Jiddu Krishnamurti - La Llama de la Atención

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  • 8/14/2019 Jiddu Krishnamurti - La Llama de la Atencin

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    KRISHNAMURTI

    La llamade la atencin

    Edhasa

  • 8/14/2019 Jiddu Krishnamurti - La Llama de la Atencin

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    Ttulo de la obra en ingls:The Flame of AttentionTraduccin de Armando Clavier

    Primera edicin: mayo de 1985Primera reimpresin: marzo de 1991

    Krishnamurti Foundation Trust Ltd.London 1983, English version Krishnamurti Foundation Trust Ltd.Londres 1985, versin en espaol Edhasa, 1985Avda. Diagonal, 519-521. 08029 BarcelonaTelf. 439 51 05*

    Impreso por Romany / VallsVerdaguer, 1. Capellades (Barcelona)

    ISBN: 84-350-1813-XDepsito legal: B.6.065-1991

    Impreso en EspaaPrinted in Spain

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    1NUEVA DELHI

    Me gustara sealar que aqu no hacemos ninguna clase de propaganda a favor de tal o cual creencia, ideal uorganizacin. Juntos estamos considerando lo que ocurre en el mundo que est fuera de nosotros, y lo hacemos nodesde el punto de vista europeo o americano o desde algn determinado inters nacional. Vamos a observar juntoslo que realmente est sucediendo en el mundo. Estamos pensando juntos, pero no como si pensramos igual.Existe una diferencia entre pensar igual y pensar juntos. Pensar igual implica que hemos arribado a algunaconclusin, a ciertas creencias, a ciertos conceptos. Pero pensar juntos es algo por completo diferente. Significaque ustedes y quien les habla tienen una responsabilidad: considerar objetivamente, de manera no personal, lo queest ocurriendo. De este modo estamos pensando juntos. El que les habla, aunque est sentado en una plataforma

    por razones de conveniencia, no tiene autoridad alguna. Por favor, debemos ser muy claros sobre este punto. l noest tratando de convencerlos acerca de nada. No les pide que lo sigan. No es el gur de ustedes. No estdefendiendo un sistema particular, una determinada filosofa. Juntos observamos esto como dos amigos que seconocen desde hace tiempo, y que se interesan no slo en sus vidas privadas, sino que estn mirando juntos estemundo que parece haber enloquecido.

    Todo el mundo se est armando, gastando sumas increbles con el fin de destruir a seres humanos, ya sea quevivan en Amrica, Europa, Rusia o aqu. Ello est tomando un curso desastroso que no puede ser resuelto por los

    polticos. No podemos confiar en ellos; ni en los cientficos, que compitiendo unos con otros, estn ayudando aconstruir la tecnologa militar. Tampoco podemos confiar en las llamadas religiones, que se han vuelto meramenteverbales, repetitivas y en absoluto carentes de significado. Se han convertido en supersticiones que siguen unamera tradicin, sea sta de cinco mil o de dos mil aos. De modo que no podemos fiarnos de los polticos que portodo el mundo estn buscando mantener su posicin, su poder, su status; ni de los cientficos que cada ao (o talvez cada semana) inventan nuevas formas de destruccin. Y tampoco podemos acudir a religin alguna para quesolucione este caos de la humanidad.

    Cmo ha de proceder un ser humano? La crisis que vivimos, con toda la pobreza, la confusin, la anarqua,el desorden, el terrorismo y la permanente amenaza de una bomba en las calles, es una crisis intelectual,econmica o nacional? Al observar todo eso, cul es nuestra responsabilidad? Les interesa lo que estsucediendo en el mundo? O solamente se interesan en la propia salvacin personal? Por favor, consideren todoesto muy seriamente, de modo que ustedes y quien les habla puedan observar con objetividad lo que ocurre, noslo exteriormente, sino tambin en nuestra conciencia, en nuestro pensar, en la manera como vivimos, comoactuamos. Si a ustedes no les interesa en absoluto lo que sucede en el mundo, y tan slo les importa la salvacin

    personal, si siguen ciertas creencias y supersticiones o andan detrs de los gurs, entonces me temo que serimposible que ustedes y quien les habla puedan comunicarse mutuamente. Tenemos que ser muy claros en este

    punto: no nos interesa en absoluto la privada salvacin personal, sino que estamos interesados, honesta yseriamente, en lo que ha llegado a ser la mente humana, en lo que la humanidad est afrontando. Ello nosconcierne como seres humanos, seres humanos que no llevan la etiqueta de ninguna nacionalidad particular. Nosinteresa mirar este mundo y considerar lo que un ser humano que vive en este mundo ha de hacer, cul es el papelque ha de desempear.

    Cada maana, en los diarios hay alguna clase de asesinato, atrocidades de bombas, destruccin, terrorismo,secuestros; ustedes leen eso todos los das y le conceden muy poca atencin. Pero si eso les sucede personalmente,se hallan entonces en un estado de confusin, de desdicha, y piden a algn otro, al gobierno o al polica, que lossalve, que les proteja. Y en este pas, cuando uno mira -como el que les habla lo ha hecho por los ltimos sesentaaos observando todo el fenmeno que se desarrolla en esta infortunada regin- cuando uno ve la pobreza que

    parece no poder resolverse jams, la superpoblacin, las diferencias idiomticas (una comunidad deseandosepararse de las dems), las diferencias religiosas, los gurs que se estn volviendo inmensamente ricos, con susaviones privados -cosa que ustedes aceptan ciegamente- uno ve entonces que son ustedes incapaces de hacer nadaal respecto. Este es un hecho. Nosotros no estamos tratando aqu con ideas, tratamos con hechos, con lo querealmente ocurre.

    Y, si hemos de observar juntos, tenemos que estar libres de nuestro nacionalismo. Nosotros, seres humanos,estamos relacionados unos con otros, dondequiera que vivamos. Por favor, comprndanlo, vean lo serio, lo urgenteque es todo esto. Porque en este pas la gente se est volviendo aptica, por completo indiferente a lo que ocurre,absolutamente descuidada, preocupada slo por su propia pequea salvacin, su pequea felicidad.

    Vivimos a base de pensamiento. Cul es la operacin, o el proceso y el contenido del pensar? Todos lostemplos son el resultado del pensamiento; y todo cuanto ocurre en el interior de los templos -todas las imgenes, el

    puja, las ceremonias- son el resultado del pensamiento. Todos los libros sagrados -los Upanishads, el Gita, etc.-

    son el resultado del pensamiento, la expresin impresa del pensamiento con el fin de comunicar lo que algn otroha experimentado o concebido. Y la palabra no es sagrada. Ningn libro en el mundo es sagrado, simplementeporque es el resultado del pensamiento humano. Le rendimos culto al pensamiento. A los intelectuales se lesconsidera como seres aparte de ustedes y de m, que no somos intelectuales. Se respetan sus conceptos, su

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    intelecto. Se piensa que el intelecto resolver nuestros problemas, pero eso no es posible, es como desarrollar unbrazo fuera de proporcin con el resto del cuerpo. Ni el intelecto, ni las emociones, ni el sentimentalismoromntico van a ayudarnos. Tenemos que enfrentarnos a las cosas como son, mirarlas muy detenidamente y ver laurgencia de hacer algo en lo inmediato, no dejarlo en manos del cientfico, del poltico y del intelectual.

    Por lo tanto, en primer lugar consideremos lo que ha llegado a ser la conciencia humana, porque nuestraconciencia es lo que somos. Lo que ustedes piensan, lo que sienten, sus temores, sus placeres, sus ansiedades, lainseguridad que experimentan, la infelicidad, el abatimiento, el amor, el pesar, el sufrimiento y el miedo final a lamuerte, son el contenido de la propia conciencia; ese contenido es lo que somos, es lo que hace de cada uno de

    nosotros el ser humano que es. A menos que comprendamos el contenido y vayamos ms all -de ser eso posible-no seremos capaces de actuar seria, bsica y fundamentalmente a fin de producir una transformacin, una mutacinen esta conciencia.

    Para descubrir cul es la accin correcta, tenemos que comprender el contenido de nuestra conciencia. Sinuestra conciencia es confusa, insegura, si se halla bajo presin, empujada de un rincn a otro, de un estado a otro,entonces nos hallamos cada vez ms confundidos, ms y ms llenos de incertidumbre, de inseguridad; y desde esaconfusin no es posible actuar. Uno depende, entonces, de algn otro -cosa que el hombre ha estado haciendo pormiles de aos. Es de importancia fundamental producir orden en nosotros mismos; gracias a ese orden interno,habr un orden externo. Siempre estamos buscando el orden externo. Deseamos que en el mundo haya un ordenestablecido por un gobierno fuerte o mediante dictaduras totalitarias. Todos queremos que se nos presione para quenos comportemos correctamente; si la presin se elimina, nos convertimos ms o menos en lo que somos en laIndia actual. Se vuelve, pues, cada vez ms urgente por parte de quienes somos serios y nos enfrentamos a esta

    crisis terrible, que descubramos por nosotros mismos la naturaleza de nuestra conciencia y liberemos a esaconciencia de su contenido, de manera que nos convirtamos en personas verdaderamente religiosas. Tal como esttodo, no somos personas religiosas, nos estamos volviendo ms y ms materialistas.

    Quien les habla no va a decirles cmo son ustedes, sino que juntos vamos a examinar qu somos en realidad ya descubrir si es posible transformar radicalmente eso que somos. As que, en primer lugar, vamos a observar elcontenido de nuestra conciencia. Estn siguiendo todo esto? O estn demasiado cansados al terminar el da?Todos los das, toda la semana se encuentran ustedes bajo presin -presin en el hogar, presin en el empleo,

    presin econmica y religiosa, presin del gobierno y presin de los gurs que les imponen sus creencias, sunecedad. Pero aqu no estamos bajo presin. Por favor, comprendan esto. Somos como dos amigos que discutimos

    juntos acerca de nuestras penas, nuestros agravios, nuestras ansiedades, nuestra incertidumbre e inseguridad, sobrecmo encontrar seguridad y estar libres de miedo, y si es posible o no, que nuestros sufrimientos terminen algunavez. Eso es lo que nos interesa. Porque si no comprendemos eso y no lo miramos muy claramente, ocasionaremos

    ms confusin en el mundo, ms destruccin. Quiz todos nosotros seremos volatilizados por una bomba atmica.Tenemos, pues, que actuar urgentemente, seriamente, con la totalidad de nuestra mente y nuestro corazn. Esto esen verdad muy, muy importante, porque estamos enfrentndonos a una crisis tremenda.

    Nosotros no hemos creado la naturaleza, los pjaros, los mares, los ros, los hermosos cielos y los rpidostorrentes, no hemos creado al tigre, al rbol maravilloso. No los hemos creado -no es el momento de examinarcmo eso ha sucedido. Y estamos destruyendo los bosques, destruimos a los animales salvajes, cada ao estamosmatando a millones y millones de ellos -ciertas especies estn desapareciendo. Nosotros no hemos creado lanaturaleza -el ciervo, el lobo- pero el pensamiento ha creado todo lo dems. El pensamiento ha creado lasmaravillosas catedrales, los antiguos templos y mezquitas y las imgenes que en ellos se encuentran. Es el

    pensamiento el que ha creado estas imgenes en los templos, en las catedrales, en las iglesias, y tambin lasinscripciones que hay en las mezquitas; despus, ese mismo pensamiento rinde culto a aquello que ha creado.

    El contenido de nuestra conciencia es, entonces, producido por el pensamiento, que ha llegado a adquirir tanextrema importancia en nuestras vidas? Por qu el intelecto, la capacidad de inventar, de escribir, de pensar, se havuelto tan importante? Por qu el afecto, el cario, la simpata, el amor, no han llegado a ser ms importantes queel pensamiento?

    As que, en primer lugar, examinaremos juntos qu es el pensar. La estructura de la psiquis se basa en elpensamiento. Tenemos que examinar qu es el pensar, qu es el pensamiento. Yo puedo ponerlo en palabras, peroustedes han de verlo por s mismos. No se trata de que quien les habla lo indique y despus ustedes lo vean, sinoque al discutirlo juntos, ustedes lo vean por s mismos. A menos que comprendamos muy cuidadosamente qu esel pensar, no podremos entender, observar, percibir todo el contenido de nuestra conciencia, lo que somos cada unode nosotros. Si no me comprendo a m mismo, o sea, si no comprendo mi conciencia -por qu pienso de estemodo, por qu me comporto as, mis temores, mis heridas psicolgicas, mis ansiedades, mis diversas actitudes yconvicciones-, entonces, cualquier cosa que haga traer ms confusin.

    Qu es para ustedes el pensar? Cuando alguien les plantea un reto con esta pregunta, qu responden? Ques el pensar y por qu piensan ustedes? Casi todos nosotros nos hemos vuelto personas de segunda mano; leemosmuchsimo, vamos a una universidad y acumulamos una gran cantidad de conocimientos, de informacin que sederiva de lo que otras personas piensan o de lo que otros han hecho. Y nosotros citamos este conocimiento quehemos adquirido y lo comparamos con lo que se est diciendo. No hay nada original, slo repetimos, repetimos,repetimos. Por lo tanto, cuando uno pregunta: Qu es el pensamiento? Qu es el pensar?, somos incapaces de

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    responder. Vivimos y actuamos conforme a nuestro pensar. Tenemos este gobierno a causa de nuestro pensar,tenemos guerras a causa de nuestro pensar -todos los fusiles, los aviones, las granadas, las bombas, todo es elresultado de nuestro pensar. El pensamiento ha creado los prodigios de la ciruga, ha producido a los grandestcnicos y expertos, pero no hemos investigado qu es el pensar.

    El pensar es un proceso que nace de la experiencia y el conocimiento. Escuchen esto tranquilamente, vean siello no es verdadero, real; entonces lo descubren ustedes por s mismos, como si quien les habla actuara a manerade un espejo en el cual ven exactamente lo que es sin distorsin alguna; despus pueden tirar el espejo o romperlo.El pensar parte de la experiencia que se convierte en conocimiento, el cual se acumula como memoria en las

    clulas del cerebro; despus, desde la memoria surgen el pensamiento y la accin. Tengan la bondad de ver estopor ustedes mismos, no repitan lo que digo. Esta secuencia es un hecho real: experiencia, conocimiento, memoria,pensamiento, accin. Entonces, de esa accin aprendemos ms; existe, pues, un ciclo, y sa es nuestra cadena.

    Este es el modo en que vivimos. Y jams hemos salido de este campo. Pueden ustedes llamarlo accin yreaccin, pero nunca salimos de este campo -el campo de lo conocido. Ese es un hecho. Ahora bien, el contenidode nuestra conciencia es todas las cosas que genera el pensamiento. Yo puedo pensar... oh! tantas cosas feas,

    puedo pensar que Dios reside en m -lo cual es, nuevamente, el producto del pensamiento. Debemos tomar elcontenido de nuestra conciencia y mirarlo. A casi todos nosotros nos lastiman desde la infancia, nos hieren no sloen el hogar sino en la escuela, en el colegio, en la universidad -y ms tarde nos sentimos lastimados en la vida. Ycuando uno se siente lastimado, construye un muro alrededor de s mismo. Y la consecuencia de ello es que nosaislamos ms y ms, y cada vez estamos ms alterados, ms atemorizados y procuramos que no se nos lastime enel futuro. Las acciones que proceden de esa herida psicolgica son obviamente, neurticas. De modo que se es

    uno de los contenidos de nuestra conciencia. Ahora bien, qu es lo que en uno se siente lastimado? Cuando digo:Estoy lastimado -no fsicamente, sino internamente, psicolgicamente, en la psiquis- qu es eso que se sientelastimado? No es acaso la imagen, la representacin que uno tiene de s mismo? Todos tenemos imgenes denosotros mismos, uno es un gran hombre, o un hombre muy humilde, uno es un gran poltico, con todo el orgullo,la vanidad, el poder, la posicin que crea esa imagen que uno tiene acerca de s mismo. Si poseemos un ttulo dedoctor o somos un ama de casa, tenemos la correspondiente imagen de nosotros mismos. Cada cual tiene unaimagen de s mismo, se es un hecho irrefutable. El pensamiento ha creado esa imagen, y esa imagen es la quequeda lastimada. Es posible, entonces, no tener en absoluto ninguna imagen de s mismo?

    Cuando uno tiene esa imagen propia, crea una divisin entre uno mismo y el otro. Es importante comprendermuy profundamente qu es la relacin. Uno no est relacionado solamente con su mujer, su vecino, sus hijos, sinoque est relacionado con toda la especie humana. La relacin que tenemos con nuestra esposa, es meramentesensoria, es una relacin sexual? Es una asociacin romntica, conveniente? Ella cocina y uno va al empleo. Ella

    cra a los hijos y uno trabaja de la maana a la noche durante cincuenta aos hasta que se jubila. Y eso es lo quellamamos vivir. Por lo tanto, tenemos que averiguar cuidadosamente, con suma claridad, qu es la relacin. Sinuestra relacin se basa en la herida psicolgica, entonces estamos utilizando al otro para escapar de esa herida. Larelacin que tenemos, se basa en imgenes mutuas? Cada uno ha creado una imagen del otro; la relacin seestablece, entonces, entre dos imgenes que ha creado el pensamiento. De manera que uno se pregunta: El

    pensamiento, es amor? Es amor el deseo el placer? Ustedes pueden decir que no y sacudir la cabeza, pero jamslo averiguan realmente, jams lo investigan a fondo.

    Es posible que no haya conflicto alguno en la relacin? Nosotros vivimos en conflicto de la maana a lanoche. Por qu? Forma ello parte de nuestra naturaleza? O forma parte de nuestra tradicin, de nuestra religin?Cada cual tiene una imagen de s mismo; l tiene una imagen de s mismo, y ella tiene la suya propia y muchasotras imgenes -su ambicin, su deseo de ser una cosa u otra. Y tambin l tiene sus ambiciones, su afn decompetir. Ambos corren paralelos, como dos vas frreas que nunca se encuentran, excepto quizs en la cama, pero

    jams se encuentran en ningn otro nivel. Qu tragedia se ha vuelto eso!Es entonces muy importante que echemos una mirada a nuestras relaciones; no slo a las relaciones ntimas,

    sino tambin a la relacin que establecemos con el resto del mundo. El mundo exterior est todo correlacionado,uno no se halla separado del resto del mundo. Uno es el resto del mundo. Toda la gente sufre, padece grandesansiedades, temores, se siente amenazada por la guerra, del mismo modo que cada uno de ustedes se sienteamenazado por la guerra. Ellos estn acumulando armamentos enormes para destruirse unos a otros, y ustedes

    jams se dan cuenta de lo correlacionados que estamos unos con otros. Yo puedo ser un musulmn y usted puedeser un hind; mi tradicin dice: Yo soy musulmn, -he sido programado como una computadora para repetir,Yo soy musulmn- y usted repite, Yo soy hind. Comprenden lo que el pensamiento ha hecho? El resto delmundo es como ustedes, algo modificado, educado de manera diferente, con distintas modalidades superficiales,quiz ms opulento o quiz no, pero con las mismas reacciones, los mismos afanes, las mismas ansiedades, losmismos temores.

    Por favor, presten atencin, pongan el corazn en ello a fin de descubrir qu relacin tienen con el mundo, conel prjimo o con la esposa o el marido. Si esa relacin se basa en imgenes, en representaciones mentales, enrecuerdos, entonces inevitablemente habr conflicto con la esposa, con el marido, con el musulmn, con el

    pakistan, con el ruso -entienden? Y el contenido de nuestra conciencia es la herida psicolgica que no hemosresuelto, que no ha sido completamente eliminada. Esa herida ha dejado cicatrices, y de esas cicatrices se originan

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    diversas formas de temores que finalmente conducen al aislamiento. Cada uno de nosotros se encuentra aislado,aislado debido a las tradiciones religiosas, a la educacin, a la idea de que uno debe triunfar, triunfar, triunfar parallegar a ser algo o alguien. Y tambin, ms all de la relacin que establecemos con el otro, relacin intima o deotra clase, estamos todos recprocamente relacionados, ya sea que vivamos aqu o en cualquier otra parte delmundo. El mundo es cada uno de nosotros, y cada uno de nosotros es el mundo. Podemos tener un nombrediferente, una figura diferente, una clase diferente de educacin, una posicin diferente en la sociedad, perointernamente todos sufrimos, todos pasamos por grandes agonas, derramamos lgrimas, nos atemoriza la muerte ytenemos un gran sentimiento de inseguridad -carecemos en absoluto de amor o compasin.

    De qu modo, pues, prestan ustedes atencin a este hecho? O sea, de qu modo escuchan lo que se estdiciendo? Quien les habla sostiene que, en lo profundo, cada uno de nosotros es el resto de la humanidad; unopuede ser moreno, puede ser bajo, puede que vista saris, pero todo eso es superficial; en lo interno, tanto si soyamericano, ruso o indio, la corriente es la misma. El movimiento de todos los seres humanos es similar. Por lotanto, muy profundamente, cada uno de nosotros es el mundo, y el mundo es cada uno de nosotros. Uno tiene quecomprender esta relacin. Entiendan que estoy utilizando la palabra comprender en el sentido de que uno debeser capaz de observar esta relacin y ver el hecho real que ella implica.

    De esto surge, pues, la pregunta: Cmo observan ustedes? Cmo observan a la esposa, al marido, o alPrimer Ministro? Cmo miran un rbol? El arte de la observacin tiene que aprenderse. Cmo me observan am? Cul es la reaccin que tienen? Miran al que les habla pensando que l goza de una reputacin? Cul es lareaccin que experimentan cuando ven a un hombre como yo? Estn meramente satisfechos por la reputacin quel tiene -que puede ser absurda, como generalmente lo es- por el modo en que l ha llegado a este lugar para

    dirigirse a tanta gente, porque lo consideran importante y quieren ver qu pueden obtener de l? l no puede darlesningn empleo del gobierno, no puede darles dinero porque no tiene dinero. No puede darles ninguna clase dehonores, ningn status, ninguna posicin, ni puede guiarles o decirles qu deben hacer.

    Cmo lo miran ustedes? Han mirado a alguien libremente, abiertamente, sin ninguna palabra, sin ningunaimagen? Han mirado as la belleza de un rbol, el aleteo de sus hojas? Podemos, entonces, aprender juntos cmoobservar? Uno no puede observar visualmente, pticamente, si su mente se encuentra ocupada -tal como lamayora de nuestras mentes lo est- con el articulo que uno ha de escribir al da siguiente, o con lo que ha decocinar, o con el empleo, o con el sexo; o si est ocupada con el modo de meditar, o con lo que otras personas

    podran decir. Cmo puede una mente semejante, estando ocupada de la maana a la noche, observar cosaalguna? Si estoy ocupado en llegar a ser un maestro carpintero, entonces tengo que conocer la naturaleza dediversas maderas, tengo que conocer las herramientas y el modo de usarlas, debo estudiar la manera de hacerempalmes sin el empleo de clavos, y as sucesivamente. Por lo tanto, mi mente se encuentra ocupada. O, si soy una

    persona neurtica, mi mente est ocupada con el sexo, o con el llegar a obtener xito en la poltica, o con algunaotra actividad. Cmo puedo, entonces, observar estando ocupado? Es posible no tener una mente tan ocupadatodo el tiempo? Estoy ocupado cuando tengo que hablar, cuando tengo que escribir una cosa u otra, pero durante elresto del tiempo, por qu mi mente tiene que hallarse ocupada?

    Las computadoras pueden ser programadas, tal como estamos programados los seres humanos. Ellas pueden,por ejemplo, aprender, pensar ms rpida y ms exactamente que el hombre. Pueden jugar con un gran maestro deajedrez. Despus de ser vencido cuatro veces, el maestro derrota cuatro veces a la computadora, y a la quinta osexta vez, la computadora triunfa sobre el maestro. La computadora puede hacer cosas extraordinarias. Ha sido

    programada, entienden? Puede inventar, crear nuevas mquinas que sern capaces de realizar una programacinmejor que la computadora anterior, o pueden crear una mquina que, por ltimo, ser inteligente. Qu va asuceder con el hombre cuando la computadora se haga cargo de toda la cosa? La Enciclopedia Britnica puederegistrarse en una pequea ficha que contiene todo ese conocimiento. Qu lugar tendr entonces el conocimientoen la vida humana?

    Nuestros cerebros se hallan ocupados, jams estn quietos. Para aprender cmo observara nuestra esposa, anuestro prjimo, a nuestro gobierno, cmo observar la brutalidad de la pobreza, los horrores de las guerras, tieneque haber libertad para observar. Sin embargo, nos oponemos a ser libres porque ello nos atemoriza, tenemosmiedo de quedarnos solos.

    Ustedes han odo a quien les habla; qu han escuchado, qu han recogido -palabras, ideas que finalmente notienen significado alguno? Han visto por s mismos la importancia de no ser lastimados jams? Eso implica notener jams imagen alguna de uno mismo. Han visto la importancia, la urgencia de comprender la relacin y detener una mente que no est ocupada? Cuando no se encuentra ocupada, es extraordinariamente libre, percibe unagran belleza. Pero la mente vulgar y mezquina, la insignificante mente de segunda mano, est siempre ocupada conel conocimiento, ocupada en llegar a ser una cosa u otra, en formular preguntas, en discutir, argir; jams estquieta, jams es una mente desocupada y libre. Cuando existe una mente as, desocupada, desde esa libertadadviene la suprema inteligencia -jams lo hace desde el pensamiento.

    31 de octubre de 1981

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    Antes de examinar el problema de la meditacin debemos discutir, o compartir juntos -quizs sa sea la palabracorrecta- la importancia de la disciplina. Muy pocos en el mundo somos disciplinados, disciplinados en el sentidode estar aprendiendo. La palabra disciplina se deriva de la palabra discpulo, el discpulo cuya mente estaprendiendo -no de una persona particular, o de un gur, de un maestro, de un predicador, o por medio de loslibros, sino que aprende a travs de la observacin de su propia mente, de su propio corazn; aprende de sus

    propias acciones. Y ese aprender requiere cierta disciplina, pero no el amoldamiento que, se sobreentiende exigencasi todas las disciplinas. Donde hay amoldamiento, obediencia e imitacin, nunca existe el acto de aprender -haymeramente seguimiento. La disciplina implica aprender, aprender de la propia mente compleja que uno tiene, delvivir la existencia cotidiana, aprender acerca de la relacin con el otro, aprender de tal manera que la mente seasiempre flexible, que est siempre activa.

    Para compartir juntos la naturaleza de la meditacin uno debe comprender la naturaleza de la disciplina. Ladisciplina, como la entendemos comnmente, implica conflicto; amoldarse a un patrn de conducta como unsoldado, o ajustarse a un ideal, o someterse a determinada afirmacin que contienen los libros sagrados, y assucesivamente. Cuando hay sometimiento tiene que haber friccin y, por tanto, desgaste de energa. Si nuestramente y nuestro corazn se hallan en conflicto, nunca puede existir la posibilidad de meditar. Examinaremos eso;no se trata de una mera declaracin que ustedes han de aceptar o rechazar, sino de algo que vamos a investigar

    juntos.Hemos vivido en conflicto por miles y miles de aos, sometindonos, obedeciendo, imitando, repitiendo, de

    tal manera que nuestras mentes se han vuelto extraordinariamente torpes; nos hemos convertido en personas desegunda mano, siempre citando a algn otro, lo que el otro dijo o no dijo. Hemos perdido la capacidad, la energa

    para aprender de nuestras propias acciones. Somos nosotros los responsables por nuestras propias acciones, losomos totalmente -no la sociedad o el medio, ni tampoco los polticos- somos enteramente responsables pornuestras acciones y por el aprender que de ellas se deriva. En un aprender semejante descubrimos muchsimo,

    porque cada ser humano, en todas partes del mundo, contiene la historia de la humanidad. En cada uno de nosotrosest la humanidad con sus ansiedades, sus temores, su soledad, su desesperacin, su angustia y su dolor, toda estacompleja historia est en nosotros. Si ustedes saben cmo leer ese libro, entonces no tienen que leer ningn otrolibro -excepto, por ejemplo, los libros tcnicos. Pero nosotros somos negligentes -no diligentes- en aprender denosotros mismos, de nuestras acciones, y es por eso que no vemos el hecho de que somos responsables pornuestras acciones, por lo que est ocurriendo en todo el mundo y por lo que sucede en este infortunado pas.

    Debemos poner orden en nuestra propia casa, porque nadie en la tierra o en el cielo va a hacerlo por nosotros,ni nuestros gurs, ni nuestros votos, ni nuestra devocin. La manera en que vivimos, en que pensamos, en queactuamos, es desordenada. Cmo puede una mente que se halla en desorden, percibir aquello que es orden total-como el orden total que impera en el universo?

    Qu relacin tiene la belleza con una mente religiosa? Ustedes podran preguntarse por qu todas lastradiciones religiosas y los rituales nunca se han referido a la belleza. Pero la comprensin de la belleza forma

    parte de la meditacin, no la belleza de una mujer, de un hombre, o de un rostro -que tienen su propia belleza- sinola comprensin de la belleza misma, la verdadera esencia de la belleza. Casi todos los monjes, los sannyasis y lasllamadas personas con inclinaciones religiosas, hacen caso omiso de esto y se vuelven insensibles hacia todocuanto les rodea. Sucedi que cierta vez nos encontrbamos en los Himalayas con algunos amigos; haba frente anosotros un grupo de sannyasis que descendan por el sendero e iban cantando; en ningn momento miraban losrboles, jams dirigan una mirada a la belleza de la tierra, a la belleza del cielo azul, a los pjaros, a las flores, a

    los ros; estaban totalmente preocupados por su propia salvacin, interesados en su propio entretenimiento. Y esacostumbre, esa tradicin se ha venido prolongando por mil aos. Un hombre que se supone religioso, debe rehuir,descartar toda belleza, y su vida se vuelve insulsa, montona, carente de todo sentido esttico; sin embargo, la

    belleza es uno de los deleites de la verdad.Cuando damos un juguete a un nio que ha estado parloteando, haciendo travesuras, gritando,

    desobedeciendo, cuando le damos un juguete complicado a ese nio, queda totalmente absorto en el juguete,permanece quieto disfrutando de su mecanismo. El nio se concentra por completo, queda totalmente cautivadopor ese juguete, el cual absorbe todas las travesuras. Y nosotros tenemos juguetes que nos absorben: los juguetesde los ideales, los juguetes de la creencia. Si ustedes adoran una imagen -de todas las imgenes de la tierra ningunaes sagrada, todas estn hechas por la mente del hombre, por su pensamiento- entonces quedan absortos en laimagen, tal como el nio queda absorto en un juguete, y se vuelven extraordinariamente tranquilos y apacibles.Cuando vemos una montaa maravillosa cubierta de nieve contra el cielo azul, y los valles profundamente

    sombreados, esa inmensa grandeza y majestad nos absorben completamente; por un momento nos quedamosabsolutamente silenciosos, porque la majestad de lo que vemos se apodera de nosotros, nos olvidamos de nosotrosmismos. La belleza est donde uno no est. La esencia de la belleza es la ausencia del yo. La esencia de lameditacin consiste en investigar la abnegacin del yo.

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    Para meditar se necesita una tremenda energa, y la friccin es un derroche de energa. Cuando en nuestra vidacotidiana hay mucha friccin, conflicto entre la gente, disgusto por el trabajo que hacemos, etc., existe un derrochede energa. Y para investigar esto realmente de una manera muy profunda -no superficial, no verbal- tenemos que

    penetrar bien a fondo en nosotros mismos, en la propia mente, y ver por qu vivimos como lo hacemos, siemprederrochando energas -porque la meditacin es la liberacin de la energa creadora.

    La religin ha jugado un papel inmenso en la historia del hombre. Desde el principio de los tiempos ste haluchado para encontrar la verdad. Y ahora, las religiones aceptadas del mundo moderno no son religiones enabsoluto, son meramente la insustancial repeticin de frases, galimatas y disparates, una forma de entretenimiento

    personal sin mayor significado. Todos los rituales, todos los dioses -especialmente en este pas donde existen no scuntos miles de dioses- son una invencin del pensamiento. Todos los rituales son un producto del pensamiento.Lo que el pensamiento crea no es sagrado; pero nosotros atribuimos a la imagen creada las cualidades quequeremos que la imagen tenga. Y todo el tiempo, si bien de manera inconsciente, nos estamos adorando a nosotrosmismos. Todos los rituales en los templos, los pujas, y todas las imgenes y prcticas de las iglesias cristianas hansido inventadas por el pensamiento. Y nosotros le rendimos culto a eso que ha inventado el pensamiento. Slovean la irona, el engao, la deshonestidad que esto implica.

    Las religiones del mundo han perdido por completo su significacin. Todos los intelectuales las rehuyen,escapan de ellas; por eso, cuando uno usa las palabras mente religiosa -tal como quien les habla lo hace conmucha frecuencia- ellos preguntan: Por qu utiliza usted esa palabra religiosa? Etimolgicamente no est muyclaro cul es la raz de esa palabra. Originalmente significaba un estado del ser vinculado a aquello que es noble,que tiene grandeza; y por eso uno tena que vivir una vida diligente, escrupulosa, honesta. Pero todo eso ha

    desaparecido; hemos perdido nuestra integridad. Por lo tanto, si descartamos todo aquello en que han llegado aconvertirse las actuales tradiciones religiosas con sus imgenes y sus smbolos, qu es, entonces, la religin? Paradescubrir qu es una mente religiosa, tenemos que descubrir qu es la verdad; la verdad no tiene senderos queconduzcan a ella. No hay sendero alguno. Cuando uno tiene compasin -la compasin es inteligencia- dar conaquello que es eternamente verdadero. Pero no existe una direccin; no hay capitn que nos dirija en este ocanode la vida. Como ser humano, uno ha de descubrir esto. Uno no puede pertenecer a ningn culto, a ningn grupo,cualquiera que sea, si es que ha de dar con la verdad. La mente religiosa no pertenece a ninguna organizacin, aningn grupo, a ninguna secta, y tiene la cualidad de una mente global.

    La mente religiosa es una mente que se halla por completo libre de toda atadura, de cualquier clase deconclusiones o conceptos; slo trata con lo que realmente es; no con lo que debera ser. Es una mente que aborda,en todos los das de nuestra existencia cotidiana, lo que de hecho est sucediendo tanto interna como externamente,y comprende todo el complejo problema del vivir. La mente religiosa est libre de prejuicio, de tradicin, de todo

    sentido de direccin. Para dar con la verdad uno necesita gran claridad de la mente, no una mente confusa.Por lo tanto, habiendo puesto orden en la propia vida, examinemos lo que es la meditacin -no cmomeditar, sa es una cuestin absurda. Cuando uno pregunta cmo, lo que desea es un sistema, un mtodo, unesquema cuidadosamente trazado. Vean lo que sucede cuando uno sigue un mtodo, un sistema. Por qudeseamos un mtodo, un sistema? Pensamos que el camino ms fcil es seguir a alguno que dice: Yo te dir cmomeditar, no es as? Cuando alguien nos dice cmo meditar, esa persona no sabe qu es la meditacin. El quedice, Yo s, no sabe. En primer lugar, uno tiene que ver lo destructivo que es un sistema de meditacin, aunquese trate de una de las muchas formas de meditacin que parecen haber sido inventadas para estipular cmo debeuno sentarse, cmo debe respirar, cmo debe hacer esto, aquello y lo de ms all. Porque si lo observamos, vemosque cuando uno practica algo repetidamente una y otra vez, la mente se vuelve mecnica. Ya es mecnica, y a esotodava agregamos ms rutina mecnica; as, poco a poco, nuestra mente se atrofia. Es como un pianista quecontinuamente practicara la nota equivocada; ninguna msica resulta de ello. Cuando uno ve el hecho de queningn sistema, ninguna prctica conducir jams a la verdad, entonces abandona todo eso por engaoso einnecesario.

    Tenemos que investigar tambin todo el problema del control. Casi todos tratamos de controlar nuestrasrespuestas, nuestras reacciones, tratamos de reprimir o moldear nuestros deseos. En ello siempre estn el quecontrola y lo controlado. Uno jams se pregunta: Quin es el que controla, y qu es aquello que uno est tratandode controlar en lo que suele llamarse meditacin? Quin es el que trata de controlar sus pensamientos, sus modosde pensar, etctera? Quin es el que controla? El que controla es, ciertamente, esa entidad que ha decidido

    practicar el mtodo o sistema. Y bien, quin es esa entidad? Esa entidad surge del pasado, es pensamiento -que sebasa en la recompensa y el castigo.

    Por lo tanto, el que controla pertenece al pasado y est tratando de controlar sus pensamientos; pero el quecontrola es lo controlado. Vean, todo esto es realmente muy sencillo. Cuando uno es envidioso, se separa a smismo de la envidia. Dice: Yo debo controlar la envidia, debo reprimirla -o bien la racionaliza. Pero uno no estseparado de la envidia, uno es la envidia. La envidia no est separada de uno mismo. Y sin embargo, jugamos estatriquiuela de intentar controlar la envidia como si fuera algo separado de nosotros. Por lo tanto, pueden ustedesvivir una vida en la que no haya el ms mnimo control? -lo que no significa complacerse en todo lo que unodesea. Por favor, formlense a s mismos esta pregunta: Podemos vivir una vida -que al presente es tandesastrosa, tan mecnica, tan repetitiva- sin el ms mnimo sentido del control? Eso slo puede ocurrir cuando

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    percibimos con total claridad, cuando prestamos atencin a cada pensamiento que surge -no cuando meramente nosabandonamos al pensamiento. Cuando ustedes presten una atencin as, tan completa, descubrirn que pueden vivirsin el conflicto que se origina en el control. Saben lo que eso significa -tener una mente que ha comprendido elcontrol y vive sin una sombra de conflicto? Significa completa libertad. Y uno debe tener esa completa libertad

    para dar con aquello que es eternamente verdadero.Tambin tenemos que comprender la diferencia cualitativa que existe entre la concentracin y la atencin. La

    mayora de nosotros conoce la concentracin. En la escuela, en el colegio, en la universidad aprendemos aconcentrarnos. El nio mira hacia afuera por la ventana, y el maestro le dice: Concntrate en tu libro! Y as

    aprendemos lo que eso significa. Concentrarse implica reunir toda nuestra energa para enfocarla en un puntodeterminado; pero el pensamiento se distrae, y as tenemos una perpetua batalla entre el deseo de concentrarnos, deponer toda nuestra energa en el acto de mirar una pgina, y la mente que divaga y que tratamos de controlar.Mientras que en la atencin no hay control, no hay concentracin. Es una atencin completa, lo cual quiere decirque uno pone toda su energa, sus nervios, la capacidad, el poder del cerebro, el corazn, todo, en el acto deatender. Es probable que nunca hayan prestado atencin de una manera tan completa. Cuando lo hacen as, tancompletamente, no hay registro ni accin alguna que provenga de la memoria. Cuando ustedes atienden, el cerebrono registra. Mientras que si se concentran, si hacen un esfuerzo, estn siempre actuando desde la memoria como undisco de fongrafo que se repite.

    Comprendan la naturaleza de un cerebro que no necesita registrar, excepto lo imprescindible. Es indispensableregistrar el lugar donde uno vive y las actividades prcticas de la existencia. Pero no es necesario registrar

    psicolgicamente, internamente, el insulto, la alabanza y todo ese tipo de cosas. Lo han intentado alguna vez?

    Probablemente todo esto sea nuevo para ustedes. Cuando atienden de este modo, el cerebro, la mente se libera porcompleto de todo su condicionamiento.Todos somos esclavos de la tradicin y pensamos que tambin somos totalmente distintos unos de otros. No

    lo somos. Todos sufrimos las mismas grandes desdichas, la misma infelicidad, todos derramamos lgrimas; todossomos seres humanos, no hindes, musulmanes o rusos -esas son etiquetas que no tienen ningn significado. Lamente tiene que ser totalmente libre. Ello significa que uno debe permanecer totalmente solo -y nosotros tenemostanto miedo a permanecer solos!

    La mente tiene que ser libre, totalmente silenciosa y no sometida a control alguno. Cuando la mente es porcompleto religiosa, no slo es libre, sino que es capaz de investigar la naturaleza de la verdad, hacia la cual noexiste gur ni sendero alguno. Es slo la mente religiosa, la mente libre, la que puede dar con aquello que est msall del tiempo.

    Han advertido ustedes -si es que se han observado a s mismos- que la mente de uno est eternamente

    parloteando, ocupada perpetuamente con una cosa u otra? Si uno es un sannyasi, su mente est ocupada con Dios,con las plegarias, con esto y con aquello. Si se trata de una ama de casa, su mente se halla ocupada con lo que va apreparar para la prxima comida, cmo va a utilizar esto o lo otro. El hombre de negocios est ocupado con elcomercio, el poltico, con los partidos, y el sacerdote est ocupado con sus propias tonteras. De modo que nuestrasmentes estn todo el tiempo ocupadas y carecen de espacio. Y el espacio es imprescindible.

    El espacio implica tambin un vaco, un silencio que posee una energa inmensa. Ustedes pueden silenciar lamente tomando una droga, pueden disminuir la velocidad del pensamiento y hacer que se aquiete ms y ms,ingiriendo algn producto qumico. Pero ese silencio se relaciona con la supresin del sonido. Se han preguntadoalguna vez qu implica tener una mente que, de manera natural, permanezca totalmente quieta, sin un solomovimiento, y que no registre sino aquellas cosas que son necesarias, de modo que nuestra psiquis, nuestranaturaleza interna se vuelva absolutamente silenciosa? Han investigado eso? O se encuentran meramenteatrapados en la corriente de la tradicin, en la corriente del trabajar y atormentarse por el maana?

    Donde hay silencio, hay espacio -no la distancia de un punto a otro, como habitualmente imaginamos alespacio. Donde hay silencio, no hay punto alguno sino slo silencio. Y ese silencio tiene la extraordinaria energadel Universo.

    El universo carece de causa; existe. Ese es un hecho cientfico. Pero nosotros, los seres humanos, estamosenredados en las causas. Por medio del anlisis, ustedes pueden descubrir la causa de la pobreza que impera en este

    pas o en los otros pases; pueden encontrar la causa de la superpoblacin, de la falta de control de la natalidad;pueden encontrar la causa de que los seres humanos se hayan dividido ellos mismos como sikhs, hindes,musulmanes, etctera. Pueden encontrar la causa de la ansiedad que les afecta, o la causa de que se sientan aisladosen su soledad; pueden descubrir todas estas causas a travs del anlisis, pero jams estn libres de la causalidad ensi. Todas nuestras acciones se basan en la recompensa o el castigo, por finamente sutiles que sean, lo cualconstituye una causalidad. Para comprender el orden del universo, en el cual no existe causa alguna, es posiblevivir una vida cotidiana en la que tampoco exista ninguna causa? se es el orden supremo. De ese orden provienenuestra energa creadora. La meditacin consiste en liberar esa energa creadora.

    Es extraordinariamente importante conocer y comprender la profundidad y belleza de la meditacin. Desdetiempos inmemoriales, el hombre siempre ha estado preguntndose si existe algo ms all del pensamiento, msall de las invenciones romnticas, ms all del tiempo. Siempre se ha preguntado: Hay algo ms all de estesufrimiento, ms all de las guerras, de la constante batalla entre los seres humanos? Existe algo inmutable,

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    sagrado, absolutamente puro, no contaminado por ningn pensamiento, por ninguna experiencia? Desde lostiempos antiguos, ste ha sido el interrogante de todas las personas serias. Para descubrir eso, para dar con ello, esimprescindible la meditacin. No la meditacin repetitiva; eso carece por completo de sentido. Cuando la mente sehalla libre de todo conflicto, de cualquier afn del pensamiento, existe entonces una energa creadora que esautnticamente religiosa. Dar con esa energa que no tiene principio ni fin, es la verdadera profundidad y belleza dela meditacin. Ello requiere libertad con respecto a todo condicionamiento.

    La completa seguridad est en la inteligencia compasiva -seguridad total. Pero nosotros deseamos seguridaden las ideas, en los conceptos, en los ideales; nos aferramos a esas cosas, ellas son nuestra seguridad -por falsas,

    por irracionales que sean. Donde hay compasin con su suprema inteligencia, hay seguridad -si es que uno busca laseguridad. En realidad, donde hay compasin, donde existe esa inteligencia, no hay problema alguno de seguridad.De modo que existe una fuente, una causa original de la que surgen todas las cosas, y esa causa original no es

    la palabra. La palabra nunca es la cosa. Y la meditacin consiste en dar con esa causa que es la fuente original detodas las cosas y que est totalmente libre del tiempo. Este es el camino de la meditacin. Y bienaventurado esquien lo descubre.

    8 de noviembre de 1981

    3BENARS

    Quien les habla no est pronunciando una conferencia; no est persuadindolos de algo ni instruyndolos. sta esuna conversacin entre dos amigos que sienten algn afecto, algn cario el uno por el otro, que son incapaces detraicionarse mutuamente y que tienen ciertos intereses profundos en comn. Por lo tanto, sentados bajo un rbol,estn conversando amistosamente, con un sentimiento mutuo de honda comunicacin; la maana es encantadora yfresca, el roco cubre los pastos, y ellos discuten juntos acerca de las complejidades de la vida. sa es la relacinque existe entre ustedes y quien les habla; podemos no conocernos de hecho -somos demasiados- pero es como siestuviramos paseando por un camino, mirando los rboles, los pjaros, las flores, respirando el perfume queimpregna el aire, y discutiendo seriamente acerca de nuestras vidas. No de manera superficial o casual, sino muyinteresados en resolver nuestros problemas. Quien les habla quiere decir exactamente lo que dice, no hace meraretrica, no intenta causar impresin; estamos abordando problemas de la vida que son demasiado serios para eso.

    Habiendo establecido cierta comunicacin entre nosotros -infortunadamente tiene que ser una comunicacin

    verbal, pero entre lneas, entre el contenido de las palabras, si uno est por completo atento, hay una relacin mshonda, ms profunda -tenemos que considerar la naturaleza de nuestros problemas. Todos tenemos problemas-sexuales, intelectuales, problemas de relacin, los problemas que la humanidad ha creado a travs de las guerras,del nacionalismo, de las llamadas religiones. Qu es un problema? Un problema es algo que nos lanzan, algo queestamos obligados a afrontar, un reto, mayor o menor. Un problema que no hemos resuelto, exige de nosotros quele hagamos frente, que lo comprendamos, que lo solucionemos y actuemos en consecuencia. Un problema es algoque nos arrojan, a menudo de manera inesperada, tanto al nivel consciente como al inconsciente; es un desafosuperficial o profundo.

    Cmo abordamos un problema? La manera en que lo abordamos es ms importante que el problema mismo.Generalmente, uno aborda un problema con temor o con el deseo de resolverlo, de trascenderlo, de luchar contral, de evadirlo; o si no, lo descuida o lo tolera. El significado de esa palabra abordar es el de llegar tan cercacomo sea posible, aproximarse. Teniendo un problema, cmo lo abordaremos? Nos aproximaremos al problema

    muy de cerca, o escaparemos de l? O tendremos el deseo de trascenderlo? En tanto uno tenga un motivo, elmotivo dicta el modo en que abordaremos el problema.Si uno no aborda un problema libremente, est siempre dirigiendo la solucin conforme a su propio

    condicionamiento. Suponiendo que uno est condicionado para suprimir cierto problema, entonces el modo en quelo aborda tambin est condicionado, y el problema se distorsiona; mientras que si uno lo aborda sin motivoalguno y se aproxima mucho a l, entonces el problema mismo es la respuesta, una respuesta que no es algo que sehalla fuera del problema.

    Es muy importante ver cmo aborda uno un problema, ya sea un problema poltico, un problema religioso oun problema de relacin intima. Hay tantos problemas! Uno est cargado de problemas. Incluso la meditacinllega a ser un problema. Jams miramos realmente nuestros problemas. Sin embargo, por qu debe uno vivircargado de problemas? Los problemas que no hemos comprendido y disuelto, deforman toda nuestra vida. Importamucho darse cuenta de cmo aborda uno un problema, observndolo y sin tratar de aplicarle una solucin; o sea,

    viendo en el problema mismo la respuesta. Y eso depende de cmo uno lo encara, de cmo lo mira. Cuandoabordamos un problema, es muy importante que percibamos nuestro condicionamiento y nos liberemos de esecondicionamiento.

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    Qu es la percepcin, qu es el ver? Cmo ven ustedes ese rbol? Mrenlo por un momento. Con quvisin lo ven? Es solamente una observacin ptica, un mero mirar el rbol con la reaccin de los ojos,observando la forma, el contorno, la luz sobre el follaje? O cuando observan un rbol, lo nombran diciendo: Esees un roble, y pasan de largo? Al nombrarlo, ya no estn viendo el rbol -la palabra niega la cosa. Puedenmirarlo sin la palabra?

    Perciben, pues, el modo en que abordan el rbol, el modo en que lo miran? Lo observan parcialmente, conun solo sentido, el sentido ptico? O lo ven, lo escuchan, lo huelen, lo sienten, captan el dibujo, abarcan latotalidad del rbol? O lo miran como si fueran diferentes de l? -por supuesto, cuando miran el rbol, ustedes no

    son el rbol. Pero, pueden mirarlo sin una sola palabra, con todos los sentidos respondiendo a la totalidad de subelleza?As, la percepcin significa no slo observar con todos los sentidos, sino tambin ver, percibir si existe una

    divisin entre uno mismo y eso que uno observa. Probablemente nunca han pensado acerca de todo esto. Esimportante comprenderlo, porque enseguida vamos a discutir la manera de abordar el temor y percibir todo cuantoel temor contiene. Es importante que nos demos cuenta de cmo abordamos esta carga que el hombre ha estadoarrastrando por milenios. Es ms fcil percibir algo exterior a nosotros, como un rbol, el ro o el cielo azul, sinnombrarlo -solamente observndolo. Pero, pueden observarse a s mismos, mirar todo el contenido de la propiaconciencia, el contenido total de la mente, mirar el propio ser, la forma en que caminan, sus pensamientos, sussentimientos, sus depresiones, mirar de tal modo que no haya divisin alguna entre todo eso y uno mismo?

    Si no hay divisin, no hay conflicto. Dondequiera que haya divisin, tiene que haber conflicto; sa es una ley.Hay, pues, una divisin en nosotros, como la que existe entre el observador y lo observado? Si el observador

    aborda el temor, la codicia o el dolor como si lo que tiene que resolver, suprimir, comprender o trascender, fueraalgo diferente de l mismo, entonces intervienen en ello la divisin y todo el esfuerzo y la lucha consiguientes.Entonces, cmo abordan ustedes el temor? Lo perciben sin ninguna distorsin, sin reaccin alguna para

    escapar de l, para reprimirlo, explicarlo o aun analizarlo? Casi todos nosotros tenemos miedo de algo o de muchascosas; uno puede tenerle miedo a su esposa o a su marido, puede sentir miedo de perder su empleo, de no tenerseguridad en la vejez, miedo a la opinin pblica -que es la ms tonta forma del miedo- miedo a tantsimas cosas-la oscuridad, la muerte, etc. Y ahora nosotros vamos a examinar juntos, no qu es lo que nos causa temor, sinoqu es el temor en si. No estamos considerando el objeto del temor, sino la naturaleza del temor, cmo ste surge,cmo uno lo aborda. Hay algn motivo tras la manera en que abordamos el problema del temor? Es obvio quecomnmente tenemos un motivo: el motivo de trascenderlo, de reprimirlo, eludirlo o desdearlo. Y como hemosestado acostumbrados al temor la mayor parte de nuestra vida, lo toleramos. Si existe alguna clase de motivo, unono puede ver claramente el temor, no puede aproximrsele. Y cuando uno mira el temor, considera que ese temor

    se halla separado de uno mismo, como si uno fuera alguien del exterior que mira hacia adentro, o alguien deadentro que mira hacia el exterior? Pero el temor, es diferente de uno mismo? Obviamente no lo es, comotampoco lo es la ira. Sin embargo, la educacin, la religin, hacen que uno se sienta separado del temor, y entoncesdebe uno combatirlo, superarlo. Nunca nos preguntamos si esa cosa llamada temor est realmente separada de unomismo. No lo est; y al comprender eso, uno comprende que el observador es lo observado.

    Supongamos que uno es envidioso. Puede pensar que la envidia es diferente de uno mismo, pero el hecho reales que uno forma parte de ella. Uno forma parte de la envidia, como forma parte de la codicia, de la ira, de laangustia, del sufrimiento; de modo que la angustia, el sufrimiento, la codicia, la envidia, la ansiedad o la soledad,son uno mismo. Uno es todo eso. Primero vean que lgicamente es as. Y vindolo lgicamente, conviertenustedes eso que ven en una abstraccin, en una idea, en una mera apariencia del hecho? Uno hace una abstraccin,se forma una idea de que tiene que escapar, por ejemplo, del temor, y entonces trabaja sobre la base de esa idea; yello le impide a uno observar muy de cerca qu es el temor. Pero si no hacemos una abstraccin, sino que vemos eltemor como un hecho, entonces lo abordamos sin que en ello intervenga motivo alguno -observamos el temorcomo algo que no es diferente de nosotros mismos, comprendemos la combinacin. O sea, que lo observamoscomo formando parte de nosotros, vemos que somos eso, que no hay divisin entre nosotros y eso. Por lo tanto,nuestra observacin revela que el observador es lo observado, que lo observado no es diferente de uno mismo.

    Qu es, entonces, el temor? Abordmoslo bien de cerca. Porque uno puede ver el temor claramente, slo si seencuentra muy prximo a l. Qu es el temor? Es tiempo, como movimiento del pasado que se modifica en el

    presente y contina? Uno es el pasado, el presente y tambin el futuro. Somos el producto del pasado, mil aos yms; tambin somos el presente con sus impresiones, sus actuales condiciones sociales, su clima actual... somostodo eso y tambin el futuro. Somos el pasado, que se modifica en el presente y contina en el futuro; se es eltiempo interno. Y tambin est el tiempo externo, el tiempo del reloj, de la salida y puesta del sol, la sucesin de lamaana, la tarde, la noche. Nos toma tiempo externo aprender un idioma, aprender la destreza para conducir unautomvil, para llegar a ser un carpintero, un ingeniero, e incluso un poltico. Exteriormente, existe el tiempo quese requiere para cubrir la distancia de aqu hasta all; y tambin est el tiempo como esperanza, el tiempo interno.Uno espera llegar a ser no-violento -lo cual es absurdo. Espera progresar, o evitar el dolor o el castigo, esperaobtener una recompensa. De modo que no slo hay tiempo exteriormente, fsicamente, sino que tambin haytiempo internamente, psicolgicamente. Uno no es esto, pero llegar a ser aquello -lo cual significa tiempo. Eltiempo fsico es real, est ah, son las once o doce en este momento. Pero uno da por sentado que existe el tiempo

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    interno, psicolgico; o sea, yo no soy bueno pero serbueno. Nosotros ahora estamos cuestionando ese tiempointerno, ponemos en duda la necesidad de que haya semejante tiempo interno. Cuando el tiempo existeinternamente, hay temor. Uno tiene un empleo, pero podra perder ese empleo -lo cual es el futuro, es tiempo. Unoha sufrido, y espera que nunca sufrir as otra vez. se es el recuerdo del dolor, y es la continuacin de eserecuerdo en la esperanza de que no habr dolor en el futuro.

    As que uno se pregunta: El tiempo no forma parte del temor? No es temor el tiempo interno? Y no es otrofactor de temor el pensamiento? Uno piensa en el dolor que experiment la semana pasada y que ahora se hallaregistrado en el cerebro; piensa que ese dolor podra repetirse maana. Existe, pues, la operacin del pensamiento

    que dice: He tenido ese dolor, espero no tenerlo de nuevo. De modo que el pensamiento y el tiempo forman partedel temor. El temor es un recuerdo, el cual es pensamiento, y tambin es tiempo, es el futuro. Estoy seguro ahora,podra no estar seguro maana -aparece el temor. Por lo tanto, tiempo ms pensamiento equivale a temor.

    Ahora slo vean la verdad de esto en ustedes mismos -no escuchando lo que dice quien les habla, pararecordarlo y verbalizarlo. Vean realmente que se trata de un hecho, no de una abstraccin a modo de idea. Sonustedes los que tienen que darse cuenta si al or esto han formado una idea, si han hecho una abstraccin de lo quehan odo, convirtindolo en una idea, o si realmente estn enfrentndose al hecho del temor -que es tiempo y

    pensamiento.Es, entonces, importante el modo en que perciben ustedes el movimiento total del temor. O lo perciben

    negndolo, o lo perciben sin dividirlo como yo y el temor, perciben que son el temor y, en consecuencia,permanecen con ese temor.

    Hay dos maneras de negar el temor: rechazndolo totalmente y diciendo, Yo no tengo miedo -lo cual es

    absurdo- o negndolo mediante la percepcin de que el observador es lo observado, con lo cual hay no-accin.Normalmente, queremos negar el temor, negarlo en el sentido de superarlo, de destruirlo, de escapar de l, deencontrar alguna clase de consuelo contra el temor -son todas formas de negacin; una negacin as acta sobre eltemor. Luego existe una forma por completo diferente de negacin, que es el principio de un movimiento nuevo enel cual el observador es lo observado, el temor soy yo. El observador es el temor. Por lo tanto, l no puede hacernada con respecto al temor; en consecuencia, hay una clase totalmente distinta de negacin, que implica un

    principio por completo diferente. Se han dado cuenta de que cuando actan sobre el temor lo fortalecen? Escapardel temor, reprimirlo, analizarlo, encontrar la causa, es actuar sobre el temor. Uno trata de negar algo como si esealgo no fuera uno mismo. Pero cuando nos damos cuenta de que somos eso y que, por lo tanto, no podemos actuarni hacer nada al respecto, entonces hay no-accin y tiene lugar un movimiento por completo diferente.

    El placer, es diferente del temor? O el placer es temor? Son como dos caras de la misma moneda cuandouno comprende la naturaleza del placer, el cual tambin es tiempo y pensamiento. Uno ha experimentado algo muy

    bello en el pasado y eso se registr como un recuerdo. Entonces uno desea que ese placer se repita; lo mismo quecuando uno recuerda el temor de un suceso pasado y desea evitarlo. De modo que ambos son movimientos de lamisma clase, aunque llamamos a uno placer y al otro temor.

    Hay un cese para el sufrimiento? El hombre ha hecho todo lo posible para trascender el sufrimiento. Le harendido culto, ha escapado de l, lo ha sustentado en su corazn, ha tratado de buscar consuelo en el sufrimiento,ha perseguido la senda de la felicidad, se ha aferrado, se ha adherido a ella con el fin de evitar el sufrimiento. Aunas, el hombre ha sufrido, los seres humanos han sufrido en todo el mundo a travs de los tiempos. Han tenido diezmil guerras -piensen en los hombres y mujeres que fueron mutilados y muertos, en las lgrimas que se derramaron,en la agona de las madres, de las esposas y de todas esas personas que han perdido a sus hijos, a sus maridos, asus amigos, por motivo de las guerras que se han estado sucediendo milenios tras milenios y que todavacontinan, multiplicando armamentos en vasta escala.

    Existe este inmenso dolor de la humanidad. El hombre pobre que marcha por ese camino, jams conocer unbuen cuarto de bao, ni tendr ropas limpias, ni viajar en avin; todos los placeres que uno tiene, l jams losconocer. Y est el dolor de un hombre que es muy ilustrado y el del hombre que no es ilustrado. Est el dolor dela ignorancia; y est el dolor de la soledad. Casi todos conocen el dolor de esa soledad; pueden tener muchosamigos, muchsimos conocimientos, pero igualmente son personas muy solitarias. Si ustedes son bien conscientesde s mismos, saben lo que es esa soledad -una sensacin de total aislamiento. Uno puede tener esposa, hijos,muchsimos amigos, pero llega un da o un acontecimiento que nos hace sentir totalmente aislados, solos. Ese esun dolor tremendo. Luego est el dolor de la muerte, el dolor por alguien que hemos perdido. Y est el dolor queha ido aumentando, acumulndose a travs de milenios de existencia humana.

    Y tambin est el dolor del propio deterioro personal, de la prdida personal, de nuestra personal falta deinteligencia, de capacidad. Y nos preguntamos si ese dolor puede terminarse alguna vez. O es que debe uno nacercon el dolor y morir con el dolor? Desde el punto de vista lgico, racional, intelectual, podemos encontrar muchascausas para el dolor; estn todas las innumerables explicaciones del budismo, del hinduismo, del cristianismo o delIslam. Pero a pesar de las explicaciones, de las causas, de las autoridades que buscan justificar todo esto, el dolorsigue acompandonos siempre. Es, entonces, posible terminar con ese dolor? Porque si el dolor no se termina,no hay amor, no hay compasin. Hemos de investigar esto muy profundamente y ver si el dolor puede cesar algunavez.

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    Quien les habla sostiene que hay un cese para el dolor, un cese total; lo cual no significa que uno carezca deafecto, que sea duro o indiferente. El cese del dolor, del sufrimiento, implica el comienzo del amor. Y ustedes,naturalmente, preguntarn: Cmo? Cmo ha de cesar el dolor? Cuando preguntan cmo?, lo que desean es unsistema, un mtodo, un proceso. Por ese motivo es que piden: Dgame cmo lograrlo. Seguir la senda, elcamino. Desean una direccin cuando preguntan: Cmo he de terminar con el dolor? Esa pregunta, eserequerimiento, esa indagacin dice: Mustreme cmo hacerlo.

    Cuando ustedes preguntan cmo, estn formulando la pregunta incorrecta -si se me permite sealarlo-porque slo se interesan en vencer al dolor. La manera en que lo abordan es: Dganos cmo superarlo. Y as

    jams se acercan realmente al dolor. Si uno quiere mirar ese rbol, debe aproximarse a l para ver su belleza, lasombra, el color de las hojas, si tiene o no tiene flores -uno tiene que acercarse al rbol. Pero ustedes jams seacercan al dolor. Jams se acercan porque siempre lo eluden, escapan de l. As que el modo en que abordan eldolor tiene mucha importancia; o lo abordan con el motivo de escapar de l, de buscar consuelo en l y evitarlo, olo abordan acercndose al dolor lo ms posible. Descubran ustedes si se acercan de este modo al dolor. No puedenacercarse mucho al dolor si hay autocompasin o si existe de alguna manera el deseo de encontrar la causa, laexplicacin; en ese caso lo eluden. Importa, pues, muchsimo el modo como aborda uno el dolor, cmo se acerca al y cmo lo ve, cmo percibe el dolor.

    Es la palabra dolor la que a uno le hace sentir dolor? O es un hecho? Y si es un hecho, desea unoacercarse a l de modo tal que uno sea el dolor? Uno no es diferente del dolor. Eso es lo primero que hay que ver-que uno no es diferente del dolor. Uno es el dolor. Uno es la ansiedad, la soledad, el placer, la angustia, el miedo,la sensacin de aislamiento. Uno es todo eso. Por lo tanto, se acerca lo ms que puede a eso, uno es eso y, en

    consecuencia, permanece con eso.Cuando queremos mirar ese rbol, nos acercamos a l, observamos cada detalle, nos tomamos tiempo.Miramos, miramos, miramos, y el rbol nos revela toda su belleza. No le contamos al rbol nuestra historia; si loobservamos, l nos la cuenta a nosotros. Del mismo modo, si nos acercamos al dolor hasta tocarlo, si lo miramos,si no escapamos de l, si vemos lo que trata de revelarnos -su profundidad, su belleza, su inmensidad- entonces, si

    permanecemos con el dolor enteramente, con ese solo movimiento el dolor llega a su fin. No recuerdenmeramente esto para despus repetirlo! Eso es lo que acostumbran hacer los cerebros de ustedes: memorizan lo queha dicho quien les habla y luego preguntan: Cmo llevar eso a la prctica? Debido a que uno es el dolor, estodo eso y, por consiguiente, no puede escapar de s mismo. Uno mira el dolor, y no hay divisin entre elobservador y lo observado -uno es eso, no hay divisin. Cuando no hay divisin, uno permanece totalmente con eldolor. Ello requiere muchsima atencin, una gran intensidad y claridad, la claridad de la mente que veinstantneamente la verdad.

    Entonces, desde ese fin del sufrimiento, llega el amor. Me pregunto si ustedes aman alguna cosa. La aman?Aman algo o a alguien? A la esposa, a los hijos, a lo que llaman su pas; aman la tierra, aman la belleza de unrbol, la belleza de una persona? O son tan terriblemente egocntricos que jams perciben nada en absoluto? Elamor trae la compasin. La compasin no consiste en realizar algn trabajo social. La compasin posee su propiainteligencia. Pero ustedes no conocen nada de eso. Todo cuanto conocen son sus deseos, sus ambiciones, susengaos, su deshonestidad.

    Cuando se les formulan preguntas muy profundas que deberan estimularlos, se vuelven ustedes negligentes.Cuando yo les formulo una pregunta de esa clase -si aman a alguien- sus rostros quedan sin expresin, vacas. Yste es el resultado de la religin que profesan, de la devocin que sienten hacia sus absurdos gurs, hacia suslderes -devocin no, lo que pasa es que tienen miedo y por eso se vuelven seguidores. Y al final de todos estosmilenios, son ustedes lo que son ahora -piensen solamente en la tragedia que ello implica! Esa es la tragedia deustedes, comprenden? Por lo tanto, pregntense a s mismos -si se me permite sugerirlo como un amigo quecamina con ustedes a lo largo de ese sendero- pregntense: Sabemos lo que el amor significa? El amor que no

    pide nada al otro. Pregntenselo a s mismos. El amor que no reclama nada de la esposa, del marido -nada lereclama al otro, ni fsica ni emocional ni intelectualmente. No sigue a otro, no tiene un concepto para luego

    perseguir ese concepto. Porque el amor no es celos, el amor no tiene poder en el sentido corriente de la palabra. Elamor no busca posicin, status, prestigio. Pero posee su propia capacidad, su propia destreza, su propiainteligencia.

    26 de noviembre de 1981

    4MADRS

    Ayer estuvimos hablando acerca del conflicto. Dijimos que los seres humanos han vivido durante milenios en estahermosa tierra, con todos los inmensos tesoros que contiene -sus montaas, sus ros y lagos; y no obstante, hemosestado viviendo en perpetuo conflicto. No slo en conflicto externo con el medio, con la naturaleza, con el

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    debera ser, tiene que haber conflicto, es inevitable. Esta es una ley -no una ley de quien les habla, sino que es unaley. Vamos, pues, a investigar por qu los seres humanos nunca se han enfrentado a lo que es y siempre hanestado intentando escapar de ello.

    En este pas se ha estado hablando siempre de la no-violencia. La no-violencia se ha predicado una y otra yotra vez, polticamente, religiosamente, por medio de diversos lderes que ustedes han tenido -la no-violencia. Lano-violencia no es un hecho; es tan slo una idea, una teora, un conjunto de palabras. El hecho real es que ustedes

    son violentos. se es el hecho, lo que es. Pero como somos incapaces de comprender lo que es, hemos creadoesta cosa absurda llamada no-violencia. Y ello da origen al conflicto entre lo que es y lo que debera ser. Todo

    ese tiempo en que persiguen la no-violencia, estn ustedes sembrando las semillas de la violencia. Esto es tanobvio! Podemos, pues, mirar juntos y sin ningn tipo de escape, lo que es, mirarlo sin ninguna clase de ideales,sin reprimirlo ni evadirlo? Por herencia que hemos recibido del animal -del mono, etc.- somos violentos. Laviolencia adopta muchas formas, no slo la accin brutal, el golpearse unos a otros. La violencia es un asunto muycomplejo; incluye la imitacin, la conformidad, la obediencia; existe cuando uno pretende ser lo que no es.

    Somos violentos. Ese es un hecho. Nos encolerizamos, nos amoldamos, imitamos, seguimos a otros, somosagresivos; y la agresin toma muchas formas -est la agresividad fina, corts, de guante blanco, que nos persuade

    por medio del afecto. Esa es una forma de violencia; obligar a otros a que sigan un determinado curso de pensamiento, es violencia. Tambin es violencia aceptarnos a nosotros mismos como algo que no somos.Comprendan que la violencia no slo consiste en encolerizarse o en golpearse unos a otros -sa es una forma muysuperficial de violencia. La violencia es muy, muy compleja, y para comprenderla, para penetrar en sus msrecnditas profundidades, tenemos que ver primero el hecho, y no afirmar meramente: Deberamos ser

    no-violentos.Slo existe lo que es, o sea, la violencia. La no-violencia no es un hecho, no es una realidad; es unaproyeccin del pensamiento para escapar de la violencia o para aceptarla pretendiendo que nos estamos volviendono-violentos. Podemos, pues, mirar la violencia libres de todo eso, libres del escape, libres de los ideales, de larepresin, y observar realmente lo que la violencia es?

    Tenemos entonces que aprender juntos cmo observar. En esta investigacin no hay autoridad alguna, porquecuando la mente de ustedes est mutilada por la autoridad -como lo est- es muy difcil ser libres y, por tanto,hallarse capacitados para mirar la violencia. Es importante comprender cmo observar, observar lo que estsucediendo en el mundo -la desdicha, la confusin, la hipocresa, la falta de integridad, las acciones brutales quetienen lugar, el terrorismo, la toma de rehenes y los gurs que tienen sus propios campos de concentracin. Porfavor, no se ran, ustedes forman parte de todo eso, que es violencia. Cmo puede alguien decir: Yo s,sganme? Esa es una afirmacin ignominiosa.

    De modo que nos preguntamos: Qu es observar? Qu es observar el medio que nos rodea, los rboles, elestanque que vemos en aquel extremo y que se ha puesto tan bello este ao, las estrellas, la luna nueva, el solitarioVenus, el lucero de la tarde, la gloria de una puesta de sol? Cmo observan ustedes tal belleza, si es que algunavez la han observado siquiera? No pueden contemplarla, observarla, si se hallan ocupados consigo mismos, consus propios problemas, con sus propias ideas, con el propio complejo pensar. No pueden observar si tienen

    prejuicios o si hay alguna clase de conclusin o alguna experiencia particular a la que se aferran -es imposible. Porlo tanto, cmo observan un rbol, esta cosa maravillosa a la que llaman rbol, su belleza, cmo lo miran? Cmomiran ahora, mientras estn sentados aqu, rodeados por estos rboles? Alguna vez los han observado? Han vistosus hojas agitadas por el viento, la belleza de la luz sobre el follaje? Los han observado alguna vez? Puedenobservar un rbol, o la luna nueva, o la estrella solitaria en los cielos, observarlos sin las palabras luna, estrella,cielo -sin la palabra? Porque la palabra no es la estrella real, la luna real. Pueden, pues, descartar la palabra ymirar -o sea, mirar externamente?

    Y ahora, pueden mirar a la esposa, al marido, sin la palabra, sin todos los recuerdos de la relacin que tienencon ellos, por intima que haya sido, sin toda la memoria acumulada del pasado, sea ste de diez das o de cincuentaaos? Alguna vez lo han hecho? Por supuesto que no. De modo que, si lo permiten, vamos a aprender juntoscmo observar una flor. Si uno sabe cmo mirar una flor, ese mirar contiene la eternidad. No se dejen arrebatar pormis palabras. Si saben cmo mirar una estrella, un espeso bosque, entonces ven que en esa observacin hayespacio, eternidad intemporal. Pero para observar a la esposa o al marido sin la imagen que de ellos han creado,tienen que empezar muy cerca. Tienen que empezar muy cerca a fin de ir muy lejos. Si no empiezan muy cerca,

    jams podrn ir muy lejos. Si desean escalar la montaa, o ir hasta la aldea prxima, lo que importa es el primerpaso, el modo en que caminan, la gracia, la desenvoltura, la alegra con que lo hacen. Decimos, pues, que para irmuy, muy lejos, que es la eternidad, debemos empezar muy cerca, que es la relacin que tenemos con nuestraesposa o nuestro marido.

    Pueden ustedes mirar, observar con ojos claros, sin las palabras mi esposa, mi marido, mi sobrino o mihijo, sin el recuerdo de todas las ofensas acumuladas, sin toda la memoria de las cosas que pertenecen al pasado?Hganlo ahora, mientras estn sentados ah, observen. Y cuando uno es capaz de observar sin el pasado, vale decir,observar sin todas las imgenes que ha formado de s mismo y del otro, entonces hay una verdadera relacin con laesposa o el marido. Pero si no se han observado as el uno al otro, son como dos lneas frreas, jams seencuentran. sa es la relacin de ustedes. No s si se dan cuenta de todo esto.

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    Estamos aprendiendo juntos cmo observar ese rbol, cmo observar, sentados junto a nuestro vecino ovecina, el color de su camisa, de su sari, el carcter de su rostro; observar sin sentido critico, sin agrado nidesagrado -simplemente, observar. Entonces, con una observacin as, pueden ustedes mirar su violencia; o sea, suira, su irritacin, su conformismo, su aceptacin, su habituacin a la suciedad y escualidez que rodea las casas quehabitan. Pueden observar as todo eso? Cuando lo hacen, concentran en la observacin toda la energa que poseen;y cuando observen as la violencia descubrirn, si han penetrado en ello, si en verdad lo hacen, que esa violenciadesaparece totalmente -porque han puesto toda su energa en el acto de observar.

    No repitan -si se me permite solicitarlo muy respetuosamente-, no repitan lo que acaban de or. Al repetir lo

    que ha dicho quien les habla, ello se vuelve de segunda mano; tal como al repetir los Upanishads, losBrahmasutras y todos los libros impresos, han hecho ustedes de s mismos seres de segunda mano. Eso no pareceimportarles, verdad? Ni siquiera se avergenzan de ello, meramente lo aceptan. Tal aceptacin forma parte de estecomplejo problema de la violencia.

    Decimos, pues, que cuando no hay dualidad, es posible vivir sin conflicto. Cuando uno alcanza cierto estadode conciencia, no hay una real dualidad -slo existe lo que es. La dualidad existe nicamente cuando tratamos denegar o de escapar de lo que es haca lo que no es. Est claro? Estamos todos juntos en este problema? Hay

    personas que me han hablado muchsimo de estas cuestiones -los filsofos de ustedes, los pundits vedanta y loseruditos. Pero ellos, igual que la gente comn, viven en la dualidad (no la dualidad fsica, hombre y mujer, alto y

    bajo, piel clara y oscura -eso no es dualidad). Y existe la idea de que el conflicto es necesario porque vivimos en ladualidad y, por lo tanto, aquellos que estn libres de los opuestos son los seres iluminados. Ustedes inventanalrededor de eso una filosofa; leen sobre ello, lo aceptan; leen todos los comentarios y se quedan clavados donde

    estn. Mientras que quien les habla sostiene que, de hecho, la dualidad no existe ahora. Uno no se libera de ladualidad cuando alcanza ciertas alturas espirituales; ustedes jams alcanzarn alturas espirituales si tienendualidades ahora, ni tampoco las alcanzarn en alguna reencarnacin futura o al final de sus vidas. Quien les habladice que slo existe lo que es, que no hay nada ms. Lo que es, es el nico hecho. Su opuesto no es un hecho,no tiene realidad. Espero que esto quede muy claro, aun cuando slo lo sea desde el punto de vista lgico, racional.Si ustedes estn ejercitando la razn, la capacidad de pensar con lgica, vern que es obviamente ms importantecomprender lo que es que lo que debera ser. Pero nos aferramos a lo que debera ser porque no sabemoscmo habrnoslas con lo que es. Utilizamos el opuesto como una palanca para liberarnos de lo que es.

    De modo que slo existe lo que es y, por lo tanto, no hay dualidad. Existe solamente la codicia y no lano-codicia. Cuando uno comprende la profundidad de la violencia sin escapar de ella, sin evadirse hacia ciertosideales necios de no-violencia, cuando uno mira, cuando observa la violencia muy de cerca, lo cual implica reunirtoda la energa que uno ha derrochado en perseguir el opuesto -cuando tratamos de reprimir la violencia, ste es un

    derroche de energa que implica conflicto- si uno hace todo eso, entonces no hay conflicto, no hay violencia. Porfavor, entiendan esto.Supongamos que uno es envidioso, que siente envidia de otro que es muy hbil, brillante, inteligente,

    sensible, que ve y goza la belleza de la tierra y la gloria del cielo, mientras que para uno eso no significa nada. Unoquiere ser como l. De modo que empieza a imitarlo, imita su manera de caminar, de mirar, de sonrer; sinembargo, uno sigue siendo codicioso. Aunque nos hayan educado desde la infancia para que no seamos codiciosos,no hemos comprendido que ese no es meramente el opuesto de lo que somos. Nos han educado, nos hancondicionado; los libros que nos han hecho leer dicen que la dualidad existe, y hemos aceptado eso. Es muy difcilromper ese condicionamiento que, desde la infancia, nos impide comprender este hecho tan simple; que slo existelo que es.

    Lo bueno no es lo opuesto de lo malo. Si lo bueno nace de lo malo, entonces lo bueno contiene lo malo.Considermoslo muy cuidadosamente, trabajen en ello, ejerciten sus cerebros, de modo que puedan vivir siemprecon lo que es, con lo que realmente ocurre externa e internamente. Cuando son envidiosos, vivan con ese hecho,obsrvenlo. Adems, la envidia es un proceso muy complejo, forma parte de la competencia, del deseo de

    progresar -polticamente, religiosamente y en los negocios. A uno lo han educado as, y romper con esa tradicinexige una observacin muy intensa -no haciendo de ella el opuesto de la tradicin, sino simplemente observando loque la tradicin es de hecho. Quien les habla espera estar poniendo esto muy en claro. Todos ustedes son personasque siguen la tradicin y repiten psicolgicamente, incluso intelectualmente, lo que se les ha dicho; sus religionesse basan en eso.

    Por lo tanto, una vez que vean el hecho, el hecho de que tan slo existe lo que es, y observen con toda laenerga de que disponen, vern que eso que es no tiene valor ni importancia, es por completo inexistente.

    A uno le han dicho desde la infancia que debe ser bueno. La palabra bueno es una palabra anticuada, pero esrealmente una bella palabra. Ser bueno significa ser correcto, correcto en el hablar, correcto en el comportamiento-no conforme a una idea de lo que es correcto. Ser correcto implica ser preciso, exacto, no presuntuoso. Pero unono es bueno. Y los padres de uno, los maestros y educadores dicen: S bueno; por lo tanto, se crea un conflictoentre lo que uno es y lo que debera ser. Y uno no comprende el significado de esa palabra; esa palabra, adems, esmuy, muy sutil, exige mucha investigacin. Ser bueno quiere decir tambin ser completamente honesto, lo cualsignifica que uno se comporta no de acuerdo con alguna moda o tradicin, sino con un sentimiento de granintegridad -integridad que posee su propia inteligencia. Ser bueno significa tambin ser total, no fragmentado. Pero

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    estamos fragmentados, gracias a esta catica tradicin en que nos han educado. Lo importante no es definir labondad, sino descubrir por qu el cerebro, que adems es muy sutil y contiene en si una gran profundidad, por quun cerebro semejante ha seguido la tradicin. La ha seguido porque en ella nos sentimos a salvo, encontramosseguridad, porque seguimos lo que nuestros padres han dicho, etctera. Eso nos hace sentir seguros y protegidos-una falsa seguridad y proteccin. Ustedes piensan que eso es seguro, pero es irreal, ilusorio. Y no escucharn loque dice quien les habla, porque tienen miedo de quedarse sin tradicin alguna, porque temen vivir enteramentecon la propia atencin.

    La creencia en Dios es para ustedes la seguridad final. Vean lo que ha hecho el pensamiento! Ha creado una

    imagen de Dios que despus ustedes adoran. Eso es adorarse a s mismos. Y entonces comienzan a preguntar quinha creado la tierra, quien ha hecho los cielos, el universo, etctera. As es como la tradicin empieza a destruir lamente humana. sta se ha vuelto repetitiva, mecnica, carece de vitalidad -excepto para ganar dinero, ir todas lasmaanas a la oficina por el resto de sus vidas y, al final de ello, morirse. Es, por lo tanto, importante descubrir si

    pueden librarse de la tradicin y, de ese modo, vivir sin un solo conflicto; vivir cada da con lo que es y observarlo que es no solamente fuera sino dentro de cada uno de ustedes. Entonces crearn una sociedad libre deconflictos.

    27 de diciembre de 1981

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    BOMBAYLa persona corriente desperdicia su vida; dispone de una gran cantidad de energa, pero la malgasta. Consume susdas en la oficina, o en cavar en el jardn, o como abogado, o en alguna otra cosa; o bien lleva la vida de unsannyasi. La existencia de una persona comn parece, al final, por completo carente de sentido, sin significacinalguna. Cuando mira para atrs, cuando tiene cincuenta, ochenta o noventa aos, qu ha hecho esa persona con suvida?

    La vida tiene una significacin de lo ms extraordinaria, con su gran belleza, sus grandes sufrimientos yansiedades, la acumulacin de dinero trabajando desde las ocho o nueve de la maana hasta la noche por aos yaos. Y al final de todo ello, qu hemos hecho de la vida? Dinero, sexo, el conflicto constante de la existencia, elcansancio, el afn, la desdicha y las frustraciones -eso es todo lo que tenemos- con quizs alguna alegra ocasional;o puede ser que uno ame a alguien de manera tan completa y total, que en ese amar no exista sentimiento alguno

    de egosmo.Parece haber muy poca justicia en el mundo. Los filsofos han hablado mucho acerca de la justicia. Los

    trabajadores sociales hablan de la justicia. El hombre comn quiere justicia. Pero, existe en absoluto la justicia enesta vida? Uno es ingenioso, est bien acomodado, tiene una buena mente y una buena apariencia; tiene todo loque desea. Otro no tiene nada. Uno es bien educado, refinado, tiene libertad para hacer lo que le plazca. Otro es unlisiado, pobre de mente y corazn. Uno tiene capacidad para escribir y hablar; es un buen ser humano. Otro no loes. ste ha sido el problema de la filosofa con su amor a la verdad, su amor a la vida. Pero tal vez la verdad seencuentra en la vida misma, no en los libros lejos de la vida, no en las ideas. Tal vez la verdad se encuentra dondeestamos y en el modo como vivimos. Cuando uno mira a su alrededor, la vida parece tan vaca y tan carente desentido para la mayora de la gente. Puede el hombre tener justicia alguna vez? Hay en absoluto justicia algunaen el mundo? Uno es rubio, otro es moreno. Uno es brillante, atento, sensible, lleno de sentimientos, ama una bella

    puesta de sol, la gloria de la luna y la asombrosa luz sobre el agua; uno ve todo eso y otro no lo ve. Uno es

    razonable, cuerdo, sano, y otro no es nada de eso. De modo que nos preguntamos, seriamente: Hay en absolutojusticia en el mundo?Ante la ley somos supuestamente iguales, pero algunos son ms iguales que otros que no tienen dinero

    suficiente para contratar buenos abogados. Algunos nacen en un alto nivel social, otros en un nivel bajo.Observando todo esto en el mundo, por lo visto hay muy poca justicia. Dnde est, pues, la justicia? Parece quehay justicia slo cuando hay compasin. La compasin es el fin del sufrimiento. La compasin no nace de ningunareligin, de ningn culto. Uno no puede ser un hind con todas sus supersticiones y sus dioses inventados y, aunas, volverse compasivo -es imposible. Para tener compasin es preciso que haya libertad, completa y total libertadcon respecto a todo condicionamiento. Es posible una libertad semejante? El cerebro humano ha sidocondicionado por millones de aos. se es un hecho. Y parece que cuantos ms conocimientos adquirimos acercade todas las cosas de la tierra y del cielo, tanto ms atascados estamos. Cuando hay compasin, entonces con ellahay inteligencia, y esa inteligencia tiene la visin de la justicia.

    Hemos inventado las ideas de karma y reencarnacin, y pensamos que inventando esas ideas, esos sistemasacerca de algo que ha de ocurrir en el futuro, hemos resuelto el problema de la justicia. La justicia empieza slocuando la mente es muy clara y cuando hay compasin.

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    Nuestros cerebros son instrumentos muy complejos. El cerebro de cualquiera de ustedes, o el de quien leshabla, pertenecen al cerebro de la humanidad. Este cerebro no slo ha evolucionado desde que nacimos hastaahora. Se ha desarrollado a travs de un tiempo incalculable y condiciona nuestra conciencia. Esa conciencia no es

    personal; es el suelo sobre el que estamos parados los seres humanos. Cuando uno observa esta conciencia contodo su contenido de creencias, dogmas, conceptos, temores, placeres, agonas, soledad, abatimiento ydesesperacin, ve que no es su conciencia individual -no es el individuo el que contiene esta conciencia. Estamos

    profundamente condicionados para pensar que somos individuos separados; pero ese cerebro no es el cerebro deustedes o el mo. No estamos separados. Nuestros cerebros se hallan tan condicionados por la educacin y la

    religin, que nos consideramos entidades separadas, con almas separadas, y as sucesivamente.No somos individuos en absoluto. Somos el resultado de miles de aos de experiencia humana, de esfuerzohumano y de lucha. De modo que estamos condicionados; por consiguiente, jams somos libres. En tanto vivamoscon o por un concepto, una conclusin, con ciertas ideas o ideales, no habr compasin. Donde hay libertad conrespecto a todo condicionamiento -o sea, que uno se ha liberado de ser hind, cristiano, musulmn o budista, se haliberado de quedar preso en una especializacin (aunque la especializacin tiene su lugar), de dedicar toda su vidaa adquirir dinero- donde existe esa libertad, puede haber compasin. En tanto el cerebro est condicionado, comoahora lo est, no habr libertad para el hombre. El ser humano no progresa a travs del conocimiento, comosostienen algunos bilogos y filsofos. El conocimiento es necesario; lo necesitamos para conducir un automvil,

    para actuar en los negocios, para ir desde aqu a nuestras casas, para producir el desarrollo tecnolgico y assucesivamente. Ese conocimiento es necesario. Pero no as el conocimiento psicolgico que uno ha acumuladoacerca de s mismo, el cual se ha convertido en memoria -memoria psicolgica que es el resultado de las presiones

    externas y de nuestras exigencias internas. Nuestras vidas se hallan fragmentadas, divididas, jams son algo total; nunca tenemos una observacinholstica. Observamos siempre desde un punto de vista particular. Estamos tan divididos internamente, quenuestras vidas son en s mismas contradictorias y, por lo tanto, existe un constante conflicto. Nunca miramos lavida como una totalidad completa e indivisible. La palabra total (whole) significa estar sano, cuerdo; tambinquiere decir sagrado (holy). Esa palabra posee una gran significacin. No se trata de que los mltiples fragmentoslleguen a integrarse en nuestra conciencia humana (siempre estamos tratando de integrar las diversascontradicciones). Pero, es posible mirar la vida como una totalidad? Mirar el sufrimiento, el placer, el dolor, latremenda ansiedad, la soledad, el ir a la oficina, el tener una casa, el sexo, el tener hijos -mirarlo todo no como sifueran actividades separadas, sino como un movimiento holstico, como una accin unitaria? Es eso posible dealgn modo? O estamos obligados a vivir eternamente en la fragmentacin y, por ende, en el conflicto? Es

    posible observar la fragmentacin y la identificacin con esos fragmentos? Observar, no corregir, no trascender, no

    escapar de ello ni reprimirlo, sino observar. No es un problema de qu hacer con ello; porque si ustedes intentanhacer algo al respecto, entonces actan desde un fragmento y, por lo tanto, estn cultivando ms fragmentos ydivisiones. Mientras que si pueden observar holsticamente, observar todo el movimiento de la vida como unmovimiento nico, entonces no slo toca a su fin el conflicto con su energa destructiva, sino que de esaobservacin surge una manera totalmente nueva de abordar la vida. Y si se da cuenta, se pregunta entonces cmoha de reunir todo esto para hacer una totalidad? Y quin es la entidad, el yo que ha de reunir todas estas diversas

    partes e integrarlas? Esa entidad, no es acaso tambin un fragmento? El p