como los arquitectos Martorell, Oriol
Bohigas, David Mackay, Luis Peña Ganchegui, Antoni Solanas, Daniel Freixes, Vicente Miranda, Pep Zazurca y
Mariona Nuxari y hasta el mismo hijo de Casamor d’Espona, Carles Casamor.
Deja también el tintero Patrizia Falcone, la directora del departamento de Proyectos y Obras del Instituto
Municipal de Parques y Jardines de Barcelona, la única que a podido igualar e incluso superar a Rubió i
Tudurí y a Casamor d’Espona en número de proyectos y extensión de áreas verdes creadas en Barcelona
No contentos con eliminar las figuras seminales y más fructíferas del paisajismo Barcelonés desde los años
70, podemos eliminar de la historia a personajes tan relevantes para la evolución del paisajismo barcelonés
como Xavier de Winthuysen, a Pañella, o Antoni Falcón i Vernís, el gestor de la revolución del espacio verde
barcelonés conocida como “La Conquista del Verde”; y que se ha reencarnado como paisajista ganador del
Concurso del Parc Lineal de la Sagrera en colaboración con West8, nada menos.
De hecho, podemos ignorar que la inmensa mayoría de los espacios públicos verdes creados en Barcelona
durante los 70 y los 80 tuvieron su origen en la movilización vecinal y no en ningún tipo de nuevo
pensamiento urbano o paisajístico que tuviera su origen en ninguna facultad de arquitectura de Barcelona.
Muy al contrario, este vino después, con las “plazas duras” cuyo diseño de corta y pega aún se arrastra por el
urbanismo carpeto-vetónico local como el espectro de un nuevo rico venido a menos.
El trabajo de Casamor y su equipo municipal, conectó las vanguardias del paisajismo Europeo para crear un
paisaje urbano que puso a Barcelona a la vanguardia del paisajismo de la época en el sur de Europa y sembró
la semilla técnica y conceptual para las grandes transformaciones del concepto del verde urbano que se
sucedieron con el advenimiento de la Democracia en la ciudad.
En Montjuïc, en una aplicación sui generis, mediterránea y barcelonesa de lo que el concepto de naturaleza
significa, el equipo liderado por Joaquim Mª Casamor d’Espona, en decisiva colaboración con Joan Pañella i
Bonastre y el resto de los profesionales del equipo de Proyectos y Obras del Servicio de Parques y Jardines de
Barcelona, aplicó un patrón universal establecido casi un siglo antes por Frederick Law Olmsted:
“Es imposible hacer un jardín, o incluso dar forma a un paisaje más amplio, sin expresar ideas acerca
de la naturaleza. Durante miles de años, la naturaleza ha sido a la vez espejo y modelo para el diseño
y planificación del paisaje, ha sido considerado en busca de inspiración, guía y autoridad. Aquellos
que, como Frederick Law Olmsted, quien estableció el paisajismo como una profesión en los Estados
Unidos en el siglo XIX, aceptaron el reto de George Perkins Marsh establecidas en su libro de 1864,”El
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 10
Hombre y la Naturaleza”: (…) "en la recuperación y reocupación de las tierras devastadas por el
hombre por imprevisión o la malicia (…) la tarea es llegar a ser un compañero de trabajo con la
naturaleza en la reconstrucción del tejido dañado. "Los paisajistas han explorado y debatido lo que
significa el diseño con la naturaleza durante más de un siglo. (...)”xvii
Sorprendentemente, este trabajo es uno de los secretos mejor guardados del paisajismo europeo, cuando no
blanco de críticas injustas y desinformadas.
La ejecución de los jardines temáticos de la Montaña de Montjuïc y el resto de los espacios verdes de la
montaña supuso una apuesta moderna y radical en su concepción y ejecución, tanto en sus aspectos
conceptuales como tecnológicos.
En un paseo por los mismos se puede vislumbrar la soltura con la que se llegó a dominar el arte del
paisajismo en la Barcelona de las décadas de los 60 y 70 del siglo XX y la pobreza de propuesta actual.
En su conjunto, este conjunto de espacios verdes emerge como una obra maestra internacional de la
integración de infraestructuras y paisaje, ejemplo del “paisajismo total” que apunta Xaver Monbailliu en su
opúsculo de 1974 "Landscape planning as a total land use concept"xviii.
El sutil vínculo entre el diseño de estos espacios y las propuestas de la vanguardia del diseño californiano
propugnado por Garrett Eckbo se manifiesta no solo en sus aspectos formales, sino también en un legado
conceptual aún perceptible en obras de paisajistas posteriores, como la de Bet Figueras.
Figueras cursó estudios en el alma mater del mismo Eckbo, en Berkeley y llegó a conocer muy bien la
influencia de su obra seminal “Landscape for Living”xix, donde se encapsula la actitud y definición sobre el
paisajismo del famoso paisajista, que según el crítico Marc Treib:
“rechaza en sus escritos tanto el jardín como el parque como meros repositorios de placer visual,
meros escenarios botánicos, loci sujetos a las batallas estilísticas entre lo formal y lo informal. En su
lugar, Eckbo propone estos paisajes como el locus de interacción entre las personas y su situación; y
el paisajismo –el diseño de espacios exteriores- como el proceso que conforma de manera decisiva esa
interacción”xx.
Uno no puede más que maravillarse ante el intento de Casamor d’Espona y su equipo de redefinir esta
interacción para la sociedad barcelonesa y de la sutileza de sus logros, que desafiaron el triste gris del
tardofranquismo mediante la fluida psicodelia de una jardinería sin complejos, fuertemente asida al sueño
californiano de libertad social y personal.
Casamor d’Espona emerge como un profesional institucional que ha utilizado el paisajismo como posición de
resistencia cultural y hasta subversión.
Esto bien se puede apreciar en la publicación de ciertos escritos en la Revista Municipal “Parques y Jardines”
desde donde se da rienda suelta a la creatividad subversiva y vitriólica en pequeños fragmentos camuflados
en las páginas más recónditasxxi, tales como este de Leonard Cohen, publicado en 1963 debajo de un texto de
Azorín titulado “España”:
“Allí (en el parque) transcurrían los mejores momentos de la vida de todo el mundo. Nadie va a un
parque con propósitos sórdidos, excepto algún maníaco sexual, y ¿quién puede afirmar que no está
pensando en las rosas eternas cuando se abre la gabardina delante de Beatriz que salta a la comba?”
La obra de Casamor d’Espona enlaza la Barcelona de los años 60 y 70 con la vanguardia del diseño paisajístico
de la misma época y otras posteriores, es parte del sustrato de experiencia compartida y sentido común que
conforma la identidad de Barcelona.
La propia sutileza de esta trama conceptual y vital, expuesta a la mediocre y turbulenta superficialidad del
paisajismo académico barcelonés, ha contribuido a ocultar su relevancia y mérito. Desafortunadamente, los
supuestos estudiosos del paisajismo barcelonés han sido más asiduos al evento de relumbrón que al cansino
trabajo de investigación que en teoría les corresponde.
En este contexto, el propósito de este escrito es recuperar un instante, la memoria y el origen de un legado
magnifico y fundamental, único en el paisajismo Europeo, obra de un profesional que no solo se adelantó a su
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 11
tiempo, sino que trabajó en el espacio para que su tiempo reflejase las manifestaciones de libertad y
creatividad que la sociedad catalana exigía de sí misma.
3. Una introducción al estudio del diseño paisajísticoxxii
Henry Vincent Hubbarb y Theodora Kimball, Harvard School of Landscape Architecture (1929).
“El ámbito de ejercicio profesionalxxiii del paisajismo es guiar la modificación del paisaje por el ser humano
para obtener la mayor satisfacción estética posible de dos clases muy diferentes de belleza. En un extremo de
la escala, la del entorno formal de un palacio - la arquitectura de los materiales naturales para mostrar la
magnificencia del hombre. En el otro extremo, el de la soledad del bosque – en apariencia de gran antigüedad-
un lugar de descanso de todas los trabajos del hombre.
En este nuevo ámbito, debe haber un nuevo tipo de diseñador. En la producción de la creación formal de un
palacio, la técnica del paisajista puede diferir de la del arquitecto sólo en su conocimiento de las plantas y los
efectos que se pueden asegurar con ellas; sin embargo, en la reproducción o la preservación de un bosque
natural de manera inteligente, el paisajista debe poseer conocimiento de los procesos de la naturaleza, debe
estar familiarizado con los materiales de la naturaleza, y debe poseer una sensibilidad a la belleza natural de
la roca y la madera y el agua, que no forman parte del acervo profesional de cualquier otro artista.
Cuando se produce la emergencia de una nueva profesión, o cuando una profesión existente se divide en
varias ramas, la causa fundamental de esa subdivisión ha sido siempre la misma: el descubrimiento de nuevos
datos, o el aumento de la importancia de hechos ya conocidos, tantos que un ser humano no puede ya
dominarlos todos. Con la manipulación de los nuevos datos, vendrá la adquisición de una nueva técnica, la
elaboración de la teoría en una nueva dirección, incluso la aparición de un nuevo lenguaje técnico que tardará
un tiempo en establecerse.
Todo esto es ha sucedido en el caso del paisajismo. En comparativamente unos pocos años, se ha producido
entre el público un reconocimiento general del valor de las ciudades diseñadas y organizadas, y de los
parques, reservas naturales, y otros espacios exteriores, con un interés mayor de terrenos de recreo privados
de diversas clases. En la actualidad existe una demanda exigente por la habilidad en el diseño del modelado
del terreno xxiv y la vegetación; y asimismo por el diseño habilidoso en la disposición de los paisajes y las
formas arquitectónicas - calles, parques, edificios, - en grandes áreas, para uso público.
Esta demanda ha sido satisfecha por la emergencia de una profesión especializada, porque los materiales y la
técnica de este nuevo campo profesional no son las de las viejas profesiones aliadas, la arquitectura y la
ingeniería, y son difíciles de dominar dentro del curso de la vida ordinaria. Y en ningún campo es posible el
diseño de forma eficaz mediante "los principios generales" sin un conocimiento detallado y personal de los
materiales y la técnicaxxv”.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 12
Ilustración 1: Vista de los Jardines de Mossen Costa i Llobera, 1968.
4. Jardines infantilesxxvi
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1967).
Siempre nos ha causado pena la especie de “estabulación” a que sometemos a los niños en las ciudades
modernas, como agudamente observa el compañero Miguel Fisac en su último artículo de esta revista.
Efectivamente, parece como si el hombre trabajador de nuestra civilización asfáltica fuera el único sujeto de
interés del moderno urbanismo, desplazando al niño o simplemente al hombre que juega, negándole tal vez
por ignorancia, el puesto vital que le corresponde en la planificación de la vida comunitaria.
Y no obstante, el juego es para el niño una intrínseca necesidad para su desarrollo psíquico y físico y, tal como
apunta J. Huizinga en su obra “homo ludens” el juego es asimismo origen y fuente de toda cultura.
El juego del niño es cosa tan seria como el trabajo y estudio en el hombre adulto. En nuestra mentalidad
simplista el juego es un placer y el trabajo una obligación y una carga, pero al niño no le gusta jugar porque
sea facilísimo sino porque tiene que vencer dificultades y a través de ellas aprende a conocer el mundo. Se ha
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 13
dicho con razón que el camino que conduce al hombre al trabajo productivo pasa necesariamente por el
campo de juego.
Como valores positivos del juego cabe apuntar: destreza manual, agilidad, viveza, reflejos rápidos, desarrollo
de la imaginación, espíritu constructivo y de equipo. Por contra, si el juego no se posibilita al niño, éste suele
acusar nerviosismo, irritabilidad y agresividad que degenera fácilmente en gamberrismo, así como gran
pobreza de imaginación y falta de espíritu de cooperación.
Los juegos varían según la edad y sexo de los niños. La infancia en sus primeros años y en edad de enseñanza
primaria desarrolla un juego de tipo individualista y casi egoísta; en los años siguientes prefiere el juego de
fantasía, de aventura, en cooperación con otros compañeros que, gradualmente, le lleva al juego de equipo de
carácter competitivo; un paso más y se llega al juego deportivo que no es más que la sistematización del juego
físico sujeto a normas convencionales.
A pesar de esta necesidad acuciante de juego, las viviendas y la calle continúan siendo enemigos del niño. Las
primeras, aún cuando ofrecen en el mejor de los casos un mayor confort a los adultos, carecen de “espacio
vital” para juegos, y la calle con su trepidante circulación rodada ha dejado de ser campo apropiado para sus
aventuras y correrías.
El ambiente rural, la vida en una casa de campo, con los alicientes que brinda el trabajo agrícola y el contacto
permanente con la naturaleza, que se ofrece cada día como una verdadera lección de vida, es sin duda el
marco más idóneo para el desarrollo de los juegos activos y creativos de la infancia. Pero por desgracia no
todos los niños, fuera de cortos períodos, pueden vivir en el campo.
Urge, por tanto, al planificar la ciudad y los polígonos de nueva creación, llevar algo de naturaleza a los
mismos, crear un sistema de zonas verdes en las que se integre una tupida red de campos de juego.
Podríamos decir que estas zonas verdes deben asimismo ordenarse valiéndose de unos medios propios y
atendiendo a unas bases de principio para lograr una finalidad determinada.
En dicha ordenación debe establecerse pues una clara sistematización de cara a sus diversas funciones.
Quiere ello decir que debe huirse de la ambigüedad y confusión que aportan los términos: espacio libre, zona
verde, verde público, zona deportiva, etc. Es necesario evitar que las zonas no afectadas por la edificación ni
por la red viaria se conviertan en revuelto cajón de sastre en el que los terrenos estén disponibles para
cualquier eventualidad perentoria, tales como construcción de escuelas, instalaciones o edificios municipales,
etc.
Inmersa en la vegetación de las zonas verdes, la “red de juego” en toda su gradación, constituye el verdadero
sistema de “lubricación” física y mental de nuestra juventud. Esta labor de ordenación de las áreas de juego
precisa de un equipo de trabajo integrado por urbanistas, arquitectos-paisajistas y pedagogos que, aportando
sus particulares puntos de vista, tengan siempre presente que el verdadero protagonista es el niño y sus
juegos.
La sistematización de la red de juego podría establecerse en la siguiente forma:
Jardines infantiles para niños de 3 a 14 años
Jardines infantiles para niños de 14 a 18 años
Jardines o parques con programación completa de usos
Zonas deportivas para toda edad
Súper campos para el deporte espectáculo
En este estudio nos referimos sólo a los jardines infantiles, primer peldaño de la apuntada sistematización.
JARDINES INFANTILES
El ideal es establecer en los mismos diferentes espacios para juegos teniendo en cuenta la diversa edad de los
niños. Su clasificación puede ser: para niños de 3 a 7 años y para los de 7 a 14 años. Los espacios destinados a
los juegos de los primeros deben estar al alcance del hogar, ya sea en los patios interiores de manzana o en
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 14
jardines anexos a los bloques de edificación abierta y absolutamente separados y protegidos de la red de
tránsito rodado.
La forma de proyectar y equipar estos espacios dependerá en gran manera del tamaño y forma del terreno
disponible y sobre todo de que el proyectista haya sabido captar al chiquillo y las exigencias de sus juegos y
ordenar el conjunto de acuerdo con ellas. En una palabra, recomendaríamos al proyectista que, soltando el
lastre de prejuicios de su formación técnico-profesional, procurará en su labor poner toda su ternura y
dejará cantar bien alto al niño dormido que todos llevamos dentro. Sólo así, siendo humildes como un
pequeñuelo, el proyecto satisfará la ilusión del niño.
Los juegos apropiados para esta edad som variadísimos y prácticamente ilimitados, tantos como puedan
caber en el reino de la imaginación y fantasía infantil. Los elementos de juego conviene estén construidos a
escala reducida, apropiada a la corta edad de los pequeños, para que dejen de ser atractivos a los niños
mayores.
Los campos de juego para niños de 7 a 14 años pueden estar situados a distancia algo mayor de las viviendas
por ser sus juegos más ruidosos. La chiquillería en esta edad despierta al afán de aventura y al espíritu de
equipo y de competición. Con ello aprende a someterse a unas normas, a saber ganar y perder y a ocupar un
puesto en un grupo. Debe disponerse pues de un mayor espacio y las instalaciones estarán realizadas a mayor
escala.
No obstante, no es conveniente una separación tajante entre las áreas de juego destinadas a niños de diversa
edad. Siempre que se disponga de espacio suficiente se proyectará el jardín infantil de modo que las
diferentes áreas queden delimitadas y relacionadas entre sí de tal forma que la infancia busque
espontáneamente los juegos aptos para su edad respectiva. Con ello se logrará que los hermanos de diferente
edad puedan ir conjuntamente al mismo jardín infantil.
Los elementos de juego a instalar en los campos deben ser ideados para promover a actividad, fantasía,
espontaneidad y espíritu constructivo del niño y no solamente el procurarle un entretenimiento pasivo a base
de artilugios mecánicos. En este orden de ideas los pedagogos consideran que el papel sugeridor del juguete
es su mejor cualidad. Así pues un juguete susceptible de ser construido por el niño, siempre será mejor que
otro totalmente “hecho”.
Complemento obligado de todo jardín infantil son los elementos auxiliares tales como fuente, bancos para las
acompañantes de los niños, papeleras, servicios sanitarios y un pequeño botiquín.
Barcelona ha dado en estos últimos años un gran paso en la promoción de estos lugares de recreo y juego,
habiendo alcanzado la cifra de sesenta y tres los que tiene dispersos a lo ancho de su cuerpo urbano. Cabe
significar entre los mismos los instalados en el Parque de la Ciudadela (en el que se ha esbozado un pueblo a
escala infantil con su diversificación de zonas: residencial, de tráfico, recreativa, cultural y de juegos); Los del
Parque de Montjuïc, que vendrán complementados con un Parque de Atracciones de pronta inauguración: Los
del Tibidabo, a cargo de una empresa particular; los del nuevo Parque Cervantes, Jardines Poeta Eduardo
Marquina, Moragas, Bacardí, Can Mantega, Polígonos de viviendas de Monbau y del S.O. del Besós, etc.
Difícil va a ser en el futuro poder proseguir con el mismo ritmo esta política de proliferación de jardines
infantiles en la ciudad de Barcelona, por empezar a escasear ya las zonas verdes idóneas para esta clase de
instalaciones.
No parece por otra parte lógico pretender establecer en barrios extremos, carentes por lo general de
urbanización completa, instalaciones del tipo de las hasta ahora realizadas, o sea, a base de espacios con
accesorios de juego enmarcados en el verde de la vegetación.
Urge pues buscar otras soluciones válidas también para otras ciudades que se hallen en parecidas
circunstancias. Creemos sería un buen camino el ensayar el establecimiento de campos para juegos infantiles
del tipo del “Skammellegepladser” proyectados por el arquitecto-paisajista danés C. Th Sorensen, y que
podríamos traducir por “campos de chatarra para juegos”. Estos campos están ideados para facilitar a los
niños de la ciudad alguna de las ricas posibilidades de juego con que cuentan los niños del campo.
Los “campos de chatarra” se habilitan en áreas de terreno más o menos grandes y disponen de una gran
diversidad de materiales de desecho industrial, tales como tablas de madera, ladrillos, tejas, tuberías, bidones
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 15
vacíos, chapas de hierro, vehículos viejos, así como troncos y ramajes de árbol, carretillas, etc. Suelen contar
además con una caseta o cabaña para guardar útiles y herramientas. Además, para que no afeen la estética
ciudadana estos campos deber cercarse de modo que no sean visibles desde el exterior y para que dentro de
su recinto los niños se hallen protegidos.
Naturalmente, en cada uno de estos campos hace falta un vigilante o monitor de probada formación
pedagógica que, respetando al máximo la espontaneidad y libre iniciativa de los niños, sepa encauzar y
orientar con tacto sus juegos y prevenir el que puedan hacerse daño.
Sugerimos la posibilidad de ubicarlos en solares sin edificar y en terrenos de extrarradio en las ciudades.
Dada la simplicidad de su instalación ésta puede tener el carácter de precario, y creemos que por parte de la
Administración Municipal podría hallarse la fórmula jurídica que posibilitara su establecimiento.
Solo así lograremos que nuestra infancia pueda expansionar en sus juegos el caudal de energías necesarias
para el desarrollo armónico de su personalidad, augurio de un feliz mañana.
5. Memoria de Proyecto de los Jardines de Mossen Cinto Verdaguer
Equipo Técnico de Proyectos del Instituto Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1968).
El proyecto en su conjunto hace referencia al establecimiento de unos jardines dedicados al gran poeta
catalán Mossèn Cinto Verdaguer en el Parque de Montjuïc, en la zona que queda comprendida entre la
Avenida de Miramar, Plaza de Dante, Parque de atracciones, aparcamiento y línea del funicular, su superficie
será de 4,27 ha.
Siguiendo la política municipal de crear "jardines especializados", es decir, jardines que ofrezcan
características singulares que les hagan particularmente atrayentes, los jardines proyectados presentarán
como nota destacada la de sus grandes y variadas colecciones de lirios y otras plantas bulbosas.
En efecto, las costas mediterráneas son ciertamente la región en la que es posible cultivar al aire libre la
mayor parte de dichas plantas. Numerosas especies de origen mediterráneo y las originarias de Africa del Sur,
México y California encuentran aquí condiciones climáticas similares a las de sus países de origen. Esta
similitud permite una aclimatación rápida de buen número de especies.
La sección de plantas bulbosas es muy amplia y comprendo todas aquellas que presentan bulbos, tubérculos
o rizomas. Hay que descartar y citar de entre las mismas los Jacintos, Iris Lilium, Narcisos, Gladiolos,
Hemerocallis, Canna, Kniphofia, Amaryllis, Dalia, anémonas, etc. .... (Il · legible)
La floración de las plantas bulbosas ofrece un rico y variadísimo cromatismo. Si bien la mayoría florece en
primavera y verano, algunas lo hacen en el primer trimestre del año (anémonas, Clivia, Crocus Freesia,
Hyacinthus, Kniphofia, Narcissus, Ranunculus, etc. Y otros en la tardo (anémonas, Tantedeschia, Colchicum,
Iris, Polianthes, Montbretia, etc.), Con lo que el interés que puede ofrecer un jardín especializado de este tipo
se extiende prácticamente a todo el año.
La utilización masiva de plantas bulbosas, formando grandes manchas de flores destacando sobre el césped
verde las frondas de árboles y arbustos, constituyen siempre un motivo de decoración simple económico y de
duración que permite crear bellas escenas y ambientes en jardines de tipo paisajístico.
Las plantas bulbosas serán complementadas con árboles de clima mediterráneo que ayudarán a estructurar y
configurar el jardín, proporcionando al mismo tiempo sombra en los paseos y en las plantas bulbosas que lo
necesitan.
No se pretende presentar las colecciones de bulbosas bajo criterio rígido de sistematización botánica sino
que, evitando mezclas engorrosas, se procurará compaginar una sistematización de carácter más general con
criterio ordenado de carácter estético. De esta manera se formarán y conjugarán masas de plantas
atendiendo a sus características especiales de tamaño, forma, floración, color, etc. en orden a la obtención de
bellos conjuntos.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 16
Con una palabra se pretendemos que los jardines de referencia atraigan y satisfagan el interés tanto del
especialista como del visitante profano. En el establecimiento de los jardines que nos ocupa deberá ... (Il ·
legible)
Ilustración 2: Calendario de floración del Jardín Mossèn Cinto Verdaguer.
La floración de las La disposición general del jardín, grafiada en los planos que asimismo se adjuntan, se ha
procurado adaptan el máximo a la especial topografía del terreno, creando zonas de ambientes de interés
cuidando puntos de vista y perspectivas dentro de una composición de carácter paisajista.
En dicha disposición cabe destacar la vaguada que se extiende al eje del acceso principal a los jardines desde
la plaza de Dante en la que sobre una gran superficie de césped se situaron de forma pintoresca grandes
manchas de bulbosas enmarcadas en masas de arbolado.
Cabe destacar también en la zona Norte de los jardines en conjunto de escalinatas aunadas con pequeños
estanques escalonados (que contendrán plantas bulbosas de tipo acuático). Dicho conjunto estará rematado
por un estanque situado a nivel inferior.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 17
El trazado de los caminos del jardín se adaptan en lo posible a las curvas de nivel del terreno, y los accesos al
mismo se resuelven en conjunción con la red de circulación general del Parque.
El presente proyecto hace referencia sólo a la parte grafiada en los planos como 1 ª Fase y que en general
comprendo en obras el movimiento general de tierras para adaptarse a los nuevos perfiles proyectados;
Colocación de desagües, bordillos en la delimitación de parterres y construcción de escaleras, y en jardinería
entre otros los de preparación del terreno para efectuar la plantación de árboles, arbustos y césped en la zona
indicada. ..... (Ilegible).
Las obras y trabajos se ejecutarán bajo la Inspección Técnica de este servicio.
El importe de las obras y trabajos ascienden a la cantidad de OCHO MILLONES TRESCIENTAS QUINCE MIL
CUATROCIENTAS CINCUENTA Peset (8.315.450, - ptas).
El plazo de amortización de estas obras es de unos 25 años, siendo los gastos de conservación anual de unas
SETECIENTAS MIL Peset (700.000, - ptas).
Barcelona, Noviembre de 1968, El Director Técnico.
Ilustración 3: Perspectiva original del proyecto de los Jardines Mossèn Cinto Verdaguer, 1968.
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Ilustración 4: Vista de los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer en 1970.
6. Los espacions verdes en la planificación del ocioxxvii
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1969).
PLANIFICACIÓN DEL OCIO
El hombre moderno, ciudadano de las grandes urbes como Barcelona, vive inmerso en el quehacer febril del
trabajo, muchas veces deshumanizado. Pero el hombre, para su desarrollo armónico, para su autorealizarse y
afirmarse, necesita complementar aquel trabajo, normalmente de alta especialización con otras actividades
físicas e intelectuales.
La coordinación de las mismas para obtener un perfecto equilibrio, debe realizarse en contacto íntimo con la
naturaleza, portadora de una permanente lección de vida. Se debe pues, en la planificación de las ciudades,
prever y reservar espacios verdes y jardines, verdaderos oasis que rompiendo la piedra y rasgando el asfalto,
restauren en el cuerpo vivo de la urbe, un razonable equilibrio ecológico del hombre con su medio ambiente,
vital para su régimen de vida y quizás incluso para su salud mental.
La coordinación del trabajo con estas otras actividades es posible gracias a la horas libres que nuestra actual
civilización maquinista y organizada, va hurtando al trabajo. La ordenada distribución de la actividad del
hombre en su tiempo libre, plantea el interesante tema de la “planificación del ocio”, dentro del marco de
ambientes naturales diferenciados, auténtica “red verde” en el cuerpo orgánico de la ciudad. Este tema fue
ampliamente debatido en el último Congreso de la “International Federation of Landscape Architects”,
celebrado en Montreal.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 19
Ilustración 5: Jardines de Mn. Cinto VerdaguerParque de atracciones y aparcamiento y Castillo de Montjuïc, 1970.
PROGRAMACION SOCIAL DE LOS JARDINES
Todo ello nos lleva de la mano a considerar que los parques y jardines ciudadanos deben satisfacer una
amplia programación social que dé positivo cauce a este “ocio activo”
Actualmente, los parques y jardines de carácter público, además de dar cumplimiento a la función de tipo
higiénico de siempre reconocida y ser motivo de goce estético espiritual, en la contemplación de la
naturaleza, el fluir de las estaciones, las mutaciones de forma y color etc. Deben asimismo procurar dar
reposo a los ancianos, templar y equilibrar el ánimo a los adultos y facilitar la natural expansión del caudal de
energías características de la infancia y juventud, que permanece prácticamente estabulada la mayor parte de
su tiempo, en los bloques de viviendas-colmena de nuestra época.
En la programación de los jardines deberá pues tenerse en cuenta la doble vertiente representativa y
utilitaria. La primera tendrá a recrear el espíritu en la contemplación de los variados aspectos de la belleza
natural; la segunda, en la planificación de la vida comunitaria moderna, constituye una necesidad, o mejor
una exigencia social, al disponer en adecuada ambientación jardinera, espacios destinados a: Recreo y solaz,
reposo, paseo, juegos infantiles y juveniles, instalaciones deportivas y recreativas, manifestaciones populares
y de carácter cultural.
HISTORIA
Veamos ahora los antecedentes históricos de Barcelona en cuanto a su política de espacios verdes y su
situación actual para pasar luego a una rápida visita a los principales parques y jardines de Barcelona, para
terminar con algunos ejemplos en los que se desarrolla eficazmente esta programación de tipo social.
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Problema difícil el de los jardines públicos en la gran ciudad. Problema difícil ha sido el de las zonas verdes en
la ciudad de Barcelona.
Barcelona, ya desde sus orígenes, fué ciudad deficitaria de zonas verdes, es decir, contó siempre con pocos y
pequeños parques. Como muchas otras ciudades ha acusado un fuerte desequilibrio entre el crecimiento del
volumen de edificación y el de sus zonas verdes, sus parques y sus jardines.
La trayectoria histórica de Barcelona, las luchas que la conmueven y las innatas cualidades de sus habitantes,
imprimen a la ciudad un carácter de profundo individualismo y utilitarismo que le hacer chocar a veces con el
aparente carácter improductivo del parque o jardín.
Las fincas o propiedades reales, de la nobleza, de la iglesia, los terrenos en los que se asentaban las murallas,
las fortificaciones, campos de ejercicios castrenses etc. Son los que generalmente a principios del siglo pasado
posibilitaran la creación de grandes parques en multitud de ciudades europeas.
Barcelona, que empieza a agitarse como agrupación moderna en la segunda mitad del siglo XIX, no disponía
ya por aquel entonces de bienes de la corona ni de la nobleza y las propiedades que provenían de la iglesia o
eran sobrantes de carácter militar, o eran adquiridos por particulares para edificar en ellos.
Al acercarse pues la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento de Barcelona se hace incontenible y se
impone derribar las murallas y edificar en los alrededores de la Ciudad. La llanura que se extendía entre el
mar i la montaña del Tibidabo era campo apropiado para desarrollar en el mismo un plan urbanístico. En
1859 fue aprobado el plano redactado por el ingeniero Ildefonso Cerda.
El plan Cerdá establece esencialmente una retícula de calles normales entre sí, de 20 m. de anchura y
separadas unas de otras unos 100 m. aproximadamente. En cada cuadro o “manzana” formada por esta
retícula solo eran edificables dos de sus lados opuestos, siendo el interior destinado a jardín privado. Este
plan representaba una desvinculación total con el paisaje y con las antiguas vía de comunicación existentes,
pero conjugaba con una sencillez extraordinaria la edificación compacta con los espacios de arbolado público
y los jardines particulares.
El plano preveía además ocho parques de más de 6 Has. un hipódromo y un gran parque junto al rio Besós;
preveía además un ensanchamiento de calles entre dos transversales y plazas formadas por la supresión de
una manzana.
El ambiente social de la época no estaba preparado para aceptar los principios que el plano Cerdá
propugnaba y la urbanización se orientó hacia un máximo aprovechamiento del terreno, que malogró en gran
parte el proyecto primitivo despojándolo de uno de sus elementos de primordial interés cual era la
abundancia de vegetación complementaria del terreno vial y de la edificación.
Del trazado del Plan Cerdá o de su influencia sólo se han conseguido algunas plazas (Tetuán, Letamendi, Sda.
Familia, etc.) y la plantación de hileras de árboles en las calles que representan aun hoy un valor de positivo
interés.
La ciudad irá creciendo y la retícula o trama del “Ensanche” o sea la zona de aplicación del Plan Cerdá, llega
hasta las urbanizaciones trazadas alrededor de antiguos pueblos agregados donde existen plazas y jardines
que cumplen adecuadamente su carácter de jardín de barrio.
En esta zona radican parques tan importantes como los de Pedralbes, Güell, Guinardó y Turó de la Peira.
Excepto el primero que toma carácter representativo los demás tienen un carácter rústico que los acerca al
forestal y por estar radicados en pequeños cerros o colina su topografía es bastante accidentada.
Los terrenos militares que ocupaba la fortaleza llamada “Ciudadela” son cedidos a la ciudad y en el año 1873
se aprueba el correspondiente proyecto de ordenación jardinería redactado por el arquitecto José Fontseré,
dando así satisfacción a un hondo anhelo ciudadano. Posteriormente con motivo de la Exposición Universal
de 1929 se creó el parque de Montjuïc. Estos dos parques compensan en gran parte las deficiencias de zonas
verdes en el Ensanche.
Por último la montaña del Tibidabo constituye la gran reserva de espacio verde la ciudad, en ella se
desarrollan los parques propiamente forestales. Este parque del Tibidabo vendrá a ser el gran Parque Central
del área metropolitana de la Barcelona del mañana.
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Ilustración 6: Jardins de Mossen Costa i Llobera en construcción.
EXAMEN DEL VERDE PÚBLICO DE LA CIUDAD (BARCELONA-CAPITAL)
Comprende el verde forestal y el verde urbano. Este último incluye los parques urbanos, jardines urbanos y el
llamado “verde vinculado” o sea las zonas verdes complementarias de los viales.
En el presente gráfico se expresan el espacio verde de la ciudad en relación con la superficie del término
municipal o sea el territorio en el cual se extiende la jurisdicción del municipio de Barcelona capital.
La extensión del término municipal es ligeramente inferior a 10.000 hectáreas, es decir, inferior a 100 Km2.
Así el total de verde público fue en el año 1958 de 649,22 Ha., que han pasado de 1968 a 864 Ha. Y que según
el Plan de Actuación Municipal vigente se prevé llegar en el año 1974 a la cifra de las 1.119, 44 Has. Estas
cifras evidencian que en 1958, 1968 y 1974 el verde público representará respectivamente el 6,65%, el
8,85% y el 10,13% de la superficie del término municipal.
En todas estas cifras no está incluido el verde deportivo que actualmente incrementaría el verde público en
unas (ilegible). Ha.
En cuanto a los coeficientes de verde público por habitante, vamos a exponer la situación de Barcelona
capital.
El nivel óptimo deseado por el servicio municipal de Parques y Jardines que cuida de la promoción y
conservación de los espacios verdes, sería el de 10 m2 por habitante.
No obstante, dadas las actuales posibilidades económicas, la estructura urbana y las densidades de Barcelona
que en detalle las expuso en su anterior conferencia el Dr. Subías, se ha optado por reducir el anterior nivel.
Como punto de referencia diremos que ciudades importantes como Milán tienen 2,8 m2 por habitante como
objetivo. Paris con 7,9 m2 por habitante en la actualidad; Berlín Oeste con 10,20 m2 por habitante; Londres
con 10,6 m2 por habitante etc.
Las disponibilidades de espacio aun no utilizado dentro del exiguo término municipal son muy limitadas y el
querer dotarle de nuevas zonas verdes exigiría costosísimas remodelaciones que generarían enormes
problemas de vivienda y de acción urbanística.
Consideramos también que la solución concreta al problema de “equipo” de espacios verdes ha de ser
enfocada en términos de un área más amplia que la del término municipal de Barcelona, es decir se ha de
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resolver en el área metropolitana. Por tanto, se opta por un estándar de 7 m2 por habitante como nivel
deseable.
En el año 1958 sobre una base de población de 1.500.000 habitantes se alcanzó el 4,32 m2 por habitante; en el
año 1968 con 1.780.000 habitantes la superficie verde por habitante es de 4,82, para alcanzar en el año 1974
con 1.900.000 habitantes en 5,90 m2 por habitante, siguiendo el plan de actuación vigente.
El nivel deseable de los 7 m2 por habitante se podría alcanzar en el futuro no obstante el crecimiento
vegetativo y migratorio de la población con las grandes reservas forestales del Tibidabo que vendrá a
representar como hemos dicho el gran Parque Central del Área Metropolitana. (5.170 Ha. Totales).
7. Cartas al Director de la Vanguardia Españolaxxviii
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1970 – 1973)
«INAUGURAR, DESPUÉS CONSERVAR» 29 de Julio de 1970
Distinguido señor:
Después de saludarle paso a contestar el articulo publicado en el periódico de su digna dirección del día 21 de
julio corriente titulado «Inaugurar, después conservar», y me complazco en informarle que en efecto,
últimamente se emprendió, una campaña por parte del Servicio Municipal de Parques y Jardines para ia
proliferación de jardines infantiles en nuestra ciudad de los que tan necesitada sa halla nuestra infancia.
En la actualidad contamos con 59 de dichas instalaciones y se procura dotar de las mismas a todos los nuevos
parques y jardines cuyas circunstancias de ubicación o espacio lo permitan. Es deseo de este Servicio que el
número de jardines infantiles aumente y a tal efecto se procura atender a todas las demandas qus se reciben
en este sentido incluyéndolas en el programa ds actuación a desarrollar.
La conservación de los 610 elementos de juego que constituyen la dotación actual de ios jardines infantiles
está a cargo de una brigada especializada que tiene programada anualmente una rotación de trabajos que
cubre la totalidad de las instalaciones. Esta brigada, en el año 1969, repasó 492 de los citados elementos, lo
que representa un 80 por 100 del total de los mismos; 763 de ellos fueron repintados durante el año, lo que
indica que algunos fueron repintados más de una vez. Todos los areneros fueron asimismo rellenados en el
transcurso del año. Estos trabajos representaron durante 1969 un gasto de 3.420.000 pesetas.
No obstante, hemos de reconocer que a veces existe un desfase entre las necesidades de reparación o
conservación que ofrece una instalación determinada, con relación a lo previsto en el plan general de
programación. Sin embargo, se atiende con la" mayor urgencia las demandas sobre el mal estado de algunas
instalaciones que puedan ser motivo de peligro para los niños.
Debe subrayarse el uso intensivo a que estas instalaciones están sometidos debido a la gran afluencia de
público infantil que se recrea con las mismas Es de lamentar, por otra parte, el abuso en que a veces se ven
expuestos los elementos de juego por gentes desaprensivas.
Creo que por parte de iodos, y con un amplio espíritu de ciudadanía, se tendría que velar por el buen uso de
estas instalaciones, que en definitiva son patrimonio ds los niños de nuestra ciudad. Este Servicio agradecerá
cuantas comunicaciones le sean remitidas sobre las anomalías que se observen al efecto de subsanarlas con
toda urgencia. Aprovecho esta oportunidad para ofrecerle e| testimonio de mi consideración más distinguida.
Joaguín M." CASAMOR DE ESPONA, Director técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines
«ATENCIÓN PARA EL PARQUE DE LA REINA AMALIA» 29 de Julio de 1970
Distinguido señor:
En contestación a la carta firmada «A. G. y O.», en la sección de Cartas al Director, titulada «Atención para el
Parque de la Reina Amalia», publicada en el periódico de su digna dirección del 17 del corriente mes, creemos
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 23
hace referencia a los «Jardines de ia Quinta Amelia», que se hallan empleados entre las calles Farmacéutico
Carbonell, Eduardo Conde, Santa Amelia e Ifni, aun cuando el interesado, seguramente por error, le haya dado
otra denominación.
Dicha finca fue adquirida por e! Ayuntamiento para dedicarla a jardín público, habiendo sido concluidos los
trabajos previos de desbroce y limpieza a principios de marzo del año en curso; recientemente se han
adjudicado los trabajos iniciados en fecha próxima, previéndose que los mismos serán ultimados a finales del
presente año. Esperando haber complacido al interesado, quedo siempre atentamente suyo.
Joaquín Mª CASAMOR DE ESPONA Director Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines
«PODA DE ARBOLES» 14 de Diciembre de 1973.
Señor Director de «La Vanguardia».
En su edición del pasado viernes publica «La Vanguardia» una carta que firma R. Cañáis Guilera bajo el título
«Poda de árboles», en la que después de hablarnos de los árboles de Ámsterdam y del «botánico Kew's
Garden» en Londres pide explicaciones sobre la poda del arbolado urbano a los expertos del Ministerio de
Obras Públicas, del de Agricultura y del Servicio de Parques y Jardines de Barcelona.
Como técnicos del último de los citados organismos no tenemos inconveniente en suministrar información
sobre el tema que contribuya a aclarar las ideas algo confusas en la carta.
En primer lugar hay que distinguir, al hablar de arbolado, entre el existente en parques más o menos extensos
y el plantado a lo largo de calles y avenidas en las zonas céntricas de ia ciudad, ya que la disparidad de sus
condiciones ecológicas exige un tratamiento fundamentalmente distinto para unos y otros.
Los árboles pertenecientes al segundo grupo —que son los que actualmente se están podando en
Barcelona— han de ser recortados, no tanto por razones urbanísticas (iluminación, proximidad a fachadas,
tráfico, etcétera) como por razones puramente biológicas, para mantener el equilibrio entre la parte aérea y
la enterrada bajo el asfalto y rejuvenecer la planta que vive en un hábitat adverso y muy diferente a su medio
natural. En el centro de Londres —muy distinto de las 120 hectáreas de parque de Kew's Gardens— o sea en
Piccadilly Circus y calles confluyentes o cercanas, se plantean pocos problemas de poda, por la sencilla razón
de que no hay arboles.
Si el señor Cañáis quiere documentarse más profundamente sobre las razones , de la poda y la función del
arbolado urbano podemos recomendarle obras tan, poco sospechosas de celtiberismo como «The Pruning
Manual», de E. P. Chrostopher; «Les Plantations en alignement», de A. Leroy; «Baümé an Strassen», de K.
Martín!, y «Plant pruning in pictures», de Montagué Free.
Existen, «last but not least», razones de tipo económico y de organización del trabajo que no nos permiten
podar cada año los 70.000 árboles de las calles y plazas de la ciudad, por lo que hay que hacerlo a lo largo de
un ciclo de cuatro años, por lo que obliga a realizar una poda más fuerte de lo que sería técnicamente ideal.
Pero esta poda fuerte no afecta, en absoluto, a la vitalidad de los árboles, como nos ha demostrado la
experiencia.
Tampoco afecta positivamente a la financiación, de la operación ya que las leñas obtenidas de la poda van en
su mayor parte a vertedero, pues su valor como combustible hoy día es prácticamente nulo.
El señor Cañáis en su carta entona un elegiaco canto al árbol ciudadano y lo sazona con fuertes calificativos y
epítetos dirigidos a «las gentes de este país que realizan tales desaguisados».
Crea dicho señor que, como más inmediatos responsables de la conservación y mejora de este bello, útil e
inalienable patrimonio de esta ciudad, amamos profundamente al árbol y precisamente por lo que le amamos
aplicamos en los mismos la técnica y terapéutica que su equilibrio biológico reclama y exige, aunque la misma
puede repugnar a la sensibilidad del señor Cañáis sin duda algo deformada por una concepción
antropomórfica mal entendida.
Puede estar seguro que nuestras motivaciones no vienen determinadas por oscuras «fuerzas extrañas, ni por
la «secular represión sexual ibérica», ni por no habernos asomado por «estos mundos» sino por el solo hecho
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 24
tan paradójicamente claro e inusitado como es el de buscar el bien de nuestros ciudadanos que todos,
incluido el señor Cañáis, proclamamos querer y respetar.
Joaquín M.' Casamor de Espona, José Carrillo de Albornoz Fábregas y Miguel Crespo Morillas (Servicio
Municipal de Parques y Jardines de Barcelona).
8. Los espacios verdes, hoy
Rafael Chanes, Arquitecto Paisajista (1974).
HACIA UNOS ESPACIOS VERDES MÁS HABITABLES.
Hace años que venimos arrastrando el lastre de la concepción de los parques y jardines como “elementos
decorativos” de las ciudades. Aunque esta idea ha ido evolucionando un tanto hacia una valoración de los
espacios verdes como “pulmones urbanos” que aportan valores de Higiene (aire puro, sol, contacto con la
naturaleza), la manera como estos lugares de estancia al aire libre se proyectan permanece aún muy
subordinada a un sentimiento esteticista (…)xxix.
Ilustración 7: Vista de los Jardines de Mossèn CInto Verdaguer en 2011.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 25
9. Objetivo: Humanizar la ciudad
Juan Pedret Muntañola (1974)
Ambicioso proyecto para dotar de nuevos parques y jardines a los distritos barceloneses.
El primer proyecto a nivel ciudadano y el que más ambiciosos objetivos persigue en el cumplimiento del
propósito, tan repetidamente manifestado por el alcalde Enrique Masó de “humanizar la ciudad”, lo está
realizando el Servicio Municipal de Parques y Jardines con la preparación de un plan de equipamientos de la
ciudad en espacios verdes en el que se contemplan las exigencias de cada distrito.
De este modo se deja de lado el tópico de que los jardines de la ciudad benefician a cada uno de sus
pobladores para ir directamente al fondo de la problemática social de equipamiento partiendo de la base de
cada distrito. Para ello se han tenido en cuenta factores básicos que hay que considerar.
El Servicio Municipal de Parques y Jardines, como organismo encargado de cumplir una primordial función
pública dentro de la política municipal, ha actuado en dos planos distintos.
Por un lado ha puesto a contribución su larga especialización en el tema y su profundo conocimiento de toda
la problemática barcelonesa de los espacios verdes. De este modo ha ido al encuentro de lo que sabe son los
deseos de la mayoría de los ciudadanos de que Barcelona posea no solo amplios y bien cuidados espacios
verdes, sino que éstos resulten asequibles al nivel de distritos.
En segundo lugar, aunque el primero en orden a factores que condicionan su planificación, se han tenido en
cuenta las opiniones de todos y cada uno de los vecinos. El servicio ha enviado una amplia documentación de
consulta y ha mantenido contactos permanentes con las distintas juntas municipales barcelonesas con el fin
de poder recoger todas las aspiraciones ciudadanas al respecto.
Ilustración 8: Vista de la explanada en construcción de los Jardines Mossen Costa i Llobera, 1967.
El servicio de la ciudad.
No se trata pues de un plan sugerido o impuesto, por bueno que sea. Se trata de una autocrítica que se ha
invitado a hacer a cada junta municipal para examinar, con el oportuno asesoramiento técnico, todas cuantas
necesidades de equipamientos en zonas verdes consideren convenientes.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 26
Se trata, como se ve, de la empresa más ambiciosa acometida hasta ahora por el Ayuntamiento que preside el
señor Masó. Y la ha ejecutado por encargo directo suyo el concejal presidente del servicio, don Ramón Torres
Muñoz, quien ha mantenido un estrecho contacto con el personal a sus órdenes y ha dictado personalmente
muchas de las gestiones llevadas a cabo.
Un criterio realista y sincero.
El plan está ya enteramente esbozado aunque modestamente se le dé aún categoría de anteproyecto. Falta la
negociación directa, la comprobación de las propuestas, y todos los cálculos y previsiones propios de su
desarrollo hasta el nivel de los detalles más nimios. No se trata, por supuesto, de una formulación triunfalista.
La humanización de la ciudad sólo puede lograse con el consenso y el apoyo de la misma.
Antes de adquirir su forma definitiva y su rigor práctico el plan será examinado y discutido una y otra vez en
todos y cada uno de sus detalles y aspectos. No se presentará una realización utópica, sino que se va a
procurar que todas sus previsiones sean manifiestamente pragmáticas.
En realidad, como alguien ha dicho con acierto, se trata del primer intento de gran magnitud de una empresa
a realizar en estricta y amigable colaboración mutua entre el Ayuntamiento y los barceloneses.
Lo primordial: las previsiones de espacio.
El aspecto más difícil de establecer ha sido siempre la reserva de espacios para las zonas verdes barcelonesas.
En nuestra ciudad estamos acostumbrados, salvo pocas e inestimables excepciones, a que los jardines salgan
de los resultantes de la vía pública o de espacios donde se realizan amplias instalaciones de distinta índole a
los que se quiere dotar de un marco de verdor.
Es seguramente la primera vez que Parques y Jardines no ha tenido que compartir el precioso terreno
barcelonés con otros servicios. Es esta la primera ocasión en la que desde la misma alcaldía se confieren
facultades al concejal presidente para que lleve a cabo un plan en el que sólo se tengan en cuenta
primordialmente los factores de necesidad del equipamiento en parques y jardines. Es decir, en verde urbano.
De aquí resulta que las previsiones que se van vislumbrando sobre lo que se quiere realizar parezcan a
algunos quiméricas. Ello sucede porque es difícil conseguir una adecuada comprensión del giro de 180 grados
llevados a cabo por la administración municipal.
Los factores encaminados a humanizar la ciudad van a tener prioridad absoluta. Lo social preocupa más que
lo económico y el bienestar y el sosiego de los más débiles preside toda la idea.
¿De dónde sale el espacio? De allí donde existía o podía obtenerse y en donde durante mucho tiempo se había
ido cediendo para otros usos.
Se tiene en cuenta en el proyecto el patrimonio verde actual con un propósito de la máxima revalorización
posible en todos los aspectos. Se incluyen los terrenos municipales afectados de zona verde aún no plantados;
los terrenos propiedad del Ayuntamiento o afectados de zona verde y por último los terrenos propuestos por
Parques y Jardines y no afectados aún. Estos últimos se incrementarán o modificarán según los deseos
expresados por las juntas municipales de vecinos.
Por encargo directo de don Ramón Torres Muñoz.
Recientemente en una concurridísima rueda de prensa el anteproyecto fue presentado a la opinión pública
ciudadana mediante una exposición de gráficos y proyectos instalada en el salón de la Virgen del Pilar del
Ayuntamiento.
El proyecto fue ampliamente expuesto en sus motivaciones por el director técnico del servicio don Joaquín
María Casamor, quien recordó que se habían cumplido las instrucciones precisas y el encargo, seguido muy
de cerca y con extraordinaria dedicación, por el concejal presidente don Ramón Torres Muñoz, estricto
cumplidor a su vez de la misión que personalmente le encomendó el alcalde.
Hacia una nivelación del déficit urbano de espacios verdes: Características del estudio realizado.
El Director Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines expuso ante el Gobernador Civil, el Alcalde y
demás concejales y otras personalidades reunidas en el Salón de la Virgen del Pilar una panorámica del
proyecto realizado.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 27
A continuación recogemos los aspectos más concretos de la amplia disertación del Sr. Casamor.
El estudio realizado, dijo, contempla dos vertientes claramente diferenciadas. El carácter de la primera es
netamente informativo y de prospección; la segunda, consecuencia de la anterior, contempla la programación
a establecer. La labor informativa para cada uno de los Distritos se desglosa así:
a) Relación de zonas verdes.
b) Terrenos de propiedad municipal afectados de zona verde.
c) Terrenos de propiedad particular, afectados de zona verde.
d) Terrenos propuestos por el Servicio Municipal de Parques y Jardines para zonas verdes
e) Estudios y proyectos realizados por el Servicio de Parques y Jardines para zonas verdes en los
Distritos.
“Creemos sinceramente –dijo el señor Casamor- que esta labor de información y aportación de datos y
proyectos a los Distritos puede resultar un instrumento eficaz que contribuya no sólo a un mejor
conocimiento del patrimonio verde público ya existente en cada una de sus demarcaciones, sino en el de
ayudar también a preservarlo, aumentarlo y mejorarlo.
Fuerte desequilibrio urbano.
Barcelona es deficitaria en espacios verdes. Conviene confesarlo lisa y llanamente. Los estudios estadísticos
realizados lo confirman plenamente. Ya desde sus orígenes nuestra Ciudad, contó siempre con pocos y
pequeños parques. Como muchas otras ciudades ha acusado un fuerte desequilibrio entre el crecimiento del
volumen de su edificación y el de sus zonas verdes y sus parques y jardines.
Función social de las zonas verdes.
Este déficit de zonas verdes en nuestra Ciudad, es tanto más sensible cuanto que el hombre moderno,
ciudadano de las grandes urbes precisa para su perfecto equilibrio físico y psíquico del contacto con la
Naturaleza y sólo mediante la inclusión de amplias y suficientes zonas verdes en el cuerpo urbano de la
ciudad podrá darse satisfacción a esta ineludible necesidad vital. Las zonas verdes dan pues cumplimiento a
una función de tipo higiénico de siempre reconocida, al propio tiempo que son motivo de goce estético-
espiritual y perenne lección de vida para el agobiado ciudadano de nuestra civilización asfáltica.
Sin minimizar los dos conceptos anteriormente apuntados, la zonas verdes en la planificación de la vida
comunitaria moderna constituyen una necesidad, o mejor una exigencia social, por cuanto satisfacen una
compleja programación de carácter utilitario al disponer en adecuada ambientación jardinería, espacios
destinados a: encuentro y convivencia, recreo y solaz, reposos, paseo, juegos infantiles y juveniles,
manifestaciones populares de carácter social y cultural.
Patrimonio verde público.
El verde público actual de Barcelona es de 1.021,39 Has. Desglosadas en 583,47 Has de verde forestal o
suburbano y 437,92 Has. de Verde Urbano, este último de gran interés y en contacto inmediato con la
vivienda.
Este verde urbano se desglosa y sistematiza en:
15 Parques Urbanos - 340,74 Has.
131 Jardines Urbanos - 84,46 Has.
36 Plazas arboladas - 3,04 Has.
Y por último: Parterres en la vía pública: 9,67 Has.
Conviene distinguir entre parque urbano y jardín público. El Parque cumple un triple cometido: físico, por la
regeneración de la atmósfera; moral, por el contacto que ofrece con la Naturaleza y la influencia que ésta
ejerce sobre el equilibrio humano, y por último, social, en cuanto a espacio al servicio del tiempo libre
cotidiano, con dotación o equipo adecuado a tal fin. Es por tanto un centro “multifuncional”, a escala
ciudadana o cuanto menos al servicio de un gran sector de la ciudad.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 28
El jardín público, aún teniendo en muchos aspectos el mismo destino que el parque, se diferencia de éste por
su extensión más restringida y por satisfacer directamente las necesidades de las viviendas vecinas, del
barrio residencial, en lo referente a reposo y juegos, y en especial juegos de niños. El jardín de barrio recibe
pues una utilización intensiva.
Las plazas arboladas, contienen aparte de los árboles, bancos para el descanso de nuestros mayores,
contribuyendo a esponjar la densidad urbana.
Cabe destacar que en Barcelona sólo se contabilizan 3,04 Has. por este concepto.
Por último, los parterres en la vía pública sirven normalmente para encauzar la circulación y cumplen además
con una función estética y “visual”. Su conservación resulta muy onerosa por las circunstancias tan
desfavorables en que debe desarrollarse la plantación.
Grandes desigualdades entre los distritos.
El estudio de esta sistemática de los espacios verdes, se ha realizado para cada Distrito, acompañándose
relación de cada uno de los parques y jardines existentes en su respectiva demarcación, con expresión de las
superficies y adjuntando el correspondiente plano.
De esta labor de información se deduce que existen grandes desigualdades y descompensaciones en cuanto a
distribución y dotación de espacios verdes en los distritos.
Estándares urbanísticos.
En nuestra ciudad, con una población de 1.745.142 almas, le corresponde un estándar de 5,755 m2 de
superficie verde por habitante, desglosado en 3,343 m2 de verde forestal y 2,412 m2 de verde urbano.
La desigualdad es también muy acusada en este sentido en los diversos distritos.
Así en el Distrito III, con 139.902 habitantes, le corresponden por habitante 18,53 m2 de verde público,
desglosado en 17,07 m2 en verde forestal y 1,47 m2 de verde urbano, en tanto que en el Distrito V con 72.357
habitantes le corresponden tan sólo 0,40 m2 de verde urbano por habitante.
Claro que si consideramos que el uso de los parques tanto forestales como urbanos es a escala ciudadana y
substraemos por tanto sus superficies de los respectivos distritos en que se hallan ubicados y los repartimos
proporcionalmente entre la totalidad de los mismos, se obtienen unos estándares mucho más próximos al
estándar promedio en la ciudad. Ello no obstante no palia la gravedad de los déficits consignados.
Posibilidades de promoción.
En el estudio se adjuntan, tal como se ha dicho, relaciones y plano de situación para cada uno de los distritos
de las:
Fincas municipales destinadas a verde urbano
Fincas particulares afectadas asimismo de verde urbano
Fincas no afectadas de verde urbano, pero que dadas sus especiales características, son propuestas
para tal fin por el Servicio Municipal de Parques y Jardines.
En dichas relaciones se consigna la ubicación y extensión superficial de cada una de las fincas, con expresión
además del nombre del propietario si se trata de fincas particulares.
Conservación.
Capítulo aparte merece la conservación y mejora del patrimonio verde existente, así como de las superficies
verdes que pasen a incrementarlo. Es esta también una misión básica que compete al Servicio Municipal de
Parques y Jardines y que entraña más dificultad.
El deterioro del valioso y tan duramente conseguido patrimonio verde barcelonés, junto con su arbolado
(unas 70.000 unidades) es cada día más acentuado y difícil de contrarrestar. La contaminación de la
atmósfera, el desgaste producido por las grandes multitudes que acuden a los jardines, el uso abusivo por
parte de cierto público, los embates de la circulación (verdadera plaga devastadora del alma verde de la
ciudad), la realización constante de obras públicas en nuestras calles, el establecimiento de instalaciones
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 29
feriales de carácter provisional, la falta de guardería y vigilancia, son obstáculos que, unidos al normal
desgaste de los espacios verdes, obligan a un duro continuado esfuerzo de conservación.
Atender, conservar, mejorar…
No obstante todo ello, es voluntad decidida del Servicio Municipal de Parques y Jardines, expresada por el
Iltre. Presidente Sr. Torres Muñoz, que durante el resto del ejercicio de 1974 a 1975 se logre el que todos los
parques y jardines, sea cual sea su ubicación e importancia, muestren el excelente aspecto que nuestros
ciudadanos y Barcelona merecen.
Dentro de esta trayectoria y en una línea de actuación de clara ejecutoria social, el Servicio de Parques y
Jardines se propone atender, conservar y mejorar, de modo especial y preferente las zonas verdes y
dotaciones de las mismas, ubicadas en aquellos sectores de la ciudad de más densidad demográfica,
consciente de que nada sirve crear nuevos jardines si éstos no pueden ser conservados para cumplir así la
función social por la que fueron creados.xxx
Ilustración 9: Vista general de Montjuïc en 1980 con el Parque de atracciones y el Puerto al fondo.
10. Jardines de Barcelonaxxxi
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1976).
Los jardines de una ciudad –junto con los espacios libres- configuran su “arquitectura exterior” entendida
ésta como sucesión de espacios abiertos, de vacios delimitados por los volúmenes de la edificación, de
ambientes que modelan y estructuran el complejo urbano, físico y social.
Los jardines y los parques son, pues, ambientes exteriores en los que vive el ciudadano y en los que la
naturaleza se dispone y ordena a fin de que armonice con él.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 30
Es esta “naturaleza humanizada” la que confiere a la ciudad su peculiar carácter, personalidad y encanto. El
conocimiento y estudio de sus parques y jardines ayuda a comprender mejor su historia, clima, cultura y vida
social.
Barcelona, ya desde sus orígenes, fue ciudad deficitaria de zonas verdes, es decir, conto siempre con pocos y
pequeños parques y jardines y acusa en la actualidad un fuerte desequilibrio entre éstos y el volumen de la
edificación.
Ello viene motivado en gran medida a que Barcelona no dispuso, por lo general, de fincas que, procedentes de
la corona y nobleza, pudieran ser adquiridas para su conversión en parques, tal como lograron la mayoría de
las ciudades europeas durante el siglo XIX. Tampoco se benefició de las fincas de la iglesia, pues éstas fueron
adquiridas por particulares al promulgarse la Ley de Desamortización.
De otra parte, un arraigado sentido individualista y un falso concepto utilitario, práctico y materialista, tanto
a nivel público como privado, característico de las ciudades industriales de la época, malograron unos
correctos planeamientos que no fueron comprendidos ni estimados en su justo valor.
Hacia la mitad del siglo XIX Barcelona siente la imperiosa necesidad de derribar sus murallas que la asfixian
en su vital crecimiento y le impiden derramarse hacia la llana campiña circundante. Es entonces cuando el
Gobierno de Madrid aprueba en 1859 el Plan Cerdá para el Ensanche de Barcelona y lo impone sobre el de
Rovira y Trias, ganador del concurso convocado al efecto por el Ayuntamiento.
A Ildefonso Cerdá debemos considerarle como un verdadero pionero del Urbanismo. Su Plan está concebido a
través de un preciso y práctico cuerpo de doctrina en el que más que la forma es la función la que prevalece.
En este sentido es el sistema viario y las zonas verdes las que estructuran su Plan de Ensanche. Este preveía
siete parques públicos de más de 6 Has., situados a menos de 1.500 m. de cualquier punto de la ciudad, un
hipódromo y el gran Parque del Besós.
La especial disposición de las manzanas o la supresión de algunas de las mismas generaba gran abundancia
de plazas ajardinadas: El interior de dichas manzanas, sólo edificables en dos de sus lados, era destinado a
jardines privados o lugares de esparcimiento. Alineaciones de arbolado en las amplias avenidas y calles
completaban el sistema verde.
Por desgracia el Plan Cerdá, de amplia y profética visión del futuro y de amor a la naturaleza, fue
degradándose en su aplicación práctica por no contar con el apoyo popular y político que supiera hacer
posible lo que pudo parecer utópico en su tiempo, pero que luego se reveló necesario. No fue ajeno tampoco a
este proceso la fuerte presión de la especulación urbana que, despreciando la alta “rentabilidad social” de los
jardines, los considera económicamente no rentables.
No obstante, gracias al derribo de las murallas, nacieron en el perímetro de la ciudad antigua y en su conexión
con el Ensanche, algunas plazas ajardinadas tales como las de Urquinaona, Cataluña y Universidad, que son
pálido exponente del “anillo verde” que enriquece los “corsos” y bulevares de otras capitales.
De la jardinería prevista en el Plan Cerdá solo se llevo a cabo la plantación de arbolado en las calles, a las que
proporciona un magnifico tecno verde, al tiempo que las embellece y humaniza. En la actualidad existen unos
70.000 árboles, la mayoría plátanos.
Al amparo de la retícula del Ensanche surgieron algunas plazas, tales como las de Tetuán, Letamendi y otras.
Son de destacar también, en el interior del casco antiguo, la Plaza Real, porticada, y la de Medinaceli, de gran
sabor y carácter ochocentista.
EL PARQUE DE LA CIUDADELA
Un parque no previsto en el Plan Cerdá, el Parque de la Ciudadela, surge en el período comprendido entre
1873 y 1888 en los terrenos ocupados anteriormente por la fortaleza militar del mismo nombre. Esta había
sido construida por Felipe V, al final de la Guerra de Sucesión, con el fin de controlar a la ciudad que había
tomado partido por el Archiduque de Austria. A raíz de la revolución de 1868 y gracias a los buenos oficios
del general Prim, caen los muros de la fortaleza y el espacio se destina a parques y jardines para que, según la
Ley, “sirvan de recreo y esparcimiento al vecindario”.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 31
El proyecto del jardín fue debido a José Fontseré, pero pronto fue modificado para albergar la Exposición
Universal de 1888. Su trazado obedeció a un concepto ecléctico entre clásico y naturalista. Entre las
composiciones jardineras de interés, cabe destacar: la Gran Cascada y Lago, separados por una plaza con
templete para música; Plaza de Armas, cuya ordenación se debe al paisajista francés Forestier; Paseo de los
Tilos y Plaza de Aribau. En la vegetación podemos admirar magníficos ejemplares de Yucca elephantipes,
Pawlonia, cedros del Himalaya, magnolias, tilos, tejos, etc.
De la antigua fortaleza restan aún construcciones notables (Arsenal, Palacio del Gobernador y Capilla), y
también suficientes elementos arquitectónicos y de ambientación, procedentes de la Exposición de 1888,
para que el parque se impregne de un suave tinte de evocación y nostalgia.
Durante el período 1888-1918 fue por antonomasia “el Parque” de Barcelona y el único que, por extensión y
popularidad, podía merecer tal denominación. Constituyó centro obligado de reuniones y festejos al aire libre.
Luego fue sumiéndose poco a poco en la decadencia y el olvido.
Las reformas generales emprendidas últimamente para atraer de nuevo el interés ciudadano se centraron
especialmente hacia su jardín zoológico, que, renovado y ampliado, cuenta con notables instalaciones
inmersas en la vegetación ambiental, entre las que cabría destacar el conjunto de la Fauna Africana, El
Aviario, Terrario y su gran Aquarama.
CRECIMIENTO DE LA CIUDAD Y NUEVOS PARQUES
En el entretanto la ciudad irá creciendo hasta llegar a la villas y pueblos del entorno, que acabarán por ser
agregados. El plan general de 1917 (de Romeu-Porcel, con ideas del proyecto Jaussely) procura dar solución a
la unión de la cuadrícula Cerdá con estos núcleos de población. De este plan general sólo fue aceptado el
proyecto de las grandes vías de enlace y el sistema general de parques.
A su amparo surgen los grandes parques de las montañas que limitan Barcelona por el N. y por el S: el forestal
del Tibidabo y Montjuïc (iniciado en 1917); también los situados en las colinas o cerros del llano de
Barcelona: Parque Güell, adquirido por el municipio en 1922, y el del Guinardó, a los que se sumaron
posteriormente los de Monterolas, Putxet y Turó de la Peira (este último en curso de ejecución).
Hacia la tercera década de este siglo se formaron los Jardines del Poeta Eduardo Marquina (Turo Park) y los
del Palacio de Pedralbes (obras ambas de Rubió Tudurí). Posteriormente, en 1964, se estableció el Parque
Cervantes.
Los famosos Jardines del Laberinto, antigua propiedad privada, no se incorporaron al patrimonio verde de la
ciudad hasta el año 1971. Asimismo los Jardines de la Quinta Amelia proceden de una antigua villa residencial
adquirida por el Municipio. Por último, y en diversos lugares del ámbito de la ciudad, han ido apareciendo
diversas plazas ajardinadas que constituyen un remanso para el reposo.
Un breve recorrido ilustrativo de las distintas motivaciones y características de los más importantes parques
citados dará una idea más concreta de las peculiaridades que ornan nuestra jardinería i dan realce y
personalidad a nuestra ciudad.
PARQUE DE MONTJUIC
En la parte Sur de la ciudad, junto al mar, se erige la montaña de Montjuïc, a la que presta carácter y fisonomía
propia. Esta montaña, de unos 175 m. de altitud, presenta una trayectoria histórica íntimamente ligada a la de
la ciudad.
Sus canteras, ya desde la época romana, proporcionaron sillares a sus murallas y a los edificios más
importantes. A ello alude el poeta Verdaguer en su magistral oda cuando hace exclamar a Montjuïc,
contemplando a la ciudad: “Mirau-la, os de mos ossos, s’es feta gran com jo”.
El nombre de Montjuïc proviene seguramente de “Mons Judaicos” en razón de que la comunidad hebrea de la
ciudad estableció en su falda sus enterramientos.
La cumbre de la montaña fue utilizada de antiguo como faro y atalaya desde el que oteaban el horizonte los
“guaites” o vigías, pero la fortaleza que la coronaba, después de varias transformaciones, culminó en el
castillo tipo Beauvan que mandó construir Carlos III y que es tal como aparece en nuestros días.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 32
La montaña de Montjuïc quedó durante mucho tiempo excluida de los diferentes proyectos de planeamiento
general de la ciudad. Las líneas básicas de su primera ordenación se deben al arquitecto don José Amargós, en
tiempos de la primera exposición de Barcelona. Es en 1929 que con motivo de la Exposición Internacional la
montaña conocería su completa transformación a fin de albergar tan magno certamen.
La ordenación jardinera fue encargada al arquitecto paisajista francés J.N.C. Forestier, que sin principio aplicó
la técnica del jardín hispano árabe pronto supo derivarla hacia un “paisajismo latino”, según expresión de
Rubió y Tudurí, en el que se combina sobriamente el trazado clásico cartesiano con la libertad de un
naturalismo mediterráneo.
Dicha ordenación se adapta perfectamente a la topografía de la montaña y sabe enriquecerse con una variada
vegetación acorde con las peculiaridades condiciones climáticas del lugar. Son de destacar la Rosaleda
Amargós con el Teatro Griego, el conjunto de la Font del Gat, diversas pérgolas y miradores desde los que se
contempla la ciudad.
La cesión del castillo de Montjuïc a la ciudad en 1960, junto a una tenaz política de erradicación de chabolas
asentadas en algunas zonas de la montaña y la adquisición de la casi totalidad de terrenos que aún
permanecían de propiedad particular, fueron punto de partida para iniciar una serie de reformas y
ampliaciones del Parque a fin de atender a nuevas y múltiples necesidades ciudadanas.
Desde el castillo se divisa un magnífico panorama sobre la ciudad, puerto, costa, llano del Llobregat y
cordillera del Tibidabo. En su recinto, completamente restaurado, se ha instalado el Museo Militar. Sus fosos y
glacis han sido ajardinados y sus entornos enriquecidos con una repoblación forestal que contrasta y suaviza
la austera mole de la fortaleza.
Junto a la carretera de descenso del castillo y sobre un acantilado se encuentra el “Mirador del Alcalde”,
formado por una serie de terrazas, dotadas de originales pavimentos –obra de Tharrats- juegos de agua y
jardinería . Desde el mismo se contempla una bella perspectiva del puerto y la parte baja de la ciudad.
Frente a dicho Mirador, y al otro lado de la carretera, se desarrolla el Parque de Atracciones, con multitud de
instalaciones recreativas y un gran teatro al aire libre. Es uno de los lugares de esparcimiento favorito de los
barceloneses. Cabe destacar asimismo los tres nuevos jardines monográficos o de especialización dedicados
respectivamente a los insignes poetas catalanes Mn. Costa y Llobera, Mn. Jacinto Verdaguer y Joan Maragall.
Los Jardines de Mn. Costa y Llobera, situados junto a la carretera que de Miramar desciende al paseo de
Colón, están destinados a plantas cactáceas y suculentas –incluida la denominada “colección Pallanca” traída
de Italia- con ejemplares de gran rareza y tamaño. La planta tapizantes, principalmente gazanias y mesems,
convierten el Jardín durante la primavera, en una paleta de vivos y fulgurantes colores.
Los jardines de Mn. Jacinto Verdaguer, de carácter paisajista, destinados a plantas bulbosas y rizomáticas, se
entienden en suaves taludes en la zona comprendida entre la carretera de acceso al Castillo y la línea del
funicular. Las grandes manchas de flor, destacando sobre el césped y las frondas de árboles y arbustos
ofrecen un vivo y variado cromatismo. En la parte norte, un conjunto de escalinatas se combinan con
pequeños estanques de planta acuática entre los que canturrea el agua que se remansa en un lago inferior.
Los Jardines de Joan Maragall, situados junto al Palacete Albéniz, habilitado para huéspedes ilustres de la
ciudad, están concebidos para celebrar en los mismos actos y reuniones de carácter social y cultural en un
ambiente de sosegada belleza. Su trazado es de líneas clásicas acordes con la arquitectura del Palacete.
El Parque de Montjuïc es hoy día un gran “centro multifuncional” a escala ciudadana, o cuanto menos al
servicio de un gran sector de la ciudad. Su dotación y equipamiento, inmerso en adecuada ambientación
jardinera, da satisfacción a una extensa programación de carácter social.
Dentro de la misma, cabe señalar la Feria Internacional de Muestras, las múltiples y frecuentes exposiciones y
salones monográficos, las variadas actividades culturales, deportivas, populares y recreativas, cuando no ya el
simple paseo o el sosegado descanso.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 33
Ilustración 10: Vista de los Jardines Mossen Cinto Verdaguer coon el Parque de Atracciones al fondo en los 70.
11. Un nuevo espacio verde público en Barcelona
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1978).
Recientemente Barcelona ha incorporado a su patrimonio verde un nuevo parque público dotado de rica y
esplendida vegetación y que por sus dimensiones -15 hectáreas- se sitúa en el tercer parque de la ciudad,
inmediatamente después del de Montjuïc y el de la Ciudadela.
“El parc del Castell de l’Oreneta” Se halla ubicado al Oeste de la ciudad, al pie de las últimas estribaciones de la
sierra de Collcerola, en la parte superior del Monasterio de Pedralbes. Su acceso principal está situado en la
confluencia de las calles de Montevideo y Espasa, si bien el futuro II Cinturón de Ronda posibilitará un acceso
más franco desde los barrios de la parte alta de la ciudad de incluso de los municipios colindantes de
Esplugues y Sant Just Desvern.
Contigua al mismo se halla la zona del complejo deportivo Municipal de Can Caralleu, de unas 3 hectáreas de
extensión, que en cierto modo valora y complementa la programación social del parque. Por sus
características se le puede considerar un parque a escala ciudadana aun cuando, lógicamente, constituirá un
poderoso polo de atracción para el solaz y recreo de los barrios más próximos.
Este parque se ha obtenido mediante la adquisición por parte del Ayuntamiento de dos fincas contiguas y de
parecida extensión, calificadas como zona verde en el vigente Plan Comercial. En una de ellas existía un
castillo de estilo decimonónico que ostentaba el evocador y romántico nombre de “Castell de l’Oreneta”, con
el que se denomina al nuevo parque; dicho castillo se incendió durante la guerra civil quedando sólo las
ruinas. La finca fue propiedad de los señores Tous y posteriormente de la Cruz Roja que proyectaba construir
en la misma un hospital.
En la otra finca, más bien coto de caza existe una masía denominada “Bonavista” que perteneció a Can Mora.
En toda la extensión de ambas fincas restan diseminadas pequeñas construcciones –refugios de caza,
miradores, fuentes, etcétera-, todas ellas aún por restaurar y que podrán proporcionar en un futuro más
aliciente y carácter al parque con la creación de ambientes y escenas de interés.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 34
El terreno presenta una topografía bastante movida llegándose a diferencias de cota de nivel de hasta 70
metros, ofreciendo tanto lugares umbríos y recogidos, como amplios espacios abiertos dotados algunos de
ellos de excelentes miradores desde los que contemplar, en ángulos de visión y encuadres inéditos, las
lejanías del Prat de Llobregat así como la propia ciudad en perspectivas más próximas y humanidas. En
algunos lugares subsisten en el terreno bancales o terrazas de antiguos campos de labor, viñedos, algarrobos,
etc.
La nota predominante del parque la constituye la calidad excepcional de su vegetación de tipo rústico-
mediterráneo formada por la flora más caracterizada y no degradada de nuestros bosques de la sierra de
Collcerola la cual, en este caso, se ha podido preservar y conservar gracias a permanecer largo tiempo en
recintos cerrados. Esta flora ha sido asimismo enriquecida con la introducción de notables especies vegetales
de jardinería fácilmente adaptables a su “hábitat”.
Es pues la vegetación existente la que presta singularidad al parque y le infunde una expresión rústica y
auténtica, es decir, de naturaleza no manipulada ni domesticada, plenamente acorde con la esencia y espíritu
del paisaje circundante que responde a su vez a unas constantes de terreno, clima, historia y tradición.
Las peculiaridades de la vegetación anteriormente apuntadas así como su disposición en el terreno en forma
libre y espontánea distinguen y diferencian notablemente el parque de lo que entendemos por jardín, si
consideramos a éste como ordenación esencialmente artificiosa y sofisticada de espacios abiertos,
conformados por la vegetación en la que, si bien algunas de las especies vegetales pueden ser comunes al
parque y al jardín, será distinto en ambos casos el grado de intervención del hombre y la intencionalidad de
sus criterios en cuanto a selección y agrupación de las especies vegetales.
El Parque del Castell de l’Oreneta posibilita el dar cauce y satisfacción a la entrañable exigencia de Naturaleza
sentida por el ciudadano de nuestra urbe en lo más profundo de su condición biológica, a la que no puede
renunciar sin poner en peligro su equilibrio físico y psíquico. Hambre de naturaleza, en cuyo consumo pueda
librase de las tensiones y frustraciones acumuladas en el medio urbano al que difícilmente puede adaptarse.
En este sentido, la proximidad y fácil accesibilidad del parque pone al alcance y disposición del ciudadano un
marco natural particularmente idóneo para la expansión de su ocio sin necesidad de recurrir a periódicas
emigraciones en pos de un ambiente natural.
En el establecimiento de todo nuevo parque existe un lento proceso de crecimiento y desarrollo de su
vegetación en el espacio y en el tiempo, hasta llegar a su madurez. Afortunadamente, en este caso el Parque
nace ya adulto para la ciudad. Cuenta con magníficos y vetustos ejemplares y, por consiguiente, tanto su
estructura u osamenta constituida por los árboles, como su textura y decoración aportados por los macizos
de arbustos y las praderas, posibilitan el logro de un conjunto ambiental en toda su plenitud y armonía para
su inmediato disfrute.
Sus diversos espacios y escenas al no estar ordenados y jerarquizados en cuanto a exclusividad de uso,
permiten una más amplia actividad multifuncional, ya sea para la expansión, solaz y descanso de personas de
cualquier edad, como para el goce que se deriva de la contemplación de la naturaleza en su juego y contraste
de formas, luces y colores, así como la mutabilidad y dinámica que imprime a la misma el devenir e las
estaciones en perenne lección de vida.
Para que la ciudad pudiera beneficiarse inmediatamente del parque, se llevó a cabo su inauguración el pasado
29 de abril, a cuyo fin se efectuaron con gran rapidez trabajos de desbroce y limpieza de malas hierbas,
acondicionamiento de caminos y trazado de otros nuevos, derribo de vallas de separación entre las fincas
primitivas, señalización, cegamiento de pozos y cisternas, colocación de vallas protectoras al objeto de
eliminar peligros, etc.
Ahora bien, para su adecuación definitiva y acomodación al uso público, se prevé la construcción de aseos y
botiquín, colocación de bancos y papeleras de tipo rústico, instalaciones de riego, fuentes para beber y
cunetas para escorrentía de aguas pluviales. También se restauraran los elementos arquitectónicos y
construcciones ya existentes, algunas de las cuales podrían habilitarse como lugares de reposo, refugios en
caso de lluvia, quiosco de refrescos y golosinas para niños, caseta de jardineros para atender a la
conservación, etc.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 35
Se han respetado los caminos ya existentes trazando sólo aquellos nuevos que se ha creído estrictamente
necesarios para facilitar la accesibilidad y circulación por todas las zonas. En el deseo de respetar al máximo
la estructura y carácter naturalista del parque, únicamente a los caminos principales se les ha dado la anchura
indispensable para permitir el eventual paso de los camiones-cisterna de los bomberos, así como de vehículos
para atender a la conservación. Los restantes tendrán carácter de simples sendas.
Los diversos elementos de juegos infantiles de tipo estandarizado, colocados en dos zonas del parque para
facilitar desde un primer momento las actividades lúdicas de los niños, se irán reemplazando por otros de
nuevo diseño, realizados en madera, más acordes con el marco ambiental y la moderna didáctica infantil.
El parque ofrece asimismo ocasión para que, a modo de aula abierta, los visitantes encuentren al alcance de la
mano un rico ejemplario de especies vegetales con el que iniciarse y enriquecerse en el conocimiento de la
botánica. A este fin se rotularán con los nombres técnicos y vulgares algunos de los ejemplares más
significativos.
Podría estudiarse también, previo tanteo de la opinión popular, el establecimiento en alguna zona de
actividades que, sin que se altere el encanto silvestre del lugar, pudieran ser un motivo de atracción
ciudadana tales como instalación de mesas, bancos y papeleras para picnic, establecimiento de circuitos de
“footing” con estaciones intercaladas para práctica de ejercicios atléticos gimnásticos, etc. Con todas las
actividades deportivas propiamente dichas deben encontrar su adecuado marco en las instalaciones del
colindante complejo deportivo de Can Caralleu.
Quizás lo más importante cara al próximo futuro es que Barcelona contará, tal como prevé el vigente Plan
Comarcal, con una serie de penetraciones verdes que desde la sierra de Collcerola se introduzcan, a
modo de cuñas o “dedos de guante”, en su trama urbana, en contraposición al Plan Comarcal de 1953 que
sólo preservaba las zonas forestales que cubren las cimas de las montañas del telón de fondo, hasta una
determinada cota, cual si se tratara de un casquete o “boina verde”. El Parque del Castell de l’Oreneta”, junto
con Can Caralleu y las fincas contiguas de Sentmenat y el Bosc de Can Grases –cuya deseable adquisición por
el Ayuntamiento se espera próxima-, constituye un primer avance serio en una nueva concepción funcional
de los espacios verdes.
Esta nueva concepción establece lo que los modernos urbanistas definen como “corredores ecológicos” que
podríamos calificar de indispensables para que la estructura de activación biológica penetre radialmente en
la ciudad y asegure la continuidad ecológica del paisaje rural hacia el corazón de las grandes urbes.
No debemos olvidar que la vegetación tiene una acción termorreguladora importante, pues absorbe gran
parte de la energía térmica derivada de la energía solar que es utilizada en sus procesos metabólicos,
provocando enfriamientos en las capas de aire más próximas. Este factor da origen a brisas, a un aire más
fresco proveniente de los espacios verdes.
Como ciudadanos, como barceloneses y como hombres en definitiva, debemos congratularnos con el Parque
recientemente incorporado a la ciudad. La gente se ha cansado de ver únicamente parterres, quiere disfrutar
activamente de la naturaleza, poseerla, utilizarla, hacer de ella una continuación de su propio ser, sentir el
agradable contacto físico de la hierba como bien sabe expresar el insigne Joan Maragall en sus insuperables
versos:
“Tots els membres caiguts, tot jo per terra,
Buidat de tota força i sens desig,
La pensa poc a poc s’em desaferra…
I em vaig trobant tan bé allá entremig,
i em va invadint com una immensa pau,
i vaig sent un troç, més del prat suau
ben verd, ben verd sota d’un cel ben blau.”xxxii
12. Los espacios verdes en el sistema urbano
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 36
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1979)
ACOTACIONES A UNA ECOLOGÍA URBANÍSTICA.
Dada la complejidad de la ciudad, el completo alcance de los hechos urbanísticos atañe a un amplio número
de campos: demografía, sociología, economía, política, psicología, arquitectura, ingeniería, etc. Eso complica el
estudio de la ciudad, ya que nadie puede ser experto en tan amplia gama de materias.
Los estudios urbanísticos en las últimas décadas han sido sacudidos por una frenética búsqueda de hechos de
los cuales se espera poder perfilar una interpretación sistemática de la sociedad urbana, es decir, una teoría
válida.
El resultado de todo ello es que poseemos muchos más datos y estadísticas que teoría. Conocemos muchos
más hechos que los que podemos asimilar. Hemos gastado mucho más tiempo sacando punta al lápiz que
usándolo.
Las teorías son desbordadas a menudo por la realidad, pero de entre ellas cabe destacar la relativa a la
Ecología Urbana, la cual, considerada cuanto menos como hipótesis de trabajo, ha sido de gran ayuda en el
conocimiento de la sociedad urbana y en el planeamiento de la ciudad.
Intentaremos pues, con ayuda de esta teoría, aclarar el papel que representan las zonas verdes y espacios
libres en la trama urbana.
La teoría de la Ecología Urbana se inicia con Park y sus discípulosxxxiii,- y se basa en la aplicación a la ciudad
(sociedad urbana y marco físico) de los principios de la ecología vegetal y animal.
La Ecología Urbana toma pues conceptos ecológicos tales como: ecosistemas, medio, procesos culturales,
dominio, simbiosis, etc., y les da unos equivalentes sociales. Por ejemplo “rivalidad económica” es la imagen
que corresponde a “rivalidad biológica”.
Dicha teoría presenta un gran escollo; es éste el de la constatación en la organización social de la existencia de
dos niveles, el biológico y el cultural, ya que después de todo la comunidad humana es diferente de la
comunidad natural, por grandes que sean las analogías que se puedan establecer.
Park intenta salvar este escollo y denomina sociedad al “nivel cultural” y comunidad al “nivel biológico”. Los
dos niveles están relacionados de tal modo que lo que ocurra al nivel o estructura biológica repercute en el
nivel o superestructura cultural, y ésta a su vez se impone como instrumento de dirección y control sobre la
estructura biológica.
La Ecología Urbana moderna viene auxiliada y asistida además por otras ciencias, tales como la física, las
matemáticas, la cibernética, etc.
Según la Ecología Urbana, la ciudad, como unidad funcional, constituye un Ecosistema, o sea un sistema
completo formado por una trama de elementos físicos (el biotipo, o escenario físico de la vida) y biológicos (la
biocenosis , o vida de dicho escenario).
El ecosistema cae de lleno, como caso particular, en el Sistema definido por Bertalanffy como un “conjunto de
partes que interactúan y puede ser siempre descrito por una serie de ecuaciones diferenciales simultáneas en
las que la variación de un componente del sistema es función de todos los demás componentes”.
Si consideramos la ciudad a nivel de “estructura biológica” su marco físico, o continente urbano, incluye:
stock de suelo y techo, red vial, zonas verdes y espacios libres, etc.; de otra parte la vida del contenido urbano
incluye: residencia, empleo, servicios, viajes, etc.
A nivel de “superestructura cultural” -ya que al fin y al cabo la sociedad urbano no es una comunidad de
abejas-, es preciso valorar en el Sistema la cultura del hombre, su capacidad de crear, de idear, de reaccionar,
de formular objetivos y representaciones del futuro, su capacidad de programación y planificación. También
debe relacionarse el Sistema con la economía –para que las soluciones propuestas sean viables- y con los
condicionantes del hombre (físico, histórico, cultural) y a su encuadre (comarcal, regional, metropolitano,
nacional).
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 37
Los elementos del Sistema, o sea de la ciudad, son interactuantes y pueden presentar cada uno de ellos
muchos estados diferentes; el estado que presente un elemento determinado dependerá de los estados de los
restantes elementos.
Cualquier planeamiento que se proponga un mínimo de racionalidad en el proceso urbano tendrá como
objetivo equilibrar los varios elementos del Sistema urbano tendrá como objetivo equilibrar los varios
elementos del Sistema urbano y, en definitiva, entre la oferta y demanda de: bienes (residencia, puestos de
trabajo, servicios, etc.), dotación o equipo (suelo, techo, zonas verdes, etc.) y calidad ambiental (asoleo,
higiene, distancias mínimas, etc.). Vemos que zonas verdes y espacios libres se integran en la dotación o
equipo de la ciudad.
La población asentada genera demandas de equipo (por ejemplo, estas zonas verdes), demandas que se
incrementarán cuanto más alta sea la renta y bienestar alcanzado; es decir, cuanto más alto sea el nivel de
vida, más exigencia en los bienes. De otra parte, la población prevista aún no asentada incrementará la
demanda.
Las zonas verdes y espacios libres equilibradores del sistema y reguladores de la demanda
El planeamiento ha de proponer pues un modelo de equilibrio entre población y equipo. En este sentido,
precisamente, las zonas verdes y espacios libres, considerados como bienes de equipo, actúan como
elementos equibradores de la superficie edificada y de la intensidad de utilización de los solares.
Para el control de este modelo de equilibrio deberán establecerse una serie de estándares –cuantitativos y
cualitativos- que, de alterarse aquél, actúen a modo de “indicadores de alarma”.
En este aspecto, los porcentajes de uso de suelo, que pueden parecer apriorísticos y arbitrarios se
comprueban a través del análisis (o sea, a través de estándares indicadores de equipo, movilidad, medición de
decibelios, etc.) que dichos porcentajes son indispensables para que la demanda no supere la oferta, causa del
descontento social.
Así por ejemplo, si por los motivos que fuere se construyen viviendas en terrenos calificados en el
planeamiento como de zona verde, se erosiona el modelo de equilibrio establecido al alterarse la justa
proporción de usos del suelo y disminuir la dotación de zonas verdes frente a la demanda de la población ya
anteriormente asentada. Pero es más; la población alojada en las nuevas viviendas genera asimismo demanda
de zonas verdes que pasará a incrementar fuertemente la anterior y cuya global demanda de verde no podrá
ser justamente satisfecha por carecerse de terrenos para tal fin.
Para calar más hondo en la gravedad del problema que genera la escasez o falta de zonas verdes y espacios
libres, permítaseme recordar las leyes que en Ecología rigen el normal equilibrio de los ecosistemas
naturales, para luego, a modo de símil, aplicarlo al proceso de pérdida o erosión del sistema verde con las
funestas consecuencias que de ello se derivan.
El equilibrio en el ecosistema natural significa que cada nivel trófico explota al inmediato inferior, es decir, se
alimenta de él, pero lo hace de tal modo que los efectivos de este último no disminuyen progresivamente
hasta desaparecer, sino que se mantienen aproximadamente constantes. Para que esto suceda, dicho en
términos sencillos, es preciso que el nivel trófico superior vive pues de renta sin “comerse” el capital.
Si, por el contrario, el nivel trófico superior consume parte del “capital” del nivel inferior, se destruye el
equilibrio, ya que la disminución de este capital desencadena un mecanismo retroacción o feed-back (es
decir, una relación del efecto sobre la causa) que representa la muerte de individuos que son del nivel
superior, lo que motiva que se regenere la biomasa o capital del nivel inferior restableciéndose de este modo
el equilibrio.
Extrapolando estas leyes ecológicas al Ecosistema urbano y estableciendo ciertas analogías podemos sostener
que el equilibrio entre población y zonas verdes –cuantitativo y cualitativo- se mantendrá si se respetan las
reservas de suelo fijadas para tal fin en un planeamiento funcional y racional.
Si, por el contrario, la edificación, la vivienda, los comercios, etc., invaden las zonas verdes y espacios libres,
dilapidan el capital y se “comen la gallina de los huevos de oro”; entonces también, por un mecanismo de
retroacción, se desencadena un creciente proceso de desequilibrio del medio ambiente (congestión o exceso
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 38
de urbanización y sus secuelas de contaminación atmosférica, ruido, fealdad), desequilibrio que afecta
gravemente a la vida del hombre urbano al atentar contra su salud física y también psíquica (insatisfacción y
frustración).
Nótese que en este proceso no hay posibilidad de que se restablezca el equilibrio por cuanto las zonas verdes
y espacios libres reguladores del mismo, han sido total o parcialmente eliminadas.
De todo lo expuesto creo se deduce claramente que las zonas verdes y espacios libres –aún no
reconociéndoles sus indeclinables valores estéticos, higiénicos y sociales- tendrán siempre el papel de
estructuradores y equilibradores de la trama urbana y reguladores de la demanda.
Las zonas verdes y espacios libres en los viejos núcleos urbanos
El progresivo desequilibrio estructural de la ciudad y degradación del medio ambiente, anteriormente
apuntado suele ser muy acusado en la zona central o núcleo urbano. Sus viejas estructuras van perdiendo su
funcionalidad bajo la presión de la congestión y polución, se tornan cada vez más incómodas y sus habitantes
buscan refugio en otras zonas más periféricas y menos densas de la ciudad, en las que las zonas verdes y
espacios libres aún existentes mantienen en cierto equilibrio su trama estructural.
Desgraciadamente el proceso de degradación del medio ambiente se va repitiendo también allí,
extendiéndose como mancha de aceite, a menos que se mantenga a ultranza la previsión de reserva de zonas
verdes y espacios libres reguladores del equilibrio.
Cuando ello no ocurre así la ciudad se encamina paso a paso al colapso y es necesario entonces que la
sociedad urbana –en posesión de una cultura y con capacidad de reacción- adopte drásticas medidas de
emergencia si quiere hacer frente y dar solución a tal estado de cosas. Se trata normalmente de echar mano
de la ciudad de urgencia por haber descuidado la medicina preventiva.
Las soluciones adoptadas en este sentido no serán, por lo común, brillantes en extremo ni eficaces. Todos
sabemos que los intentos de cirugía urbana para el logro de zonas verdes, operando en el cuerpo vivo de la
ciudad, abriendo brechas, derribando edificios, rompiendo la piedra y rasgando el asfalto, en lucha abierta
contra el coste del suelo y lesionando contra el coste del suelo y lesionando, las más de las veces, intangibles
valores de carácter histórico y estético, es caer normalmente en la pura utopía.
La única forma de luchar en este campo es con una eficaz y ágil legislación y planeamiento que sepa
aprovechar todas las oportunidades en cuanto a reserva de zonas verdes y espacios libres aún posibles en la
vieja y desbordada estructura del núcleo urbano, y al mismo tiempo destinado a tales usos antiguas
edificaciones ya obsoletas.
A este respecto pensamos aquí en los viejos hospitales, cárceles, cuarteles, mataderos, conventos, seminarios,
etc., cuyas funciones con el paso del tiempo han quedado mermadas o en desuso a consecuencia de su
emplazamiento inadecuado o del progreso técnicoxxxiv.
En la costosa y lenta remodelación de los núcleos urbanos al objeto de que recuperen su funcionalidad, la
escasez y exigüidad de zonas verdes viene paliada en cierto modo con los espacios libres que, aun careciendo
de vegetación, contribuyen como aquéllas a esponjar la edificación, a que penetre el sol, el aire y la luz y a que
puedan desarrollarse una serie de funciones de carácter social tales como el encuentro, convivencia y paseo.
Estas últimas funciones, que se presentan como constantes históricas de la ciudad, al ser desterradas de sus
escenarios primitivos por los embates de la circulación, resucitan en nuestros días en las denominadas “islas
peatonales”, verdaderos centros multifuncionales de la diversión y el consumo.
Estas “islas peatonales” se proponen renovar y potenciar el centro de las ciudades haciéndolo más atractivo
tanto desde el punto de vista estético como en el económico.
Y con este ejemplo, sólo pretendemos demostrar que con la introducción de una variación, aunque
objetivamente pequeña, en nuestro sistema urbano, se puede conseguir efectos importantes en la mejora
cualitativa de este biotopo complejo que es la ciudad de nuestro tiempoxxxv.
Bibliografia:
Lewis, D. La ciudad: Problemas de Diseño y Estructura.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 39
Reissman, L. El proceso urbano.
Bourgoignie, G. E. Perspectivas en Ecología Humana.
Schmidt-Relemberg, M. Sociología y Urbanismo.
Ledout, Raymond. Introducción a la Ecología.
Subías Fages, Javier. Estudios del Departamento de Investigación y Análisis del Ayuntamiento de Barcelona.
Terradas. Ecología Hoy.
13. IFLA NEWS Nº 2, July 1978
Gaceta de la “International Federation of Landscape Architects” (1978).
Editorial: Ha sido solicitada respuesta a la publicación de la primera edifición de IFLA NEWS, reseñada por
Organizaciones tanto oficiales como no oficiales. El “UNESCO CHRONICLE” se propone publicar la Historia de
IFLA, con motivo de su 30 aniversario.
Esta segunda edición le será enviada directamente en cuanto se disponga de la lista de miembros de su
asociación. Si no han recibido aún el primer número de IFLA NEWS, al llegar éste, diríjanse al Delegado de su
Asociación por favor.
Este documento verdaderamente internacional, está dedicado a complementar las publicaciones periódicas
sobre arquitectura paisajista y los boletines de las asociaciones nacionales, y está pensado para ser una
fuente de información internacional de nuestra profesión.
Serán bien recibidas todas las colaboraciones de los miembros.
A continuación algunos excelentes párrafos de Brenda Colvin (U.K), miembro fundador de IFLA y de ILA.
“Pienso que la profesión tiene un importante papel en el futuro. Su valor ganará un reconocimiento creciente
si continúa siendo no político, y si acentúa que el diseño del paisaje es esencialmente un problema de
soluciones a largo término, más bien que de una serie de medidas de vigilancia a corto plazo. El diseño del
paisaje difiere del diseño arquitectónico en los dos fundamentales aspectos de tiempo y espacio.
“La mayoría de los proyectos de diseño de paisaje, necesitan mucho más tiempo para madurar que los
proyectos de arquitectura, y son mucho más vulnerables, a corto plazo, a la destrucción o al abandono
irresponsable.
“El tiempo necesario para el logro satisfactorio de la mayoría de los paisajes, está relacionado y debe influir
en el diseño inicial desde el principio de los trabajos.
“Es esencial la dirección a largo plazo de acuerdo con la intención del proyecto, si se quiere alcanzar la
madurez; la flexibilidad y la posibilidad de cambio deben estar presentes en el proyecto.
“Espacialmente el paisaje abarca más amplias áreas que la arquitectura. La agricultura, silvicultura, pantanos
y otros usos del suelo son elementos importantes en la mayoría de los proyectos de paisaje.
“Las formas arquitectónicas pueden en muchos casos estar ausentes o tener importancia secundaria, aunque
cuando existan sean por ellas mismas importantes como formas creadas por el hombre para atraer la
atención.
“Las bases del diseño de paisaje son tanto biológicas como geométricas: las leyes de la naturaleza siguen
dominando por encima de los gustos del hombre y sus convencionalismos”.
Es una gran verdad. Otro distinguido arquitecto paisajista, Elridge Lovelace (USA), Vice Presidente de IFLA de
1975 – 77, en la introducción a su notable conferencia en el XV Congreso de IFLA en Turquía (1976) escribe:
“Para ser arquitecto paisajista, uno deber ser optimista. Entre líneas en el trabajo de nuestra profesión, hay
dos hipótesis, ambas optimistas:
Primera: Que el hombre puede vivir en este planeta en armonía con su entorno y sin destruirlo.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 40
Segunda: Que es posible crear comunidades hechas por el hombre, ambientalmente satisfactorias,
urbanas y rurales.
“Ninguna de las dos hipótesis se ha probado que sean de verdad. Al contrario, en nuestros días predomina la
evidencia negativa. De aquí la calidad optimista de las hipótesis”.
El artículo 2 de la Constitución de IFLA dice: “El objeto de la Federación Internacional de Arquitectos
Paisajistas, es el desarrollo y promoción de la arquitectura paisajista, tanto como de las artes y las ciencias
relacionadas con la profesión, en todas las partes del mundo…”. Estarán de acuerdo conmigo en que, la
siguiente definición de esta profesión –dada por el arquitecto soviético Félix A. Novikov, en un artículo
publicado por el correo de la Unesco (junio 1976) – describe remarcablemente nuestra propia profesión:
“Aquellos que creen que la investigación científica puede producir disposiciones para un entorno armonioso,
en mi opinión, están equivocados. Yo ofrezco mi definición de arquitectura en forma de la ecuación:
Arquitectura = (ciencia + Tecnología) x arte. No impositivo si el factor “arte” es nulo.
En lo que concierne al arquitecto paisajista, me gustaría añadir una virtud necesaria: Paciencia, porque los
árboles tardan generaciones en crecer (estuvo alguna vez en un bosque de 500 años hecho por el hombre?), y
la perseverancia que lleva consigo. También se requiere convencer a los demás y comunicarles nuestro
mensaje, a veces en contra de su inmediato o aparente interés: grandes proyectos, a menudo bajo auspicios
internacionales, tienen efectos inesperados e indeseables en el medio ambiente. A menos que hayan sido
planteados con la debida consideración a los factores ecológicos, pueden acarrear un daño irreparable por el
que sufrirán las generaciones futuras y condenarán nuestros métodos insensatos y falta de previsión.
La única responsabilidad del arquitecto paisajista y su papel esencial, es lograr un creciente reconocimiento,
razón por la que tantos jóvenes eligen esta fascinante profesión. Es deber y responsabilidad de IFLA
ayudarles promoviendo, de una parte, una enseñanza altamente cualificada, y de otra, su participación en
todo proyecto de utilización del territorio en todos los países del mundo.
F.G. Breman, Presidente
DISTINCIONES
Dean Emeritus Hubert B. Owens, Immediate Past-President of IFLA, fue condecorado con la medalla ASLA
1977, la más alta distinción que la American Society of Landscape Architects, puede conceder a un Arquitecto
Paisajista.
Mr. Pierre Zbinden, Tesorero de IFLA, ha recibido la Legión de Honor, la condecoración más alta otorgada por
el Gobierno Francés.
Los miembros de IFLA, se unen para felicitar a sus distinguidos colegas.
IFLA Y LOS JARDINES DEL ALCAZAR
La Asociación Cultural “Amigos de Sevilla” (España), apelaron al Presidente de IFLA en apoyo de su lucha por
evitar la realización en la Ciudad de Sevilla de la venta de un terreno, a lo largo de la calle San Fernando,
tomado a los famosos jardines del Alcázar, para la construcción de viviendas residenciales. Tal construcción
destruiría para siempre el carácter único de este lugar histórico y sus bellos jardines, causando un daño
irreparable al Patrimonio Cultural de Europa.
Tras estudiar el sólido expediente de queja, el Presidente solicitó la intervención de la UNESCO, mediante
contactos personales con el Dr. Gamal Mohktar, primer Subsecretario de Estado, Ministro de Cultura en el
Cairo, quién expreso su responsabilidad acerca de los jardines hispano-árabes de Sevilla. El Dr. Zulficar, de la
Sección del Patrimonio Cultural de Unesco, puso en antecedentes a la Delegación Española en la UNESCO, a la
Comisión Nacional de UNESCO en España y a Lord Duncan Sandys, Informador General del Patrimonio
Arquitectónico del Consejo de Europa, quien a su vez informó a Europa Nostra y al Ministerio de Cultura en
Madrid.
El presidente de IFLA dirigió asimismo cartas oficiales al Ministerio de Cultura y al de Obras Públicas y
Urbanismo en Madrid, quienes contestaron que no puede iniciarse acción alguna hasta que el Juzgado de
Sevilla resuelva el caso pendiente aún de resolución en sus Tribunales. El presidente aconsejo a los “Amigos
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 41
de Sevilla” que deben también apelar al Secretario General del Consejo de Europa, lo que hicieron, recibiendo
de Mr. Kahn-Ackerman, toda su atención.
IFLA se complace al informar de este caso de cooperación internacional para la defensa de los jardines
Históricos, como parte del Patrimonio Cultural Universal.
Resumen de la Historia de IFLA. Parte II
Siguiendo su desarrollo general, evoluciona la estructura administrativa de IFLA.
Hasta 1965, todo el trabajo de Secretariado estuvo a cargo del Secretario General, dentro de las posibilidades
de su oficina privada. Gracias a la Fundación Gulbenkian –con sede en Lisboa- que garantizaba a IFLA una
subvención anual de 100.000 escudos (unos 15.000 F.S. actuales) durante tres años consecutivos, en 1965
IFLA pudo comenzar a trabajar con un secretariado por horas, indispensable para estimular el desarrollo de
las actividades de IFLA y asistir a los miembros oficiales en sus crecientes tareas. (En 1952 se estimó que 500
£ anuales, serían suficientes para mantener un secretariado que bastase).
Las gestiones de IFLA se financiaron con las cuotas de los miembros, elevadas gradualmente año tras año
desde la primera cuota per cápita de 3 chelines en 1948, a 12,50 F.S. en 1970, elevada a 18 desde 1975,
excepto por ASLA (American Society of Landscape – Architectas) pagando una suma global del 15% del
importe total de cuotas recibidas por IFLA. (Ver hechos y cifras). Contribuyen a su fondo, los Congresos de
IFLA y las cuotas de Conferencias Regionales, de los que IFLA está autorizada a ingresar el 20% del importe
total de matriculación, y la subvención de la UNESCO.
Con un presupuesto limitado, IFLA solo puede mantener un único miembro directivo pagado por dedicación
no completa, el Secretario Ejecutivo, con una larga experiencia de secretariado y experto en cinco idiomas,
quien se encarga –bajo la dirección del Secretario General- de todas las gestiones administrativas, incluyendo
archivo, correspondencia, -traducción de todas las actas de reuniones e informes, en los dos idiomas oficiales
de IFLA, inglés y francés (muchas cartas y documentos de los que se reciben están en portugués, alemán,
español, italiano), así como de la interpretación verbal inglés-francés- de todas las sesiones de trabajo de
IFLA: Junta Directiva, Comité Ejecutivo y Gran Consejo.
Además, la preparación de congresos mundiales (1976 – 78), añaden nuevas obligaciones –a las del
Secretariado, con un aumento considerable de correspondencia oficial con organismos internacionales,
organizadores, conferenciantes y participantes, la elaboración de programas y material de propaganda, así
como de la traducción de conferencias y de más documentos.
En 1964 el Gran Consejo decide promover el desarrollo de IFLA mediante reuniones del Presidente,
Secretario General y Tesorero, (después llamados “Junta Directiva” Bureau), tres o cuatro veces al año. Estas
Juntas Directivas, o Bureau, fueron tan eficaces para el desarrollo de IFLA, que Bureau se estableció
formalmente en la Constitución de IFLA en 1967
Los miembros de IFLA crecieron de 15 representantes nacionales, a 41 miembros en la actualidad, y hoy uno
de los objetivos esenciales de la Federación, es extender sus miembros a todos los países del mundo,
especialmente a los países en vía de desarrollo.
Para promover tal desarrollo el Gran Consejo adoptó una estructura “regional” en 1972,- en la cual, tres Vice
Presidentes representan los intereses de la profesión en una Región: Occidental, Central y Oriental.
PUBLICACIONES
Desde sus comienzos, IFLA animó la producción de un libro anual o revistas trimestrales, publicación de
proyectos, y publicaciones técnicas y profesionales. Se imprimió un periódico de IFLA dos veces, antes de
1956, que fue suspendido antes de 1960 por falta de suscriptores. El material fue recogido para un libro del
año 1955-56, pero la falta de fondos impidió su edición.
El problema de la revista trimestral se resolvió en 1962, gracias a la Asociación Suiza, que hizo posible que la
información y noticias de IFLA fuesen impresas en el boletín trimestral ANTHOS, el cual se convirtió en
órgano oficial de IFLA.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 42
En lugar del libro del año, se imprimieron los documentos de los Congresos de IFLA en 969, 1962 y 1964,
junto con otro material, editados por un grupo de miembros notables de IFLA, en tres libros ilustrados y
publicados por un entusiasta e idealista editor alemán. Estos libros, destinados tanto a aficionados como a
profesionales, son:
Space for Living. Landscape Architecture and the allied arts and professions. 1960 Congreso Amsterdam.
Shaping tomorrow’s landscape. 2 Vol. The Landscape architect’s role in conservation and re-shaping of
the landscape. 1962 Congreso Haifa.
Landscape and Human Life. The impact of landscape architecture upon human activities. 1964 Congreso
Tokio.
La documentación del Congreso de Montreal 1968 y el de Bruselas en 1972, así como el Congreso en
Estambul en 1976, fueron impresos y distribuidos.
IFLA publicó en 1968 un informe de Educación, dando una lista tan extensa como posible – de Instituciones
de enseñanza de la Arquitectura Paisajística en todo el mundo.
Revisada la Constitución de IFLA, votada en 1967, fue impresa en 1969.
Para constancia, debe mencionarse que IFLA organizó exposiciones circulantes, utilizando el material
exhibido con ocasión de los Congresos de 1952, 1956 y 1960.
IFLA ha comenzado recientemente a publicar el presente “IFLA NEWS”, en inglés con una reducida traducción
en francés. Esperamos que en un futuro próximo será posible la edición en los dos idiomas. IFLA también ha
cooperado con la UNESCO en la preparación de un libro, editado en 1977 por UNESCO: “The man-made
landscape.
GRUPOS DE TRABAJO
El Gran Consejo creó los Grupos de Trabajo para realizar encuestas y estudios especiales, y como
instrumentos directores del desarrollo de la profesión.
1958 International Landscape Architecture Competitions: para preparar una serie de normas
internacionales. Disuelto en 1974, después de cumplir su cometido, la normativa de reglas propuesta fue
adoptada formalmente por IFLA.
1959 Education: Preparó el Informe de Educación publicado en 1968 y después un número limitado de
copias de un informe complementario, así como un nuevo informe en 1971.
Actual Presidente: Profesor H. Kiemstedt
Technissche Universität Berlin-Fachbereich 14
Institut für Landschafts-G Freiraumplanung
Franklinstrass 29
1 Berlin 10
Tras realizar una elaborada encuesta, el Profesor Kiemstedt, está completando un esquema de revisión total e
informe puesto al día, que IFLA editará en breve. Este importante documento –cuyo sumario ha sido
aprobado por IFLA- proporcionará una valiosa información a todas las escuelas de formación de Arquitectura
Paisajista.
1964 Bibliografía: Los intentos de creación de un centro bibliográfico han fallado a causa de la limitación
de las posibilidades. En 1977 se ha formado un grupo adecuado en la Sede de UNESCO en París, a fin de
estudiar la participación de IFLA en la creación de un centro internacional de documentación conjunto ICOM-
ICOMOS.
Presidente: Profesor Magne Bruun
Bregneveien, 10 B
1430 AS (Norway)
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 43
Tal centro, abierto a la bibliografía paisajística, satisfará la necesidad de un servicio de base internacional de
bibliografía en computadora, que comprenda el campo profesional de la arquitectura paisajística, un sistema
de información internacional de enorme valor para investigación y formación. El grupo actual estudia las
facilidades existentes proporcionadas entre otros por AGRIS (International Information System for the
Agricultural Sciences and Technology), Commonwealt Agricultural Bureaux, amd UNESCO/ICOM Centre.
Roads in the Landscape
Presidente: Mr. Campbell E. Miller
1387 Sourth Street
Louisville, Ky 40014 (USA)
El rápido crecimiento de un sistema de autopistas en todo el mundo, tanto en países industrializados como en
los países en desarrollo, plantea problemas urgentes de utilización del territorio y defensa del paisaje,
relacionados íntimamente con la expansión de la industria turística, tanto como con la lucha contra la
polución del aire y el ruido. Tales problemas hacen que el tema de trabajo de este grupo sea particularmente
importante.
Definición de la Profesión. El Comité elaboró una definición –adoptada por IFLA en 1967 y por ILO en 1968-
que sitúa la profesión bajo la clasificación precisa en el capítula “Arquitectos-Urbanistas-Planificadores-
Arquitectos Paisajistas” 0-21-40.
1967 Jardines Históricos
Presidente: Profesor R. Pechère
20 Rue du Châtelain
1050, Bruselas, (Bélgica)
El comité está preparando una lista de 2000 jardines históricos que merecen restauración o defensa como
parte valiosa del patrimonio cultural universal. El comité de Jardines Históricos organiza simposiums
bienales en colaboración con ICOMOS Fontainebleu 1971, Granada 1973, Zeist 1975, Praga 1977.
Traducción de términos técnicos
Presidente: Dr. K. Evert
Dagobertstrasse, 15
43 Essen 21 (W Germany)
El Comité trata de compilar una lista de palabras técnicas y definiciones en seis idiomas, tan completa como
sea posible. De un total de 15.000 términos seleccionados, han sido ya tratados 1.500.
1970 Editorial
Presidente Prof. D. Ogrin
Primoziceva 2
61231 Crnuce/Ljubljana (Yugoslavia)
El Comité prepara una publicación que describe cada aspecto de la profesión de la arquitectura paisajística en
todos los campos de la actividad.
Investigación
Presidente: Prof. M. Vroom
Dept. of Landscape Architecture
University of Wageningen (Netherlands)
El objeto fundamental del Comité es promover el intercambio de información en la investigación que alcance
interés para la práctica profesional de los arquitectos paisajistas, planificadores y para los institutos de
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 44
investigación. El Comité evaluará y seleccionará las áreas de información con interés a nivel internacional, y
procurará dirigir las actividades de la investigación, en cuanto a necesidades actuales y futuras, no solo en
países desarrollados sino también en los actualmente en vías de desarrollo. Se ha preparado un cuestionario
acerca de las actividades de la investigación. El Comité se propone publicar su trabajo en una sección especial
del periódico trimestral Elsevier, Landscape Planning – “Reports and View son Research”.
1974 Defensa de Paisajes Históricos
Presidente: Mr. J.B. Perrin
30 Avenue Charles Floquet
Paris 7e
El objetivo del grupo es definir un número de paisajes históricos fundamentalmente distintos por su
naturaleza, los peligros que les amenazan y las medidas que deben tomarse para asegurar su defensa y
revalorización. En marzo de 1977, se celebró un simposio internacional con este tema, y bajo los auspicios de
UNESCO. La documentación fue publicada por el Instituto Japonés de Arquitectos Paisajistas.
Asuntos legales y administrativos
Presidente: Prof. E. Fontes
Rua Rodrigo da Fonseca 10, 2º
Lisboa
Tras publicar su informe preliminar de la legislación para la defensa de jardines y paisajes, y a petición de la
UNESCO, el Comité está preparando un índice internacional que se destina a un centro de documentación.
Planificación del Paisaje en áreas urbanas
Presidente: Mr. R. Grebe
Lange Zeile 8
8500 Nürnberg (W.Germany)
El objetivo del Comité es recoger e intercambiar información de todos los aspectos de la planificación del
paisaje, -ordenación del territorio-, en zonas urbanas: Problemas legales y de administración, objetivos y
métodos, resultados de proyectos realizados en todos los países en los que IFLA tiene afiliados. El Comité se
reunió este año en Nürnberg para preparar un programa de trabajo.
Aspectos sociales de la Ordenación paisajista
Presidente: Mr. P. Tattersfield
201-1008 Homer Street
Vancouver, B.C. (Canada)
El propósito del comité es crear una más profunda conciencia – entre los paisajistas y también sus clientes- de
las consecuencias sociales de la ordenación del paisaje y el diseño, haciendo todo lo posible por humanizar el
entorno, mejorando la calidad de vida de todos los hombres.
Para lograr este propósito, el comité procurará preparar una bibliografía accesible, ocupándose en estudios
determinados para la descripción de casos históricos, trabajando con otros grupos relacionando el paisajismo
con las ciencias sociales y de comportamiento, y descubriendo medios efectivos para impactar actitudes
individuales profesionales y competencias.
INFORMES DE TODO EL MUNDO
Confrontación en Varsovia 1978
Cada tres años tienen lugar encuentros internacionales de Arquitectos de diversas capitales europeas, para
estudiar los problemas relacionados con el desarrollo de Varsovia y otras grandes ciudades. La iniciativa es
de la Unión de Arquitectos de Polonia, Sección de Varsovia. La Tercera confrontación bajos los auspicios del
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 45
Presidente de la Capital de Varsovia, tuvo lugar en enero de 1978 y estuvo dirigida, a la creación de un centro
recreativo en una zona céntrica de la ciudad.
Participaron en los trabajos varios arquitectos paisajistas, y fueron enviados 15 proyectos por grupos de
Berlín, Belgrado, Budapest, Bucarest, Helsinki, Moscú, Paris, Praga, Sofía y Estocolmo, así como otros cinco
proyectos realizados por grupos polacos.
El jurado destacó la calidad de las colaboraciones en busca de diferentes formas de recreo y concedió el
premio al grupo de Estocolmo, formado por 5 arquitectos paisajistas y 4 arquitectos, por su concepto creativo
de los más destacados valores humanos.
FORMACIÓN
Estudiantes
El profesor Dr. Zaremba, de la Universidad Técnica de Szczecin (Polonia), ofrece dos puestos escolares para el
XIII curso para post-graduados de planificación urbana y regional en países desarrollados, en dicha
Universidad. Curso recomendado por IFLA para estudiantes de arquitectura paisajista.
El primer estudiante de la Universidad de Bangkok, estudia ahora en la Universidad de Szczecin, y el Profesor
Zaremba ofreció dos puestos más para el curso 1979. Los interesados pueden dirigirse a la Secretaría de
IFLA.
Colegio de Europa
El colegio de Europa ofreció en Brujas (Bélgica) un curso especial de arquitectura paisajística en verano,
dentro del programa de estudios especiales para la defensa y restauración del patrimonio cultural europeo. El
curso 1978 contaba con 140 estudiantes de 20 países.
LIBROS Y PUBLICACIONES
“The Man-Made Landscape” UNESCO. 178 páginas, 8 láminas, 46 illus. 1977. Precio: 40 F.F
Comentario del Secretario General de IFLA: “Este nuevo libro publicado por UNESCO en cooperación con la
IFLA, es una real aportación internacional a la lucha de todo el mundo por la defensa de los valores naturales
y culturales de nuestro entorno. Los mejores expertos dan una amplia y variada información que supone gran
experiencia, de interés para los profesionales relacionados con la defensa, desarrollo y mantenimiento de
nuestro entorno, con particular referencia a países desarrollados. El libro es una considerable ayuda para
estudiantes y centros de enseñanza de arquitectura paisajística, y las profesiones afines, tanto como para
autoridades de la administración”.
HECHOS Y NUMEROS
La protección legal del título de arquitecto paisajista, existe en: Japón, Republica Federal Alemana, algunos
estados de U.S.A. y en Columbia Británica/Canada.
Sin embargo, la profesión está oficialmente reconocida en todo el Canadá, Dinamarca, Hungría, Francia, Israel,
Méjico, Noruega, Polonia, Reino Unido, Suecia y Suiza.
Incluidas en las cuotas anuales pagadas por los miembros a su asociación, el porcentaje que revierte a IFLA
como cuota pagada por la Asociación a la Federación, es como sigue:
0,5% American Society of Landscape Architects (ASLA)
14,5% Asociación de Arquitectos Paisajistas de Méjico
40,0 Asociación de Arquitectos Paisajistas de Finlandia.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 46
Ilustración 11: Fuente de los jardines del Mirador del Alcalde hacia 1980.
14. IFLA NEWS Nº 3, May 1979
Gaceta de la “International Federation of Landscape Architects” (1979).
Editorial: El mundo necesita Arquitectos – Paisajistas - ¡Trabajemos!
Dr. Werkmeister – Presidente de I.F.L.A.
Nuestro mundo está lleno de peligros. Peligros políticos, pero más graves que éstos, pueden ser los peligros
ecológicos. De acuerdo Mario Pavan en su informe al Congreso de Europa 1977, se estima que mil billones de
seres humanos están afectados en el mundo actual.
Se han creado desiertos y cambiado el clima de la mitad de sus países y han destruido dos tercios de todos los
bosques. Esta gente ha causado el declive del 90% de la fauna. Si el llamado “homo sapiens” hubiese
aparecido un poco antes, ahora habría creado en el mundo las mismas condiciones que hay en la luna. Esta es
la marcha que seguimos hoy.
Durante los últimos 30 años, hemos causado la regresión del 30% de las criaturas marina, y al menos 20.000
especies vegetales están muy dañadas.
Cambiamos la atmosfera y gastamos casi toda el agua disponible. Continuamente creamos nuevas demandas
que solo pueden ser satisfechas por un cultivo intensivo y la explotación exhaustiva de los recursos naturales.
Estamos convirtiendo los mares y océanos en insanos estanques para peces, y sin saber cómo tratar la
enorme cantidad de peligros –de productos residuales, industriales y militares- sin causar otras
complicaciones peores. Recuerdo las palabras del entonces Presidente de IFLA Mr. Owens que comparaba
nuestro planeta con una frágil vasija orbitando en nuestro sistema solar.
Nosotros tenemos que salvar éste maravilloso planeta azul para las generaciones futuras, y no es arrogancia
señalar que los arquitectos paisajistas junto con colegas de otras profesiones, luchando por éste fin, jugarán
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 47
un papel cada día más importante. En todo el mundo los arquitectos paisajistas serán en el futuro una parte
de la “Conciencia ecológica y biológica”.
¿Qué es un arquitecto paisajista? ¿Cómo se forma? Tiene que ser formado tan ampliamente como sea posible.
Tiene que tener una sólida base práctica para conocer la vegetación y como usarla. Tiene que obtener
conocimiento básico de geología, climatología, ecología, sociología y artes – porque créase o no, hasta belleza
es necesaria en nuestro mundo.
Debe aprender las ideas generales de la arquitectura y el urbanismo, y tiene que adiestrase en dibujo, para
ser capaz de expresar sus ideas.
Es claro que todo esto requiere una compleja respuesta. En algunos países muy desarrollados hay buenos
niveles de cursos especiales a nivel universitario. Es deseo de IFLA ayudar a nuestros colegas, sus directores
de enseñanza, sus gobiernos, para que los jóvenes paisajistas sean capaces de encontrar las necesidades de la
sociedad.
La sociedad tiene que salvaguardar sus recursos naturales, también familiarizando a la población con la flora
y fauna a través del establecimiento de parques nacionales, áreas naturales, reservas costeras, santuarios de
vida silvestre protegida, etc.
Toda infraestructura debe hacerse con el informe de los paisajistas. Y digamos también el trazado de
autopistas y otras obras de ingeriría civil, tienen que ejecutarse con el mayor respeto dentro del entorno. Por
ejemplo, el urbanismo plantea importantes problemas a todos los niveles. Hay miles de ejemplos en el mundo
que demuestran los excelentes resultados de la cooperación entre arquitectos, urbanistas y paisajistas
cuando colaboran desde el principio del proyecto.
Señalaremos que esta cooperación desde la primera fase es económica, ahorra dinero a la sociedad y ayuda a
lograr un entorno adecuado para vivir en eso.
Además reclamo la atención al valorable patrimonio cultural. Hay jardines y parques históricos maravillosos,
claustros de edificios insertos en antiguos paisajes culturales. Es preciso que sean restaurados y tratados
debidamente, y los arquitectos paisajistas están implicados en este trabajo en todo el mundo.
Finalmente reclamo atención al urgentísimo problema de muchos paisajes agrícolas. Tuvieron una gran
producción hoy han sido abandonados por granjeros y campesinos, o son mal mantenidos. Este grave
problema es parte de los planes regionales, y los paisajistas de todo el mundo están trabajando en éstos
temas junto con otros colegas, y esto concierne tanto a los países industrializados como a los países en
desarrollo.
La tierra, este planeta azul, necesita ayuda. Ayuda de nuevas ideas para encontrar la paz y para una mayor
conciencia de la situación social y ecológica. Y necesita ¡Más arquitectos paisajistas!
Este año 1979 IFLA celebra su 30 aniversario. Cuando nuestros colegas fundaron la Federación en Cambridge
en 1948 no pudieron haber tenido ningún presentimiento del desarrollo de la profesión. Hoy está
representada por asociaciones y miembros individuales de más de cuarenta países, y muchas organizaciones
nacionales se fundarán en un futuro próximo y se unirán a IFLA. Nuevas ideas y nuevos programas tienen que
servir a todos los miembros y tienen que enfrentarse con las necesidades de nuestra sociedad.
Los paisajistas trabajan en todo el mundo por el bienestar de la gente a todos los niveles, desde el jardín
refugio al tratamiento de amplias regiones ellos están insertos en muchas actividades para el beneficio del
hombre.
El mundo necesita arquitectos paisajistas, bien, ¡pues a trabajar!.
CONCURSO INTERNACIONAL – “RHIN – EJES VERDES”
Preparado por la ciudad de Düsseldorf, con objeto de lograr diseños interesantes para el “Bundesgartenschan
1987”. Se ha invitado a participar a los paisajistas de países del Mercado Común, en colaboración con
arquitectos y urbanistas.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 48
IFLA recibe encargos de este tipo desde hace años, como el de Austria con motivo de la WIG – 74 (Exposición
Internacional de Jardinería 1974). En estos concursos la competición ayuda a la mejor comprensión entre los
países, los paisajes y los hombres. Además es una ocasión para medir el propio nivel profesional.
MISION DE IFLA EN EL ESTE
Asociaciones afiliadas: Australia, Israel, Japón, Nueva Zelanda, Filipinas.
Miembros individuales en: India, Irán Taiwán, Arabia Saudí, Singapur, Tailandia e Indonesia.
o En 1973 tras muchos esfuerzos, la arquitectura paisajística se reconoció oficialmente como profesión
independiente a arquitectura y a ingenieros. Todos los miembros de ISALA están registrados Arquit-
paisajistas (de Zvi Miller, Haifa – Israel).
o “Japanese Institute of Landscape Architectos (JILA)”. Hay 37 universidades con departamento de
paisajismo – 17 nacionales y 20 privadas. –En las nacionales se gradúan 150 estudiantes cada año, de las
privadas 520. El 51% se emplean en el campo de la arquitectura paisajista- el 12% en oficinas del estado,
4% en instituciones, 3% en construcción de obras civiles, 4% en otros, y el 26% quedan sin empleo.
o Se ha creado el Departamento de A. Paisajista en la Universidad de Chulalongkorn Tahilandia, los
primeros graduados serán diplomados en 1983. El reconocimiento de la profesión es satisfactorio y
también la perspectiva de trabajo.
o El Presidente de IFLA – Dr. Werkmeister visitó a UNESCO y trató de varios problemas urgentes de la
Federación, encontrando buena acogida y deseo de mayor apoyo. Un Delegado de UNESCO estuvo
presente en el gran “Consejo del Congreso de Cambridge como observador y se espera que las promesas
sean pronto hechas.
CONSEJO DE EUROPA
El Comité Europeo para la Conservación de la Naturaleza y Recursos Naturales (CDSN) se ocupa de esta
actividad a través del Cimité de Expertos para el planeamiento y conservación del ambiente natural.
De acuerdo con las resoluciones de Viena esta actividad se designa como “la protección, mantenimiento y
administración de una variedad de tipos de paisajes naturales”. Esto supone:
I.- Identificación y evaluación de paisajes
II.- Preparación de mapas de vegetación, escala 1:3.000.000
III.- Preparación de una serie de mapas de vegetación de mayor escala.
Ya se han preparado los puntos I y II; el punto III está en desarrollo, y además otros planos de paisajes
naturales de Europa, Áreas ecológicas, con indicación de los biotipos de cada unidad. Posteriormente se hará
una colección (E: 1/500.000) como base para un planeamiento integrado del entorno natural.
EL XVI CONCRESO DE IFLA EN CAMBRIDGE 5 septiembre de 1979
El tema del Congreso “Paisaje hacia el año 2000”. ¿Conservación o desolación? “El lugar “Jesús College” de
Cambridge se eligió porque allí nació IFLA hace 30 años, y coincidía con el 50 aniversario de la fundación del
Instituto de Paisajismo Ingles.
El IEJAP estuvo presente tanto en las sesiones del Gran Consejo como en las lecturas de los temas
programados. Los temas se desarrollaron en cuatro aulas que acogieron la cuarta parte de las lecturas, que se
dieron simultáneamente, agrupadas en los temas generales:
Paisajes históricos
Conservación ecológica y biológica
Desertificación y tierras húmedas
Crisis del paisaje en el tercer mundo
Tratamiento de zonas costeras
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 49
Los esquemas de las conferencias serán enviados a la Secretaría del IEJAP tan pronto como sea posible, y
estarán a disposición de los asociados del Instituto.
(En la Secretaría del IEJAP – Villanueva, 5 – Madrid – 1, no se ha recibido ninguna petición de información
sobre el Congreso. Por tanto no hubo viaje colectivo).
TEMAS DEL XVI CONGRESO MUNDIAL DE IFLA EN SALVADOR – BRASIL
Derek Lovejoy: La ciudad invasora – Haciendo paisaje del desarrollo urbano.
…”En las últimas décadas, muchos países han reconocido el valor de la creación de cinturones verdes
alrededor de las ciudades. La designación de estas áreas debe ser parte de una estrategia regional. Sin
embargo, muchas de estas acciones particularmente en países en vías de desarrollo, no han sido planeadas,
debido a varias razones socio-económicas, y una de las esenciales es la preparación de un plan maestro, que
tiene que tener autoridad establecida…”.
Edgar Fontes: Como contribuye al desarrollo el arquitecto paisajista
No debemos olvidad nunca nuestro origen de jardineros, los hombres que han sido capaces de llevar la
naturaleza al hombre, en la forma en que mejor lo apreciaban. Esto no debe afectar a nuestra libertad de
elección o a nuestra creatividad, pero nos coloca en una posición particular, ya que tenemos que obedecer las
reglas técnicas que ya he descrito. Todos los ecosistemas afectados por nuestro trabajo se podrían sustituir
por otros, totalmente capaces de sostener su propia vida”.
Mauricio Roberto: El paisaje para el tiempo libre y las viviendas para gente de pocos ingresos.
“La ciudad democrática debe ser una mezcla de familias con diferentes niveles de ingresos. Los “ghetos” de
gente con bajos ingresos no funcionan”.
H. Soda: Acciones actuales para la recuperación de los daños ambientales producidos por concentraciones de
población y de industria en áreas urbanizadas.
El 3er. Plan General de Desarrollo del País fue establecido en 1977 en Japón, en que se esperaba que todos los
proyectos necesarios fuesen terminados a finales de 1990. Los principios fundamentales del plan son los
siguientes:
1. Hacer buen uso de los caracteres básicos de cada distrito local.
2. Estar basados en la cultura histórica y tradicional.
3. Controlar la concentración de población y de industria en las grandes ciudades.
4. Desarrollar distritos locales
5. Resolver
6. Cuidar el balance de la proporción de uso del territorio del país.
7. Y crear un ambiente esperanzador para nuestra cultura avanzada que se basa en una actitud equilibrada y en armonía con la naturaleza.
Creemos que para los arquitectos paisajistas japoneses es una misión importante y urgente que este plan
general de estructura de espacios abiertos en áreas urbanas sea bien entendido y preparado
provisionalmente y comprendido en cada ciudad del Japón.
PLAN ESTRATEGICO DE IFLA – Su función en un mundo cambiante,
1. Proporcionar una dirección, a través de congresos internacionales, destinada a explorar las
necesidades socio-ambientales del futuro.
2. Estimular la investigación en arquitectura-paisajística y en los campos afines.
3. Extender la cooperación a las autoridades internacionales
4. Organizar asociaciones profesionales en países en los que aún no existen.
5. Introducir arquitectos-paisajistas en los proyectos de desarrollo que reciben apoyo internacional.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 50
6. Fomentar las competiciones o concursos internacionales de proyectos que atañen a la arquitectura-
paisajística.
7. Ayudar a la creación de nuevas formas de estudio y aumentar las existentes.
8. Reunir un grupo de profesores y profesionales para ayudar a los países en vías de desarrollo.
9. Crear becas, intercambio estudiantil y programas de estudio.
10. Desarrollar las actividades profesionales y el intercambio de experiencias.
IFLA trata de desarrollar su propia organización para llegar a estos objetivos.
En los próximos quiere:
a) Alentar la creación de Consejos Regionales.
b) Hacer que las asociaciones existentes compartan su experiencia con las Asociaciones nuevas y las
menores.
c) Crear intercambios y ayudas entre la Sede Central, las Regionales, las Asociaciones y los Miembros.
d) Publicar el Boletín de IFLA dos veces al año.
e) Desarrollar un equipo directivo y los recursos financieros para mantener un programa de acción
efectivo.
15. Prólogo a la Segunda Edición del Deodendron
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1979).
De un tiempo a esta parte se observa que el hombre de nuestra era tecnológica y mecanizada siente cada vez
más la necesidad vital de acercarse a la naturaleza, no ya como orgulloso dominador y explotador de sus
recursos que estimó inagotables, sino con el espíritu humilde de saberse él mismo parte de esta naturaleza en
la que vive inmerso y a la que deberá respetar, cuidar y preservar, si quiere subsistir en la plenitud de su
desarrollo espiritual y físico.
De ahí la significación e importancia que tiene en la actualidad, para el hombre en general y para el agobiado
ciudadano de las grandes urbes y en particular, la búsqueda de un ponderado equilibrio con el medio físico y
ambiental que le condiciona y conforma. Equilibrio que sólo podrá obtenerse mediante un planeamiento que
contemple en profundidad la problemática ecológica y paisajística, así como de las zonas verdes y los espacios
libres.
Es en este planeamiento y en la consiguiente ordenación de espacios abiertos conformados por la vegetación
–zonas verdes, parques y jardines- donde el arquitecto o técnico proyectista necesita poseer conocimientos
del “material vegetal” que deberá emplear. Este material por ser vivo, dinámico y mutable y no inerte e
inmutable como el material arquitectónico, necesita ser estudiado y captado no sólo con criterios meramente
estilísticos, sino también en sus condicionantes físicos y biológicos, cara al logro de una acertada selección de
las especies más idóneas y de su adecuada agrupación sobre el terreno, para crear y equipar espacios,
ambientes y escenas, socialmente útiles y estéticamente bellas.
Este libro de Rafael Chanes nos acerca a este conocimiento. De entre este “material vegetal” –que podría
parecer a primera vista, profuso, masivo e informe- nos va desvelando y destacando la individualidad e
identidad de cada uno de sus componentes.
Pienso que algo parecido nos ocurre a nosotros, respecte a nuestros semejantes. Vamos por la calle y, de
repente, de entre la multitud que circula, surge “alguien” que, por su figura, porte, fisonomía, se nos
singulariza y destaca del resto. Ya no es uno más de la masa. Tiene nombre, una personalidad, es un conocido,
quizá nuestro amigo.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 51
Este es el milagro que obra en nosotros el presente libro. El de dar a conocer las plantas –conocer es ya una
forma de amar- y para ello nos ofrece, a modo de cumplida presentación, su carta de identidad: origen, porte
o crecimiento, exigencias físicas y biológicas, forma, color, ambiente foliación, floración, fructificación, etc.
También, al final del libro, figuran unas útiles relaciones de especies vegetales agrupadas o asociadas en
razón a alguna particularidad o afinidad común.
Con todos estos datos el proyectista contará con elementos suficientes para poder escoger de entre las
plantas aquella que, asegurada obviamente su pervivencia y normal desarrollo –el jardín no ha de ser un
hospital ni menos un cementerio-, convengan más a los fines que la ordenación y composición jardinera
pretendan alcanzar.
El atento estudio de las principales características que de las plantas de clina templado aporta el presente
libro, y su hábil empleo y aplicación, posibilita la ordenación de los espacios verdes basada en armonías o
contrastes; contrapunto de masas horizontales y verticales; adecuado equilibrio entre plantas de hoja
persistente o caduca; en el juego de volúmenes, formas y colores mutables en el tiempo y el espacio...
Este proyectar en cuatro dimensiones –tres del espacio y una en el tiempo- confiere a la ordenación
paisajística y jardinería su mayor belleza y expresividad.
DEODRENDON, de Rafael Chanes es, por tanto, un libro de consulta y una útil herramienta de trabajo para
todos aquellos profesionales o meramente aficionados que se interesan por el paisajismo o simplemente por
la jardinería. En sus páginas alienta el alma sensible de un arquitecto enamorado de las plantas, él mismo fino
proyectista de jardines y parques, así como de arquitectura plenamente integrada al paisaje.
Sus libros, estudios y publicaciones nos dan la medida de su sabiduría, de su amor a la Naturaleza y del
entusiasmo que le mueve a hacernos vibrar por su mismo afán.
No es de extrañar, pues, el éxito alcanzado por DEODENDRON en su primera edición. A esta segunda
auguramos asimismo una aceptación tanto mayor cuanto, gracias a libros como el presente, va en aumento la
sensibilización en tan apasionante temáticaxxxvi
16. ALGUNAS IDEAS Y CRITERIOS EN LA ORDENACIÓN DE LOS ESPACIOS VERDES.
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Director Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1983)
Ponencia realizada en el I Jornadas sobre Espacios Verdes Urbanos en el Colegio Oficial de Arquitectos de
Cataluña, Barcelona.
El ser humano de nuestra era tecnológica siente la necesidad vital de acercarse a la naturaleza, no ya como
dominador y explotador de la misma, sino con espíritu humilde de saberse parte integrante de esa naturaleza,
en la que vive inmerso y a la que deberá preservar, respetar y cuidar si quiere subsistir en la plenitud de su
desarrollo físico y espiritual.
De ahí la importancia que tiene para el ser humano en general, que suele vivir en el medio agobiante de las
ciudades – rodeado de polución, ruido, clamor, rutina horaria, asfalto y enclaustramiento- encontrar un
ponderado equilibrio en el medio físico y ambiental que lo condiciona y conforma. Este equilibrio sólo se
podrá obtener mediante un planeamiento que contemple en profundidad la problemática ecológica y
paisajística y la resolución de los espacios verdes y los espacios libres urbanos.
Afortunadamente, y cada vez más, los arquitectos son conscientes de que una calidad de vida equilibrada y
armoniosa, no depende solo de la ordenación de los espacios exteriores como complemento y prolongación
unos de otros, si se busca obtener unos espacios vividos en plenitud, tal y como dice el Profesor Vallverde.
Si entendemos que arquitectura es "un trozo de aire humanizado" y que por tanto es el arte de ordenar este
espacio en sus tres vertientes: Humana, y sociológica, estructural y estética, podemos deducir que el espacio
verde urbano -el parque, el jardín- es una "arquitectura de exteriores" entendida como sucesión de espacios
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 52
abiertos, de huecos y ambientes exteriores, conformados y condicionados por la vegetación, todo ello al
completo servicio del ser humano, tanto a un nivel individual como colectivo.
El siglo XX ha dado a luz a un jardín que responde a las necesidades específicas de programas espaciales
diversos, lo que solía llamar "Jardín funcional", este concepto de jardín contemporáneo que busca el bienestar
de aquellos para los que ha sido creado.
Su estilo se ha adaptado a la arquitectura y goza de diversas influencias conceptuales, especialmente el jardín
japonés, lo que resulta en la creación tanto de jardines regulares y geométricos, como paisajísticos o
formalmente mixtos.
La influencia del jardín japonés, como lugar de contemplación, inmovilidad, de silencio y evocación cargada
de símbolos profundos sugeridos por una forma, el porte de un árbol, un color, un punto de vista, nace de la
base filosófica incluida en la doctrina Zen. El paisaje es un estado del alma donde prevalecen la meditación, el
conocimiento, y la introspección y se transmiten a cada uno de los detalles del jardín.
También se aprecia la influencia de los jardines de plantas consideradas especiales: Plantas vivaces, rocalla,
aromáticas, iris, rosas, azaleas, etc, aplicadas bajo la influencia la influencia del arte pictórico abstracto en
jardines cubistas, geométricos y de líneas muy libres.
Es notable la influencia tecnología moderna, y la forma del jardín resulta afectada por las técnicas funcionales,
tales como la plantación de árboles de gran porte o semi-adultos, la implantación de sistemas de riego, y la
mecanización de los trabajos de conservación y siega de césped, lo que conlleva cierta simplificación,
evitando el troceo de las superficies de césped.
La ordenación del espacio verde urbano viene conformado básicamente por modelado del terreno y por las
plantas, y en los que se desarrollan orgánicamente una rica y variada programación de funciones que
corresponden a más necesidades, muchas de carácter social.
Cabe destacar que, fundamentalmente, la vegetación es protagonista del ámbito del proyecto y debe
configurar y definir los diferentes espacios de manera que éstos estén inmersos en ella. Sin embargo, esta
afirmación, que se puede considerar válida para la mayor parte de los jardines de carácter histórico, entra por
la fuerza en crisis en un ambiente netamente urbano y condiciona el jardín urbano actual.
Así como los jardines situados fuera de las ciudades mantienen unas relaciones de fuerte dependencia con el
paisaje natural que los rodea mantienen una diferenciación notable en el verde urbano -especialmente si no
es de gran extensión- se debe mantener un orden y equilibrio entre la naturaleza y la civilización del entorno,
sin hacer esto mermar su carácter intrínseco e irrenunciable de espacio verde.
No se trata de intentar ruralizar la ciudad.
Queremos decir que hay que huir tanto de un ruralismo nostálgico, de clichés una arcadia feliz, de unas
escenas bucólicas o románticas, o de un monumental Belén fuera de escala y de lugar; como de unos espacios
duros y desalmados en los que la plantación, esencialmente árboles, se presentan localmente como tímidos
elementos de contrapunto a la mediocridad imperante.
Evitemos caer en la dualidad de los urbanistas frente a los ruralistas.
Y convendría aclarar el concepto de espacio verde, pues en esta calificación tienen cabida de manera
indistinta los espacios simplemente libres: las plazas más o menos arboladas, los paseos, las medianeras
viales y otras prendas jardineras utilizadas para la regulación de la circulación.
Ahora valen tanto como el verde en los jardines de barrio y los parques urbanos, aquel que se encuentra en
los polígonos residenciales.
Se me ocurren así algunas preguntas sobre los espacios verdes: ¿Cómo deben ser?, ¿Qué superficie requiere
por habitante?, ¿Quien los utiliza, ¿Cuando?, ¿Qué edades tiene?, ¿Desde dónde vienen? ¿Cuál es la prioridad
de cada necesidad?, ¿Qué diferencias estima el usuario entre los espacios verdes y los espacios vacíos? (ya
que a menudo se les trata como un espacio residual y no principal), ¿Cuál es su verdadero coste de
establecimiento y de conservación?.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 53
Sobre todo esto existe una enorme confusión, especialmente en cuanto a la homologación de porcentajes,
nomenclaturas y dimensiones. No existe una verdadera sistemática del espacio verde.
No hay duda de que el espacio verde es un pedazo de paisaje urbano totalmente creado por el ser humano y
para el ser humano, en que las plantas -utilizadas de forma funcional y estética- conforman este paisaje y
también lo acondicionan creando un medio ambiente habitable.
La demanda de consumo de espacios verdes por parte del ciudadano debe satisfacerse de manera que
encuentre en ellos, lugares de reposo, de juego, de comunicación, de espectáculo, de recorridos soleados en
invierno y protegidos por la sombra en verano, así como goce estético y cultural.
Esto se conseguirá mediante la ordenación y comprobación de los espacios basado en armonías y contrastes,
contrapunto de masas horizontales y verticales, equilibrio entre plantas de hoja persistente o caduca, en el
juego y proporción de los volúmenes de los macizos arbolado o de arbustos, ancho de las avenidas y caminos,
superficies de césped, espejos de agua, relación de vacíos y llenos, ritmo o insistencia en la repetición de
elementos, colores, leyes de la perspectiva etc.
El arquitecto posee muchos de los conocimientos necesarios para configurar el espacio, pero en este caso lo
debe realizar valiéndose de elementos diferentes, las plantas. No quiere decir que tenga que entrar
profundamente en la cabeza de la botánica pero si lo suficiente para conocer las plantas y sacar el máximo
partido.
De estos elementos debemos conocer su carta de identidad, origen, volumen y forma, crecimiento y ritmo del
mismo, exigencias físicas y biológicas, color, ambiente, foliación, floración fructificación y calendario de estas
manifestaciones.
En la naturaleza se la manda obedeciendo la misma y conociendo sus leyes profundas.
Convendrá por tanto destacar los rasgos principales de su identidad e individualidad, para luego, si conviene,
saberlas asociar y agrupar convenientemente, de acuerdo con sus caracteres respectivos atendiendo a unos
criterios de orden funcional y estético. Unos criterios de disección de escena, distribución de papeles,
indicando a cada uno de lo que debería interpretar en el tiempo y en el espacio.
Vemos pues que, así como la arquitectura las masas y volúmenes que conforman los espacios y ambientes son
ciertos e inmutables, en la jardinería, las masas y elementos vegetales son mutables en el tiempo y en el
espacio.
La jardinería es el en proyecto en cuatro dimensiones, es decir, las tres del espacio y una más, la del tiempo.
Como muy bien dijo el arquitecto Riudor, el jardín es la "manifestación" de un futuro expresado con plantas.
En las palabras del entrañable Rusiñol “el jardín es el paisaje agujero hacia versos, escritos con plantas,
versos vivos con sabor y aroma”.
Quizá el arquitecto se acerca con cierta prevención a las plantas porque éstas representan unas formas y
volúmenes algo imprecisos, dinámicos e incontrolados, que contrastan fuertemente con la puridad de los
volúmenes arquitectónicos.
Es precisamente de este contraste del que nace un diálogo enriquecedor para ambas partes: Cuanto más
conocimiento, menos recelo del arquitecto a utilizarlas. Establecemos así una relación que provoca una
reacción similar a lo que sucede cuando reconocemos a nuestros semejantes.
También hay que concienciarse de los valores propios de la vegetación, por la propia riqueza cultural y por el
mismo disfrute que generan, vivencias propias que dan una lección de vida.
Precisamente, como muy bien dice Rubió Tudurí, la actividad jardinera arranca del mismo hecho de la
formación de la ciudad. O sea de la suma devastación del paisaje.
La jardinería es un arte de arrepentimiento. No se propone realizar una reproducción exacta de la naturaleza,
sino una diferenciación e interpretación de la misma. Sobre todo porque el paisaje natural en la ciudad ha
sido previamente degradado y cuando el jardinista llega, lo encuentra irreconocible. Ante ello, realiza ritos de
compensación, acta de reparación de reconciliación y reencuentro.
La jardinería es así el mejor aliado de la arquitectura.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 54
La justificación de la necesidad social de los espacios verdes se fundamenta en motivaciones diversas: físicas
y de carácter higienista, esteticistas, éticas (incluso morales) en la vena de Rosseau, y también naturalistas y
hasta lúdico-eróticas.
Al principio, los espacios verdes urbanos poseían un carácter exclusivamente representativo y estético para
cubrir necesidades de carácter higiénico, que se amplían más tarde y se completan con una funcionalidad de
carácter social, y es evidente que los espacios verdes y los jardines han seguido un proceso de adaptación a
las necesidades urbanas.
Para concretar, procede establecer una similitud entre el verde urbano y la arquitectura: tan habitable debe
ser un espacio verde como una casa, una escuela o una industria. Al proyectar una edificación procuramos el
comprender el carácter de la persona, analizamos las circunstancias que en cada caso lo modifican.
No es suficiente que la vivienda posea 100 m2 para ser una vivienda, debe ofrecer un espacio conformado y
condicionado, de manera que un apartamento o vivienda de 60 m2 puede ser más acogedor que uno de 140
m2.
Una urbanización con una alta densidad de habitantes puede ser más humana que otra de una densidad muy
inferior. Es una cuestión de ordenación y de diseño y por lo tanto, deben adoptarse unos criterios cualitativos
más que cuantitativos.
Al aplicar estos principios de la arquitectura a los espacios exteriores debemos seguir un camino similar,
aunque aquí el problema será la adecuada utilización de les especies vegetales, el que se podría denominar
“material vegetal”, con el que crear espacios o recintos al aire libre.
Este material, esta “materia prima” vegetal se puede utilizar para conformar estos recintos y para dotarlos de
confort, según su finalidad. Se impone, por tanto, el estudio sistematizado de las características de los
vegetales y una valoración de sus posibles usos.
El primer paso es seleccionar las especies según criterios que permitan asegurar su pervivencia y normal
desarrollo.
Los espacios verdes no deben ser un hospital, ni mucho menos un cementerio, de plantas.
Dentro de estas se escogerán las que más convengan a las funciones precisas que se les ha asignado en el
proyecto, mediante una estructura organizada que conforme el espacio visual y lo acondicione de manera
práctica.
Es posible utilizarlas para "poner límites" en el espacio, creando vacíos, ámbitos, que se atengan a la
necesidad humana de sentirse dentro de un espacio definido
La vegetación ofrece equivalencias con el lenguaje arquitectónico, por ejemplo los muros, que se pueden
utilizar para marcar una dirección, impedir el paso y cerrar vistas mediante el uso de setos de arbustos
recortados, arboledas o masas forestales, cortinas de árboles y arbustos altos y bajos, con o sin recorte.
Los pavimentos, en si mismos nada más que una superficie sobre la que caminar, pueden ser tratados como
una cara, o fachada inferior, del ámbito proyectado, donde el césped, la sombra densa del sotobosque, o los
grupos de flor plantas anuales o bianuales, actúan como revestimiento.
Siguiendo con este razonamiento, la cubierta del ámbito será cosa de las copas y ramajes del arbolado, en
alineaciones, techos y túneles verdes creados por enredaderas y pérgolas, que ofrecen una verdadera
sensación de protección.
Podemos seguir enumerando elementos auxiliares o especiales, que actúen como volúmenes o esculturas que
nos permitan subdividir espacios, marcar centros de interés o desviar circulaciones, mediante la creación de
alineaciones de árboles o arbustos que acusen la perspectiva, su fuga y profundidad.
La vegetación se puede utilizar además con plenas funciones técnicas, aunque su aplicación esté condicionada
en cierta manera, y a menudo, a la existencia de un sistema de riego.
La vegetación puede servir para filtrar polvo, gérmenes y purificar el aire, reducir la erosión, controlar la
radiación solar, la temperatura y sus efectos micro climáticos, el viento, evitar deslumbramientos de
vehículos, reducir las humedades y otras posibilidades.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 55
Sus funciones estéticas van más allá de su apariencia, y del concepto de “decoración” verde. Nos recuerdan el
ritmo de la naturaleza, nos permiten unificar los volúmenes y formas de edificios heterogéneos, ofrecen un
telón de fondo y una sinfonía de formas y colores.
Existen unos criterios ordenadores, que se pueden crear o aplicar para cada caso y que responden a la
topografía del terreno, a las características del suelo y del clima, su insolación, pluviometría, o contaminación.
Se puede prever también su adecuación a la programación de las necesidades sociales a atender, sean
utilitarias o estético representativas.
Nos valemos de unos elementos de composición, o medios de expresión, para efectuar dicha ordenación. Son
el soporte físico, la cobertura biológica y antropológica, el contenedor, de todo lo mencionado con
anterioridad.
Estos elementos, básicamente, atienden a la modalidad de los terrenos en relación a su topografía y a su
intencionalidad como elemento de composición; a la plantación, con los elementos vegetales determinantes
de la composición de "Líneas de fuerza" intencionalidad, la velocidad de su, su resistencia al uso.
También la construcción de estructuras: elementos estéticos inertes e inmutables, pavimentos, muros,
escalinatas, pérgolas, etc. en contraste con los elementos perceptuales como el cielo, la luz, el color, el agua,
los aromas.
Si he de resumir algunas de mis ideas y criterios a tener en cuenta en la composición de un jardín o de un
espacio verde, debo decir que la concepción inicial del proyecto debe nacer de una idea clara sobre lo que se
desea hacer y los fines que se pretende alcanzar. Claridad que ha ir unida a una gran simplicidad en los
medios: la mente humana reacciona desfavorablemente frente a la confusión.
En las palabras Joubert “La simplicidad nunca ha corrompido el buen gusto”.
Cualquiera que sea la escala a que se haga el desarrollo del espacio paisajístico o de jardinería, es esencial
pensar en su “organización total”, manipulando el espacio exterior para combinarlo en sistemas continuos.
Para la conformación de estos espacios abiertos entendemos que la forma y el espacio son todo uno: no se
puede componer el espacio sin componer la forma.
Es absurdo concebir la ordenación de espacios de espaldas a su emplazamiento o condiciones del terreno, sea
montaña, terreno accidentado, a la orilla del mar, en la planicie. Tampoco es sensato ignorar su clima y sol.
Las meras características visuales del proyecto son insuficientes para describir por completo el espacio
exterior: es necesario conocer su acústica, su iluminación, sus temperaturas y otros factores, como la
disposición de los elementos de construcción, la configuración del terreno, la vegetación existente. Todo ello
debería constituir un incentivo para la búsqueda del trazado más adecuado, que ligue y relacione las diversas
partes del jardín.
En la composición deben utilizarse de manera sensata los datos sobre el ámbito y aquellos elementos
naturales ya existentes que, oportunamente valorizados, pueden resaltar la obra, traer más consonancia con
el ambiente y con los fines a los que está destinado.
Sea cual sea la técnica de composición y diseño espacial, esta debe resultar en la creación de áreas con
condiciones físicas apropiadas a su uso, con comodidad, posibilidad de retiro o cobijo y protección, sea contra
el viento o el ruido.
En definitiva, y en el sentido más amplio, debe efectuarse una recopilación de información sobre todos los
elementos existentes y con los datos disponibles, valorar su relevancia antes de entrar en la etapa final de la
evaluación, que resulta en la síntesis de los datos y un eventual diagnostico.
La naturaleza del proyecto y las variadas decisiones y opciones tomadas sobre los datos nos llevaran a
conclusiones sobre la adecuación del puesto a su fin y sobre el potencial del terreno.
Igualmente los “efectos especiales” de la jardinería descansan en la envolvente, o cierre, por lo general
mediante masas de árboles o, en algunos casos, por medio de edificios ya existentes, por lo que es importante
evaluar sus características.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 56
Es importante recordar que el método de composición y ordenación debe satisfacer un programa con
características específicas. La adecuación de la composición y ordenación en su programa específico es lo que
constituye el "carácter" del proyecto.
Por tanto, el sentido unitario del jardín debe conciliarse con la diferenciación de ambientes adecuados a
diversas funciones. Esta posibilidad alcanza al proyectista escogiendo especies que, determinando un cierre
ambiental, posibiliten la continuidad progresiva de espacios con carácter propio.
El proyectista debe buscar una visión exacta de la obra no sólo en relación al punto de partida del final de la
obra, sino también prever cómo se desarrollará su realización en el tiempo, cuando la planta madure y
alcance su pleno desarrollo.
Los espacios bien planificados atraen actividades. Es vital facilitar el acceso a los mismos y el trazado de la
red viaria concurre de modo determinante a formar y estructurar el diseño del jardín. Pero los espacios son
tanto para ocuparlos como para circular por ellos, así que es esencial no considerar siempre los caminos y
senderos como elementos dominantes del espacio: diseñar el espacio verde como mero corredor es darlo por
muerto.
La red viaria en un parque o jardín debe tener siempre un trazado racional y fácil que no obligue recorridos
banales o inútiles. La anchura de los caminos debe estar en relación con la función que debe satisfacer ya la
densidad del tráfico de vehículos o peatonal.
En la planificación del movimiento de peatones es necesario poner tanta atención como el de vehículos, pero
aplicando diferentes criterios. Las personas son capaces de gran movilidad: pueden acelerar rápidamente y
girar de repente y está dispuesta a tomar la ruta más fácil, si bien también está dispuesta a desviarse,
cubriendo una distancia doble, si existe un pequeño estímulo.
Por lo tanto el movimiento de la gente se obtiene manteniendo el interés y el suspense de modo que vaya
intuyendo y descubriendo progresivamente escenas y perspectivas, mediante una visión seriada que enlace
generatrices rectas (un punto de vista continuo) y curvas (punto de vista dinámico).
Los itinerarios o caminos deberán pasar por el borde de las zonas de actividad y, distribuyendo los obstáculos
u objetos de interés, se puede hacer una ruta más larga pero que parezca más natural. En su composición y
diseño debe tenerse en cuenta los cambios de rasante, que actúan como divisorias de la visual y definen rutas
y espacios sin añadir elemento compositivo alguno.
Curiosamente, cuanto más rápidamente se mueve la gente, menos espacio necesita, mientras que por el
contrario, el movimiento sin prisas necesita de mucho más espacio. Las rutas para peatones sobre o bajo
calzadas son un problema de difícil solución y su resolución debe crear confianza en los peatones y
conquistar la voluntad de los mismos.
Por lo que respecta a los conceptos compositivos, el concepto actual del paisajismo y la jardinería, busca
obtener un efecto representativo y estético por medio de compensación de masas horizontales y verticales
dispuestas por contrastes.
El ponderado equilibrio entre masas, volúmenes y especies está mediatizado por el color, la luz y la sombra,
en juego constante por el movimiento del sol y el transcurrir de las estaciones.
En la composición del jardín debe tenerse en cuenta el agua como elemento de nexo y de coherencia que va
definiendo las cualidades del espacio que lo circunda, al ser un elemento de gran efecto estético incluso en su
forma. Con el agua se pueden conseguir también efectos pintorescos y permite el uso de plantas acuáticas o
de aquellas que solamente prosperan en el borde de la misma.
Por último, creo que el trazado de edificios debe apoyarse en el diseño del espacio que les rodea. Las
fotografías de arquitectura contemporánea muestran a menudo edificios elegantes en terrenos áridos y sin
forma, a pesar de que el espacio exterior precisa un diseño tan cuidado como el interior, como mostró Frank
Lloyd Wright.
Hoy asistimos a la aparición de una nueva cultura del espacio público, y del espacio verde público en
particular. Precisamos de una sistematización de espacios verdes y espacios libres una diferenciación de la
jardinería que trasciende los espacios residuales de la ciudad.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 57
Estas nuevas zonas verdes, aptas para el confort y equipamiento de los barrios o para dar una identidad
monumentales y representativa a ciertos lugares palidecen ante la motorización y movilidad del ciudadano
moderno, que hace que este pueda llegar en su tiempo libre en espacios más alejados geográficamente.
Habría que establecer una primera clasificación del tiempo destinado al ocio o al recreo, su necesidad
potencial según la situación económica social de la ciudad y relacionar todo esto con la tipología de los
espacios verdes.
Una clasificación de los espacios verdes de la ciudad por tipo de tiempo de uso. Una clasificación preliminar
podría abarcar aquellos espacios que se visitan en el tiempo libre cotidiano, tales como la visita a parque
urbano, aquellos espacios que se visitan en jornadas libres, tales como los parques metropolitanos y por
último aquellos que se visitan en periodos de descanso vacacional, unos espacios remotos, pero a todos los
efectos integrados en el planeamiento urbano como espacios funcionales de las ciudades.
Por lo que respecta a la calificación actual de los espacios verdes en el planeamiento urbano , tales como los
planes generales, complementados por los PERIs, vemos que a menudo se aprovechan para este fin
emplazamientos residuales, cruces de calles y terrenos no idóneos para la edificación ni tampoco para
equipamientos.
Algunos ejemplos son El Putxet, el Turó de la Peira, las vaguadas de Montsant, la Guineueta.
Tampoco son óptimos para la plantación de especies vegetales, ya que el terreno corresponde a antiguas
canteras, terrenos muy abruptos, vaguadas u hondonadas y similar. A todos ellos se les asigna de manera
indistinta una calificación de espacio verde y también, por tanto, un valor de funcionalidad indistinto.
Falta en el planeamiento urbano la intencionalidad de crear con las zonas verdes un verdadero sistema verde,
una red o retícula del verde, o al menos unos cinturones, cordones o rosarios de espacios verdes con
distribución anular, completados con otros espacios de tipo radial que seleccionen y liguen la periferia de la
ciudad.
Tales espacios serían Montjuïc, los terrenos del Matadero, la España Industrial, , la Creueta del Coll, la Cárcel
Modelo, Marquina, Monterols, la ampliación del Putxet, Tres Turons, Parque Güell y otros.
Habría que concretar ya en el planeamiento, la función que corresponde a cada espacio verde, si parte de un
“sistema respiratorio”, o “sistema pulmonar”, o bien “sistema circulatorio”, y matizar en este sentido toda
una gradación de los mismos, una estrategia.
No es lo mismo, un espacio verde, puramente visual, que sirve muchas veces sólo para encauzar el tráfico, que
una plaza arbolada, o que el verde que rodea a un polígono residencial. Tampoco son equivalentes el de un
jardín de barrio o el de un parque en escala ciudadana.
Lo que conviene en los espacios verdes, es una buena y equilibrada distribución dentro de la trama urbana,
así como su buena accesibilidad. Recordemos al respecto, en Barcelona, la difícil accesibilidad a los Parques
del Putxet, del Park Güell y el Laberinto de Horta.
En un pasado bastante cercano los trabajos de urbanización no podían seguir el imparable proceso de
edificación motivado por el fuerte crecimiento demográfico-vegetativo y de inmigración de la Ciudad. Este
año, debido a la fuerte crisis económica ya otras causas de carácter social, las grandes ciudades merman en su
ritmo de crecimiento y además en algunas disminuye.
Concretamente, Barcelona ha pasado de 1.906.000 habitantes en el año 1979, a 1.771.000 habitantes en el
año 1982, o sea una disminución de 135.000 habitantes en un período de cuatro años.
Esto permitirá hacer una pausa en el camino y dar tiempo a mejorar cualitativamente los espacios cívicos y
verdes de la ciudad ya construida, procediendo a una serie de actuaciones puntuales de reestructuración de
estos espacios ya la reserva y rehabilitación de otros idóneos para estos fines.
En definitiva se impone la aplicación de un urbanismo de diseño para cada uno de estos espacios urbanos, así
como de su equipamiento y mobiliario, teniendo en cuenta, no obstante, en estas actuaciones puntuales la
amplia problemática de su respectivo entorno.
Esta estrategia incluiría el aprovechamiento del Interior o patios de las islas o manzanas del Ensanche.
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También el propio aprovechamiento de espacios ocupados en el subsuelo para aparcamientos subterráneos,
túneles de tren o metro etc, tales como los Jardinets del Paseo de Gracia, la Av. De Pau Casals, el Paseo Lluís
Companys (Arc de Triomf-Ciutadella), la Plaza Universidad, la Plaza Salvador Anglada (Santos), la Plaza Sol de
Baix (proyecto), la Plaza de Lesseps (un caso especial).
Otras oportunidades vendrán por el aprovechamiento de instalaciones obsoletas, tales como el espacio del
Castillo de Montjuïc (como fortaleza) en contraste con el plan Cerdà, la España Industrial, las Cocheras de
Sarria y de Sants, el Moll de Fusta, la Plaza de la Merced y el aprovechamiento de cubiertas en general.
17. Prólogo al Pliego General Tipo.
Juan José Llona Barrenechea (1987).
Las actividades jardineras a lo largo de la historia se han venido realizando a caballo entre el arte y la técnica,
con una mayor preponderancia del arte y oficio sobre una verdadera técnica de jardinería que encauzara y
normalizara principalmente la redacción de los proyectos y la ejecución de las obras de este tipo.
Las obras de jardinería, tanto particulares como de tipo oficial, se realizaban sobre un plano de diseño
dibujado por técnicos de otras especialidades y mediante orden e improvisación con personal de campo
especializado que, sin perjuicio de un dominio efectivo de la jardinería y de la planta, carecía en realidad de
una preparación técnica de alto nivel.
El crecimiento de las ciudades, la preocupación de las autoridades administrativas y políticas por los espacios
verdes, la información sociológica y el continuo avance de todas las técnicas, ha exigido modernamente la
presencia de técnicos de grado medio y superior especializados en el paisajismo, la arquitectura de los
espacios verdes y la filosofía de los parques públicos.
Las construcciones de zonas verdes son actualmente lo suficientemente importantes para requerir los
trámites de subastas y adjudicaciones a empresas constructoras a la hora de la realización de la obra de un
parque. Esto exige igualmente unos proyectos previos tan detallados y con el mismo nivel técnico que los que
se venían haciendo para las construcciones civiles.
Es desarrollo de esta actividad por este nuevo camino que sucintamente exponemos planteó, en un breve
plazo, la necesidad de establecer un Pliego de Condiciones Generales que representara una norma de
comportamiento a la hora de proyectar, contratar y construir los espacios verdes.
El Instituto de Estudios de Administración Local, consciente de esta necesidad ha tomado la iniciativa de la
redacción de este Pliego de Condiciones. Para ello ha contado con la colaboración y asesoramiento de la
Asociación Española de Parques y Jardines Públicos y de los técnicos encuadrados en la misma, que lo han
redactado dentro de uno de los grupos de trabajos que preparan documentos concretos, redactados por
expertos en la materia, para que sirvan de orientación en los restantes servicios.
Dicho grupo de trabajo, coordinado por el Jefe de Investigación y Asistencia del IEAL, don Rafael Dosset, ha
estado formado por: Rafael Barnola Usano, Ingeniero de Montes del Ayuntamiento de Zaragoza; Joaquín
Casamor Espona, Arquitecto del Ayuntamiento de Barcelona, José Luis Pita Romero, Ingeniero Agrónomo del
Ayuntamiento de Madrid.
El resultado de su trabajo nos parece satisfactorio, de interés para los servicios de Parques y Jardines, y por
eso lo publica el Institutoxxxvii.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 59
18. El jardin en y contra de la ciudadxxxviii
Joaquín Mª Casamor de Espona, Doctor Arquitecto, Técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (1987).
EL JARDÍN URBANO
El jardín de carácter público en la ciudad nace y se desarrolla propiamente en el siglo XIX. Con anterioridad
los jardines eran fundamentalmente de carácter privado, pero las profundas transformaciones sociales y los
fenómenos de expansión urbana de la época, llevan a la exigencia de una jardinería que estuviera al servicio
de la ciudad y al servicio de los ciudadanos.
En este proceso los jardines privados que pertenecían a los monarcas, nobleza e iglesia, van pasando
gradualmente a propiedad y disfrute del pueblo, si bien continúan manteniendo du estructura y diseño
primitivos.
En la nueva jardinería urbana se recogen y emplean las tradicionales fórmulas heredadas de los grandes
jardines de estilo para adaptarlos a la valoración estética de los ambientes urbanos. El jardín en este periodo
clásico y romántico sigue situándose junto a los edificios representativos en recuerdo de los jardines de
acompañamiento de un palacio, con una finalidad estética y de prestigio a la par que higiénica.
Una nueva versión del jardín-salón de tipo francés, en el que varia la escala y el marco ambiental, halla
también en la ciudad su justificación. Aparecen las avenidas y paseos con alineaciones de árboles y alargada
perspectiva así como el ajardinamiento o arbolado de bulevares y rondas que han venido a sustituir las
antiguas murallas defensivas.
Se trata pues de asignar un papel básicamente estético a la jardinería urbana que contribuya a preparar la
escenografía de los espacios públicos para la manifestación exterior de una sociedad que ama el espectáculo.
Pero lo más significativo en este proceso de transformación y expansión de las grandes ciudades,
especialmente europeas y norteamericanas, es la aparición y proliferación del Parque, concebido y diseñado
para uso público. Los parques creados por Alphan en Paris en la remodelación que de la misma llevó a cabo el
barón Haussmann, y los realizados por Olmsted en Nueva York y otras ciudades de EE.UU., son ejemplos bien
representativos al respecto.
El Parque es, en este concepto, una pieza fundamental en la estructura urbana, por su situación dentro de la
ciudad o en relación a ella, y representa por sí misma un valor estético y funcional. Se trata pues de un espacio
de terreno perfectamente acotado y delimitado, ocupado por vegetación. Sus características de límite y de uso
público – que implicará necesariamente el estudio y resolución de los recorridos – serán las determinantes
básicas en la formación del Parque.
En su diseño se recurre a elementos de jardinería clásica que se combinan con formas paisajístico-
naturalistas – si bien liberadas de sus componentes culturalistas y sentimentales – en un estilo denominado
“compuesto” que refleja el espíritu ecléctico de la época.
En este contexto cabe destacar que así como los parques de Alphan presentan un paisajismo público y
cosmopolita, los parques de Olmsted muestran una naturaleza vivida, más que idealizada, que se constituye
por sí misma en medio y fin. Esta nueva concepción del paisajismo norteamericano es la que influirá
grandemente en lo sucesivo al tratamiento y diseño de la jardinería urbana.
Con el funcionalismo aparece en el planeamiento de la ciudad el concepto de “zona verde” como uno de los
componentes de la zonificación que pretende su ordenación y control (atendiendo a calificaciones de
funcionalidad y uso).
Estas zonas verdes son consideradas, con criterios biológicos e higienistas, como verdaderos pulmones de la
ciudad capaces de insuflar vida a las diferentes células y órgano del cuerpo urbano. Se ponderan los
beneficios que las mismas aportan en cuanto a regeneración de la atmosfera (oxigenación, fijación de polvo,
depuración bacteriana, regulación de temperatura y humedad), su acción física (protección contra vientos,
ruidos, erosión y rigores solares) y por sus efectos psíquicos (sensación de reposo, distensión).
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 60
La función higienista del verde urbano está muy relacionada con la denominada “ideología de la clorofila” que
a nivel simbólico se presenta como panacea contra todos los males que aquejan a la ciudad y también con la
ideología naturalista de la llamada “Carta de Atenas” en la que el sol, el verdor y el espacio son consideradas
como las materias primas del urbanismo a la par que formula las exigencias de la ciudad en cuanto a zonas
verdes y la organización de las mismas al servicio de la vida urbana.
Estas corrientes higiénico-naturalistas hallan su instrumentalización en los planes urbanísticos que
contemplan la zonificación y compartimentación de la ciudad según calificaciones sociales y de uso. La
sistematización de la ciudad según calificaciones sociales y de uso.
La sistematización y gradación de los espacios libres y zonas verdes de acuerdo con su funcionalidad
concreta, su ubicación y extensión, alcanza incluso al propio espacio ajardinado, dividiéndolo en zonas (zona
representativa, infantil de juegos, para adultos, deportiva …) y no lugares (el camino, la plaza, el umbráculo, el
lago …).
En la dialéctica Ciudad-Naturaleza la respuesta de las teorías de Howard y Ruskin se distingue por el intento
de dar salida a la ciudad hacia el campo de modo preferente, en lugar de posibilitar naturaleza dentro de la
ciudad.
Desgraciadamente muchos de los planes urbanísticos se limitaron sólo a prever reservas de zonas verdes
sino al propio tiempo instrumentalizar la normativa, medios y gestión necesarias que hicieran factible su
realidad.
Se trata, la mayor parte de las veces, de unas manchas en el plano que expresan sólo una intencionalidad y
buenos deseos, con ausencia de toda idea de estructuración y formalización de las mismas y que además
consideran por igual a plazas, paseos, medianas en la regulación del tráfico, taludes ajardinados, el verde de
los polígonos residenciales, jardines y parques.
Por otra parte los estudios urbanísticos en todos sus campos y disciplinas de actuación, a partir de la segunda
década de este siglo, han sido sacudidos por una frenética búsqueda de un cúmulo de datos, estadísticas y
estándares que pretenden ingenuamente aprender en su integridad la complejidad del hecho social y urbano.
Se dispone de mucha más información de la que se puede asimilar. Se ha gastado más tiempo en sacar punta
al lápiz que en usarlo para proyectar, diseñar y construir ciudad. Es la distancia que en urbanismo hay que
salvar entre el plan y el proyecto.
Tal estado de cosas pone de manifiesto en el denominado movimiento moderno, salvo contadas excepciones,
la falta de interés en el tratamiento formal de los espacios públicos – y del verde urbano en particular – que se
incrementa por la fuerte atracción que ejerce la edificación en una época de gran expansión desarrollista.
En los actuales parques y como reacción a la inconcreción de los planes urbanísticos, se acusa
frecuentemente, a partir de la última década, un retorno al interés del diseño que se halla en la línea de
Alphan y Olmsted.
Estos parques intentan estar concebidos como una pieza urbana perfectamente delimitada, con valores
intrínsecos por sí misma. También se procura cuidar el diseño de sus partes dentro de un concepto unitario y
coherente.
Reaparece en el parque el carácter representativo y significativo anteriormente abandonado por un mal
entendido funcionalismo. El parque asumirá en este aspecto la categoría de “hortus conclusus” y de “locus
amoenus”, de hito, de monumento, que contribuirá a la caracterización y singularización del espacio público
urbano. Los nuevos parques, establecidos normalmente en suburbios, ayudarán asimismo a su plena
reurbanización en el intento de hacer Ciudad de los mismos.
Es pues a través de sucesivas situaciones que el jardín en la ciudad ha seguido un proceso de acomodación a
las necesidades urbanas. Pero la propia existencia del jardín en la ciudad, dada su particular esencia, parece
introducir un elemento de contradicción en esta misma ciudad. Esta contradicción puede analizarse
críticamente en su doble vertiente: la acción de la ciudad contra el jardín y la acción de este contra la ciudad.
LA CIUDAD CONTRA EL JARDÍN
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 61
Los fenómenos más importantes que generan y definen la propia existencia de la ciudad son también los más
contradictorios en relación al jardín.
La densidad humana y su compleja actividad en la ciudad, es decir el hecho urbano, es el que, en muchas de
sus manifestaciones exteriores, atenta a las condiciones físicas del jardín y al buen uso y goce del mismo.
El ciudadano, tanto en su vertiente individual cono colectiva busca en este uso y goce del jardín satisfacer
funciones de orden físico, psíquico, intelectual y cultural así como actividades lúdicas y de comunicación en
un ámbito de naturaleza ordenada por la razón y la estética. Estos valores son puestos en crisis por factores
típicamente urbanos, tales como la masificación y frecuencia en el uso del jardín que, unidos a la acción de la
polución atmosférica y auditiva, son causa del deterioro de la plantación y de la pérdida de comodidad,
resguardo e intimidad.
Cabe aquí destacar por su importancia los efectos nocivos que la atmósfera contaminada de la ciudad causa a
la vegetación del jardín en orden a su supervivencia, sanidad y desarrollo. Se impone pues la adopción de
criterios de selección de especies vegetales (autóctonas o aclimatadas) resistentes a tales agentes ya que es
obvio que el jardín urbano no debe ser hospital ni menos un cementerio de plantas.
Pero estos criterios de selección, aun reconociendo su justo valor, no han de llevar a la propuesta, mantenida
por algunos biólogos o ecólogos, de convertir los parques y jardines urbanos en una simple trasposición de
retazos o escenas de naturaleza vegetal del paisaje autóctono. Ello representaría una visión parcial y
disminuida del jardín al no tener en cuenta criterios creativos y de diseño.
De todas las consideraciones anteriores cabria llegar a la conclusión de que el jardín cumple con las funciones
que de él se espera. La ciudad por su parte no siempre las posibilita.
EL JARDÍN CONTRA LA CIUDAD
Se ha acusado al parque o jardín urbano de “ruralizar” la ciudad, de desurbanizarla y suburbializarla en el
intento de introducir en la misma la estructura física y social del campo. Se pretende que el jardín en la ciudad
es la manifestación de una mentalidad antiurbana y expresión de una sentimental nostalgia de lo rural en la
línea de las doctrinas naturalistas de Rousseau y de los románticos.
Al respecto convendría aclarar que los parques y jardines no deberían pretender introducir en la ciudad un
espacio rural – de por sí tan artificial y manipulado como la misma ciudad – sino la abstracción de una
naturaleza idealizada. Hay que reconocer sin embajes que cualquier actuación jardinera en la ciudad, desde la
plantación de un árbol hasta el establecimiento de un parque, viene dada por cierta dosis de nostalgia por la
naturaleza.
Pero para el mantenimiento de un ponderado orden y justo equilibrio entre la naturaleza y la “civilidad” de su
entorno, convendría quizás huir de un ruralismo nostálgico y de “clise” – una arcadia feliz, unas escenas
bucólicas o románticas, o de un monumental “pesebre” fuera de escala y lugar – como también de unos
espacios “duros” e inarmónicos en los que la plantación, esencialmente árboles, se presentan como tímidos
elementos de contrapunto al gris imperante.
En lo que sí que habrá que estar de acuerdo es en que la jardinería de la ciudad, si quiere salvar sus valores
intrínsecos, no debe prestarse al disimulo, camuflaje, o maquillaje de los enclaves del espacio público que se
presentan defectuosos o de aspecto no agradable, ni reducirse a causar solamente dudosos efectos visuales u
ornamentales desprovistos de toda función social, ni tampoco atribuirle cometidos no idóneos en terrenos no
aptos para la plantación (aprovechamiento de espacios residuales, cruces de calles, encauzamiento del
tráfico….)
El jardín, el parque en la ciudad es un acusado elemento diferenciado en su trama, por cuanto la vegetación
como factor vivo y dinámico – de formas y volúmenes algo imprecisos e incontrolados – contrasta
fuertemente con el carácter estático e inmutable de la edificación en sus diversas tipologías y con la puridad
de los volúmenes arquitectónicos. De este contraste entre naturaleza y construcción, entre formas blandas y
duras, nace a modo de contrapunto un diálogo enriquecedor.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 62
Ilustración 12: Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer en la primavera de 2011.
Es pues el jardín el mejor aliado de la arquitectura. Más aun el jardín es arquitectura, si bien de espacios
exteriores y expresada con elementos básicamente distintos. La intervención del hombre en la ciudad,
creando parques y jardines que ponen al alcance de su vida individual o colectiva la naturaleza idealizada, es
de por si un acto de cultura o, si se quiere, de civilización.
CRITERIOS DE COMPOSICIÓN
Con mentalidad urbana – no rural – los parques requerirán entre todo una formalización espacial que
resuelva dos puntos clave: el límite y el recorrido. Como se “delimita” un espacio para ser utilizado y como se
recorre un espació previamente delimitado son dos aspectos fundamentales en la composición del parque.
El primero tendrá mucho que ver con la naturaleza del tejido urbano en el que se incluya mientras que el
segundo dependerá de la cantidad y “tipo” de uso que se prevea en el lugar.
En esta ordenación nos valdremos de unos elementos de composición y expresión en los cuales basaremos
nuestra intervención en un determinado terreno, al que denominaremos “soporte”, y que podemos
considerar como contenedor que incluye el estado natural y todas las actuaciones sucesivas en éste.
Los elementos básicos de composición serán el modelado del terreno, la plantación, la construcción, y otros
complementarios como el agua, el color y el perfume. El empleo de los mismos con voluntad e intencionalidad
creativa y estética nos llevará a formalizar el espacio o espacios según los fines propuestos.
El modelado del terreno vendrá condicionado por la topografía y especiales características del mismo y nos
proporcionará el relieve deseado.
La plantación es el elemento natural vivo y dinámico más caracterizado del jardín y determinante de su
composición. El conocimiento sistematizado de las características de los vegetales según una valoración de
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 63
uso, será indispensable para proceder a su selección, así como para disponerlos, agruparlos y asociarlos
convenientemente en el terreno.
La construcción es, en contraposición a la plantación, el elemento estático e inerte de la composición que
estructura, modifica o controla los anteriormente citados elementos de composición o bien representa por sí
misma un valor arquitectónico independiente y añadido. Es el caso de los muretes, escaleras, pavimentos,
fuentes, pérgolas, pabellones.. y también, en cierto sentido, el mobiliario propio del jardín.
El agua, además de ser un factor vital para las plantaciones, puede intervenir en los jardines como elemento
de composición e influir grandemente en la estructura del proyecto. No sólo es elemento decorativo sino que
debemos considerarla como generadora del plano que aporta a la composición la idea de horizontalidad pura
y absoluta. Puede mostrase en diferentes formas ya sea en quietud o en movimiento (balsas, estanques,
canales, cascadas, fuentes…).
También pueden considerarse unos elementos simples y naturales que nos vienen dados, como son el cielo,
manifestación de mutabilidad en la dinámica de las estaciones y horas del día, así como la luz solar que
ensalza volúmenes y formas.
EL JARDÍN COMO SINFONÍA
El jardín es la expresión de estrechas relaciones entre la civilización y la naturaleza, lugar de delectación,
propio para la meditación y el ensueño y encarna el sentido cósmico de una imagen idealizada del mundo, un
“paraíso” en el sentido etimológico del término y que lleva el testimonio de una cultura, de un estilo, de una
época y, eventualmente, de la originalidad de su creador.
El jardín es, en sentido más estricto, un espacio en el que la naturaleza está dispuesta y ordenada según el
gusto y criterio del hombre. No es pues la simple imitación de la naturaleza la que crea el jardín, sino algo
básicamente y esencialmente artificioso. Es una interpretación de la naturaleza, una diferenciación que el arte
humano impone a un trozo de paisaje. Es por tanto paisaje elaborado, caracterizado, y en este sentido un
oasis, una excepción, un verdadero milagro urbano.
El jardín es “arquitectura de exteriores” entendida como sucesión de espacios abiertos al servicio del hombre,
si se nos alcanza que arquitectura es “un trozo de aire humanizado” y que, por tanto, es el arte de ordenar
“espacio”. El papel de la vegetación debe ser, salvo excepciones, relevante. Así como en la edificación las
masas y volúmenes que formalizan los espacios y ambientes son inertes e inmutables, las masas y elementos
vegetales que en jardinería los configuran son mutables en el tiempo y en el espacio.
El jardín se proyecta en cuatro dimensiones, es decir, las tres del espacio y la del tiempo, y por lo mismo es
una “manifestación de futuro” expresada en plantas.
La ordenación y composición de los espacios se logrará en el arte de la jardinería mediante armonías y
contrastes, contrapunto de masas horizontales y verticales, equilibrio entre plantas de hoja perenne o caduca,
en el juego y proporción de los volúmenes de los macizos de arboles o de arbustaje, ancho de los paseos y
caminos, superficie de césped, espejos de agua, relación de huecos y llenos, ritmo en la repetición de
elementos, colores, leyes de la perspectiva, etc.
El jardín es pues una “sinfonía”, o como bien expresa el entrañable Rusiñol “el jardín es el paisaje puesto en
verso, versos escritos con plantas, versos vivos con savia y aroma”.
No obstante estos conceptos exultantes, quizás convendría no perder de vista que la jardinería, según Rubió
Tudurí, es un “arte de arrepentimiento” ya que su actividad arranca de la suma devastación y depredación del
paisaje, causada principalmente por la agricultura y por el asentamiento de la ciudad.
Es en este sentido que el hombre para acallar su mala conciencia y a modo de expiación, intenta realizar un
rito de compensación, un acto de reparación, de reconciliación y de reencuentro con la naturaleza.
Una discreta solicitud de perdón.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 64
Ilustración 13: Vista de Jardinova en la Feria de Montjuïc, 1974.
19. Una crónica de la arquitectura jardinera en Barcelona
Joan Bassegoda i Nonell, Catedrático de Jardinería y Paisaje, UPC, Barcelona (1992).
(…) LA HERENCIA DE LOS MAESTROS RUBIÓ Y RUIDOR.
“El paso de Forestier por Barcelona fue muy importante porque su colaborador y amigo, del arquitecto
Nicolás María Rubio i Tudurí, director de Parques y Jardines desde 1917 hasta 1939, pudo aplicar muchas de
las teorías de Forestier en los jardines de Barcelona. Rubió había estudiado las principales tendencias de la
jardinería en el mundo de su época y, además un gran conocedor de la botánica y Ia arquitectura, era un
excelente urbanista y hombre de gran cultura, viajero y escritor.
De su paso por el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Barcelona quedan los mejores jardines
de la ciudad. Su composición jardinera era a la vez elegante y sencilla. Comprendió perfectamente que el
aspecto más bonito de los jardines son las plantas y los árboles y no el diseño del arquitecto que los manda
hacer.
Afortunadamente, a Rubió le sucedió, en 1939, otro maestro eximio de la arquitectura jardinera, el arquitecto
Lluís Riudor i Carol (1906-1989) que, con criterio basado en la lógica y el conocimiento de la botánica y del
paisajismo, dirigió el Servicio durante más de veinte años.
La herencia de estos maestros se debería conservar en Barcelona, procurando que los parques y jardines se
mantengan con el cuidado que durante muchos años pusieron Forestier, Riudor, y Casamor d’Espona.
(…) POLÍTICA DE ESPACIOS LIBRES.
(..) Este es el espíritu que debe informar la forma de pensar deI arquitecto paisajista y jardinero. Hay que
olvidar muchas teorías pesadas, muchos problemas de estética y de disposición y pensar que la naturaleza es
el entorno del hombre, que forma parte de este.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 65
La planificación de un jardín, aunque sea la de su mobiliario o elementos auxiliares, no debe estar
contrapuesta a la lógica los procesos vegetales. Los jardines deben ser tanto para hombres como para las
plantas y los árboles que los conformanxxxix.”
Ilustración 14: Vista del teleférico de Montjuïc en los años 70. Ilustración 15: Vista de postal de Montjuïc en los años 70.
20. De los jardines del placer a las plazas duras
Conrand Kent, Catedrático de Estudios Hispánicos y Clásicos, Ohio Wesleyan University (2002).
(…) Al final del Siglo XVIII, la ciudad amurallada de Barcelona permanece virtualmente vacía de espacios
verdes. Cargada de problemas materiales, políticos y militares, todavía estaba pendiente de producir el tipo
de jardines urbanos que habían comenzado a aparecer en otras ciudades. Inspirados por las haciendas
ajardinadas francesas, inglesas e italianas, la élite adinerada comenzó a promover sus propios jardines
particulares y cerrados, con folies y estatuaria, en la parte alta de la ciudad.
Dentro de esos espacios autónomos, conspicuas muestras de jardinería y extravagancia proveían el fondo
para el teatro social de la aristocracia tanto como el objeto de la fantasía de las clases medias urbanas.
El más notable ejemplo sobrevive en Horta. En 1791, el Marqués d’Alfarrás i de Llupà contrató al paisajista
italiano Domenico Bagutti para construir un laberinto de cipreses en el centro del cual situó una estatua de
Eros. Parece ser que un millar de trabajadores trabajaron para implantar el verdor como una parte de este
complejo homenaje a la antigüedad clásica en el secano de la sierra de Collserola. Escaleras gemelas que
actúan como marco a la gruta que consagra a Eco y a Narciso, nos guían a un nivel superior donde dos
pabellones simétricos están dedicados a Danae y Ariadna. Más arriba se encuentran un pabellón, un estanque
y una fuente dedicada a Egeria.
Todos son escenarios, simultáneamente íntimos y grandiosos, y al final del siglo XIX el jardín se había
convertido en un lugar sujeto a extravagantes reuniones sociales y producciones teatrales en toda regla. Adrià
Gual dirigió una serie de representaciones en el jardín con su compañía Teatre Íntim, y el Laberinto
permaneció en la imaginación de Barcelona, aún cuando mantuvo su aristocrática y exclusiva cerrazón al
público hasta 1969.
Cuando fue restaurado por Joaquim M. Casamor y abierto al público como jardín municipal en 1970, cientos
de miles de visitantes se apresuraron a visitar el jardín de nueve hectáreas de extensión. La elegante
propiedad privada se convirtió en una ventana a un mundo largamente escondido del público, pero esencial
en su imaginación. La siguiente restauración, realizada por Patrizia Falcone, ha retornado el Laberinto a su
condición original, y desde 1994 este jardín histórico al borde de la ciudad en el distrito de Horta- Guinardó
ha sido designado como jardín museo (p.223)
(…) Los sucesores de Rubió en Parcs i Jardins – Lluís Ruidor i Carol y Joaquim Casamor d’Espona-
continuaron la elegante tradición de los años veinte dentro de los límites materiales impuestos por el
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 66
Franquismo. Riudor creó el Parque del Turó de la Peira, y en 1965 inauguró el Parque y Rosaleda de
Cervantes en Pedralbes.
Entre las muchas obras de Casamor, es posible que las que mejor simbolizan la continuación del eclecticismo
y cosmopolitanismo (de Rubió) sean los parques temáticos de Montjuïc dedicados a tres poetas: Mossèn
Costa i Llobera, Mossèn Jacint Verdaguer y Joan Maragall. Inaurados en 1970, son todos joyas de la jardinería
–dedicados a los cactus, las bulbosas y el más exquisito diseño francés, respectivamente- cada uno de ellos ha
sido capaz de encontrar su lugar en la ambiciosa reconstrucción actual de Montjuïc.
(…) En 1971, la inauguración del Parque de la Guineueta de Casamor en Nou Barris anticipó la conjunción de
jardines salvajes e instalaciones deportivas que aparecerían en los años noventa. Creado en un antiguo
torrente con laderas especialmente inclinadas, el rústico parque nos conduce a áreras deportivas y zonas de
juegos para niños. (p. 240) xl
21. Memoria de la propuesta de mejora de los Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer
Luís Abad, Maestro Jardinero del Instituto Municipal de Parques y Jardines de Barcelona (2004).
1. ESTUDIOS PREVIOS
Ubicación del jardín. Descripción del espacio. Origen del jardín.
Ubicación y límites
El jardín "Mossèn Cinto Verdaguer", se encuentra en la Montaña de Montjuïc, formando parte del Parque del
mismo nombre, en el Distrito de Sants Montjuïc.
Ocupa una superficie de 43.000 m2 y, queda delimitado por la calle de Tarongers (Norte y Sur), por la calle
del Dr. Font i Quer (Oeste) y por la línea del antiguo trazado del Funicular de Montjuïc, tramo Avenida de
Miramar - Avenida del Castillo, hoy inexistente, también en la orientación Oeste. Al otro lado del trazado del
funicular se encuentra el Vivero de Tres Pins.
Se desarrolla entre las cotas 85,6 y 117 m.
Descripción del espacio
Orientación y pendientes:
La parte Sur del jardín, es relativamente sencilla y, el resto, se desarrolla en dos grandes pendientes con un
desnivel máximo de 31,4 m.
Límites y accesos:
El jardín tiene tres accesos y se limita con el exterior con una valla baja, de un metro de altura.
En el interior del jardín, masas de vegetación y parterres de césped están delimitados por caminos y escaleras
y, por un conjunto de lagos y estanques. Los caminos se encuentran asfaltados y las escaleras son todas de
piedra natural.
Origen del jardín
El jardín fue realizado por el Ayuntamiento de Barcelona sobre un terreno municipal a finales de los años 60
del siglo pasado (siglo XX). El emplazamiento elegido ocupaba un espacio de Montjuïc no edificado
anteriormente, ya que pertenecía a las zonas con limitaciones de uso por la presencia militar en el Castillo.
De la década de 1940 en adelante, el espacio se encontraba en parte ocupado por chabolas, sin ningún tipo de
servicio y por huertas, con bastantes árboles.
El equipo tècnico que elaboró el proyecto y obra del jardín, fue el seguiente: Joaquim M. Casamor d’Espona,
Dr. Arquitecto, como Director Tècnico; Antoni Solan Cristina, Aparejador, como Subdirector Tècnico de Obras;
Miguel Crespo Morillas, Pèrito Agrònomo, com a Subdirector Tècnico de Jardineria, Tècnico Botànico, Joan
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 67
Pañella Bonastre y como Auxiliar Tècnico, Juan Miras Bonillas, Aparejador. El jardín fue construido y plantado
per la empresa “Cubiertas y Tejados”.
El jardín fue inaugurado el 19 de marzo de 1970 poe el general Franco, siendo alcalde de Barcelona Josep M.
de Porcioles y el Presidente del Servicio de Parques y Jardines, Ildefons Miró Segret.
Ilustración 16: Plano General de los Jardines Mossèn Cinto Verdaguer (1968).
Descripción y análisis del proyecto original
La topografía del entorno, y la pendiente de la vía del funicular, condicionaron mucho el trazado del jardín,
que se basa en circulaciones con poca pendiente, siguiendo las curvas de nivel y serpenteante de lado a lado
del jardín, con recorridos forzosamente largos y escaleras de muchos escalones.
El acceso principal, situado en la zona inferior, presenta el único parterre de mosaicultura que encontramos
actualmente en la Ciudad, donde se representa su escudo.
La fuerte pendiente de los taludes de césped, hace que no se pueda tener una percepción completa de toda la
extensión del jardín, que se va descubriendo a medida que avanza por los caminos.
En general, todos los espacios de plantación se encuentran inscritos dentro de las piezas delimitadas por los
caminos, estas son ocupadas en superficie para césped y para parterres grandes que se destinan al cultivo de
plantas bulbosas.
De la vegetación original, sólo se conservaron tres ejemplares de Ulmus carpinifolia, de los cuales ha
subsistido hasta el momento un solo ejemplar majestuoso.
El arbolado se plantó muy denso para dar un aire de jardín acabado, y como consecuencia muchos sectores
del jardín, 35 años después, están a plena sombra, lo que no conviene demasiado a las plantas bulbosas.
Además, las tierras se han llenado de raíces dificultando, más si cabe, el cultivo.
Originariamente los parterres de bulbosas estaban delineados con líneas rectas, generando polígonos
irregulares, con una variedad de bulbosa para cada parterre.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 68
Como complemento de este conjunto de piezas floridas, se realizó un gran lago de formas sinuosas, en la zona
inferior del jardín, y unos estanques cuadrangulares revestidos de piedra y con una colección de plantas
acuáticas, y en la parte mas alta del jardín, una cascada de piedra que desemboca en una laguna de aire
oriental.
La vegetación arbórea se trata libremente excepto en un sector de escaleras bordeadas por unas encinas
recortadas en forma cilíndrica. Por el lado Oeste del jardín, una masa de árboles, arbustos y herbáceas oculta
visualmente el límite con la antigua vía del funicular. En general, las plantaciones arbóreas tienden a ser más
densas junto las escaleras y caminos que en medio de las praderas, generando zonas sombrías donde
originariamente estaban los parterres de bulbosas.
Técnicamente fue un jardín bastante avanzado para la época y el lugar, ya que aparte de dotarse de un
programa de plantación bastante elaborado, disponía de tecnologías como el riego por aspersión, todo un
prestigio para la época. La estética obedecía a las corrientes más de moda en Europa y Norte de EEUU: Unas
líneas orgánicas, un aire "paisajista", argumentos temáticos en la selección de especies en general y la
incorporación de ciertos "orientalismos", pasados antes por los jardines californianos de las décadas de los 50
y 60 del siglo XXxli.
Ilustración 17: El aparcamiento del parque de atracciones y al fondo los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer en 1970.
Todo ello, además, contemplable desde las cestas del teleférico que llevaba hasta el castillo, disfrutando así
mejor lo que era una gran novedad en Barcelona: Césped, grandes masas cromáticas, tratamiento novedoso
del agua ...
Las especies arbóreas escogidas, obedecían a criterios de "prestigio": Predominan pinos piñoneros, cipreses,
cedros y olivos, y una colección de coníferas, también de porte arbustivo y tapizante.
Análisis de las colecciones originales del proyecto original
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 69
El jardín Mossèn Cinto Verdaguer, aludía en su nombre a "colección de plantas bulbosas" y aclaraba un texto
descriptivo de la época: "No hay en él colecciones de nuestra flora ni representaciones esquematizadas de los
innumerables paisajes naturales de nuestras regiones, centroeuropeos o tropicales. Es un bello rincón en flor,
con pinceladas de colores puros, rojo, amarillo y azul y tapices de verde esmeralda; sendas rojas y blancas y
un apacible juego de desniveles y perspectivas, bañado por el sol y aguas frescas y renovadas de los lagos y
estanques "...
Se puede definir por tanto, como un jardín de exposición más que de colección, que en este sentido, parece
inspirarse en los esquemas, trazados y conceptos de los jardines de las Bundesgartenschau alemanas de la
época o en los jardines de exposición y colección de Keukenhoff, los Países Bajos.
El jardín disponía desde un inicio de una colección de plantas acuáticas que aún se mantiene; está integrada
por las plantas acuáticas más corrientes, siendo la más importante la colección de Nympahaea, si bien se han
perdido los nombres de las variedades.
En cuanto a los parterres, desde un principio existieron dos grandes tipos según la vegetación: Parterres de
plantaciones temporales y parterres de especies más o menos permanentes. Entre estos últimos, destacaban
los de Hemerocallis, Kniphofia, Crinum, o Agapanthus. Los temporales, básicamente cubrían las dos grandes
temporadas de floración: La de salida de invierno y primavera (de febrero a mayo) y la de verano y principio
de otoño (de junio a octubre). Las programaciones iniciales nos muestran especies corrientes de cada período
(ver anexo n. 1): Tulipán, Muscari, Hyacinthus, Narcissus, Canna o Dalhia, eran representadas, con las
variedades corrientes en el mercado. Con todo iban seleccionando, eliminando las de peores resultados y
probando nuevas.
Ilustración 18: Calendario de floración del Jardín especializado Mossèn Cinto Verdaguer.
Evolución del jardín y las colecciones
Hasta el 1987 Joan Pañella (Técnico Botánico de Parques y Jardines), fue responsable de la colección.
Después, esta se redujo paulatinamente hasta principios de los años 90, momento en que prácticamente se
abandonó el cultivo de bulbosas a mosén Cinto, recuperándose tímidamente a finales de la década.
La disminución de la dotación de recursos personales y materiales, al tiempo que la propia evolución del
jardín (sombra, raíces, etc.), así como la ausencia de una programación estable y coherente, han provocado
descalabros en el aspecto floral del jardín.
22. Parc de Montjuïc. Jardines de Mossen Cinto Verdaguer y de Mossen Costa i Llobera
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 70
Folleto Informativo. Instituto Municipal de Parques y Jardines (1982).
Una misma idea para jardines distintos.
Mossèn Cinto Verdaguer y Mossèn Costa i Llobera formaron parte, junto a Joan Maragall, de un mismo
proyecto en el año 68. Se trataba de crear tres jardines especializados, cada uno en un tipo determinado de
plantas: Mossèn Cinto en las plantas bulbosas y rizomáticas, Mossèn Costa en las exóticas y tropicales y Joan
Maragall se pensaba como una exposición floral permanente.
El entonces alcalde Porcioles se marcó el objetivo de inaugurarse conjuntamente el 20 de junio de 1970. Y así
se hizo, a pesar de las grandes dificultades que surgieron en la construcción del Costa i Llobera, resueltas
trabajando de noche y con luz artificial.
Ilustración 19: Jardines de Costa i Llobera en Primavera de 2011.
Jardín de Costa i Llobera.
Este jardín se situó en una zona formada por peñascos y acantilados donde estaban instaladas las baterías de
costa dedicadas a la defensa del puerto, llamadas "Bonavista". Para convertirlo en jardín tropical fue
necesario construir una completa red de alcantarillado a pocos metros de profundidad para recoger todas las
aguas de la montaña, colocando encima 16.200 metros cúbicos de rocas de gran tamaño, trasladadas casi
todas de los acantilados de la zona del Garraf. Se trabajaba en paredes casi verticales.
Pero el lugar elegido era, en cuanto al clima el mejor, dada su posición resguardada de los vientos del norte, la
tierra consigue mantenerse siempre dos grados por encima que en el resto de Barcelona, no bajando nunca
del cero grados. Si no fuera así gran parte de las especies tropicales morirían en las heladas.
Los dos jardines son para contemplar y pasear. Mossèn Cinto ofrece la parte más estética, basando su encanto
en el juego de los colores de las flores, la suavidad del césped y la conjunción de las diferentes especies de
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 71
árboles. Mossèn Costa además del interés científico y cultural reúne, en una colección única en el mundo 18
especies de palmeras y 500 de plantas crasas y cactus.
Jardín de Mossèn Cinto Verdaguer.
Las Flores.
A lo largo de todo el año, a excepción de la época invernal, las flores adornan los parterres del jardín dado que
la mayoría de bulbosas son flores de temporada que se arrancan cuando la flor se seca y se sustituye por las
que en ese momento están en época de floración.
La floración del año 82, última de una serie de nuevas plantaciones que comenzaron en marzo con 8.000
jacintos y 10.000 narcisos seguidos, en atril, de 60.000 tulipanes, 4.000 muscinias y 3.000 ranunculos. En
mayo florecen la importante colección de Iris Germánica e Iris Xiphium y en junio y julio, los Lirios, los
Amarilis y los agapantos, conocidos como "Flor del Amor". Las Dalias, los Gladiolos, las Cannas, y los
Hemerocalis florecen de junio a noviembre.
Un parterre dedicado al escudo de la Ciudad preside la entrada del jardín. En primavera se realiza con
tulipanes y muscinies y en otoño y verano queda perfectamente dibujado con alternancia de diferentes
variedades y por Begoña. Las diez variedades de plantas de agua o ninfas, situadas en los lagos de la parte
superior del jardín, florecen durante todo el verano, de junio a septiembre.
Los Árboles.
Los árboles diseminados a lo largo y ancho del jardín, podemos encontrar una completa representación de las
diferentes especies de árboles que se adaptan al clima mediterráneo: Chopo, Olmo, Sauce, Pino Piñonero,
Magnolia, etc., De los que cabe destacar el Cedrus deorada péndula, de un color verde muy intenso que con
sus ramas colgantes forma extrañas imágenes vegetales.
También el Chipre de los pantanos (Taxodium) que crece en el agua y está situado en la parte superior del
jardín, y el Ginkgo, árbol japonés que llena las calles de Tokyo y del que únicamente se pueden plantar los
machos en lugares públicos pues las hembras tienen frutos que producen un hedor insoportable.
El resto del jardín se completa con el lago dedicado a lugares de agua situado en la explanada de la parte
inferior y con el conjunto de extensiones llenos de hierba y césped, salpicada por flores silvestres, que no es
posible pisar pues en pocos días se quedaría seca.
23. Los jardines de Montjuïc, un siglo de historia del paisajismo catalán
Josep M. Montserrat Director del Institut Botànic de Barcelona (2003).
Barcelona intenta completar la urbanización de Montjuïc desde finales del siglo XIX. La Exposición
Internacional del 1929 ofrecía la primera gran oportunidad de afrontar la empresa de integrar Montjuïc en la
trama urbana de la ciudad. La idea consistía en transformar la montaña en un gran parque urbano, el segundo
en importancia después de la Ciutadella, pero mucho mayor y capaz de acoger las principales instalaciones y
equipamientos culturales de Cataluña.
Así pues, con motivo de la gran exposición, se iniciaron las obras de algunos de los jardines más notables y
que se conservan en la actualidad. J. C. N. Forestier recibió el encargo de diseñar aquellos que tenían que
rodear la exposición, cuyos edificios servirían, posteriormente, para albergar los principales museos de
Cataluña.
La influencia de Forestier en la jardinería barcelonesa fue decisiva, ya que a él le debemos el diseño de
algunos de los mejores jardines de la ciudad, la introducción de numerosas especies nuevas y la formación, a
través de su discípulo Nicolau Rubió i Tudurí, de una notable escuela de paisajismo y jardinería en nuestro
país. Forestier había trabajado en el Servicio de Parques y Jardines de París, pero fue en Buenos Aires, en
parte gracias a Carlos Thays y a su jardín botánico, donde adquirió una importante experiencia que le
permitió utilizar muchas especies suramericanas en Barcelona.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 72
Hoy esos árboles imprimen carácter a nuestros jardines públicos. Aquí recordaremos las especies más
notables que fueron introducidas por Forestier: la tipa (Tipuana tipu), la bellasombra (Phytolacca dioica), el
jacarandá (Jacaranda ovalifolia), la eritrina Bentham (Erythrina falcata), etc.
Pero el impulso de la exposición no bastó para completar el parque. Así pues, como tantas otras veces a lo
largo de nuestra historia, hicimos de la necesidad virtud, y se encargó al doctor Pius Font i Quer la
construcción de un nuevo jardín botánico, anexo al Institut Botànic, que sustituyera a los dos parterres
situados delante del Museu de Ciències Naturals de la Ciutadella que, hasta aquel momento, se habían
intentado utilizar con este fin.
En 1930, con más voluntad que dinero, Font i Quer empezó a reunir una notable fin. En 1930, con más
voluntad que dinero, Font i Quer empezó a reunir una notable colección de plantas endémicas y raras,
obtenidas, fundamentalmente, en la península Ibérica, las islas Baleares y Marruecos.
Aprovechando las antiguas canteras de la Foixarda, se pretendía que el jardín completase el primer gran
cinturón verde que rodeaba las instalaciones de la exposición hasta llegar a la plaza Sant Jordi, enlazando con
los jardines construidos por Forestier. Al este del Palau Nacional se construyeron los Jardines de Laribal, el
Teatre Grec y los Jardines de Amargós, mientras que en la parte posterior se iniciaba la plantación del Jardín
Botánico, que, al final, no pasó de las dos primeras hondonadas, poco más de la quinta parte del espacio
inicialmente previsto.
Ilustración 20: Los Jardines de Miramar (Plaza de la Armada) con la Jacaranda en flor al fondo en Primavera de 2011.
En 1940 se trasladó cerca del jardín el Institut Botànic que, gracias a Font i Quer y a la Junta Municipal de
Museos de Ciencias Naturales, reunía ya entonces los principales herbarios y la mejor biblioteca especializada
en botánica de Cataluña.
No se produjeron nuevos cambios importantes en la jardinería de Montjuïc hasta que en los años setenta se
construyeron dos grandes jardines temáticos: el de Mossèn Cinto Verdaguer, concebido para albergar
colecciones de plantas acuáticas y bulbosas, y el de Costa i Llobera, que fue diseñado por Joaquim M. Casamor,
quien contó con la decidida participación de Joan Pañella i Bonastre, profesor de botánica en la Escuela de
Jardinería.
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Pañella era un excelente conocedor de la familia de las cactáceas y de otros grupos de especies suculentas y,
junto con Fernando Riviere de Caralt, fundador del Jardín Pinya de Rosa de Blanes, realizó varias
exploraciones por América y sus hallazgos permitieron describir nuevas especies, algunas muy notables.
A mediados de los años setenta, los Jardines de Costa i Llobera vivían los momentos de máximo esplendor y la
colección de suculentas, especialmente cactáceas, era una de las mejores del mundo. Por desgracia, las
intensas heladas de 1985 la arruinaron en gran parte. Al faltar invernaderos de producción, con ejemplares y
esquejes de recambio, fue imposible reponer las especies perdidas y, poco a poco, la gran diversidad inicial
fue menguando. Entre los jardines que se construyeron en Montjuïc en los años setenta aún podemos citar los
de Joan Maragall, en torno al Palauet Albéniz, situado junto al antiguo Jardín Botánico.
El cambio más destacable que experimentaría la jardinería de Montjuïc en el periodo democrático fue la
ampliación del Vivero Municipal Tres Pins, en donde se consolidó una importante oferta educativa orientada
a las escuelas y, en especial, la construcción del nuevo Jardín Botánico. En 1986, la necesidad de construir
accesos y escaleras mecánicas para los nuevos equipamientos olímpicos comprometió gravemente la parte
del jardín construida en 1930.
El Ayuntamiento de Barcelona aceptó el reto de iniciar las obras de un nuevo jardín botánico, mucho mayor
que el existente, de modo que, en la práctica, la celebración de los Juegos Olímpicos permitiera la necesaria
ampliación del jardín y resolviera definitivamente las graves limitaciones que sufría el Institut Botànic a
causa del edificio que ocupaba desde 1940. Se decidió que el nuevo jardín se especializase en las plantas que
viven en condiciones de clima mediterráneo en todo el mundo (…)xlii.
24. El personaje: Joaquim M. Casamor i d’Espona, Arquitecto
Maria Rosa Salvadó, Periodista (2008)
"Un jardín es un paisaje idealizado"
Nacido en Figueres, en el año 1920, Joaquim M. Casamor i d’Espona ha dejado una huella importante en la
configuración de la trama verde de Barcelona durante la segunda mitad del siglo XX. Director técnico de
Parques y Jardines entre los años 1968 y 1986, diseñó espacios verdes tan importantes como los de Joan
Maragall, Mossèn Costa i Llobera y Mossèn Cinto Verdaguer, en Montjuïc, el Parc de la Guineueta y el del Turó
del Putget, y el ajardinamiento de plazas como la de Lesseps o la de la Universidad. Una obra que explicamos
en las páginas de paisajismo de este número de Barcelona Verde. Entrevistarlo nos ha permitido conocer su
pensamiento respecto a los espacios verdes en las ciudades.
¿Por qué eligió la arquitectura?
Porque toda la vida me había gustado esta profesión. Cuando era jovencito ya quería ser arquitecto. En 1952
empecé a trabajar en el Servicio de Edificación Particular del Ayuntamiento de Barcelona, y en 1955 fui
nombrado arquitecto jefe de Obra Nueva del Servicio Municipal de Parques y Jardines. Cuando el entonces
director del servicio, Josep M. Riudor, me propuso el trabajo, me interesó mucho, porque soy hijo de una casa
solariega del Alt Empordà y había vivido la naturaleza y los trabajos agrícolas. Por tanto, la jardinería no me
era ajena en absoluto, y enseguida me encontré a gusto en este trabajo, muy vinculada a mi sensibilidad.
“En un jardín, la protagonista debe ser la planta, que es
la que conforma los espacios”
En 1968 fue nombrado director técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines. ¿Como era en
ese momento el verde urbano de Barcelona?
Muy pobre. Desde el servicio trabajábamos para ir aumentando el patrimonio verde de la ciudad, porque
Barcelona, ya lo sabemos, es deficitaria, no ha tenido los parques que hay en otras capitales, procedentes de
las casas reales o de la aristocracia. En nuestra ciudad, sólo algunos jardines privados se convirtieron en
públicos, como el Laberinto de Horta. Cuando pasaron a ser de propiedad municipal estaban muy
descuidados y hubo una restauración integral. Para la consultamos documentación antigua para mantener el
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espíritu originario de los jardines. Los del Laberinto de Horta son unos jardines históricos que marcan un
estilo, una manera de vivir, y me gusta mucho que se considere un museo al aire libre.
“Había tendencias dentro del urbanismo que consideraban que los parques
y jardines eran una pieza distorsionadora de la trama urbana”
En los años sesenta, el verde urbano, ¿hasta qué punto era importante en el urbanismo?
Aquí está el quid. Había tendencias dentro del urbanismo que consideraban que los parques y jardines eran
una pieza distorsionadora de la trama urbana, que suburbializaban y querían introducir el espíritu social
rural contra la civilidad urbana. ¡Nos acusaban de eso!, Y que era una nostalgia del ruralismo, de la Arcadia
feliz y del romanticismo. Siempre me ha interesando mucho el tema del jardín contra la ciudad y de la ciudad
contra el jardín. Esta tendencia de el urbanismo sostenía que el jardín iba contra la ciudad, que en rompía la
estructura y la civilidad, que era algo nostálgica. Pero, de hecho, es la ciudad la que va contra el jardín, porque
la masificación y las actividades urbanas, en cierto modo hay atentan, y se hace difícil mantener los jardines
debido a la frecuencia de uso y la polución.
¿Qué es, para usted, un jardín?
Es un arte. Un arte significa artificio, por lo que el jardín es algo artificial, y no lo digo en un sentido
peyorativo. Este artificio no es nunca ni una imitación ni una copia de la naturaleza, es una interpretación en
la que intervienen la creatividad y los sentimientos de la persona. Es un paisaje idealizado, caracterizado,
elaborado, es un oasis, es un milagro humano. No es una transposición de una escena de afuera hacia adentro.
Debe haber espíritu, tiene que haber estilo.
“La composición es el arte de la jardinería, no
simplemente la plantación”
¿Podemos decir que hay paisajes dentro de la ciudad?
Sí, pero tiene que haber un término medio. Ni es una Arcadia feliz, ni es un pesebre fuera de escala ni es algo
romántico. Es una ordenación de espacios humanizados. Los espacios los humanizamos y los ordenamos, y
esta alteración se hace básicamente a través de las plantas, y también con la construcción. Tiene que haber
equilibrio. Los arquitectos, muchas veces, cuando todavía no tienen un gran conocimiento de las plantas, se
las miran con cierto recelo, porque son volúmenes variables, cambiantes, difusos y poco controlables. La
construcción, en cambio, tiene una puridad de valores. Las plantas son seres vivos que se desarrollan y que se
van manifestando.
Una idea que me gusta mucho es que los arquitectos y los diseñadores de jardines trabajamos en cuatro
dimensiones, teniendo en cuenta el espacio y el tiempo. Cuando proyectamos debemos pensar en el futuro:
¿cómo será? Si proyectamos una sombra, no está, la sombra, estará. Debemos elegir las plantas adecuadas,
saberlo distribuir, saberlas agrupar y jugar con armonías y contrastes, con márgenes verticales y
horizontales, con plantas de hoja perenne y caduca, con el vacío y el lleno, con el color, con la perspectiva. La
composición es todo eso, es el arte de la jardinería, no simplemente la plantación.
“Hay muchas cosas que son necesarias en una ciudad:
a mí me tocó bailar con la más guapa”
¿Cómo ha evolucionado esta interpretación de la naturaleza que considera que son los jardines?
En un jardín debe haber el modelado del terreno, la plantación y la construcción, pero la protagonista debe
ser la planta, que es la que conforma los espacios. Se trata de ordenar espacios de manera que se vayan
descubriendo escenas. Los árboles suelen ser las columnas y el techo, y los arbustos son los muros. Ahora
echo de menos arbustos. Es todo filtrable, todo visual, no hay misterio, no hay suspense, como dirían los
franceses. Todo está a la vista. Pese a reconocer que los espacios muy cerrados poder ser inseguros, y que
desde el punto de vista práctico los arbustos son un obstáculo, creo que hay falta intimidad. También
comprendo, sin embargo, que los jardines pequeños que hay en el interior de los núcleos urbanos deben ser
funcionales y servir un poco para todo. Antes quizá creábamos espacios más específicos, separando
diferentes ambientes, y hoy todo es multiuso para la afluencia de usuarios.
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¿Qué es lo más importante?
Un proyecto simplemente es un plano. Pero, después, cuando el jardín está hecho y ves que entra la vida, los
viejos tomando el sol, las parejas enamoradas mirándose a los ojos y los chiquillos jugando ..., eso es lo que
me hace pensar que la sociedad disfruta del proyecto que has concebido, que está vivo, que se utiliza, que la
gente se encuentra bien. Esta es una satisfacción que no tiene precio. Hay muchas cosas que son necesarias,
en una ciudad. El alcantarillado es necesario, pero los jardines son más agradables. A mí me tocó bailar con la
más guapaxliii.
Ilustración 21: Plano de Jardinova, 1975.
25. Paisajismo: Los parques de Casamor
Maria Rosa Salvadó, Periodista (2008)
Entre los años 1970 y 1980, Joaquim M. Casamor proyectó una gran parte de los nuevos espacios verdes de
Barcelona e hizo restauraciones tan importantes como la del Parque del Laberinto de Horta. Sus criterios
paisajísticos están presentes por toda la ciudad, con grandes parques, como el de la Guineueta, el de Joan
Maragall o el del Putget; con lugares tan entrañables como los Jardinets que hay arriba de todo del Paseo de
Gracia, y con espacios tan emblemáticos como los fosos del Castillo de Montjuïc.
Tal y como explica en la entrevista que podéis leer unas cuantas páginas atrás en este número de Barcelona
Verde, la trayectoria profesional de Joaquim M. Casamor fue vocacional en cuanto a la arquitectura y de
trayectoria vital en cuanto al paisajismo. Su obra es extensísima, y no se limita a Barcelona, aunque es la
ciudad donde hay muchos de sus proyectos más relevantes. A pesar de Mar, Rubí, Olivella y Sitges son otras
poblaciones catalanas donde Casamor llevó a cabo proyectos, así como Puerto de la Cruz o Alicante, en cuanto
al resto de del estado español. Lo que sigue es un breve resumen de su obra en Barcelona.
Colaboración con Riudor
Algunas de las obras más destacadas de Joaquim M. Casamor fueron fruto del trabajo conjunto con el también
arquitecto y entonces director del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona, Lluís Riudor. Esta
colaboración se inició el año 1959, con el Parque de Moragas (un jardín privado que fue cedido al
Ayuntamiento por los propietarios), y se prolongó hasta finales de la década de los setenta. De los proyectos
llevados a cabo, destacan dos: el Parque de Cervantes y la Rosaleda de Cervantes, en el extremo del distrito de
Les Corts.
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JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 76
El Parque de Cervantes es un espacio verde muy abierto, que se distingue por las extensas zonas de césped,
los anchos caminos y la suavidad de la pendiente del terreno. La gran cantidad de árboles que hay en este
parque crea zonas de sombra y reposo que contrastan con las partes más soleadas. En cuanto a la Rosaleda
del mismo nombre, si primero fue sobre todo un espacio dedicado a exposición, actualmente es uno de los
principales jardines temáticos de la ciudad, con más de diez mil rosales. Otro proyecto importante realizado
conjuntamente fue la ampliación del Parque del Turó de la Peira.
Jardines y poetas.
En 1970 se inauguraron en Montjuïc tres jardines de Joaquim M. Casamor dedicados a poetas catalanes: Joan
Maragall, Mossèn Cinto Verdaguer y Mossèn Costa i Llobera.
Los Jardines de Joan Maragall tienen su origen en los que diseñó Jean-Claude-Nicolas Forestier alrededor del
Pabellón Real que se construyó en Montjuïc dentro del recinto de la Exposición Internacional de 1929. La
intervención hecha en 1970 permitió ampliarlos. Casamor diseñó alrededor del Palacete Albéniz unos
jardines clásicos y afrancesados, elegantísimos, con avenidas arboladas, amplias extensiones de césped,
parterres de broderie y fuentes ornamentales.
Los otros dos parques, el de Mossèn Cinto Verdaguer y el de Mossèn Costa i Llobera, fueron fruto del deseo
del entonces alcalde, Josep M. de Porcioles, que Barcelona tuviera jardines que de alguna manera fueran
únicos. Y Casamor proyectó dos jardines de colección: uno dedicado a las especies bulbosas y rizomatosas, y
el otro, a las cactáceas y crasas.
Otros parques.
Del conjunto de proyectos realizados en Barcelona por Joaquim M. Casamor hay Hay tres parques que, por su
situación y características, también cabe destacar: el del Putget, el de la Guineueta (en colaboración) y los
Jardines de la Villa Amelia.
Los dos primeros porque comenzaron a dotar de mayores espacios verdes las zonas de crecimiento de la
ciudad entre los años 1950 y 1970, y el tercero porque fue uno de los jardines privados que, como el del
Laberinto de Horta, en la segunda mitad del siglo XX comenzaron a ser públicos
OBRAS MÁS DESTACADAS
1959: Parque de Moragas, como colaborador de Lluís Riudor
1965: Parque de Cervantes y Rosaleda de Cervantes, conjuntamente con Lluís Riudor y Antoni M. Riera
Clavillé
1970: Jardines de Mossèn Costa i Llobera, Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer, Jardines de Joan Maragall,
Parque del Putget, Jardines de la Villa Amelia
1971: restauración del Parque del Laberinto de Horta; Parque de la Guineueta, conjuntamente con Antoni
M. Riera Clavillé y Albert Serratosa.
1972: Jardines Bacardí.
1977: ampliación del Parque del Turó de la Peira, ajardinamiento de la plaza. Lesseps, adaptación para el
uso público del Parque del Castell de l'Oreneta
1978: rehabilitación del Parque de las Aguas del Guinardó
1979: Jardines del Paseo de Gracia, ajardinamiento del Paseo de Sant Joan y de la Avenida Pau Casals
1980: Plaza de la Fuente Catalana, ajardinamiento de la Avenida Meridiana.
1982: remodelación y ampliación de la Plaça de la Farga, remodelación de los Jardines de las Infantas,
ajardinamiento del polígono Canyelles y del Paseo de Lluís Companys.
1983: ampliación del Parque del Guinardó.
1984: remodelación de los Jardines de Can Mantega.
1986: restauración de la jardinería del claustro del monasterio de Santa María de Pedralbes y de algunos
sectores los Jardines de Laribalxliv.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 77
NOTAS
i Edición traducida y anotada por Paula Martín Salván, (2006)
ii TORRES ARROYO, JOSÉ GUILLERMO. El paisaje, objeto del diseño. CUADERNO 13. JUNIO 2003. BUENOS AIRES Centro de
Estudios en Diseño y Comunicación, Facultad de Diseño y Comunicación, Universidad de Palermo.
iii Ver Carballo Pérez, Gabino. Can Framis – Referencies, eInforme Paisaje, 2010.
iv CHANES, RAFAEL. Los espacios verdes hoy. Parques y Jardines. Publicación del Servicio Municipal de Parques y Jardines de
Barcelona. Nº 13, Septiembre, 1974, p. 10.
v SCHAMA, SIMON. Landscape and Memory. New York: Vintage Books, 1995, p. 15. vi RUBIÓ y TUDURÍ, Nicolás Mª. Estudio de los problemas municipales de paseos y jardines y parques públicos. Barcelona, 1917.
Sin publicar. Versión electrónica <www.ub.es/geocrit/rubio.htm>
vii Vanguardia Española del día miércoles 24 de Mayo de 1967, en su página 33
viii KENT, CONRAD. From Pleasure gardens to Places Dures: Continuity and change in Barcelona’s public spaces. Arizona Journal
of Hispanic Cultural Studies, Volume 6, 2002, p. 238.
ix GABANCHO, PATRICIA; FREIXA, FERRAN. La Conquesta del verd: Els parcs i els jardins de Barcelona. Barcelona: Ajuntament
de Barcelona, 1995, p.19.
x Entrevista con Joaquim Mª Casamor d’Espona, con el editor Gabino Carballo, en Barcelona, Junio de 2012.
xi GABANCHO, PATRICIA; FREIXA, FERRAN. La Conquesta del verd: Els parcs i els jardins de Barcelona. Barcelona: Ajuntament
de Barcelona, 1995, p.117.
xii BASSEGODA, JOAN. Una crònica de I'arquitectura jardinera a Barcelona. ESPAIS, JULIOL-AGOST 1992, p. 38.
xiii RUBIÓ I TUDURÍ, MARIÀ. Els problemes de la post-Exposició. Barcelona i Montjuïc, La Veu de Catalunya, 28 de Diciembre,
Barcelona, 1929.,p. 5. Cit: Cócola Gant, Agustín. EL Barrio Gótico de Barcelona: Planifiación del pasado e imagen de marca. 2010, p. 170.
xiv Ribas i Piera, Manuel. De què va, això del paisatgisme. VISIONS2 30, Comissió d’avaluació del PFC de l’ETSAB, Barcelona, Octubre 2003.
xv Bellmunt i Chiva, Jordi. La progresión del paisajismo. AAVV. “Sólo con naturaleza”. F. C. de Arquitectos. Col. Arquíthemas 17. Barcelona, 2006.
xvi Lacy, Allen. The Gardens of Montjuïc. Farther afield, a Gardener’s excursions. Farrar, Straus and Giroux; 1986. (Traducción del
Editor.) xvii
SPIRN, ANNE WHISTON. Urban nature and human design, Keynote lecture, Conference on The Place of Nature in the City in Twentieth-Century Europe and North America, December 1, 2005. GHI BULLETIN NO. 39, FALL 2006.p. 46 T. de E.
xviii MONBAILLIU, XAVIER. Landscape planning as a total land use concept. IFLA Congrés, 1974, Vienna. Casamor d’Espona Arxiu
79.16 CoAC.
xix GARRETT, ECKBO. Landscape for Living. New York: Duell, Sloan and Pearce, 1950.
xx TREIB, MARC. Garrett Eckbo - Modern Landscapes for Living. University of California Press, 1997. (Traducción del Editor.)
xxi Cohen, Leonard. El Juego Favorito. Cita publicada en 1963 en la Revista Parques y Jardines de Barcelona en su Nº15 de Mayo
de 1975 p. 27, debajo de un texto de Azorín titulado “España”. xxii
HUBBARB, HENRY V.; KIMBALL, THEODORA. An introduction to the study of landscape design. New York: The MacMillan
Company, 1929. p. 2. (Traducción de G. Carballo).
xxiii “Province” en el original. Nota del Escritor. (Traducción de G. Carballo).
xxiv “Ground forms” en el original. Nota del Escritor. (Traducción de G. Carballo).
xxv HUBBARB, HENRY V.; KIMBALL, THEODORA. An introduction to the study of landscape design. New York: The MacMillan
Company, 1929. p. 2. (Traducción de G. Carballo).
xxvi CASAMOR D’ESPONA, J.M. Jardines Infantiles. CEDRO: Revista del Instituto de Estudios de Jardinería u Arte Paisajista,
Madrid. 1967, p. 25.
xxvii CASAMOR D’ESPONA, J.M. Los espacios verdes en la planificación del ocio. Diario “El Alcázar”, Madrid, marzo de 1969.
xxviii CASAMOR D’ESPONA, J.M. Cartas al Director. La Vanguardia Españoka de Barcelona entre 1970 y 1973.
xxix CHANES, RAFAEL. Los espacios verdes hoy. Parques y Jardines. Publicación del Servicio Municipal de Parques y Jardines de
Barcelona. Nº 13, Septiembre, 1974, p. 7.
xxx PEDRET MUNTAÑOLA, JUAN. Objetivo: Humanizar la Ciudad. Parques y Jardines, Publicación del Servicio Municipal de
Parques y Jardines de Barcelona. Organo Oficial de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos. Nº 13, Septiembre, 1974, p. 3.
eInformes Gabino Carballo Pérez
JOAQUÍN Mª CASAMOR ESPONA - El paisajista accidental 78
xxxi
CASAMOR D’ESPONA, J.M. Jardines de Barcelona. SEH: Revista de la Sociedad Española de Horticultura, Madrid. Nº XI-XII
(1976).
xxxii CASAMOR D’ESPONA, J.M. Un nuevo espacio verde en Barcelona: “El Parc de l’Oreneta”. Parques y Jardines, Publicación
del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona. Órgano Oficial de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos. Nº 23, Junio, 1978, p. 31.
xxxiii El autor se refiere al trabajo iniciado en la década de 1920 por Robert E. Park (1864–1944) y Ernest W. Burgess (1886–1966).
Ambos desarrollaron un programa de investigación urbana dentro del departamento de sociologia en la Universidad de Chicago.
Sus estudios se fundamentan en la visión de la ciudad como un ecosistema. Este concepto es ligeramente distinto de la acepción
más comúnmente aceptada hoy en día de “Ecología Urbana”, que tiene más que ver con el estudio de la biodiversidad en la urbe
(Nota del Editor).
xxxiv En este párrafo, el autor anticipa la que será la estrategia de recuperación de verde urbano en barcelona en la década de los
años 80 y 90. No es sorprendente, ya que uno de los más celebrados urbanistas catalanes, Manuel Ribas i Piera, fue un
contribuïdor asíduo de la revista Parques y Jardines y estaba familiarizado con las ideas y conocimientos que Casamor d’Espona y
el equipo técnico del Servicio de Parques y Jardines de Barcelona desarrollaron en su estrategia de creación de parques y jardines
en Barcelona. Ribas i Piera difundió estos conceptos en su càtedra de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Barcelona (Nota
del Editor).
xxxv CASAMOR D’ESPONA, J.M. Los espacios verdes en el Sistema Urbano. Acotaciones a una Ecología urbanística. Parques y
Jardines, Publicación del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona. Órgano Oficial de la Asociación Española de
Parques y Jardines Públicos. Nº 20, Junio, 1977, p. 20.
xxxvi CHANES, RAFAEL. Deodendron: Árboles y arbustos de jardín en clima templado. Barcelona, Editoral Blume, 1979.
xxxvii BARNOLA, R., CASAMOR, J. y PITA-ROMERO, J. L. Pliego general tipo de condiciones facultativas para el servicio de
parques y jardines, Instituto de Estudios de Administración Local. Madrid, 1987.
xxxviii CASAMOR D’ESPONA, J.M. El jardín en y contra la ciudad. CIC: Revista de Informes de la Construcción, Julio 1986, y en
“Zona Verde” Nº11, 1987, pag. 12.
xxxix BASSEGODA, JOAN - Una cronica de I'arquitectura jardinera a Barcelona. Espais: revista del Departament de Política
Territorial i Obres Públiques, 1992 Núm.: 36. (Traducción de G. Carballo).
xl KENT, CONRAD. From Pleasure gardens to Places Dures: Continuity and change in Barcelona’s public spaces. Arizona Journal
of Hispanic Cultural Studies, Volume 6, 2002. (Traducción de G. Carballo).
xli La documentación del archivo de Casamor d’Espona en el CoAC indica que el arquitecto y paisajista estaba familiarizado con la
obra de Garret Eckbo (Nota del Editor).
xlii MONTSERRAT, JOSEP Mª. Los Jardines de Montjuïc,un siglo de historia del paisajismo catalán. Barcelona Metrópolis
Mediterrània. b.mm 61 - primavera 03. Cuaderno Central 47 (http://www.bcn.es/publicacions/b_mm/ebmm61/bmm61_qc47.htm).
xliii SALVADÓ, Mª ROSA. El Personaje: Joaquim Mª Casamor d’Espona, Arquitecto. Barcelona Verda Nº120. Octubre 2008, p 14.
xliv SALVADÓ, Mª ROSA. Los Parques de Casamor. Barcelona Verda Nº120. Octubre 2008, p 26.