Humanismo Cyborg

8/22/2019 Humanismo Cyborg

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REVISTA DE CRÍTICA LITERARIA LATINOAMERICANAAño XXXIV, No, 68, Lima-Hanove r NH , 2° Sem estre de 200 8, pp , 19-32

HUMANISMO CYBORG:

EL LETRADO POSTH UMANO EN AM ÉRICA LATINA

J. Andrew Brown

Washington University in S aint Louis

Si bien La ciudad letrada de Angel Rama ha claramente provistoun punto importante, alrededor del cual la crítica cultural se puedeorganizar a sí m isma, me sorprende la forma en que la estructura or-denada, casi evolucionista, del libro ha contribuido a organizar la crí-tica inspirada por el estudio, planteado por Rama, de las ciudades ylas letras en América Latina. Las taxonomías urbanas e históricas deRama no sólo crean una suerte de enciclopedia de la ciudad lati-noamericana desde la "ciudad letrada" hasta la "ciudad revoluciona-da", sino que también provee una estructura abierta que abrirá es-pacio para las distintas "ciudades" que ocupan ia crítica literaria ycultural subsiguiente. La crítica actual ha enfrentado la ciudad deRama en una forma que enfatiza la naturaleza evolucionada y enconstante evolución de la ciudad y, específicamente, de aquélla

habitada por los "letrados", en ocasiones presentes meramente en eltítulo de esta crítica. The Decline and Fall of the Lettered City deJean Franco lleva a la ciudad de Rama al Imperio Romano, al tejeruna red de referencias que nos lleva de Rama al con ocido estudio deEdward G ibbons. El sabor imperial de un movimiento así traza líneasde batalla académica alrededor de una ciudad bajo el sitio de unataque teórico, mientras que los fundamentos del humanismo occi-dental en sus diversas formas buscan cobijo bajo la deb ilitadora pro -

tección del asediado espacio urbano de Rama. De hecho, en tanto ellibro de Rama desarrolló un espacio privilegiado para el intelectual



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(y el libro, aunque quizá no tan sucintamente) usa el discurso evo luti-vo latente en el original para situarse en un continuum desarrollistaque nos lleva desde la ciudad letrada del pasado hacia la ciudad vir-tual del presente, una ciudad constituida por el consumismo, la tec-

nología y la com odificación de una cultura glob al. El título de Cuadraposiciona su trabajo como una suerte de epílogo, presentándose a símismo como el siguiente paso en la evolución de la ciudad latinoa-mericana que Rama sugirió y el fin de la cual Franco anunció. Estoyespecialmente interesado en el hecho de que la evolución de la ciu-dad, una evolución analizada de manera paralela por críticos cultura-les como Jesús Martín-Barbero, es presentada en términos tecnoló-gicos como una ciudad de humanistas que deviene en una ciudadde sujetos virtuales. Lo que vemos, entonces, es un intento crítico detrazar la evolución del sujeto hum anista/ letrado al debate en p rogre-so en torno a la llegada del sujeto p os thu m an o\

Mientras que la evolución del sujeto posthumano en Europa y losEstados Unidos ha sido el enfoque de varios libros y artículos, novemos la misma cantidad de tinta (o quizá debería decir pixeles) de-dicada a este tema en América Latina. Esto es desafortunado, ya

que la situación latinoamericana provee un punto de vista único parala exploración de la llegada del sujeto cyborg debido a una serie dedefensas letradas de un sujeto humanista en crisis que vemos cons-tantem ente. P ropongo rastrear a este ciudadano de la ciudad letradaen flujo a través de una serie de sujetos letrados, desde i^ombres yengranajes (1951) de Ernesto Sábato hasta Rayuela (1963), conti-nuando hasta La ciudad ausente (1993) de Ricardo Piglia y Los cieiosde ia tierra (1997) de Carmen Bou llosa. En los textos de Sábato, C or-

tázar y Bou llosa, vemos una variedad de intentos de fortalecer la po -sición del sujeto humanista puesto en crisis por un movimiento evo-lutivo hacia el posthumanismo. Es sólo en la novela de Piglia dondevem os un intento de articular un nuevo sujeto, uno que combina estaapreciación de la ciudad letrada con una subjetividad textual inne-gablemente posthumana. Esta constelación particular de textos nosayuda a entender la forma en que esta defensa apareció simultá-neamente a las primeras incursiones en la cibernética y que ha sido

mantenida du rante la segunda m itad del siglo XX.El declive del sujeto humanista ha sido mapeado extensiva y ex-



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posthumanismo" (843. Traducción de ISP)^ La impotencia iéxica deHassan al fin dei hum anismo no fue compartida por Katherine Haylescuando anunciaba con m ayor fuerza (y unos veinte años después) lallegada de los posthumano:

Primero, el punto de vista posthumano privi legia el patrón informacionalsobre la instanciación material, de tal manera que la encarnación en unsustrato biológico está vista más como un accidente de la historia quecom o una inevitabil idad d e la vida. Segundo , el punto de vista p osthum a-no considera a la con cienc ia, vista com o el asiento de la identidad huma naen la tradición occidental mucho antes de que Descartes pensara que erauna mente pensante, como un epi fenómeno, como un advenedizo evolut i -vo t ratando de decir que se trata del espectáculo com pleto, cuando se tra-

ta simplemente de un espectáculo menor. Tercero, el punto de vista post-humano piensa en el cuerpo como la prótesis original que aprendemos amanipular, de tal manera que extender o reemplazar el cuerpo con otrasprótesis deviene una continuación del proceso que comenzó antes de na-cer. Cuarto, y más importante que todo, por estos y otros medios, el puntode vista posthumano conf igura al ser humano de manera que pueda serl impiamente art iculado con máquinas intel igentes (2-3. Traducción de ISP)

Hayles usa una serie de discursos para resolver el sentido de impo-

tencia de Hassan conforme provee una definición cuidadosa de iosposthumano. El vocabulario científico (sustrato biológico, advenedi-zo evolutivo) sitúa el "punto de vista pos thum ano" dentro de una cu l-tura de tecnociencia. Dicha estrategia permite crear una situaciónretórica en la cual Descartes y sus constructos teóricos están rele-gados a la posición del neandertal, una rama colateral en la evolu-ción de las ideas que fue, en última instancia, improductiva. Lo pos t-humano, entonces, es naturalmente seleccionado com o superior g e-

néticamente al sujeto humanista (lo que Hayles llama el sujeto liberalhumanista), es por tanto evolutivamente superior y, por ello, inevita-ble.

La inevitabilidad dei sujeto posthumano, sea el amorfo "después"del declive del humanismo, sea el sujeto cyborgizado de Hayles,Donna Haraway y Chris Gray, nos ayuda a entender la serie de in ten-tos literarios de defender al sujeto liberal humanista en los textos queconsideraré. Lo que Rama nos permite hacer con su ciudad letradaes combinar varias definiciones del humanismo en una. Tenemos el



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la cultura popular, una defensa plena del sujeto humanista fue libra-da mientras seres hum anos vivientes, respirantes, vitales derrotabanno-humanos malignos que amenazaban terminar con vidas y conmodos de vida^. Ahora el cyborg ocuparía varios roles dentro de esta

literatura, pero su hibridez inherente, su origen, su propia riquezasemiótica, le permitiría el empleo en muchas narrativas que contem-plaron el fin del sujeto humanista y lo que vendría después. Haylesargumenta que la literatura ofrece un laboratorio para el estudio de laciencia y los conceptos científicos (21-2). En las narrativas que si-guen, el cyborg y su habilidad para extraer simultáneamente elemen-tos de la literatura y la ciencia provee un laboratorio literario para elpensamiento del fin del sujeto humanista, el ciudadano de la ciudaden decadencia de Rama.

Como hemos visto hasta aquí, un punto central del pensamientoposthumano es el intento de situarlo como inevitabilidad histórica,producto d e la evolución y la selección natural. Esto, obviam ente, noes nada nuevo, pero, en particular, esta estrategia tampoco está li-mitada a los proponentes de la teoría posthumana. El ensayo Hom-bres y engranajes (1951) de Ernesto Sábato sugiere, en su esquema

de las amenazas a la humanidad percibidas por él, una evoluciónsimilar en el pensamiento y la cultura occidental. Este largo ensayointenta cartografiar el auge de la ciencia en la cultura occidentaldesde el Renacimiento y Descartes, pasando por el positivismo y lasdos guerras mundiales. De interés particular para el tema de esteensayo es la forma en que Sábato combina la evolución y la imagi-nería posthumana en su análisis conc lusivo:

Mientras la máquina se mantuvo en la escala humana y bajo el dominio de

su creador, representó un triunfo del hombre, una expresión de su capaci-

dad para trascender sus fronteras biológicas. Porque, a diferencia de los

otros animales, el hombre se caracteriza por su capacidad para rebasar

los límites de su cuerpo físico: [ . .. ] . Poco a po co , en siglos de ma dura ción,

siguió extendiendo la potencia de sus órganos, mediante aparatos de cre-

ciente complejidad, hasta que sus sentidos se extendieron en todas las di-

recciones del espacio y del t ie m p o, . . . (92-93)

La descripción que hace Sábato del desarrollo de la relación entre

seres humanos y máquinas se aprovecha del discurso evolucionista



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ser humano, después de que la selección natural lo descentró. A pe-sar de la ironía, Sábato ocupa un rol poco apreciado en el desarrollode la teoría cyborg, al proponer que la característica evolutiva centraldel ser humano es nuestra habilidad de trascender nuestros cuerpos

orgánicos. La inclusión de referencias a periodos extendidos detiempo y los efectos subsecuentes del cambiante humano/máquinasimplemente incrementa la plataforma para la llegada de una nuevaforma de ser humano tecnológico.

Sábato, de manera característica, apalea la imagen conformeavanza el ensayo. Sigue este nuevo ser humano a través del arte delos siglos XIX y XX, anotando:

Saint-Exupéry describió esa hermosa sensación dei pi loto que está entra-ñablemente unido a su máquina, a su dócil criatura mecánica, a su hi jo ohermano de acero y eiectr icidad. Porque esos sueños d e poderío, que se-gún Freíd nos hacen volar en las alturas, se realizan ahora de verdad enestos grandes pájaros que añoró Leonardo y que el hombre del siglo XXpudo por f in construir y manejar.Y cuand o conoc í el capítulo de The Mint, en que T. E. Lawrence habla conternura de los motores que solícitamente eran engrasados, pulidos,amaestrados por los mecánicos de la RAF, recordé mis días de infancia,

en la sala de m otores de nuestro m oiino, [ . . .] .Porque así como en el peligro se forma entre los hombres esa hermandaddel miedo , esa fraternidad de la pobreza de la condición humana, asítambién, y tal vez con mayor ternura, se forma y se fortalece entre ei hom-bre y su máquina, hasta formar un solo cuerpo y es pír itu, com o únicam en-te puede aco ntecer en tre los ama ntes. (93-94)

Llama la atención el atado de imágenes que sucede aquí. El avión esel hijo del piloto, una criatura mecánica que es pariente de sangre

(hijo, hermano) del ser humano que lo vuela. Vemos de nuevo un én-fasis darwinista en la transmisión del material genético en la co-nexión que Sábato establece entre la imaginería de la máquina y laimaginaría específicamente híbrida del humano/máquina, con refe-rencias a la progenia, tanto en la relación entre el piloto y la aeronavey en la forma en que la lectura sobre estas relaciones transporta aSábato a su infancia. La imagen final del ser humano y la máquinacom o amantes, fusionados en un sólo cuerpo, enfatiza de nuevo es-

ta transmisión de material genético mientras anticipa simultánea-mente las "pleasurably tight coupling[s]" que Donna Haraway cele-



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Y aún así, Sábato no celebra esta característica definitiva del

animal humano:

Ciencia y máquina fueron aiejándose hacia un oi impo matemático, dejan-

do sóio y desmamparado ai hombre que les había dado vida. Triángulos yacero, iogaritmos y electricidad, sinusoides y energía atómica, extraña-

mente unidos a las formas misteriosas y demoníacas dei dinero, constitu-

yeron f inalmente el Gran Engranaje del que los seres humanos acabaron

por ser oscuras e impotentes piezas, (95)

Esta nueva realidad cibernética, basada en el progreso científico y

tecnológico y conectado por la prosa del mismo Sábato, a la evolu-ción del organismo humano, es en última instancia deshumanizante

en una forma profundamente negativa. El ser humano se ha perdidoen el medio de la maquinaria de la ciencia y necesita algún tipo de

rescate. El rescate propuesto por Sábato, de manera esperada, esuna visión de la comunidad basada en el socialismo, una que des-cansa en las intuiciones de la literatura (Sábato cita a Dostoievsky

extensamente en este punto) y que resitúa al ser humano en el cen-tro del estudio.

Esta re-situación del ser humano, un re-centramiento de los prin-cipios humanistas frente a la evolución postumana se vuelve unapreocupación continua entre ciertos escritores latinoamericanos.Sába to es único en el hecho de que anticipa el discurso evolutivo delos posthumanistas y una gran parte de la imaginería huma-no/máquina que Norbert Wiener y su grupo (incluyendo los vecinosconosuristas de Sábato, Francisco Várela y Humberto Maturana)emplearían en su popularización de la cibernética. Mientras su crítica

de la vida mecánica se alinea perfectamente con la crítica marxistadel capitalismo fordista como maquinizado y deshumanizante, es elpropio discurso científico de Sábato que lo ayuda a sondear las im-plicaciones de la ciencia y la tecnología en la evolución hacia elposthum anism o, y reafirmar la importancia de un sujeto humanístico,esto es, un sujeto humanocéntrico cuya humanidad se construyecon elementos tanto de las ideas del humanismo liberal como de lashumanidades y que constituye el escenario de mucho de lo que si-

gue.He escrito en otra parte de la com plicada relación de Julio C ortá-



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Me sumo a los pocos crít ioos que han querido ver en Rayuela la denunciaimperfecta y desesperada del establishment de ias letras, a la vez espejo ypantalla del otro estabiishment que está haciendo de Adán, cibernét ica yminuciosamente, io que deiata su nombre apenas se io iee al revés- nada{Vuelta 26)

Esta cita identifica a la cibernética haciendo lo mismo que Harawaycelebra acerca del cyborg, es decir, borra los mitos patriarcales deorigen identificados co n Adán. Cortázar, quien no es un parangón dela ideología feminista, vio esto como un ataque en un humanismoque é l consideraba esencial y usó Rayuela para defenderlo y, aunquefuera irónicamente, caracterizó a Descartes como un "viejo jodido"en esa defensa. Como he argumentado ya, Cortázar, tras presentaruna crítica de la sociedad cibernética en la primera página de la se-gunda versión de la novela (capítulo 73), usa el capítulo 71 para na-rrar la historia de una rebelión contra la sociedad cibernética, en laque un héroe intenta arrebatar el control de las naves cibernéticascuyo timonel epónimo conduce alegremente a los humanos hacia lanada. En este capítulo plantea, por ejemplo,

y por qué entonces inquietarse si probabiemente el mundo es f inito, ia his-toria se acerca ai punto óptimo, la raza humana sale de la edad media pa-ra Ingresar en la era cibernética. Tout va très bien madame ia Maraulse(541)

Describe la era cibernética de la siguiente m anera:

Cada reunión de gerentes internacionales, de hombres-de-ciencia, cadanuevo satéi i te art i f iciai, hormona o reactor atómico aplastan un poco más

estas falaces esperanzas. Ei reino será de material plástico, es un hecho.(541)

Lo que más llama mi atención es la continua oposición de dos sis-temas que vemos a través de Rayuela y que aparece, sorprenden-temente, en la discusión de la cibernética entablada por Cortázar.Esta sociedad plástica y homogénea que tanto lo altera aparece co-mo parte de su continua crítica de una racionalidad que aplana al

arte y socava la única existencia humana. La respuesta de Morelli -ya que es en los capítulos de Morelli en que vemos la conexión más



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liándose hacia algo que Sábato llama m ecánico y Cortázar cibernéti-co, pero que en ambos casos no promete las mismas cosas que loscibemeticistas triunfalmente proclaman, ni tampoco ofrece las posi-bilidades subversivas que Haraway identificaría como ias conse-

cuencias no intencionaies del cuerpo cyborg. Estas sociedades sonsimple y completamente deshumanizantes, y la respuesta, tanto pa-ra Sábato como para Cortázar es el humanismo, específicamente uncierto tipo de humanismo literario donde las letras proveen la basepara una re-humanización del cuerpo humano.

Mientras Sábato y Cortázar pueden ser vistos como producto desu contexto de mediados dei sigio XX, uno en el que difíciimente sepodrían percibir las posibiiidades feministas de una figura cyborg oei poder subversivo de un sujeto descentrado, deshumanizado, lamucho más reciente novela Cielos de la tierra (1997) de la novelistamexicana Carmen Bouiiosa usa un arreglo similar de referencias eimaginería para continuar el discurso antimecánico que ambos escri-tores argentinos defendían. La noveia oscila entre tres periodostemporaies por el uso de narradores que leen los escritos de aque-llos que vinieron antes. Tenemos a Hernando, un indígena mexicano

de la época coloniai educado en una comunidad jesuita, quien escri-be su historia dentro de un tratado que prepara. Tenemos también aEstela, una mujer mexicana de los años noventa, quien está llevandoa cabo un estudio del trabajo de Hernando mientras reflexiona sobrela importancia de escritores del Boom como Gabriel García Márquezpara su generación. Finalmente, tenemos a Lear, un ciudadano/a deL'Atlantide, una sociedad postapocalíptica futura donde la gente escosechada en vientres artificiaies y son controlados por una serie de

sistemas mecánicos de entrega. Lear describe su estado biológicoen los siguientes térm inos:

Porque no sé quién fue mi padre ni quién mi madre, porque fui gestada en

un engendrador y pasé los años de crecimiento en la Conformación (la

primera estaba en La Cu na, la segunda en El Recep tor de Imágenes), por-

que aunque polvo eres, Lear, en polvo no te convert irás, no puedo echar

mano de gran parte de las interpretaciones que en el t iempo de la Historia

usaron los hom bres para desentrañar lo que soy, (15)

Desde esta descripción y después a través del libro, Lear sitúa su




sesión de L'Atlantide con la eliminación del lenguaje y su subsiguien-te caída en la barbarie.

La facilidad con la que B oullosa incorpora este personaje exp líci-tamente posthumano en su narrativa habla de la cam biante naturale-za de la relación entre tecnología y literatura que Jerry Hoeg hahecho objeto de una serie de estudios*. Pero aseverar, como hanhecho ciertos críticos, que al hacerlo Boullosa está aceptando loposthumano como una suerte de defensora feminista harawayanasignifica perder de vista los contextos implícitos y explícitos de lanovela®. La novela misma es un nostálgico adiós al lector humanistaen tanto cada uno de estos tres narradores encuentra su mayor rea-lización en la lectura -y no sólo entre sus prop ias ob ras: Estela dedi-ca una parte significativa de su diario a García Márquez; Lear, quientiene varios nombres a través del libro, suele escogerlos de King

Lear. Lear intenta reclamar una identidad exclusivamente biológica,separada d e las subjetividades inorgánicas que ve en L'Atlantide:

¿Tengo también el cuerpo l leno de cosas? Estoy convencida de que no.Yo no estoy rel lena de cosas. Respiro. Estoy viva. Mi cuerpo es de carne yno de t iesa materia art i f icial. Pienso con las visceras. Deseo. Me l lena de

horror el corazón saber que no podré jamás cruzar palabra alguna con na-die, que nunca más podré conversar, pero más todavía saber que nuncamás podré practicar con nadie las artes amatorias. Nunca más, Lear, sá-belo bien. Los atlántidos son ahora remedos de carne, son moblaje rel lenode cosas. Eres la única carne y el único apetito que restan vivos sobre laTierra. (359)

Los elementos posthumanos de la identidad y comunidad de Learson retratados como profundamente negativos, y su única esperan-

za de superar el descenso a la barbarie sufrido por la sociedad es através de las letras. De esta manera, en tanto el ser humano evolu-ciona hacia lo posthumano, Boullosa se aferra al mismo humanismoque sus predecesores Sábato y Cortázar (y allí encontramos el con-texto implícito de la novela) defendieron en tanto percibieron el co-mienzo del proceso que Boullosa parece experimentar de primeramano.

La imagen de la ciudad letrada es especialmente interesante en

esta última novela, ya que la ciudad de Lear literalmente elimina las



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Me uniré a Esteia y a Hernando hasta el fin de los tiempos. Desdeciré ia

muerte anunciada de Hernando, quitaré el párrafo en que se la menciona,

no le permitiré llegar a su fin. A Estela tampoco la dejaré alcanzar su muer-

te propia, la que tendría con el gran estallido. A los dos los traeré a mí,

compart iremos un kesto común que nadie sabrá cerrar. Los tres viviremos

en un mismo terri torio. . . . ganaremos un espacio común en el que nos mi-

raremos a los ojos y formarem os una nueva co m un idad . (368-9)

Si esta posición es defendible, teórica o prácticamente, es otroasunto, pero el hecho de que la posición se ha mantenido consisten-te durante la segunda mitad del siglo XX frente a filosofías, prácticascientíficas y políticas, e intereses literarios en constante evolución esen sí mismo notable. Lo que vemos es una serie de sujetos literal-

mente letrados, seres humanos textuales que pueblan ensayos y no-velas, en peligro de destrucción y cuya salvación, lógicamente, yacedentro de los textos que los crearon. Mientras la novela de Boullosaes muy claramente una nueva forma de novela latinoamericana enmuchas formas, es también la más reciente en lo que podemos lla-mar una tradición de defensa de la ciudad letrada.

La ciudad ausente de Ricardo Piglia, título curioso cuando se to-ma en el contexto de las ciudades de Rama y sus descendientes ti-

tulares, sugiere una relación mucho más sutil entre la incipiente iden-tidad cyborg y una defensa letrada del sujeto hum ano. De nuevo, heescrito anteriormente sobre las múltiples y diversas articulaciones dela identidad posthumana en la novela, desde la más obvia, Elena, lanarradora mecánica revelada al fin de la novela, al menos obvio. Ju-nior, el "lector" de hipertextos tridimensionales y Rajzarov, un solda-do herido m ás metal que carne t Piglia usa estas y otras representa-ciones de la encarnación cyborg como mediaciones del impacto dela dictadura en la subjetividad orgánica, apareciendo la identidadposthumana como una suerte de producto tecno-orgánico exceden-te de la tortura mecánica inflingida en la carne de la víctima. Gomohe notado, esta es una articulación inusual de la identidad cyborgdentro de un contexto de ciencia ficción (un contexto que Piglia evo-ca varias veces en la novela al tiempo que evade una declaraciónclara del género) en la medida en que evita tanto la figura del cyborg

com o agente de l mal (como Darth Vader) o la celebración cyberpuni<de lo prostético. En esta representación única. La ciudad ausente




res. Sigue varias pistas y encuentra un museo con exhibiciones quecorresponden a las varias historias que él (así como los lectores dela novela) han encontrado. Conforme Junior continúa investigando,descub re que el museo está relacionado al iVIuseo de la novela de laeterna de Macedonio Fernández y que el autor responsable de lasnarraciones en el centro de las investigaciones de Junior es una má-quina en la que Fernández ha instalado la conciencia de su difuntaesposa Elena. La narración del descubrimiento de este hecho porparte de Junior enfatiza la naturaleza cibernética de Elena, en tantoestablece los tonos de ciencia ficción que subyacen a la novela:

¿Fuiste ai Museo ya? Hay una máquina, ¿sabes o no? En todo eso hay al-

go muy raro,-N ie t ,-Todo es científico. Nada mal igno. Una vez conocí a un tal Russo quehabía inventado un pájaro de chapa que anunciaba ia i luvia. Esto es igual.Ciencia pura, no rel igión,-No -di jo Junior-, ¿La máquina es una mujer?-Era una mujer,-L a encerraron, (28)

La ciudad ausente ha recibido una gran cantidad de atención críticaen los relativamente pocos años desde su publicación, con artículosenfocados en cuestiones desde la posdictadura y el trabajo de duelohasta las representaciones de la ciudad y los varios intertextos quePiglia introduce. Como una novela profundamente intertextual, unaque tom a prestado y cita de autores que van desde Fernández hastaJames Joyce, desde J.G. Ballard hasta Philip K. Dick, parece espe-cialmente importante observar la voz que agrega al coro de textos

latinoamericanos que exploran la naturaleza del sujeto humano cap-turado en los engranes de la cibernética. Lo que vemos en Elena yen una novela cuyas narrativas subversivas y altamente literariasemanan de una figura innegablemente cyborg es un primer intentode un verdadero sujeto letrado posthumano. Basta notar el pasajefinal de la novela, una parte de los ba lbuceos finales de Elena mo de -lados en los pensamientos de M olly Bloom al final del Uiysses:

Estoy l lena de historias, no puedo parar, las patrul las controlan la ciudad ylos locales de la 9 de Julio están abandonados, hay que saiir, cruzar, en-



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Esto, en vez de intentar resucitar a un individuo letrado como la de-fensa más importante en co ntra de una sociedad cibernética invaso-ra , vemos una seria contemplación de cóm o la recién formada subje-

tividad posthumana puede mantener una conciencia letrada en laestela de la dictadura. Las historias que Elena cuenta, de luto, detraum a, ayudan a proveer una defensa contra el olvido de la po std ic-tadura. Junior, como "lecritor" de hipertextos, capaz de interpretarlos textos cibernéticamente escritos de Elena por medio de sus pro-pias oscilaciones lectoras de l papel al texto virtual, se convierte en elreceptor posthumano de Elena*. Aunque Piglia todavía lamenta lapérdida de humanidad sugerida por la emergente naturaleza mecá-

nica de Elena y los otros cyborgs, sus cuerpos p rostéticos son el re-sultado del trauma y la pérdida, por lo que construye un espacio tex-tual en el cual estos posthumanos son esenciales a la memoria y laresistencia.

Slavoj Zizek describe el miedo que recorre el trabajo de los pri-meros tres escritores que he discutido en este artículo, al tiempo queintenta cartografiar la desestabilización del sujeto hum ano.

Hoy en día, en una épo ca de ca mb ios co ntinuo s, desde ia "revoiución digi-tal" hasta el retiro de las viejas formas sociales, ei pensamiento es másque nunca expuesto a ia tentación de perder su fuerza, de precozmenteabandonar ias viejas coordenadas conceptuales. Los medios constante-mente nos bombardean con la necesidad de abandonar ios "viejos para-digm as": s i hemos d e sobrevivir, tenemos que cambiar nuestras más fun-damentales nociones de io que constituye ia identidad persona, ia socie-dad, ei ambiente, etc. La f i iosofía New Age prociama que estamos entran-do a una nueva era "post-humana"; ei pensamiento poi í t ico postmoderno

nos dice que estamos deviniendo sociedades post-industriaies, en las queias viejas categorías de trabajo, coiectividad, ciase, etc., son zombies teó-r icos, sin posible ap licación a las dinámicas de ia mod ernización. (32)

Sábato y Cortázar vieron este "ho y" desde su perspectiva de media-dos del siglo XX y, sugiriendo correctamente el rol del cyborg en estaera posthumana, reforzaron la ciudad letrada de Rama, así como las"viejas categorías" que veía como esenciales a la continuación delsujeto liberal humanista. Conforme la amenaza se definía más clara-

mente, vemos una bifurcación de la respuesta literaria, desde la de-



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vacío dejado por el desvanecido espacio urbano de Rama. Si Bou-llosa intenta resucitar al sujeto humanista tras su caída, Piglia propo-ne un sujeto post-humanista, un ciudadano cyborg letrado de unanueva forma de ciudad, una que combina un humanismo asediadocon la prótesis que alguna vez pareció amenazadora.

Traducción: Ignacio M. Sánchez Prado

NOTAS:

1 . Se puede incluir el l ibro de Vicente Lecuna en esta discusión también. La ciu-

dad ietrada en el planeta electrónico produce una situación similar a lo quevemos en el t í tulo de Cuadra.

2 . El ensayo de Neil Badmington me l levó al texto de Hassan y mucha de mi re-f lexión está informada por Bad m ington,

3 . Ba dm ington plantea: "mien tras los intelectuales estaban celebrand o la caída,la cul tura popular estaba compromet ida con una defensa dei humanismo ( losaliens siempre eran derrotados, frecuentemente por una cualidad específ ica-mente "humana"). El hombre, las películas insistían, sobreviviría: esto era eldes tino, la ley de la naturaleza" (8, Trad ucc ión de ISP).

4 . Véase "Reading Rayueia in the R ayue l -0-Mat ic" y Test Tube Envy 160-89,5. Véase Science, Technology, and Latin American Narrative in the Twentieth

Century and Beyond. De hecho, usa la publicidad para Cieios de ia tien^ en suanálisis, enfatizando una nueva disposición entre los escritores lat inoamerica-nos para incorporar tem as e imágenes tecn ológicos,

6 . Claire Taylor, por ejem plo, argum enta una lectura inspirada en Haraway de losposthum anos de la novela,

7 . Véase "Life Sign s. Ricardo Pigl ia's C yb org s",8 . "iecritor" es la tradu cción q ue esc ogim os para representar el "wre ade r", ese

concepto central en la teoría de hipertexto. Véase Ryan y su discusión deltérmino.

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